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Calidad educativa, un dialogo permanente . El estado y el derecho a la educación...
Gonzales María Auxiliadora
LA CALIDAD EDUCATIVA, UN DIÁLOGO PERMANENTE. EL
ESTADO Y EL DERECHO A LA EDUCACIÓN DE CALIDAD.
Resumen
La educación es sin duda la herramienta de la cual todas las sociedades, han echado mano pa-ra atender los problemas y necesidades de cada comunidad. Sin embargo, la calidad de la edu-cación en nuestro país sigue siendo una materia pendiente para ajustarse a las necesidades actua-les. Este artículo tiene como propósito, reflexio-nar sobre la importancia que tiene la educación para impulsar el desarrollo social y económico del país; asimismo, sobre lo que representa el trabajo docente, la calidad de vida del educador, y la importancia de conocer las representaciones sociales sobre el trabajo docente. Por otra parte, también busca resaltar los deberes que tiene el Estado para garantizar la calidad de la educa-ción, según planteamientos nacionales e interna-cionales sobre los derechos educativos. Palabras clave: educación, calidad educativa,
estado, deberes y derechos educativos.
THE QUALITY OF EDUCATION, A PER-MANENT DIALOGUE. THE STATE AND THE RIGHT TO QUALITY EDUCATION.
Abstract
Education is undoubtedly the tool all societies have applied to meet the problems and needs of every community. However, the quality of edu-cation in our country is still a pending subject to meet the current needs. This article is aimed at reflecting on education importance to promote the social and economic development of the country; as well as about what teaching repre-sents, the teacher’s quality of life, and the im-portance of understanding the social representa-tions on teaching. On the other hand, it is also intended to emphasize State duties to guarantee the quality of education, according to national and international approaches to the educational rights. Keywords: education, educational quality,
state, educational duties and rights.
Recibido: 03/11/2014 Aceptado: 19/01/2015
María Auxiliadora González
Doctora en Educación Universidad de Carabobo [email protected]
ESTADO
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Introducción
La educación es, sin lugar a dudas, una de las ac-
ciones más significativas que el hombre en socie-
dad ha desarrollado, para buscar el acomodo del
individuo en la convivencia con sus congéneres.
Es una de las herramientas de la sociedad en la
que más está cifrada la esperanza de posibilitar el
crecimiento social. Es por eso que desde tiempos
remotos, la educación ha estado presente en la vi-
da del hombre. En cada sociedad, se evidencia
una acción planeada de manera consciente sobre
el hecho educativo. Por supuesto el modo de con-
cebirla y la finalidad de la educación ha variado y
seguirá variando con el paso de cada época, ade-
cuándose a las orientaciones filosóficas, religio-
sas, sociales, pedagógicas y políticas de cada con-
texto, que le determinan un norte a seguir.
En este sentido, la educación como institución, ha
estado en la palestra de la cotidianidad por mucho
tiempo, por ser considerada una de las acciones
más importantes para resolver los problemas so-
ciales. De acuerdo con Luzuriaga(1971), los grie-
gos en tiempos antiguos, la situaron como una
estrategia para la preparación del joven en el cul-
tivo de la sabiduría, y los grandes pensadores grie-
gos como Sócrates, Platón y Aristóteles, además
de filósofos fueron creadores de importantes siste-
mas educativos. Los espartanos echaban mano de
la educación, para preparar al joven para la guerra,
y en Atenas, la escuela era de tipo elitista, indivi-
dualista, donde no todos los ciudadanos tenían
acceso a ella, solo era accesible para la clase privi-
legiada. Por su parte, los romanos se planteaban
la educación como estrategia para formar las tro-
pas que conquistarían distintas tierras, lo que a su
vez, les permitiría establecer su imperio por un
buen periodo. Sin embargo, los griegos conquista-
ron a los romanos desde el punto de vista cultural,
de esta manera la sociedad romana es influenciada
de manera importante por el helenismo en el ám-
bito educativo.
