Los que viajan hasta el pequeño pueblo inglés de Aveburyestán de acuerdo en que el lugar posee cierta clase deenergía inspiradora y diferente. Avebury el que tal vez fuerael mayor compleio de centros prehistóricos de Europ?, Po-rece contener antiguas memorias de la psique human des-de los tiempos en que los magos de la Edad de Piedra deci-dieron inmortalizar allí su cosmología. ¿Guál es el misterioque encierra Avebury? ¿Fue realmente un "templo de laserpiente" o un lugar de alquimia de las energías naturalesde Ia Tierra y el Cosmos?

los visitantes del pequeñopueblo de Avebury, en Wilts-hire (lnglaterra), se les oye a

menudo comentar sobre la inusualatmósfera que reina en aquella partedel mundo. El aire allí es tranquilo enextremo, tanto que impresiona inclusoal obselador más escéptico, reacio aaceptar cualquier tipo de idea que lehable sobre "lugares de poder" o"geografías privilegiadas" por algúndominio físico o presencia energéti-ca o espiritual desconocidas. Seacomo fuere, todo el mundo pareceestar de acuerdo en que existe en lazona cierta clase de "fuerza inspira-dora" que eleva al ser humano modi-ficando para bien sus estados deánimo habituales.

Situado entre los valles y colinascircundantes del suroeste, este pue-blo se encuentra en lo que una vezfue el mayor complejo de temPlosprehistóricos de Europa. Ello es ya depor sí impresionante. Las casas queabundan alrededor del centro de estepaisaje sagrado, el cual sobrepasa enocasiones las enormes cercas consus megalitos de cuatro mil años deantigüedad, fueron construidas en sumayor parte con los restos de estaestructura, cuyas piedras fragmenta-ron los campesinos del lugar duranteun siglo tan ilustrado, racional y "lumi-noso" como el XVlll. No muy lejos sehalla una colección completa de nota-bles monumentos pertenecientes aviejas civilizaciones, incluyendo enellos el inmenso túmulo que se en-cuentra al oeste de Kennet y el másdescomunal y enigmático dique deSilbury Hill que haya levantado elhombre en Europa.

UNA CATEDRAL SOBRE UNFONDO DE ENERGíA,

El primer arqueólogo que un día deinvierno de 1649 descubrió Aveburyfue John Aubrey. Su reacción fue laprimera de muchas observaciones si-milares, que luego le seguirían, y re-gistró que la diferencia entre Aveburyy Stonehenge era la misma que entreuna catedral y una parroquia. Aubreysintió de inmediato la impronta de ungran misterio, el mismo que ha afec-tado a mucha gente después. Es co-mo sitan imponente y silencioso lugar

tuviese en sí mismo algo que remueveantiguas memorias dormidas dentrode la psique humana.

El sentimiento de que el lugar está"vivo" es evidente. No hay que foaarla percepción o sugestionarse por elgusto hacia lo arcaico. Cierta clase deenergía bien palpable que allí reinanos hace comprender enseguida elcómo los magos-sacerdotes de laEdad de Piedra, concebían este pai-saje, este entrelazamiento terrestre ycelestial. Sin duda, habían sido cons-cientes delespecial significado de es-ta huella excepcional en los bajos delas tierras de Wiltshire. ¿Cómo expli-car entonces que con tal precisión enel enclave construyeran esos monu-mentos eternos con tierra y piedra pa-ra inmortalizar su cosmología de mo-do que aún hoy puede ser percibidamiles de años más tarde? La arqueo-logía y la especulación teórica nosaclaran un poco estos enigmas; sinembargo, el alcance de nuestra vi-sión, su posible penetración en el se-creto, se estrecha debido a las res-tricciones que nos impone la cegueradel racionalismo moderno.

Gomprender por qué el hombre dela antigüedad hizo tan enormes es-fuezos para realzar los campos consus templos requiere un enfoque dis-tinto, nuevo, donde podemos unificarante nuestros ojos la realidad cósmi-ca de los cuerpos celestes con la to-ma de conciencia de las energías dela Tierra que late bajo nuestros pies.

