el psicoanálisis en la era de la postmodernidad

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  • 7/25/2019 El Psicoanlisis en La Era de La Postmodernidad

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    El Psicoanlisis en la era de la postmodernidadFelipe Flores Morelos

    Agradecimientos. Quisiera, en primer lugar agradecer de todo corazn la tan generosa comosorprendente y para muchos, comenzando conmigo, seguramente discutible invitacin a participar eneste Congreso, que me hizo la Asociacin Psicoanaltica Me!icana, a su Comit" #rganizador de este$%& Congreso 'acional de Psicoan(lisis y de manera muy especial a su Comit" Cient)ico, el cualrealiza un notable es)uerzo por congregar y hacer convenir a las voces m(s variadas que puedanprovocar y estimular la re)le!in terica y clnica de nuestra regin, en un importante y reiterado gestode apertura y de convocatoria cada vez m(s signi)icativo.

    *+odas las relaciones estancadas y enmohecidas, con su corteo de creencias y de ideas veneradasdurante siglos, quedan rotas- las nuevas se hacen aeas antes de haber podido osi)icarse. +odo lo slidose desvanece en el aire.* /01 2Carlos Mar!3.

    *Qu4y renonce donc plut5t celui qui ne peut reoindre 6 son horizon la subectivit" de son "poque 7 Carcomment pourrait8il )aire de son 9tre l4a!e de tant de vies, celui qui ne saurait rien de la dialectique quil4engage avec ces vies dans un moment symbolique: Qu4il connaisse bien la spire o; son "poquel4entra

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    la produccin de bienes de consumo sino de *marcas* que como imaginarias realidades virtualesprovocan el enorme crecimiento de la industria de la maquila a mano de obra n)imamente remunerada-la trans)ormacin y )ragmentacin del mundo laboral- el debilitamiento, la burocratizacin y lacorrupcin de los movimientos sindicales y el establecimiento de manera habitual de contratostemporales e individuales de trabao- el crecimiento de la mecanizacin del trabao con la

    *cibernetizacin* de la tecnologa- el traslado de la industria a los pases de maquila- el enormecrecimiento del desempleo y la pr(ctica desaparicin de las sociedades rurales unto con las culturastradicionales, trayendo con ello la volatilizacin de los par(metros y signi)icantes compartidos que estasaportaban al resto de la cultura y a la comprensin que de s mismos tenan los pueblos- las sucesivasrevoluciones agrcolas, la biotecnologa y la produccin por ingeniera gen"tica de la gran mayora delalimento que hoy se consume en el mundo- la creacin, promocin y la arti)icial alimentacinarmamentista de los con)lictos supuestamente inter"tnicos, supuestamente interreligiosos, pero enrealidad movidos por intereses econmicos y geopolticos 2por m(s que se alardeen motivoshumansticos que ya nadie parece creer aut"nticos3- el cada vez mayor distanciamiento entre el PrimerMundo y el +ercer Mundo en el estilo y en el nivel de vida- el aumento de la deuda de los pases pobres2se asiste, en e)ecto, a una di)erenciacin cada vez mayor de los pases pobres y los pases ricos, a una

    conciencia cada vez m(s clara de los grandes mecanismos econmicos que gobiernan polticas,regmenes, intercambios e incluso la vida cotidiana3- la desaparicin de los Gstados8'acin y susubstitucin por el enorme poder de gobernar el mundo del gran capital )inanciero internacional- elegosmo colectivo de la riqueza y las crecientes y escandalosas disparidades en la distribucin de losbienes- el )racaso de todos los movimientos revolucionarios y estudiantiles del +ercer Mundo- el avancedel &slam sobre la Guropa #ccidental- la orientalizacin yNo a)ricanizacin de Guropa- etc/O1 .

    Gstas trans)ormaciones econmicas y sociales se comenzaban ya a gestar, por una parte, en el vientre delas dos principales y m(s pro)undas heridas que ha su)rido el Jiglo $$H las dos grandes guerras 2y m(sterriblemente la Jegunda unto con la m(s clara muestra del mal que la habitabaH la Jchoah, y que en vezde ser e!tirpado ha sido hoy eercido, di)undido y enseado en y por los mismos pases que la su)rieron

    o dicen haberla combatido3, y por otra parte, la cada de la verdadera o )alsa, para el caso no importa,esperanza depositada en lo que hoy se llama el *socialismo real*, aunada a la cada de la China maosta,a la purga de la *banda de los cuatro*, a la matanza de +ien An Men y al establecimiento simblico delMc onald4s en la otrora imperial ciudad de =eiing- ah7 sin olvidar Camboya y la poltica de tierraarrasada de los Ros Mont en Suatemala- y otros males semeantes.

    Con todo ello habra quedado desenmascarado el cacareo hoy denominado moderno o de la modernidad,que e!altaba contra todo y a pesar de todo 2especialmente contra la meta)sica que implicara necesaria einmediatamente, se pensaba, la idea de ios y de la monarqua3, la idea de progreso, la razn ilustrada,el poder de la ciencia y el lugar central del hombre, del homo logicus, del homo rationis, en la historiadominada como maestra del )uturo y de la democracia.

    Gstamos hoy delante de lo que es ledo, sentido y padecido como el )racaso de los ideales de democraciay libertad que prometiera a los cuatro vientos la hoy denominada *modernidad*. 'os encontramos hoyante lo que podramos llamar, para)raseando a e la =o>tie/T1 , el *discurso de la servidumbredesencantada*. U# seguir( siendo voluntaria:

    Los cambios en el pensamiento moderno y contemporneo.

    http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn5%23_edn5http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn6%23_edn6http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn5%23_edn5http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn6%23_edn6
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    'o solamente en el campo de las relaciones sociales, sino en el de las artes y las letras, en el delpensamiento y la )iloso)a, la educacin y la poltica, etc., se asiste hoy a lo que algunos llaman *el )in dela historia*.

    Mencionemos, r(pidamente y a vuelo de p(aro, la tecnologizacin 2digitalizacin3 de las artes visuales-

    la electronizacin de la mVsica- la aparicin del hiperte!to, la *televisionizacin* del mundo 2perdn porel barbarismo3, el )inal, pues, de la cultura de "lites y su substitucin por la cultura *de masas* y el arteindustrializado- el triun)o universal de la sociedad de consumo, y ya no el culto a la palabra, sino alsloganpublicitario.

    *#tra )uerza aVn m(s poderosa estaba minando el *gran arte* 8vuelvo a citar a DobsbaEm /1 8H lamuerte de la WModernidadX que desde )ines del siglo $&$ haba legitimado la pr(ctica de una creacinartstica no utilitaria y que serva de usti)icacin a los artistas en su a)(n de liberarse de todarestriccin*.

    %a modernidad estaba preada de la idea de progreso 2todo tiempo )uturo ser( meor, y el presente es

    siempre meor que el pasado3- rechazaba las convenciones de la burguesa liberal del Jiglo $&$ ybuscaba ser la voz de un mundo revolucionario. Poco despu"s, se pens que la modernidad seguaperteneciendo a la vanguardia, pero ya dominaban el espacio social los diseadores industriales y lapublicidad. %a modernidad conquist a los Gstados Ynidos de 'orteam"rica, aparecieron los smbolosdel *estilo internacional*, la abstraccin, etc. *Dacia )ines de los sesenta, dice DobsbaEm/Z1 , se )uedando una cada vez mayor reaccin contra esto, la cual se puso de moda bao la etiqueta deWpostmodernidadX. 'o era tanto un WmovimientoX como la negacin de cualquier criterio preestablecidode uicio y valoracin en las artes o, de hecho, de la posibilidad de realizarlos* /B1 , ya se tratase devanguardismo o del *Jegundo &mperio*. %as *vanguardias* murieron. %a *postmodernidad* atac atodos los estilos.

    Gl t"rmino *postmodernidad* se e!tendi, con diversos signi)icados/[1 ,a todo campo de la cultura,del arte y del pensamiento. Je llam postmodernos a )ilso)os, cient)icos sociales, antroplogos,historiadores, y literatos, desde luego, de lo m(s diversos. %a moda postmoderna se propag condistintos nombresH *deconstruccionismo*, *postestructuralismo*, etc.

    +odas estaspostmodernidades tenan algo en comVnH un escepticismo esencial sobre la e!istencia de unarealidad obetiva o de la posibilidad de llegar a conocerla o comprenderla por medios racionales. +odotenda a un relativismo radical que podramos denominar equivocista/1 2por contraste )rente a lo quehaba sido el cienti)icismo univocista de la modernidad de )ines del Jiglo $&$ y principios del Jiglo $$/01 , especialmente del positivismo lgico3- y que podramos llamar tambi"n 2en la particular lecturaque hace de \ittgenstein/?1 y de Ferdinand de Jaussure/1 3, bastante nominalista/O1 .

    La globalizacin

    A todo esto es necesario agregar la consideracin de ese )enmeno )undamental de nuestro tiempo quese conoce como la *globalizacin*. *%a globalizacin es poltica, tecnolgica y cultural, adem(s deeconmica 8estoy citando a Siddens/T1 8. Je ha visto in)luida, sobre todo, por cambios en los sistemasde comunicacin, que datan Vnicamente de )inales de los aos sesenta*. Gstos cambios est(n ligados al)luo y al )uncionamiento actual del capital )inanciero internacional concentrado en algunas pocas

    http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn7%23_edn7http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn8%23_edn8http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn9%23_edn9http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn10%23_edn10http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn10%23_edn10http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn11%23_edn11http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn12%23_edn12http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn13%23_edn13http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn14%23_edn14http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn15%23_edn15http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn16%23_edn16http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn7%23_edn7http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn8%23_edn8http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn9%23_edn9http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn10%23_edn10http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn11%23_edn11http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn12%23_edn12http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn12%23_edn12http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn13%23_edn13http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn14%23_edn14http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn15%23_edn15http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn16%23_edn16
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    empresas transnacionales. %a *aldea global* es el saqueo del globo por parte de unos pocos- la*globalizacin*, de la mano del neoliberalismo, es un totalitarismo/1 .

    %a globalizacin, hay que hacerlo notar, ha modi)icado lo que sucede *dentro* de nosotros, in)luye enlos aspectos m(s personales e ntimos de nuestra vida. Gstas modi)icaciones no han sido benignas.

