jorge a. leon (1971) teologia de la unidad

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  • 8/14/2019 Jorge A. Leon (1971) Teologia de La Unidad

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    TEOLOGA

    DE LA UNIDAD

    JORGE A. LEN

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    2Version digital de :Jorge Leon. Teologia De La Unidad (Buenos Aires, Argentina: Ediciones La Aurora, 1971),

    Preparada por eltropical.Ex libris eltropical 13 jul. 08

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    3CONTENIDODedicatoria

    Prefacio

    Introduccin

    PRIMERA PARTELA ANAQUEFALAOSIS EN CRISTO

    Captulo I: La anaquefalaosis en Cristo. Definicin

    Captulo II: La anaquefalaosis en Cristo y el Reino de Dios

    Captulo III: La anaquefalaosis en las enseanzas de Jess

    Captulo IV: La anaquefalaosis en Cristo en los discpulos de Jess

    Anaquefalaosis en Cristo en San Pablo

    Conclusiones

    SEGUNDA PARTELA UNIDAD DE LA IGLESIA COMO EXPRESIN DE LA ANAQUEFALAOSIS

    EN CRISTO EN LA EPSTOLA A LOS EFESIOS

    Captulo I: Judos y gentiles unidos en la Iglesia

    Captulo II: La imagen del Cuerpo de Cristo

    Orgenes de la imagen

    a) Las influencias helensticas

    b) Las influencias hebreas

    c) Origen cristiano

    d) Intento de conciliacinCaractersticas de la imagen en Efesios

    Unidad y crecimiento del Cuerpo de Cristo

    Conclusiones

    Captulo III: La imagen del templo de Dios

    Relaciones de esta imagen con la del Cuerpo de Cristo

    Fuentes de la imagen

    Fundamento cristolgico de la imagen

    Jesucristo el Nuevo Templo

    La comunidad-templo

    El templo de Dios segn San Pablo

    El templo y el Pueblo de Dios

    Caractersticas de la imagen en Efesios

    Conclusiones

    Captulo IV: La imagen de la Esposa de Cristo

    Orgenes de la imagen

    Jess, el Esposo, segn los Evangelios

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    La imagen en Corintios y Efesios

    La imagen en Efesios

    Conclusiones

    Captulo V: Conclusiones generales

    Introduccin

    1) Unidad de la Iglesia y anaquefalaosis

    2) La temporalidad de la Iglesia

    3) El ya y el todava no de la unidad en la realidad concreta de la Iglesia

    Bibliografa

    Indice de trminos griegos

    [pgina 2]

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    5[pgina 3]DEDICATORIADedico este trabajo a Nancy,

    fiel compaera durante

    dieciocho aos de ministerio,

    sin cuya comprensin y estmulodifcilmente hubiramos

    alcanzado las metas que nos

    propusimos.

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    6[pgina 4]PREFACIOEsta obra es una versin revisada de una tesis que present ante la Facultad de Teologa Protestante de

    Montpellier, Francia, como requisito parcial para la obtencin del ttulo de doctor en Teologa, en junio de1967. Esperamos que dicha Facultad acepte este libro como el cumplimiento del compromiso de publicacinde la tesis.

    El ttulo original fue: La unidad de la Iglesia en las imgenes de la Epstola a los Efesios. El primer cap-tulo de la tesis fue muy revisado y ampliado, y forma la primera parte de esta obra y el primer captulo de lasegunda parte. Los cuatro captulos finales de la tesis han sufrido muy pocas alteraciones, es decir, los que serefieren a las tres imgenes de la unidad de la Iglesia y a las conclusiones generales.

    Es con sumo gusto que cumplimos con el deber de expresar nuestra gratitud a todos los que contribuye-ron a que esta obra fuera posible. Al Prof. Michel Bouttier, actual Decano de la Facultad de Montpellier, miconsejero de tesis y amigo, a los profesores Daniel Lys y W. Vischer, por sus orientaciones en cuanto a nues-tra investigacin en el Antiguo Testamento. Nuestra gratitud tambin a nuestro colega en la Facultad Evang-lica de Teologa de Buenos Aires, Prof. Andrs Kirk, por sus valiosas sugerencias.

    En el plano prctico, tenemos una deuda de gratitud con el Fondo de Educacin Teolgica del ConsejoMundial de Iglesias y con la Junta de Misiones de la Iglesia Metodista Unida en los Estados Unidos de NorteAmrica por haber hecho posible nuestra residencia en Francia.

    Jorge A. Len.Buenos Aires, octubre de 1970.

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    7[pgina 5]INTRODUCCIONEs obvio que vivimos en un mundo donde se estn produciendo grandes cambios. Evanglicos y catlicos

    romanos nos sentirnos cmodos en reuniones de estudio de la Palabra y oracin. Hace poco fuimos invitadospor dos Hermanitas de Jess (del padre Foucauld) al acto solemne de su renovacin de votos. Cuando fuimospresentados al sacerdote oficiante, para nuestra sorpresa, ste nos invit a leer la Epstola del da y a predicar.Diez aos atrs esto habra sido imposible.

    Pero este acercamiento se est produciendo tambin en niveles seculares. El provincialismo y el naciona-lismo fantico van quedando atrs. Los medios de comunicacin acercan a los hombres y tomamos concien-cia de cierta integracin mundial.

    Estos dos movimientos hacia la comprensin e identificacin, entre cristianos y entre no cristianos, no ca-recen de interrelacin. Partiendo del carcter universal de los propsitos de Dios, el Dr. Jos Mguez Boninoha subrayado la relacin que existe entre la bsqueda humana de integracin que, segn l, se manifiestacon particular intensidad y la preocupacin ecumnica que seala el pensamiento y la vida de las iglesiascristianas de nuestros das.1

    En la primera parte de nuestra obra subrayamos el propsito de Dios de integrar a todos los hombres bajoel seoro de Jesucristo. Los anhelos humanos de integracin no son ajenos a los propsitos de Dios. En lasegunda parte nos referiremos especficamente a la unidad de la Iglesia.

    Nuestra investigacin se realiza dentro de los lmites de la teologa bblica. Tratamos de encontrar losfundamentos teolgicos tanto para la integracin humana como para la unidad cristiana, ambos movimientoslos interpretamos como manifestaciones de la anaquefalaosisen Cristo, proceso que veremos a lo largo detodo este libro.

    En el siglo XVI fue la Epstola a los Romanos la que ofreci a los telogos la materia prima para sus re-flexiones. Creemos que en nuestro siglo la Epstola a los Efesios cumple una funcin similar. Sin embargo, enel mundo de habla hispana muy poco se ha producido sobre esta epstola. Hemos tenido conocimiento, deque hay dos obras en el campo catlico romano: Cartas de la cautividad, por el padre Jos Mara GonzlezRuiz (Espaa) yEl misterio de Cristo, por el padre Iglesias (Mxico). La primera estaba agotada en 1967 yconseguimos un ejemplar gracias a la amabilidad del autor. La segunda no pudimos obtenerla. En el campoprotestante, no hemos tenido conocimiento de que exista otro libro en que se estudie la unidad de la Iglesiaen la Epstola a los Efesios.2

    [pgina 6] Quizs nuestra mayor contribucin sea hacia la iniciacin de estos estudios en el mundo dehabla hispana.

    1 Mguez Bonino, J., Integracin Humana y Unidad Cristiana, Seminario Evanglico de Puerto Rico, Puerto Rico, 1969, pgs. 1130.2 Existe un libro de reflexiones sobre el contenido de Efesios, El orden de Dios y el desorden del hombre, por Juan Mackay, C.U.P.,Mxico. No se trata, sin embargo, en rigor, de un comentarioa la epstola, tal como las dos obras a que venimos de hacer referen-cia.

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    8[pgina 7]PRIMERA PARTELA ANAQUEFALAOSIS EN CRISTO1

    LA ANAQUEFALAOSIS EN CRISTO. DEFINICINCareciendo de una palabra castellana que nos d la idea exacta del trmino griego anaquefalaosis, prefe-

    rimos usar este trmino que, a continuacin, trataremos de definir. Gracias a los estudios realizados por H.Oltramare sabemos que esta palabra era de uso muy comn entre los autores griegos profanos.1 Debemos sinembargo sealar, que anaquefalaosisno se encuentra explcitamente en el Nuevo Testamento. Sin embargo,el concepto que encierra este trmino lo encontramos tanto en los evangelios como en las epstolas, especial-mente en San Pablo. Gracias tambin a Oltramare sabemos que el verbo del cual procede la palabra que nosocupa anaquefalaioomaino aparece entre los autores profanos. En un segundo contraste con los escritos se-culares, nos encontramos con que este verbo aparece dos veces en el Nuevo Testamento, en Romanos 13:9 yen Efesios 1:10. En el primer pasaje significa: resumir, recapitular, ... y cualquier otro mandamiento, en esta

    sentencia se resume: Amars a tu prjimo como a ti mismo.2

    Por ahora no vamos a ocuparnos de tan ricopasaje, aunque se podra hacer sobre l un estudio similar a ste aunque orientado en un sentido tico. Noslimitaremos a Efesios 1:10 donde el verbo anaquefalaioomai se traduce por reunir en Reina-Valera,3 N-car-Colunga4 Segond,5 la versin hispanoamericana,6 Robinson7 y Scott.8 Teniendo en cuenta el gran nmerode traductores y de comentaristas que se deciden por el verbo reunir, la definicin ms sencilla de la ana-quefalaosisen Cristo, tal como aparece en Efesios 1:10, sera: la reunin de todas las cosas en Cristo. No obs-tante, creemos que el significado es mucho ms profundo y complejo. Por lo tanto, es preciso continuar nues-tra investigacin en bsqueda de una solucin ms exacta. El padre Pierre Benoit, en la Biblia de Jerusaln,traduce: Conducir (ramener) todas las cosas bajo un solo jefe, el Cristo, los seres celestes como los terres-tres.9 La palabra jefe seala hacia el seoro de Cristo; el padre Benoit aade esta palabra, que no se encuen-tra en el original, para mostrar algo que est implcito en el pasaje. Por su parte Masson usa tambin el tr-mino jefe: De reducir bajo un solo jefe todas las criaturas. 10 Oltramare: Agrupar debajo de El todos losseres celestes y terrestres.11 La traduccin del nico comentarista de lengua espaola que hemos encontrado

    se decide por un nuevo verbo: Recapitular todas las cosas en Cristo.12 Nos parece inapropiada esta traduc-cin; es evidente que en el pasaje se hace referencia a un Seor y a seres que han de aceptar ese seoro, seancelestes o terrenales. Cmo es posible recapitular seres? Recapitular significa: Recordar ordenadamente yen forma sumaria lo manifestado con alguna extensin.13 Luego la traduccin del padre Gonzlez Ruiz nonos parece la ms apropiada. Tanto Abbott14 como Ellicott,15 traducen sum upque segn el Diccionario Ap-

    pleton,16[pgina 8]generalmente significa recapitular o resumir. En resumen, hay la idea de sin proceso,una nocin lineal, aunque esto es difcil de captar en castellano. Nos parece que los verbos reunir, conducir,

    1 Oltramare, H., Commentaire sur les ptres de saint Paul aux Colossiens, aux Ephsiens et Philemon, Vol. III, Librairie Fischba-cher, Paris, 1892, pg. 213.2 Reina, C., y Valera, C., La Santa Biblia, Revisin de 1960, pg. 1940.3 Ibd., pg. 1082.4 Ncar, E. y Colunga, A., La Santa Biblia, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1953, pg. 1428.5 Segond, L., Le Nouveau Testament, Pars, Societ Biblique Francaise, 1962, pg. 409.6 El Nuevo Testamento de Nuestro Seor Jesucristo, Sociedades Bblicas Unidas, pg. 412.7 Robinson, J. A., St. Puls Epistle to the Ephesians, Londres, James Clark and Co., Ltd., 1963, pg. 31.8 Scott, E. F., The Epistle of Paid to the Colossians to Philemon and to the Ephesians, Londres, Hodder and Strouhton, 1958, pg.138.9 Benoit, P., Les pitres de Saint Paul aux Philippiens Philemon aux Colossiens aux Ephesiens, Pars, Les ditions du Cerf., 1955,pg. 87.10 Masson, Ch., Lptre de Saint Paul aux Ephsiens, Neuchatel-Paris, Delachaux et Niestl S.A., 1953, pg. 145.11 Oltramare, op. cit., pg. 216.12 Gonzlez Ruiz, J., Cartas de la Cautividad, Roma-Madrid, Cristus Hodie, 1956, pg. 190.13 Diccionario Enciclopdico de la Lengua Castellana, Vol. 11, Editorial Codex S.A., Buenos Aires, 1969, pg. 1117.14 Abbott, T. K., The Epistle to the Ephesians and to the Colossians, I.C.C., Edimburgo,T.y T.Clark, 1964, pg. 15.15 Ellicott, C. J., A Critical and Grammatical Commentary on St. Pauls Epistle to the Ephesians, Boston, W. H. Halliday an.d Co.,1885, pg. 25.16 Cuys, A., Appletons New English-Spanish and Spanish-English Dictionary, Nueva York-Londres, D. Appleton-CenturyCompany, 1940, pg. 462.

