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lProhlema de empleo o de reproducción de la fuerza de Trabajo?: Las Comunidades Campesinas del Cusca Efraín Gonzales de Olarte l. Introducción Un componente importante del desarrollo y de la estructura agraria peruana es la Comunidad Campesina.! Su papel en el proceso de produc- ción y reproducción de la fuerza de trabajo aún no ha sido suficientemente explicado. El presente trabajo pretende aportar algunos elementos de re- flexión -basados en investigaciones pasadas y en curso- para la compren- sión del llamado problema del empleo, o más bien, el de la reproducción de las familias y de la fuerza de trabajo de "campesinos- comuneros" en el Perú. específicamente en la región del Cusco, que es la más poblada por comuneros y comunidades. Sobre la base de estudios previos2 trataremos de analizar las relacio- nes existentes entre la capacidad y disponibilidad de fuerza de trabajo de los comuneros, las diversas tareas que permiten ocupar esta fu erza de trabajo. los resultados productivos de dicha utilización y los ingresos obtenidos. En se- guida, trataremos de comprender las racionalidades implícitas de esta com- pleja economía familiar. que plantean el problema del empleo como una cuestión global, imposible de separarlo del conjunto de la economía de. los comuneros, caracterizada por ser una unidad de producción- consumo. No. 1, setiembre 1983 77

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lProhlema de empleo o de reproducción de la fuerza de Trabajo?:

Las Comunidades Campesinas del Cusca Efraín Gonzales de Olarte

l. Introducción

Un componente importante del desarrollo y de la estructura agraria peruana es la Comunidad Campesina.! Su papel en el proceso de produc­ción y reproducción de la fuerza de trabajo aún no ha sido suficientemente explicado. El presente trabajo pretende aportar algunos elementos de re­flexión -basados en investigaciones pasadas y en curso- para la compren­sión del llamado problema del empleo, o más bien, el de la reproducción de las familias y de la fuerza de trabajo de "campesinos- comuneros" en el Perú. específicamente en la región del Cusco, que es la más poblada por comuneros y comunidades.

Sobre la base de estudios previos2 trataremos de analizar las relacio­nes existentes entre la capacidad y disponibilidad de fuerza de trabajo de los comuneros, las diversas tareas que permiten ocupar esta fu erza de trabajo. los resultados productivos de dicha utilización y los ingresos obtenidos. En se­guida, trataremos de comprender las racionalidades implícitas de esta com­pleja economía familiar. que plantean el problema del empleo como una cuestión global, imposible de separarlo del conjunto de la economía de . los comuneros, caracterizada por ser una unidad de producción- consumo.

No. 1, setiembre 1983 77

Estudios ___________________________ _

2. Comunidades Campesinas

Antes de abordar nuestro problema central es necesario ubicar el contexto espacial -tanto físico como social- del cual emergen los comune­ros y la comunidad campesina.

Las Comunidades Campesinas son grupos de familias que se asenta­ron en la zonas periféricas de las haciendas o de las cooperativas. Las fami­lias e individuos pertenecientes a cada Comunidad están ligados por relacio­nes de producción establecidas sobre la base de un volumen de recursos (indi­viduales y comunales) : tierras , ganado, bienes duraderos y dinero muy limita­dos y desigualmente distribuidos y por la organización comunal del proceso de trabajo . Su presencia dentro de la formación social se ha caracterizado y se caracteriza por la permanente dominación de la comunidad por la hacien­da , la cooperativa o por pequeños y medianos capitalistas. Esta dominación se ha sustentado históricamente en función de la reducción y mantenimiento de los recursos comunales (tierras , ganado) en niveles inferiores a los necesa­rios para alcanzar una producción de autosubsistencia; dando lugar al estable­cimiento de un conjunto de relaciones de producción, que han condicionado la organización del trabajo al interior de la comunidad.3 La producción de los comuneros es básicamente agropecuaria y artesanal; parte de ella es mer­cantilizada y parte autoconsumida.

Las comunidades se asientan en un territorio comunal limitado4 his­tóricamente por las haciendas y distribuido desigualmente entre los comune­ros, lo que permite la organización de la producción y de la utilización de la fuerza de trabajo familiar de manera diferenciada, dando lugar a un conjunto de relaciones de producción, circulación y distribución peculiares a las comu­nidades y que llegan a crear un espacio social diferente del resto de la socie­dad peruana , en el cual las relaciones sociales no son capitalistas. Sin embar­go , la comunidad no puede ser explicada en sí misma, sino como parte de una formación social con predominancia capitalista, a la cual está ligada a través de relaciones de producción, circulación y de relaciones jurídico-polí­ticas.

Precisamente, el tema que nos ocupa nos va a permitir ver concreta­mente las formas de articulación y subordinación de la comunidad campesina con respecto a la formación social en la cual sobrevive.

3. ¿Problema del empleo o problema de reproducción de las familias comu­neras y de la fuerza de trabajo?

Siendo el concepto de empleo poco preciso, hemos preferido comen­zar por la descripción del proceso de reproducción de la fuerza de trabajo de los comuneros.

a) La reproducción de la fuerza de trabajo de las familias comuneras se realiza con cierta autonomía, es decir, que las partes más importantes de

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los productos e ingresos que reproducen a las familias se generan dentro de la economía familiar y de la comunidad; es por ello que son definidas como campesinas. Sin embargo, no son suficientes para reproducirlas totalmenteS ; esto significa que para la reproducción anual de la familia los comuneros de­ben acceder a otras fuentes de ingreso fuera de la comunidad. Este margen de ingresos resulta crucial para su reproducción y está en función inversa al volumen anual de producción agropecuaria o artesanal y en relación directa al gasto monetario anual. Dicho gasto puede variar en función de una dismi­nución de los precios relativos de los productos campesinos con respecto a los productos que ellos no producen, en general industriales; o también por la ampliación de la canasta de consumo.

El producto-ingreso a obtener fuera de la comunidad es, pues, la va­riable de regulación de demanda de fuerza de trabajo de las haciendas y /o de los sectores capitalistas.

De esta manera la reproducción de la fuerza de trabajo comunera se basa en la producción realizada sobre sus limitados recursos, estando además en función de las relaciones que establecen los comuneros con el exterior. Esta reproducción resulta siendo funcional a la reproducción de la comuni­dad y de las familias comuneras que la integran, como a los sectores o unida­des que la dominan.

b) De otra parte, el crecimiento vegetativo de la población comunera con respecto al no incremento de los recursos - tierra y ganado- y a la dé­bil acumulación de capital en el ámbito rural (en los casos que exista) produ­ce una migración definitiva de algún o algunos miembros de la familia , los cuales se integran a diferentes actividades económicas, en general en las ciu­dades. De esta manera las comunidades producen fuerza de trabajo para los sectores capitalistas con un bajo o nulo costo para dichos sectores, pues el costo de manutención de los comuneros que se integran a estos sectores, mi­grando definitivamente, no es asumido totalmente por dichos sectores sino , más bien, por los comuneros mismos.

c) Luego , debido a la estacionalidad de la producción agropecuaria que deja períodos de tiempo libre a los comuneros durante ciertas épocas al año y debido a las necesidades que tienen éstos de ingresos complementarios, los comuneros migran estacionalmente para asalariarse en diferentes sectores. Esto significa que la comunidad también produce y reproduce fuerza de tra­bajo, de manera temporal, para los sectores capitalistas, los cuales se benefi­cian contratando una fuerza de trabajo que es capaz de sufragar la mayor parte de su propia reproducción. Aquí, la reproducción de la fuerza de tra­bajo tiene un doble carácter. De una parte, permite completar los ingresos para la reproducción de la fuerza de trabajo comunera y, de otra, permite la reproducción de fuerza de trabajo estacional necesaria para ciertos sectores capitalistas. El papel que cumple -a este nivel- la comunidad campesina, dentro de la formación social peruana, es la optimización del uso de los recursos de los comuneros y de la comunidad en concordancia con la utili-

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Estudios ___________________________ _

zación de la fuerza de trabajo, de manera a producir fuerza de trabajo dispo­nible para los sectores o unidades capitalistas.

Por estas razones, el llamado problema del empleo se presenta, más bien, como un problema de reproducción de la fuerza de trabajo de los co­muneros, que a su vez está a la base de la producción y reproducción de cier­to volumen de fuerza de trabajo para los sectores capitalistas. Evidentemen­te, al mismo tiempo esto significa que las relaciones de producción y explota­ción que subyacen, cuando se utiliza la fuerza de trabajo de los comuneros, se recrean.

Por ello, no pensamos que el problema del empleo pueda reducirse a aspectos parciales : ocupación de la fuerza de trabajo, productividades o in­gresos. En nuestro criterio, es más apropiado analizarlo como un problema de reproducción de la fuerza de trabajo en función de diferentes formas pro­ductivas, en las cuales se mueven los comuneros. Además, ello permite en­samblar coherentemente los aspectos parciales del problema del empleo.

