EL MUNDO, SAN JUAN, P- R. - DOMINGO 21 DE AGOSTO DE 1938.

é

LA PERSONALIDAD DE EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Por el doctor JOSÉ PADIN

(Conferencia leída ante "La Lisa da Profesores dt Espa- ñol dt la Nueva Inglaterra" y en la Universidad de Har- vard, Estados Unidos da Amé- rica.)

Eugenio Maria de Hostos es qui- zás «1 hijo más ilustra da Puerto Rico. Puede que no sea esto razón suficiente para que se hable de él en esta sitio y en esta ocasión. Per© es que Hostos tiene otros títulos que lo hacen acreedor al recuerdo y a la gratitud de Hispa- noamérica y a la respetuosa con- sideración de todos aquellos que en una o en otra forma tienen que ver con el fomento, la extensión o la Interpretación da la cultura his- pánica. Apóstol de la independen- cia da Cuba, como Betances y Marti, gula espiritual de toda una gentración mi Santo Domingo, maestro en Chile, como Andrés Bello, propagandista de Ideales americanos en todo el continente, critico Jiterario, sociólogo, moralis- ta, político de amplia visión, filó- sofo, fué este preclaro varón un verdadero ciudadano de América, y uno de sus más eficaces emanci- padores. Porque nuestra América, tiene dos linajes de emancipado- res, los hombres de espada que cortaron los lazos políticos que nos unian al Viejo Mundo y los maes- tros que han reanudado los víncu- los culturales que nos ligan a los pueblos europeos que nos dieron su lengua, su religión, sus costum- bres y su civilización.

El guerrero funda los estados nuevos y el maestro los consolida y las salva de la barbarie y del caos. Hostos pertenece a esta se- gunda clase de emancipadores, a la de los maestros y los apóstoles lo mismo que Andrés Bello, el ve- nezolano, y, en menor grado, lo mismo que Sarmiento, el argenti- no, y Marti, el cubano. Como este Ultimo, no se conformó con predi- car la independencia de Cuba sino que quiso también dar su vida por ella. En abril de 1875 embarcó aquí en Boston con un pequeño grupo de expedicionarios en un miserable bergantín que naufragó a los tres días en la costa de Rhode Island. El destino lo reservaha para las luchas civiles, que también sor de- cisivas en la vida de los pueblos.

Puerto Rico se prepara para ce- lebrar el ano que viene el centena- rio del natalicio de Hostos, y, cla- ro está, los portorriqueños deva- mos que el resto del mundo sepa que nuestro país produce otras co- sa.» de valor además de café, to- ronjas, tabaco y caña de azúcar, Estos ricos productos de nuestro suelo se exportan para que los go- oen los hijos de otras tierras. Es justo que se sepa también que en Eugenio María de Hostos la Isla produjo un rico tesoro espiritua! J que se lo cedió todo a los otros pueblos de América: a Santo Do- mingo, a Cuba, al Perú, a Chile, a la Argentina y a Venezuela, ya que fué en estas repúblicas y no en su patria donde Hostos derramó a manos llenas su abundancia cor- dial e intelectual. ¿Pero quién fué este ilustre desconocido? ¿Qué hi- zo o intentó hacer? ¿Que rastro dejó de su paso por el mundo?

Vamoi a ver qué han dicho de Eugenio María de Hostos algunas personas que lo conocieron y cuyo testimonio es digno de tenerse en cuenta.

Pedro Henriquez Urefta, el dis- tinguido critico y profesor domini- cano, hispanista célebre en Espa- ña, en México, en la Argentina y aquí en los Estados Unidos, ha di- cho de Hostos:

"Hostos (es) el espíritu filosó- fico más poderoso de América, si se exceptúa a Bello. Hostos no lla- gó a escribir su metafísica como el maestro venezolano; pero aua discursos y tratados y otros es- critos — principalmente los cur- sos de Moral aocial, Sociología y Derecho constitucional — permiten construirla en parte: es una con- cepción con fases de Idealismo, dt dinamismo, de finalismo ético, con ética inspirada en Sócrates, Mar- co Aurelio, Kant, apoyada por una absoluta fe en la rienda y una franca aceptación de loa métodos positivistas, lo que ha inducido a algunos a clasificarlo en esa es- cuela — (de la cual) se aparta decididamente, y entre otras nove- dades proclama La ley da ideal o de civilización". (Citado por «Anto- nio S. Pedretra. pág. 202, Hostot, ciudadano dt América.)

