la embajada keicho y espartinas

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"Historia Verdadera de lo que aconteció al Embajador Hasekura y sus acompañantes durante el tiempo que estuvieron en Espartinas y otros episodios vividos por los Japoneses que quedaron en España" Escrito por Ángel Luis Schlatter Navarro. "True story about Hasekura Ambassador during his stay in Espartinas" Written by Ángel Luis Schlatter Navarro.

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  • 1. LA EMBAJADA KEICHO YESPARTINASNUEVAS APORTACIONES A UNA ESTRECHARELACINAUTOR: NGEL LUIS SCHLATTER NAVARRO ORGANISMO AUTNOMO LOCAL. AYUNTAMIENTO DE ESPARTINASNDICEPgPrlogo................................................................................................................... 4I.- Un breve acercamiento a la Embajada Keicho.................................................. 6II.- El objetivo de la presente investigacin..........................................................10III.- Fuentes que testimonian la estancia de Hasekura y su squito enEspartinas............................................................................................................ 131 PARTE. La Estancia de la Embajada Keicho en Espartinas ennoviembre de 1614............................................................................................... 172 PARTE. La Estancia de la Embajada Keicho en Espartinas entrejunio y julio de 1617............................................................................................ 21IV.- Por qu tenemos tan poca informacin sobre esta estancia?...................... 21V.- Por qu el embajador Hasekura y sus acompaantes terminan

2. recalando en Espartinas?..................................................................................... 23VI.- Qu periodo de tiempo permanecieron en Espartinas los miembrosde la Embajada Keicho?...................................................................................... 32VII.- Cuntos miembros de la Embajada Keicho permanecieron conHasekura en Espartinas?..................................................................................... 34VIII.- Quines fueron los japoneses que acompaaron a Hasekura enEspartinas?.......................................................................................................... 37IX.- En qu lugar de Espartinas estuvieron viviendo los miembros dela Embajada Keicho?.......................................................................................... 40X.- Reliquias de los mrtires japoneses llegadas al monasterio de Loreto........ 43XI.- Cmo era la Espartinas que conoci Hasekura.......................................... 47XII.- Circunstancias de la vida de Hasekura y su squito en Espartinas........... 54ANEXO I.- La Cuestin Numrica en la Embajada Keicho.................... 68ANEXO II.- La cuestin del Capitn Thoms........................................... 88ANEXO III.- Nuevos hallazgos documentales sobre miembros de laEmbajada Keicho que se quedaron en Espaa.............................................. 91ANEXO IV.- Gastronoma en el monasterio de Loreto durante la estanciadel embajador Hasekura y su squito........................................................... 100I. Fuentes Documentales para nuestro estudio................................................. 100II. A modo de consideraciones generales......................................................... 104III. Algunas costumbres referentes a las comidas en las comunidadesfranciscanas...................................................................................................... 109IV. Cmo era el refectorio................................................................................ 112V. Cmo era la cocina...................................................................................... 114VI. Alimentos consumidos en el monasterio de Loreto a principios delsiglo XVII...................................................................................................... 116VII. Recetas preparadas en el monasterio de Loreto..................................... 127VIII. El monasterio de Loreto y otras noticias culinarias.............................. 139Documentacin consultada............................................................................ 143Bibliografa citada.......................................................................................... 148 3. PRLOGOEn junio de 2013 sala de imprenta la obra La estancia de la Embajada Keicho enEspartinas. Del prlogo de aquella edicin entresaco estos dos prrafos:Este pequeo trabajo pretende arrojar luz sobre un captulo -quiz el msdesconocido- de la Embajada Keicho (1613-1620): la estancia del embajador Hasekura y susquito en el municipio de Espartinas (Sevilla).La gran novedad de este trabajo sera determinar la existencia de dos estancias de laEmbajada Keicho en Espartinas (y no de una sola, como hasta ahora se crea). La primera -msbreve- se producira durante la estancia en Sevilla, entre octubre y noviembre de 1614. De lasegunda -de ms de un ao de duracin, antes de partir hacia Japn- ya se tena noticia, pero eneste trabajo se desvelan muchos aspectos desconocidos sobre las circunstancias que la rodearon.Ahora, tras siete meses, despus de llegar a nuestras manos nuevos documentos quematizaban algunas de las hiptesis planteadas, se vea necesario hacer una nueva edicin queactualizara una investigacin plenamente viva. No obstante, como gran parte del libro reproduce laprimera edicin veamos fundamental aclarar en este prlogo cules seran las grandes novedadesque ahora se aportan y que seran:1.- La incorporacin de un ANEXO III en el que se interpretan los ltimos hallazgos documentalessobre miembros de la embajada Keicho, consistentes en la aparicin de expedientes matrimoniales,partidas de bautismo, defunciones, etc. relativos a los japoneses que se quedaron a vivir en Espaa.Como veremos en dicho Anexo, la extendida creencia de que estos japoneses se haban quedado avivir en Coria del Ro hizo que, en nuestro primer libro, obviaramos cualquier investigacin alrespecto. La aparicin de los documentos anteriormente referidos dan un vuelco a la investigacin:los japoneses que vinieron acompaando a Hasekura y que terminaron quedndose en Espaaestuvieron siempre ligados a la familia de D. Diego Caballero de Cabrera, hermano de Luis Sotelo,con propiedades en Sevilla y Espartinas.2.- La incorporacin de dos nuevos documentos que testimonian la estancia del embajadorHasekura en Espartinas (Captulo III), as como un refuerzo probatorio en cuanto a la primeraestancia en la Hacienda de Mexina de Espartinas (notas a la 1 Parte) y algunas alusiones al yacitado Anexo III (expediente matrimonial) en los textos que se ven afectados (toda la CuestinNumrica del Anexo I, y captulos VI, VII y VIII).3.- Por ltimo se ha podido realizar un estudio bastante fiable sobre la alimentacin de losmiembros de la embajada Keicho que permanecieron en el monasterio de Loreto entre 1616 y 1617.A este curioso tema se dedica por completo el Anexo IV. 4. Ya hemos dicho que se mantiene el inters en el estudio de la cuestin numrica deesta Embajada (anexo que tambin se ha visto enriquecido con algunos datos nuevos) intentandocuadrar todas las informaciones al respecto. Dicha cuestin va clarificndose a grandes pasos yesperamos en no mucho tiempo poder aportar una serie de nuevas informaciones que terminencerrando las incgnitas al respecto.En fin, las modificaciones han sido de tal envergadura que hemos optado por considerareste trabajo como una nueva obra (con su nuevo ttulo) y no como una segunda edicin aumentaday corregida. An as, ante el temor de que todos aquellos que accedieron al primer trabajo pudieranpasar directamente a los nuevos epgrafes, dando por conocido los que ya existan bajo las mismasnomenclaturas, nos pareca bsico advertir del enriquecimiento general de todo el texto para queste fuese correctamente aprovechado por los interesados en el tema.. 5. I. UN BREVE ACERCAMIENTO A LA EMBAJADA KEICHOQuiz para muchos este pequeo trabajo sea el primer acercamiento a la que se hadenominado Embajada Keicho. Por ello nos ha parecido conveniente introducir este estudio conuna somera visin de lo que fue aquel acontecimiento.La Embajada Keicho (1613-1620) puede considerarse como la segunda misindiplomtica japonesa dirigida a Occidente . Sobre este hecho histrico existen ya suficientesestudios como para hacerse una idea de su desarrollo y alcance . Tambin puede considerarselocalizada y estudiada la totalidad de documentos coetneos que existen sobre esta embajada .De forma resumida -por no atender al objeto de este estudio- y para poder encuadrar elmotivo de este viaje, presentaremos -en primer lugar- el desarrollo y fines de esta embajada.En 1613 el Sr. feudal Date Masamune decide enviar una embajada encabezada por elsamurai Hasekura Rocuyemon al que acompaaban, aproximadamente, otros ciento ochentajaponeses. Tambin lo acompaaba el franciscano espaol Fray Luis Sotelo, verdadero inspiradorde esta misin. A su papel de traductor sumaba, principalmente, el de acompaante y defensor delos objetivos de esta embajada, objetivos que podran resumirse principalmente en dos: establecerde forma permanente relaciones comerciales con Espaa, as como el envo de misioneros parapotenciar la evangelizacin de aquel pas.La embajada tiene dos destinos geogrficos muy concretos: Madrid (donde radicaba laCorte de Felipe III) y Roma (para entrevistarse con el Papa). La expedicin sale de Sendai el 28 deoctubre de 1613, embarcando en un galen construido expresamente para realizar el viaje hastaAcapulco. En esta ciudad tiene lugar una revuelta debido al carcter belicoso de los japoneses.Desde all, ya muy reducida en nmero, atraviesa el territorio mexicano para embarcar en Veracruzcon destino a la Habana y terminar atravesando el Atlntico, hasta atracar en Sanlcar deBarrameda el 5 de octubre de 1614. Ascienden por el Guadalquivir en dos galeras llegando a Coriadel Ro, donde han de esperar a que las autoridades de la ciudad de Sevilla tengan preparado elrecibimiento oficial, cosa que ocurre el 21 de octubre de 1616 y que pas por ser uno de los mssonados que se recordaban en la ciudad .Como veremos ms adelante, a mediados del mes de noviembre los miembros de laEmbajada Keicho permanecern en Espartinas, en concreto en la hacienda de Mexina. Este episodioconformar una primera parte de nuestro trabajo.El 25 de noviembre parten de Sevilla hacia Madrid. En la Villa y Corte permanecenalrededor de ocho meses. Hasekura recibe all el Bautismo. Se incorpora a la embajada el intrpretey cronista Scipione Amati. Desde Madrid (donde, diplomticamente, no son atendidas lasexpectativas de los embajadores) continan hasta Barcelona, en donde embarcan con destino aGnova, para seguir viaje hasta Roma. All son recibidos por el Papa Paulo V el 3 de noviembre de1615. La embajada es objeto de grandes ceremonias y desfiles, pero siguen sin arrancarcompromisos concretos de cierta envergadura. De regreso vuelven a pasar por Gnova y Madrid,saliendo de la Corte en abril de1616 con destino a Sevilla. Desde all deberan embarcar en la flotaque saldra hacia Nueva Espaa poco despus, en el mes de junio, para continuar -finalmente- haciaFilipinas y Japn. 6. Este ltimo episodio es el que ms desarrollamos en nuestro estudio ya que, lejos derecalar en Sevilla y embarcarse en dicha flota, tanto Luis Sotelo como Hasekura -y algunos de losjaponeses- terminan permaneciendo en el monasterio de Loreto (Espartinas) alrededor de un aopara salir definitivamente hacia Japn el 4 de julio de 1617. Hasekura terminara llegando a su tierraen 1620. 