historia de la iglesia
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Historia de la Iglesia
Existen muchas religiones, sin embargo las clasificaciones más exactas de las
religiones según Trasidder y Zavaleta nos hablan de Seis Principales (Qué aún
sobreviven a nuetros días, pues no contamos ni el panteón Egipcio, Escandinavo y
Griego):
1.- Animismo o Chamanismo, siendo el Umbanda el más representativo. Aquí también
podemos clasificar las religiones asociadas con la MADRE como el Wicca y el
Neopaganismo; O las religiones asociadas al rito antiguo, como el Celta. (sin duda una
de las más hermosas religiones)
2.- Hinduísmo o Brahamanismo, base de todas las religiones pantístas y monoteístas.
3.- Budismo, más que una religión una forma de vida, una filosofía y una psicología
personal.
4.- Judaísmo, siendo el Judaísmo ortodoxo el más representativo.
5.-Cristianismo, siendo el más representativo el Catolicismo y la Iglesia Anglicana,
(incluye también sus derivados como los mormones, testigos de jehová, Iglesia
Ortodoxa Griega, Neo-Cristianos, etc. pues en esncia todas estas manifestaciones de
religiosidad estan basadas en el Cristianismo Primitivo, incluyendo el catolicismo.)
6.- El Islam, última reforma del Judaísmo en sincretismo con el Crsitianismo, además
de la mitología popular de la época de Mahoma, es la religión importante más joven.
Religiones
Anglicanismo
Conjunto de las doctrinas de la religión reformada que predomina en Inglaterra.
Brahamanismo
Sistema religioso, moral y metafísico hasado en la concepción panteísta de la
divinidad, y cuya fuente son los libros sagrados de los indios, escritos en el período de
1500 a 400 A.C.: los cuatro Vedas, los poemas Ramayana y Mahabarata, así como los
tratados filosóficos de las distintas escuelas que constituyen un cuerpo de doctrina que
ha perdurado a través de la historia para contar todavía con más de 280 millones de
fieles.
Con la concepción eminentemente poética de los orígenes y función del mundo y de la
divinidad, el brahmanismo consagró dos principios fundamentales y característicos: la
división en castas y la metempsicosis. Para problar la tierra, Brahma engendró cuatro
hijos: Brahmán, con la boca; Chatria, con un brazo; Vaisia, con un muslo; y Sudra, con
un pie, y cada uno de ellos dio origen a una de las cuatro castas en que se dividió el
pueblo indio: los brahmanes, a quienes correspondía el ejercicio del sacerdocio, la
justicia y la medicina, clase privilegiada por excelencia, de la que procedían también
los poetas y sabios; los chatrias, guerreros y magistrados; los vaisias, comerciantes,
artesanos y agricultores; y los sudras, cuya suprema aspiración no podía ser otra que
la de entrar al servicio de un individuo de las tres casta superiores, y cuya condición
social sólo difería de la esclavitud en que no podían ser empleados en menesteres
impuros, no se consideraban propiedad ni mercancía, y disfrutaban del derecho de
herencia. Al margen de las castas vivían los parias, restos quizás de un pueblo
vencido, víctimas de la degradación y del desprecio, y considerados socialmente
inferiores al animal.
No obstante esta división de castas, el brahmanismo - o brahamanismo - acepta un
mejoramiento sucesivo del alma, que se efectúa mediante la metempsicosis, y que
está determinada por el valor de las buenas obras realizadas. Así, el estado físico de
las almas, en la reencarnación, es el resultado de la conducta moral anterior. "Toda
palabra, acto de pensamiento o del cuerpo lleva un fruto bueno o malo", dice el Código
de Manú.
El Brahmanismo proclama una moral de paz; la protección del nió, la mujer, el
enfermo, el débil y el anciano; la obediencia, la castidad, la modestia y la templanza;
los deberes de hospitalidad y la prohibición del aborto, el suicidio, el juego, la
calumnia, el perjurio, la embriaguez y condena la violencia contra toda forma de vida,
así como señala rigurosas penitencias para los pecados, manifestaciones de un
fanatismo religioso en que el ascetismo y el éxtasis son formas atenuadas.
De su seno nació el Budismo, que significó en cierto modo una reacción frente a su
rigidez dogmatica y, principalmente, frente a la casta sacerdotal como depositaria
exclusiva de la religión y de la ciencia.
Budismo
Doctrina filosófica fundada por Buda en la India, cuyo problema básico consisten en
suprimir la causa del dolor mediante la aniquilación del deseo. De las diversas sectas
a que dio origen la filosofía veanta, la única que prosperó fue la preconizada por Buda,
en el siglo V antes de J.C. Si bien muchas de las ideas principales del budismo fueron
tomadas del brahmanismo, ambas religiones se diferencian en importantes aspectos
del dogma y del culto. Los budistas creen que únicamente los hombres pueden
alcanzar la divinidad gradualmente, que la materia es eterna y que Dios está en
constante reposo, y rechazan la autoridad de los Vedas, y los Puranas, y la eficacia
teológica de los sacrificios. En cambio, para los brahmanes, dios puede aparecer en
forma de hombre o animal, y está permanentemente en acción; la materia ha sido
creada, los libros sagrados son indiscutibles, y los sacrificios necesarios. Conciden las
dos religiones en la aceptación del principio de la metempsicosis y en la exaltación de
los preceptos morales que demuestran una concepción equivalente del bien y del mal.
Originariamente, el budismo no pretendió ser más que un método de vida, y su
creador no se arrogó un origen sobrenatural ni exigió a sus discípulos culto alguno a
su persona. Doscientos años después de la muerte del reformador, el budismo
modificó su doctrina en este punto e impuso la veneración de Buda, con ritos formales
y oraciones. Creía Buda que la vida es inseparable del dolor, pero mientras el
brahmanismo aspiraba como meta de la felicidad a la desaparición de la vida personal
mediante la identificación del espíritu impersonal, Brahma, para Buda el ideal supremo
está en la extinción de todo deseo, en el nirvana, indiferencia ante la vida y la muerte,
ante el dolor y el placer. Aunque afirmó la igualdad de todos los hombres antes Dios,
no combatió la división en casta desde el punto de vista social y religioso, sino
únicamente a la casta sacerdotal como maestra e intérprete de una ley contraria a la
que él había adoptado. Por otra parte, en las instituciones monacales el budismo dio
entrada a los miembros célibes de todas las castas, e incluso a las mujeres.
La moral búdica señala cinco prohibiciones: matar, robar, cometer adulterio, mentiar y
embriagarse; establece diez pecados: asesinato, robo, fornicación, mentira,
maledicencia, injuria, charlatanería, envidia, odio y error dogmático, y recomienda la
práctica de seis virtudes trascendentales: la limosna, la moral perfecta, la paciencia, la
energía, la bondad y la caridad o amor al prójimo. Menos rígido que el brahmanismo,
ofreció a los adeptos tibios la posibilidad de disfrutar después de la muerte de
inefables goces y delicias materiales, por lo cual encontró amplia acogida entre el
pueblo humilde.
En el siglo IV de la era cristiana se convirtió en la religión oficial de China, luego pasó
a Corea, desde donde la llevó al Japón, en el año 522, una embajada coreana. Se
extendió al Tibet en 632, para imperar en todo el territorio a partir del siglo IX. Desde el
siglo XIII el lama, monje principal, fue elevado a la categoría de jefe espiritual y
temporal. Tras una lucha de quince siglos, el brahmanismo logró expulsar al budismo
de las zonas centrales de la India. Hoy profesan esa religión más de 155 millones de
personas. Los escritos canónicos del budismo figuran en la triple Biblia, llamada
Tipitaka, o Tripitaka, compuesta hacia el siglo primero antes de Cristo.
Catolicismo
1.La iglesia, Una, Santa, Católica, Apostólica y Romana tiene 500 millones de fieles,
repartidos en los cincos continentes y bajo la autoridad del Papa en Roma. Según
estos creyentes, Dios es un ser necesario, eterno, infinitamente omnipotente, sabio,
bueno, justo y misericordioso. Este Ser Único y superior creó al hombre a Su imagen y
semejanza, con inteligencia y voluntad capaz de amar; con alma eterna y partícipe de
su bien. Pero al desobedecer a Dios la primera pareja, dejó a sus descendientes sin la
posibilidad de gozar del Cielo después de su muerte. Para librar del peso del pecado
original - como se llamó esa desobediencia - Dios permitió que su Hijo se hiciera
hombre, padeciera y muriera en la cruz. Esa redención se renueva en cada ser
humano mediante el Bautismo que abre, según los católicos, la posibilidad de llegar al
Cielo y gozar de la eternidad. Para lograrlo se exige, además, el cumplimiento del
Decálogo o Ley que Dios entregó a Moisés.
2. Palabra con que se designa la religión que profesan los fieles que pertenecen a la
Iglesia Católica, fundada por Nuestro Señor Jesucristo.
Creación: Como principio básico del catolicismo, Dios es el centro de todo, fuente de
donde dimana todo ser, Dios es el ser necesario; lo demás es contingente y ha sido
creado por Él por verdadera educción de la nada. Y en medio de la creación Dios puso
al hombre, hecho de barro en su aspecto corpóreo, pero dotado a la vez de un alma
inteligente, libre e inmortal; y enriqueció, además, el alma de Adán y Eva, nuestros
primeros padres, con la gracia santificante que los elevaba a la condición sobrenatural
de hijos de Dios y herederos del Cielo, y que había de transmitirse por generación a
todos los hombres.
Pecado Original: Adán y Eva, que, como padres de la Humanidad, habían recibido la
gracia santificante, pecaron en el Paraíso terrenal, y al caer ellos en el pecado, fue la
Humanidad quien pecó, y por eso ésta quedó desposeída de la gracia santificante y se
hizo merecedora de los castigos eternos.
Redención: Pero Cristo Jesús, el Dios hecho hombre, asume la representación oficial
de todos los hombres, se ofrece a resarcir por ellos a la Majestad Divina y muere,
como víctima de propiciación, en el Calvario. Al resucitar, reparada la ofensa, puede
ya comunicar de nuevo la gracia santificante a quienes, creyendo en él como Dios
hecho hombre, lo acepten como Redentor y lo acaten como supremo Legislador del
género humano.
Los sacramentos: Pudiera Jesús haber concedido la gracia santificante en mil otras
formas. De hecho, la confiere por medio de los siete sacramentos - bautismo,
confirmación, confesión, comunión, extremaunción, orden sacerdotal y matrimonio - ,
cuya administración, así como la exposición y predicación de sus doctrinas,
encomienda a la Iglesia Católica.
La Iglesia Católica: Al reintegrarse Jesús a los cielos, deja en la tierra, como
depositarios de su personalidad e investidos de plenos poderes, como intérpretes de
sus enseñanzas y administradores de sus sacramentos, a Pedro y los demás
apóstoles, el Papa y los obispos; y otorga a los obispos en unión con el Papa, y al
Papa, aun sin los obispos, el privilegio de la infalibilidad, a nombre de Cristo y por la
asistencia del Espíritu Santo.
