identidad clase 28 de mayo

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Análisis sobre compilación hegemonía cultural

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En la compilacin de ensayos presente en Hegemona Cultural y Polticas de la Diferencia se aborda la cuestin de los fundamentos actuales de las nociones de diferencia y diversidad, en contextos marcados por el auge las luchas reivindicativas de la identidad. En este sentido inicialmente se debaten aquellas posiciones que caracterizan estas luchas reivindicativas como condicionadas y posicionadas en lugares de enunciacin previamente establecidos por el orden hegemnico, en vista de los casos expuestos empricamente a lo largo de dicha compilacin.

Hay situaciones histricas enlas cuales los subalternos buscan, entre las categoras identitarias sedimentadas en toda sociedad, cules son aquellas que pueden utilizar ms eficazmente. Hay otras situaciones histricas en las cuales emergen lugares de enunciacin que trabajan en las fronteras mismas del lenguaje hegemnico. Y cuando ese trabajo es eficaz no siempre logran revertir completamente la hegemona, en gran medida porque la hegemona no es algo que literalmente pueda darse vuelta. Pero sin duda la desestabilizan y la transforman. (Grimson, 2013:12)

De hecho se sostiene que hay situaciones concretas donde los movimientos y reivindicaciones hechas en bsqueda de la identidad y reconocimiento de la diferencia de hecho logran transformar los procesos hegemnicos. Estas transformaciones se logran mediante las prcticas e imaginarios pertenecientes a los grupos subalternos, como sus lenguas y tradiciones an cuando estos no sean entendidos por los dems integrantes de la sociedad, se le da un nuevo impulso a la cultura en su relacin con el poder.

Que una o muchas personas no entiendan la lengua que hablan los subalternos no quiere decir que ellos no hablen. Que no se los entienda, poco y nada dice acerca de ellos. Por el contrario, dice algo acerca del observador. (Ibd:13)

Argumenta que esta nueva etapa de admisin de las diferencias empieza a afrontar una crisis en vista de las formas de repensar la identidades, identidades que no atienden a caractersticas naturales o materiales inherentes a los sujetos sociales, sino a la forma que de cultura en cultura son imaginadas socialmente tales caractersticas.

Atribuye a la dimensin temporal y la accin social la capacidad de generar tales cambios en el orden hegemnico, para ello propone cuatro momentos.

El momento de aparente estabilidad de una hegemona, pero en el cual hay trabajos sociales que apuntalan y tornan posible lo que va a suceder. Podramos llamarlo mar de fondo. Segundo, el momento de la emergencia propiamente dicho, donde los sectores polticos dominantes quedan desconcertados y generalmente actan sin comprender que lo nuevo ha venido para quedarse.(...) Esta etapa, como cualquier otra, puede extenderse semanas o aos, pero inexorablemente, excepto que los sectores subalternos sean derrotados, se abrir un tercer momento. En casos muy particulares puede constatarse una transformacin social y cultural de amplia magnitud, pero lo ms usual es que los sectores dominantes modifiquen su estrategia inicial y desplieguen un sinnmero de mecanismos con combinaciones variables de coaccin y negociacin. () As se abre entonces un cuarto momento en el cual se estabiliza una hegemona que presenta caractersticas distintas de la anterior, porque dentro de las identificaciones posibles, dentro de los repertorios de accin, dentro de las formas de conflictividad, hay algo nuevo y diferente.(Ibd: 14)

Asume que si bien esto podra legitimar la posicin que caracteriza a los procesos hegemnicos como capaces de brindarle a los sujetos sociales aquello que no es el corazn de la disputa, no es pertinente describir tal proceso desde grandes categoras de anlisis, sino recurrir a situaciones concretas que pueden revelar que esos bienes concedidos no son tan insignificantes como se ha propuesto.

El giro propuesto, entonces, no se traduce en mitigar la relevancia de la nocin de hegemona, sino en introducir una serie de precisiones. No puede reificarse la hegemona como si fuera una cosa, como si fuera un hecho clausurado. Sabemos que es un proceso abierto. As como desde Foucault no puede concebirse al poder slo como impedimento o prohibicin, sino tambin como posibilidad y como potencia, as es un error trivial y grave otorgarle un signo tico poltico definido a toda hegemona. (Ibd:16)

As mismo cuestiona las posiciones de las que parten los diversos anlisis que abordan a la hegemona atendiendo a sus funciones dentro del orden social, donde no todos los comportamientos son hegemnicos y donde de hecho estos pueden llegar a ser a funcionales. Para ello recurre a las alternativas a la modernidad planteadas por Arturo Escobar que el autor sita en las manifestaciones culturales expuestas en algunos ensayos de la compilacin muchas de ellas incomprensibles fuera de su contexto de enunciacin.