7. II. EL OBJETIVO DE LA PRESENTE INVESTIGACINYa hemos aludido a la existencia de muchos trabajos de investigacin sobre laEmbajada Keicho. Gracias a ellos tenemos un conocimiento bastante pormenorizado de sudesarrollo. En algunas ocasiones, a travs de documentos y crnicas muy detalladas de la poca, sepueden describir bastantes curiosidades y circunstancias de cada uno de los episodios de estaembajada.En cambio, cuando llega el momento de aludir a las estancias de Hasekura y su squitoen Espartinas, las referencias son muy parcas y, a veces, a nuestro entender, poco claras. De hecho,en referencia a la segunda estancia en Espartinas -la ms larga- en el trabajo de Vctor ValenciaJapn (al que a partir de ahora aludiremos con frecuencia) hay una expresin clara de estacircunstancia: La suerte de la reducida delegacin, retirada o refugiada al principio en elconvento de Loreto, se torna a partir de ese momento oscura. Nada sabemos en concreto sobre loque hicieron o a qu se dedicaron durante gran parte del ao que restaba hasta la partida de lanueva flota.En cuanto a la primera estancia -en Mexina, en noviembre de 1614- nadie hasta ahorahaba cado en la cuenta. Un poco ms abajo detallaremos este episodio y sus circunstancias.Evidentemente -por su duracin y la existencia de mayores datos- damos mayorimportancia a la segunda estancia (junio 1616-julio 1617). Refundiendo algunos de los trabajos alos que hemos aludido -y centrndonos siempre en lo relativo a esta segunda estancia de Hasekuraen Espartinas y sus circunstancias- podramos quedarnos con el siguiente desarrollo de los hechos:Fray Luis Sotelo, Hasekura y un squito de japoneses, saldran de Madrid en abril de1616 hacia Sevilla con la indicacin expresa de embarcar hacia Japn. Los principales objetivos dela embajada (compromisos de establecer formalmente relaciones comerciales y un envo masivo demisioneros) no se habran conseguido por diversas circunstancias.Parece ser que, llegando a Sevilla, Luis Sotelo sufre la rotura de una pierna, mientrasque Hasekura padece unas fiebres, motivos que esgrimen para no embarcarse en la flota, cuando yatodo estaba preparado. S parten, en cambio, dos religiosos y otros trece japoneses, miembros de laembajada, en un navo que, con unos das de retraso (por tener que sustituir al maestre de la nao,que haba cado enfermo), sale el 1 de agosto de 1616 para alcanzar e incorporarse a la flota quehaba partido el 5 de julio. Algunos historiadores ven en estas dolencias meras excusas para seguirnegociando con la Corte la posibilidad de arrancar algn compromiso de cierta relevancia con quevolverse a Japn,, aunque parece aceptarse que las dolencias (rotura de pierna y fiebres) existieronrealmente.La convalecencia de ambos la habran pasado en el monasterio de nuestra Seora deLoreto (Espartinas). Este embarque fallido produce un gran enfado en las autoridades espaolas,que tenan muy clara la inviabilidad -en esos momentos- de alcanzar los objetivos de la embajada;tambin era evidente lo gravoso que estaba resultando para el erario espaol toda aquella misin,que ya careca de expectativas. Al cabo de un ao, sin haber conseguido sus objetivos, no tienenms remedio que embarcar en la flota que parte el 4 de julio de 1617 hacia Nueva Espaa. 8. A tenor de lo descrito, teniendo en cuenta que Hasekura y su squito permanecenalrededor de un ao en Espartinas, nos pareca muy pobre la informacin que poseemos de estaestancia (ms an si consideramos las extensas relaciones, noticias y detalles que se han conservadosobre todo lo acaecido anteriormente). Adems -como veremos ms adelante- algunas de lasreferencias a la estancia en Espartinas y las interpretaciones que se han hecho de las mismas nosparecen -al menos- poco claras, incompletas y, a veces, incorrectas.Pretenderamos con este trabajo hacer un examen profundo sobre los documentos ynoticias que tenemos acerca de esta segunda estancia de Luis Sotelo, Hasekura y su squito enEspartinas, a la vez que intentaremos deducir las circunstancias y acontecimientos de dichaestancia. ste ser, pues, el objetivo fundamental de esta parte de nuestra investigacin, quepodramos circunscribir a las cuestiones que a continuacin enumeramos: Por qu hay tan poca informacin sobre esta estancia. Por qu deciden Hasekura y sus acompaantes permanecer en Espartinas y no en Sevilla. .Qu perodo de tiempo permanecieron en Espartinas. Cuntos miembros de la Embajada Keicho vivieron en Espartinas. Quines fueron estos miembros. En qu lugar residieron. Cmo era la Espartinas que conoci Hasekura. Circunstancias de la vida de Hasekura y su squito en Espartinas.A las cuestiones anteriores hay que aadir ahora -como se ver detalladamente en elANEXO III de este trabajo- la posibilidad de que algunos de los miembros de la Embajada que sequedaron en Espaa desarrollaran su vida de forma permanente o temporal en Espartinas. Esteinteresantsimo tema seguir abierto cuando este libro haya sido publicado ya que las nuevas lneasde investigacin siguen provocando sorpresas. Pero, por ahora, ya hay mucho que contar.Intentaremos ir dando respuesta a cada una de estas cuestiones a tenor de losdocumentos existentes y tras el examen de los diferentes estudios histricos que se handesarrollado.Antes de pasar a examinar las dos permanencias a las que hemos aludido, plasmaremosen el siguiente epgrafe las fuentes que testimonian la existencia y caractersticas de las mismas.III. FUENTES QUE TESTIMONIAN LA ESTANCIA DE HASEKURA Y SU SQUITO ENESPARTINAS. 9. Ya hemos indicado que en muchos de los trabajos sobre la Embajada Keicho se hacereferencia a la permanencia de Hasekura y parte de sus acompaantes en el monasterio de Loretoentre junio de 1616 y julio de 1617. Tambin hemos reseado como -respecto a la primera estancia,en noviembre de 1614- parece que nadie haba reparado en ella. Lo que pretendemos ahora esidentificar en qu documentos coetneos se citan de forma expresa estos hechos. Hemos logradolocalizar los siguientes:1.- Comenzaremos por lo relatado en el Libro Memorial del monasterio de Loreto. No es ste undocumento contemporneo a los hechos, ya que est redactado mucho tiempo despus, seguramentea tenor de unos documentos que hubieron de existir en el monasterio pero que (como veremos msadelante) se han perdido. Es un libro manuscrito en el que, en la pgina 190, se dice:Vivi tambin en este Convento el Glorioso mrtir Fr. Luis Sotelo natural de Sevilla.De aqu sali con el Embajador del Japn en donde ya estaba para Madrid y Roma llendo tambinde Embajador; de vuelta pasaron aqu el dicho P. Fr. luis, el Embajador y Criados hasta quetuvieron orden de marchar al Japn donde padeci glorioso martirio. Al margen, existe lasiguiente anotacin con el siguiente texto: Trajo a este Convento el P. Fr. Luis Sotelo una Reliquiadel Sto. Mrtir S. Pedro Bautista, Comisario del Japn, que hoy est en la Sacrista con suautntica. (Libro Memorial, A, 2, pg 190)2.- Carta de Fco. de Tejada, Presidente de la Casa de Contratacin, dirigida a Juan Ruz deContreras, Secretario del Consejo de Indias.(...) saber que yban enbarcados en ella los Japones y esperamos enbiase abiso de lo que en esteha habido. Pero esta maana tuvimos noticia de que el Embaxador del Rey de Boju no seenbarcaua, antes se habia ydo tres leguas de aqu al Conbento de Loreto de frailes Recoletos dela Orden de S. Francisco y al punto, entendiendose que estaua en esta Ciudad el P. Fr. LuisSotello, yo el Presidente le enbie a adbertir del inconveniente que tena quedarse el dichoembaxador y de la orden que tiene de V. Magestad en carta del Secretario Juan Ruz de Contrerasde 28 de junio para que en cumplimiento se ordenasse que no se quedase. Y por no habersehallado y entendiose de otros frayles estaua tambin en el dicho Conbento de Loreto con el dichoembaxador adonde habia ydo a persuadirle que se embarcasse como antes lo haba hecho por si ypor otras personas y que por verle Resuelto a que no saldria deste Reyno sin carta de V. Magestadpara su Rey por ningn caso, se enbio un escribano de esta casa al dicho conbento a hacer ladicha diligencia de que habiendo buelto se dar cuenta a V. Magestad supuesto que estando all elEmbaxador es imposible alcanzar la flota. De Sevilla 6 de julio de 1616.D.Fco. de Tejada y Mendoza, Don Melchor Maldonado, D. Antonio Lpez de Calatayud. D.Antonio Manrique.A.G.I., CONTRATACION, 5172, tomo 23.-Carta a Juan Ruz Contreras, remitida tambin por la Casa de Contratacin (Fco. de Tejada, etc.)En carta de 6 de este mes dimos cuenta (.........) porque en ella se podra hacer que embarquenlos Japones y su embaxador que se ha retirado al Conbento de Frayles Recoletos de San 10. Francisco llamado Loreto tres leguas de aqu como lo avisamos a V. Magestad en la dicha cartahabiendose hecho con el y con el P. Fray Luis Sotello diligencia para que le hiziesse embarcar encumplimiento del orden de V. Magestad. El dicho embaxador respondio que sin llevar carta de V.Magestad para su Rey no lo puede hazer.(...)8 de julio. Fco de Tejada y Mendoza, etc.A.G.I., CONTRATACIN, 5172, tomo 24.- La cuarta fuente se localiza en el Archivo General de Indias y es una Consulta del Consejo deIndias, con fecha de 27 de agosto de 1616, con carta de Francisco de Tejada al Consejo de Indias,en la que se describe la excusa del embajador de Japn para no embarcar de vuelta a su pas:() se excus de hacer este viaje en esta nao, por indisposicin y hallarse sangradoalgunas veces con resolucin de no salir sin salud de este convento donde estaba cerca de Sevilla.Y que viendo esto don Francisco, acord de despachar casi toda su gente, como en efecto lo hizo,enviando dos religiosos en su compaa (...) A.G.I., FILIPINAS 1, N. 174.5 Carta de fray Luis Sotelo, dirigida al Rey. Con fecha de 20 de abril de 1617. Este documento esmuy interesante para varios aspectos de nuestra investigacin. En negrita sealaremos lo que ahorams nos afecta:Despus de haber besado la mano a Vuestra Magestad, el ao passado paraembarcarme con el embajador del Japn en la flota que fue a la Nueva Espaa, viniendo a Sevillaen el camino se me quebr una pierna; convalecido algo de ella hize la instancia posible alembajador para que nos embarcsemos y como no tuviesse despacho alguno ni respuesta deVuestra Magestad para su Rey determin de no hazerlo, y aunque despus de la partida de la flotalleg la respuesta no teniendo por seguro embarcarse en el navo que ava quedado atrasado porhallarse falto de salud, deseoso que yo convaleciese ms tampo(co) se embarc en l, y as apassado este ao en un convento de la Horden retirado de Sevilla poco ms de dos leguas,ocupado en sanctos exercicios, y dando muy buen exemplo a todos (.) porque la merced y costaque se le hizo merced el ao passado se gast en embarcar y enviar su gente adelante, y agora sehalla tan alcanado que tiene necesidad le sustente el convento donde est, y pues el quedarnosfue caso contingente y falta de salud suya y ma, que en tan larga peregrinacin es muy posibleaverlos, y si uviramos ido en el navo atrasado uviramos muerto segn lo que escrivenpadecieron en el camino (...)A.G.S. Cd. de Ref. EST,LEG,263,756.