las cámaras de vigilancia y el derecho a la intimidad en lugares públicos
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Las cámaras de vigilancia y el derecho a la intimidad en lugares públicos
Mario Vásquez R.
El creciente aumento de la delincuencia y la imperiosa necesidad de protección
de la población han justificado la necesidad de un uso ya indiscriminado de cámaras
de vigilancia por parte de la policía, los servicios de serenazgo y cada vez más
particulares. Sin embargo el debate sobre los peligros que trae esta vigilancia masiva
para los derechos fundamentales, en especial el derecho a la intimidad y a la
protección de datos personales, es muy reciente, además de ser planteado desde un
punto de vista conflictivista1 en el que un derecho debe ceder frente a otro considerado
más importante.
No es fácil entender el derecho a la intimidad conformado por el ámbitopersonal en el cual un ser humano tiene la capacidad de desarrollar y fomentar
libremente su personalidad, la protección de la vida privada y de los datos personales,
y el deber del Estado de reguardar el derecho a la vida y la integridad física de las
personas como partes de un todo armónico, ya que se tiende a considerar que hay
ocasiones en que estos derechos parecen enfrentarse irremediablemente, y el
derecho a la intimidad tiene que ser limitado progresivamente de acuerdo al nivel de
amenaza que enfrenta el derecho a la vida. Pero este razonamiento deja latente el
peligro que supone para todos los demás derechos fundamentales tal limitación.
El derecho a la libre reunión pacífica puede verse vulnerado ya que las
personas serán grabadas sin su consentimiento. El derecho a que no se hagan
archivos sistematizados del comportamiento de las personas sin mandato judicial está
en un riesgo particularmente alto. El derecho al libre tránsito y a la libre expresión en
público, se pueden ver mermados si todo es pasible de ser registrado sólo porque se
trata de un lugar público donde en teoría se busca proteger a las personas de un
peligro del que no se sabe si se materializará o no.
Castillo Córdova nos alerta de que una visión conflictivista de los derechos
fundamentales nos lleva a una situación de tener que clasificar una suerte de derechos
fundamentales “de primera” y “de segunda”. Situación contraria a la interpretación de
una realidad conformada por derechos que forman un todo unitario y coherente, de
una vigencia conjunta y armoniosa. Por lo que es necesario determinar el contenido
constitucionalmente protegido de cada derecho y constatar que las pretensiones que
son las que en realidad entran en conflicto calcen dentro de este contenido. En este
1 CASTILLO CÓRDOVA, Luis Fernando. Elementos de una teoría general de los DerechosConstitucionales. Ara editores, Lima, diciembre 2003.
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caso debemos verificar que la “pretensión” de colocar cámaras de seguridad en
espacios públicos y semipúblicos no colisione con el derecho a la intimidad y a la vida
privada que se extiende a los lugares públicos, tanto en la expectativa de anonimato
como en la de no ser sujetos de escrutinio y seguimiento sin consentimiento o sin
mandato judicial.
Sin embargo el actual uso de los sistemas de vigilancia suponen una
intromisión en el anonimato2 porque la observación no es casual ni momentánea y se
centra en individuos particulares “Esto es algo fácilmente evidente en la vigilancia
mediante CCTV en sus modalidades de mayor resolución –tales como el zoom que
enfoca hacia un individuo en particular-. Pero no es menos cierto que la vigilancia
mediante CCTV en su modalidad más corriente sigue un recorrido y graba la
actividad de forma automática en un área determinada – ya que las cintas pueden
ser así revisadas para examinar más detalladamente la conducta de una persona
en particular-. De esta manera se puede someter a observación no tan sólo el
comportamiento evidentemente delictivo, sino cualquier conducta que haya sido
grabada y que suceda, que sea de interés de aquellos que poseen las cintas. El
comportamiento afectado no es necesario que adopte de una forma tal que
ordinariamente pueda llamar la atención.” 3 Además el observador puede ser
inobservable. El que no se advierta de la existencia de cámaras o que estas pasen
fácilmente desapercibidas ya supone una intromisión, y aún siendo percibidas se
mantiene el hecho de que no se conoce la identidad de quienes revisan el contenido
de las grabaciones, Von Hirsh compara este hecho al de observar una conducta a
través de un espejo unidireccional.
