en qué creer en esta Época de ismos

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¿En qué creer en una época de ismos? Todo es un maldito argumento para un ismo, en el mejor de los casos, muy grupal, casi personal. Se dice que vivimos una época de diversidad cultural y conectividad, pero resulta que ni todos podemos acceder a esa conectividad y tampoco somos lo suficientemente tolerantes para tanta explosión de singularidades. O al menos ese aprendizaje de respeto o solidaridad no se manifiesta elocuentemente; los genocidios y guerras urbanas, nos quitan mucha de la duda que podría sostenerse. ¿Puede existir un desfile de modas necrofílico y al mismo tiempo mantenerse los formatos de belleza y estética modernos? Pues sí. Al parecer es el malestar, la distorsión de los tiempos referidos a la ruptura de lógicas comerciales y culturales, pero no hacen sino comerse la cola a la vuelta de la esquina, pues siguen adoctrinando a las generaciones para venerar una figura esbelta y perfecta (aceptada desde Paris hasta New York), así deba sangrar por la boca o gustar del sadomasoquismo soft con

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ismos en ecuador, problemática, filosofía urbana

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En qu creer en una poca de ismos?

Todo es un maldito argumento para un ismo, en el mejor de los casos, muy grupal, casi personal. Se dice que vivimos una poca de diversidad cultural y conectividad, pero resulta que ni todos podemos acceder a esa conectividad y tampoco somos lo suficientemente tolerantes para tanta explosin de singularidades. O al menos ese aprendizaje de respeto o solidaridad no se manifiesta elocuentemente; los genocidios y guerras urbanas, nos quitan mucha de la duda que podra sostenerse.

Puede existir un desfile de modas necroflico y al mismo tiempo mantenerse los formatos de belleza y esttica modernos? Pues s. Al parecer es el malestar, la distorsin de los tiempos referidos a la ruptura de lgicas comerciales y culturales, pero no hacen sino comerse la cola a la vuelta de la esquina, pues siguen adoctrinando a las generaciones para venerar una figura esbelta y perfecta (aceptada desde Paris hasta New York), as deba sangrar por la boca o gustar del sadomasoquismo soft con hardcore, se sigue separando las brechas en la significacin de lo bello y lo inaceptable, lo esttico y lo antiesttico. La vanguardia se ha alineado mucho ms a las Industrias Culturales y sus nuevas investigaciones en el orden del nuevo consumo y la conformacin de nuevos pblicos.Me dirn que hay deconstrucciones y que no se debe ser tan tajante, pues bueno, lo mismo les dira a las industrias culturales que toman las pocas evidencias de verdadera singularidad cultural y las encasillan en un disco, llavero y camiseta, como lo hicieron con Woodstock aos atrs. Y no tiene nada de malo ms all de cualquier sermn sociolgico marxista de ultranza-, pero el problema radica en que siguen conformndose pblicos epidrmicos, de ropa y actitud, pero con un extravo epistemolgico fundamental. Y es que (por ejemplo) hasta a la epistemologa del rock la trastocaron desde que a alguien (en el mundo del marketing y consumo de productos culturales) se le ocurri borrar la historia para reivindicar a supuestos estilos ms mortales y violentos.[footnoteRef:1] Paradjicamente estos nuevos valores son los que estn ms estn controlados y mercantilizados que nunca. Igual camino corren su msica, ropa y actitudes. La mala onda es que estas nuevas revoluciones no lo son, se muestran como tal, se aceleran en el hedonismo, navegan en nuevas y viejas drogas, pero de cambiar algo en la sociedad que dicen rechazar, pues nada de nada. Hace poco haca una broma irnica cuando me preguntaban por qu yo deca que el rock ha muerto les contestaba que las temticas diablicas, de muerte, sangre y el posterior after-party de dicho hapenning, me recordaban a un cruel velatorio mordaz de los antiguos valores contraculturales del rock. Ser ste el lei motiv para asistir a una banalizacin de una nueva necrofilia, un nuevo sentir ms transparente y que posee fugas conscientes hacia los comportamientos masivos ms tradicionales y que dicen criticar y abandonar? [1: Aqu habra que puntualizar los hechos en la historia del rock; ahora se visibiliza un rechazo al discurso del rock de los aos 60s con respuestas artsticas como el punk o el heavy. Sin embargo, hay que precisar que los pblicos que asistieron a estos nuevos procesos ya fueron asimilados mejor por las nuevas industrias culturales. Es un hecho que existen grupalidades rock con discursos muy radicales y que no se dejan absorber por el mercado formal, pero con el tiempo lo harn. Me baso en el ejemplo cotidiano de la banda de rock y su dilogo con los nuevos escenarios del estrellato una vez alcanzada la difusin pblica de su obra (redes y eventos artsticos de estas grupalidades) y su funcin en la conformacin social. Si sopesamos, la antigua contracultura buscaba cambios masivos, en cambio las nuevas grupalidades buscan un cambio radical pero para su grupo o tendencia; el arquetipo contracultural cay en desuso debido a factores histrico-sociales (muerte del comunismo, de los movimientos contraculturales masivos, etc) y desde luego las nuevas industrias culturales han perfeccionado sus estrategias de mercadeo y promocin para la nueva masa que reclama salir mediante el reconocimiento de su diversidad. Las NTICS juegan un papel fundamental al momento de seccionar los canales populares y los alternativos, aunque todo est cuidadosamente planificado para evitar el caos y la destruccin total. ]

