impacto económico y social del neoliberalismo

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Edel Cadena Vargas

Impacto econmico y social del neoliberalismo en Mxico y el Mundo Occidental

Universidad Autnoma del Estado de MxicoFacultad de Planeacin Urbana y Regional

Derechos reservados1 edicin 2010

Universidad Autnoma del Estado de Mxico Instuto Literario 100 Ote., Toluca, 50100, Estado de Mxico. www.uaemex.mx ISBN 978-607-422-076-6

Impreso y hecho en Mxico Printed and made in Mxico

ContenidoIntroduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La constitucin del liberalismo . . . . . . . . . . . . . . Gnesis del neoliberalismo . . . . . . . . . . . . . . . .El Welfare State . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La teora neoliberal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1. 2. 3. 3.1. 3.2. 4. 4.1.

9 15 45 46 55 81 81 81 84 85 87 91 94 95 95 100 103 111 116 117 120 121 122 125 125 130

El neoliberalismo en el mundo occidental . . . . . . . .El contexto necesario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Los organismos financieros internacionales . Gnesis del mercado cambiario . . . . . . . . La crisis petrolera. . . . . . . . . . . . . . . . La Unin Europea . . . . . . . . . . . . . . . La globalizacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

4.2. 4.2.1.

El impacto de las polticas neoliberales . . . . . . . . . . Los saldos macroeconmicos . . . . . . . . . . . . . . . .Producto nacional bruto . . . . . Formacin bruta de capital . . . Exportaciones e importaciones . Gasto en consumo final . . . . . ndice de precios al consumidor Deuda . . . . . . . . . . . . . . . Ahorro nacional neto. . . . . . . Inversin extranjera directa . . . Reservas netas internacionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

4.2.2.

Los saldos sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Educacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Condiciones de vida y salud . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Pobreza y distribucin del ingreso . Desarrollo cientfico . . . . . . . . . Comunicacin e informacin . . . . Flujos migratorios . . . . . . . . . . 5. 5.1.

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135 141 143 146 151 154 154 164 168 170 170 170 175 176 180 184 185 187 188 189 192 192 200 203 208 211 215 231 237

El neoliberalismo en Mxico . . . . . . . . . . . . . . .El contexto necesario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .El Welfare State mexicano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los programas de estabilizacin y ajuste . . . . . . . . . . . . El relevo de las lites . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

5.2. 5.2.1.

El impacto de las polticas de ajuste estructural . . . . . Los saldos macroeconmicos . . . . . . . . . . . . . . . .Producto nacional bruto . . . . . . Formacin bruta de capital . . . . Exportaciones e importaciones . . Gasto en consumo final . . . . . . ndice de precios al consumidor . Deuda . . . . . . . . . . . . . . . . Tipo de cambio . . . . . . . . . . . Ahorro y reservas internacionales Inversin extranjera directa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

5.2.2.

Los saldos sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Educacin . . . . . . . . . . . Condiciones de vida y salud Pobreza e ingreso. . . . . . . Desarrollo cientfico . . . . . Comunicacin e informacin . . . . . . . . . . . . . . .

6. 7. 8.

Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Anexo estadstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1. IntroduccinEs lugar comn citar la conferencia de Breton Woods celebrada en la ciudad norteamericana de New Hampshire del 1 al 22 de julio de 1944 como gnesis de las polticas de ajuste estructural que empezaron a aplicarse en buena parte de los pases capitalistas a partir de los aos setenta y ochenta del siglo XX. Y hay mucho de cierto, ya que , como consecuencia de esa reunin, se constituyeron los organismos financieros internacionales el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que a la larga resultaran determinantes para el diseo y aplicacin de lo que posteriormente sera mejor conocido como modelo neoliberal.1 No obstante, si bien dentro de los objetivos de la fundacin del FMI se pueden identificar aspectos de la propuesta neoliberal, la poltica econmica que rigi en la mayor parte del mundo capitalista de la posguerra hasta mediados de la dcada de los aos setenta del siglo XX estaba inspirada en las ideas de John Maynard Keynes, el Estado Benefactor o Interventor.2

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En el acta constitutiva del FMI se establece que sus objetivos son: "1) Fomentar la cooperacin monetaria internacional por medio de una institucin permanente que sirva de mecanismo de consulta y colaboracin en cuestiones monetarias internacionales. 2) Facilitar la expansin y el crecimiento equilibrado del comercio internacional, contribuyendo as a alcanzar y mantener altos niveles de ocupacin y de ingresos reales y a desarrollar los recursos productivos de todos los pases miembros como objetivos primordiales de poltica econmica. 3) Fomentar la estabilidad cambiaria, procurar que los pases miembros mantengan regmenes de cambios ordenados y evitar depreciaciones cambiarias competitivas. 4) Coadyuvar a establecer un sistema multilateral de pagos para las transacciones corrientes que se realicen entre los pases miembros, y eliminar las restricciones cambiarias que dificulten la expansin del comercio mundial. 5) Infundir confianza a los pases miembros poniendo a su disposicin temporalmente y con las garantas adecuadas los recursos generales del Fondo, dndoles as oportunidad de que corrijan los desequilibrios de sus balanzas de pagos sin recurrir a medidas perniciosas para la prosperidad nacional o internacional. 6) De acuerdo con lo que antecede, acortar la duracin y aminorar el grado de desequilibrio de las balanzas de pagos de los pases miembros". (FMI, 2002: http://www.ifm.org) Para Wallerstein el modelo keynesiano que se aplic de 1945 a 1975 es solo una variante del modelo neoliberal, por lo que no es analticamente distinguible una diferencia entre ambos periodos. En el caso de esta investigacin, partimos del supuesto que s hay diferencias notables, que se expresan incluso en la insistencia de los neoliberales en pole-

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Empero, "despus de un largo periodo de crecimiento relativamente estable, acompaado de un cierto consenso social, la situacin econmica comenz a transformarse, en la mayora de los pases industrializados, hacia finales de los sesenta e inicios de los setenta. Poco a poco lo que se ha dado en llamar el consenso keynesisano de la posguerra se desmoron. Las polticas que hasta entonces fueron consideradas como la clave del progreso econmico pasaron al banquillo de los acusados y fueron consideradas como la causa de todas las dificultades, crisis y recesiones que azotan al mundo desarrollado. 'Nuevas' estrategias econmicas comenzaron a aplicarse en mayor o menor medida. A partir de ese momento slo se comenz a hablar, casi exclusivamente, de: regreso al mercado, rigor, austeridad, disciplina monetaria, equilibrio presupuestal, desregulacin, privatizacin, desmantelamiento del Estado o del bienestar, por ejemplo. Una sola palabra es, por lo general, la que se ha utilizado para caracterizar la 'nueva' orientacin: neoliberalismo." (Guilln, 1997: 13) Efectivamente, a partir de mediados de los aos setentas del siglo XX una vez agotado el modelo keynesiano se empez a aplicar en el mundo capitalista un modelo econmico, el neoliberal, que se convirti en hegemnico, sobre todo a partir de la incorporacin de los pases ex socialistas a esa rbita. Los promotores de este modelo suponan queUna sociedad libre desata las energas y capacidades de las personas en busca de sus propios objetivos. Esto impide que algunas personas puedan arbitrariamente aplastar a otras. No evita que algunas obtengan posiciones privilegiadas, pero mientras perdure la libertad, sta impide que tales posiciones privilegiadas se institucionalicen, y dichos individuos estn obligados a recibir continuos ataques de otras personas capaces y ambiciosas. Libertad significa diversidad, pero tambin movilidad. Conserva la posibilidad de que los desgraciados de hoy sean los privilegiados de maana y, en el curso del proceso, capacita a casi todos, de arriba abajo, para llevar una vida ms plena y ms rica. (Friedman y Friedman, 1980: 209-210)

Pero, pese a ello, un cuarto de siglo despus lo que se observaba era muy diferente a los esperado por los propios neoliberales. Al punto que, de acuerdo a las estimaciones del Banco Mundial:Nuestro mundo se caracteriza por una gran pobreza en medio de la abundancia. De un total de 6.000 millones de habitantes, 2.800 millones -casi la mitad- viven con menos de US$ 2 diarios, y 1.200 millones -una quinta parte- con menos de US$ 1 al da; el 44% de este grupo se encuentra en Asia meridional. En los pases ricos, los nios que no llegan a cumplir cinco aos son menos de uno de cada 100, mienmizar con los seguidores del Welfare State. Al respecto de la hiptesis de la inclusin de un modelo en otro, ver el texto de Wallerstein (1999) Despus del Liberalismo.

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Introduccin

tras que en los pases ms pobres una quinta parte de los nios no alcanza esa edad. Asimismo, mientras que en los pases ricos menos del 5% de todos los nios menores de cinco aos sufre de malnutricin, en las naciones pobres la proporcin es de hasta el 50%. Esta situacin de miseria persiste a pesar de que las condiciones humanas han mejorado ms en el ltimo siglo que en todo el resto de la historia de la humanidad: la riqueza mundial, los contactos internacionales y la capacidad tecnolgica son ahora mayores que nunca. Pero la distribucin de esas mejoras ha sido extraordinariamente desigual. El ingreso promedio en los 20 pases ms ricos es 37 veces mayor que el de las 20 naciones ms pobres; esta brecha se ha duplicado en los ltimos 40 aos. Adems, la experiencia de las distintas partes del mundo ha sido muy diversa. En Asia oriental el nmero de personas que vivan con menos de US$ 1 al da baj de unos 420 millones a alrededor de 280 millones entre 1987 y 1998, a pesar de los reveses sufridos a causa de la crisis financiera. En cambio, en Amrica Latina, Asia meridional y frica al sur del Sahara el nmero de personas pobres no ha dejado de aumentar. Y en las naciones de Europa y Asia central que estn en la etapa de transicin hacia economas de mercado, el nmero de personas que viven con menos de US$ 1 diario se ha multiplicado por ms de 20. (World Bank, 2001: 3-4)

No obstante, resalta el hecho de que a pesar del impacto negativo que la economa de mercado ha tenido parece no haber un reconocimiento generalizado que atribuya a este modelo los resultados, y, en algunos casos, ni siquiera aceptan que se siga o exista3 tal orientacin.