    *'acin*, *)amilia*, *trabao*, *tradicin*, *naturaleza* signi)ican hoy algo di)erente que en el pasado.*All donde las maneras tradicionales de hacer las cosas se disuelven, cito a Siddens, cuando la gente secasa o )orma relaciones hay un sentido importante en el que no sabe lo que est( haciendo porque lasinstituciones del matrimonio y la )amilia han cambiado muchsimo*/Z1 . Jomos la primera generacinque vive en una sociedad *cosmopolita mundial* )uera de nuestro control /B1 .

    %a ciencia y la tecnologa )orman hoy parte de nuestra vida cotidiana, pero al mismo tiempo se laspercibe hoy cada vez m(s como transitorias y variablesH ningVn conocimiento, ni el llamado*cient)icamente comprobado* es hoy estable y duradero. %o que la gente piensa cada vez m(s de lasteoras cient)icas se podra decir para)raseando a =achelard/0[1 H *"sta ya no*, *"sta tampoco*- todo locual parece ponernos en una atms)era de incertidumbre, de ausencia de par(metros en los cuales

    apoyarse con seguridad, y de un constante asumir el riesgo de nuestras decisiones sin poder predecirmucho sus consecuencias.

    Gl mundo se ha tornado en algo enormemente compleo e inestable. Livimos en un tiempo de cambiosr(pidos, vertiginosos. 'o solamente las tradiciones estaran desapareciendo, en #ccidente, sino que elmismo concepto de *tradicin* tal como nos lo legara la ilustracin del Jiglo $L&&&/01 estaracambiando, quiz( para bien. Gs necesario liberarnos de los preuicios de la &lustracin para poderrede)inir varios conceptos. Curiosamente, al abandonarse muchas de las *tradiciones* de reciente cuo, yal buscarse una sociedad m(s tolerante )rente a la diversidad, nuevas )ormas de intolerancia surgen unpoco por todas partesH como si )ueran aceptables algunas *diversidades* pero otras no.

    La subjetividad contempornea.

    Gstas trans)ormaciones no solamente han problematizado las hasta hace poco m(s o menos establessigni)icaciones que compartidas y transmitidas concurran en la construccin de la subetividad, de laidentidad, del sentido de la continuidad de la propia historia individual y colectiva, de los modos mismosde arregl(rselas uno con las )isuras y )laquezas de su propio psiquismo, dando lugar a )ormas m(s omenos in"ditas de construirse la subetividad, o de )isurarse, o de ser inacabada. Pareciera que lapercepcin del yo se sustentase sobre todo en la estabilidad de las posiciones sociales de los individuosen comunidad. %a identidad personal tiene que ser creada una y otra vez y m(s activamente que antes, deotro modo tendr( que )ingirse o )racasar del todo. Gsto, segVn Siddens /001 , e!plicara el )lorecimientoactual de tantas )ormas de *terapias* en los pases occidentales.

    *e todos los cambios que ocurren en el mundo, apunta Siddens/0?1 , ninguno supera en importancia alos que tienen lugar en nuestra vida privada 8en la se!ualidad, las relaciones, el matrimonio y la )amilia8.Day en marcha una revolucin mundial sobre cmo nos concebimos a nosotros mismos y cmo)ormamos lazos y relaciones con los dem(s*. Gstas trans)ormaciones son probablemente las m(sinquietantes y di)ciles de manear por los suetos. %as modi)icaciones en los roles de g"nero, la toma deconciencia cada vez m(s general acerca de los derechos de las mueres y los nios, los cambios en lamanera de entender la educacin, los cambios de actitud hacia la homose!ualidad, la separacin de la

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    se!ualidad respecto de la reproduccin, la enorme cantidad de nacimientos que hoy tienen lugar )ueradel matrimonio, etc., han modi)icado la vida de parea y la )amilia. Doy son mucho m(s importantes lasrelaciones de compromiso emocional, la intimidad, la amistad, que los marcos urdicos e institucionales.Je busca constantemente liberar a las relaciones personales de cualquier poder arbitrario, coercin,limitacin o violencia, de cualquier tipoH legal, moral, poltico o religioso, para buscar relaciones

    basadas m(s en la libertad y en la con)ianza mutua, y en el reconocimiento de la igualdad de derechos yobligaciones- aunque, desde luego, todo esto no es todava m(s que bastante ideal.

    @unto con el *)in de la historia*, parece que asistimos al )inal de aquellas con)lictivas y entidades ligadasal pasado social, e!puestas en los ya r(pidamente enveecidos tratados y manuales de psicopatologa yde nosologa, y vemos cada vez m(s nuevas entidades y terminologas y nuevos tipos de analizandos, enlos divanes o no. +al pareciera que la sociedad y los suetos se han trans)ormado mucho m(sr(pidamente que nuestra capacidad para pensarlos, y que nuestras teoras sociolgicas, psicolgicas,psicoanalticas, etc., han llegado tarde a la trans)ormacin y ahora se apresuran, tambi"n ellas, encambiar como adapt(ndose, adecu(ndose, mimetiz(ndose a la misma )ragmentacin, aislamiento2literalmente *hacerse isla*3, multiplicacin y digitalizacin del campo social o discursivo del que

    intentan dar algVn tipo de cuenta.%a sociedad contempor(nea, algunos de cuyos rasgos hacen hablar de una sociedad *postmoderna*,resulta un ambiente sumamente inestable y e!igente para la constitucin de la subetividad.Gn)rentamos, en primer lugar, dado el car(cter universalizante del sistema social contempor(neo, elpeligro de destrucciones mucho m(s e!tensas y *globales* que en el pasadoH ya sea de car(cter b"lico,ecolgico o )inanciero. Gl mundo, de manera in)orm(tica, se ha empequeecido y somos m(sconscientes de cmo los acontecimientos pr!imos dependen de los ya no leanos. %a e!periencia delmundo se ha ampliado al mismo tiempo que se ha *mediatizado* 2a trav"s de los *medios*3 eigualmente, por el mismo motivo se ha )ragmentado, dispersado y relativizado. Gl sueto se haempequeecido, en el sentido de la conciencia de la insigni)icancia personal, el sentimiento paradico

    de que la vida, al tiempo que se ampla y se enriquece, pierde sentido y no tiene ya nada valioso queo)recer. %a globalizacin o mundializacin, que no son lo mismo, implica un entorno, Umwelt, en el quesomos cada vez m(s claramente conscientes de los riesgos de consecuencias graves que representanpeligros que nadie puede eludir por completo. &gualmente nadie puede controlarlos. Al mismo tiempoque la mundializacin de la tecnologa digitalizada ha puesto al alcance de muchos cibernautas muchosmegabytesde *in)ormacin* ha puesto en manos de algunos pocos *especialistas* dentro de cada*especialidad*, y aleado de las masas, el lugar real de control tecnolgico, que no poltico, con lo cual elsentimiento de impotencia )rente al riesgo aumenta.

    %a literatura actual sobre los e)ectos de estas modi)icaciones sociales es enorme- los autores producendiversas descripciones, pero la mayora de ellos coinciden en substanciaH todo se mueve, nadapermanece, no hay )uturo ni pasado que sirvan como re)erentes, el tiempo y el espacio se hanmodi)icado, la verg]enza y la culpa han trastocado su lugar tradicional, y cada da hemos de vivirdecidiendo cada da como hemos de vivir el da siguiente. UCmo construirse en todo ello: %a e!igenciaresulta desmesurada. Cada uno se ha vuelto, respecto de s, discontinuo- y al hacerse discontinuo pierdeese aspecto esencial de su identidad que es el sentimiento de su continuidad biogr()ica. UCmo nosentirse desamparado: %a angustia deviene en un estado m(s o menos permanente.

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    Gl cuerpo mismo, como bien muestra la obra de Foucault, no es algo dado al e!terior de los signi)icantesde la cultura- por lo tanto la relacin cotidiana que habamos tenido con el cuerpo que somos, tambi"n seha problematizado, problematizando con ello nuestro sentimiento de con)ianzaH el cuerpo se convierte enuna tarea. ^ con ello tambi"n se hace tarea la construccin del g"nero, mediada por nuestra relacin conel cuerpo o, por decir meor, con el *cuerpo en el mundo*, o con el *cuerpo en la cultura*.

    Gn otras palabras, la relacin del yo 2en el sentido sociolgico3 con su *proyecto* 2o, como dira DenriGy/01 , del yo como actory del yo como autorde su personae3 se ha problematizado, al igual que larelacin del yo con su pasado y su )uturo- se ha problematizado la relacin con la continuidad de suhistoria y, por ello, la coherencia de s. %a relacin del yo con el cuerpo, entendido como parte de unsistema de accin o de operacin social m(s que como obeto, se ha alterado tambi"n unto con surelacin con el espacio y el tiempo. Gl cuerpo se socializa cada vez m(s.

    Algunos autores/0O1 , las m(s de las veces los inclinados por las e!plicaciones sociolgicas, suelenre)erir a esta problematizacin social del cuerpo la multiplicacin de las patologas de la alimentacintales como la anore!ia. Gn la anore!iaH *el cuerpo se convierte en parte de un sistema de )also yo,

    disociado de las aspiraciones internas del individuo, aunque rigurosamente gobernado por ellas.* *%aanore!ia es un a)(n por alcanzar seguridad en un mundo de opciones mVltiples pero ambiguas* /0T1 .

    Por otra parte, el reconocimiento del trastrocamiento de la verg]enza y la culpa de que hablan estosautores e!presa un pasae de las problem(ticas superyoicas a las narcisistas. Por lo tanto estos autoresparecen reconocer implcitamente que el problema principal hoy no es el del yo en el sentido de lasidenti)icaciones secundarias, que sera m(s del inter"s sociolgico, sino en el sentido de lasperturbaciones de la constitucin narcisista en el sentido de la represin primaria o de la constitucin delaparato psquico. Gsto situara a algunas, por lo menos, de las anore!ias, ya no en el campo neurtico delas problem(ticas del Selbst, sino m(s cerca de las psicosis.

    %a modernidad habra tambi"n secuestrado al sueto de e!periencias )undamentales de la vida talescomo la locura, mediante la institucin manicomial- la criminalidad, mediante el r"gimen carcelario- laen)ermedad y la muerte, mediante la hospitalizacin- la se!ualidad, mediante la privatizacin de lapasin y su relegamiento a la intimidad conyugal y, )inalmente, de la naturaleza, que habra estadoconstituida, segVn algunos, independientemente de la actividad humana/01 .

    %as trans)ormaciones sociales que se producen a causa de y a lo largo de la modernidad, algunas de lascuales hemos mencionado r(pida y super)icialmente, nos llevaran a una de sus principalesconsecuenciasH la constitucin de un yo *postmoderno*.

