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Universidad Nacional de Colombia David Montoya. Tema El procedimiento del tribunal de la santa de la inquisición y su relación con el sistema penal acusatorio (ley 906 de 2004). Delimitación: a partir de la vigencia del sistema penal acusatorio (ley 906 de 2004), referido exclusivamente al ordenamiento colombiano. Introducción. El presente trabajo intenta dar un panorama acerca de los usos y practicas que han venido utilizándose en el derecho penal y el derecho procesal penal a partir de la implementación del sistema penal acusatorio (ley 906 de 2004). El sistema penal acusatorio colombiano tiene como principales características que: los procesos se deben adelantar de forma oral, donde la defensa debe asumir el costo de la obtención de los elementos materiales probatorios para salir adelante en un proceso, afectando el principio de gratuidad que caracteriza la administración de justicia por parte de un estado social y democrático de derecho. El principal objetivo de este sistema es en realidad dar penas, creando un fenómeno dado en Norteamérica como un estado penitenciario, en el cual la labor del fiscal está orientada primordialmente a obtener una condena, esto ha sido alimentado también por el populismo punitivo. Podemos inferir que no hay una política criminal fija por parte del estado para perseguir y sancionar delitos sino que esta se crea sobre la marcha atendiendo a las exigencias que la opinión pública desee de ella. Por esto

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Page 1: El procedimiento del tribunal de la santa de la inquisición y su relación con el sistema penal acusatorio (ley 906 de 2004)

Universidad Nacional de Colombia

David Montoya.

Tema

El procedimiento del tribunal de la santa de la inquisición y su relación con el sistema penal acusatorio (ley 906 de 2004).

Delimitación: a partir de la vigencia del sistema penal acusatorio (ley 906 de 2004), referido exclusivamente al ordenamiento colombiano.

Introducción.

El presente trabajo intenta dar un panorama acerca de los usos y practicas que han venido utilizándose en el derecho penal y el derecho procesal penal a partir de la implementación del sistema penal acusatorio (ley 906 de 2004).

El sistema penal acusatorio colombiano tiene como principales características que: los procesos se deben adelantar de forma oral, donde la defensa debe asumir el costo de la obtención de los elementos materiales probatorios para salir adelante en un proceso, afectando el principio de gratuidad que caracteriza la administración de justicia por parte de un estado social y democrático de derecho. El principal objetivo de este sistema es en realidad dar penas, creando un fenómeno dado en Norteamérica como un estado penitenciario, en el cual la labor del fiscal está orientada primordialmente a obtener una condena, esto ha sido alimentado también por el populismo punitivo. Podemos inferir que no hay una política criminal fija por parte del estado para perseguir y sancionar delitos sino que esta se crea sobre la marcha atendiendo a las exigencias que la opinión pública desee de ella. Por esto los fiscales tienen como objetivo principal conseguir una condena y no lograr llegar a la verdad y de esa manera lograr que se imparta justicia en un sentido material.

En busca de hacer un examen critico al funcionamiento de este sistema, el objetivo general del trabajo es buscar similitudes y practicas análogas al sistema tradicional inquisitivo. Si bien en teoría son antónimos, la brecha que separa las practicas de uno y otro no es tan amplia, esto debido a factores como la poca preparación de servidores de la rama judicial, la aplicación indebida de la ley, y la ley misma.

Es por esto que el presente estudio intentará entrar a analizar uno y otro sistema con el objetivo de dar conclusiones acerca del sistema penal acusatorio (ley 906 de 2004).

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Marco empírico.

I. Pregunta de investigación

Desde una perspectiva procesal y sustancial, ¿podrían llegar a establecerse similitudes entre el sistema penal acusatorio colombiano implementado por la ley 906 de 2004, teniendo en cuenta el actuar de los sujetos en él intervinientes y las diferentes providencias proferidas por los organismos encargados de su ejecución; y los postulados y dogmas que cimentaron el sistema inquisitivo medieval? Adicional a esto, y ante la evidente diferencia entre lo plasmado en la ley y la ejecución de la misma, el trasegar y devenir de la praxis judicial, y manteniendo la tendencia del sistema anterior (ley 600 de 2000) ¿es el ejercicio del derecho procesal penal actual de un sesgado corte inquisitivo?

II. Justificación

En la práctica procesal colombiana, es común ver que en muchos apartes lo procesal sobrepasa desmedidamente lo sustancial. Esta lamentable situación es realmente estruendosa en el derecho penal, más concretamente en el desarrollo del derecho de defensa en los procesos. Tenemos, por ejemplo, un artículo del código de procedimiento penal (ley 906, art. 8°) en el cual se dice que el derecho de defensa se activará una vez que el sujeto adquiera la condición de imputado, impidiendo de esta manera a quienes estén siendo investigados por la fiscalía recibir razón alguna del porqué de las indagaciones, controvertir las pruebas halladas en su contra y demás actuaciones que son de suma importancia en un Estado que se precia de ser “social y de derecho”. Vale la pena acotar que este artículo fue demandado por su clara inconstitucionalidad y en el consiguiente fallo de la Corte Constitucional1 se señaló que su ejercicio no podía estas condicionada a la adquisición de la condición de imputado, lo cual es aún más grave, teniendo en cuenta que actualmente esta corrección no se aplica en la práctica procesal.

Este ejemplo es uno de muchos que serán tratados en la presente investigación, la cual mostrará cómo el sistema penal acusatorio colombiano (ley 906 de 2004) es un ejercicio desmedido, inequitativo y, a todas luces, injusto de potestad punitiva del Estado; no tanto por la inadecuada regulación y control de la práctica procesal del mismo, sino por la actuación despótica y propia de sátrapas de sus funcionarios.

El derecho de defensa ha sido puesto en las constituciones modernas para ser aplicado en todas las fases de cualquier tipo de procedimiento, como garantía mínima y fundamental para el debido acceso y desarrollo de la administración de justicia. Su finalidad primera es poner en una circunstancia de igualdad de condiciones a las partes intervinientes en un litigio para que, con base en elementos materiales probatorios, den fe de una posición y contradigan a la parte rival, haciendo del proceso un juego que ganará la parte que logre demostrar un hecho como cierto y verdadero, más allá de toda duda razonable, en el caso particular que nos atañe.

1 Sentencia C-799 de 2005, M.P Jaime Araújo Rentería

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En un sistema garantista, las partes están debidamente separadas e individualizadas. Las acusaciones son claras y concisas y se respeta la llamada pirámide de Foucault; la cual ubica tres ejes de funcionamiento del sistema: un acusador y un defensor en la base (en igualdad de condiciones), y un tercero superior e imparcial que encabeza el proceso, siendo su principal función tomar una decisión acerca del caso.

El derecho de defensa ha atravesado oscuras etapas en el devenir de la historia jurídica mundial, ubicándose su sima en la época de la inquisición medieval, donde no sólo fue ignorado, sino que fue considerado como un obstáculo para el ejercicio de la justicia. Es por ello que es imprescindible analizarle críticamente, comparándole con la actualidad penal colombiana, en aras de evitar los yerros cometidos en el pasado y las diferentes desviaciones que, por nuestra humana naturaleza, podrían llegar a darse, vulnerando los derechos fundamentales y el sostén del Estado Social de Derecho.

