los doce libros de agriculturaapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/columela_res... ·...

49
LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURA QUE ESCRIBIÓ EN LATÍN LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA, traducidos al castellano POR D. JUAN MARÍA ALVÁREZ DE SOTOMAYOR Y RUBIO TOMO II. Comprende los cinco últimos libros MADRID 1824, IMPRENTA DE D. MIGUEL DE BURGOS LIBRO NOVENO Apicultura en la Hispania romana siglo I

Upload: others

Post on 07-Apr-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

LOS DOCE LIBROS

DE AGRICULTURAQUE ESCRIBIÓ EN LATÍN

LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA,

traducidos al castellano

POR

D. JUAN MARÍA ALVÁREZ DE SOTOMAYOR Y RUBIO

TOMO II.Comprende los cinco últimos libros

MADRID 1824,

IMPRENTA DE D. MIGUEL DE BURGOS

LIBRO NOVENO Apicultura en la Hispania romana siglo I

Page 2: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para
Page 3: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para
Page 4: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para
Page 5: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

ÍNDICE DE CAPÍTULOS

PREFACIO

I. De la formación de cotos, y que se encierren en ellos los animalesmontaraces.

II. De las abejas.

III. Cuántas especies hay de ellas, y cuál es la mejor de todas.

IV. De la situación en que se han de colocar, y cuál es la mejor comidapara ellas.

V. De la elección de sitio para el colmenar.

VI. Cuáles son las mejores colmenas.

VII. Cómo se han de colocar estas.

VIII. De la adquisición de los enjambres, y del modo de coger los silves-tres.

IX. Cómo se observan los enjambres de nuestras colmenas, y cómo serecogen en otras.

X. Qué figura tiene la reina de las abejas.

XI. Cómo se enmienda la despoblación de las colmenas.

XII. Del modo de recoger los enjambres y de impedir su fuga.

XIII. De las enfermedades de las abejas y de sus remedios, y precaucio-nes para que no las contraigan.

XIV. Método para gobernar las abejas en todo el año, y lo que ha de evi-tar el colmenero.

XV. Del modo de sacar la miel, y cuándo se deben castrar las colmenas.

XVI.De la cera.

NOTAS AL LIBRO NOVENO.

Page 6: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

LIBRO NOVENO.

DE LAS CRIAS DE LA CASA DE CAMPO.

P R E F A C I O .

PASO ahora á tratar de la manutención de los animales sil­

vestres , y de la cria de las abejas, que yo llamaría con razón,

¡oh Publio Silvino! crias de la casa de campo, supuesto que

habia la costumbre antiguamente de poner v iveros á las

l iebres, á los corzos y á otras fieras semejantes junto á la

casería, y por lo común por bajo de las habitaciones del

a m o , para que no sólo recrease los ojos de su dueño la vista

de la caza encerrada, sino también para que se sacasen de

allí, como de una despensa, cuando la necesidad de ponerlas

en la mesa lo exigiese. También se excavaban todavía en

nuestro tiempo moradas para las abejas en las mismas pare­

des de la casería, ó se les hacían en corredores cubiertos, ó

en huertas de árboles frutales.

C A P I T U L O I.

De la formación de cotos, y que se encierren en ellos los animales

montaraces.

L o s animales silvestres, como los corzos y los gamos, y

no menos todas las especies de cabras monteses, venados y

Page 7: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

I I O C O L U M E L A .

j avalíes, sirven unas veces para la magnificencia y placer de

los dueños , y otras para ganancia y renta. L o s que encierran

la caza para su diversión se contentan con cerrar el coto en

un paraje inmediato á la casería, sea como f u e r e , y con

darles siempre de comer y beber á m a n o ; pero los que

desean ganancia y rentas, en habiendo un bosque próximo

á la casería lo destinan sin detención para estos animales

(pues importa que no estén retirados de la vista del amo).

Y si faltare agua que nazca allí, se introduce agua corriente,

ó se abren albercas que se pavimentan con obra de Segni,

para que retengan la que recojan de l luvia. L a extensión

del bosque que se ocupa es con arreglé á las facultades de

cada cual; y si la equidad de la piedra y del trabajo lo per­

suade, se cerca sin duda con un muro de cal y canto , y si

sucede lo contrario, con uno de adobes y barro. Pero cuando

no tiene cuenta al padre de familia una ni otra cerca, la

razón dicta que se cierre con vacerras: pues así se llama

cierta especie de enrejados que se forman de roble , encina,

ó de alcornoque, porque rara v e z hay proporción de ol ivo.

Por últ imo, para esto se echa mano de cualquiera madera

que resista más á las l luvias , según la condición del país.

Y bien sea un palo entero, ó según diere de sí su grueso

un medio palo ó cuartón, se horada por el lado en muchos

sitios, y después de clavados perpendicularmente al rededor

del coto , de trecho en trecho se introducen varales por los

agujeros de los lados para que impidan que salgan las fieras.

Y es suficiente clavar las vacerras de ocho en ocho pies , y

formar los enrejados con los varales que se introduzcan

transversalmente, de manera que la anchura de los espacios

que hay de agujero á agujero no facilite la fuga á los ani­

males. Y de este modo se pueden cerrar aun países de mu­

chísima extensión, y cadenas de montañas, como lo permite

en las Gálias y en otras algunas provincias también lo vasto

del terreno: pues no sólo hay grande abundancia de madera

para fabricar las vacerras , sino que las demás cosas necesa-

Page 8: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . I I I

rías para formar estos cotos están, por fortuna, de sobra,

porque el terreno, no sólo tiene gran muchedumbre de ma­

nantiales, cosa en extremo saludable á las antedichas espe­

cies de animales, sino también les suministra pastos con la

mayor abundancia y expontáneamente; y , sobre t o d o , se

eligen bosques fértiles en producciones de la tierra y de los

árboles, pues tanta necesidad tienen de frutos de árboles

como de yerbas gramíneas; y se celebran más que todos los

que son más fértiles en bellota de encina, de carrasca, y no

menos en la de rebollo, como asimismo en madroño, y en

las demás frutas silvestres de que hemos hablado con más

individualidad al tratar de las aves de corral: pues , por lo

común, casi lo mismo es la comida de los animales silvestres

que la de los domésticos^Sin embargo, no se debe contentar

el diligente padre de familia con los mantenimientos que la

tierra produce por sí misma, sino que en los tiempos del

año en que los bosques no tienen pastos, ha de socorrer á

los animales que tiene encerrados con los granos que ha

entrojado, y mantenerlos con cebada, con escaña ó con

habas, como también con orujo de uvas en muchísima can­

t idad; y , en una palabra, darles-de todo aquello que esté

más barato. Y para que las fieras adviertan que se les da

esto, convendrá soltar en el coto una ó dos de las que se

habrán amansado en la casa, para que discurriendo por todo

él atraigan al sitio donde se les ha echado la comida las que

duden ir á él. Y no sólo conviene hacer esto durante la

escasez del invierno, sino también cuando hayan parido las

hembras para que crien mejor sus hijos. Y así, el guarda del

coto debe examinar á menudo si lo han hecho ya para que

se mantengan con grano, que se les dará á mano. Pero no

se ha de permitir q u e ninguna cabra montes , ningún javalí ,

ni otro algún animal silvestre se envejezca más allá de cuatro

años; pues hasta esta época van cada v e z á m á s , y después,

con la v e j e z , se enflaquecen: por lo cual se han de vender

mientras el v igor de la edad les conserva la hermosura^del

Page 9: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

1 1 2 C O L U M E L A .

C A P I T U L O I I .

De las abejas.

Paso ahora á tratar del cuidado que se ha de tener con

las colmenas, del cual no se pueden dar preceptos con más

exactitud que los que ha dado ya H y g i n o , con estilo más

florido que Virgi l io, ni con más elegancia que Celso. H i g i n o

recogió las opiniones de los autores antiguos que estaban

esparcidas en monumentos separados; Virgi l io las adornó

con las flores de la poesía; Celso se arregló por los dos refe­

ridos. Por lo cual , ni aun debíamos empezar á tocar la

materia de este tratado, á no ser porque el complemento de

la enseñanza que hemos tomado á nuestro cargo exige, como

una de sus partes , el hablar de ella, á fin de que el todo de

nuestra obra que hemos empezado no pareciese mutilada é

cuerpo. /Pero el venado se puede conservar por muchos

años , porque le dura bastante tiempo la juventud y pues

que le ha cabido en parte una vida más larga. M a s /por lo

tocante á los animales pequeños, como es la l iebre, lo que

tenemos que prevenir es que en los cotos que están cerca­

dos con tapias se echen granos de mixtura y semilla de

chicoria si lvestre, y de lechuga en erillas pequeñas, que se

harán en diversos sitios. Y también se sacarán del granero

garbanzos de C a r t a g o , ó de estos de la tierra, y no menos

cebada y gálgana, que se les darán después de haberlos

remojado en agua l lovediza, pues secos estos granos no los

apetecen mucho las liebrecillas. Por úl t imo, estos animales

ú otros semejantes, se entiende fácilmente (aunque y o no

lo diga ) que no conviene encerrarlos en cotos cercados con

vacerras: supuesto que por la pequenez se introducen fácil­

mente por los enrejados; y consiguiendo salidas l ibres, dis­

ponen la fuga. /

Page 10: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O NOVENO, I l 3

T O M O II. 8

imperfecta, como si se le hubiese cortado algún miembro.

Y aquellas cosas que se han contado fabulosamente sobre el

origen de las abejas, y que H y g i n o no ha omitido, más bien

las condonaré, haciéndome cargo de la licencia poética, que

admitirlas para darles crédito. Y á la v e r d a d , no corres­

ponde á un hombre del campo investigar si hubo una mujer

m u y hermosa llamada Melisa 1 que Júpiter convirtió en

abeja, ó si (como dice el poeta E u h e m e r o ) las abejas en­

gendradas por los tábanos y el sol , y que fueron criadas

por las ninfas Phryxonides 2 , después han sido amas de

Júpiter en la caverna de D i c t e , y han tenido por concesión

de este Dios la misma'comida con que lo criaron cuando

pequeño. P u e s aunque estas cosas no desdigan de un. poeta,

sin embargo, Virgilio las tocó sumaria y ligeramente, tan sólo

en un v e r s o , diciendo de esta manera: «mantuvieron al R e y

del cielo bajo del centro de D i c t e » . Pero ni aun pertenece

á los labradores saber cuándo y en qué país han nacido pri­

m e r o : si en Thesalia bajo Aristeo 3 , ó en la isla C e a , como

escribe E u h e m e r o ; en el monte H y m e t o en tiempo de

Erichtonio, como dice E u t h r o n i o ; ó en Creta 4 en el de

Saturno, como quiere Nicandro; y no les corresponde más

saber si los enjambres se multiplican por la unión de los dos

sexos , como los demás animales, ó si cogen los herederos

de su especie en las l lores, lo que afirma nuestro M a r ó n

( G e o r g . , lib. 4, v . 2 o 3 ) y si vomitan por el pico el licor de

la miel , ó lo echan por otra parte. Pues es más propio de

los que están dedicados á descubrir los secretos de la natu­

raleza, que de las gentes del campo, hacer indagaciones

sobre estas cosas, y sobre otras semejantes á ellas. Y este

trabajo es más agradable á los hombres estudiosos que tienen

lugar de leer , que á los labradores que están con ocupacio­

nes, pues en nada alivian su trabajo ni aumentan sus

ganancias.

Page 11: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

U 4 C O L U M E L A .

C A P I T U L O III .

Cuántas especies hay de ellas, y cuál es la mejor de todas.

Por lo cual volvamos á aquellos obje.tos que son más

convenientes á los que tratan en colmenas. Aristóteles, fun­

dador de la secta peripatética, en los libros que escribió

sóbre los animales, hace ver que hay muchas especies de

abejas ó de enjambres; y de estos, unos tienen abejas gran­

des y abultadas, como también negras y peludas: otros las

tienen más pequeñas, á la verdad, pero igualmente redondas,

de color oscuro, y con el pelo herizado: otros, más peque­

ñas que estas, y no tan redondas; pero con todo eso gruesas,

anchas y de color de miel; algunas m u y pequeñas, delgadas,

con el vientre punt iagudo, manchas de color de oro y lisas.

Virgi l io ( G e o r g . , lib. 4, v . 33), siguiendo su autoridad,

aprueba sobre todas las pequeñitas, oblongas, lisas, brillan­

tes , que resplandezcan como el o r o , y manchadas con pin­

tas iguales, é igualmente de un carácter pacífico: pues

cuanto más grande y más redonda es la abeja, tanto peor

es. Pero la cólera de las abejas de la especie mejor se aplaca

fácilmente con la asistencia continua de los que cuidan las

colmenas; pues andando más con ellas se amansan más

pronto , y si se han cuidado con esmero duran diez años, y

ningún enjambre puede pasar de esta edad, aunque se sus­

tituyan todos los años abejas nuevas en lugar de las que

han m u e r t o ; porque á los diez años, por lo común, se

consume enteramente la población de una colmena. Y

así, para que esto no -suceda, en todo el colmenar siempre

se ha de estar propagando la raza de estos insectos, y se ha

de tener cuidado en la primavera, cuando salgan los enjam­

bres n u e v o s , de recogerlos y de aumentar el número de las

colmenas, pues muchas veces son sorprendidas por enfer-

Page 12: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . I l 5

C A P I T U L O I V .

De la situación en que se han de colocar, y cuál es la mejor

comida para ellas.

