escribir en barranquilla, ramon illan bacca

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Illan Bacca

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  • Ramn Illn Bacca

    ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    Ediciones Uninorte

  • Esta publicacin es el resultado de la investigacin La narrativaen el Atlntico, realiZada porel autor durante tres aos y financiadapor el Centro de Estudios Regionales de la Universidad del Norte,CERFS.

    @ Ramn llln Bacca, 1998@ Ediciones Uninorte, 1998

    EditorAlfredo Marcos

    DiseoLuz Miriam Giraldo MejaCoordinacin editorialZoila Sotomayor O.

    Coordinador del CeresJos Luis Ramos Ruiz

    Diseo de portadaCamita Cesarino Costa

    Impreso y hecho en ColombiaImpreandes Presencia S.A.,Santaf de BogotPrinted and made in Colombia

  • Contenido

    El modernismo en Barranquilla l., 1. 11. Un modernista a la fueza: A.Z. Lpez-Penha, 7. El

    poeta, 13. El novelista, 17. La desposada de una sombra:una novela ocultista, 19. 111. Un husped pendenciero:Fray Candil, 24. IV. Otro siglo, otra voces, 31. V. Doscaballeros "modernos": Leopoldo de la Rosa y MiguelRasch Isla, 35. El caballero de la rosa, 39.

    45El mundo de Cosme ,l., 45. La presencia de don Ramn, 46. La villa crece, 53.Las diversiones en "la Arenosa", 56. El cine, 60. 11., 63.Una triste aventura de catorce sabios, 72. Ms ciencia ficcin:Barranqui/la 2132, 74. Una pieza curiosa: Asaltos, 79.

    Presencia de Voces 83l., 83. 11., 84. 111., 90. IV., 94. V., 100. VI., 108

    Las revistas literarias en Barranquilla 113Los tiempos del optimismo: 1920-1940, 115. Ideas, 117.Lumen, 120. Caminos, 124. El amado, 128. El infierno,129. Entre Caminos y la Revista del Museo, 129. ElSuplemento de La Prensa, 132. Civilizacin, 135. Mejoras,136. Revista del Museo, 138. Crnica (y el nacimiento delgrupo de Barranquilla), 142. Caracteristicasdel grupo, 149.Vida, pasin y muerte de Crnica, 154. La Revista delAtlntico, 160. Stvdia, 164. La Pgina (Un testimonio), 166.Olas, 170. Huellas, 177.

  • Aproximaciones

    a la literatura del carnavalEn el cuento, 190. En la novela, 194.

    185

    201211

    """"""'" 219

    225

    , 229,

    237

    241245249253

    El nadasmo en Barranquilla Frente al estante alemn ,

    Qu se lee en Barranquilla (1) (1987) """"""""

    Qu se lee en Barranquilla (11) (1997) ,

    Barranquilla y su grupo:

    Entrevista con Alfonso Fuenmayor Ramn Vinyes i Cluet (1882-1952) Bob Prieto (1913-1963) Alvaro Cepeda Samudio (1926 -1972) Don Germn, el Pacriarca (1917-1991) Cuando se llamaba Marvel Luz (1939 -1995)

    Indice alfabtico de personas, obras y lugaresNota bibliogrfica

    257283

  • Proemio

    El nexo comn de estos trabajos -resultado de mis lecturasy vivencias-, es que todos tratan sobre el universo literariode Barranquilla.

    El lapso central estudiado va desde finales del siglo XIXhasta los aos ochentas. Si en algunas partes se excede estelmit~s debido a la inveterada y ya proverbial indisciplinadel autor, y a los consejos de mi editor.

    No es ste ni un libro de historia de la literatura, ni decrtica literaria, como tampoco un texto didctico. No sehallar, pues, aqu un estudio completo ni de la poesa, ni dela novela, ni del teatro, ni del ensayo entre nosotros, sino,descartado todo lo anterior, lo que resta.

    Hay muchos personajes nombrados, y otros tambinrelevantes que no lo fueron, porque el tema tal vez no loexiga. Si alguien se considerara injustamente ignorado, lepresento mis excusas.

    Con este modesto intento de estudiar la literatura enBarranquilla, y conla aspiracin de motivar a futuros cultorese investigadores, espero que este libro le sea til a alguno, sinperjudicar a nadie. El Autor

    vil

  • El modernismo en Barranquilla

    1

    Fernando de Lesseps lleg a Barranquilla una maana dediciembre de 1879. En la crnica del padre Revollo -dondese relatan los hechos con incidentes pintorescos como elreemplazo del prefecto de la provincia y el alcalde por otrosde mejor presencia fsica y mejor empleo de las formas decortesa- se presenta al alto mundo social, poltico y comer-cial de la Barranquilla de entonces. Curiosamente, en esacrnica tambin aparece el mundillo cultural de "la Areno-sa". Unos figuran en el homenaje a Lesseps; as, el oferentefue David Lpez-Penha, un judo sefardita procedente deCurazao que rpidamente se haba constituido en una de lasfiguras ms importantes del comercio local. (Un suelto de suauto ra haba circulado el da anterior por las calles, en el cualempezaba diciendo: "Ah viene el gran hombre. Ya el bajelque 10 trae surca la faz de los abismos a impulsos del vaporsiguiendo los rumbos que trazaron las carabelas milagrosasde Coln..."t )

    Otros estaban afuera, en calidad de curiosos, subidos a lasventanas del hotel San Nicols, como Torcuato Ortega,Ernesto Palacio, Jos Ramn Vergara, Antenor Moreno y el

    1 Revollo, Pedro Mara. "Reminiscencia", en Mejoras, vol. 3, N 28, Barran-quilla, septiembre de 1935, pg. 92.

  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    propio cronista, todos ellos figuras de algn relieve literarioen la Barranquilla de principios de siglo.

    La fiesta fue, como se deca en la poca, un succes. El poetacartagenero, pero radicado en Barranquilla, Joaqun PabloPosada, cuyo fuerte era la improvisacin, no resisti lasganas de echar su tercio al aire, y as declam los versos cuyofinal decan:

    Siente el pueblo colombianoque es rendir culto al ancianoque el mismo Dios nos envaa quien el genio inspiry con brava intrepideztronch el istmo de Suezy el Africa separ.El que Colombia aguardanhelante aqu est.El ha dicho qu sery con sus potentes brazoshar saltar en pedazosal istmo de Panam. 2

    Pero la presencia cultural, tanto en la Barranquilla queencontr Lesseps, y que apenas superaba los diez mil habi-tantes, como en la de fines de siglo, y que ya llegaba a loscincuenta mil, no era muy fuerte.

    A diferencia de una Bogot que se ufanaba del remoquetede 11 Atenas Suramericana'll aqu el comercio y el respeto aldinero eran los valores ms aceptados. De ser el hecho tanprotuberante, nos los demuestra un editorial de Rigoletto,

    -

    2 Revollo, Pedro Mara, op. cit., pg. 29.

    2

  • El modernismo en Barranquil/a

    1:}no de los peridicos locales de mayor circulacin, cuandodeca:

    Creemos en Barranquilla que nuestros fciles triunfos en elcampo de la industria y el progreso, triunfos que debemos msal favor de Dios que inspir a los fundadores de esta ciudad,vecina de un ro caudaloso y de un mar frecuentado, preservanpara el porvenir y nos auguran uno esplndido y risueo.Mrase aqu con indiferencia, sin antipata todo lo que no giraen rbita del comercio y la industria, han formado (sic) as unmedio exageradamente mercantil, en donde se mueren y lan-guidecen como flores en el hielo, las inteligencias que por ley deseleccin nacieron inaparentes para aquellas rudsimas luchas(...) No se lee en Barranquilla no se escribe tampoco (...) lospocos que puedan escribir algo no escriben porque estn segurosde no ser ledos, ni comprendidos, les causa adems escalofrospensar que en las provincias persigue una muerte negra a losque llama la burguesa despreciativa e irnicamente literatos.3

    El editorial, de posible autora de Julio H. Palacio, polticoe historiador, o del director del peridico, y poeta, EduardoOrtega, era escrito'con conocimiento de causa.

    Pero no todo eran balances contables. Alrededor de elAteneo -que devino en el Teatro Cisneros y posteriormenteen el Emiliano- se aglutinaba la modesta tertulia literaria.Rubn Daro pas en 1892 por Cartagena, aunque no haydatos de que hubiera tocado suelo barranquillero; s se sabede su correspondencia con Abraham Zacaras Lpez-Penhay con Francisco Valiente, pintor, fotgrafo y homepata,autor del tratado El triunfo definitivo de la homeopata. El poetanicaragense le dedic a este ltimo estos discutibles versos:

    3 Rigoletto, Barranquilla, 11 de sept., 1902.

    3

  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    La calle de la amarguranos ve llevar nuestra cruz,pero en tu cmara oscurapenetra un rayo de luz.4

    La influencia del nicaragense se comprueba cuando,para finales de la poca, A. Z. Lpez-Penha publicaba larevista Azul, rgano de su librera, y Augusto N. Sampereditaba un tomito de versos titulado Gris. Es para esasmismas fechas cuando Torcuato Ortega publicaba sus Trein-ta sonetos, Ernesto O. Palacio escriba en peridicos y revistassus poemas, que posteriormente seran recogidos en el librotitulado Matices, y Julio N. Galofre publicaba La poesa ame-ricana y Crepusculario. De todos ellos, el crtico Fernando E.Baena dijo que tenan fuerte influencia del poeta mexicanoSalvador Daz Mirn.

    El calificativo de "modernistas" dado a estos poetaspuede pecar de exagerado. La mayora de sus versos y losque logran salvarse, tienen en forma marcada la influenciade Bartrina, Campoamor y Nez de Arce ms que la deDaz Mirn, Rubn Daro o Silva. Si, como se deca en elmanifiesto redactado por Eugenio Daz Romero en El Mercu-rio de Amrica, los propsitos del movimiento modernistaeran 1evantar oficialmente la bandera de la peregrinacinesttica que hoy hace con visible esfuerzo la juventud de laAmrica Latina, a los santos lugares del arte y a los descono-cidos orientes del ensueo",5 la bandera levantada en estevillorrio era de colores muy apagados.

    4 Copia de la carta fechada a octubre 21 de 1893 procedente de Buenos Aires.(Archivo de Carlos Pardey).

    5 Valverde, Jos Mara. Historia de la literatura latinoamericana, Mxico:Difusin Editorial, 1974, pg. 148.

    4

  • El modernismo en Barranquil/a

    Pero algo se mova, aunque cauto en la poesa y tmida-mente en la prosa. El entorno, repito, 110 ayudaba. Como undato revelador de la poca en un suelto de los primerosnmeros de El Comercio, dirigido por Clemente SalazarMesura, se deca:

    Agradecemos a The Shipping List sus buenos deseos por elfeliz xito de nuestra aventurada empresa en establecer undiario en esta ciudad de 35.000 habitantes. Segn el humorista(y bien intencionado colega, de ese guarismo es preciso descartarla primera cifra (3), por los que no saben leer, del remanente hayque quitar los que no leen por no pagar, y los que leen... y nopagan. 6

    Otro detalle revelador del momento fue el escndalomotivado por fas-crnicas y comentarios periodsticos queJuan Ramn Xiques, dominicano radicado entre nosotros,empez a escribir en El Comercio con el seudnimo de Ral.A sus detractores el cronista respondi:

    Parece mentira que asunto tan pequeo, las "Notas a lpiz",haya levantado plvora tan inmensa, sobre el Camelln, en laAlcalda, en el Club, en la Prefectura, en la iglesia de SanNicols, en la plaza de la Tenera, en la calle del Dividivi, entodas partes, en fin se habla, se grita, se disputa, se pelea. Hayquien insulta. As pues, indudable que el pblico padece de losnervios. Quizs es un ataque de epilepsia provocado por la faltade hbitos. Sensiblera, gazmoeria, hipocresa social.