En posteriores épocas, la educación ha servido
para preparar al hombre para conquistar el espa-
cio, el universo. El primer hombre que puso un pie
en la luna, no fue por casualidad, sino producto de
la inversión en la educación que desarrollara la
ciencia y la tecnología. De esta manera, la educa-
ción siempre ha servido para impulsar a las nacio-
nes según la idea que tengan de progreso para sus
habitantes. No obstante, en otras latitudes como la
latinoamericana, aun no se han desarrollado siste-
mas educativos que den un verdadero impulso a
las economías y al crecimiento social de sus habi-
tantes. Es un continente con más corta experiencia
en los avatares educativos de las sociedades mo-
dernas y postmodernas.
Las culturas: Azteca, Maya e Inca, fueron siste-
mas socioeconómicos muy elaborados, pero luego
de la conquista europea, pasan a imbricarse las
culturas de ambos continentes, dando paso a las
sociedades latinoamericanas que somos hoy, don-
de la mayoría de los países se encuentra aún en
subdesarrollo o en vías de desarrollo, a diferencia
de países como Estados Unidos y Canadá de
América del Norte los cuales están en pleno desa-
rrollo. Sin embargo, la intención de este artículo
no es la de descubrir el agua tibia, pues es una
realidad que el desarrollo de algunos continentes
ha estado marcado por el modo en que sus habi-
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tantes han mirado la formación de sus ciudadanos,
es decir, de la educación que han implementado.
La educación entonces, como centro de preocupa-
ción de las naciones, ha pasado por diversas eta-
pas, las cuales están signadas por las necesidades
de cada sociedad. Señala Prieto Figueroa (2006)
en su tesis de Estado Docente que, “En América
Latina sería preciso que el proceso educativo, sin
dejar de considerar los valores positivos de nues-
tra tradición, acelere la marcha, soltando las an-
clas que nos detienen en un pasado de ineficacia y
atraso que compromete nuestro futuro”(p.6).
Además, sostiene el citado autor, que la tardía ca-
pacidad de entendimiento de la necesidad de aten-
der la educación es un signo negativo, porque si la
educación es un proceso que emerge de la raíz de
cada pueblo, entonces en ese mismo sentido la
estructura y las orientaciones debe proceder de las
aspiraciones y los ideales del pueblo donde crece
y se arraiga. Sin embargo, este llamado no ha teni-
do grandes atenciones de los gobiernos que hasta
ahora ha tenido el país. Por el contrario, en Vene-
zuela, actualmente se vive un momento histórico
político social controversial, que le imprime un
carácter de incertidumbre en lo referente a las re-
laciones de trabajo y a los procesos administrati-
vos que se ponen en práctica, en materia educati-
va.
A esta coyuntura política que permea el sistema
educativo, se le adiciona el status social que tiene
la profesión de la enseñanza en nuestro país y en
América Latina en general. Para muestra de ello,
basta con abrir cualquier diario de noticias y en-
contramos allí, todas las quejas que permanente-
mente se hacen en relación a la realidad social del
docente venezolano. Entre ellas por ejemplo, se-
ñala Catimbo(2010), que un docente debe realizar
una cantidad de peripecias para entrar al Ministe-
rio del Poder Popular para la Educación; pasando
por tener que competir con los egresados de las
misiones, privilegiados por ser parte de las políti-
cas del gobierno de turno. Por otra parte, su traba-
jo está destinado a disponer de una considerable
cantidad de horas para completar su labor y cum-
plir con las aspiraciones del grupo, asistir a cursos
y talleres de mejoramiento profesional; dirigir ac-
tividades curriculares, organizar y ejecutar activi-
dades de promoción institucional, y también parti-
cipar en eventos organizados por las autoridades
educativas y entes representativos del gobierno.
