la farmacia moperna

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LA FARMACIA MOPERNA Revista quincenal Profesional y científica FUNDADORES DON LUIS SIBONI Y DON ANGEL BELLOGIN DIRECTOR DON MODESTO MAESTRE IBÁÑEZ TOMO XL.-ANO 1929 DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN Paseo del Prado, 16, 3.° derecha.—Teléfono 17494. MADRID %

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LA FARMACIA MOPERNA

R e v i s t a q u i n c e n a l

P r o f e s i o n a l y c i e n t í f i c a

FUNDADORES

DON LUIS SIBONI Y DON ANGEL BELLOGIN

DIRECTOR

DON MODESTO MAESTRE IBÁÑEZ

T O M O X L . - A N O 1929

DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN Paseo del Prado, 16, 3.° derecha.—Teléfono 17494.

MADRID

% •

ÍNDICE ADBABETICO

Págs.

Comités paritarios 204 Concursos para proveer cargos de

farmacéuticos titulares 30 Desinfecciones. Solicitudes para

practicarlas 284 Enfermedades que se consideran

como infecto-contagiosas 267 Epizootias. Declarando no procede

modificar su Reglamento 251 Estupefacientes. Reglamento 228 Estupefacientes. Disponiéndose sus­

penda la aplicación del Regla­mento 282

Estupefacientes. Venta por almace­nistas 268

Estupefacientes. Disponiendo remi­tan los Subdelegados relación de existencias en almacenes 32

Especialidades dentales. Contribu­ción y preparación 46

Farmacéuticos titulares. Reglas por los concursos 30

Natel y nateíná. Su provisión en las farmacias de la Beneficencia 220

Odontólogos. Autorizándoles a re­cetar ciertos medicamentos 220

Sello sanitario en las muestras de especialidades....... . . . . 372

Specopan. (No necesita receta ofi­cial) 266

Subdelegados. Derechos de revisión de títulos — , 92

Sueros. Unificando el criterio entre productores 172

Págs.

Sueros y vacunas para el ganado .. 315 Sueros y vacunas. Receta para ve­

terinarios 252 Sueros. Reglas para su envase 47 Unión de productores de especiali­

dades. 140 Veterinaria. Sección en los Institu­

tos de Higiene 71

SECCION C I E N T I F I C A

Abastecimientos de aguas 67 Aceite de hígado de bacalao aromá­

tico . . . 10 Aceite de hígado de bacalao. Su in­

dustria . . 133 Aceite de hígado de bacalao sinté­

tico 224 Aceites esenciales. Constantes fí­

sicas 152 Aceite de orujo. Reconocimiento,.. 295

» de oliva. Determinación de su pureza 246

Acido acetil salicílico. Comprimidos 359 Acido sulfofénico 247

» sulfuroso en los mostos 263 » úrico. Determinación ., 283

Acidos oxigrasos y su poder coleste-rinígeno 345

Acerca de la muerte por entrada de aire en el torrente circulatorio... 149

Acónito. Jarabe 188 Agave salmiana 243 Aguas. Su depuración bacteriana

por cloramina 129

I V

Págs.

Agua dentífrica sin alcohol 153 » oxigenada. Acerca de su neu­

tralización 225 Agua oxigenada. Su conservación . 325

» INlétodo rápido para distinguir su pureza 328

Agujas de acero. Su ensayo 27 Aire. Medios para depurarle . 17 Ajo. Lna proporción de 263 Albuminato férrico. Preparación ... 11 Alcaloides. Determinación rápida

en las drogas 295 Alcohol. Su empleo en las quema­

duras 313 Algodón mentolado 330 Alimentación de los lactantes 187 Alimentos. Intoxicación por los 345 Alopecias post-infecciones. Trata­

miento — 345 Alumbre en las harinas 27 Aminas cetónicas en los anestési­

cos 350 Ampollas de medicamentos. Prepa­

ración 339 Análisis de carnes 129 Anemia por alimentación con leche

de cabra 356 Anestesia local. Preparación de di­

soluciones 244 Aniodol 247 Antipirina efervescente 362 Aparato Micro-Pavi . , 33 Arsénico. Reconocimiento 201 Arsenito potásico: Estabilización de

sus disoluciones 201 Argogaina. Sellos 329 Aspirina. Valoración en mezclas

con atofán y cafeína 102 Aspirina granulada 363 Atofán. Valoración en mezclas 102 Aurotiosulfatos sódicos comerciales 334 Avertina 167 Azafrán. Investigación de adultera­

ciones 327

Págs.

Azufre coloidal 199 Azúcares reductores. Determina­

ción mediante el ferrocjanuro 245 Bacilos diftéricos Disolución para

colorearlos 297 Bacterias. Su análisis químico 264 Bandolina 58 Bellotas. E l café y la horchata de

bellotas, antidiarreicos 217 Bencidina. Reacción de la.. 312 Bicarbonato sódico. Incompatibili­

dad con el salicilato , . 146 Bilis de buey. Su empleo como in­

secticida 281 Black-rot, mildiou y oidium. Con­

tra el 150 Bromo. Su industria en Alsacia 28 Bromhidrato de homatropina. Este­

rilización 24 Bronquitis. Poción contra la 298 Bromoformo. Jarabe de. 316 Cacao. Determinación de la grasa y

cantidad de 13 » Polvo nutritivo 219

Cafeína. Valoración en mezclas 102 Calcio. E l e c c i ó n de compuestos

para enmiendas de terrenos 202 Calcio. Factores que influyen en su

metabolismo , 171 Caliza y fosfatos de cal 227 Calomelanos. Toxicidad e incompati­

bilidades 55 Carbón mineral. Su adsorción en te­

rapéutica 297 Carbonato cálcico precipitado y pul­

verizado. Distinción 326 Carnes. Su análisis 129 Catarros nasales. Contra los 362 Cerebrina Fournier 247 Cerveza y vino. Investigación de

fluoruros , 245 Citrato de magnesia en polvo • 331 Cloramina. Depuración del agua... 128 Clorhidrato de cal guayacolado. . . . 298

v — P ágs.

Cloruros dobles de quinina y bismu­to. Preparación

Colodión contra los sabañones Comparador universal para pH. .. Comprimidos antisépticos

» de ácido acetilsalicílico. Contenido gástrico. Determinación

del coeficiente de dilución del té de prueba. • • • •

Constitución química y toxicidad... Constantes físicas de algunos acei­

tes esenciales Coprología. Tipos coprológicos en

lactantes Crema de jabón para afeitarse Cremas. Reconocimiento de las sus­

tancias para darles consistencia. * Creta al mercurio Depuración del agua con cloramina Desinfección. Ideas generales... Digital. Infusión de hojas de

> Estabilización de la digital y sus preparados....

« Digitalis ferruginea ». Reconoci­miento farmacológico

Digitalina Nueva fórmula Disolución para colorear bacilos dif­

téricos. Disolución de clorhidrofosfato de cal

guay acolado Disoluciones para anestesia local... Dolor de muelas. Contra el Doloroserum-Liniment Efedrina v pseudoefedrina. Distin­

ción Elixir alimenticio de Duero

» fosfo-creosotado....... de terpina Gonnon.

» de galega . . . . Emulsión contra la bronquitis

» Una nueva Ensayo de la tintura de yodo ofici­

nal , , Ensayo del carbonato amónico

293 188 254 314 359

65 106

153

162 30

13 23

129 34

226

312

164 281

297

298 244 90

167

215 247 298 414 414 330 53

244 371

Págs.

Enseñanzas de Fisiología en la Es­cuela de Farmacia. . . . . . . 149

Ergosterol, luz solar, rayos ultra­violeta, vitamina D y medicación antirraquítica 222, 240 y 254

Esencia de pino 152 » para el baño 152 » de menta. Su acción anti­

sépt ica— 107 Esencia de eucaliptos. Datos acer­

ca de 351 Esencia. Algo sobre las naturales .. 1 Ephedras de la India : 294 Euprina Vernade 414 Excipiente graso para pomadas of­

tálmicas 247 Excipiente pilular 147 Espliego. Cultivo, aprovechamiento 194 Estreñimiento. Contra el . . • 414 Extracto de nuez vómica 294 Extractos flúidos y titulares. Causas

de formación de precipitados 2AA Extractor de sangre 157 Extracto fluido de frángula 345 Fenoltaleína: Toxicidad 312 Fermentaciones puras en vinifica­

ción 359 Fertilización de las tierras mediante

carbonatos . . . 265 Flora bacteriana de las astas de toro 283 Fluoruros en vinos y cervezas. ...., 245 Forúnculos. Contra los 90 Fumigaciones perfumadas 152 Glucosa en orina 33 y 186

» en sangre. 282 Goma tragacanto. Acción del calor

sobre el mucílago , 185 Gomas. Método para distinguirlas.. 225 Granulado Calma-Freukel. . , 363 Grasa del cacao. Determinación. .. 13 Gripe. Pomada contra l a . . . . . . . . . . . 188 Harina. Investigación del blanqueo. 41

» de maiz. Reconocimiento en el trigo 311

— V I

Harinas blanqueadas. Métodos para distinguirlas

Harmina Hidrólisis de la madera por los áci­

dos Hidrógeno sulfurado. Dispositivo

sencillo para obtenerlo .. . Hidrohexalina para preparados de

jabón Hígado. Supresión de las dificulta­

des para administrarlo Historia del regaliz en farmacia Hipocloritos. Determinación del ál­

cali libre en sus disoluciones. Hipobromito sódico. Preparación rá­

pida del reactivo Impermeabilización de depósitos de

cemento Incompatibilidad de las mezclas de

salicilato y bicarbonato s ó d i c o — Incompatibilidades. Algunas fórmu­

las farmacéuticas. Incontinencia de orina. Contra la. . . Indice de yodo. Unificación de los

métodos. Influencia de un factor inusitado en

la acción de algunas drogas Infusión de hojas de digital . Inhalaciones, Mixtura para Insecticidas a base de arsénico. . . . Insectos, Contra los.. Inscripciones en porcelana y vidrio. Intoxicaciones por alimentos , . Inyector de sueros, vacunas y toda

clase de inyecciones medicamen­tosas.... ....

