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DOCUMENTOS DE TRABAJO FCEA
ISSN 1909-4469 / ISSNe 2422-4642
Departamento de Contabilidad y Finanzas
APROXIMACION A LA MEDICION DE LA
LEGITIMIDAD ORGANIZACIONAL Y LA
REPUTACION DE DOS BANCOS COLOMBIANOS
Alina Gómez Mejía Jhonny Grajales Quintero
Wilson Alexis Usme Suárez
Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, FCEA
Año 2016 No.21
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DOCUMENTOS DE TRABAJO FCEA
ISSN 1909-4469 / ISSNe 2422-4642
Documento de Trabajo FCEA ISSN 1909-4469 / ISSNe 2422-4642
Año 2016 No. 21
Aproximación a la medición de la legitimidad organizacional y la reputación de dos bancos colombianos
Autores: Alina Gómez Mejía. [[email protected]] Jhonny Grajales Quintero. [[email protected]]
Wilson Alexis Usme Suárez. [[email protected]]
Departamento de Contabilidad y Finanzas
WEBSITE: wp_fcea.javerianacali.edu.co
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Enero de 2016 La serie de Documentos de Trabajo FCEA pone a disposición para el análisis, discusión y retroalimentación de la comunidad académica los avances y
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sometidos a procesos de evaluación formal por pares internos ni externos a la Facultad. Se espera que muchos de estos documentos posteriormente sean
sometidos a evaluación en publicaciones especializadas.
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no comprometen institucionalmente a la Facultad de
Ciencias Económicas y Administrativas, ni a la Pontificia Universidad Javeriana Cali.
Año 2016 No.21
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Contenido
0. INTRODUCCIÓN
1. FUNDAMENTACION TEÓRICA
2. METODOLOGÍA
2.1 DESCRIPCIÓN DE LAS VARIABLES
3. RESULTADOS
4. CONCLUSIONES
5. TRABAJOS CITADOS
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APROXIMACION A LA MEDICION DE LA LEGITIMIDAD
ORGANIZACIONAL Y LA REPUTACION DE DOS BANCOS
COLOMBIANOS
Alina Gómez Mejía [email protected]
Jhonny Grajales Quintero
Wilson Alexis Usme Suárez
Departamento de Contabilidad y Finanzas
Pontificia Universidad Javeriana Cali
RESUMEN
La legitimidad y la reputación organizacional son conceptos normalmente asociados a la
aceptación social de las actividades que una organización desarrolla en un sistema social.
Algunos autores han expresado su preocupación respecto del cumplimiento de la función
social de los bancos en el contexto colombiano debido al bajo nivel de bancarización y a
la importancia que tienen las inversiones de portafolio a expensas de la cartera de crédito.
Este estudio busca medir la legitimidad y la reputación organizacional de los bancos
comerciales en Colombia usando el método desarrollado por Deephouse y Carter (2005).
Estas medidas pueden ser útiles para estudios posteriores que permitirían establecer si
hay una relación entre la legitimidad y la reputación organizacional de los bancos
comerciales y el nivel de bancarización del país.
Palabras clave: Legitimidad organizacional; reputación; función social de los bancos.
Clasificación JEL: L14; G21; D23; M10.
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AN APPROACH TO THE MEASUREMENT OF ORGANIZATIONAL
LEGITIMACY AND REPUTATION OF TWO COLOMBIAN BANKS
ABSTRACT
Organizational legitimacy and reputation are concepts normally associated to the social
acceptance of the activities that one organization develops in a social system. Some
authors have expressed their concern about the accomplishment of social function of
banks because of the low level of bancarization in Colombia, but also because the
importance of their investments portfolio at the credit portfolio expense. This study aims
to measure organizational legitimacy and reputation on commercial banks in the
Colombian context using the method developed by Deephouse and Carter (2005). These
measures could be useful in order to establish if there are a relationship between
organizational legitimacy and reputation and the bancarization level of the country.
Key words: Organizational legitimacy; reputation; social function of banks.
JEL Classification: L14; G21; D23; M10.