Ahora bien, es innecesario resaltar lo oprobioso y funesto de la práctica procesal inquisitiva, pues constituye uno de los más oscuros episodios de la historia de la humanidad. Precisamente por esta indecible barbaridad y arbitrariedad cometida, es menester realizar un parangón de ella con la práctica procesal penal actual colombiana, siempre en búsqueda, reitero, de una superación definitiva del modelo inquisitivo.

De igual manera, llama la atención la entrada de diferentes doctrinas a la vida académica colombiana, como puede ser el Funcionalismo Penal de Jakobs, más aun teniendo en cuenta la fuerte tendencia arbitraria e ignominiosa del mismo, demonizando al enemigo y construyendo toda una serie de políticas de “defensa social” a partir de herramientas de castigo como el derecho penal. De posiciones como ésta, se sustentan fácilmente viles atropellos contra la dignidad humana y la sociedad en general, pues, al realizar un estudio minucioso, es evidente que el objeto de la acción penal en dicha postura no es el delito, sino el sujeto que delinque, lo cual es una directa referencia al sistema inquisitivo, y constituye un enorme retraso en materia de garantías, justicia, democracia e igualdad.

III. Objetivos

Identificar, teniendo en cuenta la ley y las providencias de los jueces colombianos en el sistema penal acusatorio, si evidentemente podríamos hablar de que aún no se ha superado del todo el procedimiento inquisitivo, y de esta manera, se estén vulnerando derechos fundamentales y principios esenciales del sistema penal acusatorio instaurado por la ley 906 de 2004.

De igual manera, ofrecer un estudio comparado que provea herramientas de juicio para construir una crítica seria y fundada del actual procedimiento penal en Colombia.

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IV. Estado del arte

Cincuenta años de inquisición en el tribunal de Cartagena de indias, Ana María Splendiani, José Enrique Sánchez Bohórquez, Ema Cecilia Luque de Salazar. Santafé de Bogotá, Centro editorial Javeriano CESA. 1997. 4 volúmenes, Tomo I

En el primer tomo de la presente obra se presentan las etapas y los insignes momentos del tribunal de la santa inquisición, primera institución supranacional que conoció el mundo, a partir de su génesis en la iglesia romana del siglo XIII hasta su transformación en la inquisición española, abarcando territorios Europeos y latinoamericanos, para finalmente entrar a analizar de fondo el tribunal de Cartagena de Indias.

El libro muestra como la inquisición no logró erradicar las herejías, a pesar de no haber escatimado esfuerzos en reconciliar al pecador con dios; y si aplicó métodos y procedimientos hoy cuestionables.

Dentro de los móviles y finalidades que buscaban los inquisidores en América Latina, se hace una detallada exposición sobre los pasos que debían seguir desde el inicio de la persecución de un presunto hereje, hasta llegar al castigo de éste, si las circunstancias se daban para ello. En este sentido, la ilustración que nos da el primer tomo sobre las prácticas y procedimientos a seguir para los inquisidores nos deja ver un amplio panorama y una buena referencia histórica para incluirla en el presente trabajo.

Ángel Alcalá. La inquisición española y mentalidad inquisitorial, Editorial Ariel S.A Barcelona, 1984.

 El libro recoge las ponencias presentadas en el Simposio Internacional sobre Inquisición, Nueva York, 1983. El surgimiento de este trabajo obedece a la necesidad de sentar una base teórica sólida acerca de la inquisición española y su influencia en el pensamiento tradicional occidental moderno. Dentro del debate concurren expertos de todo el mundo, quienes comparten sus experiencias y conocimientos. La ponencia que se extrae del libro es la de John Tedeschi, titulada “Organización y Procedimientos Penales de la Inquisición Romana. Un Bosquejo”. 

Se trata de exponer el sistema procesal y penal de la inquisición romana. Esta ponencia es relevante para el presente trabajo, dado que la inquisición romana sentó bases sólidas en cuanto a prácticas y organización para la posterior

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formación de la inquisición española, que fue la de mayor influencia en la época medieval.

Jakobs, Günter; Terrorismo y Estado de Derecho, Miguel Polaino-Orts, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, Centro de Investigación en Filosofía y Derecho, 2009. 107 págs.

Ante la reciente adopción en las providencias judiciales de los conceptos y posiciones del Funcionalismo Normativo de Jakobs. Es preciso traer a colación este texto, más aun teniendo en cuenta que dentro de las teorías del delito siempre se han tomado posiciones diferentes acerca de la función de la pena y el objetivo del derecho penal.

A guisa de ejemplo, podemos ver que en el sistema penal inquisitivo medieval, el fundamento principal de la pena era de base eminentemente teológica. Por ello se intentaba frenar el avance de las prácticas heréticas para prevenir la comisión de sacrilegios y defender la sociedad de personas impenitentes y laicas. Es decir, la finalidad del sistema inquisitivo era simplemente defender la sociedad de conductas inadecuadas para que el orden no fuese alterado. Dentro del funcionalismo, en su discurso acerca del derecho penal del enemigo podemos encontrar que el ius puniendi tiene como finalidad la defensa de la sociedad y el orden establecido.

En este libro, “terrorismo y estado de derecho” se toma una posición dogmática en la cual la vulneración de derechos y libertades fundamentales puede estar legitimada conforme a las necesidades del Estado y la sociedad.

Whanda Fernández León, Procedimiento Penal Constitucional. Ediciones Librería del Profesional, Bogotá 1999.

En este libro de desglosa artículo por artículo la aplicabilidad y mínimos que se deben tener en cuenta a la hora de examinar el Derecho Penal desde una perspectiva constitucional. Así pues, es evidente que en él se encuentra desarrollado a plenitud el derecho de defensa, concepto de vital importancia para el presente trabajo.

Whanda Fernández León, Sistemas Penales de Juzgamiento. Ediciones Librería del Profesional, Bogotá 2001.

La inquisición fue eliminada como institución jurídica de tipo criminal, religioso, y político, las leyes de procedimiento penal y los códigos desde entonces, han sido derivaciones mixtas y sofisticadas del sistema inquisitivo, en razón de la herencia del código de Napoleón, que incluyó algunos elementos del sistema acusatorio en el plenario, pero que en la práctica le dio a la fase sumarial o inquisitorial, toda preponderancia al punto de considerarla parte sustancial del proceso penal.

Dentro de las principales características nombradas en el presente texto para dar una idea clara sobre el proceso inquisitorial están: el delito es considerado como ofensa publica; la fusión de los roles procesales; un proceso escrito, secreto, no

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continuo, ni contradictorio; el derecho de defensa inexistente; el objetivo de la defensa social; la detención preventiva y la diligencia indagatoria; el desequilibrio entre las partes; y la confesión como la reina de las pruebas.

