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    Jacques Godechot: Las revoluciones. 1770.1999

    CAPTULO IV

    La revolucin en Francia de 1787 a 1789

    1. Caracteres especficos

    La revolucin que estall en Francia hacia 1787 forma parte del gran movimientorevolucionario que alcanz a todo el Occidente. Fue de la misma naturaleza que lasrestantes, aunque, mucho ms intensa. Conviene indicar en qu consisti esta dife-rencia cuantitativa. En nuestra opinin, se basa en dos hechos fundamentales: el lugarocupado por Francia durante el siglo XVlll en el concierto de las naciones, y las rela-

    ciones de las clases sociales francesas entre s.Por su superficie, Francia era mucho ms extensa que cualquiera de los restantes

    pases alcanzados anteriormente por la revolucin, exceptuando los Estados Unidos;adems, loa superaba a todos, y con bastante diferencia, por su poblacin, ya que en1789 contaba con, cerca de 26 millones de habitantes, mientras que Gran Bretaa elpas ms poblado, despus de Francia, entre los que haban sufrido, antes de 1789,sacudidas revolucionarias apenas contaba con la mitad. Segn parece, en 1789Francia tena un exceso de poblacin, lo cual, servira para explicar el hecho de que larevolucin tomara all el cariz de una revuelta del hambre. Si Londres era la ciudadmayor de Occidente, con 1 milln de habitantes. Pars segua inmediatamente des-pus, con 650.000.

    Las rentas del Estado, aun cuando su insuficiencia fuese una de las causas de laRevolucin se aproximaban a los 500.000.000 de libras anuales, eran ms im-portantes que las del reino de Gran .Bretaa, doble que las de los Estados de la Casade Habsburgo, triple que las de Prusia, Rusia, Provincias Unidas o Espaa, y veinti-cinco veces superiores a las de los Estados Unidos.

    En el terreno intelectual, la preponderancia de Francia en Occidente era abruma-dora, la mayora de los filsofos del siglo XVIII haban escrito sus obras en fran-cs, y la lengua francesa era en realidad, en aquella poca, la lengua universal.

    En cambio, la situacin que ocupaban en el Estado la burguesa y el campesinadono corresponda a la funcin econmica ni a la fuerza real de estas dos clases socia-les. Mientras que la burguesa, desde principios del siglo XVIII, haba ido aumentando,

    incesantemente, en nmero y riqueza, era, en cambio, cada vez ms postergada delas funciones pblicas importantes. Mientras que en el siglo XVII la burguesa habasuministrado al Estado ministros de la talla de Colbert, multitud de intendentes, mu-chos magistrados en los Parlamentos, oficiales al ejrcito y a la marina y prelados a laIglesia, en el siglo XVIII todos estos puestos eran reservados a la nobleza; en ltimolugar, las reformas efectuadas por el conde de Saint-Germain en el ejrcito y las deSartine en la marina (1774-1777), haban concedido prcticamente a la nobleza el mo-nopolio de todas las graduaciones. No cabe duda de que la burguesa poda conseguirque le fueran otorgadas ejecutorias de nobleza, lo cual procuraba siempre comprandocargos que llevaban anejas tales condiciones; pero al hacer esto desviaba del comer-cio y de la industria capitales que hubiesen podido utilizar para tales fines, lo cual re-trasaba el desarrollo econmico de Francia, y la burguesa era consciente de tal con-

    secuencia. La situacin de la burguesa francesa era, pues, muy distinta de la de laburguesa britnica, que participaba ampliamente en el gobierno y en la mayor parte

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    de las funciones estatales desde 1640, y an era peor en comparacin con las posi-ciones que ocupaban ya las burguesas americana y holandesa. La burguesa fran-cesa estaba, ms que cualquier otra, animada por el violento deseo de hacerse con elpoder.

    Si la nobleza tenda a monopolizar los cargos, ello se deba a que, durante el siglo

    XVIII , le resultaba cada vez ms difcil vivir de sus rentas, debido al alza constantede los precios desde 1730. Para acrecentar sus rentas, esta clase procedi tambinentonces a efectuar frecuentes cambios de los terreros y exigi con mayor asperezaque nunca las rentas feudales que se le adeudaban. La reaccin aristocrtica, generalen Occidente, se caracteriz en Francia por una reaccin feudal particularmenteaguda. Los campesinos, que soportaban el peso principal de tales cargas, eran losms oprimidos. Adems, la intensidad en el incremento de la poblacin origin entrelos campesinos un hambre de tierras difcil de satisfacer precisamente en el mo-mento en que los seores, cuando se proceda a repartir las tierras comunales, sehacan atribuir el tercio de las mismas y, para aumentar sus rentas sobre las tierras,tendan a agrupar sus propiedades en grandes fincas. Si el Campesinado belga,alemn, suizo y napolitano estaba sometido a condiciones bastante parecidas, en

    cambio, el de los Estados Unidos, Inglaterra, Pases Bajos y del norte de Italia estabaprcticamente emancipado del rgimen feudal. As, pues, burgueses y campesinosfranceses, esgrimiendo diferentes motivos de queja, sentan un odio parecido contra lanobleza y, en general, se coligarn contra ella: esta unin es la caracterstica espec-fica de la Revolucin francesa y la que explica sus xitos iniciales, su extensin, pro-fundidad y solidez.

    2. Causas particulares

    La Revolucin francesa tiene en su origen las mismas causas genricas que la re-volucin occidental. Pero, adems, obedece a causas que le son peculiares.

    La guerra de independencia de los Estados Unidos permiti a los franceses no slofamiliarizarse con la revolucin americana, sino que tambin, al agravar considerable-mente la crisis financiera que padeca Francia con carcter crnico desde haca mu-chos aos, suministrara a la revolucin una de sus causas ms inmediatas. Los gas-tos ocasionados por la guerra hicieron aun ms grave un dficit ya antiguo y crnico.Las personas ilustradas comprendieron entonces que este dficit slo podra desapa-recer si se proceda a una radical reforma del sistema financiero. Era preciso sustituirlos impuestos mltiples y de escaso rendimientotalla, capitacin, vigsimos, gabela,ayudas, derechos de entradas y salidas de gneros de comercio, derechos de aduana,etc.por un pequeo nmero de impuestos racionales y proporcionales a la riquezade cada uno, sin exenciones ni privilegios. Los fisicratas proponan incluso instituir unimpuesto nico que recayera nicamente sobre la propiedad rstica: la subvencin

    territorial. Los economistas solicitaban la abolicin de todos los impuestos indirectosque abrumaban ms a los pobres que a los ricos. Turgot, nombrado Interventor gene-ral (Ministro de Hacienda en lenguaje moderno), present a Luis XVI un programa ba-sado-sobre estos principios; los nobles y el alto clero exigieron su revocacin (1776).

    Francia intervino, pues, en la guerra de Amrica con las finanzas amenazando rui-na. Necker, que las diriga entonces, recurri a los expedientes clsicos, principal-mente a los impuestos. La deuda pblica aument en una proporcin tanto ms consi-derable cuanto que los emprstitos haban sido obtenidos slo a intereses ruinosos del8 y del 10 %.Para mantener la confianza, Necker, por primera vez en Francia, publicel Presupuesto, en 1781, con el ttulo de Compte rendu au roi.Esta cuenta, franca-mente optimista, era inexacta, y rpidamente se denomin "cuento azul". Necker habaomitido incluir en ella los gastos de la guerra y las evaluaciones de loe ingresos eran,

    en la mayora de casos, exageradas. As poda presentar un supervit imaginario dems de 10 millones, cuando, en realidad, el dficit alcanzaba por lo menos setenta

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    millones. No obstante, esta cuenta revel a los franceses y sta fue una de las cau-sas de su xitola cifra exacta, considerada enorme, de las pensiones otorgadas porel rey a los cortesanos: las quejas dla burguesa y de la pequea nobleza haban debasarse, durante largo tiempo, en estas revelaciones. Resultaron fatales para Necker,cuya destitucin fue exigida por Mara Antonieta y sus amigos.

    La situacin financiera sigui agravndose, ya que no se le aplic ningn remedioeficaz. Paralelamente, la crisis econmica, que haca estragos en la totalidad de Eu-ropa Occidental, era particularmente dolorosa para Francia. La curva general de pre-cios, que haba subido lentamente, 'pero de forma regular, desde 1730 hasta 1770aproximadamente, abandon su aspecto apacible para tomar un sesgo desordenado.Mientras que, como consecuencia de una superproduccin debida a la existencia deplantaciones de vias demasiado numerosas, los precios de los vinos ''se hundieron,las cosechas de granos fueron frecuentemente malas y trajeron como consecuenciauna vertiginosa subida de los precios de los mismos. Una gran sequa, en 1785, ori-gin una catstrofe para los rebaos de cameros, el ganado mayor fue atacado porfrecuentes epizootias. As, el campesino dedicado al policultivo, al cual la venta delvino suministraba la parte esencial de su dinero en efectivo, vea cmo desapareca

    ste, teniendo en cambio necesidad de que aumentase para completar, mediantecompras a elevado precio, su insuficiente cosecha de cereales. Estas dificultades eco-nmicas se reflejan en las curvas demogrficas: los nacimientos disminuyen, la morta-lidad aumenta. Al "esplendor" del reinado de Luis XV sigue la declinacin de la po-ca de Lus XVI.

    La decadencia alcanza tambin al comercio y a la industria. La revolucin industrialen Francia lleva veinte aos de retraso respecto a la de Inglaterra. Desde 1783, enLevante, las telas francesas se ven seriamente amenazadas por la competencia de losproductos de la industria textil britnica; las manufacturas del Languedoc, que alimen-tan a los mercados de Levante, se ven obligadas a disminuir su actividad, y muchosobreros son reducidos al paro forzoso. Durante la guerra de Amrica, el gobierno fran-cs haba abierto al comercio extranjero, es decir, al de los Estados Unidos, los puer-tos de las Antillas, usualmente reservados al comercio francs en virtud del "pactocolonial". Una vez terminada la guerra, el Decreto del Consejo del 30 de agosto de1784 ratific esta decisin, con la esperanza de que los Estados Unidos compraran aFrancia sus productos manufacturados. Pero tal esperanza result fallida. Los EstadosUnidos exportaron a las Antillas sus materias primas, y con el producto de su ventacompraron en Inglaterra, y no en Francia, los productos elaborados que ellos necesi-taban. No por ello el gobierno de Luis XVI abandon su poltica econmica liberal. Elreglamento del 7 de diciembre de 1787 alarg an ms la lista de productos america-nos que podan ser admitidos (como susceptibles de comercio) en las Antillas. El aoanterior se haba concluido un Tratado de Comercio, conocido con el nombre de sufirmante britnico. Edn, entre Francia e Inglaterra: en este tratado se estipulaba, por

    ambas partes, la rebaja de los derechos aduaneros, aunque, en realidad, la parte msbeneficiada fue Inglaterra, que inund a Francia con sus productos manufacturados.En toda Francia, los tratados de comercio de 1778 con los Estados Unidos y de 1786con Inglaterra, los reglamentos del 30 de agosto de 1784 y del 7 de diciembre de 1787fueron acusados de haber provocado el marasmo econmico. De hecho, las causasde la crisis no-eran debidas a los acontecimientos recientemente sealados, pues re-sidan, sobre todo, en el retraso que llevaba F ranciaren el desarrollo econmico.

