el trabajo cooperativo - base para la promoción del aprendizaje
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El Trabajo cooperativo: base para
la promoción del aprendizaje en
educación básica
Carpio López, Patricia
Espinosa Razo, María del
Rosario
En la escuela tradicional la
preocupación central es enseñar
una gran cantidad de
conocimientos, orientados a un
currículum cuantitativo dando como
resultado aprendizajes
acumulativos. Aunado a esto el
profesor se interesa más en el
aprendizaje individual de sus
alumnos y enfatiza la exposición de
los contenidos como uno de los
recursos didácticos más
generalizado en este tipo de
enseñanza, propiciando así la
memorización, la competición y la
pasividad en los alumnos. Los
estudiantes compiten unos con
otros para obtener buenas notas y
recibir la aprobación del profesor,
sin importar si obstaculizan el
aprendizaje de los compañeros. En
la escuela tradicional se aprecia el
aprendizaje sólo como un resultado
y se ignora el proceso. Se pone
poco interés en las relaciones
interpersonales presentes entre los
sujetos inmersos en el proceso
enseñanza- aprendizaje.
En este tipo de educación el
profesor debe lograr de forma
prioritaria que los alumnos se
mantengan quietos y callados en un
contexto monótono, durante largos
períodos de tiempo; en una relación
de fuerte subordinación y sin poder
compartir experiencias y saberes
con sus compañeros y muchas
veces no comprenden lo que tienen
que aprender ni por qué, al final
para acreditar el grado escolar.
El propósito del presente artículo es
proponer una alternativa de
organización del trabajo en el aula
que promueva el aprendizaje no
sólo individual y competitivo, sino
priorizando la cooperación en todo
el proceso educativo y, que permita
hacer explícitos los propósitos, los
valores y la forma de evaluación
que se pretende con el trabajo en el
aula. Esta propuesta es el trabajo
cooperativo, ya que la organización
del quehacer educativo con base en
la cooperación exige el ejercicio de
valores como el respeto, la
tolerancia y la escucha, entre otros;
lo cual conlleva a comprender las
relaciones que se dan en el aula y
en la escuela mientras se realizan
1
los quehaceres escolares. También
involucra a los alumnos en su propio
aprendizaje y le hace consciente de
lo que se espera de él para su
evaluación.
Esta forma de trabajo necesita de la
colaboración de todas las personas
involucradas en el proceso
educativo: del alumnado, del
profesorado, de las autoridades
educativas, de la escuela, de la
familia y de las demás instituciones
sociales.
La cooperación en la escuela es
importante y necesaria porque
involucra activamente a todos los
actores para el logro de un objetivo
común y los resultados que se
obtienen por este medio son
potencialmente superiores a que si
cada quien tratara de alcanzar la
meta por separado.
El contexto educativo y el
currículum
Es importante definir el currículum
actual en nuestro país para justificar
la posibilidad de implementar el
trabajo cooperativo en las escuelas
a partir de los fundamentos teóricos
y metodológicos de los Planes y
Programas actuales en educación
básica.
De acuerdo con Gimeno Sacristán
(1995) el currículum es el eje
articulador de la práctica
pedagógica porque en él se plasma
la ideología y los fines de una
determinada sociedad en un
momento histórico específico. Al
respecto México, como miembro de
algunos organismos internacionales
como la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), tiene que
adecuar su política educativa y
responder a los intereses que se
dictan desde el marco de la
globalización. En consecuencia, la
reforma en educación básica en
México se establece desde la
política de Estado, con base en el
Plan Nacional de Desarrollo 2007-
2012, se plantea la transformación
educativa, se da sentido y se
ordenan las acciones de política
pública educativa en México en las
próximas décadas (eje 3.3).
Asimismo, se elaboran los objetivos
del programa sectorial de educación
2007-2012 en congruencia con las
recomendaciones de la OCDE,
como se muestra en el objetivo 5:
“Ofrecer servicios educativos de
2
calidad para formar personas con
alto sentido de responsabilidad
social, que participen de manera
productiva y competitiva en el
mercado laboral”.