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Un ejemplo de esta negacin es lo dicho el 8 de junio: El ex presidente Miguel de la Madrid neg que su gobierno haya sido marcado por el neoliberalismo, y que si bien hizo pactos con sectores sociales para conducir la economa del pas, eso no se compagina con un Estado neoliberal. Acept haber limitado el crecimiento de la intervencin del Estado en la economa y haberle dado ms impulso al sector privado, pero "eso no es suficiente para calificar a mi gobierno como neoliberal" (http://www.jornada.unam.mx/2004/may04/040508) Otro ejemplo de esta negacin, es lo dicho por Carlos Salinas de Gortari: "Construimos aqu una nueva visin de la Revolucin para nuestros tiempos, orgullosos del pasado pero que no se sujeta a sus medios. Tampoco es una reforma neoliberal. Entre estos extremos no puede ni debe haber confusiones. (...) Dos tesis se enfrentan entre s: una que no termina por declinar y otra que poca vigencia tendr al nacer. Es el choque entre el estatismo absorbente y el neoliberalismo posesivo. (...) La filosofa de nuestra prctica es el liberalismo social " (Salinas, s/f: 5) Otro ejemplo de esta negacin es el discurso de Vicente Fox ante un grupo de ancianos, durante la inauguracin de unos juegos, donde "Explic que [su modelo] se trata de un modelo humanista: 'no es el neoliberalismo, ni el capitalismo, ni el socialismo, ni el comunismo; es un proyecto humano donde la persona es el centro', aadi." (http://www.jornada.unam.mx/2001/jun01/010630/005n1pol.html) Otro ejemplo ms es lo reseado por Ricardo Valenzuela, citando al afamado escritor peruano: "Hace unos das tuve la oportunidad de leer una serie de artculos en El Economista, producto del fino y elegante estilo de Mario Vargas Llosa en relacin a este tema. Es la primera vez que tengo la oportunidad de ver la luz ante las agresiones dementes que han cobrado forma los ltimos meses. En primer lugar Vargas Llosa hace una afirmacin por dems sabia: "el famoso neoliberalismo no exis-

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Quiz porque, como dice el propio Von Hayek, uno de los ms influyentes pensadores del neoliberalismo:Cuando el curso de la civilizacin toma un curso insospechado, cuando, en lugar del progreso continuo que esperbamos, nos vemos amenazados por males que asocibamos con las pasadas edades de la barbarie, culpamos, naturalmente, a cualquiera menos a nosotros mismos. (Von Hayek, 2000: 39-40)

De ah la necesidad de analizar impacto econmico y social el neoliberalismo, en tanto es un fenmeno mundial que ha transformado radicalmente la vida moderna, no solo en la economa, sino tambin en la poltica, la sociedad y la cultura. Empero, cuando se aborda la literatura acerca del neoliberalismo o se atiende lo difundido en los medio masivos de comunicacin destaca que las argumentaciones estn estructuradas con un lenguaje exclusivo de economistas, o, las ms de las veces, son puntos de vista fragmentarios que carecen de evidencia emprica que apoye sus aseveraciones. En este contexto, la novedad de esta investigacin radica en analizar desde la sociologa un problema que tradicionalmente abordan los economistas, procurando apoyar los juicios con evidencia emprica construida desde las tcnicas tradicionales del anlisis cuantitativo de esta ciencia. As, en este contexto, el primer captulo de esta investigacin se denomina La constitucin del liberalismo, e intenta reconstruir sintticamente la serie de ideas que dieron lugar al liberalismo poltico y econmico de finales del siglo XVIII a inicio del siglo XX. El segundo captulo de este trabajo se denomina Gnesis del neoliberalismo, e incluye el contexto y polmica que dio lugar al surgimiento a esta reedicin del liberalismo, poniendo especial nfasis en Ludwig Von Mises, Friedrich August Von Hayek y los esposos Milton y Rose Friedman. Sin embargo, la integracin de este captulo requiri de anotar lo sucedido en la poca del Welfare State, resaltando las aportaciones tericas de John Maynard Keynes, su principal terico. El tercer captulo de esta investigacin se denomina El neoliberalismo en el mundo occidental, y busca reconstruir el contexto en el cual se empiete", es un trmino inventado por los filsofos de banqueta, enemigos del verdadero "liberalismo". Entonces, contra qu realmente arremeten nuestros intelectuales? Contra algo que no existe?, contra algo imaginario? Porque ellos nunca definen al enemigo, solo arremeten contra ese ser imaginario y maligno: 'el neoliberalismo'." (http://www.kiosco.com.mx/Sem/edit/Archivos/ArchRVal/457RVal.html).

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Introduccin

zan a aplicar las polticas de ajuste estructural, as como analizar cuantitativamente sus principales resultados, comparndolos siempre con lo sucedido en la poca del Welfare State. Para el anlisis estadstico fue necesario la identificacin de las diversas variables susceptibles de medirse en largos periodos de tiempo en funcin de su disposicin y que a la vez permitiesen una evaluacin econmica y social de este modelo. Las variables macroeconmicas elegidas fueron: producto nacional bruto, formacin bruta de capital, exportaciones, importaciones, gasto en consumo final, ndice de precios al consumidor, deuda externa, ahorro, inversin extranjera directa y reservas netas internacionales. en el caso de las variables sociales se consideraron educacin, condiciones de vida y salud, pobreza y distribucin del ingreso, desarrollo cientfico, comunicacin e informacin, y flujos migratorios. Cada una de ellas contiene otras variables, indicadores, y tratamientos estadsticos, que permiten una mejor evaluacin cuantitativa. En funcin de estas variables se analiz el mundo occidental, categora propia que agrupa a 50 pases4, y que se construy a partir de dos criterios. Por una parte engloba a lo que se denomina comnmente como Occidente (la Europa occidental de la Guerra Fra y Amrica), y por el otro los pases que, sin estar geogrficamente en esa zona, han adoptado los modelos econmicos occidentales. Para el caso de Latinoamrica se eligieron slo las naciones mayores, as como aquellos cuyos datos estaban mejor articulados. El periodo estudiado en este tercer captulo fue del ao 1960 al 2000. Sin embargo, analticamente se tom el lapso de 1960 a 1974 como el representativo del Welfare State, ya que justamente a mediados de los aos setenta fue cuando este modelo se agot y empezaron a tomarse las medidas para la emergencia del que le sucedera. A la vez, se consider de 1980 al ao 2000 como la poca del neoliberalismo pleno, en funcin de que, para esos aos, estaban ya en boga las polticas de ajuste estructural.4 Las naciones contempladas fueron: Argentina, Australia, Austria, Blgica, Belice, Bolivia, Brasil, Canad, Chile, Colombia, Corea, Costa Rica, Dinamarca, Repblica Dominicana, Ecuador, El Salvador, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Guatemala, Hait, Honduras, Hong Kong, Islandia, Irlanda, Italia, Jamaica, Japn, Luxemburgo, Mxico, Mnaco, Holanda, Nueva Zelanda, Nicaragua, Noruega, Panam, Paraguay, Per, Portugal, Puerto Rico, Singapur, Espaa, Suecia, Suiza, Trinidad y Tobago, Inglaterra, Estados Unidos, Uruguay, y Venezuela. Adems, se utilizaron los agregados de OCDE, Unin Monetaria Europea (nombre antiguo de la Unin Europea de hoy) y Latinoamrica, de acuerdo a los agrupados del Banco Mundial.

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El cuarto captulo de este trabajo, titulado El neoliberalismo en Mxico, estudia la serie de condiciones que permitieron la instauracin de este modelo en nuestro pas, as como su impacto econmico y social, comparndolo siempre con la poca populista. Las variables analizadas en este captulo fueron las mismas del anterior excepto flujos migratorios adems detipo de cambio, salarios, concentracin del ingreso, matrcula escolar y presupuesto educativo. El periodo global de anlisis fue el mismo del captulo anterior, de 1960 a 2000, pero considerando del ao de 1960 a 1982 como el lapso de Estado de Bienestar y de 1982 a 2000 para el neoliberal. El ltimo captulo es un aparato conclusivo que busca reflexionar, en trminos de conjeturas e inferencias, acerca del conjunto del fenmeno estudiado, tratando de, en primer lugar, deducir un modelo de neoliberalismo que reconocido o no es el que se percibe del discurso y prctica de sus promotores, y, en segundo trmino, encontrar una respuesta probable al por qu llegamos hasta este punto, cules son los lmites del modelo, y las posibilidades de su continuidad o trmino. Al final, se presenta un anexo estadstico que fue la base para la construccin del anlisis cuantitativo, y contiene todos los indicadores utilizados ya normalizados y formateados que provienen, en orden de importancia, del Banco Mundial, el Instituto Nacional de Estadstica Geografa e Informtica, Banco de Mxico, la Comisin Econmica para Amrica Latina, y la Secretara de Educacin Pblica. Por ltimo, no resta ms que agradecer la solidaria ayuda del Centro de Informacin del Banco Mundial, por haberme permitido acceder a las bases de datos que contienen la informacin oficial de 200 pases, 500 indicadores y cuarenta aos as como las publicaciones de ese organismo financiero internacional, sin los cuales este anlisis hubiera abarcado mucho menos de lo que actualmente contiene.

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2. La constitucin del liberalismoSegn John Gray,4 uno de los simpatizantes y estudiosos ms importantes de esta corriente, los orgenes del liberalismo podran rastrearse hasta la Grecia y Roma antiguas, lugares donde, adems de libertad, explcitamente se habla de la igualdad y la justicia, categoras que segn l dan forma a esta escuela de pensamiento. Ejemplo de ello es que Pericles, en este tenor, de la democracia ateniense dijo:Las leyes conceden igualdad de justicia en sus disputas privadas a todos los que son iguales, pero no ignoramos las exigencias de la excelencia La libertad que disfrutamos se extiende tambin a la vida ordinaria; no nos mostramos recelosos ante los dems y no sermoneamos a nuestro vecino si elige su propio camino. Pero esta libertad no nos hace hombres sin ley. Se nos ha enseado el respeto a los magistrados y a las leyes, y a nunca olvidar que debemos proteger a la parte ofendida Somos libres de vivir exactamente como nos plazca, y an as, estamos siempre listos para enfrentar cualquier peligro. (Citado por Gray, 1992: 19)

