jurisprudencia roj: sts 6660/1997 - ecli: es:ts:1997:6660

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JURISPRUDENCIA Roj: STS 6660/1997 - ECLI: ES:TS:1997:6660 Id Cendoj: 28079120011997101567 Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal Sede: Madrid Sección: 1 Fecha: 07/11/1997 Nº de Recurso: 2596/1995 Nº de Resolución: 692/1997 Procedimiento: RECURSO DE CASACIÓN Ponente: FRANCISCO SOTO NIETO Tipo de Resolución: Sentencia SENTENCIA En la Villa de Madrid, a siete de Noviembre de mil novecientos noventa y siete. En los recursos de casación por quebrantamiento de forma, infracción de ley e infracción de precepto constitucional, que ante Nos penden, interpuestos por los acusados (1) Carlos Ramón , (2) Jesús Manuel , (3) Pedro Enrique , (4) Aurelio , (5) Eduardo , (6) Gonzalo , (7) Juan , (8) Rafael , (9) Valentín , (10) Carlos Manuel , (11) Jesús Ángel , (12) Ángel Jesús , (13) Augusto , (14) Domingo , (15) Gregorio , (16) Leonardo , (17) Ramón , (18) Jose Ignacio , (19) Luis Alberto , (20) Juan Pablo , (21) Baltasar , (22) Esteban , (23) Luz , (24) Jaime , (25) Octavio , (26) Simón , (27) Teresa , (28) Luis Antonio , (29) Pedro Miguel , (30) Benito , (31) Aurora , (32) Fermín , (33) Estefanía , (34) Joaquín , (35) Roberto , (36) Jose Francisco , (37) Luis Pedro , (38) Ángel Daniel , (39) Bruno , (40) Felipe , (41) Regina y (42) Lucio , a los que se adhirieron los acusados Carlos Ramón , Jesús Manuel , Pedro Enrique , Aurelio , Eduardo , Ramón , Jose Ignacio , Luis Alberto , Luz , Luis Pedro , Bruno , Ángel Daniel , Felipe y Regina , contra sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid, Sección Sexta, que les condenó por delitos de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, coacciones, estafas, falsificación de sellos y cohechos, los componentes de la Sala Segunda del Tribunal Supremo que al margen se expresan se han constituido para la vista y fallo bajo la Presidencia del primero de los indicados y Ponencia del Excmo. Sr. D. Francisco Soto Nieto, siendo también parte el Ministerio Fiscal y estando dichos recurrentes representados por los Procuradores Sres.: (1) Carlos Ramón por el Sr. Rodríguez Muñoz; (2) Jesús Manuel por el Sr. Rodríguez Muñoz; (3) Pedro Enrique por el Sr. Rodríguez Muñoz; (4) Aurelio por el Sr. Rodríguez Nogueira; (5) Eduardo por el Sr. Rodríguez Muñoz; (6) Gonzalo por la Sra. González Díez; (7) Juan por el Sr. Tejedor Moyano; (8) Rafael por el Sr. Sampere Meneses; (9) y (10) Valentín y Carlos Manuel por el Sr. Armando García de la Calle; (11) Jesús Ángel por el Sr. Infante Sánchez; (12) Ángel Jesús por el Sr. González Sánchez; (13) Augusto por el Sr. de Gandarillas Carmona; (14) Domingo por el Sr. García Crespo; (15) Gregorio por el Sr. García Guillén; (16) Leonardo por el Sr. de Frías Benito; (17) Ramón por el Sr. Rodríguez Muñoz; (18) Jose Ignacio por el Sr. Rodríguez Muñoz; (19) Luis Alberto por el Sr. Rodríguez Muñoz; (20) Juan Pablo por el Sr. Jeréz Fernández; (21) Baltasar por el Sr. Rodríguez Muñoz; (22) Esteban por el Sr. Vázquez Guillén; (23) Luz por el Sr. Ortíz de Cañavate y Puig Mauri; (24) Jaime por el Sr. Muniesa Marín; (25) Octavio por el Sr. Vázquez Guillén; (26) Simón por el Sr. Rueda Bautista; (27) Teresa por el Sr. Díaz Zorita y Canto; (28) Luis Antonio por la Sra. Otero García; (29) Pedro Miguel por el Sr. Laguna Alonso; (30) (31) (32) (33) y (34) Benito , Aurora , Fermín , Estefanía y Joaquín por los Sres. Vila Rodríguez y Calleja García; (35) Roberto por el Sr. Alvarez Zancada; (36) Jose Francisco por la Sra. Castro Rodrigo; (37) Luis Pedro por la Sra. Gómez Garcés; (38) Ángel Daniel por la Sra. Gómez Garcés; (39) Bruno por la Sra. Gómez Garcés; (40) Felipe por el Sr. Codes Feijoo; (41) Regina por el Sr. Codes Feijoo y (42) Lucio por el Sr. García Crespo, y los recurridos Jesus Miguel ; Donato ; Acusador Popular, Ignacio y David , representados respectivamente por las Procuradoras Sras. López Cerezo, Castro Rodríguez, Cañedo Vega y Fernández Pérez Zabalgoitia. I. ANTECEDENTES 1

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Page 1: JURISPRUDENCIA Roj: STS 6660/1997 - ECLI: ES:TS:1997:6660

JURISPRUDENCIA

Roj: STS 6660/1997 - ECLI: ES:TS:1997:6660

Id Cendoj: 28079120011997101567Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal

Sede: MadridSección: 1

Fecha: 07/11/1997Nº de Recurso: 2596/1995

Nº de Resolución: 692/1997Procedimiento: RECURSO DE CASACIÓN

Ponente: FRANCISCO SOTO NIETOTipo de Resolución: Sentencia

SENTENCIA

En la Villa de Madrid, a siete de Noviembre de mil novecientos noventa y siete.

En los recursos de casación por quebrantamiento de forma, infracción de ley e infracción de preceptoconstitucional, que ante Nos penden, interpuestos por los acusados (1) Carlos Ramón , (2) Jesús Manuel ,(3) Pedro Enrique , (4) Aurelio , (5) Eduardo , (6) Gonzalo , (7) Juan , (8) Rafael , (9) Valentín , (10) CarlosManuel , (11) Jesús Ángel , (12) Ángel Jesús , (13) Augusto , (14) Domingo , (15) Gregorio , (16) Leonardo, (17) Ramón , (18) Jose Ignacio , (19) Luis Alberto , (20) Juan Pablo , (21) Baltasar , (22) Esteban , (23)Luz , (24) Jaime , (25) Octavio , (26) Simón , (27) Teresa , (28) Luis Antonio , (29) Pedro Miguel , (30)Benito , (31) Aurora , (32) Fermín , (33) Estefanía , (34) Joaquín , (35) Roberto , (36) Jose Francisco, (37) Luis Pedro , (38) Ángel Daniel , (39) Bruno , (40) Felipe , (41) Regina y (42) Lucio , a los que seadhirieron los acusados Carlos Ramón , Jesús Manuel , Pedro Enrique , Aurelio , Eduardo , Ramón ,Jose Ignacio , Luis Alberto , Luz , Luis Pedro , Bruno , Ángel Daniel , Felipe y Regina , contra sentenciadictada por la Audiencia Provincial de Madrid, Sección Sexta, que les condenó por delitos de maquinacionespara alterar el precio en las cosas, coacciones, estafas, falsificación de sellos y cohechos, los componentes dela Sala Segunda del Tribunal Supremo que al margen se expresan se han constituido para la vista y fallo bajola Presidencia del primero de los indicados y Ponencia del Excmo. Sr. D. Francisco Soto Nieto, siendo tambiénparte el Ministerio Fiscal y estando dichos recurrentes representados por los Procuradores Sres.: (1) CarlosRamón por el Sr. Rodríguez Muñoz; (2) Jesús Manuel por el Sr. Rodríguez Muñoz; (3) Pedro Enrique porel Sr. Rodríguez Muñoz; (4) Aurelio por el Sr. Rodríguez Nogueira; (5) Eduardo por el Sr. Rodríguez Muñoz;(6) Gonzalo por la Sra. González Díez; (7) Juan por el Sr. Tejedor Moyano; (8) Rafael por el Sr. SampereMeneses; (9) y (10) Valentín y Carlos Manuel por el Sr. Armando García de la Calle; (11) Jesús Ángel porel Sr. Infante Sánchez; (12) Ángel Jesús por el Sr. González Sánchez; (13) Augusto por el Sr. de GandarillasCarmona; (14) Domingo por el Sr. García Crespo; (15) Gregorio por el Sr. García Guillén; (16) Leonardo porel Sr. de Frías Benito; (17) Ramón por el Sr. Rodríguez Muñoz; (18) Jose Ignacio por el Sr. Rodríguez Muñoz;(19) Luis Alberto por el Sr. Rodríguez Muñoz; (20) Juan Pablo por el Sr. Jeréz Fernández; (21) Baltasar porel Sr. Rodríguez Muñoz; (22) Esteban por el Sr. Vázquez Guillén; (23) Luz por el Sr. Ortíz de Cañavate y PuigMauri; (24) Jaime por el Sr. Muniesa Marín; (25) Octavio por el Sr. Vázquez Guillén; (26) Simón por el Sr.Rueda Bautista; (27) Teresa por el Sr. Díaz Zorita y Canto; (28) Luis Antonio por la Sra. Otero García; (29)Pedro Miguel por el Sr. Laguna Alonso; (30) (31) (32) (33) y (34) Benito , Aurora , Fermín , Estefanía yJoaquín por los Sres. Vila Rodríguez y Calleja García; (35) Roberto por el Sr. Alvarez Zancada; (36) JoseFrancisco por la Sra. Castro Rodrigo; (37) Luis Pedro por la Sra. Gómez Garcés; (38) Ángel Daniel por la Sra.Gómez Garcés; (39) Bruno por la Sra. Gómez Garcés; (40) Felipe por el Sr. Codes Feijoo; (41) Regina porel Sr. Codes Feijoo y (42) Lucio por el Sr. García Crespo, y los recurridos Jesus Miguel ; Donato ; AcusadorPopular, Ignacio y David , representados respectivamente por las Procuradoras Sras. López Cerezo, CastroRodríguez, Cañedo Vega y Fernández Pérez Zabalgoitia.

I. ANTECEDENTES

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JURISPRUDENCIA

1.- El Juzgado de Instrucción nº 24 de Madrid incoó procedimiento abreviado con el nº 4155 de 1.989 contraCarlos Ramón , Jesús Manuel , Pedro Enrique , Aurelio , Eduardo , Gonzalo , Juan , Rafael , Valentín, Carlos Manuel , Jesús Ángel , Ángel Jesús , Luis Miguel , Augusto , Domingo , Gregorio , Leonardo, Ramón , Jose Ignacio , Luis Alberto , Juan Pablo , Baltasar , Esteban , Luz , Jaime , Octavio, Simón , Teresa , Luis Antonio , Pedro Miguel , Benito , Aurora , Fermín , Estefanía , Joaquín ,Roberto , Jose Francisco , Luis Pedro , Ángel Daniel , Bruno , Felipe , Regina , Lucio y otros, y unavez concluso, lo remitió a la Audiencia Provincial de Madrid, Sección Sexta, que con fecha 30 de mayo de1.995, dictó sentencia que contiene los siguientes Hechos Probados: A)-- Se declara probado que entre losaños 1980 a 1987, los acusados que más tarde se identificarán, de manera habitual, participaban por sí o através de colaboradores, empleados, e incluso clientes, en las subastas públicas que se celebraban en losJuzgados y en las Magistraturas de Trabajo de Madrid. La habitualidad en la participación les hizo ejercer unimportante control sobre la adjudicación del objeto a subastar, control que lograban en algunas ocasionescuando el objeto ya había sido subastado. Con el control de las subastas públicas los acusados conseguíanlos bienes subastados, o a subastar, a un precio artificial, ventajoso, y distinto al que alcanzarían dichos bienesde haberse sometido a subasta con la participación de personas ajenas al grupo de "subasteros", nombrecon el que normalmente se ha conocido a los acusados por estos hechos. Pero para ello utilizaban diferentesprocedimientos con los que trataban de impedir, casi siempre con éxito, que terceras personas ajenas a losgrupos de subasteros interviniesen en las subastas y se adjudicasen los objetos subastados. Los acusadosempleaban diferentes procedimientos para tratar de mantener el control que ejercían sobre tales subastaspúblicas. Y de entre ellos debe destacarse "la subastilla", también llamada "segundas o pase". La subastillaera una puja restringida. Consistía en determinar de manera extrajudicial, bien antes, durante o tras la subastaen el Juzgado o Tribunal, cual de los subasteros partícipes en la misma era el adjudicatario del objeto y elprecio a pagar por él. De esta forma el subastero-adjudicatario obtenía no sólo el bien subastado, sino quegarantizaba su participación en la subasta judicial, (bien por sí o a través de un intermediario, y siempre conel beneficio de ceder la cesión del remate a terceros salvo en los supuestos en que participase el cliente demanera directa), se aseguraba el precio máximo a abonar, y obtenía la garantía de que ajenos a los grupos desubasteros no intervendrían en la subasta pública. La participación en la subastilla llevaba consigo el repartode cantidades entre alguno de los subasteros por no participar activamente en la subasta judicial, aunqueestuviese presente en la misma y aparentase intervenir como un licitador más. El pacto o acuerdo al que sellegaba tras la celebración de la subastilla era respetado y aceptado por todos los grupos de subasteros, demodo que entre ellos impedían a los propietarios de los bienes a subastar participar en la subasta. En otrasocasiones contactaban con dichos propietarios y les ponían de manifiesto que ellos no podían participar en lasubasta pero que a cambio de una suma de dinero podían lograr la paralización de la misma, o si les interesabala adjudicación del bien para luego revendérselo. Utilizando estos procedimientos se han demostrado loshechos siguientes: 1.- En los autos 1.989/80 del Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Madrid , los acusadosFermín y Luis Pedro , ambos mayores de edad, sin antecedentes penales, consiguieron en una subastilla unafinca en la localidad de Talamanca del Jarama. Estos acusados no participaron directamente en la subasta delJuzgado pero para dar cumplimiento al pacto acordado en la subastilla se les cedió el remate en el Juzgado.Se ha tasado esta finca en 2.000.000.-pts. 2.- En los autos nº 842/81 del Juzgado de Primera Instancia nº 3 deMadrid , los acusados Fermín y Esteban conocido como Pitufo , y también mayor de edad, sin antecedentespenales, a través de una persona interpuesta por el primero y del que no consta participara en la subastilla,obtuvieron por ese procedimiento la adjudicación de un inmueble sito en la calle Santa Engracia de Madrid(la acción popular por error la denomina C/ Santa Epifania), interviniendo en dicha subastilla, además de losanteriores el acusado Simón , mayor de edad, sin antecedentes penales. El inmueble se ha tasado en 12millones de pesetas. 3.- En autos 1880/82 del Juzgado nº 9 de Madrid , Fermín y Benito , ambos mayores deedad, sin antecedentes penales, obtuvieron en una subastilla un piso en la localidad de Albacete. En el Juzgadoel citado piso fué adjudicado a la también acusada Teresa , mayor de edad, sin antecedentes penales, queactuaba de acuerdo con los anteriores. El piso se ha valorado en 14.000.000 pesetas. 4.- En autos 719/82 delJuzgado de Primera Instancia nº 12 de Madrid , los acusados Fermín , Benito , Juan Pablo , Jose Francisco, Jesús Ángel y Gonzalo , todos ellos mayores de edad, sin antecedentes penales, celebraron una subastillapara acordar a quien correspondía un piso en la Avenida de Bruselas de Madrid. Este piso se ha valorado en20.000.0-00.-pts. 5.- En autos 1.863/83 del Juzgado nº 6 de Madrid , se subastaba un piso en la calle Lópezde Rueda de esta capital, que se ha tasado en 12.000.000.-pts y celebraron una subastilla los acusados JuanPablo , Octavio , Benito , Eduardo , Luis Pedro , Fermín , Felipe , Regina llamada Flaca , Jose Francisco, Roberto y Luis Antonio llamado Moro , todos ellos mayores de edad, sin antecedentes penales. En esasubastilla obtuvieron el inmueble los cinco acusados citados en último lugar. 6.-En autos 678/83 del Juzgadonº 6 de Madrid , salió a subasta un piso en la CALLE000 de esta capital que fué adjudicado a Regina . Sinembargo sobre este piso se había celebrado una subastilla y por ello cedió el remate a los participantes en lamisma Ángel Daniel , mayor de edad, sin antecedentes penales, que actuaba por su hermano Luis Pedro , ya Fermín . En esa subastilla también intervinieron Benito , Felipe y el también acusado Gregorio , siendo

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todos ellos mayores de edad, sin antecedentes penales. El piso se ha valorado en 12 millones de pesetas. 7.-En autos 251/83 del Juzgado nº 8 de Madrid , salió a subasta un piso en la CALLE001 de esta capital, quese ha valorado en 15.000.000.-pts y por ello se celebró una subastilla, en la que participaron Teresa , Simón, Pedro Miguel , Aurelio , una persona ya fallecido, Roberto , Octavio , Fermín , Luis Pedro , Benito yJuan Pablo , todos mayores de edad, sin antecedentes penales. En el Juzgado el citado piso fué adjudicadoa un tercero no enjuiciado. 8.- En autos 1.705/83 del Juzgado nº 13 de Madrid , se subastó un inmueble enla CALLE002 de esta capital sobre el que se celebró una subastilla. No se ha acreditado que judicialmentese adjudicase el piso a Fermín , para cederlo a una persona interpuesta por los acusados Felipe , Regina ,Roberto y Luis Antonio , a quienes correspondía la cesión del inmueble por haberlo adquirido en la subastilla.Este inmueble ha sido tasado en 11.000.000 pesetas. 9.- En autos 1.867/73 del Juzgado num. 15 de Madrid ,relativo a un inmueble en la CALLE003 de esta capital, tuvo lugar una subastilla, en la que intervinieron Fermín, Luis Pedro , Roberto , Jaime conocido como Chiquito y titular de la entidad DIRECCION000 , Juan Pablo ,Eduardo , Jose Francisco , Regina , Luis Antonio , Gonzalo , Octavio , Luis Miguel , Benito , Teresa , JesúsÁngel , Pedro Miguel y Gregorio , todo mayores de edad, sin antecedentes penales, resultando adjudicatariojudicial Roberto ; que lo cedió a Joaquín , mayor de edad, sin antecedentes penales, y a Esteban , actuandolos dos por cuenta de Fermín Y Luis Pedro . Este piso ha sido tasado en 9 millones de pesetas. 10.- Enautos 780/83 del Juzgado nº 18 de Madrid , relativo a un inmueble en la CALLE004 de esta capital, que seha valorado en 7.000.000.-pts hubo una subastilla en la que el piso fué finalmente atribuido a Jose Francisco, Regina , habiendo participado éstos en la misma. 11.- En autos 1.432/84 del Juzgado de Primera Instancianº 1 de Madrid , Luis Pedro y Fermín , tras la subastilla consiguieron un piso en la CALLE005 de Madrid.Este piso se ha valorado en 8.000.000.- pts. 12.- En autos 881/84 del Juzgado nº 3 de Madrid , salió a subastaun piso en Mostoles sobre el que se celebró una subastilla en la que intervinieron Felipe , Roberto y Reginaque consiguieron el piso que se ha valorado en 6.000.000 pesetas. 13.- En autos 1.268/84 del Juzgado nº 8 ,se subastó un piso en la AVENIDA000 de Madrid que se adjudicó judicialmente a Pedro Miguel , pero comose había producido una subastilla, fue cedido el remate a Fermín y a Esteban . Además de los anterioresintervinieron en aquella Luis Pedro , Octavio , Luis Miguel , una persona ya fallecida, Benito , Luis Antonioy Juan Pablo . El inmueble ha sido tasado en 12.000.000 pesetas. 14.- En autos 1.754/84 del Juzgado nº 7de Madrid , se subastó un piso en la CALLE006 de esta capital, que se ha valorado en 59.000.000.-pts, sobreel que se celebró una subastilla siendo partícipes en ella Jaime , Jesús Ángel , Felipe , Gregorio , LuisAntonio , Juan Pablo , Esteban , Octavio , Benito , Fermín , Jose Francisco , Teresa y Eduardo ,todos ellos mayores de edad, sin antecedentes penales. 15.- En autos 122/85 del Juzgado nº 1 de Madrid ,se subastó un inmueble en la CALLE007 de esta capital, que fué adjudicado judicialmente a Jesús Ángel ,pero sobre él también se celebró una subastilla y por ello lo cedió en tres partes iguales a Luis Miguel , LuisPedro y Fermín , participando también Eduardo e Octavio . El inmueble se ha valorado en 15 millones depesetas. 16.- En los autos 1.281/85 del Juzgado nº 2 de Madrid se subastó un piso en la CALLE008 de estacapital, que se ha tasado en 14.000.000.-pts. Sobre este piso se celebró una subastilla y aunque en el Juzgadofuese adjudicado a Regina ésta cedió el remate, a consecuencia de la "subastilla" celebrada, a Fermín Y LuisPedro . También tuvo participación en la subastilla, al menos, Benito . 17.- En autos 194/85 del Juzgado nº5 de Madrid , se subastó un inmueble en la CALLE009 de esta capital. Se celebró una subastilla en la queparticiparon Benito , Octavio , Juan Pablo , Simón , Teresa , Jose Francisco , Aurelio , Regina , Jaime YGonzalo , y fue adjudicado a Fermín y Luis Pedro , quienes en el Juzgado actuaron a través de una personano enjuiciada que no consta participara en la "subasti lla". El inmueble ha sido tasado en 8.000.000.-pts. 18.-En autos 1.081/85 del Juzgado nº 6 de Madrid , se subastó un inmueble que se ha tasado en 40.000.000.-ptssituado en la CALLE010 nº NUM000 de esta capital. Se celebró respecto a dicho piso una subastilla en laque participaron Jaime , Jesús Ángel , Aurelio , Fermín , Luis Pedro y Benito . En el Juzgado el piso fuéadjudicado a Bruno llamado Santo , mayor de edad, sin antecedentes penales, quien a consecuencia de lasubastilla cedió el remate su hermano Luis Pedro , a Fermín y a Benito . 19.- En autos 130/85 del Juzgadonº 8 de Madrid , se subastó un local de la c/ DIRECCION001 de esta capital. Sobre este local se celebró unasubastilla en la que intervinieron Fermín y Luis Pedro . En el Juzgado el local fue adjudicado a un empleadode la Agencia Inmobiliaria " DIRECCION000 ", del que no consta conociera los hechos, regentada por Jaime, persona por la que actuaba, y posteriormente fue cedido a una tercera persona, que actuaba por cuenta yen beneficio de los adjudicatarios del local en la subastilla celebrada entre todos ellos. El bien se ha tasadoen 17.000.000.-pts. 20.- En autos 651/86 del Juzgado nº 2 de Madrid , se sacó a subasta un inmueble de laCALLE011 de esta capital. Sobre este piso hubo una subastilla con intervención de Benito , Juan Pablo , JoseFrancisco , Jesús Ángel , Luis Antonio , Fermín , Aurelio , Gregorio , Regina , Jaime , Teresa , Pedro Miguel. Celebrada la subasta el adjudicatario del piso cedió el remate a Jaime , a quien correspondía conforme a lasubastilla previa. El inmueble esta tasado en 5.500.000.-pts. 21.- En autos 274/86 del Juzgado nº 6 de Madrid ,se sacó a subasta un inmueble de la CALLE012 NUM001 en Mostoles, que se ha valorado en 7.500.000.-pts.Se cedió el remate en el Juzgado a Bruno , y fue cedido tras la subastilla en terceras partes a Fermín , LuisPedro , y Benito , participando en la subastilla Luis Antonio , Jose Francisco y Simón . 22.- En autos 1056/83

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del Juzgado nº 9 de Madrid , se subastó el restaurante " DIRECCION002 " situado en la C/ DIRECCION003de esta capital. Los acusados Fermín y Luis Pedro consiguieron el citado local en la subastilla celebradarespecto a este local. En esa subastilla participaron Jose Francisco y Simón , junto con los anteriores. Elbien ha sido tasado en 30.000.000.-pts. 23.- El 15 de septiembre de 1986 en el Juzgado de Primera Instancianº 21 de Madrid, en el procedimiento del art. 131 de la Ley Hipotecaria nº 705/84 , salía a subasta un edificioen Malaga, EDIFICIO000 , en el que estaba interesado un licitador de buena fe Lucas , que había llegado delextranjero con idea de participar en la misma, encomendando la labor de asesoramiento sobre los trámitesjudiciales a un despacho de abogados, siendo acompañado al Juzgado, el día y hora concreto de la subasta,por un letrado, un socio y un empleado. Una vez en el Juzgado de Primera Instancia nº 21, el letrado consignóla cantidad necesaria para participar, y se inició la subasta en la que pujó Lucas , y otras personas entre lasque se encontraba el acusado Fermín , que era quien contestaba inmeditamente las pujas ofrecidas por elsúbdito extranjero. Este terminó por adjudicarse el EDIFICIO000 , y tras la firma del correspondiente acta,solicitó a sus acompañantes que le siguieran que acudía a una reunión a celebrar con el acusado Fermínen un edificio frente a los Juzgados. En esa reunión se hallaban presentes, además de los mencionados, losacusados Felipe , y los hermanos Ángel Daniel Y Luis Pedro , que también habían participdo en la subasta.En esa reunión el acusado Fermín , apoyado por los demás acusados y con oposición de los acompañantesde Lucas celebró una "subastilla" para determinar quien sería el adjudicatario "real" del inmueble, dado que lasubasta que se había celebrado en el Juzgado para ellos sólo tenía el valor de un mero trámite que en realidadno concretaba ni determinaba al verdadero adjudicatario del inmueble. En esa subastilla, el acusado Fermínconsiguió el inmueble y cuando se insistió por los acompañantes de Lucas de que la referida "subastilla" notenía ninguna validez, se produjo un enfrentamiento que concluyó con su rescisión, pero para ello Lucas tuvoque abonar 7.725.000 pesetas a los acusados Fermín , Felipe , Luis Pedro y Ángel Daniel , cheque quefué cobrado por el acusado Felipe y uno de los hermanos Bruno para repartir entre todos ellos. El inmuebleha sido tasado en 100.000.000.-pts. 24.- En autos 1393/84 seguidos ante la Magistratura de Trabajo nº 18 deMadrid , se sacaron a subasta varias máquinas adjudicadas en la misma a Felipe . Sobre las mismas hubouna "subastilla" y por ello fueron cedidas a Ángel Daniel para los que consiguieron esas máquinas conformeel resultado de la subastilla que eran Fermín y Luis Pedro . La maquinaria de imprenta se ha valorado en1.810.000.-pts. 25.- En autos 199/83 de la Magistratura de Trabajo nº 18 de Madrid se sacaron a subasta unaserie de máquinas y bienes de imprenta que se han tasado en 1.390.000 -pts y que fueron adjudicados ensubasta judicial por mitad a Felipe y Fermín , con fecha 31 de Mayo de 1.984. Sin embargo, no se ha acreditadoque sobre esta maquinaria se celebrase una "subastilla" en la que participaron además de los mencionados,Luis Pedro , Benito e Octavio . 26.- En autos 745/84 del Juzgado de Primera Instancia nº 3 de Madrid , eldía de la celebración de la subasta judicial de un piso en la CALLE013 nº NUM002 de Madrid, propiedad deJavier , varios de los denominados "subasteros" que no han podido ser suficientemente identificados, entre losque se encontraba Aurelio , le abordaron proponiéndole la entrega de cierta suma de dinero por provocar lasuspensión de la subasta o, en su caso, su quiebra posterior. El piso se ha tasado en 9.000.000 pesetas. 27) Enel Juzgado de Primera Instancia nº 6 de Madrid, autos nº636/85 , salió a subasta un chalet en la localidad deGuadarrama tasado en 37.000.000 pesetas del que era propietario Imanol quien en una ocasión acudió conun amigo para participar en la subasta y les dijeron que esperasen en la puerta del Juzgado, y en un momentodeterminado se enteraron de que la subasta ya se había celebrado. No se ha demostrado que los acusadosFermín y Esteban empleasen medios para distraer a estos postores a fin de que no participasen en la subasta.Tampoco se ha acreditado que estos acusados incitasen al propietario-deudor a que se adjudicase la fincaen la subasta judicial y luego la hiciese quebrar dejando transcurrir el plazo para la consignación del total delprecio del remate. 28) En los autos nº 143/84 seguidos ante el Juzgado nº 10 de Madrid donde se subastó unpiso en la localidad de Vicálvaro C/ DIRECCION004 , no se ha demostrado que la quiebra de la subasta fueseun mecanismo empleado por los acusados Roberto y Felipe para obtener la adjudicación del bien a un precioartifial y ventajoso. 29) En autos nº 1059/81 del Juzgado de Primera Instancia nº13 de Madrid se subastó unpiso en Sevilla valorado en 7.000.000 pesetas, sin que conste demostrado que la quiebra de la subasta fueseprovocada por el acusado Fermín con el fin de obtener la adjudicación de la casa a un precio artificial y másventajoso. 30) La acción popular en su hecho 6 retiró la acusación que dirigía por los siguientes hechos: "Enlos autos nº 342/84 del Juzgado de Primera Instancia nº 8 de Madrid salió a pública subasta un inmuebleduplex sito en las plantas NUM003 y NUM004 del bloque NUM005 - NUM006 , Manzana NUM007 , deBarajas (Madrid) y plaza de garaje correspondientes, tasados en 10.000.000 y 600.000 pesetas. Una personasobre la que no se ha abierto el juicio oral que mantenía alguna conexión con los deudores del procedimiento,tenía interés en participar en dicha subasta y adjudicarse los inmuebles. Aunque actuaba a título personal,parece ser que existía encargo del hijo de los deudores que tenían interés en conservar el inmueble. A efectosde garantizarse la adjudicación, aquella persona pagó a Fermín y Luis Pedro la cantidad de 375.000 pesetas(50% para cada uno) con el objeto de que no obstaculizaran la adjudicación, como efectivamente sucedió, enel precio de 5.500.000 pesetas".

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B)-- a) Por el Juzgado de Instrucción nº 22 de Madrid el día 16 de septiembre de 1986 se dictó sentenciaabsolutoria a favor de Gregorio , Fermín , Octavio , Mariano , Regina , Carlos , y Benito por lossiguientes hechos: "Que sobre las 10 horas de día 29 Marzo 1984, los acusados Gregorio , Fermín , Octavio, Mariano , Regina , Carlos , y Benito , todos ellos mayores de edad y sin antecedentes penales, acudieronal Juzgado de Primera Instancia nº 4 de Madrid donde se iba a celebrar primera subasta pública del piso sitoen la C/ DIRECCION005 NUM008 , NUM009 NUM010 , tasado en 5.750.000 pesetas, en virtud del juicioejecutivo nº 196/82 promovido por el Banco del Noroeste contra Hugo y María Milagros . Cada uno de losacusados interesados en dicha subasta realizó la consignación de 575.000 pesetas legalmente establecidapara poder tomar parte en el remate y salieron al pasillo del Juzgado en espera de que comenzara el acto delmismo; pero como quiera que éste se dilatara y transcurrido un período de tiempo superior a 2-3 horas, losacusados, sin que haya quedado probado que lo hicieran de mutuo acuerdo, decidieron solicitar la devolucióndel depósito constituido, lo que hicieron escalonadamente, siéndoles efectivamente devuelto. Posteriormente,sin que conste la hora, se celebró la subasta que se declaró desierta por falta de licitadores". Sobre estosmismos hechos el Ministerio Fiscal y la Acción Popular retiraron la acusación. b) Se declara probado quetiempo después de que se produjeran los anteriores hechos se celebró la segunda subasta del piso sito en laCiudad de los Periodistas, EDIFICIO001 NUM011 - NUM009 - NUM010 , C/ DIRECCION005 NUM008 ,piso NUM009 - NUM010 , propiedad de María Milagros , siendo adjudicataria del inmueble Teresa , mayorde edad, sin antecedentes penales, que junto con su esposo Pedro Antonio , mayor de edad, sin antecedentespenales, funcionario de la Administración de Justicia y de Jose Francisco , mayor de edad, sin antecedentespenales, quisieron revender el piso a María Milagros , quien no aceptó el ofrecimiento. Ante ello, Teresade manera educada solicitó a María Milagros que desocupara la vivienda de manera voluntaria, pues de locontrario sería requerida por el Juzgado para ello. Ante la insistencia en esta petición María Milagros optópor abandonar el piso.

C)-- Se declara probado que en el juicio ejecutivo nº 1764/81 seguido ante el Juzgado de Primera Instancia nº6 de Madrid contra Donato , salió a subasta pública la vivienda de su propiedad sita en la C/ DIRECCION006nº NUM003 - NUM012 de Madrid. Llegado el día de la celebración de la subasta, Donato se presentó en elJuzgado de Primera Instancia nº 6 donde fué abordado por los acusados Fermín y Bruno , ambos mayores deedad y sin antecedentes penales, quienes tras cerciorarse de que era el propietario del piso y que demostrabacierta rusticidad y no demasiados conocimientos, le pidieron la suma de 100.000 pesetas con el fin de noparticipar en la subasta ni ellos ni las restantes personas que allí aguardaban para el mismo fin. Donato lesmanifestó que no tenía ese dinero, que contaba tan solo con 60.000 pesetas, cantidad que fué aceptada por losdos acusados y como consecuencia de ello nadie participó en la subasta declarándose desierta, lo que suponíala celebración de una subasta posterior con un tipo de salida inferior al inicial. Ese mismo día el acusado Fermínentregó a Donato una tarjeta de la entidad Semofisa, entidad a la que también pertenecía el acusado Benito ,mayor de edad, sin antecedentes penales, que actuaba de acuerdo con los otros dos acusados, situada en la C/DIRECCION007 nº NUM013 de Madrid, para que acudiese a solucionar el problema. Donato , ante la angustiaque venía sufriendo por la posibilidad cada vez más evidente de que pudiera perder el piso en el que vivían ély los restantes miembros de su familia, fué a esas oficinas siendo recibido por los acusados Fermín y Benitoque le exigían la previa entrega de dinero para llegar a un arreglo, que consistía en la promesa de paralizarlas subastas del piso, aunque los acusados no tenían intención de cumplir esa promesa ya que pretendían laadjudicación de la vivienda. Dada la difícil situación por la que atravesaba, Donato entregó 315.000 pesetas enmetálico, y un cheque de Caja Madrid en el que no tenía fondos, haciéndolo constar así. Acto seguido presentóuna denuncia ante el Juzgado de Guardia relatando lo que había sucedido. Pasado el tiempo Donato recibióuna notificación del Juzgado comunicándole que la subasta se había llevado a cabo y que el adjudicatarioera el hoy acusado Esteban , conocido con el nombre de Pitufo , mayor de edad, sin antecedentes penales,cuñado del acusado Bruno , y ambos colaboradores entre sí. Donato que acudía con frecuencia al Juzgadopara enterarse de la marcha del juicio conoció, casualmente, en los pasillos a Esteban quien le manifestó queera el nuevo propietario del piso y que si quería recuperarlo debería de pagarles 800.000 pesetas, cuando yahabía ideado cederlo a un tercero. Donato sólo pudo reunir 600.000 pesetas que entregó al acusado Estebanquien le exigió que tratase de reunir las 200.000 pesetas que faltaban. A pesar de la entrega de dinero quehabía hecho Donato al acusado Esteban y a los restantes acusados para recuperar el piso, éste lo cedió aun tercero que no está enjuiciado, Vicente , que instó el lanzamiento ante el Juzgado. El día señalado para ellanzamiento acudió a la casa de Donato además de la comisión judicial, el cesionario Vicente , Luis Pedro , yel acusado Fermín . Este último llegó a un acuerdo con el hijo de Donato , Jon , de modo que éste adquiría lavivienda. En ese mismo acto, a fin de evitar el lanzamiento, Jon abonó 100.000 pesetas en concepto de gastosde traslado, y 800.000 pesetas en concepto de parte del precio de la venta. Dos meses después y tras abonar2.400.000 pesetas firmaron la correspondiente escritura pública. El piso se ha tasado en 9.000.000 de pesetas.

D)-- Se declara probado que en los autos nº 336/83 del Juzgado de Primera Instancia nº4 de Madrid , se sacóa subasta un piso situado en la PLAZA000 de Madrid ocupado por Rodolfo . El citado piso fué adjudicado al

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acusado Jose Francisco , mayor de edad, sin antecedentes penales, el cual propuso al ocupante la posibilidadde no perder la vivienda obteniendo a cambio de ello un beneficio. A tal efecto y previamente citados, el acusadoJose Francisco acompañado del también acusado Pedro Antonio , mayor de edad, sin antecedentes penales,funcionario de la Administración de Justicia con destino en el Juzgado de Familia nº 22 de Madrid, y mástarde en el Servicio Común de Notificaciones y Embargos, esposo de la acusada Teresa , mayor de edad, sinantecedentes penales, socia del anterior acusado Jose Francisco , pidió la entrega de 250.000 pesetas con elfin de no quebrar la subasta lo que debería abonar en ocho días. Rodolfo en el plazo de los ocho días abonó lacitada cantidad con un talón al portador que les entregó. Después de esta entrega dineraria las conversacionescontinuaron entre los acusados y el ocupante del piso con el objetivo de recomprar la casa antes de firmar laescritura. Y tras diversos tratos los acusados pedían la cantidad de 2.500.000 pesetas. Los acusados pidieronal ocupante la entrega de ese dinero, pues en caso contrario se procedería al desalojo por la comisión judicial.No ha quedado acreditado que los acusados por este hecho, Jose Francisco , Pedro Antonio , y Teresapresionaran al ocupante del piso para que les entregara el dinero convenido.

E)-- Se declara probado que el día 11 de septiembre de 1984 en el Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Madridsalió a subasta, en los autos ejecutivos nº 1142/82 instados por Eusebio y su esposa Ana María , un pisoembargado al deudor sito en la C/ DIRECCION008 del que resultó adjudicatario por la suma de 3.8OO.OOOpesetas el acusado Fermín , mayor de edad, sin antecedentes penales. La referida vivienda estaba gravadacon una hipoteca anterior que se realizó en los autos nº 297/83 seguidos ante el Juzgado de Primera Instancianº 10 de Madrid, que señaló el 14 de Diciembre de 1984 como fecha para la celebración de la subasta. En estasubasta el acusado Benito , mayor de edad, sin antecedentes penales, íntimo amigo del anterior acusado yde acuerdo con éste, se adjudicó la vivienda por la cantidad de 815.000 pesetas, cediendo el remate por esedinero a la esposa de Fermín que actuaba en connivencia con ellos, la acusada Estefanía , mayor de edad,sin antecedentes penales. Una vez que la acusada Estefanía hubo conseguido con premura la adjudicaciónde la vivienda, y la inscripción de la misma a su nombre en el Registro de la Propiedad, en fecha 19 de Enerode 1985, el acusado Fermín , que no había instado la petición de que se dictase el correspondiente autode adjudicación, ante el Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Madrid, donde se había celebrado la subastade la vivienda que se había adjudicado a su nombre solicitó, en fecha 30 de Enero de 1985, la nulidad de lasubasta y la devolución del importe de lo pagado, logrando recuperar el dinero abonado de 3.8OO.OOO pesetas,y consiguiendo que su esposa la acusada Estefanía fuese realmente la adjudicataria y registralmente tercerade buena fe del piso pero tan solo por 815.000 pesetas, obteniendo el consiguiente beneficio y perjudicando alacreedor Eusebio y a su esposa quienes al comprobar el perjuicio que sufrían por no cobrar la deuda trataronpor todos los medios de hacerlo valer ante los Tribunales Civiles, teniendo que interponer una querella criminalpara que se investigasen los hechos.

F)-- Se declara probado que en el juicio nº1495/81 seguido ante el Juzgado de Primera Instancia nº 8 de Madridsalió a subasta el piso situado en la C/ DIRECCION009 NUM014 piso NUM005 - NUM010 - NUM006 deMadrid, en el que habitaba como inquilino Felix . El remate de la vivienda subastada fué cedida en partesiguales a los acusados Luis Pedro , y María Inés , mayor de edad, sin antecedentes penales, que trabajabacomo secretaria en las oficinas de Benito y que actuaba por cuenta de éste y de Fermín , inscribiendo laadquisición en el Registro de la Propiedad el 11 de Junio de 1984, a nombre de los acusados María Inés yLuis Pedro y de la esposa de éste. Felix que como inquilino de la vivienda había recibido la visita de losanteriores con el objeto de que entregase dinero para poder quebrar la subasta o bien para aceptar la cesióndel remate, ejercitó el derecho de retracto que le asistía, sin consultar el estado de la vivienda en el Registrode la Propiedad al haberlo hecho con anterioridad y haber comprobado que no pesaba sobre la misma ningúntipo de cargas. Con fecha 24 de Julio de 1986 se firmó la escritura pública de compraventa, siendo vendedoreslos acusados María Inés y Luis Pedro , (y la esposa de Luis Pedro totalmente ajena a estos hechos), ycomprador Felix abonando, tan solo, el precio pagado en la subasta 2.300.000 pesetas. En la referida escriturase hacia constar como fórmula genérica que los comparecientes conocían el estado de cargas del Registro dela Propiedad, y los dos acusados María Inés y Luis Pedro le hicieron ver que no pesaba sobre el piso ningúntipo de cargas. Sin embargo, nada más volver de vacaciones Felix comprobó en el Registro de la Propiedadque los cuatro acusados de común acuerdo y con la intención de obtener un beneficio, habían constituidocédulas hipotecarias sobre la vivienda por importe de 6.500.000 pesetas con fecha 9-9-85. Ante la situacióncreada Felix se puso en contacto con los anteriores e interpuso una querella criminal contra los mismos loque provocó que los acusados pagasen la deuda y levantasen las cédulas hipotecarias.

G)-- Se declara probado que David deseaba adquirir una vivienda que constituyese su domicilio habitual. Unamigo suyo le dijo que conocía al hoy acusado Benito , mayor de edad, sin antecedentes penales, quien lepodría proporcionar la posibilidad de adquirir un piso. De este modo David contactó con el citado acusadoquien le ofreció la cesión del remate de una subasta pública sobre el piso situado en C/ AVENIDA001 nºNUM015 de Madrid que se iba a celebrar en el Juzgado de Primera Instancia nº 15 de Madrid, autos de juicio

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ejecutivo nº 274/85, la cual se llevó a cabo el 11 de Noviembre de 1986. En la citada subasta pública resultóadjudicatario Joaquín , que actuaba por cuenta del acusado Benito , contactando ambos con David paracederle el remate de la vivienda que se haría libre de cargas y gravámenes y por el precio de la subasta más otracantidad, convenida entre las partes, que constituiría la ganancia que obtendría el acusado. David consintióen la cesión del remate en las anteriores condiciones y acudió al Juzgado, donde firmó la cesión, con doscheques uno de 2.550.000 pesetas a entregar en el Juzgado comprensiva de la diferencia existente entre lacantidad consignada para participar en la subasta y el precio del remate. Y otro al portador por la suma de4.052.000 pesetas que dió al acusado Benito . Tiempo después y en espera de que se le entregase por elJuzgado la posesión del inmueble supo que sobre el piso pesaban dos embargos anteriores, (uno de ellospor la cantidad de 416.667 pesetas de principal y de 197.769 pesetas de intereses, y el otro por la suma de253.643 pesetas más 100.000 pesetas de intereses), una condición resolutoria sin liquidar por la suma de2.870.000 pesetas, y una hipoteca a favor de la Caja de Ahorros por 576.618 pesetas. De inmediato se puso encontacto con el acusado Benito para intentar solucionar el problema y este acusado le firmó un compromisode cancelación de todas las cargas anteriores a la cesión del remate y un reconocimiento de deuda, abonandotan solo 742.000 pesetas, quedando en la actualidad el resto sin pagar, a pesar de los esfuerzos que al respectoha realizado David .

H)-- Al practicarse la entrada y registro con mandamiento judicial en las oficinas del acusado Felipe , situadasen la PLAZA001 NUM005 , escalera NUM012 , piso NUM001 - NUM011 de Madrid, se encontraron en lamesa de su despacho dos sellos de caucho, uno redondo y otro rectangular, que eran semejantes, aunque unpoco más grandes, que los empleados por la oficina de la Caja Postal de Ahorros situada en el edificio de losJuzgados de la Plaza de Castilla. El acusado, sin ningún convencimiento, manifestó que si poseía los sellosde caucho era por que días antes en un asalto que se produjo en su despacho se los habían colocado.

I)--1) Se declara probado que en los autos civiles nº 336/83, seguidos ante el Juzgado de Primera Instancia nº4 de Madrid , el acusado Jose Francisco , mayor de edad, sin antecedentes penales, se adjudicó en la subastacelebrada el 7 de Julio de 1985 un piso en la PLAZA002 nº NUM016 de Madrid. Celebrada la subasta, esteacusado entregó la suma de 100.000 pesetas al funcionario de la Administración de Justicia Ángel Jesús ,mayor de edad, sin antecedentes penales, que se encargaba de la tramitación de estos autos junto con otrofuncionario no enjuiciado. Este dinero lo entregó el acusado Jose Francisco porque se lo había pedido elcitado funcionario a través del también acusado Jesús Manuel , mayor de edad, sin antecedentes penales, ycon el objeto de llevarse a cabo con premura y con antelación a otros asuntos la toma de posesión del inmueblerealizando los trámites que para ello fuese necesario. Una vez que Jose Francisco hubo entregado el dineroa Jesús Manuel , y éste hubo completado su labor de persona interpuesta, se presentó escrito solicitandola posesión del inmueble y el lanzamiento del ocupante, siendo de inmediato proveido tal escrito y llevandosea cabo lo interesado en él sin respetar el orden de prelación cronológica de diligencias y señalamientos. 2)Se declara probado que el procedimiento del art. 131 LH nº 668/84 seguidos antes el Juzgado de PrimeraInstancia nº 10 de Madrid era tramitado por el acusado Leonardo , mayor de edad, sin antecedentes penales,funcionario de la Administración de Justicia que se encargaba de ello a consecuencia de la enfermedad quepadecía el auxiliar al que correspondía. En los referidos autos salió a subasta un chalet en la C/ DIRECCION010de Madrid que se adjudicó el acusado Felipe , mayor de edad, sin antecedentes penales, y en la misma fecha dela subasta 9- Abril-1986 se suspendió la aprobación del remate concediendo al inquilino del chalet la posibilidadde ejercitar el derecho de retracto que le asistía a la par que se concedía al adjudicatario un plazo de 8 días paraconsignar. De este error sufrido se beneficiaba el acusado Felipe ya que no tenía comprador para el chalet aquien cederle el remate. Sin embargo, ese error se enmendó por resolución de 8 de Mayo de 1986 en la quese declaraba no haber lugar al retracto y se concedía al acusado Felipe un plazo de 3 días para consignar elprecio del remate, notificándose la resolución el 3 de Junio de 1986. Sobre el citado chalet tenían intereses lostambién acusados Roberto Y Luis Antonio , ambos mayores de edad y sin antecedentes penales. La acusadaRegina , mayor de edad, sin antecedentes penales, esposa del acusado Felipe , actuando de acuerdo con él yno teniendo en esa época todavía un comprador del chalet a quien cederle el remate y por tanto que efectuasela consignación, presentó el 6 de Junio de 1986 un escrito en nombre de su esposo interponiendo recursocontra el plazo de 3 días otorgado para la consignación. Al recurso se le dió el trámite correspondiente peroantes de su resolución, con fecha 16 de Junio de 1986, el acusado Felipe que todavía no tenía un compradordel chalet y no le interesaba efectuar la consignación, se ratificó en él. Por Auto de fecha 19 de Junio de 1986se estimó la pretensión del acusado y se le concedía un plazo de 8 días para consignar el precio del remate. Senotificó la resolución el 1 de Julio de 1986. Con fecha 11 de Julio de 1986 Felipe , sin tener aún un compradorpara el chalet, presentó escrito alegando que existía un inquilino que se le concediese el derecho de tanteo.Por resolución del 18 de Julio de 1986 se denegó la petición y se le requirió de nuevo para que en un plazo de8 días consignase el precio del remate. Por entonces, los acusados Felipe , su esposa Regina , y los otrosdos interesados en el negocio Roberto y Luis Antonio todavía no tenían comprador del chalet al que cederleel remate por lo que aprovechando que el funcionario acusado Leonardo al que conocían con anterioridad

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estaba tramitando los autos por enfermedad del auxiliar al que correspondía consiguieron de éste, a cambio dela entrega de 25.000 pesetas cuya parte proporcional fué abonada también por los acusados Roberto y LuisAntonio , que no se llevase a cabo la consignación hasta conseguir un comprador a quien cederle el remate.Con fecha 6 de Noviembre de 1986 se requirió a Felipe para que efectuase la consignación, lo que efectuó el14 de Noviembre de 1986 la compradora del chalet Estela tras la correspondiente cesión de remate. 3) Sobreeste apartado se ha retirado la acusación por parte de la acción popular contra Felipe que se refería a lossiguientes hechos: "En relación a los autos nº 1133/84 del Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Madrid , unfuncionario no enjuiciado a instancias de Felipe , y sin duda mediante dádivas o promesas, retuvo y ocultóun oficio proviniente del Juzgado de 1ª Instancia nº 1 por el que se solicitaba la suspensión de los actos desubasta y remate del chalet sito en Hoyo de Manzanares que se encontraba embargado para acumularlo alprocedimiento de quiebra que a la vez tramitaba el juzgado nº1. Con la ocultación temporal de este oficiose consiguió tramitar el remate y escriturar la adjudicación de dicho inmueble a favor de Eugenia , íntimaamiga de la deudora Bárbara a quien cedió el remate el acusado Felipe si bien figuraba como adjudicatarioFermín ". 4) Ante el Juzgado de Primera Instancia nº 12 de Madrid, autos nº 570/84 se sacó a subasta el 21de Mayo de 1986 un piso en la C/ CALLE010 nº NUM017 de Madrid. Este piso se lo adjudicó el acusado LuisAntonio , mayor de edad, sin antecedentes penales, pero sobre él tenían intereses económicos los acusadosRoberto , Felipe , Regina , Y Jose Francisco , todos ellos mayores de edad y sin antecedentes penales. Estosacusados conocían al funcionario encargado de la tramitación de ese asunto, el acusado Luis Alberto , mayorde edad, sin antecedentes penales, y por el solo hecho de encargarse de la marcha de los autos le entregaronla suma de 40.000 pesetas que el citado funcionario recibió. 5) El acusado Pedro Enrique , mayor de edad,sin antecedentes penales, funcionario de la Administración de Justicia con destino en el Juzgado de PrimeraInstancia nº 2 de Madrid tramitaba los autos nº 1989/80 en los que se subastó el 18 de Marzo de 1986 unafinca en Talamanca del Jarama, pero sobre ella se celebró una subastilla y la finca correspondió a los acusadosFermín Y Luis Pedro , ambos mayores de edad, y sin antecedentes penales. Estos dos últimos acusados, juntocon el hermano de Luis Pedro el acusado Bruno que actuó de acuerdo con ellos entregaron al funcionarioPedro Enrique la suma de 50.000 pesetas por la mera tramitación del asunto que el funcionario recibió. 6)a) El acusado Carlos Ramón , mayor de edad, sin antecedentes penales, funcionario de la Administración deJusticia con destino en el Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Madrid se encargaba de tramitar los autosnº 1618/83 en los que se subastaron unas máquinas sitas en la localidad de Villacañas en las que estabaninteresados los acusados Felipe , Fermín Y Luis Pedro , todos ellos mayores de edad, y sin antecedentespenales. Estos tres acusados entregaron al funcionario una suma de dinero no concretada pero en torno alas 25.000 pesetas, por el hecho de tramitar el asunto civil referido que el funcionario recibió. b) Asimismoese funcionario estaba encargado de la tramitación de los autos nº 1281/85 en el que salía a subasta un pisoen la C/ CALLE008 de Madrid sobre el que tenían intereses los acusados Fermín Y Luis Pedro , por loque entregaron al funcionario Carlos Ramón la suma de 25.000 pesetas por el hecho de encargarse de eseasunto, cantidad que fué recibida por el funcionario. 7) a) En los autos nº 675/82 seguidos ante el Juzgadode Primera Instancia nº 2 de Madrid salía a subasta el día 28 de Junio de 1986 una nave en la C/ FernandezClauselles de Puerta de Hierro en Madrid en la que estaban interesados los acusados Fermín , Felipe Y Bruno, todo mayores de edad, y sin antecedentes penales, y entregaron al funcionario encargado de la tramitacióndel asunto, a quien no afecta esta sentencia, por el solo hecho de tramitarlo la suma de 100.000 pesetas. b) Enlos autos nº 765/82 seguidos ante el Juzgado nº 2 de Madrid salió a subasta un local en C/ DIRECCION020de Madrid en el que estaban interesados los acusados Fermín Y Benito , ambos mayores de edad, y sinantecedentes penales, y al funcionario encargado de la tramitación del asunto, a quien no afecta la presentesentencia, le entregaron 5.000 pesetas por el solo hecho de llevar a cabo la diligencia de toma de posesión ala que estaba obligado. 8) El acusado Domingo , mayor de edad, sin antecedentes penales, funcionario de laAdministración de Justicia con destino en el Juzgado de Primera Instancia nº 3 de Madrid, se encargaba de latramitación de los autos nº 371/84 en los que salía a subasta el día 25 de Enero de 1985 un apartamento enla C/ DIRECCION011 de Madrid, sobre el que estaban interesados los acusados Fermín E Octavio , ambosmayores de edad, y sin antecedentes penales, y entregaron al citado funcionario porque tramitaba el asuntola suma de 25.000 pesetas que el citado funcionario recibió. 9) El acusado Domingo también se encargabade la tramitación de los autos nº 881/84 que se seguían ante el Juzgado de Primera Instancia nº 3 de Madridy en los que salía a subasta el 19 de Febrero de 1986 un piso en la localidad de Mostoles en el que estabaninteresados los acusados Felipe , Regina Y Roberto , y entregaron entre todos 10.000 pesetas al funcionariocitado por encargarse de tramitar los autos, dinero que éste recibió. 10) a) En autos nº 1302/82 seguidosante el Juzgado de Primera Instancia nº 6 de Madrid se subastaba el día 31 de Enero de 1985 un local en laC/ DIRECCION012 de Madrid propiedad de Jesus Miguel y sobre el que estaban interesados los acusadosFermín , E Octavio , y entregaron al funcionario encargado de la tramitación de los autos, hoy fallecido, por elsolo hecho de llevar esa tramitación, la suma de 15.000 pesetas. b) En autos nº 8/81 seguidos ante el mismoJuzgado salía a subasta el 5 de Octubre de 1983 una parcela en Torrelodones en la que estaban interesadoslos acusados Fermín Y Benito , y entregaron al funcionario, actualmente fallecido, que lo tramitaba, por la

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simple razón de que de ello se encargaba, la cantidad de 1.250 pesetas. c) En autos 1520/81 seguidos anteel mismo Juzgado salía a subasta el 17 de Enero de 1986 unos locales situados en Valencia sobre el losque estaban interesados los acusados Fermín Y Luis Pedro , ambos mayores de edad, y sin antecedentespenales, y entregaron al funcionario encargado de su tramitación, hoy fallecido, la cantidad de 50.000 pesetas,por la sola razón de que tramitaba el asunto. d) En el mismo Juzgado de Primera Instancia nº 6 de Madrid sellevaban los autos nº 678/83 en los que se subastaba el 18 de Julio de 1985 un piso en la C/ AVENIDA002de Madrid en el que estaban interesados los acusados Fermín Y Luis Pedro , y entregaron la cantidad de50.000 pesetas al funcionario encargado de su tramitación por el solo hecho de llevarlo. 11) a) El acusadoRafael , mayor de edad, sin antecedentes penales, funcionario de la Administración de Justicia con destino enel Juzgado de Primera Instancia nº 6 de Madrid se encargaba de la tramitación de los autos nº 1863/83, en losque salía a subasta el día 7 de Noviembre de 1986 un piso en la C/ DIRECCION013 de Madrid en el que estabaninteresados los acusados Felipe , Roberto , Luis Antonio , Regina , Y Jose Francisco , todos ellos mayoresde edad, y sin antecedentes penales, y entregaron al citado funcionario entre todos ellos la suma de 25.000pesetas por el solo hecho de encargarse de tramitar el asunto, cantidad que el funcionario recibió. b) El citadofuncionario Rafael también se encargaba de tramitar los autos nº 913/84 en el que salía a subasta el 26 deNoviembre de 1986 un piso en la localidad de Valdemoro en el que estaban interesados los acusados Regina, Jose Francisco , Luis Antonio Y Roberto , y entregaron al citado funcionario por solo tramitar los autosla suma de 10.000 pesetas que éste recibió. 12) a) El acusado Augusto , mayor de edad, sin antecedentespenales, funcionario de la Administración de Justicia con destino en el Juzgado de Primera Instancia nº 7 deMadrid se encargaba de la tramitación de los autos nº 941/85 , en los que salía a subasta el 23 de Mayo de1986 un piso en Albacete en el que estaban interesados los acusados Fermín E Octavio , y entregaron la sumade 10.000 pesetas al funcionario por solo tramitar los autos, dinero que el funcionario recibió. b) Este mismofuncionario estaba encargado de la tramitación de los autos nº 1214/84 en los que se subastaba el 30 deEnero de 1986 una finca en Torrecampo sobre la que tenían intereses los acusados Fermín Y Luis Pedro , porlo que entregaron a aquél la suma de 100.000 pesetas por solo tramitar los autos, cantidad que el funcionariorecibió. c) También el funcionario citado tramitaba los autos nº 177/81 donde salía a subasta el 16 de Enerode 1985 una nave en la C/ DIRECCION014 nº NUM018 de Madrid en la que estaban interesados los acusadosFermín Y Luis Pedro , por lo que entregaron al funcionario la cantidad de 50.000 pesetas que éste recibió porrealizar la diligencia de toma de posesión a la que estaba obligado. 13) (Hecho 23 de la acción popular) Enel Juzgado de Primera Instancia nº 9 de Madrid se tramitaban los autos nº 1880/82 por un funcionario de laAdministración de Justicia que ha fallecido. En el citado asunto se subastó el 10 de Julio de 1984 un piso en lalocalidad de Albacete en el que estaban interesados los acusados Fermín Y Benito , quienes por tal motivoentregaron al oficial que se encargaba de los mismos y por la realización de los trámites correspondientes ala toma de posesión, diligencia que estaba obligado a practicar y que no debe ser abonada, la suma de 25.000pesetas. 14) El acusado Juan , mayor de edad, sin antecedentes penales, funcionario de la Administración deJusticia con destino en el Juzgado de Primera Instancia nº 10 de Madrid, se encargaba de la tramitación delos autos nº 845/79 en los que se realizaba un piso en la AVENIDA003 de Madrid que salió a subasta el 16 deAbril de 1985. En esa vivienda estaban interesados el acusado Fermín y otra persona no identificada, y conmotivo de la resolución judicial por la que se acordaba la devolución de una fianza entregaron al funcionario,cada uno de ellos, la suma de 25.000 pesetas, cantidad que este recibió. No consta acreditado que persona noidentificada fuese el acusado Felipe . 15) En el Juzgado de Primera Instancia nº 11 de Madrid se tramitabanlos autos nº1345/82 por un funcionario ya fallecido. En dicho asunto se subastaba el 12 de Diciembre de1986 un inmueble en Abadiano (Vizcaya) sobre el que estaban interesados los acusados Fermín Y Felipe , yentregaron al funcionario una suma de dinero no determinada pero en torno a las 11.000 pesetas por el solohecho de que estaba encargado de tramitar la causa. 16) Los autos nº 1603/80 seguidos ante el Juzgado dePrimera Instancia nº 12 de Madrid eran tramitados por un funcionario actualmente fallecido. En dichos autosse subastaba el 11 de Mayo de 1984 un piso en la localidad de Villarrobledo en el que estaban interesados losacusados Fermín Y Benito , y entregaron al funcionario la suma de 25.000 pesetas por tramitar la causa.17) Los autos nº 1705/83 seguidos ante el Juzgado de Primera Instancia nº 13 de Madrid eran tramitados porun funcionario actualmente fallecido. En dichos autos se subastaba el 23 de Mayo de 1986 un piso en la C/CALLE002 de Madrid en el que estaban interesados los acusados Felipe , Regina , Roberto Y Luis Antonio, y entregaron al funcionario la suma de 40.000 pesetas por tramitar la causa. 18) La acusada Luz , mayorde edad, sin antecedentes penales, funcionaria de la Administración de Justicia con destino en el Juzgado dePrimera Instancia nº 13 de Madrid tramitaba los autos nº 1340/78 en los que se subastaba el 4 de Octubre de1986 un inmueble en la localidad de Villa de Don Fabrique (Toledo) en el que estaban interesados los acusadosFermín , Luis Pedro , Y Esteban , y entregaron a la citada funcionaria por tramitar el asunto la suma de25.000 pesetas, dinero que fué recibido por la citada funcionaria. 19) Los acusados Valentín Y Carlos Manuel, ambos mayores de edad, y sin antecedentes penales, funcionarios de la Administración de Justicia con lacategoría de Oficial el primero y de Agente Judicial el segundo con destino en el Juzgado de Primera Instancianº 14 de Madrid se encargaban de la tramitación de los autos nº 116/85 en los que se subastaba un piso en la

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C/ DIRECCION015 de Madrid en el que estaba interesado el acusado Fermín y con motivo de llevarse a cabola diligencia de toma de posesión que se efectuó el 27 de Junio de 1986 por los citados funcionarios, acto alque estaban obligados, les entregó cierta suma de dinero no determinada, dinero que fué recibido por los dosfuncionarios citados. 20) a) El acusado Baltasar , mayor de edad, sin antecedentes penales, funcionario de laAdministración de Justicia con destino en el Juzgado de Primera Instancia nº 16 de Madrid se encargaba detramitar los autos nº 18/83 en los que salía a subasta el 6 de Marzo de 1986 un local en la C/ Lago Leman deVicalvaro en el que estaban interesados los acusados Fermín Y Luis Pedro y entregaron al citado funcionarioporque se encargaba de tramitar la causa la cantidad de 15.000 pesetas, dinero que fué recibido por el citadofuncionario. b) Este mismo funcionario se encargaba de la tramitación de los autos nº 714/83 seguidos anteel Juzgado nº 16 de Madrid en los que se subastaba el 16 de Mayo de 1984 un piso en la C/ DIRECCION016de Valencia en el que estaban interesados los acusados Fermín Y Benito , y entregaron al funcionario citadopor solo tramitar la causa las cantidades de 1.000 y 2.500 pesetas, dinero que recibió el citado funcionario. c)También este funcionario tramitaba los autos nº 8/85 en los que se subastaron el 16 de Diciembre de 1986unos locales en la C/ DIRECCION017 de Madrid, en el que estaban interesados los acusados Regina YFermín y entregaron al funcionario por el mero hecho de que tramitaba la causa la cantidad de 5.000 pesetas,suma recibida por el funcionario. 21) a) El acusado Jose Ignacio , mayor de edad, sin antecedentes penales,funcionario de la Administración de Justicia con destino en el Juzgado de Primera Instancia nº 17 de Madrid,se encargaba de la tramitación de los autos nº 980/83 en los que salía a subasta el 6 de Mayo de 1986 elgaraje Nuevo Mundo en el que estaban interesados los acusados Fermín Y Luis Pedro , y entregaron al citadofuncionario por el solo hecho de que tramitaba el asunto la suma de 100.000 pesetas, cantidad que recibió elfuncionario. b) Este mismo funcionario también tramitaba los autos nº 1434/84 en los que se subastaba el 10de Diciembre de 1985 un inmueble en la C/ DIRECCION018 de la población de Guadarrama en el que estabaninteresados los acusados Fermín E Octavio sin que conste acreditado que entregasen al citado funcionariocierta suma de dinero. 22) a) El acusado Ramón , mayor de edad, sin antecedentes penales, funcionario dela Administración de Justicia con destino en el Juzgado de Primera Instancia nº 21 de Madrid se encargabade tramitar los autos nº 1348/83 en los que se subastaba el 27 de Febrero de 1985 un inmueble en Alcorcónen el que estaban interesados los acusados Fermín , Luis Pedro Y Bruno y con motivo de la diligencia detoma de posesión que había de llevarse a cabo en los autos entregaron al funcionario y este recibió la sumade 73.000 pesetas. b) Este mismo funcionario Ramón también tramitaba los autos nº 1408/83 en los quese subastaban el 31 de Marzo de 1986 unos locales en la localidad de Gandía en los que estaba interesadoel acusado Fermín , y le entregó porque tramitaba la causa la suma de 10.000 pesetas, siendo recibido estedinero por el funcionario.

J)--Se declara probado que ante el Juzgado de Primera Instancia nº 6 de Madrid se seguía el juicio ejecutivonº 1302/82 contra Jesus Miguel , saliendo a subasta un local comercial propiedad del ejecutado sito en la C/DIRECCION012 nº NUM019 de Madrid (antes C/ DIRECCION019 nº NUM020 ) que fué adjudicado a Fermínpor la suma de 2.800.000 pesetas. Tiempo después Fermín se puso en contacto con sus propietarios, enconcreto con la esposa de Jesus Miguel y le manifestó que si querían recuperar el local deberían de abonar2.800.000 pesetas y 1.000.000 pesetas más por los gastos que había tenido. No consta acreditado que elacusado por este hecho Fermín haya entregado dinero a terceras personas para que no acudiesen a la subastadel local y así poderselo adjudicar a un precio más ventajoso. Tampoco ha quedado demostrado que tuvieseparticipación en estos hechos el acusado Octavio .

2.- La Audiencia de instancia dictó el siguiente pronunciamiento: FALLAMOS: PRIMERO: 1) Que debemoscondenar y condenamos al acusado Fermín , como autor penalmente responsable de: -- (A y C) Un delitocontinuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal a la pena de multa DOSCIENTOS ONCE MILLONES NOVECIENTASCINCO MIL PESETAS, con arresto sustitutorio de seis meses en caso de impago, y al pago de 22/314 partesde las costas causadas. -- (C) Un delito de estafa realizado con abuso de superioridad en relación a lascircunstancias personales de la víctima y revistiendo especial gravedad en atención al valor de la defraudación,sin la concurrencia de circunstancias modificativas e la responsabilidad criminal, a la pena de TRES AÑOSDE PRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio duranteel tiempo que dure la condena, así como la suspensión del oficio al que se venía dedicando consistente enparticipar en las subastas judiciales sin que pueda comparecer a las mismas bien por sí o a través de personasfísicas o jurídicas interpuestas durante el tiempo que dure la condena, y al pago de 1/314 partes de las costasprocesales causadas. -- (E) Un delito de estafa realizado empleando fraude procesal y revistiendo especialgravedad en atención al valor de la defraudación, concurriendo esta última circunstancia como muy cualificada,sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de TRES AÑOSDE PRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio duranteel tiempo que dure la condena, así como la suspensión del oficio al que se venía dedicando consistenteen participar en las subastas judiciales sin que pueda comparecer a las mismas bien por sí o a través de

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personas físicas o jurídicas interpuestas durante el tiempo que dure la condena, y al pago de 1/314 de lascostas procesales causadas. --(F) Un delito de estafa por disponer de un bien como libre sabiendo que estabagravado y revistiendo especial gravedad en atención a la defraudación, sin la concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de TRES AÑOS DE PRISION MENOR, con sus accesoriasde suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, así comola suspensión del oficio al que se venía dedicando consistente en participar en las subastas judiciales sin quepueda comparecer a las mismas bien por sí o a través de personas físicas o jurídicas interpuestas durante eltiempo que dure la condena, y al pago de 1/314 de las costas procesales causadas. --(I) Un delito continuadode cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena deCIENTO CINCUENTA MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 15 días en caso de impago, y alpago de 25/314 partes de las costas causadas. 2) Que debemos ABSOLVER Y ABSOLVEMOS LIBREMENTEal acusado Fermín : --(A) Del delito de maquinaciones para alterar el precio en las cosas que le venía siendoatribuido por el Ministerio Fiscal y por la Acción Popular y que se recoge en los apartados A) 8, 25, 27, 29.Y del delito de maquinaciones para alterar el precio en las cosas comprendido en el apartado 6º del escritode acusación de la acción popular por haber retirado la acusación respecto al mismo. Se declaran de oficio5/314 partes de las costas causadas. --(B) Del delito de maquinaciones para alterar el precio en las cosasdel apartado B) al haber retirado la acusación que contra él se dirigía tanto por el Ministerio Fiscal como porla Acción Popular, y se declaran de oficio 1/314 partes de las costas causadas. --(I) Del delito de cohechoreflejado en el apartado I-21 b y que le venía siendo atribuído por el Ministerio Fiscal y por la Acción Popular. Sedeclaran de oficio 1/314 partes de las costas causadas. --(J) Del delito de maquinaciones para alterar el precioen las cosas que le venía siendo atribuído por la acusación particular ejercida por Jesus Miguel , declarándosede oficio 1/314 partes de las costas causadas. --(J) Del delito de falsedad en documento público que le veníasiendo atribuido por la acusación particular ejercida por Jesus Miguel , declarándose de oficio 1/314 partesde las costas causadas.

SEGUNDO: 1) Que debemos CONDENAR Y CONDENAMOS al acusado Luis Pedro , como autor penalmenteresponsable de: --(A) Un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de CIENTOCINCUENTA Y UN MILLONES SEISCIENTAS CINCUENTA Y CINCO MIL PESETAS, con seis meses de arrestosustitutorio en caso de impago, y al pago de 16/314 partes de las costas causadas. --(F) Un delito de estafapor disponer de un bien como libre sabiendo que estaba gravado y revistiendo especial gravedad en atencióna la defraudación, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la penade TRES AÑOS DE PRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho desufragio durante el tiempo que dure la condena, así como la suspensión del oficio al que se venía dedicandoconsistente en participar en las subastas judiciales sin que pueda comparecer a las mismas bien por sí oa través de personas físicas o jurídicas interpuestas durante el tiempo que dure la condena, y al pago de1/314 partes de las costas procesales causadas. --(I) Un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia decircunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de CIENTO CINCUENTA MIL PESETASDE MULTA, con arresto sustitutorio de 15 días en caso de impago, y al pago de 11/314 partes de las costascausadas. 2) Que debemos ABSOLVER Y ABSOLVEMOS LIBREMENTE al acusado Luis Pedro : --(A) Del delitode maquinaciones para alterar el precio en las cosas que le venía siendo atribuido por el Ministerio Fiscal y porla Acción Popular y que se recoge en el apartado A) 25. Y del delito de maquinaciones para alterar el precio enlas cosas comprendido en el apartado 6º del escrito de acusación de la acción popular por haber retirado laacusación respecto al mismo. Se declaran de oficio 2/314 partes de las costas causadas. --(C) De los delitosde maquinaciones para alterar el precio en las cosas y de estafa que le venía siendo atribuido por la acusaciónparticular ejercida por Donato . Se declaran de oficio 2/314 partes de las costas causadas.

TERCERO: 1) Que debemos condenar y condenamos al acusado Esteban , como autor penalmenteresponsable de: --(A y C) Un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de CINCUENTAY CINCO MILLONES OCHOCIENTAS MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustituutorio en caso de impago,y al pago de 6/314 partes de las costas causadas. --(C) Un delito de estafa realizado con abuso de superioridaden relación a las circunstancias personales de la víctima y revistiendo especial gravedad en atención al valor dela defraudación, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la penade TRES AÑOS DE PRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho desufragio durante el tiempo que dure la condena, así como la suspensión del oficio al que se venía dedicandoconsistente en participar en las subastas judiciales sin que pueda comparecer a las mismas bien por sí o através de personas físicas o jurídicas interpuestas durante el tiempo que dure la condena, y al pago de 1/314partes de las costas procesales causadas. --(I) Un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de OCHENTA MIL PESETAS DE MULTA, con arrestosustitutorio de 8 días en caso de impago, y al pago de 1/314 partes de las costas causadas. 2) Que debemos

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absolver y absolvemos libremente a Esteban del delito de maquinaciones para alterar el precio en las cosasreseñado en el apartado A-27 que le venía siendo atribuido por el Ministerio Fiscal y por la Acción Popular. Sedeclaran de oficio 1/314 partes de las costas causadas.

CUARTO: 1) Que debemos condenar y condenamos al acusado Benito , como responsable en conceptode autor penal: -- A) y C) Un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de CIENTODIECIOCHO MILLONES QUINIENTAS MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, yal pago de 13/314 partes de las costas causadas. -- (C) Un delito de estafa realizado con abuso de superioridaden relación a las circunstancias personales de la víctima y revistiendo especial gravedad en atención al valorde la defraudación, sin la concurrencia de circunstancias modificativas e la responsabilidad criminal, a la penade TRES AÑOS DE PRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho desufragio durante el tiempo que dure la condena, así como la suspensión del oficio al que se venía dedicandoconsistente en participar en las subastas judiciales sin que pueda comparecer a las mismas bien por sí o através de personas físicas o jurídicas interpuestas durante el tiempo que dure la condena, y al pago de 1/314partes de las costas procesales causadas. --E) Un delito de estafa realizado empleando fraude procesal yrevistiendo especial gravedad en atención al valor de la defraudación, concurriendo esta última circunstanciacomo muy cualificada, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal,a la pena de TRES AÑOS DE PRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público yderecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, así como la suspensión del oficio al que se veníadedicando consistente en participar en las subastas judiciales sin que pueda comparecer a las mismas bienpor sí o a través de personas físicas o jurídicas interpuestas durante el tiempo que dure la condena, y alpago de 1%314 partes de las costas procesales causadas. -- (F) Un delito de estafa por disponer de un biencomo libre sabiendo que estaba gravado y revistiendo especial gravedad en atención a la defraudación, sinla concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de TRES AÑOS DEPRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio duranteel tiempo que dure la condena, así como la suspensión del oficio al que se venía dedicando consistente enparticipar en las subastas judiciales sin que pueda comparecer a las mismas bien por sí o a través de personasfísicas o jurídicas interpuestas durante el tiempo que dure la condena, y al pago de 1/314 partes de las costasprocesales causadas. -- (G) Un delito de estafa por disponer de un bien como libre sabiendo que estabagravado y revistiendo especial gravedad en atención a la defraudación, sin la concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de TRES AÑOS DE PRISION MENOR, con sus accesoriasde suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, así comola suspensión del oficio al que se venía dedicando consistente en participar en las subastas judiciales sin quepueda comparecer a las mismas bien por sí o a través de personas físicas o jurídicas interpuestas duranteel tiempo que dure la condena, y al pago de 1/314 partes las costas procesales causadas. -- (I) Un delitocontinuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a lapena de CIENTO CINCUENTA MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 15 días en caso de impago,y al pago de 5/314 partes de las costas causadas. 2) Que debemos absolver y absolvemos libremente a Benitodel delito de maquinaciones para alterar el precio en las cosas reflejado en el apartado A-25 que le venía siendoatribuido por el Ministerio Fiscal y la Acción Popular. Se declara de oficio 1/314 partes de las costas causadas.

QUINTO: 1) Que debemos condenar y condenamos a la acusada Teresa , como responsable en conceptode autor penal de: -- (A) Un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de CINCUENTAY CINCO MILLONES DOSCIENTAS CINCUENTA MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en casode impago, y al pago de 6/314 partes de las costas causadas. 2) Que debemos ABSOLVER Y ABSOLVEMOSLIBREMENTE a la acusada Teresa : -- (B) Del delito de coacciones que le venía siendo atribuido por el MinisterioFiscal y por la Acción Popular, declarándose de oficio 1/314 partes de las costas causadas. --(D) Del delito decoacciones que le venía siendo atribuido por el Ministerio Fiscal y la Acción Popular, declarándose de oficio1/314 de las costas causadas.

SEXTO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Juan Pablo como autor penalmente responsablede un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrencia decircunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de SETENTA MILLONESSETECIENTAS CINCUENTA MIL PESETAS, con arresto sustitutorio de seis meses en caso de impago, y al pagode 8/314 partes de las costas causadas.

SEPTIMO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Jose Francisco como autor penalmenteresponsable de: --(A) Un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin laconcurrencia de circunstancias modddificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de SETENTAY NUEVE MILLONES DE PESETAS, con arresto sustitutorio de seis meses en caso de impago, y al pago de 9/314

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partes de las costas causadas. -- (I) Un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de TRES AÑOS DE PRISION MENOR, con sus accesoriasde suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, y MULTADE CIENTO CINCUENTA MIL PESETAS, con arresto sustitutorio de 15 días en caso de impago, y al pago de4/314 partes de las costas causadas. B) Que debemos declarar y declaramos la libre absolución de JoseFrancisco por: --(B) Un delito de coacciones que le venía siendo atribuido por el Ministerio Fiscal y la AcciónPopular, declarándose de oficio 1/314 partes de las costas causadas. --(D) Un delito de coacciones que levenía siendo atribuido por el Ministerio Fiscal y la Acción Popular, declarándose de oficio 1/314 partes de lascostas causadas.

OCTAVO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Jesús Ángel , como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrenciade circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de SETENTA Y CUATROMILLONES DOSCIENTAS CINCUENTA MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago,y al pago de 6/314 partes de las costas causadas.

NOVENO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Gonzalo , como autor penalmente responsablede un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrencia decircunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de ONCE MILLONES CIEN MILPESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pago de 3/314 partes de las costascausadas.

DECIMO: 1) Que debemos condenar y condenamos al acusado Octavio como autor penalmente responsablede: -- (A) Un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrenciade circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de SESENTA Y CINCOMILLONES DE PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pago de 7/314partes de las costas causadas. -- (I) Un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de MULTA DE CIENTO CINCUENTA MIL PESETAS, conarresto sustitutorio de 15 días en caso de impago, y al pago de 3/314 partes de las costas causadas. 2) Quedebemos absolver y absolvemos libremente a Octavio del delito de maquinaciones para alterar el precio en lascosas reflejado en el apartado A-25 que le venía siendo atribuido por el Ministerio Fiscal y la Acción Popular.Se declaran de oficio 1/314 partes de las costas causadas. -- Que debemos absolver y absolvemos librementea Octavio del delito de cohecho reflejado en el apartado I-21 b que le venía siendo atribuido por el MinisterioFiscal y por la Acción Popular. Se declaran de oficio 1/314 partes de las costas causadas.

DECIMOPRIMERO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Eduardo , como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrenciade circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de TREINTA Y OCHOMILLONES DE PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pago de 4/314 partesde las costas causadas.

DECIMOSEGUNDO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Ángel Daniel , como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrenciade circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de TREINTA Y CUATROMILLONES CIENTO CUARENTA Y TRES MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso deimpago, y al pago de 3/314 partes de las costas causadas.

DECIMOTERCERO: 1) Que debemos condenar y condenamos al acusado Bruno , como autor penalmenteresponsable de: -- (A y C) Un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de NUEVEMILLONES QUINIENTAS MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pagode 3/314 partes de las costas causadas. --(C) Un delito de estafa realizado con abuso de superioridad enrelación a las circunstancias personales de la víctima y revistiendo especial gravedad en atención al valor dela defraudación, sin la concurrencia de circunstancias modificativas e la responsabilidad criminal, a la penade TRES AÑOS DE PRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho desufragio durante el tiempo que dure la condena, así como la suspensión del oficio al que se venía dedicandoconsistente en participar en las subastas judiciales sin que pueda comparecer a las mismas bien por sí oa través de personas físicas o jurídicas interpuestas durante el tiempo que dure la condena, y al pago de1/314 partes de las costas procesales causadas. -- (I) Un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia decircunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de CIENTO CINCUENTA MIL PESETASDE MULTA, con arresto sustitutorio de 15 días en caso de impago, y al pago de 3/314 partes de las costascausadas.

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DECIMOCUARTO: 1) Que debemos condenar y condenamos al acusado Felipe , como autor penalmenteresponsable de: --(A) Un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de CIENMILLONES NOVECIENTAS CINCO MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago,y al pago de 7/314 partes de las costas causadas. --(H) Un delito de posesión de útiles para la falsificaciónde documentos, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la penade TRES MESES DE ARRESTO MAYOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derechode sufragio durante el tiempo que dure la condena, y a la MULTA DE TREINTA MIL PESETAS, con arrestosustitutorio de 3 días en caso de impago, y al pago de 1/314 partes de las costas procesales causadas. --(I)Un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal, a la pena de TRES MESES DE ARRESTO MAYOR con sus accesorias de suspensión de todo cargopúblico y derecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, y MULTA DE CIENTO CINCUENTA MILPESETAS, con arresto sustitutorio de 15 días en caso de impago, y al pago de 8/314 partes de las costascausadas. 2) Que debemos declarar y declaramos la libre absolución de Felipe por: --(A) Los delitos demaquinaciones para alterar el precio en las cosas de los apartados A- 25 y 28 que le venían siendo atribuidospor las acusaciones. Se declaran de oficio 2/314 partes de las costas causadas. --(B) Los delitos de cohecho delos apartados I-3 e I- 14 que le venían siendo atribuidos por el Ministerio Fiscal y la Acción Popular, declarándosede oficio 2/314 partes de las costas causadas. DECIMOQUINTO: Que debemos condenar y condenamos a laacusada Regina como autora penalmente responsable de: --(A) Un delito continuado de maquinaciones paraalterar el precio en las cosas, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal,a la pena de multa de CUARENTA Y DOS MILLONES DOSCIENTAS CINCUENTA MIL PESETAS, con seis mesesde arresto sustitutorio en caso de impago, y al pago de 9/314 partes de las costas causadas. --(I) Un delitocontinuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal,a la pena de TRES MESES DE ARRESTO MAYOR con sus accesorias de suspensión de todo cargo público yderecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, y MULTA DE CIENTO CINCUENTA MIL PESETAS,con arresto sustitutorio de 15 días en caso de impago, y al pago de 7/314 partes de las costas causadas.

DECIMOSEXTO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Roberto como autor penalmenteresponsable de: --(A) Un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de VENTISEISMILLONES QUINIENTAS MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pagode 5/314 partes de las costas causadas. -- (I) Un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia decircunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de TRES MESES DE ARRESTO MAYORcon sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo que durela condena, y MULTA DE CIENTO CINCUENTA MIL PESETAS, con arresto sustitutorio de 15 días en caso deimpago, y al pago de 6/314 partes de las costas causadas. 2) Que debemos declarar y declaramos la libreabsolución de Roberto por el delito de maquinaciones para alterar el precio en las cosas del apartado A-28que le venía siendo atribuidos por las acusaciones. Se declaran de oficio 1/314 partes de las costas causadas.

DECIMOSEPTIMO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Luis Antonio , como autor penalmenteresponsable de: --(A) Un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de CINCUENTAY OCHO MILLONES DE PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pagode 7/314 partes de las costas causadas. --(I) Un delito continuado de cohecho, sin la concurren cia decircunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de TRES MESES DE ARRESTO MAYORcon sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo que durela condena, y MULTA DE CIENTO CINCUENTA MIL PESETAS, con arresto sustitutorio de 15 días en caso deimpago, y al pago de 5/314 partes de las costas causadas.

DECIMOCTAVO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Gregorio , como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrenciade circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de TREINTA Y CUATROMILLONES DOSCIENTAS MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pagode 4/314 partes de las costas causadas.