    Nervios, cuestin de nervios. Bien dijo aquel sabio cuandodeclar en pleno congreso de mdicos que ste es el siglo de laneurosis. Ustedes, los impresionables y exaltados, estn

    6 Gmez Olaciregui, Aureliano. Prensa y periodismo en Barranquilla. SigloXIX. Barranquilla: Imp. Departamental, 1967, pg.158.

    5

  • ESCRIBIRENBARRANQUILLA

    neurticos. Recurran al doctor Ramn Urueta, aventajadodiscpulo de Charcot, para que los cure o, si no, hagan usocontinuado del Elxir Polibromurado de Boudry.

    Tambin sera bueno que leyeran con detenimiento a MaxNordau, el inspirado, elocuente autor de las Las mentirasconvencionales de nuestra civilizacin.

    Os asustis de mis notas y llevis a vuestras hijas a quepresencien en el teatro las representaciones de El nudogordiano, de La dama de las camelias y de La Mascota. Osasustis de mis notas y permits que vuestras hijas se familia-ricen con Chateaubriand y Byron. 7

    Pero si un periodismo moderno era excepcional, la prosanarrativa tambin se daba a cuentagotas. Para 1905 slo sehaban editado como novelas Camila Snchez, La desposada deuna sombra y En tierra de filisteos, de Abraham ZacarasLpez-Penha; Un ideal, de Teodosio Goenaga, publicada porentregas en Rigoletto, y A fuego lento, impresa en el extranjeroy de autor cubano, pero que traigo a colacin por situar latrama en Barranquilla. Un ao despus se edit el curiosolibro Friiulein Emma, una novela espaola, firmada por JuanServert, y con un captulo cuya accin ocurre tambin en estaciudad.

    Las dems actividades culturales se movan muy poco, ano ser que hagamos mencin de las presentaciones teatrales,que tenan un sentido ms recreativo que cultural.

    No faltaban, sin embargo, los dolos populares, como elviolinista Narciso Garay, apodado "el Paganini colombia-

    7Gmez Olaciregui, Aureliano, op. cit., pg. 159.

    6

  • El modernismo en Barranquil/a

    no", o la soprano Conchita Nicolao, "la alondra de Carta-gena", y de quien en una resea periodstica el. poeta Juan V.Padilla deca as: "Su pecho sube y baja y ondula como elmar". 8

    11UN MODERNISTA A LA FUEZA: A.Z. LPEZ-PENHA

    En enero de 1895 el vapor Amrique naufrag frente a lascostas de Sabanilla. Entre sus pasajeros se encontraban JosA. Silva y el escritor guatemalteco Enrique Gmez Carrillo.Como se sabe, en este naufragio Silva perdi casi toda suobra indita (entre ellas Cuentos Negros, Los poemas de la carne,Almas muertas y las novelas Del agua mansa y Un ensayo deperfumera. Tambin De sobremesa, que fue la nica querehizo). Los dos escritores, representantes muy caractersti-cos del "modernismo", no simpatizaron ni por un momento.El guatemalteco gritaba mientras la popa haca agua: "Mire,amigo, esa lejanas opalinas..." Silva contaba despus elepisodio, y aada: "jEsa es la nica vez que he sentido ganasde matar!"'9

    Hay datos sobre el paso de Silva por Barranquilla propor-cionados por Julio H. Palacio en Historia de mi vida, y tambinde la estada de Gmez Carrillo en casa de Abraham ZacarasLpez- Penha}O Curiosamente, en su autobiografa, Treintaaos de mi vida, Gmez Carrillo no menciona ni el naufragioni a su samaritano. Ya para esa poca el nombre de A. Z.

    8 Goenaga, Miguel. Lecturas locales: Crnicas de la vieja Barranquilla.Barranquilla, Imp. Departamental,1953.9 Henrquez Urea, Max. Breve historia del modernismo, 2a. ed. Mxico,F.C.E., 1962, pg. 153.

    10 Fuenmayor, Alfonso. "Un caso de evaporacin", en Intermedio, Diario delCaribe. Barranquilla, 15 de marzo de 1987.

    7

  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    Lpez-Penha era conocido en los crculos literarios del con-tinente. Este judo sefardita oriundo de Curazao, nacido en1865, se haba establecido en Barranquilla desde 1887 alIadode su rico hermano David. En una de las pocas semblanzasque se tiene sobre l, Julio E. Blanco le recordaba as:

    Lpez-Penha era de raza juda. Buen negociante cual tal,naturalmente negociaba tambin con los libros ( el riqusimo yelegantsimo romano, eruditsimo, adems, Aticus, el amigo deCicern, no negociaba tambin con los libros?) no slo paravenderlos sino para alquilarlos. El aspecto general de la personaes por lo dems distinguido. y se realizan el trato con l por susaficiones literarias, bastante cultivadas y sus gustos estticos.Se muestra muy bien enterado del movimiento intelectual deEuropa, de los Estados Unidos y de toda la Amrica de hablaespaola y portuguesa. Domina el ingls y el francs. Hallegado hasta componer en este ltimo idioma unos versos queha dedicado "au cher maitre Pierre Loti", as como dedicarasu ensayo de novela, o ms bien cuento largo, La desposada deuna sombra, "al escritor eminente e ilustre correligionariodoctor Max Nordau" con todas las rimbombancias de estosttulos. Pruebas manifiestas de su indefectible adhesin a laraza que es la suya y que lo hace presentarse a menudo con unaconviccin de suficiencia que raya en lo impetuoso.ll

    Ms adelante, el escritor y filsofo barranquillero Blancoagregaba:

    Periodista, articulista, novelista y poeta es todo eso frag-mentariamente. Al fin y al cabo un producto o resultado delmismo medio que l ha descrito. E imposible me parece entonces

    11 Blanco, Julio Enrique. "Un notable barranquillero olvidado: AbrahamZacaras Lpez-Penha", en El Heraldo, abril2S de 1964, pg. 8.

    8

  • El modernismo en Barranquilla

    que por l se logre la posibilidad de superacin cuestionada. Adecir verdad debo anotar en esta conexin que cuanto he ledode l me ha desconcertado no pocas veces, como por ejemplocuando ha querido mostrarse con un cierto esnobismo de enteextravagante. Se me ha dicho que ha publicado una revistadirigida por l mismo con el ttulo de Flores y perlas. Algo delo que se ha llamado "modernismo" en literatura. As dicharevista deba ser la expresin estrafalaria de flores de papel yperlas falsas. u (Nota: la revista fundada en 1895 era dirigidapor Fernando E. Baena),

    Julio H. Palacio nos da una semblanza ms amable cuan-do dice:

    El bullicioso hervir de la literatura nacional no se limitaexclusivamente a Bogot. En provincias hay tambin el gustopor las cosas del espritu. Demi regin puedo decir que 1895 fueun ao interesante. Lo marcan, con sello inconfundible, versosde Augusto N. Samper, poeta de honda inspiracin, de delica-dos y nobles sentimientos, amante apasionado de la belleza entodas sus formas, que arrebat a las musas prematuramente ladiosa cruel de la poltica. y la irrupcin en las letrasindoamericanas de un poeta ultramodernista, fcil imitador delos decadentes franceses, a quienes puso con sus extravagan-cias, no desprovistas de genialidad, punto y raya. Me refiero aAbraham Z. Lpez- Penha, que posea una vastsima erudicin,una cultura literaria tan extica en mi ciudad nativa, dedicadapreferentemente a las industrias y el comercio, "como un clavelen la cumbre del Chimborazo". Pero Lpez-Penha, a ms de sermuy instruido, deseaba instruir a mis coterrneos y estableciuna librera en la que se encontraban, y no a precios exagerados,las obras famosas que acabaran de publicarse en Francia y en

    12 Blanco, Julio Enrique, op. cit., pg. 8.

    9

  • ESCRIBIR EN BARRANQUlLLA

    Espaa. No presumo que al hacerla pens hacer negocio deapreciable utilidad, y que no lo hizo. Eramos muy pocos susclientes, que no slo lvamos al establecimiento a comprar libros,sino a holgarnos con la conversacin amena e incisiva delpropietario. Lpez-Penha, judo pero desprovisto del sentido delos negocios, caracterstico de su raza, fue generoso ydespren-dido de los bienes materiales, tuvo, o tiene, pues de fijo no s sian vive, y la ltima noticia que de l tuve es la de que estabaentregado al espiritismo, lo que comnmente llamamos uncarcter raro. Lo que vale decir trabajado por una incurableneurosis. De la franca expansin, pasaba sbitamente a laimpenetrable reserva, al mutismo; afectuoso con sus amigos, deimproviso dejaba de saludarlos y sin motivo ni causas loscatalogaba entre sus enemigos y malquerientes. Haba heredadode su hermano mayor, don David Lpez-Penha, de quien ya hicegratas reminiscencias en estas notas de mi vida, una regularfortuna, y estaba en capacidad de publicar en ediciones de lujosus obras literarias.

    En 1895 dio a luz un tomo de versos, Cromos, que fue muyledo, no slo en las repblicas indoamericanas, sino tambin enEspaa. No fueron los crticos muy benvolos con Cromos. Elcomentador literario de La Ilustracin Espaola y America-na de Madrid, a quien sera hiperblico calificar de crtico, cargrecio sobre Lpez-Penha, mas reconocindole talentos yerudi-cin y deplorando que se hubiera extraviado en la enmaraadaselva de la nueva escuela "predestinada a desaparecer pronto".

    Poco despus de la aparicin de Cromos escribi y publicLpez-Penha una novela, Camila Snchez, que para m tienealgn mrito por el casticismo de lenguaje y cierto conocimien-to de la tcnica de ese gnero literario. 13

    13 Pala10

  • El modernismo en Barranquilla

    De estos retratos queda algo en claro: A.Z. Lpez-Penhasupo combinar en esa Barranquilla fenicia (fue cacharrero,librero, boticario y empresario de cine) su carcter de comer-ciante con su aficin a las letras. Tambin manej su vidaliteraria con cierto mtodo comercial. Fue, avant la lettre, unrelacionista pblico. Todas sus obras, ya lo indica as Blanco,estuvieron dedicadas a personalidades de la poca. CamilaSnchez, al poeta espaol Gaspar Nez de Arce; La desposa-da de una sombra, a Max Nordau; su libro de poemas Incohe-rencias, al senador monarquista espaol Angel Pulido, yVarios a varios (libro con poemas de Luis Carlos Lpez,Manuel Cervera y l mismo), a don Miguel de Unamuno.