Pero, como podr observarse claramente del anterior prrafo, en Pericles la justicia y la libertad no son para todos, sino slo para los que son iguales. Significa, lisa y llanamente, que no hay contradiccin alguna si la ley vigente establece la desigualdad entre seres humanos, ya que, en ltima instancia, lo que se requiere es que se respete la ley. Por tanto, cumplir con la desigualdad contenida en la ley no es menoscabar la justicia o la libertad, sino realizarlas.5 Ejemplo claro de ello es la Grecia misma, donde slo tenan derechos reconocidos, y por ende liberta4 John Gray, a la luz de los acontecimientos del ltimo cuarto de siglo, es, en mi opinin, un caso en extremo peculiar. Ah donde polticos y tericos buscan, por lo menos, ocultar o matizar su adhesin a la teora liberal, Gray la pregona orgulloso. Y no slo eso, sino que, aparte de ser uno de sus historiadores ms autorizados, busca reformular algunos de sus principios para hacerlos extensivos en una sugerente teora propia, la de la Tolerancia Liberal, que al menos en trminos formales sera muy til para la urgente y necesaria construccin del respeto a la diferenciacin en las sociedades modernas. Al respecto ver Gray, John, 2001: Las Dos Caras del Liberalismo, Barcelona: Ediciones Paids Ibrica S.A. En marzo de 2002 la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos estableci, en una disputa de un inmigrante ilegal mexicano, que los indocumentados no tienen los mismos derechos que los residentes y oriundos de este pas. Consecuencia de ello, ahora los trabajadores indocumentados no podrn establecer querellas por maltrato, vejaciones o violaciones a derechos fundamentales. En Mxico, por su parte, la Suprema Corte de Justi-

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des, los varones atenienses, quedando excluidos las mujeres, los extranjeros y los esclavos. No obstante, para Carlyle (1982) la idea de libertad, concepto del cual los liberales toman su nombre, es tan antigua como la cristiandad, ya que en la Biblia misma se pueden encontrar algunas nociones que, como la responsabilidad moral individual, tienden a remitirnos hacia esa categora. Por otro lado, siglos ms tarde durante la Edad Media se confecciona otra de las ideas que son cruciales para el pensamiento liberal. Se refiere a la constitucin de la libertad, derivada sta de la primaca de las leyes sobre los intereses individuales. De acuerdo a ello:La libertad poltica en la Edad Media significaba, pues, en primer lugar, la supremaca del derecho, derecho que era expresin de los hbitos de la vida de la comunidad y tambin de la voluntad de la misma; pero no era slo esto. Porque en la Edad media se haba ido desarrollando una forma o mtodo para expresar la voluntad de la comunidad, a saber, el sistema de representacin, adaptado no slo a las ciudades pequeas, sino tambin a los Estados nacionales que estaban tomando forma lentamente. (Carlyle, 1982: 32)

Con todo, hasta esta poca:El trmino libertad es muy ambiguo. Hay libertad de derecho y de hecho. Segn la de derecho, un esclavo no es libre y un sbdito no es enteramente libre; pero un pobre es tan libre como un rico. La libertad de hecho consiste o en la potencia de hacer lo que se quiere, o en la potencia de querer como se debe querer. No hablis de la libertad de hacer, y sa tiene sus grados y sus variedades. Generalmente el que tiene ms medios es ms libre de hacer lo que quiere; (...) [ya que] se entiende la libertad particularmente del uso de las cosas que generalmente estn en nuestro poder, y sobre todo del uso libre de nuestro cuerpo. (Leibniz, 1976: 159-160)

A pesar de todo, segn ciertas interpretaciones, las categoras de justicia y libertad, tan pregonadas por los liberales, no son conceptos filosficos abstractos, trascendentes, neutros, carentes de un sentido socia de la Nacin legaliz el pago de inters sobre inters, el llamado pacto de anatocismo, pero en la prctica esta norma es slo aplicable para las deudas y no para los depsitos. Prueba de ello es que una mujer de Michoacn, Celia Reyes, est en plena disputa legal para que le paguen cerca de 40 mil millones de dlares por un depsito que hizo a mediados de los aos ochenta, que no se le ha liquidado, y que todo parece indicar no harn. Ambos casos demuestran sumariamente que la ley en el liberalismo slo concede, como en Pericles, igualdad de derechos a los iguales y, dado que los indocumentados y ciudadanos norteamericanos, banqueros y ahorradores mexicanos, no son iguales, entonces es perfectamente legtimo, legal y congruente con el liberalismo que no se tengan los mismos derechos.

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2. La constitucin del liberalismo

cial especfico, aplicables a todos los individuos en cualquier tiempo o lugar, sino que:El individuo a quien el liberalismo ha tratado de proteger es aquel que, dentro de su cuadro social, es siempre libre para comprar su libertad; pero ha sido siempre una minora de la humanidad el nmero de los que tienen los recursos para hacer esa compra. Puede decirse, en suma, que la idea del liberalismo est histricamente trabada, y esto de un modo ineludible, con la posesin de la propiedad. Los fines a los que sirve son siempre los fines de los hombres que se encuentran es esta posicin. Fuera de ste crculo estrecho, el individuo por cuyos derechos ha velado tan celosamente no pasa de ser una abstraccin, a quien los pretendidos beneficios de esta doctrina nunca pudieron, de hecho, ser plenamente conferidos. (Laski, 1969: 16-17)

Visto de manera esquemtica, la libertad es entendida en dos acepciones diferentes, no necesariamente excluyentes entre s en trminos formales. La primera de ellas, en un sentido positivo, imaginada como la posibilidad de intervenir en decisiones colectivas. Y la segunda, la acepcin liberal, concebida como la no-interferencia en los asuntos individuales, en un marco de obediencia de la ley, nocin de un sentido claramente negativo. Es decir, los liberales, de acuerdo a esta nocin, suponen de manera global que los hombres slo pueden ser libres cuando obedecen las normas y, en este marco, desarrollan sin injerencias sus aspiraciones, convicciones y deseos. (Gray, 1992: 17-23) Pero esta nocin de libertad de los liberales clsicos tuvo y tiene un contexto histrico, a pesar de las referencias a Grecia, que la acota y explica. Como dice Habermas:Los acontecimientos histricos claves para la implantacin del principio de subjetividad son la Reforma, la Ilustracin y la Revolucin francesa. Con Lutero la fe religiosa se torna reflexiva; en la soledad de la subjetividad el mundo divino se ha transformado en algo puesto mediante nosotros. Contra la fe en la autoridad de la predicacin y de la tradicin, el protestantismo afirma la dominacin de un sujeto que reclama insistentemente la capacidad de atenerse a sus propias intelecciones; la hostia slo puede considerarse ya como masa de harina y las reliquias como huesos. Aparte de eso, frente al hecho histricamente existente, la proclamacin de los derechos del hombre y el cdigo de Napolen han hecho valer el principio de la libertad de la voluntad como el fundamento sustancial del Estado. (Habermas, 1989: 29)

Por tanto, la libertad, para el tiempo en que se constituy el liberalismo, fue la bandera de un nuevo orden emergente que se gesta de la Reforma a la Revolucin Francesa, el capitalismo, que busca legitimar no slo la riqueza alcanzada por el trabajo, el comercio y la banca, sino que,

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sobre todo, pretende liberar de ataduras el acceso al poder. De ah que, como afirma Laski, el liberalismoComo doctrina, se relaciona directamente con la nocin de libertad, pues surgi como enemigo del privilegio conferido a cualquier clase social por virtud del nacimiento o de la creencia. Pero la libertad que buscaba no ofrece ttulos de universalidad, puesto que en la prctica qued reservada a quienes tienen una propiedad que defender. Casi desde los comienzos lo vemos luchar por oponer diques a la autoridad poltica, por confinar la actividad gubernamental dentro del marco de los principios constitucionales y, en consecuencia, por procurar un sistema adecuado de derechos fundamentales que el Estado no tenga facultad de invadir. (Laski, 1969: 14)

Visto de esta manera, todo parece indicar que la libertad, para esta corriente, no es producto de una reflexin acerca de la naturaleza humana o las relaciones entre los hombres, sino consecuencia lgica de la necesidad instrumental de un grupo frente a otro, para poder desarrollar sus actividades econmicas y alcanzar el poder. De ah que los derechos que de ella se derivaron en el siglo XIX eran slo aplicables a los varones propietarios,6 quedando excluidos, en consecuencia, las mujeres y los desposedos. Y quiz por eso no es gratuito que la discriminacin racial, la xenofobia, la inequidad de gnero, las invasiones y hasta el genocidio hayan convivido, hasta el da de hoy, con aquellos que enarbolan este principio. Por otro lado, a pesar de los pretendidos orgenes ancestrales del liberalismo, lo cierto es que, como el propio Gray reconoce:Como corriente poltica y tradicin intelectual, como un movimiento identificable en pensamiento y prctica, el liberalismo no es anterior al siglo XVII. De hecho, el epteto liberal aplicado a un movimiento poltico no se usa sino hasta el siglo XIX, cuando en 1812 lo adopta el partido espaol de los liberales. Antes de esa fecha, el sistema de pensamiento del liberalismo clsico haba surgido, ante todo, en el periodo de la Ilustracin escocesa, cuando Adam Smith se refiri al plan liberal de igualdad, libertad y justicia, pero el trmino liberal segua funcionando bsicamente como un derivado de la liberalidad, la virtud clsica de la humanidad: generosidad y apertura de mente. (Gray, 1992: 11)

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Baste recordar que en Mxico, durante el siglo XIX, solo podan votar los varones propietarios, y las mujeres slo pudieron hacerlo hasta mediados del siglo XX. En el caso de Estados Unidos, todava hace menos de medio siglo tena un sistema institucionalizado de discriminacin racial que impeda incluso votar a minoras, y que, cada que su economa lo requiere, desencadena guerras, invade pases, o patrocina y apoya regmenes genocidas, todo en aras de la libertad.