DECIMONOVENO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Pedro Miguel , como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrenciade circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de DIECISEIS MILLONESSEISCIENTAS MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pago de 4/314partes de las costas causadas.

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VIGESIMO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Aurelio , como autor penalmente responsablede un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrencia decircunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de TREINTA Y OCHO MILLONESSETECIENTAS CINCUENTA MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pagode 5/314 partes de las costas causadas.

VIGESIMOPRIMERO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Joaquín , como autor penalmenteresponsable de un delito de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrencia decircunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de NOVECIENTAS MILPESETAS, con 90 días de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pago de 1/314 partes de las costascausadas.

VIGESIMOSEGUNDO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Jaime , como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrenciade circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de SESENTA Y NUEVEMILLONES DOSCIENTAS CINCUENTA MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago,y al pago de 6/314 partes de las costas causadas.

VIGESIMOTERCERO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Luis Miguel , como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrenciade circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de DIEZ MILLONESOCHOCIENTAS MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago, y al pago de 3/314partes de las costas causadas.

VIGESIMOCUARTO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Simón , como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de maquinaciones para alterar el precio en las cosas, sin la concurrenciade circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de TREINTA Y SEISMILLONES DOSCIENTAS CINCUENTA MIL PESETAS, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago,y al pago de 5/314 partes de las costas causadas.

VIGESIMOQUINTO: Que debemos condenar y condenamos a la acusada Estefanía , como autora penalmenteresponsable de un delito de estafa realizado empleando fraude procesal y revistiendo especial gravedad enatención al valor de la defraudación, concurriendo esta última circunstancia como muy cualificada, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de TRES AÑOS DEPRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante eltiempo que dure la condena, así como la suspensión del oficio de participar en las subastas judiciales sin quepueda comparecer a las mismas bien por sí o a través de personas físicas o jurídicas interpuestas durante eltiempo que dure la condena, y al pago de 1/314 de las costas procesales causadas.

VIGESIMOSEXTO: Que debemos condenar y condenamos a la acusada María Inés , como autora penalmenteresponsable de un delito de estafa por disponer de un bien como libre sabiendo que estaba gravadoy revistiendo especial gravedad en atención a la defraudación, sin la concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de TRES AÑOS DE PRISION MENOR, con sus accesoriasde suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, así comola suspensión del oficio de participar en las subastas judiciales sin que pueda comparecer a las mismas bienpor sí o a través de personas físicas o jurídicas interpuestas durante el tiempo que dure la condena, y al pagode 1/314 de las costas procesales causadas.

VIGESIMOSEPTIMO: Que debemos ABSOLVER Y ABSOLVEMOS LIBREMENTE a Pedro Antonio de los dosdelitos de coacciones que le viene siendo atribuido por el Ministerio Fiscal y por la Acción Popular. Se declarande oficio las 2/314 partes de las costas causadas.

VIGESIMOCTAVO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Jesús Manuel como autor penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal a la pena de UN AÑO DE PRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público yderecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, MULTA DE DOSCIENTAS MIL PESETAS, con arrestosustitutorio de 20 días en caso de impago. Y al pago de 1/314 partes de las costas procesales.

VIGESIMONOVENO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Ángel Jesús , como autor penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal a la pena de UN AÑO DE PRISION MENOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público yderecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, MULTA DE DOSCIENTAS MIL PESETAS, con arrestosustitutorio de 20 días en caso de impago. A la pena de OCHO AÑOS DE INHABILITACION ESPECIAL para cargopúblico con los siguientes efectos: 1) la privación del cargo o empleo sobre que recayere y de los honores

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anejos a él. 2) La incapacidad de obtener otros análogos durante el tiempo de la condena. 3) Inhabilitaciónespecial para el sufragio activo y pasivo. E inhabilitación especial para desempeñar la profesión de Funcionariode la Administración de Justicia durante el tiempo que dure la condena. Y al pago de 1/314 partes de lascostas procesales.

TRIGESIMO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Leonardo , como autor penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal a la pena de DOS MESES DE ARRESTO MAYOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargopúblico y derecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, MULTA DE CINCUENTA MIL PESETAS,con arresto sustitutorio de 5 días en caso de impago. A la pena de OCHO AÑOS DE INHABILITACION ESPECIALpara cargo público con los siguientes efectos: 1) la privación del cargo o empleo sobre que recayere y delos honores anejos a él. 2) La incapacidad de obtener otros análogos durante el tiempo de la condena. 3)Inhabilitación especial para el sufragio activo y pasivo. E inhabilitación especial para desempeñar la profesiónde Funcionario de la Administración de Justicia durante el tiempo que dure la condena. Y al pago de 1/314partes de las costas procesales.

TRIGESIMOPRIMERO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Luis Alberto , como autorpenalmente responsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de laresponsabilidad criminal a la pena de CIEN MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 10 días en casode impago, y a TRES AÑOS de suspensión de cargo público y de obtención de otro con funciones análogas,del derecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionario de la Administraciónde Justicia a que se venía dedicando. Y al pago de 1/314 partes de las costas procesales.

TRIGESIMOSEGUNDO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Pedro Enrique , como autorpenalmente responsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de laresponsabilidad criminal a la pena de CIEN MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 10 días en casode impago, y a TRES AÑOS de suspensión de cargo público y de obtención de otro con funciones análogas,del derecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionario de la Administraciónde Justicia a que se venía dedicando. Y al pago de 1/314 partes de las costas procesales.

TRIGESIMOTERCERO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Carlos Ramón como autorpenalmente responsable de un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal a la pena de CIENTO VEINTE MIL PESETAS DE MULTA, con arrestosustitutorio de 12 días en caso de impago, y a CUATRO AÑOS Y UN DIA de suspensión de cargo público yde obtención de otro con funciones análogas, del derecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de laprofesión de Funcionario de la Administración de Justicia a que se venía dedicando. Y al pago de 2/314 partesde las costas procesales.

TRIGESIMOCUARTO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Domingo como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de laresponsabilidad criminal, a la pena de CIENTO VEINTE MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 12días en caso de impago, y a CUATRO AÑOS Y UN DIA de suspensión de cargo público y de obtención de otrocon funciones análogas, del derecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionariode la Administración de Justicia a que se venía dedicando. Y al pago de 2/314 partes de las costas procesales.

TRIGESIMOQUINTO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Rafael , como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de laresponsabilidad criminal, a la pena de CIENTO VEINTE MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 12días en caso de impago, y a CUATRO AÑOS Y UN DIA de suspensión de cargo público y de obtención de otrocon funciones análogas, del derecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionariode la Administración de Justicia a que se venía dedicando. Y al pago de 2/314 partes de las costas procesales.

TRIGESIMOSEXTO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Augusto , como autor penalmenteresponsable de un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de laresponsabilidad criminal, a la pena de CIENTO CINCUENTA MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutoriode 15 días en caso de impago, y a CINCO AÑOS de suspensión de cargo público y de obtención de otro confunciones análogas, del derecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionario dela Administración de Justicia a que se venía dedicando. Y al pago de 3/314 partes de las costas procesales.

TRIGESIMOSEPTIMO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Juan , como autor penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal, a la pena de CIEN MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 10 días en caso de impago, ya TRES AÑOS de suspensión de cargo público y de obtención de otro con funciones análogas, del derecho de

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JURISPRUDENCIA

sufragio activo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionario de la Administración de Justicia a quese venía dedicando. Y al pago de 1/314 partes de las costas procesales.

TRIGESIMOCTAVO: Que debemos condenar y condenamos a la acusada Luz , como autora penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal a la pena de CIEN MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 10 días en caso de impago, ya TRES AÑOS de suspensión de cargo público y de obtención de otro con funciones análogas, del derecho desufragio activo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionario de la Administración de Justicia a quese venía dedicando. Y al pago de 1/314 partes de las costas procesales.

TRIGESIMONOVENO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Valentín , como autor penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal, a la pena de CINCUENTA MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 5 días en caso deimpago, y a DOS AÑOS de suspensión de cargo público y de obtención de otro con funciones análogas, delderecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionario de la Administración deJusticia a que se venía dedicando. Y al pago de 1/314 partes de las costas procesales.

CUADRAGESIMO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Carlos Manuel como autor penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal, a la pena de CINCUENTA MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 5 días en caso deimpago, y a DOS AÑOS de suspensión de cargo público y de obtención de otro con funciones análogas, delderecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionario de la Administración deJusticia a que se venía dedicando. Y al pago de 1/314 partes de las costas procesales.

CUADRAGESIMOPRIMERO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Baltasar , como autorpenalmente responsable de un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de CIENTO VEINTE MIL PESETAS DE MULTA, con arrestosustitutorio de 12 días en caso de impago, y a CUATRO AÑOS Y UN DIA de suspensión de cargo público yde obtención de otro con funciones análogas, del derecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de laprofesión de Funcionario de la Administración de Justicia a que se venía dedicando. Y al pago de 3/314 partesde las costas procesales.

CUADRAGESIMOSEGUNDO: 1) Que debemos condenar y condenamos al acusado Jose Ignacio como autorpenalmente responsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de laresponsabilidad criminal, a la pena de CIENTO VEINTE MIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 12días en caso de impago, y a CUATRO AÑOS Y UN DIA de suspensión de cargo público y de obtención de otrocon funciones análogas, del derecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionariode la Administración de Justicia a que se venía dedicando. Y al pago de 1/314 partes de las costas procesales.2) Que debemos absolver y absolvemos libremente a Jose Ignacio del delito de cohecho del apartado I-21b que le venía siendo atribuido por el Ministerio Fiscal y por la Acción Popular. Se declaran de oficio 1/314partes de las costas procesales causadas.

CUADRAGESIMOTERCERO: Que debemos condenar y condenamos al acusado Ramón como autorpenalmente responsable de un delito continuado de cohecho, sin la concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de CIENTO VEINTE MIL PESETAS DE MULTA, con arrestosustitutorio de 12 días en caso de impago, y a CUATRO AÑOS Y UN DIA de suspensión de cargo público yde obtención de otro con funciones análogas, del derecho de sufragio activo y pasivo, y la suspensión de laprofesión de Funcionario de la Administración de Justicia a que se venía dedicando. Y al pago de 2/314 partesde las costas procesales.

INDEMNIZACIONES

1º- Los acusados Fermín , Benito , Bruno , y Esteban indemnizarán conjunta y solidariamente a Donato enla suma de 975.000 pesetas, siendo aplicable el art. 921 LEC . 2º- Los acusados Fermín , Benito y Estefaníaindemnizarán conjunta y solidariamente a Eusebio y a su esposa Ana María en la cantidad de 3.800.000pesetas. Es de aplicación el art. 921 LEC . 3º- El acusado Benito indemnizará a David en la suma de 3.672.697pesetas. Es de aplicación el art. 921 LEC . Se acuerda el comiso y destrucción de los sellos falsos encontradosen poder de Felipe . Para el cumplimiento de las penas se les abona todo el tiempo de prisión provisionalsufrida por esta causa. Conforme a lo acordado en el Fundamento Jurídico noveno relativo a las cuestionesprevias procédase a deducir el testimonio de particulares acordado al Juzgado de Instrucción Decano de los deMadrid. Una vez firme ésta resolución procedase a remitir testimonio de la misma a los Tribunales Superioresde Justicia de toda España a fin de que comuniquen a los distintos Juzgados y Tribunales la prohibición departicipar en las subastas judiciales que afecta a algunos de los condenados en esta sentencia. Que por elInstructor se concluyan las piezas de responsabilidad civil conforme a derecho. Contra esta resolución cabe

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recurso de casación a interponer por escrito dentro de los cinco días siguientes a la última notificación de estasentencia ante la Sala 2ª del Tribunal Supremo.

Por Auto de 8 de junio de 1.995 , se aclaró la anterior sentencia conteniendo la siguiente Parte Dispositiva: "LASALA ACUERDA: Estimar la aclaración de la sentencia de fecha 30 de mayo 1.995 dictada por este Tribunalen el Procedimiento abreviado nº 4155/89, procedente del Juzgado de Instrucción nº 24 de Madrid , del quedimana el presente Rollo nº 54/91, solicitada por el Procurador de los Tribunales D. Alejandro Utrilla Palombien representación de la acusación particular ejercida por Jesus Miguel y añadir al APARTADO DECIMO dela parte dispositiva de la sentencia el siguiente pronunciamiento: (J) Se declara la LIBRE ABSOLUCIÓN deOctavio por el delito de maquinaciones para alterar el precio en las cosas que le venía siendo atribuido por laacusación particular ejercida por Jesus Miguel . Se declaran de oficio 1/314 partes de las costas causadas.(J) Se declara LA LIBRE ABSOLUCION de Octavio por el delito de falsedad que le ha sido atribuido por laacusación particular ejercida por Jesus Miguel . Se declaran de oficio 1/314 partes de las costas causadas.Esta resolución deberá unirse a la sentencia de la que es objeto de aclaración".

Con fecha 30 de mayo de 1.995, se dictó por la mencionada Audiencia y en el mismo procedimiento nuevasentencia , que contiene los siguientes Hechos Probados: Se declara probado que el acusado Lucio , mayorde edad, sin antecedentes penales, oficial de la Administración de Justicia se encontraba destinado entrelos años 1982 y 1987 en el Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Madrid. Durante ese tiempo se encargóde la tramitación de los autos nº 675/82 en los que se subastó el día 28-junio-1985 una nave en la C/Alfonso Fernández Caluselles de Puerta de Hierro de Madrid en la que estaban interesados unas personas yaenjuiciadas por estos mismos hechos. El funcionario citado por estar encargado de la tramitación del asuntorecibió la suma de 100.000 pesetas, cantidad que no debía de percibir por desempeñar su trabajo. Este mismofuncionario, durante ese mismo período de tiempo, estuvo encargado de la tramitación de los autos nº 765/82seguidos ante el Juzgado nº 2 de Madrid en los que salió a subasta un local en C/ DIRECCION020 de Madriden el que estaban interesados unas personas ya enjuiciadas por estos mismos hechos. El funcionario acusadoLucio por llevar a cabo la diligencia de toma de posesión que no debe ser pagada y a la que estaba obligadorecibió 5.000 pesetas.

Dicha sentencia contiene la siguiente Parte Dispositiva: FALLAMOS: Que debemos condenar y condenamosal acusado Lucio , como responsable en concepto de autor penal de un delito continuado de cohecho, sinla concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de CIENTO VEINTEMIL PESETAS DE MULTA, con arresto sustitutorio de 12 días en caso de impago, y CUATRO AÑOS Y UNDIA DE SUSPENSION de cargo público, derecho de sufragio activo y pasivo, y profesión de Funcionario dela Administración de Justicia, así como al pago de las costas procesales causadas. Que por el Instructorse concluya la pieza de responsabilidad civil conforme a Derecho. Contra esta resolución cabe recurso decasación a interponer por escrito dentro de los cinco días siguientes a la última notificación de esta sentenciaante la Sala 2ª del Tribunal Supremo.

3.- Notificada la sentencia a las partes, se preparó recursos de casación por quebrantamiento de forma,infracción de ley e infracción de precepto constitucional, por los acusados Carlos Ramón , Jesús Manuel ,Pedro Enrique , Aurelio , Eduardo , Gonzalo , Juan , Rafael , Valentín , Carlos Manuel , Jesús Ángel ,Ángel Jesús , Augusto , Domingo , Gregorio , Leonardo , Ramón , Jose Ignacio , Luis Alberto , JuanPablo , Baltasar , Esteban , Luz , Jaime , Octavio , Simón , Teresa , Luis Antonio , Pedro Miguel ,Benito , Aurora , Fermín , Estefanía , Joaquín , Roberto , Jose Francisco , Luis Pedro , Ángel Daniel, Bruno , Felipe , Regina y Lucio , a los que se adhirieron los acusados Carlos Ramón , Jesús Manuel ,Pedro Enrique , Aurelio , Eduardo , Ramón , Jose Ignacio , Luis Alberto , Luz , Luis Pedro , Bruno , ÁngelDaniel , Felipe y Regina , que se tuvieron por anunciados, remitiéndose a esta Sala Segunda del TribunalSupremo las certificaciones necesarias para su sustanciación y resolución, formándose el correspondienterollo y formalizándose el recurso.

4.- (1) El recurso interpuesto por la representación del acusado Carlos Ramón , lo basó en los siguientesMOTIVOS DE CASACION: Primero.- Por quebrantamiento de forma, al amparo del inciso primero del nº 1º delartículo 851 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , por cuanto que en la sentencia que se recurre no se expresaclara y terminantemente cuáles, en realidad, son los hechos que se consideran probados; Segundo.- Se articulaal amparo del número 2º del artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , por cuanto que, sin dudaalguna, existe error en la apreciación de la prueba, como claramente se desprende de los particulares de losdocumentos que obran en la causa, que demuestran la equivocación de juzgador, sin resultar contradichos porotros elementos probatorios; Tercero.- Infracción de preceptos constitucionales. Es, por supuesto, subsidiariodel motivo que antecede, y se interpone y formaliza "ad cautelam" para el supuesto de ser desestimado aquél.Se articula el presente motivo al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J ., por la falta de la debida aplicación

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del artículo 24.2 de la Constitución Española , referida a la "presunción de inocencia" del recurrente D. CarlosRamón .

(2) El recurso interpuesto por la representación del acusado Jesús Manuel , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Por infracción de ley. Se interpone y formaliza al amparo del nº 1º del artículo 849 dela L.E.Cr ., por la indebida aplicación de los artículos 386 y 391 del Código Penal ; Segundo.- Por infracción deley. Se articula al amparo del número 2º del artículo 849 de la L.E.Cr ., por cuanto que, sin duda alguna, existeerror en la apreciación de la prueba, como claramente se desprende de los particulares de los documentosque obran en la causa, que demuestran la equivocación de juzgador, sin resultar contradichos por otroselementos probatorios; Tercero.- Infracción de preceptos constitucionales: Se formaliza "ad cautelam" parael supuesto de no ser estimados los motivos que preceden, articulándose al amparo del artículo 5.4 de laL.O.P.J ., por la supuesta vulneración del derecho fundamental referido a la "presunción de inocencia" de DonJesús Manuel , derecho consagrado en el artículo 24.2 de la Constitución Española. (3) El recurso interpuestopor la representación del acusado Pedro Enrique , lo basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION: Porquebrantamiento de forma. Al amparo del inciso primero del nº 1º del artículo 851 de la L.E.Cr ., por cuanto queen la sentencia que se recurre no se expresa clara y termimantemente cuáles son los hechos que se consideranprobados; Segundo.- Por infracción de ley. Se articula al amparo del número 2º del artículo 849 de la L.E.Cr .,por cuanto que, sin duda alguna, existe error en la apreciación de la prueba, como claramente se desprende delos particulares de los documentos que obran en la causa, que demuestran la equivocación de juzgador, sinresultar contradichos por otros elementos probatorios; Tercero.- Infracción de preceptos constitucionales. Es,por supuesto, subsidiario del motivo que antecede, y se interpone y formaliza "ad cautelam" para el supuestode ser desestimado aquél. Se articula el presente motivo al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J ., por la faltade la debida aplicación del artículo 24.2 de la Constitución. (4) El recurso interpuesto por la representación delacusado Aurelio , lo basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION: Primero.- Se articula el presente motivode casación por quebrantamiento de forma, al amparo del inciso primero de número 1º del artículo 851 dela L.E.Cr .; Segundo.- Se interpone y formaliza el presente motivo por quebrantamiento de forma, al amparodel inciso segundo del nº 1 del artículo 851 de la L.E.Cr ., por la evidente contradicción existente en el propiorelato fáctico de la sentencia de instancia; Tercero.- Se interpone y formaliza el presente motivo por infracciónde ley, al amparo del número 1º del artículo 849 de la L.E.Cr ., por la indebida aplicación del artículo 539 delCódigo Penal ; Cuarto.- Se interpone y formaliza por infracción de ley, al amparo del número 1º del artículo 849de la L.E.Cr ., por la indebida aplicación del artículo 539 del Código Penal , en cuanto al hecho señalado con elnúmero 26 de los declarados como probados; Quinto.- Se articula por infracción de ley al amparo del número2º del artículo 849 de la L.E.Cr ., por cuanto que, sin duda alguna, existe error en la apreciación de la prueba,como claramente se desprende de los particulares de los documentos que obran en la causa, que demuestranla equivocación del juzgador de instancia, sin resultar contradichos por otros elementos probatorios; Sexto.-Se interpone y formaliza al amparo del número 2º del artículo 849 de la L.E.Cr ., por cuanto que, por la Sala deinstancia, no han sido tenidos en cuenta diversos documentos, todos ellos obrante en los autos declarativos demenor cuantía, promovidos y seguidos por el Juzgado de Primera Instancia nº 3 de esta capital, bajo el número745/83 , actuaciones civiles incorporadas a la causa como componente de la misma, de cuyos particulares delos expresados documentos se desprende el error del Tribunal a quo" en la apreciación de la prueba, y que al noresultar contradichos los citados documentos por otros elementos probatorios, no debió, por ello, dictar el fallocondenatorio que se recurre, referido al hecho señalado con el número 26 de los declarados como probados.

(5) El recurso interpuesto por la representación del acusado Eduardo , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Se articula el presente motivo de casación por quebrantamiento de forma, al amparodel inciso primero de número 1º del artículo 851 de la L.E.Cr .; Segundo.- Se interpone y formaliza el presentemotivo por quebrantamiento de forma, al amparo del inciso segundo del nº 1 del artículo 851 de la L.E.Cr .,por la evidente contradicción existente en el propio relato fáctico de la sentencia de instancia; Tercero.- Seinterpone y formaliza el presente motivo por infracción de ley, al amparo del número 1º del artículo 849 dela L.E.Cr ., por la indebida aplicación del artículo 539 del Código Penal ; Cuarto.- Se articula por infracción deley al amparo del número 2º del artículo 849 de la L.E.Cr ., por cuanto que, sin duda alguna, existe error en laapreciación de la prueba, como claramente se desprende de los particulares de los documentos que obranen la causa, que demuestran la equivocación del Juzgador de instancia, sin resultar contradichos por otroselementos probatorios .

(6) El recurso interpuesto por la representación del acusado Gonzalo , lo basó en los siguientes MOTIVOS DECASACION: Primero.- Lo invoco al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . en relación con el párrafo segundo "infine" del artículo 24 de la Constitución por vulneración del principio de presunción de inocencia; Segundo.- Loinvoco al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . en relación con el párrafo segundo "in fine" de la Constituciónpor vulneración del principio de presunción de inocencia; Tercero.- Lo invoco al amparo del art. 849,1º dela Ordenanza Procesal, con carácter alternativo, por indebida aplicación del art. 539 del Código Penal. (7)

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El recurso interpuesto por la representación del acusado Juan , lo basó en los siguientes MOTIVOS DECASACION: A) Vulneración de preceptos constitucionalmente protegidos: Tiene apoyatura legal este motivode recurso en el art. 5.4 de la L.O.P.J., en relación con el art. 11.1 de la misma Ley , por vulneración del principioconstitucional del derecho a la presunción de inocencia, establecido y regulado en el art. 24.2 de la C.E. de1.978 ; B) Nulidad formal de diligencia de entrada y registro en lugar cerrado: Tiene su apoyatura este motivoen el art. 849,1º de la L.E.Cr ., por infracción de ley en cuanto a preceptos penales de carácter sustantivo onormas que deben ser observadas en la aplicación de la Ley penal. 3) Nulidad formal de diligencia de entraday registro de lugar cerrado: Este motivo tiene igualmente apoyatura legal en el art. 849,1º de la Ley ProcesalCivil , por conculcación de normas procesales de derecho sustantivo, en relación a la diligencia de entrada yregistro practicada en las oficinas DIRECCION022 , cuyo titular era el penado Fermín , como reconoce lapropia sentencia dictada, en su folio 107, al decir "ha existido prueba totalmente distinta al registro que no estácontaminada", lo que indica la consideración de tal contaminación; C) Dilación indebida: Autoriza este motivoel art. 5.4 de la L.O.P.J. de 1 de julio de 1.985 , por vulneración del principio constitucional a un proceso público,sin dilaciones indebidas, y con todas las garantías, regulado en el art. 24.2; D) Infracción del art. 390 del CódigoPenal , delito de cohecho cometido por funcionario público en el ejercicio de su actividad oficial. Autoriza estemotivo el art. 849,1º de la Ley procesal Penal .

(8) El recurso interpuesto por la representación del acusado Rafael , lo basó en los siguientes MOTIVOS DECASACION: Primero.- Por infracción de ley, con base en el número 1 del artículo 849, de la L.E.Cr ., y, en su caso,al amparo de lo dispuesto en el artículo 5, número 4, de la L.O.P.J ., por infracción de la norma contenida en elartículo 24, número 2 de la C.E ., que consagra la garantía de Presunción de Inocencia, con carácter general paratoda clase de procedimientos penales, y especialmente cuando, como en el presente caso, la condena se basaen pruebas indiciarias; Segundo.- Por infracción de ley, en base en el número 1 del artículo 849 de la L.E.Cr .,por infracción de la norma contenida en el artículo 390 del Código Penal , por cuanto de los hechos probadosno resulta integrado dicho tipo penal de cohecho pasivo impropio o también denominado no corruptor.

(9) y (10) El recurso interpuesto por los acusados Valentín y Carlos Manuel , lo basó en los siguientesMOTIVOS DE CASACION: Primero.- Error en la apreciación de la prueba, basado en documentos que obren enautos, que demuestren la equivocación del juzgador sin resultar contradichos por otros elementos probatorios,del art. 849.2 de la L.E.Cr .; Segundo.- Por infracción de precepto constitucional al amparo del art. 5.4 de laL.O.P.J . y el art. 24.2 de la C.E ., pues la sentencia vulnera el principio de presunción de inocencia; Tercero.- Pordenegación de prueba pertinente, al amparo de lo dispuesto en el art. 850.1 de la L.E.Cr ., en relación con el art.5.4 de la L.O.P.J ., 24.2 de la C.E . y art. 6.d) del Convenio de Roma de 1.950 ; Cuarto.- Por vulneración del derechoa ser informado de la acusación formulada del art. 24.2 de la C.E ., en relación con el art. 5.4 de la L.O.P.J . y 6.3a) del Convenio de Roma de 1.950 , en relación con las declaraciones prestadas por nuestros defendidos de7 y 10 de julio de 1.987, y 7 de octubre de 1.987; Quinto.- Por infracción de precepto constitucional al amparodel art. 849.1 de la L.E.Cr . en relación con el art. 5.4 de la L.O.P.J ., art. 18.1 de la C.E . y 24.2 de la C.E ., porilicitud y nulidad de las pruebas obtenidas en la diligencia de entrada y registro, ex art. 11.1 L.O.P.J .

(11) El recurso interpuesto por la representación del acusado Jesús Ángel , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Al amparo del núm. 5.4 de la L.O.P.J ., en relación, en su caso, con el artículo 849,1ºde la L.E.Cr ., por infracción de los artículos 9.3, 24.1 y 24.2 de la C.E . en relación con los artículos 11.1, 238.3y 240 de la L.O.P.J .; Segundo.- Amparado en el número 1º del artículo 849 de la L.E.Cr ., denunciando comoinfringido, dados los hechos que se declaran probados en la sentencia recurrida, el artículo 539 del C.Penal ,por aplicación indebida.

(12) El recurso interpuesto por la representación del acusado Ángel Jesús , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: A) Infracción de preceptos constitucionales: Primero.- Autoriza este motivo el artículo 5.4 dela L.O.P.J . de fecha 1 de julio de 1.985 por vulneración del principio constitucional del derecho a la presunciónde inocencia, regulado en el artículo 24-2 de la Constitución ; Segundo.- Autoriza este motivo el artículo 5-4de la L.O.P.J . de 1 de julio de 1.985 por vulneración del principio constitucional a un proceso público sindilaciones indebidas y con todas las garantías, recogido en el artículo 24.2 de la C.E .; Tercero.- Autoriza estemotivo el artículo 5-4 de la L.O.P.J ., por vulneración del principio constitucional regulado en el artículo 14 dela Constitución relativo al derecho a la igualdad ante la Ley y a la no discriminación; B) Error de hecho en laapreciación de la prueba: Cuarto.- Se interpone este motivo al amparo de lo establecido en el número 2º delartículo 849 de la L.E.Cr . Y se interpone proque la Sala sentenciadora ha incurrido en error al apreciar laspruebas, el cual se basa en documentos obrantes en Autos, no tenidos en cuenta y que no han sido puestos encontradicción por otros elementos probatorios; C) Infracción de ley: Quinto.- Autoriza este motivo el número1º del artículo 849 de la L.E.Cr ., por infracción del artículo 386 del Código Penal. (13) El recurso interpuestopor la representación del acusado Augusto , lo basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION.- Primero.- Porinfracción de precepto constitucional, al amparo del nº 4 del artículo 5, de la L.O.P.J ., y en lo menester en elartículo 849,2º de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 24.2 de la C.E ., por entender vulnerado el "Derecho a la

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presunción de inocencia" de que goza mi representado, al no existir en la causa ninguna prueba incriminatoriacontra él; Segundo.- Por infracción de precepto constitucional, al amparo del número 4, del artículo 5 de laL.O.P.J ., y en lo menester en el artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 24.2 de la C.E ., porentender vulnerado el "Derecho a la Presunción de inocencia" de que goza mi representado, por cuanto lacondena de éste se sustenta, únicamente, en deducciones o hipótesis sobre el contenido de unos documentosobtenidos en dos registros llevados a cabo en las actuaciones, en los que faltó la presencia del SecretarioJudicial, que exige siempre el artículo 569 párrafo 4º de la L.E.Cr ., y que convierte en nulas de pleno derechotales diligencias y, en consecuencia, en nulos e ineficaces cuantos documentos se obtuvieron en las mismas;Tercero.- Por infracción de ley, al amparo del artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., por haberse producido error enla apreciación de la prueba, sin resultar contradicho por otros elementos probatorios, basado en el "totalcontenido literal de la hoja o ficha contable que hace referencia al Ex 7/86", obrante en la carpeta azul 84-86..que está en la Caja 7. (Cuyo documento no está directamente unido a las actuaciones); Cuarto.- Por infracciónde ley, al amparo del artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., por haberse producido error en la apreciación de la prueba,sin resultar contradicho por otros elementos probatorios, basado en el "total contenido literal de la Hoja oFicha contable que hace referencia al Ex 1/87", obrante en la carpeta azul del 87 que está en la caja 7 (cuyodocumento no está directamente unido a las actuaciones); Quinto.- Por infracción de ley, al amparo del artículo849,2º, de la L.E.Cr ., por haberse producido error en la apreciación de la prueba, sin resultar contradicho porotros elementos probatorios, basado en el "total contenido literal del documento peritado que obra al folio4173, D-56"; Sexto.- Por infracción de ley, al amparo del artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., por haberse producidoerror en la apreciación de la prueba, sin resultar contradicho por otros elementos probatorios, basado en el"total contenido literal del documento peritado que obra al folio 4174 del Tomo 15, D-56".

(14) El recurso interpuesto por la representación del acusado Domingo , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Al amparo de lo que previene el artículo 849,1º de la L.E.Cr . Infracción de lo dispuestoen los artículos 11-1 y 238-3 de la L.O.P.J . y de los artículos 569 y 574 párrafo segundo, ambos de laL.E.Cr .; Segundo.- Al amparo de lo que dispone el artículo 849,1º de la L.E.Cr . Infracción del artículo 390 delC.Penal , por aplicación indebida, ya que los hechos que se declaran probados, no constituyen la infracción delmencionado precepto, en cuanto a mi patrocinado se refiere; Tercero.- Al amparo de lo que previene el artículo849,2º de la L.E.Cr . Error de hecho en la apreciación de las pruebas, basado en los mismos documentos quela Sala utiliza para apoyar su condena, que por ende obran en autos, que demuestran la evidente equivocacióndel juzgador y que no resultan contradichos por otros elementos probatorios.

(15) El recurso interpuesto por la representación del acusado Gregorio , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Por infracción de ley, al amparo de lo dispuesto en el nº 4 del art. 5º de la L.O.P.J ., porvulneración del principio constitucional del derecho a la presunción de inocencia, recogido en el art. 24-2 de laC.E .; Segundo.- Por infracción de ley, al amparo de lo dispuesto en el nº 1 del art. 849 de la L.E.Cr ., por cuantoque, dados los hechos que se declaran probados en la sentencia recurrida, se ha infringido, por aplicaciónindebida el art. 539 del C. Penal. (16) El recurso interpuesto por la representación del acusado Leonardo ,lo basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION: Primero.- Por quebrantamiento de forma al amparo de lodispuesto en el artículo 850,1º, de la L.E.Cr ., por violación de lo dispuesto en el art. 24.1 y 2 de la Constituciónque consagran los derechos a obtener la tutela judicial efectiva y a utilizar los medios pertinentes para sudefensa; Segundo.- Por infracción de ley al amparo de lo dispuesto en el artículo 849 nº 2 de la L.E.Cr . oalternativamente al amparo del art. 5.4 de la L.O.P.J . por vulneración del art. 24,2 de la Constitución ; Tercero.-Por infracción de ley al amparo de lo dispuesto en el artículo 849 nº 1 de la L.E.Cr . por aplicación indebidadel art. 387 del C. Penal .

(17) El recurso interpuesto por la representación del acusado Ramón , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Por quebrantamiento de forma, al amparo del inciso primero del nº 1º del artículo851 de la L.E.Cr ., por cuanto que en la sentencia que se recurre no se expresa clara y terminantementecuáles, en realidad, son los hechos que se consideran probados; Segundo.- Por infracción de ley, al amparodel número 2º del artículo 849 de la L.E.Cr ., por cuanto que, sin duda alguna, existe error en la apreciación dela prueba, como claramente se desprende de los particulares de los documentos que obran en la causa, quedemuestran la equivocación de juzgador, sin resultar contradichos por otros elementos probatorios; Tercero.-Por infracción de preceptos constitucionales. Es, por supuesto, subsidiario del motivo que antecede, y seinterpone y formaliza "ad cautelam" para el supuesto de ser desestimado aquél. Se articula el presente motivoal amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J ., por falta de la debida aplicación del artículo 24.2 de la C. E ., referidaa la "presunción de inocencia" del recurrente D. Ramón .

(18) El recurso interpuesto por la representación del acusado Jose Ignacio , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Por quebrantamiento de forma, al amparo del inciso primero del nº 1º del artículo 851de la L.E.Cr ., por cuanto que en la sentencia que se recurre no se expresa clara y terminantemente cuáles, enrealidad, son los hechos que se consideran probados; Segundo.- Por infracción de ley. Se articula al amparo

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del número 2º del artículo 849 de la L.E.Cr ., por cuanto que, sin duda alguna, existe error en la apreciación dela prueba, como claramente se desprende de los particulares de los documentos que obran en la causa, quedemuestran la equivocación de juzgador, sin resultar contradichos por otros elementos probatorios; Tercero.-Infracción de preceptos constitucionales. Es, por supuesto, subsidiario del motivo que antecede, y se interponey formaliza "ad cautelam" para el supuesto de ser desestimado aquél. Se articula el presente motivo al amparodel artículo 5.4 de la L.O.P.J ., por la falta de la debida aplicación del artículo 24.2 de la C.E ., referida a la"presunción de inocencia" del recurrente D. Jose Ignacio .

(19) El recurso interpuesto por el acusado Luis Alberto , lo basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION:Primero.- Por quebrantamiento de forma al amparo del inciso primero del nº 1º del artículo 851 de la L.E.Cr .,por cuanto que en la sentencia que se recurre no se expresa clara y terminantemente cuáles, en realidad, sonlos hechos que se consideran probados; Segundo.- Por infracción de ley, al amparo del número 2º del artículo849 de la L.E.Cr ., por cuanto que, sin duda alguna, existe error en la apreciación de la prueba, como claramentese desprende de los particulares de los documentos que obran en la causa, que demuestran la equivocaciónde juzgador, sin resultar contradichos por otros elementos probatorios; Tercero.- Por infracción de preceptosconstitucionales. Es, por supuesto, subsidiario del motivo que antecede, y se interpone y formaliza "adcautelam" para el supuesto de ser desestimado aquél. Se articula el presente motivo al amparo del artículo5.4 de la L.O.P.J ., por la falta de la debida aplicación del artículo 24.2 de la C.E ., referida a la "presunción deinocencia" del recurrente D. Luis Alberto .

(20) La representación del acusado Juan Pablo , se adhirió a los recursos de casación formalizados porlas representaciones de los también condenados en la sentencia de 30 de mayo de 1.995. (21) El recursointerpuesto por la representación del acusado Baltasar , lo basó en lo siguientes MOTIVOS DE CASACION:Primero.- Al amparo del art. 5.4 de la L.O.P.J . de 1 de julio de 1.985, alegamos infracción de ley, por infracción oviolación del art. 24.1 de la Constitución Española que consagra los principios de proscripción de la indefensióny tutela judicial efectiva, norma específicamente citada en el escrito de preparación del recurso; Segundo.- Alamparo del art. 5.4 de la L.O.P.J. de 1 de julio de 1.985 , alegamos infracción de ley por infracción o violación delart. 24.2 de la Constitución Española que consagra el derecho a un proceso público con todas las garantías,norma específicamente citada en el escrito de preparación del recurso; Tercero.- Al amparo del art. 5.4 dela L.O.P.J. de 1 de julio de 1.985 , alegamos infracción de ley por infracción o violación del art. 24.2 de laConstitución Española que consagra el principio de presunción de inocencia, norma específicamente citadaen el escrito de preparación del recurso.

(22) El recurso interpuesto por la representación del acusado Esteban , lo basó en los siguientes MOTIVOS DECASACION: Primero.- Por infracción de ley, al amparo del nº 2 del art. 849 de la L.E.Cr .; Segundo.- Al amparo delnº 1 del art. 849 de la L.E.Cr ., infracción del art. 18.3 y 24, nº 1 y 2 de la Constitución ; Tercero.- Al amparo delnº 1 del art. 849, infracción de ley, por aplicación indebida del art. 539 del Código Penal ; Cuarto.- Por infracciónde ley, al amparo del nº 1 del art. 849 de la L.E.Cr ., por haberse aplicado indebidamente los arts. 528 y 529del Código Penal ; Quinto.- Al amparo del nº 1º del art. 849 de la Ley Procesal penal por infracción del nº 2 delart. 24 de la Constitución ; Sexto.- Al amparo del nº 1 del artº 849 de la L.E.Cr . por aplicación indebida del art.391 del Código Penal ; Séptimo.- Por quebrantamiento de forma, al amparo del número 1 del artículo 850 dela L.E.Cr ., especialmente por la ausencia de piezas de convicción en el acto del juicio.

(23) El recurso interpuesto por la representación de la acusada Luz , lo basó en los siguientes MOTIVOS DECASACION: Primero.- Por quebrantamiento de forma, que se articula al amparo del número 1º del artículo 851,inciso primero, de la L.E.Cr ., por entender esta defensa que en la sentencia recurrida no se concretan claray terminantemente los hechos que se declaran probados; Segundo.- Por infracción de ley, que se articula alamparo del número 1º del artículo 849 de la L.E.Cr ., por entender esta defensa que en la sentencia recurridano se expresa clara y terminantemente el concepto por el que se entregó y recibió la presunta dádiva de 25.000pesetas, ni tampoco la actividad realizada por la acusada Luz para la consecución del acto justo que no debíaser retribuido; Tercero.- Por infracción de ley, que se articula al amparo del número 2º del artículo 849 de laL.E.Cr ., por entender esta defensa que en la sentencia recurrida existe error en la apreciación de la prueba comoclaramente se desprende de los particulares de los documentos que obran en la causa y reseñó esta defensa enel escrito de preparación; documentos que demuestran la equivocación del Tribunal sentenciador sin resultarcontradichos por otros elementos probatorios; Cuarto.- Por vulneración de principios constitucionales, que searticula al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J ., por infracción del derecho de defensa del artículo 24.2 dela C.E .

(24) El recurso interpuesto por la representación del acusado Jaime , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Error en la apreciación de la prueba, basado en documentos obrantes en autosdemostrativos de la equivocación de la Sala, que no resultan contradichos por otros elementos probatorios;Segundo.- Violación del principio de presunción de inocencia, del art. 24.2 en relación al 120.3, de la C. E .,

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y el art. 741 de la L.E.Cr ., por inexistencia de un mínimo de actividad lógico-probatoria de la que se puedadeducir como cierta la conducta que la Sala imputa a D. Jaime , como partícipe en las subastillas o acuerdosa que se refieren los hechos por los que ha sido condenado; Tercero.- Por infracción de ley, según el art. 849,1ºde la L.E.Cr ., en la aplicación de los arts. 539 y 69 bis) del C. Penal a los hechos declarados probados en lasentencia; Cuarto.- Violación de los arts. 18.3 y 24.1 de la C.E ., en relación al art. 11 de la L.O.P.J . y los arts.545, 558, 579 y 280, en relación al art. 270, de la L.E.Cr . y los arts. 466 y 480 en concordancia con el art. 724de la misma Ley, por nulidad de la prueba que como documentación básica, parece haber tenido en cuentala Sala, en la sentencia recurrida.

(25) El recurso interpuesto por la representación del acusado Octavio , lo basó en los siguientes MOTIVOS DECASACION: Primero.- Al amparo del artículo 849.1 de la L.E.Cr . Infracción de ley por aplicación indebida delartículo 539 del C. Penal ; Segundo.- Al amparo del artículo 849.1 de la L.E.Cr . Infracción de ley por aplicaciónindebida del artículo 391 del C. Penal. (26) El recurso interpuesto por la representación del acusado Simón ,lo basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION: Primero.- Lo invoco al amparo del nº 1 del art. 849 de laL.E.Cr ., por infracción de ley. Entendemos que la sentencia recurrida vulnera el art. 539 del C. Penal , dado quelos hechos que se declaran probados, no son constitutivos del tipo penal descrito en dicho precepto; Segundo.-Lo invoco al amparo del nº 1 del art. 849 de la L.E.Cr ., por infracción de ley, por inaplicación de los arts. 69bis y 76 del C. Penal ; Tercero.- Lo invoco al amparo del número 1 del art. 849 de la L.E.Cr ., por infracciónde ley, por inaplicación del art. 52 del C. Penal ; Cuarto.- Lo invoco al amparo del número 2 del art. 849 de laL.E.Cr ., infracción de ley por inaplicación del art. 1 del Código Penal ; Quinto.- Por infracción de ley, al amparodel art. 5.4 y 11 de la Ley Orgánica del Poder Judicial , por violación del Derecho Fundamental al secreto de lascomunicaciones, proclamado por el art. 18.3 de la Constitución ; Sexto.- Por infracción de ley, al amparo delart. 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., por violación del derecho a la inviolabilidad del domicilio, proclamado en el art. 18.2de la Constitución ; Séptimo.- Por infracción de ley, al amparo del art. 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., por violación delart. 24.1 de la Constitución , que proclama la interdicción de la indefensión; Octavo.- Por infracción de ley, alamparo del art. 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., por violación del art. 24.2 de la Constitución , que proclama el derecho ala presunción de inocencia; Noveno.- Por infracción de ley al amparo del art. 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., por violacióndel art. 24.2 de la Constitución , que proclama el derecho a un proceso con todas las garantías; Décimo.-Por infracción de ley al amparo del art. 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., por violación del principio de proporcionalidado prohibición de exceso, proclamado en los arts. 10.2, 15, 17 y 25.1 de la Constitución ; Décimoprimero.-Por quebrantamiento de forma al amparo del nº 1 del art. 851 de la L.E.Cr ., por no expresar la sentenciacombatida clara y terminantemente cuáles son los hechos que se consideran probados; Décimosegundo.- Porquebrantamiento de forma al amparo del nº 1 del art. 851 de la L.E.Cr ., al existir manifiesta contradicción entrelos hechos que se declaran como probados; Décimotercero.- Por quebrantamiento de forma al amparo del nº1 del art. 851 de la L.E.Cr ., al consignarse en la sentencia combatida en los hechos probados conceptos quepor su carácter jurídico implican la predeterminación del fallo.

(27) El recurso interpuesto por la representación de la acusada Teresa , lo basó en los siguientes MOTIVOS DECASACION: Primero.- Lo invoco al amparo del nº 1 del art. 849 de la L.E.Cr ., por infracción de ley. Entendemosque la sentencia recurrida, vulnera el art. 539 del C. Penal , dado que los hechos que se declaran probados, noson constitutivos del tipo penal descrito en dicho precepto; Segundo.- Lo invoco al amparo del nº 1 del art. 849de la L.E.Cr ., por infracción de ley, por inaplicación de los arts. 69 bis y 76 del C. Penal . Entendemos que lasentencia recurrida, vulnera los arts. 69 bis y 76 del C. Penal , por cuanto impone la pena de multa que supone elvalor de todos los inmuebles subastados, y al resultado obtenido se le ha aplicado el 50%, con lo que se infringeel precepto señalado, que establece la imposición de la pena para la infracción más grave; Tercero.- Lo invocoal amparo del número 1 del art. 849 de la L.E.Cr ., por infracción de ley, por inaplicación del art. 52 del C. Penal .Entendemos que la sentencia combatida, vulnera el art. 52 del C. Penal , al encontrarnos ante un supuesto deimposibilidad de ejecución o de producción del delito; Cuarto.- Lo invoco al amparo del número 2 del art. 849de la L.E.Cr ., infracción de ley por inaplicación del art. 1 del C. Penal . Entendemos que el Tribunal de instanciaha incidido en error por inaplicación del art. 1 del C. Penal al no haber tenido en cuenta las valoraciones delos inmuebles que constan en los testimonios de los autos civiles unidos a la causa, y en los que aparecen lasvaloraciones que sirvieron de base para las subastas celebradas, y que difieren de las realizadas en el presenteprocedimiento penal; Quinto.- Por infracción de ley, al amparo del art. 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., por violación delderecho fundamental al secreto de las comunicaciones, proclamado por el art. 18.3 de la Constitución ; Sexto.-Por infracción de ley, al amparo del art. 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., por violación del derecho a la inviolabilidaddel domicilio, proclamado en el art. 18.2 de la Constitución ; Séptimo.- Por infracción de ley, al amparo delart. 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., por violación del art. 24.1 de la Constitución , que proclama la interdicción de laindefensión; Octavo.- Por infracción de ley al amparo del art. 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., por violación del art. 24.2de la Constitución , que proclama el derecho a la presunción de inocencia; Noveno.- Por infracción de ley alamparo del art. 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., por violación del art. 24.2 de la Constitución , que proclama el derechoa un proceso con todas las garantías; Décimo.- Por infracción de ley al amparo del art. 5.4 y 11 de la L.O.P.J .,

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por violación del principio de proporcionalidad o prohibición de exceso, proclamado en los arts. 10.2, 15, 17y 25.1 de la Constitución ; Décimoprimero.- Por quebrantamiento de forma al amparo del nº 1 del art. 851de la L.E.Cr ., por no expresar la sentencia combatida clara y terminantemente cuáles son los hechos que seconsideran probados; Décimosegundo.- Por quebrantamiento de forma al amparo del nº 1 del art. 851 de laL.E.Cr ., al existir manifiesta contradicción entre los hechos que se declaran como probados; Décimotercero.-Por quebrantamiento de forma al amparo del nº 1 del art. 851 de la L.E.Cr ., al consignarse en la sentenciacombatida en los hechos probados conceptos que por su carácter jurídico implican la predeterminación delfallo.

(28) El recurso interpuesto por la representación del acusado Luis Antonio , lo basó en los siguientesMOTIVOS DE CASACION: Primero.- Por el cauce del art. 5.4 de la L.O.P.J . por haber sido violado con dichasintervenciones telefónicas los derechos fundamentales que la C.E. garantiza en sus artículos 18.3 , secretode las comunicaciones telefónicas, 24.1, tutela judicial efectiva sin indefensión y 24.2, derecho a un procesocon todas las garantías, lo que da lugar a la nulidad que se postula en virtud de lo dispuesto en el art. 11.1de la L.O.P.J ., a cuyo tenor, no surtirán efecto las pruebas obtenidas directa o indirectamente, violentando losderechos y libertades fundamentales; Segundo.- Con soporte en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por violación indirectadel derecho fundamental al secreto de las comunicaciones ( art. 18.3 CE ) y directa del derecho fundamentala la inviolabilidad del domicilio ( art. 18.2 CE ), así como de los derechos, también fundamentales, a la tutelajudicial efectiva sin indefensión y a un proceso con todas las garantías, que proclama el art. 24 CE en susapartados 1 y 2; Tercero.- Por infracción de ley, del art. 849.1 de la L.E.Cr ., por infracción del art. 539 del C.P .,al haber sido aplicado indebidamente, resultando también, y por ello, infringidos los arts. 9.3 y 25.1 de la CEgarantes de los principios de legalidad y seguridad jurídica; Cuarto.- Con cauce en el art. 5.4 de la L.O.P.J . alconsiderarse infringidos los siguientes preceptos constitucionales: art. 24.1 de la CE con violación del derechofundamental a la tutela judicial efectiva de jueces y tribunales, sin indefensión; art. 24.2 CE en cuanto ha sidoviolado el derecho de mi patrocinado a la defensa y a un proceso con todas las garantías, todo en relación conlos arts. 9.3 CE garante del principio de legalidad y de la seguridad jurídica, el 25.1 en cuanto a la legalidad, el art.1.214 CC y el 539 C.P .; Quinto.- Se interpone el presente motivo por infracción de ley al amparo del art. 849,1ºde la L.E.Cr . por considerar infringido el art. 69 bis del C.P . en relación con los arts. 539 del C.P ., 9.3 y 25 de laConstitución ; Sexto.- Con soporte en el art. 849,1º de la L.E.Cr . por infracción de ley al considerarse infringidospor la sentencia recurrida los arts. 539 del C.P ., así como los arts. 9.3 y 25.1 de la C.E . sobre legalidad yseguridad jurídica; Séptimo.- Al amparo del art. 849,1º de la L.E.Cr . por infracción del art. 1.253 C.C . que al nohaber sido aplicado por la Sala a quo en los casos que se mencionarán, ha dado lugar, según entendemos, alerror "iuris" o error de derecho, denunciable por esta vía; Octavo.- Por quebrantamiento de forma, por la vía delart. 851,1º de la L.E.Cr ., inciso segundo por contradicción entre los hechos que se declaran probados; Noveno.-Por quebrantamiento de forma, por la vía del art. 851,1º de la L.E.Cr ., inciso primero por falta de claridad yterminancia de los hechos que se consideran probados; Décimo.- Con soporte en el art. 851,1º de la L.E.Cr .por predeterminación del fallo. Afecta al relato de hechos probados de la sentencia recurrida que el Tribunalredacta para sentar sobre los mismos la condena por el delito de maquinaciones para alterar el precio de lascosas, impuesta a mi defendido como autor de un delito continuado del art. 539 del C.P .

(29) El recurso interpuesto por la representación del acusado Pedro Miguel , lo basó en los siguientesMOTIVOS DE CASACION: Primero.- Por el cauce del art. 5.4 de la L.O.P.J . por haber sido violado con dichasintervenciones telefónicas los derechos fundamentales que la C.E. garantiza en sus artículos 18.3 , secretode las comunicaciones telefónicas, 24.1, tutela judicial efectiva sin indefensión y 24.2, derecho a un procesocon todas las garantías, lo que da lugar a la nulidad que se postula en virtud de lo dispuesto en el art. 11.1de la L.O.P.J ., a cuyo tenor, no surtirán efecto las pruebas obtenidas directa o indirectamente, violentandolos derechos y libertades fundamentales; Segundo.- Se cursa este motivo con soporte en el art. 5.4 de laL.O.P.J . por violación indirecta del derecho fundamental al secreto de las comunicaciones ( art. 18.3 C.E .)y directa del derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio ( art. 18.2 CE ), así como de los derechos,también fundamentales, a la tutela judicial efectiva sin indefensión y a un proceso con todas las garantías, queproclama el art. 24 C.E . en sus apartados 1 y 2; Tercero.- Violación del derecho fundamental a la presunciónde inocencia de mi representado. Se interpone el presente motivo por la vía del art. 5.4 de la L.O.P.J ., porinfracción del art. 24.2 y consecuente violación de la presunción de inocencia de mi defendido; Cuarto.- Elpresente motivo de casación tiene su cauce en el art. 5.4 de la L.O.P.J . al considerarse infringidos los siguientespreceptos constitucionales: art. 24.1 C.E . con violación del derecho fundamental a la tutela judicial efectivade jueces y tribunales, sin indefensión; art. 24.2 C.E . en cuanto ha sido violado el derecho de mi patrocinado ala defensa y a un proceso con todas las garantías, todo en relación con los arts. 9.3 C.E . garante del principiode legalidad y de la seguridad jurídica, el 25.1 en cuanto a la legalidad, el art. 1.214 C.C . y el 539 C.P .; Quinto.-Se interpone el presente motivo por infracción de ley al amparo del art. 849,1º de la L.E.Cr . por considerarinfringido el art. 69 bis C.P ., en relación con los arts. 9.3 y 25.1 C.E . y 539 C.P .; Sexto.- Se cursa este motivo decasación con soporte en el art. 849,1º L.E.Cr . por infracción de ley al considerarse infringidos por la sentencia

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recurrida los arts. 539 C.P ., así como los arts. 9.3 y 25.1 C.E . sobre legalidad y seguridad jurídica; Séptimo.-Se ampara en el art. 849,1º de la L.E.Cr . por infracción del art. 539 C.P ., al haber sido aplicado indebidamente,resultando también, y por ello, infringidos los arts. 9.3 y 25.1 C.E ., garantes de los principios de legalidad yseguridad jurídica; Octavo.- Quebrantamiento de forma, por la vía del art. 851,1º de la L.E.Cr ., inciso segundopor contradicción entre los hechos que se declaran probados; Noveno.- Quebrantamiento de forma, por la víadel art. 851,1º de la L.E.Cr ., inciso primero por falta de claridad y terminancia de los hechos que se consideranprobados; Décimo.- Con soporte en el art. 851,1º de la L.E.Cr . por predeterminación del fallo. Afecta al relatode hechos probados de la sentencia recurrida que el Tribunal redacta para sentar sobre los mismos la condenapor el delito de maquinaciones para alterar el precio de las cosas, impuesta a mi defendido, como autor de undelito continuado del art. 539 C.P .

(30) (31) (32) (33) y (34) El recurso interpuesto por los acusados Benito , Aurora , Fermín , Estefaníay Joaquín , lo basaron en los siguientes MOTIVOS DE CASACION: I) Común para todos los apartados dela sentencia recurrida: Primero.- Se invoca al amparo de los artículos 5.4, 11.1, 238.3º y 240 de la L.O.P.J .,por cuanto se ha dado efecto a diligencias de prueba practicadas, directa o indirectamente, con violaciónde derechos y libertades fundamentales, como son el secreto de las comunicaciones, la inviolabilidad deldomicilio, la tutela judicial efectiva y un proceso con todas las garantías, consagrados en los artículos 18 y24 de la Constitución , prescindiéndose en ello de normas esenciales del procedimiento establecidas por laley, produciendo indefensión; II) Apartado A) Maquinaciones. Fermín , Benito y Joaquín (A-9): Segundo.-Por infracción de ley, al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . y el art. 849.2 de la L.E.Cr ., por cuanto lavulneración de garantías constitucionales se complementa y enlaza con la indebida no consideración dedocumentos obrantes en la causa que demuestran manifiestos errores apreciativos; Tercero.- Por infracciónde ley, se invoca al amparo del artículo 849,1º de la L.E.Cr . por cuanto, dados los hechos que se declaranprobados, se ha infringido por indebida aplicación el artículo 539 del C. Penal ; Cuarto.- Por infracción de ley,al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . y el art. 849,2º de la L.E.Cr ., por cuanto la vulneración de garantíasconstitucionales se complementa y enlaza con la indebida no consideración de documentos obrantes en lacausa que demuestran manifiestos errores apreciativos; III) Apartado C) Benito y Fermín : Quinto.- Porinfracción de derechos fundamentales, se invoca al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . por cuanto en lasentencia se pena a Benito por un delito que no fue objeto de acusación, vulnerando el principio acusatorioconsagrado en el artículo 24 de la Constitución ; Sexto.- Por infracción de ley, se invoca al amparo del artículo5.4 de la L.O.P.J . y el art. 849,2º de la L.E.Cr ., por cuanto la vulneración de garantías constitucionales se enlazacon la indebida no consideración de documentos obrantes en la causa que demuestran manifiestos erroresapreciativos; Séptimo.- Por infracción de ley, al amparo del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., y 5.4 de la L.O.P.J ., porcuanto dados los hechos que se declaran probados por la sentencia recurrida se han infringido, por indebidaaplicación, las circunstancias 5ª y 7ª del artículo 529 del C. Penal , particularmente si se las relaciona con elderecho fundamental a un proceso sin dilaciones indebidas del artículo 24.2 de la Constitución ; IV) ApartadoE) Fermín Benito , Estefanía : Octavo.- Por infracción de ley, al amparo del artículo 849,2º de la L.E.Cr ., porcuanto existe error en la apreciación de la prueba basado en documentos obrantes en autos que demuestran laequivocación del Juzgador sin resultar contradichos por otros elementos probatorios; Noveno: Por infracciónde ley, al amparo del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por cuanto dados los hechos que se declaran probados por lasentencia recurrida se han infringido, por indebida aplicación, los artículos 528 y 529 del C. Penal ; Décimo.- Porinfracción de ley, al amparo del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., y 5.4 de la L.O.P.J ., por cuanto dados los hechosque se declaran probados por la sentencia recurrida se han infringido, por indebida aplicación, la circunstancia7ª del artículo 529 del C. Penal , particularmente si se la relaciona con el derecho fundamental a un procesosin dilaciones indebidas del artículo 24.2 de la Constitución ; V) Apartado F) Fermín , Benito y María Inés: Décimoprimero.- Por infracción de ley, se invoca al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . y el art. 849,2º dela L.E.Cr ., por cuanto la vulneración de garantías constitucionales se enlaza con la indebida no consideraciónde documentos obrantes en la causa que demuestran manifiestos errores apreciativos; Décimosegundo.- Porinfracción de ley, al amparo del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., por cuanto dados los hechos que se declaranprobados por la sentencia recurrida se han infringido, por indebia aplicación, los artículos 531.2, 528 y 529del Código Penal ; Décimotercero.- Por infracción de ley, al amparo del artículo 849,1º de la L.E.Cr . y 5.4 de laL.O.P.J ., por cuanto dados los hechos que se declaran probados por la sentencia recurrida se ha infringido, porindebida aplicación, la circunstancia 7ª del artículo 529 del Código Penal , particularmente si se la relaciona conel derecho fundamental a un proceso sin dilaciones indebidas del artículo 24.2 de la Constitución ; VI) ApartadoG) Benito : Decimocuarto.- Por infracción de ley, se invoca al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . y art. 849.2de la L.E.Cr ., por cuanto la vulneración de garantías constitucionales se complementa y enlaza con la indebidano consideración de documentos obrantes en la causa que demuestran manifiestos errores apreciativos;Décimoquinto.- Por infracción de ley, al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., y 5.4 de la L.O.P.J ., por cuantodados los hechos que se declaran probados por la sentencia recurrida se han infringido, por indebida aplicaciónla circunstancia 7ª del artículo 529 del C. Penal , particularmente si se la relaciona con el derecho fundamental

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a un proceso sin dilaciones indebidas del artículo 24.2 de la Constitución ; VII) Apartado I) Cohechos: Fermín yBenito : Décimosexto.- Por infracción de ley, se invoca al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . por vulneracióndel principio de presunción de inocencia consagrado en el artículo 24.2 de la Constitución ; Décimoseptimo.-Por infracción de ley, al amparo de los artículos 849,1º de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., por cuanto dados loshechos que se declaran probados por la sentencia recurrida se ha infringido, por indebida aplicación, el artículo391 del C. Penal y con ello también el principio de legalidad e irretroactividad de las leyes consagrado comoderecho fundamental en el artículo 25 de la Constitución. (35) El recurso interpuesto por la representación delacusado Roberto , lo basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION: Primero.- Por el cauce del art. 5.4 de laL.O.P.J . por haber sido violado con dichas intervenciones telefónicas los derechos fundamentales que la C.E.garantiza en sus artículos 18.3 , secreto de las comunicaciones telefónicas, 24.1, tutela judicial efectiva sinindefensión y 24.2, derecho a un proceso con todas las garantías, lo que da lugar a la nulidad que se postula envirtud de lo dispuesto en el art. 11.1 de la L.O.P.J ., a cuyo tenor, no surtirán efecto las pruebas obtenidas directao indirectamente, violentando los derechos y libertades fundamentales; Segundo.- Con soporte en el art. 5.4de la L.O.P.J . por violación indirecta del derecho fundamental al secreto de las comunicaciones ( art. 18.3C.E .)y directa del derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio ( art. 18.2 C.E .), así como de los derechos,también fundamentales, a la tutela judicial efectiva sin indefensión y a un proceso con todas las garantías, queproclama el art. 24 C.E . en sus apartados 1 y 2; Tercero.- Se articula por el cauce del art. 849,1º de la L.E.Cr ., porinfracción del art. 539 C.P ., al haber sido aplicado indebidamente, resultando también, y por ello, infringidoslos arts. 9.3 y 25.1 C.E . garantes de los principios de legalidad y seguridad jurídica; Cuarto.- Tiene su cauceen el art. 5.4 de la L.O.P.J . al considerarse infringidos los siguientes preceptos constitucionales: art. 24.1 C.E .con violación del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de jueces y tribunales, sin indefensión; art.24.2 C.E . en cuanto ha sido violado el derecho de mi patrocinado a la defensa y a un proceso con todas lasgarantías, todo en relación con los arts. 9.3 C.E . garante del principio de legalidad y de la seguridad jurídica,el 25.1 en cuanto a la legalidad; el art. 1.214 C.C . y el 539 C.P . Quinto.- Por infracción de ley al amparo del art.849,1º de la L.E.Cr . por considerar infringido el art. 69 bis C.P . en relación con los arts. 539 C.P ., 9.3 y 25 de laConstitución ; Sexto.- Con soporte en el art. 849,1º de la L.E.Cr ., por infracción de ley al considerarse infringidospor la sentencia recurrida los arts. 539 del C.P ., así como los arts. 9.3 y 25.1 de la C.E . sobre legalidad yseguridad jurídica; Séptimo.- Al amparo del art. 849,1º de la L.E.Cr . por infracción del art. 1.253 C.C . que al nohaber sido aplicado por la Sala a quo en los casos que se mencionarán, ha dado lugar, según entendemos, alerror "iuris" o error de derecho, denunciable por esta vía; Octavo.- Quebrantamiento de forma, por la vía del art.851,1º de la L.E.Cr ., inciso segundo por contradicción entre los hechos que se declaran probados; Noveno.-Por quebrantamiento de forma, por la vía del art. 851,1º de la L.E.Cr ., inciso primero por falta de claridad yterminancia de los hechos que se consideran probados; Décimo.- Con soporte en el art. 851,1º de la L.E.Cr .,por predeterminación del fallo. El vicio que denunciamos, consistente en la predeterminación del fallo y afectaal relato de hechos probados de la sentencia recurrida que el Tribunal redacta para sentar sobre los mismosla condena por el delito de maquinaciones para alterar el precio de las cosas, impuesta a mi defendido, comoautor de un delito continuado del art. 539 C.P. (36) El recurso interpuesto por la representación del acusadoJose Francisco , lo basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION: Primero.- Por infracción de ley del artículo849,1º de la L.E.Cr ., con fundamento en lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del art. 24.1 dela Constitución , al ocasionarse indefensión a esta parte; Segundo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º dela L.E.Cr ., al amparo de lo establecido en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del art. 24.1 de la Constitución ,en relación con lo dispuesto en los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr ., al haberse vulnerado el derecho a latutela judicial efectiva de los jueces y tribunales; Tercero.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr .,conforme a lo señalado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del art. 24.2 de la Constitución , en relacióncon lo dispuesto en los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr ., al haberse vulnerado el derecho a ser informadode la acusación y consecuentemente el derecho a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa;Cuarto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., según lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . porinfracción de lo señalado en el art. 24.2 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho al Juez ordinariopredeterminado por la ley; Quinto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuestoen el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en los arts. 17 y 24.2 de la Constitución al habersevulnerado el derecho a la presunción de inocencia; Sexto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr .,infracción que fundamentamos en lo establecido en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuestoen el art. 24.2 de la Constitución al haberse vulnerado el principio de legalidad; Séptimo.- Por infracción deley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lodispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al haberse causado indefensión a esta parte por haberse vulneradolo preceptuado en el art. 622 de la L.E.Cr .; Octavo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., confundamento en lo establecido en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo prescrito en el art. 18.3 de laConstitución al haberse vulnerado el derecho al secreto de las comunicaciones, todo ello en relación con loestablecido en la redacción que, con anterioridad a la entrada en vigor de la L.O. 4/88, de 25 de mayo , dabael art. 579 de la L.E.Cr . en relación con el art. 11.1 de la L.O.P.J .; Noveno.- Por infracción de ley del artículo

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849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art.24.2 de la Constitución en relación con el art. 238,3º de la L.O.P.J . al haberse vulnerado el art. 579 de la L.E.Cr .en su redacción anterior a la L.O. 4/88 de 25 de mayo , en cuanto a las escuchas telefónicas practicadas;Décimo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J .por infracción de lo establecido en los apartados 1 y 2 del art. 18 de la Constitución al haberse vulnerado elderecho a la intimidad, así como el secreto de las comunicaciones, en relación con las escuchas telefónicaspracticadas, sin que haya existido resolución judicial motivada que las autorizase, tal y como dispone el art. 579de la L.E.Cr . en relación con el art. 11.1 de la L.O.P.J .; Décimoprimero.- Por infracción de ley del artículo 849,1º,de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 18.2 dela Constitución al haberse vulnerado el derecho a la inviolabilidad del domicilio en relación con los registrospracticados, sin que haya existido resolución motivada que los autorizase ni se hayan realizado con todas lasgarantías, según lo preceptuado en los artículos 545 y ss. de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 11,1 de laL.O.P.J .; Décimosegundo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art.5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución en relación con los artículos656, 728 y 729 de la L.E.Cr .; Décimotercero.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lodispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al habersecausado indefensión por ser la prueba de declaración de los testigos presentes en los registros practicadosnula con arreglo a lo dispuesto en el artículo 11,1 de la L.O.P.J .; Décimocuarto.- Por infracción de ley del artículo849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en elart. 24.2 de la Constitución al haberse causado indefensión ya que los informes periciales de valoración delos inmuebles se practican con posterioridad a la conclusión del sumario lo que implica una vulneración delderecho de defensa al no poder ser controvertido; Décimoquinto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º dela L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 dela Constitución en relación con el artículo 238,3 de la L.O.P.J . al haberse causado indefensión ya que al nohaberse traido a juicio el informe pericial de valoración de los inmuebles por quien lo quiere hacer valer comoprueba de cargo (Ministerio Fiscal y Acusaciones) se han infringido los principios de audiencia, asistencia ydefensa; Décimosexto.- Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr., en relación con losarts. 793, 730 y 728 del mismo texto legal del informe pericial de valoración de los inmuebles; Décimoseptimo.-Por quebrantamiento de forma del art. 851,1º de la L.E.Cr ., al existir falta de claridad y concreción en los hechosque se declaran probados en cuanto a la totalidad de los delitos de maquinaciones para alterar el precio de lascosas ( art. 539 del C. Penal ); Décimooctavo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por habersevulnerado el artículo 1 del Código Penal en relación con el artículo 539 del mismo cuerpo legal , dado que tal ycomo se han relatado los hechos en la sentencia, las acciones que se consideran probadas no están penadaspor la Ley; Décimonoveno.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., considerando infringido el artículo539 del Código Penal , en relación con los artículos 348 y 1462 del Código Civil y la STS de 23/3/46 (Sala I );Vigésimo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 539 del Código Penal ,por vulneración de lo dispuesto en el artículo 1.499 de la L.E.C .; Vigésimoprimero.- Por error en la apreciaciónde la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-4 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimosegundo.- Por error en la apreciación dela prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr . , en cuanto al hecho A-5 de la sentenica, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimotercero.- Por error en la apreciación dela prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-9 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimocuarto.- Por error en la apreciación dela prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-10 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimoquinto.- Por error en la apreciación dela prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-14 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimosexto.- Por error en la apreciación de laprueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-17 de la sentencia, al no haberse valorado por laSala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimoseptimo.- Por error en la apreciación de laprueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-20 de la sentencia, al no haberse valorado por laSala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimooctavo.- Por error en la apreciación de laprueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-21 de la sentencia, al no haberse valorado por laSala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimonoveno.- Por error en la apreciación de laprueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-22 de la sentencia, al no haberse valorado por laSala los documentos auténticos existentes en la causa; Trigésimo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de laL.E.Cr ., por haberse vulnerado el artículo 1 del Código Penal en relación con el artículo 391 del mismo textolegal ; Trigésimoprimero.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por haberse vulnerado el artículo1 del Código Penal en relación con los artículos 389 y 386 del mismo texto legal ; Trigésimosegundo.- Porquebrantamiento de forma del art. 851,1º de la L.E.Cr ., al existir falta de claridad y concreción en los hechosque se declaran probados en cuanto a la totalidad de los delitos de cohecho ( artículo 391 del Código Penal );

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Trigésimoquinto.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el artículo 5.4de la L.O.P.J . por infracción del derecho de defensa del artículo 24.2 de la Constitución en relación con elDecreto 1035/59 , de tasas judiciales; Trigésimosexto.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., enbase a lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del derecho de defensa y la presunción deinocencia del artículo 24.2 de la Constitución (tasas judiciales); Trigésimoseptimo.- Por error en la apreciaciónde la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en relación con los registros practicados y toda la documentaciónincautada y no unida a las actuaciones; Trigésimooctavo.- Por error en la apreciación de la prueba del art.849,2º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . en relación con lo dispuesto en elartículo 24,2 de la Constitución al haberse vulnerado la presunción de inocencia en cuanto al hecho I-1 de lasentencia; Trigésimonoveno.- Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto alhecho I-1 de la sentencia, al no haberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa;Cuadragésimo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por haberse vulnerado los arts. 386 y 391 delCódigo Penal en relación con el hecho I-1 de la sentencia; Cuadragésimoprimero.- Por error en la apreciaciónde la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho I-4 de la sentencia al no haberse valorado por laSala los documentos auténticos existentes en la causa; Cuadragésimoprimero.- Por error en la apreciación dela prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J ., en relación con lodispuesto en el art. 24.2 de la Constitución en cuanto a la vulneración del derecho de presunción de inocencia,en cuanto al hecho I-4 de la sentencia al no haberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentesen la causa; Cuadragésimocuarto.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por vulneración de lodispuesto en el artículo 23 del Código Penal en relación con el artículo 47 del mismo cuepro legal , en cuanto ala pena impuesta a los acusados de prohibición de participar en las subastas judiciales; Cuadragésimoquinto.-Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . porinfracción de lo dispuesto en el artículo 24.2 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho a la presunciónde inocencia, en relación con los artículos 793 y 730 de la L.E.Cr .

(37) El recurso interpuesto por la representación del acusado Luis Pedro , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., con fundamento en lo dispuestoen el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del art. 24.1 de la Constitución al ocasionarse indefensión a estaparte; Segundo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., al amparo de lo establecido en el art. 5.4de la L.O.P.J . por infracción del art. 24.1 de la Constitución , en relación con lo dispuesto en los artículos 118y 302 de la L.E.Cr ., al haberse vulnerado el derecho a la tutela efectiva de los jueces y tribunales; Tercero.- Porinfracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., conforme a lo señalado en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . porinfracción del art. 24.2 de la Constitución , en relación con lo dispuesto en los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr .,al haberse vulnerado el derecho a ser informado de la acusación y consecuentemente el derecho a utilizar losmedios de prueba pertinentes para su defensa; Cuarto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr .,según lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo señalado en el art. 24.2 de la Constituciónal haberse vulnerado el derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley; Quinto.- Por infracción de ley delartículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuestoen los arts. 17 y 24.2 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho a la presunción de inocencia; Sexto.-Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., infracción que fundamentamos en lo establecido en elart. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al haberse vulnerado elprincipio de legalidad; Séptimo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuestoen el artículo 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al habersecausado indefensión a esta parte por haberse vulnerado lo preceptuado en el art. 622 de la L.E.Cr .; Octavo.-Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., con fundamento en lo establecido en el art. 5.4 de laL.O.P.J . por infracción de lo prescrito en el art. 18.3 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho alsecreto de las comunicaciones, todo ello en relación con lo establecido en la redacción que, con anterioridada la entrada en vigor de la L.O. 4/88, de 25 de mayo , daba el art. 579 de la L.E.Cr . en relación con el art. 11.1de la L.O.P.J .; Noveno.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art.5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución en relación con el art. 238,3ºde la L.O.P.J ., al haberse vulnerado el art. 579 de la L.E.Cr . en su redacción anterior a la L.O. 4/88 de 25 demayo , en cuanto a las escuchas telefónicas practicadas; Décimo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º dela L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo establecido en los apartados1 y 2 del art. 18 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho a la intimidad, así como el secreto de lascomunicaciones, en relación con las escuchas telefónicas practicadas, sin que haya existido resolución judicialmotivada que las autorizase, tal y como dispone el art. 579 de la L.E.Cr . en relación con el art. 11,1 de la L.O.P.J .;Décimoprimero.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 dela L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 18.2 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho a lainviolabilidad del domicilio en relación con los registros practicados, sin que haya existido resolución motivadaque los autorizase ni se hayan realizado con todas las garantías, según lo preceptuado en los artículos 545

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y ss. de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 11,1 de la L.O.P.J .; Décimosegundo.- Por infracción de ley delartículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuestoen el art. 24.2 de la Constitución en relación con los artículos 656, 728 y 729 de la L.E.Cr .; Décimotercero.-Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . porinfracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al haberse causado indefensión por ser la pruebade declaración de los testigos presentes en los registros practicados nula con arreglo a lo dispuesto en elartículo 11,1 de la L.O.P.J .; Décimocuarto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base alo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución alhaberse causado indefensión ya que los informes periciales de valoración de los inmuebles se practican conposterioridad a la conclusión del sumario lo que implica una vulneración del derecho de defensa al no poderser controvertido; Décimoquinto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuestoen el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución en relación con elartículo 238,3 de la L.O.P.J . al haberse causado indefensión ya que al no haberse traido a juicio el informepericial de valoración de los inmuebles por quien lo quiere hacer valer como prueba de cargo (Ministerio Fiscaly Acusaciones) se han infringido los principios de audiencia, asistencia y defensa; Décimosexto.- Por error enla apreciación de la prueba, del art. 849,2º de la L.E.Cr., en relación con los arts. 793, 730 y 728 del mismo textolegal , del informe pericial de valoración de los inmuebles; Décimoseptimo.- Por quebrantamiento de formadel art. 851,1º de la L.E.Cr ., al existir falta de claridad y concreción en los hechos que se declaran probadosen cuanto a la totalidad de los delitos de maquinaciones para alterar el precio de las cosas ( art. 539 delCódigo Penal ); Décimooctavo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por haberse vulnerado elartículo 1 del Código Penal en relación con el artículo 539 del mismo cuerpo legal , dado que tal y como sehan relatado los hechos en la sentencia, las acciones que se consideran probadas no están penadas por laLey; Décimonoveno.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., considerando infringido el artículo 539del Código Penal , en relación con los artículos 348 y 1.462 del Código Civil y la STS. de 23/3/46 (Sala I );Vigésimo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 539 del Código Penal ,por vulneración de lo dispuesto en el artículo 1.499 de la L.E.C .; Vigésimoprimero.- Por error en la apreciaciónde la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-1 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimosegundo.- Por error en la apreciación dela prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-5 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimotercero.- Por error en la apreciación dela prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-6 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimocuarto.- Por error en la apreciación dela prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-7 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimoquinto.- Por error en la apreciación dela prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr . en cuanto al hecho A-9 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimosexto.- Por error en la apreciación de laprueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-11 de la sentencia, al no haberse valorado por laSala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimoseptimo.- Por error en la apreciación de laprueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-13 de la sentencia, al no haberse valorado por laSala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimooctavo.- Por error en la apreciación de laprueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-15 de la sentencia, al no haberse valorado por laSala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimonoveno.- Por error en la apreciación de laprueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-16 de la sentencia, al no haberse valorado por laSala los documentos auténticos existentes en la causa; Trigésimo.- Por error en la apreciación de la pruebadel art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto la hecho A-17 de la sentencia, al no haberse valorado por la Sala losdocumentos auténticos existentes en la causa; Trigésimoprimero.- Por error en la apreciación de la pruebadel art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-18 de la sentencia, al no haberse valorado por la Sala losdocumentos auténticos existentes en la causa; Trigésimosegundo.- Por error en la apreciación de la pruebadel art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-19 de la sentencia, al no haberse valorado por la Sala losdocumentos auténticos existentes en la causa; Trigésimotercero.- Por error en la apreciación de la pruebadel art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-21 de la sentencia, al no haberse valorado por la Sala losdocumentos auténticos existentes en la causa; Trigésimocuarto.- Por error en la apreciación de la pruebadel art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-22 de la sentencia, al no haberse valorado por la Sala losdocumentos auténticos existentes en la causa; Trigésimoquinto.- Por error en la apreciación de la prueba delart. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-23 de la sentencia; Trigésimosexto.- Por infracción de ley del art.849,1º de la L.E.Cr ., en relación con lo dispuesto en el art. 539 del Código Penal en cuanto al hecho A-23 de lasentencia; Trigésimoseptimo.- Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuantoal hecho A-24 de la sentencia, al no haberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en lacausa; Trigésimooctavo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el artículo5.4 de la L.O.P.J . por infracción del artículo 24.1 de la Constitución al vulnerarse la presunción de inocencia

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en cuanto al hecho A-24 de la sentencia; Trigésimonoveno.- Por error en la apreciación de la prueba del art.849,2º de la L.E.Cr ., en relación con la prueba pericial caligráfica practicada y el derecho a la presunción deinocencia del art. 24.2 de la Constitución ; Cuadragésimo.- Por error en la apreciación de la prueba del art.849,2º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . en relación con lo dispuesto en el art.24.2 de la Constitución al haberse vulnerado la presunción de inocencia en cuanto al hecho F de la sentencia;Cuadragésimoprimero.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por haberse vulnerado el art. 528 delCódigo Penal al no existir efectiva causación de perjuicio; Cuadragésimosegundo.- Por infracción de ley delart. 849,1º de la L.E.Cr ., en relación a lo dispuesto en el Reglamento Hipotecario, la Ley Hipotecaria, y el CódigoCivil, en cuanto a que en nuestro Derecho positivo no es obligatoria la inscripción registral, ni, lógicamente, lacancelación para derechos reales sobre inmuebles; Cuadragésimotercero.- Por infracción de ley del art. 849,1ºde la L.E.Cr ., por haberse vulnerado el artículo 1 del Código Penal en relación con el artículo 391 del mismotexto legal ; Cuadragésimocuarto.- Por quebrantamiento de forma del art. 851,1º de la L.E.Cr ., al existir faltade claridad y concreción en los hechos que se declaran probados en cuanto a la totalidad de los delitos decohecho ( artículo 391 del Código Penal ); Cuadragésimoseptimo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de laL.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del derecho de defensa del artículo24.2 de la Constitución en relación con el Decreto 1035/59 , de tasas judiciales; Cuadragésimooctavo.- Porinfracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . por infraccióndel derecho a la defensa y la presunción de inocencia del artículo 24.2 de la Constitución (tasas judiciales);Cuadragésimonoveno.- Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en relación conlos registros practicados y toda la documentación incautada y no unida a las actuaciones; Quincuagésimo.-Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho I-5 de la sentencia alno haberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Quincuagésimoprimero.-Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho I-6 de la sentencia alho haberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Quincuagésimosegundo.-Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho I-10 de la sentenciaal no haberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Quincuagésimotercero.-Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho I-12 de la sentenciaal no haberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Quincuagésimooctavo.-Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por vulneración de lo dispuesto en el artículo 23 del CódigoPenal en relación con el artículo 47 del mismo cuerpo legal , en cuanto a la pena impuesta a los acusadosde prohibición de participar en las subastas judiciales; Quincuagésimonoveno.- Por infracción de ley del art.849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J ., por infracción de lo dispuesto enel artículo 24.2 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho a la presunción de inocencia, en relacióncon los artículos 793 y 730 de la L.E.Cr .

