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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo EL EVANGELIO SEGÚN PONCIO PILATO PARTE I ESCENA 1 – (Pilatos frente a la puerta de la casa del boticario) PILATO: - Boticario, abre la puerta, necesito de tus servicios. BOTICARIO: Buenas noches mi Señor, lamento decirte que es muy tarde ya y que no puedo atenderte. PILATO: - No es suficientemente tarde, el sol se acaba de poner. Así que atiéndeme ya. BOTICARIO: El sol se acaba de poner, la primera estrella ya brillo en el horizonte y es sábado. Por eso no puedo atenderte. PILATO: - Eres judío? BOTICARIO: - Soy descendiente de Abraham mi Señor y el sábado es para nosotros sagrado. Es el séptimo días según nuestro calendario, y es el día del reposo consagrado al Señor. PILATO: - No hagas ningún trabajo en ese día, ni tampoco tu hijo, ni tu hija ni tu esclavo o tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni el extranjero que vive en tus ciudades, para que tu esclavo y tu esclava descanse igual que tú. BOTICARIO: Veo que conoces la ley de Moisés, aunque no eres de mi pueblo. PILATO: -No, no lo soy, pero para mi desgracia he conocido a muchos judíos y por eso sé los mandamientos y también sé que los mandamientos se pueden digamos flexibilizar. Por una bolsa de 20 monedas digamos. BOTICARIO: -¿Y qué servicio puede hacerte este pobre boticario para que tu pagues esa cantidad? PILATO: - Necesito un veneno rápido y mortal que conduzca a la muerte en forma rápida, segura y son dolor. BOTICARIO: (Asustado) -Las leyes del imperio no permiten tal cosa, mi Señor. Sería peligroso para mí siquiera admitir que poseo tal droga. PILATO: - Roma está muy lejos. Además eres judío y por lo tanto no eres amigo del imperio o de sus leyes. Y como eres pobre no rechazarás una bolsa de digamos 30 monedas. BOTICARIO: (Duda) -Tengo esas drogas. Pero, aunque mi pobreza me dice que acepte tu bolsa, mi conciencia la rechaza. PILATO: - Compro tu pobreza, no tu voluntad. Dame lo que te pedí o este será tu último día de reposo. Pág. 1

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

EL EVANGELIO SEGÚN PONCIO PILATO

PARTE IESCENA 1 – (Pilatos frente a la puerta de la casa del boticario)

PILATO: - Boticario, abre la puerta, necesito de tus servicios.

BOTICARIO: Buenas noches mi Señor, lamento decirte que es muy tarde ya y que no puedo atenderte.

PILATO: - No es suficientemente tarde, el sol se acaba de poner. Así que atiéndeme ya.

BOTICARIO: El sol se acaba de poner, la primera estrella ya brillo en el horizonte y es sábado. Por eso no puedo atenderte.

PILATO: - Eres judío?

BOTICARIO: - Soy descendiente de Abraham mi Señor y el sábado es para nosotros sagrado. Es el séptimo días según nuestro calendario, y es el día del reposo consagrado al Señor.

PILATO: - No hagas ningún trabajo en ese día, ni tampoco tu hijo, ni tu hija ni tu esclavo o tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni el extranjero que vive en tus ciudades, para que tu esclavo y tu esclava descanse igual que tú.

BOTICARIO: Veo que conoces la ley de Moisés, aunque no eres de mi pueblo.

PILATO: -No, no lo soy, pero para mi desgracia he conocido a muchos judíos y por eso sé los mandamientos y también sé que los mandamientos se pueden digamos flexibilizar. Por una bolsa de 20 monedas digamos.

BOTICARIO: -¿Y qué servicio puede hacerte este pobre boticario para que tu pagues esa cantidad?

PILATO: - Necesito un veneno rápido y mortal que conduzca a la muerte en forma rápida, segura y son dolor.

BOTICARIO: (Asustado) -Las leyes del imperio no permiten tal cosa, mi Señor. Sería peligroso para mí siquiera admitir que poseo tal droga.

PILATO: - Roma está muy lejos. Además eres judío y por lo tanto no eres amigo del imperio o de sus leyes. Y como eres pobre no rechazarás una bolsa de digamos 30 monedas.

BOTICARIO: (Duda) -Tengo esas drogas. Pero, aunque mi pobreza me dice que acepte tu bolsa, mi conciencia la rechaza.

PILATO: - Compro tu pobreza, no tu voluntad. Dame lo que te pedí o este será tu último día de reposo.

BOTICARIO: (Consiente) -Muy bien acepto. Pero tendrás que esperar. Debo combinar y destilar varios componentes para preparar la pócima, y el proceso tarda varias horas. Mañana lo tendrás.

PILATO: - Está bien, te esperaré en mi casa que está en las afueras siguiendo este camino. Apenas caiga el sol, cuando termine el reposo, estarás allí con lo que te pedí. Entonces tendrás tus 30 monedas.

BOTICARIO: -Allí estaré señor (El boticario se retira)

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

PILATO: - Otro judío que destila veneno por 30 monedas. Mirando una de las monedas) EN EL CESAR CONFIAMOS. Ah, César, no te ilusiones, no eres un dios, sino un vulgar ladrón. Si te aman es por codicia, si te veneran es por temor. Vamos, deberé soportar otro día de esta miserable vida en tu compañía.

RELATOR: Poncio Pilato noble romano fue el quinto gobernador romano de Palestina, una circunscripción de segunda categoría a la que pertenecían tres pequeñas provincias: Judea, Samaria e Idumea. Designado por el emperador Tiberio en al año 26 DC, sucedió en el cargo a Cayo Valerio Grato y ejerció su cargo hasta el 36 cuando fuera denunciado por reprimir y asesinar brutalmente a miles a samaritanos. Samaritanos y judíos lo denunciaron ante su superior inmediato Vitelio supremo gobernador de Siria. Vitelio lo envió a Roma para ser juzgado. Después de 54 meses Pilato llegó a la capital del imperio para encontrarse con la muerte de Tiberio quien era su protector político. Su sucesor, Cayo Calígula, desterró a Pilato y a su familia a las Galias, provincia de donde provenía la familia de su esposa, Claudia Prócula.

Ahora en el año 42, Pilato ve como se pone el sol sobre la Galia en la casa de los Procula, y contempla al mismo tiempo el ocaso de su vida.

ESCENA 2 (En casa de PILATO)

PILATO: -Entra rápido. ¿Tienes lo que te pedí?

BOTICARIO: -Esto es lo que buscabas Señor, debes tomarlo rápido y en esta proporción causa la muerte en minutos. La pócima es efectiva durante 24 horas, después de ese tiempo se descompone y su efecto se esfuma. PILATO: -Puedes garantizármelo.

BOTICARIO: -Es infalible, me han dicho que es la misma droga que utilizan los emperadores.

PILATO: - ¿Qué sabes tu de los emperadores?. (Le muestra una moneda) ¿Qué ves en esta moneda?

BOTICARIO: -Es el César.

PILATO: ¿Confías en el César?

BOTICARIO: Confío en la moneda señor,

PILATO: -¿Pero, en el César confías? ¿Inclinarías tu cabeza ante él?

BOTICARIO: -CLAUDIO es un gran emperador.

PILATO: -Ah Hijo de Abraham, eres astuto, tienes razón CLAUDIO es un gran emperador. Comparado con el demente de CALÍGULA, CLAUDIO es casi divino. En cambio el “botita” sí que rompió todas las barreras de decencia y de la indecencia imperial. Sabías que gracias a Calígula estoy desterrado en este oscuro punto del imperio.

Los reyes de este mundo son un asco hijo de Abraham aun Claudio. Hace bien tu pueblo en adorar un Dios sin cuerpo, sin forma, sin nombre. Lo divino no debería mezclarse con lo humano, porque el deseo de la carne todo lo corrompe.

BOTICARIO:(Incómodo) -Mejor me retiro, espero que disfrutes mi porción... este quise decir espero que te sea útil...

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

PILATO: -Mi querido judío no es posible que te vayas ahora, deseo conversar un poco, últimamente estoy tan solo que hasta uno de tu raza me resulta placentero como compañía. Siéntate y bebe conmigo. (Se ha servido una copa de vino)

BOTICARIO: -Pero yo tengo asuntos pendientes, además ya te entregué lo que me pediste.

PILATO: -Insisto en que te quedes. Tomemos una copa de vino que no podrás desdeñar. Tengo curiosidad en conocer tus artes y yo quizás pueda hace algo por ti. (El boticario se sienta con temor y duda, pero no bebe)

PILATO: -Así está mejor. Dime, tengo curiosidad ¿tendrás que dar el diezmo sobre estas 30 monedas?

