dialnet lapromocionsocialysusignificadoacademico 4792321 (1)

9
LA PROMOCiÓN SOCIAL Y SU SIGNIFICADO ACADÉMICO Agustín Jiménez Acuña

Upload: wonka

Post on 06-Nov-2015

6 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

sociologia

TRANSCRIPT

  • LA PROMOCiN SOCIALY SU SIGNIFICADO

    ACADMICO

    Agustn Jimnez Acua

  • Introduccin

    La Promocin Social constituye genrica-mente un conjunto de concepciones, mtodos yprcticas para lograr la integracin de vastos sec-tores sociales a ciertos vectores del desarrollo deun pas. As concebida implica un dispositivo te-rico y metodolgico para intervenir y coadyuvar atransformar la realidad que impulsan variadossujetos sociales.

    El trmino empez a hacerse frecuente desde ladcada de los aos 60, a partir del empeo de algu-nos gobiernos latinoamericanos por combatir la po-breza, integrando a los beneficiarios en las polticasreformistas y desarrollistas que como la Reforma Agra-ria, requeran de una base social de apoyo institucio-nal. La Promocin social, aunque matizada por elpopulismo, el clientelazgo y el paternalismo, implica-ba integrar a los "marginados temporales", excluidosdel proceso de "modernizacin" y del cause del desa-rrollo nacional. Para ello se disearon diversas estra-tegias y metodologas orientadas a capacitar a lasbases y organizaciones populares. Es as, como sehizo corriente que las instituciones sociales estatales,aunque no superaron su carcter asistencialista, es-tablecieran departamentos o divisiones de capacita-cin y organizacin de sus clientelas.

    La demanda de una capacitacin particular paralos colectivos considerados como objeto de la Pro-mocin Social, estimul una amplia proyeccin de laEducacin Popular, disciplina que a su vez habaemergido de la Educacin de Adultos, cuyo queha-cer se ha inclinado a capacitar y reconvertir la fuerzade trabajo para lograr metas de desarrollo. Se trata-ba entonces de estimular la promocin popular, peromuchas veces esa tarea naufragaba entre un exce-sivo activismo o un conjunto de tmidas propuestasque eventualmente no se ejecutaban.

    En los ltimos 25 aos emer-gieron gran canti-dad de agencias para el desarrollo, tanto pblicascomo privadas, que apoyaron y apoyan su trabajoeducativo y promocional en la Educacin Popular.En Costa Rica, casi paralelamente a la fundacin deinstituciones pblicas como el Instituto Mixto de Ayu-da Social, orientado a subsanar problemas de de-sarrollo social, se organiza la Escuela de Planifica-cin y Promocin Social (EPPS) de la UniversidadNacional, que inici la formacin acadmica de pro-motores sociales con el objetivo de profesionalizar esequehacer y coadyuvar a organizar la "marginalidad

    temporal", que se supona incubaba un enorme po-tencial de desarrollo. La Promocin Social vista des-de la Academia no fue abordada, en nuestro criterio,con suficiente rigurosidad, persistiendo hasta hoy lasconsecuencias de un vaco que dej la ausencia deinvestigaciones de base y la falta de una visin defuturo en su momento fundacional. Adems, en laEPPS persisti en ms de la mitad de su existenciaun estilo acadmico que privilegiaba el activismo, laconfrontacin con las instituciones y la formalizacinde programas de estudio ms que su administraciny evaluacin. Ugado a esto, se menospreciaba la re-flexin terica, la investigacin y la capacitacin in-terna del personal acadmico.

    Todo lo anterior redund en una riesgosa con-fusin, que conceba a la Promocin Social de unlado como un conjunto de ejercicios formalizadosde programacin y animacin sociocultural, y de otrocon acciones motivacionales que degeneraban enun activismo desorientado. Claro est que amboslados se entremezclaban, pero poda darse el casoque la balanza se inclinara hacia un estrechoacademicismo formalista en un extremo o hacia unaprctica meramente poltica en el otro. Los aprendi-zajes generados impidieron por muchos aos am-pliar el horizonte interdisciplinario de esta carrerauniversitaria y contradictoriamente, captar de for-ma cientfica, los contenidos ideolgicos y polticosque presenta.

