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1,- Dimante y Hopleo 11,- Inmoiacidn de Meneceo 111.- Capaneo asalta los muros de Tebas.

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1,- Dimante y Hopleo

11,- Inmoiacidn de Meneceo

111.- Capaneo asalta l o s muros de Tebas.

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I.- DIMANIE Y HOPLEO

El pasaje de Hiso y -^urlalo del libro II de la Eneidja ha inspirado los versos de la primera mitad del libro I de la Tebaida de Estacio. Pero no salo, como po dría deducirse del epígrafe de este apartado, lo que se refiere a Dimante y Hopleo, sino también a la expedición noottirna q.ue unos pocos guerreros argivos, dirigidos por Tiodamante, llevan a cabo contra las murallas de Tebas.

Los motivos por los que Nieo y Euríalo salen del campamento troyano hacia la ciudad de Falantea están re­cogidos en la expedición de Tiodamante. La muerte de los jóvenes troyanos, en la de Dinante y Hopleo,

Tanto en Virgilio como en Estacio la acción se -realiza de noche. Al igual que Turno, Eteocles está con­vencido de poder vencer a sus enemigos, recj^zarlos de -las murallas e incluso impedirles la huida. En los dos -ejórcitos se hacen preparativos para el asedio del día -siguiente, preparativos que perciben tanto los troyanos como los argivos.

Estacio, siempre más rico en detalles que su mo­delo, hace intervenir a una divinidad. Sin embargo, Vir­gilio solo deja entrever, en palabras de Exiríalo a Niso, que quizá una divinidad le inspira el deseo de realizar grandes empresas, al ver lo desprevenidos y entregados al sueño que están los rútulos (II, 184-190):

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dine huno ardorem mentlbus addunt, Etuyale, sin sua cuique deus fit dira cupido? aut pugnala aut aliquid iamdizdum ânuadere magnum mens agitât aihi, neo placida contenta quiete est. cemis qime Rutulos habeat fiducia rerum: lumina rara mioant, somno uinoque soluti prooubuere, silent late loca.

En Estacio es Juno la que, conmovida por las eu plioas que le dirigen las mujeres argivas, no quiere de jar de conceder un favor a las ináquidas, aunque sabe -que Júpiter es hostil a su pueblo. Piensa sumergir a los t ebano s en la dulzura del sueño para que estén expias s tos a la espada de los argivos. Ordena a Iris que, ciñándose de su estela acostumbrada, ejecute su proyecto (79-82):

ergo intempesta somnl dulcedine captes destinât Aonios leto praebere, suamqua orbibus accingi solitis iubet Irin et omne mandat opus.

Iris se dirige a las regiones más oeoidentales, más allá de donde tiene su morada la noche y viven los Etíopes. La Naturaleza languideciente ha situado en xana profunda caverna tallada en la roca el palacio del Sueño'''

1 , - SegTÜn Krumbholz Per Erztthlungsstil in der Thebais des Statiufl. "Glotta", x m y , 1955 pp. 108 ss, la descrijg oi<5n del palacio del Sueño está basada en Ovidio Meta­morfosis XI 592-632; cf. Williams, R.D.- P. Papinil Statli liber X. Lugduni 1972, p. 45,

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(84-88):

Stat super occlduae nebulosa cubilia nootls Aethlopasque alios, nulli penetrabilis astro, luous iners, subterque cauis graue rupibus antrum it uaouum in montem, qua desidis atria Somni securumque larem segnis Natura loeauit.

Alll le muestra la diosa las órdenes de Jvaao; in movilizar al pueblo del odiado Cadmo, que vela aguardan­do el nuevo ataque de los argivos y no respeta los dere­chos del Sueño (126-129):

Sidonios te luno duoes, mitissime diuum Somne, iubet populumque trucie defigere Cadmi, qui nunc euentu belli tumefaotus Achaeum peruigil adserxaat uallum et tua iura récusât.

Fara que sus palabras no caigan en el vacío sin ser oídas por el Sueño, Iris golpea varias veces su pecho y repite las órdenes de Juno hasta que el dios levanta su pesada cabeza y hace un signo de aquiescencia.

Cuando el Sueño se acerca a la llanura tebana, ésta nota su presencia: las voces y los ruidos múltiples de los guerreros disminuyen poco a poco. El dios se rodea de las tinieblas más negras y espesas; en ese momento to dos los ojos se cierran, las cabezas se inclinan y las palabras expiran en los labios. Los tébanos dejan oaer -sus armas. Los caballos, víctimas del mismo sueño que sus

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amos, no se mantienen en pie y el fuego se reduce poco a poco a cenizas (146-155):

primus adesso deum s\ibita caligine sensit campus, et innúmeras uoces fremitusque uirorum submisere sonum; cum uero mentibus alis incubuit piceaqiie haud umquam densior umbra castra subit, errare oculi resèlutaque colla, et medio adfatu uerba imperfecta relinqui. mox et fulgentes clipeos et saeua remittunt pila manu, lassique oadunt in pectora uoltus. et iam cuneta silent: ipsi iam stare recusant camipedes, ipsos subitus cinis abstulit ignes,

El Sueño no esparce sus efectos sobre el campañen to argivo. Los dioses turban el corazón de íiodamante. Una vez que ba desvelado lo que le revelan Júpiter o Âp£ lo, se dirige al lugar donde Adrasto, consternado por -tantas desgracias, deliberaba con los nuevos caudillos -(176-181):

Ventum ad consilii penetrale domumque uerendam signorum, magnis ubi dudum cladibus aefer, rerum extrema mouens, friistra consultât Adrastus. stant circum subiti proceres, ut quisque perempto proximias, et magnis loca desolata tuentur regibus haud laeti seque hue creuisse dolentes.

También en la Eneida los oaiadillos troyanos se -

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han reunido y celebran consejo sobre la apurada situación en que se hallan (226-227):

ductores Teucrum primi, delecta iuuentus, consilium suomis regni de rebus habebant

y, al igual que en la I^eida Hiso y Curíalo exponen sus proyectos de aprovechar la favorable ocasión que les -brinda el sueño al que están entregados los rátialos para poder causar gran mortandad entre ellos y hacer volver a Eneas con ellos, cargados de despojos (236-243):

Rutull somno uinoque soluti conticuere. locum insidiis conspeximus ipsi, qui patet in biuio portae quae próxima ponto, interrpti ignes aterqtie ad sidera fumua erigitur. si fortuna permittitis uti quaesitm Asnean et moenia Fallantea, mox hio cum spoliis ingenti oaede peracta adfore cemetis

Tiodamante se dirige a los guerreros reunidos. No van a ser sus palabras producto de un pensamiento va­leroso, como el de Niso y Eurlalo. Son los dioses los que le inspiran. El propio Anfiara* se le ha aparecido quejan dose de la inactividad de los guerreros y reclamando ^ s bandas de adivino, ya que su sucesor deja que se desper­dicie una noche tan propicia. Le insta a que, al menos, vengue con la espada a los argivos caídos (206-211):

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"time** inquit, "inertes Inachidas -redde haec Famassia serta meosque redde déos- tantam patiere amittere noctem, degener? haec egomet caeli secreta uagosque edocui lapsus? uade heia, ulciscere ferro nos saltem"

For ello Tiodamante anima a loa argiros a que le sigan, si quieren encontrar gloria y fama mientras los -hados lo permiten. No es una lucha cuerpo a cuerpo lo que •an a emprender, pues sus enemigos yacen en el suelo fior-midos. Los dioses les son favorables, los pájaros de la noche les ofrecen todavía felices presagios. Aunque loe demás permanezcan ociosos, Tiodamante anuncia que marcha rá solo, obedeciendo a Anfiarao t213-2l8)t

quare agite, utendum superis; non comminus hostes sternendi: bellum iacet, et saeuire potestae. ecqui aderunt, quos ingenti se adtollere fama non pigeat, dvm fata sinunt? iterum ecce benignae noctis aues; sequor, et comitum licet agmina cessent, solus eo! atque adeo uenit ille et quassat habenas."

Todos los argivos quieren unirse a Tiodamante. Fe ro Adrasto ordena al sacerdéte que elija sólo a treinta, lo mejor del ejército. La juventud le rodea indignada por tener que quedarse en el campamento en cobarde quietud. -Todos aluden méritos para acompañar a Tiodamante, bien su origen o las hazañas de sus padres y las suyas propias.

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Reclaman que se les designe por sorteo (221-226):

flagrant comitari et iungere casus, ter denos ntamero, ttirmarum robora, iussus ipse legit; circa fremit indignata iuuentus cetera, cur maneant castris ignamque seruent otiat pars sublime genus, pars facta suorum, pars sua, sortem alii clamant, sortem imdique poscimt,

Como.Alétos expresa en Eneida II, 247-250 su con­vencimiento de que los diosos no quieren destruir por com pleto Troya, puesto que la juventud troyana muestra cora­zones tan animosos:

di patri, quorum semper sub numine Troia est, non tamen omnino Teucros dolere paratia, ovaa. talis aniimoa iuuonum et tam certa tulistis poeterà

Adrasto, quo inqxiioro la causa de la tardía protección del cielo y si las aemillaa del valor de la raza argiva se conservan en el infortunio, alaba a aus guerreros y se alegra de la indignación que les domina por no poder participar todos en la incursión nocturna (235-241):

m d e haec tam sera repente numina? qui fractos superi rediistis ad Argos? estno hio infelix uirtus? gentiquo superates sanguis, et in miserie animorum semina durant?

