el hombre superluminoso - pr. régis dutheil y brigitte dutheil

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  • 1El hombre superluminosos - Pr. Rgis Dutheil y Brigitte Dutheil.

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    Pr Rgis Dutheil Brigitte Dutheil

    El hombre superluminoso

    Traduccin: Alfredo Camarero Gil

    El hombre superluminosos - Pr. Rgis Dutheil y Brigitte Dutheil.

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    Los autores: Rgis Dutheil es profesor de fsica y biofsica en la Facultad de Medicina

    de Poitiers. Agregado de fsica, se dedica desde 1983 a la investigacin en fsica elemental. En 1969, public L=Initiation la physique relativiste, Ediciones Gauthier-Villars, y ha escrito numerosos textos, sobre todo para la sociedad Royale des Sciences, de Lieja.

    Brigitte Dutheil, antigua alumna de la Escuela normal superior, profesora de letras clsicas, est especializada en el estudio de los problemas de historia y de filosofa planteados por la conciencia y la muerte.

    [CONTRAPORTADA]

    Con los aceleradores de partculas, los fsicos logran impulsar a stas a una velocidad cercana a la de la luz. A estas velocidades extremas, ya no son aplicables las leyes que rigen nuestro universo.

    Estos trabajos de fsica elemental han llevado a Pr Rgis Dutheil a construir un modelo que explique la complejidad de nuestro mundo.

    La hiptesis: existe un segundo universo complementario y simtrico al nuestro, en el que las velocidades son siempre superiores a la de la luz. En ese universo, ya no existe nuestra nocin del tiempo, puesto que es posible desplazarse de forma instantnea al pasado, al presente o al futuro. Este universo, que l llama *espacio-tiempo superluminoso+, est formado nicamente por informaciones y conciencia: todas las informaciones (pasado, presente, futuro) y la conciencia de toda la humanidad.

    Una hiptesis que recupera las intuiciones de algunos filsofos de la antigedad y que cambia por completo las nociones, incluso de nacimiento y de muerte.

    Agradecimientos

    Nuestro sincero agradecimiento a Joanne Esner, de Ediciones Sand, cuya

    dedicacin y entusiasmo por las ideas expuestas en este libro nos han ayudado mucho.

    Nuestra gratitud se dirige tambin al profesor Stuart Edelstein, director del Departamento de Bioqumica en la Universidad de Ginebra, que ha participado intensamente en la elaboracin y la puesta a punto de este trabajo.

    Nuestro agradecimiento tambin a los dems colaboradores de Ediciones Sand y, en especial, a Carl van Eiszner, Frderic Ferney, Agnes de Gorter y Roger Vinciguerra. Cada uno de ellos ha contribuido eficazmente en la realizacin de esta obra.

    R. Y B. DUTHEIL

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    Introduccin

    Un da u otro todo hombre se pregunta sobre lo que es, sobre lo que hace, sobre el universo en el que vive. Estas cuestiones se las plantea el ser humano desde el comienzo de los tiempos. Y desde siempre ha sido necesario encontrar respuestas, porque la vida diaria depende estrechamente de ellas.

    Tal vez incluso ms que la vida. Porque dar un sentido a lo que es sta, es tambin delimitar mejor sus lmites, enfrentarse mejor a la muerte que se dice es su final.

    La vida, la muerte: dos temas inagotables que se funden en uno. Perpetuo interrogante, que aflora siempre en los espritus.

    Esta bsqueda muchas veces no confesada, interior y profunda, a veces incluso mantenida al margen de la revelacin, cada uno la vive da a da, en la sinuosidad de un pensamiento, de una ocupacin, de un encuentro, de una actividad compartida con los dems. Porque preguntarse sobre la vida procede de todo lo que el ser percibe y siente, de todo aquello de lo que el ser, a distintos niveles, es consciente.

    De esta conciencia depende todo lo dems. Por eso es fundamental el determinar su exacta naturaleza. Los pensadores de las civilizaciones ms lejanas no se equivocaron en esto, cuando intentaron dar una definicin de la conciencia de acuerdo con sus creencias. Estas aproximaciones -a veces muy distintas- han expresado la misma lgica: slo despus de haber definido con claridad lo que es la conciencia se puede delimitar con precisin el universo en que se vive. Las nociones de conciencia y de universo estn ntimamente unidas. El universo slo existe para un individuo a travs de aquello de lo que es consciente.

    ATener conciencia@, Aperder la conciencia@, Arecuperar la conciencia@, Aen su alma y su conciencia@..., tantas expresiones que han pasado al lenguaje normal que, incidentalmente, transmiten otras nociones esenciales estrechamente dependientes de la conciencia: lo conocido y lo desconocido, la existencia, la verdad, la realidad. Cada una de ellas convertida a su vez en una cuestin cargada de sentido en el futuro del hombre.

    Porque sin duda alguna es en funcin de lo que sabe (o cree saber), de lo que percibe del mundo que le rodea, como el hombre acta, decide, disea su propia evolucin. Visin del universo e interpretacin de la realidad, a travs de las sensaciones, condicionan y alimentan en cada momento la conciencia. El hecho de atribuir a la conciencia un papel determinado permite la construccin de la realidad especfica.

    La presente obra se propone analizar la situacin de la conciencia. Retomar uno a uno los diversos elementos que la componen, desde el estudio de esos elementos llamados sensaciones -sobre los que basamos a veces nuestra concepcin de lo real, cuando la nocin misma de sensacin es completamente

    El hombre superluminosos - Pr. Rgis Dutheil y Brigitte Dutheil.

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    subjetiva-, hasta la de la muerte que nos parece ya completamente distinta de la imagen que se dio de ella en los ltimos decenios.

    Estas pginas hacen balance sobre el desarrollo de la nocin de conciencia desde la antigedad hasta nuestros das, pero tambin, sobre todo, a partir de los ms recientes estudios y descubrimientos, a finales del siglo XX, sobre lo que son la vida y la muerte.

    Era necesario avanzar ms, superar las habituales disputas sectarias entre los defensores de las distintas aproximaciones a la conciencia y a sus estados, sacar las consecuencias de la posicin cientfica y de los estudios no cientficos, agrupar en torno a un mismo proyecto: dar a la conciencia -de la vida y de la muerte- una nueva definicin, ms cercana a la verdad y ms depurada que nunca.

    Por eso se encuentran aqu reunidos, por primera vez, los estudios filosficos ms antiguos y los ltimos descubrimientos de la fsica moderna, las concepciones espirituales del ms all de todas las religiones y las experiencias mdicas en la frontera de la muerte.

    Ms an, estas pginas, despus de describir la evolucin cientfica de la nocin de conciencia desde las primeras investigaciones hasta los momentos ms hermosos del mtodo experimental, aclaran con nuevas luces la teora de la relatividad de Einstein y proponen un nuevo modelo fsico de conciencia. Hay que ver en ello, sobre una base cientfica que permite una redefinicin de la materia y de lo real, pero tambin, y sobre todo, del espacio y del tiempo, que termina con las nociones de pasado-presente-futuro, un intento... que de repente, extraamente, parece volvernos al fondo de los relatos de nuestros ms lejanos ancestros.

    Defender la tesis de una materia distinta de la que conocemos, de un universo en el que el tiempo no pasa, de una muerte que es un Adesplazamiento de existencia@ y no una desaparicin pura y simple, de la presencia en cada ser de la historia de la humanidad, se convierte de pronto en la posibilidad de comprender otra dimensin de lo real.

    Es tal vez, en definitiva, la fusin en un solo estudio de la espiritualidad y del materialismo, y la restitucin a la conciencia de su verdadero papel, que consiste en perpetuar la existencia por el conocimiento Es posible ver en las reflexiones metafsicas de Pitgoras, Platn, Demcrito, Leibniz, Descartes o Hegel, en los trabajos cientficos de Einstein, Kammerer, Jung o Pribram, en los estudios sobre la muerte de Kbler Ross, Moody, Ring y Sabom, en los de la reencarnacin de Stevenson, los reflejos de la misma sed de saber, guiada por una intuicin de una realidad que hasta ahora nos estaba oculta.

    Esta visin del universo trata de hacer sentir la verdadera dimensin del hombre: una grandeza intemporal que ha de reafirmarse continuamente en el menor de sus actos.

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    Primera parte

    Captulo primero

    La nocin de conciencia

    Cuando nos despertamos cada maana despus de una noche de descanso,

    cuando se nos reanima despus de una operacin o un desmayo, volvemos a tomar conciencia. Aparentemente, nada ms sencillo: caemos en la cuenta con toda rapidez del grado de luminosidad, de la temperatura ambiental, valoramos nuestras sensaciones (sufrimiento o bienestar), resumimos nuestros recuerdos...

    Esta toma de conciencia es casi instantnea en el caso de nuestro despertar diario, ms tarda despus de una anestesia. Tenemos la impresin de Aentrar en nosotros mismos@, de volver a una envoltura momentneamente abandonada por las orillas oscuras del sueo. A lo desconocido sucede lo conocido, la certeza de una localizacin espacio-temporal (la necesidad que sentimos de situarnos en el espacio est sin duda en el origen de esta cuestin que plantean invariablemente los heridos cuando despiertan: *)Dnde estoy?+). La naturaleza de la conciencia

    Pero )qu es la conciencia? Aparentemente, no es otra cosa que esta percepcin ms o menos clara de los fenmenos que nos informan sobre nuestra propia existencia.

    Esta definicin, aceptada normalmente, sigue siendo no obstante muy vaga y plantea otras cuestiones: )qu es la existencia? )qu es la realidad? Este misterio est sin duda en el origen de la permanencia a travs de los siglos de los interrogantes filosficos sobre la naturaleza de la conciencia.

    Se puede definir la conciencia como una alianza entre la sensacin -es decir la percepcin de los fenmenos, de la apariencia- y la inteligencia que analiza las sensaciones informndonos sobre sus significados. A esta conciencia

    El hombre superluminosos - Pr. Rgis Dutheil y Brigitte Dutheil.

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    le es asignado un papel: la identificacin y la individualizacin del sujeto. La conciencia es en efecto inseparable del sujeto que piensa y siente, es la marca esencia, el nudo primordial, lo que le permite distinguirse del mundo exterior. Tiene por tanto una importancia de primer orden en nuestra percepcin del mundo, orienta el estudio que hacemos de l. La conciencia en filosofa

    En la historia del la filosofa, se distinguen dos grandes corrientes de pensamiento:

    CUna corriente unitaria que hace del universo un todo nico. Para algunos filsofos de esta corriente el universo en su totalidad es material y el espritu es slo ilusin. Para otros, el universo es enteramente espiritual y cada ser vivo contiene una parcela de espritu.

