historia de la iglesia

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Pintura de la Historia de la Iglesia

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  • PINTURA DE LA

    JH[ 1 T O R K A D)E 1L A 1 G 1L lE ][ A, QUE CONTIENE

    LOS SUCESOS MAS 1MPORTANTES, como son, la primera edad del Christianismo, las Persecuciones, los ilustres lvIrtyrcs, los_ antiguos Solitarios, los Padres y Doctores de la Iglesia, los Goncilios generales, las famosas Heregas, la anti-gua Disciplina, el establccimi~nto de las nuevas Ordenes, los Autores Eclesisticos; y generalmente

    los hechos 1ll,IS curiosos de esta Historia, desde el primer Siglo lusta el prcseme.

    FORMADA EN FRANCS POR .

    y COPIADA EN ESPAOL

    POR DON FRANCJ.SCO ANTONIO DE ESCARTIN.

    TOMO TERCERO.

    e o N L 1 e E N CIA.

    MADRID, EN LA IMPRENTA REAL,

    AO DE~!796.

  • D d dlOt quosdam Apostolos, qtlOsdam au-eus e r t m p 1 tas alias E'Vallgelistas, a toS au e tem ropne, d cOllsummatiollem Sallcto-P t et Doctores, a ru: ,01;; opus ministerii, t"n aedificationem Corpo-ris Christio

    Epheso IV, II et 12..

    PINTURA DE LA

    HISTORIA DE lLA IGllESIA.

    CONTINUACION DEL SIGLO IV.

    SAN JUAN CHR1:"SSTOMO, Patriarca de Constantinopla, Doctor de la

    Iglesia, y el quarto de los Padres Griegos.

    l~aci este grande Obispo en la ciudad de An- Arode J. e.3fT. tioqua, hcia el ao de 347, de una de las

    principales familias de la ciudad. Su padre fue un Oficial General del Oriente, llamado Se-gundo; pero le perdi en la menor edad. Su madre Anrhusa, que qued viuda en la edarl de veinte aos, no quiso contraer seSundo matrimonio, y fue un exemplar de virtud pa-ra todos. Se consol con la esperanza del aux\ .. lio de Dios, y l:on la vista de su hijo. Amaba

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  • 4- SIGLO QUARTO. . . -en el , no solo una imagen viva de su marIdo. sino tambien los talentos grandes con que le habia dotado el Cielo: pues su genio excelen-te era muy propio, tanto para la virtud, como para las ciencias. Sus Obras muestran muy bien su profunda sabiduria Y disClccion, su amor Y ca-ridad para con todos; 10 que, sin duda, le adqui-ri verdaderos amigos. Su principal caracter pa~ rece haber sido un zelo intrpido, una constancia admirable, Y un odio extremado la injusticia.

    Procur su madre educarle bien: desde ni~ o se aliment de la leche de la piedad , y despues se instruy en la c1oqll~ncia, fin de servir a1gun da de lengua a la verdad) habiendo n:nido por Maestro entre otros, al

    er1'S. de Sophista Libanio. Cuncluidos los estpdos, per-::.~~l.'~.~: maneci en el mundo por algun tiempo:

    sus pasiones , como' l mismo dice) le arras-traron en la baxeza del siglo hasta apetecer con mucha ansia las diversiones del thea-tro. T ambien practic el exercicio de Abo-cado, que era entonces el escalon para subir ~ las primeras Dignidades: dd'\:ndi algunas

    cau~'J.' I 1:,

    olnspos CELEBR.ES. S. JUAN CHRYSOST. S pad las injusticias, que se cometen en el se-guimiento de los pleytos , le movieron abra .... zar una vida mas tranquila. No quiso tener en adelante otra ocupacion que la de su sal-vacion: mud su exterior, tomando un ves- I tido de colo: obscuro, un semblante recogido, un ayre seno y grave. Desde entonces se de~ dic al estudio de las Sagradas Escrituras, que nos hacen gustar las cosas dignas de ser ama-das. Por. este medio, haciendo cada dia rpi-dos prQgresos en .esta -Santa Philosophia se sin-. / 1 ' tm uego abrasado de aquel fueao divino que

    comunic despues los demas ~or medio de sus instrucciones, tanto en Antioqua, como en Constantinopla.

    San Melecio , Obispo la sazon de Antio-qua, conociendo los grandes talentos v vir-tud de este Joven, le manifest un ~fecto particular, le adil1inistr el santo Bautismo y le hizo Lector. Poco tiempo despues fu; quando San Basilio, uno de sus ntimos ami-gos, y que habia renunciado iaualmente el si?Io , s~ntindose abrasado de a~lOr hcia la Vida solitaria, propuso nues~ro Santo, que dexase la casa paterna para retirarse la sole-da~. "Quando mi madre, dice San Juan Chry-"sostomo , tuvo ,j1oticia de nuestra rsolu-

    " con,

  • 6 SIGLO QUARTO. "don, me manifesl el mas amargo dolor; me

    ~,cogi por la mano, y hacindome sentaren "la misma cama en que habia nacido, comenz " llorar, y me hablo en estos trminos: Hijo

    , "mio, Dios no quiso q'Je gozase yo mucho ',' tiempo de la virtud de tu padre: su muer-,., te , que sigui los dolores que sufr para "darte luz, te hizo huel!fano, y me dex "viuda antes que pudiese ser util ti y a m. " Yo he padecido todos los traba jos .incomo-"didades de la viudez, las quales no pueden "ser comprehendidas por las personas, que no "las han experimentado. No hay palabras que "puedan explicar el sobresalto en que se ve mma viuda joven, que acaba de salir de la "casa de sus padres, que no sabe ni entiende "de manejar negocios, y que en medio de su "afliccion debe tomar nuevos cuidados, de que "la hacen incapaz la flaqueza de su edad, y la "de su sexo: es preciso que ella sepa sufrir "y supla la negligencia de sus criados; que "se defienda de los daados intentos de sus "parientes; y que sufra con paciencia la crue1-"dad insolencia de los encargados de la exac-"cion de los impuestos.

    "Quando un padre, tiempo de morir, "dcxa hijos) si es nia, yo bien s que cuesta

    ,

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    i ~

    OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 7 " la madre mayor cuidado; pero este es to-"lerable, por quanto no va ~ezclado de temor " ni de gasto. Pero si es varan , su educacion "es mas dificil, Y es un objeto de aplicacion "y de continuos cuidados, sin hablar de lo que "cuesta para darle una buena instruccion. Sin "embargo , todos estos males no me han mo-"vidp volverme casar. He vivido constante " en medio de estas borrascas, y confiando es-"pecialmente en la gracia de Dios , he resueI-"to sufrir todas las aflicciones que trae consi-"go la viudez.

    "Mi nico consuelo' en meda de mis tra-" bajos, ha sido siempre verte cada paso, y "contemplar en t la imagen viva, y el retra-"to fiel de mi difunto marido: consuelo que "comenz con tu infancia, quando aun no sa-"bias hablar, que es el tiempo en que los pa-"dres y las madres se complacen mas en sus "hijos. No podrs t decirme que yo he dis-"minuido la hacienda de tu padre para liberrar-

    "m~ de las incomodidades referidas: desara-. o

    "Cla que suele suceder, no pocas veces, los " pupilos : yo te he conservado lo que l dex, "no obstante lo que he gastado para tu rnc-

    "jo~ e~ucacion. Yo he suplido estos gastos de " miS bIenes, y de lo que llev al matrimo-

    "nio.

  • 8 SIGLO QUARTO. "na. No te digo esto, hijo mio, para echar~ "re en cara lo queme debes. Por todo ello no "re pido sino una gracia ; y es que no me de-"xes viuda segnda vez. No abras de nuevo "una herida que comienza cerrarse ya: es-'

    '~pera, lo menos, hasta el tiempo de mi muer~ "te, que acaso no est lejos. Los que son jve"'; "nes pueden esperar envejecer; pero en mi edad "ya no l1J.y qL1e esperar, sino la muerte. Luego "que me hayas sepultado con tu padre, y ha"'; "ras reunido mis huesos con su~ cenizas, em-"prende los dilatados viages que quiera~ ~ n~ "die te lo estorbzr; pero mientras que yo vt-"va, no huyas de m, ni te canses de vivir ", conmigo. No quieras provocar contra t la "indignacion de Das, causando un dolor tan "sensible una madre, que no lo ha merecido. "Si yo piensa mezclarte en los cuidados del "mundo, y pretendo obligarte tomar el go-"bicrno de mis intereses, que son tuyos, no "hagas caso de ello, ni mires (yo 10 con-"siento) las leyes de la naturaleza, ni los cui-"dados quc mc ha costado tu educacion ) n "el respeto que debes una t~adre, ni otro "algun motivo semej;1l1te: huye de m , como "enemiga de tu sosiego. Pero si hago yo 10 'H:PC dependa de m, para que puedas vivir

    "con

    I [~ OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 9 i(i "con una perfecta tranq !llidad; esta conside-

    !"~~'J l~j "racion te mueva, lo menos para quedarte, ~ "si no te hacen impresion alguna todas las ~: "demk Por grande que sea el nmero de ,';;i "tus amigos, ninguno te dexara vivir con tan-

    J~ nta tranquilidad, como yo. Tampoco hay a1-i~~ ~: "guno que tenga el mismo deseo que yo, para W, "tl1S adelantatuientos y mayor bien. " . " Ih No era posible que San Chrysstomo re-H sstiesc tan eficaces ruegos, capaces de mover

    '~ los corazones mas duros. Por tanto, aunque ;~~ fuesen muy vivas las instancias de San Basi-W' l' di' -1 ';? 10, no pu o reso verse a uexar una madre,

    tan llena de ternura y digna de ser amad:!.. Continu, pues, viviendo con entera volun-.~ tad, sin que ella le empease en negodo al-~l~ guno del siglo. Tenia tambien todo el tiempo

    ;~~ necesario para elevar su alma Dios. Ayuna-f, __ , ~.!,; ba , velaba, dormia sobre la tierra, y domaba " ~~' su cuerpo por medio de las austeridades. Si a1-,J gun mal deseo inquietaba su corazon , luego ~~ se extinguia la llama, por quanto viviendo en

    ~. un retiro severo, sus ojos no hallaban por ~ afuera materia de que alimentarse. Hacia una ~ vida Monstica, hua de las visitas, y de ~?~; comunicar con persona alguna. Por lo mis-~;j mo era motejado de hombre insociable; pe-

    ~ ro ; '.}~ , '",~~J

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  • 10 SIGLO QUARTO. ro queria mas sufrir estas calumnas, que aban ... donar su soledad I no hallando medio de con .. versar con los mundanos, sin peligro de fo-mentar y. avivar sus pasiones.

    Al mismo tiempo que San Chryssromo no pensaba, sino el modo de ocultarse . los ojos de los hombres, sus virtudes eran ya tan co-nocidas , que los veinte y cinco ao~ fue s:lcado de su retiro, para ser colocado en la C-thedra Episcopal. Los Prelados de Syria, es-tando juntos en Antioqua para proveer dife-rentes Sillas vacantes, resolvieron preferirle, como Basilio su amigo, todos aquellos que tenian mas edad, pero no tanta capacidad y virtud. Apenas lleg el suceso su noticia, quando se llen de temor, y huy, per-maneciendo oculto, hasta que supo que los Obispos, no pudiendo hallarle, habian echa-do mano de Basilio, y ya no pensaban en l.