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laudo equidem, egregll iuuenes, pulchraque meorum seditione fruorj

Fero les dice que es preciso que el número de -guerreros sea pequeño, ya que se trata de un ataque por sorpresa,en el que tiene más importancia la astucia que la cantidad de hombres. Les pide que reserven su valor para el día siguiente, día de la venganza, en que mar­charán todos unidos (241-244):

sed fraudem et operta paramus proelia, celandi motus: numquam apta latenti turba dolo, seruate ánimos, uenit ultor in hostes ecce dies; timo arma palam, tuno ibimus omnes,

Los argivos se calman con las palabras de Adras­to. A Tiodamante se unen otros dos caudillos: Actor, que posee el don de la persuasión, y Agileo, que se enorgulle ce de no ser inferior en fuerza a su padre Hárcules (249-251):

Insvtper Herculeum sibi iungit Agyllea uates Aotoraque: hio aptus suadere, hio roboz*e iactat non cessisse patri;

Hay una contradicción entre estos versos referen­tes a Agileo y los del libro VI, 838 ss en los qiae se des cribía a Agileo como no inferior a su padre en estatura, pero sin la fuerza que aquól ostentaba. No es que Estacio

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se contradiga, sino que, como piensa Williams''', la opinión que Agileo tiene sobre si mismo, opinión compartida por los demás guerreros, no se ha alterado por la derrota su frida ante Tideo.

Bajo las órdenes de oada uno de estos tres caudi­llos marchan diez guerreros, tropa temible para los tóba­nos aunque estuvieran aespiertos j con las armas en la nufc no ( 2 5 1 - 2 5 2 ) :

comités tribus ordine deni, horrendum Aoniis et contra stantibus agmen.

Antes de marchar, los guerreros intercambian sus armas con los que quedan en el campamento. Estacio ha te nido en cuenta para este intercambio el canto I de la -Illada que, aunque muy lejanamente, influye en Virgilio y en Estacio que, indudablemente, sigue muy de cerca a -este último.

En Illada I, 255-262 Trasimedos entrega una espa da de dos filos, un escudo y un -KaxaZxvï, (casco sin pe­nacho ni cimera) a Diomedes, y Heríenes a ülises un arco, carcaj, espada y casco:

TuÔefô^ \itv Ô S H E ^evewTÓA.enoc Bpaav\i-fiàr]ç

qxfayavov a|icpT)Heç* xb 6*e5v wapôc vr¡t KéXeinxo"

nal adiioç* &\Í^I &é oí H U V Í I ^ V He(pa\í)9tv ê'&Tjxe

1 , - op. cit. p. 65

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ταυρείην, αφαλ<5ν τε καΐ δλλοφον, t) τε καταιτυξ κέκληται, ρύεται òt κ(£ρη θαλερΰν αίζηων. Μηρκ5νης ô"θδυσΐ)ΪΓ'δίδου βιον ήδέ φαρέτρην καΐ ξίφος, άμφΐ δέ οί κυνέην κεφάληφιν εθηκε ρίΐνοΰ ποιητίΐν

y en Eneida IX 303-307 Ascanio entrega a Enríalo la espa da que lleva oefiida al hombro y que es obra de Lica<5n, -orfebre cretense, mientras Mnesteo da a Niso una piel de león y Acestes cambia su espada con él:

umero simul exuit ensem auratum, mira quem feoerat arte lycaon Cnosius atque habilem uagina aptarat ebuma dat Niso Mnestheus pellem horrentisque leonis exuuias, gàleam fidus permutât Aletee.

En Estacio Tiodamante, que confía a Adrasto sus insignias sagradas, viste una coraza y un casco que le ofrece Polinices. Capaneo ciñe a Actor con una pesada -espada; Agileo cambia sus armas con Nomio, pues en las sombras no tienen utilidad el arco y flechas de Hércules ( 2 5 5 - 2 6 1 ) :

longaeuique ducis gremio commendat honorem frontis, et oblatam Polynicis muñere grato loricam galeamque subit, ferus Actora magno enee grauat Capaneus, ipse haud dignatus in hostem ire dolo superosque sequi, permutât Agylleus

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arma írrucis Nomll: q.\iid enim fallentlbus umbría arcus et Hercialeae iuuisaent bella sagittae?

Los argivos saltan a la llanura tebana donde en­cuentran a los soldados de Eteocles sumidos en un sueño tan profimdo que no les oponen resistencia. Juno ayuda a estos guerreros que siempre la han reverenciado; Tioda­mante siente su presencia, como en el canto X de la Ilía-da Ulises percibe la ayuda que Atenea les envfa a través de una gacela que les conducirá a la ciudad de Príamo.

Gomo Niso y Euríalo, los argivos ocasionan la muer te a gran cantidad de enemigos hasta que, cxrnndo se acer­ca el «amanecer, deciden volver. En la Eneida es Niso quien aconseja a su joven amigo que cese ya en la matanza, pues se acerca la Aurora enemiga y ya han abierto camino por medio de los p&lanteos ( 3 5 5 - 3 5 6 ) :

"absistamias" ait, "nam lux inimica j^opinq\aat poenarum exha-ustum satis est, uia facta per hostia"

En la Tebaida ea Actor quien, sorprendido de que los tóbanos no les hayan ofrecido ninguna resistencia, -aconseja a Tiodamante moderación, pues también Tebas tie no sus dioses protectores y quizá las divinidades que -hasta ahora les protegieron, ya se alejen de ellos ( 3 3 3 -

3 3 5 ) :

secundia pone modum: sunt et diria aua numina Thebis.

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forsitan et nobis modo qixae fauere, recedunt.

Tiodamante obedece a Actor y los argivos regre­san a Tebas, no sin que antes el adivino ofrezca a Pebo los despojos de les soldados que ha inmolado.

Hasta aqizí la expedición noctura de Tiodamante al frente de los argivos. Si en estos versos hemos vis­to paralelismos con Virgilio y Homero, los encontraremos mucho más al hablar de Dimante y Hopleo que imita, como decíamos, la acción de la Eneida, sobre todo el momento en que son sorprendidos por la caballería enemiga.

Entre los argivos que acompañaban a Tiodamante se encontraban el calidonio Hopleo y Dimante, del mon­te Mónalo ( 3 4 7 - 3 4 8 ) :

Venerat hos inter fato Calydoniías Hopleus Maenaliusque Dymas,

Williamshace notar que Estacio aplica a los ea cuderos los epítetos que son propios de a-aa dueños. Así Tideo es llamado "Calydonitas" en II, 476, y Partenopeo "MaenaliuB" en IV, 256, VI, 603. También resalta elhhe-cho de que Virgilio ha hecho participar en los juegos del libro V de la Eneida a Niso y Euríalo, mientras Estacio sólo ha hablado de Dimante, no de Hopleo. En ambos poetas participan en la carrera pedestre.

1 . - op. cit. p. 77

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Hopleo excita a Diaante preguntándole si va a -consentir que el cadáver de Partenopeo quede a merced -de las aves de rapiña y de la ferocidad de los perros -de Tebas, sin poder ofrecer nada a la feroz Atalanta -cuando salga a su encuentro reclamando el cuerpo de su hijo, A ál, dice Hopleo, le persigue sin cesar el recuer do de Tideo, privado de sepultxjra. Y aunque su pérdida es menos dolorosa para los argivos, puesto que ha muerto en edad madura, su escudero está dispuesto a recorrer -toda la llanura tebana, e incluso penetrar en la ciudad, para conseguir sus despojos (351-359)i

nullane post manes regis tibi cura perempti, clare Pyma, teneant quem iam fortasse uolucres Thebanique canes? patriae quid deinde feretis. Arcades? en reduces contra uenit aspera mater: funus ubi? at nostro semper sub pectore Tydeus saeuit inope tumuli, quamuis patientior artus ills nee abruptis adeo lacrimabilis annis. ire tamen saeuumque libet nullo ordine passim scrutari campum, mediasue inrumpere Thebas,

Dimante le responde que esa era también su inten oién y tan solo esperaba encontrar un compañero para el peligro. Suplica a Cintia que les ayude, súplica que la diosa atiende esparciendo su luz por la llanura tebana y mostrando sus cadáveres ( 3 7 0 - 3 7 1 ) :

inoendit pronis dea comibus almum

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sldus et admoto monstrauit fimera curru

£n estos yersos, que siguen el texto estableci­do por Mozley, aceptamos la conjetura de Markland''' y se

2 guida por Garrod , que consideran que en el verso 370 -se debe leer comibus en lugar de curribias oomo dan los manuscritos, incluso el Puteanus. Por otro lado, s£ ace^ tamos la lección inoendit de los manuscritos frente a in­tendi t propuesta por Bartb^ y Klotz, que se encuentra en los códices máa recientes de la tradición maniascrita.