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    agrupar, empleados por la mayora de los traductores y comentaristas que hemos investigado, nos muestrancon bastante claridad la idea de proceso en curso de realizacin. Pero es evidente que lo ms importante es elestudio del verbo griego y no las diferentes traducciones, aunque es muy valioso tener en cuenta los resulta-dos de los estudios exegticos anteriores.

    En Efesios 1:10 nos encontramos con el verbo anaquefalaiosasthai, un infinitivo aoristo de voz media. Elaoristo nos da la nocin de acto acabado, puntual. El Reino de Dios ya se ha iniciado efectivamente en la vida

    y ministerio de Jesucristo. Comienza a realizarse lo que Dios se haba propuesto (versculo 9). Sin embargo, elverbo nos da la idea de proceso. Encontramos la tensin tan comn en el Nuevo Testamento entre el ya y el

    todava no. En la misma epstola aparece esta tensin entre la obra ya realizada por Jesucristo y lo que faltapara su consumacin en lo referente a la redencin y a la unidad, lo cual veremos ms adelante. La voz me-dia segn Oltramare17 y Abbott18 subrayara el inters que Dios tiene en el asunto. Con mucha razn, tantoBeare19 como Abbott20 sealan que el verbo anaquefalaiosasthaies un infinitivo explicativo del contenido delmisterio. Se entiende misterio como una verdad que Dios ha mantenido velada por algn tiempo, pero que enun momento nos es dada a conocer. San Pablo nos dice que el misterio ha sido preparado desde la creacindel mundo, (1 Cor. 2:7), que ha sido escondido en Dios (Efe. 3:9), que ha sido velado a los eones (1 Cor. 2:8;Efe. 3:9; Rom. 16:25; Col. 1:26). Pero Dios nos ha revelado en Cristo su propsito de poner bajo el seoro deCristo a todos los hombres (Efe. 1:910), que los gentiles son coherederos y copartcipes de la promesa enCristo Jess (Efe. 3:56). Como afirma Michel Bouttier: La epstola entera desarrolla la idea de que Cristoest regenerando y reagrupando bajo su autoridad, al mundo disociado y corrompido, a fin de conducirlo aDios.21

    Creemos que ya tenemos suficientes elementos de juicio como para intentar definir el concepto que nosocupa: la anaquefalaosisen Cristo sera la conduccin de todas las cosas hacia la plena soberana de Jesu-cristo. Cuando afirmamos todas las cosas, pensamos en la contrapartida cristiana, humana y csmica delreinado de Jesucristo. La iglesia primitiva fue consciente de ese reinado iniciado por Jesucristo y lanz almundo dos grandes afirmaciones de fe; la primera, Jesucristo es el Seor (Hech. 2:36; 10:36; Rom. 1:4; 5:1,11, 21; 6:23; 7:25; 8:39, etc.), y la segunda, Maran-ata, el Seor viene ((1 Cor. 16:22). La soberana de

    Jesucristo ya es una realidad, pero la consumacin permanece como una realidad futura. Por el momento, laIglesia es la nica comunidad sobre la tierra que sirve a Jesucristo conscientemente.22

    Aunque no se lo expresa explcitamente, el concepto de anaquefalaosisen Cristo se encuentra implcitoprcticamente en todo el Nuevo Testamento. Siempre que se haga referencia al seoro de Cristo o al Reino deDios, est implcita la idea de anaquefalaosisen Cristo. Markus Barth afirma que: [pgina 9] quienquieraque est en autoridad sobre una regin dada, afectar invariablemente las vidas de sus habitantes.23 As laanaquefalaosises la conduccin paulatina de todas las cosas (celestes y terrestres) hacia una dependencia dela autoridad de Jesucristo. Es una conduccin hacia la consumacin escatolgica. Implica un movimiento enla historia que va dejando detrs hechos concretos en su marcha hacia la consumacin de los planes eternosde Dios. El primer hecho histrico concreto es la cruz del calvario, expresin genuina del inmenso amor deDios por todo el mundo (Juan 3:16). Por eso los cristianos podemos gloriarnos en esa cruz (Gl. 6:14). Setrata de un acontecimiento que no se limita a la humanidad, sino que tiene tambin consecuencias csmicas.Por medio de la cruz Jesucristo ha triunfado sobre los principados y las potestades (Col. 2:14). El segundo

    gran hecho histrico que nos muestra la conduccin de Dios es la resurreccin (le nuestro Seor, mediante lacual ha dado vida a los creyentes (Efe. 2:5) y es gracias a ellos que tenemos la esperanza de nuestra propiaresurreccin (1 Cor. 15). El tercer gran hecho histrico es la recepcin del Espritu Santo por la Iglesia(Hech. 2, etc.) El Cristo vivo contina revelndose a travs de su Espritu y muestra a San Pablo su ministerio(Gl. 1:1116) y revela los propsitos eternos de Dios de reunir en un solo cuerpo, la Iglesia, a judos y genti-les (Efe. 3:56); ya no existe pared de separacin entre los hombres (Efe. 2:1415); Jesucristo es nuestra paz.

    A diferencia de los dos acontecimientos antes sealados, no podemos hablar de la venida del Espritu Santocomo un hecho histrico que ha quedado atrs. Este acontecimiento es a la vez pasado y presente, de El nosviene la unidad de la Iglesia (Efe. 4:3) y en El hemos sido sellados (Efe. 1:13) para el da de la redencin (Efe.4:30).

    17 Oltramare, H., op. cit., pg. 216.18 Abbott, T. K., op. cit., pg. 18.19 Beare, F. W., lnterpreters Bible, Vol. 10, New York-Nashville, Abingdon Cokesbury Press, 1953, pg. 620.20 Abbott, T. K., op. cit., pg. 18.21 Bouttier, M., Exgesis de Efesios, Facultad de Teologa, Protestante, Montpellier, Francia, Edicin mimeografiada de su curso196667.22 Barth, M., The Broken Wall, A Study of the Epistle to the Ephesians, Londres, Collins, 1960, pg. 139.23 Ibd., pg. 139.

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    Es difcil ubicar otros hechos histricos concretos que nos muestren con tanta claridad la anaquefalaosisen Cristo. Pero una cosa es muy evidente, aunque pasa desapercibida para muchos cristianos, que la Iglesiaes aparch(las primicias) de la consumacin de la anaquefalaosisen Cristo. En la Epstola a los Efesios, sedesigna a la Iglesia la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Efe. 1:23). Sobre esta afirmacin MarkusBarth seala que lo ms probable es que la Iglesia sea designada como la comunidad que ya est llena deCristo. Esto significa para Barth que la Iglesia reconoce conscientemente su seoro y por lo tanto levanta suvoz y sus brazos para alabarlo. Seala adems que el dominio de Cristo no es slo sobre la Iglesia, todos loshombres no saben todava que Cristo ya est llenndolo todo, slo la Iglesia lo sabe. 24 Por estas razones,

    afirma M. Barth, la Iglesia puede ser llamada las primicias, el comienzo, el ejemplo, la sea. y alabanza quedebe ser conocida universalmente y disfrutada conscientemente por todos los hombres. Pero la Iglesia no esun fin en s misma, sino una institucin temporal. Es la avanzada del Reino, pero no el Reino en s. Dejar deser cuando el Reino sea consumado al terminar el proceso de la anaquefalaosisen Cristo.

    [pgina 10]

    24 Barth, M., op. cit., pg. 139.

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    LA ANAQUEFALAOSIS

    EN CRISTO Y EL REINO DE DIOS

    Hemos definido la anaquefalaosisen Cristo como un proceso mediante el cual todo va siendo colocadobajo la autoridad de Jesucristo. El fin de este proceso es la culminacin del Reino de Dios. Segn el testimoniode los Evangelios Sinpticos, el tema central de la predicacin de nuestro Seor fue el Reino de Dios. Jessvivi dentro del crculo de las ideas escatolgicas del judasmo, a las cuales dio un nuevo contenido con supresencia y su mensaje. Despus de la resurreccin, Jess fue llamado Krios(Seor), por lo tanto es Rey.Pero hay Reino no slo porque hay Rey, sino tambin por las multitudes que aceptan su soberana. Es sor-prendente el hecho de que durante muchos siglos la Iglesia no tom conciencia de esta realidad. Tomemospor ejemplo a Juan Wesley, quien en su poca fue un gran exegeta. En su sermn: El camino del Reino,basado en las palabras contenidas en San Marcos 1:15, El Reino de Dios est cerca: arrepentos, y creed alEvangelio, Wesley dice: Debemos considerar en primer lugar, la naturaleza de la verdadera religin que elSeor llama: el Reino de Dios.1 A lo largo del sermn encontramos siempre la identificacin del Reino conla verdadera religin. Cmo es posible que un hombre como Wesley no hiciera una interpretacin ms

    exacta? Quizs la respuesta la encontramos en las reflexiones de Paul Tillich2 quien afirma la pertinencia delmensaje bblico a pesar de la cambiante historia del hombre. Seala que en la Iglesia griega primitiva lo quepreocupaba a los cristianos era la ansiedad sobre la muerte y la duda. San Juan con su mensaje de vida yluz vino a satisfacer sus necesidades espirituales. Durante la Edad Media surgi una nueva situacin; laansiedad resultante del caos social y espiritual que sigui a la bancarrota del Imperio Romano hizo necesarioun fundamento trascendente-sacerdotal para un sistema jurdico que fuera capaz de guiar tanto al individuocomo a la sociedad. Si en el primer perodo fue San Juan el que ms influy, en esta segunda poca es SanPedro. En la poca de la Reforma exista ms bien ansiedad por la culpa. El mensaje de la justificacin por lafe fue decisivo y fue San Pablo el que hizo provisin de las bases teolgicas para la Reforma. En los momentosen que vivimos hoy quien ms influye sobre el pensamiento teolgico protestante es el Jess de los Sinpticoscon su predicacin sobre el Reino de Dios. Juan Wesley, en el siglo XVIII todava tena sus ojos puestos en SanPablo, por lo tanto identifica al Reino de Dios con la verdadera religin. Est hablando en trminos de uncristianismo verdadero y otro falso. El verdadero viene mediante la justificacin por la fe. (Wesley vivi de1703 a 1791.) Segn el estudio realizado por Norman Perrin, la discusin moderna sobre el Reino de Diosen las enseanzas de Jess se puede decir que comenz con Schleiermacher.3 Pero Schleiermacher est muydistante de Wesley (17681834). Lo podemos considerar un telogo del siglo XIX. El y Ritschl (fallecido en1889) fueron los nicos telogos en reflexionar seriamente sobre el asunto en aquel siglo aunque sus inter-pretaciones distan mucho de [pgina 12] las reflexiones actuales,4 es preciso reconocer su valiosa contribu-cin como precursores. Pero estamos de acuerdo con Tillich de que la situacin cambiante influye sobre lareflexin teolgica. Es preciso sealar que no slo surgen en el siglo XIX las primeras reflexiones sobre elReino de Dios. Coincidiendo con la revolucin industrial, aparecen movimientos apocalpticos como losmormones, los testigos de Jehov, los adventistas, etc. No es por casualidad que en este siglo surgen dos mo-vimientos mesinicos, el sionismo y el marxismo, que en nuestro siglo se han transformado en escatologas encurso de realizacin. Podramos hablar de una anaquefalaosis enMarx. El marxista cree que estamos vivien-do un momento histrico que nos conduce inexorablemente hacia el socialismo de tipo marxista; que estamos

    en un proceso de conducir todas las naciones bajo el seoro de la filosofa de Marx. No sera exageradohablar de una anaquefalaosisen Israel, con Sin como capital del mundo. Encontramos muchos que tratande probar bblicamente tina u otra anaquefalaosis. Algunos renuevan las aspiraciones judas de dominiouniversal teniendo a las dems naciones por estrado de sus pies (Salmo 110:1); otros ven en el marxismo elinstrumento de Dios (como ayer lo fue Nabucodonosor o Ciro) ya que la Iglesia ha sido infiel y el Seor ya nola torna en consideracin. Es evidente que existen hoy tres cauces paralelos de anaquefalaosis, pero el cris-tiano que se considera un siervo del Reino de Dios, debe confiar en la anaquefalaosisen Cristo y no en otra.