    Despues de haber vivido seis siete aos en Antioqua del modo ya expresado , resol-vi abrazar otro mthodo de vida, mas perfec-ta y penitente. Despreciando, pues, los mo-vimientos de la carne y de la sangre, deter-min dexar su madre para poder cumplir mas bien sus deseos. El ao de 375, cerca de l, se retir las montaas de Antioqua,

    que

    -'I~:~ 1\ . ' r,y OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSaST. 1 I 1'; que estaba'n pobladas de Sa"tos Solitarios, ~uti; ya vida pinta el mismo Santo en muchos de Ui sus Sermones. Se sujet la direcdon de un l:;:' Padre anciano, que practicaba con el ltimo ,:1 rigor los exercicios de la penitencia; imit en

    ~/:. un todo su vida austera por espacio d qua-:,. tro aos, castigando sus sentidos con la mor-; tificacion mas severa. Abraz despues la re-

    ~( saludan de, ocultarse de los hlombres, re~ir~n, .. ~ dose solo a una cueva, en a que paso os :';S ~os, ocupado solamente en aprender de me-'.",

    ri;~ maria el nuevo y antiguo Testamento. Con las_ !~~ vigilias y el frio ql1e sufri, logr amortiguar ~ su carne. Creese' que en este retiro compuso ~ sus Libros Aclel Sac:rd/o~o, 10ds dI el~dCoMmpu/n"' don, y su pologla a lavor e a Vl a o nas .. Il~ f~:~ tica. Austeridades tan severJ.s debilitaron su [,tsalud 4e tal manera , que se vi precisado i? volver , Antioqua, donde San Me1ecio le orden de Dicono, la edad de 33 aos. I,I.,!- Cinco aos despues, San FIaviano I sucesor de

    San Me1edo, le promovi al Sacerdocio y ha-1;\ r,,:,~ bilir para el ministerio de la predicacion. Des-Vr1 de entonces empez explicar al pueblo las

    f~i~ Sagradas Escrituras: todos sus Sermones son ~;ii un Comentario perfecto de ellas. El pueblo los l:~ oa con admiracion y zdo Christiano; y :~~

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  • ! I;~ 12 SIGLO QUARTO.":' int,errumpia muchas veces con aclamaciones i:~L ~'i festivas y con demostraciones, que ofendian 1:,1

    ~!;,~.

    su humildad; lo que le obligaba protestar 11,~"o":".',~,:",,i.' que no se alegraba de oir sus aplausos, sino ~, de ver practicar las verdades que l les ense- .' " aba, en nombre de Jesu-Christo. Da enten- ~ der que era grande el concurso que tenia en (, 'Antioqua. Dexaba muchas veces la explica- ! ' cion de

    d fa Escritura , para tratar ddifcderentes rf.'

    puntos e la moral, en la qua1 pue e ecirse, : i, i .~ ,-que era' Maestro consumado. Los que toca con ~ especialidad, son la utilidad de la limosna', la ~"; desgracia de los ricos y grandes de la tierra, ~ particularmente, si oprimen los dbiles; la ne~ ~. cesidad de la penitencia, y de la contricion .;,'$ del corazon, fundada sobre la confianza en la ~~t grande misericordia de Dios. :Estudiaba, , sin {'r duda, sus Sermones, quando podia; pero pre-,0} dicaba de repente muchas veces sobre sucesos ,,o 'del da, pues tenia para ello un don muy par-ticular, y abundancia muy grande de palabras :";~: y pensamien tos, que salan de su boca mane- ;i.; ra de un rio. Ningun otro, dice Suidas, pose~o',; y jams una e10quencia tan rica, ni una fa- ;' cilidad de explicarse tan feliz, por cuya razon se le di el nombre de Chrysstomo, boca de i oro. En quanto escribi y. dixo, su esty 10 es i ;:

    cla~

    OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 13 claro y sublime , sus expresiones escogidas; agrada siempre, y tiene un ayre de verdad que penetra el corazon , y persuade. Nada omi-tia jams de 10 que podia servir para la ins-truccion y sa1vacion de los pueblos. Este era el nico objeto, que llenaba su alma y su co-razon; ningun trabajo era penoso para l, con tal que se dirigiese y contribuyese la salva-cion de un alma.

    Su aplicacion al servicio de la Iglesia no era interrumpida jams, y sin embargo, nada recibia de ella: pues se mantenia de su patri-monio, distribuyendo lo sobrante entre los po~ bres. Su mantenimiento lo hacia poca costa:: pues ~n Antioqua se le oy decir que un me~ dio septaro de vino y un pan, bastaban para alimento de qualquiera hombre; y que si l to-maba algo mas, era por razon de la debilidad de su estmago, arruinado con los rigores de la penitencia. Su vida mas de ser sbria y pura, era perfecta- en todas las cosas. Esto da-ba una autoridad grande sus discursos, y como practicaba la virtud maravillosamente, le era mucho mas facil persuadirla. Por la mis~ o ma razon, su afluente e19qi'tencia no hubiera producido el fruto que sabemos, si no hubic ... se ido acompaada siempre de la santidad de su

    vi-

  • 14 SIGLO QUARTO. vida. El tumulto de Antioqua di motivo al , Santo para hablar al pueblo con mayor fortaleza, " y por tanto debe referirse aqu este suceso. ~{

    S E DIe ION D E A N T 10 Q u 1 A, ao 387- ~

    Queriendo Theodosio sostener con las ar- ",'/ mas al Joven Valentiniano, levant este ".~ efecto un exrcito poderoso , y se vi preci-sado imponer un nuevo tributo, para subve- ' nir los gastos de la guerra. Publicado en An- ,'.! tioqua el Edicto para el nuevo impuesto, pa- 1,/::: re ci ste excesivo sus vecinos, y se quejaron i~., de l, como de un gravmen insoportable. Ani- ~i maron la clera del pueblo los mas sediciosos, ~t~ y apedrearon los retratos de los Emperadores; f;!; y llegando su furor al exceso de descolgar con !;~!;f cuerdas las estatuas de Theodosio y de la Em- .! peratriz Flavila, las echaron por el suelo, las l :'

    arrastraron por la ciudad, prorumpicndo ca- [

  • SIGLO QUARTO. car el nmo del Emperador; y sin atenCler su avanzada edad, se puso en camino, en 10 mas riguroso del invierno. En este intervalo

    " habiendo llegado Antioqua los Comisiona-- dos, con todo el aparato de la autoridad Im-perial, inspiraron al pueblo una terrible idea de la severidad, con que iban proceder con .. tra los culpados. Mandaron cerrar inmediata...; mente los theatros pblico.'), declararon la ciudad desposeida. de sus privilegios; hicieron pesquisas secretas, y arrestaron muchas per-sanas, siendo bastante para ello la menor sos-pecha. Los soldados,' puestos en cada uno de los quarteles de la ciudad, contenian el pue-blo, y le llenaban de un terror pnico. Los Santos Solitarios, que vivian cerca de Antio-qua, sabiendo el. estado lastimoso que es-taban reducidos sus vecinos, se mostraron pe- --netrados dd mas agudo dolor. Llevados de su ardiente caridad, abandonaron la soledad, y pasaron consolarlos, exhortando unos al desprecio de la muerte, y dando esperanzas otros de lograr el perdon lmp.:riaI. Solici-taban tambicn el favor de los jueces, para moverlos piedad. Algunos, como San Ma-cedonio) infiamados d~ un zdo ~anto, les ha-blaban con autoridad, y lle p;ne de Dios.

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    OB,ISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 17 Este anCIano venerable , encontraodo dos Ofi-ciales del. Emperador, lesmaod detenerse .como lo hicieron, y levantando Ha voz dix~ as: "Id-, am igos, mios, y de mi parte' decid "al Emperador, vuestro amo: T Sen-or .

    . ,., el es ", Emperador, pero tamben erc::s .hombre, man-"das los hombres , que son. imgenes de Das: "teme, pues,13. ira del Criador, si destruyes la "criatUra: te hallas ofendido, porque tu imagen "fue maltratada; y Das no 10 ser tambien "quando hayas maltratado las suyas? Las tu-"yas son insensibles; y las suyas son vivas y "racionales." Estas palabras hicieron tal im-presion en el nimo de los dos Oficiales que las hicieron pretientes al Emperador Theodosio. Noticiosos otros' Solitarios, de que estaba Pa_ ra pro~u~cars~ la Sentencia contra los cul~ados, pldleron a los Jueces se mandase suspen-der por algunos das, y se esperasen nuevas rdenes de la Corte; C1.1ya gr-acia alcanzaron fuerza de sus ef1ca;es splicas. '

    Habiendo entre tanto aLribado Constan-tinopla el Obispo Flaviano, entr en el Pa-lacio) y se present Theodosio con los ojos fixos en tierra, sin atreverse llegar, y con un semblante tan confuso, como si fuese feO. El Emperador se acerc entonces e'l y 1 d' , e .1-

    TOMO ur. ~ xo,.

  • r8 SIGLO QUARTO. XO, que no esperaba recibir injuria semejante de una ciudad la qual habia dispensado tan-tas gr~cias. Flaviano, rompiendo el silenci~, empez su discurso, confesando que los deh~ tos de sus vecinos eran dignos del mayor cas-tigo; pero que quanto era mas grande la 'in-juria recibida, tanto mas glorioso seriae1 per ... don que se dignase conceder: y despues con-

    , , 1 tnu asi: "Me presento yo aqm, no so amente "en nombre de los vecinos de Antioqua, sino "tambien en el del Seor Soberano de los "hombres para declararte, que si perdonas "estos sus yerros, el Padre Celestial te per"" "donar los tuyos. Acuerdate, Seor, de aquel "da terrible en que debes' parecer ante el "Rey de los Reyes, para dar cuent de todas "tus acciones. T mismo vas pronunciar tu "sentencia: imita tu Maestro que' no cesa "de 'hacer bien los mismos que le ultrajan. " y por ltimo, este Santo Obispo asegur Theodosio, que si negaba aquella ciudad desgraciada el perdon que le peda, l no vol-veria entrar en ella, ni miraria en adelante como patria suya una ciudad, la qual el Prn-cipe, mas humano de roda la tierra, miraba con indignacion, sin atreverse ni determinar-se perdonar.

    , \

    Theo ..

    "

    OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 19 Theodosio no pudo resistir la fuerza de

    este discurso; le cost bastante trabajo dete-ner las lgrimas, y disimulando su conmocion, dixo al Obispo: Si Jesu-Christo, siendo Dios, quiso perdonar los hombres que le crucifi-caban, deber yo no conceder el perdon los sbditos que me han ofendido, yo que soy Hombre 'como ellos, y Siervo del mismo S(!-or? Entonces Flaviano se postr y le di gra-cias, deseando1e todas las felicidades, que se hacia acreedor por accion tan heroyca. Mar-cha, pues, Padre mio , dixo Theodosio, y ~onsuela quanto antes tu pueblo, con las se~ guridades que le dars de la gracia que yo le dispenso: ml1evele en la Fiesta de Pascua hacer penitencia de su delito, y pide Dios que bendiga mis armas. El Santo Prelado par-ti de all inmediatamente., y despach un correo para librar mas pronto. la ciudad de la afliccion en que se. hallaba. Su entrada en Antioqua fue un dia de triumpho: sembra-ron de yerbas olorosas los caminos por donde habia de pasar: se pusieron luminarias, y cacll uno, agradecido al favor del Soberano; hizo vo-tos y oraciones por la conscrvacion de su vida.

    Pero volv~mos ya a San Juan Chryssto-mo. La muerte dG Theodosio el Grande que

    132 acae-

  • 20 SIGLO QUARTO. acaeci el ao de 395, fue seguida de la ir...: rupcion de los Godos en la Grecia, y de los Hunos en todo el Oriente, hasta las cerca-nas de Antioqua. Estas desolaciones son vero-similmente aquella sublevacion de enemigos, de la que hace mencion San Chrysstomo en una de sus Homilas sobre la penitencia, y la cuen-ta en el nmero de otras muchas pestes, con

    qu~ era castigado el pueblo de Antioqua, co-mo eran la hambre, la sequa y la piedra. En estos tiempos de calamidad no era la Iglesia bastante capaz para la multitud de Chrstianos que concurra ella, todos los dias. ,Todos vivan en la sabduria y mo-des tia , y en el desprecio del siglo. Ningu-no era inquietado de las pasiones, todos pen-saban en servir Dios solamente, y en exer .. citar los actos de piedad. En medio de este ex-terior piadoso, bien conoda. San Juan Chri-sstomo que los corazones no se habian mu-dado, y que volveran su primera vida lue"7' go que sucediese la calma; no dex de predi-carlo asi, y de avisarlo los que le lisonjeaban de esta aparente mudanza. Todas su~ Homi~ las sobre la penitencia fueron hechas en estos tiempos de calamidad y de miseria.

    Dos aos despues, N cetario, que habia su" ce-

    OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRY~OST. 2. 1 cedido San Gregario de Nazianzo en la Silla de Constantinopla, pas mejor vida, y se: movieron los mas fuertes empeos para ob-tener esta dignidad: por quanto el Obispo de Constantinopla se hallaba en poses ion del primer lugar, despues del de Roma, y el Em-perador hacia all regularmente su residencia. Por esta razon, aquella Silla, que temian ocu-par los varones mas santos, era, por el con-trario, un objeto de ambicion para aquellos que estaban doniinados de este vicio, y carecian de virtud.

