"el tpk es una revolución contra la academia"

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EL MUNDO. LUNES 29 DE SEPTIEMBRE DE 2014 46 EM2 / CULTURA En 1977 España aún era gris. Tan gris que registrar un taller-escuela de arte en el ayuntamiento era algo inaudito, sin precedentes, y durante mucho tiempo el Taller Pubilla Kasas (TPK) constó en el archivo munici- pal como una escuela de taekwondo. Lo cierto es que la trayectoria de Xa- ro del Castillo y Agustín Fructuoso tiene mucho de batalla: han dinami- tado los cánones, han cuestionado la academia (en sentido amplio: tanto el poder institucional como las ense- ñanzas marciales) y siguen buscan- do la esencia del arte. En sus 37 años de trayectoria, el TPK se ha conver- tido en un modelo único, nacido en L’Hospitalet, pero con aires de Berlín o Brooklyn. Pregunta.– ¿Cómo era L’Hospita- let en 1977, cuando nació TPK? Agustín Fructuoso.– Fue un mo- mento en que surgieron diversas propuestas artísticas y pedagógicas que iban contra la corriente oficial. Todavía estábamos en plena no de- mocracia. Todo lo oficial aún era franquista. Queríamos hacer algo pa- raoficial, de calidad, moderno. P.– ¿En qué consiste el llamado modelo TPK? ¿Por qué es diferente? Xaro Castillo.– Creamos un méto- do de trabajo conjunto con los alum- nos. Cuando enseñas conceptos y criterios a veces se ven fuera de la realidad. Al trabajar en proyectos concretos, que además se van a ex- poner en sitios, el alumno deja de ser alumno y se convierte en artista, aporta sus cualidades y característi- cas. Nuestro objetivo era salir de la academia, con un método de trabajo mas cercano y creativo. Fructuoso.– La academia, más que ser una imagen clásica, estable- ce una relación con el poder en la que lo legitima. Y no le molesta. Ser academia no significa pintar con car- boncillo clásico, puedes ser un artis- ta contemporáneo y tener un pensa- miento académico en el que tu dis- curso homologa el poder. Y eso está pasando, muchas veces con cosas de apariencia modernísima. Pero eso no es interesante, es un rollo, aburri- dísimo... P.– ¿Hoy, el arte es demasiado ins- titucional, comercial? Fructuoso.– Vivimos un momento creativo muy bueno, a pesar de la crisis. Pero en general el público y los ambientes donde se toman las decisio- nes son muy conser- vadores. Existe una enorme contradic- ción: tras un proceso de siglos, el artista y el arte han bajado a lo terrenal, pero aho- ra estamos sacrali- zando el espacio ar- tístico. Se haga lo que se haga nadie se asombra en las ferias y bienales. La vida está en otro lado, ya no está en esos ambientes de comisarios y ar- tistas que son como caravanas itine- rantes, que van de una bienal a otra. El arte se convierte en un espectácu- lo en vez de ser una experiencia. Y eso no nos interesa. Castillo.– No nos interesa para nada. Cuando el público sólo admi- ra y ve, se convierte en espectador pasivo. El arte tiene que proporcio- nar contenido, mensaje y, sobre todo, experiencia. ANTONIO MORENO TPK Premio a la Industria Consolidada PREMIOS TENDÈNCIES «El TPK es una revolución contra la academia» Primera de las entrevistas a los ganadores de los Premios Tendències, que EL MUNDO de CATA- LUNYA entregará el 6 de octubre. El centro TPK lleva 37 años agitando la vida cultural de L’Hospitalet. Por él han pasado cientos de artis- tas de todas las latitudes. Hoy, tiene residentes de Japón, Brasil o Argentina. Y continúa con el mismo espíritu contracultural de sus inicios. VANESSA GRAELL / L’Hospitalet P.– ¿Por eso TPK ha adoptado el lema de Jean Villard: ‘En cultura, eli- tismo, sí, pero para todos’? Castillo.– Villard es una de nuestras figuras emblemáticas. Como Pina Bausch. Ella decía que lo que importa no es cómo se mueve el ser humano sino qué le conmueve. Esa frase es revolu- cionaria, ¡está dinamitando la academia clásica! Es lo que in- tentamos hacer en arte. Es algo que se puede aplicar en danza o lo que quieras. A partir de cual- quier material se puede hacer un movimiento bello. Fructuoso.– El TPK es una revolu- ción contra la academia y el sistema. Ha sido y es una especie de bomba de relojería, serena, tranquila, pau- sada, sin prisa, contra todo lo que significa la Academia. No tenemos grandes explosiones, pero nuestro trabajo es a largo plazo, con concep- tos que se cargan las ideas preesta- blecidas. P.– ¿Hasta qué punto L’Hospitalet marca el carácter de TPK? Fructuoso.– La metrópolis es muy endogámica y endógena. No mira hacia fuera. El hecho de que haya si- do muy complicado obtener la aten- ción de instituciones situadas en Barcelona nos ha facilitado la deci- sión de salir fuera. Desarrollar traba- jos en Kassel, Berlín o Dresde re- quiere el mismo esfuerzo que hacer- los en Barcelona. El estar en L’Hospitalet nos ha motivado a salir fuera, a establecer redes de colabo- ración con ciudades de toda Europa. P.– ¿Hay una sensibilidad diferen- te en la periferia? Fructuoso.– La periferia y el cen- tro no son espacios geográficos, sino sociales. Puede haber periferias en el centro de Barcelona, de hecho las hay. En espacios sociales en que hay necesidades y objetivos concretos las cosas se ven de otra manera, mu- cho más rigurosa, más real. Castillo.– Un proyecto cultural tiene que estar arraigado al terri- torio y, desde ahí, llegar a lo uni- versal. P.– ¿Qué supone para el TPK el Premi Tendències? Fructuoso.– ¡Es una gran alegría! Algo debemos de estar haciendo bien. Es un reconocimiento impor- tante, no sólo para el TPK. Nosotros lo recibimos, pero también tiene que ver con todos los proyectos que es- tán trabajando desde las periferias sociales, desde Can Parrera en el Pi- rineo al Taller de Músics. Kassel, punto cero de la modernidad con la Documenta. «Lo que pasa en Kassel lo tiene que poder entender una persona de Barbastro», reivindican en TPK. Por eso, el tranvía artístico que montaron en el ‘off’ de la Documenta de 1987 lo trasladaron a una ruta por los pueblos de Aragón: de Fuendetodos a Calamocha. Del ambiente más cosmopolita a lo rural. «¿Qué pasa en Kassel? Lo mismo que en el Macba o cualquier centro similar. Es más interesante lo que ocurre en la sombra», dice Fructuoso. TRANVÍA A KASSEL