En primer lugar, nos llevó a aceptar inoendit el hecho de que aparezca en el manuscrito más autorizado, -Pero no podíamos seg\iir aceptando la lectura del P en -curribus puesto que eneel verso 371 vuelve a aparecer cu­rru. La posibilidad de lana lectura errada de curribus por comibus por parte del copista es completamente vero­símil. Además, estamos completamente de acuerdo con la argumentación de £· Flores^: la luna, que estaba en su -cuarto menguante (pronis,..comibua), hace aparecer de improviso su luz para que los dos esciaderos puedan des­cubrir a sus caudillos moviendo su carro, para que de -ese modo haya un completo paralelismo entre el audaz gol

1,-En su edición de Siluae, comentario a 1,2, 44-45 (Dres­de, 1827)Î "ubi (so. ed. Theb, I 370-1) tamen Jjranspo-nendas noces (so. curribtis.. .cornu) puto et legendum pronis comibtas et admoto c\irru

2,- Oxonii, 19o6. 3,- ed. de la Teb, 1664. Lipsiae 1908 4,- PLORES, E.- Interpretazioni staziane, Napoli, 1965,

pp, 5-9 ( separata de "Rendiconti dell'Accademia di Archeologia, Lettere e belle arti di Napoli", 1964)

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pe de mano al campamento de los rútulos j el hallazgo de los cuerpos de Tideo y Paretnopeo por sus escuderos a la luz de una liana más brillante que la que correppondería por su fase. Sobre este paralelismo nos habla EJE*umbholz^.

Y, en efecto, cuando encuentran los cadáveres ÌÌUB

cades, contentos como si en los miembros de Tideo y Par­tenopeo todavía palpitase la vida, los cargan sobre sus hombros y se dirigen con ellos al campamento, antes de -que el sol, que ya se aproxima, les traicione (376-382):

accepit radios et eadem percitus Hopleíaa Tydea luce uidetj longe dant signa per umbras mutua laetantes, et amicum pondus uterque, ceu reduces uitae saeuaque a morte remissos, subiecta oertrLce leuant; neo uerba, neo ausi fiere diu: props saeua dies indexque minatur ortus.

Sin embargo, los destinos no van a permitirles cumplir sus deseos, pues cuando ya estaban tan cerca -del campamento que lo veían, oyen xm ruido tras ellos. Es Anfión que, por orden de Eteocles, iba al mando de un grupo de tebanos para inspeccionar los lugares y re velar a los gixardias (385-389):

iam castra uident animisque propinquant, et decreecit onus, subiti cum pulueris umbra et sonus a tergo, moni tu ducis aiser agebat Amphion eqiiites, noctem uigilataque castra

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explorare datue

En Virgilio son también unos jinetes los que des cubren a Niso y Euríalo. Pero no van, como los tébanos,-con la misién de vigilar, sino que llevaban un mensaje -de Latino a Tumo. Y son los jinetes, no los jóvenes, 10S que están cerca del objeto de su viaje (IX, 367-371):

Interea praemissi eqtiites ex urbe Latina, cetera dima legio campis instructa moratur, ibant et T\irno regi responsa ferebant, ter centum, sentati omnes. Voléente magistro. iamque propinquabant castris murosque subibant.

Ál igual que Voléente los ve entre la pálida os­curidad de la noche con los primeros resplandores del al ba, les ordena que se detengan y les grita qiilénes son y qué hacen en esos lugares (372-377):

cum procul hos laexaa flectentis limite cernunt et galea Euryalum sxablxistri noctis in umbra prodidit immemorem radiisque aduersa ref-ulsit haud temere est uisizm, conclamat ab agmine Volcens: «•state, uiri, quae causa uiae? quiue estis in armis? quaue tenetis iter?

también Anfión descubre a los argivos a lo lejos, como sombras inciertas que se muelren̂ en las tinieblas aún no disipadas $er la Ixiz del día. Les ordena que se detengan.

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No les pregunta, oomo Voléente, quiénes son ni qué hacen. El no tiene duda: son enemigos (389-394):

primusque per auia campi usque procul -necdum tatas lux soluerat umbras-nescio quid uiau dubium incertumque moueri corporaque ire uidetj aubitus mox fraude reporta oxolamat: "cohíbete gradum quicumquo!" aod hostes esse patet.

Tanto en Virgilio como en Estacio los jóvenes sor prendidos apresuran el paso tratando de salvarse. Pero -mientras en Eneida II, 377-378 lo hacen fiándose en la -oscuridad:

nihil illi tendere contra, sed colorare fugam in siluas et fiderò noeti

dando así lugar a que los jinetes, que conocen las sen­das del bosque, rodeen por completo a Exiríalo, al que el miedo impide avanzar, mientras Niso, que so ha olvidaáo do su amigo, trata de salvarse hasta que, al no verle, -vuelve sobre sus pasos. Percibe a Euríalo asediado por -los caudillos latinos. Niso duda entro suplicar a sus ene migos que dejen libre a Euríalo o atacarlos. So decide -por esto último, por lo que Volcente, exasperado al no -sabor quién causa talea eatragos, amenaza a Euríalo, lo que provoca que Niso se presente ante sus ojos rogando por la vida de su joven amigo. Pero Volcente atraviesa -con su espada a Euríalo.

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Como decimos, también en Estacio Dimante y Hopleo avivan sn paso temblsuado no por ellos sino por los cuer­pos que llevan (394-395):

miseri pergunt anteire timentque non sibi;

pero no pueden confiarse a las sombras de una selva, pues to que la llanura está limpia de árboles. Anfión, que es­tá muy cerca, arroja una lanza que cuida no alcance a li­mante, sino que, deteniéndose delante de él, corte su -huida (395-398):

tune mortem trepidis minitatur et hastam expulit, ac uanos alte leuat eminus ictus, adfectans errare manum. stetit illa Dymantis ante oculos, qui forte prior gressumque repressit.

Epito, otro tebano, no quiere lanzar golpes inú­tiles. Por eso atraviesa a Hopleo, alcanzando incluso les inertes miembros de Tideo. Hopleo cae manteniéndose abra­zado a su señor (399-403):

at non magnanimus curauit perdere iacti;is Aepytus, et fixo transuerberat Hoplea tergo pendentisque etiam perstrinxit Tydeos armos. labitur egregii nondum ducis immemor Hopleus, exspiratque tenens -felix, si corpus ademptiam nesciat-

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Dimante, que siente acercarse la tropa tebana, -duda, como Riso, entre suplicar o enfrentarse con las ar mas a ellos. Y, como Niso, se decide por la lucha (405->

409):

Viderat hoc retro conuersus e-̂ agmina sentit iuncta Dymas, dubiías precibusne subiret an armis instantes; arma ira dabat, fortuna precari, non audere iubet: neutri fiducia coepto. distulit ira preces;

Y así lucha contra sus enemigos hasta que su ma­no izquierda es abatida y el cadáver de Partenopeo, que había depositado en el suelo, es ainrastrado por la cabe­llera. Como Niso suplica en IX, 427-430 que no maten a Euríalo sino aál, tinico responsable contra quién deben -dirigirse los ataques de los latinos:

me, me, adsum qui feci, in me conuertite ferrum, 0 Rutuli! mea fraus omnis, hinil iste nec aujsus neo pottiit; caelum hoc et conscia sidera tester; tantum infelicem nimium dilexit amicum

Dimante ruega que dejen el cadáver de Partenopeo y le con cedan vaa. poco de polvo y poder gozar de las antorchas fú-nelnces. Les pide que tengan en cuenta su corta edad y se acuerden de sus hijos. Pueden dejar su cuerpo, dice Diman te, como pasto para las aves de presa (426-430):

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si cui forte domi natorimi gaudia, si q.uis hio pater, asgrasti puero date pulueris haustus exiguamque facem! rogat, en rogat ipse tacentis uoltiis: ego infandas potior satiare uoluores, me praebete ferie, ego bella audere ooegi".

Nada nos dice Virgilio de las respuestas que los latinos dieron a Nido. Por el contrario, c\iando Niso ve caer a Euríalo se precipita contra los jinetes buscando herir a Volcente. Los rútulos le rodean, pero Niso antes de morir logra abatir al asesino de Euríalo.

Sin embargo Estacio tiene en su mente el recuer­do de Ilíada X, 382-386 en que ülises pregunta a Solón las caiisas por las que ha salido de noche del campamento troyano en dirección a las naves griegas:

Τδν δ*άπαμει,β(5μενος προσέφη πολύμητις Όδυσσεύς· θίίρσει, μηδέ τζ τοι θάνατος καταθύμιος εστω. άλλ'αγε μοι τόδε eínt καΐ άτρεκέως κατάλεξαν

δί) ούτως έπΙ νηας άπδ στρατού ερχεαι οίος νύκτα δι'όρφναίην, δτε θ'ευδοσι, βροτοι άλλοι;

y, sobre todo, los versos 405-411 en los que le pregimta sobre las actividades en el campamento troyano, dónde -tienen las tiendas, aómo se hacen las guardias y quó de-liber£ua, si quedarse cerca de las naves o volver a su oiu dad cuando hayan vencido a los aqueos:

άλλ'αγε μοι τόδε el%h καΐ ατρεκέως κατάλεξαν·

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Tiov vuv òeupo Htfi)v XC%EQ "Exxopa fioijieva XaiSv; %ov òé oi evTea uetTat ápfjVa, T I O U òé oí Imioi; TííúQ bal T G ) V akXbiv Tp(5a)v cpuXanai xe nal etival; aaaà T E | Í T ) T K 5 W O I ( Í E X Í I Í acpíatv, íí ne^áaauv aZ%i liévetv i i a p í i vrjualv ¿TidTipO'&ev, ?¡e TcdXtv 6¿ a4) ávaxwpl^aouatv, i%eX oá\iaaavT;6 Y''AxaLo{5s

Anfión dice a Dimante que, si quiere obtener el cuerpo de Partenopeo, les diga cuáles son los proyectos de los argivos, con lo que obtendrá su libertad y una -tumba para su rey (431-434):

«llamo" ait Amphion, "regem si tanta cupido condere, qxaae timidis belli mens, ede. Pelaseis, quid fraoti exsanguesque parent; cuneta ocius effer, et uita tumuloque ducis donatus abito."