Confucianismo
En el año 422, es decir, cerca de mil años después de la muerte de Confucio, un
emperador chino hizo construir un templo junto a la tumba del filósofo, y de este modo
comenzó a desarrollarse un culto que se consolidó con nuevos homenajes oficiales y
llegó hasta las masas populares para determinar el nacimiento de una secta religiosa
con independencia de las doctrinas confucianas. Confucio se erige en símbolo del odio
a extranjeros y cristianos, a pesar de que el filósofo claramente predicó que "los
hombres de países extraños y lejanos deber ser acogidos con cortesía, y así recibirán
los pueblos de las cuatro partes de la Tierra riquezas y bienes". En realidad, sobre los
dogmas del confucianismo prevalece una orientación política que los emperadores
tuvieron interés en arraigar, colocándola bajo la advocación de Confucio y
prescindiendo de sus enseñanzas. El confucianismo como credo religioso admite una
trinidad compuesta por el cielo, la tierra y el hombre, y el culto oficial comprende tres
grados de sacrificios que se ofrecen a la divinidad, a Confucio, a los dioses de la tierra
y al grano, a los espíritus de los hombres célebres, y a las nubes, la lluvia, los ríos, las
montañas y los mares.
Protestantismo
El protestantismo, que hoy reúne a unos 200 millones de creyentes, comenzó como un
movimiento de agrupaciones cristianas que preconizaban la autoridad suprema de la
Biblia libremente interpretada por los individuos en momentos en que la Iglesia de
Roma exigía acatar la interpretación de su jerarquía (1524). Estos grupos Evangélicos,
como se hacían llamar, terminaron por separarse y formar la Iglesia Protestante de
Lutero. Un siglo más tarde los luteranos se dividieron cuando apareció un segundo
líder protestante: Calvino. Une a Lutero y Calvino, y separa a ambos del catolicismo, la
doctrina respecto a a voluntad del hombre en relación con Dios. Los católicos
consideran que la voluntad se determina por sí misma en sus operaciones, o sea, que
no existe la predestinación. Para Lutero la voluntad humana está atada a Dios o a
Satán, nunca libre. Calvino concede al hombre únicamente libertad de coacción, o sea,
que Dios no mueve con violencia a la voluntad a obrar, pero sí la determina
previamente, de manera que no se puede resistir a hacer el bien o el mal. Por lo tanto,
aceptan dos tipos de predestinación. Los protestantes no tienen un credo específico ni
organización determinada.
Luteranos
Separados en Luteranos, Pietistas e Iglesias Libres. El cisma que dio origen al
Pietismo se produjo en Holanda a raíz de la insistencia de Lutero en menospreciar
todas las formas de piedad y rechazar las buenas obras como camino de salvación.
Los pietistas reaccionaron contra esa extrema rigidez, dando importancia a las
prácticas religiosas y a las manifestaciones de piedad personal. La tercera división,
llamada de las Iglesias Libres, nació en 1845. No aceptan la administración laica que
une a Evangélicos y Luteranos: aceptan solamente una jerarquía eclesiástica sin más
atribuciones que las del culto.
Calvinista
Una genera después de Lutero apareció en Suiza la filosofía de Calvino, con su libro
"Institución de la Religión Cristiana". Calvino quiso que Ginebra se transformara en
Ciudad de Dios, para lo cual impuso pureza, fe religiosa y rigidez sin límites.
Cualquiera decisión debía consultársele y los pecados mortales eran juzgados
públicamente. Los calvinistas se atienen rígidamente a la doctrina de la predestinación
afirmanda la "incapacidad moral" del especie humana, incapaz de realizar buenas
acciones por instinto natural. Solamente los elegidos por la "gracia irresistible" de Dios
serán salvados, independientemente de su voluntad y vocación para el mal.
Los Calvinistas están divididos en tres grupos importantes: los Puritanos, de donde
derivan los Presbiterianos ; los Socinistas, divididos en Unitarios, Metodistas,
Irvingnianos; y, por último, los Independientes con sus sectas Baptista, Cuákeros y
Congregacionalistas.
El Presbiterianismo nació en Ginebra, en la república teocrática establecida por
Calvino. Introducido a Inglaterra durante el reinado de Isabel (1572). Los puritanos
fueron los protestantes ingleses que se negaron a aceptar el sistema anglicano
implantado por la reina Isabel, por parecerse demasiado a las ceremonias "papistas".
Eran, y son, extremadamente rígidos en materias de costumbre, especialmente la
observación del descanso dominical (ver anglicanismo)
Los presbiterianos se rigen por un sistema de Juntas o Asambleas de laicos y
presbíteros elegidos por votación popular.
Los puritanos son los protestantes que más combaten en sus ritos y oraciones a la
Iglesia Católica: siguien al pie de la letra el Evangelio y creen en la predestinación.
Hugonotes fue el nombre dado a los protestantes en Francia durante los siglos XVI y
XVII.
La secta Sociana la fundó Fausto Zozzini (italiano, siglo XVI) y se le llama también
"Unitaria". Los unitarios son fundamentalistas anti-dogmáticos y no tienen credos
oficiales. En primer lugar, niegan el dogma de la Trinidad, entendiendo a Dios como
una Unidad. Tampoco creen en la predestinación ni en la Providencia divina. En
cambio, creen en la fraternidad, el Reino de Dios, la victoria final del bien y la vida
eterna. Se les califica como "protestantes racionalistas".
De esta secta nacieron los Metodistas, de John Wesley, bautizados así por sus muy
reglamentadas y metódicas asambleas en Oxford (1729). De los Socionianos también
derivaron los Irvingnianos que fundó Eduardo Irving en 1830. En sus reuniones se
escuchan sonidas sonidos inarticulados que ellos llaman "prédicas en lenguas
desconocidas inspiradas por el Espíritu Santo". Creen en la venida inmediata de
Cristo.
Los baptistas (ingleses en su mayoría) insisten en el bautismo como punto central y
fundamental de la doctrina y práctica de su religión. Rechazan todo credo: para
salvarse basta con una gran convicción y seguir las escrituras.
Cada Iglesia Local Congregracionalista en autónoma porque consideran a Cristo su
única e inmediata cabeza. Por lo tanto, ordenan a sus propios sacerdotes y
excomulgan a los civiles.
En el siglo XVII se fundaron las Sociedades de los Amigos, formadas por jóvenes de
distintas religiones y creencias que se reunían para intercambiar ideas. De estas
sociedades nació la secta Cuákera("temblar").
Los cuákeros no poseen sacerdocio ni formas externas de culto, ya que sostienen que
el espíritu de Dios se hace presente por el simple hecho que dos o más hombres se
reúnan en Su nombre. Esencialmente pacifistas, durante las guerras mundiales
participaron exclusivamente en las organizaciones de ayuda a heridos y refugiados. El
Comité Norteamericano de Servicios de Los Amigos recibió por esta labor el Premio
Nobel de la Paz en 1947.
Aparte de los luteranos y Calvinistas, existen en Inglaterra la Iglesia Anglicana, y
EE.UU. la Episcopal. La Iglesia Anglicana la formó el rey Enrique VIII (1533) cuando el
Papa no le concedió el divorcio. Nunca pretendió ser un nuevo sistema doctrinal, sino
aprovechar el protestantismo que era de dominio de todos en teoría, y llegar a la
práctica con un protestantismo nacional. La Iglesia Anglicana se define como católica,
escrituraria (la autoridad final está en las Escrituras) y reformada. Se trata de una
iglesia nacional, que reconoce como jefe al soberano de Inglaterra. Su ritual tiene
mucho parentesco con el católico. La Iglesia Episcopal Norteamericana es una
derivación del Anglicanismo.
Hinduísmo
Sin credo ni fundador, sin sistema moral escrito ni fecha de nacimiento segura, el
Hinduísmo más que una religión es el sistema de vida indio desde hace varios
milenios. Difícilmente se diferencia del brahamanismo y ambas creencias o filosofías
cuentan en total con 350 millones de adherentes o practicantes. Exteriormente se le
conoce por el sistema de castas a que ha dado origen, por sus vacas sagradas y por
su politeísmo caótico. Los hinduístas creen en el Karma - los actos humanos
determinan el futuro del alma - y en la reencarnación. No tienen culto religioso público
ni días sagrados de descanso y sólo una vez al mes practican un acto-examen privado
e íntimo. El hinduísmo asumea menudo características ascéticas y de mortificación de
la carne, aunque también algunas sectas ponen énfasis en lo erótico. La salvación
final se obtiene por la llegada del alma al Brahama, y esto se obtiene únicamente por
la experiencia religiosa individual. Por su tolerancia con otras religiones ha sufrido
influencias múltiples que lentamente introdujeron dogmas y costumbres extrañas, y
determinaron la aparición de escuelas antagónicas o distintas: Nyaya, Vaisehika,
Yoga, Mimannsa, Sankya, Vedante. Sus libros sagrados, los Vedas, consisten en
colecciones de cánticos y ritos antiguos.
Judaísmo
Religión practicada por 13 millones de fieles. Fue fundada por Abraham 1500 años
antes de Cristo, cuando hizo, según los judíos, un pacto con Dios, Jahvé, para llevar el
mensaje bíblico al mundo. Esa alianza - que se recuerda con la circuncisión - exigió a
los seguidores de Abraham un monoteísmo totalmente original dentro de la civilización
idólatra en que vivían. Posteriormente Moisés recibió de Jahvé - o Jehová - , la Toráh
o Ley que impuso las obligaciones al pueblo, pero al mismo tiempo, Dios las habría
favorecido con milagros. La Alianza entre Dios y su pueblo se confirmó con el
Decálogo. El objeto de más culto entre los judíos es el Arca de la Alianza, donde se
guardan las tablas de la ley.
Cuando los judíos se establecieron en Canaán el monoteísmo se vio debilitado por la
influencia de la idolatría que allí reinaba. Pero la situación más precaria la tuvo la
religión hebraica cuando los reinos de Israel y Judá fueron destruidos: entonces el
pueblo no entendió la lengua en que estaba escrita la ley y fue necesario hacer
traducciones y largas pláticas de explicación. Por esta razón y por el cambio de
costumbres, fue necesaria la creación de una segunda Ley o Misná o Repetición, que
comúnmente se llama Talmud. Entonces surgió la primera división de los judíos:
algunos, que reciben hasta hoy el nombre de caraítas siguieron obedeciendo la Toráh
al pie de la letra. En el siglo XVIII apareció Moisés Mendelsohn, que predicó ideas
nuevas que escandalizaron a los judíos de Europa. Y surgió una nueva división. Los
rabinos ortodoxos consideraron herejes a estos reformistas y se instalaron en
comunidades apartes. Los renovadores inaguraron su primera sinagoga (templo judío)
en 1810. En ésta se abolío el hebreo en las oraciones y prédicas para reemplazarlo
por la lengua del país. Es una rama importante del Judaísmo la que niega la existencia
de un Mesías personal substituyéndolo por "la misión miseánica", de Israel. De los
cultos y liturgias que habían impuesto el Talmud, sólo conservan la celebración del
Sabbath - sábado - y la circuncisión. es decir, tratan de acentuar la idea monoteísta
disminuyéndole la importancia al cumplimiento del Talmud.
En Israel existen rabinos ortodoxos,caraítas y renovadores que se reúnen
separadamente con sus fieles en 6.000 sinagogas. Además subsiste la Comunidad
Judía llamada samaritana en la ciudad de Jolón, cerca de Tel-Aviv, con unos 500
fieles. Es una secta antigua que reconoce sólo la Toráh y el Pentateuco (libro de
Josué) como textos santos y dignos de obediencia.
