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Cuando en nuestru tercer tomo rel'erimos la revolución ocurrida contra el inartuies de Gelves, h ubi eramos querido tener a la vista el docunienlo (MR: aora publicamos, pero no lo conocíamos, hasta que el Sr. Gutiérrez Estradj nos lo lia franqueado con el objeto de ilustrar las ocumineias tic aquella época. lil cspresado documento es tomado de la colección de manuscritos de D. Jóse Gómez de la Cortina, dilijente investigador de !as antigüedades de su patria, tiene en si misino por su lenguaje y por la manera con que está formada la re- lación todos los caradores üe autenticidad. Nos apresuramos por lo mismo a publicarlo por suplemento al tercer lomo, para que los lectores en su vista (orinen la opinión que crean mas acertada, cotejando nuestra relación con a del esprosado documento. www.senado2010.gob.mx

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Cuando en nuestru tercer tomo rel'erimos la revolución ocurrida contrael inartuies de Gelves, h ubi eramos querido tener a la vista el docunienlo (MR:aora publicamos, pero no lo conocíamos, hasta que el Sr. Gutiérrez Estradjnos lo lia franqueado con el objeto de ilustrar las ocumineias tic aquella época.lil cspresado documento es tomado de la colección de manuscritos de D. JóseGómez de la Cortina, dilijente investigador de !as antigüedades de su patria,tiene en si misino por su lenguaje y por la manera con que está formada la re-lación todos los caradores üe autenticidad. Nos apresuramos por lo mismo apublicarlo por suplemento al tercer lomo, para que los lectores en su vista(orinen la opinión que crean mas acertada, cotejando nuestra relación con adel esprosado documento.

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Y SUS INVOLUCIONES.

creíario, y desembargo de sus bienes, que hablan dedarse confianzas. Y aunque después sobre estos pun-ios , y en el discurso de ocho días , buho demandasv respuestas , porque el vi rey disimulando, v vien-J i > 1 E ,J / J

do que Je era tan forzoso finjtr sanrminea condi-i >\ *J

clon ', aunque predomínase la colérica , y dar a en-tender que tenia pecho donde encubrir mas tempes-tades que enjeiídra Bóreas eu el mar , apeaba " mu-cho sus instancias y replicaba con blandura cuantoera digno de advertir (por ¡adecente) el detenerledentro del reino sin su cargo 3y que se le diese enque partirse . y libertad para ayudarse del secreta-rio , confesor y otras personas que nombraba , porcuya mano habían pasado graves negocios y despa-chos, de que había de dar cuenta a su rey , y que siya no las quisiese dejar venir *, le concediese a iauna de ellas para enviarla en nombre , v los dinerosl ' J

que le dobla la caja real . y hubiesen quedado de suhacienda , para poderse sustentar y los papeles y lascurtas que de unos y otros les venían , fue dilijenciasin provecho • pues no tan solo le negó lo que de-biera conceder, pero aun apenas íué advertida su re-sidencia en San Francisco , cuando queriendo pre-venir la prevención do su persona, y desús cartas,

* Condición sw/Virfíí o ¡oíerarefe.2 Dulcificaba o moderaba.' Sin su auíítt'iiJad de virey.

' Esto es. ?/ fftir ,s¿ ya no queríala Att&encia dejai'veiw- a aque-llas •¡K'rxmns , te conccfíicrfí euTias- a una (Ir el lúa.