Rúa M. La relación del estándar de prueba de la duda razonable y la presunción de inocencia desde el garantismo procesal en el Proceso Penal Colombiano. (Spanish). Opinión Jurídica [serial online]. Enero 2010;

En el proceso penal colombiano se consagran diferentes estándares de prueba. La inferencia razonable (para la formulación de imputación), probabilidad de verdad (para la formulación de la acusación) y el conocimiento más allá de toda duda (para la sentencia condenatoria), los cuales permiten identificar la aplicación de conceptos como el de probabilidad en el actual sistema. Al leer el estándar que se exige para dictar sentencia condenatoria desde el garantismo procesal, se encuentra una relación estrecha entre la presunción de inocencia y el umbral a partir del cual el juez puede aceptar una afirmación de hecho o una hipótesis como verdadera dentro del proceso penal. De allí que se proponga el estudio de la presunción de inocencia no solo desde la perspectiva de principio y regla de tratamiento, sino también como regla probatoria y regla de juicio, esto es: cuando no se alcanza el grado de conocimiento exigido al juez para dictar sentencia condenatoria y subsiste la duda, debe darse aplicación a la presunción de inocencia como regla de juicio -in dubio pro reo-.

Tammaro C. L'ATTO INTRODUTTIVO (DENUNTIATIO) E LA FASE PRELIMINARE DEL PROCESSO PENALE CANONICO IN EPOCA BASSO-MEDIEVALE: RILIEVI STORICO-GIURIDICI. (Spanish). Ius Canonicum [serial online]. Enero 2008

En este artículo se resumen los elementos más importantes de la fase introductoria del proceso penal canónico, acusatorio e inquisitorio, durante la época medieval. En una primera etapa tanto las cortes episcopales como las magistraturas seculares actuaban según el principio romano de la accusatio. De este modo la acción penal comenzaba con la acusación del delito por el ciudadano, que debía probar ante el juez los hechos denunciados. La segunda etapa corresponde al procedimiento inquisitorio, en el que el magistrado podía realizar las investigaciones secretas sobre hechos delictivos, dando así inicio al juicio por motivos de defensa del bien público. Por parte de la Iglesia, en el origen y fundamento teológico de la denuncia, se encuentra la llamada denuntiatio evangelica y la charitativa admonitio. Como medidas cautelares paralelas a la denuntiatio se contaban la prisión preventiva y el secuestro cautelar de los bienes del acusado, con ayuda ejecutiva del brazo secula

Durango Álvarez G. Aproximaciones conceptuales a la democracia constitucional y a los derechos fundamentales en la Teoría de L. Ferrajoli. (Spanish). Opinión Jurídica [serial online]. Julio 2007

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El objetivo principal de este ensayo es aproximarse al concepto de democracia constitucional y a los derechos fundamentales desde la propuesta teórica de L. Ferrajoli. Para este autor los derechos fundamentales van modificando de una u otra manera los planteamientos esbozados por la teoría liberal sobre la igualdad y la libertad; han impuesto obligaciones y prohibiciones al poder-dimensión sustancial de la democracia asociada a la esfera de lo indecible-. Tales planteamientos teóricos sobre los derechos fundamentales son importantes, toda vez que han servido de crítica para que las constituciones modernas introduzcan como carga reorientadora de las concepciones políticas, democráticas y jurídicas, la dimensión de los derechos fundamentales como garantías.

Zaffaroni, Eugenio Raúl. En busca de las penas perdidas. Sociedad Anónima editorial comercial, industrial y financiera, Buenos Aires, 1998.

En este texto, el maestro Zaffaroni hace una tremenda crítica al sistema penal latinoamericano. Intenta demostrar las incongruencias entre la dogmatica jurídico penal y la aplicación de la misma en los procedimientos judiciales y en la vida práctica. Hace un análisis esquemático de los problemas y la falta de eficacia de los planteamientos que la dogmatica tradicional latinoamericana y la que ha sido trasplantada hacia estos ordenamientos jurídicos continentales abarca en la parte teórica un punto de llegada al cual es imposible llegar debido a las practicas y la falta de legitimidad de las estructuras penales de nuestro continente.

Alberto Castells y Susana I. Crotti. El conflicto entre el Sistema Acusatorio y el Sistema Inquisitivo en la crisis institucional jurídica .Un análisis desde el punto de vista de las Ciencias Penales en dos novelistas contemporáneos: Camus y Kafka.En este texto nos encontramos con un análisis desde el punto de vista del derecho penal a las obras “El extranjero” de Albert Camus y “El proceso” de Franz Kafka. El artículo muestra como la literatura se ha preocupado por los sistemas penales de juzgamiento, sus arbitrariedades y sus falencias. En este sentido se analizan las obras y se da una mirada detallada sobre los sistemas penales que entrar a hacer parte de la narración. Por su parte, en el extranjero, se da una mirada al enfoque de Camus y se explica y critica el sistema inquisitivo. En el libro de Kafka, se entra a analizar la historia contada en el libro y se parte por dar la visión de Kafka acerca del sistema acusatorio, sus fallas y falencias.

__________________________________________________________________Marco teórico.

El procedimiento del tribunal de la santa de la inquisición y su relación con el sistema penal acusatorio (ley 906 de 2004).

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Resumen.

El objetivo principal del presente trabajo es hacer una valoración a manera de reflexión, sobre las prácticas procesales utilizadas en el sistema penal acusatorio colombiano. De esta manera es preciso analizar los sistemas penales inquisitivo, por un lado, y acusatorio por el otro, para intentar hacer apuntes e hipótesis acerca de sus interrelaciones en la praxis judicial. En teoría, el sistema acusatorio es de corte garantista, y, respeta los derechos fundamentales en todos sus niveles, pero podríamos encontrar que en la vida practica, en la ley y en la jurisprudencia, que este sistema adoptado por la ley 906 de 2004 se asemeja de manera sustancial al sistema inquisitivo medieval.

Palabras clave

Inquisición, sistema acusatorio, sistema inquisitivo, derechos fundamentales, debido proceso, juicio, legitimidad, legalidad formal y sustancial, igualdad, derecho penal mínimo, praxis judicial.

El procedimiento del tribunal de la santa de la inquisición y su relación con el sistema penal acusatorio (ley 906 de 2004). (Inglés)

Abstract.

The objective of this paper is to valuate and compare the legal practice in Colombian adversarial system with de inquisitorial process given in the middle age. In this order, it’s necessary to analyze both systems, to give assets for a comparison between their connections in law praxis. In theory adversarial system has a sacred respect for minimal guaranties in all of their levels, but it’s easy to find divergences between the concept itself and its practice, regulation and jurisprudence emitted in the subject. We’ll see that, in praxis, law 906 of 2004 it’s very similar to middle age inquisition.

Keywords.

Inquisition, Adversarial System, Inquisitorial system, fundamental rights, due process, trial, legitimacy, formal & substantial legality, equality, minimum criminal law, judicial praxis.

Introducción.

En primer lugar, es de vital importancia definir los sistemas penales de juzgamiento, que entran a actuar como columna vertebral en el presente trabajo. Es bien sabido que dentro de la historia de los sistemas de juzgamiento, los que mayor importancia y aplicación tuvieron (y tienen aun) en gran parte del mundo,

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son los sistemas inquisitivo y acusatorio respectivamente. Estos sistemas penales tradicionales, han jugado un papel de vital importancia en las políticas de los estados en el transcurso de la historia, en la manera de perseguir los delitos, en la forma de legitimar una pena y en la manera de hacer valer el ius poniendi (cuyo titular es el estado).