    1 Wesley, J., Sermones, Vol. l., Kansas City, Beacon Hill Press, pgs. 10214.2 Tillich, P., Theology of Culture, New York, 1959, Oxford University Press, pgs. 2089.3 Perrin, N., The Kingdom of God in the Teaching of Jesus, Philadelphia, The Westminster Press, 1963, pg. 13.4 Ibd., pgs. 1216.

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    Pasando a la reflexin teolgica sobre el Reino de Dios en el siglo XX, nos encontramos en primer lugarcon Johannes Weiss, quien a pesar de haber vivido la mayor parte de su vida en el siglo XIX (muri el ao1914) se lo puede considerar un hombre de este siglo. Comenz su contribucin a la discusin teolgica conuna obrita de sesenta y siete pginas publicada en 1892.5 Weiss ejerci una gran influencia sobre AlbertoSchweitzer.

    A Alberto Schweitzer cabe el honor de haber forzado el mundo de los estudios neotestamentarios a consi-derar seriamente los problemas que nos presenta la predicacin del Reino de Dios en las enseanzas de Jess.Segn Schweitzer Jess tena conciencia de ser el Mesas y por eso proclam la venida del Reino y envi a sus

    discpulos para que proclamaran ese mensaje. Seala Alberto Schweitzer que Jess esperaba que el Reinoviniera el mismo ao de la comisin para la poca de la cosecha. Al enviar a sus discpulos en la misin quese describe en el captulo diez del Evangelio segn San Mateo, Jess no esperaba volverlos a ver antes de lavenida del Reino.6 Schweitzer se basa fundamentalmente en las siguientes palabras de Jess: Cuando os per-sigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaris de recorrer todas las ciudadesde Israel, antes que venga el Hijo del Hombre (Mat. 10:23). Las cosas no ocurrieron como Jess lo esperaba;los discpulos no tuvieron que enfrentarse con el sufrimiento y los conflictos que El haba pensado y, lo msimportante, el Reino no vino. Ante estos hechos, Jess tuvo que cambiar sus planes.7 Segn la interpretacinde Schweitzer, como no se produjeron estos sufrimientos que segn las expectativas apocalpticas judas de-ban preceder o acompaar a la venida del Reino, Jess quiso precipitar los acontecimientos acudiendo a Je-rusaln, a fin de morir y por sus sufrimientos cumplir los requisitos para la pronta venida del Reino.8

    [pgina 13] Aunque antes de Schweitzer otros telogos modernos haban dedicado sus profundas re-flexiones al Reino de Dios, a l podemos sealarlo como el precursor, en el sentido de que sus fuertes aldabo-nazos despertaron las conciencias de los telogos a la necesidad de una seria consideracin del tema. Unopuede estar de acuerdo o en desacuerdo con Schweitzer, pero nadie tiene el derecho a desconocer su valiosacontribucin a la reflexin teolgica contempornea. Oscar Cullmann rinde tributo a este gran telogo, mi-sionero, etc., de la siguiente manera: ... la obra imponente del telogo Schweitzer plantea cuestiones que noresuelve. El hecho mismo de situar los problemas de la discusin actual, le hace jugar un papel cuya impor-tancia escapa en gran parte a los interlocutores del debate.9

    Frente a la tesis de Schweitzer, conocida por el nombre de teologa consecuente, surge la anttesis de C.H. Dodd con el nombre de teologa realizada. Cullmann nos dice que la lucha se entabla alrededor de latesis exegtica de Schweitzer segn la cual Jess haba dado a su escatologa un carcter exclusivamente fu-turo. De manera viva y decidida, el ingls C. H. Dodd ha tomado el punto de vista contrario. 10 C. H. Doddencuentra en el propio Evangelio segn San Mateo un argumento contra la teologa consecuente, las palabrasde Jess: Pero si yo, por el Espritu de Dios, echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros elReino de Dios (Mat. 12:28; cf. Luc. 11:20). Dodd reflexiona sobre el verbo que usara Jess originalmente(en arameo) y afirma: Con un ojo puesto en el presunto origen arameo, debemos traducir el Reino ha veni-do.11 Pero Dodd se da perfecta cuenta de las dificultades que se presentan ante su interpretacin. Es evidenteque hay dichos de Jess que parecen referirse a una venida futura del Reino. Dodd los examina y trata demantener su interpretacin a pesar de ellos. Por ejemplo, examina Mar. 9:1, texto que l traduce de la si-

    guiente manera: Hay algunos de los que estn aqu que no gustarn la muerte hasta que hayan visto que elReino de Dios ha venido con poder.12 Un pasaje que resulta muy difcil de explicar segn la interpretacinde C. H. Dodd es Mat. 8:11: Muchos vendrn del oriente y del occidente y se sentarn con Abraham e Isaac

    y Jacob en el reino de los Cielos (cf. el pasaje paralelo Luc. 13:2829). Dodd lo explica as: Lo que todavano ha pasado, pero pasar, es que muchos que no estn todava en el Reino de Dios, en su manifestacin te-rrenal, disfrutarn su cumplimiento ltimo en un mundo posterior a ste.13 Esta afirmacin es la clave quele permite interpretar los dichos (le Jess que implican un Reina de Dios futuro en forma que no contradiga

    su interpretacin de que el Reino ya ha venido. Segn Dodd esos dichos no se refieren a una futura venida aeste mundo, porque el Reino ya ha venido a travs del ministerio de Jess. Estos dichos se refieren a algo quese encuentra ms all del espacio y del tiempo.14 En la parte final de su obra sobre las parbolas del Reino,

    5 Ibd., pgs. 1623.6 Schweitzer, A., The Quest of the Historical Jesus, Londres, Adam & Charles Black, 1954, pg. 357.7 Ibd., pg. 358.8 Ibd., pg. 386.9 Cullmann, O., Le salut dans lhistoire, Neuchatel-Paris, Delachaux et Niestl, 1966, pg.26.10 Ibd., pg. 27.11 Dodd, C. H., The Parables of the Kingdom, Londres, Nisbet and Co. Ltd., 1948, pg. 44.12 Ibd., pg. 53.13 Ibd., pg. 55.14 lbd., pg. 56.

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    estudia la parbola del tesoro escondido y la de la perla de gran precio (Mat. 13:4446). Las interpreta en elsentido de que la posesin mayor es el Reino de Dios como una realidad presente. Interpreta la parbola delos paos y de los odres en el sentido de que el ministerio de Jess no puede adaptarse al judasmo tradicio-nal, porque a travs del ministerio de Jess el Reino ha [pgina 14] venido. Con relacin a las parbolas esca-tolgicas Dodd nos dice: Su intencin era reforzar Su exigencia a los hombres para que reconocieran que elReino de Dios estaba presente en todas sus consecuencias momentneas y que por su conducta en presenciade esta crisis tremenda se juzgaran a s mismos como fieles o infieles, sabios o necios. 15 Por ltimo, con re-lacin a las parbolas del crecimiento (el sembrador, la cizaa y el trigo, la semilla de mostaza) he aqu su

    opinin: No deben tomarse como implicando un largo proceso de desarrollo introducido por el ministeriode Jess y para ser consumado por su segunda venida, aunque la Iglesia lo haya entendido ms tarde en esesentido.16

    Las interpretaciones de Dodd han causado una viva reaccin. No es nuestro propsito hacer un estudioexhaustivo de la controversia; sin embargo, queremos sealar que hay una afirmacin de Dodd que es gene-ralmente aceptada: El Mesas ha aparecido y en El ha venido el Reino de Dios. 17 Pero el Reino de Dios no seha consumado, slo ha sido iniciado por la venida de Jess. El calor de la polmica no impidi a Dodd anali-zar y revisar con toda serenidad sus puntos de vista. Con la sencillez de todo hombre que busca la verdadpara orientarse y poder orientar a los dems, Dodd modifica parcialmente su posicin. En una obra posteriorsobre la venida de Cristo, reconoce que hay en Jess algunos dichos, que l llama misteriosos, en relacin a lavenida del Hijo del Hombre. Reconoce Dodd que haba pasado sobre ellos con demasiada ligereza. Seala queexisten algunos pasajes que indican que cuando venga el Hijo del Hombre habr un derrumbamiento deluniverso fsico y afirma con toda sencillez: Antes yo deca que sera absurdo tomar literalmente el lenguajecon relacin al oscurecimiento del sol y la cada de las estrellas. De todas maneras, no podemos descartar laimpresin de que la escena final est colocada donde el mundo del espacio, el tiempo y la materia ya no estnen el cuadro.18 En la misma obra se refiere a lo que l llama un dicho extrao de Jess frente al sumo sa-cerdote: ... desde ahora veris al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en lasnubes del cielo (Mat. 26:64) Dodd se pregunta: Podemos dar algn significado a tal declaracin a menosque pensemos en otro mundo distinto de este?19 Insiste en que el pronstico de la venida de Cristo en la his-toria se cumpli en su resurreccin, pero acepta una venida ms all de la historia: definitivamente, yo dirams all de la historia, y no como un hecho posterior en la historia, ni siquiera como el ltimo acontecimien-to de la historia.20

    En resumen, Dodd afirma que el Reino se ha realizado histricamente, pero que faltaran hechos ms allde la historia, que no podemos colocar sino en el futuro. Porque a pesar de la afirmacin de que cuando esosuceda no estaremos limitados por el espacio, el tiempo y la materia, es evidente que ahora s lo estamos.

    Esta revisin del punto de vista de Dodd le acerca extraordinariamente a la posicin de Joaqun Jeremas,quien en reaccin contra Dodd presenta al Reino tanto presente como futuro. La salvacin es presente,21 puespara todos los pecadores la misericordia de Dios es una realidad,22 pero el [pgina 15] Reino de Dios es tam-bin futuro. Los cristianos tenemos una gran confianza23 ante la catstrofe.24 Jeremas ha propuesto a la luzde sus descubrimientos, la expresin: escatologa en curso de realizacin.25

    El punto de vista de Cullmann es muy similar al de Jeremas y al del ltimo (le Dodd: Comenzamos porlas afirmaciones (le Jess que expresan claramente que el Reino de Dios est ya presente en su persona... Essuficiente llegar a este punto para tener la confirmacin del vnculo estrecho que existe entre la fe de Jess,donde la palabra ya juega un papel tan grande y su conciencia mesinica: Jess cree que todo est ya cum-plido y enlaza esa certeza con la conviccin de que un da ser acabado todo lo que no existe todava.26 Estasafirmaciones son presentadas en la imagen de una guerra: ... la batalla decisiva puede haber sido librada en

    15 Ibd., pg. 174.16 Ibd., pg. 193.17 Dodd, C. H., The Apostolic Preaching and its Developments, Nueva York, Harpors and Brothers Publishers, pg. 50.18 Dodd, C. H., The Coming of Christ, Cambridge University Press, 1954, pg. 15.19 Ibd., pg. 16.20 Ibd., pg. 16.21Jeremias, J., Les Paraboles de Jsus, Le Puy-Lyon-Paris, Editions Xavier Mappus, 1962, pgs. 12026.22 Ibd., pgs. 127149.23 Ibd., pgs. 149160.24 lbd., pgs. 160170.25 Ibd., pg. 219.26 Cullmann, O., op. cit., pgs. 19697.

