la retórica de la renovación hasta su paroxismo. del mapu renovado hasta el lautaro

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Departamento de Historia Universidad de Santiago de Chile Revista de Historia Social y de las Mentalidades Nº XII, Vol. 2, 2008: 123-147 Issn: 0717-5248 LA RETÓRICA DE LA RENOVACIÓN HASTA SU PAROXISMO: DEL MAPU RENOVADO AL LAUTARO.* CRISTINA MOYANO B.** RESUMEN El proceso de renovación socialista correspon- de a uno de los procesos políticos históricos recientes que más debate ha suscitado en el plano del estudio de las transformaciones políticas e ideológicas que ha vivenciado la izquierda. Muchas de esas interpretaciones han subrayado la profunda mutación que experimen- tó la izquierda desde una identidad y discurso renovado a una identidad más vinculada a la social democracia, profundamente crítica de los socialismos reales y que habría abandonado el marxismo leninismo. De esa forma el proceso de renovación se entiende como proceso de configuración de una social democracia política. Lo que pretendemos en este artículo es abrir el debate a reflexionar sobre los caminos no definidos e inesperados que genera el proceso de renovación socialista, entendiéndolo no sólo como un cambio en las prácticas partidarias ABSTRACT The process of socialist renovation cor- responds to one of the recent historical political processes that more provoked debate to in the plane of the study of the political and ideological transformations of the left. Many of those interpretations have emphasized the deep mutation that experi- enced the left from an identity and speech renewed to one more related to a identity to the social democracy, deeply critical of the real socialisms and that would have left the marxism Leninism. In this way, the renova- tion process is understood like configuration process of a social political democracy. We try to open the debate to reflect on the ways nondefined and unexpected that the process of socialist renovation generates, understanding it not only like a change in practices or of the ideological discus- Recepción: Agosto 2008; Aprobación: Octubre 2008. Doctora en Historia. Académica Departamento de Historia, Universidad de Santiago de Chile. Investigadora Posdoctoral Instituto de Estudios Avanzados de la misma universidad. Este artículo forma parte del trabajo mayor conducente a la tesis doctoral de la autora, titulada “Microhistoria de la renovación socialista en el MAPU. Un partido, unos sujetos… nuestra transición a la democracia. 1973-1989”. Universidad de Chile, 2007. USACH_DIC2008_01.indd 123 10/01/2009 12:23:43

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C. Moyano. análisis de la retórica y praxis

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  • departamento de Historiauniversidad de santiago de chile

    revista de Historia socialy de las Mentalidades

    n Xii, Vol. 2, 2008: 123-147issn: 0717-5248

    LA RETRICA DE LA RENOVACIN HASTA Su PAROXISMO: DEL MAPu RENOVADO AL LAuTARO.*

    CRiStina Moyano B.**

    RESuMEN

    el proceso de renovacin socialista correspon-de a uno de los procesos polticos histricos recientes que ms debate ha suscitado en el

    plano del estudio de las transformaciones polticas e ideolgicas que ha vivenciado la

    izquierda. Muchas de esas interpretaciones han subrayado la profunda mutacin que experimen-

    t la izquierda desde una identidad y discurso renovado a una identidad ms vinculada a la

    social democracia, profundamente crtica de los socialismos reales y que habra abandonado el marxismo leninismo. de esa forma el proceso

    de renovacin se entiende como proceso de configuracin de una social democracia poltica.

    lo que pretendemos en este artculo es abrir el debate a reflexionar sobre los caminos no

    definidos e inesperados que genera el proceso de renovacin socialista, entendindolo no slo

    como un cambio en las prcticas partidarias

    ABSTRACT

    the process of socialist renovation cor-responds to one of the recent historical political processes that more provoked debate to in the plane of the study of the political and ideological transformations of the left. Many of those interpretations have emphasized the deep mutation that experi-enced the left from an identity and speech renewed to one more related to a identity to the social democracy, deeply critical of the real socialisms and that would have left the marxism leninism. in this way, the renova-tion process is understood like configuration process of a social political democracy.We try to open the debate to reflect on the ways nondefined and unexpected that the process of socialist renovation generates, understanding it not only like a change in practices or of the ideological discus-

    recepcin: agosto 2008; aprobacin: octubre 2008. doctora en Historia. acadmica departamento de Historia, universidad de santiago de chile.

    investigadora Posdoctoral instituto de estudios avanzados de la misma universidad. este artculo forma parte del trabajo mayor conducente a la tesis doctoral de la autora, titulada

    Microhistoria de la renovacin socialista en el MaPu. un partido, unos sujetos nuestra transicin a la democracia. 1973-1989. universidad de chile, 2007.

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    La retrica de la renovacin hasta su paroxismo

    introduccin.

    a comienzos de los aos 80, la idea de un sujeto popular autnomo conformaba la base de la estructura discursiva que cruzaba la reflexin mapu-cista. esta base permita por un lado, construir un puente entre las propuestas radicales del poder popular, que eclosionaron durante la uP, con la crtica a los postulados clsicos, evitando una ruptura en la identidad poltica militan-te y por otro lado, construir una salida a la tensin nunca bien resuelta entre partido y movimiento.

    este discurso movimientista y popular tom un carcter mucho ms notorio y coherente cuando irrumpieron las masas en las jornadas de protes-ta social. la imagen de una sociedad en rebelda nutri los sueos de muchos militantes del MaPu, que sintieron que este reventn social, que escap al control de los partidos, era la mejor expresin de que este discurso era ms que un anhelo y se converta en realidad.

    la rebelda construa una imagen mucho ms amplia que la que se vi-sibilizaba con la lucha de clases, por cuanto la primera contiene un elemento ms visceral y subjetivo que vuelve al sujeto autnomo y no teledirigido a un proyecto que lo antecede y hasta cierto punto, lo determina como sujeto social. la rebelda era expresin de descontento, pero tambin de creatividad, era expresin de la explotacin y la opresin, pero tambin de la libertad. en esa perspectiva lo rebelde se entenda como una postura para combatir hasta en lo ms mnimo los ejercicios de poder, en los cuerpos, en las vidas, en la cotidianidad. era como pasar de una propuesta de hegemona gramsciana a una idea del poder y la resistencia en las micro luchas, que por esos mismos aos sistematizaba Michel Foucault en el viejo continente.

    o de las discusiones ideolgicas, sino como una profunda transformacin en el plano de

    las culturas e identidades polticas, que tiene efecto en las prcticas y en los diseos pol-ticos. en ese sentido, un mismo proceso que parte como una crtica radical pudo derivar

    tanto a la perspectiva socialdemcrata como a propuestas de rebelda y de insurreccin. este es el caso de los mltiples caminos que tom

    la renovacin socialista en el MaPu y su hijo no deseado: el Movimiento Juvenil lautaro.

    Palabras Claves: renovacin socia-lista, lautaro, izquierda, dictadura.

    sions, but like a deep transformation in the plane of the cultures and political identities, that effect in the practices and the political designs has. in that sense, a same process that starts off as one criticizes radical could derive so much to the social-democratic perspective as to proposals from revolt and insurrection. this it is the case of the multiple ways that took the socialist renova-tion in the MaPu and their son nonwished: the youthful movement lautaro.

    Keywords: socialist renovation, lautaro, left, dictatorship.

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    la rebelda1 era una forma de ser y de actuar, no era expresin de un proyecto, sino que una actitud que permita develar al sujeto en toda su complejidad y que le permita ejercer la accin de autonoma hasta en los aspectos ms bsicos y simblicos de su propia vida. la educacin popular, fundamentada en las premisas de Paulo Freire, sistematiz la vieja prome-sa moderna de la autoemancipacin por la va del conocimiento, la autorre-flexin y la crtica. El MAPU no solo se sinti atrado por estas propuestas, sino que fue el partido desde donde emergieron importantes tericos y pro-motores de esta forma de acercamiento hacia el sujeto popular, que quebraba con el obrerismo rgido de los aos 60 y 70.

    los hijos no deseados de la renoVacin socialista.