Jabón quitamanchas » o pasta de arena

Jabones, Método standart para su análisis

Jarabe de acónito » bromoformo compuesto » de glicerofosfato compuesto. » tónico compuesto

Págs.

361 246

12

87

152

139 225

27

105

172

146

89 188

167

149 126 188 352

14 71

345

365 121 108

274 188 346 16 91

Págs.

Jarabe simple, estabilización 325 Jarabes y licores de frutas. Detalles

'para prepararlos 179̂ Jodex.. 246 L a acción terapéutica de los colo­

rantes: Función de su constitución 366 Laboratorios. Técnicos simplificados 55 Lactofosfato de cal. Disolución inal­

terable 219 Lápices para los labios 108 Lecitina de huevo. Obtención . . . . . 294 Legumbres. Acción de su jugo so­

bre la secreción gástrica 149 Legumbres. Para darlas color ver­

de 120' Leche. Microcolorimetría para su

azúcar 148 Leche. Catalasimetría 94 y 100

» Papel para su examen 26 Leches malteadas en polvo. Deter­

minación de la grasa . 134 Limpieza de objetos de hierro oxi­

dado 70 Linimento amoniacal 219 Líquido digitálico para inyecciones. 311

» quitamanchas 121 Loción para después de afeitarse... 58 Lopion 166> Maderas. L a sosa empleada para fa­

vorecer el encolado 71 Malvavisco. Modo de emplearlo 263; Manchas. Cómo pintarlas 203 Mariscos. Su control bacteriano 136 Menta americana. Su origen 55 Metabolismo del calcio 171 Método de Rónchese y reacción de

Kahn , 318 Metales pesados Método para admi­

nistrarlos 87 Mientras llega el médico . . . 20, 50,

100, 159, 285 y 343 Molde para supositorios 14 Mucílago de goma tragacanto. Ac­

ción del calor sobre el 185

— V I I —

Págs. Págs .

Optoquina básica en terapéutica . . . 360 Optica clínica. Nociones de 78 Orina 6, 33, 40, 61, 84, 110 y 186 Oxicianuro de mercurio. Reconoci­

miento en el cianuro 28 Oxicloruro térrico. Preparación 11 Papel pintado. Para hacerle lavable 203 Papel indicador para el examen de

l e c h e . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Para favorecer la salida del pelo... 5̂3 Pasta Beck 188 Pellidol, Pomada de. 166 Peptona. Preparación para usos te­

rapéuticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215 Picaduras de dípteros. . . . . . 188 Pildoras ántihepáticas Deboury.... 246

» de fósforo 362 '» aritipalúdicas . . . . . . . . . . . . . 188 '» (excipiente) 147

Piróla. Su acción d i u r é t i c a . . . . . . . . 25 Polvos para dar brillo a las u ñ a s . . . 58

» contra el sudor de pies 58 Polvo de cacao nutritivo . . . . . . . . . 219

» de extramonio compuesto 346 Pomadas oftálmicas. Excipiente.... 247

» contra la poliartritis reu­mática 330

Pomadas antirreumáticas 139 » antihemorroidales 139

Prescripciones no frecuentes 165 Pulmoserum Éailly 346 Quemaduras. Tratamiento por el ta-

nino y alcohol. 247 y 313 » Oculares ipor cal viva.

Tratamiento 265 Reacción Fachini para reconocer el

aceite de orujo 295 » deKahn 317 » Scllheim para determinar el

sexo 125 » rápida de Donris y Beck . . . 87 » Torgaola en el líquido cefa­

lorraquídeo 135

Real Colegio de Farmacéuticos de Madrid. Concurso . . . . 307

Regaliz. Su historia en Farmacia... 225 Sacarina. Como reactivo de la albú­

mina.. 312 Sachet para perfumar ropa 228 Salicilato a altas dosis 312 Salicilato sódico. Su incompatibili­

dad con el bicarbonato 146 Sangre. Manera de asegurar su con­

servación. 135 » Importancia de su análisis

químico.. . . : : 141 » Mucosa e n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237

Sarna. Notas prácticas para su tra­tamiento... : 56

» Tratamiento..... 67 Seguro de Maternidad. Informe 197 Sellos antidiarreicos.. . . . . . . . i 371

» medicinales. Su digestibili-dad ; . . 13

» de argonina . . . . . . . . . . . . . . 329 Senecio Hultata o «Lampazo» . . . . . . 324 Serodiagnóstico. Cómo se hace un.. 206

» de la sífilis por opa­cidad y floculación 288

Serorreacción Bordel-Wassermann. Su valor diagnóstico 296

Schampdo en polvo y líquido 45 » de brea 58

Síntesis orgánica. Cien años de 51 Soluciones de arsenito potásico. Su

estabilización 201 Sulfato bórico como indicador de la

actividad del sulfúrico en los desecadores 325

» de 2-fenil B-animo-etanol. Su examen 166

Sumbul. Preparaciones 104 Supositorios de argocromo 371 Tabletas antinerviosas 16 Talio. Sulfato de. Su toxicidad 25 ranino. Su empleo contra las que­

maduras 247

— V I I I

Págs.

Tapbiment 246 Tegin. . . 218 Teluro. Su estudio y empleo contra

la lepra 120 Tierras. Su estudio bacteriológico.. 137 Tinturas y extractos fluidos. Forma­

ción de precipitados 244 Tintura de yodo. Nuevo disolvente. 280

» » oficinal. Su ensa5To 244 amoniacal de quina. . . . . . . . 298 de quillaya.. . , 325

Toneles. Pasta para tapar los orifi­cios de los. 203

Trigo. Tratamiento previo del que se va a sembrar 329

Tuberculosis. Estado actual de su tratamiento < — 270

» pulmonar. Empleo de sales de manganeso 43

Tubos de ensayo. Su empleo como envase . . . . . . . . . . . . 45

Ultravirus 208 Unificación en la determinación de

la actividad terapéutica de los me-

Págs.

dicamentos. ,173,190,208,257,277, 290, 305 y 322

Ungüentos y cremas de caléndula.. 280 Urolitina Ergon 346 Urotropina. Nueva reacción 280 Uroseptina 346 V a c u n a c i ó n antituberculosa con

B. C. Y 107 Valeriana. Preparaciones 104 Vermífugos 107 Vetiver. . . . . 227 Verdes Schoveinfurt empleados en

agricultura 281 Vitamina D 222 y 240 Vitaminas. Comprobación y titula­

ción. 89 Vitaminas en obstetricia y gineco­

l o g í a . . . . . . . . . . . 302 Vinos y cervezas. Fluoruros 254 Vinicultura. Ventajas de calentar la

uva 171 Vinificación. Las fermentaciones pu­

ras en.. . . . . . . . . 359 Vómitos en los lactantes 138

La F a r m a c i a Moderna REVISTA CIENTÍFICA PROFESIONAL

AÑO XL.—NÚM. 1, D I R E C T O R

M. Maestre IbáHez, MADRID, 10 ENHRO 1929.

ALGO SOBRE ESENCIAS NATURALES por JOSÉ BAYONA Y SÁNCHEZ,

Doctor en Farmacia.

Las excitaciones que en su trabajo titulado "La Química y el bienestar ma­terial de los pueblos" dirigía el ilustre Dr. Piñerúa a ;la c'lase farmacéutica espa­ñola para que venciendo su tradicional apatía orientase sus trabajos en el sentido de explotar la riqueza natural de nuestra gea, fauna y flora, me decidieron a ele­gir como tema de mi trabajo doctoral Ja obtención y estudio de esencias naturale& destiladas utilizando plantas que espontáneamente viven en los alrededores del pueblo en que ejerzo la profesión, o que en él se -cultivan para otros fines. De esta forma trataba de llenar dos objetivos: El primero, consagrar al estudio de la com­posición, caraoteres, propiedades antisépticas, etc., de algunas esencias, un t ra­bajo que, si merecía la aquiescencia de los Sres. Catedráticos de la Facultad de Farmacia, daría f in a mis estudios oficiales encaminados a lograr el título de doctor. El segundo objetivo sería el de demostrar a mis queridos compañeros los farmacéuticos rurales, que es verdaderamente inconcebible dejemos perder una riqueza que tan pródigamente nos brinda .la tierra y a la que podríamos llegar oon sólo dedicar, en determinadas épocas del año, unas horas diarias al trabajo de recolección y elección de materiales, seguido de su Cuidadosa destilación.

