literatura comparada

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Literatura comparada La Literatura comparada [1] es quizás el campo más in- fluyente de la Comparatística y un sector metodológico distintivo de la Filología y su serie disciplinar Ciencia de la literatura, esto es de la Historia de la literatura, la Teoría literaria y la Crítica literaria. La Literatura comparada no es propiamente una disciplina sino una metodología, según demuestra su carácter transversal co- mún no ya a las disciplinas de la Ciencia literaria y de la Ciencia del lenguaje, es decir al conjunto de la Filología, sino en general a las Ciencias Humanas, e incluso pudié- rase decir que a toda ciencia. [2] La Literatura comparada se ocupa de las realidades literarias de distintas regiones como manifestaciones análogas de un mismo fenómeno cultural, razón por la cual cabe afirmar que pone de mani- fiesto el fondo compartido subyacente a las diversas reali- zaciones así como los vínculos o relaciones establecibles entre las mismas. [3] En este sentido, su objeto es univer- salista y, por tanto, evidentemente plurinacional (por su atención a literaturas diversas; también disciplinas) o de perspectiva supranacional (por cuanto indaga aspectos o elementos que trascienden lo particular). [4] Así, pues, los problemas que aborda derivan de esa universalidad: re- laciones bien de facto o bien por analogía, ya relativas a asuntos tematológicos, poetológicos, genológicos o de cualquier otra índole según artes y disciplinas. Ciertamente, la Literatura comparada no sólo se interesa por la comparación dentro del ámbito literario, sino que también se aplica al estudio de las relaciones entre las li- teraturas y otros diversos campos, disciplinas y artes y religiones o creencias, así eminentemente artes plásticas, música, filosofía, historia, mitología, o ciencias sociales (v.gr., ciencia política, economía, sociología), e incluso ciencias experimentales, etc. La comparación es, reconocidamente en todos los ámbi- tos del saber, un mecanismo básico y habitual del fun- cionamiento del psiquismo humano en su confrontación con el mundo. El método comparatista, y en especial el método comparatista literario, anclado culturalmente en el “parangón” greco-latino y desarrollado mediante la permanente discusión europea de antiguos/modernos, fue ideado por Dionisio de Halicarnaso, el padre de la Crí- tica literaria, en su tratadito epistolar Carta a Pompeyo Gémino, y en lo sucesivo específicamente incrementado por Macrobio y sobre todo Escalígero (Libro V), Daniel Georg Morhof y llevado a su cumbre universal, que al- canza a Asia y a la totalización de letras y ciencias por Juan Andrés, autor de la primera Historia literaria uni- versal y comparada: Origen, progresos y estado actual de toda la literatura. [5] 1 Ámbitos de interés En la segunda mitad del siglo XX, y dentro de ciertas co- rrientes neoformalistas que lo caracterizaron, se dio en señalar como línea de actuación primordial del compa- ratismo literario el estudio (esto es, la descripción y ex- plicación mediante una teoría y una terminología ade- cuadas) de las relaciones jerárquicas entre metatextos translingüísticos, usando para ello un modelo hipotético- deductivo y teniendo en cuenta que esas relaciones se es- tablecen entre sistemas y subsistemas dominados por nor- mas y tendencias. [6] De igual modo, se insistió en la necesidad de abandonar una visión singularista de los textos literarios para pasar a integrarlos en el contexto del sistema de la comunicación literaria, esto es, para considerar, también, factores como las distintas condiciones de producción, recepción, etc. Los aspectos supranacionales de este sistema constitui- rían, en consecuencia, el objeto de estudio, debiéndose atender especialmente por tanto a la comparación desde el punto de vista de los efectos de los sistemas literarios sobre los lectores, de la condiciones de producción y re- cepción, etc. [7] Así, el listado de materias objeto de interés podría incluir, entre otros, ítems del tipo de 1. las influencias recíprocas entre las literaturas moder- nas; 2. la relación de la literatura y otros ámbitos del saber; 3. el estudio comparado de la métrica, de la estilística, de las metáforas y de la Poética; 4. el análisis comparatista de las estructuras y los pro- blemas de la traducción; 5. el estudio de la influencia y de la imitación, de la recepción y el efecto; 6. el análisis comparatista de la periodización histórico-literaria; la comparación de géneros, formas, temas; etc. [8] La Literatura comparada prestaría atención, pues, tanto a los distintos trasfondos que comparten las distintas litera- turas, tales como la impronta greco-latina en las literatu- ras europeas, el tratamiento diverso de los mismos temas y mitos literarios y la materialización de los géneros li- terarios, como a la imagen que se refleja en las distintas 1

