federico schickendantz - un cientifico investigador y vehemente - por sara peña de bascary
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La gravitante personalidad del científico alemán Federico Schickendantz 1837-1896, su llegada a nuestro país, sus acciones de amplio espectro en el Noa y Tucumán son el tema de este trabajo. Sus comienzos como químico en la empresa minera el Pilciao de Lafone y Quevedo y Juan Heller. Docente en Tucumán en el Nacional y Director de la Escuela Agronómica. Fue Director de la Oficina Química Municipal. Sus estudios sobre diversos temas se publicaron en Boletines y Actas de Academias científicas. Fue el maestro de Miguel Lillo, con quien trabajó en la Oficina Química. Se dan a conocer cartas inéditas al sabio tucumano. Datos importantes sobre su vehemente personalidad, accionar y su familia se tomaron de los libros copiadores del Capitán Juan Heller,TRANSCRIPT
FEDERICO SCHICKENDANTZ
UN CIENTÍFICO INVESTIGADOR Y VEHEMENTE
Sara Peña de Bascary
En la segunda mitad del siglo XIX, llegaron al Rio de la Plata
numerosos científicos europeos, especialistas en distintas disciplinas.
Federico Schickendantz
Publicado en Revista Nº 14 de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán – Diciembre 2014
ISSN .0327 - 1560
2 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
Algunos, los llamados naturalistas viajeros, vinieron de paso a
estudiar las riquezas de nuestro suelo, su flora y su fauna. Otros,
arribaron en búsqueda de nuevos horizontes, con el objetivo de
radicarse en la Argentina.
Aquí trabajaron, formaron sus familias, fueron investigadores,
educadores, y brindaron sus conocimientos y experiencias para la
formación de los argentinos. Muchos científicos vinieron a Tucumán
y en esta ciudad dejaron una impronta fundamental para el progreso.
Entre ellos, se destaca la figura del químico alemán Federico
Schickendantz.1
RUMBO AL RIO DE LA PLATA
Federico Schickedantz nació en Landau, ciudad de la Baviera
Renana (El Palatinado), el 15 de febrero de 1837. Hijo de Juan
Federico Schickedantz y de Luisa Guillermina Von Geritchen, de
noble familia. Obtuvo excelente educación en el Instituto Real de
Estudios de Baviera, donde llegó a ser un buen pianista2. Estudió
química en las Universidades de Heidelberg y Münich; discípulo de
Bunsen, era ya en 1860 ayudante, junto al príncipe de Gales, del
profesor Brodie en la Universidad de Oxford. Por ese entonces, la
1 SARA PEÑA DE BASCARY, “El temperamental Federico Schickendantz” en: La Gaceta, Tucumán, Suplemento Literario 18-V-1980. En ese artículo tratamos algunos aspectos de la personalidad del científico. Con los años hemos, adquirido nuevos datos que amplían su biografía y damos a conocer en este trabajo. 2 VICENTE OSVALDO CUTULO: Nuevo diccionario biográfico argentino. Asiento: Federico Schickendantz.
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S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 3
Empresa de Minas de Samuel Lafone y Quevedo3, que explotaba
yacimientos en Catamarca, necesitaba un hábil metalurgo para
mejorar la producción y publicó un aviso a este fin en los diarios de
Inglaterra. El joven Schickendantz, que contaba a la sazón 24 años,
vio el anuncio y se presentó, con una recomendación de su profesor.
Fue aceptado, se firmaron los convenios respectivos y al poco tiempo
se embarcó hacia el Río de la Plata.
No bien llegado a Montevideo, donde estaba la sede del
establecimiento de su empleador, se encontró con el primer escollo:
la empresa Lafone había sufrido un revés financiero y quería
rescindir el contrato pagándole un resarcimiento, ya que no había
ninguna seguridad de poder cumplir lo convenido. No era
Schickendantz hombre de amilanarse: planteó trabajar durante un
año y propuso: “Señor Lafone, en todo caso como me tiene que pagar
mi año de sueldo, permítame que lo gane en su establecimiento y si al
fin de ese tiempo si quería desistir el contrato uno u otro podrá
hacerlo”4. La propuesta fue aceptada y de inmediato Schickendantz
se puso en marcha hacia Catamarca. Atravesando así el país en
épocas de la campaña de Pavón y cayó prisionero de indios ranqueles
aliados del ejército de Derqui. Finalmente llegó a Santa María, por el
fuerte de Andalgalá, cuando la empresa trasladaba el ingenio al lugar
llamado Pilciao.
3 SARA PEÑA DE BASCARY: “Lafone: gentleman, minero, arqueólogo”, en: ibídem 9-I-78. 4 ANÓNIMO. “Federico Schickendantz, homenaje a su memoria”. (U.N.T., Tucumán, 1943).
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4 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
LOS PRIMEROS TIEMPOS EN PILCIAO, CATAMARCA
En 1862 se instaló definitivamente en el Ingenio Pilciao, con los
propietarios de la mina, Samuel Lafone y Quevedo y el marino danés
Juan Heller. Rápidamente demostró el joven químico su capacidad
en metalurgia: gracias a sus ensayos, se pudo abaratar el costo de la
fundición de metales, solucionando en parte el problema de la
empresa.
Fue además el comienzo de una gran amistad entre Lafone,
Heller y Schickendantz. El trío fue puntal en la evolución y el
progreso del distrito minero del Fuerte de Andalgalá, donde se
encontraban los yacimientos5. De entrada Schickendantz buscó una
forma rápida y económica para la fundición así, descubrió un método
ingenioso y sencillo para concentrar el oro, existente en el cobre, de
éxito completo. Este sistema, vigente durante años, fue llamado
“Schickendantz” en su honor.
En los ratos libres, comenzó a diversificar sus investigaciones y a
escribir los resultados, que fueron publicados. Contaba con un
excelente laboratorio en Pilciao. En 1868 dio a conocer un estudio
físico geográfico (Geografische Mitteilungen) en Alemania, en
colaboración con el prestigioso naturalista Germán Burmeister.
Durante el período (1862-1870) de su permanencia en Pilciao, se
dedicó a los estudios de la flora del lugar y a las posibilidades que
5 SARA PEÑA DE BASCARY: “Un marino danés en la aventura del Pilciao” en: La Gaceta,
Suplemento Literario, Tucumán, 22-II-1976
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S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 5
esta prometía. Determinó así los alcaloides que podrían extraerse de
algunas plantas de quebracho blanco. De los estudios que dio a
conocer sobre el tema, surgió la aplicación dada por científicos
franceses, a esos alcaloides, figurando en primer término la
Aspidspermina. “Schickendantz formó un hortus siccus, del que
mandó muchas muestras a los botánicos de Europa y estas le
merecieron el reconocimiento de los hombres más distinguidos en
esta ciencia. Entre otras cosas, remitió colecciones curiosas de cactus
(cardones) y opuncias (pencas) de las que tantas variedades hay en
Catamarca”6. Tenía predilección por la Botánica. Posiblemente por
ello, su prestigioso amigo el Dr. Jorge Hieronymus, le honró
clasificando al rodajillo -arbusto que crece en Chile- como Bulnesia
Schikendantzii y al olivillo de la Rioja, Córdoba y Catamarca- cuyos
frutos producen una tinta morada, y el tronco y hojas una especie de
añil- como Montea Schikendantzii.7 Cabe aclarar que ya antes de
salir de Europa, muy joven, Schickendantz había publicado algunos
estudios, entre ellos uno sobre dosificación del azoe en colaboración
con su maestro, el sabio Bunsen.
EL FUERTE DE ANDALGALÁ, PILCIAO Y LAS IMPRESIONES DE UN VIAJERO
Al margen de la explotación minera, Lafone, Heller y
Schickendantz diversificaron sus actividades ampliamente y
6 SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA, Anales de la... Vol. XLII, pág. 101. (Buenos Aires, agosto
1986). 7 Ibídem.