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0. Introducción
Las instituciones bancarias cumplen una función social asociada a la coordinación entre
oferentes y demandantes de recursos financieros. A propósito, Madura (2001) sostiene
que “Son necesarias las instituciones financieras para resolver los problemas causados
por las imperfecciones del mercado […puesto que, en efecto,] Sin las instituciones
financieras, los costos de información y transacción de las operaciones en los mercados
financieros serían sumamente elevados” (p. 8). La función social de los bancos
trasciende, entonces, el clásico axioma planteado por Friedman (2007), a propósito de
que la única responsabilidad social de las empresas es aumentar las ganancias para los
accionistas; de este modo, independientemente de las implicaciones teóricas,
epistemológicas o ideológicas que pueda conllevar la adscripción a los postulados
planteados por Friedman, las instituciones bancarias tienen una función de coordinación
ante la imperfección de los mercados, función asociada a su utilidad social.
En el ámbito colombiano, la Constitución Política, en su artículo 335, señala que las
entidades relacionadas “con el manejo, aprovechamiento e inversión de los recursos de
captación” (República de Colombia, 1991) son consideradas de interés público y son
sujetos de intervención por parte del gobierno; la Constitución también señala que el
marco regulatorio debe promover la democratización del crédito. Además, el Reporte de
Estabilidad financiera del Banco de la República (2012) expresa la importancia de la
intermediación eficiente de los flujos financieros y su aporte al mantenimiento de la
estabilidad macroeconómica.
Por otro lado, en la ley se reconoce la importancia social de las instituciones bancarias.
Esto se ha hecho evidente en la intervención estatal para sortear ciertas coyunturas del
sistema financiero. Prueba de la preocupación del Estado colombiano por garantizar el
cumplimiento de la función social de las instituciones financieras es la creación del
Fondo de Garantías de Instituciones Financieras (FOGAFIN) y su posterior
reestructuración mediante el Decreto 2331 de 1998. En otras palabras, la intención estatal
de regular la actuación de estas instituciones se hace evidente en el decreto de marras
desde su mismo encabezado:
Por el cual se dictan medidas tendientes a resolver la situación de los sectores
financiero y cooperativo, aliviar la situación de los deudores por créditos de
vivienda y de los ahorradores de las entidades cooperativas en liquidación,
mediante la creación de mecanismos institucionales y de financiación y la adopción
de disposiciones complementarias (República de Colombia, Decreto 2331, 1998).
Además, el Decreto 2331 de 1998 plantea en sus considerandos, la necesidad de “diseñar
esquemas que permitan proteger la estabilidad patrimonial de las entidades financieras de
naturaleza solidaria, y la eficaz intervención del Fondo de Garantías de Instituciones
Financieras a través de los apoyos e instrumentos que la ley prevé” y dota al FOGAFIN
de los recursos e instrumentos necesarios para sortear “las particulares circunstancias por
las que atraviesan los establecimientos de crédito” (República de Colombia, Decreto
2331, 1998). La legislación sobre las instituciones financieras y las actuaciones del estado
demuestran, entonces, el respaldo institucional al funcionamiento de las entidades
bancarias y la existencia de una función social por su parte.
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A pesar de la importancia de las entidades bancarias, tanto en términos sociales como en
términos macroeconómicos, cada vez son más críticas las voces que señalan el
incumplimiento de dichas funciones. El título del libro de Jairo Orlando Villabona, Un
país trabajando para los bancos, es bastante indicativo sobre las críticas que se le
plantean a las entidades financieras. Dichas críticas se fundamentan en su excesivo
margen de rentabilidad, la alta concentración del sector, los altos márgenes de
intermediación, la poca bancarización lograda y la baja democratización del crédito
(Villabona, 2015).
El aumento de la crítica social hacia los bancos ocasiona que estos reaccionen con
estrategias que les permitan buscar su legitimidad ante la sociedad. Dicha legitimidad
se basa en la figura del contrato social, [puesto que] las empresas existen por
voluntad de la sociedad y, por tanto, son contempladas en virtud de las expectativas
sociales. La empresa tiene que desarrollar sus actividades de manera congruente
con los valores sociales y además, tiene que comunicar, dar a conocer que
efectivamente está actuando de acuerdo con dichos valores (Martínez y Aranguren,
2010, p. 119).
Esto coincide con lo planteado por Boltanski y Chiapello (2002), a nivel del sistema
capitalista en general, cuando describen las maneras en que el capitalismo refina las
formas de control para recuperar su autonomía consentida, aunque las nuevas formas de
control se revelan posteriormente para dar paso a nuevas críticas al capitalismo. Este
proceso da paso a lo que los autores franceses llaman “bucles de recuperación”, en otras
palabras, el capitalismo atiende a las críticas sociales, aunque después se planteen nuevas
críticas. Esta capacidad de adaptación del sistema económico se considera fundamental
para la legitimidad social del sistema.