Shintoísmo
Cerca de 67 millones de asiáticos - especialmente los japoneses - profesan esta
creencia, que no es considerada exactamente como una religión, ya que cristianos y
budistas aceptan la coexistencia en una misma persona del budismo o cristianismo
con el shintoísmo. Su principio fundamental es el respeto y lealtad al Emperador de
Japón y a los grandes antepasados imperiales y la reverencia a los espíritus o
memoria de los grandes personajes del pasado histórico o familiar. Existe comunión
con los muertos y deseo de agradarlos y complacerlos. Como mantiene muy unidos
los vínculos del pasado con el presente, su símbolo es el "sakiki", árbol siempre verde,
que nunca muere ni languidece. No utilizan imágenes ni sermones, carecen de
congregaciones y rechazan el culto a la vida prenatal y a la eternidad después de la
muerte. Aunque no hablan de pecado ni virtud, cultivan una exagerada limpieza
corporal.
Desde la Segunda Guerra Mundial este culto a los antepasados y al Emperador, ha
languidecido notablemente. Los ocupantes norteamericanos termianron con el apoyo
económico y otros privilegios a sus santuarios, donde la efigie del Emperador recibía
homenaje casi religioso. Desde el año 11 D.C., cuando el emperador Suinin lo
estableció formalmente, el shintoísmo ha ejercido gran influencia política y bélica en
Japón y toda Asia. Según una vieja leyenda el dios Takemikazuchi (Shintó), ganó la
tierra para los japoneses en una lucha con un aborigen gracias al Sumo, método de
lucha que hasta ahora tiene gran popularidad en los lugares en que se practica el
shintoísmo. Paralelamente a esta creencia, los nipones son fieles al budismo desde
los siglos VI y VII D.C., y actualmente una tercera parte de su población es cristiana.
Islamismo
1.Conjunto de dogmas y preceptos religiosos y leyes para la vida civil, creado por
Mahoma. Del Corán, libro escrito por él, y el Sunna (tradiciones posteriores), han
nacido prácticamente todas las reglas de la vida política y social del mundo árabe. El
Islamismo dejo de ser sólo una religión para convertirse casi en el símbolo de la
civilización árabe. Se calcula que en la actualidad existen 450 milones de
mahometanos o islámicos (es la segunda religión en el mundo en número de fieles),
que forman el Gran Imperio espiritual del Islam.
Mahoma - en árabe, Mohammed - , nació en 570 en La Meca. Después de recibir la
aparición del arcángel Gabriel se considera apóstol de Dios, encargado de difundir su
doctrina y sucesor de los profetas anteriores: Adán, Noé, Abraham, Moisés y Jesús.
Exalta la persona de Cristo y utilizó sus enseñanzas al extremo que muchos
consideran el Islamismo como una herejía del Cristanismo. El Islam rechaza la
Santísima Trinidad y el carácter divino de Jesús, aunque cree en la vida eterna, el
Juicio Final y la resurrección de los muertos. Exige cuatro prácticas: la oración, el
ayuno durante el mes de Ramadán, la limosna a los pobres y la peregrinación a La
Meca. Para convertirse a esta religión basta decir, con fe y entendimiento, una sola
vez en la vida, "No hay más Dios que Dios (Alah), y Mahommed es su profeta". El
sucesor de Mahoma es el Califa o Delegado. Por problemas de esta sucesión los
islámicos están divididos en tres grupos: sunnitas, shiitas y wahabis.
2. Religión formulada y propagada por Mahoma (hacia 517-632) y sus discípulos y
sucesores. Tuvo origen en La Meca, Arabia, y los primeros proselitos fueron familiares
del profeta. Luego extendió su influencia sobre las tribus hostiles a los koreishitas,
guardianes del templo de la Kaaba y de su venerada piedra negra. Considerándole un
peligro, los enemigos de las nuevas doctrinas resolvieron dar muerte a su creador y
Mahoma tuvo que huir a Yathrib, denominada después Medina. A esa fuga se lle llama
la Héjira (o Hégira) y la cronología musulmana comienza en ese año (622 D.C.). En
Medina organizó Mahoma el culto y comenzó a escribir el Corán. Instituyó cinco
oraciones diarias, el diezmo para los gastos del culto y el ayuno del Ramadán.
Conquistó La Meca y estableció el culto de la nueva religión en la Kaaba, cuyos ídolos
destruyó. Su influencia fue creciendo desde entonces en toda Arabia y llegó en
campañas militares hasta Siria.
El Islam tiene el Corán como libro sagrado, que es a la vez código religioso y político
revelado, según el texto coránico, por Dios a Mahoma por medio del ángel Gabriel.
Pero la redacción definitiva de ese libro no se debe a Mahoma, sino a sus discípulos.
Consta de 114 capítulos o suras, divididos en versículos, donde el profeta habla
siempre en nombre de Dios. La concepción filosófica del universo que expone el
Corán es parecida a la de las grandes concepciones semíticas, el judaísmo y el
cristianismo que le precedieron. Mahoma no era filósofo, como los fundadores del
brahmanismo y del budismo, y quiso una religión sencilla, al alcance de la mentalidad
de su época. Propiamente no quería una religión nueva, sino continuar la tradición de
los profetas bíblicos. Se lee en el Corán: "Dios ha establecido para vosotros una
religión que recomendó a Noé; esta religión se te revela ¡oh, Mahoma! Es la que
habíamos recomendado a Abraham, a Moisés, a Jesús, diciéndoles: Observad esta
religión, no os dividáis en sectas". Fueron tomados de la Biblia muchos aspectos: la
creación del mundo en seis días; Adán y su caída; las penas y las recompensas; el
juicio final anunciado por las trompetas. Pero su Paraíso es extremadamente sensual:
riachuelos cristalinos, arroyos de leche,de miel y de vino; frutos deliciosos, huríes
vírgenes, etc. Predica la tolerancia para con los judíos y los cristianos. Y en cuanto al
célebre fatalismo musulmán, el Corán no lo pone de manifiesto en mayor medida que
cualquier otro código religioso. En resumen, el islamismo es religión monoteísta que
encuentra su expresión en la frase: no hay más dios que Dios y Mahoma es su
profeta.
El éxito que tuvo esta doctrina se debe en parte a su sencillez, pues está al alcance de
todos los creyentes. Y trata de inculcar en sus adeptos los sentimientos de caridad y
justicia y la práctica de la oración.
Su influencia política y civilizadora fue enorme; unificó a los árabes por el idioma, por
la religión y políticamente. Antes de Mahoma, la Arabia era un mosaico de tribus que
vivían en guerras intestinas permanentes; un siglo después de la aparición del profeta,
el Imperio árabe se extendía desde la India a España, y al amparo del estandarte de
Mahoma se desarrollaron las ciencias y las artes y floreció una brillante civilización.
Aquella civilización ha pasado, con su cohorte de poetas, filósofos, astrónomos,
médicos, historiadores y arquitectos, pero la religión de Mahoma perdura; más de 100
millones la practican en el Indostán, más de 60 millones en el Cercano Oriente, y en
casi todo el Norte de África y en el África Oriental es la religió predominante. Incluso es
practicada por algunos pueblos europeos, como el albanés. Algunos de los pueblos
vencedores de los árabes, como los turcos osmanlíes, se hicieron mahometanos y
mantuvieron durante varios siglos un extenso y poderoso imperio en la Europa oriental
y en el Cercano Oriente.
Mahoma supo crear un ideal vigoroso para pueblos que carecían de él en momentos
en que se descompnía el Imperio romano y los persas comenzaban a dar señales de
decadencia. Los sucesores del profeta encontraron en sus campañas a pueblos
tiranizados que los recibieron como libertadores, tanto más cuanto que no les
imponían su religión ni sus costumbres.
Se dividió el islamismo en numerosas sectas, pero el Corán y la lengua árabe han
servido siempre de lazo de unión y en los últimos años es evidente en una cantidad de
pueblos de África y de Asia el deseo de una resurrección del islamismo como poder
político firmemente unificado. Tal tendencia se designa con el nombre genérico de
panislamismo y se revela en la acción y principios de determinados pactos y
conferencias internacionales de países islámico, sobre todo frente al problema de
Palestina.
Taoísmo
Alrededor de 30 millones de hombres, la mayoría chinos, practican esta filosofía-
religión formulada por un individuo cuya fisonomía está escrita en penumbras. Lao-Tsé
nació tal vez el 604 a.C y se le atribuye la obra fundamental de esta confesión: el Tao
Te Ching. El Taoísmo preconiza el sometimiento del hombre al Tao, vale decir, al
curso eterno de los acontecimientos. Reprueba las luchas humanas y aconseja la
humildad, la resignación a las cosas que están al alcance de la mano, la falta de
ambición. Como preceptos exige no matar, no beber alcohol, no mentir, no robar y no
cometer adulterio. Además recomienda como virtudes la piedad filial, lealtad, bondad
hacia las criaturas, paciencia, sacrificio de sí mismo por los pobres, liberar a los
esclavos, plantar árboles y hacer caminos, enseñar al ignorante y hacer las ofrendas a
los dioses. En el siglo IV a.C el Taoísmo - Tao significa camino - se convirtió en culto
popular cuando sus seguidores se desembarazaron de la metafísica y se entregaron a
la práctica de la alquimia, la magia y la adivinación. Posteriormente, hacia el siglo II
d.C., Chang Tao Ling la fundó como religión y se nombró su primer "pontífice". Pero en
1927 tal pontificado fue abolido por el gobierno chino. Sin embargo, el Taoísmo sigue
siendo con el Confucionismo y el Budismo una de las religiones más difundidas de
China. El Taoísmo promete la inmortalidad y admite la metempsicosis.
Zoroastrismo
Numéricamente, esta confesión no tiene importancia, pero sus seguidores, reunidos
bajo el nombre de Parsis, ejercen gran influencia en el pueblo indio. Uno de sus
representantes más famosos fue Feroze Gandhi, el fallecido esposo de Indira Gandhi,
a quien rechazaba Nehru, padre de la Primera Ministro, debido a sus creencias
religiosas. Los Parsis adoran al fuego y el sol como símbolo de pureza, su dios es
Ormuz y Zoroastro o Zaratustra el profeta. Los Zoroastristas o Parsis no tienen hoy
interés proselitista, aunque a través del matrimonio se han incorporado nuevos
adeptos. Descienden de una antigua secta que gobernó Persia durante siglos, hasta
ser expulsados sus adeptor por los musulmanes, que dominaron el país en el siglo VII.
Se radicaron en la India y prosperaron como armadores de barcos, comerciantes y
banqueros. La fidelidad a su fe está llevándolos a la extinción. Se calcula que en todo
el mundo existen unos 130 mil parsis, de ellos 100 mil están en la India. Y de éstos, 70
mil concentrados en la región de Bombay. Hoy afrontan una grave crisis interna,
debido a la pugna entre los sacerdotes ortodoxos y los jóvenes modernistas. Aquéllos
insisten en la práctica funeraria de los antepasados y para ello conservan en el Cerro
Malabar, el sector residencial más exclusivo de Bombay, una construcción de piedra
gris llamada la Torre del Silencio. Allí son llevados los Parsis que mueren. Los
cadáveres de niños, mujeres y hombres se depositan sobre losas de piedra y quedan
expuestos a la voracidad de gigantescos buitres. Las aves de rapiña les arrancan la
carne y en corto plazo dejan sólo los huesos del esqueleto. Entonces el sol los calcina
y ,semipulverizados los restos, se arrojan a un pozo habilitado en el fondo de la Torre.
