estandarización de la técnica de inmunoperoxidasa para el
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Universidad de La Salle Universidad de La Salle
Ciencia Unisalle Ciencia Unisalle
Medicina Veterinaria Facultad de Ciencias Agropecuarias
2006
Estandarización de la técnica de inmunoperoxidasa para el Estandarización de la técnica de inmunoperoxidasa para el
diagnóstico de Clostridium chauvoei en tejidos de cobayo Cavia diagnóstico de Clostridium chauvoei en tejidos de cobayo Cavia
porcellus porcellus
Leonardo Ladino Alfaro Universidad de La Salle, Bogotá
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Citación recomendada Citación recomendada Ladino Alfaro, L. (2006). Estandarización de la técnica de inmunoperoxidasa para el diagnóstico de Clostridium chauvoei en tejidos de cobayo Cavia porcellus. Retrieved from https://ciencia.lasalle.edu.co/medicina_veterinaria/116
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ESTANDA RIZACION DE LA TÉCNICA DE INMUNOPEROXIDASA PARA EL DIAGNOSTICO DE Clostridium chauvoei EN TEJIDOS DE
COBAYO (Cavia porcellus)
LEONARDO LADINO ALFARO
UNIVERSIDAD DE LA SALLE FACULTAD DE M EDICINA VETERINARIA
BOGOTÁ D.C. 2006
ESTANDA RIZACION DE LA TÉCNICA DE INMUNOPEROXIDASA PARA EL DIAGNOSTICO DE Clostridium chauvoei EN TEJIDOS DE
COBAYO (Cavia porcellus)
LEONARDO LADINO ALFARO Código: 14972055
Trabajo de grado para optar al t ítulo de
Médico Veterinario
DIRECTOR
Dr . DIEGO ORTIZ ORT EGA, MV, MSc.
CODIRECTORES:
Dr . RUBEN DARIO TORO ORTIZ, MVZ, MSc.
Dr . JORGE HUMBERTO OSSA ARISTIZABAL, MV, MSc.
UNIVERSIDAD DE LA SALLE FACULTAD DE M EDICINA VETERINARIA
BOGOTÁ D.C. 2006
DIRECTIVOS UNIVERSIDAD DE LA SALLE
RECTOR. Hno. Fabio Gallego A.
VICE-RECTOR. Hno. Carlos Góm ez R.
VICE-RECTOR DE PROMOCIÓN Hno. Edgar Figueroa A. Y DESARROLLO HUM ANO
VICE-RECTOR ADMINISTRATIVO Hno. Mauricio Fernández F.
DECANO DE LA FACULTAD Dr. Pedro Pablo Martínez M.
SECRETARIA ACADEMICA Dra. Maria Teresa Uribe M .
DIRECTOR CLÍNICA VETERINARIA Dr. Humberto Vásquez R.
NOTA DE ACEPTACIÓN
_________________________________
Director. Dr. Diego Ortiz Ortega. M.V. MSc.
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Jurado.
Dra. Iovana Castellanos. Esp.
_________________________________
Jurado.
Dr. Rafael Neira. MSc.
_________________________________
Secretaria Académ ica.
Dr a. Maria Teresa Uribe Mallarino.
COMPROMISO Los trabajos de grado no deben contener ideas que sean contrarias a la
doc trina de la iglesia católica en asuntos de dogma y moral.
Ni la universidad, ni el asesor, ni el jurado calificador son responsables de
las ideas expuestas por el graduado.
AGRADECIMIENTOS
El autor expresa sus agradec imientos a: Doctor Diego Ortiz Ortega por su apoyo y colaborac ión y ayuda personal durante el desarrollo de la tes is. Doctor Rubén Darío Toro por su confianza, continúa dedicac ión e incesante apoyo a lo largo del proyecto, por brindarnos conocimientos, su amistad y su experiencia en el laborator io. Doctor Jorge Ossa Aris tizabal por su colaboración y apoyo brindado a par tir de sus conocimientos y experiencia personal. Doctora Francy Janneth Montoya por su pac ienc ia, dedicac ión, carisma, amistad y ex traordinaria as istenc ia en el laboratorio. Doctor Juan Fernando Gallego y todo el personal de CORPOICA-CEISA quienes nos colaboraron con su trabajo y conocimiento. La Univers idad de La Salle por permitir el desarrollo de este proyecto y por su apoyo financiero. La empresa Colombiana de Productos Veterinarios VECOL S.A. por su apoyo financ iero y técnico.
DEDICATORIA
A mis padres por su amor, apoyo, paciencia, y por brindarme s iempre lo
mejor de ellos durante todo este tiempo, a mis hermanos Camilo y Fabián
por su apoyo y respaldo en todo momento, a mis familiares especialmente
a mi tía Mar ia Sofía por su gran apoyo y ayuda que son muy importantes en mi vida y a mis amigos por estar s iempre conmigo.
Leonardo Ladino Alfaro.
TABLA DE CONTENIDO
Pág.
INTRODUCCIÓN
1. MARCO TEÓRICO 19
1.1. MORFOLOGÍA 24
1.2. ESTRUCTURA BACTERIA GRAMPOSITIVA 24
1.2.1. Síntesis del peptidoglicano 28
1.2.2. Pared bacteriana 29
1.2.3. Protoplastos 31
1.2.4. Espacio per iplásmico 31
1.2.5. Membrana citoplasmática 32
1.2.6. Mesosomas 34
1.2.7. Citoplasma bacteriano 34
1.2.8. Inclusiones bacterianas 35
1.2.8.1. Gránulos de polisacáridos 35
1.2.8.2. Genoma bacteriano 35
1.2.9. Elementos externos 36
1.2.9.1. Flagelos 36 1.2.9.2. Cápsula y capa mucosa 39
1.2.10. Endosporas 40
1.2.10.1. Estructura de las endosporas 41
1.2.10.2. Formación de la endospora 42
1.2.10.3. Germinación del esporo 43
1.2.11. Metabolismo bacteriano 45
1.3. CRECIMIENTO 47
1.4. PROPIEDADES BIOQUIMICAS 47
1.5. RESISTENCIA 48
1.6. Clostridium chauvoei 49
1.6.1. Tox inas de clos tridium chauvoei 49
1.6.1.1. Tox ina alfa 49
1.6.1.2. Tox ina beta 50
1.6.1.3. Tox ina gamma 50 1.6.1.4. Tox ina delta 51
1.7. ECOLOGIA 52
1.7.1. Reservorio 52
1.7.2. Epidemiología 52
1.8. PATOGENIA 54
1.9. HALLAZGOS CLINICOS 57
1.10. HALLAZGOS DE NECROPSIA 57
1.11. HISTOPATOLOGIA 58
1.12. DIAGNOSTICO DE LABORATORIO 58
1.13. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL 59
1.14. TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN 60
1.15. INMUNOPEROXIDASA INDIRECTA 61
1.15.1. Historia 61
1.15.2. Bases inmunohistoquímicas 61
1.15.2.1. Anticuerpos 62
1.15.2.2. Inmunoglobulinas 62
1.15.2.3. Inmunoglobulina G 63
1.15.2.4. Inmunoglobulina M 64
1.15.2.5. Anticuerpos Policlonales 65
1.15.2.6. Anticuerpos Monoclonales 66 1.15.2.7. Afinidad de anticuerpos 67
1.15.2.8. Reactiv idad cruzada de anticuerpos 70
1.15.2.9. Tasa de reacc ión de anticuerpos 70
1.15.2.10. Estabilidad de anticuerpos 71
1.15.2.11. Manejo de anticuerpos 73
1.15.2.12. Inmunohistoquímica 74
1.15.2.13. Técnicas inmunohistoquímicas 75
1.15.2.14. Marcadores visuales 75
1.15.2.15. Métodos inmunohistoquímicos 76
2. MATERIALES Y METODOS 78
2.1. ANIMALES 78 2.2. MATERIALES 79
2.3 PROTOCOLO TÉCNICA INMUNOPEROXIDASA 81
3. RESULTADOS 84
3.1. OBSERVACION MACROSCOPICA DE LESIONES 84
3.2. HISTOPATOLOGIA 86
3.3. OBSERVACION CON LA PRUEBA DE INMUNO- 88
PEROXIDASA INDIRECTA
4. DISCUSION 95
5. CONCL USIONES Y RECOMENDACIONES 97
BIBLIOGRAFIA 99
ANEXOS 103
LISTA DE TABLAS Pág.
TABLA 1. Las espec ies de Clostridium que más afectan al ganado. 21
TABLA 2. Toxinas produc idas por el genero clostr idium. 22
TABLA 3. Caracter ísticas de las exotox inas y de las endotox inas 46
de las bac ter ias patógenas.
TABLA 4. Resultados estadís ticos de la calificación de lesiones 86
his topatológicas en tejidos de cobayo Cavia porcellus
inoculados con cepa patógena de Clostridium chauvoei.
LISTA DE FIGURAS
Pág.
FIGURA 1 Morfología de la bacteria grampos itiva. 26
FIGURA 2 Estructura del peptidoglicano. 27
FIGURA 3 Estructura de la pared bacteriana. 30
FIGURA 4 Membrana c itoplasmática de la bac ter ia grampositiva. 33
FIGURA 5 Funciones de los principales componentes de la célula. 36
FIGURA 6 Estructura del flagelo de la bacteria grampos itiva. 38
FIGURA 7 Acc ión de los antibióticos sobre las bac ter ias. 40
FIGURA 8 Dibujo esquemático de la formación de esporas
bacter ianas. 44
FIGURA 9 Inmunoperoxidasa indirecta. 77
FIGURA 10 Les iones en cobayo Cavia Porcellus a las 18 horas
de inoculados con Clostridium chauvoei. 85
FIGURA 11 Músculo estriado esquelético de cobayo Cavia porcellus
inoculado con Cl. chauvoei a las 18 horas. 88
FIGURA 12 Músculo estriado esquelético de cobayo Cavia porcellus. 89
FIGURA 13 Observación de las placas de tejido muscular esquelético
de cobayo Cavia porcellus. 90
FIGURA 14 Colorac ión con la técnica de inmunoperox idasa en múscu-
lo estriado esquelético de cobayo Cavia porcellus. 92
FIGURA 15 Tejidos de los cobayos inoculados con diferentes cepas
de Clos tridium. 93
FIGURA 16 Tejidos coloreados con la técnica de Inmunoperox idasa
Indirecta. 94
LISTA DE ANEXOS
Pág.
ANEXO 1. Preparac ión de soluc iones 103
RESUMEN
En el presente trabajo de investigación se estandar izó una técnica de
inmunoperox idasa evaluando los tejidos de cobayos inoculados
exper imentalmente con cepa patógena de Clostridium chauvoei. Durante
el desarrollo del proyecto y con el objeto de demostrar la espec ific idad de la técnica se procedió a infec tar grupos de cobayos con cepas de C.
chauvoei, C. septicum, C. novyi y C. sordelli, que fueron sacr ificados 18
horas post-inoculación, siguiendo las normas de bioética de la legislac ión
colombiana. Se realizó la necropsia de los cobayos, se tomaron las
correspondientes muestras de tejido y se fijaron en formol buferado al
10%. La identificación del C. chauvoei se realizó con el anticuerpo
monoc lonal (Cchex 1) . Como resultado el anticuerpo monoclonal (Cchex
1) reconoce el C. chauvoei en músculo estr iado esquelético y no
reconoce ninguna otra cepa. Eso demuestra que la prueba es altamente
confiable y específica y abre la posibilidad de desarrollar un método
diagnóstico, rápido y exacto para el carbón s intomático en bovinos .
ABSTRACT
In the present research a standardized immunoperoxidase test w as
evaluated us ing a guinea pigs’ tissue assay obtained from experimentally
infected indiv iduals w ith a pathogenic strain of Clostridium chauvoei.
Technique’s specific ity w as also determinated in tissues of infected guinea pigs w ith Clostridium septicum, Clos tridium Novyi and Clostridium sordellii
strains and killed at 18 hours pos t infection follow ing bioethical
procedures. Necropsy w as carried out and tissues w ere placed in a 10%
buffered formalin solution. The monoc lonal antibody Cchex1 w as used like
primary antibody in the standardized inmunoperoxidase test employ ing
skeletal muscle tissue, demonstrating no cross-reac tivity w ith others
Clostr idia used in this assay. Bes ides of observ ing peroxidase labelled C.
chauvoei, the histopathology slides also show ed typical injured tissues,
which allow ed improving the disease diagnosis. The standardized guinea
pigs test demonstrated to be a reliable and faster diagnosis approach for
likely detec tion of black leg disease in cattle.
INTRODUCCION
Las enfermedades infecc iosas causadas por bacter ias son fenómenos
que comprenden factores biológicos y se diferencian de otras
enfermedades por ser provocadas por agentes vivos caracterizados por
su contagiosidad, exis tenc ia de un período de latencia y reacciones
específicas del organismo ante el agente etiológico.
Para que el proceso infecc ioso tenga lugar y evolucione, se requiere de la
presencia de un microorganismo patógeno, su introducc ión en un animal
susceptible y determinadas caracter ís ticas del medio en el que tiene lugar
la interacción (Cedeño, 1996) .
Se sabe de la importancia clínica de las bacter ias anaerobias
par ticularmente de los Clostr idium histotóx icos, como por ejemplo
Clostri dium chauvoei; s in embargo, el conocimiento de estas bacterias y
el papel que juegan en humanos y animales es bien limitado. Exis ten
muchas especies de este género y gran número de ellas son patógenas
para el hombre y animales .
Las bacterias del género Clostri dium se caracterizan por ser anaerobias
estr ictas. Para sobreviv ir en el medio ambiente tienen que protegerse del ox ígeno, y lo hacen esporulando; de es ta manera pueden sobrevivir
durante varios años.
El objetivo del presente trabajo de investigac ión fue la evaluac ión
his topatológica mediante la técnica de inmunoperoxidasa en tejidos de
cobayo inoculados exper imentalmente con cepa patógena de C.
chauvoei, utilizando como anticuerpo primario el anticuerpo monoclonal
Cchex 1 especifico para C. chauvoei.
El carbón sintomático es una enfermedad mundial. En Colombia es
importante en todos los pisos térmicos; por lo tanto es prior itario
investigar sobre su agente causal, para establecer estrategias de identificac ión específica y determinar planes efectivos de vacunación. La
literatura reporta tratamiento con penic ilinas pero no registra gran
efectividad, el control se realiza por medio de vacunación anual que
proporciona protecc ión antitóxica y antibacteriana.
Este trabajo se realizó en el Centro de Investigación en Producción y
Salud Animal (CEISA) de la Corporación Colombiana de Investigac ión
Agropecuaria (CORPOICA), el análisis estadístico, los protocolos y las
fotograf ías usadas en este trabajo de investigación, son de autor ía del
Doctor Diego Ortiz Ortega y Doctor Rubén Darío Toro Ortiz; con apoyo de
la Universidad De La Salle y de la Empresa Colombiana de Productos
Veterinarios (VECOL S.A.).
1. MARCO TEORICO
Los clostr idios son bacilos grampositivos, esporógenos, generalmente
móviles y anaerobios ; las especies patógenas producen una o más
exotox inas que explican su patogenicidad; existen dos grupos: uno de
ellos, que inc luye las especies C. botulinum y C. tetani, no es invasor y
coloniza a individuos de forma muy limitada, y produce enfermedades
idénticas en personas y animales . Los representantes del segundo, grupo
de la ”gangrena gaseosa” , se diseminan a par tir de la puerta de entrada
de la infección y producen manifestaciones locales y sistémicas. Las
enfermedades importantes de los animales , atr ibuibles a los clostr idios de
este grupo son las enterotoxemias, las cuales, con pocas excepciones,
tienen importanc ia secundaria en medicina humana. En los animales se
presentan infecc iones de her idas por clostridios, que se parecen a la
gangrena gaseosa del hombre, de las aproximadamente 80 especies de
Clostri dium, tal vez 10 de ellas tienen importancia en medicina veter inar ia.