A s í que se han escogido las abejas con arreglo á las cua­

lidades que hemos d icho, se les deben destinar sitios donde

se provean de comida, y estos deben ser m u y solitarios, y

como previene nuestro M a r ó n ( G e o r g . , lib. 4, v . 9 . ) , libres

de ganados y en un clima templado, y de ninguna manera

expuesto á tormentas , donde no tengan, d ice , entrada los

v ientos , porque ellos las impiden que lleven sus provisiones

á la colmena; ni las ovejas ni los petulantes machos de cabrío

insulten las flores; ni la ternera, que vaguea p o r l a l l a n u r a ,

sacuda el rocío que cubre las yerbas, ni las pisotee cuando

van naciendo. Y el mismo paraje ha de ser fecundo en

plantas pequeñas, sobre todo en tomillo, en orégano, igual­

mente en mejorana si lvestre, ó en cunila de nuestro país,

que la gente del campo llama ajedrea. A d e m á s de estas

plantas habrá también otros arbustos más descollados, como

el r o m e r o , las dos especies de cítiso, pues lo hay sativo y

si lvestre, el laurel de esta clase siempre v e r d e , y la carras­

ca , llamada en latin ilexminor, pues el acebo, que es ilex major, se reprueba por todos: las yedras también se aprueban,

no por su bondad, sino porque dan muchísima miel. Pero

los árboles que se aprueban más son el azufaifo rojo y el

blanco, y no menos el taray; también los almendros, los

pérsicos, los perales: en una palabra, la mayor parte d é l o s

árboles frutales, para no detenerme en nombrarlos uno por

uno. Pero entre los árboles silvestres sirven grandemente

los que producen bellotas, como también la cornicabra, el

medades , las cuales se dirá en su lugar cómo convenga curarlas.

Page 13: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

I 16 C O L U M E L A .

lentisco, que no le es desemejante, y el cedro oloroso. M a s

de todos los árboles, sólo los tilos 1 son los que perjudican á

estos insectos; los tejos también se desechan. A d e m á s de

estos hay una infinidad de semillas que producen yerbas en

el césped inculto, ó en las tierras labradas, que echan flores

m u y agradables á las abejas, como son en la tierra de riego

las matas de amelo, los tallos de acantho, los de g a m ó n , la

espatha del narciso. M a s en las tablas del jardín brillan las

blancas azucenas, los alelíes que no les ceden en hermosura,

como también los rosales de C a r t a g o , las violetas amarillas

y las moradas, y no menos el jacinto de color azul celeste:

también se ponen bulbos de azafrán de Corycos ó de Sicilia,

para que den color y olor á las mieles. P o r ú l t imo, ' nacen

tanto en las tierras cultivadas como en las de pastos innu­

merables yerbas de clase inferior que hacen llenar de miel

los panales: como la lapsana silvestre común, el rábano rus­

ticano, que no es más estimado que ésta, algunas hortalizas

como el myagro y la chicoria s i lvestres, las flores de la

adormidera n e g r a , la zanahoria silvestre y la cultivada, que

los griegos llaman safihuquinón 2 . Pero de todas las yerbas

que he propuesto , y de las que he omitido, por ahorrar

tiempo ( p u e s su número era incalculable), el tomillo es el

que da miel de mejor g u s t o : después de éste se siguen la

mejorana si lvestre, el serpol y el orégano: el romero y la

cunila de nuestro país , que he dicho llamarse ajedrea, aun­

que superiores, están en tercer lugar ; las flores de taray 3 ,

las de azufaifo y las demás especies de comida que hemos

propuesto, la dan de un gusto mediano. Pero la miel que

pasa por peor que todas es la de bosques que se saca del

esparto y del madroño; y la de la casería que dan las horta­

lizas y las yerbas que se crian en el estiércol. Y una v e z

que he expuesto la situación de la comida de las abejas, y

las especies que hay de ella, ahora v o y á hablar de las mis­

mas acogidas y domicilios de los enjambres.

Page 14: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O NOVENO. I I 7

C A P I T U L O V .

De la elección de sitio para el colmenar.

Se ha de colocar el domicilio de las abejas frente del

Mediodía de invierno \ lejos del tumulto y de la compañía

de los hombres y de los animales, en un sitio que no sea

caliente ni frío, pues ambas cosas les son dañosas. Y este

sitio ha de estar en la parte más baja del va l le , para que

cuando salgan las abejas vacías á traer la comida, suban

volando con más facilidad á los sitios más altos, y después

de haber recogido lo que necesiten, bajen sin trabajo con su

carga, siguiendo la pendiente. Si la situación de la casería

Jo diere de sí, no hay duda que conviene poner el colmenar

unido al edificio y cerrarlo con tapias; pero en parte que

esté libre de los olores pestilentes d é l a letrina, de la ester­

colera y del baño. Pero si la posición de la casería no per­

mitiere evitarlos, y , sin embargo, no se siguieren m u y gran­

des inconvenientes, aun en este caso conviene más que el

colmenar esté á la vista del amo. M a s si todo fuere contra­

r io , á lo menos se pondrán las colmenas en un valle vecino,

donde no sea molesto al dueño bajar muchas v e c e s , pues

esta granjeria exige una fidelidad muy grande, y como ésta

sea una virtud rarísima, se guarda mejor y con más segu­

ridad con las visitas del amo. Y á la administración del col­

menar no sólo le es contrario un hombre fraudulento, sino

el que es perezoso y desaseado, y no menos le perjudica ser

tratada con porquería que manejada con fraude. Pero

donde quiera que estén las colmenas, no ha de ser m u y

elevado el m u r o que las cerca; pero si se quisiere hacer más

alto por miedo de los ladrones, tenga entradas para las

abejas por ventanillas que se abrirán á tres pies por encima

del suelo; y junto á este cercado se hará una choza en la

Page 15: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

I 18 C O L U M E L A .

que habitarán los colmeneros y se guardarán los utensilios

convenientes; y , sobre t o d o , estará provista de colmenas

preparadas para recoger los enjambres nuevos , como también

de yerbas medicinales, y todas las demás cosas que se apli­

can á las enfermas. ( V i r g i l i o , G e o r g . , lib 4 , v . 10.) H a g a

sombra al vestíbulo una palma ó un acebuche grande, para

que cuando las reinas nuevas conduzcan los primeros en­

jambres en la primavera, y la j u v e n t u d que sale de los

panales se ponga á j u g a r , las orillas de un arroyo vecino las

conviden á guarecerse del calor, y al árbol que encuentren

á la salida los mantenga en su frondosa acogida. También,

si hay proporción, se les introducirá agua que corra de con­

t inuo; s i n o , se les echará en una pileta á mano, pues sin

ella no se pueden formar los panales, la miel, ni, finalmente,

las abejas nuevas. A d e m á s de esto, ya sea que se les haya

introducido agua corriente, ya que se les haya echado en

piletas la de p o z o , se pondrán en ella muchas varas y pie­

dras por causa de las abejas ( I d . , G e o r g . , lib. 4 , v . 2,7),

para que puedan reposarse sobre esta especie de puentes

multiplicadas, y extender sus alas al sol del estío, si por

casualidad un fuerte aire solano las ha dispersado cuando

estaban paradas, ó las ha 'sumergido en el agua. Se deben

asimismo plantar todo alrededor del colmenar arbustos pe­

q u e ñ o s , y sobre todo los que son conducentes para conser­

var la salubridad de las abejas: pues también el cítiso, la

casia, el laurel silvestre y el r o m e r o , como igualmente la

ajedrea y el tomil lo, y asimismo las v ioletas , ó cualesquiera

otras plantas que la cualidad de la tierra permita que se

pongan en ella con utilidad, sirven de remedio á las abejas

que están enfermas. N o sólo se alejarán las plantas de olor

fuerte y fastidioso, sino también cualquiera cosa que lo

tenga , como el del cangrejo quemado 2 , ó el del cieno de las

lagunas: igualmente se han de evitar los sonidos que causan

las cavidades de las rocas, que los griegos llaman exos 3.

Page 16: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

LIBRO NOVENO. I I 9

C A P I T U L O VI .

Cuáles son las mejores colmenas.

Ordenados, pues, los domicilios de las abejas, se han de fabricar las colmenas según la condición del país. Si éste es abundante en alcornoque, sin duda las haremos con la ma­yor utilidad de corcho, porque no están muy frias en el invierno ni muy calientes en el verano: si es muy fecundo en cañahejas, se hacen de ellas con igual utilidad, pues que la naturaleza de estas es semejante al corcho: si no hubiere uno ni otro, se hacen con mimbres entretejidas; y si ni aun estas hay, se fabricarán con troncos de árboles excavados, ó aserrados y hechos tablas. Las peores de todas son las de barro cocido, que se encienden con los calores del estío y se hielan con los fríos del invierno. Las demás especies que hay de colmenas son dos, que unas se hacen con boñi­ga y otras se" construyen con ladrillos; una de las cuales la condenó con razón Celso, porque está muy expuesta á quemarse; y aunque aprobó la otra, no disimuló su prin­cipal inconveniente, que consiste en no poderse mudar si el caso lo exige. Y así, no pienso como él, que á pesar de esto se han de tener colmenas de la última especie: pues no sólo es contrario el que sean inmuebles á los intereses del dueño, si quiere venderlas ó proveer de ellas otras heredades (razones de comodidad relativas solamente al padre de familia), sino también lo es á lo que se debe hacer por causa de las mismas abejas, cuando convenga trasladarlas á otros parajes, por estar afligidas de enfermedad ó por la esterili­dad ó escasez de los lugares en que se hallan, y no puedan moverse por el referido motivo. Esto se ha de evitar abso­lutamente. Y así, aunque yo veneraba la autoridad de este doctísimo varón, no obstante, dejando aparte los respetos,

Page 17: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

lio C O L Ü M E L A .

no he dejado de decir mi sentir. Pues lo que mueve princi­palmente á Celso, que es el temor de que las colmenas estén expuestas al fuego y á los ladrones, se puede evitar revistiéndolas con ladrillos, lo que las preservará de la rapa­cidad de los ladrones, y las protegerá contra la violencia de las llamas, y cuando se hayan de mover se podrá hacer rompiendo el revestimiento de ladrillos.

C A P I T U L O V I L

Cómo se han de colocar estas.

Pero como esto parecerá engorroso á muchas personas, sean como sean las colmenas que se quisieren emplear, se deberá hacer á todo lo largo del colmenar un poyo de piedra de tres pies de alto y otro tanto de grueso, y después que se haya construido de esta suerte, se enlucirá de manera que no puedan subir los lagartos, las culebras ni otros animales nocivos. Después se pondrán encima de él las colmenas, ya sean hechas de ladrillos, como quiere Celso, ó ya de otro material, rodeadas, según mi opinión, de fábrica por todas partes menos por detras, ó lo que practican casi todos los que las cuidan con atención: recójanse las colmenas puestas en fila con ladrillos ó cantos, de modo que cada una quede encerrada entre dos paredes inmediatas una á otra, de ma­nera que las frentes estén libres por delante y por detras, pues por delante se han de abrir algunas veces, y muchas más por la parte posterior, pues por ella se cuidan de cuando en cuando los enjambres. Pero si ningunas paredes hubiere entre las colmenas, sin embargo, se han de colocar de manera que estén á alguna distancia unas de otras, no sea que cuando se les da vuelta, la que se toca para cuidarla con­mueva la otra que está pegada á ella y despachurre las abe­jas vecinas, que temen todo movimiento que se comunica á

Page 18: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . 111

sus delicadas obras de cera, como si fuera una ruina. Es su­ficiente que haya tres filas de colmenas colocadas las unas más arriba de las otras, pues aun en este caso registra el colmenero con poca comodidad las de la fila superior. Las piqueras que dan entrada á las abejas han de estar más incli­nadas que la parte posterior, para que no entre el agua de la.lluvia, y si hubiere entrado por casualidad, no pare, sino salga por la piquera. Por lo cual convendrá que los colme­nares se resguarden por encima con cobertizos, ó con bar­dales unidos con barro á la Cartaginesa, cuya cubierta las pone al abrigo, tanto del frió y de la lluvia, como del calor. Y , sin embargo, no perjudica tanto éste, aunque sea muy fuerte, á las abejas, como el invierno; y así convendrá que haya siempre detras del colmenar un edificio que reciba la violencia del Aquilón, y dé á las colmenas un calor mode­rado; y no basta que estén defendidas por un edificio, sino que deben estar expuestas al Oriente del invierno, para que les dé el sol á las abejas cuando salgan por la mañana, y estén más ágiles, pues el frió las hace perezosas. Por lo cual, tam­bién las piqueras por donde entran y salen deben ser muy estrechas, para que penetre en la colmena el menos frió que sea posible. Y es suficiente que tengan la anchura precisa para que quepa una abeja. De esta suerte ni la venenosa sa­lamanquesa , ni la casta inmunda del escarabajo ó de la ma­riposa 1 ó de las polillas, ni las cochinillas que huyen de la luz, como dice Marón (Georg. , lib. 4 , v. 2 4 3 ) , podrán en­trar á devastar los panales como lo harían por piqueras más anchas. Y es útilísimo abrir, según lo poblado de la colmena, en la misma tapadera del agujero grande que ésta tendrá, dos ó tres piqueras á alguna distancia unas de otras, para precaver las abejas de la malicia del lagarto, que está con la boca abierta como si fuera guarda de la piquera, acechando á que salgan para matarlas, y tantas menos mueren, cuando podrán evitar las asechanzas de este enemigo escapando por otra piquera.

Page 19: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

1 2 2 C O L U M E L A .

C A P I T U L O V I I I .