- Carta de Francisco de Tejada a Juan Ruz, sobre la orden de embarcar al Embajador y a Sotelo,existente en A.G.I., FILIPINAS 200, N.212. Por su inters para todo nuestro trabajo, latranscribimos completa:Por carta de 13 de este me dice V.M. Que habiendose visto en el Consejo lo que yo escrib encarta de 6 del presente, acerca de la diligencia que hice con el padre Sotelo para que el embajadordel Rey de Box hiciese precisamente su viaje en la flota que se est aprestando para la NuevaEspaa, y lo que contiene el memorial suyo que iba con ella, le ha ordenado que de su parte mediga, d orden cmo en todo caso se embarque en esta ocasin sin admitirle excusa ni rplica,acomodndole de manera que vaya decentemente, y con la mayor moderacin que se pudiere y quelo que para esto fuese necesario, lo tome de cualquiera Hacienda de su Magestad que hubiere enesta Casa, y no lo habiendo en ella, lo busque prestado de cualquier parte con que no exceda deseiscientos ducados, y que si el padre Sotelo quisiese ir con el embajador, lo haga, y si no se quede.Y que yo avise de qu gnero de hacienda me valgo de este dinero, para que se diga a su Magestad 11. y lo mande librar donde se cobre con efecto, para que se restituya a la parte donde se tomare encuya razn se despachar luego cdula de su Magestad.Aunque me hallo con poca salud envi al punto a buscar al padre Sotelo, y no estabaen la ciudad. Vino hoy, y dile a entender la voluntad de su Magestad de que deba de estar muydesimaginado, y con resolucin del embajador de quedarse, porque dice que de las nuevas que sehan tenido con este ltimo navo de aviso, del Japn, por el que de all lleg a Nueva Espaa, poneduda en la seguridad de su persona cuando vuelva. Y que as quera entretenerse en este Reynohasta saber el estado que aquello tiene. Yo le repliqu que esto podra entenderse ms de cerca enla Nueva Espaa, y que la ida de aqu se haba de ejecutar, pesandome que me obligase a usar derigor y violencia, y que as se lo dijese al Japn, y me respondiese luego. Con que se parti adonde esta que es cerca de aqu. Pide tambin el padre Sotelo orden para que el Virrey de NuevaEspaa los entretenga y ayude para la embarcacin. Yo usar del trmino y palabras que pudierems apretado, para que este embajador se resuelva a partirse; pero no habindolo, no meatrever a sacarle con violencia del Monasterio de frailes descalzos donde vive desde que lleg,que llaman de nuestra Seora de Loreto, ni tengo rden expresa para ello, ni s cunto convengaa la grandeza de su Magestad echar por este modo de sus Reynos, a un embajador a quien tanto hahonrado en ellos, queriendo valerse de su proteccin y amparo, en tiempo que juzga por tanpeligroso volviese a su tierra cristiano, habiendo salido de ella Gentil, y no haciendo costa en suasistencia. Guarde Dios a V.M. Como deseo, de Sevilla a 20 de junio de 1617.7.- Expediente de informacin del matrimonio entre Juan Agustn Japn y Ana de Barahona,localizado en AGAS, Matrimonios ordinarios, letra J, 1616.(...) E luego el dicho contrayente present por testigo un honbre moo que se dixo llamar JuanBautista y ser de nacion Japon y que sirve a el embaxador del Japon que al presente esta en elConvento de nuestra Sra. de Loreto, del qual fue recibido juramento en forma de derecho de dezirverdad (...)Estas son las fuentes y documentos que hemos podido localizar en las que se alude deforma expresa a la estancia de Luis Sotelo, Hasekura y parte de su squito en Espartinas antes de suregreso a Japn. Slo el Libro Memorial cita al squito como residentes del convento; los otrosdocumentos no incluyen a posibles acompaantes, salvo el 3 citado, en que no queda claro (aunqueparece ser que no los nombra porque usa una forma verbal singular: se ha retirado).En cuanto a la primera estancia, el documento que la atestigua es la carta que el Condede Salvatierra, Asistente de Sevilla, dirige el 1 de noviembre a Antonio de Arstegui, informandode la Embajada y algunas impresiones sobre ella. Ha de entenderse -como intentaremos demostrarms adelante- que la cassa de campo a la que se refiere es la Hacienda de Mexina, en Espartinas:(...)El hombre es prudente y muy atento a todo. Est muy agradecido de lo que aqu se a hechocon l. Su partida no se sabe porque el mircoles quieren yrsse a una cassa de campo que esta auna legua desta iudad, a componersse de vestidos de imbierno y de otras cosas que dien tienennecesidad para el camino. (...)A.G.S., Cd. Ref. EST,LEG,255.233 12. 1 ParteLA ESTANCIA DE LA EMBAJADA KEICHO ENESPARTINAS EN NOVIEMBRE DE 1614Acabamos de referirnos a una carta en la que se habla de una cassa de campo que estaa una legua desta iudad. Por nuestra parte no podemos concluir y esto defenderemos acontinuacin- que esta casa no sea otra que la hacienda de Mexina (Espartinas) propiedad de D.Diego Caballero de Cabrera, hermano de Luis Sotelo. Este hecho -que sepamos- no haba sidoreseado hasta ahora.En Sevilla sabemos que slo una parte de la embajada residi en el Alczar. Nosabemos dnde residiran el resto de los japoneses. Pudieron quedarse en el convento de SanFrancisco, donde originariamente estaba previsto que se albergaran todos, si no mediasen algunaspersonas (seguramente hara especial hincapi el mencionado Diego Caballero, que era veinticuatrode Sevilla) para realzar el alojamiento de los miembros principales.Durante unos das se suceden los actos protocolarios de recibimiento hacia la Embajada,con asistencia al Cabildo de Sevilla, visita a la Catedral, recibimiento de nobles y autoridades, etc..Poco a poco se ira acercando el momento de partir hacia Madrid y Roma as que, en previsin detan largusimo viaje y duraderas estancias, los miembros de la embajada (principalmente el squitojapons) habran de proveerse de la ropa necesaria (sobre todo de abrigo) para todo este periodo.Confeccionar tanta ropa -con las sucesivas pruebas y arreglos pertinentes- llevara, ya de por s,mucho tiempo. Simplificara mucho el que todos estuviesen reunidos. Quiz esto ltimo debianimar a buscar un lugar apartado en el que -lejos de visitas y otros entretenimientos- pudieranconcentrarse en confeccionar todo el vestuario necesario.Sabemos por la misma carta que, adems de la ropa, tenan otras necesidades para elviaje. Aunque no se especifican, pudiera tratarse muy bien de acopiar alimentos bsicos de primeracalidad, bien para consumo o bien para corresponder protocolariamente a futuros anfitriones.El lugar escogido convena que fuese una casa de campo, retirada del bullicio de laciudad y agrcolamente rica.Si estaban recin llegados del viaje, venan de la mano de Luis Sotelo, el hermano deeste fraile estaba haciendo de anfitrin y era adems dueo de una hacienda que reunaperfectamente todas las caractersticas citadas se podra pensar en que esa casa de campo no fueseotra que la de Mexina?. A todo esto hay que sumar una circunstancia clave: la existencia delfranciscano monasterio de Loreto, a penas a cuarenta minutos andando desde la hacienda deMexina. En este monasterio podra residir Fr. Luis Sotelo durante esos das, teniendo muy cerca alos recien llegados japoneses. 13. En la misma carta se especifica que la casa se encontraba a una legua desta iudad.Sabemos que la legua se corresponda aproximadamente con unos seis kilmetros. Para tratar sobreeste dato hay que hacer algunas consideraciones. Por una parte hay que tener en cuenta que en unacarta no hay que tomar el dato como exacto sino aproximado. As, p. ej., en una de sus cartas,Francisco de Tejada dice que el monasterio de Loreto se encontraba a tres leguas, mientras queSotelo, en su carta al Rey de 20 de abril de 1617 dice que el monasterio est retirado de Sevillapoco ms de dos leguas.Tambin habra que tener en cuenta desde dnde se empieza a medir la distancia: podraser desde el crucero de salida por la parte de Triana, que viene a corresponderse con el actualemplazamiento de la actual Capilla del Patrocinio. Decimos esto porque, efectivamente, Espartinasse encontraba ubicada en el Camino Real hacia Huelva. Pero tambin hay que considerar queMexina se encuentra desviada de este camino, y que habra caminos alternativos para acortar elviaje.Despus de considerar todo lo anterior y teniendo en cuenta que, geogrficamente, ladistancia aproximada entre la Capilla del Patrocinio y la hacienda de Mexina es de 8,8 kms. noresulta aventurado asimilar esa distancia a la -tambin aproximada- legua de que se habla en la carta(realmente se tratara de legua y media).Por todo lo anterior consideramos como hiptesis ms que probable que sea la haciendade Mexina la casa de campo a la que se refiere la carta del Asistente de Sevilla.Qu tiempo permanecieron all? En la carta se habla del siguiente mircoles como dade salida. La carta se firma el sbado 1 de noviembre de 1614, luego estaran hablando delmircoles 5 de noviembre. La partida definitiva desde Sevilla tuvo lugar el 25 de noviembre, perorealmente ya estaba prevista para el jueves 20 de noviembre. Por todo ello se supone que el squitodebera haber llegado a Sevilla algunos das antes. En fn, hay que concluir que la estancia de laEmbajada en Mexina vendra a durar una semana aproximadamente o diez das a lo sumo (entre el 5y el 15 de noviembre).Es de suponer que el squito japons estara acompaado por el fraile Luis Sotelo y,seguramente, los otros miembros no japoneses de la embajada (Francisco Martnez Montao yGregorio Mathas). Tambin es probable que les acompaasen Fr. Ignacio de Jess. Ya hemoscontemplado el que Sotelo (y, en su caso, algn otro fraile) hubiera podido pasar esos das en elmonasterio de Loreto, aunque no dejara de estar muchas horas en la casa de su hermano, junto atoda la Embajada. Esta posible y breve estancia en el Loreto pudo dar origen a la expresin deaqu sali, referida en el Libro Memorial del monasterio, de lo que se hablar ms largamente enel epgrafe V de este trabajo.Todas las circunstancias relativas a cmo era la hacienda de Mexina y su entorno (elmunicipio y tierras de Espartinas) se desarrollan de forma extensa en los apartados correspondientesde este trabajo (en lo relativo a la seguna estancia, dos aos ms tarde).Esperamos que futuras investigaciones puedan aclarar ms cirunstancias referentes aesta primera estancia de la Embajada Keicho en Espartinas. 14. 2 ParteLA ESTANCIA DE LA EMBAJADA KEICHO ENESPARTINAS ENTRE JUNIO DE 1616 Y JULIO DE1617IV. POR QU TENEMOS TAN POCA INFORMACIN SOBRE ESTA ESTANCIA ? 