De esta manera, es preciso hacer una pequeña conceptualización teórica hacer de las principales características de cada uno de estos sistemas. Por un lado encontramos el sistema acusatorio tradicional, que es el primer sistema de la historia. Este sistema acusatorio adquirió plena vigencia en la república romana, de ahí se extendió al derecho germánico, al italiano y al español2. Por su parte, las características jurídicas de este sistema tradicional acusatorio varían de acuerdo al autor, por ejemplo, Francesco Carrara resume las características de este sistema en las siguientes: Publicidad, Libertad del acusado hasta una eventual condena, igualdad entre acusador y acusado, imparcialidad del juez, continuidad del contexto y síntesis en todo el procedimiento3. Por su parte, Luigi Ferrajoli lo define como un sistema penal garantista, donde terceros frente al proceso no interfieren en la legitimidad de la jurisdicción del juez, y donde la búsqueda de la verdad siempre va a jugar un papel de vital importancia.

Ahora bien, tenemos que el sistema acusatorio promueve igualdad entre las partes del proceso, imparcialidad del juez, publicidad de las actuaciones judiciales, libertad del acusado durante el litigio, y el delito como una ofensa eminentemente privada. Tomaremos como presupuesto que estas son las características más importantes del sistema acusatorio, para luego controvertir durante el trabajo los principios rectores del sistema penal acusatorio colombiano (Ley 906 De 2004), y, los principios característicos del sistema inquisitivo medieval (el cual se expondrá a continuación).

Por su parte, el sistema inquisitivo medieval tiene diferentes fundamentos. Esto es, debido a que surgió en un momento histórico en el cual los estados absolutistas monárquicos buscaban defender la soberanía del rey, persiguiendo a los detractores de este y condenando de manera arbitraria a la oposición del estado. El derecho canónico jugó un papel de vital importancia en la imposición de este sistema en casi toda la Europa medieval, e inclusive en las colonias españolas en América donde se aplicó este sistema a semejanza de la inquisición española (una de las más severas). Ahora bien, las características de este sistema son abiertamente antípodas a las del sistema acusatorio. Este sistema inquisitivo es severo, cruel, represivo y autoritario. Ferrajoli lo define como “llamaré inquisitivo a todo sistema procesal donde el juez procede de oficio a la búsqueda, recolección y valoración de pruebas, llegándose al juicio después de una instrucción escrita y secreta de la que están excluidos, o en cualquier caso, limitados, la contradicción y los derechos de la defensa. Tiende a privilegiar estructuras judiciales

2 Fernández, Whanda. Sistemas Penales de Juzgamiento. Ediciones Librería del Profesional, Bogotá, 2001, pág. 15 y ss.

3 Carrara, Francesco. Programa de derecho criminal. Editorial Temis, Bogotá. 1978

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burocratizadas y procedimientos fundados en poderes de instrucción del juez, pruebas legales y pluralidad de grados en juicio”4. De esta manera, en el sistema inquisitivo siempre van a estar limitados los derechos de la defensa; esto debido a que, en primer lugar, generalmente el acusador es el mismo juzgador; en segundo lugar, el proceso siempre va a estar inmerso en un secreto, en el cual no hay libertad probatoria y se presume la culpabilidad hasta que no se demuestre lo contrario; por otra parte el delito ya no se entiende como una ofensa privada, sino que se toma como un a ofensa publica, dando camino a que se estimulen las denuncias anónimas. Whanda Fernández propone como características de este sistemas las siguientes: El delito como ofensa publica, la fusión de roles procesales, el proceso escrito secreto y sin continuidad, inexistencia del derecho de defensa, desequilibrio entre las partes y la confesión como la reina de las pruebas5.

Habiendo definido de manera lacónica las posiciones de los sistemas acusatorio e inquisitivo es preciso entrar a analizar cada uno de ellos más detalladamente, y entrar de lleno a analizar las fases del proceso, los usos y prácticas de su fundamentación teórico práctica.

Sistema inquisitivo medieval.

Como primera medida, es preciso anotar que no se sabe con exactitud la fecha histórica de la instauración de la Inquisición. Empero, se tiene certeza de los eventos y circunstancias que llevaron a la formación de la misma. En este orden de ideas el primer hito histórico podría ser el llamado del papa Urbano II a la primera cruzada en el año de 1095, acarreando una reestructuración social y económica de Europa por el conflicto con el oriente próximo.

La apertura económica entre oriente y Europa trajo consigo, además del incremento del desarrollo económico, una entrada de diferentes prácticas, usos y costumbres orientales que contravenían directamente las prácticas de la Europa cristianizada, constituyéndose ellas prontamente en movimientos, a concepto del papado, heréticos y opósitos de la autoridad papal que, para entonces, era la máxima autoridad6. En vista de este riesgo, la iglesia decidió hacer frente a la situación mediante la toma de ciertas medidas preventivas en el ámbito social, eclesial y desde luego judicial, en aras de frenar el avance de las ideas “heréticas” que ya se difundían ampliamente en Europa hacia mediados del siglo XII.

Desde comienzos de la edad media, la autoridad secular utilizaba 3 formas de acusación a hechos calificados como criminales, o heréticos, fundamentados en el derecho civil romano, siendo estos el accusatio, el denunciatio y el inquisitio7. Curiosamente esta última figura, por lo general, daba lugar a las penas más leves, cambiando totalmente este panorama cuando el brazo secular, autorizado por

4 Ferrajoli, Luigi. Derecho y razón, teoría del garantismo penal. Madrid Trotta 2006.

5 Fernández, Whanda. Ob. Cit. Págs. 24 y ss.

6 Burman, Edward. Los secretos de la inquisición, ediciones Lerner, Bogotá 1989.

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ciertas modificaciones introducidas durante el papado de Gregorio IX a la figura de la inquisitio, excede las prerrogativas entregadas, dando lugar al nacimiento de lo que hoy conocemos como la Inquisición.

Procedimiento inquisitorial.

El procedimiento inquisitorial consistió en la compilación de una serie de prácticas comunes que fueron formándose progresivamente, ya que en sus inicios, los inquisidores no contaban con un procedimiento estándar y preciso en todos los casos. Estas compilaciones comienzan su circulación a finales del siglo XII buscando aparejar la práctica inquisitorial, cosa que no ocurrió sino hasta el año de 1323 en donde se escribe el más famoso manual de inquisidores o “practica officii inquisitionis heretice pravitatis”, por Bernardo Gui, transformando este en la más difundida y legítima guía para los inquisidores europeos8.

Según este libro, la ruta procedimental consistía de varias etapas claramente diferenciadas, con plazos completamente discrecionales y otras vulneraciones de tal saya que vale la pena precisar punto a punto.