De la adquisición de los enjambres, y del modo de coger los silvestres.

Suficientemente hemos hablado de la comida de las abe­jas , de las colmenas y colocación que se les debe dar; así que se habrá proveído á estas cosas, se sigue que procure­mos los enjambres. Estos los adquirimos por el dinero ó gratuitamente. En el primer caso, comprobaremos con más atención su bondad por las señales que hemos dado, y exa­minaremos, antes de comprarlos, si son numerosos, abriendo las colmenas al intento; y si no hay proporción de verlas por dentro, á lo menos observaremos lo que se pueda exa­minar: por ejemplo, veremos si hay muchas paradas en la piquera, ó si se oye dentro de la colmena un zumbido con­siderable. Y también (si da la casualidad que todas estén tranquilas y en silencio dentro de la colmena) aplicando los labios á la piquera, y soplando por ella, por el ruido con que corresponderán inmediatamente podremos hacer juicio de si hay muchas ó pocas. Pero, sobre todo, se ha de tener cuidado de adquirirlos más bien de la vecindad que de países lejanos, porque suelen incomodarse con la novedad del clima. Mas si no hay proporción de esto, y nos viéremos en precisión de hacer un largo viaje para traerlos, procura­remos que no se molesten por los caminos malos, y será muy bien hecho portear las colmenas á cuestas, y de noche, porque de dia se les ha de dar descanso y se les han de echar licores agradables á las abejas, para que se mantengan con ellos dentro de su encierro. Después, luego que hayan llegado á la casa, si fuere ya de dia, no se abrirá la colmena, ni se colocará en su lugar sino al anochecer, para que salgan gustosas por la mañana las abejas, después de haber desean-

Page 20: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O NOVENO. 123

sado toda la noche; y debemos observar cerca de tres días si todas salen de una vez, lo cual cuando lo hacen es señal que tratan de huirse. Después prescribiremos los remedios con que se les debe impedir esto. Pero los que se adquieren por regalo, ó cazándolos, se han de examinar con menos escrúpulo; aunque ni de esta manera quisiera yo tenerlos, sino excelentes, porque los mismos gastos y los mismos cuidados de un colmenero exigen las buenas que las malas. Y lo más importante de todo es que no se mezclen las de­generadas con las superiores, que quiten el crédito á estas; pues hay menos cosecha de miel cuando hay algunos enjam­bres perezosos en el colmenar. Pero, sin embargo, como se­gún la naturaleza del país se ha de adquirir algunas veces ganado, aunque sea mediano (pues el malo seguramente de ningún modo se debe adquirir), procuraremos buscar los emjambres del modo siguiente. En nada ponen más conato las abejas, donde quiera que hay bosques que les acomodan y de donde pueden sacar miel, que en escoger para su uso manantiales inmediatos al lugar en que están. Y así conviene ponerles sitio comunmente desde la hora segunda del dia, y observar qué porción de ellas van por agua. Pues si son muy pocas las que vuelan al rededor del agua se ha de conocer su escasez (si no sucede, sin embargo, que la multitud de manantiales las hace parecer más claras, por estar repartidas en ellos), por lo cual sospecharemos también que aquel pa­raje no tiene miel; pero si vienen muchas, dan motivo de esperar también con más fundamento coger enjambres, los cuales se encuentran de esta manera. Primeramente se ha de averiguar lo distantes que están, y á este fin se ha de preparar un vasito con almagra echada en agua: en él moja­rás unas pajas, y untando con ellas las espaldas de las abejas que están tomando agua, manteniéndote en el mismo sitio, podrás reconocer con más facilidad las que vuelvan; y sino tardan en hacer esto conocerás que están en la inmediación; pero si pasa algún tiempo sin que vuelvan á verse, se infe-

Page 21: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

124 COLUMELA..

rirá la distancia del sitio donde están del tiempo que tardan en dar la vuelta. Cuando se advirtiere que vuelven pronto, si siguieres sin trabajo su vuelo, serás guiado á la habitación del emjambre. Pero con aquellas que parece van más lejos, se empleará un cuidado más esmerado, el cual es de esta

-suerte. Se corta un canuto de caña con sus nudos, se bar­rena por un lado, por el agujero se le echa un poco de miel ó de arrope y se pone junto al manantial: después, así que han entrado en él muchas abejas, atraídas por el olor de este licor dulce, se recoge, y poniendo el dedo pulgar en el agujero, no se deja salir más que una, la cual así que ha escapado hace ver al observador la dirección de su fuga, y éste, mientras puede, sigue su vuelo. Después, así que ha dejado de ver la abeja, echa otra fuera, y si va por el mismo lado que la primera, sigue el mismo camino; pero si va por otro deja salir muchas, abriendo el agujero, y poniendo aten­ción al lado hacia el cual irán volando más, las seguirá hasta llegar al sitio donde está metido el enjambre; el cual, si está en una cueva, se le hace salir por medio del humo; y así que ha salido se le detiene haciendo ruido con instrumentos de metal. Pues amedrentado con él, se deja caer inmediata­mente sobre un arbusto, ó sobre la cima del árbol más ele­vado que hay en el bosque, y se introduce por el que lo va buscando en una colmena que tendrá preparada al efecto. Pero si tiene su domicilio en el hueco de un árbol, ya sea en una rama, ya en el tronco del mismo árbol, entonces, si la medianía de uno ú otro lo permite, se corta primero la parte superior, que no ocuparán las abejas, con una sierra muy afilada para que esto se haga más pronto; después la inferior hasta donde parezca que está ocupada por ellas. En seguida, luego que se haya cortado el tronco ó la rama por ambas partes, se cubre con un paño limpio, porque esto es de la mayor importancia también; y después de haberle em­barrado los agujeros, si tiene algunos, se llevará al sitio donde se ha de colocar; y dejándole piqueras pequeñas

Page 22: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O NOVENO. 125

(como he dicho ya) se pone como las demás colmenas. Y conviene que el que se dedica á buscar emjambres destine á ello las mañanas, á fin de tener todo un dia para examinar el camino que toman las abejas: pues si es tarde cuando em­pieza á señarlas, sucede muchas veces, que acabada, su tarea se recogen y no vuelven más al agua, aun cuando están en la inmediación; y, por consiguiente, el que búscalos en­jambres se queda sin saber cuánto distan del manantial. Hay algunas personas que á principios de primavera hacen un manojo de torongil cidrado, y como dice el poeta (Georg., lib. 4 , v. 63) de torongil común, y de la ordinaria sandáraca, con otras yerbas semejantes que son agradables á esta especie de insectos, y con ellas frotan las colmenas, de suerte que queden impregnadas de su olor y de su jugo ; y en seguida, después de haberlas limpiado, las rocían con un poco de miel y las colocan en los bosques, no lejos de los manantiales, y cuando están llenas de abejas las llevan á su casa. Pero esto no conviene hacerlo sino en los parajes en que hay abundancia de abejas: pues muchas veces los que pasan por casualidad, encontrándose las colmenas vacías, se las llevan consigo, en cuyo caso la ventaja de conseguir una ó dos llenas no recompensa la pérdida de muchas vacías. Pero en donde hay más abundancia de abejas, aunque roben muchas colmenas, es más lo que se adquiere en las abejas que se han encontrado. Y éste es el modo de coger los enjambres silvestres.

C A P I T U L O I X .

Cómo se observan los enjambres de nuestras colmenas, y cómo

se recogen en otras.

El modo de retener los enjambres que se forman en nuestras, colmenas es el que voy á decir en seguida. El col-

Page 23: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

126 C O L U M E L A .

menero, á la verdad, debe visitarlas siempre con cuidado, pues no hay tiempo alguno en que no necesiten su atención; pero la exigen más esmerada cuando viene la primavera, y hor­miguean sus crias nuevas, las cuales, si no está en acecho el colmenero para recogerlas al instante, huyen. Porque la naturaleza de las abejas es tal, que cada enjambre se engen­dra al mismo tiempo que sus reinas, las cuales, así que han adquirido fuerzas para volar, desdeñan la compañía de los más antiguos, y mucho más su mundo, porque en el reinar no hay compañía, no sólo entre la especie de mortales dotada de razón, sino más bien entre los animales mudos que care­cen de ella. Por esto los jefes nuevos salen al frente de su juventud, que parada en pelotón uno ó dos dias en la misma piquera de la colmena, manifiesta con su salida el de­seo que tiene de un domicilio peculiar, y si se le designa inmediatamente por el colmenero, está tan contenta con él como con el paterno; pero si éste ha caido en falta, se dirige á parajes extraños, como si se le hubiera echado del en que estaba por el mal tratamiento. Para que esto no suceda, debe el buen colmenero observar en los tiempos de primavera las colmenas hasta la hora octava del dia, poco más ó menos, después de cuya hora no se van por lo común los nuevos batallones, y también debe atender con el mayor cuidado cuándo salen y cuándo vuelven á entrar, pues algunos, al instante que salen, suelen ponerse en fuga sin detenerse. Podrá de antemano certificarse de si meditan verificarla, aplicando por la tarde el oido á cada colmena, supuesto que cerca de tres dias antes de haber de hacer esta fuga se levanta un alboroto y ruido sordo, como el que arman los soldados cuando mueven las insignias militares; el cual, como dice Virgilio (Georg., lib. 4 , v. 70) con muchísimo fundamento, da á conocer de antemano la intención de la multitud, por­que aquel ruido bélico del bronce ronco reprende a las pere­zosas, y se oye una voz que imita los sonidos interrumpidos de las trompetas. Por lo cual debe observar, sobre todo alas

Page 24: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O NOVENO. 12 J

que hacen esto, para que si salen á combatir (porque pe­lean entre sí, como en la guerra civil, ó con las de otra col­mena, como cuando la hay con naciones extranjeras), ó si salen para huir, á fin de que esté prevenido para uno y otro caso: la pelea de un enjambre, cuyas abejas están mal ave­nidas entre sí, ó de dos enjambres que están discordes, se corta con facilidad; pues, como dice el mismo poeta (Georg., lib. 4 , v. 8 7 ) , se apacigua echando sobre ellos un poco de polvo, ó rociándolos con vino mezclado con miel, ó con vino de pasas, ú otro cualquier licor semejante: mitigando segu­ramente con la dulzura, que les es familiar, sus iras, por más escarnizadas que estén. Pues esto mismo reconcilia ma­ravillosamente á las reinas que están opuestas entre sí. Pues frecuentemente sucede que en un mismo enjambre hay mu­chas reinas, y la multitud se divide en partidos, como se verifica en las sediciones excitadas por los grandes, lo cual se ha de estorbar que se haga á menudo, porque las nacio­nes enteras se consumen con la guerra intestina. Por esto, cuando los jefes están amigos, permanece la paz y no hay derramamiento de sangre. Pero si vieres que las abejas pe­lean muchas veces, procurarás matar á los jefes que mueven las sediciones; mas los combates que están travados se me­diarán por los medios que hemos dicho antes. Y cuando en seguida de esto se hubiere puesto la tropa en una rama de un arbusto verde que esté cerca, repara si todo el enjambre está colgando de ella á manera de un racimo de uvas, y esto será señal de que hay una reina sola, ó á lo menos de que si hay muchas están reconciliadas de buena fe, las que dejarás de esta manera hasta que vuelvan á su domicilio; pero si estuviere dividido en dos ó en tres como en pechos, no te quedará duda de que no sólo hay muchos jefes , sino que están todavía irritados entre sí, y deberás buscarlos en aque­llas partes en donde vieres que hay más abejas amontonadas. Y , por consiguiente, después de haberte frotado la mano con el zumo de dichas yerbas, esto es, de torongil común ó ci-

Page 25: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

128 C O L U M E L A .

drado, para que no huyan las abejas cuando las toques, ín-introducirás suavemente los dedos y registrarás las abejas después de desunirlas, hasta que encuentres el autor de la discordia, que debes despachurrar.

C A P I T U L O X .

Qué figura tiene la reina de las abejas.

Estas reinas son un poco más gruesas y más largas que las demás abejas, con las piernas más derechas, pero con las alas menos grandes,.de un color hermoso y limpio, lisas y sin pelo ni aguijón, á menos que alguno tal vez tenga por tal una especie de cabello más grueso que tienen en el vientre, del cual, sin embargo, no se sirven para hacer daño. También se encuentran algunas oscuras y herizadas de pelo, por cuya apariencia juzgarás mal de sus propiedades. (Vir­gilio, Ceorg., lib. 4 , v. 85, 9 1 , 93. ) Porque hay dos figuras entre las reinas, como entre las abejas comunes, las unas brillan con manchas de color de oro, y se distinguen por sus escamas rojas, como también son notables por su pico. Y estas son las que más se aprueban, y son las mejores; pues las más malas, parecidas á un gargajo, son tan feas como cuando un viajero viene de pasar por un camino lleno de polvo y escupe tierra de su boca seca, y (como dice el mis­mo Virgilio, de quien se ha copiado lo que precede) son despreciables por su desidia y por el vientre abultado que arrastran por el suelo. Por consiguiente, darás muerte á los jefes de peor especie, y dejarás reinar solos en su corte los déla mejor. Los cuales, sin embargo, se han de despojar de sus alas siempre que se empeñen en hacer á menudo salidas impetuosas con su enjambre y huirse. Pues quitando las alas á este jefe vagamundo, lo retendremos como con cierta especie de grillete, y destituido del recurso de la fuga

Page 26: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O NOVENO. 12g

no se atreve á salir de los límites de su reino, y por lo tanto no permite al pueblo de su mando alejarse mucho.

C A P I T U L O X I .