(38) El recurso interpuesto por la representación del acusado Ángel Daniel , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., con fundamento en lo dispuestoen el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del art. 24.1 de la Constitución , al ocasionarse indefensión a estaparte; Segundo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., al amparo de lo establecido en el art.5.4 de la L.O.P.J . por infracción del art. 24.1 de la Constitución , en relación con lo dispuesto en los artículos118 y 302 de la L.E.Cr ., al haberse vulnerado el derecho a la tutela efectiva de los jueces y tribunales; Tercero.-Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., conforme a lo señalado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . porinfracción del art. 24.2 de la Constitución , en relación con lo dispuesto en los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr .,al haberse vulnerado el derecho a ser informado de la acusación y consecuentemente el derecho a utilizar losmedios de prueba pertinentes para su defensa; Cuarto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr .,según lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo señalado en el art. 24.2 de la Constituciónal haberse vulnerado el derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley; Quinto.- Por infracción de ley delartículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto enlos arts. 17 y 24.2 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho a la presunción de inocencia; Sexto.- Porinfracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., infracción que fundamentamos en lo establecido en el art. 5.4de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al haberse vulnerado el principiode legalidad; Séptimo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al haberse causado indefensión aesta parte por haberse vulnerado lo preceptuado en el art. 622 de la L.E.Cr .; Octavo.- Por infracción de ley delartículo 849,1º de la L.E.Cr ., con fundamento en lo establecido en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de loprescrito en el art. 18.3 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho al secreto de las comunicaciones,todo ello en relación con lo establecido en la redacción que, con anterioridad a la entrada en vigor de la L.O.4/88, de 25 de mayo , daba el art. 579 de la L.E.Cr . en relación con el art. 11.1 de la L.O.P.J .; Noveno.- Porinfracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracciónde lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución en relación con el art. 238,3º de la L.O.P.J . al haberse vulnerado

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el art. 579 de la L.E.Cr . en su redacción anterior a la L.O. 4/88 de 25 de mayo , en cuanto a las escuchastelefónicas practicadas; Décimo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuestoen el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo establecido en los apartados 1 y 2 del art. 18 de la Constituciónal haberse vulnerado el derecho a la intimidad, así como el secreto de las comunicaciones, en relación con lasescuchas telefónicas practicadas, sin que haya existido resolución judicial motivada que las autorizase, tal ycomo dispone el art. 579 de la L.E.Cr . en relación con el art. 11,1 de la L.O.P.J .; Décimoprimero.- Por infracciónde ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lodispuesto en el art. 18.2 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho a la inviolabilidad del domicilio enrelación con los registros practicados, sin que haya existido resolución motivada que los autorizase ni se hayanrealizado con todas las garantías, según lo preceptuado en los artículos 545 y ss. de la L.E.Cr ., en relación conel artículo 11,1 de la L.O.P.J .; Décimosegundo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en basea lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución enrelación con los artículos 656, 728 y 729 de la L.E.Cr .; Décimotercero.- Por infracción de ley del artículo 849,1ºde la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2de la Constitución al haberse causado indefensión por ser la prueba de declaración de los testigos presentesen los registros practicados nula con arreglo a lo dispuesto en el artículo 11,1 de la L.O.P.J .; Décimocuarto.-Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . porinfracción de lo dispuesto en el art. 24,2 de la Constitución al haberse causado indefensión ya que los informespericiales de valoración de los inmuebles se practican con posterioridad a la conclusión del sumario lo queimplica una vulneración del derecho de defensa al no poder ser controvertido; Décimoquinto.- Por infracciónde ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lodispuesto en el art. 24.2 de la Constitución en relación con el artículo 238,3 de la L.O.P.J . al haberse causadoindefensión ya que al no haberse traido a juicio el informe pericial de valoración de los inmuebles por quienlo quiere hacer valer como prueba de cargo (Ministerio Fiscal y Acusaciones) se han infringido los principiosde audiencia, asistencia y defensa; Décimosexto.- Por error en la apreciación de la prueba, del art. 849,2º dela L.E.Cr., en relación con los arts. 793, 730 y 728 del mismo texto legal , del informe pericial de valoraciónde los inmuebles; Decimoséptimo.- Por quebrantamiento de forma del art. 851,1º de la L.E.Cr ., al existir faltade claridad y concreción en los hechos que se declaran probados en cuanto a la totalidad de los delitos demaquinaciones para alterar el precio de las cosas ( art. 539 del Código Penal ); Décimooctavo.- Por infracciónde ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por haberse vulnerado el artículo 1 del Código Penal en relación con elartículo 539 del mismo cuerpo legal , dado que tal y como se han relatado los hechos en la sentencia, lasacciones que se consideran probadas no están penadas por la ley; Décimonoveno.- Por infracción de ley delart. 849,1º de la L.E.Cr ., considerando infringido el artículo 539 del Código Penal , en relación con los artículos348 y 1462 del Código Civil y la STS. de 23/3/46 (Sala I ); Vigésimo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de laL.E.Cr ., en relación con el artículo 539 del Código Penal , por vulneración de lo dispuesto en el artículo 1499de la L.E.C .; Vigésimoprimero.- Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuantoal hecho A-6 de la sentencia, al no haberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en lacausa; Vigésimosegundo.- Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto alhecho A-23 de la sentencia; Vigésimotercero.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en relacióncon lo dispuesto en el art. 539 del Código Penal en cuanto al hecho A-23 de la sentencia; Vigésimocuarto.-Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-24 de la sentencia,al no haberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimoquinto.- Porinfracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . por infraccióndel artículo 24.1 de la Constitución al vulnerarse la presunción de inocencia en cuanto al hecho A-24 de lasentencia; Vigésimosexto.- Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en relación conlos registros practicados y toda la documentación incautada y no unida a las actuaciones; Vigésimoseptimo.-Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por vulneración de lo dispuesto en el artículo 23 del CódigoPenal en relación con el artículo 47 del mismo cuerpo legal , en cuanto a la pena impuesta a los acusados deprohibición de participar en las subastas judiciales; Vigésimooctavo.- Por infracción de ley del art. 849,1º dela L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el artículo24.2 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho a la presunción de inocencia, en relación con losartículos 793 y 730 de la L.E.Cr .; Vigésimonoveno.- Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º dela L.E.Cr., en relación con el art. 730 del mismo texto legal y designando como particulares los folios 3396,3397, 3412 y vuelto, y 3422, por infracción de los principios de inmediación y de contradicción vulnerando elderecho de defensa prescrito en el art. 24.2 de la Constitución. (39) El recurso interpuesto por la representacióndel acusado Bruno , lo basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION: Primero.- Por infracción de ley delartículo 849,1º de la L.E.Cr ., con fundamento en lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del art.24.1 de la Constitución , al ocasionarse indefensión a esta parte; Segundo.- Por infracción de ley del artículo849,1º de la L.E.Cr ., al amparo de lo establecido en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del art. 24.1 dela Constitución , en relación con lo dispuesto en los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr ., al haberse vulnerado

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el derecho a la tutela efectiva de los jueces y tribunales; Tercero.- Por infracción de ley del artículo 849,1º dela L.E.Cr ., conforme a lo señalado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del art. 24.2 de la Constitución ,en relación con lo dispuesto en los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr ., al haberse vulnerado el derecho a serinformado de la acusación y consecuentemente el derecho a utilizar los medios de prueba pertinentes para sudefensa; Cuarto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., según lo dispuesto en el art. 5.4 de laL.O.P.J . por infracción de lo señalado en el art. 24.2 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho al Juezordinario predeterminado por la Ley; Quinto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base alo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en los arts. 17 y 24.2 de la Constituciónal haberse vulnerado el derecho a la presunción de inocencia; Sexto.- Por infracción de ley del artículo 849,1ºde la L.E.Cr ., infracción que fundamentamos en lo establecido en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción delo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al haberse vulnerado el principio de legalidad; Séptimo.- Porinfracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracciónde lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al haberse causado indefensión a esta parte por habersevulnerado lo preceptuado en el art. 622 de la L.E.Cr .; Octavo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de laL.E.Cr ., con fundamento en lo establecido en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo prescrito en el art.18.3 de la Constitución al haberse vulnerado el derecho al secreto de las comunicaciones, todo ello en relacióncon lo establecido en la redacción que, con anterioridad a la entrada en vigor de la L.O. 4/88, de 25 de mayo ,daba el art. 579 de la L.E.Cr . en relación con el art. 11.1 de la L.O.P.J .; Noveno.- Por infracción de ley del artículo849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art.24.2 de la Constitución en relación con el art. 238,3º de la L.O.P.J . al haberse vulnerado el art. 579 de la L.E.Cr .en su redacción anterior a la L.O. 4/88 de 25 de mayo , en cuanto a las escuchas telefónicas practicadas;Décimo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J .por infracción de lo establecido en los apartados 1 y 2 del art. 18 de la Constitución al haberse vulnerado elderecho a la intimidad, así como el secreto de las comunicaciones, en relación con las escuchas telefónicaspracticadas, sin que haya existido resolución judicial motivada que las autorizase, tal y como dispone el art. 579de la L.E.Cr . en relación con el art. 11,1 de la L.O.P.J .; Décimoprimero.- Por infracción de ley del artículo 849,1ºde la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 18.2 dela Constitución al haberse vulnerado el derecho a la inviolabilidad del domicilio en relación con los resgistrospracticados, sin que haya existido resolución motivada que los autorizase ni se hayan realizado con todas lasgarantías, según lo preceptuado en los artículos 545 y ss. de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 11,1 de laL.O.P .; Décimosegundo.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art.5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución en relación con los artículos656, 728 y 729 de la L.E.Cr .; Décimotercero.- Por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lodispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al habersecausado indefensión por ser la prueba de declaración de los testigos presentes en los registros practicadosnula con arreglo a lo dispuesto en el artículo 11,1 de la L.O.P.J .; Décimocuarto.- Por infracción de ley del artículo849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en elart. 24.2 de la Constitución al haberse causado indefensión ya que los informes periciales de valoración delos inmuebles se practican con posterioridad a la conclusión del sumario lo que implica una vulneración delderecho de defensa al no poder ser controvertido; Décimoquinto.- Por infracción de ley del artículo 849,1º dela L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de laConstitución en relación con el artículo 238,3 de la L.O.P.J . al haberse causado indefensión ya que al no habersetraido a juicio el informe pericial de valoración de los inmuebles por quien lo quiere hacer valer como pruebade cargo (Ministerio Fiscal y Acusaciones) se han infringido los principios de audiencia, asistencia y defensa;Décimosexto.- Por error en la apreciación de la prueba, del art. 849,2º de la L.E.Cr., en relación con los arts.793, 730 y 728 del mismo texto legal , del informe pericial de valoración de los inmuebles; Decimoséptimo.- Porquebrantamiento de forma del art. 851,1º de la L.E.Cr ., al existir falta de claridad y concreción en los hechosque se declaran probados en cuanto a la totalidad de los delitos de maquinaciones para alterar el precio de lascosas ( art. 539 del Código Penal ); Décimooctavo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por habersevulnerado el artículo 1 del Código Penal en relación con el artículo 539 del mismo cuerpo legal , dado que tal ycomo se han relatado los hechos en la sentencia, las acciones que se consideran probadas no están penadaspor la Ley; Décimonoveno.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., considerando infringido el artículo539 del Código Penal , en relación con los artículos 348 y 1462 del Código Civil y la STS. de 23/3/46 (Sala I );Vigésimo.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 539 del Código Penal ,por vulneración de lo dispuesto en el artículo 1499 de la L.E.C .; Vigésimoprimero.- Por error en la apreciaciónde la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-18 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimosegundo.- Por error en la apreciación dela prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho A-21 de la sentencia, al no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Vigésimotercero.- Por error en la apreciación de laprueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en relación con la prueba pericial caligráfica practicada y el derecho a la

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presunción de inocencia del art. 24.2 de la Constitución ; Vigésimocuarto.- Por error en la apreciación de laprueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho C de la sentencia, al no haberse valorado por la Sala losdocumentos auténticos existentes en la causa; Vigésimoquinto.- Por error en la apreciación de la prueba delart. 849,2º de la L.E.Cr ., por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución , al haberse vulneradoel derecho a la presunción de inocencia, en relación con los arts. 793 y 730 de la L.E.Cr ., en cuanto al hechoC de la sentencia; Vigésimosexto.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto enel art. 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el art. 24.2 de la Constitución al haberse vulneradola presunción de inocencia en cuanto al hecho C de la sentencia; Vigésimoseptimo.- Por infracción de ley delartículo 849,1º de la L.E.Cr ., por haberse vulnerado el art. 1 del C. Penal en relación con el art. 528 del mismocuerpo legal , dado que tal y como se han relatado los hechos en la sentencia, las acciones que se consideranprobadas no están penadas por la ley, en cuanto al hecho C de la sentencia; Vigésimooctavo.- Por infracción deley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., por haberse vulnerado el artículo 1 del Código Penal en relación con el artículo391 del mismo texto legal ; Vigésimonoveno.- Por quebrantamiento de forma del art. 851,1º de la L.E.Cr ., alexistir falta de claridad y concreción en los hechos que se declaran probados en cuanto a la totalidad de losdelitos de cohecho ( artículo 391 del Código Penal ); Trigésimosegundo.- Por infracción de ley del art. 849,1ºde la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . por infracción del derecho de defensa delartículo 24.2 de la Constitución en relación con el Decreto 1035/59 , de tasas judiciales; Trigésimotercero.- Porinfracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lo dispuesto en el art. 5.4 de la L.O.P.J . por infraccióndel derecho de defensa y la presunción de inocencia del artículo 24.2 de la Constitución (tasas judiciales);Trigésimocuarto.- Por error en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en relación con losregistros practicados y toda la documentación incautada y no unida a las actuaciones; Trigésimoquinto.- Porerror en la apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho I-5 de la sentencia al nohaberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Trigésimosexto.- Por error enla apreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho I-7 de la sentencia al no habersevalorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Trigésimoseptimo.- Por error en laapreciación de la prueba del art. 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto al hecho I-22 de la sentencia al no habersevalorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa; Trigésimooctavo.- Por infracción de leydel art. 849,1º de la L.E.Cr ., por vulneración de lo dispuesto en el artículo 23 del Código Penal en relación con elartículo 47 del mismo cuerpo legal , en cuanto a la pena impuesta a los acusados de prohibición de participaren las subastas judiciales; Trigésimonoveno.- Por infracción de ley del art. 849,1º de la L.E.Cr ., en base a lodispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . por infracción de lo dispuesto en el artículo 24.2 de la Constitución alhaberse vulnerado el derecho a la presunción de inocencia, en relación con los artículos 793 y 730 de la L.E.Cr .

(40) El recurso interpuesto por la representación del acusado Felipe , lo basó en los siguientes MOTIVOSDE CASACION: Primero.- Por infracción de ley amparado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . y con cauce procesal enel art. 849,1º de la L.E.Cr ., consistente en la infracción y transgresión del artículo 18.3 de la Constitución ,por vulneración del derecho al secreto de las comunicaciones, en especial de las telefónicas; Segundo.- Porinfracción de ley amparado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . y con cauce procesal en el art. 849,1º de la L.E.Cr .,consistente en la infracción y transgresión del artículo 24.2 de la Constitución , por vulneración del derecho ala presunción de inocencia y a un proceso con todas las garantías, por inexistencia de elementos probatoriosválidos; Tercero.- Por infracción de ley amparado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . con cauce procesal en el art. 849,1ºde la L.E.Cr ., consistente en la infracción y transgresión del artículo 18.2 de la Constitución , por vulneracióndel derecho a la inviolabilidad del domicilio; Cuarto.- Por infracción de ley amparado en el art. 5.4 de la L.O.P.J .y con cauce procesal en el art. 849,1º de la L.E.Cr ., consistente en la infracción y transgresión del artículo25.1 de la Constitución , por vulneración del Derecho a no ser condenado por acciones u omisiones que enel momento de producirse no constituyan delito; Quinto.- Por infracción de ley amparado en el art. 5.4 de laL.O.P.J . y con cauce procesal en el art. 849,1º de la L.E.Cr ., consistente en la infracción y transgresión delartículo 9.3 de la Constitución , por violación del principio de legalidad y de la retroactividad de las disposicionessancionadoras no favorables; Sexto.- Por infracción de ley al amparo de lo establecido en el art. 849,1º de laL.E.Cr . por infracción de preceptos penales de carácter sustantivo y normas jurídicas del mismo carácter quedeben ser observadas en aplicación de la ley, consistiendo en la indebida aplicación del artículo 539 del CódigoPenal ; Séptimo.- Por infracción de ley al amparo de lo establecido en el art. 849,1º de la L.E.Cr . por infracciónde preceptos penales de carácter sustantivo y normas jurídicas del mismo carácter que deben ser observadasen aplicación de la ley, consistiendo en la indebida aplicación de los artículos 315 y 314 en relación con elartículo 277 del Código Penal ; Octavo.- Por infracción de ley al amparo de lo establecido en el art. 849,1º de laL.E.Cr . por infracción de preceptos penales de carácter sustantivo y normas jurídicas del mismo carácter quedeben ser observadas en aplicación de la ley, consistiendo en la indebida aplicación de los artículos 387 y 391del Código Penal ; Noveno.- Por infracción de ley al amparo de lo establecido en el art. 849,1º de la L.E.Cr . porinfracción de preceptos penales de carácter sustantivo y normas jurídicas del mismo carácter que deben serobservadas en aplicación de la ley, consistiendo en la indebida aplicación de los artículos 390 y 391 del Código

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Penal ; Décimo.- Por infracción de ley del art. 849,2º de la L.E.Cr . por haberse producido error en la apreciaciónde la prueba basado en documentos que demuestran la equivocación del Juzgador sin resultar contradichosni desvirtuados por otras pruebas resultante de ciertos particulares de documentos; Décimoprimero.- Porinfracción de ley del art. 849,2º de la L.E.Cr . por haberse producido error en la apreciación de la prueba basadoen documentos que demuestran la equivocación del Juzgador sin resultar contradichos ni desvirtuados porotras pruebas resultante de ciertos particulares de documentos; Décimosegundo.- Por infracción de ley del art.849,2º de la L.E.Cr . por haberse producido error en la apreciación de la prueba basado en documentos quedemuestan la equivocación del Juzgador sin resultar contradichos ni desvirtuados por otras pruebas resultantede ciertos particulares de documentos; Décimotercero.- Por quebrantamiento de forma del artículo 851,1º dela L.E.Cr . por falta de claridad en los hechos probados, al no expresar clara y terminantemente los mismos;Decimocuarto.- Por quebrantamiento de forma del artículo 851,1º de la L.E.Cr . por contradicción manifiestaentrre los hechos probados; Décimoquinto.- Por quebrantamiento de forma del artículo 851,1º de la L.E.Cr .por contener conceptos jurídicos que implican una predeterminación del fallo.

(41) El recurso interpuesto por la acusada Regina , lo basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION:Primero.- Por infracción de ley amparado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . y con cauce procesal en el art. 849,1ºde la L.E.Cr ., consistente en la infracción y transgresión del artículo 18.3 de la Constitución , por vulneracióndel derecho al secreto de las comunicaciones, en especial de las telefónicas; Segundo.- Por infracción de leyamparado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . y con cauce procesal en el art. 849,1º de la L.E.Cr ., consistente en lainfracción y transgresión del artículo 24.2 de la Constitución , por vulneración del derecho a la presunción deinocencia y a un proceso con todas las garantías, por inexistencia de elementos probatorios válidos; Tercero.-Por infracción de ley amparado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . y con cauce procesal en el art. 849,1º de la L.E.Cr .,consistente en la infracción y transgresión del artículo 18.2 de la Constitución , por vulneración del derechoa la inviolabilidad del domicilio; Cuarto.- Por infracción de ley amparado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . y concauce procesal en el art. 849,1º de la L.E.Cr ., consistente en la infracción y transgresión del artículo 25.1 de laConstitución , por vulneración del Derecho a no ser condenado por acciones u omisiones que en el momentode producirse no constituyan delito; Quinto.- Por infracción de ley amparado en el art. 5.4 de la L.O.P.J . ycon cauce procesal en el art. 849,1º de la L.E.Cr ., consistente en la infracción y transgresión del artículo9.3 de la Constitución , por violación del principio de legalidad y de la irretroactividad de las disposicionessancionadoras no favorables; Sexto.- Por infracción de ley al amparo de lo establecido en el art. 849,1º dela L.E.Cr . por infracción de preceptos penales de carácter sustantivo y normas jurídicas del mismo carácterque deben ser observadas en aplicación de la ley, consistiendo en la indebida aplicación del artículo 539 delCódigo Penal ; Séptimo.- Por infracción de ley al amparo de lo establecido en el art. 849,1º de la L.E.Cr .por infracción de preceptos penales de carácter sustantivo y normas jurídicas del mismo carácter que debenser observadas en aplicación de la ley, consistiendo en la indebida aplicación de los artículos 387 y 391 delCódigo Penal ; Octavo.- Por infracción de ley al amparo de lo establecido en el art. 849,1º de la L.E.Cr . porinfracción de preceptos penales de carácter sustantivo y normas jurídicas del mismo carácter que debenser observadas en aplicación de la ley, consistiendo en la indebida aplicación de los artículos 390 y 391 delCódigo Penal ; Noveno.- Por infracción de ley del art. 849,2º de la L.E.Cr . por haberse producido error en laapreciación de la prueba basado en documentos que demuestran la equivocación del Juzgador sin resultarcontradichos ni desvirtuados por otras pruebas resultante de ciertos particulares de documentos; Décimo.- Porinfracción de ley del art. 849,2º de la L.E.Cr . por haberse producido error en la apreciación de la prueba basadoen documentos que demuestran la equivocación del Juzgador sin resultar contradichos ni desvirtuados porotras pruebas resultante de ciertos particulares de documentos; Décimoprimero.- Por quebrantamiento deforma del artículo 851,1º de la L.E.Cr . por falta de claridad en los hechos probados, al no expresar clara yterminantemente los mismos; Décimosegundo.- Por quebrantamiento de forma del artículo 851,1º de la L.E.Cr .por contradicción manifiesta entre los hechos probados; Décimotercero.- Por quebrantamiento de forma delartículo 851,1º de la L.E.Cr . por contener conceptos jurídicos que implican una predeterminación del fallo.

(42) El recurso interpuesto por la representación del acusado Lucio , lo basó en los siguientes MOTIVOS DECASACION: Primero.- Al amparo de lo que previene el artículo 849 nº 1 de la L.E.Cr . Infracción de lo dispuestoen los artículos 11-1º y 238-3º de la L.O.P.J . y de los artículos 569 y 574 del párrafo segundo, ambos de laL.E.Cr .; Segundo.- Se interpone este motivo al amparo de lo que dispone el artículo 849,1º de la L.E.Cr . Seseñala como infringido el artículo 390 del C. Penal, en relación con el 69 bis , ambos por aplicación indebida,ya que los hechos que se declaran probados, no constituyen la infracción del mencionado precepto en cuantoa mi patrocinado se refiere, ni menos el delito continuado; Tercero.- Al amparo de lo que previene el artículo849,2º de la L.E.Cr . Error de hecho en la apreciación de las pruebas, basado en los mismos documentos quela Sala utiliza para apoyar su condena, que por ende obran en autos, que demuestan la evidente equivocacióndel Juzgador y que no resultan contradichos por otros elementos probatorios.

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5.- Instruido el Ministerio Fiscal de los recursos interpuestos, se dieron por instruidas las representacionesde las partes recurridas, solicitando la desestimación de todos los recursos de casación interpuestos, larepresentación del Acusador Popular Ignacio ; impugnando los motivos del recurso de casación interpuestopor Benito en sus motivos 14 y 15 la representación de David , quedando conclusos los autos paraseñalamiento de vista cuando por turno correspondiera.

Las representaciones de los acusados Carlos Ramón , Jesús Manuel , Pedro Enrique , Aurelio , Eduardo ,Ramón , Jose Ignacio , Luis Alberto , Luz , Luis Pedro , Bruno , Ángel Daniel , Felipe y Regina , interpusierony formalizaron recurso de casación por vía de adhesión a los motivos articulados por las representaciones delos coacusados que se mencionan en la resolución.

6.- Por Providencia de 27 de mayo de 1.996, a los efectos prevenidos en la Disposición Transitoria 9 a.c) dela Ley 10/1995, de 23 de noviembre , se requirió a las representaciones de los procesados recurrentes paraque, en el plazo de ocho días, si lo estimaran procedente, adaptasen los motivos de casación alegados a lospreceptos del nuevo Código Penal.

Por escrito de 25 de junio de 1.996, la representación del acusado Jesús Ángel , adaptó los motivos decasación alegados en el siguiente sentido: El motivo segundo del recurso de casación formulado al amparodel nº 1 del artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , por infracción por aplicación indebida del art.539 del antiguo Código Penal , lo mantenemos y reiteramos en todos sus términos si bien, habida cuenta deque las conductas tipificadas en aquel precepto penal han sido modificadas por la redacción del artículo 262del vigente Código Penal de 23 de noviembre de 1.995 .

Por escrito de 27 de mayo de 1.996, la representación de los acusados Fermín , Estefanía , Joaquín ,Benito y Aurora , adaptó los motivos de casación alegados en el siguiente sentido: En cuanto al motivodécimo, subsidiario de los anteriores, se sostiene igualmente, determinando la eventualidad de que tanto parael anterior, como para el nuevo Código, la hipotética pena se situaría dentro del límite de la remisión condicional,pues la circunstancia de especial gravedad no puede considerarse como muy cualificada.

Por escrito de 3 de junio de 1.993, la representación del acusado Domingo , adaptó los motivos de casaciónalegados en el siguiente sentido: La adaptación se reduce única y exclusivamente al fallo de la sentenciarecurrida, ya que todos los demás argumentos y motivos se reiteran y dan aquí por reproducidos.

Por escrito de 4 de junio de 1.996, la representación de la acusada Luz , adaptó los motivos de casaciónalegados en el siguiente sentido: En cuanto al primer motivo de los articulados, por quebrantamiento de formapor no concretar la sentencia, a juicio de esta defensa, clara y terminantemente los hechos que se declaranprobados, se ha de tener en cuenta por la Excma. Sala que el artículo 390 del Código Penal -hoy derogado- porel que se condenó a la Sra. Luz como autora de un supuesto delito de cohecho no vinculado a la realizaciónde acto ilegítimo, es actualmente el art. 426 del nuevo Código en vigor , cuyos elementos nucleares son: a)condición de autoridad o funcionario del sujeto activo; b) admisión por éste de dádiva o regalo de tercero; yc) que la dádiva o regalo fuese ofrecida en razón a la función del sujeto activo o para la consecución de unacto no prohibido legalmente. Al introducir el nuevo texto el vocablo "función" en la redacción del precepto,en lugar de la antigua "oficio", es visto que la sentencia debe recoger la nueva terminología con todas susconsecuencias jurídico- legales para que se cumpla el principio de claridad en los hechos que se declaranprobados. En cuanto al motivo segundo del recurso, la nueva configuración del delito de cohecho contenida enel artículo 426 del vigente Código Penal , al igual que en el motivo precedente, afecta a la resolución del recursoporque la sentencia recurrida no declara probado que la presunta dádiva se ofreciese en razón a la "función" quedesempeñaba la recurrente, ni tampoco el acto lícito que ésta debía realizar y motivó el ofecimiento. Ningunode estos dos presupuestos del vigente artículo 426 han sido declarados probados en la sentencia y, por ello,lo que procede acordar es la libre absolución.

Por escrito de 10 de junio de 1.996, la representación de los acusados Felipe y Regina , adaptó los motivosde casación en el siguiente sentido: En atención a la modificación operada por la Ley Orgánica 10/1995, de23 de noviembre , del Código Penal en su artículo 400 , respecto a lo que se tipificaba y recogía como delitoen el antiguo artículo 315 del Código Penal , venimos a modificar y adaptar el motivo de casación séptimosustanciado en nombre de Felipe . Dicha adaptación o modificación viene a colación atendida la circunstanciade que, si bien el antiguo artículo 315 del Código Penal , en relación con el 314, pudiera llegar a someter apunibilidad la mera tenencia de las sustancias, materias, útiles, máquinas o instrumentos, es decir, los llamados"actos preparatorios", cuando hallan sido "destinados conocida o exclusivamente a las falsificaciones de quese trata en este título" (Título III del Libro II del Código Penal antiguo). Sin embargo, la nueva redacción queotorga el artículo 400 del nuevo Código Penal al tipo que nos ocupa despenaliza, sin ningún género de dudas, lamera tenencia de "útiles, materiales, instrumentos, sustancias, máquinas, programas de ordenador o aparatos,específicamente destinados a la comisión de los delitos descritos en los Capítulos anteriores".

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Por escrito de 3 de junio de 1.996, la representación del acusado Lucio , adaptó los motivos de casación enel siguiente sentido: La adaptación se reduce única y exclusivamene al fallo de la sentencia recurrida, ya quetodos los demás argumentos y motivos se reiteran y dan aquí por reproducidos.

7.- Hecho el señalamiento para la vista, se celebró la misma los días 6, 7 y 8 de mayo de 1.997, con la presenciade los siguientes Letrados en defensa de los siguientes recurrentes y recurridos: Día 6 de mayo:

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Juan Luis Soriano Pastor en defensa de Carlos Ramón y PedroEnrique , informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Manuel Sánchez Martín en defensa de Jesús Manuel ,informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Miguel Pérez Camino en defensa de Aurelio y Eduardo ,informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Pablo Molina en defensa de Gonzalo .

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Jesús Gómez García en defensa de Juan y Leonardo ,informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Enrique de Castro Elisando en defensa de Rafael , informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don José Luis Sanz Arribas en defensa de Carlos Manuel y Valentín, informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Antonio Pelegrín Román en defensa de Jesús Ángel ,informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Antonio Madroñero Salinas en defensa de Ángel Jesús ,informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Emeterio Yustos González en defensa de Augusto , informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Joaquín García Jiménez en defensa de Domingo y Lucio ,informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don José María Stampa Braun en defensa de Gregorio , informando.

- Mantuvo el recurso la Letrada recurrente Doña Carlota O,Callagham Rodríguez en defensa de Ramón , JoseIgnacio y Luis Alberto , informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Miguel Moreno Ochoa en defensa de Juan Pablo , informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don José Miguel Alvarez Bolado en defensa de Baltasar ,informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Angel Luis Juárez García en defensa de Esteban , informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Francisco José Fernández Sánchez en defensa de Luz ,informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Luis Lerga González en defensa de Jaime , informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Carlos Briola en defensa de Octavio , informando.

- Mantuvo el recurso la Letrada recurrente Doña María Luz Arenal Velasco en defensa de Simón , informando.

Se suspendió la vista y quedaron citados para el día 7 de mayo a las diez horas.

Día 7 de mayo:

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Ramón Díaz Leal en defensa de Teresa , informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don José Sánchez Arjona en defensa de Luis Antonio , PedroMiguel y Roberto , informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Gonzalo Rodríguez Mourullo en defensa de Benito , Aurora, Fermín , Estefanía y Joaquín , informando.

- Mantuvo el recurso la Letrada recurrente Doña Cristina Guerrero Suárez en defensa de Jose Francisco ,informando.

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- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Juan Carlos Brey Abrado en defensa de Luis Pedro , ÁngelDaniel y Bruno , informando.

- Mantuvo el recurso el Letrado recurrente Don Federico del Castillo Cascos en defensa de Felipe y Regina ,informando. Se suspendió la vista, quedando citados para las diez treinta horas del día 8 de mayo:

Día 8: Recurridos.

- El Ministerio Fiscal apoyó el motivo quinto del recurso formulado por el recurrente Benito , impugnandotodos los demás.

- El Letrado recurrido Don Antonio Díaz Martínez en defensa de Ignacio se adhirió a la petición de apoyo delMinisterio Fiscal del quinto motivo de los formulados por el recurrente Benito , e impugnó los demás.

- El Letrado recurrido Don José de Tomás de Griyol en defensa de Donato , que informó.

- El Letrado recurrido Don Leopoldo Morales Tissot en defensa de David impugnó los recursos de contrario,informando. Siendo concedida finalmente la palabra al Excmo. Sr. Fiscal, que emitió su informe.

Por Auto de 16 de mayo de 1.997 , se acordó prorrogar el término ordinario de diez días para dictar sentenciapor sesenta días hábiles más a adicionar a aquéllos.

Por Auto de 15 de julio de 1.997 , se acordó prorrogar el término para dictar sentencia en el presente recursopor cuarenta días hábiles más a adicionar a aquellos a que se refiere el Auto de dieciseis de mayo último,excluido, consecuentemente, el mes de agosto.

Por Auto de 13 de octubre de 1.997 , se acordó prorrogar el término para dictar sentencia en el presente recursopor veinte días hábiles más a adicionar a aquellos a que se refieren los Autos precedentemente dictados.

8.- Con fecha 21 de septiembre de 1.995, por la Audiencia Provincial de Madrid, Sección Sexta, se dictó Auto quecontenía la siguiente Parte Dispositiva: LA SALA ACUERDA: Se declara extinguida la acción penal del acusadoLuis Miguel que ha fallecido, sin perjuicio de la civil, que corresponda a los perjudicados, contra los herederosde aquél, y que podrán ejercitar en la vía y forma procedentes; se declaran de oficio las costas; poniéndolo enconocimiento del Juzgado Instructor, a efectos de estadística.

II. FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO.- Antes de entrar en el examen de los distintos recursos, debe procederse al estudio de diversascuestiones que por su alcance general y por constituir premisas jurídicas de partida, han de resolverse conprecedencia.

I. INTERVENCIONES TELEFONICAS

Todo lo relativo a las intervenciones telefónicas adquiere notorio relieve e importancia tanto por la afección quepueden experimentar diversos derechos fundamentales, como por el incremento acusable en las posibilidadestécnicas de interceptación y captación de cualquier conversación o mensaje de este tipo. El artículo 18.3 dela Constitución garantiza el secreto de las comunicaciones telefónicas, salvo resolución judicial. El artículo579 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , en la redacción imprimida por Ley Orgánica 4/1988 de 25 de mayo ,atiende a esa llamada de garantía, regulando la intervención y observación de las comunicaciones telefónicasprivadas a efectos del proceso penal por delitos comunes. La Declaración Universal de Derechos Humanos de10 de diciembre de 1.948 establece en su artículo 12 que nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vidaprivada; toda persona tiene derecho a la Protección de la ley contra tales injerencias o ataques. El Conveniopara la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales de 4 de noviembre de 1.950, en suartículo 8 proclama el derecho al respeto de la vida privada, concibiendo la injerencia de la autoridad pública,entre otros casos, cuando sea necesaria para la defensa del orden y la prevención de las infracciones penales.También el artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 16 de diciembre de 1.966, ensu artículo 17 , vela por la prohibición de injerencias arbitrarias e ilegales en la vida privada.

SEGUNDO.- En general, se predica que no caben las escuchas telefónicas predelictuales o de prospección,sino aquéllas en que, partiendo de un hecho delictivo y de unos indicios de criminalidad, propenden a lamejor averiguación de aquél y de la presunta participación de determinado o determinados sujetos. De ahíla referencia a la previa existencia de un procedimiento en cualquiera de las modalidades que las leyesprocesales arbitran. Las interceptaciones "preventivas" o "exploratorias" dejan aquí paso a las "averiguadoras"o "confirmatorias", encaminadas a la indagación de medios de prueba que han de ser reconducidos a la faseplenaria del juicio oral. La intervención telefónica se traduce en el reconocimiento de un medio autónomode investigación y formación de la prueba que seguirá los cauces del juicio y en el seno de su vista oral

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operará como instrumento corroborador o facilitador de conocimientos. Antes podrá ofrecer el resultado deuna investigación indirecta, en cuanto el contenido de las conversaciones puede propiciar la promoción deotros actos de investigación de suma utilidad.

TERCERO.- Ha sido la Ley Orgánica 4/1988, de 25 de mayo , de reforma de la L.E.Cr. la que normativiza porvez primera las interceptaciones telefónicas, si bien lo realiza de forma incompleta, defraudando un tantolas expectativas forjadas ante el anunciado desarrollo legislativo de las previsiones contenidas en el artículo55 de la C.E . El apartado 1 del actual artículo 579 de la L.E.Cr . coincide con el antiguo artículo 579, al queviene a sustituir, constituyendo novedosa incorporación el resto representado por los restantes apartados.Destaca la escasez normativa, tan puesta de manifiesto por autores y jurisprudencia, tanto más lamentablecuanto nos hallamos ante la limitación de un derecho fundamental y ante una fuente de medios probatoriostan presente y operativa en la ordinaria investigación desarrollada en medios judiciales y policiales. Ante unaregulación tachada de incompleta, asistemática e insuficiente, puede decirse que ha sido la jurisprudencia laque ha ido creando en torno a ella todo un cuerpo doctrinal del mejor cuño, contando en base a ello con unrégimen jurídico parangonable a ordenamientos europeos caracterizados por velar, con la mayor sensibilidad yestilo democrático, por el respeto y sobrevivencia de los derechos fundamentales. No será posible adentrarseen el estudio del concepto, alcance y requisitos propios de las intervenciones telefónicas sin contar con lasresoluciones emanantes del TEDH, del Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo.

La orfandad reguladora de la Ley Procesal con anterioridad a la Ley Orgánica 4/1988 era casi absoluta. Losartículos 192 bis y 497 bis del C.P . y la L.O. 9 /1984 sobre Bandas Armadas (artículos 17 y 18 ) hacíanalusión a las mismas "en el orden punitivo y con referencia a las transgresiones del respeto debido a laintimidad. No obstante ello, tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal Constitucional vinieron admitiendola posibilidad controlada por la Autoridad judicial de las interceptaciones telefónicas y su admisibilidad enel proceso (Cfr. sentencias del T.S. de 5 de febrero de 1.988 y del T.C. de 27 de junio de 1.988 ). Aunqueno faltaban exigencias mínimas, relativas sobre todo a una presencia judicial activa, la situación distabamucho de la ulteriormente enseñoreada tras la redacción imprimida al artículo 579 por la L.O. 4/1988 y laabundante y fértil doctrina surgida en su entorno a raíz de esta fecha. Habiendo tenido lugar las intervencionestelefónicas que se enjuician en los años 1.986 y 1.987, ocioso resulta consignar que al proceder al examende su práctica, tanto en orden a la adopción de su acuerdo como a su realización y reflejo en el proceso, nohemos de valernos, en inaceptable rigurosidad, de parámetros propios de etapas posteriores, ya promulgadala Ley de 1.988 y presente ese acopio jurisprudencial garantista que actualmente trasciende y es de ordinariocumplimiento y atención. Como informó el Ministerio Fiscal, el instructor de 1.986 no podía tener conocimientode los requisitos y exigencias a que se refiere el Auto del T.S. de 18 de junio de 1.992 , dictado en el llamadocaso Naseiro. Sin que ello signifique que aquellas interceptaciones datadas antes de 1.988 puedan serinobservantes de unas garantías básicas impeditivas de la conculcación de derecho tan fundamental comoel de la intimidad personal y familiar, salvando el secreto de las comunicaciones, entre ellas las telefónicas(Cfr. artículo 18,1 y 3, de la C.E .).

CUARTO.- La doctrina de esta Sala, a través de diversas resoluciones, ha venido a fijar los requisitos yexigencias que respaldan la legimitidad y validez de las intervenciones telefónicas y que pueden cifrarseen los siguientes: 1º) la exclusividad jurisdiccional de las intervenciones en el sentido de que únicamentepor la autoridad judicial se pueden establecer restricciones y derogaciones al derecho al secreto de lascomunicaciones telefónicas. 2º) Finalidad exclusivamente probatoria de las interceptaciones para establecerla existencia de delito y descubrimiento de las personas responsables del mismo ( sentencia de 12 deseptiembre de 1.994 ). 3º) Excepcionalidad de la medida, que sólo habrá de adoptarse cuando no exista otromedio de investigación del delito que sea de menor incidencia y causación de daño sobre los derechos ylibertades fundamentales del individuo que los que inciden sobre la intimidad personal y el secreto de lascomunicaciones ( auto de 18 de junio de 1.992 , de esta Sala, y sentencias del T.S. de 3 de junio de 1.995,22 de enero y 22 de julio de 1.996 ). 4º) Proporcionalidad de la medida, que sólo habrá de adoptarse enel caso de delitos graves en los que las circunstancias que concurren y la importancia de la trascendenciasocial del hecho delictivo aconsejen la adopción de la misma, de tal manera que la derogación en el casoconcreto del principio garantizador sea proporcionada a la finalidad legítima perseguida ( sentencias del T.C.86/95, de 6 de junio y 49/96, de 26 de marzo y sentencias del T.S. de 8 de junio de 1.993, 20 de mayo y8 de noviembre de 1.994, 3 de junio de 1.995 y 10 de octubre de 1.996 ). 5º) Limitación temporal de lautilización de la medida interceptora de las comunicaciones telefónicas. La L.E.Cr. fija (artículo 579.3 ) períodostrimestrales prorrogables para la observación de las comunicaciones individuales, pero no podrá prorrogarse laintervención de manera indefinida o excesiva porque ello la convertiría en desproporcionada e ilegal ( sentenciadel T.S. de 9 de mayo de 1.994 ). 6º) Especialidad del hecho delictivo que se investigue, pues no cabe decretaruna intervención telefónica para tratar de descubrir de manera general o indiscriminada actos delictivos ( autode 18 de junio de 1.992 y sentencias del T.S. de 20 de mayo de 1.994, 3 de junio de 1.995 y 10 de octubre

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de 1.996 ). 7º) La medida, además, recaerá únicamente sobre los teléfonos de las personas indiciariamenteimplicadas, ya sean los titulares de los teléfonos o sus usuarios habituales ( sentencia de 25 de junio de1.993 ). 8º) Existencia previa de procedimiento de investigación penal, aunque cabe sea la intervención delas telecomunicaciones las que pongan en marcha un verdadero procedimiento criminal, pero sin que puedanautorizarse intervenciones telefónicas de carácter previo a la iniciación y correspondiente anotación de eseprocedimiento de investigación criminal ( sentencias del T.S. de 25 de junio de 1.993 y 25 de marzo de 1.994 ).9º) Existencia previa imprescindible de indicios de la comisión del delito, y no de meras sospechas o conjeturas,de tal modo que se cuente con noticia racional de hecho delictivo que se quiera comprobar y de la probabilidadde su existencia, así como de llegar por medio de las intervenciones al conocimiento de los autores del ilícito,pudiendo ser esos indicios los que facilite la policía, con la pertinente ampliación de los mismos que el juezestimara conveniente ( sentencias del T.S. de 18 de abril y 23 de diciembre de 1.994 y de 3 de junio de 1.995 ).10º) Exigencia de control judicial en la ordenación y desarrollo y cese de la medida de intervención, control que,como el afectado por ella desconocerá, por razones obvias, su adopción, ha de ser rigurosos en grado sumo( sentencias del T.S. de 18 de abril de 1.991 y 8 de junio de 1.993 ), y 11º) que la resolución judicial acordandola intervención telefónica se halle suficientemente motivada, riguroso requisito para el sacrificio y derogaciónen casos concretos de derechos fundamentales reconocidos en la C.E. y cuya importancia exige del Juez unaexplicación razonable y razonada de acuerdo con la ley y los principios constitucionales y en la cual encontrarálugar la explicitación de los indicios sobre cuya base la medida se adopte ( sentencias del T.C. 85/94 de 14 demarzo, 86/95 de 6 de junio, 49/96 de 26 de marzo, y 54/96 de 26 de marzo y sentencias del T.S. de 18 de abril y18 de junio de 1.993, 9 y 20 de mayo y 12 de septiembre de 1.994, y 3 de junio de 1.995 , y auto de 18 de junio de1.992 ). Cuando todos los anteriores requisitos concurran podrá estimarse que la interceptación e intervenciónde las telecomunicaciones no viola el fundamental derecho al secreto de las mismas que la C.E. garantiza.

QUINTO.- La motivación del auto en el que se acuerda la práctica de una intervención telefónica, en cuantomedida que incide de modo directo sobre derecho fundamental de tal relevancia como el de la intimidad de laspersonas, quebrando la normal garantía del secreto de las comunicaciones, es algo que bien se comprendey justifica, traduciéndose en exigencia inesquivable. De ahí que el artículo 579 de la L.E.Cr ., cuya parquedade insuficiencia normativa suele ser objeto de crítica, no olvide, incluso reitere en sus diversos apartados, quela intervención o la observación de las comunicaciones telefónicas deberá acordarse siempre en resoluciónmotivada. Pensemos que este requisito, realmente común a todas las resoluciones judiciales - artículos 24.1 y120.3 de la Constitución y 248 de la L.O.P.J .-, se entronca con el principio de la legalidad y el complementariode la no arbitrariedad, a los que deben someterse los poderes públicos, incluidos, y muy principalmente, losórganos jurisdiccionales. El requisito de la motivación se ofrece como una garantía, y de las más cualificadas,con que se cuenta en el ámbito de la función judicial. La motivación de la resolución judicial lleva consigo,con mayor o menor explicitez, una ponderación del objeto o fin que la provoca, secundada de las reflexionesoportunas acerca de la gravedad de los delitos cuyo descubrimiento en alguno de sus órdenes objetivos osubjetivos se busca, y de la necesidad de puesta a contribución de las medidas propugnadas. Todo ello enfunción de la existencia de unos indicios -no meras sospechas o conjeturas- que, conforme a principios delógica y reglas de experiencia, abonan la idea de la implicación participativa de una persona en el hecho criminalque se investiga y en función de lo cual se decreta la intervención telefónica.

A la necesidad de motivación en orden a las resoluciones judiciales -autos- que decretan la medida deintervención telefónica hacen referencia múltiples sentencias de la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Entreellas las de 17 de octubre de 1.992, 18 de junio y 3 de diciembre de 1.993, 31 de octubre, 4 de noviembre y23 de diciembre de 1.994, 12 de enero, 20 de febrero, 3 y 18 de junio de 1.995 y sentencias del T.C. 85/94de 14 de marzo, 86/95 de 6 de junio, 49/96 de 26 de marzo, y 54/96 de 26 de marzo . Deseable es que elauto judicial favorable a la instada intervención telefónica sea suficientemente expresivo y razonante. Se haresaltado que la fuerza de la motivación no radica tanto en la extensión de la argumentación -puede ser máso menos escueta- como en la fuerza del razonamiento y en la evidencia de la razón subyacente. De ahí quese estime cumplida la exigencia independientemente de la parquedad o concentración del razonamiento, siéste permite conocer el motivo decisorio, excluyente de la arbitrariedad ( sentencia del Tribunal Constitucional238/1989, de 13 de diciembre ).

SEXTO.- Jueces y Tribunales pueden decirse concienciados con esta exigencia. La adopción del acuerdointervencionista de las comunicaciones ha de verificarse por medio de Auto, y éste debe ofrecersesuficientemente motivado. Ahora bien, no es infrecuente -sobre todo cuando la investigación telefónica sellevó a cabo hace años- hallarnos ante Autos sin apenas motivación aunque con explícita y clara referencia ala solicitud policial antecedente en las que se plasman las razones de la solicitud. Generalmente en supuestosen que la instancia de la medida se realiza en los umbrales del procedimiento y el Juez no tiene más apoyovalorativo que el oficio de la Policía. La jurisprudencia de esta Sala ha mantenido que la remisión a las razonesde la solicitud policial, cuando estas son conocidas y fundadas, complementan e integran la motivación de la

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resolución judicial (Cfr. sentencias del T.S. de 5 de julio de 1.993, 4 de noviembre de 1.994, 19 de octubre de1.996 y 8 de febrero de 1.997 ). Criterio que en el supuesto que se examina ha de ratificarse con más acusadarazón que en otras ocasiones, al llevarse a término la medida de intervención de la comunicación telefónicaen los años 1.986 y 1.987, antes del actual artículo 579 de la L.E.Cr . -configurado por Ley Orgánica 4/1988- y, por supuesto, con mucha precedencia a la doctrina jurisprudencial creadora de un cuerpo normativo quesuple la esquemática deficiencia del precepto legal.

SEPTIMO.- También se pone en entredicho, al menos en parte, la licitud y corrección de las autorizacionescon referencia a las prórrogas acordadas por medio de providencia. Ciertamente que en la actualidad vienesosteniéndose por el Tribunal Constitucional la necesidad del auto motivado no sólo para acordar la medidade intervención telefónica, sino también para su prórroga, rechazándose el que se verifique por medio deprovidencia, precisando que las garantías deben observarse en todas las resoluciones en que se acuerde lacontinuación o modificaicón de la limitación del ejercicio del derecho del secreto de las comunicaciones (Cfr.sentencias T.C. 85/1994, de 14 de marzo y 181/1995, de 11 de diciembre ). Ello supone un refuerzo de garantías,mas también no parece razonable trasladar semejante rigor formal a intervenciones llevadas a cabo en épocaen la que se hallaba ausente cualquier normativa al respecto; máxime si se trataba de una mera prolongaciónen el tiempo de la medida acordada sin incorporación de variante alguna en su fundamentación. Sentenciasdel Tribunal Supremo como las de 15 de noviembre de 1.993, 15 de diciembre de 1.994 y 10 de marzo de 1.995admiten la prórroga de la escucha telefónica por providencia por ser continuación de una decisión ya adoptaday no precisar contener una fundamentación específica ni especial.

OCTAVO.- La sentencia hace hincapié en la concurrencia de los requisitos básicos justificativos de la razónque acompañó a la medida adoptada por el Juez Instructor de la causa. Particularmente resalta, en relacióncon la exigible proporcionalidad, que el delito de maquinaciones que se atribuye de manera continuadadebe ser calificado de grave y de importante trascendencia social y pública, cabiendo decir lo mismorespecto a los delitos de estafa y de cohecho que se imputan. El atendimiento de la especialidad resultasin más de la consideración de que no se trató de unas escuchas predelictuales o de prospección, sinoreferidas a unos hechos de acusado sesgo penal en relación con los que ya existían diligencias judicialesesclarecedoras. El principio de especialidad -cual ratifica la sentencia de 19 de octubre de 1.996 - significa queno cabe, obviamente, decretar una intervención telefónica para tratar de descubrir, en general, sin la adecuadaprecisión, actos delictivos, no siendo correcto extender autorización prácticamente en blanco. Al decretarse laintervención telefónica se propende a la comprobación y averiguación de unas actividades ilícitas, existentela notitia criminis y sus esenciales características.

NOVENO.- En cuanto concierne al control judicial, este abarca un triple frente. En primer lugar, velar por laobservancia de las prescripciones y pautas incorporadas al auto autorizante. Los agentes policiales deben serfieles observantes de aquéllas, no permitiéndose discrecionalidades en su ejecución sin el debido beneplácitojudicial. En segundo término, desarrollar la escrupulosidad más exquisita en la recepción del material grabado,garantizándose su integridad y autenticidad. Y por último, adopción de las medidas convenientes parala vertencia escrita de las grabaciones obtenidas, selección de cuanto pueda ser importante a los finesinvestigadores y de comprobación que se persiguen. Habrán de constar en diligencia las cintas entregadas,su traducción escrita, así como las partes del texto que puedan ser de interés y utilidad en el procedimientoen curso, evitándose episodios que puedan comprometer o afectar a los derechos de secreto o intimidad delinvestigado, ajenos por completo a la inspiración que presidió el acuerdo judicial. La presencia del SectretarioJudicial, en tanto es posible y se extreme, dotará de mayor rigor y autenticidad a lo actuado. El Juez puedeextremar sus advertencias y cautelas en el motivado auto en el que adopta el acuerdo interventor de lacomunicación telefónica. Pero lo que no cabe exigirle es que personalmente dedique sus horas a las escuchasde los teléfonos intervenidos. Por ello, su labor de control perdura durante la instrucción para que, concluidoel seguimiento telefónico de que se trate, las grabaciones recogidas respondan a la verdad real de lo acaecidoy a las conversaciones mantenidas en la espontaneidad de comunicación de los interlocutores.

La jurisprudencia resalta la importancia de esta facultad-deber del órgano judicial, ejercicio del adecuadocontrol del desarrollo de la autorización concedida, en el sentido de ordenar que se entreguen, tan prontocomo sea posible, en el Juzgado, los soportes originales físicos en los que consten las conversacionesintervenidas o las observaciones hechas, en la forma que en cada caso se estime procedente para tomar lascorrespondientes decisiones y poder realizar, con carácter exclusivo y excluyente, de manera inmediata, laselección de las conversaciones intervenidas y grabadas, desechando aquellas que no afecten al objeto dela investigación. Siempre con la vigencia del principio de inmediación y, siendo posible, de contradicción, yla presencia del Secretario Judicial ( auto de 18 de junio de 1.992 y sentencia de 18 de junio de 1.993 ). Elcontrol va dirigido básicamente al modo de desarrollo de la intervención, con dación de cuenta inmediata alJuez de las vicisitudes y resultado de la diligencia. pero comprende, naturalmente, una segunda fase tendentea garantizar la autenticidad e integridad de la prueba.

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JURISPRUDENCIA

La sentencia de 23 de diciembre de 1.994 ofrece un excelente compendio del modo de materializar lasfacultades de control. Es exigible un control judicial -se dice- tanto en el momento de ordenarse, como ensu desarrollo y en su cese, control que, como el sujeto afectado no conoce la medida, y por ello no la puedeimpugnar en garantía de sus derechos, ha de ser riguroso en grado sumo. Dicho control ha de ser real y llevadoa cabo por personas independientes de las que realizaron la vigilancia, intervención u observación telefónica ysiempre bajo la dirección del Juez, el que de forma muy precisa y con fijación, a ser posible, de plazos breves,debe ordenar la entrega al órgano judicial de los soportes originales o íntegros, no copias parciales, en losque consten las conversaciones intervenidas y las observaciones realizadas, junto con sus transcripcionesmecanográficas, para poder tomar las correspondientes decisiones. Para la sentencia de 22 de enero de 1.996,con cita de las de 25 de marzo de 1.994 y 12 de enero de 1.995 , el citado control es una cuestión que afectaexclusivamente a la prueba y no a su licitud constitucional, afirmando que la jurisprudencia viene requiriendoel cumplimiento de otras exigencias para que el resultado de las escuchas tenga valor de prueba: 1º) Controljudicial riguroso de la intervención telefónica, no sólo de su iniciación, sino también del desarrollo y cesaciónde la medida, rigor especial y doblemente exigible, teniendo en cuenta el desconocimiento en que ha de estar,por razones obvias, el vigilado de la vigilancia a que es sometido; 2º) entrega al órgano jurisdiccional delos soportes originales donde se hayan recogido y consten las conversaciones detectadas, sin que puedanadmitirse previas manipulaciones y selecciones por parte de la policía; 3º) conservación judicial del soporteoriginal conteniendo lo recogido en las intervenciones y posibilidad de su audición con presencia de las partesinteresadas. Lo decisivo, como se encarga de resaltar la sentencia de 4 de noviembre de 1.994 , es que el Juezautorizante no se desentienda de la medida autorizada y la controle en la medida de lo posible.

DECIMO.- Vemos, pues, que la elaboración jurisprudencial producida tras L.O. 4/1988 y configuración legal delartículo 579 de la L.E.Cr ., es justamente exigente y minuciosa en orden a la precisión de los requisitos deobservancia en el ejercicio del control judicial de la medida que nos ocupa. Mas no sería correcto pretenderque en interceptaciones telefónicas practicadas en 1.986, se pretendiese que el Juez Instructor, celoso enla práctica de la diligencia acordada, tuviese una especial premonición y se mostrase fielmente observante,en todos sus pormenores, de la particularista normativa aceptada e impuesta muy posteriormente por ladoctrina legal en orden al mejor cumplimiento del deber de control de las grabaciones telefónicas. Así loentiende la sentencia de esta Sala de 16 de enero de 1.992 en un caso similar al contemplado; constatandoque la intervención examinada se llevó a efecto cuando aún no se había promulgado la L.O. 4/1988, de 25de mayo , que, entre otros, modificó el artículo 579 de la L.E.Cr ., añadiendo unos nuevos párrafos relativosa la intervención u observación de las comunicaciones telefónicas, no existiendo, por tanto, otra regulaciónpositiva que la que genéricamente aparecía en el artículo 18.3 de la C.E . Tampoco resulta ocioso recordar ladoble finalidad que cabe reconocer a las intervenciones telefónicas, bien como medio de prueba, bien comosimples diligencias de investigación. Entendiéndose que sólo en el primer caso procede actuar con mayorrigor en orden a precisar las garantías que deben ser observadas para poder reconocer eficacia probatoria alcontenido de las grabaciones (Cfr. sentencias de 11 de octubre y 22 de diciembre de 1.994 ).

DECIMOPRIMERO.- Del examen de la causa aparece que con fecha 21 de enero de 1.987, y ante el Juez deInstrucción y Secretario compareció el Inspector de Policía quien manifiesta verificar la comparecencia parahacer entrega de cinco cintas numeradas de la "B" a la "F", con sus oportunas transcripciones y resúmenesde conversaciones, resultado de las conversaciones captadas con motivo de las intervenciones telefónicasacordadas (f. 631). Objetada la falta de un dictamen sobre prueba pericial de voz, la sentencia deja constanciade las negativas producidas por parte de algunos acusados (fs. 213, 2132, Tomo 7, 3147, Tomo 11, y 3198,Tomo 11). El criterio mostrado por la jurisprudencia se amplió reconociendo que la autentificación subjetiva delas voces grabadas puede hacerse no sólo mediante la correspondiente prueba pericial, sino también a travésdel reconocimiento identificativo realizado por el titular de la voz o por los coprocesados (Cfr. sentencias de 17de abril de 1.989, 31 de mayo de 1.994 y 26 de enero de 1.996 ). En el presente caso, se afirma en la sentenciaimpugnada, puede afirmarse con rotundidad que la propia identificación personal que de sí mismo hace elacusado que habla por teléfono constituye la prueba válida para atribuirle las palabras grabadas.

Se llevó a efecto -y ello es resaltado por la sentencia- una prueba pericial por dos ingenieros detelecomunicaciones (fs. 3928 y ss.), ratificado en las sesiones del juicio oral (fs. 229 y ss.). En él se alude a lasetapas sucesivas por las que se ha pasado, conexión, grabación, reproducción y transcripción, aludiéndose alos equipos utilizados como de gran calidad y fiabilidad. La transcripción se llevó a cabo por personal de lapolicía, pudiendo afirmarse que la más mínima diferencia entre el texto y las grabaciones era inmediatamentedetectada al simultanear la escucha con la lectura de los textos. Asimismo se informa que las grabacioneshan sido analizadas juntamente con sus textos correspondientes, sin haber observado prácticamente ningunadiferencia. En ninguna de las grabaciones se ha podido observar indicio alguno de falta de fidelidad enlas conversaciones celebradas. Se concluye afirmando que el contenido de los textos y las grabaciones

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relacionadas en el apéndice responden fielmente a conversaciones telefónicas mantenidas en las líneastelefónicas derivadas para escucha y grabación.

Respecto a la reproducción en el juicio oral se dice en la sentencia que sólo se han escuchado las grabacionestelefónicas que las partes han solicitado, y no han sido objeto de audición el resto por no haberse solicitado porlas partes, que son las dueñas de la actividad probatoria pertinente, pero ello no priva a las escuchas de validezya que tienen un alcance de prueba documental que como todo documento será examinado por el Tribunal.

DECIMOSEGUNDO.- Cuantas razones emanan de la exposición precedente, llevan al Tribunal sentenciadora concluir que desde la perspectiva constitucional son válidas todas las conversaciones telefónicas quefueron amparadas a través de la correspondiente autorización judicial, con excepción de aquellas que seindicarán como desprovistas de la cobertura autorizante. Ningún requisito de los que vienen determinados porla legalidad constitucional, y cuyo incumplimiento supondría la violación del artículo 18.3 de la Constitución ,puede entenderse menoscabado. Aquellos otros que pertenecen a la legalidad ordinaria, dentro de laelementalidad normativa correspondiente al momento de efectivización de las medidas de intervencióntelefónica, pueden considerarse suficientemente atendidos (Cfr. sentencia de 6 de octubre de 1.995 ).

DECIMOTERCERO.- En cualquier caso bueno es precisar lo que constituyen ineludibles exigencias base dela constitucionalidad de la medida y lo que no trasciende de atendimiento de requisitos condicionantes dela autenticidad de su resultado. En tanto la intervención telefónica haya sido acordada judicialmente porAuto debidamente motivado dentro de una causa judicial y atendiendo a los requisitos de proporcionalidad,razonabilidad, necesidad y especialidad, puede decirse concurrente en el plano constitucional una habilitaciónjudicial válida legitimadora de la intervención, impidiendo apreciar la infracción del derecho fundamental alsecreto de las comunicaciones con las consecuencias prevenidas en el artículo 11.1 de la L.O.P.J . La recientesentencia de 9 de diciembre de 1.996 especifica que cuestión distinta es que en la realización práctica delas escuchas amparadas legítimamente por la autorización judicial, se hayan omitido algunas garantías deautenticidad (aportación de cintas originales, control suficiente sobre la selección de las conversaciones), loque condujo a la Audiencia a no otorgar valor probatorio al resultado de la intervención. Pero al encontrarnosúnicamente ante una falta de garantía de autenticidad del resultado de las intervenciones, que anula su eficaciaprobatoria, pero no ante una violación del referido derecho constitucional, el vicio apreciado no afecta al restode las pruebas practicadas ni determina la invalidez de las investigaciones realizadas sobre la base de losdatos obtenidos a través de las referidas intervenciones, que aun cuando carezcan por sí mismas de eficaciaprobatoria sí pueden servir como base lícita de investigación al estar amparados por la correspondientehabilitación judicial ( sentencia 85/1994, de 14 de marzo y sentencias del T.S. 5 y 29 de abril, 20 de mayo, 11 deoctubre y 8 de noviembre de 1.994 y 22 de noviembre de 1.995 ). En consecuencia -añade la sentencia- carecede todo fundamento la pretensión de que la decisión de anular los efectos probatorios de las intervencionestelefónicas - por falta de adveración de su contenido- determine la nulidad de las investigaciones posteriores,y de las pruebas practicadas en el acto del juicio oral, que pudieren derivarse indirectamente de dichasinvestigaciones, pues el efecto expansivo prevenido en el artículo 11.1 de la L.O.P.J . solamente es aplicableen los supuestos de violación de derechos constitucionales, que no concurre en tal caso.

DECIMOCUARTO.- Cual se refleja en la sentencia de instancia, las actuaciones judiciales comienzan con ladenuncia formulada por un Juzgado de Primera Instancia de Madrid (folio 1 del Tomo 1), y es a partir de esemomento cuando se inicia toda la investigación judicial, que en una primera etapa se basa en la recepciónde testimonios remitidos por los Juzgados de Primera Instancia de Madrid así como de las denuncias oactuaciones seguidas ante otros Juzgados de Instrucción, y en la toma de declaraciones a posibles afectadospor los hechos. Y se encomienda a los funcionarios de la policía judicial que realicen gestiones e indaguensobre lo que está sucediendo en torno a las subastas de los Juzgados. A continuación la policía judicial solicitala intervención telefónica empezando por el nº NUM021 , que corresponde a las oficinas de la acusada Regina, esposa del también acusado Felipe , estando situadas tales oficinas en la PLAZA001 nº NUM005 . PorAuto de fecha 18 de marzo de 1.986 , el Juez autoriza la intervención por un plazo de 30 días (folios 426 y 428Tomo 2), que se prorroga por providencia de fecha 25 de abril de 1.986 por otro plazo igual a petición de lapolicía judicial, y con fecha del 4 de junio de 1.986 vuelve la policía a solicitar la intervención de ese número,que se acuerda por providencia de igual fecha y por el mismo período de tiempo (folios 430, 434, 436, 437 delTomo 2). Y por Auto de 14 de abril de 1.986 se acuerda la intervención por un plazo de 30 días de los teléfonosnº NUM022 y NUM023 pertenecientes al acusado, y entonces investigado, Gregorio (Folio 430 Tomo 2).Con posterioridad se vuelve a solicitar la intervención telefónica del teléfono de Felipe y de Regina , lo que sehace el 7 de enero de 1.987, y se concede por Auto del mismo día donde se acuerda también la intervencióndel teléfono NUM021 (folio 630 Tomo 3) y por un período de 30 días.

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La policía fue aportando al Juez de Instrucción las cintas magnetofónicas donde habían grabado lasintervenciones telefónicas (folio 631 Tomo 3), así como las transcripciones de las conversaciones mantenidasespecialmente con el teléfono nº NUM021 de Felipe y Regina .

Teniendo en cuenta las consideraciones efectuadas sobre los períodos temporales comprendidos por laautorización judicial para las efectuaciones de las intervenciones telefónicas en función de los Autos dictadosen 18 de marzo de 1.986, 14 de abril de 1.986 y 7 de enero de 1.987 y específicas prórrogas concedidas,se puede afirmar que tan sólo las partes comprendidas entre los días 25 de mayo de 1.986 al 4 de junio de1.986 no están amparadas por la resolución correspondiente. En cuanto a las transcripciones que obran afolios 795 y siguientes del Tomo 3, rotuladas por la Policía en la respectiva carpeta, "Transcritas literalmentedurante el mes de septiembre", o aquellas otras que obran a los folios 835 y siguientes cuya carátula reza"Conversaciones transcritas literalmente durante los meses de junio y de julio", si bien la sentencia afirmatratarse de conversaciones telefónicas intervenidas durante los períodos sujetos a autorización judicial, perotranscritas en las fechas que obran en las mismas, tal aseveración carece de cualquier dato fiable corroborador;las distintas conversaciones grabadas y transcritas llevan en la parte superior la fecha de su realización, quees la a tener en cuenta. Ello no obstante del repaso y lectura de los folios consagrados a la reproducción de lasconversaciones que en razón a su fecha han de entenderse comprendidas dentro del cono temporal autorizado,se comprueba, en relación con el tema debatido de las subastas judiciales, la movilización existente de variosde los sujetos de los que después han resultado procesados (véanse, entre otros, folios 734, 757 a 767, 779,781, 785, 786, 787, 789, 829 y 832).

DECIMOQUINTO.- Aunque puedan apreciarse nulidades parciales respecto a aquellas conversacionesgrabadas en los intersticios temporales que median entre los tramos abarcados por las resolucionesautorizantes, ello no reporta la nulidad de estos últimos. Cual resalta la sentencia, se trata de nulidades"estancas", no contaminantes respecto a aquellas otras que están protegidas por la resolución judicial,intervenciones lícitamente obtenidas que llegaron a la causa amparadas por la autorización. Hay que recordarque las intervenciones telefónicas efectuadas no constituyen la base fundamental y única de la prueba queha motivado la sentencia condenatoria del Tribunal de Instancia. Para la adopción por el Juez de la medidade entrada y registro en los locales ocupados por parte de los acusados, no contó en exclusiva con lasrevelaciones que pudieron derivar del contenido de las conversaciones telefónicas. Del curso de las diligenciasya existían datos de especial significación y constancia de personas de posible implicación en los hechos, que,por sí mismos, justificaban la iniciativa judicial de la medida de registro. La averiguación judicial se abre endistintos frentes y no puede hablarse de contaminación. Las certificaciones de los Juzgados civiles acarreadasa la causa, las captaciones telefónicas, pese a su fraccionamiento y discontinuidad, los registros de localescerrados, las manifestaciones de acusados y testigos, etc., constituyen la prueba que apreciada en su conjunto- artículo 741 de la L.E.Cr .- llevan al Juzgador a las conclusiones que sirven de premisa a su resolución.

II. DILIGENCIAS DE ENTRADA Y REGISTRO

DECIMOSEXTO.- La inviolabilidad del domicilio es un derecho básico constitucional consagrado en el artículo18.2 de la Constitución Española , no pudiéndose efectuar ninguna entrada o registro en el mismo sin elconsentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito. La Declaración Universalde Derechos Humanos de 10 de diciembre de 1.948 proclama en el artículo 12 que "nadie será objeto deinjerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio. Toda persona tiene derecho a la protecciónde la Ley contra tales injerencias o ataques". Con parecida fórmula se pronuncia el artículo 17.1 del PactoInternacional de Derechos Civiles y Políticos, hecho en Nueva York el 16 de diciembre de 1.966 . La Convenciónde Salvaguarda de los Derechos del hombre y de las Libertades fundamentales (Roma, 1.950) dispone en suartículo 81 que "toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, de su domicilio y de sucorrespondencia", y en el apartado 2, que "no puede haber injerencia de la autoridad pública en el ejerciciode este derecho sino en tanto en cuanto esta interferencia esté prevista por la Ley y constituya una medidaque, en una sociedad democrática, sea necesaria para la seguridad nacional, la seguridad pública, el bienestareconómico del país, la defensa del orden y la prevención de las infracciones penales, la protección de la saludo de la moral, o la protección de los derechos y las libertades de los demás".

El artículo 545 de la L.E.Cr ., encabezando el título correspondiente, sintoniza con el principio constitucional,dejando a la oportuna regulación legal la previsión de los casos y formas en que podrá efectuarse la entradadomiciliaria. El Juez instructor podrá ordenar la entrada y registro en cualquier edificio o lugar cerrado o partede él que constituya domicilio de cualquier español o extranjero residente en España, precediendo siempre elconsentimiento del interesado o, a falta de consentimiento, en virtud de auto motivado (artículo 550).

Es de resaltar que el concepto de "domicilio" a los efectos que nos ocupan no puede ceñirse estrictamente alde lugar que sirve de morada habitual del individuo. El concepto subyacente en el artículo 18.2 de la C.E . hade entenderse de modo amplio y flexible ya que trata de defender los ámbitos en los que se desarrolla la vida

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privada de las personas, debiendo interpretarse a la luz de los principios que tienden a extender al máximola protección a la dignidad y a la intimidad de la persona, al desarrollo de su privacidad a través de la cualproyecta su "yo anímico" en múltiples direcciones (Cfr. sentencias del T.S. de 19 de enero y 4 de abril de 1.995y 30 de abril de 1.996 ). Se trata de garantizar el ámbito de privacidad, lo que obliga a mantener un conceptoconstitucional de domicilio, de mayor amplitud que el concepto jurídico privado o jurídico- administrativo, yaque con el domicilio no sólo es objeto de protección el espacio físico en sí mismo considerado, sino lo queen él hay de emanación de la persona y de esfera privada de ella (Cfr. sentencia del T.C. 22/1984, de 17 defebrero ). El derecho fundamental a la intimidad personal ( art. 18.1 de la C.E .) -explica la sentencia de 19 deenero de 1.995 - se concreta en la posibilidad de cada ciudadano.

El derecho fundamental a la intimidad personal ( art. 18.1 C.E .) se concreta en la posibilidad de cada ciudadanode erigir ámbitos privados, es decir, que excluyen la observación de los demás y de las autoridades delEstado. Tal derecho se deriva directamente del derecho al libre desarrollo de la personalidad ( art. 10.1 C.E .).Consecuentemente, la protección del domicilio no es sino un aspecto de la protección de la intimidad que sirveal libre desarrollo de la personalidad. De ellos se deduce que el domicilio, en el sentido de la C.E., no sólo esel lugar donde se pernocta habitualmente o donde se realizan otras actividades cotidianas habituales, sinotambién el ámbito cerrado erigido por una persona con objeto de desarrollar en él alguna actividad. En estesentido se afirma en la STC 22/1984 (FJ 5º ) que el derecho a la inviolabilidad del domicilio "constituye unauténtico derecho fundamental de la persona, establecido, según hemos dicho, para garantizar el ámbito deprivacidad de ésta, dentro del espacio que la propia persona elige y que tiene que caracterizarse precisamentepor quedar exento o inmune a las invasiones o agresiones exteriores, de otras personas o de la autoridadpública. Como se ha dicho acertadamente -continúa la sentencia del T.C.-, el domicilio inviolable es un espacioen el cual el individuo vive sin estar sujeto necesariamente a los usos y convenciones sociales y ejerce sulibertad más íntima. Por ello -concluye-, a través de este derecho no sólo es objeto de protección el espaciofísico en sí mismo considerado, sino lo que en él hay de emanación de la persona y de esfera privada de ella.

La legislación ordinaria no ha concretado de una manera expresa el concepto constitucional de domicilio, comoámbito de intimidad protegible. Sin embargo, el art. 87.2 de la L.O.P.J . demuestra que el ámbito de intimidadque corresponde al derecho fundamental es más amplio que el de habitación o morada. Esta disposiciónreconoce la existencia "domicilios" y de otros "edificios o lugares de acceso dependiente del consentimiento desu titular", es decir, que no constituyen morada en sentido estricto. Es claro, por lo tanto, que el establecimientode un ámbito de intimidad constitucionalmente protegible no está vinculado a la habitación en sí misma, sinoal libre desarrollo de la personalidad y, consecuentemente, no necesita estar físicamente vinculado al ámbitoespacial en el que el ciudadano habita con cierta permanencia.

Todo ello nos lleva a la afirmación de que las diligencias de entrada y registro que tuvieron lugar en las oficinasde la entidad DIRECCION021 ., regentada o dirigida por el acusado Fermín (con los colaboradores que semencionan), sita en la DIRECCION017 , nº NUM024 , NUM011 NUM006 , de Madrid, y en las oficinas deFelipe (en la que colaboraba su mujer Regina y otros acusados), situada en la PLAZA001 , nº NUM005 ,escalera NUM012 , piso NUM001 , nº NUM011 , de Madrid, exigían la observancia de cuantos requisitoscondicionan, justifican y dotan de eficacia probatoria a los registros domiciliarios. De ahí que haya que procederal examen acerca del cumplimiento y observancia de la normativa que rige y regula la práctica de la medida.

DECIMOSEPTIMO.- El proceso penal persigue la obtención de la verdad material. Pero ello, cual sueleresaltarse, no de cualquier manera y a cualquier precio. Un sistema de límites constitucionales y procesalescondiciona la investigación. Con razón se repite que la presunción de inocencia sólo queda desvirtuadamerced a la existencia de unas pruebas de cargo dotadas de las suficientes garantías. Una prueba en cuyarealización se desconozcan y hollen básicos principios constitucionales ha de tenerse por no realizada. Laprueba ilícitamente obtenida, pese a que aparezca incorporada al proceso, no puede ser objeto de valoraciónjudicial. Cual resalta la sentencia del T.C. 114/1984 de 29 de noviembre , "aun careciendo de regla legal expresaque establezca la interdicción procesal de la prueba ilícitamente adquirida, hay que reconocer que derivade la posición preferente de los derechos fundamentales en el ordenamiento y de su afirmada condición de"inviolables" ( artículo 10.1 de la Constitución ) la imposibilidad de admitir en el proceso una prueba violentandoun derecho fundamental o una libertad fundamental". Esta garantía deriva de la nulidad radical de todo acto -público o privado- violador de las situaciones jurídicas reconocidas en la Sección primera del Capítulo segundodel Título I de la Constitución y de la necesidad institucional por no confirmar, reconociéndolas efectivas, lascontravenciones de los mismos derechos fundamentales.

El artículo 11.1 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial , en adecuado eco de sentadosprincipios, constituye una advertencia y admonición a los Jueces tan clara como rotunda: No surtirán efectolas pruebas obtenidas, directa o indirectamente, violentando los derechos o libertades fundamentales".

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DECIMOCTAVO.- El artículo 569 de la L.E.Cr . regulador de la práctica del registro, en término de unos pocosaños ha ofrecido hasta tres redacciones diferentes, lo que ha de ser tenido muy en cuenta a la hora de valorarla licitud y corrección de una diligencia de tal orden atendiendo al principio constitucional de irretroactividadde las disposiciones restrictivas de derechos, así como al dictado tempus regit actum. Su primitivo textoperduró hasta la Ley 10/1992, de 30 de abril , de Medidas Urgentes de Reforma Procesal, que modificó aquélsustancialmente. La Ley 22/1995, de 17 de julio ofrece la regulación actual, retorno en cierto modo a laprimera, aunque con ligeras variaciones. Ello amén de la Ley de Seguridad Ciudadana de 21 de febrero de1.992, cuyo artículo 21.2 permitía a los funcionarios de policía entrar en domicilio sin el consentimiento deltitular ni necesidad de mandamiento judicial, cuya inconstitucionalidad fue declarada por sentencia del T.C.de 18 de noviembre de 1.993 . Dadas las fechas en que se practicaron los registros -enero de 1.987- serála primera de las normativas mencionadas la que debió tenerse en cuenta para su correcta realización, nosólo en cuanto a sus literales prescripciones sino, también y fundamentalmente, atendiendo a los principios ycriterios jurisprudenciales constantes en su aplicación y desarrollo. Una diligencia de entrada y registro, ante laimposibilidad de reproducción en el plenario, ofrece cierta similitud con la prueba anticipada o preconstituida,y, observante de las formalidades legales impuestas, puede constituir aquella prueba de cargo mínima capazde enervar el derecho a la presunción de inocencia.

DECIMONOVENO.- Conforme al artículo 558 de la L.E.Cr . el auto de entrada y registo será siempre fundado,y ello, tras ponderar la necesidad de su adopción, en aras de la justificación de tan acusada incidencia sobrederechos constitucionales de evidente rango. El auto dará el índice del respeto al principio de proporcionalidad,correlato entre la medida, su extensión, gravedad y trascendencia social del hecho y sus particularescircunstancias. La exigencia ineludible de una resolución debidamente fundada o motivada - artículos 24.1y 120.3, de la C.E .-, traducción de la tutela judicial efectiva, se halla entroncada de modo directo con losprincipios imperantes y propios de un Estado de Derecho ( artículo 1.1, de la C.E .), y con el carácter vinculanteque para Jueces y Tribunales tiene la ley, a cuyo imperio se hallan sometidos en el ejercicio de su potestadjurisdiccional ( artículos 117.1 y 53 de la C.E .). De ahí que constituya un mandato trascendente del puroformalismo para erigirse en componente esencial de las decisiones judiciales. La motivación -cual se hadestacado- transforma la resolución, de un acto de voluntad, sin más, en un acto razonado que, sin dudaalguna, ha de ser también razonable, pues la razonabilidad es exigencia ineludible del buen hacer judicial (Cfr.sentencias del T.C. 116/1986, de 8 de octubre, y del T.S. de 4 de febrero de 1.992 y 16 de noviembre de 1.994 ).Los argumentos que preceden a la decisión del Juez fundan y justifican la misma, muestran la exégesis racionaldel ordenamiento y ponen de manifiesto que aquélla no es fruto de la arbitrariedad. La motivación -se exponeen la sentencia 13/1987, de 5 de febrero , del T.C.- expresa un derecho del justiciable y el interés legítimo dela comunidad jurídica en general de conocer las razones de la decisión que se adopta y, por tanto, el enlacede esa decisión con la Ley y el sistema general de fuentes, en cuanto aplicación de ellas que es. Requisitofundamental el de la motivación cuya ausencia supone una lesión al derecho fundamental a la tutela judicialefectiva reconocida en el artículo 24.1 de la Constitución , determinante de indefensión al impedir conocer lasrazones en que se basó la resolución judicial (Cfr. sentencias del T.C. 13/1987, 14/1991, 122/1991, 27/1992y 159/1992 ).

Los autos acordando la medida de registro suelen ser sucintos y lacónicos en su motivación, sin que porello pueda tacharse ésta de insuficiente. Un porcentaje alto de autorizaciones de entrada y registro sóloparten de la constación de unos indicios más o menos reveladores, urgiendo la medida en aras de la prontaverificación de las sospechas existentes y de la eficaz ocupación de los efectos delictuales que se suponen enmanos de determinadas personas. Generalmente la medida del registro domiciliario encabeza las diligenciasjudiciales y es punto de partida de la investigación y del procedimiento en que se canaliza. No resulta lógico,en consecuencia, extremar las exigencias motivadoras. Con base e inspiración en estas ideas una corrientegeneralizada de la jurisprudencia de esta Sala viene admitiendo la integración del auto habilitante con loselementos fácticos resultantes de la actuación judicial, estimando válida la motivación por remisión al informepolicial que el Juzgado hace suyo, referencia que viene a estimarse equivalente a la incorporación del contenidodel oficio a la motivación de la decisión judicial (Cfr. sentencias de 28 de enero de 1.994, 7 de febrero y 20 denoviembre de 1.995, 24 de febrero, 11 de marzo y 1 de abril de 1.996 ).

VIGESIMO.- Por algunos acusados y recurrentes se han tachado de infundados los autos de fecha 22 de enerode 1.987 por los que se acordaron los registros, alegando vulneración del artículo 24.2 de la C.E . Los citadosAutos -expone la sentencia- contienen con absoluta claridad el lugar, calle, número, piso, y titularidad de aquéldonde debe practicarse el registro. Incluyen además otros datos que individualizan aún más la medida, comoel nombre del titular de las oficinas. Y de él se desprende la absoluta necesidad de llevarlo a cabo. Se habíaniniciado unas diligencias de investigación encaminadas a averiguar la certeza o la inexactitud de aquelloshechos que los Juzgados de Primera Instancia ponían en conocimiento de los Juzgados de Instrucciónrelativos a las irregularidades que en ocasiones se apreciaban en los trámites de subastas judiciales, por si

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fueran constitutivas de delito. Para una buena marcha de la investigación, y atendiendo especialmente a quetales irregularidades podían constar por escrito o al menos reflejarse en documentos o papeles que aún sinasimilarse a la contabilidad de la Ley de Contabilidad reflejasen tales actuaciones, es por lo que se dictó Autode entrada y registro en las oficinas, siendo esa resolución proporcionada y acorde con lo que se trataba deinvestigar.

En consecuencia, existe un Auto motivado, singularizado y proporcionado, que acuerda la entrada y registroen unas oficinas, que garantiza el derecho mencionado del artículo 18 nº 1 de la C.E . y por supuesto no atentacontra la tutela judicial efectiva. Efectivamente, los Autos de 22 de enero de 1.987 por los que se decretó laentrada y registro en las oficinas y locales cerrados a que se viene aludiendo, contienen en su presupuestofáctico una exposición detallada de las razones que llevan a la adopción de las medidas, y no de un modogenérico o abstracto sino de forma detallada, y todo ello como consecuencia de las investigaciones que sevenían realizando.

En relación con el registro realizado en las oficinas de la entidad Granada, el Tribunal Constitucional, en Autode fecha 16 de marzo de 1.988 , y ante el planteamiento por Fermín de la nulidad de la diligencia de entraday registro -vulneración de los artículos 18.1 y 2 y 24.1 y 2 de la C.E .-, estimó que la petición carecía decontenido constitucional y que no toda infracción de una norma procesal constituía lesión de algún derechofundamental. "La falta de presencia del Secretario en las diligencias de entrada y registro -se afirma-, prácticahabitual y corriente, pudiera entenderse en contradicción con la exigencia explícita del art. 569 de la L.E.Cr . Laresolución que se impugna considera que la delegación judicial en un Agente de la Policía, prevista en el art.563 de la propia Ley, exime de dicha presencia, pero también estimando que se trata de un acto procesal delsumario y no de una mera diligencia policial, es posible sostener que no puede prescindirse de dicha asistencia,sancionándose su incumplimiento con la nulidad de la diligencia. Sin embargo, parece fuera de toda duda quecualquiera que sea su trascendencia para la eficacia procesal del acto ( arts. 238 y ss., 279 y ss. de la L.O.P.J .)en ningún caso quedará afectado el derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio porque no formaparte de su contenido la presencia del Secretario Judicial, ni es ésta una de las garantías constitucionalizadaspor el art. 24 de la Norma Fundamental , sin perjuicio de su relevancia a efectos probatorios.

En el citado Auto, que se hace extensible a la diligencia de registro de las oficinas de Felipe por encontrarseen las mismas circunstancias, se especifica además que el Auto de entrada y registro dictado por el Instructorestaba suficientemente motivado.

VIGESIMOPRIMERO.- Por el Tribunal de Instancia se constata que el registro llevado a cabo en las oficinas dela entidad DIRECCION022 se efectuó por funcionarios de policía provistos del correspondiente Auto judicialmotivado, dictado en fecha 22 de enero de 1.987 (folio 657), con la presencia del acusado Fermín , y de loscolaboradores de éste que se hallaban en las oficinas y de dos testigos ajenos a los hechos, sin la presencia delSecretario del Juzgado autorizante o de un Oficial habilitado. El que se realizó en la C/ PLAZA001 nº NUM005, Escalera NUM012 , piso NUM001 - NUM011 donde se hallaba el despacho profesional del acusado Felipe, se llevó a cabo en virtud de resolución motivada de fecha 22 de enero de 1.987 (folio 654), en presencia desu titular (folios 655 y ss.), y de dos testigos, sin que se encontrase presente el Secretario del Juzgado o elOficial habilitado.

En relación con la falta de presencia del Secretario Judicial en las diligencias de registro, se aduce en losrecursos la nulidad de los mismos al estar ausente el fedatario judicial durante la práctica de aquéllos,contrariando lo dispuesto en el artículo 569 de la L.E.Cr . en la redacción ofrecida al tiempo de suceder loshechos, "el registro se practicará siempre a presencia del Secretario". Ha de recordarse la doctrina sentada envarias resoluciones de esta Sala en el sentido de que la falta de intervención del Secretario tara la diligencia,ofreciéndose como prueba irregular carente de operatividad, motivando la pérdida de valor documental públicode la misma, con total falta de virtualidad a efectos probatorios de cuanto se relate en ella (Cfr. sentencias de 29de enero y 16 de diciembre de 1.991 ). El registro efectuado sin la presencia del Secretairo Judicial no incorporala fé pública, quedando privada el acta del valor de prueba preconstituida, se devalúa el acto privándole devalor probatorio. La preceptiva interposición del Secretario no sólo tenía un aspecto ritual, sino que, yendo máslejos, imprimía autenticidad a la diligencia, invistiéndola de una cierta judicialidad que la situaba en un primerplano estimativo en el orden procesal.

