la cuestión de la experiencia en el primer foucault

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A Parte Rei 55. Enero 2008 http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei 1 La cuestión de la Experiencia en el primer Foucault 1 Joaquín Fortanet Fernández Un cauchemar me poursuit depuis mon enfance: j'ai sous les yeux un texte que je ne peux pas lire, ou dont seule une infime partie m'est déchiffrable; je fais semblant de le lire, je sais que je l'invente; puis le texte soudain se brouille entièrement, je ne peux plus rien lire ni même inventer, ma gorge se serre et je me réveille. Foucault, ‘Sur les façons d’écrire l’histoire’ Es posible que la obra entera de Foucault pueda ser leída como una historia crítica del concepto de experiencia, más concretamente como una política de la experiencia, en el sentido en que R. D. Laing daba a esta expresión. Para sentar las bases de una lectura tal, debemos analizar el estatuto exacto que la experiencia posee en la obra foucaultiana, la cala filosófica que ésta supone. Sin duda, se nos dirá este estatuto es ambiguo y presenta numerosos problemas, sobre todo en su dimensión histórica. Si la Historia debe ser, en el límite, una historia de las experiencias, dichas experiencias, ¿son concebidas como un a priori histórico? ¿Son mutables y sometidas al impulso histórico, a los cambios abruptos de las condiciones de posibilidad? ¿Deben analizarse en su historicidad? ¿O más bien ciertas experiencias constituirían ya no un a priori histórico, sino un acceso hacia la dimensión originaria del hombre, convirtiéndose entonces en un trascendental? El mismo Foucault bascula, en diferentes momentos de su obra, entre varias de estas soluciones, y solamente sellará una respuesta definitiva en el momento en que asimile la noción experiencia al modelo lingüístico. Podemos recorrer el estatus de la experiencia sirviéndonos de los primeros textos de Foucault, aquellos en los que todavía bascula entre la fenomenología, el existencialismo y el marxismo. Textos anteriores a Histoire de la folie, en los que su originalidad teórica todavía no ha levantado el vuelo y se encuentra pegada a las tradiciones que en esa época marcaban el campo intelectual francés. Se trata de dos textos publicados en 1954. Una larga introducción al libro de Biswanger, ‘Le Reve et l’Existence2 y un primer libro publicado, ‘Maladie mentale et personnalité3 . En ambos textos podemos sondear las deudas fenomenológicas y existenciales (principalmente Husserl y Merleau Ponty) que poseen las primeras tentativas de definir la noción de experiencia y la ambigüedad de su estatuto. Sin embargo, pese al lastre fenomenológico y la indefinición de estatuto, se anticipan algunos de los puntos claves de la noción posterior de experiencia, principalmente, la voluntad por integrar la historia y la práctica social en el horizonte de la constitución de la experiencia. En la Introducción a Biswanger, Foucault encara un tema, el sueño, que posteriormente sólo retomará para otorgarle un lugar subsidiario con respecto a la 1 Artículo realizado con la ayuda de la Unviersidad de Barcelona y el IMEC (Institut Mémoires de l’édition contemporaine) 2 Foucault, ‘Introduction’, en Binswanger, ‘Le Rêve et l'Existence’, Paris, Desclée de Brouwer, 1954, pp. 9-128 3 Foucault, ‘Maladie mentale et personnalité’, PUF, Paris, 1954. Posteriormente modificado y publicado con el título de ‘Maladie mentale et psychologie’., 1964

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  • A Parte Rei 55. Enero 2008

    http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei 1

    La cuestin de la Experiencia en el primer Foucault1

    Joaqun Fortanet Fernndez

    Un cauchemar me poursuit depuis mon enfance: j'ai sousles yeux un texte que je ne peux pas lire, ou dont seuleune infime partie m'est dchiffrable; je fais semblant de lelire, je sais que je l'invente; puis le texte soudain sebrouille entirement, je ne peux plus rien lire ni mmeinventer, ma gorge se serre et je me rveille.

    Foucault, Sur les faons dcrire lhistoire

    Es posible que la obra entera de Foucault pueda ser leda como una historiacrtica del concepto de experiencia, ms concretamente como una poltica de laexperiencia, en el sentido en que R. D. Laing daba a esta expresin. Para sentar lasbases de una lectura tal, debemos analizar el estatuto exacto que la experiencia poseeen la obra foucaultiana, la cala filosfica que sta supone. Sin duda, se nos dir esteestatuto es ambiguo y presenta numerosos problemas, sobre todo en su dimensinhistrica. Si la Historia debe ser, en el lmite, una historia de las experiencias, dichasexperiencias, son concebidas como un a priori histrico? Son mutables y sometidasal impulso histrico, a los cambios abruptos de las condiciones de posibilidad? Debenanalizarse en su historicidad? O ms bien ciertas experiencias constituiran ya no una priori histrico, sino un acceso hacia la dimensin originaria del hombre,convirtindose entonces en un trascendental? El mismo Foucault bascula, endiferentes momentos de su obra, entre varias de estas soluciones, y solamente sellaruna respuesta definitiva en el momento en que asimile la nocin experiencia al modelolingstico. Podemos recorrer el estatus de la experiencia sirvindonos de los primerostextos de Foucault, aquellos en los que todava bascula entre la fenomenologa, elexistencialismo y el marxismo. Textos anteriores a Histoire de la folie, en los que suoriginalidad terica todava no ha levantado el vuelo y se encuentra pegada a lastradiciones que en esa poca marcaban el campo intelectual francs. Se trata de dostextos publicados en 1954. Una larga introduccin al libro de Biswanger, Le Reve etlExistence2 y un primer libro publicado, Maladie mentale et personnalit3. En ambostextos podemos sondear las deudas fenomenolgicas y existenciales (principalmenteHusserl y Merleau Ponty) que poseen las primeras tentativas de definir la nocin deexperiencia y la ambigedad de su estatuto. Sin embargo, pese al lastrefenomenolgico y la indefinicin de estatuto, se anticipan algunos de los puntos clavesde la nocin posterior de experiencia, principalmente, la voluntad por integrar lahistoria y la prctica social en el horizonte de la constitucin de la experiencia.