    Gste yo sera )r(gil, quebradizo, )racturado, )ragmentado. Gl sueto se conte!tualiza y dispersa al igual

    que el mundo social. Gl yo dea de e!istir e)ectivamenteH Gl Vnico sueto es un sueto descentrado queencuentra su identidad en los )ragmentos del lenguae o el discurso/0Z1 . Gstaramos en presencia de unasubetividad sin sueto, no en el sentido de la desaparicin del sueto ntico,sub-jectum, hypostasis, alque me re)erir" m(s abao, sino en el sentido de la ausencia de centro.

    Gl yo *postmoderno*, que equivaldra a decir el yo del neoliberalismo, pues en mi opinin lapostmodernidad es un )enmeno del capitalismo tardo y radical de nuestros das, sera un yo narcisista.JegVn varios autores/0B1 este yo narcisista sera un yo individualista y centrado sobre s 8en el mismo

    http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn24%23_edn24http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn25%23_edn25http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn26%23_edn26http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn27%23_edn27http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn28%23_edn28http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn29%23_edn29http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn24%23_edn24http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn25%23_edn25http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn26%23_edn26http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn27%23_edn27http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn28%23_edn28http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn29%23_edn29
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    sentido en que se dice que la sociedad postmoderna es individualista8, casi diramos, egosta- sinembargo, lo m(s probable es que se trata en realidad de un aumento en el nVmero de suetos que tienendi)icultad para su estructuracin psquica, en el sentido de la di)icultad para la construccin del aparatopsquico neurtico./?[1 .

    %a proclividad de lapostmodernidad, o modernidad tarda como suelen decir los ingleses, a la crisistiene consecuencias inquietantes de dos tiposH alienta un clima general de inseguridad que llena deansiedad al individuo, sin que importe qu" zonas retiradas de su psiquismo pueda llegar a sacudir, ye!pone a todos a diversas situaciones de crisis m(s o menos graves que a)ectan al sueto pro)undamente,al privarlo de sus re)erentes m(s o menos constantes/?1 %a p"rdida de puntos de re)erencia slidos creauna intranquilidad que es di)cil de superar, de aqu que muchos consideren a esta tensin, o stress, comola principal problem(tica de salud de nuestro tiempo. #tros dir(n que el principal y m(s generalproblema es la depresin/?01 .#tros, como Glliot/??1 , en cambio, ver(n en lapostmodernidad aspectospredominantemente positivos y liberadores, promotores inclusive de la salud psquica, si cabe elt"rmino, de los suetos.

    Segunda Parte

    Sociedad contempornea e historia reciente de la iloso!a

    'o todo lo que se atribuye a la antig]edad es tan antiguo como se dice. e hecho la mirada que tenemosde ella est( mediada y nos es transmitida, en buena medida, por las concepciones que surgen despu"s delRenacimiento como raz y antecedente de la modernidad, en particular el surgimiento del nominalismo,la derivacin matem(tico8 geom"trica del platonismo y la derivacin e!perimental empirista que sederiva de este nominalismo. espu"s vendr( el giro copernicano de la respuesta de escartes a

    Montaigne, el empirismo de los ingleses por un lado, el intelectualismo y el racionalismo de %eibnitz,\ol)) y otros )ilso)os del continente por el otro y, mucho m(s importantes, Kant y 'eEton. Je puededecir que Kant es el sinnimo de la modernidad. Gsto va de la mano con cambios sociales y polticosque est(n atados a eso que se llam la *acumulacin originaria del capital*, la &lustracin, la RevolucinFrancesa, y el surgimiento de las sociedades burguesas.

    esde escartes hasta hoy, el problema de la e!periencia sensible 2de los sentidos3 o del pensamiento2razn, lgica, pensamiento, intuicin, etc.3 en la construccin del conocimiento ocupar( el lugar centralen las preocupaciones de los pensadores. Gl problema epistemolgico se torna en *el* problema centralde la )iloso)a, a este problema se intentar(n diversas respuestas, ninguna de ellas del todo satis)actoriahasta hoy, pasando por la intuicin, el sentimiento, etc., y llegando hasta el abandono de todo intento de

    solucin del problema inaugurado, de esta manera, por la obra de escartesH la solucin ser( dear debuscar la solucin. Aparecer(n entonces soluciones rom(nticas, irracionalistas o agnsticas diversas. Glsueto epist"mico ocupa el centro del )iloso)ar y con ello se abandona la realidad, que hasta antes deescartes constitua, por lo general, y hechas las consideraciones anteriores sobre el nominalismo de#cham, etc., el punto de partida del conocimiento. Gsta realidad, cuya e!istencia era considerada comoalgo no necesitado de demostracin, pasar( despu"s a )ormar parte de toda esa nebulosa que seencuentra m(s all( de la sensacin o del concepto, para convertirse en despreciable *meta)sica*, as, concomillas, en el noVmeno m(s all( del )enmeno, en algo )inalmente incognoscible cuando no,

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    )inalmente, arti)icio de los uegos del lenguae o blablabl( carente de signi)icado y de posibilidad de serde)inido *operacionalmente*. Ji, pues, ni la razn ni la e!periencia nos permiten conocer la realidad,quiz( lo permitan el sentimiento 2romanticismo3 o algunos otros tipos de *e!periencia* como la angustia,la voluntad, el sentimiento dionisiaco, etc. #, si no, podremos declarar que el problema nunca e!isti, oque nunca se plante de otra manera, o que asistimos al )racaso, no del proyecto inaugurado por

    escartes, sino de toda la tradicin del pensamiento occidental comenzando desde los griegos.

    Gs decir, miramos con los oos de la modernidad y reaccionamos )rente al pensamiento pre8modernodesde un lugar que consiste en la radicalizacin de los contenidos de dicha modernidad, desde el lugarde sus 8UVltimas:8 consecuencias. %o que hoy denominamos pensamiento *postmoderno* encuentra susm(s )uertes races en la )iloso)a que surge despu"s de Montaigne.

    Je puede a)irmar que la )iloso)a que surge a partir de escartes ser( casi toda ella epistemologaH elproblema de la verdad y del conocimiento la ocupa toda entera. Jolo que mientras escartes pretendaconstruir los )undamentos de una verdad como representacin adecuada, e!acta, geom"trica, de lascosas, la crtica contempor(nea rechazar( esta concepcin especular del conocimiento que hara del

    sueto cognoscente 2concepto tambi"n puesto en tela de uicio3 un mero espectador pasivo con unacompetencia ling]stica puramente denotativa. %as met()oras oculares o relativas a la luz que se mira,tan caras a los griegos, ser(n puestas seriamente en duda.

    Por otra parte, y cada vez m(s desde Mar!, la teora del conocimiento ser( una teora social delconocimiento. Jueto, obeto y categoras de pensamiento se hallan en la realidad histrico social. +odae!periencia humana es una e!periencia mediada, por los otros, por el lenguae, por la memoria, por lossigni)icantes compartidos de la cultura. Day una institucionalizacin de la e!periencia colectiva. Gn estesentido todo conocimiento est( mediado socialmente. Gl conocimiento e!presa las condiciones socialesdel proceso de conocimiento. Jurge una determinacin social y educativa de la percepcin misma. Gntreel discurso cient)ico o )ilos)ico y las condiciones de produccin de dicho discurso e!iste una relacin,

    dira Gliseo Lern, que determina lo que se denomina *ideologa*. As, puesto que todo discurso est(determinado por las condiciones de clase en que se produce, en todo discurso se contiene una ideologa.^ si, por otra parte, de)inimos ideologa como *)alsa conciencia* habremos puesto en serias dudas elcontenido de verdad de todo discurso, suponiendo que por *verdad* se entienda la ausencia dedeterminaciones o de condicionamientos culturales y sociales. 'o hay pues un *obeto* de conocimientopuesto ah en)rente, ni un sueto individual del conocimiento. 'o hay una )orma *a priori* delentendimiento ni un sueto que trascienda lo histrico y lo social al conocer. %a teora del conocimientoes una teora de la sociedad y la epistemologa es un quehacer poltico.

    #tro elemento )undamental de la )iloso)a contempor(nea que ir( a )ormar parte de aquello en que elpensamiento postmoderno halla su sustentacin es el de la re)le!in crtica sobre la naturaleza dellenguae. &naugurada por Ferdinand de Jaussure en un aspecto, y por =ertrand Russell, Frege y otros, esen %udEig \ittgenstein en quien encontrar( sus consecuencias m(s in)luyentes y radicales.&ndependientemente de que se suele hablar de *dos* \ittgenstein y de que con )recuencia se lee alsegundo desde el primero en una lectura m(s nominalista, y otras al primero desde el segundo, en unalectura menos nominalista/?1 , o para nada nominalista segVn otros, podemos decirgrosso modoquepara \ittgenstein el sueto individual no es la )uente de los signi)icados. Que todo lenguae es pVblico,que no hay signi)icado si no se sitVan las palabras dentro de un sistema de relaciones entre los signosling]sticos, como dira Ferdinand de Jaussure, pero que, adem(s, como avanzar( \ittgenstein, la

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    unidad de re)erencia signi)icativa no es la palabra ni la )rase o enunciado, sino los varios conte!tos deuso/?O1 .%os portadores de los signi)icados no son los individuos sino la comunidad social de losusuarios del lenguae. *Gl lenguae y su signi)icado, cito a Mardones/?T1 , abarcan un sistemainterrelacional de signos ling]sticos y no ling]sticos, instituciones, pr(cticas y usos )uera de los cualesno tiene sentido el lenguae empleado. Quiere decir esto que los Wuegos del lenguaeX no son uegos en

    el sentido gen"rico del t"rmino, sino W)ormas de vidaX. Gl signi)icado aparece abierto a dilucidarse en elconte!to de las palabras y de su mutua receptividad.*. Gl acuerdo, pues, entre los suetos de unacolectividad decide sobre lo verdadero y lo )also, sobre lo racional y lo irracional. Gstamos pues situadosal interior de una comunidad comunicativa 2como diran Apel o Dabermas3. %a razn est( ahora habitadapor este *otro* de la razn que es el lenguae, cuyo sentido depende de las )ormas de vida de lacolectividad/?1 .