Mas ello no es óbice, no afectando la falta de Secretario a la inviolabilidad del domicilio, cualquiera quesea su trascendencia en el orden procesal, para que, merced a otros medios de prueba complementarios,se evidencie la existencia real de los efectos que se dicen intervenidos y su hallazgo en las dependenciasdomiciliarias visitadas (Cfr. Autos del T.C. de 11 y 16 de marzo de 1.991 ). Tal el reconocimiento por la personainteresada de la existencia en el domicilio de los efectos o cuerpo del delito a que la diligencia de registropueda referirse. La adveración de ello por los testigos intervinientes en la irregular actuación, compareciendoen el juicio oral, constituirá el modo más usual de "subsanación" del acto, y corroboración de sus resultados,

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salvándolos del inicial dictado de nulidad. La doctrina de esta Sala se consolida a partir de la sentencia de31 de marzo de 1.992 en el sentido de que si bien se declara nula de pleno derecho la diligencia de entraday registro en domicilio ajeno sin la presencia del Secretario Judicial y estima que tal efecto alcanza a lasdeclaraciones prestadas por los policías intervinientes, aun cuando se hayan prestado en el juicio, salva dedicha nulidad a las demás pruebas constituidas por las declaraciones de los inculpados, y cuantas otras, comolas declaraciones de los testigos que presenciaron la diligencia. La sentencia de 24 de julio de 1.995 , antela ausencia del Secretario Judicial en la diligencia de registro, considera ésta como un acto nulo de plenoderecho por ilegalmente obtenido, no obstando ello a que los datos probatorios obtenidos en la diligenciapuedan reaparecer o acreditarse extramuros de la mentada diligencia viciada de nulidad, y así, que el propioimputado (o imputados) y los testigos puedan declarar sobre lo que vieron u oyeron en aquella diligencia comoen cualquier otra, excepto los funcionarios policiales intervinientes en la misma. Es la fuerza de los testigosneutrales convalidantes frente a la inadecuación de los testigos contaminados. En dicha línea las sentenciasde 28 de septiembre, 17 de noviembre, 22 y 30 de diciembre de 1.993, 5 de febrero, 28 de marzo y 23 dediciembre de 1.994, 19 de enero, 4 de marzo y 29 de abril de 1.995, 12 de julio y 11 de septiembre de 1.996 .Puede, pues, concluirse que cuando las anomalías o irregularidades acusables en las medidas de entraday registro sólo afectan a la legalidad ordinaria -no a derechos fundamentales o libertades públicas-, en queel hecho acreditado por la diligencia nula puede ser probado por otros medios distintos, no cabe considerarhaberse producido una vulneración de los artículos 18.2 y 24.1 y 2 de la C.E .

VIGESIMOSEGUNDO.- La sentencia recurrida se ofrece fiel a la doctrina expuesta. Para la misma en el casode autos ha existido prueba distinta al registro que no está contaminada, que es totalmente lícita, y que seencuentra amparada por los principios que imperan en el acto del juicio oral. Y esa prueba es la declaraciónde los testigos que presenciaron los dos registros en el acto del plenario (acta de juicio de fecha 23-2-95).

En dicho acto, los testigos Enrique y Luis Pablo , que estuvieron presentes en el registro de la entidadDIRECCION022 , manifestaron con claridad, credibilidad, y espontaneidad, que fueron requeridos por la policíapara presenciar la diligencia y allí supieron quien era el titular de la oficina. En concreto, el primero de ellosindicó que lo vió allí, y el segundo manifestó que no recordaba que se hubiese personado el propietario a mitaddel registro. El acta que obra al folio 658 y ss. del Tomo 3, reseña la presencia de Fermín al llevarse a cabo ladiligencia. Y prueba de que estaba presente este acusado en esa diligencia la constituye su propia declaraciónen el acto del juicio oral, como consta al folio 22 del acta del juicio oral, de fecha 6-2-95.

Continuaron manifestando estos testigos que presenciaron la ocupación de papeles, documentos, y carpetasque se hallaban en armarios, estanterías y archivadores. Y vieron perfectamente como los recogían puesto queera una oficina que no tendría más de 70 metros cuadrados. Añadieron que toda la documentación incautadala iban recogiendo para introducirla a continuación en cajas y reseñado en un acta que más tarde firmarontodos los presentes

La diligencia de entrada y registro practicada en las oficinas de Felipe , situadas en la PLAZA001 nº NUM005, se llevó a cabo en virtud de Auto judicial motivado, con la presencia del interesado, esto es de Felipe , y conla asistencia de dos testigos, aunque estando ausente el Secretario del Juzgado.

Uno de los testigos del registro en el acto del juicio oral, de manera sorprendente, manifestó que no recordabanada en absoluto. Este testigo si reconoció su firma en el acta que obra al folio 655 y ss. del Tomo 3, peronegó cualquier intervención en el registro. El Tribunal desconoce las razones por las cuales el testigo noha querido ni tan siquiera recordar un acto tan extraordinario como es el ser requerido por la policía paraser testigo de un registro, por lo que su testimonio no aportó ninguna prueba. Sin embargo, el otro testigo,Salvador , lo recordaba todo. Explicó que la oficina era pequeña, de unos 30 ó 40 metros cuadrados. Dijo queel registro empezó con la lectura del mandamiento judicial, y que vio como los policías iban cogiendo papelesque revisaban, leían, y acumulaban, haciendo paquetes. Recordaba en especial que se habían encontrado unossellos de caucho en un cajón, una pistola, y un puño de hierro. Concluyó manifestando que la documentaciónera tremenda y que vio como redactaban el acta en el que se reseñaba lo que habían recogido, que más tardefirmaron él y el otro testigo que allí se encontraba.

En el caso de autos los acusados admitieron que en las entradas y registros practicadas en las oficinas serecogieron papeles y documentos que en ellas guardaban, aunque no reconocieron como tales aquellos que elMinisterio Fiscal les mostraba o exhibía en el acto del juicio oral. No obstante, la sentencia estima pertenecientea los acusados los documentos exhibidos como resulta de la prueba pericial caligráfica practicada quedespués se analizará.

III. DILACIONES INDEBIDAS.

VIGESIMOTERCERO.- La sentencia de la Audiencia, haciéndose eco de las manifestaciones de las defensas,reconoce que en el presente proceso penal se ha producido una importante dilación dado que estamos ante

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una causa que se inició en 1.987 y no se ha llegado a la celebración del juicio oral hasta 1.995. Pese a ello,se razona que el retraso en la tramitación de la causa ha obedecido a causas tales como el número de partespersonadas, la infinidad de recursos a que se han visto sometidas todas y cada una de las resoluciones quedictaba el Juez de Instrucción, y al volumen de las actuaciones. Llega a la conclusión de que la dilación queen este caso se ha producido no es ni indebida ni innecesaria.

El derecho a un proceso sin dilaciones indebidas ( artículo 24.2 de la Constitución ) presenta un carácterautónomo respecto al derecho a la tutela judicial efectiva, señalándosele como un derecho subjetivo decarácter reaccional, correlativo al deber de Juzgados y Tribunales de resolver los asuntos que se les sometan,no dilatando sin justificación la respuesta demandada por los justiciables. No puede perderse de vista que laJusticia es un valor superior que informa todo nuestro ordenamiento ( artículo 1.1 de la Constitución ).

Por "proceso sin dilaciones indebidas" ha de entenderse aquél que se desenvuelve en condiciones denormalidad dentro del tiempo requerido y en el que los intereses litigiosos pueden recibir pronta satisfacción.El mero incumplimiento de los plazos procesales no es constitutivo por sí mismo de violación de este derechofundamental, pues el artículo 24.2 de la Constitución no ha constitucionalizado el derecho al respeto de esosplazos (Cfr. sentencias el T.C. 5/1985, de 23 de enero y 43/1985, de 22 de marzo ). De ahí que las dilacionesindebidas han sido entendidas como un supuesto extremo de funcionamiento anormal de la Administración deJusticia, con una irregularidad irrazonable en la duración mayor de lo previsible o tolerable, y además imputablea la negligencia o inactividad de los órganos encargados de la Administración de Justicia. El conceptode proceso sin dilaciones indebidas -ha concretado, en perfecta síntesis, la mejor doctrina del TribunalConstitucional- es manifiestamente un concepto indeterminado o abierto que ha de ser dotado de contenidoconcreto en cada caso atendiendo a criterios objetivos congruentes con su enunciado genérico. Requiereuna concreción y apreciación de las circunstancias del caso para poder deducir de ellas la irrazonabilidad yel carácter excesivo del retraso, que sea causado por órganos encargados de la Administración de Justicia( sentencias del T.C. 36/1984, de 14 de marzo, 37/1991, de 14 de febrero, 5/1985, de 23 de enero, 28/1989, de6 de febrero, 85/1990, de 5 de mayo ). Como criterios que permiten dar un contenido concreto al concepto dedilaciones indebidas a tenor de "las circunstancias específicas de cada caso", se suele hacer referencia a lacomplejidad del litigio, los márgenes ordinarios de duración de los litigios del mismo tipo, el interés que arriesgaen el proceso el demandante de amparo, su conducta procesal, actuación del órgano judicial que sustancia elproceso, consecuencias que de la demora suelan seguirse (Cfr. sentencias del T.C. 24/1981, 5/1985, 133/1988,232/1988, 28/1989, 50/1989, 85/1990, 37/1991, 73/1992, 381/1993 , etc.).

Como se recuerda en la compendiosa sentencia de esta Sala de 27 de enero de 1.997 , los criterios aplicables,a este respecto para determinar si ha existido dilación indebida son: a) El carácter razonable de la duracióndel procedimiento. b) La complejidad del caso, tanto en las cuestiones de hecho como en los derechos. c)El comportamiento de la parte y d) El propio comportamiento de las autoridades. En dicho sentido se hapronunciado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en diversas sentencias, de 23 de septiembre de 1.982(caso Sporrong y Lonnroth), 13 de julio de 1.983 (caso Zimmermann y Steiner), 10 de julio de 1.984 (casoGuincho), 21 de febrero de 1.986 (caso James y otros), 2 de junio de 1.986 (caso Bonisch), 25 de junio de 1.987(caso Capuano), 8 de julio de 1.987 (caso Baraona) y 21 de febrero de 1.990 (caso Powell y Payner ).

Conforme a la jurisprudencia de esta Sala y siguiendo las pautas adoptadas en Sala General, las víasde posible utilización en supuestos de constatada vulneración del derecho fundamental a un proceso sindilaciones indebidas, en aras de obtención de una reparación suficiente, pueden centrarse en las siguientes:1ª) Individualización de la pena dentro del correspondiente marco punitivo legal; 2º) Interesar del Gobiernoun indulto, ordinariamente parcial, en exposición razonada, atendiendo a la situación real contemplada; 3º)Petición del interesado a la Administración de una adecuada indemnización a consecuencia de resultar víctima,por causas absolutamente ajenas a su voluntad, de la dilación indebida (Cfr. sentencias de 9 de marzo y 10 demayo de 1.994, 22 de septiembre de 1.995 y 30 de abril de 1.997 ).

La valoración que del alongado espacio de tiempo que ha consumido la causa que nos ocupa, realiza el Tribunalsentenciador, ha de considerarse razonable y correcta. El volumen y complejidad de aquélla es excepcional ypatente resulta que los órganos judiciales en ella intervinientes han puesto a contribución un esfuerzo dignode encomio.

No procede, pues, acusar en esta fase vulneración del artículo 24.2 de la Constitución , ni adoptar, enconsecuencia, ninguna medida reparatoria al respecto.

IV. PROPOSICION DE PRUEBA.

VIGESIMOCUARTO.- Por parte de varias defensas ha habido ciertas propuestas de prueba que fueron rechadaspor Auto de 4 de julio de 1.991 . Es evidente, y ello se pone de relieve por la sentencia recurrida, que, en términosgenerales, existe el derecho a la proposición de pruebas y a que se practiquen las mismas en condiciones

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de normalidad y con sujeción a la Ley. Ahora bien, tal derecho no es absoluto sino que viene modulado porla pertinencia y la necesidad de aquéllas, cual se desprende de los artículos 24.2 de la C.E ., 14.3,b) delPacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 6.3,d) del CEDH . Juicio de pertinencia cuya realizacióncorresponde, en principio, al Tribunal de instancia conforme al artículo 659 de la L.E.Cr . en juicio de legalidad.

El derecho a utilizar los medios de prueba para la propia defensa no debe llevar, desde la vertiente judicialdecisoria, a una admisión indiscriminada de cuantas pruebas se propongan por las partes. En ningún momentoqueda mermada la competencia de los órganos jurisdiccionales para apreciar la pertinencia de las pruebas enrelación con el thema decidendi, discerniendo sobre la conveniencia de practicar las que puedan contribuir alesclarecimiento de los hechos contradictoriamente enfrentados y marginando aquellas otras ajenas de modopatente -y, por ello, inútiles a los fines perseguidos- al propósito de clarificación y refrendo de las tesis fácticassustentadas. Confluyen aquí dos principios con adecuado eco constitucional, el derecho a la utilización de losmedios de prueba y el relativo a la proscripción de las dilaciones indebidas - artículo 24.2 de la C.E .-. NuestraConstitución no ha recogido el derecho a la utilización de medios probatorios de manera absoluta, si bienadiciona aquella expresión con la mención "pertinentes para su defensa". De ahí que sólo cuando la pruebadenegada o impracticada sea decisiva en términos de defensa podrá entenderse el supuesto cubierto por lagarantía constitucional. No debiendo admitirse aquellas otras pruebas en nada influenciantes en la decisióndel signo de la resolución en ciernes (Cfr. sentencias de 7 de diciembre de 1.983, 20 de febrero de 1.986, 15de marzo de 1.990, 30 de octubre de 1.991, 12 y 25 de febrero de 1.993, 24 de enero de 1.994, 10 de marzoy 5 de mayo de 1.995 y 21 de octubre de 1.996 ).

Sobre la idea de "pertinencia" se sobrepone, en último término, la de "necesidad", entendida la primera ensentido material, como relación que guardan las pruebas con el tema objeto del proceso, juicio de oportunidado adecuación, en tanto que la "necesidad" se liga a lo indispensable o forzoso, de tal forma que deviene obligadala realización de determinada prueba a fin de evitar que pueda causarse indefensión. La Ley de EnjuiciamientoCriminal contiene frecuentes alusiones a la condición de pertinentes en función de la solicitud de práctica delas pruebas propuestas, reservándose la exigencia de necesidad en relación con la adopción de acuerdos quepudieran incidir gravemente en el desarrollo del proceso. Los artículos 659, 708, 709, 791, 792, 746,3º, sonbuen exponente de ello.

Para el Tribunal Constitucional la constitucionalización del derecho fundamental a utilizar los medios deprueba pertinentes es inseparable del derecho mismo a la defensa, si bien para juzgar sobre el indebido rechazode un medio de prueba habrá que ponderar la trascendencia que dicha inadmisión pudo tener en la sentenciacondenatoria, ya que, comprobado que el fallo, acaso, pudo haber sido otro si la prueba se hubiese admitido,podrá apreciarse también el menoscabo efectivo del derecho de defensa (Cfr. sentencias del T.C., entre otras,116/1983, 51/1985, 30/1986, 149/1987, 158/1989 y 33/1992 ). En definitiva, y como ha expresado esta Salaen sentencia de 20 de enero de 1.992 , no se produce la vulneración del derecho fundamental cuando la pruebaes rechazada, aun siendo pertinente, porque su contenido carece de capacidad para alterar el resultado de laresolución final, cuando por las demás pruebas existentes sobre los mismos hechos, el punto concreto de quese trata se halla sobradamente acreditado, es decir, porque la omisión del medio propuesto en ningún casopodría tener influencia en el contenido del fallo.

VIGESIMOQUINTO.- Se solicitó por la representación de algunos acusados la comparecencia como testigosde Jueces y Secretarios que habían estado destinados en los Juzgados de Primera Instancia relacionados conlos hechos que se enjuician. De las actuaciones de tales autoridades y funcionarios, en plano de oficialidad,queda la debida constancia en los autos judiciales, careciendo de sentido que se vean obligados a comparecerante Juzgados y Tribunales para abundar y explicar acerca de la autenticidad o alcance de resoluciones oactos que aquellos protagonizasen. Según la sentencia del T.S. de 25 de junio de 1.990 , ni el Juez, ni elSecretario, ni el Fiscal adscritos al Juzgado son testigos. Lo que las autoridades Judiciales y Fiscales dicenqueda documentado y autenticado en forma legal y sólo lo que en dicha documentación consta es válido, sinque puedan ni deban pedirse explicaciones de otra naturaleza que no podrían darse de ninguna manera porquesería contrario a los más elementales principios que gobiernan la propia Organización judicial en relación conel proceso. En la resolución de un Juez o Tribunal debe estar todo lo que debe decirse del asunto cuestionado;cualquier aclaración sería improcedente porque los justiciables y la sociedad misma tiene derecho a operarsobre la sentencia, auto o providencia, y no sobre las consideraciones que al margen de su literalidad puedanhacer quienes dieron vida a la decisión judicial, a salvo aquellos supuestos muy excepcionales en que, porrazón de las circunstancias concurrentes, resulte imprescindible su presencia, de tal manera que es el dato dela necesariedad en el que hay que poner el acento.

La intervención de los acusados en los distintos autos civiles a que se hace alusión a través de la sentenciaes algo sobradamente evidenciado a través de múltiples testimonios, no constituyendo realmente tema decontroversia. No precisa corroboración por parte de las autoridades judiciales intervinientes o Secretarios

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actuantes. El propósito de algunas partes de obtener testimonios de dichos Jueces o fedatarios acercadel comportamiento personal de los funcionarios afectados dentro de las oficinas judiciales es innecesario.Los hechos denunciados se refieren a supuestas conductas de índole penal sin notoriedad ni reflejo directoen la actuación oficial de los funcionarios, sobre los que nada pueden aportar los Jueces o Secretarios acuyas órdenes trabajan. Cual constata la sentencia, idénticas razones de denegación imperaron en todoslos momentos al no haber surgido datos nuevos que determinasen la admisibilidad de dichos testigos. Lajurisprudencia del Tribunal Constitucional (sentencias 116/1983, de 7 de diciembre, 51/1985, de 10 de abril, y89/1986, de 1 de julio , entre otras) advierte que no se produce vulneración del derecho fundamental cuando laprueba es rechazada, aun siendo pertinente, porque su contenido carece de capacidad para alterar el resultadode la resolución final cuando por las demás pruebas existentes sobre los mismos hechos el punto concretoque se trata se halla sobradamente acreditado, es decir, porque la omisión del medio propuesto en ningún casopodría tener influencia en el contenido del fallo.

V. DELITO DE MAQUINACIONES PARA ALTERAR EL PRECIO DE LAS COSAS

VIGESIMOSEXTO.- El artículo 539 del Código Penal de 1.973 da albergue a dos modalidades de maquinacionesdirigidas a alterar el precio último de las subastas públicas. La primera viene referida a "los que solicitendádiva o promesa para no tomar parte en una subasta pública"; la segunda a "los que intentaren alejar de ellaa los postores por medio de amenazas, dádivas, promesas o cualquier otro artificio, con el fin de alterar elprecio del remate". Los sujetos activos no se precisa que sean postores en el sentido más legal y riguroso,es decir, licitadores a que se refiere el artículo 1.500, párrafo primero, de la L.E.C ., exigente del requisito de laconsignación previa. Respecto al segundo supuesto, mediación de amenazas, dádivas, promesas o artificio,habrá de constatarse la realidad de las personas destinatarias, no bastando abstractas versiones, con baseen meras conjeturas o suposiciones, sin corroboración convincente de actos dirigidos al apartamiento deeventuales postores. Partiendo de dicha realidad no será obstáculo la dificultad de identificación de los sujetosamenazados, requeridos o engañados. En la hipótesis de "artificios" y dado que la infracción se perfeccionacon el mero intento, pueden ofrecerse casos en que la instrumentación defraudatoria y su exteriorización seansuficientes por sí mismas para cumplir las exigencias de la norma. Así la sentencia de 30 de diciembre de1.993 aplica el artículo 539 ante el hecho de no hacer constar la existencia de arrendamiento alguno ni en lavaloración pericial previa a la subasta ni en el anuncio de la misma, lo que se hizo el mismo día de la subasta..

Han de precisarse las conductas determinantes, los medios empleados por los acusados con miras al logrode sus propósitos. Al constatar los hechos que sirven de base a la sentencia deberán consignarse los actosconcretos integrantes de la comisión delictiva que se imputa, sobre los que el inculpado ha de montar sudefensa.

Como delito de tendencia o actividad, también denominado de riesgo, no precisa un resultado lesivo. Ha deentenderse consumado merced a la producción de la acción típica motora (solicitud, amenaza, ofrecimientode precio o recompensa, montaje de artifico, etc.). La constatación de un daño será un post revelador delagotamiento. Que basta para la perfección consumativa del delito la simple solicitud compensatoria o el actoen que se intente el apartamiento del presunto postor es explicado por la sentencia de 1 de junio de 1.992 .

En el texto del artículo 539 del C.P . anterior se especificaba que estas maniobras para alejamiento de postoreshabrían de planearse "con el fin de alterar el precio de remate", elemento subjetivo del injusto que, de faltar,impediría la calificación del hecho como delito de maquinaciones. Hoy ha desaparacido esta exigencia; elpropósito de alterar el precio de remate pasa a constituir la finalidad típica de una sola de las modalidadesdelictuales del artículo 262, de nueva regulación, "los que se concertaren entre sí con el fin de alterar el preciodel remate".

VIGESIMOSEPTIMO.- En íntima relación con la definición de los tipos incardinables en el artículo 539 del C.P .se halla el tema de las "subastillas" ya que, en definitiva, con mayor o menor explicitez, viene a considerarsecomo una especie de "artificio" merced al cual se ponía en marcha una dinámica tendente a la consecución dedeterminados efectos, entre ellos la alteración del precio del remate en las subastas judiciales. La sentenciadedica buena parte de su contenido a la explicación de la finalidad de las antedichas "subastillas", verdaderassubastas restringidas -se dice- que se celebraban entre los acusados y en las se fijaba de manera definitivaquién era el adjudicatario del bien a subastar, quedando reducida la subasta judicial a un mero trámite formaldestinado tan sólo a obtener la legalidad que otorgan los actos procesales. En esencia, y según la sentenciaimpugnada, la "subastilla" o "segundas", consistía en una puja entre subasteros tendente a determinar el preciomáximo del objeto subastado. Se fijaba, además, qué profesionales deberían asistir a la subasta para darleapariencia de validez, y, además, alejar a terceros ajenos a esa actividad especulativa. Y con todo ello lograbanfijar un precio artificial no correspondiente con el que de manera natural hubiese alcanzado el bien de habersecelebrado la subasta con libre concurrencia de postores. La subastilla -se insiste abundando en estas ideas- esel acto injusto en virtud del cual sus partícipes, mediante la entrega de cantidades de dinero, alteran el precio

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del remate, determinando quién va a ser el adjudicatario del bien, y a quién se iba a ceder pues trataban de queno coincidiera con ninguno de ellos. La subasta judicial es el acto procesal de ejecución civil en la que culminala realización de los bienes del deudor. Y en ella los subasteros procuraban no hacer coincidir a los mismosintervinientes que en la subastilla, dado que lo normal era enviar a algún colaborador.

Los distintos subasteros agrupados ocasionalmente en las subastillas se hallaban integrados por unos uotros de los acusados, de modo variable, y los no adjudicatarios ni, a la postre, cesionarios, recibían unacompensación económica, y o no concurrían a la subasta judicial o, de hacerlo, para dar una apariencia delibre concurrencia, no subían el precio entre ellos establecido. Resumiendo, merced a los dispositivos de quese hace mérito, se atribuye a los subasteros: 1º) un control efectivo en las subastas judiciales mediante losmecanismos que entre todos ellos utilizaban, tratando de impedir que terceras personas ajenas a los gruposde subasteros interviniesen en las subastas; 2º) haber generado con su habitualidad un mundo de negociosespeculativos que han convertido las subastas en su fuente de ingresos; 3º) alterar los precios del rematepara la estabilidad del mercado y el atentado que constituye para el patrimonio del particular; 4º) ofrecer, enocasiones, la cesión de remate a alguno de los otros postores de la subasta; 5º) poner en marcha el instrumentode la "subastilla" antes, durante o después de la subasta judicial.

El hecho de participar habitualmente, por sí o a través de terceras personas, en las subastas que se celebran enJuzgados y Magistraturas de Madrid, no tiene encaje en la subfigura penal del artículo 539. La "habitualidad"nunca puede, por sí, ser considerada delictiva ni siquiera indiciaria de delito, son los actos, cada uno examinadoen su individualidad, integrantes de una cadena de actividades sospechosa de irregularidad, los que hande dar la medida de antijuridicidad que lleve a su subsunción en el tipo penal. Semejante habitualidad -nodesconocida, de otra parte por los órganos judiciales sede de las subastas-, aun pudiendo conllevar ciertasconnotaciones, las mismas eran ajenas a toda sombra de criminalidad. Tales conocer la tramitación de lasejecuciones civiles, aprender a valorar las circunstancias que concurren en las mismas, existencia de inquilinos,cargas anteriores, presentación por el deudor de persona que pueda mejorar la postura en algunos casos, etc.,así como a valorar los inmuebles y posibilidad de dar entrada a los mismos en el mercado inmobiliario. Quetodo ello implique un relativo control, no identificable con posibilidad cierta de encaminar y dirigir el resultadode las subastas en la dirección conveniente para los intereses de los agrupados subasteros, no debe llevar,sin más, a la aproximación de las conductas descritas al tipo del artículo 539. En la generalidad de supuestoscontemplados en la sentencia, al describir particularizadamente cada uno de los hechos, no se explicita cómose conseguía alejar de la subasta a los terceros postores, requisito esencial para la concurrencia del delito delartículo 539 del C.P . Se limita a decir en la consideración general de los hechos que se utilizaban distintosprocedimientos o mecanismos, pero no se especifica en qué consistían los mismos. A mayor abundamiento,en ningún momento llega la sentencia a individualizar a estas supuestas terceras personas a las que se impidióconcurrir a las distintas subastas, a pesar de consignar que "casi siempre con éxito" se conseguía alejar a losterceros postores.

Resta señalar que los "subasteros" concurrentes a las varias subastillas quedaban vinculados por pactosmuy varios afectantes en su conjunto a la esfera interna del grupo. De la subastilla surge la asignaciónde los distintos roles y participaciones de los intervinientes en la escenografía y postreros resultados dela entrevista subasta judicial. En esa "inteligencia" o "acuerdo" se hallan todos interesados y las pluralesvoluntades convergen al respecto. Nadie desplaza a nadie, todo se realizará conforme al plan preconcebido,el pacto último es unánimente respetado.

Aun partiendo de semejante trama convencional, desaparece toda posibilidad incardinadora en alguno de losdos supuestos del artículo 539 del derogado Código Penal , en tanto no existe constancia real al describirsecada uno de los hechos del Apartado A) de haberse materializado intento de alejamiento de postores merceda alguna de las actividades enunciadas en el precepto, amenazas, dádivas, promesas o cualquier artificio. Alcontrario, bien se deduce la normal incorporación al acto de subasta de terceros licitadores que, en algunoscasos, sobrepasan con sus pujas las ofrecidas por los acusados, rematándose a su favor la subasta entrámite. Los subasteros designados en las subastillas se incorporan al núcleo de postores concurrentes, noconstando signos o procederes ostensibles que pudieran inhibir o poner en guardia a los restantes llevándolesa la resolución personal de "alejamiento". Algún supuesto de excepcionalidad será objeto de examen en sumomento.

VIGESIMOCTAVO.- Los supuestos motivadores de la causa que nos ocupa -salvo alguna excepción- puedenreconducirse a la hipótesis de convenios o acuerdos entre posibles postores al objeto de conseguir laalteración del precio de remate, tipificación que se ha llevado a efecto en el artículo 262 del Código Penal de1.995 , decisión legislativa presidida por el propósito de cubrir una laguna denunciada en su día por el TribunalSupremo y de que se había hecho eco parte de la doctrina. Ha merecido, pues, pláceme la criminalizaciónde acuerdos o connivencias entre postores, animados por un proyecto dislocador del curso natural de las

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subastas, sin necesidad de violencias, coacciones o turbias proposiciones a los aspirantes a participar en lasmismas. Se aspira a alterar el precio de remate aun contando con la estructura formal y personal de la subasta.La sentencia de 3 de octubre de 1.986 consideró atípica e impune la conducta de quienes se conciertan paradistribuirse las áreas, sectores o lotes de una subasta múltiple o se comprometen a no rebasar o rebasar enla menor medida posible las posturas mínimamente admisibles. De dicha sentencia resulta que, en el régimenregulado por el artículo 539 del C.P. de 1.973 , cualquier tipo de convenio entre licitadores que busque conseguirla alteración del precio del remate y que no conlleve el "intento de alejamiento de postores", no era típico y,por ende, devenía impune.

VIGESIMONOVENO.- Aun sentadas las conclusiones que anteceden y con independencia de las mismas,también procede clarificar la inoperancia de las subastillas celebradas con posterioridad a la adjudicación deun bien subastado, a las que se refiere la sentencia impugnada reconociéndoles análogo significado jurídicoque a las efectuadas con precedencia a toda licitación. Y, asimismo, dejar sentado el alcance y valoraciónde la cesión del remate tenida lugar en algunas subastas atendiendo consignas o acuerdos mediantes entrealgunos acusados.

Una vez celebrada la subasta pública, aprobado el remate y verificada la adjudicación del bien subastado,desaparece toda posibilidad de realización del tipo del artículo 539. Por razón de lógica no puede hablarse de"intentar alejar" de una subasta pública, o de solicitar dádivas o promesas para no tomar parte en ella, cuandola misma se hubiera celebrado. Si el precio, objeto de protección legal, se ha decantado y definido en el actode la subasta, no existe potencialmente oportunidad de que unos licitadores sobrevenidos puedan alterarlo.

A la vez, cualquier compromiso o pacto posterior sobre el bien adjudicado es perfectamente lícito. La "cesióna terceros" aparece regulada en el artículo 1.499 de la L.E.Cr ., sin restricción alguna por razón del destinatariode la cesión. Esta puede ser gratuita u onerosa, a favor de una persona física o jurídica y recayente sobrecualquier bien sometido a subasta. El precio de remate alcanzó su límite y quedó consolidado. No afecta a laapreciación anterior el que la persona o personas cesionarias vengan determinadas a través del procedimientode la "subastilla", en tanto el adjudicatario muestre su voluntad al respecto. Ningún precepto se infringe con ello,nos hallamos ante el ejercicio de una facultad contemplada en el artículo 1.499 de la L.E.Cr . y concordantesde la Ley Hipotecaria. La cesión de remate a otros postores en la misma subasta, con posterioridad a ésta,aunque estuviese concebida de antemano, no supone más que la realización de un beneficio, ya ponderadopor el adquirente de origen.

VI. CALCULO DE LA PENA DE MULTA CORRESPONDIENTE AL DELITO DE MAQUINACIONES. SUPUESTO DECONTINUIDAD DELICTIVA.

TRIGESIMO.- Son varios los recursos en los que se pone de relieve no haberse tenido en cuenta, al fijar lapena de multa en los delitos de maquinaciones del artículo 539 del C.P ., las valoraciones de los inmueblesque constan en los testimonios de los autos civiles unidos a la causa en los que aparecen aquéllas quesirvieron de base para las subastas celebradas, y que difieren de las realizadas en el curso del procedimiento.Ha de reconocerse la razonabilidad y fundabilidad de la impugnación que se efectúa. Carece de sentido que,inspirado el precepto en el propósito de garantizar la normalidad del precio de remate, conjurando cuantosactos o maniobras se encaminen a su artificiosa alteración, y partiendo necesariamente de una imparcial yjusta estimación judicial del bien sacado a subasta efectuada en los respectivos procedimientos en curso, setrate de marginar tan objetivos datos estimativos, de otra parte coetáneos a la licitación y a la acción atribuida alos "subasteros", tratando de fundar el quantum de la multa a imponer en un informe pericial distante -y mucho-en el tiempo de los hechos que se enjuician. El principio de legalidad penal reflejado en el artículo 25.1 de la C.E .exige que la fijación de la pena se realice teniendo en cuenta las circunstancias coexistentes en el momentode cometerse los hechos delictivos, sin que resulte ajustado a derecho atender a nuevas valoraciones hechascon posterioridad que propicien una agravación de la pena, dado que esta nueva entidad cuantitativa habría deescapar necesariamente a la previsión del agente al momento de planear y ejecutar el hecho delictivo. Tambiénhabría de padecer con ello el principio de seguridad jurídica.

Han de prevalecer, pues, las valoraciones obrantes en los respectivos autos civiles de los que dimanan lassubastas realizadas.

TRIGESIMOPRIMERO.- Se ha señalado igualmente que la sentencia, en los supuestos de apreciar la existenciade un delito continuado de maquinaciones - artículo 69 bis en relación con el artículo 539 del C.P .- ha impuestola pena de multa atendiendo a la suma de los valores de los respectivos inmuebles subastados. Con ello -searguye- se vulneran antedichos preceptos ya que el artículo 69 bis determina que la pena correspondiente aldelito continuado será la señalada en cualquiera de sus grados para la infracción más grave. Ha de advertirseque, a tenor de tal artículo 69 bis, "si se tratare de infracciones contra el patrimonio se impondrá la penateniendo en cuenta el perjuicio total causado". El delito de "maquinaciones para alterar el precio de las cosas"

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se inserta en el Capítulo V del Título XIII del Libro II del Código Penal, título que lleva por rúbrica "De los delitoscontra la propiedad". Lógico es que para el cálculo de la multa, ante la continuidad delictiva apreciada, se partadel global valor de los varios inmuebles subastados. El artículo 539, para el cálculo de la multa, remite al "valorde la cosa subastada", lo que supone que, al ser varias las subastas en las que, por apreciación de un delitocontinuado, pueda verse implicado un acusado, haya que atender a la suma de los valores de los respectivosinmuebles. De no ser así, piénsese en la alarmante impunidad en que quedarían sumidas las subsiguientesmaquinaciones, cualquiera que fuere su número, fuera de la seleccionada como más grave.

RECURSO DE Carlos Ramón y Pedro Enrique .

TRIGESIMOSEGUNDO.- En relación con los recursos interpuestos por los acusados Carlos Ramón y PedroEnrique , en el primero de sus motivos y al amparo del artículo 851,1º, de la L.E.Cr ., aducen haberse incurridoen el vicio formal de quebrantamiento de forma subsumible en el inciso primero del número 1º del artículo851 de la L.E.Cr ., por cuanto en la sentencia que se recurre no se expresa clara y terminantemente cuáles sonlos hechos que se consideran probados. No se precisa -se alega- cuáles fueron los medios utilizados por laspersonas que se expresan para la consecución de la entrega de las sumas dinerarias que se consignan (25.000,25.000 y 50.000 pesetas), no desprendiéndose tampoco el por qué de la atribución a dichos acusados de lafunción específica de la tramitación de los autos civiles 1618/83 y 1281/85, del Juzgado de Primera Instancianúmero 2 de Madrid, y 1989/80 del propio Juzgado , silenciándose el cargo que desempeñaban.

El vicio procesal aducido parte del supuesto de que la narración fáctica aceptada e incorporada alencabezamiento de la sentencia se ofrezca oscura o ininteligible en alguna de sus partes, o en términos deambigüedad o imprecisión, o aparezca insuficiente o fragmentaria, afecta de lagunas esenciales, haciéndosetrabajosa o difícil su comprensión, siempre que tales defectuosidades se hallen en conexión con loscondicionamientos determinantes de la calificación penal asignada a los hechos probados. Ha de emanardel "factum", por su confusa, imprecisa o insuficiente redacción, una cierta incomprensión o dificultad decaptación acerca de lo querido y debido exponer como síntesis del acaecer histórico del que el fallo escorrelato necesario; y ello porque la "quaestio facti" debe servir de apoyo y sustentáculo a la calificaciónjurídica o "quaestio iuris". La claridad y buena exposición de los hechos probados es de un doble interés,para el justiciable, que es destinatario de la sentencia, y para el medio social, respecto del que no deja de serinformación y advertimiento. No constituye falta de claridad la omisión de circunstancias de hecho que, alparecer de las partes, debieron integrar también el contenido del "factum" y que el Tribunal no las incorpora,bien por falta de debido acreditamiento, bien por accidentalidad o inoperancia en orden a la calificación jurídicaaceptada.

Nada de ello acontece en el relato histórico donde se expresa claramente que los imputados, funcionariosde la Administración de Justicia, destinados en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Madrid, quetramitaban los respectivos autos que por su número se especifican, en los que se subastaron unas máquinas ylos inmuebles que se señalan, en cuyas subastas estaban interesados otros coacusados, recibieron las sumasde dinero que se indican - Carlos Ramón 25.000 y 25.000 pesetas, y Santo 50.000 ptas.- y ello por el hecho"de tramitar el asunto civil referido" o "de encargarse de ese asunto", o "por la mera tramitación del asunto". Nohay, pues, oscuridad, ambigüedad o imprecisión en el relato que suponga incomprensión de lo que se quisoexponer.

TRIGESIMOTERCERO.- Cierto que en la tramitación de los asuntos judiciales, conforme a la Ley Orgánicadel Poder Judicial y Leyes Procesales, viene asignada a Jueces y Tribunales y a los respectivos SecretariosJudiciales unas específicas atribuciones de impulsión procesal a través de los proveidos y resoluciones quese dicten, firmándolas o rubricándolas la propia autoridad judicial que las acuerda, de las que habrán de darfe los Secretarios de los respectivos Organos judiciales. Pero ello no supone que los funcionarios de gradoinferior tengan asignada una labor meramente material o instrumental, privados de toda iniciativa en orden avelar por el legal desarrollo del proceso, atentos a su dinámica y buen curso, siempre bajo la supervisión de sussuperiores y obedientes a sus dictados. Basta recordar la prescripción de los artículos 485 y 486 de la L.O.P.J .,a cuyo tenor los Oficiales que presten servicios en Juzgados y Tribunales realizan las labores de tramitaciónde los asuntos y otras que se les encomienden de la misma naturaleza, de acuerdo con lo que determinenlas leyes y reglamentos. Los Auxiliares realizarán las funciones de colaboración en el desarrollo general de latramitación procesal. Ello aparece claramente reflejado en los artículos 3.2,a) y 9.1,a) del Reglamento Orgánicode los Cuerpos de Oficiales, Auxiliares y Agentes al Servicio de la Administración de Justicia aprobado por R.D.249/1996, de 16 de febrero .

A la vista de lo expuesto el motivo ha de decaer y ser desestimado.

TRIGESIMOCUARTO.- Se articula el motivo segundo al amparo del artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., por supuestoerror en la apreciación de la prueba. Existe evidente error en la apreciación de la prueba -se dice en uno y otro

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motivo de los respectivos recursos-, al darse como probado, por un lado, que los recurrentes como funcionarioscon destino en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Madrid, tramitaban los Autos 1618/83 y 1281/85-estos Carlos Ramón - y 1989/80 - Pedro Enrique -, y, por otro, que las personas que se mencionan lesentregaron las sumas dinerarias especificadas; toda vez que, no obstante serle arrogada por el Juzgado deinstancia tal específica función, exclusivamente reservada a los señores Jueces y Tribunales, lo ha sido conevidente error jurídico. Con invocación de los citados autos originales, se transcriben a continuación muy variosproveidos y diligencias de aquéllos.

La sinrazón del motivo resulta, sin más, de lo expuesto al estudiar el precedente. El presente ha de ser, pues,desestimado.

TRIGESIMOQUINTO.- El tercer motivo, subsidiario del anterior, se interpone y formaliza "ad cautelam" parael supuesto de ser desestimado aquél. Se articula invocando el artículo 5.4 de la L.O.P.J ., por la falta dedebida aplicación del artículo 24.2 de la C.E ., referida a la presunción de inocencia. El Tribunal Constitucional,ya en los albores de su jurisprudenica y a propósito del invocado principio de libre valoración de la pruebarecogido en el artículo 741 de la L.E.Cr ., aun reconociendo que los distintos elementos de prueba puedenser ponderados libremente por el Tribunal de instancia, deja constancia de que para que dicha ponderaciónpueda llevar a desvirtuar la presunción de inocencia es preciso una mínima actividad probatoria producidacon las garantías procesales que de alguna forma pueda entenderse de cargo y de la que se pueda deducir,por tanto, la culpabilidad del procesado. El convencimiento del juzgador sobre dicha culpabilidad sólo puedeobtenerse a partir de la prueba obrante en la causa, revestida de todas las garantías constitucionales. Todo unespectro jurisprudencial que arranca de la famosa sentencia del T.C. 31/1981, de 28 de julio , prosigue en otrasespecialmente destacadas como las 174/1985, de 17 de diciembre, 229/1988, de 1 de diciembre, y llega hastanuestros días, sentencias 86/1995, de 6 de junio y 157/1995, de 6 de noviembre , al igual que las sentenciasemanadas del Tribunal Supremo, es insistente en que sólo cabrá desembocar en la condena del acusado sobreel presupuesto de existencia de una mínima actividad probatoria de cargo que sea no sólo suficiente sinoque además guarde directa relación con los hechos fundamentales de la investigación; actividad probatoriacorrecta, es decir, desarrollada con respeto a los principios constitucionales y procesales que le son inherentes,garantías a que se refiere el artículo 24 de la C.E .

A ello hemos de añadir no bastar la mera certeza subjetiva del Tribunal penal de que ha habido efectivamenteuna actividad probatoria de cargo de la que se deduce la culpabilidad del procesado. La estimación en"conciencia" a que se refiere el precepto legal no ha de entenderse o hacer equivalente a cerrado e inabordablecriterio personal e íntimo del juzgador, sino a una apreciación lógica de la prueba, no exenta de pautas odirectrices de rango objetivo, que aboque en una historificación de los hechos en adecuado ensamblaje con eseacervo, de mayor o menor amplitud, de datos acreditativos o reveladores, que haya sido posible concentrar en elproceso. El Juez debe tener la seguridad de que "su conciencia" es entendida y compartida fundamentalmentepor la conciencia de la comunidad social a la que pertenece y a la que sirve. Suele posarse la atención sobrelas propias expresiones de los artículos 717 y 741 de la Ley de Enjuiciar en orden a fijar el alcance y límites de lafunción valorativa y estimativa de los jueces. "Criterio racional" es el que va de la mano de la lógica, la ciencia yla experiencia, dejando atrás la arbitrariedad, la suposición o la conjetura. Salvado todo ello, especialmente lasgarantías que han de circundar la producción de la prueba, al Tribunal de Casación no le viene dada una laborrevisoria de las apreciaciones de la Sala sentenciadora, máxime cuando la misma ha contado con el apoyoenriquecedor e inestimable de la inmediación.

TRIGESIMOSEXTO.- Pronunciamiento que se reitera y constituye el eje básico de la doctrina legal al respectoes el de que la presunción de inocencia es una presunción "irus tantum" que exige para ser desvirtuadala existencia de un mínimo de actividad probatoria producida con las debidas garantías procesales y quepueda estimarse de cargo, de forma que apreciando en conciencia esa actividad probatoria unida a otroselementos de juicio pueda dictarse sentencia; siendo función esencial de este Tribunal así como del TribunalConstitucional, cuando se alega la posible vulneración de la presunción de inocencia, no el sustituir el criteriodel Juez en la valoración de la prueba practicada, sino verificar si ha existido ese mínimo de actividad probatoriade cargo en la que pueda basarse la libre valoración del Juez (Cfr. sentencias del T.C. 17/1984, de 7 de febrero,145/1985, de 28 de diciembre, 169/1986, de 22 de diciembre, 21/1987, de 19 de febrero, 217/1989, de 21 dediciembre, 82/1992, de 28 de mayo, 323/1993, de 8 de noviembre, y 36/1996, de 12 de marzo ).

Si se exige la existencia de prueba -aunque mínima- como absoluto e inexcusable presupuesto de toda condenaes porque a la certeza de la culpabilidad, al convencimiento alcanzado por el Juzgador sobre la misma, sólopuede llegarse a partir de la prueba obrante en la causa revestida de cuantas garantías constitucionales yprocesales le son inherentes. La prueba de cargo será aquella que conduce razonablemente a dar por ciertosunos hechos determinados que incriminan al acusado. El verdadero espacio de la presunción de inocencia -cual resalta la sentencia de 8 de mayo de 1.997 - abarca dos extremos fácticos: la existencia real del ilícito

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penal y la culpabilidad del acusado, entendido el término culpabilidad -y la precisión se hace obligada, dadala polisemia del vocablo en lengua española, a diferencia de la inglesa- como sinónimo de intervención oparticipación en el hecho y no en el sentido normativo de reprochabilidad jurídico- penal; por ello mismo, sonajenos a aquella presunción los temas de tipificación.

TRIGESIMOSEPTIMO.- Cual se comprueba tras el examen de la fundamentación jurídica de la sentencia, tantoal tratar de justificar la participación culposa de Carlos Ramón como de Pedro Enrique , el Tribunal se basaen el hallazgo de ciertos documentos en los registros practicados: en relación con Carlos Ramón , reciboperitado atribuido a Fermín (f. 4152, D- 35), otro igualmente atribuido al mismo (f. 4447-C3-51) y un tercerosupuestamente de igual atribución (f. 4462-C3-66), referentes a abonos en concepto "propina oficial Juzg.2. Máquinas Villacañas" o "25% tasas Juzg. 2. Máquinas Villacañas", y en relación con un piso subastado yadjudicado a Regina , documento alusivo a tasas pagadas por la suma de 25.000 pesetas. En cuanto a PedroEnrique , y en carpeta hallada en la Caja 7 de DIRECCION022 , una partida en la que consta "tasa oficial....25.000 pesetas", y una ficha peritada que refleja "50% tasa oficial 25.000 ptas.", y otro documento peritado porla policía también referido a tasas.

Los recurrentes objetan que, con base en tales anotaciones, se les haya considerado autores del delitode cohecho que se les imputa, aduciendo: 1º) No haber tenido intervención ni participación alguna en laconfección de tales documentos; 2º) no aparecer identificados en los mismos, bien por su nombre y apellidos,bien por razón de su cargo de oficial de la Administración de Justicia, como el perceptor de la dádiva que sedice entregada; 3º) en ningún momento se ha admitido por los señores Carlos Ramón y Pedro Enrique haberrecibido cantidad alguna; 4º) tampoco se reconoce por las personas incardinadas en el hecho haber satisfechosuma de dinero a dichos inculpados, siendo rotunda su negativa sobre el particular. Abstracción hecha de lasmeras notas contenidas en los documentos expresados -se dice por los recurrentes-, simples anotacionesparticulares de personas desvinculadas de los mismos, no existe otra actuación por la que, como auténticaprueba de cargo, por mínima que sea, se pueda llegar a una convicción sobre intervención en los hechos deCarlos Ramón y Pedro Enrique (Cfr. fs. 1570 a 1574, 2487, 2616, 2749, 2878, 2879, 2749, 3039 y 4578 delas actuaciones y folios 21 al 30, 34 a 37, 59, 60, 64, 95, 96 y 99 del acta del juicio oral). Unas anotaciones,fichas o "recibos", de unilateral confección, referidos, en general, a cuentas entre partícipes en subastas, sinidentificación certera a indubitable de las personas de posible implicación, con rechazo absoluto por parte dequienes se señalan como presuntos aludidos -ajenos a la composición de aquéllas- y sin que los poseedoresde tales documentos afirmen que su contenido alcance a indebidas percepciones por parte de dichos sujetos,no puede constituir factor probatorio para, en base a los mismos, fundar dictado de condena por hechos degrave entidad.

Es sentir general, cuando se opone a alguien un documento privado cuyo contenido le compromete, máxime enla esfera penal tratando de implicarle en la comisión de un delito, la exigencia de que dicho sujeto haya suscritoaquel documento, o haya intervenido de cualquier modo en su confección o reconocido de alguna manerala verdad de su texto (Cfr. artículos 1.225 y 1.226 del C.C .). Lo decisivo para atribuir total o parcialmente loreflejado en un documento a una persona es que se patentice su recognoscibilidad espiritual de alguna forma.Nadie puede, a espaldas de otro y sin su conocimiento, de forma totalmente unilateral, atribuirle con validezjurídica hechos de los que pueda derivarse responsabilidad, máxime merced a simples anotaciones en fichaso papeles exentos de toda formalidad. Y, sobre todo, negándose por quienes se mencionan en el hecho larealidad de cualquier asignación dineraria a los funcionarios acusados.

El motivo ha de ser estimado, al no poder considerarse desvirtuado el principio de presunción de inocencia.

RECURSO DE Jesús Manuel .

TRIGESIMOCTAVO.- En lo concerniente al recurso interpuesto por el acusado Jesús Manuel , el primero de susmotivos, forjado al amparo del artículo 849,1º, gira en torno a la indebida aplicación de los artículos 386 y 391del C.P . Atendiendo al relato histórico de la sentencia, se plasma en el mismo que el ahora recurrente recibióde Jose Francisco cien mil pesetas para su entrega al funcionario de la Administración de Justicia ÁngelJesús a fin de que éste llevase a cabo con premura y con antelación a otros asuntos la diligencia de posesiónasí como la de lanzamiento del ocupante de un piso sito en la PLAZA002 , NUM016 , de Madrid, realizandolos trámites que para ello fueren necesarios. Se hace especial hincapié en el recurso en que el auxiliar ÁngelJesús no puede decirse que tuviese a su cargo la "tramitación" de los autos a que se alude al tratarse de un"funcionario auxiliar", viniendo atribuida por ley la tramitación de los asuntos judiciales a los señores Jueces ySecretarios, a través de resoluciones y proveidos que han de ser firmados y rubricados por los mismos, dandosiempre fé los secretarios judiciales y sin que a ningún otro funcionario de grado inferior le vengan reconocidastales facultades específicas.

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El motivo no puede ser acogido en este extremo. Al resolver los recursos de los inculpados Carlos Ramón yPedro Enrique ya se ha dejado asentado que, independientemente de las funciones preeminentes reconocidasa Juez y Secretario en los órdenes orgánico y procesal, no puede desconocerse la labor impuesta a losfuncionarios de grado inferior en la tramitación del proceso, aunque siempre bajo la dirección y tutela deaquéllos y reservándose a los Jueces las facultades decisorias. A los Auxiliares les viene encomendadala realización de funciones de colaboración en el desarrollo de la tramitación procesal. Basta recordar lodispuesto en los artículos 485 y 486 de la L.O.P.J . y artículos 3.2,a) y 9.1,a) del Reglamento Orgánico deOficiales, Auxiliares y Agentes al Servicio de la Administración de Justicia aprobado por R.D. 249/1996, de 16de febrero . Es obvio que las facultades de control de Jueces y Secretarios resultan difíciles de proyectarseal máximo y que un funcionario judicial puede, en ocasiones, alterar el normal orden cronológico en elatendimiento de algunos asuntos.

No obstante cuanto se deja expuesto, al resolver el recurso interpuesto por Ángel Jesús , y examinar elmotivo primero del mismo, se da lugar a su estimación parcial, y, consiguientemente, se acoge la procedenciade condenarle como autor del delito de cohecho del artículo 390 del C.P . en vez del propio del artículo386. Consiguientemente, el recurrente debe ser condenado, como intermediario en que actuó, en calidad decooperador necesario del artículo 14,3º, del propio delito. Dicha condición resulta claramente de los hechos enque se basa la sentencia al decirse en el hecho probado que el "dinero lo entregó el acusado Jose Franciscoporque se lo había pedido el citado funcionario a través del también acusado Jesús Manuel ". Precisándose,igualmente, que Jose Francisco "entregó a Jesús Manuel que actuaba por cuenta del oficial la cantidad de100.000 pesetas", "que el dinero que le pidió Jesús Manuel era para Moro ".

El motivo ha de ser acogido parcialmente.

TRIGESIMONOVENO.- El segundo motivo del recurso, en sede del artículo 849,2º, de la L.E.Cr . se cifra enla alegación de haberse incurrido en error en la apreciación de la prueba. Y ello porque, contrariamente a loexpresado en el hecho probado, no se desprende la intervención en actuación alguna del funcionario Sr. ÁngelJesús , en su condición de mero auxiliar de la Administración de Justicia, condición que no le permite poderlegalmente actuar en ninguna de las actuaciones llevadas a efecto y mucho menos aún, corresponderle el pesoy la carga de la tramitación. Se citan a continuación una serie de documentos, cuyo contenido se transcribe,referentes a diligencias y proveidos de los autos civiles 336/83, del Juzgado de Primera Instancia número 4,en intento de demostrar la no constancia de intervención en los mismos de Ángel Jesús .

La falta de fundamento del motivo resulta sin más de las consideraciones vertidas al estudiar el motivoantecedente. En consecuencia, debe ser desestimado.

CUADRAGESIMO.- El tercero de los motivos, formalizado "ad cautelam" para el supuesto de desestimación delos anteriores, se articula al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . por la supuesta vulneración del derechofundamental referido a la "presunción de inocencia" consagrado en el artículo 24.2 de la C.E . Y ello por noexistir en la causa una auténtica prueba de cargo que no sea las declaraciones prestadas ante el instructor poruno solamente de los coacusados, y después por el mismo rectificadas ante el Tribunal juzgador, en el acto deljuicio oral, testimonios insuficientes para destruir y desvanecer la presunción de inocencia de Jesús Manuel .

En período de instrucción tanto Ángel Jesús como Jesús Manuel rechazaron la imputación que se les hacíade haber exigido Jesús Manuel , como persona intermedia, la suma de 100.000 pesetas a Jose Francisco a finde agilizar la tramitación de las actuaciones y celebrar la diligencia de posesión y lanzamiento, en su caso, quese pretendía. Jose Francisco adujo, e insistió en ello, en la solicitud por Jesús Manuel de la suma expresadapara hacerla llegar al funcionario auxiliar indicado. Cual recoge la sentencia Jose Francisco declaró en fechasmuy diversas narrando de manera similar los hechos; y ello tanto en Comisaría como ante el Juez instructor,en sucesivas comparecencias y en la declaración indagatoria, aclarando que las entregas de dinero se hicieronen varias ocasiones y durante la época en que se practicaban las diligencias de lanzamiento, posesión y lasposteriores de ellas derivadas (Cfr. folios 671, 688, 852, 1090 y ss., 1325 y ss. y 1812). Es más tarde en el actodel juicio oral donde rectificó sus testimonios precedentes, negando haber realizado la entrega de la sumadineraria a que se aludió. Tanto Jesús Manuel como Rafael en dicho acto de la vista negaron los hechos e,incluso el primero manifestó no conocer a este último coimputado.

La sentencia presta credibilidad a las declaraciones obrantes en la fase sumarial; para el Tribunal JoseFrancisco tuvo dos cambios muy rápidos de línea defensiva que obligan a considerar que la mayorespontaneidad y fiabilidad de sus declaraciones se produjeron ante el Instructor exponiendo las razones quele llevan a ello.

CUADRAGESIMOPRIMERO.- Ha de traerse a colación la doctrina tan reiterada de esta Sala conforme a lacual el Tribunal pudo confrontar las distintas declaraciones o manifestaciones de testigos o inculpados,tras ser sujetas a contradicción y adecuada publicidad en el plenario, seleccionando las que considerase

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más espontáneas y concordes con la realidad. Es cierto que el procedimiento probatorio ha de tener lugarfundamentalmente en el debate contradictorio que, en forma oral y bajo el principio de inmediación, sedesarrolla ante el Tribunal que ha de dictar sentencia, de suerte que la convicción de éste sobre los hechosenjuiciados se alcance en contacto directo con los medios aportados a tal fin por las partes. Pero ello nodebe llevar a la eliminación absoluta, en el orden valorativo, de cuanto obre en las actuaciones sumariales, entanto las diligencias probatorias se ofrezcan bajo la cobertura de las exigibles garantías. Es el propio TribunalConstitucional el que aclara que la idea de que los únicos medios de prueba válidos son los utilizados en eljuicio oral, no debe entenderse en un sentido tan radical que conduzca a negar toda eficacia probatoria a lasdiligencias policiales y sumariales practicadas con las formalidades que la Constitución y el ordenamientoprocesal establecen en garantía de la libre declaración y defensa de los ciudadanos, sino que requieren parareconocerles eficacia que sean reproducidas en el acto de la vista en condiciones que permitan a la defensadel acusado someterlas a contradicción. Cumplidas tales exigencias, el Tribunal, haciendo uso de la libertadde valoración de las pruebas que le reconoce el artículo 741 de la L.E.Cr ., ponderará en conciencia las mismas,pudiendo, si así lo estima, reconocer mayor fiabilidad a las versiones o declaraciones resultantes del sumarioo diligencias penales precedentes frente a las obrantes en el juicio oral, por traslucir una mayor verosimilitud yfidelidad (Cfr. sentencias del T.C. 62/1985, de 10 de mayo, 80/1986, de 17 de junio, 150/1987, de 1 de octubre,82/1988, de 28 de abril, 22/1988, de 28 de abril, 137/1988, de 7 de julio, 107/1989, de 8 de junio, 201/1989,de 30 de noviembre, 217/1989, de 21 de diciembre, 98/1990, de 24 de marzo, 161/1990, de 19 de octubre,59/1991, de 14 de marzo, 303/1993, de 25 de octubre ).

Doctrina asumida igualmente por esta Sala la que se muestra constante en el reconocimiento de que cuando untestigo o acusado declara en el juicio oral en un sentido diverso a lo manifestado en la instrucción, el Tribunal,como una expresión más del principio de apreciación conjunta de la prueba, puede tener en cuenta cualquierade tales declaraciones, total o parcialmente, asumiendo, en su caso, las precedentes al juicio, con tal de queen la diligencia de instrucción se hayan observado las formalidades y requisitos exigidos por la Ley, y quede algún modo, normalmente a través del trámite del artículo 714 de la L.E.Cr ., se incorpore al debate delplenario el contenido de las anteriores manifestaciones prestadas en el sumario o diligencias previas. O, almenos, que en el desarrollo del juicio se contengan referencias a lo expresado por testigos o acusados en suscomparecencias ante policía y Juez instructor; lo que puede deducirse, incluso, del propio contenido de laspreguntas o respuestas reflejadas en el acta del juicio. No imperando un riguroso criterio formalista y siendolo importante que las originarias declaraciones queden introducidas en el mecanismo contradictorio o debatepropio del juicio oral. La valoración última de las pruebas pertenece al ámbito de la apreciación en concienciaque reconoce el artículo 741 de la L.E.Cr . Así, entre muchas, sentencias de 26 de octubre de 1.988, 29 de abril,22 de septiembre, 2 de octubre y 29 de noviembre de 1.989, 11 de abril y 18 de mayo de 1.990, 2 de octubrede 1.991, 4 de junio y 27 de octubre de 1.992, 25 de marzo de 1.994, 15 de abril, 16 de septiembre y 5 denoviembre de 1.996 . Del sentir de indicadas resoluciones se desprende que el contraste de la prueba sumarialen el acto de la vista no implica tener que aceptar la nueva versión, discrepante de la anterior, antes al contrario,la propia normativa concerniente al delito de falso testimonio y a su persecución revela cómo lo fundamentales la posibilidad misma de confrontación, quedando el Tribunal en condiciones de inclinarse por un relato uotro, en uso de su libertad, de acuerdo con su conciencia y con el apoyo de la inmediación correspondiente ala contradicción consumada en el juicio oral.

CUADRAGESIMOSEGUNDO.- La sentencia de instancia ha montado su tesis inculpatoria sobre la base delas declaraciones emitidas por el coacusado Jose Francisco . El valor del testimonio del correo comoprueba de cargo suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia ha sido favorablemente acogidopor la jurisprudencia. Para las sentencias del T.C. 137/1988, de 7 de julio y 51/1995, de 23 de febrero ,la coparticipación no supone necesariamente la tacha o irrelevancia del testimonio sino que constituyesimplemente un dato a tener en cuenta por el Tribunal penal a la hora de ponderar su credibilidad en funciónde los factores particulares concurrentes en cada caso. La sentencia del propio Tribunal 140/1991, de 20 dejunio , conceptuando de testifical la prueba o declaración del coimputado, hace depender su eficacia probatoriasingularmente de la propia personalidad de quien declara y sus relaciones con la persona a quien acusa.

La jurisprudencia del Tribunal Supremo ha tiempo que viene estimando los testimonios de los correos en ordena la determinación de la culpabilidad de un acusado. Si bien es cierto que la declaración del coprocesado noes propiamente un medio de prueba en cuanto no puede asimilarse a la contra se pronuntiatio que vertebraentitativamente la confesión, ni son del todo declaraciones, pues se efectúan carentes de la obligación deveracidad exigibles a los testigos, e incluso sólo muy mediata y relativamente pueden ser reputados tercerosajenos en trance de reconstrucción de hechos pasados, lo cierto es que este testimonio impropio, tan analizadopor la dogmática científica italiana bajo la rúbrica de chiamata di correo o testimonio del coimputado, puedecuando menos estimarse como constitutivo de esa mínima actividad probatoria de cargo que, existente,no puede revisarse casacionalmente, siempre que no concurran determinadas circunstancias ( sentencias

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del T.S. de 20 de febrero de 1.996 y 25 de marzo de 1.994 ). En general puede afirmarse ser reiterada lajurisprudencia reconociendo que las manifestaciones del coimputado constituyen medio racional de prueba,debiendo valorarse las mismas atendiendo a un conjunto de factores de particular relevancia, en antención asu potencialidad orientadora, tales los siguientes: 1º) Personalidad del delincuente delator y relaciones que,precedentemente, mantuviese con el designado como partícipe; 2º) examen acerca de la posible existenciade móviles turbios e inconfesables -venganza, odio personal, resentimiento, soborno mediante o a través deun trato procesal más favorable- que, impulsando a la acusación de un inocente, permitan tildar el testimoniode falso o espurio, o, al menos, restarle fuerte dosis de verosimilitud o credibilidad; c) que no pueda deducirseque la declaración inculpatoria se haya prestado con ánimo de exculpación, en hábil y eventual coartada (Cfr.,entre muy varias, sentencias del T.S. de 12 de mayo y 17 de junio de 1.986, 29 de octubre de 1.990, 28 de mayode 1.991, 20 de febrero y 11 de septiembre de 1.992, 25 de marzo de 1.994 y 8 y 14 de febrero de 1.995 ). Lasdeclaraciones vertidas en la causa durante la instrucción por Jose Francisco fueron precisas y reiteradas, noexistiendo motivos para deducir la mediación de los sentimientos o móviles negativos a que se ha aludido.Al Tribunal de instancia, que contó con el valioso elemento de la inmediación, corresponde su valoración (Cfr.sentencia de 18 de marzo de 1.995 ).

El coacusado emisor de las declaraciones que comprometieran al recurrente, rectificó y se retractó en el actodel juicio oral. No obstante ello la sentencia condena al ahora impugnante en base a la mayor fiabilidad ofrecidapor la inicial versión sumarial. La apreciación de la credibilidad de la rectificación verificada en el juicio oral conconfrontación de las diferentes manifestaciones, queda fuera del ámbito casacional ya que la ponderación dela rectificación depende sustancialmente de la percepción directa que sólo ha tenido el Tribunal a quo, quedispuso de una inmediación respecto de la prueba producida, de la que carece el Tribunal de Casación (Cfr.sentencias de 11 de enero de 1.991 y 17 de noviembre de 1.992 ).

En definitiva, no puede entenderse vulnerado el derecho a la presunción de inocencia y el motivo debe serdesestimado.

RECURSOS DE Aurelio y Eduardo .

CUADRAGESIMOTERCERO.- En cuanto a los recursos interpuestos por los acusados Aurelio y Eduardo , enel primero de los motivos, por quebrantamiento de forma y al amparo del inciso primero del número 1º delartículo 851 de la L.E.Cr ., se atribuye a la sentencia no expresar clara y terminantemente cuáles son los hechosque se consideran probados. De la lectura reposada del relato fáctico en todos sus aspectos más cruciales -se dice-, se comprueba adolecer de indicado defecto, sin contraerse a las reglas del artículo 142 de la L.E.Cr .El sentido y alcance del vicio procesal invocado ya ha sido expuesto precedentemente. No puede acusarsesu existencia en el relato fáctico que encabeza la resolución recurrida. En el mismo, tras concretar las fechasa las que se contraen los hechos, se explica el método de las "subastillas" empleado por los acusados, entreellos los recurrentes Aurelio y Eduardo , consistente en una puja restringida, para determinar de maneraextrajudicial cual de los subasteros partícipe en ella debía adjudicarse el objeto y el precio a pagar. Así elsubastero adjudicatario garantizaba su participación en la subasta, se aseguraba el precio máximo a pagar yobtenía la certeza de que personas ajenas al grupo no intervendrían en la puja. El acuerdo a que se llegabaera respetado por todos los subasteros.

Seguidamente la sentencia enumera todos aquellos casos en que se celebró la antedicha "subastilla",explicitando Autos, Juzgado, inmueble subastado, personas intervinientes y tasación del inmueble.Apareciendo acreditada la intervención del acusado Aurelio en los apartados A-7, 17, 18, 20, 26, de los HechosProbados, referidos a los Autos 251/83, Juzgado 8, piso C/ CALLE001 ; Autos 194/85, Juzgado 5, inmuebleC/ CALLE009 ; Autos 1081/85, Juzgado 6, inmueble C/ CALLE010 ; Autos 651/86, Juzgado 2, inmueble C/CALLE011 ; Autos 745/84, Juzgado 3, inmueble C/ CALLE013 , NUM002 , subasta que pretendió suspendero quebrar, mediante entrega de una cantidad al propietario del bien.

Asimismo consta la intervención del acusado Eduardo en los apartados 5, 9, 14 y 15, de los hechos probados,referidos a los Autos 1863/83, Juzgado 6, piso C/ DIRECCION013 , 1867/73, Juzgado 15, inmueble C/CALLE003 , 1754/84, Juzgado 7, inmueble C/ CALLE006 , 122/85, Juzgado 1, inmueble C/ CALLE007 Noexiste, pues, oscuridad, ambigüedad o imprecisión en el relato histórico que reporte incomprensión acerca delo que se quiso exponer, actividades atribuidas a los inculpados a efectos de subsunción en el tipo penal. Elmotivo ha de decaer y ser desestimado.

CUADRAGESIMOCUARTO.- El segundo de los motivos, también por quebrantamiento de forma y al amparodel inciso segundo del número 1º del artículo 851 de la L.E.Cr ., lo es por supuesta contradicción apreciableen el propio relato fáctico de la sentencia de instancia. Para la estimación de la irregularidad formal quese apunta se hace preciso que los extremos fácticos que se señalan se hallen enfrentados, en oposición oantítesis manifiesta, tan inconciliables e incompatibles que vienen a destruirse entre sí, de tal modo que la

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afirmación de uno implique la negación del otro y a la inversa, haciéndose imposible toda subsanación, lo quegenera un verdadero vacío en la descripción formal de los hechos al no poder recurrirse a otras expresioneso conceptos deslizados en el relato capaces de ejercer, en un proceso expansivo, semejante función decobertura. Señalándose como requisitos o condicionamientos precisos para la estimación de la contradicciónfáctica: a) que sea manifiesta y absoluta en el más amplio sentido gramatical de tales conceptos, lo que quieresignificar jurídicamente que no sólo sea ostensible sino también insubsanable, insoslayable y, sobre todo,incompatible con la integridad del relato histórico, con recíproca exclusión entre las distintas manifestaciones;b) que como interna emane directa e inmediatamente de los propios términos en que aparezca la relaciónfáctica, confrontando los distintos vocablos, incisos, expresiones o pasajes insertos en la misma; c) que seacompleta, afectando la incompatibilidad a los hechos y sus circunstancias, y, por ende, a la calificación jurídicia,a los grados de participación o ejecución y a cuantas circunstancias determimen la responsabilidad penal ocivil; d) que sea causal, o lo que es lo mismo, determinante de una advertible incongruencia, dada la relacióndirecta entre el vicio procesal y el fallo final de la sentencia; e) que las frases o expresiones contradictorias, porafectar a circunstancias esenciales de la cuestión controvertida y de la misma resolución, sean imprescindiblesa la resultancia probatoria, de tal forma que su supresión propiciare la inexpresión, la incomprensión o la faltade claridad de aquélla; siendo inocua la contradictio cuando su objeto aparezca intrascendente en el casoexaminado, no influyendo en la determinación de la infracción criminal ni en la responsabilidad en juego delos sujetos encausados (Cfr. sentencias de 20 de septiembre de 1.984, 8 de febrero y 2 de abril de 1.985, 24de enero y 6 de junio de 1.986 ).

No se aprecia de la lectura del factum la contradicción que se denuncia. Los recurrentes se limitan a alegarfalta de pruebas en los hechos consignados, a acusar la ausencia de algunas precisiones que, a su juicio, seríannecesarias para el debido enjuiciamiento de aquéllos. Queda reflejado en el factum con suficiente explicitezque entre los años 1.980 a 1.987 el recurrente en unión de otros coacusados, mediante el sistema de lasllamadas "subastillas" trataron de impedir, casi siempre con éxito, que terceras personas ajenas a los gruposde subasteros intervinieran en las subastas y se adjudicaren los objetos subastados. Y luego señala aquelloscomo concretos, referidos al recurrente, en los que su participación en las subastillas está acreditada.

Inexistente la defectuosidad procesal que se apunte, el motivo decae y ha de ser desestimado.

CUADRAGESIMOQUINTO.- El quinto de los motivos del recurso de Aurelio y cuarto del interpuesto por Eduardo, en sede del artículo 849,2º de la L.E.Cr ., acusa existir error de hecho en la apreciación de la prueba, cual sedesprende de los documentos obrantes en la causa demostrativos de la equivocación del Juzgador.

Es evidente que ninguno de los documentos designados por los recurrentes demuestan error alguno delJuzgador en la apreciación de las pruebas. No se condena a los acusados en base a su intervención en lassubastas judiciales, sino por su participación en las "subastillas" y este hecho en nada aparece contradicho porlos documentos que reseña la parte. En definitiva, las referencias a los Autos civiles y a las subastas en elloshechas nada tienen que ver con el hecho básico de la condena plenamente acreditado y que por ello en nadase ve afectado. Basta con remitirse a los Fundamentos de Derecho, Apartado II, Hechos, A, A-7, A-17, A-18,A-20 y A-26, y a los A-5, A-9, A-14 y A-15, para comprobar la existencia de documentos, en los que se recoge,indubitadamente, la presencia de los acusados en las subastillas. Además, a ello cabe añadir que ningunode los documentos, citados por los recurrentes, contradice o choca frontalmente con el "factum" en cuantorelatan la marcha en la oficina judicial de los Autos, pero nada dicen de las subastillas, por tratarse obviamentede actos extrajudiciales.

Sendos motivos han de decaer y ser desestimados.

CUADRAGESIMOSEXTO.- El sexto de los motivos del recurso de Aurelio , también formalizado por la víadel artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., se construye con la alegación de no haber sido tenido en cuenta diversosdocumentos, todos ellos obrantes en los juicios declarativos de menor cuantía, seguidos en el Juzgado dePrimera Instancia número 3, bajo el número 745/84, actuaciones civiles incorporadas a la causa, de cuyosparticulares de expresados documentos se desprende el error del Tribunal "a quo" en la apreciación de laprueba, no debiendo haberse dictado el fallo condenatorio referido al hecho número 26.

Como ha expresado de forma constante esta Sala, para admitir el error de hecho en la apreciación de laprueba, éste debe afectar a circunstancias esenciales para la subsunción penal, rechazándose cuando afecta aaspectos secundarios o periféricos. Y es de significar que el recurrente pretende demostrar la no existencia dela subasta del piso propiedad de Javier , lo que es intrascendente, pues lo relevante es que el ahora recurrente,en unión de otras personas, solicitó dinero al citado Javier para parar la subasta de un piso y que este hechobásico para la condena no queda desvirtuado por el testimonio de unos Autos civiles, que lógicamente enmodo alguno lo recogen.

El motivo debe, pues, ser desestimado.

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CUADRAGESIMOSEPTIMO.- En el tercero de los motivos de sendos recursos, en sede del artículo 849,1º, de laL.E.Cr ., se denuncia vulneración del artículo 539 del C.P . al no integrar las conductas que se les atribuyen eltipo de las maquinaciones para alterar el precio de los remates en las subastas públicas, cuyos supuestos son,por un lado, la solicitud de la dádiva o promesa para no tomar parte en las mismas y, por otro lado, el intento dealejar de ellas a los postores, por medio de amenazas, dádivas, promesas o cualquier otro artificio, nada de locual se vislumbra respecto a los recurrentes. Por las razones expuestas en el estudio general realizado sobreel alcance del artículo 539 del C.P. derogado , en confrontación con el vigente artículo 262 del C.P. vigente , hade estimarse el motivo en cuanto a los Hechos A-7, 17, 18 y 20, excepto en cuanto al hecho A-26 afectante aAurelio , cuya condena se mantiene, cual se razona en el fundamento siguiente. Y asimismo ha de estimarsedicho motivo tercero respecto al acusado Eduardo .

CUADRAGESIMOCTAVO.- El cuarto de los motivos del recurso de Aurelio , también canalizado a través delartículo 849,1º, de la L.E.Cr ., lo es por indebida aplicación del artículo 539 del C.P ., en cuanto al hecho señaladocon el número 26 de la declaración de hechos probados. Haciendo objeto de especial motivo este supuesto porsu especificidad en relación con los hechos a que alude el motivo que antecede. Aquí se atribuye al recurrenteproposición hecha a don Javier , junto con otros subasteros, para provocar la suspensión de una subasta.Del examen de los actos atribuidos -se arguye- claramente se observa la ausencia de los requisitos que seimponen en el precepto penal aplicado, como son, entre otros, respecto de la subasta judicial, si tuvo o no lugarsu celebración, si la entrega de la suma de dinero, objeto de la proposición, llegó o no a verificarse y, en talcaso, el importe total de la suma y, por supuesto, la persona que la recibió.

Ateniéndonos al tenor del factum, lo que es obligado, debidamente integrado con las apreciaciones reflejadasen el fundamento de Derecho II, A-26, de la sentencia, no ofrece duda alguna la correcta y fundada aplicacióndel artículo 539 del C.P . Se recoge en ellos que el señor Javier recibió la solicitud o proposición del hoyrecurrente, junto con otros, de que, mediante la entrega de una cantidad de dinero, se produjera la suspensiónde la subasta, o, en su caso, la ulterior quiebra de la misma, intentando así la alteración del precio de remate.Las exigencias del tipo aparecen cubiertas, con independencia de la suerte o resultado último de la pretendidasubasta y de que se consiguiese el propósito de "alejamiento" del postor como consecuencia de la ofertadadádiva. La ley, con sentido realista, no ha exigido la efectiva alteración del precio del remate así como tampocola claudicación aceptante del sujeto pasivo de la dádiva o promesa. Se trata de delito de mera actividad, noprecisando para su consumación de resultado alguno.

El motivo ha de ser desestimado.

RECURSO DE Gonzalo .

CUADRAGESIMONOVENO.- En el primero de los motivos del recurso y al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J .en relación con el artículo 24.2 de la C.E ., se alega haberse vulnerado el principio de presunción de inocencia.Y ello al haberse producido la sentencia con total ausencia de prueba de cargo en el proceso tras la que sealcanza un insostenible fallo condenatorio.

No resulta acusable la violación del derecho al principio de presunción de inocencia de que se acusa. Ya se hadesarrollado precedentemente la índole y alcance de invocado derecho. El mismo caduca y resulta desvirtuadoen tanto se cuente con la existencia de un reducto probatorio -mínimo y suficiente- capaz de enervar aquél,pruebas que han de merecer tal concepto jurídico y ser constitucionalmente legítimas, secundadas de lasadecuadas garantías procesales y ofreciéndose razonablemente de cargo. En el Hecho A-4 se da por probadoque en autos 719/82 del Juzgado de Primera Instancia nº 12 de Madrid , varios de los acusados, entre ellos elrecurrente Gonzalo , celebraron una subastilla para acordar a quien correspondía un piso de la AVENIDA004nº NUM025 , NUM001 - NUM006 , de Madrid, en lo que se insiste en la fundamentación jurídica (Fundamentotercero, A-4). Tal proceder del recurrente se ve complementado por su participación acreditada por pruebadocumental (f. 4232, de la Copia 4, D- 110, en la identificación policial), en la "subastilla" celebrada en los Autos1867/73 del Juzgado nº 15 referente al piso sito en C/ CALLE003 , NUM026 , como significa el Fundamentode Derecho tercero A-9 de la sentencia. E igualmente queda demostrada documentalmente (f. 4238, tomo 15,D-115) la participación de Gonzalo en la "subastilla" celebrada en los Autos 194/85 referida a un piso sito enla C/ CALLE009 , como se recoge en el Fundamento de Derecho tercero, apartado A-17, de la sentencia.

La alegación del recurrente deviene, pues, improsperable y el motivo debe ser desestimado.

QUINCUAGESIMO.- En sede también del artículo 5.4 de la L.O.P.J . en relación con el artículo 24.2 de la C.E .,se formula el motivo segundo reiterando la alegación de haberse vulnerado el principio de presunción deinocencia. Se dice que las llamadas pruebas sobre las que se construye la imputación del recurrente hansido producidas de forma irregular con infracción de las más básicas reglas procesales, en particular lasintervenciones telefónicas y las entradas y registros que de ellos derivan. Basta recordar y dar por reproducidocuanto se ha expuesto al tratar de las cuestiones generales afectantes a este proceso para comprender

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la sinrazón del motivo y su consiguiente improsperabilidad. No obstante ello conveniente será recordarlas razones en que la sentencia recurrida apoya su dictado de participación del acusado en los hechosdenunciados. Así en la iniciación de los Fundamentos de Derecho, claramente se expone que iniciadas lasactuaciones judiciales ecaminadas a investigar los hechos juzgados, como consecuencia de las denuncias ytestimonios de Juzgados de 1ª Instancia de Madrid, se autoriza a la Policía Judicial por Auto de 18 de marzode 1.986 a la intervención telefónica del teléfono de la oficina de la acusada Regina , esposa del acusadoFelipe . Tal autorización, fijada en 30 días, es ampliada por otros dos períodos iguales en Providencias defecha 24 de abril de 1.986 y 4 de junio de 1.986. Todo ello demuestra que la autorización se concede en elcurso de unas Diligencias judiciales y mediante Auto suficientemente expresivo de las razones que justificanla cercenación de un derecho constitucional. Lo que también es predicable respecto a las providencias en quese concede la prórroga de las intervenciones, admitiéndose por esta Sala que en el supuesto de las prórrogasdeben adoptarse criterios más laxos al contarse como referente próximo con la motivación de la resoluciónjudicial que, normalmente, ha de entenderse reproducida en sus fundamentos así como redivivos sus efectos(en tal sentido la sentencia de 15 de diciembre de 1.994 ). Y sin que nada afecte a la validez de la medida suplasmación en Providencia, pues como ha dicho la sentencia de 10 de marzo de 1.995 , "no siendo aquellasmás que la continuación de una decisión ya adoptada, no era necesario repetirla por ya adoptada". Sobre lascintas existió un estricto control judicial. El Tribunal refleja cómo la Policía aporta al Instructor las cintas, nofragmentos de las mismas, relativas a las conversaciones telefónicas intervenidas. De tal forma que la propiaSala, tras imponerse de su contenido, excluye, a efectos probatorios, aquellas que se grabaron fuera de losperíodos judicialmente autorizados. Y también destaca el hecho, puesto de manifiesto por un testigo, de quela investigación la ordenaba el Juez Instructor, a él se le entregaban las cintas grabadas y él ordenaba lapráctica de nuevas diligencias, lo que supone, como señala la sentencia recurrida, que es lógico pensar queante el contenido de las conversaciones telefónicas el Juez acordase la prórroga. Cual quedó expuesto, en lasintervenciones acordadas se atendió a las exigencias de especialidad, limitación temporal y proporcionalidad.La prueba pericial efectuada sobre la no alteración de las grabaciones y el reconocimiento que de sí mismohace el acusado que habla por teléfono, dan paso a la utilización como prueba de cargo del contenido de lasgrabaciones en la parte no exceptuada .

Ha de recordarse nuevamente que las intervenciones tienen lugar antes de la reforma del artículo 579 por LeyOrgánica 4/1988, de 25 de mayo , y, por lo mismo, con bastante precedencia a la jurisprudencia que ha sentadocriterios rigurosos y garantías antes inexistentes.

En cuanto a los registros realizados tampoco existe base auténtica para su exclusión como medio de prueba.Si se les conecta, en relación de causa a efecto, con el resultado de las intervenciones telefónicas, dadas lasconclusiones anteriores deviene inaplicable la denominada teoría de los frutos del árbol envenenado o de losefectos reflejos. Si se les considera consecuencia y prolongación de las investigaciones efectuadas en lasdiligencias en trámite, aun anteriores a las interceptaciones telefónicas, la subsistencia y operatividad de susefectos han quedado fijadas, pese a la ausencia del Secretario Judicial, ante las declaraciones en el plenariode los testigos presentes en el registro. De ahí que los documentos ocupados, a los que la Sala hace continuasremisiones, consolidan las conclusiones incriminatorias de aquélla.

El motivo ha de ser desestimado.

QUINCUAGESIMOPRIMERO.- El tercer motivo, al amparo del artículo 849,1º, de la Ley Procesal Penal , se fundaen aplicación indebida del artículo 539 del C.P . Por las razones recogidas al estudiar el contenido y alcance delartículo 539 del C.P. de 1.973 , confrontándolo con el vigente artículo 262 del C.P. de 1.995 , ha de acordarse laestimación del motivo. Los hechos descritos en el factum y atribuidos al recurrente no se hallaban tipificadosal tiempo de su comisión.

RECURSO DE Juan .

QUINCUAGESIMOSEGUNDO- El motivo primero recogido en apartado A) del recurso interpuesto por Juanbusca su apoyatura en el artículo 5.4 de la L.O.P.J. en relación con el artículo 11.1 de la misma Ley , invocandovulneración del derecho a la presunción de inocencia establecido y regulado en el artículo 24.2 de la C.E .Al igual que en otros supuestos la Sala de instancia basa su condena -Hecho I-14 y Fundamento correlativode haber sido entregada al acusado la suma de 25.000 pesetas con motivo de la tramitación de los autos845/79 Juzgado nº 10 de Madrid y realización de un piso en la AVENIDA003 , en un papel confeccionadopor Fermín en que se hace constar tal dación por devolución de la fianza. Se dice en el recurso que tal papelno alcanza la categoría legal de documento, confeccionado de forma unilateral y sin ninguna intervención delacusado, ignorante de su existencia durante años, hecho que no ha sido probado. Es cierto que un documentoredactado unilateralmente por una persona en que se recogen actuaciones de otra, carece objetivamente devalor incriminatorio si no se cuenta con cualquier otro apoyo capaz de robustecer aquella incisión anotadora,máxime si tal informal referencia es negada por los que se suponen intervinientes en el acto. Con ratificación

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de cuanto se expone en el fundamento de derecho correspondiente al motivo tercero de los recurrentesCarlos Ramón y Pedro Enrique , ha de entenderse no desvirtuado el derecho a la presunción de inocencia,acogiéndose y estimándose el presente motivo.

QUINCUAGESIMOTERCERO.- El segundo motivo del recurso, apartado B) del escrito, plantea el tema de lanulidad formal de las diligencias de entrada y registro.