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Campo de estudio de la mecánica cuántica que ha dado como resultado la intersexualidad metaliteraria

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Page 1: Literatura comparada

Literatura comparada

La Literatura comparada[1] es quizás el campo más in-fluyente de la Comparatística y un sector metodológicodistintivo de la Filología y su serie disciplinar Cienciade la literatura, esto es de la Historia de la literatura,la Teoría literaria y la Crítica literaria. La Literaturacomparada no es propiamente una disciplina sino unametodología, según demuestra su carácter transversal co-mún no ya a las disciplinas de la Ciencia literaria y de laCiencia del lenguaje, es decir al conjunto de la Filología,sino en general a las Ciencias Humanas, e incluso pudié-rase decir que a toda ciencia.[2] La Literatura comparadase ocupa de las realidades literarias de distintas regionescomo manifestaciones análogas de un mismo fenómenocultural, razón por la cual cabe afirmar que pone de mani-fiesto el fondo compartido subyacente a las diversas reali-zaciones así como los vínculos o relaciones estableciblesentre las mismas.[3]En este sentido, su objeto es univer-salista y, por tanto, evidentemente plurinacional (por suatención a literaturas diversas; también disciplinas) o deperspectiva supranacional (por cuanto indaga aspectos oelementos que trascienden lo particular).[4]Así, pues, losproblemas que aborda derivan de esa universalidad: re-laciones bien de facto o bien por analogía, ya relativasa asuntos tematológicos, poetológicos, genológicos o decualquier otra índole según artes y disciplinas.Ciertamente, la Literatura comparada no sólo se interesapor la comparación dentro del ámbito literario, sino quetambién se aplica al estudio de las relaciones entre las li-teraturas y otros diversos campos, disciplinas y artes yreligiones o creencias, así eminentemente artes plásticas,música, filosofía, historia, mitología, o ciencias sociales(v.gr., ciencia política, economía, sociología), e inclusociencias experimentales, etc.La comparación es, reconocidamente en todos los ámbi-tos del saber, un mecanismo básico y habitual del fun-cionamiento del psiquismo humano en su confrontacióncon el mundo. El método comparatista, y en especialel método comparatista literario, anclado culturalmenteen el “parangón” greco-latino y desarrollado mediante lapermanente discusión europea de antiguos/modernos, fueideado por Dionisio de Halicarnaso, el padre de la Crí-tica literaria, en su tratadito epistolar Carta a PompeyoGémino, y en lo sucesivo específicamente incrementadopor Macrobio y sobre todo Escalígero (Libro V), DanielGeorg Morhof y llevado a su cumbre universal, que al-canza a Asia y a la totalización de letras y ciencias porJuan Andrés, autor de la primera Historia literaria uni-versal y comparada: Origen, progresos y estado actual detoda la literatura.[5]

1 Ámbitos de interés

En la segunda mitad del siglo XX, y dentro de ciertas co-rrientes neoformalistas que lo caracterizaron, se dio enseñalar como línea de actuación primordial del compa-ratismo literario el estudio (esto es, la descripción y ex-plicación mediante una teoría y una terminología ade-cuadas) de las relaciones jerárquicas entre metatextostranslingüísticos, usando para ello un modelo hipotético-deductivo y teniendo en cuenta que esas relaciones se es-tablecen entre sistemas y subsistemas dominados por nor-mas y tendencias.[6]

De igual modo, se insistió en la necesidad de abandonaruna visión singularista de los textos literarios para pasar aintegrarlos en el contexto del sistema de la comunicaciónliteraria, esto es, para considerar, también, factores comolas distintas condiciones de producción, recepción, etc.Los aspectos supranacionales de este sistema constitui-rían, en consecuencia, el objeto de estudio, debiéndoseatender especialmente por tanto a la comparación desdeel punto de vista de los efectos de los sistemas literariossobre los lectores, de la condiciones de producción y re-cepción, etc.[7]

Así, el listado de materias objeto de interés podría incluir,entre otros, ítems del tipo de

1. las influencias recíprocas entre las literaturas moder-nas;

2. la relación de la literatura y otros ámbitos del saber;

3. el estudio comparado de la métrica, de la estilística,de las metáforas y de la Poética;

4. el análisis comparatista de las estructuras y los pro-blemas de la traducción;

5. el estudio de la influencia y de la imitación, de larecepción y el efecto;

6. el análisis comparatista de la periodizaciónhistórico-literaria; la comparación de géneros,formas, temas; etc.[8]

