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¡Bendito sea Dios! ESTATUTOS DE LA ASOCIACIÓN LAICAL ECLESIAL APÓSTOLES DE LA EUCARISTÍA Asociados a la Congregación de Hermanas Siervas de Jesús Sacramentado

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¡Bendito sea Dios!

ESTATUTOS DE LA

ASOCIACIÓN LAICAL ECLESIAL

APÓSTOLES DE LA EUCARISTÍA

Asociados a la Congregación de Hermanas

Siervas de Jesús Sacramentado

2

(Carta de autorización eclesiástica)

Guadalajara, Jal. 10 de septiembre de 2009

3

Í N D I CE

Pág.

Presentación 5

Antecedentes 7

Capítulo I Naturaleza y fin 9

Capítulo II Espiritualidad 12

Capítulo III Apostolado 15

Capítulo IV Forma de vida 17

Capítulo V Formación 19

Capítulo VI Gobierno y Administración 24

Capítulo VII Dimisión personal y

supresión de grupo 26

4

5

PRESENTACIÓN

Con ocasión del XVI Capítulo General Su

Santidad Juan Pablo II saluda cordialmente a

las Religiosas Siervas de Jesús Sacramentado, y

pide al Espíritu Santo que las asista e ilumine

siempre para que, con la ayuda de su gracia,

encuentren los caminos más adecuados para

vivir hoy su consagración religiosa, y para

seguir realizando con renovada entrega la

misión evangelizadora en plena adhesión al

Magisterio de la Iglesia. Al mismo tiempo, el

Santo Padre las exhorta a aportar la riqueza de

su carisma, promoviendo entre los fieles la

actitud contemplativa de adoración y plegaria al

Santísimo Sacramento.

Con estos sentimientos, e invocando la maternal

protección de la Santísima Virgen de

Guadalupe, el Sumo Pontífice imparte la

implorada Bendición Apostólica, que extiende

complacido a todas las religiosas de ese

Instituto.

En respuesta a la exhortación de S.S. Juan

Pablo II, en los acuerdos del XVI Capítulo

General se establece que a nivel Congregación

se prepare un proyecto que facilite la

organización de grupos apostólicos que quieran

6

colaborar en la obra de la evangelización desde

nuestro carisma. (Cf. Acuerdos XVI Cap. Gral. Vida

apostólica 10).

Con la confianza en Dios y el deseo de extender

el amor a Jesús Sacramentado, invocando la

protección de la Santísima Virgen se dan a

conocer los presentes estatutos del grupo

“Apóstoles de la Eucaristía”.

7

ESTATUTOS DE LA ASOCIACIÓN

LAICAL ECLESIAL

“APÓSTOLES DE LA EUCARISTÍA”

ANTECEDENTES

“Los cristianos han de ejercer el apostolado

aunando sus esfuerzos.

Sean apóstoles tanto en el seno de sus familias

como en las parroquias y diócesis, las cuales

expresan el carácter comunitario del

apostolado, y en los grupos cuya constitución

libremente decidan”. (A.A. 18).

1. En la ciudad de Guadalajara, Jalisco,

México, el 25 de noviembre de 1904, nace la

Congregación de Hermanas Siervas de Jesús

Sacramentado, obra inspirada por el Espíritu

Santo al Siervo de Dios Silviano Carrillo

Cárdenas, ofrecida como desagravio por un

robo sacrílego cometido en el templo de la

Purísima el 18 de julio de 1901 en Ciudad

Guzmán, Jalisco, y destinada a la adoración

del Dios Eucaristía y a la educación cristiana

de la niñez y de la juventud. Al día siguiente

de la fundación, las Hermanas Fundadoras se

trasladaron a Ciudad Guzmán, Jalisco, para

establecerse en la casa matriz. La

8

Congregación recibe la aprobación Pontificia

el 17 de diciembre de 1940.