Se ha llevado a cabo una gran can-tidad de estudios sobre la orientación

. de las estructuras prehistóricas en re-' lación con la importancia simbólica enlos alineamientos de las construccio-nes con el amanecer y las puestas desol. Y allí donde las construccionescristianas posteriores las han ido su-plantando, el simbolismo ha Perma-necido, con frecuencia incorporado asu fabricación. Esto es especialmentecierto en las grandes catedrales góti-cas como en la de Chartres, construi-da sobre un solar druí{ico sagrado yque incorpora una buena parte de lageometría cósmica en su realización.Sin embargo, se ha dedicado una in-vestigación menor a las corrientes defuerzaterrestre que cargan de energíaestos parajes, las cuales han sido lar-gamente olvidadas a medida que he-

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mos ido perdiendo contacto con laNaturaleza. A estas energías se lasconoce por varios nombres. Los anti-guos griegos hablaban del Ether, Iosalquimistas medievales se refirieron alEspíritu del Mundo. Los druidas, here-deros de una sabiduría conectadacon tiempos' remotos, denominaban aesta fuerza: Winged Wouivre o la GranSerpiente, un término que describe ala perfección la vitalidad y la naturale-za que discurre como un oleaje silen-cioso entre canales terrestres ligadosa los antiguos lugares santos.

Las técnicas modernas de sondeoempiezan ahora a revelar una singularvisión de la Tierra. Aquellos que seespecializan en detectar energías suti-.les del subsuelo encuentran que losviejos lugares sagrados de la prehis-toria, las iglesias y las catedrales, quehan reemplazado a muchos de aqué-llos se encuentran unidos en una granred extendida a lo largo de la superfi-cie del planeta. En términos coloquia-les, con el redescubrimiento científicodel concepto de globo terráqueo co-mo una entidad viviente, estamos ob-servando el sistema neruioso planeta-rio: un tejido que todo Io abarca, unmapa de energía creativa enclavadoen lugares que han tenido un papelcrucial en el desarrollo de la concien-cia humana.

Es difícil aceptar o asimilar en nues-tras mentes racionales y analíticasuna visión así. No obstante, siempreha habido personas con cierta per-cepción, situadas a contracorriente,que han conocido a menudo por in-tuición la realidad de estas energíasespirituales de la Tierra. El clérigo in-glés William Stukeley fue una deellas. La primera vez que Stukeley lle-gó a Avebury en el siglo XVlll quedótan fascinado que exploró sus miste-rios durante varios años. Llegó asía laconclusión de que Avebury fue unTemplo de la Serpiente, un gran cen-tro de fusión alquímica, donde lasenergías de la Naturaleza se combina-ban para santificar todos sus alrede-dores. De esta forma, dedujo que lospueblos primitivos que se asentaronen la zona habían comprendido losprincipios elementales implicados ylos habían elegido como centro delviejo peregrinaje para venerar las po-

gurando lo que podríamos denominarla cara secreta de la Naturaleza.

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El[".]üiJÍ:3fl?J¿ifl]!'i'3Í3;"?t1- t\giado como un romántico chifrado, Y omprender por qué el hombre de lapero investigaciones recientes, reto-madas por ét zahorí uá.l"li ü¡iái v antig!9led hizo tan enormes esfue rzos paraporquienestoescribe,demuestran-^¡-nlI^^^^-.realzar los campos con sus ter??p los requiere uncon claridad que en la antigüedad se 'vguzc" 'vo vct't'Plto vL,It ürrü [errrPruS requrere unteníaunprofundoysofisticadosaberenfoquedistinto,nuevo,dondeffir

fa y dgl cosmbs, y lo que es más: se ante nuestros o/bs la realidad cósmica de los:*&:;ffi':?i"i","H:3li:Hj:::#Y: "las energías de la Tierra.

todos sus alrededores.UNA AMPLIA RED DE FUERZASSACRAS

La historia de este redescubrimien-to se contempla en el libro: El sol y laseroiente. En ese texto se narra cómova'en los tiempos prehistóricos existíaól "Mayo" (Mayday), una de las éPo-cas más cruciales del año. El primerdía de Mayo marcaba el verdaderoinicio del antiguo verano; en ese mo-mento, se creía que el Dios Sol retor-naba para fertilizar a la Diosa Tierra yrecrear en ella toda la vida. En aquelentonces, nutridos grupos de perso-nas convergían en Avebury proceden-tes de todo el sur de Gran Bretañapara asistir a los ritos que acompaña-ban la salida del Sol. Viaiaban a lo lar-go de rutas precisas, cuyo trazado se

[ierde en la noche de los tiempos delPaleolítico, cuando la Humanidad

erraba sobre la Tierra segÚn los cicloscelestes. Durante las celebraciones ri-tuales, se encendían grandes fuegosen los santuarios de las cimas de lascolinas a fin de atraer la energía solarhacia la Tierra en un acto de sincroni-cidad mágica.