Cómo se enmienda la despoblación de las colmenas.

Alguna vez conviene matarlo, cuando una colmena vieja disminuye el número de sus abejas, y se ha de resta­blecer su despoblación con algún enjambre. Y así, luego que al principio de la primavera se hubiera avivado la cria nueva en aquella colmena, se despachurra al rey nuevo á fin de que la multitud viva con sus padres sin discordia. Pero si los panales no hubieren producido prole alguna, se podrán incorporar las abejas dé dos ó tres colmenas en una; mas se han de haber rociado antes con algún licor dulce: por último, se podrán encerrar y tenerlas así casi tres dias, poniéndoles comida hasta que se acostumbren á estar unidas con las otras, y dejándoles unas aberturas pequeñas. Hay algunas personas que prefieren quitar de enmedio á la reina más vieja, lo cual es contrario al bien estar de la colmena; pues si esto se verifica, la tropa más antigua, que se debe considerar como un senado, es preciso que obedezca á las más jóvenes, y si hay algunas que se empeñen en despre­ciar el mando de estas que son más fuertes, las castigan y las dan muerte. Sin embargo, cuando la reina que hemos dejado de las abejas antiguas muere de vejez, suele tener el enjambre nuevo la incomodidad de que la familia, con la demasiada licencia, está discorde, lo que nace de la muerte del jefe. A cuya incomodidad se ocurre fácilmente; pues se elige una de aquellas colmenas que tienen muchas reinas, y trasladándola á las que no tienen quien las gobierne, se constituye jefe de ella. Pero en aquellas colmenas que son perseguidas por algún animal dañino, se puede enmendar

T O M O II. o

Page 27: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

l 3 o C O L U M E L A .

C A P I T U L O X I I .

Del modo de recoger los enjambres y de impedir su fuga.

Hay también otro cuidado que tener con el enjambre que se ha formado en nuestro colmenar, si por casualidad ha hecho una salida en el tiempo que hemos dicho, y fasti­diado de la vivienda paterna ha manifestado que procura huir más lejos. Y esto lo dan á entender las abejas cuando se alejan de la entrada de tal suerte que ninguna vuelve adentro, antes bien, se van volando inmediatamente ele­vándose muchísimo. En este caso, se ha de atemorizar la juventud que va huyendo con sonajas de metal ó haciendo ruido con tiestos de los que se encuentran comunmente en todas partes esparcidos por el suelo; y luego que ésta, obli­gada del susto, habrá vuelto al domicilio materno, y esté

la escasez de abejas con menos molestia. Pues luego que se ha conocido la mortandad, conviene visitar los panales de una que esté poblada; y en seguida cortar en los que con­tienen los huevecillos de las abejas la parte en que se anima la prole real. Y ésta es fácil de reconocerse, porque aparece comunmente en la extremidad de los panales como un pe­zón, más levantada, y con abertura más ancha que las otras celdillas donde se anidan los gusanos de las abejas comunes. Celso, á la verdad, asegura que en la extremidad de los panales hay tubos transversales que' contienen los pollitos que han de ser reinas. Hygino también, siguiendo la auto­ridad de los griegos, dice que el jefe no proviene de un gusanillo, como las demás abejas, sino que al rededor de los panales se encuentran alvéolos ó celdillas poco mayores que los que contienen la semilla de estas, cubiertos y llenos de una especie de basura de color rojo, de la cual se forma en un instante la reina alada.

Page 28: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O NOVENO. l3l

colgando amontonada en la piquera ó que en el mismo ins­tante se habrá ido á un árbol próximo, el colmenero estre­gará inmediatamente con las yerbas referidas por dentro una colmena nueva que tendrá preparada al intento; en seguida la rociará con unas gotas de miel y la arrimará: después encerrará en ella las abejas que están amontonadas, bien sea con la mano ó bien con un cazo. Y cuando habrá tomado las demás medidas convenientes para el cuidado de la col­mena, como es de su obligación, y la haya compuesto y embetunado con exactitud, dejará que se mantenga en el mismo sitio hasta que anochezca, y al principio de la noche la trasladará y la pondrá en hilera con las demás. Y con­viene también tener en los colmenares colmenas desocupa­das. Pues hay algunos enjambres que cuanto han salido buscan un domicilio en la inmediación de su colmena y ocu­pan la que encuentran vacía. Esto es poco más ó menos lo que hay que enseñar en orden al cuidado de adquirir y con­servar las abejas.

C A P I T U L O X I I I .

De las enfermedades de las abejas y de sus remedios,

y precauciones para que no las contraigan.

Ahora se sigue buscar remedios para las que padecen enfermedades comunes ó pestilenciales. E l extrago de estas últimas es raro en las abejas, y sin embargo no encuentro que se pueda hacer otra cosa que lo que hemos prescrito para el demás ganado, es decir, que se trasladen las colme­nas más lejos. Pero por lo tocante á las enfermedades comu­nes , se descubren las causas y se encuentran los remedios con más facilidad. Mas su mayor enfermedad es todos los años al principio de la primavera cuando empiezan á florecer las lechetreznas y los olmos echan su grana. Porque atraídas por estas primeras flores como si fueran frutas tempranas,

Page 29: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

l3l C O L Ü M E L A .

comen de ellas con ansia después de haber pasado la hambre del invierno; cuya comida, por otra parte, no les haría mal si no se llenaran de ella, de la cual, en habiéndose atestado en demasía, mueren de flujo de vientre si no se les socorre prontamente. Pues la lechetrezna alarga el vientre aun de los animales mayores, y la grana del olmo hace el mismo efecto, particularmente en las abejas: y ésta es la causa de que en los países de Italia que están plantados de esta espe­cie de árboles es raro que duren las colmenas con bastantes abejas. Por consiguiente, si se les dan al principio de la primavera comidas medicinales, á un mismo tiempo se podrá precaver que les moleste semejante enfermedad, y cuando ya la padecen, curarlas. Porque lo que ha dicho Hygino siguiendo á los autores antiguos, como yo no lo he experi­mentado por mí mismo, no me atrevo á asegurarlo; sin embargo, los que quieran podrán ensayarlo. Pues previene que los cadáveres de las abejas, que cuando les ha acome­tido semejante enfermedad pestilencial se encuentran á mon­tones debajo délos panales, se guarden en un lugar seco durante el invierno; y que cerca del equinoccio de la pri­mavera se saquen al sol después de la hora tercera del dia, cuando lo templado del tiempo convide á ello, y se cubran con ceniza de higuera. Hecho lo cual, asegura que reanima­das al cabo de dos horas con este calor vivificante, recobran su espíritu y entran en una colmena preparada á este efecto, si se les presenta. Nosotros creemos que es mejor dar álos enjambres enfermos para que no mueran, los remedios que

* vamos á decir en seguida. Pues se les deben dar granos de granada molidos y regados con vino amíneo, ó pasas moli­das con una parte igual de zumaque, y humedecido uno y otro con vino áspero; ó si cada una de estas medicinas de por sí no han hecho efecto, se muelen todas juntas en pesos iguales, se hierben en un puchero con vino amíneo, y des­pués de haberse enfriado se les ponen en comederos de madera. Algunas personas les dan para que beban agua miel

Page 30: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O NOVENO. l33

en que se haya cocido romero, echándola después de haberse enfriado en unas tejas. Otros, como asegura Hygino, les ponen junto á las colmenas orina de buey ó de hombre. Es también muy conocida aquella enfermedad que las debilita y las pone feas y encogidas, y la señal de tenerla es cuando unas sacan de sus domicilios frecuentemente los cadáveres de las que han muerto, y otras están dentro de ellos sin movimiento en un triste silencio, como cuando hay un luto público. Cuando esto sucede, se les pone comida en come­deros de caña, y ésta consiste principalmente en miel cocida y molida con agalla ó rosa seca. También conviene quemar gálbano, para que con su olor se medicinen, y fortificar á las que están descaecidas con vino de pasas ó con arrope añejo. Sin embargo, lo que les aprovecha más es la raíz de amelo, cuya flor es amarilla y purpúrea: ésta, después de haberla hervido con vino amíneo añejo, se exprime, y en seguida se da este jugo colado. Hygino, en el libro que escribió sobre las abejas, dice: «Aristomaco 1 es de opinión que se han de socorrer las abejas enfermas de esta manera: en primer lugar se quitarán todos los panales viciados, se les pondrá comida nueva en seguida á las abejas, y por último se fumigarán.» También cree que es útil alas abejas degeneradas agregarles un enjambre nuevo, aunque hay e[ peligro de que se destruya con la discordia; pero que se han de alegrar con la multitud que se les agrega, y que á fin de mantener la unión entre unas y otras se quiten las reinas del enjambre que se traslada de otra colmena, como que pertenecen á un pueblo extranjero. Y con todo eso no hay duda que los panales y los enjambres muy poblados, que tienen formadas las abejas, se han de trasladar y agregar á los que han quedado con menos para que se fortifiquen las colmenas con la adopción, por decirlo así, de esta nueva prole. Pero también se ha de tener la advertencia, cuando esto se haga, de no poner más panales que aquellos en que las abejas nuevas abren ya sus celdillas, y roen la cera que

Page 31: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

\3/¡¡. COLUMEL A.

cubre las bocas de ésta, sacando por ellas la cabeza. Pues si se trasladan los panales con las adejas sin acabar de for­mar, morirán estas así que se les deje de dar calor. Muchas veces también se mueren las abejas de la enfermedad que los griegos llaman phagedasnan (phagedena) 2 . Esta enfer­medad proviene de que teniendo las abejas la costumbre de hacer desde el principio tantos alvéolos como creen poder llenar, sucede algunas veces, que después de concluidas estas obras de cera, el enjambre que se ha alejado mucho por ir á buscar miel, se halle sorprendido en los bosques por lluvias ó uracanes imprevistos, y pierda la mayor parte de su pueblo: lo cual, en habiéndose verificado, las pocas abejas que restan no son suficientes para llenar los panales; y en­tonces las partes que quedan vacías se pudren, y cundiendo la corrupción paulatimente, la miel también se pudre y las mismas abejas se mueren. Para que esto no suceda se deben juntar dos enjambres que puedan llenar los panales que estén todavía sanos, y si no hay proporción de otro enjambre, se han de cortar con una herramienta muy afilada las partes de de los panales que estén vacías, antes que se pudran. Pues es importante la perfección de la herramienta, no sea que si ésta está muy embotada, la dificultad de penetrar haga que se dé un golpe muy fuerte y que éste disloque los panales; lo cual, si sucede, abandonan las abejas su domicilio. Hay también otra causa de mortandaz para las abejas, y es haber en algunos años seguidos muchísimas flores, y dedicarse más bien á hacer miel que á multiplicar. Y así, algunas per­sonas que tienen menos inteligencia en estas cosas, se alegran con la mucha abundancia de fruto, ignorando la destrucción que amenaza á las abejas, porque no sólo mueren muchas fatigadas por el excesivo trabajo, sino que no reponiéndose por otras nuevas, las que quedan, por último vienen á pere­cer. Por lo cual, si entra una primavera en que los prados y campos labrados tengan flores en mucha abundancia, es útilísimo cerrar las piqueras de las colmenas de cada tres

Page 32: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . l 3 5

dias uno, dejando unos agujeros pequeños por donde no puedan salir las abejas, á fin de que separadas de la fabrica­ción de miel, por tener perdida la esperanza de poder pro­veer todos los alvéolos de este licor, los llenen de prole 3 . Estos son poco más ó menos los remedios de que nos vale­mos para los enjambres que padecen alguna enfermedad.

C A P I T U L O X I V .

Método -para gobernar las abejas en todo el año, y lo que ha de evitar el colmenero.