En este objetivo se pretende que la
escolarización responda a
demandas del mercado capitalista,
puesto que se encamina a los
estudiantes para ser empleados y
no para buscar una preparación
más amplia en ciencia, tecnología o
arte al término de la educación
básica (en México la educación
básica comprende los niveles de
preescolar, primaria y secundaria y
comprendiendo en total 12 años de
escolaridad obligatoria). Se piensa
en encauzar al egresado de
educación secundaria al trabajo y al
ingreso previendo que no pueda
acceder al nivel medio superior.
Antes se pensaba en los
estudiantes de preparatoria como
posibles trabajadores y ahora desde
la educación básica se les quiere
preparar para el trabajo; para ser
obreros, no patrones, empleados,
no empleadores, para ser
responsables y someterse al
dominio de los empleadores, de los
creativos, de los pueblos científicos.
Sin embargo, es necesario resaltar
la dimensión del currículum como lo
han mencionado algunos autores,
entre ellos López Ruiz (2005), el
reconocimiento del currículum en su
acepción holística o global, se
entiende como un documento
planificado de forma sistemática
donde se plasma la ideología de
una cultura, como un organismo que
se construye y crece en las aulas y
en los centros educativos con la
práctica y como un instrumento de
reproducción y control, o como una
herramienta de transformación para
el desarrollo humano, y de la
sociedad. Entonces veremos que
toda reforma plasma sus
intenciones en los planteamientos
de Planes y Programas. Es a partir
de éstos donde los docentes sabrán
qué es lo que se espera de su
práctica y podrán adecuar la misma
para responder a los propósitos
planteados. De acuerdo con la
segunda acepción, corresponde a
los docentes utilizar al currículum
como un arma para modificar el
entorno comunitario o nacional.
Sin perder de vista el
institucionalmente impuesto, a partir
del currículum, consideramos la
posibilidad de emprender un cambio
3
en las formas de organización y
enseñanza en la escuela y en el
aula, tomando del mismo discurso
elementos que sirvan de sustento
para este propósito.
Con base en del objetivo 5 antes
mencionado “…formar personas con
alto sentido de responsabilidad
social”, se puede realizar en las
escuelas el trabajo cooperativo a fin
de formar individuos autónomos,
responsables con las necesidades
de su entorno social y creadores
que aspiren a mucho más que sólo
ser empleados.
Para que esto sea posible, es
necesaria y prioritaria, la
preparación de los docentes. El
desconocimiento de las intenciones
oficiales en educación provoca la
pasividad y rechazo sin sentido de
cualquier plan o proyecto. Por este
motivo consideramos necesario
conocer las bases teóricas y
metodológicas de La Reforma
Integral de Educación Básica
(RIEB), a fin de encontrar en ellas
posibles herramientas para dirigir
las acciones pedagógicas, hacia la
formación y superación de los
alumnos, en lo individual y de la
sociedad en su conjunto. Desde sus
argumentos poder implementar el
trabajo cooperativo en la institución
y fuera de ella.
Necesidad de ir más allá de la
Reforma educativa
Una de las funciones del currículum
es la social y ésta se aprecia, de
acuerdo con Gimeno Sacristán
(1995), cuando se busca que la
reforma curricular mantenga el
enlace entre la sociedad y la
escuela. En este momento histórico
nacional e internacional, las
características de la sociedad son
complicadas y la tarea de enseñar
lo es aún más. Debido a la
globalización y sus efectos, a la
competencia, a la presencia
constante de los medios de
comunicación audiovisuales, a la
rapidez y fugacidad de la
información, al relativismo y a la
fragmentación de los valores, a las
condiciones familiares, la tarea de
enseñar resulta muy compleja.
Estas características de la sociedad
contemporánea modifican el
comportamiento y el estilo de vida
de las personas, sobre todo de los
niños y de los jóvenes quienes se
encuentran con diversos
distractores que condicionan su
manera de aprender, de
relacionarse y de convivir.
4
La sociedad vive un acelerado
cambio en el ámbito de la
información, que afecta de forma
directa a la educación. Ha cambiado
la disponibilidad de la información y
las posibilidades de actuar a través
de ella, esto influye en la forma de
aprender de los alumnos y por ende
uno de los problemas al que se
enfrenta el docente es la necesidad
de ayudar a los alumnos a
seleccionar la información, a
evaluarla, a interpretarla, a
integrarla en sus esquemas de
conocimiento y a utilizarla.