    El nombre de San Juan Chrysstomo era celebrado, la sazon, en todo el Imperio, tanto por razon de su eIoqtiencia, como de su virtud acrisolada. Apnas fLle propuesto para el gobierno de aquella Silla, quando el Clero, el pueblo y el mismo Emperador se mostraron favorables su c1eccion, y vota-ron por l unnimemente. No faltaba otra co-sa que vencer la humildad del Santo, y pre-cisarle entrar en la Corte. Para ello se juz-g conveniente usar de alguna astucia. El Em-perador Ar cadio escribi Astero, Conde de Oriente, para que se le enviase sin rui-do, y de modo que no resultase alboroto en Antioqua) porque ~ra all un respetado y

    ama-

  • 22. SIGLO QUARTO. amado, que no consentira el pueblo su au-s;:ncia. Asterio llam San Juan Chrysstomo con pretexto de consultarle, y le rog que sclbiese su carro, para ir visitar una Igle. sia fuera de la ciudad. Mas, quando hubie-ron salido, le llev con toda diligencia has-ta Pagres, que era la primer jornada, y all le entreg un Eunuco y un Oficial del Exrcito, enviados por el Emperador, para

    ~onducirle en un carro Constantinopla, don .. de fue recibido con m ucho respeto. Ya ha-bia convocado Arcadio muchos Obispos. Reunironse inmediatamente todos los votos en su favor, excepto el de Theophilo, Pa-triarca de Alexandra, que fue en 10 sucesivo su mas cruel perseguidor. Al otro diJ. de su ordenacion, vino el Emperador la Iglesia con todo el Senado, para recibir su bendi-cion; y el Santo tuvo un largo coloquio con l. U na de sus primeras acciones y de las mas im-portantes para la Iglesia, fue la reconcilia-cion de San Flaviano, Obispo de Antioqua, con la Iglesia Romana y todo el Occidente.

    Precisado de esta manera San Juan Chry-sstomo subir sobre la primera Sill;t del Oriente, se aplic desde este momento la reforma de su Dicesis, y hacer florecer

    en

    I i ,

    :

    l 1\ ~. \ I 1\ ; ~ ,

    i l I ,

    O!ISPOS cnEBRES. S. JUAN CHRY50ST. ~~ en ella la piedad. Se ve en sus Homilas aquel amor ardiente que tenia al pueblo, que Dios le habia confiado: miraba los Fieles de Constantinopla como sus hijos y sus pro-pios miembros. Si l amaba tanto sus ove-jas, tambien ellas le tenian grande amor, co-mo lo manifestaron bien en la persecucion que experiment. Mas l no queria, ni amar su pueblo, ni ser amado de l, sino para conducirle al Cielo, 'por el camino del Evan-gelio. Todo su gozo consista en verle ade-lantar en la virtud: por esto predicaba ince-san temen te; y quando vea que se aprove-chaban de sus instrucciones, se animaba mu-cho mas al trabajo; y al contrario, se afli-gia quando I no se aprovechaban de ellas. Su fervorosa y activa caridad le hacia buscar mil medios para mover los corazones. Su aborre. cimiento, no contra los pecadores, sino con-tra el pecado, era el nico orgen de sus in-vectivas tan fuertes, por las quares lo com-batia. Templaba algunas veces la magnificen-cia. ~e su estylo, para hacerse inteligible los mas simples: se vala para esto de exem-pIos, de comparaciones, de historias) y to-das las demas cosas que pueden hacer impre-sion en el nimo del pueblo. As) aqella

    elo ...

  • 1:,

    SIGLO l:Jtr AR TO. cloqencia que se admira en sus dscutsos, no es otra, que b. que le daba la misma n:lturaleza , la que le parecia deber con-servar, para honrarlas verdades que predi-c2.ba, y para que, haciendo impresion en el al:na, penetrasen el corazon por la bendicion de Dios.

    Tanto como era su zelo para anunciar la palabra Divina, otro tanto era el fervor del pueblo para venir aprenderla de su boca. Corran en tropas sus S;!rmones, y jams se cansaban de oirle. El objeto de sus exhorta-ciones era corregir quanto le era p::>sibk los desrdenes de una ciudad, tal como Constan tinopla, y de. hacer revivir en su pueblo la virtud de los primeros Christianos de Jerusa-len. Esta es la grande obra que se aplic: hizo freqentes invectivas contra el luxo; y, aunque el vicio parece que est anexo las grandes ciudades, principalmente quando los Prncipes tienen su Corte en ellas,' su pode-rosa eloqi.iencia hizo menospreciar la prpura, la seda y la pedrera muchsimas personas. No cesaba de clamar contra los theatros, y, desde Antioqula se habia declarado enemigo hreconciliabie de 'estos peligrosos espectculos, considerndolos como un miserable orgen de

    to-

    OlHSPOS CELEBRES. S. JU N CHR YSOST. 2. 5 toda la corrupcion de las costumbres. En fin, tuvo el, gozo de ver muchos de los mas apasionados por el Circo, dexar estas peli'" grasas concurrencias, y correr la Iglesia, para aprender de su boca el camino de la salvacion.

    Pero la materia mas ordinaria de sus ins-trucciones era la inutilidad de las riquezas, mas bien los infinitos peligros que las acom-paan, tanto para esta vida, como para la sal-vacion eterna, y la obligacion de distribuir-las entre los pobres. Las diversas revolucio-nes que sucedian en la Corte de Arcadio, le daban tambien nuevos asuntos de extenderse sobre una materia, en que siempre era fe-cundo. Teniendo siempre delante de sus ojos las amenazas que hace Ezequiel contra los ma. los Pastores, hacia resonar su voz, como una trompeta espantosa, para advertir su- pue~ blo, que la espada de la ira de Dios estaba

    ,r pronta castigar los pecados, y para exhor-tar todo el mundo la penitencia. Porque l no era de aquellos, ql1e predicando los otros, . no se predican s mismos, ni ense-

    . aba sino lo que practicaba primero. Ade-mas de su infatigable aplicacion a-I 'ministe-rio de la palabra, atcndiatambien todos

    los

  • '26 SIGLO QUARTO. O!ISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 2.7 los demas cuidados de su pueblo, que pe Muchas buenas razones justificaban esta can-den esperarse de un verdadero Pastor. V daba ducta, que sus enemigos le acriminaron sin sobre la condLlcta de las viudas; consolaba embargo. Ademas del amor que tenia la mor~ las vrgenes; socorria todos los que se halla- tificacion, y los respetos que su cj'lebrantado ban en alguna necesidad; y en fin, era el refu- estmago le obligaba guardar , le pareca no gio de los que estaban oprimidos de afticcion. deber convidar los Grandes su mesa: te-

    En quanto su conducta privada, su pri- ma empearse en grandes gastos , para los mera ocupacion era el estudio de las Escritu- quales hubiera sido preciso valerse del dinero ras: de dia y de noche tenia estos Libros Sa- ' 'de los pobres, que se creia obligado eco-grados entre las manos: aplicabase singular- nomizar, considerando como un sacrilegio el mente la lectura de San Pablo, la qual gastarlos en banquetes, en edificios no nece-tenia particular aficiono Aunque padecia mu-. sarios', y en otras superfluidades de esta na-chas incomodidades causa de la debilidad turaleza. Fuera de esto, hubiera necesitado de su estmago, y su cuerpo era debil y des- Mayordomos, que le hubieran hecho pagar las carnada, pasaba muchas veces hasta la noche .,cosas mas alto precio de 10 que valan, y sin tomar alimento , en medio de una vida, siempre expensas de los pobres. Yendo las tan activa. Parece que no usaba sino de los ,casas de los ricos, temia la vielencia que se alimentos mas ligeros, y, excepto en los gran~ hubiera visto precisado hacer su sobrie-des calores , no bebia nada de vino, creyn.., dad, menos de no querer ser reputado 'por dose obligado, como Obispo, dar exemplo ,el censor de otros. No es porque ignorase que de una vida grave y frugal los de su tiem-: ,la hospitalidad es una virtud; pero l sabia po ; se privaba con firmeza de todas las cosas "que sta tiene sus lmites y sus peligros. Por que pudieran hacer el menor perjuicio su 'otra parte, no se complada en las conversa-pureza, indicar demasiada indulgencia hcia .,' dones de los cortesanos, y de todos los que las inclinaciopes -de la naturaleza: as exclua' no buscan sino divertirse, cavilar y perder el de su mesa todo manjar delicado: comia siem~, ,tiempo en conversaciones intiles: hua todas pre solo, y no iba comer casa de nadie. ~' las compaias de esta especie, y ellos por su par-

    Mu" te

  • SIGLOQUAltT~. OlHSPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 29 te huan de l, como de un hombre de caracter que su amor los pobres le movi vender agreste, y que menospreciaba todo el mundo. los vasos de oro y de plata que pertenedan El no se complada sino con los que deseaban la Iglesia, sobre lo qual quisieron sus ene-aprender de l alguna cosa de sus oblgaciones., migas tratarle de sacrlego, quando la ver-

    Habiendo examinado las cuentas de los bie.. . dad canonizaba su prudente generosidad, por nes de la Iglesia, reform muchos gastos inti- el exemplo y pluma de San Agustin y. de San les, especialmente los destinados para la per- Ambrosio. sana del Obispo, que ascendan mucho. El El cuidado que San Chrysstomo tenia de no queria ni tapices, ni vestidos de seda, ni su pueblo, tanto por sus acciones, como por nada de lo que huele grandeza, queriendo sus exhortaciones, produxo, por 10 menos, una mas imitar, entre sus antecesores, San Grego- parte del fruto que deseaba. Vi reflorecer su rio Nazianzeno, que Nectario: porque este _ I~l,es~a, y adelantar mas y mas en la piedad: ltimo amaba mas la magnificencia de un Se- .VlO a muchas personas arrancadas por la fuer-nadar, que la sencillez de un S:mto Obispo.' ~a de, su palabra del poder del demonio; vi Del dinero de la Iglesia no tomaba mas que el ,cambIar de semblante toda la ,ciudad, y que era necesario, todos los das, para su corta tomar un ,nuevo resplandor por la pureza -que comida; y ste no siempre lo tomaba: por_,ad~rnaba a sus almas : porque arrebataba que parece que no reciba nada de los bienes todo el mundo, y nadie podia resistir la de la Iglesia, querienjo predicar la penitencia, fuerza de sus palabras. El orden, que puso en sus propias expensas. Asegurado siempre de . el Oficio de la Iglesia , tambien contribuy que Slnta Olimpiada tenia cuidado de su al- :mucho para ganarse el afecto de los pueblos: mento, para quitarle todo embarazo. , porque l fue quien arregl la Salmodia de

    Esta diminucion que hizo en el gasto de J~u.na manera tan sabi,a , que subsisti largo Iglesia, le produxo grandes sumas, que des- : ,t;empo de:~ues de el. Tambien parece que tin tanto para las necesidades del Hospital, .el estableclO en Constantinopla las oraciones que estaba ya establecido para los enfermoS, de la noche , que se empezaban las doce:, ~omo para otros 1huchos que 'fund. Parecequeria que asistiesen ellas los hombres, y

    que' que"

  • 30 SIGLO QUARTO. OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 3 I quedasen en Casa las mugeres, para ir orar ' .. COlTIQ' siempre habia conservado mucho la Iglesia durante el dia : pone l mismo las afecto y estimacion la vida Monstica, des-freqiienrcs vigilias y el canto de los Hymnos de. que gust sus ventajas en la juventud; y entre los exercicios ordinarios de la devodon ha:b"iendo hallado muchos Monges en Cons-de su pueblo; parece que haba vigilias mas taritinopla, ,les hacia grandes elogios, quan-solemnes, donde tambien se hallaban las mu- do eran fieles en guardar la soledad de su Mo~ geres. Esta prctica es tan superior nuestra nasterio, y cuidaba mucho que no les faltase flaqueza , que apenas podemos comprehender cosa alguna; pero los :que vea que desea-cmo podan racionalmente exigirla del comun ban salir, y presentarse en la ciudad y en las del pueblo; pero no es menos cierto que fue casas, los miraba '~omo1a ignominia de su practicada largo tiempo en la Iglesia. profesion , y los reprehenda severamente. Su

    Entre las personas de que se habia encar' mayor zelo se',manifestaba en orden los' Ede .. gado San Chrysstomo , atendia muy particu sisricos , como la porcioh mas importante de larmente las Vrgenes, que siempre han sido: s~ ,gr~y. Encontr muchos que estaban vi~ consideradas como la mas ilustre porcion del.', CIldos por las riquezas por los placeres in_