15. Dos son las razones por las que se tiene tan poca informacin sobre esta permanencia -apesar de su larga duracin- en Espartinas. La primera se debe a la prdida de los posiblesdocumentos que hubieron de existir en el monasterio de Loreto referentes a aquella estancia. Lasegunda es consecuencia de que, tras su paso por Madrid a la vuelta de Roma, podra darse porfinalizada oficialmente la misin diplomtica de la embajada.Ciertamente la principal fuente de informacin durante la estancia en el monasterio deLoreto nos debera haber llegado desde el archivo del propio monasterio, donde deberanencontrarse noticias, escritos o documentos que hiciesen alusin a las circunstancias que rodearon laestancia de Sotelo, Hasekura y su squito durante ese ao. Pero desgraciadamente toda esainformacin -de haber existido- se perdi en las circunstancias que rodearon a la exclaustracin delos frailes entre 1835 y 1880. En concreto podemos aludir a una desafortunada destruccin dedocumentos del archivo conventual que hemos de interpretar como la causante de que no quedenvestigios documentales sobre las circunstacias que rodearon la vida de Hasekura y susacompaantes.Por otra parte, ya nos hemos referido a que, con la salida desde la Corte (Madrid) haciaSevilla, las gestiones propias de la embajada haban terminado. Hasekura y sus acompaantesregresaban a Sevilla con la orden de embarque. No haba ya motivos para recibimientosprotocolarios. Y mucho menos para aumentar el gasto de la misin, considerando adems el estadopauprrimo en que se encontraban las arcas de la Corona y las del municipio sevillano. Se trataba,pues, de ejecutar el discreto regreso de la Embajada. De hecho las noticias que se tienen desdeentonces son debidas nicamente a los trmites (primero fallidos, por ltimo ejecutados) sobre elembarque, y a las gestiones (intercambio de correos y memoriales) que durante ese ao continanrealizando Sotelo y Hasekura ante las autoridades espaolas, ltimos intentos de arrancar algncompromiso referente a los objetivos por los que se haban desplazado a Europa. Es comprensible,pues, que, por esta parte, las noticias sean parcas y se cian al puro trmite. 16. V. POR QU EL EMBAJADOR HASEKURA Y SUS ACOMPAANTES TERMINANRECALANDO EN ESPARTINAS?Cuando la Embajada Keicho lleg a Sevilla en 1614 tuvo un recibimientoespectacular, descrito en diferentes crnicas, quedando suficiente informacin documental. Esto sedeba entre otras cosas, a las muchas e importantes expectativas que haba despertado la misin. Loextico de la comitiva tambin intervendra en dar ese aire de curiosidad y novedad que parecenentreverse tras algunas expresiones. Mucho peso habra de tener tambin el hecho de que uno de loscaballeros Veinticuatro de Sevilla, D. Diego Caballero de Cabrera, fuera hermano de Fr. LuisSotelo, lo que potenciaba la implicacin de las autoridades sevillanas. Dichas autoridadesagasajaron a Hasekura, que quedara residiendo en el Alczar, aunque en un principio estabaprevisto que residiesen en el Convento de San Francisco hasta su salida hacia Madrid. En referenciaa lo que se describe en el Libro Memorial de Loreto, pensamos que Sotelo, a su llegada a la capitalhispalense, se habra quedado en la Casa Grande de Sevilla (convento de San Francisco), salvolos das que la embajada Keicho permaneci en Mexina: seguramente Sotelo residira en el cercanoconvento de Loreto durante esos das .Por ello llama la atencin que, a su vuelta, Luis Sotelo, Hasekura y su squito no sequedasen a residir en Sevilla, sino en el monasterio de Loreto de Espartinas. Por qu razn? Pararesponder correctamente a este interrogante hay que traer a consideracin algunas circunstancias.Hemos de recordar que, despus de su periplo por la Corte de Espaa y su estancia enRoma, la misin diplomtica japonesa sale de Madrid en abril de 1616 con las manos vacas. Losprincipales objetivos de su viaje eran conseguir un claro y determinante acuerdo comercial entreEspaa y Japn, as como una mayor implicacin evangelizadora (envo de muchos msmisioneros) en aquel lejano pas. De todo esto no se consiguen ms que vagas promesas ydeclaraciones de buenas intenciones. Los historiadores contemporneos coinciden en que lasautoridades espaolas tenan claro que no era el momento de alcanzar verdaderos compromisosformales con el Dat Masamune y que (entre otras razones, por ahorrar gastos) la vuelta deHasekura a su pas debera producirse con la mayor celeridad. De hecho, se les conmina a volverseen la flota que, con destino a Nueva Espaa, tena prevista su salida a finales de junio de 1616. Porotra parte, los mismos historiadores coinciden en que tanto fr. Luis Sotelo como Hasekura seresitan a volver a Japn sin arrancar antes algn compromiso de mayor alcance; por ello habrandecidido retrasar en lo posible su salida hacia Mxico.En este contexto hemos de situar las dolencias que parecen sufrir a su regreso a Sevillatanto Sotelo como Hasekura: parece ser que, de vuelta a Sevilla, fr. Luis Sotelo sufre la rotura deuna pierna; simultneamente se dice de Hasekura que tambin estaba enfermo, aquejado de unasfiebres . Tanto Sotelo como Hasekura elegiran el monasterio de Loreto como lugar ms propio parasu recuperacin. Por ello algunos investigadores coinciden en aducir -como uno de los motivos- lasdolencias a las que nos hemos referido.Otra circunstancia a recordar y tener en cuenta es el hecho de que, en el propio trminode Espartinas, muy cerca del monasterio de Loreto (a unos 4 kms.) D. Diego Caballero, hermano de 17. Luis Sotelo, tuviese como propiedad la Hacienda de Mexina, hacienda que ya era familiar a laEmbajada por su primera estancia.Ahora bien, a tenor de las circunstancias a las que aludamos ms arriba, entienden lamayora de los investigadores que, tanto la rotura de pierna de Sotelo como las fiebres de Hasekura,no eran ms que argumentos esgrimidos para retrasar la salida hacia Mxico. Parece confirmadoque la rotura de pierna de Sotelo fue real, como se ver ms abajo. En cuanto a las fiebres deHasekura es todo ms dudoso (ms an el hecho de que esas posibles fiebres le impidiesen hacerel viaje)Existe un documento en el que Sotelo pide licencia para embarcarse hacia Amrica,acompaando a Hasekura y su squito, con fecha de 18 de mayo, estando ya en Sevilla, segn nosrefiere Valencia Japn:Ya en Sevilla, en concreto, el 18 de Mayo de 1616, Sotelo firma el siguiente memorialal Rey (AGI Indiferente General 1.442):Seor:Fray Luis Sotelo, de la orden de San Francisco descalzo dice que habindose devolver en la flota que este presente ao se apresta para la Nueva Espaa en compaa delembajador del Rey de Voxu para que libremente pueda hacer su viaje y en la dicha flota puedaembarcarse sin que nadie le estorbe suplica a VM se sirva dar licencia y real cdula en que sehaga mencin del dicho embajador con veinte otros japoneses de su familia.Y del dicho fray Luis Sotelo con dos compaeros el uno llamado fray Francisco deSan Martn, sacerdote y y el otro fray Juan de la Cruz, lego, y con ello recibira favor y merced.En 18 de mayo de 1616Como se ve, en absoluto se hace referencia a una rotura de pierna que pudiese retrasar elviaje (tampoco se alude al episodio de fiebres de Hasekura)El 21 de mayo el Rey expide dos reales cdulas. Una dando licencia para embarcarse alos tres frailes. En la segunda se da licencia para que al Japn que le ynbio el Rey de Boju ledejeis bolver a aquella tierra y llevar veinte japones que trujo consigo sin les pedir informacionesalgunas. Fechada en Madrid a veinte y uno de mayo de mil y seiscientos y dieciseis aos.De la rotura de pierna de Sotelo empezamos a tener referencias el 22 de junio. Con estafecha existe un documento firmado por fray Francisco de San Martn del tenor siguiente:Fr. Francisco de San Martn compaero que soi de fr. Luis Sotelo , descalo de laorden del Sx San Francisco que vino del Japn digo que el Rey nuestro Seor por esta su Realcdula de que ante Usa hago presentacin da lienia al dicho Fr. Luis Sotelo mi compaero paraque pueda bolver a las provincias del Japon y llevarme a mi consigo y a Fr. Juan de la Cruz. Y porestar el dicho fr. Luis sotelo malo en cama quebrado una pierna no puede al presente hacer el viaje(...)Se ve que las autoridades tienen noticias indirectas de la rotura de pierna de Sotelo; yque sta hubo de producirse no en el camino hacia Sevilla, sino mucho despus de haber llegado,casualmente cuando faltaban muy pocos das para que la flota partiese (zarp el 5 de julio).En el expediente ya citado aparece adjunto un certificado mdico, de 18 renglones,firmado por Juan Cachapero de Arvalo. Este documento va claramente fechado en 22 de junio de1616, es decir, el mismo da en que se presentan los dos frailes para decir que Sotelo est con unapierna rota y no puede embarcarse. 18. Por la presente doy fe cmo el padre fray Luis Sotelo est actualmente enfermo en cama de unapierna, la isquierda, con dos heridas abiertas y el un geso de la canilla quebrado, de maneraque por ningn caso se ha podido ni puede hazer fuera para slo tenerse sobre ella, cuanto yms para andar; ni lo podr hazer en muchos das, porque los gesos quebradoss, como son detan dura sustancia, no pueden soldarse tan prieto como la carne y as me parece que en todo elmes que viene tendr bien que hacer en soldar para poder andar y sustentarse en ella y porconsiguientes causas dichas no se podr embarcar en esta flota por estar tan de prximo parapartir y por el riesgo que corre de sucederle mucho ms de levantarse sin tiempo y xxx? sobrelas piernas. Este es mi parecer y lo juro en Dios y mi conciencia Sevilla? a 22 de junio de1616 y lo firmo de mi nombreClaramente es perceptible que este documento, adems de emitir un juicio meramentetcnico, pretende sobre todo justificar que el enfermo no debe moverse, ni mucho menosembarcarse en la flota. Pueden entenderse dos causas como orgenes de este documento. Una seraque, ante la contrariedad de no producirse un embarque previsto, la Casa de Contratacindecidiese enviar un mdico para comprobar la veracidad de los hechos. La segunda posibilidad seraque el mismo Fr. Luis Sotelo enviase junto a los frailes un certificado mdico para dar fiabilidad asus circunstancias.Esta segunda posibilidad presenta algunos inconvenientes; p. ej., no es lgico que en elescrito que presenta Fray Fco. de San Martn y en el que informa de la rotura de pierna de Sotelo nose haga referencia a que existe un informe mdico que se adjunta. Tampoco tiene sentido que, depor s, Sotelo se adelante solicitando un informe mdico si la rotura de la pierna es real: puedepensarse que, si alguien quisiera comprobarlo, que vaya y lo vea.Lo lgico es decantarnos por la primera opcin: que fuese la Casa de Contratacin laque enviase el mdico. Pero tambin aqu tenemos algunas pegas. P.ej., el certificado no hacealusin a quin se lo pide. Tampoco (que sepamos) existe constancia documental de que la Casa deContratacin enviase un mdico (no aparece este informe aludido en los diversos correos que seintercambian Madrid y Sevilla ante la contrariedad supuesta por el embarque fallido). Adems, loque de verdad importaba a la Corte es que volviese el embajador japons y su squito (que eran losque estaban suponiendo ya un gasto excesivo y una situacin incmoda): que se quedase LuisSotelo por haberse roto una pierna no pasaba de ser una circunstancia accidental que no tena porqu requerir mayores averiguaciones.Pero, sobre todo, nos escama un poco la coincidencia de fechas: el 22 de junio sepresentan los frailes y el 22 de junio se firma el certificado mdico. Pensamos que esto sera posibleslo en el caso de que Sotelo estuviese alojado en Sevilla. No parece creible (al menos sera muyllamativo) que se presentasen el 22 de junio (la verdad es que no sabemos a qu hora, pero notendra por qu ser de madrugada) en la Casa de Contratacin los frailes con la noticia y que, deforma expeditiva, se buscase un mdico para subir a Espartinas (tres horas de camino) para ver alenfermo y redactar el informe que firma el mismo 22 de junio (debiendo hacer, en principio, otrastres horas de camino de vuelta). Nada nos indica que en esa fecha estuviese Sotelo, con su piernarota en Espartinas. Pensamos