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CRITERIOS GENERALES PARA LA
ELABORACIÓN DE LAS
PROGRAMACIONES DIDÁCTICAS
l. Pautas generales
La concreción de las programaciones didácticas elaboradas por los diferentes
departamentos más el Departamento de Actividades Complementarias y
Extraescolares se encuentra en documentos autónomos (que también forman
parte de este Proyecto Educativo) y su elaboración deberá tener en cuenta las
siguientes pautas:
1. Todos los departamentos didácticos, responsables de la programación de los
contenidos curriculares del área correspondiente (Anexos 1 y 11), considerarán las
pautas relacionadas en este documento para responder a criterios homogéneos y
no omitir ningún punto importante.
2. La programación didáctica ha de servir para garantizar la unidad y coherencia
de las enseñanzas que los distintos profesores y profesoras del área o materia
imparten en un mismo curso, asegurando que su práctica educativa se sustente
en unos principios educativos comunes; y para asegurar la continuidad de las
enseñanzas correspondientes a una misma materia o área a lo largo de los
distintos cursos.
3. Los departamentos didácticos elaborarán las programaciones
correspondientes a las nuevas enseñanzas que les hayan sido encomendadas y
revisarán las ya utilizadas en el curso anterior, así como las memorias de fin de
curso, para introducir las mejoras oportunas.
4. Prestarán especial atención a los aspectos más directamente relacionados con
las medidas educativas complementarias para la atención al alumnado con
dificultades de aprendizaje o evaluación negativa en áreas del curso anterior o
con materias pendientes.
5. La programación de cada una de las áreas, materias o ámbitos asignados al
departamento será coordinada por el jefe o jefa del mismo en una serie de
documentos independientes, debidamente paginados e indexados. En aquellos
departamentos con distintas especialidades, la elaboración de la programación
de cada especialidad corresponderá al profesorado de la misma.
6. La programación incluirá, si es el caso, las variaciones que algún profesor o
profesora del departamento haya decidido introducir respecto a la programación
conjunta, con la justificación correspondiente. En todo caso, el profesorado
desarrollará su actividad docente de acuerdo con las programaciones didácticas
de las enseñanzas que imparta.
7. Una vez redactada, cada programación será aprobada por los miembros del
departamento, recogiéndose dicho acuerdo en el acta correspondiente.
8. Los jefes y jefas de departamento velarán por que los procesos de enseñanza y
evaluación se ajusten a las programaciones didácticas y a las necesidades
educativas del alumnado.
9. El profesorado de cada materia informará al alumnado de los aspectos más
importantes de las programaciones, según la normativa sobre evaluación:
objetivos, contenidos y criterios de evaluación del área o materia para cada
curso, procedimientos de evaluación de los aprendizajes, mínimos exigibles para
obtener una valoración positiva y criterios de calificación.
10. Todas las programaciones didácticas incluirán, al menos, los apartados que
se relacionan en el siguiente epígrafe.
2. Apartados de las programaciones didácticas
Todas las programaciones didácticas incluirán, al menos, los apartados que se
relacionan en este epígrafe, teniendo en cuenta las pautas expresadas
anteriormente así como las que aparecen en otros apartados de este Proyecto
Educativo (Apartado S).
A. Adaptación de los currículos al contexto del centro
Establecidos por la Administración educativa, le corresponde al Claustro fijar y
aprobar los contenidos curriculares los, teniendo en cuenta que deben ser
adaptados a las necesidades del alumnado y a las características del entorno
social y cultural del centro, y que incluirán el tratamiento transversal en las
áreas o materias de la educación en valores y otras enseñanzas.
B. Consideración de los resultados de la evaluación inicial como punto de partida
Es imprescindible un diagnóstico certero del punto de partida en cada una de las
áreas que permita una adaptación de la programación curricular al nivel de cada
uno de los grupos, con la mayor personalización posible. Por ello todas las
programaciones habrán de efectuar la consideración de los puntos de partida en
los diferentes cursos y grupos, referida tanto a contenidos como a competencias.
C. Consideración de las ocho competencias básicas
Se ha distribuido entre los departamentos didácticos el documento que figura
como Anexo III, el cual recoge la descripción de las ocho competencias básicas,
con el fin de su consideración en todas las áreas curriculares. Las
programaciones didácticas considerarán el tratamiento de cada competencia
básica, sus formas de impulso en el aula y sus instrumentos de evaluación.
D. Consideración del tratamiento transversal de la educación en valores
Todos los departamentos didácticos considerarán lo expuesto en el apartado 5 de
este Proyecto Educativo en relación con el tratamiento de los temas
transversales que se corresponden con la educación en valores y la igualdad de
género.
E. Consideración de los planes y proyectos educativos
Todos los departamentos considerarán los proyectos educativos implantados en
el centro, con el fin de su consideración en todas las áreas curriculares. Son los
siguientes: Escuela: Espacio de Paz, Igualdad y Coeducación, Plurilingüismo,
Escuela TIC 2.0, Acompañamiento, Apoyo Lingüístico a Extranjeros, Calidad y
Mejora (eventual) y Lectura y Biblioteca.
F. Temporalización, metodología, actividades
Las programaciones didácticas indicarán el tiempo (diario, semanal, quincenal o
mensual) dedicado a contenidos curriculares, contenidos transversales, lectura y
actividades.
G. Inclusión organizada de la metodología y los recursos TIC
Las programaciones habrán de incluir de forma organizada la metodología y
utilización de los nuevos recursos tecnológicos. Para ello, se han realizado dos
cursos formativos en los que el profesorado del centro ha podido familiarizarse
en las aulas con el manejo de lor ordenadores fijos y portátiles y con los
diferentes programas y plataformas didácticas que el equipo coordinador del
proyecto ha puesto en marcha (programa Evalúa, gestión académica con
unidades PDA, plataforma Helvia, instalación de la enciclopedia audiovisual
Planeta en el servidor central o las PDI).
H. Criterios de evaluación
Además de los criterios comunes de evaluación (Apartado 7 de este Proyecto
Educativo) y que todos el profesorado ha de considerar y respetar, las
programaciones didácticas de los diferentes departamentos han de especificar
los instrumentos y criterios de evaluación propios del área, tanto para los
contenidos como para las competencias, tanto para las materias del curso en que
se encuentra matriculado el alumnado como para las pendientes de cursos
anteriores.
l. Atención a la diversidad
El modo como se atiende desde cada área a la atención a la diversidad es otro de
los puntos que deben ser tratados en cada programación didáctica. Ha de
considerarse, no sólo el punto de partida inicial, sino las características
específicas del alumno o alumna cuando así lo requiera su proceso educativo en
función de determinados factores que pueda detectar el profesorado o comunicar
el departamento de Orientación (tipos varios de discapacidad, origen extranjero,
lengua materna distinta del castellano, etc).