Vamos á tratar en seguida de aquel cuidado que para todo el año prescribe con tanto acierto Hygino. Desde el primer equinoccio, que se verifica en el mes de Marzo, hacia el octavo dia antes de las calendas de Abril, cuando el sol se halla en el octavo grado de Aries, hasta que se dejan verlas Pléyadas, hay cuarenta y ocho dias de primavera. Durante este tiempo, dice, se han de principiar á cuidar las abejas, abriendo las colmenas, á fin de sacar todas las inmundicias que se han juntado en el invierno, y después de haber quitado las arañas que destruyen los panales, se introduzca humo de boñiga de buey: pues éste, por cierta afinidad 1 que hay entre las dos especies, es muy conveniente para las abejas. También se han de matar los gusanillos que llaman polillas, y asimismo sus mariposas: cuyos animales dañinos, que comunmente se pegan á los panales, se caen si mezclas con la boñiga de buey tuétano del mismo animal, y quemando uno y otro introduces el humo en la colmena. Con este cuidado se fortificarán los enjambres en el tiempo que hemos dicho, y se dedicarán con más vigor á sus tra­bajos. Pero lo principal que debe observar el colmenero cuando deberá andar en las colmenas, es haberse abstenido el dia anterior de los placeres sensuales, no acercarse á ellas

Page 33: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

l36 C O L Ü M E L A .

borracho ni sin haberse lavado, privarse de todos los comes­tibles que echan olor fuerte, como los pescados y demás cosas saladas, y todos los jugos que destilan también de las hediondas acrimonias del ajo ó de las cebollas, y de las demás cosas semejantes. E l dia cuarenta y ocho después del equinoccio de primavera, cuando se empiezan á dejar ver las Pléyadas, hacia el dia quinto, antes de los idus de Mayo, principian los enjambres á aumentar sus fuerzas y el número de las abejas. Pero en los mismos dias se destruyen los que tienen pocas y enfermas; y en este tiempo se procrean en las extremidades de los panales fetos de mayor tamaño que las demás abejas, y algunas personas hacen juicio que estas son reinas; pero, á la verdad, no faltan autores griegos que los llaman oestros, porque atormentan á las abejas y no las dejan sosegar; por lo cual, previenen que se maten. Desde el nacimiento de las Pléyadas hasta el solsticio, que es á últimos de Junio, hacia el tiempo en que el sol está en el octavo grado de.Cáncer, enjambran por lo común las col­menas ; en cuyo tiempo se deben guardar con más cuidado, no sea que huyan las crias nuevas. Y entonces, desde que se ha verificado el solsticio hasta el nacimiento de la canícu­la, que son casi treinta dias, se hace la cosecha de los pana­les juntamente con la de los granos. Pero cómo deban reco­gerse aquellos lo enseñaremos enseguida, cuando tratemos del modo de sacar la miel. En cuanto á lo demás, Demó-crito, Magon, y no menos Virgilio, han hecho correr la especie de que en este mismo tiempo se pueden procrear abejas matando un novillo 2 . Magon asegura que se puede hacer lo mismo con panzas de bueyes. Cuyo método pienso que es supérfíuo explicarlo con más individualidad, agre­gándome al parecer de Celso, que dice muy prudentemente, no causar la pérdida de estos insectos un perjuicio tal, que se ha de procurar adquirir por este medio. Mas en este tiempo y hasta el equinoccio de otoño se han de abrir y fumigar las colmenas: lo cual, aunque es molesto á los

Page 34: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . 13"]

enjambres, convienen todos en que les es muy saludable. En seguida, luego que las abejas habrán sido perfumadas, y se les habrá dado calor, convendrá refrescarlas regando las partes de las colmenas que estén vacías con agua fría muy recien cogida, y aquellas que no se hayan podido regar será bueno limpiarlas con plumas de águila ó de cualquiera otra ave grande, que tengan resistencia. Además de esto se barrerán las polillas, si se dejaren ver; se matarán sus ma­riposas, que estando por lo común dentro de las colmenas son la destrucción de las abejas, porque roen los panales, y porque engendra su estiércol los gusanos que llamamos polillas de las colmenas. Y así, en el tiempo en que las mal­vas echan flor, que es cuando hay la mayor multitud de ellas, si se pone por la tarde, dentro de las colmenas, una vasija de cobre semejente á un miliario 3 , y en su fondo se pone alguna luz, acuden mariposas de todas partes, y revo­loteando alrededor de la llama se abrasan, porque no pueden salir volando con facilidad hacia arriba, á causa de lo estre­cho de la vasija, ni retirarse del fuego, estando como están rodeadas de sus paredes que son de cobre; por lo que se queman con el'ardor del fuego que tienen inmediato. Casi cincuenta dias después del nacimiento de la canícula es el de Arcturo: entonces es cuando las abejas hacen las mieles de las flores de tomillo, de orégano y de mejorana silvestre; y la miel que se tiene por de mejor calidad en esta misma, es la que hacen en el equinoccio de otoño, que cae antes de las calendas de Octubre, cuando el sol toca al octavo grado de Libra. Después del nacimiento de Arcturo, que es cerca del equinoccio de Libra, como he dicho, es la segunda castra. Pero se ha de tener cuidado en el tiempo que media entre eknacimiento de la canícula y el de Arcturo, de que las abejas no sean sorprendidas por la violencia de los tába­nos, que están por lo común delante de las colmenas ace­chando á las que salen. En seguida, desde el equinoccio, que es hacia el dia octavo antes de las calendas de Octubre

Page 35: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

138 C O L U M E L A .

hasta el ocaso de las Pléyadas, emplean las abejas cuarenta dias en hacer su repuesto de las mieles que han recogido de las flores del taray y de la de los arbustos silvestres para mantenerse en el invierno; y de estas mieles nada se les ha de quitar absolutamente, no sea que fatigadas con las fre­cuentes injurias que reciben huyan desesperadas. Desde el ocaso de las Pléyadas hasta el solsticio de invierno, que es el dia octavo antes de las calendas de Enero , cuando el sol

, se halla en el grado octavo de Capricornio, se sirven ya los enjambres de la miel que tienen de repuesto, y se mantienen de ella hasta el nacimiento de Arcturo. Y no ignoro el modo de contar de H i p a r c o 4 , que pretende que los solsticios y los equinoccios se verifican, no cuando el sol está en el octavo grado de los signos, sino cuando está en el primero. Pero en este arreglo de los trabajos del campo sigo yo ahora los calendarios de Eudoxio, de Meton y de los astrólogos anti­guos que están adaptados á los sacrificios públicos; porque esta opinión, abrazada desde tiempos antiguos, es más cono­cida de los labradores, y porque esta sutileza de Hiparco no es necesaria á la grosera instrucción de la gente del campo. Por lo cual, desde que comience el ocaso de las Plé­yadas, convendrá abrir inmediatemente las colmenas, lim­piarlas de toda inmundicia, y cuidarlas con el mayor esmero, porque en el tiempo de invierno no es conveniente moverlas ni abrirlas. Y así, mientras queda algún tiempo de otoño todavía, después de haberlas limpiado en un dia muy tem­plado, se han de meter las coberteras dentro de ellas hasta que lleguen á los panales, dejando fuera lo vacío, para que estando estrechas por este medio se calienten con más facili­dad. Y esto se ha de hacer siempre aun en aquellas colme­nas'que están pobladas por un número pequeño de» abejas. En seguida untaremos por defuera con boñiga y barro amasados todas las rendijas y agujeros que hubiere, sin dejar más aberturas que las piqueras, por donde entren y salgan: y aunque estén las colmenas debajo de un colgadizo,

Page 36: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . 139

con todo eso las cubriremos con paja y hojas que se amon­tonarán por encima de ellas, y en cuanto sea posible las res­guardaremos con esto del frió y de las tempestades. Algunas personas meten dentro de las colmenas aves muertas, después de haberles sacado las tripas y las entrañas, las cuales, en tiem­po de invierno, dan calor á las abejas, que se ocultan entre sus plumas; al mismo tiempo que si se han consumido las provisiones las alimentan cómodamente cuando tienen ham­bre, de suerte que no les dejan más que los huesos ; pero si hay bastantes panales, permanecen sin tocarlas, y aunque son tan amantes de la limpieza las abejas, no las ofenden estas aves muertas con su olor. Sin embargo, nosotros somos de sentir que es mejor dar á las que tienen hambre en unos comederitos, que se pondrán junto á las mismas piqueras, higos secos machacados y remojados en agua, ó bien arrope ó vino de pasas. En cuyos licores será conveniente empapar lana que esté limpia, para que poniéndose sobre ella las abejas chupen estos jugos como por un sifón. También será bueno darles pasas picadas y un poco rociadas con agua. Y con estos géneros de comidas se han de mantener, no sola­mente en el invierno, sino también en aquellos tiempos (como ya he dicho) en que estarán en flor la lechetrezna y los olmos. En casi cuarenta dias, contados desde el solsticio de invierno, consumen toda la miel que tienen de repuesto (á no ser que el colmenero se la haya dejado en mucha abundancia), y aun muchas veces, después de haber des­ocupado los panales, se echan junto á ellos, y están sin comer y adormecidas á la manera de las serpientes 5 hasta el nacimiento de Arcturo, que es desde los idus de Febrero, conservando la vida con su reposo, la cual, sin embargo, para que no la pierdan si sobreviniere un hambre más larga, es muy bueno introducirles con sifones por la piquera licores dulces, hasta que el nacimiento de Arcturo y la llegada de las golondrinas les anuncien tiempos más favorables. Por lo cual, después de este tiempo, cuando lo despejado del dia

Page 37: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

I40 C O L U M E L A .

lo permite, se atreven á salir á los pastos. En efecto, desde que ha llegado el equinoccio de primavera ya andan sin de­tención por todas partes, cogen flores á propósito para las crias y las llevan á las colmenas. Esto es lo que prescribe Hygino para que se observe con exactitud en los diferentes tiempos del año. Pero Celso añade que, como en pocas partes hay la felicidad de que se puedan dar á las abejas unos pas­tos en la .primavera y otros en el estío, en los parajes donde pasada la primera estación faltan flores á propósito para las abejas, no deben dejarse las colmenas, sino que así que se hayan consumido estas flores, se han de trasladar á aquellos que puedan mantener las abejas mejor con las flores tardías de tomillo, de orégano y de mejorana silvestre; lo que dice practicarse no sólo en Acaya, de donde las trasladan á los pastos de la Ática, en la Eubea, y en las islas Cycladas, en donde las mudan desde las otras á la de Scyros, sino también en Sicilia, llevándose al monte Hibla las de las demás partes de la Isla. Y el mismo autor dice que la cera se hace de las flores, y la miel del rocío de la mañana, y que una y otra toman tanto mejor cualidad cuanto más agradable sea el material de que se ha hecho la cera. Pero previene que antes de la mudanza se reconozcan con atención las colmenas y que se saquen los panales viejos, los que tengan polillas y los que estén poco asegurados, y que no se reserven sino pocos, y que esos sean los mejores, para que también al mismo tiempo se hagan muchísimos de la flor mejor: y que las colmenas que cualquiera persona quiera trasladar á otra parte, no las lleve sino de noche y sin agitarlas.

C A P I T U L O X V .

Del modo de sacar la miel, y cuándo se deben castrar las colmenas.

, Después de pasada la primavera viene en seguida, como he dicho, la recolección de la miel, á la cual se dirige el

Page 38: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . 141

trabajo de todo el año. Se conoce que es tiempo de hacerla cuando se advierte que las abejas echan de la colmena y ahuyentan a los zánganos. Los cuales son una especie de insectos de mayor tamaño que las abejas, y muy semejantes á ellas; y como dice Virgilio (Georg., lib. 4 , v. 1 6 8 ) , un ganado perezoso y que está junto á los panales sin industria, pues no sólo no proveen de alimento, sino que consumen el quehan traído las abejas. Pero, sin embargo, parece queestos zánganos contribuyen en algo á la procreación, incubando las semillas de que se forman las abejas. Por lo cual los admiten con más familiaridad para que fomenten y crien la nueva prole. En seguida, después de sacados los pollos, los echan fuera de las colmenas; y, como dice el mismo poeta, los alejan de los pesebres. Estos, previenen algunos autores que es conveniente exterminarlos del todo: lo cual, confor­mándome yo con Magon, soy de opinión que no se ha de hacer, sino que se ha de moderar este rigor, pues no se ha de hacer una matanza universal de ellos, no sea que las abejas se hagan perezosas supuesto que cuando los zán­ganosles comen alguna parte de sus provisiones, se hacen más ágiles reparando sus daños: ni, por el contrario, se ha de permitir que tome cuerpo esta multitud de ladrones, para que no devasten todas estas riquezas que no son suyas. Por consiguiente, cuando vieres que se arman más á menudo peleas entre los zánganos y las abejas, abrirás las colmenas y las registrarás, para que si los panales están medio llenos se diñera la castra, y si están llenos y cubiertos de cera por encima de los alvéolos, se haga. Pero para esta opera­ción se ha de elegir comunmente la mañana; pues no con­viene irritar en medio del calor 2 á las abejas que ya están exasperadas. Para este efecto son menester dos herramientas de pié y medio de largo, ó un poco más, una de las cuales será un cuchillo largo de dos filos que tenga en la punta un tranchete corvo; la otra es plana por un lado, y muy afilada, para que con ésta se corten mejor los panales, y con aquella

Page 39: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

I42 C O L U M E L A .

se raigan y se saque toda la porquería que hubiere caido. Pero cuando por la parte posterior en que no hay ningún vestíbulo estuviere abierta la colmena, se introducirá humo de gálbano ó de boñiga seca. Esto se echa con ascuas en una vasija de barro; y esta vasija se hace con asas y de figura de olla estrecha, de suerte que por una parte sea más delgada y tenga un agujero mediano por donde salga el humo, y por la otra más ancha con una boca bien abierta, por la cual se puede soplar. Cuando una olla tal como ésta se habrá introducido su pico en la colmena 3 , soplando por el otro lado, se hace llegar el humo á las abejas, las cuales, no pudiendo soportar este olor, se pasan á la parte anterior de la colmena inmediatamente, y alguna vez salen de ella. Y cuando hay proporción de registrarla con más libertad, si hay dos enjambres se encuentran por lo común dos especies de panales. Pues, aunque estén en paz, cada uno guarda su costumbre para arreglar y dar figura á sus ceras. Pero todos los panales están siempre suspendidos en la parte superior de las colmenas, y ligeramente adheridos á las paredes, de suerte que no lleguen al suelo, porque esto da paso á los enjambres. Por otra parte, la forma de los panales está mo­delada por la de las colmenas, pues sus capacidades, ya sean cuadradas, ya redondas y ya largas, dan á aquellos sus figuras como una especie de molde; y por esto no se hallan siempre los panales de una misma forma. Pero estos, sean como sean, no se sacarán todos; pues en la primera castra, cuando todavía abundan los campos de comida, se hade dejar la quinta parte; en la segunda, cuando ya se está temiendo que llegue el invierno, se dejará la tercera. Sin embargo, esta proporción no es fija en todos los países, pues se ha de proveer á la subsistencia de las abejas en cada uno según la multitud de flores y abundancia de comida. Pero si las ceras suspendidas á la colmena están alargadas perpen-dicularmente, se han de cortar los panales con la herra­mienta parecida á un cuchillo: en seguida se han de recibir