En este sentido, la escuela deja de
ser la institución fundamental para
el acceso a la información y debe
competir con medios informáticos y
audiovisuales cada vez más
poderosos. Como consecuencia, los
alumnos presentan mayor
disposición para manejar códigos
audiovisuales de forma individual,
pero encuentran dificultades cuando
la tarea exige atención sostenida,
trabajo en equipo, esfuerzo mental,
creatividad y tratamiento de la
información exclusivamente verbal.
Ante esta realidad resulta necesario
buscar alternativas de enseñanza
para que los alumnos trabajen en la
escuela con gusto al encontrar en
ella actividades interesantes y
productivas para su aprendizaje y
su desarrollo. Si el mundo, la
sociedad y las formas de aprender
de los sujetos están en constante
cambio, el currículum y la práctica
educativa no pueden permanecer
estáticos.
También es imperante la
profesionalización de los docentes,
es necesario que reconozcan cuál
es la prioridad de la educación
escolarizada, qué aprendizajes se
espera provocar en los alumnos a
fin de que la vida en la escuela sea
congruente con la vida fuera de ella.
Al conocer los fundamentos de la
Reforma se identificarán en el
discurso elementos que permitan
dar un giro a las prácticas de
enseñanza a fin de hacer de los
estudiantes seres reflexivos,
creadores y conscientes de su papel
ante la naturaleza y la sociedad. Por
ejemplo, la flexibilidad, la
transversalidad y el trabajo
cooperativo que enfatiza en planes
y programas.
Otra característica de la sociedad
actual es la del consumo y desecho
de productos de manera irracional,
la falta de conciencia ambiental y la
competición que se genera por
5
atesorar productos, sin importar ni el
entorno, ni los semejantes, en un
mundo lleno de formación y
actividad no hay tiempo para la
reflexión, la comunicación persona a
persona, aspectos que se retoman
en la reforma educativa, pero que
no se llevarán a la práctica sin la
adecuada preparación de los
docentes.
Por la característica de diversidad
cultural de nuestro país y de acceso
a la información y diversión, existen
diferentes entornos, por lo tanto, las
prácticas educativas deben
responder a esa diversidad. El
currículum oficial y las formas de
enseñanza se pueden adecuar a las
necesidades de cada comunidad y
de cada escuela para lograr el
desarrollo individual y social. Por
eso es indispensable que los
docentes reflexionen en cuanto a
cómo aprenden los alumnos, a fin
de diseñar diferentes estrategias
para la enseñanza. Sin embargo
todo esto no será posible mientras
no se dé un giro en el quehacer de
la escuela y de los docentes, se
necesita organizar el trabajo para
unir esfuerzos y alcanzar metas
comunes.
La Reforma Curricular se inicia a
partir del ciclo escolar 2004-2005
con la reforma de la educación
preescolar promoviéndola con un
fundamento básicamente social; en
2006 se sella a cabo la misma en
educación secundaria y en el 2009
se inicia la implementación de esta
Reforma en educación primaria.
Esta Reforma está orientada a
“elevar la calidad de la educación y
que los estudiantes mejoren su nivel
de logro educativo, que cuenten con
medios para tener acceso a un
mayor bienestar y contribuyan al
desarrollo nacional” (Programa
Sectorial de Educación 2007:11).
Sin embargo no debemos
quedarnos sólo en el discurso
institucional, sino hacer realidad el
alcanzar mejores resultados de
aprendizaje y desarrollo individual y
social. Promover que los alumnos
desarrollen la reflexión y la
necesidad de seguir aprendiendo,
para contribuir con la ciencia, la
innovación, promover la defensa del
ambiente y, lograr el respeto de los
derechos sociales, a partir del
trabajo en cooperación.
6
Fundamentos para el trabajo
cooperativo en educación básica
Un fundamento importante para
modificar la intervención docente se
encuentra en Jacques Delors (2008)
en donde fundamenta como un pilar
de la educación “Aprender a Vivir
Juntos”. En este postulado Delors
menciona que a nivel internacional
se tiende a privilegiar el espíritu de
competencia y el éxito individual y
que es de lamentar que la
educación contribuya a mantener
ese clima, que provoca tensiones y
se fracturan relaciones y se
exacerban rivalidades históricas
entre las naciones.
Para disminuir este riesgo, se
establecerán relaciones en un
contexto de igualdad y que se
formulen objetivos y proyectos
comunes para promover que los
prejuicios y la hostilidad subyacente
se transformen y den lugar a la
cooperación e incluso a la amistad.