que estara en Sevilla, que all se rompi la pierna y que en Sevilla fueexaminado por el mdico. En ese caso Sotelo subira ms tarde a Loreto para su tranquilarecuperacin..Efectivamente, otro indicio de esto ltimo, es que en la carta de Fco. de Tejada yMendoza a la Corte, con fecha 6 de julio, se dice:Pero esta maana tuvimos noticia de que el Embaxador del Rey de Boju no se enbarcaua, antes sehaba ydo tres leguas de aqu al Conbento de Loreto de frailes Recoletos de la Orden de S. 19. Francisco y al punto, entendiendose que estaua en esta Ciudad el P. Fr. Luis Sotello yo elPresidente le enbie a adbertir del inconveniente que tena quedarse el dicho embaxador y de laorden que tiene de V. Magestad en carta del Secretario Juan Ruz de Contreras de 28 de junio paraque en cumplimiento se ordenasse que no se quedase. Y por no haberse hallado y entendiose deotros frayles estaua tambin en el dicho Conbento de Loreto (...)Es decir, el 6 de julio se pensaba que Luis Sotelo segua en Sevilla, y es cuando seenteran de que estaba en Espartinas, junto al Embajador.Quedara al campo de la pura especulacin si la rotura de pierna de Sotelo fue casual oprovocada: despus de un periplo de casi tres aos cruzando ocanos y continentes sin el msmnimo percance, viene a romperse una pierna (una rotura con dos heridas abiertas) estandotranquilamente en Sevilla, justo una semana antes de salir la flota, cuando nos consta que tena-personalmente- motivos sobrados para no hacer el viaje y evidente necesidad de una excusacreible para evitar el mandato del Rey de volverse a Japn.Tambin, puestos a especular, podra pensarse que el certificado mdico no dice toda laverdad (o nada de la verdad). De hecho, despus de la fecha de expedicin de este certificado novolvemos a tener constancia de que Sotelo permanezca en Sevilla, sino todo lo contrario: lo sitansiempre en el convento de Loreto, junto al embajador. Resulta adems muy llamativo que, con lasadvertencias clarsimas que hace el mdico sobre la imposibilidad de moverse de la cama (que es loque le impide embarcar) s tome un camino de tres leguas para desplazarse a Loreto, en los primerosmomentos de su recuperacin, con el trote de aquellos carromatos por aquellos caminos (cuandoadems en el convento de San Francisco de Sevilla -por no hablar de la posible estancia en la casasevillana de su hermano- hubiese estado perfectamente atendido. Es muy difcil no ver, en la subidaa Loreto, una intencin clara de quitarse de enmedio. De verdad lleg a romperse la pierna?En cuanto a las fiebres sufridas por Hasekura ya hemos dicho que, en la peticin deCdulas para embarcar que realiza Sotelo desde Sevilla con fecha 18 de mayo, no hay ningunareferencia a esta circunstancia.De estas fiebres tenemos noticias en la carta de Fco.de Tejada al Consejo de Indias, de26 de agosto de 1616.:se excus de hacer este viaje en esta nao, por indisposicin y hallarse sangrado algunas vecescon resolucin de no salir sin salud de este convento donde estaba cerca de SevillaSin embargo en otros documentos, al hablar de los motivos por los que Hasekura noquiere embarcar, se elude totalmente el tema de las fiebres, para hablar nicamente de los deseos decompletar su embajada. As, p. ej.:y que por verle Resuelto a que no saldria deste Reyno sin carta de V. Magestad para su Rey porningn casoO tambin:diligencia para que le hiziesse embarcar en cumplimiento del orden de V. Magestad. El dichoembaxador respondio que sin llevar carta de V. Magestad para su Rey no lo puede hazer.(...)Esta exposicin de motivos distintos (diplomticos y enfermedad) se debe, segnentendemos al discurrir cronolgico de los hechos. Hasekura empez dando como motivos para nopartir el deseo de completar la embajada antes de embarcarse. Eso es lo que se expone en lascartas de 6 y 8 de julio. Se tratara, pues, de una decisin voluntaria por parte de Hasekura. Lapresin de la Casa de Contratacin para que embarcase tuvo que ser muy fuerte; tanto que, ya al 20. final, Hasekura ha de recurrir a un motivo de fuerza mayor: su estado de salud (porindisposicin y hallarse sangrado algunas veces con resolucin de no salir sin salud). Este es elmotivo que se refleja en la comuicacin de 26 de agosto, mucho tiempo despus.Por otra parte, resulta curioso que en el expediente de informacin y licencia depasajeros a Indias aparece -entre otros- el documento que presenta Fr. Francisco de San Martnavisando de que Sotelo no podr partir por tener quebrada la pierna, y pide se confirme la realcdula para dejar partir veinte japones que (Sotelo) trujo consigo. En dicho documento NO senombra al Embajador. S se nombra, en cambio, en otros documentos anejos (los traslados de lasreales cdulas -que se emitieron mucho tiempo antes, el 31 de mayo) y en la concesin de licenciapor parte de la Casa de Contratacin, con fecha de 23 de junio. La omisin de la persona delEmbajador en el escrito de Fr. Fco. De San Martn es un lapsus? obedecer a una omisinintencionada, conociendo ya el deseo del Embajador de no embarcarse? Si esto segundo es cierto,hay que entender que durante su presentacin en la Casa de Contratacin siguieron silenciando laintencin de no embarcarse por parte del Embajador, y por ello el presidente de la Casa deContratacin se sorprende cuando esta maana tuvimos noticia de que el Embaxador del Rey deBoju no se enbarcaua, antes se habia ydo tres leguas de aqu al Conbento de Loreto de frailesRecoletos de la Orden de S. FranciscoEn cualquier caso parece claro que tanto Sotelo como Hasekura llegan a Sevilla sinproblemas de salud y que, por eso, solicitan las cdulas de embarque; y que, curiosamente, Soteloalega la rotura de su pierna pocos das antes de salir la flota (lo mismo que Hasekura alegando susmotivos) trasladandose ambos a tres leguas de Sevilla, al monasterio de Loreto.Pensamos, en definitiva, que Sotelo y Hasekura, al llegar a Sevilla, mantienen laesperanza de recibir algn documento o carta con respuesta concreta y positiva a alguna de suspeticiones. Por eso formalizaran las gestiones de embarque hacia finales de mayo. Cuando yaqueda muy poco para salir (la flota sala alrededor de la fiesta de S. Juan Bautista, 24 de junio) yconstatan que no llega nada, Sotelo decidira fingir? exagerar? provocarse? alguna dolencia?rotura? de la pierna y, junto a Hasekura, se desplazan a Espartinas (Loreto) para quitarse deenmedio y dificultar las presiones que -saban- iban a sufrir, para embarcarse. A las pertinentesreclamaciones de embarque, Hasekura se niega a veces por necesidad de completar su embajada,otras por motivos mdicos.Hemos dejado para el final la carta que Luis Sotelo escribe al Rey un ao despus detodo esto (el 20 de abril de 1617) y en que rememora estos hechos. Como se ver la versin deSotelo sobre algunos aspectos es bien distinta a nuestras conclusiones y podra implicar un discursodiferente al expuesto.El texto que nos interesa es el siguiente:Despus de haber besado la mano a Vuestra Magesad, el ao passado para embarcarme con elembajador del Japn en la flota que fue a la Nueva Espaa, viniendo a Sevilla en el camino se mequebr una pierna: convalecido algo de ella hize la instancia posible al embajador para que nosembarcsemos y como no tuviesse despacho alguno ni respuesta de Vuestra Magestad para su Reydetermin de no hazerlo, y aunque despus de la partida de la flota lleg la respuesta no teniendopor seguro embarcarse en el navo que ava quedado atrasado por hallarse falto de salud, deseosoque yo convaleciese ms, tampoco se embarc en l (...)Sotelo afirma haberse roto la pierna en el camino hacia Sevilla. Podra pensarse queSotelo, efectivamente, sufri dicho accidente (a la altura de Toledo, Despeaperros, Crdoba...?) yque creyera -llegado a Sevilla- que dicha rotura de pierna no le impedira el embarque hacia Nueva 21. Espaa. En ese caso el informe mdico (22 de junio) se redact cuando Sotelo llevaba ms de unmes con la pierna rota. Puede ser que en ese momento vea que no se recupera y que un viaje tanlargo como el que le esperaba no iba a ser posible: de ah la comunicacin el 22 de junio de que nopuede embarcarse. Y, efectivamente, el mdico certificara (22 de junio) que el enfermo no deberamoverse:(...)que en todo el mes que viene tendr bien que hacer en soldar para poder andar ysustentarse en ella y por consiguientes causas dichas no se podr embarcar en esta flota por estartan de prximo para partir y por el riesgo que corre de sucederle mucho ms de levantarse sintiempo (...). Aunque lo expuesto no deja de ser posible resulta poco creible que, si la descripcinmdica (pasado ms de un mes desde la fractura) fuese real, Sotelo hubiera podido realizar el viajeen carromato por aquellos caminos muchos kilmetros antes de llegar a Sevilla; y que, en cambio,recin llegado a Sevilla (en el estado en que llegara) se viera con posibilidades de embarcarse unmes despus.A rengln seguido Sotelo afirma que (...) convalecido algo de ella (la rotura de pierna)hize la instancia posible al embajador para que nos embarcsemos y como no tuviesse despachoalguno ni repuesta de Vuestra Magestad para su Rey determin de no hazerlo (...). Ya vimos queel 22 de junio, en la solicitud de embarque que presenta Fr. Francisco de San Martn, no se alude alEmbajador: se peda permiso slo para los frailes y veinte japones. En la nota a pie de pginadesarrollamos las posibles conclusiones de estas circunstancias: el 22 de junio Hasekura tena yadecidido no partir. Por ello la Casa de Contratacin le indicara a Sotelo que convenciese alEmbajador (lo que se refrendara con la expresin de Sotelo arriba citada: hize la instancia posibleal embajador para que nos embarcsemos). A la vez la Casa de Contratacin escribira a Madrid,poniendo al corriente a la Corte. sta responde con carta de 28 de agosto (del Secretario, Juan Ruzde Contreras) insistiendo en que han de zarpar hacia Nueva Espaa. A partir de ah vendran lasexcusas de Hasekura (falta de mejoras para la embajada y despus falta de salud).Estas ltimas consideraciones pueden arrojar un poco de luz sobre toda una cuestinque, evidentemente, sigue manteniendo puntos oscuros. 