lanata y guraieb cap 2

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  • 2La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad terica posprocesual

    Jos Luis Lanata, Marcelo Cardillo,Virginia Pineau y Silvana Rosenfeld

    Si bien los postulados de la nueva arqueologa se afianzan en unimportante nmero de arquelogos y aumenta su presencia en laliteratura cientfica a partir de 1970, la culture history sigui pri-mando. Este panorama cambi progresivamente a medida quelos discpulos de Binford, Clarke, Longacre, Thomas y Flanneryentre otros arquelogos procesuales van desarrollando la Teo-ra de Rango Medio y ocupando posiciones en diferentes univer-sidades. Desde este punto de vista, la dcada de 1980 muestra unsinnmero de libros y artculos donde su afianzamiento es no-table. Durante los primeros aos de esa dcada se publican unaserie de trabajos paradigmticos que muestran las nuevas lneasque surgen. En algunos casos lo hacen como reaccin a vecesirreconciliable, otras no tanto ante los postulados de la nuevaarqueologa; en otros, como marcos inferenciales totalmentenuevos.

    A diferencia de lo sucedido en los aos sesenta, cuando la rebe-lin fue un movimiento relativamente homogneo en cuanto a suspostulados tanto en Europa como en Estados Unidos, la reac-cin de la dcada de 1980 es mucho ms heterognea y dispar. Lejosde formar una corriente terico-metodolgica orgnica, dentro delposprocesualismo se incluyen una serie de enfoques tan diferentescomo:

    1. la arqueologa conductual;2. el posmodernismo arqueolgico;

    Boas, F. 1940. Race, Language and Culture. Nueva York, The Free Press.Childe, V. G. 1929. The Danube in Prehistory. Oxford, Clarendon Press. Clarke, D. L. 1968. Analytical Archaeology. Londres, Metheun & Co. Kelly, R. 1995. The Foraging Spectrum. Diversity in Hunter-Gatherer Lifeways.

    Washington, Smithsonian Institution Press.Kidder, A. 1924. An Introduction to the Study of Southwestern Archaeology. Papers

    of the Southwestern Expedition. New Haven, Phillips Academy 1.Lee, R. y DeVore, L. 1968. Man the Hunter. Chicago, University of Chicago

    Press.Pitt-Rivers, A. H. L. F. 1887. Excavations in Cranborne Chase, near Rushmore, on

    the Borders of Dorset and Wilts. Londres, Harrison and Sons, Printers. Steward, J. H. 1955. Theory of Culture Change. Urbana, University of Illinois

    Press.Trigger, B. G. 1989. A History of Archaeological Thought. Cambridge, Cambridge

    University Press.Watson, P. J., LeBlanc, S. A. y Redman, C. L. 1971. Explanation in Archaeology.

    An Explicitly Scientific Approach. Nueva York, Columbia University Press. Willey, G. R. y Phillips, P. 1958. Method and Theory in American Archaeology.

    Chicago, University of Chicago.

    34 Explorando algunos temas de arqueloga

  • registro arqueolgico era la base de la inferencia arqueolgica,mientras que la interpretacin del arquelogo de la variabilidadde las conductas y el cambio descansaba en otros principios te-ricos.

    La arqueologa conductual se fundamenta en tres axiomas cen-trales, que son:

    1) formulacin de un modelo explcito de la inferencia arqueol-gica;

    2) acercamiento conductual a los fenmenos socioculturales; y3) redefinicin de los temas centrales de la arqueologa.

    El primer axioma identifica la investigacin arqueolgica conel descubrimiento y testeo de leyes y teoras a travs de un mode-lo inferencial ligado a la propuesta de Schiffer de los modelos deformacin del registro arqueolgico. De acuerdo con esto, el co-nocimiento del pasado es inferido y deriva del examen de los resi-duos materiales contemporneos. Las inferencias estn basadas enproposiciones generales que describen la relacin entre la conduc-ta humana y la evidencia material como su correlato conductualy la accin de los procesos culturales y naturales en la formacindel registro arqueolgico.

    El segundo axioma es la nocin de que el fenmeno sociocultu-ral puede estudiarse en trminos de conductas y de sus diferentesprocesos. En la base de esta eleccin terica est el reconocimientode que el registro arqueolgico no es creado por la cultura en unsentido amplio ni por su relacin con alguna variable ambiental; esla conducta la que lo hace. Esto significa que al momento de la re-construccin arqueolgica de significados, smbolos, subsistencia, oelecciones de diseos de artefactos, y careciendo de archivos escritosy/o de informantes, los arquelogos realizan sus interpretaciones so-bre la base de las conductas previamente inferidas por ellos mismos.

    El tercer axioma es una redefinicin de la arqueologa como elestudio de las relaciones entre las conductas humanas y la cultura

    37La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    3. la arqueologa y la nueva agencia social;4. la arqueologa marxista;5. la arqueologa cognitiva;6. las teoras evolutivas neodarwinianas en arqueologa.

    Presentaremos a continuacin los principales postulados de ca-da una de estas corrientes posprocesuales.

    1. La arqueologa conductual

    Quiz la primera reaccin surge dentro de la misma nuevaarqueologa. Jefferson Reid, William Rathje y Michael Schiffertempranamente en 1974 sealan la necesidad de focalizar laatencin sobre las conductas humanas, ya que son estas las queproducen los vestigios arqueolgicos. La arqueologa conductualse autodefine como el estudio de las relaciones entre las conduc-tas humanas y los artefactos la cultura material en cualquierlugar y espacio. Se centraliza en la investigacin de la conductahumana entendida casi como una actividad cotidiana. Las acti-vidades son las interacciones pautadas entre las personas y los ar-tefactos. As, las conductas humanas no pueden definirse sintener en cuenta los artefactos. Son estos los que realizan las fun-ciones ya sea tecnolgicas, sociales o simblicas. La meta finaldel enfoque conductual es definir y explicar cientficamente lavariabilidad y el cambio en las conductas humanas. Para esto losarquelogos conductuales se preguntan sobre aspectos histricosy nomotticos, aun cuando la mayora de ellos ponen especialnfasis en este ltimo aspecto. Las bases nomotticas es decir lasleyes y teoras codifican las regularidades en los procesos cultu-rales en diferentes escalas. Un proceso cultural determinado tie-ne una distribucin tmporo-espacial especfica, por lo tantoparticular y diferente de otros. Schiffer (1987) propuso que lacorrelacin entre los procesos de formacin cultural y natural del

    36 Explorando algunos temas de arqueloga

  • y la conducta. Los arquelogos conductuales reconocen una am-plia relacin entre naturaleza y cultura, aunque a veces es violadapor algunas interpretaciones como las mencionadas, de la nuevaarqueologa y el posmodernismo. A fin de evitar esto, prefierentomar como unidad de anlisis las conductas, pues son especfi-cas en cuanto al tiempo y a los problemas que se pretende resol-ver, para as definir contextos conductuales. Estos contextos sonlos que brindan la informacin sobre actividades explcitamentediscontinuas en espacio y tiempo. Cuando los contextos conduc-tuales se asemejan a los contextos culturales por ejemplo, em-pleando la etnografa de los indios pueblo en la interpretacinarqueolgica de la cultura anasazi, estos contextos representantan slo casos especiales en que los contextos conductuales po-seen una mayor continuidad espacio-temporal, mayor que lanormal en otros casos de estudio.

    2. El posmodernismo arqueolgico

    Otra de las oposiciones tempranas contra el procesualismo, y quizla ms radical, es el posmodernismo, que surge especialmente enGran Bretaa de la mano de Ian Hodder. A fin de diferenciarse, losposmodernos se llamaron a s mismos posprocesuales. Su intersfue el de separarse y distinguirse rpidamente de los arquelogosprocesuales. Es muy comn que esta primera autodenominacinde posprocesuales se aplique errneamente a los posmodernos,cuando en realidad las corrientes posprocesuales son muchas ms,como mencionamos antes.

    Bsicamente, los arquelogos posmodernos rechazan los postu-lados de la nueva arqueologa argumentando que son antihistricos,evolutivos, objetivos, excesivamente cientificistas y de una neutrali-dad tica que ellos no comparten. Defensores del interpretativismoposmoderno que domina y caracteriza algunas perspectivas en lasciencias sociales de la poca, los arquelogos posmodernos defendie-

    39La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    material en todo lugar y tiempo. Estas relaciones se analizan a tra-vs de cuatro estrategias (Reid et al., 1974), que constituyen unode los primeros planes de investigacin explcitos de la arqueolo-ga. Estas estrategias son:

    a) Formular preguntas descriptivas y explicativas sobre la conduc-ta humana.

    b) Enunciar preguntas sobre las relaciones contemporneas entrecultura material y conducta humana, a fin de establecer princi-pios generales para estudiar el presente y el pasado. Para esto, sepropone el empleo de la etnoarqueologa y la arqueologa expe-rimental.

    c) Centrarse en el estudio tanto de las culturas del pasado comodel presente, con el fin de producir principios vlidos para so-ciedades actuales y prehistricas.

    d) Utilizar la cultura material del presente para contestar pregun-tas especficas sobre la sociedad moderna, aplicando las meto-dologas propias de la arqueologa.

    Los arquelogos conductuales son renuentes a lo que entien-den como un excesivo adaptacionismo en las interpretaciones dela nueva arqueologa, ya que as se limitan la bsqueda y la in-vestigacin. Los conductuales adoptan un concepto de culturams libre para investigar distintos temas antropolgicos: podersocial, gnero, ritual, cultura material, economa y tecnologa.En los acercamientos procesuales y posmodernos vase msadelante los artefactos son concebidos como externos a la con-ducta que los crea, que les da sentido. Los arquelogos conduc-tuales creen que de esta manera se desva la atencin del uso deobjetos a otros temas, que reconocen importantes. En el caso delos procesuales el tema es el ambiente, porque los artefactos sonlos accesorios de la cultura que permiten manejar/controlar laadaptacin al ambiente. Para los arquelogos conductuales, elfoco de inters est en las ideas que median entre los artefactos

    38 Explorando algunos temas de arqueloga

  • ron una aproximacin emptica1 al registro arqueolgico a travs demltiples lneas de acercamiento a su interpretacin.

    Los argumentos ms destacables que caracterizan la corrienteposmoderna pueden resumirse de la siguiente manera:

    1. Critican las generalizaciones relacionadas con la evolucincultural. El argumento principal de los posmodernos es que se tra-ta de una visin racista derivada de la nocin de progreso de la cul-tura occidental.