    Desde 1893 se carteaba con Rubn Daro. Se conoce eltexto de la respuesta del nicaragense, cuando ste le dice,entre otros apartes: "Cabalmente acabo de leer algunas delas radicaladas en mi contra y su carta me ha venido a quitaraquella mala impresin de los que atacan mi nombramientopor ser yo centroamericano...", y ms adelante agrega: "losque me atacan porque soy admirador y amigo del Dr. Nt}ezrevelan un espritu en verdad muy espeso, y un carcter queno ha sido bautizado en aguas de nobleza. Pero, no nosocupemos de esas cosas, mi buen amigo, seor Lpez-Penha". Al final de la carta le dice: "he ledo con placer susversos sonoros, sus prosas. No deje de mandarme cuantodiario pueda de esos pases. Aqu est uno tan lejos y cuestatanto llegar a tener la ms pequea noticia."14

    En su carta a Sann Cano desde Caracas, a finales de 94,Jos A. Silva se quejaba de que la prensa de Caracas conce-diera preferencias a firmas como la del salvadoreo ArturoAmbrogui y la de los barranquilleros A. Z. Lpez-Penha y

    14 Carta de Rubn Daro a A. Z. Lpez-Penha. Octubre, 1893 (Archivo deCarlos Pardey).

    11

  • ESCRIBIR EN BARRANQUlLLA

    Ernesto O. Palacio, 10 que indica que nuestro hombre logra-ba colocar sus colaboraciones en la prensa extranjera.15

    Pero si el hombre en sus relaciones epistolares y denegocios saba el empleo de las formas debidas, en su tratopersonal parece que era especialmente difcil.

    As, Gregorio Castaeda Aragn comenta cmo despusde haber alternado con l en el bar "La Estrella //, cuando fuea comprarle algo en su librera, Lpez-Penha sumergi lacabeza en el libro de cuentas para no tener que saludarlo. Esdel mismo poeta samario la ancdota de que nuestro hombresiempre llevaba en el bolsillo del saco medio ladrillo, paradescalabrar a cualquiera que le gritara algn apodo o ledijera alguna cosa ofensiva. Jos Flix Fuenmayor, en unasmemorias sobre el viejo Barranquilla dice cmo, por unartculo en El Quijote, Lpez-Penhase neg a alquilarle msla imprenta y as muri el peridico juveni1.16 En contrastecon estos ingratos recuerdos, Carlos Pardey, que lleg averlo cuando ste era un adolescente, tiene la imagen de unviejo bonachn con boina negra y traje entero tambin negro,sentado en el sardinel frente a la pequea pieza con puertaa la calle donde viva, conversando afablemente con la~ntemayor o menuda que se le acercaba. Puede anotarse, sinembargo, que aqu se habl de un hombre viejo y no delhombre en toda su plenitud de que hablan los otros. Pero elhombre se cobraba las ofensas, y as de Silva se expresabadiciendo: "Nuestro medio costeo, abierto a todos los vien-tos, produce en literatura espritus ms varoniles y puestosal unsono con el da que los que se producen en Bogot enlos medios del interior montaoso, cerrados a toda influen-

    15 Silva, Jos Asuncin. Obra completa. Medelln: Bedout, 1970, pg. 366.16 Gmez Olaciregui, Aureliano. Prensa y periodismo en Barranquilla. Siglo

    xx. Barranquilla: Ediciones Lallemand-Abramuck, 1979, pg. 12.

    12

  • El modernismo en Barranquilla

    cia exterior del libre pensamiento. Silva, el poeta ms finoque se ha producido en el habla espaola, nativo de Bogot,fue en cuanto hombre, con todos sus refinamientos y postu-ras, un afeminado. Aqu en la Costa el medio es ms propicioa la varonil libertad del pensamiento fuerte. Somos msmasculinos."17

    Polglota, fuerte de carcter, sin el sentido de los matices,convencional en su vida pblica y, hasta lo que se sabe,tambin privada (Blanco lo moteja de "misntropo"), hastadnde este personaje llega a ser" el iniciador del movimientomodernistafrancs (sic) en Amrica", tal como lo define laenciclopedia Espasa Calpe?

    El poeta

    En su libro Breve historia del modernismo, Max HenrquezUreal0 califica como "poeta de poco vuelo". Julio EnriqueBlanco, en su incursin por la crtica literaria, nos dice que"la obra potica se compone de una miscelnea de versosacerca de los cuales se puede decir que algunos estn bien,algunos pocos muy bien, y otros son malos y muy malos". 18

    Sus poemas, que son muchos, estn en varios tomostitulados Cromos, Reflorescencia, Sinfona del diablo y Varios avarios. Es difcil encontrar en esta ptrea musa algo digno deser mencionado o pretender que esa inspiracin trada conescopeta pueda ser poesa. Sin embargo, hay curiosidades,como el poema que transcribo a continuacin:

    17 Blanco, op. cit., pg. 8.18 Idem.

    13

  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    Flor de lis

    OIga la altiva, la regia damahija de reyes la real princesade purpreos labios, color de fresade negros ojos, talle de huryace en su bata de seda de armiocual pensativa joven sultanatendida en muelle rica otomanado brilla en oro la flor de lis.La estancia aroma con sus perfumes -flores de varios climas remotosen viejas nforas, ixias y lotosblancos nenfares en campo azur.Vense do quiera bronces antiguospreciosos nieles y platerescos,telas de oriente, cofres chinescospomos de esencia de kiang-nin-J.

    Por qu suspira? Qu extraa sombrasu frente cie de hoscos celajes?No tiene joyas y hermosos pajesy auras carrozas la hija del rey?

    En la laguna de sus palacios,no hay albos cisnes entre las flores?No tiene alczares y miradoresregias alfombras de Benars?No en honor suyo quiebran sus lanzaslos caballeros, grandes seoresmientras los blancos cisnes cantoresalzan el himno regio y triunfal?No ante ella inclinan la noble frenteprncipes, duques, condes, baronesy hacen profundas genuflexionestodos con mucha solemnidad?

    14

  • El modernismo en Barranqui/la

    Chales, tapices de Fez y Armeniatrajes, brocados, biombos de Chinasantas reliquias de Palestinaantiguas lacas de Nai-NipnQu ms ansas bella princesa?Acaso anhelas mayor fortuna? Querrs por gemas el paladin? -Entre las ureas pompas triunfalestal vez, envidia de otras mujeresla humilde suerte y otros placeressuea la altiva princesa realAcaso anhela por toda dicha,das tranquilos, puros, risueos,cabe el efebo de sus ensueos,bajo el techado de un pobre hogar?Quiz en su mente surge el recuerdode un viejo libro, que una eremitania le diera, y en donde escritaesta sentencia sabia se lee:"El hombre msero que en [ilegible]busca del bien la frmula, jams la alcanza;funda en un sueo toda esperanzasiembra en el viento toda su fe. "19

    Ecos de La sonatina de Rubn Dacio, escrita tambin en1893 pero publicada en Prosas profanas en 1896? Algnalegre prstamo del nicaragense, como sostiene un crticolocal? El nudo lo desat fcilmente un integrante del" grupode Barranquilla", Germn Vargas, cuando manifest: "SiRubn Dacio tom el tema de Flor de lis para escribir suSonatina lo mejor infinitamente y si Lpez-Penha fue el que

    19 Tomado del archivo de Carlos Fardero

    15

  • ESCRIBIR EN BARRANQUlLLA

    retorn el tema de Daro, es algo muy penoso para l."2o

    Siguiendo su costumbre, Lpez-Penha dedic algunosde sus poemas a figuras relevantes del mundo literariocontinental, como el poema Marina dedicado al poeta cuba-no Carlos Po Urbach, uno de los ms allegados a Julin delCasal. En 1915 sus "relaciones pblicas" fueron recompen-sadas cuando en la antologa hecha por Manuel U garte -unpoeta argentino radicado durante muchos aos en Pars,figura importante dentro del "modernismo"- es Lpez-Penha, junto a Pimentel Coronel, Justo Pastor Ros y VargasVila, uno de los cuatro escritores colombianos selecciona-dos. El libro, titulado La joven literatura hispanoamericana,reproduce un captulo de La desposada de una sombra. Porfuera de esta seleccin quedaron Silva, Valencia, BarbaJacob, Luis Carlos Lpez, Manuel Cervera y Miguel MorenoAlba, entre otros, y por su no inclusin pide disculpas eleditor, pero 10 justifica por razones de espacio. Sin embargo,cuando dcadas despus Ugarte escribi sus memorias,tituladas La dramtica intimidad de unaJgeneracin, slo dedicalgunos prrafos a Lpez-Penha.

    Pero, la militancia "modernista", por llamarla de algunamanera, no era clara en este personaje; as, cmo se explica-ra su libro de poemas conjuntos con un caracterizadoantimodernista como era Luis Carlos Lpez y un postro-mntico trasnochado como Manuel Cervera en Varios avarios?

    Una respuesta es que en esta pequea ciudad sacar laedicin de un libro primaba sobre las otras consideracionesde afinidad literaria o simpatas generacionales. Pero hubo

    20 Entrevista con Germn Vargas, Barranquilla, diciembre, 1986.

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  • El modernismo en Barranquil/a

    problemas posteriormente, y as Lpez-Penha rompi suamistad con el cubano Emilio Bobadilla, alias Fray Candil, ysus relaciones con Manuel Cervera tampoco duraron cordia-les.

    En esta edicin, el prologista F. Ramn Gonzlez dicesobre Cervera, tal vez con un humorismo involuntario, que:"Ya ha dado muerte a dos hombres en duelo o de cualquierotra manera. Lpez- Penha asegura que Cervera no sabe leer,colecciona castauelas, manos de mujeres muertas y cartasde amor que le han sido devueltas."21

    El novelista

    De A. Z. Lpez-Penha slo es posible encontrar sus novelasCamila Snchez y La desposada de una sombra. De su En tierrade filisteos -cuyo ttulo sugiere un cuestionamiento aBarranquilla en esa relaciones amor-odio que eran tan carac-tersticas de este personaje tan contradictorio-, slo se tienenoticia de su existencia. Tambin se habla de Innominata, unanovela nunca terminada y cuyo manuscrito, llevado aCurazao despus de su muerte, se extravi dejando como esde rigor en estos casos, una leyenda, pues se habla de ellacomo de su "obra cumbre". Curiosamente, en Camila Snchezse encuentra un trozo de una partitura musical con el nom-bre de Innominata. Algn aire de poca? Alguna composi-cin del mismo autor, lo que nos revelara otra faceta ms deLpez-Penha?

