elias canetti mistico

4
07/12/2005 10:37 AM LA NACION LINE Page 1 of 4 http://www.lanacion.com.ar/herramientas/printfriendly/printfriendly.asp?origen=3ra&nota_id=719841 Suplemento Cultura Domingo 10 de Julio de 2005 Fotos > Ver más Fotos Premio Nobel de Literatura en 1981 El purgatorio místico de Elias Canetti Este mes se cumplen cien años del nacimiento del escritor austríaco. Su obra más celebrada, la novela Auto de fe, es una parábola visionaria del delirio autodestructivo de la razón occidental Como la de Kafka, la escritura de Elias Canetti es una vasta metáfora acerca de la condición humana, sin el formidable aparato de enigmas propio del autor de La colonia penitenciaria. Canetti nació el 25 de julio de 1905 en Rustschuk (hoy Ruse), una pequeña ciudad de Bulgaria en la frontera con Rumania. Sus padres pertenecían a familias de comerciantes adinerados de origen sefardí, con ramificaciones en los Balcanes y en Turquía. Los remotos antepasados de Canetti, expulsados de España en 1492 por los Reyes Católicos, llevaron su lengua española a Turquía y allí la conservaron, de manera que en su temprana infancia Canetti hablaba búlgaro y ladino. El padre se trasladó en 1911 con los suyos a Manchester, donde murió inesperadamente un año después. El niño quedó devastado por esta pérdida temprana, a la que nunca se sobrepuso totalmente. La madre, culta, sobreprotectora y exigente al extremo, le trasmitió su avidez por las altas expresiones de la cultura. Preocupada ante el porvenir de sus hijos (Elias tenía dos hermanos menores), la joven viuda se asentó por breve tiempo en Viena y llevó a la familia primero a Zurich y luego a Francfort sobre el Meno, ciudades donde el niño cursó sus estudios primarios y secundarios. La inflación los condujo nuevamente a Viena. En 1929, Canetti obtuvo el título de doctor en Química. Entre tanto, había estado una temporada en Berlín y allí conoció a George Grosz, a Isaac Babel y al precoz Bertolt Brecht, quien lo impresionó por su cinismo. Pero el pensamiento de Karl Kraus fue la influencia más duradera e intensa que recibió en Viena Canetti, asiduo asistente a las disertaciones que el editor y redactor de la ahora mítica revista Die Fackel ofrecía a una entusiasta concurrencia. Gracias a Kraus, erigió Canetti, como una de sus plazas fuertes, un respeto y adhesión inconmovibles a un tipo de lenguaje incontaminado y austero. Desde antes, y por insistencia materna, Canetti había reemplazado búlgaro, ladino e inglés por el idioma alemán, del que terminó por enamorarse, y que, según cuenta en su autobiografía, era la lengua en que los padres se comunicaban en sus momentos de intimidad, circunstancia que el niño sentía como una exclusión. Cuando contaba veinticinco años y ya había decidido volcarse totalmente a la escritura, las esclusas de la creación se le abrieron. De este modo surgió una novela única, de desusada intensidad, como parte de un plan gigantesco, que consistía en la composición de ocho novelas con el título general de Comedia humana, a la manera de Balzac, y dirigida según su intención, "a los locos". El plan se redujo drásticamente y quedó solo Die Blendung, novela aparecida en 1936 pero terminada en 1931, la cual, tras su tercera edición en 1963, cuando el autor contaba casi sesenta años de edad, lo catapultó a la fama, que empezó desde entonces a cortejarlo. Ya antes había sido traducida al inglés con el título de The Tower of Babel y al francés como La Tour de Babel. El eco había sido mínimo hasta 1963. En pleno milagro alemán, Die Blendung fue redescubierta con asombro y sorpresa por parte de crítica y público. El entusiasmo que sobrevino por su original fiereza en el planteamiento y el desarrollo de sus temas no había sido unánime. Thomas Mann la calificó de "perversa", Hans Magnus Enzensberger la definió como

Upload: quinbusflestrin

Post on 18-Jul-2016

10 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

ESSAY

TRANSCRIPT

07/12/2005 10:37 AMLA NACION LINE

Page 1 of 4http://www.lanacion.com.ar/herramientas/printfriendly/printfriendly.asp?origen=3ra&nota_id=719841