    Desde esa perspectiva, el MAPU construy su, poco clara y definida, poltica de insurreccin popular o insurreccin de masas. Poltica que pre-tenda ser el motor que liberara al sujeto de su propia estrechez cotidiana, as como de las preconcebidas conductas que desde la poltica se haban articula-do. era adems una poltica que jugaba ambiguamente tanto con la violencia defensiva o activa, como con la violencia simblica de una resistencia pacfi-ca al estilo de gandhi. el exceso por lo popular vino a reemplazar el exceso obrerista que anteriormente haba cruzado los discursos de los aos funda-cionales2 de la colectividad, cuando su lder rodrigo ambrosio llamaba a proletarizarse, a mimetizarse con el pueblo, a exculpar el origen de clases con el compromiso y la anulacin del propio sujeto que viene a liberar. surga as nuevamente la matriz mesinica que marc al MaPu en sus aos fundacio-nales, lectura de una historia que los volva lderes dispuestos a la inmolacin por un proyecto poltico unitario.

    ese mesianismo redentor que estaba en la cultura poltica del MaPu y que muestra el fuerte influjo cristiano en su propia propuesta, combinado y transformado por la profunda crisis de los paradigmas que esta colectividad reconoca en la izquierda, fundament en 1982 la creacin de un movimiento juvenil, enraizado en las luchas cotidianas de resistencia en las poblaciones,

    1 sobre rebelda y subversin ver rosas, Pedro. Rebelda, subversin y prisin poltica, lom ediciones, 2004.

    2 al respecto ver Moyano, cristina. la seduccin del poder y la juventud. un acercamiento histrico a la cultura poltica del MaPu, 1969-1973. tesis para optar al grado de magster en historia, universidad de santiago de chile, 2005.

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    un movimiento que aspiraba a dar salida a las mltiples rebeldas liberado-ras, el Movimiento Juvenil lautaro.

    desde el plano ms general, la fundacin del lautaro tambin se en-tiende por los giros en torno a las consideraciones sobre la violencia que esta-ba dando el Partido comunista, pero por sobre todo, el impacto que gener la revolucin sandinista en nicaragua y su triunfo en 1979. la idea de un pueblo combatiente, donde la violencia es parte de la propia forma de relacin con los otros y que convive con la solidaridad y los proyectos de transformacin, se entremezclaron novedosamente hacia 1982.

    en el iii Pleno en la clandestinidad, el MaPu conclua que desde el punto de vista de los problemas de hoy, y coherentes con esa perspectiva de masas, entendemos que el problema principal es desarrollar en las propias masas, al menos, su capacidad y voluntad de desobedecer. Pero tambin es claro que las fuerzas polticas tienen que jugar un papel educador en el ejer-cicio de la violencia para generar esta capacidad en las masas.3

    esta consideracin sobre la violencia, como forma de expresin y de defensa, estaba construida sobre la base de un sujeto popular resistente, un sujeto popular que se liberaba con medios y mtodos que estaban en los ge-nes de su propia condicin popular, preso, oprimido y explotado, por un siste-ma capitalista que engendraba la violencia cotidianamente.

    este debate sobre la violencia conviva con la propuesta de una in-surreccin popular de masas, poltica ms amplia que entenda tambin la resistencia simblica y pacfica dentro de sus componentes. Estos elementos nuevos llevaron al MaPu a la necesidad de dar una coherencia terica a es-tos preceptos, ordenar la discusin para transformarla en poltica partidaria de accin. en este proceso, la colectividad se mira a s misma en perspec-tiva histrica y concluye que pensamos que en nuestra historia ha estado presente cierta identidad bsica, asentada en ciertas ideas-fuerza (el pueblo como sujeto social y poltico, renovacin del marxismo, idea de socialismo democrtico, etc) y que, sin embargo, no hemos sabido rescatarla con la sufi-ciente claridad Es por ello que es necesario recrearlas, es decir, es impres-cindible avanzar en la confeccin de un marco poltico ideolgico que sin-tetice la prctica del partido. Se hace necesario reasumir la tarea de hacer teora poltica a partir de nuestra propia experiencia y de la relectura crtica de la teora clsica.4

    3 conclusiones del iii Pleno nacional en clandestinidad, 1982. F.d. eugenio ruiz tagle. Flacso.

    4 Boletn Venceremos, 1982. F.d. eugenio ruiz tagle. Flacso.

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    la mirada retrospectiva realizada en 1982 esboza una continuidad histrica de una identidad poltica profundamente renovadora desde su na-cimiento. Puede argumentarse que detrs de ello estaba la necesidad de bus-car las lneas de conexin, los puentes simblico-discursivos con un pasado radical. Para uno de los lderes del MaPu-lautaro, quien estuvo preso en la crcel de alta seguridad por 10 aos (1994-2004), guillermo ossandn ca-as, el MaPu represent en sus aos fundacionales esa renovacin de la iz-quierda poltica, era expresin de un aire nuevo, que quebraba los esquemas constitutivos de un estilo de militancia ms tradicional representado por el Pc y el Ps. ossandn recuerda Ahora dentro de la izquierda haban varias opciones. Estaba el PC, que tradicionalmente pareca para la gente que no tena vinculacin con la cultura PC, como algo ms lento y ms enredado o ms complicado, a pesar de que el PC era el partido ms grande. Y por otro lado. Estaban las variedades de atajos: atajo socialista, atajo mirista, y el MAPU era un atajo entretenido.

    En ese tiempo el MAPU, era pura gente joven, representaba una op-cin intelectual nueva, era como una onda que estaba recin naciendo y que tena esa gracia, esa magia, estaban atrevindose a pensar cosas de manera distinta. El MAPU, bueno Ambrosio era marxista, el MAPU todava no era marxista, pero era un marxista distinto, formado en mayo del 68, Pars, era otro cuento, no era el marxismo de la Unin Sovitica y adems tena la vol de las cosas ms rpidas, pero no era tan poco el MIR que en ese tiempo ac-tuaba, o sea, ya haba asaltado bancos, era como una cosa ms clandestina, aunque nadie los buscaba, pero era como el sabor de otro cuento. Entonces, el MAPU tambin llegaba a esa frontera. Deslindaba con todas las fronteras pero manteniendo una especificidad que te abra nuevos mundos, quiz esa sea la gracia del MAPU hasta que se quebr.5

    esta autopercepcin de partido renovador e innovador, jug un rol central al momento de disear los caminos polticos en poca de dictadura. su propia capacidad de criticar y de buscar salidas fuera de lo esperado, es-tuvo en las bases de construccin del Movimiento Juvenil lautaro. en 1982, el comit central del MaPu acuerda:

    1.- Aprobar el Movimiento Juvenil Lautaro como propuesta poltica en el Partido para el trabajo juvenil popular.

    5 entrevista a guillermo ossandn caas. Junio del 2004.

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    2.- La propuesta del Movimiento Juvenil Lautaro se asume dentro de la definicin de movimientos polticos de masas, ubicndose en un nivel intermedio entre los sectores organizados en partidos polticos y el amplio sector juvenil popular comprendiendo en su interior a militantes e indepen-dientes.

    3.-ello no significa que busquemos que el movimiento Lautaro per-tenezca al partido o a la Convergencia Socialista, queremos que conserve su carcter de movimiento poltico ms amplio.

    4.- El MJL debe llegar a ser un referente real para la juventud; que recoja las reivindicaciones juveniles ms sentidas (trabajo, estudio, recrea-cin, convivencia, etc), que interprete y se haga parte del espritu juvenil, que integre la vida y las reivindicaciones juveniles a la realidad popular ms amplia (o de otros sectores), que promueva las movilizaciones para su lucha y defensa, que inyecte a la juventud popular como una fuerza poltica y so-cial.