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Por ello, segn Leo Strauss, se puede ver en Hobbes como uno de los principales precursores del liberalismo, por su individualismo y rechazo a la autoridad poltica heredada, en tanto queSi, entonces, la ley natural debe deducirse del deseo de la autopreservacin; si, en otras palabras, el deseo de autopreservacin es la raz de la justicia y la moralidad, el hecho fundamental no es un deber, sino un derecho; todos los deberes se derivan del derecho fundamental e inalienable a la autopreservacin. As entonces, no hay deberes absolutos e incondicionales; los deberes obligan slo en la medida en que el desempeo no pone en peligro nuestra autopreservacin. Slo el derecho a la autopreservacin es incondicional y absoluto. La ley de la naturaleza, que formula los derechos naturales del hombre, no es una ley propiamente hablando. Dado que el hecho fundamental y absoluto es un derecho y no un deber, las funciones, tanto como los lmites de la sociedad civil deben ser definidas en trminos de derecho natural del hombre y no en trminos de deberes naturales. El Estado tiene la funcin no de producir o fomentar una vida virtuosa, sino de salvaguardar el derecho de cada uno. El poder del Estado encuentra su lmite absoluto en ese derecho natural, no en ningn otro hecho moral. Si podemos llamar liberalismo a esa doctrina poltica que ve los derechos en oposicin a los deberes, como el hecho poltico fundamental del hombre, y que identifica la funcin del Estado con la proteccin y salvaguardia de dichos derechos, debemos decir entonces que el fundador del liberalismo fue Hobbes. (Citado en Gray, 1994: 26-27)

Spinoza es, en cierto sentido, otro de los precursores que dio lugar al liberalismo, ya que coincide con Hobbes en la primaca de la libertad y los derechos sobre el Estado, pero insiste en la necesidad fundamental de la paz, ya que para ambos el estado de guerra es ms comn que la ausencia de ella. Sin embargo, al contrario de Hobbes, Spinoza concibe a la libertad no en su sentido negativo de ausencia de interferencias, sino como finalidad ltima del quehacer humano. Como dice Zac (1987: 125-126)De donde resulta que le verdadero fin del Estado es la paz, pero a condicin de precisar que el motor de la verdadera paz no es al fuerza y el terror, sino la concordia de los ciudadanos en el respeto de su libertad. El fin perseguido por el Estado no poda ser transformar a hombres razonables en bestias o en autmatas, sino ms bien en desarrollar su inteligencia de forma que, una vez en condiciones de razonar libremente, puedan enfrentarse no con las armas del odio, la clera y la astucia, sino solamente con las armas de la razn. Desde ese punto de vista, aunque es verdad que al asociarse los individuos enajenan todos sus derechos en pro de la comunidad, el Estado no podra privarlos de ciertos derechos que, por estar inscritos en la misma naturaleza humana, son imprescriptibles. Un estado [que] emprenda una tarea inejecutable por naturaleza, suscita la sedicin y la guerra civil, causando su propia ruina. Es cierto, como afirma Hobbes, que el poder del Estado es un poder absoluto, pero si se admite que est en la naturaleza del poder absoluto escapar a toda impugnacin y escisin, es imposible decir qu es el Estado democrtico, en el que

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todos los ciudadanos gozaran de todas las prerrogativas polticas, el que implicara menos riesgos de ser derrocado, y, en consecuencia, obtendra el poder absoluto. La filosofa de Spinoza, filosofa de la necesidad universal, [es] a la vez una filosofa de la libertad tanto metafsica como religiosa y poltica.

De igual forma, la obra de John Locke es crucial para la constitucin del pensamiento liberal, ya que le dota de un sentido especfico a la categora de libertad, y legitima tericamente del papel del Estado respecto de la propiedad privada. Para lograrlo, en primer trmino, recurre a identificar el estado de Naturaleza con el de libertad. En sus propios trminos:Siendo, segn se ha dicho ya, los hombres libres, iguales e independientes por naturaleza, ninguno de ellos puede ser arrancado de esa situacin y ser sometido al poder poltico de otros sin que medie su propio consentimiento. Esto se otorga mediante convenio hecho con otros hombres de juntarse e integrarse en una comunidad destinada a permitirles una vida cmoda, segura y pacfica de unos con otros, en el disfrute tranquilo de sus bienes propios, y una salvaguardia mayor contra cualquiera que no pertenezca a esa comunidad. Esto puede llevarlo a cabo cualquier cantidad de hombres, porque no perjudica a la libertad de los dems, que siguen estando, como estaban hasta entonces, en la libertad del estado de Naturaleza. Una vez que un determinado nmero de hombres ha consentido en constituir una comunidad o gobierno, quedan desde ese mismo momento conjuntados y forman un solo cuerpo poltico, dentro del cual la mayora tiene derecho de regir y obligar a todos. (Locke, 1987: 73)

En segundo lugar, Locke justifica la propiedad como derivacin de este mismo estado de naturaleza.De todo lo anterior resulta evidente que, a pesar de habrsenos dado en comn todas las cosas de la naturaleza, el hombre (como dueo de s mismo y propietario de su persona, de sus actos o del trabajo de la misma) llevaba dentro de s la gran base de la propiedad; en efecto, su trabajo, que entraba como parte principal en todo aquello de que se serva para su sustento y comodidad, espacialmente cuando la invencin y las artes lo facilitaron, le corresponda perfectamente en propiedad y no perteneca en comn a los dems. (Locke: 1987: 35)

De aqu Locke pasa a establecer que, en aras de evitar el abuso y el atropello de otras personas, es necesario vivir en sociedad, a pesar de que ello implica renunciar a la libertad y al poder supremo de decidir por s mismo. Por tantoTenemos, pues, que la finalidad mxima y principal que los hombres buscan al reunirse en Estados o comunidades, sometindose a un gobierno, es la de salvaguardar sus bienes; [ya que] esa salvaguardia es muy incompleta en el estado de la naturaleza. (Locke, 1987: 93-94)

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Paralelo a ello, sistematiza otro de los fundamentos primordiales de la constitucin del liberalismo, y es el que se refiere a la extensin y generalizacin de las leyes como prerrequisito de la vida en sociedad y garanta de los derechos.En primer lugar, se necesita una ley establecida, aceptada, conocida y firme que sirva por comn consenso de norma de lo justo y de lo injusto, y de medida comn para que puedan resolverse por ella todas las disputas que surjan entre los hombres. Aunque la ley natural es clara e inteligible para todas las criaturas racionales, los hombres, llevados de su propio inters, o ignorantes por falta de estudio de la misma, se sienten inclinados a no reconocerla como norma que los obliga cuando se trata de aplicarla a casos en que est en juego su inters. (Locke, 1987: 94)

Pero quien segn propios y extraos es el fundador del liberalismo, y padre de la economa moderna, (Friedman y Friedman, 1980: 16) es Adam Smith.7 Su clebre texto Investigacin sobre la Naturaleza y las Causas de la Riqueza de las Naciones dio la estructura terica para la constitucin del pensamiento liberal. Inicia su obra con un anlisis acerca de la divisin del trabajo, factor al que atribuye adems de la eficiencia productiva por la especializacin los fundamentos mismos del progreso. Segn Smith:No obstante, la divisin del trabajo, en cuanto puede ser admisible, produce en todo oficio y arte un proporcional adelantamiento de las facultades productivas de l. Es de creer que estas ventajas hayan sido causa de la separacin de oficios, trficos y empleos. Esta separacin se ve con ms claridad y perfeccin en los pases que estn elevados a ms alto grado de industria y cultura, siendo por lo comn obra de muchos en un estado culto, lo que de uno solo en una sociedad ruda y poco cultivada. (Smith, 1994: Libro 1-6)

No obstante, la divisin del trabajo no produce los mismos resultados en todas las esferas de la vida humana, ya que esta forma de organizacin slo es efectiva y trascendente en la industria, mas no as en el sector primario.7 El escocs Adam Smith, a pesar de que es ampliamente reconocido como el fundador de la economa como ciencia y, tambin del pensamiento liberal, ni siquiera estudi economa en s misma. De hecho, en la Universidad de Glasgow estudi filosofa, literatura y ciencia poltica, y slo una pequea parte de su obra, la Investigacin sobre la Naturaleza y las Causas de la Riqueza de las Naciones, se refiere a este campo. La mayor parte de sus escritos son referentes a filosofa y literatura. Al respecto se puede consultar Cole, J.H., 2002: Adam Smith: Economista y Filsofo en Laissez Faire N 2 marzo de 1995, Quetzaltenango, Guatemala: Universidad Francisco Marroqun. Una visin interesante acerca de la influencia de Adam Smith en las revistas cientficas de su tiempo se encuentra en Coser, Lewis, 1980: Hombres de Ideas: el punto de vista de un socilogo, Mxico: Fondo de Cultura Econmica.

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En la agricultura el trabajo del pas rico no siempre es ms productivo que el de su terreno; pero la superioridad de su producto rara vez rara vez excede [a la del] del pas pobre, o por lo menos nunca excede tanto en lo fecundo como en las manufacturas. El grano de un pas rico no siempre podr tener el mismo grado de bondad, y [en] caso [de] que lo tenga no siempre podr ser tan barato en el mercado como puede ser el del pas pobre. (Smith, 1994: Libro 1-7)

Por otra parte, Adam Smith atribuye tambin a la divisin de trabajo la virtud de ser el acicate de lo que hoy denominamos desarrollo tecnolgico, en tanto queUna gran parte de las mquinas empleadas en aquella manufacturas en las que se halla muy subdividido el trabajo fueron en su origen invento de algn artesano, que embebido siempre en una simple operacin hizo conspirar todas sus ideas en busca del mtodo y medio ms fcil de hacerla y perfeccionarla. (...) [Sin embargo] no por esto podr decirse que todos los adelantamientos de la maquinaria han sido inventos de los mismos que las usaron en sus oficios. Muchos de estos progresos han sido efectos de la destreza de los que han hecho las mquinas mismas, habiendo tomado por oficio la construccin de ellas, y algunos otros de la penetracin de los que llamamos filsofos, u hombres contemplativos en la especulacin filosfica, cuyo ministerio no es sino observar todas las cosas, y quienes por este respecto son a veces capaces de combinar las virtudes fsicas y activas de los objetos ms desemejantes y desunidos. (Smith, 1994: libro 1-10)

Aunado a ello, de acuerdo a Adam Smith, la divisin del trabajo es el origen del excedente en la produccin, condicin necesaria del intercambio, y, en ltima instancia, gnesis del sistema mercantil. Pero tambin es esa divisin del trabajo prueba fehaciente de la colaboracin espontnea y mutua que genera el sistema mercantil. En sus propias palabras:La multiplicacin grande de las producciones, el lo que en una sociedad bien ordenada produce aquella opulencia universal que se extiende hasta por las clases inferiores del pueblo. Todo trabajador, todo artesano tiene ms obra propia de que disponer que la que necesita para s mismo, y cualquiera de los otros artesanos y trabajadores, como que se hallan todos en la misma situacin, estn en aptitud de cambiar gran cantidad de sus propios bienes por otra igual de otros ajenos, o por el precio, que es lo mismo, de igual cantidad de los otros. El uno provee a los otros de lo que le hace falta, y ste aquel recprocamente y de este modo viene a difundirse en todas las clases de la sociedad una plenitud general admirable. (Smith, Libro I-10-11)

Por otra parte, es Adam Smith el primero en proponer que en el ser humano hay una propensin natural al intercambio en donde el lucro es el acicate fundamental por lo que se podra inferir que la economa de mercado es tan antigua como el hombre mismo. En efecto:Esta divisin del trabajo, que tantas ventajas trae a la sociedad, no es en su origen efecto de una premeditacin humana que prevea y se proponga, como fin intencio-

