la vida y el cristianismo en un cambio de Época i - mg

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 20/03/14 10:35 Revista Vida Pastoral - SAN PABLO Página 1 de 6 http://www.san-pab lo.com.ar/vidapa storal/includes/articulos/imprimir.p hp?id=25 Revista Vida Pastoral - Año XLII - Nº 236 - JULIO / AGOSTO 2002 Análisis pastoral Marcelo González  La vida y el cristianismo en un cambio de época Pistas para el discernimiento (I) El medio de la vorágine de la cultura contemporánea, se plantea la pregunta cotidiana por el sentido. En esta primera nota el autor traza un diagnóstico de la crisis. Vivir se ha vuelto difícil y, para muchos, casi imposible. Engendrar vida, hacerla viable, comer, crecer, curarse, vincularse, enseñar y trabajar. Estas acciones básicas de una civilización hoy no están aseguradas. Lo que en otros tiempos apenas si era objeto de la reflexión se ha vuelto urgente y amenazante. La vida del cristianismo y de las iglesias se ha hecho ardua. Dar vida evangélica, alimentar con la palabra y el pan de Cristo, hacer crecer las comunidades y las personas, vivir juntos la fe y acompañar a nuestra época son dimensiones de la existencia cristiana que tienen a los seguidores de Jesús desbordados, exigidos y desorientados. Occidente se ha desestabilizado y ya no sabe vivir. Millones de inmigrantes han clavado sus culturas y credos religiosos en el corazón de los países más ricos del mundo, y aun de los no tanto. La decisión de existir juntos tiene demasiadas sombras. El desorbitado poder de los grandes rompe, diaria e impunemente, vidas y pactos. Los grupos humanos buscan reconstituir su identidad a fuerza de memorias, de sufrimientos, de búsquedas y, llegado el caso, también de defensa y agresión. Las iglesias como comunidades internacionales tratan denodadamente de reconstruir las bases de la vida común y se tensan en mediaciones e intentos. ¿Por qué se ha hecho tan difícil vivir? En los dos primeros puntos presentamos las nociones de transición y de sistema histórico como orientadoras para la reflexión y, en el tercero, mostramos las consecuencias de estas realidades sobre la vida cotidiana. 1. La transicionalidad Una primera explicación consiste en afirmar que, no sólo estamos asistiendo a un conjunto de cambios profundos y veloces, sino que nos encontramos en una transición hacia una época diferente de la historia humana: vivimos en un estado de transicionalidad. ¿Qué significa esto? Que las personas, los vínculos, la vida familiar, las instituciones y la organización de las sociedades, ya no encuentran la manera de permanecer, transmitirse y crecer. Se percibe que ya no se pueden seguir manteniendo estilos de vida, convicciones, modos de trabajar, maneras de organizar la convivencia y las decisiones políticas. Muchas cosas "no van más", se les ha pasado el tiempo de su fecundidad. Pero, al mismo tiempo, aún no se afianzan nuevas alternativas a lo conocido. La incertidumbre de lo que desaparece es más potente que el atractivo de lo por venir. En esta línea describía Gustavo Gutiérrez la situación de la teología latinoamericana:

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la vida y el cristianismo

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    Revista Vida Pastoral - Ao XLII - N 236 - JULIO / AGOSTO 2002

    Anlisis pastoral

    MarceloGonzlez

    La vida y el cristianismoen un cambio de poca

    Pistas para el discernimiento (I)

    El medio de la vorgine de la cultura contempornea, se plantea la preguntacotidiana por el sentido. En esta primera nota el autor traza un diagnstico de lacrisis.