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    el curso de una de las primeras fases de la campaa; sin embargo, las hostilidades continan todava por lar-go tiempo.27

    No vamos a continuar analizando las reflexiones teolgicas sobre el Reino de Dios, slo hemos deseadomostrar que existe cierto consenso de opinin entre los telogos contemporneos en el sentido de que la pre-dicacin del Reino de Dios en los Evangelios Sinpticos presenta una escatologa en curso de realizacin. Lohemos visto en Dodd (posicin revisada). Jeremas y Cullmann.28 Otros nombres podran aadirse a la lista,pero para los fines que nos proponemos en este trabajo es suficiente.

    Decamos en el primer captulo que podemos ubicar la anaquefalaosisen Cristo en unos cuantos hechoshistricos concretos: La cruz del Calvario la resurreccin y la recepcin por la Iglesia del bautismo del Espri-tu Santo en Pentecosts. Pero tambin sealamos que es difcil ubicar otros hechos concretos que nos mues-tren el proceso de conduccin de todas las cosas bajo el seoro de Jesucristo. Creemos que hemos dejadobien claro en este captulo la realidad de la anaquefalaosispor lo menos a nivel de la reflexin teolgico.Nadie negara que si Juan Wesley viviera hoy, no predicara su sermn El camino del Reino en la formaque lo hizo en el siglo XVIII. El Seor nos conduce hacia la consumacin del Reino y aun la teologa est sien-do conducida hacia la plena autoridad de Jesucristo. Durante diecinueve siglos la reflexin teolgica recibisu inspiracin sucesivamente en San Juan, San Pedro y San Pablo, por lo menos dentro del protestantismo;hoy el centro de la reflexin est en el Jess de los Evangelios Sinpticos. En la Iglesia Catlica encontrara-mos un proceso similar: la tradicin, Mara, Pedro, van quedando rezagados mientras la Biblia y especial-mente Jesucristo va tomando ms y ms el centro. La Virgen Mara est saliendo paulatinamente del altarmayor y ms y ms la adoracin se centra en Jesucristo. Esto tambin es una manifestacin de la anaquefala-

    osisen Cristo.En diecinueve siglos los cambios fueron muy lentos. Hoy vivimos en medio de grandes cambios a todos los

    niveles. El proceso de la anaquefalaosisse manifiesta tambin en las reflexiones teolgicas sobre el Reino deDios, como hemos visto, hasta llegar a la afirmacin de que el Reino es una [pgina 16] escatologa en cursode realizacin, que ya es una realidad que est consumndose. En otras palabras, es un proceso en marcha, esanaquefalaosisen Cristo.

    27 Cullmann, O., Christ et les temps, Neuchatel-Paris, Delachaux et Niestl, 1957, pg. 59.28 Cullmann, O., Art. "Autorits", Vocabulaire Biblique, Neuchatel-Paris, Delachaux et Niestl, 1964, pg. 30.

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    LA ANAQUEFALAOSIS

    EN LAS ENSEANZAS DE JESS

    Es lgico que Jess haya sentido una gran devocin por lo que hoy llamamos Antiguo Testamento. Comotena conciencia de ser el Mesas prometido en la revelacin contenida en las Escrituras es lgico que cons-tantemente debiera referirse a ellas. Lamentablemente no ha llegado hasta nosotros una informacin comple-ta acerca de su vida y sus enseanzas. Es cierto que tenemos, lo fundamental, pero a veces las reflexionesteolgicas se ven limitadas por la falta de datos suficientes para realizar un estudio exhaustivo. A pesar de esadificultad, vamos a esforzarnos por demostrar en este captulo que Jess tiene conciencia de que con su veni-da culmina un proceso en la anaquefalaosisen Cristo y comienza una nueva etapa.

    Vamos a orientar nuestra investigacin en dos sentidos: primero nos referiremos a la eleccin de Abra-ham como el comienzo de la anaquefalaosisen Cristo y despus nos referiremos brevemente a algunos sal-mos y ms concretamente al Salmo 110:1, que Jess interpreta como una profeca de su ministerio.

    El Nuevo Testamento muestra que las promesas hechas al pueblo de Israel por medio de Abraham se

    cumplen plenamente en Jesucristo. Afirmamos que la anaquefalaosisen Cristo comienza con la eleccin deAbraham, porque Dios se propone bendecir a travs de l a todas las familias de la Tierra (Gn. 12:13). Laeleccin tiene una finalidad, se propone bendecir a toda la humanidad a travs de un pueblo que le sea fiel.En los propsitos de Dios toda la humanidad estar unida bajo el seoro de Jesucristo. Pero este es un proce-so en curso de realizacin.

    Segn el testimonio de Mateo y de Lucas, Abraham est ntimamente relacionado con el Reino de Dios,donde tiene un lugar preferencial. ... vendrn muchos del oriente y del occidente y se sentarn con Abra-ham e Isaac y Jacob en el reino de los Cielos (Mat. 8:11); despus seala, en el versculo siguiente, que loshijos naturales del Reino, o sea los judos, sern echados en las tinieblas. Aqu el dicho de Jess est colocadoen el contexto de la curacin del siervo de un centurin. Lucas coloca el pasaje paralelo en otro contexto(Luc. 13:2830)

    San Juan nos ha dejado un testimonio mucho ms sugestivo, que muestra que Abraham tuvo por antici-pado conocimiento de la misin y la obra de Jess y que se goz en ella (Juan 8:56). Este pasaje muestra queAbraham no est muerto como suponan los indios (Juan 8:52) sino que est contemplando lo que ocurre enel momento en que Jess predica. San Marcos confirma este dicho de Jess: ... Dios de Abraham... Dios no esDios de muertos sino de vivos (Mar. 12:2627). Por su parte el autor de la Epstola a los Hebreos, al referir-se a la nube de testigos, Abraham incluido, afirma que stos murieron sin haber recibido lo prometido, peroque podan mirar de lejos esas promesas y crean en ellas (Heb. 11:13).

    [pgina 18] Despus de este breve anlisis de algunos pasajes, podemos afirmar que la anaquefalaosisenCristo comienza por la eleccin de Abraham y especialmente con su misin. Al disponerse Abraham a ofrecersu nico hijo (como despus Dios ofrecera su nico Hijo), Dios aclara que la bendicin a todas las nacionesno sera a travs de Abraham, sino de su simiente (Gn. 22:18). Sin embargo, el ministerio de Abraham tieneuna enorme importancia en el perodo anterior a la venida de esa simiente, que segn las reflexiones teolgi-cas de San Pablo es Jesucristo (Gl. 3:16).

    La anaquefalaosisen Cristo, antes de la venida de Jess, tiene tambin algunos hechos histricos concre-tos que nos muestran el proceso. El primero ya lo hemos sealado, la eleccin de Abraham como instrumentode Dios. Se trata de la eleccin de un pueblo antes de su existencia histrica. Por la fe en las promesas hechasa Abraham este pueblo crey ser el pueblo de Dios, pero un segundo hecho histrico en la anaquefalaosisenCristo antes de la venida de Jess, confirma a este pueblo la realidad que antes haba recibido por la sola fe.Nos referimos al acto liberador de Dios al rescatar a su pueblo de la esclavitud en Egipto. Desde entonces, porla fe y la experiencia estaban convencidos de ser el Pueblo de Dios.

    Por qu escogi Dios al pueblo de Israel y no a otro? El autor del libro de Deuteronomio nos seala queDios no escogi a Israel porque fuera el pueblo ms fuerte numricamente hablando. Por el contrario afirmaque era el ms pequeo de entre los pueblos (Deut. 7:7). Tampoco lo escogi porque fuera el ms justo. Israelno haba hecho mritos, no lo mereca (Deut. 9:46). Por ltimo seala que si Dios ha escogido a Israel es

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    porque lo ama y porque desea ser fiel a su alianza con Abraham y los otros patriarcas (Deut. 4:37; 7:8;10:15). Diramos que la eleccin tiene un carcter eminentemente instrumental. Dios se propone reunir atodas las naciones bajo la autoridad del Cristo que ha de venir; el pueblo de Israel es un proyecto piloto deDios para la salvacin de toda la humanidad. Es la vanguardia de la anaquefalaosisen Cristo, que ha de to-mar mayor fuerza extendindose a todo el mundo cuando venga el Hijo de Dios. Como Dios eligi a Abrahampara que fundara a un pueblo dividido en doce tribus, Jess escogi a doce apstoles para que llevaran elmensaje redentor a todo el mundo. La eleccin de los apstoles es similar a la del pueblo de Israel en el senti-do de que no se realiza en reconocimiento de mritos personales de los apstoles. Se trata de un acto sobera-

    no y gratuito de parte de Dios. Como en el caso de Israel, en esta nueva fase de la anaquefalaosisen Cristo laeleccin no es un fin en s misma; tiene tambin un carcter instrumental. Tiene como propsito una misinal mundo, para que se arrepienta y crea al Evangelio.

    Como afirmamos ms arriba, Jess sinti una gran devocin por las Escrituras. A la hora de su muerte tu-vo en sus labios las palabras de los Salmos (cf. Mat. 27:46; Sal. 22:1). Afirma Bonhoeffer que el salmo es ellibro de oraciones de Jesucristo en el sentido ms propio. El ha rezado el salmo y as ste se ha convertido ensu oracin para toda la humanidad.1

    [pgina 19] Buen nmero de esos salmos son testimonio de la anaquefalaosisen Cristo. El salmista estconvencido de que llegar el da cuando Jehov pastorear a todas las naciones de la Tierra (Salmo 67:4). Elsalmo 96 invita a toda la Tierra a cantar a Jehov un cntico nuevo. El salmo 97 afirma que Jehov reina ypor lo tanto la Tierra debe regocijarse. El salmo 99 afirma que por cuanto Jehov reina temblarn los pue-blos. Cantad alegres a Jehov, toda la Tierra; levantad la voz y aplaudid y cantad salmos (salmo 98:4). El

    salmo 100 invita a todos los habitantes de la Tierra a servir a Jehov con alegra y a venir ante su presenciacon regocijo. Y una afirmacin que parecera imposible en labios judos, dirigida a todo el mundo: Pueblosuyo somos... Entrad por sus puertas con accin de gracias, por sus atrios con alabanza (salmo 100:34). Elsalmo 102 contempla esa anaquefalaosiscomo una realidad escatolgico: Cuando los pueblos y los reinosse congreguen en uno para servir a Jehov (102:22). En la obra de Berkhoff y Potter, Palabras Clave delEvangeliose afirma que esos salmos son casi ridculos por el hecho de que un pueblo minsculo se atreve aconvocar a todas las naciones para que se sometan a su Dios. Esta ridcula convocacin de todas las nacionespor una minora insignificante surge de la creencia en la existencia de Israel como testigo. 2

    Deseamos centrar nuestro estudio en el Salmo 110, especialmente en el primer versculo. El salmistaafirma que Jehov exaltara su Seor a un lugar privilegiado, a su diestra, desde cuyo lugar ejercer domi-nio sobre todas las naciones conquistadas. Los enemigos sern puestos por estrado de sus pies. Se trata deuna antigua costumbre de los reyes victoriosos de colocar su pie sobre el cuello de los enemigos vencidos.Con este acto se indica el completo sometimiento.3

    No vamos a hacer una exgesis del salmo, sino de la interpretacin que le dio Jess. Los tres EvangeliosSinpticos nos presentan esa interpretacin (Mar. 12:3637; Mat. 22:42-45 y Luc. 20:4144). Comenzamospor el estudio del texto griego, aunque posiblemente Jess habl en arameo y no en griego. No obstante, nocarece de fundamento la teora de Moulton en el sentido de que es posible que Jess haya hablado el griego

    ya que la Palestina de tiempos de Jess era una regin bilinge. Segn Moulton, se puede suponer que lasmasas de Jerusaln conocan el griego aunque imperfectamente, que Jess mismo y sus apstoles usabanregularmente el arameo est ms all de la duda, pero que el griego tambin estaba a la disposicin es casiigualmente cierto.4 No tenemos elementos de juicio suficientes para determinar si Jess habl o no el griego,aunque es posible que durante su larga permanencia en Galilea haya aprendido esa lengua. Lo cierto es queel texto de la cita del Salmo 110 en Mar. 12:36 est copiado literalmente de la septuaginta, slo con dos alte-raciones: A la palabra griega krios(Seor) le falta el artculo y se sustituye hupopdion(que viene de hupo,debajo y depospies) que significa estrado, escabel, taburete por la preposicin hupokto(debajo).