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M l i J I C O

rodeó de arcabuceros ei convento, (huido espresaorden a las guardias , de no dejar entrar a nadie,sino a los que ella consintiese , y que matasen ai vi-rey, si instase de hecho en su salida. Y puede bienponderar en esta libre dilijencia , que habiendo sidola ocasión de! alboroto referido, las cuatro guardiasque el marques puso en Santo Domingo a D. Mel-chor, Dios permitiese que su lin pendiese solo deponerlo trescientos a el en San Francisco , o repro-bándonos su acción , o señalando con el dedo , queal que pasó por estas ult imas, sin tanto escrúpuloo escándalo, no le movió la inmunidad , que pro-íanaban las primeras; pues si así fuera , llano es,que también fuera el celo igual , que iglesia era SanFrancisco , como Sanio Domingo. Pero lia muchoque la justicia entre los hombres, no ha halladodonde reposar; y así fue dicho celebrado de los an-tiguos que Erigone ' había subidose a los cielos.Mas ni cois esto asegurados, rsí satisfechos los oi-dores , o sospechando que no todos concurría» bienen sus molestias 2, hicieron auto que ninguno pu-diese tomar ni recibir recado o cosa del vircy, sinoiii scnptis, y en acuerdo , con que se le cerraron maslas puertas para poderse despachar, partir a Kspaña,enviar persona o el cierto aviso de! suceso , y se in-terrumpieron estas platicas quedando e! negocio

<>iie no todos aprobabais su couducta o sus procedimientos.

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V sis REVOLUCIONES, XI,[

nías rompido. y mayormente exasperado por la pro-testa que les hizo , cuya sustencia contenia ; Que ha-biendo licaado a su noticia diversas ordenes y edictos(¡ue cada día fulminaban contra la autoridad de su per-sona, provocando los ánimos del pueblo, a que per-diéndole el decoro, le, despreciasen, con ofensa de lareal {, f¡ue en aquel reino representaba, separándose yalzándose con su gobierno, en grande riesgo de per-derle , y con su mal ejemplo ocasionando bandos, tu-mutlos, sediciones por términos inobedientes y de violen-cia escandalosa. Y que para que cesase todo ij se evitasetanto daño, como seria (si por esto le perturbasen cie-gamente) tes protestaba y requería, se le entregasenluego al punto, y la obediencia necesaria y dispusiesenjuntamente, la seguridad de su persona, y no se escusa-sen de cumplirlo,, so-pena. de (¡uc incurrirían en las pena*(¡lie estaban promulgadas , contra los inobedientes a suprincipe, y que usan mal de sus vasallos y de sus armas,o que turban la tranquilidad de la república. En estaforma protestó, y habiendo vistolo el Acuerdo, juzgósu estilo rigoroso . y moslró grande sentimiento a!inquisidor que le llevara , y le escaso de que volviesea verse mas con el virey, Y así el Versara de Gavi-ria, les dio la! orden a ías guardias , y si respuestaSos oidores para el marques, que fue una larga ycriminosa provisión por D. Felipe, en quien des-

1 De la persona reai.

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XUJ MEJiCO

pues de haber cargadole ía ruano, y el alboroto su-cedido , a su severa condición , causa porque íes í'uépreciso e! despojarle de! gobierno. Diurnamente lemandaron notificar : que na intentase en razón de nue-vos rumores, ni que directo ni indirecto traíase serlerestituido ni acción con (¡ue se perturbase la paz de (¡negozaban todos?porque no obstante (pe le había de rete-ner en ,ñ la Audiencia1, hasta otra orden de su rey, leapcrcibüm desde luego, (¡ue cualquier daño o inquietud(¡ue en lo contrario sucediese, correría siempre por sucuenta. Pero en aquesta coymUm'a y cuando mascon asechanza se deseaban impedir las prevencionesdel vi rey, no asi olvidados de ías suyas los oidoresy ciudad , enviaron a España a un rejidor y un aho-gado con salarios que decían bien por escesivos lanecesidad de su defensa, y mocho mas el arzobispoque no queriéndose fiar de otras ajencias que lassuyas , y recibido en donativo de sus ovejas cien mi!pesos, y esto con menos aversión"y escrúpulo quehabía mostrado , con el que el año preceden te hicie-ron a S. M. se embarcó y vino a su presencia : y elescuchándole clemente, y como padre de sus sub-ditos, y conociendo que ni Méjico, había cubiertoni mezclado entre su celo intempestivo , causas in-

4 Es!o es, fyjíctio 'intentase valerse directa, o indircriamenie ñe nuc-ros rumoren o írí&oroíos para procurar que, s?. le restituyese la múnri-tlrtcl, }¡ KC le. pusiese en estado de perturbar la paz de que gozabantodos;iwrqiti! no oliste , o (\ pssar íl?, runiti1) hiciese, la Audiencia había df ir-:tc?- asegurada su persona hasta </ite e! rey ordenase otra cosa, etc.