Desde allí, impulsados por agua, llegan al mar. Los jóvenes Parsis encuentran que
esta ceremonia, que data de 8 mil años atrás, debe desaparecer. Tal vez con ello
desaparezca la religión misma.
Origen de la Iglesia Católica
La Iglesia Católica Romana sostiene que su origen se encuentra en la muerte,
resurrección y ascensión de Jesucristo aproximadamente en el año 30 de nuestra era.
La iglesia Católica se proclama a sí misma como la Iglesia por la que murió Jesucristo,
la Iglesia que fue establecida y construida por los apóstoles. ¿Es ese realmente el
origen de la Iglesia Católica? Por el contrario. Aún una lectura superficial del Nuevo
Testamento revelará que la Iglesia Católica no tiene su origen en las enseñanzas de
Jesús o Sus apóstoles. En el Nuevo Testamento, no hay mención del papado, la
veneración o adoración de María (o de la inmaculada concepción de María, la
perpetua virginidad de María, la ascensión de María, o María como co-redentora y
mediadora), las peticiones a los santos en el cielo por su intercesión, la sucesión
apostólica, las ordenanzas de la iglesia funcionando como sacramentos, el bautismo
infantil, la confesión de pecados a un sacerdote, el purgatorio, las indulgencias, o la
autoridad paralela de las tradición eclesiástica y la Escritura. Así que, si el origen de la
Iglesia Católica no se encuentra en la enseñanzas de Jesús y Sus apóstoles, como
están registradas en el Nuevo Testamento, ¿cuál es el verdadero origen de la Iglesia
Católica?
Durante los primeros 280 años de la historia cristiana, la cristiandad fue prohibida por
el imperio romano, y los cristianos fueron terriblemente perseguidos. Esto cambió
después de la “conversión” del emperador romano Constantino. Constantino “legalizó”
el cristianismo en el Edicto de Milán en el año 313. Después en el 325 d.C.
Constantino convocó al Concilio de Nicea en un intento por unificar la cristiandad.
Constantino visualizó el cristianismo como una religión que pudiera unir al Imperio
Romano, el cual en ese tiempo comenzaba a fragmentarse y dividirse. Mientras esto
hubiera parecido ser un desarrollo positivo para la iglesia cristiana, el resultado fue
todo menos positivo. Al igual que Constantino se negó a adoptar de lleno la fe
cristiana, sino que continuó con muchas de sus creencias y prácticas paganas; así
también la iglesia cristiana que Constantino promovió era una mezcla del verdadero
cristianismo con el paganismo romano.
Constantino descubrió que con la gran extensión del Imperio Romano, tan diverso y
expansivo, no todos accederían a renunciar a sus creencias religiosas y abrazar el
cristianismo en su lugar. Así que Constantino permitió, y aún promovió la
“cristianización” de la creencias paganas. Y así, creencias completamente paganas y
totalmente antibíblicas le dieron nuevas identidades al “cristianismo” Algunos claros
ejemplos de ello son los siguientes:
(1) El Culto a Isis, una religión de la madre-diosa egipcia, fue absorbida dentro del
cristianismo, reemplazando a Isis con María. Muchos de los títulos que fueron usados
por Isis, tales como “Reina del cielo”, “Madre de Dios”, y “theotokos” (quien dio vida a
Dios) fueron adjudicados a María. Se le concedió a María un exaltado papel en la fe
cristiana, mucho más allá de lo que la Biblia describe de ella, para atraer a los
adoradores de Isis a la fe, que de otro modo no hubieran adoptado. Las primeras
claras señales de la Mariología católica ocurrieron en los escritos de Origen, quien
vivió en Alejandría, Egipto, el cual resultaba ser el punto focal de la adoración a Isis.
(2) El Mitraísmo era una religión en el Imperio Romano del I hasta el V siglo d.C. Era
muy popular entre los romanos, especialmente entre los soldados romanos, y
posiblemente fue la religión de muchos emperadores romanos. Mientras que nunca se
le concedió un estatus “oficial” al Mitraísmo en el Imperio Romano fue de hecho la
religión oficial, hasta que Constantino y los siguientes emperadores romanos
reemplazaron el Mitraísmo con el Cristianismo. Una de las características claves del
Mitraísmo era una comida de sacrificio, la cual consistía en comer la carne y beber la
sangre de un toro. Mitras, el dios del Mitraísmo, estaba “presente” en la carne y la
sangre del toro, y cuando eran consumidas, se otorgaba la salvación a aquellos que
tomaban parte en la comida del sacrificio. (teofagia, la práctica de comer el cuerpo de
un dios). El Mitraísmo también tenía siete “sacramentos”, haciendo que las similitudes
entre el Mitraísmo y el catolicismo Romano sean demasiadas para ser ignoradas.
Constantino y sus sucesores fundaron un fácil substituto de la comida sacrificial del
Mitraísmo en el concepto de la Cena del Señor / La Comunión Católica. Tristemente,
algunos de los primeros cristianos comenzaron a añadir el misticismo a la Cena del
Señor, rechazando el concepto bíblico de un simple acto de adoración y recordatorio
de la muerte y derramamiento de sangre de Cristo. La romanización de la Cena del
Señor hizo la transición a una consumación del sacrificio de Jesucristo, conocido
ahora como la Misa Católica / la Eucaristía.
(3) La mayoría de los emperadores romanos (y ciudadanos) eran enotistas. Un
enotista es alguien que cree en la existencia de muchos dioses, pero que tiene un
enfoque primario en un dios en particular, o considera a un dios en particular como
supremo sobre los otros dioses. Por ejemplo, el dios romano Júpiter, era supremo
sobre el “panteón” (la totalidad de los dioses) romano. Los marinos romanos con
frecuencia eran adoradores de Neptuno, el dios de los océanos. Cuando la Iglesia
Católica absorbió el paganismo romano, simplemente reemplazó el “panteón” de
dioses con los santos. Así como el panteón de dioses romanos tenía un dios del amor,
un dios de la paz, un dios de la guerra, un dios de la fuerza, un dios de la sabiduría,
etc., la Iglesia Católica tiene un santo que “está a cargo” de cada una de estas
características, y existen muchas otras categorías. Igualmente, así como muchas
ciudades romanas tenían un dios específico para la ciudad, también la Iglesia católica
provee sus “santos patrones” para las ciudades.
(4) La supremacía del obispo romano (el papado), fue creado con la ayuda de los
emperadores romanos. Siendo la ciudad de Roma el centro de gobierno del imperio
romano, y con los emperadores romanos viviendo en Roma, la ciudad de Roma se
levantó como preeminencia en todas la facetas de la vida. Constantino, y sus
sucesores, dieron su apoyo al obispo de Roma como el supremo gobernante de la
iglesia. Desde luego, era mejor para la unidad del imperio romano, que el gobernante y
la sede de la religión se encontraran centrados en el mismo lugar. Mientras que
muchos otros obispos (y cristianos) se resistieron a la idea de que hubiera un obispo
romano supremo, eventualmente el obispo romano se elevó a la supremacía, a través
del poder y la influencia de los emperadores romanos. Cuando el imperio romano se
colapsó, los papas tomaron el título que previamente había pertenecido a los
emperadores romanos – “Pontificus Maximus”.
Se pueden dar muchos otros ejemplos, pero estos cuatro pueden ser suficientes para
demostrar el verdadero origen de la Iglesia Católica. Desde luego, la Iglesia Católica
Romana niega el origen pagano de sus creencias y prácticas. La Iglesia Católica
disfraza sus creencias paganas bajo capas de complicada teología. La Iglesia Católica
excusa y niega su origen pagano tras la máscara de la “tradición eclesiástica”.
Reconociendo que muchas de sus creencias y prácticas son totalmente ajenas a la
Biblia; la Iglesia Católica está forzada a negar la autoridad y suficiencia de las
Sagradas Escrituras.
El origen de la Iglesia Católica es el trágico compromiso del cristianismo con las
religiones paganas que la rodeaban. En vez de proclamar el Evangelio y convertir a los
paganos, la Iglesia Católica “cristianizó” las religiones paganas, y “paganizó” el
cristianismo. Al mezclar las diferencias y borrar las características distintivas, si, la
Iglesia Católica se hizo a sí misma atractiva a la gente del imperio romano. Uno de los
resultados fue que la Iglesia Católica se convirtiera en la religión suprema en el
“mundo romano” durante siglos. Sin embargo, otro resultado fue la más dominante
forma de apostasía del cristianismo del verdadero Evangelio de Jesucristo y la
verdadera proclamación de la Palabra de Dios.
2 Timoteo 4:3-4 declara, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina,
sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias
concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”
Division de ñla Iglesia
Las iglesias evangélicas dicen ser los herederos de la Reforma. Pero muchos
evangélicos hoy no tienen ninguna idea de qué se trató en la Reforma. Con este
estudio deseo llenar este vacío, y a la vez aplicar algunos principios de la Reforma a
la situación actual.
Quiero además demostrar que Lutero, si volviera a aparecer hoy, tendría todavía que
decir muchas de las mismas cosas que dijo en su tiempo - pero hoy tendría que
decirlo también a las iglesias evangélicas.
El tiempo de Dios
Lutero no fue el primer Reformador. Hubo varios antes de él que enseñaban de
manera parecida, y que deseaban hacer volver la iglesia a la verdad de la Palabra de
Dios. Los más conocidos de ellos eran Juan Wyclif en Inglaterra (1320-1384) y Juan
Hus en Bohemia (1374-1415), quien murió como mártir. Ambos pudieron juntar a
algunos seguidores, pero no lograron realmente las reformas que deseaban.
¿Por qué fracasaron ellos, mientras Lutero tuvo éxito? - No creo que ellos hayan sido
inferiores a Lutero. Simplemente no había llegado todavía el tiempo de Dios. Una
Reforma tan amplia no sucede de la noche a la mañana. Era necesario que estos
hombres, los "pre-Reformadores", preparasen el camino. En los tiempos de Lutero,
toda Europa tenía mucha hambre de Dios. Sin el trabajo de los "pre-Reformadores",
probablemente no hubieran tenido esta hambre, y no hubieran deseado tanto
escuchar la palabra de Lutero.
Cada uno de nosotros tiene su tarea, y su lugar en la historia, asignados por Dios.
Unos son llamados a sembrar, otros a regar y otros a cosechar. Unos son llamados a
ser pioneros, y otros son llamados a edificar encima de lo que construyeron los
pioneros. (Vea 1 Cor.3:5-13.) Los pioneros a menudo son llamados a dar hasta su
vida, para que otros puedan seguir con más facilidad. Como Abraham, ellos tienen
que morir en la fe "sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y
creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la
tierra" (Hebreos 11:13). Juan el Bautista preparó el camino para el Mesías, pero tuvo
que morir sin ver la obra del Mesías cumplida. El pastor rumano, José Tson, escribe:
"Para cada país que se abrió para el Evangelio, el precio fue muy alto. Un mensajero
de Dios tuvo que derramar su sangre por aquel país, para tomarlo para Dios." ¿Se
aplicará lo mismo a cada gran Reforma de la iglesia?
