el libro que se hizo mío

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EL LIBRO QUE SE HIZO MÍO.

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EL LIBRO QUE SE HIZO MÍO.

Tendría unos 15 años cuando llegó esto a mis manos.

Supongo que sería cosa de mis padres, mi casa estaba llena de libros y mis hermanos y yo éramos, somos, lectores insaciables.

Os quiero contar dos historias.

La primera la creó Manuel Mujica Laínez en 1962, tras una visita a las jardines de Bomarzo, cercanos a Viterbo, en el centro de Italia.

La segunda es cómo la lectura de un libro puede marcar a quien lo lee hasta el punto de formar parte de uno mismo y acompañarlo el resto de su vida.

Manuel Bernabé Mujica Láinez nace en Buenos Aires en 1910 y muere en Córdoba en 1984. Fue escritor, biógrafo, crítico de arte y periodista.

BOMARZO está ambientada en el Renacimiento italiano. Tres años le llevó al autor la escritura

de esta apasionante historia, cuyo origen puede estar en la primera visita que realizó a Bomarzo, feudo histórico de la familia Orsini, por primera vez el 13 de julio de 1958, disfrutando lo que a mediados del siglo XVI Pier Francesco Orsini mandó construir, un jardín adornado con extravagantes estatuas (el Bosque de los Monstruos).

Bomarzo es una historia sobre el Renacimiento italiano narrada por un muerto, Pier Francesco Orsini, el noble jorobado.

Su drama se desarrolla en el ambiente trágico y sensual del Palacio Orsini y el célebre bosque de los monstruos de Bomarzo, próximos a la ciudad de Viterbo. Los numerosos personajes históricos, evocados por las confesiones del duque, componen un minucioso fresco del Renacimiento italiano.

 El libro narra la trayectoria vital de un personaje típico del Renacimiento, que piensa y siente, ama y odia, goza y sufre como en general solían hacer en su momento los en la sociedad italiana. Pero además, el autor ha querido dotarlo  de una singularidad que le hace especial. Cargado de un cuerpo deformado, giboso y cojo, pero con un rostro agraciado y unas manos suaves y bellas, donde lució toda su vida un anillo que le regaló en su adolescencia el escultor Benvenuto Cellini, Pier Francesco sufre por la comparación continua con sus hermanos, que muestran unas proporciones ideales y llevan la vida que él no puede permitirse y que sin embargo, ansía. Pero Vicino es un Orsini; piensa, ama y odia como un Orsini.

La vida de Vicino es tortuosa, como lo era su cuerpo. Desde la infancia Vicino se acostumbra a sufrir, a recordar a diario la desventaja de su maltrecha figura, siendo humillado por un padre que se avergonzaba de él, unos hermanos, Girolamo y Maerbale, que le someten a vejaciones; teniendo como único refugio a su abuela, Diana Orsini, fuerte pilar en el que apoyarse, y de quien recibe gran parte de las nociones básicas sobre su estatus…y el consuelo de su singularidad malformada. Intentó el amor y fracasó; intentó la amistad y fue traicionado; le quedó la venganza, la culpa y la soledad: un mundo lleno de monstruos, que quedarían petrificados para siempre en el Bosque, símbolo autobiográfico de su vida.

El protagonista recuerda su triste infancia, la inquieta y perturbadora adolescencia entre los parientes Médici florentinos, el acceso a la condición de duque de Bomarzo, su matrimonio con Julia Farnese, y la obsesión por conseguir descendencia, que le hace responsable de unos actos abominables; sus tratos con amantes, con artistas, con nigromantes (Paracelso incluido), con las demás familias de poder: Médici, Sforza, Gonzaga, Farnese, Della Rovere… lo que incluía papas, cardenales, incluso un fugaz encuentro  con el emperador Carlos V. 

Narra también la participación en las guerras europeas, así como la batalla de Lepanto (con una brevísima aparición de Cervantes) batalla en la que, por edad, es mero espectador, mientras su hijo Horacio y su sobrino Nicolás participan plenamente. Finalmente, narra la progresiva soledad al envejecer y el empeño obsesivo en plasmar sus múltiples pesadillas en las rocas de su bosque, en Bomarzo.

Desde que la casualidad puso el libro en mis manos no pude parar de leer hasta acabarlo.

Imaginé los palacios, el bosque terrorífico descrito por el protagonista, sentí lo que él sentía, imaginé sus rasgos y hasta sus ropas y quedé para siempre enamorada de Bomarzo.

Muchos años después de leer el libro, el 8 de agosto de 2009 pude por fin viajar a Bomarzo, al PARCO SACRO que el Duque construyó en su delirio, y es allí donde la ficción y la realidad se unen, donde el libro se hizo definitivamente mío y esa emoción incomparable, queridos alumnos, se la debo a un libro.