    En la Introduccin a Biswanger, Foucault encara un tema, el sueo, queposteriormente slo retomar para otorgarle un lugar subsidiario con respecto a la

    1 Artculo realizado con la ayuda de la Unviersidad de Barcelona y el IMEC (Institut Mmoiresde ldition contemporaine)2 Foucault, Introduction, en Binswanger, Le Rve et l'Existence, Paris, Descle de Brouwer,1954, pp. 9-1283 Foucault, Maladie mentale et personnalit, PUF, Paris, 1954. Posteriormente modificado ypublicado con el ttulo de Maladie mentale et psychologie., 1964

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    locura4. Sin embargo, a principios de los aos 50, el sueo constituye un lugarprivilegiado para medirse con esas experiencias no admitidas en el seno de la prcticafilosfica que, a pesar de ello, merecen ser rescatadas 5. Es as como Foucaultcomienza un largo prlogo, sorprendente en la medida en que es su primer escrito,que se dispone, entre otras cosas, a intentar devolver la dignidad filosfica a un temacomo la experiencia onrica6. Para ello, Foucault concede al sueo el estatuto deexperiencia radical, privilegiada, una experiencia vivida previa a toda objetividad:

    Le rve, cest le monde laube de son premier clatement quand il estencore lexistence elle-mme et quil nest pas dj univers de lobjectivit.Rver nest pas une autre faon de faire lexprience dun autre monde, cestpour le sujet qui rve la manire radicale de faire lexprience de son monde, etsi cette manire est ce point radicale, cest que lexistente ne sy annonce pascomme tant le monde. Le rve se situe ce moment ultime o lexistence estencore son monde, aussitt au-del, ds laurore de lvil, dj elle ne lestplus7

    Tradicionalmente, y dejando de lado la mstica, el sueo era concebido, si nocomo simple engao, como una sucesin de imgenes sin apenas valor significativo.No posea ninguna validez ni como experiencia ni como informacin relevante para lavigilia. El sueo era tan slo un estado de oscuridad ininteligible, intrascendente ytotalmente excluido del lugar en dnde resida el valor de verdad, el valor experiencial,el conocimiento. Ya Kant en Sueos de un visionario exclua la ensoacin delconocimiento, denuncindola como metafsica. Sin embargo, para Foucault, Freudrescat la ensoacin del ostracismo para concederle un valor significativo. El sueohablaba un lenguaje en el que podan reconocerse elementos significativos para lavigilia. Pero se trataba, en definitiva, de psicologizar al sueo, de encerrarlo en unlenguaje el cdigo del psicoanlisis- que privara al sueo de su especificidad entanto experiencia.

    Freud a psychologis le rve -et le privilge qu'il lui a donn dans ledomaine de la psychologie lui te tout privilge comme forme spcifiqued'exprience. Freud n'est pas arriv dpasser un postulat solidement tablipar la psychologie du XIXe sicle: que le rve est une rhapsodie d'images. Si lerve n'tait que cela, il serait puis par une analyse psychologique, que cetteanalyse se fasse dans le style mcanique d'une psycho-physiologie, ou dans lestyle d'une recherche significative. Mais le rve est sans doute bien autre chosequ'une rhapsodie d'images pour la simple raison qu'il est une exprienceimaginaire; et s'il ne se laisse pas puiser -nous l'avons vu tout l'heure -parune analyse psychologique, c'est parce qu'il relve aussi de la thorie de laconnaissance. [...] L'exprience onirique, au contraire, dtient un contenud'autant plus riche qu'il se montre irrductible aux dterminationspsychologiques dans lesquelles on tente de l'insrer 8

    La tarea ser, pues, la de demostrar que el sueo posee una riquezaexperiencial que no se agota en su anlisis psicolgico, y para ello Foucault emprende

    4 Ver Mon corps, ce papier, ce feu,5 Nota sobre nietzsche en el reverso de Maladie metale et personnalit: Il y a trois exprences...6 Ser en Mara Zambrano en dnde podramos encontrar una reflexin del mismo calibre7 Foucault, Dits et crits, Gallimard, 1994, vol. I, pgs. 100-1018 Ibid., pg. 80

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    lo que llamar una fenomenologa del sueo9 ligada a los contenidos significativos dela experiencia onrica, considerada sta, como experiencia vivida e imaginaria10. Unatal empresa plantea la necesidad de inscribirse en una fenomenologa que atienda a lacapacidad expresiva del sueo, concediendo a la experiencia onrica un estatutoprivilegiado, como veremos, trascendente. Para ello, Foucault se sirve de lafenomenologa de Husserl y de Merleau-Ponty11, a la hora de construir su concepcinde experiencia fundamental, que es sinnimo de la experiencia vivida husserliana.Tomando el sueo como una experiencia imaginaria, Foucault se aleja de laconcepcin de lo imaginario sartreano, que conceba la imagen como designacinnegativa de lo real12, para tomar lo imaginario como signo de trascendencia13, comocontenido de una vivencia que abre el camino hacia la constitucin de una subjetividadtrascendente. As, el sueo queda acuado como un tipo de lo imaginario que,liberado de su psicologizacin, permite investir al mundo de la vida con losmovimientos primitivos de la existencia que se dan en lo onrico. La experiencia delsueo, pues, en tanto es concebida como una vivencia de las dimensiones fundadorasde la existencia, permite lograr una reconquista de la autenticidad existencial, lalibertad originaria, en definitiva, un hombre desalienado:

    Le rve [...]est un indice anthropologique de transcendance; et, danscette transcendance, il annonce l'homme le monde en se faisant lui-mmemonde, et prenant lui-mme les espces de la lumire et du feu, de l'eau et del'obscurit [...] Le rve [...] est justement l'exprience d'une temporalit quis'ouvre sur l'avenir et se constitue comme libert. pg. 8814

    De este modo, Foucault nos presenta un primer uso de la nocin deexperiencia ligada a lo onrico. Tal uso es deudor de las mximas fenomenolgicas entanto dicha experiencia es concebida como experiencia vivida por un sujeto. Adems,la experiencia no slo es referida a un sujeto, sino que constituye el lugar privilegiado,fundamental, en dnde se funda la trascendencia de una subjetividad jugndoseaquello que hay ms de propio en el sujeto: la libertad. De este modo, la experienciase apoya en una teora sobre el ser humano, de inspiracin fenomenolgica,sustrayendo la experiencia a toda historia. La experiencia es concebida en este textode Foucault como un acceso a la dimensin originaria del hombre ms all de todahistoria, convirtiendo la experiencia en un trascendental. Mediante el anlisis deexperiencias como la del sueo, podra pensarse que es posible armar una gama deexperiencias que de cuenta de las dimensiones fundamentales de la existencia del ser

    9 Une phnomnologie du rve ne saurait manquer, pour tre rigoureuse, de distinguer leslments d'indication qui, pour l'analyste, peuvent dsigner une situation objective qu'ilsjalonnent et, d'autre part, les contenus significatifs qui constituent, de l'intrieur, l' exprienceonirique Ibid., pg. 7610 Husserl, a fait de la description rigoureuse du vcu le projet de toute philosophie prisecomme science. Le thme de la comprhension a conserv sa validit; mais au lieu de lafonder sur une mtaphysique de l'esprit, comme Dilthey, la phnomnologie l'a tablie sur uneanalyse du sens immanent toute exprience vcue Ibid. pg. 127.11 Ver al respecto, C.Micieli, Foucault y la fenomenologa, Ed.Biblos, Buenos Aires, 2003, pgs.41-8412 Sartre, L'Imaginaire. Psychologie phnomnologique de l'imagination, Paris, Gallimard, 1940,p. 163.13 Le rve, comme toute exprience imaginaire, est donc une forme spcifique d'expriencequi ne se laisse pas entirement reconstituer par l'analyse psychologique et dont le contenudsigne l'homme comme tre transcend. L'imaginaire, signe de transcendance; le rve,exprience de cette transcendance, sous le signe de l'imaginaire. Foucault, op.cit., pg. 8514 Ibid., pg. 88

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    humano, y que la tarea de este primer Foucault podra pensarse, en definitiva, comouna antropologa experiencial que permita acercarse hacia el ideal de un hombre noalienado, que se funda a s mismo y al mundo mediante el acto de libertad provenientede los contenidos experienciales fundamentales de la existencia.