Sin embargo, los sueldos no son los más halaga-
dores de acuerdo a su responsabilidad, ni con la
importancia de su rol social. Por tanto, lo poco
que devenga es insuficiente para cubrir los gastos
de alimentación, vestido, medicinas, servicios pú-
blicos, entre otros. Si bien es cierto que hay opor-
tunidades de adquirir vivienda, vehículos y présta-
mos personales, los requisitos burocráticos son
tales que desaniman. El servicio de previsión so-
cial (IPASME) en su mayoría no funciona adecua-
damente dando un pésimo servicio. Igualmente
ocurre con la póliza de hospitalización cirugía y
maternidad (HCM). Así pasa el tiempo de vida
útil el docente venezolano, llevando a cuestas un
cargamento de responsabilidades y penalidades
hasta el cumplimiento de sus años de servicio, y
luego de recibida la Resolución donde se indica al
funcionario que ha sido jubilado, éste debe esperar
entre cuatro y seis años para recibir los pocos fon-
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dos financieros que le corresponde por los servi-
cios prestados a la República.”
Estas muestras de quejas sobre la realidad del do-
cente en Venezuela, son solo algunas, entre las
infinitas que permean todo el quehacer educativo,
como por ejemplo las condiciones de infraestruc-
tura, los conflictos en cada comunidad, problemas
de drogas en las instituciones, la inseguridad que
afecta la buena marcha de las actividades cotidia-
nas, debilidades académicas en los estudiantes y
también en los docentes, lo concerniente a la lega-
lidad del diseño curricular implementado, son par-
te de los aspectos enmarcados en los problemas
económicos y políticos del país, que afectan de
manera considerable la calidad de la educación.
Si bien es cierto que la profesión de la enseñanza
no es la mejor, ni la única palanca entre todas las
demás profesiones para activar el desarrollo, tam-
bién es cierto que es la más necesaria. Se le pre-
senta el reto de contribuir a la búsqueda de senti-
do de la formación del individuo que la sociedad
contemporánea exige, partiendo de la necesidad
de la transformación misma de la educación.
Lograr una transformación en la educación no es
un asunto que se resuelva a corto plazo, requiere
de cambios que se dan paulatinamente, pero que
deben estar orientados por los preceptos constitu-
cionales que nos definen como ciudadanos de la
sociedad que queremos. Para ello, también es im-
portante revisar las concepciones que se tienen del
trabajo docente y de la formación del docente en
las universidades actualmente. La UNESCO ha
declarado que entre las estrategias más puntuales
para generar cambios significativos en la educa-
ción, está, atender prioritariamente la formación
de los docentes.
En este sentido, el docente como sujeto de acción
fundamental en ese proceso, tiene un compromiso
frente a las exigencias del medio. De modo que la
formación del docente representa una arista im-
portante en momentos de la nueva modernidad, es
decir, los contextos han cambiado sus costumbres,
pero las instituciones educativas están desfasadas
de esos contextos, y nos empeñamos en preparar
profesionales para un sistema educativo que ya
no existe. Se precisa entonces, dejar a un lado el
modo de ver la realidad con el mismo cristal de
décadas pasadas. Es urgente considerar otros pun-
tos de interpretación de esa realidad, y buscar una
movilización interna de lo ya instituido. Es impor-
tante considerar el papel que juegan al respecto las
representaciones sociales del docente sobre su tra-
bajo, como una manera con sentido común, de
interpretar las situaciones que nos interesan, espe-
cíficamente, los desafíos de entender la nueva fi-
sonomía del rol del docente en la sociedad.
En estos desafíos, de formar a los maestros, están
implicados también los retos de mejorar la calidad
de la educación. Al hablar de la calidad de la edu-
cación, tenemos que mirar lo que ocurre en otras
latitudes, para ver que se ha hecho en materia edu-
cativa, o cuales son los indicadores que nos
muestran, que la educación como estrategia, es la
salida para ir al encuentro del crecimiento social y
económico. Para esta reflexión, es bueno recordar
las doce claves para el futuro que propone Oppen-
heimer (2010), donde señala que después de visi-
tar un buen número de países para conocer cuál es
el secreto de la mejora en sus sistemas educativos
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y la reducción de la pobreza de manera considera-
ble, llega a la conclusión de que, “es la educación
el secreto de esos países”, que aun cuando no po-
seen materia prima han salido adelante poniendo
el énfasis en ella. Un ejemplo es Singapur, que
según el autor, han desarrollado una obsesión por
la educación, hasta el punto de que, en sus billetes
de dos dólares, están impresas imágenes que re-
flejan esa conducta, es decir, en esos billetes apa-
rece grupos de estudiantes escuchando a un profe-
sor en una escuela. Lo cual demuestra que ese país
ha impulsado su economía basándose en su siste-
ma educativo.