    5.- que definindose el Movimiento Juvenil Lautaro como una fuerza poltica juvenil, reconoce un espacio propio para la accin poltica, pero que dicha accin debe apuntar permanentemente a profundizar elementos de una lnea de masas para la juventud y tener como norte ampliar y movilizar a vastos sectores juveniles.6

    de esta forma el MJl contiene tres elementos a considerar en su mo-mento fundacional. el primero de ellos corresponde a la expresin de la vieja tensin entre movimiento y partido, donde se enfrentan la organicidad y dis-ciplina militante en una estructura partidaria y el espacio ms laxo, innova-dor y creativo del movimiento de masas. Por otro lado, expresa tambin la propuesta de una poltica diseada desde el movimiento social, que reflejaba el anhelo por insertarse en las masas mismas, cuestin que tambin formaba parte de la cultura poltica fundacional del MaPu.

    Por ltimo, el tercer elemento tiene relacin directa con una propuesta poltica especializada que siendo incluyente, supone la necesidad de construir nuevos discursos y prcticas especficas en cada espacio social, respetando solo un marco de objetivos mximos que conducen y enmarcan el fin de las acciones cotidianas. estaba en el MJl la propuesta de una poltica que cons-

    6 Boletn Venceremos, n2. 1982. F.d. eugenio ruiz tagle. Flacso.

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    truyera discursos desde la propia prctica social, imbuido en las potenciali-dades y carencias de los sujetos de carne y hueso y no de acuerdo a construc-ciones generalizantes que hacan desaparecer a los mismos. se permita por tanto, una poltica cosificada, en funcin de cada actor social cuyos anhelos y peticiones se visibilizaban y respondan con sus propios elementos discur-sivos y narrativos.

    en ese contexto, el MJl era la propuesta para dar cuenta de un nuevo sujeto social: el pueblo rebelde. Pueblo rebelde que exceda con creces la mi-litancia partidaria y que representaba al sujeto popular con todas sus comple-jidades. Pueblo rebelde que era un sujeto reconceptualizado para liberarse de la estrechez nominativa del obrerismo marxista y que le permita al MaPu adems, liberarse de su propia estructura partidaria.

    la autonoma movimientista con la que nace el lautaro se entiende bajo las construcciones tericas especficas de la renovacin socialista en el MaPu, quien en su conjunto haba participado de otra construccin supra-partidaria como lo era la convergencia socialista. el lautaro entronca tam-bin con la propuesta localista de la insubordinacin territorial que estaba en las propuestas de resistencia del conglomerado. Por otro lado, es tambin una demostracin de la compleja relacin entre lo partidario y lo movimientista.

    las tensiones que incuba sobre s mismo el MJl rpidamente van a entrar en un choque frontal con quienes entendan su misin como parte de una estrategia de recuperacin democrtica. la radicalidad de las protestas sociales de los aos 83 y 84 contribuyen a la creacin de un temor a la violen-cia incontrolada, al desborde social, que golpeaba fuertemente la idea de los sujetos populares autnomos. la imagen de una nacin en crisis comenzaba a primar en los dirigentes mapucistas, quienes vean con horror lo incontrola-ble y peligroso que poda ser un sujeto rebelde sin control poltico.

    la aguda represin que la dictadura implement para impedir las mo-vilizaciones, gener en el cuadro dirigencial una alerta, con la consecuencia inmediata de una revisin profunda de las propuestas polticas del MaPu. con la movilizacin desbordada, el MaPu sostena que la dictadura se jus-tificaba a s misma, la imagen de un caos social recordaba los oscuros aos de la uP, a la luz de la autocrtica renovada. la culpabilidad de un fracaso enunciado en la dcada del 70, gener en los sujetos directivos un repensar de sus posiciones.

    sin embargo el MJl que haba nacido con la propuesta autonmica del movimiento, entraba en duras disputas por la cada vez ms clara dispo-sicin del MaPu a aceptar y dirigir una salida negociada con la dictadura militar. Las definiciones sobre el objetivo del Lautaro, llegan a un punto de inflexin en 1983. As, mientras el grupo central de la directiva y rearticula-

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    dor del MaPu despus del golpe planteaba que el lautaro representaba la apertura de un nuevo surco, rompiendo el inmovilismo y la falta de hori-zontes de la juventud popular, y evitar la instrumentalizacin militarista del segmento ms radical de los jvenes populares...7; otro sector bsicamente dirigido por guillermo ossandn y Bernardo acevedo, planteaba la necesi-dad de optar por una radicalizacin de las posturas, para sostener un enfrenta-miento directo con la dictadura.

    estas posiciones se volvieron irreconciliables en 1983, cuando en la realizacin del V Pleno en la clandestinidad ambos grupos se autoexpulsen, repitiendo el esquema de la divisin del MaPu en 1973. de esta forma, 10 aos ms tarde, otra ruptura se sumaba a la corta vida de este partido poltico. el partido y el movimiento, la poltica y la movilizacin social, volvan a ser el punto de no retorno de una identidad tensionada desde sus orgenes.

    el V Pleno nacional del MaPu, agosto de 1983.

    la realizacin del V pleno nacional en clandestinidad hizo evidente dos concepciones polticas que aunque nacieron en el proceso de renovacin socialista se fueron volviendo cada vez ms irreconciliables.

    el discurso basista y de autonoma popular, tuvo una radicalizacin especfica con las jornadas de protesta social, que un sector del MAPU nomi-n como el nacimiento del pueblo rebelde. la rebelda era expresin sobera-na de un pueblo que se resista a la dominacin, en sus distintas formas y con especificidades creativas nacidas de su propia cotidianeidad.

    este sector del MaPu, haba dirigido las acciones del Movimiento Ju-venil lautaro registrando un amplio crecimiento en los sectores poblaciones de la zona sur de santiago. Muy arraigado a la iglesia en las poblaciones y al amparo de la defensa de los derechos humanos, muchos de quienes ingresa-ron al MaPu en estos aos, vieron en la colectividad la imagen de una nue-va izquierda, renovada, poco dogmtica, audaz y creativa. sin embargo, este nuevo contingente mayoritariamente juvenil, poco tena que ver con el cami-no histrico que haban seguido los grupos fundadores de la colectividad.

    sus diferencias no eran solo de clase, sino que tambin de estilos, de prcticas poltica y de experiencias histricas compartidas. Mientras que los fundadores provenan de las clases acomodadas de nuestro pas, ilustrados en

    7 documento MaPu, un camino de movilizacin popular y unidad democrtica, 1983. F.d. eugenio ruiz tagle, Flacso.

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    las universidades ms importantes de santiago, Valparaso y concepcin8; los jvenes rebeldes provenan de las poblaciones, de la marginalidad y la pobre-za que haba aumentado la dictadura. Muchos de ellos sin educacin completa o estudiantes en proceso, poco tenan que ver con los lderes fundadores.

    Por otro lado, la prctica poltica fundacional que mezclaba el mesia-nismo redentor con la reflexin intelectual, se distanciaba fuertemente de los jvenes para quienes las consignas resuman un accionar que era especial-mente inmediato, espontneo y voluntarista. el hacer se volva imperante, sin mucho maquillaje terico, con lenguaje sencillo y heterodoxo, el pueblo rebelde se levantaba como el gran sujeto poltico que termin dividiendo al MaPu nuevamente.

    Avanzados los procesos de Convergencia Socialista y la configuracin del Bloque socialista, este sector del MaPu se fue enfrentando con quienes insistan en la salida poltica, negociada y de unidad nacional. la idea de la movilizacin, si bien se mantuvo en los dos Mapus, para el sector mayori-tario de la dirigencia deba hacerse en funcin de debilitar a la dictadura e imponer una restauracin democrtica que permitiera la normalizacin de la vida cvica en chile. se senta la necesidad de lograr acuerdos mnimos en virtud de evitar la desintegracin nacional.

