historia de la iglesia - boulenger 01

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Ee nip'fcijp

AL

LECTOR

LICENCIA DE LA ORDEN i' . ^ AA. La obra que contiene- rns cantidad d.e conocimientos y de documentos para la historia eclesistica te Espaa es la Espaa Sagrada, ensayo de la historia deanitiva que est por hacer. Abarca dicha obra 51 vols.; e ?. FLREZ public 29 tomos, a partir de 1747. Continuaron elp. R I S C O ( t S0-42), el P. MERINO y el P. L A CANAL (t. 43-46), SINZ DE BARANDA (t. 47-49) y te ACADEMIA E LA .HISTORIA los ts. 50 y 51, y promete seguirte an. GONZLEZ PALENCI public el ndice en 1918, Cuenta Espaa con una bibliografa, considerable de g a n t e s miles de obras referentes a puntos particulares ^ te historia nacional eclesistica, sin contar obras que Pueden considerarse como ensayos nls o menos perfectos. &ntre los autores mis significados, mencionaremos a u\

curso de publicacin una obra de conjunto que es modelo . entre las de su clase. En la revista Estudios Eclesisticos -aparece de cuando en cuando un boletn de bibliografa eclesistica redactado por dicho autor. La revista Analecta Sacra Tarraconensia y la de Filologa Espaola y otras dan cuenta tambin de las novedades que aparecen en la materia. Acerca de la historia de la Iglesia en Amrica se han publicado ya bastantes documentos y estudios, de los que daremos cuenta en los lugares oportunos.6. BIBLIOGRAFA. D E SMEDT, Principes de la Critique historique. LANGLOIS, Histoire. et organisation des tudes historiques. LANGLOIS y SEIGNOBOS, Intraduction aux tudes kistoriques. MOELLER, Traite des tudes historiques. H . STEIN, Manuel de Bibliographie genrale historique. LANGLOIS, Manuel de Bibliogvaphie historique.'. BERNHEIM, Lehrbuch der histqri schen Methode und der Geschichtsphilosophie, suit Nachweis der tvichtigsten Quellen und Hilfsmittel sum Stuium der Geschichte. P. VILLADA, Metodologa y Critica histricas. SNCHEZ ALONSO, Fuentes de la Historia espaola e hispanoamericana. BALLESTER, Cito (Iniciacin al estudio de la historia).

PRIMERA

POCA

LA ANTIGEDAD CRISTIANA(33-476)

PRIMERA POCA:

La Antigedad cristiana

(33-476)

PERODO I

Desde la fundacin de (a Iglesia hasta el Edicto de Miln (33-313)

Cap. I /l. Los 12. orgenes 7 3. de la . j 4. Iglesia I 5. (Hist.ext.) 1 6 Cap. II /l. La lucha con I la sociedad 12. pagana I3. (list. ext.) (

Entre los judos Entre los gentiles En Roma En el mundo antiguo En Espaa Fin del judaismo Las persecu- Causas ciones < Bases de acusacin El martirio ( Nmero La Iglesia al fin de las persecuciones

PRIMERA

POCA

LA ANTIGEDAD CRISTIANA7. Resumen general.La primera poca de la historia de la Iglesia nos da a conocer la penetracin del Evangelio en el inundo antiguo: de aqu el nombre de Antigedad cristiana. Por mundo antiguo o greco-romano, designamos a todos los pueblos que estaban-' sometidos al ; poder de Roma. Desde el punto de vista religioso, el mundo antiguo se reparte entre dos medios completamente diferentes: el medio -judo, con Jjerusaln por capital, y el medio pagano, cuyos principales centros, son Roma y Atenas en Occidente, y Antioqua y Alejandra en Oriente. La primera poca se divide en dos perodos: 1., periodo de lucha, desde sus orgenes hasta el Edicto de Miln (ao 313); y 2.a, perodo de triunfo, desde el Edicto de Miln hasta la' cada del Imperio de Occidente (aos 313-476). . '. ' . - . . A. El PRIMER PERODO es el tiempo de las grandes persecuciones y de los apologistas cristianos. La penetracin del Evangelio .no se har en l sin costosas dificultades: antes de alcanzar el triunfo, pasar por innumerables pruebas. En sus comienzos, los apstoles limitaron su campo de accin entre los judos. La obstinada opociKHn-que en ellos encontraron, les; oblig a. dirigirse' inmediatamente hacia el vastsimo -mundo de los gentiles.. Muy pronto surgi en Antioqua la primera comunidad de paganos convertidos, y su vida fu tan prspera que excit la envidia de los judos y produjo una escisin entre la Iglesia cristiana y la Sinagoga. Pero el conflicto

! Cap. IV Historia interior {contin.)

( Judaizantes 1. Las herejas < Gnsticos ( Maniqueos 2. La literatura , cristiana { S u s t r e s perodos 1. La constitucin de la Iglesia \ 2. Los sacramentos < Lugares J E I culto < Fiestas ' Vida cristiana

PERODO II

Desde el Edicto de Miln hasta la cada del Imperio de Occidente (313-476)

Cap. I 1. Fin del paganismo. en el Imperio La Iglesia romano y el Imperio' 2. La Iglesia y el Estado en el Impe, romano rio romano (Hist.ext.) ' La cuestin trinitaria I La cuestin cristol1. Las herejas gica I L cuestin antropoCap. II lgica Historia interior ' Los cuatro Padres 2. La literatugriegos ra cristia1 Los cuatro Padres na. latinos 1. La constitU' 'Los prrocos c h d e la Los metropolitanos y . patriarcas Iglesia. Cap. I I I w El Primado de Roma Historia Los sacramentos interior Lugares (contin.) Fiestas (El culto Vida cristiana El monacato

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LA ANTIGEDAD CRISTIANA

no termin aqu: a medida que la naciente Iglesia penetra en el pueblo romano, se despiertan las sospechas del antiguo culto pagano. Los representantes del paganismo y, a su cabeza, los emperadores, no tardan en declarar la guerra al cristianismo. Es tan fuerte el choque entre ambas religiones que produce una larga serie de persecuciones que durarn casi durante dos siglos y medio, pero su resultado ser contribuir poderosamente a la propagacin y. consolidacin de la Iglesia. Tambin en su vida interior, la Iglesia tendr que combatir los errores que atacarn a su doctrina tradicional: el judaismo, el gnosticismo, el montaismo, etc. Pero, gracias a sus apologistas y a sus polemistas, podr mantener a raya a sus adversarios y saldr victoriosa en sus luchas interiores y exteriores. Fijar en el Smbolo de los Apstoles lo esencial de su doctrina, y establecer seguidamente la jerarqua. B. El SEGUNDO PERODO es el tiempo de los grandes concilios y la Edad de oro de la literatura cristiana. La Iglesia triunfa ya a principios del siglo iv. E n menos de tres siglos, el cristianismo logra penetrar dentro d todo el mundo antiguo, y gana una victoria incontrastable. El poder del Estadb se pone a su servicio. Estando, pues, ya tranquila la Iglesia en lo exterior, puede concentrar sus mejores actividades en la exposicin del dogma y de la moral, as como tambin en la organizacin de la disciplina y del culto. Luchar sin descanso contra las herejas, cada vez ms numerosas, y fijar con perfecta precisin las reglas de su fe. Al mismo tiempo, trabajar en el desarrollo de la jerarqua y la organizar en forma cada vez ms estable. Parece que, presintiendo las grandes luchas que haba de sostener en la poca siguiente, prepara ya 1as armas para hacer frente a dos enemigos peligrosos que hallar en ?u camino: los pueblos''brbaros y los fanticos soldados del Islam.

PRIMER PERIODO

Desde la fundacin de la Iglesia hasta el Edicto de Miln (33=313)CAPITULO PRIMEROHISTORIA EXTERIOR

LOS ORGENES DE LA IGLESIA - J . Le Iglesia entre los judos. Los judos. Pentecosts; Los principios de la Iglesia entre los judos. Progresos de la Iglesia de Jerusaln. Primera persecucin. Vida de los primeros cristianos. Historia de Ananas y de Safira. Eleccin de los siete primeros diconos. Mar tirio del dicono san Esteban. Persecucin general. El dicono san Felipe en Samara. Bautismo del ministro de la reina Candace. Dispersin de los apstoles. II. El Evangelio entre los paganos. Los paganos. El apstol san Pedro. Bautismo, del centurin Cornelio. El apstol san Pablo. Su origen. Su conversin. Misiones de san Pablo. Primer viaje. Segundo viaje. San Pablo en Atenas. Tercer viaje. La doctrina de san Pablo. Sus dos mtodos de apologtica. Sus dos clases de adversarios. Los dems apstoles. s' III. El cristianismo en Roma. San Pedro en Roma. San Pablo en Roma. Primer cautiverio. Segundo cautiverio. IV. Bl cristianismo en el mundo antiguo. Palestina, Arabia, Asia Menor, Europa: Grecia, Italia, Galia, Alemania, Pases danubianos, Britania, frica occidental y Egipto. V.' El cristianismo en Espaa. Venida de Santiago el Mayor a Espaa. Los restos de Santiago en Espaa. Santiago y la aparicin de la Virgen del Pilar en Zaragoza. Predicacin de san Pablo en Espaa. Los Varones apostlicos. VI. Fin del judaismo. El conflicto de Antioqua. El concilio de Jerusaln. Decisiones del concilio, El caso de los judeocristianos. Ruina de Jerusaln.SUMARIO.

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LA ANTIGEDAD CRISTIANA

I. El Evangelio entre los judos>^1

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La Judea fu la cuna de la Iglesia.^ As, pues, entre los judos el cristianismo tuv sus humildes, pero gloriosos principios. Dos hechos caracterizan la expansin del Evangelio a travs del mundo:, de una parte, los numerosos milagros realizados por. ls apstoles, sus incansables mensajeros, y de otra, parte, las persecuciones desencadenadas por sus adversarioique pretendan cerrarle el paso. Estos dos hechos manifiestan, cada cual a su manera, el origen divino de la nueva religin, pues tanto las persecuciones como los milagros demuestran que el Evangelio progresa en la misma proporcin que los obstculos., que se le presentan. Tanto es as que los apstoles mtiiy pronto no pu' dieron atender, a. sus..necesidades y. se vieron precisados a ouiar ayudantes, que fueron los primeros diconos. .,.{C*

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' * 8. Los judos.-Al principi de la Era cristiana xis&.ds clases ; de. judos: los palstinenses a hebreos, y fts judos, de fa dispersin.,".-.' 1. Los paiestinenses eran aquellos, judos que nunca haban'abandonado,su madre patria, o.que haban vuelto "a" ella despus del cautiverio. La Palestina se divida en ff^s" partes: "la Jde propiamente dicha que estaba .habitada exclusivamente por.judos; la Galilea, en la cual ,staban..mezclados.los judos y los extranjeros; y la Samara, cuyos habitantes eran consideradospor los judos ; 1 "COT- apstatas -y! pganos . . ' ' . .. ' ,A. ,.p0d.-el punto de vista poltico, en la poca en qu ern1JF I^os Samaritnps- np eran sino medio judos,, tanto por 7-ra/como por la -religin'. "En 718 antes de Jesucristo," haban ^MrdesteTrads a. la otra parte del Eufrates. En su lugar, se-establecieron-'los 'babilonios- y los cteos, que' formaron un nuevo '^lBl;y;';iin'hiieva religin, -mezcla d' pagnisiii" y de judaismo. f D^ties ; 'del. cautiverio 'de /Babilonia, no fueron admitidos-en: la "iconstfu'ccin del-1 templo de Jerusln; por esta causa'edificaron su templo en el monte Garizim.