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Y Sl;S DEVOLUCIONES. X I . I I I

dignas de su amor, y que ademas cu ios delitos de!pueblo, siempre es necesario morijerarse en el cas-ligo , por no teñirle en mucha sangre, y no igno-rando que los reinos que gozan poco de sus prin-cipes , padecen, y se lia de padecer, y disimular algocon ellos, no cual pensaron los mas r i j idos ; lomótan mol esta inquietud, su benignidad templó e! ri-gor de la justicia con jara ves de misericordia; puesno está la majestad en quitar vidas, que es comorayo el justo principe , y atemoriza mas que mata ,y siempre son sus ofendidos menos que no ios es-nanLados. Mas ni por eso se olvidó de enviar al pun-ió a Nueva España al de Ceralvo ' por virey, que go-bernaba aora a Galicia , ni quiso que fallase en ellael proceder de las demás demostraciones y caminosque pareciesen coavenir para la autoridad de la jus-ticia. Y siendo una el disponer que el arzobispo novolviese, se lo mandó advertir asi; porque los mons-truos (según Livio) en cualquier parte que se halla-ren se lian de matar, sin reparar en su nacencia 2 o

fl.

reproducción. Los pajariílos de los bosques traernosa la casa y los criamos; pero pisamos y ofendemosal alacrán que nace en ella.

* Al marques de Cerralvo, que mientras esío sucedía e» Mopcn s<:

lulipa de {;í)!>eríia(Jí>r ti e G

- Nacimiento.

Ffli DEl. TOHfí ll

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DOCUMENTOS HISTÓRICOS

At: llEIJíiDO lili R-UP1S IV. í ÍUK11SCHITOS INÉDITOS.

Como el marques de Guadalcuzar pasó al go-bierno del Pirú, y fue el de Gelves al de Méjico connombradia de censor y reformador de las costum-bres , aquella nueva y fértil tierra, que asaz lo habíamenester, gimió de suerte al cultivarla que a la pri-mera mano que la dio, en vez de fruto brotó espinas.Desde la hora en que el de Gelves desembarcó en SanJuan de Ulua , vio su castillo , y ordenó su mas se-vera disciplina, y prosiguió a Méjico a la sorda y co-mo hurtándose al camino, al agasajo y a los dones,que con el nombre de presentes, son el señuelo cau-teloso con que penetran lo interior. Conoció el reinobrevemente que tenia hombre por virey, cuya entere/a incorruptible seria acojida a la virtud y (turo

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111 MÉJICO

freno a los vicios ' ; mas como aquestos eran mas ,y no gustaban eorrejírse, luego empezaron mal alec-tos a censurar su condición por menos dulce quepedia la corruptela de los siglos y el gobierno de pro-vincias lan apartadas de su principe. Halló el mar-ques tan estragada la justicia , que sin guardársela aninguno , eran sus arbitros supremos el valimientoy el poder ; y a los jueces y ministros tan fáciles y li-berales en la soltura de los presos, en la omisión delos castigos, que dispensaban con las leyes que pro-fanaban los oficios , que se mezclaban en los tratos,que no miraban cual debian por la real jurisdic-ción , ni refrenaban la eclesiástica , que se olvidabade sus limites, ni escandalosísimos escesos , pecadospúblicos atroces, reventas, logros, maleficios. Y asíinformándose de espacio de la raiz y causa de ellos,tomó el remedio por su cuenta, oyendo a pobresmiserables, a encarcelados , a desvalidos , a viudas,a huérfanos, que a la esperiencia y a la voz de tantocelo y rectitud , vinieron a el de todo el reino; conque deshizo sin justicias, y procuró que los delitosno se quedasen sin castigo. Dejó con tanto2 en brevetiempo limpia la tierra de inquietudes, y los cami-nos mas seguros ; y pesquisando con secreto los ofi-