    2. Critican la bsqueda de leyes generales de los arquelogosprocesuales. Consistentes con el interpretativismo, los arquelogosposmodernos simplemente argumentan que los universales en laconducta humana no existen.

    3. Rechazan explcitamente el mtodo cientfico. Piensan quelos procesuales son muy rgidos y poco flexibles en la aplicacin demtodo cientfico, sobre todo en sus primeras publicaciones. Au-tores como Hodder en sus primeros trabajos manifestaron explci-tamente su desconfianza en la aplicacin del mtodo.

    4. Niegan la objetividad y la neutralidad tica del investiga-dor. A fin de entender las conductas del pasado, los arquelogosposmodernos sostienen que deben adoptarse interpretaciones em-pticas. As, no solamente se tienen en cuenta los pensamientos ydecisiones de los seres humanos en el pasado, sino tambin que sedeben analizar sus aspectos y elementos subjetivos, sus orientacio-nes espirituales. Mediante la aplicacin de interpretaciones emp-ticas del registro arqueolgico, los posmodernos dan por sentadoque es posible estudiar la experiencia interna de la humanidad enel pasado.

    5. Rechazan la idea de la cultura como un sistema. Para losposmodernos esta idea central para el acercamiento metodolgi-

    40 Explorando algunos temas de arqueloga

    1 Se dice de aquel acercamiento que conoce y comprende las necesidades, senti-mientos, problemas, y los puntos de vista del otro que es analizado y/o estudiado.

    co procesual y de otras corrientes no hace ms que ver a la cul-tura reaccionando nicamente ante las presiones del ambientenatural. Para ellos existen adems una serie de conflictos en las so-ciedades, los grupos, las familias y los individuos, que no sonidnticos en toda la humanidad y que tambin son motores delcambio.

    6. Rechazan la postura etic de los procesuales. Los arquelogosposmodernos defienden una posicin ms emic de la cultura, asig-nndoles a los artefactos un importante papel simblico dentro delas relaciones sociales.

    Puede observarse que la reaccin del posmodernismo contra la nueva arqueologa es muy extrema y radical en autores comoShanks y Tilley (1987). Sus crticas fueron recibidas calurosamen-te al principio, pero casi de inmediato se les reconoci su relativis-mo epistemolgico, la falta de una metodologa explcita y lanegativa a proporcionar el criterio para juzgar adecuadamente lasinterpretaciones del registro arqueolgico. De una manera u otra,tuvieron el mismo efmero auge del posmodernismo en otras dis-ciplinas durante la dcada de 1980.

    3. La arqueologa y la nueva agencia social

    Uno de los dogmas en la agenda original de los arquelogos proce-suales es que las creencias, los deseos y las elecciones de los sereshumanos no son elementos pasibles de ser analizados a travs delregistro arqueolgico, aunque no negaron su importancia. Des-cansando en su idea de la cultura como sistema, el procesualismoda por sentado la existencia de lo superhumano, de las fuerzas ex-trasomticas que condicionan la vida cotidiana sin ningn tipo decontrol o muy poco por parte de los individuos. Durante los l-timos aos, algunos arquelogos y en especial los que fueron pos-modernos en los aos 1980, influenciados por los trabajos de

    41La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

  • Weber, Bourdieu y Giddens, no creen esto. Aceptan que cada indi-viduo, desde su propia experiencia, toma conciencia de la realidaddel mundo desde su perspectiva personal, sus pensamientos, ideasy subjetividad. Rescatan el rol del individuo como factor de cam-bio y poder y su relacin con la estructura social a la que pertenece.Los temas de estudio de esta perspectiva son muy heterogneos;entre ellos podemos distinguir al menos cinco lneas relevantes: a)Agencia humana o Agentividad lato sensu, b) Gnero, c) Infan-cia, d) Feminista y e) Queer.2

    3.1 Agencia humana o Agentividad

    La corriente agencia humana o agentividad se desarrolla bajo lainfluencia de varios movimientos intelectuales de la dcada de1980. En especial, en diferentes arquelogos que se sentan frus-trados por algunos aspectos de la arqueologa procesual. Entrelos arquelogos posprocesuales marxistas, estructuralistas y sim-blicos surge un inters explcito por la agencia humana. Uno delos puntos comunes entre estos diferentes enfoques es la idea de que los contextos histricos de interaccin material y social,junto con las percepciones no discursivas del mundo, sirvieroncomo condiciones dentro de las cuales la gente del pasado nego-ci su mundo, al mismo tiempo que lo creaba y le era impuestopor l.

    En las ltimas dos dcadas el inters por la agencia humana seintensific en al menos cuatro reas:

    1. Gnero.2. Significado de la variacin cultural material.

    42 Explorando algunos temas de arqueloga

    2 Preferimos mantener este trmino en ingls ya que cualquier opcin de tra-duccin distorsionara su significado (vase ms adelante).

    3. La conexin de la agencia humana y la cultura material a travsde otros puentes tericos, principalmente la fenomenologa y lateora estructuralista de Giddens.

    4. El surgimiento de la desigualdad.

    Entre otros enfoques recientes que exploran las acciones y losintereses individuales y su contribucin a las transformaciones so-ciales en gran escala, se encuentran los modelos darwinianos, depredacin ptima y los ecolgicos evolutivos, aunque con varian-tes. No hay hasta el momento gran consenso sobre lo que realmen-te es la agencia humana y cmo debe ser especficamente estudiadaen el pasado. Algunas de las definiciones de agencia humana enun-ciadas por diferentes arquelogos son:

    a) el papel de los pensamientos y las decisiones en la modelacinde la evolucin y estructura de la sociedad humana (Thomas,1999),

    b) la experiencia de la vida individual en la creacin de la historiade vida (Hodder, 2000),

    c) la imposicin de la forma sobre lo material a travs de la activi-dad creativa socialmente situada (Sassaman, 2000),

    d) la creacin de distinciones formales y sociales a travs de la acti-vidad expresiva (Walker y Lucero, 2000),

    e) el despliegue exitoso de las habilidades y el conocimiento tec-nolgico discursivos y no discursivos (Dobres, 1995).

    Dobres y Robb (2000) sostienen que hay cuatro principios alos que adhieren la mayora de los tericos de la agencia humana,que son: a) la importancia de las condiciones materiales de la vidasocial, b) la influencia de las estructuras materiales, sociales y sim-blicas y de las instituciones, costumbres y creencias que simult-neamente restringen y capacitan a los agentes, c) la importancia delas motivaciones y acciones de los agentes y d) la dialctica de laestructura y la agencia humana.

    43La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

  • Los estudios sobre agencia humana buscan rescatar el rol del in-dividuo como factor de cambio y poder. Esta perspectiva ofrece alos arquelogos los medios analticos para ir ms all de las explica-ciones generales adaptacionistas del cambio cultural, considerandoal individuo y al grupo social como posibles generadores del cam-bio. Como tal, el concepto de agencia humana ha ganado prestigioen una gran variedad de investigadores, de perspectivas posproce-suales muy diferentes que van desde las feministas hasta la de loseclogos evolutivos.

    Algunos arquelogos, como Janet Spector (2000), afirman quepara desarrollarla hace falta un acercamiento ms emptico que in-cluya no slo los pensamientos y las decisiones de los individuos,sino tambin sus orientaciones espirituales. Las experiencias pro-fundas en los individuos deben ser estudiadas, ya que proporcio-nan claves para entender el pasado humano. Para llegar a esto, esteenfoque presupone la existencia de un background comn, una es-tructura compartida detrs de todas las experiencias humanas. Es-to le permitira al investigador construir un puente, una relacinentre los sentimientos, los deseos y sus significados en el pasado,empleando el registro arqueolgico. Por lo tanto, se admite quetanto los investigadores actuales como sus grupos sociales del pa-sado comparten configuraciones cognitivas ms o menos semejan-tes, lo que facilita la inferencia arqueolgica. Esta aproximacinemptica se basa en dos principios. El primero es que los pensa-mientos y las decisiones son realmente individuales, que no soncompartidos por la superestructura. El segundo es que las accionescolectivas y las instituciones que comparten los individuos son in-terpretadas como producto directo de decisiones y acciones deindividuos en el pasado. Algunos de estos aspectos son tambin to-mados por la arqueologa cognitiva.

    Otros arquelogos no utilizan la metodologa emptica ni el re-lativismo. Dobres y Robb (2000) analizan el cambio en sociedadesprehistricas italianas considerando indicadores de desigualdad entrminos de edad, gnero y prestigio. Examinan la evidencia de la

    44 Explorando algunos temas de arqueloga

    jerarquizacin del gnero masculino a travs del arte rupestre, lasfigurinas y los enterratorios hacia los aos 3000 a.C. Robb, sobrela base de Giddens, sostiene que, aunque las acciones del individuoestn estructuradas por el sistema social en que vive, sus accionesespecficas tambin lo construyen, reconstituyen y cambian. Eneste sentido, los sistemas sociales son tanto el medio como el resul-tado de las acciones de la gente. En su estudio, Robb no busca re-solver el origen de la desigualdad sino contribuir al conocimientodel desarrollo de sociedades prehistricas en Italia. Utilizando con-ceptos de la accin social y el significado, este investigador muestracmo el simbolismo de gnero pudo haber motivado a los hom-bres a participar en diversas y cambiantes instituciones como la ca-za, la guerra, la intensificacin econmica y el comercio; y cmoestas instituciones reprodujeron la ideologa de gnero.

    3.2 Arqueologa de gnero

    El estudio del gnero en arqueologa se encuentra dentro de dosaproximaciones muy diferentes que pueden delinearse a partir dela relacin entre gnero y biologa: a) los estudios positivistas y b)los pospositivistas.

    Los estudios positivistas consideran que el sexo biolgico deter-mina el gnero. En este caso su estudio significa identificar a lasmujeres y los hombres biolgicos en la prehistoria (e.g. la explora-cin de las diferencias en la dieta, enfermedades y mortalidad entrelos sexos). Una de las tcnicas para identificar a las mujeres en laprehistoria utiliza la evidencia contextual (evidencias osteolgicas,representaciones iconogrficas, textos histricos). Otra tcnica em-plea la analoga etnogrfica (la evaluacin de la asociacin entrehombres y mujeres con actividades particulares).