La Literatura comparada prestaría atención, pues, tanto alos distintos trasfondos que comparten las distintas litera-turas, tales como la impronta greco-latina en las literatu-ras europeas, el tratamiento diverso de los mismos temasy mitos literarios y la materialización de los géneros li-terarios, como a la imagen que se refleja en las distintas

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2 3 HISTORIA

literaturas de culturas ajenas, mayoritarias o minoritarias,fijándose de forma especial, por ejemplo, en los relatos deviajes y en los procesos de traducción.Asimismo, se subrayó en algunos trabajos la necesidad deadoptar una visión multiculturalismo que prestase aten-ción a las demandas de grupos marginales o similares(minorías étnicas, feminismo...), algo que, en otro ordende cosas, ha comportado la problematización del concep-to tradicional de canon.[9]El hecho es que invencionesideológicas actaulistas han querido intervenir sobre for-maciones teóricas axiológicamente muy elaboradas.En resumen,[10] dos serían los grandes ámbitos de interésde la Literatura comparada:

1. el estudio, en el contexto de la Historia de la litera-tura, de las interrelaciones entre las distintas litera-turas y de estas con las demás artes y con el ámbitosocio-cultural;

2. el estudio comparado de obras concretas, o de estasbien con obras de otras artes,[11] bien con las ideasde la época en que la obra fue producida.

Ahora bien, aparte el modelo neoformalista procedenteen último término del formalismo ruso y en particular deTinianov a través del llamado polisistema, lo cierto es quela derivación postformalista condujo a las caracterizacio-nes socioculturales propias de la época, tratándose final-mente, pues, de una derivación de los diferentes socio-logismos arraigados sobre todo en el mundo académiconorteamericano y, a partir de éste, en diverso grado difun-didos: ya sea el referido e inconsistente multiculturalismoo una concepción del canon como mera moda cultural su-jeta al ideologismo de la llamada corrección política. Enconsecuencia, el siglo XXI ha comenzado por verse abo-cado a una refundación comparatística literaria que, cu-riosamente, ha debido comenzar por “descubrir” el ori-gen clásico del propio método, recomponer la atención,entre otras cosas, hacia la denominada tradición clásica yreplantearse propiamente una teoría de la universalidadcon vistas al problema actual de la globalización[12].

2 Metodología

La metodología comparatista y en particular el compara-tismo literario, que nace explícitamente con Dionisio deHalicarnaso, ha carecido modernamente de una configu-ración sólida y estable una vez sobrepasado el logro de launiversalidad del objeto de estudio alcanzado por la Es-cuela Universalista Española del siglo XVIII, o hispano-italiana, heredera a su vez del de Halicarnaso, Escaligero,Daniel Georg Morhof y en general la tradición humanís-tica.Durante el siglo XX, la escuela francesa especialmenteha insistido en el esquema A-B o X-Y y sus diferentesniveles y posibilidades. Se trata de las formulaciones e

inversiones habituales en los usos europeos, por ejemplo,'Horacio en España' - 'Goethe en el mundo hispánico'; obien las inversas o ya equilibradamente coordinadas me-diante conjunción..., etc.Los conceptos de “paralelismo” y de “correspondencia”han servido respectivamente de bastidor metodológico yde guía fenomenográfica, siguiendo cierta tradición lite-raria, erudita y filosófica, tanto desde un punto de vistainterartístico como de amplio sentido estético.La comparatística alemana propuso por su parte cinco es-trategias metodológicas básicas en la práctica de la Lite-ratura comparada:[13]

1. establecer la relación directa genética entre dos omás miembros de la comparación;

2. precisar la dimensión extraliteraria de una relaciónde hecho entre dos obras de diferentes literaturas;

3. describir la analogía de contextos desde el punto devista de los autores de las obras puestas en relación;

4. confrontar los textos para percibir en su estilo, com-posición y otros aspectos discursivos, semejanzas ydiferencias significativas;

5. poner en paralelo los diversos métodos de análisis yestudio de la obra literaria a lo largo de la historia.

Recientemente se ha tratado de la necesidad de una epis-temología de los términos de la comparación, sus entida-des, lugares y modos.Por lo demás, un aspecto muy relevante aún de inciden-cia insospechada, tanto metodológica como general, es eldeterminado por el establecimiento de comunicación teó-rica directa con el pensamiento comparatista asiático[14].