1 Esto es cuya entereza incorruptible daría acojida a la virtud,pon fin a un freno a los tirios.

1 Con lanío , es'n es, con esto, o <Je este modo.

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\ SUS REVOLUCIONES. IV

cíales de la audiencia y hacienda real < , a unos pren-dió y a otros privó de sus oficios, y a otros los diojusto ejemplar, y les quitó las ocasiones de utilida-des poco licitas : proibió los gastos mas superlluosy reformó los ordinarios, aorrando al rey y a lasociedad muy grandes sumas de dineros. Mandóeseluirse de las minas los portugueses y estranjeros,pues no tan solo derrotaban 2 a reinos estraños yprovincias la plata de este, mas también le tram-peábanlos derecbos, y relevó a los pobres indios deinnumerables vejaciones , reformó muctip sus doc-trinas3, hizo manifestar 4 la multitud de negroshorros *, y mulatos, quiso que lodos tributasen tt

y que sirviesen a españoles, y no viviesen de por síhaciendo barbaros insultos, y finalmente tan ma-ñoso sé buho en los bandos y reyertas que habia enalgunos monasterios sobre elejir los superiores, quefomentando a los mas dignos, y reprimiendo alos inquietos, y los favores y asistencias ' a cuyasombra se atrevían, fueron electos los mejores. Mascomo íodas estas cosas no pudieron disponerse sin

1 Es!o ?s, observando y averiguando en secreto la eond«da de ios/iciales, etc.

'' Derrotaban, esto es,esírai>iaf>«n.iíe»;afran a reinos estrenos, ítc.1 La instrucción que se les daba.' Manifestar, esto es empaelrnnnr,

'• Horros, lo mismo que libras.

' Tributasen ; pagasen tributo.7 Asistencias, esto es, />rote'TionF.v.

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V MÉJICO

repugnancias poderosas, ni sin entrar en compe-tencias, el arzobispo y los oidores multiplicaronsentimientos, y grande numero de quejas con quequisieron desdorarle y rebozar1 su emulación.Decían, pues estos, desdeñando el proceder de sugobierno, que aun en los actos de su entrada, seíiabia mostrado sospechoso , no agasajando ni admi-tiendo a las personas que le fueron a cortejar y re-cibir, y en especial con la ciudad ; pues desterró porcausas leves sus principales rejulores. Que esto habia hecho resentido de que no hubiesen recibklolecon palio y pompa, no advirtiendo en una cédulareal, que les mandaba lo contrario. Que no dejabaíibremente la administración de h justicia. Que ibaa la mano a los jueces en la soltura de los presos,en las visites de las cárceles, en los efectos de lasleyes. Que en ningún caso o via de fuerza , les permi-tió declaración, ni en actos públicos o fiestas, las ¡il-rnoadas o cojines que ellos se habían introducido,y querellábanse de ver los descendientes y los nietosde los conquistadores defraudados de los deseos desu principe que quiere y manda se les den las enco-miendas y gobiernos, frutos de aquella flran pro-vincia que sus pasados lo adquirieron. Que si pordicha importunado les venia a dar algun oficio, oL\ proveer en algún cargo, era los huesos descarna-

*' Hcbosar - encubrir.