Otro aspecto importante que señala el autor, es
que cuando le pregunta a Bill Gates, el hombre
rico más joven del mundo, ¿qué aspectos específi-
cos deberían atender los países latinoamericanos
para estimular la innovación?, éste le señaló pun-
tualmente, el mejoramiento de la calidad de la
educación. Al hablar de calidad educativa, indis-
cutiblemente, se debe hablar de la calidad de la
formación de los docentes. Al hablar de la calidad
de la formación de los docentes, también es im-
prescindible hablar de la calidad de vida del do-
cente.
La calidad de vida del docente empieza por ser
reconocido por la sociedad como un agente impor-
tante en el desarrollo de los ciudadanos. Al ser
reconocido por la sociedad como ese agente de
cambio, este profesional debe tener algunas exi-
gencias para dedicarse a la carrera. De tal manera
que, los que se dedican a la profesión sean aque-
llos que tienen los mejores promedios, por lo tanto
en su haber, deberá estar presente la claridad de
los objetivos que se persiguen, de las metas que se
estiman, de las aspiraciones y los roles que deben
cumplir, de manera que estos puedan transmitir
esos propósitos a sus discípulos. En este sentido,
la formación de los docentes es materia importan-
te para favorecer una elevada calidad a la educa-
ción.
Continuando con las ideas de Oppenheiner (ob.
cit), las doce claves del futuro que expone el au-
tor, constituyen un compendio de su experiencia
periodística, sus observaciones y deducciones a
través de múltiples conversaciones que sostuvo y
además forman una propuesta positiva en materia
de educación fundamentalmente, las cuales son:
1) Miremos hacia delante (ocuparnos más del fu-
turo que de la historia, aunque esta no carezca de
importancia), 2) Hagamos de la educación “una
tarea de todos”, 3) Inventemos un PIB educativo,
4.) Invirtamos en educación prescolar, 5) Concen-
trémonos en formar mejores maestros, 6) Démosle
estatus social a los docentes, 7) Ofrezcamos in-
centivos salariales,8) Hagamos pactos nacionales,
9) Forjemos una cultura familiar de la educación,
10) Rompamos el aislamiento educativo, 11)
Atraigamos inversiones de alta tecnología y 12)
Formemos “Educación Internacional”.
Si observamos, la realidad educativa en Venezue-
la, como ya se mencionó anteriormente, podemos
encontrar en ella un sin fin de comentarios desfa-
vorecedores hacia nuestro sistema educativo. Le-
jos de incentivar el crecimiento de la sociedad po-
demos escuchar de boca del propio Ministro del
Poder Popular para la Educación, decir, que no
vamos a enseñar al pobre a salir de ese estado para
que se convierta en escuálido. De manera que, lo
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que piensan las personas acerca de las cosas, in-
fluye en las decisiones que se tomen en relación a
esas cosas en cuestión. En este sentido, la opinión,
las creencias, los conceptos que se tienen de la
educación serán determinantes en el accionar coti-
diano.
En atención a la educación de calidad, es impor-
tante recordar, lo establecido en el artículo 14 de
la LOE (2009) en el cual encontramos lo siguien-
te:
La educación es un derecho humano y un deber social fundamental concebida como un proceso de formación integral, gratuita, laica, inclusiva y de calidad, permanente, continua e interactiva, promueve la construcción social del conocimiento, la valoración ética y social del trabajo, y la integralidad y preeminencia de los derechos humanos, la formación de nuevos republicanos y republicanas para la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación individual y social, consustanciada con los valores de la identidad nacional, con una visión latinoame-ricana, caribeña, indígena, afrodescendiente y universal… La didáctica está centrada en los procesos que tienen como eje la investiga-ción, la creatividad y la innovación, lo cual permite adecuar las estrategias, los recursos y la organización del aula, a partir de la diversi-dad de intereses y necesidades de los y las estudiantes.