2. La Congregación de Hermanas Siervas de

Jesús Sacramentado, al celebrar el Primer

Centenario de su fundación en noviembre del

año 2004, ha extendido sus servicios

apostólicos, además de la República

mexicana, en Estados Unidos, Guatemala,

Perú, Chile y Argentina atendiendo un total

de sesenta y nueve instituciones educativas

donde las Siervas aman, adoran y enseñan a

amar a Jesús Sacramentado.

3. Desde los inicios del Instituto, su fundador el

Siervo de Dios Silviano Carrillo Cárdenas,

hizo extensiva la espiritualidad de la

Congregación en la “Sociedad de obreras

eucarísticas”, que organizó y delineó su

objetivo en los estatutos que fueron norma

para este grupo de seglares, bajo la

orientación y guía de las Siervas de Jesús

Sacramentado.

9

CAPÍTULO I

NATURALEZA Y FIN

“Nuestra Congregación vendrá a ser, con la

demás instituciones similares, un poderoso

auxiliar de la Iglesia, en la tarea magnífica de

la salvación del mundo. ¡Dios lo quiera!” (ESC

880-3).

4. La Asociación Laical Eclesial “Apóstoles de

la Eucaristía” es una asociación de laicos que

forman una familia apostólica y viven la

esencia de su compromiso bautismal que los

impulsa al servicio de Cristo y de la Iglesia,

unidos en el amor a Jesús Eucaristía y a la

Santísima Virgen María. Portan como

distintivo un signo eucarístico.

5. El “Apóstol de la Eucaristía” es un cristiano

comprometido con Cristo y con la Iglesia por

medio del bautismo (Cf. Rom. 8, 5). Se propone

responder al llamado de Dios, desde su

estado de vida, siguiendo la espiritualidad

que el Siervo de Dios Silviano Carrillo legó a

la Congregación de Hermanas Siervas de

Jesús Sacramentado, con la ayuda maternal

de la Santísima Virgen María.

10

6. “¡Bendito sea Dios!” expresa el saludo

fraterno y el lema de los asociados, quienes

consagrados por el bautismo como

“sacerdocio real y nación santa, ofrecen sus

obras a Dios como hostias espirituales,

dando testimonio de Cristo en todo el

mundo”. (AA. 3).

7. Los “Apóstoles de la Eucaristía”, como

cristianos de fe viva y convencida, son

conscientes de su misión en la Iglesia y en el

mundo, auténticos adoradores y

propagadores del amor a Jesús Eucaristía y

como mensajeros del Amor de Dios por el

hombre, promueven la dignidad personal y

los valores que fortalecen la unidad familiar

para transformar las realidades del mundo

con su testimonio. “El que permanece en mí

y yo en él, ese da mucho fruto, porque sin mí,

nada podéis hacer”. (Jn. 15, 5).

8. Fieles a la Iglesia: unidos en espíritu al Santo

Padre y a la Iglesia local, unen sus energías

para construir el Reino de Cristo. Los

corazones de todos los asociados palpitan a

impulso de lo verdadero, lo bello y de lo

bueno. (Cf. SC. U.C. 18-06-1894).

11

9. Los “Apóstoles de la Eucaristía”, asimilan

con fidelidad las características peculiares de

la espiritualidad que el Siervo de Dios

Silviano Carrillo Cárdenas legó a las

Hermanas Siervas de Jesús Sacramentado y

colaboran en lo posible en la educación

cristiana. Viven la unión con Cristo en su

vida personal, crecen intensamente en ella y

son apóstoles tanto en sus familias como en

las parroquias o diócesis. (Cf. AA 18). Son

hombres y mujeres que no se avergüenzan de

ser lo que son y viven atentos a las

necesidades de los pobres, ya que promover

al hombre según el Evangelio es acercarlo y

hacerlo crecer en Cristo: es humanizarlo y

cristianizarlo. (Cf. Mensajes Núm. 57).

10. Como María, Reina de los Apóstoles, que

con sencillez y humildad, hizo de su vida una

ofrenda continua, los “Apóstoles de la

Eucaristía” unidos con su Hijo Jesucristo,

colaboran con pasión en la obra del Salvador.

