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ISSN 1390-3837, UPS-Ecuador, No. 14, enero-junio 2011, pp. 127-142 El persistente impulso a resemantizar Victorino Zecchetto * Introducción: semantizar y resemantizar Los lenguajes humanos fueron inventados para ‘semantizar la realidad’, esto es, para expresar los contenidos y sentidos del mundo por medio de alguna forma codificada. ‘Semantizar’ viene del término griego σημαντικός y designa la significación de las palabras. De modo más amplio, la semántica (parte de la semiótica) estudia y analiza los procesos de significación de los signos, textos y discursos que circulan diacrónica y sincrónicamente por la sociedad. El uso de la palabra ‘resemantizar’ está relacionado con la anterior, pero indica un pro- ceso inverso, porque busca dar realce a un sentido ya existente, o a uno nuevo recuperado, ya sea en forma total o parcial. Como en otros numerosos términos, el prefijo ‘re’ tiene el sentido de volver a poner algo, de añadir algo a una cosa anterior, o bien, alude a un efecto que trasciende una obra original. Pensemos en palabras como ‘re-fundar’, ‘re-presentar’, ‘re-producir’, ‘re-percutir’, ‘re- posicionar’, re-organizar’, ‘re-equilibrar, re-pintar’, entre otras. Todas estas palabras indican una variedad de acciones cuyo elemento común consiste en indicar la acción de añadir, desarrollar, construir, a partir de un fundamento existente. La tarea de resemantizar arranca, entonces, de un sentido dado de an- temano, y su objeto es expresar una nueva configuración. Se trata de una acción que puede tener pretensiones diversas. A veces se instala por la pérdida de con- tenidos semánticos de un determinado lenguaje; otras, tiene el fin de recuperar una degradación simbólica o mítica, o es un intento de innovación creativa. En conclusión, resemantizar es un vocablo que se refiere a la operación semiótica de transformar el sentido de una realidad conocida o aceptada para renovarla o para hacer una transposición de modelo, creando una entidad distin- ta, pero con alguna conexión referencial con aquélla, de modo que esta última asume un nuevo significado que la primera no tenía. Vemos que la resemanti- zación mezcla o integra aspectos de la analogía, de la metáfora y de la polise- * Profesor de Semiótica y autor de varios libros sobre Comunicación y actitud crítica,Eexdirectivo de SIGNIS. [email protected]

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  • ISSN 1390-3837, UPS-Ecuador, No. 14, enero-junio 2011, pp. 127-142

    El persistente impulso a resemantizar

    Victorino Zecchetto*

    Introduccin: semantizar y resemantizar

    Los lenguajes humanos fueron inventados para semantizar la realidad, esto es, para expresar los contenidos y sentidos del mundo por medio de alguna forma codificada. Semantizar viene del trmino griego y designa la significacin de las palabras. De modo ms amplio, la semntica (parte de la semitica) estudia y analiza los procesos de significacin de los signos, textos y discursos que circulan diacrnica y sincrnicamente por la sociedad. El uso de la palabra resemantizar est relacionado con la anterior, pero indica un pro-ceso inverso, porque busca dar realce a un sentido ya existente, o a uno nuevo recuperado, ya sea en forma total o parcial. Como en otros numerosos trminos, el prefijo re tiene el sentido de volver a poner algo, de aadir algo a una cosa anterior, o bien, alude a un efecto que trasciende una obra original. Pensemos en palabras como re-fundar, re-presentar, re-producir, re-percutir, re-posicionar, re-organizar, re-equilibrar, re-pintar, entre otras. Todas estas palabras indican una variedad de acciones cuyo elemento comn consiste en indicar la accin de aadir, desarrollar, construir, a partir de un fundamento existente. La tarea de resemantizar arranca, entonces, de un sentido dado de an-temano, y su objeto es expresar una nueva configuracin. Se trata de una accin que puede tener pretensiones diversas. A veces se instala por la prdida de con-tenidos semnticos de un determinado lenguaje; otras, tiene el fin de recuperar una degradacin simblica o mtica, o es un intento de innovacin creativa.

    En conclusin, resemantizar es un vocablo que se refiere a la operacin semitica de transformar el sentido de una realidad conocida o aceptada para renovarla o para hacer una transposicin de modelo, creando una entidad distin-ta, pero con alguna conexin referencial con aqulla, de modo que esta ltima asume un nuevo significado que la primera no tena. Vemos que la resemanti-zacin mezcla o integra aspectos de la analoga, de la metfora y de la polise-

    * Profesor de Semitica y autor de varios libros sobre Comunicacin y actitud crtica,Eexdirectivo de SIGNIS. [email protected]

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    mia, ensamblndolos con el propsito de hacer algo novedoso. De la analoga se apodera del analogatum princeps; es decir, de la obra inspiradora y que contiene una cosmovisin o perspectiva que da lugar a una experiencia bsica del mundo. El analogado principal es la raz o punto de partida asumido inte-lectualmente. La metfora, en cambio, en la resemantizacin se usa como un instrumento metodolgico para la creacin de la nueva obra. Cmo acontece este fenmeno de resemantizacin?