4. Recursos y fuerza de trabajo en las comunidades

Ahora vamos a tratar de dar contenido a nuestras proposiciones ante-riores.

a. Recursos.

Hagamos previamente un inventario de los principales recursos, de la composición familiar y de la fuerza de trabajo de las familias comuneras de distintas comunidades de tres microregiones del Cusco, sobre la base de los resultados obtenidos en diferentes investigaciones hechas a partir de 1977 hasta 1980.

En el cuadro l presentamos una síntesis de los recursos tierra, ganado y herramientas que están a la base de la producción comunal y comunera. Destacamos las siguientes observaciones de manera introductoria.

l. El número promedio de miembros por familia está por encima de cinco personas para las tres microregiones. Este es el tamaño de familia que se reproduce anualmente y que no ha variado sensiblemente en los últimos veinte años. De alguna manera el problema del empleo radica en cómo cada familia organiza sus actividades y la utilización de su fuerza de trabajo para reproducirse física y socialmente al interior de cada comunidad.

2. Dentro de los recursos comunales el más importante es, en general, la tierra con pastos naturales aptos para la ganadería. Su promedio por fami­lia es variable según las regiones y los pisos ecológicos en los cuales se asien­tan las comunidades. Su utilización es colectiva y determinan cierto uso de la fuerza de trabajo en actividades pastoriles. En las tres microregiones estu­diadas existen pastos en diferentes cantidades, lás cuales pueden soportar normalmente una unidad vacuno u ocho unidades ovino por hectárea.

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___ _ _ _______________ ____ Gonza/es: Problemas del empleo

Cuadro No. 1

CUSCO: RECURSOS EN LAS COMUNIDADES CAMPESINAS

Antapampa 1 Paruro2 Canchis3

(10 comuni- (6 comuni- (6 comuni-dades) dades) dades)

por std. por std. por std. fami- dev. fami- dev. fami- dev. lia lia lia

No. de miembros por familia 5.1 2.01 5.13 2.14 5.03 2.34

TIERRAS comunales (pastos, Has.) 4.96 8.9 2.25 familiares (Has.) de riego 0.66 0.48 0.43 de secano 0.64 1.0 0.35 pastos naturales 0.10 4.11 17.66

estandarizadas (Has.) 0.98 0.98 0.78 Concentración de tierras · 0.46 0.32 0.39

( coeficiente G INI)

GANADO vacuno 3.05 3.05 2.8 4.3 ovino 2.71 6.6 8.5 13.5 porcino 1.64 2.2 1.4 1.1 equino 0.64 2.1 0.6 1.9 caprino - 3.5 -auquénidos - n.d. 38.9

HERRAMIENTAS arados 1.08 0.98 0.56 n.d. chaq u ita ellas 1.04 0.99 1.38 1.71 palas n.d. 1.48 1.43 picos n.d. 1.53 1.57 lampas n.d. n.d. 1.57

FUENTES: 1 . E. Gonzales, "La economía familiar comunera", Economía, No. 5, PUC , Lima, 1980.

Los datos corresponden a 280 familias encuestadas en 1 O comunidades, en 1978. 2. PRODERM, Diagnóstico de la m icroregión de Paruro, Cusco , 1981; Mon teagudo, Economía fa­

miliar comunal campesina, Memoria , Programa de Ciencias Sociales, PUC, Lima . 1981. Los datos corresponden a 165 familias encuestadas en 6 comunidades en 1979-80.

3 . PRODERM, Diagnóstico de la microregión de Canchis, Cusco, 1981. Los datos corresponden a 204 familias encuestadas en 6 comunidades de Canchis, en 1980. std. dev. = desviación standard

n.d . = no disponible

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Estudios ___________________________ _

3. El recurso familiar más importante es la tierra, cuya extensión en promedio es muy pequeña - alrededor de una hectárea por familia- y está compuesto, de manera variable, por tierras con riego y de secano y por pas­tos naturales familiares (ver cuadro 1 ).

Sin embargo, el promedio de tierras es un dato incompleto y es nece­sario señalar que la tierra está desigualmente distribuida al interior de cada comunidad. De esto dan cuenta los coeficientes gini mencionados (0.46, 0 .32 , 0.39) para las comunidades de las tres microregiones que indican con­centraciones de tierras no muy agudas. De esto se desprendería la conclu­sión de que sólo cierto grado de concentración de tierras, en las comunida­des, es compatible con el sistema productivo comunal y que cualquier proce­so de concentración mayor estaría a la base de la disolución de la comuni­dad , tal como demostramos en un trabajo anterior.6

Es evidente que el cultivo de las tierras familiares, casi siempre dividi­das en varias parcelas, ocupa la mayor parte de la fuerza de trabajo de la fa­milia y es la base de la producción agroalimentaria que permite asumir la par­te principal de la reproducción física de la familia.

4. El ganado está en función de la cantidad y calidad de las tierras que posee cada familia comunera. La existencia de pastos naturales es un factor importante para la tenencia de ganado ovino y camélido. La cría y explotación ganadera ocupa partes menos importantes de la fuerza de trabajo y, en general , ocupa a miembros de la familia de menor edad y a mujeres.

5. La dotación de herramientas , todas de fabricación campesina y de origen muy antiguo , está en función del número de miembros de la familia capaces de utilizar dichos instrumentos , más que en función de la cantidad de tierras . Las herramientas que son parte importante de la estructura tecno­lógica de los comuneros , definen varios aspectos de la utilización de la fuerza de trabajo : la cantidad utilizada ; una calificación mínima de los comuneros; intensidad de utilización de trabajo. Así, el arado es sólo utilizable en terre­nos con poca pendiente y en general con riego , mientras que la chaquitaclla es usada en terrenos con pendiente en las laderas de los cerros. De alguna manera , la intensidad de ocupación de la fuerza de trabajo utilizando directa­mente el arado es menor que con el uso de la chaquitaclla.

La cantidad de recursos de los comuneros, en especial la tierra, está fijada desde la época de las haciendas, por lo tanto la utilización de la fuerza de trabajo -en sus tierras- ha variado levemente en cantidad y en calidad, dada la estructura tecnológica existente. A esto se agrega que, en gran parte, los cambios tecnológicos introducidos por los comuneros han tendido más bien a mejorar la calidad de las tierras,7 que a ocupar diferentemente lama­no de obra.

Los cambios en la utilización de la fuerza de trabajo se han dado fue­ra de las actividades familiares y en particular fuera de la comunidad, tal co­mo veremos más adelante.

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b. Fuerza de trabajo.

Si la posesión de recursos es cuantificable con cierta precisión, la disponibilidad de fuerza de trabajo de cada familia comunera es más difícil de estimar debido a la estructura familiar por edades y sexo y a la división del trabajo establecida en las comunidades, que asigna tareas específicas a hombres y mujeres, y a menores y adultos. Esto plantea dificultades de homogenización de la fuerza de trabajo, que son superables sólo cuando los comuneros venden su fuerza de trabajo en los mercados de trabajo y se pue­de tomar el salario como factor de homogenización y comparación. De ello se desprende que la utilización del trabajo en actividades propias a cada fami­lia, requiere de un método de estimación adecuado , no exento de a prioris.

En virtud de esto hemos tratado de estimar, de manera global para las comunidades de las tres microregiones, la disponibilidad anual de fuerza de trabajo y la utilización de dicha fuerza de trabajo con el objeto de tener una idea de cómo es la ocupación de la fuerza de trabajo disponible de las familias comuneras.

Disponibilidad: en el cuadro 2 hemos distinguido dos tipos de dispo­nibilidad: la fuerza de trabajo potencial total y la fuerza de trabajo asalaria­ble.

1A fuerza de trabajo potencial total está conformada por los miem­bros de la familia , varones y mujeres mayores de 12 años; lo cual da los pro­medios de 2.98 personas por familia para las comunidades de Antapampa, de 3.04 para las de Paruro y de 3.13 para las de Canchis. Estas personas esta­rían potencialmente disponibles durante el año para realizar actividades agro­pecuarias, artesanales, comunales y de intercambio.

Sin embargo, el número de personas potencialmente disponibles es el resultado de cierta estandarización8 hecha con los siguientes criterios, relati­vamente arbitrarios :

niños de 6-12 años 0.25 hombres y mujeres de 12- 16 años 0.5 hombres de 17- 50 años 1.0 mujeres de 17-50 años 0 .75 mayores de 50 años 0.5

Luego hemos estimado el número de días/hombre disponibles para el trabajo durante el año por familia, para lo cual se ha multiplicado el número de personas potencialmente disponibles por 250 días.9 El resultado es que en Antapampa cada familia comunera dispone - en promedio- de 74 7 d/h(a , en Paruro 702 d/h(a y en Can chis 782 d/h /a. Este es el stock de fuer­za de trabajo con que cuentan las familias comuneras, durante un año .

