¡Bendito sea Dios!
ESTATUTOS DE LA
ASOCIACIÓN LAICAL ECLESIAL
APÓSTOLES DE LA EUCARISTÍA
Asociados a la Congregación de Hermanas
Siervas de Jesús Sacramentado
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Í N D I CE
Pág.
Presentación 5
Antecedentes 7
Capítulo I Naturaleza y fin 9
Capítulo II Espiritualidad 12
Capítulo III Apostolado 15
Capítulo IV Forma de vida 17
Capítulo V Formación 19
Capítulo VI Gobierno y Administración 24
Capítulo VII Dimisión personal y
supresión de grupo 26
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PRESENTACIÓN
Con ocasión del XVI Capítulo General Su
Santidad Juan Pablo II saluda cordialmente a
las Religiosas Siervas de Jesús Sacramentado, y
pide al Espíritu Santo que las asista e ilumine
siempre para que, con la ayuda de su gracia,
encuentren los caminos más adecuados para
vivir hoy su consagración religiosa, y para
seguir realizando con renovada entrega la
misión evangelizadora en plena adhesión al
Magisterio de la Iglesia. Al mismo tiempo, el
Santo Padre las exhorta a aportar la riqueza de
su carisma, promoviendo entre los fieles la
actitud contemplativa de adoración y plegaria al
Santísimo Sacramento.
Con estos sentimientos, e invocando la maternal
protección de la Santísima Virgen de
Guadalupe, el Sumo Pontífice imparte la
implorada Bendición Apostólica, que extiende
complacido a todas las religiosas de ese
Instituto.
En respuesta a la exhortación de S.S. Juan
Pablo II, en los acuerdos del XVI Capítulo
General se establece que a nivel Congregación
se prepare un proyecto que facilite la
organización de grupos apostólicos que quieran
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colaborar en la obra de la evangelización desde
nuestro carisma. (Cf. Acuerdos XVI Cap. Gral. Vida
apostólica 10).
Con la confianza en Dios y el deseo de extender
el amor a Jesús Sacramentado, invocando la
protección de la Santísima Virgen se dan a
conocer los presentes estatutos del grupo
“Apóstoles de la Eucaristía”.
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ESTATUTOS DE LA ASOCIACIÓN
LAICAL ECLESIAL
“APÓSTOLES DE LA EUCARISTÍA”
ANTECEDENTES
“Los cristianos han de ejercer el apostolado
aunando sus esfuerzos.
Sean apóstoles tanto en el seno de sus familias
como en las parroquias y diócesis, las cuales
expresan el carácter comunitario del
apostolado, y en los grupos cuya constitución
libremente decidan”. (A.A. 18).
1. En la ciudad de Guadalajara, Jalisco,
México, el 25 de noviembre de 1904, nace la
Congregación de Hermanas Siervas de Jesús
Sacramentado, obra inspirada por el Espíritu
Santo al Siervo de Dios Silviano Carrillo
Cárdenas, ofrecida como desagravio por un
robo sacrílego cometido en el templo de la
Purísima el 18 de julio de 1901 en Ciudad
Guzmán, Jalisco, y destinada a la adoración
del Dios Eucaristía y a la educación cristiana
de la niñez y de la juventud. Al día siguiente
de la fundación, las Hermanas Fundadoras se
trasladaron a Ciudad Guzmán, Jalisco, para
establecerse en la casa matriz. La
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Congregación recibe la aprobación Pontificia
el 17 de diciembre de 1940.
2. La Congregación de Hermanas Siervas de
Jesús Sacramentado, al celebrar el Primer
Centenario de su fundación en noviembre del
año 2004, ha extendido sus servicios
apostólicos, además de la República
mexicana, en Estados Unidos, Guatemala,
Perú, Chile y Argentina atendiendo un total
de sesenta y nueve instituciones educativas
donde las Siervas aman, adoran y enseñan a
amar a Jesús Sacramentado.