Los c lostr idios se pueden clas ificar o agrupar de acuerdo al tipo de
enfermedad que ocasionan en los animales y el hombre en:
Enterotoxem ias (Afecciones que se localizan princ ipalmente en el
sistema digestivo), están generalmente asoc iadas a los C. perfringens,
aunque algunas veces C. septicum causa infección gástr ica en las ovejas.
Esta incluye la disentería de los corderos y la enfermedad de r iñón
pulposo en ovejas (Gyles and Thoen, 1993).
Infecciones tisulares (Afectan distintos tejidos), las cuales causan una
gran variedad de s índromes en animales domésticos , agrupados bajo el
nombre de Carbones, los que incluyen la gangrena gaseosa (mionecrosis
con evolución de gas y toxemia), la pierna negra y edema maligno en
diversas especies animales, particularmente afectando a los bovinos.
Las espec ies de clostridios generalmente involucradas son C. chauvoei,
C. septicum, C. novyi, C. haemolitycum y C. sordellii. Generalmente las
bac ter ias que pueden ser habitantes normales de los tejidos o introducidas de modo traumático, se multiplican y producen tox inas en el
tejido traumatizado, las cuales crean una lesión local y son absorbidas al
torrente sanguíneo causando toxemia (Gy les , 1986, c itado por Ortiz y
Benav ides, 2002) .
Ne urotoxicosis (Afectan las func iones nerviosas), causan lesiones
originadas en el organismo por las neurotox inas producidas por C. tetani y
C. botulinum (Quinn and Markey, 2003). Estas toxinas pueden ingerirse
preformadas como ocurre en la mayoría de los casos de botulismo
(Hathew ay, 1988, citado por Ortiz y Benavides, 2002) ó ser el resultado
del crecimiento de las bacter ias en alguna par te del cuerpo, tal como
ocurre en el caso del tétano (Bizzini, 1986, citado por Ortiz y Benavides,
2002).
Se cree que la(s) toxina(s), en especial la toxina alfa necrosante, pero
pos iblemente también el factor de edema, la hialuronidasa (gamma), la
ADN-asa (beta), la hemolisina oxigeno- lábil (delta) y la neuranimidasa,
son responsables de las lesiones iniciales. Es posible que contr ibuya a
producirlas el metabolismo bacter iano, que produce gas por fermentación.
Las toxinas necrotizantes provocan la muerte mas iva del tejido y son
par ticularmente importantes en las mios itis (pierna negra y edema
maligno) (Quinn and Markey, 2003).
Las tox inas letales tienen una gran capacidad para destruir las células, lo
cual se demuestra al inocular animales de laboratorio, provocando la
muerte en tan solo unas pocas horas (Smith & Holdeman, 1968).
Tabla 1. Especies de Clostridium que más afectan al ganado
Germ en Enferm edad que produce
C. Septicum Edema maligno
C. Chauvoei Pierna negra
C. Sordellii Mios itis necrótica
C. Novyi Hepatitis y miositis necróticas
C. haemolitycum Hepatitis, mios itis y
hemoglobinuria
C. perfringens Enterotoxemia y mios itis
necrótica.
Fuente. (www .saludanimal.com).
Todas las espec ies de c los tridios producen una serie de toxinas que
causan severas les iones en los tejidos, estas toxinas provocan una rápida
muerte celular masiva, dando como resultado, lesiones necróticas
extensas que provocan la muerte del animal en forma aguda. Las tox inas
producidas y sus efectos se muestran en el siguiente cuadro:
Tabla 2. Toxinas producidas por el género Clostri dium
TOXINA GERMEN
C.
septicum
C.
chauvoei
C.
sordellii
C.
novyi
C.
per fringens
Letal +++ +++ +++ +++ +++
Necrotizante +++ +++ +++ +++ +++
Hialuronidasa +++ +++ ? - +
Lec itinasa - - - + +++
Desox irribonucleasa +++ +++ ? +++ +++
Colagenasa - - - - +++
Fuente. Biberstein, 1994.
Las lec itinasas destruyen las membranas celulares de cualquier célula por
donde van pasando, provocando la muerte. Esto es particularmente
importante en el tejido nervioso.
Las hialuronidasas destruyen el cemento intercelular, despegando a las
células unas de otras , permitiendo la difusión de los gérmenes y sus
tox inas.
Las toxinas desoxiribonuc leásas, destruyen el ADN, matando las células.
La colagenasa destruye el colágeno, que da forma y sostén a los tejidos,
alterando la morfología del músculo y favoreciendo también la difusión de
gérmenes y toxinas.
Clínicamente, ex iste fiebre, anorexia y abatimiento. Es normal que ex ista
cojera. Las lesiones superficiales producen tumefacc iones evidentes, que
crepitan al manipular las. Algunos animales mueren de forma súbita,
mientras que otros mueren en un plazo de 1-2 días.
En los bóvidos , la enfermedad probablemente vaya precedida de la
infecc ión de los tejidos, espec ialmente de los músculos esqueléticos, con
esporas procedentes del intestino. Los factores que favorecen la germinac ión de las esporas, la multiplicación de las bacterias y la
producción de toxinas, provocan lesiones que se caracterizan por edema,
hemorragia, y necrosis de las miofibr illas. La parte central de las lesiones
se seca, se oscurece y se convierte en enfisematosa como consecuencia
de la fermentac ión bacter iana, mientras que su periferia es edematosa y
hemorrágica. Microscópicamente, se encuentran cambios degenerativos
en las fibras musculares rotas por el edema, enfisema y hemorragia. La
infiltrac ión de leucocitos es poco importante (www .saludanimal.com).
Las enfermedades producidas por bacterias del género Clostri dium
ocasionan un sin número de muertes de bovinos y ov inos generando
grandes pérdidas a los productores rurales de diferentes partes del
mundo. Las enfermedades más importantes y sus agentes son las
siguientes:
C. chauvoei: Gangrena enfisematosa (pierna negra) en ovinos y bovinos.
C. botulinum: Botulismo en diferentes especies de animales y el hombre
C. tetani: Tétanos en diferentes especies animales y el hombre
C. novyi tipo A: Cabeza grande en carneros. Gangrena gaseosa en
ovinos
C. novyi tipo B: Hepatitis necrótica (enfermedad negra) en ovinos
C. novyi tipo C: Osteomielitis del búfalo doméstico.
C. novyi tipo D (C. haemolitycum): Hemoglobinur ia bac ilar en bovinos
C. septicum: Gangrena gaseosa (edema maligno) en bovinos, ovinos,
cerdos y ocasionalmente otras espec ies, infección del abomaso en
ovinos. (Smith, B. 2002)
C. perfringens tipo A: Celulitis anaeróbica y gangrena gaseosa en
humanos.
C. perfringens tipo B: Disentería de los corderos .
C. perfringens tipo C: Enterotoxemia hemorrágica en terneros, potros y
corderos.
C. perfringens tipo D: Enfermedad del riñón pulposo en corderos, cabras y terneros .
C. perfringens tipo E: Patogenicidad en ovejas y vacas poco conoc ida
(Biberstein 1994) .
1.1 MORFOLOGIA
Los clostridios miden de 0,2 a 0,4 micras (µm) de ancho por 20 µm de
largo, son formas bac ilares, móviles relativamente grandes según la
espec ie; pueden observarse, rectos, curvos, delgados, con ex tremos
romos, redondos, afilados y en ocasiones hasta en espirales o enrollados
(Biberstein, 1994) . No todos los c lostr idios son intensamente
grampositivos, los móviles poseen flagelos per itr icos. De las especies
patógenas, únicamente C. perfringens posee cápsula. Los clostr idios
patógenos se pueden presentar en forma ais lada, en cadenas cortas o
como filamentos largos y las endosporas pueden tener posición central,
subterminal o terminal (Finegold, 1989).
1.2 ESTRUCTURA BACTERIA GRAMPOSITIVA
En el género Clostr idium se pueden comparar los diferentes mecanismos
de los que disponen es tas bac ter ias patógenas como son: la presencia de
substancias en sus cubiertas celulares (cápsula o pared celular) que
dificultan la actividad de las células fagocíticas protectoras del animal o
bien, que después de ser fagocitados les confieren res istencia a ser
degradados, la presenc ia de toda clase de adhesinas como fimbrias o
compuestos de sus paredes celulares como los ác idos lipoteicoicos , la
presencia de endotox inas propias de bacter ias Gram negativas o la
excrec ión de exotox inas tanto por bacterias Gram positivas como Gram
negativas , la excrec ión de enzimas ex tracelulares, entre otros , que les
permitirán invadir y establecerse por organotropismo en las princ ipales
espec ies animales , provocándoles cuadros clínicos de diferente
naturaleza y la mayoría de las veces causándoles la muerte; afectando la producción pecuaria nacional (www.mis ionrg.com).
Las bacter ias se dividen en dos grandes grupos según el color con que se
tiñan por el método de Gram: grampositivas (tiñen de color azul-v ioleta) y
gramnegativas (adquieren un color de rosa a rojo). Esta diferente
respuesta de las bacterias a la tinción de Gram radica en la naturaleza de
la pared celular (Vadillo, et al. 2003).
La pared celular bacteriana es una estructura que rodea a la célula como
si fuera una bolsa membranosa. Con excepción de las bacterias inc luidas
en el orden Mollicutes (micoplasmas) y algunas arqueobacterias, la
mayor ía de las bacterias poseen una pared fuerte la cual les da r igidez y
forma, con lo cual evitan su lis is osmótica. La pared celular de la bacteria
grampositiva es de una sola capa y es mucho más ancha que la de una
gramnegativa. La pared se separa de la membrana citoplásmica por el
espac io periplásmico (Fig. 1).
Figura 1. Morfología de la bac ter ia grampositiva
Fuente. Vadillo, 2003.
Aunque existen diferenc ias entre las paredes de las bacterias
grampositivas, gramnegativas y las denominadas ácido-alcohol
resistentes, todas ellas poseen un componente común el cual forma el
verdadero esqueleto de la pared celular (responsable de la rigidez y, por
tanto, de la forma), denominado peptidoglicano o también glucopéptido,
mureína, mucopéptido o mucocomplejo de Park. Sus componentes son
dos aminoazúcares situados de forma alternativa y unidos por enlaces
beta (1,4): la n-acetil-glucosamina (NAG) y el ácido n-acetil-muramico
(NAM) (Fig. 2).
Figura 2. Estructura del peptidoglicano
Fuente. Vadillo, 2003.
Cada cadena de NAM y NAG permanece unida a las adyacentes
mediante un tetrapéptido, que se une por su aminoác ido inicial,
generalmente la L-alanina, al grupo carboxílico del NAM. La secuencia de
aminoácidos en las grampositivas es L-alanina (L-Ala)- acido D-glutámico
(D-Glu)- L- lisina (L-Lys)- D- alanina (D-Ala). La unión de es tos aminoác idos
se lleva a cabo por un pentapéptido de glicina (Gly), que en el último
aminoácido de un tetrapéptido (D-A la) con el penúltimo aminoác ido del
tetrapéptido subyacente (L-Lys).
1.2.1 Síntesi s del peptidoglicano
La s íntes is del peptidoglicano se div ide en distintas fases que suceden en
diferentes lugares anatómicos de las bacter ias . El proceso comienza en el
citoplasma con la convers ión de la fruc tosa 6-fosfato en glucosamina 6-
fosfato; a esta se le une una molécula de acetato y se transforma en una
molécula de 6-fosfato de N-acetil-glucosamina (NAG). A partir de la NAG y
del trifosfato de ur idina (UTP), se forma el complejo difosfato de uridina
(UDP)-NAG. Este complejo se transforma, pos ter iormente, en UDP-N-
acetil-muramico (NAM). A esta molécula se le unen de forma secuencial,
los tres pr imeros aminoác idos componentes de la cadena lateral. Por
ultimo, se unen dos D-Ala terminales para formar el complejo UDP-N-
acetil-murámico-pentapéptido. Una vez formado este complejo debe
abandonar el citoplasma bacteriano (Vadillo, et al. 2003).
Para ello recurre a la molécula transportadora bactoprenol o undecaprenol
(lípido formado por once unidades de isopreno, con un total de 55 átomos
de carbono) que se encuentra anc lada en la me mbrana c itoplasmática. El
nuevo complejo sirve de cadena principal en la que suceden una serie de
hechos, el pr imero es la incorporación al complejo de una molécula del
NAG que se une al NAM por medio de enlaces glucosídicos β (1,4). En el
caso de las grampos itivas , se incorpora al pentapéptido, formando la
cadena lateral, otro pentapéptido de glicina, or iginándose una cadena de
diez aminoác idos. El transportador (bactoprenol) lleva al complejo
glucopeptídico a un punto de crecimiento en la pared o punto terminal del
peptidoglicano. Terminada su función el transportador se regenera para
comenzar de nuevo el proceso. Si es te no se pudiera regenerar se
detendr ía la s íntesis de la pared celular ya que carece de transportador
disponible para aceptar nuevas unidades de NAM-NAG. Algunos
antimicrobianos bloquean la s íntesis de la pared celular al interferir con la
molécula transpor tadora; entre los cuales es tán: vancomic ina, la
ristocetina y la bac itracina. Una vez que el complejo disacár ido se
encuentra en el extremo del peptidoglicano se unirá a otros complejos
disacáridos, mediante enlaces glucosídicos β (1,4) , formando una
cadena. Las dis tintas cadenas se unen directamente a través del pentapéptido de glic ina que forma par te del decapéptido del NAM.
Estos pasos finales de la formac ión del peptidoglicano están catalizados
por la acción de unas enzimas, con función transpeptidasa y
carbox ipeptidasa, denominadas proteínas fijadoras de penic ilinas (PBP).
Las PBP son los pr inc ipales objetivos de los antibióticos betalactámicos
(penicilinas, cefalospor inas, etc).
La liberación del peptidoglicano durante la infecc ión no influye
sustanc ialmente sobre el poder patógeno de la bacter ia. Los residuos de
NAM de algunas bacterias están o-acetilados en el grupo C-6 hidroxilo.
Estos res iduos son res istentes a la acción hidrolitíca de la lisoz ima y las
glucosidasas produc idas por las células fagoc itar ías, lo que permite que
estas bacter ias hagan frente a la lis is enz imática. Los res iduos de NAM
o-acetilados tienen la capacidad de estimular la formación de interleuc ina
1 en el hospedador (Vadillo, et al. 2003).
1.2.2 Pared bacteriana
En las bacterias grampositivas el 90% de la pared esta constituida por el
peptidoglicano, el resto esta formado por otros componentes como ác idos
teicoicos y ác idos lipoteicoicos (Fig. 3).
Las bacter ias grampos itivas presentan a menudo polisacáridos ác idos
unidos a la pared celular, denominados ácidos teicoicos (Junqueira y
Corneiro, 1997) . Son cadenas de 30 fosfatos de glicerol o r ibitol
entrelazados por enlaces fosfodies téricos. Los grupos alcohol de los
ácidos teicoicos es tán sustituidos por azucares, colina o alanina, lo que
hace que estas moléculas sean muy antigénicas. Los ác idos teicoicos
están ubicados en la pered celular y se comunican con el ambiente
externo. Algunos ác idos que contienen glicerol están unidos a los lípidos
de la membrana citoplasmática ( llamados ác idos lipoteicoicos), atraviesan
la pared celular y se ponen en contacto con el exterior los cuales ac túan como determinantes antigénicos en las bacterias.
Figura 3. Estructura de la pared bacteriana
Fuente. Vadillo, 2003.