    Desde 1787, la crisis econmica se agrav an ms, la balanza comercial de Fran-cia, hasta entonces muy favorable, cambi de signo; las importaciones ascendieron a611 millones, mientras que las exportaciones no llegaron a los 542 millones de libras.En la agricultura, las malas condiciones atmosfricas que prevalecieron durante losaos 1787 y 1788 tuvieron como consecuencia cosechas desastrosas. Como el go-bierno haba establecido imprudentemente la libertad de exportacin de los granos en1787, los graneros estaban vacos. Los precios de los cereales subieron rpidamente,

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    originando, a su vez, una elevacin general del costo de la vida. Y se desencaden elmecanismo de todas las crisis del antiguo rgimen. Las industrias, ya en el marasmo,vieron acrecentadas sus dificultades: los obreros y los artesanos, obligados a gastartodos sus efectivos en gneros alimenticios, dejaron de adquirir productos manufactu-rados. Algunas fbricas cerraron, el paro forzoso aument y, como consecuencia in-mediata, el vagabundeo y la mendicidad. Ni siquiera el productor agrcola poda yacompensar las prdidas, ocasionadas por las malas cosechas, con el alza de los pre-cios; su nivel de vida bajaba tambin. Los jornaleros agrcolas en paro forzoso acudana establecerse en las ciudades, con la vana esperanza de encontrar trabajo, o bien seorganizaban en bandas, que recorran los campos exigiendo socorros en forma vio-lenta. Estos ltimos contribuirn activamente a la revolucin aterrorizando a los pro-pietarios o poseedores.

    3. La revuelta aristocrtica

    Tras algunos ministerios efmeros, Calonne fue nombrado Inspector General de Fi-nanzas en 1783. Durante tres aos se esforz, como antes lo haba intentado Necker,

    en hacer frente a las dificultades econmicas recurriendo a los emprstitos. Pero alfinal de 1786 estaba agotado el crdito del gobierno. Ya no quedaba otra alternativa: odeclarar la bancarrota, o reemprender los proyectos de reforma de Turgot y Necker,con su corolario, la oposicin de los cuerpos privilegiados. Calonne crey que seramuy hbil lograr que se aceptaran estos proyectos de reformas por los privilegiados,escogidos por l mismo y reunidos en una Asamblea de Notables.

    El plan, ultimado por Calonne, comprenda principalmente la adopcin de la igual-dad de todos ante un nuevo impuesto, la subvencin territorial, ya sugerido por Tur-got y Necker, y que deba reemplazar el vigsimo. Los restantes impuestos seran mo-dificados Calonne propona tambin amortizar la deuda del clero por el producto delrescate de los derechos seoriales percibidos por la Iglesia.

    La Asamblea de Notables se reuni el 22 de febrero de 1787, y sus miembros, za-heridos por los rumores que se haban generalizado sobre su probable servilismo, es-taban resueltos a la oposicin; rechazaron los proyectos del Inspector General. LuisXVI destituy a Calonne y llam para sustituirlo, en la Asamblea de Notables, al jefe dela oposicin: el arzobispo de Toulouse, Lmeme de Brienne. Brienne comprendi rpi-damente que tan slo el plan de Calonne permitira equilibrar el presupuesto. Eliminde l algunos puntos accesorios, pero mantuvo el esencial: la subvencin territorial.Los notables continuaron en su postura intransigente y declararon que slo los autn-ticos representantes de la Nacin tenan el poder necesario para aprobar el nuevoimpuesto: ello equivala a exigir la convocatoria de los Estados Generales; un miembrode la Asamblea de Notables, La Fayette, lo especific claramente el 21 de mayo. PeroLuis XVI rechaz esta perspectiva. Disolvi la Asamblea el 25 de mayo de 1787. La

    reunin de la Asamblea de Notables seala verdaderamente el comienzo de la revolu-cin en Francia. sta hizo patente a todos la actitud de la aristocracia, ms violenta-mente opuesta que nunca a que se reforzara el poder real, a fin de mantener sus privi-legios. Seala, adems, el comienzo de la prerrrevolucin, o revuelta nobiliaria,consecuencia lgica y resultado final de la reaccin feudal, iniciada muchas dcadasantes. Demostr asimismo que la recuperacin financiera estaba ligada a la reformadel rgimen, y que, a fin de cuentas, el dficit era el tesoro de la Nacin. Disuelta laAsamblea de Notables, era preciso, si se rechazaba la idea de acudir a la bancarrota,presentar las reformas a los Parlamentos. Y esto fue lo que hizo Brienne. Mas el Par-lamento de Pars, si bien acept algunas reformas menores, y principalmente la exten-sin de las asambleas provinciales por todo el territorio de Francia, rechaz la msimportante de todas, la subvencin territorial, y exigi tambin que fuesen convocados

    los Estados Generales (24 de julio);Brienne decidi recurrir a la fuerza: sesin solemne (presidida por el rey), y luego

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    destierro del Parlamento a Troyes. Pero tambin en esta ltima ciudad proclamaronlos parlamentarios que nicamente los Estados Generales podan examinar y curarlas llagas del Estado. Las restantes audiencias soberanas de Francia se asociaron alParlamento de Pars. Manifestaciones callejeras en Pars y una campana de libelosapoyaron la revuelta de la aristocracia parlamentaria. (Tngase en cuenta que los Par-lamentos, en la Francia del antiguo rgimen, eran, ante todo, tribunales de justicia, y elParlamento de Pars equivaldra, poco ms o menos, a un Tribunal Supremo de unEstado moderno.) El gobierno cedi. Retir su proyecto de subvencin territorial,llam nuevamente el Parlamento a Pars y prometi convocar los Estados Generalespara 1792.

    No obstante, era preciso vivir hasta que llegase la fecha del mencionado aconteci-miento. Brienne someti al Parlamento, convocado en sesin real el 19 de noviem-bre de 1787, varios proyectos de emprstitos. El Parlamento protest contra las inusi-tadas formas de su reunin, formul duras crticas contra la poltica financiera del go-bierno y solicit que la reunin de los Estados Generales se celebrara en 1789. El reyprometi adelantar dicha reunin, aunque sin precisar la fecha, y ordenar que fuesenregistrados oficialmente los emprstitos. Esto es ilegal!, exclam el duque de Or-

    lens. Es legal porque yo as lo quiero!, contest Luis XVI. Imprudente afirmacinde absolutismo real en un momento en el que el gobierno ya no posea los mediospara hacerlo respetar. El destierro del duque de Orlens y el arresto de dos consejerosno lograron ms que acrecentar la agitacin revolucionaria en Pars.y en todo el reino.El 17 de abril, el rey declar, fundadamente, que si se inclinaba a las exigencias de losparlamentarios, la monarqua se convertira en una aristocracia de magistrados.

    Efectivamente, los parlamentarios, para obtener el apoyo de la burguesa, se cons-tituan en defensores de los derechos de la nacin. Adems, evocaban, el 3 de ma-yo de 1788, las leves fundamentales del reino: El voto de los subsidios expo-nanes de la competencia exclusiva de los Estados Generales, y los franceses nopueden ser arrestados ni detenidos arbitrariamente: pero aadan los privilegiosconsagrados por la ley o la tradicin son inviolables.

    Esta ltima afirmacin habra podido ser aprovechada por el gobierno para separara los aristcratas de la masa del Tercer Estado (burguesa) e intentar, con su apoyo, laaprobacin de reformas. Brienne no hizo nada de esto. Limitse a repetir el golpe defuerza que Maupeou haba realizado en 1771, sin haberse asegurado previamente elapoyo popular. El 8 de mayo, Lamoignon privaba a los Parlamentos de sus atribucio-nes esenciales, que distribuy entre 47 grandes bailas y una corte plenaria denotables presumiblemente dciles. El procedimiento criminal fue reformado, y las ju-risdicciones de los tribunales de los seoros quedaron desposedas de la mayor partede sus causas.

    Estas reformas fueron consideradas como un desafo a la declaracin del 3 de ma-yo y desencadenaron la revolucin, latente ya desde haca un ao. Los parlamentosse negaron a obedecer y la revuelta se intensific en la mayora de las ciudades enque residan las cortes soberanas. En Grenoble, el motn ha pasado a la posteridadcon la denominacin del Da de las tejas:El 7 de Junio, los revoltosos, encaramadossobre los tejados, atacaron con tejas a las tropas encargadas de llevar a la prctica losedictos gubernamentales. En Toulouse, en Pau, en Rennes, en Dijon y en Besanonse celebraron manifestaciones anlogas. En el Delfinado, despus del Da de las tejas,los aristcratas y los burgueses de Grenoble invitaron a reunirse a los tres Estados dela Provincia. La asamblea, celebrada en el castillo de Vizille, decidi convocar, sin laautorizacin real, los Estados de la Provincia, los cuales no se haban reunido desde1628; especific que en dichos Estados habra igual nmero de diputados del tercerestadooburguesaque de delegados de los dos estamentos privilegiados (noble-

    za y clero). Solicit tambin esta asamblea que los futuros Estados Generales tuvieranla misma composicin, y preconiz la admisin de los plebeyos (o pecheros) a todoslos cargos y empleos.

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    El programa formulado por la aristocracia parlamentaria quedaba ya superado. Espreciso sealar, sin embargo, que la Asamblea de Vizille no solicit ni la igualdad dederechos, ni la supresin de los estamentos, ni la abolicin del rgimen feudal.

    No obstante, al lado de los Cuerpos privilegiados que basta entonces haban prota-gonizado la lucha contra el gobierno, se form un partido, que se llam a s mismo

    nacional o patriota, denominacin que haban llevado ya los revolucionarios ame-ricanos, holandeses y belgas. Un comit de treinta miembros coordinaba, mediantecomits de correspondencia, la accin de este partido, cuyos jefes fueron reclu-tados entre los nobles liberales (La Fayette, Mirabeau, La Rochefaucaud), ciertos ma-gistrados (Hrault de Scheltes, Frteau),periodistas (Brissot, Servan), filsofos(Condorcet), abogados (Target, Bergasse, Lacretelle, Danton; Barnaye, Mounier). To-dava unidos a los estamentos privilegiados, los patriotas solicitaban la convocacin delos Estados Generales. Pero ya divergan de la aristocracia al exigir la duplicacindel nmero de representantes del Tercer Estado, el voto por cabeza, sin el cual estaduplicacin carecera de sentido, y redactar una constitucin. Con toda rapidez, lospatriotas suplantaron a los Parlamentos en el papel de principales promotores de laagitacin.