    Camila Snchez fue publicada en 1897 por la editorialEspasa Calpe de Barcelona, y en el pas se divulg, adems,

    21 Lpez, Luis C.; Lpez-Penha, A. Z., y Cervera, Manuel. Varios a varios,Madrid, Pueyo, 1910.

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    por entregas en La Crnica, un peridico capitalino. CurcioAltamar en su Evolucin de la novela en Colombia, le dedica unbreve y displicente comentario, pero la coloca en el captulode la "Novela modernista", alIado de la novela de JosAsuncin Silva De sobremesa y Diana cazadora de ClmacoSoto Borda. El crtico Max Thein hizo un comentario sobreella en los das de su aparicin, en los siguientes trminos:

    Pusimos en duda aquello del argumento, y para descargar laconciencia diremos lo que ocurre. Julio Amaneli -es l quiencuenta su historia- va a Vireda, donde traba relaciones con loms granado de la sociedad. All conoce a Camila Snchez, dequien se enamora a paso de carga, aunque sin darse cuenta deello, hasta que Camila sorprende una conversacin que tieneAmaneli, de la cual no sale ella bien librada, disgstase la chicapara quien no es indiferente Amaneli y se retira del baile.Entonces cae en la cuenta de que quiere a Camila y busca superdn. La viredea lo niega, y Amaneli despechado monta ensu caballo que da con l a tierra rompindole un brazo. Cuandovuelve en s est a su lado Camila, que a su turno, pide perdny hace declaraciones de amor. Camila Snchez no puede llamar-se novela de costumbres. En cuanto al carcter de los persona-jes, muy poco hay que decir, desde el principio se le insinu acada cual su papel. El estilo del autor es suelto, lleno de graciapicante. La edicin hecha en Barcelona es ntida, esmerada yelegante, con primorosas ilustraciones tomadas, al parecer, detipos de la Pennsula.22

    Valdra la pena sealar, adems, que la trama desarrolla-da en un ambiente pueblerino presenta tambin personajesmuy rsticos. Camila Snchez es una joven con todas las

    22 Thein, Max. Otra novela nacional, en: Repertorio colombiano, XVIII.N 5. (septiembre, 1898), pgs. 334-342.

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  • El modernismo en Barranquil/a

    virtudes de que habla el clebre poema del tuerto LpezMuchachas de provincia. No hay en ningn momento y enninguna de las novelas de Lpez-Penha, el desfile de muje-res que segn frase de Julin del Casal, "eran de la raza deBizancio, consumidas y poetizadas por la anemia, por latisis, o por los deleites incesantes del placer", tampoco hayecos de la prosa de Daro, Gutirrez Njera o del mismoGmez Carrillo. Los intentos de humor en esta novela sonfallidos porque, como dice la vieja sentencia, "nadie puededar lo que no tiene", y si alguien careca de humor era Lpez-Penha. Otra ancdota nos lo conf.irma: la madre de JulioEnrique Blanco alquilaba libros en la librera de nuestropersonaje. Algn da se ley Camila Snchez, y le aburrienormemente. Cosa que coment y que lleg a odos delautor. Cuando una tarde ella envi a alquilar algunos librosde Chateaubriand y Lamartine, sus preferidos, Lpez-Penhamirando al joven Julio Enrique Blanco, le dijo con voztonante: "Dgale a la seora Blanco que ella ya ha ledo todoslos libros de esta librera y que no mande por ningunoms".23

    La desposada de una sombra:una novela ocultista

    Seis aos despus, Lpez-Penha public La desposada de unasombra. Esta novela exige varias lecturas. La trama sencillaes engaosa. Un resumen del argumento es el siguiente: Eljoven mdico Daniel Rivera inicia su ejercicio profesional enuna ciudad portuaria designada con el pdico nombre de"B". En un baile de carnaval, el cual no se describe, sino quese sale del paso diciendo que era muy" rumboso", conoce aTeresa Vargas, una muchacha de expresin enigmtica y

    23 Blanco, op. cit., pg. 8.

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  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    distante. Verla y enamorarse es una sola cosa, pero ella,aunque simpatiza con el joven, se mantiene alejada comoguardando un gran secreto. Y lo es, porque est enamoradade un desconocido a quien slo vio fugazmente, pero que laimpresion en tal forma que se hizo la promesa de no amara nadie ms. El joven mdico sufre, trata de conseguir ayudaentre las amigas de Teresa, la persigue cuando la ve entrar acasas miserables, pero descubre que ella es una especie desanta dedicada a hacer obras de caridad. Su amor se acre-cienta, pero no hay el ms mnimo indicio de avanzar en suconquista. Una gran oportunidad de acercarse es la excur-sin a una finca en los alrededores de la ciudad. All hace suaparicin un nuevo personaje, Fanny, una chiquilla vivazque se propone conquistar al joven enamorado. Se desatauna tormenta y todos corren a buscar refugio. Daniel yTeresa coinciden en una cueva y all sostienen una conver-sacin definitiva. Pues, y aqu est el quid de la novela, lsabe cul es el secreto que ella guarda. Cul? El amor queella ha sentido desde el primer instante por un hombre aquien slo ha visto una sola vez y a quien jur amar eterna-mente. Pero ese hombre, el joven mdico, ha llegado adescubrir que es l mismo proyectado astralmente en unsueo, o sea, su "yo arcanglico". Teresa se desmaya y laprovecha para darle un casto beso en sus labios yertos.

    Es el nico beso en toda la novela. Al final, ella muere depulmona fulminante por las gotas que le cayeron, y l seconsuela casndose con Fanny.

    A su aparicin, esta novela fue recibida con ms acepta-cin que su Camila Snchez. As, en El Promotor y firmada porClemente Salazar Mesura, aparece una resea elogiosa. Elinevitable]. E. Blanco nos dice que "es mejor, o ms bien,menos tonta o sosa que la primera".

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  • El modernismo I!n Barranquilla

    y ms adelante expresa que Lpez-Penha es "en cuantonovelista, un relator promiscuo de tonteras alIado de altasaspiraciones", para concluir:

    Concretndose al asunto de La desposada de una sombradebo anotar que es mediocre, al mismo tiempo que expresiva deestados de alma que buscan encumbramientos. Mas estos nomuy bien logrados. Es en efecto el romance de un alma -uni-lateralmente- y se emboba por esta. Un alma que se muestraperpleja, atontada por el afecto pasional del amor, el cual secomporta neciamente: sera que as le ocurri personalmenteal autor mismo de la novela, ya que en ella su protagonista semuestra con rasgos autobiogrficos? Como quiera que fuese,sera imposible hablar de un hroe y una herona en el relato. Elhecho es que en vez de presentar lo enigmtico y problemticodel amor, su locura, lo que presenta es la bobera de una pasincomn y corriente de enamoramiento que termina como siem-pre este termina. Haba para sacar inters novelesco de lasastucias de los instintos femeninos para doblegar los sentimien-tos mksculinos y reducir al hombre al estado de bobo embrujadocon el cual entonces se juega.24Por lo tanto, lo notorio es que faltaron lecturas ms

    atentas de la novela. A todos los comentaristas se les olvidel cultivo del ocultismo a que era tan aficionado Lpez-Penha. Ms an, en su artculo "Ecos del Oriente" publicadoen la revista Caminos, unos pocos aos antes de su muerte,ocurrida en 1927, hace una defensa de la doctrina teosficay de su fundadora Helena Petrova Blavasky, no olvidando alfinal del artculo recomendar la compra de la coleccinManuales de teosofa, que estaban en su librera.25

    24 Blanco, op. cit., pg. 8.25 Lpez-Penha, Abraham Zacaras, en Caminos, N 4 (15, marzo, 1922).

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  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    El cultivo de estas aficiones esotricas, l mismo nos 10revela en La desposada de una sombra, cuando dice:

    Haba yo ledo una gran copia de libros de tan contradictorioespritu como son las obras de santa Teresa de Jess, las novelasastrales de madame Bosc, Gatier y una docena de obras deteosofa, entre las que merecieron muy preferente lugar lostrabajos de la noble madame Blavatsky.26

    Curiosamente, en esta ciudad de filisteos, Barranquilla,los cultivadores del ocultismo no eran una novedad, solo asse explica que en el Diario del Comercio, Julio Gmez deCastro, un poltico y periodista de la dcada del veinte,editorializara:

    Estamos en el siglo veinte, en el de la teosofa y el espiritismo consu rebao allankardequiano, de la eugenesia con su formidableDempsey, de la agona del positivismo cinetista y de la C.C. T.,novsima divinidad tirnica yomnipotente...27

    Ms adelante la publicacin en 1920 de la revista esotricaLumen, que combinaba ocultismo y literatura, y era dirigidapor Fanny Mery, apuntala esta afirmacin.

    Pero haciendo a un lado la digresin, nos encontramos enLa desposada de una sombra con un libro donde es posible quese intentara dar una lectura dirigida a los iniciados en estasciencias ocultas y cuya ambicin principal no fuera la litera-ria. La proyeccin del alma del cuerpo y su posesin en uncuerpo diferente tiene cierta tradicin literaria que se pro-longa hasta nuestros das. Ella va desde Gerardo de Nerval,

    26 Lpez-Penha, A. Z. La desposada de una sombra. Pars: Librera de la viudade Bouret, 1903, pg. 138.

    27 Gmez Olaciregui, A., op. cit.

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  • El modernismo en Ba"anquilla

    que corra persiguiendo una estrella por los callejones delPars de su poca, intentando alcanzarla," desencamndose",como nos relata en su Aurelia, hasta los productos comercia-les de las novelas de ciencia ficcin o de mercado "tibetano",como las de Lobsang Rampa con El cordn de plata.

    Lpez-Penha no tiene antecedentes entre nosotros, ytampoco muchos seguidores. Si bien otros "modemistas"latinoamericanos como Leopoldo Lugones en Las fuerzasextraas (1906), yel peruano Clemente Palma con sus Cuentosmalvolos (1904), Mors ex vitae (1922) Historias malignas (1925)y XYZ (1935) merodearon lo fantstico, y no obstante elocultismo haber tenido cierta audiencia dentro del movi-miento, la expresin esotrica en la narrativa colombianaslo queda representada en esta novela.

    Pero an ms, haciendo una variaclon sobre el tema, Ladesposada de una sombra tambin da piso para pensar que elencuentro de Daniel y Teresa es lo que en el argot de losocultistas se llama "una proyeccin ectoplasmtica", o sea,un desdoblamiento fsico del mdium.

    La novela ms afamada con este tema en espaol es Auradel mejicano Carlos Fuentes. En ella la anciana ConsueloLlorente y su sobrina Aura resultan ser la misma persona.Conoci este novelista La desposada de una sombra en suedicin hecha en Mxico? El mismo Fuentes se ha encargadode damos la negativa cuando en un artculo suyo enumeralas influencias que tuvo en la escritura de esta novela. Estasvan desde una conversacin con Luis Buuel hasta la pelcu-la japonesa Los cuentos de la luna vaga despus de la lluvia, deldirector Kenji Mizoguchi. Tambin menciona la lectura deLa biografa de Ai King, un cuento chino clsico, Los papeles deAspern de Henry James, La dama de corazones de Pushkin, Ladama de las camelias de Alejandro Dumas, hijo, y la voz de -

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  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    Mara Callas en La Traviata. De Lpez-Penha, ni noticia.28

    As pues, La desposada de una sombra resulta ser, por eltema, una novela que podra ser catalogada como "mo-dernista", y a su vez, pionera de todo un gnero novelsticoen espaol. Pero, a su vez, el libro carece de belleza. Citandoa Emerson: "La falta completa de poesa en una inteligenciatrascendente significa una enfermedad, y como voz ronca enuna persona hermosa, es una especie de advertencia."29

    111UN HUSPED PENDENCIERO:

    FRAY CANDIL

    Desde el 17 de abril hasta el 20 de junio de 1898 vivi enBarranquilla el escritor cubanp Emilio Bobadilla, alias "FrayCandil". Este autor panfletario, muy conocido a pesar de sujuventud, era un trotamundos impenitente y un reconocidopropagandista de la independencia de su pas, Cuba. Si bienhaba alternado con el alto mundo literario, era cierto quehaba tenido un duelo a espada con Leopoldo Alas, alias"Clarn", el clebre autor de La regenta, y un debate a muertecon Emilia Pardo Bazn, a quien constantemente calificabade plagiaria. Declarado antimodemista, tena un odio casienfermizo contra Rubn Daro, a quien calificaba como "elpersa de Nicaragua", y se haba insultado permanentementecon Jos Mara Vargas Vila, quien a su vez, lo calificaba de"burra de Balaam".

    28 Fuentes, Carlos. ff Aura: Cmo escrib algunos de mis libros", en: Quimera,

    ."Jos. 21-22 (julio-agosto, 1982), pg. S8.29 Carlyle, T., Emerson, R.W. De los hroes, hombres representativos. S" ed.

    Mxico: W.M. Jackson, 1973, pg. 281.