"En todas sus obras — ha dicho Henriquez Urefta en otra ocasión — manuales, lecciones, discursos, carta* e Innumerables artículos, estirvo Hostos siempre al servicio de América, y en todas ellas, se revela siempre, por el pensamiento y por la forma, lo que en verdad fué: uno de los espíritus originales y profundos de su tiempo". (Prólo- go de Ettai*. publicado por el ins- tituto Internacional de cooperación intelectual).

Francisco García Calderón, el cé- lebre escritor peruano, autor de la Creación dt un confinentt, la* de- mocracia» latinan dt la Américn y otros libros notables, juzga a Hostos de este modo:

"Después de Bello, el mes nota- ble de los filósofo* sudamericanos es Eugenio Maria de Hostos... No es un mero expqsitor de teorías ex- tranjeras; él tiene su propio sis- tema, que ha desarrollado en obras notables; es un moralista más que un metafisico, y sea en Santo Do- mingo, sea en Lima o en Santiago de Chile, se esfuerza siempre en reformar la educación y las leyes. Los problemas morales y sociales le Inquietan: quiere fundar una mo- ral y una sociología". (Citado por Pedrelra, Hottot, pág. 202).

Benito Pérez Galdós, el novelis- ta español, describe a Hostos en Prim, uno de sus Kpütodio* nació. nalen, como uno de los líderes dt la juventud española que prepa- raron la Revolución del 1868. Gal- dós pinta a Hostos como un Joven "de ideas muy radicales, talentudo y brioso".

Máximo Gómez, el libertador dt Cuba, escribió a la muerte dt Hos- tos:

"Me ligaban a Hostos grandes vínculos de amistad, dt cuyo afec- to me dio más de una vez pruebas Inequívocas en circunstancias difí- ciles de mi accidentada existencia. Lo mismo que el doctor Betances. era para mi esta hombrt una es- pecie de mentor, alumbrándome el camino con sus sabios consejos y robusteciendo mi ft y mi constan- cia cuando tratábamos dt la re- dención dt Cuba": (Citado por Pt- dreira, Hotto*, pág. 30.)

Guillermo Matta, el poeta chile- no, dijo dt Hostos:

"Eugenio Maria de Hostos es el extranjero de más alta cultura in-

telectual que ha venido a Chilt ( dedicó más a la discusión política dtspuéa que Bello". que al estudio sistemático dtl de-

Carlos T. Robinet, distinguido rtcho. Vemos por la nóvala dt Gal- hombre público chileno, manifestó dóa qut a raiz dt una revuelta dt tn ti parlamtnto, refiriéndose a tstudiantts, Hostos ts uno dt los Hostos: que llevan la voz cantante tn la

"El Liceo Miguel Luis Amuná- discusión dt los sucesos. Era cons-

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ttgul está dirigido por un notablt pedagogo, qut st ha dtdicado s la enseñanza con una constancia ver- daderamente rara, como lo hacen muy pocos hombres: sólo los hom- bres qut mtrtctn ti dictado dt apóstolas dt la enseñanza".

Gabritla Mistral, la poetisa chi- lena, sitntt verdadtra veneración por Hostos y no descansó hasta lograr qut ti lnttituto internacio- nal dt cooperación intelectual dt la Liga dt las Nacionts publicara en francés una colección dt los mtjorts tnsayos dt Hostos, tntrt tilos sus comtntarios sobra ti Htmltt, juzgadoa tntrt loa mejo- res qut st han tscrito sobra la tragtdia de Shakespeare.

Rufino Blanco Fombona, el co- nocido tserttor venezolano, tn su obra Orandet escritores dt A nítri- ca, establece el siguiente parálalo tntre Sarmiento y Hostos:

"Sarmiento era un patriota ar- gentino, un talento con todas las limitaciones del talento práctico, da propósito inmediato, no un filósofo moralista como ti tnormt antilla- no El pragmatismo dtl padre dt Facundo rastrea a cien codoa por dtbajo dtl idtalismo del maes- tro dt Afora! Social''.