    , l' f fames' se apl' , , h rebao de Jesu-Christo. Esto le esnmu o a lCO , ~ues, a acerlos vivir segun hacer una Obra sobre la virginidad, que el el orden de los Canones, y corregir los de-una de las mas considerables de sus Escritos, fectos de toda su conducta exterior. Se vi tanto por la piedad de que est llena, como .tambie~ o.bl~gad~ juntar la fuerza y el rigor por la e1oqiiencia; y las V rgenes no pueden . de la d,lscIphna a las amonestaciones ~ y de-hallar en otra parte mas magnficos elogios de . poner a muchos. De esta manera separ de su su estado, ni mejores reglas de su obligacion Clereca, dIOS que b deshonraban, y llen Tambien fueron las Viudas uno de los prin- este YaCiO e muchos excelentes sbditos. cipales objetos de su solicitud pastoral; per ' Ademas, como Obispo de la ciudad Im-particularmente aquellas, que se consagrabar, pedal, se consideraba San Juan Chrysstomo al servido de la Iglesia, y que la Iglesia cui- como encargado de todos los Grandes de la daba de mantener, quando estaban necesitadas, , Corte, y aun del alma misma del Emperador.,

    ~ p~

  • 32 ' SIGLO QU AR TO. Para cumplir con esta oblig.adon, reprehendi con aenerosa libertad las in justicias que: Y1Q come~er algunos : reprehendi la avaricia, -el fausro y la soberbia de otr05-,: habl muchas; veces al Emperador y la Emperatriz ,de sus obligaciones, y de la necesidad de h;1cer peni~ renda. Hacia prof~sion de ignorar. el arte d.e las atenciones, sin el qual es casi imp'osibJe agradar los Grandes dclsiglo, y se gloria~ ba de predicarla verdaq, s(;;n~illanenre y :sin

    rod~o~, , Vengamos . ahora la persecucion que se )

    , '1 A' , , levanto contra e. . qUl vamosa ver a este gran, Santo arroj;;ldo de Constantinopla , y mo- l' i ~ rir en el desierto. Lo mas doloroso en esto es, I que un tan digno P~stor no fue perseguido , si- : " no por los mismos hijos de la Iglesia : fue perseguido por sus mismos ,Ministros y por algunos Obispos. El verdadero motivo de esta persecucion diman del zelQ con que traba ... jaba en establecer la piedad en Constantino-pla, combatiendo la avaricia de los ricos, la soberbia de los Grandes, y el luxo de las mu- 1, geres. Los que mas trabajaron en desacredi- ' tarlo) como hombre duro, intratable y fic,ro, < fueron sus propios Eclesisticos, y un crecido" nmero de Monges. Tambien se sirvi el de-

    mo-

    . OlHSPOS. CELEBRES. S. JUlIN CHRYSOST. 33 m~1io en est~' 6C:sion d~ diversas mugeres de muy tTiala: opinion. La Emperatriz Eudoxla fue S' 'mayor enemiga. Los que conspiraban con-tra I el Santo' Obispo, la habian irritado con-tra l , por falsas relaciones que le hablan he-

    ch~ de sus Sermones, hasta acusarle de que la: haba tratado de JezabeI. Pero los mas prin-cipales y peligrosos enemigos fueron quatro

    / Obispos, Theophilo de Alexandra, Acado de' Berea en Syria, Sc"eriano de Gabales, y An-tioco de Ptolomayda. No hablaremos aqu si-no;del primero, p'orql:le fue Como el caudillo de los perseguidores del Santo. El famoso Theo-philo tenia grandes qualidades; pero tenia tam-bien grandes defectos: saba ocultar tan bien sus vicios , que era repUtado como un Santo por muchas personas : tenia mucho espricu y, mucho. fuego : manifestaba un zelo extraordi-nario para combatir la idolatria, edificar Igle-sias, y fundar Monasterios. Pero; dice M. Du-pin , que no tenia otra regla de sus sentimien-tos mas que su inters y su ambician, y abra-zaba . el partido del primero que llegaba, quan-do podia servirle para satisfacer su pasion. Era. naturalmente atrevido, y queria que Su opi-nion 10 arrastrase todo : saba emplear la poli- . tica como b fuerza, y tenia espias que le Con-

    TOMO 1lI. e ta ..

  • , .

    34 SIGLG QUARTO. '. taban todo lo qu~se' deca y l~ac;l ~ era envi-;. :

    . . ' los ot:ros se ad-diosa de la estlmaClOn que . . , ~, . ; quirian por su virtud; yya sea por esta Yl r, envidia, ya sea PQ~ dominar, todo.c:1 ~undo, no ordenaba, en quanto poliia) por Oblspos y Presbyteros sino los qUI1\ juzgaba que pq , . tenian bastantes luce~.y fortalez3" p~raresls-; tide. Ve aqu por qu se opuso, quanto pudo, la promocion de S~n lijan;c:hrysstomo, y aun procur.desacreditar su. Ieput~1.c.on : ~o~:' l. que C01110 era buen phison~mist~, adVlItlO 'I'~ sobre su sembb.ntc aquella llltrepldez yfir:-, . meza Apostlica, que hemos di.cho s~r ~l'ca- I racter ;particu1arde nuestro ,Santo; y el hu~ biera querido que se hubiera puesto en esta Silla una persona que hubiera dependido de~ l. . Todo el mundo. convino en que no pudo perseguir San Juan Chrysstomo ~ s,u~ ?is.' cpulos, sino por mentiras, call1mntas e. mJl~sticias. Se ve por la' continuacion de la hlstona, que no fue este Santo solo contra, qll~en cm'" , ple las mismas armas ; y que su paslOn por edificar Iglesias, que casi pareca loable, fue una de las primeras causas de todo el mal, porque no se limitaba la necesidad que podian tener os pueblos ~ 10 que le hacia olvidar el cuidado de los pobres ~ y que para conseguir

    el O." r"v . ~.

    , ~ .,

    OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 35 el fin de sus ideas, no habia medio, por cri-minal que fuese, que no le pareciese inocente.

    Qu horrible persecucion no levant con-tra los Grandes-Hermanos, que eran las prin-cipales cabezas de los Santos Solitarios de Ni-tria? Condenados en una especie de Concilio como Origenistas, los ech de su soledad con las mas crueles violencias. Vironse reducidos pasar Constantinopla echarse los pies de San Chrysstomo, para pedirle su protec-cion. Su estado sac de su caridad lgrimas de compasion y de dolor; y como no le pe-dian, sino el poder volver s soledad con be-neplacito de Theophilo, crey que esta grada no era. dificultosa de conseguir de un Obispo. En esta inteligencia escribi Theophilo, ro-g:mdole que restableciese los Solitarios en la comunion de la Iglesia.' Este no buscaba, sino ocas ion ,de romper con el Santo, le es-cribi de una manera muy dura, que l no tenia que mezclarse en sus .. negocios, ni reci-bir representaciones' contra l.

    Entre tanto, los Solitarios acudieron la Emperatriz Eudoxa ; y examinando el asunto, fueron condenados, como calumniadores, los que los perseguian de parte de Theophilo. Este tu-vo oreten de pasar Constntinopla justifi-

    e 1 car-

  • 1:

    36 SIGLO QUARTO. eaise de las acusaciones que se le imputaban. Vino y traxo consigo algunos Obispos de su satisfaccion. Quiso San Chrysstomo prevenir-le por buenos oficios, y le suplic que vinie-se aposentarse en su casa Episcopal; pero l no quiso jams ni hablarle, ni verle. Maqui-n tambien todos los medios de perderle, de acuerdo con los de su Clero, y los del Pa-lacio, que no amaban al Santo, ni la pu-reza de su moral; y empezaron juntar sus tramas con las suyas. Ganaba los avaros con su dinero; los destemplados por grandes co-midas, y los Eclesisticos ambiciosos por la esperanza de las dignidades; de manera, que en pocos das cambi de semblante respecto l, no solo la Corte, sino tambien la m:lyor parte del Clero, y de delinqiiente se vi en estado de ser el Juez de los otros. Faltabalc. solamente hallar persona.s ,que se enca.~gasen para con l del oficio de acusadores; hall dos Diconos que el Santo habia depuesto "al uno por un homicidio, y al otro por un adulte-rio. En conseqiiencia, le presentaron demandas en que no habia nada de verdad: despues ,. ha-bido consejo entre ellos, consiguieron del Em"!' perador una orden contra el Santo, de com-parecer delante de un Concilio. N o se atre-

    vie-

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    1', : ' "I'

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    !'

    OBISPOS CELEBIES. S. JUAN CRRYSST. 37 vieron juntarse en Constantinopla, causa del amor que todo el pueblo tenia su Pastor: eli-gieron un lugar cerca de Macedonia, llama-do la Encina, donde Theophilo tuvo su CtmciOO! liabulo. Entre los diversos capitulos de acusa-don, fue acusado el Santo de haber llama-do la Emperatriz una Jezabel; lo que se mi-raba como un crimen de lesa-Magestad que se pagaba con el ltimo suplicio. Asi, de nada menos se le amenazaba que de perder la ca-beza. El mismo nos ensea, que le acusaban de haber bautizado despues de haber comido, y dado la comunion personas que no esta-ban en ayunas; y de haber vendido muchos muebles de la Iglesia. Pero el Santo neg fir-memente uno y otro. En quanto lo demas, la mayor parte de estas acusaciones no eran si~ no calumnias, acciones del Santo maligna-mente interpretadas.

    Al mismo tiempo, continuaba en instruir su pueblo en Constantinopla. Sabeis, les de-da, amados hermanos mios, por qu me quie. ren deponer? es porque no estoy vestido de seda, y no tengo mesa, dando entender cla-ramente, que la reforma que queria estable-cer ,en este Elcro, era la principal causa de la persccucion que le hadan. Se debe notar

    tam-

  • 38 SIGLO QUARTO. tambien, que San Chrysstomo tenia la sazon en Constantinopla quarenta Obispos de diver-sas provincias, convocados por orden del Em-perador, para juzgar al mismo Theophilo, con-tra el qual habia presentadas setenta quere-llas , sin que se hubiese justificado todavia; 10 que le hacia incapaz de ser Juez de nadie. Pero San Chrysstomo no quiso valerse de es-ta ventaja, y habiendo mandado Theophilo re-querirle para que compareciese su Concilio, respondi que estaba pronto justificarse, co-mo el mismo Theophil0 y los otros tres Obis-pos susodichos, saliesen de 1:1 Junta, no asis-tiesen ella como partes. No se di oidos su respuesta: maltrataron sus Diputados, y se pronunci la sentencia de deposicion. Ar-cadio, que era un Prncipe simple y poco ilus-trado, se dex vencer por Eudoxia que 10 estrechaba, y que habia jurado perder al San-to, Confirm, pues, esta sentencia, y mand que fuese desterrado el Santo Bithynia.

    Noticioso el pueblo de esta novedad, se sublev con calor, y vel toda la noche te-miendo se sacase al Santo de la Iglesia; mas l aprovechndose de un momento en que se habia retirado el pueblo, sali secretamente, y se entreg los qtle tenian orden de prender-

    le.

    ir

    '.,

    ! ..

    ,

    --

    ")

    OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 39 "le, Pusieronle en un navio , y le desembarcaron en Hieron sobre la costa de Bithynia.

    , El robo del Santo no dismirtuy nada del ardor que el pueblo manifestaba por l. Las Iglesias y las plazas pblicas resonaban con gemidos y clamores. Entre tanto Theophilo, ha~ biendo dado la vuelta Constan tinopla, man-d entrar soldados en la Iglesia, armados de dardos y mazas, que echaron al pueblo, y llenaron de sangre el Santo Bautisterio. Pero apenas se" habia pasado un dia , despues de la expulsion del Santo, quando la ciudad de Constantinopla fue conmovida por un gran-de terremoto. Se asust tanto Eudoxia, que considerando este suceso, como un castigo de su injusticia, escribi al Santo, protestando-le, que ella no habia sabido de la manera co-mo habia sido tratado, y alcanz de Arca-dio, que se le levantase el destierro. Diron-se inmediatamente las rdenes para traerle. A su arribo se cubri el Bosphoro de navos: to-do el pueblo, hombres, mugeres y nios ca-minaban delante de l, con una vela en la mano, cantando Hymnos. De esta manera fue conducido la Iglesia de los . Santos Apsto-les obligronle que subiese sobre el trono Episcopal, y echase la bendicion al pueblo.