Las pr inc ipales func iones de es tos ác idos son: 1) favorecer la
superv ivencia de la bacter ia al actuar como adhesinas, 2) al producirse
una sepsis (distr ibuc ión de un gran numero de bacter ias y sus productos
por el torrente sanguíneo) , provocan en las células del hospedador la
liberac ión de mediadores de la inflamación, como monoc inas y citocinas;
3) regular la actividad de amilasas y glucosidasas que par tic ipan en la
síntes is de la pared celular como autolisinas; 4) influir en la competencia
de algunas bacterias (capacidad para admitir fragmentos de ADN
exógeno); 5) resistir la lis is frente a las lisoz imas; 6)regular el paso de
determinados iones (magnesio) a través de la pared celular (Vadillo, et al.
2003).
1.2.3 Protoplastos
Cuando las bac ter ias grampos itivas son sometidas a la acción de
sustanc ias que destruyen el peptidoglicano, como la lisozima, que rompe
las uniones β (1,4) del NAM y la NAG, estas quedan desprov istas de la
pared celular y se conv ierten en protoplastos, que pueden multiplicarse
normalmente si se mantiene en medio isotónico, aunque no tengan pared
celular .
Los protoplas tos son osmóticamente sensibles, en consecuenc ia captarán
gran cantidad de agua, se hincharán y terminará por produc irse la lisis
celular . Solo la adición de una concentración adecuada de soluto al
medio, produc irá un estado de equilibr io entre la concentración de soluto
en el exter ior y en el interior de la célula, lo que ev itará su destrucción.
1.2.4 Espacio periplásmico
Se trata de un espacio ocupado por un gel, más que por un líquido, que
aparece con mayor frecuencia en las bacter ias gramnegativas que en las grampositivas, debido a que aquellas poseen una presión osmótica
interna menor. Está s ituado entre la pared celular y la me mbrana
citoplasmática, su aspecto y contenido son var iables dependiendo del tipo
de bacter ia y del es tado metabólico en que se encuentre.
Este espacio se puede considerar el zaguán del c itoplasma bacter iano; en
él, los precursores nutr icionales y biosintéticos, as í como los antibióticos y
otras sus tanc ias tóx icas son procesadas de alguna manera antes de
ingresar en el citoplasma (Vadillo, et al. 2003).
1.2.5 Membrana citoplasmática
Es una estructura que rodea completamente a la célula, esta membrana
vital es la barrera cr ítica que separa el interior de la célula de su medio
ambiente (Fig.4). Se conecta con la pared celular a través del espacio
per iplásmico, en ella se ubican receptores y proteínas relacionadas con el
transporte transmembrana (Junqueira y Corneiro, 1997) . Su contenido en
proteínas es del 60 - 70%, algo superior al que presentan las membranas
de células de los mamíferos; posee, igualmente, lípidos (20-30%) y
pequeñas cantidades de hidratos de carbono (10%); si bien las
proporciones de estos constituyentes varían ampliamente de unas
bacter ias a otras , los lípidos de la membrana, al igual que ocurre en las
células eucar iotas, son fosfolípidos . Los esfingolípidos solo se han
encontrado en algunas especies del genero bacteroides. Moléculas
parecidas a los esteroles, denominadas hopanoides se encuentran en
cier tas bacter ias y es posible que desempeñen un papel parecido a los
esteroles de las me mbranas de los eucar iotas.
Figura 4. Membrana citoplasmática de la bac ter ia grampositiva
Fuente. Vadillo, 2003.
Los hopanoides se sintetizan a par tir de los mismos precursores que los
esteroides , probablemente estabilizan la membrana bacter iana. Con la
ayuda del microscopio electrónico, se aprecian dos líneas pálidas
separadas por una zona más oscura. Esta estructura, que mide de 5 a 10
nm de grosor, se denomina me mbrana unitar ia, me mbrana elemental o
unidad de me mbrana. En ella los fosfolípidos se agrupan formando una
doble capa, de tal manera que los grupos hidrófobos de estos se asoc ian
entre s i por un lado, mientras que los grupos hidrófilos se asoc ian por
otro.
Las moléculas de agua se congregan alrededor de la par te ex terna de la
bicapa lipídica (con los grupos hidrófilos) . Además, cationes como el Ca2+
y Mg2+ también contr ibuyen a estabilizar la me mbrana a través de las
interacciones iónicas con los grupos hidrófilos presentes en los
fosfolípidos. También ex isten en la membrana citoplasmática dos tipos de
proteínas: 1) las proteínas per iféricas, que están debidamente conectadas
a ella y pueden eliminarse fác ilmente, y que representan del 20 al 30% del
total de las proteínas de la membrana; 2) las proteínas integrales, que
constituyen del 70 al 80%. Estas, al igual que los lípidos de membrana, son anfipáticas; sus regiones hidrófobas están inmersas en la fracc ión
lipídica, mientras que las porc iones hidrófilas sobresalen de la superficie
de la me mbrana, algunas atraviesan toda la bicapa lipídica. A menudo,
exis ten hidratos de carbono unidos a la superfic ie externa de las proteínas
de la membrana citoplasmática (Vadillo, et al. 2003).
1.2.6 Mesosoma s
Son invaginaciones de la membrana citoplasmática, algunos son de tipo
vesicular , mientras que otros son de tipo concéntrico, formados por
torbellinos laminares que incluso pueden tener forma de túbulos.
Aparecen tanto en las bac terias grampositivas como gramnegativas.
Los mesosomas situados en el septo o tabique que divide a las bacterias
intervienen durante la división en la formación de la pared celular y en la
replicac ión del ADN. Pueden tener funciones secretoras, y en este sentido
hay que señalar la capacidad que tienen de sintetizar exoenzimas del tipo
de las β- lactamasas (Vadillo, et al. 2003).
1.2.7 Citoplasma ba cteriano
Es la sustancia englobada por la me mbrana citoplasmática. Contiene una
solución acuosa de sales (casi el 70% de la masa bacter ina es agua),
hidratos de carbono, aminoác idos, vitaminas, coenz imas y una amplia
variedad de otras sustanc ias solubles. Contiene, además de los
mesosomas y el genoma bacter iano, los ribosomas y las inclus iones. No
posee ni mitocondr ias ni cloroplastos.
1.2.8 Inclusiones bacterianas
1.2.8.1 Gránulos de polisacáridos
Están formados por glucógeno o almidón, pueden demostrarse al tratar la
célula con yodo. Los gránulos de glucógeno, al impregnar los con yodo,
aparecen de color marrón rojizo y los de almidón de color azul. Son
materiales de reserva de las bac ter ias. En los c lostr idios se ha descrito
una sustancia parec ida al almidón denominada granulosa o yógeno.
1.2.8.2 Genoma bacteriano
El material genético esta constituido por ac ido desox irribonucleico (ADN),
el cual dir ige la bios íntesis de todo el material de la bacter ia. Este ADN
también se llama genóforo, cromosoma bacter iano o nucleoide (Fig.5).
Figura 5. Func iones de los pr incipales componentes de la célula
Fuente. Junqueira y Corneiro, 1997.
1.2.9 Elementos externos
1.2.9.1 Flagelos
Muchas bacterias son móviles y esta capacidad de desplazarse por s i
mismas se debe habitualmente a la presencia de unos órganos
espec iales: los flagelos (del latín flagellum: látigo). Son apéndices largos (3-20 µm) y delgados (120-250 Ao) , libres por un extremo y unidos a la
célula por otro. En el flagelo se pueden distinguir tres partes: una
estructura basal o corpúsculo basal (ubicado en la pared celular y
me mbrana c itoplasmática), el gancho (un segmento curvado y corto que
une el filamento al corpúsculo basal) y el filamento, situado fuera de la
célula (Fig.6) .
Las bacter ias gramnegativas tienen un corpúsculo basal constituido por
cuatro anillos. El par externo de anillos está asoc iado con el
lipopolisacárido (anillo L) y el peptidoglicano (anillo P). El par interno esta localizado en la me mbrana citoplasmática (anillos S y M) (Vadillo, et al.
2003).
Las bacter ias grampos itivas, al no poseer la capa de lipopolisacárido,
únicamente presentan los anillos S y M. Se sabe que el flagelo es una
estructura semirr ígida que no se flex iona, s ino que se mueve por rotación,
como una hélice. El mov imiento de rotac ión del flagelo esta provocado por
el corpúsculo basal, que actúa como un motor . Alrededor del par de
anillos internos, y ancladas en la membrana c itoplasmática, ex iste un par
de proteínas denominadas Mot. Estas gobiernan el motor flagelar,
provocando la rotación del filamento. Junto a ellas se encuentra un
conjunto de proteínas denominadas Fli, que actúan como un conmutador
del motor, invirtiendo la rotación del flagelo en respuesta a señales
intracelulares .
El filamento del flagelo esta constituido por subunidades de una proteína
denominada Flagelina. El gancho, ligeramente más ancho que el
filamento, está formado por subunidades de proteínas diferentes. El
filamento es un c ilindro rígido y hueco. El flagelo no crece sobre la base,
como lo hace el pelo de un animal, s ino por la punta. La flagelina formada
en la célula bacteriana se traslada a través del hueco del cilindro y se
agrega al extremo terminal. La síntesis de un flagelo a partir de las
moléculas de flagelina recibe el nombre de autoensamblaje. A lgunas
bacter ias tienen una vaina rodeando los flagelos, esta s íntesis del flagelo
bac ter iano puede ser inhibida por sustanc ias como el cloramf enicol y la
fluorofenilalanina (Junqueira y Corneiro, 1997).
La dispos ición de los flagelos permite clas ificar las bac ter ias en: átricas
(sin flagelos) , monótricas (poseen un flagelo en un ex tremo), anfítricas
(presentan uno o mas flagelos en ambos extremos) y per ítricas (muestran
flagelos en toda la superficie celular) (Hamilton and Chandler, 1975).
Figura 6. Estructura del flagelo de la bac ter ia grampositiva
Fuente. Vadillo, 2003.
Antigénicamente, la flagelina es diferente de otros componentes
bacter ianos. A es ta proteína se le conoce como antígeno H (del alemán
Hauch, película delgada). Induce la formación de anticuerpos específicos
que permiten la serotipificac ión de una bacteria móvil (Vadillo, et al. 2003).
1.2.9.2 Cápsula y capa mucosa
Algunas bacterias están rodeadas por una sustancia viscosa que forma
una cubierta o envoltura alrededor de la célula. Cuando el mater ial esta
dispuesto de un modo compacto alrededor de la superficie celular se
denomina cápsula, mientras que s i es laxo, de modo que forma una capa
difusa, se denomina capa mucosa o s lime.
Están formadas por polisacáridos, polipéptidos o complejos de
polisacár idos y proteínas, s i bien la compos ición es característica de
cada especie bacteriana. Habitualmente contienen potentes antigenos,
confir iendo a la bacter ia propiedades inmunológicas muy definidas ; de ahí
que al antígeno capsular se le denomine antígeno K. A pesar que la
presencia de la cápsula no siempre esta relac ionada con la capac idad de
la bacteria para agredir al hospedador (Junqueira y Corneiro, 1997) . No
exis te duda que esta estructura confiere a las bac ter ias patógenas
protecc ión contra la fagoc itos is, también impide la fijac ión de
bacter iófagos a la célula bacter iana y dificulta el paso de los
antimicrobianos al inter ior de esta (Vadillo, et al. 2003) (fig.7).
Figura 7. Acción de los antibióticos sobre las bacter ias
Fuente. Junqueira y Corneiro, 1997.
1.2.10 Endosporas
Cuando las bacterias se encuentran en ambientes adversos, son capaces
de transformarse en células especiales de alta resistenc ia, llamadas
endosporas o esporos. Estas formas soportan los efec tos bacter ic idas del
calor, falta de agua, radiaciones, congelación y c ier tos químicos tóxicos
como los des infectantes. Pueden permanecer en estado latente durante
largos per iodos de tiempo y se encuentran normalmente en el suelo
(Junqueira y Corneiro, 1997).
Desde el punto de vista clínico hay dos géneros bacter ianos productores
de endosporas: Clostridium y Bacillus, los dos contienen especies
patógenas para animales y humanos. Algunas infecciones solo se originan cuando los esporos de estas bacter ias se introducen en un lugar
donde puedan germinar , por ejemplo, una herida.
1.2.10.1 Estructura de l as endosporas
La estruc tura de los esporos se puede observar a través del microscopio
electrónico, su aspecto es muy diferente al de las formas vegetativas, ya
que es tán rodeadas por var ias capas gruesas que les permiten res istir las
inc lemenc ias ambientales. El citoplasma del esporo se denomina parte
interna o núc leo, contiene una copia del cromosoma, carece de ARNm,
tiene poco ARNt y posee algunas enz imas. Los aminoácidos se
almacenan como proteínas citoplasmáticas de bajo peso molecular y se
llaman proteínas pequeñas solubles en ácido (SASP).
Algunas SASP contr ibuyen a incrementar la capacidad de la endospora
para resistir las radiaciones ultrav ioleta y, quizá el calor, ya que aumentan
de forma estable la actividad negativa de la superhélice del cromosoma.
No se presenta actividad metabólica continua en el esporo maduro y la
energía se almacena como 3-fosfoglicerato, sustancia más estable que el
ATP. También contiene ácido dipicolínico, que se combina con iones
calc io para formar dipicolinato cálcico; este supone el 15% del peso seco
del esporo, y hasta ahora se pensaba que era el responsable direc to de la
resistenc ia al calor por par te de la endospora, pero recientemente se han
ais lado mutantes termores istentes que carecen de esta sustancia. El
núc leo se encuentra parcialmente deshidratado, posee del 10 al 30% del
contenido de agua de la célula vegetativa (Vadillo, et al. 2003).
Esta deshidratación incrementa la termoresistenc ia de la endospora, le
confiere resistencia a diversos productos químicos e inac tiva enzimas del
núc leo. El pH de la parte interna es aproximadamente una unidad inferior
al de la célula vegetativa. El núcleo del esporo se encuentra rodeado,
primero, por una membrana citoplasmática y una delgada pared celular, y después por una capa concéntrica llamada corteza o córtex. La cor teza
esta constituida por peptidoglicano modificado y contiene ác ido
dipicolínico, generalmente en forma de dipicolinato cálcico. Rodeando a la
corteza aparece la cubierta del esporo compuesta por var ias capas de
proteínas. La capa más ex terna, el exospor ium, es una delgada cubierta
de naturaleza proteica.
Los esporos pueden estar s ituados en el centro, cerca de un extremo
(subterminal) o netamente en el extremo (terminal) . El esporo posee
capac idad inmunógena, y algunos de sus antigenos son diferentes a los
de la célula vegetativa, pero específicos y comunes a todas las
biovariedades de la misma espec ie.
Dada la alta res istencia de las endosporas a las condiciones ambientales
y la implicac ión de determinadas especies productoras de las mismas en
procesos infecc iosos de los animales y del ser humano, se hace
necesario emplear procedimientos espec iales para eliminar todos los
esporos bacterianos. En los instrumentos y mater iales clínicos se utiliza la
esterilizac ión en autoc lave utilizando una temperatura de 121°C durante
20 a 30 minutos .
1.2.10.2 formación de l a endospora
Las bacter ias esporulan para sobrevivir a las condiciones ambientales
adversas. La esporulac ión o esporogénes is se inic ia cuando concurren
tres circunstanc ias: 1) la bacteria tiene que estar áv ida de nutrientes
importantes; 2) debe ex istir una alta densidad bacter iana para permitir la
secrec ión y reconocimiento del factor 1 de diferenciación ex tracelular
(EDF-1), fac tor que al parecer es un péptido pequeño que se enlaza con
la bacteria áv ida de nutr ientes y le indica que es el momento de iniciar la
esporulac ión; 3) es necesar io que la bacter ia se encuentre en fase
estacionar ia (Vadillo, et al. 2003).