    Cest nest pas que le rve soit le lieu de la vrit de lhistoire, mais enfaisant surgir ce qui, dans lexistence humaine, est le plus irrductible lhistoire (la libert dun sujet non encore assujetti au monde), lexprienceonirique montre justement le sens que celle-ci peut pendre pour une libert quina pas encore atteint le moment de son universalit. Lexprience de Foucaultse tient donc dans le droit fil dune pense husserlienne du sujet [...] lintuitiondu vcu par lui-mme constitue en effet le modle de toute exprienceoriginaire [...] ntant pas encore dans le monde, le sujet retrouve les formesfondamentales de lexistence, et en manifeste la libert15

    Publicada el mismo ao, de redaccin prcticamente simultnea, Maladiementale et personnalit parece continuar la tarea primera de Foucault, que parece serla de dar cuenta de ciertas experiencias fundamentales, pero esta vez centrndose noen la experiencia onrica, sino en la de la locura. Sin embargo, el esquema, aunqueparecido, no es el mismo que en la Introduction Biswanger, ya que la locura conducea la nocin de la experiencia hacia el problema de la historia, pues el anclaje entre laexperiencia y la prctica en la locura supone, entre otras cosas, el problema modernodel encierro, inasumible a otras prcticas anteriores de la experiencia de la locura.Maladie mentale et personnalit se abre con la intencin clara que anima la tarea deFoucault: Nous voudrions montrer que la racine de la pathologie mentale ne doit pastre dans une spculation sur une quelconque mtapathologie, mais seulementdans une rflexion sur l'homme lui-mme 16. Concebida como un intento de mostrarde qu postulados deba librarse la medicina mental para acceder al estatuto deciencia, esta obra de Foucault ensaya un acercamiento a la nocin de enfermedadmental desde el rechazo a cualquier teora que de cuenta de las relaciones entre lomental y lo patolgico. La propuesta foucaultiana ser que la medicina mental tan slopuede dar cuenta de la enfermedad desde una reflexin sobre el hombre real. Lasrelaciones entre lo orgnico y mental17, as como las relaciones entre las distintaspatologas18, no pueden establecerse desde una unidad terica. Es necesario hallar laexperiencia fundamental del hombre concreto19, tanto en sus experiencias psicolgicascomo en sus condiciones prcticas, para, a partir de dicha experiencia, poder captaren toda su problemtica los caracteres de la enfermedad mental y poder as constituiruna medicina mental cientfica. El camino que Foucault emprende es doble: por unlado, el estudio de la dimensin psicolgica, por otro, el estudio de sus condicionesreales. A lo largo del anlisis de la dimensin psicolgica, Foucault busca unaexperiencia de la enfermedad mental que no slo pertenezca a la historia psicolgicaindividual, sino que, al igual que la experiencia onrica, de cuenta de una dimensinfundamental de la experiencia. Y encuentra dicha experiencia en la angustia20, en

    15 Judith Revel, Sur lIntroduction Biswanger (1954) en L.Giard (ed), Michel Foucault. Lireloeuvre, Jrome Millan, Grenoble, 1992, pg. 5416 Foucault, Maladie mentale et personnalit, PUF, 1954, pg. 217 Ibid., pg. 1318 bid., pg. 1619 bid., pg. 2120 Es de notar el parentesco con la preocupacin de Bataille por la angustia.

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    tanto sta posibilita una experiencia fundamental a la hora de dar cuenta de la relacinentre la enfermedad y la existencia:

    Forme d'exprience qui dborde ses propres manifestations, l'angoissene peut jamais se laisser rduire par une analyse de type naturaliste; ancre aucoeur de l'histoire individuelle, pour lui donner sous ses pripties, unesignification unique, elle ne peut non plus, tre puise par une analyse de typehistorique; mais l'histoire et la nature de l'homme ne peuvent tre comprisesque par rfrence elle. Il faut maintenant se placer au centre de cetteexprience; c'est seulement en la comprenant de l'intrieur qu'il sera possiblede mettre en place dans l'univers morbide les structures naturelles constituespar l'volution, et les mcanismes individuels cristalliss par l'histoirepsychologique21

    Segn Foucault, la angustia es lo que encontramos bajo la trama de losepisodios patolgicos de un sujeto. Es la angustia el elemento previo a los conflictosmentales, a las contradicciones por las cuales un sujeto se encierra en la circularidadde un estado patolgico que no es sino un estado de defensa. Si la angustia seencuentra tras toda patologa no es de modo casual, sino que el motivo es que laangustia define un cierto estilo de experiencia que marca los mecanismospatolgicos. La angustia, para Foucault, es una experiencia de un a priori de laexistencia22. Es por ello que hay que atender a la experiencia de esa angustia, parapoder as enfrentarse a la patologa mental no desde una teora unificadora, sinodesde la aproximacin existencial a los estados vividos del sujeto. De nuevoencontramos el acercamiento fenomenolgico a un aspecto de lo vivido como clave dela experiencia, y la tarea foucaltiana queda definida como un intento de restituerl'exprience fondamentale qui domine tous les processus pathologiques23. Laexperiencia fundamental subyace a todos los procesos patolgicos y que esirreductible, pues se trata de un material de lo vivido que conecta directamente conuna dimensin fundamental de la existencia (con la experiencia fundamental de laenfermedad mental). Ser pues, la manera en que un sujeto vive su angustia, acepta,rechaza o interpreta su enfermedad, una de las dimensiones esenciales de laenfermedad a la que debe atender una psicologa fenomenolgica. La reflexinfenomenolgica debe atender el modo ambiguo en que el enfermo experimenta suenfermedad. Se tratar, pues, de la reconstitucin de la experiencia de la enfermedadmental bajo dos aspectos: examen del modo de autoaprehensin y examen de lasestructuras del mundo patolgico. Sin embargo, en el anlisis foucaultiano hay unadualidad no resuelta entre las formas de autoaprehensin y las estructuras del mundopatolgico. Y es que el texto bascula entre la experiencia de la angustia como loesencial de la enfermedad mental y las estructuras de lo patolgico como clave de laconstruccin de la misma. La ambivalencia remite, sin duda, a la insuficiencia de unmtodo fenomenolgico que no puede dar cuenta, a la vez, de las formas histricas dela enfermedad mental y de los contenidos vividos como experiencia por el sujetoenfermo. Esta dualidad, exterior/interior, llevar a Foucault al abrupto comienzo delanlisis de las condiciones materiales de la enfermedad mental, en dnde apela a lahistoria como elemento capaz de explicar la ambivalencia de esta nocin deexperiencia con respecto a las prcticas y las estructuras patolgicas establecidas:slo en la historia se pueden descubrir las condiciones de posibilidad de lasestructuras de la enfermedad mental. Es de notar que esta segunda parte de la obra, 21 Ibd, pg. 5322 Ibid., pg. 5123 Ibid., pg. 54