    Creemos que esta sustitucin tiene su importancia. Cul es la razn para el cambio?5 Por qu en Mateo22:44 se respet el cambio hecho en Marcos 12:36? Por qu en Lucas 20:4243 no se hace el cambio? (enel texto griego). Segn los manuscritos ms antiguos, Lucas copia del Salmo, aunque algunos manuscritosposteriores [pgina 20] aparecen con el cambio que hemos notado en Marcos y Mateo. Tuvo algo que ver

    Jess con la sustitucin de una palabra por la otra? De un sustantivo por una preposicin? Es muy difcilencontrar una respuesta correcta para estas preguntas, pero sin duda alguna estamos en presencia de uncambio que tiene mucha importancia. La versin Reina-Valera, siguiendo al Salmo 110, traduce: Estrado de

    1 Bonhoeffer, D., Vida en Comunidad, Buenos Aires, 1966, Editorial La Aurora, pg. 39.2 Berkhof, H. y Potter, P., Palabras Clave del Evangelio, Buenos Aires, Editorial La Aurora, 1965, pg. 121.3 Shelton, W. A., Salmos: Comentario Bblico de Abingdon, Buenos Aires, La Aurora, 1939, pg. 172.4 Moulton, J. H., A Grammar of the New Testament Greek. Vol. I, Edimburgo, T. T. Clark, 1957, pg. 8.5 Cf. Septuaginta, editada por A. Rahlfs, Vol. II, pg. 124. Salmo 109:1.

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    tus pies. La versin hispanoamericana es fiel al texto griego y traduce en Mateo y Marcos debajo de tuspies, y en Lucas escabel de tus pies. La versin de Nacar-Colunga traduce: Debajo de tus pies en Marcos

    y escabel de tus pies en Mateo y Lucas. Estas vacilaciones han sido experimentadas tambin por algunoscopistas de cdices, que han alterado el texto del Evangelio para armonizarlo con el del Salmo 110. 6 SegnFilson, la siguiente es la interpretacin de Jess: El Seor (Dios) dice a mi Seor (el Mesas), sintate a mimano derecha (a la mano derecha de Dios), hasta que yo (Dios) ponga a tus enemigos debajo de tus pies (uncuadro de la victoria final del Mesas sobre todos los que se le oponen.7 Segn McNeile, el Seor supuso queel Salmo 110 se refera al Mesas.8 Cranfield,9 Leaney10 y otros sugieren que Jess plante el problema por-

    que estaba convencido, de que El era el Mesas.Pasemos ahora a considerar una cuestin fundamental, la autenticidad de este dicho de Jess: A menudo

    se ha argumentado que esta discusin no surgi en el tiempo de Jess, sino despus que la Iglesia comenz aespecular sobre el significado de la misin de su Seor.11 Nos parece que el cambio de un sustantivo por unapreposicin (como hemos visto ms arriba) tiene un significado teolgico notable. Sobre todo si podemosprobar la autenticidad del dicho y no que le haya sido atribuido por la comunidad primitiva. Tenemos tresargumentos a favor de la autenticidad. El primero es la unanimidad, los tres Evangelios Sinpticos han con-servado este dicho de Jess. El segundo argumento es el contexto en que se coloca al dicho. Los tres Sinpticosestn de acuerdo en que Jess est dialogando sobre si el Mesas es o no el Hijo de David. Los tres sealan lapregunta que Jess hace a sus compaeros de dilogo: Cmo es su Hijo si le llama Seor? Mateo afirma: Ynadie le poda responder palabra; ni os alguno desde aquel da preguntarle ms (Mat. 22:46). La mismaidea la encontramos en Marcos, pero colocada en otro contexto (12:34); igual ocurre con Lucas 20:40. Esinteresante sealar que tanto en Marcos como en Lucas se encuentra inmediatamente antes del dicho sobre elSalmo 110. La unanimidad en el texto y en el contexto parecen ser razones suficientes para probar la auten-ticidad, pero vamos a referirnos a un tercer argumento. Tradicionalmente se ha sostenido que el Evangeliosegn San Mateo se escribi con el propsito de convencer a los judos de que Jess era el Mesas prometido.Es cierto que autores como Goodspeed12 afirman que no hay razones para continuar manteniendo ese puntode vista. Sin entrar a considerarlas, porque nos apartaran de nuestro propsito, entendemos que hay razonessuficientemente slidas como para seguir considerando al Evangelio segn San Mateo como escrito especial-mente para los judos. He aqu nuestro tercer argumento: El dicho de Jess es autntico y adems muy impor-tante porque Mateo, escribiendo para los judos, conserva una narracin de Marcos donde se presenta undesafo a la doctrina tradicional [pgina 21] de los eruditos fariseos, en el sentido de que el Mesas es descen-diente de David. Uno tiene derecho a pensar que Jess insisti mucho sobre el asunto en conversaciones per-sonales con los apstoles y que por esa razn, el evangelista a pesar de que el relato estropeaba un poco elpropsito de la obra no se atrevi a suprimir este dicho de Jess. En otros casos, en Mateo se suavizan narra-ciones de Marcos, por ejemplo en Mar. 10:3537 Jacobo y Juan piden a Jess lugares privilegiados. CuandoMateo trata el mismo asunto, no presenta a los ilustres apstoles como individuos que buscan beneficios per-sonales; conserva la narracin pero atribuyendo la peticin a la madre de los apstoles (Mat. 20:2021). Porqu no hizo el evangelista lo mismo con relacin a la cita que Jess hace del Salmo 110:1? En nuestra opi-nin porque el asunto era muy importante y porque se trataba de un dicho de Jess que el evangelista enten-di que no tena el derecho de cambiar, aun cuando fuera en contra del propsito de su obra. Para terminarestas reflexiones con relacin a la autenticidad del dicho de Jess que nos ocupa, copiamos a continuacin elpunto de vista de Filson:

    Sin la orientacin de Jess, los cristianos de procedencia juda difcilmente habran aceptado este rechazo dela idea del Hijo de David. Ciertamente Mateo, para quien el Mesas Hijo de David era altamente significati-vo como cumplimiento de las esperanzas de su pueblo y su Escritura, nunca habra creado el incidente. Refle-

    ja la lucha de Jess con las expectativas corrientes y muestra en parte cmo El entendi la voluntad de Dios ala luz del amplio rechazo por parte de su pueblo. Esencialmente, en la tentacin haba echado a un lado la

    idea popular del Mesas Hijo de David (Mat. 4:110).13El Mesas tiene una misin mucho ms amplia que la que los judos le atribuan, es mucho ms que el

    Hijo de David, herencia exclusiva del hebreo. El Salmo 110 se limita a las glorias de un caudillo judo que

    6 Nestle, E., Greek New Testament, New York, American Bible Society, 1936, pgs. 62, 123.7 Filson, F. V., The Gospel According to St. Matthew, Londres, Adam y Charles Blaek, 1960, pg. 239.8 McNeile, A. H., The Gospel According to St. Matthew, Londres, Macmillan and Co. Lid., 1961, pg. 328.9 Cranfield, C. E. B., The Gospel According to St. Mark, Cambridge University Press, 1959, pg. 383.10 Leaney, A. R. C., The Gospel According to St. Luke, Londres, Adam and Charles Black, 1958, pg. 255.11Johnson, S. E., The Gospel According to St. Matthew, Interpreters Bible, Vol. 7, New York-Nashville, Abingdon C. Press, 1951,pg. 526.12 Goodspeed, E. J., An Introduction to the New Testament, Chicago, The University of Chicago Press, 1937, pg. 239.13 Filson, F. V., op. cit., pg. 239.

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    vencera a los dems pueblos, a los enemigos, los que vendran a ser pisoteados por el caudillo vencedor. Esdecir, una anaquefalaosisen Sin, todo el mundo conducido bajo la autoridad del Mesas, pero bajo el seo-ro de Israel sobre las dems naciones. Jess quiere mostrarles que el Reino ha comenzado en su persona yministerio, no para humillar a los gentiles, para pisotearlos, sino para conducir a todos los seres humanos(judos o gentiles) bajo su plena soberana. El Mesas ha comenzado la anaquefalaosis. Todos los enemigosestn debajo de sus pies (hupokto). El est encima, El reina ya. Tenemos razones para pensar que si el Seortuvo acceso al idioma griego, como parece posible, El mismo hizo el cambio de las palabras. Debemos subra-

    yar dos palabras: Sintate, ponte en autoridad sobre todos los hombres, que se trata de una orden expresa de

    Dios. La segunda palabra a subrayar es hasta. El Reino comenzado tendr su consumacin. Hay muchos queignoran su soberana, pero eso ser hasta un da, el da de la segunda venida.

    Creemos ver confirmada y completada la anterior interpretacin con el dicho de Jess ante el sumo sa-cerdote: Yo soy y veris al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubesdel cielo (Mar. 14:62). Aqu Jess vuelve a hacer uso del Salmo 110, pero esta vez [pgina 22] combinndo-lo con Daniel 7:13. Este dicho tambin ha sido conservado por los tres Evangelios Sinpticos, aunque los tex-tos no coinciden. Segn Marcos Jess responde: Yo soy y veris al Hijo . En Mateo: T lo has dicho; yadems os digo desde ahora veris al Hijo... (Mat. 26:64). Lucas: Si os lo dijere, no creeris; y tambin si ospreguntare, no me responderis, ni me soltaris. Pero desde ahora el Hijo de... (Luc. 22:6770). Es evidenteque Lucas es quien ms ha elaborado la respuesta de Jess. Tanto l como Mateo deben haber tomado la in-formacin de Marcos, aunque no descartamos la posibilidad de que este dicho tambin se encontrara en eldocumento llamado Q. Quiz esto explique el desarrollo de la narracin en Lucas.