Al contrario que Dolón, que obedece a ülises, Di­mante contesta a Anfión que ni ál ni Partenopeo acepta­rían jamás una sepultura a cambio de traicionar a los -griegos (436-438):

"summumne hoc cladibxas" inqiiit, "deerat, ut adflictos turparem ego proditor argos? nil eminus tanti, nec sic uelit ipse cremari."

Con su pecho abierto ppr profunda herida, cae so bre el cuerpo de Partenopeo al que, al menos, servirá de

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sepiiltura (439-441):

sic ait, et magno proscissum uolnere pectias iniecit puero, supremaque murmura uoluens: "hoc tamen interea mecum potiare sepulcro."

Al igual que Virgilio promete a sus héroes la in mortalidad en la memoria de los hombres (446-447):

Fortunati ambo! si quid mea carmina possunt, nulla dies umquam memori uos eximet aeuo.

también Estacio lo hace y, reconociendo su inferioridad con respecto a Virgilio, habla de su lira menos sonora y de su esperanza por que las sombras de Niso y -^urlalo no desdeñen asociarlos a su gloria (445-448):

uos quoque sacrati, quamuis mea carmina s\u*gant inferiore lyxa, memores superabitis annos, forsitan et comités non aspernabitur umbras Euryalus Phrygiique admittet gloria Nisi.

Segdn Krumbholz*^, a pesar de esta confesién abiBr ta de dependencia a su maestro, Estacio hace vn claro de­safio a la comparacién, un reto a que se observe cdmo su estilo se aparta del de Virgilio. Y, en efecto, mientras en Virgilio hay una objetividad en el desarrollo de la -

1 . - art. cit. p. 95

537

acción, Estacio muestra que le interesa más el colorido y sentimiento que el interés que pueda despertar la ac­ción, ya que ha anticipado con la expresión "inuida fa­ta.. " el triste final de sus héroes.

En lugar de mostrar el suceso externo, como hace Virgilio al hablar de los jóvenes sorprendidos, Estacio se detiene más en el detalle psicológico: cuando se acer­can al campamento y escuchan sus ruidos, creen que se ali geran los pesos que llevan y con el pensamiento corren más que en la realidad, pues están convencidos de que ya se encuentran en el interior del campamento.

Así pues, Estacio ha plagiado a Virgilio hasta en los menores detalles, Pero cuanto más evidente es el plagio, sobre todo en el léxico, más distintos son los -estilos.

Creemos con Vessey"^ que sería injusto considerar este pasaje como un epilio meramente ornamental. No lo -es, ya que sirve para introducir un tema que tendrá gran importancia en los libros U y III, sobre todo en este -iSltimo: la necesidad y deber sagrado de dar sepultura a los muertos.

Los dos jóvenes representan claramente la fuerza purificadera de la Pietas y se adelantan a la de Antígo-na, Argia y las mujeres de Argos,

1,- The significance,... p. 328

538

II.- INMOIACION DE BCENECEO

Capaneo exhorta a los argivos considerando que bastante tiempo han mantenido oculto su valor. Insta a los jóvenes guerreros a que le sigan. Las bajas que Tio damante ha causado entre los dormidos tebanos le hacen confiar en el éxito de su empresa. Y así los argivos se lanzan al asedio de Tebas colocándose un escuadrón en -cada una de las puertas. Fero los caballos no se atreven a franquearlas, temerosos de los enormes fosos que deben salvar. Tantas veces se acercan al borde, tantas retroce den (520-524):

iam se peditum iunxere cateruae moenibus: at patulas saltu transmittere fossas horror equis, haerent trepidi atque immane pauentes abruptum mirantxir agi; nunc impetuB ire margine ab extremo, nunc sponte in frena recedunt.

versos que nos recuerdan los de Ilíada XII, 50-57 pues tam poco los caballos de los troyanos se atrevían a franquear el foso y penetrar en el campamento aqueo, ya que teníem enormes precipicios y en su parte alta habían clavado los aqueos grandes y puntiagudas estacas para defenderse de -los troyanos:

o06¿ oí LTiTioi,

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τ<5λμων ώκΰποδες, μίλα òt χρεμέτιζον έπ'ακρφ χείλει έφεστα<5τες· ànb γ&ρ δειδίσσετο τάφρος εύρεΤ', ουτ'αρ'ύπερθορέειν σχεδόν ουτε τιερησαι ^ηϊοζΤΐΙ κρημνοί γ&ρ έπηρεφέες περί πασαν εστασαν άμφοτέρωθεν, ΰπερθεν òt σκολόπεσσιν οζέαιν f]p'fipeit το\}ς ϊστασαν υίες Αχαιών πυκνοΙίς καΐ μεγάλους, δηΐ'ων άνδρων άλεωρι^ν.

Los tebanos optan por la iSnica salvación positele: suben a lo más elevado de las murallas y, como hicieran ­las ñiemnias ante los argonautas, lanzan pieles bruñidas, dardos, masas de plomo e incluso piedras que arrancan de sus murallas ( 5 3 1 - 5 3 5 ) :

At Tyrii, quae sola salus, caput omne coronant murorum, nigrasque sudes et lucida ferro spicula et arsuras caeli per inania glandes saxaque in aduersos ipsis auolsa rotabant moenibus

que también están inspirados en el canto XII de la Ilía­da « 154­161: los aqueos lanzan piedras contra los teucros y entre los dos ejércitos àlueven dar£os a la vez que sue nan escudos y cascos por el choque de las piedras sobre ­ellos:

ot δ'αρα χερμαδίοισιV έϋδμι^των άπδ πύργων βάλλον αμυνόμενοι σφων τ'αοτών καί κλισιάων νηων τ'ώκυπόρων νιφάδες δ'ώς πιπτον εραζε,

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ας τ'ανεμος ζαής νέφεα σκι<5εντα δονι^σας ταρφει&ς κατέχευεν έπΙ χθονί πουλυβοτείρι}· ώς των έκ χειρίδν βέλεα ρέον ήμέν * Αχαιών

í]6t καΙ εκ Τρώων κόρυθες δ*άμφ*α?>ον άβτευν βαλλομένων μυλάκεσσι καΐ ασπίδες 6μφαλ(5εσσαι,

ΕΙ asedio de los argivos es cada vez más cruel y el cerco más estrecho. Los tebanos se encuentran en ima situación desesperada, lo que no coincide con Esquilo -Siete 22-23, pues Eteocles dice que la ciudad, a pesar de estar asediada, conserva una cierta ventaja:

Xpdvov γ&ρ ηδη τόνδε πυργηρουμένοις καλώς τδ: πλείω πόλεμος έκ θεων κυρεΓ·

pero que sí está de acuerdo con las versiones de Apolodo ro III, 6, 7-6 y Pausanias IX, 9, 2. Según éste los teba nos fueron arrollados en el encuentro habido con los ar­givos y se vieron obligados a refugiarse en los muros de su ciudad:

γενομένης bt πρ5ς τ$ Ίσμηνίφ μάχης έκραττ^θησαν oí θηβαΤοι τξ συμβολή, καΐ ώς έτράποντο, καταφεύγου O L V ες τδ τείχος

También nos habla de las armas arrojadizas con las que -los tebanos se defendían desde las murallas de su ciudad:

πολλούς μ&ν άπδ τοΐ5 τείχους βάλλοντες φονεύουσιν

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αοτων oí Θηβαίοι

Presos de la desesperación, los tebanos piden que se entregue el troné a Polinices, que reine durante el año que se le debe y de ese modo salve a la ciudad. Pe­ro otros gritan que ya es demasiado tarde para recurrir a la buena voluntad de Polinices, que con seguridad pre ferirà vencer (584-588):

"ueniat pactmque hio computet anniim, Cadmeosque lares ezsul patriasque salutet infelix tenebras; cur autem ego sanguine fraudes et periura luam regalie crimina noxae?" inde alii: "sera ista fides, iam uincere mauíilt"

Una muchedumbre suplicante y llorosa ruega a Ti­resias que les desvele el porvenir (589-591):

Tiresian alii lacrinls et supplice coetu orant, quodque unum rebus solamen in artis, nosse futura rogant.

También en las Suplicantes de Eharípides Eteocles desea consultar a Tiresias sobre lo que se debe hacer ­

(766-768):

" E V δ'έστίν ήμΤν άργόν, ει τι θέσφατον οίωνόμαντίς Τειρεσίας εχει φράσαι, τοΰδ * άκπυθέσθαι ταυτ'.

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Pero la situación es completamente distinta. Kien tras en la Tebaida iian transcurrido tres días de combate antes de que los argivos asedien la ciudad, y la desespe rada situación de los tebanos es producto de los estragos ocasionados por la expedición de los treinta argivos de -la noche anterior, en Eurípides todavía no se ha empezado a combatir. Por el contrario, lo que están haciendo Eteo­cles y Creonte es deliberar cómo pueden defender la ciu­dad del ataque argivo, pues un prisionero les ha informa­do de los preparativos de Adrasto y los otros caudillos. Después de pensar en situar un caudillo en cada una de -las torres tebanas, Ete'ocles afirma que es preeiso con­sultar a Tiresias. Tebas por tanto, no está en un peli­gro como el que nos muestra Estacio.