    CUna corriente dualista que opone totalmente espritu y materia y concibe el universo como una realidad doble en la que el mundo del espritu se opone por sus atributos y su papel al mundo de la materia. La corriente unitaria La genial intuicin de Demcrito

    El origen de la corriente unitaria de tendencia materialista se remonta al filsofo y cientfico griego Demcrito (520-460 a. C.), que vivi antes de Scrates.

    En esta poca, filosofa e investigacin cientfica son inseparables. Todos los pensadores que precedieron a Scrates y Platn buscaron prioritariamente resolver la difcil cuestin del origen del universo, mezclando consideraciones filosficas y cientficas de manera a veces caprichosa.

    Demcrito, de quien no nos ha llegado directamente ningn escrito, tuvo el mrito de proponer una solucin original cuyo carcter cientfico es indiscutible, hasta tal punto que se ha podido ver en l al fundador de una fsica materialista.

    La idea esencial de Demcrito es sencilla: todos los cuerpos materiales estaran formados de tomos. Los tomos son las partes ms pequeas de la materia; son indivisibles, eternos, indestructibles, slidos e invisibles al ojo humano. Tienen la propiedad de desplazarse con suma rapidez, caen en el vaco de arriba y abajo, pero su cada no es rigurosamente perpendicular. Se apartan un poco de su trayectoria y encuentran as con otros tomos; de estos encuentros, de estas asociaciones de tomos proceden todos los cuerpos materiales y espirituales. Esta genial intuicin prefigur la teora atmica del

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    siglo XIX. Esta tesis Crevolucionaria y nica en toda la antigedadC naci del deseo

    de conciliar las doctrinas de dos escuelas filosficas que se enfrentaron en los siglos VI y V antes de Cristo:

    CUnos sostenan, con su maestro Herclito de feso, que todo es mvil y Aque nadie se baa dos veces en el mismo agua.@

    COtros, con Parmnides y Zenn de Elea, afirmaban que la movilidad es slo una ilusin que engaa a nuestros sentidos, que slo es real el Ser nico, inmvil, eterno e inmutable.

    Con mucha habilidad, Demcrito resolvi el problema sealando que los tomos son eternos, pero que sus combinaciones son cambiantes y mltiples. As el universo, que se transforma continuamente, es eterno en sus elementos. Los tomos son indivisibles e indestructibles, slo sus elementos compuestos no dejan de disolverse para recomponerse. Es fcil deducir de esto que nada ha salido de la nada y nada vuelve a la nada. La muerte por tanto es slo una transformacin, los dioses no tienen ningn poder creador.

    El alma, o la conciencia, est formada de tomos distintos (Aredondos y esfricos@) de los que forman los cuerpos materiales, que son capaces de penetrar en el interior de todos los cuerpos.

    La teora de Demcrito es unitaria en la medida en que, segn l, el universo entero es material, est formado de tomos. Es materialista, puesto que alma y cuerpo estn formados de tomos; es decir, de materia. Alma y cuerpo estn indisolublemente unidos; el alma est extendida por todo el cuerpo, situndose el ncleo central en el corazn que se confunde con el soplo vital. El alma es mortal: desaparece y se disuelve al mismo tiempo que el cuerpo en el momento de la muerte para reincorporarse a la corriente eterna de los tomos. De la intuicin a la escuela de pensamiento

    Demcrito fund una escuela que continu muchos siglos. Su enseanza fue continuada y completada por Epicuro (340-270 a.C.), que dio su nombre alta doctrina Cel epicuresmo C por concretar l las consecuencias filosficas.

    De la obra del mismo Epicuro slo nos quedan algunas mximas y tres cartas. Pero la influencia de su escuela ateniense fue tal que lleg hasta Roma.

    En el siglo primero antes de nuestra era, el poeta latino Lucrecio (98-55 a.C.) decidi traducir la obra de Epicuro para ponerla a disposicin del pblico en general y compuso un largo poema filosfico en seis cantos, el De Rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas).

    La doctrina se concreta y se establece definitivamente. Slo existe un mundo fenomnico, el universo no es sino un gran mecanismo. Las sensaciones y las ideas constituyen los fenmenos. Nuestras sensaciones son producidas, segn Lucrecio, por corpsculos invisibles derramados en la atmsfera que, al

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    introducirse en los diversos conductos de nuestros cuerpos, afectan de distintas maneras a nuestras almas. Estos *simulacros+ se dividen en varias clases1. Unos son enviados por los mismos cuerpo y son las emanaciones o de la superficie o del interior de los objetos (como las sensaciones visuales, el odo, el gusto, el olor). Otros se forman en el aire (es el caso de las ideas, puestas en el mismo plano que las sensaciones, de las que la atmsfera est siempre llena) y su tejido es tan fino que se inscriben en todos los poros de nuestros cuerpos.

    Hay que reconocer al epicuresmo una originalidad nica en la antigedad. En una poca en que el poder religioso se confunde con el poder poltico, una escuela se atreve a negar la existencia de los dioses y a hacer de la ciencia la fuente de todo progreso y de toda esperanza para la humanidad. La religin slo puede aportar ignorancia y angustia a los hombres. Atribuye al trueno y a los eclipses un significado de castigo divino que paraliza el valor y la razn del hombre. La ciencia, al demostrar que los dioses son slo simulacros, imgenes sin ningn poder sobre el destino de los hombres, permite, a travs de un anlisis objetivo y racional de todos los fenmenos naturales, hacerle al hombre dichoso quitndole toda fuente de angustia.

    Slo el sistema democrtico vigente en Atenas en la antigedad y la relativa libertad (incluso impertinencia) de que gozaban los ciudadanos griegos respecto a la religin, explican la duracin del epicuresmo. La era cristiana y la confiscacin por la Iglesia de la ciencia y la cultura durante ms de mil aos, el olvido relativo en el que cae la cultura griega, son la causa del letargo de la corriente filosfica materialista hasta el Renacimiento.

    Slo a partir del siglo XVI y sobre todo del XVIII y XIX se multiplican de nuevo las referencias materialistas.

    La necesidad de separar filosofa y teologa y de promover un mtodo experimental y racional se impone, poco a poco, a los filsofos y a los hombres de ciencia. Francis Bacon (1561-1626) es uno de los primeros en destacar la importancia del mtodo experimental, de la observacin racional de los fenmenos, y el papel asignado a la ciencia: ampliar indefinidamente el poder del ser humano.

    Sus ideas marcaron profundamente a Descartes, y ms todava a los filsofos ingleses Hobbes y Locke.

    Thomas Hobbes (1588-1679) es ante todo un pensador poltico: defensor de un estado totalitario en el que la fuerza sea ms importante que el derecho, fundamenta su visin pesimista de las relaciones humanas (*el hombre es un lobo para el hombre+) en una filosofa materialista que toma algunos de sus elementos del empirismo de Bacon y del atomismo de Epicuro y de Demcrito.

    Para l, el origen de todo conocimiento es la sensacin, principio inicial del conocimiento de los principios mismos: la imaginacin es una agrupacin

    1. *Simulacra+, para Lucrecio, designa los corpsculos que influyen en nuestras

    sensaciones y en nuestras ideas.

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    indita de fragmentos de sensaciones, la memoria es slo el reflejo de sensaciones anteriores, las ideas son slo los epifenmenos de un alma material. El espritu es una mquina, el corazn es un motor, toda moral se reduce al instinto de conservacin, de afianzamiento y de poder.

    La primaca de los sentidos y de la sensacin est tambin en la base de la filosofa de Locke y de Condillac.

    Segn Locke (1632-1704), todas las ideas complejas se reducen a ideas simples que proceden de la experiencia. Aunque l mismo no era completamente materialista, puesto que reconoce la existencia de un Dios, sus ideas sern utilizadas frecuentemente en diversas doctrinas materialistas.

    Condillac (1715-1780), en su Trait des sensations, reduce tambin todas las operaciones del alma a sensaciones y desarrolla ampliamente la imagen de la estatua. Segn l, una estatua a la que diramos solamente el sentido del olfato nos permitira reconstruir todo el psiquismo. Si hiciramos que esta estatua respirase una rosa, sera toda ella olor de rosa. Esta sensacin nos dara la clave de la atencin. Lo que quedara de la sensacin cuando el cuerpo oloroso dejase de actuar sobre el rgano sera el recuerdo, el deseo sera slo la necesidad de volver a encontrar una sensacin agradable, etc. Marx: el materialismo se convierte en histrico

    El empirismo y el sensualismo propios de estos filsofos ingleses y franceses de los siglos XVII y XVIII estn en la base del materialismo del filsofo alemn Feuerbach, en el que se inspirar intensamente Karl Marx. *El fsforo, deca Feuerbach, es el que piensa en nosotros+. Este sorprendente reduccionismo resume un razonamiento muy lgico segn el cual las ideas no son sino productos de la conciencia humana (incluso la idea de Dios), la cual es slo el producto del cerebro humano, es decir de la materia. El espritu es por tanto el reflejo de las condiciones materiales que lo producen.

    Karl Marx, a partir de las ideas de Feuerbach, funda el materialismo histrico combinando ciertos principios hegelianos, como el primado de la historia, el progreso mediante la resolucin de contradicciones.

    Para Marx, *no es la conciencia de los hombres la que determina su existencia, sino su existencia social la que determina su conciencia+.

    El materialismo de Marx se basa en una ley esencial: la ley de accin recproca. Si bien el hombre es un producto de la materia y de las condiciones en que vive, puede tambin actuar de rebote sobre la materia y transformar mediante su trabajo las condiciones de su existencia. Esto explica la importancia fundamental de la Historia en la doctrina marxista. La clave de la evolucin de las sociedades viene dada por el desarrollo de las tcnicas y condiciones de produccin que l denomina fuerzas productivas. Una determinada situacin de las fuerzas productivas, (en la Edad Media, el molino; en el siglo XIX, la

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    mquina de vapor), explica el rgimen social (el rgimen feudal, el capitalismo), lo que l llama relaciones de produccin. Fuerzas productivas y relaciones de produccin constituyen la infraestructura de la sociedad a partir de la cual se explican las ideas (jurdicas, filosficas, religiosas, artsticas), que no son sino superestructuras, epifenmenos. El materialismo en el siglo XX: psicologa y biologa

    En el siglo XX, el materialismo se ha impuesto sobre todo en los campos psicolgico y biolgico, que han desarrollado modelos materialistas de conciencia muy elaborados.

    En esta lnea, se puede citar la escuela behaviorista de psicologa, que considera los estados de conciencia como el resultado de comportamientos mecnicos, de reflejos condicionados que pueden ser estudiados experimentalmente con la ayuda de stimuli. Se rechazan todos los estados o hechos subjetivos. La conciencia no es ya sino un epifenmeno del cerebro y del sistema nervioso.