Suplemento CulturaDomingo 10 de Julio de 2005

Fotos

> Ver más Fotos

Premio Nobel de Literatura en 1981

El purgatorio místico de Elias CanettiEste mes se cumplen cien años del nacimiento del escritoraustríaco. Su obra más celebrada, la novela Auto de fe, es unaparábola visionaria del delirio autodestructivo de la razón occidental

Como la de Kafka, la escritura de Elias Canetti es una vasta metáfora acerca de la condición humana,sin el formidable aparato de enigmas propio del autor de La colonia penitenciaria.Canetti nació el 25 de julio de 1905 en Rustschuk (hoy Ruse), una pequeña ciudad de Bulgaria en lafrontera con Rumania. Sus padres pertenecían a familias de comerciantes adinerados de origen sefardí,con ramificaciones en los Balcanes y en Turquía. Los remotos antepasados de Canetti, expulsados deEspaña en 1492 por los Reyes Católicos, llevaron su lengua española a Turquía y allí la conservaron, demanera que en su temprana infancia Canetti hablaba búlgaro y ladino. El padre se trasladó en 1911con los suyos a Manchester, donde murió inesperadamente un año después. El niño quedó devastadopor esta pérdida temprana, a la que nunca se sobrepuso totalmente. La madre, culta, sobreprotectoray exigente al extremo, le trasmitió su avidez por las altas expresiones de la cultura. Preocupada anteel porvenir de sus hijos (Elias tenía dos hermanos menores), la joven viuda se asentó por breve tiempoen Viena y llevó a la familia primero a Zurich y luego a Francfort sobre el Meno, ciudades donde elniño cursó sus estudios primarios y secundarios. La inflación los condujo nuevamente a Viena.En 1929, Canetti obtuvo el título de doctor en Química. Entre tanto, había estado una temporada enBerlín y allí conoció a George Grosz, a Isaac Babel y al precoz Bertolt Brecht, quien lo impresionó porsu cinismo. Pero el pensamiento de Karl Kraus fue la influencia más duradera e intensa que recibió enViena Canetti, asiduo asistente a las disertaciones que el editor y redactor de la ahora mítica revistaDie Fackel ofrecía a una entusiasta concurrencia. Gracias a Kraus, erigió Canetti, como una de susplazas fuertes, un respeto y adhesión inconmovibles a un tipo de lenguaje incontaminado y austero.Desde antes, y por insistencia materna, Canetti había reemplazado búlgaro, ladino e inglés por elidioma alemán, del que terminó por enamorarse, y que, según cuenta en su autobiografía, era lalengua en que los padres se comunicaban en sus momentos de intimidad, circunstancia que el niñosentía como una exclusión.Cuando contaba veinticinco años y ya había decidido volcarse totalmente a la escritura, las esclusas dela creación se le abrieron. De este modo surgió una novela única, de desusada intensidad, como partede un plan gigantesco, que consistía en la composición de ocho novelas con el título general deComedia humana, a la manera de Balzac, y dirigida según su intención, "a los locos". El plan se redujodrásticamente y quedó solo Die Blendung, novela aparecida en 1936 pero terminada en 1931, la cual,tras su tercera edición en 1963, cuando el autor contaba casi sesenta años de edad, lo catapultó a lafama, que empezó desde entonces a cortejarlo. Ya antes había sido traducida al inglés con el título deThe Tower of Babel y al francés como La Tour de Babel. El eco había sido mínimo hasta 1963. En plenomilagro alemán, Die Blendung fue redescubierta con asombro y sorpresa por parte de crítica y público.El entusiasmo que sobrevino por su original fiereza en el planteamiento y el desarrollo de sus temas nohabía sido unánime. Thomas Mann la calificó de "perversa", Hans Magnus Enzensberger la definió como"insoportable" y para el sumo pontífice de la crítica alemana, Marcel Reich-Ranicki, era "repugnante",

07/12/2005 10:37 AMLA NACION LINE

Page 2 of 4http://www.lanacion.com.ar/herramientas/printfriendly/printfriendly.asp?origen=3ra&nota_id=719841