En esta línea, resulta particularmen-te intrigante el hecho de que la princi-pal rutá de peregrinación a Aveburysigue un canal de energía terrestreque coincide con una alineación encampo abierto con los santos lugares.Esta alineación coincide a su vez conla ubicación del Sol en el amanecerde Mayday; en Bretaña, esta dirgc-ción es conocida como Línea de SanMiguel, a causa de los muchos Pun-tos de la geografía cristianizados quesobre ellase hallan dedicados al ar-cángel guerrero, emParentadg Pqrsus átributos y sentido con las divini-

dades solares de tiempos druídicos.Avebury está situada casi exactamen-te a miiad de camino de esta gran lí-nea que va, desde el cabo más aloeste de Cornwall, hasta la costa Es-te, unas 360 millas de longitud, Y queincluye el famoso santuario pagano ycristiano de Glastonbury.

Hubo un tiemPo en que la imPor-tancia crucial de Avebury disminuyó,pero la ruta de los peregrinos, que eraoarte de la vida de esa tierra, no per-bió vigencia. Solamente llegó a mer-mar su flujo, antes tan intenso. En laEdad Media, el foco de atención loatrajo Glastonbury con la iglesia deSan-Miguelen lo alto de su destacadacolina y su poderosa y rica abadía, sinduda [a mejor de lnglaterra. En losdos extremos de la Línea de San Mi-guel se encuentran la abadía de BurySan Edmund y la legendaria isla santadel monte de San Miguel en Corn-wald, dos santuarios importantes queatraieron a miles de peregrinos de to-da Europa. En algunos casos, las ac-tuales trayectorias de las rutas prehis-tóricas cie estos lugares coincidenexactamente con las corrientes sub-terráneas de energías terrestres. Estacircun§tancia nos lleva por fuerza a laconclusión de que algo bastante po-deroso sucedía conforme al movi-miento de los peregrinos sobre el te-rreno, como si en un momento dadoiuviera lugar un maridaje entre el sutilcuerpo dél caminante y las energíasinvisibles de la Tierra, manteniéndosey acrecentándose según avanzaba la-oereqrinación

de capilla en capilla, si-

i¡uieñOo los canales'de la energía vital

óel planeta. La armonización que na-turaimente tiene lugar durante un viajede estas magnitudes, bien podría pro-ducir un cambio en las percepciones '

e incrementar el conocimiento internode igual modo que el lado intuitivo dela mente es afectado Por un Procesode resonancia. Esto demuestra queno nos encontramos ante simples te-orías, sino con un contenido de sor-prendente asPecto Práctico.'

En efecto, la peregrinación a los lu-gares santos crea un nuevo (o mejo¡óicho, extremadamente viejo) conoci-

En la páginaanterior, arriba,ruinas deGlastonbury.Abajo, menhiressobre el camqo.Junfo a estaslíneas, mapa dela Línea de SanMiguel. Aniba, ala izquierda,misteriosocírculo de mies.A la derecha,visiónpanorámica deAbevury y susalrededores.

un clérigo in

operando un de la

centro de fusión alquímicata Naturaleza se comb inaban para santificar

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miento de los principios de la existen-cia, despertando dimensiones desco-nocidas del entendimiento que pue-den tener importantes implicaciones.Como todavía permanecemos en lasencrucijadas de la evolución, se hacedifícil no imaginar que tales cambiosen la conciencia humana pudieran te-ner profundos efectos en la forma enque las generaciones futuras han deencarar su encuentro con la Tierra.Está de moda, es cierto, hablar deGaia en estos días, pero la evidenciamuestra que la realidad de esta ideaya era conocida de un modo notablepor civilizaciones pasadas.