Dentro de la. modestia de un trabajo de la índole experimental del presente, hecho con escasez de medios materiales y sin más guía y consejo que los tam­bién modestos conocimientos adquiridos en mis estudios profesionales, creo ha­ber logrado 'lo que me proponía.

Dediqué gran parte de mi trabajo a hacer un detenido estudio de las esencia* consideradas bajo el punto de vista general. Estudio preciso, ya que con su cono­cimiento podemos orientarnos diebidamente en la forma de hacer la recolección, eligiendo la época apropiada según las ideas que en la actualidad rigen acerca del origen de las esencias; orientarnos también en la forma de conservar los materia­les y en la elección de los más adecuados procedimientos de destilación, rect i f i ­cación, etc. Todos esos datos y estudios no es posible enumerarlos en este extrac­to y sólo procuraré, en el transcurso de él, hacer hincapié en algunas experien­cias, apuntando el fundamento por el cual elegí un procedimiento' o un determinado ensayo, con exclusión die los demás.

Elegí para mi tesis doctoral las tres eslpecies vegetales que con más abundan­cia viven en este término o sea el eucalipto, el romero y el tomillo. Obtenidas y estudiadas sus respectivas esencias pude dar por terminado el trabajo, pero eo mi deseo de hacer éste lio más útil posible, quise ampliar las experiencias reali­zadas, aplicándolas a una esencia die gran uso terapéutico y cuya destilación en España, según mis noticias, no había sido realizada por nadie.

La esenoina de quenopodio fué la elegida y para mayor utilidad del estudio que pretendía hacer de este producto reputado hoy como de excelentes resultados en la anquilostomiosis, adquirí una muestra comerciar y determiné sus caracte­res, índices, etc., al mismo tiempo que lo hacía con la esencia obtenida por mí, Y creo pueda ser de algún provecho este estudio comparativo de muestras de una

L A F A R M A C I A M O D E R N A

esencia a cuyo conocimiento no se había prestado hasta la fecha gran atención, y en el que he puesto a falta de otras cualidades, toda mi buena voluntad.

Y ya explicado someramente el motivo y alcance de mi modesto estudio de algunas esencias naturales, pasaremos a la descripción de éstas, reducida en mi extracto a los datos más importantes.

ESENCIA DE EUCALIPTO

La obtuve destilando en alambique de corriente de vapor las hojas frescas del Eucalyptus globulus. Labill. (Fam. Mirtáceas.)

De las aguas madres obtuve también esencia valiéndome del procedimien­to consistente en saturarlas de cloruro sódico y tratamiento por éter sulfúrico, que al separarse arrastraba la esencia que saturaba dichas aguas.

Por destilación de la solución etérea separaba la esencia sin gran gasto, ya que el éter me servía para ulteriores tratamientos.

El rendimiento aproximado1 (te la destilación de las hojas de eucalipto fué el de 1 por 100. Y en este punto he de hacer constar la importancia que tiene la época de la recolección en relación con el rendimiento en esencia, pues aquélla ha de ser precisamente inmediatamente anterior a la época de fecundación, ya que está demositrado por el análisis que las esencias no son productos de excre­ción come algunos autores 'aseguraban, sino que, por el contrario, intervienen ac­tivamente en los trabajos químicos de fecundación y fructificación durante los cuales son parcialmente consumidas.

La esencia de eucalipto (Oleum Eucalipti verum), debidamente rectificada por nueva destilación en corriente de vapor, se presenta como un líquido fluido, de color ligeramente amarillo, de olor penetrante y agradable y sabor picante que deja en la lengua una sensación de frescura.

Su densidad a 15° C. «es de 0,914. Se disuelve en 1 vol. (te alcohol de 90°, en 2 del de 80° y en 20 del de 70°. Hierve entre 170° y 175° C. Indice de refracción a 15° C. = 1,4694. Poder rotatorio: 6o 20'. Tensión superficial: El agua destilada, saturada de esencia, da para cada cen­

tímetro cúbico XXX gotas, en una pipeta en la que obtuve XX gotas para un cen­tímetro cúbico de agua destilada pura.

Este dato es digno de tenerse en cuenta porque, aparte de las teorías que lo relacionan con la toxicidad de los productos, aclara el punto de la circulación de la savia durante la primavera, circulación que se hace posible gracias a la dis­minución que las esencias producen en la tensión superficial de diciho líquido.

La reacción de la esencia es ácida. Haciendo resbalar unas gotas de bromo por las paredes de un tubo de ensayo

en el que de idéntica forma se ha puesto antes esencia de eucalipto se ve apare­cer en dichas paredes un precipilado de color rojo-cereza (reacción del eucaliptol).

Disuelve bien al iodo, tomando color rojo. Tratada por una solución de iodo y ioduro potásico se forman unos cristalitos

amarillentos que quedan pegados a las paredes del tubo de ensayo (reacción del eucaliptol). .. También da la reacción del felandreno, con el nitrito sódico, éter de petróleo

y ácido acético. Con el ácido clorhídrico' toma color melocotón. Con el ácido nítrico toma color rojizo, espesándose la esencia. Con el ácido sulfúrico toma color rojo pardo, que pasa a melocotón por adi­

ción, de alcohol. La reacción es exotérmica. . Con el ácido fosfórico oficinal se forman dos capas; la inferior anaranjada y

L A F A R M A C I A M O D E R N A

la superior lechosa. Esta se va espesando hasta formar un magma glutinoso. Tam­bién es la reacción exotérmica.

Tratada por una solución de vainillina en alcohol y ácido Clorhídrico, se forma una coloración azulada, que pasa a amarilla por adición de solución débil die sosa.

Aldehidos, acetonas y fenoles.—No contiene. Guando en una esencia encontremos aldehidos o fenoles, al determinar des­

pués el índice de éter deben eliminarse por agitación con legía de sosa al 3 ó 4 por 100. Abofa, que en estos casos puede suprimirse la determinación de este ín­dice, por ser la de aldiehídos y fenoles bastante más importante.

Indice de acidez (IA).—2,02. Indice de éter (TE).—14,5. Indice de saponificación (IS).—16,52. Indice de acetllación (LEA).—24,28.

La determinación de este índice está basada en la siguiente reacción:

C,o Hn O H + C H3 C ^ o > O = H17 - O - C H 3 - C O + C H 3 - C O O H

C H 3 C Q Eucaliptol.—Contiene en volumen 59 por 100. Propiedades antisépticas.—^Prescindiendo en este resumen de la exposición

de trabajos y teorías que me impulsaron a practicar experiencias encaminadas a demostrar el poder antiséptico de las esencias estudiadas, anotaré solamente el satisfactorio resultado obtenido en un caso particular.

Dadas las dificulades con, que se tropieza para encontrar un antiséptico que tenga acción sobre el bacilo tífico', sin que al mismo tiempo actúe sobre el coli-bacilo, elegí estos gérmenes practicando mis trabajos de la forma siguiente: Sem­bré en agar simple inclinad» el bacido de Eberth y el Colibacilo de Escherich, se­paradamente, e impregné la parte del tapón de guata que queda dentro die los respectivos tubos de cultivo, de esencia de eucalipto. En otros tubos hice otras siembras, pero sin añadir la esencia con objeto de que me sirviesen de testigos. Tuve varios días las siembras en la estufa a 37° C, pudiendo advertir al final de ellos que en los tubos 'testigos con siembras de B. Eberth y de Colibacilo', res­pectivamente, germinaban ambos iabundantement-e; en el tubo en que sembré el segundo de ellos en atmósfera de esencia, también hubo germinación, aunque no abundante. En cambio en el que sembré el B. tífico en atmósfera de esencia, no pude observar ni una sola colonia.

Este poder antiséptico electivo de la esencia de euicalipto (que creo soy el p r i ­mero en señalar) lo he comprobado en diversas ocasiones y empleando muestras procedentes de diferentes destilaciones. Lo juzgo de gran importancia y por haber hecho mi trabajo con escasez de medios y recurriendo en casos como éste a la amabilidad de algunos compañeros de la capital que pusieron a mi diisposición los necesarios aparatos de que mi pequeño laboratorio carece, no he podido ahon­dar en estas experiencias que creo debieran ampliarse en el sentido de hacer ac­tuar sobre cultivos en medios líquidos y sólidos diferentes dosis de esencia de eucalipto y también de eucaliptol. Me atrevería a predecir resultados altamente satisfactorios.

ESENCIA DE ROMERO

La obtuve destilando las sumidades floridas del Rosmarinus officinalis. L. (Fam. Labiadas.) Rendimiento.—1,50 por 100. La esencia (Oleum Rosmarini) rectificada se presenta como un líquido flúido,

L A F A R M A C I A M O D E R N A

casi incoloro (débil tono amarillo), de olor penetrante y agradable y sabor can-foráceo y aromático.