Concuerdo con este autor en que la vigilancia al estar oculta es molesta;
incluso si la persona realiza actividades inocuas ya que la proliferación de tales
grabaciones podría derivar en divulgaciones que atenten contra los derechos de las
personas. Por otro lado, si el control de tales imágenes estuviera limitado a personal
de fuerzas de seguridad, la intromisión persiste, porque un grupo de desconocidos
tiene acceso al comportamiento de los individuos sin autorización.
2 VON HIRSH, Andrew. Cuestiones éticas en torno a la vigilancia en espacios públicos mediantecámaras de televisión publicado en VON HIRSCH, A., GARLAND, D. AND WAKEFIELD, A. (eds). Ethicaland Social Perspectives on Situational Crime Prevention, London: Hart, 2000. Traducido del manuscritoen inglés por José R. AGUSTINA SANLLEHÍ. INDRET 4/2007. Barcelona. www.indret.com. El autorreplantea la idea de la expectativa de anonimato en lugares públicos al desarrollar la concepción delRight of Privacy de Warren y Brandeis en la Harward Law Review de 1890; como el poder de las personascomunes para “ir y venir sin ser identificado, y sin que sus actividades estén sujetas a una especial o
prolongada observación” 3 VON HIRSH, Andrew. Cuestiones éticas en torno a la vigilancia en espacios públicos mediantecámaras de televisión. PP. 10-11.
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No obstante, tanto nuestra Constitución4, como los Tratados sobre Derechos
Humanos que la conforman, resguardan la intimidad como un derecho fundamental
imprescindible; mientras que el Código Procesal Constitucional desarrolla la protección
de los datos personales en el Proceso Constitucional de Habeas Data permitiendo a
las personas “(…)Conocer, actualizar, incluir y suprimir o rectificar la información o
datos referidos a su persona que se encuentren almacenados o registrados en
forma manual, mecánica o informática, en archivos, bancos de datos o registros de
entidades públicas o de instituciones privadas que brinden servicio o acceso a
terceros. Asimismo, a hacer suprimir o impedir que se suministren datos o
informaciones de carácter sensible o privado que afecten derechos
constitucionales.” 5 Así vemos que las bases para un desarrollo adecuado de
mecanismos de regulación están presentes en nuestro sistema jurídico, a pesar que
hay quienes dudan de la idoneidad del Proceso de Habeas Data sobre todo si la
tecnología de vigilancia se funde con la tecnología informática.6
Por otro lado, si comparamos nuestros medios de protección frente al
desarrollo en el sistema anglosajón y la regulación europea, es posible notar que
quedan muchos temas específicos por desarrollar; y si a esto le sumamos la escasa
conciencia sobre el problema ético que plantea la vigilancia por cámaras de vigilancia
o circuitos cerrados de televisión, notamos que el panorama no es del todo favorable.
Tanto en el sistema anglosajón como en el comunitario europeo se han logrado
consensos que regulan la vigilancia con cámaras de seguridad que impiden que se
genere un supuesto conflicto de derechos y que deben ser estudiados para encontrar
una posible aplicación en nuestro sistema. Simplificando con carácter explicativo;
vemos que la vigilancia debe ser abordada conforme a la amenaza que supongan
lugares específicos y debe regularse la utilización de estos sistemas de manera más
específica, comenzando por advertir a las personas que están siendo grabadas para
mantener la expectativa de anonimato de la que habla Von Hirsh 7. Tanto en Códigos
como el de la ciudad de Cambridge8 como en la Ley Orgánica de Protección de datos
Personales española, se prohíben los rastreos antojadizos, la utilización de zoom y de
4 Constitución Política Art. 2º Toda persona tiene derecho: (..) Inciso 7º Al honor y a la buena reputación,a la intimidad personal y familiar así como a la voz y a la imagen propias. 5 Código Procesal Constitucional Art. 61º inciso 26 ESPINOZA-SALDAÑA BARREDA, Eloy. Algunas notas sobre la protección del derecho a laautodeterminación informativa en América Latina, con especial referencia a lo previsto en elcaso peruano. En “Normas Legales”, t. 291. Trujillo, agosto 2001, págs. A-136 y siguientes.
7 VON HIRSH, Andrew. Cuestiones éticas en torno a la vigilancia en espacios públicos mediantecámaras de televisión. Págs. 7-10.8 Cambridge City Council (1998)
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grabación de audio, por parte de las fuerzas de seguridad ciudadana y se regula
estrictamente el uso de tales datos.9
9 Regulaciones comunes en Europa tomadas de la Directiva 95/49/CE del Parlamento Europeo.