    Para el otro sector del MaPu, esto era simple y llanamente una op-cin socialdemcrata y burguesa, que llevara a la colectividad a una subordi-nacin a la democracia cristiana, impidiendo el desarrollo emancipatorio del sujeto popular en pos de una alternativa poltica viable, ordenada y consen-suada. este grupo, liderado por guillermo ossandn, quien haba participado de la fundacin del MaPu en los aos 70, esgrimi un abandono de los idea-les del MaPu en manos de la direccin y decidi quebrar con el partido.

    en el pleno de 1983, este sector radicalizado expres que su des-acuerdo por la salida de una negociacin con la dictadura estaba fuera de sus anhelos polticos porque: ella no apunta a la satisfaccin plena de las necesidades del Pueblo, punto que para nosotros es la piedra angular para la definicin de cualquier alternativa, dado nuestro carcter de fuerza popu-lar y revolucionaria9. Por otro lado, a juicio de los radicalizados, esa salida negociada era poco viable, ya que el camino de la apertura por la presin

    8 Moyano, cristina. Microhistoria de la renovacin socialista en el MaPu. un partido, unos sujetos nuestra transicin a la democracia, 1973-1989. tesis para optar al grado de doctor en Historia, universidad de chile, 2007.

    9 resoluciones polticas del Quinto Pleno nacional del MaPu, agosto de 1983. F. documental eugenio ruiz tagle. Flacso.

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    no violenta, est lejos de ser un trecho pavimentado y directo. Lo complica no solo la tozudez del tirano que se niega a irse y la incapacidad del rgi-men para evolucionar, sino que fundamentalmente este inesperado proceso de Toma de Chile que ha empezado a aparecer desde los territorios y las fuerzas populares.10

    Para el grupo que liderar lo que ms tarde ser conocido como el MaPu-lautaro, la emergencia del pueblo rebelde obligaba a una revisin de las principales vas de salida a la dictadura, que se haban pensado en los co-mienzos de los 80. el pueblo rebelde dispuesto a combatir desde su espacio, que se haba tomado las protestas desde una perspectiva local y poblacional, era expresin de un resurgimiento del movimiento social, pero que tena un profundo perfil renovado, porque ampliaba el obrerismo clsico y superaba a la vanguardia, as como combinaba la protesta en tanto expresin afectiva y simblica con la insubordinacin y la rebelda a la dominacin.

    Para el MaPu-lautaro, este pueblo rebelde era un sujeto nuevo, naci-do a raz de las profundas transformaciones que haba implementado la dic-tadura, desde la marginalidad, desde el desempleo, desde el copamiento del espacio territorial local y que se alzaba como el principal sujeto de combate a la dictadura militar. este pueblo rebelde era expresin simultnea de la au-tonoma y la creacin social de las bases, poco subordinado a los intereses polticos partidistas y dispuesto a combatir con sus propias armas cotidianas a la opresin capitalista.11

    la exacerbacin del discurso basista, presente en el MaPu desde sus aos fundacionales, llegaba a su paroxismo generando el quiebre irreversible entre el sector radicalizado y quienes haban apostado por una salida poltica, unitaria y transformadora de chile, a la luz del mismo discurso renovado. la tarea central que el lautaro se impone en el corto plazo, despus de este ple-no, fue la construccin de una alternativa popular, priorizando en el levan-tamiento de referentes territoriales, en funcin de fortalecer el campo de accin cotidiana de los revolucionarios en el pueblo mismo12, para ello era urgente fortalecer la movilizacin social, la guerrilla insurreccional de masas y la violencia expresiva y defensiva que aumentara la autonoma poltica de estos sujetos sociales.

    10 resoluciones polticas del Quinto Pleno nacional del MaPu, agosto de 1983. F. documental eugenio ruiz tagle. Flacso.

    11 sobre los nuevos movimientos sociales, revisar a salazar, gabriel y Pinto, Julio. Historia contempornea de chile. (lom ediciones, santiago, 1999-2004) tomos i al V.

    12 resoluciones polticas del Quinto Pleno nacional del MaPu, agosto de 1983. F. documental eugenio ruiz tagle. Flacso.

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    Cristina Moyano B.

    de esta forma, enfrentadas dos lgicas discursivas que tendieron a bi-furcarse, el grupo conocido como los MaPu-lautaro expulsan del MaPu a lideres como carlos Montes, rodrigo gonzlez, entre otros, acusndolos de querer llevar al partido hacia una identidad socialdemcrata que poco tena que ver con las especificidades histricas de la misma colectividad. Sin em-bargo en la prctica, los rupturistas al poco andar se centraron en la tarea de construir lo que ser conocido como el complejo partidario, y el sector lidera-do por Montes, ser htero-reconocido como MaPu verdadero.

    el sector lautarista quebrar con la convergencia socialista y criti-car fuertemente la conformacin del Bloque socialista, argumentando que Detrs del proyecto del llamado Bloque Socialista se encuentra la inten-cin de crear una fuerza de carcter socialdemcrata, con alguna base de apoyo en el pueblo, cuyo nico destino ser aunque sus integrantes digan otra cosa- prestar base de apoyo popular a un proyecto de reconstruccin capitalista. Sin embargo, el drama de este grupo es que solo tiene un bonito discurso con respecto a la renovacin del socialismo, ms bien una renega-cin del marxismo-leninismo y de la prctica revolucionaria.13

    en ese contexto de acusaciones mutuas, el quiebre del MaPu agu-diza la contradiccin nunca resuelta entre el movimientismo basista y el po-der institucional superestructural del partido. as mientras el grupo radical apostaba por la va insurreccional y de enfrentamiento directo a las fuerzas represivas de la dictadura, el otro sector consolidaba el discurso del agota-miento del proyecto histrico de la colectividad, la mantencin de un ideario de sociedad civil fuerte y autnoma mediante la construccin de hegemonas intelectuales y proyectos polticos transversales, en funcin de alcanzar una democracia representativa que volviera a chile a la senda perdida de una ci-vilidad derrumbada.

    del V Pleno a la construccin de una nueVa identidad Poltica, 1983-1988.

    los comienzos del MaPu-lautaro hay que buscarlo en ese voto pol-tico que origin al MJl. con un fuerte discurso autonomista, popular y mo-vimientista, el grupo que quiebra con el MaPu exacerba la tensin en torno a las salidas de la dictadura y los imaginarios de una transicin. si el efecto

    13 declaracin Pblica, Marzo de 1984. comisin Poltica Partido MaPu. Fondo documental eugenio ruiz tagle, Flacso.

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    de las protestas sociales haba generado en muchos militantes del MaPu, un temor al desborde social, en conjunto con el predominio de una postura con-servadora de auto-responsabilidad de la accin poltica, el grupo que se fue con el lautaro haba profundizado su vinculacin con la rebelda y la autono-ma creativa del movimiento popular, del pueblo rebelde que haba hecho su estreno en dichas protestas.

    los inicios de este movimiento durante los aos que quedan del go-bierno dictatorial, son bastante difusos y contradictorios. las fuentes escasean y las memorias nos remiten ms al presente que a esos inicios histricos. sin embargo, con los escasos documentos que disponemos, podemos argumentar que entre 1983 y 1988 el MaPu-lautaro estuvo vivenciando dos procesos simultneos. el primero de ellos cruza el periodo y est referido a intentos por construir una identidad poltica de izquierda renovada y definida. El se-gundo de ellos se da despus del ao 85 cuando la cpula dirigente se aboca a construir el complejo Partidario, para darle a esa nueva identidad una estruc-tura coherente que va emergiendo con la luz de las luchas de resistencia.

    los escasos estudios sobre el lautaro, tienden a coincidir en dos ca-ractersticas centrales en este nuevo colectivo. una de ellas corresponde al reconocimiento de que el lautaro es un tipo de izquierda nueva que emerge y toma sentido a la luz de los cambios profundos que haba realizado la dic-tadura militar, tocando hasta los espacios ms ntimos e individuales de los sujetos, y que por lo tanto, sera expresin de la generacin rebelde y margi-nal de los aos 80. la otra caracterstica es que no tiene continuidad cultural ni poltica con el partido que lo origin. as el lautaro sera ms un sntoma de los tiempos, que parte del proceso de transformaciones que vivenci su colectividad de origen a la luz de la renovacin socialista.