    Por ejemplo, Christine Hastorf (1996) analiza las relacionessociales y de gnero en la prehistoria, y en particular en las mujeresandinas, a travs del estudio de los alimentos. Sostiene que as co-

    45La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

  • mo el uso y la distribucin de los alimentos puede expresar rela-ciones polticas, sociales y econmicas, tambin refleja el desarro-llo y el mantenimiento de las relaciones de gnero en un grupo so-cial. Hastorf postula que, sin importar cul es el gnero a cargo dela preparacin de la comida, la expresin de las relaciones entrehombres y mujeres opera donde los alimentos se producen, prepa-ran, sirven y/o descartan. La autora examina las relaciones etno-grficas andinas entre alimentos y gnero en lo econmico y pol-tico. Centra su anlisis en la interpretacin de los alimentos y ladieta en el registro arqueolgico de la sociedad sausa en Per (1300a 1532 d.C.), especialmente en los datos paleoetnobotnicos. Has-torf utiliza dos enfoques complementarios. Primero explora lasdistribuciones espaciales de los restos de alimentos como indica-dores de los roles de hombres y mujeres. Luego observa la ingestade alimentos de hombres y mujeres a travs del anlisis de istoposestables en esqueletos masculinos y femeninos para entender c-mo el acceso a diferentes alimentos puede significar diferentes po-siciones sociales.

    Los estudios pospositivistas entienden al gnero y al sexo comoconstrucciones sociales. En este tipo de anlisis se busca recons-truir las dinmicas del gnero a travs del anlisis de contextos his-tricos especficos. El gnero es entendido como contingente ycontextual, como una construccin que vara de sociedad en so-ciedad. Joan Gero y Margaret Conkey (1991) definen al gnerocomo un elemento constitutivo de las relaciones sociales humanasbasado en diferencias y similitudes adscriptas culturalmente. Enmuchas sociedades se reconocen ms de dos gneros, y el gneropuede tener diferentes significados segn la edad y el contexto so-cial. La disociacin entre los roles sexuales biolgicos y los rolessociales fue una contribucin realizada desde la arqueologa femi-nista (vase el apartado Arqueologa feminista).

    Investigadores como Yates (1994) sostienen que nuestra propiadefinicin de las diferencias sexuales biolgicas es, en algn punto,cultural. Existe un continuum biolgico entre lo femenino y lo

    46 Explorando algunos temas de arqueloga

    masculino en distintas dimensiones. La dimensin que se enfati-za y el lmite que elegimos son, en gran parte, elecciones culturales.Como afirma Foucault, el sexo no es dado sino que es producidoen contextos histricos particulares. El componente biolgico esuno de los varios componentes en la construccin cultural de lasexualidad y las relaciones sociales.

    3.3 Arqueologa de la infancia

    Al igual que el gnero, las categoras de infancia, adolescencia, ju-ventud y otros trminos utilizados para denotar la edad pueden serentendidos como construcciones culturales (Kamp, 2001). Estu-dios transculturales han mostrado que existe una gran variabilidaden sus definiciones en distintas poblaciones. Las sociedades occi-dentales modernas tienden a enfatizar la edad y a menudo utilizancategoras rgidas, vinculadas a la edad cronolgica. En contraste,otras sociedades reconocen estados de maduracin que no tomanen cuenta la edad biolgica, sino habilidades, actividades, persona-lidad y/u otros atributos individuales.

    Una de las principales fuentes arqueolgicas para establecergrupos de edad son los enterratorios. Sin embargo, la mayora delos estudios paleobiolgicos sobre salud y nutricin en los nios noutiliza los datos arqueolgicos para establecer los lmites de los gru-pos de edad. Estos estudios emplean definiciones de grupos lgicasdesde el punto de vista del investigador, y luego se ponen a pruebalas diferencias entre los grupos. En contraste, quienes consideranlos grupos de edad como construcciones culturales sostienen queestos anlisis deben comenzar con una exploracin que busque lasdiferencias implicadas en las definiciones locales de edad. Desdeeste enfoque, la edad es un principio importante de la organizacinsocial y por lo tanto no debe ser ignorada en el anlisis de las socie-dades pasadas. Al igual que los adultos, los nios tienen roles socia-les y econmicos importantes dentro de la comunidad y los datos

    47La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

  • arqueolgicos pueden contribuir al conocimiento sobre la vida ylos roles de los nios en una sociedad dada.

    Algunos estudios han comenzado a tratar el problema de iden-tificar los materiales producidos por los nios. Kathryn Kamp(2001) utiliza la combinacin de las huellas digitales y las medidascuantitativas y cualitativas hechas sobre figurinas de arcilla y sobrevasijas entre los sinagua del norte de Arizona. La autora sostieneque se pudo estructurar el aprendizaje usando los juegos y la pro-duccin de juguetes para familiarizar a los nios con las propieda-des de la arcilla y el proceso de manufactura. Esto habra permitidoque el proceso de aprendizaje comenzara entre los 2 y 5 aos facili-tando su incorporacin en el sistema econmico como artesanoscompetentes a una edad muy temprana.

    Otro acercamiento es el de Gustavo Politis (1999), quien consi-dera la produccin de artefactos por la actividad infantil como par-te del registro arqueolgico de los cazadores-recolectores. Si biendesde hace un tiempo se ha reconocido que los nios son produc-tores y consumidores de cultura material, lo que se discute es suvisibilidad arqueolgica. Politis sostiene la importancia metodol-gica del uso de la argumentacin analgica a travs de la informa-cin histrica y etnogrfica y de los grupos humanos actuales parapoder reconocer los productos de la actividad infantil. La fuenteque utiliza es principalmente la informacin obtenida en sus ob-servaciones de los nukak de la Amazonia colombiana, complemen-tada con la de otros grupos cazadores-recolectores sudamericanos.El autor observa que los nios nukak utilizan tres clases de jugue-tes: 1) los que tienen diseo especfico, 2) los que replican la formade los artefactos de los adultos aunque de menor tamao y utiliza-dos con las mismas funciones adultas o con fines ldicos y 3) losque son de los adultos, enteros o fragmentados. Otro punto de in-ters es el lugar de descarte, pues los nios desechan la gran mayo-ra de sus objetos en el campamento residencial, mientras que losadultos tambin lo hacen en los lugares de uso de los artefactos. Laconfeccin de distintos tipos de artefactos por y para los nios es

    48 Explorando algunos temas de arqueloga

    una conducta registrada en todos los grupos de cazadores-recolec-tores estudiados antropolgicamente, y por lo tanto de importan-cia arqueolgica. A partir de sus observaciones, Politis generaexpectativas para las dos primeras clases de artefactos sobre la basede su morfologa, dimensiones, tecnologa y locus de descarte.

    Considerar los diferentes grupos de edad es de gran importan-cia pues constituyen una fuente significativa de variedad artefac-tual. Poder reconocerlos arqueolgicamente permitira comenzar aver el rol diferencial que pudieron tener en diversos grupos etarios.As podremos acercarnos a la variabilidad artefactual producidapor distintos grupos dentro de una sociedad, en forma indepen-diente de condicionamientos econmicos.

    3.4 Arqueologa feminista

    Esta perspectiva se difundi a principios de la dcada de 1980, co-mo otra de las reacciones posprocesuales. Su surgimiento explcitoes paralelo al crecimiento del tema en otras disciplinas sociologa,literatura, antropologa, historia, al del movimiento feminista y lateora feminista en general. La arqueologa feminista abarca dife-rentes temas entre los cuales podemos nombrar:

    a) la correccin del sesgo masculino en arqueologa,b) la crtica de las estructuras existentes en la prctica arqueol-

    gica, c) la evaluacin de la historia de la arqueologa, y d) el examen del gnero en el registro arqueolgico.

    a) La correccin del sesgo masculino en arqueologa

    Este es el punto de partida de los temas que analizan. Un ejemplomuy obvio es el denominado uso sexista del lenguaje: hombrepara el ser humano en general, o l cuando se puede especificar l

    49La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

  • o ella. Las mujeres estn fuera de los discursos, y cualquier intentopor reinsertarlas se vuelve dificultoso. El problema central est enla construccin de discursos donde las mujeres no han sido toma-das en cuenta. Las feministas sostienen la importancia de aislar lospresupuestos androcntricos porque al revisar estudios arqueolgi-cos o etnogrficos realizados en el pasado se percatan de que fueronrealizados desde un punto de vista sesgado en favor de lo masculi-no. Por ejemplo, muchos estudios etnogrficos clsicos han sugeri-do que el dominio masculino es universal. Pero si observamos msatentamente, la mayora de estos estudios se realizaron en el sigloXIX por etngrafos, predominantemente de sexo masculino, quenaturalmente les hacan preguntas sobre el sistema poltico a loshombres ms que a las mujeres, y tendan a interpretar las ambi-guas respuestas en trminos de sus preconceptos y expectativas vic-torianas. Lo mismo sucede con la conocida oposicin entre culturay naturaleza: las feministas sostienen que es una dicotoma basadaen el gnero, y situada histricamente a partir de la idea del sigloXVIII en la que la cultura ordenaba, dominaba y racionalizaba lanaturaleza catica. De la misma manera debe reconocerse la ideo-loga de gnero subyacente acerca del dominio del hombre (inte-lectual y cultural) por sobre la mujer (emocional y natural). En estesentido la informacin etnogrfica e histrica debe ser cuestionaday teorizada antes de ser aceptada ciega y acrticamente.

    b) La crtica de las estructuras existentes en la prctica arqueolgica

    Las arquelogas feministas cuestionan la posicin de las mujeresdentro de la profesin arqueolgica. Gero (1994) analiz la entre-ga de subsidios de investigacin y encontr que estadsticamentelos hombres reciben ms becas para trabajos de campo, y las muje-res, en contraste, reciben becas para hacer lo que ella denominaarqueologa domstica: anlisis de cermica, construccin detipologas, seriacin de artefactos. La mujer trabaja en un espaciocerrado, es pasiva, receptiva, sedentaria y protegida; su trabajo es

    50 Explorando algunos temas de arqueloga

    ordenar y sistematizar. Si bien todos estos trabajos son necesariospara la investigacin, la disciplina no los evala equitativamente.El trabajo de campo es considerado una actividad privilegiada encomparacin con el anlisis de materiales arqueolgicos. Sin em-bargo, los objetivos de la investigacin arqueolgica exigen unnfasis en la construccin de teora y de nuevos enfoques en losproblemas arqueolgicos y no la acumulacin de grandes coleccio-nes de materiales arqueolgicos que por s solos no nos dan res-puestas. Si las respuestas sobre la conducta humana se develan atravs de las preguntas que les formulamos a nuestros datos y de losmarcos tericos de los cuales surgen nuestras preguntas, la excava-cin no debe considerarse el modo principal de investigacin, in-dependientemente del marco terico empleado.

    c) La evaluacin de la historia de la arqueologa

    Segn los manuales tradicionales, la arqueologa se desarroll apartir de los descubrimientos y el intelecto de grandes hombres.La contribucin de las mujeres al desarrollo de la arqueologa fuesistemticamente minimizada. Estudios recientes analizan los desa-fos de las primeras arquelogas (Thomas, 1999). Por ejemplo,Colin Renfrew y Paul Bahn (2000) encontraron que muchas ar-quelogas de los siglos XIX y XX aceptaban que, una vez casadas, sucarrera ya no era profesional, y colaboraban en el trabajo acadmi-co de sus maridos con muy poco reconocimiento pblico. Algunasde las arquelogas pioneras fueron: Harriet Boyd Hawes (nor-teamericana, especialista en Creta), Gertrude Caton-Thompson(inglesa, trabaj en Egipto y Zimbabwe), Anna Shepard (nortea-mericana, experta en cermica del sudoeste de Estados Unidos yMesoamrica), Dorothy Garrod (inglesa, la primera mujer profe-sora en Oxford y Cambridge, realiz importantes trabajos en elOriente Prximo y Europa) y Kathleen Kenyon (norteamericana,aplic el mtodo estratigrfico en el Oriente Prximo).