La educación por lo tanto debe
orientarse a promover el
descubrimiento gradual del otro,
durante toda la vida, para lograr la
participación en proyectos comunes,
un método más eficaz para evitar o
resolver conflictos latentes.
Cuando se trabaja de manera
conjunta en proyectos atractivos y
que permiten modificar la rutina,
disminuyen y hasta desaparecen las
diferencias, e incluso los conflictos
entre las personas, ello permite
superar las individualidades, y se
valoran los puntos de convergencia
por encima de los aspectos que
separan, dando origen a un nuevo
modo de identificación.
La educación en la escuela, tiene
que disponer el tiempo y las
ocasiones para promover, a los
estudiantes desde pequeños en
proyectos cooperativos, además, los
profesores han de participar
también en esos proyectos,
enriqueciendo al mismo tiempo la
relación entre educadores y
educandos.
Estos argumentos son base para el
planteamiento de la Renovación
Curricular en nuestro país En el
Programa de Educación Preescolar
se identifica como elemental la
influencia de la sociedad para el
desenvolvimiento personal y social
del ser humano, ya que en ese
periodo se desarrolla la identidad
personal, se adquieren capacidades
fundamentales y se aprenden
pautas básicas para integrarse a la
7
vida social. Del tipo de experiencias
sociales en las que los niños
participen a temprana edad,
dependen muchos aprendizajes
básicos para la vida futura.
Desde este nivel se prioriza el
aspecto social para el aprendizaje
por lo que de manera evidente se
promueve el trabajo cooperativo. De
igual manera en educación primaria
y en educación secundaria. Uno de
los campos formativos prioritarios
de los programas de educación
básica es del Desarrollo Personal y
para la Convivencia con lo que se
identifica que la parte social del ser
humano es definitiva para el
aprendizaje.
En los planteamientos de la RIEB se
adopta el término de currículum
flexible, porque se enfatiza el
proceso y no el resultado de
aprendizaje y puede adaptarse a las
situaciones sociales, culturales y
geográficas del grupo de alumnos;
incluso a sus características
individuales.
A diferencia del currículum cerrado,
que, aunque representa comodidad
para el docente porque se limita a
seguir paso a paso los
instrucciones, queda desfasado de
los intereses y necesidades de los
alumnos, ya sea del grupo y/o de la
comunidad. Con el currículo flexible
se facilita en la práctica en la
reconstrucción de lo aprendido fuera
de la escuela de manera reflexiva y
crítica, propicia la creatividad del
docente al adecuar y diseñar
estrategias, actividades de
aprendizaje y de enseñanza,
principalmente en equipos
cooperativos.
En este sentido, parte de las bases
teóricas y metodológicas de la
Reforma Integral de Educación
Básica (RIEB), responden a las
demandas del contexto histórico,
político, social y económico actual,
que son factibles de aterrizar en un
trabajo cooperativo en el aula y en
la institución. Sin embargo para que
se puedan proyectar es
imprescindible el compromiso de los
maestros y de los demás actores
educativos.
De acuerdo con Imbernón (1998), la
preparación profesional del docente
va de la mano con el desarrollo de
la institución, puesto que con el
trabajo y el aprendizaje de manera
colaborativa se logrará el
crecimiento individual e institucional,
lo contrario sucedería si el docente
8
continúa con sus prácticas
tradicionales en el aula y en la
escuela sin la reflexión de lo que se
espera de su quehacer educativo.
El papel del docente
El enfoque de la RIEB está basado
en el desarrollo de competencias,
por lo tanto se requiere de
competencias docentes para hacer
frente a la enseñanza en
competencias. Al respecto,
Perrenoud (2004), menciona que es
necesario redefinir la
profesionalización del docente,
desde el concepto de competencia:
“…la competencia representa la
capacidad de movilizar varios
recursos cognitivos para hacer
frente a un tipo de situaciones”
(2004:11). Asimismo en los
referentes sobre la noción de
competencias en el Plan y los
Programas de Estudio 2009, se
establece que las necesidades de
aprendizaje de los alumnos
mexicanos se relacionan con la
capacidad de reflexión y el análisis
crítico, el ejercicio de los derechos
civiles y democráticos, la producción
y el intercambio de conocimientos a
través de diversos medios; el
cuidado de la salud y del ambiente,
así como con la participación en un
mundo laboral cada vez más
versátil. En consecuencia, el
docente necesita desarrollar
competencias que le ayuden a
alcanzar estos propósitos, los
cuales no logrará sin una adecuada
formación, capacitación y por lo
tanto profesionalización.