    El ms reciente modelo materialista de conciencia ha sido propuesto por los cibernticos. Se basan en la analoga que existe entre el funcionamiento de los ordenadores y del cerebro humano.

    En Gran Bretaa, en los aos 50, Gray Walter construy tortugas electrnicas dotadas de reflejos condicionados anlogos a los de los seres vivos. Estas tortugas iban a buscar su *alimento+ y eran capaces de ir ellas mismas a abastecerse en una fuente de energa cuando sus reservas estaban a punto de agotarse. Llevando al extremo estas ideas, los cibernticos llegan a considerar a los organismos vivos como autmatas cuyo mecanismo explicar un da la ciberntica apoyndose en leyes puramente fisicoqumicas.

    En estas condiciones )en qu se convierte la conciencia? W.R. Ashby, en Design for a Brain (Nueva York, 1952), declara que en su obra no mencionar en ningn momento ni la conciencia ni los elementos subjetivos asociados a ella, porque no ha credo necesario introducir este concepto.

    En 1963, en The Modeling of Mind, Mac Kay describe la conciencia como un conjunto de elementos orgnicos que reaccionan a travs de redes de informacin. La unidad de la naturaleza en el espritu

    En oposicin con esta visin totalmente materialista de la conciencia y del universo, se sitan las doctrinas que defienden la unidad de la naturaleza en el espritu. Hay que destacar que son mucho menos numerosas que las concepciones materialistas o dualistas.

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    Slo dos filsofos, que vivieron ambos en la segunda mitad del siglo XVII, desarrollaron esta tesis hasta sus ltimas consecuencias.

    Spinoza elabor, a partir de la doctrina cartesiana, un pantesmo perfecto. El universo se confunde con Dios que es una sustancia perfecta que se basta a s misma. Dios, segn la definicin que se da en la tica, *es un ser absolutamente infinito, es decir una sustancia constituida por una infinidad de atributos cada uno de los cuales expresa una esencia eterna y espiritual+.

    De estos atributos, slo conocemos dos: el pensamiento y la extensin. El mundo es el conjunto de los modos2 de estos dos atributos. El hombre es una coleccin de modos de la extensin del pensamiento. Su libre albedro se reduce a la ignorancia de las causas que lo determinan.

    Leibnitz, que se escriba mucho con Spinoza, llev ms lejos la visin de un universo totalmente espiritual. Mientras Spinoza muere prematuramente a los 45 aos en 1677, Leibnitz, que era catorce a os ms joven que l, vivir hasta 1716 y llegar a la edad de 70 aos. Contrariamente a Spinoza que era un solitario, excluido de la comunidad juda de La Haya desde la edad de 24 aos por sus ideas consideradas herticas, que consegua slo modestos ingresos mediante la fabricacin de lentes de telescopio, Leibnitz desarroll muchas actividades polticas (consejero importante y respetado en diversos Estados alemanes), cientficas (fund la Academia de Berln, descubri al mismo tiempo que Newton los elementos del clculo infinitesimal) y ocultas (ocup altos cargos en la sociedad secreta de los Rosacruces). Hombre conciliador y de contactos, quera fundar un pantesmo ms desarrollado que el de Spinoza.

    Soaba secretamente con encontrar una Acombinatoria universal@, una especie de clculo filosfico que, a partir de smbolos universales rigurosamente definidos, permitiera con sus combinaciones encontrar toda la verdad.

    El Renacimiento barri algunas de las certezas filosficas establecidas por la Edad Media. El progreso de la ciencia, la utilizacin del mtodo experimental, su influencia en la filosofa (en la de Descartes, pero tambin en el empirismo de Hobbes y de Locke, de los que Leibnitz es contemporneo) slo podan provocar una reaccin idealista.

    Los sistemas de Spinoza y de Leibnitz son totalitarios a semejanza del sistema materialista de Hobbes. El establecimiento de monarquas absolutas en casi todos los pases europeos en el siglo XVII )tuvo alguna influencia en los filsofos? Nadie puede saberlo. En todo caso, es en este final del siglo XVII cuando se elaboran las dos grandes doctrinas idealistas unitarias ms originales de la filosofa.

    La Monadologa, publicada en 1714, es sin duda la obra en la que Leibnitz expresa mejor sus ideas.

    Presenta al universo como compuesto de unidades de fuerza que son las

    2. *Por modos, entiendo las afecciones de la sustancia, es decir las cosas que estn en

    otras cosas por las que ellas son tambin concebidas+ (introduccin a la tica)]

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    mnadas. Estas mnadas son sustancias simples, sin extensin, activas y espirituales. Son en cierto sentido tomos energticos de espritu, puntos metafsicos. Toda mnada es percepcin, pero no todas tienen el mismo grado de perfeccin. Estn escalonadas, desde las ms humildes dotadas de percepcin y de apetito pero no de memoria, hasta las ms perfectas, que estn dotadas de razn, y hasta Dios.

    ALa mnada de que aqu hablamos no es sino una sustancia simple que entra en los compuestos; simple, sin parte. (...) Ahora bien, all donde no hay partes, no hay ni extensin, ni figura, ni posible divisibilidad; y esas mnadas son los verdaderos tomos de la naturaleza y en una palabra los elementos de las cosas.@

    Se observa aqu el parecido con el atomismo de Demcrito, pero a diferencia de los tomos de Demcrito, los tomos de Leibnitz son espirituales y no espaciales, y cada uno de ellos refleja, como un microcosmos, el universo en miniatura. La mnada dominante es la del ltimo control: puede estar asociada a una conciencia colectiva o espritu universal y localizado en alguna parte, ms all de las fronteras del espacio-tiempo.

    Las visiones totalmente idealistas de Spinoza y Leibnitz tienen una posteridad menos duradera que las teoras materialistas. No estn sin embargo desprovistas de inters y presentan tal vez un carcter ms fascinante por su propia rareza que las doctrinas dualistas, que son mucho ms frecuentes en la historia de la filosofa. La corriente dualista El universo de Platn

    As como las doctrinas unitarias son muchas veces deterministas, as tambin las doctrinas dualistas dejan al hombre una parte de libertad. ste es el caso de la filosofa de Platn, elaborada a partir de las enseanzas de Scrates y de algunos filsofos presocrticos, a finales del siglo V a. de C. Platn distingue claramente el cuerpo y el alma. El cuerpo est hecho de una sustancia material y divisible, el alma est compuesta de una sustancia inmaterial, indivisible y eterna. Es inmortal.

    El alma se une al cuerpo, en el momento del nacimiento, y se desprende de l en la muerte. Por su cohabitacin con la materia, pierde su pureza y se distinguen en ella tres partes: una parte superior o razn, facultad contemplativa destinada a mantener la armona de las dos partes inferiores, el valor y los apetitos o deseos fsicos, que atraen hacia el hombre al mundo sensible, hacia la apariencia.

    La morada habitual del alma es el mundo de las ideas. La teora de las ideas es esencial en Platn. Los seres vivos son seres cambiantes, en continuo

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    devenir y destinados a la destruccin. Pero cuando se les observa, se da uno cuenta de que reproducen en la misma especie caracteres constantes que se transmiten de generacin en generacin. Son copias de modelos universales, inmutables, eternos, que Platn llama Ideas. As, la Idea del hombre es el tipo ideal que representa a todos los hombres. Este tipo es el nico que vive porque las copias siempre cambiantes y perecederas apenas merecen el nombre de seres; y porque ese tipo existe realmente, porque es eterno e inmutable, puede ser conocido y ser objeto de ciencia.

    En el mundo de las Ideas hay una jerarqua. La Idea ms elevada, el lmite del mundo inteligible, es la Idea del Bien. Segn Platn, todos los objetos de la naturaleza e incluso las creaciones humanas obtienen su existencia de una Idea.

    El hombre tiene en s por tanto una parcela del mundo de las ideas, porque el alma, antes de asociarse con el cuerpo, permaneci en el mundo de las Ideas. La parte del alma que razona conserva reminiscencias de lo que ella contempl en el mundo de las ideas, pero las partes inferiores convierten al hombre en esclavo de sus sentidos. El hombre, situado en el mundo, es vctima de la ilusin de sus sentidos; toma por realidad lo que no es sino una imagen (es lo que explica el Amito de la caverna@, libro VII de La repblica) de la verdadera realidad, el mundo de las Ideas. Despus de la muerte, el alma abandona el cuerpo y vuelve al mundo de las ideas. Es inmortal y se reencarna a intervalos regulares en cuerpos, a travs de los tiempos.

    La teora platnica propone por tanto una visin totalmente dualista del universo, en la que el mundo de los sentidos y de las imgenes gobierna el cuerpo, y el mundo de las ideas el alma. Platn ve al alma como una realidad separable del cuerpo y, correlativamente, atribuye al cuerpo una existencia propia: defiende por tanto la separacin total de los cuerpos y de las almas.

    Aristteles: el alma y el cuerpo, dos caras de una misma realidad

    Aristteles, su discpulo, plantea objeciones contra ese dualismo violento. No comprende cmo puede imaginarse que un alma cualquiera pueda venir a residir en un cuerpo cualquiera. Define al alma de una manera totalmente distinta. El alma es para l Ala entelequia@ primera de un cuerpo orgnico que tiene la vida en potencia.

    En su Fsica y su Metafsica, Aristteles define dos conceptos esenciales de materia y de forma que son principios completamente opuestos:

    CLa materia es lo mltiple, lo disperso, es un conjunto, no tiene unidad natural, no existe en s. La materia es indeterminada y potencialidad: no puede producir ningn acto si no es animada por un agente. Slo es la accin en potencia, la accin potencial. Los cuerpos, que son materiales, son en realidad nicamente mquinas preparadas para funcionar, que no poseen la condicin inicial, la capacidad de desencadenamiento, la aptitud para entrar en accin.

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    CLa forma es por el contrario determinada, inmaterial y acto. Es lo que permite a la materia pasar de potencia a acto. La forma es el alma. Ella es la que permite al cuerpo Aanimarse@. Es, para Aristteles, Ala entelequia primera del cuerpo@, dicho de otro modo la forma.

    La materia nunca est separada de la forma, que es lo que existe realmente, puesto que es unidad y no conjunto de partes.

    El alma es por tanto la forma del cuerpo, tiene como materia el cuerpo. Ahora bien, una forma no es a ningn nivel una cosa material, no es en modo alguno un cuerpo en otro cuerpo.