    Vivir se ha vuelto difcil y, para muchos, casi imposible. Engendrar vida, hacerlaviable, comer, crecer, curarse, vincularse, ensear y trabajar. Estas acciones bsicasde una civilizacin hoy no estn aseguradas. Lo que en otros tiempos apenas si eraobjeto de la reflexin se ha vuelto urgente y amenazante. La vida del cristianismo yde las iglesias se ha hecho ardua. Dar vida evanglica, alimentar con la palabra y elpan de Cristo, hacer crecer las comunidades y las personas, vivir juntos la fe yacompaar a nuestra poca son dimensiones de la existencia cristiana que tienen alos seguidores de Jess desbordados, exigidos y desorientados. Occidente se hadesestabilizado y ya no sabe vivir. Millones de inmigrantes han clavado sus culturas ycredos religiosos en el corazn de los pases ms ricos del mundo, y aun de los notanto. La decisin de existir juntos tiene demasiadas sombras. El desorbitado poderde los grandes rompe, diaria e impunemente, vidas y pactos. Los grupos humanosbuscan reconstituir su identidad a fuerza de memorias, de sufrimientos, debsquedas y, llegado el caso, tambin de defensa y agresin. Las iglesias comocomunidades internacionales tratan denodadamente de reconstruir las bases de lavida comn y se tensan en mediaciones e intentos. Por qu se ha hecho tan difcilvivir?

    En los dos primeros puntos presentamos las nociones de transicin y de sistemahistrico como orientadoras para la reflexin y, en el tercero, mostramos lasconsecuencias de estas realidades sobre la vida cotidiana.

    1. La transicionalidad

    Una primera explicacin consiste en afirmar que, no slo estamos asistiendo a unconjunto de cambios profundos y veloces, sino que nos encontramos en unatransicin hacia una poca diferente de la historia humana: vivimos en un estado detransicionalidad. Qu significa esto? Que las personas, los vnculos, la vida familiar,las instituciones y la organizacin de las sociedades, ya no encuentran la manera depermanecer, transmitirse y crecer. Se percibe que ya no se pueden seguirmanteniendo estilos de vida, convicciones, modos de trabajar, maneras de organizarla convivencia y las decisiones polticas. Muchas cosas "no van ms", se les hapasado el tiempo de su fecundidad. Pero, al mismo tiempo, an no se afianzannuevas alternativas a lo conocido. La incertidumbre de lo que desaparece es mspotente que el atractivo de lo por venir. En esta lnea describa Gustavo Gutirrez lasituacin de la teologa latinoamericana:

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    "Hay una serie de acontecimientos econmicos,polticos y eclesiales, tanto de mbito mundialcomo latinoamericano y nacional, que nos hacepensar que est concluyendo la etapa en la quenaci y camin la reflexin teolgicalatinoamericana de las ltimas dcadas. Por unaparte, los aos anteriores han sido estimulantes ycreativos y, por otra, tensos y conflictivos. Ante lasnuevas situaciones (el agravamiento de la pobrezay la prdida de vigencia de determinados proyectospolticos, por ejemplo) muchas de las discusiones

    anteriores ya no responden a los acontecimientos actuales. Todo parece indicar queest comenzando un perodo diferente. Cada vez se hace ms necesaria laparticipacin de todos a la hora de afrontar los enormes interrogantes que nosplantea la realidad latinoamericana" (G. Gutirrez, "La teologa: una funcineclesial": Pginas 130 [1994] 15).

    Se trata de una "atmsfera" de poca que suele emerger en el vocabulario que seutiliza cuando se intenta explicar lo que sucede. Tres tipos de trminos aparecen. Porun lado, ha crecido la utilizacin de un conjunto de palabras compuestas con losprefijos "des" y "post" (postmoderno, desmantelamiento, desestructurar,postcristiano), que indican una conciencia de final; de cosas que han sido superadas,de la necesidad de enterrar muchas de las convicciones y estilos del ayer: "qu sevayan todos!" y "fue!", son sus versiones denunciadoras. Pero, por otro lado,tambin ha aumentado considerablemente el uso de trminos antecedidos por "re" y"neo" (nueva evangelizacin, refundacin, recuperar, reencantamiento,neoliberalismo, nueva era), que insinan que lo vivido en otros momentos contienevalores que no pueden ser olvidados; que el hoy ha perdido cosas con respecto alayer y que no todo se soluciona con el salto hacia el futuro: "volv!"; "volvimos!",gritan algunas paredes recordando nombres aparentemente sepultados.