    1. El doble movimiento del proceso

    Para entender el proceso de resemantizacin interesa sealar los dos proce-dimientos que integran esa actividad de transformacin: el primero es el regis-tro de lo asentado; y el segundo, el trabajo mismo de construccin de la obra. Esos dos movimientos marcan el trabajo final.

    a. Primer movimiento: registrar lo asentado

    Es preciso observar, ante todo, la naturaleza social de los procesos semi-ticos. Los significantes y las significaciones de los signos, smbolos, textos y discursos, advienen al interior de los grupos sociales y culturales. Hay crea-ciones que quedan fijadas en el tiempo y, en cierto modo, se tornan clsicos referenciales para todo un grupo o una sociedad.

    En occidente son conocidos muchos mitos, eventos y personajes histricos que se han cristalizado con un significado paradigmtico. En siglos pasados se consignaron simblicamente relatos bblicos, tragedias griegas, obras de narra-dores medievales, historias llegadas del oriente, y muchos eventos histricos que pasaron a acompaar los imaginarios sociales y colectivos.

    En Latinoamrica circulan y se conocen mitos de los pueblos indgenas primitivos. Otros se crearon despus, como las historias patrias de cada pueblo, que forjaron sus relatos para expresar aquellos valores considerados un patri-monio que hay que conservar. La revolucin francesa impuso su incisiva trilo-ga: Libertad, Igualdad y Fraternidad, en otras naciones de nuestro continente se forj el eslogan Revolucin o muerte.

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    Tambin ciertas manifestaciones de la naturaleza, e incluso algunos mo-numentos arquitectnicos destacan por ser portadores de un fuerte contenido cultural simblico: las Cataratas de Iguaz, las pirmides de Egipto o las de Mxico, los moais (estatuas de piedra) de la Isla de Pascua, la Gran Muralla China, son solo algunos ejemplos de los numerossimos que existen.

    En sntesis, el proceso de ampliacin semntica suele partir de elementos registrados y asumidos socialmente, los que luego son configurados desde al-gunas clases y estilos de lenguajes que permiten descifrarlos con otras signifi-caciones.

    A esos fenmenos de resemantizacin se les atribuye una triple funcin: Ser modelos simblicos que fungen de contexto-espectculo

    dondeunpueblovereflejadosaspectosdesuentornoydesuvida.

    Influenciarlasrelacionesdeungruposocial,dndoleunpara-digmaqueproduce efectosdesentidosuotrasrepercusionespsicosociales.

    Serportadoresdeimaginariosenvistaalconsumo.Losmediosdecomunicacinsocialhoyformanpartedeesasestrategiasco-mercialesenuncontextodevidaglobalizada.

    b. Segundo movimiento: elaborar la versin resemantizada

    Hemos dicho que en el montaje de la resemantizacin se produce una trans-posicin de modelos con el objetivo de reconstruir otro. Esta operacin se basa en el supuesto de que los ciudadanos (o un grupo social significativo) que se desenvuelven en su contexto de vida cotidiana, conocen o tienen acceso a deter-minadas formas o expresiones culturales consignadas en el seno de la sociedad, y que para ellos poseen un significado corroborado por la prctica.

    Ya que la resemantizacin forma parte del continuo proceso de simboliza-cin a la que est sometida nuestra sociedad, pasa a ser un elemento caracte-rstico de la vida cultural. En efecto, los cambios constantes de sentidos y de significados de los objetos, de los eventos, de los personajes, se producen en las expresiones mediticas, y acaban reemplazando los anteriores sentidos ori-ginales y conocidos.

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    Los creadores que resementatizan una obra (literaria, de arte, arquitect-nica, musical, audiovisual, etctera), o un evento (poltico, religioso, cultural, social), piden permiso (a veces) para aduearse de ella, avanzan y se la de-vuelven a la sociedad con otra mirada. Les indican a los ciudadanos que de-bemos acceder al mundo de ideas, deseos o sentimientos, prestando atencin ahora a las intencionalidades encerradas en las nuevas creaciones que miden sus fuerzas con los viejos significados.

    Todo va cambiando y se resemantizan palabras, frases, modas, discursos, figuras, imgenes, mitos, creencias, destinos No es exagerado decir que la resemantizacin es la expresin de un mundo en fuga.

    2. Formas de resemantizacin

    Los rumbos de la resemantizacin son mltiples y toman cuerpo en los gneros y las formas de cada creacin. Una vez que un autor decide trascender el analogado principal para resementizarlo trata de hallar la figura o el gnero capaz de exhibir la nueva creatura.