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LA ANTIGEDAD CRISTIANA

EL EVANGELIO ENTRE LOS JUDOS

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pieza la historia de la Iglesia, la Judea, Samara y la Idumea formaban la provincia romana de Judea, que tena por gobernador a PONCIO FILATO, mientras que la Galilea estaba gobernada por el tetrarca HERODES ANTIPAS. Desde el punto de vista religioso, los palestinenses estaban divididos en numerosas sectas, siendo las ms importantes la de los fariseos y la de los saduceos. Los fariseos, que eran nacionalistas en poltica y de muy estricta moral, no admitan trato alguno con los que no fuesen estrictamente judos. No tenan otra aspiracin ni otra esperanza que la independencia nacional. Odiaban a Roma y. aguardaban ansiosamente al Mesas que tena que librarlos de este yugo. Desgraciadamente, los doctores fariseos, con el afn de separarse de los extranjeros y de apartarse de su dominacin, haban recargado la ley mosaica de una infinidad de minuciosas prescripciones que la hacan impracticable. Los saduceos, entre los cuales se contaban los sacerdotes, eran, por el contrario, partidarios de mantener buenas relaciones con los dominadores, pues, con ello, sacaban grandes ventajas, de las que se aprovechaban notablemente. Como se ve, entre las dos sectas haba una oposicin muy sensible. 2. Los judos de la dispersin (dispora) eran aqupJIos que tenan su residencia en el extranjero. Gran nmero de judos se haban diseminado por distintos pases al fin de los cautiverios que haba sufrido el pueblo en Israel, sea por parte de los asirios, sea por parte de los babilonios, sea, en poca ms reciente, por las conquistas de Alejandro Magno o de Roma. Siguiendo la implacable ley que el vencedor impona al vencido, fueron los judos tratados como esclavos, vendidos pblicamente, y transportados a pas enemigo. Si lograban su libertad, no se preocupaban de volvr"a"s_"pfria~dsbld7y qu^~ daban diseminados por todo el mundo. Segn el historiador JSEFO, no haba ningn pas en el que no estuviesen .establecidos. Aunque parezca exagerada esta afirmacin, lo cierto es que se encontraban colonias judas en las ciudades ms importantes del Imperio greco-romano: en

Persia, en Asia Menor, en Egipto, en Alejandra, Corinto, Atenas, Efeso y Roma y. en las mismas Glias e incluso en Espaa 1 . Aunque muy a pienudo y de manera inevitable, estosv desterrados tenan que sufrir la influencia poltica e intelectual de los pueblos entre los cuales vivan, quedaron siempre fieles a sus tradiciones nacionales y muy especialmente a su fe religiosa. Posean sus sinagogas en las que se reunan para orar en comn y para- or las lecturas y los comentarios de las Sagradas Escrituras. Conformaban su culto con el de Jerusaln, pagando un tributo anual, el didracma (2 pesetas aproximadamente) para la conservacin del templo, participaban en los sacrificios con sus ofrendas y procuraban ir a la ciudad santa en los das de la Pascua y de Pentecosts. 9. Pentecosts. Los comienzos de la Iglesia entre los judos. -T-. Precisamente, en el da de Pentecosts 2 que1 sigui al de la Ascensin de Nuestro Seor, los judos de la dispersin haban acudido en gran nmero a Jerusaln. Los apstoles, en compaa d la Virgen y de algunos discpulos, estaban reunidos en l Cenculo, Desde diez das antes venan preparndose en el retiro para la importante misin que tenan que emprender, y esperaban al Espritu Santo, que Jesucristo les haba prometido. Haban ya llenado el vaco que haba dejado en el Colegio apostlico la defeccin de Judas, nombrando al apstolMATAS.

A eso de las nueve de la maana del da de Pentecos1. Varias veces, con motivo de persecuciones, intentaron probar de diversos modos los judos espaoles que ellos procedan -de_las colonias judas venidas a Espaa en tiempo de Nabucodonosor, y que, por consiguiente, no tenan nada que ver con !a muerte del Mesas en Palestina. El primer documento espaol que habla de la existencia de los judos en Espaa es un canon del concilio de Ilberis (siglo iv). 2. Esta fiesta era celebrada por los judos a los cincuenta das despus de la Pascua, en conmemoracin de la Ley promulgada en el monte Sina. .

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' - ' M ' A N T l f e ^ ^ A D CRISTIANA

EL EVANGELIO. ENTRE LOS JUDOS

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ts "baj del cielo un ruido como de viento impetuoso... y :los apstoles vieron aparecer como unas lenguas de fuego qu, separndose' de entre s, .se colocaron sobre cada uno de ellos. Y .fueron llenos del Espritu Santo .y s pusieron a hablar varias lenguas, siguiendo el impulso del Espritu Santo" (Hechos, n,' 2-4). Al or l ruido del viento qu acompa el descendimiento del Espritu Santo, los judos, tanto los de JerusaIn. como los d,e la dispersin, acudieron all tumultuosamente. Entonces, Pedro tom la palabra: les anunci que se haban cumplido ya las^ profecas y que Jess de azareth, por sus milagros, por su resurreccin y por su ascensin, haba probado ser el Mesas esperado. Este primer sermn convirti a tre m judos, que recibieron el bautismo. Parte de estos judos aumentaron la comunidad de Jerusaln; los dems fueron los mensajeros del Evangelio en sus pases de adopcin.' ELECCIN DEL APSTOL SAN' MATAS. En el momento de la Ascensin, el nmero de discpulos deba ser de unos 600 (I Cor., xv, 6>, de los cuales, 10 pertenecan a la comunidad de Jerusaln. D este primer ncleo de discpulos, Jess haba, elegido doce apostles, a los que confi la triple misin de ensear* gobernar" y santificar a las almas. El nmero doce es una. .cifra, simblica representativa de los doce patriarcas o de las .doce-tribus de Israel ?^No hay documento alguno que pueda orientamos sobre este purifo. Pero, fuese cual fuese la idea del 'Maestro fl sealar este nmero, lo cierto es que fu respetada por los apstoles. Por esta causa, al volver, despus de la Ascensin, desde el monte e los Olivos a Jerusaln, se preocuparon de reemplazar a Judas el traidor. De acuerdo con la proposicin de Pedro, la comunidad de Jerusaln design, por medio de.(lqs. discpulos .testigos de la resurreccin de. Jess, dos nombres:' Jos. B(irs,abas y Matas', S -ech a la suerte ,1a eleccin y result elegido. MATAS.

dos por su elocuencia y por sus milagros. As,: pues, las conversiones se multiplicaban y la Iglesia de Jerusaln progres rpidamente, pasando de tres a cinco mil fieles (Hechos, iv, 4). ,',.. . (\ ;\.;; No era necesario tal crecimiento para excitar los odios del Sanhedrn 1 . No slo miraba con inquietud'la expansin de la nueva secta, sino, qu contra la misma senta un doble agravio. Seguramente los discpulos de Jess seguan acudiendo al templo para orar, aunque tuviesen reuniones en las casas particulares (Hechos, ii, 46), formando de esta manera tantos hogares cristianos que pareca s burlaban de la autoridad sacerdotal. A este primer agravi, unan otro, no menos importante. La insistencia de los apstoles en predicar la resurreccin de Jess contradeca fas ideas religiosas d los saduceos, que no admitan el dogma de la resurreccin de los muertos (Hechos, iv, 2). Para manifestar su odio, el Sanhedrn, dirigido por el gran sacerdote Anas, tom pretexto de la curacin del cojo de la Puerta Hermosa, operada por Pedro cuando con Juan suba a orar al templo a la hora nona (Hechos, ni,. 1-11). Se reuni para "hacer comparecer a los dos apstoles y pedirles cuenta del prodigio-que acababan de efectuar. Con todo, por temor a la multitud que haba presenciado el milagro, estimaron conveniente desistir del asunto y libertar a los dos detenidos. Libertad precaria, pues los nuevos prodigios y las nuevas conversiones no tardaron, en exasperar a los saduceos. Por orden del gran Sacerdote los dos apstoles fueron encarcelados. Luego fueron libertados -por un nge y1. El Sanhedrn, o Consejo de la nacin, estaba compuesto de M miembros, escogidos entre los sacerdotes, los escribas y los .ancianos o jefes de las tribus: Segn unos, fu instituido por MTois'es; y,' segn otros, fu constituido despus del cautiverio. De todos modos era, en esta poca, la nica institucin jurdica que tena una efectiva autoridad. Era a la vez el parlamento y el alto tribunal^ de justicia de la Judea, encargado de interpfetar 1.a ley y de juzgar las causas importantes. Aunque haba perdido .mucho prestigio, tena -an bastante influencia sobre el ..pueblo, del que saba explotar los sentimientos y dirigir los movimientos.

10. Progresos de la,Iglesia de Jerusaln. Primera persecucin.Llenos del Espritu Santo y de sus dones, particularmente del., dpn .de milagros^ los apstoles empezaron a predicar con un ardor sin lmites'a Jesucristo resucitado. El apstol san Pedro se distingui' sobre to-

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volvieron a predicar. Presos otra vez y conducidos ante el Sanhedrn, debieron su salvacin a GAMALIEL el fariseo; pero antes de ser puestos en libertad fueron azotados (Hechos, v, 12-42). 11. Vida de los primeros cristianos.No dejar de ser interesante conocer las singularidades de la vida de los primeros cristianos. Esta vida puede considerarse desde el punto de vista religioso y desde el punto de vista moral y social. Desde el punto de vista religioso, la Iglesia primitiva, sin haber abandonado an el culto judo, tena sus prcticas especiales. Dos cosas daban una caracterstica propia a las reuniones que tena separadamente de los judos: la fraccin del pan o celebracin de la Eucarista, y la predicacin de los apstoles. Estos repetan todo lo que recordaban de las enseanzas de Maestro, y as se formaba la tradicin oral, fuente preciosa que tena que servir muy en breve para la redaccin de los Evangelios. Desde el punto de vista'moral y social, lo que mejor caracterizaba a la primera comunidad cristiana era la intensa corriente de fraternidad y de beneficencia que una a sus miembros. La caridad recproca era tan importante,-que entre ellos "no haba ningn indigente: los que posean tierras o casas las vendan y su precio lo ponan a los pies de los apstoles, que lo repartan a cada cual segn sus necesidades" (Hechos, iv, 34, 35)..ANANAS Y SAFIRA. Aunque nos parezca sorprendente esta conducta de los primeros cristianos, sera una sensible confusin quererlos considerar, como RENN 1 , como predecesores del comunismo moderno. Esta entrega, a la comunidad, de los bienes individuales, no obedeca siempre al mismo espritu, ni se practicaba siguiendo los mismos principios. No se trataba de cambiar el orden de cosas establecido, ni de perjudicar a los unos para que reinase entre todos una igualdad quimrica, "lntre los primitivos cristianos, la oblacin no tena ningn carcter

obligatorio: cada cual poda disponer de sus bienes. Una prueba incontrastable de esto es la de la historia de Ananas y de Safira, que fueron castigados con la muerte por haber engaado al Espritu Santo, y no por haber retenido en su poder una parte del precio de su campo. No les dice san Pedro que eran libres de no vender su campo, y, ms an, de guardarse el dinero producto de la venta? (Hechos, V, 4). El pecado consista precisamente en engaar al Espritu Santo, queriendo hacer creer cje entregaban el importe total de la venta del campo, reservndose para ellos una parte de dicha cantidad. La comunidad de bienes, practicada entre los primeros cristianos, era, pues, un acto voluntario y espontneo, del que ms tarde, como una prolongacin, encontramos su imitacin en la vida monstica.