"Hostos no at limitó a enseñar lo que él mismo aprendiera; ense- ñaba lo qut ttnia por dentro, lo qut ti tstudio hacia fructificar. Daba sus propios frutos. Fué, como Sarmitnto, un tducador; pero cSn más equilibrio y profundidad dt espíritu. Además, la prtocupaclón dt Sarmitnto fué la da enseñar a leer a la Argentina; la dt Hostos la dt enseñar a pensar a la Améri- ca".

"Hostos le es superior en cuan- to a pensador lógico y moralista, con la ventaja, además, dt una base tscolar, tn ti stntido inglés de la palabra, de que Sarmiento careció, Hostos no ts rtpttidor vulgar, ni acomodador hábil dt lo ajeno, ni abrillantador dt piedras opacas, ni chalán qut tngorda con el arsénico al cuartago qut va a vender, no. Hostos ts ptnsador ori- ginal y auténtico. El conoce los probltmas socialea a instituciona- les dt América. En vtz dt criticar- los grotto modo, los descoyunta y analiza. Y cien veces arroja nuevas luces. Y cien veces presenta un nuevo aspecto de las cosas o aso- ma nueva idea. Su acierto y nove- dad son constantes. En él no exis- ten las Intermitencias dt Sarmien- to. Su claridad ts la dtl sol. Y los eclipses, como st sabe, no son frecuentes. Mientras Sarmiento arriba a la verdad de un modo brusco, por un arranque dt clari- videncia, por una sintesia brillan- te a instintiva, Hostos, como An- drés Bello, va pacitntt, conscien- te, lógico, por una tscala dt racio- cinio. Su obra ts mis vasta, más metódica, más sólida, más perdu- rable que la dtl rioplatenst". (Ci- tado por Ptdreira, Hotto», págs. 24-25.)

En su biografía de Hostos, An- tonio S. Pedreira, ti brillante pro- feaor y criUco portorriqueño, esta- bltct tstt otro parálalo tntrt Marti y Hostos:

Hostos y Marti, diet, "%t dife- rencian por cutstiones dt tempe- ramento, dt estudio y dt visión. Marti, intransigente y exaltado, era fogoso en la palabra, cents. liante en la prosa, lírico en los conceptos. De ahi- su aspecto poé- tico, qut Hostos no llegó a desarro- llar... No tuvo la clarividencia de Sarmiento, ni la penetración de Hostos al tstudiar nuestros pro- blemas. .. Hostos, más preocupado qut Marti por nutstro desbarajus- ta social, ahondó como pocos en laa raicea de nuestros males, y más maestro qut Marti, loa ex- puso en uña pros*, serena, grave? disciplinada... Martí es más lita- rato; Hostos, más cltntiflco... Marti'ea el orador; Hostos, el con- ferenciante". (Ptdrtlra, Hottot, págs. 31-32.)

Por estas citas que arabo dt Ittr podrán usttdts aprtciar qut loa criticoa que conocen a Hostos lo colocan en la primara fila dt los grandes hombrts hispanoamerica- nos, comparándolo con Andrea Be- llo, Domingo Sarmiento y José Marti, tres dt las figuras más ex- celsas dt Hispanoamérica.

Eugenio María dt Hostos nació en Mayagiiez, Puerto Rico, ti 11 dt enero dt 1839, y murió en San- to Domingo, hoy ciudad Trujillo, «1 11 dt agosto dt 1903. Aunqut sus padres eran portorriqueños, tenia sangra cubana por la Unta pater- na y sangra dominicana por la mattrna. Esto explica el inttrés qut tstaa doa Antillas siempre la inspiraran y loa servicios qut lea prestara a Cuba, para lograr au Independencia, y a Santo Domin- go, para darla una generación dt hombrts aptoa y patriotaa qut hi- cieran au independtncia efectiva. Fuá con Betances, uno da loa após- toles qut clamaron tn ti desierto por la Confederación Antillana, es decir, la unión tn una sola repú- blica dt laa tres grandes antillas da origen español, Cuba, Santo Do- mingo y Putrto Rico.