11. La vocación laical es una opción libremente

madurada como respuesta a la llamada del

Señor y requiere una adecuada formación.

12

CAPÍTULO II

ESPIRITUALIDAD

“Mi tesoro es la Eucaristía” (Silviano Carrillo).

“Del mismo modo que Cristo se hace pan

partido y sangre derramada, todos los

cristianos, están llamados a dar la vida por los

hermanos, en unión con la del Redentor. (Juan

Pablo II)

12. El “Apóstol de la Eucaristía” crece en la

vivencia de la espiritualidad, aprovecha las

ayudas comunes a todos los fieles,

particularmente con su participación activa

en la Liturgia, recurre con frecuencia a la

gracia de los sacramentos de la Eucaristía y

Reconciliación y ejercita la fe, la esperanza

y la caridad, que lo capacitan para

perfeccionarse en el espíritu de las

bienaventuranzas. (Cf. A.A. 4-5).

13. La espiritualidad de quienes pertenecen a

esta Asociación, está centrada en Cristo

Eucaristía, quien es la fuente inagotable de

la fidelidad al Evangelio, en ella se realiza

la plena identificación y configuración con

Cristo y el contacto frecuente con este

misterio lo transformará en un alma

13

contemplativa capaz de inmolarse con

Cristo y ponerse al servicio de los demás.

Al realizar todas sus actividades irradia el

amor a Jesús Sacramentado y se convierte

en testigo que atrae a todos al amor

eucarístico. (Const. 5; Juan Pablo II, 2 de feb. 2005).

14. El “Apóstol de la Eucaristía” tiene como

medios para crecer en su vida espiritual:

Lectura de la Sagrada Escritura, que es

alimento para la vida.

La oración diaria en donde aprende a

ver y juzgar todo a la luz del encuentro

personal con el Señor.

La celebración de la Eucaristía

dominical y un día, al menos por

semana, como centro de su vida al

unirse al Sacrificio de Cristo por la

redención de los hombres.

Un tiempo de adoración al Santísimo en

la semana para contemplar a Cristo e

impregnarse de su espíritu.

Visita frecuente al Santísimo como

manifestación de fe y amor.

Rezo del Santo Rosario como

manifestación de amor a la Santísima

Virgen.

14

15. Tiene como modelo a la Santísima Virgen

quien asociada a su Hijo Jesús desarrolla

todas sus capacidades y responsabilidades

humanas a favor de los hombres. El Apóstol

de la Eucaristía la ama, la venera, imita sus

virtudes, propaga su devoción y le

encomienda las obras de la Congregación. (Cf. Jn. 2, 1-10; P 293).

16. El cumplimiento de los deberes de su

propio estado, realizado por amor, lo

conduce a la santidad a la que Dios lo

llama.

17. La caridad fraterna es la expresión de su

vivencia eucarística y en un ambiente de

comunión, la proyecta a todos los que le

rodean.

18. El “Apóstol de la Eucaristía” tiene plena

confianza y devoción a Señor San José, ya

que es el esposo de María, el custodio de

Jesús y protector de la Iglesia, por eso lo

invoca diariamente y está seguro de su

patrocinio. (Cf. Redemptoris Custos 29).

15

CAPÍTULO III

APOSTOLADO

“La vocación cristiana es vocación al

apostolado, el cual la Iglesia ejercita por medio

de todos sus miembros. Es en el mundo en

donde los seglares están llamados a ejercitar el

apostolado.” (Apostolicam Actuositatem, 2).

19. La fecundidad del “Apóstol”, depende de su

unión vital con Cristo, lo afirma el Señor:

“Ninguna rama puede producir fruto por sí

misma, sin permanecer unida a la vid” (Jn.

15, 4). La vida se nos ha dado para

entregarla en amor y servicio a Dios y a

nuestro prójimo. (Cf. Silviano Carrillo).