3 Historia

La actitud intelectual que subyace al comparatismo se en-cuentra históricamente demanera específica en el “paran-gón” greco-latino y, en general, en las actitudes predis-puestas a la relación con lo extranjero. En este sentido,diversas individualidades a lo largo de la historia han de-mostrado una predisposión comparatista, como es el ca-so de Heródoto, Esquilo (con su tratamiento de los persassus obras), Tácito (con su interés por Germania), Petrarca(con su diálogo cultural con San Agustín), etc.[15]

3.1 Fundamentos

Los fundamentos modernos de la Literatura comparada,al igual que de la Lingüística comparada, se encuentranen el siglo XVIII, en la creación de la historia de la li-teratura universal y el estudio sistemático y catalogación

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3.2 Siglo XIX 3

de todas las lenguas. Esto es fruto de la tardía Ilustra-ción cristiana, del gran trabajo en Italia de los jesuitasespañoles expulsos, celebérrimo en la Europa de su tiem-po y después postergado en virtud de intereses espurios.Por ello la primera denominación de una cátedra de Li-teratura Comparada será italiana (1861), como herenciainmediata de esta tradición ítalo-española. A finales delsiglo XIX se comenzaron a instituir en las universidadesfrancesas las primeras cátedras de esta denominación.La creación de la historia universal de la literatura confi-guró por principio la realización comparatísta de las Bue-nas Letras y las Buenas Ciencias, así como la inclusiónde Asia en el esquema relacional de las civilizaciones delmundo, lo cual es condición de la plenitud plurinacio-nal y comparatista. La obra más importante y primerauniversal es la del referido jesuita español Juan Andrés(Dell'origine, dei progressi e dello stato attuale d'ogni let-teratura, 1.ª ed. en Parma, Stamperia Reale, por Bodoni,1772-1799, 7 vols.; 2.ª ed. enMadrid, Antonio de Sancha,1784-1806).[16] También es de tener en cuenta la apro-ximación del italiano Carlo Denina (Discorso sopra le vi-cende della letteratura, 1760/1784-85, 2.ª ed. 2 vols.). Porsu parte, pertenece a Lorenzo Hervás la correspondienteideación de toda la base instrumental de la Lingüísticacomparada mediante su Catálogo de las lenguas. La obrade Andrés llegó a ser manual en los Reales Estudios (Ma-drid), y en general en diversos centros italianos, lo cual esrazón de sus múltiples ediciones (Nápoles, Venecia, Ro-ma, Pistoia, etc.), especialmente a lo largo de la primeramitad del siglo XIX.

3.2 Siglo XIX

La expansión de la Literatura comparada como disciplinainstitucional, por principio anclada en la base de la his-toriografía literaria, han sostenido algunos críticos queposteriormente vino a reposar sobre cuatro cimientos cul-turales: el nacionalismo literario, la perspectiva compara-tista en distintos ámbitos del conocimiento, el positivismode Hippolyte Taine y el modelo darwinista de explicaciónde la historia literaria de Ferdinand Brunetière.En primer lugar, el nacionalismo literario, consecuenciadel romanticismo, fue, al mismo tiempo, impulsor y frenopara la existencia de la Literatura comparada, porque,al reivindicar la libertad creativa individual, por un la-do, minimizó la relevancia teórica del continuum litera-rio basado en la poética y la retórica clásicas, pero, porotro, propició que desde cada particularismo literario sepudiese establecer una comparación entre ellos en buscade parecidos y diferencias.[17]

En segundo lugar, el contexto cultural comparatista(antropología, lingüística comparada, anatomía...) pro-porcionó la base metodólogica para intentar superar lalimitación del estudio literario centrado en textos de unasola lengua o de una única nación-estado. Así,

los primeros proyectos de literatura com-parada criticaban la insuficiencia de considerarlas fronteras nacionales como una frontera deinvestigación; indicaban que deben estudiarselas “influencias”, las “relaciones” artísticas, losrasgos comunes y diferenciales, los intercam-bios entre literaturas, la relación entre vida so-cial y producción literaria, la evolución supra-nacional de los géneros literarios o de los mo-vimientos y corrientes. [Además, debía acome-ter también] la búsqueda de las característicaspropias de los hechos literarios.[18]

Por último, el primer comparatismo francés se desarro-lló en un medio cultural dominado por el modelo me-todológico de las ciencias de la naturaleza (el llama-do paradigma biológico de la literatura comparada), porel evolucionismo darwinista y por el determinismo deTaine.[19]