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6 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
convirtieron a Andalgalá en un pujante centro de progreso agrícola,
industrial y cultural.
Realizaron una hercúlea tarea despertando inquietudes en
hombres de la región. Hicieron traer llamas de Bolivia, para
manufacturar ponchos de vicuña que se hicieron famosos y
codiciados. A este fin encargaron a Inglaterra una máquina industrial
para tejer, que fue la primera de este tipo en el país. Elaboraron
buenos vinos, criaron ganado en las fincas El Carrizal y Las Blancas,
los viñedos proliferaron y el aguardiente catamarqueño se cotizó en
todo el país. Para lograr estas realizaciones, lucharon contra muchos
inconvenientes: entre ellos, el árido clima castigado por el Zonda y la
falta de costumbre de los lugareños de trabajar en forma organizada.
Con estos productos, coparon casi todos los premios de la Exposición
Nacional de Córdoba en 1872. Entre ellos, su medalla de plata por los
ponchos de vicuña.
El Colegio del Fuerte de Andalgalá fue obra, también, de estos
hombres. Allí se impartía una esmeradísima educación, dando
prioridad a las artes y a la música.
Ernest William White, joven naturalista inglés que visitó la
región y en especial Pilciao, en su libro Cameos from the silver land8,
sin traducción al castellano, realiza una descripción que da una idea
cabal de la importancia del establecimiento. El lugar le fascinó,
pasando de asombro en asombro, desde la señorial casona estilo
8 SARA PEÑA DE BASCARY, “Un viajero inglés en Catamarca y Tucumán”, en La Gaceta,
Suplemento Literario, Tucumán, 21-VI-1981. Traducción de la autora.
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S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 7
Tudor que hizo construir Lafone, hasta la amabilidad de los
anfitriones. Pero, de estas sorpresas, la más agradable fue escuchar el
coro de niños nativos dirigidos por Lafone y Quevedo, que le hizo
exclamar: “Yo he escuchado y admirado el canto de nuestras
catedrales en mi patria. Pero nunca escuché tan deliciosa armonía,
perfecta en tono y tiempo, como la que brotaba de esas gargantas
infantiles, medio indias, de Pilciao, sucios pelagatos de 5 a 6 años de
edad que nunca usaron un zapato, cuyos cuerpos se cubrían con
harapientas camisas, mostrando su morena piel a través de los
numerosos girones ondulantes, todos ellos adiestrados para
participar; no solamente interpretaban Mendelsshon, Beethoven y
Mozart, sino que lo hacían a la perfección”9.
AGRADABLES ESPARCIMIENTOS – LA VISITA DE GROUSSAC
No todo fue trabajo y estudios en la vida de Schickendantz,
Lafone y Heller, eran hombres de vasta cultura y muchas
inquietudes. El mejor pasatiempo en las noches catamarqueñas fue el
intercambio de conocimientos, le ejecución de música en un piano
traído especialmente de Alemania. En 1866, Juan Heller escribe a
Lafone y le comenta que “el domingo se han dicho dos misas en esta,
9 Ibídem
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8 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
la última fue de Lugones (sacerdote) con música de piano tocado por
Don Federico – que le parece a Ud”10.
Fueron anfitriones de personajes de predicamento, entre ellos
Paul Groussac, gran amigo de Schickendantz. El francés recordaba
que, cuando estuvo en Catamarca, aceptó la invitación de su amigo y
ex colega de Tucumán Federico Schickendantz de visitarlo en su
arrinconado valle. Escribe Groussac: “Don Federico, era a la sazón
Director Técnico del importante ingenio metalúrgico de Pilciao,
propiedad del estimable americanista D. Samuel Lafone, que fue,
hasta hace poco, digno profesor de esta Facultad y por entonces
también residía en su establecimiento”. Comentaba: “Aunque mis
invitantes me habían mandado su mejor mula de paso, no exagero
diciendo que estas treinta leguas de áspera serranía, entre pedregales
y carrizales, se me hicieron parecidas a sesenta, pero se compensaron
las molestias del viaje, con lo cordial y ameno de la hospitalidad”.
Terminaba: “No temáis que os describa la fundición de cobre, ni
siquiera la espaciosa habitación –mitad estancia, mitad home inglés-
con su patio lleno de plantas, su buena mesa, su biblioteca y sala de
música, donde a la noche, mientras yo en mi rocking chair, recorría
una revista, mis huéspedes, pianistas ambos, tocaban a dos o cuatro
10 ARCHIVO HISTÓRICO DE TUCUMÁN (en adelante AHT). Libro copiador de cartas de Juan Heller, 1862-1870. Perteneció a la Srta. Mercedes Rougés Heller. ACLARACION: Los libros Copiadores del Capitán Juan Heller Johanssen, en poder de sus descendientes Rougés-Heller, han sido nuestra fuente de consulta en distintos trabajos que dimos a conocer sobre Heller, sobre Lafone y Quevedo y sobre Federico Schickendantz. Dos de estos copiadores (que atesoraba Mercedes Rougés Heller) se encuentran actualmente en el Archivo Histórico, donados por Carlos Páez de la Torre (h), a quien su propietaria se los obsequió; los otros (de Emilio y Susana Rougés Heller), que citaremos más adelante, están en poder de la familia. En adelante se citan respectivamente como LJH-I y LJH-II.
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S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 9
manos, algunos andantes de Bach o Beethoven. En esa casa amiga,
isleta de perfecta civilización, entre la más árida rustiquez pasé una
semana agradabilísima”11.
Ocasionalmente alternaban con propietarios de otros
establecimientos y es precisamente en una reunión social don
Federico Schickendantz conocería a quien cambió
fundamentalmente su vida: la encantadora María Josefa [Mariquita]
Díaz de la Peña, sobrina de Don Miguel Díaz de la Peña, diputado al
Congreso en 1818 y 1819 y propietario de la estancia Santa Rita de
Huasán. Rápidamente los jóvenes congeniaron y el casamiento se
realizó en 1865.
LA VISITA DEL INSPECTOR GENERAL DE MINAS
En 1869 el Inspector General de Minas, el británico Mayor F.
Ignacio Rickard, realizó una inspección por distritos mineros de
Argentina. Lógicamente, estuvo en Catamarca, en las minas de
Lafone. En cartas de Juan Heller a don Samuel vemos lo importante
que consideraron esta visita. Schickendantz acompañó al inspector
en el recorrido por los establecimientos mineros de la región. Juan
Heller comentaba a Lafone: “El señor Rickard pasó con D. Federico a
Pipanaco. Estoy convencido que el hombre va muy contento con su
11 PAUL GROUSSAC, Conferencia en la Facultad Filosofía y Letras: “El romanticismo francés”; en: Nosotros, año XIV- Tomo XXXVI, págs. 9-10. (Buenos Aires, 1920) y en RICARDO ROJAS: Historia de la Literatura Argentina. Tomo XIV, p. 229. (Buenos Aires, 1925).
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10 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
visita a Pilciao, lo ha dado a entender en cada momento. Dice que el
año entrante acompañará, como es probable, a Sarmiento en las
visitas a las provincias y hará lo posible para hacerlo pasar por
Pilciao”12. Continuaba su relato: “Don Federico ha tenido que hacer
muchos ensayos para Rickard, de todas las piedras que ha juntado
desde San Juan, ya puede figurarse Ud. que ha sido tarea y que más
de una vez se le ha ido la sangre contra la cabeza, como él dice”13.
Sabido es que Schickendantz tenía un carácter muy especial. A todo
esto su esposa “Mariquita” (María Díaz de la Peña), cuenta Heller, se
encontraba en ese momento en el Fuerte de Andalgalá, pero como
había terminado la Semana Santa “se le acabará el paraíso. También
se va acercando el nº 3”.14 Es que la familia Schickendantz -Díaz de la
Peña aumentaba rápidamente. Tuvieron varios hijos, entre ellos
hemos detectado a: Federico, Eduardo, Pablo y Gustavo15.