20. El “Apóstol de la Eucaristía” es testigo de

Cristo Eucaristía con la honradez,

laboriosidad y coherencia de su vida, de

acuerdo con sus propias responsabilidades

familiares y profesionales; con su

preparación espiritual y apostólica, con su

participación fraterna en las alegrías,

esfuerzos y dolores de quienes están a su

lado, y con apertura generosa colabora en la

Pastoral de la Iglesia. (Cf. A.A. 6).

16

21. El apostolado que se realiza a la sombra de

la cruz de Cristo es el más efectivo. Los

enfermos asociados, desde el lecho del

dolor apoyan la misión de la Iglesia y el

apostolado de la Congregación. “Ahora me

alegro de padecer por ustedes, pues así voy

completando en mi existencia terrena y a

favor del cuerpo de Cristo que es la Iglesia,

lo que aún falta al total de sus

sufrimientos”. (Col 1, 24).

17

CAPÍTULO IV

FORMA DE VIDA

“...Sean muy humildes, muy trabajadores, muy

amantes de la oración, y muy visitadores del

Santísimo.” (Cf. ESC 1775).

“Esos son los hombres que necesita hoy la

Iglesia, no pusilánimes que se avergüencen de

ser lo que son. Con almas de ese temple se

puede llegar muy lejos”. (S.C. L.O. 08 -05-1910).

22. El “Apóstol de la Eucaristía”, es

instrumento de paz y vínculo de caridad en

su familia, en el grupo y en todo tiempo y

lugar, tiene como distintivo el mandamiento

del amor.

23. Elabora un compromiso de vida grupal

desde la fe, según el Evangelio y de acuerdo

con el carisma de la Congregación de

Hermanas Siervas de Jesús Sacramentado,

el cual evalúa periódicamente el grupo.

24. Es impulsado por el amor a Jesucristo

Sacramentado y la extensión de su Reino,

practica obras de caridad a favor de los

pobres y necesitados.

18

25. Ama a la Iglesia católica, a la Congregación

de Hermanas Siervas de Jesús

Sacramentado y al grupo al que pertenece y

da testimonio de fidelidad.

26. Asiste con asiduidad a las reuniones

establecidas y participa activamente en

ellas.

19

CAPÍTULO V

FORMACIÓN

La formación cristiana es “un continuo proceso

personal en la maduración de la fe y de

configuración con Cristo, según la voluntad del

Padre con la guía del Espíritu Santo”.

La formación de los fieles laicos tiene como

objetivo fundamental el descubrimiento cada

vez más claro de la propia vocación. (Cf.

Christifideles Laici 57-58).

27. El Objetivo de la formación de los

asociados es ayudar y acompañar al

aspirante a discernir la propia vocación y a

madurar la vocación laical de apóstol de la

Eucaristía, hasta asumir un compromiso

responsable en la Iglesia, a través de una

promesa.

28. Los requisitos para ingresar a un grupo de

“Apóstoles de la Eucaristía” son los

siguientes:

a) Ser mayor de edad.

b) Ser católico.

c) Conocimiento y amor a la Iglesia y a la

Congregación SJS.

20

d) Hacer una solicitud por escrito.

e) Recibir una preparación adecuada, de

acuerdo a las etapas de formación.

29. Es indispensable la formación de los

Apóstoles de la Eucaristía, mediante un

proceso vocacional en los siguientes

aspectos:

a) FORMACIÓN HUMANA

Que el apóstol de la Eucaristía, logre una

síntesis orgánica de su vida que le dé

unidad y plenitud a su ser.

b) FORMACIÓN CRISTIANA

Que el laico madure en la profundización

de su fe y su caridad, crezca en la unión con

Dios para hacer más evangélica su vida.