    si bien coincidimos en la particularidad del lautaro, en tanto discur-sos y praxis polticas creemos, sin embargo, que representa una radicalizacin del discurso renovador en el MaPu, y por lo mismo, tiene en sus orgenes importantes elementos de continuidad con esa colectividad originaria. as, no ser sino hasta las vsperas del plebiscito que el lautaro logre desvincular-se discursivamente de su comunidad madre; previo ese periodo, la bsqueda de una identidad poltica miraba mucho ms al pasado que al presente. as por ejemplo, en mayo de 1986, el lautaro conmemoraba 17 aos de vida de la colectividad, hacindose eco expreso de continuar con el legado de am-brosio. a decir de los propios mapucistas-lautarinos:

    Cumplimos 17 aos desde que un grupo de jvenes, un 19 de mayo de 1969, encabezados por Rodrigo Ambrosio postularan un proyecto de Vic-toria Popular y el socialismo para Chile. Sin duda que nuestro partido no

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    ha estado ajeno a contradicciones y debilidades pero la generacin de com-batientes, que se han unido a nuestro destacamento nacidos al calor de la lucha contra la tirana, no tan solo ha refrescado con savia nueva y vigorosa nuestra organizacin, sino que tambin ha logrado entroncar definitivamente el MAPU con lo mejor de su pueblo.14

    el V Pleno del MaPu, realizado en lima, vio nacer a este escindido grupo. la retrica expresada en las conclusiones de dicho pleno, muestran la ambigedad terica, la creatividad autnoma y poco ortodoxa, de una colec-tividad que entre la negacin y la autocrtica que recorre toda la dcada del 70 y los primeros aos de la dcada siguiente, intenta recrear la utopa socialista en un nuevo marco poltico y social.

    en las conclusiones lautarinas abundan los conceptos del viejo mar-xismo leninismo, como el de revolucin, el de vanguardia, el de clase y so-cialismo. conviven tmidamente con una retrica renovada, donde la prima-ca del sujeto, del individuo, su desconfianza hacia lo poltico institucional o partidario y una ansiada autonoma movimientista, constituyen un discurso emergente y que tomar mayor coherencia entre los aos 87 y 88.

    de esta forma, la primera parte de la dcada de los 80, el lautaro est en una bsqueda poltica de constituir una nueva identidad. sin embargo, las disputas por el nombre, que revivieron la antigua disputa de marzo de 1983, tambin dan cuenta del peso histrico de la cultura poltica original en los dirigentes fundadores de este nuevo movimiento. as en una declaracin p-blica de marzo de 1984, la renovada querella de investiduras se comunic al resto de la comunidad poltica:

    Rodrigo Gonzlez Torres, director de CEDAL y uno de sus propie-tarios, fue efectivamente miembro del Partido hasta agosto del ao 1983, fecha en que se realiz nuestro V Pleno nacional en la clandestinidad. En este evento, Rodrigo Gonzlez, junto a otros miembros del Partido, fueron separados de la organizacin por desarrollar prcticas y proyectos polticos que pretendan separar al MAPU del movimiento popular, de la izquierda y de una poltica revolucionaria y hacerlo funcional a un proyecto de carcter socialdemcrata.15

    la legalidad del acto era mucho ms un simbolismo partidario que una accin poltica efectiva, toda vez que este y otros partidos estaban proscritos

    14 documento 17 aos de lucha. contra la ocupacin levantamiento popular, mayo de 1986. F.d. eugenio ruiz-tagle, Flacso.

    15 declaracin Pblica, marzo de 1984. comisin Poltica Partido MaPu. F.d eugenio ruiz tagle. Flacso.

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    de la actividad partidaria pblica existente en chile en esos aos de dictadu-ra. De todas formas, para los dirigentes era un acto de afirmacin identitaria, de apropiacin de aos formativos y del legado ambrosiano, que no se aban-donaran tan fcilmente. Enfatizaban al final de la misma declaracin pblica que:

    Por ltimo queremos decir que la poltica del MAPU se desarro-lla en medio del pueblo, en las poblaciones, fbricas y escuelas. No nos in-sertamos ni manejamos el movimiento desde las instituciones. As lo hemos demostrado en los ltimos meses con la calidad de nuestros militantes y su capacidad combatiente.16

    en esas lneas se expresaba soterradamente una crtica a la propia con-formacin de clase del MaPu y lo incmodo que le resultaba a algunos de sus miembros el haber pertenecido a las familias acomodadas de nuestro pas. en el lautaro el carcter proletarizador que tuviera en los aos fundacionales el discurso ambrosiano, se exacerbar con el fenmeno de popularizacin de la colectividad y su nueva camada de militantes de base, mayoritariamente jvenes pobladores, marginales y pobres.

    en una mirada retrospectiva, 3 aos despus de la fundacin del lau-taro, su lder guillermo ossandn explicaba el nacimiento del lautaro, aun cuando se siga ocupando el nombre de MaPu, como una ruptura de dos for-mas de entender y practicar la poltica, formas que se fueron haciendo cada vez ms contrapuestas e irreconciliables. Para ossandn, un sector del parti-do durante el V pleno, se estaba alejando de la concepcin leninista, como instrumento de una clase concreta, como una capacidad de concentracin de una poltica determinada expresada en hombres y en una organizacin con capacidades que se van desplegando, y pasaba a transformarse en un grupo de amigos, suma de voluntades diversas y oficinas e instituciones, centros de reflexin, pero no como centros de accin poltica, Hay tambin otra idea que vena causando problemas al interior de la organizacin. Esta es la que el partido haba llegado a un tope de su desarrollo histrico, que haba lle-gado ya a un techo imposible de salvar y, por lo tanto, haba que dar curso a lo que ellos llamaban una nueva fuerza poltica; o sea, entrar en un proceso de fusin con otros, donde pasamos a adquirir una identidad distinta a la que la mayora del partido tena, no una identidad revolucionaria y de clases, inserta en el pueblo; sino que fundamentalmente una identidad con signo

    16 ibdem.

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    socialdemcrata y que tuviera fundamentalmente una base de operacin en sectores de la pequea burguesa.17

    la profunda crtica que est detrs de las palabras de ossandn, mar-carn una caracterstica central del lautaro; su desprecio por la teorizacin o intelectualizacin de la poltica y la gran importancia que le darn a la accin poltica efectiva. el hacer, el estar haciendo la revolucin cotidianamente, llenar las memorias activas de los miembros de la colectividad. la propues-ta de una revolucin continua, permanente y prolongada, rene claramente los influjos troskistas y maostas en una interesante combinacin, que los lau-taros nominarn como marxismo leninismo mapucista lautarino, en una n-tida imitacin a las formas que por esos mismos aos formalizaban la retrica del Partido comunista Peruano en el sendero luminoso de J.c Mariategui, con su marxismo-leninismo-maosmo, pensamiento gonzalo.

    Profundamente irrespetuosos con los grandes dogmas fundamentales de la izquierda, la irreverencia popular y juvenil cop las formas polticas de la nueva colectividad. el sujeto deba ser creativo, donde la teora era solo un instrumento para comprender la realidad, pero en ningn caso una estructura rgida. se recoge lo que sirve, se usa lo que es til, se releen, se reapropian y con lenguaje simple y popular se comunican en el hacer. as nace la consigna como forma de expresin del pensamiento lautarino y la propia colectividad entendida como herramienta de utilidad a la autonoma del sujeto popular. ossandn plantea que Lo que estaba motivando este paso poltico interno que dimos en el V Pleno era la idea de conformar a nuestra organizacin en un partido til al pueblo, al despliegue de una lnea revolucionaria, jugn-dose en las masas y abriendo los caminos, que ya en ese tiempo estaban en curso, de la movilizacin y la rebelda de masas; o sea con un compromiso vital con el Pueblo Rebelde, con el sujeto principal de realizacin.18

    el Pueblo rebelde ser la sntesis renovadora del sujeto popular aut-nomo que exista en la retrica mapucista desde mediados de los aos 70. ese Pueblo rebelde (Pr) constitua un sujeto nuevo en la historia de chile, un pueblo que lo haba ayudado a conformar la dictadura, con sus profundos pro-cesos de transformacin social. ese Pr era ms que el obrero o el marginal, era un pueblo nuevo, que se levantaba para luchar contra la tirana, responda con violencia a la violencia cotidiana, y no tena vinculaciones estrechas con la izquierda partidista clsica. ese Pr era tambin la juventud radicalizada,

    17 entrevista a diego carvajal (nombre poltico de guillermo ossandn). enero de 1986. F.d. eugenio ruiz tagle. Flacso.