En primer lugar se debía hacer una citación al sospechoso de herejía, la cual podía adquirir dos formas: La inquisitio specialis, o inquisitio generalis. La diferencia entre los dos tipos de citaciones radica en que la specialis se hacía de manera particular, es decir, el párroco de una iglesia avisaba en el domicilio del sospechoso que era requerido por el inquisidor y que debía presentarse a su oficina, luego lo repetía a la comunidad en misa durante tres domingos; y la generalis se producía cuando una comunidad era sospechosa de cometer actos heréticos, haciéndose en la plaza de dicha comunidad, advirtiéndoles que eran sospechosos de herejía, con la mención de que si eventualmente decidiesen confesar, serían indultados.

Ahora bien, en el interrogatorio, el inquisidor propendía por una rápida confesión utilizando cualquier tipo de tormento. Al reo torturado se le avisaba de antemano cual sería el tema del interrogatorio, abriendo la posibilidad, desde luego, de confesar otras cosas, con la aclaración de que ellas no serían tomadas en cuenta.

De igual manera, vale la pena acotar que el interrogatorio estaba totalmente envuelto en una penumbra, ya que el interrogado no tenía conocimiento sobre quiénes eran los testigos en su contra ni quiénes eran sus acusadores. El derecho de contradecir los argumentos de alguno de los testigos era un caso fortuito, ya que si el interrogado lograba adivinar la identidad de alguno de ellos, podría argumentar para que se presumiera una razón por la cual se produjera la falsa acusación, en aras de conseguir algún tipo de sanción para el acusador falaz.9

7 Salazar, Emma. Documentos inéditos para la historia del tribunal del santo oficio de la inquisición de Cartagena de indias. Tomo 1. Bogotá. 1994

8 Ibídem.

9 Caro Baroja, Julio. El señor inquisidor. Alianza editorial, Madrid 1994.

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Una vez se escuchaban los testigos se leían las declaraciones de estos al preso, omitiendo las partes que pudieran dar pie para que el preso identificara a alguno de ellos.

Para elegir a los testigos se tenían en cuenta ciertos criterios. Debían ser cristianos de avanzada edad y no podían ser familiares o criados del preso, a menos que fueran a declarar cosas que solo ellos sabían y que incriminaban al sospechoso.

En cuanto a la defensa, el preso tenía el derecho a tener un abogado de oficio, que era un especialista en la defensa ante el tribunal y que ostentaba el título de abogado de los presos del santo oficio. Su acción tenía ciertas limitaciones, puesto que el abogado y el acusado nunca podían hablar sino solamente en presencia del inquisidor. El abogado debía contestar la acusación por escrito después de jurarle fidelidad al preso y comprometerse a mantener en secreto todo lo que pasara durante el proceso. El defensor debía, en primera instancia convencer al acusado de decir la verdad.

Los inquisidores llamaban a declarar al preso cuando ellos así lo consideraran y no tenían límite temporal de investigación. Al momento de entrar a prisión, el acusado de herejía debía entregar todas sus pertenencias personales. Se levantaba un acta por parte del notario a la cual cualquier persona tenía acceso, ya que era considerada como un documento público. Los bienes del acusado quedaban inmediatamente secuestrados10.

La norma general del tribunal era que “todo hombre era culpable hasta que no se demostrase lo contrario”. El primer cargo imputado en primera instancia era el de herejía, ya que el fiscal solo podía acusar por delitos de fe. Si conocía otros delitos cometidos por el preso debía declararlos para definir la personalidad moral del individuo y juzgar sobre la veracidad de lo que creía. Aunque el preso confesara desde el principio, el fiscal debía seguir con el proceso. Esto es: escuchar testigos, presentar la acusación y demás, en aras de proveer a los inquisidores todos los elementos en los cuales sustentar la sentencia y condena.

Iniciado el proceso no existían términos para audiencias. El acusado no conocía quienes eran los testigos ni la fecha de su citación. No se le permitía ser interrogado ante su defensor. Desde el momento de iniciar el proceso, el acusado podía solicitar al inquisidor las audiencias. Comúnmente éste las asignaba rápido, con la convicción de que el preso iba a declarar11.

El anterior sumario acerca de los origines del tribunal del santo oficio intenta dar una mirada más amplia hacia las practicas realizadas en el Medioevo para castigar hechos considerados como delictivos. Tomando esta efímera y superflua

10 Cincuenta años de inquisición en el tribunal de Cartagena de indias, Ana María Splendiani, José Enrique Sánchez Bohórquez, Ema Cecilia Luque de Salazar. Santafé de Bogotá, Centro editorial Javeriano CESA. 1997. 4 volúmenes, Tomo I

11 Ibídem.

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mirada como punto de partida, cualquier persona relacionada y acostumbrada a lidiar con los trajines del sistema penal y el proceso penal actual en Colombia diría que hay instituciones jurídicas y practicas judiciales, que si bien no homólogas, serían análogas a las utilizadas en el sistema inquisitivo medieval.

Sistema penal acusatorio.

Ahora bien, para entrar de lleno a analizar las diferencias y similitudes entre el sistema penal de juzgamiento inquisitivo medieval y el sistema penal acusatorio moderno, implementado por la ley 906 de 2004, es pertinente ofrecer un panorama de aquellas ideas que, desde la dogmática, fundamentan y llenan de sentido al sistema acusatorio. El presente análisis no pretende tomar una posición sesgada frente a un dogma, sino tratar de traer a colación los autores cuyos planteamientos sean más acercados a aquello que se perseguía y se busca tanto en la Constitución colombiana, como en aquello que promulga el bloque de constitucionalidad colombiano.

Las instituciones penales que forman parte de la tradición jurídica nacional tienen una fundamentación político ideológica, nacida a partir del cambio de constitución en 1991. Dicho cambio trajo consigo el denominado estado social de derecho. En esta transición se tomó el discurso liberal de la protección y promoción de los derechos fundamentales a todos los habitantes del territorio nacional. Esta noble causa, plasmó en la constitución el ideal de posicionar a Colombia dentro de los estados promotores y protectores de los derechos fundamentales inherentes al ser humano en cualquier lugar. Empero, el ideal no es tan sencillo de materializar y, por el contrario, en la vida práctica muchas veces se lesionan y vulneran estos derechos por la falta de eficacia y legitimidad para velar por su efectivo cumplimiento12.

Se dice de los derechos fundamentales que son inviolables, inalienables, imprescriptibles, irrevocables; a su vez integran valores universales. Ferrajoli ha dicho de ellos que imponen y limitan el poder estatal, “son derechos fundamentales todos aquellos derechos subjetivos que corresponden universalmente a todos los seres humanos en cuanto dotados del estatus de personas, de ciudadanos o personas con capacidad de obrar"13. Una de las tesis principales de Ferrajoli es que los derechos fundamentales desempeñan una función de límites a todas las actuaciones de los poderes públicos, pues su presencia en el ordenamiento jurídico implica unas garantías de protección y la implementación de ciertos mecanismos para oponer estos ante el Estado y los poderes particulares. La relación “estado democrático de derecho y derechos fundamentales” se da desde la justificación racional de las normas, de modo que el derecho sea visto y entendido no solo como un conjunto de normas coercitivas. Con relación a los derechos fundamentales ha dicho Ferrajoli que:

12 Zaffaroni, Eugenio Raúl. En busca de las penas perdidas. Sociedad Anónima editorial comercial, industrial y financiera, Buenos Aires, 1998.