    Prestemos atencin a algunas muestras de resemantizacin realizadas con matices, tonos y lineamientos dispares unos de otros, pero que manifiestan las riquezas y/o limitaciones de tales procedimientos.

    a. En el arte

    En las artes (literatura, pintura, msica, teatro, cine, fotografa), la rese-mantizacin se hace presente cada vez que un artista se sita en la inminencia de otra obra ya realizada, y propone nuevos significados e interpretaciones for-males o de contenido. Su intento es hacer posible otro punto de vista, probando as que lo real puede decirse todava de otra manera.

    Vamos a explorar algunos ejemplos.

    Literaturaymitos

    La literatura universal posee ricas y atractivas narraciones mticas. Ellas plantean interrogantes acerca del sentido de muchos acontecimientos y accio-

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    nes humanas, como formas para entender el destino de la vida. La resemantiza-cin de mitos es un camino transitado por muchas obras literarias que han visto en ellos un fecundo potencial de universalidad. Citamos, a modo de ejemplos, solo dos casos que han inspirado la literatura teatral.

    Antgona: tragedia de Sfocles, basada en el mito de Antgona fue repre-sentada por primera vez en 442 a.C. En Antgona se enfrentan dos concep-ciones de deber: el deber familiar, caracterizado por el respeto a las normas religiosas, esto lo representa la figura de Antgona, una mujer que desea darle honras fnebres al cuerpo de su hermano Polcines; otro principio es el del deber civil, caracterizado por el cumplimiento de las leyes del Estado y en-carnado en Creonte (que prohibi enterrar el cuerpo de Polcines muerto como traidor a la patria). Adems la obra establece una oposicin entre el modo en que las dos hermanas, Antgona e Ismene, encaran el problema y se enfrentan al cumplimiento de uno u otro deber.

    Resemantizacin: Antgona Vlez (1951) obra teatral de Leopoldo Mare-chal, escritor argentino ().

    La accin de Antgona Vlez se desarrolla en una estancia llamada La pos-trera, en los confines de la pampa y el desierto argentinos, en el siglo XIX, poca de la llamada Conquista del Desierto, mbito y contexto donde se de-sarrolla la tragedia.

    La obra comienza en el momento que los dos hijos de don Luis Vlez (Ig-nacio y Martn) se pelean en una guerra y se matan entre s. Martn Vlez muri defendiendo La postrera, pero Ignacio que se pas al bando de los pampas, de los indios, ha muerto atacndola. Facundo Galvn prohbe darle un entierro honroso a Ignacio. Pero Antgona enfrenta a Galvn y con el apoyo de su pro-metido Lisandro Galvn, cumple su deseo. Esto les costar a ambos la vida; Marechal en su pieza teatral resemantiza la tragedia de Sfocles, y la coloca en otro contexto histrico, muy nuestro como es la vida en la pampa argentina recordando la obra de Martn Fierro y su exaltacin trgica.

    El infierno. Es una creencia religiosa que se ha vuelto mitolgica en el revestimiento del lenguaje humano. En el cristianismo ha sido inmortalizada de muchas formas, la ms conocida tal vez es la Divina comedia de Dante

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    Alighieri (12651321). ste influenci numerosos otros relatos sobre el infier-no, como tambin pinturas y obras de arte hechas durante siglos en occidente. El concepto de infierno sostiene que la gente malvada que no se arrepiente de sus grandes pecados, recibir como retribucin ms all de la muerte, graves penas infernales. La principal ser la privacin de la gozosa presencia de Dios y, en consecuencia, estar apartados de la infinita dicha del paraso. La tradicin popular cristiana aliment la imaginera del infierno, creando tormentos fsicos fantasiosos, con llamas inextinguibles, ambientes de castigos angustiantes, con diablos capaces de inventar continuamente efectos especiales para torturar a los condenados.

    Resemantizacin. A puertas cerradas ( huis clos), pieza teatral del filso-fo Jean Paul Sartre, escrita en 1944, da una descripcin existencial del infierno y resemantiza psicolgicamente sus tormentos. En la obra actan solo cuatro personajes, uno de ellos el Mayordomo es smbolo del demonio. Los otros tres son condenados por sus fechoras y deben expiar sus culpas compartiendo un mismo cuarto, sin espejos, ni ventanas y una sola puerta que luego se cerrar con llave. Solo hay tres sillones y nadie jams podr dormir. El infierno consis-te en estar all, en ese lugar sin tiempo, donde todo es presencia del otro, con la obligacin de escuchar sus pensamientos y la imposibilidad de encerrarse en s mismo, de aislarse; la tortura es no poder deshacerse de los dems, esa condenacin se expresa sobre todo, en sentirse absorbido por la mirada de los otros personajes. En esta obra teatral est la frase clebre: Lenfer cest les autres (El infierno son los otros). Sartre, se aparta del concepto tradicional del infierno, resemantiza ese mito y representa la desdichada eternidad, como el horror de no poder ocultar el propio vaco existencial, porque se vive expuesto a la mirada del otro, que ahora se ha vuelto tormento y castigo.