    Finalmente, se da una manera de describir la realidad que insiste en lo "indito". Niel ayer ni el hoy ni el maana son suficientes para nombrar lo que pasa. La poca esa tal punto diferente de todas las dems y est en un momento tan decisivo, quehay que volver a planterselo todo desde el inicio. Es fcil advertir que la eleccinexcluyente de una de las tres se hace imposible para quien pretenda dar cuenta delo que sucede.

    Pero el actual estado de transicionalidad tiene peculiaridades que lo hacen mscomplejo:

    - Hubo pocas en que las iglesias y las instituciones religiosas fueron las quetomaron la iniciativa en los momentos de transicin, asegurando la transmisin de lomejor del pasado y plasmando, en gran medida, los valores y el estilo de lacivilizacin emergente (edad media europea). En otros momentos histricos, fue lasociedad autnoma la que plasm los nuevos tiempos e impuls las nuevasvigencias. Las instituciones religiosas, tomadas en general, ocuparon puestos deretaguardia. En nuestra poca parece darse una situacin nueva: tantos lasinstituciones religiosas como las civiles han sido superadas por la crisis de la vida.Esta se les impone con sus exigencias, su vulnerabilidad y su inaferrabilidad.Ninguna de ellas, ni todas juntas, alcanzan a dar una respuesta de sentido, identidady pertenencia para todos.

    - No es posible saber en qu momento del proceso estamos: en el inicio, en elmedio, en la aurora de una nueva forma? Algunos insinan que en el futuro ya nosern posibles maneras estables y que la transicin ser el estado permanente de laexistencia. Se estara en el inicio de una forma de existir transitoria.

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    - A diferencia de otros momentos de cambio, ya no se cree que lo que vendr sernecesariamente mejor. La fuga hacia adelante de la utopa del maana aparece taninviable como la nostalgia del "todo tiempo pasado fue mejor". "Siempre se puedeestar peor" es la inquietante frase que muchos utilizan.

    - En el caso de los pueblos latinoamericanos y de otras zonas perifricas, latransicin implica un aumento de la amenaza de muerte, ya que se desmantelanformas de organizacin familiar, tica, tribal, as como determinados modos deautoridad y convivencia.

    2. Los sistemas histricos y su inestabilidad

    Una segunda explicacin de la dificultad de vivir la encontramos en el socilogoImmanuel Wallerstein:

    "Creo que la primera mitad del siglo XXI ser mucho ms difcil, ms inquietante ysin embargo ms abierta que todo lo que hemos conocido en el siglo XX...Lossistemas histricos, igual que todos los sistemas, tienen vidas finitas. Tienen uncomienzo, un largo desarrollo y finalmente, a medida que se apartan del equilibrio yllegan a puntos de bifurcacin, un deceso...El moderno sistema mundial, comosistema histrico, ha entrado en una crisis terminal y dentro de cincuenta aos espoco probable que exista?" (I. Wallerstein, Conocer el mundo, saber el mundo: El finde lo aprendido. Una ciencia social para el siglo XXI, Mxico 2001, 5).

    Este planteo consiste en tomar conciencia de la historicidad de los sistemas decivilizacin.