Con base en estos planteamientos,
se entiende que los fundamentos de
la RIEB dan a los docentes
herramientas para poder crear,
diseñar, experimentar, conocer
diversas formas de enseñanza,
buscar un desarrollo óptimo de los
alumnos y de la sociedad.
Si bien es cierto lo que dice Pérez
Gómez (1992), la función social de
la escuela está inmersa en la
tensión dialéctica entre
reproducción y cambio, por lo tanto,
se tiene que enseñar al alumno a
pensar críticamente, con atención,
respeto a la diversidad y buscar una
vida democrática con base en la
reflexión y la cooperación. Impulsar
el cambio desde la institución
escolar. Hacer de la escuela una
organización donde todos los
agentes inmersos en la educación
participan de forma organizada con
base en la cooperación. Es
primordial vivir en tolerancia,
9
respetar las diferencias de cada ser
humano y participar activamente en
el desarrollo social; así se establece
el proyecto educativo de nación.
Por otra parte, podemos utilizar el
término flexibilidad para dar el
sentido deseado a la práctica
docente en beneficio del desarrollo
personal de los alumnos y de la
comunidad mexicana y no sólo en el
sentido formulado por los intereses
de instituciones internacionales.
Dentro del propio discurso de la
RIEB se tiene una herramienta
valiosa para la transformación
educativa.
De acuerdo con Orozco Fuentes
(2009), concebir los términos
económicos que permean el
currículum escolar como flexibilidad,
competitividad, calidad eficiencia
desde otro punto de vista como
indicadores de desarrollo humano,
sustentable, inclusión,
reconocimiento de las diferencias
regionales, dar lugar a considerar
los problemas reales de nación y no
en función de la economía global.
La organización del trabajo
escolar con base en la
cooperación.
Desde esta perspectiva y ante la
reforma en educación básica, es
pertinente promover desde la
institución escolar un sistema de
organización con base en los
principios de cooperación, ya que el
trabajo individual no ha dado
respuesta a las necesidades
educativas, al respecto Escorcia y
Gutiérrez, nos dicen:
“…trabajar en equipo es una de las exigencias fundamentales de la profesión docente, siendo cada vez más difícil trabajar de modo individual, y más para quienes forman a los niños y jóvenes de esta sociedad cambiante, pues todos hacen parte de una misma familia y trabajan juntos en una institución …Los docentes deben superar el aislamiento y potenciar el trabajo colaborativo, que contribuya a la consolidación de una nueva cultura cooperativa profesional y la modificación de esquemas tradicionales de gestión, tanto de los centros educativos como de la docencia del aprendizaje, acercándose más al contexto y a los protagonistas, para promover el cambio social y cultural.” (Escorcia y Gutiérrez, 2009:132)
10
Entre docentes de educación básica
se sigue trabajando de forma
individual, cada uno en su aula, y
aunque se tiene un “proyecto común
de escuela”, no hay un compromiso
hacia él, porque en realidad no
surgió de las necesidades de la
propia escuela, aunque en los
fundamentos del mismo se propone
como un trabajo que debe emanar
de la comunidad escolar con base
en sus propias requerimientos. Es
necesario desprenderse de esa
cultura tradicional y emprender
juntos un trabajo colaborativo en
función de las necesidades reales
de una institución escolar que
responda a los requerimiento de
una determinada comunidad, tomar
decisiones en colegiado aunque
éstas no correspondan a las
demandas establecidas
institucionalmente.
El trabajo en el aula tiene que ser
congruente con la organización de
la escuela, por lo tanto en este
artículo proponemos se organice el
aula desde la perspectiva de la
cooperación, por lo cual, es
necesario revisar los planteamientos
de esta forma de trabajo en el aula.
Algunos conceptos en torno a la
estructura del aprendizaje
cooperativo.
Bonals (2007) Nos dice que el
aprendizaje cooperativo se organiza
a través de tres estructuras o
elementos:
La estructura de la actividad.
La estructura de las
finalidades.
La estructura de la autoridad.