Por otra parte, Estacio sólo menciona de pasada las puertas. El combate siempre tiene lugar en la llanu­ra que se extiende fuera de la ciudad, no cerca de los -muros. Sólo para hablarnos de la inmolación de Meneceo y, más adelante, de la muerte de Capaneo, piensa en el ase­dio de las puertas,

Tiresias no quiere hablar, pues recuerda que el rey tábano no le obedeció cuando se mostraba contrario a la guerra. Por fin accede a las peticiones de los teba­nos y, tras ordenar a su hija Manto que disponga el al­tar donde observarán las entrañas de las víctimas y el comportamiento de las llamáa^ le indica que le narre lo que ve.

Manto describe cómo los extremos de las llamas -

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tienen color de sangre, que el fuego se dividen en dos -en los altares y que, sin embargo, en el centro brilla -la llama con extraordinaria claridad (598-601):

facit illa, acieque sagaci sanguíneos flammarum apices geminumque per aras ignem et clara tamen mediae fastigia lucia orta dòcet.

Tiresias anuncia entonces que se acerca el feliz día de la salvación, pero oon un cruel precio: la serpien te de Marte exige que el último descendiente de la raza de los Espartos muera. Sólo con esa condición se les pro­mete la victoria (610-615):

audite, o sontas, extrema litamina diuum, Labdacidae: uenit alma salus, sed limite duro. Blartiua inferías et saeua efflagitat angiiis sacra: cadat generis quicumque noulssimua exatat uiperei, datur hoc tantum uictojiria pacto, felix, aui tanta lucem mercede relinquet.

Creonte, que está cerca del altar donde se ha rea lizado el sacrificio, se conmueve al oir las palabras del adivino, pues comprende que se refieren a Meneceo. Queda estupefacto y con el corazón helado por el temor (617-621)

Stabat fatidici prope saeua altarla uatia maestias, adhuc patriae et tantum communia lugens

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fata, Creon: grandem subiti cura fulminis ictum, non secus at torta traiectus cuspide pectus, accipit exanimis sentitque Menoecea pesci, monstrat enim suadetque timor;

Trata de hacer callar al adivino, pero ya la Pa­ma ha divulgado por Tebas la noticia del orácoalo (624­627)

mox plenum Phoebo uatem et celerare iubentem nunc humilis genua ampieetens, nunc ora canentis nequiquam reticere rogat; iam fama sacratam uocem amplexa uolat, clamantque oracula Thebae.

En las Suplicantes Tiresias no anuncia el orácu­lo a la multitud, sino sdlo a Creonte y a Meneceo,que lo ha guiado hasta su padre. Creonte obliga al adivino a de cir el designio de los dioses, aunque Tiresias se resis­te a hacerlo sabiendo que con ello causará un gran dolor a Creonte. Cuando por fin anuncia que es preciso inmolar a Meneceo para salvar la ciudad (913­914):

σφάξαι. Μενοικέα τόνδε δει σ'ύπέρ πάτρας, σδν ΊίαΖο*, έπειδΙ) τήν τύχην αύτδς καλείς.

Creonte se enfrenta a Tiresias y, haciendo gala de una -gran soberbia, no quiere escuchar los orácu^-os de los que no tiene necesidad (921)

oh γΛρ σων με δει μαντευμάτων

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Pero Tiresias le anuncia la voluntad de los dio­ses: en el mismo lugar en que el dragdn, nacido de la ­

tierra, gusrdaba las aguas de Dirce, Meneceo debe ser in melado para dar a la tierra una sangrienta libación, pues as£ venga Marte la muerte de aquella serpiente a manos de Cadmo, Sólo así los tebanos tendrán a Marte como aliado: si la tierra recibe un fruto por el fruto destnildo y si, en compensación por la sangre vertida, recibe una sangre mortal perteneciente a la del dragón, la tierra será pro piola (931­941):

Δει τόνδε θαλάμαις, ου δράκων 6 γηγενϊ)ς έγένετο Δίρκης ναμάτων επίσκοπος, σφαγέντα φόνιον αίμα δοΒναι χο&ς Κάδμου παλιΰίν Άρεος έκ μηνιμάτων, δς γηγενει δράκοντι τιμωρεί φόνον. ΚαΙ ταΰτα δρωντες σύμμαχον κτι^σεσθ*"Αρη. Χθ&ν δ'άντί %αρ%ο^ καριιδν άντί θ'αιματος αίμ'ίίν λάβρ βρότειον, εξετ'εύμενη γην, η ποθ'ήμΤν χρυσοπί^ληκα στάχυν σχαρτων άνηκεν έκ γένους δέ δει θανεΓν τοΰδ', δς δράκοντος γένυος έκπέφυκε παις

Tiresias hace a Creonte las mismas reflexiones -que, según se desprende de los versos de Estacio, se ha­ce el tebano: ól y sus dos hijos son los únicos descen­dientes de los Espartos; Creonte lo es por línea pater­na y materna"^. De sus dos hijos, Hemón no puede ser in-

1.- Meneceo, el padre de Creonte y Yocasta, era descendien te de Penteo, hijo de Equión, uno de los Espartos.

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molado puesto que, aunque atSn no ha tocado el lecho nup­cial, está comprometido con Antígona^. Por tanto, única­mente Meneceo puede salvar con su muerte la tierra de sus cmtepasados, ya que ocasionará a los argivos y a Adrasto un amergo retomo. Pide a Creonte que elija entre salvar a su hijo o a la ciudad (947­952):

Ούτος òt πδλος τ^δ'άνείμενος ηόλει θανδιν πατρί^αν γαιαν ίκσώσειεν αν. Πικρδν δ'Άδράστω ν<5στον Άργείοισι τε θτ^σει, μέλαιναν κηρ'έπ'δμμασιν βαλων, κλεινάς τε ΘΙ^βας. Τοινδ'έλοΰ δυοΓν πότμοιν τδν έτερον η γΛρ παιδα σωσον η τίόλιν

Meneceo, que en la obra de Eurípides es testigo mudo de la conversación, no oye las palabras de Tiresias en la obra de Estacio, sino que está defendiendo una de las puertas de Tebas, la Dircea. Es la Virtixd quien le va a inspirar el deseo de una noble muerte. La diosa, -que miay pocas veces desciende a la tierra, esta vez lo hace gozosa, pues considera a Meneceo digno de ella.

Ya su pie toca la tierra, aimque su cabeza está todavía cerca del cielo (638):

iamque premit térras, nec uultus ab aethere longe

1 . - Estacio no menciona las nupcias de Antigone y Hemón en toda su obra. Es inconcebible que las desconoci£ ra, lo que nos hace pensar que elude el tema delibe radamente.

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lo que nos recuerda la descripcidn de Homero Ilíada 443 sobre el paso de Eriss

oúpav^ ío%-^piZ,e Kdpr\ nal ini x-^ovl p a í v e t

y de Virgilio Eneida IV, 177 sobre la Pama:

ingrediturque solo et caput inter nubila condit.

La diosa se reviste con la apariencia de Manto, para hacer así más creíbles las órdenes de los oráculos. Cuando encuentra a Meneceo que, como decíamos, estaba -combatiendo en la puerta Dircea junto a su hermano Hemón, detiene su brazo y le pide que deje los combates vulgares, que no son dignos de su valor, pues los astros le recla­man (662-665):

magnanime o iuuenis, quo non agnouerit ullum certius armifero Cadmi de semine Mauors, linque humiles pxignas, non haec tibi debita irLrtus: astra uocant, caeloque animam, plus concipe, mittes.

Le indica los designios divinos mostrados por Ti resias, designios que ya la Fama ha extendido por la ciu dad, que confía su salvación a 01·

Como Meneceo dudara, la Virtud insufla deseos de gloria en su corazón y se aleja del joven recuperando su verdadero cuspecto. Cuando Meneceo la ve elevarse súbita-

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mente a las nubes, grita que la seguirá y obedecerá sus indicaciones sin demora (680­681):

sequimur diuum quaecumque uocasti, nec tarde paremue.

Ya se aleja de la puerta Dircea y buaca el lugar idóneo para su sacrificio cuando se encuentra con Creon­te, su padre.

En las Suplicantes Creonte no se muestra dispue£ to a sacrificar a su hijo, lo que no haría ningtSn padre, aunque con ello no se glorifique (962­967):

TÍ δ'αν τις ειποι; δηλον ot γ ' έ μ ο ί λόγοι, Έγδ) γ&ρ ουποτ'ές τόδ*ε1μι συμφοράς, ώστε σφάγεντα παιδα προσθεΐναι πόλε ι. Πασιν γ&ρ άνθρώποισι φιλότεχνος βίος, οοδ'αν τδν αύτου παιδα τις δοίη κτανεΐν, Μι̂ μ'εολογείτω τάμα τις κτείνων τέκνα,

y suplica a Meneceo que salga del pais antes que Tiresias difunda el oráculo por toda Tebas, pues si lo hace así -se salvará y, si no, morirá (970-976):

Άλλ'εϊα, τέκνον, πρίν μαθειν πασαν πόλιν, άκόλαστ'έάσας μάντεων θεσπίσματα, φευγ'ώς τάχιστα τησδ*απαλλαχθείς χθονός· λέξει γ&ρ άρχαΐς καΐ στρατηλάταις τάδε.