12. Eleccin de los siete primeros diconos.Los discpulos de Cristo aumentaban de da en da, y los apstoles no eran suficientes para atender a sus trabajos. El auxilio de los pobres estaba, sobre todo, poco atendido. "Los griegos murmuraban contra los hebreos, porque sus viudas estaban desatendidas en el auxilio de cada da 1 " (Hechos, vi, 1). Los apstoles, pues, determinaron tomar algunos auxiliares. Habiendo reunido a muchos de sus discpulos, les encargaron escogiesen de entre ellos "a siete hombres de virtud, llenos del,Espritu Santo y de sabidura". Impusieron sus manos sobre los siete elegidos y les confiaron 'el servicio de las mesas, o sea lo referente a la parte material de la naciente Iglesia, reservndose para ellos los servicios de oracin y el ministerio de la predicacin. As qued instituida la orden del1. Este texto nos demuestra, como ya hemos indicado ms arriba (n. 8), que los judos convertidos eran de dos especies los hebreos y los griegos. Los primeros se llamaban as porque eran palestinenses por su origen y por sus costumbres. Los segundos se llamaban griegos porque provenan de familias que en otro tiempo haban emigrado a las colonias griegas del Oriente y empleaban la lengua griega. Para ellos,- en el siglo n i a. d J. C, los doctores judos tradujeron la Biblia al griego (Versin de los Setenta). Los griegos, de los que ahora nos ocupamos, eran colonos que haban abandonado su pas de adopcin, reintegrndose a la madre patria. Quiz, por esta condicin de medio extranjeros, no estaban tan favorecidos en la distribucin diaria de las limosnas.

1. Efectivamente, RENN dijo en su obra Los Apstoles: "Hay una sorprendente semejanza en esos ensayos de organizacin del proletariado con ciertas utopas que se practicaron en tiempos bastante apartados de nosotros".

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diacnado (dicono, de la palabra griega didkonos = ser-, vidor).. 13. Martirio de dicono san Esteban.De los siete primeros diconos, era seguramente Esteban el ms clebre por "los prodigios y milagros que haca entre el pueblo"' (Hechos, vi, 8). Su gran popularidad suscit rpidamente la envidia y la hostilidad en lps miembros ms salientes de las sinagogas. Con el deseo de perjudicarle, buscaron stos falsos testimonios qu le acusaron de blasfem: este crimen estaba castigado entre los judos con la lapidacin. Fu detenido y conducido ante el Sanhedrn. Esteban no tuvo ,a. menos justificarse y demostr que no haba blasfemado, ni contra Dios, ni contra Moiss, ni contra la Le3', y les dijo que los que le acusaban no. hacan, otra cosa que continuar la oposicin que sus antepasados haban' hecho siempre,a los enviados de Dios (Hechos, vil, 2-55). Este discurso, tan agresivo como justo, desencaden las iras de sus enemigos, los cuales, llevndolo extramuros de la ciudad, le apedrearon. 14. Persecucin general. El dicono san Felipe en Samara.El martirio de san Esteban fu la seal y el punto de partida de una violenta persecucin contra la Iglesia de Jerusaln. Los fieles tuvieron que dispersarse hacia los campos de Judea, Samara, Siria y hacia la isla de Chipre. Solamente los apstoles quedaron en Jerusaln. Los Hechos de los Apstoles nos informan de que Samara fu uno de los pases en que los discpulos predicaron con ms fruto el Evangelio. As se cumpla la palabra de Nuestro Seor a los apstoles: "Seris mis testimonios en Jerusaln, y en Judea y en Samara, hasta los confines de la tierra" (Hechos,"!, &).' El dicono "san" F+" lipe, que no debemos confundir con el apstol de igual nombre, se distingui entre los dems po*- sus numerosos milagros y por el.xito de su predicacin. Las conversiones, entre las cuales hay que citar la de SIMN MAGO, fueron tan importantes que los apstoles que haban que-

dado en Jerusaln acordaron enviar a Pedro y a Juan para imponer las manos y dar el Espritu. Santo Ls nuevos convertidos (Hechos, v i n , 14, 17).BAUTISMO DEL MINISTRO DE LA REINA CANDACE.Entre tanto, el dicono Felipe haba recibido, por un ngel del Seor, orden de marchar de Samara en direccin a Gaza. Por el camino desierto que va de Jerusaln a Gaza, encontr a un ministro di? Candace, reina de Etiopa, que era proslito de los. llamados de la puerta. Eran llamados as todos los paganos de origen que, habiendo abandonado la idolatra, adoptaban las creencias de los judos. Cuando Felipe le encontr, estaba leyendo un pasaje de Isaas profeta, en que trata del "servidor de Dios" que, muere por los pecados de su pueblo. Este texto le resultaba un enigma, y Felipe le demostr cmo esta profeca se haba cumplido en Jess. Convencido por las explicaciones del dicono, y creyendo que "Jesucristo es el Hijo de Dios", le pidi el bautismo. Despus de habrselo administrado, Felipe se dirigi a Cesrea, evangelizando todos los pueblos que encontraba a su paso.i

15. Dispersin de los apstoles.La huida de los discpulos de Cristo devolvi, por un corto espacio de tiempo, la tranquilidad en la capital de los judos. La persecucin volvi a desencadenarse en el ao 42, con motivo de la Pascua. HERODES AGRIPA, que haba recibido del emperador Calgula el ttulo de rey de Judea, quiso manifestai, a los numerosos peregrinos que asistan, en Jerusaln, a la, solemnidad, su amor a la religin judaica. Orden "detener a varios miembros de la Iglesia para maltratarlos; hizo decapitar a Santiago, hermano de Juan", y, "viendo que esto era bien recibido por los judos, hizo detener a Pedro... con el propsito de hacerle comparecer ante el pueblo despus de la Pascua". Pero "la Iglesia nc cesaba de rogar por l, y un ngel le libert" (Hechos, xii, 1-11). Despus de haber participado por s mismo la buena noticia a la Iglesia que se hallaba reunida en oracin en la casa de Mara, madre de Juan, llamado Marcos, Pedro march y "se fu a otro lugar". Los de. ms apstoles hicieron lo mismo y se dirigieron hacia distintas regiones para predicar el Evangelio. SANTIAGO EL3 - H.* IGLESIA

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XA ANTIGEDAD CRISTIANA

PENETRACIN DE LA IGLESIA ENTRE,LOS PAGANOS

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qued solo -en la cabeza de la comunidad de Jerusaln . ._MENOR1

II.

Penetracin de la Iglesia entre los paganos

Hasta aqu, los misioneros del Evangelio haban limitado sus esfuerzos de predicacin solamente entre los judos. En esta obra de cristianizacin, san Pedro ocup, sin duda alguna, el primer lugar. La persecucin general que dispers a los fieles de Jerusalnv determin una nueva orientacin con respecto a la propagacin del Evangelio: los apstoles dirigieron sus propsitos hacia los paganos. La conversin de los gentiles al cristianismo fu obra de todos los apstoles. Es de suponer que todos rivalizaron en celo en la ruda tarea del apostolado; pero, por falta de documentos, no es fcil determinar la parte que corresponde a cada uno de ellos. Solamente la obra de san Pablo nos es conocida casi en todos sus detalles. En este nuevo medio, si san Pedro -fu siempre el jefe supremo de la Iglesia, los dems apstoles pueden reivindicar su parte de gloria;, pero el gran luchador, el propagandista infatigable del Evangelio,, es, sin duda, el joven converso de la secta de los fariseos: san PABLO. El apstol de los gentiles, nombre por el cual es conocido, es no menos clebre por los grandes viajes que efectu al travs de Asia y de Euf>ppa, que por la fuerza y elevacin de si doctrina.16. Los PAGANOS.Los judos tenan la costumbre de llamar gentiles (latn gentest naciones) a todos los que no eran judos. 1. Eusebio de Cesrea ha conservado fragmentariamente .una obra escrita por un tal Apolonio,.hacia el ao 197, segn la cual aparece que los apstoles no salieron de Jerusaln hasta doce aos despus de la Ascensin del Seor, como declar el mrtir Trasea por una tradicin recibida de los antiguos. Clemente de Alejandra recoge tambin esta noticia. Los Hechos contradicen abiertamente tal tradicin, pues consignan con toda claridad los viajes de san Pedro y san Juan a lo menos por diferentes regiones de la Palestina.

Las dos palabras "paganos" y "gentiles" son sinnimas, y se refieren a los pueblos que adoraban a las falsas divinidades. Por el momento, slo nos ocuparemos de los paganos que formaban . el conjunto del Imperio romano. 1. Desde el punto de vista poltico, el Imperio romano estaba limitado: al norte, por el Rhin y el Danubio; al sur, por el desierto de Sahara; al oeste, por el Ocano Atlntico, y al este, por el Eufrates y el Tigris. Ms all de estos lmites, habitaban los pueblos brbaros, que constituan una constante amenaza por el Imperio. Los ms peligrosos eran: en el Rhin, los germanos; en el alto Danubio, los cuados y los marcomanos (la Bohemia); en el bajo Danubio, los dacios, y en el Eufrates, los partos. Por medio de un cinturn de tropas y de una lnea de campamentos permanentes, Augusto y sus sucesores se esforzaron en mantenerlos a raya ms all de sus fronteras. Gracias a estas medidas de proteccin, el vasto Imperio romano poda vivir en paz y tranquilidad. El terreno estaba, pues, bien preparado para la propagacin del Evangelio. 2. Desde el punto de vista religioso, el paganismo estaba en plena decadencia. El culto de los dolos, empero, pareca ms floreciente que nunca. El pueblo entraba en masa en las ceremonias oAciales, ms que por conviccin para gozar de los espectculos y de los juegos que les acompaaban. Las clases dirigentes eran. casi escpticas por completo; crean hasta cierto punto en la grosera mitologa politesta. Afortunadamente, . gracias a las conquistas romanas, las religiones orientales entraban por todas partes y despertaban el sentimiento religioso. Tolerante sobre este particular^ Roma conceda el derecho de ciudadana a las religiones de los pueblos que someta a su poder. As es que los cultos de Cibetes, diosa frigia; de Isis y Serapis, dioses egipcios; de Adonis y Astart, dioses asirios, y especialmente de Mitra, dios persa, tenan adoradores en. todas la3 clases de la sociedad. Todos estos cultos vivan en buena armona y en una especie de fusin que se design bajo el nombre de sincretismo greco-romano. LA RELIGIN DIE LOS BRBAROS. Ms all del Imperio romane, los pueblos brbaros tenan, cada uno, su religin. As encontramos el zoroastrismo* o mazdesmo entre los partos, el budismo en la India, el confusionismo en China. Los germanos adoraban a las fuerzas de la naturaleza, al Sol, la Luna y la Tierra. Su principal culto era el de Odn, el dios de las batallas. Durante los dos primeros siglos, la predicacin del Evangelio no traspas los lmites del Imperio romano. Hacia fines el siglo n i , fu cuando los misioneros cristianos anunciaron la fe a los brbaros. 1. Vase la Apologtica del autor, nums. 179 y siguientes.