Hoatoa cursó sui estudios prima- rios tn Mayagiiez, Putrto Rico y la enseñanza secundaria tn Espa- ña, tn ti Instituto da segunda en- señanza dt Bilbao. En 185? ingresó en la Universidad Central dt' Ma- drid para estudiar layes. Madrid tra entonces ti centro de las la- chas entre los partidarios de la monarquía absoluta y la monarquía constitucional. El joven Hostos se

titucionaL No terminó sus tstu-

y a esta tarea st entregó en la última etapa dt su vida.

Sirvió primero en Venezuela, pe- ro allí su corta obra pedagógica no dejó huella. Fué en Santo Domin- go donde ae reveló el maestro, ti gran apóatol, qut habia tn Hostos. Santo Domingo habia tenido qut

El penaador portorriqueño Eugenio María de Hostos.

dias aunque llegó a ser un notable tratadista dt derecho constitucio- nal.-En Puerto Rico existia enton- ces la esclavitud. Aqui tn los Es- tados Unidos una sangrienta gue- rra habia aido necesaria para emancipar a los esclavos. Los go- biernos militares dt Cuba y dt Puerto Rico eran cada vez más opresivos a impopulares. Hostos en- tró dt lleno en la política españo- la, al lado de los partidoa más avanzados, en la esperanza dt lo- grar para Cuba y Puerto Rico el cese de la. esclavitud y una auto- nomía amplia que .les permitiera permanecer unidos a España. No pudiendo conseguir esto, embarcó para América a trabajar por la rtvolución. No volvió a pisar su tierra natal hasta el 1898, des- pués dt la ocupación amtrlcana da Puerto Rico.

Dt España vino Hostos dlrecta- mente a Nueva York. En octubre de 1868 estalló la primera revolu- ción de Cuba que duró dltz años y terminó en 1878 con el Pacto del Zanjón. Los cubanoa organizaron en Nueva York una Junta Revo- lucionaria. Hostos se agregó a es- ta Junta como escritor y propa- gandista ain aueldo. Su propio sustento se lo ganaba haciendo tra- ducciones para la casa Appltton, qut todavía' vende en Hispanoamé- rica algunos dt los manuales es- critos por Hostos. En el 1870 salió en peregrinación por la América del Sur a favor dt la causa cuba- na y estuvo viajando cuatro años por Panamá, Venezuela, Colombia, Chile, ti Ptrú, Argtntlná, el Brasil y Santo Domingo. Durante estos cuatro años fundó comités, organizó sociedades, inició periódi- cos, escribió artículos y folletos y pronunció miles de discursos y conferencias a favor de la Indepen- dendencla dt Cuba.

En ti Perú libró una campaña de Prensa a favor de mejores Jor- nales para los obreros y fundó la Sociedad de los amigoa del sa- ber. En Chile libró otra gran cam- paña a favor del derecho dt la mujer a ser admitida a las clases universitarias. AHÍ también publi- có su célebre estudio sobre el Ham- let. En la Argentina fué uno da loa promotorea del ferrocarril tra- aandino, y tal fué la eficacia de su propaganda que loa argentinos, agradecidos, le pusieron el nombra dt Hostoa a la locomotora qut arrastró el primer tren a través de loa Andes. Bello simbolismo, porque Hoatoa fué toda au vida una especie de locomotora del progreso, halando y tirando contra la iner- cia cívica y la Incomprensión.

Los últimos veinticinco aftoa dt su vida los dedicó Hostos a la en- señanza. Habla recorrido ya como propagandista rtvolucionario gran parta dt Hispanoamérica y se ha- bla dado cuenta dt qut la verda- dera rtvolución habia qut hacerla tn ti corazón dt los ciudadanos dtl Nuevo Mundo. Era mtntsttr fc- mtntar un respeto mayor al régi- men de ley y sobreponer éste al régimen dt fuerza. Era, preciso des- pertar en el ciudadano una adhe- sión más efectiva, más perseveran- te, a la comunidad. Hispanoaméri- ca tra todavía tn gran parte una aelva física. Habia que evitar que at convirtiera también en una ael- va moral. Eato era lo qut al re- volucionario Hostos quería atajar,

ganar su Independencia tres veces, contra los franceses, contra los haitianos y contra los españoles, para caer luego en una serit dt guerras intestinas qut no tenían trazas de terminar. Hubo por fin una tregua y llamaron al maestro Hostos para que los ayudara a re- organizar el país y crear una co- munidad civil. Llega Hostos a San- to Domingo en 1879 y funda la Es- cuela Normal, redacta programas, escribe libros da texto, educa a los