BOTICARIO: -Parece que conoces bien nuestras leyes y costumbres.

PILATO: -Te sorprenderá saber que fui procurador de Judea, Samaria e Idumea durante 10 años, Allí conocí muy bien a los tuyos: mucha gente ignorante, y pobre, pero sobre todo mucho fanatismo y arrogancia. BOTICARIO: (Dudando de cómo seguir la conversación que se le presenta amenazante) -Entonces conociste Jerusalén, la Ciudad Santa.

PILATO: -Para mi desgracia así es! Cada Pascua tenía que mudarme allí para controlar las multitudes, en esos días parecía que el millón de habitantes de toda la Judea iba al templo, para purificarse. Lo cierto es que mientras ellos se purificaban en el Templo la ciudad apestaba.

También iba para controlar a los sacerdotes en el negocio de las ofrendas y los sacrificios. La recaudación era importante para ellos y por lo tanto para mí.

BOTICARIO: -Siempre he soñado con ir a Jerusalén para celebrar la Pascua en el Templo, pero tú la haces sonar como una cueva de ladrones.

PILATO: (Encorvándose de hombros) -Pues te digo que la ciudad entera olía a carne quemada y gente sucia. Afortunadamente durante el resto del año vivía en Cesarea, una hermosa ciudad construida por Herodes el grande, un digno aliado de Roma. (Con ironía) Claro que el no era judío.

BOTICARIO: (Sorprendido) -¿Porqué nos desprecias y odias tanto?.

PILATO: (Riendo) -¿Quién no lo hace!? ¿Por qué no habría de hacerlo? ¿Tienes idea de lo que significó para mi y mi mujer dejar ROMA para ir a “gobernar” una provincia miserable como Judea? Cuando me informaron la designación de Tiberio, me dio un vuelto al corazón, pensé que mi carrera estaba terminada. (Como hablando para sí) Ni las advertencias de mi amigo Valerio Grato pudieron prepararme a lo que me enfrentaba.

ESCENA 3 (Pilatos y Valerio en casa de Pilatos)

(Trompetas imperiales. Entran Poncio y Valerio se abrazan en el centro)

VALERIO: -Poncio, amigo. Los dioses te iluminen.

PILATO: -Valerio, gracias, voy a necesitar la ayuda de los dioses para esta designación. Es la cosa tan peligrosa como se dice.

VALERIO: -Es una zona muy peligrosa. (Desplegando un mapa) Mira las fronteras no están consolidadas y hay continuas revueltas.

PILATO: -¿Cuántos hombres dices que tiene la guarnición?

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VALERIO: -En Jerusalén la capital de Judea hay apenas 4500 soldados, no son legionarios romanos sino mercenarios reclutados en las provincias. La mayoría son samaritanos, ellos odian a los judíos, por eso los reclutamos. En Samaria reclutamos judíos. Siempre es mejor que un enemigo de tu enemigo sea quien controle a tu enemigo.

PILATO: -Es lo que repite SEJANO una y otra vez.

VALERIO: -Y funciona! Deberías ver con qué eficacia azotan los samaritanos a los judíos y viceversa.

PILATO: -¿Y aquí en el norte? ¿Qué es este lago?

VALERIO: -Galilea, y este es el mar de Tiberíades, que ellos llaman Mar de Galilea, es un gran lago con actividad pesquera. Poncio tienes que tener mucho cuidado con los galileos. Son gente violenta. Hace 20 años un tal Judas inició una revuelta que costó mucho trabajo y sangre sofocar. No sabemos qué pasó con este Judas pero sí sabemos que creó un movimiento guerrillero que llaman los ZELOTES que sigue actuando en toda la zona. Nuestros espías también nos informan que hay un grupo de asesinos llamados los SICARIOS que matan a ciudadanos romanos, y judíos de prestigio que colaboran con el imperio. Son los responsables de numerosos asesinatos, Presta mucha atención a GALILEA Poncio, hay un dicho en Judea: “Nada bueno viene de Galilea”.

PILATO: -Escoria, asesinos, guerrillas, nada que el imperio no pueda controlar.

VALERIO: -No te confíes. No se trata de control solamente sino de cuántas vidas ponemos en juego y cuanto dejamos de recaudar por cada muerto.

PILATO: -Pero me desconciertas! Debo tratarlos con mano de hierro o con guante de seda.

VALERIO: -Ambas cosas Poncio. Ambas. Después del incidente con los banqueros judíos que estafaron en Roma estafaron a Fulvia la esposa del senador Saturnino, Tiberio ordenó la deportación de judíos de Roma y sus alrededores. Desde ese entonces la política oficial es de tolerancia a todas las religiones pero la no oficial es hacerle la vida imposible a los judíos en todo el imperio. Cuando los conozcas verás que no te resultará difícil. Son gente arrogante, en especial los más religiosos. Sobre todo las cosas ten cuidado con su religión.

PILATO: -Tenía entendido que el imperio permitía todas las religiones, mientras no promoviesen la rebeldía contra ROMA.

VALERIO: -Es así Poncio. Pero ellos no tienen cualquier religión, creen que hay un único Dios y que ese Dios los ha elegido a ellos para reinar sobre los demás.

PILATO: -Qué tontería, un solo Dios, por lo visto hasta ahora ese dios no les ha servido de mucho.

VALERIO: -Por eso están esperando un Mesías,

PILATO: -¿Un qué?

VALERIO: -Un Mesías, un libertador un enviado por Dios. Cada tanto aparece uno y se genera una revuelta. Ten cuidado de los mesías, significan problemas.

PILATO: -En todas partes, todos esperan un libertador, nadie quiere ser dominado. No aprecian la grandeza de ser parte del imperio, de servir al

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

emperador, de civilizarse con nuestras leyes, y cultura. Pero hace falta más que un Mesías para derrotar al imperio,

VALERIO: -No subestimes el poder de su fe, ni de sus sueños. Estos hombres hace 200 años se rebelaron contra los seleucidas que ocuparon su territorio y quisieron destruir su fe. Comandados por un tal Judas Macabeo derrotaron al rey Antíoco y restablecieron sus templos y ritos.

PILATO: -Judas de nuevo, ese nombre empieza a meterme miedo (riendo). Alguien más por quien deba preocuparme.?

VALERIO: -La familia de HERODES.

PILATO: -Los “reyes” judíos.

VALERIO: -Sobre todo cuídate de Herodes Antipas, que gobierna Galilea.

PILATO: -El que es amigo de Tiberio.

VALERIO: -Todos ellos son “amigos” de Tiberio, si no, no estarían allí. Pero Antipas es más que un amigo, es espía del emperador.

PILATO: -¿Y a quién tiene que espiar?

VALERIO: (Irónico) -A ti mi querido Poncio. A ti.

PILATO: -No me sorprende, es típico de Tiberio. Tu los has dicho Valerio: “nada bueno viene de Galilea”.

VALERIO: -Aquí está toda la documentación que necesitas, informes de mis espías y lo esencial de la religión judía. Amigo, será hasta la vista, que los dioses te acompañen (se abrazan).

PILATO: -Gracias Valerio, te confieso que no era esto lo que esperaba. ¿Cuánto tiempo crees que estaré en la maldita Judea?

VALERIO: -No te angusties tanto. Si haces bien las cosas, sacarás una buena tajada. Los judíos son buenos negociantes. Haz buenas migas con los sacerdotes. Ellos tienen más poder que sus gobernantes y creo que más dinero. El Sumo Sacerdote se llama Caifás yo lo designé hace 5 años. Es poderoso y rico y si eres astuto harás buenos negocios con él. Aunque es su suegro el que en verdad maneja los hilos por detrás. Llévate bien con Caifás y su suegro y no tendrás problemas.

En cuanto al tiempo, sabes como es Tiberio, quiere que estemos un tiempo prolongado. Teme que si el tiempo es breve en nuestro afán por llenar nuestros bolsillos cometamos desmanes y excesos irreparables.

El viejo siempre cuenta la misma historia: Había un hombre solo y abandonado al costado del camino al que acudían las moscas a chuparle al sangre por estar lleno de llagas. Pasó por allí uno que se compadeció del pobre y quiso espantar a las moscas. El llagado se opuso y gritando dijo: Déjalas, ya me han chupado bastante y están hartas. Si las espantas vendrán otras hambrientas y

AMBOS: (riendo) -Me chuparan la poca sangre que me queda!”

PILATOS: -Conozco la historia, viejo zorro.

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

ESCENA IV (De vuelta a la casa de PILATO con el boticario)

PILATO: -Estuve 10 años en mi cargo. Hasta me asqueé de chupar sangre, y me asqueé de tu pueblo. Aunque no debería quejarme después de todo me enriquecí como no tenía idea que podía hacerlo.