Ahora hay marchas para todo

Echarle la culpa al hombre de esto- es como culpar al toro de haber cogido al torero. Antes la excitacin era privada, ahora es un gran negocio. El placer de los hombres est cada vez ms sometido a la pornografa y a la belleza estril, infecunda. Estn obligados a mirar cuerpos todo el tiempo. Les venden viagra para rendir mejor. La mujer se ha ido haciendo cada vez ms sujeto y ms objeto. Cada vez ms libre, cada vez ms guapa e inalcanzable. Y cada vez ms dura.Nancy Huston

Ahora hay marchas para todo, la diversidad se ha transformado en unvocas formas de grupalizar la protesta, muchos/as se quejan que los Estados rompen la participacin cuando en verdad quien trastoca la protesta y la rebelda es la misma industria cultural y las dinmicas sociales que cada vez ms se ligan al capitalismo digital y las nuevas relaciones sociales en las redes sociales, mediadas en gran medida por las presiones del uso comercial de las NTICS. Protestar y organizar marchas es la salida, la muestra necesaria para demostrar el apoyo y minimizar a la oposicin. En algunos pases latinos, por ejemplo, se ha puesto en boga la marcha de las putas que recogen asuntos que la modernidad dej pendiente en cuanto a los derechos de la mujer y las minoras sexuales, en contra de la violencia simblica, en contra de la sociedad machista que restringe y acusa a las mujeres por manifestar su libertad sexual, su independencia econmica, su derecho para vestirse como quieran sin que ello deba significar agresin pblica o acoso. Hasta all todo bien, el problema es que esta protesta, niega diferencias evidentes entre hombre y mujer como la reproduccin, en donde el hombre y la mujer son parte de un juego de atraccin, seduccin y reproduccin. Si bien el machismo se ha establecido como un predominante violento socio-histrico, el feminismo actual se ha visto alterado debido al efecto de las industrias culturales y la banalizacin ideolgica que se promueve, olvidando que su lucha se basa en la defensa del gnero, no en contra de los hombres y su pobre educacin o nefastos referentes instintivos. Como lo deca la ex feminista Nancy Huston el feminismo ms puritano no sabe qu hacer con la coquetera, se enreda y en su intencin de manifestacin reinvindicativa extrema termina trastocando la relacin consigo mismas. Las feministas siempre han considerado que las mujeres son obligadas por el hombre a ponerse guapas, y eso les parece mal. Pero la coquetera y la seduccin son universales. Actan como motor de la reproduccin, y el 80% de las mujeres que nacen tienen hijos. No sirve de nada negarlo. La igualdad est muy bien, pero para conseguirla es necesario saber que hombres y mujeres parten de lugares distintos, y que mientras nosotros negamos esas diferencias, el capitalismo las exacerba con toda tranquilidad. [footnoteRef:2] [2: Ver en http://custodiapaterna.blogspot.com/2013/03/el-feminismo-mas-puritano-nunca-ha.html]