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nal, aquella general opulencia que la divisin ocasiona: es como consecuencia necesaria, aunque lenta y gradual, de cierta propensin genial del hombre que tiene por objeto una utilidad menso extensiva. La propensin es de negociar, cambiar o permutar una cosa por otra. No es nuestro propsito inquirir si esta propensin es uno de aquello principios ocultos de que en la naturaleza humana no puede darse, en su lnea, ulterior razn, o si es, segn parece ms probable, una consecuencia de la razn del hombre, de su discurso y de su facultad de hablar. Lo cierto es que es comn a todos los hombres, y que no encuentra en los dems animales, de los cuales ni conocen, ni pueden tener idea de contrato alguno. (Smith, 1994: Libro I-13)

As, la evolucin del hombre se deduce de lo escrito por Adam Smith es el largo camino de la institucionalizacin del sistema mercantil, donde el afn de lucro es el origen mismo de la organizacin econmica, la produccin, la racionalizacin, el intercambio, y la civilizacin misma, ya queNo es de la benevolencia del carnicero, del vinatero, del panadero, sino de sus miras al inters propio es de quien esperamos y debemos esperar nuestro alimento. No imploramos su humanidad, sino acudimos a su amor propio; nunca le hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas. (...) Como que la mayor parte de los buenos oficios que de otros recibimos, y de que necesitamos, los obtenemos por contrato o por compra,, esta misma disposicin permutativa es la causa original de la divisin del trabajo. (Smith, Libro I-14-15) (...) [Ms an] El deseo y las miras de ganancia es lo que regularmente empea al hombre en las empresas de la negociacin, empleando sus caudales en sostener la industria. Por lo mismo, siempre procurar emplearlo en aquello cuyo producto estima ser de ms valor, o que pueda cambiarse por mayor cantidad de dinero o de cualquier otra mercanca. (Smith, 1994: Libro IV-31)

Aunado a ello, bajo este principio el del afn de lucro la bsqueda del inters individual genera un beneficio en la sociedad. Beneficio que no es azaroso, ni casual, sino que est referido a una especie de sistema homeosttico inexplicado y misterioso, pero propenso a producir la burla del lector moderno que regula el funcionamiento del conjunto de las actividades econmicas individuales. En efecto:Ninguno por lo general se propone promover el inters pblico, y acaso ni an conoce como lo fomenta cuando no abriga tal propsito. Cuando prefiere la industria domstica a la extranjera, solo medita su propia seguridad, y cuando dirige la primera de forma que el producto sea del mayor valor posible, solo piensa en su ganancia propia; pero en este y otros muchos casos es conducido, como por una mano invisible, a promover un fin que nunca tuvo parte en su intencin. No es contra la sociedad el hecho de que este laudable fin deje de ser por todos premeditado, porque, siguiendo cada particular por un camino justo y bien dirigido, las miras de su inters propio promueven el de comn con ms eficacia, a veces, que cuando de intento piensa fomentarlo directamente. No son muchas las cosas buenas que vemos ejecu-

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tadas por aquellos que presumen de obrar solamente por el bien pblico, porque aparte de la lisonja, es necesario en quienes realmente acten con este solo fin un patriotismo del cual se dan en el mundo muy pocos ejemplos. Lo corriente es afectarlo; pero esta afectacin no es muy comn en los comerciantes, porque con muy pocas palabras y menos discursos cualquiera resultara convencido de su ficcin. (Smith, Libro IV-31)

Ms an si se observa con sumo cuidado es en este prrafo donde se encuentra el fundamento del modelo liberal, en tanto supone que la organizacin social es producto de los actos individuales inspirados en la bsqueda de la ganancia privada, y en donde la sociedad en s es un subproducto de este inters. Incluso puede inferirse de ello, tambin, que el conjunto de la sociedad y por ende el Estado debe subordinarse a ese inters individual. Por otro lado, Adam Smith especifica lo que para l son los lmites de al accin gubernamental al respecto, en tanto desconfa que un gobierno rija la economa de un pas:El magistrado que intentase dirigir a los particulares sobre la forma de emplear sus respectivos capitales, tomara a su cargo una empresa imposible a su atencin, impracticable por sus fuerzas naturales, y se arrogara una autoridad que no puede fiarse prudentemente a una sola persona ni a un Senado, aunque sea el ms sabio del mundo, de manera que en cualquiera que presumiese de bastarse por s solo para tan inasequible empeo sera muy peligrosa tan indiscreta autoridad. (Smith, 1994: Libro IV-32)

El libre mercado, en este contexto, se erige en la norma fundamental de una sociedad, y determina la manera en que el Estado debe relacionarse con la actividad mercantil. Por ello:El inters general de un Estado, en sus relaciones mercantiles con las naciones extranjeras, es como el comerciante particular con respecto a aquellos pueblos en que gira su comercio, pues tiende a comprar ms barato y vender lo ms caro que le es posible, sin exceder de lo justo.[Por ello] Es ms probable que un Estado pueda comprar ms barato cuando la libertad de comercio anima a todas las naciones extranjeras a llevarle cuantas mercaderas necesita, y por consiguiente para vender ms caro cuando su mercado nacional abunda de compradores. (Smith, 1994: Libro IV-39)

Sin embargo, Adam Smith a pesar de que se pronuncia en favor de la libertad de comercio entre las naciones, alerta acerca de la manera y velocidad de hacerlo, ya que prev que los efectos sociales pueden ser ms costosos que las ganancias derivadas de dicha apertura. En sus propias palabras:El caso en que debe meditarse hasta qu trmino y de qu modo sea conveniente restituir la libertad de algunas mercaderas, despus de interrumpida algn tiempo, es cuando aquellas manufacturas particulares han llegado a extenderse tanto, por

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razn de los altos derechos y prohibiciones impuestos a los gneros extranjeros que podan entrar en competencia con aquellas, que se emplee en sus fbricas un nmero excesivo de manos. La razn exige que, entonces, sea restituida la libertad de comercio en aquel artculo, pero lentamente, por grados, y con mucha reserva y circunspeccin; porque, cuando se suprimen de golpe impuestos y prohibiciones, pueden acudir al mercado libre del Reino tantos gneros de aquella especie, ms baratos que los nacionales, que prive a muchos millares de gentes, a la vez, de su empleo ordinario, de sus ganancias y de su modo de subsistir. El desorden que esta revolucin causara, sin duda alguna, sera de la mayor consideracin, bien que siempre mucho menor de lo que vulgarmente puede imaginarse." (Smith, 1994: Libro IV 44-45)

En materia de impuestos, Adam Smith es tambin cauto, en tanto recomienda no gravar con altas tasas a los artculos de primera necesidad. La razn de ello es que los daos originados pueden ser, tambin, mayores que los beneficios.Los impuestos en cosas de primera necesidad, llegado aun extremo imprudente, equivalen a una calamidad igual a la esterilidad de la tierra o a la inclemencia de los tiempos, y con todo eso vemos por experiencia que donde ms cargadas se ven aquellas especies es en los pases ms ricos, porque ninguno que no lo fuese sera capaz de soportar aquella carga. As como solo un cuerpo robusto y fuerte puede resistir las inclemencias, as solo el pas rico y poderoso puede prosperar bajo el peso de aquellas gabelas. Holanda es la nacin europea en que ms abundan los impuestos de esta especie, pero, no obstante, contina prosperando por razn de ciertas particulares circunstancias, y no por razn de dichas contribuciones, que esto a nadie podra ocurrir imaginarlo, sino a pesar de ellas. (Smith, 1994: Libro IV-42)

De igual forma en un pasaje sumamente revelador Adam Smith reconoce abiertamente que los beneficios del sistema de libre mercado por l sistematizado y promovido, no son de alcance universal, sino que, por el contrario:Fomentando la introduccin de hilanzas extranjeras, y trayndolas de este modo a la competencia con las que hilan dentro del Reino, consiguen comprar a muy bajo precio la obra de los pobres hilanderos nacionales. Cuidan siempre de que jams suban los salarios de los tejedores del mismo modo que los productos del hilandero, y as, cuando levantan el precio de la manufactura completa, nunca es su pensamiento, ni an en sueos, beneficiar al operario u oficial jornalero, porque tanto el alza del precio de la obra como el alza de las primeras materias tiene por objeto la ganancia propia. Por esta razn, la industria que viene a fomentar regularmente l sistema mercantil es la cede en beneficio directo del rico o del poderoso, pero en ningn modo la que es directamente ventajosa a los pobres del pas, porque esta ltima, generalmente, queda desatendida y an despreciada por las mximas mercantiles. (Smith, 1994: LIbro IV-261-262)

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Por otra parte, las obligaciones del Estado de acuerdo a Adam Smith se limitan bsicamente a la defensa de los ciudadanos de los ataques del exterior; la correcta administracin de justicia para la proteccin de la opresin de otros miembros de la sociedad; y el financiamiento de obras y servicios pblicos. De inicio:La primera obligacin del Soberano, que es la de proteger a la Sociedad de la invasin y violencia de otras sociedades independientes, no puede desempearse por otro medio que el de la fuerza militar. Pero los gastos, tanto para preparar esta fuerza militar en tiempo de paz, como para emplearla en tiempo de guerra, son muy diferentes en diversos estados de sociedad y en periodos distintos de adelanto y cultura. (Smith, 1994: Libro V-297)

De la segunda obligacin del Estado la proteccin en contra de la opresin de otros miembros de la misma sociedad, a travs de la correcta administracin de justicia est orientada bsicamente a proteger la vida y las propiedades del ciudadano, ya que "el que injuria la propiedad o el dominio de las cosas, logra beneficiarse efectivamente, aunque por medios inicuos, y la mayora de las veces es la utilidad del injuriante casi igual al daos del injuriado." (Smith, 1994: Libro V-315) Adems, de esta obligacin surge la necesidad de profesionalizar a los jueces y con ello la institucionalizacin de los impuestos a fin de prever la corrupcin, pero tambin de establecer "la separacin de la autoridad judicial del poder supremo." (Smith, 1994: Libro V-327) De la tercera obligacin los bienes y servicios pblicos se refiere a dos niveles de atencin, bsicamente. El primero de ellos es la infraestructura para facilitar el comercio (caminos, puerto, canales y puentes), y el segundo es para "promover la instruccin del pueblo". (Smith, 1994: Libro V-328) Sin embargo, a pesar de que para Adam Smith (1194: Libro V-388-389) se afirma que la educacin superior no debe ser gratuita, sino que costeada por los propios estudiantes,Hay casos en que la situacin misma de la Sociedad pone a todos sus individuos en la necesidad de adquirir por s, sin la atencin pblica del Gobierno, todas aquellas habilidades y cultura de talentos de la que es capaz el Estado mismo, y hay otros casos en que la situacin de la sociedad no pone a la mayor parte de los individuos en semejantes circunstancias, siendo entonces necesaria la atencin del Gobierno para prever una entera corrupcin o degeneracin en la gran masa del pueblo. (Smith, 1994: Libro V-391)