Densidad a 15° G.—0,912. Se disuelve en 1 vol. de alcohol de 90°, en 11 del de 80° y en 20 del de 70°. Hierve a 160° G, aproximadamente. Indice de refracción a 15° G.—1,4782. Poder rotatorio 4- 5° 15'. Tensión superficial.—En la misma pipeta empleada en la esencia de eucalip­

to', da 1 c. c. XXXI gotas. Reacción.—Acida. Disuelve bien el iodo, tomando color rojizo. Gon el ácido clorhídrico se enturbia, tomando aquél color rojizo. Gon el ácido nítrico toma color amarillo; la zona de separación tiene color rojo. Gon el ácido sulfúrico toma color rojo que por adición de alcohol pasa al verde

intenso. La reacción es tumultuosa y exotérmica. Decolora la solución clorofórmica de bromo. Gon la solución de vainillina en alcohol y ácido clorhídrico aparece una co­

loración violeta,, que por adición de una solución débil de sosa pasa a amarilla. Aldehidos, cetonas y fenoles.—No contiene.

. IA = 1,85 IE = 5,1 IS = 6,86 IEA = 38

Propiedades antisépticas.—En atmósfera de esencia de romero germinaron los bacilos de Eberth y de Escherich algo menos que en los tubos testigos.

BSENGIA DE TOMILLO

Destilé las sumidades floridas del Thymus vulgaris L . (Fam. Labiadas). Ren­dimiento.—1 por 100.

La esencia (Oleum Thymi) rectificada como las anteriores, pero añadiendo además el tratamiento por carbón animal, se presenta como un líquido amari­llento, flúido, de olor penetrante y sabor canforáceo, cálido y aromático.

Densidad a 15° G.—0,920. Hierve alrededor de los 185° G. Poder rotatorio.—No conseguí ver pasar la luz en el polarímetro. Esta inac­

tividad comprobada en varias esencias españolas parece indicar que el poder ro­tatorio que le asignan algunos autores debe referirse a muestras de esencias ex­tranjeras.

Tensión superficial.—Un centímetro cúbico de agua destilada saturada die esencia da en la pipeta empleada para anteriores determinaciones XXXI gotas.

Soluble en 1 vol, de alcohol de 90° y en 3 vol. del die 80°. Re a ce i ón.—Ac i da. Disuelve bien al yodo, tomando color rojizo. Gon el bromo hay elevación de temperatura y coloración azul, que luego pasa

a verdosa. Gon el ácido clorhídrico se enturbia y toma color rojizo. Gon el ácido nítrico toma coloración frambuesa. Gon el ácido sulfúrico toma color rojo siendo la reacción exotérmica. Si se

añade solución acuosa de glucosa aumenta de temperatura y en el fondo del tubo se precipita una masa violácea que el ácido acético disuelve tomando1 color rojo oscuro (reacción del timol).

Tratada por una gota de percloruro de hierro toma color pardo-verdO'So (reac­ción del carvacrol).

L A F A R M A C I A M O D E R N A

Con unas gotas de solución de vainillina en alcohol y ácido clorhídrico toma color rojo, que pasa a amarillo por adición de solución débil die sosa.

Aldehidos y cetonas.—'No contiene. Fenoles.—Contiene en volumen el 45 por 100. Timol.—Contiene el 33 por 100. Propiedades antisépticas.—Repartida la experiencia ya anotada se observa

germinan los dos bacilos bien, pero algo' menos que en atmósfera de esencia de romero.

ESENCIAS DE QUENOPODIO

Obtuve la esencia diestilando las sumidades floridas del Chenopodium ambro-sioides var. anthelmintioum. (Fam. Quenopodiáceas.) Rendimiento.—0,90 por 100.

La muestra comercial die esta esencia la adquirí con el marchamo y precinto de una casa alemana de gran garantía.

Se presentan ambas esencias rectificadas, como líquidos de color amarillento, de olor intenso y desagradiable (bastante más fuerte en la comercial) y de sabor cálido y amargo1.

A continuación detallo en forma de cuadro los principales caracteres de estas dos esencias:

Densidad a 15° C Punto de ebullición.. Indice de refracción a 15° C. Poder rotatorio Reacción con el iodo

» con el ácido nítrico..

» con el ácido sulfúrico.

» con solución de vaini-nilla en ácido clorhídrico y al­cohol

Indice de acidez » de éter » de saponificaciói; » de acetilación

Cantidad de ascaridol en volu-

ESENCIA ESPAÑOLA

0'930 170° C.

1'4723 — 4o 40'

Exotérmica.

Exotérmica; toma coloración roja.

Exotérmica con proyección de vapores y coloración negra.

Formación de grumos blanco-rosados. A l baño-maría co­loración avellana.

1'95 6'I2 S'O?

192

31 0/o

ESENCIA ALEMANA

0'974 180° C.

1'4729 — 5o 6'

Exotérmica con proyección de vapores.

Exotérmica con proyección de vapores y coloración roja.

Es más violenta que con la es­pañola. También color negro

Idéntica reacción que con la española.

I'IS 5'98 7'16

260

610/„

Como complemento y aclaración del cuadro anterior, anotaré algunos datos más, obtenidos en el estudio de estas esencias:

El agua destilada saturada de esencia española da por cada centímetro cúbico XXXIV gotas y con esencia alemana XXXVI.

Las reacciones que señalo en el cuadro como exotérmicas, son violentísimas, sobre todo en la esencia comercial. Son producidas seguramente por el ascaridol. En las muestras comerciales hay que investigar la esencia die trementina, pues algunas de esas violentas reacciones pudieran producirse como consecuencia de la presencia fraudulenta de dicha esencia. Ni ésta, ni la presencia de alcohol, etc., fué acusada por las diferentes reacciones empleadas en la muestra de esencia adquirida del comercio.

La reacción con la solución de vainillina, la dan algunos autores como dife­rencial entre una verdadera esencia de quenopodio y una suerte comercial que

L A F A R M A C I A M O D E R N A

con tal nombre se vende, siendo así que solo es una mezcla de mentol, eucalip-tol, etc. Por esta razón creo oportuno detallar la reacción y el reactivo empleado. Está compuesto éste die: Vainillina: 0,50 gramos. Acido clorhídrico : 90 gramos. Alcoftiol de 90°: 10 gramos. La reacción con la mezcla que señalo es la siguiente: En frío no da los grumos blancos que observamos con la verdadera esencia de quenopodio. En bañomaría se produce una coloración azulada que acaba siendo verde sucia. (Se emplea un centímetro cúbico de esencia y I I gotas del reactivo.)

Como final, anotaré que hay que usar die gran precaución en la administración con fines terapéuticos de la esencia de quenopodio, ya que be podido comprobar lo que acerca de sus resultados dicen algunos investigadores, o sea que paraliza el nervio acústico y algunas veces el centro respiratorio. Debe, por tanto, admi­nistrarse en pequeñas dosis, seguidas de administración de aceite de ricino, con objeto no sólo de expulsar dos gusanos adormecidos por la esencia, sino también para evitar la permanericia del vermífugo en el intestino, y es precaución ele­mental el suprimir la medicación en cuanto se noten zumbidos de oídos.

fTesis doctoral.—Extracto.)

El Carpió (Córdoba), Enero 1929. •

i D i p o M a del análisis de oiina en lelanón ton el de la sangie. M. M A E S T R E I B Á Ñ E Z

Uno de los primeros problemas que se presentan al establecer un laborato­rio de análisis es la redacción del certificado de erina, ya que al tratar de indicar en él el tipo de composición normal con el que comparar los resultados que se obtengan en los trabajos sucesivos, se consultan tratados de urología y se ve que cada autor da una cifra distinta para un mismo componente, habiendo entre al­gunos diferencias verdaderamente notables, cosa muy natural, ya que, como es sabido, el régimen alimenticio y las icondiciones especiales de vida de cada indi­viduo, entre otros factores, influyen grandemente en la composición de la orina, y al ser así, cada uno de aquéllos dará un tipo distinto' segúij sean las condicio­nes en que estuviesen colocados los individuos de quien procede la analizada.

Pero decidido ya por una de estas normales tipos, la lleva a su certificado de análisis, y entonces sucede muchas veces que, no obstante ser también nor­mal la eliminación de los componentes de la orina analizada por él, no concuer­da ninguna de estas cifras con su correspondiente de la normal que tomó como tipo, y se comprenderá que este dictamen en manos de un profano y con la con­clusión correspondiente "La orina analizada es normal", le deje en la duda de si se t ra tará de un error del analista, y acuda a él para que subsane éste, siendo ne­cesario dar las explicaciones correspondientes, que no siempre convencen al i n ­teresado.

Esta ha sido la causa de que en nuestros dictámenes de análisis de orinas no se mencione la composición normal, como generalmente se hace en semejantes casos, y al final, demos un resumen de los datos obtenidos y las conclusiones que se deducen de ellos.