    Ante la autentica tempestad que sacuda a Francia, Brienne no tuvo ms remedioque capitular. Un decreto del Consejo anunci, el 5 de julio de 1788, la convocacin delos Estados Generales para el 1 de mayo de 1789, sin precisar en absoluto cul serael nmero de diputados ni el procedimiento que se habra de seguir en el recuento devotos. En cambio, el mismo decreto instauraba, de hecho, la libertad de prensa, al au-torizar a todos los franceses a que diesen a conocer sus ideas sobre la reforma delEstado: se imprimieron ms de dos mil quinientas memorias, las cuales mantuvieron laagitacin a la vez que permitieron a los patriotas el exponer y discutir sus programas.El 24 de agosto, Brienne dimiti y fue reemplazado por Necker, que era apoyado porlos patriotas.

    Continuando la tctica de Calonne, Necker habra deseado que los privilegiados

    aprobasen por s mismos la duplicacin y el voto por cabeza. Convoc de nuevo a laAsamblea de Notables el 6 de noviembre de 1788; pero, con gran decepcin del mi-nistro, la Asamblea solicit que los Estados Generales se reuniesen-segn los modosde 1614, y denunci la revolucin que se preparaba. Necker, apoyado por la opi-nin pblica, resolvi no tomar en cuenta esta oposicin. En el consejo del 27 de di-ciembre obtuvo que el rey aprobase la duplicacin de los representantes del TercerEstado, pero no consigui que se aprobara el procedimiento del voto; los Estados Ge-nerales habran de decidir por s mismos esta cuestin tan trascendental.

    4. 1789 en Francia

    1789 es la fecha en la cual, tradicionalmente, los historiadores sitan el comienzo

    de la Revolucin francesa. De hecho, sta haba empezado dos aos antes, aunquecon la apariencia de una revuelta de los cuerpos constituidos, muy parecida a la delos cuerpos aristocrticos americanos, irlandeses, holandeses o belgas.

    Desde 1789, en Francia, la revolucin va a superar esta fase. Mientras que la opo-sicin aristocrtica al gobierno se desune y debilita, es substituida por una revuelta dela burguesa, rpidamente apoyada por una gigantesca oposicin campesina. La uninmomentnea de estos tres grandes movimientos, a principios de agosto de este mis-mo ao, dar por resultado el hundimiento del antiguo rgimen y la proclamacin delos principios sobre los cuales habr de fundamentarse no slo el nuevo rgimen deFrancia, sino tambin el de toda la Europa moderna. As, la revolucin iba a ser, enFrancia, y en 1789, infinitamente ms radical que en los dems pases y mucho ms

    prdiga en consecuencias duraderas.El ao 1789 empez con la organizacin de las .elecciones a los Estados Genera-

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    les, cuyas modalidades fueron fijadas por el reglamento del 29 de enero. El derecho alvoto era muy amplio, pues bastaba tener 25 anos y figurar en la lista de contribuyen-tes. No se exiga condicin alguna de riqueza para la elegibilidad. Sin embargo, el su-fragio para los diputados del Tercer Estado comportaba diversos grados. Los electoresdeban confiar a sus representantes cuadernos en los cuales expondran sus que-jas.

    Las elecciones y la redaccin de los cuadernos se llevaron a cabo con la ms ab-soluta libertad. En los cuadernos de las parroquias, y principalmente en los "cuadernosgenerales", la burguesa pudo, gracias a su influencia, lograr la inscripcin de sus rei-vindicaciones esenciales: voto de una constitucin y supresin de los privilegios; enalgunos de ellos se solicitaba tambin el liberalismo econmico. La forma monrquicade gobierno no era discutida por nadie. Pero en tos 40.000 cuadernos redactados porlas asambleas primarias se encuentran las quejas unnimes de los campesinos contrael rgimen feudal. Los privilegiados manifestaban su adhesin al rey, pero reconocanla; necesidad de llevar a cabo profundas reformas. Denunciaban la arbitrariedad gu-bernamental y esbozaban proyectos para racionalizar la administracin. Muy pocosestaban de acuerdo en renunciar a sus privilegios y al rgimen feudal.

    Las elecciones y la redaccin de los cuadernos mantuvieron la agitacin. La crisiseconmica, la peor que Francia haba conocido desde haca medio siglo, impona, porotra parte, la realidad de sus miserias. Un violento motn estall en el arrabal Saint-Antoine de Pars el 28 de abril. Tambin en las provincias menudeaban, los alborotosms o menos virulentos, dbilmente reprimidos por las fuerzas armadas, vctimastambin de la crisis.

    No parece que estos desrdenes repercutieran sobre las elecciones. Los diputadosfueron, exclusivamente miembros del clero, de la nobleza y de la burguesa; entre losde esta ultima, los hombres de leyes formaban una amplia mayora. La diputacinde la nobleza contaba, entre sus miembros, algunos nobles liberales, tales como LaFayette. Otro noble, conocido por su vida agitada y por sus punzantes libelos, el conde

    de Mirabeau, haba sido elegido por el Tercer Estado de Aix-en-Provence. Destacabantambin el abate Siyes, elegido por el Tercer Estado de Pars, cuyo folleto tituladoQu es el Tercer Estado?,acababa de elevarle a la celebridad, y el obispo de Autun,el cnico Talleyrand. Muy pocos diputados del Tercer Estado eran conocidos fuera desus respectivas provincias. No hubo ni un solo campesino, ni un solo artesano qu'fuese elegido para ser diputado en los Estados Generales.

    El 5 de mayo de 1789, los Estados Generales fueron inaugurados solemnementepor el rey en Versalles. Desde el principio se trab un largo debate que, en aparienciase refera al procedimiento, pero que de hecho comprometa la existencia y eficacia delos Estados Generales. Los poderes de los diputados, seran comprobados en lasreuniones que los tres estamentos celebrasen por separado o, por el contrario, en se-sin plenaria? Formulado de otra manera: Se conservaran los procedimientos de1614 y, en consecuencia, el voto por estamentos, que otorgara automticamente lamayora a los privilegiados, o bien se admitira el voto por cabeza? El Tercer Estado,unnimemente, decidise por la comprobacin de los poderes en comn y el voto porcabeza, nico extremo que permitira llevar a cabo reformas eficaces.

    Negse, pues, a la comprobacin de los poderes en asambleas separadas, y el 10de junio invit a los dos restantes estamentos a que se uniesen a l. stos estabandivididos, y los nobles liberales y el bajo clero opinaban lo mismo que el Tercer Es-tado. Por el contrario, el alto clero y la mayora de la aristocracia eran tradicionalistas(es decir, partidarios de seguir el procedimiento tradicional).

    Algunos sacerdotes se unieron al Tercer Estado el 12 de junio. Haciendo caso omi-so de la mayora de los privilegiados, los diputados del Tercer Estado consideraron

    que ellos representaban el 98 % de la nacin y declararon, el 17 de junio que se cons-tituan en Asamblea Nacional. Atribuyndose en seguida la aprobacin de los im-

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    puestos, confirmaron provisionalmente los que ya existan: Era una advertencia en elsentido de que si el rey o los privilegiados no admitan sus proyectos podran, tomandocomo ejemplo a los patriotas belgas, proclamar la huelga del impuesto, amenaza ver-daderamente grave para el gobierno real.

    No obstante, Luis XVI, aleccionado por su squito, decidi anular, apelando a la

    guerra, las decisiones del Tercer Estado. El 20 de junio orden la clausura de la salade reuniones. Los diputados se dirigieron entonces al llamado Saln del Juego de lapelota estancia que serva para el recreo de los cortesanos, en el cual, y por ini-ciativa de Mounier prestaron, en medio del entusiasmo casi unnime de los all con-gregados, el juramento solemne de no separarse jams y [de] reunirse en todos loslugares que las circunstancias exigiesen, hasta que la constitucin fuese establecida yasegurada sobre fundamentos slidos.

    A pesar de esta imponente manifestacin, el rey, presionado por sus hermanos ypor la reina, decidi imponer su Voluntad. En una sesin real celebrada el 23 dejunio, el monarca anunci todo un programa de reformas, pero no se refiri para nadaal voto por cabeza, a la igualdad ante el fisco ni a la abolicin del rgimen feudal. ElTercer Estado, despus del discurso del rey, permaneci en la sala y confirm las de-

    cisiones que haba tomado en nombre de la nacin. Mirabeau simboliz su resistenciaal replicar a un emisario del rey: Id a decir a aquellos que os envan que nosotrosestamos aqu por la voluntad del pueblo, y que slo abandonaremos nuestros escaospor la fuerza de las bayonetas.

    Luis XVI pareci acceder. Permiti que el clero y los nobles liberales se uniesen alos comunes e incluso, el 27 de junio, invit a los recalcitrantes a formar una Asam-blea Nacional,que, desde aquel momento, tuvo la aprobacin real.

    Pero aquello era slo una estratagema para ganar tiempo y reunir a las tropas alre-dedor de la capital. Los movimientos de tropas aumentaron la inquietud que se habaapoderado del nimo de todos ante el espectculo de la impotencia de los diputados.Campesinos y burgueses comprendieron en seguida que todos los privilegiados se

    coligaban para resistir a las reivindicaciones populares, que iban a obtener del rey ladisolucin de los Estados Generales, que exista un complot aristocrtico contra lavoluntad del pueblo. Los habitantes de la ciudad y los del campo, temerosos, searmaron, y, una vez armados, empezaron a asustarse unos a otros. En todas parteaimaginaban ver surgir truhanes al servicio de los aristcratas.

    Desde principios de julio, un pnico colectivo sacudi todas las regiones cam-pestres normandas. En todas las ciudades, y principalmente en Pars, la excitacinalcanz su punto culminante. Los aristcratas y sus agentes empezaron a ser amena-zados. En esta atmsfera sobrecargada se supo, el 11 de julio, la noticia de la destitu-cin de Necker, preludio del golpe de fuerza maquinado por el rey. Aqulla fue la chis-pa que hizo estallar la plvora. El pueblo de Pars se sublev, y el 14 de julio, tras

    asaltar los depsitos de armas y haberse apoderado de ellas, lanzse a la toma de laBastilla, que era no slo un arsenal, sino tambin una prisin de Estado, smbolo de laarbitrariedad real. Los parisienses rebeldes formaron una municipalidad insurreccional,una guardia nacional y adoptaron una escarapela en la cual, a los colores azul y rojode la ciudad de Pars, aadieron el blanco de los Borbones. Luis XVI, sorprendido porla magnitud de la revuelta, volvi a llamar a Necker al gobierno y lleg a Pars el 17 dejulio, sancionando .as los hechos consumados.

    La Revolucin se extendi por toda Francia como un reguero de plvora. En todaslas .provincias, el pueblo en armas se hizo con los poderes municipales. Los campesi-nos asaltaron los castillos y exigieron, para quemarlos, los viejos manuscritos en quefiguraban los derechos feudales. Si se les opona resistencia, llegaban a veces hasta aincendiar las mansiones seoriales. Los insurgentes se atemorizaron mutuamente, y

    as se desencaden durante la segunda quincena de julio, en las tres cuartas partesde Francia, este extrao fenmeno conocido con el nombre de la grande peur(el Gran

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    Pnico) y que distingue tan claramente a la Revolucin francesa de las que habanestallado en otros pases occidentales. El Gran Pnico deba tener, en el proceso re-volucionario, una influencia decisiva, ya que el mundo rural, tan sumiso y pasivo desdehaca siglos, ahora, con las armas en la mano, exiga la abolicin del rgimen feudal.