    Hay formas de existencia personal y cultural que por su permanencia en el tiemponos parecen "naturales", como que "siempre" fueron as; sin embargo, se trata deestilos histricos que siguen el camino de lo viviente y de lo humano. El sistemaliderado por occidente es una de esas figuras. Ahora bien, cuando un sistemahistrico est llegando a su fin, se vuelve mximamente inestable Qu implica esto?Veamos un ejemplo: cuando una persona, un matrimonio o una comunidad sonestables, pueden recibir fuertes desafos, importantes conmociones o arduasmisiones, pero tienen la cohesin interior suficiente como para dar una respuesta sindesmoronarse. En cambio, cuando estn inestables, basta una pequea perturbacinque en otros momento hubiera pasado desapercibida, para provocar unaimpresionante desestabilizacin. Crisis psicolgica y existencial en las personas,ruptura de los matrimonios, desmantelamiento de las comunidades: esa sera lasituacin del mundo actual. Estamos en un sistema agonizante y altamenteinestable; por eso sus "reacciones" son imprevisibles y pequeas alteraciones en unlugar perifrico del mundo pueden provocar hondas conmociones en el resto de lospases, que conllevan frecuentes experiencias de "caos" y de amenaza de todo elorden conocido. Aun acciones hechas con buena voluntad para mejorar, puedenaumentar el desorden.

    La complejidad de las relaciones entre los distintos actores y problemas es tal que sedesespera de poder hacer algo; pero cuando los sistemas histricos se hallan en esteestado se da un momento de "bifurcacin"; esto significa que se requiere una nuevaopcin personal y colectiva. El sistema histrico no ir automticamente hacia lomejor o hacia lo peor, entonces es un tiempo de un peculiar ejercicio de la libertad yde la responsabilidad colectivas en el que la creatividad aumenta sus posibilidadesde aparecer y de ser fecunda; un tiempo en donde lo nuevo tiene especialeschances.

    Hemos llegado, pues, como humanidad, a una encrucijada con siglos a nuestrasespaldas. Estamos en un tiempo de opciones fundamentales, de decisiones

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    personales y colectivas de fondo, con un amplio campo para la creatividad.

    Por supuesto, que la inestabilidad genera efectos muy diferentes en los distintoslugares del mundo: en las zonas ms ricas se verifica como conmocin cultural ycrisis de sentido: sociedades en las que tienen que "convivir" varios "mundos"culturales y religiosos, dificultades para transmitir los estilos de vida, conflicto con elsentido y crisis de futuro.

    En los pueblos pobres y empobrecidos la inestabilidad provoca aumento de ladesintegracin social y exclusin, crecimiento de la violencia cotidiana hastaconfigurar una cultura delictiva, incapacidad de las instituciones locales paragestionar las crisis, etctera.

    La inestabilidad y las encrucijadas pueden despertar una serie de actitudes vitales enlas personas, los grupos y las instituciones. Por supuesto, dada la complejidad delmomento no se trata de reacciones "puras", varias de ellas pueden coincidir en lamisma persona o ser parte de un itinerario de bsqueda. Todas ellas han de serdiscernidas y purificadas para encontrar una ubicacin madura:

    - Actitudes iconoclastas y anarquistas: combinan el querer destruir todo lo conocidocon la experiencia de refundacin radical de lo nuevo. No hay continuidad posibleentre lo viejo y lo nuevo. Sus efectos positivos pueden ser: capacidad de denunciade lo que ya no se puede seguir manteniendo, intransigencia con lo insostenible ycapacidad de creacin de lo radicalmente nuevo. Sus peligros: la destructividaddelirante, el culto a la violencia y la incapacidad para la alternativa.

    - Actitudes fundamentalistas y restauradoras: los grupos humanos queexperimentan la amenaza creciente del caos, pueden tender a optar por el retorno alo "seguro", a instituciones "slidas" y que no cambien. Sus efectos positivos: lavalorizacin de la continuidad, el alerta sobre la necesidad de estabilidad, laimportancia de las instituciones, la atencin sobre determinados valores y larenuncia a capitular de las propias convicciones. Los peligros: el autoritarismo queelimina la diversidad y el disenso; la violencia contra lo diferente; la confusin de lorgido con lo verdadero y slido; la tendencia a coronar un momento del pasadocomo poca de oro y regla de la verdad.