"insoportable" y para el sumo pontífice de la crítica alemana, Marcel Reich-Ranicki, era "repugnante",en cuanto provocaba e irritaba simultáneamente a los lectores. Pese a ello, la obra sacó a Canetti dela oscuridad en que hasta entonces había vivido y las traducciones se fueron multiplicando.En el ámbito hispanohablante, el título se convirtió en Auto de fe, en alusión al fuego que incendia yconsume al protagonista. Es fundamental recordar que el incendio del Palacio de Justicia en 1927 enViena, consecuencia del sangriento choque entre manifestantes y policías, causó una profundaimpresión en el ánimo del autor y fue uno de los puntos de partida para su creación. El términoBlendung, que no fue el primero que se le ocurrió a Canetti, es ambiguo, porque en él se confundenmuchos sentidos. Quiere decir "enceguecimiento", pero también "deslumbramiento" y "ofuscación". Estávinculado con la luz o la falta de ella y apunta a varios niveles. El protagonista de la novela, elsinólogo de fama mundial Peter Kien (que debió ser en un principio "Kant"), acciona, o mejor,reacciona frente a los fenómenos y exigencias de la vida según una perspectiva muy peculiar. En laViena de la década del veinte, en medio de los coletazos de la primera posguerra, que habíadesquiciado los valores tradicionales, Kien vive aislado y dedicado pura y exclusivamente a los libros yal cultivo de la literatura y cultura chinas, en las antípodas de los intereses occidentales. Estaactividad lo aparta del comercio con los otros seres humanos, a quienes por lo demás desprecia,protegido, en espléndido aislamiento, por una inmensa biblioteca y su fortuna personal. Entre elmundo y él, Kien ha levantado una barrera infranqueable. Pero el mundo ingresará en su habitáculo,encarnado en una mujer, y el edificio cuidadosamente construido por el sinólogo terminará porderrumbarse. La causa primera de esta caída reside naturalmente en su propia idiosincrasia, pero lasegunda lleva el nombre de su ama de llaves, Therese Krumbholz, una de las figuras más malignascreadas por la literatura de todos los tiempos, con la cual, para acrecentar su propia comodidad, Kiense casa sin el menor afecto ni contacto. Despechada, Therese maniobra y concluye por echarlo a lacalle, donde comienza su desenfrenada carrera hacia la propia destrucción.Se trata, con palabras de Edgar Piel, de un "purgatorio místico". La novela de Canetti es una parábolavisionaria y extremadamente elocuente del delirio autodestructivo que orienta en nuestro siglo larazón occidental, de acuerdo con la expresión de Claudio Magris. Canetti se designa a sí mismo como"guardián de la transformación" a la que se siente obligado, frente a las fijaciones (Fixierungen)unilaterales y a las rígidas formas de un pensamiento ideológico, para mantenerse despierto en unarepresentación literaria y vital de la variabilidad de las costumbres y posibilidades humanas. De estemodo, el creador debe buscar una nueva dimensión de la existencia humana tanto en la tradiciónliteraria como en el mito.Canetti se toma el mundo y a sí mismo muy en serio. Vivir en el mundo es, para él, una actividad queexige respeto y una responsabilidad suma. "La literatura puede ser lo que uno quiere que sea, perohay una cosa que, al igual que la humanidad cuando cree en ella, no es: una cosa muerta", afirmó,porque la considera al mismo tiempo misión y responsabilidad. Fueron las palabras, hay que recordar,las que llevaron en gran medida a la Segunda Guerra Mundial, en virtud de las situaciones y pasionesque supieron provocar. Canetti siempre fue consciente del papel de las palabras como suscitadoras dela realidad. Esa responsabilidad, que exige del portador y creador de las palabras y que constituyecomo tal al escritor, al poeta, es lo que establece las distancias respecto al mero esteticismo o a lapostura de quien registra lo que ocurre en torno como si fuera un protocolo notarial. Y esto, deacuerdo con Canetti, solo puede lograrse en una proximidad absoluta respecto a la realidad, con todossus acuerdos y contradicciones. Solo en la total vivificación del hombre, enseña el autor de La boda(Die Hochzeit, 1932), puede superarse la muerte o, por lo menos, las configuraciones de unpensamiento disfrazado de adicción a la muerte.