En este contexto, resalta la insistencia de Smith en el tema educativo, pero particularmente en el caso de la labor de los profesores, de quienes considera que sus remuneraciones no deben ser fijas, sino a destajo, ya que

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Todo hombre tiene cierta propensin a vivir con cuanta comodidad le es posible, y si los emolumentos han de ser siempre los mismos, tanto si trabaja como no laboriosamente, es de inters suyo, entendida esta palabra en trminos vulgares y corrientes, o abandonar enteramente el trabajo, o, si es que est sujeto a la autoridad de quien no permite que as lo haga, cumplir el ministerio del modo ms tibio y perezoso que le sea dable. Y si por otra parte el maestro es diligente y activo, ms bien emplea su talento en otros medio que le dejen mayor utilidad, que en el ramo aquel en el que no puede aumentar sus intereses. (Smith, 1994: Libro V-368)

En materia de impuestos, Adam Smith establece que deben ser generales y proporcionales, ya que "los vasallos de cualquier Estado deben contribuir al sostenimiento del Gobierno, a proporcin de sus respectivas facultades, en cuanto sea posible esta regulacin, esto es, a proporcin de las rentas o haberes de que gozan bajo la proteccin de eso Estado." (Smith, 1994: Libro V-408) Aunado a ello, este tributo debe ser "cierto y determinado, y en modo alguno arbitrario (...) claro, llano e inteligible para el contribuyente, (Smith, 1994: Libro V-409-410) as como en el "tiempo y modo que sea ms cmodo y conveniente para las circunstancias del contribuyente". (Smith, 1994: Libro V-410)Per ms an, los impuestos deben ser eficientemente recaudados y suficientes, ya que "Todo contribucin debe disponerse de tal suerte que del poder de los particulares se saque lo menos posible sobre aquello, o a ms de aquello, que entra efectivamente en el Tesoro pblico del Estado". (Smith, 1994: Libro V-410) En conjunto, puede decirse queEl sistema que Smith expone es, en otras palabras, una versin del individualismo metodolgico, en el cual el agente humano individual se encuentra al trmino de cada explicacin individual. El sistema smithiano tambin es individualista en el sentido moral, ya que emana de su concepto del sistema de libertad natural, en el que todas y cada una de las personas poseen la mayor libertad posible, siempre y cuando sea compatible con la libertad de todos. (...) La teora de Smith se distingue de la liberal previa, y de las reflexiones menos formales de la mayora de sus colegas liberales franceses y norteamericanos, por su carcter sistemtico y universal. (Gray, 1992: 51-52)

Otro grupo de pensadores que contribuyeron de diversa manera a la formacin de la doctrina liberal son los filsofos franceses del siglo XVIII, entre los que destaca Condorcet. Su optimismo acerca del progreso, convertido de hecho en una especie de religin, dota al liberalismo de esa idea meliorista de que el destino de la humanidad est en eterna construccin hacia el mejoramiento. Al igual que sus contemporneos, confa en los poderes de la razn para realizar dicho progreso.(...) Y ese cuadro de la especie humana, liberada de todas sus cadenas, sustrada al imperio del azar y de los enemigos de sus progresos, y marchando con paso firme y

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seguro por el camino de la verdad, la virtud y la felicidad, presenta al filsofo un espectculo que le consuela de los errores, los crmenes, las injusticias de que al tierra est an plagada y de las que aquel, con frecuencia, es vctima! Con la contemplacin de ese cuadro recibe el premio de sus esfuerzos para el progreso de la razn, para la defensa de la libertad. Se atreve entonces a ligarlos a la cadena eterna de los destinos humanos; encuentra en ello la verdadera recompensa de la virtud, el placer de haber hecho un bien perdurable, que no destruir ya la fatalidad, mediante una compensacin funesta, volviendo a traer los prejuicios y la esclavitud. Esa contemplacin es para l un asilo, donde no puede alcanzarle el recuerdo de sus perseguidores; donde viviendo en la imaginacin con el hombre restablecido en el disfrute de sus derechos y en la dignidad de su naturaleza, olvida al que atormentan y corrompen con la ambicin, el temor o la envidia, es all donde vive verdaderamente con sus semejantes en el Elseo que ha sabido crearse su razn y que su amor a la humanidad embellece con sus goces ms puros. (Citado por Barnes y Becker, 1984: 472)

Benjamn Constant es tambin otro de los principales pilares de la constitucin del pensamiento liberal, ya que supone que la libertad su preocupacin fundamental es un derecho que preserva al individuo de la intromisin de terceros en sus actividades, propiedades, opiniones, fines y asociaciones, as como la posibilidad intrnseca de poder participar en los destinos del Estado. No obstante, para Constant la libertad se ve acechada por distintos flancos, incluyendo la democracia, ya que la nocin tradicional de soberana pone en peligro al individuo. En efecto:Cuando se afirma que la soberana del pueblo es ilimitada, se est creando e introduciendo azarosamente en la sociedad humana un grado de poder demasiado grande que, por s mismo, constituye un mal. No importa que se confe a uno, a varios, a todos; siempre constituira un mal. Se atacar a los depositarios de ese poder y, segn las circunstancias, se acusar sucesivamente a la monarqua, a la aristocracia, a la democracia, a los gobiernos mixtos, al sistema representativo. Se cometer una equivocacin; es el grado de poder, no a sus depositarios, al que hay que acusar.8 Es el arma a la que hay que atacar, no al brazo que lo sostiene. Hay cargas demasiado pesadas para el brazo de los hombres. (Constant, 1970: 8)

De ello se desprende que la soberana tiene un lmite muy preciso, que es el respeto a los derechos del individuo, ya que:Los ciudadanos poseen derechos individuales independientes de toda autoridad social o poltica, y cualquier autoridad que viole esos derechos es ilegtima. Los derechos de los ciudadanos son: la libertad individual, la libertad religiosa, la libertad

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Las negrillas son mas.

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de opinin, que comprende el derecho a su libre difusin, el disfrute de la propiedad, la garanta contra todo acto arbitrario. Ninguna autoridad puede atentar a esos derechos sin renunciar a su propio ttulo. (Constant, 1970: 14)

Porque, de acuerdo a Constant, cualquier concentracin de poder incluso con la democracia pone en peligro las libertades fundamentales del hombre, en virtud de queLa soberana existe solo de un modo limitado y relativo. Donde comienza la independencia y la existencia individual se detiene la jurisdiccin de esta soberana. Si la sociedad franquea esta lnea, se hace tan culpable como el dspota cuyo nico ttulo es la espada exterminadora; la sociedad no puede rebasar su competencia sin ser usurpadora, ni la mayora sin ser facciosa. El asentimiento de la mayora no basta en todos los casos para legitimar sus actos; hay actos que es imposible sancionar; cuando una autoridad comete actos semejantes, nada importa de la fuente de la que se pretende emanar, nada importa que se llame individuo o nacin. Le faltara la legitimidad, aunque se tratase de toda la nacin y hubiere un solo individuo oprimido. (Constant, 1970: 9-10)

A la vez, Constant hace una implacable crtica a la creencia, generalizada en esa poca, de la neutralidad de la ley y la necesidad de obedecerla por sobre todas las cosas. Incluso asegura que "siempre que una ley parece injusta existe el deber positivo, general, de no cumplirla. [Sin embargo] esa fuerza de inercia no entraa trastornos, ni revoluciones, ni desrdenes." (Constant, 1970: 15) Por otro lado, en Constant los beneficios de la igualdad mismos que permiten la participacin de los ciudadanos en los asuntos de gobierno no son para todos, ya que:En nuestras sociedades actuales, el nacimiento en el pas y la madurez de edad no bastan para conferir a los hombres las cualidades requeridas por el ejercicio de los derechos de ciudadana. Aquellos a quienes la indigencia mantiene en una perpetua dependencia y condena a trabajos diarios no poseen mayor ilustracin que los nios acerca de los asuntos pblicos, ni tienen mayor inters que los extranjeros en una prosperidad nacional y en cuyos beneficios solo participan indirectamente. (...) Es preciso, pues, adems del nacimiento y la edad legal, un tercer requisito: el tiempo libre indispensable para ilustrarse y llegar a poseer rectitud de juicio. Solo la propiedad asegura el ocio necesario, solo ella capacita al hombre para el ejercicio de los derechos polticos.9 (Constant, 1970: 57-58)

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Las negrillas son mas. Como podr observarse en esta reveladora cita, en Constant lo indispensable para el ejercicio de la poltica, y en su caso la posibilidad de ser gobernante, no est en el conocimiento o ilustracin por s misma cualidad que tambin poda encontrarse en aquella poca en ciertas profesiones grupos y ordenes religiosas sino en que el sa-

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Y no solo eso, sino queEn todos los pases que tienen asambleas representativas es indispensable que stas, cualquiera que sea su organizacin concreta, estn compuestas por propietarios.10 Un individuo puede, por sus brillantes mritos, cautivar a la multitud; pero los cuerpos, para granjearse la confianza, necesitan tener intereses concordantes con sus deberes. Toda nacin identifica siempre la accin de una asamblea con sus intereses. Tiene la certeza de que el amor al orden, a la justicia y a la conservacin reinar entre la mayora de los propietarios. No solo, por consiguiente, tiles por las cualidades que tienen, sino tambin por las que se atribuyen, por la prudencia que se les supone y por la favorable predisposicin que inspiran. Inclyase entre los legisladores a los no propietarios; por buenas que sean sus intenciones, la inquietud que despierten en los propietarios obstaculizar todas las medidas. Las leyes ms prudentes parecern sospechosas, y, en consecuencia, desobedecidas; por el contrario, la otra solucin habra logrado el sostn del asentimiento popular al gobierno, an en el supuesto de que no sea en todo perfecto. (Constant, 1970: 59-60)

Es decir, para Constant los nicos capacitados para el pleno ejer5cicio de los derechos polticos son los propietarios rurales, no as los industriales, ya que, en su opinin:Las operaciones que conlleva suelen consistir en transacciones fortuitas; sus xitos son ms rpidos, pero dependen mucho del azar. No forma parte de su naturaleza esa progresin lenta y segura que crea el hbito y, poco despus, la uniformidad. No crea un hombre independiente de los dems, sino por el contrario, lo hace depender de ellos. La vanidad, ese germen fecundo de las agitaciones polticas, se ve herida a menuda en el propietario industrial, casi nunca en el agricultor. (Constant, 1970: 62)

Pero tampoco Constant reconoce aptitudes para gobernar a los que el considera como propietarios intelectuales, los profesionistas liberales como el abogado, ya queQuiz sean las profesiones liberales las que, a fin de que su influencia no sea funesta en las discusiones polticas, ms piden el mismo trato que recibe la propiedad. Tales profesiones, tan dignas de consideracin por tantos ttulos, no cuentan siempre entre sus ventajas la de rodear sus ideas con esa justicia prctica

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ber til, segn su decir, es un derivado exclusivo de la caracterstica de ser propietario rural. Mutatis mutandi,en este contexto, cabra suponer que en el mundo moderno la creencia de Constant se ha transformado con la ideologa neoliberal en la certeza de que solo los empresarios pueden ser honrados, eficaces y eficientes, y por ello los mejores candidatos a gobernantes. De hecho, este podra ser el germen de las tendencias plutocrticas que muchos le atribuyen y entre los que me cuento al modelo neoliberal. Las negrillas son mas.