1.2.10.3 Germinación del esporo
El proceso de esporulación dura de 6 a 8 horas, se necesitan solo 90
minutos para que se lleve a cabo la germinación. El proceso se realiza en
tres etapas. 1) ac tivación, se produce cuando el calor o alguna sustancia
química activa un receptor de la L-alanina, que también es una proteasa.
2) inic iación o germinación, se lleva a cabo cuando la célula activada se
expone a la L-alanina, a otros aminoác idos o a la glucosa. La proteasa
activada pone en marcha una enzima lítica de la corteza, específica para
la germinación y la transforma en su forma activa. Esta degrada la cor teza
y permite la entrada en la endospora de agua y nutr ientes . A lo largo de
esta fase el esporo pierde su resis tenc ia y refrac tar iedad y recupera su
actividad metabólica. 3) crecimiento, se inicia cuando la germinación es
ya irreversible. A lo largo de es ta fase, la bacteria recupera su forma
vegetativa. En las dos primeras fases se emplean mater iales
preformados, y en la tercera etapa se or igina una nueva síntes is proteica
(Fig. 8).
Figura 8. Dibujo esquemático de la formac ión de esporas bacterianas. 1)
Fase inicial, cuando se bosqueja la septac ión. 2) La me mbrana
plasmática se invagina, comienza a ais lar el nucleoide. 3-4) Fase avanzada de la formac ión de la espora, el nucleoide es ta aislado por la
me mbrana. 5 y 6) formación de la cubier ta de la espora.
Fuente. Junqueira y Corneiro, 1997.
1.2.11 Metabolismo bacteriano
No ex iste ningún grupo de seres v ivos que tenga un metabolismo más
divers ificado que el de las bacterias. Gracias a esta característica es
pos ible encontrar las en las más variadas condic iones ecológicas . Algunas
bacter ias viven a bajas temperaturas, mientras que otras, es tán
adaptadas a temperaturas consideradas como incompatibles con la vida.
Desde el punto de v ista metabólico, las bac ter ias pueden ser divididas en
fototróficas (photos, luz y trophe, nutr ición), cuando utilizan la luz solar
como fuente de energía, y quimiotróficas, cuando utilizan la energía
presente en compuestos químicos.
En el segundo grupo, s i el compuesto donador de energía es inorgánico,
las bac ter ias son quim iolitotróficas. Cuando el compuesto es orgánico,
la bacter ia es llamada quimiorganotrófica. Estas últimas ox idan o
fermentan compuestos orgánicos, obteniendo de ellos la energía para sus
procesos v itales.
Todas las bacter ias parás itas son quimiorganotróficas, y las más
exigentes requieren, además de hidratos de carbono, aminoác idos y
cier tas vitaminas para su crecimiento. Esas bacter ias obtienen la energía
necesaria para su v ida a través de la oxidación de hidratos de carbono,
lípidos y proteínas. A lgunas, sin embargo, obtienen energía de la
descomposic ión anaeróbica (fermentac ión) de los hidratos de carbono.
Otras especies solamente crecen en la ausencia del ox igeno (bacterias anaeróbicas).
La capacidad de metabolizar determinados tipos de azúcares, unida a la
morfología y afinidad de las bacterias a los colorantes , es un cr iterio muy
usado para su identificación y clasificac ión. Componentes de los flagelos,
de la cápsula y de la pared constituyen numerosos antígenos,
proporcionando las bases para un anális is inmunológico, también
importante para la identificación de las bac terias y paso trascendente para
orientar el tratamiento de las infecciones.
Varios tipos de bacter ias contienen como componentes de su estructura,
o liberan hac ia el medio de cultivo, sustanc ias tox icas, que reciben el
nombre de endotoxinas y exotoxinas bacterianas (tabla 3) . Es tas tox inas
son, en parte, responsables por la agresión de las bacterias a los
organismos que parasitan. Dos de las toxinas más potentes que se
conocen son produc idas por el Clostridium tetani y Clostridium botulinum,
causantes del tétano y del botulismo respectivamente.
Tabla 3. Características de las exotoxinas y de las endotoxinas de las
bac ter ias patógenas.
EXOTOXI NAS ENDOTOXINAS
Sec retadas por las bact erias; alcanzan
altas concentraciones en el medio de
cultivo.
Parte integral de la pared de las bacterias
gramnegativas, liberadas cuando muere la
bacteria.
Producidas por bact erias grampos itivas y
gramnegativas.
Encontradas exclusivamente en las
bacterias gramnegativas.
Son polipéptidos con peso molecular de
10000 a 900000 dalt ons.
Son lipopol isacáridos de la pared
bacteriana.
Altamente tóxicas Toxicidad moderada.
Inestables, la toxic idad es anulada al
elevar la temperatura sobre los 60°C.
Mas est ables; resisten el calentamiento.
Se unen a receptores de la membrana
celular.
No se ha observado la unión a receptores.
Generalmente no causan f iebre. Generalmente causan f iebre.
Fuente. Junqueira y Corneiro, 1997.
1.3 CRECIMIENTO
El rigor de las exigenc ias anaeróbicas es distinto en cada una de las
espec ies de clostr idios y se puede expresar como potencial de ox ido-
reducc ión o potencial redox en milivoltios . A efectos prácticos los
indicadores de potencial redox (por ej., el azul de metileno, la resazur ina)
son medidas apropiadas de las condiciones de cultivo de los anaerobios
patógenos. Los c lostridios prefieren una atmósfera con un 2-10% de CO2.
Estas condic iones se pueden producir en un frasco en el que el oxígeno
es reducido cataliticamente por hidrogeno generado junto con dióx ido de
carbono mediante un dispos itivo que se puede adquirir en el comercio
(GasPack®). La mayor ía de los clostr idios patógenos neces itan medios de
cultivo complejos que inc luyen aminoácidos, hidratos de carbono y
vitaminas. La sangre o el suero favorecen su crecimiento. Un pH próximo
a la neutralidad y la temperatura de 37°C son óptimos.
El crecimiento generalmente se puede observar en un plazo de 1-2 días.
Con frecuenc ia las colonias tienen una forma y un contorno irregulares.
Varios clos tridios pululan a través de medios de agar sin formar colonias.
La mayor ía de los clostr idios son hemolíticos (Biberstein, 1994).
En los medios líquidos, los clostr idios crecen en presenc ia de aire con tal
de que ex ista un agente reductor (trozos de carne cocida, tioglicolato). El
crecimiento únicamente tiene lugar en reduc idas porciones del medio.
1.4 PROPIEDADES BIOQUIM ICAS
El desprendimiento de olores desagradables debidos a productos del
catabolismo de los péptidos, que constituye una forma corriente de
producción de energía, es típico de los cultivos de clostr idios. La mayoría
de los clostr idios atacan a los hidratos de carbono, a las proteínas, a los
lípidos, o a los ácidos nucleicos. Las reacciones bioquímicas y sus
productos finales proporcionan la base de la identificac ión de espec ies.
1.5 RESISTENCIA
Lo mismo que las demás bacter ias, las formas vegetativas de los
clos tridios son sensibles a las condiciones adversas del medio y a los
des infectantes . Las endosporas son resistentes a la desecación, al calor,
a las radiaciones y a los des infectantes. Para destruir las esporas del
género clos tridium son necesarios 30 minutos de ebullic ión; la
temperatura de 121º C durante 20 minutos las des truye. Son resistentes al
fenol, al alcohol y a los des infectantes de amonio cuaternario. La lejía y el
formol son medianamente espor icidas (Biberstein, 1994).
1.6 Clostridium chauvoei
Clostri dium chauvoei es el agente causal de pierna negra y edema
maligno, en vacas, ovejas, cabras y otras especies animales (Smith, and
Holdeman, 1968); se trata de una mios itis enfisematosa necrosante, su
agente causal, Clostridium chauvoei (Carter, 1989). Es clos tridium típico
que posee esporas subterminales o subcentrales El antígeno de su
espora presenta reacc ión cruzada con el de C. septicum. Produce cuatro
tox inas emparentadas con las de C. septicum, un factor de edema y, con
frecuencia una neuroaminidasa.
1.6.1. Toxina s de C. chauvoei:
1.6.1.1 Toxina alfa.
Es una sustancia letal y necrotizante, es probablemente responsable de la
actividad leucocídica y puede ser idéntica con la hemolisina oxígeno
estable (Smith, and Holdeman, 1968). Verpoorte et al (1966) repor tó que
la α-toxina de C. chauvoei t iene una masa molecular de 27 kDa, es
sintetizada como parte de un complejo de 53.5 kDa, el cual es refer ido
como el “componente soluble inmunizante” (Smith, 1984). C. chauvoei
no produce títulos de α-toxina tan altos como C. septicum. Se ha
encontrado que el antisuero de C. septicum neutraliza la actividad letal
de ambos organismos, pero el antisuero de C. chauvoei neutraliza la
letalidad de organismos homólogos solamente. El mismo autor postuló
que C. septicum produce dos α-tox inas, alfa 1 y alfa 2, mientras que C.
chauvoei produce solamente alfa 1 (Hathew ay, 1990).
1.6.1.2 Toxina beta.
Es una proteína termoestable con activ idad Desox irr ibonucleasa (DNasa).
(Pr incew ill and Oakley, 1976) encontraron que las toxinas β de ambas
espec ies son similares con respecto a estabilidad al calor, activación o
inhibic ión por iones metálicos , inhibición por agentes quelantes y
prec ipitac ión con sulfato de amonio. Ellas son es tables al calor, pierden
cerca del 10% de actividad a 56ºC por 60 minutos y 50% después de
calentarlas a 100º C por 80 minutos. La actividad enz imática es
intens ificada agregando iones de bar io o magnes io e inhibida por cobre,
hierro, mercur io, zinc o iones de plata. La ac tiv idad no es afectada por
concentraciones de calcio, cobalto, magnes io, potasio o iones sodio entre
10-1 y 10- 6 molar (M), la estimación molecular de su masa es de 45 kDa.
1.6.1.3 Toxina gamma.
Es una hialuronidasa, hidroliza enlaces glicosídicos entre N–
acetilglucosamina y residuos de ác ido glucurónico y ácido hialurónico.
Esta enz ima es completamente inactivada por tratamiento con calor
(Pr incew ill and Oakley, 1976) encontraron que la gamma tox ina de C.
septicum fue mucho más sensible al calor que la de C. chauvoei. Se
encuentra en var ios tejidos de los animales y el hombre, como el tejido
conectivo laxo, líquido s inovial y humor vítreo, facilitando la diseminac ión
de la infección. Es ta hialuronidasa al destruir el ácido hialurónico de los
tejidos reduce la viscos idad y permite mayor difusión de las sustancias en
los espac ios tisulares. Es inac tivada por el calor y su ac tiv idad se ve
afectada por iones metálicos como cobre, hierro, mercur io, z inc y plata.
1.6.1.4 Toxina delta.
Es una hemolisina ox ígeno lábil, serológicamente relacionada pero no
idéntica a las hemolis inas ox ígeno lábiles producidas por C. tetani, C.
per fringens, C. novyi, C. histolyticum, los neumococos y algunos de los
estreptococos. La potencia hemolítica de las tox inas es inactivada por
agentes oxidantes tales como peróx ido de hidrógeno, el yodo y también
por la antiestreptolis ina O del suero humano y por el suero normal de
varios animales como conejos, cobayos y caballos (Moussa, l958). Puede ser activada por agentes reductores como tioglicolato de sodio y sulfuro
de hidrógeno (Ballard et al, 1993).
Las células vegetativas de C. chauvoei poseen dos aglutinógenos
conoc idos, un antígeno somático O estable al calor común a todas las
cepas, y un antígeno flagelar H termolábil, del cual se conocen dos tipos.
El flagelo de C. chauvoei es un organelo el cual ayuda a induc ir
mecanismos de res istenc ia inmune siendo el mayor antígeno protec tivo
del organismo la proteína flagelar. Estudios previos sugieren que el
flagelo de C. chauvoei es importante como un factor de virulencia en la
patogénes is de infecc ión causada por es te organismo (Tamura et al,
1995).
C. chauvoei necesita condiciones de anaerobiosis estr ictas y medios ricos
en cis teína y en vitaminas hidrosolubles. Sus colonias son redondas con
contorno liso y en 2 días alcanzan un tamaño de inc luso 4µm. La
hemólis is es variable, C chauvoei se parece a C. septicum y con
frecuencia se aísla junto con él. A diferenc ia de C. septicum, fermenta la
sacarosa, pero no la salicina y no crece a 44°C. (Biberstein, 1994).
1.7 ECOLOGIA
1.7.1 Reservorio
C. chauvoei se encuentra ampliamente distribuido en la naturaleza pero
parece tener dos hábitats principales: en el suelo y en el tracto intestinal
de los animales y el hombre. Exis ten indic ios de que el suelo transmite la
pierna negra, se supone que la puerta de entrada es la mucosa del
aparato digestivo, después de la ingestión de alimentos contaminados o
por dientes en erupción o a través de her idas. Las bacter ias pueden
localizarse en bazo, hígado y tubo diges tivo de animales sanos, y la contaminación del suelo y el pasto puede producirse a partir de heces
infectadas o por la descompos ición de los cadáveres de animales que han
muerto de esta enfermedad (Rodostits, et al. 2002) .
1.7.2 Epidemiología
La pierna negra se presenta en todas las latitudes, con una frecuencia
variable tanto dentro de una misma zona geográfica como en distintas
zonas geográficas, c ircunstanc ia que indica que el suelo es el reservorio
del agente causal o que exis ten factores climáticos o estaciónales que
hasta ahora no han sido definidos . Los bóv idos jóvenes (< 3 años) y bien
alimentados son los preferentemente afectados.
El carbón sintomático registra el mayor número de casos durante los
meses cálidos del año (en la Orinoquía colombiana de agosto a octubre y
de dic iembre a marzo). Algunos brotes de esta enfermedad se han
encontrado después de excavar el suelo, lo que sugiere que estas
maniobras pueden poner en actividad esporas latentes que han quedado
expuestas.
Se sospecha que los esfuerzos, los golpes en los músculos y las
indigestiones agudas desencadenan los problemas (Smith and Jones,
1962). En los ov inos y en algunas otras especies, es típica de C. septicum
la producción de infecc iones en las heridas que parecen edema maligno o
gangrena gaseosa (Hagemoser, 1980) . También es posible que en las
her idas se encuentren otros clostr idios (C. septicum, C. novyi y C.
sordellii). En los bóvidos, esta enfermedad normalmente se produce sin
antecedentes de un traumatismo, pero en las ovejas casi siempre esta
originada por una infecc ión o heridas (Rodostits, et al. 2002).
El carbón sintomático es causa de grandes pérdidas económicas para los
ganaderos que crían ganado bovino en muchas partes del mundo. La
mayor parte de los brotes se previene mediante vacunación, cuando surge la enfermedad suele afectar a varios animales en pocos días. Se
trata de un padec imiento enzoótico en ciertas zonas, especialmente,
aquellas expuestas a inundac iones; el tamaño de estas áreas
contaminadas puede variar desde un grupo de granjas has ta un campo
individual; se presenta en todas las latitudes con más frecuencia en las
zonas templadas, la mortalidad del carbunco sintomático cas i llega al
100% (Valder, 2002).
Factores de riesgo
factores ambientales
El carbón sintomático o pierna negra es típico en los bóv idos, tienen una
inc idencia es tac ional, presentándose la mayoría de los casos en los
meses cálidos del año. La mayor incidenc ia puede variar desde la
primavera al otoño, dependiendo probablemente del mo mento en que los
terneros alcancen la edad susceptible. En algunas áreas ex iste mayor
prevalenc ía durante los meses de intensas lluv ias. Se han produc ido
brotes de carbón sintomático en los animales después de la excavac ión
del suelo, indicando que las alterac iones del suelo pueden exponer y
activar las esporas latentes .