Así pues, para los bancos es importante ser legítimos ante la sociedad en la medida en
que su funcionamiento puede ser más expedito si la sociedad valida como necesaria su
existencia. Además, la legitimidad incide directamente en la reputación empresarial de
los bancos, en tanto es una de las diferentes imágenes proyectadas por la organización
ante los consumidores. Aunque la legitimidad se relaciona directamente con la
reputación, existen diferencias entre ambos conceptos.
En este sentido, con el propósito de establecer las diferencias entre legitimidad y
reputación, Deephouse y Carter (2005) realizan un estudio empírico en una muestra de
bancos comerciales, teniendo en cuenta que se trata de un sector sometido a fuertes
presiones institucionales y competitivas que ocasionan que tanto la legitimidad como la
reputación sean importantes. De esta forma, utilizando regresiones lineales múltiples,
construyen un indicador de legitimidad organizacional y otro de reputación. Sus
resultados les permiten concluir que existen diferencias entre los dos conceptos, puesto
que mientras el isomorfismo estratégico es crucial para la legitimidad no lo es igualmente
para la reputación. Los autores también sugieren la necesidad de incluir en otros estudios
sobre este tema otras dimensiones de la legitimidad y otros atributos organizacionales de
la reputación.
Este trabajo tiene como objetivo medir, de forma exploratoria, la legitimidad
organizacional y la reputación del Banco Davivienda y del Banco de Bogotá. Se
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considera que los índices de legitimidad y reputación diseñados por Deephouse y Carter
(2005) pueden constituirse, al menos preliminarmente, en una medida aproximada de la
legitimidad y la reputación de los bancos colombianos. Aproximada porque el contexto
institucional en Colombia es diferente al ambiente empírico evaluado por dichos autores,
pero cercana por la pertinencia de las variables usadas, entre las cuales se encuentran: el
isomorfismo estratégico, entendido como la orientación de las actividades de los bancos
hacia determinados segmentos; el desempeño financiero, medido a través del rendimiento
sobre los activos; la antigüedad de los bancos y el monto de los activos como medida de
su tamaño. Los resultados de la investigación mencionada deben servir para la
construcción de un índice de medida de la legitimidad y la reputación que se adecúe al
contexto colombiano.
Tras esta introducción, el documento presenta los aspectos teóricos fundamentales para la
investigación; posteriormente, se exponen con detalle los aspectos metodológicos de la
misma. Finalmente se presentan y discuten los principales resultados.
1. Fundamentación teórica
La legitimidad aparece como uno de los conceptos centrales dentro de la teoría
institucional (Scott, 1995; Deephouse, 1996). Muy cercano a los orígenes de la
legitimidad y compartiendo algunos de sus elementos conceptuales aparece la reputación
organizacional (Deephouse & Carter, 2005). El vínculo entre estos dos conceptos
aplicados al estudio de las organizaciones puede establecerse a través del enfoque basado
en recursos (Wernerfelt, 1984) aunque ambos conceptos tienen fundamentos sociológicos
(Ashforth & Gibbs, 1990; Deephouse & Carter, 2005). En este enfoque, tanto el
crecimiento (Penrose, 1959) como la desaparición de la organización (Koenig, 1985)
dependen de los recursos que la organización se procura en el mercado o factores
genéricos de producción (Gómez, 2012), gracias a su legitimidad (Ashforth & Gibbs,
1990), y a los recursos raros que desarrolla, entre los cuales está su reputación (Hall,
1992).
En el enfoque basado en recursos, la supervivencia de las organizaciones depende del
desarrollo de ventajas competitivas, lo cual es posible gracias a la posesión en forma
semipermanente de recursos raros (Wernerfelt, 1984). A diferencia de los factores
genéricos de producción, es decir “las personas, la maquinaria y el capital” (Miles &
Snow, 1994), los autores de esta corriente denominan como recursos raros a aquellos
activos que son específicos de la organización, difícilmente imitables y que no tienen un
mercado para intercambiarlos (Wernerfelt, 1984).