Son varios los autores que estudiaron esta cuestión, viendo de encontrar un medio por el que deducir cuándo se trata de una orina normal o no. Blarez, Bretet y Gautrelet, entre otros, propusieron que en vez de admitir una normal

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única se averigüe la normal individual; es decir, la cantidad de cada componen­te que en estado normal elimina el individuo de quien procede la orina analizada, y que se deduce en función de la edad, sexo, peso y estatura; y Vieillard, atenién­dose a aquellas consideraciones, propuso que para deducir la normalidad de una orina analizada, no se tome en consideración aisladamente la cantidad que de cada uno de los compuestos es eliminada durante veinticuatro horas, sino la re^ lación que guardan entre sí.

Para dieducir la normal individual, precisa, ante todo, hallar el llamado por Gautrelet "coeficiente biológico del individuo", y en posesión de éste mul t ip l i ­car por él cada una de las cifras medias halladas por Ivon icomo resultado de numerosos análisis de orinas de individuos normales, y que corresponden a la eliminación normal por kilo corporal y durante veintiicuatro tooras. Se com­prenderá que la normal hallada adolece de idénticos defectos que aquélla, o sea que la normal única, ya que al final es necesario recurrir a tomar como tipo c i ­fras cuya normalidad está deducida en idénticas condiciones y, por lo tanto, suje­tas a los mismos errores.

Enciontramos más lógico deducir la norimalidad de ama erina por las relacio­nes urológicas, es decir, por la relación que guarckm entre sí los componentes de­terminados, ya que se prescinde de datos generales y únicos para todos los casos, aun reconociendo que no deja de tener sus defectos también, pues realmente es un problema por resolver, desde él momento que cada individuo está en condicio­nes de vida o de régimen alimenticio diferente al de otro, y por ícd tanto diferen­tes serán también las cifras de los compuestos normales eliminados e imposible de juzgar con exactitud el resultado de un 'análisis. Es más; ni en el caso de hacer­se un individuo su análisis de orina estando en condiciones normales es posible que pueda éste servir de tipo de comparación en un momento dado, ya que, casi siempre, el hecho de estar enfermo supone el cambio de régimen die vida, y a l i ­menticio, factores por sí solos bastante para inf luir en la composición de la o r i ­na, como repetidas veces decimos.

Y esta es la razón de por qué cada vez ofrece menos dmportancia el análisis de una orina cuando se reduce sólo a sus componentes normales, y en cambio, la adquiere cada día mayor el de la sangre; es decir, el análisis químico de ésta, y para demostrarlo vamos a pasar revista, siquiera sea muy superficialmente, a cada uno de los compuestos de la orina y sangre, ápoyando algunos conceptos en los datos entresacados de nuestro cuaderno de trabajo en el laboratorio.

La densidad de la orina y la cantidad de extracto son factores íntimamente l i ­gados; son los datos primeros que se encuentran en ios tratados de análisis, pero que, en realidad, son de ¡un valor muy relativo tomados aisladamente, ya que las causas que les hacen variar son muy diferentes.

Así, por ejemplo, fijémonos en el hecho de que la función primordial del r i -fión es concentrar o separar de la sange, disolviéndolos en la orina, los compues­tos inútiles para ei organismo, y dicho está que disminuida aquélla se mostrará por una densidad baja en la orina como consecuencia de haber sido eliminadlos en ella sus coimponentes en menor cantidad, hecho éste frecuente en los casos de esclerosis renal, en los que la permeabilidad está disminuida y, por lo tanto, su poder de concentración es menor de lo normal.

La densidad es, en estos casos, uno de los datos a que de momento se recurre en la clínica, pero hay que reconocer que no puede tomársele de una manera ab­soluta, ya que es necesario recoger la orina en condiciones tales que no haya n in ­guna influencia que ihaga variar ese dato, como pudiera ser en el caso de inges­tión excesiva de agua o por una excitación nerviosa o cualquier causa emotivá que haga aumentar la diuresis. Acaso separando varias emisiiones durante un mis­mo día y viendo si era constante la cifra baja de la densidad, se apreciaría este

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dato con menos exposición a errores, mas se comprenderá que mejor es recurrir a otros medios de que el laboratorio dispone cuando tales casos se presentan.

La reacción die la orina es un dato, sin duda alguna, de gran importancia clí­nica, pero ello supone recoger las distintas emisiones en vasija limpia y conser­varlas en sitio fre&oo para evitar que fermenten, pues de no ser así llega la orina a poder del analista en condiciones de no poder deducir una conclusión exacta, tratándose del grado de acidez, y por lo que respecta a la alcalinidad, debe averi­guarse si la fermentación por la que se alcaliniza ia orina es intra o extravesical; es decir, si ha sido' emitida la orina ya fermentada o la fermentación es posterior, ya que en el primer caso tiene realmente valor clínico y en ese otro carece de él en absoluto.

Acidez y alcalinidad no son, por lo general, datos que puedan facilitarse por el analista con absoluta certeza de que correspionden a orina recogida en las con­diciones necesarias en "estos casos, y al ser así carecen de valor, o es éste muy relativo, razón por la cual se sustituye hoy, en determinados casos, por Ta deter­minación de las reservas alcalinas y del pH en la sangre.

E íntimamente relacionada con la acidez está la cantidad de amoníaco, dato importante, entre otros casos, cuando se trata de saber si en el organismo iha que­dadlo una cierta cantidad de amoníaco sin transformar en urea por 'haber sido f i ­jado por ácidos como el B oxibutírico y diacético. Mas, como se ha dicho, la con­servación de la orina es tan difícil, o por lo menos conseguir que se la recoja y conserve hasta el momento de ser analizada, que ese es un dato más que se cita a reserva de una interpretación no absoluta, casi siempre.

Y dicho está que, si la orina no llega muchas veces al laboratorio en las die-bidas condiciones de conservación, la cifra de urea no es posible darla con exac­titud, pues transformándose parcialmente en amoníaco, por fermentación, si se determinan ambos compuestos en una sola cifra se comete el error de aumentar la de Urea, y si de ésta se restase la del amoníaco, se la disminuiría, además del amoníaco preformado, el que procede de la misma urea.

Pero por :1o que se refiere a éste hay que reconocer que carece de importan­cia su determinación en los casos que tal vez pueda tener más interés, como son cuando se trata de saber si 'hay o no retención de urea; es decir, en los casos die uremia, ya que, en realidad, no es piosible apreciarla por la urea de ta orina. Se comprenderá que es así, teniendo presente que la normal de urea en la sangre varía entre 0,2 y 0,4 por 1.000; de 0,5 en adelante supone ya una retención die urea, y 0,6 ó 0,7 se manifiesta casi siempre con fenómenos urémicos. Ese aumen­to no es posible apreciarlo en la orina, y como demostración de ello expondremos uno de los muchísimos casos que tenemos registrados.

Urea por i,000 de orina 27,63 c. c. Volumen de orina eliminado durante

las veinticuatro horas 1,050 " Densidad de esta orina a + 15° 1,026 " Extracto por 1.000 58,60 Relación entre el extracto y la urea ... 47 Urea por 1.000 de sangre 0,82 "

Determinada la Constante de Ambard al siguiente día de hecho este análi­sis, para una uremia de 0,94 se halla una Constante de 0,188.

Como se ve, por la cantidad de urea die la orina, excede de la normal que or­dinariamente se admite; la relación entre ella y la cantidad de extracto es nor­mal, y, no obstante, la uremia está notablemente aumentada, hasta el extremo de corresponder a la Constante una cifra muy aumentada sobre la normal 0,075 que se admite.

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Juntamente con la urea se expone en los certificados de análisis de orina la de creatinina, sin que sea posible deducir conclusión alguna de ella, puesto que, como la urea, no se manifiestan sus variaciones fácilmente, ya que la normal de creatinina en la sangre es d(e 15 a 20 miligramos por 1.000 y de 6 decigramos a un gramo en Ha orina. Una cifra mayor de 25 miligramos supone retención de oreatinina, y llegada a 30 se manifiesta por los fenómenos correspotndientes, au­mento que, repetimos, no es posible apreciarlo en la orina, y por esta razón se recurre hoy a determinarla en la sangre y carece de val'or alguno en aquélla. Es más; la determinación de la creatinina ofrece la particularidad de que el au­mento de la normal en sangre coincide con el de la urea, siendo un dato a su­mar en estos casos, y a veces sucede que está aumentada la cifra de creatinina y es normal la de urea, pero en éstos su importancia es grande, ya que oorres-ponde a aquéllos en que la urea de la sangre alcanza la cifra máxima admitida y supone un estado preurémico.