    En la segunda parte del dicho (la cita de Dan. 7:13), hay una identificacin casi perfecta entre el relato deMarcos y el de Mateo. Slo hay una variacin en el texto griego, el cambio de una preposicin por otra; enMarcos se usa met(con o juntamente con las nubes del cielo) y en Mateo epi(sobre las nubes del cielo).Lucas presenta tal desarrollo que vara completamente el sentido de Marcos. De Daniel 7:13 toma solamenteel titulo Hijo del Hombre y omite lo dems. Nos presenta a un Jess que parecera esforzarse por salvar lavida con respuestas evasivas. Un hombre dbil, lleno de miedo, que lo que desea es que lo suelten: ni mesoltaris. Por el contrario, Marcos y Mateo nos presentan a un hombre viril, sin temor. El tiempo ha venidopara que Jess haga su confesin ante el ms alto tribunal de la nacin. 14 Filson presenta el dilogo entre

    Jess y el sumo sacerdote de la siguiente manera: T lo has dicho; t tienes razn, pero no en la manera enque t interpretas el ttulo. Entonces, sin usar el ttulo de Mesas o de Cristo, El dice que desde ahora en ade-lante ellos veran al Hijo del Hombre, exaltado al poder y rango de estar junto a Dios. Pronto le vern vinien-do a establecer completamente el Reino de Dios.15 Theo Preiss seala que es necesario subrayar dos extre-mos: sentado y viene. Sentado significa haber recibido todo el poder, ser el lugarteniente de Dios. Venir en

    las nubes del cielo significa venir, juzgar, reinar con la autoridad, la gloria, la potencia de Dios mismo.16Todo parece indicar que Jesucristo us el Salmo 110:1 en dos momentos muy precisos, causando tal im-

    presin la interpretacin que hizo que los dichos han sido conservados por los tres Evangelios Sinpticos. Elprimer dicho se refiere solamente al Salmo y hemos subrayado dos palabras: Sintatey hasta. El Seor co-mienza a reinar por el mandato expreso de Dios. En el segundo dicho se mezclan el Salmo 110 y Daniel 7:13

    y tambin hay dos palabras a subrayar: Sentadoy viniendo. Jess se presenta aqu no solamente como unrey de los judos, sino como el Hijo del Hombre, trascendente, celeste, ese ser divino preexistente que juzga almundo entero y reinar sobre un reino eterno.17 Por su pasin y su resurreccin, Jesucristo va a entrar enuna fase nueva de su reinado. No es por la paciencia y la muerte que El establecer desde ahora en adelantesu Reino, sino por la propia fuerza de Dios (poder es aqu un sustituto para el nombre sacrosanto de Jeho-v) y al final de los tiempos volver en calidad de juez. 18

    [pgina 23] De todo lo que hemos dicho, podemos concluir, sin pecar de exagerados, que nuestro SeorJesucristo crey en una escatologa en curso de realizacin. (Justo lo que ha llegado a ser el consenso teolgi-co sealado en el captulo anterior.) Sus enseanzas paradjicas sobre el Reino presente y futuro, que handado tanto que hacer a los exegetas del Nuevo Testamento, la paradoja misma del dicho ante el sumo sacer-dote, Sentado y viniendo, la adaptacin y el uso del Salmo 110:1, solo y mezclado con Daniel 7:13, nos per-miten hacer tal afirmacin. La anaquefalaosisen Cristo tendr su consumacin, esa es nuestra esperanza.Hacia ella marchamos, guiados por el Espritu Santo.

    14 Could, E. P., A Critical and Exegetical Commentary on the Gospel According to St. Mark(International Critical Commentary),Edimburgo, T. and T. Clark, 1955, pg. 279.15 Filson, F. V., op. cit., pg. 283.16 Preiss, T., Le Fils de lHomme, Montpellier, Facult de Thologie Protestante, 1965, pg. 35.17 Ibd., pg. 36.18 Durand, A., Evangile Selon Saint Matthieu, Paris, Beauchesne et ses Fils, 1948, pg. 497.

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    LA ANAQUEFALAOSIS

    EN LOS DISCPULOS DE JESSLa interpretacin que hace Jess del Salmo 110:1 no slo impresion a los discpulos que escribieron los

    Evangelios, Sinpticos, como ya hemos visto. El apstol Pedro, segn el testimonio que nos ha dejado Lucas enel Libro de los Hechos, termina su sermn en el primer Pentecosts cristiano citando el Salmo 110:1 y aa-diendo: Sepa pues, ciertsimamente toda la casa de Israel, que a este Jess a quien vosotros crucificasteis,Dios le ha hecho Seor y Cristo (Hech. 2:3436). Nos aade Lucas que este mensaje llev al arrepentimiento

    y al bautismo como a tres mil personas (Hech. 2:41). La proclamacin de que Jesucristo reina ya, recibe losprimeros frutos, los primeros sbditos, despus del crculo ms ntimo de los discpulos. La anaquefalaosisenCristo, comenzada por la presencia del Seor mismo entre los hombres, recibe su gran impulso el primer dade Pentecosts cristiano. Los creyentes, los sbditos de Jesucristo, perseveraban en la doctrina de los apsto-les, en la comunin unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones (Hech. 2:42).

    Basndonos tambin en el testimonio de Lucas, sabemos que durante el juicio a que fue sometido Estebanpor obra del Espritu Santo, le sobrevino un estado de xtasis y ... puestos los ojos en el cielo, vio la gloria deDios, y a Jess que estaba a la diestra de Dios (Hech. 7:5556). Inmediatamente Esteban dio testimonio (lesu visin, pero en este caso se produce una reaccin opuesta a la de aquellos que escucharon el mismo men-saje de labios de Pedro. Quizs por ser el mismo mensaje fue tan violenta la reaccin; se taparon los odosnos dice Lucas, no quisieron escuchar el mensaje que haba llevado a tres mil personas a los pies de Cristo.Arremetieron contra l con rabia y le mataron.

    El testimonio de Lucas sobre la importancia que tuvo para Pedro la interpretacin que hizo Jess del Sal-mo 110:1 se ve corroborado por la Primera Epstola de San Pedro. E. G. Selwyn hace un interesante estudiocomparativo entre los discursos de Pedro en Hechos y la Epstola.1 Selwyn defiende la paternidad petrina de 1Pedro y uno de sus argumentos es precisamente la correlacin entre Hech. 2:3236 y 1 Ped. 1:21; 3:22.2 Laalusin al Salmo se ve ms clara en 1 Ped. 3:22, quien habiendo subido al cielo est a la diestra de Dios; y a

    El estn sujetos ngeles, autoridades y potestades.El autor de la Epstola a los Hebreos se refiere tres veces al Salmo 110:1. Al comienzo de la epstola, des-

    pus de hacer una breve sntesis de la revelacin divina, muestra que en estos postreros das nos ha habladopor el Hijo (1:2). En el siguiente versculo nos muestra que, concluida ya su divina misin de purificacin(le nuestros pecados por medio de s mismo, se sent a la diestra de la Majestad en las alturas. En el captulo8, versculos 1 al 5, nos presenta a Jess como pontfice y como rey. En la tipologa usada por el autor, Mel-quisedec es rey y a la vez sacerdote. El [pgina 25] sentarse a la diestra de Dios, nos muestra su carcter derey, lo cual da una dignidad especial a su carcter de pontfice. La cita ms completa del Salmo 110:1 la en-contramos en 10:1213. Jess, el pontfice-rey, ha ofrecido un solo sacrificio para siempre, esto contrastacon el sacerdocio levtico que ofreca muchos sacrificios. El sacrificio de Jess tiene valor permanente, es parasiempre, mientras que los sacrificios en el templo se realizaban diariamente, tenan un valor temporal. Elsacerdote cumpla su oficio de pie, mientras que Jess est sentado a la diestra de Dios, como rey. El autorseala que Jess est esperando lo que resta, y dice explcitamente lo que se encuentra implcito, en los dosparticipios que estudiamos en los Sinpticos: Sentado y viniendo. Esta espera durar hasta que sus enemigossean puestos por estrado de sus pies (10:13). Es interesante sealar que aqu no se sustituye hupopdion,como hemos visto en Marcos y en Mateo y como veremos ms adelante que ocurre tambin en San Pablo. Elautor de Hebreos cita directamente el Salmo 110, sin hacer sustitucin alguna.

    El autor de Apocalipsis presenta una cita: Al que venciere, le dar que se siente conmigo en mi trono, ascomo yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono (3:21). Aqu se nos presenta a Jess comoprototipo de vencedor. Venci en la tentacin, en su vida, su muerte y su resurreccin. Como premio se le dioel privilegio de reinar junto con el Padre; El ofrece la misma recompensa al que sea capaz de vencer.

    1 Selwyn, E. G., The First Epistle of St. Peter, Londres, Macmillan & Co. Ltd., 1964, pgs. 3336.2 Ibd., pg. 34.

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    ANAQUEFALAOSIS EN CRISTO EN SAN PABLOSin atender a la cronologa de los escritos neotestamentarios, hemos dejado para el final de este captulo

    la interpretacin paulina del reinado de Jesucristo segn el Salmo 110:1. Pablo, tal como nuestro Seor, usael Salmo en dos formas diferentes, solo (Rom. 8:34 y Col. 3:1) y mezclado (1 Cor. 15:2527 y Efe. 1:2022).Tanto en Romanos como en Colosenses se trata de alusiones indirectas. En Romanos la nota tnica es la victo-ria del cristiano a pesar de las dificultades que puedan presentarse en su camino. No tenemos que temer a lacondenacin porque el Cristo que muri ha resucitado, est a la diestra de Dios e intercede por nosotros. En

    el pasaje de Colosenses la nota tnica es la tica cristiana, tema que se extiende hasta la terminacin de laepstola.

    En los dos pasajes que estudiaremos ahora el Salmo 110:1 aparece mezclado y nos parece que la nota t-nica es la anaquefalaosisen Cristo. Es por eso que nos limitaremos a estudiar y comparar la escatologa encurso de realizacin en las dos epstolas, y nos referiremos nicamente a los pasajes donde se expresa la ideade anaquefalaosis. En cuanto a Efesios, en la segunda parte el primer captulo lo dedicamos a reflexionarsobre la escatologa de esa epstola.

    En I Corintios 15:2527 encontramos una elaboracin exegtica del Salmo 110:1, la primera parte de di-cho versculo es cambiada, quizs para hacerla ms comprensible: Sintate a mi diestra hasta es sustituidopor [pgina 26] Pues es necesario que El reine hasta. En la segunda parte hay una sustitucin -como hemosvisto en Marcos y Mateo- de hupopdion(taburete, escabel) por una preposicin. En este caso una preposi-cin diferente a la que usarn ms tarde los escritores de Marcos y Mateo. Pablo usa hupo(debajo), mientras

    que los Evangelios citados usan hupokto(debajo). Las razones ara el cambio deben ser las mismas que tuvie-ron los evangelistas: conservar una innovacin hecha por Jess al interpretar dicho salmo. No es cuestin depisotear el cuello de los enemigos vencidos, sino presentar la realidad de que Jesucristo ha sido colocado enposicin de autoridad. Esa autoridad no es reconocida por todos todava, pero todo dominio, toda autoridad ypotencia sern suprimidas y el postrer enemigo que ser destruido es la muerte (1 Cor. 15:2426). Relacionael Salmo 110:1 con el Salmo 8:6 en 1Cor.15:29 .

    En Efesios tambin hay elaboracin. No se sustituye la primera parte del Salmo 110:1, pero se aade entois epouraniois(en los lugares celestiales), una frase caracterstica de esta epstola que aparece cinco veces,3no apareciendo en ningn otro libro del Nuevo Testamento.4 En el salmo encontramos un verbo en imperati-vo: Sintate en Efesios aparece un participio: Sentndole a su diestra (participio aoristo). La segunda par-te se expresa as: Y someti todas las cosas bajo sus pies. Presenta la idea de la segunda parte del Salmo110:1, pero es una cita del Salmo 8:6b: Todo lo pusiste debajo de sus pies. Entre las dos citas de los Salmosse presenta una lista de los seres que se encuentran ya bajo el seoro de Jesucristo: Sobre todo principado

    y autoridad y poder y seoro y sobre todo nombre que se nombre, no slo y en este siglo, sino tambin en elvenidero (Efe. 1:21). La idea es de absoluto.