Page 40: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . I4J

en los dos brazos que se pondrán debajo, y de esta manera se han de sacar: mas si los panales están adheridos horizon-talmente á lo alto de la colmena, entonces es precisa una herramienta con la punta encorvada, para que se corten apretándolos con ésta. Y se deben sacar los viejos ó defec­tuosos, y dejar sobre todo los sanos y llenos de miel, y si hay algunos que tengan pollos, á fin de que se reserven para la reproducción de un enjambre. En seguida se han de llevar todos los panales que se hubieren sacado al sitio en que quieras sacar la miel, y se han de tapar exactamente los agujeros délas paredes y de las ventanas, para que las abejas no puedan entrar en él por parte alguna, porque se obstinan en buscar sus riquezas, por decirlo así, que han perdido, y en encontrándolas las consumen. Por lo cual, se ha de hacer también humo con los referidos materiales en la entrada de aquel sitio, que eche de allí á las que intenten entrar. En seguida las colmenas castradas que tengan pana­les atravesados en la entrada se han de volver, para que las partes posteriores sirvan á su turno de entradas; pues de esta suerte en la castra próxima se sacarán más bien los panales antiguos que los nuevos, y se renovarán las ceras, que son tanto peores cuanto más antiguas 4 . Pero si por casualidad estuvieren las colmenas revestidas de fábrica, y por lo mismo inmobles, tendremos cuidado de que se castren unas veces por la parte posterior y otras por la anterior; y esto deberá hacerse antes de la hora quinta del dia, después repetirlo pasada la nona, ó al dia siguiente. Mas'sean cuan­tos fueren los panales que se han recogido, conviene extraer de ellos la miel el mismo dia de la castra: mientras están calientes se cuelga en un sitio oscuro un cesto de sauce, ó una manga de mimbre menuda de tejido claro, parecida á un cono inverso, como el que sirve para colar el vino; en seguida se echan en ella los panales hechos pedazos; pero se ha de tener cuidado de separar aquellas partes de ellos que tengan pollos ó inmundicias rojas: pues son de mal

Page 41: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

144 C O L U M E L A .

gusto, y con su jugo echan á perder la miel. En seguida, luego que la que se ha colado ha caído en un lebrillo, que se habrá puesto debajo, se muda á vasijas de barro, que estarán destapadas, hasta que deje de hervirla miel nueva, y ésta se ha de limpiar á menudo con una espumadera. Des­pués se exprimen con las manos los fragmentos de los pana­les que han quedado en la manga; y la miel que dan es de segunda calidad, la cual los más curiosos la guardan aparte, no sea que la que es de un gusto excelente se deteriore mezclándole ésta.

C A P I T U L O X V I .

De la cera.

El fruto de la cera, aunque de poco valor no se ha de pasar en silencio, siendo su uso necesario para muchas cosas. Los restos de los panales, así que se han exprimido y se han lavado bien en agua dulce, se ponen en una caldera de cobre, y echándoles agua por encima se derriten al fuego. Luego que esto se ha hecho, se derrama la cera sobre paja ó juncos, y se cuela; se cuece de nuevo como la primera vez, y se vacía en los moldes que cada uno tiene á bien, llenándolos antes de agua: en estando cuajada la cera es fácil sacarla, porque el agua que hay debajo impide que se pegue á los moldes. Mas, una vez que hemos concluido el tratado de los ganados y de las crias de la casa de campo, vamos á dar en verso (para darte á tí ,y á nuestro Galion gusto) lo que nos queda que explicar de las cosas del campo, esto es, el cultivo de los huertos.

Page 42: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . I 4 S

N O T A S A L L I B R O N O V E N O .

NOTAS AL CAPÍTULO II.

1. H i j a de M e l i s o , r e y de C r e t a , q u e m a n t u v o á J ú p i t e r , j u n t a ­m e n t e c o n su h e r m a n a A m a l t h e a , c o n l e c h e de c a b r a s y m i e l , de d o n d e se o r i g i n ó la f á b u l a de q u e lo h a b i a c r i a d o u n a c a b r a y q u e h a b i a n i d o v o l a n d o las abe jas y l l e n a d o de m i e l la b o c a del n i ñ o .

2. N o se c o n o c e o t r o a u t o r más q u e e l n u e s t r o q u e h a b l e de e s t a s n i n f a s .

3. P o r es to e n las m e d a l l a s de p lata de los C r e t e n s e s se v e p o r u n l a d o la figura de u n a a b e j a , lo q u e t iene r e l a c i ó n c o n esta f á b u l a .

4 . E s t o lo a f i rma V i r g i l i o en las Geórgicas, l i b . 4 , v . 283.

NOTAS AL C A P Í T U L O IV.

1. S i n e m b a r g o , P l i n i o es de c o n t r a r i a o p i n i ó n en el l i b . 1 1 , c a p . 13; p e r o lo m á s e x t r a ñ o es q u e V i r g i l i o a p r u e b a t a m b i é n este á r b o l en e l l i b r o 4, v . 141 de las Geórgicas.

2. S t a p h i l i n o s .

3. E n el o r i g i n a l d ice amarantos; p e r o P o n t e d e r a , á q u i e n s i g u e E s c h o e t g e n i o , en l u g a r de es to p o n e n tamarix, q u e s igni f ica taray, p o r q u e el a m a r a n t o es y e r b a a n u a l , y e l a u t o r v a h a b l a n d o de á r b o l e s . A d e m á s q u e a q u e l es i n ú t i l p a r a las a b e j a s , y a l r e d e d o r de és te , c u a n d o está e n flor, v u e l a n en g r a n n ú m e r o . L o q u e a l g u n o e x t r a ñ a r á es q u e al p r i n c i p i o del c a p í t u l o se dice q u e el a z u f a i f o y el t a r a y son los q u e se a p r u e b a n m á s p a r a la m i e l , y más a d e l a n t e q u e la d a n de u n g u s t o m e d i a n o : á lo q u e se s a t i s f a c e , a d v i r t i e n d o q u e a u n q u e estos sean p a r a el e f e c t o los m e j o r e s e n t r e t o d o s los á r b o l e s , son i n f e r i o r e s á las y e r b a s y d e m á s p l a n t a s q u e se h a n c i t a d o a q u í .

NOTAS AL C A P I T U L O V.

1. E s t a e x p r e s i ó n y otras s e m e j a n t e s q u e se e n c u e n t r a n e n n u e s t r o

a u t o r , p o d r í a n m u y b i e n e n t e n d e r s e de u n s i t io f rente del c u a l n o se

e n c u e n t r e c o s a a l g u n a que i m p i d a el que l l e g u e n á él los r a y o s del so l ,

a u n q u e este l u g a r es té c u b i e r t o p o r lo a l t o , e n c u y o caso un s i t io

e x p u e s t o a l M e d i o d í a del est ío seria a q u e l d e l a n t e del c u a l se h a l l a r í a un

c u e r p o que i n t e r c e p t a r í a los r a y o s d e l sol en e l i n v i e r n o , s in estar bas­

t a n t e m e n t e e l e v a d o - p a r a i n t e r c e p t a r l o s en el e s t í o .

2. N o es de c r e e r q u e h a b l e aqi*í C o l u m e l a de los c a n g r e j o s q u e se

c u e c e n p a r a la m e s a , s ino de los q u e se q u e m a n p a r a m e d i c i n a s ; y n o

se h a c e c o n e l los u n a s o l a , p u e s se a p l i c a n p a r a l a m o r d e d u r a de p e r r o

Page 43: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

I46 C O L U M E L A .

r a b i o s o , p a r a la g a n g r e n a , y p a r a otras q u e se p u e d e n v e r e n la

Historia natural de P l i n i o .

3. E c o s . NOTA AL CAPITULO VIL

1. E s t a m a r i p o s a h a c e d a ñ o á las c o l m e n a s de v a r i o s m o d o s , c o m o

n o s lo e n s e ñ a P l i n i o e n el l ibro 1 1 , c a p . 19, y a c o m i é n d o s e los p a n a l e s ,

y a d e j a n d o sus e x c r e m e n t o s , de q u e se p r o d u c e n las p o l i l l a s , y y a h a ­

c i e n d o t e l a r a ñ a s . E í d e c i r q u e de los e x c r e m e n t o s se p r o d u c e n las p o l i ­

l las es u n e r r o r , pues de lo q u e se e n g e n d r a n es de los h u e v o s q u e

p o n e n las m a r i p o s a s .

NOTAS AL CAPÍTULO XIII .

1. E s t e a u t o r , n a t u r a l de S o l o s , t e n i a u n a p a s i ó n t a n g r a n d e á las a b e j a s , q u e en c i n c u e n t a y o c h o a ñ o s n o h izo más q u e c u i d a r l a s , y t a m b i é n escr ib ió l i b r o s a c e r c a de e l l a s , c o m o d ice P l i n i o en e l l i b . 1 1 , c a p í t u l o 9.

2. P l i n i o , en d i c h o l i b r o , c a p . 19, l l a m a á esta e n f e r m e d a d cleron ó scleron, v o z de o r i g e n o s c u r o ( c o m o d ice e l p a d r e H a r d u i n o ) . L a de phugedena se h a l l a n u m e r a d a p o r el m i s m o P l i n i o en e l l i b r o 20, cap. 7 entre las e n f e r m e d a d e s , de q u e inf iero ser u n a p u t r e f a c c i ó n ó c o r r u p ­c ión que s u e l e e x t e n d e r s e d e m a s i a d o , y c o n s u m e las c a r n e s p o r d o n d e c o r r e .

3. N o p u e d o d e c i r si las a b e j a s a justan de esta m a n e r a sus c u e n t a s . P e r o p u e d e s u c e d e r q u e este a n i m a l i l l o i n q u i e t o , i m p i d i é n d o l e u n a e s p e c i e de t r a b a j o , se d e d i q u e á o t r o .

N O T A S AL CAPÍTULO X I V .

¡ . P o r la o p i n i ó n en q u e e s t a b a de q u e u n b u e y m u e r t o e n g e n d r a las a b e j a s , c o m o v a p r o n t o á d e c i r l o .

2. E l n o q u e r e r e x p l i c a r C o l u m e l a e l m o d o de p r o d u c i r s e las abejas de u n n o v i l l o m u e r t o , c o n v e n c e e l d e s p r e c i o con q u e m i r a b a esta s i m p l e z a .

3. E s t o e s , a l to y a n g o s t o , c o m o d i c e P a l a d i o e n el l ib. 5, cap. 8, n ú m . 9.

4. P e t a v i o , en l a Uranología, dice q u e H i p a r c o n o fué a u t o r de este m o d o de c o n t a r , y q u e se e n g a ñ a C o l u m e l a .

5. C u y a r a z ó n es c o n o c i d a p o r la fábula del h o m b r e del c a m p o q u e a b r i g a b a en su seno u n a s e r p i e n t e a m o r t e c i d a p o r e l f r i ó , y q u e d e s p u é s fue m u e r t o p o r e l la .

NOTAS AL CAPÍTULO XV.

1. Y lo p r i n c i p a l e s , p o r q u e n o se a c a b e . t o d o e l e n j a m b r e , p u e s

m a t á n d o l o s t o d o s , q u e son los ú n i c o s m a c h o s , n o p o d r á f e c u n d a r s e l a

r e i n a , q u e es la so la h e m b r a . #

2. C r e o q u e su p i c a d a es m á s fuerte así q u e h a n e n t r a d o m u c b o en

c a l o r . E s c o n s t a n t e q u e las m o r d e d u r a s de o t r o s a n i m a l e s y las p i c a -

Page 44: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . 147

das de los d e m á s i n s e c t o s son m u c h o m á s ásperas d u r a n t e los a r d o r e s de la c a n í c u l a .

3. P a r e c e q u e e l h u m o se e c h a r í a l e v a n t a n d o u n p o c o l a c o l m e n a p o r la p a r t e p o s t e r i o r , y q u e h u y e n d o de él las a b e j a s , s u b i r á n á la p a r t e s u p e r i o r de la c o l m e n a , p u e s de o tra suerte se m e t e r i a n en m e d i o del h u m o . S o b r e t o d o , lo m e j o r es t e n e r u n a c o l m e n a q u e p u e d a abr i rse p o r a r r i b a , á fin de h a c e r pasar las abe jas á o t r a , q u e se p o n d r á p o r e n c i m a de la p r i m e r a . E s t o se c o n s i g u i r á m e j o r en las c o l m e n a s de m u c h a s a l z a s , i n v e n t a d a s p o r Palteau, y p e r f e c c i o n a d a s p o r o t r o s sa­b ios a g r ó n o m o s , c o m o se p u e d e v e r en Rojiely Quinto.

4. T a n t o m á s q u e los g u s a n o s , a l t r a n s f o r m a r s e e n a b e j a s , d e j a n sus c a m i s a s p e g a d a s á las p a r e d e s de las c e l d i l l a s , lo q u e i n d i s p e n s a ­b l e m e n t e d e b e c o m u n i c a r a l g u n a p o r q u e r í a á la c e r a .