Hoy por hoy, la naturaleza orgánicadel sistema nervioso del planeta haconseguido liberarse de la visión me-canicista del mundo que a todas lu-ces dificultaba o impedía la compren-sión de su complejidad. De igual mo-do que el cuerpo humano tiene millo-nes de diminutas terminaciones ner-viosas, unidas a través de ganglios ycanales, y el cuerpo sutil, sus chakrasy meridianos, la fueaa vital de la Tie-rra discurre por su superficie como unoleaje viviente de energía, coqcen-trándose en puntos energéticos cu-yos poderosos efectos sobre la men-te y el espíritu han sido siempre reco-nocidos y aceptados, salvo por elmundo moderno. Los lugares marca-dos por megalitos y centros prehistó-ricos, por catedrales o abadías cristia-nas resultan tener funciones especÍfi-cas en este sistema energético delplaneta, como oasis de curación, ins-piración y transformación espiritual. Elmodo en que tales energías interactú-an en esos puntos nos sugiere undestino especial en el desarrollo de laconciencia planetaria. Puede que éstasea la razón última del misterioso fe-nómeno de las peregrinaciones. Enesta línea, algunos zahoríes como elinglés Colin Bloy, ya conocido dellector español, han puesto de relieveque otras importantes rutas de pere-grinación, como la de Santiago deCompostela, una de las más significa-tívas rutas de Europa, se encuentranen sintonía con los importantes cana-les de la fuezaterrestre.

EL HOMBRE Y LA NATURALEZA:UNA UNIÓN PROFUNDA

Y sí siguiéramos las huellas de tan-tos peregrinos que en el mundo hansido y serán, si nos adentráramos enesa neblina de la historia sin registrar,estaríamos sin duda ante una expe-riencia extraordinaria. En efecto, la re-

tuaciones mediante sondeos conaparatos adecuados, aunque igual-mente son útiles nuestros sentidosespirituales. La conclusión, pues, esinevitable: los seres humanos y lasfueaas de la Naturaleza están insepa-rablemente unidos en los niveles máshondos e imperceptibles. Ser cons-cientes de esta relación estimula yagiliza de forma espontánea un creci-miento interno que incrementa nues-tra capacidad de comprensión. Perohay un dato todavía más importante.AIser recíproca dicha relación, no es-taríamos exagerando cuando deci-mos que la propia Tierra estaría des-pertando cada vez que la concienciahumana experimenta cambios masi-vos. La marea de cambios políticosen todo el mundo y el advenimientode la toma de conciencia ecológicapor las sociedades actuales, estaríandelatando los síntomas de una iransi-ción que desde los antiguos, y sinromper con sus legados, nos lleva ha-

Son muchos ya los que reconocenelsignificado esotérico de las rutas deperegrinación. Es imposible recorrerlos antiguos senderos sagrados sinque nos encontremos cara a cara conlos peregrinos de todos los siglos. Yen este sentido e obligada la referen-cia al enigma de los caballeros tem-plarios. Formados en el Templo deJerusalem en el siglo Xll con el propó-sito especÍflco de proteger las sendasde los peregrinos, mantenían a raya alos bandidos y merodeadores que ha-cían inseguros los campos. Gracias aello, los peregrinos de la Europa me-dieval podían atravesar los camposmás desolados sintiendo su protec-ción. La venganza de los caballeros-guerreros sobre aquellos que se mo-faban de la santidad de las antiguasveredas era rápida e inflexible. De es-ta manera, los caballeros mantuvieronlas rutas abieftas para que los cami-nantes, de capilla en capilla, vieranasegurados su rico fluir espiritual sin

cial energético aumentar o disminuir, cia un entendimiento más profundopermanecer estable o variar? En la de las interconexiones entre las co-actualidad sabemos medir tales fluc- sas.

La avenida de piedra conduce at santuario,acción que se nroduce en§,1"::i§§ donde una corriente femenina, la de SantlMaría,gías de la Tierra y dehumano es bidireccional. Sabemos lo cruza- Dere fluir a trevés tlc ttn rnanantiallo cruza, para fluir a través de un manantialque las sutiles fueaas de la Naturale-zá pueden afectar po"itiu"r"nt" p"i- sagrado y del más ancho túmulo prehistórico decepciones pero, cabe todavía hacer-nos una pregunta: ¿puede ese poten-

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Cran Bretaña-

Junto alextraordinariomontículo deSilbury HillY a/ospictogramaspagano-cristianos deRoyston Cavevemos, abaio,otro de loscírculos de loscampos decereal.

restricc¡ón, encadenados a las co-nientes del esPíritu tenestre.

El conocimiento temPlar¡o sobreesta realidad dio lugar a un períodode expansión religiosa de enormemaonitud. Cuando uno sigue la Líneatngiesa de San Migue!, son muchaslaé zonas de la geografía sagrada que

revelan sus intensas conexiones conlos énigmáticos templarios' Fueronellos quienes establecieron con fre-cuenciá monasterios, ermitas e igle-sias en ciertos Puntos, Y una cuevasubterránea cubierta con esculturasmísticas era aParentemente usadapor estos cabaileros en sus propósi-tos iniciáticos.