    En cierto sentido, Aristteles tiene una concepcin del alma todava ms idealista que la de Platn, en la medida en que es slo una categora lgica, una abstraccin total. El alma est unida al cuerpo en la medida en que materia y forma no pueden ser separadas, son como dos caras de una misma realidad. El alma comparte las dolencias del cuerpo como toda forma comparte las dolencias de su materia y muere con l.

    Aristteles, que era hijo de mdico, se opone con frecuencia a Platn que tiene una formacin ms matemtica. Las ciencias no estaban tan compartimentadas en aquella poca como en la nuestra. Sin embargo, Aristteles se mostr siempre ms inclinado que su maestro a la observacin de los fenmenos concretos. Su cultura era universal; no hay tema que le haya sido extrao. Desde la poltica hasta el teatro pasando por la fsica, la meteorologa; desde la biologa a la metafsica, pasando por la lgica, Aristteles trat de analizar la naturaleza del universo y del hombre.

    Su idealismo es en realidad un artificio lgico. Lo nico que existe realmente a los ojos de Aristteles es el individuo concreto. Las ideas cuya existencia defenda Platn no tienen realidad objetiva porque en ellas no puede haber modelos reales de cosas sensibles. As, no es la Idea de pltano la que produce pltanos particulares como sostena Platn, sino un pltano particular que engendra otro pltano particular.

    Como Platn, Aristteles parte de la constatacin de que el mundo est en continuo devenir. Esta idea que sostenan dos filsofos anteriores a Scrates, Parmnides y Zenn de Elea, ya haba estado en el origen de la teora atomista de Demcrito. En efecto, si la evidencia demuestra la movilidad de la realidad, una reflexin ms profunda demuestra que existe una cierta permanencia en lo real. Esta contradiccin es la que se comprometieron a resolver los filsofos griegos. Demcrito sostena la existencia de tomos eternos cuyas combinaciones estaban en continuo devenir. Platn resuelve el problema imaginando dos universos paralelos: el mundo inteligible de las Ideas y el mundo sensible que conocemos, siendo el primero inmutable y proporcionando los modelos al segundo que est en continuo devenir.

    En cuanto a Aristteles, parte de la realidad del cambio y trata de explicarlo haciendo intervenir la distincin esencial del acto y de la potencia: una bellota es una encina en potencia, el rbol slo ser acto cuando haya

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    crecido. Entre el ser y el no-ser hay por tanto un intermedio, la potencia. Aun siendo algo real, la potencia se concibe slo con relacin al ser que le da el ltimo toque, con relacin al acto: el devenir del mundo es slo la actualizacin incesante de las potencias. De aqu la distincin entre el cuerpo que es potencia, materia susceptible de transformacin, y el alma que es forma y permite al cuerpo-potencia transformarse y convertirse en acto.

    El alma, en la concepcin aristotlica, no es realidad sino el intermedio entre la potencia y el acto, uno de los componentes de ese do. Por esta razn, entra en el sistema de cuatro causas definidas por Aristteles y que caracteriza todos los fenmenos del universo.

    La primera causa es material, indica aquellos de lo que se hace una cosa: as el mrmol es la causa material de una estatua.

    La segunda causa es formal, indica el tipo, la esencia que da a cada cosa su forma concreta: para una estatua es la idea querida por el escultor, para el ser humano es el alma.

    El alma es slo una causa formal, es decir una especie de Idea platnica convertida en inmanente, que no existe fuera de la sustancia individual que ella actualiza. Aristteles distingue en el hombre tres almas: el alma vegetativa y el alma sensitiva, comunes a las plantas y a los animales y principio de las funciones orgnicas e instintivas, y el alma racional que pertenece en sentido propio al hombre; ella sola define lgicamente y constituye su forma y su naturaleza. A la preocupacin de una observacin casi biolgica de las funciones humanas (distincin de las almas vegetativa y sensitiva, y luego racional), se superpone la reflexin metafsica (el alma en cuento forma, permitiendo al cuerpo convertirse en acto). El dualismo de Aristteles es por tanto ms complejo que el dualismo platnico, en cuanto que hace tambin intervenir una tercera y una cuarta causa en todo acontecimiento:

    La causa eficiente, que es el antecedente directo que provoca un cambio Cpor ejemplo, el golpe de cincel del escultor C y, finalmente, la causa final que es la meta hacia la cual todo se organiza, por ejemplo la gloria y el dinero para el escultor.

    La naturaleza es la causa final que gua a todo ser vivo hacia su realizacin perfecta, hacia el acto puro. Dios es para Aristteles el acto puro, en el que todo est actualizado, todo es perfecto, y por esta razn es causa primera y final. Del racionalismo al nacimiento de la ciencia

    Aristteles puede ser considerado como el fundador del racionalismo, en la medida en que su estudio profundiza en las categoras lgicas y la concatenacin de las causas favorece un camino cientfico. Mucho ms que el idealismo platnico, que no sufre ninguna alteracin en su brillante claridad, el

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    idealismo aristotlico ha podido ser utilizado con distintos fines y Arecuperado@. En la Edad Media, sobre todo a partir del siglo XII, el Occidente cristiano

    vuelve a descubrir la filosofa de Aristteles cuyos textos se haban perdido en el gran naufragio del imperio romano. Slo los rabes haban seguido siendo sus depositarios. Este movimiento filosfico, poderoso muy pronto, inquieta un poco a la Iglesia que se apresura a utilizarlo y a integrarlo en su enseanza. Santo Toms de Aquino, en el siglo XIII, logra en su Suma teolgica una sntesis grandiosa del naturalismo aristotlico y de la fe cristiana.

    En los siglos siguientes, el pensamiento de Aristteles degenera en una escolstica dogmtica contra la que van a ser llevados a reaccionar los sabios del Renacimiento (el empirismo de Bacon y luego el de Coprnico) y los del siglo XVII (puesta a punto del mtodo experimental por Galileo, Kepler, Newton y Descartes). Descartes, fundador del racionalismo cientfico

    Ren Descartes (1596-1650) tuvo como Aristteles una formacin pluridisciplinar, pero, descontento con la enseanza que le dieron en varias universidades, decide formarse solo. A los 25 aos, en 1619, un sueo le advierte que est destinado a inventar una ciencia que unificar todos los conocimientos humanos. Todas sus obras publicadas entre 1628 y 1648 sern dedicadas a esto.

    Su mtodo, que comprende cuatro reglas Cla evidencia, el anlisis, la sntesis y la enumeracin C, le lleva a reconstruir el universo siguiendo una reflexin lgica que parte de la existencia de Dios. Se puede dudar de todo, excepto de la existencia de Dios, puesto que l es perfecto y su perfeccin implica la realidad de su Ser. Dios es creador: crea las verdades por la omnipotencia de su libre albedro. Crea el mundo momento a momento; la naturaleza, contrariamente a lo que deca Aristteles, no tiene ningn poder propio. Las nociones aristotlicas de forma, de acto y de potencia desaparecen. Las leyes de la naturaleza slo son lo que son en todo momento por la voluntad del Creador. Es rechazar en un mismo movimiento todo naturalismo pagano (la naturaleza no puede ser una diosa) y fundar metafsicamente el racionalismo cientfico. En efecto, al desaparecer toda finalidad (la naturaleza ya no es causa final como en Aristteles), la naturaleza queda reducida a un mecanismo totalmente transparente al lenguaje matemtico. La ciencia es por tanto independiente, y el hombre est dotado de libre albedro. Su libertad es creada por Dios en cada instante.

    En estas condiciones, Descartes restablece un dualismo de tipo platnico ms radical que el de Aristteles.

    El alma y el cuerpo no son ya categoras lgicas y formales, son realidades muy distintas la una y el otro. Su concepcin mecanicista de la

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    naturaleza le lleva a considerar como una mquina a toda materia no animada por un alma. ste es el origen de la famosa teora de los animales-mquinas. Al negarles una alma, Descartes se inclina a considerar a los animales como simples mquinas movidas por resortes mecnicos. Se puede ver aqu una influencia del mecanicismo de Hobbes.

    El alma y el cuerpo estn dotados de sustancias concretas. El alma es distinta del cuerpo, aunque est ntimamente unida a l durante la vida. El alma es pura sustancia, indivisible, mientras que la materia del cuerpo est compuesta, es divisible. Sguese de ello que el alma escapa a la corrupcin de la materia y que es inmortal.

    El cuerpo es como una mquina animada por el alma, que es la sede de las acciones, de la voluntad y de las pasiones. Descartes introduce un concepto mayor en el anlisis del alma: el alma es para l la sede del yo, del sujeto pensante. El alma es identificada con la conciencia de s en cuanto que permite al sujeto distinguirse del mundo exterior (en lo que no haban pensado Platn ni Aristteles).

    En las Meditations mtaphysiques y el Trait des Passions de l=me, Descartes sita la sede fsica del alma. Para l, no se sita ni en el corazn ni en el cerebro, sino en una pequea glndula en el interior del cerebro. Es a travs de esta glndula como el alma domina a todo el cuerpo.

    Descartes distingue dos sustancias: la sustancia material del cuerpo y la sustancia del alma que es inmortal e indivisible (nosotros diramos dotada de propiedades espacio-temporales diferentes).

    El deseo de Descartes de situar fsicamente la sede del alma en el cuerpo se parece a las reflexiones de algunos neurofisilogos del siglo XX, como el australiano John Carew Eccles: para este ltimo, el espritu es una realidad material, el cerebro un simple receptor, y es el espritu, a travs de influencias fsicas todava no identificadas, el que puede interactuar con una sola neurona y arrastrar una reaccin en cadena en las neuronas corticales. Kant: las primicias de la fsica relativista

    Por su parte, Manuel Kant (1724-1804) defiende tambin la existencia del sujeto pensante y asocia el alma con la conciencia. Pero separa con mucha claridad la sensibilidad de la razn o entendimiento.

    La sensibilidad permite al sujeto acceder al mundo fenomnico o mundo de las sensaciones. El espacio y el tiempo no son sustancias sino intuiciones puras que constituyen las condiciones necesarias para el ejercicio de la sensibilidad. Pero este cuadro espacio-temporal limita el campo de la sensibilidad, la cual se ve rigurosamente obligada a no alcanzar sino lo que puede caer bajo sus formas, a captar los datos sensibles slo como representaciones, es decir como fenmenos. El entendimiento, por el contrario,

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    libre del cuadro espacio-temporal, puede acceder al conocimiento de las cosas en s o Anomenos@, mundo plenamente liberado de todos los atributos de la sensibilidad. Las cosas en s, que son el fundamento de la aparicin de los datos sensibles, siguen por tanto inaccesibles a la facultad de conocer por los sentidos.