    A la revolucin aristocrtica, que, desde 1787, atacaba el absolutismo real; a la re-

    volucin de los juristas y de los legistas, que, desde el 5 de mayo, crea hacer triunfarlos principios de la libertad e igualdad de derechos con los nicos mtodos del proce-dimiento legislativo, suceda, bruscamente, la ms violenta sublevacin popular queFrancia haba conocido a travs de los siglos. Los burgueses, nicos representantesdel Tercer Estado en la Asamblea Nacional, tenan la intencin de redactar metdica-mente una constitucin que proclamase, junto con la libertad individual y la igualdadante la ley, el respeto a la propiedad privada. Entonces se apercibieron, con espanto,que la propiedad estaba amenazada en s misma, pues los derechos feudales y losdiezmos, cuya abolicin inmediata se exiga, eran propiedades.

    Hubo de ser alterado todo el programa de trabajo que la Asamblea Nacional habaelaborado a principios de julio. Pareci mucho ms urgente poner fin a la insurreccincampesina, ya que de no actuar as, hasta la propiedad burguesa estara amenazada.

    Los diputados del Tercer Estado defendieron, pues, las reivindicaciones campesinasms esenciales, a fin de encauzar el movimiento revolucionario: ste es uno de losaspectos ms originales de la revolucin en Francia. En efecto, esta alianza tcita en-tre la burguesa y el campesinado permiti a la revolucin alcanzar de golpe sus re-sultados ms definitivos. Durante la noche del 4 de agosto, bajo la influencia e losdiputados del Tercer Estado y de algunos nobles liberales, la mayora de los repre-sentantes de la nobleza y del clero accedieron a los sacrificios esperados por Franciacon tanta impaciencia. En medio del entusiasmo general, la Asamblea decret la abo-licin del rgimen y de los privilegios, la igualdad ante los impuestos, la supresin delos diezmos. Estas espectaculares decisiones fueron difundidas rpidamente por milesde peridicos, folletos y representaciones, y tuvieron las ms profundas repercusiones:las revueltas rurales se apaciguaron, y la Asamblea pudo reanudar con calma sus tra-bajos.

    5. Declaracin de los derechos del hombre y del ciudadano

    Los constituyentes as fueron llamados desde entonces los diputadoshabanresuelto, desde principios de julio, empezar su obra por medio de una declaracin dederechos, de la misma forma que lo haban hecho los constituyentes americanos. Perohay una diferencia bastante notable entre la declaracin francesa de los Derechos delhombre y del ciudadano, cuya redaccin fue concluida el 26 de agosto, y las declara-ciones americanas. Estas ltimas, incluso la ms extensa, la de Virginia, no superabanla fase puramente localista, eran, por as decirlo, muy americanas. Los diputados

    franceses, por el contrario, quisieron que su obra fuese vlida para toda la Humanidad.Desde 1789, la revolucin en Francia se distingue de las que la precedieron en Occi-dente, por su carcter universalista. La declaracin francesa fue redactada, en efecto,en trminos tales que pudiese ser aplicada a todos los pases y en cualquier poca. Estan valida para una monarqua como para una repblica. Es autnticamente universal:he aqu lo que le confiere su grandeza y le asegura su prestigio.

    En la declaracin francesa, mediante un compromiso contrado entre proyectospresentados por diversos diputados, principalmente por Sieys y La Fayette, todo elnfasis de la misma se carga sobre la libertad. Los hombres nacen y viven libres. Lalibertad es el derecho de hacer todo lo que no perjudique a otros. Las bases jurdi-cas de la libertad individual son implantadas categricamente. Se formulan las defini-ciones de la libertad de opinin y de la libertad de prensa. Pero la declaracin no men-

    ciona explcitamente la libertad de cultos, ni la libertad de residencia, ni la libertad deindustria y de comercio, ni la libertad de reunin, ni la libertad de asociacin, ni la li-

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    bertad de enseanza.

    La igualdad ocupa un lugar ms reducido en la declaracin. No figura entre los de-rechos imprescriptibles, pese a que el primer artculo afirma que los hombres naceniguales. El artculo 6 precisa que la ley es igual para todos: establece, pues, la igual-dad ante la justicia y la admisibilidad de todos los ciudadanos en todos los empleos. La

    igualdad ante el fisco es consagrada por el artculo 13.El derecho a la propiedad figura, en cambio, entre los derechos naturales impres-

    criptibles, y en el artculo ltimo reitera que la propiedad es inviolable y sagrada.Era preciso, despus de la revuelta social que acababa de finalizar, tranquilizar com-pletamente a los propietarios.

    La soberanadeclara el artculo 3reside en la Nacin. El rey (cuya autoridad nitan slo ha 'sido objeto de discusin) no puede ser otra cosa, pues, sino el mandatariode la Nacin. La soberana nacional no es divisible; los rdenes o estamentosno tienen ya razn de ser. La Ley es la expresin de la voluntad general; por tanto,cualquier atentado contra el orden pblico deber ser reprimido. El respeto a este or-den est asegurado por la separacin de poderes, a la cual dedica la declaracin todo

    un captulo.Junto a estos principios fundamentales, la declaracin se ocupa, en otros artculos,de las fuerzas armadas, de las finanzas, aseguradas por una contribucin pblica,libremente consentida, y de la responsabilidad de los funcionarios. Por ltimo, se pro-clama el derecho de resistencia a la opresin; con ello se legalizaban las insurrec-ciones de julio.

    La declaracin, sin duda, es la obra de una clase social, la burguesa. Pero tambines cierto que las circunstancias influyeron sobre ella. A la vez que condenaba los abu-sos del antiguo rgimen, era la base -sobre la cual se asentaba el nuevo orden. Colo-cada bajo la proteccin del Ser Supremo, mantena la primaca del catolicismo. Si seomiti, a pesar de la opinin de los fisicratas, la libertad de la industria y el comercio,ello fue debido a que los diputados estaban muy divididos en lo concerniente a estacuestin. La libertad de asociacin no fue mencionada debido a que los constituyentesdeseaban, si no suprimirlas enteramente, al menos reducir el nmero de congregacio-nes religiosas.

    La declaracin no fue, pues, ni una copia servil de los modelos americanos, ni unatrascripcin prematura de las ideas filosficas. Fue una obra humana que tena encuenta en gran manera las circunstancias histricas en que haba nacido. Aunque fue-se redactada por la burguesa francesa del siglo XVIII y en su exclusivo inters, re-basa ampliamente, por su alcance, los intereses de esta clase, las fronteras de Franciay los lmites de su poca. Tambin hay que consignar las grandes repercusiones quetuvo en el mundo entero.

    Este carcter explosivo de la declaracin inquiet al rey, el cual no sancion msque los decretos del 4 de agosto; y, como despus del 23 de junio, pens nuevamenteen organizar un golpe de fuerza. Fueron llamados nuevos contingentes de tropas. Pe-ro a estas concentraciones, acompaadas por un recrudecimiento de la caresta devveres y del alza de los precios, dio cumplida rplica, al igual que en el mes de julio, lainsurreccin del pueblo de Pars. El 5 de octubre, una manifestacin de mujeres,acompaada por la guardia nacional, se dirigi a Versalles y, el 6 llev consigo a Parsa la familia real. Desde aquel momento, en el palacio de las Tulleras, el rey era el pri-sionero y el rehn de loa patriotas. La asamblea lo sigui a la capital e hizo entoncessuya la teora de Sieys sobre el poder constituyente; decidi que la Asamblea nacio-nal y constituyente era superior al rey y que, por tanto, el monarca no poda rechazaruna disposicin constitucional. sta iba a ejercer una verdadera dictadura, y durante

    dos, aos gobernar soberanamente en Francia, cuyas estructuras polticas, adminis-trativas, econmicas, sociales y hasta religiosas renovar por completo. Con absolutaindependencia? Sera excesivo afirmarlo. En Pars, la asamblea sufrir intensamente

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    la presin del pueblo, mantenido en estado de constante alerta, armado desde julio yagrupado en las organizaciones revolucionarias. Desde principios de septiembre, lospatriotas dominan todas las corporaciones municipales de Francia. Armados, hanconstituido milicias, las guardias nacionales, que, desde el mes de agosto, es-bozarn federaciones locales, a partir de noviembre formarn federaciones regionalesy, finalmente, se reunirn en Pars, en una grandiosa Federacin nacional, el 14 dejulio de 1790.

    Como ciudadanos, los patriotas se reunan para discutir los asuntos del Estado enlos clubes, surgidos frecuentemente de las numerosas sociedades de pensadores,que se haban ido creando desde 1750, pero que se inspiraron tambin en los clubesingleses, americanos, ginebrinos y holandeses. Durante los primeros anos de la Re-volucin francesa hubo clubes de todas las tendencias y matices polticos, pero losque agrupaban a los patriotas ms enrgicos se fusionaron, y se tom la costumbre dellamarlosjacobinos,porque la sociedad parisiense de los amigos de la Constitucin,que los diriga, tena su sede en el refectorio del convento de los jacobinos, situado enla ru Saint-Honor.

    Estos clubes ejercan una vigilancia activa sobre los asuntos locales, estimulaban a

    las autoridades, reprendan a los moderados, denunciaban a los aristcratas. Perotambin se discuta sobre las grandes reformas aprobadas por la Constituyente, lascuales eran conocidas gracias a las numerosas publicaciones peridicas nuevas. La.libertad de la que disfrutaba la prensa, de hecho, desde mayo de 1789, haba permi-tido la proliferacin de peridicos, los cuales representaban a todas las opiniones. Laprensa mantena a los ciudadanos en estado de alerta, y los ciudadanos orientaban ala Asamblea. En tales condiciones, en el perodo de dos aos, desde septiembre de1789 hasta septiembre de 1791, la Asamblea Constituyente haba creado un nuevorgimen, cuyos detalles fueron ciertamente efmeros, pero cuyas grandes lneas for-maron la armazn de la Francia moderna.

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    CAPTULO VII

    La Repblica democrtica y el Gobierno revolucionario en Francia(1792-1795)

    1. La guerra y sus consecuencias

    La guerra introdujo profundos cambios en el proceso revolucionario. En sus co-mienzos, las derrotas iniciales que se derivaron de la misma tuvieron por consecuen-cia reavivar el miedo entre las clases populares francesas. Mientras que en 1789 setema un complot aristocrtico, esta vez el miedo estaba plenamente justificado, porlos xitos de la coalicin contrarrevolucionaria. Para defenderse, los revolucionariosapelarn a medidas destinadas a aterrorizaral adversario. La guerra origin, pues, elTerror. La revolucin, que hasta 1792 haba exigido un escaso tributo de sangre, y aunaccidentalmente, ser, en lo sucesivo, sanguinaria; el Terror, provocado por la guerra,va a ser erigido en sistema de gobierno.