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. 1 7 . El apstol san Pedro.Oriundo de Betsaid, pequea poblacin de Galilea, san P E D R O , el jefe de la Iglesia, fu, como hemos visto, el trabajador ms activo fiel Colegio apostlico, durante los primeros aos que siguieron a Pentecosts. Despus del martirio de san E s teban y. de l dispersin de los fieles, vivi, por algn tiempo, en Jerusaln; estuvo luego en Samara para imponer las manos a los nuevos convertidos, y volvi despus Jerusaln. No estuvo all mucho tiempo, pero aprovech, la relativa paz para visitar las Iglesias de Judea, de Galilea y de Samara. Entonces fu a Lydda, en donde cur al paraltico Eneas, a loppe, en donde resucit a una mujer llamada Tabitha,_a Cesrea de Palestina, en donde bautiz al centurin Cornelio, despus de lo cual volvi a Jerusaln {Hechos, i x , x , x i ) . Segn la tradicin 1 , fij ms tarde su sede en Antioqua, y, segn cree el historiador E S E B I O , recorri la Capadocia, la Bitinia y el Po_nto. P o r fin, en el ao 42 estuvo en Roma (Vase nm. 25).BAUTISMO DEL CENTURIN CORNELIO. Hasta entonces, los cristianos .haban salido de entre los judos o de entre los proslitos que practicaban el judaismo. El centurin Cornelio fu el primer pagano que, sin pasar por los ritos del judaismo, entraba en la Iglesia. As se resolvi, a lo menos prcticamente, el problema de la admisin de los gentiles en la fe cristiana. A decir verdad,. este problema entraaba una. doble cuestin. Primeramente, se trataba de saber si los paganos podan entrar o no en el seno de la Iglesia, y luego, en caso afirmativo, en qu condiciones podan ser admitidos. La primera cuestin qued resuelta por las palabras que Nuestro Seor haba dicho a los apstoles: "Id, ensead a todas las naciones y bautizadlas en el. nombre del-Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo" (Mai., xxvin, 19). La segunda era menos sencilla y pareca ms bien una cuestin disciplinaria dejada a la apreciacin de los jefes de Ja.'. Iglesia. Este problema preocupaba profundamente a san Pedro, cuando la visin celeste que tuvo en Joppe le' resolvi la duda. Estando un da orando en l tejado de la casa de un curtidor, en la que resida, tuvo un xtasis profetice "Vio

abrirse el cielo y bajar una cosa semejante a un gran mantel que, colgando por sus cuatro puntas, descenda hacia la tierra; en su interior se encontraban todos los cuadrpedos y reptile? de la tierra y todos los pjaros del cielo. Y una voz le dijo: Levntate, Pedro, mata y come. Pedro, entonces, respondi-: Oh, no, Seor; que yo nunca he comido nada comn ni impuro. Y la voz le dijo de nuevo: Lo que Dios declara puro, no lo llames profano" (Hechos, X, 11-15). Pedro se preguntaba qu podra representar esta visin cuando le anunciaron que tres hombres le esperaban. Supo por ellos que "el centurin Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios... haba sido avisado por un ngel para que le llamase a su casa a fin de poder escuchar sus palabras" (Hechos, X, 22). Entonces Pedro comprendi el significado de la visin: la mezcolanza de los animales puros e impuros1, dentro del gran mantel, le dio a entender claramente que la Ley antigua tena que ceder a la Feva Ley, dentro de la cual no haba distincin entre judos y gentiles, y que todo el mundo poda entrar en la nueva Iglesia con slo el bautismo, sin necesidad de la circuncisin. En consecuencia, Pedro administr el bautismo al centurin Cornelio y a toda su familia. Esto aconteci hacia el ao 40. 18. El apstol san Pablo.A. ORIGEN.Natural de Tarso, en Cilicia, hijo de u n padre que ostentaba el ttulo de ciudadano romano, Saulo, como se llamaba antes de. su conversin, no debi frecuentar las escuelas de gramtica de su.ciudad natal. Su lengua materna fu, seguramente, la griega, pero no la clsica, como puede observarse por las faltas de sintaxis de que adolecen sus epstolas. E l joven Saulo recibi, pues, en Tarso una cultura absolutamente juda. Sintindose con vocacin de rabino, fu a Jerusaln para estudiar la ciencia de las Escrituras en la escuela de Gamaliel. E s t e distinguido maestro le comunic su ciencia, pero no su espritu de tolerancia, pues Saulo fu uno de aquellos intolerantes fariseos que extremaban el cumplimiento de la Ley. Miraba a los cristianos como adversarios de la tradicin farisaica como efectivamente lo eran y los consideraba como enemigos 1. El rigorismo farisaico prohiba a los judos vivir con los paganos. Esta prohibicin se extenda a las relaciones familiares y muy particularmente a los manjares. La Ley mosaica consideraba impuros a ciertos animales y a aquellos que los coman.

1. Segn la antigua tradicin que dice que san Pedro estuvo siete aos en Antioqua y veinticinco en Roma, no puede asegurarse, en hiptesis, una estancia ininterrumpida.

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que a toda costa precisaba exterminar. Por esto los persegua con saa. Los Hechos dicen que l "asolaba a la Iglesia; penetraba en las casas, arrancando de e-llas a los hombres y a las mujeres para llevarlos a la crcel" (Hechos, viii, 3). El martirio de san Esteban, en el cual haba tomado parte1', no calm sus iras, y, cuando la persecucin de la que nos hemos ocupado ms arriba (rim. 14) dispers a los cristianos, hacia diversas partes, especialmente hacia Damasco, Saulo, siempre lleno de odio, peda al gran Sacerdote cartas que le autorizasen a entrar en las sinagogas de Damasco y prender a los cristianos.B. Su CONVERSIN.En el camino que conduce a

Damasco y no lejos de esta ciudad qued sbitamente cegado por una luz que bajaba del cielo y fu derribado del caballo el que haba de ser el apstol de las gentes. Luego oy una voz que le deca: "Saulo, Saulo, por qu me persigues?". En un instante la gracia de Dios oper el milagro: el ms sectario perseguidor se converta en el apstol ms ardiente. Este suceso tuvo lugar aproximadamente en el ao 35, dos o tres aos despus de la muerte de Jesucristo {Hechos, ix, 1-10; x x n , 4-21; xxvi, 9-19). Sera intil querer explicar la conversin de san Pablo, por otras razones que se apartasen de la intervencin divina. El sbito xtasis, el carcter brusco y fuerte de la crisis, la ceguera que sigui a la visin, no predisponen a creer que fuese esta conversin como resultante de anteriores impresiones favorables al cristianismo, o como el fin de una larga preparacin psicolgica. Los crticos que no quieren admitir- la intervencin de Dios en la historia,1. El dicono san Esteban predicaba, que la Ley antigua deba de ceder ya a la nueva, y que Israel perdera'sus privilegios religiosos. Se comprende que este lenguaje fuese considerado por un fariseo tan irreductible como san Pablo, como una blasfemia y una hereja. Persiguiendo al blasfemo, Pablo crea servir a la causa de la verdad; no hay, pues, de qu admirarse al verle, cuando el martirio de Esteban, en primera fila, guardando los vestidos de los apedreantes, que se depositaron a sus. pies antes de empezar la lapidacin.

o quedan reducidos al silencio o exponen sus ms absurdas teoras cuando pretenden probar que esta conversin no fu otra cosa que un fenmeno natural. Recin convertido, Saulo fu presentado a ANANAS, que, segn todas las probabilidades, era el jefe de los cristianos refugiados en Damasco. Ananas, por medio de un sueo, tuvo conocimiento de la conversin del gran perseguidor y de la misin a que Dios lo destinaba, y fu a recibir a Saulo, que haba quedado ciego desde que la luz le derrib en el camino de Damasco. Le retorn la vista, le bautiz y le present a la comunidad de los cristianos. Entonces, el nuevo converso "se puso a predicar en las sinagogas, diciendo que Jess es el Hijo de Dios" {Hechos, ix, 20), causando gran admiracin a cuantos le escuchaban. 19. Misiones de san Pablo.Poco despus de su conversin, san Pablo se retir a Arabia, para propagar en la soledad su alta- vocacin. Luego volvi a Damasco, en donde predic durante una temporada. Hasta entonces, o sea unos tres aos despus de su conversin, en el ao 3S, no fu a Jerusaln. Visit a Pedro y permaneci all unos quince das al lado de l1 {Gal., i, 17-34). Cuando san Pablo march de Jerusaln, fu a predicar en Tarso y en Cilicia. Bernab, que estaba envangelizando en Antioqua, fu a buscarle a Tarso para que le ayudara en su obra. Durante un ao, trabajaron juntos y las conversiones fueron tan numerosas que la naciente Iglesia de Antioqua form una sociedad pujante y distinta del judaismo. Para distinguir a los miembros de esta sociedad,1. Puede parecer extrao que san Pablo no fuese a Jerusaln, seguidamente despus de su conversin, con objeto de conferenciar con los apstoles y especialmente con su jefe. Esto se explica por el hecho de que Pablo haba recibido directamente de Jess su misin y su Evangelio, y por lo tanto no tena que aprender nada de los apstoles. As pues, durante su estancia en Jerusaln se preocup poco de entrevistarse con ellos. Sus relaciones con san Pedro son, pues, como un homenaje que rindi al jefe de los apstoles.

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. tanto si provenan de los paganos como de los judos, se precisaba un nombre y se les llam cristianos en recuerdo de su Maestro (42). La nueva Iglesia se distingui, no slo por su desarrollo portentoso, sino, ms especialmente, por su gran caridad con respecto a la Iglesia de Jerusaln. Hacia el ao 44, que, segn haba anunciado el profeta Agabus, "habra una grande hambre en la tierra", los cristianos de Antioqua determinaron auxiliar a sus hermanos de Judea. Las limosnas recogidas se remitieron por conducto de Bernab y de Saulo, que recibieron el encargo de llevarlas a Jerusaln. Ambos apstoles aprovecharon esta ocasin para dar cuenta de su obra, que mereci la completa aprobacin de los jefes de la Iglesia. Cuando san Pablo volvi a Antioqua, le pareci que esta ciudad no requera ya su actividad. Empez entonces una serie de viajes, de los cuales Antioqua era el punto de partida o de reunin. 20. Primer viaje de san Pablo (entre los aos 44-47 46-49).March san PABLO en compaa de BERNAB y de JUAN MARCOS. El nico objetivo -de este primer viaje era el Asia. Los tres compaeros se detuvieron en Chipre, patria de Bernab. All Saulo, llamado tambin PABLO (Hechos, XIIT, 9)forma latina correspondiente al nombre hebreo que l adopt para sus viajes al travs de las provincias del Imperio romanoconvirti al procnsul SERGIO PAULO. Despus de Chipre, evangelizaron sucesivamente Pergc en Panfilia, Antioqua de Pisidia, Iconio, Lystra, Derbe, o sea la parte meridional del Asia, Menor, conocida por el nombre de Galacia romana.---~EN--LYSTRA. El., xite -d& los~ misioneros^ cristianos^-fu grande por todas partes, pero no por esto libre de hostilidades. Tanto es as, que, en Lystra, despus de haber curado a un cojo de nacimiento, los dos apstoles Pablo y Bernab su tercer , compaero, Marcos, los dej en Perge fueron considerados como dos dioses, Jpiter y Mercurio, y les cost muchsimo trabajo convencer a la multitud para que no les ofreciera sacrificios, y entonces, por un cambio brusco, la misma multitud, amo-

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tinada por emisarios judos llegados de Antioqua y de Iconio. volvi sus iras contra los dos misioneros. Se apoderaron de Pablo, al que apedrearon hasta dejarlo por muerto. Por cierto que esta persecucin fu ya all lo que fueron despus todas las otras persecuciones: una victoria para el cristianismo, pues los apstoles, al ser echados de una ciudad a otra, hacan brillar la luz del Evangelio sobre las nuevas tierras.