3. Desde los inicios del Instituto, su fundador el
Siervo de Dios Silviano Carrillo Cárdenas,
hizo extensiva la espiritualidad de la
Congregación en la “Sociedad de obreras
eucarísticas”, que organizó y delineó su
objetivo en los estatutos que fueron norma
para este grupo de seglares, bajo la
orientación y guía de las Siervas de Jesús
Sacramentado.
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CAPÍTULO I
NATURALEZA Y FIN
“Nuestra Congregación vendrá a ser, con la
demás instituciones similares, un poderoso
auxiliar de la Iglesia, en la tarea magnífica de
la salvación del mundo. ¡Dios lo quiera!” (ESC
880-3).
4. La Asociación Laical Eclesial “Apóstoles de
la Eucaristía” es una asociación de laicos que
forman una familia apostólica y viven la
esencia de su compromiso bautismal que los
impulsa al servicio de Cristo y de la Iglesia,
unidos en el amor a Jesús Eucaristía y a la
Santísima Virgen María. Portan como
distintivo un signo eucarístico.
5. El “Apóstol de la Eucaristía” es un cristiano
comprometido con Cristo y con la Iglesia por
medio del bautismo (Cf. Rom. 8, 5). Se propone
responder al llamado de Dios, desde su
estado de vida, siguiendo la espiritualidad
que el Siervo de Dios Silviano Carrillo legó a
la Congregación de Hermanas Siervas de
Jesús Sacramentado, con la ayuda maternal
de la Santísima Virgen María.
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6. “¡Bendito sea Dios!” expresa el saludo
fraterno y el lema de los asociados, quienes
consagrados por el bautismo como
“sacerdocio real y nación santa, ofrecen sus
obras a Dios como hostias espirituales,
dando testimonio de Cristo en todo el
mundo”. (AA. 3).
7. Los “Apóstoles de la Eucaristía”, como
cristianos de fe viva y convencida, son
conscientes de su misión en la Iglesia y en el
mundo, auténticos adoradores y
propagadores del amor a Jesús Eucaristía y
como mensajeros del Amor de Dios por el
hombre, promueven la dignidad personal y
los valores que fortalecen la unidad familiar
para transformar las realidades del mundo
con su testimonio. “El que permanece en mí
y yo en él, ese da mucho fruto, porque sin mí,
nada podéis hacer”. (Jn. 15, 5).
8. Fieles a la Iglesia: unidos en espíritu al Santo
Padre y a la Iglesia local, unen sus energías
para construir el Reino de Cristo. Los
corazones de todos los asociados palpitan a
impulso de lo verdadero, lo bello y de lo
bueno. (Cf. SC. U.C. 18-06-1894).
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9. Los “Apóstoles de la Eucaristía”, asimilan
con fidelidad las características peculiares de
la espiritualidad que el Siervo de Dios
Silviano Carrillo Cárdenas legó a las
Hermanas Siervas de Jesús Sacramentado y
colaboran en lo posible en la educación
cristiana. Viven la unión con Cristo en su
vida personal, crecen intensamente en ella y
son apóstoles tanto en sus familias como en
las parroquias o diócesis. (Cf. AA 18). Son
hombres y mujeres que no se avergüenzan de
ser lo que son y viven atentos a las
necesidades de los pobres, ya que promover
al hombre según el Evangelio es acercarlo y
hacerlo crecer en Cristo: es humanizarlo y
cristianizarlo. (Cf. Mensajes Núm. 57).
10. Como María, Reina de los Apóstoles, que
con sencillez y humildad, hizo de su vida una
ofrenda continua, los “Apóstoles de la
Eucaristía” unidos con su Hijo Jesucristo,
colaboran con pasión en la obra del Salvador.
11. La vocación laical es una opción libremente
madurada como respuesta a la llamada del
Señor y requiere una adecuada formación.