La legitimidad organizacional se entiende como la capacidad de la organización de
responder y adherirse a las normas, valores, reglas y expectativas de un sistema social
(Deephouse, 1996; Deephouse y Carter, 2005). De esta forma, en la medida en que una
organización alcance un mayor nivel de legitimidad debido al desarrollo de la función
social que desempeña, se esperaría que le fuera más fácil procurarse los factores
genéricos de producción (Ashforth y Gibbs, 1990). Por otro lado, la reputación
organizacional puede definirse como un estatus que pretende establecer una especie de
jerarquía entre organizaciones, permitiendo realizar comparaciones entre ellas
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(Deephouse & Carter, 2005), en consecuencia, la reputación es un resultado de la gestión
de la organización, un objetivo a alcanzar.
Al aplicar estos conceptos al análisis de los bancos como organizaciones, se puede
entonces deducir que un banco tendría un mayor nivel de legitimidad en la medida que
desarrolle su función social, esto es la intermediación financiera entre los ahorradores y
las actividades productivas, y de esta forma procurarse los factores genéricos de
producción, al tiempo que desarrolla una reputación, lo que la conduciría a crecer. Por
otro lado, en la medida en que un banco no desarrolle su función social adecuadamente,
es posible que esto le haga perder legitimidad y que su crecimiento pueda verse en
peligro.
Tal como se había dicho antes, las entidades de crédito justifican su existencia como
mecanismo para solucionar los problemas que, en términos de costos de transacción y de
asimetrías de información, emergen como consecuencia de la imperfección de los
mercados financieros. En efecto, la presencia de asimetrías de información (Akerlof,
1970), trae como consecuencia una serie dificultades para el funcionamiento de los
mercados financieros, por el surgimiento de fenómenos como la selección adversa, el
riesgo moral y los costos de agencia (Barona, Gómez, González, & Torres, 2008).
Según Stiglitz y Weiss (1981), en situación de equilibrio, los prestamistas establecerán
una tasa de interés que deje un exceso de demanda para los préstamos. Sin embargo, la
presencia de asimetrías de información puede conducir al fenómeno de racionamiento de
crédito en los mercados financieros, cuando se combina con la selección adversa, debido
a que el riesgo de los proyectos de cada empresa no es observable. En tal caso, los
prestamistas no pueden discriminar entre buenos o malos prestatarios en los contratos de
crédito. La solución tampoco pasa por un incremento de las tasas de interés, ya que
cuando estas aumentan, los prestatarios que son relativamente buenos salen del mercado,
aumentando el riesgo de los préstamos y posiblemente disminuyendo las utilidades
esperadas de los prestamistas. Esto significa entonces que a mayores asimetrías de
información es más probable que los bancos se vean en la necesidad de restringir la
colocación de créditos y por tanto de cumplir con su función social, lo que resulta por
demás paradójico si se tiene en cuenta que estas asimetrías justifican en efecto su
existencia.
Dadas las particularidades de la investigación exploratoria, para los fines de este trabajo
se concibe, no una hipótesis en su sentido fáctico, sino apenas una hipótesis de trabajo
que facilite el abordaje del objeto de estudio. En este sentido, se plantea que:
H1: Los índices de legitimidad y reputación diseñados por Deephouse y Carter pueden
constituirse en una medida aproximada de la legitimidad y la reputación de los bancos
colombianos.
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2. Metodología
El presente estudio se inscribe dentro de los estudios exploratorios (Babbie, 1996)
porque, al replicar el método para la medición de la legitimidad organizacional y
reputación, se intenta evaluar la posibilidad de construir índices para estas variables que
sean aplicables al contexto colombiano y que puedan permitir la realización de un estudio
mucho más profundo que relacione estas variables con el cumplimiento de la función
social de los bancos en Colombia.
Por otro lado, este es, en parte, un estudio de réplica porque pretende evaluar la
aplicabilidad en Colombia de una herramienta de investigación (índices de legitimidad y
reputación) aplicada previamente en un contexto diferente (Estados Unidos).
Para construir la base de datos necesaria para usar el método desarrollado por Deephouse
y Carter (2005), se seleccionó como período de análisis el año 2014, se recurrió a los
estados financieros trimestrales, a los indicadores de calidad de la cartera y solvencia de
los bancos colombianos, información obtenida del sitio Web de la Superintendencia
Financiera. Igualmente, se recurrió a los artículos publicados por los tres diarios de
circulación nacional a propósito de los bancos objeto de estudio, que resultaron ser 509
para el año 2014. Estos datos fueron tratados con técnicas de análisis de datos mixtas.