    - Actitudes vanguardistas: el mundo actual est tan decadente que no vale la penaintervenir directamente sobre l. Hay que comenzar desde ahora a construir elmundo del futuro, en pequeos grupos y en una red de novedades que impulsansubterrneamente la historia hacia adelante. El compromiso con lo alternativo ocupatodo el espacio y lo de hoy hay que dejarlo morir. Valores positivos: honrar lo nuevocon el compromiso y con la apuesta, valorar a las corrientes subterrneas comoconstructoras de la historia y resaltar la importancia de lo pequeo y de suirradiacin. Los peligros: el encerramiento, el desentendimiento del resto del mundo,la falsa creatividad y la actitud de iluminados y elegidos que desprecian y juzgantodo lo dems como contaminado y decadente.

    - Actitudes basistas y vitalistas: en un momento de confusin y de cambio, la nicasalvacin es mantenerse cerca de la vida y de las bases de la sociedad, donde laexistencia est ms amenazada. Slo desde abajo, desde lo hondo de los pueblos,surgir la salida y la creatividad. Los cambios nunca se harn desde arriba otraicionando la existencia cotidiana y simple. Aspectos positivos: la capacidad parapercibir lo que sucede con las personas reales y de gestar respuestas a las urgenciasy la posibilidad de captar las nuevas formas de vivir, organizarse y luchar que brotande las bases. Lo negativo: despreciar la necesidad de transformaciones polticas yeconmicas estructurales, la fantasa de que las bases estn siempre de acuerdo entodo y que no viven procesos de corrupcin o que siempre van a optar por lo vivido

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    antes. Esto puede llegar hasta el abandono de todo lo que no provenga directamentede la vida cotidiana.

    3. Algunas consecuencias sobre la vida cotidiana

    a) La crisis de los mapas

    "En las postrimeras de esta centuria ha sido posible, por primera vez, vislumbrarcmo puede ser un mundo en el que el pasado ha perdido su funcin, incluido elpasado en el presente; en el que los viejos mapas que guiaban a los seres humanos,individual y colectivamente, por el trayecto de la vida ya no reproducen el paisaje enel que nos desplazamos y el ocano por el que navegamos. Un mundo en el que noslo no sabemos adnde nos dirigimos, sino tampoco adnde queremos dirigirnos.Esta es la situacin a la que debe adaptarse una parte de la humanidad en este finde siglo y en el nuevo milenio" (E. Hobsbawn, Historia del Siglo XX (1914-1991),Barcelona 1997, 26).

    Resulta desconcertante querer recorrer un lugar desconocido con un mapadesactualizado. Las referencias no coinciden y las indicaciones, en lugar de ayudar,desorientan cada vez ms. Nuestra poca estara viviendo precisamente esto: losmapas que recibimos ya no responden al paisaje por el que tenemos que caminar; yesto se verifica de una manera especial en los "mapas vitales" de los recorridos msbsicos de la existencia cotidiana: vivir, convivir, trabajar, transmitir, etctera. Sehan desactualizado los "mapas de la identidad". Se supona que a una determinadaedad, la inestabilidad propia de la juventud era una etapa superada para siempre;que uno dejara de trabajar a tal edad; que los hijos se iran de casa en tal lapso;que el estudio dara tales y cuales ventajas; que despus de veinte aos en laempresa...

    b) La conmocin de la identidad

    Porqu a tantas personas se les hace difcil experimentar quines son en realidad?Porque se ha conmocionado la manera de vivir y construir la identidad. Todava esposible escuchar: "nosotros s que la pasamos mal y nunca dijimos que estbamosen crisis"; o "para soportar eso y tomar aquella decisin no fuimos al psiclogo, lohicimos solos". Hoy, esta nostalgia queda abruptamente desmentida cuando esamisma gente, que en otro momento sala airosa de las crisis, ve conmocionada suexistencia personal y familiar sin encontrar salidas desde los recursos conocidos.Efectivamente, saber quin se es y poder llevar adelante las cuestiones mselementales de una vida con sentido ya no son obviedades que uno pueda dejarlibradas al tiempo o a las pautas sociales. Las seguridades ms elementales parecenhaberse desvanecido; pensemos, pues, algunos ejemplos:

    Las preguntas "qu es ser varn?" y "qu es ser mujer?" ya no puedenresponderse de manera simplista. El haber atribuido a cada sexo lugares sociales oresponsabilidades excluyentes gener convicciones del tipo: "la mujer es..." o "ellugar del varn es...". Hoy es evidente que no hay una sola manera de ser varn omujer.

    Formar pareja y tener hijos en una determinada edad se presentaba como uncamino normal para la mayora de las personas (otras quedaban "destinadas" acuidar a los padres o a otras necesidades sociales); sin embargo hoy, en muchoslugares, es una ardua tarea, pues los canales para conocerse, vincularseprogresivamente y consolidar la relacin ya no estn socialmente asegurados.

    La insercin en el mundo laboral y educativo segua los rumbos del aprendizaje deoficios o de la escolaridad. Las escuelas, las empresas familiares y las grandes

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    instituciones empleadoras daban un marco en el que los oficios o profesionespautaban muchas de las dimensiones de la vida de las personas. Ser maestra,militar, obrera, empleado o mdico, implicaban todo un estilo de vida. Hoy la escuelay el empleo dejan de ser los organizadores de la vida cotidiana y los canales deinsercin en el sistema social.

    c) El desborde vital

    Una de las consecuencias ms evidentes de todo lo dicho es la experiencia de estarpermanentemente desbordados por los acontecimientos, las personas, los frentes,las informaciones, los sentimientos, las decisiones y las crisis. Se hace muy difcilexperimentar un "centro" como lugar de unificacin en el que todo lo que se vive seaprocesado, sintetizado y recogido. Esto provoca un sentimiento de desorientacin einsensibilidad para con la realidad y con los dems.

    Hay que ponerle un lmite a la "invasin". La mayora de los temas requieren unaprofundizacin y especializacin a las que el individuo parece no poder alcanzarnunca. Ningn frente puede descuidarse sin que se vea amenazado, al tiempo queno se tiene la capacidad fsica, sicolgica y espiritual de poder atenderlos a todos.Cada uno de ellos necesita cultivo, tiempo y reeleccin, pero quin lo tiene?

    d) La libertad de los itinerarios y la ruptura del modelo nico

    Pero las consecuencias no se agotan en los efectos desestabilizantes. Esta transicinen la manera de vivir la identidad provoca tambin una ruptura liberadora de losmodelos nicos. Ya no existe una sola manera de ser persona ni se da una identidadmodelo con la cual todos tengan que compararse. Las personas pueden recorreritinerarios propios y crear nuevas identidades que, por ms flexibles, no tienen queser consideradas como menos fuertes o serias. Tambin se rompen concepciones de"destino" por lo tanto, las presiones sociales para seguir rumbos preestablecidospueden ser superadas. Sin embargo, en Amrica Latina y en otros pueblos estoengendra una contradiccin creciente: el aumento de la libertad en los mapas deidentidad no coincide con una expansin de las oportunidades de vida, educacin,salud y trabajo. Ms aun: tales oportunidades retroceden y se desvanecen. Estechoque de expectativas aumenta la violencia vital y el sentimiento de frustracin ybloqueo.

    En definitiva, la transicionalidad y la inestabilidad de los sistemas histricos nosayudan a explicar algunas de las conmociones de la vida cotidiana y nos lanzan a labsqueda de nuevos mapas vitales para caminar por los paisajes del nuevo siglo. Enel prximo nmero analizaremos las consecuencias de estos procesos sobre la vidacristiana y las instituciones religiosas.

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