Atendiendo a cuanto se expone en los fundamentos de la presente, en las cuestiones previas, al desarrollarsemejante cuestión, el motivo debe desestimarse.

QUINCUAGESIMOCUARTO.- El tercer motivo, apartado C) del escrito del recurso, considera vulnerado elprincipio constitucional del derecho a un proceso público, sin dilaciones indebidas y con todas las garantías,proclamado en el artículo 24.2 de la C.E .

Igualmente, y con reproducción de lo expuesto sorbe el tema de las dilaciones indebidas en las "cuestionesprevias" ha de desestimarse el motivo.

RECURSO DE Rafael .

QUINCUAGESIMOQUINTO.- Respecto del recurso interpuesto por el acusado Rafael , el motivo primero lo esen base al artículo 849,1º, de la L.E.Cr . y, en su caso, al amparo de lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J .,por infracción de la norma contenida en el artículo 24.2 de la C.E . que consagra la garantía del derecho ala presunción de inocencia con carácter general para toda clase de procedimientos penales, y especialmentecuando la condena se basa en pruebas indiciarias. Estando los jueces obligados a motivar en sus sentencias elrazonamiento en virtud del cual partiendo de los indicios probados se llega a la conclusión de que el encausadoha realizado la conducta tipificada como delito, por imperativo de lo dispuesto en el artículo 120.3 y 24.1 dela C.E .

Hace referencia la sentencia a que en los autos 1863/83 del Juzgado de Primera Instancia número 6 estabaninteresados los acusados Felipe , Roberto , Luis Antonio , Regina y Jose Francisco , los que entregarona Rafael por el solo hecho de estar encargados de la tramitación de los autos 25.000 pesetas. Siendo en lacaja 3 encontrada en las oficinas de Felipe , donde se halló un documento en el que se hace referencia al"Piso C/ DIRECCION013 , NUM026 " y a los autos referidos y en el que consta como gasto "25.000 = oficial".Existiendo en la Caja otro documento -sigue diciendo la sentencia-, éste relativo a los autos 913/84, tambiéndel Juzgado número 6, con constancia "Fianza 175.575 más 10.000 pesetas oficial"; estando interesados enlos autos antedichos Roberto , Luis Antonio , Jose Francisco y Regina .

Se aduce por el recurrente que si bien, efectivamente, reconoció que llevaba en el Juzgado la tramitación delos números impares con excepción de los acabados en nueve, en el Juzgado donde prestaba sus servicioscomo Oficial cada asunto no lo tramitaba un solo Oficial, ayudado por el Auxiliar y el Agente, sino que lotramitaban conjuntamente dos Oficiales, en el presente caso Rafael y el Oficial Pedro Jesús , constandoasí en declaraciones de ambos el día 6 de julio de 1.987. De otra parte es de hacer constar la imprecisión yvaguedad que suponen las anotaciones de que se ha dejado constancia, sin mención específica de tratarse deun Oficial de la Administración de Justicia con designación de su nombre. Señalándose en el recurso la latenteposibilidad de que se pretendieran cargar cantidades para obtener un beneficio por parte de la persona queredactase las notas, al cargar un gasto no producido, a sus ocasionales socios.

Lo realmente constatable es la ajenidad del acusado respecto a la confección de los apuntes o notas referidos,no habiendo intervenido para nada en su composición y siendo producto los mismos de una actuaciónunilateral de alguno o algunos de los intervinientes en las subastillas a que se ha venido aludiendo. El hechoha sido negado en todo momento por Rafael . Tampoco existe ratificación por parte de Felipe , en cuyasoficinas fueron hallados aludidos documentos, del abono real de dichas cantidades a Rafael . Cual se harazonado al resolver el recurso de los acusados Carlos Ramón y Pedro Enrique , unas anotaciones o fichas, deunilateral creación, sin identificación certera e indubitable de las personas de posible implicación, con rechazopor parte de quien se designa como presunto aludido -ajeno a la composición de aquellas- y sin que el poseedordel documento reconozca que su contenido alcance a indebidas percepciones por parte de aquél, no puedeconstituir factor probatorio para fundar un pronunciamiento de condena por hecho de grave entidad.

No puede entenderse desvirtuado el derecho a la presunción de inocencia y el motivo debe ser estimado.

QUINCUAGESIMOSEXTO.- En el segundo de los motivos y por la vía del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., se denunciainfracción de la norma contenida en el artículo 390 del C.P . por cuanto de los hechos probados no resultaintegrado dicho tipo penal de cohecho pasivo impropio o también denominado no corruptor.

La estimación del motivo anterior excusa y hace innecesairo el estudio y resolución del presente.

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RECURSO DE Valentín y Carlos Manuel .

QUINCUAGESIMOSEPTIMO.- Atendiendo al orden lógico procesal impuesto por los artículos 901 bis a) y b) dela L.E.Cr ., el tercer motivo del recurso, en sede del artículo 850.1 de la L.E.Cr ., en relación con los artículos5.4 de la L.O.P.J ., 24.2 de la C.E . y 6, d) del Convenio de Roma de 1.950 , denuncia haberse incurrido enquebrantamiento de forma por denegación de prueba pertinente. Al haberse denegado la prueba testificalde varios testigos propuestos en tiempo y forma -se expone- se formuló la oportuna protesta a efectoscasacionales, tanto al momento de notificación del auto por el que se rechazaban las pruebas propuestascomo posteriormente en el acto del juicio oral, habiéndose acompañdo interrogatorio de las preguntas que sepretendían dirigir a los testigos.

El artículo 24 de la C.E . consagra como derechos fundamentales de la persona una serie de realizacionesque, en sí mismas, se ofrecen como garantías genéricas de los demás derechos y libertades, representandoel derecho a la tutela judicial uno de los más relevantes de entre aquel haz recogido en el texto constitucional,derecho fundamental -cual señala la sentencia del T.C. de 7 de junio de 1.984 - de carácter subjetivo, lo que,desde una perspectiva objetiva, constituye un elemento de trascendental importancia en el sistema jurídico.La decidida proscripción de toda indefensión así como el derecho a la utilización de los medios de pruebapertinentes para la defensa, vienen a erigirse en pilares de la proclamada tutela del artículo 24, como medio deque las pretensiones o alegaciones jurídicamente fundadas que se aduzcan ante los órganos jurisdiccionalesdel Estado, hallen su correcto reflejo y adecuado encauzamiento en el seno del proceso en marcha, recibiendoel tratamiento de fondo que merezcan y permitiendo que el derecho de acceso a la justicia pueda serlo ensu más lograda plenitud, sin obstrucciones ni trabas que lo dificulten o menoscaben. El artículo 24.2 es unprecepto de contenido complejo, dentro del cual el derecho a la tutela judicial supone, positivamente, el accesoal proceso y al uso de los instrumentos que en él se proporcionan para la defensa de los propios intereses (Cfr.sentencias del T.C. de 12 de julio de 1.982 y 23 de abril de 1.986 ).

De ahí que si bien la vía casacional del artículo 850,1º, se ofrezca como vía idónea para el restablecimientodel derecho que se pretende ante la denegación de la prueba propuesta, al descubrirse en el artículo 24 de laC.E . garantías procesales constitucionalizadas, cuando se detecta la vulneración de un derecho fundamentaljunto a la quiebra o atropello de una norma procesal, derechos de vinculación inexorable a todos los poderespúblicos, puede decirse que se ensanchan o amplifican las vías correctoras al respecto, incluso en estetrámite del recurso de casación, cimentándose más hondamente la reparación del agravio. El valor normativoinmediato y directo que ostenta la Constitución queda reflejado en los artículos 9º y 53 , con expresaconsignación de la sujeción a la misma por parte de los poderes públicos, entre ellos el judicial; regulaciónconstitucional con carácter de Derecho directamente aplicable, al alumbrarse la Carta Magna con vocacióny voluntad de norma primordial y efectiva y no meramente programática. Comportando ello, al perseguirsela unidad en el ordenamiento, unidad cifrada en el aliento común y compartido de unos mismos principios ypostulados impregnando la realidad legal y su proyección aplicativa, el ajustamiento de la labor interpretativa alas pautas constitucionales, particularmente aquellas que conciernen a los derechos y libertades reconocidosen el Capítulo II del Título I de la Ley Fundamental.

Con independencia y además de referida cimentación constitucional, por los recurrentes se ha dadooportunamente cumplimiento a las exigencias formales precisas para que la denuncia casacional, encauzablepor la vía del artículo 850,1º, de la Ley Procesal penal , pueda propiciar el reexamen o revisión acerca dela fundabilidad y procedencia de la denegación de prueba llevada a efecto por el Tribunal de instancia. Lamotivación denegatoria del mismo no viene por razón de vigilancia y atención acerca de requisitos formalesde inexorable atendimiento, sino en aplicación de la doctrina sobre la pertinencia y necesidad de la prueba,cual expone en el fundamento jurídico I, octavo de la sentencia recurrida y se ha explicado en los fundamentosprimeros de la presente al proceder al examen de las "cuestiones previas", todo lo que se da aquí porreproducido.

No apreciándose la existencia del vicio formal de que se ha hecho mérito, el motivo debe ser desestimado.

QUINCUAGESIMOCTAVO.- El primero de los motivos del recurso interpuesto por los acusados Valentín yCarlos Manuel lo es al amparo del artículo 849,2º de la L.E.Cr ., designando documento obrante al folio 4135 deltomo 15, D. 18, tomado en consideración para el hecho I.19; y documental A) y B), acompañadas y relacionadasen el número 4 del escrito de defensa de 23 de abril y el ampliatorio de 10 de mayo de 1.990, consistente endictamen emitido por el titular del Juzgado de Primera Instancia nº 14 de Madrid, en los autos número 116/85referente al estado de las actuaciones y otro informe del secretario. El segundo motivo, al amparo del artículo5.4 de la L.O.P.J . y artículo 24.2 de la C.E ., denuncia vulneración del principio de presunción de inocencia.

En los hechos probados I-19, se describe la conducta y actuación atribuida a los acusados. Se dice que conmotivo de la diligencia de toma de posesión del piso subastado -autos 116/85- en que estaba interesado

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Fermín se entregó a los inculpados una suma de dinero no determinado; Valentín actuaba como Oficial yCarlos Manuel como Agente Judicial. En la fundamentación jurídica se expone que la prueba de ello radica enun documento peritado al folio 4135 del tomo 15, D-18, que está escrito por Fermín en el que consta "tasasposesión Oficial, Agente y cerrajero piso C/ DIRECCION015 57.000". Por parte de los acusados se niega laatribuida percepción, no existiendo prueba alguna de ello fuera de la nota aludida. En el juicio oral Fermínafirma que "en las ocasiones en las que ha intervenido en subastas, a los funcionarios de los Juzgados nuncaha dado ni prometido nada... No ha tenido ningún trato económico ninguno con funcionarios". Se comentaen el recurso "la poca fiabilidad del documento en cuestión que es intrínsecamente contradictorio con larealidad". Nos hallamos, efectivamente, ante unas simples anotaciones de confección unilateral y oculta, encuya composición o confección no han tenido parte alguna los recurrentes, en la que ni siquiera aparecenidentificados con sus nombres y apellidos. Difícilmente puede reconocerse categoría de "documento", en elsentido más pleno con trascendencia y valoración jurídicas y eficacia probatoria, a unas meras anotacionesen las que una persona, por sí, privadamente, hace referencia, sin más, a conductas de otras, sin aditamentoacreditativo alguno y negada la realidad de los, en principio, atribuidos hechos. Ello carece objetivamente devalor incriminatorio y las averiguaciones llevadas a efecto no permiten, conforme a los cánones que rigen lapráctica probatoria, reconocerles aquella credibilidad precisa para fundar en tan inconsistente referencia unasentencia condenatoria. No se acreditó la asistencia de cerrajero a la diligencia de posesión y el MagistradoJuez informó que todo se llevó a efecto siguiendo sus instrucciones.

No puede entenderse desvirtuado el derecho a la presunción de inocencia y los motivos han de ser estimados.Lo que hace innecesario el examen y estudio del motivo cuarto en el que, con cita del artículo 24.2 de la C.E .y 5.4 de la L.O.P.J . y artículo 6.3 a) del Convenio de Roma de 1.950 , se atribuye a la sentencia vulneración delderecho a ser informado de la acusación formulada.

QUINCUAGESIMONOVENO.- El quinto de los motivos se fundamenta en infracción de precepto constitucionalal amparo del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 5.4 de la L.O.P.J ., artículo 18.1 de la C.E. y24.2 de la misma , por ilicitud y nulidad de las pruebas obtenidas en la entrada y registro, ex artículo 11.1 de laL.O.P.J . Esta parte -se arguye-, aunque a efectos puramente dialécticos se entendiera obtenida lícitamente elúnico indicio que obra contra los recurrentes (el insuficiente y contradictorio recibo), considera que la diligenciade entrada y registro en las oficinas de DIRECCION022 sin presencia de Secretario en nula de pleno derecho.Estimados los motivos primero y segundo del recurso, huelga el examen del presente. No obstante, atendiendoa los razonamientos vertidos al estudiar las cuestiones generales, ha de ratificarse que las diligencias deentrada y registro, al contar con la autorización judicial, no afectaron al derecho fundamental a la inviolabilidaddel domicilio dado que la presencia del Secretario no constituye garantía constitucionalizada por el artículo 24de la Constitución . Hallándonos ante una irregularidad procesal a resolver en términos de legalidad ordinaria.Ausente la fé pública judicial que sólo el Secretario puede prestar, los registros carecen de operatividad ytotal falta de virtualidad a efectos probatorios. Sin que a ello obste que el resultado de las intervencionespueda adquirir relieve y merecer autenticidad merced a la prueba complementaria proporcionada por lasaportaciones de los testigos que presenciaron los registros. Cuando ello tiene lugar, el hecho al que se refiere ladiligencia nula puede darse por acreditado merced a la interposición de pruebas distintas, lo que hace decaerla denunciada vulneración de los artículos 18.2 y 24.2 de la Constitución .

El motivo ha de ser desestimado.

RECURSO DE Jesús Ángel .

SEXUAGESIMO.- En cuanto al recurso interpuesto por el acusado Jesús Ángel , el primero de sus motivos,con apoyo en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . en relación con el artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., acusa infracciónde los artículos 9.3, 24.1 y 24.2, de la C.E . en relación con los artículos 11.1, 238.3 y 240 de la L.E.Cr . Seaduce nulidad de las intervenciones telefónicas y de los registros consecuencia de aquéllas practicados enfase de instrucción, por la forma y condiciones en que se han llevado a cabo, con vulneración de la legalidady de la doctrina que sobre las mismas ha sentado reiterada jurisprudencia, manteniéndose igualmente la faltade pruebas contra el recurrente, todo lo cual conculca el principio de presunción de inocencia consagrado enel artículo 24.2 de la C.E . Se realiza en el escrito una exposición detallada del modo como se desarrollaron lasintervenciones telefónicas, resoluciones judiciales que las autorizaron y prorrogaron, períodos de tiempo enque no puede admitirse vigente la autorización judicial, forma imperfecta en que se realiza el control judicial delas escuchas, inexistente a juicio del recurrente, transcripciones y resúmenes realizados por la Policía, así comocrítica del informe pericial emitido sobre las escuchas. Frente a ello se ha de dar por reproducido cuanto seexpuso antecedentemente, al comienzo de la fundamentación jurídica de la presente, sobre las intervencionestelefónicas practicadas. No se estima razonable pretender llevar el rigor que preside actualmente la prácticade esta medida limitativa de un derecho fundamental, fruto de un pormenorizado desarrollo jurisprudencialtanto del Tribunal Constitucional como de esta Sala, a supuestos que tuvieron lugar antes de la configuración

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legal del actual artículo 579 de la L.E.Cr. por L.O. 4/1988 , en época en que no se contaba más que con lagenérica admonición del artículo 18.3 de la C.E . Así se entendió por la sentencia de 16 de enero de 1.992 ensupuesto similar al que se enjuicia.

SEXUAGESIMOPRIMERO.- Se postula igualmente la nulidad "ab initio" de los registros realizados, aludiéndosea la "teoría de los frutos del árbol envenenado" consagrada por el artículo 11 de la L.O.P.J . y recogida endiversas resoluciones jurisprudenciales. Desde el momento que no se considera concurrente la nulidad de lasescuchas telefónicas, huelga pretender la nulidad de los registros por mor de un efecto reflejo de aquélla. Encuanto a la pretendida nulidad intrínseca de los registros, se da por reproducida la exposición efectuada demodo general al principio de esta resolución favorable al reconocimiento de los resultados de las diligenciaspracticadas, pese a la irregularidad procesal de inasistencia de Secretario, en razón a las declaraciones de lostestigos intervinientes.

En las diligencias de registro se ocuparon muy varios documentos que fueron entregados en el Juzgado por laPolicía ordenados y depositados en diversas Cajas numeradas, a las que se hace mención en los fundamentosjurídicos de la sentencia. Basta la lectura de los apartados del fundamento respectivo A-4, A-9, A-14, A-15,A-18 y A-20, en los que minuciosamente se hace referencia a las Cajas y documentos de los que resulta laintervención del acusado y recurrente, entre otros, en las respectivas subastillas conectadas a las subastasde inmuebles que se indican. La sentencia alude a estos documentos y papeles no unidos a los folios delas actuaciones, sino que figuran guardados y ordenados en cajas, en razón a su volumen y características.Constata que las defensas pudieron en todo momento examinarlos con la autorización correspondiente,teniendo cumplida información de ellos al ser base de la acusación. Pudieron en todo momento reclamar suexhibición puntual a todos los efectos. En el fundamento segundo de los dedicados al hecho A) se explana lasentencia en la consideración de la prueba pericial caligráfica que obra a los folios 4084 y ss., ratificada en elacto del juicio oral. Considera el Tribunal que los documentos analizados tienen una importancia trascendenteprobatoria por cuanto, con esa documentación, se prueba la participación de los acusados en subastillas osegundas. Existiendo mención de personas participantes en las subastas.

Lo que resulta indiscutible es que existe una prueba de cargo -más que mínima- suficiente para desvirtuar lapresunción de inocencia. No corresponde a este Tribunal, cual si de una segunda instancia se tratase, procedera una revisión valorativa de la prueba, suplantando las atribuciones que al Juez o Tribunal sentenciador confíael artículo 741 de la L.E.Cr . y 117.3 de la C.E .

El motivo ha de decaer y ser desestimado.

SEXUAGESIMOSEGUNDO.- Amparado en el número 1º del artículo 849 de la L.E.Cr . se articula el segundo delos motivos del recurso, denunciándose como infringido, dados los hechos que se declaran probados en lasentencia recurrida, el artículo 539 del C.P ., por aplicación indebida. Por los mismos fundamentos recogidosal estudiar el contenido y alcance del artículo 539 del C.P. de 1.973 , en confrontación con el vigente artículo262 del C.P. de 1.995 , procede la estimación del presente. Los hechos descritos en el factum y atribuidos alrecurrente no se hallaban tipificados al tiempo en que se dicen cometidos.

RECURSO DE Ángel Jesús .

SEXUAGESIMOTERCERO.- Respecto del recurso formulado por Ángel Jesús , el primero de sus motivos lo escon invocación del artículo 5.4 de la L.O.P.J . por vulneración del principio de presunción de inocencia reguladoen el artículo 24.2 de la C.E . No existe -se dice- a los efectos interesados prueba de cargo que demuestre queel acusado haya llevado a cabo la acción configuradora del delito de cohecho por el que es considerado enla sentencia recurrida.

Desdobla el recurrente sus alegaciones en orden a sistematizar de la mejor manera sus fundamentos en prode la inexistencia de prueba de sendos elementos o factores que vienen a integrar el tipo del artículo 386 delC.P . El apartado A) del escrito formalizador del recurso se consagra a la exposición de las razones que estimacorroboradoras de que el acusado no llevó a cabo el acto injusto del que es acusado, no habiendo prueba decargo al respecto, demostrando la de descargo todo lo contrario.

Efectivamente, no puede deducirse de lo actuado que Ángel Jesús pudiese llevar a término el acto injustoque se le atribuye, y ello con independencia de que fuese o no de su competencia. Jose Francisco se adjudicóen subasta celebrada en el Juzgado número 4 un piso en la PLAZA002 , nº NUM016 , de Madrid. Se leimputa al acusado haber favorecido la posesión del inmueble y el lanzamiento de los ocupantes, llevándoseello a efecto sin respetar el orden de prelación cronológico de las diligencias de dicho orden. No aparece enlos autos correlación de los asuntos que estuviesen pendientes y acreditamiento de que se verificase aqueldesplazamiento en su despacho. El acto antedicho de lanzamiento se efectuó, pero no existe constancia deque tuviese intervención el recurrente. El Secretario del Juzgado certifica respecto de los autos del juicio

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ejecutivo 336/B-1 de 1.983, que fueron tramitados exclusivamente por el Oficial Juan María y el auxiliar ÁngelJesús , y con anterioridad al Sr. Juan María fue tramitado por el Oficial Luis Francisco , ya que toda latramitación de los autos ha sido efectuada por los referidos Oficiales únicamente" (f. 1371). El Magistrado Juezde Instrucción del Juzgado informó que "las diligencias de calle o fuera de la sede jurisdiccional las realizabanlos Oficiales de cada Sección del Juzgado, por sustitución o habilitados por el Sr. Secretario, los señalamientospara la práctica de dichas diligencias se proveían por el informante de acuerdo con las fechas que aquellosindicaban en los proveidos correspondientes" (f. 1655). El Oficial Juan María explica en su declaración elmodo de desenvolvimiento de la Oficina Judicial y, concretamente y con referencia al lanzamiento a que serefiere el recurso, que fue él mismo el que despachó con el Juez, preparó el proveido y procedió personalmentea efectuarlo (fs. 1487 y 1488).

En definitiva, no existe acto injusto llevado a cabo por el acusado, habiéndose dejado sin efecto elprocesamiento de Juan María .

SEXUAGESIMOCUARTO.- En el apartado B) se aduce que en la actividad probatoria con que se cuenta no seacredita que el recurrente recibiera dádiva o cantidad alguna en contra de lo afirmado por la sentencia. Enperíodo de instrucción tanto el recurrente Ángel Jesús como Jesús Manuel rechazaron la imputación que seles hizo de haber exigido, Jesús Manuel como intermediario, la suma de cien mil pesetas a Jose Francisco alobjeto de agilizar la tramitación de las actuaciones y llevar a término la diligencia de posesión y lanzamiento,en su caso, que se pretendía respecto a determinado piso. Jose Francisco adujo, e insistió repetidas vecesen ello, la exigencia de la suma expresada por el funcionario auxiliar a través de Jesús Manuel . Cual resaltala sentencia, Jose Francisco no se movió por motivos de enemistad, venganza, autoexculpación, etc., nopudiéndose tan siquiera decirse que estuviese presionado, pues declaró en fechas muy diversas de formasimilar. Así lo efectuó el 23 de enero de 1.987 en Comisaría de Policía, ante el Juez instructor el 24 de enerode 1.987, 26 de enero de 1.987, 2 de febrero de 1.987, 26 de febrero de 1.987 y 25 de marzo de 1.987, éstaen declaración indagatoria, ratificándose en todo y aclarando que las entregas de dinero se hicieron "en variasocasiones y durante la época en que se practicaban las diligencias de lanzamiento, posesión y las posterioresde ellas derivadas". Explica Jose Francisco la forma de identificación de Ángel Jesús y Jesús Manuel, y los motivos que le indujeron a rectificar su inicial versión en el juicio oral, ligado todo ello al cambio deAbogado que asumió su defensa. Ya se ha expuesto suficientemente al estudiar el recurso de Jesús Manuella significación y validez de las declaraciones del coimputado en orden a configurar ese reducto de prueba decargo mínima y suficiente capaz de desvirtuar el derecho a la presunción de inocencia. Así como la eventualopción por el resultado de las pruebas provenientes del Sumario frente a las resultantes del jucio oral, frutotodo ello de la valoración global de la prueba encomendada al órgano decisor judicial por el artículo 741de la L.E.Cr ., siempre contando con el tributo debido a los principios de contradicción, oralidad, publicidad,defensa e inmediación. El Tribunal de instancia, motivadamente, seleccionará aquellas probanzas a las quequepa reconocer un especial coeficiente de "fiabilidad" o "credibilidad" frente a cualesquiera otras de que setrate de hacer acopio. Obra el Tribunal de instancia con fidelidad a las atribuciones conferidas y, haciéndolomotivadamente, sus apreciaciones quedan fuera de la órbita casacional.

SEXUAGESIMOQUINTO.- Se trata por el recurrente de reducir o infravalorar la aportación testimonial de JoseFrancisco al decir tratarse de un testigo meramente referencial. Propiamente no nos hallamos ante untestimonio referencial en cuanto la jurisprudencia viene entendiendo por tal el prestado por una persona ensituaciones excepcionales de imposibilidad efectiva y real de obtener la declaración directa del testigo principaly directo. Sustituir sin más la declaración del testigo directo, que puede estar a disposición del Tribunal, porlas referencias de testigos no presenciales del hecho, rompe el principio de inmediación y obliga a sustituir lacrítica del testimonio y la inmediación de su apreciación, que corresponde al Tribunal, por la propia valoraciónque de tales declaraciones haga el testigo indirecto ( sentencia del T.S. de 14 de diciembre de 1.992 ). El recursoal testimonio referencial queda limitado a aquellas situaciones excepcionales de imposibilidad real y efectivade obtener la declaración del testigo directo o principal ( sentencia del T.C. 261/1994, de 3 de octubre). A lolargo de la causa se han producido las declaraciones de Jose Francisco , Jesús Manuel y, por supuesto, deÁngel Jesús . Se ha contado con la declaración del testigo señalado como intermediario para la percepcióny entrega de la dádiva. Jose Francisco no era un mero testigo receptor de la notitia delicti, sino impulsor yresponsable del cohecho. El Tribunal ha contado con la inmediación y ha podido valorar el índice de credibilidadde los sucesivos testimonios prestados, apercibiéndose de la difícil sinceración de Jesús Manuel en cuantoa ella iba ligada indefectiblemente su responsabilidad.

Procede, en consecuencia, la estimación parcial del recurso al acogerse el mismo respecto a su apartado A),y desestimarse en el resto.

SEXUAGESIMOSEXTO.- En sede del artículo 5.4 de la L.O.P.J . se configura el segundo motivo del recursodenunciando haberse vulnerado el principio constitucional del derecho a un proceso público sin dilaciones

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indebidas y con todas las garantías, recogido en el artículo 24.2 de la C.E . Iniciado este procedimiento -se dice-contra el recurrente en el año 1.987, han transcurrido más de ocho años hasta que se ha dictado sentencia.Ha de darse por reproducido cuanto se ha expuesto sobre el tema de las "dilaciones indebidas" en el estudiode las "cuestiones previas". En base a ello ha de desestimarse el motivo.

SEXUAGESIMOSEPTIMO.- Al amparo y con cita del artículo 5.4 de la L.O.P.J ., se invoca en el motivo tercero elartículo 14 de la C.E . regulador del principio de igualdad y del derecho de él dimanante a la no discriminación.Al dejarse sin efecto el procesamiento -se dice- del Oficial Juan María , del mismo Juzgado y equipo que elrecurrente, quedando acreditado en la causa que quien se encargó y llevó a cabo, previo señalamiento por elJuez, lo concerniente a las actuaciones que sirven de base para condenar a Ángel Jesús por un delito decohecho, constituye un trato desigual y discriminatorio con respecto al acusado que recurre.

El principio de igualdad que garantiza la Constitución opera en dos planos distintos. Primero yfundamentalmente obliga al legislador, pugnando por evitar que la norma legal o reglamentaria otorgue tratodistinto a personas que se encuentren en la misma situación. En otro plano, que es el que aquí interesa, enel de la aplicación de la ley, el principio se traduce en que ello se lleve a efecto de modo igual respecto a lossujetos con semejante y no diferenciado status. Protege fundamentalmente frente a divergencias arbitrariasde atendimiento y trato en resoluciones judiciales, evitando desigualdades injustificadas e infundadasdiscriminaciones (Cfr. sentencias del T.C. 49/1982, de 14 de julio, 144/1988, de 12 de julio y 207/1992, de30 de noviembre ). En síntesis la doctrina constitucional reafirma que la igualdad jurídica significa que alos supuestos de hecho iguales han de serles aplicadas unas consecuencias jurídicas también iguales, yque para introducir desemejanzas atencionales entre los supuestos de hecho tiene que existir una suficientejustificación de tal diferencia que aparezca, al mismo tiempo, fundada y razonable de acuerdo con criterios yjuicios de valor generalmente aceptados.

Conforme a las sentencias del T.S. de 20 de septiembre de 1.994 y 18 de septiembre de 1.995 , con referenciaal artículo 14 de la C.E . y al principio de igualdad, si los casos o supuestos son idénticos el tratamientolegal debe ser el mismo para todos, mas si son diferentes la aplicación de la Ley ha de ser forzosamentedesigual. El principio constitucional no significa más que la igualdad ante la Ley y en la aplicación de la Ley,pero no la igualdad de las partes en un proceso concreto. Ni siquiera diferentes criterios judiciales abonaríande por sí la vulneración de tal igualdad constitucional. Con justa precisión se afirma en la sentencia de25 de junio de 1.990 que cuando el presupuesto es diferente, la justicia que es racionalidad y equilibrio,exige precisamente solución distinta. Desigualar lo desigual equivale a igualar, desde el punto de vista delas exigencias constitucionales establecidas en el artículo 9.2 que también tiene una evidente vocación degeneralización y de directa proyección al principio de justicia.

Improsperable se muestra el motivo aducido. En el supuesto de autos el Juzgado levantó el procesamientode Juan María al igual que lo hizo para otros, quedando vigente para el recurrente, lo que ha reportadoconsecuencias distintas fruto de las resultancias probatorias de la causa. Los presupuestos fácticos que handado lugar a semejante disociación de efectos para una y otra de las personas mencionadas - Juan Maríay Ángel Jesús - aparecen diferenciados y no son incompatibles entre sí. Todo ello es acusable de un modonatural y, desde luego, ajeno a toda idea de vulneración del principio de igualdad.

El motivo ha de ser desestimado.

SEXUAGESIMOCTAVO.- En el cuarto de los motivos, al amparo del artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., se denunciahaberse incurrido en error de hecho en la apreciación de las pruebas, con base en documentos obrantes enautos, no tenidos en cuenta y que no han sido puestos en contradicción por otros elementos probatorios.No reunen los supuestos documentos, en general, las condiciones de tales a efectos casacionales según ladoctrina a que ya se ha hecho referencia; parte de los citados carecen de la exigible literosuficiencia y, lejos deoriginarse independientemente del proceso, vienen a constituir diligencias propias del mismo. Todo ello sujetoa la valoración reservada al Tribunal sentenciador conforme al artículo 741 de la L.E.Cr . Y si bien a algunosde los invocados documentos puede reconocérseles virtud acreditativa de la invocada titulación de auxiliar dela Administración de Justicia, ello no puede decirse negado por la sentencia recurrida que, de modo un tantogeneralizado, en este caso como en otros, alude a la condición de "funcionario público" del encausado, en elentendimiento de que, cualesquiera consecuencias que hayan de derivar de la sentencia han de venir referidasal status administrativo concreto del funcionario en cuestión. No procediendo, pues, la estimación del motivo.

SEXUAGESIMONOVENO.- El quinto de los motivos, residenciado en el artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., denunciainfracción del artículo 386 del C.P . Habiéndose estimado parcialmente el motivo primero, el supuesto decohecho del apartado I-1 resulta incardinable en el artículo 390 del C.P ., en cuanto la suma recibida por elacusado bien lo fue en consideración a su oficio o para la consecución de un acto justo no retribuible. Elprecepto del artículo 390 castigaba al que admitiere regalos, mediase o no solicitud por parte del funcionario.

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Transvase calificativo que nunca puede afectar al principio acusatorio en cuanto se asienta sobre los hechostomados en consideración por la Sala de instancia, sin aditamento alguno, antes bien, restando de los mismosalgún factor secundario, que fue el determinante de la calificación más grave. El acusado conoció en todotiempo y con oportunidad el sustento fáctico que se mantiene, ofreciendo una defensa activa respecto almismo (Cfr. sentencias del T.S. de 8 de febrero y 14 de julio de 1.993, 26 de febrero y 13 de junio de 1.994 ).Patente resulta la homogeneidad entre sendos delitos, ambos incluidos en el Capítulo IX, "Del cohecho", en elsentido que advierte la sentencia del T.C. 104/1986, de 17 de julio , de que todos los elementos del segundotipo (el de condena) estén contenidos en el tipo de acusación, porque siendo así no hay ningún elemento nuevoen la condena del que no haya podido defenderse respecto a las acusaciones. Y, desde luego, la punición aque se llega no es por delito más grave que el objeto de acusación.

Procede la estimación parcial del motivo. Ello ha de tener sus efectos en los recursos de Jesús Manuel yJose Francisco , conforme a lo dispuesto en el artículo 903 de la L.E.Cr .

RECURSO DE Augusto .

SEPTUAGESIMO.- En el segundo de los motivos del recurso interpuesto por el acusado Augusto al amparodel artículo 5.4 de la L.O.P.J ., y en lo menester en el artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., en relación con el artículo24.2 de la C.E ., se entiende vulnerado el derecho a la presunción de inocencia, por cuanto la condena de aquélrespecto al supuesto de cohecho I-12, se sustenta, únicamente, en deducciones e hipótesis sobre el contenidode los documentos obtenidos en dos registros llevados a cabo en las actuaciones, en los que faltó la presenciadel Secretario Judicial, exigida por el artículo 569, párrafo cuarto, de la Ley Procesal penal . El primero de losmotivos, con invocación de iguales preceptos que el antes citado, también aduce vulneración del derecho a lapresunción de inocencia, al no existir en la causa ninguna prueba incriminatoria contra el recurrente.

En lo que concierne a la pretendida irregularidad y consiguiente ineficacia probatoria de las diligenciasde registro practicadas sin intervención de Secretario judicial, hemos de remitirnos a cuanto se expusoantecedentemente al tratar de las cuestiones generales y previas, abogando por la operatividad y producciónde efectos de indicadas actuaciones en méritos a la complementariedad probatoria llevada a efecto.

Al recurrente se le condena con base en los documentos que se encontraron en las oficinas registradas.Entre esos documentos -se dice en la sentencia- se han hallado recibos, papeles, fichas y otros que reflejancontabilidad de los acusados en los que se hacía constar el dinero entregado a funcionario público por latramitación de algunos asuntos, utilizando expresiones tales como "propina", "gratificación", "tasas", "tasaoficial", etc. El acusado ha negado siempre, y rotundamente, tanto en las diligencias sumariales como en elplenario que se le haya ofrecido o entregado dinero. Lo que también ha sido rechazado por los coinculpadosa quienes la sentencia atribuye las presuntas entregas a Augusto . Se da la circunstancia de que taldocumentación sobre la que se construye la condena no fue invocada en el juicio oral, no preguntando alacusado sobre la realidad de las menciones que contenían, así como tampoco a los supuestos autores ointeresados por la confección o posesión de dichos documentos. Al menos su lectura en el juicio hubieraabierto paso a un trámite de contradicción, necesario para la adecuada valoración de ese conjunto deanotaciones o constancias contables. Fundada se ofrece la crítica de la defensa de que en el acto del juiciooral, ninguna otra prueba se ha realizado para intentar acreditar la realidad del contenido de antedichosdocumentos, con la grave implicación que suponen para el recurrente. En cualquier caso, cabe dar porreproducido cuanto se ha venido afirmando en esta sentencia ante supuestos similares, de que no cabeobjetivamente dar por existente una prueba cual la apreciada, de unilateral y privada confección, documentoshallados en unas oficinas ajenas en cuya composición nada ha tenido que ver el acusado, y hasta desconocidosen su existencia para el mismo. Ni siquiera figura su nombre, aludiéndose tan sólo a abono de "tasas". Hade darse reproducido cuanto se expone al resolverse el motivo tercero de los recursos de Carlos Ramón yPedro Enrique .

No desvirtuada la presunción de inocencia, sendos motivos han de ser estimados.

SEPTUAGESIMOPRIMERO.- Partiendo del acogimiento de los motivos de que se ha hecho exposición, han demerecer el mismo trato estimativo los motivos subsiguientes, tercero, cuarto, quinto y sexto, los cuales, en sededel artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., atribuyen a la sentencia haber incurrido en error de hecho en la apreciaciónde la prueba, en cuanto vienen a ser reiteración de los precedentes, si bien atendiendo individualizadamentea cada una de las anotaciones detectadas y en base a las cuales la sentencia impugnada ha configurado susdictados incriminatorios.

RECURSOS DE Domingo y Lucio .

SEPTUAGESIMOSEGUNDO.- En relación con los recursos interpuestos por los acusados Domingo y Lucio ,el último en relación con la sentencia de 30 de mayo de 1.995 , en el rollo supletorio, el primero de los motivos

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lo es en sede del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., por infracción de lo dispuesto en los artículos 11.1 y 238.3 de laL.O.P.J ., y artículos 569 y 574 de la L.E.Cr . La diligencia de entrada y registro en las oficinas de DIRECCION022. propiedad de Fermín -se expone- no fue llevada a cabo con las mínimas garantías procesales, produciendoello grave perjuicio e indefensión a los recurrentes. Extendiéndose en consideraciones sobre las supuestasirregularidades, destacando muy especialmente la ausencia de Secretario. Es doctrina consolidada y reiteradade esta Sala que la infracción denunciada al amparo del precepto del artículo 849,1º, se refiere a los preceptossustantivos penales y otros igualmente sustantivos que deban ser observados en aplicación de aquéllos.

En cualquier caso y teniendo en cuenta el entronque de alguno de los preceptos invocados y alegaciones quese efectúan con principios de contextura constitucional, habremos de remitirnos a cuanto se ha expuesto alestudiar las cuestiones previas, en particular la afectante a las diligencias de entrada y registro, en base alo cual se impone la desestimación del motivo. Los testigos han corroborado la realidad de cuanto se haceconstar en las respectivas actas. Los documentos ocupados han estado en todo momento a disposiciónde los interesados, sin que nada en contra suponga su custodia y depósito en las cajas dado su volumen ycomplejidad. Es ilógica la pretensión de que unos testigos ocasionales que secundan observantes la actuaciónde la comisión que lleva a efecto el registro queden impuestos del contenido de cada uno de los centenaresde documentos o papeles ocupados. La prueba pericial caligráfica que ulteriormente se realizó corroborala autoría del texto de muchos de ellos y, por ende, la pertenencia a acusados que ocupaban las oficinasregistradas. Sendos motivos de uno y otro recurso han de ser desestimados.

SEPTUAGESIMOTERCERO.- El tercero de los motivos de uno y otro recurso, al amparo del artículo 849,2º, dela L.E.Cr ., hace alusión a supuesto error de hecho en la apreciación de la prueba, basado en los mismosdocumentos que la Sala utiliza para apoyar su condena, que muestran la evidente equivocación del juzgadory que no resultan contradichos por otros elementos probatorios.

En los apartados correspondientes de los hechos I-8 e I-9 de los Hechos Probados, en cuanto a Domingo yla exposición fáctica de la sentencia que le condena, en relación con Lucio , y sus correspondientes de lafundamentación jurídica, se describen los factores o elementos tenidos en cuenta para sentar las afirmacionesincriminatorias que, en definitiva, se vierten en la sentencia. Se trata de anotaciones relativas a autos seguidosen los Juzgados que se indican, halladas en los documentos ocupados en las diligencias de entrada y registroen las oficinas de DIRECCION022 . propiedad de Fermín y en el despacho profesional de Felipe , y a lasque reiteradamente se vienen aludiendo en la presente, alusiones tales como "gratificación a favor del oficial","propina oficial", "tasa oficial", "propina oficial". Por los recurrentes se insiste en la ineficacia probatoria detales supuestos "documentos", no reconocidos por los poseedores y, desde luego, absolutamente negadoslos hechos a que se refieren por parte de los acusados. Es evidente la falta de rigor que supone el dar a talesanotaciones un valor del que carecen y una extensión que no resulta de las mismas. Nos hallamos ante merosapuntes, sin entidad propia contable, no solamente de configuración y elaboración unilateral, sin participaciónalguna de los recurrentes, sino desconocidos por los mismos antes de su aportación a la causa. Como yase ha repetido a través de la sentencia, ello no puede constituir prueba en sentido propio; de las anotacionesreferidas, sin otro aditamento probatorio, no puede, en buena lógica procesal, llegarse a unas conclusionesincriminatorias cual las efectuadas como antecedente de la condena emitida contra los acusados.

El motivo tercero de los recursos ha de ser estimado.

SEPTUAGESIMOCUARTO.- El segundo motivo de los recursos se funda en el artículo 849,1º, de la L.E.Cr .y lo es por supuesta infracción del artículo 390 del Código Penal , aplicación indebida del mismo, al noconstituir los hechos probados infracción de indicado precepto. El acogimiento del motivo antecedenteconlleva necesariamente el acogimiento del presente al desaparecer el frágil sustentáculo fáctico sobre quese construye la existencia del tipo penal del artículo 390 del Código sustantivo . Huelga todo estudio sobre suesencia y elementos que le configuran.

Los motivos de ambos recursos han de ser estimados.

RECURSO DE Gregorio .

SEPTUAGESIMOQUINTO.- En el recurso interpuesto por el acusado Gregorio , en el primero de sus motivos,formulado al amparo de lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J ., se alega vulneración del principioconstitucional de presunción de inocencia, recogido en el artículo 24.2 de la C.E . No se ha probado -se dice- enel acto del juicio oral, ni en las diligencias de prueba que se practicaron en la fase instructora, que el recurrenteparticipase en las "subastillas" que tuvieron lugar como consecuencia de las subastas públicas derivadas delos Autos 678/83 del Juzgado número 6 de los de Madrid , Autos 187/73 del Juzgado número 15 de los deMadrid , Autos 1754/84 del Juzgado número 7 de los de Madrid y Autos 651/85 del Juzgado número 2 de losde Madrid , y que por lo tanto fuese autor del delito de maquinaciones para alterar el precio de las cosas, porel que ha sido condenado, por no haberse practicado el mínimo de actividad probatoria de signo inculpatorio.

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Se atribuye al inculpado haber tomado parte en las "subastillas" celebradas en relación con las subastas deinmuebles a que se hace mención en los apartados 6, 9, 14 y 20 del hecho A, y dimanantes de los autos678/83 (Juzgado nº 6), 1867/73 (Juzgado nº 15), 1754/84 (Juzgado nº 7), y 651/86 (Juzgado nº 2). En lafundamentación jurídica de la sentencia se hace alusión, en cuanto al hecho A-6, al objeto de fundamentar lacondena y como prueba de cargo obrante en la causa, a un documento existente en la carpeta titulada "recibosLuis Pedro ", que ha sido peritada y obra al f. 4299, C2-18, del Tomo 15, hallada en la Caja 7; existe también undocumento a máquina, alusivo a los gastos de la subasta, y en el que figura " Gregorio , 18.900". En cuantoal hecho A-9, igualmente se cita una subastilla relacionada con los autos 1867/73, atribuyendo participaciónen la misma al recurrente conforme se acredita con el documento obrante en la Caja 4, folio 4232, D-110, en elque se dice figura Gregorio , identificado como " Gregorio ". En relación con el hecho A-14, autos 1759/84, elacreditamiento de la participación en subastilla se cifra un documento -caja 8, carpeta marrón-, conteniendo unlistado con todos los partícipes. Respecto al hecho A-20, en la Caja 3 se encuentra un documento acreditativode la práctica de la subastilla -Autos 651/86- y un listado manuscrito individualizando a todos los que se diceparticiparon en la subastilla, entre ellos el acusado Gregorio .

En las diligencias de registro se ocuparon, pues, muy varios documentos que fueron entregados y puestosa disposición del Juzgado por la Policía, ordenados y depositados en diversas cajas numeradas, a las quese hace mención en la sentencia. De todo ello aparece la intervención del acusado y recurrente, entre otros,en las respectivas subastillas conectadas a las subastas de inmuebles que se indican. La sentencia alude aestos documentos y papeles no unidos a los folios de las actuaciones, sino que figuran guardados y ordenadosen cajas, en razón a su volumen y características. Constata que las defensas pudieron en todo momentoexaminarlos con la autorización correspondiente,. teniendo cumplida información de ellos al ser base de laacusación. Pudieron en todo momento reclamar su exhibición puntual a todos los efectos. Se cuenta con laprueba pericial caligráfica y su ratificación en el acto del juicio oral. Considera el Tribunal que los documentosanalizados tienen una importancia trascendente probatoria por cuanto, con esa documentación, se prueba laparticipación del acusado en subastillas o segundas.

Lo que resulta indiscutible es que existe una prueba de cargo -más que mínima- suficiente para desvirtuar lapresunción de inocencia. No corresponde a este Tribunal, cual si de una segunda instancia se tratase, procedera una revisión valorativa de la prueba, suplantando las atribuciones que al Juez o Tribunal sentenciador confíael artículo 741 de la L.E.Cr . y 117.3 de la C.E .

El motivo debe ser desestimado.

SEPTUAGESIMOSEXTO.- El segundo motivo del recurso lo es por infracción de ley y al amparo de lo dispuestoen el artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., por decirse infringido, por aplicación indebida, el artículo 539 del C.P. Porlos mismos fundamentos recogidos al estudiar el contenido y alcance del artículo 539 del C.P. de 1.973 , enconfrontación con el vigente artículo 262 del C.P. de 1.995 , procede la estimación del presente. Los hechosdescritos en el factum y atribuidos al recurrente no se hallaban tipificados al tiempo en que se dicen cometidos.

RECURSO DE Leonardo .

SEPTUAGESIMOSEPTIMO.- Respecto del recurso interpuesto por el acusado Leonardo , el primero de susmotivos lo es por quebrantamiento de forma al amparo de lo dispuesto en el artículo 850,1º, de la L.E.Cr .,por violación de lo dispuesto en el artículo 24.1 y 2, de la C.E . que consagran los derechos a obtener la tutelajudicial efectiva y a utilizar los medios pertinentes para su defensa. Se dice que el recurrente propuso en elprocedimiento 668/84-B del Juzgado de Primera Instancia número 10 como testigos a los licitadores de lasubasta, así como a los Jueces (hubo tres) y el Secretario, que intervinieron en la tramitación de los Autos, asícomo al resto de los funcionarios del referido Juzgado. Peticiones que tuvieron lugar tanto en el Juzgado comoen la Audiencia y que, en definitiva, no tuvieron la debida acogida por parte de dichos órganos jurisdiccionales.

Ya se ha estudiado al abordar las "cuestiones previas" en la primera parte de la presente, la relativa al derechoa la utilización del medio de prueba para la propia defensa, derecho que no puede configurarse como absolutocomo muestra el propio texto del artículo 24.2 al referir el derecho a los medios de prueba pertinentes, lo que,indefectiblemente, nos limita el thema decidendi. Idea de pertinencia a la que se liga la de "necesidad", yaque sólo la eliminación de lo indispensable o forzoso puede llevar a un estado de indefensión, habiendo deponderarse, cuando de lesión de derecho fundamental se trata, la trascendencia que la consumada inadmisiónpudiera tener en el signo de la resolución última del proceso. La justa y fundada labor selectiva del Tribunalante una profusa proposición de pruebas, encuentra, a su vez, su refrendo en el principio de proscripción dedilaciones indebidas y de agilización del trámite procedimental, evitando lastres innecesarios. Las resolucionesde los Tribunales deben situarse en la zona de un necesario equilibrio entre el derecho de defensa y lanecesidad de evitar entorpecimientos que bloqueen el desarrollo del juicio oral. La sentencia de 7 de diciembrede 1.994 distingue entre indefensión formal y material, admitiéndose esta última cuando la no realización de

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la prueba, por su relación con los hechos a los que se anuda la condena o la absolución u otra consecuenciapenal relevante, pudo alterar la sentencia en favor del proponente, y no, en cambio, cuando esa omisión no hainfluido en el contenido de ésta.

Hemos de remitirnos a lo expuesto antecedentemente sobre la improcedencia de traer al juicio oral a Jueces oSecretarios como testigos en relación con las resoluciones emitidas o actuaciones procesales en que hubierantenido intervención. La constancia documental de ello, sin deberse a explicaciones complementarias de otranaturaleza, será la fuente de acreditamiento que habrá de utilizarse y tenerse en consideración. Recordemosla sentencia de 25 de junio de 1.990 como corroboradora de lo expuesto. Cuanto decimos es predicable, engeneral, de intervenciones habidas de autoridades y funcionarios en el ejercicio de sus funciones.

Basta el repaso del fundamento jurídico correspondiente al hecho I-2 y a la enumeración de factores tenidosen cuenta, dentro de un razonamiento motivador prolijo y riguroso, para concluir, cual hace la sentencia, queen modo alguno podía influir la testifical propuesta en el cambio de signo de la sentencia.

El motivo ha de ser desestimado.

SEPTUAGESIMOCTAVO.- El segundo de los motivos lo es por infracción de ley al amparo del artículo 849,2º, dela L.E.Cr . o alternativamente al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . por vulneración del artículo 24.2 de la C.E .En los hechos probados de la sentencia recurrida -se expone- se declara probado que Felipe , Regina , Robertoy Luis Antonio consiguieron que Leonardo , a cambio de la entrega de 25.000 pesetas, no llevase a efectola consignación (del precio) hasta conseguir un comprador a quien cederle el remate. Y en la fundamentaciónjurídica se recoge que la entrega de las 25.000 pesetas se encuentra contabilizada en un documento halladoen las oficinas de Felipe , Caja NUM005 .

Se objeta que el documento referido ha llegado al proceso en base a una diligencia de entrada y registro nulade pleno derecho, al practicarse sin la presencia del Secretario. Y, además, que el documento esgrimido comoprueba no ha sido adverado en las sesiones del juicio oral ni exhibido a inculpado o testigos. Ciertamente que atal documento, por sí solo, no podría valorársele como prueba de cargo suficiente para desvirtuar la presunciónde inocencia. Pero en el supuesto a que atendemos existen otros factores probatorios sobre los cuales elTribunal fundamenta su dictado de culpabilidad, cuales son, principalmente, el examen de las vicisitudessufridas por el procedimiento 131 de la L.H. 668/84, ya asumida su tramitación por el Oficial Leonardo , araíz de la celebración de la subasta, así como la conversación telefónica grabada correspondiente a Regina .Todo ello reflejado con minuciosidad en la fundamentación jurídica de la sentencia.

La prueba que acredita lo anteriormente expuesto -se razona en la sentencia- se encuentra íntegra en eltestimonio del Juzgado de Primera Instancia nº 10 de Madrid, autos nº 668/84 que obra unido a la causa. Si sesiguen estas actuaciones se observa como el día 9 de abril de 1.986 se celebra la subasta sobre varios lotes,uno de los cuales, el C1 es un chalet en DIRECCION010 . Ese chalet se lo adjudica el acusado Felipe , y seestablece un plazo de ocho días para consignar el precio del remate, a la par que se hace constar la suspensiónde la aprobación del remate para que el inquilino pueda ejercitar el derecho de retracto.

Por Auto de 8 de mayo de 1.986 , el Juez de Primera Instancia soluciona la contradicción existente en laresolución anterior y concede al adjudicatario Felipe , que por entonces no tiene un comprador del chalet,un plazo de tres días para consignar el precio del remate. No lo hace por no tener comprador a quien cederleaquél y que, por tanto, consigne el precio. Sin embargo, apoyándose en el procedimiento del artículo 131 dela L.H. (regla 15 ) que fija un plazo de ocho días para la consignación a diferencia del trámite de ejecuciónprevisto en la L.E.C., su esposa, la acusada Regina , el 6 de junio de 1.986 recurre en nombre de su esposoel plazo de tres días concedido, redactando el escrito a máquina el funcionario Leonardo como manifestóante el Instructor el 4 de marzo de 1.987, y como afirmó en el acto de la vista, aunque aquí matizó y señalóque lo efectuó a petición de un letrado. Al haberse interpuesto el recurso pidiendo la nulidad del plazo de tresdías por una persona distinta al adjudicatario del inmueble, se exigió que antes de proceder a la resolución delrecurso interpuesto Felipe se ratificase en el mismo.

En estos momentos el funcionario Leonardo ya se está haciendo cargo del asunto civil, lo que era conocido porlos acusados, como lo expone la acusada Regina en una conversación telefónica del día 7 de junio de 1.986cubierta por resolución judicial que obra al folio 789. En tal conversación telefónica se pone de manifiesto laausencia de un comprador para el chalet a quien cederle el remate y, por tanto, que esté obligado a consignar.Y ante la falta de comprador se plantea la posibilidad de quebrar la subasta. No obstante, la acusada Reginacomenta que van a prorrogar el plazo hasta encontrar una persona para cederlo, y para ello cuentan con eloficial que lleva el asunto "que es amigo, que se llama Leonardo y que es el primero a la izquierda", lugar en elque este acusado se sentaba en el Juzgado (folio 789 Tomo 3, conversación transcrita el 7 de junio de 1.986).En esa misma conversación dicha acusada explica que para prorrogar el plazo, para no pagar, estuvo en elJuzgado hablando con el oficial -que le hizo un escrito a tal efecto-.

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Por Auto de fecha 19 de junio de 1.986 el Juez de Primera Instancia estima el recurso y concede a Felipe elplazo de ocho días para consignar, siendo notificada esta resolución el 1 de julio de 1.986. Todavía en esasfechas los acusados no cuentan con una persona que les compre el chalet a quien puedan cederle el rematey deben continuar dilatando el plazo. Por ello Felipe presenta un escrito al Juzgado haciendo constar quehay un inquilino y que antes de consignar se le informe del derecho de tanteo. La petición se desestima porprovidencia de 18 de julio de 1.986 y se le requiere de nuevo para que consigne.

La dilación en el plazo se vuelve a conseguir por el período de vacaciones y por la inactividad del funcionarioLeonardo en esos autos concretos a lo que se había comprometido a cambio de una suma de dinero. Lacantidad se ha podido concretar en 25.000 pesetas ya que fue entregada por los acusados, dependiendo de laparte que correspondía a cada uno, estando contabilizada la del acusado Felipe en un documento hallado ensus oficinas, caja 3. Se hace alusión a 12.500 pesetas, "correspondientes al 50% oficial Juzgado nº 10. Chaletde DIRECCION010 ". Estas anotaciones, conforme se ha venido afirmando a lo largo de la presente, no puedenfundar, aisladamente, una resolución condenatoria. Mas sí han supuesto en este caso un apreciable punto departida en la investigación de los hechos. Cuando a ello se han unido constataciones tan significativas comolas expuestas, bien puede afirmarse que el Tribunal sentenciador, a quien competía la valoración en concienciade las pruebas practicadas, ha dispuesto de un sustrato probatorio suficiente para estimar enervado el derechoa la presunción de inocencia.

El motivo ha de ser desestimado.

SEPTUAGESIMONOVENO.- En el tercer motivo, canalizado a través del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., se alegahaberse infringido por aplicación indebida el artículo 387 del C.P . Dado el tenor del recurso ha de partirse dela absoluta intangibilidad de los hechos probados. Toda desviación o enfrentamiento con los mismos habríade reportar la inadmisión del recurso conforme al número 3º del artículo 884 de la L.E.Cr ., hoy convertida encausa de desestimación. No obstante, habremos de precisar que el "factum" sienta con toda rotundidad quelos acusados Felipe , Regina , Roberto y Luis Antonio , no tenían comprador al que cederle el remate,por lo que, aprovechando que el funcionario Leonardo , al que conocían con anterioridad, estaba tramitandolos autos por enfermedad del auxiliar al que correspondía, consiguieron de éste, a cambio de la entrega de25.000 pts., cuya parte proporcional fue abonada también por los acusados Roberto y Luis Antonio , queno se llevase a cabo la consignación hasta conseguir un comprador a quien cederle el remate. Es indiscutible,pues, la correcta aplicación del artículo 387 del Código Penal . Señalando la sentencia de 19 de mayo de 1.989 ,que surge este tipo penal cuando el funcionario se abstiene de practicar o preparar aquellas diligencias que lecorrespondía hacer, de acuerdo con las instrucciones recibidas.

El motivo ha de decaer y ser desestimado.

RECURSOS DE Ramón , Jose Ignacio y Luis Alberto .

OCTAGESIMO.- El primero de los motivos de los recursos interpuestos por los acusados Ramón , Jose Ignacioy Luis Alberto , lo es al amparo del artículo 851,1º, de la L.E.Cr ., con base a no expresarse en la sentenciaclara y terminantemente cuáles son los hechos que se consideran probados, en especial -según se dice- noprecisarse, como debería, cuáles, en realidad, fueron los medios utilizados por las personas que se mencionanen los hechos probados para la consecución de la entrega a los respectivos acusados de la sumas dinerariasque se expresan. Así como tampoco desprenderse el por qué de la atribución a éstos de la función específicade la tramitación. Reiteradamente se viene afirmando que para la apreciación del vicio procesal denunciadoes necesario que: 1º) la narración fáctica aceptada o incorporada a la Sentencia, sea oscura e ininteligible,en todas sus partes o en alguna de ellas, o que esté redactada en términos de ambigüedad o imprecisión,siempre que tales defectos se hallen en conexión con los condicionamientos determinativos de la calificaciónpenal asignada en los hechos probados; 2º) la confusa, imprecisa o insuficiente redacción del hecho probadoproduzca una cierta incomprensión o dificultad de captación acerca de lo que se quiso y debió exponer comosíntesis del acacer histórico, del que el fallo es correlato necesario ( sentencias de 29 de febrero de 1.990, 16de octubre de 1.991, 9 de junio de 1.993 y 13 de junio de 1.995 ).

Nada de ello puede acusarse en el relato histórico en el que se alude a los recurrentes en su calidad defuncionarios de la Administración de Justicia, con destino en los Juzgados que se indican, intervinientes enla tramitación de los respectivos autos civiles enumerados y en los que celebraron subastas afectantes alos inmuebles que se identifican, recibiendo los acusados las sumas dinerarias especificadas por razón de latramitación de dichos procedimientos. No hay, pues, oscuridad, ambigüedad o imprecisión en la descripciónintegrante del factum que suponga incomprensión de lo que se quiso expresar y, desde luego, no resultaobjetable que el relato en cuestión dé paso a la calificación jurídica efectuada.

Ha de darse por reproducido cuanto se ha dicho al resolver precedentes recursos; si las resoluciones judicialesque los impulsan y constituyen la nervadura del proceso, vienen reservadas a los Jueces y respectivos

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Secretarios, firmándolas o rubricándolas la propia autoridad judicial que las acuerda, ello no reporta que lafunción asignada a los funcionarios de inferior rango pertenecientes a la Administración de Justicia no entredentro del marco de la "tramitación" de los respectivos procesos, con iniciativas propias y vigilancia del cursode aquéllos. Los artículos 485 y 486 de la L.O.P.J . y artículos 3.2, a) y 9.1, a) del Reglamento Orgánico de losCuerpos de Oficiales, Auxiliares y Agentes - R.D. 249/1996, de 16 de febrero - expresamente aluden a las laboresde tramitación o de colaboración en el desarrollo general de la tramitación procesal a aquéllos encomendadas.

El motivo indicado de los respectivos recursos ha de desestimarse.

OCTAGESIMOPRIMERO.- El segundo de los motivos de los recursos de que se ha hecho mérito se articulaal amparo del número 2º del artículo 849 de la L.E.Cr ., al existir error en la apreciación de la prueba. Yello al darse por probado, por un lado, que los recurrentes, como funcionarios con destino en los Juzgadosde Primera Instancia nº 21, número 17 y número 12 de los de Madrid, tramitaban los autos 1348/83 y1408/83, autos 980/83, y autos 570/84 , y, por otro lado, que las personas incardinadas en el propio hecho,entregaron a aquéllos las sumas de dinero que se indican en cada uno de los apartados fácticos. Se hacea continuación, en cada escrito, una enumeración pormenorizada de las resoluciones, actos y despachosrecaidos o efectivizados en los varios procedimientos, como indicativos de que sólo a Juez y Secretario eranatribuibles aquéllos, no pudiendo asignársele a los acusados protagonismo efectivo en su tramitación. El errorde los impugnantes deriva de asignar a los mismos una intervención meramente material o instrumental, lejosde la real función reconocida a Oficiales y Auxiliares, si bien lo sea bajo la supervisión y aprobación por sussuperiores jerárquicos, Juez o Tribunal y Secretario. A la vista de lo expuesto al resolverse el anterior motivo,ha de decaer y ser desestimado el presente.

OCTAGESIMOSEGUNDO.- El tercer motivo de los tres recursos, formalizado "ad cautelam" y con caráctersubsidiario, lo es al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J ., por falta de aplicación del artículo 24.2 de la C.E .,referida a la "presunción de inocencia". Puede comprobarse de la lectura de la fundamentación jurídica de lasentencia que el Tribunal funda su dictado condenatorio respecto al acusado Ramón en diversos documentosintervenidos por la Policía Judicial en las oficinas de las personas a que se alude en el factum, en una carpetahallada en la Caja 7 con referencias a determinados inmuebles y a los autos números 1348/83 y 1408/83del Juzgado de Primera Instancia nº 21 de Madrid . En ellos se expresan determinados pagos, entre ellos losque se fijan como "propina oficial", "tasa oficial", "tasa posesión" y "tasa lanzamiento". Algo semejante sucederespecto al acusado Jose Ignacio respecto a la tramitación de los autos 980/83 del Juzgado de PrimeraInstancia número 17 . En la Caja 8 intervenida en la oficina de DIRECCION022 se halló un papel escrito a manoy con letras mayúsculas referido a los Autos mencionados, en el que consta "tasas oficial... 100.000".

Como ya se ha constatado en supuestos semejantes a los que se dejan expuestos, las simples anotaciones,cual las aludidas, de particularísima y unilateral confección por personas ajenas a los acusados, ocultas,incluso, para éstos, en cuya confección no han intervenido y fuera de su posible control, no pueden, por símismas, evaluarse como prueba de cargo, aun mínima, suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia.Su correspondencia con la realidad es absolutamente negada por los inculpados y por las personas que semencionan en las notas como implicadas e interesadas en el trámite y efectos de los autos referenciados yparticularmente en las subastas llevadas a efecto en los mismos. Ninguna actuación se cita en la sentencia,fuera de las notas citadas, que permita dar cuerpo, con un mínimo de rigor procesal, a las afirmaciones a quese llega en la resolución recurrida.

En la línea aceptada y seguida en recursos que se han examinado, ha de llegarse a la conclusión de nohaberse enervado el derecho a la presunción de inocencia respecto a los acusados Ramón y Jose Ignacio ,estimándose este motivo tercero de sus respectivos recursos. Y ello respecto al hecho I-22, a) y b), en cuantoa Pedro Enrique , e I-21, a) y b), en cuanto a Jose Ignacio .

OCTAGESIMOTERCERO.- No puede llegarse a igual conclusión en el recurso propio de Luis Alberto . Encuanto a los autos 570/84 del Juzgado de Primera Instancia nº 12 de Madrid , el acusado Jose Francisco endeclaración ante el Instructor (f. 1090v.) manifestó que al Oficial del Juzgado nº 12 encargado de la tramitación"se le dio propina", y que aunque no recordaba el nombre podía ser el Sr. Luis Alberto ; en el juicio oral negó talesmanifestaciones. Hace referencia la sentencia a documento encontrado en la Caja 3 hallada en las Oficinasdel acusado Felipe , con referencias al piso de la CALLE010 subastado en los autos 570/84, en que sehace constar "Mas propina oficial ... 40.000 ptas". Además se refiere la sentencia a conversación telefónicatranscrita el 7 de junio de 1.986 (folio 787 del Tomo I), en la que los acusados Regina y su marido Felipehablan de la propina que Moro pagó al oficial del piso de la CALLE010 , dudando sobre la cantidad exacta,aunque hacen referencia a la suma de 40.000 pesetas. El acusado reconoció ser funcionario del Juzgadonúmero 12 y llevar los asuntos acabados en 0, 5 y 8, entre los que se encuentra el 570/84, aunque negó laimputación efectuada.

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La sentencia llega a la conclusión de que con la prueba expuesta queda acreditado que el funcionario querecibió de los restantes acusados por este hecho una suma de dinero que se concreta en 40.000 pesetas esel funcionario Luis Alberto . No puede acusarse un vacío probatorio; al Tribunal incumbía estimar y valorarlos elementos probatorios a que ha aludido. La versión aceptada, como más verosímil y a la que reconocecredibilidad, es la facilitada en su declaración sumarial por Jose Francisco . En tanto nos hallemos antepruebas rodeadas de las garantías que han de serles inherentes, ha de prevalecer la apreciación del Tribunalsentenciador, careciendo esta Sala de atribuciones para llevar a término una revisión, cual si de una segundainstancia se tratase. La presunción de inocencia ha de entenderse desvirtuada y el motivo debe rechazarse.

RECURSO DE Juan Pablo .

OCTAGESIMOCUARTO.- Respecto al acusado Juan Pablo , el mismo muestra su adhesión a los recursosformalizados por los también condenados en la sentencia por el supuesto delito continuado de maquinacionespara alterar el precio de las cosas. E igualmente se adhiere a las cuestiones de nulidad planteadas por losmismos.

En relación con las nulidades planteadas respecto a las diligencias de intervenciones telefónicas y de entraday registro domiciliario, basta para su desestimación la invocación de cuanto se argumenta al respecto en loscorrespondientes fundamentos jurídicos dedicados en las "cuestiones previas sobre el particular".

Respecto a la adhesión formulada a los recursos de los restantes acusados, y teniendo en cuenta cuantose razona a través de las consideraciones vertidas en los múltiples fundamentos que preceden, sólo ha deexplicitarse el acogimiento del motivo, harto repetido en los distintos escritos, alusivo a la infracción de leydel artículo 849,1º, de la L.E.Cr . por vulneración del artículo 539 del C.P . Tal motivo ha merecido acogimientoen base a cuanto se expone precedentemente al estudiar el contenido y alcance de indicado precepto del C.P.de 1.973, confrontándolo con el vigente artículo 262 del C.P. de 1.995 . Los hechos descritos en el factum yatribuidos al recurrente no se hallaban tipificados al tiempo de su comisión.

En consecuencia ha de estimarse el motivo últimamente indicado, referido a los hechos A-4, 5, 7, 9, 13, 14,17 y 20.

RECURSO DE Baltasar .

OCTAGESIMOQUINTO.- El primero de los motivos del recurso interpuesto por el acusado Baltasar al amparodel artículo 5.4 de la L.O.P.J . lo es por violación del artículo 24.1 de la C.E . que consagra los principios deproscripción de la indefensión y tutela judicial efectiva. Al condenarse al mismo -se expone- como autor de undelito de cohecho en base a una presunta y única prueba de cargo fundada en tres documentos obtenidos enuna nula diligencia de registro, irregularmente "incorporados" a la causa y de los que el recurrente no ha tenidooportunamente conocimiento, se vulneran los principios de proscripción de la indefensión y tutela judicialefectiva consagrados en el artículo 24.1 de la C.E .

El motivo deviene improsperable. La diligencia de entrada y registro en las oficinas de DIRECCION022 . yen la propia del despacho de Felipe , aun afectas de inoperancia y falta de validez y autenticidad desde elpunto de vista procesal por inasistencia del Secretario Judicial, merced a la fórmula complementaria de lasdeclaracioens de los testigos intervinientes asumieron una fuerza probatoria de que carecían. Las anomalíaso irregularidades acusables en las medidas de entrada y registro sólo afectan a la legalidad ordinaria, y no aderechos

fundamentales o libertades públicas, en que el hecho acreditado por la diligencia nula puede ser probado porotros medios distintos. Hemos de remitirnos a cuanto se expone sobre el particular al tratar de las "cuestionesprevias" al comienzo de la presente. Lo cierto es no haberse producido vulneración de los artículos 18.2 y 24.1y 2, de la C.E .

El recurrente aguza su crítica respecto a la forma en que se "incorporaron" los documentos a la causa,inatendiendo las exigencias del artículo 574 de la Ley. Mas por encima del supuesto incumplimiento de algunade las prescripciones del precepto, no puede perderse de vista el volumen desproporcionado de estos autos yel número y caracteres de las carpetas, ficheros, expedientes, etc., objeto de ocupación; todo ello fue ordenadoy guardado en cajas que estuvieron a disposición de todos los interesados durante la tramitación del procesoy en la fase de plenario.

El motivo ha de decaer y ser desestimado.

OCTAGESIMOSEXTO.- El segundo motivo, con invocación del artículo 5.4 de la L.O.P.J . se centra en posibleviolación del artículo 24.2 de la C.E . que consagra el derecho a un proceso público con todas las garantías.Se insiste en alegaciones ya acarreadas al motivo anterior. El que haya que reconocer mayor o menor valorprobatorio a los documentos sobre que se basa la condena de la Audiencia, no supone necesariamente la

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anatematización del proceso público en que se desarrolla aquella prueba. La desestimación del primer motivoha de acarrear también la del presente.

OCTAGESIMOSEPTIMO.- En sede del artículo 5.4 de la L.O.P.J . se alega infracción o violación del artículo 24.2de la Constitución que consigna el principio de presunción de inocencia. El sustentáculo de la condena delrecurrente respecto a los cohechos I-20, a), b) y c) lo es para la sentencia los documentos u hojas escritashalladas en las carpetas a que se hace mención en la fundamentación jurídica, relativas a los autos 18/83,714/83 y 8/85, del Juzgado de Primera Instancia nº 16 de Madrid y en cuyas anotaciones figuran diversasentregas dinerarias en concepto de "tasas", "tasas oficial", "tasas ofical exhorto", "al oficial". El recurrente,en todas sus declaraciones, ha negado su participación en los hechos que se le imputan. Igualmente loscoacusados a quienes se les atribuye la entrega de cantidades de dinero al acusado con motivo de suintervención en la tramitación de los tres procedimientos civiles, han negado haber hecho entrega de cantidadinjustificada a cualquier oficial de la Administración de Justicia. En los documentos en cuestión no constaninguna intervención del acusado en su creación o configuración, ni siquiera conocimiento por su parte de suexistencia o posible control de alguna especie sobre los mismos. Han sido unilateralmente confeccionadospor sus poseedores. No consta el nombre del recurrente, tan solo la abstracta mención "Oficial tasas". En basede ello y de las argumentaciones vertidas en otros recursos en los que se suscita idéntico tema, dadas aquí porreproducidas, ha de llegarse a la conclusión de inexistencia de prueba que, aun por mínima, fuese susceptiblede desvirtuar la presunción de inocencia.

El motivo debe, pues, ser estimado.

RECURSO DE Esteban .

OCTAGESIMOCTAVO.- El primer motivo del recurso interpuesto por el acusado Esteban lo es al amparo delartículo 849,2º, de la L.E.Cr ., atribuyendo a la sentencia haber incurrido en error de hecho en la apreciaciónde la prueba basado en documentos que demuestran la equivocación del Juzgador, sin estar contradichospor otros elementos probatorios. Recordemos de nuevo han de considerarse como documentos a losefectos casacionales determinados en el artículo 849,2º, de la L.E.Cr . aquellas representaciones gráficasdel pensamiento, generalmente por escrito, creadas con fines de preconstitución probatoria y destinadas asurtir efectos en el tráfico jurídico, originados o producidos fuera de la causa e incorporados a la misma. Hande ofrecer la condición de literosuficientes, que vale tanto como autónomos e independientes, es decir, convirtualidad suficiente para acreditar por sí solos y de forma indubitada, sin necesidad de acudir a otros factoresde inferior rango, el error de hecho denunciado y que con tales documentos se trata de evidenciar. Quedanfuera de la concepción expuesta las pruebas personales practicadas aunque, naturalmente, se documenten -enocasiones bajo la propia fe judicial- a efectos de constancia, todas las cuales, formando la urdimbre probatoriacaracterística del proceso, se remiten a la valoración encomendada al órgano jurisdiccional por el artículo741 de la L.E.Cr . En ese acervo de acreditamientos, inadecuados para ser tomados en consideración a finesde objetivar el error iuris, figuran las declaraciones de los inculpados, testigos, informes de autoridades oagentes de la misma, atestados, actas del juicio oral, dictámenes periciales, etc., salvo, caso de estos últimos,en supuestos excepcionales (Cfr. sentencias 17 y 21 de mayo de 1.993, 10 de octubre de 1.994 y 25 de abril de1.995 ). Se subraya al máximo que el documento esgrimido ha de ofrecerse literosuficiente, en el sentido dechocar frontalmente por sí mismo y sin precisión de razonamientos complementarios o argumentativos conlo declarado probado ( sentencias de 24 de febrero y 1 de junio de 1.995 ).

No es este el caso del recurso analizado. El recurrente trata de llegar a conclusiones diversas por lavía de una particular interpretación de todo lo actuado en la causa , apoyándose en el propio materialprobatorio acumulado. Concretamente, no puede llegarse a la estimación de una oposición absoluta entrelas afirmaciones de la sentencia y los apoyos que el recurrente selecciona, con visión singularizada de losmismos. Media la apreciación "en conciencia" de los hechos por parte del Tribunal, que ha contado conel valor inestimable de la inmediación, y cuya global valoración no puede ser suplantada sin más por lasapreciaciones de este Tribunal. No dispuso la Sala de instancia meramente de unas anotaciones, de unilateralconfección, como en otros supuestos; en el censo de personas nominadas en los mismos -hallados en lascarpetas ocupadas en las diligencias de registro- figuran los sujetos, entre ellos Esteban , reconocidos comoprotagonistas de los hechos que se describen (y a los que se refiere este recurso). La Sala contó, además, conla luz esclarecedora porporcionada por los propios autos civiles y, en alguno de los casos -el recogido de letraC- con la declaración del propio afectado Donato . A este Tribunal, en trámite casacional, no le viene dadollevar a término la labor revisoria pretendida, cual si de una segunda instancia se tratara.

El motivo ha de ser desestimado.

OCTAGESIMONOVENO.- El segundo motivo, al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., denuncia infracción delos artículos 18.3 y 24.1 y 2 de la C.E . La sentencia -se expone- infringe los citados preceptos constitucionales

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al no haber estimado la falta de tutela judicial efectiva y la presunción de inocencia, produciéndose la nulidadabsoluta de las actuaciones a partir de las escuchas telefónicas y registros domiciliarios llevados a cabo en lafase de instrucción del sumario. Ha de darse por reproducido cuanto se ha expuesto al tratar de las "cuestionesprevias" al comienzo de la presente sobre tales temas, en lo que se ha abundado al abordar el estudio dealgunos recursos.

Unicamente, respecto al hecho I-18, y por las razones que se exponen al estudiar el recurso de la acusada Luz ,ha de prevalecer y acogerse el motivo, desestimándose en todo lo demás. En cualquier caso sería prosperableel motivo en cuanto al extremo indicado por las razones que se exponen al estimar el motivo cuarto de losrecursos de Felipe y Regina al ocurrir los hechos antes de la L.O. 9/991, de 22 de marzo, y conforme a lassentencias de 22 de diciembre de 1.989, 31 de mayo de 1.991, 27 de septiembre de 1.993 y 11 de mayo de1.994 , interpretativas del artículo 391 en relación con el 390 del C.P ., en su redacción anterior a la operadapor aquella Ley. Se estima que el artículo 390 recoge la figura del cohecho pasivo impropio que, a diferencia delos restantes tipos de delito de cohecho, no ostenta la condición de delito necesariamente bilateral de formasubjetiva, inexistiendo un cohecho activo paralelo en cuanto la conducta del donante no se considera punible. Ala estimación del motivo habrían de contribuir igualmente las consideraciones a las que se ha venido aludiendosobre la interpretación del artículo 391 en relación con el artículo 390, antes de la modificación de éste por Ley9/1991, de 22 de marzo (Cfr. sentencias de 22 de diciembre de 1.989, 3 de mayo de 1.991, 27 de septiembrede 1.993 y 11 de mayo de 1.994 ).

NONAGESIMO.- El tercer motivo, en sede del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., gira en torno a la vulneración,por aplicación indebida, del artículo 539 del C.P . En este proceso -se dice- no se ha practicado pruebaque acredite los extremos relativos a la conducta que se describe en dicho precepto, ni tan siquiera intentode probar esos supuestos contactos con los licitadores de buena fe o con los propietarios de los bienessubastados ni tampoco se ha intentado probar la existencia de ese supuesto acuerdo previo a la subasta,exigido por el precepto penal para esta clase de delitos. El motivo ha de prosperar y ser estimado en basea cuanto se expone en el estudio general efectuado acerca del contenido y alcance del artículo 539 del C.P.de 1.973 , confrontándolo con el vigente artículo 262 del C.P. de 1.995 . Los hechos descritos en el factum yenumerados en apartados A-2, 9, 13 y 14, no se hallaban tipificados al tiempo de su comisión. También procedela estimación en cuanto al delito de maquinaciones del Apartado C, ante la falta de prueba de intervención delrecurrente en los hechos.

NONAGESIMOPRIMERO.- El cuarto de los motivos, en sede del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., denunciavulneración, por aplicación indebida, de los artículos 528 y 529 del C.P . La sentencia de la Sala -se dice-condena a Esteban por un delito de estafa sin concurrir los requisitos que tal tipo exige para su condena.Como elementos definidores del delito de estafa han de enumerarse: 1º) un engaño precedente o concurrente,espina dorsal, factor nuclear, alma y sustancia de la estafa, antes traducido en alguno de los ardides oartificios incorporados al listado de que el Código hacía mención, y hoy concebido con criterio de laxitud,sin recurrir a enunciados ejemplificativos, dada la ilimitada variedad de supuestos que la vida real ofrece,fruto del ingenio falaz y maquinador de los que tratan de aprovecharse del patrimonio ajeno. 2º) Dichoengaño ha de ser "bastante", es decir, suficiente y proporcional para la consecución de los fines propuestos,cualquiera que sea su modalidad en la multiforme y cambiante operatividad en que se manifieste, habiendode tener adecuada entidad para que en la convivencia social actúe como estímulo eficaz del traspasopatrimonial, debiendo valorarse aquella idoneidad tanto atendiendo a módulos objetivos como en función delas condiciones personales del sujeto afectado y de las circunstancias todas del caso concreto; la maniobradefraudatoria ha de revestir apariencia de seriedad y realidad suficientes para defraudar a personas de medianaperspicacia y diligencia; la idoneidad abstracta se complementa con la suficiencia en el específico supuestocontemplado, el doble módulo objetivo y subjetivo desempañará su función determinante. 3º) Originación oproducción de un error esencial en el sujeto pasivo, desconocedor o con conocimiento deformado o inexactode la realidad, por causa de la insidia, mendacidad, fabulación o artificio del agente, lo que le lleva a actuarbajo una falsa presuposición, a emitir una manifestación de voluntad partiendo de un motivo viciado, porcuya virtud se produce el traspaso patrimonial. 4º) Acto de disposición patrimonial, con el consiguiente ycorrelativo perjuicio para el disponente, es decir, que la lesión del bien jurídico tutelado, el daño patrimonial,será producto de una actuación directa del propio afectado, consecuencia del error experimentado y, endefinitiva, del engaño desencadenante de los diversos estadios del tipo; acto de disposición fundamentalen la estructura típica de la estafa que ensambla o cohonesta la actividad engañosa y el perjuicio irrogado,y que ha de ser entendido, genéricamente, como cualquier comportamiento de la persona inducida a error,que arrastre o conlleve de forma directa la producción de un daño patrimonial en sí misma o en un tercero,no siendo necesario que concurran en una misma persona la condición de engañado y de perjudicado. 5º)Animo de lucro como elemento subjetivo del injusto, exigido hoy de manera explícita por el artículo 528 delC.P ., entendido como propósito por parte del infractor de obtención de una ventaja patrimonial correlativa,

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aunque no necesariamente equivalente, al perjuicio típico ocasionado, eliminándose, pues, la incriminacióna título de imprudencia. 6º) Nexo causal o relación de causalidad entre el engaño provocado y el perjuicioexperimentado, ofreciéndose éste como resultancia del primero, lo que implica que el dolo del agente tieneque anteceder o ser concurrente en la dinámica defraudatoria, no valorándose penalmente, en cuanto al tipode estafa se refiere, el dolo subsequens, es decir, sobrevenido y no anterior a la celebración del negocio deque se trate; aquel dolo característico de la estafa supone la representación por el sujeto activo, conscientede su maquinación engañosa, de las consecuencias de su conducta, es decir, la inducción que alienta aldesprendimiento patrimonial como correlato del error provocado, y el consiguiente perjuicio suscitado enel patrimonio del sujeto víctima, secundado de la correspondiente voluntad realizativa. Con más o menosexplicitez, a semejantes presupuestos aluden las sentencias de esta Sala de 4 de diciembre de 1.980, 28 demayo de 1.981, 9 de mayo de 1.984, 5 de junio de 1.985, 12 de noviembre de 1.986, 26 de abril de 1.988, 24 denoviembre de 1.989, 29 de marzo y 11 de octubre de 1.990, 24 de marzo de 1.992, 12 de marzo y 8 de octubrede 1.993 y 23 de noviembre de 1.995 .

NONAGESIMOSEGUNDO.- Dada la naturaleza del recurso y el motivo esgrimido, ha de partirse del más rigurosorespeto a los hechos declarados probados. Y es en éstos, y con independencia y además de los actosreconocidos a los restantes coprocesados, donde se especifica la concreta conducta atribuida a Esteban, a quien Donato conoció casualmente en los pasillos del Juzgado, y quien le manifestó que era el nuevopropietario del piso y que si quería recuperarlo debería pagarles 800.000 pesetas, cuando ya había ideadocederlo a un tercero. Donato sólo pudo reunir 600.000 pesetas que entregó al acusado Esteban , quien leexigió que tratase de reunir las 200.000 pesetas que faltaban. A pesar de la entrega de dinero que hizo Donatoal acusado Esteban y a los restantes acusados para recuperar el piso, éste lo cedió a un tercero que no estáenjuiciado, Vicente , que instó el lanzamiento ante el Juzgado. Más tarde, y consecuencia de la intervenciónde una hija de Donato , se llegó a la solución a que se refiere el último párrafo del apartado C del factum,acuerdo que se produjo entre la hija y Fermín .

La sentencia parte de una coparticipación de todos los acusados, entre ellos Esteban , en el entramadoengañoso reiterado que llevó a Donato , en afán de conservar su piso, a realizar, con enorme esfuerzo, losdesembolsos que se le exigieron. Pero aun atendiendo aisladamente a la conducta del recurrente, el procederdel mismo que se describe, presentarse a Donato como adjudicatario del piso y pedir 800.000 pesetas siquería recuperarlo, obteniendo la entrega de 600.000 pesetas, cuando tenía la intención de cederlo, como asílo hizo, encierra todos los elementos constitutivos del delito de estafa.

En relación con la aplicación de las circunstancias agravantes específicas 5ª y 7ª del artículo 529 del C.P .,y tomando en consideración cuanto se expone al examinar el motivo séptimo del recurso de los acusadosBenito y Fermín , procede ratificar la primera y dejar sin efecto la aplicación de la segunda.

El motivo ha de estimarse parcialmente.