El siglo XIX es la extraordinaria época de la Filologíaindoeuropea, la Filología clásica, la Egiptología y, en ge-neral, de creación de la Filología comparada, que a partirde la Lingüística comparatista e inicialmente tipológicade Lorenzo Hervás y el proceso humboldtiano, alcanzaen las obras gramatical de Franz Bopp y lingüística y li-teraria de Max Müller una madurez teórica insospechadaque es cumbre de la filología alemana. La teoría de la“migración de las fábulas” elaborada por Müller median-te la denominación general de “mitología comparada” esla clave decisiva del más importante comparatismo deci-monónico.Por otro lado, el siglo XIX también ofreció en princi-pio nuevas propuestas historiográficas, nacionales y euro-peas, entre las que destacan las obras de Friedrich Schle-gel (Geschichte der alten und neuen Literatur, 1815) y deMadameDe Staël (De la littérature, 1800). La primera in-tenta exponer que la literatura europea es una expresiónde las facultades espirituales de las distintas sociedades yla segunda que refleja un camino de progreso en lo moral,cultural y estético.Los primeros ejemplos de literatura comparada al mododecimonónico son de la primera mitad del siglo, comofruto del postromanticismo y como una expresión singu-lar de la historia de la literatura (la idea inicial era ir haciauna historia comparatista de las literaturas), que había ol-vidado, intencionadamente o no, como explicó Cassirer,las elaboraciones de la Ilustración. Sus pioneros fueronJean-Jacques Ampère y Abel-François Villemain.Ampère desempeñó en Francia un papel fundamental conun discurso pronunciado en el Ateneo de Marsella el 12de marzo de 1830, donde apeló a la necesidad de unahistoria comparativa de las artes y las letras en todos lospueblos, de la que, a su vez, podría surgir una filosofía dela literatura y las artes.[20] Ampère escribió Histoire dela littérature française au moyen-âge, comparée aux lit-tératures étrangères (1841). También en 1835, PhilarèteChasles impartió un curso sobre literatura extranjera y

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4 3 HISTORIA

comparada. Villemain, por su parte, fue autor de unCoursde litterature française (1840), donde vinculaba las lite-raturas de Francia, Italia y España; se trata de una obraque sintetiza sus escritos y cursos impartidos entre 1828y 1840, empleando ya habitualmente la expresión Litté-rature comparée.En síntesis, estos primeros trabajos consistían en expo-ner cómo se individualizaban en cada literatura europealos temas, motivos, mitos y formas literarias comunesde la cultura europea medieval, insistiendo especialmenteen las deudas entre esas literaturas. Se trataba, pues, deuna disciplina histórico-positivista orientada al estudio delas relaciones internacionales de las literaturas nacionaleseuro-occidentales.En España el mejor ejemplo en este sentido fue el desa-rrollado por el político e intelectual Antonio Alcalá Ga-liano mediante sus disertaciones en el Ateneo de Madrid:Lecciones de literatura española, francesa, inglesa e italia-na del siglo XVIII, publicadas después en forma de libro.En 1849, Benloews pudo titular ya un discurso en laUniversidad de Dijon, como “Introduction à l'histoirecomparée des littératures”, y en 1866 el neozelandésHutcheson Macaulay Posnett publicó el primer manualde Comparative Literature, aunque su orientación fuesemás sociológica y antropológica que literaria. Seguida-mente, constituyen también textos clásicos el estudio deWilhelm Wetz Shakespeare vom Standpunkte der verglei-chenden Literaturgeschichte (1890) y el de Joseph Tex-te,[21] Rousseau et les origines du cosmopolitisme littéraire(1895).La consolidación institucional y el reconocimiento aca-démico definitivo de la Literatura comparada en el siste-ma académico contemporáneo, tras haber comenzado enItalia como herencia natural de la historiografía universaly comparatista de Juan Andrés, se produjo a lo largo delos últimos quince años del siglo XIX. Se publicaron lasprimeras monografías de nuevo estilo, se crearon las cá-tedras universitarias (Universidad de Lyon, 1897),[22] sefundaron las primeras revistas (Acta comparationis littera-rum universarum,[23] 1877; Zeitschrift für vergleichendeLiteraturgeschichte, 1886), aparecieron los primeros tex-tos programáticos, los primeros departamentos especia-lizados en la materia (Universidad de Columbia, 1899) y,en fin, bibliografías (Francia, 1900) y congresos (París,1899).En 1890, la Universidad de Harvard incorporó la Litera-tura comparada a su labor docente, creando una primeracátedra que fue ocupada por Arthur Richmond Marsh;catorce años después, se creó un departamento.Históricamente, dos son las direcciones predominantesque los estudios comparatistas han seguido desde fina-les del siglo XIX. La primera, frecuentada en el ámbi-to francés, enfatiza el elemento histórico, privilegiandolas relaciones directas o causales entre obras y autores, ala coincidencia en géneros, corrientes, estilos, etc.; la se-gunda, estadounidense, se centra en el elemento teórico,

buscando convergencias, y no tanto relaciones, esto es,atiende a la posible poligénesis de las expresiones litera-rias, sin que haya una relación aparente entre las mismas.Ambas han adolecido de una importante deficiencia queno ha sido sino el resultado natural de la omisión en granmedida de una tradición humanística irrevocable.