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El doctor Jote Padin, excoralaiona- do de Instrucción Pública de Puer- to Rico y autor del presente trabajo.

hijos en las aulas y a los padres en la tribuna pública. Funda .asi- mismo sociedades dt fomento cul- tural o social por todo el país. Se convierte en un nuevo Moisés qut saca al pueblo dominicano dtl de- sierto dt la tstéril lucha fratrici- da y lo lleva a la tierra de promi- sión dt la libertad ordenada. Allí inició sus lecciones de ¿foro* So- cial, dt Sociología y de Dertcho

Constitucional. Ocho años duró au labor titánica. Entonces surgió al caudillo inevitable, terminó la tre- gua y el maestro tuvo que escoger entra contemporizar con un tira- no o marcharse; y se marchó a Chile. Pueda decirse sin exagera- ción que todoa loa escritores y pro- fesionales que se han distinguido en Santo Domingo tn los últimos cincutnta años, la deben mucho a la enseñanza o a la inspiración de Hostos. Los dominicanos conservan aus restos, lo mismo que loa de Co- lón, y lo consideran como uno de sus máximos profetas.

De Santo Domingo pasó Hostos a Chile en 1888, llamado por al gobierno para ayudar en la ense- ñanza, y permaneció diez aftoa en aquel gran país, desarrollando su labor en un campo más vasto. AHÍ dirigió liceoa, desempeñó cátedras universitarias, organizó y presidió sociedades y congresos científicos, perfeccionó aus lecciones de dert- cho constitucional y tscribió gran parte dt la obra qut dtjó Inédita. En Chilt ti ambitntt era favora- ble. Hostos era conocido y apre- ciado allí. Y Chile tt afanaba co- mo ninguna otra república por au- mentar sus escuelas y mejorar la calidad de la enseñanza para brin- darles a sus ciudadanos la igual- dad de oportunidad que es la esen- cia misma de la democracia. Por allí habia pasado Andrea Bello, el gran maestro y sabio venezola- no. ,Por allí habia pasado Domin- go Sarmiento, el gran argentino. Y por allí pasó Hostos, el gran portorriqueño. Todos hallaron asi- lo y corazones hermanos dispuestos a escucharloa y honrarloa. DIgast esto *h honor dt Chilt porqut ts ése el espíritu sobre el cual des- cansan la confraternidad hispano- americana y la paz y la concordia interamericanas.

Ló mismo que Willlam James, pudo Hostos haber sido un gran hombre de letras si se hubiera de- dicado exclusivamente a la crea- ción literaria. Poseía todas las con- diciones del gran escritor: imagi- nación, personalidad, visión origi- nal de cosas y personas y una ca- pacidad infinita para el esfuerzo creador. Estaba convencido dt qut en Hispanoamérica habia exceso de retórica mala: prosas ampulosas, versos copiosos y discursos torren- ciales; que habla que fomentar otros frutos del espíritu un poco más en armonía con laa necesi- dades sociales del Nuevo Mundo. Por eso dedicó casi todo su empe- ño creador a la ciencia social: en- señanza, sociología, moral, critica del medio ambiente, derecho. Sua ensayos sobra ti Hamltt y Plácido lo revelan como un critico formi- dable, no de géneros literarios si- no dt humanidad, la basa dt toda obra literaria. Y aunqut no tiene pretensiones dt estilista, dt pulidor dt piedras preciosas, ¡qué bien ts- cribe! Escribe bitn porqut tiene siempre algo importante que de- cir. Eso es, en todas las lenguaa y en todos los tiempos, el secreto del estilo: tener algo importante que decir y decirlo.