De otra parte hemos estimado la fuerza de trabajo potencialmente asalariable, que se puede vender en los distintos mercados de trabajo, ofre-

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cerse en "reciprocidad" dentro de la comunidad y que está compuesta sola­mente por hombres y mujeres mayores de 17 años. Aquí no hemos hecho ninguna estandarización (ver cuadro 2).

El dato más importante a este respecto es el número de hombres adultos disponibles para trabajos asalariados, que son : 1.15 para Antapam­pa, 1.21 en Paruro y J.46 en Canchis. Lo que significa que cada familia dis­pondría de 288 d/h/a asalariables en Antapampa, 302 en Paruro y 365 en Canchis, asignándoles 250 jornadas al año.

Si la fuerza de trabajo potencialmente asalim.able trabajara efectiva­mente como peones agrícolas, durante los 250 d/h/a y se les pagara el salario promedio para cada microregión, los ingresos que obtendrían serían similares al ingreso total (monetario y no monetario) obtenido por las familias comu­neras.l O Es decir, si el trabajo asalariado fuera generalizado por el desarrollo capitalista, los niveles de ingresos salariales de las familias comuneras asegura­rían la reproducción de la fuerza de trabajo, con la sola ocupación d~ un miembro varón de la familia. Sin embargo esto no sucede, pues en esta' re­gión las unidades de producción capitalista (CAPs, pequeños y medianos pro­pietarios, pequeñas empresas y Estado) sólo pueden absorber una pequeña parte de la fuerza de trabajo de los comuneros.

Utilización: hemos agrupado la ocupación de la fuerza de trabajo disponible en tres ámbitos: el familiar, el comunal y en los mercados de tra­bajo.

La mayor parte de la fuerza de trabajo es utilizada en las actividades familiares -ver cuadro 2-, el 87.8 º/o de la mano de obra disponible en las comunidades de Antapampa, el 83.5 º/o en Paruro y el 91.6 º/o en Canchis. Además, son la agricultura y la ganadería las actividades que ocupan mayor­mente la fuerza de trabajo familiar. Es necesario señalar que en las activida­des familiares la fuerza de trabajo utilizada es heterogénea, está formada por hombres, mujeres, niños y adultos.

La utilización de la fuerza de trabajo en actividades comunales, tales como el trabajo recíproco entre comuneros (ayni y minka), el trabajo propia­mente comunal (faena) y el trabajo asalariado, es -en términos absolutos­relativamente menor: 4.2 º/o para los comuneros de Antapampa, 14.5 °/o en Paruro y 2.2 º/o en Canchis. La intensidad de su utilización está en fun­ción de varios aspectos: 1. De la actividad principal: en las zonas agrícolas (Paruro) es más intenso que en las zonas ganaderas (Canchis); 2. Del grado de desarrollo mercantil de cada microregión: donde existen formas de traba­jo asalariado, el trabajo comunal es menos usual.

Sin embargo, el papel que cumple el trabajo en comunidad sólo es perceptible en su verdadera dimensión cuando se tiene en cuenta la utiliza­ción estacional de la fuerza de trabajo. En las épocas de siembra y cosecha la productividad del trabajo es muy elevada, en dichas épocas la fuerza de trabajo disponible es utilizada al máximo. En estos períodos no hay exce-

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______________________ Gonzales: Problemas del empleo

Cuadro No. 2 CUSCO: COMPOSICION FAMILIAR Y FUERZA DE TRABAJO

Comunidades de

Antapampa Paruro Can chis

No. de miembros por familia. 5.1 5.13 5.03

DISPONIBILIDAD DE LA FUERZA DE TRABAJO

Fuerza de trabajo potencial total personas en edad de trabajo 2.98 3.04 3. 13 No. de días/hombre/año estand. 747 702 782

Fuerza de trabajo ásalariable 2.23 2.42 2.93 varones 1.15 1.21 1.46 mujeres 1.08 1.21 1.47 No. de días/hombre/año total 558 606 733 varones 288 303 365 mujeres. 270 303 368

UTILIZACION DE LA FUERZA DE d/h ºfo d/h ºfo d/h ºfo TRABAJO.

Actividades familiares agricultura 1 320 42.8 312 44.5 115 14.7 ganadería2 50 6.7 n.d. n.d. 365 46.7 otras actividades3 286 38.3 274 39.0 236 30.2

Actividades comunales4 faenas, trabajo recíproco, minka 31 4.2 102 14.5 17 2.2

Mercados de trabajo 4 (hombres) 60 8.0 14 2.0 49 6.2

Fuerza de trabajo disponible 747 100.0 702 100.0 782 100.0

1 Estimado en base a la cantidad de tierras poseídas por los comuneros y a los requerimientos de mano d e obra por Ha. cultivada , según productos.

2 Estimado en base a la cantidad de pastos na turales y ganado poseído por los comuneros y a los requerimientos de fuerza de trabajo para el pastoreo .

3 Estimado por diferencia. 4 Estimado a partir de las encuestas.

n.d. = no disponible Fuente : !bid .

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Estudios ______________________ -'-------

dentes de mano de obra, y la única manera de llevar a cabo la producción es organizando el proceso de trabajo comunitariamente, para lo cual el trabajo recíproco es la forma social adecuada para la reproducción de la comunidad y de sus familias y es complementado por una estructura de parentesco que asegura la disponibilidad estacional de la fuerza de trabajo.

Finalmente, la fuerza de trabajo es vendida estacionalmente en los diferentes mercados de trabajo dentro de cada microregión y fuera de ella. Como se observa, el porcentaje vendido sobre el total de la fuerza de trabajo es reducido , siéndolo menos sobre la fuerza de trabajo asalariable. Se vende el 8 °/o , el 2 °/o y el 6.2 º/o de la fuerza de trabajo disponible en las comu­nidades de Antapampa, Parnro y Canchis,respectivamente.

La venta de esta fuerza de trabajo está condicionada por la limitación de los recursos familiares, la estacionalidad de la producción, el costo de oportunidad que significa asalariarse, y las posibilidades de encontrar puestos de trabajo.

Tanto para el trabajo comunitario como para el trabajo asalariado, la fuerza de trabajo utilizada ya no es heterogénea , son -- en general- hombres adultos los que se ocupan bajo estas relaciones de producción.

Por último, es necesario señalar que la utilización de la fuerza de tra­bajo en otras actividades ha sido estimada por diferencia. En dichas activida­des la fuerza de trabajo es muy heterogénea, las tareas que se realizan son muy diversas y las productividades son variables y en general muy bajas; ade­más, aquí se encuentra consignada la fuerza de trabajo desocupada.

c. La utilización temporal de lá fuerza de trabajo.

El medio geográfico y las características ecológicas de la sierra peruana definen la oportunidad de utilización de la fuerza de trabajo en las actividades agropecuarias de los comuneros. Las tierras se encuentran en los valles interandinos y en las quebradas y son, en gran parte, tierras de secano por lo cual los cultivos son periódicos. Los comuneros utilizan entonces la fuerza de trabajo con diferentes intensidades según las épocas. Por ello, en algunos meses la utilización de la fuerza de trabajo es muy alta y en otros es baja, lo que posibilita las migraciones estacionales para vender fuerza de tra­bajo.

De otro lado, tales estacionalidades introducen cambios temporales en el cálculo económico de utilización de fuerza de trabajo. En los meses de siembra y cosecha el costo de oportunidad del uso de la fuerza de trabajo es muy alto, pues en gran medida la producción depende de una adecuada can­tidad de trabajo en estas épocas; en consecuencia, inclusive salarios muy ele­vados no son capaces de atraer a los campesinos hacia otras actividades, a mi­grar o a trabajar asalariadamente en la microregión . Contrariamente, en los meses de poco uso de fuerza de trabajo el costo de oportunidad es menor, por lo tanto, el cálculo económico tiene como referencia el complemento de

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ingresos, para lo cual el campesino-comunero migra o trabaja en otras activi­dades a condición que el salario recibido cubra los gastos de reproducción diaria del trabajador, más un suplemento para contribuir al ingreso familiar.

En el caso de las comunidades de Antapampa se ha estimado que la fuerza de trabajo es utilizada con diferente intensidad según las épocas.

En el cuadro 3 se observa que durante las épocas de siembra y de cosecha se utiliza mayor fuerza de trabajo. De otra parte, en ninguna época las labores agrícolas absorben la totalidad de la fu erza de trabajo . sólo se llega a ocupar hasta un 82.8 º/o del total , el resto es utilizada para actividades de carácter permanente: pastoreo, labores en la casa, producción de chicha.

En las épocas de mayor ocupación trabaja prácticamente toda la fa­milia. mientras que durante los períodos de roturado, barbecho y labores cul­turales , se libera parte de la familia y puede migrar temporalmente un miem­bro.