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  • El modernismo en Barranquilla

    Haba llegado primero a Panam en 1897 como agente deuna compaa de seguros norteamericana, y de inmediatocolabor con La Estrella de Panam, un peridico de influen-cia continental. Desde su columna defendi la causa de laindependencia de Cuba, y atac a Espaa y su gobierno.Como se haba referido al primer ministro espaol Cnovasdel Castillo como "estadista de chicha y nabo", la represen-tacin espaola en Bogot aprovech la ocasin para sindi-carlo de anarquista y pedir su expulsin del pas.

    Mientras el gobierno estudiaba el caso, la compaa deseguros lo sac del puesto. Bobadilla sigui hacia Cartagena;all estuvo dos escasos meses, los suficientes como paraconocerse con ese joven poeta, tambin antimodemista, LuisCarlos Lpez, a quien prolog su poemario Por el atajo. 30

    Muchos aos despus y cuando Luis C. Lpez le peda unprlogo a otro libro, Bobadilla le respondi:

    Gracioso poeta, acabo de recibir su tomo. No me acuerdo deusted por ms que hago memoria. Por qu se apellida Lpez?Lpez se llama cualquiera.31

    Este conflictivo personaje fue el que aterriz en esaBarranquilla del 98. De su paso, tenemos el testimonio deJulio H. Palacio, cuando escribi:

    Fray Candil no era un hombre simptico a primera vista. Tenaaire y apostura de guapetn o buscarruidos. Bigotes demosquetero, vanagloribase de manejar pistola y espada y dehaber tenido varios duelos. Mas a poco de tratarlo resultaba, si

    30 Entralgo, Elas. Fray Candil. La Habana: Letras Cubanas, 1989.31 Carta de Emilio Bobadilla a Luis Carlos Lpez. Biarriz, abril 15 de 1920.

    (Archivo de Germn Vargas).

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  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    no encantador, por lo menos muy agradable. Posea una grancultura. Haba tenido relaciones con hombres eminentes deFrancia y de Espaa, de los que refera ancdotas muy intere-santes y detalles de sus vidas privadas. Su escuela literariapoda, sin temor a equivocarse el clasificador, sealarse como lanaturalista, la que para 1898 comenzaba a pasar de moda.Bastante crudo su naturalismo, hasta en las conversaciones.Estaba obsesionado por el problema sexual, a tal punto ll-ue esaobsesin fue la causa de su desventura en Barranquilla. Invita-do a un paseo por el ro Magdalena, a bordo de un barco de laCompaa Colombiana de Transporte que haca su viaje deprueba, paseo al que concurri la crema y nata de la sociedadbarranquillera, escribi y public en El Promotor una crnicade la excursin que produjo verdadera indignacin en losrespetables padres de familia que llevaron a sus hijas a aquelviaje de prueba. Esa crnica tena frases ms o menos del estilo:En el saln del buque -aqu el nombre de ste- se aspirabael olor de la carne fresca de mujer hermosa. y a seguida,piropos individuales para determinadas damas que tenancierto sentido ertico de muy dudoso recibo en la buena socie-dad. A consecuencia de esta crnica fue que los parientesprximos de las muchachas as elogiadas resolvieron no cum-plir los compromisos que adquirieron con sus plizas de segu-ros. 32

    Cuenta tambin Palacio cmo en la botica de los herma-nos Fuenmayor y en las tertulias del Camelln Abello sehaca presente Fray Candil para participar en todas lasconversaciones y debates que se suscitaban. No hay unanoticia especfica de algn debate con los simpatizantes delmodernismo entre nuestro parnaso; pero s hay este textodiciente de Bobadilla en el que compara el modernismo con

    32 Palacio, Julio H., op. cit.

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  • El modernismo en Barranquil/a

    una cumbia, cuando dice:

    La cumbia es un baile de negros, que se baila mucho en Panam.Es un torbellino de meneoslbricos, de berridos, de contorsio-nes epilpticas, saturado de cida sobaquina, de berrenchn, devahos de sudadero. Cumbia, cumbia panamea se me antoja laliteratura iberoamericana del da. (Aludo a la que se jacta dedecadentista) jQu meneos de estilo, qu retorceduras de pen-samientos, qu disloque gramatical, qu olor a perfumerabarata!33

    La descalificacin del decadentismo y por extensin delmodernismo era una obsesin en Fray Candil. Todas estasideas, amores Y odios se harn ms coherentes en su primeranovela! A fuego lento, publicada en Barcelona cinco aosdespus, o sea en 1903. Su xito comercial, diez mil ejempla-res vendidos en pocos meses, algo escandaloso para lapoca, hizo que deslumbrara al principio a la crtica. Msadelante, la novela ha sido menos aplaudida. As, MaxHenrquez Urea tan slo le dedica, en su Breve historia delmodernismo, una sola frase. "En la novela, que tambincultiv, Bobadilla sigui la tendencia naturalista" (Novela engermen, 1889, Afuego lento (1903) yotras).34

    En Barranquilla este libro produjo un terremoto. "Es unanovela de clave, en la que el barranquillero descubre perso-najes reales de aquella poca, llevndolos al mximum delridculo. Barranquilla misma aparece desfigurada bajo elnombre de Ganga", nos dice Palacio.35

    33 "Cumbia literaria", en Muecas, pg. 57. Citado por Zuleta, Ignacio. Lapolmica modernista(1898-1907), Bogot: Instituto Caro y Cuervo, 1988, pg. 196.

    34 Henriquez Urea, M., op cit.35 Palacio, Julio H., op cit.

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    ..

  • ESCRIBIR EN 13ARRANQUILLA

    El argumento, en sntesis, nos cuenta cmo a la poblacinde Ganga llega un mdico dominicano exiliado que huye deltirano Ulises Hereaux. Aunque es recibido con cordialidady homenajeado por los polticos locales, todos los cualesostentan el grado de "coroneles", Eustaquio Baranda, queas se llama el dominicano, se da cuenta de que el medio esmuy primario y que choca con los refinamientos de sueducacin parisiense. Los nombres grecolatinas de los nota-bles del lugar son ridculos. Como son ridculos sus literatos,una legin de malos poetas que leen revistas francesasatrasadas y que son absolutamente despreciables. El amor,sin embargo, se hace presente y nuestro mdico se enamorade la mulata Alicia, una pariente pobre del coronel OlimpioDaz. Estos amores que traspasan las barreras de clase, noson permitidos en una sociedad cerrada que los hace impo-sibles. Baranda se va para Pars.

    En la segunda parte del libro, se encuentra con el coronelDaz y con su familia, Alicia incluida, en Parfs. All logra quela mulata se una a l, pues le monta un apartamento coquetoen un famoso bulevar. Pero la joven saca a relucir su malanaturaleza y, a pesar de que Baranda se reconcilia con Rose,una francesa, no puede abandonar a Alicia, a quien 10 ata eloscuro objeto del deseo. As, oscilando entre la civilizacin,Rose, y la barbarie, Alicia, se va destruyendo Baranda "afuego lento".

    No hay duda de que Ganga sea Barranquilla, pues 10aclar el mismo Bobadilla cuando en uno de sus artculosescribi:

    A mi vuelta por Europa se me ocurri escribir una novela, Afuego lento, con las impresiones de viaje por aquel pas(Colombia) principalmente de la Costa. Mi objeto no fue, jc!lastimar a alguien, sino copiar lo que vi y se me antoj original

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  • El modernismo en Barranquilla

    !I tpico... contra m se levant en Colombia gran tremolina,pues no falt quien se viera retratado en mi obra, que dicho seade paso se agot enseguida. Siempre lo mismo: la vanidadcolectiva enfurecindose contra el espejo. Para qu se le ponedelante?36

    La novela comienza diciendo:

    Ganga era un villorrio, compuesto en parte de chozas y, enparte, de casas de mampostera por ms que sus habitantes, quepasaban de treinta mil, negros, indios y mulatos en su mayora,se empeasen en elevarle a la categora de ciudad.37

    Despus, el autor se dedica a pintar un lugar lleno desuciedad, zancudos, sapos en los charcos de sus calles y unacorona de gallinazos revoloteando alrededor de la torre de laiglesia. No falta la msica de fondo constituida por miles dechicharras en los rboles y el rebuzno asmtico de los burrossueltos por las calles.

    El libro, como est dicho, una novela en clave, repartidobles y mandobles. En uno de sus apartes dice:

    Aqu no prosperan ms que los godos y los judos. Ya ve usted,lo monopolizan todo. Ellos son los espectadores, los ganadores,los banqueros, los que sacan al gobierno de apuros... 38

    Aunque a esta distancia este es un buen dato para loshistoriadores, en ese momento el sefardita Lpez-Penha lodebi haber recibido como una bofetada.

    36 Lpez, Luis C. Por el atajo. Cartagena, J. V. Mogolln, 1920, pg. 4.37 Bobadilla, Emilio. Afuego lento. Barcelona, Imp. de Henrick, 1903.38 Ibid., pg. 8.

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  • ESCRIBIR EN BARRANQUlLLA

    En la novela se siente el pensamiento "positivista" deBobadilla siempre dispuesto a confrontar la realidad con lastesis lombrosianas o las de Max Nordau, referencias obliga-torias de la poca. En ella no slo hay largas disquisicionesfisiolgicas, sino que hasta la naturaleza es vista con ojoclnico.

    Una luna plida, sin vida, cIortica como los gangueos...39

    La actitud de Alicia, por ejemplo, slo se explica por elhecho de ser mulata, pues segn Bobadilla:

    En el alma envidiosa del mulato laten las ambiciones del blancoy las groseras y bajezas del negro.40

    Ms adelante aclara que como toda regla tiene su excep-cin, los nicos mulatos dignos de ser tenidos en cuenta sonlos tres Dumas.

    El abuelo simboliza la accin, el hijo la fantasa y el nieto elanlisis.41

    En lo que respecta a esa visin de Barranquilla-Ganga nosmuestra (en uno de los pocos documentos que hay sobre lavida cotidiana de la ciudad), un pueblo muy aburrido, muyprejuicioso, sin vida nocturna de ninguna especie. No hayburdeles, por ejemplo. As, cuando Baranda sale una nochecon intenciones de farra, tan slo consigue, despus de darvueltas en un coche por las calles solitarias, los servicios deuna desmirriada mulata en una cabaa de los extramuros.

    39 Bobadilla, E., op. cit.40 Idem.41 Idem.

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  • El modernismo en Barranquil/a

    Naturalmente que nuestros poetas, "modernistas" o "ro-mnticos", no le dieron muchos motivos para motejarlos de"decadentes"; como dijo alguna vez refirindose a RubnDaro:

    El modernista que suele ser un degenerado o un histrico (yhasta sodomita a menudo) aspira a escribir en una jerigonza denegro catedrtico...42

    Pues bien. No tuvo mucho tema para sus condenas, nohaba ajenjo sino ron barato, y el opio u otra droga heroicaslo eran sealados como peligro para nuestros jvenesliteratos muchas dcadas despus. Lo que s est claro es quesus dos meses en esta ciudad fueron imborrables, pues noeran frecuentes las novelas sobre Barranquilla.

    En la segunda parte de la novela, en la que retrata anuestra clase dirigente en Pars, con su alma de ghetto y suabsoluto desconocimiento del medio cultural que le rodea,Bobadilla se adelant a un tema muy abordado hoy por lanueva novela latinoamericana.