    18 entrevista, ibdem.

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    no por la teora y la reflexin, sino que por la propia lucha por sobrevivir bajo un sistema que les impeda integrarse. ese Pr era solidario, era parte de un complejo e histrico movimiento popular que la izquierda tradicional no haba logrado representar, era un pueblo que haba alcanzado su historicidad en la resistencia a la represin, al hambre y a la marginacin que impona la dictadura. ese Pr era la mejor expresin del desarrollo capitalista nacional y tambin era expresin de un pueblo que no espera nada del estado y que por lo mismo, puede estar ms dispuesto a quebrar con todo.

    Para el lautaro, ese nuevo sujeto no tena cabida en la izquierda tra-dicional, era incomprensible tambin al viejo lenguaje y a la praxis poltica. as esta colectividad, se sentir llamada a posibilitar la concrecin de un pro-yecto histrico que estaba detrs de esos sujetos de carne y hueso. dadas sus particularidades, ese pueblo no requera de teoras, de extensas discusiones metafsicas, sino que de accin, por ello haba que simplemente comunicar y actuar, permitiendo la creacin autnoma, libre, emergente de la apropiacin de una forma particular de mirar la realidad social.

    la poltica deja de entenderse como posibilidad y pasa a constituir un voluntarismo accionalista maximista en donde la realidad se transforma con los sueos y las ganas, a decir en la retrica lautarina. este discurso se pone en la acera del frente del camino hegemnico de la renovacin socialista, cu-yos intelectuales y militantes haban establecido que gobernar es consensuar, conciliar y negociar.

    la crtica que emerge desde el lautaro hacia las posiciones reconoci-das pblicamente como renovadas, se observa en la siguiente conclusin de ossandn:

    La argumentacin central de estos sectores que de renovados han pa-sado a posturas socialdemcratas, est ubicado en trminos de cmo se de-bera haber enfocado el problema de ampliacin de fuerzas hacia el centro poltico de una manera distinta de la que se hizo. Bueno, y eso nos lleva a un problema ms global porque lo que est contenido en esta lnea de argumen-tacin es en definitiva una concepcin que dice que en este tiempo no era po-sible (y ah est este asunto de las condiciones polticas) resolver el problema del poder. Por lo tanto, ah se plantea una ampliacin hacia el centro, porque dicen que haba que plantear fundamentalmente una lnea de democratizacin en los marcos del sistema, sin alterar la estructura y la composicin global de la sociedad. 19

    19 entrevista a diego carvajal, 1986. F.d. eugenio ruiz tagle. Flacso.

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    as, para los lautarinos el problema de las condiciones pasar a un se-gundo plano. la posibilidad de hacer las cosas, a su juicio, depender absolu-tamente de las ganas que tenga cada sujeto de hacerlo. la realidad la constru-yen los actores y por ende, nada que desagrade debe precisamente existir, por lo que el simple impulso permite adentrarse en una prctica transformadora principalmente desde lo cotidiano. Para el MaPu-lautaro los sectores reno-vados haban abandonado precisamente el voluntarismo leninista de transfor-macin social, enfatizando que:

    En algunos sectores del BS el concepto de revolucin desaparece y es reemplazado por la nocin de transformacin constante y evolutiva. El concepto de Estado como instrumento de ejercicio del poder de clases, tambin se pone borroso y empieza a diluirse, y el Estado empieza a ser un espacio de concertacin y confrontacin de diferente sectores sociales. La poltica pasa a ser fundamentalmente de consenso, pasa a adquirir entonces un carcter predominantemente burgus. La poltica ms que la realizacin de aspiraciones de un pueblo entero y la transformacin de todo eso en una nueva sociedad, pasa a ser juego constante de entendimientos, acuerdos, de consensos, entre los diferentes agentes polticos. La poltica entonces se desliga del pueblo transformndose en un juego de superestructuras.

    En cuanto a la propuesta poltica concreta que levanta frente a la dic-tadura, es una lnea de recuperacin democrtica, independientemente de cules sean los contenidos polticos de esta recuperacin democrtica nacio-nal. Y se inscribe en la lnea del Acuerdo Nacional.20

    la propuesta, ambigua pero atractiva, era la toma de Chile, tomar-se todita la patria, desde los espacios locales hasta el gobierno. Haba que transformar desde los cimientos a la sociedad chilena, por lo que la guerra sera larga y prolongada, no de enfrentamiento directo sino que irregular, in-directa, cotidiana, subversiva. el pueblo combatiente:

    no est instalado en cuarteles, no est separado de lo que es la vida cotidiana. Es un pueblo que junto con sobrevivir y trabajar, hace la guerra. Dentro de este pueblo, se va instalando una segunda capacidad espe-cfica que es lo que llamamos la fuerza guerrillera de carcter irregular, que abarca fundamentalmente el espacio de los sectores avanzados del pueblo. Desde el punto de vista de su poder de fuego tambin, aparte de su manejo

    20 ibdem.

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    profundo, extensivo, creativo, de todo lo que es el tremendo espacio de posi-bilidades que da el armamento casero, ha venido forjando una capacidad de fuego superior que est dado fundamentalmente por arma corta que ha veni-do saliendo producto de la recuperacin de materiales de los cuales dispone el enemigo. Decimos guerrillera porque opera con una alta movilidad. Se confunde con el pueblo, aparece, golpea, se dispersa; y su calidad orgnica le permite desarrollar operaciones de carcter ms ofensivo: ataque a las comisaras, apoyo extensivo a la propaganda armada, lnea de sabotaje eco-nmico y al control extendida en el pueblo y adiestramiento de ms fuerza de combate. 21

    Para los lautarinos la tarea era lograr instalar la propuesta de una gue-rra insurreccional de Masas, donde se combinara la autonoma creativa con la lucha frontal, derribando no solo al aparato represivo del estado, sino que hasta los fundamentos valricos y ticos de la sociedad capitalista y patriar-cal. de esta forma la resistencia cotidiana era tambin accin creadora. Para los lautaros, las micro-luchas iran transformando lentamente esta sociedad que no les gustaba, como decan ellos mismos: Desde la cama hasta el Esta-do, esa era la ruta.

    Por ello la preocupacin por las relaciones tradicionales entre partidos no constituy una preocupacin central para este grupo. en la lucha por la emancipacin tambin estaba la libertad de asociacin. en este punto vuelve a aparecer en el lautaro el viejo problema de enfrentamiento entre partido y movimiento. el discurso de este colectivo en 1986, recuperaba el mismo discurso ambrosiano del MaPu como partido de cuadros inserto en las masas. las viejas palabras de rodrigo ambrosio, estaban ahora en la retrica del lautaro. Para guillermo ossandn nosotros mantenemos y desarrolla-mos una construccin de partido obrero abierto a las masas, no en cuanto a nuestra estructura orgnica, sino que en cuanto a nuestra actividad y en cuanto a nuestra propuesta poltica. Realizamos y valoramos las acciones de vanguardia pero en el pueblo, que generen movimiento y aprendizaje de masas. Esto permite que un ncleo relativamente pequeo, como el nuestro, pueda ir constantemente amplindose en sus niveles de legitimidad, de con-vocatoria y en sus niveles de operacin poltica. 22

    21 ibdem. 22 entrevista a diego carvajal. 1986. F.d. eugenio ruiz tagle. Flacso.