J. Programas de refuerzo de las áreas instrumentales
Los departamentos de Lengua y Literatura, Matemáticas e Inglés han de
incorporar a sus programaciones los programas específicos que van a desarrollar
de cara al refuerzo de sus áreas respectivas en el primer ciclo, donde van a ser
cursados en lugar de la materia optativa por el alumnado que obedece al perfil
indicado en la normativa (alumnado repetidor o con áreas instrumentales no
superadas el curso anterior). Los programas serán preferentemente de carácter
práctico, profundizarán en los contenidos elementales no adquiridos y en los
aspectos competenciales no alcanzados y se basarán en actividades motivadoras
alternativas a los contenidos curriculares. Dichas actividades deben responder a
los intereses del alumnado y a la conexión con su entorno. Podrán incorporar
criterios de evaluación sólo con carácter informativo, pero no serán evaluados en
las actas finales ni aparecerán en el historial académico.
K. Actividades de expresión oral
Todas las materias y, en su caso, ámbitos incluirán actividades en las que el
alumnado deberá leer, escribir y expresarse de forma oral. Las programaciones
didácticas de las distintas materias incluirán actividades que estimulen el interés
y el hábito de la lectura y la capacidad de expresarse correctamente en público.
L. Programas de refuerzo y seguimiento de los aprendizajes no superados
Todas las programaciones han de especificar el sistema de seguimiento,
asesoramiento y apoyo al alumnado que no ha superado materias del curso
anterior. Para ello incluirán sencillos programas de refuerzo que serán llevados a
cabo por el profesorado que tenga a cargo a dicho alumnado en su área
respectiva, a quien podrá hacérsela entrega de un dossier de actividades (o, en su
caso, por un profesor o profesora designados por el departamento). El programa
contemplará las estrategias y los criterios de evaluación.
M. Planes específicos para el alumnado que no promociona
Estos planes específicos tendrán como objetivo incidir en la mejora del
aprendizaje y motivación del alumnado que no ha promocionado, así como en
una mayor implicación de las familias en el proceso educativo. Los
departamentos didácticos incluirán en su programación su concreción del plan,
siguiendo las siguientes pautas:
- Dedicarán especial atención a aspectos actitudinales: mejorar los hábitos de
disciplina, estudio y trabajo tanto individual como en equipo.
- Han de contribuir a la mejora y refuerzo de todos aquellos procedimientos
básicos (lectura, escritura, cálculo) que faciliten la capacitación del alumnado en
los objetivos generales.
- Se tendrá en cuenta, como punto de partida, la información individual sobre
aquellos alumnos y alumnas que el curso anterior no hayan conseguido la
promoción, información que será facilitada por la Jefatura de Estudios, la
Secretaría y el departamento de Orientación.
- De estos planes se informará al equipo docente, al alumnado y a sus familias,
por parte del tutor o tutora, a principios de curso. Los alumnos y alumnas
repetidores se repartirán en los diferentes grupos, con el fin de poder realizar un
seguimiento estrecho desde la tutoría.
N. Programación de las horas de libre disposición
A la hora de establecer el contenido de las horas de libre disposición, el Centro
ha considerado la indicación de la nueva normativa sobre la especial atención
que se ha de prestar a las estrategias de apoyo y refuerzo de las áreas o materias
instrumentales de Lengua castellana y literatura, Lengua extranjera y
Matemáticas. A tal efecto, junto al desarrollo de los programas de refuerzo de
dichas materias instrumentales, nuestro Centro ha fijado la oferta de actividades
programadas que proporcionen el complemento educativo más adecuado a las
necesidades del alumnado que no cursa dichos programas de refuerzo. Dicha
oferta la hemos denominado Planes de Mejora de Lengua, de Inglés y de
Matemáticas; los dos primeros se llevan a cabo en el primer curso, y el de
matemáticas en el segundo curso; están centrados en la mejora de las
competencias comunicativa y matemática y por ello prestan especial atención a
la lectura, al dominio de la expresión oral y escrita, a la comprensión del
razonamiento matemático y al planteamiento y resolución de problemas. La
dirección del centro mantiene periódicas reuniones con los jefes de los tres
departamentos aludidos con el fin de mantener coordinada la acción docente en
dichos Planes de Mejora, los cuales han de figurar programados en lo referente a
objetivos, alumnado destinatario, metodología y actividades.
O. Programación de optativas, ámbitos y sección bilingüe
La relación de materias optativas incluye, junto a las de oferta obligatoria y los
programas de refuerzo, otras que el centro puede ofertar cada curso. En todos los
casos, han de estar programadas por los departamentos correspondientes con los
mismos elementos que las materias comunes. Lo mismo ocurre con las
opcionales de cuarto curso, los ámbitos del programa de diversificación y el
currículo específico de la seccion bilingüe. En el Anexo 111 aparece la
correspondencia de todas estas materias y los departamentos de que dependen,
que son los responsables de su programación.
P. Consideración de elaboración de trabajos monográficos
Las programaciones didácticas facilitarán la realización, por parte del alumnado,
de trabajos monográficos interdisciplinares u otros de naturaleza análoga que
impliquen a varios departamentos de coordinación didáctica.
Q. Actividades culturales y extraescolares
Finalmente, las programaciones didácticas de los diferentes departamentos
incluirán la relación de actividades culturales y extraescolares que se planifiquen
para cada curso, teniendo en cuenta tanto el interés de los contenidos
específicos de cada área como el interés común de los temas transversales. Dicha
relación será facilitada a comienzo de curso al Departamento de Actividades
Complementarias y Extraescolares de cara a su organización conjunta. El DACE
colaborará con los diferentes Departamentos didácticos para promover,
organizar y coordinar la realización de cuantas actividades propongan. Para ello
contará con la colaboración de la comunidad educativa, es decir, del resto del
profesorado, del alumnado y, de los padres y madres, y de todas las sugerencias
aportadas por el Consejo Escolar.
R. Ficha anual de datos
La programación ofrecerá un anexo anual con los datos más relevantes:
profesoras y profesoras que constityen el departamento e imparten las materias,
áreas o ámbitos encomendados al mismo; los grupos que imparte que cada
profesor y cada profesora; los libros de texto en vigor; una relación del material
didáctico complementario (lecturas, medios audiovisuales, etc.)
3. Anexos de este Apartado
Anexo 1: Programaciones didácticas (qué materias debe programar cada
Departamento).
Anexo 11: Materias optativas, ámbitos y departamentos de que dependen.
Anexo 111: Competencias básicas.
