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BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL ESTATAL
PROFESOR JESÚS PRADO LUNA
ENSAYO SOBRE LOS PROBLEMAS Y RETOS DE LA EVALUACION
EDUCATIVA EN MÉXICO
ARCE SANCHEZ CRISTHYAN
MYRIAM GOMEZ SOLIS
La educación en México a pasado por muchos cambios, mas especifico en cuanto a la
evaluación se refiere, durante los primeros años se constataba con ayuda de los test y/o
exámenes escritos, lo cual solo presentaba resultados de que el alumno solo retenía esa
información de manera memorística y no la desarrollaban aun mas.
Estas pruebas arrojaban conocimientos o actitudes muy implícitos sin aquella teoría explicita, a
partir de ahí fue cuando nacieron aquellos exámenes con un carácter más formal de manera
escrita u oral. Guba y Lincoln (1989) se refieren a esta evaluación como a la primera
generación, que puede legítimamente ser denominada como la generación de la medida.
Durante cada proceso educativo se integraban diversos elementos, entre ellos, los alumnos y
los docentes, las metodologías de enseñanza y aquellos programas que orientan el estudio, las
instalaciones y los medios con los cuales el sistema normaliza y orienta el proceso de
enseñanza aprendizaje.
Durante los años veinte, la docimologia hacia su acercamiento a la verdadera evaluación
educativa como una corriente independiente. Durante este tiempo era muy criticada la
separación de lo que se enseñaba en las escuelas y aquellas metas que se querían lograr. La
evaluación pasaba a ser la última participación personal del docente, hacia esta problemática,
se propusieron la elaboración de taxonomías para formular objetivos; la diversificación de
aquellas fuentes de información, los expedientes académicos, los test y los exámenes; la
unificación de criterios de corrección a partir del acuerdo entre los correctores de las pruebas;
y la revisión de los juicios de valoración mediante procedimientos tales como la doble
corrección. Tyler es el autor de esto, por eso se le denomina como el padre de la evaluación y
si analizamos a fondo podemos observar que varias de estas técnicas todavía se encuentran
vigentes.
Ya para los años sesenta, Scriven nos señala dos funciones distintas que pueden adoptar la
evaluación: la formativa, la cual funciona para calificar aquel proceso de la evaluación al
servicio de un programa de desarrollo como objeto de mejorarlo; y la sumativa, que es para
aquel proceso orientado a comprobar la eficacia del programa y tomar decisiones sobre su
continuidad.
En 1982 Guba y Lincoln nos hablan de más de cuarenta modelos propuestos en estos años, una
segunda época en la proliferación de modelos es la representada por los modelos alternativos,
que con diferentes concepciones de la evaluación y de la metodología a seguir comienzan a
aparecer en la segunda mitad de esta década de los setenta.
A finales de los ochenta, Guba y Lincoln ofrecen una alternativa evaluadora, que ofrecen una
alternativa evaluadora, que denominan cuarta generación, pretendiendo superar lo que según
estos autores son deficiencias de las tres generaciones anteriores. La alternativa de Guba y
Lincoln la denominan respondente y constructivista, integrando de alguna manera el enfoque
respondente propuesto en primer lugar por Stake en 1975, y la epistemología postmoderna
del constructivismo.
Estos tres tipos de evaluación es necesario tenerlos muy presentes durante la práctica docente
ya que permite saber desde dónde se puede iniciar, con qué conocimientos cuenta el alumno,
qué es lo que falta por aprender, etc. Así como también es necesario llevar la evaluación
procesual que es la que te permite saber si los alumnos han estado aprendiendo y de lo
contrario permite regresar a tiempo para ver algún tema que no haya quedad claro y para
finalizar la evaluación de término permite al docente ver los avances de los alumno y saber si
se llegó a lo que se pretendía durante el curso, la unidad o el semestre.
Con lo expuesto anteriormente se ve con claridad como la evaluación ha sido tan cambiante
desde la antigüedad hasta la actualidad; los modelos de evaluación que nos presenta Escudero
en su escrito son de talle internacional, pero no significa que no hayan repercutido en nuestro
país, algunos de ellos tuvieron gran auge cuando la educación mostraba un enfoque
conductual, cognitivo, después con el constructivista y el actual basado en competencias.
Queremos destacar que México ha avanzado porque de ser una evaluación basada en un inicio
sobre las conductas humanas, después con pruebas que medían solamente los conocimientos
de los alumnos, para después ser la que actualmente rige la educación, aquella que permite
obtener evidencias, elaborar juicios y brindar retroalimentación sobre los logros de
aprendizaje de los alumnos a lo largo de su formación; por tanto, es parte constitutiva de la
enseñanza y del aprendizaje.
Con todo esto en marcha, México adoptó las siguientes formas de evaluar en su sistema
educativo lo cual permite valorar el aprendizaje de los alumnos: Diagnóstica, es aquella que
ayuda a conocer los conocimientos previos del alumno, es decir lo que los alumnos ya conocen
desde el contexto familiar y social que rodean; formativa, es aquella que se realiza durante el
procesos de aprendizaje, usualmente se utilizan para valorar los avances que han desarrollado
los alumnos; sumativa, se realiza al finalizar, se usa por lo general para tomar decisiones para
asignar una calificación pertinente; autoevaluativa, es cuando un alumno se evalúa a sí mismo;
y coevaluativa, es aquella cuando dos o más personas evalúan a un alumno su trabajo.