El informe Rickard se publicó en 1869. Allí se destaca que “el
sistema de fundición con sus distintas operaciones me fue permitido
estudiar por el Sr. Schickendantz, el inteligente químico metalurgista
del establecimiento”. Describe el inspector minuciosamente con
gráficos y textos el método y concluía: “recién hace dos años que el
Sr. Lafone ha podido aprovechar el valor del oro y puedo decir
también el de la plata presente en el cobre. Antes de adoptar el
12 AHT. LJH-I. Carta a Samuel Lafone. 12. IV. 1869. 13 Ibídem 14 Ibídem 15 Datos proporcionados por Carlos Páez de la Torre (h).
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S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 11
sistema descubierto por el Sr. Schickendantz, de producir bottoms16
la ley de oro no alcanzaba a 3 onzas por tonelada y la de plata, rara
vez pasaba de 120 a 130 onzas. Hoy es distinto”17.
En mayo de 1869, Heller comentaba a Lafone que “Don Federico
le había hablado para continuar con su contrato por dos años
después del 1º de enero de 1870. Que pretendía 3000 pesos, a lo que
le respondió que creía les parecería mucho en Montevideo y que se
enojó mucho, pero que después se convenció que estaba bien y
convino quedarse dos años más”.18 Además, en la misma misiva, le
decía: “Don Federico se lució con la producción de cobre”19. En abril,
habían alcanzado 1000 quintales de cobre, y en mayo estaban en
plena fundición y esperaban alcanzar 1100 quintales.
El inquieto Schickendantz, por esa época, interesaba a Heller
sobre el beneficio del plomo y bronces amarillos, y decía “que es
probable que escriba sobre el particular”. Heller le contestó que no
estaba demás que estudiara la cuestión, pero que por el momento no
podían encarar el gasto que eso representaba, Concluía Heller: “Don
Federico es muy amigo de sacar cuentas alegres”.20
16 Nombre en inglés que se daba a las barras de cobre. 17 F. IGNACIO RICKARD; Informe sobre los distritos minerales, minas y establecimientos de la República Argentina en 1868-1869.Presentado al Gobierno Nacional por el Mayor F. Ignacio Rickard. F.G.S. Miembro de la Sociedad de Geografía y Geología de Inglaterra -Inspector General de Minas. (Buenos Aires, 1869) Pág. 126. 18 Heller a Lafone 17 de mayo de 1869 fs. 189 a 192.AHT, en LJH-I. 19 Ibídem. 20 Heller a Lafone, junio 19 a 21 de 1869, fs. 234 a 239, en: ibídem.
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12 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
TUCUMÁN: ENTRE EL NACIONAL Y LA ESCUELA AGRONÓMICA
Por aquel tiempo, Schickendantz sufría los trastornos de una
dispepsia que posiblemente aumentó la acritud de su temperamento:
ese carácter que le traía no pocos problemas. Pensando, tal vez, que
el clima podría ser dañino a su salud, comenzó a estudiar la
posibilidad de establecerse en Tucumán, aunque eso no significaría la
desvinculación de Pilciao, ya que Lafone y Heller contarían con el
resultado de sus ensayos químicos. En 1870 toma la decisión y se
traslada a Tucumán. Comienza a ejercer la docencia en el Colegio
Nacional como profesor de Física y Química. Conoce allí a su
discípulo predilecto, que años más tarde sería el encargado de dar
continuidad a su obra: el joven Miguel Lillo, como veremos más
adelante.
En 1871, es designado director de la Escuela Agronómica creada
en Tucumán por iniciativa del presidente Domingo Faustino
Sarmiento y su ministro Nicolás del Nacional. Fue este
nombramiento un gran honor para Schickendantz, ya que en la
designación se le llamó sabio alemán21.
Es en esa época que se acrecienta la intemperancia de su
carácter. Estallan graves desinteligencias con el rector del Colegio
don José Posse, que igualaba a don Federico en el carácter
endiablado. El enfrentamiento dio como resultado la renuncia de
Schickendantz a la cátedra y, consecuentemente, también a la
21
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA Argentina, pág. 102. (Buenos Aires, 1896). Pág. 102.
96
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 13
dirección de la Escuela Agronómica. Paul Groussac, en un artículo de
La Razón de marzo de 1874, también en polémica con Posse,
menciona el hecho: “En vano presencié la destitución inmoral y
funesta de mi noble amigo Federico Schickendantz que traté de
impedir con el Dr. Bruland, como si el lenguaje de la magnanimidad
pudiera despertar eco en un pecho secado por la bilis y la intriga. Por
más que las pruebas se acumulaban, quedaba yo ciego y sordo, no
quería entender estas palabras que me escribía Schickendantz como
sabio vaticinio y que transcribo textualmente para mayor evidencia:
Although I should scold you for your attachment to Posse, the most
vile of all tucumanos, and whom you should rather beg for be your
enemy, in orden to save your dignity22. Sucedió a Schickendantz,
como director de la Escuela Agronómica, el pintoresco ingeniero
español Juan de Cominges. Acotamos como hecho significativo que a
poco andar renunció, como su antecesor, por desinteligencias con
Posse. La circunstancia se repetiría con Paul Groussac en el Colegio
Nacional.
REGRESO A PILCIAO
En enero de 1872, Schickendantz acompañó a Pilciao en gira
científica, al geólogo Stelzner y al botánico Hieronymus y se
comprometió con don Juan Heller a realizar análisis de metales
22
En; La Razón, Tucumán, 18.III. 1874. Traducción: Aunque debería recriminarle su afecto a Posse, el más vil de todos los tucumanos, y de quien usted debería más bien rogar que sea su enemigo, en orden de salvar su dignidad.
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14 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
desde octubre de ese año. Posiblemente, este viaje animó a
Schickendantz a adelantar su regreso a Pilciao, ya que el 14 de mayo
Heller le escribía: “…Augier me dio su mensaje que con mucho gusto
fue recibido por todos sus amigos del Fuerte. No le escribí pues en
esos días estaba con Don Samuel aprontándose para el viaje y que
carta mejor. No dudo haya hablado detenidamente sobre todo y
puesto en la balanza Tucumán y el Fuerte. Don Samuel sabrá para
qué lado se ha inclinado, espero el último. Entiendo que usted
renunció a su empleo.” 23
En los comienzos de esta nueva etapa en Pilciao, Schickendantz
estuvo muy deprimido. La amargura que le causó el alejamiento del
Colegio Nacional perduraría por mucho tiempo. Heller comentaba
asiduamente a Lafone los altibajos que este sufría, y que se
acrecentaban por la ausencia de Mariquita, que no pudo
acompañarle inmediatamente. Por otra parte, surge del epistolario
Heller–Lafone, que su esposa no estaba muy conforme con el regreso
a Catamarca.
En julio de ese año, Heller decía a su socio: “No es Don
Federico el descontento sino la comadre Marica que ha hablado en
reserva. Hay que conceder ese aumento ya que Don Federico hoy en
día nos hace más falta que nunca, si él no hubiera vuelto a Pilciao o
no hubiésemos sabido la ley de plata que ahora tiene la mina y tal vez
la hubiéramos botado por inservible”. Como comentario al margen,
23Juan Heller a Federico Schickendantz, 14 de mayo de 1872. En: LJH-II, Cfr. SARA PEÑA DE
BASCARY, “El temperamental Federico…”, cit.
98
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 15
terminaba la carta: “Dona Marica ha tenido una chancleta, cosa
inservible como incómoda”24. En Octubre se presentó otro problema.