    Ante ese panorama y la estrechez del merca-do laboral para los promotores sociales, la salidafue cerrar la carrera, que se haba diseado comosalida curricular lateral. Empero, al integrarse mu-chos de sus objetivos y contenidos en la Carrera dePlanificacin Econmica y Social, se heredaron al-gunos problemas que nacen de una insuficientecomprensin de la Promocin Social, de la sobre-posicin de la tecnologa de la planificacin y delnfasis desmedido en planificacin de proyectos.

    Dado que algunos de los antecedentes ante-riores an influyen en la formacin acad~ica delos planificadores econmico- sociales y se abrenan interrogantes acerca de la legitimidad de unaPromocin Social de carcter universitaria, las no-tas siguientes procuran resaltar ciertos aspectos deesa disciplina, sobre todo de carcter metodolgi-co, con el propsito de inscribirlas en una discusinacadmica que consideramos vigente. Esto porque,si bien la EPPS ha optado por una formacin pro-fesional ms tecnocrtica, no ha abandonado to-

    ABRA - 30101

  • talmente las teoras, las estrategias metodolgicas, losinstrumentos y las prcticas sociales que definen el que-hacer de la Promocin Social, ya que desde diversasesferas de la sociedad y la economa se demandanprofesionales con una formacin que logre ms all dela definicin de sus objetos de estudio, su intervencincon la participacin transformadora de la gente.

    La Promocin Social con sesgo empirista

    En las instituciones pblicas cuya misin es eldesarrollo social, se gesta una dinmica de acerca-miento e intervencin con clases populares y susexpresiones organizativas generalmente matizadapor el paternalismo y el clientelazgo, que de hechoniegan principios bsicos de la Promocin Social.Esos fenmenos bloquean no solo una integracinplena de los beneficiarios o clientes en la accin es-tatal, sino que inhiben una formalizacin de tareaspor parte de los tcnicos, al no utilizar el instrumen-tal propio de la Promocin Social.

    En esa lnea de reflexin, el ofertismo y la de-pendencia que se crea, no obliga a disear las acti-vidades o a formularlas como proyectos, porque loque se ofrece tiende ms a satisfacer elinmediatismo de la gente que a responder a un an-lisis detallado, tcnicamente elaborado, de sus de-mandas vistas como necesidades y potencialida-des para resolverlas.

    De hecho entonces, se desarrolla una prcticaempirista de la Promocin Social. Es decir una prc-tica social que se nutre de s misma y en esa autosu-ficiencia no importa respaldarse en reflexiones teri-cas o metodolgicas, pues aquella se erige comofuente nica de conocimiento y criterio de verdadabsoluto. De esa aseveracin dan cuenta no sololas acciones pblicas o las acciones de las agenciasde desarrollo privadas (comnmente denominadasONG), sino tambin las propias "prcticas" que sedisean curricularmente con el objetivo de formar aca-dmicamente planificadores econmico-sociales.

    Adems, desde las instituciones pblicas y lasONG se justifica el empirismo porque el personaltiene una formacin profesional parcial, insuficien-te o inadecuada en Promocin Social y se esgrimeante ese problema, que lo importante es la capaci-dad demostrada en el trabajo de terreno, lo que asu vez estimula el activismo de los promotores y nopocas veces al inmediatismo, que al no expresar ni

    102 -ABRA30

    valorar plenamente las necesidades, promueve ladesmo-vilizacin de la gente.

    Todo lo anterior deriva en una baja legitimidaddisciplinaria de la Promocin Social, que se agravapor la ausencia de mecanismos de trabajo en equi-po que garanticen visiones multidisciplinarias. Esasvisiones deberan partir de las tendencias de la rea-lidad objeto de intervencin y no, como frecuente-mente sucede, de las concepciones estrechas delas instituciones o las ONG. Entonces, como se afir-m, si la Promocin Social se fundamenta en teo-ras y metodologas obligara al promotor a enmar-car sus tareas en un contexto donde prevalece elsentido crtico y creativo y no tiene lugar elempirismo.

    La Promocin Social con fundamentoacadmico

    Desde la EPPS, la formacin de planificadores seplantea a partir del estudio de la realidad que viven loscolectivos sociales y sus organizaciones. Para ello sedispone que el estudiante maneje teoras econmicasy sociales, la planificacin y las metodologas e instru-mentos idneos para operativizarlas. Ese conjunto deconocimientos buscan desarrollar un rico trabajo teri-co y prctico. De esa manera se pretende que el estu-diante no se quede en el abordaje de la realidad a tra-vs de lecturas o cifras documentadas, sino que apliqueel conocimiento en realidades microsociales y even-tualmente en escalas mayores. Por lo tanto, la utiliza-cin de la "prctica" como recurso de aprendizaje esvital para formar un profesional que debe desarrollaraptitudes de investigacin para propender el cambiosocial.Adems, debe desarrollar objetivos actitudinalespara armonizar como profesional sus intereses con losde las poblaciones a las que atiende.