    El idealismo de Kant se acerca al idealismo platnico, en tanto que distingue las cosas en s y los fenmenos. La idea ms elevada de la razn es la idea de Dios. Kant afirma la existencia de Dios, pero tambin la imposibilidad de conocerlo a no ser por conceptos de pura razn. Integra los datos de la lgica cartesiana identificando la razn con el sujeto pensante, con la conciencia. El anlisis que hace de las categoras espacio-temporales, que no son sino intuiciones sensibles, abre con un siglo de antemano extraas perspectivas sobre los datos de la fsica relativista y de la mecnica cuntica.. Hegel y el desarrollo del espritu

    Georg Wilhelm Friedrich Hegel, (1770-1831), en lugar de distinguir radicalmente el espritu y la realidad como Kant, estudia el desarrollo del espritu a travs de tres fases: la tesis, la anttesis y la sntesis.

    El absoluto es en primer lugar pensamiento puro e inmaterial. Es adems existencia exterior al puro pensamiento, disolucin del pensamiento en el espacio y en el tiempo (es la naturaleza). En tercer lugar, el absoluto vuelve de su existencia exterior, de su alienacin de s mismo hacia s mismo; en esta vuelta se convierte en el pensamiento que se conoce a s mismo, que existe por s mismo: el espritu. La Historia es el desarrollo del espritu universal en el tiempo. Un nuevo modelo de conciencia

    El problema de la conciencia se ha planteado siempre, cualquiera que sea la actitud que se adopte sobre ella: unitaria o dualista, materialista o espiritualista.

    Esta cuestin est estrechamente ligada a la visin del universo y a la interpretacin de la realidad, en el centro de la cual se site el sujeto pensante que debe adoptar un cuadro conceptual. Aprehensin y explicacin de la susodicha realidad, en relacin directa con el concepto de conciencia, sern el tema del prximo captulo.

    El objetivo de la presente obra es proponer un nuevo modelo de conciencia que reconcilie las dos grandes corrientes de pensamiento analizadas anteriormente.

    CEste modelo de conciencia se relaciona con una filosofa unitaria a la vez materialista y espiritualista. Afirma la existencia de la conciencia, as como

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    la existencia de una parcela de conciencia en cada ser vivo, en cada parte del universo (Leibnitz y Spinoza). Pero se demuestra tambin que la conciencia es una sustancia material, que es materia.

    Este modelo se relaciona por una parte con una corriente de pensamiento dualista, en la medida en que afirma que si bien la conciencia es una sustancia material, la materia de que se trata es diferente de la materia ordinaria que conocemos.

    Se trata de una materia formada por partculas ms rpidas que la luz y que pertenecen a un universo en el que el tiempo y el espacio son diferentes, en el que la informacin es primordial. Este modelo implica, en particular, una dualidad de la realidad y se asemeja a la distincin entre el mundo de las Ideas y el de las imgenes.

    Captulo 2

    Conciencia y realidad

    La definicin de conciencia es inseparable de la de realidad: es la

    conciencia la que nos permite percibir y analizar la realidad. Conciencia y realidad forman una pareja inseparable que se encuentra en

    el centro de todos los grandes sistemas filosficos. Cuando un filsofo concede un estatuto a la conciencia, que se relacione con cualquiera de las corrientes que hemos visto en el captulo anterior, construye al mismo tiempo una realidad muy especial. Su concepcin de la conciencia compromete su visin de la realidad y del universo.

    En nuestras conversaciones diarias, nos referimos continuamente a la realidad como a una evidencia que nadie osara atacar. Sin embargo, nos vemos en muchos aprietos cuando se nos pregunta qu entendemos exactamente por real y realidad. Una evidencia se define generalmente con mucha dificultad.

    El problema es que pasamos nuestra vida en medio de evidencias y nos conformamos ordinariamente con conceptos muy vagos para definir nuestro universo. El mundo sigue siendo para nosotros idntico, en definitiva, a lo que era para nuestros lejanos antepasado de la prehistoria: un gran enigma. La nica diferencia es que ahora nos imaginamos que conocemos todo o casi todo, creemos resolver los problemas utilizando algunos trminos tcnicos que no

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    comprendemos realmente. )Qu es la realidad?

    Si nos acorralan, acabamos confesando lamentablemente que la realidad puede definirse por lo que se ve, por lo que se toca, en resumen, por lo que nos rodea y se manifiesta a nosotros. El diccionario no lo hace mejor al definirla como lo que existe efectiva y verdaderamente, asociando la realidad con la verdad, otra de esas evidencias tan difciles de definir. En cuanto a la etimologa (del latn res: la cosa), nos orienta hacia una asociacin de la realidad con la materia.

    De hecho, en el centro de la realidad se sita el yo, el sujeto que piensa y que siente. El hombre, situado en el centro del universo, es sede de mltiples sensaciones (visuales, auditivas, tctiles...) que analiza con su conciencia. La realidad sera un conjunto de objetos materiales que aparecen ante la conciencia como separados y distintos, presentando cierto nmero de caractersticas (resistencia a la penetracin, forma, color...). Estas caractersticas, que constituyen la identidad del objeto, slo son captadas y analizadas a travs de los rganos de los sentidos.

    La realidad supone por tanto una cierta permanencia en el tiempo, una continuidad de sensaciones y un consenso de los seres humanos sobre su naturaleza y sus criterios. Esto explica que se asocie tantas veces con la verdad. La realidad ya no es lo que era

    El fundamento de la realidad no es en efecto otra cosa que una asociacin de los criterios sensoriales y de la interpretacin que da el cerebro a esos datos. Si nuestros sentidos son Aembusteros@, por tomar la expresin de Descartes, o ms exactamente, si se produce un fallo en el proceso de formacin de la percepcin y de la interpretacin de los datos sensoriales por el cerebro, es toda nuestra concepcin de la realidad la que se viene abajo.

    Ahora bien, algunos fallos precisamente han podido ser recogidos en el complejo proceso de construccin de la realidad por nuestros sentidos y nuestra inteligencia. Lo real puede no ser tan real como nos gusta decir, la realidad ya no es lo que era. Entra en ella una parte no despreciable de irrealidad y de misterio.

    Tomemos una ejemplo trivial: el color rojo. En realidad, el rojo no existe, no tienen ninguna Arealidad@. Un campo de amapolas es slo una Ailusin@.

    La sensacin visual no es otra cosa que un mensaje sensorial elaborado a nivel de la retina, luego codificado, para atravesar los diferentes repetidores en el nervio ptico y las neuronas, y luego enviado al cerebro, al crtex precisamente.

    Hasta aqu, sin problemas. Pero es a nivel del crtex donde se decide y

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    comienza el misterio. Llegado al crtex, el mensaje sensorial posee ya en forma codificada todas las caractersticas Avisuales@ del objeto. Su llegada se va a transformar en una actividad elctrica especfica que nuestros escneres y electroencefalogramas son capaces de captar.

    Es inmediatamente despus de producirse esta actividad elctrica cuando el sujeto percibe las sensaciones visuales, cuando tiene la impresin de ver el rojo por ejemplo. Pero existe una minscula discontinuidad, un pequeo hiato entre el momento en que el crtex produce una actividad elctrica y aqul en que el sujeto percibe conscientemente la sensacin. Es durante ese minsculo intervalo cuando nace precisamente la sensacin: se trata exactamente de un nacimiento, porque nada en el mensaje elctrico producido antes haca prever la aparicin de ese fenmeno enteramente nuevo. Todo ocurre como si se produjera una ltima transformacin del mensaje, justo antes de que surja del crtex y adquiera un valor significativo.

    As, ante un campo de amapolas, recibimos un mensaje visual que, despus de la codificacin y el paso al crtex, produce en nosotros la sensacin de color rojo. Y sin embargo, el nico rastro tangible y medible de esta sensacin de rojo, es la actividad elctrica que se produce a nivel del crtex. Por lo dems, si se coloca una clula fotoelctrica delante de ese mismo campo de amapolas, ella slo reaccionar produciendo una corriente elctrica ms o menos intensa siguiendo la longitud de onda registrada.

    Slo un ser humano Ave@ un color rojo all donde no hay sino una longitud de onda. l no lo analiza como una longitud de onda o un fenmeno elctrico, percibe solamente una sensacin coloreada. Por tanto, en el breve instante que separa la produccin de una actividad elctrica por el crtex y la percepcin del color rojo, se produce algo nuevo, misterioso y, para decirlo de una vez, inexplicable: la sensacin Realidad: el universo misterioso de las sensaciones

    Lo que nosotros llamamos verdad se basa enteramente en el anlisis de las sensaciones. Acabamos de ver que la sensacin, propiamente hablando, es inexplicable. Segn esto, hay que mostrarse por tanto muy prudente en la definicin de la realidad. Ciertamente, existe Aalgo@ que nosotros llamamos Arealidad@, pero ese algo es transformado y reconstruido totalmente por nuestro ordenador cerebral. El objeto, conjunto de sensaciones, tiene slo una lejana relacin con lo que ha dado lugar a su nacimiento.

    La sensacin (a pesar de ciertos intentos de medicin ms o menos logradas durante el siglo XIX) es esencialmente subjetiva. Como tal, es evanescente y est sometida a mltiples factores de distorsin: la fiebre, la absorcin de una droga pueden alterar completamente las sensaciones ordinarias. )Dnde est lo real para el sujeto cuyas facultades de percepcin

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    estn alteradas? La aproximacin a lo real

    La definicin de la realidad no hace sino retrotraernos a nuestro punto de partida: el sujeto pensante, la conciencia. Lo real se construye en nuestro cerebro y ms exactamente en nuestra conciencia (volveremos sobre esta distincin). Lo que llamamos objeto es slo una construccin subjetiva. Los criterios llamados Aobjetivos@ de la realidad (las sensaciones) son en efecto subjetivos.

    Al situar al sujeto Cal yo C en el centro de su filosofa, Descartes no se equivocaba por tanto. La definicin de la realidad pasa por la definicin de la conciencia y del sujeto. Las dos cuestiones estn ntimamente ligadas. Lo mismo que dos actitudes opuestas han marcado las filosofas de la conciencia (materialista o espiritualista, unitaria o dualista), dos caminos muy distintos han permitido a los hombres captar la realidad desde hace miles de aos.

    El primer mtodo de aprehensin de la realidad consiste en intentar eliminar al mximo el carcter subjetivo de los fenmenos que constituyen lo real (decimos Aintentar al mximo@ porque la subjetividad est siempre presente en la percepcin de la realidad). El fin ltimo es alcanzar la objetividad, es decir el objeto en s mismo. Para este fin, se neutralizan todas las sensaciones utilizando instrumentos de medida, por ejemplo una clula fotoelctrica, que no conoce la sensacin de color. Es la base del mtodo cientfico y experimental, cuyo fin es deducir, del conjunto de fenmenos, leyes que resulten de medidas y que tengan un valor universal.