3.3 Siglo XX

El siglo XX se inició con un artículo de Benedetto Cro-ce (publicado en 1903) considerado como, por un lado,la primera demolición intelectual de la literatura com-parada y, por otro, como un texto indispensable para suhistoria.[24] Básicamente, la crítica de Croce iba contrala posibilidad de fundamentar una disciplina en la merapráctica de la comparación y su apuesta por que la His-toria de la literatura podía incorporar con naturalidad alcomparatismo.El periodo que va entre la primera y la segunda guerramundial fue de extraordinario desarrollo de la literatu-ra comparada, en parte porque subyacía la creencia deque el estudio comparativo de diferentes literaturas po-día ser una garantía de entendimiento y de comprensiónentre pueblos de Europa, y que eso podría ayudar a evitarotra guerra.[25]

Los principales ejemplos de la historia literaria compara-da en esta época son las obras de Paul Hazard (La crise dela conscience européenne 1680-1715, 1934), Erich Auer-bach (Mimesis. Dargestellte Wirklichkeit in der abendlän-dischen Literatur, 1946), Ernst Robert Curtius (Europäis-che Literatur und Lateinische Mittelalter, 1948) y MihályBabits (Az európai irodalom története, 1935).La obra de Hazard entraría más bien en el género de lahistoria de la cultura, pues parte del análisis de textos li-terarios (aunque no solo) para dar cuenta del devenir dela civilización occidental.Auerbach analiza en su obra el cambio de perspectiva so-bre la realidad desarrollado desde Homero hasta VirginiaWoolf.Curtius, en Literatura europea y Edad Media latina, sepropuso descubrir los cimientos de la literatura europea,descomponiéndolos en sus distintas formas: géneros, mo-tivos, fórmulas, etc. y no, como en los otros casos, si-guiendo una historia convencionalmente cronológica.Por último, laHistoria de la literatura europea de Babits sebasa en la propuesta de que existe una corriente literariauniversal de la que derivan las literaturas nacionales.Por lo demás, la segunda guerra mundial fue la que abrióa los Estados Unidos al conocimiento de las lenguas nosolo de Europa sino también de África y Asia, y la queprovocó la proliferación de departamentos universitariosde literatura comparada; la guerra fría sería un freno,excepto en los países del Este.Con todo, en 1954 se creó en Oxford la Asociación In-

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ternacional de Literatura Comparada (AILC; en inglés,ICLA), cuyo primer congreso se celebró en Venecia en1955.[26]

Amediados del siglo XX, la entrada en crisis de la Histo-ria de la literatura afectó igualmente a la idea de Literatu-ra comparada, que se pretendió diferenciar de la Historiacomparada de la literatura, pasándose a considerar a estacomo un momento previo de la primera. Un texto teóricocentral para este cambio de perspectiva fue la conferenciade René Wellek, “The Crisis of Comparative Literature”(1958), en la que pedía una mayor atención crítica a lostextos y una menor predisposición al positivismo histori-cista.En 1973 apareció el primer volumen de la Histoire com-parée des littératures de langues europeennes/ComparativeHistory of Literature in European Languages, un proyec-to colectivo que nacía tras la crisis estructuralista y quefue incorporando ideas de la recién nacida Estética de larecepción de Hans-Robert Jauss. En su base, esta nuevahistoria intentaba atender de forma muy especial a, porun lado, la consideración de los términos clásicos de lahistoria literaria pero desde un punto de vista estético, y,por otro, a la exposición de los cambios de recepción delas obras entre su momento de publicación y sus distintosmomentos históricos de su lectura.En las últimas décadas del siglo XX, se habló de un nuevoparadigma,

un intento por abandonar la relación ge-nética causal para justificar cualquier prospec-ción comparatista, y de atenerse a lo dado, alos hechos en sí. Siempre que en dos literatu-ras distintas, o en una literatura y otro orden ar-tístico, ya sea plástico o musical, sin que hayamediado una relación de dependencia de unade las partes hacia la otra, aparezca un mismofenómeno en cualquier plano en el que nos si-tuemos, entonces siempre asomará un elemen-to teórico fundamental, es decir, una invariantede la literatura.[27]