    Lapintura

    Las obras pictricas despliegan y comunican un sentido. La estrategia de resemantizantizacin desde esas fuentes- ensaya otros efectos retricos para abrir caminos a nuevas interpretaciones. La pintura conoce una fecunda trayec-toria de este mtodo de creaciones. Citamos algunos ejemplos:

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    -Uno de los intentos ms originales de resemantizacin de la naturaleza ve-getal lo ha propuesto el pintor renacentista Giuseppe Archiboldi (15271593). Son famosos sus retratos bizarros y extravagantes, combinando figuras de fru-tas, verduras, hojas y otros vegetales, para representar personajes alegricos como las estaciones del ao. Otras veces pinta instrumentos agrcolas o libros para crear sus personajes. Sus obras estn hechas con una elevada tcnica, y trasmiten un fino sentido irnico.

    -En nuestro tiempo cabe mencionar al artista plstico argentino Daniel San-toro (nacido en Buenos Aires en 1954). Su iconografa retrata el imaginario peronista, sus iconos, sus mitos, su teatralizacin de la poltica. El artista rastrea los fervores intrigantes de los relatos oficiales de realismo mgico peronista, en el que abunda la esttica de ritos y de lxicos recargados de signos y de simbolismos. Para nuestro caso es de inters su obra El smbolo, una creacin que ironiza el ideal peronista de estar junto a la clase popular a costa de la edu-cacin. Santoro lo hace resemantizando forma y contenido: la forma derivada del famoso cuadro de Ren Magritte, pintor belga (18981967) La traicin de las imgenes, con la que aprovecha para emplazar el problema de la represen-tacin y la esencia del arte. La obra imita el ttulo y lo resemantiza: Esta no es una alpargata; as vuelca el mensaje de clara alusin a la matriz peronista, y lo revierte para simbolizar la tensin argentina entre civilizacin y barbarie.

    -Un tercer ejemplo nos lleva a recordar el trabajo de resemantizacin hecho por el artista Francis Bacon (19091882) sobre el retrato del Papa Inocencio X pintado por el espaol Diego Velzquez (15991660) en Roma en 1650. La faceta de retratista sensible hizo que Velzquez mostrara la figura controvertida de este Papa como un hombre de compostura solemne y de esquiva frialdad. Sin embargo Velzquez, conocido como un hombre de pocas palabras y reser-vado, nunca coment su obra.

    Diversa es la versin que presenta Bacon (realizada en 1953). Interpreta a un personaje con rasgos espectrales. Su retrato muestra a Inocencio X defor-mado, con rostro crispado y con un grito angustioso. Tiene los puos cerrados signo de rebelin al destino que le arrebata el poder que ya llega a su fin. La historia cuenta que este Papa era desconfiado, nepotista e intrigante, para nada popular. Muri sin que nadie lo llorara. La tela de Bacon expresa a un hombre de poder, cuyo cuerpo se deshace y se desmorona por todos lados. Ac aparece

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    el trabajo detallado de una fina resemantizacin de una obra clsica puesta en un nuevo contexto con una significacin de infamia y desagrado.

    El arte se esfuerza por mantenerse en conexin con los movimientos socia-les de su poca, con las utopas, las aspiraciones psicolgicas o incluso con las frustraciones que causa la realidad cotidiana. La esttica elije aquello que puede resultar una alternativa simblica a un presente duro o nebuloso.

    Elcine

    Adems de la pintura y el arte plstico, el buen cine es, sin duda, uno de los espacios artsticos donde ms se reelaboran las experiencias, los vaivenes de las formas de vivir y las filosofas que las inspiran.

    La historia del cine conoce la prctica constante de directores que empren-den redefiniciones temticas y estticas de obras conocidas, y las trabajan con creatividad y estilo propio. Algunos son capaces de retomar personajes, tiem-pos, zonas, paisajes y lenguajes, y darles una nueva identidad. Parece ser que el destino del cine, cada vez ms, consiste en decir lo que otros han dicho, pero alimentando ese lenguaje audiovisual, con la visin del presente, y abrirse a la vida diversificada para entretener a la gente de hoy, o para mostrar una visin de la realidad desde el abismo del ahora que interroga. Sin embargo, si hablamos del cine comercial no creo exagerado afirmar que tiene una autonoma limita-da, y que el secreto de contar historias, hoy consiste en realizar intersecciones complejas entre creatividad, finanzas e industria. Existen indudablemente obras valiosas y de calidad. Nadie negar la excelencia de un filme como Titanic y su vigorosa resemantizacin del conocido naufragio del trasatlntico de 1912. El costo de la pelcula fue elevadsimo, pero las ganancias obtenidas fueran an mayores.