BOTICARIO: -Me muestras un cuadro de corrupción enclavado en el corazón del templo de la ciudad santa y me niego a creerlo. ¿Porqué te quejas tanto si te volviste rico?

PILATO: -Conciencia (tocándose la sien). Conciencia de estar maldito. Conciencia de haber tenido mucho y ahora no tener nada. Conciencia de llegar al final del camino y saber que lo he perdido todo. Hasta mi mujer!

BOTICARIO: -¿Es que ella ha muerto?

PILATO: -En cierta forma. No tuvimos hijos, nunca se interesó por la cosa pública, se fue alejando cada vez más, se fue transformando en otra persona, nunca me perdonó lo de aquel hombre... Ahora está en Roma. Fue a buscar a un hombre de tu raza, un tal Saulo.

BOTICARIO: -¿Te ha abandonado por otro mi raza?

PILATO: -Cómo te atreves a ofenderme así. Claudia jamás haría tal cosa, ella es honrada, bondadosa y fiel. Como te atreves a insultarla, Te estás burlando de mí, judío!

BOTICARIO: -No, no, yo... te ruego por Dios que me dejes ir, te juro por mis hijos que no diré nada a nadie.

PILATO: -Dejarte ir? Si no lo dejé ir a Él, como 100 como tú, porque habría de dejarte ir a ti que eres un maldito traficante de drogas.

BOTICARIO: -Le juro, por Dios que no diré nada...

PILATO: -No te está permitido jurar por tu Dios. No tomarás el nombre de Dios en vano. ¿Recuerdas? No desprecies el poder de tus convicciones. No desprecies el poder de la fe. Me lo advirtió Valerio, pero yo no lo entendí hasta que tuve que chocar contra una pared. Apenas llegué a Judea, para homenajear al Emperador y para que supiesen quien mandaba, hice flamear la figura de Tiberio con águilas imperiales en toda Jerusalén. Entonces los sacerdotes se enfurecieron porque la ley de Dios prohibía las representaciones humanas en la ciudad Santa. Los malditos organizaron un piquete de protesta y fueron en masa hasta Cesarea para protestar frente a mi casa. Estuvieron 5 días vociferando, protestando e insultando, 5 DIAS. Cuando me cansé y los amenacé con la guardia. ¿Sabes lo que hicieron los malditos al ver las espadas listas?. Desnudaron sus cuellos, y me hicieron un gesto de desafío, así me hicieron saber que estaban dispuestos a morir antes que detenerse. ¡Tuve que ceder! Me tuve que tragar el orgullo y hacer sacar las imágenes. Valerio Grato me lo había advertido, no debía desafiar el poder religioso, como tampoco podía eliminara a tantos contribuyentes.Me costó una amonestación de Roma, porque la mano de los Herodes llegaba hasta Roma más rápidamente que la mía.

Pocos años después me denunciaron porque tomé plata del tesoro del templo para construir un acueducto entre Belén y Jerusalén. Otra vez piquetes y manifestaciones. Pero ya había aprendido la lección, esta vez envié samaritanos que se mezclaron entre los piqueteros, llevaban cachiporras y órdenes mías de golpear a todo aquel que osase levantar la voz... Se les fue la mano, fue una carnicería. Y me denunciaron otra vez ante el emperador por brutalidad. Esta vez Tiberio los ignoró. ¿Qué esperaban del imperio? Toda esa máquina de represión y

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de guerra tenía que ponerse en algún momento en marcha. Si no es así los pueblos empezarían a pensar que somos blandos, que no hablamos en serio.

Así funciona el poder en este mundo, ¿Qué quiere decir: Mi reino no es de este mundo? es que hay otro mundo posible distinto. Y qué clase de rey puede ser el que se deja morir en lugar de que sus hombres peleen por él. Ese rey sería un tonto, y un tonto así no podría gobernar este mundo. Una vez condené a uno así, aunque yo no quería condenarlo, pero el no decía nada! Y había tanto odio en los que lo acusaban, tuve miedo de otra revuelta, otra denuncia, otra humillación. Me lavé las manos, pero no pude hacer lo mismo con mi conciencia. Y si me hubiese sido posible, allí estaba mi querida esposa Claudia, para hacérmelo recordar. Pobre boticario, estoy seguro que no entiendes nada de lo que hablo ¿Tienes esposa judío?

BOTICARIO: (A esta altura muy asustado) –Sí, tengo esposa e hijos que cuidar. Quisiera irme a mi casa. Ellos me esperan señor. PILATO: -¿Tienes una droga que limpie la conciencia?

BOTICARIO: -No sé bien a qué te refieres. Pero creo que no, no hay drogas para eso.

PILATO: -Me sorprendes! Sí la tienes. Es esta que mes has traído. Y debo comprobar que este producto cumple con lo que te he pedido, antes de pagarte. ¿Estarás de acuerdo?

BOTICARIO: -Te garantizo que es de primera calidad.

PILATO:(Con ironía) -¿Me das tu palabra?!

BOTICARIO: (Asiente) -Te doy mi palabra!

PILATO: -Verás judío, el problema que tengo, este veneno es para mí... Así que comprenderás que no puedo arriesgarme. Que tal si lo bebo y quedo ciego, o inválido sin obtener el beneficio del descanso eterno.

BOTICARIO: -Puedes quedarte con la pócima sin pagarme señor.

PILATO: -Ah!, qué generoso que eres, pero no creo que tu vida valga 30 monedas. Además queda el problema de la eficacia de la droga. Tengo una idea (se levanta para preparar 2 vasos). Tomarás primero tú y si es eficaz luego la tomaré yo, eso sí le haré llegar las monedas prometidas a tu mujer.

BOTICARIO: -Por favor mi Señor, no haga esto. ¿Porqué desea morir?

PILATO: -¿Por qué? Por empezar estoy enfermo, no tengo a nadie y finalmente quiero saber si hay otro mundo mejor más allá de este mundo podrido. Un mundo donde los reyes sean dignos y no basura como los de este mundo. Bebe.

BOTICARIO: -Pero yo no quiero morir. Se lo suplico, tengo familia. ¿Por qué me hace esto?

PILATO: -Ya te lo dije. Debo comprobar la eficacia de tus drogas. Además judío debes morir para pagar todas las perradas que tuve que soportar de parte tu pueblo. Serás como un cordero sacrificado por los pecados de todos los judíos. Así que bebe a tu salud.

BOTICARIO: -No, no quiero morir... Dios mío, Dios mío ayúdame.

PILATO: -Bebe.

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

BOTICARIO: -Señor no, Ud. no sabe lo que hace, porqué quiere matarme.

PILATO: -No es nada personal. Bebe. (Le lleva la copa hacia el rostro)

BOTICARIO: -No quiero, no beberé esa copa.

PILATO: -Beberás ahora porque si no lo haces te cortaré el cuello y tu familia jamás verá el dinero.

BOTICARIO: (Ora) -Dios mío, perdona mis pecados, y ayúdame en esta hora.

PILATO: -Bien, así está mejor. Terminemos con este asunto (Observa el nombre inscripto en el brazalete del judío, y se conmociona) ¿Qué es esto que llevas inscripto?

BOTICARIO: (Temblando) -Es mi nombre.

PILATO: -¿JESHUA?

BOTICARIO: -Jeshua, Jeshua ben Galion.

PILATO: -¿JESHUA?

BOTICARIO: -Jeshua, Iesu en tu lengua.

PILATO: -¿Jesús? ¿Te llamas Jesús?

BOTICARIO: (Asiente) -Jesús de las Galias.

PILATO: (Shokeado por la revelación ríe nerviosamente) -Oh Dios este es uno de tus trucos. Jesús, Jesús, se llama Jesús. Es una de tus crueles ironías o es el destino. Antes Jesús el Galileo y ahora Jesús de la Galia. ¿Porqué te ensañas conmigo? ¿Por qué yo que he mandado a la muerte a cientos tengo que penar por la muerte de uno? El único que quise realmente salvar. ¿Soy yo más culpable que ellos? (Al Boticario) ¿Soy yo más culpable que ellos?

PILATO: (Al boticario) -Vete Jeshua, ya hay alguien que murió en tu lugar. Vete ya!

(El boticario sale rápido, Pilato se siente frente al veneno)

PILATO: -¿Soy más culpable que ellos?