La brega es un trmino omnipresente en el lenguaje coloquial puertorriqueo que Daz Quiones analiza y eleva a categora analtica para comprender aspectos cruciales de la cultura poltica de su pas. Al traducirse al castellano no puertorriqueo como lidiar o a la teora cultural como las formas de negociacin, pierde densidad semitica y terica, exigindonos que aceptemos que, como el Kula o el Potlatch, hay conceptos situados que deben ser comprendidos junto al contexto en el cual son enunciados. (Ibd:17)

En su ensayo LAS POLTICAS CULTURALES EN AMRICA LATINA EN EL CONTEXTO DE LA DIVERSIDAD Eduardo Nivn sostiene que las polticas culturales surgen en un contexto de posguerra con el fin de evitar la discriminacin o prejuicio contra cualquier grupo o nacin esto como parte de los valores democrticos de dignidad e igualdad de los seres humanos. No obstante en dicho contexto histrico latinoamrica dado su mas reciente proceso de transicin desde las dictaduras militares al orden democrtico, no vio la incursin de tales polticas culturales como pertenecientes a la instauracin de la democracia sino como un paso ms en la consolidacin de tan anhelada modernidad, de ah el que la aceptacin de las diferencias al interior de los Estados nacin fuera de cierta forma impuesta.

Hace mencin del lugar que desempearon las polticas pblicas en la aplicacin de estas nuevas nociones de percibir la diferencia. Aunque inicialmente estas fueron vistas con cautela por buena parte de la poblacin, hacia las ltimas dcadas del siglo XX estas se hallaban ya instauradas a travs de la educacin y el patrimonio por citar ejemplos.

La paulatina decadencia de estas polticas se sita segn el autor en su uso del multiculturalismo como mecanismo de reconocimiento de las diferencias pero que al mismo tiempo no resolva la compartimentacin que entre las diferentes culturas al interior de los Estados nacin pudiesen existir, por ello se tendi a abogar por la interculturalidad que en teora supone un mayor contacto y complementariedad entre las distintas culturas.

Los ltimos treinta aos han presenciado una enorme expresin terica y poltica del paradigma de la diversidad. El cuestionamiento del objetivismo en las ciencias sociales y el consiguiente desarrollo de las visiones que recuperan la subjetividad y la convivencia de diversas narrativas, abri la puerta para un estallido de las teoras de la diferencia desatado durante las ltimas tres dcadas. (Ibd:28)

Segn Nivn tal incursin de la diversidad al debate de las polticas culturales se debe en parte a la superacin de la negacin de la diversidad por parte de los Estados liberales y a la accin poltica llevada a cabo por los diferentes grupos subalternos sobre todo el indgena.La diversidad en ese sentido a sido siquiera cuestionada dentro de los crculos acadmicos y de implementacin de polticas pblicas, siendo el mayor cuestionamiento aquel concerniente a la dificultad de dar precisin al trmino, esto en vista que se tiende a asumir la diversidad como la heterogeneidad de grupos sociales al interior de los Estados nacin o de los Estados nacin respecto a otros, pero se parte del hecho de que como tales esa conformaciones sociales tienen aspiraciones y pautas culturales comunes es decir que son homogneas en su interior, aspecto que rie con los principios del paradigma de la diversidad.

En la prctica, como lo hace ver Tony Bennet (2001), existen diferentes diversidades. Bennet, siguiendo una lnea tnica y nacional propone cuatro tipos: las que se derivan de situaciones sub o multinacionales como las de los Pases Bajos o las relaciones entre el Quebec y el Canad anglfono; las que Bennet llama condiciones autctonas, trmino que toma de la poltica austraca que reconoce a los eslovenos, croatas o rumano-gitanos en ciertas regiones de su territorio cuya situacin es de minora frente a otros grupos. () Estas ltimas, por otra parte, constituyen comunidades diferentes denominadas disporas y que se asocian a las situaciones coloniales o poscoloniales que dieron lugar a movimientos de grandes grupos humanos hacia pases industrializados en los que mantienen vnculos sociales como recurso de identidad y solidaridad y, por ltimo, la situacin de los pueblos indgenas que reclaman reconocimiento de su condicin originaria y la continuidad de su presencia en el territorio. (Ibd:31-32)

Si bien estas diversidades se centran en aspectos tnicos y tradicionales, en el contexto socio-poltico actual se configuran identidades diversas que atienden a cuestiones de gnero, edad, profesin etc. Tal diversificacin de las pautas a partir de las cuales se establece la identidad es atribuida por el autor a la prdida de jerarqua de los principio estructuradores de las identidades a cambio de la afirmacin de la individualidad pues en gran medida estas seas de identidad son elegidas por los individuos. (Ibd:32)