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    dedicada a las condiciones materiales e histricas de la locura, se abandonartotalmente en la edicin de 1962. Sin duda, debido al esquema marxista con el quesostiene la concepcin de la historia. El objetivo ser situar la constitucin histrica dela enfermedad mental. Sin embargo, resulta vaga la referencia a la historia, y Foucaultdebe precisar: la enfermedad mental no es un dato objetivo, fruto lmpido de lasestructuras unitarias de la psicopatologa, sino que es un dato histrico y social. Cadapoca posee sus formas patolgicas, y la verdad natural de la enfermedad mental sedisuelve en un producto social e histrico. A modo de ejemplo, Foucault afirma que lasneurosis de regresin no manifiestan la naturaleza neurtica de la infancia, sino elcarcter arcaico de las instituciones pedaggicas y al conflicto que stas crean entrelas formas de educacin y el presente real24. Con ello, pasan a ser las condicioneshistricas y sociales las que provocan la contradiccin y el conflicto en la experienciafundamental de la angustia:

    La maladie relve donc de deux sortes de conditions: les conditionssociales et historiques, qui fondent les conflits psychologiques sur lescontradictions relles du milieu; et les conditions psychologiques quitransforment le contenu conflictuel de l'exprience en forme conflictuelle de laraction. C'est de ce passage de la contradiction historique la contradictionpathologique qu'il faut maintenant tudier 25

    Foucault apunta al hecho de que la experiencia de la angustia est ligada a unaexperiencia de alienacin histrica que, al privar al hombre de su humanidad, provocael conflicto que llamamos enfermedad mental. Por ello, el concepto de enfermedadmental es histrico: cada poca vive sus contradicciones, su alienacin, de un mododistinto. El conflicto actual en el que habita la experiencia humana encuentra suscondiciones materiales, por tanto, en las contradicciones objetivas de la sociedadcapitalista, tal y como muestra un anlisis marxista de la sociedad. Foucault no dudaen afirmar el modo en que la experiencia de la angustia es velada, vivida comoconflictiva y expresada en las formas patolgicas actuales de exclusin26 a travs defundamentos econmicos que muestran la alienacin humana:

    Les rapports sociaux que dtermine l'conomie actuelle, sous les formesde la concurrence, de l'exploitation, des guerres imprialistes, et des luttes declasse, offrent l'homme une exprience de son milieu humain que hante sanscesse la contradiction27

    Es la alienacin humana, la deshumanizacin, la que provoca la enfermedadmental. La alienacin del trabajo posee su correlato en la alienacin mental. Elalienado no est fuera del mundo, excluido y silenciado. Al contrario, el alienado estdentro de un mundo deshumanizado, de una sociedad que le priva de su humanidad.La enfermedad mental es la expresin de la contradiccin en una de las experienciasfundamentales que vive la historia capitalista como una historia inautntica. A pesar deque la experiencia de la angustia como centro neurlgico de toda experienciapatolgica sea presentada como un a priori histrico, el desarrollo de la historiaeconmica y social que produce la alienacin provoca la vivencia de dicha experiencia

    24 Ce qui se trouve au fondement de ces formes pathologiques, c'est le conflit, au sein d'unesocit, entre les formes d'ducation de l'enfant, o elle cache ses rves, et les conditionsqu'elle fait aux adultes, o se lisent au contraire son prsent rel, et ses misres Foucault, op.cit., pg. 8425 bid., ,pg. 9226 En referencia clara a la divisin entre lo normal y patolgico de Canguilhem27 Ibid,, pg. 86

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    de un modo tan conflictivo que provoca la llamada enfermedad mental. As, Foucaultapela a las condiciones histricas materiales como explicacin de la patologa, perodeja en suspenso el elemento objetivo de aquello de lo que la locura seramanifestacin28. Con lo que cabra pensar, como hace el mismo Foucault, en unaanticipacin primigenia del gesto intempestivo de sus principales obras, que si algnda estas condiciones de alienacin cambian, podramos hablar de una cura, de ladesaparicin de la enfermedad mental, es decir, de un hombre no alienado:

    On peut supposer que le jour o le malade ne subira plus le sort del'alination, il sera possible d'envisager la dialectique de la maladie dans unepersonnalit qui demeure humaine29

    Una vez realizado el recorrido por estas dos primeras obras de Foucault,podemos situar convenientemente el nacimiento de la nocin de experiencia, sellandosus principales caractersticas. La tarea del primer Foucault puede entenderse comoun intento de dar cuenta de las experiencias fundamentales a partir de las cualespuede armarse algo as como una antropologa existencial del hombre verdadero. Elhombre verdadero, en tanto hombre no alienado, prometa el fin de la psicologa, de laenfermedad mental, y el acceso a las experiencias fundamentales de la existencia queabriran el camino a la libertad originaria. Sin duda, este hombre como baza de laantropologa no va a continuar en el pensamiento foucaultiano. La pregunta quedesarmar todo ello ser la pregunta por la historia: acaso este hombre verdadero noes un producto histrico? Y, si es as, la poca de su invencin no es la modernidady no coincide con la aparicin de la psicologa, la penalidad, la prisin, el hospitalgeneral?. La nocin de experiencia anclada a la idea de una vivencia del sujetoconcebida como a priori histrico o trascendental histrico no permita el correctoplanteamiento de la pregunta que aparecer a lo largo de la Histoire de la folie. Sinembargo, el impulso, la tarea de hallar y analizar ciertas experiencias seanfundamentales o no, en todo caso claves, animar el resto de su obra. El intento porpensar la historicidad de las formas de experiencias posee una condicin deposibilidad previa que aparece en Histoire de la Folie. Se trata de la concepcin de laexperiencia desligada de la vivencia del sujeto, apartada de la fenomenologa. Laexperiencia concebida como experiencia lmite ser el elemento que entre en juego apartir de las voces de Nietzsche, Bataille y Blanchot. Sin embargo, la nocin deexperiencia todava no ser formulada completamente hasta que se la vinculeexplcitamente con la experiencia moderna del lenguaje. Por ello, pese a que Foucaultse aparte de la experiencia fenomenolgica, todava queda por analizar lasinsuficiencias y los problemas que la nocin de experiencia lmite, concebida enHistoire de la folie, particularmente en el primer prlogo como experiencia originariaprovoca en relacin con la Historia, como ya hemos marcado anteriormente. Ahora, setratar insistir en algunos temas cruciales a la hora de sellar correctamente la nocinde experiencia. Para ello, caracterizaremos, someramente, el cambio de dicha nocinque aparece en Histoire de la folie con el objetivo de, posteriormente, poder captar entoda su amplitud la cala filosfica de la experiencia. En primer lugar, es necesario