VOZ: -¿Siente Pilatos un verdadero sentido de culpa? Puede ser que se arrepienta de sus pecados, puede ser que clame al cielo por piedad. Puede el cielo dejar blancas como la nieve las manos llenas de sangre de un asesino. Puede la misericordia divina, limpiar un alma negra. ¿Puede la piedad apiadarse de la crueldad más vil?¿Puede el perdón liberar un alma torturada? ¿O será que lo que siente Pilatos es el producto de la frustración de su vida? ¿Del vacío que deja una vida violenta sin amor? ¿O es el dolor de su enfermedad que lo turba y lo tortura? ¿O es el temor a la muerte que se acerca implacable? En sus últimas horas, la mente febril de Pilatos evoca los fantasmas de aquellas últimas horas de la Pascua en Jerusalén.

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

PARTE 2

ESCENA 5 (Entran ANAS Y CAIFAS En el templo)

ANAS: -El Galileo debe morir esta noche. Creo que ya ha descubierto nuestros negocios con las ofrendas y los sacrificios y que hemos saqueado el tesoro del templo.

CAIFÁS: -Lo sé suegro, todo está planeado, aunque no será sencillo reunir al Sanedrín esta noche.

ANAS: No importa todo el Sanedrín. Solo debes asegurarte de que estén aquellos que nos responden. Debemos asegurarnos una condena contundente, aunque me temo que las peleas entre los fariseos y los saduceos hagan inoperante nuestros esfuerzos. Cuídate bien de que no se enteren Nicodemo o el de Arimatea, temo que son más partidarios de Jesús que de nosotros.

CAIFÁS: -Es cierto, hay muchos admiran a Jesús en secreto, no será sencillo acusarlo con bases legales y menos condenarlo a menos que él cometa un error fatal.

ANAS: Yo tengo un plan alternativo por si tus temores se cumplen.

CAIFAS: Cómo presentaremos nuestro caso? ¿De qué lo acusaremos? Aun contando con nuestros amigos, tenemos que tener una base “moral” y “legal” para lograr su condena.

ANAS: -Ya hemos hablado de este tema. Toda nuestra argumentación debe girar sobre estos puntos: 1) Jesús es un peligro para la Nación por lo que debemos detener su prédica. 2) Su popularidad aumenta y terminará por destruir el poder de la casta sacerdotal. 3) El que perdona los pecados tiene el control de las almas y si perdemos ese control perdemos el control de la Nación. Será como dar un salto al vacío. 4) Se afectaría las relaciones establecidas con Roma en una forma que no podemos prever. Estamos asomados a un precipicio y por eso es preferible que uno sufra antes que sufra toda la nación.

Debes destruir la legitimidad de sus actos. Debes hacer hincapié en sus reiteradas violaciones del sábado, sin importar la esencia de sus actos. El escándalo que armó en el templo, sus acusaciones injustas e indecorosas contra nosotros, los escribas y prácticamente toda nuestra organización.Machaca sobre esto yerno, sin titubear y sin piedad.-

CAIFAS: -Eso es lo que haré suegro, una vez que lo tenga cara a cara. Lo que más me preocupa es aprenderlo en medio de la noche.

ANAS: Es necesario que así sea, lejos del calor del pueblo, mientras las masa duerme, de otra manera sería muy peligroso. Estamos sentados sobre un polvorín. Por fortuna contamos con la colaboración de Judas. ¿Qué te ha dicho el traidor?

CAIFÁS: - Esta noche Jesús estará en el monte de los Olivos. El lo identificará en la oscuridad, para que no haya confusión irá delante nuestro y lo saludará con un beso. Es bastante repulsivo pero eficiente. Pero hay un problema mayor.

ANAS: -¿Cuál es?

CAIFÁS: - Judas también nos ha informado que varios hombres de Jesús llevan armas y que uno de ellos Simón está en contacto permanente con un grupo de los Zelotes de Jerusalén. Están listos para lanzarse a la lucha si perciben un atisbo de atentado contra Jesús, Temo que por la noche me sea difícil reunir un

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

grupo de guardias del templo, lo suficientemente poderoso para realizar el arresto sin peligro.

ANAS: -No temas, lleva esta carta a CIVILIS, el centurión de Pilatos. El te facilitará una patrulla imperial. Te pudo asegurar que contra ellos no se animarán a pelear.

CAIFÁS: -Pero… ¿accederá Pilatos?

ANAS: -Seguro que lo hará. Por algo tenemos algunos negocios con ese maldito romano. Bastante nos saca además de los impuestos imperiales.

CAIFAS: -Bien, entonces después del arresto, lo llevaremos al templo, a menos que no haya logrado reunir al Consejo. Si eso sucede lo llevaremos directo a tu casa hasta que logre el quórum necesario. (Sale)

ANAS: -No confío mucho en el Sanedrín. Saduceos y fariseos se pelean como perros y gatos y nunca toman decisiones. Iré a preparar mi plan.

ESCENA 6 (Pilato y CIVILIS en la Fortaleza de Pilatos)

PILATO: -Tenemos una nueva tormenta judía en puerta CIVILIS. Caifás me solicita una patrulla para apresar a un agitador llamado Jesús. ¿Sabes algo de él?

CIVILIS: -Como ya te informé la semana pasada entró a la ciudad, en medio de una manifestación que lo aclamaba, en su mayoría mujeres, niños y gente de la calle sin mayor valor.

PILATO: -¿Cuántos hombres le siguen?

CIVILIS: -Según mis informantes tiene 12 discípulos que lo siguen a todas partes, pero un grupo mayor de personas suele acompañarlo, no podemos precisar la cantidad exacta. Tiene muchos simpatizantes en las aldeas cercanas, principalmente en Betania.

PILATO: -Betania, donde vive el tal Lázaro, el muerto que vive! ¿Tenemos que preocuparnos por esos hombres?

CIVILIS: -Todos los informantes que tenemos, incluso los griegos que pagamos la semana pasada dicen lo mismo: Que Jesús tiene un discurso de tolerancia y de paz, promueve el servicio al prójimo, el amor fraterno, y hasta predica el amor a los enemigos.

PILATO: -¿Amar a los enemigos? Eso sería muy conveniente para nosotros ¿no te parece? Y qué hay del alboroto que armó en el templo, Caifás me hizo llegar una advertencia muy severa sobre este hombre,

CIVILIS: -Es un problema interno entre judíos, una interna religiosa. Posiblemente tengan celos de él por su popularidad. Le temen por eso y porque... (duda). No tienen la conciencia limpia.

PILATO: -Ay CIVILIS nosotros tampoco la tenemos. Quizás debamos temerle también! ¿Qué sabemos de sus seguidores?

CIVILIS: -Ellos son otra cosa, parece difícil que puedan entender el mensaje de su maestro. La mayoría de ellos son galileos, gente habituada al trabajo rudo y muy rebeldes. Sospechamos que uno de ellos de nombre Simón tiene contacto estrecho con los zelotes. El líder es un hombre alto, fuerte y de mal carácter al que llaman Simón, aunque su nombre es Pedro.

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

PILATOS: ¡Pedro, Petrus!, Le llamarán así por la dureza de su brazo o de su cabeza?

CIVILIS: -No lo sé, lo que sí sé es que a menudo va armado y creemos que no es el único. Galileos son también dos hermanos Santiago y Juan Zebedeo. Santiago al parecer dirige un sistema de correos que los mantiene informados sobre lo que sucede en los pueblos que visitan. El que llaman Juan es un joven decidido e integra el círculo íntimo de Jesús.

PILATO: (Pensativo, para sí) -Nada bueno viene de Galilea! Y qué hay de un tal Judas Iscariote.?

CIVILIS: -Es el tesorero, un hombre desagradable. Ha tenido varios encuentros en secreto con los sacerdotes, y miembros del Sanedrín. Posiblemente está a punto de traicionar a su líder.

PILATO: -Ya lo ha hecho. (Pensativo) ¿Sabes si mi esposa se ha visto alguna vez con ese Galileo?

CIVILIS:(Duda) -¿No tengo esa información señor?

PILATO: (Poco convencido) -Vuelvo a preguntarte, crees que este hombre Jesús es peligroso para nosotros?

CIVILIS: -No parece un hombre violento, no odia a los romanos. Curó a un sirviente de mi primo Alejandro, que vive en Capernaum.

PILATO: ¿De verás? Entonces en verdad no debemos temerle.

CIVILIS: -Quizás a él no, pero hay muchos que lo rodean pueden provocar una revuelta. Si me permites hablar con mi instinto, Jesús no es una amenaza para el imperio, pero huelo sangre derramada, aunque no puedo precisar de quién pueda ser.

PILATO: (Pensativo) Ordena un comando de 20 hombres bien armados, que escolten a los sacerdotes y a su guardia hasta monte de los Olivos allí esperan prender al Galileo. Que vayan equipados para la lucha nocturna. Ir al Monte de los Olivos de noche es peligroso, estarán expuestos a una emboscada. Apúrate que saldrán en una hora. Comanda tú ese grupo, y asegúrate que todo se haga según la ley, cuida bien que estos judíos sepan en todo momento que tenemos el control y que no pasen sobre nuestra autoridad. Sobre todo haz lo necesario que no dañen a ese hombre Jesús sin razón.