    El planteamiento anterior es un gran enuncia-do que no siempre est conectado con la realidadde la administracin curricular, pues de formatendencial, la Promocin Social, se orienta comoprctica acadmica a proyectos de capacitacin conclases y organizaciones populares que usualmentese limitan a estudiar e intervenir estructuras forma-les o cpulas dirigentes, o bien, a reproducir el tra-bajo institucional de naturaleza empirista. Esta re-duccin de la prctica no permite una plenautilizacin de la teora y de los mtodos y las tcni-cas previamente acumulados. Y es que la prctica

  • para que cumpla su papel formador debe erigirsecomo una fase en el proceso de aprendizaje, don-de el conocimiento se aplica y se consolida.

    Estamos en la encrucijada de una prctica aca-dmica que se formaliza previamente sin permitirespacios a la creatividad estudiantil o que se des-boca hacia el activismo emprico propio de no po-cas instituciones pblicas y privadas. Este proble-ma es consecuencia de una separacin absurdaentre teora y prctica, entre diseo y accin, entreplanificacin y ejecucin y entre objetivos y activi-dades para lograrlos. El reduccio-nismo del objetode intervencin surge porque el estudiante/practi-cante no posee an una perspectiva adecuada delmismo objeto de estudio y no aplica principios comoel determinismo metodolgico y la no conciencia.

    De lo anterior se desprende una salida bas-tante singular: impulsar una prctica que se ordenapor medio de informes descriptivos, donde se refle-ja que los elementos de mayor atencin de losestudiantes no coinciden con las preocupacio-nes y necesidades de los sujetos que atienden.

    Todo lo anterior, por lo tanto, se constituye enun desafo superable si se da un acompaamientoms riguroso hacia el estudiante por parte del pro-fesor y se cumplen ciertos requisitos epistemolgi-cos y metodolgicos que a continuacin presenta-mos y que proponemos en la valoracin y ejecucinde acciones que involucran a la Promocin Social.

    Los requisitos epistemolgicos de una prcti-ca de Promocin Social comprometida con lasclases populares

    Somos conscientes de que la Promocin So-cial no es un conjunto de concepciones y metodo-logas, cuya operativizacin provee soloconceptualizaciones, objetivos, diseos yevaluaciciones. Es adems, una disciplina que in-tegra una gama extendida de valoraciones ticas ypolticas, producto de una construccin colectiva,pero sobre todo de la participacin de la gente, cuyotrabajo creativo estimula una orientacin que bus-que el equilibrio entre reflexin, accin y recupera-cin terico-metodolgica. En ese proceso tienenlugar los imaginarios sociales y la atencin de quetodo sujeto es portador de ideologas.

    En la superacin del formalismo o del activismode base emprica, est el conocimiento a profundi-dad de los objetos de estudio y de los escenarios

    reales, por medio de un trabajo sistemtico queasegure impactos concretos que permitan armoni-zar necesidades, objetivos y logros. De manera queel punto de partida es siempre la realidad y sus ne-cesidades de transformacin, desde donde se pri-vilegia la prctica de los sujetos, coadyuvando adinamizar su capacidad intrepretativa y propositiva.

    El ejercicio profesional del planificador que inte-gra a su quehacer la Promocin Social, se asume en-tonces a partir de un enfoque interdiscipinario del de-sarrollo social, orientado a investigar, disear y validarjunto a las clases populares, situaciones, proposicio-nes y acciones que les permitan satisfacer las necesi-dades de stas. Esta ardua labor de reflexin, formu-lacin, formali-zacin, negociacin y articulacin condiferentes colectivos y entes pblicos y privados, debeguiarse hacia el logro de la autopromocin y elautodesarro-lIo. Es decir, lograr superar ese acompa-amiento que necesitan los colectivos y comunida-des hacia su autonoma como sujetos en la gestindel progreso requerido.

    En resumen, los requisitos epistemolgicos parauna prctica profesional de los planificadores son:

    1. Contextualizar la poblacin atendida evitandocualquier interpretacin sesgada, prejuiciada ofacilista. Esa contextualizacin requiere un com-promiso profesional inclinado a favorecer ycatalizar la participacin social y la accesin alconocimiento por parte de los sujetosinvolucrados.