    51La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

  • d) El examen del gnero en el registro arqueolgico

    Lo que a nosotros nos parece importante desde el punto de vistade los marcos tericos en arqueologa, y especficamente dentrodel anlisis de gnero, es cmo se pueden identificar las diferen-tes construcciones del gnero en el pasado a travs del registro ar-queolgico (vanse los apartados Arqueologa de gnero yArqueologa de la infancia). Es por ello que, si bien los tres pun-tos anteriores son relevantes en el discurso acadmico, entende-mos que un marco terico que involucre anlisis de gnero debetrascender algunos de los aspectos antes mencionados para notransformarlo en un reduccionismo sectorial. El punto central eneste abordaje es que existe variacin en el rol de cada gnero decultura a cultura. Para algunos investigadores, una distincin te-rica importante es la de sexo y gnero. El sexo es biolgico, es na-cer hombre o mujer. Pero hay una diferencia entre nacer hombreo mujer y la experiencia de ser hombre o mujer en una sociedaddada. Por lo tanto, en esta visin, el gnero est culturalmenteconstruido y vara de sociedad en sociedad.

    Existe el presupuesto generalizado en las ciencias sociales de aso-ciar al hombre y a la mujer respectivamente con la caza y la recolec-cin, lo pblico y lo privado, la cultura y la naturaleza. Esto precisa-mente fue lo que llev a plantear el conocido modelo hombrecazador-mujer recolectora (Lee y DeVore, 1968; confrontar conDahlberg, 1983) y que la caza fuera ms importante en el desarrollode la sociedad. Dichas asociaciones implican una visin de la mujercon una esencia universal e inmutable para todas las sociedades entodo lugar y momento. Se deben cuestionar los supuestos sobrergidas divisiones binarias del trabajo. Las asociaciones entre activi-dades y gnero no se pueden presuponer, deben analizarse y estable-cerse en cada caso particular. La arqueologa feminista se distinguede otros enfoques no slo por la conciencia sobre la cuestin del g-nero sino por su crtica y correccin de los sesgos sexistas en arqueo-loga (Spencer-Wood, 1992). No consiste en agregar mujeres a los

    52 Explorando algunos temas de arqueloga

    modelos sexistas sino en trabajar para que el gnero no sea un temadefinido, analizado y construido desde el punto de vista masculino.

    3.5 Arqueologa Queer

    A finales de la dcada de 1990 se origina la postura Queer en Euro-pa y Estados Unidos. Los cientficos enrolados en esta lnea desa-fan, activa y explcitamente, la heteronormatividad de la prcticacientfica, continundola con la actividad poltica fuera de la Aca-demia (Dowson, 2000). Rechazan explcitamente la condicinposmoderna. El movimiento queer empez como un desafo a lasconstrucciones esencialistas de una identidad homosexual. Encontraste con las identidades lesbianas y gay, la identidad queer nose basa en una nocin de una verdad estable o en una realidad de-terminada. Como sus sostenedores dicen, la teora queer no es unateora en el sentido cientfico de la palabra en lo que hace a propo-ner un sistema de ideas que sirvan para explicar algo, como la teo-ra marxista o la teora de la relatividad de Einstein. Es por elloque no es positivista, sino ms bien una manera de producir unareflexin, una manera de tomar una posicin vis--vis la normaautoritaria dominante. Para efectuar esa toma de posicin, se re-conocen diferentes formas, riesgos, ambiciones y ambivalenciasen varios contextos de interaccin humana. Esto permite reorde-nar las relaciones entre las conductas sexuales, las identidades er-ticas, las construcciones de gnero, las formas de conocimiento,los regmenes de enunciacin, la lgica de representacin, etc., pa-ra reestructurar las relaciones entre el poder, la verdad y el deseo.La posicin no est restringida al estudio de los hombres y las mu-jeres homosexuales, por el contrario est abierta a cualquiera quesiente que por su posicin sexual, intelectual, o cultural es mar-ginado. Para ellos ningn individuo puede ser marginado por serconsiderado anticonvencional o patolgico; ms bien el movi-miento favorece mltiples posiciones, todas igualmente vlidas.

    53La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

  • La arqueologa queer est activamente comprometida en dejarde lado el discurso arqueolgico normativo. Para ello necesa-riamente tiene que confrontar y romper con la presuncin de he-terosexualidad como la norma inherente en la interpretacinarqueolgica. Esta perspectiva no implica excavar para-por loshomosexuales, o cualquier otro supuesto sexual anticonvencio-nal, en el pasado. Ni se plantea la bsqueda de los orgenes de lahomosexualidad. Tampoco es un manifiesto para promover la ho-mosexualidad. Por el contrario, trata de forzar a explorar prcti-cas que abiertamente existen en las culturas hoy, y que pudieronhaber existido desde hace mucho tiempo en todas las poblacio-nes, pero que o bien se las ha sealado como anticonvencionaleso bien se las excluy totalmente de cualquier interpretacin. Esepasado es lo que les permite construir una voz de los grupos su-bordinados y marginales actuales, construyendo de ese modo suhistoria. As como las personas homosexuales no tienen vergen-za de su sexualidad y no temen que las desaprueben, los arque-logos queer no se avergenzan de su produccin y no necesitantemer a la desaprobacin de autoritarismo normativo que carac-teriza a la academia arqueolgica.

    4. La arqueologa marxista

    El dilogo entre la arqueologa y la teora marxista ha variado a lolargo del siglo XX y en los diferentes escenarios donde fue aplicada.El marxismo es una filosofa, una tradicin de pensamiento, unmodo de produccin terica que ha producido y producir mu-chas variaciones y aproximaciones (McGuire, 1992; Trigger, 1993).Dentro de la gran variedad de perspectivas que caracterizan al mar-xismo en la arqueologa, existe un conjunto de principios generalesque la mayora de ellas comparten:

    54 Explorando algunos temas de arqueloga

    1. Proclaman a Marx como un importante ancestro intelectual yfuente de inspiracin. Su trabajo es un punto de partida, no unpunto de llegada.

    2. Buscan dar cuenta del cambio sociocultural en trminos de unaestructura terica y filosficamente similar, que pone a las rela-ciones sociales como el centro de investigacin. Busca refutarlas oposiciones que confunden la investigacin: mentalismo ymaterialismo, humanismo y ciencia, historia y evolucin, rela-tivismo y determinismo.

    3. Tratan a la sociedad como un todo que tiene que ser finalmenteentendido como tal. No aceptan la idea de que los intelectualespueden llegar a un mejor entendimiento del proceso social, re-duciendo el fenmeno social a sus partes y examinndolas.

    4. Enfatizan la contradiccin y el conflicto como rasgos vitales dela sociedad humana y fuentes internas del cambio en dicha so-ciedad. Por lo tanto, rechazan el funcionalismo, la nocin deque el fenmeno social puede ser entendido adecuadamente entrminos de cmo funciona para mantener la sociedad o le per-miten adaptarse al medio.

    5. Tienen una visin de la historia centrada en el hombre, que leda a la accin humana o praxis un papel significante en el pro-ceso histrico. Repudian cualquier forma de determinismoambiental, material o tecnolgico y la idea de conocimientoabstracto divorciado de la accin de la gente.

    6. Reconocen que el conocimiento del pasado se crea en un con-texto social y poltico, y que la gente hace su conocimiento. Es-te no puede ser simplemente una reflexin acerca de la realidadde ese pasado. As, los intelectuales deberan completarlo paraajustarlo a la agenda social y poltica.

    7. Comparten el compromiso de creer que las relaciones de podery la estructura del mundo moderno dominado por el capitalis-mo son injustas y destructivas para la gente. Todas las perspecti-vas abogan por alguna forma de socialismo como la alternativaa este sistema.

    55La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

  • 57La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    La arqueologa marxista posee una epistemologa materialista.La realidad existe independientemente de su conocimiento y es es-tructuralmente injusta, y propone transformarla. Cuanto ms cer-cano el conocimiento est de reflejar la realidad tal como es, msprobabilidad hay de que las acciones logren sus fines. En cada for-macin social existe una estructura subyacente. Lo que determinaa una sociedad es el modo de produccin, es decir, la infraestructu-ra (formada por las fuerzas productivas). Los autores marxistas cl-sicos proponen que la superestructura grupos polticos, judicialese ideolgicos est supeditada a la infraestructura, en tanto que pa-ra los autores neomarxistas existe una relacin dialctica entre am-bas. La estructura no es visible sino que est enmascarada por laideologa. En la arqueologa, la cultura material tiene un papel ac-tivo, ya que acta para que el sistema funcione. Por esto, el pasadotiene que ser interpretado por la ideologa del pasado. La arqueolo-ga marxista intenta encontrar en las sociedades del pasado losmecanismos de las clases dominantes para perpetuarse en el poder.Esto puede observarse tanto en los elementos de uso cotidiano co-mo en los elementos de lujo, la arquitectura y otros tipos del regis-tro arqueolgico.

    La arqueologa marxista rechaza de la arqueologa procesual eldeterminismo ambiental, ya que el cambio est dado por las con-tradicciones que se generan dentro de la misma sociedad. Los fac-tores ecolgicos son vistos slo como condicionantes. El cambiodentro de las sociedades se da a partir de dos tipos de contradic-ciones:

    a) entre los intereses de los grupos sociales debido a la divisin declases con intereses antagnicos,

    b) entre las fuerzas productivas y las relaciones de produccin. Enel caso de las sociedades precapitalistas, algunos autores marxis-tas plantean que el lugar de las relaciones de produccin lo to-man las relaciones de parentesco.