De otra parte. en los meses de cosecha y de siembra, debido a condi­cionamientos naturales, las disponibilidades individuales de fuerza de trabajo son insuficientes. Es decir, si cada familia dispone en Antapampa mensual­mente de 62.2 d/h/estándar y de 34.5 días/hombre adulto y si cada hectárea requiere de 105 días/hombre para ser cultivada, es evidente que la fuerza de trabajo familiar es insuficiente, por ello se recurre al trabajo cooperativo en­tre comuneros. Esta es una de las bases materiales de la existencia de las co­munidades. la organización del trabajo bajo presiones ecológicas y en función de una distribución desigual de tierras limitadas.

Cuadro No. 3

ANTAPAMPA: UTILIZACION DE LA FUERZA DE TRABAJO POTENCIAL TOTAL, SEGUN EPOCAS

Epoca

Roturado y barbecho Uun., jul., agosto)

Siembra (set., oct., noviembre)

Labores culturales (dic., ene., febrero)

Cosecha (marzo, abril, mayo)

Fuente: B. Kcrvyn, E. Gonzalcs, Op cit.

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Fuerza de trabajo utilizada (hombres standard)

1.56

2.39

1.82

2.47

O/o sobre la fuerza de trabajo poten­cial =2.98 hombres

52.3

80.3

61.l

82.2

87

Estudios ___________________________ _

5. Fuerza de trabajo, productividades y rendimientos.

La utilización de la fuerza de trabajo familiar en tierras poco fértiles y con tecnología tradicional , da como resultado rendimientos y productivi­dades bastante bajas. Esto podemos observar en el cuadro 4, del cual se des­prenden las siguientes explicaciones.

a. Existen diferencias significativas en los promedios de producción agrícola entre las comunidades de las diferentes microregiones. Esto es debi­do a dos razones principales, primero, al "buen" o "mal" año agrícola, es de­cir , a las variaciones climáticas anuales que han dado luga r a bajos rendimien­tos en An ta pampa, pues 1977- 78 fue un " mal año" , y a mejores rendimien­tos en Paruro , pues 1979- 80 fue " buen año"; segundo , a la importancia rela­tiva de las actividades productivas, por ejemplo, la producción por familia en las comunidades de Canchis es menor que en las otras microregiones debido a que esta zona es relativamente más ganadera que agrícola.

b. Los comuneros obtienen menores rendimientos que los alcanzados por pequeños y medianos propietarios capitalistas y por las cooperativas, quienes operan con mejores niveles tecnológicos y tienen mejores tierras. Sin embargo, es necesario señalar que estos mismos sectores capitalistas alcanzan rendimientos más bajos que los obtenidos en otras regiones del Perú.

c. Dada la reducida extensión de tierras que.poseen los comuneros es significativa la diversificación de su producción, que se explica por : 1 o. La necesidad de alcanzar cierta autonomía en la producción de autosubsisten­cia ; la aversión al riesgo existente por las condiciones climáticas cambiantes y por las fluctuaciones de precios de los distintos productos. Todo ello no per­mite tener en cuenta en el cálculo económico las economías de escala que se podrían obtener de centrar la producción en un solo producto. 2º· A lapo­sesión parcelada de las tierras de los comuneros ubicadas en diferentes pisos ecológicos. Cada familia tiene varias parcelas distribuidas en diferentes luga-res.

Las condiciones de productividad y rendimiento de las familias co­muneras se prestarían para· plantear el problema del subempleo rural en las vertientes interpretativas por "productividades". Sin embargo, tal como ve­nimos explicando , esto significaría, más bien, atraso tecnológico que subem­pleo.

Los bajos rendimientos y productividades familiares explican las ca­racterísticas de la reproducción de la fuerza de trabajo dentro y en función de la comunidad. De un lado, es imposible un desarrollo capitalista con tales rendimientos. De otra parte, productividades y rendimiento son solamente explicables en función del sistema productivo comunero, pues, si se desea comparar con otros sectores, es necesario analizar los mecanismos de ínter-

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Cuadro No. 4

CUSCO: PRODUCCION Y RENDIMIENTO DE PRODUCTOS AGRICOLAS EN LAS COMUNIDADES CAMPESINAS

Antapampa 1 Paruro 2

(1977-78) (1979-80) Kgs. Kgs .

PAPA producción anual por familia 871 1,423 rendimiento promedio por Ha. 2,310 5,650 rendimiento promedio por Ha., sectores capitalistas 10,000 10,000

MAIZ producción anual por familia 473 1,387 rendimiento promedio por Ha. 930 n.d. rendimiento promedio por Ha., sectores capitalistas 1,400 2,000

TRIGO producción anual por familia 73 463 rendimiento promedio por Ha. 617 900 rendimiento promedio por Ha., sectores capitalistas. 1,500 1,500

CEBADA producción anual por familia 1 11 148 rendimiento promedio por Ha. 970 598 rendimiento promedio por Ha. , sectores capitalistas, 1,500 1,500

HABAS producción anual por familia 112 281 rendimiento promedio por Ha . 703 664 rendimiento promedio por Ha.,

n.d. sectores capitalistas 2,400

nd = no disponible

Fucnlcs: 1) 11. Kcrvyn, E. Gonzalcs, Op. cit. 2) y 3) PROIJERM: IJiagnÓsli cos Micro-regionales, Op. cit .

Canchis3

(1979-80) Kgs.

629 5,956

10,000

308 1,441

1,500

104 1,268

1,500

113 1,852

1,500

118 906

n.d .

cambio de la familia comunera como una unidad , más bien que por produc­tos.

De todas maneras, los rendimientos están por debajo de los social­mente aceptables y no permiten una producción de autosuficiencia, por lo cual los comuneros están subordinados a conseguir los complementos en in­greso a su producción deficitaria. Todo ello a pesar de la eficiente gestión de su producción, dados los parámetros (tierras) y variables (clima, precios, tec­nología) a los cuales están supeditados.

No. 1, setiembre 1983 89

Estudios ___________________________ _

En este sentido, la organización comunal del proces(") de trabajo es la que permite alcanzar, por lo menos, estos rendimientos.

6. Fuerza de trabajo e ingresos.

Dadas las múltiples actividades, las distintas relaciones de producción y la duración variable en la utilización de la fuerza de trabajo por los comu­neros, la obtención de productos y de ingresos resulta siendo -contraria­mente a los sectores capitalistas- una compleja estructura que relaciona can­tidad de fu erza de trabajo con producción y con ingreso, no siempre de ma­nera proporcional, tal como observamos en el cuadro 5. Tras la utilización de fuerza de trabajo para la obtención de un producto o ingreso, existe un complejo cálculo de optimización en función de una economía de subsisten­cia , es decir , en función de la reproducción de la familia comunera y con ella, la reproducción de la fuerza de trabajo. Este cálculo económico resulta incomparable con el de sectores capitalistas, donde la rentabilidad es el leimotiv de la producción.

En el cuadro 5 presentamos los datos promedios para las diez comu­nidades de Antapampa, como caso ilustrativo. En dicho cuadro hemos toma­do exprof esamente los datos de utilización de fuerza de trabajo total, en base a la estandarización realizada anteriormente. Estas observaciones suscitan las siguientes reflexiones :

a. La familia comunera utiliza el 88 ° /o de su fuerza de trabajo en actividades familiares , con las cuales obtiene un 79 º/o del ingreso anual to­tal (ingreso monetario + autoconsumo) y ofrece su fuerza de trabajo fuera de la familia utilizando el 12 ° /o de su fuerza de trabajo potencial total y obtiene el 21 º/o de su ingreso.

b. Entre la agricultura y la ganadería se explica el 76 ° /o del ingreso total y el 62 ° /o del ingreso monetario, pero en ellas se utiliza solamente el 5 5 o /o de la fuerza de trabajo total. Esta fuerza de trabajo está distribuida en : 50 º/o familiar, 4 º/o comunal y 1 º/o asalariada. Las "otras activida­des" , que representan el 38 ° /o de la fuerza de trabajo utilizada, sólo contri­buyen en un 3 º/o al ingreso total ; esto es explicable en la medida en que : estas actividades son complementarias, la producción artesanal es marginal , las tareas son realizadas por niños y mujeres, los comuneros no reciben una retribución monetaria , son actividades no vinculadas directamente con la producción o circulación o simplemente está desocupada la fuerza de tra­bajo.

c. Entre las actividades familiares , en las cuales se emplea fuerza de trabajo heterogénea, y las actividades fuera de la familia , en las cuales se em­plea fuerza de trabajo homogénea - hombres adultos- existen diferentes

90 Revista Andina Vol. 1

_____________________ Gonzales: Problemas del empleo

Cuadro No. 5

ANTAPAMPA: UTILIZACION DE FUERZA DE TRABAJO E INGRESOS

Utilización de fuerza de d/h O/o Ingreso ºlo Ingreso/ d/h trabajo S/. S/.