    Es evidente que hay diferencias entre el enfoque de Primera Corintios 15 y el de Efesios. El padre Benoittiene razn al referirse a un horizonte diferente5 al tratar los mismos asuntos, pero, aunque el verbo anaque-falaiosasthaino se encuentra en Corintios la idea que expresa s est. Quiz la forma de expresar la idea deanaquefalaosissea ms clara en I Corintios que en Efesios. La idea de proceso est en ambas epstolas; enEfesios se nos habla de un kairsy de un ain, mientras que en I Corintios se hace referencia a varios tgma-ta. Nos detenemos para considerar estos trminos en su relacin con la anaquefalaosis enCristo. Dellingafirma que no hay certeza con relacin al significado original del trmino kairs. La investigacin etimol-

    gica ha producido conclusiones divergentes. Sin embargo, el desarrollo lingstico del trmino sugiere que elsentido bsico es el de lugar o punto decisivo o crucial, ya sea espacial, material o temporal.6 En el primersentido, o sea el espacial, no aparece kairsen el Nuevo Testamento. En el sentido material se encuentra slo

    una vez, en Hebreos 11:15. El uso temporal se encuentra muy extendido por todo el Nuevo Testamento.7 ...es un decreto divino que hace de tal o cual fecha un kairs, y eso en vista de la realizacin del plan divino desalvacin. Se trata de una historia de salvacin, porque este plan, en su realizacin, est ligado a kairoi, amomentos escogidos por Dios. No son todas las partes de la lnea continua del tiempo las que forman la histo-ria de la salvacin propiamente dicha; sino ms bien esos kairoi, esos puntos aislados del [pgina 27] conjun-3 Efes. 1:3; 1:20; 2:6; 3:10; 6:12.4 Aunque aparece el trmino epouranios(celestial) en Mat. 18:35; Juan 3:12; I Cor. 15:40 (dos veces). 48, 49; Fil. 2:10, etc.5 Benoit, P., Lhorizon paulinien de leptre aux Ephsiens, Exgse et Thologie, Vol. II, Les ditions du Cerf., 1961, pgs. 6994.6 Delling, G., Art. "Kairs", Theological Dictionary of the New Testament, Grand Rapids, Michigan, Wm. B. Eerdmans PublishingCompany, 1965, Vol. 111, pg. 455.7 Ibd., pg. 459.

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    to del curso del tiempo.8 En la epstola a los Efesios el trmino kairsaparece cuatro veces, siempre en senti-do temporal. Pero esta temporalidad se manifiesta de tres maneras diferentes. La primera se refiere a un cortoespacio de tiempo,9 a la vida del cristiano, que debe estar orando en todo su tiempo.10 La segunda se relacio-na con las oportunidades ofrecidas por el tiempo.11 Aprovechando bien el tiempo, porque los das sonmalos.12 Por ltimo, el sentido que nos interesa ms, la presentacin de kairscomo momentos escogidospor Dios para revelar su plan de salvacin: Dndonos a conocer el misterio de su voluntad, segn su bene-plcito, el cual se haba propuesto en s mismo, de reunir todas las cosas en Cristo en la dispensacin delcumplimiento de los tiempos,... (Efe. 1:10). La anaquefalaosisen Cristo y el concepto de kairsestn muy

    relacionados; en el cumplimiento de los tiempos Dios enva a su Hijo para iniciar la conduccin de todas lascosas (los seres tanto celestes como terrestres) hacia la plena aceptacin de la soberana de Jesucristo. En otropasaje de Efesios se describe el estado de los gentiles antes del advenimiento de ese kairs: "En aquel tiempoestabais sin Cristo, alejados de la ciudadana de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sinDios en el mundo (Efe. 2:12).

    Con relacin al futuro se usa el trmino ain(siglo). Nos limitaremos a reflexionar sobre el binomio quenos ofrecen kairsyainen esta epstola. Kairse refiere a la obra de anaquefalaosisiniciada por Jesucristo,ainse refiere a la consumacin: ... no slo en este siglo, sino tambin en el venidero... (Efe. 1:21). Apartede Efesios esta combinacin de kairsyainslo la encontramos en Marcos y Lucas: Que no reciba cienveces ms ahora en este siglo(kairs)... y en el venidero (ain) la vida eterna (Mateo 10:30). O como lo pre-senta San Lucas: Que no haya (le recibir mucho ms en este tiempo) (kairs), y en el siglo venidero(ain) lavida eterna (18:30). En las epstolas paulinas este binomio slo se encuentra en Efesios. Pablo nunca usa eltrmino siglo venidero aparte de la epstola a los Efesios. Sin embargo, varias veces se refiere a este tiempo(kairs). 13

    La idea del binomio kairos-ainen la Epstola a los Efesios tropieza con una dificultad. El ltimo trminoaparece una segunda vez en la epstola, en este caso en plural: para mostrar a los siglos venideros las abun-dantes riquezas (Efe. 2:7). Ms arriba hemos afirmado que el siglo venidero no es otra cosa que la con-sumacin de la anaquefalaosisen Cristo. Pero si se trata de una serie de momentos culminantes sucesivos, noes posible hablar de consumacin hasta el que arribemos al fin del ltimo aion. Maurice Goguel entiende laexpresin: siglos venideros en el sentido temporal, es decir, que se refiere al mundo futuro, al Reino deDios. El explica el empleo del plural por el nfasis verbal de la Epstola a los Efesios. 14 Para Abbott tambinhay una referencia al siglo venidero: El participio presente no est en contra de esto, porque en Mar. 10:30tenemos ho ainho arjomenos (el siglo que viene) en este sentido. El plural puede a primera vista parecercontra esta interpretacin, pero no es realmente as; el plural slo indica que el apstol vislumbraba el siglofuturo como envuelto en etapas de desarrollo en las cuales las sobreabundantes riquezas de la gracia [pgina28] de Dios se manifestarn ms y ms claramente y se vuelve actual, cuyo conocimiento se menciona comoobjeto de deseo en 1:18.15 Estas opiniones prestigiosas disuelven las nieblas de la dificultad arriba apuntada.Podemos entonces hablar de un binomio kairs-ainen la Epstola a los Efesios y compararlo con los trestgmataque encontramos en I Cor. 15:2325. (Tagmataes el nominativo plural de tgma.)

    Tgma significa: Compaa, tropa, en sentido militar.16 Aquello que ha sido arreglado; cosa colocadaen orden; un cuerpo de soldados.17 Viene de tasso(arreglar, nombrar).18 Hay muy pocas dudas de quetgmaes una metfora militar: compaa, tropas. Debemos pensar en cada cuerpo de tropas viniendo en supropia posicin y orden.19 Esta palabra aparece una sola vez en el Nuevo Testamento: Pero cada uno en sudebido orden: Cristo las primicias (aparch) (I Cor. 15:23). El significado podra ser: cada uno en su ordende combate, Jesucristo el primero, el iniciador. El segundo rango se asigna a los cristianos que resucitarnen el momento de laparusa, es decir, a la llegada del Seor. Se esperara en seguida la mencin de un tercer

    8 Cullmann, O., Christ et les Temps, op. cit., pg. 28.9 Delling, G., op. cit., pg. 461.10 Efesios 6:18.11 Bchsel, F., Art. "Exagoradso", The Dictionary of the New Testament, op. cit., Vol. 1, pg. 128.12 Efesios 5:16. Cf. tambin el pasaje paralelo, Col. 4:5.13 Romanos 5:21; 8:18; 11:5; II Cor. 8:14.14 Goguel, M., "Esquisse dune solution nouvelle du problme de lptre aux Ephsiens", Revue des Religions, Paris, Tomo III, 1935,pg. 268.15 Abbott, T. K., op. cit., pg. 50.16 Moulton, J. H. y Milligan, G., The Vocabulary of the Greek Testament, Londres, Hodder and Stoughton, 1963, pg. 624.17 Thayer, J. H., Greek-English Lexicon of the New Testament, Grand Rapids, Michigan, Zondervan Publishing Company, 1963,pg. 613.18 Analytical Creek Lexicon, Londres, Samuel Bagster and Sons Ltd., pg. 398.19 Robertson, A., Fipst Epistie of St. Paul to the Corinthians, l. C. C., Edimburgo, T. and T. Clark, 1958, pg. 354.

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    tgma. Pero en lugar de hablar de esto, el autor coloca en el tercer rango el fin, es decir, el evento entre laparusay el establecimiento definitivo del reino de Dios.20

    La presentacin de tres momentos o tres ofensivas, para usar un trmino militar, tropieza con una difi-cultad. Tlos(fin) pudiera ser interpretado adverbialmente y la traduccin sera finalmente, como en I Ped.3:8. Otra posibilidad sera traducir el resto, es decir, los hombres que no son redimidos por Cristo del po-der de la muerte. Sin embargo, Hering21 y Moffat22 estn de acuerdo en que tlosse refiere a los aconteci-mientos entre laparusay el establecimiento definitivo del Reino de Dios.

    En el horizonte de I Corintios las ideas estn expresadas con mayor claridad que en Efesios a travs delbinomio kairs-aln. Dicho binomio no explica la anaquefalaosisen su consumacin futura con claridadque lo hace I Corintios. Pero todava encontramos otra diferencia: en Efesios 2:110 aparece una escatologarealizada que parece oponerse a la idea de la anaquefalaosis. Los verbos aparecen en aoristo: Nos dio vida,

    juntamente con El nos resucit y asimismo nos sent con El en los lugares celestiales. Estas afirmaciones pa-receran estar en franca oposicin con I Cor. 15:22, Tambin en Cristo todos sern vivificados. Mucho seha escrito sobre esta contradiccin, real o aparente. Ellicott afirma que los tres verbos (en Efesios 2) -dar vida

    juntamente con, resucitar juntamente con y sentar juntamente con- se refieren a la vida futura.23 Meyer,citado por Abbott, argumenta en el sentido de que el verbo dar vida juntamente con se refiere al futuro.24Es bueno tener en cuenta que esta escatologa realizada aparece tambin en Colosenses 2:12 y 3:1. MarkusBarth asume una actitud similar a la del padre Benoit, la variedad de situaciones en las iglesias oblig a Pa-blo a colocar el acento algunas veces en un aspecto y otras veces en otro.25 As en pasajes como Romanos6:4, 11, 13; 14:8 y ss.; II Cor. 4:12; 5:17; Gl. 6:15 y Fil. 1:21 se hacen declaraciones sobre la novedad [pgi-na 29] de vida en Cristo. La caracterstica de Efesios es la emisin de cualquier referencia explcita a nuestrohaber muerto en Cristo; ms bien se predica audazmente: con Cristo hemos sido resucitados 26

    A pesar de las dificultades que presenta la escatologa de la Epstola a los Efesios, no podemos dejar de se-alar que hay un rico material escatolgico en ella. Las tres imgenes de la unidad de la Iglesia, que conside-raremos en tres de los captulos de la segunda parte, no son ms que manifestaciones particulares de la ana-quefalaosisen Cristo. Adems, hay en la epstola tres trminos que contienen un rico material escatolgico yde una escatologa en curso de realizacin bien diferente a la que nos presenta el captulo 2.

    El primer trmino que vamos a considerar es arrab(arras), que en Efesios representa un paso de avancecon relacin a II Corintios. Esta palabra aparece slo tres veces en el Nuevo Testamento, dos en (II Corintios1:22 y 5:5) y una en (Efesios 1:14). En II Corintios aparece siempre en relacin con el Espritu Santo en sen-tido escatolgico, en cuanto a su plenitud. Por el contrario, en Efesios la recepcin del Espritu Santo es unhecho dado, no se trata ya de las arras del Espritu en nuestro corazones (Corintios), sino del Espritu como

    arras del Reino que viene. Arrabest ntimamente relacionado con kleronom(herencia), trmino muy ligadoa la idea del Reino de Dios, sobre la cual volveremos ms adelante. Ya hemos sido sellados, no como arras,sino definitivamente, para el da de la redencin (Efe. 4:30).