ANEXO I
PROGRAMACIONES DIDÁCTICAS
Las programaciones elaboradas por los diferentes departamentos didácticos más
el Departamento de Actividades Complementarias y Extraescolares son las que
se relacionan a continuación y comprenden las materias y niveles que se
detallan.
l. Programación de Ciencias Naturales
Incluye la materia común de 1º y 2°, las materias de Biología-Geología y Física
Química de 3° y 4°; la materia optativa de Métodos de la Ciencia (2°) y el Ámbito
Científico-Técnico del Programa de Diversificación de 3° y 4°. Incorpora
asimismo la programación específica del área en la sección bilingüe.
2. Programación de Ciencias Sociales
Incluye la materia de Geografía e Historia de 1º, 2°, 3° y 4°; la materia de
Educación para la Ciudadanía de 3°; la materia optativa de Cultura Clásica de 3°
y la materia de Educación Ético-cívica de 4°. Además, incorpora la materia del
Ámbito Sociolingüístico del Programa de Diversificación de 3° y 4° (que es
común con el Departamento de Lengua y Literatura). Incorpora asimismo la
programación del área en la sección bilingüe.
3. Programación de Educación Física
Incluye la materia común de Educación Físico-deportiva de 1°, 2°, 3° y 4 °.
4. Programación de Educación Plástica y Visual
Incluye la materia común de 1° y 2° más la materia opcional de 4°.
5. Programación de Francés
Incluye la materia optativa de Segunda Lengua Extranjera (Francés) de 1º, 2°, 3°
y la materia opcional de 4 °. Incorpora asimismo la programación específica del
área en la sección bilingüe (currículo integrado de las lenguas)
6. Programación de Inglés
Incluye la materia común de Primera Lengua Extranjera (Inglés) de 1º, 2°, 3° y
4 °, la programación de la hora de libre disposición de 1°, más la materia común
del Programa de Diversificación de 4 °. Incorpora asimismo la programación
específica del área en la sección bilingüe (currículo integrado de las lenguas).
7. Programación de Lengua y Literatura Castellanas
Incluye la materia común de 1º, 2°, 3° y 4°; los programas de Refuerzo de 1° y 2°;
la programación de la hora de libre disposición de 1°; la materia del Ámbito
Sociolingüístico del Programa de Diversificación de 3° y 4° (que es común con el
Departamento de Ciencias Sociales); y la materia opcional de Latín.
8. Programación de Matemáticas
Incluye la materia común de 1º, 2°, 3° y 4° (con diferenciación en este último
curso de las opciones A y B); los programas de Refuerzo de 1° y 2° y la
programación de la hora de libre disposición de 2°.
9. Programación de Música
Incluye la materia común de 1° y 2° más la materia opcional de 4°.
10. Programación de Orientación
La Programación didáctica del Departamento de Orientación se centra en la
materia optativa de Cambios Sociales de 3° y en los ámbitos del programa de
Diversificación Curricular (junto con los departamentos de Ciencias Sociales y
Lengua y Literatura en el Ámbito Sociolingüístico y los de Ciencias Naturales,
Matemáticas y Tecnología en los ámbitos científico-técnológico y práctico).
11. Programación de Religión
Incluye la materia de elección voluntaria en los cuatro cursos de la ESO.
12. Programación de Tecnología
Incluye la materia optativa de 1 º, la materia común de 2° y 3°, la materia
optativa de Informática de 3°, las materias opcionales de 4° (Tecnología e
Informática), y el Ámbito Práctico de Diversificación Curricular.
13. Programación de Actividades Complementarias
Incluye las actividades que se realizan dentro del centro en horario escolar
(complementarias) más las que se realizan fuera del centro en cualquier horario
(extraescolares). Asimismo, incluye la elaboración de la edición anual de la
revista del Centro, Atrápala.
ANEXOII
MATERIAS OPTATIVAS, ÁMBITOS
Y DEPARTAMENTOS DE QUE DEPENDEN
lº ESO
Segunda Lengua extranjera (Francés): Departamento de Francés
Tecnologías: Departamento de Tecnología
Cambios Sociales: Departamento de Orientación
Programa de Refuerzo de Lengua: Departamento de Lengua y Literatura
Programa de Refuerzo de Inglés: Departamento de Inglés
Programa de Refuerzo de Matemáticas: Departamento de Matemáticas
Programa de currículo integrado de la sección bilingüe: Departamentos de
Inglés, Lengua, Francés, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales.
2º ESO
Segunda Lengua extranjera (Francés): Departamento de Francés
Métodos de la Ciencia: Departamento de Ciencias Naturales
Programa de Refuerzo de Lengua: Departamento de Lengua y Literatura
Programa de Refuerzo de Inglés: Departamento de Inglés
Programa de Refuerzo de Matemáticas: Departamento de Matemáticas
Programa de currículo integrado de la sección bilingüe: Departamentos de
Inglés, Lengua, Francés, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y Tecnología.
3° ESO
Segunda Lengua extranjera (Francés): Departamento de Francés
Cultura Clásica: Departamento de Ciencias Sociales
Cambios Sociales: Departamento de Orientación
Ámbito Sociolingüístico: Departamentos de Orientación, Ciencias Sociales y
Lengua y Literatura
Ámbito Científico-técnológico: Departamentos de Orientación, Ciencias
Naturales y Matemáticas
Ámbito Práctico: Departamentos de Orientación y Tecnología
Segunda Lengua extranjera (Francés): Departamento de Francés
Latín: Departamento de Lengua y Literatura
Proyecto Integrado: no está asignada a un departamento con carácter fijo.
Ámbito Sociolingüístico: Departamentos de Orientación, Ciencias Sociales y
Lengua y Literatura
Ámbito Científico-técnológico: Departamentos de Orientación, Ciencias
Naturales y Matemáticas
Ámbito Práctico: Departamentos de Orientación y Tecnología
ANEXO III
COMPETENCIAS BÁSICAS
La incorporación de competencias básicas al currículo permite poner el acento
en aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles, desde un
planteamiento integrador y orientado a la aplicación de los saberes adquiridos.
De ahí su carácter básico. Son aquellas competencias que debe haber
desarrollado el alumno o alumna al finalizar la ESO para poder lograr su
realización personal, ejercer la ciudadanía activa, incorporarse a la vida adulta de
manera satisfactoria y ser capaz de desarrollar un aprendizaje permanente a lo
largo de la vida.
La inclusión de las competencias básicas en el currículo tiene varias finalidades.
En primer lugar, integrar los diferentes aprendizajes, tanto los formales,
incorporados a las diferentes áreas o materias, como los informales y no
formales. En segundo lugar, permitir a todos los estudiantes integrar sus
aprendizajes, ponerlos en relación con distintos tipos de contenidos y utilizarlos
de manera efectiva cuando les resulten necesarios en diferentes situaciones y
contextos. Y, por último, orientar la enseñanza, al permitir identificar los
contenidos y los criterios de evaluación que tienen carácter imprescindible y, en
general, inspirar las distintas decisiones relativas al proceso de enseñanza y de
aprendizaje.