La estructura de la actividad es un
concepto clave, ya que configura y
determina la relación que se
establece entre los alumnos en el
aula, así como la relación entre los
alumnos y el profesor, además de
toda la estructura del proceso
enseñanza–aprendizaje; por lo que
estructura de la actividad es el
conjunto de elementos y
operaciones que actúan como
fuerzas y que provocan un
determinado movimiento, efecto o
evolución que regula o condiciona lo
que hacen los alumnos y como lo
hacen. (Cisneros, 2009)
La individualidad, la competitividad y
la cooperatividad son tres
cualidades distintas que puede
tener la estructura de la actividad de
11
una clase, según cuál sea el tipo de
relación que se establece entre los
estudiantes del grupo y según
cuáles sean las finalidades que
persiguen.
La individualista implica que el
alumno un estudiante consigue su
objetivo aprender lo que el profesor
enseña, independientemente de que
los demás consigan su objetivo.
En la actividad competitiva un
estudiante consigue su finalidad,
aprender lo que el profesor enseña
antes que los demás y mejor que
ellos.
En la estructura de la actividad
cooperativa un estudiante consigue
la doble finalidad que persigue,
aprender lo que el profesor le
enseña y contribuir a través del
trabajo en equipo, a que lo
aprendan también sus compañeros
y así aprender a trabajar en equipo
se convierte en una dinámica
diferente que el alumno aprende a
desarrollar
La estructura de finalidades,
identifica lo que los estudiantes
pretenden conseguir y también está
determinada por las tres cualidades
mencionadas con anterioridad
Bonals(2007). Aprender lo que el
profesor le enseña
independientemente de que los
demás consigan su objetivo
(individualista), aprender lo que el
profesor le enseña, antes y mejor
que los demás (competitiva),
aprender lo que el profesor enseña
y contribuir, a través del trabajo en
equipo, a que lo aprendan también
sus compañeros (cooperativo)
Y por último la estructura de la
autoridad, que regula todo lo que se
hace el profesor es el que decide
cómo y qué hay que aprender, qué
hay que evaluar y cómo, también se
determina con las cualidades de
individualidad, competitividad y
cooperatividad.
La estructura de la actividad
individualista y la competitiva,
implican que las relaciones que se
establecen en el aula entre los
alumnos, tengan una influencia
secundaria sobre el rendimiento
escolar y por otra parte, una
concepción de la enseñanza en
donde el maestro es el agente
educativo encargado de transmitir el
conocimiento y al alumno el
receptor que se limita a hacer lo que
el profesor ha decidido.
12
En una estructura del aprendizaje
cooperativo se sabe que los
alumnos aprenden no sólo porque el
profesor les enseña, sino porque
cooperan entre sí, e interactúan
enseñándose unos a otros, la
cooperación. La cooperación entre
iguales que aprenden es la mejor
para favorecer el verdadero
intercambio de ideas y la discusión,
es importante para educar la mente
crítica, la objetividad, y la reflexión
discursiva. Por eso la actividad
cooperativa favorece la autonomía
de los alumnos frente al poder casi
absoluto del profesor.
En el aprendizaje cooperativo, el
profesor fomenta la autonomía de
los alumnos en el proceso
enseñanza–aprendizaje, cuantos
más alumnos haya que puedan
trabajar de forma autónoma,
autorregulando su propio
aprendizaje, más se podrá dedicar a
aquellos que más lo necesitan
porque son menos autónomos.
“En una estructura cooperativa, el
profesor no es el único que enseña
a los alumnos, sino que comparte
con ellos la responsabilidad de
enseñar; los alumnos también se
enseñan unos a otros” (Bonals,
2007: 355).
La estructura de la autoridad se
caracteriza en el papel protagonista
que desempeñan los alumnos
individualmente, en el equipo y en el
grupo; en el caso del trabajo por
proyectos los alumnos eligen el
proyecto, se organizan y establecen
tiempos de elaboración, las fuentes
de investigación y la forma de
presentación de resultados. Todas
estas actividades dirigidas y
supervisadas por el docente en todo
momento, además en algunas
actividades la decisión se puede
tomar en forma conjunta: maestro y
alumnos. Cabe aclarar la escuela y
los maestros tienen que ampliarlas
vivencias infantiles y a presentar a
los niños nuevos retos, que
favorezcan la curiosidad y el interés
para desarrollar más proyectos. Ya
en el aula, el maestro presenta al
grupo una gama de posibilidades
para realizar el trabajo, de manera
que los alumnos no partan de la
nada.