    El Terror fue el arma de las clases populares de los sans-culottes, es decir, deaquel heterogneo conjunto de jornaleros agrcolas, de pequeos artesanos y de pe-

    queos tenderos, poco instruidos y, por tanto, predispuestos a las reacciones msprimitivas. Sin embargo, el Terror espantar, no slo a los adversarios, sino tambin ala mayora de burgueses que hasta aquel momento haban dirigido el movimiento re-volucionario. Estos ltimos fueron eliminados del poder, que pas a manos de lossans-culottesy a las de aquellos que estaban ms cerca de los mismos ideolgica-mente, quienes se vieron obligados a revisar los principios sobre los cuales, hastaaquel entonces, se haba levantado el nuevo orden. Acaso no se haba de sacrificarla libertad del individuo para salvar la libertad y la independencia de la nacin? Noera necesario suspender las libertades individuales para introducir algo ms de igual-dad? De esta forma, la guerra condujo a establecer un nuevo rgimen, caracterizadopor autenticas anticipaciones socializantes.

    Por ltimo, la guerra devolvi la esperanza a los patriotas de todos los pases. Losexiliados, y despus los fugitivos, llegaron a Francia y, con sus compatriotas, organiza-ron "legiones" y presionaron insistentemente cerca del gobierno revolucionario francspara que enviase a los ejrcitos revolucionarios, cuando las operaciones militares lopermitiesen, hacia sus pases de origen, a fin de derrocar a los antiguos regmenes.De esta forma, y tambin como consecuencia de la guerra, la revolucin se convertiren libertadora, aunque no tardar en transformarse en conquistadora.

    Sin la guerra no habra existido jams el Terror. Pero con la guerra y sin el Terror, lavictoria quizs habra sido imposible; y sin la victoria, la revolucin no habra triunfadotan pronto en Francia ni fuera de ella.

    2. La cada de la Monarqua y el primer TerrorLa guerra se present al principio en malas condiciones. Los girondinos creyeron

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    que habran de enfrentarse .slo con Austria, cuyo ejrcito, despus de cinco aos deguerra contra Turqua, estaba lgicamente cansado y cuya poblacin, agitada por lapropaganda revolucionaria, no mostraba entusiasmo alguno por la guerra. Crean, pe-se a lo ocurrido en Holanda (o Provincias Unidas), que Prusia, el Estado alemn ilus-trado por excelencia, no intervendra contra la revolucin. Mas Prusia, de acuerdocon la declaracin de Pillnitz, se uni a Austria. Francia tuvo que combatir contra elejrcito prusiano, aureolado an por el prestigio adquirido con sus grandes victoriasdurante la Guerra de los Siete Aos (sostenida precisamente contra Austria).

    En efecto, los primeros choques armados se convirtieron en otros tantos desastrespara las fuerzas francesas. En la frontera belga, algunos regimientos se dieron a ladesbandada, proclamaron abiertamente la traicin y mataron a sus oficiales; otros, encambio, se pasaron al enemigo. El espanto se adue de toda Francia. La AsambleaLegislativa, sospechando que la familia real suministraba informes al enemigo, aprobuna serie de decretos destinados a impedir que el rey intentase un golpe de Estado y areforzar la defensa: disolucin de la guardia real, deportacin de los sacerdotes re-fractarios, organizacin, tras las murallas de Pars, de un campamento de 20.000federados, es decir, de voluntarios, procedentes de la Guardia Nacional y reunidos

    tanto para festejar el aniversario de la Federacin de 1790 como para defender a lacapital. Luis XVI, envalentonado por los xitos de los ejrcitos enemigos, puso el vetoa estos decretos. El 20 de junio, los obreros de los suburbios de Pars se sublevaron,invadieron las Tulleras y desfilaron ante el rey por espacio de ocho horas. Pero el mo-narca se neg firmemente a retirar su veto.

    sta resistencia del rey dio nimos a los contrarrevolucionarios dl interior, mientrasque en las fronteras de Francia, prusianos y austriacos agudizaban lentamente su pre-sin. La Asamblea Legislativa, eludiendo el veto real, proclam, el 11 de julio, que lapatria estaba en peligro, y autoriz a los federados a dirigirse a Pars para la fiestadel 14 del mismo mes. Muchos ya estaban en camino, principalmente los de Marsella,que avanzaba hacia la capital a los acordes del Canto de guerra del ejrcito del Rin,que Rouget de Lisie acababa de componer y que desde entonces se conoce con elnombre de La Marsellesa. Las secciones de Pars esperaban a estos federadospara obligar al rey a retirar su veto y, si persista en mantenerlo, para derribarlo.

    Sin embargo, Luis XVI permaneci pasivo. Aun cuando algunos de sus ministrosfuldenses es decir, moderados lo hubiesen abandonado, esperaba calmosa yconfiadamente la entrada de los austriacos y de los prusianos en ParsEntretantohaba solicitado de los mismos que intimidasen a los revolucionarios por medio de unaproclama. sta, redactada por un emigrado y firmada por el duque de Brunswick, ge-neral en jefe del ejrcito prusiano, se dio a conocer el 1 de agosto. El manifiesto, tanviolento como poco hbil, amenazaba con entregar Pars a una ejecucin militar y auna destruccin total si se infera el menor ultraje a la familia real. Lo mismo. quetodos los procedimientos de intimidacin a los que haba recurrido el rey desde los

    comienzos de la revolucin, este produjo un resultado inverso al esperado. Ocasionun autntico estallido revolucionario. Las secciones parisienses y federadas, marselle-ses y de Brest sobre todo, dedicronse abiertamente a preparar la insurreccin final,que desembarazara a. Francia de un rey confabulado con los enemigos la Nacin.

    La sublevacin estall el 10 de agosto. Tras una dbil resistencia, las Tulleras fue-ron ocupadas por las masas populares. La familia real se refugi en la sala dereuniones de la Asamblea Legislativa la cual se hallaba indefensa ante aquellas nue-vas fuerzas, dirigidas por la Comuna revolucionaria de Pars y por jefes populares,tales como Robespierre, antiguo diputado de la Asamblea Constituyente, y por Danton,uno de los dirigentes del Club de los Franciscanos.

    La Asamblea Legislativa no tuvo ms remedio que inclinarse ante los vencedores

    del 10 de agosto. Suspendi al rey, permiti que fuese encarcelado por la Comuna, enla Torre del Temple y anunci la eleccin, .por medio del sufragio universal, de una

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    nueva Asamblea Constituyente, llamada, como en los Estados Unidos, Convencin, yque se encargara de dar a Francia un nuevo rgimen poltico.

    Mas el peligro exterior aumentaba sin cesar. El ejrcito prusiano, seguido por uncuerpo de emigrados, haba entrado en Francia poco despus del 10 de agosto. Seapoder fcilmente de las plazas fuertes fronterizas e incluso, el 2 de septiembre, de

    Verdun, la gran fortaleza que defenda Pars. Para los patriotas, aquella serie de sor-prendentes capitulaciones no poda ser ms que el resultado de mltiples traiciones, y,en lo concerniente a Verdun, estaban en lo cierto.

    El miedo aument vertiginosamente y condujo al pueblo a aterrorizar, por la violen-cia, a aquellos que consideraba como sus enemigos. El 11 de agosto, y debido a lapresin de las masas, las autoridades hicieron encarcelar, en Pars y en otras provin-cias, a multitud de aristcratas o sacerdotes refractarios, considerados sospechososy cmplices de los extranjeros. La noticia de la cada de Verdun y el dramtico llama-miento del gobierno al voluntariado recrudecieron el pnico. Se temi que los sospe-chosos aprovecharan la marcha de los patriotas hacia las fronteras, para salir de laprisin y aniquilar a sus familias. Grupos de: revolucionarios exaltados irrumpieron enlas prisiones de Pars y, durante cuatro das, dedicronse a dar muerte a detenidos

    despus de someterlos, en algunos casos, a juicios sumarsimos. Hubo alrededor de1.300 vctimas, o sea, la mitad de los 1 detenidos. Algo parecido ocurri en provincias.El nuevo ministro de justicia, Danton, pareca dar su aprobacin a tales hechos.

    Este sobresalto popular se propag a los ejrcitos. El general Dumouriez, que, des-de el principio de la guerra, se hallaba al mando de las tropas, reuni a todas sus fuer-zas en Argona, a retaguardia de los prusianos, los cuales, obligados a presentar bata-lla, se prepararon el 20 de septiembre para atacar al ejrcito francs, acampado sobrelas elevaciones de Valmy. Dumouriez dispona de la excelente artillera, que habasido fabricada, siguiendo los planos del ingeniero Gribeauval, poco antes de estallar larevolucin. La violencia y precisin del caoneo, la firmeza de las tropas, qu a piefirme esperaron el ataque de los prusianos, a los gritos de iViva la Nacin!, descon-

    certaron a los prusianos, ya muy agotados por las lluvias torrenciales y por un abaste-cimiento deficiente. El duque de Brunswick, general en jefe del ejrcito prusiano, dio laorden de retirada. Goethe, que comprendi la importancia del combate, dijo: En estelugar y en este da se comienza una nueva era en la historia del mundo. Con la na-cin en armas, la voluntad popular pareca triunfar sobre las combinaciones de lossoberanos. De hecho, los prusianos se retiraron no slo porque las tropas francesaslas haban forzado a ello, sino tambin porque el rey de Prusia no olvidaba sus fronte-ras del Este. En efecto. Catalina II de Rusia aprovech la ausencia de sus vecinospara intentar apoderarse de una nueva porcin de Polonia. Por su parte, el rey de Pru-sia deseaba mantener el equilibrio con Rusia anexndose un trozo de Polonia. Losacontecimientos de Polonia, tanto como la batalla de Valmy, salvaron a Francia y a larevolucin.

    3. La Convencin y la proclamacin de la Repblica

    La batalla de Valmy se desarroll el 20 de septiembre. Al da siguiente, el 21, se re-uni la Convencin. Las elecciones para la misma se haban efectuado mediante el -sufragio universal; pero los moderados, aterrorizados por las matanzas de septiembre,no haban acudido a las urnas: .slo una dcima parte del electorado tom parte en laselecciones. En la Convencin hubo, pues, slo una minora de monrquicos o realis-tas. Estaba compuesta, sobre todo, por hombres de ley, burgueses y pequeoscomerciantes. En un total de 750 diputados, tan slo haba 2 que fuesen autnticosobreros.

    Ya en su primera reunin, la Convencin aboli la realeza y decret que sus actosseran fechados no de acuerdo con el cmputo tradicional, sino como el ao I de laRepblica. En espera de que fuese aprobada una nueva Constitucin, mantuvo las

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    instituciones establecidas por la Asamblea Constituyente. No obstante, algunos orga-nismos que haban surgido espontneamente despus del 10 de agosto y que desen-cadenaron en Francia el primer Terror, continuaron en funciones. Ello era debido aque la guerra continuaba y a que la poltica interior se hallaba estrechamente ligada alas contingencias de la lucha.