Desde Derbe, trmino del primer viaje, Pablo y Bernab regresaron a Antioqua de Siria, pasando por las mismas ciudades que antes haban evangelizado. Organizaron entonces algunas comunidades, a la cabeza de las cuales instituyeron, por medio de la imposicin de las manos, los presbteros o sacerdotes, ms bien obispos, que haban de dirigirlas. Entre el primero y segundo viajes de san Pablo, tuvieron lugar dos hechos de suma importancia: el conflicto de Antioqua y el concilio de Jerusln, de los cuales no nos ocupamos en este lugar, para poder presentar ms en conjunto la obra apostlica de san Pablo (Vanse nmeros 36. y 37). 21. Segundo viaje (entre los aos 51-53. 53-55). Despus de una permanencia e Antioqua, cuya duracin no puede precisarse con exactitud, PABLO y BERNAB volvieron hacia sus lejanas misiones. Pero, de una diferencir surgida entre ambos por causa de JUAN MARCOS, primo de Bernab, al cual no quera san Pablo desde que les haba abandonado en Perge, durante el primer viaje, se separaron los dos apstoles para seguir distintos caminos. Bernab acept el encargo de dirigirse a Chipre, de donde ya no volvi ms, y en donde, seguramente, padeci el martirio. San PABLO, por su parte, ..marcha cQn^su^ nuevo compaero SILAS hacia una misin que haba de superar a la primera por su extensin y por el xito. Deseando visitar las Iglesias que haba fundado, sigui el itinerario del primer viaje, pero en sentido inverso. Pas, pues, por Derbe y Lystra, en donde se le junt TIMOTEO, al que haba convertido durante su primera misin y al que

hizo circuncidar para que pudiese entrar a orar en las sinagogas. De Lystra, se dirigi a Iconio, a Antioqua de Pisidia, atraves la Frigia, la Galacia y la Misia, llegando a Troas, en donde encontr a LUCAS, mdico de Antioqua y futuro evangelista. Ms tarde, animado por una visin, decidi pasar a Europa. Primero se dirigi a Macedonia, a Filipos1, en donde fund una comunidad, a lesalnica (la Salnica actua^J y a Berea. All abandon a sus compaeros para ir solo a Atenas.SAN PABLO EN ATENAS. Cada de su antigua grandeza y perdida la actividad poltica y comercial, Atenas era an famosa an los tiempos de que hablamos por la nombrada de sus escuelas, a las que acudan los filsofos, y por la belleza de sus monumentos, que recordaban su gloria pasada, que haca de su mitologa, de sus dioses y diosas una especie de cuadro viviente. Paseando Pablo por las calles de la ciudad "se entristeca segn san.Lucas al ver la ciudad entregada a la idolatra" (Hechos, xvn, 16). No comprenda cmo filsofos de tan vasta cultura no podan halla? al Dios vivo y nico. Se puso a predicar en la sinagoga juda, y se paraba siempre en el agora o plaza pblica con los que all encontraba: filsofos estoicos y epicreos, o simples oyentes que se interesaban por la nueva doctrina. Pero,, siendo el agora un sitio demasiado elevado y tumultuoso para las discusiones interesantes, os filsofos le condujeron al Arepago; donde los jueces celebraban sus sesiones. All, lejos del tumulto y del ruido, fu invitado el gran Apstol a explicar su doctrina. Pablo, en medio del Arepago. habl de esta manera: "Atenienses, observo que sois eminentemente religiosos. Pasando, he visto los objetos de vuestro culto y he encontrado uh altar con esta inscripcin: Al Dios desconocido. A Este que adoris sin conocer, es precisamente al que 03 vengo a anunciar. Dios que ha creado el mundo y todo lo que i en el mismo existe, siendo el Seor del cielo y de la tierra, no ^habita en los templos levantados por manos humanas... Intima , a los hombres que se arrepientan, pues El tiene ya fijado el da n que juzgar al mundo segn su justicia por el Hombre que

L. 1. Se ve claramente que, durante este viaje, como en e primero, no escap san Pablo de la persecucin. En Filpos, ar ejemplo, fu azotado con Silas, encadenado y encerrado en | crcel, de la que sali gracias a un terremoto: este prodigio, Mido a la predicacin de Pablo, convirti al alcaide de la prisin.

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Ha sealado, dando prueba ante todos, resucitndole de entr los muertos". Entonces, los areopagitas, que tomaban la doctrina de la - resurreccin como una cosa absurda . y sin sentido, interrumpieron el discurso, burlndose del mismo y no queriendo orle ms; "algunos, sin embargo se juntaron a l y creyeron; entre stos se contaban DIONISIO AREQPAGITA, una mujer llamada DAMARIS y otros con ellos" (Hechas, xvn, 22-34).

vez a Jerusaln, con motivo de las fiestas de Pentecosts, en el ao 58. Como puede observarse, este tercer viaje de san Pablo no extendi su radio de accin, pero no marca el fin de su obra. Volveremos a encontrarle en sitios lejanos en Europa, y particularmente en Roma (Vase n. 26).23. LA DOCTRINA DE SAN PABLO. Ante los maravillosos resultados que acabamos de describir, se nos ocurre la siguiente pregunta: cules son las ideas madres en la obra de evangelizacin de Pablo? Para definir el pensamiento del apstol, tenemos dos clases de documentos: los Hechos de los Apstoles de san Lucas, y las propias Epstolas de' san Pablo. A. Los Hechos de los Apstoles. Los Hechos nos transmiten los puntos esenciales de tres de sus discursos: el pronunciado en la sinagoga de Antioqua de Pisidia, dirigido a los judos, y los pronunciados en Lystra y en el Arepag de Atenas, dirigidos a los paganos1'. Los dos -mtodos de apologtica de san Pablo. Es interesante comparar los dos mtodos de apologtica que empleaba san Pablo, segn fueran los oyentes a quienes se diriga. 1. Cuando se diriga a los judos, les demostraba que Jess era el verdadero finen la historia juda, que tenan que reconocer en El al Mesas esperado, ya que Dios le haba resucitado de entre los muertos. Estos conceptos no eran absolutamente nuevos: los haba ya expiftsto san Pedro en su sermn pronunciado despus de Pentecosts y, ms tarde, tambin los expuso san Esteban. Sin embargo, san Pablo aada un nuevo elemento, insistiendo en la importada capital de la fe en orden, a la salvacin y en la impotencia absoluta de la Ley para la justificacin, y anuncian do la infidelidad de los judos y la vocacin de los gentiles. . 2. Cuando se diriga a los paganos, san Pablo empleaba otra tctica. Como estos oyentes no concedan ningn valor a la Escritura, empleaba con ellos un lenguaje ms filosfico. Les hablaba del Dios nico, Creador universal; les deca que Dios no puede encerrarse en los templos y que, teniendo los hombres necesidad de Dios, precisaba que le buscasen, y para ello haban de arrepentirse de sus pecados, pues "Dios tiene fijado el da _en que juzgar el mundo por el Hombre... que resucit de entre los muertos" (Hechos, xvn, 31). 1. Los predicadores del Evangelio tenan la costumbre . de entrar en las sinagogas para predicar a sus hermanos en religin. Si no eran bien acogidos lo que aconteca muy a menudo salan de la sinagoga, en la cual, generalmente, haban lograde algunas conversiones, y se dirigan a los paganos.

Advirtiendo con su corta experiencia que Atenas no estaba madura para el Evangelio, parti Pablo hacia la voluptuosa ciudad de Corinto, que era en aquella poca la poblacin ms comercial^ de Grecia. All fu tan fructuoso su ministerio que se qued por espacio de ao y medio, viviendo en casa de los judos AQUILA y P R I S CILA, que, como l, eran "constructores de tiendas" y que haban llegado de Roma, huyendo de la persecucin de Claudio (Hechos, X V I I I , 2). Desde Corinto, en donde dej una Iglesia floreciente, san Pablo regres al Asia Menor, a Efeso, que haba de ser la ltima etapa de su segundo viaje. Estuvo all poco tiempo, pues deseaba hallarse en Jerusaln para la prxima fiesta. Desde Jerusaln volvi a Antioqua. Durante este segundo viaje, san Pablo evangeliz toda el Asia Menor y una parte de Europa: Macedonia y Grecia. 22. Tercer viaje (aos 55-58).La permanencia de san Pablo en Antioqua no dur mucho tiempo: el mismo ao de su regreso emprendi su tercer viaje. Despus de una corta visita a las cristiandades por l fundadas, a las Iglesias de Galacia, de Frigia y de Derbe, en donde gan un nuevo discpulo, T I T O , se traslad a..Efeso, ciudad por la cual haba solamente pasado en su segundo viaje. Efeso, como Corinto en el viaje anterior, fu esta vez el centro de las actividades del santo. Estuvo al por espacio de ms de dos aos y fund una importante comunidad que, posteriormente, fu dirigida por el apstol san Juan. Desde Efeso se traslad a Macedonia y a Grecia, desde donde se dirigi a Corinto, en donde permaneci durante unos tres meses. Finalmente, volvi por quinta

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B. Epstolas paulinas. > En las Epstolas es donde, particularmente, se encuentra el pensamiento de san Pablo. Estas Epstolas*, como obras de circunstancias, destinadas a ciertas cristiandades o a ciertos individuos, no deben considerarse como tratados completos en los que se condensa toda la materia de la catequstica primitiva. Con todo, permiten penetrar dentro del alma del gran apstol, descubrir sus creencias cristianas y conocer la sustancia de su Evangelio. Sus dos clases de adversarios. Para comprender perfecta mente la apologtica de san Pablo es necesario no olvidar las dos clases de adversarios a que combata. Estos adversarios fueron, durante la primera poca de su carrera, los judaizantes, y, despus de su cautiverio, unos innovadores: SIMN, MENANDRO y los Nicolatas, cuya doctrina contena en germen los errores del gnosticismo y anunciaba ya a BASLIDES, VALENTN y MARCIN (Vase n. 62). 1. Los judaizantes fueron los ms encarnizados enemigos del apstol. Los encuentra por todas partes; no blamente en Judea, en Jerusaln, sino tambin en las misiones entre los paganos, como en Antioqua, en Galacia, en donde pareca que iban a triunfar, ci Corinto, Efeso, Filipos, Tesalnica y Creta. San Pablo, en su Epstola a los Glatas, demuestra a los representantes del judaismo c;ue no queran desprenderse de la Ley antigua y que, por otra parte, pretendan someter a la misma a los recin convetidos, que la aplicacin de dicha Ley haba ya terminado, que los hombres, desde entonces, eran libres y no esclavos bajo la Ley (Gal., n i , iv). En la segunda Epstola a los Corintios vuelve a tratar de este mismo asunto. En la Bpstola a los Romanos persiste en la misma idea, que desarrplla de una manera magistral. Describe el triste estado de la humanidad, tanto entre los judos como entre los paganos, bajo el rgimen de la Ley y sus obras, y de1. Las Epstolas de an Pablo por orden cronolgico, son: 1.a y 2.a a los Tesalonicenses, escritas ambas en Corinto durante su segundo viaje; 1.a y 2.a a los Corintios, la primera escrita en Corinto, tercer viaje, y la segunda en Corinto o en Filipos, tercer viaje; la Epstola a los Glatas fu escrita, segn unos, en Antioqua, hacia el ao 50, y, segn otros, en Corinto, durante su segundo viaje; la Epstola a los Romanos fu escrita en Corinto durante st tercer vfaje. """"- -=-" - -------- --- * - Siguen luego las llamadas Epstolas del- cautiverio; las Epstolas a los Filipenses, a los de Efeso, a los Colosenses, z Filemn, escritas todas durante su primer cautiverio en Ronu (vase n. 26), la Epstola a los Hebreos, escrita entre su primero y segundo cautiverio, en Roma. Las ltimas son las llamadas Epstolas pastorales, dirigidas a Tito y a Timoteo.