Factores animales
El carbón sintomático se considera habitualmente una enfermedad bov ina
y, ocas ionalmente, ovina, pero se han descr ito brotes de es ta enfermedad
en ciervos y también en caballos. En los bóv idos, esta enfermedad está
limitada pr incipalmente a los animales jóvenes, entre 6 meses y 2 años de
edad, aunque también se produce ocas ionalmente en los animales mas
jóvenes y en los adultos de hasta 3 años. En el campo, los factores de
riesgo incluyen el crecimiento rápido del ganado y una dieta muy
energética.
Importanc ia
El carbón sintomático es una causa de pérdidas económicas importantes
para los ganaderos en muchas partes del mundo. En la mayoría de los
casos, los brotes se previenen mediante la vacunac ión, aunque todavía
se producen brotes en hatos vacunados o en animales vacunados en
forma incompleta (Rodostits , et al. 2002).
1.8 PATOGENIA
Esta enfermedad se ha descr ito en vacunos y ovinos, se han reportado 2
casos de pierna negra propiamente dicha en porcinos. En el caso de los
vacunos, la bacteria puede ser endógena y puede provocar la enfermedad
de esta manera pero en los ovinos la infección s iempre es exógena y la
espora es llevada al organismo por inyección o infección de una her ida
prev ia.
La eliminación de la bacter ia en forma esporular es constante por la vía
digestiva de animales infectados y ésta, por ser un anaerobio estr icto
esporula para mantenerse v iva en el medio ambiente, se queda en la
tierra y el suelo pudiendo infectar el agua de los bebederos y el pasto.
No se tiene muy clara la patogenia de esta bacteria pero se piensa que
ingresa por lo general por v ía oral, al consumir agua o pastos
contaminados con esporas, una vez dentro del organismo, esta espora
llega a la mucosa digestiva en fase vegetativa y por v ía hematógena llega
hac ia diferentes órganos y tejidos del organismo o también v iaja dentro de
un macrófago. También puede llegar a la sangre a través de algunas
her idas predispuestas en la mucosa de los animales por ejemplo en la
época de la dentic ión de los terneros y de allí diseminarse por vía
hematógena a distintos tejidos del cuerpo. Las esporas van
principalmente a las porciones musculares del cuerpo generalmente en el
cuello y miembros poster iores, aunque también se han visto lesiones solamente en el inter ior del cuerpo, en músculos muy profundos como en
el diafragma, la base de la lengua y el miocardio (Smith & Jones, 1962).
Para que se produzca la enfermedad tiene que existir un ambiente
propicio para el desarrollo de la bacter ia en el organismo, este ambiente
propicio se da por magulladura del músculo, ejercicio exces ivo,
indigestión aguda o cualquier proceso que desv italice al tejido. La bacteria
neces ita de un medio r ico en glucógeno como fuente de su energía, esto
con una previa glucólisis anaeróbica produc ida en el músculo. Esto
además tiene que estar acompañado de anaerobiosis y pH ligeramente
alcalino; este ambiente perfecto para el desarrollo de la bacteria
determina pr imariamente la forma vegetativa de este microorganismo
donde por actuación de tox inas que ya se están produciendo, propician el
desarrollo de la enfermedad y sus consecuenc ias (Smith, 2002).
Una vez que el ambiente es adecuado para el desarrollo de la bacteria,
comienzan a producir sus toxinas y enz imas, cada una con un fin
espec ifico. Estas tox inas provocan una reacción tisular y se desencadena
una inflamac ión del músculo comprometido, hemorragia y edema gaseoso
que es útil para hacer el diagnóstico de esta enfermedad ya que al tacto
es crepitante, finalmente ocasiona necros is del músculo comprometido,
además durante este proceso ex iste la apar ición de fiebre alrededor de 40 ºC, por que las tox inas liberadas por las bacter ias son inductoras de
liberac ión de linfoquinas que elevan la temperatura.
Las les iones se hacen evidentes 24 horas después de la germinac ión de
la fase vegetativa en los músculos y se puede notar un edema crepitante
en la zona. Finalmente hay una bacteremia que se da únicamente en la
fase final de la enfermedad y que conlleva a la muerte del animal por
infecc ión s istémica. La muerte se da 1-3 días desde que aparecen los
signos clínicos. En ocas iones se presenta muerte súbita.
En ov inos, la espora ingresa conjuntamente con otros Clostridium en
her idas abiertas, es to lleva a una necros is del tejido afectado produciendo
el cuadro de gangrena enfisematosa. A la necrops ia se encuentra el animal en pos ic ión decúbito lateral con el miembro afectado extendido y
rígido, se produce putrefacción y meteor ismo post mortem rápidamente y
se puede ver un exudado espumoso que sale del ano y la nar iz, los
músculos afectados se ven edematosos y con el centro ennegrec ido por
la destrucción y degenerac ión del tejido. En las cavidades se encuentra
siempre abundante líquido que coagula con facilidad por la gran presencia
de fibrina, además se nota un olor rancio como de ác ido butírico y se
puede notar la producción de gas en el hígado. Cuando un feto es
afectado se puede notar la distens ión del abdomen de la madre
pos iblemente por la edematización del feto, es te puede o no presentar las
les iones típicas de la infecc ión (Valder, 2002).
1.9 HALLAZGOS CLINICOS
Al observar al animal antes de su muerte, éste presenta una cojera grave,
normalmente con inflamac ión pronunc iada de la par te super ior de la
extremidad afec tada. Al examinar atentamente al animal se observará que
esta muy deprimido, tiene anorexia completa, éstasis ruminal y una
temperatura y frecuencia de pulso altas (41°C y 100-120 l/m,
respectivamente). No en todos los casos se observa fiebre.
En las fases iniciales , la hinchazón es ta caliente y dolorosa a la
palpac ión, pero pronto se vuelve fr ía e indolora, pudiendo palparse edema
y enfisema. La piel toma un color diferente y muy pronto se seca y se
cuar tea. Aunque las lesiones normalmente están limitadas a la parte
super ior de una extremidad, se han observado casos ocas ionales en los
que se producen les iones en otras partes del cuerpo, como la base de la
lengua, el músculo cardiaco, los músculos del diafragma y psoas y la
ubre.
A menudo existen lesiones en más de un lugar en un mismo animal. Esta
enfermedad avanza rápidamente y el animal muere entre 12 y 36 horas
después de la aparición de los s ignos. La mayor ía de los animales
mueren s in que se observen los s ignos c línicos .
1.10 HALLAZGOS DE NECROPSIA
Los bovinos encontrados muertos por carbón sintomático a menudo
presentan una posic ión caracterís tica: permanecen en decúbito lateral con
la extremidad afectada levantada r ígidamente. El meteorismo y la
putrefacc ión se producen rápidamente, y los or ificios nasales y el ano
exudan una espuma sanguinolenta y la coagulación de la sangre es
rápida. La inc isión de las masas musculares afectadas revela un color rojo
oscuro a negro, hinchazón tisular con el desprendimiento de un olor
ranc io y un líquido sanguinolento claro que contiene burbujas de gas. Las
superficies rec ién cortadas a menudo están secas y pueden tener un br illo
metálico. Hay que examinar el corazón y todos los músculos esqueléticos,
inc luyendo los de la lengua, el diafragma y la región lumbar, pues la les ión
puede ser pequeña y pasar desaperc ibida durante un examen prec ipitado.
La cav idad torác ica y el saco per icárdico pueden contener una gran
cantidad de líquido sanguinolento con cantidades variables de fibrina.
Esta serositis a menudo se pasa por alto o se interpreta erróneamente
como un componente de la pleuroneumonía. Los pulmones normalmente
están congestionados y pueden presentar atelectas ia debida al
timpanismo abdominal (Rodostits , et al. 2002)
1.11 HISTOPATOLOGIA
Los casos de carbón sintomático se caracter izan por mionecros is, edema,
enfisema e infiltrac ión moderada de neutrófilos . Los microorganismos
pueden ser poco numerosos pero se pueden observar en cortes tisulares.
Es esenc ial que los tejidos se examinen tan pronto como sea pos ible
después de la muerte y que sean conservados en formol para su posterior estudio en el laboratorio.
1.12 DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO
En los frotis de tejidos infectados se pueden identificar los bac ilos
grampositivos esporulados (Biberstein, 1994).
Las pérdidas económicas que producen estos microorganismos en los
animales y la falta de c lasificación para un diagnóstico seguro, ha hecho
necesario realizar estudios sobre cada uno de ellos a partir de pruebas
diversas (Caraballo, et al. 1980).
El diagnóstico presuntivo tanto de pierna negra como edema maligno se
hace por s ignos clínicos y patológicos , la confirmac ión de estas
enfermedades se hace rutinar iamente por la identificación de los
microorganismos, aislamiento microbiológico, métodos de caracter ización,
métodos inmunológicos como inmunofluorescencia e inmunoc itometr ía y
por reacc ión en cadena de la polimerasa (PCR) (kojima, et al, 2001) .
1.13 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Para definir un diagnóstico cuando se encuentran var ios animales
muertos en un grupo que no se ha observado constantemente y la
descomposic ión post-mortem es ta tan avanzada que se puede obtener
poca información, el médico veter inario depende de sus propios
conoc imientos acerca de la incidenc ia de las enfermedades locales , la
estación del año, la edad del grupo afectado y las condic iones del suelo y
el examen detenido del entorno en el que han permanec ido los animales
muertos.
Es preciso instaurar una vigilancia más cercana para poder examinar los
animales enfermos o realizar un estudio de los cadáveres rec ientes . El
edema maligno y los casos típicos de carbón sintomático en bóv idos se puede realizar un diagnóstico definitivo según los s ignos clínicos y los
hallazgos de necrops ia.
La identificac ión definitiva de C. chauvoei se realiza por la tinc ión de
anticuerpos monoclonales mediante la técnica de inmunoperox idasa y de
anticuerpos fluorescentes. El diagnóstico diferencial basado en las
observaciones macroscópicas post-mortem respecto a otras causas de
miositis por clostr idios es arriesgado y puede derivar en recomendaciones
inadecuadas de control (kojima, et al, 2001).
1.14 TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN La literatura reporta tratamiento a base de penic ilinas a altas dos is pero
no registra gran efec tiv idad, el control se realiza por medio de vacunac ión
anual que proporciona protecc ión antitóxica y antibacteriana.
En el mercado colombiano ex isten diec iocho formulac iones diferentes de
vacunas (bacterinas, toxoides, mezcla de bacter inas y toxoides) para el
control de las Clostr idiosis y dos productos para la protección del ganado
contra el ántrax (APROVET, 2002).
La vacuna actualmente empleada para los bovinos es un cultivo de C.
chauvoei formolado y precipitado por alumbre y adyuvado en hidróx ido
de aluminio. En algunas regiones, donde frecuentemente se observan
infecc iones de las her idas causadas por C. septicum, se utiliza una
bacter ina- toxoide bivalente para protección contra ambas infecciones.
Tanto exper imentalmente como en la práctica se ha demostrado que los
agentes inmunizadores preparados para el uso en los vacunos son eficaces para los lanares y que, si bien exis te c ierta diferencia
inmunológica entre las cepas de fuentes ovinas y bov inas, no es
necesario preparar la vacuna con cepas ov inas .
Se recomienda la aplicación de la vacuna a animales entre 3 meses y 2
años; se debe acostumbrar la vacunación anual contra la enfermedad, de
tal manera que los animales rec iban por lo menos dos dos is en su vida.
Una vez se observa un brote, debe evitarse la mov ilizac ión de animales
hac ia otros potreros y el lote or iginal debe conservarse con los mismos
bov inos (enfermos y aparentemente sanos) (Car ta Fedegan Edic ión No.
75) .
1.15 INMUNOPEROXIDASA INDIRECTA
1.15.1 Historia
Una de las primeras técnicas desarrollada y usada fue la
inmunofluorecenc ia, pero esta técnica presentó complicaciones como su
alto costo de desarrollo y los anticuerpos fluorescentes usados no contrastaban con la colorac ión usada para la evaluación histológica.
Esto llevó a que no se podía realizar la evaluación de las lesiones
histológicas y la colorac ión inmunohistoquimica simultáneamente.
Esta serie de problemas llevo a los investigadores a desarrollar métodos
alternativos que permitieran la evaluación de los tejidos y la coloración de
los mismos simultáneamente para usarlos como herramienta práctica de
diagnóstico directo en la identificación de enfermedades en los animales.
Uno de los métodos desarrollado fue la marcac ión de anticuerpos usando
enz imas o sustratos que depos itaran cromógenos en los tejidos en los
sitios de unión antígeno-anticuerpo los cuales van a ser vis ibles al utilizar el
microscopio de luz y que van a produc ir una colorac ión permanente, en
contraste con la técnica de anticuerpo fluorescente; la enzima mas
comúnmente utilizada para esta técnica es la peroxidasa (Nakene, and
Pearse, 1967).
1.15.2 Bases inmunohistoquímicas
La base de la inmunohistoquímica (IHC) es principalmente la identificac ión
de antígenos, conformados ya sea por proteínas, carbohidratos, lípidos,
ácidos nucleicos o por otros compuestos; los cuales están presentes en tejidos generalmente fijados en formol los cuales serán identificados por
anticuerpos monoclonales o polic lonales altamente sensibles dando como
resultado una reacc ión de color en el tejido que nos indica la presencia de
agentes infecc iosos (Boenisch, 2001).
1.15.2.1 Anticuerpos
El reactivo común para todas las técnicas inmunohistoquímicas es el
anticuerpo, la habilidad antisuero, fracciones de inmunoglobulinas y
anticuerpos monoclonales que incrementan el uso c línico de los tejidos
antigénicos para ampliar la cantidad y calidad de los reportes
inmunohistológicos. Para la mejor comprensión de los métodos de cadenas
inmunohistoquímicas como de sus problemas, es necesario tener un
conocimiento básico de anticuerpos, sus potencias y limitaciones.
1.15.2.2 Inmunoglobulinas
Los anticuerpos pertenecen a un grupo de proteínas llamadas
inmunoglobulinas ( Ig). Enumeradas en orden decreciente por su cantidad
encontrada en el plasma y suero, las inmunoglobulinas comprenden 5
grandes c lases: inmunoglobulina G (IgG), IgA, IgM, IgD y IgE. Cada
inmunoglobulina esta compuesta por 2 cadenas pesadas idénticas (H) y 2
cadenas ligeras idénticas (L). Las cadenas H difieren en antígenos y
propiedades estruc turales que determinan la clase y subclase de la
molécula. Las 2 cadenas L son también de tipo Kappa o lambda. La
distr ibución de las cadenas kappa y lambda difieren en todas las clases de
Ig, también entre las diferentes especies . El enlace covalente entre cadenas es la unión disulfuro que une L-H o H-H.
Por participar en una estructura terc iar ia ellas confieren una gran
estabilidad a la molécula de Ig. De las 5 clases de Inmunoglobulinas IgG e
IgM son los anticuerpos mas usados en la inmunohistoquímica.
1.15.2.3 Inmunoglobulina G
Tiene una fórmula general de gamma2, kappa2, o gamma2, lambda2, la cual describe la molécula de IgG (MW = 150 kD). Está compuesta por 2
cadenas pesadas gamma, y 2 cadenas ligeras kappa o lambda.
La estructura de la molécula de Ig ha sido determinada, en parte por
digestión proteolítica y una reducción disociativa de la molécula.
Los resultados de la diges tión en espacio de su unión susceptible en la
terminal-N de la intercadena pesada en las uniones disulfuro.