Sin embargo, la realidad en la cotidianidad del
trabajo docente en las aulas de clase, es que la in-
vestigación, no responden más que a exigencias
de medición, y no a la resolución de problemas.
Asimismo la instrucción que se imparte, tanto en
las escuelas públicas como privadas, deja clara
evidencia que ésta se reduce a la repetición de
conocimientos, dejándose de lado la reflexividad
en torno a lo que aprende el estudiante, y para
que lo aprende. Esta situación obstaculiza un
aprendizaje basado en proyectos de investigación
real, para darle solución a los problemas del en-
torno. En este sentido, se niega la posibilidad de
formar a los sujetos con sentido crítico, basado en
la reflexividad de los sujetos que aprenden y los
que enseñan. Freire (2009), en su primera carta a
quien pretende enseñar señala “el enseñar no
existe sin el aprender y eso incluye al docente
quien enseñando también aprende, pero si no
ejerce su labor de enseñar cómo puede apren-
der”. También es pertinente lo expuesto por Pérez
Esclarín (2011), cuando sostiene que “La educa-
ción gira y gira en un mundo irreal e intrascen-
dente, de conocimientos muertos, donde el saber,
en vez de ser capacidad para vivir plenamente, se
concibe como acumulación de datos inconexos,
fechas, formulas, definiciones, números…, recital
de un rito sin sentido”. Señala el citado autor que
la mayoría de estos conocimientos solo sirven pa-
ra seguir ascendiendo en la carrera de obstáculos
que no llevan a nada.
Entonces, si la educación es un derecho humano y
un deber social fundamental, el Estado debe hacer
valer ese derecho subjetivo de todos los indivi-
duos, ya que es indispensable y trascendental para
el uso público de las libertades que garantizan o
posibilitan el ejercicio de la soberanía popular. Se
trata de un derecho constitutivo de la dignidad hu-
mana, que según la doctrina de los Derechos Hu-
manos Universales, todos los seres humanos por
su naturaleza, tienen unos derechos fundaméntales
que son inalienables, inherentes y esenciales a la
persona. El derecho a la educación es reconocida
en la Carta Internacional de Derechos Humanos
consagrado en la Declaración de los Derechos Hu-
manos, aprobada por la Naciones Unidas en el
año de 1946. Al respecto, el Pacto Internacional
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de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de
las Naciones Unidas, en su artículo 13 señala, el
derecho a la educación en sus diferentes formas;
asimismo, señala la libertad de los padres para
escoger el tipo de educación para sus hijos meno-
res y el derecho a la libertad de enseñanza, liber-
tad académica y la autonomía de las instituciones.
En Venezuela, la Constitución de la República
Bolivariana señala expresamente que la educación
es un derecho humano y un deber social funda-
mental, es democrática, gratuita y obligatoria. En
este sentido, el Estado la asumirá como función
indeclinable y de máximo interés en cada uno de
sus niveles y modalidades. Además debe ser con-
siderada como instrumento del conocimiento cien-
tífico, humanístico y tecnológico al servicio de la
sociedad. Del mismo modo, por ser la educación
un servicio público debe estar fundamentada en el
respeto a todas las corrientes del pensamiento, te-
niendo por finalidad desarrollar el potencial crea-
tivo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su
personalidad, en una sociedad democrática y basa-
da en la valoración ética del trabajo, con la partici-
pación activa, consciente y solidaria en los proce-
sos de transformación social, y consustanciados
con los valores de la identidad nacional, y con una
visión latinoamericana y universal. El Estado de-
berá promover el proceso de educación ciudadana
de acuerdo con los principios contenidos de esta
Constitución y en las demás leyes, con la partici-
pación de las familias y la sociedad. Igualmente
prescribe en su artículo 103
Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limi-taciones que las derivadas de sus aptitudes,
vocación y aspiraciones. La educación es obligatoria en todos sus niveles, desde el ma-ternal hasta el nivel medio diversificado. La impartida en las instituciones del Estado es gratuita hasta el pregrado universitario. A tal fin, el Estado realizará una inversión priorita-ria, de conformidad con las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas. El Estado creará y sostendrá instituciones y servicios suficientemente dotados para asegu-rar el acceso, permanencia y culminación en el sistema educativo. La ley garantizará igual atención a las personas con necesidades espe-ciales o con discapacidad y a quienes se en-cuentren privados o privadas de su libertad o carezcan de condiciones básicas para su in-corporación y permanencia en el sistema edu-cativo.