Las dos citas siguientes revelan la manera dt decir dt Hostos:

"Los críticos dt Hamlet pasan dasdefiosamente por delante de Po- Ionio. Lo contemplan, lo comparan rápidamente con el tipo, desdicha- damente inmortal, del adulador fa- miliar del poderoso, tt sonríen, st encogen dt hombros, y txclaman- do: "¡Hay tantos como ést!" pa- san. Hactn mal: Polonio es una personificación ridicula dt las más ridicula dt las adulaciones, la in- ofensiva: pero, también, es un ca- rácter.

"Polonio es un butn hombre que hubiera podido ser un hombre bue- no. En tsta sencilla oposición hay lo bastante para hacer de ese no carácter interesante, de esa ente ridiculo un ser patético. Es un lo- co de la realidad. Guiándose por ella en razón dt su experitncla, violándola en razón da au candor, prtdica lo bueno .qut tila ense- ña y-no lo hace; hace lo malo que ella inspira. Honrado y digno por Instinto, es indigno por convenien- cia. Sencillo en su doblez, candoro- so en su malicia, ingenuo en au fatuidad, es sincero en su adula- ción. La adulación es un modut vivendi, el modo de su vida. Ex- presión de debilidad, no dt mal- dad, su adulación ea cariñosa, be- névola, optimista. Adula porqut st conoce débil; no para str futrtt, sino para str querido; no para es- clavizar al adulado, sino para me- jor servirle, para amarlo más; pa- ra obtener un derecho, no un ar- ma. Cuando habla con Claudio y con Gertrudis, tn cada lisonja del palaciego palpita al adicto corazón

TRES COPAS - EXTRA. SOBERANO. INSUPERABLE

dtl servidor leal. Cuando asiente a los aparentes despropósitos de Hamlet y se asombra al descubrir tn ellos más cordura, más donai- re, más luí de razón qut tn mu- chas afirmaciones sentenciosas dt los cuerdos, hay tn su asombro una ternura y una bondad que en- ternecen: te ve que acoge con ale- gría toda ocasión en qut pueda es- perar la salud dt aquella mtntt enferma y querida. Si hubiera laido a Séneca, comentarla cada extravio mental de su principe, diciendo, para engañarse, para ttntr el pla- cer dt -seguir esperando en su sa- lud: "Nulum magnum ingenium nisi mixtura dementiae": "No hay gran Ingenio que no tnega alguna partícula da loco". Importuna, in- quieta a Hamltt; pero lo haca por secundar los qut supone buenos propósitos del rey. Mientras loa espías dt ésta violan lo sagrado de la antigua amistad qut los unt a Hamltt y sólo por adular a Clau- dio y sólo por hacerse de indigna adulación un poder indigno, tapian y ponen acechanzas al loco qut crttn cuerdo, Polonio, qut celtbra y admira los momtntos lúcidos dtl loco, no lo vigila para aorprtndtr en él la ficción qut tscondt un peligro, sino para podar astgurar qut ta inofensiva su locura. Dt to- dos los actorts dt la esetna, él y su hija, son los únicos qut creen en la dtmencia da Hamltt Y como coincidtn tn la creencia, coinciden en la causa que le atribuyen. El padre dice: That he la mad, 't la true: *t la true"; *t ls plty—; and pity 't ls true": "qut tstá loco, es cltrto; qut ts cierto; es lástima, y ea lásitma que sea cierto". La hija interrogada por el padre, a esta pregunta: "Loco de amor por ti?" responde: "I do fear it"; "lo temo".

"Acaso no hay .en toda la trage- dla una coincidencia máa patética qut esa: loa seres qut compadtctn al qut creen loco, aon las dos vic- timas predestinadas de au cordura horrenda: los dos más inocentes dt la enfermedad dt su razón, loa dos a quienes castiga y mata con perfecta lucidez.

Ellos lo lloran extraviado, y lo perdonan anticipadamente: "Me han muerto" "I am slain", ea la única queja que exhala el viejo infortunado. No quejándose, es dos veces consecuentt. Es su prlnclpt qultn lo mata, y él ts sltrvo volun- tario dt aus principas: es el pobre demente, y no lo acusa". (Meditan- do, págs. 8-11.)