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Entrevista a Xaro del Castillo y Agustín Fructuoso, fundadores del TPK (Taller Pubilla Kasas)

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EL MUNDO. LUNES 29 DE SEPTIEMBRE DE 2014 46

EM2 / CULTURA

En 1977 España aún era gris. Tan gris que registrar un taller-escuela de arte en el ayuntamiento era algo inaudito, sin precedentes, y durante mucho tiempo el Taller Pubilla Kasas (TPK) constó en el archivo munici-pal como una escuela de taekwondo. Lo cierto es que la trayectoria de Xa-ro del Castillo y Agustín Fructuoso tiene mucho de batalla: han dinami-tado los cánones, han cuestionado la academia (en sentido amplio: tanto el poder institucional como las ense-ñanzas marciales) y siguen buscan-do la esencia del arte. En sus 37 años de trayectoria, el TPK se ha conver-tido en un modelo único, nacido en L’Hospitalet, pero con aires de Berlín o Brooklyn.

Pregunta.– ¿Cómo era L’Hospita-let en 1977, cuando nació TPK?

Agustín Fructuoso.– Fue un mo-mento en que surgieron diversas propuestas artísticas y pedagógicas que iban contra la corriente oficial. Todavía estábamos en plena no de-mocracia. Todo lo oficial aún era franquista. Queríamos hacer algo pa-raoficial, de calidad, moderno.

P.– ¿En qué consiste el llamado modelo TPK? ¿Por qué es diferente?

Xaro Castillo.– Creamos un méto-do de trabajo conjunto con los alum-nos. Cuando enseñas conceptos y criterios a veces se ven fuera de la realidad. Al trabajar en proyectos concretos, que además se van a ex-poner en sitios, el alumno deja de ser alumno y se convierte en artista, aporta sus cualidades y característi-cas. Nuestro objetivo era salir de la academia, con un método de trabajo mas cercano y creativo.

Fructuoso.– La academia, más que ser una imagen clásica, estable-ce una relación con el poder en la que lo legitima. Y no le molesta. Ser academia no significa pintar con car-boncillo clásico, puedes ser un artis-ta contemporáneo y tener un pensa-miento académico en el que tu dis-curso homologa el poder. Y eso está pasando, muchas veces con cosas de apariencia modernísima. Pero eso no es interesante, es un rollo, aburri-dísimo...