En actividades familiares 656 88 20,574 42 31 agricultura 320 43 11 ,030 23 34 ganadería 50 7 8,087 16 162 otras actividades 286 38 1,447 3 5 autoconsumo 18,005 37 -- --

Sub-total 38 ,5 79 79 59

Oferta fuera de la familia 91 12 - - -dentro de la comunidad 37 5 - - -

trab ajo comunal 31 4 - - -trabajo asalariado 6 1 494 1 82

fuera de la comunidad 54 7 (trabajo asalariado)

en la m icroregión 46 6 7,035 14 131 migrac io nes temporales 8 1 1,767 4 221

Otros ingresos (migraciones - - 836 2 -definitivas y arriendo)

Total 747 100 48 ,711* 100 65

* Corrl'spond,· aproximadan1<·n1c 300 dólares de 1977-78.

grados de socialización del trabajo. El empleo de fu erza de trabajo fuera de la familia que representa el 32 º/o de la fuerza de trabajo potencialmente asalariable, es de aceptación social dentro y fuera de la comunidad, en tanto que mujeres y nii'íos trabajan sólo dentro del ámbito familiar.

d . El trabajo comunal (reciprocidad y faenas) ocupa solamente el 4 ° fo de la fuerza de trabajo total , y en general. no tiene remuneración mo­netaria pero sí en trabajo (reciprocidad), siendo ésto lo más importante, pues tal como vimos, esta fuerza de trabajo es utilizada en momentos claves, es de­cir, tiene una utilidad temporal muy elevada para la reproducción de la fuer­za de trabajo y de la familia.

e. Los comuneros ocupan el 7 º/o de su fuerza de trabajo bajo rela­ciones salariales-capitalistas y la mayor parte es vendida en la microregión misma , teniendo una baja tasa de migración temporal a otros lugares.

No . 1, setiembre 1983 91

Estudios ___________________________ _

f. La remuneración diaria recibida por la utilización de la fuerza de tr~baj~ es variable y tiene el siguiente orden de importancia: primero, por 11_11grac1ones tem~orales; segundo, los ingresos por venta de productos pecua­nos ; te!cero, el mgreso salarial obtenido en la microregión; cuarto, el ingre­so salanal obtenido dentro de la comunidad ; quinto, los ingresos por pro­ductos agrícolas.

Aquí es necesario separar la remuneración a la fuerza de trabajo homogénea (migraciones , trabajo asalariado) de la remuneración a la fuerza d_e trabaj~ he!erogénea (agricultura, ganadería y otros), tanto por las diferen­cias cuantitativas como por sus aspectos cualitativos.

g. Finalmente, el ingreso total día/hombre obtenido, 65 soles, está por debajo inclusive del salario mínimo legal establecido para la microregión. Pero permite un gasto diario por familia de 133 soles, con el cual se reprodu­ce física y socialmente la familia comunera, no existiendo relación de equiva­lencia entre lo que se suministra como fuerza de trabajo y lo que se gana co­mo contrapartida. En esta diferencia se expresa, de alguna manera, la auto­explotación de la fuerza de trabajo comunera.

7. Formación temporal del ingreso comunero

Una de las grandes diferencias entre la economía familiar comunera y los peones agrícolas permanentes o los obreros urbanos es que, mientras para los últimos el flujo del ingreso es permanente y uniforme en todos los meses del año , la familia comunera experimenta oscilaciones mensuales y estaciona­lidades según sus fuentes de ingresos, tal como observamos en el cuadro 6.

En este sentido, otro de los aspectos de la reproducción de la fuerza de trabajo comunera es la de alcanzar un 'eficiente' flujo de ingresos mensua­les para sostener la familia . La práctica mercantil ha enseñado a los comune­ros a establecer una estrategia de consecución de ingresos mensuales basada en el carácter precio-aceptante de su economía.

Los meses de mayor flujo relativo de ingresos monetarios para las co­munidades de Antapampa son junio y julio, meses en los cuales se realiza la cosecha. El 17.2 º/o del ingreso monetario total se obtiene en junio y el 13.3 ° /o en julio y está explicado sobre todo por la venta de productos agrícolas.

Los ingresos por venta de fuerza de trabajo se obtienen en mayores porcentajes durante los meses de enero, febrero y marzo, y con menor inten­sidad en agosto , setiembre, noviembre y diciembre. Dentro de estos ingresos, los obtenidos por migración temporal se generan , básicamente, en diciembre, enero, febrero y marzo.

Los ingresos por venta de productos agropecuarios tienen un carácter "estabilizador" del flujo de ingresos, pues se obtienen en los meses en los

92 Revista Andina Vol. 1

z o

"' C1) ... t5· g. ... C1)

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Cuadro No. 6

ANTAPAMPA: REPARTICION MENSUAL DEL INGRESO MONETARIO PROMEDIO POR FAMILIA CAMPESINA - A~O 1978

(En porcentajes)

~ Ene Feb Mar Abr May Jun Ju! Ago Set. Oct. Nov. Dic.

Trabajo Agrícola 11 10 12 11 6 3 4 7 9 7 10 8 Trabajo No Agrícola 21 20 21 19 11 10 13 22 19 14 21 17 Migración Temporal 12 12 9 8 5 2 4 5 4 3 5 10

SUB-TOTAL 44 42 42 38 22 15 21 34 32 24 36 35

Ventas Productos Agrícolas 25 23 21 16 38 60 59 34 41 47 16 29 Ventas Productos Pecuarios 7 12 12 24 27 16 10 15 7 14 25 17 Ventas Productos Transformados 5 5 5 5 3 2 2 4 4 3 5 4 Ventas otros productos 14 13 14 13 7 5 6 10 12 9 13 11 Venta Chicha 2 2 2 l l l l l l l 2 l

SUB-TOTAL 53 55 54 59 76 84 78 64 65 74 61 62

Otros ingresos 4 3 4 3 2 l l 2 3 2 3 3

TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 5.5 5.8 5.4 6. 1 10.7 17.2 13.3 8.2 6.6 9. 1 5.9 7.1

Fuente : B. Kervyn, E. Gonzales, Op. cit ., p . 284.

AL AÑO

7.7 16. 7

5.7

30.2

35 .7

16.4 3.7

10.0

1.0

67 . l

2.7

-

100

G) o

~ (b' ~ -o o O" cñ 3 "' "' a. C1)

C1)

3 "C cñ o

Estudios ___________________________ _

cuales la venta de fuerza de trabajo y la venta de productos agrícolas fla­quean, es decir, en los meses previos a las cosechas: abril, mayo (antes de la gran cosecha o segunda cosecha) y noviembre (antes de la primera cosecha o cosecha temprana).

Evidentemente, los meses con menores ingresos relativos son de ene­ro a abril , lo cual corrobora la afirmación de que el costo de oportunidad de la fuerza de trabajo en esta época es menor que en los meses de cosecha y siembra. Por ello , en la formación de ingresos, durante estos meses, la varia­ble salario en el mercado de trabajo importa más en el comportamiento cam­pesino que la variable costo de oportunidad, vis a vis su propia producción. En los meses de cosecha y siembra dicha relación se invierte.

Nótese que algunas fuentes de ingreso observan regularidad mensual durante el año: ventas de productos transformados, venta de "chicha" y otros ingresos (alquileres y transferencias de migrantes definitivos); sin em­bargo , su peso relativo en el ingreso total es mínimo.

En síntesis, la circulación de fuerza de trabajo y mercancías tiene va­riaciones, durante el año, que dependen de ciertas variables de comporta­miento cuya ponderación, por parte de los comuneros, varía de mes a mes en función de los diferentes momentos del proceso productivo.

8. Conclusiones.

El concepto de empleo nos parece impreciso para dar cuenta de lo que sucede con la fuerza de trabajo en un contexto rural no capitalista como es la comunidad campesina. Luego, es difícil precisar su medición a partir de alguno de los criterios convencionales - ocupación, productividad o ingre­sos- , pues se da cuenta de uno de los aspectos en el cual interviene la fuerza de trabajo. Además, dicha visión está restringida a aspectos empíricos que no ayudan a una cabal interpretación del proceso de reproducción de fuerza de trabajo bajo condiciones no capitalistas, pero al mismo tiempo subordina­do a la circulación mercantil capitalista.

Por ello, es más adecuado tratar la reproducción de la fuerza de tra­bajo y de la familia comunera como un proceso conjunto que constituye el objetivo final de la economía familiar en las comunidades campesinas. Por lo tanto , permite analizar adecuadamente: primero, las diferentes actividades y diferentes lugares donde se ocupa la fuerza de trabajo familiar y las diferen­tes relaciones de producción que permiten a cada familia obtener una pro­ducción o alcanzar un ingreso ; segundo, la producción y productividad alcan­zada por la fuerza de trabajo familiar utilizada en diferentes actividades pro­ductivas y de circulación; tercero , los ingresos monetarios obtenidos y sus modalidades de obtención.