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CAPÍTULO II
ESPIRITUALIDAD
“Mi tesoro es la Eucaristía” (Silviano Carrillo).
“Del mismo modo que Cristo se hace pan
partido y sangre derramada, todos los
cristianos, están llamados a dar la vida por los
hermanos, en unión con la del Redentor. (Juan
Pablo II)
12. El “Apóstol de la Eucaristía” crece en la
vivencia de la espiritualidad, aprovecha las
ayudas comunes a todos los fieles,
particularmente con su participación activa
en la Liturgia, recurre con frecuencia a la
gracia de los sacramentos de la Eucaristía y
Reconciliación y ejercita la fe, la esperanza
y la caridad, que lo capacitan para
perfeccionarse en el espíritu de las
bienaventuranzas. (Cf. A.A. 4-5).
13. La espiritualidad de quienes pertenecen a
esta Asociación, está centrada en Cristo
Eucaristía, quien es la fuente inagotable de
la fidelidad al Evangelio, en ella se realiza
la plena identificación y configuración con
Cristo y el contacto frecuente con este
misterio lo transformará en un alma
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contemplativa capaz de inmolarse con
Cristo y ponerse al servicio de los demás.
Al realizar todas sus actividades irradia el
amor a Jesús Sacramentado y se convierte
en testigo que atrae a todos al amor
eucarístico. (Const. 5; Juan Pablo II, 2 de feb. 2005).
14. El “Apóstol de la Eucaristía” tiene como
medios para crecer en su vida espiritual:
Lectura de la Sagrada Escritura, que es
alimento para la vida.
La oración diaria en donde aprende a
ver y juzgar todo a la luz del encuentro
personal con el Señor.
La celebración de la Eucaristía
dominical y un día, al menos por
semana, como centro de su vida al
unirse al Sacrificio de Cristo por la
redención de los hombres.
Un tiempo de adoración al Santísimo en
la semana para contemplar a Cristo e
impregnarse de su espíritu.
Visita frecuente al Santísimo como
manifestación de fe y amor.
Rezo del Santo Rosario como
manifestación de amor a la Santísima
Virgen.
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15. Tiene como modelo a la Santísima Virgen
quien asociada a su Hijo Jesús desarrolla
todas sus capacidades y responsabilidades
humanas a favor de los hombres. El Apóstol
de la Eucaristía la ama, la venera, imita sus
virtudes, propaga su devoción y le
encomienda las obras de la Congregación. (Cf. Jn. 2, 1-10; P 293).
16. El cumplimiento de los deberes de su
propio estado, realizado por amor, lo
conduce a la santidad a la que Dios lo
llama.
17. La caridad fraterna es la expresión de su
vivencia eucarística y en un ambiente de
comunión, la proyecta a todos los que le
rodean.
18. El “Apóstol de la Eucaristía” tiene plena
confianza y devoción a Señor San José, ya
que es el esposo de María, el custodio de
Jesús y protector de la Iglesia, por eso lo
invoca diariamente y está seguro de su
patrocinio. (Cf. Redemptoris Custos 29).
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CAPÍTULO III
APOSTOLADO
“La vocación cristiana es vocación al
apostolado, el cual la Iglesia ejercita por medio
de todos sus miembros. Es en el mundo en
donde los seglares están llamados a ejercitar el
apostolado.” (Apostolicam Actuositatem, 2).
19. La fecundidad del “Apóstol”, depende de su
unión vital con Cristo, lo afirma el Señor:
“Ninguna rama puede producir fruto por sí
misma, sin permanecer unida a la vid” (Jn.
15, 4). La vida se nos ha dado para
entregarla en amor y servicio a Dios y a
nuestro prójimo. (Cf. Silviano Carrillo).
20. El “Apóstol de la Eucaristía” es testigo de
Cristo Eucaristía con la honradez,
laboriosidad y coherencia de su vida, de
acuerdo con sus propias responsabilidades
familiares y profesionales; con su
preparación espiritual y apostólica, con su
participación fraterna en las alegrías,
esfuerzos y dolores de quienes están a su
lado, y con apertura generosa colabora en la
Pastoral de la Iglesia. (Cf. A.A. 6).