    56 Explorando algunos temas de arqueloga

    V. Gordon Childe fue el primer arquelogo occidental enGran Bretaa que aplic la teora marxista en su trabajo. Childevio a la arqueologa como un medio de poner a prueba y perfec-cionar las observaciones marxistas a largo plazo. En sus librosplante su visin materialista de la prehistoria europea. Introdujoun concepto de evolucin en el cual los cambios en el cono-cimiento tecnolgico producen cambios sociales, polticos yeconmicos. Vio a los factores superestructurales como una in-fluencia negativa o conservadora que opera contra el cambio so-cial. En Estados Unidos fue Leslie White uno de los primeros an-troplogos en mostrar influencia de Engels y Morgan, lo que lellev a proponer su teora de evolucin cultural; esa influenciatambin se aprecia en algunos aspectos de la propuesta ecolgico-cultural de L. Steward.

    Si bien los primeros enfoques marxistas surgen en Europa,Amrica Latina los desarrolla tempranamente. En el cuadro 2.1comparamos la aplicacin del marxismo con el transcurso del tiem-po y de los cambios polticos a nivel mundial.

  • 59La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad58 Explorando algunos temas de arqueloga

    1960-2000

    Cuadro 2.1. Comparacin de la aplicacin de la perspectiva marxista enarqueologa durante el siglo XX (continuacin).

    Corrientes en Amrica Latina

    Dcada de 1960: resurgimiento de la arqueo-loga marxista como consecuencia de los mo-vimientos revolucionarios.

    Dcada de 1970: se desata la ola de represinen Amrica Latina por la imposicin de reg-menes militares. Los arquelogos marxistas seresisten a la Nueva Arqueologa.

    Como consecuencia de ello, en diferentespases de Sudamrica, distintos arquelogosmarxistas F. Bate y J. Montan emigran aMxico y comienzan a trabajar en la EscuelaNacional de Antropologa e Historia (INAH).En otros pases Mxico, Per y Venezuela sepudo continuar con el desarrollo del enfoque.

    1983: se forma el Grupo Oaxtepec o Grupodel Pacfico con F. Bate, I. Vargas, L. Lum-breras, J. Montan, M. Gndara y M. Sanoja.Vuelven sobres los trabajos de Marx y Engelsy rechazan al marxismo estructuralista francsen su idea de que los modos de produccinpueden existir como entidades separadas.Buscan una teora de la totalidad social. A di-ferencia de este consideran a las formacionessociales como abstractas.

    Grupo Oaxtepec influy en la arqueologadel mundo hispanoparlante. Esto no se debeslo al idioma sino a que muchos arquelo-gos latinoamericanos y espaoles encuentrana la arqueologa angloparlante marxista y pos-procesualista superficial y mayormente in-teresada en las luchas polticas dentro delmundo acadmico ms que en el desarrollode teoras alternativas sobre la sociedad.

    Corrientes anglosajonas

    Dcada de 1960:autores comoDiamond, Wolf yLeacock hacenexplcitos susenfoques marxistas.Leacock empieza atrabajar en unenfoque marxistafeminista. Pattersoncomienza susestudios en Per.Leone usa el enfoquemarxista aplicado a laarqueologa histrica.

    Dcada de 1970: elmarxismo fue msprominente en GranBretaa que enEstados Unidosporque estos ltimostomaron ms encuenta alestructuralismofrancs.

    Dcada de 1990: enEstados Unidos,Randall McGuirerevitaliza losenfoques marxistasen arqueologa.

    1950-1960

    Cuadro 2.1. Comparacin de la aplicacin de la perspectiva marxista enarqueologa durante el siglo XX.

    Corrientes en Amrica Latina

    El fin de la Segunda Guerra Mundial encuen-tra a la mayora de los pases de Amrica Lati-na bajo un rgimen militar, por lo que se limi-tan o prohben los estudios marxistas.

    En Mxico los arquelogos norteamericanossiguen investigando en las Tierras Bajas Ma-yas y una nueva generacin empieza a trabajaren el Valle de Mxico (Eric Wolf, ngel Pa-lerm y Pedro Armillas).

    Corrientes anglosajonas

    Steward y Whiteganan adherentes yV. G. Childe escaracterizado comoevolucionista unili-neal. Steward y susalumnos tomaronideas de inmigrantesde Europa oriental alos Estados Unidosdurante la guerra,como Wittfogel yPolanyi.

    Sahlins introduce enla arqueologa losconceptos de econo-mas de reciprocidady redistributivas dePolanyi.

    Pocos investigadoresadaptan los enfo-ques marxistas yaque se encuentrandesilusionados porla derrota de laGuerra CivilEspaola y por eltemor stalinista.

    Esplendor delmacartismo, quelimita las posicionesque los autorespudieron tomarpblicamente.

  • complementar la evidencia arqueolgica y por lo tanto hicieronsencilla la reconstruccin de creencias del pasado.

    El enfoque cognitivo procesual considera a la arqueologa cog-nitiva como el estudio de aquellos aspectos de la cultura que son elproducto de la mente humana. Ejemplos pueden ser la percep-cin, descripcin y clasificacin del universo (cosmologa); la natu-raleza de lo sobrenatural (religin); los principios, filosofas, ticasy valores por los cuales las sociedades humanas estn gobernadas(ideologa); las maneras en que los aspectos del mundo, lo sobrena-tural o los valores humanos se transmiten en el arte (iconografa) ytodas las otras formas de intelecto humano o comportamientosimblico que sobreviven en el registro arqueolgico. Flannery yMarcus (1996) sostienen que un enfoque cognitivo slo puedeutilizarse cuando hay un cuerpo de datos lo suficientemente rico.Es decir, cuando estn disponibles datos histricos y/o etnohist-ricos adecuados. Este es el caso de los aztecas del siglo XVI o losegipcios del Nuevo Imperio. Por el contrario, cuando hay muy po-ca informacin disponible de los tipos mencionados, la recons-truccin de los aspectos cognitivos bordea la ciencia ficcin. Esos autores afirman que los aspectos cognitivos no son epifen-menos como sostena la nueva arqueologa.3 La cosmologa afectala manera en que el ambiente natural es utilizado, la religin pue-de promover o inhibir el comercio con extranjeros, la ideologadebe cambiar antes que la sociedad de rangos pueda emerger y laiconografa puede ser utilizada para reforzar los valores militaresde los jefes en competencia. Un ejemplo concreto de aplicacinpuede verse cuando Flannery y Marcus estudian el papel de la reli-gin en sociedades con documentos etnohistricos como los zapo-tecas del antiguo Mxico. Este mtodo consiste en:

    61La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    3 Es importante recordar aqu que Flannery fue uno de los principales referentesde la nueva arqueologa, desde sus inicios. Es por ello que tambin sostiene que,dentro de la corriente cognitiva, el estudio debera centrarse en los procesos.

    60 Explorando algunos temas de arqueloga

    5. Arqueologa cognitiva

    La arqueologa cognitiva estudia a las sociedades poniendo especialnfasis en los procesos de pensamiento humano y en su conductasimblica. Aun cuando el registro arqueolgico slo consiste en losrestos materiales de las actividades humanas y no tenemos informa-cin directa sobre los tipos de sistemas de creencias o sobre los pro-cesos del pensamiento que existieron en las mentes de los que loscrearon, esta corriente sostiene que es posible inferirlos, ya que elregistro arqueolgico posee informacin sobre ellos. La arqueologacognitiva afirma que para una correcta interpretacin de la culturamaterial del pasado, de los procesos conductuales que la crearon yde los patrones del cambio cultural evidentes en el registro ar-queolgico, como lo son el origen de la agricultura y el desarrollode la sociedad estatal se hace necesario entender los sistemas decreencias y los procesos de pensamiento que los crearon. Si bien es-tos estudios se inician a comienzos de la dcada de 1980, se caracte-rizan por su diversidad de acercamientos. En rigor de verdad, partede este acercamiento comienza con los primeros trabajos de Hod-der (1982), cuando pone nfasis en los aspectos simblicos de laconducta humana.

    Revitalizada a partir de 1990, la arqueologa cognitiva parecetener dos orientaciones dominantes: a) la cognitivo-procesual y b)la evolutivo-cognitiva. La primera intenta lograr un nfasis igualentre el pensamiento simblico y la ideologa dentro de un marcocientfico de referencia en el que puedan evaluar preguntas sobrelas creencias del pasado y formas de pensamiento de una maneraobjetiva. Esto cubre un rango sumamente amplio de estudios enlos que el inters se centra en la ideologa, el pensamiento religio-so y la cosmologa (Flannery y Marcus, 1996; Renfrew, 1985;Renfrew y Zubrow, 1993). Estos estudios defienden que los aspec-tos del pensamiento y de la conducta humana son tan posibles deanalizar como lo son la tecnologa y la subsistencia. Los casos es-tudiados cuentan, adems, con archivos escritos que permitieron

  • 63La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    neral que caracteriza a las diferentes especies no humanas. Aqupredominan el aprendizaje y la toma de decisiones directas, proce-sando rutinariamente un limitado nmero de informacin y reali-zando simples interrelaciones para resolver problemas sencillos. Enuna segunda fase, surge un dominio ms especializado en el que losindividuos se dedican a conductas particulares. Aqu se desarrollanartefactos de ms de un componente, y el conocimiento del mun-do natural es ms completo, complementndose con una organi-zacin social simple en las poblaciones prehumanas. En la ltimafase, aquellas mltiples especializaciones que se encontraban ms omenos inconexas comienzan a trabajar en forma ms vinculada,gracias al lenguaje y a un desarrollo ms organizado de las estructu-ras sociales. Esto es lo que hara surgir para Mithen el verdaderocomportamiento humano, caracterizado por una capacidad pararesolver los problemas, crear artefactos y productos, desarrollar elarte y la religin. De esta manera aumenta el flujo de conocimien-to e ideas, produciendo comportamientos ms complejos y, por lotanto, una mayor diversidad artefactual en los conjuntos arqueol-gicos. Para Mithen esto resulta evidente en el desarrollo particularde la cultura desde hace circa 30.000 aos y, sobre todo, en el ca-rcter acumulativo del conocimiento, algo que haba estado ausen-te de las culturas anteriores.