2.1 Descripción de las variables
a) Legitimidad ante reguladores financieros
Deephouse y Carter (2005) miden esta variable a través de los rankings del gobierno
federal que clasificaba los bancos en tres categorías de modalidad discreta, a partir del
índice de capital total y del tamaño organizacional, esto es, “capitalizados
adecuadamente”, “mínimamente capitalizados” y “descapitalizados”. En el caso
colombiano, se propone medir esta variable a través del índice de solvencia básica que
reporta la Superintendencia Financiera, porque ofrece la ventaja de ser una variable
aleatoria continua. En Colombia, con la entrada en vigencia del Decreto 2555 de 2010,
que cambia las condiciones de solvencia a partir de agosto de 2013, el valor de solvencia
básica debe ser al menos 4,5% y para la solvencia en general del 9%. La solvencia
general se diferencia de la solvencia básica en el hecho de incluir, además de los recursos
propios básicos, los recursos propios de segunda categoría como la deuda subordinada.
b) Reputación financiera
Deephouse y Carter (2005) miden la reputación financiera mediante la relación de calidad
de los activos calculados a partir de los datos de Call Report. Estos autores calculan este
índice usando la siguiente fórmula:
En el caso colombiano se propone medir la reputación financiera a través del índice de
calidad de cartera por morosidad que reporta la Superintendencia Financiera. Se utiliza
este índice en la medida en que se considera que la calidad de la cartera es un indicador
de buena gestión de los bancos.
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c) Legitimidad pública
Deephouse y Carter (2005) consideran que los periódicos son una buena fuente para
identificar el conocimiento, las valoraciones y opiniones que las comunidades presentan
frente a los bancos locales. Por eso se revisan los periódicos más consultados por la
comunidad observada, seleccionando los dos diarios metropolitanos que tenían mayor
circulación en la zona. En el caso colombiano, se seleccionaron todos los artículos que
mencionaban a los bancos objeto de estudio en los tres diarios de circulación nacional.
Después de tener la muestra, al igual que en el caso de Deephouse y Carter (2005), se
codificaron los artículos, para lo cual se definió que una unidad de contenido equivalía a
la evaluación de un banco en un artículo, en términos de su legitimidad. Las unidades de
contenido se califican como “desfavorable”, “neutro” o “favorable”. Se considera
desfavorable la unidad de contenido que evidencia que se pone en cuestión la acción de
un banco determinado, o su misión, estructura organizacional o desempeño. Las unidades
de contenido son favorables cuando inciden en la aceptación del banco por parte de la
comunidad, y se califican como neutras cuando la noticia no repercute en la aceptación
del banco.
El rango de esta variable es (-1, 1), donde 1 indica que la totalidad de artículos recibieron
la calificación de “favorable”, -1 indica que en su totalidad los artículos fueron
desfavorables, y 0 indica un equilibrio entre las dos categorías. Deephouse y Carter
(2005) calculan esta variable dividiendo el número total de unidades de cada categoría
entre el total de artículos. Para realizar la codificación en el presente trabajo, uno de los
autores leyó todos los artículos de la muestra y los clasificó de acuerdo con las categorías
indicadas. Luego, otro investigador leyó el 7% de los artículos y efectuó la clasificación
según los respectivos criterios. Este procedimiento buscaba evaluar la fiabilidad de la
codificación, que resultó ser del 93%.
d) Reputación pública
Para la medida de la reputación pública se utilizó la misma muestra de artículos usada
para medir la legitimidad pública, aplicando una categorización enfocada en la
reputación. Así, una unidad de contenido se califica como “favorable” cuando se
evidencia que un banco es elogiado por sus acciones. Entre las acciones elogiadas se
encuentran: premiaciones o reconocimientos, donaciones, alianzas organizacionales en
favor de la sociedad. Una calificación “desfavorable” se da cuando un banco es criticado
por sus acciones. La calificación neutral se asigna a los artículos que muestran el
desempeño de los bancos sin juicios de evaluación, relacionados principalmente con
funciones propias de los bancos. Entre las acciones que reciben la calificación de
“neutro” se encuentran las relacionadas con tasas de crédito, inversiones estratégicas,
expansión de mercado, movimiento de las acciones, etc. También se califican como
“neutras” las unidades de contenido que presentan un balance entre favorable y
desfavorable.