    2. Las caractersticas y tendencias de la realidaddesde sus niveles micro a los niveles macro,proponen las agendas de trabajo, es decir, lasnegociaciones, los programas, los proyectos, lasactividades. El diagnstico de la realidad nodebe ser un dogma impuesto, sino un estudioflexible, dinmico, diacrnico, que permita inter-pretaciones y proposiciones colectivas, comoveremos ms adelante.

    3. El trabajo en instituciones, ONG, organizacio-nes de base y comunidades donde intervienenlos planificadores, depende siempre de las ne-cesidades y demandas. De manera que los ob-jetos de estudio-intervencin surgen de acuer-do al principio del determinismo metodolgico yno a partir del voluntarismo o las experienciaspersonales.

    4. La sistematizacin de los saberes deben surgirdel acompaamiento y la relacin dialgica que

    ABRA - 30103

  • logre el planificador, pero sobre todo de la partici-pacin de la gente; pues sin sta lo que se logranson reflexiones, evaluaciones o valoraciones casisiempre con un sesgo personal. Ello corre el ries-go de que la poblacin involucrada en el progra-ma o el proyecto no se sienta interpretada comoparte del mismo.. .

    El proceso de diagnosis:conocer para transformar la realidad

    El diagnstico constituye un instrumento esencialpara el trabajo de planificacin y no debe interpretarsesolo como una herramienta de carcter pragmtica yutilitaria. Tampoco es una investigacin tradicional yacade-micista, repleta de aseveraciones incomprensi-bles para la gente. En concreto, es un mtodo que re-fleja objetivamente la realidad en la que estn inmersoslos sujetos, a partir de su propio protagonismo, y quese elabora participativamente como gua de transfor-macin de esa realidad. Estamos aqu tomando posi-cin por un diagnstico operativo y participativo.

    El proceso de indagacin colectivo para ela-borar un diagnstico de carcter participativo, nospermite determinar cul es la tendencia de la reali-dad y el potencial de cambio del colectivo que lavive. Adems, refleja las condiciones polticas quepermiten su desenvolvimiento, para desplegar sufuerza creadora y transformadora. Por condicionespoliticas estamos entendiendo las redes de poder yel enjambre institucional al que, como derecho ciu-dadano, pueden acudir los habitantes.

    . El diagnstico participativo implica sobre todopotenciar la capacidad de cambio de la poblacinmeta. Ese cometido implica un proceso de diagno-sis-prognosis-ejecucin. Es decir, investigar objeti-vamente situaciones particulares y sus tendencias;disear objetivos, metas, actividades, tareas, me-canismos de control, evaluaciones e instrumentosde sistematizacin; lograr una ejecucin eficaz, efi-ciente y efectiva y, garantizar una recuperacin delas experiencias. La participacin de la gente, o di-cho de otra manera, la creacin de la gente con elacompaamiento de los planificadores, registra lasituacin de formalizacin .rns importante del pro-ceso de diagnosis, prognosis y ejecucin, ya quepermite iniciar un proceso permanente de evalua-cin y control que va desde los documentos hastaacciones consideradas intangibles, como puedenser los estilos de negociacin.

    104 -ABRA30

    Formalizar el diagnstico y las alternativas via-bies que de ah se justifican, implica formular o di-sear documentos con el vocabulario que tcnica-mente es aceptado. No obstante, no se puedesacrificar la participacin de la gente en funcin depretender preciosismo en la formulacin. Lo dise-ado adems de ser apropiado intelectualmente porlos sujetos, debe permitir una ejecucin conscien-te, eficaz y evaluativa, que haga posible introducirmecanismos correctivos y de superacin.

    La retroalimentacin que se produce es partede una "actitud gnoseolgica" del colectivo, que secomprueba en su necesidad de "hacer memoria" orecuento de lo que se ha hecho y lo que se ha logra-do. Esta actitud de conocimiento debe ser estimula-da por la "aptitud gnoseolgica" del planificador, quienacta como facilitador de un proceso hacia la"autopromocin social". Esto ltimo afirma y verificasu vocacin como investigador social, en el tantoimpulsa actividades y tareas que permitan a los su-jetos involucrados en los procesos ser actores cons-cientes de sus propios procesos de desarrollo.