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πΰλας ίφ*εηχο. καΙ λοχαγέτας μολών καν μΕν φθ(5σωμεν, εστι σοι σωτηρία* ην δ'υστερτίσ^ς, οίχόμεσθα, κατθαν^.

-̂ ^ Ì?ebaida Creonte quiere convencer a su hijo de que no crea en el oráculo anunciado, pues luien puede ser invención del propio Tiresias que, por tener un as­pecto semejante al sacrilego Edipo, puede haberse piega do a las intenciones del ciego rey, celoso del valor de Meneceo, que se distingue sobre los demás caudillos (696· 701):

ne líati, ne crede, puer! superine profanum dignant\xr stimulare senem, cui uultxis inanis exstinctique orbes et poena simillima diro Oedipodae? quid si insidiis et fraude dolosa rex agit, extrema est cui nostra in sorte timori nobilitas tuaque ante duces notissima uirtus?

Pues, le dice, su sacrificio sólo le reportará -ima gloria efímera que se desvanecerá con la muerte. No desea disminuir su valor, pues no le detendrá si lucha -con gran ardor entre los guerreros. Lo que si trata de -impedir es el suicidio (713-717):

nec timidias te flecto parens: i, proelia mis ce, i Danaas acies medioeque per obuLus enees; non teneo: liceat misero tremibunda lauare uialnera et undantem lacrimis siccare cruorem.

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teque iterum saeuis iterumque remittere bellis.

Como vemos, aunque el fin es el mismo, los argu­mentos de Creonte son distintos en ambos autores.

La reacción de Meneceo es idéntica: tranquiliza a su padre y le hace creer que no va a seguir las órdenes del oráculo. Así en Suplicantes finge obedecer a Creonte y, mientras aquel va a conseguirle dinero y aásponer su viaje, Meneceo se dirige al coro y le comunica sus pro­yectos: se inmolará para salvar la ciudad, pues sería im­perdonable traicionar a la patria. Piensa que a cualquier lugar a que se dirigiera sería considerado siempre un in fame. Por eso no obedecerá a su padre, al que pide se perdone (991­1005):

Γυναίκες, ώς εl· πατρός έξευλον φόβον, κλέψας λόγοισιν, &σθ*βοΰλομαι τυχεΓν δς μ'έκκομίςει, πόλιν άποστερ5)ν τύχης, καΐ òeiXCq. δίδωσι. ΚαΙ συγγνωστά μΕν γέροντι, τοομδν δ'ούχί συγγνώμη εχει, προδότην γενέσθαι πατρίδος η μ'έγείνατο. Ώ ς ουν αν είδητ', είμι καΐ σώσω πόλιν ψυχΐ^ν τε δώσω τησδ'ύπερθανειν χθονός. Αίσχρδν γ(£ρ· οι μέν θεσφάτων ελεύθεροι κούκ εις ανάγκην δαιμόνων άφιγμένοι στάντες παρ'άσπίδ'ουκ δκντ^σουσιν θανειν, πύργων πάροιθε μαχόμενοι πάτρας ΰπερ· íyb δέ, πατέρα καΐ κασίγνητον προδοίς πόλιν τ'έμαυτοΰ, δειλός ώς εξω χθονδς απειμ*· δπυ δ'αν ςα3, κακός φαντ^σομαι

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£n la obra de Estaolo, dice Meneceo que la causa de su emoción no se debe a los oráculos, pues no oree a Tiresias ni creería a Apolo aunque le alcanzara con trans portes profetices. Sin embargo, está triste porque ha vi£ to caer a Hemdn. Ruega a su padre que socorra a su otro hijo mientras ál corre a buscar a Etrón, hábil en cerrar heridas (731-734)

1 , refoue dubium tiu-baeue ferenti dio, parcant leuiterque uehant; ego uulnera doctum iungere supremique fugam reuocare cruoris Aetiona petam.

Las Parcas empujan a Creonte a creer a Meneceo (737) :

impellunt credere Parcae

Y así, cuando Creonte ya se ha alejado y Capaneo aparece temible a todos los tebanos, vengando la muerte de todos sus compañeros, aparece Meneceo en la parte más elevada de las murallas. Su frente brilla con resplandor divino, sus rasgos tienen la majestad de los inmortales. Lanzando un terrible grito que hace volver todas las mi­radas hacia ál, invoca a Marte y a Febo y se muestra dis puesto a cumplir el oráculo y morir por la salvación de su ciudad. Ruega que se conceda a la patria de Anfión el premio que se le ha prometido y que los dioses apacigüen

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a su padre engañado (769-773):

a l uos placlta hostia luui, si non attonltia uatle consulta recepì auribua et Thebia nondum credentibus hausi haec Amphlonlis pro me persoluite teojiia ac mihi deceptum, precor, exorate parentem.

Con su lanza libera a su alma, que ya estaba im­paciente, de los lazos que le unen al «uerpo. Su sangre impregna laa torrea y purifica los muros de la ciiidad. -Se lanza sobre sus enemigoa tratando de que su cadáver caiga en medio de elloa, pero la Piedad y la Virtud lo -recogen entre aua brazoa y lo depositan dulcemente en la tierra (774-781):

insignemque animam mucrone corusco dédignantem artus pridem maestamque teneri arripit atqtae uno quaesitam uialnere rumpit. sanguine time apargit turres et moenia liaatrat, aeque super medicus aciea, nondum ezuse remisso, iecit et in saeuos cadere est conatua Achiuoa. aat illtm amplexae Pietaa Virtusque ferebant leniter ad terras corpus;

Loa tebanoB recogen su cuerpo y, trixmfantea, lo llevan dentro de la ciudad, sobre sus hombros, sin que -se opongan los argivoa. La muchedumbre te]^ana alaba cu -

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acción y coloca su cuerpo junto a los de Cadmo y Anfión. Le rinden honores y vuelven al combate (783-791):

lamqtue intra muros nullo sudore receptum gaudentes heroa ferunt: absoesserat ultro Tantalidiam uenerata cohere; subit agmine longo colla inter iuuenum, laetisque fauoribue omni concinitur uulgo Cadmum atque Amphiona supra conditor; hi sortis, hi ueris honors solutos adcumulant artus patriaque in sedo reponunt corpiis adoratuffi. repotunt mox bolla peractie laudibus.

También en Suplicantes 1054-1059 el coro alaba a Meneceo que, aunque ha dejado a Creonte lágrimas, ha con cedido a la ciudad el honor do la victoria:

Άγάμεθ'άγάμεθ', δς έπΙ θάνατον οίχεται γας h%tp πατρίς, Κρόοντί μΙ;ν λιπίΰν γόους, τοί δ'έπτάπυργα κλ^θρα γας κάΧλίνικα θ^ίσων·

Έ1 episodio de la Inmolación de Meneceo, comple­tamento originaäL de Eurípides, ha sido recogido por otros autores posterioras a ól. Así Apolodoro nos dice que £teo cíes so valió do la adivinación para vencer a los tóbanos.

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en III, 6, 6:

καΐ, πως αν περιγένοιντο TSJV πολεμ/ων, έμαντεΰετο

y que Tiresias vaticinó que los tebanos se salvarían si Meneceo se inmolaba voluntariamente a Ares, lo que hizo éste ante las puertas tan pronto lo oyó (III, 6, 7):

Οδτος O?ÍV Θηβαίοις μαντευόμενος εΓπε νικί^σειν, έ&ν ΜενοικεΙίς ¿ Κρέοντος "Άρει σφάγιον αύτδν έπι-δίδφ· τοΰτο άκουσας Μενοί,κεΙ>ς ¿ Κρέοντος, έαυτδν πρδ των πυλίδν δσφαξε.

Pausanias, ΙΧ, 25» 1 nos muestra la ubicacién de la tumba de Meneceo, el hijo de Créente, que se suicidé obedeciendo el oráculo de Febo. Su sepulcro está cerca -de la puerta Neiste:

θηβαίοις &t τίδν πυλίδν Ιστιν έγγΰτατα τί5ν Νη ισ­τίων Μενοικέως'μντίμα το15 Κρέοντος» άπέκτεινε 6t έκου σίως αότδν κατ& τδ μάντευμα τ6 έκ Δελφών, τ̂ νίκα Πο­λυνείκης καΐ ¿obv ahx^ στρατδς άφίκοντο έξ Α ρ ­γούς.

Εη lurth. Gr.(Ed. Westermann) ILVIII, 377 encontra­mos recogida esta versión, que es un resumen de los ver sos de Eurípides:

Ό ΜενοικεΙίς Κρέοντος ?)V υιός, βασιλέως Θηβών,

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πολεμουμένης οδν της Ιδζας πατρίδος των θηβ{3ν υπό των έπτΛ στρατηγών έχρησμ^δησε Τειρεσίας μ^ίντις -ων, παράυτίκα παύσεσθαι τδν πόλεμον καΐ εσεσθαι, αύτοΤς νίκην, εΐ τοΧ> βασιλ.ικοχ5 γένους των αυτοχ­

θόνων των άναδοθέντων έκ έαυτδν δφ πρδς άναίρεσιν· μαθί3ν τοΐ5το ο ΜενοικεΙ)ς καΐ θ^λων Ιλεΰθερίίσαι ττίς πολιορκίας τήν πόλιν, "εδωκεν έαυτδν πρΒς άναίρε-σιν δίχα τοί5 πατρός αύτου Κρόοντος'.