    El segundo trmino es apoltrosis(redencin), una palabra caracterstica de Efesios si tomamos en consi-deracin su uso en otras epstolas paulinas. Aparece tres veces (1:7, 14; 4:30) mientras que en el resto de lasepstolas paulinas aparece slo cuatro veces.27 En el uso que se hace en Efesios de este trmino encontramosla misma tensin que nos presenta Jess en las Sinpticos entre sentado y viniendo. Es la misma tensin entreel Reino que ya ha venido, pero que todava no se ha consumado. En 1:17 se afirma tenemos la reden-cin, es decir, se subraya el ya. Los otros dos pasajes subrayan el todava no": Hasta la redencin o parala redencin (1:14) y para el da de la redencin (4:30). Esta expresin es nica en el Nuevo Testamento,aunque aparece otra similar, da del Seor, en I Cor. 5:5 y II Cor. 1:14. Es evidente que este trmino subra-

    ya la idea de una escatologa en curso de realizacin, idea que encontramos tambin en las imgenes de la

    unidad de la Iglesia que estudiaremos despus.El tercer trmino es kleronoma(herencia), ya mencionado ms arriba. Comenzaremos por el verbo del

    cual procede, kleronom, (heredar). Pablo lo usa seis veces (I Cor. 6:9, 10; 15:50 bis; Gl. 4:30; 5:21) y sloen una ocasin, Gl. 4:30, no est relacionado con la idea del Reino de Dios. Este hecho nos parece suficiente

    20 Hering, J., Le premire ptre de St Paul aux Corinthiens. Cominentaire du N.T., VII, Neuchatel-Paris, Delachaux et Niestl, 1949,pg. 139.21 Ibd., pg. 139.22 Moffat, J., The First Epistle of Paul to the Corinthians, Londres, Hodder and Stoughton Limited, 147, pg. 247.23 Ellicott, op. cit., pg. 48.24 Abbott, op. cit., pgs. 4748.25 Marth, M., op. cit., pg. 151.26 Ibid., pg. 151.27 ICor. 1:30; Rom. 3:24; 8:23; Col. 1:14.

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    para entender el sentido que Pablo da a kleronoma, palabra que tambin es caracterstica en Efesios, dondeaparece tres veces (1:14, 1:18, 5:5), mientras que en las dems epstolas paulinas aparece slo dos veces (Gl.3:18 y Col. 3:24). En Efesios 5:5 se habla explcitamente del Reino de Dios, en los otros dos pasajes la ideaest implcita. El sentido original de kleronomaes propiedad privada.28 La propiedad de Israel por la gra-cia de Dios.29 Fue durante la cautividad que [pgina 30] este trmino tom valor escatolgico.30 Carrez pien-sa que es arrabel que da a kleronomaun sentido escatolgico.31 La herencia no es otra cosa que el Reino deDios.32

    CONCLUSIONESDespus de haber estudiado someramente el impacto que hizo la interpretacin de Jess del Salmo 110:1,encontramos que el primer sermn que predic San Pedro llev el sello de esta interpretacin del Salmo 110como un Salmo mesinico aplicado al ministerio de Jess. Es lgico afirmar que este mensaje fue recurrenteen la predicacin petrina; de esto ha quedado constancia en I Pedro 3:22. Vimos en los sinpticos que Lucasno sustituye hupopdioncomo ocurre en Marcos y Mateo. Por alguna razn, igualmente Lucas presenta aPedro citando el Salmo directamente, sin hacer sustitucin (Hech. 2:3435), sin embargo, I Pedro 3:22 sealala sujecin de ngeles, autoridades y potestades a la soberana de Jesucristo. Es obvio que el testimonio de IPedro es ms valioso que el de Lucas, si reconocemos la paternidad petrina de la epstola. Entonces tendra-mos una lnea uniforme de pensamiento en Pedro, Pablo, Marcos y Mateo.

    Esteban, segn el testimonio de Lucas, comenz a predicar un sermn en su defensa. Saulo y sus amigosseguramente lo escuchaban con atencin. No hubo dificultades cuando se refiri a Abraham, Jos, Moiss,

    David y Salomn. Ms tarde Esteban us palabras fuertes y Lucas nos dice que sus oyentes estaban enfureci-dos en sus corazones y crujan sus dientes (7:54), pero la presentacin de la cita del Salmo 110:1 fue la gotaque colm la copa. El mensaje que no quiso escuchar Saulo de Tarso es el que l mismo va a proclamar des-pus y de esto nos dan testimonio sus epstolas. Por qu produjo tanta ira la cita? Quizs porque ese mensajellev a tres mil personas a los pies de Cristo.

    San Pablo, como San Pedro, Marcos y Mateo cambi la segunda parte del Salmo 110:1. Tanto en Efesioscomo en I Corintios lo combina con el Salmo 6:8. En Hebreos y Apocalipsis la interpretacin del Salmo quehace Jess tambin est presente. Hebreos 10:13 no sustituye hupopdion. No puede quedarnos la menorduda de que la interpretacin de Jess fue un gran impacto para los primeros cristianos y lo es tambin paranosotros hoy, al reflexionar sobre la pertinencia del mensaje de la anaquefalaosisen Cristo. Cerramos estasreflexiones con las siguientes palabras de Oscar Cullmann: La fe en el reinado ejercido actualmente por Je-sucristo ha encontrado en el Nuevo Testamento su expresin clsica en relacin con el Salmo 110 aplicado aCristo33

    [pgina 31]

    28 Margot, J. C., Art. "Heritage", Vocabulaire Biblique, op. cit., pg. 120,29 Foerster, W., Art. "Kleronoma", Theol. Dict. N.T., Vol. III, op. cit., pg. 760. Cf. Beare, F. W., Int. Bible, op. cit., pg. 622.30 Margot, J. C., op. cit., pg. 121.31 Carrez, M., Art. "Arrhes", Voc. Bibl., op. cit., pg. 28.32 Foerster, W., op. cit., pg. 782.33 Cullmann, O., La royaut du Christ et lEglise dans le Nouveau Testament. Foi et Vie, Cahiers Bibliques, 1941, pg. 3.

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    24[pgina 32]SEGUNDA PARTELA UNIDAD DE LA IGLESIACOMO EXPRESIN DE LA ANAQUEFALAOSISEN CRISTO EN LA EPSTOLA A LOS EFESIOS1

    JUDOS Y GENTILES UNIDOS EN LA IGLESIALa anaquefalaosisen Cristo prosigue. Detrs han quedado dos grandes acontecimientos histricos: la

    cruz del Calvario y la resurreccin de nuestro Seor. Ahora estamos siendo conducidos por el Espritu Santo,quien nos ha revelado el misterio de Dios. anaquefalaosisy misterio son dos trminos ntimamente relacio-nados. Mucho se ha escrito sobre las influencias gnsticas en la Epstola a los Efesios. Sin embargo, todo pare-ce indicar que el trmino misterio ha sido tomado del lenguaje corriente del siglo I; slo en ese sentido po-demos hablar de influencias. Igualmente en el da de hoy, algunas ideologas contemporneas influyen enalgunos plpitos cristianos. Bultmann, Ksemann, Schlier, etc., afirman la dependencia gnstica. Nosotroscompartimos la opinin de Huby,1 W. L. Knox,2 J. A. Robinson3 y T. K. Abbott,4 la no dependencia de la eps-tola de las reflexiones gnsticas.

    El concepto de misterio es una de las caractersticas distintivas tanto de la Epstola a los Efesios como ladirigida a los Colosenses. El concepto se expresa con mayor claridad en el captulo tercero de Efesios: Quelos gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartcipes de la promesa en Cristo Jess pormedio del Evangelio (3:6). Ms que depender de las reflexiones griegas, San Pablo se ubica dentro de la con-cepcin de misterio que era comn en el judasmo posterior (del perodo intertestamentario), en el sentido deque los misterios son aquellos acontecimientos que determinarn el fin de los tiempos. Los misterios ya exis-ten, pero estn escondidos por Dios quien har que se produzcan en un momento prefijado. Es por eso quePablo, escribiendo a los Colosenses, dice: El misterio que haba estado oculto desde los siglos y edades, pero

    que ahora ha sido manifestado a sus santos. Dice a los Efesios que el misterio estaba escondido desde lossiglos en Dios, que cre todas las cosas (3:9). En ambas epstolas seala el hecho de que el misterio es revela-do ahora (Col. 1:26; Efe. 3:5). En Efesios 3:5 se especifica que es revelado por el Espritu Santo. La revelacinse hace ahora porque ha tenido lugar el acontecimiento central de la historia de la salvacin, el acto redentorde Dios en la persona de Jesucristo. Nos dice Masson que somos afortunados de que [pgina 33] Pablo hayahecho una definicin de misterio en Efesios 3:6, o sea la unidad de judos y gentiles en la Iglesia. 5

    La anaquefalaosisen Cristo es un misterio revelado: Dndonos a conocer el misterio de su voluntad, se-gn su beneplcito, el cual se haba propuesto en s mismo de reunir todas las cosas en Cristo, as las que es-tn en los cielos, como las que estn en la tierra (Efe. 1:910). La aplicacin inmediata de la anaquefalaosisen Cristo es la unidad de judos y gentiles en la Iglesia. Dicha unidad aparece desde el captulo primero, in-mediatamente despus del pasaje central de la anaquefalaosisque acabamos de mencionar ms arriba. Estainterpretacin no es unnime y por lo tanto nos detenemos aqu para analizar los versculos doce y trece del

    primer captulo. El verboproelpdzoes objeto de controversia. Para la mayora de los exegetas significa es-perar primero, para otros se trata sencillamente de esperar. Ambas interpretaciones estn representadas ennuestras versiones castellanas. Nacar-Colunga traduce: A fin de que cuantos esperamos en Cristo. Reina-Valera, por su parte, nosotros los que primeramente esperbamos en Cristo. La Versin Hispanoamericanasigue la interpretacin de Reina-Valera, aunque en forma ms enftica: Los que hemos sido los primeros enesperar en Cristo. La Versin Popular sigue la misma lnea: Nosotros, que fuimos los primeros en confiar enCristo. Hay unanimidad en todas las versiones protestantes consultadas. Todo parece indicar que se est

    1 Huby, J., Saint Paul: Les Epitres de la Captivit, Paris, Beauchesne et ses fils, 1947, pg. 191.2 Knox, W. L.,St. Paul and the Church of the Gentiles, Cambridge University Press, 1961, pgs. 22728.3 Robinson, J. A., op. cit., pg. 30.4 Abbott, T. K., op. cit., pgs. 1516.5 Masson, Ch., op. cit., pg. 177.

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    haciendo referencia a los cristianos de origen judo, que fueron los primeros en esperar en Cristo. Massonest de acuerdo con la interpretacin de Nacar-Colunga, pues l cree que el sentido deproelpdzoes pleons-tico, igual que en el caso del verbopropaggellomai(prometer por adelantado) en Romanos 1:2 yproako(orpor anticipado) en Col. 1:5.6 No nos parece que en el caso deproelpdzoexista un pleonasmo, es decir, unarepeticin de palabras que tiene el mismo significado. En Romanos se trata ms bien de un esfuerzo por partede Pablo a fin de dar ms fuerza a su pensamiento. Es posible reconocer la existencia delpleonasmoen elpasaje de Colosenses; sin embargo, no vemos relacin alguna entre este pasaje y el de Efesios. Un verdaderoparalelo sera ms bien el verboprolambano(recibir por anticipado), que aparece en I Corintios 11:21.

    Porque cada uno se adelanta a tomar su propia cena (Nacar-Colunga). Cada uno se adelanta a tomar supropia cena (Reina-Valera). Cada uno se anticipa a tomar su propia cena (Versin Hispanoamericana).Cada uno se adelanta a tomar su propia cena (Versin Popular). No vamos a prolongar la discusin. Paraterminar nos limitaremos a decir que Abbott,7 Ellicott,8 Huby,9 Benoit,10 Bultmann,11 Scott,12 Robinson,13Beare,14 y Goguel15 creen queproelpdzose refiere a los judeo-cristianos.

    En el himno introductorio16 de la Epstola a los Efesios se usa diez veces hemeis(nosotros), pero en el ver-sculo 13 se cambia por hume(vosotros). Por qu se realiza este cambio? La mayora de los exegetas creenque nosotrosse refiere a los judeo-cristianos mientras que vosotrosseala a los cristianos de origen pagano.Hemos encontrado dos exegetas que no comparten esta opinin: Masson, para quien el