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* SUS REVOLUCIONES. VI

dos? y reservándoles la pulpa a sus criados y vali-dos. Que las prisiones y las cárceles estaban llenasde inocentes, y de fiscales su palacio. Que el espe-diente de las cosas tenia suspenso y confundido ,los pichantes apurados, los pretendientes mal con-tentos. Que se le pasaba el mes entero sin despa-char, ni negociar, y en f in ; que hallándose cargadode los cuidados superiores, quería ademas (comootro Atlante) tomar a hombro un inundo entero sinconocer que era mejor exonerarse en algo de el , ydar lugar a que luciesen también las otras lumina-rias que se lo ayudasen a llevar. Asi alegaban , y noobstante, en el discurso de sus quejas (cuya verdadjuzgue el lector por lo que habernos apuntado) co-mo se hallaban los oidores, muy poderosos y empe-ñados de inteligencias tan estrechas, que para haberde conservarlas , necesitaban de tener no poca parteen el gobierno, si bien para ello conviniese hacerigual su autoridad con ía suprema del marques;sintieron mucho que su animo puro y sin sombra deinterés , no concurriese en sus afectos , y les privasedéla mano que deseaban sobre todo , para celarlosy asistidos, y concibieron contra ei, la enemistadde que bebió 1), Juan de la Serna su prelado , desdoel instante que el vi rey en la residencia de! pasado .ni se abrazó con su opinión , ni la asistió como qui-siera : bien que ademas se espere o dé algunas gravesadvertencias que lo hi?o en varias ocasiones. Habíase

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Víl MÉJICO

abierto lar¡>a puerta en su tribunal pora admit i r yproveer (no sin escándalo) en todo género de {{entesdesecamientos y divorcios : significólo aquesta que-ja , y las murmuraciones que corrían de ios regalosy presentes de preteusores y pleilantes , y de otroscasos mas intrinsícos, y el arzobispo disgustado,tuvo esie aviso por calumnia , y no por menos ofen-sión patrocinarlas relijioncs, sin consentir que lasprivase ile las doctrinas de los indios, ni que pu-siese en ellas clérigos poco peritos en su lengua, quees calidad eseucialisima ; pues cuando fueran muyprobables todas las causas que inducían una tangrande novedad , solo el hacerla o intentarla con-tra su gusto , podría darles mayor tibieza quefervor, y la mudanza fie maestros, ser ocasión ciépadecerla en lo esencial de la doctrina. De este favorque dio el marqués a las relijiones mas antiguas,no le quedaron adelante muy bien afectas las moder-nas, que no se ocupaban con los indios; ni los di-versos pretendientes clérigos pobres seculares , quehabían librado en este medio su utilidad y promo-ción ; pero con todo, aunque uno y otro indignómucho al arzobispo el sufrimiento del virey, y elgran decoro y reverencia con que trataba su perso-na, le templó algo, y no pudiewlo negar por bue-nos sus intentos , escribió a España en su loor (tanpoderosa es la vir tud) mas al fin viendo que ni asihacia señal en su entereza , mudó la forma y co-

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Y SUS «EVOLUCIONES. V I I I

menzó a censurarle las acciones y a conformarse consus émulos. Quedó el vi rey por estas cosas muy ata-jado , y conociendo que con tan fuerte oposición , leera imposible proseguir en la igualdad de los re-medios que tanto el rey le encomendara. Pero que-riendo no faltar a un tal servicióle su parte, aun-que cediese mucho de ella, íuvo por útil y mejorcontemporizar con los oidores; y asi nombró por s«asesor a Pedro Vergara de Gaviria, con presupues-to * que su industria , que no era poca , le trajese apaz y unión a los demás; mas el . sabiendo que elvirey !e daba el cargo con reserva de que le había deconsultar algunos casos de importancia , lo desechóy con tal desprecio y desacatos tan eslraños , quehubo en su casa de prenderle, con que las cosas seempeoraron y su pacifico deseo antes dañó que aprovedi ó. Cuando a los males que se curan los acre-cientan los remedios , no hay que liar de su salud.Consideraba esto el virey, y juntamente no ignoran-do los conventículos y juntas que en su descréditose hacían , y que ademas la irreverencia do tan con-juntos consejeros a su cabeza y superior, la iba en-jcndrando en los nías ínfimos , y que por esta desu-nión , los de! gobierno de Campeche , habían osadoabrir sus pliegos, aprisionarle sus ministros , y ha-cer mas libros diíijencias, temió sin duda otras ma-