    El segundo modelo concede al carcter subjetivo de la realidad una importancia primordial. Consiste en utilizar las sensaciones, los estados de conciencia, para establecer aproximaciones significativas entre esos elementos subjetivos, con la esperanza de ir ms all de la apariencia sensorial y penetrar en la esencia misma de la realidad. El anlisis cientfico

    El origen del mtodo cientfico se remonta a Aristteles. Sus sutiles categoras lgicas le han valido ser considerado como el padre del racionalismo. Su insistencia en aislar el objeto, la materia, estaba bien visto a los ojos de los hombres de ciencia. Pero es realmente a principios del siglo XVII cuando Galileo, al sentar las bases de la mecnica, establece el mtodo experimental.

    A partir del Renacimiento, el mundo cientfico conoce una gran efervescencia. Cada uno siente confusamente que resulta imposible repetir ao a tras ao las certezas enseadas por los grandes sabios griegos y romanos, filtradas luego por la Iglesia en la Edad Media: la tierra est en el centro del

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    universo, la sangre no circula... La medicina y la astronoma se van a colocar a la cabeza del progreso y a

    contribuir con sus descubrimientos a establecer las bases del mtodo experimental. Coprnico y Kpler son los primeros en aprovechar las primicias.

    Es a comienzos del siglo XVI cuando Coprnico tiene la intuicin del sistema astronmico actual. Recuperando una hiptesis muy antigua formulada ya por Pitgoras, segn la cual el sol est en el centro de nuestro universo y es inmvil, concibe un sistema completamente nuevo que marca el hundimiento de las tesis de Ptolomeo y de Aristteles.

    Comprueba as, experimentalmente, tanto las fases de Venus, observadas con anteojos, como cierto nmero de fenmenos naturales, todos los datos que l haba calculado y predicho tericamente.

    Pero el mrito de haber demostrado la eficacia del mtodo experimental corresponde principalmente a Galileo. Ya muy joven, inventa el termmetro y la balanza hidrosttica. Luego, a partir de la experiencia, establece las leyes del movimiento de los cuerpos sometidos a la gravedad. Sus observaciones astronmicas con un telescopio muy perfeccionado -que l mismo haba construido- le llevan luego a descubrir la existencia de los satlites de Jpiter y los anillos de Saturno. Se adhiere pronto al sistema copernicano, porque sus propias experiencias verifican las tesis de Coprnico.

    El clebre y dramtico conflicto que enfrenta a Galileo con la Iglesia hacia 1610, obligndole a renegar de sus convicciones, tiene su origen en su afirmacin de que la Tierra gira en torno al Sol, pero tambin en la utilizacin del mtodo experimental. Porque se funda en la observacin de hecho objetivos y no en principios dispuestos y sancionados por la Iglesia, este mtodo es peligroso y supone el fin de la fe ciega en la omnipotencia de Dios y en la existencia de otro mundo.

    Descartes, al elaborar su sistema de filosofa, acaba estableciendo los principios de este mtodo como nico vlido para analizar los fenmenos. El mtodo deductivo lgico (que va lo simple a lo complejo) es su corolario. Las obras de Descartes sern por otra parte puestas por la Iglesia en el ndice en 1662.

    Muy pronto, este mtodo cientfico, racional y experimental, mostrar su fecundidad, pero se convierte pronto tambin en un mtodo totalitario que excluye a todos los dems. Se funda, no hay que olvidarlo, en la nica lgica aristotlica binaria: un objeto est ah o no existe, una cosa es verdadera o falsa. Los resultados a los que llega no admiten nunca el matiz. Apoyndose en el xito creciente de la ciencia, que no cesa de confirmarse en los siglos XVIII y XIX, refuerza su poder absoluto y desacredita todos los dems mtodos de acercamiento a lo real, identificndolos con la supersticin y amalgamndolos con la religin, contra la cual es llevado a luchar sin descanso. ste es el origen del racionalismo y del positivismo, tan apreciados en el siglo XIX.

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    El mtodo experimental

    El mtodo experimental consiste esencialmente en realizar una determinada experiencia, en condiciones tan rigurosas como sea posible. Esta experiencia puede repetirse tantas veces como se quiera (es la condicin ms importante para su validez; por eso se han descartado los fenmenos parapsicolgicos, por no ser reproducibles a discrecin). Por ejemplo, la cada de un cuerpo puede ser observada tantas veces como se quiera y da lugar a mediciones siempre idnticas de las que se puede deducir una ley general.

    Durante los siglos XVII, XVIII y XIX, la aplicacin de este mtodo consigue maravillas en fsica. As es como se descubren las leyes de la ptica geomtrica, la naturaleza ondulatoria de la luz, las leyes de la gravitacin y de la mecnica con Newton.

    El siglo XIX es efectivamente el apogeo de la ciencia experimental. La fsica reina como duea absoluta sobre todas las ciencias. Se divide en tres cuerpos doctrinales:

    CLa termodinmica, que define las leyes de intercambio de energa y de calor en el universo.

    CLa mecnica, cuyas ecuaciones definen con una precisin casi absoluta el movimiento de los cuerpos.

    CLa electricidad y la ptica, que son expuestas en su forma ms acabada por James Clerck Maxwell, que condensa en las mismas ecuaciones todas las leyes de la electricidad y del magnetismo, deduciendo la existencia de las ondas electro-magnticas de las que la luz -objeto de estudio de la ptica- es slo una parte. Se piensa entonces que la responsable de la propagacin de la luz y de sus ondas es la vibracin de un medio hipottico, el ter.

    La materia es escudriada hasta en sus ms mnimas partes: la nocin de tomo (la ms nfima parte de materia indivisible) aparece entonces, empalmando con la tradicin materialista de Demcrito. Es sin duda el ejemplo ms claro de la estrecha relacin entre una concepcin materialista de la conciencia y de la realidad y el estudio Aobjetivo@, cientfico, del mtodo experimental.

    En este final del siglo XIX, la fsica y la mecnica parecen ser unos edificios tan acabados que un fsico declara que ya no hay nada que descubrir y que compadece a los fsicos de las generaciones futuras.

    Es entonces cuando aparecen grietas que comienzan a socavar estas hermosas certezas:

    La velocidad de la luz en el vaco no se adecua a las leyes de la mecnica. Para explicar las leyes de la radiacin, Max Planck (1858-1947) elabora

    en 1900 la teora de los quanta, segn la cual los intercambios de energa entre materia y radiacin tienen lugar de forma discontinua por pequeas cantidades o quanta. Cada quantum de energa es igual a h x v, donde v es la frecuencia de la

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    radiacin y h la constante de Plack (que mide una accin) y tiene una valor muy pequeo. Todo esto viene a decir que existen tomos de energa, los quanta.

    Casi en la misma poca, el descubrimiento de la radioactividad, ilustracin de los azares de la experiencia y de su fructuosa explotacin, demuestra que los tomos son complejos. En los primeros aos del siglo XX, se elabora un modelo de tomo, parecido a un sistema solar en miniatura. Los tomos estn por tanto muy lejos de ser los pequeos objetos indivisibles que se crea: pueden transformarse en otros tomos emitiendo partculas y radiacin. Einstein y la teora de la relatividad

    Para informar sobre el carcter anormal de la velocidad de la luz en el vaco (300.000 ks/segundo), que sigue siendo la misma sea quien sea el observador3, Einstein propone en 1905 su teora de la relatividad restringida.

    La teora de la relatividad propone el principio de que todo es relativo. A gran escala, es en definitiva la ilustracin de esa paradoja que cada uno de nosotros ha podido experimentar en algn momento: si estamos en un tren inmvil mientras otro tren en el andn vecino est en movimiento, tenemos fugazmente la impresin de que es este ltimo el que est inmvil y que es nuestro tren el que se desplaza.

    La relatividad extiende esta constatacin a todo nuestro universo. Segn ella, el tiempo y el espacio no son absolutos. Cada observador tiene su espacio y su tiempo personal, slo para l. Por ejemplo, si un observador mira el reloj que lleva otro observador en movimiento, ve que este reloj se retrasa con relacin al suyo, y esto tanto ms cuanto ms se acerque a la de la luz la velocidad del que lo lleva.

    Lo mismo ocurre con las longitudes. Si un observador mira un

    3. A partir de 1881 tuvo lugar la clebre experiencia de Michelson (y luego de Morley) destinada a poner en evidencia el movimiento de la tierra con relacin al ter, medio hipottico que los fsicos del siglo XIX suponan que era el soporte de las ondas electromagnticas y por tanto de la luz. Con relacin al Sol, la Tierra se desplaza en su rbita con una velocidad de 30 km/segundo. En seis meses de intervalo, esta velocidad se transforma en una velocidad siempre de 30 km/segundo, pero en direccin opuesta. Si se enva un rayo luminoso en la direccin L1, y seis meses despus un rayo luminoso X en la direccin L2, se debera observar entre las velocidades de los dos rayos luminosos una diferencia de 60 km/segundo. Ahora bien, la experiencia ptica muy precisa de Michelson demostr que no haba ninguna diferencia. Einstein, admitiendo el resultado negativo de la experiencia (influencia del mtodo experimental), propuso en principio la constancia de la velocidad de la luz, que en el vaco y con relacin a todos los observadores, en cualquier sentido, es siempre de 300000 km/segundo.

    L1 ----------------------------------------- L2 O L2

    El hombre superluminosos - Pr. Rgis Dutheil y Brigitte Dutheil.

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    metropatrn desplazndose paralelamente a l a gran velocidad, encuentra que su longitud ya no es de un metro sino ms pequea. Tiene la impresin de que el metro se ha reducido. Hay una contraccin de los cuerpos en movimiento, y esto tanto ms cuanto ms se acerque a la velocidad de la luz. En el lmite, la longitud tendera hacia el cero. Ya no se observara nada en absoluto.

    Esos efectos de dilatacin del tiempo y de contraccin de las longitudes son recprocas porque el observador en movimiento ver igualmente atrasarse el reloj del otro y reducirse las longitudes.

    Este cambio del tiempo con una velocidad cercana a la de la luz ha quedado perfectamente evidenciado a travs de la clsica paradoja de Langevin que un fsico puso al da hace unos treinta aos. Unos astronautas, a bordo de un cohete movido a una velocidad inferior a la de la luz, alcanzara en unos meses las estrellas ms cercanas de nuestra galaxia, en 21 aos el centro de nuestra galaxia situado a 27.000 aos-luz y en 28 aos la galaxia Andrmeda (un milln y medio de aos-luz) y volvera al cabo de 56 aos, lo que ya es bastante lejano. Pero durante este viaje, la Tierra, por su parte, habra envejecido 3 millones de aos. Es decir, que la teora de la relatividad impone unos lmites a todo sueo de exploracin y de conquista de la galaxia. Por otra parte, los autores de ciencia-ficcin, al describir sus aventuras intersiderales, tienen la precaucin de situarlas en un futuro lejano en el que este problema ya hubiera sido resuelto.