Esta producción de 2 fragmentos monovalentes antígeno-unión (Fab) y un
fragmento cr istalino (Fc), las uniones de pepsina en las cadenas gamma en
el s itio terminal –C de la intercadena pesada en los puentes disulfuro;
resultando en un antígeno bivalente antígeno-fragmento unión F(ab)2. En
este caso el fragmento Fc es destruido. La reducción disociativa de una IgG
rompe el puente disulfuro, s i el grupo sulfhídrico es bloqueado el resultado
es la formación de 2 cadenas H (con un peso molecular de 50 kD cada
uno) y dos cadenas L (25 kD cada uno).
La IgG puede ser dividida y llamada dominio, por la variable dominante (V)
y el dominio constante (C). Cada dominio de 110-120 aminoác idos y una
unión disulfuro entre cadenas.
En el dominio var iable de la cadena ligera (VL) y el dominio var iable de la
cadena pesada (VH) son encerrados los aminoácidos terminales de la
molécula de inmunoglobulina. VL y VH juntos forman el sitio antígeno-unión. Muchas regiones interactivas HV son encerradas dentro de los dominios VL
y VH del anticuerpo (Boenisch, 1999) .
Durante es ta reacción con antigenos, las regiones HV del anticuerpo están
aproximadamente a 0,2-0,3 nm. En esta región estructuras especificas
únicas llamadas determinantes idiotipicos son encerradas. Cada clon de un
anticuerpo es nuestro idiotipo; cada cadena L también tiene un dominio
constante (CL) en adición con el dominio constante VL. La cadena H
también tiene 3 dominios constantes (CH1, CH 2 Y CH3) y lleva la porc ión
terminal carbox ilo de la inmunoglobulina. Encerrado en el dominio
constante CH2 esta el carbohidrato de la molécula de IgG y muchos
aminoácidos aromáticos neutros hidrófobos fuertes. Las regiones bisagra están encerradas entre los dominios CH1 y CH 2 de la cadena H. Menores
diferencias entre estas regiones bisagra contr ibuyen a la espec ificidad de
las subclases de la IgG.
Los mismos están designados por subtipos como IgG1, IgG2a, IgG2b, IgG3
e IgG4. En humanos se presenta una relación de kappa y lambda de 2:1,
en las subclases IgG2 e IgG4 una relación 1:1 y 8:1 respectivamente. Los
ratones tienen aprox imadamente un 95% de cadenas kappa y una mayoría
de anticuerpos monoclonales IgG. El número de enlaces disulfuro de las
cadenas pesadas también var ía por la cantidad de subclases de IgG. IgG1
e IgG4 cada una tiene 2, mientras que IgG2 e IgG3 tienen 4 o 5
respectivamente. A causa de la flexibilidad de la región bisagra el ángulo de
los fragmentos Fab var ia en dis tancia con los determinantes antigénicos
idénticos (Boenisch, 1999).
1.15.2.4 Inmunoglobulina M
Es un pentámero (MW aproximadamente 900 kD) compuesto de 5
unidades de aproximadamente 180 kD cada una. La formula general puede
ser expresada como (mu2 kappa2)5 o (mu2 lambda2)5. Cada subunidad esta
unida por un péptido-sulfhídr ico, la cadena J (15kD), y consiste en 2 cadenas pesadas (mu) y 2 cadenas ligeras de tipo kappa o lambda.
Las cadenas J contribuyen a la integridad y es tabilidad del pentámero;
como con IgG, las subunidades de IgM pueden ser fragmentadas por
cambios reductivos o enz imáticos en F(ab)2 porciones Fab y FC, como
también en cadenas pesadas y ligeras respectivamente. El fragmento FC de
la IgM es un pentámero cíclico (340 kD). El tratamiento con IgM con 0,1%
de mercaptoetanol con uniones de disulfuro entre sus subunidades de los 5
monómeros nos da subc lases de IgM1 e IgM2 las cuales han s ido
reportadas.
La inmunoglobulina M es el anticuerpo mas abundante en el huésped hiperinmunizado, en el animal recién inmunizado, la IgM es el primer
anticuerpo humoral detectado. La formación primaria de anticuerpos
procede en muchos de los es tados a la primera inyección o inoculac ión de
inmunógeno alto, el equilibr io entre los espacios extra e intravascular, luego
el catabolismo forma pequeños fragmentos y finalmente es eliminado del
espacio intravascular para la nueva formación de anticuerpos.
El per iodo desde la introducción del inmunógeno hasta la primera aparic ión
de anticuerpos humorales de IgM es llamado periodo latente y dura
aproximadamente 1 semana. Dentro de 2 semanas o en respuesta a una
segunda inyección o inoculac ión IgG usualmente predomina, como todas
las proteínas están sujetas al catabolismo los anticuerpos de tipo IgM
tienen una relativa vida media cor ta de solo 4-6 días; IgG sobrevive
aproximadamente de 3 semanas.
1.15.2.5 Anticuerpos policlonales
Los anticuerpos policlónales son producidos por muchas células, y en
consecuencia son diferentes inmunologicamente; ellos reacc ionan con
varios epitopes en el antígeno. El animal mas frecuentemente usado para
la producción de anticuerpos policlónales es el conejo, seguido por la cabra, cerdo, oveja, y caballo. La popularidad del conejo para estas
pruebas se basa en el fácil manejo; además los anticuerpos de conejo
prec ipitan las proteínas humanas.
Dependiendo de la inmunogenicidad del antígeno, dosis desde 10µg-200µg
son tradicionalmente administradas para generar una respuesta inmune en
los animales. El antígeno es inoculado de forma intradérmica o subcutánea;
pero la inoculac ión en músculo o en cavidad per itoneal son también
usados.
En conejos volúmenes de 0,1-0,5 ml son usualmente dados intradérmicos y
distr ibuidos en muchos sitios; el antígeno es suspendido en un volumen
igual de adyuvante. La prueba de booster se repite una vez al mes o cuando los títulos disminuyen. La sangre es tomada de la oreja del conejo,
de la vena yugular o del corazón cuando se sacrifica el animal. Después de
remover las células de la sangre, los anticuerpos policlónales pueden ser
obtenidos estabilizando el suero o en fracciones purificadas de
inmunoglobulinas. La precipitación por sales, seguido de una cromatografía
iónica s irven para remover el resto de otras proteínas ser icas. La afinidad
por la cromatografía puede ser usada para aislar el antígeno-especifico del
anticuerpo (Boenisch, 1999) .
1.15.2.6 Anticuerpos monoclonales
Los anticuerpos monoclonales son el producto un clon individual de células
plasmáticas. Probablemente por razones económicas el ratón es exclusivo
para la producción de anticuerpos monoc lonales.
Después que una respuesta inmune ha sido descrita, los linfocitos B del
bazo o nódulos linfoides son unidos con células de mieloma de ratón no
secretoras. Bajo condiciones especificas los linfocitos B se unen a células
hibridas o hibr idomas las cuales son inmortales en medios de cultivo. Las
células B no reactivas y las de mieloma son descargadas y la producc ión
de anticuerpos híbridos son cultivados y probados para reactivos. La producción puede sacarse del medio de cultivo o por trasplantación de
hibridomas dentro de la cavidad peritoneal de los ratones.
En la inmunohistoquímica hay c iertas ventajas en los anticuerpos
monoclonales sobre los policlonales; esto incluye alta homogenicidad,
ausenc ia de anticuerpos no especificos y fácil caracterización. Los métodos
para la selección de clones útiles y para el control de calidad deben
identificarse los métodos a usarse. También los anticuerpos monoclonales
son caracterizados usando tejidos congelados o tejidos fijados en formol;
para esto el epítope debe sobrevivir a la fijac ión, en algunos casos los
antigenos sobreviven a la fijac ión en formaldehído para el uso de
anticuerpos mono o policlónales. La reac tividad similar del epítope después de una optima fijac ión no asegura necesariamente que esta sobreviva,
luego un nuevo y mejorado antígeno comienza.
El epítope reportado también es único para dar un antígeno, la
especificidad, uno de los grandes beneficios de los anticuerpos
monoclonales, se pierde si el anticuerpo es dir igido contra un epítope por 2
o mas antígenos diferentes. Mientras la reac tividad cruzada de un
anticuerpo policlonal puede usualmente ser removido por absorc ión
(Boenisch, 1999).
1.15.2.7 Afinidad de anticuerpos
Anticuerpos de animales hiper inmunizados no solo difieren en el
reconocimiento de antígenos multivalentes, sino en las diferenc ias de sus
afinidades. El término afinidad ha sido usado para descr ibir ambos
“intr ínseco” y “funcional”.
La afinidad intr ínseca de un anticuerpo radica en la región HV y es
determinada por la misma secuencia de aminoácidos que determinan la
especificidad. Interacciones iónicas, hidrógeno y las fuerzas de Van Der
Walls son los mayores contribuyentes para la afinidad intrínseca entre el
paratope en el anticuerpo y el epítope en el antígeno. La hidr ifobilidad aparece al tener un efecto estable en la formación del
complejo inmune y puede contribuir a su prec ipitac ión. Los enlaces
covalentes entre al anticuerpo y el antígeno no ocurren, la asociac ión
constante (Ka) de la unión entre un anticuerpo y su antígeno determinante
es una medida de afinidad de anticuerpos.
Puede ir de 103 a 1010 litros/mol, lo cual es rec íproco de concentración en
moles por litro. La mayor afinidad de un anticuerpo, la menor concentrac ión
de un antígeno libre necesita de s itios de unión de un anticuerpo para
volverse saturado (equilibrio rico). Solo la cantidad (títulos) de un
anticuerpo se incrementa con el tiempo de la inmunización, eso es calidad
(afinidad); lo cual ha sido llamado afinidad de madurac ión. Las dos is bajas de inmunógeno incrementan la tasa de afinidad de maduración, pero
resulta en bajos títulos de anticuerpos y viceversa.
En inmunohistoquimica la afinidad funcional de un anticuerpo o un
antisuero puede ser definido como el tiempo requer ido para el equilibrio rico
con un tejido antígeno. Si las alícuotas iguales de 2 anticuerpos o
antisueros de idénticos títulos son incubados incrementando periodos de
tiempo con el antígeno en el tejido, el anticuerpo que da un efecto plateau
de máx ima intens idad de unión primero es la mayor afinidad funcional. El
término av idez ha s ido usado como s inónimo para describir la afinidad
funcional, pero también es usada para denotar la tensión entre las cadenas,
entre los anticuerpos y sus antigenos. Frecuentemente el término av idez
ha sido usado para describir la suma total de todas afinidades intr ínsecas
encontradas en una poblac ión de anticuerpos polic lonales .
Las reacciones antígeno-anticuerpo son reversibles, los complejos inmunes
simples formados en el tejido pueden disociarse durante los cic los de
lavado usados en la inmunohistoquimica. La facilidad y el grado de
disociación varia en anticuerpo-anticuerpo y las concentraciones bajas de
sal, as í como la temperatura también se pueden reduc ir lo que formaría el
complejo inmune. La alta afinidad de los anticuerpos tiene una ventaja
durante el lavado, la disociación puede ocurr ir en anticuerpos de baja afinidad como se menc ionó antes, una población de anticuerpos
policlonales contiene más o menos un espectro continuo de baja-alta
afinidad contra muchos epítopes, dadas por los antígenos. Además,
después de la incubación con los anticuerpos pr imar ios de este tipo, el
excesivo lavado es una apreciable causa de pérdida de coloración.
Por otro lado los anticuerpos monoclonales son de afinidad uniforme y si la
afinidad es baja, nos da la pérdida de cadenas por disoc iac ión de los
epitopes.
Estos anticuerpos monoclonales de alta afinidad pueden ser seleccionados
de ser posible; altas temperaturas y muy bajo pH pueden presentarse
durante el lavado de los tejidos. En el manejo de laboratorio de los anticuerpos se ha demostrado en inmunohistoquimica que el lavado con
sustancias buffer y una buena incubación es mas seguro y evita el
rompimiento de las uniones antígeno-anticuerpo mejorando la colorac ión
de la técnica. Generalmente la mayor afinidad de un anticuerpo, es la
tendencia a formar un prec ipitado. La precipitación procede a través de un
rápido estado el cual forma un complejo soluble antígeno-anticuerpo,
seguido de una lenta agregación y eventualmente prec ipitación. Los
anticuerpos no precipitados son generalmente de baja afinidad y son
incapaces de formar el cerco requerido para que ocurra una precipitación.
Los anticuerpos monoc lonales con respecto a la temperatura son de alta o
de baja afinidad, no pueden formar cerco con antígenos que solo rara vez
forman prec ipitados insolubles. Además en la inmunohistoquimica, la
capacidad de un anticuerpo pr imar io para formar un complejo inmune
prec ipitado es de menor importancia porque la reacc ión con el tejido
antígeno captura anticuerpos dentro del tejido.
1.15.2.8 Reactividad cruzada de anticuerpos
El término reactividad cruzada denota una actividad inmunohis toquimica
que ocurre entre un anticuerpo y 2 o mas antigenos o v iceversa, cuando un antígeno reacciona con muchos anticuerpos diferentes .
Ejemplos típicos son cuando anti-L(or-k) cadena de anticuerpos interactúan
con todas las 5 clases de Ig o cuando el antígeno carcinoembrionico (CEA)
reaccionan con anticuerpos contra CEA, grupos de antigenos sanguíneos y
proteínas de tejido normal respectivamente. El común denominador en
cada caso es la porc ión del menor epítope común entre muchos antígenos.
Otro uso válido del término reactividad cruzada denota cambios induc idos
experimental o accidentalmente en uno o muchos epítopes a través de un
antígeno; el término reactiv idad cruzada también describe la interacción de
un anticuerpo con un epítope similar o diferente.
Este fenómeno es frecuentemente una propiedad de anticuerpos de baja afinidad y están usualmente sujetos al cambio de maduración durante la
inmunizac ión. La reactiv idad cruzada de anticuerpos de antigenos
humanos con antigenos idénticos o similares de otras especies pueden ser
de interés al veter inario por la escasez de anticuerpos especificos
animales.
1.15.2.9 Tasa de reacción de anticuerpos
Generalmente la talla y la forma de una molécula de anticuerpos y estos
complejos o conjugaciones parecen ser de menor consecuencia
inmunohistoquimica. Insuficiente penetración de tejido, incluso en la
colorac ión intranuclear o antígeno citoplasmático, no han s ido observadas.
En cuanto a los anticuerpos primarios de c lase IgM (900 kD), complejos
largos como PAP (400-430 kD) o APAAPC (560 kD) o cadenas de
dextranos han s ido usadas. Es razonable asumir que la sobrefijacion de
tejidos puede mostrar una penetración más difícil para los anticuerpos y sus
complejos.
Bajo condiciones ideales , anticuerpos reaccionan con sus ligandos
(antígenos) muy rápidamente, en inmunohistoquimica las condic iones son
raramente ideales. Dependiendo del tejido de fijación, concentración de anticuerpos, temperatura ambiente y otras var iables. El tiempo de
incubación de anticuerpos pr imar ios es super ior a 48 horas para una
reactividad máxima.
El equilibrio entre el antígeno y los anticuerpos libres son raramente
reportados; por esto un per iodo largo de incubación mas una preparac ión
de anticuerpos diluidos son usados en los periodos cortos de incubación,
con mas preparación de anticuerpos concentrados es tablecen un equilibrio
mas rápido, enlaces no espec ificos resultan de estas condiciones, la
incubación de anticuerpos primarios ha s ido hecha exper imentalmente
después de su pr imera aspiración de una secc ión con algunos anticuerpos
(Boenisch, 2001).