Este complejo mecanismo pareciera dar cuenta de alguna unidad eco­nómica altamente sofisticada, sin embargo, se trata de las familias campesinas que conforman las comunidades campesinas en el Perú , que constituyen los

94 Revista Andina Vol. 1

---------- ·- -------------'Gonza/es: Problemas del empleo

sectores más pobres de la población y cuyos limitados recursos lllerra. gana­do, agua) son manejados con una ''eficiencia" propia al objetivo de su organi­zación: la reproducción física y social de las familias comuneras. y con ello, la reproducción del ámbito social que facilita su reproducción: la comunidad campesina.

La reproducción de comuneros y comunidades se opera básicamente en función a relaciones de producción no capitalistas (familiares y comuna­les) pero dentro de un contexto mercantil capitalista. al cual se van integran­do paulatinamente en base a la venta de productos y fuerza de trabajo. por lo cual la producción de la fuerza de trabajo ya no depende solamente dd em­pleo de la fuerza dentro de la comunidad sinó fuera de ella, en la microregión y en la región.

De esta manera, las llamadas políticas de empleo rural deben plan­tearse de manera distinta, como un conjunto de acciones para mejorar tecno­logías, precios, salarios y créditos que redunden en mejoras sustantivas del nivel de vida y de los ingresos campesinos.

NOTAS

l. En el Perú existen unas 3,500 comunidades campesinas con una población de más de 2'5 de personas que representan casi el l 5 ° /o de la población nacional y el 40 ° /o de población rural. Sin embargo, su producción no sobrepasa el 4 º/o del PBI y es el sector más pobre de la población.

2. Efraín Gonzales, "La economía familiar comunera", Revista Economía, Nº· 5, Ponti­ficia Universidad Católica, Lima, 1980.

3. Efraín Gonzales, "Comunidades Campesinas: economía y diferenciación campesina", Revista Crítica Andina, Nº· 2, Cusco, 1978.

4. Las limitaciones de los terrenos comunales son cuantitativas y cualitativas. Las tierras son escasas y de baja rentabilidad, que en general no permiten la reproduc­ción independiente de las familias ni de la comunidad.

5. La imposibilidad de una reproducción autónoma es el fruto de la dominación de la comunidad, primero por la hacienda, luego por la cooperativa y por los términos del intercambio mercantil.

6. E. Gonzales, "La economía familiar ... ", op. cit.

7. B. Kervyn, E. Gonzales, et al., Plan de Desarrollo de Antapampa-diagnóstico, CEN­CIRA Holanda, Cusco, 1979, pp. 161-170.

8. Ver, E. Gonzales, Fuerza de trabajo, ingresos, gastos y consumo en las comunidades campesinas de Antapampa (Aspectos metodológicos), CEPLAES, Quito, 1981.

No. 1, setiembre 1983 95

9. Es usual asignar 270 días de trabajo al año para derivar la disponibilidad de la fuerza de trabajo en áreas rurales, nosotros hemos escogido conservadoramente 250 días.

10. En Antapampa el ingreso total (monetario y no monetario) por familia fue en 1977-78 de 48,711 soles. Si un miembro de la familia hubiera tenido un empleo asalariado permanente, hubiera obtenido 45,000 soles trabajando 250 días al año pagándosele el salario promedio.

COMENTARIOS

Heraclio Bonilla Instituto de Estudios Peruanos

Horacio H. Urteaga 694 Lima 11 - Perú

Desde hace algunos años atrás, el cono­cimiento sobre la economía de las comuni­dades campesinas de los Andes peruanos ha realizado un avance sustantivo. En gran parte se debe al esfuerzo y a la inteligencia de un grupo de economistas, quienes me­diante trabajos de campo intensivos en lo que hasta hace poco eran una suerte de "coto" cerrado de antropólogos, han per­mitido el desvelamiento de algunos de sus mecanismos económicos de funcionamien­to y de reproducción. El trabajo de Efraín Gonzales de Olarte hace parte de esta ahora importante tradición.

A base de su experiencia de primera ma­no en las áreas rurales del Cusca, esta vez Gonzales de Olarte examina las condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo campesina, aproximación que al autor le parece teóricamente más significativa que el análisis del concepto de empleo. Sus re­sultados son, ciertamente, notables. Porque no solamente revelan las dificultades que enfrentan aquellas corporaciones, sino por­que también permiten examinar los diver­sos mecanismos de inserción de los miem­bros y de su fuerza de trabajo con el entor­no económico local y regional Las viejas tesis en torno a la autosuficiencia de estos grupos quedan así, una vez más, cancela­das.

Este análisis, más allá de sus inmensos

96

méritos, deja empero descubierta una cues­tión ·que me parece igualmente decisiva. Me refiero al papel de la comunidad, como ins­tancia de regulación y de programación de cada uno de sus miembros. Es ésta la di­mensión en la cual los estudios antropoló­gicos han puesto especial insistencia. Sería por lo mismo deseable que los estudios eco­nómicos futuros enfatizaran no sólo la ra­cionalidad económica de sus miembros, si­no que a la vez mostraran la interacción en­tre la instancia política de decisiones y de cohesión con la conducta particular de ca­da comunero.

David Lehmann Facultad de Econom1'a

Universidad de Cambridge Inglaterra

Todos los andinólogos estamos endeu­dados con Efraín Gonzales por el valioso y minucioso estudio de las comunidades campesinas de la Pampa de Anta cuyos re­sultados vienen apareciendo, a cuentago­tas, y desgraciadamente en forma mimeo­grafiada muchas veces, desde hace varios años. De los datos presentados en el pre­sente trabajo cabe destacar la importancia cuantitativa que reviste todavía la produc­ción familiar en estas comunidades, a pe­sar del papel esencial pero de menos peso del trabajo asalariado migrante. Por otro lado, también hay que poner énfasis en la poca importancia del trabajo bajo arreglos

Revista Andina Vol. 1

"recíprocos" y en faenas comunales. Ahora bien, Efraín Gonzales tiene en es­

te trabajo un propósito polémico que va más allá de la simple presentación de sus datos. Quiere afirmar que el llamado pro­blema del " empleo" no es tal sino un pro­blema de "reproducción de la fuerza de tra­bajo" . A pesar de sus múltiples afirmacio­nes en este sentido, no es fácil detectar lo que subyace a este propósito : ¿quiere decir acaso que el problema real para los comu­neros no es que no tienen empleo sino que no logran reproducirse por su pobreza? Pa­rece que no, porque dice que sí se reprodu­cen y lo hacen, sobre todo, para el benefi­cio del sector capitalista que de esta mane­ra se ahorra los costos correspondientes. O sea, creo que lo que Gonzales está buscan­do es una manera de decir que su pobreza, lejos de ser un problema para la economía nacional, es un beneficio ("funcional") pa­ra ella, o por lo menos para la clase capita­lista que la dirige. Debo decir que no veo, hasta ahora, los elementos necesarios para fundamentar esta hipótesis. ¿No estarían contentos los capitalistas peruanos y las compañías multinacionales si los campesi­nos produjeran más para el mercado, si se dedicaran más al trabajo asalariado para po­der comprar lo que ellos producen? La du­da está lejos de resolverse. De todos mo­dos, tengo la impresión de que hay algo de­trás, subyacente en el argumento que hay que sacar a luz para que los datos presenta­dos sean explotados plenamente y para que la hipótesis de la reproducción sea funda­mentada. ·

La otra crítica que se podría hacer al trabajo toca el tema de la comunidad. El autor asimila el trabajo recíproco al trabajo comunal, mientras yo lo describiría más bien como trabajo asalariado pero con pago a plazo : en vez de recibir un salario ,el tra­bajador se asegura de que le devuelvan " el día" en otro momento cuando lo necesita­rá en su propia parcela. Si piensa que ése será precisamente un momento de "pico" en el mercado del trabajo (cosecha o siem­bra) entonces hace un buen negocio. Me parece que, sobre todo en torno a este te­ma, es una lástima que nadie hayá hecho una comparación entre los diversos estu­dios de los cuales disponemos ahora sobre las comunidades campesinas del Centro y

No. 1, setiembre 1983

Gonza/es: Problemas del empleo

del Sur del Perú -los de Figueroa, Sánchez y muchos otros-. Al desarrollar tal compa­ración nos daríamos cuenta de que existe una gran variedad en el grado de diferencia­ción social en las comunidades y en el pa­pel económico y social de las instituciones comunales. Todavía creo que persiste cier­to romanticismo al respecto.