    Los diseos generados a partir del proceso decambio perseguido, demuestran que el conocimientotiene una intencionalidad de transformacin. Esto selogra en I.aPromocin Social asociando la capacidadtransfor-madora de los sujetos con aquellas accionesque racional ya la vez emocionalmente tienen un sen-tido de aprendizaje. Todo el conjunto de gestiones,actividades, tareas y soluciones que procuran los su-jetos (poblacin meta y planificadores- promotores),pueden lograrse en la medida que se conoce (oautoconoce) el grupo meta. En particular, cuando elpromotor logra una "devolucin del conocimiento", queocurre durante el proceso de investigacin y de eje-cucin de un proyecto. El profesional o tcnico debecomprender al final de ste, que su tarea ha conclui-do, que es un agente prescindible, porque el colecti-vo tiene una capacidad demostrada de conocer ypor tanto de avanzar, autoafirmndose.

    Lo anterior presupone un proceso de aprendiza-je que debe romper ataduras de los planificadores enprocura de fortalecer procesos de participacin y de-mocratizacin, orientados a elevar la conciencia delos colectivos a nivel local, regional y nacional. En esaperspectiva, la investigacin que sirve de base paraproyectos amplios que involucran educacin, promo-cin y organizacin popular, constituye un insumo vi-tal para deteminar la posibilidad de cambiar o trans-formar una situacin previamente identificada.

  • El diagnstico como dimensin de investiga-cin integra un anlisis objetivos de las diferentesfuerzas sociales que intervienen en un fenmenoidentificado como problema. La problematizacin delfenmeno es el inicio del diagnstico, lo que impli-ca superar el creer y el saber, para iniciar el cono-cer con su intencin transformadora. La vocacinhistrica de las clases sociales populares debe serconocer y transformar la realidad. Esto es, tener cla-ro cmo es que los problemas detectados afectansu situacin. En la definicin de una clase es nece-sario un anlisis de su conocimiento y de sus ac-tuaciones. Esa es una dimensin analtica explcitadel diagnstico, el conocimiento que una clase tie-ne de sus problemas y las formas conscientes queasume para superarlos.

    El diagnstico como punto de partida para unproyecto de Promocin Popular, tiene un sentido deoportunidad, es decir, una pertinencia temporal. Nose hace un diagnstico para esperar a que madurenlas condiciones para cambiar una situacin, puestoque el diagnstico se ha hecho para transformar. Supropsito es el cambio, en este caso organizado, pla-nificado y con sentido educativo.

    Entonces, el diagnstico es por definicinsituacional, lo que equivale a decir que su propsi-to es ubicar el objeto en una situacin definida sinperderse en su contexto, aunque tampoco eludirlo.El carcter situacional de un diagnstico participa-tivo no debe permitir el riesgoso extravo que seprovoca cuando se confunde el contexto global conla preocupacin particular o puntual.Ese carcterpuntual del diagnstico participativo nos seala suslmites, es decir, que la atencin que el diagnsticomerece est determinada por el problema objetode estudio-intervencin. Ms all de la situacinpuntualizada se corre el riesgo de extendernos aotros problemas que nos hacen replantear laintencionalidad del proyecto.

    Esa intencionalidad est asociada a su voca-cin transformadora, a su intencin de transmutarel problema de cuyo estudio se desprenden las op-ciones de solucin. Tales opciones o la bsquedade cambio, constituyen un hecho que refleja el ca-rcter dinmico del diagnstico. Ms all de un cor-te sincrnico, como suele hacer la investigacin so-ciolgica tradicional, el diagnstico participativotoma en consideracin el anlisis diacrnico, por-que la realidad es de confrontacin y la correlacin defuerzas sociales demanda un anlisis permanente de

    la realidad, que es la que proporciona la viabilidadde los proyectos de promocin popular.

    La orientacin de los proyectos de promocinpopular

    En los escenarios concretos los planificadorespropician el levantamiento de informacin para ini-ciar el diagnstico participativo y disear el proyec-to de promocin popular en tres dimensiones com-plementarias.

    La primera es una dimensin institucional, querecupera las relaciones entre la organizacin popu-lar y el aparato estatal o las ONG. En esa perspec-tiva, si por ejemplo el proyecto se ubica en una ins-titucin del estado, se debe desarrollar un anlisisde las relaciones entre la institucin y el grupo meta.Asimismo, debe analizar la relacin de fondo entresociedad civil y sociedad poltica que permita ubicarel potencial poltico y de alianzas de la organizacinpopular.