"Pardo, bastardo y poetaí Sin comprenderla, presintió la mons- truosidad dt aquella asociación de debilidades sociales y de pereza in- dividual, y ae espantó. Era pardo y bastardo y era débil; era poeta, y era fuerte. Era pardo y era un desheredado del respeto público; era bastardo y era un proscrito de la sociedad. Era poeta y sentía fuerzas para ser más fuerte que el respeto público, más poderoso que la sociedad, que lo rechazaba can desprecio. Meditando, págs. 109-110.)

"Era joven, y transigía con los sentidos; era débil, y transigía con los futrtts; tra bueno, y transi- gía con loa malos; era artista, y transigía con la vanidad. Todas esas transacciones lo debilitaban; pasaba dt un amor liviano a otro liviano; dt un miedo de su impo- tencia social al mismo miedo; da una falsa idea dt la bondad a un odio falso contra ella; de un sacrificio a au vanidad a otro sacrificio al amor propio pueril, que constituye el gtnum irritabilt dt la irritbalt gente dt lttraa y de arte; y entre despechos amorosos y despachos li- terarios, fabricando palabras con- tra necios, o rimando palabras con- tra ingratos, adulando la que ins- tintivamente maldecía, maldiciendo

lo qua acaba de adular cea aduladores, era resumen vi vienta dal detestable momento de transí* clon en que vivía, da la enferma sociedad qua lo abortaba. La soda- dad se moría dt miedo da panseft y él, como ella, ocultaba, para vi vir, su pensamiento. El momento, aocial era de adoración a loa sen- tidos, da silencio dt conciencia J) ruido dt palabras, y 41 st abando- naba a la inmoralidad, parda mor- daza a su conciencia y hablaba f. hablaba y máa hablaba". (Jíeditoa- do, pág. 123.)

Hostoa ts uno dt loa hombrta buenos, verdaderamente buenos*, dt América. No derramó una sa- la gota da sangra para gloria da Isf patria. Sintió una honda preocupa- ción por el porvenir de los pueblos tmancipados dtl Nuevo Mundo y aa esforzó por crear aqui ti sentido da la ley y dtl dtber social. Fué va gran maestro. Fué un gran sociólo- go. Fué un gran moralista. Fué, asi fin, un hombrt con un profundo sentido ético dt la vida. Tenia al corazón más grande todavía qua al cerebro. Sin desatender sus deberta familiarta, ain olvidarse da su pro- pio pata, dedicó casi toda su vida al servicio dt América, de toda la América. Por eso merece ..#1 titulo que le da un biógrafo de Ciudadano de América. En Santo DosaJngo ae venera su memoria porqjla* en una época de sombrea Hostos: fué alH un faro luminoso que lt alumbró la senda a todo cuanto vals en aque- lla rtpública. Hay dominicanos qua lt atribuyen al maestro hasta at despertar de la literatura nado- nal. Defendió loa derechos del obrero a ganar un jornal1 adecua- do. Defendió los derechos do- la mu* jer a recibir en igualdad-.¿e opor- tunidad el pan de la enseñanza su- perior. Nadlt tn nuestra América ha trabajado con mayor'-empeflo y devoción para emancipar al ciu- dadano de la ignorancia? y hacef posible gobiernos de ley, fundados en el consentimiento de loa gober- nados y sostenidos por el pueblo para el pueblo. Laa democracias tendrán que reconocer a Hostos co- mo uno de sus más esforzados pa« ladinas, quizás como el má» grasa de dt sus emancipadores civiles. ES estoa diaa aclagoa en que la pasión anula a la razón y loa derechos del puño suplantan loa derechos del nombre, los portorriqueños debemos encomendarnos a nuestro gran compatriota que tanto . luchó pos ponerle un dique a la barbarla asi el Nuevo Mundo. Bienaventurados los qut padecen hambre y sed os justicia porque de ellos ea al reino de los cielos. ¿Y qué diremos da los buenos samarltanos -como Hos- tos que remedian estos malea «As- tribuyendo a manos llenas el pan que aplaca el hambre y el agua que apaga la aed de Justicia T Qne diremos, ¡no!, {Qué vamoa a haced para qut el linaje de estoa varo* nes no se extinga dtl planeta y nos deje huérfanos e indefensos contra la amenaza de la fuerza brutal El centenario es la mejor ocasión para pensarlo y empezar a hacer- lo.

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