    No cabe duda de que aquella Convencin burguesa no tena la menor idea de so-cialismo, ni pensaba en absoluto en una vasta redistribucin de las riquezas, y anmenos en restablecer las fiscalizaciones econmicas abolidas desde 1789. Pero susmiembros, sincera y ardientemente patriotas, deseaban castigar a los traidores res-ponsables de la invasin empezando por el rey, expulsar del territorio francs alas tropas extranjeras y organizar la paz de tal manera que las nuevas institucionesestuviesen para siempre al abrigo de una intervencin extranjera.

    Al principio, todo pareca favorecer la obra de la Convencin: los prusianos y aus-triacos, en franca retirada, abandonaron rpidamente el territorio francs, y, por suparte, las tropas revolucionarias, ocuparon los Pases Bajos austriacos y la mayor par-te de los territorios situados en la orilla izquierda del Rin. Las tropas francesas in-vadieron tambin el reino sardo, que se haba unido a la coalicin; las tropas france-

    sas, aclamadas por sus habitantes, ocuparon Saboya y el condado de Niza.Los revolucionarios holandeses, belgas, suizos y saboyanos sentanse alentados

    por la marcha de los acontecimientos; se acercaba el da en que se establecera lalibertad en sus propios pases. Los girondinos tuvieron al principio la mayora en laConvencin y dirigieron el gobierno hasta el 2 d junio de 1793. En materia de polticaexterior se mostraron muy sensibles a las presiones ejercidas sobre ellos por los pa-triotas extranjeros. El Ministerio de Asuntos Exteriores fue confiado a Lebrun-Tondu,que, antes de 1789, haba dirigido uno de los peridicos patriotas de Blgica. Losgirondinos decidieron, pues, ayudar a los patriotas extranjeros y propagar la revolucinen Europa. A peticin suya, la Convencin aprob, el 19 de diciembre de 1792, undecreto de gran resonancia: "La Convencin nacional declara, en nombre de la nacin

    francesa, que otorgar fraternidad y ayuda a cuantos pueblos quieran recobrar su li-bertad". Pero junto a esta tendencia, que transformaba la revolucin en liberadora, seperfilaba otra, que la convirti en conquistadora. Ciertas regiones ocupadas, sobretodo Saboya, haban solicitado, espontneamente, y con la aprobacin de la mayorade sus habitantes, su unin a Francia. Muchos revolucionarios pensaron que podaocurrir lo mismo con la mayor parte de loe pueblos liberados y que, en todo caso, paraproteger y defender la revolucin, Francia deba extenderse hasta sus fronteras natu-rales: el Rin, los Alpes y los Pirineos. Convena, pues, anexionarse tambin Blgica ylos territorios situados en la orilla izquierda del Rin. Para lograr este objetivo se recu-rri a consultas populares, mas no se logr reunir, pese a la coaccin del ejrcito, msque un nmero mnimo de votantes.

    Esta poltica de anexiones caus inquietud en el resto de Europa. Adems, los so-beranos estaban exasperados por el proceso y condena de Luis XVI. La Convencinestaba muy dividida a este respecto.

    Los moderados y muchos girondinos crean que bastaba tener encarcelado al reyhasta que se lograra la paz. Mas en Pars los sans-culottesy en la Convencin losdiputados de la montaa, exigan un castigo ejemplar para la traicin real y que,adems, se hiciera imposible con ello todo intento de restauracin monrquica. El des-cubrimiento, en un armario de hierro de las Tulleras, de algunos documentos que de-mostraban, de manera irrefutable, que el rey haba tenido contactos con los enemigosde Francia, reforz la argumentacin de los diputados de la montaa: Luis XVI, poruna ligera mayora, fue condenado a muerte y ejecutado el 21 de enero de 1793.

    La muerte del rey; la poltica conquistadora y anexionista de los girondinos; la aper-

    tura al comercio de las rocas del Escalda, cerradas desde 1583; la agitacin de losrevolucionarios en muchos pases europeos, dieron a la guerra una insospechada

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    magnitud. Organizse contra Francia una inmensa coalicin la primera. Inglaterra,que desde 1773 luchaba contra las revoluciones, y luego Espaa, se unieron a Austria,Prusia y Cerdea, contando con la aprobacin total de la zarina Catalina II. Portugal yla mayor parte de los Estados alemanes e italianos entraron tambin en la contienda.En Europa, slo Turqua, Suiza y los Estados Escandinavos permanecieron neutralesy se mantuvieron en paz con Francia.

    4. El gobierno revolucionario y la defensa nacional

    Los considerables efectivos puestos en juego por la coalicin hicieron retroceder alejrcito francs, que se bati en retirada, ya al iniciarse la primavera de 1793, lo mis-mo que el ao anterior. Dumouriez, vencido en Blgica, en la batalla de Nerwinden, el18 de marzo, hizo al rgimen responsable de su derrota y trat de marchar sobrePars; pero al oponerse sus tropas, se pas al enemigo. Esta traicin' desorganiz ladefensa nacional y dio origen a un nuevo miedo en el interior de Francia.

    Los sans-culottes, alarmados, multiplicaron los organismos revolucionarios. Loscomits de vigilancia, los batallones revolucionarios, que haban hecho ya una pri-

    mera aunque efmera aparicin, reemprendieron sus actividades en agosto y septiem-bre de 1793. Los clubes jacobinos, y cada vez ms los sans-culottes,reemplazaron alos burgueses e intervinieron con mayor eficacia en la vida poltica y administrativa.Multiplicbanse las detenciones al margen de cualquier iniciativa, gubernamental. EnPars, las secciones, dominadas por los sans-culottes,y la Comuna revolucionaria,acusaron a los girondinos de paralizar a la Convencin y al gobierno. Sus relacionescon Dumouriez y los esfuerzos realizados para mantenerlo en el mando, cuando suconducta era ya sospechosa, acabaron por desacreditarlos. En la Convencin, y muypronto en toda Francia, una violenta lucha enfrent a los girondinos y a los diputadosde la montaa, lucha que acab el 2 de junio de 1793 con el triunfo de la mon-taa. Una insurreccin de los sans-culottes parisienses forz a la Convencin a or-denar el arresto de 29 diputados girondinos. Este golpe de fuerza provoc en Francia

    disturbios muy graves. Ya antes, desde el 12 de marzo, los departamentos del Oeste,y sobre todo la Vende, se haban sublevado y exigan la restauracin de la monar-qua. Al llegar las primeras informaciones sobre los sucesos del 2 de jumo, estallaronotras insurrecciones en Normanda, en 1a regin de Burdeos y en la mayor parte delSudeste: muy pronto, unos 60 departamentos se enfrentaron a la Convencin de lamontaa o se pusieron en franca rebelda contra la misma.

    Ya al reunirse por primera vez, la Convencin empez a redactar una constitucin,labor que qued retrasada a causa del conflicto entre girondinos y montaeses. Tanpronto como fueron eliminados los girondinos, acabse de redactar la Constitucin atoda prisa. La Constitucin de 1793, o del ao I, es ms democrtica que la de 1791.Instauraba el sufragio universal masculino y el referndum, proclamaba la libertad para

    los pueblos de disponer de s mismos y reconoca

    lo cual constitua una gran inno-vacinciertos derechos sociales: la sociedad deba proporcionar los medios desubsistencia a los miserables, ya procurndoles trabajo, ya distribuyendo socorrosentre ellos. Adems, la sociedad haba de procurar instruccin a todos. Pero la Cons-titucin, de 1793 era tan. desceatralizadora como la de 1791. Su asamblea legislativadeba ser renovada cada ao mediante eleccin, y su consejo ejecutivo, compuestopor ministros escogidos siempre fuera de la asamblea, no tena excesivas atribucio-nes. Pero la Constitucin, tras haber sido aprobada, en referndum, por 1.800.000votos, fue colocada en un arca de madera de cedro y depositada a los pies del pre-sidente de la Convencin: no entrara jams en vigor. Sin embargo, la Constitucin de1793 ha desempeado un importante papel en la historia. Por primera vez planteante el mundo la problemtica de la democracia social. Sirvi de gua a los demcra-

    tas, que la colmaron de elogios: Babeuf, Buonarroti, ms tarde Louis Blanc, Barbes yJaurs.

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    Si la Constitucin haba sido reservada para el porvenir, para hacer frente a las difi-cultades actuales, la Convencin organiz el gobierno revolucionario. El 10 de octu-bre de 1793 proclam que el gobierno de" Francia sera revolucionario hasta que seconsiguiese la paz, es decir, que sera un gobierno de excepcin. Mltiples medidastomadas aisladamente, la mayor parte sin plan de conjunto, haban puesto paulatina-mente en marcha el mecanismo del gobierno revolucionario. El decreto de 14 de frima-rio del ao II (4 de diciembre de 1793) fue, en cierto modo, la codificacin de las cita-das medidas.

    De hecho, el poder ejecutivo estaba confiado a dos de los comits de la Conven-cin: El Comit de Salud [Salvacin] Publica y el Comit de Seguridad General. Elprimero haba sido creado, con el nombre de Comit de Defensa General, el 1 de ene-ro de 1793, en el momento en que las relaciones entre Francia e Inglaterra eran mstensas. Reorganizado y reducido a nueve miembros despus de la traicin de Dumou-riez, el 6 de abril de 1793, fue encargada de dirigir el gobierno, excepto las finanzas yla polica. Una vez eliminados los girondinos, el comit fue reorganizado nuevamente.En julio y agosto de 1793 se constituy el llamado gran comit, que gobern dictato-rialmente durante un ao y salv a Francia de la invasin. Estaba compuesto por doce

    miembros, que distaban mucho de tener las mismas ideas. Podan distinguirse en l alos moderados (Robert Lindet, Lazare Carnot, Prieur de la Cote-d'0r), especializadosen los problemas militares y econmicos; algunos de sus miembros podan ser consi-derados como izquierdistas (Robespierre, Saint-Just y Couthon), los cuales diriganla poltica del pas. Jean Bon, Saint-Andr y Prieur de la Mame se ocuparon, sobretodo. en asuntos martimos (navegacin, flota mercante y de guerra, etc.) ; Billaud-Varenne y Collot d'Herbois eran partidarios de profundas reformas sociales; el elo-cuente Barre era, en la Convencin, el portavoz del Comit; un antiguo miembro delParlamento de Pars, Hrault de Schelles, fue rpidamente eliminado.

    El Comit de Seguridad General, establecido desde el nacimiento de la Conven-cin, estuvo tambin, desde septiembre de 1793, compuesto por doce miembros, quepermanecieron en sus funciones durante nueve meses y tuvieron el mando supremode la polica poltica.

    Estos dos comits, responsables ante la Convencin la cual, en la renovacinmensual, poda derribar a sus miembros, formaban una especie de gobierno par-lamentario, que diriga con autoridad suprema los asuntos del pas en tanto contaracon la confianza de aquella asamblea.