Un detalle interesante: En 1415, cuando Juan Hus fue condenado por el Concilio de
Constanza y llevado a la hoguera, dijo proféticamente: "Ahora ustedes están
quemando a este ganso viejo ("Hus" significa "ganso"), pero en cien años se
levantará un cisne al cual no podrán quemar." Casi exactamente cien años después,
en 1517, se desató la Reforma con las 95 tesis de Lutero.
Lutero católico
Lutero no era ningún enemigo de la iglesia. Al contrario, él era un fiel católico y quería
servir a Dios según las tradiciones de la iglesia.
"Siguiendo los deseos de su padre, se inscribió en la facultad de Derecho de esa
universidad. Pero todo cambió durante una tormenta eléctrica en 1505. Un rayo cayó
cerca de él mientras se encontraba de regreso de una visita a la casa de sus padres.
Aterrorizado, gritó: "¡Ayuda Santa Ana!, ¡Me convertiré en monje!". Salió con vida y
abandonó la carrera de Derecho, vendió sus libros con excepción de los de Virgilio y
entró en el monasterio agustino de Erfurt el 17 de julio de 1505" (Wikipedia)
Aunque Lutero se arrepintió de haber hecho esta promesa apresurada, sintió que
estaba obligado a cumplirla, porque en respuesta a esta promesa Dios había salvado
su vida en la tormenta. Más tarde vio en ello la mano de Dios en su vida, porque de
esta manera Dios empezó a encaminarle hacia el estudio de las Sagradas Escrituras.
Fue en el monasterio donde Lutero vio por primera vez en su vida una Biblia.
En este primer llamado de Lutero, vemos algunos aspectos que no son conformes a
las Escrituras:
- Lutero no clamó a Dios por auxilio, sino a "Santa Ana".
- Para servir a Dios, no conoció otro camino que convertirse en monje.
¿Le reprocharemos por pensar de esta forma? - Tomemos en cuenta que Lutero
creció como un hijo fiel de la iglesia católica romana, y no podía posiblemente
haberse encontrado con alguna otra información. Solo después de haber estudiado
profundamente la Biblia por sí mismo, Lutero pudo darse cuenta de sus errores.
Antes de esto, él ya tenía el deseo ferviente de servir a Dios, "pero no conforme a
ciencia" (Rom.10:2). Fue este deseo que Dios vio y tomó en serio; y así pudo llevar
poco a poco a Lutero hacia la luz de la verdad. "Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados." (Mateo 5:6).
Si después de ver la verdad, Lutero hubiera seguido sirviendo a la manera de la
tradición muerta de la iglesia, allí sí tendríamos que reprocharle. Pero Lutero tuvo la
valentía de actuar según la verdad que Dios le había mostrado, aun en contra de
todas las tradiciones de su iglesia.
Y allí está el punto donde Dios nos desafía hoy. Si eres un "buen evangélico",
probablemente deseas servir a Dios al máximo, según las tradiciones de tu iglesia:
asistir a los cultos, asumir el liderazgo de algún grupo o alguna célula, ganar a
nuevos miembros para tu iglesia... Si esta es tu idea, entonces eres como Lutero en
su juventud: Tienes el deseo de servir a Dios, pero lo haces a la manera como los
hombres te enseñaron. Todavía no estás buscando la voluntad de Dios por ti mismo.
Cuando busques a Dios por ti mismo, verás que la voluntad de Dios va más allá de la
tradición de tu iglesia (no importa de qué denominación sea). Como Lutero, tendrás
que abandonar la tradición de tu iglesia en algunos puntos, si quieres cumplir la
voluntad completa de Dios. (Para ver algunos puntos donde las iglesias evangélicas
actuales difieren de la Palabra de Dios revelada, vea "Los secretos de la iglesia
temprana", y "95 tesis sobre el estado de las iglesias evangélicas".)
Allí se decidirá si eres un verdadero "reformado": ¿Estás dispuesto a servir a Dios y
hacer Su voluntad, aun cuando Su voluntad va en contra de la tradición de tu propia
iglesia?
La salvación por gracia y por la fe
Desde su juventud, Lutero tenía miedo al juicio de Dios. Aunque no había cometido
ningún pecado obvio, estaba muy consciente de las pequeñas faltas en palabras,
pensamientos y comportamiento, que suceden en la vida diaria. El hizo muchos
intentos de vencer estas malas inclinaciones, pero su conciencia seguía
condenándole. A veces hasta pensaba que estaba predestinado para el infierno;
porque si no fuera así, ¿seguramente Dios le permitiría vencer las tentaciones?
Su amigo Felipe Melanchthon escribe acerca de Lutero como monje joven:
"A menudo grandes terrores le asustaron repentinamente, mientras reflexionaba más
intensamente acerca de la ira de Dios y los ejemplos de Sus castigos; de manera que
casi se volvió loco. Y yo mismo le vi, cuando fue vencido por la tensión en cierto
debate acerca de la doctrina, acostarse en la celda del lado donde repetidamente oró
sobre la idea discutida y lo resumió todo bajo pecado, para ser perdonado por todo.
El sentía estos terrores desde el inició, o más agudamente en aquel año porque
perdió a su compañero que murió en un accidente."
"El joven Martín Lutero se dedicó por completo a la vida del monasterio,
empeñándose en realizar buenas obras con el fin de complacer a Dios y servir a
otros mediante la oración por sus almas. Se dedicó con mucha intensidad al ayuno, a
las flagelaciones, a largas horas en oración, al peregrinaje y a la confesión constante.
Cuanto más intentaba agradar a Dios, más se daba cuenta de sus pecados." (Fuente:
Wikipedia)
Lutero dedicó mucho tiempo a examinar su propio corazón, y a confesar todos los
pecados de ira, odio y envidia contra otras personas; pero dijo desanimado: "Cuanto
más uno intenta lavar sus manos, más sucias se vuelven." Y por más que recibía
absoluciones y hacía penitencias, siempre se quedó con la pregunta inquietante:
¿Quién me puede garantizar que realmente he cumplido con todas las condiciones
para recibir perdón?
Así seguía buscando una respuesta a esta pregunta tan importante: ¿Cómo puede
un pecador alcanzar la salvación eterna? ¿Cómo puedo alcanzar la gracia de Dios?
El verso clave en la vida de Lutero fue Romanos 1:17:
"Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá."
Según su entendimiento, "justicia de Dios" podía solo significar que Dios, en Su
justicia, tenía que castigarle por sus pecados; porque él, Martín Lutero, no era justo.
Se quedó intrigado por la pregunta: ¿Cómo puedo volverme justo?
En 1511, Lutero fue enviado por su orden con un encargo importante a Roma. Este
viaje le dio la oportunidad de ver el centro de la iglesia católica romana con sus
propios ojos. Cumplió con todos los deberes de un peregrino y visitó todos los
lugares "sagrados", y esperaba de esto conseguir alivio para su alma. Subió de
rodillas las "gradas de Pilato", porque el papa había prometido una absolución
especial a todos los que hicieran esto. Pero mientras estaba en medio de esta
penitencia, fue como si una voz del cielo le hablase estas palabras que todavía no
entendía: "Mas el justo por la fe vivirá."
Todavía no encontró el perdón de Dios que buscaba. Pero le chocó la inmoralidad y
corrupción que tuvo que observar en Roma. Se encontró con altos dignatarios de la
iglesia que llevaban una vida inmoral y que hacían bromas acerca de las verdades de
la fe. Encontró que muchos sacerdotes trataban la misa como cualquier quehacer
diario, no mostraron reverencia sino al contrario la ridiculizaban. Regresó muy
decepcionado; pero aun así, todavía no se atrevía a dudar de la autoridad del papa y
de la jerarquía.
En 1512 recibió el doctorado y fue llamado a Wittenberg como maestro de la teología.
En aquel tiempo, los teólogos sabían mucho de las obras de otros teólogos, pero
poco de la Biblia. Lutero, en cambio, se dedicó completamente al estudio y la
explicación de la Biblia.
Mientras estudiaba y enseñaba acerca de la carta a los Romanos, llegó finalmente a
comprender las palabras "Mas el justo por la fe vivirá.": No se trataba de ser justo uno
mismo, para llegar a la fe. Al contrario, la fe era lo único que era necesario para
volverse justo. "Cree, y serás salvo." - "Justicia de Dios", para el que realmente cree,
no es castigo; mas bien es la justicia que Dios da gratuitamente a todo aquel que
cree. Este es el verdadero mensaje del evangelio, que había sido olvidado por tantos
siglos, hasta que Lutero lo trajo nuevamente a la luz.
Lutero dijo acerca de este descubrimiento:
"Antes de comprender estas palabras, yo odiaba a Dios, porque él nos asustaba a
nosotros pecadores por la ley y por la miseria de nuestra vida; y no suficiente con
esto, todavía empeoraba nuestros tormentos por el evangelio. Pero entonces
comprendí por el Espíritu de Dios las palabras: 'Mas el justo por la fe vivirá.' Entonces
me sentí como nacido de nuevo, como un hombre nuevo. ¡Entré por puertas abiertas
directamente al paraíso de Dios!"
Desde entonces, es una enseñanza común de las iglesias reformadas y evangélicas,
que somos salvos por la fe y por la gracia de Dios. No podemos "merecer" esta
gracia; no podemos hacer nada de nuestra parte para "comprarla"; solo podemos
recibirla con fe y gratitud.
Pero a través de los siglos, esta enseñanza ha sido distorsionada gravemente. Hoy
se enseña que "Dios no castiga"; que Dios es solo amor y pasa por alto los pecados;
y que "la salvación no cuesta nada". Esta es la enseñanza que Dietrich Bonhoeffer
llamó "la gracia barata":
"En esta iglesia, el mundo encuentra una cobertura barata para sus pecados -
pecados de los que no se arrepiente, y de los que mucho menos desea ser liberada.
Esta gracia barata es una justificación del pecado, pero no del pecador."
Observamos que esta misma doctrina - la salvación por gracia y por la fe - tuvo
resultados muy diferentes en circunstancias diferentes. En la época de Lutero, esta
doctrina trajo liberación, y una Reforma y purificación de la iglesia. En nuestra época,
esta misma doctrina ha producido una iglesia que comete todo tipo de inmoralidad y
dice: "Pero Dios en su gracia me perdonará." - ¿Por qué esta diferencia abismal?
Hemos visto en la vida de Lutero, que él estaba desesperado por encontrar la
salvación. Estaba muy consciente de su pecado, y sabía que estaba perdido mientras
permanecía así. El era como la gente que escuchó a Pedro en Pentecostés, y "se
compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones
hermanos, ¿qué haremos?" (Hechos 2:37). El buscaba la gracia de Dios como un
tesoro, porque sabía que sin esta gracia estaba perdido. Sabía que no tenía derecho
a ninguna gracia de parte de Dios.
La gente de hoy cree tener un "derecho" a la gracia de Dios. Ya han escuchado toda
su vida que Dios nos salva por gracia; y por eso toman esta verdad a la ligera. Ya no
la ven como un tesoro que quiere ser buscado con diligencia. Quieren la gracia de
Dios "inmediatamente", pero no quieren caminar por el camino que Lutero caminó.