No obstante, estas prescripciones de la Carta Mag-
na, la precariedad en el sistema educativo eviden-
cia que no se cumplen esos preceptos. Aun cuando
se dota de computadoras a los escolares, no hay
garantía de una educación de calidad, pues la su-
pervisión está en manos de personas que solo res-
ponden a asuntos políticos, en tanto el abandono
de los principios morales hace estragos en las au-
las de clase. No se cumple con los pagos a los pro-
fesionales a tiempo, obligando a muchos a estar en
distintos puestos de trabajo, cabalgando horarios,
lo que trae como consecuencia que muchos de
ellos se enferman y por ende hay muchos profeso-
res de reposo. Otra realidad, es la migración de los
profesionales a otros trabajos e incluso a otros paí-
ses para lograr mejorar su calidad de vida. Ya se-
ñalaba en su época, el maestro Simón Rodríguez -
citado por Carvajal (2009)-, plantea la necesidad
de atender la calidad de vida del docente atendien-
do a su compromiso social:
La recompensa es la que anima al trabajo (…). Las cosas arduas y difíciles se empren-den cuando se espera interés. No toma el hombre las armas, los libros, ni el arado por mera satisfacción, sino por la utilidad que se promete de su manejo (…) Así que ningún empleo que exige la atención de un hombre, se dote con escasez. (…) Un maestro a más
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de la penosa tarea que lleva, invierte todas las horas del día en el desempeño de su ministe-rio (…) no es menester más razón para que se le asegure una recompensa proporciona-da a su mérito. (negrillas de autora). (p.15)
Cuando la Constitución de la República Boliva-
riana de Venezuela, señala expresamente que todo
persona tiene derecho a una educación de calidad,
se infiere a que las políticas educativas van en-
marcada en aras de mejorar la calidad de la educa-
ción adecuándose a lo señalado por la Unesco
(2008) en lo referente a la educación de calidad,
cuando expresa que la a educación es un bien pú-
blico y un derecho humano del que nadie puede
ser privado, ya que contribuye al desarrollo de los
pueblos y las sociedades. El planteamiento holísti-
co de la UNESCO, basado en los derechos huma-
nos, propugna una educación inclusiva de calidad,
que satisfaga las necesidades básicas de aprendi-
zaje y enriquezca la vida de todos los educandos,
cualesquiera sean sus orígenes o circunstancias,
con especial hincapié en los grupos más vulnera-
bles o marginados.