    28 En suivant les transformations de ces forces primitives de la alination il doit tre possiblede montrer le sens historique de lalination, reprsente dabord comme lirruption delinhumain dans lexistence humaine [...] une volution continue, qui conduit de la possesion lamaladie mentale en prcisant graduellement un concept de lalination dont le sens ne fait quese dvelopper progressivement travers cette histoire en lieu de se constituer effectivement enet par elle Macherey, Aux sources dHistoire de la folie, en Critique, n-471-472, Paris 1980,pg. 76229 Foucault, op.cit.,, pg. 86

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    acotar el cambio de perspectiva que supone el abandono de la experienciafenomenolgica. Foucault, en una entrevista de 197X, nos da la clave:

    L'exprience du phnomnologue est, au fond, une certaine faon deposer un regard rflexif sur un objet quelconque du vcu, sur le quotidien danssa forme transitoire pour en saisir les significations. Pour Nietzsche, Bataille,Blanchot, au contraire, l'exprience, c'est essayer de parvenir un certain pointde la vie qui soit le plus prs possible de l'invivable. Ce qui est requis est lemaximum d'intensit et, en mme temps, d'impossibilit. Le travailphnomnologique, au contraire, consiste dployer tout le champ depossibilits lies l'exprience quotidienne. En outre, la phnomnologiecherche ressaisir la signification de l'exprience quotidienne pour retrouver enquoi le sujet que je suis est bien effectivement fondateur, dans ses fonctionstranscendentales, de cette exprience et de ces significations. En revanche,l'exprience chez Nietzsche, Blanchot, Bataille a pour fonction d'arracher lesujet lui-mme, de faire en sorte qu'il ne soit plus lui-mme ou qu'il soit port son anantissement ou sa dissolution. C'est une entreprise de d-subjectivation30

    Si en Maladie mentale et personnalit Foucault apuntaba al hombredesalienado, al hombre nuevo como escenario antropolgico de la cura, a la solucinde los conflictos que se presentan en las experiencias fundamentales del hombre, enel momento de redaccin de Histoire de la folie algo ha cambiado. Sin duda, esesencial la lectura en profundidad de Nietzsche, realizada en 1953, momento en el queFoucault acababa la redaccin de sus dos primeras obras. Pero tambin el progresivointers en los aspectos de teora literaria, por Roussel31, Bataille y Blanchotparticularmente. El cambio compromete a la estructura ntima de la nocin deexperiencia. Ya no se trata de apuntar las experiencias fundamentales que constituyenuna antropologa existencial del ser humano, sino, precisamente, apuntar a lasexperiencias que destruyen una teora antropolgica del ser humano. El reversoantropolgico, el doble oscuro de la antropologa aparece aqu en toda su fuerza. Setrata de experiencias de tal fuerza y magnitud que estallen la unidad del sujeto. Es denotar, tambin, que durante 1954-1955 Foucault emprende un curso llamadoProblmes de lAnthropologie, en el que dedica varias sesiones al Nietzsche que,apenas dos aos antes, ha comenzado a leer en profundidad(NOTA). En las notas dedicho curso, podemos hallar varias referencias en relacin al concepto de experiencia:

    On retrouve lide que la critique ne doit pas se faire avec lesinstruments conceptuels de la philosophie classique. Il y a un retour aux formesdexpriences premires [...] Le Dyonysique est lensemble des thmes rflexifspar lesquels Nietzsche dcouvre que cette disparition de la vrit est lie ladisparition de toute vrit de lhomme [...] Dyonisos comme disparition mmede lessence de lhomme au moment o se disperse de la vrit de lapparence,est lhomme pouss aux limites de ses possibilits [...] Nietzsche est unphilosophe aux limites de la philosophie32

    Con todo ello, podemos afirmar que el cambio fundamental en la nocin de laexperiencia entre 1954 y 1961 pasa por la recusacin de cualquier baza antropolgica,

    30 Foucault, Dits et crits, vol. IV, Gallimard, Paris 1994, pg. 4331 Laveu, plusieurs fois rpt, que cest la lecture de Raymond Roussel, dans le courant delanne 1957, qui a permis au philosophe de rompre dfinitivement avec la phnomnologie ,Judith Revel, Histoire dune disparition, en Le Debat, marzo-abril, num.79, 1994, Paris, pg. 8332 Curso Problmes de lAnthropologie, 1954-1955, Archivo del IMEC.

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    por la bsqueda de las experiencias que, antes de remitir a un sujeto, lo pongan encuestin. Es por ello que Foucault no volver a tratar la experiencia onrica. Porque nose trata de una experiencia que ponga en cuestin al hombre antropolgico. Ms bienal contrario, permite su formulacin tal y como es expresada en las MeditacionesMetafsicas de Descartes33. La primera caracterizacin de la nocin de la experienciatal y como se encuentra en Histoire de la folie es la des-sujecin, elemento que,ligeramente transformado, pasar posteriormente a definirse por la transgresin y laresistencia34. Podemos encontrar en un artculo publicado en 1957, La recherchescientifique et la psychologie, una va de entrada a este nietzscheanismo que pasapor la desujecin como ncleo experiencial. En este texto relativamente breve,Foucault se desmarca de la psicologa existencial a la que se adscriba en susanteriores obras, criticando tanto el pretendido estatuto cientificista de la psicologacomo la prctica psicolgica consistente en reducir a positividad la negatividad queconforma la experiencia de la enfermedad mental35: elle a oubli la ngativit delhomme, qui est sa patrie dorigine, le signe quelle a oubli sa vocation ternellementinfernale36. El olvido de la vocacin infernal de la psicologa apunta no slo alalejamiento de la psicologa existencial, sino al Nietzsche psiclogo y moralista, a lanecesidad de descender a los infiernos de la psicologa, lo dionisiaco, esto es, losjuegos subterrneos y brutales que conforman la experiencia sin tamiz: la psychologiene se sauvera que par un retour aux Enfers. Y, precisamente, esos infiernos son losque, como Orfeo, hay que descender para rescatar la experiencia de dominio delsilencio. Espacio infernal y silenciado de la locura en el que Foucault, bajo el sol de lagran empresa nietzscheana, se aventurar en su Histoire de la folie.