1 Esto es, suponiendo o espcrmido fyii," SM industria , cíe.

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R MÉJICO

yores, y deseándolas obviar y no llegar a rompi-miento , no solamente se abstrayó de sus primeraseficacias; mas ya cansado de sufrir (fuera de estra-dos y en estrados), descomposturas indecibles , es-cribió al rey con claridad los impedimentos que a l l ídallaba ? y la perpetua desayuda aun de sus mismosinmediatos, y que juzgaba que no habiendo de ha-cerse como convenia la general reformación priva-damente por gobierno , según y como le encargara ,podría mandarle dar la vuelta , pues de otra suerteno era útil

La poderosa oposición que en su gobierno bailóel de Gelves, y de que luego avisó a! rey, no sola-mente le abstrayó de aquel efecto del principio; masasimismo le redujo a que advirtiendo los humoresque amenazaban corrupción , temiese mucho el in-ducir la que deseaba mas obviar, y procurase irlospurgando con medicinas tan suaves , que por lo me-nos refrenasen , si no arrancasen de raíz ; quiso ,entretanto que de España le iban antídotos mayores,contemporizar, disimular, reconociendo que si alcelo nace sobrada confianza , su ejecución es peli-grosa, y que remedios arriscados de sánalo todo,las mas veces suelen matar y no curar. Mas ya estearbitrio llegó tarde; estaba el mal muy arraigado ,y era invencible el odio grande con que sus émuloslabraban los mismos medios que juzgó que le de-bieran aplacar ; es los aun mas le acrecentaron , y los

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V SUS INVOLUCIONES. X

desvelos incansables con que asistiendo al bien co-muri , a su reposo y abundancia, pudieran darlenías loor, todos surtieron en su daño notable fuer-za de aversión , y que acabó de reventar con el su-ceso que empezamos. Entre las cosas mas notables;y en que el virey mas se esmeró luego que vino aeste gobierno, lúe en procurar se remediase la ca-reslia del maiz de que eojió tan falto a Méjico, yconsiguientemente a la comarca , que con andar adoce reales en otros años, el presente valia cuarenta,y no se hallaba. \ averiguado que el orijen era ha-ber muchos regatones , y estos por sí tan poderosos,cuanto amparados de otros tales, y que era el pósitoeslinguido 1 , y repartido su caudal entre diversosrcjidores, restituyéronle a su ser, y abriendo lastrojes de unos y oíros, se vio el lugar en abundancia;pues quien mas sintió el haberla, fue D. MelchorPérez Yaraez , alcalde mayor de Iztlauaea, y amigode los oidores Gaviria y Galdos, y por ellos de lorestante de la Audiencia, que en su gobierno le nom-bró por corrcjidor de la ciudad ; aunque por ser in-compatible con el oficio que tenia , se hizo sobreello, y su elección , proceso, y el consejo de Indiasaun condenó a sus directores. Pero sin duda doliómasa 1). Melchor y a sus amigos ver que el virey

' Esto es, que se había extinguido el pósito, iiiofidiga, o almacén ge-neral de granos.

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XI MÉJICO

no consintiese que fuesen jueces sobre el punto deaquella incompatibilidad los que la habian dispen-sado , y que asimismo le obligase a ir a servir en sualcadia , dejando el cargo en que se hallaba , hartoimportante y aproposito para la reventa del maiy, ,y de otros tratos semejantes, de que había sido de-nunciado el mes de setiembre antecedente , y proce-didoso contra el, traido preso a la ciudad, que se ledio también por careo!. Mas alegando D. Melchorque era la causa en si ninguna., porque ademas deque el \irey la había admitido solamente pertene-ciendo esto a la Audiencia, su denunciador era hom-bre bajo , muíalo pobre sin fianzas, le fue nombra-do por juez Alonso Vázquez de Cisneros, oidor, queaunque recién venido , muy estrechado en amistadcon el Versara de Gaviria : a su contemplación fuedilatando, porque la cosa se olvidase el acertarlaalgunos meses , y hasta que el de Gelves le obligó.Si bien después por proceder con omisión, se la qui-tó y dio a D. Juan de Bracamente, que iba fiscal aPanamá , llegando entóneos de Manila y a quien porser del recusado ' , acompañado de olro juez que fueD. Francisco Enriijucz de Avila, los cuales juntosproveyeron que se arraigase 2 de fianzas ; masD. Melchor siendo avisado , por escusarlas hurtó e!