Con las áreas y materias del currículo se pretende que todos los alumnos y las
alumnas alcancen los objetivos educativos y, consecuentemente, también que
adquieran las competencias básicas. Sin embargo, no existe una relación unívoca
entre la enseñanza de determinadas áreas o materias y el desarrollo de ciertas
competencias. Cada una de las áreas contribuye al desarrollo de diferentes
competencias y, a su vez, cada una de las competencias básicas se alcanzará
como consecuencia del trabajo en varias áreas o materias.
El trabajo en las áreas y materias del currículo para contribuir al desarrollo de las
competencias básicas debe complementarse con diversas medidas organizativas
y funcionales, imprescindibles para su desarrollo. Así, la organización y el
funcionamiento de los centros y las aulas, la participación del alumnado, las
normas de régimen interno, el uso de determinadas metodologías y recursos
didácticos, o la concepción, organización y funcionamiento de la biblioteca
escolar, entre otros aspectos, pueden favorecer o dificultar el desarrollo de
competencias asociadas a la comunicación, el análisis del entorno físico, la
creación, la convivencia y la ciudadanía, o la alfabetización digital. Igualmente,
la acción tutorial permanente puede contribuir de modo determinante a la
adquisición de competencias relacionadas con la regulación de los aprendizajes,
el desarrollo emocional o las habilidades sociales. Por último, la planificación de
las actividades complementarias y extraescolares puede reforzar el desarrollo del
conjunto de las competencias básicas.
En el marco de la propuesta realizada por la Unión Europea, y de acuerdo con las
consideraciones que se acaban de exponer, se han identificado ocho
competencias básicas: competencia en comunicación lingüística, competencia
matemática, competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo
físico, tratamiento de la información y competencia digital, competencia social y
ciudadana, competencia cultural y artística, competencia para aprender a
aprender y competencia en autonomía e iniciativa personal.
En este Anexo se recogen la descripción, finalidad y aspectos distintivos de estas
competencias y se pone de manifiesto, en cada una de ellas, el nivel considerado
básico que debe alcanzar todo el alumnado al finalizar la ESO. El currículo de la
educación secundaria obligatoria se estructura en materias, es en ellas en las que
han de buscarse los referentes que permitan el desarrollo y adquisición de las
competencias en esta etapa. Así pues, en cada materia se incluyen referencias
explícitas acerca de su contribución a aquellas competencias básicas a las se
orienta en mayor medida. Por otro lado, tanto los objetivos como la propia
selección de los contenidos buscan asegurar el desarrollo de todas ellas. Los
criterios de evaluación, sirven de referencia para valorar el progresivo grado de
adquisición.
l. COMPETENCIA EN COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA
Esta competencia se refiere a la utilización del lenguaje como instrumento de
comunicación oral y escrita, de representación, interpretación y comprensión de
la realidad, de construcción y comunicación del conocimiento y de organización
y autorregulación del pensamiento, las emociones y la conducta. Los
conocimientos, destrezas y actitudes propios de esta competencia permiten
expresar pensamientos, emociones, vivencias y opiniones, así como dialogar,
formarse un juicio crítico y ético, generar ideas, estructurar el conocimiento, dar
coherencia y cohesión al discurso y a las propias acciones y tareas, adoptar
decisiones, y disfrutar escuchando, leyendo o expresándose de forma oral y
escrita, todo lo cual contribuye además al desarrollo de la autoestima y de la
confianza en sí mismo.
Comunicarse y conversar son acciones que suponen habilidades para establecer
vínculos y relaciones constructivas con los demás y con el entorno, y acercarse a
nuevas culturas, que adquieren consideración y respeto en la medida en que se
conocen. Por ello, la competencia de comunicación lingüística está presente en
la capacidad efectiva de convivir y de resolver conflictos. Escuchar, exponer y
dialogar implica ser consciente de los principales tipos de interacción verbal, ser
progresivamente competente en la expresión y comprensión de los mensajes
orales que se intercambian en situaciones comunicativas diversas y adaptar la
comunicación al contexto. Supone también la utilización activa y efectiva de
códigos y habilidades lingüísticas y no lingüísticas y de las reglas propias del
intercambio comunicativo en diferentes situaciones, para producir textos orales
adecuados a cada situación de comunicación.
Leer y escribir son acciones que suponen y refuerzan las habilidades que
permiten buscar, recopilar y procesar información, y ser competente a la hora de
comprender, componer y utilizar distintos tipos de textos con intenciones
comunicativas o creativas diversas. La lectura facilita la interpretación y
comprensión del código que permite hacer uso de la lengua escrita y es, además,
fuente de placer, de descubrimiento de otros entornos, idiomas y culturas, de
fantasía y de saber, todo lo cual contribuye a su vez a conservar y mejorar la
competencia comunicativa. La habilidad para seleccionar y aplicar determinados
propósitos u objetivos a las acciones propias de la comunicación lingüística (el
diálogo, la lectura, la escritura, etc.) está vinculada a algunos rasgos
fundamentales de esta competencia como las habilidades para representarse
mentalmente, interpretar y comprender la realidad, y organizar y autorregular el
conocimiento y la acción dotándolos de coherencia.
Comprender y saber comunicar son saberes prácticos que han de apoyarse en el
conocimiento reflexivo sobre el funcionamiento del lenguaje y sus normas de
uso, e implican la capacidad de tomar el lenguaje como objeto de observación y
análisis. Expresar e interpretar diferentes tipos de discurso acordes a la situación
comunicativa en diferentes contextos sociales y culturales implica el
conocimiento y aplicación efectiva de las reglas de funcionamiento del sistema
de la lengua y de las estrategias necesarias para interactuar lingüísticamente de
una manera adecuada. Disponer de esta competencia conlleva tener conciencia
de las convenciones sociales, de los valores y aspectos culturales y de la
versatilidad del lenguaje en función del contexto y la intención comunicativa.
Implica la capacidad empática de ponerse en el lugar de otras personas; de leer,
escuchar, analizar y tener en cuenta opiniones distintas a la propia con
sensibilidad y espíritu crítico; de expresar adecuadamente -en fondo y forma
las propias ideas y emociones, y de aceptar y realizar críticas con espíritu
constructivo.
Con distinto nivel de dominio y formalización -especialmente en lengua escrita
esta competencia significa, en el caso de las lenguas extranjeras, poder
comunicarse en algunas de ellas y, con ello, enriquecer las relaciones sociales y
desenvolverse en contextos distintos al propio. Asimismo, se favorece el acceso a
más y diversas fuentes de información, comunicación y aprendizaje.