Nunca fueron conscientes de sus pecados; nunca han comprendido en lo profundo
que están perdidos; y por eso nunca valoraron realmente la salvación.
En los tiempos de Lutero, casi todo el mundo estaba consciente de sus pecados.
Todos sabían que necesitaban desesperadamente la salvación. (Por eso, la venta de
indulgencias era un negocio tan grande.) Pero en nuestros tiempos, las conciencias
están tan duras que casi nadie está consciente de su pecado; y muy pocos
comprenden el significado de "arrepentimiento". (Vea: "Arrepentimiento - ¿falso o
verdadero?") Hoy nos hemos olvidado de una gran verdad que era obvia para la
gente del tiempo de Lutero: La gracia de Dios es solo para los arrepentidos.
De aquí podemos aprender una lección importante. Necesitamos sabiduría para
saber cuál verdad bíblica aplicar en qué circunstancias y para cuáles personas.Cada
verdad bíblica es una medicina para una enfermedad particular. Pero la misma
medicina puede hacer daño si la damos a un paciente que tiene una enfermedad
diferente. El mensaje de la gracia de Dios es la mejor medicina para un penitente
arrepentido, que está subiendo de rodillas las gradas de Pilato en Roma y que
tiembla ante el juicio de Dios. Lutero fue transformado por este mensaje, porque él ya
estaba arrepentido y solo le faltaba la fe. Pero la gente de nuestros tiempos, en su
gran mayoría, tienen una enfermedad diferente: no están conscientes de su pecado.
Ellos tomarán la gracia de Dios como pretexto para seguir pecando, y nunca se
arrepentirán. Ellos necesitan una medicina diferente: necesitan el mensaje de la
convicción del pecado, del juicio de Dios, y del arrepentimiento.
La controversia comienza
En ese tiempo, el fraile Juan Tetzel viajaba por las regiones donde vivía Lutero, para
vender indulgencias. La iglesia católica enseñaba que aun los cristianos salvos y
perdonados, después de su muerte tenían que sufrir castigos en el purgatorio; y que
las indulgencias tenían el poder de acortar o aliviar estos castigos. En ese tiempo, el
papa necesitaba dinero para construir la basílica de San Pedro en Roma. Por eso
aumentaban los esfuerzos de vender indulgencias. El propósito era, obviamente,
recaudar dinero para el papa.
Tetzel y sus seguidores manipulaban a la gente, describiendo las torturas que sus
padres o abuelos muertos tenían que sufrir (supuestamente) en el purgatorio, y
diciendo que era una crueldad dejarlos sufrir de esta manera, si la compra de una
indulgencia podría liberarles. De esta manera, aun personas muy pobres, o que
tenían familiares pobres a mantener, dieron su dinero para indulgencias, en vez de
atender las necesidades de sus familias.
En los años 1516 y 1517, Lutero empezó a predicar contra la venta de indulgencias.
El ya había comprendido que el perdón de Dios no se puede comprar con dinero;
sino que el perdón de Dios viene por el arrepentimiento y la fe. Y también se molestó
por los abusos cometidos por Tetzel y sus seguidores (que ya habían causado
bastante malestar entre el pueblo).
Después se decidió Lutero a ganar más publicidad, e invitó a una disputación pública
sobre las indulgencias. Esta invitación la hizo en forma de "95 tesis" (=propuestas
para ser discutidas), las que clavó a la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg
(que servía a la vez como periódico mural de la universidad).
Lutero mismo fue sorprendido de cuán rápido estas tesis se difundieron: dentro de
dos semanas ya estaban conocidas en toda Alemania. Quien se interesaba en ellas,
era sobre todo el "pueblo común", la gente que sufría bajo la explotación por parte de
la iglesia.
Los teólogos y líderes de la iglesia tardaron más en responder. Y su respuesta no fue
la que Lutero esperaba: No se dirigían al tema de las tesis (los abusos en la venta de
indulgencias); mas bien acusaron a Lutero de oponerse contra la autoridad del papa.
(En realidad, en las "95 tesis" él todavía no cuestionaba de ninguna manera la
autoridad del papa. Solo declaraba que la gracia de Dios en el evangelio era muy
superior a las indulgencias del papa.) Su opositor más prominente, un cierto doctor
Eck, dijo que Lutero enseñaba igual como Juan Hus (que había sido condenado por
el Concilio de Constanza), y que por tanto Lutero era un hereje.
Esto fue conocido en Roma, y durante los años siguientes, Lutero tuvo que
enfrentarse varias veces con teólogos enviados por el papa. Estos enviados tenían
una sola intención: conseguir que Lutero se retractase de sus escritos. En ningún
momento estaban interesados en una discusión abierta.
Lutero estaba convencido de que las acusaciones en su contra eran un error. El
todavía no dudaba de la integridad del papa mismo. Aunque algunos de los enviados
del papa actuaban de manera abusiva, y la corte de Roma estaba sumamente
corrompida, Lutero suponía que el papa no aprobaba este comportamiento. Todavía
en 1520, él se dirigió al papa con estas palabras:
"Por tanto, excelentísimo Leo, le imploro a aceptar mi defensa, hecha en esta
carta, y a dejarse convencer de que yo nunca he pensado algo malo acerca
de su persona; y que deseo que la bendición eterna sea la parte suya ...
Pero de esto me indigné, que el pueblo de Cristo sea engañado bajo el
nombre de Ud. y bajo el pretexto de la iglesia de Roma ... Mientras Ud, Leo,
está sentado como un cordero, como Daniel en medio de los leones ... ¿Qué
oposición puede Ud. solo hacer contra estos males monstruosos? ... Siempre
me entristecí de que Ud, excelentísimo Leo, que hubiera merecido una época
mejor, fue hecho pontífice en estos tiempos. Pues la corte romana no es
digna de Ud... Vea Ud, Leo, mi padre, con qué propósito me he precipitado
contra esta sede de pestilencia (la corte de Roma). Estoy tan lejos de sentir
alguna ira contra su persona, que incluso esperé ganar el favor de Ud., y
ayudarle en su bienestar, al golpear vigorosamente esta prisión suya... Quizás
estoy desvergonzadamente audaz al intentar enseñar a una cabeza tan
grande como Ud, por quien todos los hombres deberían ser enseñados, y de
quien los tronos de los jueces reciben su sentencia; pero estoy imitando a San
Bernardo en su libro 'Consideraciones' dirigido al (papa) Eugenio, un libro que
cada pontífice debería conocer de memoria. ..."
En respuesta, el papa excomulgó a Lutero. Parece que solo entonces comprendió
Lutero que aun el papa mismo, junto con los demás líderes, aprobaba y promovía la
corrupción dentro de la iglesia.
La enseñanza que sacamos de esta historia, es triste: Cuando aparece corrupción en
la iglesia, las cosas nunca son tan malas como parecen - ¡son peores todavía! Apelar
a autoridades superiores raras veces trae resultados. Casi siempre, las autoridades
superiores ya se han puesto de acuerdo con las inferiores, y están de acuerdo con
sus abusos. "Maldito el varón que confía en el hombre" (por más que sea el líder
máximo de una iglesia) "y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de
Jehová." (Jeremías 17:5)
Pero miremos desde más cerca algunos puntos de la controversia.
¿La Biblia o la tradición de la iglesia?
Uno de los enviados del papa, el cardenal Cayetano, demostró a Lutero que una de
sus tesis contradecía un decreto del papa Clemente VI, de 1343. Lutero contestó que
la Biblia tenía primacia sobre todos los decretos, a lo que Cayetano repuso que el
papa estaba por encima de los concilios y de la Escritura. "Yo niego que esté por
encima de la Escritura.", respondió Lutero. A partir de ahí se terminó el encuentro.
En otro debate, Lutero dijo que muchas de las opiniones de Juan Hus eran
totalmente correctas. Luego ¿se equivocó el concilio que lo condenó?, preguntó Eck,
a lo que Lutero contestó que los concilios pueden equivocarse. Esta fue una razón
para declarar que Lutero era un hereje.
(Según "Martín Lutero", en http://www.proel.org)
Aquí tenemos uno de los asuntos más importantes de la Reforma: ¿Cuál es la
autoridad máxima de la iglesia: la Biblia o la tradición?
Si creemos que la Biblia es inspirada por Dios y sin error, entonces la respuesta debe
ser clara. En la Biblia tenemos la enseñanza infalible de Jesucristo y de Sus
apóstoles. Nadie más puede reclamar la misma inspiración divina como los apóstoles
encargados por Jesús mismo. Entonces, si un líder humano contradice lo que dice la
Biblia, siempre debemos poner la Biblia en primer lugar. Es el logro más importante
de la Reforma, haber llevado a la iglesia de regreso a la Palabra de Dios.
Pero en las iglesias evangélicas actuales, las cosas ya no son tan claras. De hecho,
estamos nuevamente en la situación de antes de la Reforma - solo que hoy en día,
las iglesias evangélicas están en la misma posición como la iglesia católica. - ¿Es
exagerado decir esto? Cierto, no celebramos la misa romana y no adoramos a
estatuas. Pero las preguntas de fondo son las mismas como en los tiempos de
Lutero:
1. ¿El cristiano tiene que arrepentirse de su pecado, o puede "comprarse" el perdón de alguna manera externa?
En sus "95 tesis", Lutero aclaró que Dios busca un verdadero arrepentimiento del
corazón; no solo una "penitencia" externa. Las primeras tres de sus tesis dicen:
"1. Nuestro Señor y Maestro Jesucristo, cuando dijo 'Arrepiéntanse' (en la
traducción católica latina: 'Hagan penitencia'), quiso que la vida entera del
creyente sea arrepentimiento.
2. Esta palabra no puede entenderse como penitencia sacramental, o sea
confesión y satisfacción, que es administrada por los sacerdotes.
3. Pero tampoco significa solamente un arrepentimiento interior. No hay
arrepentimiento interior que no obre también exteriormente diversas
mortificaciones de la carne."
Hoy tenemos nuevamente el mismo asunto, pero en las iglesias evangélicas. Cierto,
las iglesias evangélicas no venden indulgencias. Pero ofrecen una "gracia barata",
una "salvación" por medio de una "oración de entrega", sin importar si hay un
verdadero arrepentimiento o no. (Vea: "Arrepentimiento - ¿falso o verdadero?") El
nuevo creyente paga por su "indulgencia" más tarde, cuando es puesto bajo la ley de
los "diezmos y ofrendas".
2. ¿Cuál es la autoridad sobre la vida del cristiano: la tradición de la iglesia, o la Palabra de Dios?
Cierto, las iglesias evangélicas no tienen papa. Pero muchos de sus pastores y
líderes se comportan como pequeños papas: Cuando alguien intenta corregirles
desde la palabra de Dios, le califican de "rebelde" y buscan una manera de callarle o
desacreditarle. (Lo experimenté yo mismo varias veces.) Pero no se les ocurre
escudriñar las Escrituras para ver si las críticas son acertadas.
En muchas iglesias, su orden del culto, sus reglamentos y estatutos, su estilo de
adoración, son más "sagrados" que las Escrituras mismas.
Y además, muchas iglesias evangélicas han dado lugar a una teología que duda de
la inspiración divina de la Biblia. Esta "teología crítica" está siendo difundida por
organizaciones tan poderosas como las Sociedades Bíblicas. (Vea "Infiltración", Parte
3: "La teología crítica de la Biblia".)