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21. El apostolado que se realiza a la sombra de
la cruz de Cristo es el más efectivo. Los
enfermos asociados, desde el lecho del
dolor apoyan la misión de la Iglesia y el
apostolado de la Congregación. “Ahora me
alegro de padecer por ustedes, pues así voy
completando en mi existencia terrena y a
favor del cuerpo de Cristo que es la Iglesia,
lo que aún falta al total de sus
sufrimientos”. (Col 1, 24).
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CAPÍTULO IV
FORMA DE VIDA
“...Sean muy humildes, muy trabajadores, muy
amantes de la oración, y muy visitadores del
Santísimo.” (Cf. ESC 1775).
“Esos son los hombres que necesita hoy la
Iglesia, no pusilánimes que se avergüencen de
ser lo que son. Con almas de ese temple se
puede llegar muy lejos”. (S.C. L.O. 08 -05-1910).
22. El “Apóstol de la Eucaristía”, es
instrumento de paz y vínculo de caridad en
su familia, en el grupo y en todo tiempo y
lugar, tiene como distintivo el mandamiento
del amor.
23. Elabora un compromiso de vida grupal
desde la fe, según el Evangelio y de acuerdo
con el carisma de la Congregación de
Hermanas Siervas de Jesús Sacramentado,
el cual evalúa periódicamente el grupo.
24. Es impulsado por el amor a Jesucristo
Sacramentado y la extensión de su Reino,
practica obras de caridad a favor de los
pobres y necesitados.
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25. Ama a la Iglesia católica, a la Congregación
de Hermanas Siervas de Jesús
Sacramentado y al grupo al que pertenece y
da testimonio de fidelidad.
26. Asiste con asiduidad a las reuniones
establecidas y participa activamente en
ellas.
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CAPÍTULO V
FORMACIÓN
La formación cristiana es “un continuo proceso
personal en la maduración de la fe y de
configuración con Cristo, según la voluntad del
Padre con la guía del Espíritu Santo”.
La formación de los fieles laicos tiene como
objetivo fundamental el descubrimiento cada
vez más claro de la propia vocación. (Cf.
Christifideles Laici 57-58).
27. El Objetivo de la formación de los
asociados es ayudar y acompañar al
aspirante a discernir la propia vocación y a
madurar la vocación laical de apóstol de la
Eucaristía, hasta asumir un compromiso
responsable en la Iglesia, a través de una
promesa.
28. Los requisitos para ingresar a un grupo de
“Apóstoles de la Eucaristía” son los
siguientes:
a) Ser mayor de edad.
b) Ser católico.
c) Conocimiento y amor a la Iglesia y a la
Congregación SJS.
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d) Hacer una solicitud por escrito.
e) Recibir una preparación adecuada, de
acuerdo a las etapas de formación.
29. Es indispensable la formación de los
Apóstoles de la Eucaristía, mediante un
proceso vocacional en los siguientes
aspectos:
a) FORMACIÓN HUMANA
Que el apóstol de la Eucaristía, logre una
síntesis orgánica de su vida que le dé
unidad y plenitud a su ser.
b) FORMACIÓN CRISTIANA
Que el laico madure en la profundización
de su fe y su caridad, crezca en la unión con
Dios para hacer más evangélica su vida.