Entre los latinos. Cicerón incliaye a Meneceo en una lista de los que han alcanzado la gloria al morir -por su patria, en Tuflculanaa I, 48, 116s

Menoeoeus non praetarmlttitur, qui item oracxilo edito largìtue est patriae suum sangoinem.

Juvenal alude tambión a su sacrificio en Sátiraa u v , 238-243:

quarum amor in te quantus erat patriae deciorum in pectore, quantum dilexit Thebas, si Grascia uera, Menoeceus, : in quorum sulcls legiones dentlbue angula cim cllpeis naacuntur et hórrida bella oapessunt continuo, tamquam et tublsen surrexerit una.

Veaaey^ encuentra un gran paralelismo entre Core-

1.- The significance...pp. 329-330

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ì>o j Meneceo. Si Corebo fue el más slgnificatlTO de los jayones guerreros argivos, Meneceo destaca sobre los te baños. Ambos van a la muerte sin titubear, con el deseo do librar a su ciudad do la desgracia, siguiendo las in dicacionos de los diosos. Así como Corebo suplica que se alejo de Argos la nube que la asola, Meneceo pido que so conceda a su ciudad la victoria que le ha sido prometida.

Ambos están asistidos por Pietas y Yirtoa y es asta la que anima a Moneoeo; pero, oomo Cfirma P. Venl-nl^, aianque su efecto os instantáneo y evita cualquier titubeo, Estacio se esfuerza en realzar la verosimilitiad psieoláglca dosoribiendo a Meneceo como particialarmento idòneo para sor elegido por la Yi#tud.

También Higino en Éu fábula 78 nos habla do la inmolacién del joven tebano:

coteri cum Thobas oppugnaront et Thebani regibus suis diffiderent, Tiresias Eueris filius augur praomonuit, si ex dracontea progenie allquis interiisset, oppldum ea ciado liberarl. Monoecous cum uidit so unum ciuium salutom posse redimere, muro se praecipitauit; Theba­ni uiotoria sunt potiti.

Higino se aparta tanto de Eurípides como de Esta­d o ya que, para él, la inmolacién do Meneceo tiene Iti-gar después do la muerte rocíppoca de los hermanos.

1.- Furor o psicologia.... p. 208

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III.- OAPAHEO ASALTA LOS MOROS BE TEBAS

Al disponerse a hablar da Capaneo, Estacio afir­ma que no puede cantar como loa demáa poetaa. Freolaa de la ayuda de todaa laa musas de Aonia, para que expliquen si el furor que dominaba a Capaneo habla sido enviado -por el reino de las sombras y las propias Eumánides mar­chaban bajo los estandartes del argivo eon la intención de declarar la guerra a Júpiter (829-833):

non mihi iam solito uatum de more canendum maior ab Aoniis posoenda amentia lucia: mecum omnea audete deas! siue ille profunda missua noote furor, Capaneaqua signa secutae arma louem contra Stygiae rapizare sórores.

Ya le parece poco a üapaneo la lucha en tierra; mira con desprecio los cadáveres amontonados y, despuás de lanzar todos sus dardos y los de los griegos, levanta la mirada a los miaros de Tebas y mide su altura (837-840)

Iam sordent terrena uiro taedetque profundae oaedis, et exhaustis ollm Graiumqus suisqus missilibus lassa respexit in aethera dextra. ardua mox toruo metitur culmina uisu.

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También en Peniolas 180-181 Capaneo calcula la escalada y mide la altixra de loe muros t

*Εκεΐνος προσβάσεις τεκμαίρεται, πΰργων ανω τε καΐ κάτω τείχη μέτρων

Capaneo se apodera de una larga escala que le ser •irá para subir a las torres de febas; hace sonar sus ar­mas , que alumbra una gran antorcha, y grita que éae es el camino para destruir Tebas, por ellí le gufa su audacia. Asaltando los mismos muros donde ha sido vertida la san­gre de Heneceo demostrará lo que pueden los sacrificios y si Apolo engafSa (841-847):

innumerosque gradus, gemina latos arbore cluses, aerium sibi portât iter, longeque timendus multifidam quercum flagranti lumino uibrat; arma rubent ima clipeoque incenditur ignis, "hae" ait, "in Thebas, hac me imbet ardua uirtus ire, Menoeoeo qua lubrica sanguine tiirris. experiar, quid sacra iuuant, an falsus Apollo.**

Con estas palabras, se dispone a escalar los mu ros de Tebas. Los oadmeos lanzan sobre Capaneo todo tipo de piedras e. incluso utilisan la honda balear^ j redoblan los dtiros golpes con el uso de catapultas (656-859):

1 · - Anacronismo que demuestra hasta quá punto se basa Es tacio en la estrategia militar romana para describir los combates de su obra.

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omnibus e teotis oertatim ingentia saza roboraque et iialidas fundas Balearia habenas-nam iaoulia eaeloqua magia apes unde aagittia?-uerua auidi et tormenta rotant et molibua urgent.

Fero nada detiene a Capaneo, qua avanza auapendl do en el aire tan aeguro oomo ai anduviera en tierra fir me. Finalmente alcanza lo máa alto de loa muroa. Se pone de pie aterrorizando con su inmenaa sombra a los tebanos 7 grita que ninguna gloria Ta&j en destruir los muros que han sido levantados al son de una lira"^ (873-877):

humilisne Amphionis arces, pro pudor! hi fáciles carmenque imbelle secuti, hi, mentita diu Thebarum fabiila, muri? et quidam egregium prostemere moenia molli structa lyra?

Sa dedica a desmembrar los muros que, al perder sus soportes, empiezan a derrúmbalas. Capaneo lanza los enormes sillares contra las casas y templos de la ciudad, con lo que Tebas está en peligro de ser destrozada por -sus propias murallas.

los dioses, animados de sentimientos diversos, -tiemblan agrupados alrededor de Júpiter. Baco pregunta a su padre que ddnde tiene los rayos, Apolo tiembla al ver

1.- Anfión y Zeto, hijos de Zeus y Antiope, rodearon con murallas la ciudad de Tebas. Mientras Zete cargaba -las piedras. Anfión se limitaba a atraerlas con el -melodioso son de su lira.

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caer las mtirallas levantadas ba;}o sns auspicios. Hércu­les, que tiene simpatías a los dos ejércitos, extiende su arco y duda contra quién lanzar sus flechas. Perseo llora por Argos, la ciudad de Bánae; Venus por el pueblo de Harmonía, al tiempo que mira con odio a Marte. Palas insulta a los dioses protectores de Aonia{ y Juno calla, torturada por el feros silencio de Júpiter (883-896)s

lamque louem circa studiis diuersa fremebant Argolioi Tyriique dei; pater aequus utrisque aspicit ingentes ardentum oomminus iras seque obstare uidet. gemit inseruante nouerca Idber et obliquo respectans lumino patremi "nunc ubi saeua manus, meaque heu conabula flamnae, fulmén, io ubi fulnm?" ait. gemit auctor Apollo, quas dedit ipse, domos; Lemam Thebas que rependi t maestus et intento dubitat Tirynthius arcu; maternos plangit uolucer Danaeius Argos; flet Ventis Hcurmoniae popules metuensque mariti stat prooul et tacita dradiuum respicit ira. increpat Aonios audax Sritonia diuos, Xunonem tacitam furibunda silentia torquent.

Jdpiter, en cambio, no pierde la calma. Cuando -Capaneo lanza sus gritos a los otros admirándose de que ninguno de los dioses, sobre todo Baco y Hércules, defien da la ciudad, y reta al propio Júpiter, al que considera el único con el que puede tetirse, mostrándole la tierra

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de Sémele y preguntándole si sdlo sabe lanzar rayos con­tra las mujeres y destruir el palacio de Cadmo (899-906)

"nullane pro trepidis" clamabat, "numina Thebis statis? ubi infandae segnes telluris alumni, Sacchus et Alcides? pudet instigare minores, tu potius nenias -quis enim concurrere nobis dignior? en ciñeres Semeleaque biasta tenentur-nunc age, nunc totis in me conitere flammis, luppiter! an pauidas tonitz>u turbare puellas fortior et soceri tiarres exscindere Cadmi?"

los dioses profieren gritos de indignacidn. Pero Júpiter ríe. Pregunta si los hòmbres.jao tienen bastante con los combates de Plegra, pues es preciso golpear también a Ca paneo*^. Los dioses urgen al lento dios y Juno no se atre ve a oponerse a los designios de los destinos.

El cielo comienza a resonar y a oscurecerse, avi so para Capaneo de la ira divina. Pero ál, a la vez que estalla la tormenta y brillan los relámpagos, grita que esos son los fuegos que quiere lanzar sobre Tebas y con ellos reavivar el fuego de sus antorchas (923-926):

tenet ille tamen, quas non iiidet, arces, fulguraque attritis quotiens micuere procellis, "his" alt, "in Thebas, his iam decet ignibus uti, hinc renouare faces lassamqiae accendere quercum."

1.- La gigantesca estatura de Capaneo hace muy adecuado el símil cenia Gigantomaquia.

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Todavía hablaba cxiando le alcanza el rayo de Já piter, lanzado con toda fuerza. Su yelmo desaparece en las nubes, el centro de su escudo, ennegrecido por el -rayo, cae. Todos los miembros de Capaneo brillan (927-930)

talia dicentem teto loue fulmén adactum corripuit: primae fugere in nubila cristas, et clipei niger umbo cadit, iamque omnia lucent membra uiri.