    IVOTRO SIGLO, OTRA VOCES

    En 1902 el Rigoletto escriba:

    y qu podemos decir a nuestros lectores en asuntos de crnicalocal? Qu sucede en Barranquilla digno de contarse? Nada.Si aqu estuviera Soto Borda, sacara algo de donde no lo hay,

    42 Citado por Zuleta, op. cit., pg. 13.

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  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    nos dira que no sucede en Barranquilla y hasta no darat ..43no lClas...

    La ciudad, como se ve, continuaba tirada a cordel. Slo lainauguracin del" Ateneo", en noviembre de 1904, movi elmundillo cultural ms ligado al establecimiento.

    Pero la llegada, hacia mayo de 1906, de un joven poetaantioqueo, en esa poca llamado Miguel Angel OsorioBentez, pero posteriormente conocido como Porfirio BarbaJacob, va a alborotar el avispero literario.

    Su poema La tristeza del camino fue comentado por elperidico El Siglo, propiedad de A. Z. Lpez-Penha, as:

    No~ ha sorprendido muy gratamente un sugestivo poemaintitulado La tristeza del camino que con amable dedicatorianos ha remitido su autor con el pseudnimo de Ricardo Arena-les; pero lo que ms sorprende es el poco eco que ha encontradoen la prensa local y, por ende, el desconocimiento en que estnrespecto a los notables mritos de este trabajo literario, lasmuchas personas de buen gusto que forman la lite de nuestropblico. Como tantos malos ensayos se publican entre nosotros,es deber del periodismo sealar a la opinin lo que por susbuenos quilates ocupa puesto aparte y merece la atencin de losinteligentes.44

    El Promotor, dirigido por Clemente Salazar Mesura, escri-bi a su vez:

    Hemos ledo el poema en verso de Ricardo Arenales La tristeza

    43 Gmez Olaciregui, A., op. cit., pg. 13.44 Barba Jacob, Porfirio. Poemas. Recopilacin y notas de Fernando Vallejo.

    Bogot: Procultura, 1985, pg. 33.

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  • El modernismo en Barranquil/a

    del camino cuya lectura nos ha impresionado hondamente enfavor de este joven que osa escribir versos a pesar de los tiemposque corren y en plena poca de falso sentido prctico de la vida,en esta tierra de calor y de polvo y, por qu no decirlo?, de lascursileras literarias.45

    Pero no todo fueron aplausos. En una carta abierta alcrtico del citado peridico se nos revela que el poema habadesatado la envidia de pequeos crculos literarios que sedieron a escribir annimos contra el autor. Aos despus enMxico, Barba Jacob recordando su estada en Barranquilla,citaba a los poeta amigos: Leopoldo de la Rosa, su hermanoEnrique, Lino Torregrosa, Hermes Cepeda, Miguel RaschIsla y Tiberio Hormechea. Tambin aadi: "Iban a lastertulias otros dos sujetos, pero no digo sus nombres por noasociarlos a la gloria de este recuerdo. Yo, aunque pecador,soy vengativo. Ellos me tuvieron envidia y me hicieron mal.Hablaron horrores. Por ellos empez la cosa..."46

    Tambin se dio esa gran amistad llena de altibajos entreBarba Jacob y Leopoldo de la Rosa, que en cierta forma ledesvaneci a este ltimo su propia identidad, pues casisiempre se refieren a l como el alter ego del poeta antioqueo.

    y si bien Barba Jacob dej huella a su paso por Barran-quilla, tambin la ciudad lo marc. Su poema Mi vecinaCarmen, que comienza: "Esta noche tengo miedo de estarsolo", fue escrito en Barranquilla motivado por una tragediadel poeta.

    A una muchacha "coregrafa" la mataron en el burdel dondetrabajaba la misma noche que tena una cita con Barba acob.

    45 Barba Jacob, Porfirio, op. cit.46 [bid.

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  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    Miguel Angel Osorio, el verdadero nombre del poeta, que en esapoca usaba el pseudnimo de Ricardo Arenales, dej todo eldinero que tena encima a los deudos para el velorio. El nombrede ella era Carmen Barba Jacob. Fue en su recuerdo que adoptdespus su apellido?47

    El poeta se fu despus para el exterior en su periploincansable. Pero ya para esos aos el modernismo era laescuela de todos los jvenes.

    Para las festividades del centenario, en 1910, Jos FlixFuenmayor public su Musas del trpico, ptreos versos quel mismo calific con un: "No los quemo pero los publico"48;Leopoldo de la Rosa anunci su poemario Smbolos, que nopublic, y Miguel RaschIsla public Ondas secretas y Cartagenade Indias, libros de poemas de los que, no hay duda, sonmodernistas.

    Duda que no tuvo el padre Revollo cuando los calific de

    tribu de modernistas (cuya filosofa) es a beber, a beber yapurar las copas de licor.49

    N9 obstante, el pueblo creca y se volva ciudad; as loentendi Barba Jacob cuando le cant en estos versos:

    Elogio tus claros y augustos blasonesciudad de las grrulas brisas y el sol

    llameante.

    47 Barba Jacob, P., op. cit. pg. 41.48 Conversacin con Alfonso Fuenmayor, marzo de 1992.49 Gmez Olaciregui, A., op cit., pg. 59.

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  • El modernismo en BarranquilIa

    y la miel acendrada de los corazonesque nutr-e de amor y de fuerza tu ritmo

    constante.50

    VDos CABALLEROS IJMODERNOS":

    LEOPOLDO DE LA ROSA y MIGUEL RASCH ISLA

    Hacia 1910 acudan a las tertulias de La Estrella, entre otrosjvenes, los poetas Miguel Moreno Alba, Jos FlixFuenmayor, Leopoldo de la Rosa y Miguel Rasch Isla. Estosdos ltimos son los que la crtica califica como los mscaracterizados representantes del modernismo en la CostaAtlntica. Los expertos puntualizan an ms y los clasificanentre los "centenaristas" o segunda generacin modernista.Ambos, De la Rosa y Rasch Isla, vivieron el drama de lospoetas coetneos de Guillermo Valencia, o sea la imposibili-dad, si no se era un genio, de sobresalir. El solo talento nodaba la posibilidad de realizarse en el reino del len. De esapoca se salvaron quienes quedaron lejos de su alcance: LuisCarlos Lpez y Porfirio Barba Jacob.

    Condenados a leer y releer al maestro, no pudieron salirde su condicin de epgonos y por eso nos encontraremoscon la consabida inflamacin verbal, palabras brillantes yjuegos florales. y como se deca del maestro, tambin podra-mos repetir de los discpulos: que tenan "corazn de romn-tico, ojos de pamasiano y odos de simbolista".

    50 Barba Jacob, P., op. cit., pg. 59.

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  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    El caballero del soneto

    Sin embargo, sus vidas no fueron paralelas. El rico anecdo-tario que nos da la errabunda bohemia de Leopoldo de laRosa contrasta con la sobria, disciplinada y exitosa de Mi-guel Rasch Isla. Mientras de la Rosa slo alcanz a publicarun libro, Poemas, Rasch Isla public siete, a saber: A flor delalma (1911), Para leer en la tarde (1920), Cuando las hojas caen(1923), La visin (1926), Sonetos (1940), Camafeos taurinos(Barcelona, 1944; Bogot, 1945) y La manzana del Edn (sinfecha de edicin).51

    Ambos eran personajes relevantes en la parroquiabarranquillera. Cualquier trivialidad de Rasch Isla sobre elfilistesmo de sus paisanos mereca los honores de primerapgina en El Diario del Comercio. Tambin es cierto que eldesplante de De la Rosa contra el poeta espaol FranciscoVillaespesa mereci titulares de primera pgina en La Na-cin.

    La noticia biogrfica de Miguel Rasch Isla nos habla de unhijo de notable familia, con un padre poltico director de unperidico. Los estudios del poeta fueron en colegios religio-sos, los mejores de la ciudad, con un internado en un colegiode Jamaica, para mejorar el ingls. Alto empleado de labanca, termin sus das en la carrera diplomtica. Fue porms de veinte aos cnsul en Barcelona y Francfort. Amigode todo lo que vala y contaba en el mundillo literario de lapoca, el aplauso lo persigui constantemente. Es el nicocosteo a quien el padre Jos J. Ortega en su voluminosaHistoria

    de la literatura colombiana, dio el dudoso honor de

    51 Niebles, Eleucilio. "Miguel Rasch Isla, el caballero del soneto", en Huellas,Revista de la Universidad del Norte, N 13, dic., 1984, pgs. 29-36

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  • El modernismo en Barranquil/a

    dedicarle un captulo entero. Al final 10 enjuici as:

    En todas sus poesas ostenta siempre discrecin y decoro y sabetratar asuntos erticos con pulcra correccin. Puramente sub-jetivo canta al hogar y al amor...52

    En los prlogos de sus libros podemos encontrar respeta-bles firmas, como la de don Gregorio Maran, en Camafeostaurinos. En las palabras preliminares Maran habla msdel cnsul que del poeta.

    No faltaron las traducciones a otros idiomas, como las deThomas Walch al ingls, as:

    "Betina's fingers steal into the cageH And claps the nightingale that hover"There feeling the gentle hand he fills the air"In joy with trills of pearly flowerage..."

    (Llega a la jaula y con la mano finaBetina apresa al ruiseor galanoque, al sentir la tibieza de la mano,rompe en una perlada sonatina...) 53

    Pero con todo esto, hoy por hoy, Rasch Isla no se asomaraa las antologas si no fuera por La manzana del Edn, coleccinde trece sonetos en edicin privada de cien ejemplares y quefuera recogida posteriormente por el mismo autor. Por peti-cinexpresa de sus descendientes, no se ha vuelto a publicar.

    52 Ortega F., Jos J. Historia de la literatura colombiana, 2a. ed. Bogot, Ed.Cromos, 1985, pg. 903.

    53 "ThomasWalch traduce a Raschlsla", en Mundo al Dia. Bogot, 1 de juliode 1924.

    37

  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    La pequea historia nos habla de la apuesta que cruzaronRasch Isla y Jos Eustasio Rivera para escribir y publicar unopoemas erticos. Si bien ambos cumplieron en escribirlos,slo Rasch los public.

    El folleto est dedicado al poltico y personajebarranquillero Pedro Juan Navarro, quien al parecer corricon el costo de la edicin. 54

    No hay, sin embargo, total unanimidad sobre el valor deLa manzana del Edn.

    En todo el libro flota la mxima Triste est omne animal postcoitum, y, siguiendo ese supuesto, la mujer es siempre sierpe,hada, vampiro, ngel, sirena, spid, Venus.

    Su Pnfila, igual que la otra, segrega veneno.

    No hay alegra en ese amor carnal, ni mucho menos se vaa encontrar un reflejo del aparente desenfado del caribeofrente al sexo.

    .Ya a esta distancia y calmados los nimos, la crtica oscilaas ante el poema Edn de los edenes, que en uno de sus versosdice:

    bes con beso deleitoso y sabiosu palpitante desnudez de luna

    54 Navarro escribi El parlamento en piyama, un clsico de nuestra crnicapoltica. Por su parte, el poeta Guillermo Payn Archer, en su artculo MarleneDietrich en piyama nos lo describe" cargado de vientre, miope de nacimiento, conlas rodillas arqueadas como un parntesis, con la piel picada de viruela y hastamedio gago", pero an as -prosigue el articulista-, "en una fiesta muy entrenous, como entonces se llamaban las encerronas, Navarro conoci a la Dietrichy las cosas se pusieron como para comprar palco". (El Tiempo, fotocopia s. f.).