    Gn este punto cabe sealar que a partir de lo que llevamos dicho se pueden in)erir por lo menos cuatrotipos de verdad o cuatro conceptos de verdadH a los cl(sicos tresH verdad sem(ntica 2que corresponde a lahoy tan criticada verdad *especular* de la mal comprendida ade"uatio rei et intellectus3, la verdadpragm(tica 2ya sea )uncionalista o Vtil en el sentido del pragmatismo o del )uncionalismo de Peirce,

    eEey o @ames, ya en el sentido de la pra!is de los mar!istas, ya )inalmente en el sentido de la teoraconcretizada en el instrumento de =achelard3 y la verdad sint(ctica 2o coherencial, o de la lgica y elsistema3, habra que aadir la verdad consensual o social 2ya sea en el sentido mar!ista o en el de losusos comunitarios del lenguae de \ittgenstein, o en el de la accin comunicativa de Dabermas3/?Z1 .

    #tro tema de enormes consecuencias que no abordaremos aqu, ni siquiera por su in)luencia en elpensamiento postmoderno y en el pensamiento psicoanaltico, es el de los conceptos de *saber* y*verdad* en Deidegger. Jolo quisiera a)irmar que en mi opinin Deidegger tiene una importancia muchomayor que el uso abusivo quede "l hacen varios autores postmodernos.

    *%a duda, un rasgo que impregna la razn crtica moderna, penetra en la vida de cada da y en la

    conciencia )ilos)ica y constituye un aspecto e!istencial del mundo social contempor(neo*/?B1 .%a re)le!ividad de la sociedad contempor(nea contradice las e!pectativas del pensamiento ilustrado delque proviene. 'o hay ya )undamentos seguros para conocer ni lo natural ni lo social. %as certezasdogm(ticas de la modernidad que se opusieron a las certezas dogm(ticas de la tradicin nos hanabandonado de(ndonos en la incertidumbre. %a relacin entre la sociedad contempor(nea y la duda nosolo a)ecta, sin embargo, a los cient)icos o a los )ilso)os, sino que es tambi"n *e!istencialmenteturbadora para el individuo comVn*/[1

    #l debate postmoderno.

    'os hallaramos en una cultura *post8)ilos)ica* marcada por la incertidumbre, la indeterminacin y lainseguridad. Gsto implicara p"rdida de las tradiciones, p"rdida del sentido, carencia de identidadpersonal, p"rdida de relaciones signi)icativas con la naturaleza, desaparicin de la historia, etc. %atensin entre la pretendida racionalidad econmica poltico administrativa y la cultura ha erosionado lasbases morales y signi)icantes de lo social. Gl desencantamiento del mundo ha trado el vacomotivacional.

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    'os en)rentamos a diversas paradoasH el problema de la integracin social versusla separacin yautonomizacin de las distintas dimensiones de la razn- la cuestin de la legitimacin normativa de lasociedad versusla crtica del poder poltico y de la racionalidad institucional pr(ctico8moral- elproblema de las relaciones entre las diversas racionalidades. Gn resumen el problema parece ser elmismo que ya en)rentaban los griegosH la relacin entre lo uno y lo mVltipleH entre la globalizacin y la

    etni)icacin de la cultura, entre la internacionalizacin y la )ragmentacin, entre la tolerancia de lasdi)erencias y la uni)ormizacin colonizante de la cultura. Gntre lo pretendidamente unvoco y lodesesperadamente equvoco.

    %o espec)ico de la era moderna sera su autonoma )rente a lo bueno, lo Vtil y lo verdadero comoresultado de una di)erenciacin y especi)icacin radical de las es)eras de valor.

    Para los postmodernos hay que aceptar sin ambages el pluralismo inconmensurable de los uegos dellenguae o de las es)eras de valor. 'o hay posibilidad de establecer unidades por encima de la pluralidadde las )ormas de vida. 'os asentamos sobre el heteromor)ismo general. eberemos renunciar a tododiscurso legitimador. Jeremos incr"dulos )rente a los metarrelatos.

    Como consecuencia, abandonaremos la epistemologa de la re8presentacin o la concepcin de la verdadcomo representacin especular. %o m(s que podemos aceptar son los criterios locales y conte!tualestransitorios de validez. 'o hay institucin permanente, todo contrato es temporal. Gl gran enemigoH larazn totalitaria y )undamentadora. %a propuesta postmoderna es libertariaH no a las aagazas del poder,del control y de la regulacin del sistema7 Jospechemos de todo. 'o hay, dir( %yotard/1 ,metaprescripciones universalmente v(lidas all donde los uegos del lenguae son heteromor)os yproceden de reglas pragm(ticas heterog"neas- *la pragm(tica cient)ica muestra que el consenso no esm(s que un estado de las discusiones y no su )in.*. Jlo queda la *multiplicidad de meta8argumentaciones )initas, o argumentaciones que se re)ieren a metaprescriptivos y limitadas en elespacio8tiempo*/01 .

    JegVn Rorty basta con *tolerancia, irona y buena voluntad para permitir )lorecer a las es)eras de lacultura, sin preocuparse demasiado de su )undamento comVn, de su uni)icacin, de los idealesintrnsecos que sugieren o la imagen del hombre que presuponen* /?1 .

    *%a nocin misma de verdad se disuelve*, dice Lattimo/1 . 'o hay ya ningVn )undamento para creeren el )undamento ni para creer que el pensamiento deba )undar. Day que superar la modernidadsitu(ndose m(s all( del punto de vista de la )undacin y su pretensin de valer como cimiento delpensamiento verdadero. ^a no hay verdad ni $rundque pueda desmentir o )alsear nada. 'o hay talposibilidad de representacin e!acta y obetiva de la realidad. Gl instrumento del conocimiento se nos harevelado condicionado, opaco, determinado libidinal y ling]sticamente. Qued"monos en los consensoslocales, en la pluralidad de las meta8argumentaciones y en el pragmatismo de la re)le!in pegada a larealidad cercana y diaria.

    Gsta es la *razn* postmoderna. U# estaremos m(s bien en la liquidacin de la razn, como criticar(Dabermas: 'o entrar" aqu en el debate de Dabermas con lapostmodernidad/O1 debido a suimportancia que no nos permitira abordarlo en el reducido espacio, ya de cualquier manera e!cedido, deque dispongo. Jolo diremos que el debate se centra )undamentalmente en la posibilidad de )undarcriterios de validez para nuestros discursos pr(ctico8polticos, para mantener una mnima postura "tica,

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    para poder siquiera comunicarnos y entendernos. *Gl debate modernoNpostmoderno sobre la racionalidadha mostrado que la va de salida postmoderna no es la Vnica. Je puede aceptar la sospecha )rente a larazn dominadora, concluye Mardones/T1 , y no renunciar al impulso universalista terico pr(ctico dela &lustracin /.1 Je puede recuperar el poder uni)icador de la razn sin temor a uni)ormismos. Je puedemantener el impulso democr(tico ilustrado hacia una sociedad m(s racional y humana sin abandonar el

    poder integrador de la razn.*

    #l proyecto de lapostmodernidad.

    %a crtica postmoderna a la ilustracin busca, en su crtica a la modernidad, ser una nueva racionalidad yuna nueva sociedad. Gl proyecto de cambio social se encuentra en ella implcito, aunque no siemprereconocido, unto con una cierta visin del hombre.

    Gl pensamiento postmoderno se opone al )uncionalismo dominante en la modernidad. Quiere no servirpara otra cosa sino tener valor en s mismo. Rechaza radicalmente la instrumentalizacin de la razn yde la misma vida. Pretende ser a)irmacin de lo vivido en cada momento *sin )uncin de preparar otra

    cosa*/1 o de ser otra cosa que )ruicin, vivencia de lo que hay sin escapar del aqu para buscar el*ser*. Je busca que sea un pensamiento superador de la meta)sica, una actitud abierta a la multiplicidadde los uegos del lenguae, un vagabundeo incierto en el que no hay principios ni criterios )ios,determinados, )undados de una vez por todas. Por lo tanto se opone a la meta)sica que se esconde entodo proyecto de integracin o a)irmacin de lo instituido- rompe los m"todos consagrados y o)rece ladiscontinuidad, la bVsqueda del disenso y la inestabilidad como lo verdaderamente creativo y humano.Gs un pensamiento abierto. Je busca un paradigma donde el esquema sueto8obeto quede rebasado. Glsueto, para ello, debe abandonar toda pretensin obetivante y perderse en la vivencia del momento. Gn)in, se trata de una labor de resistencia a esta sociedad y cultura moderna que con su aparato t"cnico ycient)ico amenaza con destruir la humanidad.

    JegVn =audrillard/Z1 nos hemos salido de la historia. 'o tenemos ya donde ubicar lo real. Demosperdido la percepcin de lo real. Demos perdido, con el horizonte histrico, el sentido de la historia. %apostmodernidad implicara entrar en un tiempo en que los acontecimientos no tienen )inalidad propia.Jomos ya incapaces de recuperar sentido ni conciencia ni posibilidad de la historia, es decir, somosincapaces de recuperar los acontecimientos en un horizonte de sentido. Gl resultado es el secuestro delacontecimiento, la imposibilidad de la re)le!in sobre las cosas, impidiendo la recuperacin de lasecuencia de signi)icados/B1 . Gste )inal de la historia es una promesa de des8alienacin. 'o hay m(snorma histrica totalizante.

    %a problem(tica del )in del sentido y de la historia se continVa en el )in de la "tica. Ji no hay sentido enla historia hemos perdido toda orientacin normativa. Gl Vnico camino es poner en uego el relativismode las es)eras de valor y de los uegos de lenguae. Gs necesario aceptar la razn pluralista sin lamentos.^ aqu la insistencia en la tolerancia de la di)erencia, es decir, de esta pluralidad de conte!tos locales ymicro8relatos. =asta aceptar pragm(ticamente las reglas que los grupos humanos generan sin buscar)undamentos universales de valores ni teoras de la racionalidad ni legitimaciones antropolgicas. /O[1 .

    Finalmente el pensamiento postmoderno llevara a sus Vltimas consecuencias el proceso de*adelgazamiento* del moderno concepto de sueto. 'o solamente desaparece el sueto burgu"s nisolamente aparece el *nihilismo del individuo*, ni solamente la lgica del sistema penetra en el mundo

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    de la vida 2Lebenswelt3 de la comunicacin, de las relaciones personales y de la libertad, sino que, si%uhman est( en lo correcto, el sueto se pierde en el sistema. Gl sueto ya no es sueto de decisiones ydeseos, el sistema lo hace por "l. Uesembocar( el sueto postmoderno en la negacin del actor social dela moderna teora de sistemas: Gl sueto ha perdido su singularidadH Vnicamente porque no hay ningVnmundo real, ninguna estructura esencial del ser, es por lo que somos realmente todos iguales. Gstamos

    ante una subetividad sin sueto.