NONAGESIMOTERCERO.- El motivo quinto se configura al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . porinfracción del artículo 24.2 de la C.E . Y ello por considerar inconstitucional que se haya condenado al recurrentepor un delito de estafa sobre la base de un único y viciado testimonio, la manifestación del Sr. Donato queconjuga en su persona también la condición de acusador. Es afirmación pacífica y reiterada actualmente que lamanifestación en el proceso penal de un único testigo es suficiente para desvirtuar la presunción de inocenciay apoyar la resolución condenatoria, careciendo de virtualidad jurídica el antiguo principio testis unus testisnullus, siempre y cuando no aparezcan razones objetivas que invaliden las afirmaciones de ese único testigo,provocando la duda en la credibilidad del mismo. En definitiva, el viejo aforismo pierde su eficacia y claudicaen su radicalidad a la luz del artículo 741 de la L.E.Cr ., al reservarse al Tribunal sentenciador la valoración dela prueba, y contar el mismo con el auxilio inestimable de la inmediación que le permite la percepción directadel testimonio y la apreciación en toda su dimensión de las actitudes, disposición, reacciones, gestos, etc.,del deponente (Cfr. sentencias de 17 de noviembre de 1993, 18 de septiembre de 1.995 y 16 de septiembrede 1.996 , entre muchas).

Sin importar que dicho testimonio único provenga de la propia víctima, ya que de no aceptarse se llegaría ala más absoluta impunidad en muchos ilícitos penales; no puede dudarse de su valor como legítima actividadprobatoria, al no existir en el proceso penal el sistema legal o tasado de valoración de la prueba ( sentenciasde 22 de enero de 1.988, 25 de febrero y 22 de marzo de 1.994 y 3 de abril de 1.996 ). Es el TribunalConstitucional el que ha reconocido que en ausencia de otros testimonios, la declaración del perjudicadopracticada normalmente en el juicio oral con las necesarias garantías procesales, tiene la consideraciónde prueba testifical, y como tal, puede constituir válidamente prueba de cargo, en la que puede basarse laconvicción del Juez para la determinación de los hechos ( sentencias del T.C. 201/1989, de 30 de noviembre,y 229/1991, de 28 de noviembre ).

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JURISPRUDENCIA

En cualquier caso el Tribunal ha de ponderar la concurrencia de elementos capaces de eliminar de ladeclaración del testigo-víctima toda sospecha fundada de incredibilidad subjetiva derivada de enconadasrelaciones con el acusado que puedan dar paso a sentimientos espurios de venganza o resentimiento.Son factores que propenden a favorecer la persuasión en la verosimilitud del testimonio la existencia deotros datos objetivos obrantes en el proceso cuya explicación se corresponde con el contenido material deltestimonio. La persistencia en la declaración incriminatoria, prolongada en el tiempo y libre de ambigüedadesy contradicciones, constituirá también elemento consolidador de la manifestación inculpatoria única. Haciaello han apuntado sentencias de esta Sala, tales las de 7 de marzo de 1.994, 14 de julio de 1.995 y 17 de abrilde 1.996 , por cita de algunas.

Decae cualquier intento de desvaloración del testimonio de Donato , apreciado por la Sala con justaponderación. Comenta la sentencia haber "ofrecido el mismo un testimonio sincero que ha apreciado no sóloeste Tribunal al que corresponde valorar la prueba por

imperativo legal, sino también el resto de las personas que estaban presentes en la Sala". Aludiendo a lasdeclaraciones del testigo, en el juicio, constata que "con anterioridad ya había narrado lo sucedido de la mismamanera" (folios 2742 y 2762 y ss del tomo 9).

El motivo debe, pues, ser desestimado.

NONAGESIMOCUARTO.- El motivo sexto, en sede del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . acusa aplicación indebidadel artículo 391 del C.P . Desde el momento que ha sido acogido el motivo segundo, en lo concerniente alextremo en que se hace alusión al apartado I-18 del presupuesto fáctico, el motivo ha de prosperar al decaerel presupuesto fáctico en que se apoya la condena del recurrente Esteban .

NONAGESIMOQUINTO.- Respecto al motivo séptimo, por quebrantamiento de forma y al amparo del artículo850 de la L.E.Cr ., se denuncia la ausencia de piezas de convicción en el acto del juicio. Según el artículo 688de la L.E.Cr . las piezas de convicción deben obrar en el local donde se va a desarrollar aquél.

El recurso no puede prosperar; parece tratarse de un razonamiento "in extremis", desde el momento que todala documentación ocupada en las diligencias de registro estuvo a disposición de las partes y las mismaspudieron solicitar lo que a su derecho conviniese. Mal puede prosperar un quebrantamiento de forma cuandono hubo una solicitud al respecto, y, en su caso, correspondiente protesta, por parte del recurrente. La sentenciaimpugnada, en su fase preambular en la que aborda una serie de problemas generales, de común relevancia enlos diversos recursos, pone de manifiesto la voluminosidad de la causa, así como la existencia de documentosy papeles que no han podido ser directamente unidos a los folios de las actuaciones y que figuran guardados yordenados en cajas, por tratarse de aquéllos que se encontraron en los registros. Dicha documentación se haexhibido y ha sido directamente examinada por cuantos la han solicitado. Han de ser las propias partes las queinsten, concretándolo al efecto, el sector documental que les interese comprobar. Las cajas, indudablemente,se hallaban a disposición del Tribunal y partes en todo momento, y no es razonable exigir su apilamiento, dadosu llamativo volumen, en los propios estrados del Tribunal.

Ese acervo documental no puede homologarse a las piezas de convicción en sentido propio a que quiere aludirel artículo 688 de la Ley procesal , que la jurisprudencia refiere a los vestigios o pruebas materiales dejados porel delito (Cfr. sentencias de 20 de enero y 1 de diciembre de 1.995 ). En cualquier caso sería preciso acreditar porparte del impugnante la originación de indefensión ante la inatendencia de su instancia por parte del Tribunal.

El motivo ha de decaer y ser desestimado.

RECURSO DE Luz .

NONAGESIMOSEXTO.- El primer motivo del recurso interpuesto por Luz lo es al amparo del artículo 851,1º,inciso primero, de la L.E.Cr ., aduciendo que en la sentencia recurrida no se concretan clara y terminantementelos hechos que se declaran probados; destacando especialmente que si bien se alude a la condición defuncionario público de aquélla se omite el cargo desempeñado que era el de oficial, atribuyéndole capacidadpara tramitar el procedimiento, función ésta fuera del alcance de sus atribuciones. La sinrazón del motivo esmanifiesta, debiéndose dar por reproducido cuanto se expone al rechazar motivo semejante argüido por elacusado Carlos Ramón , en el apartado primero de su recurso. El motivo debe ser desestimado.

NONAGESIMOSEPTIMO.- Por infracción de ley y al amparo del artículo 849,2º, de la L.E.Cr . se articula el motivotercero del recurso, por decirse existir error en la apreciación de la prueba según resulta de determinadosdocumentos de la causa. Se hace constar en la sentencia -se expone- que la acusada tramitaba los Autos1340/78 del Juzgado de Primera Instancia 13 de Madrid y que los otros acusados le entregaron "por tramitarel asunto" la suma de 25.000 pesetas, dinero que fue recibido por la citada funcionaria. Mas ninguna delas actuaciones realizadas en dicho procedimiento -se aduce- ha sido autorizada con la firma o rúbrica de

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Luz . Todas las resoluciones fueron adoptadas, firmadas y dictadas por el Magistrado-Juez titular y ante elSecretario que da fe de las mismas. Asimismo alega que el bien inmueble, por radicar en la localidad de laVilla de don Fadrique, fue objeto simultáneamente de pública subasta en el Juzgado de Quintanar de la Orden(Toledo). Yerra la recurrente al pretender quedar al margen de la tramitación de los Autos referidos, ostentandola condición de Oficial. Igualmente damos por reproducido lo expuesto en el estudio de los fundamentoscorrespondientes a los motivos primero y segundo del recurso del acusado Carlos Ramón , recordando elcontenido de los artículos 485 y 486 de la L.O.P.J ., así como de los artículos 3.2,a) y 9.1,a) del ReglamentoOrgánico de los Cuerpos de Oficiales, Auxiliares y Agentes al Servicio de la Administración de Justicia aprobadopor R.D. 249/1996, de 16 de febrero , en todos cuyos preceptos se habla de las "labores de tramitación" y de"colaboración en el desarrollo general de la tramitación procesal", como funciones propias de los Oficiales dela Administración de Justicia.

El motivo ha de ser desestimado.

NONAGESIMOCTAVO.- El cuarto de los motivos se articula al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . porinfracción del derecho de defensa del artículo 24.2 de la C.E ., señalando que la Sala ha vulnerado el derechoconstitucional de la tutela judicial efectiva sin indefensión y presunción de inocencia, existiendo un total vacíoprobatorio al respecto. Señala la sentencia que la recurrente era la encargada de tramitar los autos 1340/78,en los que se subastó un inmueble, habiendo recibido de los coacusados que se mencionan por el hecho detramitar tales autos la suma de 25.000 pestas. Para la sentencia la prueba que demuestra la comisión de estehecho se encuentra en la carpeta azul 85-86, que se hallaba en la Caja 7 de DIRECCION022 . En una páginase contabiliza haber pagado "25.000 pesetas por tasas". Es de hacer constar que antedicha documentaciónfue ocupada en las oficinas de Fermín , despacho y persona totalmente ajenos a la inculpada Luz . Ningunaparticipación tuvo ésta en la confección de indicado documento, de unilateral y particular composición, cuyaexistencia era desconocida para la acusada. Ni por ella ni por las personas que figuran como implicados en laentrega de la suma se ha reconocido la realidad de la supuesta dádiva.

En correspondencia con lo resuelto para otros supuestos semejantes, ha 1 concluirse que una anotaciónparticular, realizada por persona totalmente ajena, en una ficha de utilización privada y personalísima entre losotros tres coacusados, en cuyo documento, además, no se menciona el nombre o el cargo de la recurrente,figurando tan solo la mención de "tasa", no puede considerarse como prueba de cargo única para llevar alTribunal a la convicción racional de presumir la culpabilidad de la recurrida. Máxime cuando por ninguno delos sujetos que se mencionan viene reconocida la entrega de las 25.000 pesetas que se hacen figurar.

Puede concluirse, pues, no haberse desvirtuado el derecho a la presunción de inocencia, debiendo darseacogida al motivo.

NONAGESIMONOVENO.- El segundo de los motivos, al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . aduceinfracción del artículo 390 del C.P . al no constar las circunstancias o elementos configuradores del tipo penal.Al haber tenido favorable acogida el motivo precedentemente estudiado, ha de imponerse la plena estimacióndel presente.

RECURSO DE Jaime .

CIEN.- El cuarto de los motivos del recurso interpuesto por el acusado Jaime lo es por violación de losartículos 18.3 y 24.1 de la C.E ., en relación con el artículo 11 de la L.O.P.J . y los artículos 545, 558, 579 y280, en relación con el artículo 270 de la L.E.Cr . y los artículos 466 y 480 en concordancia con el artículo 274de la misma Ley, por nulidad de la prueba que como documentación básica, parece haber tenido en cuentala Sala, en la sentencia recurrida. En definitiva se hace alusión a la nulidad de las diligencias de entrada yregistro domiciliarios a la nulidad de las intervenciones telefónicas y nulidad de la prueba pericial practicada sinintervención de las partes, extendiéndose en consideraciones sobre todo ello. Dando por reproducido cuantose expone en los fundamentos dedicados a las cuestiones previas y en la resolución de otros recursos, en quetales cuestiones han sido abordadas, procede la desestimación del motivo.

CIENTO UNO.- El primer motivo se funda en haberse incurrido en error en la apreciación de la prueba, basadoen documentos demostrativos de la equivocación de la Sala, no contradichos por otros elementos probatorios.Todo ello referido al delito de maquinaciones para alterar el precio de las cosas a que se refieren los hechos A-9,A-14, A-17, A-18, A-19, y A-20. El principal argumento utilizado hace referencia a las actas de adjudicación delos bienes subastados en las que no aparece el recurrente como adjudicatario. Las declaraciones del "factum"no hallan su apoyo básicamente en las subastas judiciales sino en las subastillas que les acompañaron enlas que se identifica a aquel como " Chiquito ", frente a otros subasteros, hermanos, de igual apellido, que sedesignan por su nombre de pila. La Sala hace uso de notas y documentos hallados en los registros, poniéndolosen relación con el resto de elementos probatorios de que dispone.

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JURISPRUDENCIA

El motivo no puede prosperar y ha de ser desestimado.

CIENTO DOS.- El segundo motivo lo es por violación del principio de presunción de inocencia del artículo 24.2en relación con el 120.3 de la C.E ., y el artículo 741 de la L.E.Cr ., por inexistencia de un mínimo de actividadlógico-probatoria de la que se puede deducir como cierta la conducta imputada al recurrente de participar enlas subastillas o acuerdos a que se refieren los hechos por los que ha sido condenado.

La Sala ha contado con esa prueba de cargo mínima y suficiente capaz de desvirtuar el derecho a la presunciónde inocencia. A ella, que vio favorecido su esfuerzo esclarecedor con el auxilio de la inmediación, correspondíala valoración de lo actuado conforme al artículo 741 de la L.E.Cr .

En base a ello y a lo expuesto al resolver los motivos precedentes, el presente ha de ser desestimado.

CIENTO TRES.- Por infracción de ley y cita del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., se formaliza el tercer motivo delrecurso, por aplicación indebida de los artículos 539 y 69 bis del C.P ., a los hechos declarados probados enla sentencia.

Conforme al estudio, en su momento y con carácter general realizado, sobre la interpretación y ámbito delartículo 539 del C.P. de 1.973 , correspondiente con el artículo 262 del vigente, en el que se abunda sobre lasconsideraciones que efectúa el recurrente, se consideran atípicas las conductas reflejadas en los hechos A-9,A-14, A-17, A-18, A-19 y A-20, en las fechas en que tuvieron lugar, y, por ende, impunes.

En consecuencia procede la estimación del motivo.

RECURSO DE Octavio .

CIENTO CUATRO.- El primer motivo del recurso interpuesto por Octavio lo es al amparo del artículo 849,1º,de la L.E.Cr ., por infracción de ley y aplicación indebida del artículo 539 del C.P . Pese al cauce procesalescogido el recurrente se permite impugnar el sustentáculo probatorio sobre que se asienta la condena sobreél recayente. A tal fin aduce la nulidad del registro efectuado ante la inasistencia del Secretario judicial alas respectivas diligencias. Siendo nula de pleno la diligencia de entrada y registro -se dice- y, por ende,habiendo quedado invalidada la documentación ocupada, es obvio concluir que no hay prueba. Hay que darpor reproducido cuanto se expuso sobre dichos registros y la revalidación de sus efectos probatorios merceda las declaraciones de los testigos instrumentales intervinientes en aquellos.

Respecto al tema básico del motivo, concurrencia o no de los elementos definidores del tipo del artículo 539,de la participación del acusado en las subastillas a que se alude en los hechos A-5, A-7, A-9, A-13, A-14, A-15,A-17 y A-25, queda debida constancia en el factum y es reiterado en la fundamentación jurídica de la sentencia.El acogimiento y estimación del motivo procede en razón a cuanto se expone en el fundamento consagradoal estudio del contenido y alcance del artículo 539 del C.P. de 1.973 , en su confrontación con el artículo 262del vigente texto de 1.995 . Se da por reproducido ello en el presente y, cual se ha venido apreciando en otrosvarios recursos, ha de concluirse que los hechos descritos en los apartados A-5, A-7, 9, 13, 14, 15, 17 y 25 nopueden decirse tipificados al tiempo de su comisión. Procediendo la estimación del motivo.

CIENTO CINCO.- Al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . se articula el segundo motivo, alegando infracciónde ley por aplicación indebida del artículo 391 del C.P . Y ello dado que el instrumento en que se fundamentala condena por el tipo a que provee dicho artículo es documento en el que no consta autoría, concreción de laspersonas a que el mismo se contrae y, esencialmente, el funcionario -con fijación personal- a quien la dádivase diera o pretendiese dar.

No estimándose que los funcionarios de la Administración de Justicia a que se refieren los distintos apartadosdel Hecho I-8, 10 a), 12 a) y 21 b) hubiesen recibido las cantidades que se reflejan en los mismos y negado ellopor los acusados que aparecen como dispensadores de las dádivas, se impone el acogimiento del motivo.

En cualquier caso sería prosperable el motivo en cuanto a los hechos indicados del apartado I en mérito alos razonamientos expuestos al acoger el motivo cuarto de los recursos de Felipe y Regina al ocurrir loshechos antes de la promulgación de la L.O. 9/1991, de 22 de marzo , y conforme a las sentencias de estaSala de 22 de diciembre de 1.989, 3 de mayo de 1.991, 27 de septiembre de 1.993 y 11 de mayo de 1.994 ,interpretando el artículo 391 del C.P. en relación con el artículo 390 , en su redacción anterior a la operada poraquella Ley. Se estima que el artículo 390 recoge la figura del cohecho pasivo impropio que, a diferencia delos restantes tipos de delito de cohecho, no ostenta la condición de delito necesariamente bilateral de formasubjetiva, inexistiendo un cohecho activo paralelo en cuanto la conducta del donante no se considera punible .

RECURSO DE Simón .

CIENTO SEIS.- Siguiendo el orden lógico procesal impuesto por el artículo 901 bis b) de la L.E.Cr ., el motivodécimoprimero del recurso interpuesto por el acusado Simón , lo es por quebrantamiento de forma invocando

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el artículo 851,1º de la L.E.Cr . y alegación de no expresar la sentencia recurrida clara y terminantemente cuálesson los hechos que se consideran probados. Damos por reproducido cuanto se ha expuesto al examinar elmotivo primero de los recursos interpuestos por los acusados Aurelio y Eduardo . Ninguno de los defectos eirregularidades que se apuntan puede apreciarse en el relato fáctico. Se explica en qué consistía el sistema de"subastillas" adicionadas a la subasta oficial y básica, y los actos llevados a efecto por los concurrentes, tododescrito sin imprecisiones ni ambigüedades. Cuestión distinta es si tales elementos descriptivos configurano no el tipo del artículo 539 del C.P .

El motivo ha de ser desestimado.

CIENTO SIETE.- En el motivo décimosegundo, también en sede del artículo 851,1º, de la Ley Procesal penal , sealega vicio formal por decirse existir contradicción entre los hechos que se declaran probados. Reproducimosigualmente cuanto se contiene en el examen del motivo segundo del recurso de los acusados Aurelio yEduardo . No existe contradicción gramatical en la exposición de los hechos. El recurrente apunta hacia laposible existencia de una falta de armonía conceptual o a la falta de precisión o constancia de algún elementodefinidor del tipo, tema íntegramente de fondo objeto de otro apartado motivador.

El motivo ha de ser objeto de desestimación.

CIENTO OCHO.- Por quebrantamiento de forma y en sede del artículo 851,1º, de la L.E.Cr ., se aduce en elmotivo décimotercero consignarse en los hechos probados conceptos que por su carácter jurídico implicanla predeterminación del fallo. La sentencia combatida -se expone-, en los hechos probados, realiza unaexposición de hechos de carácter jurídico, en cuanto a control de las subastas y cesión del remate, queposteriormente aplica sin concreción alguna a los hechos delictivos que dice haber cometido el recurrente,valiéndose de dichos antecedentes para predeterminar el fallo. La esencia del quebrantamiento de formareferido radica en el anticipo o desplazamiento en el factum de giros, expresiones o términos de estrictatécnica jurídica, acuñados por la dogmática penal y trascendentes de sentido valorativo, inadecuados para elfin estrictamente narrativo o descriptivo que debe ser pauta de aquél. Proscripción de frases técnico- jurídicasque, por englobar la definición de un concreto tipo punible, por ellas mismas se llegue indefectiblementeal pronunciamiento decisorio acordado; indebida inserción de expresiones de tenor jurídico que definan oden nombre a la esencia del tipo aplicado. Cuya inadecuación fácilmente se corrobora por el hecho de que,suprimidos antedichos términos, frases o expresiones, queda el hecho histórico vácuo, incompleto, sin basesuficiente para llegar a la conclusión inculpatoria (Cfr., entre muchas, sentencias de 26 de enero y 14 de abrilde 1.989, 6 de febrero de 1.990, 29 de enero y 23 de diciembre de 1.991, 2 de junio de 1.993 , etc.)

Tal doctrina no puede predicarse de la circunstancia de haberse empleado la palabra "subastilla" en el relatohistórico de la sentencia, dado que su propio sentido y alcance queda perfilado y se delimita del más técnicoy riguroso concepto de subasta; aparte de que su carácter común, reflejado en el lenguaje usual y no sólo dejuristas, impide conceptuarla como predeterminante del fallo.

El motivo debe ser desestimado.

CIENTO NUEVE.- El quinto de los motivos lo es por infracción de ley, al amparo del artículo 5.4 y 11 de laL.O.P.J ., por violación del derecho fundamental al secreto de las comunicaciones proclamado en el artículo18.3 de la Constitución . Entiende el recurrente que el Tribunal sentenciador ha vulnerado el derecho al secretode las comunicaciones, al haber basado la sentencia en grabaciones de conversaciones telefónicas que nose encontraban amparadas por la oportuna resolución judicial, y en otros casos al haberse efectuado sin lasgarantías necesarias.

El motivo queda contestado con cuanto se expone sobre las intervenciones telefónicas al desarrollar las"cuestiones previas" al comienzo de la presente sentencia.

El motivo debe, pues, ser desestimado.

CIENTO DIEZ.- En el motivo sexto, en sede del artículo 5.4 de la L.O.P.J ., se aduce violación del derecho a lainviolabildiad del domicilio proclamado en el artículo 18.2 de la C.E . Entiende el recurrente que el Tribunalsentenciador ha vulnerado el derecho a la inviolabilidad del domicilio al haber tenido en cuenta a la hora dedictar sentencia, las pruebas obtenidas en los registros domiciliarios efectuados, sin las debidas garantíasprocesales. Se da por reproducido el estudio y examen verificado sobre las diligencias de entrada y registro,tanto en sentido general, en lo que hace a los elementos y requisitos que las condicionan y viabilizan, como, enparticular, de las circunstancias concretas concurrentes en los registros de autos, oficinas de DIRECCION022y de Felipe . Muy especialmente los fundamentos que llevan a la corroboración del acto y sus resultados, pesea la ausencia del Secretario Judicial y merced a las declaraciones de los testigos instrumentales presentesen el mismo.

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JURISPRUDENCIA

El motivo ha de decaer y ser desestimado.

CIENTO ONCE.- Por infracción de ley, y también por el cauce fundado en el artículo 5.4 y 1 de la L.O.P.J .,se invoca en el motivo séptimo haberse incurrido en violación del artículo 24.1 de la C.E ., que proclama lainterdicción de toda indefensión. Y ello por cuanto en los escritos de acusación tanto del Ministerio Fiscalcomo de la acusación particular, no se concretan las acusaciones de los hechos imputados, ni tampoco sedesprenden del resultado de hechos probados de la sentencia. De la exposición del motivo se desprende quemás que al ataque del principio constitucional de interdicción de la indefensión, parece referirse el recurrenteal desconocimiento del principio acusatorio.

Mas, aun así, el motivo carece de base y ha de ser objeto de desestimación. Las acusaciones delimitaronlos hechos, constatando el tiempo de su verificación, aludiendo a las subastillas, su modo de producción ypartícipes de las mismas, así como a sus efectos en las relaciones entre los intervinientes. El recurrente estabaimpuesto del objeto de la acusación y pudo defenderse libremente.

La concurrencia o no de los elementos configuradores del artículo 539 del C.P . es objeto de un motivo distinto.

Se impone la desestimación del motivo.

CIENTO DOCE.- El octavo de los motivos, por infracción de ley y al amparo del artículo 5.4 y 11 de la L.O.P.J .,lo es por violación del artículo 24.2 de la C.E . que proclama el derecho a la presunción de inocencia. Para elrecurrente no existe a lo largo de todo el procedimiento ni una sola prueba que pueda haber sido valorada porel Tribunal de Instancia para dictar una sentencia condenatoria respecto al acusado Simón , por el delito demaquinaciones para alterar el precio de las cosas por el que ha sido condenado.

El recurso, en este orden, parece olvidar que nos hallamos en un trámite casacional y no en un recursode apelación; que la valoración de la prueba viene encomendada al Tribunal sentenciador, al que nopuede suplantar esta Sala llevando a efecto, cual parece pretenderse, una revisión en profundidad de lasapreciaciones verificadas por la Audiencia, máxime cuando la misma ha contado con el inestimable principiode la inmediación. Invocado el derecho a la presunción de inocencia, sólo resta examinar si, realmente, laSala de instancia ha dispuesto de una prueba de cargo mínima, al menos, y suficiente, obtenida con lasdebidas garantías procesales y constitucionales, capaz de servir de sustentáculo a la conclusión inculpatoriadel Juzgador.

La sentencia, en su fundamento de Derecho II, hecho A, apartado A-2, hace referencia, en relación con losAutos 842/81, Juzgado de Madrid, 3, a la Caja 7 de DIRECCION022 , folios 4253, 4262, 4427, peritados comoC1-10, C1-19, C-31, donde aparece interviniendo el recurrente en una subastilla (segunda Simón ) en el bien delos Autos 842/81. Igualmente -Hecho A-7 y Autos 251/83, Juzgado nº 8-, documentos de la Caja 3, ocupadosen la Oficina de Felipe , figurando la participación de Simón en una subastilla sobre el piso objeto de losAutos. Respecto al A-17, Autos 1081/85, Juzgado nº 6 de Madrid , existe un listado peritado por la policía,figurando como participante Simón . Lo mismo puede predicarse del hecho A- 21, autos 274/86 Juzgado nº6 de Madrid , documentos obrantes en la Caja 8 de DIRECCION022 ; existiendo más constancia documentalsobre este hecho en las oficinas DIRECCION022 , carpetas negras de Fermín , Caja 7. Lo que es reiterabledel hecho A-22, Autos 1056/83, Juzgado 9 de Madrid , documentación ocupada en Caja 7 de DIRECCION022, documentos peritados por la policía (fs. 4301, C2-20, y 4398, C3-2) apareciendo entre los participantes en lasubastilla el recurrente. Las anotaciones de diversa índole halladas se encuentran en conexión y armonía conlos autos civiles a que vienen referenciadas y a través de todo el procedimiento el Tribunal de instancia da porcomprobada la realidad del protagonismo que viene atribuido a los diversos acusados tanto en las subastasa que se hace referencia como en las subastillas que les preceden y acompañan. Prueba inequívoca de ello -se dice por el juzgador de instancia- se encuentra en los documentos originales y los que están debidamenteperitados hallados en las entradas y registros válidamente realizadas, entre los que se encuentran recibos,carpetas, anotaciones contables, o listados completos, en los que aparecen diversos nombres y cantidadesreferidos a todos los habituales de las subastas. En esos mismos documentos consta la expresión subastillao segundas.

Se pondera por la sentencia la prueba pericial caligráfica que consta a los folios 4084 y siguientes deltomo 15 de las actuaciones, objeto de ratificación y explicación en el acto del juicio oral. Prueba que haversado sobre el examen y estudio de la documentación incautada, tomando como indubitadas aquellasfirmas que los acusados habían estampado en sus declaraciones judiciales. Documentos que para el Tribunaltienen una importante trascendencia probatoria por cuanto con los mismos da por probada la participaciónde los acusados en subastillas o segundas. No estamos aquí ante unas meras anotaciones, de unilateralcomposición, con reflejo de nombres de terceros, ajenos a la relación de hechos que se describen. El censo depersonas nominadas son "habituales" de las subastas y subastillas, pululantes en los actos de su celebracióny protagonistas en su desarrollo.

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Puede decirse enervado el derecho a la presunción de inocencia, por lo que el motivo debe ser desestimado.

CIENTO TRECE.- El primero de los motivos, en sede del artículo 849,1º, lo es por infracción del artículo 539 delC. Penal . Entiende que la sentencia recurrida vulnera el artículo referido, dado que los hechos probados noson constitutivos del tipo penal descrito en el precepto.

Habrá de traerse a colación y dar por reproducido cuanto se ha expuesto en fundamentos jurídicosprecedentes, dentro del marco de cuestiones generales, al procederse al estudio del artículo 539 del derogadoCódigo de 1.973 en confrontación con el texto ofrecido por el artículo 262 del Código de 1.995 .

Los supuestos a que se refiere el recurso pueden reconducirse a la hipótesis de convenios o acuerdosentre eventuales postores de una subasta pública al objeto de conseguir la alteración del precio de remate,tipificación llevada a cabo en el artículo 262 del C.P. de 1.995 , cubriéndose así una laguna puesta de relieve porel Tribunal Supremo. La sentencia de 3 de octubre de 1.986 consideró atípica e impune la conducta de quienesse conciertan para distribuirse las áreas o lotes de una subasta múltiple o se comprometen a no rebasar orebasar en la menor medida posible las posturas mínimamente admisibles. De ello se deduce que en el régimenregulado por el artículo 539 del anterior Código de 1.973 , cualquier tipo de convenio entre licitadores quebusque conseguir la alteración del precio de remate en una subasta pública y que no conlleve el "intento dealejamiento de postores", no era típico y, por ende, devenía impune.

Se impone, pues, la estimación del motivo. Y ello en cuanto concierne a los hechos A-2, 7, 17, 22 y 23.

CIENTO CATORCE.- Prosperando el motivo anterior, con la consecuencia de la absolución del acusado respectoa los delitos de maquinaciones de que se le acusaba, huelga proceder al examen de los motivos segundo,por infracción de los artículos 69 bis y 76 del C.P .; tercero, por infracción del artículo 52 del C.P .; cuarto,aludiendo a inaplicación del artículo 1 del C.P .; noveno, por vulneración del derecho a un proceso con todaslas garantías; y décimo, por violación del principio de proporcionalidad o prohibición de exceso, proclamadoen los artículos 10.2, 15, 17 y 25.2 de la C.E .; en cuanto todos ellos vienen configurados sobre el presupuestode subsistencia del delito, dirigiéndose fundamentalmente a impugnar el quantum de la pena impuesta. Noprocede, pues, entrar en el estudio de los mismos.

RECURSO DE Teresa .

CIENTO QUINCE.- Atendiendo al recurso interpuesto por la acusada Teresa , en el motivo décimoprimerodel recurso, por quebrantamiento de forma y al amparo del artículo 851 de la L.E.Cr ., se alega no expresarla sentencia combatida clara y terminantemente cuáles son los hechos que se consideran probados. En elmotivo décimosegundo, con igual base procesal, se acusa contradicción entre los hechos que se consideranprobados. Y en el décimotercero, también por la vía del artículo 851, se atribuye a la sentencia la consignaciónen los hechos probados de conceptos que por su carácter jurídico implican la predeterminación del fallo.Coincidentes los antedichos motivos en su formulación y contenido con los que de iguales números seformulan en el anterior recurso de Simón , en base a los mismos argumentos de que se ha hecho mérito hande ser desestimados.

CIENTO DIECISEIS.- Por infracción de ley y al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . se articula el motivo quinto,por supuesta violación al derecho fundamental al secreto de las comunicaciones, proclamado por el artículo18.3 de la C.E . En el sexto motivo, por igual cauce procesal, se alega violación del derecho a la inviolabilidad deldomicilio, proclamado en el artículo 18.2 de la C.E . Dando por reproducidas las razones expuestas al examinarmotivos semejantes en el recurso precedente, han de ser desestimados los que se reseñan.

CIENTO DIECISIETE.- Por infracción de ley y al amparo de los artículos 5.4 y 11 de la L.O.P.J ., se formulael séptimo de los motivos del recurso, aduciendo violación del artículo 24.1 de la C.E ., que proclama lainterdicción de la indefensión. Y ello porque los escritos tanto del Ministerio Fiscal como de la acusaciónparticular no concretan las acusaciones de los hechos imputados, ni tampoco se desprenden del resultado delos hechos probados de la sentencia.

El motivo ha de desestimarse, dando por reproducidos los razonamientos recogidos al rechazarse motivosemejante en el recurso de Simón .

CIENTO DIECIOCHO.- El motivo octavo se encauza también por la vía ofrecida por los artículos 5.4 y 11 de laL.O.P.J . , alegando violación del artículo 24.2 de la C.E ., que proclama el derecho a la presunción de inocencia.No existe a lo largo de todo el procedimiento -se dice- ni una sola prueba que pueda haber sido valoradapor el Tribunal de Instancia, para dictar una sentencia condenatoria respecto a la acusada por el delito demaquinaciones para alterar el precio de las cosas por el que ha sido condenada.

Se olvida por la recurrente no hallarnos ante un recurso de apelación, con posibilidad de revisión absoluta de losplanteamientos fácticos y jurídicos de la sentencia. En un recurso de casación la apreciación y valoración de la

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prueba viene atribuida al Tribunal sentenciador, sin posibilidad de suplantación por esta Sala en la encomienda,máxime cuando aquél ha contado con el inestimable principio de la inmediación. Invocando el derecho ala presunción de inocencia, compete a este Tribunal comprobar si, efectivamente, la Sala de instancia hadispuesto de un reducto probatorio mínimo y suficiente, obtenido con las debidas garantías constitucionalesy procesales, capaz de servir de apoyo y plataforma al dictado de culpabilidad del encausado.

En la relación de Hechos y Fundamentos de Derecho se atribuye a la acusada Teresa : hecho A-3, Autos1880/82, Juzgado número 9 de Madrid , dos coacusados Fermín y Benito , obtuvieron en una subastilla unpiso, que en el Juzgado y en una subasta fue adjudicado a Luz , que actuaba de acuerdo con los anteriores.Hecho A-7, Autos 251/83, Juzgado número 8 de Madrid , y en relación con la subasta del piso que se describe,se celebró una subastilla en la que participa la recurrente, según documentos encontrados en la oficina deFelipe , Caja 3. Hecho A-9, Autos 1867/73, Juzgado nº 15, y en relación con la subasta del piso que se menciona,se celebró un subastilla, llamada segundas, en la que participó la acusada, según documentos encontradosen DIRECCION022 , Caja 4, que obra al folio 4232, D-10. Hecho A-14, Autos 1754/84, Juzgado número 7 deMadrid , se celebró una subastilla en relación con un piso sacado a subasta, en la que participó Teresa ,documentos en Caja 8, listado en carpeta marrón. Hecho A-17, Autos 194/85, Juzgado número 5 de Madrid ,se subastó un piso y en la subastilla correspondiente figura la acusada Teresa ; listado peritado por la policíaobrante al folio 4238, D-115. Hecho 20, Autos 651/86, Juzgado de Primera Instancia, número 2, subastillacorrespondiente a subasta piso, y documentación hallada en las oficinas de Felipe , Caja número 3, conconstancia de participación de la acusada.

Las anotaciones y listados hallados encuentran conexión y armonía con los autos civiles a que vienenreferenciados y a través de todo el procedimiento el Tribunal de instancia da por comprobada la realidad delprotagonismo que se atribuye a los diversos acusados tanto en las subastas a que se hace referencia como enlas subastillas que las acompañan, teniendo por identificados a los mismos. El Tribunal, con su inmediación,identifica a los asistentes y componedores de las subastillas en cuestión. Prueba inequívoca de todo ello -se dice por el juzgador de instancia- se encuentra en los documentos originales y los que están debidamenteperitados hallados en las entradas y registros válidamente realizadas, entre los que se hallan recibos, carpetas,anotaciones contables, o listados completos, en los que aparecen diversos nombres y cantidades referidos atodos los habituales de las subastas. En esos mismos documentos consta la expresión subastilla o segundas.

La sentencia posa su atención de modo especial sobre la prueba pericial caligráfica que consta a losfolios 4084 y siguientes del tomo 15 de las actuaciones, objeto de ratificación y explicación en el acto deljuicio oral. En dicha prueba se ha procedido al examen y estudio de la documentación incautada, tomandocomo indubitadas aquellas firmas que los acusados habían estampado en las declaraciones judiciales. ElTribunal valora y pondera como trascendente esta prueba en orden al acreditamiento de la participación delos acusados en subastillas o segundas. No se trata de meras notas o apuntes, de unilateral y particularconfiguración, con vagas e imprecisas alusiones a terceros ajenos a los hechos básicos que se juzgan. Ellistado de personas que aparecen implicadas en las subastillas aludidas son, en mayor o menor medida,"habituales" de las subastas y subastillas, protagonizando con su presencia el desarrollo de las mismas.

El derecho a la presunción de inocencia ha de entenderse desvirtuado y el motivo debe desestimarse.

CIENTO DIECINUEVE.- El primero de los motivos, en sede del artículo 849,1º, lo es por infracción del artículo539 del C. Penal . Entiende que la sentencia recurrida vulnera el artículo referido, dado que los hechos probadosno son constitutivos del tipo penal descrito en el precepto.

Habrá de traerse a colación y dar por reproducido cuanto se ha expuesto en fundamentos jurídicosprecedentes, dentro del marco de cuestiones generales, al procederse al estudio del artículo 539 del derogadoCódigo de 1.973 en confrontación con el texto ofrecido por el artículo 262 del Código de 1.995 .

Los supuestos a que se refiere el recurso pueden reconducirse a la hipótesis de convenios o acuerdosentre eventuales postores de una subasta pública al objeto de conseguir la alteración del precio de remate,tipificación llevada a cabo en el artículo 262 del C.P. de 1.995 , cubriéndose así una laguna puesta de relieve porel Tribunal Supremo. La sentencia de 3 de octubre de 1.986 consideró atípica e impune la conducta de quienesse conciertan para distribuirse las áreas o lotes de una subasta múltiple o se comprometen a no rebasar orebasar en la menor medida posible las posturas mínimamente admisibles. De ello se deduce que en el régimenregulado por el artículo 539 del anterior Código de 1.973 , cualquier tipo de convenio entre licitadores quebusque conseguir la alteración del precio de remate en una subasta pública y que no conlleve el "intento dealejamiento de postores", no era típico y, por ende, devenía impune.

Se impone, pues, la estimación del motivo.

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JURISPRUDENCIA

CIENTO VEINTE.- Prosperando el motivo anterior, con la consecuencia de la absolución del acusado respectoa los delitos de maquinaciones de que se le acusaba, huelga proceder al examen de los motivos segundo,por infracción de los artículos 69 bis y 76 del C.P .; tercero, por infracción del artículo 52 del C.P .; cuarto,aludiendo a inaplicación del artículo 1 del C.P .; noveno, por vulneración del derecho a un proceso con todaslas garantías; y décimo, por violación del principio de proporcionalidad o prohibición de exceso, proclamadoen los artículos 10.2, 15, 17 y 25.1 de la C.E .; en cuanto todos ellos vienen configurados sobre el presupuestode subsistencia del delito, dirigiéndose fundamentalmente a impugnar el quantum de la pena impuesta. Noprocede, pues, entrar en el estudio de los mismos.

RECURSOS DE Luis Antonio , Pedro Miguel y Roberto .

CIENTO VEINTIUNO.- El primero de los motivos de los recursos interpuestos por los acusados Luis Antonio, Pedro Miguel y Roberto , se formula por la vía del artículo 5.4 de la L.O.P.J . por haber sido violado conlas intervenciones telefónicas practicadas los derechos fundamentales que la Constitución garantiza en susartículos 18.3 y 24.1 y 2 , lo que da lugar a la nulidad que se postula en virtud de lo dispuesto en el artículo11.1 de la L.O.P.J ., a cuyo tenor no surtirán efecto las pruebas obtenidas directa o indirectamente, violentandolos derechos y libertades fundamentales. El motivo debe ser desestimado atendiendo a las razones quese exponen en orden a las intervenciones telefónicas practicadas al desarrollar las "cuestiones previas" alcomienzo de la fundamentación jurídica de la presente.

CIENTO VEINTIDOS.- El segundo de los motivos y siguiendo idéntico cauce procesal, denuncia violaciónindirecta del derecho fundamental al secreto de las comunicaciones ( artículo 18.3 de la C.E .) y directadel derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio ( art. 18.2 de la C.E .), así como de los derechosfundamentales a la tutela judicial efectiva sin indefensión y a un proceso con todas las garantías que proclamael artículo 24.2 de la C.E . en sus apartados 1 y 2. La violación de los expresados derechos se produce -aleganlos recurrentes- por la sentencia recurrida al utilizar como medio de prueba los documentos ocupados en las"diligencias de entrada y registro" decretadas por el Juez Instructor sobre las oficinas de DIRECCION022 -donFermín - y las de don Felipe .

El motivo debe seguir igual suerte desestimatoria que el precedente en base a los fundamentos recogidos enla presente sentencia al abordar las "cuestiones previas". Se da por reproducido el estudio y examen verificado,tanto en sentido general, en lo que hace a los elementos y requisitos condicionantes de las diligenciasde entrada y registro, como, en particular, de las circunstancias concretas concurrentes en antedichosregistros. Especialmente han de subrayarse los razonamientos que conducen a la corroboración del acto y susresultados, no obstante la falta de presencia del Secretario Judicial merced a las declaraciones de los testigosinstrumentales concurrentes.

CIENTO VEINTITRES.- El octavo de los motivos de los recursos que nos ocupan viene fundado en el artículo851,1º, de la L.E.Cr ., por contradicción entre los hechos que se declaran probados. El noveno, también porvicio formal, busca su cauce por el artículo 851,1º, aduciendo falta de claridad y terminancia de los hechosque se consideran probados. Y el motivo décimo, con idéntico soporte procesal, señala haberse incurrido encausa determinante de quebrantamiento de forma por predeterminación del fallo. Improsperables se ofrecenlos enumerados motivos, también figurantes en los recursos que antecedieron de Simón y Teresa . Por lasrazones que en ellos se incorporan, dadas aquí por reproducidas, ha de decretarse su desestimación.

CIENTO VEINTICUATRO.- En cuanto al recurso del acusado Luis Antonio , en su motivo tercero y al amparodel artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., se aduce infracción del artículo 539 del C.P ., al haber sido aplicadoindebidamente, resultando también, y por ello, infringidos los artículos 9.3 y 25.1 de la C.E . garantes de losprincipios de legalidad y seguridad jurídica. También en el recurso de Pedro Miguel , en su motivo séptimo,con apoyo en el artículo 849,1º, de la L.E.Cr . se denuncia infracción del artículo 539 del C.P ., por aplicaciónindebida, extendiéndola a los artículos 9.3 y 25.1 de la C.E ., garantes de los principios de legalidad y seguridadjurídica. Siendo idéntico el fundamento del motivo tercero del recurso del acusado Roberto . Y ello en tantoque los hechos declarados probados no son constitutivos del tipo penal descrito en el precepto.

Ha de darse por reproducido cuanto se ha razonado en los respectivos fundamentos jurídicos en los que, conprecedencia, se ha procedido al análisis y estudio del artículo 539 del C.P ., a los elementos definidores deltipo en las modalidades que concibe, confrontándolo con la nueva versión ofrecida por el artículo 262 del C.P.vigente de 1.995 . Cual se concluye en dicho examen, los supuestos recogidos en la sentencia impugnadapueden reconducirse a la hipótesis de convenios o acuerdos entre eventuales postores de una subasta públicaal objeto de conseguir la alteración del precio de remate, tipificación a que se llega en el artículo 262 del C.P.de 1.995 , cubriéndose así la laguna existente y que el Tribunal Supremo puso de relieve en su sentencia de3 de octubre de 1.986 , la que destacó la atipicidad e impunidad de quienes se comprometen a no rebasaro rebasar en la menor medida posible las posturas mínimamente admisibles. De ello se deduce que en el

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JURISPRUDENCIA

régimen regulado por el artículo 539 del anterior Código de 1.973 , cualquier tipo de convenio entre licitadoresque busque conseguir la alteración del precio de remate en una subasta pública y que no conlleve el "intentode alejamiento de postores", no era típica y, por ende, devenía impune.

Procede, pues, decretar la estimación de los antedichos motivos. En cuanto a Luis Antonio por los hechosrecogidos en el Apartado A-5, 8, 9, 13, 14, 20 y 21; a Pedro Miguel por los hechos A-7, 9, 13 y 20; y a Robertopor los hechos A-5, 8, 9, 7 y 12.

CIENTO VEINTICINCO.- Una vez estimados los motivos del fundamento anterior, con la consecuencia de laabsolución de los inculpados respecto al delito de maquinaciones de que se les acusaba, deviene innecesariodescender al examen, en cuanto al recurso de Luis Antonio , de los motivos cuarto, por infracción de losartículos 24.1 y 2, 9.3 y 25.1, de la C.E ., en relación con la peritación de los inmuebles; quinto, por infracciónde los artículos 69 bis y 539 del C.P . y 9.3 y 25 de la C.E . en relación con la pena imponible; sexto, tambiénaduciendo violación de los artículos 539 del C.P . y de los artículos 5, 25.1 y 9.3 de la C.E ., al precisarse elsignificado del valor de la cosa subastada. En lo concerniente al recurso de Pedro Miguel , del mismo modoquedan fuera de la necesidad de examen los motivos cuarto, por infracción del artículo 24.1 y 2, 9.3 y 25.1 de laC.E ., con consideración del informe pericial de valoración de inmuebles; quinto, por infracción de los artículos69 bis y 539 del C.P . y 9.3 y 25 de la C.E ., atendiendo a la pena impuesta; sexto, por infracción del artículo 539del C.P ., 9.3 y 25.1 de la C.E ., también en conexión con la interpretación del "valor de la cosa subastada". Ydel recurso de Roberto , aparece improcedente, por innecesario, entrar en el estudio de los motivos cuarto,conectado a la apreciación del informe pericial emitido; quinto, por infracción de los artículos 69 bis y 539 delC.P . y 9.3 y 25 de la C.E ., a la vista de la pena impuesta; y sexto, por infracción del artículo 539 del C.P . y 9.3y 25.1 de la C.E ., también en referencia a la valoración de los inmuebles tenida en cuenta.

CIENTO VEINTISEIS.- El motivo séptimo del recurso de Luis Antonio lo es al amparo del artículo 849,1º de laL.E.Cr ., con alegación de haberse infringido el artículo 1.253 del C.C . relativo a la prueba de presunciones, yello referido a las diligencias de intervenciones telefónicas practicadas y a la valoración de que han sido objeto.Idéntico motivo al configurado, también de número séptimo, en el recurso de Roberto . Sendos motivos hande ser desestimados en méritos a los fundamentos configurados al tratar en las "cuestiones previas" de lasreferidas diligencias de intervenciones telefónicas.

CIENTO VEINTISIETE.- El tercer motivo del recurso de Pedro Miguel , interpuesto por la vía del artículo 5.4 dela L.O.P.J ., lo es por infracción del artículo 24.2 de la Constitución y consecuente violación de la presunciónde inocencia. A tal fin recordemos que, según la jurisprudencia, existen tres situaciones en las que es posibledetectar la vulneración de aquel principio: a) cuando no exista prueba o ésta no haya sido producida en eljuicio oral con las garantías de publicidad, inmediación, oralidad y contradicción; b) cuando la prueba haya sidoproducida ilegalmente; c) cuando en el juicio sobre la prueba el Tribunal de instancia infringió las reglas de lalógica, no respetó los principios de experiencia o se apartó infundadamente de los conocimientos científicos.

El recurrente, en este orden, parece olvidar que nos hallamos en un trámite casacional y no en un recursode apelación; que la valoración de la prueba viene encomendada al Tribunal sentenciador, al que nopuede suplantar esta Sala llevando a efecto, cual parece pretenderse, una revisión en profundidad de lasapreciaciones verificadas por la Audiencia, máxime cuando la misma ha contado con el inestimable principiode la inmediación. Basta examinar la sentencia para comprobar que la Sala de instancia ha dispuestode una prueba de cargo mínima, al menos, y suficiente, obtenida con las debidas garantías procesales yconstitucionales, capaz de servir de sustentáculo a la conclusión inculpatoria. Al proceder, en sus fundamentosjurídicos, al examen de los hechos A-7, A-9, A-13, y A-20, enumera y describe con minuciosidad los papeles ydocumentos, de los hallados tras las diligencias de registro, de los que se deduce la participación del acusado.No estamos ante una prueba de unilateral confección en que se compromete a terceros ajenos a los hechosque se describen, ignorantes del todo y sin posibilidad de control. El derecho a la presunción de inocencia ha deentenderse desvirtuado. Ello sin perjuicio del tema de la tipificación o no tipificación de los hechos dados porprobados, de la reprochabilidad jurídico-penal que los mismos merezcan, cuestión ajena a aquella presunción.

El motivo debe desestimarse.

CIENTO VEINTIOCHO.- En lo concerniente a los delitos de cohecho enumerados en el apartado I, el acusadoLuis Antonio figura como responsable de los hechos I-2, 4, 11 a) y b), 17 (f. 241). Roberto de los hechosI-2, 4, 9, 11 a) y b), 17. En base al artículo 903 de la L.E.Cr ., habiendo sido absueltos los funcionarios de laAdministración de Justicia a que se refieren los mismos -excepto en los hechos I-2, I-4-, correlativamente habráque absolver a tales acusados de los delitos correspondientes a los hechos I-11 a) y b) e I-17 (respecto a LuisAntonio ) e igual de los I-9, I-11 a) y b), e I-17 (respecto a Pedro Enrique ).

En cualquier caso sería prosperable el motivo en cuanto a los hechos indicados del apartado I en mérito a losrazonamientos expuestos al acoger el motivo cuarto de los recursos de Felipe y Regina al ocurrir los hechos

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JURISPRUDENCIA

antes de la promulgación de la L.O. 9/1991, de 22 de marzo , y conforme a las sentencias de esta Sala de 22de diciembre de 1.989, 3 de mayo de 1.991, 27 de septiembre de 1.993 y 11 de mayo de 1.994 , interpretandoel artículo 391 del C.P. en relación con el artículo 390 , en su redacción anterior a la operada por aquella Ley. Seestima que el artículo 390 recoge la figura del cohecho pasivo impropio que, a diferencia de los restantes tiposde delito de cohecho, no ostenta la condición de delito necesariamente bilateral de forma subjetiva, inexistenteun cohecho activo paralelo en cuanto la conducta del donante no se considera punible. Razonamiento quelleva a la absolución por el hecho I-4 en cuanto a ambos acusados.

En cuanto al hecho I-2 ha de subsistir la condena de sendos acusados por el delito de cohecho del artículo 391en relación con el 387; sin olvidar cuanto se expone respecto a este precepto en el recurso de Felipe y Regina .

RECURSOS DE Fermín , Estefanía , Joaquín , Benito y Aurora .

Atendiendo a los recursos interpuestos por los acusados Fermín , Estefanía , Joaquín , Benito y Aurora ,y siguiendo paralela sistemática a la ofrecida por el escrito del recurso, distinguiremos:

MOTIVOS DE NULIDAD Y CASACION

- I -

Común para todos los apartados de la sentencia recurrida.

CIENTO VEINTINUEVE.- El presente motivo, primero de nulidad en el recurso, se invoca al amparo de losartículos 5.4, 11.1, 238,3º, y 240, de la L.O.P.J ., por cuanto se ha dado efecto a diligencias de pruebaspracticadas, directa o indirectamente, con violación de derechos y libertades fundamentales, como son elsecreto de las comunicaciones, la inviolabilidad del domicilio, la tutela judicial efectiva y un proceso con todaslas garantías, consagrados en los artículos 18 y 24 de la C.E ., prescindiendo en ello de normas esenciales delprocedimiento establecidas por la Ley, produciendo indefensión. En cuanto a los temas suscitados relativos alas intervenciones telefónicas, registros domiciliarios, ocupación de documentos y postulación de nulidadesque se invoca, dando por reproducido cuanto se ha expuesto en la presente al resolver las "cuestiones previas",esta Sala estima improsperable el motivo, y, en consecuencia, procede acordar su desestimación.

- II -

Apartado A) Maquinaciones.

Fermín , Benito y Joaquín .

CIENTO TREINTA.- Atendiendo al actual motivo, segundo del recurso, lo es porinfracción de ley y al amparo delos artículos 5.4 de la L.O.P.J . y 842,2º, de la L.E.Cr ., se alude a la vulneración de garantías constitucionales,completándose y enlazando con la indebida no consideración de documentos obrantes en la causa quedemuestran manifiestos errores apreciativos.

Se aduce vulneración del derecho a la presunción de inocencia así como la falta de garantías de la supuestaprueba. Se objeta la conceptuación de "habitualidad" en la actividad de los subasteros, y, sobre todo, seconsidera ilógico e injustificado que de tal "habitualidad" se haga derivar un "control de las subastas públicas",que no se dice en qué puede consistir, pero a lo que se quiere anudar la consecución de un "precio artificialy ventajoso". También se aduce que no se declara probado ni un solo caso de coacción, como tampocoaparecen quienes puedan ser esas "terceras personas" a quienes se impida concurrir a las subastas. Enrealidad antedichas consideraciones miran más a la denuncia de infracción de ley por vulneración del artículo539 del C.P ., cuyo examen se efectuará más adelante, que a las impugnaciones que tratan de ser llevadasa efecto en el presente motivo. Pretenden los recurrentes hacer una valoración de la prueba documental,interpretando su contenido en función del interés que les anima.

Esencialmente hay que partir del conjunto de documentos a que hace referencia la sentencia recurrida,hallados en las oficinas de DIRECCION022 . y de Felipe . No puede llegarse a la estimación de unaoposición absoluta entre las afirmaciones de la sentencia y los apoyos documentales que los recurrentesseleccionan, con visión singularizada de los mismos. El Tribunal ha contado con el inestimable principiode la inmediación, por lo que su estimación "en conciencia" de los hechos, en cuanto acaeceres materialesy humanos se refiere, comportan una acusada fiabilidad. No pudiendo esta Sala suplantar al Tribunal deinstancia en semejante encomienda valorativa, cual si nos hallásemos en trance de un trámite de apelación.Otra cosa será la traducción y ponderación jurídicas de aquéllos y su confrontación con el tipo penal del artículo539 en orden a la conclusión a adoptar sobre la existencia o inexistenica de la atribuida - por parte de lasacusaciones- responsabilidad penal.

La sentencia, en su fundamentación jurídica, hace referencia a las diversas subastas celebradas y subastillasa ellas ligadas, con designación del número a que se ligan, autos y Juzgado en que tienen lugar. Así se

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JURISPRUDENCIA

enumeran los A-1, Juzgado 2, autos 1.989/80; A-2, Juzgado 3, autos 842/81; A-3, Juzgado 9, autos 1.880/82;A-4, Juzgado 12, autos 719/82; A-5, Juzgado 6, autos 1863/83; A-6, Juzgado 6, Autos 678/83; A-7, Juzgado 8,autos 251/83; A-9, Juzgado 15, autos 1867/73 ( Joaquín ); A-11, Juzgado 1, autos 1432/84; A-13, Juzgado8, autos 1268/84; A-14, Juzgado 7, autos 1754/84; A-15, Juzgado 1, autos 122/85; A-16, Juzgado 2, autos1281/85; A- 17, Juzgado 5, autos 194/85; A-18, Juzgado 6, autos 1081/85; A-19, Juzgado 8, autos 130/85; A- 20,Juzgado 2, Autos 651/86; A-21, Juzgado 6, autos 274/86; A-22, Juzgado 9, autos 1056/83; A-24, Magistraturade Trabajo 18, autos 1393/84; A-23, Juzgado 21, autos 705/84. Cuida la sentencia de dejar mención de losdocumentos alusivos a las subastillas y lugar donde fueron hallados. Las anotaciones guardan relación con losautos civiles que se mencionan. El Tribunal llega a la convicción acerca de las intervenciones y participación delos acusados, asumiendo los roles que les vinieron atribuidos. Para el Tribunal goza de especial significaciónla peritación caligráfica realizada, ratificada en el acto del juicio oral. Considera la Sala sentenciadora que losdocumentos analizados tienen importancia trascendente probatoria de la participación de los acusados ensubastillas o segundas.

Existe, pues, una prueba de cargo suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia.

El motivo ha de ser desestimado.

CIENTO TREINTA Y UNO.- Prosiguiendo en el estudio de los motivos, y atendiendo al tercero del recurso, elmismo, por infracción de ley y al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., se formula el motivo tercero, en basea que, dados los hechos que se declaran probados, se ha infringido por indebida aplicación el artículo 539 delCóigo Penal . De entre los varios argumentos que se esgrimen para impugnar la aplicación del artículo 539 delC.P . efectuada por la sentencia los recurrentes hacen uso básicamente de los siguientes: 1º) cualquier tipo deconvenio entre postores que no conlleve "el intento de alejamiento de postores" no será típico, siendo esencialque se haya patentizado algún artificio para alejar terceros ajenos a la actividad especulativa. 2º) No apariciónen la narración histórica de la sentencia recurrida ni uno solo de tales terceros. 3º) Las cesiones de remateverificadas a consecuencia de las subastillas no pueden abrir paso a la figura penal que nos ocupa, dado quedicha cesión es algo que libremente puede acordar el adjudicatario de la subasta con quienquiera, y, de servarios los interesados, no hay inconveniente en que pujen entre ellos para mejorar sus posturas de oferta.

En el estudio realizado precedentemente sobre la interpretación y ámbito del artículo 539, acumulando lasrazones determinantes de la inaplicación del precepto, ya se recogen y explanan referidos argumentos junto aotros, conducentes todos a la conclusión de que por la sentencia se vulneró el indicado artículo por su indebidaaplicación. Procede, pues, la estimación del motivo. Y ello en cuanto concierne a los hechos A-1, 2, 3, 4, 5, 6,7, 9, 11, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23 y 24.

CIENTO TREINTA Y DOS.- Por infracción de ley y al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . y artículo 849,2º, dela L.E.Cr ., se formula el motivo cuarto del recurso, por cuanto la vulneración de garantías constitucionales secomplementa y enlaza con la indebida no consideración de documentos obrantes en la causa que demuestranmanifiestos errores apreciativos.

El motivo expuesto se aduce de modo subsidiario, y dado que el tercero ha sido estimado íntegramente, huelgaentrar en el estudio del presente dirigido a impugnar la adopción por el Tribunal de instancia como criteriorector de las penas impuestas por el delito de maquinación para alterar el precio de las cosas, una valoraciónresultante de un informe pericial que no ha sido objeto de invocación ni practicado en el acto del juicio, en vezde aceptar las valoraciones que constan en los propios autos civiles.

En consecuencia no ha lugar al examen del motivo.

- III -

Apartado C)

Benito y Fermín .

CIENTO TREINTA Y TRES.- En el siguiente motivo, quinto del escrito, por infracción de derechos fundamentales,se invoca el artículo 5.4 de la L.O.P.J . por cuanto en la sentencia se pena a Benito por un delito queno fue objeto de acusación, vulnerando el principio acusatorio consagrado en el artículo 24 de la C.E . Lasentencia recurrida -se expone- condena a Benito por un delito de estafa en relación al apartado C desus Hechos Probados (caso de Donato ), sin que ninguna de las partes acusadoras le acusara de taldelito en lo concerniente a tales supuestos hechos, con lo que el Tribunal a quo ha adoptado una decisiónacusatoria (ni siquiera acudió al artículo 733 de la L.E.Cr .) y condenatoria que no le correspondía, sin quenuestro mandante haya podido ejercitar ninguna efectiva defensa al respecto, vulnerándose, en consecuencia,una manifestación esencial de su derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, con interdicción de todaindefensión, consagrado en el artículo 24 de la Constitución , como el principio acusatorio.

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JURISPRUDENCIA

Esta condena aparece en el apartado cuarto del Fallo de la sentencia recurrida en referencia al apartado C de surelato de Hechos Probados, relativo al caso de Donato . La representación de este último ejerció la acusaciónparticular y en sus conclusiones definitivas no acusó de estafa a Benito y sí, exclusivamente, del delito demaquinaciones para alterar el precio de las cosas, que no se puede entender homogéneo y de mayor gravedada aquél, aparte de que también se condena por éste en la sentencia impugnada. De los propios antecedentesde la sentencia recurrida así como de la literalidad de la Tercera de las conclusiones provisionales del escritode acusación del Sr. Donato , elevadas a definitivas, resulta no aparecer como acusado el recurrente Benito. Tampoco el Ministerio Fiscal ni la acusación popular, en ningún escrito, llegaron a imputar nada respecto aese caso a Benito .

El principio acusatorio forma parte de las garantías básicas del proceso penal, figurando sancionadoconstitucionalmente en el artículo 24 de la C.E . en cuanto proclama, de un lado, el derecho que todos losindividuos tienen a ser informados de la acusación formulada contra ellos, y, de otro, la proscripción de todaindefensión; consecuencia, todo ello, del derecho reconocido en el propio artículo de la Constitución a todas laspersonas a "obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales", "a un proceso público con todas las garantías,a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa". Su traducción en la dinámica del proceso cristalizaen el derecho a ser informado de la acusación como elemento primario y básico condicionante de cualquierestrategia o planificación defensiva. El conocimiento temporáneo y oportuno del alcance y contenido de laacusación conjurará cualquier indefensión, eliminando sorpresivas imputaciones verificadas en momentosinhábiles para una oportuna alegación exculpatoria y adecuada planificación de pruebas corroboradoras (Cfr.sentencias de esta Sala de 18 de mayo de 1.992, 10 de junio y 14 de julio de 1.993, 13 de junio y 17 de octubrede 1.994, y 14 de marzo de 1.995 ). La doctrina del Tribunal Constitucional ofrece paralelas consideraciones,reconociendo que el principio acusatorio forma parte del entramado de derechos contenidos en el artículo 24de la Constitución . Así se afirma que el derecho a ser informado de la acusación, que presupone, obviamente,la existencia de la acusación misma, tiene como contenido un conocimiento de la acusación, facilitado oproducido por los acusadores y por los órganos jurisdiccionales ante quienes el proceso se sustancia. Estambién un derecho de carácter instrumental respecto del fundamental derecho a la defensa y a la asistenciade Letrado, que en el propio artículo 24 se reconoce, pues el conocimiento de la acusación es indispensablepara poder ejercer el derecho de defensa (Cfr. sentencias del T.S. 141/1986, de 12 de noviembre, 17/1988, de16 de febrero, 18/1989, de 30 de enero, 125/1993, de 19 de abril ).

Ante la claridad y fundabilidad del motivo, el mismo es apoyado por el Ministerio Fiscal. Se impone, pues, sucompleta estimación.

CIENTO TREINTA Y CUATRO.- Se formula el sexto de los motivos al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . yartículo 849,2º, de la L.E.Cr ., por cuanto la vulneración de garantías constitucionales se enlaza con la indebidano consideración de documentos obrantes en la causa que demuestran manifiestos errores apreciativos.El motivo no puede prosperar. El archivo acordado en diligencias previas presenta carácter provisional. Loshechos denunciados, y pese al archivo inicial, pueden ser nuevamente objeto de investigación si sobreellos se incide en un procedimiento judicial posterior, cual aquí acontece, al haberse acumulado al mismolas diligencias archivadas. No hay vulneración del derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley; lalegitimación para conocer, expandida en virtud a la dinámica procesal acumulativa, no puede desconocerse.El Juez de la causa reunía todos los requisitos para asumir la función instructora que le es ínsita. En modoalguno actuó en relación con hechos objeto de sobreseimiento libre.

La descalificación del testimonio de Donato que se lleva a efecto en el recurso no merece acogida. La Sala deinstancia ha ponderado debidamente tal aportación testifical, confirmada y reforzada por todas las pruebasexistentes en la causa demostrativas de las prácticas habituales en los denominados "subasteros", entre losque se hallan los recurrentes. La valoración del testimonio corresponde al Tribunal sentenciador, que contócon el principio de la inmediación; este Tribunal no ha podido ver y oir cuanto fue factible en el juicio oral de lainstancia. A este respecto destaca la sentencia la sinceridad de un testigo que "sin grandes conocimientos hanarrado los hechos de los que ha sido víctima con desgarro y emoción, y ha ofrecido un testimonio sincero queha apreciado no sólo este Tribunal al que corresponde valorar la prueba por imperativo legal, sino también elresto de las personas que estaban presentes en la Sala". El testigo con anterioridad había narrado lo sucedidode la misma manera (fs. 2742 y 2762 y ss. del tomo 9).

CIENTO TREINTA Y CINCO.- Es doctrina comúnmente aceptada que la manifestación en el proceso penal deun único testigo es suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia y apoyar la resolución condenatoria,careciendo de virtualidad jurídica el antiguo principio testis unis testis nullus, siempre y cuando no aparezcanrazones objetivas que invaliden las afirmaciones de ese único testigo, provocando la duda en la credibilidaddel mismo. En definitiva, el viejo aforismo pierde su eficacia y claudica en su radicalidad a la luz del artículo741 de la L.E.Cr ., al reservarse al Tribunal sentenciador la valoración de la prueba, y contar el mismo con el

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auxilio inestimable de inmediación (Cfr. sentencias de 17 de noviembre de 1.993, 18 de septiembre de 1.995y 16 de septiembre de 1.996 , entre otras).

No importa que dicho testimonio único provenga de la propia víctima, ya que de no aceptarse se llegaríaa la más absoluta impunidad en muchos ilícitos penales; no puede dudarse de su valor como legítimaactividad probatoria, al no existir en el proceso penal el sistema legal o tasado de valoración de la prueba( sentencias de 22 de enero de 1.988, 25 de febrero y 22 de marzo de 1994, y 3 de abril de 1.996 ).Es el Tribunal Constitucional el que ha reconocido que en ausencia de otros testimonios, la declaracióndel perjudicado practicada normalmente en el juicio oral con las necesarias garantías procesales, tiene laconsideración de prueba testifical, y como tal, puede constituir válidamente prueba de cargo, en la que puedebasarse la convicción del Juez para la determinación de los hechos ( sentencias del T.C. 201/1989, de 30 denoviembre, y 221/1991, de 28 de noviembre). En cualquier caso el Tribunal ha de ponderar la concurrencia deelementos capaces de eliminar de la declaración del testigo-víctima toda sospecha fundada de incredibilidadsubjetiva derivada de enconadas relaciones con el acusado que puedan dar paso a sentimientos espuriosde venganza o resentimiento. Son factores que propenden a favorecer la persuasión en la verosimilitud deltestimonio la existencia de otros datos objetivos obrantes en el proceso cuya explicación se corresponde con elcontenido material del testimonio. La persistencia en la declaración incriminatoria, prolongación en el tiempo yausencia de ambigüedades y contradicciones constituirá también elemento consolidador de la manifestacióninculpatoria. Hacia ello apuntan las sentencias de 7 de marzo de 1.994, 14 de julio de 1.995 y 17 de abril de1.996 , por cita de algunas.

Correctas se ofrecen las apreciaciones de la Sala de instancia, describiendo y valorando con toda minuciosidadtodos los actos reveladores de la perpetración de un delito de maquinaciones para alterar el precio de lascosas del artículo 539 del derogado Código, así como un delito de estafa de los artículos 528 y 529 del propiotexto sustantivo , dada la fecha en que ocurrieron los hechos atribuidos a los recurrentes. El motivo debe serdesestimado.

CIENTO TREINTA Y SEIS.- El motivo séptimo del recurso lo es por infracción de ley y al amparo del artículo849,1º, de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., por cuanto dados los hechos que se declaran probados por lasentencia recurrida se han infringido, por indebida aplicación, las circunstancias 5ª y 7ª del artículo 529 delC.P ., particularmente si se las relaciona con el derecho fundamental a un proceso sin dilaciones indebidas delartículo 24.2 de la Constitución . Respecto a la circunstancia 5ª la sentencia considera acreditada la escasainstrucción y la penosa situación económica por la que atravesaba el testigo, siendo ello aprovechado porlos acusados para desarrollar su situación de poder y superioridad y obtener de ese modo un aumento en laconfianza que habían conseguido del perjudicado, logrando así más dinero. Basta la lectura del hecho probadoC, así como el correlativo fundamento jurídico, teniendo en cuenta la virtud integradora del factum ofrecida poreste último, para percibir la situación económica harto débil, rayana en angustiosa, ofrecida por Donato , asícomo las maniobras efectuadas por los acusados para conseguir de aquél, merced a los ardides engañososde que se valieron, las entregas de dinero que se consignan.

En relación con la circunstancia 7ª del artículo 529, del C.P . ha de recordarse que la expresión legal "especialgravedad" supone un concepto jurídico que el legislador incorpora con carácter de elemento normativodel subtipo, pero cuyo alcance o límites deja de precisar a fin de que el Juzgador, en el que se delega oencomienda tal función, presidido por criterios de experiencia y sintonizando con la realidad socioeconómicaen la que se halla inmerso, ejerza una labor integradora que permita en todo momento la mejor actualizacióny operatividad del tipo. Dentro de unas orientaciones de generalizada proyección, la afirmación que nos ocupadebe también ser objeto de un entendimiento individualizado, a fin de contemplar y sopesar los diversosfactores concurrentes en orden a determinar si la cantidad defraudada merece o no quedar enmarcada en ladefinición de especialmente grave, y, en su caso, con el aditamento de la cualificación. El agravamiento delnivel de vida, las fluctuaciones del valor adquisitivo de la moneda, exigirán una elevación del listón definidor;pero, indudablemente, no deberán perderse de vista las condiciones del sujeto pasivo, salvando toda confusióno interferencia con la hipótesis a que provee el apartado 5º del propio artículo 529, y la índole de las relacionesen cuyo seno se consuma la maniobra defraudatoria.

Ha sido doctrina jurisprudencial aceptada la que cifraba la especial gravedad en la suma comprendida entrelas quinientas mil y el millón de pesetas, límite determinante de la cualificación de la gravedad de la estafa,estimándose como muy cualificadas las defraudaciones que sobrepasen la cifra de un millón de pesetas(Cfr. sentencias de 23 de febrero y 28 de diciembre de 1.987, 26 de abril y 30 de septiembre de 1.988, 28 dejunio y 16 de julio de 1.990 ). Cifras que ofrecían un carácter puramente orientativo y se hallaban sujetas, porsupuesto, a las revisiones aconsejadas por las circunstancias, y que, ulteriormente, han ido experimentandouna modificación actualizadora en alza, cuan viene reflejando las sucesivas y más recientes sentencias deesta Sala. Puede cifrarse a partir del año 1.991 el señalamiento de los dos millones de pesetas para apreciar

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la concurrencia de tal circunstancia 7ª del artículo 529 del C.P . con carácter ordinario, y los seis millonesde pesetas para estimarla como muy cualificada, acompasando así los criterios de valoración penal a lospaulatinos cambios que se van produciendo en la situación económica del país (Cfr. sentencias de 16 deseptiembre de 1.991, 25 de marzo y 23 de diciembre de 1.992 ).

Cifra la sentencia la cuantía de lo defraudado en 975.000 pesetas y los hechos, en general, se sitúan entre losaños 1.984 a 1.987, por lo que, en principio, no sería incorrecta la calificación jurídica de la sentencia al aplicarla agravante de especial gravedad del artículo 529,7ª. Si bien ello se efectúa en sentencia recaida en 30 demayo de 1.995 , en momentos en que los módulos cuantitativos expresados se hallan lejos de los vigentes en laépoca de consumación de la estafa. La jurisprudencia, con razonable y equitativo criterio, ha considerado, anteesa nueva perspectiva jurisprudencial, reconocerle efectos retroactivos en tanto se traduce en un beneficiopara el reo, y atendiendo por analogía a la inspiración de retroactividad que ha presidido las innovacioneslegales en orden a las modificaciones introducidas en los delitos contra la propiedad, cuando de fijación decuantías definitorias de los diversos tipos o subtipos penales se trata. Así lo proclaman las sentencias de 16de julio y 19 de octubre de 1.990 y 28 de julio de 1.993. Como argumento robustecedor de semejante posturapuede aducirse que la causa se ha visto afectada por una acusada dilación en su desarrollo y resolución que lacierra, ciertamente no imputable a los recurrentes, lo que abona y justifica que los hechos, en especie de ficción"in bonam parte", sean enjuiciados cual si hubiesen tenido lugar en datas próximas a su revisión judicial. Condudable criterio así lo acepta la sentencia de 2 de julio de 1.994. En consecuencia ha de estimarse en parteel motivo, dejando de valorar la referida circunstancia 7ª, lo que reportará la subsistencia del delito de estafa,con la pena de arresto mayor que le es inherente y su aplicación en el grado máximo por mor de la vigenciade la agravante específica del número 5º del artículo 529 del C.P .

- IV -

Apartado E)

Fermín , Benito , Estefanía .

CIENTO TREINTA Y SIETE.- El siguiente motivo, octavo en el orden del recurso lo es por infracción de ley y alamparo del artículo 849,2º, de la L.E.Cr . Se formaliza acusando error en la apreciación de la prueba basadoen documentos obrantes en autos que demuestran la equivocación del Juzgador, sin resultar contradichospor otros elementos probatorios. Cual reiteradamente se ha venido sosteniendo por esta Sala en múltiplesresoluciones, los documentos capaces de evidenciar el error que a efectos casacionales menciona el artículoreferido, han de tener la cualidad de "literosuficientes" o de "perseidad", es decir, que, por sí mismos y sinnecesidad de otros razonamientos o apoyatura en distintos elementos probatorios, se opongan frontalmentea lo establecido en el factum, ya en su globalidad, ya en alguno de sus extremos o sectores. Los documentosque se citan no hacen más que corroborar la descripción del antecedente fáctico, en cuanto hace a la objetiva,material y externa constatación de los actos producidos y resoluciones judiciales recaidas. Cosa distintaes la valoración jurídica que los mismos merezcan y, en concreto, si la conducta de los recurrentes es ono susceptible de subsunción en el tipo penal de la estafa, lo que se efectuará en el siguiente fundamento,revisándose, si procede, los juicios de valor formulados al respecto por el Tribunal de instancia.

El motivo ha de ser desestimado.

CIENTO TREINTA Y OCHO.- El motivo noveno del recurso se articula por infracción de ley y al amparo delartículo 849,1º, de la L.E.Cr ., por cuanto, dados los hechos que se declaran probados, la sentencia ha infringido,por indebida aplicación, los artículos 528 y 529, del C.P . Aun respetando los hechos declarados probadosen el apartado E) de la resolución -se razona-, y dejando aparte los juicios de valor revisables en esta vía, nose desprende del mismo ningún fraude procesal, ni engaño bastante en el sentido de los artículos 528 y 529del C.P .

Ya se ha expuesto, a propósito del examen del recurso de Esteban , el concepto y elementos integrantes deldelito de estafa. La hipótesis a que hace referencia el artículo 529,2º, del C.P. anterior , correspondiente con elartículo 250,2º, del vigente, hace referencia a supuesto en que uno, varios, o todas las partes de un proceso, conengaño y ánimo de lucro, inducen al Juez a error, de tal modo que dicte una resolución "injusta" determinante,en virtud del mandato judicial, de un acto de disposición no querido en perjuicio de las otras partes en elproceso o de un tercero ( sentencia de 7 de junio de 1.989 ). El engaño viene constituido por la simulaciónde un pleito, mediante colusión entre las partes, dando vida al mismo e impulsándolo en su desarrollo sinauténtico contenido contradictorio, con la advertida perjudicialidad para partes o terceros. También puederadicar en el empleo de un fraude análogo, conducta engañosa de una de las partes del proceso encaminadaa promover error en el Juez. La estafa procesal propia es también una estafa común cometida en un proceso,con la particularidad de que el sujeto engañado es el Juez, sin perjuicio de que sea otro el perjudicado,desdoblamiento acusable, de ordinario, en muchos supuestos de estafas. La estafa procesal impropia no tiene

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con el proceso más relación que la mera ocasionalidad, el hallar en el mismo su sede y desarrollo. El artificiose dirige directamente a la contraparte, que ha de realizar el acto disposición, siendo a la vez objeto engañadoy perjudicado.

Para la sentencia impunada el ardid engañoso ha consistido en ocasionar un fraude procesal empleando unjuicio civil para obtener un lucro en perjuicio de un tercero que no eran otros que los demandantes en los autos1142/82, seguidos en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Madrid . El artificio fraudulento para elTribunal estriba en la supuesta trama creada por los tres acusados consistente en, sabiendo que un mismopiso estaba gravado mediante un embargo y una hipoteca anterior y que se realizaban en diferentes Juzgadosde Primera Instancia, donde el mismo bien salía por dos tipos muy diferentes, intentar lograr adjudicárseloen los dos procedimientos. Realmente no puede acusarse la presencia del artificio o astucia, con inspiraciónfraudulenta, que se atribuye a los recurrentes, en cuanto ninguno contribuyó de alguna manera a la originacióndel status procesal que les venía dado y con el que contaban; no haciendo otra cosa que concurrir libremente,ejercitando un derecho que la ley reconoce, a las subastas convocadas y en la forma que mejor les pareció.A los demandantes en el proceso ejecutivo, legitimados para ello, correspondía estar avizores e instar loque fuese necesario para la mejor protección de sus intereses. Partiendo de la existencia de un segundoprocedimiento hipotecario diferente, no se adoptó iniciativa procesal para la salvaguarda de sus derechos.Carece de fundamento recriminar la conducta de Fermín por el hecho de acudir a la anunciada subasta eintervenir en la misma, resultando adjudicatario del inmuble; imputándole falta de celeridad en la solicitud deadjudicación, cuando ello pudo acordarse por el Juzgado y, desde luego, impulsarse por la parte demandantedel proceso. La atribución del inmueble por el Juzgado número 10 al acusado Benito , postor en la subasta yla cesión del remate a Estefanía , no ofrecen tacha alguna de ilegalidad. No puede acarrearse al campo de lailicitud y de la fraudulencia lo que no es más que un juego de estrategia en uso de las jurídicas oportunidadesque la normativa legal ofrece. Máxime cuando las personas interesadas y con legitimación para ello, losdemandantes en el proceso, se abstuvieron de toda solicitud al respecto.

Como complemento de lo expuesto, conviene recordar que en el Juzgado número 2 quedó constancia de queEstefanía era esposa de Fermín (Acta de subasta a folios 2895 y 2896). Asimismo de que se proseguía laejecución de una hipoteca de inferior rango sobre el bien inmueble grabado con otra preferente que se estabaejecutando (fs. 975 y 976, Tomo 4 del Rollo de Sala y folios 2895 a 2900 de la causa).

Procede, en consecuencia, la estimación del motivo. Lo que exime del estudio del motivo décimo en el queal amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J . se aduce violación por aplicación indebida,del artículo 529,7º, del C.P ., particularmente si se la relaciona con el derecho fundamental a un proceso sindilaciones indebidas del artículo 24.2 de la C.E .

- V -

Apartado F)

Fermín , Benito y María Inés .

CIENTO TREINTA Y NUEVE.- El presente motivo, undécimo en el orden del recurso, por infracción de ley, searticula, con invocación del artículo 5.4 de la L.O.P.J . y artículo 849,2º de la L.E.Cr ., por cuanto la vulneraciónde garantías constitucionales se enlaza con la indebida no consideración de documentos obrantes en lacausa que demuestran manifiestos errores apreciativos. La sentencia parte básicamente, al momento de fijarsu premisa fáctica, del testimonio facilitado por Pedro , reforzado, naturalmente, con los apoyos fácticosobrantes en la causa que, aun de más o menos entidad y de carácter más o menos indirecto, puede decirse queconstituyen como una malla indiciaria que refrenda la verosimilitud y credibilidad de las afirmaciones de aquél.Ha de resaltarse que la valoración en conciencia de la prueba viene encomendada al Tribunal sentenciador -artículo 117.3 de la C.E . y 741 de la L.E.Cr .- que cuenta con el inestimable principio de la inmediación. Sin queeste Tribunal se halle legitimado para, en función suplantadora de aquél, llevar a término una labor revisorade las apreciaciones y conclusiones realizadas por la Sala de instancia en este orden estimativo. Sobre elvalor del testigo único basta insistir en lo expuesto anteriormente recordando la sanción jurisprudencial de suponderación y acogimiento como legítima actividad probatoria. En consecuencia, no es dado intentar sustituirla valoración de credibilidad del Tribunal en relación con las manifestaciones del testigo, por las subjetivasopiniones que alientan los recurrentes en el motivo estudiado. Estos propiamente no fundan sus alegatos enausencia de prueba sino en error fáctico en su apreciación con fundamento en base documental, insistiendoen que el perjudicado no podía ser ignorante de las cargas que pendían sobre el inmueble adquirido. Pero talesdocumentos invocados no demuestran por sí la equivocación del juzgador, en cuanto aparecen contradichospor otros elementos probatorios, entre ellos la testifical aludida.

La declaración de Felix , plenamente aceptada por la Audiencia, señala que como inquilino del piso sito enC. DIRECCION009 , NUM014 , recibió la visita de los acusados Luis Pedro y María Inés (actuando ésta

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por cuenta de Benito y Fermín ), quienes le propusieron la entrega de dinero para poder quebrar la subasta obien para aceptar la cesión de remate, lo que no se aceptó por Felix ante su intención de ejercitar el derechode retracto que como inquilino le correspondía. Subastado el piso se inscribió en el Registro de la Propiedad anombre de los acusados María Inés y Luis Pedro y la esposa de éste el 11 de junio de 1.984. Inscrito el piso losacusados de común acuerdo constituyen e inscriben el 9 de septiembre de 1.995 cédulas hipotecarias sobrela vivienda por importe de 6.500.000 pesetas. Felix ejercitó el derecho de retracto sin consultar el estado de lavivienda en el Registro de la Propiedad al haberlo hecho anteriormente comprobando la inexistencia de cargas.Con fecha 26 de julio de 1.986 se firma la escritura de venta, siendo vendedores los acusados María Inés ,Luis Pedro y la esposa de éste, y comprador Felix , abonando el precio de 2.300.000 pesetas, precio de lasubasta. En la escritura se utilizó la fórmula genérica de que los comparecientes conocían el estado de cargasdel Registro de la Propiedad; constatando que los acusados le hicieron ver que no pesaba sobre el piso ningúntipo de cargas, y, por supuesto, silenciando la constitución de las cédulas hipotecarias sobre la vivienda. Hechoéste del que Felix fue noticioso después, determinante de la interposición de la querella. La protesta de éste ysu actuación denunciante vienen a referirse a la comprobación de ese reflejo registral de indicadas cédulas, porimporte nada menos de 6.500.000 pesetas, y no a cualquier posible pervivencia de una anotación de embargo.La implicación del acusado Benito es un hecho afirmado por la sentencia y fruto de la apreciación por la Salade las pruebas obrantes en la causa y a los que se refiere la sentencia en su fundamentación jurídica.

En cuanto se refiere al acusado Fermín , no puede entenderse desvirtuado el derecho a la presunción deinocencia. No consta su participación en la constitución de las cédulas hipotecarias, ni que los restantesacusados actuasen en su nombre; no es adquirente del inmueble y, en consecuencia, no figura como vendedor.No puede, fundadamente, atribuírsele la disposición como libre de un bien, con conocimiento de que estabagravado. Carece de fundamento una condena específica por este hecho por la circunstancia de que mantuvieserelaciones comerciales con Luis Pedro por razón de intervenciones en subastas judiciales.

El motivo ha de desestimarse excepto en lo relativo al acusado Fermín en que ha de ser estimado.