Finalmente, deberíamos ser informados sobre la metodología del estudio del Cusco. Cualquier persona que haya trabajado en economías campesinas sabe que es muy di­fícil conseguir una información fehaciente sobre los ingresos y sobre los días trabaja­dos en diitintas relaciones de producción a través de un período mayor que algunas semanas. Somos pocos los que estamos en­terados de que en el estudio del Cusco se buscó resolver el problema en forma muy innovadora, con participación campesina en la investigación. Pero al leer el presente trabajo el lector ignora esto y se le podría perdonar cierto escepticismo que se disi­paría al informarle mejor sobre los méto­dos empleados.

lean Piel Institud des Hautes Etudes

de l'Amerique Latine 28 rue Saint Guil/aume

75007 - Paris - (7e) Francia

Desde hace dos o tres años, lejos de los Andes, y particularmente en Francia, rena­ce en algunos "científicos sociales" vincu­lados más a la coyuntura editorial que a las enseñanzas de las encuestas de campo o de archivos, un sospechoso interés por la in­dianidad , el indianismo o el indigenismo andino, considerado mucho más como pre­texto a variaciones etno-regionalistas, que como conceptos que necesitarán ser reduci­dos por el análisis social sin complacencia de sus fundamentos concretos. Aun cuando estos autores hubieran tenido la excusa de estar motivados por una suerte de "roman­ticismo social" se trataría de una posición exótica. Pero, lo más probable es que ellos asuman de esta manera su status de contra­tos de la "inteligencia socialista a la france-

97

sa" justificando, en el marco de las institu­ciones susceptibles de financiarlos, su ocu­pación en un campo de investigación que es el de "vielle lune" ( *): la irreductible e inefable especificidad india de los campesi­nos andinos, desde los ecuatorianos hasta los argentinos.

Contra esta puesta al día de viejas mito­logías del indigenismo sudamericano no nos queda más que recomendar leer, medi­tar y destacar el camino seguido por el pe­ruano Efraín Gonzales de Olarte quien, quizás por primera vez en la historia de la andinología contemporánea, intenta cons­truir una verdadera ECONOMIA POLITI­CA del campesinado de los Andes perua­nos, el que por su parte se caracteriza, en efecto (pero más como consecuencia que como causa de esta economía política), por el hecho de que a diferencia de sus homólo­gos de Colombia y Venezuela ha permane­cido, mayoritariamente, como campesina­do indígena.

Para ser más convincente y que no que­de duda, en el artículo que aquí comenta­mos, Efraín Gonzales de Olarte apoya su análisis en una encuesta de campo hecha a 22 comunidades rurales andinas situadas en tres de las provincias más autóctonas del departamento de Cusco: Antapampa, Paru­ro y Canchis. Estamos, pues, en el corazón de la sociedad indígena peruana, pero no de aquélla,mítica, de los indigenistas senti­mentales y mitólogos, sino de aquélla, CON­CRETA, de las comunidades rurales de piel oscura, todavía dominadas por relaciones sociales precapitalistas, situadas en las ex­tremidades inferiores de las cadenas mer­cantilistas que atan el "hinterland" andino al capitalismo contemporáneo, ejercido desde la capital peruana, Lima.

Estas 22 comunidades pertenecen a ese sector rural, marginado, miserable, social­mente diferente, que constituye en el Perú, junto con otras 3,500 comunidades, el 15º/o de la población nacional y el 40°/o de la rural ... pero que sólo reciben el 4°/o del Producto Bruto Interno.

Consecuentemente, deben sobrevivir a través de estrategias empíricas, pero sofisti-

* Nota del traductor : " vielle lune" , expre­sión idiomática que podría traducirse como: "pasado de moda".

98

cadas, de adaptación a sus condiciones ex­tremas de marginalidad y de pobreza, admi­nistrando de manera original su único re­curso económico en expansión desde hace un siglo: su fuerza de trabajo interna, fami­liar o comunal. Con respecto a sus recursos agrícolas, Efraín Gonzales nos precisa que oscilan entre 0.32 y 0.46 Has. de tierras cultivables por familia Jo que, sin duda, de­ja un magro excedente comercializable, aunque constituya más del 60º/o de los in­gresos monetarios, que significan, según los cálculos del autor, 55 soles promedio (me­nos de 0.04 U.S.$ 1983) por familia y por día.

Sobre bases económicas tan restringidas, estas comunidades han tenido que elaborar una estrategia de utilización de su fuerza de trabajo que les permita la reproducción ampliada, esencialmente sobre una base fa­miliar. En Antapampa por ejemplo, 88º/o de la fuerza de trabajo disponible (hom­bres-mujeres y niños) es utilizada en el mar­co familiar, produciendo, según el autor, el 79º/o de su ingreso (en especies, para el au toconsumo o comercialización). Solamen­te 40/o de la fuerza de trabajo disponible es utilizada bajo forma comunal (faena, minka, ayni); y 7º/o es exportada de mane­ra estacional o definitiva bajo relaciones sa­lariales-capitalistas, ex ternas a la comuni­dad, pero que les procuran en cambio una parte de sus ingresos monetarios.

¿Es preciso concluir entonces en la in­significancia de la economía no familiar (comunal o salarial-capitalista)? Con mu­cho juicio, el autor responde negativamen­te, por las siguientes razones:

1) Reducida a sus únicos recursos: fuer­za de trabajo y recursos agrícolas, la fami­lia no puede asegurar su propia reproduc­ción económica. Se ve, pues, obligada a re­currir a la ayuda mutua comunal, particu­larmente en épocas de punta (en el momen­to de las cosechas) y en este sentido perte­nece -forzosamente- a la comunidad ru­ral.

2) Igualmente, está obligada a recurrir a la exportación de su fuerza de trabajo al mercado salarial de mano de obra, micro­regional (haciendas, cooperativas) o trans­regional (mercado nacional de trabajo), particularmente en período de decaimien­to de las actividades agrícolas y cuando las

Revista Andina Vol. 1

______________________ Gonza/es: Problemas del empleo

actividades no agrícolas internas ( artesanías) no son suficientes ni para absorber una fuerza de trabajo que deviene disponible en un 38º/o ni para retribuirla, puesto que es­tas actividades no representan, en total, más que el 3º/o del ingreso anual de las fa­milias. Así, pues, la fuerza de trabajo fami­liar debe asalariarse bajo relaciones capita­listas de producción ubicadas fuera de la comunidad, en una proporción que oscile entre el 2 y 8º/o de la fuerza de trabajo eo­munal. Por consiguiente, ella NO PUEDE ser solamente familiar (campesino indivi­dualista) o comunal (colectiva), también está obligada a integrarse al mercado (capi­talista) de mano de obra.

En este punto delanálisis de Efraín Gon­zales nos encontramos ante una realidad que no es ni la de un "campesinado indivi­dualista" ( obligado por la falta de recursos familiares al trabajo colectivo o asalariado) ni la de un "colectivismo primitivo" apre­ciado por los indigenistas de los años 1920-1930 (tierra parcelada por estrategias indi­vidualistas de las familias y de los emigran­tes asalariados), ni tampoco la de una uni­dad de residencia aldeana de asalariados del sector capitalista (ya que el asalariado, blo­queado aquí por el débil desarrollo del ca­pitalismo local - haciendas, cooperativas con reducida necesidad de mano de obra, ausencia de industrias- no suministra más que un 8º/o de los ingresos). ¿Qué queda entonces? Comunidades de familias agríco­las-rurales que administran en favor de sus pobres intereses un calendario de utiliza­ción de su fuerza de trabajo, sobreemplea­da en períodos de punta (cosecha) para lo­grar la autosubsistencia y un excedente co­mercializable; subempleada en las épocas de baja actividad agrícola a pesar de la ex­portación forzada, pero restringida por la estrechez del mercado capitalista local de la mano de obra, de una parte de sus hom­bres adultos hacia el salario exterior a la familia y a la comunidad.

En suma, y en este caso, una mixtura de relaciones de producción (familiar de au toconsumo, familiar mercantilista, co­lectivista., salarial-capitalista), pero una mixtura oloqueada:

l. Por la imposibilidad de un retorno al autoconsumo (familiar o comunal).

2. Por la imposibilidad de una evolución

No. 1, setiembre 1983

total hacia el status de campesinado indivi­dualista integrado al mercado.

3. Por la imposibilidad de una evolución total hacia el salariado agrícola del conjun­to de su fuerza de trabajo potencialmente salariable (hombres adultos).

Así, entrampadas, las comunidades ru­rales de Antapampa, Paruro y Canchis son forzadas en 1983 a participar en la lógica capitalista de la explotación y de la acumu­lación (comercializando una parte de su producción y de su mano de obra), estando impedidas totalmente de generalizar en su seno estas relaciones capitalistas de produc­ción si quieren asegurar la producción y re­producción de su fuerza de trabajo, es de­cir, de su población.

Económica y políticamente hablando, no es por opción sino por necesidad que las comunidades rurales andinas mantienen sus mecanismos tradicionales de reproduc­ción social y, lo que es su consecuencia, su subcultura de marginalidad rural en el ám­bito peruano. ¿Debemos, pues, imputar la responsabilidad de esta situación a no se sa­be qué rechazo indígena a un proyecto de sociedad "occidental", o a la incapacidad del capitalismo en los Andes para transfor­mar las relaciones sociales indígenas?, pues­to que ha forzado y sometido sus fines de reproducción marginal.