Evidentemente, Mariquita presionaba a Schickendantz para alejarse
de Pilciao. Decía Heller a Lafone: “No comprendo como don Federico
piensa conseguir una colocación en Catamarca, realmente debe estar
loco, casi creo que Usted debe estar mal informado. No sea que la
Marica que habiendo tomado el gusto a la vida en Tucumán, trata de
sacar a Don Federico de Pilciao”25.
En marzo de 1874, Heller comentaba a Lafone sobre D.
Federico: “su genio que nada le favorece y le causa muchas
amarguras”26. En una oportunidad, le aconsejaría: “Mi querido
amigo, sea usted un poco más tolerante y sin duda será más feliz”27.
En diciembre de 1874, se percibe que Schickendantz ya había
superado el problema, reapareciendo su inquietud por la
investigación. Heller decía a Lafone: “Que a más de sus trabajos
preparatorios para esta oficina se ocupará con estudios para
facilitarle una nueva carrera. ¿Cuál será? ¿En que estará pensando
ahora?”28. El tiempo fue paliando los problemas anímicos de don
Federico. El apoyo de estos amigos, con preocupación y consejos, fue
fundamental para la recuperación.
24Juan Heller a Samuel Lafone Quevedo, julio de 1872. En: ibídem, Cfr. Ibídem. “Chancleta” era la denominación despectiva de las hijas mujeres. 25 Juan Heller a Lafone Quevedo. Octubre de 1872. En: ibídem, Cfr. Ibídem. 26 Juan Heller a Lafone Quevedo. Marzo 10 de1874. En: ibídem, Cfr. Ibídem. 27 Juan Heller a Schickendantz. Agosto 23de 1874. En: ibídem, Cfr. Ibídem. 28 Juan Heller a Lafone Quevedo. Noviembre 27de 1874. En: ibídem, Cfr. Ibídem.
99
16 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
Cabe destacar que, en esa época Heller y Lafone estaban abocados
a la puesta en marcha del ingenio azucarero, La Trinidad, en
Tucumán. Y de no ser por los denodados esfuerzos de Schickendantz,
designado administrador, por sacar adelante la mina, esta hubiese
sucumbido en 1872. Se dedicó, además a dar impulso a los viñedos
del Fuerte de Andalgalá, y la empresa incrementó sus ingresos con la
venta de sus excelentes vinos.
Schickendantz se preocupaba por Catamarca. En un artículo
publicado en 1874 en La Plata Monatsschrift: “Un viaje al cerro", se
refiere críticamente a la enseñanza superior de esa provincia.
Finalizaba su escrito diciendo:
"Debería cumplir aquí mi promesa, hecha en el principio de este
artículo, de hablar sobre los obstáculos que se oponen a un desarrollo
sano de esta tierra…” “Estos obstáculos no desaparecerán antes de que
se introduzca una reforma completa en la enseñanza superior.”… “Allá
donde las ciencias naturales están consideradas como un interesante
pasatiempo con extraños juguetes y no como la fuente de
conocimiento de todas las cosas perceptibles del mundo y,
especialmente, del hombre y su posición en el mismo...” “Pero Roma
no se hizo en un día y se necesitará tiempo para introducir un nuevo
sistema. Y una vez hecho esto, desaparecerán todos estos obstáculos y
el limpio cielo de Catamarca cubrirá con su bóveda a un pueblo
trabajador y contento; se aprovechará hasta la última gota de agua,
con que la naturaleza ha dotado tan mezquinamente a esta tierra, en la
seguridad de que ninguna triquiñuela de abogado, ninguna
corruptibilidad sin castigo, pueda defraudar a los propietarios en sus
100
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 17
derechos. Entonces florecerán la viticultura y la minería, sin necesidad
de temer que algún proceso fraudulento devore las fatigas de veinte
años de trabajo”29.
EL INVESTIGADOR
Schickendantz fue esencialmente un investigador, minucioso y
perseverante. Sus indagaciones dieron importantes resultados e
inició la publicación de los mismos. Sus Datos de la empresa de
minas del Señor Lafone, remitido a la Exposición de Paris, mereció
un premio del jurado en 1874. Publicó además estudios sobre
minería, formación de salinas, sulfatos naturales, botánica,
Industrias actuales y del porvenir en Catamarca (1875) y tratados
de agricultura, dados a conocer en: Boletín del Departamento de
Agricultura de la Nación, Boletín de la Academia de Ciencias de
Córdoba, Actas de la Academia Nacional de Ciencias y en La Plata
Monatscrift. En 1874. Fue designado Miembro Corresponsal de la
Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, a propuesta de
Burmeister que incluía, además, a Francisco P. Moreno, Carlos Berg,
Francisco San Román, Juan D. F. Seecamp y Juan J. J. Kyle30.
En 1881 la minería llegó a su ocaso. Nuevas industrias se
perfilaron como de mayor porvenir y Schickendantz buscó otros
horizontes. Ese año fue designado rector del Colegio Nacional de
29
FEDERICO SCHICKENDANTZ; “La personalidad de los argentinos – Juicio crítico de un minero alemán”; En: Norte geológico, Nº 8. (Tucumán, oct. 1977). 30 BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CÓRDOBA, (Córdoba, 1874) págs. 78 y 79.
101
18 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
Catamarca. No se limitó allí a las tareas docentes: realizó un
completo estudio sobre las industrias de la zona, en colaboración con
don Samuel Lafone y Quevedo, que publicó la imprenta oficial. Pero
el destino quiso que fuese agraviado. El Gobierno, en 1883, “le quitó
el rectorado sin consultarle, aunque confiándole cátedras muy
importantes y mejorándole el sueldo”31. Reaccionó violentamente con
la renuncia y, recordando el ofrecimiento de su amigo Juan Heller,
regresó a Tucumán a trabajar en el Ingenio Trinidad. De esa
experiencia surgieron sus valiosos escritos sobre la industria
azucarera.