    Una segunda dimensin est representada porel requerimiento de que las relaciones instituciona-les y organizacionales deben abordarse en el es-pacio especfico donde la situacin particular suce-de. Esta dimensin espacial debe ser puntual ycontextual paralelamente. Debe ubicar al grupometa con precisin en el espacio y en el tiempo.

    La tercera dimensin es la organizacional, queimplica un anlisis concreto de la organizacin o gru-po, en un contexto institucional y espacial que pro-vea un entrecruzamiento de las variables que el pro-blema presenta y haga un recuento de los recursosque se requieren para su solucin.

    Adems, generalmente se trabaja con hip-tesis implcitas, no obstante es menesterexplicitarlas para un mejor aprovechamiento delos recursos terico-metodolgicos disponibles.Esto da mejor sentido al proceso de indagacinsocial alejndolo del empirismo, del formalismo ydel activismo.

    Las dimensiones anteriormente enunciadas su-ponen un conjunto de habilidades especficas quedeben acompaar todo el proceso de conocimientoque conlleva el diagnstico y la ejecucin de un pro-yecto prornocional. En esa direccin, lo primero quedebe procurarse es la agudizacin de las aptitudes ylas actitudes gnoseolgicas. Las primeras, reconocenla capacidad de identificar, resolver y coadyuvar atransformar la realidad y las segundas, principios

    ABRA - 30105

  • ticos, epistemolgicos y valricos que sustentan loanterior.

    En cuanto a las primeras se debe en primer lu-gar, agudizar la capacidad de observacin que per-mite profundizar el estudio de una realidad que enun primer momento, se conoce por algunos datossecundarios. Es por medio de la observacin, prime-ro espontnea, luego sistemtica, que logramos in-tegrarnos en una organizacin o en una institucin,buscando legitimar nuestra ubicacin y posicin enella. Este proceso comnmente llamado de insercin- inmersin, busca analizar a la organizacin "dentrode ella" y no ''fuera de ella".

    La integracin a la organizacin permite agu-dizar la capacidad de problematizar (en el sentido"freireano"), la situacin que se busca analizar ytransformar. La proble-matizacin en el diagnsticosignifica profundizar la etiologa del fenmeno y lasvinculaciones con la realidad social total, con el finde agudizar tambin la capacidad de respuesta y elsentido de oportunidad de la accin promociona\. Olo que es lo mismo, propicia la fusin de la accineducativa con la accin social que desarrolla el gru-po meta.

    Tambin las aptitudes gnoseo-Igicas debenagudizar la capacidad de sistematizacin de toda laprctica en la que se integra el planificador. El senti-do de este cometido es el ordenamiento de la prcti-ca, una reflexin crtica de sus resultados y limitacio-nes y la posibilidad de desarrollar un marcointerpretativo que permita complementar el conoci-miento terico y el conocimiento "experiencial".

    En el plano de las actitudes se deben su-brayar, aunque aqu se hace en forma suscinta,que las acciones promocionales se deben eje-cutar en un marco de principios orientadores,entre los que resaltan:

    1. Partir de las necesidades del grupo que incentivala movilizacin de los colectivos y ayuda a sudignificacin como sujetos. Adems, potencia sucreatividad y capacidad constructiva, propiciandola superacin del ofertismo institucional y sus ex-presiones de clientelazgo, paternalismo e intoleran-cia.

    2. Si el punto de partida es el sujeto de necesidad,no sustituir su capacidad transformadora implicareconocer que es el protagonista principal delproceso de desarrollo. La sustitucin es un pro-blema de tica profesional que provoca

    106 -ABRA 30

    inconsistencias metodolgicas al negar lossaberes populares que deben ser reelaborados,potenciados, reutilizados y socializados.

    3. Cuando se propicia la participacin de la gentees importante usar la distancia desde el puntode vista metodolgico, lo que implica no solo se-alar la relacin sujeto-objeto sino analizar lasfacilidades y obstculos que se registran en elproceso de promocin social, advirtiendo quetambin en las comunidades y pequeas socie-dades locales se debe utilizar una adecuada pers-pectiva de la realidad, de la cual el promotor esparte solo circunstancialmente.

    4. Por ltimo, debe rescatarse el conocimiento quese apropia intelectualmente el tcnico o profe-sional procurando una devolucin sistemtica, osea, que los aprendizajes una vez recuperadosdeben ser compartidos y replicados. El conoci-miento vuelve entonces a su punto de origen: lacomunidad, que desarrolla la "memoria colecti-va" para fortalecer su capacidad transformadora.