    Gl triun)o del pensamiento sobre la meta)sica se ha cumplido del todo. Demos pasado de la suposicinde univocidad a la a)irmacin de la equivocidad.

    Gl pensamiento postmoderno parece e!tenderse de maneras diversas en varias regiones del mundo- sinembargo, aquel al cual generalmente nos re)erimos nosotros tiene una )actura )undamentalmenteeuropea 2Lattimo, etc.3 y especialmente )rancesa 2%yotard, errida3. Gs ustamente en Francia donde elpsicoan(lisis y la )iloso)a entablan el di(logo m(s intenso y enriquecedor, pero tambi"n el m(s riesgoso.%a )iloso)a y el psicoan(lisis se in)luyen e inspiran en Francia mutuamente de manera entusiasta ydeclarada. Gn otros pases e!iste este di(logo de manera menos e!plcita, m(s en relacin con supuestos

    epistemolgicos y metodolgicos por parte de los psicoanalistas, m(s en t"rminos crticos de parte de los)ilso)os.

    G!iste, por lo menos hasta hace poco, una di)erencia importante entre la )iloso)a continental europea yla que podramos denominar islea o meor anglosaona, aunque la in)luencia de algunos )ilso)oseuropeos, como \ittgenstein y un poco menos Deidegger, en ambos lados, ha contribuido poco a poco aque esta di)erenciacin meng]e.

    Por otra parte, y por lo tanto, dar cuenta hoy del psicoan(lisis en Francia o de la )iloso)a contempor(nea)rancesa, en particular del pensamiento postmoderno implicara pasar necesariamente por toda la historiadel pensamiento psicoanaltico reciente, especialmente lacaniano, por un lado, y por el otro por la

    historia de la )iloso)a en Francia por lo menos a partir de la llegada de Degel, va Ko>ve y su enormein)luencia en todos los que vienen despu"s, por acuerdo o desacuerdo, de Dusserl y la )enomenologa, deDeidegger, y tambi"n de 'ietzsche. Dabra que hablar de la cada del pensamiento mar!ista en Francia yde la enorme desilusin y desconcierto que provoca en muchos, entre ellos en los participantes de losmovimientos Socialisme ou %arbarie, &el 'uel, etc. Dabra que hablar de la crtica de la historia deFoucault, del debate estructuralista, de la lectura nominalista que se hace de e Jaussure y de\ittgenstein, y de la Filoso)a de la i)erencia 2errida, eleuze3 hasta llegar a esa enorme rendicindesesperanzada, a esa desilusin, a ese hacer de la *necesidad* 2el )racaso del pensamientorevolucionario unto con la llegada a su callen sin salida de la razn ilustrada y de la modernidad3 unavirtud 2el proyecto de radicalizar las propuestas del enemigo 8el capitalismo83 hasta el absurdoH*%legados a este punto, cito a escombes/O1 8 quisi"ramos poder interrumpir un momento a %yotard ydecirleH acaso lo que estaba mal )undado era esa verdad del militanteH un deseo le ha hecho tomar losenunciados mar!istas por verdaderos/O01 ,pero quiz( sencillamente no eran verdad. Laya7 'o nos oye,su carrera ya le ha llevado m(s leos, prosigue con tesn y )ranquea de un salto toda la distancia quesepara su desilusin de una pol"mica contra la verdad en cuanto tal. e la observacin que dice que estaverdad no era sino la e!presin de un deseo, pasa a la interpretacin que dice que el deseo que see!presaba en esta pretendida *verdad* era el deseo de verdad. Queremos ver... Pero resulta lo siguienteHsi hubiera una verdad, "sta sera hegeliana o, si se pre)iere, mar!ista. Ji el mar!ismo no es verdad, no esporque sea )also, sino porque nada es verdad*. Dasta aqu escombes.

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    Gn este di(logo evidentemente el psicoan(lisis recoge aportaciones de la )iloso)a, se apoya 8o pierde suapoyo8 en los pliegues del pensamiento crtico y epistemolgico, o aporta a su vez modos deproblematizar que la )iloso)a u otras disciplinas pueden retomar a su vez- pero hay que tener cuidadocon no con)undir los campos, una cosa es psicoan(lisis y otra )iloso)a /O?1 , y algo connota un t"rmino oconcepto en un campo y algo diverso en otro.

    e la cada de algunas creencias pasamos al desmoronamiento de toda creencia. e la incredulidad alalegre saber que no sabemos nada. e la revolucin a la cnica aceptacin del statu "uo. el 8se dice8nihilismo pasivo al nihilismo activo. e la restauracin rom(ntica al deseo de nada, a la nada del deseoHno hay origen ni hay )inal de la historia, no hay antes ni despu"s, no hay realidad ni m(scara, no hayversin aut"ntica de un te!to, solamente interminables traducciones, nada que ponga algVn lmite a lainterpretacin/O1 .%iquidaremos el principio de identidad 2KlosoEsi3, total la lgica 8con todo y sulogos, y tambi"n el onto8logos8 hace rato que se ha ido a paseo7 y ha deado en su lugar un vagabundeoequivocista y meta)rico 2donde el )undamento de la met()ora es puramente e!terno3 en el que todo sedesliza. Je acumula un t"rmino tras otro por pura homo)ona, o por el gusto de la produccin depolisemia, y se pretende concluir como si todava e!istiera el *termino medio* de la ilacin deductiva.

    'o hay lgica, no hay saber, no hay )undamento, no hay "ticaH y tampoco hay sueto.(lgunas notas cr!ticas.

    Gn e)ecto, si no hay *sub8stancia* y no hay una *naturaleza* humana, entonces no hay una *especie*humana 2a menos que queramos seguir apoyando todo en este concepto tal como hoy se entiendeHbiolgicamente3, no hay gnerohumano 8pues no se sabe qu" sera el tal *g"nero*, pues no hay)undamento de nada, ni del )undamento8 y entonces entre cada individuo no hay )ondo, )undacin o)undamento comVn, y si los discursos son micro y localmente conte!tuados, entonces el discurso no esalgo en comVn, ni la particular estructura de la asociacin de sus ideas o de su *subetividad*, ni haysigni)icantes compartidos- y entonces cada individuo es, en esa misma medida, inconmensurable a otro

    individuo- no hay un sueto comVn del deseo- ni un sueto comVn de la enunciacin- ni un sueto comVnde la subetividad- como si di"ramosHcada individuo es su propia "especie"[55] . ^ si cada individuoes su propia especie y es inconmensurable con el otro individuo, entonces no hay )undamento algunopara la solidaridad, o para el respeto de eso que ya no podemos llamar *semeante*, ni hay una "ticaposible, ni una comunicacin posible... ni una teora de la subetividad o del psiquismo que puedageneralizarse a todos los individuos, puesto que son cada uno sui generise inconmensurables entre s.'o hay humanitas. icho de otra manera, si la humanidad es el individuo, o si la humanidad delindividuo, aquello que lo hace hombre, no es ms quesu cultura, el conunto de los discursosentrelazados en "l, el conunto de las relaciones sociales que lo constituyen, la trama de relacionessociales que se establecen entre sus conductas/OT1 , etc., entonces a di)erentes subetividades, culturas,discursos y entrelazamientos, di)erentes *hombres* inconmensurables entre s- como las mnadas en lainterpretacin perspectivista de %eibnitz, cada una cerrada sobre s misma. Por lo tanto los individuos2)*+,+3 no comparten entre s ninguna humani*ascomVn, cada uno pertenece a una *especie* di)erentey entonces no tiene por qu" respetarse ninguna "tica comVn, o comunicativa o de ningVn tipo. &nsistoHpues si siendo cada subetividad tan *otra* de la ma seguimos teniendo la humanidad en comVn,entonces la *humanidad* es algo comVn en que se soporta lo di)erente /O1 .

    Gs necesario, pues, postular unto a la di)erencia la semeanza- unto a la inconmensurabilidad loconmensurable- unto a lo propio lo comVn. 'o somos todos iguales sino semeantes- ni id"nticos sino

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    particulares- pero tampoco hay entre nosotros una tal otredad o equivocidad que no podamos nihablarnos o llamarnos personasH es necesario, pues, a)irmar entre lo unvoco y lo equvocoH lo an(logo.Pero es necesario que este an(logo no est" )undado en la e!terioridad o en lo e!trnseco, porqueentonces la analoga sera solamente aparente o puramente retrica, sino que es necesario que est")undado en algo intrnseco o interno a ambos t"rminos- pero que esta semeanza no borre la di)erencia.

    Day que postular pues un soporte, un sustentode la subetividad y de la individualidad, un )undamento,una humanidad que no es un puro t"rmino vaco, sino una humanidad que posee enticidad u onticidad /OZ1 . Ji no a)irmamos m(s que la singularidad, entonces le negamos a ella misma su e!istencia. Ji noa)irmamos m(s que la singularidad, entonces no hay saber posible sobre el sueto, porque como diraAristteles, de lo singular no hay ciencia.

    'o se trata pues, solamente, de di)erenciar eljedel moi, ni de desaparecer al sueto, ni de multiplicarlo.Gntre lo universal y lo particular hay que conservar los dos. 'o se pueden multiplicar las subetividadessin conservar al sueto. Pero la persona no es igual al sueto. %as caractersticas o rasgos propios delindividuo no son el soporte, el supuesto,suppositum. %o id"ntico a s, el sueto, el mismo, + +/, noanula la singularidad y la variedad, la persona 2elprosopon3. 'o se trata de optar por el 0trey anular el

    pour moi 2oel pour soi3, ni de desaparecer al 0trepara salvar alpour moi. Jin 0treno haypour moi, ysinpour moino hay acceso al 0tre. Jon necesarios los dos. e igual y paralela manera no se trata deelegir el moio elje, ni de quedarse con el egoy abandonar al objectum, al $egenstand. Day quedi)erenciar entre ego, sueto, persona, individuo, subetividad, e!istente, obeto, etc., y quedarse contodos y cada uno de ellos.

    'o se trata pues de la superacin del sueto propia del nietzchesmo )ranc"s 2como el de eleuze3 quesuprime al obeto. 'o se trata de optar por la identidad o la di)erenciaH hay que conservar las dos. 'o setrata de apoyarse en una teora del *sueto* en la que el sueto es desaparecido, multiplicado ocon)undido ya sea con el yo, ya sea con *lo otro*. +ampoco se trata de quedarse con el obeto como si elsueto no )uera, o lo inversoH hay que conservar los dos. Pero no se pueden conservar los dos, es decir,

    ambos, si se anula la di)erencia 2como en el univocismo3 o si no hay alguna cosa en comVn 2comopretendera el equivocismo3.