22. VI. QU PERODO DE TIEMPO PERMANECIERON EN ESPARTINAS LOSMIEMBROS DE LA EMBAJADA KEICHO?Ya hemos visto cmo el 18 de mayo Luis Sotelo escribe desde Sevilla solicitando elpermiso de embarque para l, otros franciscanos, Hasekura y otros veinte japoneses. No tenemosnoticias concretas de dnde se alojaron al llegar. Siempre se ha hablado del monasterio de Loretocomo lugar inmediato de residencia, pero esto no nos parece en absoluto lgico. Es evidente que suidea era partir un mes despus. No haba ningn motivo para no residir en Sevilla, ms anesperando -como estaban- posibles noticias positivas de Madrid. Era muy importante estar junto asus posibles valedores ante la Corte y lo ms cercanos posible a la salida y llegada de correos. Portodo ello pensamos que debieron quedarse en la capital hispalense, seguramente en el convento deS. Francisco (la Casa Grande). De hecho era all donde pensaban alojarse tras su llegada a Sevillados aos antes, si no hubiera mediado el cabildo sevillano para mejorar la estancia al alojarlos enel Alczar.Por lo relatado en el epgrafe desarrollado ms arriba sobre el porqu residieron enEspartinas, concluimos que Sotelo y Hasekura subiran a Espartinas alrededor del 22 de junio (daen que se presenta en la Casa de Contratacin Fr. Fco. de San Martn). Estos hechos han venido aconfirmarse con la reciente aparicin del expediente matrimonial de Juan Agustn Japn (con fechade 27 de junio de 1616), en el que uno de los testigo declara que el Embajador (...) al presente estaen el Convento de nuestra Sra. de Loreto (...). Por la forma de expresarse debera llevar ya almenos uno o dos das en dicho monasterio, por lo que corrobora la hiptesis de que Hasekuraempezaran a residir all hacia el 22 de junio. Desde luego el 6 de julio ya no estaban en Sevilla.Hasta qu fecha permanecieron en el Loreto Hasekura y Sotelo? En la carta deFrancisco de Tejada (con fecha de 20 de junio de 1617) se nos dice expresamente que Hasekura seencontraba en el Monasterio de frailes descalzos donde vive desde que lleg, que llaman denuestra seora de Loreto, seal inequvoca de que Hasekura, aunque hiciese salidas temporales(extremo que habr que dilucidar) mantuvo residencia permanente en dicho monasterio hasta susalida hacia Japn.En cuanto a Sotelo es una suposicin (pues no tenemos prueba documental) quetambin continuara all hasta que acompaase a Hasekura en su vuelta. De hecho, en la carta recincitada, habla Fco. de Tejada de que envi al punto a buscar al padre Sotelo, y no estaba en laciudad, lo que nos lleva a interpretar que segua encontrndose de forma habitual en Espartinas.Otra prueba de esto mismo es que, en un acta del cabildo sevillano en el que se acuerda entregar unadocumentacin a Luis Sotelo (hablamos de abril de 1617), se especifica que (...) de pasar porciudad, que se le den todas las que pidiere hasta que se vaya (...). Es decir, que se aprovechasealgunos de los momentos en que estuviese en Sevilla capital, luego -de forma ordinaria- no estabaall (sino, lgicamente, en Espartinas). 23. VII. CUNTOS MIEMBROS DE LA EMBAJADA KEICHO PERMANECIERON CONHASEKURA EN ESPARTINAS?Ya vimos al inicio, al enumerar los documentos y fuentes en los que se citabaexpresamente la segunda estancia de Hasekura y Sotelo en Espartinas, cmo en el LibroMemorial del monasterio de Loreto se manifestaba que, al volver la embajada desde Madrid,pasaron aqu el dicho P. Fr. Luis, el Embajador y Criados hasta que tuvieron orden de marcharal Japn. Aparecen aqu dos o ms acompaantes japoneses como servicio personal de Hasekuracosa que, por otra parte, nos parece absolutamente lgica. Curiosamente, en los otros cuatrodocumentos se alude exclusivamente a las personas de Sotelo y Hasekura, sin hacer mencin algunaa posibles sirvientes japoneses que acompaasen en su estancia al Embajador. No es extrao queeste detalle no aparezca ya que las citas -como hemos hecho notar- son muy parcas, propias de unlenguaje oficial, y se centran en lo verdaderamente importante para las autoridades espaolas: la 24. persona del Embajador.Hemos de dar por vlida la afirmacin de que Hasekura, durante su estancia en elLoreto, estuvo acompaado por otros japoneses. Pero por cuntos y quines?La cuestin numrica en todo lo referente a la embajada Keicho es, claramente, unenigma. Pero hay que acercarse -por fuerza- un poco a esta cuestin si de verdad pretendemosrazonar cuntos y quines fueron los japoneses que residiran en Espartinas. Por ello, al final de estetrabajo, hemos dedicado el ANEXO I al estudio de esta cuestin asumiendo la hiptesis de quefueron treinta y uno los japoneses que desembarcan en Sanlcar y viajan a Madrid. Posteriormenteveintids de ellos siguen camino hacia y Roma, y terminan regresando en 1616 a la Villa y Corte.Nueve japoneses se habran vuelto de Madrid a Sevilla. En dicho ANEXO I creemos razonarsuficientemente estas cifras aunque, insistimos, se trata nicamente de una hiptesis.Considerando, pues, que fueron veintids los japoneses que regresan a Madrid tras elperiplo europeo, deberamos centrarnos ya en los japoneses que vuelven a Sevilla y, de esos, enlos que terminaran recalando en Espartinas.En este sentido es fundamental el documento en el que Sotelo pide licencia paraembarcarse hacia Amrica, acompaando a Hasekura y su squito, con fecha de 18 de mayo,estando ya en Sevilla, segn nos refiere Valencia Japn y ahora recordamos:Ya en Sevilla, en concreto, el 18 de Mayo de 1616, Sotelo firma el siguiente memorialal Rey (AGI Indiferente General 1.442):Seor:Fray Luis Sotelo, de la orden de San Francisco descalzo dice que habindose devolver en la flota que este presente ao se apresta para la Nueva Espaa en compaa delembajador del Rey de Voxu para que libremente pueda hacer su viaje y en la dicha flota puedaembarcarse sin que nadie le estorbe suplica a VM se sirva dar licencia y real cdula en que sehaga mencin del dicho embajador con veinte otros japoneses de su familia.Y del dicho fray Luis Sotelo con dos compaeros el uno llamado fray Francisco deSan Martn, sacerdote y y el otro fray Juan de la Cruz, lego, y con ello recibira favor y merced.En 18 de mayo de 1616Ya vemos que en este documento, muy prximo a la salida y estando en Sevilla, se pidelicencia para 21 pasajeros japoneses. Es decir, ya se nos habra quedado un japons, bien enMadrid o bien en Sevilla, pero sin disposicin de partir hacia Japn.Creemos que el abandono correspondera al que se conoce como Thoms Phelipe,cuya cuestin examinaremos en el ANEXO II de este trabajo.Cuando, al final, dos meses ms tarde, terminan embarcando slo trece japoneses,hemos de concluir que se quedaron siete acompaando a Hasekura. Quines seran estos siete?.Por otra parte, de los siete japoneses que se quedaron con Hasekura hubo dos que noembarcaron un ao despus. Es muy grfica la carta de Fco. de Tejada, con fecha de 27 junio 1617,en que creemos se sobreentiende que los acompaantes de Hasekura en su viaje eran los miembrosjaponeses que an le acompaaban en Espartinas:Escrib a V.M. la diligencia que haba hecho con el padre Sotelo para la partida delJapn y fuila continuando con el mismo de manera que se ha resuelto a irse con la gente que le haquedado que son cinco japoneses (...). 25. A Hasekura le han quedado (dispuestos a volverse con l) cinco japoneses de losveintiuno que le acompaaban cuando lleg de Japn y de los siete que se haban quedado sinembarcar en la flota de 1616. Evidentemente hubo otros dos miembros que le abandonaron a lolargo de ese ao, o al menos debieron abandonarle a la hora de volverse a Japn. Ms adelanteestudiaremos la situacin de penuria econmica en la que vivi Hasekura y su squito, motivo porel que pudieron animarse algunos miembros a no continuar con el grupo y comenzar una nuevavida instalndose en Espaa.La situacin ha venido a complicarse ltimamente porque, como veremos en el ANEXOIII, han aparecido documentos que confirman el que alguno/s de los nueve miembres que sevolvieron desde Madrid hacia Sevilla en junio de 1615 tambin permanecieron en el entornoSevilla-EspartinasVIII. QUINES FUERON LOS JAPONESES QUE ACOMPAARON A HASEKURA EN 26. ESPARTINAS?Adems del nmero, nos habamos propuesto intentar identificar los nombres deaquellos japoneses que permanecieron en Espartinas en esta segunda estancia. Despus de estudiartodo el proceso de la embajada y los nombres que aparecen, aclarar la cuestin propuesta resultaimposible. Pero creo que merecera la pena hacer algunas consideraciones.Al final de este trabajo (en el ANEXO I, en el que estudiamos la cuestin nmrica dela misin diplomtica) se dan una serie de nombres concretos relativos a los japoneses queformaron parte de la embajada. Estos nombres aparecen -sobre todo- con motivo de la estancia enRoma, aunque en otros momentos (Sevilla y Madrid) hay documentos en los que se alude a algnjapons en concreto, refiriendo su nombre. En este sentido se han de considerar los nuevosnombres conocidos en los documentos descubiertos ltimamente referidos a los japoneses que sequedaron en Sevilla (a toda esta cuestin se dedica el ANEXO III).Hay que considerar que la grafa de la poca ya altera los nombres espaoles (Thoms-Toms-Tom para la misma persona). Mucho ms ocurre con los nombres japoneses, tratndose aveces en textos castellanos, italianos y latinos. Por ello se nos ha de excusar cierta libertad a la horade dar el nombre de cada ciudadano japons.Dicho esto y volviendo a los ya citados ANEXOS I y III, vemos cmo nicamentepodemos aludir al nombre de dieciseis japoneses concretos (incluidos el Embajador) comomiembros que realizaron el viaje completo de la Embajada en Europa (Sevilla-Madrid-Roma-Madrid-Sevilla-Espartinas) a los que habra que aadir otros cinco nombres de los japoneses que,llegados a Madrid, permanecieron un ao en Sevilla a la espera de que volviese Hasekura y susquito del periplo europeo.Ofrecemos una primera relacin correspondiente al grupo de los que hicieron el viajecompleto:Felipe Francisco Hasekura Rokuyemn (Embajador)Thomas Tachino Cafioe, Pedro Itami Somi y Francisco Noma Fampe (Caballeros de honor).Paulo Camilo Alonso Codera Gheghi (Secretario de Hasekura)Simn Sato Kuranojyo, Tom Tanno Kiuji, Toms Yajiami Kamio Yajjiemon, Lucas YamaguchiKanjuro (Contador?) y Giovanni Sato Tarozayenon (Nobles y gentiles hombres)Joan Harada Kanemon y Gabriel Yamazaki Kansuke (Peregrinos)Diego Mohioye, Nicols Joan Kyuzo, Gregorio Tokuro y Toms Sukeichiro (Palafreneros)En cuanto al segundo grupo (los que se volvieron desde Madrid en junio de 1615),conoceramos los siguientes nombres:Juan Agustn JapnLucas AntonioJuan BautistaPedro JapnJuan de la Cruz JapnA estos nombres habra que aadir el de Thoms Phelipe, japons miembro de la 27. Embajada que termin volviendo a su tierra en 1622 y que permaneci durante un tiempo en Zafra.Parece lgico que junto a Hasekura se quedase su secretario personal. Tambin seralgico que quedase con l algn sirviente domstico. Adems entendemos que se quedaran conHasekura algunos miembros muy cercanos a su persona y que fuesen vlidos para cualquiercometido de la embajada, pensando en la posibilidad de relevar a Hasekura si le pasase algo(recordemos que ya haba pasado por fiebres) durante el tiempo de permanencia en la Pennsula.A la vez tambin es lgico pensar que Hasekura quisiese que, en el viaje de 1616,volviesen algunos de los japoneses principales que le acompaaron por Europa, como primerosemisarios (o quiz, nicos, ante la incertidumbre del futuro) hacia su seor Masamune.Segn las anteriores reflexiones nos atreveramos a dar nicamente el nombre delsecretario personal de Hasekura (Paulo Camilo Alonso Codera Gheghi) como ms seguroacompaante. Habra que descartar, en cambio, a Juan Agustn Japn, que en junio de 1616 acababade casarse con Ana de Barahona. 