1 Aquí falta en el manuscrito original el verbo fue para que haya buensentido.

' Esloes, qtie diese

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V SUS R E V O L U C I O N A S . I I I

cuerpo y se metió en Sto. Domingo , y desde allípidió el proceso , y se le dio pura alegar, y concluidoy condenado en grandes sumas de dinero, destier-ro perpelsio de las Indias y privación de olicio dejusticia (¡i instancia del denunciador y acreedores ,que clamaban fuese sacado de la iglesia , que encu-bría bienes, que U'aluha de irse del reino) le pu-sieron algunas guardias dentro de e l la ; pero que-riéndose evadir de tañía costa el retraído, valiósede la inmunidad , diciendo que se quebrantaba. An-dando en esto el provisor tan criminoso y preveni-do , que sin pedirlo , ni los méritos , ni los peligrosde la causa, daba ios términos por horas, y actuabaen ellas dias feriados, y el arzobispo que no eramuy bíen aí'ecío del viroy (siéndolo mucho del Va-raez) la advocó así , sin mas razones que las que eitiempo irá diciendo : apresuróla por instantes condilijesicia estraordinaria : mandaba hacer a medi¡»noche notificaciones esquisitas, y con estruendo yaparato y licenciosa ostentación , y visitando al re-traído , volvía u su casa nías prendado, y dado elfilo a los aceros , que produjeron las censuras queaun dilató de los jueces , a! escribano y a las guar-dias ; mas presentándose unos y otros por vía defuerza en la Audiencia (que los mandó absolver porveinte dias , y que el notario la viniese a hacer re-lación , como es costumbre) el arzobispo obedecióhasta ser hecha; y pidió luego a Cristóbal Osorio,

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XIII MÉJICO

secretario , iodos los autos y procesos , y envió re-cado para ello (cosa ¡amas vista ni oida) y por nodarlos proveyó nuevas censuras 7 y le puso con suoficial mayor en la tablilla. Esta notificación, casien estrados, la vino a hacer un sacerdote, y con tan¡¡rande indiscreción, que porque quiso detenerle unalguacil (que iba arrojándose en el acuerdo) el yotros clérigos con armas ocultas que llevaban, leacometieron y auyenlaron. Llamó el virey a aquelnotario, y no quiso ir ni parecer, hasta que com-pelido el arzobispo de sus protestas , se le envió j yhabiendo hecho en su presencia cierta declaración,no firmándola por apercibimientos que le hizo, seprocedió en forma debida , y de su contumacia re-sultó el condenarle corno a estrauo a ser sacado dplos reinos ; con que el prelado aprovechándose de laocasión, sin mas espera escomulgó luego al mar-ques.

Desde este punto (infausto siempre para tan gran-de resolución) todas las cosas producidas en el dis-cuí-«o de esta causa , la prometieron triste fin , todasse erraron ciegamente ; y eslabonados de la ira , dela ambición , del mal consejo, la amenazaron preci-picio. Turbó notablemente a! vircy la declaración delarzobispo; y conociendo que el negocio, la juris-dicción real y su conciencia pedían conforme espe-dicion, o peligraban por la posta; para acertar en laesencial , hizo dos juntas diferentes; una de los al-