CIENTO CUARENTA.- Atendiendo al siguiente motivo, duodécimo del recurso por infracción de ley y al amparodel artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., atribuye a la sentencia infracción, por indebida aplicación, de los artículos528 y 529 del Código Penal . De los hechos declarados probados -se dice-, dejando aparte los juicios de valor,no se desprende de los mismos ninguna "disposición de un bien como libre sabiendo que estaba gravado", niconcurre el engaño bastante exigido por los artículos 528 y 531.2 del C.P . La figura de la estafa comprendidaen el párrafo segundo del artículo 531 del Código Penal , entre otras, se refiere al supuesto del que dispusiera deun bien como libre, sabiendo que estaba gravado, señalándose como requisitos precisos para su configuración:a) que se enajene, traslativa o constitutivamente, una cosa mueble o inmueble; b) que la enajenación se realicepor el titular dominical de la cosa, es decir, hemos de hallarnos ante la disposición de un bien propio; c)existencia sobre el bien de un gravamen que desmienta y contradiga la condición de "libre" atribuida en el actode disposición, entendiéndose por tal, entre otros supuestos, cualquier carga de índole real que sobre aquélpese constituida en forma legal para garantizar la efectividad de cumplimiento de una determinada obligación;d) existencia de engaño, elemento característico y configurador de la estafa, al que quiere referirse el preceptoinequívocamente al aludir al conocimiento ("sabiendo") por parte del enajenante de las circunstancias queacompañan al objeto de la relación jurídica, deducible, sin más, del hecho de que, hallándose impuesto de lapendencia del gravamen, lo silencia al tiempo de contratar, ocultando al adquirente su existencia y vigencia;e) perjuicio patrimonial, que tanto puede recaer en la persona titular del gravamen, al padecer la garantía conla que contaba, como (cual sucede normalmente) sobre el adquirente, el que, ignorante de la traba recayentesobre la cosa, con el riesgo que ello supone para la estabilidad y seguridad del derecho adquirido y la mermadel valor que comporta, concierta un contrato que, sabedor de aquellos antecedentes, no hubiera celebrado ohubiese perfeccionado en términos distintos a los efectuados; señalando la jurisprudencia que no es precisoque esté total y absolutamente determinado el perjuicio en su cuantía siempre que su realidad sea evidente;y f) ánimo de lucro en el agente, como es común a las defraudaciones, consistente en cualquier ventaja,provecho, beneficio o utilidad que se proponga obtener el reo con su antijurídico proceder. Serie de requisitos,los enumerados, de perseverante y constante mención por la doctrina legal, en sentencias, por cita de lasrelevantes, de 22 de diciembre de 1.972, 26 de septiembre de 1.974, 27 de octubre de 1.977, 28 de marzo de1.979, 4 de julio de 1.980, 4 de junio de 1.981, 3 y 4 de febrero de 1.983, 18 de noviembre de 1.985, 22 de mayode 1.987 y 29 de marzo de 1.990 . Siendo de resaltar que, conforme enseña la sentencia de 5 de octubre de1.989 , la ficción de un pleno poder dispositivo sobre la cosa, en que reside la esencia del engaño, debe recibirel mismo tratamiento penal tanto si se oculta la carga real existente, cuando es única, como si se oculta unade ellas en el supuesto de ser varias, y ambas hipótesis deben quedar comprendidas en el marco del artículo531,2º, del Código Penal , porque no sería de lógica jurídica, por la semejanza de situaciones y finalidad delprecepto, reservar este tipo legal al primer caso y rehusarlo en el segundo para subsumirlo en la estafa genéricade los artículos 528 y 529.

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La subsunción de los hechos descritos en el tipo del artículo 531,2º, no ofrece, pues, la menor duda en cuanto,con independencia de que subsistiese o no alguna anotación de embargo sobre el piso vendido a Felix y almargen de fórmulas genéricas en uso en las escrituras notariales, lo cierto y aceptado como probado es queal adquirente se le aseguró no existir sobre el inmueble ningún tipo de cargas, silenciando la constitución decédulas hipotecarias sobre la vivienda por importe de 6.500.000 pesetas, casi el triplo del valor asignado aaquél.

El motivo ha de ser desestimado.

CIENTO CUARENTA Y UNO.- El motivo décimotercero del escrito del recurso, por infracción de ley y al amparodel artículo 849,1º, de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J . se articula por indebida aplicación de la circunstancia 7ª delartículo 529 del C.P ., particularmente si se relaciona con el derecho fundamental a un proceso sin dilacionesindebidas del artículo 24.2 de la C.E . La sentencia recurrida -se expone- dice al respecto en su fundamentaciónjurídica que al tiempo de comisión del presente delito el valor adquisitivo de la peseta no era equiparable alactual, era mayor, y con la suma de 2.300.000 pesetas los bienes de consumo a adquirir aumentaban, por loque el valor de la defraudación debe considerarse como muy cualificada.

Dando por reproducido cuando se ha expuesto anteriormente al desarrollar el examen del motivo 7º delApartado C del recurso, y cifrándose el importe de la defraudación en la suma de 2.300.000 pesetas, hade acogerse el motivo si bien sólo en el sentido de que, apreciándose la concurrencia de la circunstanciaagravatoria del apartado 7º del artículo 529, de especial gravedad, al rebasar la suma de dos millones depesetas, no debe conceptuársele como muy cualificada.

Procede la estimación parcial del motivo.

- VI -

Apartado G).

Benito .

CIENTO CUARENTA Y DOS.- El presente motivo, décimocuarto en el escrito del recurso, lo es por infracción deley al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J . y artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., por cuanto la vulneración de garantíasconstitucionales se complementa y enlaza con la indebida no consideración de documentos obrantes en lacausa que demuestran manifiestos errores apreciativos. En definitiva viene a aducirse la conculcación delprincipio de presunción de inocencia, lo que supondría la falta de refrendo acreditativo de las apreciacionesllevadas a efecto por el Tribunal, la inexistencia de aquel reducto probatorio mínimo y suficiente capaz decimentar y sostener las conclusiones incriminatorias del Tribunal. Lo que aquí no ocurre en tanto que el mismocuenta con las manifestaciones del perjudicado. David , en el acto del juicio oral y en la misma línea de loque anteriormente había declarado ante la policía (folio 3368, Tomo 12, y folios 3942 y ss. del Tomo 14), narrócomo un amigo suyo, Cosme , que conocía a Benito le ofreció la posibilidad de adquirir un piso procedentede una subasta judicial. Así que contactó con Benito que fue quien le comunicó las condiciones de la ventade un piso en la AVENIDA001 nº NUM015 . Esto es mediante la cesión del remate, abonando el precio totaldel remate, más otra cantidad que comprendía los gastos que había tenido y el beneficio que debía obtener,haciéndose la cesión libre de cargas. Estas condiciones impulsaron a David a aceptar la adquisición del pisomediante la cesión del remate, acudiendo el día que fue citado al Juzgado correspondiente con dos cheques.Uno para entregar en el propio Juzgado que contenía la diferencia entre la consignación para participar enla subasta y el precio del remate. Y un segundo por 4.052.000 pesetas, cuya fotocopia obra al folio 3369 delTomo 12, que entregó al acusado Benito . El mismo día de la cesión David conoció al adjudicatario delpiso, Joaquín , que trabajaba para Benito . Añade el testigo que, producida la cesión, pasado algún tiempoy cuando estaba esperando que el Juzgado le entregase la posesión de la vivienda, se enteró de que el pisoadquirido tenía múltiples cargas anteriores a la cesión, y que desconocía totalmente ya que Benito no se lohabía comunicado.

David había creído la versión que se le dio como posible y lógica al hacérsele ver alguien que según el amigoque les había presentado era de confianza, y por eso aceptó la cesión del remate. Cuando conoció la existenciade esas cargas es cuando volvió a contactar con Benito , que era "quien llevaba la voz cantante" según palabrastextuales del testigo. Benito reconoció entonces que existían las cargas y se comprometió documentalmente,con lo que se demostraba que se podía confiar en él, a levantarlas y a pagar las deudas anteriores a la cesiónque pesasen sobre la vivienda, pero hasta entonces sólo ha abonado 742.000 pesetas (folios 3944 y ss. delTomo 14).

No sólo parte el Tribunal de semejante aportación testifical, sino que en la causa obra la declaración deCosme , que fue el intermediario entre David y Benito , corroboradora de la de David , y sobre las cuales,básicamente, monta el Tribunal el contenido de su relato histórico, apareciendo claro que si David aceptó la

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cesión de remate del piso fue en la ignorancia de las cargas y gravámenes que sobre él gravitaban. El ulteriorreconocimiento de deuda por parte de Benito , asumiendo su obligación de hacer frente a las cargas anterioresa la cesión de remate, es altamente revelador de todo ello. El engaño bastante, el lucro ilícito, correlato delperjuicio experimentado por el denunciante, ejes cardinales de la estafa, están patentes.

La perpetración de delito del artículo 531,2º, del C.P ., cuyas características y elementos se expusieronanteriormente, no puede dudarse. El motivo ha de ser desestimado.

CIENTO CUARENTA Y TRES.- Al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., y 5.4 de la L.O.P.J ., se formulael presente motivo, correspondiente con el décimoquinto del recurso, por cuanto dados los hechos que sedeclaran probados por la sentencia recurrida se ha infringido, por indebida aplicación, la circunstancia 7ª delartículo 529 del C.P ., particularmente si se la relaciona con el derecho fundamental a un proceso sin dilacionesindebidas del artículo 24.2 de la C.E . El Tribunal a quo condena a Benito a tres años de prisión menor yaccesorias, por un delito de estafa del artículo 531.2 del C.P ., llegando a tal pena aplicando a dicha estafa laagravante 7ª del artículo 529, como muy cualificada.

Reproduciendo las consideraciones expuestas precedentemente al atender al motivo séptimo del Apartado Cdel recurso, y cifrándose el importe de la defraudación en la suma de 3.672.697 pesetas, ha de acogerse elmotivo en el sentido de que, estimándose concurrente la agravante específica de especial gravedad, no debeser conceptuada como muy cualificada.

El motivo ha de estimarse parcialmente.

- VII -

Apartado I)

Cohechos: Fermín y Benito

CIENTO CUARENTA Y CUATRO.- El motivo que nos ocupa, correlativo al décimosexto del escrito del recurso,por infracción de ley, se invoca al amparo del artículo 5.4 de la L.O.P.J ., por vulneración del principio depresunción de inocencia consagrado en el artículo 24.2 de la C.E . La prueba que por la sentencia se invocacomo incriminatoria -se expone- en relación a los supuestos cohechos derivados de su apartado fáctico I (nocon número romano sino letra latina), adolece de una manifiesta falta de garantías que impiden considerarlaapta para desvirtuar la presunción de inocencia que como derecho fundamental consagra el artículo 24 de laConstitución . Se refiere el recurso a los supuestos enumerados en los apartados I-5, I-6, a) y b), I-7, a) y b), I-8,I-10, a), b), c) y d), I-12, a), b) y c), I-13, I-14, I-15, I-16, I-18, I-19, I-20, a), b) y c), I-21, a), I-22, a) y b).

Habremos de remitirnos a lo expuesto en precedentes fundamentos de la presente resolución en los que seexaminan los plurales recursos interpuestos por los distintos funcionarios de la Administración de Justicia yen los que se acogen los motivos relativos al delito de cohecho que se les atribuye. No estimándose acreditadoque aquéllos hubiesen recibido las cantidades que se reflejan en los correspondientes apartados del hecho I,y negado ello por los acusados que figuran como dispensadores de las dádivas, se impone el acogimiento delmotivo. Fundamentación extensible, por identidad de motivación, a aquellos supuestos en que el funcionarioacusado falleció antes de la celebración del juicio.

En cualquier caso sería prosperable el motivo en cuanto a los hechos indicados del apartado I en mérito alos razonamientos expuestos al acoger el motivo cuarto de los recursos de Felipe y Regina al ocurrir loshechos antes de la promulgación de la L.O. 9/1991, de 22 de marzo , y conforme a las sentencias de estaSala de 22 de diciembre de 1.989, 3 de mayo de 1.991, 27 de septiembre de 1.993 y 11 de mayo de 1.994 ,interpretando el artículo 391 del C.P. en relación con el artículo 390 , en su redacción anterior a la operada poraquella Ley. Se estima que el artículo 390 recoge la figura del cohecho pasivo impropio que, a diferencia delos restantes tipos de delito de cohecho, no ostenta la condición de delito necesariamente bilateral de formasubjetiva, inexistente un cohecho activo paralelo en cuanto la conducta del donante no se considera punible.El motivo debe ser estimado.

CIENTO CUARENTA Y CINCO.- Este motivo, que se corresponde con el decimoséptimo del recurso, se formulaal amparo de los artículos 849,1º, de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., por cuanto dados los hechos que se declaranprobados por la sentencia recurrida se ha infringido, por aplicación indebida, el artículo 391 del C.P . y con ellotambién el principio de legalidad e irretroactividad de las leyes consagrado como fundamento en el artículo25 de la C.E .

Habiendo sido estimado el motivo que antecede, huelga entrar en el estudio del presente, sólo concebiblesobre el presupuesto de mantenimiento de la condena de los acusados por el delito de cohecho.

RECURSO DE Jose Francisco .

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CIENTO CUARENTA Y SEIS.- En el primer motivo del recurso, por infracción de ley, y con cita de los artículos849,1º de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., se aduce infracción del artículo 24.1 de la C.E ., al ocasionarseindefensión al recurrente. Se inicia el procedimiento -se expone- por un testimonio del Juzgado de PrimeraInstancia nº 19 de Madrid en virtud de denuncia concreta presentada en unas actuaciones civiles en el año1.984. Ello dio pie a una investigación policial dirigida por el titular del Juzgado de Instancia número 24 deMadrid, de la que no se dio noticia a los imputados hasta enero de 1.987, en que algunos de ellos son detenidos.Se han vulnerado - concluye el recurrente- los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr . que, en síntesis, desarrollan elartículo 24.1 de la C.E . No habiendo tenido las defensas posibilidad de tener conocimiento e intervenir en lasactuaciones practicadas, practicándose pruebas sin conocimiento de las partes y sin su intervención.

Ciertamente que la evitación de la indefensión viene a ser quizás el último fundamento de todos los derechosfundamentales y, básicamente, de la tutela judicial efectiva, traducida en el derecho a un proceso con todas lasgarantías y sin dilaciones indebidas. El justiciable no debe hallarse impedido de alegar y acreditar en el procesocuanto afecte e interese a su propio derecho e interés, con oportunidad de contradecir dialécticamente lasposiciones de adverso en aras del esclarecimiento de la verdad real.

Es evidente que ninguna indefensión se le ha producido al recurrente, ya que no es causa de ello la forma deiniciarse unas diligencias penales, en este caso por deducción de testimonio de una causa civil. Ninguna baseofrece al respecto la subjetiva opinión del acusado de que tales diligencias debieron ser objeto de archivo. Igualrespuesta merecen las observaciones acerca de las pruebas practicadas, sobre cuyo contenido tuvo ocasiónde manifestarse el recurrente, no habiendo sido privado de la necesaria contradicción. Siempre se hallaron losdocumentos intervenidos a disposición de las partes, pendiente de sus iniciativas procesales.

El motivo debe ser desestimado.

CIENTO CUARENTA Y SIETE.- Por infracción de ley del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . y al amparo del artículo 5.4de la L.O.P.J . se formula el segundo de los motivos, por vulneración del artículo 24.1 de la C.E ., en relación conlo dispuesto en los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr ., al haberse vulnerado el derecho a la tutela efectiva de losJueces y Tribunales. Vulneración de lo dispuesto en el artículo 24.1 de la Constitución al crearse indefensiónal recurrente, y del artículo 24.2 al atentarse al derecho a la defensa y al proceso con todas las garantías.Según una constante y pacífica doctrina jurisprudencial tanto del Tribunal Constitucional como de esta Sala,el derecho a la tutela judicial efectiva no supone el derecho a obtener una resolución favorable, sino fundadaen derecho y producida en el marco de un proceso respetuoso con los principios constitucionales y con lasnormas procesales que le ordenan y presiden (Cfr. sentencias del T.C. 48/1986, 89/1986, 163/1989, 367/1993,124/1994, etc .).

No cabe refrendar la denuncia de violación constitucional que se aduce. Que se incoen unas diligenciascriminales como consecuencia de la deducción de testimonio librado por el Juzgado de Primera Instancianúmero 19 de Madrid y que estas diligencias tengan una duración más o menos dilatada, en aras de acumularel máximo de material probatorio, no supone irregularidad alguna. Obviamente en esta fase investigadoraaparecen unas personas que sólo cuando se concreta su actuación con visos delictivos, son imputados, conla entrada en juego y operatividad del artículo 118 de la L.E.Cr .; es a partir de entonces cuando el sujetoinvestigado, habiendo trascendido a las diligencias su significación jurídico-procesal, ha de ser sensiblementesalvaguardado en sus derechos, con posibilidad de ser asistido por un profesional Letrado.

El motivo debe ser desestimado.

CIENTO CUARENTA Y OCHO.- El tercero de los motivos del recurso, en sede del artículo 849,1º, de la L.E.Cr .y con invocación del artículo 5.4 de la L.O.P.J ., lo es por infracción del artículo 24.2 de la C.E ., en relacióncon lo dispuesto en los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr . Alude el recurrente a una serie de actuaciones ycircunstancias que, a su juicio, han vulnerado su derecho a ser informado de la acusación y a valerse delos medios de prueba convenientes a su defensa. Entre ellas menciona la falta de conocimiento en fase deinstrucción de las diligencias practicadas, en particular la ocupación de la documentación en los registrosdomiciliarios, denegación de particulares peticiones de las partes, práctica de diligencias probatorias sinintervención letrada, por no ser citada la representación legal de los acusados, manipulación de la causa por elinstructor, declaración de secreto del sumario no plenamente justificada, abuso de colaboración de la policíajudicial, encargándole gestiones no propias de la misma. Conjunto de alegaciones que adolecen de vaguedade inconcreción, insuficientes por su generalidad para llegar, cual pretende el recurrente, a un pronunciamientode violación de derechos fundamentales.

El motivo ha de ser desestimado.

CIENTO CUARENTA Y NUEVE.- El cuarto de los motivos del recurso, por infracción de ley y cita del artículo849,1º, de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J . señala como infringido el artículo 24.2 de la C.E . al haberse vulnerado

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el derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley. Conforme a la sentencia del T.C. 199/87, de 16 dediciembre , Juez Ordinario predeterminado por la Ley es aquel creado previamente por la norma jurídica congeneralidad y anterioridad al caso y cuya composición venga determinada por la Ley, garantizándose así laindependencia e imparcialidad que el derecho a la tutela judicial exige. Siendo criterio compartido que lascuestiones de competencia o las controversias acerca de cual haya de ser el orden jurisdiccional que dentrode la jurisdicción ordinaria corresponde al conocimiento de un asunto, son ajenas al contenido del derechofundamental consagrado en el artículo 24.2 de la C.E .

Si se parte de antedichas orientaciones jurisprudenciales bien puede afirmarse la improsperabilidad de lasalegaciones del recurrente desde la óptica casacional. No puede decirse que representa un ataque al invocadoderecho constitucional la realización de una actividad investigadora que supuestamente sobrepase aquellaque viene exigida al Juez por la propia Ley de Enjuiciamiento Criminal, la aplicación del artículo 17 de lapropia Ley en función de la conexidad apreciada entre distintos delitos, así como la conceptuación de delitoscontinuados en algunos de ellos, originándose por una u otra razón la formación de una causa de gran volumen,pese a las dificultades que de ello pudieran derivarse; del mismo modo no padece la norma constitucional porla aparición -y consiguiente expansión del área de investigación- de nuevos delitos que no fueron objeto decausas independientes y que se incluyen en la presente en base a fundamentos procesales atendibles. Porla sentencia de instancia se constata que no se ha producido vulneración de las normas de reparto de losasuntos puesto que el Juzgado al que correspondió conocer de las actuaciones fue el Juzgado de Instrucciónnº 24 de Madrid, por ser el primero que comenzó la investigación de la causa.

El motivo ha de desestimarse.

CIENTO CINCUENTA.- El quinto de los motivos, por infracción de ley del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., en basea lo dispuesto en el artículo 5.4 de la L.O.P.J ., señala infracción de lo dispuesto en los artículos 17 y 24.2 de laC.E . al haberse vulnerado el derecho a la presunción de inocencia. El rango y alcance de indicado derecho hasido estudiado precedentemente. El mismo queda salvaguardado en tanto el Tribunal cuente con una mínimaactividad probatoria que de alguna forma pueda entenderse de cargo, lícitamente obtenida, revestida de lasgarantías constitucionales y procesales que le son ínsitas. El recurso, en este motivo, de una forma global yabstracta, trata de llevar al ánimo del Tribunal que el procedimiento, en su inicial desarrollo, y particularmente enlo que hace al trato procesal recibido por las personas que aparecían como posibles implicadas en los hechosobjeto de investigación, parece haber estado presidido por el principio de culpabilidad. Esta presunción -sedice- llega hasta el propio acto del juicio oral y si se examina el Acta del mismo, se puede observar claramenteque tiene importantes efectos en la práctica.

En principio, semejante general descalificación de las actuaciones, con el estigma de haberse desconocidopor el Tribunal el principio de presunción de inocencia, no puede ser atendida. Su planteamiento precisabaun insoslayable rigor, atendiendo a cada supuesto delictivo imputado y a la pormenorizada sustentaciónprobatoria de cada uno de los hechos atribuidos. En algunos de los motivos con que, pródigamente, haarticulado el recurrente su defensa e impugnación en esta Sala, se podrá entrar en el estudio de lo que estemomento no resulta hacedero.

El motivo debe ser desestimado.

CIENTO CINCUENTA Y UNO.- En el motivo sexto y con invocación de nuevo de los artículos 849,1º, y 5.4 de laL.O.P.J ., se denuncia infracción de lo dispuesto en el artículo 24.2 de la C.E . al haberse vulnerado el principiode legalidad. El principio de legalidad en el ámbito del derecho sancionador estatal implica tres exigencias:la existencia de una ley (lex scripta); que la ley sea anterior al hecho sancionado (lex previa); y que la leydescriba un supuesto de hecho estrictamente determinado (lex certa). Así sentencias de T.C. 133/1987, de21 de julio, y 221/1991, de 25 de noviembre. Las manifestaciones genéricas del recurrente sobre violaciónde normas sustantivas y adjetivas carecen de operatividad desde la óptica constitucional. La defensa delprincipio de legalidad se extravasa, por un lado, en ese acopio de citas legales de diversa índole alineadas por elrecurrente, sin proceder a un análisis individualizado de las mismas; y, sobre todo, yendo más lejos del correctoplanteamiento en el ámbito del derecho sancionador y de las normas y preceptos legales que lo integran.

No procede, en consecuencia, el acogimiento del motivo, que ha de rechazarse.

CIENTO CINCUENTA Y DOS.- El motivo séptimo, por igual cauce legal, alude a la infracción del artículo 24.2de la C.E . al decirse haberse causado indefensión por haberse vulnerado lo preceptuado en el artículo 622 dela L.E.Cr . No puede partirse de la idea de que cualquier conculcación de preceptos legales -concretamenteprocesales- ordinarios, se traduce en infracción de derechos constitucionales. Y, sobre todo, no puede valorarsecomo real lo que meramente se apunte como posible, en este caso, la originación de una supuesta indefensión.

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JURISPRUDENCIA

El dictado del auto de conclusión del sumario (f. 5117), sucediéndole posteriormente otro acordando la uniónde los documentos ocupados en los registros practicados (f. 5190), no puede interpretarse o valorarse comoactuación realmente generadora de indefensión. Las partes estaban impuestas -o podían estarlo- de la labordesarrollada por el instructor, de los registros practicados por el mismo y de la documentación ocupada.Los autos dictados eran de mera ordenación. No puede decirse que impidieran al recurrente instruirse de lacausa en su momento y organizar su defensa del modo que estimase oportuno. No cabe afirmar que hayasufrido merma de sus derechos fundamentales, para cuya conclusión se exigirían concreciones y refrendoscorroboradores específicos, no bastando las generalizadas invocaciones de que se ha hecho mención.

No procede la estimación del motivo.

CIENTO CINCUENTA Y TRES.- El octavo motivo, por igual vía procesal, viene referido a supuesta infracción delo prescrito en el artículo 18.3 de la C.E . al decirse vulnerado el derecho al secreto de las comunicaciones,todo ello en relación con lo establecido en la redacción que, con anterioridad a la entrada en vigor de la L.O.4/88, de 23 de mayo , ofrecía el artículo 579 de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 11.1 de la L.O.P.J .

El motivo deviene improsperable atendiendo a las razones que se exponen en orden a las intervencionestelefónicas practicadas al desarrollar las "cuestiones previas" al comienzo de la fundamentación jurídica dela presente.

Por iguales fundamentos han de desestimarse los motivos noveno y décimo del recurso en los que, optandopor iguales cauces procesales, se señala, en el primero, como vulnerado, el artículo 579 de la L.E.Cr ., y enel segundo, los apartados 1 y 2 del artículo 18 de la Constitución , derecho a la intimidad y al secreto de lascomunicaciones.

CIENTO CINCUENTA Y CUATRO.- El undécimo motivo, al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . y 5.4 de laL.O.P.J ., lo es por infracción de lo dispuesto en el artículo 18.2 de la C.E . al haberse vulnerado el derecho a lainviolabilidad del domicilio en relación con los registros practicados, sin que haya existido resolución motivadaque los autorizase ni se hayan realizado con todas las garantías, según lo preceptuado en los artículos 545 ysiguientes de la L.E.Cr . en relación con el artículo 11.1 de la L.O.P.J .

Dando por reproducido cuanto se expone al tratar en las cuestiones previas sobre las diligencias de entrada yregistro domiciliario y la atendibilidad y valoración que merece su contenido, el motivo ha de ser desestimado.

CIENTO CINCUENTA Y CINCO.- En el duodécimo de los motivos, en sede también de los artículos 849,1º dela L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., se alega infracción de lo dispuesto en los artículos 24.2 de la C.E . en relacióncon los artículos 656, 728 y 729 de la L.E.Cr . Pese al contenido de los antedichos preceptos procesales, obvioresulta que, a tenor de lo dispuesto en el artículo 793.2 de la propia Ley procesal , en el acto del juicio oraly al comienzo del mismo, podrán proponerse pruebas por las partes para su celebración en el acto. Por loque no puede entenderse vulnerado el orden procesal por parte de la Audiencia. Los testigos presencialesde los registros pudieron ser interrogados, en régimen de absoluta contradicción, sin que resulte acusable laindefensión que se aduce. Respecto al traslado de actuaciones a que se refiere el artículo 791.1 de la L.E.Cr .,en su momento tuvo ocasión la parte de verificar ante la Sala de instancia las solicitudes correspondientesrespecto a los vacíos o irregularidades que acusasen.

El motivo ha de ser desestimado.

CIENTO CINCUENTA Y SEIS.- Con igual base procesal se denuncia en el recurso decimotercero infracción de lodispuesto en el artículo 24.2 de la C.E . al haberse causado indefensión por ser la prueba de declaración de lostestigos presentes en los registros practicados nula con arreglo a lo dispuesto en el artículo 11.1 de la L.O.P.J .La proposición de prueba en el acto del juicio oral ya se ha dejado constancia ser factible en el procedimientoabreviado conforme al artículo 793.2 de la L.E.Cr. En base a cuanto se da por reproducido en el fundamentoen que se aborda el examen del motivo undécimo ha de desestimarse el presente.

CIENTO CINCUENTA Y SIETE.- En el motivo décimocuarto, y siguiendo el mismo cauce procesal, se invocaindefensión ya que los informes periciales de valoración de los inmuebles se practican con posterioridad a laconclusión del sumario, lo que implica una vulneración del derecho de defensa al no poder ser controvertidos.Las defensas conocieron el contenido de aludidas tasaciones periciales y pudieron impugnarlas, reclamandola presencia de los peritos en el plenario. No puede concluirse la existencia de indefensión. Procede desestimarel motivo.

CIENTO CINCUENTA Y OCHO.- El motivo décimoquinto se articula en base a lo dispuesto en los artículos 849,1ºde la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., por infracción de lo dispuesto en el artículo 24.2 de la C.E . en relación conel artículo 238.3 de la L.E.Cr . al haberse causado indefensión, ya que al no haberse traido a juicio el informepericial de valoración de los imnuebles por quien lo quiera hacer valer como prueba de cargo (Ministerio Fiscal

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y Acusaciones), se han infringido los principios de audiencia, asistencia y defensa. La jurisprudencia tiende aadmitir, con bastante amplitud, la valoración por el juzgador de informes periciales obrantes en el sumario yno reproducidos en la fase de plenario. A estos efectos se atribuye a los dictámenes sumariales el carácter deprueba documental valorable sin necesidad de reproducción de informe en el juicio al amparo de lo dispuestoen el artículo 726 de la L.E.Cr ., sin perjuicio de la facultad de la defensa de pedir la comparecencia en lavista de los peritos que emitieron el informe sumarial o de otros peritos que dictaminen sobre lo mismo (Cfr.sentencia del T.S. de 23 de febrero de 1.989 ). Cuando se trata de informes periciales practicados durante elsumario o diligencias previas, y ninguna de las partes propone prueba alguna al respecto, lo que motiva queen el acto del juicio oral nada se practique sobre tal particular, ha de entenderse que hay una aceptación tácitapor todas las partes sobre la mencionada pericia. Ello permite que el Juzgado o Tribunal en la instancia puedaconsiderar como probado el hecho al que se refieren esas diligencias, realizadas durante la fase de instrucción(Cfr. sentencias del T.C. 24/1991, de 11 de febrero y sentencias del T.S. de 11 de marzo y 14 de junio de 1.991 ).

En base a los argumentos expuestos el motivo será desestimado.

CIENTO CINCUENTA Y NUEVE.- El motivo décimosexto del recurso busca su sede en el artículo 849,2º de laL.E.Cr ., en relación con los artículos 793, 730 y 728 del mismo texto legal , en relación con el informe pericialde valoración de los inmuebles. Se adentra el recurrente en consideraciones acerca del informe pericial devaloración de los inmuebles a que antes se ha hecho referencia obrante en el rollo de la Sala, no sometidoa contradicción en el acto del juicio oral y que, según el recurrente, no debió haberse tenido en cuenta en lasentencia. Se considera, asimismo, en el recurso, que habrá de estarse a la valoración obrante en cada uno delos testimonios, en los respectivos autos civiles y no a la prueba realizada siete años después.

No nos hallamos ante el supuesto a que provee el artículo 849,2º, de la Ley Procesal penal , de error factidel Tribunal, desvanecible merced a la aportación de unos documentos que, merced a su literosuficiencia ydestinación al tráfico jurídico, son susceptibles, por sí solos, de patentizar de forma indubitada el error de hechodenunciado. El tema suscitado en el motivo radica en precisar, ante una duplicidad valorativa de los inmuebles,mediando un largo trecho temporal entre una y otra, y producidas las mismas con finalidades diferentes, cuálde ellas debe ser seleccionada y tomada en consideración a efectos de determinación de las penas a que serefiere el artículo 539.

Siendo ello totalmente ajeno al invocado precepto procesal en que se encauza el motivo, el mismo ha de serdesestimado.

CIENTO SESENTA.- El motivo décimoseptimo se construye al amparo del artículo 851,1º, de la L.E.Cr ., al existirfalta de claridad y concreción en los hechos que se declaran probados en cuanto a la totalidad de los delitosde maquinaciones para alterar el precio de las cosas ( artículo 539 del Código Penal). Dando por reproducidocuanto se expone al estudiar el motivo primero del recurso interpuesto por los acusados Carlos Ramón yPedro Enrique , el motivo ha de ser desestimado.

CIENTO SESENTA Y UNO.- El décimooctavo motivo, al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., señalavulneración del artículo 539 del C.P ., dado que tal como se relatan los hechos de la sentencia, las accionesque se consideran probadas no están penadas por la Ley.

Conforme a los argumentos que se recogen en el estudio precedentemente efectuado sobre la interpretacióny ámbito del artículo 539 del C.P ., en el que se abunda sobre las consideraciones que efectuó el recurrente,procede acoger el presente motivo, al concluirse la vulneración del artículo indicado, por su indebida aplicación.Y ello en cuanto concierne a los hechos A-4, 5, 9, 10, 14, 17, 20, 21 y 22.

Ello conlleva la innecesidad de entrar en el estudio de los motivos diecinueve y veinte del recurso, ambos alamparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., el primero en relación con los artículos 539 del C.P . y 348 y 1.462 delC. Civil ; y el segundo en relación con los artículos 539 del C.P . y 1.499 de la L.E.Cr .

CIENTO SESENTA Y DOS.- Los motivos veintiuno al veintinueve se formulan al amparo del artículo 849,2º,de la L.E.Cr . en cuanto a los hechos A-4, 5, 9, 10, 14, 17, 20, 21, 22, por decirse no haberse valorado porla Sala los documentos auténticos existentes en la causa. Ello con independencia de lo manifestado en losprecedentes motivos en cuanto a las nulidades suscitadas y los siguientes relativos a los delitos concretosde maquinaciones para alterar el precio de las cosas. Acogido el motivo dieciocho, deviene innecesario entraren el examen de los presentes motivos.

CIENTO SESENTA Y TRES.- El motivo treinta, por el cauce del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . señala vulneracióndel artículo 1º del C.P . en relación con el artículo 391 del mismo Código Penal . No se encuentra probada-se dice- comisión de delito alguno por parte del recurrente. Radicando el recurso, en cuanto a este motivose refiere, en supuesto error de derecho, hay que partir del más absoluto respeto a los hechos probados. El

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JURISPRUDENCIA

recurrente vierte una serie de manifestaciones subjetivas con las que trata de suplantar el relato histórico dela sentencia por el de su propia configuración.

En relación con los hechos recogidos en el apartado I-1, por los que se condena al funcionario Ángel Jesús ,al haberse subsumido los mismos en la figura de cohecho del artículo 390 en vez de la del artíuclo 386, por elque venía condenado, se impone la absolución del ahora recurrente respecto al delito del artículo 391, al habersido cometido los hechos con anterioridad a la Ley Orgánica 9/1991, de 22 de marzo , debiendo entendersereproducidos aquí los argumentos que se recogen al examinar el motivo cuarto del recurso de los acusadosFelipe y Regina y atendiendo a la doctrina sentada por las sentencias de 22 de diciembre de 1.989, 31 demayo de 1.991, 7 de octubre de 1.993 y 11 de mayo de 1.994 .

En cuanto al hecho I-4, el acusado Luis Alberto fue condenado como autor del delito de cohecho pasivoimpropio del artículo 390. El recurrente Jose Francisco lo fue del delito del artículo 391. Con base enlas razones apuntadas anteriormente, procede acoger el motivo y absolver, en consecuencia, al recurrenterespecto al hecho I-4.

En cuanto a aquellos que se describen en el apartado 11, A) y B) ha de traerse a colación cuanto seexpone al resolver el recurso interpuesto por Rafael , que es objeto de estimación, razonándose que nopueden constituir factor probatorio para fundar un pronunciamiento de condena, unas anotaciones o fichas,de unilateral confección, sin identificación certera e indubitable de las personas de posible implicación, conrechazo por parte de quien se designa como presunto aludido -ajeno a la composición de aquéllas- y sin queel poseedor del documento reconozca que su contenido alcance a indebidas percepciones por parte de aquél.Correlato de ello ha de ser el acogimiento de la alegada infracción del artículo 391, respecto de indicadoshechos, invocada por el recurrente. Solución estimatoria que, a su vez, procedería conforme a los fundamentosantes expuestos.

CIENTO SESENTA Y CUATRO.- El motivo treinta y uno carece de contenido, con remisión al señalado de númerocuarenta.

CIENTO SESENTA Y CINCO.- El motivo treinta y dos lo es al amparo del artículo 851,1º, de la L.E.Cr ., al decirseexistir falta de claridad en la concreción de los hechos que se declaran probados en cuanto a la totalidad delos delitos de cohecho ( artículo 391 del C.P .).

Por las mismas razones expuestas al atender al motivo diecisiete, el presente ha de ser desestimado.

CIENTO SESENTA Y SEIS.- El motivo treinta y cinco -ante la falta de existencia de los motivos treinta y tres ytreinta y cuatro-, con cita de los artículos 849,1º, de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., se configura con denunciapor infracción del derecho de defensa del artículo 24.2 de la C.E . en relación con el Decreto 1035/59 , detasas judiciales. El citado Decreto -se expone- establecía las tasas judiciales a pagar por la tramitación delos procedimientos civiles y el mismo no fue derogado sino por el R.D. de 24 de diciembre de 1.985, que ensu disposición Derogatoria establecía la vigencia de las Tasas Judiciales en aquellos procedimientos que seencontrasen en tramitación.

Carece de fundamento la referencia a la infracción del derecho de defensa en orden al Decreto de Tasas, todavez que el acusado en tanto que no litigante no estaba obligado al pago de tasas. Para el Tribunal esta expresiónse empleaba en sentido de dádiva. Ello con independencia de que se estimase o no probada la realidad de susatisfacción. El motivo ha de decaer y ser desestimado.

Lo que conlleva, a su vez, la desestimación del motivo treinta y seis, en el que por igual cauce que el anterior,se alega infracción del derecho de defensa y la presunción de inocencia del artículo 24.2 de la C.E . (tasasjudiciales), en el que trata el recurrente de sustituir la interpretación realizada por el Tribunal por la suya propia.Cuestión distinta, y a ella nos hemos referido en distintos fundamentos, es la de si puede estimarse acreditadala realidad de las entregas dinerarias o supuestas dádivas en base a las meras anotaciones obrantes en losdocumentos ocupados, sin ratificación alguna por parte de los sujetos a quienes se les supone haber realizadolas donaciones.

CIENTO SESENTA Y SIETE.- El motivo treinta y siete se funda en el artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., atribuyendo a lasentencia haber incurrido en error de hecho en relación con los registros practicados y toda la documentaciónincautada unida a las actuaciones. El recurrente no señala de modo pormenorizado y concreto los documentosde cuyo texto puede colegirse el pretendido error fáctico de la sentencia. Se limita a una labor crítica de aquéllosy de las consideraciones jurídicas formuladas por la propia resolución en base a los mismos, retornando,incluso, al examen de los requisitos determinantes de la aplicación del artículo 539 del C.P ., cual si de un erroriuris se tratase. Se impone la desestimación del motivo.

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CIENTO SESENTA Y OCHO.- En el motivo treinta y ocho, con invocación del artículo 849,2º, de la L.E.Cr . yartículo 5.4 de la L.O.P.J ., se dice vulnerado el artículo 24.2 de la C.E . referido a la presunción de inocencia,en cuanto al hecho I-1 de la sentencia. Fundamentalmente se alega que la prueba de cargo que se dice existircontra el recurrente consiste en sus propias declaraciones autoexculpatorias, efectuadas en la fase sumarial,las que no deben ser tenidas en cuenta al ser prestadas con objeto de obtener la libertad. La ponderacióny valoración de tales pruebas corresponde a la Sala sentenciadora, en conexión con los restantes factoresprobatorios existentes en la causa.

Se da por reproducido cuanto se expone en el fundamento dedicado al examen del motivo tercero del recursointerpuesto por el acusado Jesús Manuel . El motivo ha de ser desestimado. Ello sin perjuicio de lo resueltoal examinar el motivo treinta.

CIENTO SESENTA Y NUEVE.- El motivo treinta y nueve, con apoyo procesal en el artículo 849,2º, de la L.E.Cr .,señala haberse incurrido en error de hecho en cuanto a la apreciación de la prueba -hecho I-1-, al no habersevalorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa. Los datos suministrados por elrecurrente, por sí solos, no desvirtúan las conclusiones de la sentencia. No pueden sustituirse las mismas porlas particulares apreciaciones del acusado. El motivo ha de claudicar y ser desestimado.

CIENTO SETENTA.- El motivo cuarenta, por infracción de ley y al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . alegavulneración de los artículos 386 y 391 del C.P . en relación con el Hecho I-1 de la sentencia. En el Hecho I-1 laSala considera probada la comisión de un delito del artículo 391 del C.P . con respecto a Jose Francisco enrelación con un delito del artículo 386 del mismo texto legal del funcionario de la Administración de JusticiaÁngel Jesús . Por este hecho se le impone al recurrente la pena de tres años de prisión menor, accesorias ycostas, en tanto que a Ángel Jesús y a Jesús Manuel se les condenó a la pena de un año de prisión menor,accesorias y costas; creyendo vulnerado el artículo 391. A la vista de lo resuelto al examinar el motivo treinta,no procede entrar en el análisis del presente.

CIENTO SETENTA Y UNO.- Por error en la apreciación de la prueba y haciendo uso del cauce ofrecido porel artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., se denuncia en el motivo cuarenta y uno, en relación con el hecho I-4 de lasentencia, el no haberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa.

La sentencia sienta en su relato histórico los hechos descritos en referido apartado I-4, extendiéndose enla fundamentación jurídica de la sentencia en las razones motivadoras de las conclusiones incriminatoriasque lleva a término. Fundamentalmente se refiere a las declaraciones ante el Instructor realizadas por JoseFrancisco (f. 1090 vuelto), reconociendo haberse dado propina al oficial encargado de la tramitación de losautos, los relativos a la subasta del piso sito en C. CALLE010 , número NUM017 , de Madrid, que se adjudicóel acusado Luis Antonio , conocido por " Moro " entre los acusados, reflejado ello en la documentación aque alude la sentencia (f. 211) hallada en las oficinas de Felipe . Resaltando la sentencia igualmente que enconversación telefónica transcrita el 7 de junio de 1.986 (f. 787), los acusados Regina y su marido Felipehablan de la propina que " Moro " pagó al oficial del piso de la C. CALLE010 , dudando de la cantidad exacta,aunque hacen referencia a la suma de 40.000 pesetas. La sentencia implica en ello a los cinco acusados que,según el factum, se hallaban interesados en la operación descrita en el mismo, entre ellos el recurrente.

El motivo ha de ser desestimado. Ello sin perjuicio de lo resuelto al examinar el motivo treinta.

CIENTO SETENTA Y DOS.- En el motivo cuarenta y uno bis, por el cauce del artículo 849,2º, de la L.E.Cr .y 5.4de la L.O.P.J ., se aduce vulneración del derecho de presunción de inocencia, en cuanto al hecho I-4. Por lasrazones a que se hace referencia en el fundamento anterior, ha de desestimarse el motivo.

CIENTO SETENTA Y TRES.- En el motivo cuarenta y cuatro por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr .,se denuncia vulneración de lo dispuesto en el artículo 23 del C.P. en relación con el artículo 47 del mismocuerpo legal , en base a la pena impuesta a los acusados de prohibición de participar en subastas judiciales.Para la sentencia los acusados han hecho de las subastas su modo de vida, su oficio u ocupación habitual,por lo que en consecuencia procede imponerles la pena accesoria de privación de participar en las subastasjudiciales, bien por sí mismos, bien a través de personas interpuestas durante el tiempo que dure la condena.El artículo 23 del C.P ., fiel al principio de legalidad, establece que no será castigado ningún delito ni falta conpena que no se halle establecida por Ley anterior a su perpetración . Disponiendo el artículo 47 del propiotexto legal que la pena de prisión menor llevará consigo la suspensión de todo cargo público, profesión, oficioy derecho de sufragio durante el tiempo de la condena.

El motivo ha de ser acogido. Pese a que determinados inculpados acudiesen con frecuencia a las convocadassubastas judiciales, en principio no suponía ello más que el ejercicio de un derecho reconocido a cualquierciudadano. No puede parangonarse con la práctica de un propio "oficio" que implica, entre otras, la idea deocupación habitual en ejercicio de una destreza o habilidad manual, de una actividad física o dedicación

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servicial, dentro de un marco de reconocimiento social, con la consiguiente y congrua remuneración con la quecuenta el sujeto para organizar su vida personal y familiar. Aplicar el dictado del artículo 47 del C.P . al supuestode concurrentes a subastas judiciales, por torcido o irregular proceder que en ellas desarrollase, o frecuenteque fuera su asistencia, supone una aplicación analógica del precepto que el Código Penal no permite.

Se impone la estimación del motivo, solución extensible a cualquier otro acusado que se hallare en igualsituación, conforme al artículo 903 de la L.E.Cr .

CIENTO SETENTA Y CUATRO.- El motivo cuarenta y cinco, por igual cauce procesal, señala como infringidoel artículo 24.2 de la C.E ., al haberse vulnerado el derecho a la presunción de inocencia, en relación con losartículos 793 y 730 de la L.E.Cr . Llama la atención el recurso acerca de que determinados medios probatoriosno se han practicado ni reproducido en el acto del juicio oral, por vía documental. Tales las intervencionestelefónicas, los documentos ocupados en los registros, el informe pericial de valoración de los inmuebles y losatestados policiales obrantes en las actuaciones.

A lo largo de los recursos se ha ido dando puntual respuesta a los extremos que ahora, globalmente, seacumulan en una invocación de cierre. Con remisión a cuanto se ha razonado precedentemete, ha de concluirsela procedencia de desestimación del motivo.

RECURSOS DE Luis Pedro , Ángel Daniel y Bruno .

CIENTO SETENTA Y CINCO.- El primer motivo de cada uno de los recursos interpuestos por los acusados LuisPedro , Ángel Daniel y Bruno lo es con base en los artículos 849,1º, de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., alegandoinfracción del artículo 24.1 de la C.E . al ocasionarse indefensión a los mismos.

Dándose por reproducido cuanto se expone al estudiar el motivo primero del recurso de Jose Francisco , elpresente ha de ser desestimado en base a los mismos fundamentos.

CIENTO SETENTA Y SEIS.- El segundo de los motivos de referidos recursos, forjado al amparo de los artículos849,1º, de la Ley Procesal y 5.4 de la L.O.P.J . aduce infracción del artículo 24.1 de la C.E ., en relación conlo dispuesto en los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr ., al haberse vulnerado el derecho a la tutela efectiva delos Jueces y Tribunales.

El motivo ha de desestimarse, dándose por reproducido cuanto se expone al examinar el segundo motivo delrecurso de Jose Francisco .

CIENTO SETENTA Y SIETE.- El tercero de los motivos de indicados recursos, en igual sede procesal, acusa deinfracción del artículo 24.2 de la C.E ., en relación con lo dispuesto en los artículos 118 y 302 de la L.E.Cr ., alhaberse vulnerado el derecho a ser informado de la acusación y consecuentemente el derecho a utilizar losmedios de prueba pertinentes para su defensa.

Por las razones recogidas al analizar el correlativo motivo del recurso de Jose Francisco , ha de serdesestimado el actual motivo.

CIENTO SETENTA Y OCHO.- En el motivo cuarto de los recursos que nos ocupan, al amparo de los artículos849,1º, d ela L.E.Cr. y 5.4 de la L.O.P.J . se señala infracción del artículo 24.2 d ela C.E ., al haberse vulneradoel derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley.

En base a las razones acumuladas al examinar el motivo cuarto del precedente recurso, ha de ser desestimadoel presente.

CIENTO SETENTA Y NUEVE.- El motivo quinto, en igual sede procesal, señala haberse incurrido en infracciónde lo dispuesto en los artículos 17 y 24.2 de la Constitución , al haberse vulnerado el derecho a la presunciónde inocencia.

En base a la exposición verificada al examinar el correlativo motivo del recurso de Jose Francisco , ha dedecretarse la desestimación del presente motivo.

CIENTO OCHENTA.- En el sexto motivo de los tres recursos objeto de atención, al amparo del artículo 849,1º,de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., se acusa a la sentencia de infracción de lo dispuesto en el artículo 24.2 dela C.E . por haberse vulnerado el principio de legalidad.

El motivo ha de decaer y ser desestimado con fundamento en los razonamientos vertidos al analizar elcorrelativo motivo del antecedente recurso.

CIENTO OCHENTA Y UNO.- El séptimo de los motivos de los recursos en estudio, al amparo de igualespreceptos procesales denuncia infracción del artículo 24.2 de la C.E . al haberse vulnerado lo preceptuado enel artículo 622 de la L.E.Cr .

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Improcedente resulta la estimación del motivo por cuanto se expone al analizar el motivo de igual orden delrecurso de Jose Francisco .

CIENTO OCHENTA Y DOS.- Siguiendo con el motivo octavo de los tres recursos, residenciado en igual cauceprocesal, en el mismo se acusa infracción de lo prescrito en el artículo 18.3 de la C.E ., al haberse vulnerado elderecho de las comunicaciones, todo ello en relación con lo establecido en la redacción que, con anterioridada la entrada en vigor de la L.O. 4/88, de 25 de mayo , ofrecía el artículo 579 de la L.E.Cr . en relación con elartículo 11.1 de la L.O.P.J .

Dando por reproducido cuanto se razona al examinar el correlativo motivo del recurso de Jose Francisco , hade decretarse la plena desestimación del presente.

CIENTO OCHENTA Y TRES.- El motivo noveno de los recursos en estudio, al amparo de iguales preceptosprocesales, aduce infracción de lo dispuesto en el artículo 24.2 de la C.E . en relación con el artículo 238,3º,de la L.O.P.J ., al haberse vulnerado el artículo 579 de la L.E.Cr . en su redacción anterior a la L.O. 4/88, de 25de mayo, en cuanto a las escuchas telefónicas practicadas.

El motivo décimo, con igual sede procesal, pone de relieve infracción de lo establecido en los apartados 1 y 2 delartículo 18 de la C.E . al haberse vulnerado el derecho a la intimidad, así como el secreto de las comunicaciones,en relación con las escuchas telefónicas practicadas, sin que haya existido resolución judicial motivada quelas autorizase, tal y como dispone el artículo 11.1 de la L.O.P.J .

Dando igualmente por reproducido cuanto se expone al resolver los motivos correlativos del recurso de JoseFrancisco , han de desestimarse los presentes.

CIENTO OCHENTA Y CUATRO.- El undécimo motivo de los recursos estudiados, al amparo del artículo 849,1º,de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., señala como infringido el artículo 18.2 de la C.E . al haberse vulneradoel derecho a la inviolabilidad del domicilio en relación con los registros practicados, sin que haya existidoresolución motivada que los autorizase ni se hayan realizado con todas las garantías, según lo preceptuadoen los artículos 545 y siguientes de la L.E.Cr ., en relación con el artículo 11.1 de la L.O.P.J .

Dando por reproducido cuanto se expone al tratar de las cuestiones previas sobre las diligencias de entrada yregistro domiciliario y la atendibilidad y valoración que merece su contenido, el motivo ha de ser desestimado.

CIENTO OCHENTA Y CINCO.- El motivo décimosegundo, por igual cauce procesal, alega infracción del artículo24.2 de la C.E . en relación con los artículos 656, 728 y 729 de la L.E.Cr . Referido motivo, repetido en lostres recursos, ha de desestimarse por igual argumento incorporado al fundamento que rechaza el correlativomotivo de Jose Francisco .

CIENTO OCHENTA Y SEIS.- El motivo décimotercero de los tres recursos analizados, residenciado en idénticospreceptos procesales, aduce haberse causado indefensión por ser la prueba de declaración de testigospresentes en los registros practicados nula con arreglo a lo dispuesto en el artículo 11.1 de la L.O.P.J .

El motivo ha de desestimarse conforme a lo expuesto en el correlativo del precedente recurso.

CIENTO OCHENTA Y SIETE.- El motivo décimocuarto, por igual vía procesal, apunta hacia la infracción de lodispuesto en el artículo 24.2 de la Constitución al haberse causado indefensión ya que los informes pericialesde valoración de los inmuebles se practican con posterioridad a la conclusión del sumario, lo que implica unavulneración del derecho de defensa al no poder ser controvertidos.

El motivo ha de desestimarse igual que lo fue el correlativo del recurso antecedente.

CIENTO OCHENTA Y OCHO.- El motivo décimoquinto, por infracción de ley y cita de los artículos 849 de laL.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J . señala infracción de lo dispuesto en el artículo 24.2 de la C.E . en relación con elartículo 238.3 de la L.O.P.J . al haberse causado indefensión por no haber traido a juicio el informe pericialde valoración de los inmuebles por quien lo quiere hacer valer como prueba de cargo (Ministerio Fiscal yacusaciones), infringiéndose los principios de audiencia, asistencia y defensa.

La improsperabilidad del motivo, reproducido en los tres recursos, ha de aceptarse al igual que sucedía alexaminar el motivo de igual orden del recurso de Jose Francisco .

CIENTO OCHENTA Y NUEVE.- Por error en la apreciación de la prueba del artículo 849,2º, se formula el motivodécimosexto, reiterado en los tres recursos, y ello en relación con los artículos 793, 730 y 728 del mismo textolegal, informe pericial de valoración de los inmuebles.

Se impone la desestimación por iguales razonamientos a los vertidos al estudiar el correlativo del recursoantecedente.

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CIENTO NOVENTA.- Por quebrantamiento de forma del artículo 851,1º, de la L.E.Cr . se configura el motivodécimoseptimo, al decirse existir falta de claridad y concreción en los hechos que se declaran probados encuanto a la totalidad de los delitos de maquinaciones para alterar el precio de las cosas ( artículo 539 delC.P .). Dando por reproducido cuanto se expone al estudiar el motivo primero del recurso interpuesto por losacusados Carlos Ramón y Pedro Enrique , el motivo ha de ser desestimado.

CIENTO NOVENTA Y UNO.- El motivo décimooctavo, reproducido en los tres recursos, lo es por infracción deley, por decirse vulnerado el artículo 1 del Código Penal en relación con el artículo 539 del mismo cuerpo legal ,dado que tal y como se han relatado los hechos en la sentencia, las acciones que se consideran probadas noestán penadas por la Ley.

A tenor de los argumentos que se recogen en el estudio precedentemente efectuado sobre la interpretacióny ámbito del artículo 539 del C.P. derogado , correspondiente con el artículo 262 del Código vigente , en elque se abunda sobre las consideraciones que efectúan los recurrentes, procede acoger el presente motivo,al concluirse la vulneración del artículo citado, por su indebida aplicación. Y ello en relación con los hechosrecogidos en los apartados A-1, 5, 6, 7, 9, 11, 13, 15, 16, 17, 18, 19, 21, 22, 23 y 24.

Ello conlleva la innecesidad de entrar en el estudio de los motivos diecinueve y veinte de los recursos, ambosal amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., el primero en relación con los artículos 539 del C.P . y 348 y 1.462del C.C .; y el segundo en relación con los artículos 539 del C.P . y 1.499 del C.C .

A partir de aquí se procede al examen por separado de los respectivos recursos.

RECURSO DE Luis Pedro .

CIENTO NOVENTA Y DOS.- Los motivos veintiuno al treinta y ocho se formulan al amparo del artículo 849,2º,de la L.E.Cr . en cuanto a los hechos A-1, 5, 6, 7, 9, 11, 13, 15, 16, 17, 18, 19, 21, 22, 23, 24, por decirse nohaberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa. Ello con independencia de lomanifestado en los precedentes motivos en cuanto a las nulidades suscitadas y los siguientes relativos a losdelitos concretos de maquinaciones para alterar el precio de las cosas. Estimado el motivo dieciocho devieneinnecesario entrar en el examen de los presentes. Y en cuanto a los motivos treinta y seis y treinta y ocho, enque se trae a colación el principio de presunción de inocencia, su improsperabilidad es manifiesta a la vista decuanto se ha expuesto a lo largo de los recursos sobre los documentos y pruebas que pudieran avalarlos.

CIENTO NOVENTA Y TRES.- Por error en la apreciación de la prueba del artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., en relacióncon la prueba pericial caligráfica practicada y el derecho a la presunción de inocencia del artículo 24.2 de laC.E ., se articula el motivo treinta y nueve del recurso.

La prueba pericial practicada ha sido sometida a contradicción de las partes y su resultado es objeto devaloración por el Tribunal, en conjunto con las demás pruebas obrantes en la causa, todo ello conformea lo dispuesto en el artículo 741. El Juez puede disponer de una prueba pericial plural y diversa y de ellahabrá de deducir aquellas consecuencias que estime más procedentes ( sentencia de 26 de septiembre de1.990 ). El Tribunal ha llegado a determinadas conclusiones, motivando suficientemente la base y razón de susopciones (fs. 123 y ss.). Para el mismo la prueba pericial es una prueba legítimamente obtenida y valorablepor el Tribunal que la considera capaz y eficaz para desvirtuar la presunción de inocencia. La exposición dela sentencia respecto a la práctica y fundamento de esta prueba es harto minuciosa y fundada. No hay basepara desautorizar a la Sala de instancia en sus apreciaciones. El motivo ha de ser desestimado.

CIENTO NOVENTA Y CUATRO.- En el motivo cuarenta, con cita de los artículos 849,2º, de la L.E.Cr . y 5.4 de laL.O.P.J ., y en base a lo dispuesto en el artículo 24.2 de la C.E ., se dice vulnerada la presunción de inocenciaen cuanto al hecho F de la sentencia. Al estudiar el motivo undécimo del recurso interpuesto por los acusadosFermín , Benito y María Inés , se entra en el examen y análisis de las relaciones e incidencias habidasentre el comprador y los acusados, entre ellos el ahora recurrente Luis Pedro . Tanto en el factum, apartadoF, como en los fundamentos jurídicos de la sentencia (fs. 181 y siguientes), se lleva a efecto una minuciosadescripción de los hechos y una valoración de los actos realizados por el denunciante y los diversos acusados.Cual ha de resaltarse, la estimación en conciencia de la prueba corresponde al Tribunal sentenciador conformea los artículos 741 de la L.E.Cr . y 117.3 de la C.E ., que cuenta con el precioso auxilio de la inmediación. EsteTribunal no está llamado al ejercicio de una función suplantadora en este orden, cual si de una nueva instanciase tratase. El hoy recurrente no acusa -no puede hacerlo en este caso- de un vacío probatorio sino de haberseincurrido por el Tribunal en error fáctico, en la apreciación de la prueba. Los documentos que se evocan en esterecurso no demuestran por sí la denunciada equivocación que se dice padecida por el Juzgador, al aparecercontradichos -en la valoración que pretende darles el acusado- por otros factores probatorios, particularmentela prueba testifical a la que la sentencia reconoce un fuerte vigor esclarecedor. El recurrente insiste en el noejercicio del derecho de retracto por parte del inquilino del inmueble. Al aludir la sentencia al mismo no lo

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hace en el sentido estricto de ejercicio judicial de la acción correspondiente. Naturalmente que no es precisollegar a ello si los titulares del inmueble otorgan escritura a favor del inquilino conscientes de la realidad de suderecho. El que Luis Pedro adquiriera al piso por compra en subasta o por cesión en remate, no afecta al temasuscitado. La sentencia configura su relato histórico en base a las pruebas practicadas. Habremos de dar porreproducido cuanto se expone en el fundamento antes citado -resolución del motivo undécimo del recurso deFermín , Benito y María Inés -. Nada de ello queda desvirtuado por las alegaciones vertidas por Luis Pedroen el presente motivo y documentos que se citan. El recurrente trata de sustituir las conclusiones probatoriasde la Sala sentenciadora por las suyas propias, lo que no resulta hacedero.

El motivo debe ser desestimado.

CIENTO NOVENTA Y CINCO.- En sede del artículo 849,1º, se articula el motivo cuarenta y uno por decirsevulnerado el artículo 528 del C.P ., al no existir efectiva causación de perjuicio. La mera existencia de una cargaen el Registro -se dice- no configura en absoluto, no ya un perjuicio patrimonial logrado, sino ni siquiera lapuesta en peligro que exigiría el delito de estafa, si no fuera un delito de resultado.

Ha de darse por reproducido cuanto se recoge al analizar el motivo duodécimo del recurso antedicho de Fermín, Benito y María Inés . Carece de rigor jurídico la alegación del recurrente de considerar que existiría la figura delartículo 528 del C.P . si en algún momento se hubiera exigido el pago de las cédulas o se hubiera demostradofehacientemente que las mismas no se encontraban pagadas al momento de efectuarse el acto de disposición.Se dice en la sentencia que los acusados Luis Pedro y María Inés reconocieron haber constituido las cédulashipotecarias gravando la vivienda y argumentaron que se debió a la necesidad de obtener dinero para cubrirlos gastos que le había ocasionado la adquisición de un piso en el que había un inquilino. El perjuicio en estamodalidad de estafa se halla, naturalmente, en esa disminución de valor que la carga o gravámen representapor sí misma, por su propia existencia. El recurrente confunde "agotamiento" del delito con consumación delmismo atribuyendo al perjudicado un supuesto deber probatorio que está lejos de los asertos de la sentenciacorrespondientes con las declaraciones prestadas por aquél.

Ahora bien, aun no siendo alegado, en méritos a lo dispuesto en el artículo 903 de la L.E.Cr . ha de extenderse alpresente la solución favorable aceptada al estimarse el motivo décimotercero del citado recurso de Fermín ,Benito y María Inés , que, a su vez se remite a lo expuesto al desarrollar el examen del motivo 7ª del ApartadoC del recurso. Cifrándose la defraudación en la suma de 2.300.000 pesetas, ha de acogerse el motivo si biensólo en el sentido de que, apreciándose la concurrencia de la circunstancia agravatoria del apartado 7º delartículo 529, de especial gravedad, al rebasar la suma de dos millones de pesetas, no debe conceptuarse lamisma como muy cualificada.

Procede, pues, la estimación parcial del motivo.

CIENTO NOVENTA Y SEIS.- En el motivo cuarenta y dos del recurso, al amparo del artículo 849,1º, de la Leyprocesal , en relación con lo dispuesto en el Reglamento Hipotecario, la Ley Hipotecaria y el Código Civil, sedice no ser obligatoria en nuestro Derecho positivo la inscripción registral, ni, lógicamente, la cancelación paraderechos reales sobre inmuebles.

El motivo deviene improsperable, pareciendo desconocer el contenido y razón del artículo 531. El término"gravámen", cuya constitución integra el tipo, viene interpretado aquí en sentido lato, esto es, como equivalentea todo aquel derecho o carga que, afectando a la cosa, disminuya su valor o suponga un peligro para su libreuso o disfrute. Aparte de su sentido jurídico propio de carga real, se incluyen en el término las afectacioneso compromisos personales. Amplitud de significación que no deja de aflorar en el texto legal ante la locución"cualquier carga" empleada por el precepto.

La constancia registral del contenido de las cédulas forzosamente ha de llevar a presumir su real existencia ysubsistencia. Cualquier prueba que la contraríe habrá de corresponder al recurrente.

El motivo debe ser desestimado.

CIENTO NOVENTA Y SIETE.- Por infracción de ley y con cita del artículo 849, en el motivo cuarenta y tres seaduce violación del artículo 1º del Código Penal en relación con el artículo 391 del mismo cuerpo legal . Elhecho de que en ocasiones -se alega- el recurrente adquiriera determinados bienes en subastas, no implicaque el mismo diera cantidad alguna a los funcionarios con ocasión de dicha adjudicación.

El recurrente vierte una serie de manifestaciones subjetivas con las que trata de suplantar el relato históricode la sentencia por otro de su particular confección. En su momento procedía la inadmisión del motivo a tenordel artículo 884,3º, de la L.E.Cr . y hoy su desestimación.

Ello sin perjuicio de lo que más adelante se dirá al resolver los motivos cincuenta y siguientes.

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JURISPRUDENCIA

CIENTO NOVENTA Y OCHO.- El motivo cuarenta y cuatro busca cobijo en el artículo 851,1º, de la L.E.Cr ., pordecir existir falta de claridad y concreción en los hechos probados en cuanto a la totalidad de los delitos decohecho ( artículo 391 del C.P.). Por las mismas razones expuestas al estudiar los motivos diecisiete y treintay dos del recurso de Jose Francisco , ha de ser desestimado el presente.

CIENTO NOVENTA Y NUEVE.- El motivo cuarenta y siete -no figuran los cuarenta y cinco y cuarenta y seis-, alamparo también del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., consigna infracción del artículo 24.2 de la C.E. en relacióncon el Decreto 1035/59 , de tasas judiciales.

El motivo cuarenta y ocho, con cita de los artículos 849,1º de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J . centra su alegaciónen infracción del derecho de defensa y la presunción de inocencia del artículo 24.2 de la C.E .

Por los argumentos reflejados al examinar los motivos treinta y cinco y treinta y seis del anterior recurso, hande ser desestimados los presentes.

Cuestión distinta, y a ella nos referimos en varios fundamentos, es la de si puede estimarse acreditada larealidad de las entregas dinerarias o supuestas dádivas en base a las meras anotaciones obrantes en losdocumentos ocupados, sin ratificación alguna por parte de los sujetos a quienes se les supone realizadoresde las entregas.

DOSCIENTOS.- Por error en la apreciación de la prueba del artículo 849,2º, de la L.E.cr . se articula el motivocuarenta y nueve, en relación con los registros practicados y toda la documentación incautada unida a lasactuaciones.

El recurrente no señala de modo concreto los documentos de cuyo texto puede colegirse el pretendido errorfácitco que se dice cometido. Se limita a una labor crítica de los mismos y de las consideraciones jurídicasformuladas por la propia resolución en base a aquéllos, retornando, incluso, al examen de los requisitosdeterminantes de la aplicación del artículo 539 del C.P ., cual si de un error iuris se tratase.

Se impone la desestimación del motivo.

DOSCIENTOS UNO.- Por error en la apreciación de la prueba del artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., en cuanto a loshechos I-5, I-6, I-10, e I-12, se alinean los motivos cincuenta al cincuenta y tres del recurso. En ellos se hacemención de desconocer la documentación ocupada y no desprenderse en ningún caso el pago de cantidadalguna a funcionario judicial, resaltándose la normal significación de la palabra "tasas" utilizada en algúnmomento.

Nos remitimos a lo expuesto precedentemente en distintos fundamentos de esta resolución en los que seexaminan diversos recursos interpuestos por varios funcionarios de la Administración de Justicia y en losque se acogen los motivos relativos al delito de cohecho que se les atribuye. No estimándose acreditado queaquellos hubiesen recibido las cantidades que se reflejan en los correspondientes apartados del hecho I, ynegado ello por los acusados que figuran como dispensadores de las dádivas, se impone el acogimiento delos motivos antes mencionados.

En cualquier caso la absolución del recurrente procedería por la inaplicación de la figura de cohecho activo delartículo 391 del C.P ., al haberse sancionado los funcionarios como autores del cohecho impropio del artículo390, y ser los hechos anteriores a la L.O. 9/1991, de 22 de marzo , dándose por reproducido cuando se exponeal estudiar el motivo cuarto de los recursos de Felipe y Regina .

Solución que es extensible a los hechos recogidos en los apartados I-18, 20 a), 21 a) y 22a).

DOSCIENTOS DOS.- El motivo cincuenta y ocho busca su amparo en el artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., y apuntahacia la vulneración de lo dispuesto en el artículo 23 del C.P. en relación con el artículo 47 del mismo cuerpolegal , en cuanto a la pena impuesta a los acusados de prohibición de participar en las subastas judiciales.

Dando por reproducido cuanto se expone al atender al motivo cuarenta y cuatro del recurso de Jose Francisco, el motivo merece ser acogido.

RECURSO DE Ángel Daniel .

DOSCIENTOS TRES.- Por error en la apreciación de la prueba del artículo 849,2º de la L.E.Cr ., en cuanto a losHechos A-6, A-23, A-24, se tacha a la sentencia de no haberse valorado por la Sala los documentos auténticosexistentes en la causa, ello en los motivos veintiuno, veintidos, veinticuatro y veinticinco, y con independenciade cuanto se ha venido alegando respecto a nulidades de pruebas. Estimado el motivo dieciocho devieneinnecesario descender al examen de los presentes, al igual que del motivo veinticinco, alusivo a la presunciónde inocencia.

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JURISPRUDENCIA

DOSCIENTOS CUATRO.- El motivo veintitres lo es por infracción de ley al amparo del artículo 849,1º de la L.E.Cr .en relación con lo dispuesto en el artículo 539 del C.P . en cuanto al hecho A-23 de la sentencia. El referidoartículo -se dice- exige una actuación previa al acto de la subasta judicial con un dolo finalístico cual es el dealterar el precio de remate. No consta ninguna solicitud de dinero ni ofrecimiento de dádiva. La subasta seinició y fue adjudicado el piso al licitador Lucas . Cuanto sucede con posterioridad, por irregular que parezca,no puede subsumirse en la tipología del artículo 539, no existiendo acusación específica y distinta sobre taleshechos.

El motivo ha de ser acogido.

DOSCIENTOS CINCO.- El motivo veintiseis, por error en la apreciación de la prueba y cita del artículo 849,2º, dela L.E.Cr . hace referencia a los registros practicados y documentación incautada y unida a las actuaciones.

El recurrente no señala de modo concreto los documentos de cuyo texto pueda colegirse el pretendidoerror fáctico que se dice cometido. Se limita a una labor crítica de los mismos y de las consideracionesjurídicas formuladas por el Tribunal en base a aquéllos, adentrándose, incluso, en el examen de algunas de lasexigencias o elementos determinantes de la aplicación del artículo 539, cual si de un error iuris se tratase.

El motivo debe ser desestimado.

DOSCIENTOS SEIS.- Por infracción de ley y al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., se señala en el motivoveintisiete vulneración de lo dispuesto en el artículo 23 del C.P. en relación con el artículo 47 del mismo cuerpolegal , en cuanto a la pena impuesta a los acusados de prohibición de participar en las subastas judiciales.

El motivo ha de ser estimado en base a los razonamientos que se incorporan al resolver el motivo cincuenta yocho del recurso de Luis Pedro y cuarenta y cuatro del recurso de Jose Francisco .

DOSCIENTOS SIETE.- En el motivo veintiocho, también por infracción de ley del artículo 849,1º de la L.E.Cr . enrelación con el artículo 24.2 de la C.E ., se acusa de haberse vulnerado el derecho a la presunción de inocencia,en relación con los artículos 793 y 730 de la L.E.Cr .

Dando por reproducida la respuesta dada al motivo de número cuarenta y cinco del recurso de Jose Franciscoel motivo debe ser desestimado.

RECURSO DE Bruno .

DOSCIENTOS OCHO.- Por error en la apreciación de la prueba del artículo 849,2º de la L.E.Cr ., y en cuanto a loshechos A-18 y A-21, se formulan los motivos veintiuno y veintidos del recurso, por decirse no haber valoradola sentencia los documentos existentes en la causa.

Estimado el motivo dieciocho resulta innecesairo proceder al examen de los presentes.

DOSCIENTOS NUEVE.- Se formula el motivo veintitres por error en la apreciación de la prueba del artículo849,2º de la L.E.Cr ., en relación con la prueba pericial caligráfica practicada y el derecho a la presunción deinocencia del artículo 24.2 de la C.E .

Procede desestimar el motivo, haciendo uso de los mismos razonamientos utilizados para el rechazo delmotivo treinta y nueve del recurso de Luis Pedro .

DOSCIENTOS DIEZ.- En cuanto al motivo de número veinticuatro, por error de hecho en la apreciación de laprueba, en sede del artículo 849,2º, de la L.E.Cr ., se aduce no haberse valorado por la Sala los documentosauténticos existentes en la causa, y ello en cuanto al hecho C.

En el motivo veinticinco, en sede del artículo 849,2º, de la L.E.Cr . y por infracción de lo dispuesto en el artículo24.2 de la C.E ., se dice vulnerado el derecho a la presunción de inocencia, en relación con los artículos 793 y730 de la L.E.Cr . en cuanto al hecho C de la sentencia.

Por infracción de ley y cita de los artículos 849,1º, de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., se aduce en el motivoveintiseis infracción del artículo 24.2 de la C.E . al haberse vulnerado la presunción de inocencia en cuanto alhecho C de la sentencia.

La Sala sentenciadora ha tomado en consideración todo el cúmulo de elementos probatorios de varia índoleexistente en la causa, en valoración global y unitaria cual le faculta e impone el artículo 741 de la L.E.Cr . Y,además, ha contado con el valioso recurso de la inmediación, de que carece este Tribunal. Cuanto el Tribunalde instancia pudo ver y oir, en relación de inmediatez, le está impedido a esta Sala. La descalificación deltestimonio de Donato que el recurrente efectúa, no puede ser secundada. La valoración del testimonio referidocorresponde al Tribunal que, a tal fin, destaca ser fruto de la "sinceridad que emana de una persona que singrandes conocimientos ha narrado los hechos de los que había sido víctima con desgarro y emoción, y ha

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ofrecido un testimonio sincero que ha apreciado no sólo este Tribunal al que corresponde valorar la pruebapor imperativo legal, sino también al resto de personas que estaban presentes en la Sala". Se remite a lasdeclaraciones del mismo, (folios 2742 y 2762 y ss.) (ratifica en juicio oral) quien "manifestó que en una primerasubasta los acusados Fermín y Bruno le exigieron 100.000 pesetas, para que la subasta quedara desierta.Esto es, que pagase dinero para que no concurriera ningún postor a la subasta, y por ello entregó 60.000pesetas, que es lo único que tenía, que se repartieron todos los que se encontraban esperando participaren la subasta y desaparecieron de los pasillos del Juzgado". Congruentemente concluye el Juzgador que elcomportamiento descrito por el testigo es el prototipo de delito de maquinaciones para alterar el precio de lascosas, "los que soliciten dádiva o promesa para no tomar parte en una subasta pública". Al quedar desierta lasubasta dio lugar a que el Juzgado convocase una segunda subasta donde el tipo de salida por ley es inferioral de la primera, lo que determina la alteración del precio de remate.

No puede infravalorarse la aportación testifical de Donato . Cual se ha repetido a lo largo de esta resolución,el viejo aforismo testis unus testis nullus pierde su eficacia y claudica en su radicalidad a la luz del artículo 741de la L.E.Cr ., al reservarse al Tribunal sentenciador la valoración de la prueba, y contar el mismo con el auxilioinestimable de la inmediación (Cfr. sentencias de 17 de noviembre de 1.993, 18 de septiembre de 1.995 y 16 deseptiembre de 1.996 , entre otras). Y ello aunque dicho testimonio proceda de la propia víctima o perjudicado,cual ha sido reconocido reiteradamente tanto por el Tribunal Constitucional ( sentencias del T.C. 201/1989, de30 de noviembre y 221/1991, de 28 de noviembre ) como por el Tribunal Supremo (sentencias de 22 de enero de1.988, 25 de febrero y 22 de marzo de 1.994, y 3 de abril de 1.996 ). La posibilidad de que el Tribunal sobrevalorelas pruebas producidas en la fase sumarial, revestidas de las necesarias garantías, sobre cualesquiera otrasenmarcadas en el juicio oral, siempre a salvo el principio de contradicción, por su marcada credibilidad y mayorverosimilitud, es doctrina pacífica y reiterada de esta Sala y del Tribunal Constitucional (Cfr. sentencias del T.S.de 11 de abril y 18 de mayo de 1.990, 2 de octubre de 1.991, 4 de junio y 27 de octubre de 1.992, 25 de marzode 1.994, 15 de abril, 16 de septiembre y 5 de noviembre de 1.996; y del T.C. 62/1985, de 10 de mayo, 80/1996,de, 150/1987, de , 82/1988, de 28 de abril, 137/1988, de 7 de julio, 107/1989, de 8 de junio, 201/1989, de 30 denoviembre, 217/1989, de , 98/1990, de , 161/1990, de , 59/1991, de 14 de marzo, 303/1993, de .

En razón a todo lo expuesto, y habiendo sido desvirtuado el derecho a la presunción de inocencia, los motivoshan de ser desestimados.

DOSCIENTOS ONCE.- El motivo veintisiete, al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., señala como vulneradoslos artículos 1 y 528 del C. Penal , dado que tal como se han relatado los hechos de la sentencia, las accionesque se consideran probadas no están penadas por la Ley, en cuanto al hecho C de la sentencia.

El motivo merece ser acogido. Ateniéndonos a la descripción contenida en los hechos probados respecto alhecho C, bien se aprecia que la intervención atribuida a Bruno viene ceñida a la primera parte de los hechos,solicitud de entrega de dinero, y efectiva percepción del mismo, aun en menor cuantía de la pedida. En lasegunda parte de la relación, todo lo relativo a las urdidas simulaciones y engaños determinantes del abonode las sumas que se especifican por parte de Donato , ni en el relato fáctico ni en el extenso desarrollodel fundamento jurídico de la sentencia, viene específicamente atribuida intervención alguna a Bruno . Lasentencia, con muy fundados argumentos, estima haberse cometido un delito de estafa del artículo 528 delC.P . Con todo el modus operandi puesto a contribución por los acusados crearon una apariencia con la queconsiguieron captar la voluntad de Donato , haciéndole creer algo que no tenían intención de cumplir comoera la recuperación del piso. La conclusión de participación de Bruno en el subsiguiente delito de estafa, sinimputarle intervención en ninguno de los actos que la sentencia cuida de resaltar y que vertebran la infraccióndefraudatoria, carece de sustentación y no pasa de una mera conjetura. No puede apoyarse en las eventualesrelaciones mantenidas con motivo de intervención en subastas o de vínculos de parentesco con alguno de losintervinientes. El dictado de responsabilidad culpable ha de forjarse con factores más consistentes y menosequívocas.

El motivo ha de estimarse.

DOSCIENTOS DOCE.- Con invocación del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . se forja el motivo veintiocho del recurso,por supuesta infracción de los artículos 1 y 391 del C.P . El hecho de que en ocasiones -se dice-, el recurrenteadquiera determinados bienes en subastas, no implica que el mismo diera cantidad alguna a los funcionarioscon ocasión de dicha adjudicación, y el hecho de que en una documentación que ha sido impugnada y noreconocida aparezca su nombre, no implica la existencia de delito.

El recurrente vierte una serie de manifestaciones subjetivas con las que trata de suplantar el relato históricode la sentencia por otro de su particular confección. Aparte de su tenor global y abstracto. En su momentoprocedía la inadmisión del motivo a tenor del artículo 884,3º, de la L.E.Cr . y hoy su desestimación.

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DOSCIENTOS TRECE.- Por quebrantamiento de forma y por la vía del artículo 851,1º, de la Ley procesal , seatribuye a la sentencia el vicio formal de falta de claridad y concreción en los hechos que se declaran probadosen cuanto a la totalidad de los delitos de cohecho ( artículo 391 del C.P .).

Dando por reproducido lo expuesto al examinar los motivos diesisiete y treinta y dos del recurso de JoseFrancisco , ha de desestimarse el motivo.

DOSCIENTOS CATORCE.- Por infracción de ley y cita de los artículos 849,1º de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J .,se articula el motivo treinta y dos, por supuesta infracción del derecho de defensa del artículo 24.2 de la C.E .en relación con el Decreto 1035/59 , de tasas judiciales.

En el motivo treinta y tres, con igual base procesal, denuncia infracción del derecho de defensa y presunciónde inocencia del artículo 24.2 de la C.E . (tasas judiciales).

Dando por reproducidos los razonamientos vertidos al estudiar los motivos cuarenta y siete y cuarenta y ochodel recurso de Luis Pedro y, a su vez, por remisión, a su vez, a los motivos treinta y cinco y treinta y seis delrecurso de Jose Francisco , han de ser desestimados los presentes.

DOSCIENTOS QUINCE.- Por error en la apreciación de la prueba del artículo 849,2º de la L.E.Cr ., se articula elmotivo treinta y cuatro, en relación con los registros practicados y toda la documentación incautada y unidaa las actuaciones.

El recurrente no designa concreta y pormenorizadamente los documentos y sus partes de cuyo texto hallade deducirse el supuesto error fáctico hacia el que quiere apuntar. Se limita a una labor crítica y abstracta delos mismos y de las apreciaciones contenidas en la propia resolución. Desciende el recurrente al examen, enalgunos aspectos, del artículo 539, en afán de resaltar la ausencia de alguno de sus elementos; y todo elloolvidando que no se plantea hipótesis de error de derecho.

Se impone la desestimación del motivo.

DOSCIENTOS DIECISEIS.- Residenciados en el artículo 849,2º de la L.E.Cr ., se alinean los motivos treinta ycinco, treinta y seis y treinta y siete del recurso, y en relación con los hechos I- 5, I-7 e I-22, diciéndose nohaberse valorado por la Sala los documentos auténticos existentes en la causa. En ellos se hace mención dedesconocer la documentación ocupada y de no desprenderse en ningún caso el pago de cantidad alguna afuncionario judicial; resaltándose la normal significación del término "tasas" utilizado en algún supuesto.

Nos remitimos a lo expresado precedentemenete en distintos fundamentos de esta resolución en los que seexaminan diversos recursos interpuestos por funcionarios de la administración de Justicia y en los que seacogen los motivos relativos al delito de cohecho que se les atribuye. No estimándose acreditado que aquelloshubiesen recibido las cantidades que se reflejan en los correspondientes apartados del Hecho I, y negado ellopor los acusados que se hacen figurar como dispensadores de las dádivas, se impone el acogimiento de losmotivos antes mencionados.

En cualquier caso la absolución de la recurrente procedería por la inaplicación de la figura de cohecho impropioactivo del artículo 391 del C.P ., al haberse sancionado a los funcionarios como autores del cohecho impropiopasivo del artículo 390, y ser los hechos anteriores a la L.O. 9/1991, de 22 de marzo , dándose por reproducidocuanto se expone al estudiar el motivo cuarto de los recursos de Felipe y Regina .

DOSCIENTOS DIECISIETE.- En el motivo treinta y ocho y acogido al artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., se señalacomo vulnerado lo dispuesto en el artículo 23 del C. Penal en relación con el 47 del mismo cuerpo legal , encuanto a la pena impuesta a los acusados de prohibición de participar en las subastas judiciales.

Dando por reproducidos los razonamientos incorporados en el examen del motivo cuarenta y cuatro del recursode Jose Francisco , procede la estimación del motivo.

DOSCIENTOS DIECIOCHO.- Por infracción de ley y cita del artículo 849,1º de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., sedenuncia vulneración del derecho a la presunción de inocencia, en relación con los artículos 793 y 730 de laL.E.Cr .

Dando por reproducido lo expuesto al resolver el motivo cuarenta y cinco del recurso de Jose Francisco , elmotivo ha de ser desestimado.

RECURSOS DE Felipe y Regina .

DOSCIENTOS DIECINUEVE.- Atendiendo a los recursos interpuestos por los acusados Felipe y Regina , elprimero de sus motivos, al amparo del artículo 849,1º, de la L.E.Cr . alega haberse producido infracción ytransgresión del artículo 18.3 de la C.E ., por vulneración del derecho al secreto de las comunicaciones, enespecial de las telefónicas. Se procede por los recurrentes a verificar un examen de los requisitos que viabilizan

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aquéllas, para llegar a la conclusión de no haberse dado cumplimiento a las mismas por los órganos judicialesque las autorizaron.

Se da por reproducido cuanto se ha expuesto precedentemente, al tratar de las cuestiones previas y aldar respuesta a varios de los recursos interpuestos, sobre tema tan crucial y básico, en base a cuyosrazonamientos ha de desestimarse el motivo referido de sendos recursos.

DOSCIENTOS VEINTE.- En el motivo segundo de ambos recursos, y por igual cauce procesal del artículo 849,1º,de la L.E.Cr . y 5.4 de la L.O.P.J ., se señala infracción del artículo 24.2 de la C.E ., por vulneración del derecho ala presunción de inocencia y a un proceso con todas las garantías por inexistencia de elementos probatoriosválidos.