En tales procesos de la evaluación existen patologías generales, que son desordenes de
procesos y afecta a todas y cada una de sus vertientes; de igual forma está la patología social
que afectan a colectivos y a relaciones entre individuos. La gravedad de la patología dependerá
de su misma naturaleza y su intensidad.
Dicha patología se deben a que la evaluación puede ser manejada para servir los intereses del
evaluador ya que éste puede llamar “evaluación” a la operación que desee, puede evaluar
aquello que le interese, en las formas y momentos que determine, con los instrumentos que
considere oportunos y para utilizarla en los fines que su particular interpretación aconseje.
Por esta razón el docente debe centrarse en las necesidades de sus alumnos, en el contexto; y
no sólo es necesario evaluar al alumno sino también al maestro para saber en qué se está
fallando. Pero lo cierto es que, en este mecanismo, sólo se incluye al alumno, quedando
muchos otros responsables del proceso educativo sin esa consideración evaluadora y sin las
consecuencias que llevaría aparejadas. Por eso se dice que la evaluación se convierte así en un
proceso conservador y un proceso vertical que sólo se evalúa al alumno, y no horizontalmente
evaluando a todos y a todo lo implicado en la educación.
La evaluación nada más evalúa los conocimientos, no considera actitudes, destrezas, hábitos y
mucho menos valores. Si hay un individuo con un gran almacén de conocimientos, pero es
incapaz de comunicarse no estaría auténticamente formado ya que le faltarían las cualidades
para hacerlo, por tanto evaluar sólo conocimientos no se estaría formando una persona
integral, ya que sólo se estaría desarrollando únicamente una parte de él, sin embargo
faltarían otros logros como actitudes, destrezas, hábitos, valores, que se necesitan para estar
auténticamente formado.
Un reto en la actualidad que es la reforma educativa "Plan de estudio 2011", se trata de
trabajar la evaluación del aprendizaje bajo el enfoque de "competencias". el sistema educativo
debe organizarse para que cada estudiante desarrolle competencias que le permitan
conducirse en una economía donde el conocimiento es fuente principal para la creación de
valor, y en una sociedad que demanda nuevos desempeños para relacionarse en un marco de
pluralidad y democracia internas, y en un mundo global e interdependiente.
Otra anomalía de la evaluación es que está marcada por correcciones, lo que quiere decir que
se fija la atención en los errores para ser corregidos pero no en los logros y valores para ser
aprovechados, lo cual resulta una forma negativa y parcial, prestándose más a describir
problemas y deficiencias, y por supuesto no es del todo malo, pero sería mejor y daría mejor
calidad en educación aprovechar los aciertos y situaciones positivas para remediar ciertos
problemas y deficiencias obtenidas.
Analizar el desempeño de estudiantes, docentes y directivos en sus escuelas, como parte y
consecuencias de rutinas, culturas y realidades distintas, permite comprender lo que allí
ocurre y tener mayores argumentos y certezas en aquello necesario de modificar para mejorar
la calidad buscada.
Para llegar a la evaluación actual, esta pasó por muchas etapas, desde la observación, pasando
a los test y hasta llegar a lo que es hoy en día, que trata de que la evaluación no sólo evalúe
conocimientos sino también habilidades, actitudes, aptitudes, etcétera, que logran formar un
ser integral, y que a partir de dicha evaluación sirvan para tomar decisiones que favorezcan al
crecimiento de competencias de los alumnos, y no que quede simplemente en un número
como calificación y que sea solo por cumplir el asignar una evaluación y una calificación.
El docente debe evaluar con ética y evitar caer en actos como evaluar para sancionar y crítica
de errores, problemas y fracasos, sino más bien trate de aprovechar los aciertos obtenidos y
solucionar esos errores y fracasos viéndolos positivamente para un aprendizaje mayor, donde
no se quede con conceptos erróneos. Es muy importante tomar en cuenta las competencias de
los alumnos ya que cada estudiante tiene diferentes cualidades en el cual se pueden producir
la evaluación tomando en cuenta cada una de ellas para que sigan construyendo su
aprendizaje basado en la confianza, en el respeto por parte del maestro y el autoestima del
alumno que se puede ver perjudicado por una evaluación errónea.
Existen evaluaciones elaboradas por personal que no forma parte de los diferentes contextos y
son aplicadas para diversos lugares, siendo una evaluación descontextualizada, otro reto a
conseguir es que ésta sea según el contexto donde se aplica y al maestro le corresponde parte
de su solución. En sí la evaluación es un proceso fundamental en la práctica educativa, permite
recoger la información y realizar los juicios de valor necesarios para la toma de decisiones
respecto al proceso de enseñanza y aprendizaje.
Anteriormente se mencionaron la mayoría de sus limitaciones y sus retos, y como futuros
docentes aprender de esto y empezar cambiando los conceptos erróneos de evaluación para
lograr su correcto funcionamiento y así lograr una mejor calidad educativa formando a
verdaderas personas y ciudadanos integrales, satisfaciendo sus necesidades, siendo
competentes para subsistir en esta sociedad y mundo cambiante.
BIBLIOGRAFÍA
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