Los dos ejércitos retroceden, pues temen dudando sobre cuál de ellos va a caer. Capaneo siente qvud la lia ma lo devora. Trata de arrancarse la coraza, pero solo ·> encuentra los restos de hierro calcinado. A punto de mo­rir apoya el pecho en los muros, tratando de no caer. Pe ro sus miembros mortales le abandonan y su alma se despo ja de ellos (930-938)»

oedunt acies, et terror utrimqLue, quo ruat, ardenti feriat quas corpore turmas, intra se stridere facem galeamque comasque sentit, et urentem thox*aca jpepellere dextra conatus ferri cinerem sub pectore tractât, stat tamen, extremumque in aidera uersxis anhelat, pectoi>aque inuisis obioit fumantia muris, ne caderet: sed membra uirtxm terrena relinquunt, exuiturque anim-us;

£1 orgullo de Capaneo, su amenaza a los dioses y

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la alusión a su muerte está reseñada por Esquilo en Sie* te 421­431:

Τουτψ μέν οδτως ευτυχείν δοΐεν θεοί* ΚαπανεΙ)ς δ*έπ**Ηλ€κτραισιν εϊλςχεν πΰλαις, γίγας δδ'αλλος τοΰ πάρος λελεγμ^νου μείζων, ο κ<5μπος δ'ού κατ'ανθρωπον φρονεί, πύργοις δ'άπειλεΐ δείν', α μί) κραίνοι τύχη· θεου τε γίιρ θέλοντας έκπίρσείν %6λιν

καΐ μϊ) θέλοντας φησιν, ohbt τί)ν Δι<5ς ερίν ηέδοι σκ^ίψασαν έμποδών σχεθεΐν· τ&ς δ * άστρατκίς τε καΐ κεραυνίους βολάς μεσημβρινοΤσι θάλπεσιν προοτ^κασεν.

Sófocles alude al castigo de Capaneo en Antigona 127-133 cuando el coro dice que Zeus siente horror por -las bocas insolentes, pues ha sometido con su rayo al que pretendía entonar un canto de victoria:

Ζε^ς γ&ρ μεγάλης γλώσσης κόμπους ύπερεχθαίρει, καί σφας έσιδδϋν πολλφ ^εύματι προσνισσομένους, χρυσοΰ καναχϊίς δπεροπλίαις, παλτφ ^ιπτει πυρί βαλβίδων έπ* άκρων Ι)δη

νίκη δρμίΠντ'άλαλάξαι.

Εη Edipo en Colono 1318-1319 Polinices nombra -

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los caudillos que se le han unido y al llegar a Capaneo dice de él que pretende destruir con el fuego la ciudad de Tebas:

¿ πέμπτος δ'εδχεται κατασκαφξ Kαπαvεbς τδ θήβης αστυ δ^μώσειν πυρί

£η Eurípides encontramos numerosas indicaciones sobre Capaneo. Así en Fenicias 182-189 vemos una premond cien de su muerte en el deseo de Antígona de que la lla­ma del rayo, que hace callar la jactancia orgullosa, cas tigue al que pretende imponer la servidumbre a los teba­nos:

Ηέμεσι καΐ Διδς βαρύβρομοι βρονται, κεραυνού τε φως αίθαλίεν, σΰ το ι μεγαλαγορίαν ύπεράνορα κοιμίζεις* δδ*εστίν, αίχμαλωτίδας δς δορί Θηβαίας Μυκήναις φησΙν Λερναί*^ τε δώσειν τριαίνα ποσειδανίοις Άμυμωνίοις υδασι, δουλείαν περιβαλών;

En 1172-1186, versos que indudablemente haninflisi do en Estacio, Capaneo avanzaba con una larga escala y -gritaba que ni siquiera la llama de Zeus impediría que -Tebas cayera en sus manos. Franqueaba los muros defendién

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dose con el escudo de las piedras que le lanzarían j, cuan do ya arrancaba los muros, Zeus lo golped con su rayo y le hizo caer a tierra envuelto en fuego:

ΚαπανεΙ>ς 6t τιΐάς είποιμ'αν ώς έμαίνετο; Μακραΰχενος γ&ρ κλίμακας προσαμβάσεις εχων έχώρει, καΐ τοσ(5νδ*έκ<5μπασε, μηδ'αν τδ σεμνδν ntJp vtv είργαθεΓν Δι,δς τδ μή ού κατ*άκρων περγάμων έλεΓν π<5λιν» ΚαΙ ταί5θ*αμ*ήγίρευε καΐ πετροΰμενος άνειρφ'ύτϊ'αύτήν άσπίδ'είλίξας δέμας, κλίμακας αμείβων ξέστ'ένηλάτων βάθρα, "Ηδη δ*υπερβαίνοντα γείσα τειχέων βάλλει κεραυνφ Ζευς νιν· Ικτΰπησε 6h χθων, ώστε δεΤσαι πάντας» έκ 6h κλιμάκων ειλίσσετ'· ές γ?)ν δ'εμπυρος πίπτει νεκρ<5ς

Εη Suplicantes 496-499, el heraldo tebano que ha llegado a Atenas pregunta si no es justo que Capaneo ha­ya caído carbonizado por el rayo de Zeus, puesto que con una escala pretendía asaltar los miaros de lebas y destnair^ la, quisiezra el dios o no:

OC τδρ'ετ'^ρθίος Καπανέως κεραΰνιον δέμας καπνοΰται, κλιμάκων δρθαστάτας δς πρασβαλ&ν πύλαισιν ώμοσεν πόλιν πέρσειν θεο!5 θέλοντβς ίίν τε μf] θέλρ;

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En 860-871 encontramos mi retrato de Capaneo com pietemente distinto del que nos da la tradicidn. En su -panegírico, Adrasto no muestra a Capaneo como orgulloso y soberbio, sino que, por el contrario, a pesar de ser -rico, no tenía más orgullo que un pobre. Era defensor de la frugalidad en las comidas, amigo sincero de sus amigos, tanto presentes como atusantes y jamás dirigía palabras -duras a sus conciudadanos o siis esclaTOss

*Ορας xb λ(£βρον oZ βέλος διέπτατο; ΚαπανεΙ)ς δδ'έστίν f βίος μέν πολΰς, ί̂ κιστα δ'δλβφ γαίίρος φρόνημα òt οίδέν τι μείζον εϊχεν η πένης άνΐίρ, φεόγων τραπέζαις δστις έξογκοΐτ'αγαν, τάρκοΰντ'άτίζων ού γ&ρ έν γαστρδς βορξ το χρηστών είναι, μέτρια δ'ΙξαρκεΤν εφη. Φίλος τ'άληθί^ς ^ν φίλοις παροΰσί τε καΐ μί) παροΰσιν* δν αριθμός ου πολύς· άφέυδές ^θος, εύπροσήγορον στόμα, δκρατόν ohòtv οδτ'ές οίκέτας λέγων ουτ'ές πολίτας.

Diodoro Sículo nos dice así mismo que el argivo encontró la muerte mientras intentaba escalar los muros de Tebas, en IV, 65, 8:

ΚαπανεΙ)ς δΐ βιαζόμενος καΐ διδ: κλίμακας άνα-βαίνων έπί τ5 τείχος έτελεύτησεν.

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versión que igualmente recoge Âpolodoro en III» 6, 7:

καΐ Καπανεί)ς αρπάσας κλίμακα, έπΙ xb. τείχη δι* ahx^ç άν^ει·

y Pausanias IX, 8, 7 nos habla de la leyenda segán la -cual Capaneo fue herido por un rayo cuando realizaba un violento ataque contra las fortificaciones tebanas:

Καπανέα τον *Ιππ<5νου βιαι,οτέρας ποιοΰμενον προς το τείχος τ&ς προσβολές βληθηναι κεραυνφ λέγουσι

Ovidio en Metamorfosis ΙΣ, 404-405 nos presenta el augurio de Temis de que Capaneo sólo podrá ser venci­do por Júpiter:

Capaneusque nisi ab loue uinci haud poterit,

muerte que indica en Ibis 469­470:

Aut louis infesti telo feriare trisulco ut satus Hipponoo.

Tambión Higino recoge la versión tradicional so­bre la aotittid y mueirte de Capaneo en Fábulas 68 Α·

Capaneus contra louis uoluntatem Thebas se capturum dixit, et cum murum ascenderet fulmine ab loue est

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percusstis,

Como vemos, todas las fuentes coinciden en resal tar la fiereza de Capaneo. La rSnica excepción es justifl cable, pues Adrasto hace una alabanza de cada uno de los caudillos que lucharon contra Tebas y muestra sus virtu­des, ocTiltando sus más sacrilegos defectos.

Estacio ha tenido buen cuidado de mostramos ese orgullo y fiereza de modo que no nos sorprendiáramos por el último acto de Capaneo. Así en el libro III nos ha ha biado de su impaciencia por combatir, el poco respeto -que siente por los dioses, de cuya ayuda duda en múltiples ocasiones y, lo que es más importante, su irreverente ac titud con Anfiarao cuando el adivino hablaba de los desas tres que los oráculos animciaban a los argivos si ataca­ban Tebas, actitud irreverente que de nuevo encontramos en la decisión de Capaneo de asaltar la misma torre en -que se habla inmolado Meneceo.