En los años noventa, el eurocentrismo hasta el momentode algún modo inherente al estudio comparado de la lite-ratura entró en crisis, y con él las categorías tradicionalesde la narración histórica y la concepción de la historia dela literatura como un sistema abierto.En España, la denominación universitaria de LiteraturaComparada (unida a la de Teoría de la Literatura y que-dando desgajada de la prexistente designación Gramáti-ca General y Crítica Literaria) sólo se establece con laLey de la Reforma Universitaria en los años 90 del sigloXX. Esta es una paradoja más de la circunstancia españo-la e incluso, en este sentido, hispano-italiana, pues a estatradición correspondió precisamente la constitución delcomparatismo literario moderno a finales del siglo XVIII.Como precursor académico de los estudios de Literatu-ra comparada durante la segunda mitad del siglo XX en

España se puede considerar sobre todo a Alejandro Cio-ranescu, profesor rumano afincado en la Universidad deLa Laguna y autor de un manual en la década de los años60, manual provisto de una muy meritoria exposición his-tórica de la materia, si bien muy parcializada en virtud desu completa adhesión a la perspectiva francesa.

4 Notas

[1] La expresión en español, al igual que en otras lenguas ro-mánicas, hay quien la tiene por calco del francés, «Litté-rature comparée», pero sin duda su invención es italiana:Letteratura comparata; en otras lenguas, sin embargo, seprefirió usar el adjetivo en una forma activa, y no pasiva,como es el caso del inglés, «Comparative Literature» (li-teralmente, Literatura Comparativa), y alemán, «Verglei-chend». La preferencia por el adjetivo comparata fue de-terminada en Italia sobre todo por Francesco de Sanctis en1861; y comparée en Francia hacia 1868 por Sainte-Beuve(cf. S. Chiapello, “Benedetto Croce y la creación de la pri-mera Cátedra de Literatura comparada”, en P. Aullón deHaro (ed.), Metodologías comparatistas y Literatura com-parada, Madrid, Dykinson, 2012, págs. 463 y ss.; M. J.V., «Introducción», en Mª José Vega y Neus Carbonell,La literatura comparada: Principios y métodos, pág. 13).

[2] Cf. P. Aullón de Haro, “Metodologías y Comparatismo”y “Teoría de la Literatura comparada y universalidad”, enId. (ed.), Metodologías comparatistas y Literatura compa-rada, ob. cit., págs. 11-28 y 291-311. Carlos García Gualla ve más como “un método de enfocar lo literario y unaactividad que un conjunto bien esquematizado de reglas”(en “Breve presentación”, 1616. Revista de la SociedadEspañola de Literatura General y Comparada, IX, 1995,pág. 7); por su parte, George Steiner afirma que “no estanto una disciplina como un modo de sentir, ya que to-do el mundo lee comparando.” (cf. «El arte de la críti-ca. Entrevista con Ronald A. Sharp», en George Steiner,Los logócratas, Debolsillo-Siruela, Barcelona, 2011, pág.158).

[3] Armando Gnisci (comp.), Introducción a la literaturacomparada, págs. 10 y 23.

[4] El término supranacional es utilizado, entre otros, porClaudio Guillén, que entiende que la base del compara-tivismo es la existencia de tensiones entre lo local y louniversal, entre lo uno y lo diverso.

[5] Cf. P. Aullón de Haro (ed.), Metodologías comparatistasy Literatura comparada, ob. cit.

[6] Pierre Swiggers, “A New Paradigm for Comparative Lite-rature”, Poetics Today, 3, 1982, págs. 181-194; apud. Án-xo Abuin González, “Dimensións teórico-críticas do novocomparatismo”, págs. 106-107.

[7] Cf. D. W. Fokkema, “Comparative Literature and theNew Paradigm”, Canadian Review of Comparative Litera-ture, 1, 1982, págs. 1-18; apud. Darío Villanueva, “Lite-ratura comparada y Teoría de la literatura”, pág. 118-119.

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6 5 BIBLIOGRAFÍA

[8] Cf., para un listado más preciso con referencia a los estu-diosos que proponen las materias, Alfonso Martín Jimé-nez, “Literatura general y...”, págs. 136-137.