Ad. P r e s é n t a s e en este p u n t o u n a n o v e d a d , á lo q u e C o l u m e l a , s i ­g u i e n d o la a u t o r i d a d de V i r g i l i o ( G e o r g . , l i b . 4, v . 33), d i c e : « p u e s c u a n t o m á s g r a n d e y m á s r e d o n d a es la a b e j a , t a n t o p e o r e s . » V o y á c i t a r l a Apis dorsata grande de la i s la de J a v a , q u e t a n t o l l a m a la a t e n c i ó n h o y de los a p i c u l t o r e s . E s la e x p r e s a d a Is la l l a n a e n sus costas y su c l i m a t r o p i c a l , e s p e c i a l m e n t e e n sus v a l l e s , e n c u y o f o n d o a d q u i e r e e x h u b e r a n t e d e s a r r o l l o el p l á t a n o , el a r r o z , la c a ñ a de a z ú c a r , t r i g o , la v a i n i l l a , el c o c o y otras p l a n t a s ; el i n t e r i o r d e l s u e l o v a r i a en g r a n d e s e s c a l i n a t a s s o b r e p u e s t a s h a s t a e r i g i r s e en m o n t a ñ a s e n e l c e n t r o , y c o n f o r m e se l e v a n t a e l t e r r e n o s o b r e el n i v e l del m a r , e l c l i m a es c a d a v e z m á s h e r m o s o y a g r a d a b l e ; e n estas r e g i o n e s e m p i e z a e l b o s q u e q u e se e x t i e n d e hasta la c i m a de l a s - m o n t a ñ a s , d o n d e . e s e l c l i m a m á s b e n i g n o p a r a las p l a n t a s y v i d a de los a n i m a l e s ; e l s u e l o es f é r t i l í s i m o , f e c u n d a d o p o r i n n u m e r a b l e s fuentes y r i a c h u e l o s y p o r c o p i o s o r o c í o . L a v i d a v e g e t a l a d q u i e r e all í e l m á x i m u n de su fuerza y h e r m o s u r a ; e l r e i n o a n i m a l p a r e c e e n c o n t r a r los o r í g e n e s de su c r e a c i ó n . D e al l í p r o v i e n e el fa isán dorado-, el p a v o rea l y los m á s b e l l o s y d e s a r r o l l a d o s i n s e c t o s ; e n t r e los q u e se d i s t i n g u e n el Apis dorsata, q u e p u e d e l l a m a r s e c o n r a z ó n la abeja g r a n d e de la i s la de J a v a , p o r q u e es la m a y o r q u e se c o n o c e . S u s dos p r i m e r o s s e g m e n t o s s o n t r a s p a r e n t e s , de a m a r i l l o de o r o n a r a n j a d o , los d e m á s de n e g r o b r i l l a n t e p r o v i s t o s de a b u n d a n t e s p e l o s b l a n c o s , m u c h o s de los c u a l e s a d o r n a n el c o s e l e t e y los a n i l l o s d e l a b d o m e n . E n j a m b r a n e n e l h u e c o d e l t r o n c o de los á r b o l e s , y después de la c a s t r a c i ó n n o se a le jan m u ­c h o . L a p o b l a c i ó n i n d í g e n a de los c a m p o s y l a h o l a n d e s a de las c iu­d a d e s , p o r e f e c t o de la r u d e z a de su c o n d i c i ó n la p r i m e r a , y de sus p r e o c u p a c i o n e s m e r c a n t i l e s la s e g u n d a , d e s c u i d a n p o r c o m p l e t o este i n t e r e s a n t e r a m o del c u l t i v o , c u y a a c l i m a t a c i ó n e n E u r o p a d a r i a g r a n --des y q u i z á s i n a p r e c i a b l e s r e s u l t a d o s .

E n casi t o d o s los países de E u r o p a a b u n d a n p l a n t a s de p r o l o n g a d a y j u g o s a florescencia, q u e n u e s t r a s abe jas n o p u e d a n a p r o v e c h a r p o r la p e q u e n e z de su t r o m p a . L a del Apis dorsata es dos v e c e s m a y o r , y

Page 45: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

I48 C O L U M E L A .

e l la u t i l i z a r í a el n é c t a r a b u n d a n t e del t r é b o l , q u e se a g o s t a sin a p r o v e ­c h a m i e n t o , y el de m u l t i t u d de p l a n t a s s e m e j a n t e s , p o r c u y a r a z ó n está s iendo o b j e t o de g r a n d e s e s t u d i o s . P o r a l g u n o s e u r o p e o s h a b i t a n t e s e n d i c h a Is la se han h e c h o a p r e c i a c i o n e s y hasta p r o p o n e n el m e d i o de t r a n s p o r t a r l a á otros países d o n d e a c l i m a t a con fac i l idad. P a r a u n hábi l a p i c u l t o r , t r a s l a d á n d o s e á J a v a , p r o v i s t o , e n t r e otras c o s a s , de u n a esca la de c u e r d a , u n a m á s c a r a , g u a n t e s de g r u e s a g o m a y l u c i l í -n e a p e t r ó l e a para i m p r e g n a r sus vest idos , p o d r i a s o r p r e n d e r y c a p t u r a r e n la c i m a de los m á s a l tos á r b o l e s p a r t e de la p o b l a c i ó n o b r e r a c o n su r e i n a y a l g u n o s p a n a l e s . L a c o n s e r v a c i ó n de la f a m i l i a es fác i l e n u n a h a b i t a c i ó n p o n i e n d o á la r e i n a en u n a j a u l a p a r a p o d e r o b s e r v a r sus c o s t u m b r e s .

E n la t r a v e s í a d e b e n p r e c a v e r s e de los v i e n t o s del e s t r e c h o de A d e n y de la e n t r a d a d e l m a r R o j o ; los i n s e c t o s p u e d e n v e n i r b ien a c o n d i ­c i o n a d o s en c o l m e n a s s o b r e p u e s t a s p a r a que p u e d a n d e s c u b r i r s e en los p u n t o s m á s c a l u r o s o s , b i e n v e n t i l a d a s y de f o n d o m ó v i l ; á b o r d o d e b e n e s t a r s i e m p r e al a ire l ibre y á la s o m b r a , p o n i é n d o l a s en a l to el a l i ­m e n t o , consistente, en b u e n a m i e l c o l o c a d a en un l i e n z o , de m o d o q u e las abejas p u e d a n c h u p a r l a ; y u n a v e z l l e g a d o , el C o n g r e s o de a g r i c u l ­t u r a f a v o r e c e r í a estas e x p e d i c i o n e s .

E s t a n u e v a e s p e c i e , que a p e n a s es c o n o c i d a , l l a m a sobre m a n e r a la a t e n c i ó n de los a p i c u l t o r e s ; e n c u e n t r a t o d a v í a las di f icul tades de u n a n o v e d a d a u n n o g e n e r a l i z a d a , y es de i m p o r t a n c i a p o r la c a l i d a d , p o r e l a p r o v e c h a m i e n t o que h a r i a de a l g u n o s p o r h o y a p e n a s u t i l i z a d o s , y p o r la c a n t i d a d de miel q u e p r o d u c e .

L a c r i a de las abejas se e x t i e n d e m á s c a d a d í a , y es to h a c e , d ice el S r . L ó p e z M a r t í n e z , q u e sean m á s d e t e n i d o s y c o n c i e n z u d o s los e s t u d i o s sobre la i n d u s t r i a c o l m e n e r a e n t o d a s sus fases. E n t r e otras m u c h a s s o c i e d a d e s y p e r i ó d i c o s d e d i c a d o s e x c l u s i v a m e n t e á esta i n d u s ­t r i a , está la S o c i e d a d c e n t r a l de f o m e n t o de la A g r i c u l t u r a en I t a l i a , q u e c e l e b r a e x p o s i c i o n e s , y en la ú l t i m a figuraron las abejas de la isla de Java , m u c h o m á s g r a n d e s q u e las de E u r o p a .

E n c u a n t o á la l a b o r de las a b e j a s , d e b e n o t a r s e las ce ld i l las del p a n a l , las c u a l e s h a c e n de tres d i ferentes d i m e n s i o n e s , c o r r e s p o n d i e n d o á t res c lases de abe jas . L a s m á s n u m e r o s a s y p e q u e ñ a s á la v e z , son las de las o b r e r a s , c u y a m a y o r parte o c u p a n el c e n t r o de la c o l m e n a . S u p r o f u n d i d a d es de d o c e m i l í m e t r o s g e n e r a l m e n t e , y a l g o más de c i n c o e n d i á m e t r o . L a s ce ld i l las de los m a c h o s ó z á n g a n o s , a u n q u e e n m e n o r n ú m e r o , son m a y o r e s , m i d i e n d o u n o s diez y o c h o m i l í m e t r o s p r ó x i m a m e n t e de l o n g i t u d y siete de d i á m e t r o . L a s c e l d i l l a s l l a m a d a s c o s t i l l a s r e a l e s , es tán l i m i t a d a s á tan escaso n ú m e r o , q u e a p e n a s p a s a n de Cinco á v e i n t e . L o s a l v é o l o s ó ce ld i l las de las abejas m a d r e s n o es tán en el m i s m o p l a n o n i s i g u e n o r d e n a l g u n o ; o f r e c e n m a y o r t a m a ñ o y s e c c i ó n c o n s i d e r a b l e , e q u i v a l i e n d o el peso t o t a l á c i n c u e n t a a l v é o l o s de o b r e r a s .

Page 46: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . I49

L a s ce ld i l las reales s i rven e x c l u s i v a m e n t e de c u n a , lo q u e n o s u c e d e c o n las de las o t r a s o b r e r a s . A q u e l l a s , a d e m á s de su u s o p r i n c i p a l c o m o c u n a , s i rven de a l m a c é n antes ó después d e l n a c i m i e n t o ó d e s a r r o l l o de las l a r v a s , a u n c u a n d o ex is ten e n las c o l m e n a s c i e r t o n ú m e r o d e ce ld i l las dest inadas e s p e c i a l m e n t e á las p r o v i s i o n e s . L a i n t e l i g e n c i a y a c t i v i d a d desarro l lada por las o b r e r a s en la c o n s t r u c c i ó n del p a n a l son ta les que h a c e n más de 4.000 ce ld i l las en m e n o s de v e i n t i c u a t r o h o r a s , n o t a r d a n d o e n d i s p o n e r de las 50.000 q u e g e n e r a l m e n t e c o n t i e n e u n a b u e n a c o l m e n a .

R e p r o c h a c o n C e l s o , C o l u m e l a , las c o l m e n a s de p a j a , y h o y l a s v e m o s m u y usadas en F r a n c i a , de f o r m a c ó n i c a , b a s t a n t e a b r i g a d a s in n e c e s i t a r t a p a ; p e r o á la v e z del i n c o n v e n i e n t e q u e les s e ñ a l a C o l u ­m e l a , t i e n e n el de q u e es n e c e s a r i o l e v a n t a r l a s p a r a e x t r a e r l a m i e l y l a c e r a , e x i g i e n d o a d e m á s m u c h o ' c a m b i o de vas i jas p a r a r e t i r a r las ceras v ie jas q u e es tán en la parte s u p e r i o r de la c o l m e n a .

E n E s p a ñ a se u s a n t o d a v í a las de c o r c h o ; en los E s t a d o s - U n i d o s , d o n d e t a n t o a d e l a n t a esta i n d u s t r i a , se u s a n m u c h o las c o l m e n a s de m a r c o s y p a n a l e s m ó v i l e s , d e b i d a s á H u b e r y p e r f e c c i o n a d a s , c o m o la l l a m a d a de S a n g s t r o t h , que á la v e z p u e d e c o n v e r t i r s e en c o l m e n a de o b s e r v a c i ó n y e s t u d i o ; y en §£te caso es prec iso q u e p u e d a n verse t o d a s las par tes del edi f ic io a p í c o l a para p o d e r s e g u i r de c e r c a sus t r a b a j o s . C o n la c o l m e n a de e s t u d i o se p u e d e n o b t e n e r f á c i l m e n t e h u e v o s de o b r e r a y de h e m b r a f e c u n d a , c u a n d o se t r a t a de dar m a d r e á u n a c o l ­m e n a q u e ha p e r d i d o la s u y a y n o le q u e d a n a l i m e n t o s p a r a r e e m p l a ­zar la . L o s p a r t i d a r i o s de las c o l m e n a s de m a r c o s y p a n a l e s m ó v i l e s a s e g u r a n , e n t r e otros escr i tores e l S r . B a l a g u e r , q u e n o s o l a m e n t e p r e s e n t a n g r a n d e s v e n t a j a s de m a n i p u l a c i ó n , s ino q u e los m é t o d o s a p í c o l a s q u e c o n el las p u e d e n p r a c t i c a r s e a u m e n t a n m u c h o el rendi­m i e n t o en m i e l ; los m e d i o s que d e b e n e m p l e a r s e , s o n : a l i m e n t a c i ó n en la p r i m a v e r a c o n a g u a de a z ú c a r , q u e faci l i ta la p o s t u r a de m u c h o s h u e v o s de o b r e r a s y la c o n s e r v a c i ó n de p a n a l e s d e s p u é s . E s t o s se c o l o c a n en u n e x t r a c t o r de fuerza c e n t r í f u g a , de m o d o q u e e s c u r r a la m i e l , y se les p o n e v a c í o s en los m a r c o s q u e se l l e v a n de n u e v o á la c o l m e n a . L a s abe jas se a p r e s u r a n á d e p o s i t a r su m i e l e n estos a l m a ­c e n e s y a c o n s t r u i d o s , y n o t i e n e n p o r q u é t r a n s f o r m a r u n a p a r t e de ella en c e r a . L a s otras c a u s a s de m a y o r p r o d u c t o s o n : m e j o r ca l idad de la m i e l ; p o d e r e s c o g e r á v o l u n t a d los p a n a l e s sin p o l e n y pos­t u r a , y sin a p l a s t a r l o s ; la s u p r e s i ó n de las ce ld i l las para los h u e v o s de z á n g a n o s y p o d e r a g r a n d a r las c o l m e n a s c u a n d o la es tac ión sea f a v o r a ­b l e . M r . L a y e n s a f i r m a , q u e si la c o s e c h a p o r los m é t o d o s a n t i g u o s es tá r e p r e s e n t a d a p o r 1, en los m o d e r n o s l l egará á 3,83; es d e c i r , q u e será c e r c a de c u a t r o v e c e s m á s p r o d u c t i v a ; ta l v e z d e m a s i a d o c r e i d o de los n u e v o s p r o c e d i m i e n t o s se a n i m e en ta les t é r m i n o s Mr. L a y e n s ; p e r o es m u y n o t a b l e la d i f e r e n c i a . N o ser ia di f íc i l e x p o n e r todos los s i s t e m a s y m o d e l o s de c o l m e n a s u s a d a s con a p l a u s o , p e r o nos d e t e n e -