3. ¿Se puede discutir abiertamente sobre estos asuntos, o la iglesia los hará callar con medidas de fuerza?
Hemos visto que los líderes católicos siempre se opusieron a un debate abierto,
público, con Lutero. Prefirieron enfrentarse con él en privado, y esto no para darle la
oportunidad de explicarse, sino solamente para obligarle a retractarse. Cuando esto
no resultó, le excomulgaron, y finalmente le persiguieron políticamente.
Felipe Melanchthon escribe acerca de esta manera de actuar:
"Sabemos que los hombres políticos detestan todos los cambios; y admitimos
que aun cuando una revolución es impulsada por las causas más justas,
siempre hay algo malo que lamentar en este triste desorden de la vida
humana. Sin embargo, en la Iglesia es necesario preferir el mandamiento de
Dios por encima de todas las cosas humanas. ... Por tanto, fue el deber de
Lutero... reprender los errores destructivos; ... y fue el deber de sus oyentes,
consentir con aquel que enseñaba correctamente. Aunque hay mucha
incomodidad en una revolución, como lo vemos con gran tristeza; la culpa es
de aquellos que en el comienzo repartieron los errores, y de los que ahora
defienden estos errores con un odio diabólico."
También en este punto, las iglesias evangélicas ya no difieren mucho de la iglesia
católica. Varios líderes evangélicos querían prohibirme repartir mis escritos
totalmente bíblicos, pero sin poder darme un solo argumento bíblico en contra. (La
verdadera razón era que veían afectadas las "sagradas tradiciones" de su
denominación, y la "autoridad" de su institución. ¿¿Qué autoridad, si no pueden
fundamentarse en la Biblia??) - He escuchado un buen número de testimonios de
otros hermanos en diferentes partes del mundo, que experimentaron cosas similares.
Realmente, hemos vuelto a los tiempos de la inquisición, donde se establecen
índices de "libros prohibidos" (especialmente aquellos que están fundamentados en
la Palabra de Dios), y los autores de tales libros son amenazados para que se callen.
Solamente que los que hacen esto hoy, son las iglesias evangélicas.
Desafortunadamente, tenemos que aplicar hoy a muchas iglesias evangélicas lo que
Lutero escribió acerca del papado:
"Que quede bien claro: ni el papa, ni los obispos, ni hombre alguno tienen
derecho a someter al cristiano a la ley ni de una sílaba si no media el
consentimiento de éste. Es tiránica cualquiera otra forma de actuar. ... Ahora
bien, el sujetarse a estas leyes y ordenanzas tiránicas es lo mismo que
adscribirse a la servidumbre de los hombres.
Colaboran en la implantación de esta impía y perdida tiranía los discípulos del
papa, al retorcer y depravar las palabras de Cristo: «El que os escucha a
vosotros a mí me escucha» . Con sus bocas enormes hinchan estas palabras
para aplicarlas a sus tradiciones; y resulta que, sin aludir para nada al
evangelio, adaptan las citadas palabras sólo a sus fábulas, cuando la realidad
es que Cristo las dirigió a sus apóstoles cuando marchaban a predicar el
evangelio y que sólo al evangelio pueden referirse. ... Por tanto, nadie está
sometido a las tradiciones del pontífice; no hay siquiera que escucharle, a no
ser cuando predica el evangelio y a Cristo ... Por último, donde hay fe
verdadera es imprescindible que se dé también la palabra de la fe; ¿por qué,
entonces, el papa no escucha de vez en cuando a algún siervo fiel suyo que
posee la palabra de la fe? Ceguedad, sólo ceguedad es la que reina entre los
pontífices.
... Lo que persiguen es aherrojar la conciencia de nuestra libertad de tal
modo, que nos creamos que están obrando bien, que no podemos criticarlos
ni quejarnos por estas iniquidades. Son lobos y pretenden aparecer como
pastores; son anticristos y anhelan que se les rinda culto de pleitesía como si
fueran Cristo.
... A los cristianos no les pueden imponer leyes en justicia hombres ni
ángeles, a no ser en la medida en que los mismos cristianos lo deseen;
estamos totalmente liberados. ... Por eso dirijo mi acusación contra el papa y
contra todos los papistas, y les digo que si no retiran sus cánones y sus
tradiciones, si no restituyen a las iglesias de Cristo su libertad, si no hacen
que esta libertad se proclame, se están haciendo reos de la perdición de
todas las almas que perecen en este cautiverio miserable y el papado no será
más que el reino de Babilonia y del verdadero anticristo."
(Martín Lutero, "La cautividad babilónica de la iglesia", 1520)
Atado en la conciencia
En 1521, después de ser excomulgado, Lutero fue citado a presentarse ante el
emperador en la Dieta de Worms. (Dieta = Asamblea de todos los estados de
Alemania.) Allí fue exhortado públicamente a retractarse de sus escritos. La
respuesta de Lutero:
"Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros
argumentos de la razón - porque no le creo ni al Papa ni a los concilios solos,
ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí
mismos - por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido
a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero
retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es
seguro ni saludable. No puedo hacer otra cosa; esta es mi postura. ¡Que Dios
me ayude!"
Entonces, los adversarios de Lutero mostraron sus colores verdaderos: Se negaron
tajantemente a debatir sobre la base de las Sagradas Escrituras:
"Sin embargo, Ud. reaviva lo que el Concilio universal de Constanza, reunido de la
entera nación alemana, condenó; y Ud. quiere ser convencido por las Escrituras, en
las que Ud. se apoya violentamente. ... El hecho es, que si Ud. prevalece en este
punto, de que cualquiera que contradiga los Concilios y las ideas de la Iglesia tuviera
que ser refutado por las Escrituras, entonces ya no tendríamos nada seguro o fijo en
la cristiandad."
En la iglesia romana no existía la libertad de la conciencia. Todos tenían que creer lo
que la iglesia creía. Todos tenían que llamar bueno lo que la iglesia llamaba bueno, y
llamar malo lo que la iglesia llamaba malo - aún si la Biblia decía lo contrario. Todos
tenían que someter sus conciencias a la iglesia (no a la Palabra de Dios).
Lutero hizo una impresión tremenda con su audacia. En la iglesia romana, nadie
antes de él se había atrevido a seguir solo la Biblia y su conciencia - y a proclamarlo
públicamente. Este fue el comienzo de la libertad de la conciencia.
Pero cada institución humana, después de algún tiempo, empieza a desarrollar una
"vida propia". Las iglesias no escapan de esta tendencia. Después de algún tiempo,
de repente "la reputación de la institución" se vuelve más importante que la
reputación de Dios. Un "pecado contra la institución" es castigado con severidad,
mientras se encubren los verdaderos pecados que se cometen dentro de la
institución (especialmente los pecados de los líderes).
John Taylor Gatto escribe:
"La moral de una institución consiste siempre en [nada más que] relaciones públicas.
Una vez que se ha construido una maquinería institucional de un tamaño y una
complejidad suficiente, comienza un movimiento lógico para eliminar todos los
mandamientos éticos.
... La misión primaria de todos los gerentes institucionales es hacer que su institución
crezca en poder, en números, en recompensas para los líderes claves... La misión
primaria nunca es la que se anuncia públicamente. Podemos hablar de burocracias
asignadas para hacer guerra, para entregar correo, o para educar niños; no hay
diferencia."
Esto es lo que sucedió con la iglesia católica antes de Lutero. Pero esto mismo está
sucediendo también con las iglesias evangélicas del presente. No pensemos que
somos mejores, tan solo por ser "herederos de la Reforma". Hoy en día falta mucho
para que los creyentes evangélicos sean nuevamente libres, atados en sus
conciencias solo a Dios y las Escrituras (pero no a una institución), como lo era
Lutero.
Comprueba tú mismo: Si un miembro de una iglesia tiene que contradecir a su
pastor, por razones de conciencia bíblica, ¿cómo lo tratan? ¿Lo discriminan como
"rebelde", o escuchan abiertamente sus razones y respetan su conciencia? - Si un
miembro de una iglesia decide, por razones de conciencia bíblica, abandonar su
iglesia y congregarse con otra, ¿cómo lo tratan? ¿Lo ven casi como a un apóstata, o
respetan su conciencia?
¿Quién dividió la iglesia?
Hasta hoy, la iglesia católica sigue acusando a Lutero y a los protestantes, de "haber
dividido la única iglesia de Cristo". Ya hemos visto que esta no era la intención de
Lutero. Hemos visto también como Lutero, aun después de ser acusado
injustamente, todavía se dirigió al papa de manera respetuosa, esperando su
comprensión.Lutero no se separó de la iglesia católica; el papa le expulsó. Entonces,
la verdad histórica es que no fue Lutero, sino el papa, quien dividió la iglesia.
Sin embargo, la misma acusación han tenido que escuchar casi todos los
predicadores y líderes de avivamiento, desde Lutero por Wesley y Booth y hasta los
predicadores actuales de avivamiento: "¡Eres divisivo!" - "¡Eres un fanático!" - "¡Eres
demasiado radical!" - "¡Estás causando conflicto!"
A la iglesia tibia nunca le gustó la prédica de la verdad bíblica completa. La iglesia
tibia siempre ha tratado de desacreditar, o expulsar, a los predicadores radicales de
la verdad. Y tristemente, aun las iglesias avivadas, después de dos o tres
generaciones se volvieron tibias nuevamente. Esto es lo que sucede hoy mismo.
También en este aspecto, no pensemos que somos mejores que la iglesia romana,
tan solo por ser herederos de la Reforma.
La Biblia en el idioma del pueblo
Después de la Dieta de Worms, Lutero fue proscrito por el emperador. Esto
significaba que cualquiera que le encontraba, le podía matar sin temer nada. Esta fue
prácticamente la sentencia de muerte para Lutero.
En su viaje de regreso de Worms, Lutero desapareció misteriosamente. Hubo
rumores de que había sido secuestrado y muerto. (Esto había sucedido
anteriormente con otros "herejes" excomulgados de la iglesia.)
Felizmente, la verdad fue otra. El príncipe Federico de Sajonia era un amigo de
Lutero, y había escuchado acerca de la proscripción. Entonces decidió actuar para
proteger la vida de Lutero. Dio orden a unos soldados a secuestrar a Lutero y llevarle
a su castillo de Wartburg. Allí mantuvo escondido a Lutero por un año.
Este es otro ejemplo como Dios intervino en Su tiempo, para asegurar el éxito de la
Reforma. Sin esta intervención, Lutero hubiera terminado igual que Hus.
El tiempo en Wartburg no fue perdido para Lutero. Trabajaba diligentemente para
traducir el Nuevo Testamento a su idioma alemán. El sabía que el pueblo necesitaba
la Biblia para poder opinar correctamente en asuntos de la fe. Hasta entonces,
solamente los sacerdotes y monjes tenían acceso a la Biblia, y solo en latín. El
"pueblo común" no tenía manera de saber qué decía la Biblia realmente; tenían que
creer ciegamente lo que los sacerdotes les enseñaban.
Por eso, la traducción de la Biblia era tan importante: Ahora la gente misma podía
leer la Palabra de Dios y sacar sus propias conclusiones. La traducción de la Biblia
hizo mucho para avanzar la Reforma. Al leer la Biblia, mucha gente se dio cuenta de
que realmente Lutero tenía la razón, y que su condenación era injusta.