muestra cmo tanto la moral judaica como la pagana caan en la ms lamentable bancarrota. Dios, slo para manifestar su misericordia, ha permitido estas cosas. A esta humanidad, qus por el pecado de Adn fu pecadora y condenada a la muerte, Dios ha querido redimirla y purificarla por medio de Cristo Jess. Desde este momento, la Ley y las obras han perdido su eficacia, la Ley y las obras se han cambiado por la fe que purifica. De donde se saca la conclusin, que se impone a las pretensiones de los judaizantes que, siendo ineficaz la Ley y no teniendo valor alguno de purificacin, no pueden imponerse sus prcticasl a los gentiles que se conviertan al cristianismo!1. 2." A la segunda clase de adversarios que encuentra al fin de su carrera, les contesta san Pablo por medio de las. epstolas llamadas del cautiverio. A estos innovadores de tendencias gnosticistas, que pretenden perjudicar a la persona y a la obra dn Cristo, les expone la verdadera doctrina cristolgica. Les demuestra la preexistencia de Jess, antes de su aparicin histrica, por el cual y para el cual fueron creadas todas las cosas. (Col., i, 15, 17); despus, como desprendindose de las prerrogativas de la divinidad, se hizo semejante a los hombres, sufriendo por ellos muerte y muerte en cruz (FU., xi, 6-8); por causa de esta muerte logra nuestra reconciliacin con Dios, arrancando a la humanidad de las garras del demonio (Col, r, 21-22); y por esto es el fundador y jefe del reino de Dios, y por sus mritos, y por derecho de conquista vuelve a tomar posesin de la glo1. De momento, no se comprende por qu san Pablo escoge la Iglesia de Roma, o sea una Iglesia que no ha fundado, ni siquiera visitado, para exponer su doctrina sobre la purificacin y sobre el valor de la fe, nico medio de dicha purificacin. Est se explica por el hecho de que ya en esta fecha (vase n. 26) tiene el propsito de detenerse en Roma, de. camino a Espaa. Por conducto de AQUILA y de PRISCILA., que, haba encontrado, huidos de la capital, en Corinto, sabe que la comunidad romana, est compuesta d judos y de gentiles. El primer ncleo de judos convertidos fu seguramente de los que en el da de Pentecosts haban escuchado el sermn de Pedro en Jerusaln; los gentiles deban ser. griegos inmigrados que se haban convertido al cristianismo en su propio pas. Cuando san Pablo escribi la epstola, la Iglesia de Roma tena la apa'.. riencia de una iglesia de gentiles. Los judos, empero, tenan i una influencia preponderante y exigan a los creyentes de pro cedencia pagana pasar por el judaismo antes de ser admitidos |,\en el cristianismo. Por esta razn, juzga conveniente san Pablo f;exponer a sus discpulos la situacin de los gentiles y de los judos ante el Evangelio, por lo cual insiste en la abolicin de la Ley.

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ra y de los honores divinos" que voluntariamente haba abando-" liado (FU., II, 9). Esta fu, en resumen, la obra inmensa de san Pablo, Nadie como l ha contribuido tanto a la propagacin del cristianismo. Para salir airoso de esta gran empresa el cielo le concedi excelentes cualidades.: una viva inteligencia, un espritu amplio y penetrante, un alma ardiente y apasionada y una energa indomable; pero estas buenas cualidades no le habran bastado sin la gracia de Dios, como confiesa el mismo apstol en una de sus epstolas: "Soy lo que soy por la gracia de Dios, y esta gracia en m no ha sido estril; lejos de esto, he trabajado, ms que todos,, pero no por m solo, sino por la gracia de Dios que est conmigo' - (I Cor., xv, 10). 24. Los dems apstoles.Fuera de los de san Pedro y de san Pablo, los trabajos misionales de los restantes apstoles nos son casi desconocidos. La historia no presenta ms documentos que merezcan garanta que los que se ocupan de Santiago el Mayor, de Santiago el Menor y de san Juan. SANTIAGO EL MAYOR evangeliz la Judea y, segn cierta tradicin, tambin predic en Espaa. Hemos visto ya (n. 15) que, por orden de Herds Agripa, fu muerto a espada en el ao 42. Su cuerpo debi ser recogido por los primitivos cristianos, para evitar que fuese profanado por los judos, y, segn una tradicin espaola, reconocida cannicamente por la Santa Sede, se encuentra ahora en la iglesia principal de Compostela. l a s peregrinaciones a la tumba de Santiago en Compostela, tuvieron gran celebridad durante la Edad media. Ms adelante hablaremos detenidamente de la misin de este apstol (Vanse nms. 31-33T. ''.''".'.J. "..".''.". '"'""" ~ " " ' ~ ~ SANTIAGO EL MENOR, hijo de Cleofs y de Mara, hermana de la madre de Jess, fu el jefe de la Iglesia de Jerusaln, despus de la partida de san Pedro. Fu el apstol de los judeo-cristianos, que le llamaban el Justo y le amaban con veneracin, Les escribi una carta, con-

tenida en el canon del Nuevo Testamento Con el'nombre de Epstola de Santiago, en la que les enseaba la necesidad de obrar bien, de acuerdo con la fe 1 . San JUAN, hermano de Santiago el Mayor, vivi con la Virgen en Jerusaln. E n el ao 68. estuvo en Efeso, cuya Iglesia, fundada y dirigida hasta entonces por san Pablo, fu puesta bajo su direccin. Tuvo muchos discpulos, entre los cuales se distinguieron Policarpo y Papas. E n el reinado de Domiciano fu conducido a Roma. Tertuliano dice que all fu condenado a morir dentro de .una caldera de aceite hirviendo/pero sali de ella milagrosamente ileso (San Juan ante Portam Latinam, .6 de mayo). Fu luego desterrado.a Patmos, en donde com,puso el Apocalipsis. A la muerte de Domiciano volvi a Efso, en donde muri en avanzada edad. Fu,autor.del Evangelio de su nombre y de tres Epstolas cannicas.De los dems apstoles' no hay otras noticias que las que nos han llegado por las leyendas y tradiciones de algunas Iglesias, Segn ellas, san MATEO evangeliz la Persia: san ANDRS, la Scitia y la Tracia y fu crucificado en Patras de Grecia; san JUDAS o TAD6EO evangeliz la Siria, Mesopotamia y Persia; san BARTOLOM, la Arabia meridional; san SIMN, la Mesopotamia y la Idumea; santo TOMS, las Indias orientales; san FELIPE, la. Alta Asia y la Frigia, y san MATAS, la Etiopa. La vida de todos los apstoles fu coronada por el martirio. Entre ellos pueden contarse como misioneros y mrtires por la misma causa sus inmediatos discpulos san LUCAS, san MARCOS, ambos evangelistas, san TITO y san TIMOTEO.

III. El cristianismo en Roma. No es nuestra intencin hacer un completo estudio del desarrollo del cristianismo en las distintas provincias del Imperio romano. Este trabajo sera demasiado prolijo. Pero queremos hacer' una especial mencin de la 1. Por esta razn la rechazan los protestantes. Lutero deca de ella que es una Epstola de paja, indigna del espritu apostlico.4 - H, B IGLESIA

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forma como el Evangelio se introdujo en Roma, y en general en todo el mundo antiguo. Comenzaremos por tratar de los origines del cristianismo en Romay como cabeza del mundo antiguo. Veremos que el honor de la evangelizacin en la capital del Imperio romano se debe particularmente a los dos grandes apstoles san PEDRO y sanPABLO.

25. San Pedro en Roma.Que san Pedro estuvo, en Roma, que volvi all, a lo menos en dos veces distintas, que fund la Iglesia romana, y que sufri all mismo su martirio, son puntos de la historia que se apoyan en testimonios incontrastables, admitidos por la mayora de los crticos modernos. No hay tanta unanimidad en precisar cundo hizo su primer viaje. Segn una tradicin bastante admitida y muy verdica, el primer viaje de san Pedro tuvo lugar en las proximidades del ao 42. El libro de los Hechos nos dice que cuando la persecucin de Herodes Agripa, Pedro estuvo encarcelado (vase n. 15), que fu libertado por un ngel y que seguidamente "march hacia otro lugar" (Hechos, XII, 17), Este otro lugar no puede ser otro que Roma. All encontr una colonia judia que habitaba en uno de los b?rrios pobres, denominado Transtevere. Es creencia general que al principio san Pedro habit en este barrio, que ms tarde se traslad al mont Aventino, en casa de AQUILA y PRTSCILA, y que, posteriormente, se hosped er el Viminal en casa del senador PUDENTE, emparentado con el centurin Cornelio, que haba recibido el bautismo en Cesrea de manos del propio Pedro. -...Cul fu el mtodo de apostolado adoptado por el prncipe de los apstoles ? Nada nos dicen de este punto los documentos. Segua la costumbre de san Pablo, de entrar directamente en las sinagogas para dirigirse a los judos? Podra muy bien ser que su modesta posicin social y su escasa cultura no le permitieran seguir este sistema. As, pues, es lo ms probable que san Pedro fu

conquistando una a una las almas al Evangelio1, empezando por los pobres y esclavos, remontndose hasta las clases ms elevadas de la sociedad pagana, tales como Pomponia Grecina. Entre los aos 47 y 51, despus de un motn de arrabal, cuya responsabilidad se atribuy a un tal Cresto, Claudio desterr de Roma a todos los judos (Hechos, x v n , 2). .Pedro, con los dems cristianos, abandon la ciudad para regresar a Asia. Es probable que no volviese a Roma hasta el ao 63.Como testimonios de la estancia de san Pedro en Roma se pueden alegar, en primer lugar, las mismas palabras del apstol en su Epstola I, v, 13: La Iglesia que, escogida por Dios como ~ vosotros, mora en Babilonia, os saluda. Todos los exgetas convienen en que 'la Babilonia de que habla el aposto! es la misma de que habla san Juan, la ciudad de Roma (Apoc, xvii), tipo de ciudad corrompida San CLEMENTE ROMANO,san IRENES, CLEMENTE DE ALEJANDRA, san DIONISIO D CO-

RINTO y otros escritores contemporneos o antiguos atestiguan el mismo hecho con diferentes palabras. Ningn testimonio tan explcito domo el del presbtero GAYO (siglo n ) contra el mon. tanista Proclo: Yo, sin embargo, puedo ensear los trofeos de los apstoles; pues, ya dirigindose al Vaticano, ya a la Va Ostiense, te encontrars con los trofeos de aquellos que fundaron aquella Iglesia. Que san Pedro fu Obispo de Roma lo demuestra el catlogo de los papas (siglo n i ) , que le.consigna a la cabeza de stos; los papas CALIXTO y ESTEBAN (siglo m ) , que se llaman sucesores de Pedro; las palabras de san CIPRIANO, san JERNIMO y de otros santos Padres. En los siglos iv y v la tradicin sobre este punto es unnime. Harnack y otros escritores protestantes modernos lo niegan sin fundamento slido ninguno.

26. San Pablo en Roma.Cuando san Pedro fu a Roma por segunda vez, san Pablo le haba precedido. Cautivo^ esperaba el momento de presentarse ante el emperador. Primer cautiverio de san Pablo en Roma.Despus1. No hay que olvidar, sin embargo, las gracias extraordinarias de que estaba investido el apstol desde la venida del Espritu Santo en Jerusaln. Recurdese el xito alcanzado con sus primeros sermones.

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de la persecucin que el emperador Claudio desencaden contra los cristianos, san Pablo, que en Corinto se haba enterado de la misma por conducto de los fugitivos Aquila v Priscila, tuvo ardientes deseos de ir a visitar a los cristianos de Roma. Creyendo poder realizar muy pronto su intento, les anunci su visita por medio de su Epstola a los Romanos. Sin embargo, deba volver antes a Jerusaln, en donde la persecucin que le aguardaba haba de retardar su viaje a Roma. N Cuando el ao 58, al terminar su tercer viaje, volvi san PABLO a Jerusaln, encontr a todos los judaizantes, tanto a los de Palestina como a los de la dispersin (Hechos, xx, 21 y 27), excitados contra sus enseanzas. Los judos, del Asia Menor, que haban acudido a Jerusaln con motivo de la fiesta de Pentecosts,, se amotinaron contra san Pablo. Le acusaban de predicar contra el pueblo, contra la Ley y contra el templo (Hechos, xx, 28). Gracias al ttulo, de ciudadano romano, cuyos privilegios hizo valer, se libr de ser azotado; luego, despus de dos aos de estar preso en Cesrea, logr terminar su condena apelando al tribunal del Csar. As pues, el primer viaje que hizo a Roma tena por objeto comparecer ante el tribunal mencionado. Despus de una mala travesa, en la cual naufrag el barco que le llevaba, lleg Pablo a la capital del Imperio a principios del ao 61. Su proces dur otros dos aos. Aunque cautivo, el apstol gozaba, durante este tiempo, de una relativa libertad: de esta forma, pudo habitar en una casa que haba alquilado y entregarse por complet al ministerio de la predicacin. Convirti a muchos paganos, incluso dentro del propio palacio del Csar. Segundo cautiverio de san..Pablo en .Roma.Una vez pronunciada la sentencia absolutoria, san Pablo se alej de Roma. Es tradicin que se dirigi a Espaa, de donde, volvi para visitar las Iglesias de Grecia y de Asia, que antes haba fundado. Cuando la persecucin de'Nern, a fines del ao 66, san Pablo volvi a sufrir cautiverio en Roma.