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ealdes y oidores (que por no serle bien afectos no sequisieron resolver), y otra de muchos hombres(íocíos y rclijiosos eclesiásticos, que habiendo en-íendido la materia, fueron de parecer : Que por elcaso y temporalidades del notario no habia incurrido enlas censuras, ni que tampoco el arzobispo podía ejercer-las en su contra. Esto dijeron y firmaron ; mas nosin mucha oposición de los diversos que sentian nohaber los tales entendido la Bula in Cima, y que porser parciales suyos , y ademas émulos grandes delprelado (por la ocasión de las doctrinas) habían fir-mado y declarado , lo que no hicieran por ventura ahallarse el animo mas libre. ¡ O cuan elegantementehabló el que nos dijo que este mundo iodo esta lle-no de amor y odio ! Pero el vi rey asegurado con elprimer parecer, no quiso que se dilatase, el que juz-gó que convenia a la grandeza y majestad del rey aquien representaba , y a la quietud de la república,que iba faltando , pervertida de quien debiera ser supaz '. Y así mandó se despachasen las provisionesnecesarias con penas y temporalidades, para quealzando las censuras , el arzobispo repusiese todo lohecho y actuado , según lo hizo; y por la parte deldenunciador y de las guardias, sobre el negocioprincipal, l'ué recusado; y aunque dieron causas bas-tantes y lejitimas ;i el no se quiso dar por ta l , y por-

1 Esto es, alterada por el obispa. quien debía proporcionar la paz i\?.

Ja república-

iii. SO

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XIV MÉJICO

que íirmó la petición , puso a un letrado en la ta-blilla ; y luego viéndose en la audiencia sobre la lesainmunidad, fue nuevamente proveído que fuese ahacerse relación. Con este auto los factores del ar-zobispo y el Varaez recocí jando se juzgaron, que di-latado el declarar sobre la fuerza, pasaría el termi-no de los absueltos, y que con íanto quedarían es-comulgados como antes; mas ellos viendo que laaudiencia andaba omisa en este articulo , y el arzo-bispo sin embargo tic la recusación los agravaba ,buscaron el ultimo remedio , y apelaron de el anteel juez y delegado delvpontífice que está en la Pueblade los Anjeles , el cual envió sus compulsorias y ab-solución por veinte días. Mas no obedeciendo el ar-zobispo , hizo de caso ajeno propio , y apelo de e! yprotestó el real auxilio de la fuerza, por cuya causaan relijioso de Santo Domingo , a quien venia ensegundo lugar su cumplimiento, los absolvió y man-dó quitar de la tablilla de la iglesia j pero tornándo-los a ella, y el arzobispo constantísimo a no obedecersus mandamientos , no solamente ocasionó que paraello se valiesen del brazo seglar de la justicia, yque en las plazas y los pulpitos se hablase con ini-quidad délas jurisdicciones de los principes ; masmuchos públicos escándalos, pues nada de esto seejercía sin grande estrepito y rumor, ya sobre abrir-se las iglesias , ya sobre quitar de las tablillas , o yasobre el volverse a ellas. Y ni con todo satisfecho ,

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V SUS REVOLUCIONES. XV

sin guardar términos jurídicos, el dia mas celebredel año, y cuando festeja el cristiano orbe la Nativi-dad de Jesucristo , puso entredicho, y rodeó de des-consuelo la ciudad. Muchos juzgaron cuerdamenteque pues entonces no arriesgaba la vida y honra deninguno, dehia dejar pasar la pascua : decían queasí se había mostrado apasionado largamente, y de-clarado que tiraba a perturbar la paz común; quehabía empeñadose infinito por una causa muy lijera;que usaba mal déla templanza y procedimiento delvirey, pues aunque pudo haber sacado al retraidode la iglesia (cosa si no de buen ejemplo, tan ordi-naria acá en España) no había querido permitirlo •y en conclusión, que había tenido muy grande ga-na de entredicho y de ejercer jurisdicción, tan enescándalo de! pueblo, el que le publicó en la Navi-dad. En esta forma discurrían los reputados porneutrales; pero no asi los confidentes del arzobispoy del virey, pues indiscretos y arrojados , o muy ce-losos y previstos en el apoyo de sus parles y en es-tender su potestad, y quizá algunos su interés, masatizaron que templaron ci huracán que se encendía,según muy presto pareció; porque si bien vino juezdel delegado, que produjo diversos autos y protestaspara quitar el entredicho, no lo queriendo hacer asi,antes sin abstenerse de la causa , corriendo en ella elarzobispo, y procediendo a mas censuras, de talmanera se irritó el sufrimiento del virey, y se obsti-

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