Por lo tanto, existen múltiples obstáculos a la edu-
cación y se necesitan políticas específicas para
superar las desventajas y la desigualdad. Las es-
cuelas y otros contextos docentes deben transfor-
marse a fin de atender las necesidades de todos
los miembros de la comunidad y responder a la
diversidad de los alumnos, independientemente de
su edad, origen social, cultura o características
personales, en aras del desarrollo sostenible
Podría decirse, que existe una contradicción en las
prácticas educativas, en las cuales los sujetos que
las desempeñan, es decir, los docentes, no tienen
una identidad plena con el trabajo de la educación
y con el compromiso que este representa. Por tan-
to, esta es otra arista importante para mejorar la
calidad de la educación. Las identidades labora-
les del docente han sido tema de interés en los es-
tudios recientes en distintas latitudes, en razón, de
que es un trabajo que está implicado en los com-
promisos con los cambios sociales. Las organiza-
ciones mundiales que tienen centrado su interés en
la educación, como la UNESCO y más reciente-
mente la OCDE, le han asignado a ésta, un papel
clave, en el cual se tienen puestas las esperanzas,
para impulsar el desarrollo económico y social de
los países, pero, aún sigue inquietando si la efica-
cia de la misma en las realidades presentes y las
próximas generaciones cumplirá con esos fines. El
siguiente concepto, de la UNESCO, encierra esas
aspiraciones:
La educación es un derecho que puede trans-formar la vida de las personas en la medida en que sea accesible para todos, sea pertinen-te y esté sustentada en valores fundamentales compartidos. Puesto que una educación de calidad es la fuerza que más influye en el alivio de la pobreza, la mejora de la salud y de los medios de vida, el aumento de la pros-peridad y la creación de sociedades más in-clusivas, sostenibles y pacíficas, nos interesa a todos velar por que ocupe un lugar central en la agenda para el desarrollo después de 2015.” (UNESCO, 2008: 34).
Por otra parte, el Instituto Internacional de Investi-
gación de Tecnología Educativa, Educación hoy,
presenta la perspectiva de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE), que constituye un foro donde los gobier-
nos de 30 países democráticos trabajan conjunta-
mente para afrontar los retos económicos, sociales
y medioambientales que plantea la globalización,
en relación a la educación en la actualidad y lo
que se espera. Su interés, es ayudar a los gobier-
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nos a entender y responder a los cambios y preo-
cupaciones del mundo actual, ofrece un marco en
el que pueden comparar sus experiencias políticas,
buscar respuestas a problemas comunes, identifi-
car buenas prácticas y trabajar en la coordinación
de políticas nacionales e internacionales. Las pu-
blicaciones de la OCDE incluyen los resultados de
la compilación de estadísticas, los trabajos de in-
vestigación sobre temas económicos, sociales y
medioambientales, así como las convenciones,
directrices y los modelos desarrollados por los
países miembros.
Allí se puede apreciar que aspiraciones se tienen
de la educación, en las distintas latitudes. No obs-
tante en cada aula, en cada espacio donde se da el
proceso de enseñanza- aprendizaje operan fuerzas
en profundidad, mientras ocurren los actos didác-
ticos, que hacen que la praxis educativa sea efi-
ciente o deficiente según sea el pensamiento de
los que accionan para dar cumplimiento a esos
procesos. En tanto, es importante el conocimiento
de los pensamientos y creencias de los docentes
sobre su trabajo, por cuanto las decisiones que
ellos toman, están definitivamente implicadas en
su manera de mirar los procesos. Esas miradas
pueden estar distantes de los fines y objetivos edu-
cativos de cada contexto, o pueden estar ajustadas
a esos planteamientos. Al respecto, Díaz, Martí-
nez, Roa y Sanhueza (2010) sostienen. “Existe
gran cantidad de literatura que sugiere que las
creencias que sostienen los docentes tienen un im-
pacto considerable tanto en sus percepciones co-
mo en sus juicios, los que, a su vez, afectan su ac-
tuación en el aula”(p.23).
Como conclusión, podemos citar el ejemplo de
países como Finlandia, donde existe actualmente
una educación basada en la confianza que la so-
ciedad deposita en los docentes y los docentes en
los estudiantes. Para Wagner(2011): “Está claro
que la educación es mucho más que una colección
de conocimientos. En Finlandia, la comunidad
confía en los colegios… Todos saben que la edu-
cación es el principal recurso del país para compe-
tir en el mercado internacional y para construir
una ciudadanía cívica”(s/n). Roguemos porque se
entienda que la educación es acción, más que le-
tra y ley para para manejar las masas de las comu-
nidades.
Referencias:
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