    En los inicios del cine, el pionero George Mlis ya en 1902 realiz su obra Viaje a la luna, pelcula de ciencia ficcin que dura unos 15 minutos, basada en el libro de Julio Verne De la tierra a la luna. Es una mezcla de imgenes onricas, con las aspiraciones y las ilusiones de la ciencia, y que anticip en cierto modo, las futuras conquistas espaciales. Si encuadramos las dos imge-nes siguientes en una comparacin visual en perspectiva temporal, es claro que la cinta de Mlis en su poca funcion como un architexto de una obra litera-

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    ria, mientras que la foto histrica del descenso en la luna en 1969, resemantiza visualmente (la fuerte evidencia de la bandera que se destaca sobre el fondo negro) el potencial tecnolgico norteamericano en un contexto nacionalista, en plena poca de guerra fra con la Unin Sovitica.

    Debido a la infinita filmografa mundial, nos es suficiente sealar algunos casos del cine latinoamericano realizados a partir de 2000, y que resultan em-blemticas obras de resemantizacin.

    - Una cinta destacada es la brasilera de Fernando Meirelles y Ktia Lund: Ciudad de Dios (2002), inspirada en la novela de Paulo Lins (1997). La pe-lcula narra las guerras y violencias en una favela de Ro de Janeiro. A pesar del realismo (escenas violentas y con actores extrados del lugar mismo de la historia), la forma y la esttica adoptadas le dan al filme un sesgo frentico y alucinante, con imgenes emocionantes, escenas cruzadas y veloces que, a lo largo de toda la narracin, sostienen la atencin del pblico. Todo pareciera que la violencia es ineluctable, un torbellino del que nadie puede escapar. Y sin em-bargo, se mantiene la tesis de que no todo se hunde y que es posible eludir ese destino de muerte. La pelcula es una invitacin a embocar un camino diverso. Su resemantizacin es justamente eso, que ese sueo se puede lograr y que la condicin del ser humano no es la fatalidad de la violencia.

    -Otra pelcula de inestimable valor interpretativo es Diario de motocicletas (Argentina, 2004), del director brasileo Walter Salles. Este simptico filme est inspirado en dos diarios de viaje: uno del Che Guevara y el otro de Alberto Granado. Dos jvenes argentinos (Guevara y Granado) en 1952, emprendieron un viaje por carretera, para descubrir el mundo y la vida de Amrica Latina. Esos jvenes universitarios (el Che tena 23 aos y Alberto 29), al final de su viaje y despus de haber estado en contacto con gentes y pueblos diversos; de haber escuchado sus problemas y compartido sus sueos; haber pisado tantos lugares originales y escuchado historias de hombres y mujeres de pases hermanos, se dieron cuenta de que esa experiencia les haba iluminado y transfigurado la vida, dndoles una mirada nueva para juzgar el continente. Leyendo los diarios del Che y de Granado el director de esta pelcula, no model un escenario artificial, sino que fue viajando a travs de los pases de Amrica Latina, como si estuviera acompaando a los dos amigos que iban recorriendo el territorio en motocicleta. No se piense entonces, en retratos de revolucionarios ni en jvenes viajeros que

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    encaran cada nueva etapa o acontecimiento con decisiones de luchas heroicas. Todo se desarrolla en la contemplacin de escenarios culturales y humanos, don-de no falta el humor, como tampoco las reflexiones crticas que les servirn a los protagonistas para ir construyendo su personalidad y su visin de la historia. La esttica, pues, remodel la figura tradicional que se tiene del Che revoluciona-rio. La banda sonora del filme, ayuda a dar un tratamiento al tema, sacndolo un poco del tiempo, para mostrar la perennidad de tantos ideales juveniles que se gestan a medida que se va viajando. El estilo de la pelcula resemantiza la figura del Che colocndola en un contexto generalmente desconocido.

    La msica

    Sobre el relato y el imaginario social ruso, acerca de la patritica resistencia a la invasin napolenica ocurrida en 1812, se han creado varias obras arts-ticas. En el campo musical se destaca la conocida y grandiosa Obertura 1812 del msico Piort Ilich Chaikovski. El ttulo no es gratuito, rememora un hecho histrico importante para el pueblo ruso. La obra fue compuesta en ocasin de los festejos nacionales que en 1882 celebraban esa gesta heroica. La rese-mantizacin plasmada por Chaikovski result particularmente triunfal, hasta tal punto que en 1891 el ruso dirigi su obra tambin en Estados Unidos, en la ciudad de Nueva York, que entonces conmemoraba el da de su independencia. En la Obertura 1812 los instrumentos musicales recrean los eventos sucedidos despus de la incierta batalla de Borodino, cuando Napolen avanz para entrar en Mosc. La msica envuelve de significado nacionalista la resistencia que acab con la victoria sobre Napolen. ste, a pesar de haber tomado la capital tuvo que retirarse al contemplar que todo era fuego e incendio. Su retirada fue catastrfica. Chaikovski representa con sonidos esas escenas. La msica sagrada inicial evoca el himno nacional ruso; luego suenan reiteradamente los acordes de la Marsellesa francesa. Pero de pronto cambia el ambiente sonoro, se escuchan salvas de can y los repiques de campanas de las iglesias de Mos-c en alusin al triunfo.