    Abordamos aqu una cuestin totalmente esencial para la evolucin de la ciencia as como para el conocimiento del hombre y del universo. Segn la teora de la relatividad, jams podremos alcanzar, y a fortiori superar, la velocidad de la luz. Esta imposibilidad es la que hoy cuestionan las ms recientes teoras de la fsica.

    La relatividad establece algunos otros principios sumamente importantes. CLa masa cambia con la velocidad. CLa energa es equivalente a la masa de un cuerpo multiplicada por el

    cuadrado de la velocidad de la luz. Es la famosa frmula E=mc2 que repiten todos los manuales de fsica y que es muchas veces todo lo que sabemos de la relatividad.

    CEinstein aplica luego su teora a movimientos de cualquier velocidad y a los fenmenos de gravitacin. Encuentra una nueva ley de gravedad, de la que la ley de Newton es slo una aproximacin. En esta teora de la relatividad general, todo sucede como si la masa de los astros deformase el espacio-tiempo, creando una especie de depresin que atrae a todos los objetos que caen al fondo. Al final, se prev la existencia de agujeros negros cuando la depresin se cierra sobre s misma.

    La aportacin esencial de Einstein tiene que ver con que ha terminado con el carcter absoluto del espacio y del tiempo. El verdadero marco de la relatividad es el espacio-tiempo en 4 dimensiones, indicando el guin que no se puede separar el espacio y el tiempo, y que todos los observadores dividen arbitrariamente la realidad en espacio y en tiempo.

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    En el plano filosfico, la relatividad tiene por tanto una importancia enorme: destruye los conceptos de espacio y tiempo, remueve los cimientos de la realidad y del universo clsico.

    La relatividad es slo el primer paso de una gran conmocin de la fsica en el siglo XX. Todava no combate dos grandes principios que ella respeta: la conservacin de la energa y el principio de causalidad. Este ltimo es sin duda el ms esencial para nuestra construccin de la realidad. Slo su hundimiento puede conducir a un cambio real de nuestra visin del universo.

    El ltimo ataque brusco y violento a esta visin clsica del universo vendr indirectamente de la teora de la relatividad y ms exactamente de la naturaleza de la luz.

    Resulta esencial saber de qu se compone la luz. Toda la ptica depende de este problema. Ahora bien, el efecto fotoelctrico, descubierto experimentalmente, es inexplicable. Einstein tiene entonces la audaz idea de aplicar a la luz la teora de los quanta: la luz est formada por quanta de energa (w = hv) llamados fotones. Haba que atreverse con esta paradoja, porque con ella bastaba. En efecto, al mismo tiempo, se descubre que la luz es a la vez una onda y un conjunto de partculas. Segn Ale d@, aparecer bajo su aspecto corpuscular o su aspecto ondulatorio. Einstein lo justifica diciendo que se trata de un aspecto complementario de la realidad.

    Si se llega hasta el fin de esta idea, la luz tiene una doble realidad. El tiempo y el espacio no son absolutos y he aqu ahora que la realidad es

    doble, cambiante, evanescente a merced de las circunstancias. )Podra un poeta haberlo dicho mejor?

    Pero dado que la luz tiene una doble naturaleza, )quin nos dice que las dems partculas no obedecen tambin al principio de complementariedad? Louis de Broglie y la teora de la mecnica ondulatoria

    Sern necesarios pocos aos para dar el paso. Un joven fantasioso, perteneciente a una de las familias ms distinguidas de Francia, Louis de Broglie, establece fcilmente la demostracin en 1923.

    La idea es de una gran simplicidad. Basta con extender el descubrimiento de Einstein sobre el fotn a todas las partculas materiales.

    Esta teora de la mecnica ondulatoria demuestra que a toda partcula material, como un electrn, un protn, puede ser asociada una onda.

    La materia, las partculas, pueden segn las circunstancias, aparecer bajo un aspecto corpuscular o un aspecto ondulatorio.

    Esta onda es representada por una cierta funcin , cuyo estudio en los aos siguientes va a ser objeto de lo que se ha dado en llamar la mecnica cuntica y la teora cuntica de los campos.

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    Las consecuencias de estas teoras son incalculables y todava ms profundas que las de la relatividad, porque cambian profundamente nuestros conceptos habituales de realidad y de conciencia. La mecnica cuntica y la teora cuntica de los campos

    En primer lugar, una partcula ya no es un objeto en el sentido normal de la palabra. Puede ser a la vez onda y partcula, lo que es imposible a nuestra escala, puesto que un objeto no puede ser a la vez una cosa y otra distinta. La interpretacin habitual de la funcin de onda psi es considerarla como que representa la probabilidad de presencia de una partcula en un punto del espacio, lo que quiere decir que un corpsculo puede estar al mismo tiempo aqu y en otra parte y no aqu o en otra parte.

    El doble carcter ondulatorio y corpuscular que hay que admitir, se presenta como dos aspectos complementarios de la realidad (principio de complementariedad). Las relaciones de incertidumbre de Heisenberg demuestran en especial que, si se determina con precisin la posicin de una partcula, su velocidad resulta completamente indeterminada, y recprocamente.

    En el campo de la medida y de la observacin, resulta imposible conservar la objetividad. En efecto, segn la mecnica cuntica, una partcula posee un gran nmero de estados posibles para las magnitudes fsicas como la energa, y est simultneamente presente en cada uno de ellos. El que hace pasar a la partcula a uno de los estados que la constituyen, y que ser el efectivamente observado, es el experimentador a travs del acto de la observacin y la medicin. Por tanto, slo se puede conocer el resultado, cuando se hace la medicin. Hay una pareja inseparable compuesta de dos elementos, observador-partcula-observada, que estn en interaccin. Existe solamente una probabilidad de encontrar un estado durante una medicin; en la siguiente, no se encontrar necesariamente el mismo estado.

    No se da una experiencia objetiva en este campo. Se ve aqu la diferencia con las mediciones de la fsica clsica (incluimos en este cuadro a la fsica relativista), cuyo carcter repetitivo permita fundarse en resultados siempre idnticos para elaborar leyes generales.

    El descubrimiento de las antipartculas ha llevado a los tericos a examinar estados en los que no se conserva la energa y en los que el tiempo puede invertirse. Por ejemplo, un positn (o positrn), que es un antielectrn, puede ser considerado como un electrn negativo que remonta el curso del tiempo, es decir que va del futuro al pasado. De ello resulta que el principio de conservacin de la energa de la fsica clsica y relativista ya no existe. El principio de causalidad se viene abajo y es obligado pensar en dos tipos de causalidad: la primera, que se llama macrocausalidad (porque afecta a los

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    acontecimientos a nuestra escala o a la del universo), en la que la causa es siempre anterior al efecto, y la segunda, que se llama microcausalidad (que afecta a los acontecimientos a una escala microscpica), en la que la causa es a veces posterior al efecto como lo demuestra la mecnica cuntica. *Niveles de realidad+

    El concepto de realidad, cuyo carcter ambiguo ya habamos sealado al comienzo de este captulo, no resiste al examen en el campo microfsico. Sera preferible hablar de Aniveles de realidad@, expresin que presenta analogas con los niveles de conciencia. Esta observacin es tanto ms importante cuanto que muchos tericos de la mecnica cuntica admiten que la conciencia del experimentador interacta y participa en la mediciones en microfsica, sin concretar no obstante lo que es la conciencia.

    La interpretacin de las ecuaciones de la mecnica cuntica demuestra en efecto que, si se hace caso omiso de cualquier observador, la funcin psi que representa una o varias partculas corresponde no a una energa muy determinada, sino a una serie de estados de energa muy numerosos y en definitiva coexistentes. A cada estado de energa le est asignada una probabilidad distinta de actualizacin. Lo mismo ocurre con todas las dems magnitudes fsicas que caracterizan la o las partculas.

    Al hacer una medicin experimental, es cuando el experimentador provocar la aparicin de la entidad Apartcula@, con una energa correspondiente a uno de los valores posibles. No se puede prever cul, pero se puede calcular la probabilidad mayor o menor de aparicin de ese valor.

    Desde esta ptica, puede decirse que la conciencia del observador participa en la experiencia. En efecto, es justo esta conciencia, si se admite su existencia, la que por medio del cerebro del observador decide el momento y las condiciones de la experiencia; hay que pensar por tanto en un sistema de conciencia del observador-objeto cuntico observado, cuyas relaciones exactas todava no son conocidas. Teoras cunticas: )hacia una negacin de la realidad?

    Las teoras cunticas han planteado algunas paradojas, como la clebre EPR (Einstein-Podolski-Rosen) presentada por Einstein algo antes de la Segunda Guerra mundial, que deba demostrar segn l que la mecnica cuntica desembocaba en una contradiccin lgica. Ahora bien, una experiencia reciente, la del fsico Aspect, de la universidad de Orsay, ha demostrado que la mecnica cuntica tena razn contra Einstein.

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    En esta experiencia, se producen fotones *correlacionados+ por medio de una cascada atmica. Se tienen en cuenta dos fotones as producidos propagndose en dos direcciones opuestas. Cuando estn separados unos quince metros, dos de los observadores hacen una medicin de una de las magnitudes fsicas que caracterizan a los fotones: se trata en concreto de una magnitud llamada *spin+, que corresponde en nuestra escala con el fenmeno de polarizacin de la luz.

    Existe no un spin determinado, sino una serie de estados de spin, teniendo cada uno cierta probabilidad de actualizacin. Slo en el momento de la medicin ser medido un valor spin, aunque no se sabe cul. Ahora bien, se constata que los valores de los spins de dos fotones estn en correlacin, cosa que haban previsto las ecuaciones de la mecnica cuntica.

    En realidad, esto es bastante sorprendente. Todo sucede como si uno de los fotones conociese el valor actualizado del spin del otro y se las arreglase para hacer que aparezca uno de sus propios valores de spin que est en correlacin con el del primer fotn.

    Las consecuencias son enormes. Algunos fsicos no dudan en hablar de no-separabilidad, es decir que la separacin espacial no existira y sera una construccin de nuestro cerebro. As, en el caso de dos fotones, las distancia de quince metros que los separa sera una ilusin, una apariencia, puesto que se comportan como si su distancia fuese nula.