    Theo-

  • I

    40 SIGI.o. QUARTO. Theophilo y su conjuracion, ~onfundidos por esta mudanza, no pensaron sino en ocultar-se ; porque el pueblo lo.s hubiera despedazado.

    El dia siguiente se junt el pueblo en la Iglesia, y pidi grandes Vo.ces que los Ecle sisticos que habian h.echo traycion al Santo, fuesen excomulgados y depuestos; pero San Chrysstomo los exhort la mansedumbre y la paz: despues de haberles hecho un cor-to sermon, fue suplicar Arcadio le conce-diese juntar un Concilio para su justificacion. Instruido. Theophilo de la pretension del Santo, se embarc prontamente, y huy Alexan-dra; y se neg venir Constantinopla, (ontrf.\. la. orden que mand comunicarle el Emperador. Parece -que San Chrysstomo no. . alcanz lo que peda para su justificacion, y que la calma de que gozaba despucs de su fes~ tablecimiento, no dur sino dos meses, porque recqbradqs sus enemigos, y principalmente Se~ veriano y Antioco, de su primer susto, com~nzaron atacarle de nuevo.

    Socr. 1.6. Seglln Scrat~s y SOZQmeno, el dao pro-c. IS. p. ~~~: C~20. vino. de una estatua, que Eudoxia mand le-

    ~: 7S~: n. varhar la puerta del Senado, y muy inme.,. diata la Iglesia de Santa Sopha. Era cos-tumbre cnton

  • 42 SIGLO QUA:R.TO. loso. Es verdad que algunos pretenden que en esta ocasion habl el Santo en una Homila contra Eudoxla, baxo el nombre de Herodias, y en estos trminos: "Ved all aun Hero-"dias furiosa; todavia bayla, todavia danza; "quiere haber la cabeza de Juan.'~ Mas la pie-dad de San Chrysstomo y la nuestra deben persuadirnos, que este Santo era incapaz de querer hablar pblicamente contra la Empera-triz, y de inclinar al pueblo faltar al res-peto de su dignidad: pudiera ser que dixese 10 que se cuenta, sin pensar en ella, y que la malicia de sus enemigos se lo hubiesen apli-cado, para irritarla mas y mas contra l.

    Viendo los enemigos del Santo que la Cor-te les era f.worable, no dexaron de entrar en las intenciones que tenia Eudoxia, de con-vocar un Concilio: en efecto llamaron mu-chos Obispos, entre los quales los haba ene-migos declarados del Santo, y uno de estos era Acacio de Berea. N o obstante, entre to-dos estos Obispos, se hallaron quarenta y dos . con bastante generosidad, para parecer siem-pre unidos San .Chrysstomo.

    i. Volvironse empezar inmediatamente las primeras acusaciones; pero se dexaron estos de-litos, y se pas al expediente, que sugiri

    Theo-

    1', ~ ,

    r OBISPOS CELERRES. S. JUAN ClfRYSOST. 43 ,: Theophilo: es saber) que el Santo no podia

    ser recibido su justificacion, porque habia . ' subido su Silla, sin la autoridad de un Con-l.' dUo, conforme un Canon de un Concilio ; de Antioqub, celebrado por los Arri.anos con-

    'J: tra San Athanasio. Debe notarse, que estos Ci- nones jams haban sido recibidos por la. Iglc-"'sia) y que) al contrario, habian sido recl1J.-! : zados por el Concilio de Sardica. Tenia San ;.: Chrysstomo muchas razones que responder;

    pero no se di oidos ninguna de ellas. Su-pusieron sus enemigos, como una cosa en que no habia duda, que este Santo era reo, y

    . sentenciado; fueron estar con Arcadio, para ,';;:suplicarle que se echase al Santo de Constan-' tinopla, antes de la fiesta de Pascua. Este Prn-

    't,~lcipe no pudo contenerse de decir Arcadio '~1;Jy Antioco, que pensasen bien lo que le '~;:pedian. Estos dos Obispos, tan obstinados co-fWmo los Pontfices de los .ludios, le respondie-,tl ~1ron, sin temblar : Seor, la deposicion de !.~:I:.:tJ~lan caiga sobre l:~estra cabeza. En conseqli~~i~~ ela de esto, envlO el Emperador algunos Oh-:;\,):iaIes del Palacio, que hicieron salir al Obis-

    ,;~o de su Iglesia; pero le permitieron perma-~tccer alg1..lI1 tiem~o en la casa .Episcopal. Sin !h~fduda que Eudmaa y los enel11lgos del Santo, f)~l ~ no 1;-t;.".'~ ":',1 e 1; . ~ I

  • c~

    L 44 SIGLO QUARTO. f~ OBISPOS CELE:BRl!S. S. JUAN CHRYSOST. 45 no pudiendo sofocar sus remordimientos, y! :,sazon en que se haca la ceremonia del bau-acordndose de lo que haba acontecido quan .. tismo: echaron con violencia, asi al pueblo, do su destierro, queran esperar si se mani. como los Presbyteros: las doncellas y las festaba alguna seal de la ira de Dios, para!:~ casadas, que estaban preparndose para el bau-restablecerle inmediatamente, consumar lal tismo, se vieron precisadas huir, sin tener iniquidad, si no sucedia cosa extraordinaria,l.~ lugar de cubdrse: las aguas del Bautisterio Pero Dios no quiere hacer siempre milagros:!.~; fueron teidas de sangre, arrebatados los va-se contenta, de ordinario, con hablar una so.!, sos sagrados, los santos mysterios fueron ,pro~ la vez, y bastante para ser entendido de 10If.: fanados, y la preciosa Sa~gre de.rran~ada. Echa .. que desean conocer su voluntad; los que quie.;:; do el p~eblo de la Ig:esla, se Junto u~a gran-ren satisfacer sus pasiones, y no se aprove{; de multltuden los banas de Constantmo; pe-chan de su palabra, quando la han oido, me.r~ ro, como las nueve de la noche, se enva-recen ser abandonados sus tinieblas. Esttl ron quatrocientos soldados, para ordenar es-

    f., sucedi en esta ocasiono r; te pueblo juntarse en la Iglesia , volvieron S. an ~h~~:~':~:~~C S;::,: :d:~ i::::a~i~~~ I;~I'.,.;.! .. ~ ~~~:~:r ::r~s;~o::o~n;!~SdU~i~:~C~Ol: P:::: entrada de su IgleSia. Se habla Juntado el pue.,~ ce!. No se Olan SinO clamores y lloros en las blo en la de San ta Sophia, para solemnizar .:~ plazas: de esta manera fue profanada esta san .. all la Resurreccion de Jesu-Christo, y aSistir:~ ta noche. No se vean por todas las esqui .. la celebracion del bautismo, que debia su'" nas, sino Edictos fixados, para amenazar con ministrarse tres mil personJ.s. Pero Acacio diversas penas los. que no dexasen la co-que miraba la Iglesia de Constantinopla com( munion de su Obispo, para entrar en la de vacante, y que, sin duda, pretenda que SUl. Acacia; pero, pesar de estas amenazas, to-Ministros debian tomar la orden de l, Y d~;;f das las Iglesias se hallaron vacas. Se junt otros Obispos cismticos, alcanz de Arca'] el pueblo en diversos lugares de la campaa, dio que se le auxiliase con soldados. Estos cnJJ" para celebrar all la fiesta de Pascua. Envi traron por medio de todo este pueblo I h contra esta multitud mucha tropa, que pren ...

    sa'~ die-:,.l r:+ ~~ " ~

  • 46 SIGLO QUARTO. dieron muchos Presbyteros y un crecido ( nmero de seglares, y los llevaron la car.~' celo Al mismo tiempo, se atormentaba mu- !, r., chos fieles con azotes y tormentos; para obli.! , garles a anathematizar su Obispo, y se da t ' ba el nombre de Joanitas los que perma. 1 necian firmes. Puede juzgarse qul seria el do." lor de San Chrysstomo en medio de estas tur. b.ulencias,' y de todo lo que el pueblo pade- i' Cla por el. En estas circunstancias escribi unai:

    . , gran cana al Papa Inoce~cio, en que le re- ".:., flere . toda la historia de la persecucion" y le \ ruega que acuda con pronto remedio a este ,~~

    ~11a1. En c~nseqllencia. de esto escribi el Papa e: a Theoplll[o, reptehendindok sus injusticias k:' protestndole que no se separaria jams de 1~ i~,:' C0111 union de San Chrysstomo. ~~~':

    Al mismo tiem?o los mas zelosos del pue- ~',) bIo guardaban de dla y de noche la casa Epis . :; copal, temiendo por la vida ddSanto: por-~} q.ue se haba cogido un esclavo en el re. ~~ Cll1~0 de la casa del Obispo, armado con tres ~~ punalcs, el qua!, vindose preso hiri mor- [;~ talmel1fe quarro personas: fLle p~esro en 111a- i'~ nos, del. Pref~cto Elpidio; pero se supo que H'~ habla sIdo lIbertado ele la carcel paco des- f:~ plles. El zelo de este pueblo sirvi de prere;; ~

    l~ i~;;;;

    1

    OBISPOS CELEBRES. ,s. JUAN CHRYSOST. 47. to los Qpispo$, que habian conspirado con-tra la vida ddSanto, para consumar su obra: a1canzarofl una;ordelJ. de Arcadio, para enviar

    d~sterrado ~lSanto. Luego que se le comu-nic. esta ~den; fue: ,: orar. , la Iglesia, Yi p~~ir la,' vnia J. di

  • [. 48 sr(';L0 QUAR'TO. . i ' su odio contra los-Siervos' de 'jesu-Christo. i ,

    , i Mand prender JI Presbytero Tigra y al Lec' I tor Eutropio , que' 'eran los mas zelosos en- ; tre los amigos del Santo.' Eurropio fue el,' primero puesto en' 'torniento~ Despues le l11an- ' , d azotar Opta'to, y darle con nervios de buey:, }' hzole destrozar las esp'aldas con uas de hierr: ' de manera'que se le vean descubiertos. ls" , . huesos,; yehfin (se le aplicaron 'hachas ,ar-, diendo su cuerpo, cubierto ,de llg3s: en' medio de estos 'tormentos t,sn;alma ,pennane-ci invencible ; pero, su .cuerpo :se; rrtdi ellos, y espir sobre: el potto.', ":~;;::;., . "

    Sucesivamente marid azotar. el' Goberna-dor Tigro ,y extenderle sobre ,el potro : le tiraron ,los pies y las, manos con tanta violn- ~ ca , que todos sus huesos fueron dislocados: 1, " su cuerpo no se, rindi 'en los suplidos; pero : despues, habindose negado comulgar con : 'Arsaces , le desterraron, y' muri' en el des-, iC tierro. Otras muchas,pcrsonal;; , hombres y mu- f:.t geres , fueron tratados con la,fmisma, crueldad: r: . no se perdon l'os' Mongs ni las Vrge .. i -nes, y la mayor parte dieron fin su glorio- l . sa vida, unos en los tormentos del potro , y otros en la carcet

    Entre tanto el Presbytero Arsaces ,. ene-mi -

    , \

    OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 49 migo declarado y acusador. de San Juan Chry'" sstoI110 , fue colocado en la SUla de Constan-tinopla; . pero ,la mayor parte del pueblo no quiso reconocerle, y fue tener sus Juntas . los arrabales de la ciudad :environse sol-dados para disipar esta multitud, lo qual hi-cieron con palos y piedras. N o contentos ~on esto , 'tomaron, unos lo mejor que tenian, y" llevaron .otros la ,carcel, donde murie-, ron muchos, de ellos. En medio ,de esta tem-pestad ,muchos' no tuvieron valor (k.paq.e~ cer por la verdad, y' ,cedieron la persecu-cion. En orden los Santos Obispos que per-manecian adictos San Chryssromo ,fueron depuestos de sus Sillas, y colocaron en su lu-gar hombres tan desarreglados, que el pueblo queda mas abandonar las Iglesias,. que, ve.r profanados los Mysterios por tan indignos lv1inistros. ,. ~. i

  • SIGLO QUARTO. OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 51 S:sible alcanzar que fuese en otro lugar. . del sumo dolor que sentia ,por su destierro. P El 'd: de la persecucion que se hael,a Fue socorrido en esta ciudad por la caridad rUl o ., O'd

    I d ObisposeesparCiO;etl: cel en- de los Fieles, y todo el mun,do se apresur a tan gran e ' , te : escribi el Emperador Honorio,.una :a~ta hacerle toda especie de obsequios: de este mo-

    I h"rmano Arcadio ~ en la qual se quep a, do descans un poco y cobr fuerzas, Pero en a su ... '1 . de una manera muy fuerte ,.d~ ,las ViO enClas medio de todo el pueblo, que acudi visitar que se hacan este Santo, dlCIendo que ell:s\ al Santo, Pharetro, Obispo de Cesarea, no se .. ' b 1 'ra de Dios. En efecto, la Thracla dex v~r. ste era un hombre que estimaba unta an al..., .