Alguien me lo deca en clase yo me acerco a la chica feminista y es bravsima- pero de pronto ella toma la iniciativa, ella es ms preparada, ejecutiva, gerenta, y se empieza a tener un cuidado ms por lo superfluo que por lo esencial, es decir la sensualidad, la conquista, las relaciones. Este nuevo escenario, esencialmente moderno y capitalista, es la nueva configuracin comercial-cultural de la trastocada relacin de poder, la cual ahuyenta el antiguo juego de la seduccin, en donde el hombre buscaba a la mujer, y la mujer se mostraba, coqueteaba, rechazaba, decida, etctera. No hay cambios singulares en s, pues puede pasar al revs, pero el alambrado propuesto por el extremismo de moda hace que la respuesta o juego sea unvoco, parcial. En resumen, ste sera un nuevo ismo, tal vez ms desacertado que el criticado machismo.[footnoteRef:3] Sin detenerse demasiado en formalismos, Huston tambin reivindica el rol de hombre en este nuevo pseudo-escenario diciendo El feminismo ms puritano, ese que piensa que la sexualidad y la belleza son malas, nunca ha sabido qu hacer con la coquetera Pero esa tendencia, lejos de disminuir, cada vez va a ms. Es acaso un complot de los hombres? Quiz las mujeres somos tontas? La libertad de las mujeres pasa por desnudarse cada vez ms, por reconstruirse y retocarse.[footnoteRef:4] [3: Hay que aadir que en Quito, la marcha de las putas se realiza en un sector de la ciudad llamado La Zona, donde la gran mayora de estas grupalidades se manifiestan sin percibir la opinin o criterio ciudadano que est por fuera de este lugar, que podramos denominarlo como no tolerante. La marcha tan slo recorre este sector exclusivo, dejando de lado otros sectores en donde las personas podran coadyuvar ms para un verdadero dilogo alrededor de los principios ideolgicos, sociales, culturales e histricos de la marcha. Podra tratarse de una prohibicin municipal, lo cual otra vez deja a la luz la contradiccin esencial de la protesta, pues no es para todos/as, no es vista por todos/as y sin embargo dice hablar por todos/as.] [4: La mujer es el origen del mundo, y el hombre siempre ha tendido a reglamentar su derecho de posesin sobre la mujer, contina Huston. Pero con la llegada de la fotografa y el cine la relacin cambi de una forma espectacular. Las mujeres comenzaron a querer ser como las actrices de las pelculas y las modelos, a querer tener ropa bonita y a estar guapas, y el capitalismo aprovech para desarrollar varias industrias millonarias: la de la belleza y la moda, la de las dietas, los frmacos y la ciruga esttica, y, sobre todo, las de la pornografa y la prostitucin. Todo eso ha aumentado la vulnerabilidad del hombre ante la visin de una mujer bella, creando millones de adictos al sexo, y ha llevado a las mujeres a querer ser cada vez ms guapas durante ms tiempo, o a intentarlo al menos, maquillndose, operndose, rehacindose hasta el infinito. Ver en http://custodiapaterna.blogspot.com/2013/03/el-feminismo-mas-puritano-nunca-ha.html]

No es el fin, peroEntonces cmo entenderse en esta nueva relacin: nuevas industrias culturales lucha por cambios socio-culturales? Cmo desenvolvernos en una suerte de modas culturales que promueven el hedonismo y la lucha por ciertos poderes, antes que buscar la liberacin, la satisfaccin o comunicacin humanas? Qu hacer ante la esquizofrenia de los movimientos sociales, que han distorsionado las luchas hasta dejarlas en un nivel maniqueista, distorsionado y mucho ms extremizado que antes?... Todas estas intenciones caen en manos de las nuevas industrias culturales que protegen las distinciones, pero globalizan su oferta, transparentando lo esencial y extremizando lo que consideran fundamental. Los aportes tericos que son referentes para estos movimientos y otros, parten desde sus propios epistemes, desde sus visiones del mundo, legitimando su lectura histrica y por ende, conveniencias metodolgicas. La educacin pasa a ser un asunto de influencias ideolgicas y no el elemento liberador humano. Luego la discusin no es qu cambiamos en sociedad, sino cmo me ayuda a hacer lo que quiero, que en suma es lo que la industria cultural te dicta como correctamente revolucionario en tu grupo, claro est. Profundamente individualista, capitalista.Quiero aclarar que no intento devaluar las protestas ni las reinvindicaciones sociales-sexuales-de gnero, o anticapitalistas, ecolgicas, anticonsumo, es necesario que existan[footnoteRef:5] pero no podemos asistir a la devaluacin de las protestas slo por el hecho que el mercado nos dicta que ahora es el momento del hedonismo o la soledad. El mecanismo de conformacin de ghettos ideolgicos es la vieja elaboracin de compartimentos comerciales, sino que adaptadas a estas nuevas grupalidades y sus dinmicas. [5: Muchos activismos fueron heredados desde los aos 60s y 70s alrededor de la llamada y fenecida contracultura.]

Entonces ni en la protesta hallamos el cambio, ni en el rock, ni en el consumo, en suma. W. Benjamin hablaba del aura en el autntico arte. La industria cultural reorganiz la experiencia artstica y ha constituido la nueva aura alrededor del status, de la diferencia superficial, antes que desde las contradicciones, coincidencias o polmicas socio-histricas de fondo. Entonces las nuevas lecturas s seran fundamentales para cambios verdaderos, para reventones y/o conciertos destructivos, instituciones, iglesias, fbricas o casas de gobierno en llamas.

PV 2013