    La promocin popular como procedimiento dela Planificacin Econmica y Social

    La relacin entre Planificacin y PromocinPopular es muy importante para la formulacin, eje-cucin y evaluacin de proyectos partici-pativos. Suantecedente se muestra en la tradicin de un Tra-bajo Social asistencialista que conceba a la Plani-ficacin como un conjunto de instrumentos subsi-diarios de aqulla. As, la Promocin Popular queimpulsaba ese Trabajo Social, era definida solocomo accin, sobrepuesta a reflexiones que pudie-ron ser el punto de partida y punto de llegada de latransformacin de esos grupos.

    Encontramos entonces, un reduccionismo en laconcepcin de Planificacin a la elaboracin de un"plan de accin, que en forma poco precisa, racionali-za y escoge una o varias "alternativas de accin". Asconcebido, el plan de accin impulsa un activismo quese apoya mucho en las identificaciones emotivas queel promotor desarrolla con el colectivo, producto deuna "proximidad" innecesaria.

    El no usar correctamente la distancia comorecursos metodolgico, puede producir frustracio-nes eventuales, ya que la identificacin con el gru-po puede generar tan solo amistad y no una rela-cin fundada en el trabajo de acompaamiento, quecomo tcnico o profesional le corresponde. Debemos

  • agregar que por muchos aos en la EPPS se in-sista que los estudiantes deban guiarse por el "ins-tinto de promotor" y por el "olfato de promotor", sinque esas expresiones metafricas tuvieran susten-to en formas de aprendizaje eficaces y efectivas.Es posible que esta situacin se haya ido supe-rando al trabajar con mayor reflexin terica y concriterios metodolgicos ms adecuados. La Pro-mocin Social o Popular, en su dimensin correc-ta, es integrada y definida en la Planificacin y noa la inversa.

    La intervencin en grupos y organizaciones,tendiente a que stos autoafirmen sus intereses ytransformen su realidad, comnmente entendidacomo Promocin Social o Popular se constituye enuna rea del conocimiento que se integra a la Pla-nificacin Econmica y Social. Esta ltima entien-de a la realidad como el producto de la confronta-cin social y por lo tanto acta sobre esa realidadcomo proceso continuo. En ese sentido, concebi-mos a la Planificacin como un conjunto articuladoy coherente de acciones para alcanzar objetivos quea su vez son la interpretacin de necesidades. Losobjetivos se convierten en logros por medio de laracionalizacin y la utilizacin adecuada de los re-cursos, implicando una evaluacin permanente detodo el proceso.

    La planificacin integra la prediccin, la previ-sin y la precisin, es decir: la investigacin y lastendencias de su resultado o pronstico, la delimita-cin de sus objetivos y, la exactitud en el recuento delos recursos y su uso ptimo en un proceso continuoque requiere de evaluacin y ajustes.

    Un proceso de planificacin que concibe laparticipacin popular para impulsar mejores nive-les de vida tiene integrada la Promocin Social y laEducacin Popular que como procedimientos, en-tregan las herramientas para que los profesionalesen planificacin investiguen y conozcan a las cIa-ses sociales y sus organizaciones, pues es junto aellas, como se establecen las estrategias, polticas,planes, programas y proyectos que requiere el de-sarrollo nacional.

    Obvio es pensar que la Planificacin contienetodo un debate ideolgico y poltico que a menudose trata de ocultar, para legitimar un discurso queexpresa que esa disciplina se reduce a aplicar tec-nologa, esperando de sta todos los resultados yde la neutralidad axiolgica, su base de apoyo fun-damental.

    Conclusiones

    . El proyecto de promocin popular, como for-ma de generar conocimientos vinculando la prcti-ca social de los sujetos a la investigacin cientfica,ofrece una gama importante de posibilidades paradireccionar la accin promocional y educativa congrupos populares. En ese sentido, debe tomarseen consideracin que un proyecto participativo noes ms que la operativizacin de un diagnstico, esdecir de una indagacin cientfica.

    Esto implica que el proceso de diagnosis esuna parte integral del proceso de proyeccin, quecomo apropiacin intelectual primero, y como pro-ceso real despus, se desarrolla desde niveles sim-ples a niveles cada vez ms complejos, conformeel promotor logra articular lo abstracto (reflexin te-rico-metodolgica) y lo concreto (realidad en la queestn inmersos los agentes sociales). Cuando selogra pasar de los objetivos a los logros y en el tan-to se avanza de una evaluacin ex-ante a una eva-luacin ex-post,

    En ese sentido, insistimos que la investigacin(la propuesta de generar conocimiento) constituye elprincipio de construccin y propuesta de cambio enel proceso de promocin popular. Ese conocimientocomo prctica de clase expresa lo que Ren Zavaletallam una "voluntad estructurada de cambio".