El mismo razonamiento pudiiera 'hacerse respecto a la cal y al ácido úrico eliminado en la orina, y que corresponden a 25 miligramos por 1.000 de san­gre, la cal, y 15 a 30 para el úrico. Este, lo que interesa en muchas ocasiones, más que la cantidad, es si está o no totalmente disuelto, pues una cifra normal de ácido úrico, pero que está parcialmente precipitado, es de más interés acaso que un aumento y que se mantiene disuelto. En aquel caso, pondremos comió ejemplo cuando se trata de un cálculo renal y formado por ácido úrico; la cifra puede ser normal en orina y al microscopio aparecer cristales de úrico, célu­las renales y elementes histológicos de la sangre. Los dos oasios que meneiona-i : os a continuación son una prueba de ello, correspondiendo el segundo a este últimamente citado:

I I I

Acido úrico por 1.000 die loriiía ... 1,85 0,62 Densidad de esta orina 1,030 1,025

Y no es sólo desde el punto de vista de los compuestos que normalmente exis­ten en la orina y en la sangre ,1o que interesa el análisis químico de esta última, sino también de los anormales en aquélla, y principaimente la glucosa, de tal manera que hoy es práctica frecuentísima en un laboratorio la determinación de la cantidad de glucosa de la sangre, o de glucemia, máxime si se tiene presente que a muchos estados diabéticos preceden otros en los que la glucosa no apa­rece todavía en la orina, no obstante estar ya aumentada la cifra normal de la sangre, y como se comprenderá, es de gran interés descubrir éstos, pues un tra­tamiento previo resultará más eficaz en su comienzo.

Un caso de éstos es el siguiente. La orina se nos fué enviada solicitando que se investigase la glucosa, y en vista de los síntomas que hacían sospecthar ya el caso de diabetes. Las reacciones para investigarla fueron francamente negativas, pero hecha la determinación de glucosa en la sangre se confirmó el exceso de ésta sobre la normal:

Volumen de orina eliminadlo durante vein­ticuatro horas 2.500 c. c.

Densidad a + 15° l . O l l Glucosa: reacciones negativas. Acetona y aoetílico: reacciones negativas. Glucosa en sangre 1,68 por 1.000

10 L A F A R M A C I A M O D E R N A

Expuestos, repetimos que muy a grandes rasgos, los datos referentes a la importancia del análisis químico de la sangre en relación con el de la orina, vea­mos, como suplemento de todo ello, lo relativo ai la determinación cuantitativa de los compuestos más importantes.

Ante todo debemos advertir que los micrométodos de análisis tan útiles en estos casos tiéndese cada vez más a simplificarlos, habiéndose llegado hay a dis­poner de algunos, tan fáciles en la práctica dentro, diciho está, de una exactitud extremada, que pueden ser realizados en los más modestos laboratorios, pues si aquélla es sencilla, el material que requieren es, por lo general, el de uso co­rriente, y de éstos, precisamente, nos vamos a ocupar.

Para determinar la cantidad de urea de la sangre se emplea el microureóme-tro de Ambard, cuyo manejo es tan sencillo y su uso tan generalizado hoy que nos excusa toda descripción. Es un aparatiío de un coste aproximado a 15 pe­setas y que, dada la importancia de la urea de la sangre y su determinación fre­cuente, no debe faltar en un laboratorio.

Este método ofrece la ventaja de que la sangre se trata previamente por un volumen igual de tricloroacético y se filtra, utilizando el filtrado para esta de­terminación y para la die la creatinina y ácido úrico, de manera que urea y creati-nina, tan íntimamente relacionadas, come se dijo, pueden ser determinadas a su vez.

La creatinina se determinará valiéndose dei creatinómetro de Moreau (1), del qué ha hecho un detenido estudio nuestro distinguido compañero el doc­tor Casadevante, de iSan Sebastián, confirmando la exactitud del método, y se pro­cede del siguiente modo: en el tubo A se vierte hasta la señal 5 líquido filtrado resultante de tratar la sangre con trieloracético, disolución acuosa de ácido pí-crico al 12,5 por 100 basta R y disolución de sosa cáustica al 20 por 100 hasta Na; se mezclan y transcurrido un minuto habrá tomado el líquido el máximo de color amarillo anaranjado. En el tubo B se vierte agua destilada hasta el trazo circular donde empieza la graduación, y valiéndose de un cuenta gotas se va aña­diendo disolución de bicromato potásico al 49,08 gramos por 1.000, exactamente preparada; cuando el tono de color de este tubo sea idéntico al del A, se lee la altura que alcanza el líquido y la graduación correspondiente dará la cantidad de creatinina por 1.000 de sangre (2).

La cantidad de glucosa en sangre la practicaremes según la técnica de Fon tes y Tlhiniolle cuya sencillez y exactitud fué confirmada en un trabajo realizado en nuestro laboratorio por los compañeros Srta. Zarzoso y Sr. Treviño.

-Son necesarios los reactivos y disoluciones siguientes: En un matraz se vierten 40 gramos de molibdato amónico, 60 c. c. de legía

de sosa de 1,38 D. y 200 c. c. de agua destilada, y se hierve hasta que no se des­prenda amoníaco, lo que se apreciará aproximando a la boca del matraz un papel rojo de tornasol. Se.deja enfriar y sé añaden 200 c. c .más de agua y 200 de ácido fosfórico de 1,38 D; se hierve nuevamente durante media hora y después de frío se completan con agua 1.000 c. c, siendo inalterable el reactivo.

Reactivo cuprotartárico. Se preparan dos disoluciones y se las conservan en frascos separados. La primera se compone de 17,5 gramos de sulfato de cobre, 2,5 c. c. de ácido sulfúrico y 1.000 de agua. La otra, de 80 gramos de carbonato sódico anhidro, 15 de ácido tartárico y 1.000 de agua. En el momento de u t i l i ­zárselas se mezclan a volumen igual.

(1) Este aparatito se le encontrará en cualquiera de las casas de material científico que anun­ciamos, y su precio no exaede de 4 pesetas.

(2) No nos detenemos a exponer el método para determinar la cantidad de úrico en sangre, tal y como fué practicado en esta Conferencia, porque constituirá un próximo trabajo realizado en nuestro Laboratorio per las Srtas. Zarzoso y Tarancón, farmacéuticas.

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Son necesarias, además, una disolución de tungstato sódico al 10 por 100; otra de sulfúrico Vs N, y lotra de glucosa al 1 por 100 exactamente preparada, de la que se diluye i c. c. con agua hasta 100.

En una probetita se vierten: 1 o. c. de sangre, 1 de disolución de tungstato, 1 de la de ácido sulfúrico y agua hasta hasta completar 10 c. o. Se agitan, se f i l ­tran, y del filtrado se vierten 2 c. c. {los que equivalen a 2 décimas de sangre) en un tubo de ensayo, ed que se marca con la señal A. En otro tubo igual se vierten 2 c. c. de la disolución diluida de glucosa, los que equivalen a 2 décimas de m i ­ligramo de glucosa. A cada tubo se añaden 4 c. c. úe la mezcla cúprica y se les mantiene dentro de agua a plena ebullición durante diez minutos, transcurridos los cuales se les enfría al «horro de 'la fuente, y se vierten en cada uno 3 c. c. die reactivo fosfomolíbdico, con lo que el líquido toma color azul intenso, di&oü-viéndose el precipitado de óxido de cobre formado por la •adción de la glucosa sobre el sulfato 'Cúprico. Ambos líquidos se vierten en dos vasos y se les añaden gota a gota, disolución de permanganatio potásico que contenga 8 centigramos por 1.000, hasta que queden decolorados. Ea cantidad de glucosa de la sangre se deducirá mediante una sencilla proporción, pues sabiendo que para las dos dé­cimas de miligramo de glucosa se ha, gastado una cierta cantidad de disolución de permanganato, fácil será deducir a lo que equivale la gastada para el proble­ma, quedando sólo el referirla a 1.000 de sangre.

El método, como se ve, es tan sencillo y factible de practicar como la deter­minación de la glucosa en la orina; y si se añade, como decimos, la importan­cia que tiene esta determinación hoy, así como cuantas hemos hecho referencia, se comprenderá la necesidad de imponerse en estos nuevos métodos de aplica­ción ya frecuente.

Acaso algunos de los que me escuchan dude de si podrán demandársele estos trabajes, pero si así fuese, advertiré que la norma que en mi práctica de labo-ratoriio llevo es estudiar los problemas que se presentan desde el punto de vis­ta de simplificar la labor médica y no de una manera empírica limitando las operaciones analíticas extrictamente a la determinación que piden.

Es decir ¿solicitan, por ejemplo, la investigación de glucosa en orina, sospe­chando ya que ja contiene por los caracteres del paciente, y el resultado del aná­lisis es negativo? Pues panticulamente al médico le comunicamos si le intere­saría esta determinación en la sangre, como medio de asegurar más el diag­nóstico.

(Conferencia dada con motivo de la XV Asamblea de la U. F. N.—Extracto).