CIVILIS: -¿Adónde lo llevarán?

PILATO: Seguramente al templo. Pero tú no te despegues de él y mantenme informado de todo.

CIVILIS: (Sale haciendo el saludo imperial)

ESCENA 7 (Simón y SANTIAGO al pie del monte de los Olivos)

SANTIAGO: -Simón, dónde están los otros?

SIMÓN: -SANTIAGO, me asustaste. Pero ¿qué sucede?

SANTIAGO: -Han prendido a Jesús!

SIMÓN: -¿Cuándo, cómo?

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

SANTIAGO: -Esta misma noche, en el olivar, la guardia del templo y 20 legionarios de Pilato armados hasta los dientes se lo llevaron al templo para iniciar un juicio. El maldito Judas los guiaba!

SIMÓN: -Judas! Pero cómo es posible?

SANTIAGO: -¿Cómo es posible? Pero no te acuerdas lo que le dijo el maestro durante la cena, hace apenas unas horas? ¿Eres ciego y sordo acaso?

SIMÓN: -Quizás sea ciego y sordo pero tengo brazos para luchar. ¿Porqué no lo defendieron, porqué no lo evitaron?

SANTIAGO: -Estábamos sólo mi hermano Juan, Simón Pedro y yo qué podíamos hacer?

SIMÓN: -Los hermanos Zebedeo, los hijos del trueno, qué valientes que parecían de la boca para afuera. Se dejaron sorprender!

SANTIAGO: -No digas estupideces, y no hables así de mi hermano. Juan se ha quedado con Jesús, a riesgo de su propia vida, los del templo lo amenazaron con matarlo allí mismo si insistía, pero el centurión le permitió acompañarlo, no lo dejará en ningún momento. También Simón Pedro trató de defenderlo, hasta sacó la espada e hirió a uno de los guardias del templo. Por suerte no atacó a ningún legionario porque si no, no estaríamos vivos todavía. Pero ya sabes como es Jesús, lo detuvo en seco y le ordenó enfundar la espada. Le dijo: “Pedro no quiero que mueras por mí, recuerda que yo vine a morir por ti. “ Luego sanó al herido con su mano. Mejor, así no podrán acusar a Simón Pedro.

SIMÓN: (Fastidiado) -Yo vine a morir. Otra vez con ese discurso. Yo estoy de acuerdo, si es necesario morir, yo también moriré, pero luchando. Vuelo a encontrarme con Rubén, el reunirá a los zelotes que están en Betania. Tu reúne a los nuestros, juntos seremos más de 200 hombres, daremos un escarmiento a los sacerdotes y al mismo Pilato si se presenta la oportunidad. Si logramos un triunfo acá se encenderá la mecha de la rebelión de Judea hasta Galilea y podremos echar a los usurpadores de nuestra nación.

SANTIAGO: -Pero estás loco o borracho, no escuchaste lo que te dije, no escuchaste las palabras de Jesús, no recuerdas sus enseñanzas. El maestro jamás admitiría un baño de sangre.

SIMÓN: -Admiro al Maestro, pero últimamente se ha ablandado, se ha deprimido. Siempre hablando de que tiene que morir, que tiene que sufrir, ése no es el discurso de un líder. Se ha dejado impresionar por el templo, por la fortaleza Antonia. Los romanos lo han atemorizado.

SANTIAGO: (Indignado) -Jesús no sabe lo que es el temor. Deberías verlo enfrentando esa turba armada con sus manos desnudas. Eran ellos los que parecían temerle, si hasta el centurión lo trató con respeto. No has dicho muchas veces que no podemos vencer la espada con la espada. Y hasta tú sabes que tiene razón. No podemos vencer a los romanos. Si matamos a éstos, mañana vendrá el doble de ellos, y luego el triple y luego...

SIMÓN: (Interrumpiéndolo) -Y luego, no habrá más luego si todos nos levantamos y luchamos. Y si es necesario morir moriremos todos.

SANTIAGO: -Valientes palabras! Aquí está el gran Simón, condenando a todos a la muerte por su sueño de libertad. En el fondo, crees que la historia de los Macabeos se repetirá. Pero no es así, o al menos yo no lo creo. Te acuerdas de la visión de Jesús, la guerra, el hambre, la destrucción... Estaba hablando de la destrucción de Jerusalén, de todo lo que conocemos como sagrado, como eterno. Eso nos espera si desafiamos a los romanos.

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

SIMÓN: -¿Entonces que hacemos ahora? ¿Nos sentamos a ver que pasa?¿Regresamos a nuestras casas? El sueño se ha terminado!

SANTIAGO: -Primero tenemos que reunirnos, para fortalecernos en la oración y en la compañía. Tenemos que discutir qué hacer y averiguar lo que está pasando. Ya está amaneciendo. Reúne a los nuestros. Nos encontraremos en la casa de Lázaro a media mañana. Yo iré a ver a Nicodemo, él podrá interceder por Jesús en el Sanedrín y mantenernos informados.

SIMÓN: -Está bien, en algo tienes razón: hay que organizarse mejor, y no actuar en caliente. Pero yo también avisaré a Rubén que prepare sus hombres. A Dios oraremos, pero también prepararemos las espadas.

SANTIAGO: -Simón, yo estoy tan confundido como tú. No sé que haremos mañana, no sé que pasará mañana. Solo sé que siempre confiamos en Jesús y ahora debemos confiar en que sabe lo que está haciendo, aunque nosotros no lo comprendamos. Me aferro a él como nunca antes lo hice. Ten confianza tú también.

SIMÓN: -Lo haré... (Sale cabizbajo)

SANTIAGO: Dios mío dame fuerza y haz que Nicodemo pueda ayudarnos! (Sale)

ESCENA 8 (ANAS Y CAIFÁS en el templo)

CAIFÁS: -Tenías razón. A duras penas logramos juntar el consejo. Es imposible que el Sanedrín se ponga de acuerdo en estas circunstancias. Cuando lo acusamos de resucitar un muerto los fariseos casi se levantan y se retiran,

ANÁS: -No es todo culpa de los fariseos. Quién preparó a los testigos? Alguno de ellos fueron lamentables. Hasta daban risa.

CAIFAS: -Levy se hizo cargo de eso. Juntó todas las posibles acusaciones y preparó a cada testigo concienzudamente. No te olvides que tuvimos poco tiempo.

ANAS: -Acusarlo de amenazar con destruir el templo, está bien. Acusarlo de no respetar el sábado está bien. Pero acusarlo de instigar al asesinato porque dijo “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, fue absurdo, ridículo. Los fariseos y los saduceos se revolcaban en sus asientos. Todos sabemos que cuando dijo eso, quería salvar a la adúltera.

CAIFAS: -Quizás fue una mala idea, pero no importa, el mismo se cavó la fosa cuando abrió la boca.

ANÁS: -Me sentí orgulloso de ti cuando lo enfrentaste de esa manera y lo preguntase si era el hijo de Dios. Apenas podía creer cuando soltó esas palabras: “Sí. Lo soy… Y pronto iré junto al Padre. El hijo del Hombre será revestido de poder y reinará sobre los ejércitos celestiales.”

CAIFAS: -Por primera vez todo el Sanedrín reaccionó con la misma furia. Sus palabras lo condenaron más que todos nuestros testigos. “Que hombre arrogante!”

ANAS: -Sí, pero también astuto. No te olvides que la ley dice que solo es culpable el que menciona explícitamente el Nombre y el no lo hizo. Hasta usó esa ambigua expresión del Hijo del Hombre.

CAIFAS: -No importa viste la reacción de todos. Se enfurecieron clamando por su muerte y al salir le escupieron en la cara.

ANAS: -Pero no debemos confiarnos. Los jueces están ahora reunidos, pero una cosa es escupirlo en la cara en caliente y otra cosa es llegar a una condena de

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muerte. Los fariseos aunque lo odien son tan puntillosos con la ley que se negarán a pasar por alto todas las anomalías de este proceso.

CAIFÁS: -Si ya sé que la ley indica que para dictar una sentencia como ésta los jueces deben ayunar y orar durante 24 horas, pero ya discutimos eso. Si esperamos tanto tiempo Pilato podría abandonar la ciudad, y necesitamos de Pilato. Nosotros no tenemos autoridad para condenarlo a muerte. ANAS: -Eso es lo que me preocupa yerno. Las acusaciones que se han esgrimido aquí no serán convincentes para Pilato. ¿No lo ves? ¿Qué le importa a Pilato si este hombre dice ser el hijo de Dios, dirá que es un problema religioso que no le incumbe a su autoridad. Dirá que es un problema nuestro. Debemos buscar una acusación que haga temblar a Pilato.