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    concebida la poltica como praxis fundamentalmente colectiva y di-recta, al MaPu-lautaro no le interesaban las relaciones formales con otras colectividades de izquierda. la poltica lautarina no tiene como vehculo central en el plano de la operacin de entes superestructurales, llmense estos oficinas, academias, institutos, conferencias de prensa, etc. Principal-mente no es por la va de la prensa de la dictadura o por los espacios de la oposicin burguesa donde debiera concentrarse la expresin de la poltica del pueblo. El problema de la proyeccin nacional est relacionado con los espacios ganados desde la base, con la capacidad de contar con opinin pblica a partir de la generacin de hechos polticos, con la proyeccin de instrumentos y de referentes de masas que se legitiman y ganan espacio por su propio accionar, con la difusin de propuestas polticas, con el trabajo de agitacin y propaganda, con el trabajo de relaciones internacionales.23

    cunto de ese rechazo a las vinculaciones era decisin propia, cunto de rechazo de las propias colectividades de izquierda hacia la colectividad, no es posible determinar. sin embargo, lo cierto es que en los aos noventa, el lautaro se convirti en los parias de la izquierda chilena, asocindosele con el lumpen, la delincuencia y la marginalidad. la izquierda renovada 24trat de desvincularse de este colectivo. Para el propio MaPu este grupo era inc-modo, anormal, incomprensible, negando cualquier posibilidad de conexin con una retrica inicial que ambos compartieron.

    conclusiones: hacia la consolidacin de una identidad Poltica, 1986-1990.

    el discurso que constituye el MaPu-lautaro, fue un discurso tensio-nado por el binomio modernidad/posmodernidad. es un discurso que transita entre estas dos fuentes y va mostrando a su vez cmo influyen en el pensa-miento poltico las transformaciones culturales e intelectuales del mundo de los 80. esta dcada pone en jaque los grandes metarrelatos modernos y en ese sentido, el lautaro tambin es hijo de ese tiempo.

    en el lautaro conviven elementos propios de la poltica moderna, como lo son el voluntarismo libertario, el individuo colectivo (la clase) como

    23 ibdem.24 la carga negativa e incomprensiva del lautaro queda bien representada en el texto de arrate,

    Jorge y rojas, eduardo. Memoria de la izquierda chilena, tomo ii (1970-2000), Javier Vergara editor. captulos 8 y 9. santiago, 2003.

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    actor de su propio presente y de su futuro y la utopa como fuente de existen-cia25, con elementos absolutamente novedosos en la praxis discursiva de la izquierda chilena, como lo fueron la preocupacin por lo cotidiano, las micro luchas, el micro poder, el cuerpo y el disciplinamiento cultural. esta mezcla, que para algunos fue una majamama26 es quizs uno de los elementos ms atractivos de esta pequea organizacin poltica.

    la dcada de los 80 contiene el surgimiento y consolidacin del lau-taro, sin embargo, este grupo cobrar inters y reconocimiento pblico en las cercanas al plebiscito, pero por sobre todo, en los primeros aos del gobier-no de transicin conducido por Patricio aylwin. su reconocimiento temporal trajo consigo la incomprensin de la mayora de la izquierda y de los partidos opositores y la dc. el lautaro se hizo pblico con un desfase, que para mu-chos actores polticos, haba que castigar.

    el lautaro se hizo famoso cuando ya haba cado el Muro, cuando el socialismo real se derrumbaba a pasos agigantados, cuando la gran mayo-ra de los militantes de izquierda se haban convencido de que el socialismo era un vector de polticas y no un tipo de sociedad, cuando por ltimo, el mea culpa profundo de la renovacin socialista haba concluido que gobernar era concertar, negociar y consensuar. en ese marco referencial hegemnico, el lautaro era una especie de piedra en el zapato, un lastre que haba que cortar por la va de la represin y el encarcelamiento.

    el tiempo de la irrupcin pblica de este colectivo, no le dio cabida a una valoracin ms profunda de sus actos. detrs de los juicios categricos que la izquierda socialista renovada hizo de sus propios hijos, no slo se es-conda una crtica a la accin subversiva, sino que tambin se esconda cierto desprecio de clase, un desprecio que le neg a la generacin de los 80 su pro-pio heroicismo27, que mantuvo como un baluarte historicista la generacin del 68 que hacia su entrada al poder con la transicin.

    Pese a ello el lautaro introdujo una praxis poltica novedosa, que sin mucha reflexin terica se dispuso a crear en la autonoma y la libertad, tal como estaba contenido en los discursos setenteros de intelectuales como eu-genio Tironi, en el MAPU. Esa libertad excesiva sin embargo, les signific la ruptura y ms tarde el encarcelamiento en la cas.

    uno de los elementos innovadores que el lautaro construy fue la comprensin de la revolucin como un acto/proceso, inserto en la cotidianei-

    25 Berman, Marshall, Aventuras marxistas, siglo XXi editores. Madrid, 2002.26 salazar, gabriel. Historia Contempornea de Chile, tomo V. lom ediciones, santiago 2002.27 salazar, gabriel. Historia Contempornea de Chile, tomo V. lom, 2002.

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    dad de los actores y que volva a cada accin un hecho de la revolucin. Para estos militantes, la revolucin se tena que hacer siempre, a cada momento y en cada pequea parte de las vidas, haba que gozarla intensamente y para ello slo se necesitaban las ganas.

    En 1988 los miembros del MAPU Lautaro se definan como:

    ambiciosos estamos hablando del poder y la victoria ahora y para siempre. La ambicin es voluntad y fuerza transformadora; es confianza y la fuerza propia; es mirar y enfrentar los problemas y los obstculos para superarlos; es recorrer los desafos aunque stos inicialmente siempre nos queden como ponchos. Los mapucistas somos rebeldes, intransigentes en nuestras certezas y en nuestra voluntad de futuro victorioso. Las razones se hacen logros con decisin, audacia y valenta.28

    el voluntarismo mostrado en esta cita no slo debe comprenderse como una revitalizacin de la vieja vanguardia leninista, que por cierto es-taba presente en el lautaro, sino que tambin como abandono de la poltica como posibilidad, un abandono de las condiciones objetivas para hacer la revolucin. en este colectivo lo central eran precisamente las condiciones subjetivas, el convencimiento y las ganas de realizar las transformaciones. Bastaba querer, ya que LOS MAPUCISTAS SOMOS REVOLUCIONARIOS PORQUE QUEREMOS Y NOS GUSTA SERLO29. de esta forma, el elemen-to juvenil le incorporaba al lautaro un elemento novedoso en la praxis pol-tica, que tambin tuvo el MaPu en sus aos fundacionales. Los mapucistas somos jvenes, tanto por la composicin mayoritaria de nuestra militancia, pero tambin y por sobre todo por nuestra forma de hacer y vivir la revo-lucin. Hemos superado el miedo y la vergenza de soar. Valoramos cada vez ms la poltica de las sensaciones y de los smbolos. El hecho poltico es huella que se hace imagen perdurable en la memoria masiva. La revolucin no es slo deber, es tambin entusiasmo y ganas crecientes. 30

    en esa matriz retrica, para los lautaros un elemento central de la poltica y la subversin era la felicidad, el goce de los sentidos, el amor libre, el placer y la solidaridad. se combinaba aqu el hombre nuevo y el deber guevarianos, con el epicuresmo y el goce de la vida. as toda reivindicacin de las bases es siempre revolucionaria, porque es expresin de una necesidad

    28 estatutos Partido MaPu, marzo de 1988. P. 9. F.d. eugenio ruiz tagle. Flacso.29 ibdem. P. 10.30 op. cit. P.9