1.15.2.10 Estabilidad de anticuerpos
Anticuerpos policlonales cuando se recolectan no congelados y se usan
subsecuentemente en inmunohistoquimica, son menos estables en su
porc ión de inmunoglobulina comparados con aquellos de antisuero
completo. Esta reducción de estabilidad depende del método de aplicac ión.
La expos ición de anticuerpos a pH extremos, al igual que a altas y bajas
concentraciones de sal durante la purificac ión tiende a disminuir su
estabilidad mas que si se expone a condiciones medias como intercambio
iónico por cromatografía.
La formac ión de agregados solubles y subsecuentemente polímeros
prec ipitados son el cambio más frecuentemente notado. Estos cambios son
probablemente el resultado de reacc iones hidrofóbicas entre moléculas de
IgG en la soluc ión. Mientras que la presenc ia de agregados solubles
pueden prec ipitar anticuerpos, su incremento hidrofóbico ha sido
demostrado como causa del incremento de los enlaces no especificos en
inmunohistoquimica. La remoción de estos agregados y polímeros de
fracciones de IgG es importante en la aplicación de inmunohistoquimica.
Solo con el almacenamiento de anticuerpos purificados puede subir la hidrofobia con la agregación y polimerización, también la conjugación de
otras moléculas. La conjugación con glutaraldehido envuelve los grupos
eps ilonamino de lisina y grupos alfa-amino del aminoácido terminal N
resultando una unión cruzada debido a que hay muchos s itios reactivos de
glutaraldehido en la molécula de IgG, la hidrofobia de los anticuerpos
conjugados se incrementa significativamente, resultando una atracc ión de
sitios hidrofóbicos en el tejido.
Anticuerpos monoclonales un 42% ha sido investigado por Underw ood y
Bean mostrando cambios en especificidad, afinidad y reactividad cruzada.
Anticuerpos de clase IgM y subc lase IgG2b fueron específicamente sensibles. La estabilidad de anticuerpos en los productos comerciales esta
determinada en tiempo real, temperatura real; hechos por cada casa
comercial. Aunque dicho tiempo real debe ser ajustado a determinados
tipos de anticuerpos y necesitan un tiempo real diferente para reaccionar y
no perder su actividad (Boenisch, 2001).
1.15.2.11 Manejo de anticuerpos
Es imperativo observar c ier tas reglas bás icas del manejo y
almacenamiento. Las recomendaciones van dadas por el fabricante en
volantes especiales para ser seguidas por el usuar io.
Recepción muchos comerc iales de inmunoquimicos garantizan la
estabilidad por muchos años. Anticuerpos prediluidos tienen una vida
media corta; los inmunoquimicos pueden ser almacenados de acuerdo a
las recomendaciones de la manufactura y deben incorporarse datos útiles
para el uso y pos ibles reclamos como la fecha de expiración y la fecha de
preparación.
Almacenaje hay 2 cons ideraciones importantes para el almacenaje, tales
como los recipientes y la temperatura. Containers de almacenaje; se prefieren mater iales de almacenaje de
soluciones proteicas que no tengan absorción proteica como polipropileno,
policarbonato o borosilicato son los vidrios recomendados. Soluciones que
contengan bajas concentraciones de proteínas (menos de 10-100µg/ml),
generalmente 0,1% a 1.0% de albúmina sér ica bov ina es usada para
reducir la polimer izac ión y absorción dentro del container.
Temperatura de almacenaje monitoreo en refrigeradores y congeladores se
usan en el almacenaje de inmunoquimicos con alarma de temperatura y
sistemas de emergencia de temperatura. Las casas comerciales presentan paquetes de anticuerpos “listos para
usar” sus conjugados y anticuerpos monoclonales en soluciones de 2-8°C
por que al congelarlos no garantizan su efecto y acción.
Uso y cuidado de esto depende la probabilidad de contaminación, calor o
excesivo exposición a la luz. La contaminación puede ev itarse con el uso
de pipetas y kits limpios (Boenisch, 2001).
1.15.2.12 Inmunohistoquimica
El protocolo estandarizado comprende, la recolección de las muestras lo
cual es muy importante en los resultados que vamos a obtener en la
inmunohistoquimica, los tejidos van fijados en formol, la cantidad de formol
usado en el trabajo es formol bufferado neutro al 10%, en el tejido va de
10:1. El tiempo entre la muerte del animal y la recolección de la muestra
debe ser lo mas corto pos ible, es te tiempo no debe sobrepasar las cuatro
horas post mortem ya que la descompos ición que empieza a sufrir el tejido
nos puede causar falsos positivos o falsos negativos .
Exis ten otros factores que influyen en la calidad de las muestras como el
tipo de tejido y tejidos ricos en enzimas como el intestino y el páncreas, los
cuales se autolisan muy rápido; también el tipo de antígeno (los protozoos y hongos son mas res istentes a autolisarse que los virus) , y la distribuc ión del
antígeno. Desafortunadamente, los antígenos no se encuentran distribuidos
siempre por todo el órgano o la les ión, para propósitos eficientes y
prácticos, se deben colocar las muestras rápidamente en el formol y tomar
tanto de la parte afectada como de la parte sana del tejido. Los frascos
usados para la recolección del tejido deben estar estériles y debidamente
rotulados con la mayor informac ión posible acerca del animal y de la
explotación (Ramos, et al. 1997).
La fijación de los tejidos en formol preserva la antigenicidad de las
proteínas y la morfología del tejido, pero el tiempo de fijación debe ser
limitado y no sobrepasar de 2 días, ya que las proteínas de unión cruzada del formol pueden causar falsos negativos aun en presenc ia de grandes
cantidades de antígeno. Pero si no es posible reducir el tiempo de fijac ión
en los tejidos, los laboratorios usan varias técnicas para desenmascarar los
antigenos y recuperar la expresión antigénica como las enz imas o el calor
(Haines, and Chelack, 1991) .
1.15.2.13 Técnicas inmunohistoquímicas Las técnicas en inmunohostoquímica se desarrollan para desenmascarar
los antigenos que están en los tejidos fijados en formol para ser
reconocidos por el antisuero, esto con el fin de reducir las reacciones no
especificas o (background) antes de comenzar la reacc ión
inmunohistoquimica, para evitar esto se han desarrollado varias técnicas a
nivel de laborator io y así recuperar antigenos, estas técnicas o s istemas
son:
• Detergentes (Saponinas, tw een 20 y nonidet p40) y sustancias
caotrópicas (guanidina y tiocianato de sodio).
• Digestión enzimática (Trips ina, proteinasa K y pronasa E). cuando
se usan es tos métodos es necesario utilizar agentes que
bloqueadores de la actividad enzimática endógena como peroxidasa, fosfatasa alcalina, etc .
• Recuperación inducida por el calor, esta técnica provee la energía
necesaria para romper las uniones del antígeno con los hidrox ilos
formadas al estar los tejidos fijados en formol, liberando algunos
antigenos; además rompe las uniones del tejido con los iones de
calcio que se encargan de unir mas al fijador. El calor da mayor
sensibilidad a algunos métodos, lo cual nos permite una mayor y
mejor dilución del anticuerpo.
1.15.2.14 Marcadores visuales
La visualizac ión del sitio de reacción del antígeno-anticuerpo depende de un s istema de generación de marcadores visuales el cual es conjugado con
el anticuerpo u otras moléculas como la avidita. Exis ten tres tipos de
sistemas de marcadores visuales :
• Metales , oro coloidal. La reacción antígeno-anticuerpo es detectada
por un indicador que contiene un agente reductor (la hidroquinona) y
una soluc ión de plata (acetato de plata). La sensibilidad de este método es similar o mayor a las enzimas o métodos enzimáticos .
• Enz imas como la peroxidasa de rábano es la más común, fosfatasa
alcalina, glucosa ox idada y la beta galac tos idasa. Con sus sustratos
histoquímicos espec ificos y su variedad para capturar cromógenos,
los marcadores enzimáticos pueden produc ir diferentes colores,
usualmente café cuando se utiliza diaminobenz idina, y azul cuando
se utiliza fosfatasa alcalina, o rojo que son visibles en el microscopio
de luz.
• Fluorocromos que son visualizados por excitación de la luz de una
longitud de onda apropiada como el isotioc inato de fluoroseina,
rodamina y rojo Texas. Estos elementos son muy usados en tejidos
que están congelados (Beesley, 1993).
1.15.2.15 Métodos inmunohistoquímicos
Exis ten var ios métodos inmunohistoquímicos desarrollados para
incrementar la sensibilidad de las reacciones, dependientes de si la enzima
(peroxidasa) se conjuga con anticuerpos (técnica directa e indirec ta), o si
no se conjuga (método del puente enzimático y de peroxidasa-
antiperoxidasa) (Rose, and Fiedman, 1994) .
• Método directo es el mas simple y consta de un solo paso, donde
un anticuerpo primar io marcado se une con el antígeno por el
fragmento var iable; este es un método rápido de diagnóstico para el
examen de secciones de tejidos congelados y cortados con un
micrótomo de congelac ión y marcados con inmunofluorescencia.
• Método indirecto que se basa en la adic ión de un segundo
anticuerpo marcado que se une directamente al anticuerpo primario
que es especifico contra el antígeno que se va a detec tar. El
fragmento variable del segundo anticuerpo se une al anticuerpo primar io por su fragmento constante. Este método es más sensible
que el directo, pero es mucho más labor ioso (Fig. 9).
• Método puente enzimático donde incluyen los métodos peroxidasa-
antiperoxidasa (PAP) y el complejo adivina – biotina (ABC), son las
mas utilizadas en los laboratorios para los tejidos fijados en formol
(Ramos, et al. 1997).
Figura 9. Inmunoperoxidasa indirecta.
Fuente. Programa nacional de investigac ión en salud animal PNISA.
2. M ATERIA LES Y M ETODOS
2. 1 Anim ales
Los cobayos (Cavia porcellus) son el modelo biológico más utilizado en el
mundo para trabajar con microorganismos anaerobios específicamente
del género Clostridium Spp. El cr iterio de selecc ión de los animales fue
definido como animales de buena condic ión corporal, adultos que no presentaran cuadros febriles o alteraciones c línico patológicas. Se
selecc ionaron 24 cobayos, los cuales se distribuyeron al azar en seis
grupos de tres animales ( inoculados todos con la cepa de Clostri dium
chauvoei 4408, cepa suministrada por el laborator io VECOL S. A) y tres
grupos de dos animales (se inocularon 2 cobayos con Clostri dium
septicum, 2 con Clostridium novyi y 2 con Clostri dium Sordelli). Utilizando
los mismos cr iter ios de inoculac ión que se descr iben a continuación, la
diferencia radico en que se sacr ificaron a las 18 horas post inoculac ión.
Los animales se inocularon v ía intramuscular con 0,5 mililitros de una
solución de cloruro de calcio (CaCl2) al 5% conteniendo 100 dosis
infectantes de Clostridium chauvoei; se sacrificaron cada tres horas. En
cada grupo se dejó un animal como testigo el cual fue inoculado con
CaCl2. La eutanasia de los animales se realizó de acuerdo a los
protocolos de bioética vigentes en la legis lac ión colombiana, utilizando
anestésicos volátiles para evitar el dolor. Una vez se sacr ificaron los
animales se les realizó la necrops ia y se tomaron tejidos de los diferentes
órganos los cuales se fijaron en solución de formaldehído tamponado al
3.7% para histopatología y fueron procesados en el laborator io del Centro
de Investigación en Salud Animal, CEISA, en la ciudad de Bogotá.
2.2 Materiales Los reactivos usados en la estandarización de la técnica de
inmunoperox idasa fueron:
Re activos
• Agua destilada
• Agua ultrapura
• Xilol
• Alcoholes (etanol absoluto, etanol 90% y etanol 80%)
• Peróx ido de hidrógeno al 3%
• PBS
• Suero fetal bovino al 5%
• Anticuerpo monoclonal primar io Cchex1
• Anticuerpo secundar io (conjugado anti IgG ratón-perox idasa)
• Kit DAB-s igmaÒ
• Hematoxilina de Harris
Vidrieria • Beakers
• Erlenmeyer
• Probetas 50, 100, 1000ml
• Laminillas cubreobjetos
• Láminas portaobjetos
• Pipetas 1, 2, 5,10, 25ml
• Pipetas pasteur
Materiales varios
• Agitadores
• Algodón
• Falcón 50
• Tubos
• Ependorf
• Guantes
• Papel aluminio
• Papel filtro
• Pinzas
• Tijeras
• Toallas absorbentes
• Gradillas
Equipos
• Agitador automático
• Balanza analítica
• Cámara de flujo laminar
• Congeladores
• Incubadora
• Microscopio
• Nevera
• Pipeteador
• Potenc iómetro
• Vortex
2.3 Protocolo técnica de inmunoperoxidasa
Descr ipción de la técnica de inmunoperoxidasa indirecta:
Técnica
1. Corte de los bloques de tejidos embebidos en parafina 3-4 micras.
2. Desparafinación de las láminas a 60°C por 1 hora.
3. Aclaramiento de tejidos en xilol puro 2 veces a temperatura ambiente
por 25 minutos.
4. Hidratación de los tejidos introduciéndolos etanol absoluto por 10
minutos, etanol al 90% por 5 minutos y etanol al 80% por 5 minutos. Esta
par te se finaliza con 3 lavados en agua destilada 5 minutos cada uno a
temperatura ambiente.
5. Cubr imiento de las laminas con peróx ido de hidrógeno H2O2 al 3% en
metanol absoluto durante 10 minutos a temperatura ambiente.
6. Lavado de las laminas 3 veces con PBS a temperatura ambiente 3
minutos cada uno.
7. Bloqueo con SFB al 5% en PBS por 45 minutos a 37°C en cámara
húmeda.
8. Lavado con PBS 3 veces a temperatura ambiente por 3 minutos cada
uno y adición del anticuerpo monoclonal pr imar io Cchex1 (0.25mg/ml) en
PBS a 37°C por 2 horas en cámara húmeda.
9. Lavado nuevamente con PBS 3 veces a temperatura ambiente 3
minutos cada lavado.
10. Adic ión del anticuerpo secundario (conjugado anti IgG ratón-
peroxidasa) en diluc ión de 1:2500 en PBS a 37°C durante 1 hora.
11. Lavado con PBS 3 veces a temperatura ambiente durante 3 minutos
y aplicación de la solución de revelado kit DAB-sigmaÒ por 20 minutos
en cámara humada.
12. Coloración con Hematoxilina de Harr is durante 5 minutos.
13. Lavado con H2O destilada y finalmente montaje de la lámina cubreobjeto.
14. Lectura de las láminas en microscopio óptico binocular con objetivos
de 10X, 40X y 100X.
Las les iones de los diferentes tejidos fueron calificadas utilizando una
escala subjetiva del grado de la lesión, dependiendo de la sever idad de la
misma. La escala inc luyo:
A) valor 0; sin cambios patológicos aparentes, el tejido es normal.
B) valor 1; lesiones leves: lesiones ligeras que incluyen cambios
congestivos, hemorrágicos, depleción linfoidea, edema ligero.
C) valor 2; lesiones moderadas, inc luyen cambios congestivos,
hemorrágicos, depleción linfoidea, edema moderado, infiltrados
inflamatorios.
D) valor 3; lesiones severas: inc luyen daños tisulares como necrosis de
coagulación, infiltrado inflamator io polimorfonuclear y mononuclear, zonas
de hemorragia y congestión con edema abundante.
Los grupos control, inyectados solamente con cloruro de calcio
presentaron un ligero edema, el cual se evidenc ió por la separac ión de las
fibras musculares, las lesiones se valoraron entre 0 y 1.
Los resultados de la evaluación subjetiva de las les iones de los grupos de
cobayos inoculados con cepa patógena de Clostridium chauvoei y
teniendo en cuenta la escala de los ítems anter iormente descr itos y
observados durante los per íodos de tiempo de 3 a 18 horas se
encuentran en la (tabla 4 en los resultados).