En síntesis, el desarrollo de la competencia lingüística al final de la educación
obligatoria comporta el dominio de la lengua oral y escrita en múltiples
contextos, y el uso funcional de, al menos, una lengua extranjera.
2. COMPETENCIA MATEMÁTICA
Consiste en la habilidad para utilizar y relacionar los números, sus operaciones
básicas, los símbolos y las formas de expresión y razonamiento matemático,
tanto para producir e interpretar distintos tipos de información, como para
ampliar el conocimiento sobre aspectos cuantitativos y espaciales de la realidad,
y para resolver problemas relacionados con la vida cotidiana y con el mundo
laboral.
Forma parte de la competencia matemática la habilidad para interpretar y
expresar con claridad y precisión informaciones, datos y argumentaciones, lo que
aumenta la posibilidad real de seguir aprendiendo a lo largo de la vida, tanto en
el ámbito escolar o académico como fuera de él, y favorece la participación
efectiva en la vida social.
Asimismo esta competencia implica el conocimiento y manejo de los elementos
matemáticos básicos (distintos tipos de números, medidas, símbolos, elementos
geométricos, etc.) en situaciones reales o simuladas de la vida cotidiana, y la
puesta en práctica de procesos de razonamiento que llevan a la solución de los
problemas o a la obtención de información. Estos procesos permiten aplicar esa
información a una mayor variedad de situaciones y contextos, seguir cadenas
argumentales identificando las ideas fundamentales, y estimar y enjuiciar la
lógica y validez de argumentaciones e informaciones. En consecuencia, la
competencia matemática supone la habilidad para seguir determinados procesos
de pensamiento (como la inducción y la deducción, entre otros) y aplicar algunos
algoritmos de cálculo o elementos de la lógica, lo que conduce a identificar la
validez de los razonamientos y a valorar el grado de certeza asociado a los
resultados derivados de los razonamientos válidos.
La competencia matemática implica una disposición favorable y de progresiva
seguridad y confianza hacia la información y las situaciones (problemas,
incógnitas, etc.) que contienen elementos o soportes matemáticos, así como
hacia su utilización cuando la situación lo aconseja, basadas en el respeto y el
gusto por la certeza y en su búsqueda a través del razonamiento.
Esta competencia cobra realidad y sentido en la medida que los elementos y
razonamientos matemáticos son utilizados para enfrentarse a aquellas
situaciones cotidianas que los precisan. Por tanto, la identificación de tales
situaciones, la aplicación de estrategias de resolución de problemas, y la
selección de las técnicas adecuadas para calcular, representar e interpretar la
realidad a partir de la información disponible están incluidas en ella . En
definitiva, la posibilidad real de utilizar la actividad matemática en contextos tan
variados como sea posible. Por ello, su desarrollo en la educación obligatoria se
alcanzará en la medida en que los conocimientos matemáticos se apliquen de
manera espontánea a una amplia variedad de situaciones, provenientes de otros
campos de conocimiento y de la vida cotidiana.
El desarrollo de la competencia matemática al final de la educación obligatoria,
conlleva utilizar espontáneamente -en los ámbitos personal y social- los
elementos y razonamientos matemáticos para interpretar y producir
información, para resolver problemas provenientes de situaciones cotidianas y
para tomar decisiones. En definitiva, supone aplicar aquellas destrezas y
actitudes que permiten razonar matemáticamente, comprende una
argumentación matemática y expresarse y comunicarse en el lenguaje
matemático, utilizando las herramientas de apoyo adecuadas, e integrando el
conocimiento matemático con otros tipos de conocimiento para dar una mejor
respuesta a las situaciones de la vida de distinto nivel de complejidad.
3. COMPETENCIA EN EL CONOCIMIENTO Y LA INTERACCIÓN CON EL
MUNDO FÍSICO
Es la habilidad para interactuar con el mundo físico, tanto en sus aspectos
naturales como en los generados por la acción humana, de tal modo que se
posibilita la comprensión de sucesos, la predicción de consecuencias y la
actividad dirigida a la mejora y preservación de las condiciones de vida propia,
de las demás personas y del resto de los seres vivos. En definitiva, incorpora
habilidades para desenvolverse adecuadamente, con autonomía e iniciativa
personal en ámbitos de la vida y del conocimiento muy diversos (salud, actividad
productiva, consumo, ciencia, procesos tecnológicos, etc. y para interpretar el
mundo, lo que exige la aplicación de los conceptos y principios básicos que
permiten el análisis de los fenómenos desde los diferentes campos de
conocimiento científico involucrados.
Forma parte de esta competencia la adecuada percepción del espacio físico en el
que se desarrollan la vida y la actividad humana, tanto a gran escala como en el
entorno inmediato, y la habilidad para interactuar con el espacio circundante:
moverse en él y resolver problemas en los que intervengan los objetos y su
posición. Asimismo, la competencia de interactuar con el espacio físico lleva
implícito ser consciente de la influencia que tiene la presencia de las personas en
el espacio, su asentamiento, su actividad, las modificaciones que introducen y
los paisajes resultantes, así como de la importancia de que todos los seres
humanos se beneficien del desarrollo y de que éste procure la conservación de
los recursos y la diversidad natural, y se mantenga la solidaridad global e
intergeneracional. Supone demostrar espíritu crítico en la observación de la
realidad y en el análisis de los mensajes informativos y publicitarios, así como
unos hábitos de consumo responsable en la vida cotidiana.
Esta competencia, y partiendo del conocimiento del cuerpo humano, de la
naturaleza y de la interacción de los hombres y mujeres con ella, permite
argumentar racionalmente las consecuencias de unos u otros modos de vida, y
adoptar una disposición a una vida física y mental saludable en un entorno
natural y social también saludable. Asimismo, supone considerar la doble
dimensión -individual y colectiva- de la salud, y mostrar actitudes de
responsabilidad y respeto hacia los demás y hacia uno mismo. Permite
identificar preguntas o problemas y obtener conclusiones basadas en pruebas,
con la finalidad de comprender y tomar decisiones sobre el mundo físico y sobre
los cambios que la actividad humana produce sobre el medio ambiente, la salud y
la calidad de vida de las personas. Supone la aplicación de estos conocimientos y
procedimientos para dar respuesta a lo que se percibe como demandas o
necesidades de las personas, de las organizaciones y del medio ambiente.