13 Ferrajoli, Luigi. Derecho y razón, teoría del garantismo penal. Madrid Trotta 2006.

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“estos derechos existen como situaciones de derecho positivo en cuanto son establecidos en las constituciones. Pero, precisamente por eso, representan no una autolimitación siempre revocable del poder del soberano, sino, por el contrario, un sistema de límites y de vínculos supra ordenados a él. Por tanto, no se trata de "derechos del estado", "para el estado" o "en interés del estado" como escribían Gerber o Jellinek, sino de derechos hacia y, si es necesario, contra el estado, o sea, contra los poderes públicos”14.

El maestro Ferrajoli no entiende el estado de derecho como un estado sometido a leyes y regulado por ellas. En un sentido más amplio, el autor arguye que es un modo de organización política caracterizado por 3 principios: el principio de legalidad de toda actividad del estado, según el cual todo estado debe estar subordinado a leyes generales y abstractas, emanadas de órganos políticos representativos y vinculados, al respeto de ciertas garantías fundamentales de libertad y de inmunidades personales, así como de ciertos derechos de los ciudadanos procesalmente justiciables.

El principio de publicidad de los actos, tanto legislativos como administrativos y judiciales, que impone al ejercicio de todos los poderes formas y procedimientos visibles, además de estar normativamente pre constituidos por leyes. Y, por último, el principio de sujeción al control de todas las actividades estatales bajo la doble forma de control jurisdiccional: de legitimidad, ejercido por jueces independientes; y de control político, ejercido por el parlamento sobre los aparatos ejecutivos y administrativos y por los electores sobre el parlamento.

Para Luigi Ferrajoli el garantismo significa tutelar y establecer mecanismos para proteger los derechos o bienes individuales frente a intromisiones, tanto del ejecutivo, como de otros poderes. Plantea de esta manera, el sometimiento de todos los poderes al derecho. Ferrajoli propone desde el garantismo una superación de la ilegitimidad en la que han caído los modernos Estados de derecho y, apuesta por la justificación de un estado democrático de derecho, sustentado en una concepción normativa que apunta a las garantías de los derechos como vínculos y límites al legislador15.

Es pertinente realizar aquí una pequeña pausa para esbozar, tomando como punto de partida los postulados de Luigi Ferrajoli y comparándoles con el Estado social de derecho colombiano, el sistema penal acusatorio, y el procedimiento penal adoptado en nuestra legislación por la ley 906 de 2004; acerca de cuáles deberían ser los preceptos y los únicos fundamentos teórico prácticos de la practica procesal, sustentada en una dogmática garantista, de un ideal sistema acusatorio.

14 Ferrajoli, Luigi. Los fundamentos de los derechos fundamentales.Madrid Trotta 2001.

15 Ibídem.

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En este sentido, la eficacia de la administración de justica material depende de un ejercicio efectivo y real de los derechos fundamentales del ciudadano. Es decir: la necesidad de que en el proceso penal se respeten y se hagan eficaces los derechos fundamentales consagrados en la constitución política es un requerimiento mínimo de socialización y aplicación de justicia material.

Tomando como punto de partida esta concepción, es necesario precisar cuáles son aquellas garantías mínimas que se ven afectadas en el ejercicio del derecho penal. Para ésta aproximación tomamos como referente los planteamientos de la doctora Whanda Fernández en cuanto al proceso penal constitucional. En el texto “Procedimiento Penal Constitucional”, la autora hace un análisis esquemático de los derechos fundamentales consagrados en la constitución política, y, a su vez, de la manera en que ellos se hacen relevantes en un proceso penal, analizando el bloque de constitucionalidad y haciendo ver como ellos han sido vulnerados en algunas providencias. De esta forma podemos encontrar los derechos fundamentales de libre acceso a la administración de justicia, legalidad, debido proceso, libertad, dignidad humana, habeas corpus, imperio de la ley, favorabilidad, presunción de inocencia y muchos otros más16.

Ahora bien, una vez aclarado el ámbito de protección y garantía, es preciso definir grosso modo el sistema acusatorio, de manera que tengamos los insumos desde la dogmática para el problema que nos atañe.

El sistema acusatorio o adversarial tiene su génesis en el “adversarial system” gestado en Inglaterra en el siglo XI, acogido en la actualidad por un gran porcentaje de países angloparlantes, siendo de ellos los más importantes y el paradigma en cuanto a sistema adversarial se refiere, Inglaterra y Estados Unidos.17 En éste sistema se parte de la existencia de 2 adversarios que expondrán sus mejores argumentos a un tercero (bien sea este un cuerpo colegiado o un juez unipersonal) imparcial respecto del asunto, que, a su vez, emitirá una decisión en razón al argumento de mayor contundencia, que pruebe más allá de toda duda razonable la materia del caso.

Los principios que orientan este procedimiento pueden ser condensados en los siguientes:

1. La existencia de un ente acusador concentrado e independiente que, a manera de una “empresa contra el crimen” y en un estructura piramidal, investigará y acusará a aquellos que considere, recayendo en ellos y sólo ellos la carga de la prueba.

2. Relacionado con el punto anterior, la presunción de inocencia es fundamental, pues el acusado sólo será tenido como culpable cuando haya aceptado los cargos o exista un fallo condenatorio en perjuicio suyo.

16 Fernández, Whanda. Procedimiento penal constitucional. Ediciones librería del profesional, Bogotá 1999.

17 Fernández, Whanda. Sistemas Penales de Juzgamiento. Ediciones Librería del Profesional, Bogotá, 2001, pág 46 y ss.

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3. La libertad es la regla general, viéndose esta afectada únicamente cuando el acusado o imputado pueda lesionar gravemente la investigación, la sociedad o demás elementos de peligrosidad que deben ser debidamente argumentados y que sólo excepcionalmente prosperan.

4. Derecho al silencio y a no auto incriminarse.

5. La necesidad de probar más allá de toda duda razonable.

6. La igualdad de armas y lealtad procesal, que deviene en un estado absoluto de igualdad entre las dos partes opósitas, con el agregado de que, si eventualmente el ente acusador encuentra una prueba que favorece a la defensa, tiene el deber de descubrirla.

7. La acción penal es impersonal. No se habla del “caso X vs. Y”, sino de “el Estado de X vs. Y” ó “La Reina vs. Z”

8. Existe un control previo sobre la acusación. El acusador sólo puede acusar cuando esté absolutamente convencido de que las pruebas que tiene en su poder son legales y tienen una real probabilidad de condena.

9. La exanimación cruzada, contrainterrogatorio o “cross-examination” implica que sobre cualquier prueba aportada existe la posibilidad de controversia para cualquiera de las partes.

10. El tercero que juzga es absolutamente imparcial y no puede pedir la práctica de pruebas o demás menesteres que impliquen su contaminación con la materia del caso.