    Otro caso anlogo de resemantizacin musical, pero dentro de un contexto histrico preciso y muy particular, lo constituy el uso pragmtico del solemne coral de la Novena sinfona de Beethoven. Ocurri en Chile durante la dictadu-

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    ra de Pinochet entre 1973 y 1989. Para manifestar disconformidad, resistencia y rechazo a los mtodos represores y antidemocrticos de los militares, los grupos y la gente que deseaba la defensa de los Derechos Humanos, cantaban la meloda de la 9 Sinfona: escucha hermano la cancin de la alegra, que se convirti en smbolo de paz, concordia y justicia en esos lgubres aos.

    Si ahora nos volvemos hacia Amrica Latina, nos topamos con un rico reper-torio de gneros musicales populares, sometidos a variadas resemantizaciones, donde se reinterpretan milongas, valses, cuecas, zambas, chacareras, chamams, chamarritas, etctera. All se entretejen estructuras sonoras, y se llevan a cabo reconstrucciones de sentido pertenecientes a manifestaciones msicas regiona-les, articulando y reinterpretando discursos musicales de lugares diversos, a ve-ces como consecuencia de migraciones, con memorias e identidades culturales mltiples, o incluso con ideologas contrastantes. La cancin popular apela a la memoria local y a sus smbolos, al empleo de instrumentos disponibles de cali-dad dispareja, a estticas tradicionales mezcladas con expresiones musicales de tecnologa ms reciente. De ese modo, el lenguaje musical, a menudo, cae en lo inautntico y deviene funcional al marketing, a las canciones o a los bailes de moda, sin gran calidad artstica. Otra msica que bien puede ser de mayor calidad, es rechazada porque no se considera apropiada al valor de consumo ma-sivo. As se van recolocando gneros de una regin a otra, con carencia de una estructura musical especfica. Se eligen repertorios musicales variados y se tratan temas cambiando su valor semntico, como sucede con cierto tango electrnico, que recae sobre pblicos con sentido nicamente de baile. O bien se toca y se interpreta msica popular en espacios urbanos con remembranzas y recuerdos de provincias del interior. Hay de todo. Las resemantizaciones musicales, en gran parte, reflejan la misma realidad social que es hbrida como sealan justamente los antroplogos y socilogos. No interesa ahora emitir juicios de valor sobre el fenmeno, sino destacar que la resemantizacin musical latinoamericana, en-vuelve la dinmica misma de produccin, difusin y consumo. Los creadores, los intrpretes y los gneros musicales van al encuentro del pblico y cristalizan su msica desde distintas perspectivas, aquellas que la misma historia (y la indus-tria) sugiere y seala, reflejando los significados y los imaginarios del momento. Es ineludible que la msica se resemantice de continuo. Despus su anlisis te-rico le pertenece a los especialistas.

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    a. En la publicidad comercial

    El rubro publicitario es el que ms ejerce el oficio de resemantizar. Siendo que la publicidad comercial trata de imponerse al pblico consumidor y per-suadirlo con el fin de venderle un producto o un servicio, compone modelos y estilos mediticos en vista a ese objetivo. Los estereotipos que utiliza requieren renovar el shock sensorial permanentemente, para decir lo mismo, cambiando las formas significantes. En efecto, uno de los recursos ms frecuentes usado en la publicidad es impactar al pblico consumidor golpeando la vista y el odo con frases, colores e imgenes, con el propsito de sacudirlo. Observemos, sin embargo, que la creatividad de un comercial solo toca la forma, nunca los con-tenidos que permanecen idnticos. La excepcin la establece la publicidad de bien pblico que tiene una finalidad distinta de la comercial, ya que apunta a comprometer a los ciudadanos con valores cvicos de solidaridad, busca el cambio de actitudes o de conductas ciudadanas, se preocupa de hacer tomar conciencia de las normas que rigen la vida comunitaria y social.