    38

  • El modernismo en Barranquilla

    y en insaciada exploracin, mi labiobaj al umbroso edn de los edenes. 55

    Daro J aramillo Agudelo 10 encuentra de tal audacia que,"de ah en adelante todo se vale."56 Ms reticente, Carlos J.Mara nos dice:

    El concepto del amor carnal como pecado y del placer, como enltimas tristezas, y la mujer como objeto, termina por arruinarlo ertico. Queda solamente el valor dudoso de unos poemas mo-dernistas escritos cuando ya no haba modernismo.57

    El caballero de la rosa

    Leopoldo de la Rosa es aceptado sin discusin como una delas glorias del parnaso barranquillero, aunque haya nacidoen Panam y en sus ltimos cuarenta aos nunca msvolviera a esta ciudad.

    Hubo, sin embargo, entre la ciudad y l una hondarelacin afectiva, como nos 10 dice Bernardo Restrepo Mayaen el prlogo del que fue, como ya se anot, su nico libro,Poemas (1945):

    era un nio que cruzaba a grandes trancos las calles de la aldeasin tradicin, conmovida slo en su historia esttica por peri-dicas y espantosas veladas municiples. Era un ser diferente

    55 Miguel Rasch Isla, "Edn de los edenes", en La manzana del Edn, (s.l.f.)56 Jaramillo Agudelo, Daro. Sentimentario. Bogot: Ed. Oveja Negra,1986,

    pg. iv.57 Mara, Carlos J. "El erotismo de un barranquillero", en Diario del Caribe,

    Barranquilla, 6 de octubre de 1988.

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  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    cado de otro planeta y las gentes de Barranquilla empezaron aamarle. 58

    A los diecinueve aos dict una conferencia proanarquistaen el Ateneo.

    En El Estandarte, en mayo de 1902, el padre Revolloclamaba:

    Horror causa que semilla tan venenosa llegue a sembrarse enesta tierra todava virgen para esa perniciossima planta (...)aplaudimos a Rigoletto, que con carcter ha reprobado eldiscurso del joven De la Rosa. 59

    Pero el anarquismo, que tuvo una efmera floracin enBarranquilla, no cont entre sus lderes a este poeta, quedesde muy joven se dedic a viajar sin rumbo fijo porMxico, las Antillas y Centroamrica.

    Por ms de cuarenta aos llev en tierras del Anhuac unaexistencia entre bohemia y anacoreta, salpicada de episodios yancdotas que de ser recogidas y glosadas daran pie para unabiografia ms que singular

    nos

    dice Nstor Madrid Malo, un estudioso de su obra. 60

    Irlfortunadamente, no hay intentos de una biografa so-bre este poeta sino, peor an, siempre que se refieren a l en

    58 Restrepo Maya, Bernardo. "Prlogo", en Leopoldo de la Rosa, Poemas.Barranquilla: Biblioteca de Autores Costeftos, 1945.

    59 Revollo, Pedro Mara. "Perdigonadas", en El Estandarte, Barranquilla, 22de octubre de 1902.

    60 Madrd Malo, Nstor. "El espirtualismo potico de Leopoldo de laRosa", en Caf Literario, N11, Bogot, septiembre-octubre de 1979.

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  • El modernismo en Barranquil/a

    las biografas de Porfirio Barba Jacob -su compaero deaventuras y correras y con quien tuvo una larga relacin deamistad y odio-, 10 hacen en forma desdeosa. "Solemne,engredo, envidioso, sablista, perezoso, mstico" ,61 es lafrase con que 10 despacha Fernando Vallejo.

    Pero en 10 que todos estn de acuerdo es en que el hombredaba siempre terna para hablar. Su figura, extravagante,todo de "negro hasta los pies vestido", la completaba conunos quevedos acaballados en la prominente nariz, sosteni-dos por un cordoncillo de seda, obviamente, negro.

    Si en su mocedad trat de sobrevivir vendiendo biblias,ya en su madurez cumpli su promesa de no trabajar nuncams en la vida. Si alguna vez le ofrecieron en La Nacin elsideral salario de cinco pesos por artculo (cosa que, si secomparaba con los cinco centavos por cuartilla de esa fecha,resultaba exorbitante) escribi tan slo uno, que ademsolvid cobrar.

    En ese rico anecdotario se encuentran momentos apote-sicos, corno aquella ocasin en que Purita Villaln, unabeldad borinquea (es fcil imaginrsela de gran escote ypecho de paloma, con largo collar de perlas falsas), dio unrecital exclusivamente con poemas de De la Rosa enel TeatroNacional de su pas. Al llegar a aquellos versos de:

    Dos colinas de nardo son tus senos balsmicos...tus senos colombinos dos colinas...y se abren en sus cimas dos mirficos lagosde los ms fieros y sangrientos vinos

    61 Vallejo, Fernando. Barba Jacob, el mensajero. Mxico: Ed. Sptimo Crculo,1984, pg. 47.

    41

  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    todo el teatro aplaudi de pie.62 Tambin tuvo momentos decine cmico, como en la ocasin en que por quedarse miran-do fijamente a la mujer que iba del brazo de un militarmexicano, ste, sacando el revlver, le dijo al poeta: "Lo voya matar para ensearle a respetar a las mujeres ajenas". Dela Rosa contest con un hilo de voz: "General, no miro a suacompaante con deseo sino con admiracin, porque ha desaber usted que soy poeta..." A lo que el militar, colocndoleel revlver en la sien, le respondi: "Ya me lo probarahoritica mismo". El poeta recit todas sus obras completas,y aun ms. Terminaron de amigos, tomando champaahasta el amanecer.63

    Pero el grueso del anecdotario nos presenta a un hombreen lucha permanente con la miseria. Meses enteros dur enciudad de Mxico dentro de una pieza comiendo slo plta-no, pues si pisaba la calle los acreedores le quitaban todo.Pero no tena remedio. Jos Vasconcelos, en esa pocasuperpoderoso secretario de Educacin, le dio un empleobien pagado que consista en darles cuerda a los relojes delministerio. Nunca lo hizo. Al final lo destituyeron.

    En toda esta poca slo volvi en una sola Fasin aBarranquilla. La fotografa en la que se le ve, irnico, vestidode grueso pao negro, bajo el sol canicular de Usiacur, enla coronacin de Julio Flrez como poeta nacional, haceplena prueba.

    Al final de su vida era, sin embargo, tan proverbial supobreza, que algn diario mexicano lo caricaturiz mostrn-dolo envuelto en una sbana a lo Gandhi.

    62 Santa Cruz, Mauricio." Ancdotas de Leopoldode la Rosa", en La Prensa,Barranquilla. (fotocopia s.f.)

    63 Idem.

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  • El modernismo en Ba"anquilla

    Tambin es clebre la frase de Salvador Novo que reco-mend a la comisin colombiana encargada de repatriar losrestos de Barba Jacob: "Por qu no aprovechan y se llevantambin los restos de De la Rosa?"

    Pero si el personaje da para una semblanza muy rica, nohay aproximaciones a su obra, ni grande ni pequea, casi nohay nada.

    El padre Jos J. Ortega, que no lo olvid, le endilga un:"sus poemas son erticos o de fondo religjoso".64

    A esto Germn Vargas contesta:

    El desenfoque del compilador de la poesa colombiana es notorio,pues el fondo religioso no se encuentra en parte alguna de lalrica de Leopoldo de la Rosa y el erotismo, si es que existe, es algomuy comedido y busca formas de fina suavidad. 65

    Menos complaciente, el joven crtico Ariel Castillo dice:

    Un crtico de la parroquia, vecino de Barranquilla, ha dicho queLeopoldo de la Rosa es un poeta casi onrico~ ntimo, recndito,arcanglico, extraamente simblico y casi cabalstico, y suobra clica, serfica, mstica: lo que debi hacer (lo que debemoshacer) fue preguntarse si era potica.66

    A pesar de haber estado en contacto con lo mejor y msinnovador de la poesa mexicana de esos aos (as colabor

    64 ortega, Jos J., op. cit., pg. 831.65 Vargas, Germn. "La poesa en la Costa Atlntica", en Olas, ~ 7.

    Corporacin Cultural de Barranquilla, abril-junio de 1986.66 Castillo, Ariel. "Presencia de la literatura del departamento del Atlntico

    en el panorama nacional", en Huellas, Revista de la Universidad del Norte, N25, Barranquilla, abril de 1989.

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  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    en la revista Pegaso, dirigida por Enrique Gonzlez Martnez,Efrn Rebolledo y Ramn Lpez Velarde, entre otros), siem-pre permaneci irremediablemente trasnochado. Es fcildescubrir en su poesa los ecos de las lecturas de la Biblia yla Divina Comedia. Oscil, como en la frase de Rubn Daro,"entre la catedral y las ruinas paganas". Por eso sus versosno son comunes y corrientes: siempre sern o "sagrados" o"sacrlegos".

    En una que otra antologa ha logrado colarse con suCancin del mar, pero el recuerdo imborrable para GermnVargas, su editor, es aquel poema XV que empieza con un:

    Mi alma es un castillo solitarioque recorre un fantasma...

    44

  • El mundo de Cosme

    1

    Es un lugar comn decir que en los decenios del 20 al 40 seprodujo el mayor crecimiento de Barranquilla. Si bien loscuadros estadsticos y los libros de economa exigen unamirada ms cuidadosa para avalar este concepto, la opinintradicional lo da como un juicio incuestionable. De todasmaneras, la gente de la poca participaba tambin de esaeuforia y de ese concepto; basta tan slo leer la Geografa deColombia del Hermano Justo Ramn, texto obligatorio de esemome~to en todos los colegios, para encontrar en sus juiciossobre la ciudad portuaria un entusiasmo inocultable por loque se pensaba como una pujanza incontenible. De esteoptimismo participaba en pleno toda la clase dirigente, tantola tradicional como la recin llegada a las posiciones decomando.

    Es ilustrativo de este sentir un nmero de Mejoras, larevista de la Sociedad de Mejoras Pblicas, en la que uno delos ms altos "heliotropos" de la poca, Samuel Hollopeter,un norteamericano, gerente de la Empresas Pblicas Muni-cipales, escriba:

    Antes de veinte aos Barranquilla ser ms grande queBogot.1

    I HolJopeter, Samuel. "BarranquilJa dentro de 10 aos", en: Mejoras, ~ 8(BarranquilJa, nov., 1936).

  • ESCRIBIRENBARRANQUILLA

    En las treinta y dos predicciones siguientes, se habla demercados, aeropuertos, servicios pblicos, lugares de espar-cimiento, concentraciones habitacionales, pero tan slo hayuna referencia a la vida cultural, cuando se habla de unbiblioteca pblica con ms de doscientos mil ejemplares. Nose hace referencia a la necesidad de una universidad, ni a lade museos o centros de investigacin, ni a la de emisorasculturales o de una empresa editorial. La ciudad comercialestaba satisfecha de s misma, y la vida cultural no estabaentre sus prioridades.

    LA PRESENCIA DE DON RAMN

    Sin embargo, una de las revistas culturales ms importantesen la Amrica de habla espaola en el segundo decenio deeste siglo, se haba publicado en esta ciudad: Voces. Detrsde ella se encontraba uno de los personajes ms decisivos denuestra historia cultural, Ramn Vinyes.