    A la hora de terminar de caracterizar la nocin de experiencia tal y como searticula en 1961, nos topamos con un problema de primer orden. En efecto, siqueremos acabar de caracterizar la nocin de experiencia segn su expresin y surelacin con lo histrico, nos encontramos en HL con una dualidad manifiesta. Enprimer lugar, encontramos una experiencia originaria, planteada explcitamente en1961, que es la experiencia trgica de la locura y que apunta a la particin razn-sinrazn y a la apertura de la Historia. Si en las anteriores obras se articulaba laexperiencia onrica y la experiencia de la enfermedad mental bajo la forma de laangustia, la experiencia acogida ser la experiencia desnuda de la locura, sinmediacin ninguna. La mirada foucaultiana se vuelva hacia el centro del problema: lalocura como experiencia desnuda, excesiva, dionisiaca, trgica y esotrica. Sinembargo, al mismo tiempo, observamos en HL, y de manera casi monogrfica en elprlogo y los apndices de 1972, una concepcin de la experiencia de la locuraconcebida, en tanto forma histrica, bajo una nica forma de expresin: la exclusin.Encontramos en la obra de Foucault el moroso anlisis de las formas histricas deexperiencia, es decir, de los modos de expresin histricos de cada una de estasexperiencias. Podemos hablar, por lo tanto, de una experiencia sometida a la historia,es decir, de las formaciones histricas mediante las cuales, en cada poca, cada unade las experiencias cobran sentido, se hacen pensables y se expresan segn toda unaserie de reglas discursivas, prcticas, de saberes y de poderes. En definitiva, mientrasla experiencia originaria posee una estructura inmvil en relacin a lo Histrico y un

    33 Descartes y Mon corps, ce papier, ce feu.34 Se insistir en el tema de la des-sujecin en el punto dedicado a Bataille y la experiencialmite.35 Ver al respecto, J.L. Moreno Pestaa, En devenant Foucault, Ed. du Croquant, Broisseux,2006, pgs. 215-241 : La Psychologie, procde des expriences ngatives que lhomme vient faire de lui-mme. En ce sens, lexprience dionisyaque consitue le ferment de base de lapsychologie et la condition de son intelligence, pg. 226.36 Foucault., DE I, 158

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    fundamento trgico37 que permitira acceder a la particin que posibilita la aperturahistoria, la experiencia considerada desde el punto de vista de las formacioneshistricas nos ofrece aquello que cada poca, a travs de las relaciones de susestructuras culturales, puede pensar sobre esa experiencia. Es decir, la experiencia delo trgico en estado puro, a-histrico y metafsico, por un lado, y la experiencia tal ycomo es pensada, expresada y vivida en cada una de las pocas histricas por otro.Ambos niveles de anlisis remiten a una disimetra en el mtodo de Foucault, a lainsuficiencia de la Arqueologa por pensar, en un mismo gesto, lo pensable y lo nopensable, lo mismo y lo otro, el lmite y lo limitado.

    Resulta esencial a la hora de poner en obra esta experiencia de la locuraconsiderada bajo el punto de vista histrico, las tareas de anlisis que lleva a caboGeorges Dumzil, con quien estudiar en 1954 y a quien le rendir homenaje en suleccin inaugural del Collge de France. El modo en que la obra capta esa experienciaen la Historia, el modo en que cada poca asume una experiencia que podraentenderse como un grito estrangulado, silenciado e impermeable a las laborestericas de la fenomenologa o el anlisis existencial, el modo en que se acoge estaexperiencia pasa por una metodologa heredera de Dumzil38. Es el cambiometodolgico que permite el paso de Maladie mentale et personnalit a Histoire de lafolie. Nos ceiremos aqu a indicar someramente la herencia que el propio Foucaultreconoce en la leccin inaugural del Collge de France: nocin de economadiscursiva (anlisis de la economa interna de un discurso), mtodo comparativo(sistema de correlacin entre discursos) y anlisis de las transformaciones(transformaciones de un discurso y relaciones con la institucin). De hecho, el anlisisde los elementos que articulan las religiones indoeuropeas no slo influir en Foucault,sino en el estructuralismo francs, y su mtodo puede considerarse como un anticipotanto de la nocin de estructura como del anlisis comparativo de las relaciones entrecada uno de los hechos religiosos. No se trata de hallar la verdad, ni siquiera la verdadhistrica, sino de reconstruir la coleccin de relaciones en un anlisis de cortesistmico39.

    De este modo, Foucault adopta un mtodo que, conjugado con elnietzscheanismo, que le llevaba a acoger una experiencia de la desubjetivacin, lepermite acoger una experiencia en el seno de un mtodo que, en ltima instancia, nose ancla en la conciencia ni en la fundacin de un sujeto, sino en la objetividad de lasrelaciones entre los discursos y las instituciones. El anlisis de las relaciones entre eldiscurso psiquitrico y las nuevas instituciones que surgen bajo el marco del HospitalGeneral dibujarn el nico modo de expresin moderno de la locura: la exclusin. Losgritos del loco dejan de poseer un saber esotrico, una razonable sinrazn, parabalbucear sin sentido contra los muros de la celda, transformndose en experienciatrgica. El cambio respecto a la expresin de la enfermedad mental que se daba enMaladie mentale et personnalit no es menor. Se trata de acoger en su especificidaduna experiencia que ya no se expresa por la contradiccin entre las condiciones 37 Au centre de ces expriences-limites du monde occidental clate, bien entendu, celle dutragique mme -Nietzsche ayant montr que la structure tragique partir de laquelle se faitl'histoire du monde occidental n'est pas autre chose que le refus, l'oubli et la retombesilencieuse de la tragdie. Autour de celle-ci, qui est centrale puisqu'elle noue le tragique ladialectique de l'histoire dans le refus mme de la tragdie par l'histoire, bien d'autresexpriences gravitent. Chacune, aux frontires de notre culture, trace une limite qui signifie, enmme temps, un partage originaire DE 161.38 Ver al respecto, M.Morey, Lectura de Foucault, Taurus, Madrid, 1983, pgs. 39-4339 Comme Dumzil le fait pour les mythes, j'ai essay de dcouvrir des formes structuresd'exprience dont le schma puisse se retrouver, avec des modifications, des niveauxdivers[...] Celle de la sgrgation sociale, celle de l'exclusion Foucault, la folie nexiste quedans la societ, $Foucault, Dits et crits, vol. I, op.cit., pg. 168