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    pero tambin de la voluntad de satisfacerla. los lautarinos enfatizan que El principal eslabn de avance se encuentra en las necesidades y aspiraciones de los pueblos. Las revoluciones son para satisfacerlas. No existen las revo-luciones por principios, ni tampoco los avances y las luchas por conceptos abstractos. Al final, lo que determina todo es la vitalidad cotidiana, de all arranca la pasin de masas que hace posible la victoria. Lo principal es ejercer las reivindicaciones, satisfacer directamente las necesidades, tomar-se todos los derechos. As el gigante se extiende y se hace de millones, fuerza nacional, alternativa y realidad de poder. 31

    el acento estaba puesto en la subjetividad, en el sentir las transforma-ciones y en la utilidad de los actos. Para el lautaro la revolucin no requera ni inmolacin, ni el sufrimiento y mucho menos el abandono de los placeres. la imagen de una revolucin sufriente y donde los revolucionarios son asce-tas de una moral rgida y estoica, no caba en la rejuvenecida revolucin lau-tarina. ossandn planteaba en una entrevista que Yo me imagino ese sueo como una situacin desparramada, instalada, desplegada, que es el pueblo protagnico. Me imagino el poder con mucha gente querindolo, constru-yndolo de las formas ms diversas. Me imagino adems un poder til para nosotros los chilenos. Es decir, un pueblo apropiado de los recursos de su nacin en funcin de resolver sus necesidades todas: los sueos, las ganas, la alegra, el sexo, la vida. Me imagino adems un poder con capacidad de defensa de su revolucin e integrado en la dimensin de este pueblo conti-nente. Me imagino, por ltimo, un pas modesto, as como el pueblo. Modesto no significa rasca, s significa opuesta a la cultura del consumismo. Un pas donde la economa, est al servicio del hombre y no al revs.32

    los contenidos revolucionarios del lautaro se caracterizaron por una congruencia retrica con la poltica de las ganas y tiles para el pueblo. de all que las acciones realizadas por esta colectividad estuvieran relacionadas con las microluchas y las microrresistencias. En este colectivo se tipificaron varias acciones que se nominaron de formas bastante singulares. Por ejem-plo, la accin de apropiarse de algunos productos revolucionarios (que iban desde comidas, mayoritariamente pollos, zapatos, hasta casetes y condones) se les denominaba recuperaciones y se repartan en las poblaciones a todos los pobladores sin distincin, generalmente en momentos donde se cortaba

    31 op. cit. P. 36.32 entrevista en Revista Pgina Abierta ao ii n 45, 22 de julio al 4 de agosto de 1991.

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    el acceso a carabineros con barricadas y enfrentamientos directos, que ellos llamaban copamientos territoriales armados y liberados del consumismo capitalista.

    estas nominaciones representaban una forma distinta de percibir la realidad y la misma revolucin cobraba un aspecto ms modesto pero no por ello menos importante. segn eyleen Faure Los Copamientos tambin lle-vaban contenidos una carga simblica. Eran espacios y momentos sin capi-talismo; -momentos de revolucin- se presentaban como espacios fsicos y perodos de tiempo en los cuales se llevaba a cabo una subversin total de la realidad, en los que todos reciban todo lo que queran y necesitaban slo tomndoselo. Durante el transcurso de los CTA, se desplegaba una forma de poder popular que no tena existencia fuera de aquel espacio copado por las ganas. Representaban momentos de fiesta popular en los cuales todos ramos dueos de todo lo que necesitbamos.33

    estos cta constituan momentos, pequeos espacios temporales y es-paciales donde se disolva el capitalismo, segn los propios lautarinos, estos representan toda una simbologa concentrada de poder. Es un poder que se desplaza, itinerante, que se repite cuando se lo propone, por todos lados... es una evidencia concentrada de revolucin, simple y audaz. Es el futuro que se trae para ac... as extendemos la dinmica tctica de tomarnos todo.34

    cta, productos revolucionarios recuperados, ajusticiamientos, entre otros, eran acciones fugaces, pero que a juicio de los actores generaban dis-rupciones en el orden capitalista. Por ello, por muy pequeos y fugaces que fueran, se consideraban parte de un proceso revolucionario que desestabiliza-ba permanentemente los cimientos de ese orden.

    Para lograr estas acciones, el MaPu-lautaro se constituy en lo que se autodenomin complejo Partidario. este complejo partidario est consti-tuido por tres elementos fundamentales: el Partido, que opera como el punto de condensacin y canalizacin del conjunto de la capacidad que se va gene-rando y, junto a l, operan el Movimiento Juvenil lautaro (MJl) y las Fuer-zas rebeldes y Populares lautaro (FrPl).35

    el MJl se estructura en torno a brigadas. La idea es que sea una or-ganizacin muy simple y muy vital. No tiene estructura nacional, pero est en

    33 eyleen Faure. los locos del Poder. aproximacin histrica a la experiencia del Movimiento Juvenil lautaro. (1982-1997). tesis para optar al grado de licenciada en Historia. universidad de chile, 2006. p. 38.

    34 La Toma de lo Cotidiano, entrevista a Diego Carvajal Secretario General del partido MAPU, 28 edicin, febrero de 1990, p. 23

    35 ibdem. P. 18.

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    La retrica de la renovacin hasta su paroxismo

    todos lados. Son brigadas que se forman en los frentes naturales, donde hay jvenes, en las poblaciones, los liceos, las escuelas, las fbricas y que desa-rrollan esta poltica de tomarse y ejercer derechos en todos los planos.36

    Por ltimo El tercer componente de nuestro complejo partidario son las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro (FRPL), que son la expresin ms alta de nuestra capacidad militar. Comprometen ms bien el espacio partida-rio y all se ubican las estructuras y combatientes que se dedican de una ma-nera ms especializada al desarrollo de nuestra poltica militar. Estas fuer-zas tienen menos tiempo, nacieron el ao 87 y con su accionar han venido realizando el invento de nuestra guerra insurreccional, marcando una huella de legitimidad y de reproduccin en el movimiento popular. 37

    de esta forma, la estructura poltica del MaPu-lautaro contiene una vanguardia, un partido y un movimiento social, que nutre al partido y a la vanguardia, volviendo a reiterar la vieja tensin entre lo social y lo poltico. este ltimo componente de la tensin, es el que, sin duda, tuvo en la prctica mayor importancia. la evidencia es que cuando cay su lder guillermo os-sandn en 1994, en el balneario de cartagena, todo el lautaro desapareci de la escena pblica.

    los jvenes lautarinos buena onda, enamorados de la vida. Con una audacia que, mirada desde fuera, puede aparecer como irresponsa-bilidad. Una cierta irreverencia frente a lo instituido que viene de eso de ser subversivo sin vuelta. Muy apegados a la realizacin de la poltica; es decir, pensando y creando en funcin del hacer. Y sintindonos sin in-hibiciones, dejando inhibiciones en el camino38, hijos de la retrica renovada, que constituyeron un discurso ochentero de la revolucin, con el sexo nuestro, con las fiestas populares y la autonoma creativa, des-aparecieron por la represin39, por el peso de una poltica transicional que no supo convencerlos de que el tiempo de hacer la revolucin ya haba pasado.

    esos jvenes populares, expresin simultnea de la politizacin de los aos 80, se sumergieron involuntariamente cuando su lder mximo fue dete-nido. en el balneario de cartagena, un da de 1994, guillermo ossandn es detenido por la polica de investigaciones mientras haca una llamada des-

    36 op. cit. P. 19.37 op. cit. p. 20.38 Revista Pgina Abierta ao 2 n 46. quincena del 19 de agosto al 1 de septiembre de

    1991.P. 5.39 rosas, Pedro. Rebelda, subversin y prisin poltica: crimen y castigo en la transicin chile-

    na, 1990-2004. lom ediciones, 2004.

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    de un telfono pblico. diriga la compaa de telfonos por esos aos, un compaero de ruta, oscar guillermo garretn, quien ha sido sindicado como uno de los gestores intelectuales del lautaro mientras permaneca en el exilio en cuba. as, simblicamente se reunieron de nuevo las retricas renovadas mapucistas, una para sepultarse y la otra para erigirse como vencedora. el lautaro se convertira de esta forma, en los parias de nuestra transicin, en los hijos no deseados del propio proceso de renovacin socialista.

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