11. No se permite la intromisión de terceros en el juicio. La acción penal es impersonal.

Ahora bien, a manera de ilustrar de una manera más sencilla las características de un sistema y el otro me permito mostrar el siguiente grafico.

SISTEMA INQUISITIVO. SISTEMA ACUSATORIO.

Juez. Parcializado, No es neutral. Arbitro o mediador imparcial

Delito Ofensa social. Ofensa privada.

Partes procesales

Desigualdad entre partes, existe la fusión de roles procesales.

Igualdad entre las partes (acusador y acusado)

Proceso Termino indefinido para su duración, secreto y no continuo.

Plazos definidos, públicos y continuos.

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Acusado Privado de la libertad durante el juicio. Confesión prueba reina.

Libertad durante el juicio, se confrontan sus declaraciones

Pruebas Tasada o tarifada. Libertad probatoria.

Defensa. No existe, o está mermada. Requisito para el juicio.

Teniendo en cuenta estos elementos, ya es posible realizar un primer acercamiento, por lo menos en cuanto a la práctica procesal colombiana, aplicando los principios anteriormente mencionados. Para tales efectos transcribiré algunos artículos del código de procedimiento penal colombiano para sostener si efectivamente se cumples los anteriores criterios o por el contrario no.

ARTÍCULO 2o. LIBERTAD. Toda persona tiene derecho a que se respete su libertad. Nadie podrá ser molestado en su persona ni privado de su libertad sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad judicial competente, emitido con las formalidades legales y por motivos previamente definidos en la ley.El juez de control de garantías, previa solicitud de la Fiscalía General de la Nación, ordenará la restricción de la libertad del imputado cuando resulte necesaria para garantizar su comparecencia o la preservación de la prueba o la protección de la comunidad, en especial, de las víctimas…

Tomando como punto de partida una problemática que surgió con la creación de la con constitución de 1991, se tomo como parte integrante de la rama judicial a la fiscalía general de la nación. Esta integración del ente acusador a la rama judicial tiene implicaciones de un alto calibre a la hora de delimitar las partes intervinientes en el proceso penal. En este sentido, por un lado tenemos a los jueces de la republica quienes están encargados de administrar justicia en todo el territorio nacional. Por el otro, la fiscalía como parte integrante de este pilar de la administración de justicia también tiene excepcionalmente facultades jurisdiccionales creadas en la constitución, estas están contenidas en el artículo 250 de la misma. El anterior artículo autoriza a la fiscalía general de la nación “para realizar excepcionalmente capturas; igualmente, la ley fijará los límites y eventos en que proceda la captura”. En este orden de ideas, si tenemos como principio fundamental del sistema acusatorio la existencia de un ente acusador concentrado e independiente, podemos afirmar que según lo dispuesto por la constitución y por la ley 906 de 2004 que en realidad este principio no se cumple, y por el contrario rompe con el esquema de un sistema acusatorio. Ahora bien, si no tenemos un ente acusador independiente, podemos decir que en realidad podría no haber una imparcialidad material del ente que acusa y el que juzga;

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además de una fusión de los roles procesales de ente acusador y el juzgador, característica fundamental de un sistema inquisitivo.

ARTÍCULO 8o. DEFENSA. En desarrollo de la actuación, una vez adquirida la condición de imputado, este tendrá derecho, en plena igualdad respecto del órgano de persecución penal…

Este artículo limita el ejercicio del derecho de defensa a la imposición de una categoría dada por el ente acusador, en este sentido tenemos que, si bien, en un sistema acusatorio la defensa es parte fundamental del proceso en todo su tramite, la defensa en un sistema inquisitivo está mermada de una manera ostensible.

En un sistema acusatorio debe haber en todo momento igualdad de recursos y lealtad procesal entre las partes intervinientes en el litigio. Vemos que en el anterior artículo esta igualdad material no se cumple ya que la fiscalía no tiene un término específico para empezar a hacer pesquisas y averiguaciones en contra de un ciudadano. Esto tiene como consecuencia que el fiscal posee todo el tiempo necesario para recoger elementos materiales probatorios en contra de un sujeto a sus espaldas. Vemos de nuevo como se rompe el principio de lealtad procesal ya que no existe una igualdad de armas entre el acusador y el acusado.

Esto nos hace reflexionar, que si bien a partir de la llegada del garantismo, la función primordial del derecho penal es establecer una serie de principios encaminados a ejercer una función de control sobre la función punitiva de los jueces con leyes en donde se tipifiquen de manera taxativa los delitos, en aras de asegurar un proceso continuo y regular en donde hayan amplias posibilidades para la defensa. En este sentido, podemos inferir que todo ciudadano tiene posibilidades amplias y suficientes para poder defenderse asesorado por un profesional del derecho y con igualdad de condiciones con el ente acusador. El articulo 8 de la ley 906 de 2004 menoscaba estas posibilidades y le da un corte de inquisitivo al modelo impuesto por la misma ley, aunque en la sentencia de la corte constitucional c-799 de 2005 se condiciono la expresión “una vez adquirida la condición de imputado” se intentó establecer una igualdad material, pero de una forma confusa y no tan viable para hacer valer dichos ejercicios en medio de un proceso penal.

ARTÍCULO 109. EL MINISTERIO PÚBLICO. El Ministerio Público intervendrá en el proceso penal cuando sea necesario, en defensa del orden jurídico, del patrimonio público, o de los derechos y garantías fundamentales. El Procurador General de la Nación directamente o a través de sus delegados constituirá agencias especiales en los procesos de significativa y relevante importancia, de acuerdo con los criterios internos diseñados por su despacho, y sin perjuicio de que actúe en los demás procesos penales.

La inclusión de un cuarto actor en el proceso rompe completamente con la esencia de un sistema acusatorio. En un sistema acusatorio tenemos como partes integrantes ele proceso penal el ente que juzga, el que acusa y el acusado. El que

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acusa y el acusado, en teoría tienen que controvertir sus elementos de prueba a fin de demostrar la culpabilidad o inocencia del defendido, teniendo como arbitro tercero e imparcial al ente juzgador quien tomara la decisión en virtud de las pruebas y argumentos expuestos por las partes intervinientes.

La inclusión de un cuarto actor en esta terna tiene un carácter peligroso a la hora de un proceso penal. Si bien la función del ministerio publico es promover y proteger el oportuno cumplimiento de los derechos fundamentales, vemos en la praxis judicial que el ministerio publico puede tener un sesgo y tomar partido por una de las partes intervinientes. Si el ministerio publico toma partido por el ente acusador, tenemos que se rompe el principio del sistema acusatorio de igualdad entre las partes y de lealtad procesal, además del de imparcialidad. Por esto me atrevo a decir que la inclusión del ministerio público dentro de este sistema corrompe de una manera soez los principios de un sistema acusatorio y a su vez le da al mismo un cierto corte de inquisitivo por las razones anteriormente mencionadas.