CAIFÁS: -Qué sugieres entonces? Quedamos que los jueces sesionarán media hora nada más. Debemos apresurarnos, ya está amaneciendo.

ANAS: -Primero tenemos que hacer algo con este Jesús. Haz que la guardia le de una paliza, tenemos que quebrar su compostura, en el juicio, parecía que él nos juzgaba a nosotros. Hay que bajarle los humos. Que lo lleven al patio del fondo, soborna al centurión que no se ha despegado de él y que ese muchacho que lo acompaña se quede en el patio del frente. Tienen media hora, que le den su merecido, pero que tengan cuidado de no matarlo y que luego pueda caminar, no sea cosa que tengamos que cargarlo hasta la fortaleza de Pilato.

CAIFÁS: -Así se hará! Pero luego que le diremos a Pilato.

ANAS: -Yo ya he pensado en ello. No importa lo que dictaminen los jueces. Tu lleva este pergamino que he preparado, estudia lo que he escrito y cuando llegue el momento si es necesario sabrás que decir a Pilato. No te olvides que el tiene el poder de Roma, pero también no olvides que nos debe muchos favores y que ya le hemos demostrado nuestro poder. Es un hombre débil y nos teme. Su amo no le perdonará otro incidente. Por lo tanto se prudente pero firme.

CAIFAS: -No temas, sabré qué decir y qué hacer. Nuestros amigos del Sanedrín me acompañarán y tenemos preparado un piquete para escarchar a Pilato si es necesario. Parto a cumplir tu mandato. (Sale)

ANAS: -Jesús, veremos si puedes profetizar de donde provienen los golpes ahora. Llama a tus ejércitos celestes.

ESCENA 9 (CIVILIS Y PILATO en la fortaleza)

CIVILIS: -Señor, los judíos vienen a verte con el prisionero

PILATO: -Son las 7 de la mañana es que esos malditos no han dormido? ¿Qué ha pasado durante estas horas después del arresto?

CIVILIS: -Como me lo ordenaste escolté al Galileo hasta el lugar del juicio.

PILATO: -¿En el templo?

CIVILIS: -No fue en el templo, se hizo en un salón al sur del templo. Por esa razón pude entrar con ellos, aunque intentaron dejarme afuera.

PILATO: -Por los dioses que estos hombres están apurados. ¿Qué pasó allí?

CIVILIS: -No pude entender lo que hablaban, pero hubo mucha discusión entre ellos, parecía que no se ponía de acuerdo. A mi me pareció una farsa dirigida por el Sumo Sacerdote y por su suegro.

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PILATO: -Sí, el viejo Anás es una verdadera víbora. ¿Y ahora quieren de mí?

CIVILIS: -Ellos ya lo sentenciaron, pero lo traen para que lo condenes.

PILATO: -Ah claro, los bastardos lo quieren muerto y quieren que yo les de una mano. Veremos! ¿Está el Galileo con ellos?

CIVILIS: -Sí... está en mal estado.

PILATO: -¿Cómo? ¿Por qué? (Se acerca a la ventana para observar la comitiva)

CIVILIS: -Lo han apaleado. Lo han castigado por faltarle el respeto al Sumo Sacerdote. (Se defiende) Estaban en su derecho.

PILATO: -Sí, es verdad estaban en su derecho, pero yo te ordené que lo cuidases.

CIVILIS: -Si no fuese por mi lo hubiesen matado, señor.

PILATO: (Disgustado) -¿Quién es el joven que lo acompaña?

CIVILIS: -Es el joven Juan, su discípulo más fiel. Le permití acompañarlo porque Jesús apenas podía caminar.

PILATO: -El arrojo ignorante de la juventud. Hazlos pasar.

CIVILIS: -Me temo que no pueden hacerlo. Su religión se los prohíbe, dicen que no pueden entrar en casa de un pagano en la víspera de la Pascua.

PILATO: -Malditos fanáticos, no quieren contaminarse entrando a mi casa! Tendré que vestirme para salir yo a recibirlos en la puerta de mi propia casa! ¿Así que están apurados? Bien haremos las cosas difíciles (Salen los dos)

ESCENA 10 (PILATO, CIVILIS – CAIFÁS - ANÁS - JESÚS y JUAN)

PILATO: -Señores espero que las acusaciones que traen sobre este hombre sean de tal gravedad que ameriten que lo traigan ante mío a estas horas.

CAIFAS: -Si este hombre no fuese un malhechor no te lo hubiésemos traído.

PILATO: -Pero, tengo entendido que el Sanedrín no se ha puesto de acuerdo sobre las acusaciones. Porque no se toman su tiempo y lo juzgan de conformidad a sus propias leyes?

CAIFAS: -Ya lo hemos hecho. No tenemos derecho a condenar a un hombre a muerte. Y este perturbador de nuestra nación merece la muerte por lo que ha predicado y lo que ha hecho. Esa es la razón por la que venimos ante ti: para que ratifiques nuestra decisión y lo condenes como se merece.

PILATO: -Me alegra oír que necesitan mi consentimiento, pero no condenaré a este hombre sin un justo juicio. Y no consentiré que sea interrogado hasta no recibir por escrito las acusaciones.

CAIFAS: (Nervioso parlamenta con Anas. Extrae el pergamino que le había entregado Anás)

CAIFAS: -Estas son las acusaciones que te hemos escrito, conforme a la ley: El tribunal sanedrita estima que este hombre es culpable de ser un perturbador de nuestra nación en base a las siguientes acusaciones:Por pervertir a nuestro pueblo e incitarle a la rebelión.Por pervertir el pago del tributo al César.

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

Por considerarse a sí mismo con rey de los judíos y propagar la creación de un nuevo reino.

PILATO: (A CIVILIS) -Estos hijos de perra han preparado estas acusaciones porque saben que no puedo ignorarlas. Rebelión, impuestos, autoridad política son cuestiones que me incumben a mí, no a ellos. Llevaremos al reo adentro para interrogarlo.

(A los judíos) -Llevaré al acusado a mi sala para interrogarlo. (Con ironía)¿Desean Uds. pasar?

CAIFÁS: -Esperaremos!

PILATO:(A Juan) -Tú, joven, ayuda al acusado.

(PILATO – JESÚS – CIVILIS – en el interior de la fortaleza)

PILATO: -Ahora que estamos solos puedes hablar sin temor. ¿Qué respondes a tus acusadores? (Silencio)

PILATO: -Sé por mis informes que no instigas a la rebelión contra Roma y que no eres un hombre violento. Respecto a los impuestos ¿es verdad que tú y tus hombres predican que no hay que pagar el impuesto al César?

PILATO: -¿No respondes? ¿Qué dices tu Juan, responde a mi pregunta?

JUAN: -Jesús, siempre nos ha enseñado a pagar los impuestos del César y a dar la ofrenda del templo. Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios es lo siempre decía, a nosotros y a todos. Además...

PILATO: -Es suficiente. No digas a nadie lo que aquí hemos hablado. Si lo haces te haré azotar, entendiste?!

PILATO: -En cuanto a la tercera de las acusaciones. Dime ¿eres un rey?, ¿en verdad te proclamas el rey de los judíos?

JESÚS: -Pilato, haces esta pregunta por ti mismo o la has recogido de mis acusadores?

PILATO: (Sorprendido) -¿Es que soy un judío? Tu propio pueblo te ha entregado y los principales sacerdotes me han pedido tu pena de muerte...Mira, dudo de la validez de estas acusaciones, son producto de la envidia y del odio que te tienen. No me interesa saber porqué. Pero estoy obligado a descubrir por mí mismo si estas acusaciones tienen base. Por eso te preguntaré por segunda vez ¿has proclamado que eres el rey de los judíos y que intentas formar un nuevo reino?

JESÚS: -¿No ves que mi reino no está en este mundo? Si así fuera mis hombres hubieran luchado para que no me entregaran a los sacerdotes. Mi reino es una comunidad formada por aquellos que creen en mi Padre que está en los cielos. Es una fraternidad de hombres que por amor y fe han pasado a ser hijos de Dios, ya sean judíos o gentiles.

PILATO: -Entonces, tú eres rey!

JESÚS: -Sí, soy un rey de esa naturaleza y he nacido para revelar a mi Padre a todos los hombres. El que ama la verdad me oye y reconoce.

PILATO: -La verdad! ¿Y qué es la verdad? ¿Quién la conoce? Es suficiente...

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

PILATO: (A CIVILIS) -Este hombre es inocente de los cargos que se le imputan... Debe ser un estoico, conozco sus enseñanzas y sé lo que predican: “el hombre sabio es siempre un rey”. Que el Galileo y el joven se queden aquí custodiados. Vayamos al encuentro de Caifás.