[9] A este respecto, algunos especialistas se muestran críticoscon este tipo de tendencia, a la que no dudan en calificarde perniciosa por cuanto se trataría de un

fenómeno e ideología [que] puede llegara destruir el concepto de cultura como unacontinuidad en la transmisión de obras esté-ticamente logradas que han iluminado la tra-yectoria de nuestra civilización desde los clá-sicos hasta hoy. (Darío Villanueva, “Literatu-ra comparada y Teoría de la literatura”, pág.103.)

.

[10] Cf. Alfonso Martín Jiménez, “Literatura General y 'Lite-ratura...”, págs. 139-140.

[11] Los focos de comparación serían el estilo, los recursos li-terarios, las formas y estructuras, los géneros literarios, laintertextualidad, etc.

[12] Cf. P. Aullón de Haro (ed.), Metodologías comparatistasy Literatura comparada, ob. cit.

[13] Cf. Manfred Schmeling (comp.), Teoría y praxis de la lite-ratura comparada, Alfa, Barcelona-Caracas, 1984; apud.Darío Villanueva, art. cit., págs. 121-122.

[14] El profesor coreano Cho Dong-Il es con toda probabilidadel autor de más vasta y sugestiva producción comparatistateórica e histórica de Asia.

[15] Cf. Daniel-Henri Pageaux, La littérature générale et com-parée, pág. 7-8.

[16] Ed. crítica y completa, a cargo de J. García Gabaldón, S.Navarro y C. Valcárcel dirigida por P. Aullón de Haro, enMadrid, Verbum, 1997-2002, 6 vols.

[17] Dario Villanueva, “Literatura comparada y Teoría de laliteratura”, pág. 100.

[18] M. J. V., art. cit., pág. 15.

[19] Cf. ibíd., págs. 17-18.

[20] Cf. Daniel-Henri Pageaux, La littérature générale et com-parée, pág. 7.

[21] Texte, influyente en su época y apreciado aún en la actua-lidad, es autor de múltiples trabajos en los que

expone un proyecto grandioso de compa-ratismo, que consistiría en el estudio de todaslas literaturas en sus mutuas relaciones, conuna afirmación inconfundible de sus implica-ciones políticas (en una Europa unida) y unadelimitación precisa del deber ser de la inves-tigación comparatista. (M. J. V., art. cit., pág.18)

[22] Ciertamente Italia fue más precoz a este respecto ya queen 1861 se estableció una primera cátedra en Nápoles,aunque se abandonó en 1865 para volver a retomarse en-tre 1871 y 1877; por lo demás, también allí en distintasuniversidades se impartían clases sobre la materia.

[23] Editada en la Universidad de Cluj (hoy Rumania, entoncesKlausenburg en el Imperio austrohúngaro), por el profesorHugo Meltzl von Lomnitz, consiguió reunir un plantel decolaboradores de varios países.

[24] Cf. M. J. V., art. cit., pág. 18.

[25] Darío Villanueva, art. cit., pág. 102.

[26] Las actas de los distintos congresos realizado desde en-tonces constituyen un completo panorama de los distin-tos temas de interés de la disciplina, tanto teóricos comoprácticos.

[27] Darío Villanueva, art. cit., pág. 113.

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8 6 ORIGEN DEL TEXTO Y LAS IMÁGENES, COLABORADORES Y LICENCIAS

6 Origen del texto y las imágenes, colaboradores y licencias

6.1 Texto• Literatura comparada Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Literatura_comparada?oldid=87055877 Colaboradores: Oblongo, Jynus,Hinzel, RobotQuistnix, Yrbot, Varano, Vitamine, Santiperez, Camima, Filipo, Nihilo, CEM-bot, Rosarinagazo, Yeza, RoyFocker, JAnD-bot, Stifax, Muro de Aguas, TXiKiBoT, Gerwoman, Dhidalgo, Carlesius~eswiki, Irus, Matdrodes, Lucien leGrey, AlleborgoBot, MuroBot, SieBot, PaintBot, Macarrones, Greta Mencart, Drinibot, BOTarate, STBot~eswiki, Fadesga, Tirithel, HUB, PixelBot, Eduardosalg,Alecs.bot, Ravave, David0811, LucienBOT, Doyle, Diegusjaimes, CarsracBot, Luckas-bot, FariBOT, 2deseptiembre, Xqbot, Simeón elLoco, TiriBOT, Jerowiki, Ripchip Bot, Grillitus, WikitanvirBot, MerlIwBot, KLBot2, Johnbot, C.lopezrobinson, Jose Enrique MerinoNambo y Anónimos: 34

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