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    psicolgicas individuales y las materiales o sociales, sino que su nico modo deexpresin histrico es la exclusin, el sometimiento y el silencio. Es decir, laexperiencia de la locura, privilegiada a la hora de hacer estallar la subjetividad, es, tal ycomo se da en la modernidad, sometida a un saber psiquitrico, a unas prcticasmdicas, a un encierro cuya razn de ser se correlaciona con una experienciaoriginaria, que ya no es histrica y que remite a la aparicin de la particin razn-locura, al momento en el que la razn comienza su largo monlogo gracias al silenciode la locura, al mismo nacimiento de la modernidad. Ahora bien, el hecho de acogeruna experiencia que es a la vez originaria e histrica, que es, por una parte, inmvil ytrgica y, por otra, histrica y sometida a la expresin cultural, nos hace avanzar unpaso hacia la definicin del carcter de esta ambigua experiencia. Y es que laexperiencia de la locura es sintomtica del trazo de un lmite, un lmite a partir del cualhay pura ausencia de sentido, de discurso, de verdad. Se trata de una experiencialmite. Y el envite de Foucault es claro: a partir de la exclusin de ciertas experiencias,de la limitacin de la experiencia posible, se definen ciertos modos de normalidad, desubjetividad, de experiencia, en definitiva, a partir del silenciamiento se construye unacultura40. Con ello, la principal caracterstica de la experiencia se deduce de lasanteriores: la experiencia no apunta a una simple subjetivacin, sino que laexperiencia, concebida como experiencia lmite, apunta a la denuncia de toda unacultura, de todo un sistema de razn: en un sens, lhistoire de la folie a uneinterrogation sur notre systme de raison41.

    La ltima caracterstica de esta nocin de experiencia la podemos situar en larelacin con lo histrico: por un lado, el nivel de drama metafsico que posee el primerprlogo de Histoire de la folie, por otro, el moroso anlisis histrico de las formas deexperiencia de la locura que se privilegia en la edicin de 1972. Como anteriormenteapuntbamos, la relacin entre la experiencia originaria y trgica de la locura y lahistoria apunta al hecho de que es la experiencia la apertura misma de la Historia.Ciertas experiencias, en su expresin trgica de encierro y exclusin, poseen lacapacidad de apuntar hacia el drama metafsico mismo que las han posibilitado, estoes, a la particin razn-locura. De este modo, la experiencia originaria posee lacapacidad de escapar a la Historia, y dicha Historia sera el lugar de las formashistricas de su expresin. La historicidad de la locura compete a las formas de suexpresin, pero no al desgarro que supone la particin metafsica de razn y locura.Esta particin, a la que apuntan ciertos modos de expresin de la locura, sealandirectamente la estructura metafsica (tales como, en la poca moderna, la expresinde la locura en Hlderlin, Nietzsche, Van Gogh, Roussel y Artaud42). El loco, el poeta yel filsofo43 son las tres figuras claves de esa experiencia originaria que puededesvelar la particin constitutiva razn-locura. Sin embargo, estos momentosprivilegiados no conforman exactamente un a priori histrico. Escapan de lo histricopero lo posibilitan, posibilitan su ruptura, su cambio, muestran la grieta en la queacontece el cambio histrico: es la apertura misma de la Historia. 40 Entenderemos este texto como un intento experimental de descripcin de las lneas defuerza que confluyen histricamente durante el Clasicismo y forman las condiciones deposibilidad histricas de la aparicin de la nocin moderna de locura, cuyos efectos lleganhasta nosotros, y de algn modo [...] configuran nuestro espacio antropolgico. Su primer textoarqueolgico dice ya, en filigrana, su vocacin genealgica: levantar, en la vspera de sudisolucin definitiva, el acta de nacimiento de esos movimientos espasmdicos que hanconstituido el suelo de Europa, M.Morey, op.cit., pg. 39.41 Foucault, Entrevista intida Mal faire, dire vrai, pg. 7. Archivos del IMEC42 &HL, edicin castellna, vol II, pgs. 9, 26, 270-274, 291-304)43 Cette exprience est reprable sous trois formes du discours: trois figures toujours mles :le pote, le fou et le philosophe- cest--dire, sous la catgorie jamais reconnue mais toujourstentatrice et prsente de la parole transgressive, Judith Revel, op.cit, pg. 55

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    On peut penser que sesquisse ici un nouveau ralisme, qui ne seraitplus un ralisme de la science mais un ralisme de lexprience[...] traversantlibrement lhistoire qui ne serait que le lieu occasionnel de sa manifestation : ilsagitait ici dun ralisme de la folie, comme objet non dun savoir mais duneexprience [...] Toute lHistoire de la folie [...] est hante par ce prsupposdune exprience fondamentale de la folie, reprsente par la trinit un peumystique de Nerval, Roussel et dArtaud, exprience essentielle qui chapperaitaux limites dune constitution historique. Macherey, 764

    El momento de la apertura, es denominado por Foucault tanto grado cero dela historia en referencia a Barthes, como decisin original . Apuntan ambas a unmomento previo, indiferenciado, el momento mismo anterior a la grieta que posibilitun cambio en el modo de expresin de las experiencias. La apertura histrica, pues,no est relacionada con el motor de la Historia, ni siquiera con su lgica o desarrollo.Ms bien, se trata de un momento de ruptura, de un acontecimiento. Por ello, labsqueda, el anlisis, la produccin de una historia de la locura no es sino la lecturadel acontecimiento que es el nacimiento de la historia de la locura moderna, concebidabajo un modo de expresin trgico que se define como exclusin. De este modo, laexperiencia originaria es la condicin de posibilidad de las formas histricas deexperiencia:

    Il faut faire l'histoire de cet autre tour de folie -de cet autre tour par lequelles hommes, dans le geste de raison souveraine qui enferme leur voisin,communiquent et se reconnaissent travers le langage sans merci de la non-folie; retrouver le moment de cette conjuration, avant qu'elle n'ait tdfinitivement tablie dans le rgne de la vrit, avant qu'elle n'ait t ranimepar le lyrisme de la protestation. Tcher de rejoindre, dans l'histoire, ce degrzro de l'histoire de la folie, o elle est exprience indiffrencie, expriencenon encore partage du partage lui-mme. Dcrire, ds l'origine de sacourbure, cet autre tour, qui, de part et d'autre de son geste, laisse retomber,choses dsormais extrieures, sourdes tout change, et comme mortes l'une l'autre, la Raison et la Folie., pg. 159

