Es curioso, pero ocurre que en una sociedad postmoderna, donde abundan los hombres exitosos, los altos grados académicos, una comunidad globalizada con una enorme conectividad, altísimo desarrollo en las comunicaciones y tecnologías de punta, rebosante de intelectuales y con un discurso portentoso sobre la ética y la moral, uno no encuentre que esta sociedad, haga mayores esfuerzos para sostener, sustentar y mantener a la institución humana que ha sido el pilar de la buena convivencia, desarrollo y sustentabilidad de nuestra raza, es a saber LA FAMILIA.

Curioso, porque tanto la historia, la sociología, la filosofía y la sicología postulan entre sus investigaciones y premisas que este grupo humano es el pilar fundamental en una sociedad civilizada.

Surgen, eso sí, en algunas comunidades religiosas, políticas y académicas algunos arrestos y voluntades en pro de la defensa de la permanencia de la familia, pero no es suficiente. En aras de la importancia de este núcleo humano y considerando que su existencia obedece a la perfecta voluntad de Dios, nuestro Señor, la CIEF – Chile, dedica el congreso anual 2014 al examen, estudio y análisis de la importancia que la familia tiene en el proceso del plan de nuestro Creador y que apunta, obviamente, a la felicidad de sus criaturas.

En el cumplimiento de este objetivo, y de otros no menos importantes, necesitamos un arma fundamental de impulso, trabajo y desarrollo para nuestra ponencia bíblica y difusión de las verdades que sostenemos. Me refiero con esto a nuestra amada revista El faro.

Fue al parecer, según revisión de algunos archivos, en el año 2000 que se editó el último número (21) y no está bien una ausencia tan prolongada. Asumimos nuestra responsabilidad. Por esta razón damos gracias a Dios que nos permite poner a vuestro alcance la actual edición. Esperamos que nuestro Señor les bendiga copiosamente al leerla, comentarla y compartirla entre el pueblo evangélico, pues es esta una de las maneras en que levantamos un estandarte más para combatir contra la adversidad y la apostasía imperante en nuestro actual siglo. ¿Somos una sociedad postmoderna? Sí, lo somos, pero no queremos compartir sus valores, actitudes y características humanistas. Por esta razón nos atrevemos, no con prepotencia, con altanería y con un espíritu beligerante, belicoso y agresivo, adjetivos calificativos que nunca han formado parte de la esencia de la CIEF y de su comportamiento social, sino con un ánimo prudente, decoroso, honesto y sensato nos atrevemos, como dijimos anteriormente, a levantar como un notorio pendón, nuestra anhelada revista. Así también cumplimos con la voluntad de Dios quien nos pide……

“Has dado a los que te temen bandera que alcen por la verdad”. Salmo 60:4

Que así sea. Amén.