07/12/2005 10:37 AMLA NACION LINE

Page 3 of 4http://www.lanacion.com.ar/herramientas/printfriendly/printfriendly.asp?origen=3ra&nota_id=719841

La advertencia y destrucción de lo malo, de lo inhumano, del egocentrismo extremo, puede surgir,contrario sensu, de su despiadada exhibición. Lo chocante y lo terrible servirán así de prevenciónterapéutica. En la novela citada, tanto Therese, Benedikt Pfaff, un sádico absoluto, y SiegfriedFischerle, un rufián jorobado que alberga la pretensión de convertirse en campeón mundial de ajedrez,conforman un trío grotesco, lleno de intenciones y conductas perversas. Pero lo trágico se ofrece en lanovela de la mano de lo cruelmente cómico o francamente grotesco. Para Kien existen sólo los libros.Los seres humanos son terra incognita o unos entes desdeñables y, debido a su índole, las acciones delos personajes estarán signadas por la desmesura. Por otra parte, el habla jamás se les convierte encomunicación, que es lo que Canetti denomina con fórmula maestra "la máscara acústica" de cadaindividuo.Los límites dentro de los cuales uno se encuentra encerrado llevan el signo de una fatalidad siniestra.Las desdichas de Kien, expulsado de su hogar, están narradas en un tono seco y despojado, lacónico ydesprovisto de afecto, debajo del cual fluye una terrible ironía. El incendio de su biblioteca, al final,que también concluye con esta caricatura de erudito, se le aparece en su locura envuelto en un míticoincendio del universo. Claudio Magris llama a esto "tragedia de la individualidad".Canetti es también autor de un ensayo fundamental que le llevó larguísimos años de investigación:Masa y poder (Masse und Macht, 1960), que acumula incontables datos provenientes de la antropología,la etnografía, la sociología y la historia de la cultura. En este gigantesco intento el autor se vuelca aexplicar el diálogo entablado entre la masa informe y maleable y quienes detentan el poder. Tresdramas de su autoría exponen la decadencia de la sociedad austríaca en el período de entre guerras.El problema de la muerte, a la que se opondrá con vehemencia durante toda su vida, se plantea en eldrama Los emplazados (Die Befristeten, 1956).Mientras permaneció en Viena, hasta la Anschluss (la anexión de Austria al Tercer Reich) en 1938,cuando se vio obligado, para salvar su vida, a huir y trasladarse a Londres, Canetti llevó una vidaintelectual muy activa. Sus interlocutores se llamaban Karl Kraus, Robert Musil, Hermann Broch y,entre los ya muertos, Franz Kafka, a quien dedicó un ensayo decisivo (El otro proceso de Kafka, 1969).Sería asimismo injusto dejar de mencionar a Stendhal, quien, de acuerdo con la confesión del propioCanetti, contribuyó a moldear su propio estilo ascético, del que dan testimonio las escrupulosaspáginas de su autobiografía (La lengua absuelta, 1977; La antorcha al oído, 1980; El juego de ojos,1985) y sus apuntes y aforismos, ejemplos de una inteligencia penetrante y altamente original (Laprovincia del hombre, 1973; El suplicio de las moscas, 1992). Todo esto lo ha convertido, sin lugar adiscusión, en uno de los paradigmas de la prosa literaria del siglo XX, una de cuyas cumbres es Auto defe.Afirmado su prestigio, Canetti obtuvo las más altas distinciones, tanto en el ámbito de lengua alemanacomo fuera de él. Todo ello culminó en el premio Nobel que le fue otorgado merecidamente en 1981.La muerte, su obsesión, a la que tanto combatió en sus escritos y a la que llegó a calificar como una"mistificación", lo sorprendió en Inglaterra, su patria de elección, el 14 de agosto de 1994.

Por Rodolfo Modern Para LA NACION - Buenos Aires, 2005

Inédito

En el centenario de Canetti, acaba de publicarse en español su libro Fiesta bajo las bombas, crónicade los años ingleses del escritor a partir de 1939. Es uno de los últimos escritos inéditos de Canetti quepodrán leerse hasta la apertura de su archivo, que se realizará sólo en 2024 por voluntad expresa delautor.

07/12/2005 10:37 AMLA NACION LINE

Page 4 of 4http://www.lanacion.com.ar/herramientas/printfriendly/printfriendly.asp?origen=3ra&nota_id=719841

autor.http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/cultura/nota.asp?nota_id=719841LA NACION | 10.07.2005 | Página 3 | Suplemento Cultura

Copyright 2005 SA LA NACION | Todos los derechos reservados