REGRESO A TUCUMÁN
Don Federico se relacionó con Inocencio Liberani, a quien conoció
en los tiempos del Nacional y se dispuso a colaborar en el proyecto de
confección de una nueva “Memoria Descriptiva de Tucumán”. El 30
de abril de 1888, se dirigió al ingeniero geógrafo Antonio M. Correa,
"para solicitar su colaboración en la Memoria Descriptiva de esta
Provincia"32 que proyectaba Liberani. Años después, en 1891,
integraron ambos una comisión gubernamental, para evaluar una
plantación de cafetales en Lules de Ezequiel Bravo Bazán. La
calificaron “digna de todo encomio”, y entendían que Bravo Bazán
31 ANÓNIMO, cit. pág. 13 32 SARA PEÑA DE BASCARY; “Inocencio Liberani”, en: Revista Junta de Estudios Históricos de Tucumán, Nº 13, pág. 138. (Tucumán, 2013); citado de: CARLOS PÁEZ DE LA TORRE (H); “Otra memoria sobre Tucumán”, en: “Apenas Ayer”, La Gaceta, Tucumán, 17.III.2011
102
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 19
“era acreedor a la consideración de sus conciudadanos, por el noble
ejemplo que ha dado”.33
Schickendantz se preocupó por las aguas servidas y vinazas de
los ingenios. En 1888, informaba al Gobierno, como Director de la
Oficina Química Municipal, que su derrame en los arroyos y acequias
era un verdadero peligro para la salud. Afirmaba que se podía
neutralizar el daño por medio de “la cal quemada” y utilizar después
esa agua para regar cañaverales. A este fin los ingenios debían tener
dos depósitos para hacer el tratamiento, propuesta que explicaba
minuciosamente. A su juicio, así “se libraría a la población de focos
infecciosos y se conservaría pura el agua de ríos y arroyos, se
impediría el exterminio de peces” y "se devolvería a los terrenos los
elementos de fertilidad; y, más aún, se aumentaría ésta en alto
grado".34
LA SOCIEDAD CIENTÍFICA
Hacia 1884, hubo un proyecto para fundar una “Sociedad
Científica” en Tucumán. La opinión de Schickendantz al respecto, fue
enviada quien impulsaba la iniciativa, el Dr. Ignacio Colombres, y se
publicó en el diario El Orden el 17 de julio de 1884. Decía que
encontraba positiva la idea, con algunas recomendaciones: "importa
33 Ibídem, pág. 139. 34 FEDERICO SCHICKENDANTZ, Informe al Gobierno de la Provincia 20-VIII-1888, publicado en la "Memoria Municipal", Tucumán, 1889. Cfr. CARLOS PÁEZ DE LA TORRE (H), “Apenas Ayer” en: La Gaceta, Tucumán, 15-IX-2002
103
20 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
que sus miembros se contenten con el modesto rol de simples
obreros, y no pretendan ser arquitectos en la construcción del
edificio científico". Expresaba que "su tarea debe consistir en
reconocer el carácter geológico del país, reuniendo, en excursiones
emprendidas por diferentes miembros, muestras de rocas y metales;
formar un inventario de toda la flora y una colección completa de
toda la fauna de esta provincia; explorar las moradas de los antiguos
y buscar y conservar sus artefactos, etcétera". Acotaba que, "acopiado
el material, no tardarán en afluir los hombres versados en
investigaciones científicas, y recién los estudios de estos serán
beneficiosos para la ciencia". Agregaba Schickendantz que "hay que
precaverse contra la manía de presentar al público cuanta cosa
insignificante, cuanta teoría extravagante, se le ocurra a uno u otros
miembros". Los trabajos "orgánicos y de mérito" siempre tendrían
lugar en las revistas de la Academia de Córdoba, la Sociedad
Científica o el Círculo Médico. "Y así como hay muchos que, por una
debilidad harto común, se mueren por ver su nombre estampado en
un periódico, no importa cuál, así también abundan los que gustan
hacer que les oigan hablar. Para una Sociedad seria, no hay peste
peor que los ?hableros? [Sic]. Las ciencias buscan la verdad; no son
pues tema para declaraciones fútiles y para farsas médicas.”35
35 CARLOS PÁEZ DE LA TORRE (H); “El rol de la ciencia”, “Apenas Ayer”, en La Gaceta,
Tucumán, 15.IX.2002
104
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 21
HALLAZGO DE MINAS DE SULFATO DE SODIO
En setiembre de 1885, Schickendantz expuso al Gobierno que
había encontrado "en la banda norte del río Vipos, una mina de
sulfato de sodio" y pedía que se le concediera el derecho de
explotarla. La solicitud pasó a dictamen del fiscal de Estado, quien
opinó que no estaba sancionado todavía el Código de Minería, por lo
que eran aplicables el Estatuto de Hacienda de 1853 y
subsidiariamente las Ordenanzas de México. Como el Estatuto
llamaba mina "a todo yacimiento de sustancias minerales o
reducibles a metal", el ácido sulfúrico estaba comprendido, por lo
que correspondía dar la concesión a Schickendantz. Este debía
extender su labor, "desde 200 varas desde el punto señalado como el
arranque de la mina y en la dirección que lleve su veta", bajo el
deslinde y amojonamiento que practicaría el Departamento
Topográfico. Era necesario, además, iniciar los trabajos en un plazo
de 90 días, bajo pena de perder la concesión, y pagar una patente de
20 pesos. En enero de 1886, Schickendantz pidió prórroga.
Argumentó que previo a explotar la mina, necesitaba "conocer la
opinión de una autoridad científica sobre la misma, y habiendo sido
imposible al doctor Brackebusch, venir a esta ciudad antes de pocos
días, necesitaba que el plazo se extendiera por tres meses más”. El
Gobierno autorizó la prórroga, pero el expediente se detiene allí. No
105
22 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
se sabe si Brackebusch llegó a dictaminar sobre el yacimiento de
Schickendantz.36
MINERÍA EN TUCUMÁN - UNA POLÉMICA.
Don Federico, en febrero de 1891, publicó una carta en el diario
La Unión, dirigida al jefe de la Oficina de Estadística de la Provincia.
Expresaba que, con motivo de la última Exposición de París, la
Dirección Nacional de Minas le había remitido varias planillas con
preguntas sobre existencia de minas y naturaleza de metales
explotables en Tucumán. Como presidente entonces de la Comisión
Auxiliar local de la muestra, Schickendantz contestaba:
“que no se conocían en esta provincia vetas de metal, exceptuando
una de cobre que se supone existe en el departamento de Trancas".
Ahora, en la "Memoria general" que acaba de editar el ingeniero Henry
D. Hoskold, encontraba "la noticia de que una persona que estuvo en
Tucumán el año pasado, dice haber descubierto una mina de ¿Telurio
con oro?”. Apuntaba: “no debe ser un cualquiera quien puede haber
hecho la clasificación de semejante mineral, y hubiera convenido que
el señor Hoskold publicase el nombre de aquella persona. Pero me
permito decir, señor director, que esto del ¿Telurio con oro? es, en mi
concepto, una patraña tan grande como la del ¿Seleniuro de plata? que
el señor Seleniche dice haber descubierto en las minas de oro de
Romay". Advertía: “que no podía darse ningún valor a la "Memoria"
36
Ibídem; “Mina de sulfato de sodio”, en: “Apenas Ayer”, La Gaceta, Tucumán, 17-IV-2009.
106
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 23
sobre yacimientos tucumanos que se publicó con motivo de la
Exposición de Filadelfia, ya que "se reduce a una simple enumeración
de minerales, copiada de un texto cualquiera de Mineralogía".
Schickendantz terminaba afirmando: "no hay duda de que se
encontrarán minerales explotables, tanto en la sierra del Aconquija
como en la de La Candelaria; pero, por lo pronto, tienen los
tucumanos que ocuparse con mayor provecho en industrias
agrícolas"37.
LA OFICINA QUÍMICA MUNICIPAL MIGUEL LILLO, EL DISCÍPULO
Una de las obras más destacables de Schickendantz, es haber
contribuido a la formación del científico Miguel Lillo, posibilitando
así la continuidad del estudio de las Ciencias Naturales en Tucumán.
Como ya vimos, se conocieron en el Colegio Nacional. El discípulo
colaboró con el maestro. En carta a Ignacio Colombres, decía
Schickendantz que él era “únicamente un botánico aficionado”; sobre
las especies que había incorporado al Herbario (catálogo que
adjuntaba de 210 especímenes), aclaraba “debo los nombres de
algunas a don Miguel Lillo quien tiene un raro conocimiento de la
flora tucumana y a quien quedo muy agradecido por la ayuda.38.
El mismo Lillo aseveraba, en una carta de autobiografía, que
fue su discípulo: “Con Schickendantz mis estudios tomaron mayor
vuelo”. Recordaba, además, que "en 1885 fui nombrado ayudante de
37 Ibídem; “Minería en Tucumán”, “Apenas Ayer”, en: La Gaceta, Tucumán, 28-VIII-.2002 38 SARA PEÑA DE BASCARY; “Naturalistas en Tucumán”, Todo es Historia, Nº 104, Buenos Aires, 1976.
107
24 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
la Oficina Química Provincial, en 1889 pasé a subdirector y en 1892 a
Director hasta la fecha. Esta oficina fue fundada por el reputado
químico Federico Schickendantz a quien debo la iniciación en esta
ciencia (Química)"39.