Esto requiere de una acción sistemática de

catequesis, de promoción cristiana de la

cultura y de un conocimiento de la doctrina

social de la Iglesia. (Cf. Christifideles Laici 60).

c) FORMACIÓN EN EL APOSTOLADO

Que el laico adquiera una conciencia cada

vez más clara de su propia vocación a la

21

santidad que lo impulse con espíritu

decidido y alegre al servicio de Cristo y de

la Iglesia y movido por la caridad que

procede de Dios haga el bien a todos sus

hermanos. (Cf. Apostolicam Actuositatem 4).

d) FORMACIÓN EN EL CARISMA DE

LA CONGREGACIÓN DE LAS SJS

Que el apóstol se identifique con Jesús

Sacramentado. Que realice en su vida los

fines del sacrificio eucarístico y como fruto

de esa vivencia, ame, adore y haga amar a

Jesús Sacramentado. (Cf. Constituciones 5.)

30. ETAPAS DE LA FORMACIÓN:

a) Formación inicial (de uno a tres años).

Comprende tres fases:

- Iniciación.

- Profundización.

- Compromiso. Se expresa en una Promesa

que se renueva cada año.

b) Formación permanente.

22

El “Apóstol de la Eucaristía”, consciente de

su compromiso debe intensificar el

esfuerzo diario en su formación en los

diferentes aspectos, de acuerdo al plan de

formación de esta sociedad.

31. La fórmula del compromiso es:

Yo________________________________ (Cada uno dice su nombre)

“Apóstol de la Eucaristía”, unido(a) a

Cristo y a la Iglesia por medio del

bautismo, me comprometo a ser

adorador(a) y propagador(a) del amor a

Jesús Sacramentado, a ser testigo del amor

del Padre, por la acción de su Espíritu, a

vivir los valores del Evangelio y a dar

testimonio, con la coherencia de mi vida, de

acuerdo a mis responsabilidades familiares

y profesionales, en fidelidad a la Iglesia y

en comunión con la Congregación de

Hermanas Siervas de Jesús Sacramentado.

Pido la protección de la Santísima Virgen y

de Señor San José para cumplir fielmente

estas obligaciones. Así sea.

23

32. La formación debe ser adecuada a la

situación de edad y preparación humana y

cristiana de los aspirantes.

24

CAPÍTULO VI

GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN

“...Que sean por su confianza en el Altísimo,

merecedores de sus misericordias; que

posean una caridad inagotable, y que

realicéis obras dignas de su Religión y de su

Dios”. (1ª. Carta Pastoral. Siervo de Dios Silviano

Carrillo).

33. La asociación laical eclesial de “Apóstoles

de la Eucaristía” es animado a nivel

diocesano por una Hermana Sierva de Jesús

Sacramentado y por el Asistente

eclesiástico, que acompañará las labores

conjuntamente con la hermana responsable.

34. La función del Sacerdote nombrado por el

Obispo diocesano como Asistente

eclesiástico, es constatar y corroborar que

los grupos de “Apóstoles de la Eucaristía”

sean siempre fieles a la Iglesia, se

mantengan en comunión eclesial y

conserven su propia identidad, de acuerdo a

su ser y quehacer como lo indican sus

estatutos.

25

35. Los grupos de “Apóstoles de la Eucaristía”,

han de estar en comunión y respetuosa

obediencia con la autoridad eclesiástica

local, dentro de los lineamientos de la

Pastoral Diocesana y Parroquial en todo lo

concerniente a su apostolado y atento a las

orientaciones del Asistente eclesiástico y el

capellán nombrado por el Obispo

Diocesano para la comunidad religiosa.

36. Cuando el grupo de “Apóstoles de la

Eucaristía” esté integrado y tenga la

formación requerida en los estatutos para

asumir compromisos en la asociación, se

elegirá la mesa directiva, por un año, con

posibilidad de reelección hasta por dos

períodos más.

37. La mesa directiva es integrada por el

presidente, secretario y tesorero. Funciona

bajo la vigilancia de la hermana

comisionada local, quien proclama en su

oficio a cada uno de los miembros electos,

una vez que han aceptado prestar el servicio

e informa al asistente eclesiástico.

38. Compete a la mesa directiva, la integración

del grupo, colaborar en la formación, la

promoción de la comunión y la

26

participación y el empeño apostólico, de

acuerdo al carisma de la Congregación de

Hermanas Siervas de Jesús Sacramentado.