    Realismo, s, pues, pero moderado, analgico. Jubetivismo, s, pues, pero moderado, que no anule deltodo la semeanza. Jemeanza, pues, en vez de identidad, en otras palabrasH analoga. *Jueto*, pues, sedice de muchas maneras/OB1 .

    Quiero, decir, por tanto, que el te!to tiene un re)erente an(logo al e!terior de s- la interpretacin s tratacon hechos o re)erentes que se pueden distinguir de la interpretacin analgicamente- el relato histricos se re)iere a un acontecimiento e!terior al relatoH el relato y lo relatado no son lo mismo, id"nticos,unvocos, ni del todo di)erentes 2equvocos3. Gn otras palabrasH ni un solipsismo, ni un realismo absolutounivocista o platnico, sino un realismo o un subetivismo moderados y analgicos. Gl mundo, pues, noes una )(bulaH no lo represento per)ecta o unvocamente, ni lo )abulo del todo equvocamente, sino queentre mi representacin del mundo y su realidad hay una relacin de analoga- aunque siempreasinttica, desde luego- siempre per)ectible. Gl enunciado nunca podr( ser id"ntico entitativamente conaquello sobre lo cual se enunciaH esto sera de nuevo caer en el idealismo de los postmodernos.

    Tercera Parte

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    Postmodernidad

    Muy leos estoy de pretender que e!ista la posibilidad de una e!plicacin psicoanaltica de lapostmodernidad, ni siquiera del *sueto* postmoderno 2pues por *sueto* no se entiende siemprenecesariamente aquel del que se ocupa el psicoan(lisis3 o de los cambios en la *subetividad*

    contempor(nea. 'i siquiera estara de acuerdo en decir que la sociedad contempor(nea es postmoderna.

    Creo que no e!iste una sociedad contempor(nea, sino que coe!isten en estos aos sociedades muydi)erentes entre s, muchas de las cuales, como quiz( la nuestra, est(n muy leos de eso que se dicepostmodernidad. J creo, en cambio, que los cambios sociales recientes, unto con los que se hanproducido en el campo del pensamiento, entre otros los denominados del pensamiento postmoderno,representan para el psicoan(lisis Uo debera decir lospsicoan(lisis: un desa)o, un acicate para suproduccin y su pr(ctica, en ese di(logo siempre presente entre el psicoan(lisis y los dem(s campos delsaber.

    La sociedad y el pensamiento 1postmodernos1

    %a postmodernidad no es una "poca nueva, es un nuevo modo de acentuar ciertas caractersticas que lamodernidad pretenda- entre otras la del proyecto *emancipatorio*. %a postmodernidad es unaradicalizacin, un llevar al e!tremo el proyecto mismo de la modernidad, es sacar del )ondo de lamodernidad sus consecuencias m(s e!tremas. %a postmodernidad estaba ya contenida en la modernidad,es su denuncia. Gl modo particular como la modernidad rompi con lo pre8moderno no poda tener otraconsecuencia. %a postmodernidad es una paradoa, es una voluntad e!plcita de ruptura con cada uno delos rasgos de)initorios de la modernidad que lleva en su seno su contenido m(s medular. Je trata decancelar la concepcin de la razn, la historia, la sociedad, el hombre y el arte que promoviera lamodernidad/T[1 . ^ sin embargo el pensamiento postmoderno no es la Vnica manera de romper con lamodernidad.

    Muchos y muy diversos autores han producido diversas descripciones de lo que caracterizara hoy a lallamada sociedad postmoderna. Gl pretendido hombre ilustrado y crtico de la modernidad, secularizadoy guiado por el saber y la ciencia, se encuentra hoy desesperanzado, )rustrado ante el mundo queconstruy con tanta arrogancia y autonoma eynesianamente legisladora. %a racionalizacin occidentalha signi)icado la preeminencia de lo econmico en la sociedad moderna. Poderoso caballero es dondinero. %o que cuenta ahora es lo que Degel llamaba el *sistema de necesidades*. %a racionalidad en laeconoma, el *espritu capitalista* supondran un derecho y una administracin pVblicos, un aparatot"cnico urdico muy desarrollado, la separacin de la economa dom"stica de la empresarial, etc. Yna)undacin internacional del derecho, una cada vez mayor y m(s democr(tica participacin social en laelaboracin de las leyes que norman su convivencia/T1 .

    A la imago mundidel mundo pre8moderno le sucede una visin descentrada, di)erenciada encompartimentos, subsistemas cada uno con su lgica propia y su particular sistema de valores. As crecey se multiplica el nVmero de e!plicaciones no solamente del )uncionamiento sociopoltico, sino de larealidad y de la vida. Gl racionalismo y el cienti)icismo se tornan totalitarios en un cierto sentido, comoideologas totalizantes, casi religiosas. Pero al crecer el nVmero de e!plicaciones de la realidad conpretensiones de)initivas, ocurre un )enmeno de mutua relativizacin. %a bVsqueda de la polisemia cero,del discurso unvoco de las de)iniciones operacionales, el anhelo de los integrantes del Crculo de Liena,

    http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn60%23_edn60http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn61%23_edn61http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn60%23_edn60http://cartapsi.org/spip.php?article234#_edn61%23_edn61
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    ha estallado en la multiplicacin de las hermen"uticas equivocistas y meta)orizantes. %a pretendidaobetividad o verdad Vltima de las e!plicaciones se ve cada vez m(s subetivizada, dice Mardones, aquien estoy siguiendo muy de cerca/T01 .%as religiones, las )iloso)as, las psicoterapias y las ideologasaparecen como un producto m(s a la libre disposicin del consumidor. %a pretensin de una )iloso)a osistema, psicoanaltico o no, de poseer el verdadero acceso a la realidad, aparece como una ilusin. %a

    teora es una )iccin.

    'o slo la antigua meta)sica, sino los crticos modernos, ilustrados y )ilso)os del idealismo alem(n, ascomo la misma ciencia le parecer(n a 'ietzsche meros substitutos pretenciosos de aquella meta)sica.Meta)sica contemplada ya no desde los oos de Aristteles, sino desde las miradas posteriores aescartes y a Kant- las miradas de los grandes discpulos y despu"s crticos de Degel, el Vltimosistem(tico- las miradas de aquellos que )rente al )racaso del proyecto de la modernidad buscanalternativas en una radicalizacin de esta, m(s que en la revisin histrico crtica de lo que )ueron sussupuestos, sus )undamentos y las ilusiones de su cimentacin.

    Por medio del proceso de racionalizacin e industrializacin, tambi"n de la )iloso)a, ha desaparecido en

    #ccidente la posibilidad de presentarse como laalternativa.Cada vez que buscamos el )undamento de alguna postura encontramos, dir( 'ietzsche /T?1 , intereses,pretensiones, situaciones vitales determinadas. %a crtica epistemolgica se torna en crtica poltica, encrtica radical de lo que se piensa son los )undamentos de toda la cultura occidental. Gl an(lisis de laverdad de 'ietzsche, en realidad toda su obra, es uno de los m(s importantes antecedentes e inspiradoresde l contenido del pensamiento postmoderno y deconstruccionista. Gn conclusinH se dice que no hayverdad ni conocimiento de las cosas *en s mismas* 2en una particular manera de recordar a Kant3.

    Jlo podemos aspirar a producir met()oras de la realidad que tienen la )uncin de e!presar m(s el estadodel individuo y las condiciones histricas y sociales en que vive, que la obetividad de lo e!puesto. ^a no

    hay ningVn )undamento )io sobre el que se pueda o valga asentar o creer algo como seguro einconmovible. Je ha pasado r(pidamente del )racaso del univocismo a la e!altacin del equivocismo. Jeha pasado de la crtica de la meta)sica a la negacin de una realidad m(s all( del mero lenguae. ^ aunen el campo del discurso habr( que reconocer la multiplicacin de los nominalismos con )recuenciainconmensurables entre s.

    Je ha equiparado la reaccin )rente a Degel con la crtica de todo el pensamiento occidental. Jlo nosqueda, como dir( Lattimo/T1 ,el *vagabundeo incierto*. 'o hay caminos que lleven a un)in, a unarealidad. +odos son, se dir(, senderos perdidos, interrumpidos 2como se dice, *releyendo*, interpretando,a Deidegger, en cuya lectura tambi"n buscan apoyo los pensadores postmodernos- aunque, desde luego,Deidegger va mucho m(s all( que todos ellos3.

    Gl desencantamiento de las visiones del mundo es uno de los acontecimientos con mayoresrepercusiones para la sociedad y la cultura actuales. %igado a este desencanto podemos entender otrorasgo de nuestra cultura, la )ragmentacin de la razn, o la separacin de, como dira \eber, las *es)erasde valor*. Je separan entre s la ciencia, la moral y el arte- la lgica y la ontologa- la "tica y laantropologa, etc. Finalmente no estamos tan leos de la restauracin cartesiana del dualismo entre elalma 8a la cual se reduce la subetividad8 y la materia, el cuerpo, la res e2tensa, sueta a sus propias ydi)erentes leyes. Aqu se separar(n de)initivamente las ciencias del cuerpo o de la naturaleza y las del

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    espritu. Aqu nacer(n por un lado el empirismo y por el otro el racionalismo idealista y meta)sico 8noen el sentido de Aristteles, sino en el de \ol))8. Aqu se romper( la unidad substancial del sueto, delsub-jectum, de la hypo-stasis, reduci"ndose la subetividad al pensamiento, o a la sensacin, o a lapalabra que ya no es signo de ninguna cosa. Yna subetividad sin sueto, sin soporte- pues elpensamiento de todo soporte es sospechoso de querer introducir la viea meta)sica que tan

    de)initivamente habra sido desterrada por la modernidad.