(Pilatos Salen al encuentro de los sacerdotes)

PILATO: -He interrogado a este hombre y no veo culpabilidad alguna. Considero que es inocente de las acusaciones formuladas contra él. Por esta causa pienso que debe quedar libre.

(Los sacerdotes protestan furiosos)

CAIFAS:(Fuera de sí) -Este hombre incita al pueblo! Empezó por Galilea y ha continuado hasta Judea. Es autor de desórdenes y un malhechor. Se lo dejas libre lo lamentarás mucho tiempo…

PILATO:(Indignado, está a punto de contestarles, pero se le ocurre una idea) -Así que este hombre es de Galilea?

CAIFAS: Sí, es de Nazaret.

PILATO: En ese caso debe ser interrogado por el Herodes.

CAIFAS: ¿¡Por Herodes!?

PILATO: Herodes Antipas, él gobierna en Galilea verdad? y casualmente está en Jerusalén, así que lo enviaré ante él y luego que me traigan sus conclusiones, daré mi dictamen.

PILATO: (A Civilis) Escolta a Jesús hasta la casa de Herodes. Y no te despegues de él. Están tan furiosos que serían capaces de matarlo en el camino. Son alrededor de las 9 de la mañana, seguramente tendrás que despertar al canalla de Herodes!

CIVILIS: Estos hombres desafían al imperio con sus reclamos, señor! Siento deseos de cargar contra ellos.

PILATOS: Paciencia Civilis, paciencia y alégrate si tienes suerte podrás ver a la hermosa Herodías en todo su esplendor.

(Todos quedan congelados mientras se escucha la voz)

VOX: Pero Herodes y Herodías sólo se burlaron de Jesús. Le pusieron una primorosa capa roja, irónico símbolo de realeza: He aquí al rey de los judíos, luego lo enviaron de vuelta. PILATOS tuvo que enfrentar otra vez a los sacerdotes, y se preparó para la batalla final entre los decididos a condenar a muerte a Jesús, y él, decidido a no dar su brazo a torcer y liberarlo.

ESCENA 11 (PILATO, CIVILIS – CAIFÁS – ANÁS - TURBA)

PILATO: -Han traído a este hombre a mi presencia acusándolo de pervertir al pueblo, impedir el pago de los impuestos y hacerse rey. Lo he interrogado y no le creo culpable de tales cargos. En realidad no veo falta alguna, excepto algún delirio místico y utópico propio de estas tierras. Le he enviado a Herodes Antipas y él ha debido llegar a la misma conclusión ya que me lo ha enviado nuevamente. Con toda seguridad este hombre no ha cometido delito alguna que justifique su muerte. Si consideran que debe ser castigado estoy dispuesto a imponerle una sanción antes de azotarlo.

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

(Los sacerdotes protestan, al mismo tiempo entra una turba aclamando a Barrabás)

PILATO: (A CIVILIS) -¿Qué es esa turba que llega al patio escoltada por legionarios. ¿Y qué cosa gritan?

CIVILIS: -Vienen a peticionar el perdón de un reo como suele concederse durante la Pascua. Y claman por Barrabás, el zelota que capturamos. Es culpable de asesinar a dos nobles judíos, ciudadanos romanos de Cesarea,

PILATO: -Lo había olvidado, Roma debe mostrar su generosidad con sus dominados. Odiosas costumbres que he heredado y debo respetar. ¿Pero es un mal momento para lidiar con una turba. ¿Dónde esta Jesús?

CIVILIS: -En el patio de la caballerizas.

PILATO: (Dirigiéndose a la multitud) -Tengo una idea para matar 2 pájaros de un tiro. Evitaremos soltar al asesino Barrabás y al mismo tiempo retorceremos el brazo de Caifás.

PILATO: -Pueblo de Jerusalén, han venido a pedir la libertad un reo, Hoy el Sumo Sacerdote me ha traído al un reo, Jesús de Galilea, con acusaciones serias. Ni yo, ni Herodes Antipas hemos encontrado razones para creer en estas acusaciones. Con toda seguridad este hombre ha sido falsamente acusado y no ha cometido delito alguna que justifique su muerte. Por eso les pregunto ahora: A quien quieren que suelte a Barrabás el asesino o a este Jesús de Galilea.

(Silencio)

CAIFAS: -Libera a Barrabás.

TURBA: -Libera a Barrabás, (Exaltación)

PILATO: (Con ira y contrariado) -¿Cómo es posible que escojan la vida de un asesino y condenen a un inocente cuyo peor crimen es considerarse rey de los judíos?

TODA LA MULTITUD: -Libera a Barrabás, (Exaltación)

(Pilato aparte con CIVILIS, mientras tanto los sacerdotes se mezclan con la gente incitando a gritar por Barrabás y pedir la cruxifixión)

PILATO: -Esto es una locura, que haré ahora!

CIVILIS: -No podemos soltar a Barrabás, es un asesino! Cuando lo arrestamos mató a uno de mis hombres!

PILATO: (Indeciso) -Esta turba quiere sangre Civilis! Entonces le daremos sangre, Castigaré a este Jesús, lo castigaré de tal forma que la sed de sangre que tienen quede saciada, pero no lo condenaré a muerte, tienen que aprender que no pueden obligarme a hacer lo que no quiero hacer. Si no logramos convencerlos, haré azotar a Jesús. Ve y prepara a lo verdugos para que le apliquen 80 azotes.

CIVILIS: -¡Ochenta! ¡Nunca nadie ha recibido tal castigo. Morirá!

PILATO: -No, no morirá. Es un hombre fuerte, la vida es fuerte en él. Aún así en su estado, irradia más vida que cualquiera de nosotros. Ochenta azotes, quiero que quede tan destrozado que esta turba se contente o se apiade y me pida que lo libere. Ochenta azotes CIVILIS, que los verdugos se turnen, y que tengan

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

cuidado de no herir sus órganos. Tiene que comparecer nuevamente ante esta jauría.

PILATO: -Ahora les repito, que debo hacer con este hombre Jesús.

CAIFÁS: -Crucifícale,

MULTITUD: -Crucifícale.

PILATO: -Pero ¿por qué razón? ¿Quien quiere testimoniar contra él?

PILATO: -Les pido una vez más que me digan: que preso desean que liberemos en este día de Pascua.

TODOS: -Suelta a Barrabás.

PILATO: -Si suelto a Barrabás el asesino, qué hago con Jesús?

TODOS: -Crucifícale.

(Pilato hace un gesto a CIVILIS)

CIVILIS: -La orden del procurador es ésta: el prisionero será azotado (Sale)

VOX: -Como Pilatos había previsto Jesús soportó los 80 latigazos. No rogó, no imploró, los verdugos hicieron bien su trabajo, no lesionaron sus órganos vitales pero su cuerpo se llenó de heridas, llagas y sangre. Pilatos esperaba que se dieran por satisfechos, que mostraría un atisbo de piedad, pero no fue así. Al verlo entrar solo Juan se conmovió y lloró a los pies de su maestro. Pilatos se enfureció al ver la corona de espinas traspasando la frente y la nuca de Jesús.

(Entran CIVILIS, JESÜS vacilante y sangrando) PILATOS: (A Civilis) -¿Qué es esa corona?, yo no di ninguna orden de ponerle una corona de espinas.

CIVILIS: -Fueron los samaritanos! Ya conoces la brutalidad de la soldadesca, así los entrenamos. No pude evitarlo y sacársela sería peor para él en estos momentos.

CIVILIS: -Tu esposa te envía esta carta. (Civilis sale. Pilato lee la carta)

PILATO: (Lee la carta y hace un gesto imperioso y se hace silencio) -He recibido una carta de mi esposa la noble Claudia Prócula. Dice ella en esta carta: Querido esposo, te ruego no intervengas para nada en la condena del hombre que te han entregado. Jesús es un hombre íntegro e inocente. Esta noche en un sueño he sufrido mucho por él.

(Se hace un gran silencio)

JESÚS:(A Juan que seguía llorando) -Juan nada puedes hacer por mi ahora. Ve y busca a mi madre, para que pueda verme antes de que muera. (Juan asiente y sale llorando)

PILATO: -He aquí al hombre… De nuevo declaro que no le encuentro culpable de ningún crimen... Después de castigarle, quiero darle libertad.

CAIFAS: -No, crucifícale..

TODOS: -CRUCIFÍCALE.

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

PILATO: -Ya sé, ya sé, que están decididos a dar muerte a este hombre. Pero ¿qué ha hecho para merecer esa condena? Quién quiere declarar su crimen?