    El Comit de Salud [Salvacin] Pblica vigilaba la rpida ejecucin de sus disposi-ciones por medio de representantes en misin, enviados a las provincias y a losejrcitos en combate, as como por agentes nacionales, que tenan autoridad sobrelas administraciones de los distritos y de los municipios y eran nombrados directa-mente por el gobierno. Los comits de vigilancia revolucionarios fueron legalizados yencargados de la vigilancia local de los sospechosos, y reconocise oficialmente elpapel desempeado por las sociedades populares o los clubes jacobinos; se les exigivigilar a las autoridades. Las elecciones fueron suspendidas, y la renovacin de losconsejos administrativos, confiada a los representantes en misin, ayudados por lassociedades populares. En cambio, los ejrcitos revolucionarios, que se haban for-mado en numerosos departamentos para detener a los sospechosos, fueron suprimi-dos por haberse mostrado excesivamente indciles. A la extrema descentralizacin dela Asamblea Constituyente sigui la ms intensa centralizacin que haba conocidoFrancia hasta aquel momento.

    Estas medidas surtieron un primer efecto: perdi impulso la guerra civil que amena-zaba dirigir contra Pars a las dos terceras partes de los departamentos. Los insur-gentes federalistas de Normanda fueron vencidos en Pacy-sur-Eure el 23 de julio.

    Casi todos los departamentos volvieron a ponerse bajo la dependencia de la Conven-cin, y la revuelta se concentr en tres regiones distintas, contra las cuales se envia-

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    ron efectivos del ejrcito regular para combatirla: la Vende, Lyn y Provenza, con lasciudades insurgentes de Marsella y Toln.

    Para dominar estas insurrecciones y prevenir otras, as como para castigar a lostraidores y los contrarrevolucionarios, la Convencin organiz el Terror. Desde el mesde marzo de 1793 se haba vuelto a proceder a la detencin de sospechosos. El 17 de

    septiembre de 1793, un decreto clasific las diferentes categoras de sospechosos yorden su detencin. De 300.000 a 500.000 personas fueron encarceladas.

    Para juzgarlas se establecieron tribunales revolucionarios. Anteriormente, el. 17 deagosto de 1792, se haba creado ya un primer tribunal extraordinario, pero la lentitudde su procedimiento haba provocado las matanzas de septiembre. Fue suprimido el29 de noviembre. Despus de la traicin de Dumouriez se restableci un tribunal re-volucionario en Pars, Otros tribunales funcionaron en provincias con diversas deno-minaciones. Por lo menos 17.000 sospechosos fueron condenados a muerte; y si aesta cifra se le aaden las ejecuciones sumarias y los muertos en prisin, tendremosque calcular en 35.000 a 40.000 las vctimas del Terror.

    El nmero de vctimas vari mucho, segn las regiones de Francia: el 89%de las

    condenas a muerte fueron pronunciadas en las regiones insurgentes o en los depar-tamentos fronterizos. En seis departamentos no hubo ninguna condena a muerte, y en31, tales condenas fueron inferiores a 10. Los obreros proporcionaron el mayor contin-gente de individuos juzgados por los tribunales revolucionarios: el 31% del total. Se-guan inmediatamente los campesinos (28%). Aristcratas y sacerdotes fueron poconumerosos en relacin con el nmero total de vctimas; pero en proporcin a las cifrande nobles y de clrigos que haba en Francia antes de la revolucin, su nmero resultabastante elevado.

    El Terror caus estragos principalmente desde octubre de 1793 hasta Julio de1794: fue esencialmente poltico y represivo. Tambin constituy un instrumento de ladefensa nacional y revolucionario. Los comits de gobierno as eran llamados losComits de Salud [Salvacin] Pblica y de Seguridad Generalno tenan como mi-

    sin exclusiva vencer a los enemigos del interior. Tambin haban de procurar recha-zar la invasin en todas las fronteras de Francia, luchar por mar y por tierra contra lacoalicin europea.

    En esta lucha, Francia pudo superar la aparente desigualdad de fuerzas, porquesupo utilizar todos sus recursos. Con 26 millones de habitantes, era, en aquel enton-ces, el Estado ms poblado del continente despus de Rusia.

    La creacin de la Guardia Nacional condujo a la implantacin del servicio militarobligatorio y universal. Desde el mes de febrero de 1793, la Convencin decret lamovilizacin de 300.000 hombres. Esta leva sirvi de pretexto a la insurreccin contra-rrevolucionaria de la regin de la Vende. Y aunque la movilizacin se efectu en lamayor parte de Francia, muy pronto se vio que era insuficiente. En agosto, la Conven-

    cin decret la movilizacin, general:los solteros de 18 a 25 aos fueron incorporadosal ejrcito, mientras que a todo el resto de la nacin se le asign como objetivo su-premo de sus actividades, la guerra y la victoria.

    Los efectivos del ejrcito pasaron as a ms de un milln de hombres, cifra que nohaba sido jams alcanzada y que entonces pareci astronmica. El ejrcito fue reor-ganizado, y en l se amalgamaron los soldados de! antiguo ejrcito profesional, losvoluntarios y los movilizados. La nocin de masa, que va a ser la caracterstica domi-nante de la civilizacin contempornea, apareci as por vez primera.

    Para armar, equipar y alimentar a aquellas masas se necesitaba una produccinacelerada de armamentos, pertrechos y vveres. En la Europa continental, Francia erael nico pas en el cual la industria estaba lo bastante desarrollada para satisfacer ta-

    les demandas. Las fbricas de armamentos fueron multiplicadas, todas las manufactu-ras textiles fueron obligadas a trabajar para el ejrcito, en todas partes se establecie-

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    ron talleres de confeccin de uniformes y fbricas de calzado. Las cantidades que erannecesarias se completaban por medio de requisas.

    Los sabios fueron movilizados para perfeccionar los utensilios y crear nuevos inge-nios de guerra. El telgrafo, perfeccionado por Chappe, y la aerosttica, desarrolladapor Cont, se aplicaron por vez primera a fines blicos. Un ao despus de la inva-

    sin, en la primavera de 1794, el Comit de Salud [Salvacin] Pblica pudo oponer alenemigo, en todas las fronteras, fuerzas numricamente superiores.

    5. Anticipaciones econmicas y sociales

    Financiar una produccin de guerra tan considerable hubiese supuesto para el anti-guo rgimen un problema casi insoluble. En cambio, en los tiempos revolucionarios, elasignado puso a disposicin de los Comits de Gobierno medios de pago casi ilimita-dos. Bastaba fabricar billetes. Pero entonces apareci un fenmeno desconocido has-ta aquellas fechas o que, por lo menos, nunca haba alcanzado una magnitud tan con-siderable: la inflacin. Y su consecuencia inmediata fue el alza de los precios y la ele-vacin del costo de vida.

    Esta elevacin del coste de vida fue consecuencia no solo del aumento despropor-cionado de los medios de pago puestos a disposicin de la Nacin, sino que tambinse debi a la movilizacin, que priv a la tierra de gran cantidad de hombres aptospara trabajarla y, naturalmente, disminuy la produccin agrcola. Tambin contribuya tal fenmeno una serie de malas cosechas. Tras la penuria de 1788-1789, las cose-chas de los aos 1791, 1792 y 1793 resultaron insuficientes. Los mercados estabanmal aprovisionados, debido, por una parte, a que la cosecha era insuficiente y, porotra, a que los campesinos se negaban a aceptar los asignados, en constante deva-luacin. As, los productos alimenticios se vendan a precios cada vez ms elevados, yel alza se extenda a todas las comarcas.

    No es de extraar, pues, que, en tales Condiciones, todos cuantos pasaban hambre

    o sufran los efectos del alza del coste de vida creyesen-que la revolucin no habaalcanzado sus objetivos. En las ciudades, principalmente en Pars, los sans-culottessemanifestaron muchas veces, durante el verano y el otoo de 1793, contra el movi-miento revolucionario. Tales sans-culottesno formaban una clase social definida, enel sentido que se le da hoy a este trmino. Era un grupo integrado por muchos traba-jadores independientes, tenderos y artesanos, as como tambin por obreros, oficialesy aprendices. Aspiraban, por encima de todo, a una mayor igualdad, especialmente delos disfrutes, es decir de la reparticin de vveres y recompensas. No eran hostiles ala propiedad. Tenan por ideal una sociedad de pequeos productores independientesy de pequeos propietarios. Posean una concepcin bastante anrquica del gobierno,que deseaban ver ejercido directamente por el pueblo, el cual habra de deliberar ensus asambleas primarias y votar verbalmente. Sus principales portavoces fueron

    Hebert y los apodados enrags,entre los cuales destacaba Jacques Roux, quien de-clar en la Comuna de Pars, el 21 de junio: En qu consiste la libertad cuando cier-ta clase de hombres pueden hacer pasar hambre a otros? En qu consiste laigualdad, cuando el rico puede, por su monopolio, ejercer el derecho de vida y muertesobre sus semejantes? Libertad, Igualdad, Repblica, todo esto no es ms que unaquimera.

    Para luchar contra la caresta de la vida, la Convencin, presionada por los sans-culottes,se resign a establecer una tasacin de los bienes de consumo infinitamentems completa y estricta que cuantas haba llevado a cabo el antiguo rgimen. Esto fueel mximo general de salarios y precios, instituido el 29 de septiembre de 1793. Loscomits y el ejrcito revolucionario obligaran a los campesinos a aprovisionar los

    mercados y a vender, al mximo estipulado. Estaba prevista la pena de muerte paraquienes intentasen esquivar la tasa o el racionamiento.

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    Pero, bastaba ello para satisfacer las demandas de los sans-culottes? No, porcuanto exigan tambin igualar las fortunas por medio de la multiplicacin de los im-puestos a los ricos y el reparto de las tierras. Al mismo tiempo, algunos de ellos lucha-ban contra la religin y empleaban todas sus energas en descristianizar a Francia. Lamayora de los miembros del Comit de Salud Pblica e incluso el propio Robespierre,eran hostiles a estas tendencias anrquicas, que ponan en peligro la defensa contralos enemigos de Francia. Comprendan que la campaa de descristianizacin podasoliviantar a la gran mayora de franceses contra la Revolucin. Por otra parte, el mis-mo Comit permiti a Danton y a sus partidarios los moderadosentablar la lu-cha contra el Terror. Al propio tiempo, satisfizo aparentemente a los sans-culottesalordenar, por los decretos de ventoso, distribuir entre los indigentes los bienes; delos sospechosos considerados enemigos de la Revolucin. En verdad, sta medida,prcticamente irrealizable, tena por objeto calmar a los sans-culottes en el mismomomento en que sus portavocesHebert, y los enragseran detenidos. Mas paraimpedir que la Revolu cin siguiera el camino trazado por los moderados y condujeserpidamente a una paz de compromiso y a la restauracin monrquica, Danton y suspartidarios fueron tambin detenidos. Hebertistas, enragsy .moderados, comparecie-

    ron ante el tribunal revolucionario y fueron condenados a muerte y ejecutados los das24 de marzo y 5 y 13 de abril de 1794.