Extractos de publicaciones españolas y extranjeras

QUÍMICA FARMACÉUTICA porciones, agitando y enfriando a su vez, una mezcla, fría también, compuesta de 270 partes de amoníaco al 10 por 100 y otra tanta agua, procurando, antes de añadir una nueva porción de amoníaco,

Simplificación del método para prepa­rar la disolución de oxicloruro férrico y la de albuminatoférrico.—J . G. OBER HARD. — Phciviti. Ztg-, núm. 81, 1928. ™ ^ ,,.•„•• u , • -t. A ' & ' que se naya disuelto el precipitado a Para preparar la primera de éstas se que dió lugar la anterior. Se obtiene una

enfrían 360 partes de disolución de cío- disolución de oxicioruro férrico de color ruro férrico que contenga 10 por 100 de rojo oscuro y transparente, pero que hierro, y en ellas se vierte por pequeñas contiene una fuerte cantidad de cloruro

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amónico, la que se vierte muy poco a poco sobre otra que contenga 90 partes de amoníaco al 10 por 100 diluidas en 1.500 de agua. Se forma un precipitado que se lava por decantación con agua en abundancia, con el fin de separar los cloruros; se le vierte en una tela muy tupida, se le exprime suavemente y se le interpone en una disolución de cloruro férrico que contenga el 10 por 100 de hierro, y valiéndose de una cápsula de porcelana. Se deja en reposo la mezcla durante algunas horas y se calienta des­pués en baño maría hirviendo hasta que la disolución sea completa, llevándola a una densidad de i,045, a la que con­tendrá 3,5 por 100 de hierro. El rendi­miento es de 1.100 a 1.140 gramos.

Las condiciones que deben observar­se para que el producto reúna las condi­ciones debidas, es enfriar bien los lí­quidos, agitarlos vivamente y proteger­los del polvo y de un exceso de vapores amoniacales. Operando así, y con las cantidades expuestas, se consigue pre­parar una disolución de oxicloruro fé­rrico exento de ácido clorhídrico e idén­tica a la preparada por diálisis.

La disolución de albuminato férrico se prepara diluyendo en dos litros de agua 40 gramos de disolución de cloru­ro férrico que contenga 10 por 100 de hierro; se hierve, y cuando tome color rojo pardo oscuro se deja que tenga 50° y, entonces, se le añade otra disolución preparada con 50 gramos de albúmina de huevo en dos litros de agua hervida y que tenga la temperatura de 50 a 55°, agitando enérgicamente la mezcla y neu-trálizándola con disolución de sosa cáus­tica al 1 por 15, sirviéndose del papel de tornasol como indicador y añadiendo con mucho cuidado !la sosa, sobre todo al final de la neutralización.

Operando bien, se formará un preci­pitado pardo claro en el seno de un lí­quido incoloro, y aquél se lavará mu­chas veces por decantación con agua ca­liente a 50°, hasta que no dé ésta reac­ción de cloruros. Después se le vierte en un paño humedecido, se le exprime hasta que el peso del precipitado sea de 745 gramos, se separa todo lo posible ver­tiéndolo en un vaso y se le disuelve en 3

gramos de sosa al 15 por 100. A la diso­lución se añaden 2 gramos de tintura aromática, 100 de agua de canela y 150 de alcohol, obteniéndose un producto se­mejante al de la Farmacopea germá­nica.

QUIMICA INDUSTRIAL Hidrólisis de la madera por los ácidos.

M. E. DE^PERMET.-Comunicación pre­sentada al Congreso de Química de Strasburgo.

Tratando de buscar una nueva aplica­ción industrial de la madera, este autor ha hecho un detenido estudio de la sa­carificación del serrín desde el punto de vista del menor tiempo que sea pre­ciso' para ello y partiendo del conoci­miento previo de contener la madera po-lisacáridos de resistencia creciente a los

• agentes hidrolizantes. La sacarificación del serrín de madera

ha sido hecha en dos tiempos, dando por resultado final la obtención de un azúcar fermentescible fácilmente produ­ciendo alcohol.

Las experiencias han sido hechas en autoclave recubierta de plomo y pro­vista de un malaxador, calentando por corriente de vapor y a presiones conve­nientes. E l serrín somefido a la sacari­ficación debe ser desecado y muy fino1; el agente sacarificante, ácido sulfúrico en proporción de una parte por cada 100 de serrín; la cantidad de agua adiciona­da ha sido de 3 a 4 por 1 de serrín, y el tiempo que han durado las experiencias varía entre tres y treinta minutos.

En este trabajo expone los resultados obtenidos, según el tiempo que ha esta­do sometido el serrín a la acción del ácido y las presiones, deduciendo de ellos que la madera debe contener dos gru­pos de polisacáridos, uno de más fácil de sacarificar que el otro, habiendo lle­gado a obtener un 35 por 100 de ren­dimiento en azúcar fermentescible.

M. Meunier hace notar a este autor, en la discusión habida, que el procedi­miento da, en efecto, azúcar fermentes-ci'ble en su totalidad, pero que el alcohol resultante es el butírico.

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ANÁLISIS BROMOTOLÓGICO Reconocimiento de sustancias emplea­

das para dar consistencia a las cre­mas.—O. BAUMANN. Pharm. Ztg., nú­mero 90, 1928.

Se emplea con esta finalidad el saca-rato cálcico, el magnésico, agar-agar, gelatina y goma tragacanto, siendo fá­cil de identificarlas del siguiente modo :

En un embudo de decantación, c i l in­drico, se mezclan 5 gramos de crema, 3 de agua y 2 de amoníaco al 10 por 100, se agitan sucesivamente con alcohol, éter y petroleína, y se separa con cui­dado de la capa lechosa. Esta es viscosa cuando la crema contiene goma traga­canto. Si es negativo este ensayo, se ca­lientan 25 c. c. de crema con 25 de agua y 5 de disolución de acetato de plomo; se fil tran; se añade al filtrado una diso­lución concentrada de ácido pícrico, y si se produce un precipitado amarillo, puede asegurarse que aquélla contiene gelatina. En caso contrario, se añade a otra parte del filtrado una disolución de tanino al 5 por 100, que producirá un abundante precipitado en el caso de haber agar-agar.

N. B. El autor de este trabajo no hace mención de una sustancia muy frecuen­temente empleada para dar consisten­cia a toda clase de cremas (cremas para helados, cremas dulces, salsas como la mayonesa, etc., etc.), cual es el almidón y, sobre todo, el de maíz. Su reconoci­miento es sencillísimo, pues basta aña­dir a una crema unas gotas de agua de yodo- para que se produzca color azul intenso.

Cantidad de materias grasas del cacao y su determinación. — j . DESTRÉE.— Journ. de Pharm. de Belgique.—2 D i ciembre 1928.

Si se consulta en diversos autores la cantidad de materias grasas que contiene el cacao se observarán las siguientes anomalías: Las almendras privadas de la cáscara, limpias y tostadas, contienen, por término medio, de 49,24 a 50,22 por 100 de manteca de cacao, siendo así que

la pasta de cacao procedente del cacao sin cáscara, tostado y molido, contiene de 50,60 a 55,88 por 100, o sea un 5 por 100 más que para las almendras.

De los análisis hechos por este autor siguiendo el método de Soxhlet y Rose-Gottlieb, el más frecuentemente emplea­do para la extracción de materias grasas, no parece le ha dado buen resultado, ya que la extracción no es igualmente fácil tratándose de pastas o polvos de cacao de los que el comercio ofrece y que por los medios mecánicos de molienda con que se cuenta hoy se llega a un estado de división extremada, y aquellos de que se disponen en el laboratorio para redu­cir a pasta o polvo, también, el cacao a analizar, por lo que propone seguir este otro método cuando se trate de dicha determinación, en la seguridad de un buen resultado.

Uno o dos gramos de almendira de ca­cao reducida a polvo, se someten du­rante tres horas a la acción del ácido clorhídrico en un pequeño matraz pro­visto de refrigerante ascendente y sobre un baño maría en ebullición; se f i l t ra en caliente y sobre un filtro humedeci­do, y el residuo, húmedo, es triturado en un mortero con arena lavada; después se seca a 100° y se procede a la extrac­ción de la materia grasa mediante el aparato de Soxhlet. De este modo es to­tal la extracción de la grasa, ya que el almidón es sacarificado por el clorhí­drico y no es arrastrado por el disolven­te, cosa muy fácil dado el tamaño peque­ñísimo de sus granos.

Siguiendo este método, la cifra media de manteca de cacao hallada por Des­trée ha sido de 52,96 por 100, con un mínimo de 51 y un máximo de 56,15.

FARMACIA PRÁCTICA Digestibilidad de los sellos y facilidad

en separarse sus mitades. - MARIE J A-noT .—Bull . Se. pharmacol., números 8 y 9, 1928.

Ha examinado in vivo e in vitro dos formas de sellos medicinales: uno cie­rre en seco, ajustándose las dos mita­des por penetrar una en la otra, y un segundo de cierre en húmedo y por pre-

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sión, efectuando el examen por radios­copia.

El resultado ha sido que la insaliva­ción del sello en la boca facilita nota­blemente su disgregación cuando llegan al esófago y al estómago, y que los se­llos cerrados en seco se abren más rá­pidamente que los cerrados humede­ciendo los bordes y por presión, de don­de resulta que para lograr una acción terapéutica inmediata de un medica­mento que se administre en sellos, de­berá tenérsele en la boca durante diez o veinte segundos y deglutirlo con la ayuda de 60 c. c. de un líquido, tomado en dios veces. De este modo el sello se abre en el estómago antes de transcurrir cinco minutos de haberlo tomado.