En 1884, durante el gobierno de Santiago Gallo, se había
creado la Oficina Química Municipal y se designó Jefe a Don
Federico. El Orden del 6 de febrero de 1885, anunciaba: “El Señor
Schickendantz. Jefe de la Oficina Química Municipal, acompañado
de su ayudante Miguel Lillo, se ocupa de instalar la oficina en el local
de la Municipalidad. En los primeros días de la semana entrante
comenzara a prestar servicios por el bien del público y el mal de los
falsificadores de bebidas y sustancias alimenticias. ¡¡ Ojo, mucho
OJO!! Expendedores de cosas no puras!!!40
En un informe al Intendente doctor Pedro Ruiz de Huidobro,
del 1º de marzo de 1886, dice Schickendantz: “La Oficina Química,
creada el 10 de noviembre de 1884. Instalóse recién el 5 febrero de
1885, con el nombramiento del que tiene el honor de firmar el
presente informe”41. El mentado informe es completísimo y se
refiere a todo lo actuado en un año de gestión. Decía que su primer
cuidado fue el traslado al edificio de la Municipalidad, de los
aparatos y reactivos que se adquirieron en Francia y que gracias a la
generosidad de los concejales le concedieron $1.600 en oro para
39 Ibídem 40 El Orden; Tucumán, 6 de febrero de 1885. 41 DIGESTO MUNICIPAL DE TUCUMÁN; Tomo II, pág. 90. (Tucumán, 1924).
108
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 25
comprar un laboratorio en Alemania, el que a la fecha ya estaba en el
Puerto de Rosario42.
La obra que don Federico realizó allí fue notable. Organizó la
Oficina Química Municipal, reglamentó su funcionamiento
minuciosamente43, equipó los laboratorios y benefició, con sus
análisis de aguas, bebidas y alimentos, la salud de la población. Llevó
a cabo numerosos estudios sobre salinas, abonos, azúcares,
minerales y alcaloides. Elevó completos informes sobre el resultado
de sus investigaciones y publicó continuamente, en diarios locales,
ilustrativos artículos sobre los temas que le atrajeron. Finalmente,
creó los Anales de la Oficina Química. Fue esta una etapa muy
productiva que aportó efectivos logros al progreso de la ciudad y de la
provincia.
En junio de 1885, eleva al Intendente, Ruiz Huidobro, un
detallado informe sobre el agua de las vertientes de San Javier. Las
encontró de gran pureza, con sales de magnesio, no excesivas, y que
eran saludables. Decía “que se presentaba un problema interesante:
el naturalista Grange atribuía el coto al uso de agua que contenía
sales de magnesio, opinión impugnada por Chatin. Sería realmente
una calamidad si la conducción del agua de San Javier a este lugar
diese lugar al desarrollo del “conocido adorno”, con todas las
42 Ibídem, pág. 91. 43
Ibídem, pág. 260. Reglamento de la Oficina Química Municipal
109
26 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
consecuencias morales e intelectuales. Este es un asunto que
incumbe al Tribunal de Medicina de pronunciarse, no a mi” 44
En abril de 1887 dirige al Ministro de Gobierno, Dr. Ignacio
Colombres, un “Informe Geológico”. En el mismo, muy detallado, se
refiere a las riquezas de nuestro suelo que estaban aún sin explotar,
porque faltaban investigaciones para hacerlas conocer. Se refería a
reino vegetal y a la mineralogía. Aconsejaba al Gobierno se hicieran
exploraciones prolijas de nuestras serranías para poner a disposición
de la Oficina Química las muestras vegetales y minerales para un
examen químico. Decía que “tales muestras formarían, la base de un
museo provincial, al cual se incorporarían también cuantos objetos
se encontrasen de los antiguos moradores del país” 45.Solicitaba,
además, un subsidio de $ 2.000 para el laboratorio.
Al iniciarse la gran epidemia del cólera, El Orden del 9 de
noviembre de 1886, informaba que se había decidido ampliar, con
nuevos miembros, el Tribunal de Medicina. Quedaba constituido por
Dr. Tiburcio Padilla, Juan Mendilaharzu, Víctor Bruland, Pedro
Catalán (miembro del consejo deliberante), Manuel Esteves, David
Posse, Luis de la Peña, Eliseo Cantón, Vicente García, Francisco
Mendioroz (médico municipal), Federico Schikendantz (Jefe de la
44 COMPILACIÓN ORDENADA DE LEYES DECRETOS Y MENSAJES DE LA PROVINCIA DE TUCUMÁN, vol. XI (1885-1886). Págs. 163-165. Tucumán, 1918.”Coto” es la denominación vulgar del bocio. 45 Ibídem; Vol. XII, (1887), Págs. 591-592. Tucumán, 1918.
110
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 27
oficina Química Municipal) y el Dr. Benjamín Matienzo (secretario
de la intendencia)46.
Por esa época entusiasmó a su colaborador Miguel Lillo, a
realizar un viaje a Europa con el fin de perfeccionarse y adquirir la
experiencia necesaria para definir su vocación. Al regreso, manifestó
Lillo: “Mi resolución está tomada, mi vocación son las Ciencias
Naturales y entre ellas la Botánica”47.
En los Anales de la Sociedad Científica Argentina de 1887, se
publica el trabajo de Don Federico, Estudios Enológicos, en que se
ocupa del análisis de los vinos que se bebían en Tucumán. Entre las
varias críticas que hacía, concluía enfáticamente: “No es pues más
que el lucro lo que causa la rebaja del extracto en los vinos del país
con gran detrimento de la moral pública y del bolsillo del
consumidor. No vaciló en declarar como fraude infame el librar al
comercio un vino con solamente 16 grados de extracto como se me
presentó uno de Mendoza.”
También, en ese mismo número de los Anales, se publicó un
trabajo de Schickendantz en colaboración con Miguel Lillo:
Determinación de la Glucosa en los vinos y en los productos de la
Industria Azucarera48
46 CYNTHIA FOLQUER;”Cólera morbus” y cólera divina. Miedo a la muerte e imaginario
religioso en Tucumán argentina a fines del siglo XIX”, en: Boletín Americanista (Barcelona,
2011) pág. 85. 47
SARA PEÑA DE BASCARY; “Naturalistas en Tucumán”. cit. 48 SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA, cit; vol. XXIII, Buenos Aires, 1887
111
28 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
SU ÚLTIMA POLÉMICA SE ALEJA DE TUCUMÁN
En 1892, don Federico tuvo un grave problema en la Oficina
Química. La rigidez de su carácter le llevó a enfrentarse con las
autoridades provinciales. Sucedió que se negó a realizar unos análisis
de vinos del modo que la firma Rimbaut lo exigía, con una etiqueta
que indicara un producto importado, que no correspondía al
contenido. La negativa motivó una serie de trámites que la
burocracia dilató en forma desmedida, interviniendo fiscales,
ministros y el Consejo de Higiene. Schickendantz no depuso su
actitud y como corolario presentó su renuncia al ministro:
“Cuando hace pocos días tuve el honor de hablar con S. S. sobre mi
renuncia aproveché la circunstancia para manifestarle con toda
franqueza lo que pienso yo acerca del dictamen fiscal recaído en el
asunto Rimbaud, como también acerca de la disposición de S. S. y del
Consejo de Higiene de sellar artículos que siempre han sido
rechazados por esta oficina como falsificados y no tengo reparos en
repetir que, en mi concepto ningún artículo del Reglamento de esa
oficina o del Decreto del Gobierno de la Provincia puede ser alterado
por una nota de S. S. o del Consejo de Higiene” 49 .
Adjuntaba la reiteración de la renuncia, muy escueta y dura
que, como es de imaginar, fue aceptada de inmediato. Una vez más
49
COMPILACIÓN, cit. vol. XIV, pág. 268. (Tucumán, 1918).
112
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 29
puso de manifiesto su actitud de polemista y la franqueza con que
emitía sus opiniones. Muy pocos comprendieron que tras el hosco
carácter y la dureza de procedimiento, Schickedantz buscó por sobre
todo cumplir inflexiblemente con su deber. Este episodio motivó su
alejamiento definitivo de Tucumán. Se trasladó a Buenos Aires a
ejercer la docencia en el Colegio Nacional.