Posibles formas de organización
del trabajo cooperativo
En educación básica, desde
preescolar hasta secundaria es
pertinente y necesaria la
organización del trabajo escolar por
proyectos, por resolución de
13
problemas o conflictos, ya sea en
asamblea grupal o en pequeños
grupos. En estas formas de trabajo
se realizan con base en el acuerdo
común, en ellas se ponen en juego
actitudes y habilidades sociales
necesarias para el logro del trabajo
planteado. Lo importante es que
cada uno de los estudiantes y
maestros involucrados en el trabajo
escolar se comprometan con los
objetivos comunes.
Para realizar el trabajo en el aula es
preciso recuperar las técnicas de
Freinet (1975), porque en ellas se
plantea el trabajo de una manera
cooperativa y solidaria, tanto entre
el profesorado como entre el
alumnado. Se considera la actividad
escolar como un trabajo creativo,
asumido por las personas.
Algunas de está técnicas son:
- El Periódico Escolar y la
Correspondencia. En ellos se
presentan todas las vivencias
y riquezas tanto del los
trabajos escolares y de los
grupos, como de los
individuos y la necesidad de
la comunidad.
- La Conferencia.- El lugar
donde se pone en común el
trabajo de investigación.
- La Asamblea de Clase.-
Momento en que tiene cabida
la de la autogestión escolar y
se realiza la toma de
acuerdos.
- Las Fichas Autocorrectivas.-
que contribuyen al
autoaprendizaje, donde se
respeta el ritmo del
aprendizaje individual.
Sólo nos queda hacer énfasis en
que por muy buenas e interesantes
que sean estas técnicas, si no están
basadas en los principios de
respeto, cooperación, solidaridad y
responsabilidad, no cumplen con su
misión, además la aplicación de
técnicas son sólo parte de todo un
proceso muy complejo que requiere
de una organización y planeación.
Organizar el proceso de aprendizaje
con estas condiciones, no es fácil, y
por lo tanto no se puede improvisar,
Se requiere enseñar a los alumnos
a trabajar en cooperación.
La principal condición para llevar a
cabo un aprendizaje basado en un
trabajo en equipo cooperativo es la
enseñanza de habilidades
14
comunicativas y sociales. El
docente también desarrolla su
propio aprendizaje a partir de la
práctica de las habilidades sociales
y de comunicación, mismas que
implican la práctica de valores en
todo momento de la práctica
educativa
Cuando se plantea el trabajo por
resolución de problemas o de una
situación conflictiva, el docente
toma del contexto real y cercano a
los estudiantes la situación a
resolver de manera que los alumnos
se involucren al elaborar un plan de
solución. Es conveniente que el
docente indique si el problema se
resolverá en parejas, en pequeños
grupos o en asamblea. En todo
momento del proceso el maestro
observa las interrelaciones que se
generan en el trabajo e interviene si
es necesario cuando ve que entre
compañeros no hay acuerdos o que
no se respetan las normas
establecidas por el grupo y originan
conflictos o cuando los alumnos
prestan dificultades con el objeto de
aprendizaje.
En esta propuesta es conveniente
rescatar las ideas de Freinet (1975),
en cuanto la democracia: La
estructura escolar, tiene que
funcionar democráticamente tanto
desde el punto de vista de la
escuela como institución y en el
aula con el grupo.
Se pretende que la escuela sea
transformadora de la realidad para
lo cual se requiere analizar,
reflexionar y actuar para la no
reproducción de las mismas
relaciones de dominación y buscar
el desarrollo individual y social.
La estructura de aprendizaje
organizada de manera cooperativa,
posibilita que las escuelas se
transformen cada vez más en
escuelas para todos, en las que
todos y cada uno de los individuos
inmersos en el proceso educativo
aprenden se desarrollan, crecen;
respetando y exaltando las
diferencias con lo cual se permite y
se potencia el crecimiento y
desarrollo de los otros y de la
sociedad. Aunque tradicionalmente
hemos creído que para avanzar, se
debe obstaculizar el avance de los
otros, con al trabajo en equipo es
posible avanzar todos juntos y
alcanzar una educación de mayor
calidad.
15
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