    6. Teoras evolutivas neodarwinianas

    La Teora de la Evolucin posee una larga historia dentro de lasciencias sociales y, en especial, dentro de la arqueologa y la an-tropologa. Ejemplo de ello son los trabajos de L. H. Morgan y K. Marx en sus sistematizaciones de cambio y desarrollo social, y elde Service en su esquema de progreso o desarrollo social y poltico.En arqueologa especficamente, estos esquemas de progreso seaplicaron al estudio de colecciones de instrumentos junto con lautilizacin de analogas de diferentes pueblos etnogrficos contem-

    1) Construir un modelo de la religin antigua a partir del anlisisde los documentos etnohistricos.

    2) Aislar aquellos elementos, como estructuras de templos o arte-factos rituales, que posiblemente se preservan en el registro ar-queolgico.

    3) Realizar un anlisis de los planes del antiguo templo y un anli-sis contextual de la parafernalia ritual.

    4) Comparar y contrastar los restos arqueolgicos observados conel patrn esperado derivado de los documentos etnohistricos.

    Por su parte, la posicin evolutivo-cognitiva analiza la evolu-cin de la mente humana. Sostiene que el registro fsil propor-ciona los medios esenciales para reconstruir el pensamiento y laconducta del pasado, y las presiones selectivas sobre los cuales sedio la evolucin cognitiva. Los estudios de fsiles humanos y arte-factos necesitan ser seguidos en una forma muy integrada si inten-tamos reconstruir la evolucin de la mente humana. La ltimadcada ha visto un desarrollo interesante del tema; en realidad elpsiclogo Merlin Donald (1991), fue el primero en proponer unateora de la evolucin cognitiva, haciendo un uso importante deinformacin arqueolgica.

    Los desarrollos ms importantes en la arqueologa cognitivason los de Mithen (1996), quien intent integrar esta corrientecon la psicologa evolutiva. Mithen sostiene que los humanos pre-modernos por ejemplo, Homo erectus, Neanderthales tenan unamentalidad dominio-especfica y que esto se ve en el carcter parti-cular de su registro arqueolgico. En su modelo, el surgimiento delarte, el pensamiento religioso y el pensamiento cientfico circa30.000 aos, es decir 70.000 aos despus de los humanos anat-micamente modernos tienen origen en una habilidad nueva. Estaparece relacionarse con una interaccin entre las formas del pensa-miento y los diferentes tipos de conocimiento, y esto qued atra-pado en dominios cognitivos especficos. Una primera fase secaracteriza por la prevalencia del dominio de una inteligencia ge-

    62 Explorando algunos temas de arqueloga

  • la teora darwiniana de la evolucin. Esta teora cientfica se centraen la diversidad y en la dinmica de cambio, ms que en tenden-cias comunes y en la construccin de perodos estticos, como lohacen las corrientes tradicionales y procesuales.

    Dos elementos fundamentales estructuran la diversidad y elcambio en el seleccionismo: 1) la variacin azarosa (no direccional)y 2) la seleccin natural. La primera implica que los individuos ge-neran variacin a travs de diversas conductas i.e aprendizaje, re-plicacin, falta de informacin, es decir, generan nuevas formasde conducta, observables empricamente a travs de los artefactos.De esta manera, un individuo al confeccionar un instrumento,puede generar nuevas formas por errores en el proceso de talla. Oal innovar en las tcnicas de caza, producir nuevas conductas rela-cionadas con las prcticas de subsistencia. Sin embargo, que la va-riacin sea azarosa no implica que los individuos no sean agentesracionales (i.e. al instrumentar una estrategia en respuesta a unproblema adaptativo). Por el contrario, esta respuesta no puede serdireccional en el sentido de que no prev o anticipa con certeza losresultados de sus acciones, y menos an en el largo plazo. Este ele-mento aleatorio es fundamental en el modelo de cambio neodar-winiano, ya que la seleccin natural es un proceso que no poseedireccin alguna, no persigue propsito alguno.4 As la evolucinno implica mejora ni progreso alguno, sino solamente cambio enla diversidad. Esto no significa, sin embargo, que la complejizacincultural o social no se relacione con este proceso, slo que no es unfin en s mismo sino un producto secundario, una resultante delproceso.

    Otro aspecto fundamental es el que se relaciona con las unida-des sobre las cuales la seleccin acta y con las unidades de cambioobservadas por los arquelogos. Ambos aspectos plantean una mo-

    65La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    4 Por ejemplo una creciente adecuacin o perfeccin de estrategias o la comple-jizacin de un repertorio cultural determinado.

    porneos. Sin embargo, la utilizacin del concepto de progreso ydireccionalidad en el cambio proviene de los desarrollos de HerbertSpencer, contemporneo de Darwin y Wallace, que adapt el mo-delo de evolucin por seleccin natural de ambos autores a las cien-cias humanas. El impacto de este simple modelo de progreso fueenorme. Principalmente porque se ajustaba a lo que pareca ser elresultado actual de ese proceso en las sociedades occidentales, y enespecial de aquellas que se encontraban dentro del marco de la Re-volucin Industrial.

    Paulatinamente, dicho modelo encontr sus limitaciones. Elavance de las investigaciones tanto en antropologa como enarqueologa muestra que la diversidad y complejidad de las tra-yectorias de cambio seguidas por las sociedades humanas no es re-ductible a un simple modelo progresista. La necesidad de superarestas limitaciones tericas y de buscar programas ms refinadosde cambio cultural llev a inicios de 1980 a la aparicin de diver-sos modelos formulados a partir de la Teora de la Evolucin deCharles Darwin (Bettinger, 1980; Dunnell, 1980; Rindos, 1980;Winterhalder y Smith, 1981), es decir no spenceriana ni unili-neal. Si bien son muchos sus aspectos y ramificaciones, todoscomparten aspectos tericos y metodolgicos comunes. Nos cen-traremos aqu en aquellos ms bsicos de la aplicacin de la Teo-ra de la Evolucin en arqueologa y antropologa, analizando tresorientaciones dentro de esta corriente: la arqueologa seleccionis-ta, la ecologa evolutiva de la conducta humana y la teora de laherencia dual.

    6.1 Arqueologa seleccionista

    Robert Dunnell (1980) y David Rindos (1980) replantean el focode estudio de la arqueologa el primero y la antropologa el se-gundo, proponiendo un cambio en el marco terico-epistemol-gico. Dunnell plantea este cambio a partir de la incorporacin de

    64 Explorando algunos temas de arqueloga

  • 67La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    cado como fin ltimo la domesticacin, es decir generar una totaldependencia de la planta respecto del humano para cumplir su ci-clo reproductivo, sino ms bien que las causas fueron prximas,inmediatas, como el complementar la dieta o las actividades desubsistencia. La seleccin no intencional llev, pues, a un cambiogradual en los vegetales favorecidos por la manipulacin humana.6

    Esta relacin habra llevado a una evolucin conjunta de vegeta-les y humanos, al darse una dependencia mutua cada vez mayor,

    Figura 2.1. Modelo de la trayectoria esperada para rasgos favorecidos y no favo-recidos por seleccin natural. Al ser favorecido por este mecanismo, la frecuenciadel rasgo aumentar mostrando una tendencia a un incremento lineal y sosteni-do (lnea superior). Si por el contrario, la seleccin natural no es el mecanismointerviniente, la trayectoria del rasgo ser errtica y sinuosa hasta desaparecer (l-nea inferior).Modificado de OBrien y Holland (1990: 53).

    6 Este beneficio en los vegetales podra verse como una horticultura incipiente,donde se desmaleza, protege o dispersa en mayor grado la variedad selecciona-da, sin que esto implique un cuidado intensivo.

    66 Explorando algunos temas de arqueloga

    dificacin importante en la forma en que se entiende el registro ar-queolgico. Para los seleccionistas, la unidad de seleccin es decirla afectada por la seleccin natural es el individuo, pero las unida-des sobre las que se miden estos procesos son los artefactos. Dentrode esta perspectiva, se entiende que los artefactos estn inextrica-blemente asociados al xito reproductivo.5 Al observar la dinmicade cambio y sustitucin de artefactos, por tanto, nos aproximamosa la trayectoria biolgica de las poblaciones que crearon y utiliza-ron dichos artefactos. El registro material de este proceso nos mos-trara diferentes frecuencias de aparicin, sustitucin o cambio deartefactos, acompaado por el cambio en otros aspectos de las po-blaciones humanas (fig. 2.1). En general, esta corriente se interesapor los cambios a mediano y largo plazo.

    Rindos (1984) emple un modelo seleccionista para discutir elorigen de la agricultura. Su modelo no supone un contexto deaparicin determinado sino ms bien un origen que se relaciona-ra por procesos estocsticos (azarosos). Durante algn momentodel Holoceno temprano habran comenzado a gestarse ciertas in-teracciones muy primarias entre seres humanos y vegetales. Estasinteracciones casuales se basaran en la seleccin humana de cier-tos tipos de granos de vegetales silvestres para el consumo. Estosvegetales el maz en Amrica o el trigo en Oriente Prximo po-seen cierta predisposicin para generar una gran cantidad de va-riacin morfolgica por mutacin de sus genes. La variacinresultante permiti a los humanos elegir los granos de acuerdocon algn criterio vinculado a la alimentacin, por ejemplo, el ta-mao. Sin embargo, esta interaccin no tiene por qu haber bus-

    5 Trmino biolgico que se entiende como la capacidad de los individuos de lle-gar a la edad reproductiva y dejar descendientes. Debe diferenciarse del xitoreproductivo diferencial, que implica que algunos individuos tendrn deter-minadas ventajas sobre otros, y estas se plasmarn en una mayor probabilidadde dejar descendencia.

    Frecuencia del rasgo

    Rasgo favorecido por la seleccin

    Rasgo selectivamenteneutral

    0 Tiempo 1

  • adaptativa est unida a la toma de decisin racional y supone que enla especie humana ha evolucionado la capacidad de responder adap-tativamente, es decir de la manera ms beneficiosa en trminos deenerga para el organismo. Estos dos factores sustentan la construc-cin y utilizacin de modelos basados en la teora darwiniana de laevolucin, la ecologa y la microeconoma. Si los individuos tiendena comportarse de manera adaptativa y a buscar el mximo beneficiode un conjunto de conductas, podra predecirse su comportamientoa partir de una serie de modelos que se han denominado modelos deoptimizacin. Estos modelos se emplean en ecologa evolutiva y,adems de los citados aqu, podemos mencionar Z-Score, de riesgo,de decisiones mltiples, valor marginal, etctera. Slo nos centrare-mos en dos de los ms utilizados en la actualidad.