    %a racionalidad muestra hoy la pluralidad de sus dimensiones, su polisemia, su inconmensurabilidad.Cada una de estas vertientes puede pretender vivir tan autnomamente que desconozca a las otras ointente someterlas a su dominio. Gstaramos ya no en la integracin sino en los reduccionismos o en laera de los pr"stamos conceptuales *interdisciplinarios* no e!plicitados. %a especi)icidad epistemolgicano se encontrara ya m(s que en la separacin de los *continentes*. %a *cienti)icidad* se encontrara enel *m"todo* o )inalmente en ningVn lado. ^ qu" m(s da7

    'os encontramos con el pluralismo de la razn ante lo que constituye el punto de partida de lapostmodernidad. U# habra que hablar m(s bien del pluralismo de los *discursos*: Gste es el rasgo que

    el pensamiento postmoderno radicalizar( como una nueva )orma de comprenderse el pensamiento, queya no la razn, a s mismo y de comprender la realidad. %a razn, en cuanto un todo Vnico, slo tendr(usti)icacin como un smbolo abstracto que cada vez encuentra menos apoyo en la realidad histrica,social, cultural, en la que opera. %as antiguas visiones totalizadoras, integradas entre s son hoyimposibles. Uesde dnde pensar: Ji cada una de las es)eras posee su propia lgica, las miradas sehacen )ragmentadas, inconmensurables, incomunicables. Gl pensamiento se encuentra )ragmentado. %arelacin entre los pensamientos o los discursos se vuelve equvoca. %a produccin intelectual, hoy,estar( habitada por el equivocismo y la met()ora e!trnseca, que no por la analoga.

    A este descentramiento de las im(genes del mundo o de la sociedad y a su pluralismo corresponde eldescentramiento de las epistemologas, de las ciencias del hombre, y a su pluralismo corresponde el

    pluralismo de las psicologas y de los psicoan(lisis, cada uno construido en un lenguae y en unaalternativa, al interior de una historia y de una tradicin epistemolgica diversa, en un conte!toideolgico y en una lgica que les hace, en todo caso, por lo menos, inconmensurables- a menos que noscomprometi"ramos en una di)cil y ardua crtica epistemolgica e histrico crtica que podra llevarnos aalgo di)erente del relativismo de hoy.

    %a llamada postmodernidad radicaliza el historicismo relativista de la modernidad. Je trata de superar ala modernidad radicalizando sus tendencias. Je trata de asentarse sin lamentos en la p"rdida de sentido,de valores y de )undamento de la realidad, se trata de alcanzar una perspectiva post8racionalistaH Ynarazn post8meta)sica, una razn post8histrica, una razn post8sistem(tica y post8estructuralista. Ynarazn que asumiese el )racaso de la modernidad con)undido con el )racaso de todo el pensamientooccidental desde sus orgenes hasta hoy. Pero atencin7 en esta radicalizacin no hay nada de derrotista,se pretende, sino )inalmente algo liberador y emancipatorio.

    Cuarta Parte

    #l psicoanlisis y las transormaciones del pensamiento ilosico.

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    *%a crtica )reudiana mostrar( lo ilusorio de un sueto autnomo dotado de una racionalidadtransparente*. Como dira escombes/TO1 , la conciencia est( ahora invadida por *lo otro*. %aautonoma de la voluntad y la conciencia es substituida o determinada por la indomeable pulsin, porlas representaciones inconscientes reprimidas ligadas a la se!ualidad in)antil, por el deseo, por la pulsinde muerte. %a irracionalidad habita la racionalidad. Jin embargo, el proyecto )reudiano est( claramente

    inscrito en el proyecto de la &lustracin. +ambi"n el proyecto )reudiano est( habitado por los idealesmodernos del progreso, de la ciencia y de la emancipacin.

    Freud hablaba en un mundo muy di)erente del nuestro. Gl Freud de los orgenes est( totalmente inmersoen el pensamiento de su tiempo, independientemente de las consecuencias que para la trans)ormacin deeste pensamiento tuvo su obra visionaria. Jera largo y posiblemente )uera de lugar ahondar en estosconceptos, pero no podemos dear de mencionar la inclusin de Freud en el pensamiento darEinista,asociacionista, )isicalista y energetista del Jiglo $&$, a la par que en la corriente que se deriva de Kant yde los discpulos alemanes de "ste hasta llegar a la in)luencia de la pol"mica antiana y antiantiana quemarca la )undacin de la psicologa en Alemania con \undt, \ol)), K]lpe, Delmholtz y otros- los)isilogos vieneses e ingleses del momento, por una parte, y la in)luencia de Charcot, de Jchopenhauer y

    de 'ietzsche en su pol"mica antihegeliana, por la otra/TT1 . A todo ello, sin embargo, Freud aportaconcepciones de indudable novedad.

    esde sus orgenes, desde su misma )undacin, elpsicoan(lisis ha estado en relacin con el pensamientode su tiempo, en relacin con la misma )iloso)a. A lo largo de los aos el pensamiento psicoanaltico haido cambiando, se ha ido re)ormulando, en parte por las e!igencias endgenas de su pr(ctica clnica, enparte por las di)erentes lgicas a que se ve sometido dependiendo del conte!to cultural y social en que sedesenvuelveH l"ase &nglaterra, 'orteam"rica, Francia, Alemania de la postguerra, Argentina, etc., y)inalmente, en buena medida, cosa que quiero subrayar, debido a los di)erentes supuestos y opcionesepistemolgicos y )ilos)icos de quienes hacen el psicoan(lisis. Cada una de estas re)ormulaciones yreestructuraciones tericas preadas de di)erentes tomas de posicin )ilos)ica se revierten en una nueva

    y di)erente lectura e interpretacin del te!to y del conte!to )reudiano. As hay un Freud norteamericanoy )uncionalista, uno brit(nico y asociacionista en e!tremo, uno )ranc"s y estructuralista, y asistimosahora al nacimiento de la lectura postmoderna o post8estructuralista de Freud, etc.

    Cada una de estas reelaboraciones y nuevas aportaciones conceptuales a la teora implica por lo generaluna ampliacin de su horizonte y un enriquecimiento importante. +ambi"n puede haber desplazamientosy trans)ormaciones radicales. Je iluminan )acetas nuevas, se llama la atencin sobre nuevasproblem(ticas, se rede)inen conceptos, se en)rentan nuevas problem(ticas clnicas. Pero estasre)ormulaciones no tienen por intrnseca naturaleza que resultar siempre positivas- de hecho, segVn lasdi)erentes corrientes actuales en psicoan(lisis, generalmente provocan discusin. ^ muchas veces seconstruyen elaboraciones tericas y conceptos muy importantes en el psicoan(lisis contempor(neo sobrela base de supuestos )ilos)icos que son asimilados, sin percatarse de ello, por aquellos que adquieren lateora o la estudian constantemente. Gs decir, se produce con )recuencia una aceptacin no consciente,irre)le!iva y acrtica, de supuestos )ilos)icos e implicaciones epistemolgicas u ontolgicas cuando loque se quiere es asimilar determinadas teorizaciones psicoanalticas o re)le!iones sobre la clnicaconstruidas de manera no e!plcita sobre dichos supuestos.

    Yn eemplo muy importante de la relacin entre el psicoan(lisis y otros campos es el de la re)le!in quese lleva a cabo durante muchos aos en la Gscuela de Fran)urt, especialmente por Dorheimer y

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    Adorno, y tambi"n por =enamin, sin olvidar en ningVn momento a Ale!ander Mitscherlich/T1 . Gstare)le!in cuya reelaboracin y re)ormulacin continVa crticamente Dabermas hoy en da es unantecedente importante. Gn e)ecto, aunque inaugurada en otro sentido por 'ietzsche, la crtica de la*razn dominadora* y *obetivante* relacion la re)le!in de estos pensadores con elpsicoan(lisisdurante muchos aos. Gn 'ietzsche cuya importancia para el pensamiento de la postmodernidad es

    insoslayable, se descubre y delata lo otro de la razn dentro de la razn /TZ1 . Gsta crtica pretende serdemoledora del idealismo del sueto, socavar la )ortaleza de la razn ilustrada, y arrancar los lazosorg(nicos del pensamiento del suelo nutricio de la tradicin )ilos)ica y cultural de #ccidente.

    %a crtica de la epistemologa de la dominacin encontrar( en estos, en cierto sentido continuadores de'ietzsche, pero tambi"n de Mar!, un lugar preeminente. Gllos re)le!ionar(n sobre la relacin entre razny poder para concluir que el proceso de la &lustracin concluye en la barbarie porque la raz de la raznest( en)erma. Conocer es obetivar y todo es)uerzo obetivante es por s sistematizador, controlador ydominador. %a razn est( en)erma del deseo del hombre de dominar la naturaleza. Gste deseo dedominio inherente a la actividad cognoscitiva hace que el descubrimiento de la verdad se vea )rustrado.Gstamos en la crtica m(s pro)unda de la teora del conocimiento como apropiacin del obeto de

    conocimiento por parte del sueto cognoscente como eercicio de la dominacin. Gl sueto delconocimiento es m(s que un espectador pasivo que se dea impresionar por la luz que ilumina al obetoHes un dominador. %a crtica de la dominacin implicar( entonces la crtica del sueto del conocimiento. ^si la razn cognoscente es siempre dominadora, entonces no hay razn que v(lidamente produzca unverdadero conocimiento.

    Gsto implica un problema epistemolgico para elpsicoan(lisis. UQu" tanto conserva la teorapsicoanaltica su especi)icidad y autonoma conceptual en estos casos: UQu" tan indisociable resulta lateora psicoanaltica de sus pr"stamos conceptuales de otras disciplinas: UQu" resigni)icacin adquierenlos conceptos tomados en pr"stamo o los supuestos asumidos por algunos en su nuevo conte!topsicoanaltico:.

    Como, por otra parte, la produccin psicoanaltica es, al mismo tiempo, mucha e insu)iciente, nosencontramos )recuentemente en el malentendido, en el equvoco y en el intercambio di)cil. Gs necesariauna labor psicoanaltica crtica en el sentido positivo del t"rmino, vale decir, histrico crtica, de sussupuestos y de su construccin que e!plicite el proceso de su elaboracin, que re)le!ioneepistemolgicamente sobre s misma y contribuya de esta manera a la elaboracin, construccin opreservacin de la coherencia y unidad terica psicoanaltica. ^ como la produccin y la reelaboracinson constantes, pues la re)le!in crtico epistemolgica tiene que serlo tambi"n/TB1 .

    Doy el campo psicoanaltico es tal que podramos hablar ya no delpsicoan(lisis, sino de lospsicoan(lisis,suponiendo que m(s de uno lo sean. Ji, adem(s, adoptamos la creencia en el )inal de los *grandesrelatos* y la )ragmentacin de los discursos parecera inevitable la tambi"n multiplicacin y)ragmentacin de los discursos psicoanalticos.

    3ecepcin del pensamiento 1postmoderno1 en el psicoanlisis contemporneo

    Al decir de Pasternac/[1 , del conunto de las participaciones en los Gstados Senerales delPsicoan(lisis se desprendera la e!istencia de una in)luencia cada vez mayor del pensamientopostmoderno, especialmente derridiano, en el psicoan(lisis.