En qu poca hemos de colocar la muerte de los dos grandes apstoles, PEDRO y PABLO ? Ningn documento antiguo nos permite fijarla de una manera cierta. Segn san Dionisio de Corinto y Orgenes, perecieron, ambos en el ao 64, vctimas de la persecucin de Nern. Segn la tradicin ms admitida y apoyada en el testimonio del historiador EUSEBTO (267-338), padecieron el martirio en el ao 67; el primero, crucificado como su Maestro, pero cabeza abajo, en la colina del Vaticano; el segundo fu decapitado, por razn de su ttulo de ciudadano romano, cerca de Roma y en el camino de Ostia.

IV. El cristianismo en el mundo antiguo conocido A pesar de. los grandes obstculos que encontr el cristianismo Para su propagacin desde el primer momento de Su nacimiento, la evangelizacin del mundo conocido por los antiguos fu rapidsiina. En el siglo n haba llegado ya la "Buena Nueva" desde el Ganges hasta el extremo 'de Occidente, Espaa, y desde los territorios de Escocia y Alemania hasta el Sahara, lmites de las tierras conocidas entonces. Slo los viajes de san Pablo acusan ya en el siglo i una misin extenssima en las principales provincias del Imperio romano. * 27. En PALESTINA, la predicacin luch en un principio con grandes dificultades, debido a las obstinacin v odio de los judos, pero el xito fu segur y satisfactorio. De aqu pas a ARABIA, en donde se celebr un concilio a mediados del siglo i n r en Bostra. No se conocen datos precisos de la propagacin del cristianismo en los primeros tiempos en la regin de Siria, pero debi ser aqulla muy extensa y de resultados muy consoladores, a juzgar por los viajes de los apstoles y discpulos que por all pasaron repetidas veces. La ciudad de Antioqa lleg a ser la metrpoli d Asa. Lo mismo puede decirse de las regiones prximas del ASIA MENOR, de cuya'

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conversin decidida y casi en masa dan elocuente testimonio una multitud de documentos de variadas clases. Plinto el Joven habja.de la extensin alcanzada por la nueva religin en la provincia de Bitinia, sometida a su mando. En Frigia se tuvieron algunos concilios en la mitad del siglo if. El historiador EUSEBIO DE CESREA consigna datos, abundantsimos sobre la extensin y propagacin del ' ; .eristianismo en Armenia y en otras regiones vecinas. A ';v;lk: : remota India fu a evangelizar, segn la tradicin ase'''''Pilgt^-vei-'-.-apstol santo TOMS. El citado Eusebio aade , ,v,qu^ eh.e ao 200 pas tambin a aquel pas, con el mismo fs]W'^]'^\'}P'inteno el Catequista, aunque est afirmacin ad' , ; : imite o|ras interpretaciones, pues, segn algunos, el pas : : de efeenia era la Arabia meridional. ":.$-.28;" E EUROPA, la propagacin del Evangelio se hizo con- la misma rapidez que er Asia. San Pablo, en sus viajes, funda iglesias en las ciudades ms importantes de . las regiones que componan el antiguo y vasto dominio d GRECIA. Recordemos las comunidades cristianas que dej el apstol florecientes en las ciudades de Corinto, Atenas, Tesalnica, Filipos, Berea, etc. . Las Iglesias de ITALIA nacen inmediatamente de la de Roma. Muchas dicesis de esta pennsula conservan tradiciones apostlicas respecto a su origen, como la de Rvena con san APOLINAR, discpulo de san Pedro, las de Miln,, Aquilea, Luca, etc. * 29. En la GALLA se predic evidentemente el cristianismo en los primeros tiempos. Son muchas en verdad las iglesias francesas que presentan tradiciones ms o menos documentadas eon respect a su origen apostlico. La """""""" Lyn'da dorada recoge 'laS'-senciHas* y-piadosas-tradi- ' ciones de la llegada y evangelizacin de Marsella y-de varias ciudades de la Provenza por san LZARO y sus hermanas Marta y Mara Magdalena, junto con otras personas venidas de Palestina de n modo milagroso. Es posible; desde luego, que estas regiones, por su prox-

midad al Mediterrneo, fueran evangelizadas en los mismos tiempos apostlicos, pero no son convincentes ni mucho menos varios documentos que se alegan en favot de esta tesis, por ejemplo, el que san Pablo enviara a la Galia a su discpulo CRESCENTE, fundndose en lo que dice en su Epstola II a Timoteo, iv, 10: que usebio dice de san Pedro que predic en Italia y en todas las naciones vecinas; que san Ireneo hace referencia a la fe tradicional recibida en las Iglesias de Germania, Espaa y entre los celtas, etc., etc. Estos testimonios, y otros parecidos qife se alegan, por lo mismo que no son. explcitos, admiten muchas interpretaciones y ninguna d ellas definitiva. Lo cierto sobre este particular es que, en el siglo n , existan cristiandades florecientes en Lyn y en Viena a lo menos-, como demuestra la existencia de sus famosos mrtires; y que en el siglo n i , la primera de las ciudades citadas tenia bajo su obediencia, 'en calidad de sufragneos, varios obispados. Puede mencionarse tambin, aunque es dudosa, fet relacin de san Gregorio de Tours, que dice que el papa san Fabin (ao 250) envi siete misioneros .apostlicos a las Galias, entre ellos a san DIONISIO, primer obispo de Pars. Las palabras que antes citamos de san , IRENEO atestiguan la existencia de cristiandades en ALEMANIA en el siglo I I . VICTORINO DE PETTAU y otros testifican lo mismo con respecto a los PASES DANUBIANOS. TERTULIANO habla, con idntico objeto, de la conversin de algunos pueblos de BRITANIA, de la cual figuran algunos obispos en el concilio de Arles (ao 314). * 30. Al FRICA OCCIDENTAL pasara el cristianismo - desde -Roma; prueba de su difusin en esta regin es l gran nmero de obispos que se cuentan entre los escritores eclesisticos ' casi desde los primeros tiempos. En EGIPTO se extendi igualmente el cristianismo en poco tiempo; la sede principal fu Alejandra, fundada por el evangelista san Marcos; en ella se form luego una escue-

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la catequstica que alcanz fama universal en el mundo cristiano. TERTULIANO reproduce en una de sus obras la queja de los gentiles, de que pasaban al cristianismo personas de todo sexo, edad y condicin, y, en efecto, las actas de los mrtires y los escritos contemporneos registran nombres de personas de todas las categoras sociales, desde la familia de los cesares hasta los esclavos ms despreciados, sabios conocidos en el mundo de las letras, como sari DIONISIO DE ALEJANDRA, san JUSTINO, senadores, soldados, matronas nobilsimas, hombres del pueblo, la ingens multitudo que conmemora TCITO en sus Annales (XV, 44). V. El cristianismo en Espaa - El. estudio de la propagacin del. cristianismo en Espaa comprende varios, puntos: la venida de Santiago el Mayor a. la pennsula, la tradicin referente al, lugar en donde se encuentran sus restos, la tradicin.referente ala Virgen del Pilar de Zaragoza, la venida d& san Pablo a Espaa y la-misin- en ella-por discpulos inmediatos de los apstoles. * 31. Venida de Santiago el Mayor a Espaa.Est es. uiia.de las cuestiones ms delicadas de. la.historia de:la Iglesia, espaola. Existe en Espaa una tradicin antigua y unnime de que SANTIAGO EL MAYOR vino a este pas hacia los aos 39'al 42 de nuestra era, en una embarcacin griega o fenicia, probablemente, ya que stas eran tas que mantenan el comercio en casi todos los puntes del- Mediterrneo, sobr todo en los. extremos. Segn esto, el apstol desembarcara en algn puerto d la B tica o de la Tarraconense y lleg despus en su predicacin hasta Cesaraugusta (Zaragoza). El breviario, en el propio de los santos de Espaa, dice lo siguiente". "Despus de la Ascensin del Seor a los cielos, predic

(Santiago) su divinidad en Judea y Samara, donde condujo muchos a la fe. Luego, marchando a Espaa, convirti all algunos a Cristo, de entre los cuales, siete, ordenados ms tarde obispos por san Pedro, fueron los primeros que se dirigieron a Espaa". Es de advertir que los documentos que se pueden citar para confirmar la tradicin datan, los dudosos, del siglo iv, y . los ciertos, del v n . No se puede ir ms all en esta cuestin en punto a crtica histrica rigurosa. Ahora, pudo tener esta tradicin, tan general y unnime, algn otro fundamento qu nosotros desconocemos al presente? Debe de ser as, pues no se encuentra explicacin satisfactoria de otro modo. Argumentos en pro. 1. DDIMO EL CIEGO (siglo iv) dice n su libro II sobre la Trinidad: "El Espritu Santo infundi su innegable e incontaminada sabidura a los apstoles, ya al que predic en la India, ya al que predic en Espaa, ya a los qs andaban eri otros sitios de la Tierra". 2. San JERNIMO dice, hablando en cierto lugar de los apstoles: "Uno se fu a la India, otrp a Espaa, otro al Ilrico, otro a Grecia, de modo que cada cual descansara en la provincia donde haba anunciado el Evangelio y la doctrina". .3." TEODORETO, contemporneo de san Jernimo, . habla de un apstol qu predic en Espaa. 4. El Catlogo Apostlico (siglo vil) dice terminantemente "que Santiago, hizo de Zebedeo y hermano de Juan, predic en Espaa". 5. San SIDORO DE SEVILLA, en su obra De ortu et obitu S. S. Patrum, reproduce la noticia anterior. Despus de l, san BRAULIO, y y iodos los escritores espaoles, a partir del siglo, yin, continan H tradicin. "Argumentos en contra. 1." Segn CLEMENTE DE ALEJANDRA. (|ue confirma testimonios'. anteriores, el Seor mand a sus apstoles' cjue no salieran, a predicar hasta pasados doce aos despus de su muerte. Segn esto, Santiago no tuvo tiempo para venir a Espaa, admitiendo que su muerte ocurri en el ao 42, como hacen algunos,; 2. San PABLO dice en su Epstola a los Romanos que haba-predicado el Evangelio en donde nunca haba sido odo; y en otro!lugar aade: que desea pasar a Espaa y, i de. paso, saludarles a ellos. sto fu escrito en el ao 58, catorce despus de la muerte de Santiago. 3,, INOCENCIO I (siglo ry) dice qu en toda Italia, las Galias, Espaa, frica, Sicilia e islas adyacentes fund nadie Iglesias, fuera de las fundadas por sar Sdro o sus enviados. 4. San GREGORIO VII recuerda a Alfonso VI de. Castilla (1074) las palabras de san' Inocencio I, corri