39. Es función del presidente:

Presentar anualmente a la hermana

comisionada local el plan de actividades.

Convocar y coordinar las reuniones

ordinarias del grupo.

Representar al grupo, cuando sea

requerido, en actos eclesiales o

acontecimientos especiales de la

Congregación.

Dirigir la evaluación anual y presentarla a

la hermana comisionada local.

40. Es función del secretario:

Llevar y actualizar el registro de

pertenencia de cada uno de los

asociados.

Tomar lista de asistencia en las

reuniones.

Asentar las actas correspondientes a los

actos más significativos de la vida del

grupo. Entre ellos la admisión y

pertenencia al grupo.

27

Preparar con el presidente la planeación

y evaluación anual correspondientes.

41. Es función del tesorero:

Administrar los recursos que el grupo

voluntariamente requiera de acuerdo a

sus propias actividades y acuerdos

establecidos.

Realizar los gastos ordinarios o aquellos

acordados por la mesa directiva.

Dar cuenta de su administración a la

mesa directiva y al grupo.

42. Puede haber un grupo en cada colegio o

comunidad de Hermanas Siervas de Jesús

Sacramentado. La sede de los grupos donde

sesionarán los “Apóstoles de la Eucaristía”

será autorizada por la hermana superiora o

directora, de cada comunidad o colegio,

siempre con la aprobación del Obispo

Diocesano.

43. De entre los grupos de “Apóstoles de la

Eucaristía” pertenecientes a una misma

Diócesis, se elegirá una mesa directiva de la

Asociación, a quien compete participar en

las reuniones o asambleas en las que se

convoque a las Asociaciones Laicales

28

Eclesiales a nivel diocesano. Se informará

oportunamente el domicilio en donde

sesiona la mesa directiva. Al presidente se

le denominará dirigente diocesano de la

Asociación laical de “Apóstoles de la

Eucaristía”. Cuando los grupos

debidamente aprobados se hayan

consolidado, se elegirá a un presidente a

nivel nacional.

44. Los bienes muebles u/o inmuebles que

adquiera un grupo o la Asociación pasan a

ser bienes de la Congregación de Hermanas

Siervas de Jesús Sacramentado.

29

CAPÍTULO VII

DIMISIÓN PERSONAL Y SUPRESIÓN

DEL GRUPO

“Nadie que haya sido admitido legítimamente

en una asociación puede ser expulsado de ella,

si no es por causa justa, de acuerdo con la

norma del derecho y de los estatutos. (C 308).

45. Dejan de pertenecer al grupo por:

a) Desobediencia pertinaz a lo establecido en

los estatutos.

b) Razones y decisión personal.

c) Difamación al grupo.

d) Causar grave escándalo.

46. La supresión de un grupo de “Apóstoles de

la Eucaristía” o de la “Asociación”, es

competencia del Obispo diocesano, en

diálogo con la M. Superiora Provincial, en

caso de rebeldía y faltas a las verdades

católicas, por escándalo que afecte la

comunión con la Iglesia Católica o si su

actividad o existencia resulta dañina para la

Iglesia o para la Congregación. Si se diese la

supresión, y en caso de que existieran bienes

materiales, el destino de ellos, sería decisión

30

del Consejo Provincial de la Congregación a

la que pertenece el grupo.

47. Toda dimisión o supresión debe ser

precedida por tres amonestaciones

formales, motivadas por escrito y dadas a

conocer al miembro.

48. La dimisión personal y/o supresión de

grupo, será por escrito, con las firmas del

Asistente eclesiástico, de la Hermana

comisionada, del presidente de la mesa

directiva y dos testigos del grupo.

49. Sólo en caso de dimisión personal y después

de la valoración de la mesa directiva, el

Asistente eclesiástico y la Hermana

comisionada, podrá un miembro volver a

pertenecer a un grupo de “Apóstoles de la

Eucaristía”.