Aparatos ú t i l e s farmacéut ico. Un molde para suposítorics y óvulos

original y práctico. ARMAND DRUART. fourn. de Pharm. de Belgique, 2 Di­ciembre 1928. El modelo de aparato que este autor

da a conocer tiene la ventaja de servir indistintamente para fabricar óvulos o supositorios, y ser posible lo mismo ha­cer con él un pequeño número de ellos, •como sucede en las prescripciones es­peciales, o cierta cantidad que convenga tener preparada en la farmacia, de fór­mulas de despacho frecuente.

Consta, esencialmente, como el gra­bado muestra, de una corona horizon­tal rotativa (a), de latón, formada por una pieza interior y fija (6), que co­rresponde a la mitad de los moldes, y

de varios segmentos (/-/) susceptibles de ser fijados a ella y que llevan la otra mitad del molde (e), provista de un pe­queño tirador (í?) para adaptarlos o se­pararlos fácilmente. Dicha corona se mueve alrededor de un eje central (e) sobre el que va, a su vez, un soporte {h) y una damparilla de alcohol, en la parte inferior, y de un depósito constituido por un baño maría en cobre estañado (Z) donde se vierte el excipiente, el que una vez que esté licuado se separa la lamparilla, se añade el medicamento, se mezclan íntimamente y se le vierte en los moldes mediante el grifo lateral, pero cuidando de verter de nuevo en el depósito las primeras porciones que sal­gan, ya que estarán constituidas sólo por el excipiente que penetre en el tubo lateral (/).

Obtener 56 supositorios sólo requie­re unos cinco minutos, habiendo sido ensayado este aparato en la preparación de fórmulas más diversas y obtenido en todos los casos excelentes resultados.

AGRICULTURA Contra los insectos. — L . RAVAK.—

Progr. Agr. et Vin. , Agosto 1928.

La Piral, Altisa, Cochidis y ei Eude-mis son insectos que atacan a. la vid y contra los cuales debe estar prevenido el viticultor.

Para la Piral, los años de sequía y calor suelen ser poco favorables para su desarrollo, y de ella es fácil defen­derse mediante el empleo de agua hir­viendo, que se vierte sobre la corteza de la vid a razón de 4.000 a 8.000 litros por hectárea. Contra la Cochilis y Eu-demis se emplea también con buen re­sultado este tratamiento, o, también, el azufrado', utilizando para ello mechas que contengan de 25 a 30 gramos de azufre, y de los que se emplea una por planta, quemándola debajo de campanas de 65 centímetros de altura por 60 de diámetro, manteniendo tapada la planta durante doce o quince minutos.

En estos años se ha generalizado el empleo de compuestos de arsénico, en invierno y antes de que empiece a bro­tar la vid, utilizándose el arsenito o el

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arseniato de sosa en disolución y que en el comercio se encuentra con diver­sos nombres patentados, pero que es fá­cil de preparar, utilizándose, entre otras fórmulas, la propuesta por M. A. Gau-thier:

Acido arsenioso 15 kilos. Carbonato sódico 15 » Jabón 15 15 » Agua 65 litros

Se disuelve en caliente el carbonato sódico en la cantidad total de agua, y sin dejar que se enfríe la disolución se añade poco a poco y agitando con un palo, el ácido arsenioso; cuando éste se baya disuelto también, se añade el ja­bón y se completan con agua 100 litros.

Para empleársele se recomienda que le diluyan en diez veces su volumen de agua, pulverizandio, con los aparatos es­peciales para estos casos, el tronco y brazos de la vid.

Se emplean también el arseniato de cal y el de plomo. El primero se pre­para vertiendo sobre una disolución que contenga 250 de arseniato sódico, 200 do cal viva en polvo desleídos 'en unos 20 litros de agua, formando una lechadla, y el de plomo, vertiendo a una disolu­ción de 200 gramos de arseniato sódico otra que contenga 600 de subacetato de plomo. En uno y otro caso se diluye la mezcla basta obtener 100 litros.

La mezcla a partes iguales de una de estas disoluciones y otra de sulfato de cobre resulta muy eficaz para combatir el Eudemis y la CochUis.

Si el ata que de la vid se hace por estos u otros insectos cuando las hojas empiezan a brotar, se hará una pulve­rización, repitiéndola seis u ocho días después, y de ese modo las hojas ya cubiertas por el producto tóxico destrui­rán al insecto o su larva.

N. B. La Piral de la v id {Tortrix p i -llcriana) es una mariposa de un centí­metro a centímetro y medio, con las alas anteriores de color amarillo rojizo y tres bandas pardas transversales, y las alas posteriores de color gris pardo; los huevos que deposita sobre las ho­jas son ovales, verdes o gris verdoso;

la oruga es verdosa, con la cabeza ver­de oscura y de 3 centímetros de lon­gitud total cuando adulta. En invierno se oculta entre la corteza, y en la p r i ­mavera empieza su actividad en los bro­tes, y después en las hojas, ocultándose entre un vello blanco. La linterna de acetileno, para destruir la mariposa, y el agua hirviendo sobre la corteza, en invierno, son los medios de combatirla más eficaces.

La Altisa {Altica ampelophaga) es un insectoi oval, convexo, verde brillante o verde azulado, que se mueve con agilidad y tiene de i a. A 1/2 milímetros de longitud. Su larva es amarilla y ata­ca con gran avidez las hojas de la vid, el sarmiento tierno y la uva en sus co­mienzos. El tratamiento a emplear pa­ra combatirle son los caldos arsenicales repetidos ochó días después.

La Goohilis o tiña de la uva {Cochy-lis ambignella) es una mariposa de 1 i/¿ milímetros de larga, amarilla, con re­flejos plateados y una banda parda, transversal, sobre las alas superiores; la larva es rojiza. Se reproduce dos ve-oes durante el año; la primera ataca a la flor, y la segunda a los granos de la uva. Se la combate con caldos arsenica-les, siendo de resultado más positivo éstos para las mariposas de la primera generación, y combinando el tratamien­to con disolución de jabón de pyretro en proporción de 100 kilos de éste en 640 de agua y di lui r esta diisolución una parte en otros 10 de agua; contra la se­gunda generación se eimplearán pulve­rizaciones de cáldos con nicotina.

La Eudiemis {Polycrosis botrana) es una mariposa de color gris rosáceo, alas superiores con dos bandas oblicuas gris pardo, y de 8 a 8 V, milímetros de lar­ga; la oruga es verdosa y de un centí­metro de longitud. Se reproduce tres veces durante el año, por lo que es d i ­fícil combatirla, empleándose los caldos arsenicales para la primera generación, combinados con el jabón de pyretro, y cuando la vidi está en flor se pulveriza con nicotina.

Los caldos arsenicales deben ser em­pleados con precauciones, debido a ser muy tóxicos. Los obreros se lavarán

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muy bien las manos y la cara después de haberlos manipulado, y será conve­niente utilicen, blusas o traje especial. Para combatir los insectos de la vid no se les emplea después die la floración, y para los árboles frutales (peral, meloco­tonero, cerezo, etc.), hasta cinco sema­nas después de la floración.

FORMULARIO Jarabe de glicerofosfato compuesto.—

Fórmula de la Asociación de Farma­céuticos de Noruega.

Glicerofosfato sódico (50 0/0-) 60 gramos. » de hierro 5 » » de manganeso... 1 »

Nitrato de estricnina 0,05 » Agua destilada 300 »

Disolver en baño maría a una tem­peratura que no exceda de 90° G. Fiil-tirar en caliente y disolver antes de que se enfríe

Azúcar 600 gramos

Agregar después una solución de:

Acido cítrico 2 gramos.

Aceite de hígado de bacalao aromático. Fórmula de la Asociación de Farma­céuticos Noruegos.

Acei'e de hígado de bacalao. Esencia de canela

» de menta » de naranja

Salicilato de metilo

247,5 gramos. 12 gotas.

3 2

Agregar una solución de Vanillina 0,05 gramos. Sacarina 0,05 » Alcohol absoluto 2,50 *

Tabletas antiuerviosas.— K. THONNKSEN. Farmaceutisk Tidende, 16 Junio 1928.

Indica la siguiente fórmula para es­tas tabletas.

ir-agar en polvo 5 gramos. Agua destilada 5 » Bromuro potásico 60 »

» amónico 30 i » sódico 60 »

Esencia de menta 1 » Talco 4 »

Calentar la mezcla durante una o dos horas, hasta peso constante y hacer ta­bletas que pese cada una 1,65 gramos.

L A B O R A T O R I O D E L D R . M A E S T R E IBAÑEZ Grupo de compañeros que asistieron al cursillo de análisis dado

de Octubre a Noviembre de 1928.

Sr. Valenzuela, Srta. Adela Mateos, Maestre Ibáflez, Alonso, Barco, Herrera, Magriñá, Mendía, Márquez, Laurnaga, Gómez-Vázquez, Penadés, Hidalgo, Molina y Buezas.