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argumento de que deba aceptarse en Espaa el rito romano por el mozrabe. 5. Toda la literatura eclesistica espaola anterior al siglo vil es completamente muda con respecto a un hecho tan importante, y lo mismo la de las Galias contempornea, siendo esto de extraar en autores como PRUDENCIO y san GREGORIO DE TOURS, que narran en sus obras todo cuanto se saba en su poca, al parecer, referente a los santos y a los santuarios espaoles. 6." Como argumento en contra, pueden alegarse tambin las interpretaciones que dan los adversarios a los testimonios favorables a la tradicin, ajustndose a su literalidad e imprecisin con respecto a Santiago, lo cual da lugar, desde luego, a tales interpretaciones. Entre los adversarios extranjeros figuran como destacados san BELARMINO, BARONIO, NATAL, ALEJANDRO y DUCHESNE.' En Espaa, tambin encontr oposicin especial al tratar de la cuestin de la primaca de la Iglesia toledana sobre la compostelana, que se agria extraordinariamente en el siglo x m y se reproduce en el xvi con el cardenal Loaysa en s edicin de concilios espaoles, publicada en 1593. Una breve explicacin del origen de la tradicin, segn algunos de los adversarios, es que, a mediados del siglo vi, llegaron a Occidente las Actas del supuesto Abdas, y, en el v m los Catlogos Apostlicos Bizantinos, traducidos al latn. Estos fueron los primeros documentos escritos que sirvieron de base para que, en tiemps posteriores, corriera la tradicin. San JULIN utiliz los dichos Catlogos, pero omiti lo que en ellos se deca de la venida de Santiago a Espaa. En cuanto a san ISIDORO, su testimonio es apcrifo, como la obra en que se contiene, segn ellos. No dicen nada los crticos de que hablamos de cmo pudo introducirse en documentos tan antiguos la noticia en cuestin. Eu resumen, repetimos, el punto tratado es discutido, pero cuenta siempre en su favor la tradicin venerable, celosamente conservada, y, en ltimo resultado, admitido ya como cierto el hecho de .que las reliquias del Apstol reposan en Compostela, puede encontrarse otra explicacin del traslado de tan venerandos restos a nuestro pas que la relacin especial'que el santo tuvo con Espaa por haber venido a predicar en ella?

los, que le sepultaron en un sarcfago de piedra, en un lugar prximo a la antigua Iria en Galicia. En el siglo ix se descubri milagrosamente dicho sepulcro, y el monarca entonces reinante, Alfonso II el Casto, levant un pequeo templo sobre l. ste templo sufri muchas vicisitudes en el correr de los aos, hasta que. fu sustituido por la actual catedral, en los siglos xi y XII. En el siglo xvi, por temor a las incursiones del corsario Drake, fueron ocultadas las santas reliquias en un lugar, dentro del mismo templo, el cual permaneci ignorado hasta el siglo xix, en que, por disposicin del arzobispo que gobernaba aquella iglesia, se hicieron oportunas excavaciones, y aparecieron los restos del apstol y de sus dos discpulos Teodoro y Atanasio y ruinas de una celia o sepulcro de la misma naturaleza que los erigidos en Roma en los primeros tiempos del cristianismo. El minucioso proceso que. se levant con tal motivo termin con la bula Deus Oinnipotens, del papa Len XIII, expedida el 1.* de noviembre de 1884, reconociendo cannicamente la identidad de las reliquias halladas y prohibiendo bajo > pena de excomunin su traslacin, disminucin, etc., en lo futuro.Los documentos escritos que testifican la tradicin no pasan del siglo i x ; los ms conocidos son la epstola de papa san LEN III y el Cdice Calixtino, conservado en la catedral compostelana. El hecho de la primera invencin de las reliquias consta en un diploma de Alfonso II, expedido el 8?9, aunque su texto completo es algo discutido. A partir de esta fecha son ya abundantes los testimonios sobre la materia en cuestin. En el siglo xi aparece e. nombre de Campus Stellae (Compostela) en sustitu cin de los antiguos nombres topogrficos que se daban al luga** en que se encontraba el sepulcro de Santiago; el nombre hace relacin sin duda a las luces maravillosas que aparecieron en dicho higar en tiempo de la invencin de las reliquias. La ctedra! qeTioy se admira all fu comenzada por el obispo Plez y ha venido sufriendo distintas modificaciones arquitectnicas y decorativas hasta el siglo xvm, sin perder por eso su magnificencia. El obispo Diego Gelmrez regal una parte del crneo de Santiago a la iglesia de Pistoya; esta reliquia fu reconocida cientficamente y comparada con los huesos hallados en el siglo xix y se demostr su identidad absoluta.

* 32. Los restos de Santiago en Espaa.Los Hechos de los Apstoles, xn, 2, dicen simplemente que Santiago fu degollado por Herodes en Jerusaln!" Acerca del lugar de su inmediata sepultura hubo algunas opiniones, siendo la ms fundada y natural que este apstol fu sepultado en el mismo lugar de Jerusaln. Una tradicin ininterrumpida y antiqusima asegura que el cuerpo de Santiago fu trado a Espaa por algunos de sus disclpu^

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El sepulcro de Santiago ha sido siempre uno de los puntos principales de peregrinacin para todo el orbe catlico, sobre todo para los habitantes de. las Galias, lo cual dio lugar a cierto intercambio y comunicacin de civilizaciones1. La devocin a Santiago en Espaa es de las ms tradicionales, hasta el punto de haberle elegido como su' principal patrono. Son juzgados, sin embargo, desfavorablemente por la crtica algunos hechos histricos en que se supone la intervencin de aqul, por ejemplo, el de la batalla de Clavijo.

po de Zaragoza, don PEDRO LIBRANA (siglo xn), en que pide socorros pecuniarios para la restauracin de dicho templo, derruido por la invasin sarracena. Lo de Santa Marta del Pilar se encuentra en cierto documento del afro 1299, procedente de Zaragoza. La imagen venerada en la actualidad data, a juzgar por su factura artstica, del siglo xiv. Es una de las imgenes de la Virgen ms conocidas y visitadas en. peregrinacin por el mundo entero. El culto inmemorial a Mara Santsima en Espaa no puede negarse de ningn modo, por mucho que apure la crtica y tache de legendario el hecho de la aparicin en Zaragoza; lo mismo que lo de que se han concedido gracias y milagros extraordinarios a los fieles que han ido a orar ante la Virgen del Pilar en su santuario; por todp lo cual, esta devocin se ha incorporado al espritu naci nal espaol omo algo propio de que no puede prescindirse ni olvidarse.t

* 33. Santiago y la aparicin de la Virgen del Pilar en Zaragoza.El oficio que se reza el 12 de octubre en las iglesias espaolas dice lo siguiente: "Segn cuenta una piadosa y antigua tradicin, cuando el apstol Santiago el Mayor fu por inspiracin divina a Espaa, se detuvo algn tiempo en Zaragoza; y, orando a orillas del Ebro una noche con algunos de sus discpulos, se le apareci la Virgen, viviendo an en carne mortal, y le mand que construyese all una capilla. Sin tardanza edific' el apstol, ayudado' por sus discpulos, un oratorio a Dios, dedicndoselo a la Virgen. En siglos posteriores, fu. 'sustituido por un amplio y augusto templo, que recibi el nombre del Pilar por estar la imagen de la Virgen sobre una columna de mrmol, conservndolo actualmente, y acudiendo all a venerar la imagen de la Madre, de Dios mucha gente devotade todo el reino". Estas palabras recogen..bien, la antigua y venerable tradicin existente en Espaa sobre el punto sealado; cuenta aqulla, sin embargo, con mayor nmero de adversarios que la de la venida de Santiago a nuestra nacin. Desde luego, puede asegurarse que los documentos ms antiguos que se citaa. de los siglos i x - x n , no hablan ms que de la existencia de un templo dedicado a santa Mara.. La denominacin del Pilar no aparece hasta'l siglo x u i ; en cuanto al hecho d la aparicin, no se encuentra, descrito . hasta e\ mismo, siglo x i n o principios .del xiv, en un documento conservada.-en - la catedral d Zaragoza..' l testinionio ms antiguo, referente a la existencia del templ ^marian en Zaragoza, es el del monje IMOIN, de san Germn de Pars (siglo ix). El ms conocido es la circular del obis-

* 34. Predicacin de san Pablo en Espaa.Este hecho tiene argumentos ms probables en su favor que el de la predicacin de Santiago, y, sin embargo, se ha puesto menos atencin en l. Consta, en primer lugar, el deseo del apstol de venir a Espaa, en su Epstola a los Romanos, xvy 24, 28, y certifican que realiz el viaje san CLEMENTE ROMANO y el fragmento de Muratori, de los siglos i y ii respectivamente. El primero dice que san Pablo lleg hasta los trminos de Occidente, frase que toda la antigedad aplicaba Espaa, y el segundo dice explcitamente que vino a esta nacin. Algunos Hechos de los Apstoles, apcrifos, y escritores como san Atanasio,. san pifanio, san Juan Crisstomo, san Jernimo y otros, comprendidos entre los siglos n y v, lo aseguran igualmente. Tiene, pues, esta tradicin una slida garanta histrica en su favor que la hacen aceptable con mucha probabilidad.Los autores espaoles se han ocupado muy poco de este hecho, y si se han ocupado, ha sido de modo incompleto, comoAMBROSIO DE MORALES, el P. GASPAR- SNCHEZ, el-P. FLREZ, LA FUENTE, etc. MENNDEZ Y PELAYO trat brevemente de l en su

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obra los Heterodoxos, pero lo suficiente para demostrar que posea conocimiento adecuado del asunto. En cambio, los 'escritores extranjeros, como WERNER, ZAHN, y, sobre todo, SAVIO y DUBOWY, se ocupan de l con gran extensin. Ninguno de los testimonios escritos o monumentales que presentan algunas iglesias espaolas para demostrar su filiacin con respecto a san Pablo son de valor absoluto, por ejemplo, las tra : diciones, monumentos, etc., referentes a Tortosa, Viana, Erija, etctera. Tarragona tiene alguna probabilidad favorable debido a la posicin comercial y cultural que ocupaba en el Imperio romano, por lo que gozaba de frecuentes comunicaciones con la metrpoli, ,y en ella desembarcara, en caso afirmativo, el apstol. El tiempo en que san Pablo visit a Espaa pudo ser en los aos que mediaron entre sus dos cautividades en Roma, reconocidas ya stas recientemente por la Comisin Bblica; por consiguiente, entre los aos 63 y 67 debi de ocurrir el hecho en . cuestin.

de su examen histrico-crtico. (Todo lo dicho hasta aqu, referente a la Iglesia de Espaa, puede verse tratado con gran extensin y precisin en la obra del P. VILLADA, Historia Eclesistica de Espaa, t. I).

VI.

Fin del judaismo

* 35. Los Varones apostlicos.Segn una tradicin no exenta de fundamentos, algunas iglesias espaolas fueron ' evangelizadas por discpulos inmediatos de los apstoles, enviados a Espaa con ese fin. De ellos se citan san ' SATURNINO, san PEDRO DE RATES, san ATNASIO, y otros; pero los ms conocidos son los llamados los siete Varones apostlicos, enviados directamente desde Roma por san Pedro y san Pablo para predicar en Espaa. La tradicin ha conservado sus nombres y los de las iglesias que presidieron, a saber: TQRCTJATO en Acci, CECILIO en Ilberis, EUFRASIO en Ilargis, INDALECIO en Urci, T E S I FONTE en Vergi, HEXIQUIO en Carcesa, y SEGUNDO en. Abida. No estn los crticos de acuerdo Sobre la identificacin de algunos de estos nombres geogrficos con otros actuales, siendo esto causa de discusiones y de disputas entre sedes que se creen fundadas por un mismo personaje de los sealados.Los documentos probatorios de la tradicin de los Varones apostlicos consisten en calendarios y martirologios antiqusimos, cuya existencia, en Espaa, puede fijarse ya en el siglo v, aunque las redacciones que hoy se conservan sean ms modernas. E P. FLREZ recoge en su Espaa Sagrada todo