28. IX. EN QU LUGAR DE ESPARTINAS ESTUVIERON VIVIENDO LOS MIEMBROS DELA EMBAJADA KEICHO?Hasta ahora se ha considerado siempre que tanto Sotelo como Hasekura y susacompaantes residieron en el monasterio de Ntra. Sra. de Loreto, durante su segunda estancia enEspartinas. Esto est documentado -como hemos visto- respecto a Hasekura y Sotelo. Tambinparece documentado que hubo acompaantes de Hasekura (criados) que estuvieron en dichomonasterio. Pero se tratara de todos los acompaantes o slo de parte de ellos? La cuestin seplantea porque hemos llegado a concluir que, al menos al principio, a Hasekura le acompaaronotros siete miembros de la embajada. Si consideramos que en el monasterio se dara un situacin decierta estrechura, creemos que a Hasekura no le sera posible la compaa del squito completo,teniendo que limitarse su atencin personal ms inmediata a un nmero de acompaantes msreducido (quiz su secretario y un sirviente domstico) Y el resto del squito?No podemos olvidar que en la misma Espartinas se encuentra la Hacienda de Mexina,propiedad del hermano de Luis Sotelo. Ya esgrimimos al comienzo de este trabajo que estacircunstancia podra ser una de las razones por las que Hasekura y -sobre todo Sotelo- eligen elmonasterio de Loreto para su segunda permanencia en tierras sevillanas. Esta circunstancia se vereforzada si tenemos en cuenta que ya haban permanecido durante varios das en esta hacienda enel mes de noviembre de 1614, recin llegados a Sevilla. Nos parece bastante creible que Hasekurapermaneciese en el monasterio con no ms de dos criados como servicio inmediato y que en lacercansima hacienda de Mexina pudiesen haberse albergado el resto de los japoneses que, paracualquier eventualidad, estaran muy prximos.Ms arriba hemos aludido a la situacin de estrechura en que se encontraba elmonasterio de Loreto sobre esas fechas. Esta cuestin es fundamental, no slo para poderdesarrollar el cmo vivi Hasekura y su squito durante su estancia en Espartinas, sino tambin parafundamentar una de las premisas sobre la que reconstruimos toda la historia: la necesidad de queparte del squito viviese en la cercana hacienda de Mexina.No se poseen datos concretos sobre la poblacin conventual del monasterio en 1616pero s algunos datos muy cercanos. Sabemos que durante la segunda mitad del siglo XVI el 29. convento funcionaba como Casa de Estudios, de la que sabemos que acoga por entonces a unostreinta frailes que cursaban Filosofa; adems siguiendo de nuevo las noticias proporcionadaspor el padre Gonzaga, sabemos que a finales de siglo vivan en Loreto 36 religiosos sacerdotes, 20estudiantes y 10 legos. Lo que nos da una poblacin de 66 miembros franciscanos, lo que suponeun nmero ya algo elevado (an reconociendo que, en aquella poca, las poblaciones conventualesse movan -numricamente- en otras dimensiones que las actuales).Aunque los propios legos atendiesen los aspectos ms domsticos de la vida conventual,debemos aceptar que, independientemente de lo que fuese la zona de clausura del convento,hubiese algn tipo de construccin aneja en la que viviese otro tipo de personal -que se verareducido a lo imprescindible- para atender labores externas al monasterio: provisin de alimentos,mantenimientos bsicos, alguna labor agrcola o ganadera. En estas casas anejas es dondedebieron de alojarse Hasekura y sus criados: no debemos olvidar que el rgimen de clausura enaquellos momentos fue de los ms estrictos, lo que haca inviable la residencia en la clausura de losexpedicionarios japonesesAdems ya veremos cmo el paso de la comitiva japonesa por el convento franciscanode Madrid supuso una muy mala experiencia, con reiteradas quejas del padre Guardin al Rey.Adems hay que recordar que en Madrid se contaba con una asignacin de la Corona para elmantenimiento de la embajada en el convento, incluso con la posibilidad de reclamar daos yperjuicios en un momento dado (como de hecho ocurri). En cambio durante la permanencia enLoreto (como ya se ha tratado anteriormente) se haba suspendido ya cualquier tipo de ayuda para laestancia en Espaa, cortndose tambin cualquier otro tipo de comunicacin: slo se esperaba quemarcharan en la primera ocasin que hubiere. Hasekura y los suyos hubieron de sobrevivir conparte de los 375.000 maravedies asignados para la salida (el 4 de julio de 1616) de los dos frailes ylos trece japoneses que embarcaron.Hay otros datos para pensar que, aquel monasterio originario de principios del XVI, sehaba quedado ya muy pequeo hacia las fechas de nuestra embajada.Al comenzar la centuria (siglo XVIII), dado que las dependencias conventuales eranaun las mismas que se construyeron tras la fundacin del monasterio, con la sola reforma de laiglesia en 1607, era evidente la necesidad de una ampliacin que pudiese dar cabida a un nmerode religiosos que no haba dejado de crecer desde entonces.Este texto deja claro que hacia 1616, casi un siglo despus de su fundacin, a excepcinde la iglesia, la obra edificada del monasterio era bsicamente la misma; y sabemos tambin quedesde su fundacin, la comunidad franciscana no haba dejado de crecer, desarrollando unaactividad enorme en todos los sentidos durante la segunda mitad del XVI. Por fuerza, hacia 1616-17debera notarse ya la saturacin de sus espacios.Atendiendo, quiz, a la necesidad de preservar un digno culto conventual, hacia 1607 elCardenal de Sevilla don Fernando Nio de Guevara acude a sufragar la ampliacin de la iglesia,pero el resto del monasterio continuara en su situacin de estrechura.Por todo lo anterior nos ha parecido lgico considerar que la mayor parte del squito deHasekura se hubiese alojado en la hacienda de Mexina, quedando Hasekura y un servicio mnimoalojados en el monasterio de Loreto. La distancia entre Loreto y Mexina (4 kms.) viene a cubrirseen un paseo de 40 minutos a pie, lo que facilitara una comunicacin prcticamente inmediata entreHasekura y los miembros de su squito.A todas estas reflexiones hay que aadir la circunstancia (desarrollada en el ANEXO 30. III) de que varios japoneses se quedaron a vivir en territorio espaol, sin volver a Espaa, en elmbito de la familia Caballero de Cabrera. Es decir que, entre las casas sevillanas de dichafamilia y la hacienda de Mexina, en Espartinas, hubo cierto trasiego de miembros japoneses de laEmbajada no slo durante la permanencia del Embajador en Loreto, sino tambin una vezabandonada la Pennsula por Hasekura y sus ltimos acompaantes.X. RELIQUIAS DE LOS MRTIRES JAPONESES LLEGADAS AL MONASTERIO DELORETOSe conservan noticias documentales de que al monasterio de Loreto llegaron, comomnimo, dos reliquias de los mrtires cristianos que murieron en Japn en 1697. La primera de estasreliquias fue trada por Fray Marcel e Ribadeneyra. El texto que lo corrobora es el siguiente:Frai Marcello Ribadeneyra Comisario de Jappon doi fe, y verdadero testimonio como Un huesoque di al P. Fr. Mathias de Villalon Guardian de Este Convento de Nuestra Seora de Loreto: esde uno de los veinte y seis Martires de Japon por que yo le traxe de la Philippinas adonde estabanmuchos huesos de los dichos Martires. Y de ellos es el que yo dexe a el dicho P. Guardian paraEste Santo convento, y por ser verdad lo firm de mi nombre afirmando tambien que un testimonioque queda con la dicha Reliquia es fielmente sacada del que dio el seor Obispo de Jappon acercade los Santos Martires fecho a veinte y quatro de Mayo de mil quinientos y noventa y nueve Aos.Fr. Marcello de Rivadeneyra.La segunda de las reliquias la trajo Luis Sotelo, dejndola en el monasterio segn constaen el libro memorial:Trajo a este Convento el P. Rr. Luis Sotelo una Reliquia del Str. Mrtir S. PedroBautista, Comisario del Japn que hoy est en la Sacrista con su autntica.Si estos dos documentos son muy claros, no lo es tanto dnde se encuentran lasreliquias a las que se refieren. Tradicionalmente se haba aludido a unos relicarios en formapiramidal, de madera dorada, que contienen un buen nmero de huesos y que, actualmente, seencuentran sobre la cajonera de la sacrista del monasterio. Realmente existe documento alguno quecertifique esta identificacin. Nosotros no dimos mucha validez a esta informacin porque, entre 31. otras cosas, se habla de huesos cuando en la autntica se especifica claramente que se trata deun hueso.Por otra parte pareca que dichos relicarios estaban perfectamente identificados comopertenecientes al antiguo retablo ejecutado hacia 1607, y que contenan uno de ellos los huesos deS. Hiplito y, el otro, los huesos de Santa Modesta. Pero estas afirmaciones las hemos de descartarporque hemos encontrado en el libro de inventario de 1646, cuando an exista dicho retablo, unaalusin a los dos relicarios piramidales como piezas independientes: Dos pirmides de trescuerpos de vidrieras doradas llenas de reliquias. Con sus fundas de madera.Todo lo que llevamos visto hace que no podamos determinar con exactitud dndepodran encontrarse los huesos de aquellos cristianos martirizados en Japn en 1597 y que fuerontraidos al monasterio de Loreto. Se impone, en primer lugar, el estudio de los dos relicariosaludidos, desmontndolos y examinando si en su interior llegara a encontrarse algn tipo deinscripcin o documento que arrojase luz sobre la proveniencia de los huesos que contienen. En unsegundo momento se podra acudir a algn tipo de estudio cientfico que pudiese aportar algn tipode datos sobre dichos huesos (principalmente cronolgicos).Mientras tanto podemos lanzar una hiptesis: los dos relicarios existen al menos desde1647, y son relicarios de gran relevancia tanto por el continente (son obras de gran tamao y valorartstico) como por su contenido (gran cantidad de huesos que, adems, son de un tamaoimportante). Es cierto que slo se han documentado dos huesos correspondientes a los mrtiresjaponeses (trados en 1599 y 1614-17). Pero Sera posible que tras la expulsin de los franciscanosdel Japn (pocos aos despus) se trajeran (desde el mismo Japn o desde Filipinas) ms huesosprovenientes de aquel martirio y que, unidos a los que trajeron en su da Ribadeneira y Sotelo,fuesen guardados en esos relicarios cuya existencia conocemos pocos aos ms tarde?. Hay quehacer constar la importancia que se les da a estos relicarios cuando se les habilita un lugarprincipal en el retablo dieciochesco que preside la actual sacrista.Por ahora deberemos seguir esperando a que nuevos datos confirmen o desmientan talhiptesis. 32. XI. CMO ERA LA ESPARTINAS QUE CONOCI HASEKURAEl municipio de Espartinas entre 1616 y 1617Aunque no se pueda realizar una descripcin detallada de cmo era el municipio deEspartinas que lleg a conocer Hasekura, s tenemos suficientes datos como para hacernos una ideamuy cercana. La mayora de estas informaciones nos han llegado gracias a los trabajos deinvestigacin que en su da desarrollaron Antonio Herrera Garca y Francisco Amores Martnez, yque sirvieron para editar la obra Espartinas. Historia. Arte. Religiosidad popular ya citada encaptulos anteriores.La mayor parte de los datos sobre la poblacin de Espartinas hacia 1616 se puedendeducir del censo realizado quince aos despus, en 1631, con motivo del proceso de venta delseoro de Espartinas a D. Diego Caballero de Cabrera. Teniendo en cuenta que no hubo en esosaos ningn motivo por el que pudieran producirse cambios significativos, son perfectamentetrasladables a 1616 las deducciones que Antonio Herrera hace sobre el censo ya citado:Este censo nos arroja un total de 110 vecinos, aadidos a los cuales los que vivan enlas haciendas del trmino se alcanza la cifra de unos 125.