    La tendencia de la tcnica publicitaria comercial es resemantizar el mundo y la vida entera, bajo todos sus aspectos. Para ello recurre a hechos histricos o de actualidad, a escritos literarios, a obras artsticas, a monumentos, a paisajes o a fenmenos de la naturaleza, a la experiencia cotidiana o a las extraordinarias. En resumen, todas las cosas pueden cambiar su significado y pasar a integrar el sentido de otra realidad, la que impregna el mensaje publicitario. En los anun-cios comerciales, la tarea de resemantizacin da como resultado variar la per-cepcin de la realidad objetiva, privndola de su sentido original, y someterla a distorsiones o a desintegraciones, usando formas, estilos, tonos adecuados para recubrirla o recrearla. En las siguientes imgenes ilustramos con algunos ejemplos lo que acabamos de explicar. Es fcil percibir como la estrategia publicitaria asume estilos va-riados. Puede ser hiperblica, solemne, desagradable, superficial, equilibrada, chillona, tranquila, odiosa, hilarante a gusto y placer del consumidor.

    En la publicidad hay tambin resemantizaciones lingsticas. Muchas fra-ses, eslganes y dichos, a veces conocidos por pertenecer a personajes famo-sos, son extrapolados de sus contextos, para indicar otra realidad, otras cosas,

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    actitudes, o situaciones, envolvindolos con nuevos significados. Citamos solo algunos ejemplos:

    * (En una publicidad de un equipo de sonido): La vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin respiro.

    * (Para publicidad de hojas de afeitar): Varn! dijo la partera. Este chico se afear con Legin Extranjera.

    * (Publicidad del auto Renault clio): Un joven bien preparado. * (Publicidad de una cadena de restaurantes): Los perros que nunca duer-

    men. * (Una consultora de negocios se publicit con esta frase del antiguo es-

    critor romano Sneca): No hay viento favorable para el que no sabe dnde va.

    * (La publicidad de un mtodo para adelgazar, us esta frase del famoso Cervantes de Saavedra): La verdad adelgaza y no quiebra.

    * (Publicidad de un perfume para varn emple este conocido adagio): El verdadero amigo es aquel que a pesar de saber como eres, te quiere.

    b. En la vida poltica y social

    En general la vida poltica la hacen personas que, supuestamente, desean cambiar aspectos del destino social presente, y expresan la decisin de romper y remplazar esquemas que consideran superados. Esa tarea exige acabar con un orden y ubicarse en otro. Es frecuente, entonces, hallar en la retrica de los discursos polticos resemantizaciones abundantes y sobre todos los temas. Sus leguajes fcilmente son transgresores respecto a los temas que critican, para afirmar la decisin de sus postulados. Ello conlleva la necesaria resignificacin de eventos, de smbolos o mitos, con el objetivo de sealar la direccin redento-ra de las propuestas destinadas a consagrar la voluntad de construir algo nuevo, un destino diverso. Es conocido el caso de Benito Mussolini que resemantiz el pasado glorioso del imperio romano, e instal el discurso ideal de una nueva nacin poderosa, conquistadora y colonialista en pleno siglo XX. Esa reseman-tizacin lo llev al fracaso.

    En Argentina son frecuentes las resemantizaciones que hacen los pero-nistas del pensamiento de su lder Juan Domingo Pern. Esas interpretacio-

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    Universitas 14, Revista de Ciencias Sociales y Humanas, No. 14, 2011, Universidad Politcnica Salesiana del Ecuador

    nes definen los dichos del hroe fundador, atraviesan otros relatos que cada uno compone desde lugares distintos, pero desarrollndolos sobre el derecho histrico de sentirse la expresin de la identidad original. Van sucedindose, entonces, recreaciones ideolgicas, y se forjan idearios, prcticas sociales o acciones polticas diversas, segn las resemantizaciones del momento. De un mismo tronco, de la misma raz peronista nacieron brotes opuestos. Surgi la temible y sangrienta agrupacin de ultra derecha Triple A (Alianza Anticomu-nista Argentina) en la dcada del setenta. Su jefe era Jos Lpez Rega secreta-rio y ministro de Pern. Sus miembros cometieron asesinatos de guerrilleros y polticos de izquierda.

    Pero del mismo tronco tambin naci el polo opuesto, los conocidos Mon-toneros correspondientes a la izquierda peronista y de aspiraciones revolucio-narias. Ellos tambin se calzaron el traje de la violencia y de la sangre, confia-dos en abrir con las armas el camino de una patria renovada. Ms recientes son los nuevos materiales peronistas resemantizados. El relato de Menen neoliberal y globalizado, urda alabanzas a Pern, mientras el coro sindical peronista re-verenci sus discursos y prcticas de capitalismo salvaje. Excavando en las mismas enseanzas de Pern, la interpretacin de los Kirchner se encarril en otra direccin de ruptura y rebelda, permitindose inventar otro discurso ms nacionalista y populista, pero sin tocar el ncleo duro del capitalismo. As construy otro eclctico peronismo, remitindose a las figuras sagradas de los primeros dolos Pern y Evita, para revelar al pas un modelo que solamente se trata de llevar adelante profundizndolo.