    Durante cuatro meses, el Comit de Salud [Salvacin] Pblica, dominado por Ro-bespierre, fue todopoderoso. Reaccionando contra la descristianizacin, y esperandocon ello ganar para su causa a una gran parte de franceses, intent implantar un cultodesta: el del Ser Supremo. Prosigui asimismo una poltica social moderada al insti-tuir, por el Gran libro de la Beneficencia nacional, asignaciones para los pobres ap-tos para el trabajo, asistencia a domicilio para los enfermos y socorros para los ancia-nos. Al mismo tiempo se adoptaron los principios de gratitud y obligatoriedad de laenseanza primaria y se suprima la esclavitud en las colonias. Pero en aquel enton-ces, podan tener alguna oportunidad de perdurar semejantes disposiciones?

    6. Decadencia del gobierno revolucionario

    El Terror, el gigantesco esfuerzo para la defensa nacional, las disposiciones adop-tadas en el terreno econmico y social condujeron a los resultados previstos. En elinterior, las revueltas fueron vencidas. Lyon fue reconquistada el 9 de octubre.; Marse-lla, el 25 de agosto y Toln, el 18 de diciembre. Los vendeanos fueron completamentederrotados el 23 de diciembre, y si la insurreccin de las regiones del Oeste prosiguipor medio de guerrillas, quienes las sostuvieron (los chuanes) llegaron a constituir pa-ra el gobierno revolucionario ms bien una molestia que un autntico peligro. En laprimavera de 1794, las tropas francesas podan ser, en su inmensa mayora, reagru-padas frente al enemigo exterior. Se lanzaron a la ofensa en todos los frentes, y el 25de junio, el ejrcito del Norte consigui la rotunda victoria de Fleurus, que volva a abrirpara los franceses la puerta de Blgica. Finalizada la guerra civil y rechazada la inva-sin extranjera, el Terror y su cortejo de cargas econmicas y sociales parecieron in-soportables. .Mas precisamente en los mismos das en que se desarrollaba la batallade Fleurus, el Terror experiment un recrudecimiento. El 22 de pradial (10 de junio),Robespierre hizo aprobar una ley que aceleraba el procedimiento del tribunal revolu-cionario al suprimir las ya exiguas garantas de que an disfrutaban los acusados, pri-vndolos principalmente del derecho de tener abogados defensores. Se multiplicaronlas condenas a muerte y perecieron muchos inocentes.

    Esta ley intensific an ms las divisiones que existan entre el Comit de Salud[Salvacin] Pblica y el de Seguridad General, y, adems, soliviant a la inmensa ma-yora de franceses contra el Terror, que ya no tena razn de existir, y contra Robes-

    pierre, que pareca ser el principal responsable del mismo.Los sans-culottesparisienses, descontentos por la ejecucin de sus portavoces en

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    marzo, e irritados por la publicacin del mximo de salarios, que disminua su nivelde vida en el mismo momento de la adherencia, abandonaron prcticamente a supropia suerte a los partidarios de Robespierre.

    El gran Comit de Salud [Salvacin] Pblica, privado de todo apoyo popular, fuederribado el 9 de termidor del ao II (27 de julio de 1794). Tras una intil tentativa de

    resistencia, Robespierre y sus ms fieles colaboradores, puestos fuera de la ley,fueron detenidos y guillotinados al da siguiente.

    La primera consecuencia de las victorias revolucionarias fue, pues, la cada de Ro-bespierre e, inmediatamente, la paralizacin del Terror. No transcurri mucho tiemposin que fuera suprimido el mximo de los salarios y precios (diciembre de 1794), y lalegislacin social del ao Use hundi cuando apenas haba empezado a aplicarse.

    Los supervivientes de los girondinos fueron llamados nuevamente a ocupar sus es-caos en la Convencin, que, desde entonces, se denomin termidoriana. La mayo-ra de la asamblea, que haba colaborado con los partidarios de Robespierre slo du-rante un ao y espoleada por la necesidad-ya que la victoria contra los enemigos deFrancia era la condicin indispensable para la supervivencia de los principios de

    1789

    , volvi rpidamente a sus principios liberales e individualistas. No se intentponer en vigor la Constitucin de 1793, que la mayora de los convencionales juz-gaban demasiado democrtica. Mantvose el gobierno revolucionario, aunque muyatenuado, mientras la Convencin redactaba una nueva Constitucin: la del ao III(1795).

    De hecho, la Convencin termidoriana se lanz a una poltica reaccionaria, tenden-cia que se manifest en las trabas impuestas a las actividades de los clubes o socie-dades populares.

    Desde el punto de vista econmico, se volvi, en el interior, al liberalismo. La su-presin del mximo provoc un alza acelerada de los precios, seguida de emisionesmasivas de asignados. Francia entr as en lo que ms tarde se llam un ciclo infer-nal. Los rentistas se arruinaron, y los trabajadores, que eran retribuidos con asigna-dos, quedaron en la miseria. Los sans-culottesde Pars se levantaron en germinal y enpradial del ao III (abril y mayo de 1795); pero las revueltas fueron dominadas por elejrcito, que, por vez primera desde 1789, dispar contra el pueblo sublevado. Losmonrquicos intentaron aprovechar la situacin para aduearse del poder, pero la ten-tativa de desembarco de un cuerpo de emigrados en Quiberon fracas por completo(27 de junio al 21 de julio), y una insurreccin de los realistas parisienses fue aplasta-da, el 13 de vendimiario del ao IV (5 de octubre de 1795), por el ejrcito gu-bernamental, al mando del joven general Bonaparte, que ya se haba distinguido en elasedio a Toln en 1793.

    En el terreno intelectual y espiritual, la obra de la convencin termidoriana fue muynotable. Para poner fin a la crisis religiosa abierta en 1790, estableci la separacin de

    la Iglesia y el Estado, medida destinada a tener grandes repercusiones en el mundoentero. Si es cierto que no se aplicaron la obligatoriedad y la gratuidad de la ense-anza primaria, en cambio, la enseanza secundaria fue renovada mediante la crea-cin de escuelas centrales que, rompiendo con la tradicin, concedieron la primacaal estudio de las ciencias, el dibujo y las lenguas vivas.

    La enseanza superior fue mejorada mediante la creacin de la escuela politcnica,primer ensayo de una escuela normal; el establecimiento del Instituto, destinado aagrupar a los sabios y a dirigir la investigacin cientfica; la creacin de archivos na-cionales y departamentales, del Conservatorio de Msica, del Museo del Louvre, delMuseo de Historia Natural y del Conservatorio de Artes y Oficios.

    7. La victoria revolucionariaLa victoria de Fleurus fue seguida por la ocupacin de Blgica durante el verano de

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    1794 y de las Provincias Unidas el invierno del mismo ao. Los territorios situados enla margen izquierda del Rin, excepto Maguncia, volvieron a caer en manos de las tro-pas republicanas. Por dos puntos distintos de los Pirineos, las tropas francesas cruza-ron la frontera y penetraron en Espaa. La Coalicin se deshizo, a consecuencia deestos reveses. Su solidez no era muy grande, ya que ningn tratado general una a losdistintos participantes. Espaa desconfiaba de Inglaterra, pero, sobre todo, el pro-blema polaco segua enfrentando a Prusia, Rusia y Austria. A fines de 1792, despusde la batalla de Valmy, Prusia y Rusia se haban anexionado vastas porciones de Po-lonia: fue el segundo reparto de aquel desgraciado pas. El gobierno austriaco se sintidefraudado y engaado. Adems, los patriotas polacos, agrupados en torno a Kos-ciusko, creyeron, en 1794, que, por medio de una revolucin, tanto nacional como de-mocrtica, podran expulsar al invasor ruso y transformar Polonia en una repblicademocrtica, a la imagen de Francia. As, se sublevaron y redactaron una nueva cons-titucin, en la cual se estipulaba la emancipacin de los campesinos. Pero no fueronapoyados por la pequea nobleza. Austria y Rusia aprovecharon el pretexto de aquellarevuelta jacobina para intervenir. Kosciusko fue hecho prisionero por los rusos enoctubre, y Varsovia capitul el 6 de noviembre de 1794.

    Para poder reivindicar un fragmento de Polonia, Prusia tuvo que transportar todassus tropas al Este, lo cual la oblig a negociar la paz con Francia. El Gran Duque deToscana, hermano del emperador de Austria, haba demostrado ya anteriormente queun prncipe poda tratar con la revolucin, ya que haba concluido la paz con la Con-vencin el 9 de febrero de 1795. Rusia firm la paz el 6 de abril del mismo ao en Ba-silea. En virtud de la misma, reconoca a la Repblica Francesa y acceda a la neutra-lizacin de toda la Alemania del Norte. Las Provincias Unidas, que se haban conver-tido en la Repblica Btava, firmaron la paz el 16 de mayo. Cedan a Francia el Flan-des holands, Maestricht y Venloo, y, adems, haban de pagar una elevada indemni-zacin, consistente en cien millones de florines, y firmar con Francia una alianza ofen-siva y defensiva. Respecto a Espaa, firm la paz en Basilea el 22 de julio y cedi laparte espaola de la Isla de Santo Domingo. En cuanto a Polonia, el tercer reparto fue

    rubricado el24 de octubre de 1795.La Francia revolucionaria, aun cuando continuase la guerra contra Inglaterra, Aus-

    tria y los Estados italianos excepto Toscana, demostr que era la mayor potenciade la Europa Occidental en que, entonces. Tanto los soberanos como los patriotas detodos los pases se preguntaban con ansiedad qu poltica seguira Francia en losterritorios que haba ocupado. Los partidarios de Robespierre haban dado la sensa-cin de repudiar el programa trazado por los girondinos en el decreto del 19 de no-viembre de 1792: fronteras naturales para Francia, ayuda a los pueblos deseosos derecobrar sulibertad y convertirse en repblicas independientes. Pero los girondinos, osus herederos espirituales, haban vuelto al poder el 9 de termidor, ocupaban los pues-tos clave del Comit de Salud [Salvacin] Pblica y obtuvieron la mayora en la Con-

    vencin. El 1 de octubre de 1795 hicieron aprobar la anexin de Blgica. Al parecer,iban a tomar una resolucin semejante respecto a los territorios en la orilla izquierdadel Rin, pero la decisin fue aplazada porque los austriacos ocupaban todava Magun-cia y Renania era un campo de batalla.

    El establecimiento de la Repblica Btava reanim las esperanzas de los patriotasalemanes, suizos e italianos. Deseaban ardientemente la victoria de Francia, ya queslo gracias a ella podran destruir el antiguo, rgimen y convertir en repblicas demo-crticas sus respectivos pases. Pero la Convencin dio por finalizadas sus sesiones el25 de octubre de 1795. Sera el nuevo rgimen, el del Directorio, el que habra de car-gar con la pesada responsabilidad de construir una nueva Europa.