Además de las intervenciones telefónicas, se tachan de nulas las diligencias de entrada y registro de fecha22 de enero de 1.987, lo que priva de legitimidad a las pruebas obtenidas en base a aquéllas, reputándolasineficaces e insuficientes para enervar el derecho a la presunción de inocencia. La respuesta al extenso yminucioso alegato de los recurrentes se halla en los argumentos recogidos y vertidos en las cuestiones previasal desarrollar antedichos temas, así como también en cuanto se ha expuesto a través de la sentencia al darrespuesta a reiterados motivos en los que se incorporan impugnaciones alegatorias de idéntico signo. Desdeluego no puede hablarse de que la sentencia recurrida adolezca de un vacío probatorio, incapaz, por tanto, dedesvirtuar la presunción de inocencia que, como derecho básico, acompaña en todo momento al inculpado.Sobre ello se ha constatado la inexistencia de la invocada vulneración del artículo 24.2, así como el esfuerzodel Tribunal sentenciador en su ejercicio valorativo de todos los factores probatorios obrantes en la causa.

Todo ello sin perjuicio de las conclusiones a que se llegue al particularizar el examen de todos y cada uno delos delitos atribuidos, tanto en orden a si las pruebas que dicen refrendarles gozan de la plenitud de garantíasexigibles, como en referencia a si las conductas examinadas resultan subsumibles en los tipos legales quese invocan.

El motivo debe ser desestimado. El pretendido dictado global de incisión y arrollamiento del derecho a lapresunción de inocencia no resulta acogible.

DOSCIENTOS VEINTIUNO.- Se configura el tercer motivo por el cauce del artículo 849,1º, de la L.E.Cr .,haciéndoles consistir en infracción y transgresión del artículo 18.2 de la C.E ., por vulneración del derecho a lainviolabilidad del domicilio. El motivo tiene por objeto -se dice- poner de manifiesto la infracción del derecho ala inviolabilidad del domicilio que ampara el artículo 18.2 de la C.E . en relación con el artículo 8 de C.E.D.H .,entendido éste en el sentido amplio que le otorga nuestro Tribunal Constitucional, atendida la circunstancia deno concurrir los requisitos necesarios para que la diligencia de entrada y registro pudiera realizarse válidamenteen consideración a la ausencia de una resolución judicial motivada que amparase tal medida limitativa de losderechos fundamentales.

Reiterando el cúmulo de razonamientos y exposiciones que se acumulan en el fundamento de Derecho en quese aborda tal cuestión previa, el motivo ha de rechazarse y merecer su desestimación.

DOSCIENTOS VEINTIDOS.- El cuarto de los motivos de los recursos interpuestos por Felipe y Regina ,por infracción de ley amparado en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . y con cauce procesal en el artículo 849,1º,de la L.E.Cr ., se basa en la transgresión del artículo 25.1 de la C.E ., por vulneración del Derecho a no sercondenado por acciones u omisiones que en el momento de producirse no constituyan delito. Se pretendeponer de manifiesto haberse producido vulneración por infringir el principio de Ley favorable consagrado en elartículo 25.1 de la C.E ., dado que la sentencia recurrida condena al recurrente por los hechos I-4, I-6 a), I-7 a),I-9, I-11 a), I-15, I-17, y por los hechos I-4, I-9, I-11 a) y b), I-17 e I-20 c), en base a unos preceptos penales queno se encontraban dictados ni vigentes al momento de suceder los hechos objeto de condena. La sentenciacondena a Felipe , respecto a los hechos indicados, por supuesto cohecho de los artículos 391 en relación conel 390 del C.P ., es decir, por el llamado doctrinal y jurisprudencialmente delito de cohecho activo impropio. Seaplica por la sentencia -se expone- el artículo 390 en su concepción y redacción imprimida por la L.O. 9/1991,de 22 de marzo por la que se modifican los artículos 367, 368 y 390 del C.P . y se introduce en él un nuevoCapítulo acerca del Tráfico de Influencias, novedosa contextura del artículo 390 que no se hallaba vigente enla época en que transcurrieron los hechos (años 1.984 a 1.986). Ello suscita la cuestión de si los hechos quetratan de subsumirse en el artículo 391 -en relación con el artículo 390- estaban o no penados en la fecha desu perpetración.

La redacción del artículo 390 antes de su modificación por la L.O. de 1.991 se refería a "el funcionario públicoque admitiere regalos que le fueren presentados en consideración a su oficio o para la consecución de unacto justo que no deba ser retribuido". Después de indicada Ley se proyecta sobre el funcionario público queadmitiere dádiva o regalo que le fueren ofrecidos en consideración a su función o para la consecución de

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un acto no prohibido legalmente". Según el artículo 391, "los que con dádivas, presentes, ofrecimientos opromesas corrompieren o intentaren corromper a los funcionarios públicos, o aceptaren sus solicitudes, seráncastigados con las mismas penas de éstos, menos la inhabilitación". Por corromper o intentar corromper ha deentenderse aquella acción tendente a conseguir que el funcionario, por medio de dádiva, infrinja sus deberes,obre de manera distinta a la debida. Actividad que habría de concretarse en la verificación de un acto delictivo,un acto injusto o en una abstención, cuando exista el deber de actuar (Cfr. sentencia de 30 de junio de 1.982 ).Modalidad de cohecho que se presentaba, antes de la Ley de 1.991, como reverso del cohecho pasivo previstoen los artículos 385, 386 y 387 del C.P. de 1.973 . Se planteó la duda de si la conducta del particular queofrecía regalos al funcionario en consideración a su oficio o para la consecución de un acto justo, quedabaabarcado por la descripción típica del artículo 391 o, por el contrario, tal proceder era atípico. Así lo entendióun sector cualificado de la doctrina y, desde luego, la jurisprudencia de este Tribunal. Para la misma, por víade ejemplo, fueron casos de dejación de la obligación de imparcialidad y objetividad contraida en razón de lafunción pública desempeñada, los derivados de la dádiva enderezada a conseguir que el funcionario dimitierade sus deberes de lealtad y sigilo ( sentencia de 15 de marzo de 1.982 ), de la proposición que implicaba deforma inconcusa la desviación ilícita del servicio público que incumbía al solicitado, con menoscabo de susdeberes profesionales y de la función encomendada ( sentencia de 22 de diciembre de 1.980 ).

En definitiva se estimó que el delito de cohecho activo impropio, que sería el correspondiente al cohechopasivo impropio que se contiene en el artículo 390 del Código Penal , no existía ni estaba tipificado en nuestralegislación, ni en el artículo 391 ni en ningún otro precepto de dicha Ley, y ello por un doble motivo. El artículo390 del Código Penal habla (en su redacción anterior a la reforma de 1.991) única y exclusivamente de "regalos",diferenciándose del resto de los cohechos pasivos contenidos en los arts. 385 a 387 del C.P . en los quese enumeran "dádivas, presentes, ofrecimientos y promesas", al igual que el artículo 391, lo que excluye porliteralidad su relación con el 390 ante la ausencia de "regalos". Como segundo argumento se decía que elartículo 391 del Código Penal castiga el cohecho activo con las mismas penas que para los cohechos pasivos,menos la de inhabilitación ( artículo 389 del C.P .), cuando, por el contrario, el cohecho pasivo impropio delartículo 390 no tiene aparejada la pena de inhabilitación, y, además, se castigaba con pena de suspensión ymulta, pena la primera inaplicable a un particular. Lo que reforzaba la exlusión de la correspondiente formaactiva del artículo 390.

DOSCIENTOS VEINTITRES.- Ello ha sido acogido y sancionado en sentencias de esta Sala, entre otras, de22 de diciembre de 1.989, 31 de mayo de 1.991, y 7 de octubre de 1.993 . El tipo delictivo descrito en elartículo 390 del C.P . -se dice en esta última, recogiendo, a la vez, la doctrina de los anteriores- doctrinal yjurisprudencialmente denominado como cohecho pasivo impropio, es una figura delictiva que a diferencia delos restantes tipos del delito de cohecho, no ostenta la condición de delito necesariamente bilateral de formasubjetiva, inexistiendo un cohecho activo paralelo en cuanto la conducta del donante no se considera punible,como indican las sentencias de 31 de mayo de 1.991 y la de 22 de diciembre de 1.989 , también de esta Sala.Los argumentos de esta última resolución son, de una parte, el que los artículos 385, 386, 387 y 391del CódigoPenal hablan específicamente de "dádivas, presentes, ofrecimientos o promesas", en tanto que el artículo 390del mismo texto habla escuetamente de "regalos" y de otra, que el artículo 391 del Código punitivo , tras definirlas conductas allí tipificadas, dice que los responsables de ellas serán castigados con las mismas penas quelos funcionarios "menos la de inhabilitación", pena esta que figura en el artículo 389 del mismo Cuerpo Legalreferida a los delitos "comprendidos en los números anteriores" mas no en el artículo 390. Por ello, concluyeconsiderando que el denominado cohecho activo, del artículo 391 del Código Penal , es el reverso del cohechopasivo contemplado en los artículos 385 a 387, pero no así del denominado cohecho pasivo impropio delartículo 390 del mismo Código. Por tanto, la conducta del particular que ofrece los regalos a que se refiereel artículo 391 es atípica.

Tal sentencia de 7 de octubre de 1.993 reconoce que después de la reforma operada por la Ley de 1.991,el planteamiento y solución del supuesto han de ser distintos, si bien negando todo efecto de retroactividadconforme a principios básicos del orden penal. "Es cierto -se añade en la sentencia- que en la actualidad,después de la reforma del artículo 390, efectuada por la Ley Orgánica 9/1991, de 22 de marzo , ambosargumentos han perdido consistencia, pues se ha incluido en el artículo 390, el término "dádiva", junto alde "regalo", y además, se ha sancionado el tipo delictivo con las penas de arresto mayor y multa, en lugarde suspensión y multa, como se penaba con anterioridad. Ahora bien, los hechos enjuiciados tuvieron lugaren el año 1.986, y por tanto, no puede sancionarse la conducta de la recurrente, tomando en consideraciónuna interpretación más desfavorable para ella, derivada del texto legal reformado, por impedirlo los arts. 24del Código Penal y 25.1 de la Constitución Española , que sólo permiten, cuando la nueva ley le fuese másbeneficiosa, lo que aquí no ocurre, que es el único supuesto en que gozaría de efecto retroactivo".

La sentencia del T.S. de 11 de mayo de 1.994 se hace adecuado eco de tales precedentes así como del Pleno dela Sala, al que se sometió la cuestión en los términos del artículo 264.1 de la L.O.P.J ., sesión plenaria que tuvo

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lugar el 10 de mayo de 1.994. Se reafirma en citada resolución que la sentencia 2215/93, de 7 de octubre , dejóestablecido que en la actualidad -se refiere al tiempo posterior a la Ley 9/91, de 27 de marzo - los argumentosque antes permitían la exclusión del artículo 391 en relación con el artículo 390 han perdido consistencia, puesse ha incluido en el artículo 390 el término dádiva, junto al de regalo, y además, se ha sancionado el tipo delictivocon penas de arresto mayor y multa, en lugar de suspensión y multa, como se penaba con anterioridad.

En el Código Penal de 1.995, y a la vista de la redacción de los artículos 423 y 426, no hay razón para excluir delámbito de aquél la conducta del particular que corrompe o intenta corromper al funcionario público mediantela entrega de una dádiva, en consideración a su función, o para la consecución de un acto no prohibido.

DOSCIENTOS VEINTICUATRO.- Habiéndose cometido los hechos que se recogen en los apartados I-4, I-6 a),I-7 a), I-9, I-11 a), I-15, I-17 con mucha anterioridad a la promulgación de la L.O. 9/1991, de 22 de marzo, obvioresulta que ha de acogerse el motivo, al quedar el recurrente fuera de responsabilidad por los actos atribuidos.Y ello pese a que subsista, en cuanto al hecho I-4, la responsabilidad del funcionario Luis Alberto .

La estimación igualmente habría de sobrevenir -excepto en cuanto al hecho I-4- en razón a la absoluciónprocedente de los respectivos acusados funcionarios de la Administración de Justicia, respecto de los cualesno se estimó desvirtuado el derecho a la presunción de inocencia. No habiéndose acreditado la percepciónpor dichos funcionarios, algunos fallecidos al dictarse la sentencia, de las sumas que se dicen.

Por idénticos fundamentos ha de estimarse el motivo cuarto del recurso de Regina , igualmente por infracciónde ley amparado en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . y artículo 849,1º, de la L.E.Cr ., por infracción del artículo 25.1de la C.E . y vulneración del Derecho a no ser condenado por acciones u omisiones que en el momento deproducirse no constituyan delito. Y ello en relación con los hechos recogidos en los apartados I-4, I-9, I-11 a)y b), I-17, I-20 c), conforme al artículo 903 de la L.E.Cr .

DOSCIENTOS VEINTICINCO.- El quinto motivo del recurso de Felipe lo es al amparo del artículo 5.4 de laL.O.P.J . y 849,1º, de la L.E.Cr . y se basa en la infracción y transgresión del artículo 9.3 de la C.E ., porviolación del principio de la legalidad y de la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables.El motivo se halla ligado al anterior, en tanto en cuanto la aplicación del artículo 390 en relación con elartículo 391 del Código Penal en su redacción sufrida tras la reforma operada por la Ley Orgánica 9/91, de22 de marzo , por la que se modifican los artículos 367, 368 y 390 del Código Penal y se introduce en él unnuevo Capítulo acerca del Tráfico de Influencias, supondría además de una transgresión del artículo 25.1 dela C.E ., la violación de la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables y una violaciónal principio de legalidad. Así el artículo 390 del Código Penal en su nueva redacción -se expone- imponepenas más severas a las que se contenían en el anterior artículo 390, en ambos casos relaciones con elartículo 391 del mismo texto legal, que además de imponer la suspensión de cargo impone una multa de100.000 a 500.000 Pts., cuando el tipo aplicable en el momento en que se declaran probados los hechossancionaba únicamente con la pena de suspensión y multa de 30.000 a 150.000 Pts., lo que supone unaaplicación retroactiva de la Ley más desfavorable. Por otro lado -añade el recurrente-, idéntica circunstanciaocurre respecto a la aplicación del artículo 387 en relación con el artículo 391 del Código Penal , puestoque la Audiencia ha aplicado tales preceptos con la reforma operada tras la Ley Orgánica 3/1989, de 21 dejunio , de actualización del Código Penal, que impone como límite mínimo la multa de 100.000 Pts., cuando elanterior art. 387 establecía un mínimo de 30.000 Pts. y un máximo del triplo del valor de la dádiva. De nuevo,una aplicación de ley sancionadora desfavorable retroactivamente. Al igual que lo anunciado en el motivo delrecurso anterior, la aplicación del nuevo tipo penal contenido en el artículo 390 en relación con el artículo391 del Código Penal , sanciona actos que antes resultaban atípicos, por lo que, además, debe eliminarse elconcepto de delito continuado.

Aun acogiéndose los argumentos que preceden en relación con los hechos I-4, I-6 a), I-7 a), I-9, I-11 a), I-15, I-17,ello resulta inoperante en cuanto, en base a lo expuesto al estudiar el motivo anterior, se decreta la absoluciónpor tales hechos. En cambio, y en lo concerniente al hecho I-2, la sentencia recurrida debe aplicar los artículos387 en relación con el artículo 391 del C.P . en su redacción anterior a la reforma producida por L.O. 3/1989, de21 de junio, de actualización del C.P. que impone como límite mínimo la multa de 100.000 pesetas. El antiguoartículo 387 del C.P ., en su redacción anterior a dicha Ley de 1.989, establecía como pena, además de lasuspensión, una multa del tanto al triplo de la dádiva, con un mínimo de 30.000 pesetas. Procede, pues laestimación del motivo.

Por idénticos fundamentos ha de estimarse el motivo quinto del recurso de Regina , igualmente por infracciónde ley amparado en el artículo 5.4 de la L.O.P.J . y 849,1º, de la L.E.Cr ., por infracción del artículo 9.3 de laC.E ., por violación del principio de irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables. Y ello enrelación con los hechos I-4, I-9, I-11 a) y b), I-17, I-20 c). Del mismo modo respecto al hecho I-2 y en cuanto ala pena imponible en función de la aplicación de los artículos 387 y 391.

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Conforme al artículo 903 de la L.E.Cr . la doctrina y conclusiones expuestas en sendos motivos serán aplicablesa los recurrentes que se hallen en iguales condiciones.

DOSCIENTOS VEINTISEIS.- En el motivo sexto de ambos recursos y al amparo del artículo 849,1º de la L.E.Cr .se centra la infracción de ley invocada en la indebida aplicación del artículo 539 del C.P . Las conductasrelatadas por la Audiencia -se dice- no son susceptibles de penalidad, toda vez que en ningún pasaje de ladeclaración de hechos probados ni de los fundamentos de Derecho se contiene narración alguna de conductaencuadrable en el tipo del artículo 539, no constando ni la solicitud de dádivas o promesas, ni la realizaciónde amenazas para impedir tomar parte en subasta pública, ni haber alejado posteriores, por iguales medios oartificios con finalidad de alterar el precio de remate. Todo ello referido, respecto a Felipe a los hechos A-5, A-6,A-8, A-12, A-14, A-23 y A-24, y en relación a Regina a los hechos A-5, A-6, A-8, A-9, A-10, A-12, A-16, A-17 y A-20.

Conforme al estudio, en su momento y con carácter general realizado, sobre la interpretación y ámbito delartículo 539 del C.P. de 1.973 , correspondiente con el artículo 262 del vigente, en el que se abunda sobre lasconsideraciones que efectúan los recurrentes, procede acoger el presente motivo que suscriben ambos, alconcluirse haberse vulnerado aquel artículo por su indebida aplicación.

Se prosigue atendiendo a cada uno de los recursos en particular.

RECURSO DE Felipe .

DOSCIENTOS VEINTISIETE.- En el motivo séptimo del recurso y al amparo del artículo 849,1º de la L.E.Cr . seinvoca la infracción de los artículos 315 y 314 en relación con el artículo 277 del C.P . La razón estriba en queen la declaración de hechos probados no se contiene, como sería necesario para aplicar los preceptos citados,nexo causal que establece el artículo 315 del C.P ., cual es el denominador común que tiene la posesión desustancias, materias, útiles, máquinas e instrumentos de los que habla el artículo 314.

Se dice en la relación fáctica de la sentencia que, al realizarse la diligencia de entrada y registro en las oficinasdel recurrente, se intervinieron en la mesa de su despacho dos sellos de caucho, uno redondo y otro rectangular,que eran semejantes, aunque un poco más grandes, que los empleados por la oficina de la Caja Postal deAhorros situados en los Juzgados de la Plaza de Castilla. Se añade en el factum que el acusado, sin ningúnconvencimiento, manifestó que si poseía los sellos de caucho era porque días antes en un asalto que se produjoen su despacho se los habían colocado.

En la fundamentación jurídica de la sentencia, y con virtud integradora del factum, se alude a los testigos queacreditaron con su declaración la operación de registro y, en particular, el hallazgo en un cajón de los sellosde caucho, coincidiendo con la declaración de los funcionarios de policía. Uno de ellos declaró que Felipele manifestó la razón de tenencia de tales sellos con el fin de usarlos cuando no le diera tiempo a consignarlas cantidades necesarias para participar en las subastas. El Tribunal sentenciador, a quien corresponde lavaloración de tales pruebas, y que ha contado con el refuerzo de la inmediación, ha formado su convicción alrespecto, no pudiendo ser suplantado por esta Sala en semejante labor crítica y valorativa.

El motivo ha de ser desestimado.

DOSCIENTOS VEINTIOCHO.- El octavo motivo del recurso de Felipe , al amparo del artículo 849,1º, d ela L.E.Cr .,señala infracción de los artículos 387 y 391 del C.P ., exponiendo como argumentaciones que le respaldan: 1º)El relato fáctico de los hechos probados correspondientes al I-2, no se corresponde posteriormente con lostipos aplicados, pues de los mismos se desprende no sólo que la actuación del oficial Leonardo no consistióen abstenerse de realizar un acto que debiera practicar en el ejercicio de su cargo, sino que su actuación,respaldada en todo momento por el Juez y el Secretario del Juzgado de Primera Instancia nº 10 de Madridque proveían todos los escritos y dictaban las resoluciones, contribuyó a solucionar con prontitud los defectosprocedimentales en que se había incurrido a lo largo del sumario hipotecario. 2º) Asimismo, la declaraciónde hechos probados no contiene la adecuada conexión causal entre la supuesta dádiva o presente y el actoa realizar, pues no manifiesta la necesaria y expresa declaración, ni se deduce de los hechos probados, queel acuerdo de voluntades o la percepción de la dádiva se haya pactado con anterioridad a su realización. 3º)Enlazando con lo denunciado en el motivo de casación quinto, la sentencia de la Audiencia aplica el artículo 387del Código Penal en su nueva redacción concebida por la Ley Orgánica 3/1989, de 21 de junio , de actualizacióndel Código Penal, lo que no puede ser aplicable retroactivamente a los hechos que se sancionan. 4º) Por otrolado, en cuanto a la indebida aplicación del artículo 391, esta consiste en que la supuesta cantidad entregadaal funcionario (25.000.- Pts), se extrae a través de unos documentos que, sin entrar de nuevo en los problemasde nulidad de la diligencia y del acta de entrada y registro, no se atribuyen a nadie, y cuya veracidad intrínsecano ha sido comprobada ni adverada por otros medios.

Al resolver el recurso de Leonardo se ha dejado constancia de las razones que llevan a la desestimación delmismo, particularmente la constatación de los factores con que contó la Sala para la cimentación de los hechos

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probados en base a los cuales se consideró desvirtuado el derecho a la presunción de inocencia y subsumiblesaquéllos en las previsiones de los artículos 387 y 391 del C. Penal . La alusión a que eran Juez y Secretario losque proveían y firmaban las resoluciones no obsta a la responsabilidad personal en que pueda incurrir un Oficialo Auxiliar de la Administración de Justicia al incumplir los particulares deberes que su Reglamento Orgánicoy Ley Orgánica del Poder Judicial le imponen en orden a la tramitación, según se ha estudiado y consignadoampliamente en precedentes recursos. Las notas a que hace referencia la sentencia fueron halladas en lasoficinas del recurrente, en contabilidad referida a algunos inmuebles de los que se hallaba interesado, con lamención de 12.500 pesetas "correspondientes al 50% oficial Juzgado nº 10 Chalet de DIRECCION010 ". Laconversación telefónica de Regina es resaltada por la sentencia, alusiva a que van a conseguir prorrogar elpago o consignación hasta encontrar una persona para ceder el inmueble, contando con el oficial que lleva elasunto "que es amigo, que se llama Felipe y que es el primero a la izquierda", lugar donde se sentaba ésteen el Juzgado. Se dice en la sentencia que la suma de 25.000 pesetas fue "en concepto de propina para queel funcionario Leonardo estuviese inactivo en la tramitación de unos autos en particular y no exigiese conpremura la consignación a fin de que los adjudicatarios del bien pudiesen encontrar un comprador". "Así locomentan los acusados en las conversaciones telefónicas en las que incluso se plantean quebrar la subastasi no consiguen dilatar o prorrogar esos plazos de consignación". Cuando el hecho probado consigna quelos acusados consiguieron de éste -de Leonardo - "a cambio de la entrega de 25.000 pesetas, cuya parteproporcional fue abonada también por los acusados Roberto y Luis Antonio , que no se llevase a cabo laconsignación hasta conseguir un comprador a quien cederle el remate" claramente se vislumbra el acuerdomutuo y la subordinación de la actitud pasiva del funcionario a la realización de la dádiva.

La Sala pudo valorar el conjunto probatorio conforme al artículo 741 de la L.E.Cr ., contando con el valiosoapoyo de la inmediación. Este Tribunal ha de respetar sus conclusiones razonables y razonadas, sin entrar enel estudio del apartado 3º, ya resuelto al examinar el motivo quinto. El motivo ha de ser desestimado.

DOSCIENTOS VEINTINUEVE.- El noveno motivo, por infracción de ley y cita del artículo 849 de la L.E.Cr ., sebasa en la indebida aplicación de los artículos 390 y 391 del C.P ., al penar los ehchos I-4, I-6 a), I-7 a), I-9, I-11a), I-15, I-17. Por las razones expuestas al estudiar el motivo cuarto, ha de acogerse el presente.

DOSCIENTOS TREINTA.- El motivo décimo lo es por infracción de ley del artículo 849,2º, de la L.E.Cr .,por haberse producido error en la apreciación de prueba basado en documentos que demuestran laequivocación del Juzgador sin resultar contradichos ni desvirtuados por otras pruebas resultantes departiculares documentos. Para el recurrente se debe poner de manifiesto el error sufrido por la Audiencia encuanto a la tasación de los bienes objeto de subasta sobre los que se produjeron las supuestas conductastípicas de maquinaciones para alterar el precio de las cosas. El error -se añade- trae su causa por la aplicaciónde los valores en importes consiguientes a las diversas peritaciones habidas a lo largo de la causa, sin teneren cuenta las peritaciones de que fueron objeto tales bienes precisamente calculadas para los efectos deproducirse el caso de que se vieran sometidos a procedimientos ejecutivos sumarios hipotecarios en sumayoría, valores asignados a los bienes de manera unívoca para tales efectos y, lo que es más importante,en la época de ocurrir los hechos.

A dicha cuestión ya se ha dado respuesta al examinar el motivo 44 del recurso interpuesto por Jose Francisco. En base a dichos razonamientos, que se dan por reproducidos, el motivo ha de ser estimado. Y ello conindependencia de que carezca de operatividad en el supuesto que nos ocupa en base a la estimación delmotivo sexto. En todo caso, y en virtud de lo dispuesto en el artículo 903 de la L.E.Cr ., deberá ser tenido encuenta lo resuelto en cuantos supuestos subsistan condenas por el delito de maquinaciones.

DOSCIENTOS TREINTA Y UNO.- Por la vía del artículo 849,2º, se configura el motivo décimoprimero porsupuesto error en la apreciación de la prueba, basado en documentos que demuestran la equivocación delJuzgador, sin resultar contradichos ni desvirtuados por otras pruebas y ello en relación con el error sufrido enla apreciación del informe pericial emitido por los ingenieros de telecomunicaciones, concediendo validez atodas las conversaciones telefónicas intervenidas y atribuyendo las mismas a los interlocutores.

Al Tribunal correspondía llevar a término la valoración de la prueba en conexión con los restantes elementosprobatorios obrantes en la causa, en cuya función no cabe sea suplantado por esta Sala. La sentencia deinstancia dedica una buena parte de su contenido al estudio de las intervenciones telefónicas, exponiendodetalladamente todo el proceso seguido en la adopción del acuerdo sobre su práctica, realización de la mismay resultados obtenidos (fs. 91y siguientes de la sentencia). Se constata la resistencia de algunos acusadosa llevar a cabo la prueba pericial de voz, aludiendo al reconocimiento jurisprudencial de otros mecanismospara imputar la voz a una persona, citando la sentencia de 27 de enero de 1.995 . En el presente caso -afirmala sentencia-, puede afirmarse con rotundidad que la propia identificación personal que de sí mismo haceel acusado que habla por teléfono constituye la prueba válida para atribuirle las palabras grabadas. El tenor

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de las conversaciones y la titularidad de los teléfonos intervenidos coadyuvan al logro de esa persuasión deautenticidad que preside la resolución impugnada.

El motivo no puede prosperar y ha de ser desestimado.

DOSCIENTOS TREINTA Y DOS.- El motivo duodécimo, igualmente bajo el cobijo procesal del artículo 849,2º, dela L.E.Cr ., impugna la sentencia so pretexto de incurrir en error apreciativo de la prueba. Abunda a este motivo,independientemente de la falta de declaración del fin subjetivo que contiene el artículo 314 del C.P . sobre quefueran destinados los sellos conocida o exclusivamente a las falsificaciones, la prueba testifical y documentalque obre en la causa en su momento reseñada. Se refiere a la declaración del testigo Sr. Jesús , ex directorde la sucursal de la Caja de Ahorros y a la comunicación de la Caja Postal de Ahorros, corroboradores de nohaberse notado anomalía alguna en la tramitación de los cheques.

Por las razones expuestas al proceder al examen del motivo séptimo ha de desestimarse también el motivopresente. A la valoración de la prueba, en su titularidad, efectuada por la Sala de instancia, no puede oponerseotra de particular perspectiva.

El motivo debe ser desestimado.

DOSCIENTOS TREINTA Y TRES.- Por quebrantamiento de forma y al amparo del artículo 851,1º, de la L.E.Cr .se configura el motivo décimotercero, atribuyendo el vicio formal de falta de claridad a los hechos declaradosprobados, al no expresarse los mismos clara y terminantemente.

Dando por reproducido cuanto se expone al examen del motivo primero del recurso interpuesto por el acusadoCarlos Ramón , el motivo debe ser desestimado.

DOSCIENTOS TREINTA Y CUATRO.- El motivo décimocuarto, también por quebrantamiento de forma einvocación del artículo 851,1º, de la L.E.Cr ., señala haberse incurrido en contradicción al describir los hechosprobados.

Los fundamentos expuestos al proceder al estudio del motivo segundo de los recursos de Aurelio y Eduardo, dados por reproducidos, sirven de apoyo para la desestimación del presente.

El recurrente lleva a efecto una crítica global acusando lo que él estima como vicios formales, cuando enrealidad no trascienden de defectos de redacción o de imprecisiones gramaticales. En realidad todo el listadode supuestas irregularidades que se enumeran han merecido particular estudio a través de los recursos quepreceden.

El motivo no puede prosperar y ha de ser desestimado.

DOSCIENTOS TREINTA Y CINCO.- El décimoquinto motivo, en igual sede procesal, advierte que la sentenciaimpugnada contiene conceptos jurídicos que implican una predeterminación del fallo. La esencia delquebrantamiento de forma en la modalidad aludida, radica en el anticipo o desplazamiento en el factum degiros, expresiones o términos de estricta técnica jurídica, acuñados por la dogmática penal y trascendentesde sentido valorativo, extraños e inadecuados para el fin estrictamente narrativo o descriptivo que debeser pauta de aquél. No acusándose el defecto que se aduce cuando las palabras que se destacan noalberguen conceptos exclusiva y unívocamente jurídicos, sino que respondan a modos corrientes de expresión,ropaje verbal usual para dar a conocer la actuación dolosa atribuible al agente, aunque, en ocasiones, rocencualesquiera giros o vocablos legales, dado que el legislador, al dirigirse a la generalidad de los ciudadanos,recurre con frecuencia a modos o envolturas verbales de uso generalizado y común, para la mejor inteligibilidaddel mandato normativo. Se censura el empleo de los términos "puja restringida", "adjudicatario del bien",expresiones como "acto injusto", "ceder el remate", "alterar el precio del remate", en el contexto de la definicióndel concepto de subastilla que realiza la sentencia. Las palabras o locuciones que se destacan constituyenmodo coloquial, usual, de expresión, sin contenido o significación estrictamente jurídica, sino de una mayorgeneralización o ámbito. Naturalmente que las mismas, al igual que el presupuesto fáctico en su globalidad,en cuanto sirven de basamento a la resolución, predeterminan el fallo, pero no en el sentido proscrito a que serefiere la norma, sancionando la anomalía o vicio procesal con la nulidad de la sentencia. El motivo no puedeprosperar y ha de ser rechazado.

RECURSO DE Regina .

DOSCIENTOS TREINTA Y SEIS.- Por infracción de ley, y por la vía del artículo 849,1º de la L.E.Cr ., se configurael motivo séptimo por infracción de preceptos penales de carácter sustantivo y normas jurídicas del mismocarácter que deben ser observadas en aplicación de la ley, consistiendo en la indebida aplicación de losartículos 387 y 391 del C.P. Dando por reproducido cuanto se expone al resolver el motivo octavo del recursode Felipe , ha de ser desestimado el presente.

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DOSCIENTOS TREINTA Y SIETE.- Por infracción de ley y al amparo de lo establecido en el artículo 849,1º dela L.E.Cr ., se formaliza el motivo octavo, por infracción de preceptos penales de carácter sustantivo y normasjurídicas del mismo carácter que deben ser observadas en aplicación de la ley, consistiendo en la indebidaaplicación de los artículos 390 y 391 del C.P ., al penar los hechos I-4, I-9, I-11 a) y b), I-17, I-20 c). Por lasrazones expuestas al estudiar el motivo cuarto, ha de estimarse el presente.

DOSCIENTOS TREINTA Y OCHO.- Por infracción de ley del artículo 849,2º, de la L.E.Cr . se configura el motivonoveno del recurso por error en la apreciación de la prueba basado en documentos que demuestran laequivocación del Juzgador, sin resultar contradichos ni desvirtuados por otras pruebas resultantes de ciertosparticulares de documentos. Tal error puesto de manifiesto lo es en relación con los hechos A-5, A-6, A-8, A-9,A-10, A-12, A-16, A-17 y A-20 sobre maquinaciones para alterar el precio de las cosas.

El motivo coincide con el formulado de número diez por el acusado Felipe . Las mismas razones queabonaron su acogimiento son trasplantables al presente para su adecuada estimación, aunque no tenga otrasignificación para la recurrente que el de sentar unos principios de general observancia. El motivo ha de serestimado.

DOSCIENTOS TREINTA Y NUEVE.- El motivo décimo, también por el cauce procesal del artículo 849,2º vuelvesobre posibles errores de hecho en la apreciación de la prueba. Se trata de resaltar el error sufrido cuandoapoyándose la sentencia en el informe pericial emitido por los ingenieros de telecomunicaciones, concedevalidez a todas las conversaciones telefónicas y, además, atribuye las mismas a los interlocutores, cosa queno contiene el meritado informe.

Dando por reproducido cuanto se expone al contemplar el motivo décimoprimero del recurso de Felipe , elmotivo debe ser desestimado.

DOSCIENTOS CUARENTA.- El motivo undécimo, por quebrantamiento de forma y cita del artículo 851,1º,lo es por supuesta falta de claridad en los hechos probados, al no expresar clara y terminantemente losmismos; reproduciendo determinados párrafos de la sentencia como reveladores de haberse incluido en elvicio indicado.

El motivo duodécimo, también con cita del artículo 851,1º señala contradicción acusable entre los hechosprobados.

Y el motivo décimotercero, en la misma sede procesal, dice encontrar en los hechos probados conceptosjurídicos que implican predeterminación del fallo.

Han de darse por reproducidos cuantos razonamientos se vierten al analizar los motivos décimotercero,décimocuarto y décimoquinto del recurso de Felipe y, por remisión de los mismos, aquellos otros contenidosal resolver los recursos que se citan. En mérito a todo ello procede desestimar los presentes motivos.

ADHESIONES A LOS RECURSOS ANTERIORES.

DOSCIENTOS CUARENTA Y UNO.- En relación con los escritos de adhesión presentados por determinadosrecurrentes a los recursos interpuestos por los restantes acusados, un grupo de los mismos -tales lospresentados por los recurrentes Carlos Ramón , Jesús Manuel , Pedro Enrique , Ramón , Jose Ignacioy Luis Alberto -, alusivos, en general a la vulneración de derechos fundamentales, con especial referenciaa irregularidades supuestamente cometidas en las diligencias de intervenciones telefónicas y de entraday registro domiciliarios, ya han quedado suficientemente expuestas al tratar de las "cuestiones previas" yal resolver los respectivos recursos, la improcedencia de las denuncias formuladas, con la consiguientedesestimación de aquellos motivos.

DOSCIENTOS CUARENTA Y DOS.- En los escritos de los recurrentes Aurelio y Eduardo se aducen en primertérmino alegaciones semejantes a los autos expuestos, sobre cuyo inacogimiento han de reproducirse lasrazones aducidas. Desestimarse, pues, el primer motivo formulado al amparo de los artículos 5.4, 11.1, 238 y240 de la L.O.P.J ., artículos 18 y 24.1 y 2 de la C.E . en relación con los artículos 545, 558 y 579 de la L.E.Cr .

DOSCIENTOS CUARENTA Y TRES.- El segundo motivo se funda en el artículo 849,1º, de la L.E.Cr . porinaplicación, en sus justos límites, del artículo 69 bis del C.P ., al haberse dado por el Juzgador de instancia unaerrónea y, por ende, indebida aplicación del precepto penal sustantivo indicado. Ha de darse por reproducidocuanto se dejó expuesto al ser analizado el tema de la resolución de algunos de los recursos. Motivo éstedevenido inoperante para los recurrentes en cuanto sólo persiste condena por un solo delito de maquinacionespara Aurelio y habiendo sido absuelto Eduardo . Lo que reporta su desestimación.

DOSCIENTOS CUARENTA Y CUATRO.- El tercer motivo se interpone al amparo del artículo 849,2º, de la L.E.Cr.por error en la apreciación de la prueba. Y ello al haberse fijado como precio de cada inmueble subsastado,

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a efectos de determinación de la penalidad, los valores a través de un extemporáneo e improcedente informede dos agentes de la propiedad inmobiliaria, realizado sin intervención de las partes acusadas, transcurridosocho años de los emitidos por los peritos judiciales designados en los respectivos procedimientos judicialesobrantes en la causa, cuyos precios de valoración fueron los que, precisamente, sirvieron de tipo en lassubastas públicas y en las adjudicaciones de los inmuebles. Dando por reproducido lo expuesto al resolver,entre otros, el recurso interpuesto por el acusado Felipe , el motivo ha de ser estimado.

DOSCIENTOS CUARENTA Y CINCO.- Por parte de la acusada Luz en su escrito de adhesión hace referencia atodos los recursos planteados por los distintos acusados. Inoperante resulta su solicitud al haberse estimadosu recurso propio y proceder su absolución.

DOSCIENTOS CUARENTA Y SEIS.- Los acusados Luis Pedro , Ángel Daniel y Bruno , al igual queFelipe y Regina se adhieren a todos y cado uno de los recursos interpuestos por los restantes acusados,señalando los primeros como fundamentación jurídica de aquellos los artículos 18.2 de la C.E . en cuanto alos registros practicados; artículo 18.1 y 3 de la C.E ., en cuanto al secreto de las comunicaciones relativo alas intervenciones telefónicas; artículo 24.2 de la C.E . en relación con el derecho de defensa y vulneracióndel derecho al Juez predeterminado por la ley; artículo 539 del C.P ., al haberse violentado el tipo del delitode maquinaciones; artículo 391 del C.P . al haberse violentado el tipo del delito de cohecho; artículo 11.1 dela L.O.P.J . al entender que las pruebas han sido obtenidas vulnerando derechos fundamentales, así como elartículo 238.3 de la propia ley sobre nulidad de los actos judiciales cuando se prescinde total y absolutamentede las normas de procedimiento establecidas por la Ley causando indefensión, apuntando como preceptosprocesales infringidos los artículos 622, 579 y 545 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Todos lostemas que se señalan han sido objeto de estudio y resolución a través del examen de los múltiples recursosinterpuestos. Cuantos motivos han sido objeto de estimación han provocado, en supuestos semejantes enque lo resuelto pudiera aprovechar a otros, los acuerdos pertinentes haciendo aplicación del artículo 903 dela L.E.Cr . Debiéndose hacerse remisión a cuanto se haya expuesto antecedentemente.

DOSCIENTOS CUARENTA Y SIETE.- Habrán de darse por reproducidos los fundamentos jurídicos de lasentencia de instancia, con excepción de aquellos que hallan de entenderse sustituidos o afectados por lospresentes.

DOSCIENTOS CUARENTA Y OCHO.- En relación con los acusados condenados por el delito de cohecho delartículo 390, la sentencia les condena haciendo aplicación de la redacción vigente al tiempo de comisión delos hechos, la ofrecida antes de las reformas operadas por L.O. 3/1989, de 21 de junio, y L.O. 9/1991, de 21de marzo, por considerarla la más favorable; criterio que es mantenido, en principio. Realmente, conteniendodichos textos normativos penas de distinta naturaleza -suspensión y multa de 30.000 a 150.000 pesetas unoy arresto mayor y multa del tanto al triplo del valor de la dádiva o regalo, sin que pueda ser inferior a 100.000pesetas, el otro-, para fijar la pena más favorable, reconociéndole retroactividad, en su caso, debe oírse alreo, como ya previó en su día el Decreto de 23 de diciembre de 1.944 de publicación del Código Penal, y hoylo establece el artículo 2.2 del C.P. de 1.995 . De ahí que los acusados en dicha situación podrán, si así lesinteresare, ante la Audiencia Provincial, optar por la aplicación del artículo 390 en la redacción imprimida porla L.O. 9/1991.

III. FALLO

Que debemos declarar y declaramos, en relación con la sentencia recurrida dictada por la Audiencia Provincialde Madrid, Sección Sexta:

1) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Carlos Ramón , con estimación delmotivo tercero por infracción de precepto constitucional, desestimando los restantes motivos; se declaran deoficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

2) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Pedro Enrique , con estimación delmotivo tercero por infracción de precepto constitucional, desestimando los restantes motivos; se declaran deoficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

3) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Jesús Manuel , con estimaciónparcial de su primer motivo por infracción de ley, desestimando los restantes motivos; se declaran de oficiolas costas procesales ocasionadas en su recurso.

4) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Aurelio , con estimación parcial desu motivo tercero por infracción de ley, desestimando los restantes motivos; se declaran de oficio las costasprocesales ocasionadas en su recurso.

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5) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Eduardo , con estimación de sumotivo tercero, por infracción de ley, desestimando los restantes motivos; se declaran de oficio las costasprocesales ocasionadas en su recurso.

6) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Gonzalo , con estimación de sumotivo tercero por infracción de ley, desestimando los restantes motivos; se declaran de oficio las costasprocesales ocasionadas en su recurso.

7) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Juan , con estimación de suprimer motivo (Apartado a), por infracción de precepto constitucional, desestimando los restantes motivos; sedeclaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

8) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Rafael , con estimación de su motivoprimero, por infracción de ley, sin entrar en el examen de su segundo motivo, interpuesto por infracción de ley;se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

9) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por los acusados Valentín y Carlos Manuel , conestimación de sus motivos primero por infracción de ley y segundo por infracción de precepto constitucional,desestimando los restantes motivos y no entrando en examen del cuarto; se declaran de oficio las costasprocesales ocasionadas en su recurso.

10) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Jesús Ángel , con estimaciónde su motivo segundo por infracción de ley, desestimando su primer motivo; se declaran de oficio las costasprocesales ocasionadas en su recurso.

11) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Ángel Jesús , con estimaciónparcial de su primer motivo por infracción de precepto constitucional y parcial del quinto por infracción de ley,desestimando los restantes motivos; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

12) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Augusto , con estimación delos motivos primero y segundo por infracción de precepto constitucional y tercero, cuarto, quinto y sexto porinfracción de ley; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

13) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Domingo , con estimación de losmotivos segundo y tercero por infracción de ley, desestimando el primero; se declaran de oficio las costasprocesales ocasionadas en su recurso.

14) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Lucio , con estimación de susmotivos segundo y tercero por infracción de ley, desestimando el primero; se declaran de oficio las costasprocesales ocasionadas en su recurso.

15) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Gregorio , con estimación de susegundo motivo por infracción de ley, desestimando el primero; se declaran de oficio las costas procesalesocasionadas en su recurso.

16) NO HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Leonardo , con desestimaciónde todos sus motivos por quebrantamiento de forma e infracción de ley; condenándole al pago de las costasocasionadas en su recurso.

17) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Ramón , con estimación del motivotercero por infracción de precepto constitucional, desestimando el resto de los motivos; se declaran de oficiolas costas procesales ocasionadas en su recurso.

18) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Jose Ignacio , con estimación delmotivo tercero por infracción de precepto constitucional, desestimando el resto de sus motivos; se declarande oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

19) NO HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Luis Alberto , condesestimación de todos sus motivos por quebrantamiento de forma, infracción de ley e infracción de preceptoconstitucional; condenándole al pago de las costas ocasionadas en su recurso.

20) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Juan Pablo , en vía de adhesiónformulada a los recursos por infracción de ley, estimando el último de los motivos y desestimando el resto; sedeclaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

21) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Baltasar , con estimación de sumotivo tercero por infracción de precepto constitucional, desestimando el resto de los motivos; se declarande oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

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22) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Esteban , con estimación parcialde sus motivos segundo y cuarto por infracción de ley, con estimación total de los motivos tercero y sexto,también por infracción de ley, desestimando el resto; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadasen su recurso.

23) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por la acusada Luz , con estimación de sus motivossegundo por infracción de ley y cuarto por infracción de precepto constitucional, desestimando el resto de losmotivos; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

24) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Jaime , con estimación del motivotercero por infracción de ley, desestimando el resto de sus motivos; se declaran de oficio las costas procesalesocasionadas en su recurso.

25) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Octavio , con estimación de susdos motivos por infracción de ley; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

26) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Simón , con estimación del motivoprimero por infracción de ley, no entrando en el examen de los motivos segundo, tercero, cuarto, noveno ydécimo, desestimando el resto de los motivos; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas ensu recurso.

27) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por la acusada Teresa , con estimación del motivoprimero por infracción de ley, sin entrar en el examen de los motivos segundo, tercero, cuarto, noveno y décimo,desestimando el resto de los motivos; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

28) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Luis Antonio , con estimación delmotivo tercero por infracción de ley, sin entrar en el examen de los motivos cuarto, quinto y sexto, desestimandoel resto de los motivos. Absolviéndole del delito de cohecho excepto lo relativo al hecho I-2; se declaran deoficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

29) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Pedro Miguel , con estimacióndel motivo séptimo por infracción de ley, sin entrar en el examen de los motivos cuarto, quinto y sexto,desestimando el resto de los motivos; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

30) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Roberto , con estimación del motivotercero, por infracción de ley, sin entrar en el examen de los motivos cuarto, quinto y sexto, desestimando elresto de los motivos. Absolviéndole del delito de cohecho excepto lo relativo al hecho I-2.

31) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por los acusados Fermín , Estefanía , Joaquín, Benito y Aurora , con estimación del motivo tercero por infracción de ley del Apartado A) Maquinaciones,respecto a los acusados Fermín , Benito y Joaquín , no entrando en el examen del motivo cuarto ydesestimando el resto de sus motivos del mismo apartado y sobre los mismos acusados. Con estimacióntotal del motivo quinto por infracción de precepto constitucional y estimación parcial del motivo séptimo,desestimando el motivo sexto, en lo concerniente al Apartado C) de los acusados Benito y Fermín . Conestimación del motivo noveno por infracción de ley, sin entrar en el examen del motivo décimo, y desestimandoel motivo octavo, en lo concerniente al Apartado E) sobre los acusados Fermín , Benito y Estefanía .Con estimación parcial del motivo décimotercero por infracción de ley, desestimando el motivo undécimopor infracción de ley, excepto en lo relativo al acusado Fermín en que ha de ser estimado, desestimandoigualmente el motivo duodécimo, en lo concerniente al Apartado F) de los acusados Fermín , Benito yMaría Inés . Con estimación parcial del motivo décimoquinto interpuesto por infracción de ley, desestimandoel décimocuarto en cuanto al Apartado G) del acusado Benito . Con estimación del motivo décimosextointerpuesto por infracción de precepto constitucional, sin entrar en el examen del motivo décimoseptimo, enlo concerniente al Apartado I) Cohechos, respecto a los acusados Fermín y Benito . Desestimando el motivoprimero de nulidad común para todos los apartados de la sentencia recurrida respecto a todos los acusadosFermín , Estefanía , Joaquín , Benito y María Inés ; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadasen su recurso.

32) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Jose Francisco , conestimación del motivo décimoctavo, por infracción de ley, sin entrar en el examen de los motivos diecinueve,veinte, veintiuno, veintidos, veintitres, veinticuatro, veinticinco, veintiseis, veintisiete, veintiocho y veintinueve;estimando igualmente el motivo treinta por infracción de ley y el motivo cuarenta y cuatro por infracción deley, con desestimación del resto de los motivos; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas ensu recurso.

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33) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACIÓN interpuesto por el acusado Luis Pedro , con estimación delos motivos décimoctavo, cincuenta, cincuenta y uno, cincuenta y dos, cincuenta y tres y cincuenta y ocho porinfracción de ley; con estimación parcial del motivo cuarenta y uno por infracción de ley, sin entrar en el examende los motivos diecinueve, veinte, veintuno, veintidos, veintitres, veinticuatro, veinticinco, veintiseis, veintisiete,veintiocho, veintinueve, treinta, treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres, treinta y cuatro, treinta y cinco, treintay seis, treinta y siete y treinta y ocho, desestimando el resto de los motivos; se declaran de oficio las costasprocesales ocasionadas en su recurso.

34) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Ángel Daniel , con estimación delos motivos décimoctavo, veintitres y veintisiete por infracción de ley, sin entrar en el examen de los motivosdiecinueve, veinte, veintiuno, veintidos, veinticuatro y veinticinco, desestimando el resto de sus motivos; sedeclaran de oficio las costas procesales ocasionandas en su recurso.

35) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Bruno , con estimación de losmotivos décimoctavo, veintisiete, treinta y cinco, treinta y seis, treinta y siete y treinta y ocho por infracción deley, sin entrar en el examen de los motivos décimonoveno, veinte, veintiuno y veintidos, desestimando el resto;se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso.

36) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por el acusado Felipe , con estimación de losmotivos cuatro y quinto por infracción de precepto constitucional y del sexto, noveno y décimo por infracciónde ley, desestimando el resto de los motivos; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en surecurso.

37) HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACION interpuesto por la acusada Regina , con estimación de losmotivos cuarto y quinto por infracción de precepto constitucional y del sexto, octavo y noveno por infracciónde ley, desestimando el resto de los motivos; se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en surecurso.

Y en su virtud, casamos y anulamos la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid, Sección Sexta,de fecha 30 de mayo de 1.995 , en causa seguida contra los anteriores acusados y otros, por delitos demaquinaciones para alterar el precio en las cosas, coacciones, estafa, falsificación de sellos y cohechos.

Y comuníquese esta resolución, y la que seguidamente se dicte, a la mencionada Audiencia, a los efectoslegales oportunos, con devolución de la causa, que en su día se remitió.

Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos, mandamos yfirmamos

SEGUNDA SENTENCIA

En la Villa de Madrid, a siete de Noviembre de mil novecientos noventa y siete.

En la causa incoada por el Juzgado de Instrucción nº 24 de Madrid, en el procedimiento abreviado nº 4155de 1.989, y seguida ante la Audiencia Provincial de Madrid, Sección Sexta , por delitos de maquinaciones paraalterar el precio en las cosas, coacciones, estafas, falsificación de sellos y cohechos contra: 1) Fermín , de50 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Madrid, nacido el 15-5-44, hijo de Agapitoy de Luisa, con instrucción, sin antecedentes penales; 2) Luis Pedro , de 64 años de edad en la fecha de lasentencia de instancia, natural de Madrid, nacido el 3-12-30, hijo de Domingo y Gonzala, con instrucción, sinantecedentes penales; 3) Esteban , conocido como Pitufo , de 64 años de edad en la fecha de la sentencia deinstancia, natural de Buenos Aires (Argentina), nacido el 18-1-31, hijo de Tadeo y de Obdulia, con instrucción, sinantecedentes penales; 4) Benito , de 54 años de edad, natural de Madrid, nacido el 13-12-39, hijo de Juan y deJosefa, con instrucción, sin antecedentes penales; 5) Teresa , de 44 años de edad en la fecha de la sentenciade instancia, natural de Chinchón (Madrid), nacida el 2-8-49, hija de Florencio y de Soledad, con instrucción,sin antecedentes penales; 6) Juan Pablo , de 55 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia,natural de Madrid, nacido el 5-4-40, hijo de Angel y de Carmen, con instrucción, sin antecedentes penales; 7)Jose Francisco , de 48 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Almonacid de Zorita(Guadalajara), nacido el 3-8- 46, hijo de Francisco y de Emilia, con instrucción, sin antecedentes penales; 8)Jesús Ángel , de 58 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Beariz (Orense), nacidoel 3-10-36, hijo de Rogelio y de Hermesinda, con instrucción, sin antecedentes penales; 9) Gonzalo , de 60años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Alcorcón (Madrid,); nacido el 1-6-34, hijo deFrancisco y de Celestina, con instrucción, con antecedentes penales no computables; 10) Octavio , de 61 añosde edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Madrid, nacido el 8-4-34, hijo de José y de Eugenia,con instrucción, sin antecedentes penales; 11) Eduardo , de 54 años de edad en la fecha de la sentencia

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de instancia, natural de Barbolla (Segovia), nacido el 9-1-41, hijo de Vicente y de Evelia, con instrucción, conantecedentes penales no computables; 12) Ángel Daniel , de 55 años de edad en la fecha de la sentencia deinstancia, natural de Madrid, nacido el 16-1-40, hijo de Domingo y de Gonzala, con instrucción, sin antecedentespenales; 13) Bruno , conocido como Santo , de 58 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia,natural de Madrid, nacido el 4-4-36, hijo de Domingo y de Gonzala, con instrucción, sin antecedentes penales;14) Felipe , de 54 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de San Miguel de Serrezuela(Avila), nacido el 17-8-40, hijo de Dionisio y de Eulalia, con instrucción, sin antecedentes penales; 15) Regina ,llamada Flaca , de 47 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Medina de las Torres(Badajoz), nacida el 29-4-48, hija de José y de Josefa, con instrucción, sin antecedentes penales; 16) Roberto ,de 58 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Madrid, nacido el 7-9-36, hijo de Rogelioy de Carmen, con instrucción, sin antecedentes penales; 17) Luis Antonio , de 58 años de edad en la fechade la sentencia de instancia, natural de La Bañeza (León), nacido el 29-3-36, hijo de Estanislao y de Victorina,con instrucción, sin antecedentes penales; 18) Gregorio , de 65 años de edad en la fecha de la sentenciade instancia, natural de Moreruela de Infantazos (Zamora), nacido el 29-9-29, hijo de Isaac y de Gabina, coninstrucción, sin antecedentes penales; 19) Pedro Miguel , de 54 años de edad en la fecha de la sentenciade instancia, natural de Madrid, nacido el 22-5-41, hijo de José y de Eulalia, con instrucción, sin antecedentespenales; 20) Aurelio , de 54 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Castellanos(Zamora), nacido el 25-5-27, hijo de Piadosa y de José, con instrucción, sin antecedentes penales; 21) Joaquín, de 54 años de edad, natural de Madrid, nacido el 30-12-39, hijo de Agapito y de Luisa, con instrucción, sinantecedentes penales; 22) Jaime , de 61 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural deHoyuelos (Segovia), nacido el 25-8-33, hijo de Manuel y de Mª Cruz, con instrucción, sin antecedentes penales;23) Luis Miguel , de 65 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Rabat (Marruecos),nacido el 20-11-29, hijo de Mersod y de Alegría, con instrucción, sin antecedentes penales (fallecido); 24)Simón , de 44 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Villa de Quinta de Valdeorras(Orense), nacido el 13-2-51, hijo de Marcial y de Virginia, con instrucción, sin antecedentes penales; 25) PedroAntonio , de 47 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Belmonte de Tajo, nacido el5-8-47, hijo de Gregorio y de Adriana, con instrucción, sin antecedentes penales; 26) Estefanía , de 50 años deedad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Almudena (Murcia), nacida el 26-4-45, hija de Juliány de Carmen; 27) María Inés , de 35 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Madrid,nacida el 4-7-59, hija de Antonio y de Carmen, con instrucción, sin antecedentes penales; 28) Jesús Manuel, de 48 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Peraleda de San Román, nacido el9-1-47, hijo de Juan y de Rosalía, con instrucción, sin antecedentes penales; 29) Ángel Jesús , funcionario, de63 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Alicante, nacido el 6-5-32, hijo de Manuely Carmen, con instrucción, sin antecedentes penales; 30) Leonardo , funcionario, de 64 años de edad en lafecha de la sentencia de instancia, natural de Hontoria del O., nacido el 11-12-35, hijo de Lucio y de Generosa,con instrucción, sin antecedentes penales; 31) Luis Alberto , funcionario, de 67 años de edad en la fecha dela sentencia de instancia, natural de Albacete, nacido el 7-2-28, hijo de Manuel y de Mercedes, con instrucción,sin antecedentes penales; 32) Pedro Enrique , funcionario jubilado, de 86 años de edad en la fecha de lasentencia de instancia, natural de Murcia, nacido el 27-10-17, hijo de Pedro y de Teresa, con instrucción, sinantecedentes penales; 33) Carlos Ramón , funcionario, de 68 años de edad en la fecha de la sentencia deinstancia, natural de Badajoz, nacido el 15-8-26, hijo de Augusto y de Adela, con instrucción, sin antecedentespenales; 34) Domingo , funcionario, de 61 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural deTijola (Almería), nacido el 17-10-33, hijo de Juan y de María, con instrucción, sin antecedentes penales; 35)Rafael , funcionario, de 67 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Madrid, nacido el30-10-27, hijo de Manuel y de Teresa, con instrucción, sin antecedentes penales; 36) Augusto , funcionario, de72 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Murcia, nacido el 12-2-22, hijo de Ceferino yde Francisca, con instrucción, sin antecedentes penales; 37) Juan , funcionario, de 51 años de edad en la fechade la sentencia de instancia, natural de Madrid, nacido el 4-7-43, hijo de Luis y de Leopoldina, con instrucción,sin antecedentes penales; 38) Luz , funcionaria, de 40 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia,natural de Madrid, nacida el 28-11-54, hija de Emilio y de Catalina, con instrucción, sin antecedentes penales;39) Valentín , funcionario, de 56 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Plasencia,nacido el 28-8-38, hijo de Cecilio y de Margarita, con instrucción, sin antecedentes penales; 40) Carlos Manuel, funcionario, de 67 años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Madrid, nacido el 14-1-28,hijo de Fernando y de Carmen, con instrucción, sin antecedentes penales; 41) Baltasar , funcionario, de 56años de edad en la fecha de la sentencia de instancia, natural de Valladolid, nacido el 29-10-38, hijo de Gabriely de Cesárea, con instrucción, sin antecedentes penales; 42) Jose Ignacio , funcionario, de 66 años de edaden la fecha de la sentencia de instancia, natural de Calatayud, nacido el 9-7-28, hijo de Francisco y de Carmen,con instrucción, sin antecedentes penales y 43) Ramón , funcionario jubilado de 73 años de edad en la fechade la sentencia de instancia, natural de Madrid, nacido el 25-5-22, hijo de Antonio y de María, con instrucción,sin antecedentes penales, y en cuya causa se dictó sentencia por la mencionada Audiencia, con fecha 15 de

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JURISPRUDENCIA

mayo de 1.997, que ha sido casada y anulada por la pronunciada en el día de hoy por esta Sala Segunda delTribunal Supremo, integrada por los Excmos. Sres. expresados al margen y bajo la Ponencia del Excmo. Sr. D.Francisco Soto Nieto, hace constar lo siguiente:

I. ANTECEDENTES

PRIMERO.- Procede, en principio, dar por reproducidos e incorporados al presente, los hechos probados de lasentencia de instancia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid, Sección Sexta, y que, a su vez, constantranscritos en la sentencia primera de esta Sala, con las excepciones que se dirán.

1º) En cuanto a los hechos recogidos en el Apartado A) se aceptan los comprendidos en los números 1 al 30,prescindiendo del preámbulo que les precede y juicios de valor que incorpora.

2º) Se aceptan y dan por reproducidos los hechos a) y b) del Apartado B) del factum.

3º) Se aceptan y dan por reproducidos los hechos del Apartado C).

4º) Se aceptan y dan por reproducidos los hechos del Apartado D).

5º) Se aceptan y dan por reproducidos los hechos del Apartado E).

6º) Se aceptan y dan por reproducidos los hechos del Apartado F).

7º) Se aceptan y dan por reproducidos los hechos del Apartado G).

8º) Se aceptan y dan por reproducidos los hechos recogidos en el Apartado H).

9º) Se aceptan y dan por reproducidos los hechos recogidos en el Apartado I), en cuanto a la descripción dedatos objetivos que contengan y exceptuando lo concerniente a juicios de valor o afirmaciones expresas deautoría que anticipen. Los hechos I-1, I-2 é I-4 se entienden subsistentes en su integridad, excepto el últimoinciso del I-1 relativo a la alteración del orden de prelación.

10º) Se aceptan y dan por reproducidos los hechos recogidos en el apartado J).

II. FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO.- Los hechos enumerados en el apartado A), excepción hecha del que figura como A- 26, no sonconstitutivos del delito de maquinaciones para alterar el precio de las cosas previsto y penado en el artículo539 del Código Penal de 1.973 , por las razones que se exponen en los fundamentos jurídicos de la primerasentencia y especialmente en los que, desarrollando las "cuestiones previas", se consagran al estudio delprecepto indicado en confrontación con el artículo 262 del Código Penal de 1.995 .

En consecuencia procede decretar la absolución por indicado delito de maquinaciones de los acusados Fermín, Luis Pedro , Esteban , Benito , Teresa , Juan Pablo , Jose Francisco , Jesús Ángel , Gonzalo , Octavio, Eduardo , Felipe , Regina , Roberto , Luis Antonio , Ángel Daniel , Gregorio , Simón , Pedro Miguel, Aurelio , Jaime , Joaquín y Bruno .

Los hechos plasmados en el Apartado A-26 son constitutivos del indicado delito tipificado en el artículo539 del C. Penal cual se expresa al estudiarse el motivo cuarto del recurso del acusado Aurelio , autor delmismo conforme al artículo 14, número 1º del C.P ., sin concurrencia de circunstancias modificativas de laresponsabilidad criminal.

SEGUNDO.- Respecto al hecho B), a y b, relativo a supuesto delito de coacciones, se ratifica y da por reproducidoel fundamento único del apartado II, que declara la procedencia de la libre absolución de los acusados Teresa, Pedro Antonio y Jose Francisco .

TERCERO.- Respecto a los hechos del Apartado C, supuesto delito de de maquinaciones para alterar el precio delas cosas y delito de estafa, los mismos constituyen: 1º) para Fermín , un delito de maquinaciones para alterarel precio de las cosas del artículo 539 del C.P . y un delito de estafa de los artículos 528 y 529,5ª, del C.P . 2º)Para el acusado Benito un delito de maquinaciones del artículo 539 del C.P ., procediendo absolverle del delitode estafa. 3º) Para Bruno , un delito de maquinaciones del artículo 539 del C.P ., procediendo absolverle deldelito de estafa. 4º) Para el acusado Esteban procede absolverle del delito de maquinaciones, constituyendolos hechos un delito de estafa de los artículos 528 y 529,5ª, del C.P . Los condenados son autores conformeal artículo 14,1º, no concurriendo circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal. En las estafasno se estima concurrente la circunstancia 7ª del artículo 529.

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JURISPRUDENCIA

CUARTO.- En relación con los hechos del Apartado D), supuesto delito de coacciones, se acepta el fundamentode Derecho único del apartado V, que considera procedente la absolución de los acusados Jose Francisco ,Pedro Antonio y Teresa .

QUINTO.- En cuanto a los hechos del Apartado E), supuesto delito de estafa, los mismos no son constitutivosde tal delito de estafa de los artículos 528 y 529, números 2º y 7º, del C.P. de 1.973 , de que se acusaba alos imputados Fermín , Benito y Estefanía , conforme se razona en los respectivos fundamentos jurídicosde la primera sentencia al analizar los correspondientes motivos de los recursos de aquellos, procediendo laabsolución de dichos acusados por referidos hechos.

SEXTO.- Los hechos del Apartado F), cual se estima por la sentencia de instancia, son constitutivos de un delitode estafa previsto y penado en los artículos 531, párrafo segundo, y 529, nº 7º, del Código Penal de 1.973 ,conforme se aprecia en la sentencia de la Audiencia y se ratifica por este Tribunal al examinar los motivos delos recursos interpuestos por los acusados Luis Pedro , María Inés y Benito . Si bien, aun considerándoseconcurrente la circunstancia agravante específica de especial gravedad del número 7º del artículo 529, estaSala disiente de la apreciación de "muy cualificada" que lleva a efecto el Tribunal sentenciador. Son autoresdichos acusados, sin que concurran circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal. Respecto deFermín , no considerándole responsable de dicha infracción, procede decretar su absolución.

SEPTIMO.- Los hechos del Apartado G) son constitutivos de un delito de estafa de los artículos 531, párrafosegundo, y 528 y 529, número 7º, del Código Penal , cual se razona por el Tribunal sentenciador y ratifica esteTribunal en los fundamentos jurídicos consagrados al estudio del recurso interpuesto por el acusado Benito. Debiéndose apreciar la presencia de la circunstancia de especial gravedad, pero sin la connotación de muycualificada. Benito es responsable en cncepto de autor conforme al número 1º del artículo 14 del C.P ., noconcurriendo circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal.

OCTAVO.- Respecto a los hechos del Apartado H), los mismos son constitutivos del delito del artículo 315, enrelación con el 314 del Código Penal , cual se expone en el correspondiente fundamento jurídico. Tenencia desellos falsos, cuyo contenido se ratifica y acepta. Se considera autor a Felipe a tenor del artículo 14,1º, delC.P ., sin concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal.

NOVENO.- Respecto a los hechos descritos en el Apartado I, comenzando con el I-1, puede afirmarse queaquellos, y con respecto al acusado Ángel Jesús , los mismos constituyen un delito de cohecho del artículo 390del C.P ., de cuya infracción es aquel responsable a título de autor y el acusado Jesús Manuel de cooperadornecesario - artículos 14,1º y 3º, del C.P .-. Ambos sin circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal. En tanto el inculpado Jose Francisco ha de ser absuelto. Todo ello en base a las argumentacionescontenidas en los fundamentos jurídicos atinentes al examen de los distintos recursos entablados.

DECIMO.- En relación con los hechos que se narran en el Apartado I-2, ha de afirmarse que constituyen, respectoal acusado Leonardo un delito de cohecho del artículo 387 del C.P ., del que resulta aquél autor conforme alartículo 14,1º, del C.P ., sin concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal; y undelito de cohecho del artículo 391 del C.P ., en relación con el primero, en cuanto a los restantes imputadosFelipe , Roberto , Luis Antonio y Regina , también en concepto de autores y sin concurrencia de circunstanciasmodificativas de la responsabilidad. Ello en base a lo expuesto en los fundamentos jurídicos de la primerasentencia consagrados al análisis de los oportunos recursos. En todos los supuestos deberá tenerse en cuentala redacción del artículo 387 anterior a la reforma operada por Ley Orgánica 3/1989, de 21 de junio .

DECIMOPRIMERO.- En lo concerniente al Apartado I-3, se da por reproducida la apreciación del Tribunal de que,habiéndose retirado la acusación, ello determina la libre absolución del acusado Felipe .

DECIMOSEGUNDO.- Los hechos a que se refiere el Apartado I-4 constituyen, en cuanto al acusado Luis Albertoel delito de cohecho del artículo 390 del C.P ., del que resulta autor conforme al artículo 14,1º, sin concurrenciade circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal. Por el contrario, los acusados Luis Antonio ,Roberto , Felipe , Regina y Jose Francisco no son responsables del delito de cohecho de que se les acusa,procediendo su libre absolución. Todo ello en base a las razones que se exponen en los distintos fundamentosjurídicos en los que se da respuesta a los correspondientes motivos de los varios recursos entablados.

DECIMOTERCERO.- Los hechos enumerados en los Apartados I-5 al I-22 no son constitutivos de los delitos decohecho de que se venía acusando, en razón a los fundamentos que se consagran al estudio de los mismos enlos plurales recursos interpuestos al efecto. De ahí que procede decretar la absolución, por referidos supuestos,de los acusados Pedro Enrique , Carlos Ramón , Domingo , Rafael , Augusto , Juan , Luz , Valentín ,Carlos Manuel , Baltasar , Jose Ignacio , Ramón , Lucio , Fermín , Luis Pedro , Bruno , Felipe , Benito, Octavio , Regina , Roberto , Luis Antonio , Jose Francisco y Esteban .

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JURISPRUDENCIA

DECIMOCUARTO.- De los hechos a que da albergue el apartado J), supuestos delitos de maquinación paraalterar el precio de las cosas y falsedad, no pueden considerarse autores los acusados Fermín e Octavio , cualse estima por el Tribunal sentenciador en el fundamento XI, que se da por aceptado y reproducido, procediendola absolución de aquéllos.

DECIMOQUINTO.- Penas a imponer. Se acepta básicamente el fundamento XII de la sentencia recurrida,teniendo en cuenta las apreciaciones y conclusiones formuladas en la primera sentencia respecto a lacircunstancia 7ª del artículo 529 del C.P ., en los delitos de estafa apreciados. Asimismo la eliminación en lascondenas subsistentes por maquinaciones para alterar el precio de las cosas de la suspensión para participaren subastas judiciales; y también, en referidas infracciones, que al objeto de fijación de la multa habrá deatenderse al valor de los inmuebles fijado en las convocatorias de las distintas subastas.

Han de aceptarse en principio las consideraciones vertidas por el Tribunal de instancia en orden a las penasatribuibles a los delitos de cohecho, dejando a salvo, naturalmente, las variaciones de calificación admitidasen los diversos recursos y las divergencias acusables en contenido e interpretación de algunos preceptos encorrespondencia con la fecha de ocurrencia de los hechos y alguna mutación operada en su texto.

DECIMOSEXTO.- Responsabilidad civil. Se dan por reproducidos los fundamentos de Derecho insertos en elApartado XIII, en el entendimiento de que todo ello debe acompasarse y armonizarse con el resultado departe de los recursos interpuestos. En cuanto a costas se da por reproducido el apartado XIV de la sentencia,armonizado con la resultancia de los recursos, absoluciones decretadas y condenas subsistentes, atendiendoa las cuotas correspondientes a los delitos respectivos.

III. FALLO

PRIMERO.- (A y C) Que debemos absolver y absolvemos al acusado Fermín del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas (A) de que venía siendo acusado, con declaración de oficiode las costas correspondientes.

Que debemos condenar y condenamos al mismo como autor responsable de un delito de maquinacionespara alterar el precio de las cosas (C), sin concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal a la pena de multa de trescientas cincuenta mil pesetas (350.000 ptas.) con arresto sustitutorio deveinte días caso de impago; y al pago de 1/314 partes de las costas causadas.

Que debemos condenar y condenamos al acusado Fermín como autor responsable de un delito de estafa(C) realizado con abuso de superioridad en relación con las circunstancias personales de la víctima, sincircunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de cinco meses de arresto mayor, conlas accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, yal pago de 1/314 partes de las costas procesales causadas.

Que debemos absolver y absolvemos al acusado Fermín del delito de estafa (E) de que venía siendo acusadocon declaración de oficio de las costas correspondientes.

Que debemos absolver y absolvemos a dicho acusado del delito de estafa (F) de que venía siendo acusadocon declaración de oficio de las costas correspondientes.

Que debemos absolver y absolvemos al mismo del delito continuado de cohecho (I) de que venía siendoacusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

SEGUNDO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Luis Pedro del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

Que debemos condenar y condenamos a dicho Luis Pedro como autor responsable de un delito de estafa (F)por disponer de un bien como libre sabiendo que estaba gravado, revistiendo especial gravedad en atención ala defraudación (no muy cualificada), sin concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal, a la pena de cinco meses de arresto mayor, con las accesorias de suspensión de todo cargo públicoy derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, y al pago de 1/314 partes de las costas procesalescausadas.

Que debemos absolver y absolvemos al referido acusado del delito continuado de cohecho de que venía siendoacusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes

TERCERO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Esteban del delito continuado de maquinacionespara alterar el precio de las cosas y del delito de cohecho de los que venía siendo acusado, con declaraciónde oficio de las costas correspondientes.

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JURISPRUDENCIA

Que debemos condenar y condenamos al mismo como autor responsable de un delito de estafa realizadocon abuso de superioridad en relación a las circunstancias personales de la víctima, sin concurrencia decircunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de cinco meses de arresto mayor, consus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena;así como al pago de 1/314 partes de las costas causadas.

CUARTO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Benito del delito continuado de maquinacionespara alterar el precio de las cosas (A) de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costascorrespondientes.

Que debemos condenar y condenamos al mismo como autor de un delito de maquinaciones para alterar elprecio de las cosas (C), sin concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a lapena de multa de trescientas cincuenta mil pesetas (350.000 ptas.) con arresto sustitutorio de veinte días casode impago, y al pago de 1/314 de las costas causadas.

Que debemos absolver y absolvemos al acusado Benito del delito de estafa (C) de que venía siendo acusadocon declaración de oficio de las costas causadas.

Que debemos absolver y absolvemos al mismo del delito de estafa (E) de que venía siendo acusado condeclaración de oficio de las costas correspondientes.

Que debemos condenar y condenamos a dicho Benito como autor responsable de un delito de estafa (F)por disponer de un bien como libre sabiendo que estaba gravado, revistiendo especial gravedad en atencióna la defraudación (no muy cualificada), sin circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a lapena de cinco meses de arresto mayor, con las accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho desufragio durante el tiempo de la condena, y al pago de 1/314 partes de las costas procesales causadas.

Que debemos condenar y condenamos al mismo como autor responsable de un delito de estafa (G) pordisponer de un bien como libre sabiendo que estaba gravado, revistiendo especial gravedad en atención a ladefraudación (no muy cualificada), sin circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena decinco meses de arresto mayor, con las accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de sufragiodurante el tiempo de la condena, y al pago de 1/314 partes de las costas proceslaes causadas.

Que debemos absolver y absolvemos al acusado Benito del delito continuado de cohecho (I) de que veníasiendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

QUINTO.- Que debemos absolver y absolvemos a la acusada Teresa del delito continuado de maquinacionespara alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusada, con declaración de oficio de las costascorrespondientes.

SEXTO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Juan Pablo del delito continuado de maquinacionespara alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costascorrespondientes.

SEPTIMO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Jose Francisco del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

Que debemos absolver y absolvemos a dicho acusado del delito de cohecho de que venía siendo acusado,con declaración de oficio de las costas correspondientes.

OCTAVO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Jesús Ángel del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

NOVENO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Gonzalo del delito continuado de maquinacionespara alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costascorrespondientes.

DECIMO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Octavio del delito de maquinaciones para alterarel precio de las cosas y del delito continuado de cohecho, de los que venía siendo acusado, con declaraciónde oficio de las costas correspondientes.

DECIMOPRIMERO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Eduardo del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

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JURISPRUDENCIA

DECIMOSEGUNDO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Ángel Daniel del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas causadas.

DECIMOTERCERO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Bruno del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

Que debemos condenar y condenamos al mismo como autor responsable de un delito de maquinacionespara alterar el precio de las cosas (C), sin concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal, a la pena de multa de trescientas cincuenta mil pesetas (350.000 ptas.), con arresto sustitutorio deveinte días caso de impago, y al pago de 1/314 partes de las costas causadas.

Que debemos absolver y absolvemos al acusado Bruno del delito de estafa (C) de que venía siendo acusado,con declaración de oficio de las costas correspondientes.

Que debemos absolver y absolvemos al acusado Bruno del delito continuado de cohecho de que venía siendoacusado con declaración de oficio de las costas correspondientes.

DECIMOCUARTO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Felipe del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

Que debemos condenar y condenamos a dicho acusado como autor responsable de un delito de posesiónde útiles para la fasificación de documentos, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de laresponsabilidad criminal, a la pena de tres meses de arresto mayor, con sus accesorias de suspensión de todocargo público y derecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, y a la multa de treinta mil pesetas,con arresto sustitutorio de tres días en caso de impago y al pago de 1/314 partes de las costas procesalescausadas.

Que debemos absolver y absolvemos al acusado Felipe del delito continuado de cohecho de que venía siendoacusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

Que debemos condenar y condenamos a dicho acusado como autor responsable de un delito de cohecho,sin circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal a la pena de dos meses de arresto mayor,accesorias, y multa de cincuenta mil pesetas (50.000 ptas.), con arresto sustitutorio de cinco días caso deimpago, y al pago de 1/314 partes de las costas causadas.

DECIMOQUINTO.- Que debemos absolver y absolvemos a la acusada Regina del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

Que debemos absolver y absolvemos a dicha acusada del delito continuado de cohecho de que venía siendoacusada, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

Que debemos condenar y condenamos a la acusada Regina como autor responsable de un delito de cohecho,sin circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal a la pena de dos meses de arresto mayor,accesorias, y multa de cincuenta mil pesetas (50.000 ptas.) con arresto sustitutorio de cinco días caso deimpago, y al pago de 1/314 partes de las costas causadas.

DECIMOSEXTO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Roberto del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con delcaración de oficio delas costas correspondientes.

Que debemos absolver y absolvemos al mismo de un delito continuado de cohecho de que venía

siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

Que debemos condenar y condenamos al mismo como autor de un delito de cohecho, sin circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de dos meses de arresto mayor, accesorias, y multade cincuenta mil pesetas (50.000 ptas.), con arresto sustitutorio de cinco días caso de impago, y al pago de1/314 partes de las costas causadas.

DECIMOSEPTIMO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Luis Antonio del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

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JURISPRUDENCIA

Que debemos absolver y absolvemos al mismo de un delito continuado de cohecho de que venía siendoacusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

Que debemos condenar y condenamos al msimo como autor de un delito de cohecho, sin circunstanciasmodificativas de la responsabilidad criminal a la pena de dos meses de arresto mayor, accesorias, y multade cincuenta mil pesetas (50.000 ptas.), con arresto sustitutorio de cinco días caso de impago, y al pago de1/314 partes de las costas causadas.

DECIMOCTAVO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Gregorio del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

DECIMONOVENO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Pedro Miguel del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas causadas.

VIGESIMO.- Que debemos condenar y condenamos al acusado Aurelio como autor de un delito demaquinaciones para alterar el precio de las cosas, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de laresponsabilidad criminal, a la pena de trescientas mil pesetas de multa, con arresto sustitutorio de 20 días encaso de impago y al pago de 1/314 partes de las costas causadas. Albsolviéndole del delito continuado demaquinaciones de que se le acusaba, con declaración de oficio de 4/314 partes de las costas causadas.

VIGESIMOPRIMERO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Joaquín del delito de maquinacionespara alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costascorrespondientes.

VIGESIMOSEGUNDO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Jaime del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

VIGESIMOTERCERO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Simón del delito continuado demaquinaciones para alterar el precio de las cosas de que venía siendo acusado, con declaración de oficio delas costas correspondientes.

VIGESIMOCUARTO.- Que debemos absolver y absolvemos a la acusada Estefanía del delito de estafa (E) delque venía siendo acusada con declaración de oficio de las costas correspondientes.

VIGESIMOQUINTO.- Que debemos condenar y condenamos a la acusada María Inés como autora responsablede un delito de estafa (F) por disponer de un bien como libre sabiendo que estaba gravado, revistiendoespecial gravedad en atención a la defraudación (no muy cualificada), sin circunstancias modificativas dela responsabilidad, a la pena de cinco meses de arresto mayor, con sus accesorias de suspensión de todocargo público y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, y al pago de 1/314 partes de las costascausadas.

VIGESIMOSEXTO.- Que debemos condenar y condenamos al acusado Jesús Manuel como autor penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal, a la pena de cien mil pesetas de multa (100.000 pesetas) con arresto sustitutorio de quince días casode impago. Y al pago de 1/314 partes de las costas procesales.

VIGESIMOSEPTIMO.- Que debemos condenar y condenamos al acusado Ángel Jesús , como autor penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal, a la pena de cien mil pesetas de multa (100.000 pesetas) con arresto sustitutorio de quince díascaso de impago y a la pena de tres años de suspensión de cargo público y de obtención de otro confunciones análogas, del derecho de sufragio activo y pasivo, y suspensión de la profesión de Funcionario de laAdministración de Justicia a que se venía dedicando. Y al pago de 1/314 partes de las costas causadas.

VIGESIMOCTAVO.- Que debemos condenar y condenamos al acusado Leonardo como autor penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal a la pena de dos meses de arresto mayor, con sus accesorias de suspensión de todo cargo públicoy derecho de sufragio durante el tiempo que dure la condena, multa de cincuenta mil pesetas, con arrestosustitutorio de 5 días en caso de impago. A la pena de ocho años de inhabilitación especial para cargo públicocon los siguientes efectos: 1) La privación del cargo o empleo sobre que recayere y de los honores anejos aél. 2) La incapacidad de obtener otros análogos durante el tiempo de la condena. 3) Inhabilitación especialpara el sufragio activo y pasivo. E inhabilitación especial para desempeñar la profesión de Funcionario de laAdministración de Justicia durante el tiempo que dure la condena. Y al pago de 1/314 partes de las costasprocesales.

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JURISPRUDENCIA

VIGESIMONOVENO.- Que debemos condenar y condenamos al acusado Luis Alberto como autor penalmenteresponsable de un delito de cohecho, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidadcriminal a la pena de cien mil pesetas de multa, con arresto sustitutorio de 10 días en caso de impago, y a tresaños de suspensión de cargo público y de obtención de otro con funciones análogas, del derecho de sufragioactivo y pasivo, y la suspensión de la profesión de Funcionario de la Administración de Justicia a que se veníadedicando. Y al pago de 1/314 partes de las costas procesales.

TRIGESIMO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Pedro Enrique del delito de cohecho de quevenía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

TRIGESIMOPRIMERO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Carlos Ramón del delito continuadode cohecho de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

TRIGESIMOSEGUNDO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Domingo del delito continuado decohecho de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

TRIGESIMOTERCERO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Lucio del delito continuado decohecho de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

TRIGESIMOCUARTO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Rafael del delito de cohechocontinuado de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

TRIGESIMOQUINTO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Augusto del delito continuado decohecho de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

TRIGESIMOSEXTO.- Que debemos absovler y absolvemos al acusado Juan del delito de cohecho de que veníasiendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

TRIGESIMOSEPTIMO.- Que debemos absolver y absolvemos a la acusada Luz del delito de cohecho de quevenía siendo acusada, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

TRIGESIMOCTAVO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Valentín del delito de cohecho de quevenía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

TRIGESIMONOVENO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Carlos Manuel del delito de cohechode que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

CUADRAGESIMO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Baltasar del delito continuado de cohechode que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

CUADRAGESIMOPRIMERO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Jose Ignacio del delito decohecho de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

CUADRAGESIMOSEGUNDO.- Que debemos absolver y absolvemos al acusado Ramón del delito continuadode cohecho de que venía siendo acusado, con declaración de oficio de las costas correspondientes.

CUADRAGESIMOTERCERO.- Los acusados Fermín y Esteban indemnizarán conjunta y solidariamente aDonato en la suma de novecientas setenta y cinco mil pesetas (975.000 pesetas), siendo aplicable el artículo921 de la L.E.C .

El acusado Benito indemnizará a David en la suma de tres millones seiscientas setenta y dos mil seisicientasnoventa y siete pesetas (3.672.697 pesetas), con igual aplicación del artículo 921 de la L.E.C .

Los condenados por el delito de cohecho previsto en el artículo 390 del C.P . podrán optar ante la AudienciaProvincial, si les interesare, por la aplicación del mismo en la redacción imprimida por la L.O. 9/1991.Manteniéndose los restantes pronunciamientos de la sentencia de instancia no afectados por la presente.Todo ello sin perjuicio de que por el Tribunal de instancia pueda llevarse a efecto la revisión de la sentencia, siprocediese, para su acomodación al nuevo Código Penal de 1.995.

Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos, mandamos yfirmamos

PUBLICACIÓN.- Leidas y publicadas han sido las anteriores sentencias por el Magistrado Ponente Excmo. Sr.D. Francisco Soto Nieto, mientras se celebraba audiencia pública en el día de su fecha la Sala Segunda delTribunal Supremo, de lo que como Secretario certifico.

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