    1 l lyria fueron taladas este ano por los' Hu- mucho el resplandor de su dign.idad, y tcmb. Y a I h' . . los Isauros se' rebelaron ,e lCleron va- malquistarse con la Corte, si comunicaba con

    nos, . , . el 6 de Oc.,.. ros' males en el Asta menor, y A el San ro. Ya se haba unido por cartas con

    "1 desventurada: Eudoxla de un sus enemigos; sublev una quadrilla de .Mon-tubre muno a . . . mal parto. d i ges, que se apostaron al rededor de la posada

    E tanto San Chrysstomo fue con u-, de San Chrysstomo, amenazando incendiarla, ' .. ' .. ,ntre , Id d ' la . 'd .' su destierro por algunos so a os', a .: si no salia. No obstante que el Gobernador Cl o a . l . , d n Capitan que para evitar e caer se empe por el Santo, no pudo conseguir frente' e u, . :

    1 que' corrianpor los canunos,: 'diladon alguna. Tan furiosos estaban los Mon-en los . sauros , : l .' caminar r dc'cHa y de noche. Esta, ges , que se asustaron las guardias del Santo. le llClCron. , .! '

    fatiga y el calor le c~usa.ron una~ terCl;nas:: As, sin habrsele quitado la calentura, fue cuyos accesos eran muy Violentos ~. s~ ~e~ re! preciso ponerle 'en una litera, y hacerle par-ducido la extremidad, quan,do llego a esa i tir pesar del calor. Experiment durante su rea de Capadocia: permitironle sus guardas ~ '. ,- viage muchos sustos y peligros: su enferme-hacer all alguna mansion. Los S~litari~s, !~s 1,; dad, con las correras de los Isamos, era su-Vrgenes, .hombres y muger~s corneron J. ~lSl-:>, ficiente para esto, -sin contar las incomodi-tarle todos afligidos de ver a tan Santo Oblspo: '. dades de un viage largo , y por caminos as-cond~lcdo al destierro. Aqu fue desde don' . peros y desiertos. Sin embargo, le glorificaba de escribi Santa OIympiada, para consolarb I Dios por la concurrencia de los que salian

    del D2

  • 5'2 SIGLO QUARTO. recibirle, as en el resto de la Capadocia , co mo en la alta Cilicia. En fin, al cabo de se- 1-tenta dias de marcha, lleg Cucusa ,peque~ :. a ci udad en los desiertos del Monte-Tauro. All fue recibido con mucho afecto por el Obis-po del lugar. Le hosped en su casa un hom-bre de calidad, llamado Dioscoro, y le hizo disponer una habitacion para guardarle del frio, que sen~ia mucho. Este lugar , aunque desierto, y en la extremidad del Imperio , le fue agradable : hall en l la paz , una en-tera libertad, y personas que le visitaban y ser-vian 5=0n regocijo. Asi, despues de haber re-cobrado sus fuerzas, le pareci que su reposo r no debia ser inutil: instruia los pueblos, asis- ! tia lo~ pobres , consolaba y esforzaba por su. [1:' cartas a los que padecan por su defensa, cu-.;.'. da~a de l,as Iglesias nuevamen~e. fundadas, y Ir;'; ammaba a los obreros Evangehcos .por sus .' exhortaciones. l.l .. J

    ''> .. Entre tanto, el Papa Inocencia 1, infor~ 1/'

    mado ~e la injusta pe.r:ecucion que padecia San f;~i Chrysostomo, trabaJO en hacer cesar este es li}

    , .. A

    candalo : junt los Obispos de Italia, y re- iij sol vieron que se solicitase la celebracion de ii:~~ un Concilio general para exminar este ne- (,~ godo. El Papa , los Obispos de Miln y de ~~

    Aqui- ~".;'.;.'~.~." '(1;1

    !~ [,:.j l .... :' i~ i

    . OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. 53 Aquilea juntaron los suyos favor del Santo.

    Noticiosos sus enemigos de que se pre-tenda la celebracion de un Concilio aeneral

    . l ' b' temleron as consequencias. Maniobraron quan to les fue posble para impedirlo, y permiti Dos que 10 consiguiesen. Los Legados que en-viaba el Papa con cartas al Emperador Arcadio, fueron tratado~ indignamente: estaba preveni-do Arcadio contra ellos : se le di entender este Prncipe flaco y poco advertido, que era injuriarle el mezclarse en lo que pasaba en sus Estados. Fueron encerrados los Legados en un quarto , y habindoles quitado por fuerza las cartas que traan, los despacharon inmedia-tamente, ponindolos, con veinte soldados en , , un navio medio podrido, que arrib con ellos Lampsaco, en el momento mismo que esta-ban para perecer.

    Por otra parte Atico, que habia sido pro-movido la Silla de Constantinopla, ofendido de que la mayor parte de los Obispos de Orien-te reusaban su comunion, consigui un Res-cripto, .que privaba de sus bienes y depona

    d~ sus Iglesias, todos los Obispos que no co-municasen con l, y con Theophilo. Este Edicto hizo rendirse los .que estaban menos adictos ;i bFe, qcle bs bienes del siglo; p.::ro otros

    sa1-

  • r 54 SIGLO QUARTO. 1:\ salvaron la pureza de su condencIa por la fuga. r y como el pueblo evitase igualmente la co- 1,1' munion de Atico, y se juntase fuera de los ,

    I muros de la ciudad, la persecucion se exten- ! tendi hasta los Sacerdotes y Seglares: pas hasta usar de los tormentos, y de la muerte; y los rigores que se executaron hicieron caer muchas personas. Los que se mantuvieron >--con firmeza , fLleron echados del pas, per-dieron sus bienes, fueron encarcelados, car- !

    1,' gados de prisiones y azotados: asi, esta per-secucion hizo un gran nmero de Confesores y Mrtyres.

    Entre tanto, los enemigos de San Chry-ssromo vean con pena, que aun gozase el Santo de la vida, y se hiciese mas ilustre por la persecucion misma. Aumentabase su abar recimiento, sabiendo que una infinidad de

    f personas de Antioqua iban buscar al Santo hasta en Armenia, y que los pueblos hadan el elogio de su virtud.' No escuchando, pues, sino su pason, determinaron suscitarlenue..; vas penas, con la ntencion de abreviar sus "

    ,!>,~ dias. Consiguieron con varios pretextos una or~ F': den de Arcadio, para hacer trasladar al San- ~t~\: to . Pitl}yonto, ciudad desierta y la ltima del I ',,;J

    , Imperio, sobre la costa Oriental del Ponto- ~;i; Eu I':~

    - i l 1\ I -'.'\ :.'1i.'

    OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CHRYSOST. SS Euxno. Di el encargo de llevarle dos guar~ dias, pena de ser castigados, si no estaba all en cierto tiempo. Uno de los dos era tan bru~ tal; que seofendia aun de las acciones corte-ses que se le hacian, para alcanzar de l que diese algun alivio,al Santo: apresuraba su mar-cha quanto podia: le hacia salir con la mas fuerte lluvia, y le exponia los mayores ar-dores del Sol : sabiendo su grande incomodi-dad, iba siempre hospedarse en lugarejos donde todo faltaba. Lleg San Chrysstomo de esta manera hasta la ciudad de Comane, que se la hicieron atravesar, para llevarlo dos leguas de; all" alojarse en los edificios de la Iglesia del Martyr San Basilio, Obispo de Comane. Este Santo Martyr se apareci, la misma noche, San Chryssromo, y le dixo: Valor, herma-no Juan., que maana estarmos juntos. Al otro dia, asegurado el Santo Obispo de ver el, fin de sus trabajos, rog sus guardias que no partiesen hasta las once; pero no pu-do conseguirlo. Apenas habian caminado le ... gua y media, quando el Santo se hall tan agravado, que se vieron obligados volver al lugar donle habian partido. Luego que lleg, y volvi en s, se desnud de todos sus ves-tidos, que distribuy entre todos los que es-

    ta-

  • S6 SIGLO QUAR''O. taban al rededor de l) tom uno, cuyo co-lor correspondla la pureza de su vida; par .. ticip de los Mysterios del Seor, hizo 'su l .. tima oracion con los que le asistian, la qual aadi estas palabras' que tenia freqememen .. te en la boca: Dios sea loado en todas sus cosas. Despues hizo la seal de la cruz, y diciendo Amen, espir, el 14 de Septiembre, los 60 aos de su vida.

    La Iglesia le llor como uno de sus Doc-tores los mas ilustrados. San Agustin le coloca entre los Padres mas respetables de la Iglesia: dice que tenia la Fe mas pura, el espritu mas elevado, la ciencia mas profunda, la re-putacion mas extendida, y que fue la honra del Obispado ..

    Su muerte no hizo sino aumentar su glo- " ria, y la confusion de sus enemigos. La ma-yor p~ute llevaron sobre s la marca de la ira de Dios. Paladio hace una larga enumeracion de, los males que les sucedieron, segun 10 que Amonio, uno de los Grandes Hermanos, habia prophetizado, muriendo. Falleci el Empera.,. dor Arcadio siete meses despues, y Theophi-lo fue dar cuenta Dios, el ao siguien-

    OBISPOS CELEBRES. S. JUAN CMRYSOST. 57 tomo fue restablecida en todo el Oriente. Ha-biendo ascendido la Silla de Constantinopla Alexandro, digrio por su piedad de ser un

    , Angel de paz, puso el nombre de este Santo en el Catlogo de los Obispos, y se reuni con los que no haban querido reconocer a su antecesor.

    El ao 438, el. Emperador Theodosio elJo-ven, mand traer el cuerpo deSan Chrysston10 'de Comane: esta translacion se hizo con mu-cha pompa. Sali todo el. pueblo recibirle. El estrecho fue todo cubierto de barcas ilu-minado. A la llegada del cuerpo, el Empera-dor, poniendo los ojos y cara sobre la caxa, pi-di humildemente perdon por su Padre y su Madre, de los pecados que habian cometido, por ignorancia) contra este Santo Obispo.

    Los Escritos de San Chrysstomo son Ho-milas sobre diversos Libros del antiguo y nue .. vo Testamento) y particularmente sobre los Salmos y sobre San Pablo. Sus seis Libros del Sacerdocio, son mirados como su Obra maes-tra: 'en ellos hace una pintura sobre la dig-nidad Episcopal, que prueba quan temible cs. Ningun padre ha hablado sobre la Eucharista de una manera mas admirable) y que demues-

    te, de todos los males que habia hecho la ! 19lesia. En fin, la memoria de San Chryss- L:

    tre mejor la verdad de la presencia real de Jcsu-Christo en este Sacr:.+mcnto.

    to ..

  • SIGLO QUAltTO.

    Autores Eclesisticos de este siglo.