Page 47: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

C O L U M E L A .

m o s ante u n es tudio tan g r a n d e y n o s c o n c r e t a m o s á d e c i r q u e , si b i e n n o son m a l a s ni d i f icul tosas de c o l o c a r las a b e j a s , las c o l m e n a s d e b e n r e u n i r , p r i n c i p a l m e n t e , las c o n d i c i o n e s de prestarse á las o p e r a c i o n e s q u e es p r e c i s o h a c e r sufr ir á las a b e j a s , y de p e r m i t i r el a p r o v e c h a ­m i e n t o de la m i e l y de la c e r a sin o c a s i o n a r d a ñ o a l g u n o á la e x i s t e n ­c i a de las m i s m a s . T i e n e , p u e s , la e l e c c i ó n de u n a c o l m e n a m u c h a i m p o r t a n c i a , y se h a n e n s a y a d o m u c h a s c lases d i f e r e n t e s ; p e r o g e n e -r a í m e n t e se c las i f ican en dos g r u p o s : p r i m e r o , las c o l m e n a s fijas, de c a p a c i d a d i n v a r i a b l e , g e n e r a l m e n t e , a u n q u e o t r a s v e c e s se p u e d a a g r a n d a r p o r sobrepuestos ó p o r aljas; p e r o en las c u a l e s las abe jas s u s p e n d e n sus p a n a l e s v e r t i c a l e s á u n a p a r e d s u p e r i o r i n m ó v i l , de tal s u e r t e , q u e n o se p u e d e n s e p a r a r d i c h o s p a n a l e s s ino v e r i f i c a n d o u n a s e c c i ó n i n f e r i o r : s e g u n d o , c o l m e n a s m ó v i l e s , en las q u e se p u e d e d i r i g i r e l t r a b a j o de las a b e j a s , o b l i g á n d o l a s á c o n s t r u i r sus a l v é o l o s s o b r e t rav iesas ó en m a r c o s m o v i b l e s , de ta l m o d o , q u e se p u e d a sepa­r a r en s e g u i d a ta l ó c u a l p a r t e de su t r a b a j o , sin p e r t u r b a r el resto de la c o l m e n a . A esta d i v i s i ó n se ref ieren t a m b i é n las c o l m e n a s i n v e n t a ­das p o r L o m b a r d , l l a m a d a s en S u i z a la c o l m e n a s de a l z a s ; la de C a n u e l ; l a de A r c o s ; l a ' d e F r e m i e t , la i g u a l m e n t e i n v e n t a d a p o r N u l t ; la c o n s ­t r u i d a p o r el c é l e b r e H u b e r , l l a m a d a d e s h o j a s ó l i b r o . L a c o l m e n a P r o k o p o w i t s h , la D e b e a u v o y s , la P o l o n e s a , q u e es e l s i s t e m a p r i m i t i v o , la de rej i l la b o m b e a d a , la c o l m e n a p o l í t r o p a , e t c . , e t c .

S o b r e este i n d u s t r i o s o y a d m i r a b l e i n s e c t o f a b r i c a d o r de la m i e l y de la c e r a , d ice el E x c m o . S r . D. B r a u l i o A n t ó n R a m í r e z , se h a n es­c r i t o m u l t i t u d de t r a t a d o s y a r t í c u l o s e n c a m i n a d o s á d a r l a á c o n o c e r en su m a y o r d e t a l l e , o f r e c i e n d o t o d o s p a r t i c u l a r i n t e r é s . A s í , en e l Se­manario de Agricultura y de Artes, p u b l i c a d o en S e v i l l a el a ñ o de 1832, t o m o II , p á g . 265, m a n i f e s t ó e l S r . P o r t o c a r r e r o las e s p e c i e s de abe jas q u e c o n t i e n e u n a c o l m e n a ; señala t res de las q u e f o r m a la p r i m e r a c l a s e , u n a - s o l a l l a m a d a r e i n a , q u e se d i s t i n g u e f á c i l m e n t e p o r q u e t iene e l c u e r p o m á s l a r g o y e n p r o p o r c i ó n las a las más p e q u e ñ a s : s e g u n d a , las t r a b a j a d o r a s , l l a m a d a s t a m b i é n n e u t r a s , p e r o q u e n o c r i a n ; es tas s u b e n á m u c h o s m i l e s , s o n las m á s p e q u e ñ a s y e s t á n a r m a d a s de u n a g u i j ó n : t e r c e r a , los z á n g a n o s , en n ú m e r o de 1.500 á 2.000, son m á s g r u e s o s q u e las t r a b a j a d o r a s , de c o l o r m á s o s c u r o ; a l v o l a r h a c e n m u ­c h o r u i d o y c a r e c e n de a g u i j ó n . L a s t r a b a j a d o r a s son las q u e e l a b o r a n l a c e r a , c o n s t r u y e n las c e l d a s , r e c o g e n . l a m i e l de las flores y a l i m e n t a n l a cr ia . L a r e i n a v u e l a b a s t a n t e a l t o , e s c o g i e n d o el m o m e n t o e n q u e el c a l o r ha h e c h o sal ir los z á n g a n o s de l a c o l m e n a , y en v i r t u d d e l a m o r h a c e la j o v e n r e i n a su v ia je m á s l a r g o , y v u e l v e á la m e d i a h o r a c o n señales m a r c a d a s de f e c u n d a c i ó n ; e l p o b r e z á n g a n o , por su p r e m a t u r a m u e r t e , n u n c a l l e g a á c o n o c e r á sus hi jos . E s c u r i o s o c u a n t o se h a es­cr i to r e s p e c t o á las c o s t u m b r e s de las a b e j a s , y a c u a n d o dos r i v a l e s se d i s p u t a n la c a t e g o r í a de re ina , y a c u a n d o u n a e x t r a ñ a e n t r a á g o b e r n a r ó m u e r e la r e i n a l e g í t i m a ; en e l p r i m e r c a s o , el v a l o r es el q u e t r i u n f a ;

Page 48: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

L I B R O N O V E N O . l 5 í

en el s e g u n d o , . l a a c e p t a n si ha p a s a d o m u c h o t i e m p o desde el a b a n d o n o de la r e i n a ; y en e l t e r c e r o , e l las la f o r m a n ó e l i g e n de entre sus c o m p a ­ñ e r a s . N o o b s t a n t e , la c o l m e n a e s , e n sent ir de D. E u s e b i o R u i z de la E s c a l e r a , u n a e s c u e l a p r á c t i c a , en la c u a l p o d e m o s t o m a r de las abe jas l e c c i o n e s i m p o r t a n t e s de p r u d e n c i a , t e m p l a n z a , e c o n o m í a , i n d u s t r i a , a p l i c a c i ó n , o c u p a c i ó n c o n t i n u a y m o d e r a d a , a s e o , a m o r á n u e s t r o s s e m e j a n t e s , deseo de p r o s p e r i d a d p ú b l i c a s in e n v i d i a ni a m b i c i ó n , b u e n espír i tu de s o c i e d a d y a b o r r e c i m i e n t o á la h o l g a n z a . N o se q u e j a n de su c o n d i c i ó n ni se i n c o m o d a n ni a b a n d o n a n su m o r a d a p o r q u e u n a m a n o u s u r p a d o r a les r o b e sus p a n a l e s ; a n t e s , p o r el c o n t r a r i o , v u e l v e n c o n s o l i c i t u d á e m p r e n d e r de n u e v o sus tareas .

• P r e s e n t a n g e n e r a l m e n t e los a u t o r e s c o m o p r e f e r i b l e s las abejas p e -q u e ñ i t a s , o b l o n g a s , lisas y b r i l l a n t e s ; y e l coste y p r o d u c t o de c i e n c o l m e n a s e n s i t io y c o n d i c i o n e s á p r o p ó s i t o a s c i e n d e n , s e g ú n c á l c u l o s p e r i t o s , los p r i m e r o s d e s e m b o l s o s á 4.992 r e a l e s y á 916 el e n t r e t e n i ­m i e n t o d e l p r i m e r a ñ o ; d e d u c e n q u e al s e g u n d o a ñ o , n o só lo se s a c a l i b r e el c a p i t a l , s ino u n saldo á f a v o r de 2.356 r e a l e s .

S o n n o t a b l e s los t r a b a j o s de estos i n s e c t o s ; t a m b i é n p o r su e s m e r o y c u i d a d o s m i n u c i o s o s é i n t e l i g e n t e s p a r a l a c o n s e r v a c i ó n de sus h u e ­v o s , e d u c a c i ó n de sus cr ias y p r e p a r a c i ó n de sus a l i m e n t o s , y a u n el o r d e n q u e s i g u e n e n sus e m i g r a c i o n e s . E s p r o d i g i o s o el o r d e n con que a p a r e c e n los tres g é n e r o s de a b e j a s , y l a re ina , s o b r e t o d o , ú n i c a e n c a r ­g a d a de m u l t i p l i c a r la e s p e c i e y én la q u e u n a sola f e c u n d a c i ó n de u n m a c h o la deja e n es tado de p o n e r h u e v o s dos ó t res años : los q u e p o n e e n los seis m e s e s p r i m e r o s p r o d u c e abe jas t r a b a j a d o r a s ; los meses s i g u i e n t e s p o n e h u e v o s de m a c h o , y en u n s ó l o dia a l g u n o s d e s t i n a d o s á p r o d u c i r las h e m b r a s q u e la h a n de s u c e d e r ó er ig irse en re inas de o t r o s e n j a m b r e s . D. A g u s t í n de Q u i n t o , q u e es u n o de los q u e m o d e r ­n a m e n t e h a n e s c r i t o c o n m a y o r a c i e r t o s o b r e esta m a t e r i a , d ice que u n a c o l m e n a es g r a n d e c u a n d o t i e n e 40.000 a b e j a s , y p e q u e ñ a c u a n d o n o l l e g a n á 20.000; y q u e s a b i é n d o s e por los e x p e r i m e n t o s de R e a u m u r q u e e n - u n a l i b r a de peso e n t r a n 5.376 a b e j a s , f á c i l m e n t e , c o n o c i e n d o el peso de u n a c o l m e n a v a c í a , se p u e d e v e n i r e n c o n o c i m i e n t o del n ú m e r o de abe jas q u e la p u e b l a n .

L a A p i c u l t u r a en A m é r i c a es n o t a b l e p o r t o d o s c o n c e p t o s ; c a d a d ia se e x t i e n d e a l l í m á s la cr ia de las a b e j a s ; s iendo y a la c o s e c h a de l a m i e l u n r a m o i m p o r t a n t í s i m o de r i q u e z a e n l a del N o r t e . S e g ú n d ice u n p e r i ó d i c o de la C a l i f o r n i a , e s p e c i a l i s t a e n este r a m o , e l p r i m e r a p i c u l t o r de a q u e l E s t a d o es u n S r . H a r b i s o n , el c u a l saca de la i n d u s t r i a c o l m e n e r a 25.000 d u r o s de r e n t a a n u a l . E n el E s t a d o de N u e v a - Y o r k , e l c a p i t á n H e t h e r i n g t o n v e n d i ó en el .pasado año 88.000 l i b r a s de m i e l de s u c o s e c h a , y e l S r . A d a m o G r i m m de Jef ferson, 90.000. E n los E s t a d o s - U n i d o s h a y 70.000 a p i c u l t o r e s , los c u a l e s p o s e e n 3.000.000 de c o l m e n a s . P o r t é r m i n o m e d i o se r e c o l e c t a r á n e n los E s t a d o s - U n i ­dos 70 m i l l o n e s de l ibras de m i e l , c u y o v a l o r a s c i e n d e á 82.500.000

Page 49: LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURAapigranca.es/wp-content/uploads/2019/09/Columela_Res... · 2019-09-16 · ó de alcornoque, porque rara vez hay proporción de olivo. Por último, para

COLTJMELA.

p e s e t a s , datos q u e p o n e n b i e n de m a n i f i e s t o l a i m p o r t a n c i a de este

a d m i r a b l e i n s e c t o , t a n p o n d e r a d o desde la a n t i g ü e d a d y entre n o s o t r o s

tan d e s c u i d a d o d e s g r a c i a d a m e n t e .

NOTA AL C A P Í T U L O X V I .

i . N o es a h o r a de m u y p o c o v a l o r l a c e r a , pues c o n u n a l i b r a de e l la se p u e d e n c o m p r a r c u a t r o de m i e l ; lo q u e t iene dos m o t i v o s , u n o el m u c h o c o n s u m o q u e h a y de e l la p a r a el c u l t o d i v i n o ; y o t r o el m e n o r q u e h a y de m i e l , que e n t i e m p o de C o l u m e l a , p o r darse la p r e f e r e n c i a al a z ú c a r , q u e e n t o n c e s era r a r o y a h o r a se h a h e c h o m u y c o m ú n .