ARTÍCULO 220. FUNDAMENTO PARA LA ORDEN DE REGISTRO Y ALLANAMIENTO. Sólo podrá expedirse una orden de registro y allanamiento cuando existan motivos razonablemente fundados, de acuerdo con los medios cognoscitivos previstos en este código, para concluir que la ocurrencia del delito investigado tiene como probable autor o partícipe al propietario, al simple tenedor del bien por registrar, al que transitoriamente se encontrare en él; o que en su interior se hallan los instrumentos con los que se ha cometido la infracción, o los objetos producto del ilícito.ARTÍCULO 221. RESPALDO PROBATORIO PARA LOS MOTIVOS FUNDADOS. Los motivos fundados de que trata el artículo anterior deberán ser respaldados, al menos, en informe de policía judicial, declaración jurada de testigo o informante, o en elementos materiales probatorios y evidencia física que establezcan con verosimilitud la vinculación del bien por registrar con el delito investigado.

Podemos analizar en los anteriores artículos que al conocer un fiscal de una noticia criminal este debe investigar e interrogar al testigo. El punto central de estos artículos es que el fiscal tiene la discrecionalidad de reservar los datos del informante. Al reservar los datos del informante se está incurriendo en una característica del sistema inquisitivo medieval, ya que en este, cualquier persona estaba facultada para denunciar a otra sin siquiera tener un elemento de prueba o una conducta que fuese sospechosa. En este sentido la denuncia podía darse por parte de cualquier persona hacia otra sin un motivo razonablemente fundado, se podían hacer denuncias de forma anónima ubicadas en urnas. En este sentido, puede que la reserva de los datos del denunciante sea violatoria del sistema acusatorio y legitime la pervivencia de instituciones propias del sistema inquisitivo medieval.

ARTÍCULO 293. PROCEDIMIENTO EN CASO DE ACEPTACIÓN DE LA IMPUTACIÓN. Si el imputado, por iniciativa propia o por acuerdo con la Fiscalía acepta la imputación, se entenderá que lo actuado es suficiente como acusación.

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La Fiscalía adjuntará el escrito que contiene la imputación o acuerdo que será enviado al Juez de conocimiento. Examinado por el juez de conocimiento el acuerdo para determinar que es voluntario, libre y espontáneo, procederá a aceptarlo sin que a partir de entonces sea posible la retractación de alguno de los intervinientes, y convocará a audiencia para la individualización de la pena y sentencia. PARÁGRAFO. La retractación por parte de los imputados que acepten cargos será válida en cualquier momento, siempre y cuando se demuestre por parte de estos que se vicio su consentimiento o que se violaron sus garantías fundamentales.

La audiencia de formulaciones la imputación tiene como objetivos informarle a una persona que posee la calidad de imputado, exponer la relación de los hechos ocurridos e informarle a la persona los posibles delitos por los cuales está siendo investigado. En este sentido, esta es una audiencia para decirle al sujeto los delitos por los cuales es investigados y si acepta o no los cargos. La posibilidad que tiene el imputado de hacer pre acuerdos y negociaciones con la fiscalía para ver la posibilidad de una rebaja de pena hacen que muchas veces una persona inocente se allane a los cargos por ignorancia. También pueden suceder otras ignominias debido a que en la ley 906 se extinguió el principio de gratuidad, es decir, para recaudar elementos materiales probatorios que sirvan para mostrar la eventual inocencia de una persona dependen de su capacidad económica, ya que cualquier medio de prueba tiene un costo a cargo del imputado.Por las anteriores razones, una persona puede allanarse a los cargos aun siendo inocente. Esto trae como consecuencia el fin de un juicio oral y por consiguiente el fin de un derecho de defensa pleno y efectivo. Es por esto que considero que allanarse a los cargos en una audiencia de formulación de imputación es análogo a confesar la responsabilidad en una conducta delictiva. Desde ahí cesan las investigaciones y se procede, dependiendo las circunstancias, a dictar sentencia en contra de una persona. Considero que este es un principio del sistema inquisitivo medieval y que la confesión es la reina de las pruebas y no tiene confrontación alguna. Este es un rasgo primordial para ver que en realidad unos principios del sistema inquisitivos aun están inmersos dentro del “sistema penal acusatorio colombiano”.

Estos son solamente unos cuantos artículos que contravienen con los presupuestos teóricos y dogmáticos de lo que es en esencia un sistema acusatorio. Los anteriormente citados intentan hacer un esbozo de que las brechas más amplias entre acusatorio e inquisitivo pueden coexistir de una manera casi armoniosa sin que la mayoría de la gente pueda notar estas soeces interrelaciones entre un sistema y otro, siendo tan diferentes en esencia,

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legitimando de esta manera practicas arbitrarias e inclusive ignominiosas en contra de los postulados primordiales de un estado social de derecho.__________________________________________________________________

Postura personal.Como respuesta a la pregunta de investigación, debemos dividir la pregunta. En primer lugar se pregunto por las similitudes entre el sistema instaurado por la ley 906 de 2004 y el sistema inquisitivo medieval. Como respuesta a la pregunta tenemos que evidentemente existen varias similitudes en cuanto al sustento teórico característico de cada uno de estos sistemas, el análisis de algunos artículos arrojó que en realidad los principios característicos de un sistema inquisitivo aun perviven en los artículos de la norma redactada por el legislador. El estudio se queda corto en analizar las conductas de las partes intervinientes en el proceso, es decir, de cómo se afronto y se tramita un proceso en la praxis judicial, ¿se vulneran o se respetan los principios constitucionales y legales establecidos para el control del ejercicio del ius poniendi dentro de un complejo judicial? La respuesta a esta pregunta está en dichos complejos, se tiene que entrar a hacer una veeduría acerca de las prácticas de los sujetos intervinientes en este proceso. Lamentablemente no pude realizar un trabajo de campo que diera una respuesta a esta pregunta, la labor está aun pendiente por realizar.

En segundo lugar a la pregunta ¿es el ejercicio del derecho procesal penal actual de un sesgado corte inquisitivo? Debemos acotar primero que la propuesta del presente estudio es de naturaleza teórica. La intención del mismo es dejar en evidencia algunas falencias del legislador al redactar la ley 906 de 2004, que iba en aras de buscar un sistema acusatorio, dejando dentro de esta principios y practicas característicos de un sistema inquisitivo medieval. El intento por hacer esta evidencia se produce de manera cualitativa, esto debido a que se intentó tomar aspectos dogmáticos y sustentar en ellos el análisis de la ley 906 de 2004.

Por un lado tenemos que en algunos aspectos se avanzó, en cuanto al garantismo, en comparación con el anterior sistema. Por el otro demostramos que algunas características del sistema inquisitivo medieval subyacen dentro de una forma de juzgamiento diferente. Es indudable que hay avances y retrocesos en pro de conseguir un sistema penal garantista y efectivo, pero debemos decir que el instaurado en el año 2004 posee aun varias características que podrían llegar a tacharlo como un sistema acusatorio con tendencia inquisitiva.

Pareciese que en la búsqueda de implementar nuevas formas de administrar justicia, siempre los modelos nacientes nacieran en los sempiternos de un sistema que ha atravesado varios siglos de la historia. La superación de este sofisma por el que atraviesa el sistema acusatorio debe darse en la academia, se deben preparar a los actores del proceso penal en aras de buscar una justicia material para todos los habitantes del territorio nacional.

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