    EUSEBIO, Obispo de Cesarea en Palestml. Aunque este Autor haya tenido una conducta mas que equvoca, acerca de la condenacion del Arrianismo, se le est obligado por el cui-dado que tuvo de escribir la historia de la Iglesia. Es muy cehre , por el crecido n-mero de sus Escritos , ,y nos queda aun una buena parte de ellos. Los mas conocidos son,

    I~ su Chrnica, que estaba dividida en dos Li-bros: el primero con tenia la Chronologa de todos los Imperios, tratados cada uno parte: el segundo formaba una sola Chronologa de; todas estas Chronologas particulares. 2? Su Preparacion Evanglica: compuso eSta Obra, para manifestar que , si los Christanos han abandonado la religion de sus ascendientes, no era por una credulidad ligera y sin; fun-damento, corno los Paganos les' echaban en~cara, sino por razones muy sli.da~;': prueba la falsedad de la religion de Jos. Paganos Gen-tiles, manifestando qul fue Su orgen; y es-tablece en l la autoridad y el respeto debi-do los Libros de Moyss, y los demas del antiguo Testamento; lo que prepara, para re4

    co-

    AUTORES ECLESIASTICOS. 59 conocer la verdad del Evangelio. Escalgero lla-ma esta Obra un trabajo Divino, para el qual haba sido necesario ~egistrar todos los Libros de los antiguos Autores, para mani-festar que los mas clebres Egypcios, Chaldeos y Griegos haban tomado en los Prophetas 10 mejor que tenian. 3? La Demostra~ion Evan-glica; sta contiene las pruebas de la ver-dad del Evangelio. 4? Su Historia Eclesisti-ca, dividida en dez Libros: sta es la mas importante de sus Obras. Empieza en el na-cimiento de Jesu-Christo, y concluyedespues de la ltima victoria de Constantino contra Licinio. Mr. Cotuin ha traducido esta historia en Francs, y nota en el Prefacio diversas.fal-tas, de que se le acusa haber cometido. Pero no obstante algunos defectos, que puedan ha-llarse en ella, siempre ser una Obra muy es-timable , y muy lltil la Iglesia : porque sin Eusebio no tendriamos casi noticia de la historia de los tre5 primeros siglos. Los cin-co primeros Libros no estn compuestos, sino de pasages de los Autores mas authenticos, entre los guales nos ha conservado trozos muy importantes, como son la historia de los Mr-tyres de Lean , y la de San Polycarpo. En los cinco ltimos, gue comprehenden la his-

    to~

  • 60 SIGLO QUAltTO. toria del tercer siglo, junta con los monn- l; mentas originales , 10 que habia aprendido ~~. de las personas, que habian vivido en aquel ~ tiempo. As, pu~de decirse que entre las Obras !:I\ de los hombres, sujetos todos mentir, casi 1'; no tenemos historia mas authntica que esta. . 't Es verdad, que no puede disimularse el si-lencio que guarda sobre el Arrianismo en su !f historia: quiz 10 hada por excusar, por me- :.~ 'di de una falsa poltica, Esebio de Nco- !] media, su protector: sin embargo, l sus.. I~A cribi al Concilio de Nicea. f~~ ~.',;l1 ~~i

    SAN GREGORIO DE NYSA. Era her- .~ mano de San Basilio: sus principales Escri-tos son el Libro sobre la Obra de los seis das; un Tratado sobre la Trinidad contra los ~: Judios; uno sobre la Fe; uno de la Virgini- " dad; muchos Sermones sobre los mysterios de, la Religion; y las vidas de muchos Santos. ~ Fue escogido para hacer las Oraciones Fne- ~ bres de Pulquera, y de la Emperatriz Fla- , cila, porque era notoria su eloqi,iencia. Su es-' tylo es puro y corriente; sus obras contra Eu-nomo manifie~an su erudicion, y la pene- , tracion de su entendimiento para resolver losf-' argumentos sophsticos de lOi Hereges. .~

    SAN

    AUTORAS ECLiSIASTICOS. 6 I SAN CYRILO DE JERUSALEN. SUS

    Obras son sus Catechesis en nmero de vein-te y tres: pueden considerarse como el Com~ pendio de la Doctrina Christiana. Son exce-lentes instrucciones para los que haban de re-cibr el Bautismo: examina en ellas primera-mente las opiniones de los H~reges Genti-les, y prueba en segundo lugar la Doctrina Cathlica por la Escritura y la razon: s~ cs-tylo sencillo y familiar es como conviene \ln hombre que instruye. Lo que dice sbre la Eucharista es notable. "Habindonos ase-"gurado clmismoJesu-Christo, dice este Santo "Obispo, que la Eucharista es su Cuerpo y "su Sangre, nadie debe dudar esto, aunqu~ "los sentidos nos anuncien 10 contrario: por-"que no debemos juzgar por el testimonio "de ellos, sino por las luces de la Fe. Si ~ree"mas que el Salvador- convirti el agua en "vino en las Bodas de Cana, no debemos de-"tenernos en creer l mismo, quando nos "afirma que ha convertido el pan en su Cuer-"po, Y el vino en iU Sangre."

    SAN EPHREN. Ya hemos dado enten 'der qul ha sido su vida. En orden sus Obras, stas consisten en doscientos die: y nueve

    Opi-

  • 62 SIGLO QUARTO. Opsculos, escritos en Syriaco: estn llenos de rasgos de eloqtiencia, y de pensamientos tan sublilnes y' pathticos, que mueven el cora.-zon de' los que los leen.

    SAN OPTATO, Obispo de Milevi: No tenemos de sus Escritos, sino los que compu-so, para defender la Iglesia Cathlica, con-tra los Donatistas: prueba en ellos, que los xefes de los Donatistas entregaron las Santas Es-crituras los perseguidores, y que ellos son los que rompieron la unidad de la.. Iglesia ..

    SAN P ACIANO, Obispo de Barcelona. Fue uno de los grandes hombres de Espaa. Los Escritos que nos quedan de l son tres Cartas un Donatista; un Discurso sobre el Bautismo; y una Exhortacion la Penitencia. Este ltimo es admirable: en l seala los pecadores que quieren volverse Dios los me-, dios de llegar una' verdadera conversion. Su estylo es' castigado, y lleno de uncion y de fuerza. '

    DIDYMO, el Ciego de Alexandra. Ha-bia perdido la vista los quarro aos de su edad; pero, pesar de su pri vacion, fue tan

    to-

    AUTOR-ES ECLESIASTICOS. 63 totado ,del! deseo,'de saber, que emple. todo su tiempo en oir:' continuamente todos los queJiaciar). .pr0fesioil de' 'ensear ; y repasan-r~ do-'por' la: noche' 16 quehabia oido durante :;i el dia, consigui aprender, las reglas de la

    .~ Gramtica, todos los bellos pasages de los Poe-: ~ [as " las di ver.saSopiniones .de los' P.hilsophos,

    ~ y' las' Sagradas :Escrlturas ; de manera, que fue

    I~ consideradb como un prodigio, ,y muchas per-"J"':':;'"~~.",,, sonas iban solo por verle; y orle. N 0S que-. dan dos Obras :syas: la primera es intitulada; D! Espritu Satno,: en ella establece slida ... I~ mente su Divinidad. ,La segunda e~ unJ Tra-tado contra los Maniqueos.

    SAN EPIPHANIO, Obispo de Salamna. Lamas considaable 'de sus Obras es el Tra-tado de las Heregas :es mirado como el mas

    ,. til, y el mas extenso que se habia compues-to hasta entonces sobre esta' materia. Los mas clebres Doctores ,de la Iglesia han hablado

    , ,de l con elogio. Se encuentra en l mucha erudcion', y unaparre considerable de la hi!i-toria de la Igle;ia.

    ARNOBIO. Sus Escritos contra los Pa-gano~ Gentiles estn llenos de pruebas de

    la

  • T ~"i 64 .: . SIGLO QUARTQ.. I..l la verdad de nuestra religion.,. sacadas ,de los i~ milagros de Jesu-Christo, . de sus. DiscpulQs, ~i de la constancia de los Mi:tYtes~;, 1)1' . del pro- ~ greso del Christiansmo.) pcs;lr .. de las mas :~~

    I~'i crueles persecuciones. ' , , ~, " \ (

    LACT ANClO. .Su Obra. mas estimada es-la' de las Instituciones Divinas: .la compu-so para responder todo Jo~u: se habia .es-crito contra la Reli gion Chpstlana: en ella combate todos los absurdos de la idolatria. Su. estylo es muy estimado por. la pUJ;cza y el0~ qiiencia que cn ella Ieynan.,

    Papas de este siglo.

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    ':l~ h' \:~~ l,jJ lt: I)} ;1j ~. ,

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    XXIX. SAN MARCELO. fue promov;. f" 'do la Santa Silla de Roma, despues de una ~ vacante de n:esaos, seis meses y veinte y k

    l::1:

    cinco das. La conformidaddcl nombre de , Marcelo con el de su anteces0r, In hecho '; confundir algunas veces el uno con el otro, f' ;,fj>ffiO si fuese un mism? .Papa; de manera, que Eusebio y San Gerommo no hacen men" don sino de Marcelino; pero se equivoca-ron: Marcelo y Marcelino son dos Papas di... \: fcrentes. Entte otras muchas pIuebai muy cier-

    tas,

    PAPAS DE ESTE SIGLO. 65' tas, tenemos el Epitaphio que San Dmaso hi-zo de .Marcelo) que no permite dudarlo, y que es al mismo tiempo un glorioso testi-monio de s;u zelo favor de las reglas de. la Penitencia.

    \

    Veridicus ,'ector , lapsis qua crimina fte?'! Praedixit miseris , fuit omnibus bostis amarus. EiiJC furor, binc odium sequitur, discordia tes, Seditio, caedes, so'vuntur foedera pads. Crimen ob alterius CbrJtmn qui in pace negavit" Finibtu expulsus patri.1e est feritate tyraJni. Haec breviter Damasus voluit comperta re/erre, j'"farcelli tlt populus meritum cogl1oscere posset.

    San Marce!o ocup la Silla de Roma des~ 'de el 19 de Mayo del ao 308, da de su or-denacon) hasta el 16 de Enero del ao 310. (Tillemont).

    xxx. SAN EUSEBIO, sucesor de San 310. Marce1o, no hizo sino parecer sobre la Silla de Roma, habiendob. ocupado sobmenre qua-tro meses y seis dias, desde el 20 de May? del ao 3 ro, hasta el 26 de Septiembre dd mismo ao. Este Papa muri en Sicilia, don-de verosmilmente habia sido desterrado por la

    'JOMO llI. E. F;:;

  • 66 SIGLO QUA:R.TO. Fe ; pero su ruerpo fue trasladado (D. Coustant '. Mansi).

    Roma.,

    XXXI. SAN MILCIADES MELQUIA-DES, sucedi San Eusebio, el 2 de Julio del ao 311 , despues de una vacante de mas ~~ nueve meses, cuyo motivo se ignora. Muno ~. ella 1 1 de Enero del ao 314, habiendo :' ocupado la santa Silla solamente dos aos, seis ~ meses y nueve dias. Baxo el Pontificado de San Melquiades vi la Iglesia Romana la mu-danza mas agradable que hubiera podido de-sear, por la conversion del Emperador Cons-tantino, y su victoria contra Maxencio. Este doble suceso libr la Iglesia de la persecu-cion de los Paganos. Tres siglos enteros eran suficientes , y principalmente los diez lti-mos aos de la persecucion, para hacer ver que la Religion Christiana es la obra de Dios, .' y que, apoyada en l solo , es invencible i todos los esfuerzos de los hombres. Era tiem-po, que despues de haber coronado los Pes-cadores tambien convirtiese Dios los Em- .. , peradores; que hiciese ver que quiere que to'" dos los hombres se salven; y que cumpliese la promesa que habia hecho por boca de Isaias, (. 49, v. 2 i y 23, Voy t extender mi mano hcia

    lal

    PAPAS DE ESTE SIGLO. 67 las nacIOnes, y levanta" mi estandarte delante de todos los pueblos .... Los Reyes sern vuestros padrinos, y las Reynas vuestras nodrices; os ado-rarn b.1xando el rostro hasta el mela.

    XXXI!. SAN SILVESTRE fue dado por 314-sucesor a San Me1qubdes, el 31 de Enero del

    a~o 314. Ocup la santa Silla veinte y un anos y once meses, hasta el 31 de DIciembre del ao 335, en que muri. Fue turbada la paz que gozaba la Iglesia en el Pontificado de ~an Si~vestre, por el Arrianismo que empez a manIfestarse, hcia el ao 319. Esta funes-ta herega hizo en lo sucesivo, principalmen-te baxo el imperio y protcccion de Constan-

    c~o, daos mas crueles en la Iglesia, que ha-blan hecho las mayores persecuciones de los Emperadores Paganos. La persecucion de los Arrianos tambien hizo Martyres, pero muchos mas Apstatas.

    XXXIII. SAN MARCOS fue colocado el ~omingo 18 de Enero del ao 336, sobr~ la SIlla de Roma, que no ocup sino siereme-ses y .once das, habiendo mueno el 7 de Octubre del mismo ao.

    E 1 XXXIV.