El rango de esta variable es (-1, 1), donde 1 indica una cobertura favorable, -1 significa
que la cobertura es desfavorable y 0 indica que hay un equilibrio entre ambas categorías.
Para realizar el cálculo de esta variable, se utilizó el mismo procedimiento que con la
variable de legitimidad pública. De igual forma, se evaluó la fiabilidad de la codificación
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con una segunda revisión y categorización del 7% de los artículos con una fiabilidad del
93%.
e) Isomorfismo estratégico
Deephouse y Carter (2005) midieron el isomorfismo estratégico de un banco mediante la
“conformidad estratégica”, es decir, el grado en que las estrategias de una organización se
parecen a las estrategias convencionales de la industria. De esta forma, la estrategia de
inversión, es decir la composición de la cartera por tipo de crédito, de cada banco se
comparó con el valor medio de la industria y el resultado se expresa como una desviación
estándar. En el caso colombiano, se seleccionaron las siguientes cuentas: efectivo,
depósitos, operaciones de trading, crédito individual, crédito comercial, leasing y otros
créditos, propiedad planta y equipo, y otros activos. Debido a que la estrategia es vista de
manera integral, los valores absolutos de las desviaciones estándar de las asignaciones a
los diferentes rubros de los activos se sumaron para cada banco con el fin de producir una
medida holística y de mayor simplicidad. Al multiplicar por -1 se creó una escala para la
cual los valores más positivos indican un mayor isomorfismo.
f) Desempeño financiero (ROA)
Deephouse y Carter (2005) miden el rendimiento financiero mediante el retorno sobre los
activos (ROA), porque es el indicador financiero más usado y mejor valorado durante el
período de análisis. El cálculo del ROA equivale a la proporción de los ingresos netos en
el promedio del total de activos.
3. Resultados
Los indicadores de reputación financiera y la legitimidad ante reguladores financieros
del Banco de Bogotá y Davivienda para el año 2014 se presentan en la Tabla1.
Tabla 1 Reputación financiera y legitimidad ante reguladores de Banco de Bogotá y
Davivienda para el año 2014 por trimestres
Banco Trimestre Legitimidad ante
reguladores
(relación de solvencia
básica)
Reputación financiera
(índice de calidad de la
cartera por morosidad)
Bogotá 1 12,60% 2,5%
2 12,47% 2,3%
3 12,64% 2,4%
4 14,06% 2,3%
Media 12,9% 2,4%
Davivienda 1 7,94% 3,7%
2 7,73% 4,1%
3 7,36% 3,8%
4 6,88% 3,5%
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Media 7,5% 3,8%
Fuente: Superintendencia Financiera (2014a; 2014b)
La relación de solvencia básica busca garantizar un mínimo de capital a los
establecimientos de crédito con el objeto de “proteger la confianza del público en el
sistema y asegurar su desarrollo en condiciones de seguridad y competitividad”
(República de Colombia, 2010) y así resguardarlas de posibles choques financieros. Es
por esto que para esta relación se establece en un requerimiento mínimo del 4,5%.
Teniendo en cuenta lo anterior se podría considerar que cuanto mayor sea la relación de
solvencia mínima de un banco, mayor sería su legitimidad ante los reguladores. Así al
revisar los datos de la Tabla 1, la relación de solvencia básica del Banco de Bogotá supera
en cada uno de los trimestres del 2014 la del Banco Davivienda. De esta forma, se podría
afirmar entonces que ambas instituciones son legítimas ante el ente regulador, y que
dicha legitimidad es mayor para el Banco de Bogotá que para Davivienda.
En cuanto al índice de calidad de la cartera por morosidad, la regulación colombiana no
establece un tope, caso en el cual puede usarse como parámetro el promedio de la
industria que se situó en 3,4% para el año 2014. Así, si un banco tiene un índice mayor al
promedio de la industria se podría afirmar que su reputación financiera es menor que la
del promedio y viceversa, esto es que su reputación financiera es mejor que la de la
industria cuando su índice de morosidad de la cartera se sitúa por debajo del promedio de
la industria. Siguiendo este razonamiento, y dado que en el caso del Banco de Bogotá el
índice de calidad es inferior al promedio de la industria, se puede afirmar que el Banco de
Bogotá tiene una mejor reputación financiera que la industria.