Avébury es uno de esos lugaresdonde h úerdadera escala de esta vi-sión de los meridianos y canales ner-viosos de la Tierra Puede leerse en

trabaios de piedra y bano. Es el únicohito ód paíd en el que la Coniente ln'

glesa de San Miguel Parte Precisa--mente de una extraordinaria avenidade megalitos. Es esa Avenida de Pie-

dra de West Kennet (el "cuello" delTemplo de la SerPiente de WilliamStukéley) el princifd flujo de energíatenestrá, la Kundalini materializada enoiedra. Conduce al Santuario, dondeLna corriente femenina, la de SantaMaría, lo cnJza, para fluir a través deun manantial sagrado Y del más an-cho túmulo prehistórico de Gran Bre-taña, en el enorme dique de SilburyHill.

LOS ENIGMÁTICOS CíRCULOSDE MIES

Fue en el verano de 1988, desPuésde este descubrimiento, cuando loscinco primeros de una serie de círcu-los de mies aparecieron y fueronfoto-grafiados debde la cima de Silbury.Era sorprendente notar cómo estabansituados exactamente sobre la rutade la corriente "femenina" que había

sido trazada algún tiempo antes. Des-de entonces, otros muchos círculos yformaciones geométricas, todos elloscargados cón fuertes camPos deeneigía, han sido localizados en cer-canáasociación con las conientes dela Línea de San Miguel, incluido ungrupo de figuras en eltérmino del ex-iremo orieñtal de HoPton, Y otro delos más famosos del notable comple-jo de pictogramas que se encuentra aLnos'pocoé cientos de pies de la co-rrientó de "Santa Máría" apuntandohacia Silbury Hill. La cuestión quesurge es inmediata: ¿existiría algunaconlxión entre los dos fenómenos?En otras palabras, ¿podría tener algo

que ver con las energías vitales de laiiena? Son muchos los que Ya intu-yen que esta pregunta tiene un ciertoáradó de parentesco con el mundoáe tos sím6olos. ¿Elenorme aumentode los círculos de los camPos de ce-éales que atrae hoy a tantos peregri-nos modernos?

¿.Y si tal comPleja geometría Y susonáulantes formaciones de los cam-oos de mies allanados hubieran sidobausados por alguna potente energ.ía

de la Tierra? La constante evoluclonde esta complejidad desafía constan-temente la explicación racional. ¿Es-taría realmente la Tierra despertan-do?, ¿serían los enigmáticos círculoscreadós por energías que unen al pla-

neta con su entorno no terrestre'/'¡.estaría el maiz o el trigo capturando,ál crecer, secciones cruzadas de lospotentes vórtices energéticos? Podríaincluso ser que semejantes Puntosfocales hubieran sido ya marcados oseñalados alguna vez por terraplenesv túmulos, o incluso por el arado has-ia el olvido. Lo cierto es que resultabasüante extraño que Wiltshire, elgran centro Prehistórico, Produceñrás que cualquier otro de los conda-dos ingleses. Quizás la Naturalezamisma está tratando de comunicar-nos algo de una manera que no Pue-da oaéar desapercibida. El redescu-briririento del éignificado de la Línea

de San Migueles Parte del Proceso'Si es éste el caso, Podemos esperarun continuo cre- cimiento del fenó-

. meno de los círculos del maíz o deltrigo que se extienda a otras partesde'i múndo y demuestre que existenrealidades alrededor de nosotros que'

desde nuestro nivel elemental, difícil-mente Podemos todavía entender'Puede i¡ue sea ese el mensaje de es-tas extráñas y maravillosas formacio-nest una desmostración física deenergías e inteligencias más allá deloaraóiqma de lá existencia material'buizáJse nos esté mostrando que laTierra está ciertamente viva, Y quesus energías y lugares sagrados, re-

conocidol y ieverenciados desde la

más remota antigüedad, tienen unaprofunda conexién con la evoluciónhumana'

Paul Broadhurst

65

fi¡

D o, cada vez más los investigadore.s qqqnigAAba. Losdel cereal de Gran Bretaña

ffiración física de las energías

det ptaneta, uia refloración de su vconex¡ón ürecta con la geografía de la Tierra'

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