    Los modelos de optimizacin se basan en el supuesto de que laseleccin natural ha actuado en el pasado evolutivo humano mo-delando la capacidad para responder adaptativamente. Los mode-los se construyen a partir de una serie de variables que sean relevan-tes al problema de optimizacin que quiere explicarse, midindosetiempo y energa. La solucin a un problema adaptativo concretopor ejemplo, el tiempo que un cazador utiliza para encontrar unadeterminada clase de presa puede basarse en diversos tipos deeleccin racional, como gastar el menor tiempo posible en un de-terminado ambiente, buscar hasta un cierto nmero de presas se-gn su peso relativo, ya que despus deben transportarse nueva-mente al campamento. O cules y qu tipo de presas seleccionarsegn la energa relativa que aporta cada una de ellas, incluyendo,por ejemplo, el costo de bsqueda y de procesamiento. Algunos delos modelos ms empleados son: a) el de parche (patch model) y b)el de amplitud de dieta. El modelo de permanencia en el parche7

    69La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    7 Parche (patch): es una porcin del espacio con una composicin y distribu-cin de recursos particular, dentro de un espacio mayor, que conforma unmosaico de recursos distribuidos heterogneamente.

    proceso conocido como coevolucin. Las expectativas del registroarqueolgico para dar cuenta de este proceso son mltiples ycomplejas, tal como lo dijimos anteriormente. Segn esta lgicaes esperable que los rasgos favorecidos por la seleccin naturalaumenten en frecuencia, en detrimento de otros menos eficaces.Asimismo, la poblacin humana tendra que mostrar cambios so-ciales y demogrficos que se relacionen con la dependencia cre-ciente de los alimentos domesticados.

    6.2 Ecologa evolutiva de la conducta humana

    Esta corriente tiene sus races en la ecologa cultural norteamerica-na de la dcada de 1950, que buscaba, entre otras cosas, establecercorrelaciones entre las poblaciones humanas y sus ambientes ecol-gicos. Actualmente, esta corriente incorpora aspectos derivados dela teora darwiniana, poniendo nfasis en los modelos provenientesde la ecologa evolutiva, que ayudan a incorporar aspectos sociales,razn por la cual es tan importante para la antropologa. Estos mo-delos permiten generar expectativas contrastables con respecto a laconducta. La corriente ecolgico-evolutiva se centra en procesosque ocurren en tiempos cortos, en el tiempo etnogrfico, es decir atravs de lo que denominan toma de decisin adaptativa. Los mo-delos son construidos y contrastados no slo a partir del registro ar-queolgico sino tambin mediante investigaciones etnogrficas yantropolgicas actuales, en las que posee un gran desarrollo. Losmodelos pueden ser formalizados para discutir procesos en escalasms largas, como las utilizadas comnmente por los seleccionistas.

    Bruce Winterhalder y Eric A. Smith (1981), entre otros autores,formalizaron los aspectos ms relevantes de esta corriente. Aqu des-tacaremos dos: a) la toma de decisin racional y b) la flexibilidadadaptativa. La primera supone que los individuos son capaces depercibir los costos y beneficios relativos de diversas conductas y bus-car la solucin que crean ms eficaz. Por su parte, la flexibilidad

    68 Explorando algunos temas de arqueloga

  • 71La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    viduo y/o el grupo tender a buscar los recursos de mayor ren-dimiento en relacin con la energa invertida e ignorar, por con-siguiente, los recursos de menor rinde, o ms difciles o con mayorcosto de procesamiento. Pero tal como predice el modelo de per-manencia en el parche, los recursos tendern a agotarse y por lotanto su costo se elevar. A medida que esto ocurra, el individuocomenzar a incluir otros recursos que antes dejaba de lado y deesta manera ampliar su dieta. El modelo prev que se tender a

    Figura 2.2. Esquematizacin del modelo de permanencia en el parche. Se observaque la cantidad de energa obtenida es una funcin del tiempo que se invierte enel parche (siempre el eje X muestra la funcin independiente y el Y la dependien-te); el punto que une ambos ejes (sealado aqu por lneas punteadas) es el puntoptimo; ms all de este momento la energa comienza a disminuir.

    como las gramneas, que deben recolectarse en grandes cantidades y por lo ge-neral son consumidas en forma de harinas. Esto demanda un importante con-sumo de energa en todas las etapas del procesamiento previo al consumo fi-nal.

    predice cunto tiempo un individuo estar predando en un par-che. Se basa en los principios del teorema de valor marginal deCharnov (1976) segn el cual se da por sentado que los recursosson finitos y el costo, en trminos de su adquisicin, es variable. Enel modelo de permanencia en el parche, un individuo llega a unnuevo espacio, donde existe una cantidad limitada de recursos, quese agotan en funcin de su explotacin. A medida que los recursosse vuelven ms escasos, el individuo invierte ms tiempo en su bs-queda, lo que reduce la ganancia en trminos de energa invertida.As el modelo predice que, llegado el momento en que la cantidadde energa obtenida sea similar al promedio de la que puede obte-nerse cambiando de parche, el individuo lo abandonar y se movi-lizar a otro con ms recursos8 (fig. 2.2).

    Si bien la representacin es muy sencilla, es posible comenzar aincorporarle nuevas variables, por ejemplo, distancia que debi re-correr para llegar al parche, costo de procesamiento del recurso, ti-po de tecnologa empleada.

    El modelo de amplitud de la dieta predice cules sern los re-cursos ms explotados. A diferencia del modelo de permanenciaen el parche, este considera las diferentes presas y recursos dispo-nibles y cmo estn distribuidos en el espacio. Por ejemplo, un ca-zador que se ajuste a un modelo ptimo seleccionar sus recursosde acuerdo con la relacin costo-beneficio. Este modelo considerados variables: a) tiempo de bsqueda9 y b) tiempo de manejo ycaptura.10 El modelo de amplitud de la dieta predice que un indi-

    70 Explorando algunos temas de arqueloga

    8 Por lo tanto, si el individuo permaneciera en este parche, comenzara perderenerga, ya que insumira ms de la que podra llegar a consumir.

    9 Se considera tiempo de bsqueda a cunto tarda un individuo en encontrar undeterminado tipo de presa, ya que no todas presentarn la misma abundanciay distribucin.

    10 Este toma en cuenta cunto tiempo debe invertirse en lograr la captura y elposterior procesamiento y consumo de la presa. No olvidemos que existen re-cursos cuyo procesamiento demanda mucha inversin de tiempo y energa,

    Energaobtenidadentro delparche

    Punto ptimo entre energa invertiday obtenida

    Momento enque se debesalir del parche

    Tiempo invertido en la bsqueda

  • explotacin de moluscos, aves y mamferos pequeos mostrabauna ampliacin en la dieta. Por lo tanto ello no sera una caracte-rstica peculiar del Neoltico.

    Es importante aclarar que los modelos no suponen que el com-portamiento humano ser siempre ptimo, sino que ms bien pro-ponen estados ideales formulados de manera tal que pueden sercontrastados empricamente. En nuestro caso, con el registro ar-queolgico o con observacin etnogrfica. Es decir, los modelos nointentan ajustar el comportamiento humano a un ptimo sinoque, por el contrario, apuntan a sealar las desviaciones de estaconducta respecto de los factores culturales o naturales que influ-yen sobre ella. De tal manera, al observar las desviaciones, el mode-lo puede reformularse para intentar dar cuenta de los fenmenosobservados en el registro arqueolgico. Estos modelos han incor-porado, adems, elementos provenientes de otras lneas tericasdentro de la arqueologa evolutiva, como la teora de juegos y lateora de la herencia dual, para sopesar la incidencia de otros facto-res, como la cooperacin, la aparicin y desarrollo de jerarquas yde comportamientos posiblemente no adaptativos.

    6.3 La Teora de la Herencia Dual

    Esta teora (Cavalli-Sforza y Feldman, 1981; Boyd y Richerson,1985) intenta explicar la relacin entre herencia cultural y genti-ca. Los temas centrales de la teora descansan en que:

    a) El pool gentico y el pool cultural conforman dos sistemas de he-rencia paralelos pero interconectados. Si bien ambos poseen suspropias particularidades por ejemplo, diferentes tasas de cam-bio, modos de transmisin distintos hay puntos de intercone-xin entre ambos sistemas.

    b) Como resultante de esta interconexin aparecen la mutua in-fluencia y la transformacin, lo que significa que la cultura i.e

    73La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad72 Explorando algunos temas de arqueloga

    ampliar la dieta incorporando nuevos recursos hasta que el tiem-po de bsqueda11 se iguale con el tiempo de apropiacin, procesa-miento y consumo de los nuevos alimentos de menor rendimiento(fig. 2.3). Recientemente, Mary Stiner (2001) utiliz este modelopara discutir la postura de Binford y Flannery en relacin con elsurgimiento de un mayor aprovechamiento de recursos en el Neo-ltico. Los resultados de Stiner indican que ya desde Paleoltico Su-perior y en diferentes lugares de la cuenca del Mediterrneo, la

    Figura 2.3. El modelo de amplitud de la dieta predice que el tiempo de bsque-da aumenta a medida que los recursos de ms alto ranking se vuelven ms esca-sos. El cazador baja los costos de la predacin al incorporar recursos de menorrinde que antes poda ignorar. El punto ptimo est indicado por el entrecruza-miento de ambos ejes e indica una combinacin de dieta ptima que iguala eltiempo de bsqueda con el de manejo.

    11 El tiempo de bsqueda se reduce al incorporar ms recursos, en lugar de bus-car los que cada vez se vuelven ms escasos.

    Ranking de recursos disponibles en el parche

    1 2 3 4 5 6 7

    Tiempo de bsqueda

    Puntoptimo

    Tiempo demanejo del recurso

    Tiem

    po

  • 75La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    poblacin. Muchas conductas se incorporan a travs de mecanis-mos llamados mecanismos sesgados que limitan la cantidad deerror tolerado. O por el contrario, algunas conductas toleran deter-minado nivel de ensayo y error durante el aprendizaje, por lo quemayor variacin ser esperable. Las aplicaciones arqueolgicas deesta teora son recientes. Por ejemplo, estudios como el de Bettin-ger y Eerkens (1999) indican que las puntas de proyectil lticas delPaleoindio norteamericano variaban de acuerdo con la compleji-dad del diseo, ya que probablemente niveles de error diferenteseran tolerados para uno u otro tipo de puntas. De este modo, lostipos ms simples de puntas de proyectil tendan a mostrar rangosde variacin ms grandes que las ms complejas.