    Se trata, en fin, de las decisiones originales44 por las cuales una cultura nace,crea sus formas de expresin experienciales, sus relaciones de sentido, el conjunto delas maneras de entenderse, experimentar, conocer y reconocerse. El acontecimientode la locura no es sino el lugar en dnde se decide el sesgo de una cultura. Es sugesto fundador. La experiencia concebida como originaria permite remontarse hasta elmismo nacimiento, el lugar en el cual la cultura, mediante el establecimiento de loslmites entre lo pensable y no pensable, lo experimentable y no experimentable, lonormal y lo patolgico se define como sistema de sentido. Pese a que la experienciaoriginaria apunte hacia un fondo metafsico, pese a que seale una apertura de la 44 Par choix originel, je n'entends pas seulement un choix spculatif, dans le domaine desides pures. Mais un choix qui dlimiterait tout un ensemble constitu par le savoir humain, lesactivits humaines, la perception et la sensibilit. Le choix originel dans la culture grecque, c'estParmnide, c'est Platon, c'est Aristote. Le choix politique, scientifique et littraire dans la culturegrecque, du moins pour une large part, a pour point de dpart le principe fondamental deconnaissance qui a t opr par ces philosophes. [...] Descartes, Leibniz, Kant et Hegel sont,eux aussi, reprsentatifs d'un choix originel: ce choix se faisait avec la philosophie comme pointde dpart et au sein mme de la philosophie, en rapport avec toute une culture, tout undomaine du savoir, toute une forme de pense DE II, 106

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    historia que conlleva problemas tericos y epistemolgicos de primer orden, el gestoclave de Foucault queda trazado en esta primera gran obra que es Histoire de la folie.Se anticipa la genealoga de una cultura a travs de una historia crtica de lasexperiencias. Mediante el recurso a acontecimientos que tiemblan el lmite establecidode lo normal, el pensamiento es capaz de remontarse hasta el nacimiento, la invencinde toda una serie de particiones, sesgos, relaciones y prcticas que comprometen noslo al espacio reservado del saber, sino al modo en que se experimenta el sujeto enla Historia. Se trata de la experiencia lmite, del reverso antropolgico. Atender a losilenciado, hacer la historia de lo que no posee historia, liberar, en fin, los saberessometidos mediante el recurso a lo que ronda en el otro lado de lo establecido, en laausencia, quizs sea el ncleo ms nietzscheano de la tarea foucaultiana. Pensar loimpensado como cifra de pensar siempre de otro modo:

    Cette structure de l'exprience de la folie, qui est tout entire del'histoire, mais qui sige ses confins, et l o elle se dcide, fait l'objet decette tude. C'est dire qu'il ne s'agit point d'une histoire de la connaissance,mais des mouvements rudimentaires d'une exprience. Histoire, non de lapsychiatrie mais de la folie elle-mme, dans sa vivacit, avant toute capture parle savoir. Il faudrait donc tendre l'oreille, se pencher vers ce marmonnement dumonde, tcher d'apercevoir tant d'images qui n'ont jamais t posie, tant defantasmes qui n'ont jamais atteint les couleurs de la veille, DE, pg. 164

    A pesar de la ambivalencia entre anlisis histrico y experiencia pura, ladireccin en la que apunta Foucault se nos revela esencial a la hora de pensar sutarea: la necesidad de atender a las experiencias lmites, a la historia de susexclusiones y rechazos que constituyen una cultura en un suelo geogrfico dado y enunas coordenadas temporales determinadas. Es por ello que se ha podido calificar asu tarea de una bsqueda de fuentes ontolgicas ocultas. Pero ms bien deberahablarse de un impulso relacionado con una historia de las experiencias queposibilitase la armadura de una ontologa crtica a partir de una puesta en cuestin delos lmites de lo pensable. No hallamos en Foucault ninguna apelacin a loontolgicamente oculto en sus posteriores obras. Y la edicin de 1972 es clara en elsentido en que abandona la experiencia originaria y opta por una experiencia lmiteque funde en un slo gesto el problema del nacimiento y de la historicidad de unaexperiencia como la locura. Si existe una tarea ontolgica apuntada en HL, dicha tareano consistira en decir la verdad oculta, en desocultar la esencia de lo que somos45. Setrata, al contrario, de decir lo que somos para ser de otro modo, que es precisamente alo que apuntar el desarrollo de la idea de experiencia lmite. Y es en esa tarea,todava no explicitada en HL pero s intuida, en la que puede vislumbrarse el trazofirme del proyecto foucaultiano. De tal modo que, en el primer prlogo de HL, como enuna suerte de previsin de todo su trabajo, nos ofrece su libro como el anticipo de unalarga tarea, realizada bajo el sol de la gran empresa nietzscheana46:

    45 La verdad del hombre no se dice ms que en el momento de su desaparicin; no semanifiesta sino cuando se ha convertido en otra que ella misma, HF, 544-54546 La locura de Nietzsche, es decir, el hundimiento de su pensamiento, es aquello por lo queeste pensamiento se abre al mundo moderno. Aquello que lo imposibilitaba nos lo hacepresente; aquello que lo arrancaba de Nietzsche nos lo ofrece [...] por la locura, una obra queaparentemente se hunde en el mundo revela su sinsentido y se transfigura bajo los rasgosnicos de lo patolgico [...] por la locura que la interrumpe, una obra abre un vaco, un tiempode silencio, una pregunta sin respuesta, provoca un desgarro sin reconciliacin en el que elmundo est obligado a interrogarse Foucault, Historia de la Locura, FCE, Mexico 1996, pg. 556

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    Il faudra aussi raconter d'autres partages [...] Il faudra faire aussil'histoire, et pas seulement en termes d'ethnologie, des interdits sexuels: dansnotre culture elle-mme, parler des formes continuellement mouvantes etobstines de la rpression, et non pas pour faire la chronique de la moralit oude la tolrance, mais pour mettre au jour, comme limite du monde occidental etorigine de sa morale, le partage tragique du monde heureux du dsir. Il fautenfin, et d'abord, parler de l'exprience de la folie. L'tude qu'on va lire ne seraitque la premire, et la plus facile sans doute, de cette longue enqute, qui sousle soleil de la grande recherche nietzschenne, voudrait confronter lesdialectiques de l'histoire aux structures immobiles du tragique 47

    Que este sol luminoso de la gran empresa nietzscheana se disimule, seapague o se abandone en las posteriores obras, no supone un impedimento a la horade caracterizar la nocin de experiencia como experiencia lmite. Ms bien posibilitauna caracterizacin ms precisa. Pese a que, como dice Foucault en 1972, la locura,halo lrico de la enfermedad, no cesa de apagarse, permanecen abiertas, encendidas,las cuestiones del lmite, del nombramiento de una experiencia que se sita en otroespacio: Lejos de lo patolgico, del lado del lenguaje, ah donde se repliega sin decirnada todava, una experiencia est naciendo en la que se juega nuestro pensamiento.Ser, pues, en esta regin que es liminar y que cae del lado del lenguaje, en dnde laexperiencia lmite encontrar su espacio propio y se constituir como modelo quepermitir una ontologa histrica de nosotros mismos, un paso ms all de la historiade las experiencias y un paso ms ac de la experiencia esotrica, mgica, trgica dela locura.

    47 Primer Prlogo de Historia de la Locura. Archivo del IMEC.