CAIFÁS: Tenemos una ley sagrada por la que este hombre debe morir. El mismo ha declarado ser el hijo de Dios... bendito sea su nombre!

PILATO: (Mirando a Jesús con temor) -Por qué dicen que eres el hijo de Dios? ¿Quién eres en realidad?

JESÚS:(Intenta responder)

PILATO: -Contesta! No comprendes que todavía tengo poder suficiente para liberarte o crucificarte? JESÚS:(Con dificultad) -No tendrías poder...

PILATO: (Acercándose) ¿Cómo dices?

JESÚS: -No tendrías poder sobre mí a menos que mi Padre celestial te lo consintiese...

PILATO (Retrocede): -¿Tu Padre celestial?

JESÚS: -Pero tú no eres totalmente culpable, porque ignoras el evangelio. Aquel que me ha traicionado y entregado a ti ha cometido el mayor de los pecados.

La escena vuelve a la GALIA – La turba desaparece. Pilato ocupa el centro y los personajes se disponen en un semicírculo a su alrededor. Ellos son Anas, Caifás,

Civilis, se suman José de Arimatea, Santiago, Pedro y Jesús en una posición elevada y central. )

PARTE III

ESCENA 12 (PILATOS Y SU FANTASMAS)

PILATOS: (Juega con copa, se le aparece CAIFÁS como un recuerdo)

PILATOS: -Líquido viscoso y secreto. Derrota a mis fantasmas como ellos me derrotaron a mí. CAIFÁS: -Si sueltas a este hombre, tu no eres amigo del César! Y trataré por todos los medios, de que el emperador tenga conocimiento de ello.

PILATO: -¿Es que voy a crucificar a su rey?

CAIFAS: -No tenemos más rey que el César.

PILATO: -Está bien, soltaré a Barrabás y Jesús será crucificado.

CAIFAS, ANAS: (Aplauden).

PILATO: -Pero soy inocente de la sangre de este hombre! Están decididos que muera!? Pues que muera, pero no encuentra culpa alguna en él.

CAIFAS Y ANAS: -QUE SU SANGRE CAIGA SOBRE NUESTRA CABEZA,

PILATO: -Ese mediodía me las lavé en una pequeña vasija y me las sequé pulcramente y dándole la espalda a Caifás. Saludé a Jesús Galileo con el brazo

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

en alto. Me dirigí a Civilis y di la orden: ocúpense de él. (Todos estos actos deben ser representados como si estuviese rememorando)

CIVILIS: -El tal Jesús ha muerto. A las 3 de la tarde dio un grito y murió, no tengo dudas, he visto demasiadas veces a la muerte para no reconocerla. Aunque reconozco que estaba confundido y algo temeroso, porque desde el mediodía hasta su muerte el cielo se volvió negro y un mal presagio nos invadió a todos. Soy sólo un soldado, vi sangrar a Jesús, lo vi sufrir, dirigí su brutal azotamiento y la crucifixión, cumplo órdenes, para eso me entrenaron. Soy un bruto, nunca creí en dioses ni en Dios, pero cuando murió me brotó un sentimiento que nunca antes había sentido: El tenía el espíritu de Dios, aprisionado en el cuerpo mortal de un hombre.

JOSÉ DE ARIMATEA: -Pilato, soy José de Arimatea, soy miembro del Sanedrín y vengo con el alma entristecida a pedirte el cuerpo de Jesús de Nazaret.

PILATO: -¿Eres del Sanedrín?, pensé que el Consejo odiaba a Jesús.

JOSE DE ARIMATEA: -Muchos sí. Pero otros lo admirábamos y creíamos que Dios lo había enviado a purificar nuestra fe. Sí, soy del Sanedrín, pero no por mucho tiempo, al venir acá los he desafiado y eso no lo perdonarán. Pero por miedo nos callamos, por miedo no defendimos a un inocente y lo que ha pasado es una desgracia para todos, porque hemos ofendido a Dios. EL nos enseña en la escritura que la sangre de un inocente es preciosa. Es la enseñanza de mis padres y de los padres de mis padres. Ahora al menos permite que le demos una sepultura digna según nuestras costumbres.

PILATO: -Está bien! Es justo y además estoy seguro que enfurecerás a Caifás.

JOSE DE ARIMATEA: -Ya no me importa Caifás! En la Mishná está escrito que si matamos a un hombre es como si matásemos a todo el mundo, y si salvamos a un hombre es como si salvásemos a todo el mundo. Nuestro pecado es tan grande, que ya no me importan ni Caifás ni Anás!

CAIFÁS: -Te solicitamos que pongas un guardia en la tumba de Jesús. Ese José de Arimatea planea con otros discípulos robar el cuerpo.

PILATO: -Puse una guardia a pedido de Caifás, me causó placer ver que tenían miedo hasta del cuerpo, pero al tercer día el cuerpo desapareció,

CAIFÁS: -Esto es obra de Pilato. O es un inepto o ha actuado en connivencia con los seguidores de Jesús.

PILATO: -¡Qué absurdo! Los discípulos estaban escondidos en Betania. No sé que pasó con el cuerpo, pero para salvar mi responsabilidad tuve que ejecutar a los guardias que se habían dormido. Y ahí comenzó otra historia: sus discípulos hicieron correr la leyenda de que Jesús había resucitado.

SANTIAGO: -¡El señor Jesús ha resucitado! Escuchan. (Tres veces)

PILATO: -¿Quién podría creer semejante cosa!? Claudia, mi esposa la creyó, pero yo... hasta me gustaría creerlo. ¡Que el vive!. Me gustaría creer que después de todo no se salieron con la suya. Pero no puedo.

ANAS: -Matamos al perro, pero la enfermedad se propaga. Temo que más sangre deberá derramarse.

SIMÓN: -El que Uds. mataron Dios lo ha resucitado de entre los muertos. No sean incrédulos. Crean!

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La Pasión según Poncio Pilato – de Eduardo Cavallo

PILATO: -“Si matamos a un hombre es como si matásemos a todo el mundo, y si salvamos a un hombre es como si salvásemos a todo el mundo.”Si fuera así no hay suficiente agua en el mundo para limpiar mis manos.

PILATO:(Bebe el veneno. A los pocos segundos) -Ah boticario, resultaste honesto, tus drogas son rápidas. (Se recuesta pesadamente y muere.)

JESÚS: -Pero tú no eres totalmente culpable, ya que ignoras el evangelio. Pero aquel que me conoce y me traiciona, ése ha cometido el mayor de los pecados.

VOX: -El suicidio de Poncio Pilato es más una leyenda que una verdad histórica. Lo que sí nos enseña la historia es que alrededor del año 66 los zelotes encabezaron una nueva rebelión contra Roma. En el año 70 bajo las órdenes del emperador Tito los romanos reconquistaron y destruyeron Jerusalén, la población fue masacrada y el templo fue destruido, piedra sobre piedra. Los últimos zelotas resistieron 3 años más en la fortaleza de Masada, irónicamente construida por Herodes el grande para defender las fronteras de Roma. Para esa época el cristianismo ya se había desparramado por todo el Mediterráneo y llegado a Roma. El imperio romano siguió su marcha triunfal. En occidente se prolongó durante cuatro siglos más hasta que se desmoronó por las invasiones bárbaras. El imperio de Oriente, duró nada menos que otros 10 siglos hasta que Constantinopla fue tomada por los turcos.

En todo ese tiempo y hasta el día de hoy, la Iglesia de Cristo resucitado, fue creciendo, intentando llevar a cabo la épica y compleja misión de construir el Reino de Dios entre los Reinos de este mundo.

Su accionar en la historia está llena de luz, pero también de tinieblas. No hay mucho para enorgullecerse y sí mucho de que arrepentirse. Pero siempre, aun en los momentos de mayor oscuridad, hubo cristianos que desde el púlpito de la cruz le marcaron el camino hacia la luz. Santos, héroes, mártires, misioneros, profetas, lucharon para volverla al camino de Jesucristo.

La Iglesia griega, festeja el 27 de octubre, la festividad de Claudia Procula, la primer romana que creyó en Jesús La iglesia Copta de Egipto y Etiopía celebra cada 25 de junio la festividad de Poncio Pilatos mártir. Pero mañana, todas las iglesias cristianas, desde Bagdag hasta Nueva York, y desde Pekín hasta Buenos Aires, celebrarán la resurrección de Jesús de Galilea, del mismo Jesús quien: Padeció bajo el poder de Poncio PilatosFue crucificado, muerto y sepultado, Pero que al tercer día resucitó de entre los muertos, El que ascendió a los cielos y Que está sentado a la diestra del Padre Todopoderoso, Desde donde ha de venir a juzgar A los vivos y a los muertos Con justicia. Así será. Amén.

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