¿Cómo es la situación hoy? La Biblia está traducida en los idiomas más importantes
del mundo. En muchos países hay libertad para leer la Biblia, y se pueden comprar y
vender Biblias libremente. ¿Estamos valorando este privilegio? - Temo que no.
¿Cuántos evangélicos leen en su Biblia por su propia cuenta? ¿Cuántos evangélicos
usan la Palabra de Dios para examinar las prédicas que escuchan, según Hechos
17:11 y 1 Tes.5:21 ?
En los tiempos de Lutero, los cristianos no podían juzgar la doctrina de la iglesia
porque no tenían acceso a la Biblia. Hoy en día tienen la Biblia, pero no la usan. La
mayoría abandonó su juicio propio en escudriñar las Escrituras. Por eso, aunque
tenemos Biblias en nuestro idioma, estamos volviendo a la situación antes de Lutero:
Creemos ciegamente en las tradiciones y dictados de la iglesia, sin examinarlos a la
luz de las Escrituras. En muchas iglesias se pone mucho más énfasis en "obedecer al
pastor", que en leer y escudriñar la Biblia por uno mismo. Por eso están nuevamente
entrando muchos errores en las iglesias, y se llama a lo bueno malo y a lo malo
bueno.
¡Aprovechemos al máximo la libertad de leer la Biblia, mientras la tengamos todavía!
Los extremistas
Mientras Lutero estaba ausente, la Reforma continuaba en muchas partes de
Alemania. Pero en algunos lugares, sus líderes cayeron en extremos. Un grupo que
se llamaba "los profetas de Zwickau", declaraba que al recibir revelaciones directas
de Dios, la Biblia ya no era necesaria. (Esto en contra de 1 Cor.14:29 y 1 Tes.5:20-
21, que toda profecía o revelación debe ser examinada.)
Bajo su influencia, sucedieron incidentes violentos contra sacerdotes y monjes en
varios lugares. El desorden fue tal que Lutero se vio obligado a salir de su escondite,
para poner las cosas en orden (sin tomar en cuenta el peligro que corría su propia
vida).
Una de las "revelaciones" de estos "profetas" decía que el pueblo debía levantarse
en armas contra las autoridades de la iglesia y del estado. En varias partes de
Alemania, los campesinos ya estaban muy descontentos y pensaban en una
revolución. Con estas "revelaciones" se vieron animados en sus intenciones, y se
desató una guerra civil durante dos años.
Con estos desórdenes, la Reforma fue desprestigiada (aunque Lutero mismo nunca
había hablado a favor de una revolución política). Lutero era radical, pero no extremo.
Pero como se ha dicho: "Cuando el diablo no puede detener un avivamiento,
intentará desprestigiarlo, llevándolo a un extremo."
Este peligro no se da al inicio de un avivamiento, pero cuando está avanzado. A
medida que crece la corriente de renovación, se unirán a ella muchas personas que
ya no tienen las mismas intenciones puras como los reformadores del inicio. Un
reformador o líder de avivamiento tiene que mantener un equilibrio muy delicado: Por
un lado, tiene que defender y avanzar la verdad Bíblica de manera firme y radical, en
contra de todas las tradiciones. Pero por el otro lado, tiene que saber frenar todos los
extremos que van más allá de la Palabra de Dios. Es como una guerra entre dos
frentes: los tradicionalistas por un lado, y los extremistas por el otro lado.
En esta etapa, a veces, aun los observadores bien intencionados rechazan el
avivamiento por causa de los excesos que observan. (Por estas razones, por
ejemplo, muchos evangélicos rechazaron el movimiento pentecostal en el pasado, y
algunos lo siguen rechazando hasta hoy.) Pero siempre tenemos que distinguir entre
lo que es realmente la esencia del avivamiento, y lo que son excesos y extremos. Los
excesos no son una razón para descartar el avivamiento entero.
La Reforma vence en Alemania
Lutero manejaba estas dificultades no de manera perfecta, pero bastante bien. La
Reforma seguía avanzando, hasta que la mayor parte de Alemania estaba en su
favor. Se realizaron muchos cambios en la enseñanza y la estructura de la iglesia -
una tarea grande y difícil. Todo esto, mientras Lutero todavía estaba proscrito y sus
enemigos hacían muchos intentos de hacer cumplir el Edicto de Worms que debía
darle muerte. Además, Lutero tuvo que observar que la mayoría de la gente todavía
no eran cristianos verdaderos (por más que eran simpatizantes de la Reforma).
En 1526, la Dieta de Espira decidió que el Edicto de Worms no debía imponerse; o
sea, protegió la vida de Lutero. Además, se decidió que los príncipes de cada estado
estaban libres para decidir acerca de la religión de su estado. Muchos estados se
volvieron reformados.
Pero en 1529, bajo la influencia de los católicos, la Segunda Dieta de Espira intentó
anular las decisiones de 1526. Ante esto, los reformados presentaron una "Protesta"
formal, declarando que las decisiones de la dieta podrían anularse solamente con la
unanimidad de todos los estados. Desde entonces, a los reformados se les llama
también "protestantes".
Durante muchos años, la Reforma se extendía en medio de conflictos políticos. En la
Guerra de Esmalcalda (1547-1552), el emperador atacó a los estados reformados;
pero los reformados vencieron, y en 1555 fueron finalmente reconocidos por el
emperador.
En medio de estas luchas, el mismo Lutero "luchaba" sobre todo por medio de la
oración. Durante la Dieta de Augsburgo (1530) se discutió sobre el reconocimiento de
los reformados en el imperio. Lutero mismo no pudo asistir porque el emperador no
tenía simpatía hacia él, y su vida todavía corría peligro. Se quedó refugiado en un
castillo donde oraba todo el tiempo que duraba la Dieta, muchas veces en ayuno, y
mantenía contacto con los delegados reformados.
En otra oportunidad, Lutero comentó: "Hoy tengo tanto trabajo que primero tendré
que orar por tres horas." - Amigos de Lutero dijeron que él oraba tres horas todos los
días. Mientras se sentía obligado por sus votos monásticos, estas eran sobre todo las
oraciones litúrgicas prescritas por su orden. Pero después empezó a dar más y más
tiempo para la conversación personal con Dios.
Vemos en estos sucesos que una Reforma puede a veces alcanzar dimensiones
políticas, y causar conflictos políticos. Pero cuando esto suceda, es tanto más
importante recordarse que en el fondo se trata de asuntos espirituales, y que la
victoria se gana con medios espirituales.
Errores de Lutero
Algunos autores tratan de desacreditar la Reforma, señalando los errores personales
de Lutero. Es cierto que Lutero tenía algunos defectos en su carácter. Tenía un
temperamento bastante impulsivo, un "carácter fuerte". Aun en sus escritos
polémicos usa a veces un lenguaje torpe y casi grosero, insultando a sus
adversarios. - Es también sabido que Lutero odiaba a los judíos (después de unos
intentos fracasados de convertirlos), y se excedió demasiado al escribir contra ellos. -
También impulsó persecuciones y matanzas contra los reformadores más radicales,
a los que llamó "anabaptistas". (Vea el artículo "Los anabaptistas".)
- Ahora, ¿anula esto la obra de Lutero?
Dios es soberano en la elección de Sus instrumentos en la tierra. El ha usado a un
engañador (Jacob), un asesino (Moisés), y un perseguidor de la iglesia
(Saulo=Pablo). El apóstol Pedro tenía también una personalidad muy impulsiva y
ambiciosa. Pero todos estos hombres se entregaron completamente en las manos de
Dios, se dejaron moldear por El, y así El los pudo usar. Lutero también estaba
consciente de sus defectos y se humillaba ante Dios por ellos. (Supongo que de otro
modo hubiera sido mucho más torpe y grosero de lo que era.)
Dios sabe exactamente cuál temperamento es necesario para cada una de las tareas
que El reparte en la tierra. En cuanto al "carácter fuerte" de Lutero, uno persona
menos "obstinada" no hubiera soportado las tremendas luchas y conflictos en su
vida. La misma calidad que es una "debilidad" en ciertas situaciones, se convierte en
punto fuerte en otras situaciones. No era posible llevar la Reforma a su victoria, sin la
"obstinación" que caracterizaba a Lutero.
En cuanto a su postura contra los judíos y contra los "anabaptistas", no hay excusa.
Fue un grave error y punto. Pero estoy convencido de si hubiera existido alguna
persona con menos errores y más idónea para llevar a cabo la Reforma, Dios hubiera
usado a esa persona en vez de Lutero. Parece que no existía persona más idónea.
¿La enseñanza?
- Si tienes defectos en tu carácter, no te desanimes por ello. Dios te puede usar así,
si es que te entregas completamente en Sus manos para ser moldeado y corregido
por El. Incluso, algunas de tus "debilidades" podrían en realidad ser los puntos
fuertes que Dios necesita para que cumplas una tarea específica.
- Si Dios te usa, no te enorgullezcas por ello. Esto todavía no es prueba de que eres
"perfecto" o que tu carácter es mejor que el de otros. Siempre tienes necesidad de
examinarte ante Dios, y dejar que El te corrija y moldee.
- Si ves ciertos defectos en un hombre de Dios, no le descartes completamente por
ello. Pregúntate primero si se trata realmente de pecados, o simplemente de un
temperamento diferente del tuyo. Lo que te choca en esa persona, podrían ser
exactamente los rasgos que Dios buscó para cumplir la tarea que tenía en mente.
Por el otro lado, si se trata realmente de pecados, háblale abiertamente de ello según
Mateo 18:15-17. Si es un verdadero hombre de Dios, va a escucharte y estar
dispuesto a ser corregido desde las Escrituras.
La Reforma inconclusa
La Reforma logró muchos cambios en la iglesia. Pero aun las iglesias reformadas
seguían todavía en muchas prácticas no bíblicas. Por ejemplo, seguían bautizando a
los bebés pequeños como lo hace la iglesia católica; no vieron que solo los
convertidos pueden ser bautizados. Ya vimos que también seguían persiguiendo
políticamente a aquellos que consideraban herejes (acertadamente o no).
Lutero había enseñado acerca del "sacerdocio de todos los creyentes": que cada
cristiano tiene acceso directo a Dios y puede "ministrar" a sus hermanos. (Por
ejemplo, dijo que cada creyente puede escuchar la confesión del pecado de otro
creyente.) Pero él no puso esta verdad en práctica: en realidad, aun en las iglesias
reformadas, el pastor es el único que realmente puede "ministrar".
En todos estos puntos (y varios otros), la Reforma no logró practicar toda la verdad
bíblica. El mismo Lutero estaba consciente de que la Reforma no estaba completa.
En el tiempo de la Reforma se acuñó el dicho: "La iglesia debe siempre estar
reformándose".
Entonces, seguir el ejemplo de los reformadores no significa hacer todo exactamente
como ellos lo hicieron. Ellos tenían muchos errores. Pero ellos establecieron el
principio más importante: La máxima autoridad en la iglesia es la Palabra de Dios.
Entonces, seguir el ejemplo de los reformadores significaría, acercarnos cada vez
más al modelo de la iglesia que encontramos en la Biblia. No nos quedemos con las