También incorpora la aplicación de algunas nociones, conceptos científicos y
técnicos, y de teorías científicas básicas previamente comprendidas. Esto implica
la habilidad progresiva para poner en práctica los procesos y actitudes propios
del análisis sistemático y de indagación científica: identificar y plantear
problemas relevantes; realizar observaciones directas e indirectas con conciencia
del marco teórico o interpretativo que las dirige; formular preguntas; localizar,
obtener, analizar y representar información cualitativa y cuantitativa; plantear y
contrastar soluciones tentativas o hipótesis; realizar predicciones e inferencias
de distinto nivel de complejidad; e identificar el conocimiento disponible,
teórico y empírico) necesario para responder a las preguntas científicas, y para
obtener, interpretar, evaluar y comunicar conclusiones en diversos contextos
(académico, personal y social). Asimismo, significa reconocer la naturaleza,
fortalezas y límites de la actividad investigadora como construcción social del
conocimiento a lo largo de la historia. Esta competencia proporciona, además,
destrezas asociadas a la planificación y manejo de soluciones técnicas, siguiendo
criterios de economía y eficacia, para satisfacer las necesidades de la vida
cotidiana y del mundo laboral.
En definitiva, esta competencia supone el desarrollo y aplicación del
pensamiento científico-técnico para interpretar la información que se recibe y
para predecir y tomar decisiones con iniciativa y autonomía personal en un
mundo en que los avances en los ámbitos científico y tecnológico tienen una
influencia decisiva en la vida personal, la sociedad y el mundo natural. Implica la
diferenciación y valoración del conocimiento científico frente a otras formas de
conocimiento, y la utilización de valores y criterios éticos asociados a la ciencia y
al desarrollo tecnológico. Son parte de esta competencia el uso responsable de
los recursos naturales, el cuidado del medio ambiente, el consumo racional y
responsable, y la protección de la salud individual y colectiva como elementos
clave de la calidad de vida de las personas.
4. TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN Y COMPETENCIA DIGITAL
Esta competencia consiste en disponer de habilidades para buscar, obtener,
procesar y comunicar información, y para transformarla en conocimiento.
Incorpora diferentes habilidades, que van desde el acceso a la información hasta
su transmisión en distintos soportes una vez tratada, incluyendo la utilización de
las tecnologías de la información y la comunicación como elemento esencial
para informarse, aprender y comunicarse.
Está asociada con la búsqueda, selección, registro y tratamiento o análisis de la
información, utilizando técnicas y estrategias diversas para acceder a ella según
la fuente a la que se acuda y el soporte que se utilice (oral, impreso, audiovisual,
digital o multimedia). Requiere el dominio de lenguajes específicos básicos
(textual, numérico, icónico, visual, gráfico y sonoro) y de sus pautas de
decodificación, así como aplicar en distintas situaciones y contextos el
conocimiento de los diferentes tipos de información, sus fuentes, sus
posibilidades y su localización, así como los lenguajes y soportes más frecuentes
en los que ésta suele expresarse.
Disponer de información no produce de forma automática conocimiento.
Transformar la información en conocimiento exige de destrezas de razonamiento
para organizarla, relacionarla, analizarla, sintetizarla y hacer inferencias y
deducciones de distinto nivel de complejidad; en definitiva, comprenderla e
integrarla en los esquemas previos de conocimiento. Significa, asimismo,
comunicar la información y los conocimientos adquiridos empleando recursos
expresivos que incorporen, no sólo diferentes lenguajes y técnicas específicas,
sino también las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información y la
comunicación.
Ser competente en la utilización de las tecnologías de la información y la
comunicación como instrumento de trabajo intelectual incluye utilizarlas en su
doble función de transmisoras y generadoras de información y conocimiento. Se
utilizarán en su función generadora al emplearlas, por ejemplo, como
herramienta en el uso de modelos de procesos matemáticos, físicos, sociales,
económicos o artísticos. Asimismo, esta competencia permite procesar y
gestionar adecuadamente información abundante y compleja, resolver
problemas reales, tomar decisiones, trabajar en entornos colaborativos
ampliando los entornos de comunicación para participar en comunidades de
aprendizaje formales e informales, y generar producciones responsables y
creativas.
La competencia digital incluye utilizar las tecnologías de la información y la
comunicación extrayendo su máximo rendimiento a partir de la comprensión de
la naturaleza y modo de operar de los sistemas tecnológicos, y del efecto que
esos cambios tienen en el mundo personal y sociolaboral. Asimismo supone
manejar estrategias para identificar y resolver los problemas habituales de
software y hardware que vayan surgiendo. Igualmente permite aprovechar la
información que proporcionan y analizarla de forma crítica mediante el trabajo
personal autónomo y el trabajo colaborativo, tanto en su vertiente sincrónica
como diacrónica, conociendo y relacionándose con entornos físicos y sociales
cada vez más amplios. Además de utilizarlas como herramienta para organizar la
información, procesarla y orientarla para conseguir objetivos y fines de
aprendizaje, trabajo y ocio previamente establecidos.
En definitiva, esta competencia comporta hacer uso habitual de los recursos
tecnológicos disponibles para resolver problemas reales con eficiencia. Además,
posibilita evaluar y seleccionar nuevas fuentes de información e innovaciones
tecnológicas a medida que van apareciendo, en función de su utilidad para
acometer tareas u objetivos específicos.
En síntesis, el tratamiento de la información y la competencia digital implican
ser una persona autónoma, eficaz, responsable, crítica y reflexiva al seleccionar,
tratar y utilizar la información y sus fuentes, así como las distintas herramientas
tecnológicas; también tener una actitud critica y reflexiva en la valoración de la
información disponible, contrastándola cuando es necesario, y respetar las
normas de conducta acordadas socialmente para regular el uso de la información
y sus fuentes en los distintos soportes.
S. COMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA
Esta competencia permite comprender la realidad social en que se vive, cooperar,
convivir y ejercer la ciudadanía democrática en una sociedad plural, así como
comprometerse a contribuir a su mejora. En ella están integrados conocimientos
diversos y habilidades complejas que permiten participar, tomar decisiones,
elegir cómo comportarse en determinadas situaciones y responsabilizarse de las
elecciones y decisiones adoptadas. Supone utilizar, para desenvolverse
socialmente, el conocimiento sobre la evolución y organización de las sociedades
y sobre los rasgos y valores del sistema democrático; utilizar el juicio moral para
elegir y tomar decisiones, y ejercer responsablemente los derechos y deberes de
la ciudadanía.
Esta competencia favorece la comprensión de la realidad histórica y social del
mundo, su evolución, sus logros y sus problemas. La comprensión crítica de la
realidad exige experiencia, conocimientos y conciencia de la existencia de
distintas perspectivas al analizar esa realidad. Conlleva recurrir al análisis
multicausal y sistémico para enjuiciar los hechos y problemas sociales e
históricos y para reflexionar sobre ellos de forma global y crítica, así como
realizar razonamientos críticos y lógicamente válidos sobre situaciones reales, y
dialogar para mejorar colectivamente la comprensión de la realidad. Significa
también entender los rasgos de las sociedades actuales, su creciente pluralidad y
su carácter evolutivo, además de demostrar comprensión de la aportación que las
diferentes culturas han hecho a la evolución y progreso de la humanidad, y
disponer de un sentimiento común de pertenencia a la sociedad en que se vive.