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    l' [,

    68 SIGLO QUAltTO. XXXIV. SAN JULIO, Romano, fue ele

    gido el Domingo 6 de Febrero del ao 337, para ocupar la Silla de Roma, vacante des pues de quatro meses, por muerte de San Mar-cos. Gobern gloriosamente esta Iglesia por es .. paci.o de quince aos, dos meses y seis deis, lusta el 12 de Abril del ao 35 2 , que es

    1 dia de su muerte y el de su Fiesta. Su ,>.mbre es clebre en los Fastos de la Iglesia,. r")1" la generosidad con que defendi la causa

    :>~ San Athanasio, mas bien la causa de la 't)esia. Tenemos sobre este asunto 'ina exce-knte Carta de l de su Concilio, los Euse-t,anos, en la qual es defendida la verdad con :,in vigor digno del Cabeza de los Obispos. Se puede decir sin lisonja, con M. de Tillemont, que es uno de los mas bellos monumentos de la antigliedad. Este Papa orden, segun Anas tasio el BibJiothecario, que todos los Actos Eclesiasticos fuesen dirigidos por el Primicerio de los N orarios.

    XXXV. LIBERIO, Romano, sucesor de Julio, tue colocado en la Silla de Roma, el 22 '.le Mayo del ao 352. s~ seal, dice M. de ,:. llklllont , por acciones tan diferentes, unas ve-

    :. l.' de jiaqueza) otras de valor, que no es fa-fU

    PAPAS D:! EST:! SIGLO. 69 ,U Jabet' qu juicio se debe formar. Con efecto, ninguna cosa mas grande, mas heroyca qU! la firmeza con que resisti, el ao 355 , al Em-perador Constancio, que le estrechaba que firmase la condenacion de San Athanasio; pe-ro ninguna cosa mas triste, ni mas deplorable que lo que hizo, el ao 357 al principio del 358 , por obtener el levantamiento del des-tierro de Berea, donde habia ido dester-rado. Volvi Roma, en 358 , despues de ha-ber firmado la primera Frmula de Sinnich, y abrazado la comunion de los Arrianos. No obstante, la cada de Liberio, de la que se levant reprobando el Concilio de Rimini , el ao 359, no impide el que su memoria sea venerada en la Iglesia. San Ambrosio, San Ba-silio y otros hablan con elogio, y le califi-can de Bienaventurado. San Liberio muri, el 24 de Septiembre del ao 366, despues de haber obtenido la Silla de Roma catorce aos"

    ~uatro meses y dos dias.

    FELIX Il. Despues que San Liberio par .... ti para su destierro, pusieron los Arrianos en su lugar al Dicono Felix , que obtuvo la 5anta Silla con el consentimiento del Clero, pero contra el voto del pueblo, hasta la vuel-

    ta

    355

  • 70 SIGLO QUARTO. ta de Liberio.Entonces Felix, echado por el Senado, se retir una casa de campo, donde vivi hasta el 22 de Noviembre de 36)', poca de su muerte. Es calificado de Santo y Martyr en algunos Marryrologos.

    365. XXXVI. SAN DMASO, ESflalol: fue elegido despues de la muerte de San Liberio para ocupar la Silla de Roma que obtuvo diez y ocho aos y cerCa de dos' meses, hasta 10 11 de Diciembre del ao 384' El Padre Pagi pone la ordenacion de San Dmaso, el primer da de Octubre del ao ~66 , Y su muerte el 10 de Diciembre del ao 38+ Tu-vo un molesto antagonista en la persona de Ursina, U rsicino, que la ambician arrastr ; hacerse ordenar Obispo de Roma, el mismo

    di~ ,que San I?maso. Un grande partido apo-yo a este Anu-Papa, y vino muchas veces las manos con el de DJmaso. Ursina des-, terrado de Roma, el ao 366, por el Prefecto, hall medio de volver entrar, el 15" de Sep-tiembre del ao 367; pero fue echado nue-vamente, el 15' de Noviembre siguien te, y des terrado las Galias. Su extraamiento no res-

    tab1eci~, sin embargo , enteramente la paz~ San Damaso tuvo mucho que sufrir de parte-

    de

    PAPAS DE ESTE SIGLO. 7 I de los Cismaticos, que atacaron su reputacion con calumnias; pero se justific completamente, y permaneci siempre poseedor del Pontificado. San Gernimo , que vino Roma, fines del ao ~82,. tuvo estrecha amistad con San D-maso, y le sirvi de Secretario. Los Escritos de este Papa anuncian UA. espritu de los mas ilustrados y cultos de su tiempo.

    XXXVII. SAN SIRICIO, Romano de na- 384' cimiento, fue elegido hcia el 22 de Diciem-bre de 384, para suceder San Dmaso. Esta cleccion fue unnime , pesar de los esfuerzos de Ursina, que vuelto del destierro, se pre-sent nuevamente ocupar la Silla. El ao 385', el ro de Febrero) escribi San Si ricio Hime ro, Obispo de Tarragona , una Carta, en la que re~ponde muchos artculos, sobre que este Prelado le habia consultado. Los sabios miran esta Carta como la primera Decretal authntica. Sin emb::ugo, no hay razon pa-ra rechazar como piezas supuestas, todas las cartas de los predecesores de San Siricio. Se hallan, con efecto, muchas muy verdaderas, que se pueden ver en la Coleccion de las Car-tas de los Papas de D. Coustant. Sirido con-. den Joviniano y sus sectarios, por una Car-

    ta

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    72 SIGLO QUARTO. ta dirigida los Obispos, el ao 389. Este Papa muri, el 25 de Noviembre de 398 , despues de haber gobernado la Iglesia cerca de ca-torce aos.

    XXXVIII. SAN AN AST ASIO , Roma-no, llamado por San Gernimo Vir insignis , y del qual dice tambien , que Roma no mere-ci gozar largo tiempo, sucedi San Siricio , ,

    a fines del ao 398. Pagi pretende que flle ordenado, el 5 de Diciembre: no le da sino tre~ aos y diez dias de Pontificado; y coloca su muerte, el 4 de Diciembre del ao 402. M. de Tillemont le da tres aos y algunos meses, y pone su muerte, el 27 de Abril de 402. Mura-tod la seala, el 14 de Diciembre de 40!,

    PIH-

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    PINTURA DE LA

    IUSTORIA DE lA IGllESIA.

    SIGLO QUINTO.

    S. A G U S T 1 N e), Obispo de Hipo 11 a , Doctor de la Iglesia1

    el segundo de los Padres Latinos.

    Naci este Santo en Tagaste, en Afrca , du-dad de la ptovincia de N umidia , el ao 354 Era de una familia honesta, y de la clase de los ciudadanos, que se admitan los cargos de la ciudad. Su padre, llamado Patricio , se mantuVO largo tiempo en bs tinieblas del Pa-ganismo, y se convirti hcia el fin de su vida.

    Mo-

    (1) Ponemos a SaT\ Agustn y San Gnimo en el si~ 1510 V , porque, aunque vivieron parte del IV, consagraron 1?ropi;mcnte en el V sus vigilias al bien de la 19ksia.

  • 7 4 ~Ic;.LO QUINTO . Monca, SU madre, es conocida por su piedad, y venerada de la Igksia por Santa. Desde que di luz Agustn, le hizo recibir entre los Ca-techumenos , y le di las primeras instruccio-nes en la Fe CathJica. Como se descubriesen en l seales de un talento extraordinario, se le aplic los conocimientos necesarios para adquirir la eloqtiencia , hicironle estudiar las Letras humanas en T agaste. Declara l mis-mo en sus Confesiones, que no tenia aficion al estudio, durante su infancia; que sufria con pena la severidad con que le precisaban apli-carse; pero que aprendia con gusto los Poetas Latinos, causa de las fabulas de que estn llenos. Lloraba, dice, leyendo en V irgilio la muerte de Dido , y le hubiera sido muy sen-

    . :sible que se le prohibiese leer en ellos, aunque los Autores Griegos estuviesen llenos de las mismas ficciones. Confiesa que tenia mucha aversion la lengua Griega, por la dificu!tad que encontraba en este estudio, y del rigor de los castigos con que le obligaban apren-

    Litt. P L. derIa. Dice l mismo en una de sus Obras, 2. c. 33, I T. 7, pago que no sabia casi el Griego : no dexo, sin IOS.2. b. L

    emb

  • 76 ~IGI.O QUINTO. Por t~te tempo empez dominar en l

    tyrnicamente el placer voluptuoso. Mnica, su madre, que ya estaba adelantada en la pie~ dad, temerosa de que su hijo se abandonase la impureza, cuid particularmente de l, 10 exhort con fervor no dexarse llevar de los amores deshonestos, y principalmente no cometer nunca adulterio; pero sus amonesta~ ciones pasaban en su nimo por consejos de muger. Corria, pues, al precipicio con tal ce-guedad, que, lisongendose un dia con los de su edad pblicamente de sus excesos, tenia :vergenza de no ser tan corrompido como los otrO$. Este Santo emplea rnuchos captu~ los de sus Confesiones en describir el estado deplorable en que vivia por este tiempo, y como l dice, qunto se abrasaba en el ardor del infierno. J~~.o 3d7~. Al. fin del ao 370, fue Carthago para

    copclUIr sus estudios: ascendi muy pronto la primera cIase en la Escuela de la Rhe .. trca; lo que le causaba un regocijo, mez-clado de presuncion, y 10 hinchaba entera~ mente de orgullo. Dice, sin embargo, que era mas detenido y mas moderado que los de-mas Estudiantes, y muy cljstante de imitar sus locuras y. sus insol~udas. Su grande pa-

    sion

    ~ , ,

    SAl( AGUSTIN'. 77 'ion era aventajarse en la eloqiienca. Este ta-l lento le conducia al Foro, hcia el qual em-

    A pezaba poner los ojos, con el deseo de ad-J quirir gloria. Confiesa, que desde que pas

    ~ Carthago, se sinti cercado de los incen-tivos del amor impuro. Tom una concubi-na, la qual, en su modo, guardaba fideli-

    [i 'dad; pero no dex, dice, de experimentar en esta miseria la diferenda que hay entre la union santa del matrimonio, cuyo fin es te-ller hijos ~ y la conexlon de un amor volup-

    :1 tuoso, en que nacen los hijos, las mas veces :1 contra la voluntad de los que les dan la vida. r;1 Tuvo un hijo de esta muger, llamado Adeo-

    dato. Dice San Agustn, que no haba en este nio nada suyo, sino el pecado. Habale dado ~ Dios qualidades excelentes, y su talento era:

    tan adelantado, que, la edad de catorce quince aos, aventajaba al de muchos hom-bres sabios; pero Dios lo sac del mundo en la flor de su juventud, esto es, en la edad de diez y siete, diez y ocho aos.

    l

    Habiendo perdido el Santo su padre, su madre {:ontinu en mantenerlo en sus es tu .. dios; y Romaniano, su amigo, ciudadano rico de Tagaste , le suministraba tambien todo quanto necesitaba. A los die. y nueve aos

    de

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    78 SIGLO QUINTO. de su edad, habindose aficionado la lec'" 'tura de un libro de Ciceron, llamado Hor-tensio, que contenia una exhortacion la Phi ... Iosopha, le hizo tal efecto, que cambi to- " dos sus afectos. Empez menospreciar to- 1 das las vanas esperanzas de la tierra, y no :) mir las riquezas, sino como un thesoro, que ~ se deba dispensar con mucha prudencia y sa-] bidura. Con esta disposicon empezaba ya ~ levantarse, para convertirse Dios. Como te-nia una viveza de ingenio, que le hacia fa-cilmente aprender todas las ciencias, y com-prehender las materias mas dificultosas, quiso leer el libro de las Categoras de Aristte-les, de que haba oido hablar con elogio) y consigui entenJerlas, sin auxilio de nadie. No obstante, esta lectura le fue perj l.Idicial, por la falsa idea que le di de Dios. La di-ficultad que tenia de conocer el orgen del mal que nosotros cometemos, le hizo caer en la he regia de los Maniqueos: porque su entendimiento) fatigado por esta averiguacion, se i:1clin creer con ellos, que el mal te .. nia un principio real y eterno, opuesto Dios, como al principio del bien. Escuch, pues, con mucho cuidado a estos Hereges, que eran hombres sou,rbios y grandes habladores; di

    fe

    SAN AGUSTIN. 79 fe sus caprichos, y los defendi contra los otros con calor, y aun seduxo muchos de sus amigos, entre otros, Alipio Y Roma-niano, y los precipit en los mismos errores. No obstante, la familiaridad que tenia con estos Hereges, le hizo comprehender muy pron-to, que, aunque declamaban. con eloqt'tencia contra las opiniones de otros, no probaban la suya con solidez; de manera, que l no los seguia ya, sino con precaucion.

    Se afligi mucho Santa Mnca, quando vi que su hijo habia ca ido en esta he rega: derram un torrente de lgrimas; pero un Sa