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que es necesaria que es necesaria para dictaminar sobre los intereses positivos de los hombres11. Se ha visto en nuestra revolucin, a literatos, matemticos o qumicos entregarse a las opiniones ms exageradas, sin perjuicio de ser, en otros aspectos, ilustrados y estimables; pero haban vivido lejos de los hombres y se haban habituado a abandonarse a su imaginacin o a tomar en consideracin nicamente la evidencia rigurosa o, en fin, a ver en la naturaleza, en la reproduccin de los seres, una prefiguracin de la destruccin. haban llegado, por diferentes caminos, al mismo resultado: desdear las consideraciones sacadas de los hechos, despreciar el mundo real y sensible, razonar sobre el estado social como entusiastas, sobre pasiones humanas como gemetras, sobre dolores humanos como fsicos. (Constant, 1970: 65-66)

Otro aspecto en cual Constant debe ser considerado uno de los pilares fundamentales en la constitucin del liberalismo, en su aspecto poltico, es en lo que se refiere a la ley, en tanto que considera queEl pacto de los ciudadanos con la sociedad es claro y formal. Ellos han prometido respetar sus leyes; la sociedad ha prometido drselas a conocer. Si ellos son fieles a sus compromisos, ella no puede exigirles otra cosa. Los ciudadanos tienen derecho a saber claramente cul ser la consecuencia de sus actos, cada uno de los cuales debe considerarse en s y juzgarse segn un texto concreto. (Constant, 1970: 91)

Uno ms es que Constant , al contrario de otros liberales, no cree ni sugiere que la propiedad sea un derecho natural, sino apenas una convencin social que es necesario respetar por sobre muchas otras cosas. Es decir, relativiza su origen, pero sacraliza su permanencia y funcionamiento.Varios de los que han defendido la propiedad mediante razonamientos abstractos han incurrido en un error grave: han presentado a la propiedad como algo misterioso, anterior a la sociedad, independientemente de ella. Ninguno de estos acertos es cierto. (...) La propiedad existe como consecuencia de la sociedad (...) La propiedad es solo una convencin social, pero el hecho de que lo reconozcamos no signifique que la consideremos menos sagrada, menos inviolable, menos necesaria que los escritores que adoptan otro sistema. (Constant, 1970: 120)

En relacin a los impuestos, Consant, al igual que la mayor parte de los liberales, los considera un mal necesario para el sostenimiento del Estado en realidad de las funciones primordiales del l pero que deben ser siempre mnimos, y llama la atencin acerca de los tributos excesivos, ya que en su opinin "llevan a la subversin de la moral, a la destruccin de la libertad individual". (Constant, 1970: 132)

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Muertos Smith y Constant, no as su influencia, el liberalismo empieza a matizar sus postulados. El derecho natural enarbolado como bandera en contra de los derechos heredados, y por ende revolucionario, empieza a declinar ante el afianzamiento de las clases sociales emergentes a las que el liberalismo dot de justificacin terica y bases discursivas para su ascenso. De hecho, como suele suceder con toda revolucin triunfante, en la primera mitad del siglo XIX el liberalismo inicia un proceso de institucionalizacin que despoja de los contenidos radicales, y se convierte en ideologa de gobierno. Con sus especificidades de pas a pas, el liberalismo adquiere nfasis jurdicos, econmicos o polticos segn la circunstancia, pero es un hecho que su influencia crece, incluso en corrientes de pensamiento que de primera instancia se pudiera pensar que no estn relacionadas con el liberalismo.12 En sntesis, hasta este momento en liberalismo:Es individualista en cuanto a que afirma la primaca moral de la persona frente a los reclamos de cualquier colectividad social; es igualitaria, porque confiere a todos los hombres el mismo estatus moral y niega la aplicabilidad, dentro de un orden poltico o legal, de diferencias de valor moral entre los seres humanos; es universalista, ya que afirma la unidad moral de la especie humana y concede una importancia secundaria a las asociaciones histricas especficas y a las formas culturales; y es meliorista, por su creencia en la corregibilidad y posibilidades de mejoramiento de cualquier institucin social y acuerdo poltico. (Gray, 1992: 12)

Sin embargo, como podr observarse de prrafo anterior, ms que un resumen sumario de las concepciones liberales, lo que se describe es una visin ideal que los seguidores de esta corriente tienen de s mismos, ya que se conciben como los principales promotores de la justicia, la democracia y la razn. Paradjicamente, el carcter meliorista que marc desde su nacimiento al liberalismo resumido en la idea en que las instituciones so12 Una de estas influencias, segn Gastn Leval, es que "El anarquismo puede verse como un desarrollo del liberalismo o del socialismo, o del liberalismo y del socialismo a la vez. Como liberales, los anarquistas desean la libertad; como socialistas desean la igualdad. Pero no nos satisface el liberalismo solo o el socialismo solo. La libertad sin igualdad significa que los pobres y dbiles son menos libres que los ticos y fuertes, y la libertad sin igualdad significa que todos somos esclavos. La libertad y la igualdad no son contradictorias, sino complementarias. En lugar de la vieja polarizacin de libertad frente a igualdad de acuerdo con la cual se nos dice que ms libertad es igual a menos igualdad, y ms igualdad igual a menos libertad los anarquistas sealan que en la prctica no podemos tener una sin la otra." (Leval, 1980: 32-33)

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ciales pueden y deben ser rediseadas racionalmente para su mejor funcionamiento es en opinin de muchos, uno de los factores que legitimaron tericamente las posteriores restricciones a la libertad econmica y el consecuente intervencionismo estatal. Ejemplo de este proceso es el hecho de que otro de los pensadores que influy en el curso de la constitucin del pensamiento liberal fue John Stuart Mill, hijo de James Mill, quien en una primera fase su libro Sobre la Libertad reformula el individualismo impulsado por la corriente utilitarista, pero despus evolucion hacia ideas de corte socialistas, e influy determinantemente en la formacin de la escuela positivista de Augusto Comte. De hecho, este alejamiento posterior del pensamiento liberal, se cree, dio base terica a las concepciones colectivistas que se popularizaron posteriormente. Herbert Spencer, en su libro Esttica Social y Principios de tica, continu con la tradicin liberal, pero agregndole una idea evolucionista que algunos interpretaron como el fundamento de la tradicin totalitaria desarrollada aos despus. (Gray, 1992) No obstante, es justo reconocer que muchas de las ideas de Spencer son vitales para la constitucin del liberalismo clsico y del neoliberalismo. Por ejemplo, su poco conocida y frrea oposicin a la extensin de la actividad estatal y la seguridad social, es piedra angular del liberalismo posterior a l, y determinante en las ideas neoliberales del da de hoy. (Barnes y Becker, 1984:646-657) Otro factor es su idea de que el pequeo contribuyente es el que corre con la mayor parte de los gastos de la actividad estatal, y sin embargo es el que menos beneficio recibe de ella. Uno ms es el discurso contenido en su libro El Hombre Contra el Estado, texto en el cual se hace una apologa de la no interferencia estatal en los asuntos individuales. Paradjicamente, la deuda que el liberalismo tiene con el pensamiento de Spencer no es reconocida por los propios liberales menos an por las escuelas ajenas a sus concepciones quiz por el hecho de las agudas publicaciones que intentan refutar al socialismo como teora poltica e ideologa y que segn algunos lo emparentan con el totalitarismo su evolucionismo y darwinismo social. Entre las publicaciones de Spencer destacan De la Libertad a la Servidumbre, La Esclavitud Venidera, y Justicia. En conjunto puede afirmarse que la era liberal en poltica, y en buena parte de la economa, corri desde principios del siglo XIX hasta inicios del siglo XX, aunque los primeros brotes de rebelin contra el

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pensamiento liberal surgieron en el ltimo cuarto del siglo XIX, particularmente en Alemania y Estados Unidos. La declinacin plena de esta escuela de pensamiento tiene que ver, obviamente, con la emergencia de los movimientos populares, y, con ellos, de las ideologas que privilegiaban el bienestar de la colectividad, como el socialismo, y el estallido de la conflagracin mundial de 1914. Con todo, segn los liberales:(...) sigue siendo cierto que el siglo que corri entre las guerras napolenicas y el estallido de la Primera Guerra Mundial fue una poca de progresos y logros liberales casi ininterrumpidos. Este siglo presenci el ms grande y continuo crecimiento de la riqueza en la historia de la humanidad, en un escenario de precios estables y en ausencia de grandes guerras, as como el mejoramiento sin precedentes de los estndares populares de vida, una colosal expansin de la poblacin y una firme difusin de la enseanza de los nmeros, la alfabetizacin y la cultura. (Gray, 1992:63)

Pero analizada con ms detalle tan atrevida afirmacin, destaca el hecho de que buena parte de los avances logrados no son producto de una teora poltica o econmica, sino del desarrollo del pensamiento humano en general, y de la aplicacin de la ciencia en particular. Prueba de ello es que la gran riqueza acumulada, que en efecto se dio en el siglo liberal, se debi a la llamada Revolucin Industrial, lapso en el cual los avances en la fsica y la qumica posibilitaron la produccin en gran escala y el desarrollo de medios de transportacin masiva como el ferrocarril. El gran crecimiento de la poblacin tiene su origen en la difusin y uso de los conocimientos medico biolgicos, as como la adopcin generalizada de ciertos hbitos higinicos que se convirtieron en pautas culturales.13 A la vez, es una inexactitud histrica suponer la elevacin en los estndares de vida del conjunto del gnero humano, sobre todo si tenemos en cuenta que es justamente esta poca donde el colonialismo logr los mayores beneficios de toda la historia previa. Y hasta pareciera un escarnio, en este contexto, suponer que en los pases sojuzgados haya habido siquiera una brizna de la tan pregonada libertad que dio lugar al nombre de esta corriente.