Esto requiere de una acción sistemática de
catequesis, de promoción cristiana de la
cultura y de un conocimiento de la doctrina
social de la Iglesia. (Cf. Christifideles Laici 60).
c) FORMACIÓN EN EL APOSTOLADO
Que el laico adquiera una conciencia cada
vez más clara de su propia vocación a la
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santidad que lo impulse con espíritu
decidido y alegre al servicio de Cristo y de
la Iglesia y movido por la caridad que
procede de Dios haga el bien a todos sus
hermanos. (Cf. Apostolicam Actuositatem 4).
d) FORMACIÓN EN EL CARISMA DE
LA CONGREGACIÓN DE LAS SJS
Que el apóstol se identifique con Jesús
Sacramentado. Que realice en su vida los
fines del sacrificio eucarístico y como fruto
de esa vivencia, ame, adore y haga amar a
Jesús Sacramentado. (Cf. Constituciones 5.)
30. ETAPAS DE LA FORMACIÓN:
a) Formación inicial (de uno a tres años).
Comprende tres fases:
- Iniciación.
- Profundización.
- Compromiso. Se expresa en una Promesa
que se renueva cada año.
b) Formación permanente.
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El “Apóstol de la Eucaristía”, consciente de
su compromiso debe intensificar el
esfuerzo diario en su formación en los
diferentes aspectos, de acuerdo al plan de
formación de esta sociedad.
31. La fórmula del compromiso es:
Yo________________________________ (Cada uno dice su nombre)
“Apóstol de la Eucaristía”, unido(a) a
Cristo y a la Iglesia por medio del
bautismo, me comprometo a ser
adorador(a) y propagador(a) del amor a
Jesús Sacramentado, a ser testigo del amor
del Padre, por la acción de su Espíritu, a
vivir los valores del Evangelio y a dar
testimonio, con la coherencia de mi vida, de
acuerdo a mis responsabilidades familiares
y profesionales, en fidelidad a la Iglesia y
en comunión con la Congregación de
Hermanas Siervas de Jesús Sacramentado.
Pido la protección de la Santísima Virgen y
de Señor San José para cumplir fielmente
estas obligaciones. Así sea.
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32. La formación debe ser adecuada a la
situación de edad y preparación humana y
cristiana de los aspirantes.
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CAPÍTULO VI
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN
“...Que sean por su confianza en el Altísimo,
merecedores de sus misericordias; que
posean una caridad inagotable, y que
realicéis obras dignas de su Religión y de su
Dios”. (1ª. Carta Pastoral. Siervo de Dios Silviano
Carrillo).
33. La asociación laical eclesial de “Apóstoles
de la Eucaristía” es animado a nivel
diocesano por una Hermana Sierva de Jesús
Sacramentado y por el Asistente
eclesiástico, que acompañará las labores
conjuntamente con la hermana responsable.
34. La función del Sacerdote nombrado por el
Obispo diocesano como Asistente
eclesiástico, es constatar y corroborar que
los grupos de “Apóstoles de la Eucaristía”
sean siempre fieles a la Iglesia, se
mantengan en comunión eclesial y
conserven su propia identidad, de acuerdo a
su ser y quehacer como lo indican sus
estatutos.
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35. Los grupos de “Apóstoles de la Eucaristía”,
han de estar en comunión y respetuosa
obediencia con la autoridad eclesiástica
local, dentro de los lineamientos de la
Pastoral Diocesana y Parroquial en todo lo
concerniente a su apostolado y atento a las
orientaciones del Asistente eclesiástico y el
capellán nombrado por el Obispo
Diocesano para la comunidad religiosa.
36. Cuando el grupo de “Apóstoles de la
Eucaristía” esté integrado y tenga la
formación requerida en los estatutos para
asumir compromisos en la asociación, se
elegirá la mesa directiva, por un año, con
posibilidad de reelección hasta por dos
períodos más.
37. La mesa directiva es integrada por el
presidente, secretario y tesorero. Funciona
bajo la vigilancia de la hermana
comisionada local, quien proclama en su
oficio a cada uno de los miembros electos,
una vez que han aceptado prestar el servicio
e informa al asistente eclesiástico.
38. Compete a la mesa directiva, la integración
del grupo, colaborar en la formación, la
promoción de la comunión y la
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participación y el empeño apostólico, de
acuerdo al carisma de la Congregación de
Hermanas Siervas de Jesús Sacramentado.