3. RESULTADOS
Los resultados obtenidos en la investigac ión se div idieron en varios pasos
para definir lesiones en los cobayos y a su vez el resultado de la prueba
inmunoperox idasa. El examen macroscópico de las lesiones en los
cobayos se realizó durante la necropsia y se hizo el estudio
his topatologíco de los tejidos afectados.
3.1 Observa ción macroscópica de lesi ones
Los cobayos fueron inoculados con la cepa patógena e inmediatamente
sometidos a observación continua en la que se pudo determinar que la
zona del inóculo a partir de seis horas comenzó a presentar tumefacción y
calor la cual fue progres iva hacia la parte superior de la pierna, les ión que
no se presentó en los animales tes tigos.
Después de 9 horas se incrementó la tumefacción del miembro posterior
con crepitac ión a la palpac ión e hinchazón moderada, lo que produjo en
los animales una cojera inicial y a las 15 horas se observo postración por
la severidad de las les iones; uno de los animales inoculados murió entre las 15 y 18 horas con lesiones mas severas en el músculo afectado y en
la región inguinal.
Los hallazgos en la necropsia permitieron observar que en las pr imeras
horas se presentaron cambios discretos como son ligero edema en la
zona de inoculación; en los animales sacrificados a las 6 horas post
inoculación es ta lesión comenzó a ser mas notor ia, con presencia de
áreas oscuras (rojo-negruzco) y de un líquido serosanguinolento que paso
de ligero a severo después de las 15 horas y continuó hasta las 18 horas
post-inoculación, presentándose en estos últimos casos un aspecto
mucoide, que se distribuyó por todo el miembro y el tejido subcutáneo del
abdomen en su región inguinal.
En general, se observó congestión ligera desde las 3 horas de inoculac ión
en órganos como pulmón, cerebro, bazo, hígado y r iñón, pasando a
moderado después de las 6 horas y severa a partir de las 15 horas,
cuando el animal presentaba las lesiones vasculares mas severas.
La crepitación y la presencia de gas fueron notorias a partir de las 12
horas en todos los animales inoculados. Las les iones principales en los
animales de 18 horas fueron tumefacciones crepitantes en la musculatura
estr iada esquelética, tejidos de color rojo a marrón oscuro con estr ías
negras; algunas áreas aparec ían húmedas y desprendían exudado oscuro
mezclado con gases que le daban un par ticular olor dulzón (Fig. 10).
Figura 10. Les iones en cobayo Cavia Porcellus a las 18 horas de
inoculados con Clostri dium chauvoei. A. Tumef acciones crepitantes en
musculatura estr iada esquelética, tejidos de color rojo a marrón oscuro
con es trías negras. B. tumefacciones en mayor tamaño.
A B
3.2 Hi stopatología
Tabla 4. Resultados es tadís ticos de la calificación de lesiones
his topatológicas en tejidos de cobayo Cavia porcellus inoculados con
cepa patógena de Clostridium chauvoei.
Inoc ulación Horas
sacrificio
Bazo MEC MEE Duodeno Hígado Páncreas Pulmón Riñón cerebro adrenal
01/01/04 3 1 0 1ab 0 0 0 2 1 1 0
01/02/04 3 1 0 1ab 0 0 0 2 0 0 0
01/03/04c 3 1 0 1a 0 0 0 1 0 0 0
02/01/04 6 1 1 1abc 2 1 0 2 2 2 0
02/02/04 6 0 1 2abc 2 1 0 1 1 1 0
02/03/04c 6 1 1 1a 0 2 0 1 1 1 0
03/01/04 9 3 1 2abc 2 2 0 3 1 1 0 03/02/04 9 1 1 2abc 0 1 0 2 1 1 0
03/03/04c 9 1 2 1a 1 1 0 1 2 0 0
04/01/04 12 1 1 2bc 1 1 0 3 1 1 0
04/02/04 12 0 1 3bc 1 2 0 2 3 1 0
04/03/04c 12 1 1 1a 1 1 0 3 0 1 0 05/01/04 15 1 2 2abc 1 2 0 2 2 1 0
05/02/04 15 1 1 2abc 1 1 0 2 1 1 2
05/03/04c 15 1 0 0a 1 1 0 2 1 1 0
06/01/04 18 2 2 3c 2 1 0 2 2 1 0
06/02/04 18 2 2 3c 1 1 0 2 1 1 0 06/03/04c 18 1 0 1a 0 1 0 1 1 1 0
06/04/04 18 1 1 3c 2 2 0 2 1 2 0
07/01/04 18 2 3 3c 1 2 1 2 2 2 0
Ρ 0,0806 0,1249 0,0001 0,0821 0,0806 0,2429 0,8513 0,2342 0,0632 2,2429
MEC: músculo estr iado cardiaco; MEE: músculo estr iado esquelético.
C= grupos control inoculados con cloruro de calcio. Ρ= nivel s ignificanc ia.
En la tabla 4 se muestra que las les iones mas importantes ocurrieron en
el músculo estr iado esquelético (MEE), única variable que resulto
significativa (ρ= 0,0001) demostrando que hay diferenc ia marcada entre
los grupos experimentales.
Los cobayos después de 3 a 15 horas de la inoculación con C. chauvoei y
luego sacr ificados mostraron lesiones leves a moderadas como s igue: a
par tir de las 3 horas se encontró una ligera necrosis coagulativa e infiltrado de neutrófilos polimorfonuc leares y ligero edema; después de las
6 horas se hizo notor ia la congestión con hemorragias ligeras y se
presentó una var iación moderada; a las 9 y 12 horas se observó necrosis
de coagulac ión. La necros is y el infiltrado polimorfonuclear fueron más
severos a las 18 horas , al igual que la presencia de formas bacilares en
cantidades abundantes. El grupo que demostró los cambios mas severos
fue el grupo experimental de 18 horas de inoculados y no fue necesario
sacrificar algunos cobayos, sino que mur ieron por s i solos.
Las les iones pr incipales fueron gangrena gaseosa con marcada necrosis
de coagulación y de licuefacc ión con olor fétido. Se encontró una marcada
infiltrac ión polimorfonuc lear de tipo neutrófilo (fig. 11B).
En órganos como el bazo se observó depleción linfoide desde las 3
primeras horas de inoculac ión en todos los cobayos, al igual que
congestión desde las 9 horas s in tener una tendenc ia específica; sin
embargo en el cobayo que mur ió repentinamente, presento severa
congestión y hemorragias.
Se observaron cambios vasculares como congestión en: pulmón, hígado,
músculo estriado, músculo cardiaco y riñón (corteza y médula), desde las
3 horas de inoculac ión con C. chauvoei. En el cobayo que mur ió entre las
15 y 18 horas se observó hemorragia muy severa.
Figura 11. Músculo estriado esquelético de cobayo Cavia porcellus
inoculado con Clostridium chauvoei a las 18 horas. Se observa infiltrac ión
polimorfonuclear y necrosis de coagulac ión. A. 100X y B. 400X.
A B
3.3 Observa ción con la prueba de inmunoperoxida sa indirecta
Los resultados con la prueba de inmunohis toquimica indicaron la afinidad
que tiene el Clostridium chauvoei por el músculo estr iado esquelético, ya
que se observó la presenc ia solo en este tipo de tejido. En tejidos de:
bazo, duodeno, hígado, páncreas, pulmón, músculo estr iado cardiaco,
riñón, cerebro y adrenales, con esta prueba no se observo C. chauvoei
(Fig. 12).
Figura 12. Músculo estriado esquelético de cobayo Cavia porcellus . A
Colorac ión de hematox ilina y eos ina; se observa la presenc ia de bac ilos
en el endomis io (400x). B Coloración con la técnica de inmunoperoxidasa;
demostrando la pos itiv idad al detectar los bacilos de Clostri dium chauvoei
(1000x).
A B
Figura 13. Observac ión de las placas de tejido muscular esquelético de
cobayo Cavia porcellus inoculados con cepa patógena de Clostri dium
chauvoei a las diferentes horas de sacrificio.
A y B 3 horas de sacrificio; no se observan cambios en el tejido muscular;
C y D 6 horas ligero edema y necrosis coagulativa e infiltrado de
neutrofilos polimorfonuc leares; E y F 9 y 12 horas presencia de bacilos e
infiltrac ión polimorfonuc lear.
A B
C D
E F
G y H 15 horas necros is de coagulac ión y bacilos; I, J, K, L, 18 horas se
observa infiltración polimorfonuclear, necros is de coagulac ión y la
presencia de bac ilos .
G H
I J
K L
Figura 14. Coloración con la técnica de inmunoperoxidasa en Músculo
estr iado esquelético de cobayo (Cavia porcellus) demostrando la
pos itiv idad de la prueba al detectar los bacilos de Clostridium chauvoei
con el anticuerpo Monoc lonal Cchex 1 (A) y con el anticuerpo Policlonal
anti extracto (control positivo) (B) y la negativ idad del anticuerpo
Monoc lonal contra Leptospira (control negativo) (C) y el Control del
conjugado (D) .
Figura 15. Tejidos de los cobayos (Cavia porcellus) inoculados con cepas
de Clostridium Novyi, Septicum y Sordelli; observados con la tinc ión de
hematoxilina eos ina; se observa la necrosis en los tejidos, edema e
infiltrac ión polimorfonuclear, pero no se observa la presencia de bac ilos
de Clostridium chauvoei; con la inmunoperoxidasa indirec ta se demuestra
la positividad y especific idad de la prueba inmunohistoquimica al detectar
los bac ilos de C. chauvoei.
Hematox ilina eos ina
C. septicum C. novyi
C. sordelli
Figura 16. La prueba de inmunoperoxidasa indirecta demuestra la
presencia de bacilos en el tejido muscular esquelético de cobayo;
demostrando la especificidad del anticuerpo monoclonal el cual identifica
solo el C. chauvoei.
Inmunoperox idasa indirecta
C. septicum C. sordelli
C. novyi C. chauvoei
4. DISCUSIÓN
El diagnóstico de carbón s intomático se confirma en este trabajo con la
técnica de inmunohistoquimica estandar izada, dado que se trabajó con
los anticuerpos especificos para garantizar la determinac ión de Clostri dium chauvoei; estos resultados están de acuerdo con Jones and
Hunt (1990); sin embargo, es necesar io plantear otro trabajo para
determinar la presencia de la bac ter ia en bovinos.
Los cambios patológicos mas importantes se observaron en músculo
estr iado esquelético, y se encontraron alterac iones par tir de las 3 horas
post inoculación que incluyen desde ligero edema hasta la gangrena
gaseosa severa que se produce después de las 15 horas , por la acc ión de
las tox inas alfa y gamma, necrotizante e hidrolizante respectivamente que
destruyen la matr iz del tejido conectivo, resultados que concuerdan con lo
encontrado por Hathew ay (1990) y Titball et al. (2003) .
Esto indica que el tejido muscular es triado esquelético resulta ser el
adecuado para el diagnóstico de carbón sintomático, es te resultado
concuerda con Ass is et al (2005) quienes además lo recomiendan para el
diagnóstico del edema maligno; estos mismos autores que realizaron
trabajos con cobayos sugieren que posiblemente para otras especies
como bov inos, ovinos y capr inos se pudieran utilizar otros tejidos como
riñón e hígado. La fijación del tejido en formaldehído permitió su uso
poster ior a la toma de la muestra, sin presentar cambios que alteren el
diagnóstico; lo que le permitir ía al ganadero tomar muestras en los
animales muertos para su análisis posterior en los laborator ios, utilizando
la técnica de inclusión en parafina y la técnica de inmunoperoxidasa
indirec ta tal como lo indica Haines and Chelack (1991), de la misma
manera permitirá desarrollar investigac iones que ayudar ían a realizar
estudios de prevalenc ia de esta enfermedad en regiones de Colombia
donde no existen laborator ios .
De acuerdo con los resultados obtenidos, la técnica de hematoxilina y
eos ina permite observar lesiones anatomopatológicas generales que nos
hacen pensar en una c los tridios is, pero no permiten confirmar el tipo de Clostr idium involucrado tal como lo indicaron Ortiz y Benavides (2002).
La técnica de inmunoperoxidasa indirec ta es tandar izada en este trabajo
permitió no solo dar c laridad de las les iones anatomopatológicas
producidas por C. chauvoei, sino que es una técnica confirmator ia que
identifica específicamente la bacteria por medio de un anticuerpo
monoc lonal de acuerdo con Haines and Clarck (1991) . El uso de este
anticuerpo monoclonal permitió realizar la técnica con per iodos de
incubac ión relativamente cortos (1 hora), lo que permitió que se
presentara muy baja colorac ión de fondo (Background), así mismo el
utilizar un anticuerpo monoclonal como anticuerpo primario le da la
espec ificidad a la prueba ya que solamente fue positiva para C. chauvoei
y no presentó reacc iones cruzadas con otros c lostridium.
El desarrollo de esta técnica utilizando el anticuerpo monoclonal
específico es un buen comienzo para una ser ie de trabajos de
investigac ión en el área de las clostridios is que nos permitirá tener una
idea de la situac ión de estas enfermedades en nuestro país, para toma de
dec isiones que ayuden al control de las mismas.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Este trabajo permite concluir que la técnica de inmunoperox idasa indirecta
es la ideal para el diagnóstico del C. chauvoei debido a que se demostró
su alta sensibilidad, confiabilidad y rapidez; es recomendable para futuras
investigac iones y para su utilización con tejidos de bov inos infectados.
Los cambios patológicos mas importantes se observaron en músculo
estr iado esquelético, y se encontraron alteraciones a partir de las 3 horas
post inoculación que incluyen desde ligero edema hasta gangrena
gaseosa severa que se produce después de las 15 horas , por la acc ión de
las tox inas alfa y gamma, necrotizante e hidrolizante respectivamente que
destruyen la matriz del tejido conectivo.
Esta técnica de inmunoperoxidasa indirecta además de ser confiable, es
rápida y no es costosa, a diferenc ia de otras técnicas para el diagnóstico
de C. chauvoei como la inmunofluorescenc ia directa y PCR.
La utilizac ión de tejidos fijados en formol bufferado al 10%, es una buena
opc ión ya que se pueden env iar muestras desde áreas remotas del país y
también estas muestras pueden ser almacenadas por el tiempo necesario
sin alterar los resultados de la técnica.
De acuerdo con los resultados obtenidos, la técnica de hematoxilina y
eos ina permite observar lesiones anatomopatológicas generales que nos
hacen pensar en una c los tridios is, pero no permiten confirmar el tipo de
Clostr idium involucrado; La técnica de inmunoperoxidasa indirecta
estandarizada en es te trabajo permitió no solo dar clar idad de las lesiones
anatomopatológicas produc idas por C. chauvoei, sino que es una técnica
confirmatoria que identifica específicamente la bacter ia por medio de un
anticuerpo monoc lonal.
Este trabajo es importante como soporte para nuevos es tudios en el área de bacter ias anaerobias en Colombia.
BIBLIOGRAFIA
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www.saludanim al.com
www.misionrg.com
ANEXO No. 1
PREPARACIÓN DE SOLUCIONES
BUFFER FOSFATO SALINO (PBS) 0,01 M pH 7,2
• Disolver una pastilla de PBS ICN (CAT 2810305) en 100 ml de
agua destilada
• 2 gotas NaoH 1 normal x cada 100ml.
• Ajus tar el pH a 7,2
• Completar a volumen final de 100 ml
PEROXIDO DE HIDROGENO AL 3% • 3 ml de H2O2 30% + 27 ml metanol
SUERO FETAL BOVINO
• 47.5 ml H2O ultrapura + 0.05 gr albúmina sér ica bovina + 2.5 ml
suero fetal bovino.