P.– ¿Hoy, el arte es demasiado ins-titucional, comercial?

Fructuoso.– Vivimos un momento creativo muy bueno, a pesar de la crisis. Pero en general el público y

los ambientes donde se toman las decisio-nes son muy conser-vadores. Existe una enorme contradic-ción: tras un proceso de siglos, el artista y el arte han bajado a lo terrenal, pero aho-ra estamos sacrali-zando el espacio ar-tístico. Se haga lo que se haga nadie se asombra en las ferias y bienales. La vida está en otro lado, ya no está en esos ambientes de comisarios y ar-tistas que son como caravanas itine-rantes, que van de una bienal a otra. El arte se convierte en un espectácu-lo en vez de ser una experiencia. Y eso no nos interesa.

Castillo.– No nos interesa para nada. Cuando el público sólo admi-ra y ve, se convierte en espectador pasivo. El arte tiene que proporcio-nar contenido, mensaje y, sobre todo, experiencia.

ANTONIO MORENO

TPK Premio a la Industria Consolidada

PREMIOS TENDÈNCIES

«El TPK es una revolución contra la academia»

Primera de las entrevistas a los ganadores de los Premios Tendències, que EL MUNDO de CATA-LUNYA entregará el 6 de octubre. El centro TPK lleva 37 años agitando la vida cultural de

L’Hospitalet. Por él han pasado cientos de artis-tas de todas las latitudes. Hoy, tiene residentes de Japón, Brasil o Argentina. Y continúa con el mismo espíritu contracultural de sus inicios.

VANESSA GRAELL / L’Hospitalet

P.– ¿Por eso TPK ha adoptado el lema de Jean Villard: ‘En cultura, eli-tismo, sí, pero para todos’?

Castillo.– Villard es una de nuestras figuras emblemáticas. Como Pina Bausch. Ella decía que lo que importa no es cómo se mueve el ser humano sino qué le conmueve. Esa frase es revolu-cionaria, ¡está dinamitando la academia clásica! Es lo que in-tentamos hacer en arte. Es algo que se puede aplicar en danza o lo que quieras. A partir de cual-

quier material se puede hacer un movimiento bello.

Fructuoso.– El TPK es una revolu-ción contra la academia y el sistema. Ha sido y es una especie de bomba de relojería, serena, tranquila, pau-sada, sin prisa, contra todo lo que significa la Academia. No tenemos grandes explosiones, pero nuestro trabajo es a largo plazo, con concep-tos que se cargan las ideas preesta-blecidas.

P.– ¿Hasta qué punto L’Hospitalet marca el carácter de TPK?

Fructuoso.– La metrópolis es muy endogámica y endógena. No mira hacia fuera. El hecho de que haya si-do muy complicado obtener la aten-ción de instituciones situadas en Barcelona nos ha facilitado la deci-sión de salir fuera. Desarrollar traba-jos en Kassel, Berlín o Dresde re-quiere el mismo esfuerzo que hacer-los en Barcelona. El estar en L’Hospitalet nos ha motivado a salir fuera, a establecer redes de colabo-

ración con ciudades de toda Europa. P.– ¿Hay una sensibilidad diferen-

te en la periferia? Fructuoso.– La periferia y el cen-

tro no son espacios geográficos, sino sociales. Puede haber periferias en el centro de Barcelona, de hecho las hay. En espacios sociales en que hay necesidades y objetivos concretos las cosas se ven de otra manera, mu-cho más rigurosa, más real.

Castillo.– Un proyecto cultural tiene que estar arraigado al terri-torio y, desde ahí, llegar a lo uni-versal.

P.– ¿Qué supone para el TPK el Premi Tendències?

Fructuoso.– ¡Es una gran alegría! Algo debemos de estar haciendo bien. Es un reconocimiento impor-tante, no sólo para el TPK. Nosotros lo recibimos, pero también tiene que ver con todos los proyectos que es-tán trabajando desde las periferias sociales, desde Can Parrera en el Pi-rineo al Taller de Músics.

Kassel, punto cero de la modernidad con la Documenta. «Lo que pasa en Kassel lo tiene que poder entender una persona de Barbastro», reivindican en TPK. Por eso, el tranvía artístico que montaron en el ‘off’ de la Documenta de 1987 lo trasladaron a una ruta por los pueblos de Aragón: de Fuendetodos a Calamocha. Del ambiente más cosmopolita a lo rural. «¿Qué pasa en Kassel? Lo mismo que en el Macba o cualquier centro similar. Es más interesante lo que ocurre en la sombra», dice Fructuoso.

TRANVÍA A KASSEL