    El diagnstico para el cambio, obliga al inves-tigador a adoptar una variedad de tcnicas de co-nocimiento a su alcance y afinar su capacidad dedilogo (no necesariamente confundible con la en-cuesta y la entrevista), ligada a la posibilidad de uti-lizar la "convivencia antropolgica" y a unir y com-partir conocimientos que surgen de esa condicinfundamental del diagnstico participativo La copar-ticipacin entre investigador y grupo meta, parte delgrupo, de sus necesidades, y no se debe pretendersustituir su capacidad y dejar de utilizar una distan-cia adecuada.

    Ese conocimiento como experiencia digna de ser"contada", debe sistematizarse, porque a la Planifica-cin ya la Promocin Social les conviene el conoci-miento sistemtico. Toda experiencia, todo logro dela Promocin Social debe ser ordenado, criticado ybalanceado en sus aspectos terico, metodolgi-cos y tcnicos, porque esa recuperacin permite unadevolucin sistemtica, elemento que propicia lasostenibilidad del grupo a travs de una prctica dereflexin y accin concatenadas.

    ABRA - 30107

  • Todas estas premisas deben tener como telnde fondo una relacin terico-prctica concebidadialc-ticamente, que parta de una formacin aca-dmica slida, que no defienda la orientacinacademicista contraria a la prctica y a la experi-mentacin. La relacin de la teora y la prctica debeconcebirse como una forma de generar conocimien-to sin el privilegio posicional de una sobre otra. Caberesaltar que las teoras son provisionales y que losmtodos son factores mutables, as como la reali-dad que las valida, que es dinmica y cambiante.

    Bibliografa

    Ander-Egg, Ezequiel, TECNICAS DE INVESTIGA-CION SOCIAL, Buenos Aires, Humanitas,1982.

    CELATS, La investigacin como prctica. cincoexperiencias con sectores populares. Lima,Nuevo Cuaderno, 1985.

    Fals Borda, Orlando. Por la praxis: el problema decomo investigar la realidad para transformar-la. Colombia, FUNDARCO, 1988.

    Freire, Paulo, EXTENSION O COMUNICACIONMxico, Siglo XXI, 1972.

    ____ LA IMPORTANCIA DE LEER Y ELPROCESO DE LlBERACION. Mxico, SigloXXI, 1985.

    Gianotten, Vera y Tom de Wit, Organizacin cam-pesina: el objetivo poltico de la educacinpopular y la investigacin, Holanda, Centro

    108 -ABRA30

    de Estudios y, Documentacin Latinoamerica-na, 1985.

    Jimnez Agustn, "La promocin social, vigenciay perspectivas" en Revista ABRA NQ20-21,UNA, 1996.

    ____ "El desarrollo rural desde la experienciadel Programa UNIR" Heredia, UNA-EPPS, 1997.

    Jimnez Agustn y Oiga Snchez "La participacinen el desarrollo rural: desafo de la descentra-lizacin y el desarrollo local" Seminario El Nue-vo entorno del desarrollo rural en Amrica La-tina, UNA-UNIR., Ponencia, Marzo 1997.

    Revista La Piragua N8 Santiago de Chile, CEAAL,1994.

    Sabatini, Francisco Barrio y participacin. Muje-res pobladoras de Santiago. Santiago de Chi-le, Ed. Interamericana, 1995.

    Simposio Mundial de Cartagena, CRITICA y POLl-TICA EN CIENCIAS SOCIALES. Punta deLanza, Colombia, 1978.

    Taller Latinoamericano de Redes. ESTRATEGIASDE ORGANIZACIONES DE BASE EN LACRISIS REGIONAL, 1998

    Tillmann, Hermann, "Sabidura Campesina atra-pada", Alemania, 1993.

    Varios, Participacin, Ambitos, retos y perspectivas.Caracas, De. CESAP, 1996.

    Page 1Page 2Page 3Titles102 -ABRA30

    Page 4Page 5Titles104 -ABRA30

    Page 6Page 7Titles106 -ABRA 30

    Page 8Page 9