    Ahora, y despus de Cien aos de soledad, novela en la quese le bautiz como "el Sabio cataln", su figura se ha vueltoreferencia obligatoria, cada vez que se habla de nuestroproceso cultural. Pero en aquellos primeros aos del siglo,Vinyes era un joven que haba venido de Catalua al pas a"hacer la Amrica". Nunca amas la fortuna a la que aspira-ba; pero 10 que s est claro es que al iniciarse los aos veintes,Vinyes era una presencia cultural decisiva en la ciudad.

    Orientaba en las lecturas, analizaba autores, desmontaba obrasy las volva a armar, mientras descubra los trucos de que seservan ciertos novelistas2

    -

    2 Fuenmayor, Alfonso. Crnicas sobre el grupo de Ba"anquilla. Bogot:Instituto Colombiano de Cultura, 1981, pg. 17.

    4"

  • El mundo de Cosme

    dice de l Alfonso Fuenmayor en sus Crnicas sobre el grupode Barranquilla. Despus, sobre su padre, Jos Flix Fuenma-yor, la otra presencia cultural poderosa de esos aos, dice:

    Adelantaba sin proponrselo su maestra en el tratamiento delos temas, enseaba a no caer en lo folklrico, yen descubrir parala narracin lo esencial, as lo esencial asuma la forma de unsimple detalle.3

    Es as como Ramn Vinyes y Jos Flix Fuenmayor van allenar con su rectora cultural estos decenios que seranincomprensibles sin sus nombres. En este perodo se van apublicar varias novelas, algunas de las cuales, como Cosme yUna triste aventura de catorce sabios de Fuenmayor, Asaltos deGarca Herreros, y BarranquilIa 2132 de J. A. Osorio Lizarazu,estn a un lado de la gran corriente regionalista y naturalistaque nutra la novela colombiana de esos aos. Haba algoespecial en la vida "literaria" de Barranquilla que las hicieraposibles? La respuesta, muy difcil de dar, no esconde elhecho de que s haba cierta singularidad en esa Barranquillaque produjo a Cosme.

    Sin embargo, los aos veintes se iniciaban con un profun-do golpe a la vida literaria. Voces, despus de llegar al nme-ro sesenta, desapareci el 30 de abril de 1920. A pesar de quefiguraron como directores Julio Gmez de Castro y HctorParias (con el seudnimo de Hiplito Pereyra), el alma de larevista era Vinyes. Todava, y a esta distancia, se siente en lasnotas sueltas, generalmente sin firma, pero que el estilo haceinconfundibles, su pensamiento agudo, y un afn de inte-grar la ciudad a lo que Braudelllamara "el tiempo delmundo".

    3 Fuenmayor, Alfonso, op, cit.

    47

  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    SU irona no se detena ni ante las testas principescas; as,a las notas de viaje publicadas por Teresa, princesa deBaviera, le hizo el siguiente comentario:

    De Barranquilla dice pocas cosas, que los hoteles no son muybuenos, que hay mosquitos, que los sardineles son muy altos ylas calles muy accidentadas. Con pocas dotes de observador estose puede ver...4

    La tertulia literaria que se haba nucleado alrededor deVoces no se desintegr porque la librera montada por Vinyesy otro cataln, Xavier Auqu Masdeu, permiti que su vidacontinuara.

    As, pues, en este local era permanente la presencia deJulio Gmez de Castro, Julio Enrique Blanco, Rafael GonzlezCarbonell, Hctor Parias, Enrique Restrepo, GregorioCastaeda Aragn y Jos Flix Fuenmayor.

    Casi todos estos nombres colaborarn un poco despusen La Nacin, un peridico conservador, dirigido por PedroPastor Consuegra. Vinyes, despus de un corto viaje porEuropa, escribir frecuentemente en este peridico. Loscontrovertidos editoriales que public en este peridicochocaron con los poderes establecidos de la poca. Se traben polmicas con el clero, y le pis la cola a "los Leopardos",que en ese momento volcaban en el parlamento toda laartillera ideolgica nutrida de las pginas de L' ActionFran;aise. Esto condujo a que las relaciones entre el gobiernoseccional y el peridico La Nacin se agriaran cada vez ms.y aunque el director, Pedro Pastor Consuegra, siempre

    4 "Voces" 1917-1920. Seleccin de textos. Bogot: Instituto Colombiano deCultura, 1977, pg. 418.

    48

  • El mundo de Cosme

    asumi la responsabilidad de los editoriales, era un secretoa voces que la autora corresponda a Vinyes.

    En esa misma poca ocurri el incendio de la librera. Alparecer, se debi a un hecho fortuito: unos manifestanteslanzaron un petardo al hotel donde se alojaba un poltico dela oposicin, con tan mala suerte que el incendio se propaga las casas vecinas, entre las cuales se encontraba la librera.As, el negocio y la firma "Vinyes, Auqu Ltda." despus dedoce aos, dej de existir.

    Todo esto, adems del hecho de que el gobierno local lodeclarara "extranjero indeseable", oblig a Vinyes a mar-char de nuevo a Europa y llegar a Barcelona en la primaverade 1925. En la travesa por el Atlntico, escribi una de susobras de teatro ms conocidas, Viatge.

    El viaje de Vinyes, su ausencia, hizo que la vida culturalde la ciudad se resintiera, pues no se llen ntegramente esevaco. As, a pesar de que Vctor Manuel Garca Herrerospublicara la revista Caminos, desde 1922, y en la queVinyescolabor con sus secciones "Notas" y "Varia " ("Hay dasque se marchitan a cada instante. El de hoy no. Se acurrucana nuestro lado, como un gato fiel"s, escribi alguna vez enuna de estas notas), esta publicacin fue de corta vida.

    Un gran malestar ocasioJl la tragedia en la que perdi lavida Pedro Pastor Consuegra. En una serie de hechos confu-sosrdebido a diferencias polticas, Hctor Parias mat a tirosa Consuegra. El hecho, que tuvo como escenario uno de lospalcos del Teatro Cisneros, durante la proyeccin de lapelcula Encadenada, desat mltiples y variadas versiones

    5 Vinyes, Ramn. "Voces": Seleccin de textos 1. Bogot: Instituto Colombia-no de Cultura, 1982, pg. 151..

    49

  • ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

    sobre las motivaciones y los hechos. La perplejidad en lapequea ciudad se hizo ms aguda cuando meses despusParias apareci asesinado dentro de su celda. La confusinse hizo ms aguda cuando corrieron las especies de ~ue elcadver que apareci en el fretro no era el de Parias.

    Este sonado caso, que todava est en busca de un nove-lista, acab con el grupo que se aglutinaba alrededor de laseccin literaria de La Nacin. Solamente con la publicacinde las pginas literarias de La Prensa, desde 1928, el mundillointelectual encontr otro vehculo para expresarse.Infortunadamente, en este nuevo peridico la lnea era msconservadora, y las colaboraciones generalmente estabandedicadas a hablar de autores y libros franceses. La otrarevista importante, Civilizacin, fundada ~n 1925 y dirigidapor Adalberto del Castillo, era ms informativa y misclanicaque cultural propiamente dicha. ("Hoy hace un sol esplen-doroso, la claridad del da invade mi biblioteca, la luz se filtrapor el balcn... definitivamente hoyes el da para leerse ellibro de Adalberto del Castillo", escribi en alguna ocasinVinyes).7

    Pero a pesar de su relativa indiferencia ante la cultura,.Barranquilla se conmocion cuando Vargas Vila lleg a laciudad. "El Divino" rompi su autoexilio de varios lustrospara hacer unas diligencias relacionadas con sus derechosde autor con los Di Domnico Hermanos, propietarios delCine Colombia, quienes haban filmado Aura o las Violetas.Una famosa fotografa muestra a Vargas Vila sentado en unasilla de mimbre del Hotel Moderno, y a su lado, de pie, losjvenes poetas Rafael Maya y Gregorio Castaeda. Como

    6 Colpas, Jaime. "La muerte de Pedro Pastor Consuegra", en Diario delCaribe, Brranqui/la (30 de oct. de 1987); pg.llA.7 Entrevista con Germn Vargas, Barranquilla, diciembre de 1989.

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  • El mundO de Cosme

    era su caracterstica, Vargas Vila estaba vestido en formaafectada, lleno de anillos y sortijas, y con una enorme perlacomo prendedor en la corbata.

    Aos antes, en Voces, Vinyes haba escrito:

    Vargas Vila era un seor que deca apocalpticamente sandecestristes. Hoy Vargas Vila es un seor que evoluciona en elsentido de decir sandeces regocijadas.8

    Pero en ese ao, 1924/ y durante los diez das que estuvo.en Barranquilla, // el Divino" fue visitado y homenajeado por

    las fuerzas vivas de la ciudad, cosa que l aprovech paraatacar la hegemona conservadora y la postracin de lasnuevas generaciones liberales que se haban resignado a ella.La prensa destac sus declaraciones. Por el lado de la librerade Vinyes, hubo una sorda resistencia, casi nadie de latertulia se acerc a saludar al autor de Flor de fango.

    Slo Francisco Pardo Fuenmayor, uno de los buenosperiodistas de la poca, que firmaba con el seudnimo dePaco Lince, public, aos despus, una misiva que le habaenviado Vargas Vila en papel membreteado del hotel. Enella, el famoso escritor le propona que se fuera a trabajar con

    , l a Pars, en la revista Nmesis. En el ms puro estilovargasviliano, lleno de puntos suspensivos y maysculasarbitrarias, le deca cosas como stas:

    y parto...y parta...Deje Envidipolis...Lutecia lo espera 8 Voces, op. cit.., pg. 418.

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    I I

  • ESCRIBIRENBARRANQUlLLA

    Impaciente...Con sus brazos abiertos...

    En realidad, esa carta no la haba escrito Vargas Vila, sinoque, en medio de las carcajadas de los miembros de latertulia, la haba escrito don Ramn.9

    Pero si bien haba inquietudes, la produccin literaria eramnima. En toda esta primera mitad de la dcada, la nicanovela de importancia publicada es Lejos del mar, 1921, deGarca Herreros. El autor, aunque cartagenero, vivi casitoda su vida en Barranquilla, donde ejerci su profesin deperiodista, de la que a duras penas sobrevivi. Bohemio,tena un gran parecido fsico con Baudelaire, que l mismo seencargaba de realzar. Dominaba el francs y tena una graninformacin de la cultura francesa. Fue, tambin, el nicorepresentante costeo en el grupo de "los Nuevos". De LeJosdel mar, don Ramn escribi:

    Tambin como en Raza de bronce, es en Lejos del mar lanaturaleza la protagonista de la obra. ID

    Ms adelante hay una advertencia: se le pide al autor quecaracterice en forma ms clara al protagonista. Pero en estanovela no hay ningn rasgo novedoso, sino que ella partici-pa de la gran corriente del regionalismo ynaturalismo quese daba en esos momentos. Es con Asaltos, publicada en 1929,con la que Garca Herreros va a mostrar su mejor faceta depicarda y originalidad.

    9 Fuenmayor, Alfonso. "Hablando de Vargas Vila", en Diario del Caribe,Barranquilla (31 de mayo de 1981).

    10 Vinyes, op. cit.., pg. 124.

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    ESCRIBIR EN BARRANQUILLAContenidoProemioI. El modernismo en Barranquilla II. Un modernista a la fuerza: A:Z: Lpez-PenhaIII. Un husped pendenciero: Fray CandilIV. Otro siglo, otras vocesV. Dos caballeros "modernos": Leopoldo de la Rosa y Miguel Rash IslaEl caballero del sonetoEl caballero de la rosaEl mundo de CosmeLa presencia de Don Ramn