En definitiva, mostrar un sentimiento de ciudadanía global compatible con la
identidad local. Asimismo, son parte fundamental de esta competencia aquellas
habilidades sociales que permiten saber que los conflictos de valores e intereses
forman parte de la convivencia, resolverlos con actitud constructiva y tomar
decisiones con autonomía empleando, tanto los conocimientos sobre la sociedad
como una escala de valores basada en la reflexión crítica y el diálogo en el marco
de los patrones culturales básicos de cada región, país o comunidad.
La dimensión ética de la competencia social y ciudadana entraña ser consciente
de los valores del entorno, evaluarlos y reconstruirlos afectiva y racionalmente
para crear progresivamente un sistema de valores propio y comportarse en
coherencia con ellos al afrontar una decisión o un conflicto. Ello supone
entender que no toda posición personal es ética si no está basada en el respeto a
principios o valores universales como los que encierra la Declaración de los
Derechos Humanos. Entre las habilidades de esta competencia destacan
conocerse y valorarse, saber comunicarse en distintos contextos, expresar las
propias ideas y escuchar las ajenas, ser capaz de ponerse en el lugar del otro y
comprender su punto de vista aunque sea diferente del propio, y tomar
decisiones en los distintos niveles de la vida comunitaria, valorando
conjuntamente los intereses individuales y los del grupo. Implica, la valoración
de las diferencias a la vez que el reconocimiento de la igualdad de derechos entre
los colectivos, en particular, entre hombres y mujeres, y la práctica del diálogo y
de la negociación para llegar a acuerdos como forma de resolver los conflictos en
el ámbito personal y social.
Por último, forma parte de esta competencia el ejercicio de una ciudadanía activa
e integradora que exige el conocimiento y comprensión de los valores en que se
asientan los estados y sociedades democráticas, de sus fundamentos, modos de
organización y funcionamiento. Esta competencia permite reflexionar
críticamente sobre los conceptos de democracia, libertad, solidaridad,
corresponsabilidad, participación y ciudadanía, con particular atención a los
derechos y deberes reconocidos en las declaraciones internacionales, en la
Constitución española y en la legislación autonómica, así como a su aplicación
por parte de diversas instituciones; y mostrar un comportamiento coherente con
los valores democráticos, que a su vez conlleva disponer de habilidades como la
toma de conciencia de los propios pensamientos, valores, sentimientos y
acciones, y el control y autorregulación de los mismos.
En definitiva, el ejercicio de la ciudadanía implica disponer de habilidades para
participar activa y plenamente en la vida cívica. Significa construir, aceptar y
practicar normas de convivencia acordes con los valores democráticos, ejercitar
los derechos, libertades, responsabilidades y deberes cívicos, y defender los
derechos de los demás. Esta competencia supone comprender la realidad social
en que se vive, afrontar la convivencia y los conflictos empleando el juicio ético
basado en los valores y prácticas democráticas, y ejercer la ciudadanía, actuando
con criterio propio, contribuyendo a la construcción de la paz y la democracia,
con una actitud constructiva, solidaria y responsable ante el cumplimiento de los
derechos y obligaciones cívicas.
6. COMPETENCIA CULTURAL Y ARTÍSTICA
Esta competencia supone conocer, comprender, apreciar y valorar críticamente
diferentes manifestaciones culturales y artísticas, utilizarlas como fuente de
enriquecimiento y disfrute y considerarlas como parte del patrimonio de los
pueblos. Apreciar el hecho cultural en general, y el hecho artístico en particular,
lleva implícito disponer de aquellas habilidades y actitudes que permiten acceder
a sus distintas manifestaciones, así como habilidades de pensamiento,
perceptivas y comunicativas, sensibilidad y sentido estético para poder
comprenderlas, valorarlas, emocionarse y disfrutarlas.
Esta competencia implica poner en juego habilidades de pensamiento divergente
y convergente, puesto que comporta reelaborar ideas y sentimientos propios y
ajenos; encontrar fuentes, formas y cauces de comprensión y expresión;
planificar, evaluar y ajustar los procesos necesarios para alcanzar unos
resultados, ya sea en el ámbito personal o académico. Se trata de una
competencia que facilita tanto expresarse y comunicarse como percibir,
comprender y enriquecerse con diferentes realidades y producciones del mundo
del arte y de la cultura.
Requiere poner en funcionamiento la iniciativa, la imaginación y la creatividad
para expresarse mediante códigos artísticos y, en la medida en que las
actividades culturales y artísticas suponen en muchas ocasiones un trabajo
colectivo, es preciso disponer de habilidades de cooperación para contribuir a la
consecución de un resultado final, y tener conciencia de la importancia de
apoyar y apreciar las iniciativas y contribuciones ajenas.
La competencia artística incorpora asimismo el conocimiento básico de las
principales técnicas, recursos y convenciones de los diferentes lenguajes
artísticos, así como de las obras y manifestaciones más destacadas del
patrimonio cultural. Además supone identificar las relaciones existentes entre
esas manifestaciones y la sociedad -la mentalidad y las posibilidades técnicas de
la época en que se crean-, o con la persona o colectividad que las crea. Esto
significa también tener conciencia de la evolución del pensamiento, de las
corrientes estéticas, las modas y los gustos, así como de la importancia
representativa, expresiva y comunicativa que los factores estéticos han
desempeñado y desempeñan en la vida cotidiana de la persona y de las
sociedades. Supone igualmente una actitud de aprecio de la creatividad implícita
en la expresión de ideas, experiencias o sentimientos a través de diferentes
medios artísticos, como la música, la literatura, las artes visuales y escénicas, o
de las diferentes formas que adquieren las llamadas artes populares. Exige
asimismo valorar la libertad de expresión, el derecho a la diversidad cultural, la
importancia del diálogo intercultural y la realización de experiencias artísticas
compartidas.
En síntesis, el conjunto de destrezas que configuran esta competencia se refiere
tanto a la habilidad para apreciar y disfrutar con el arte y otras manifestaciones
culturales, como a aquellas relacionadas con el empleo de algunos recursos de la
expresión artística para realizar creaciones propias; implica un conocimiento
básico de las distintas manifestaciones culturales y artísticas, la aplicación de
habilidades de pensamiento divergente y de trabajo colaborativo, una actitud
abierta, respetuosa y crítica hacia la diversidad de expresiones artísticas y
culturales, el deseo y voluntad de cultivar la propia capacidad estética y
creadora, y un interés por participar en la vida cultural y por contribuir a la
conservación del patrimonio cultural y artístico, tanto de la propia comunidad,
como de otras comunidades.