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Uno de estos hbitos higinicos que permiti la disminucin drstica de enfermedades asociadas a la forma de comer, es el uso de los cubiertos, costumbre que tard ms de dos siglos en imponerse en el mundo occidental. Un estudio detallado al respecto se puede consultar en Elias, Norbert, 1989: El Proceso de la Civilizacin. Investigaciones sociogenticas y psicogenticas, Mxico: Fondo de Cultura Econmica.

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En todo caso, lo que floreci durante este siglo de auge del pensamiento liberal, poco o nada tiene que ver con la difusin de una teora poltica que domin el horizonte europeo y norteamericano durante ese lapso, pero s estuvo ausente de las colonias y el resto del mundo. Por otro lado, las tendencias proteccionistas e intervencionistas del Estado que se incubaron en la teora poltica y econmica de finales del siglo XIX, se concretaron, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, en el advenimiento de medidas que, segn los liberales, atentaban contra los individuos y la libertad de mercado. Entre ellas se pueden identificar al reclutamiento militar forzoso, la instauracin de impuestos onerosos para el financiamiento de la guerra, la represin a la libertad de expresin y transito, imposicin de toques de queda, alteracin de los horarios habituales,14 reduccin en la calidad de muchos productos para satisfacer las raciones de las tropas y, especialmente, la instauracin de un rgimen socialista en el estado nacional ms grande de la tierra, La Unin Sovitica. En conjunto es posible afirmar que el ideal individualista y utilitario del pensamiento liberal fue barrido del panorama mundial gracias a la emergencia de las ideas colectivistas y hasta totalitarias que se popularizaron en el primer tercio del siglo XX. Gracias a ello el individuo dejo de considerarse como la principal unidad de anlisis y valoracin, para hacer del partido, la clase social, la nacin, o el hombre en abstracto, lo que ahora dictaba los rumbos de la poltica estatal y de los pueblos. El periodo entre la primera y segunda guerra mundiales, as como los aos posteriores a la segunda gran confrontacin, presagiaban el fin del pensamiento liberal, sobre todo por la extensin de los gobiernos populistas, socialistas y totalitarios. Pero especficamente era la adopcin de los postulados keynesianos en los pases occidentales, el Welfare State, lo que hacia suponer el derrumbe de esta teora. Las ideas que se enfrentaban al liberalismo giraban alrededor de la certeza de que slo a travs de la intervencin estatal se podra conseguir la seguridad individual, el bienestar familiar, y el desarrollo sostenido de la economa de un pas. El mundo, bajo esta concepcin, se perciba como un conglomerado de pases aislados unos de otros, en el cual la tarea fundamental de cada estado era procurar y proteger la na-

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Curiosamente el llamado horario de verano que se instaur precisamente en esta poca en los pases hoy avanzados, dio lugar a las ms feroces crticas por parte de los liberales, ya que se consideraba inaudito que hasta los horarios de la naturaleza fuesen alterados por obra y gracia del Estado intervencionista. Hoy son los liberales quienes lo promueven.

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cin, implicando con ello la defensa a ultranza de los intereses de los capitalistas locales a travs del cierre de sus fronteras comerciales. El xito de la poltica econmica del Welfare State fue tal, que las reas devastadas por la Segunda Guerra Mundial, no slo se recuperaron en un lapso corto y con escasa inversin, sino que algunos pases lograron salir de las ruinas para convertirse en verdaderas potencias industriales, cientficas y tecnolgicas, como en el caso de Alemania y Japn. Incluso en los pases no contendientes se dio una reactivacin econmica nunca antes vista. (Cadena, 1995: 23) Pese a ello, aun calientes las cenizas de la guerra y enmedio del xito del keynesianismo, la revolucin intelectual que permiti el resurgimiento del liberalismo se fue gestando a travs de las ideas de pensadores como Friederich August Von Hayek, quien en su texto, El Camino de la Servidumbre, establece un paralelismo entre las ideas socialistas y el pensamiento nazi fascista, 15adems de la previsin de que la adopcin de polticas inspiradas en las primeras, a la larga, nos llevara indefectiblemente al totalitarismo. Otro intelectual destacado que prepar este resurgimiento del liberalismo fue Karl Popper, quien en su texto La Sociedad Abierta y sus Enemigos, se opone, desde la filosofa de la ciencia,16 a las concepciones autoritarias y se pronuncia en favor de cambios graduales, en vez de las propuestas revolucionarias marxistas tan en boga en aquella poca. En palabras de Popper, en este libro:(...) se esbozan algunas de las dificultades enfrentadas por nuestra civilizacin, de la cual podra decirse, para caracterizarla, que apunta hacia el sentimiento de humanidad y razonabilidad, hacia la igualdad y la libertad, civilizacin que se encuentra todava en su infancia, por as decirlo, y que continua creciendo a pesar de haber sido traicionada tantas veces por tantos rectores intelectuales de la humani15 A pesar de lo chocante de la afirmacin de Hayek, es necesario recordar que Benito Mussolini fue militante destacado del Partido Socialista Italiano; los Gulag de Stalin y los campos de Pol Pot, en esencia, no fueron muy diferentes a los campos de Hitler; los gobiernos de Ceaucesscu y dems autcratas de los pases socialistas, analticamente se acercan a lo sucedido en Italia y Alemania; y especialmente, la notoria falta de libertades polticas, civiles y derechos humanos en los pases socialistas. Posterior a este texto, Popper dio fundamento a la bsqueda de la libertad, desde una perspectiva cientfico filosfica, con su sentido meliorista del desarrollo de la sociedad, bajo el supuesto de la resolucin de problemas. De alguna manera, este es el complemento necesario a lo escrito medio siglo antes, en La Sociedad Abierta y que los liberales reconocen como fundamento terico de su pensamiento. Al respecto puede consultarse el sugerente libro Popper, Karl, 1996: En Busca de un Mundo Mejor, Barcelona: Ediciones Paids Ibrica S.A.

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dad. Se ha tratado de demostrar que esta civilizacin no se ha recobrado todava completamente de la conmocin de su nacimiento, de la transicin de la sociedad tribal o cerrada, con su sometimiento a las fuerzas mgicas, a la sociedad abierta, que pone en libertad las facultades criticas del hombre. Se intenta demostrar, asimismo, que la conmocin producida por esta transicin constituye uno de los factores que hicieron posible el surgimiento de aquellos movimientos reaccionarios que trataron, y tratan todava, de echar por tierra la civilizacin para retornar a la organizacin tribal. En l se sugiere, adems, que lo que hoy llamamos totalitarismo pertenece a una tradicin que no es ni ms vieja ni ms joven que nuestra civilizacin misma. (Popper, 1989: 15)

Otro de los intelectuales que contribuy a la reconstruccin del pensamiento liberal fue Isaiah Berlin, quien en su libro Dos Conceptos de Libertad, estructura una frrea defensa de la libertad, ligndolo a la nocin de eleccin. Dos aos despus de lo escrito por Berlin, en 1960, Von Hayek publica su clsico La Constitucin de la Libertad, donde cuestiona las concepciones liberales revisionistas acerca de la justicia y asistencia social. La teora econmica que paralelamente escribi refuta la teora objetiva del valor, y cuestiona la macroeconoma, ya que para l las abstracciones estadsticas representadas en cifras podran no tener un correlato causal en la economa real. Sin embargo, las ideas de Von Hayek no tuvieron gran eco en el mundo occidental durante largo tiempo, y es hasta mediados de los aos setenta, coincidente con el agotamiento del Estado de Bienestar, que economistas, filsofos y polticos vuelven su vista a l. John Rawls es otro de los contribuyentes al resurgimiento del pensamiento liberal. En Teora de la Justicia, el propio Rawls se ve como continuador del pensamiento de Hume, Smith, Bentham, Mill, y lo que busca es:(...) generalizar y llevar la teora tradicional del Contrato Social representada por Locke, Rousseau y Kant, a un nivel ms elevado de abstraccin. De este modo espero que la teora pueda desarrollarse de manera que no quede ya expuesta a las objeciones ms obvias que a menudo se piensa la destruye. Ms aun, esta teora parece ofrecer otra explicacin sistemtica de la justicia que es superior, al menos as lo sostengo, al utilitarismo dominante tradicional. La teora resultante es de naturaleza sumamente kantiana. De hecho no reclamo ninguna originalidad por las ideas que expongo. Las ideas fundamentales son clsicas y bien conocidas. Mi intencin ha sido organizarlas dentro de un marco general usando ciertos recursos simplificadores con objeto de que la plenitud de su fuerza pueda ser apreciada. Mis ambiciones respecto al libro quedarn completamente realizadas si permite ver ms claramente los principales rasgos estructurales de la otra concepcin de la justicia que esta implcita en la tradicin contractual, sealando el camino de su ulterior

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elaboracin. Creo que, de las ideas tradicionales, es esta concepcin la que ms se aproxima a nuestros juicios meditados acerca de la justicia y la que constituye la base ms apropiada para una sociedad democrtica. (Rawls, 2000: 9-10)

En esencia, en Teora de la Justicia, Rawls vuelve a las preocupaciones clsicas de la libertad individual, la igualdad respecto de la ley, y, sobre todo, al deseo de que la accin estatal tenga un referente constitucional que constria su accin y lo despoje de la discrecionalidad. Por su lado, en 1974 Robert Nozick escribe una obra fundamental para el pensamiento liberal moderno, Anarqua, Estado y Utopa. En l hace una defensa frrea del Estado Mnimo como ncleo central de organizacin social, bajo el supuesto de que ningn Estado ms extenso puede justificarse. (Nozick, 1988: 9) La esencia del argumento, si bien es poco slido por el carcter negativo de su premisa, ha sido de tal xito, que la mayor parte de las argumentaciones liberales actuales giran alrededor de esta categora de Nozick, an sin reconocerla, identificando el proceso de modernizacin de la sociedad con el tamao del Estado,17 utilizando trminos peculiares para denotarlo, como el de adelgazamiento u obesidad del Estado. Pero quiz la aportacin ms trascendente de Nozick sea las dos dimensiones del ncleo de su teora. La primera es la frrea defensa de los derechos y modo de vida individuales frente al Estado, sin separarlos de las libertades econmicas por supuesto. En palabras del propio Nozick:El Estado Mnimo nos trata como individuos inviolables, que no pueden ser usados por otros de cierta manera, como medios o herramientas o instrumentos o recursos; nos trata como personas que tienen derechos individuales, con la dignidad que esto constituye. Que se nos trate con respeto, respetando nuestros derechos, nos permite, individualmente o con quien nosotros escojamos decidir nuestra vida y alcanzar nuestros fines y nuestra concepcin de nosotros mismos, tanto como podamos, ayudados por la cooperacin voluntar