    Estos mecanismos dan un importante lugar a la seleccin na-tural y a la adaptacin, ya que, segn los modelos de evolucincultural, esta se habra desarrollado esencialmente como un ras-go que promueve la adaptacin. El punto central aqu es que la

    Figura 2.4. Se observan las dos vas paralelas de herencia: gentica y cultural; lasdiagonales sealan interacciones entre ambos sistemas. En tiempo evolutivo elresultado de esta interaccin es lo que se denomina coevolucin. Modificado deDurham (1991: figura 4.3).

    pautas, modo de transmisin de la informacin puede influirsobre la composicin gentica de los individuos y viceversa.Restricciones orgnicas, resultantes de la interaccin de los ge-nes y el ambiente, pueden influir sobre pautas culturales (i.e laresistencia a determinadas enfermedades).

    c) Esta interaccin no siempre es positiva en trminos adaptativos(i.e mucha variacin cultural no es necesariamente adaptativa yen muchos casos es maladaptativa). Esto significa que afecta ne-gativamente la capacidad de reproducirse de los individuos.

    La coevolucin es el mecanismo donde tanto la seleccin cul-tural por ejemplo, transmisin cultural, patrones conductualescomo la seleccin natural actan activamente en el curso de laevolucin humana (fig. 2.4). Por lo tanto, en la Teora de la He-rencia Dual la cultura tiene un lugar predominante, especialmen-te a travs de los mecanismos de transmisin de informacin entregeneraciones. Diversos modelos han sido formulados para darcuenta de este fenmeno. En ellos se analiza cmo diversos me-canismos de aprendizaje afectan la trayectoria de los rasgos cultu-rales en una poblacin y asimismo generan conductas tantoadaptativas como maladaptativas. Por ejemplo, Guglielmino et al.(1995) toman en cuenta los diferentes tipos de transmisin cultu-ral12 y demuestran, a partir de trabajos etnogrficos en frica, queel modo de aprendizaje afecta el modo en que los rasgos cambian.Esto se debe a que algunas conductas son ms conservativas queotras, dependiendo esto de cmo son aprendidas.

    Para Boyd y Richerson (1985) existen diferentes mecanismosque explican la forma y variacin de los rasgos conductuales en una

    74 Explorando algunos temas de arqueloga

    12 Los diferentes mecanismos son: a) Vertical = transmisin de una conducta depadres a hijos, b) Horizontal = transmisin entre individuos del mismo rangode edad o prximo, c) Oblicua = transmisin entre individuos de diferentesgeneraciones.

    Herencia gentica

    Interconexiones

    Herencia cultural

  • estrategias reproductivas o de cooperacin y formacin de grupossociales. Finalmente, la teora de la herencia dual se ocupa de pro-cesos relacionados con la interaccin entre la evolucin cultural yla gentica. Su principal foco de anlisis son los mecanismos y mo-dos de aprendizaje, la aparicin y el mantenimiento de mecanis-mos cooperativos a gran escala y las conductas maladaptativas. Sebasa en mtodos estadsticos sencillos y en el uso de modelos for-malizados matemticamente. Al concentrarse en procesos tantoculturales como genticos abarca procesos tanto de escala similaral seleccionismo como a la ecologa evolutiva.

    Por ltimo hay que remarcar que, a pesar de sus diferencias,estas corrientes internas poseen un mismo marco terico, la Teo-ra de la Evolucin de Darwin, tanto en antropologa como ar-queologa. Este hecho permite que compartan un campoanaltico de referencia comn y por lo tanto puedan complemen-tarse en la prctica. La escala analtica en que definen sus mode-los la evolutiva es semejante y acorde con el modo como sepresenta el registro arqueolgico, mayormente promediado espa-cial y temporalmente, mostrando procesos que ocurrieron en es-calas amplias, transgeneracionales. Asimismo, permiten teneracceso a preguntas que se relacionan con la evolucin cultural,que es uno de los objetivos centrales de la antropologa y de la ar-queologa. Este hecho ha sido en parte la causante de la crecien-te difusin y aplicacin de estos modelos en ambas disciplinas.

    7. La arqueologa en el siglo XXI

    Si bien es por dems ingenuo pensar que el cambio de milenioconlleva un cambio paradigmtico en nuestra ciencia, la descrip-cin de las corrientes posprocesuales muestra una importante mul-tiplicidad de acercamientos tericos al registro arqueolgico.

    La arqueologa est cambiando. El nivel de discusin se trans-form, las tcnicas disponibles para discutir problemas ahora son

    77La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    transmisin cultural puede producir variacin mucho ms rpi-damente y distinta que la gentica. As es posible encontrar res-puestas eficaces en un tiempo menor que el de una generacinhumana. La cultura de los humanos se diferencia de la de otrosprimates no humanos y otros animales por la complejidad ycantidad de formas de codificacin, transmisin y almacena-miento, ms que por sus caractersticas bsicas. La Teora de laHerencia Dual abarca muchos temas diversos pero principal-mente aquellos que se centran en explicar la evolucin de fen-menos culturales como la cooperacin entre individuos, la tasade cambio cultural a travs de la innovacin, la formacin de sis-temas desiguales o jerrquicos y la aparicin y mantenimiento deconductas maladaptativas.

    6.4 Similitudes y compatibilidades en las corrientes neo-darwinianas

    Cada una de estas corrientes posee focos de inters distintos, ascomo diferentes escalas de anlisis y problemas. El seleccionismose plantea comnmente problemas que se definen en escala evolu-tiva amplia y cuya resolucin requiere muchas generaciones hu-manas; su foco primordial de anlisis en el registro arqueolgico esel artefacto. Intenta dar cuenta principalmente de procesos en losque la seleccin natural ha intervenido para influir sobre la per-sistencia de los rasgos culturales y biolgicos en el tiempo. Sumetodologa se basa tanto en mtodos estadsticos comunes enantropologa como en los utilizados en paleobiologa, como la cla-dstica y otros mtodos de inferencia filogentica. La ecologa evo-lutiva da cuenta de procesos cuyo fin primordial es adaptativo, atravs de una serie de modelos formalizados matemticamente ymediante un conjunto de variables reducidas. Son fciles de apli-car y se han nutrido de informacin etnogrfica y arqueolgica. Sufoco de anlisis son tanto las estrategias de subsistencia como las

    76 Explorando algunos temas de arqueloga

  • mente. Todo esto ya forma parte del protocolo cientfico de la ar-queologa de este nuevo siglo.

    Los cambios tecnolgicos y los terico-metodolgicos experi-mentados por la arqueologa en los ltimos aos estn dejando suimpronta. Se ha generado una nueva interrelacin, una nueva in-terfaz con otras ciencias por ejemplo, biologa, geologa, fsica,qumica, computacin, gentica, evolucin, ecologa y se ha mo-dificado la existente con las clsicas, por ejemplo, historia, etnogra-fa, antropologa. Nadie puede negar que la arqueologa que seestudia hoy es diferente de aquella que estudiaron algunos de losprofesores que el lector tiene, ha tenido o tendr. La naturaleza deldato arqueolgico ha cambiado. Ya no es tan slo el artefacto, el si-tio, o la regin; la interfaz con otras ciencias ha ampliado la varie-dad de datos que un arquelogo cientfico puede explorar.

    Como han dicho recientemente algunos colegas:

    Afrontar, incorporar y avanzar sobre estos cambios son los desafos dela arqueologa del prximo milenio. Y el mayor desafo parece sermantener el rigor cientfico que como ciencia, la arqueologa debe te-ner []. En este estamos involucrados todos y cada uno de los ar-quelogos profesionales sin distincin de nacionalidad y/o corrienteterica. Como la ciencia joven que somos, hemos pasado por un pro-ceso de bsqueda de identidad y experimentacin de enfoques, que seha ido consolidando en la diversidad terico-metodolgica que hoypodemos reconocer. Es este el momento en el que debemos comenzara evaluar las ventajas de cada una de estas perspectivas, ponindolas atrabajar en pos de una meta comn; el fortalecimiento de la CienciaArqueolgica (Lanata, Neff y Aldenderfer, 2001: ix, nuestra traduc-cin).

    Quizs hoy, y tras haber revisado someramente nuestro pasadoreciente como ciencia, podramos contestarle al hombre del auto-bs mencionado en la introduccin de este libro: Caminante nohay camino, se hace camino al andar.

    79La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

    otras. Las formas de acercarnos a los temas se han modificado. Hoypodemos hacer una identificacin gentica de sexo en restos hu-manos, recuperar e identificar ADN y/o protenas que incluso pu-dieron quedar atrapadas en las fisuras de instrumentos, determinarambientes precisos sobre la base de estudios de istopos estables enrestos humanos o establecer migraciones puntuales, reconstruirpaisajes a travs de Sistemas de Informacin Geogrfica (GIS), com-parar estructuras de fibras de colgeno en huesos a travs de AFM(atomic forcemicroscopy) y establecer correlaciones entre poblacio-nes, usar anlisis cladsticos para reconstruir filogenias artefactua-les, determinar pestes a travs de estudios arqueoentomolgicos,examinar tatuajes en momias o establecer la procedencia de cer-micas aplicando rayos infrarrojos, difraccin de rayos y/o espectro-grafas, utilizar radares Ground Penetrating Radar para ubicarcuevas, paleosuelos y paleolagos, slo por citar algunos estudiospublicados recientemente.

    Parte de este cambio se debe a que el registro arqueolgico nosbrinda mucha ms informacin hoy en da. No porque el registroarqueolgico sea diferente, sino sencillamente porque el desarrollotecnolgico nos permite extraer de l muchos ms datos, infor-macin ms novedosa y distinta. Nuevamente, los estndares sehan modificado. Lejos estamos de la primera mitad del siglo XX,cuando la informacin se obtena tras una meticulosa acumula-cin, descripcin y comparacin de las excavaciones y de los arte-factos. Aunque no lo estamos tanto del cambio que signific poderfechar los sitios mediante diferentes mtodos, tener un diseo deinvestigacin que orientara nuestras preguntas, de reconocer laidea de proceso en el cambio humano a travs del tiempo y del es-pacio y de entender los mltiples factores que intervienen en laformacin del registro arqueolgico. Y no tan lejos estamos de ha-ber reconocido que no toda conducta humana est nicamenterelacionada con una modificacin en el ambiente natural, que lasdiferentes esferas de un grupo social tambin pueden dejar eviden-cias en el registro y que podemos tratar de analizarlas arqueolgica-

    78 Explorando algunos temas de arqueloga

  • 81La reaccin de la dcada de 1980 y la diversidad

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