Tabla 2 Legitimidad y Reputación públicas de Banco de Bogotá y Banco Davivienda
durante el 2014
Banco Trimestre Legitimidad Pública Reputación Pública
Bogotá
1 96,88% 65,63%
2 56,25% 37,50%
3 50,00% 41,18%
4 65,52% 51,72%
Davivienda
1 66,67% 20,00%
2 46,88% 37,50%
3 70,83% 54,17%
4 51,52% 39,39%
Fuente: los autores con base en la revisión de los artículos de prensa.
En la tabla 2 se muestran los resultados de la medición de la legitimidad y la reputación
pública de los bancos objeto de estudio durante el 2014. Si se toma como parámetro que
tanto la legitimidad como la reputación superen el 50%, se puede concluir que la
legitimidad pública de ambas entidades tiene en general un comportamiento positivo, a
pesar del comportamiento del Banco Davivienda durante el segundo trimestre del año.
Pero no sucede igual con la reputación pública que aunque arranca muy bien para el
Banco de Bogotá a inicios de 2014, termina lesionándose aunque para el último trimestre
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del año se recupera. En el caso del Banco Davivienda su reputación pública por el
contrario solo resulta positiva en el tercer trimestre de 2014.
En la tabla 3 se presentan el isomorfismo estratégico y el desempeño financiero, medido
por el rendimiento sobre los activos (ROA), de los bancos de Bogotá y Davivienda. Si se
toma como parámetro que el isomorfismo estratégico debería acercarse a 1, cuanto más
se aleje de este valor menor isomorfismo presenta el banco con respecto a los promedios
de la industria. Al revisar los datos de la tabla 3 se evidencia que salvo en el caso del
Banco de Bogotá para el tercer trimestre de 2014 donde el valor del isomorfismo se
acerca a 1, no es posible afirmar que estas dos instituciones presenten isomorfismo
respecto de la composición de sus activos. En cuanto al desempeño financiero aunque los
valores de ROA son diferentes para estas instituciones, se presenta una tendencia al alza
durante el periodo de análisis.
Tabla 3 Isomorfismo estratégico y desempeño financiero de Banco de Bogotá y Banco
Davivienda durante el 2014
Banco Trimestre Isomorfismo
estratégico
Desempeño
financiero
Bogotá
1 0,032761 0,72%
2 0,028224 1,18%
3 1,304164 1,63%
4 0,000064 2,25%
Davivienda
1 0,698896 0,69%
2 3,359889 1,11%
3 2,582449 1,46%
4 0,263169 1,83%
Fuente: los autores con base en Superintendencia Financiera
4. Conclusiones
Después de haber realizado este análisis es posible afirmar que las variables
seleccionadas para la aplicación del modelo de Deephouse y Carter (2005) en el contexto
colombiano puede ser usadas para este fin, pues guardan relación con las variables del
modelo original y tienen poder explicativo. Sin embargo, aún es necesario trabajar sobre
la variable isomorfismo estratégico para mejorar las interpretaciones de la misma.
Finalmente, esta revisión, también permitió evidenciar algunos problemas que se pueden
presentar en el tratamiento de los datos. En efecto, los cambios en la regulación
financiera sobre el índice de solvencia pueden afectar la comparabilidad de los datos para
fechas previas a agosto de 2013.
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5. Trabajos citados
Akerlof, G. A. (1970). The Market for "Lemons": Quality Uncertainty and the Market
Mechanism. The Quarterly Journal of Economics, 84(3), 488-500.
Ashforth, B. E., & Gibbs, B. W. (1990). The Double-Edge of Organizational
Legitimation. Organization Science, 1(2), 177-194.
Babbie, E. (1996). Diseño de Investigación. In E. Babbie, Manual para la práctica de la
investigación social. (p. 2). Bilbao: Desclée De Brouwer.
Banco de la República. (2012). Reporte de Estabilidad Financiera.
Barona, B., Gómez-Mejía, A., González, D., & Torres, J. (2008). The evolution of the
structure of the Colombian banking sector and the creation of companies.
Zeitschrift für Sozialmanagement, 6(1), 31-53.
Chiapello, L., & Boltanski, E. (2002). El nuevo espíritu del capitalismo. Madrid: Akal.
Colombia, R. d. (1991). Constitución Política. Bogotá: Centro de Documentación
Judicial.
Colombia, R. d. (1998). Decreto 2331 . Bogota: Diario Oficial.
Deephouse, D. L. (1996). Does Isomorphism Legitimate? The Academy of Management
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