Heller y Lafone, en esta época, estuvieron preocupados por los
problemas de su amigo. En cartas de don Juan a don Samuel se
comprueba esto. El 15 de Noviembre de 1891: “A Schickendantz y
Marica no los he visto después de su ida a Buenos Aires.”50 El 29 de
enero: “Hace tiempo que no he visto a Don Federico, este pobre
hombre está muy aburrido aquí, no tiene genio para llevarse bien.
Habla de ir a Buenos Aires una vez que los hijos acaben de colocarse
allí. Tiene la suerte que los hijos se portan bien, principalmente
Eduardo que parece adelantará pronto”51. El 17 de junio, nuevamente
Heller le comenta a Lafone: “Don Federico aún sin poder arreglar su
nueva ocupación y mucho me temo se quedara sin nada”52 . Por
último, el 18 de setiembre del 92 dice: “El sábado pasado se marchó
don Federico con toda su familia a Buenos Aires”53.
50 Heller a Lafone, en AHT, fs. 159 51 Ibídem. fs.190 52 Ibídem. fs. 273 53 Ibídem. fs. 320
113
30 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
CARTAS DE SCHICKENDANTZ A MIGUEL LILLO
Se conservan, algunas cartas, inéditas, de Federico
Schickendantz al Dr. Miguel Lillo, en las que se aprecia una faceta
muy importante de su personalidad. Hablamos del afecto, el respeto,
y los temas que tenían en común, especialmente los relacionados a la
Oficina Química y a la Botánica.54. Las damos a conocer, en la certeza
que ilustran sobre la amistad del científico alemán con el sabio
tucumano que, perduró inclusive cuando Schickendantz ya había
dejado Tucumán para siempre. Las misivas son muy interesantes, y
además, reveladoras de que no siempre tenía mal carácter.
Nº 1 (Nota sin lugar y fecha, posiblemente desde Tucumán)
Señor Don Miguel Lillo:
Sírvase Ud mandar diluir 4 de las bordelesas de bisulfito de cal de
modo que resulten 16 bordelesas de diluido. Dos de estas se llevaran al
matadero para desinfectar el agua según la manera por mi indicada,
una a la casa de aislamiento. Suyo Federico Schickedantz.
Nº 2
(Nota sin lugar y fecha; por el tenor de la misma, es desde Tucumán)
Señor D. Miguel Lillo
Hotel de París. Buenos Aires
54 Las cartas de Federico Schickendantz a Miguel Lillo, se conservan en el Archivo del Centro Cultural “Alberto Rougés” de la Fundación Miguel Lillo. Transcripción de la Lic. Sara G. Amenta.
114
114
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 31
Muy estimado Don Miguel:
Preocupado como estaba yo en consecuencia de ciertas historias que
Ud. conocerá a su regreso, no contesté su carta del 24 de febrero pero
le mandé mensaje con Eduardo, quien llegó a esa el sábado pasado.
Hoy llegó su carta dirigida a Santiago, a la que contesto como sigue:
Aun no se ha aprobado el presupuesto de la Provincia: el P.E. ha
puesto en vigencia el del año pasado, pero recién ahora [hará] dos
días. Hemos presentado las planillas para enero y febrero las que
espero serán pagadas hoy o mañana: acto continuo les mandaremos
los $100 y entregaremos el saldo a su tía. Hemos recibido, ha como 15
días, 450$, valor de un vale, que apenas alcanzó a nuestros más
apremiantes apuros; no más habíamos acordado de Ud. por creerle
muy platudo. Quinteros se fue anoche a Córdoba, pero creo que pasará
a esa, en cuyo caso conviene que Ud. lo visite. Con muchos deseos de
verle a Ud de vuelta quedo su afmo. Federico Schickendantz.
Nº 3
Noviembre 4 de 1892
Señor Miguel Lillo
Tucumán
Estimado Don Miguel:
En este momento -4 ½ pm – acabo de recibir su carta de 16 de
septiembre, que parece haber demasiado en esa administración. Si
bien me acuerdo he escrito todo lo que Ud. menciona en la citada;
reciba Ud mis aprecios. Agradézcale no menos la promesa de
enviarme a su debido tiempo los helechos, que mi hijo Federico me
había solicitado para un señor Pardo. Nada hay que hacer con la
oxiacantina desde que Schmidt en Marburgo ha publicado en el
“Archiv. fico Phrmaciae”, con sus discípulos, una larga serie de
115
115
32 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
investigaciones sobre Benberina alchaloide entre las cuales figura
también las O. Grandemente aburrido estoy para mi ociosidad forzosa,
porque las pocas horas que paso diariamente en la oficina son más
bien horas de charla que de trabajo. Consérvese Ud bueno y reciba los
recuerdos de su afmo. Federico Schickendantz”
Nº 4
Buenos Aires, 21 de noviembre de 1892
Señor Miguel Lillo
Tucumán
Estimado Don Miguel:
El señor Jaime Cibils ha traído últimamente de Mato – grosso una
bolsa de hojas de “coca del monte”, que supongo es Erythroxylum
microphyllum. Pensamos, Arata y yo, estudiarlo, pero sería
interesante someter al examen también las especies que hay en esa (E.
areolatum y E. Pelleterianum). Le quedaría muy agradecido si
pudiera favorecerme con la remisión de (resp.) una bolsa de hojas,
tanto de las dos especies, como también de la E. microphyllum, si
existe en esa flete y gastos de recolección quedarían a cargo del
suscrito. Acuso recibo de su última y le saluda su afmo. Federico
Schickendantz
Nº 5
Buenos Aires, 12 de diciembre de 1892
Señor Miguel Lillo
Tucumán
Estimado Don Miguel:
116
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 33
Pablo me trajo su mensaje de Ud; que una vez terminadas sus tareas
en el Colegio, se iría a los cerros y se ocuparía entonces en recoger las
diferentes especies de Erythr. Vengo ahora con otra pretensión: En
caso de no continuar Ud la investigación de la Baccaria, sírvase
hacérmelo saber, para que yo en sociedad con Arata me ocupe de
dicha planta. Me daría entonces una noticia sobre los resultados por
Ud obtenidos, los que será publicada una vez terminado nuestro
trabajo. Quedo su siempre afmo. amigo. Federico Schickendantz
P.D. Sírvase darme el nombre de la especie de Ruprechlia que crece en
las Lomas de Alurralde.
Nº 6
Buenos Aires, 30 de enero de 1893
Señor Miguel Lillo
Tucumán
Estimado Don Miguel:
El sábado próximo pasado llegó su carta del 26 del presente; ayer me
entregaron la bolsa con chuscho, y esta mañana recibí su última del
27. Contestando primero esta última doy a Ud muchas gracias por la
remisión de la planta, sintiendo a la vez que sus encargados no hayan
podido dar con la coca del Monte. En cuanto a la Vierteljahrsschrift
poseo un solo número – 2tes Heft del año 1892 – que está con hoja y
que se lo mandaré con don Carlos Lowhenhard. Contestaré su carta
del 26 avisándole que he hablado hoy con Arata y Nelson sobre el vino
de Grandval. Arata no tiene nada que observar en el vino Nº 1; el de 13
‰ de glicerina; efectivamente semejante ley es completamente
justificada, como verá Ud también en el librito de Bargman: se
admiten 10 a 12 de glicerina por 100 de alcohol. Yo por mi parte
encuentro algo bajo la polarización, pero ya sabe Ud que el cociente
117
34 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
glicométrico no es aun admitido aquí: la segunda clase no es admitida
en esa, pues el Extracto – Glicosa da solamente 18.2, si bien aquí no
hacen tal distinción. Me informa el señor Nelson que Grandval ha
mandado hace pocos días 4 muestras de vino y que de las mismas esta
Oficina ha rechazado 3; entiendo por estar teñidas con maqui. A este
respecto me avisa el mismo señor Nelson que su modo de reconocer el
maqui en un vino es tratando este último por alumbre amoniacal: se
tiñe el vino, de un color rojo vinaza. La taña se tiñe (método Arata) de
un color violado cual color no se extrae con alcohol amílico.