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    Gn realidad creo que la recepcin por parte de los psicoanalistas de lo postmoderno, entendiendo poresto no solamente las aportaciones tericas o )ilos)icas, sino tambi"n algunos rasgos descriptivos denuestra sociedad occidental, no ha sido uni)orme.

    A guisa de eemplo me re)erir" a cuatro psicoanalistas, suponiendo que un(nimemente les reconozcamos

    como tales a pesar de las di)erencias de escuela o tradicin intelectual, tres de los cuales tienen hacia lopostmoderno una actitud crtica, y un cuarto una actitud m(s bien entusiasta y participativa. Me re)ieroen particular a Gmiliano Salende/1 ,a Cornelius Castoriadis/01 , a Roland =runner/?1 y, porVltimo, a Anthony Glliot/1 ,cada uno de ellos muy di)erente a los otros.

    Emiliano alendeaborda el tema de la problem(tica de la psicopatologa y de la pr(ctica analtica en lasociedad actual con una actitud crtica que, sin embargo, busca evitar el pesimismo paralizante.Re)le!iona sobre los cambios que se han producido en nuestra sociedad al tiempo que muestra lasdi)icultades que tienen hoy los suetos para responder a las presiones y e!igencias que el trastrocamientode los lazos sociales, )amiliares y comunitarios impone a los suetos quienes con )recuencia )allan eneste intento, y al tiempo va pensando psicoanalticamente sobre las vicisitudes del aparato psquico. Ju

    re)le!in, )undamentalmente )reudiana, que no traspasa los supuestos epistemolgicos o )ilos)icosacostumbrados de este marco, resulta, sin embargo, notablemente creativa, reelaborativa y reordenadora,recuperadora de un pensamiento clnico claramente anclado en la metapsicologa )reudiana, desde lacual trata de dar cuenta de las enormes tareas que en)rentan hoy los suetos en lo que Salende llama el*Malestar de la individuacin*.

    %a cultura contempor(nea no solamente impregna el proceso de individuacin de los analizandos, sinotambi"n a los psicoanalistas, lo cual hace m(s necesaria una actitud crtica de consciente alerta )rente almalestar en esta cultura. Salende considera que estamos asistiendo al surgimiento de nuevos rasgos en elcomportamiento de la cultura, de modos novedosos de )ormarse los vnculos inter8 e intrapsquicos, detrans)omaciones pro)undas que han trastrocado el ordenamiento de lo pVblico y lo privado. Gstos

    cambios se encarnan en la subetividad singular y producen rasgos nuevos o modi)ican aspectosesenciales de la individualidad. Frente a estas trans)ormaciones, sin embargo, Gmiliano piensa que elpsicoan(lisis 2)reudiano3 sigue dando pruebas de su e)icacia, independientemente de que seapermanentemente necesaria la creatividad clnica y terica del analista para hacer )rente a estasmodalidades. %as problem(ticas )undamentales que Salende menciona se re)ieren a la violenciaintra)amiliar y social, las adicciones, las depresiones y las situaciones de desamparo e!tremo.

    esde luego que se introducen di)icultades nuevas en el abordae terap"utico especialmente comunes atranstornos con di)icultades con la representacin palabra, en general, a la trans)erencia, alempobrecimiento de la capacidad asociativa o de simbolizacin, a la di)icultad para relacionar la propiasintomatologa con la historia, a las tendencias al pasae al acto, etc., todas las cuales se habranincrementado hoy da.

    eben en)rentarse problem(ticas que si no son del todo nuevas s se producen hoy con notablementemayor )recuencia, para ellas no siempre tenemos una respuesta terica, aunque con)iamos en contar conelementos su)icientes para construir esa respuestaH adicciones diversas, trastornos psicosom(ticos,desamparos e!tremos, maltrato intra)amiliar e in)antil, etc.

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    Gs necesario, si las nuevas condiciones en la psicopatologa dependen de las modi)icaciones en lacultura, pro)undizar en la teorizacin sobre la relacin entre lo social y lo individual, entre lo pVblico ylo privado, en la manera como los signi)icantes sociales determinan la constitucin )antasm(tica de lossuetos y su operatividad en ellos. Probablemente en esta teorizacin, aparte de la re)ormulacin de loscriterios diagnsticos, o en ella, deberemos incluir el concepto de riesgo.

    %a teatralizacin o espectacularizacin de la e!periencia, que Siddens pensaba como el *secuestro* de lae!periencia, ha trastornado la relacin de los suetos con la realidad de manera pro)undaH todo es )iccin,nada es real, toda representacin es )ugaz y evanescente, no preocupan los obetos sino que nosvolcamos a la bVsqueda de las insospechadas posibilidades de la imaginacin y de la )antasa. %arealidad consiste en las sensaciones y la en)ermedad, si podemos usar aqu este t"rmino, no es m(s queun sentimientoH suprimidas las emociones, con un )(rmaco quiz(, desaparece la *en)ermedad*H lo internoes lo e!terno, el a)uera es lo de adentro, no hay estructura, slo sntomas, no hay psicog"nesis, slosemiologa )enom"nica. Gl dolor, el su)rimiento, las tristezas o las alegras del amor son solo unaposibilidad entre otras. *+ampoco podemos, cito a Salende a quien vengo siguiendo muy de cerca,sostener hoy un ideal de obetividad que r(pidamente sera reducido al de una perspectiva m(s, un modo

    m(s de interpretar, un modo m(s de desear*/O1 .^a que *la individualidad y el lazo social se constituyen mutuamente*/T1 , la cada de lo pVblico y laindi)erenciacin de lo individual y lo colectivo producen problemas en la constitucin identi)icatoria delos suetos, el individualismo se hace escepticismo, el sueto se desdibua a s mismo. Gstamos ante unreconocimiento de la di)erencia que anula la di)erenciacin del individuo, porque el sentido de locolectivo para la subetividad termina siendo la a)irmacin pura de esta subetividad sin el colectivo quela constituye. %o colectivo es lo subetivo, la cultura es la subetividadH &deales del yo sin historia. %asatis)accin ya no se busca en el *otro*, sino en el obeto de la adiccin. Salende no puede dear de veren todo esto por lo menos un matiz perverso. Jituaciones irresolubles en lo social se vuelcan en lacolectividad de la vida amorosa, como en su substituto, otorg(ndole una demanda de suplencia

    inabordable, en lo cual se pone en uego una renegacin. *G!iste una estrecha relacin 8cito a Salende /1 8 entre estos vnculos actuales y ciertas caractersticas de las de)ensas perversas. Recordemos queFreud caracteriza a este modo de de)ensa por actuar, no sobre el deseo, como en la represin, sinorehus(ndose el yo a reconocer la realidad de una percepcin, por sus sentidos traum(ticos odisplacenteros/Z1 /.1 Je trata de )ormas de renegacin, dice m(s adelante/B1 , por las cuales se haceposible un imaginario de tolerancia y paci)icacin, donde la di)erencia no se carga del con)licto de ladesigualdad*.

    M(s all( de la universalidad del Gdipo, si la subetividad es mero producto de la cultura, a di)erentesculturas corresponderan di)erentes edipos o di)erentes subetividades- y si la sociedad contempor(neaproduce pro)undas alteraciones en la estructura o constitucin de los edipos, todo esto dicho como unsupuesto, entonces nuestra sociedad produce subetividades muy diversas de las anteriores.

    Gstoy intentando problematizar el concepto de *produccin histrico cultural de produccin de lasubetividad*. eado aparte el contrato social de Rousseau que supondra al sueto 2Ucu(l:3pree!istente, y si como dice Salende 8cito8H *es la relacin social lo que habr( de constituir laindividualidad, no se trata de individuos pree!istentes que se relacionan. Ahora bien, para que laindividualidad se sostenga son necesarias las relaciones sociales concretas, es decir, la presencia del otroen el lenguae y la accin*/Z[1 8hasta aqu la cita8. Pero entonces a diversas redes o sistemas de

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    relaciones sociales concretas corresponden di)erentes individualidades. UDasta dnde: Aparte de que enesta enunciacin, que recuerda las tesis de Mar! sobre Feuerbach, en particular la )amosa se!ta, parececon)undirse lo social con lo psquico. Gs evidente que hay una relacin entre ambos, pero esta relacinno puede ser tal que se pierda algo que nos permita seguir hablando de subetividad.

    Gntre los cambios en la subetividad actual o en la sociedad actual que con ella interactVa, Salendeseala pro)undas variaciones en la constitucin )amiliar y en particular en la )uncin paterna, por lomenos. Jera di)cil, reconoce nuestro autor, hacer un cat(logo completo de los nuevos rasgos culturalesy de la subetividad concomitante, porque algunos solamente comienzan a insinuarse o por otrasrazones. Por otra parte mucho se ha escrito sobre esto y Salende desea mencionar solo algunos de estosrasgos. As, entre otros, sealar( la pasivizacin de los individuos respecto de la cultura y lo social comouno de los m(s sealados. Gsta pasivizacin del yo hara posible una saturacin del yo sometido a unasobreestimulacin u o)erta por parte del medio, sobreabundancia de im(genes, etc., que produciran lasensacin de *lleno*, al mismo tiempo que se empobreceran la se!ualidad en las relaciones. Jemaquinizan o robotizan los vnculos con el otro por va de la operacionalizacin utilitaria de lasrelaciones sociales. Je super)icializan los a)ectos. Je adquiere una sensibilidad impostada y se tiene una

    compulsin a hacer. Je trata tambi"n de una subetividad que ha modi)icado sus relaciones con el cuerpoy las relaciones se!uales se vacan de los contenidos singulares de la historia libidinal y de la )antasa.'os estaramos acercando a la multiplicacin de lo que Sreen denominara *locuras privadas*.

    Jigue Salende describiendo di)erentes rasgos de la subetividad actual para despu"s intentar comprenderpsicoanalticamente algo de ellas. As pensar(, por eemplo, que en ciertos casos se dara unadominancia de la renegacin 24erleugnung3 )reudiana en la constitucin de la realidad para estos suetos.Gn las neurosis narcisistas el obeto surgira siempre m(s en la direccin de un consumo sobre laoralidad y la incorporacin canibalstica de la melancola.

    Gn otras mani)estaciones/Z1 ligadas a la modalidad denegatoria de la de)ensa, *el obeto que sustituye

    8cito8 no surge en el soporte de ninguna )antasa, ni se inscribe con relacin a ninguna historia, niaparece ce