    La historia de los pases latinoamericanos muestra muchos ejemplos de re-semantizaciones polticas. Cuando se habla de proyectos polticos, siempre hay que rastrear por alguna nebulosa de pensamientos pasados recompuestos, de teoras reestructuradas, de pasiones que llenan los vacos dejados por otros, de palabras dichas y selladas en otras circunstancias y contextos, pero reasu-midas explicando lo que ellas deben significar ahora. Toda resemantizacin poltica funda estilos, prcticas y sentimientos. Sus actores han de aprender a decirla con palabras nuevas e inventar identificaciones con un ncleo patriti-co anterior renovado y adaptado a la historia presente. Cada discurso poltico resemantizado tendr consenso y arraigo profundo, si su elaboracin irradia el aroma de lo indecible, si su versin es creble para las masas, si demuestra ser

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    Victorino Zecchetto. El persistente impulso a resemantizar

    una seal verdadera de que lo vuelto a decir con nuevas expresiones, alza los sentimientos a la esfera de una esperanza creble.

    Conclusin: la vida resemantizada

    Hemos echado una mirada rpida sobre algunas actividades donde se culti-va la resemantizacin. Tal vez sea justo agregar ahora una reflexin final para contribuir a ensanchar el discurso acerca del fenmeno.

    Partamos de una constatacin sencilla y simple: la persona humana no es lineal, no trascurre su vida siempre en un sentido homogneo e igual, sino que vara, innova y multiplica los sentidos de las cosas y de los acontecimientos que vive. Necesita anticiparse a lo que anhela y va a venir, sumergirse en su entorno cotidiano de manera nueva y original, para orientar sus das con mira-das proyectivas, modificando incluso el significado de los antiguos mensajes recibidos y experiencias vividas. A esto, en el fondo, se reducen las pugnas generacionales. Ellas representan el modo como cada cual hace su historia, abandonando los lugares de un pasado, con el intento de construir o inventar otro con un sentido modificado. Tal vez nadie logre cambiar radicalmente los valores, pero s agregarles pedacitos de rebeldas, envolver con otras ideas los cdigos que los sustentan. Las pasiones individuales, los conflictos interiores, los desgarramientos sociales, y muchas otras experiencias personales o colec-tivas, abonan el campo copioso de la resemantizacin de la historia humana. Los das que pasan son una sucesin de transformaciones, donde a una fase le sucede otra y el mundo mismo es una metamorfosis continua. Pensemos a nivel individual: quin no trata de cambiar ambientes, objetos, contactos, paisajes, experiencias? No es eso un intento de aportarle movilidad a la vida, al com-probar la inexorable caducidad de las cosas y de la historia? Cada generacin -y en cierta medida cada persona- busca describir la existencia de otra forma; es decir, resemantizarla para generar experiencias con sensaciones nuevas. De lo simple surge la complejidad de las prcticas y de los lenguajes, as como todo discurso y todo texto meditico dan pie para producir otros.

    En su nacimiento todo discurso social, poltico, religioso, artstico o filo-sfico es uniforme. Pero con el tiempo, la materia se diversifica, asume los matices que le agregan opiniones innovadoras, toman los rumbos que le va

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    asignando la creatividad de los maestros que los vuelven a pensar, desde vi-siones distintas, lugares, culturas y situaciones de vida diferentes. Se perfilan obras, producciones, corrientes o escuelas. Todas ellas, sin embargo, surgen del primer tronco comn que arranca de la humanidad misma, porque apenas des-punt la cultura con el homo sapiens, sta se expandi por el planeta. Hombres y mujeres ocuparon su tiempo haciendo, rehaciendo, comprendiendo y repen-sando sus acciones, sus saberes y sus experiencias, que fueron acumulando y almacenando en los galpones de su larga historia.

    Observemos, entonces, cmo en las expresiones creativas y en las formas prcticamente ilimitadas del lenguaje, el concepto de contemporneo no pasa por su pertenencia a nuestra poca, sino por el hecho de que una idea, un sen-timiento o aspiracin no termina de realizarse enteramente y siempre habr alguien que la haga presente en forma resemantizada.

    Cada vez los seres humanos tendemos a retomar algn hilo anterior, para seguir tejiendo los mltiples sentidos de nuestra vida y de nuestra historia. La resemantizacin en el fondo, es eso, el proceso de hacerle recomposiciones a la memoria, a las versiones de la existencia, an sabiendo que probablemente no logremos modificarla mucho, porque intuimos que el significado de su eje de fondo, permanecer el mismo. Y en ese punto se acaba la resemantizacin y empieza la interpretacin. Entonces a otra cosa mariposa, vamos a compartir aoranzas.

    Victorino Zecchetto sdb.Buenos Aires, Noviembre, 2010