Importante, según Arata, toneladas de maqui; veré de mandar una
muestra, que se consigue en la calle Defensa, cerca de la Oficina.
Trataré también de conseguirle copia de los análisis de las
mencionadas viñas de Grandval. Sírvase felicitar a Gonnard por el feliz
resultado de su examen de agrimensor y créame su afmo. Federico
Schickendantz
Nº 7
Buenos Aires, 3 de febrero de 1893
Señor Miguel Lillo
Tucumán
Estimado Don Miguel:
Domingo Mendilaharzu que saldrá de aquí el martes próximo llevará,
para entregar a Ud, el número de la Vierteljahrsschrift 55 y un sobre
con frutas de Maqui, que debo a la bondad de Arata. Se ha pesado hoy
su envío de Chuscho, resultando solamente 3 kilos. Conviene pues que
nos mande siquiera 7 kilos más. Saluda a Ud y a Gonnard su afmo.
Federico Schickedantz.
55
Revista: Deutsche Vierteljahrsschrift fur Literaturwissenschaft und Geistesgeschichte.
118
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 35
Nº 8
Buenos Aires, 2 de noviembre de 1893
Señor Miguel Lillo
Tucumán
Estimado Don Miguel:
Ha pocas horas que he recibido su grata del 31 de octubre, junto con
un número de Berliner Berichte. Guardaré este último, por el cual le
estoy muy agradecido hasta que se me presente una buena
preparación para devolverle. Con todo esto los Berichte míos no
aparecen. Creo que la casa Friedländer sigue mandándolas al Ingenio
La Trinidad, en cuyo caso irán a esa casa de correo central y es posible
que las recojan de lo de Don Segundo García. Si en la ultima las han
retenido sírvase comunicarle a Rosa o a Lola que con premura y
segura posposición me las manden. Parece, según su citada, que
buenas luchas le ha causado la revolución, y no poco desorden habrá
hecho la división Bosch en ese Colegio, resp. a su Oficina .Los hombres
honrados del alto comercio de Tucumán estarán de parabienes por no
funcionar la Oficina, espero que le pagaran sus sueldos. Yo sigo
vegetando, como me ha visto en febrero: ya sabe que salí de este
Colegio porque son indomables los muchachos. De las investigaciones
con Arata no hablemos: ya por mi parte me he desanimado, por otra
parte Arata, por la edición segunda de sus apuntes de Química
Orgánica, ha estado tan ocupado que el laboratorio estaba cerrado la
mayor parte del tiempo. Con mis recuerdos a sus tías y a Gonnard
quedo. Su afmo. Federico Schickedantz
P.D. ¿Qué tal anda el recomendado de M. Ebelot?
Nº 9
119
36 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
San Martín, 2 de abril de 1894
Señor Don Miguel Lillo
Tucumán
Estimado amigo:
Habiéndoseme entregado en la Oficina Química su grata del 19 pude
consultar a Nelson sobre los diferentes puntos de su carta. He aquí lo
que me dice Nelson: No ha analizado esta Oficina vino alguno del
señor Sabathié; y digo yo que miente dicho señor Sabathié si afirma
que yo también lo he analizado: no tengo laboratorio y, quien sabe, si
tendré. El centro vitivinícola está por el momento muerto, o, mejor
dicho, no ha nacido aún. Ud sabe que hoy se llama vino de pasas
cuando está de hecho conforme o exige la ley, es decir 100 kilos de
pasas para 3 hectolitros de agua; entiendo que tal vino no debe dar
menos del 25 % de extracto libre de glicosa. Esto me hace recordar que
de vinos cortados se exigen aquí 24 de extracto y 12 de alcohol – según
creo, si bien no estoy muy seguro. Por lo demás, esta Oficina tolera la
mezcla de vino natural con vino de pasas, obligando, empero, a las
expendedores declarar la naturaleza del producto. En otra ocasión
seré más extenso, y, preguntándole en que han quedado sus
averiguaciones sobre el paradero de mis Berichtes le saluda su afmo.
Federico Schickedantz.
P.D. En el próximo mes nos volveremos a trasladar a Buenos Aires.
Nº 10
Buenos Aires, 21 de febrero de 1895
Señor Don Miguel Lillo
Presente
Estimado amigo:
120
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 37
Doy a Ud poder para recoger de ingenio La Trinidad las números de
los Berichte der Chemischen Gesellschaft de Berlín que se hallen,
dirigidas a mí, en el Ingenio antedicho. Su afmo. Federico
Schickedantz
MUERTE DE SCHICKENDANTZ - UN DIGNO HOMENAJE
Dijimos que en 1892 Schickendantz dejó definitivamente
Tucumán y se trasladó a Buenos Aires, donde enseñó en el Colegio
Nacional. De allí se dirigió a La Plata y Francisco P. Moreno lo
designó en el Museo encomendándole la sección Química. Dos años
después, cuando se disponía a viajar a Mendoza para hacerse cargo
de la Oficina Química de esa ciudad, murió repentinamente, el 4 de
abril de 1896.56
La Academia Nacional de Ciencias, en ese mismo año, publicó
un artículo de homenaje, a quien apuntalara con sus conocimientos,
la ciencia, la cultura el progreso de Tucumán en la segunda mitad del
siglo XIX. En ese minucioso escrito, se destaca sobre la personalidad
de Schickendantz:
“Era al mismo tiempo muy modesto, a pesar de conservar relaciones
científicas con sus profesores Bunsen, Wurtz y Roskoe y con otros
científicos europeos y de américa como Burmeister y Domeyko entre
otros, a la segunda carta que recibió del Director del Observatorio de
Córdoba llamándole doctor, le significó que no lo era a lo que el doctor
56
En cuanto a su esposa, María Díaz de la Peña, le sobrevió muchos años, la noticia de su muerte la da El Orden 30-V-1927.
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38 Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
Gould, le significó que no lo era porque le faltaba el pergamino que no
había aceptado cuando la Universidad de Oxford quiso otorgárselo, era
doctor por que poseía la ciencia y continuo llamándole así”57.
La Universidad de Tucumán, Instituto Miguel Lillo, reeditó, en
1943, ese testimonio de reconocimiento. En su párrafo final, decía:
“Schickendantz tenía fama de malo, pero, sin embargo, en los
bosques de Pilciao, los peones aún recuerdan con cariño el nombre
de Don Federico”58.
La trayectoria de este vehemente científico alemán en nuestro
país, especialmente en Tucumán y en Catamarca, estuvo jalonada de
realizaciones, científicas y docentes que dejaron profunda huella en
esas provincias. Federico Schickendantz fue esencialmente un gran
investigador, y no hubo tema que no le interesase profundizar. Era,
además, un hombre honorable, de arraigados principios. Supo
defenderlos con el coraje propio de su fuerte personalidad y sus
fundamentales convicciones.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS FUENTES
ARCHIVO HISTÓRICO DE TUCUMÁN. Juan Heller - cartas. Libro copiador .Desde 18/10/1862 al
22/05/1870.
Juan Heller - cartas. Libro copiador .Desde mayo 1891 a octubre 1893.
57
ANÓNIMO, Boletín de la Academia de Ciencias. (Bs. As.1896). 58 ANÓNIMO. Cit.
122
S. PEÑA DE BASCARY: Federico Schickendantz-Un científico investigador… 39
ARCHIVO CENTRO CULTURAL ALBERTO ROUGÉS DE LA FUNDACIÓN MIGUEL LILLO. Cartas de
Federico Schickendantz a Miguel Lillo
ARCHIVO PRIVADO EMILIO ROUGÉS HELLER. Libro copiador de Juan Heller. Años 1870-1873.
ARCHIVO PRIVADO SUSANA ROUGÉS HELLER. Libro copiador de Juan Heller. Años 1874-1878
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