Para responder válidamente a esta pre­gunta y terminar, al mismo tiempo, con las necedades "indianistas" se necesitaría más que el solo estudio de las comunidades de Antapampa, Paruro y Canchis. Precisamos de una tipología de los comportamientos económicos de las 3,500 comunidades an­dinas censadas por Efraín Gonzales, según sus posibilidades de acceso a los diversos mercados (industriales urbanos, regionales, nacionales, internacionales) de productos rurales y de mano de obra.

Pero, me imagino que es a este tipo de estudios al que se dedican en el Perú Efraín Gonzales y algunos otros, dentro de los la­mentables límites de recursos de investiga­ción de que disponen.

Traducido por Patricia Ruiz Bravo López

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RESPUESTA

Efraín Gonzales de O/arte Pontificia Universidad Católica

Apartado 1761 Lima 100 - París

En primer término deseo agradecer los estimulantes comentarios a mi trabajo, los que no sólo me incentivan a continuar in­vestigando sobre el complejo mundo del campesino andino, sino que me ayudarán a precisar múltiples aspectos en los que aún me falta claridad.

Estoy convencido de que el concepto de Empleo aplicado a economías no capitalis­tas y semimercantiles como las de los cam­pesinos comuneros, tiene el inconveniente de indefinir el problema o de reducirlo a la simple ocupación y formas de utilización de la fuerza de trabajo. El campesino siem­pre está ocupado, pues "en la chacra siem­pre hay cosas que hacer"; esto no significa que en todo momento reciba una remune­ración o que su producción aumente pro­porcionalmente al uso de su fuerza de tra­bajo, tal como ocurre con los obreros agrí­colas de la costa o, con mucha mayor cla­ridad, con los obreros industriales.

La aplicación de conceptos surgidos del desarrollo industrial capitalista -"donde el trabajador empleado es ocupado por su em­pleador durante un período de tiempo, en el cual debe ser productivo, recibiendo a cambio un ingreso que le permite reprodu­cir su fuerza de trabajo- a realidades tan diferentes como la de los campesinos, no puede conducir a conclusiones relevantes.

Estar empleado en los sectores capita­listas significa reproducir la fuerza de tra­bajo sobre la base del ingreso salarial. Para los comuneros no significa lo mismo, pues la utilización de la mano de obra puede ha­cerse en tareas bastante diversificadas (los campesinos son trabajadores relativamente poco especializados) y en cada una de ellas obtienen usualmente productividades dis-

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tintas; sólo cuando trabajan sobre sus tie­rras y ganado la producción les pertenece, y cada tarea puede ser remunerada con un salario monetario, en especies, mixto o sim­plemente . no ser remuneradas, en el caso de que sean tareas accesorias aunque necesa­rias. ¿Cómo englobar este conjunto de ocu­paciones, producciones, productividades e ingresos en un concepto operativo, que además sea comparable con la utilización de la ,fuerza de trabajo en los sectores capi­talistas? Es e-vidente que el concepto de re­producción de la fuerza de trabajo es el más adecuado. Igualmente, es un concepto que obliga a precisar las condiciones técni­cas y sociales de ocupación de mano de obra, es decir, permite distinguir la repro­ducción de la fuerza de trabajo dentro de condiciones capitalistas de producción, de aquélla realizada bajo condiciones no capi­talistas. Con lo cual se introduce la dimen­sión histórica, tan necesaria para no redu­cir el análisis de problemas sociales a su comparación con conceptos pre-estableci­dos, procedimiento que no solamente crea confusiones sino que también falsea los problemas reales.

En relación a la "funcionalidad campe­sina" con respecto a los sectores capitalis­tas, considero necesario hacer algunas pre­cisiones. En primer lugar, no creo que los campesinos sean funcionales al capitalismo y que esto explique su existencia; tampo­co creo que la causalidad sea al revés. Exis­te una interrelación entre ambos, cuya na­turaleza está definida por la estructura y di­námica productiva tanto del capitalismo como de los comuneros. Por un lado, el menor desarrollo relativo del capitalismo agrario no ha permitido la incorporación de los campesinos-comuneros bajo relacio­nes de producción capitalistas; asimismo, los sectores industriales-urbanos capitalis­tas no han absorbido totalmente el exce­dente de mano de obra rural Por otra par­te, los campesinos tampoco han podido de­sarrollarse dentro del esquema capitalista

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______________________ Gonzales: Problemas del empleo

en base a sus pobres recursos, dando la im­presión de .economías campesinas "blo­queadas" que pueden reproducir la mayor parte de su fuerza de trabajo al margen de relaciones de producción capitalistas. Es en este sentido que los sectores capitalistas, dada su aletargada acumulación de capital, se benefician de que buena partejle-ia fuer- . za de trabajo campesina, para quien ri'o · tienen el capital suficiente para empléárla, se reproduzca con cierta autonomía. Es de­cir, los bajos salarios en los sectores capita­listas no se explican porque parte del valor de la fuerza de trabajo sea sufragada por los campesinos, sino porque el capital existen­te es insuficiente para emplear a toda la fuerza laboral.

El estudio pareciera mostrar un campesi­nado comunero bloqueado, sin embargo es­to no es así por las siguientes razones: a) El análisis se ha efectuado sobre un año agro­pecuario como período de estudio, lo que en cuanto a la interpretación histórica da la impresión de una situación estática. b) Si se tomara un lapso de varios años,es probable que la mixtura bloqueada de relaciones de producción en la que están concernidos los comuneros denotaría movimiento cuya di­rección va, intuitivamente, hacia una ma­yor mercantilización y mayor trabajo asala­riado.

De esta manera, la integración campesi­na se presenta como un proceso bastante lento, cuyo ritmo está marcado por el pa­trón de desarrollo capitalista regionalmen­te diferenciado (1 ). Por otro lado, al !}lar­.gen de aspectos económicos existen condi­ciones institucionales que contribuyen a es­ta lenta integración, tales como: la inexis­tencia de mercados de tierras legales en las comunidades, y un orden jurídico específi­co para estos campesinos, que los trata co­mo "grupos aparte" de peruanos.

Sin embargo, existen otros factores ex­traeconómicos que coadyuvan a una ma­yor integración de los comuneros en la so-

( 1) E. Gonzales de Olarte Economías re­gionales del Perú I.E.P., 1982, ver parte II.

No. 1, setiembre 1983

ciedad regional y nacional, por ejemplo: sus organizaciones gremiales, la acción de partidos políticos, la radio y la televisión, etc.

Por estas múltiples razones, se observan distintos grados de integración de los co­muneros según regiones y microrregiones, según los tipos de productos que venden, por la cercanía o lejanía de los mercados urbanos.

Por último, el artículo efectivamente no se ha ocupado de la comunidad y de los efectos de su organización sobre la re­producción de la fuerza de trabajo. Al respecto hemos avanzado dos artículos de pronta aparición: "Campesinos, comuni­dades y economía regional", y "El efecto comunidad y el cambio técnico", en los que se trata de analizar los aspectos sobre los que se funda la estructura de la "eco­nomía comunal". Al parecer, los elemen­tos comunales que sustentan la existencia de una "economía comunal" son más pre­carios de lo que se cree, y están en relación inversa al grado de riqueza y de mercanti­lización de las familias comuneras compo­nentes de cada comunidad, por lo que co­munidad campesina y economía comunal no son lo mismo.

Sin embargo, nuestras percepciones se basan sobre un número restringido de co­munidades. Indudablemente, una tipología de las 3,500 comunidades aproximadamen­te existentes debería tener en cuenta en primer lugar cuán comunal es la economía de cada comunidad.

En cuanto a la reciprocidad como carac­terística de utilización comunal de la fuer­za de trabajo, tiene variantes que acomple­jan el estudio del cálculo económico inma­nente al intercambio mutuo de mano de obra. Por ejemplo, a menudo, un día de trabajo entregado por un campesino pobre no siempre significa que recibirá otro día de trabajo del campesino rico, sino un día de uso de un buey o un burro. Si se efectúa el cálculo en términos del costo salarial, el campesino pobre estaría perdiendo, porque el costo del salario imputado sería más ele­vado que los gastos de mantenimiento de un buey o un burro durante un día; pero desde el punto de vista de la productividad, el campesino pobre potenciará su fuerza de trabajo con el uso del animal, y por tanto

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se beneficiará con un ingreso imputado ma­yor al del salario. La evaluación del trabajo recíproco es mucho más precisa si se com­paran las productividades obtenidas por ca­da "ayni" (día de trabajo recíproco) , y es aquí donde es más difícil encontrar sime-

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tría, debido a las desigualdades de recursos de las familias. Por esto, las relaciones de producción comuneras (reciprocidad) en su aparente correspondencia en días de traba­jo, ocultan cierto tipo de explotación en términos de producción y productividad.

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