39. Es función del presidente:
Presentar anualmente a la hermana
comisionada local el plan de actividades.
Convocar y coordinar las reuniones
ordinarias del grupo.
Representar al grupo, cuando sea
requerido, en actos eclesiales o
acontecimientos especiales de la
Congregación.
Dirigir la evaluación anual y presentarla a
la hermana comisionada local.
40. Es función del secretario:
Llevar y actualizar el registro de
pertenencia de cada uno de los
asociados.
Tomar lista de asistencia en las
reuniones.
Asentar las actas correspondientes a los
actos más significativos de la vida del
grupo. Entre ellos la admisión y
pertenencia al grupo.
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Preparar con el presidente la planeación
y evaluación anual correspondientes.
41. Es función del tesorero:
Administrar los recursos que el grupo
voluntariamente requiera de acuerdo a
sus propias actividades y acuerdos
establecidos.
Realizar los gastos ordinarios o aquellos
acordados por la mesa directiva.
Dar cuenta de su administración a la
mesa directiva y al grupo.
42. Puede haber un grupo en cada colegio o
comunidad de Hermanas Siervas de Jesús
Sacramentado. La sede de los grupos donde
sesionarán los “Apóstoles de la Eucaristía”
será autorizada por la hermana superiora o
directora, de cada comunidad o colegio,
siempre con la aprobación del Obispo
Diocesano.
43. De entre los grupos de “Apóstoles de la
Eucaristía” pertenecientes a una misma
Diócesis, se elegirá una mesa directiva de la
Asociación, a quien compete participar en
las reuniones o asambleas en las que se
convoque a las Asociaciones Laicales
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Eclesiales a nivel diocesano. Se informará
oportunamente el domicilio en donde
sesiona la mesa directiva. Al presidente se
le denominará dirigente diocesano de la
Asociación laical de “Apóstoles de la
Eucaristía”. Cuando los grupos
debidamente aprobados se hayan
consolidado, se elegirá a un presidente a
nivel nacional.
44. Los bienes muebles u/o inmuebles que
adquiera un grupo o la Asociación pasan a
ser bienes de la Congregación de Hermanas
Siervas de Jesús Sacramentado.
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CAPÍTULO VII
DIMISIÓN PERSONAL Y SUPRESIÓN
DEL GRUPO
“Nadie que haya sido admitido legítimamente
en una asociación puede ser expulsado de ella,
si no es por causa justa, de acuerdo con la
norma del derecho y de los estatutos. (C 308).
45. Dejan de pertenecer al grupo por:
a) Desobediencia pertinaz a lo establecido en
los estatutos.
b) Razones y decisión personal.
c) Difamación al grupo.
d) Causar grave escándalo.
46. La supresión de un grupo de “Apóstoles de
la Eucaristía” o de la “Asociación”, es
competencia del Obispo diocesano, en
diálogo con la M. Superiora Provincial, en
caso de rebeldía y faltas a las verdades
católicas, por escándalo que afecte la
comunión con la Iglesia Católica o si su
actividad o existencia resulta dañina para la
Iglesia o para la Congregación. Si se diese la
supresión, y en caso de que existieran bienes
materiales, el destino de ellos, sería decisión
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del Consejo Provincial de la Congregación a
la que pertenece el grupo.
47. Toda dimisión o supresión debe ser
precedida por tres amonestaciones
formales, motivadas por escrito y dadas a
conocer al miembro.
48. La dimisión personal y/o supresión de
grupo, será por escrito, con las firmas del
Asistente eclesiástico, de la Hermana
comisionada, del presidente de la mesa
directiva y dos testigos del grupo.
49. Sólo en caso de dimisión personal y después
de la valoración de la mesa directiva, el
Asistente eclesiástico y la Hermana
comisionada, podrá un miembro volver a
pertenecer a un grupo de “Apóstoles de la
Eucaristía”.