    Otros hablan de variables ocultas y algunos llegan incluso a pensar que el mundo fsico no es real y que se da a la vez no-separabilidad y no-realidad. Ms all de los lmites del mtodo experimental

    Actualmente, la fsica se caracteriza por algunos hechos esenciales que cuestionan fundamentalmente la nocin de realidad tal como se nos ha descrito por el mtodo cientfico de aprehensin de lo real, es decir el mtodo experimental.

    CLa relatividad del tiempo y del espacio. CEl aspecto complementario de la realidad ondas-corpsculos. CEl nmero enorme de partculas. Se puede decir en efecto -y se ha

    repetido muchas veces- que la fsica actual es la fsica de las partculas. Se encuentran nuevas continuamente con la ayuda de grande aceleradores que poseen la mayora de las naciones europeas y Estados Unidos4. Partculas que se crea que eran fundamentales se muestran complejas. As se dijo, en un principio, que el tomo era la parte ms pequea de la materia, luego se demostr que estaba formado de protones y neutrones. Los mismos protones

    4. En Europa, las investigaciones se centran en Ginebra en el CERN (Centro europeo

    de investigaciones nucleares).

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    estn compuestos de quarks y nada asegura que el quark no resulte de la suma de otras entidades. La nocin de partcula fundamental se desvanece por tanto y se reafirma el carcter evanescente de la realidad microfsica.

    CLa desaparicin de la nocin de objeto a nivel cuntico. CLa incertidumbre del principio de causalidad, respetado en nuestro

    universo, pero fracasado en el universo microscpico, donde aparece la idea de interaccin de la conciencia.

    CEl cuestionamiento de la realidad. Tendramos derecho entonces a concluir en un relativo fracaso del mtodo

    experimental en la definicin de lo real, porque las conclusiones a las que llega (no-realidad, accin de la conciencia) estn en contradiccin con sus mismos principios. Esta va de acercamiento a lo real podra compararse con un cedazo muy grueso que deja escapar partculas muy pequeas de lo real, pero no son menos importantes.

    A la intromisin inquietante de la conciencia en la fsica puntera se aade otra intromisin, mucho ms natural en apariencia, pero cuyas consecuencias estn lejos sin embargo de ser neutras: la de la informacin.

    La informacin est ntimamente ligada a la nocin de entropa. La entropa ya haba sido introducida en la termodinmica por los fsicos del siglo XIX. Es una magnitud muy abstracta que ha adquirido luego su verdadera significacin al considerar conjuntos de molculas. Puede suceder que en una sociedad de molculas exista cierto orden. Por ejemplo, las molculas que tienen mucha energa se encuentran todas, unas al lado de otras, en cierto punto del espacio, mientas que las que tienen poca energa ocupan otro punto. Se da aqu una estructura de orden manifiesta.

    Si se piensa que este conjunto de molculas est aislado, se producir una evolucin que ser siempre la misma: las molculas que tienen mucha energa cedern una parte de su energa a las que tienen menos, y al final no habr sino una sola regin del espacio donde todas las molculas estarn reunidas y animadas por la misma energa media. Se ha pasado por tanto de una estructura de orden a otra de desorden.

    Se expresar este hecho diciendo que la entropa de un sistema aislado aumenta constantemente. Como, en definitiva, el universo puede considerarse como un sistema aislado, su entropa aumentar constantemente, es decir evolucionar siempre desde una estructura de orden hacia otra de desorden, sin poder pasar nunca por el mismo estado.

    En estas condiciones, )cmo se introduce la nocin de informacin? Tenemos que hablar aqu del demonio de Maxwell. El demonio de Maxwell

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    Maxwell imaginaba un estado de desorden completo donde las molculas

    con mucha energa estaban mezcladas con las desprovistas de ella. Es imposible en estas condiciones volver a la estructura de orden, de la que antes hablbamos, pues no se puede volver a pasar por el mismo estado. Maxwell supone entonces la existencia de una criatura sobrenatural que l llama demonio. A este diablo, le da la consigna de reparar las molculas poniendo a un lado las que tienen mucha energa y a otro lado las que estn desprovistas de ella. El demonio, diablo listo, est de acuerdo pero pide ver las molculas. Para esto, se le da una antorcha elctrica; entonces realiza su trabajo diablico.

    Esto puede requerir mucho tiempo, pero el tiempo no cuenta para un demonio. Al final, ha restablecido por tanto una estructura de orden y se dir que la entropa ha disminuido. Pero si ha podido conseguir este resultado, es porque tena informacin sobre las molculas, en este caso gracias a la antorcha que se le haba otorgado.

    Se puede concluir de esto que tener informacin equivale a restablecer estructuras de orden, y se llega a la siguiente equivalencia matemtica: informacin = entropa negativa = antientropa. Poseer la informacin viene a ser la posibilidad de frenar el desorden, de impedirle establecerse como dueo, de restablecer una estructura de orden.

    Tomemos como ejemplo los seres vivos, estructuras de orden caractersticas por estar formadas de rganos, formados por clulas, compuestos de molculas. Si existiese el nico principio del aumento de la entropa, los seres vivos no podran mantenerse con vida, porque el desorden y la desagregacin se instalaran con mucha rapidez. Pero todo sucede como si en el interior de los organismos existieran miles de millones de demonios de Maxwell que son advertidos en cada momento, por medio del sistema nervioso, de tal o cual aumento local de la entropa. Reciben por tanto una informacin y con la ayuda de sta, siempre a travs del sistema nervioso, van a detener el aumento de la entropa.

    Por ejemplo, el hombre tiene una temperatura constante de 371 C, pero varias causas (el fro, el calor...) tienden a hacer variar esta temperatura. Los sistemas reguladores reciben informacin y en el caso de una elevacin de la temperatura van a actuar provocando una evaporacin cutnea que producir fro y restablecer la temperatura normal. Desgraciadamente, estos efectos no son eternos y es finalmente la entropa la que tiene la ltima palabra, puesto que el envejecimiento puede ser considerado como la instalacin del desorden, siendo la muerte el ltimo estadio. La informacin: factor esencial

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    en el acercamiento a lo real

    El lector se preguntar tal vez: )qu es esa la informacin, que ahora se sabe medir como la energa?

    A esto podemos responder como Norbert Wiener, uno de los pioneros en este campo: *La informacin es la informacin+. Claramente, esta frase significa que, como la energa, la informacin es una entidad primordial que tiene la capacidad de tomar diversas formas, pero que no se puede definir. Esta intromisin de la informacin es esencial para el progreso de la ciencia y se sita en el lmite de las dos vas de acceso a lo real.

    En efecto, la bsqueda de informacin para ordenar el universo est en el origen del mtodo cientfico. Pero no es menos cierta, para la segunda va de acceso a lo real, la va llamada irracional, que se funda en la exaltacin de los estados de conciencia y de las sensaciones.

    Esta va trata de recoger la informacin en estado bruto, sin imponerle las transformaciones lgicas y racionales que nuestro cerebro suele hacer sufrir a lo real para construirlo.

    Desde hace siglos, se conocen las *experiencias+ de los grandes msticos de todas las religiones, de los yoguis de la India. Estos seres excepcionales parecen penetrar en lo real de una manera desconocida e inaccesible al comn de los mortales, parecen haber experimentado sensaciones, niveles de conciencia que se suelen designar con la palabra xtasis (lo que etimolgicamente evoca una salida fuera de s, es decir fuera del cuerpo o de la conciencia). Se sabe que el resultado de sus exploraciones lleva a un profundo cambio de su personalidad.

    Algunos han podido ver en ello un mtodo de acceso salvaje a la realidad, pero es ms bien la realidad cientfica la que es salvaje, puesto que procede esencialmente por anlisis, es decir etimolgicamente por la disolucin, la separacin, la destruccin de los diversos elementos de lo real, lo que es artificial. Por el contrario, la va mstica capta lo real en su totalidad sin destruir ni separar, por una especie de sntesis.

    Desde hace algunas dcadas, los neurofisilogos se vienen interesando por estos problemas de conciencia alterada o de niveles de meditacin profunda con la ayuda del electro-encefalograma o del escner, y han observado cambios fisiolgicos, en especial en los ritmos elctricos del cerebro (ondas alfa) durante la meditacin profunda.

    Los psicofarmaclogos, a travs del estudio experimental de algunas drogas como el LSD o la mescalina, han llegado a reproducir estados alterados de conciencia, que recuerdan a veces el xtasis de los msticos.

    Se podran relacionar con este mtodo distinto de exploracin de lo real ciertos ensayos de algunos grandes artistas inspirados (Liszt, Bach, Picasso). Algunas de sus obras producen en nosotros una impresin indecible que nos hace pensar que han alcanzado otros niveles, y que su visin del exterior se confunde con la del espacio interior.

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    Hay que destacar por otra parte que el marco de la realidad, tal como queda trazado por la mecnica cuntica, parece muchas veces ms loco e irracional que las visiones msticas o las artsticas.

    Desgraciadamente, tales estados son cosa de seres excepcionales. Sus experiencias son inexplicables e incomunicables, en forma de informacin, para la mayora de los seres humanos.

    Pero hay algunos fenmenos que todos podemos experimentar. Estos fenmenos entran en el mbito de la segunda va de acceso a lo real, porque privilegian las relaciones *irracionales+ entre los acontecimientos. Queremos hablar aqu de lo que se llama comnmente coincidencias.

    Informacin y coincidencias: la serialidad de Kammerer

    Parece que es un hombre de ciencia, Kammerer, el primero que ha estudiado sistemticamente estos fenmenos. Hay que destacar que el trmino *coincidencia+ se aplica en este caso a acontecimientos que aparecen agrupados en un lapso de tiempo relativamente breve, que tienen ciertamente relaciones de semejanza aunque no de significacin y no estn vinculados causalmente. He aqu un ejemplo tomado de Kammerer, que ha llevado durante veinte aos un diario de coincidencias.

    Cuenta que el 4 de noviembre de 1910 su cuado va a un concierto en el que tiene el asiento nmero 9 y el ticket del vestuario nmero 9. Al da siguiente, el mismo cuado vuelve a un concierto en el que le asignan el asiento nmero 21 y el vestuario nmero 21.

    Tomemos otro ejemplo, ms complejo, tomado tambin de Kammerer, cuya protagonista es su propia esposa. Esta ltima lee las aventuras de la Seora Rohan, personaje de novela. En el tranva ve a un hombre que se parece a su amigo el prncipe Joseph Rohan. Por la tarde, el prncipe Rohan viene a ver a Kammerer y a su esposa de improviso. Adems, en el tranva ella oye que alguien pregunta al pseudo-Rohan si conoce la aldea de Weissenbach-sur-Attersee y si sera un lugar agradable para las vacaciones. Al bajar del tra