7. COMPETENCIA PARA APRENDER A APRENDER
Aprender a aprender supone disponer de habilidades para iniciarse en el
aprendizaje y ser capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz
y autónoma de acuerdo a los propios objetivos y necesidades. Esta competencia
tiene dos dimensiones fundamentales. Por un lado, la adquisición de la
conciencia de las propias capacidades (intelectuales, emocionales, físicas), del
proceso y las estrategias necesarias para desarrollarlas, así como de lo que se
puede hacer por uno mismo y de lo que se puede hacer con ayuda de otras
personas o recursos. Por otro lado, disponer de un sentimiento de competencia
personal, que redunda en la motivación, la confianza en uno mismo y el gusto
por aprender.
Significa ser consciente de lo que se sabe y de lo que es necesario aprender, de
cómo se aprende, y de cómo se gestionan y controlan de forma eficaz los
procesos de aprendizaje, optimizándolos y orientándolos a satisfacer objetivos
personales. Requiere conocer las propias potencialidades y carencias, sacando
provecho de las primeras y teniendo motivación y voluntad para superar las
segundas desde una expectativa de éxito, aumentando progresivamente la
seguridad para afrontar nuevos retos de aprendizaje.
Por ello, comporta tener conciencia de aquellas capacidades que entran en juego
en el aprendizaje, como la atención, la concentración, la memoria, la
comprensión y la expresión lingüística o la motivación de logro, entre otras, y
obtener un rendimiento máximo y personalizado de las mismas con la ayuda de
distintas estrategias y técnicas: de estudio, de observación y registro sistemático
de hechos y relaciones, de trabajo cooperativo y por proyectos, de resolución de
problemas, de planificación y organización de actividades y tiempos de forma
efectiva, o del conocimiento sobre los diferentes recursos y fuentes para la
recogida, selección y tratamiento de la información, incluidos los recursos
tecnológicos.
Implica asimismo la curiosidad de plantearse preguntas, identificar y manejar la
diversidad de respuestas posibles ante una misma situación o problema
utilizando diversas estrategias y metodologías que permitan afrontar la toma de
decisiones, racional y críticamente, con la información disponible. Incluye,
además, habilidades para obtener información -ya sea individualmente o en
colaboración- y, muy especialmente, para transformarla en conocimiento propio,
relacionando e integrando la nueva información con los conocimientos previos y
con la propia experiencia personal y sabiendo aplicar los nuevos conocimientos y
capacidades en situaciones parecidas y contextos diversos. Por otra parte, esta
competencia requiere plantearse metas alcanzables a corto, medio y largo plazo
y cumplirlas, elevando los objetivos de aprendizaje de forma progresiva y
realista. Hace necesaria también la perseverancia en el aprendizaje, desde su
valoración como un elemento que enriquece la vida personal y social y que es,
por tanto, merecedor del esfuerzo que requiere. Conlleva ser capaz de
autoevaluarse y autorregularse, responsabilidad y compromiso personal, saber
administrar el esfuerzo, aceptar los errores y aprender de y con los demás.
En síntesis, aprender a aprender implica la conciencia, gestión y control de las
propias capacidades y conocimientos desde un sentimiento de competencia o
eficacia personal, e incluye tanto el pensamiento estratégico, como la capacidad
de cooperar, de autoevaluarse, y el manejo eficiente de un conjunto de recursos y
técnicas de trabajo intelectual, todo lo cual se desarrolla a través de experiencias
de aprendizaje conscientes y gratificantes, tanto individuales como colectivas.
8. COMPETENCIA EN AUTONOMÍA E INICIATIVA PERSONAL
Esta competencia se refiere, por una parte, a la adquisición de la conciencia y
aplicación de un conjunto de valores y actitudes personales interrelacionadas,
como la responsabilidad, la perseverancia, el conocimiento de sí mismo y la
autoestima, la creatividad, la autocrítica, el control emocional, la capacidad de
elegir, de calcular riesgos y de afrontar los problemas, así como la capacidad de
demorar la necesidad de satisfacción inmediata, de aprender de los errores y de
asumir riesgos. Por otra parte, remite a la capacidad de elegir con criterio propio,
de imaginar proyectos, y de llevar adelante las acciones necesarias para
desarrollar las opciones y planes personales -en el marco de proyectos
individuales o colectivos- responsabilizándose de ellos, tanto en el ámbito
personal, como social y laboral.
Supone poder transformar las ideas en acciones; es decir, proponerse objetivos y
planificar y llevar a cabo proyectos. Requiere, por tanto, poder reelaborar los
planteamientos previos o elaborar nuevas ideas, buscar soluciones y llevarlas a la
práctica. Además, analizar posibilidades y limitaciones, conocer las fases de
desarrollo de un proyecto, planificar, tomar decisiones, actuar, evaluar lo hecho y
autoevaluarse, extraer conclusiones y valorar las posibilidades de mejora.
Exige, por todo ello, tener una visión estratégica de los retos y oportunidades
que ayude a identificar y cumplir objetivos y a mantener la motivación para
lograr el éxito en las tareas emprendidas, con una sana ambición personal,
académica y profesional. Igualmente ser capaz de poner en relación la oferta
académica, laboral o de ocio disponible, con las capacidades, deseos y proyectos
personales. Además, comporta una actitud positiva hacia el cambio y la
innovación que presupone flexibilidad de planteamientos, pudiendo comprender
dichos cambios como oportunidades, adaptarse crítica y constructivamente a
ellos, afrontar los problemas y encontrar soluciones en cada uno de los proyectos
vitales que se emprenden.
En la medida en que la autonomía e iniciativa personal involucran a menudo a
otras personas, esta competencia obliga a disponer de habilidades sociales para
relacionarse, cooperar y trabajar en equipo: ponerse en el lugar del otro, valorar
las ideas de los demás, dialogar y negociar, la asertividad para hacer saber
adecuadamente a los demás las propias decisiones, y trabajar de forma
cooperativa y flexible.
Otra dimensión importante de esta competencia, muy relacionada con esta
vertiente más social, está constituida por aquellas habilidades y actitudes
relacionadas con el liderazgo de proyectos, que incluyen la confianza en uno
mismo, la empatía, el espíritu de superación, las habilidades para el diálogo y la
cooperación, la organización de tiempos y tareas, la capacidad de afirmar y
defender derechos o la asunción de riesgos.
En síntesis, la autonomía y la iniciativa personal suponen ser capaz de imaginar,
emprender, desarrollar y evaluar acciones o proyectos individuales o colectivos
con creatividad, confianza, responsabilidad y sentido crítico.