(...) Por supuesto que este nmero devecinos era el de las familias existentes, ya que el de habitantes o almas era bastante mayor y, en elcaso de este vecindario de Espartinas alcanzaba los 404, que con los de las haciendas del trminorebasaba algo los 450. Esto supone una media de algo ms de tres personas y media porfamilia(...).En lo tocante a la dedicacin y condicin de estos vecinos, slo se nos indica que tres 33. de ellos eran clrigos, entre los que se contaba por supuesto el cura de la villa, otro era sacristn,varios de ellos estaban empleados como caseros, tanto en las casas que algunos vecinos de Sevilla,propietarios de tierras del trmino de Espartinas posean dentro de la propia poblacin, como enlas que tenan en las propias haciendas, siete criados y criadas, de los que cuatro de ellos estabanal servicio de la familia Maldonado, y dos esclavas, una de ellas precisamente al servicio de unode los clrigos. La mayor parte de los vecinos, aunque ello no sea consignado en el texto del censo,se dedicara casi con toda seguridad a las faenas del campo.Suponiendo que a cada familia censada corresponda una casa, por esas fechas habraen Espartinas unas cien de ellas, poco ms o menos, todas ellas alineadas a ambos lados de lo queentonces se llamaba la Calle Real y actualmente constituye la carretera o avenida de la alcaldesaMara Regla Jimnez, que era la nica calle que por entonces exista. Por fuerza tenemos quefigurarnos a estas casas como viviendas muy modestas, con solo la planta baja o con algnsoberado para chismes y granos, destacando entre estas casas las de los hacendados sevillanos, enprimer lugar las de Melchor Maldonado, que pensamos que son las que actualmente llevan elnmero 111 (), ya que coinciden en parte con la descripcin que se hace de ellas en la poca, alser una casa espaciosa con bodegas y otras dependencias y que daban a la Calle Real y al caminode Villanueva, y las casas del presbtero Lucas Pinelo y las de los hacendados sevillanos Pedro deAngulo, Toms de Castaeda y Antonio de Lara.En el censo de 1631 aparecen las edades de la mayora de los hijos de los matrimonioscensados, lo que nos permitira (restando los quince aos pertinentes) saber incluso los nombres yapellidos de muchos de los habitantes de Espartinas que fueron testigos de la estancia de Hasekura ysu squito, y que coincidiran muchas veces en los caminos y actos de la vida social de Espartinasdurante aquel ao. As, p. ej., Cristbal Romn y Catalina Vela, su mujer, tienen un hijo de edadde 22 aos, llamado Bartolom, y una nia de 2 aos, llamada Mara. De algunos habitantes, porcircunstancias concretas, tenemos constancia ms documentada para situarlos en la Espartinas de1616-17. Es el caso del escribano Pedro Snchez Borrego, quien consta que en 1631 llevaba ya 30aos ejerciendo como tal en Espartinas. De este ltimo se dice en el censo Pedro Snchez Borregoy Ana de Medina, su mujer; hijos, Constanza Garca de 20 aos, Ana de 17 aos, Isabel de 15,Catalina de 8, Fernando de 12; criado Juan Becerro. (Todos eran moradores de la calle Real, lanica que exista)Por otra parte, a tenor de otra serie de documentos de gobierno de la villa (de principiosdel XVII), se pueden deducir otra serie de consideraciones en cuanto al casero de Espartinas.Una primera constatacin que se efecta en estos textos es la de que durante el tiempode todo este proceso no existan an casas de cabildo o consistoriales en las que el concejo de lavilla celebrase sus reuniones o ayuntamientos. Expresamente se dice en un pasaje de la toma deposesin que los cabildos se acostumbraban a tener en la casa del escribano, donde tambin seguardaban los papeles o archivo del propio concejo. En otro lugar hemos podido leer que algunareunin del cabildo se celebr en casa del alguacial mayor, Melchor Maldonado, y es muy posibleque a veces estas reuniones -que no eran muchas al cabo del ao- se tuviesen en casa del algunode los alcaldes o regidoresOtras dependencias concejiles o municipales eran la crcel pblica, que se hallababajo el cuidado y la vigilancia de un carcelero, que muchas veces sola ser un alguacil ordinario omenor y en las que por lo general aparecan los usuales avos de este tipo de dependencia, talescomo grilletes, cepos o cadenas; la carnicera, que era tambin generalmente propia del concejo,que las arrendaba, sacndolas anualmente a subasta; un corral del concejo, lugar rodeado de unacerca de estacas y alambres, en el que se encerraban o acorralaban las cabezas de ganadoembargadas o el ganado mostrenco del que se desconoca su dueo, y por ltimo unas eras de usocomn, que pensamos que podan estar situadas aproximadamente en el lugar que hoy ocupa el 34. Ayuntamiento nuevo y la plaza inmediata.Ya hemos dicho que el casero propio de Espartinas se cea a las casas que, a uno yotro lado, se asentaban junto a la Calle Real. Podemos entender tambin que dicho caserofinalizaba antes de llegar a lo que hoy llamamos Plaza de la Cruz, ya que dicha cruz parece situarse(como en otras poblaciones) en el lugar que ocupaba la horca, y que estableci Caballero deCabrera en la salida de la villa, en el camino Real que iba a Sanlcar la Mayor.Dentro del trmino de Espartinas se encontraban dos ncleos de poblacinindependientes y de cierta importancia: Paternilla de los Judos y Cazalla de Almanzor. Ademsexistan ya (y con importancia reseable) las haciendas de Loreto, Tablantes y Mexina.Paternilla de los Judos era un ncleo poblacional muy cercano al casco urbano deEspartinas, y tena iglesia propia. Hacia 1556 la parroquia de la Asuncin de Espartinas estabantimamente ligada a la de San Bartolom, del lugar de Paternilla de los Judos, una pequeapoblacin que exista entonces entre Espartinas y Villanueva del Ariscal; sabemos que ambasparroquias tenan un mayordomo comn, unos libros sacramentales tambin comunes para losfieles de ambas feligresas, y probablemente tambin un mismo cura prroco. Esta vinculacintendra consecuencias importantes () porque cuando la pequea iglesia de San Bartolom fuederribada a finales del siglo XVII, por no ser necesaria para la corta poblacin de Paternilla,parte de sus materiales y de su patrimonio pasaran a engrosar el de la fbrica parroquial deEspartinas.En el censo poblacional de Paternilla de los Judos aparecen relacionados nicamente 15habitantes. En cuanto a Cazalla Almanzor, en el censo poblacional de 1631 aparecen 31 habitantes.(siempre entendemos estos datos como poblacin estable, independientemente de los ocupantestemporales motivados por labores agrcolas de temporada).Qu queda del monasterio de Loreto que conoci HasekuraEn cuanto a la fbrica del monasterio hemos de recordar que gran parte de lo que hoyconocemos no exista en aquella poca, pues lo que nos ha llegado es fruto de las grandestransformaciones que sufri el monasterio en el siglo XVIII (un siglo despus de abandonarHasekura el Loreto).Fundamentalmente quedan dos elementos: lo que hoy en da es la sacrista (y que en1616 se corresponda con la capilla mayor de la iglesia conventual de entonces) y el claustrodenominado mudjar. Hemos de sealar que, en el primer caso, nos estamos refiriendo bsicamentea su parte constructiva, y no a la decorativa. En el caso del claustro tambin nos referiramos a losaspectos bsicos de su construccin, sin tener en cuenta pequeas diferencias en lo morfolgico quepudieran darse en aquellos momentos.En lo referente a esculturas o pinturas importantes que pudiesen existir hacia 1616hemos de resaltar, en primer lugar, la imagen de Ntra. Sra. de Loreto, muy distinta realmente a laque conocemos hoy, ya que en aquella poca se mantena como una imagen de vestir. En segundolugar podemos hablar de la imagen de San Diego de Alcal, que an existe. El resto de esculturas ypinturas de cierta importancia que hoy existen son de aos posteriores a la estancia de Hasekura enel monasterio.Cmo era la iglesia parroquial que conoci HasekuraDespus de algunas importantes reformas, la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la 35. Asuncin presenta un aspecto bien diferente a la que conoci Hasekura. Intentaremos dar una ideade cmo era aquel templo y tambin qu enseres, pinturas, esculturas...que an conservamos fueronvistas y apreciadas por el embajador japons.El ncleo ms antiguo del edificio es el espacio constituido por las tres naves con suscubiertas de tejas al exterior, y al interior las dos hileras de tres arcos cada una sobre anchospilares que separan la central, ms ancha, de las laterales; adosada al ltimo de los arcos estarala antigua capilla mayor, ms pequea que la actual, pues no haba crucero propiamente dicho, ya los pies, en el mismo lugar que en la actualidad, se hallaba el coro y la portada principal, cuyapuerta de acceso se corresponda con el campanario en forma de espadaa. Se trataba por tantode una edificacin de tipo mudjar, no muy espaciosa, que aunque originalmente se edific en elsiglo XVI, hubo de ser muy reformada parcialmente, segn todos los indicios, entre 1655 y 1667.Ya vemos que todo lo referente al actual crucero de la iglesia, capilla sacramental y dela Virgen de Consolacin, y actual sacrista no existan en 1616. Por supuesto el retablo mayor quetena entonces el templo era bien diferente al de ahora .Tampoco exista en 1616 el friso arquitectnico que recorre la parte superior de losarcos de la nave central . En cambio es muy posible que, salvo algunos retoques decorativos, yaexistiese la actual espadaa-campanario de la parroquia.De las esculturas puede afirmarse que ya existan el Cristo de la Sangre, una Virgen delRosario (anterior a la actual) y la Virgen de Consolacin.Tambin existan en aquel entonces la magnfica Cruz Parroquial, el cliz de estilotardogtico, un copn de traza renacentista y un vaso para el Vitico, de finales del siglo XVI.Cmo era la hacienda de Mexina hacia 1616Las noticias que tenemos sobre Mexina no corresponden exactamente a 1616, sino aunos cincuenta aos antes. Pero poco poda variar, en aquella poca, la fisonoma de una haciendacomo Mexina en tan pocos aos. Como ya dijimos, era propiedad de D. Diego Caballero deCabrera, hermano de Luis Sotelo. La heredara otro Diego Caballero de Cabrera (hijo de aquel) quesera el primer seor de Espartinas, por compra de dicho seoro a la Corona en 1631.Sabemos que hacia 1555, adems de los olivares y vias que correspondan a lapropiedad, contaba Mexina con molinos de aceite, almacn de sal, norias, albercas, lagar depiedra y viga saliente, palomar, hornos, silos, silos de aceitunas, casero, bodegas, una arboleda ycasas cogederas. Seguramente en este casero se habran albergado los acompaantes japonesesde Hasekura en el caso de que hubiesen terminado recalando en Mexina. Hay que tener en cuentaque ordinariamente los dueos de Mexina vivan en la capital hispalense y que estas haciendasestaban perfectamente preparadas para alojar transentes por ms o menos tiempo.Asentada sobre una antigua alquera, la Hacienda de Mejina estaba dedicadaprincipalmente al cultivo del olivar y via, hecho que hemos podido deducir viendo en el inventariode los bienes cmo las tierras que estaban vinculadas a la Hacienda estaban dedicadas al cultivode la vid y el olivo. Tambin suponemos que debi dedicarse a la industria derivada de dichasmaterias primas, como quedaba probado con la existencia de molinos de aceite o bodegas en lahacienda.As que, conviviendo con estas tareas agrcolas (segn los ciclos y estaciones) y con elpersonal dedicado a las tareas de recoleccin y manufactura, debieron pasar esos meses losjaponeses que acompaaban a Hasekura. 36. XII. CIRCUNSTANCIAS DE LA VIDA DE HASEKURA Y SU SQUITO ENESPARTINAS 37. Apoyados en algunos datos histricos, lo que hacemos a continuacin no es ms queuna serie de reflexiones alrededor de las circunstancias que rodearon el tiempo de vida de Hasekuray su squito en Espartinas durante su segunda estancia. A veces se podrn considerar comohiptesis; otras nicamente como circunstancias a tener en cuenta de cara a futurasin