máculas ortogonales - cipriano martínez

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Martínez se involucra con una amplia variedad de formatos donde plantea no solo una atractiva propuesta visual, sino un riesgo entre las formas tradicionales y los nuevos modelos de concepción de la pintura como reflejo de una realidad que se debate entre el entorno virtual y la experiencia cotidiana.

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Cipriano Martínez regresa a Caracas, su ciudad, desde Londres, metrópoli alterna donde ha vivido durante la última década. Hace un par de años y desde ese espacio de entrada y salida entre las dos localidades, se planificó esta muestra. Hoy Beatriz Gil galería presenta con mucho entusiasmo el resultado de esta investigación bajo el título Máculas Ortogonales.Para Cipriano, Caracas y su topografía han sido siempre una fuente de inspiración importante, especialmente el Ávila y los fragmentos de montañas que bordean el valle; las construcciones informales, las diferentes locaciones de la ciudad, todo esto genera en su trabajo distintos planos y cruces de líneas imaginarias que a través del óleo y otros medios gráficos, el artista cuidadosa e impecablemente ha reproducido y plasmado en su propuesta actual.En las obras de Cipriano Martínez se crean retículas perfectas que se multiplican,algunas veces con color, en otras oportunidades con la ausencia del mismo; pero siempre con mucha sobriedad. También se interrumpen las retículas por tramas que cortan y dan la sensación de planos que se interceptan, generando inquietas «fallas de borde»en su propuesta visual, expresión utilizada por la curadora de la muestra Lorena González Inneco. En Máculas Ortogonales el artista se involucra con una amplia variedad de formatos donde plantea no solo una atractiva propuesta visual, sino un riesgo entre las formas tradicionales y los nuevos modelos de concepción de la pintura como reflejo de una realidad que se debate entre el entorno virtual y la experiencia cotidiana. Esperamos que este esfuerzo de voluntades sea del agrado del público caraqueño, aprovechando la oportunidad para darle las gracias a la Clínica Santiago de León, y muy especialmente a su director el Sr. Juan Carlos Maldonado, por apoyarnos y creer en nuestro proyecto.

Beatriz Gil

MÁCULAS ORTOGONALESCIPRIANO MARTÍNEZ

Falle de bordeUna conversación con el artista Cipriano Martínez a partir de laexposición Máculas ortogonales.

En el prólogo de su libro El último lector, Ricardo Piglia introduce con un relato particular los diversos acontecimientos que se forjan en la obra de arte. En sus líneas, la visita a la casa de un hombre llamado Russell quien reconstruye a escala microscópica la réplica de la ciudad, despliega en cierta forma todo aquello que comporta la transcripción del mundo: imagen de un tránsito que se vuelve presencia significante en el encuentro con el espectador; composición que en su superación del referente se levanta más profunda, más genuina e incluso más verdadera que la propia realidad. La urbe reproducida en ese texto es Buenos Aires y el artista que la calca de forma tan meticulosa e inquietante es un fotógrafo. Según Rusell su ciudad es la que controla el movimiento de lo externo, es ella la auténtica, la que importa en su dimensión a un tiempo minúscula e infinita. Lo otro es una fachada, un reflejo de esa trama inédita que delinea el curso del símbolo y la intimidad secreta del afuera. Conversar con el artista Cipriano Martínez remite a las diversas matrices de esa experiencia descrita por Piglia; en su obra está el trazo de una cartografía alterada, evoluciones de un sistema visual que remite más a nosotros mismos que a la realidad. En nuestra conversación todo empieza por el principio, saber cuál fue el nudo primigenio que lo llevó a sumergirse en la creación:

cm– Desde siempre me recuerdo dibujando y pintando. Es en la Cristóbal Rojas cuando entro en contacto con la gráfica por primera vez y donde me doy cuenta de la necesidad de asumir las artes como oficio. En este tiempo finalizaba mis estudios de Ingeniería en la UCV, y ya se gestaba la idea en Venezuela de un Instituto de Artes Superiores que unos pocos años más tarde sería el Instituto Armando Reverón. De esta última institución formé parte de la primera promoción, cuyo egreso tuvo lugar en el año 1996. Dos años más tarde llegué a la ciudad de Londres con un crédito de Fundayacucho, para hacer una maestría en el Chelsea College of Art. La conexión con lo visual creo que surgió, en mi caso, desde ese complejo escenario que ofrece una ciudad como Caracas. Siempre tienes al Ávila junto a esos barrios en primer plano que recortan la montaña y que producen en diferentes momentos toda esa posibilidad visual que brinda el valle desde muy diversos ángulos. Es algo muy difícil de traducir, pero fue eso lo que poco a poco se transformó para mí en un reto.

La ciudad trata entonces sobre réplicas y representaciones,

sobre la lectura y la percepción solitaria, sobre la presencia de lo

que se ha perdido. En definitiva trata sobre el modo de hacer

visible lo invisible y fijar las imágenes nítidas que ya no vemos pero

que insisten todavía como fantasmas y viven en nosotros.*

Ricardo Piglia

Estructura en Púrpura

* Ricardo Piglia. El último lector.Barcelona: Editorial Anagrama, 2005

Recuerdo muchas imágenes a contraluz que alguna vez hice en el taller de litografía del TAGA; también una serie muy extensa de pinturas tituladas Contrapaisajes, que consistían en negaciones del paisaje por la vía de la superposición de planos densos de material. Eran visiones accidentadas que lograba a través de orificios, de rendijas. Son obstáculos destacados en primer plano, como si de alguna forma estos bloqueos organizaran lo que yace detrás. Siempre hablo del paisaje exterior, aunque pudiéramos también estar hablando del paisaje que se construye en la retina para luego ser devuelto en forma de pintura.

Surge de nuevo la historia de Piglia y la de aquella maqueta de la ciudad en una distorsionada escala real que reconstruye el fotógrafo: centro sin fin, emanación laberíntica de la verdadera vida que va en línea directa con varias piezas de Martínez. Recuerdo en este caso la obra Situación Naranja, pieza que como nudo de embragues comenzó a preguntarse por las verdades y las fachadas de nuestras formas de mirar, de percibir, de olvidar y recordar las cartografías del país. Esta serie obtuvo una mención especial en el XI Premio Mendoza del año 2003. La propuesta constaba de cinco piezas, conformadas por cuatro mapas y un texto que funcionaba como una suerte de fotografía instantánea de la ciudad en el mejor estilo del personaje de Piglia. Otras obras de esta misma serie fueron realizadas entre los años 2003 y 2005, bajo los títulos de Alopecia y Ordenamiento. Seguimos conversando. La ciudad de la Venezuela irreal continúa.

cm–En una experiencia como docente en el Taller Ventrillón de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, un estudiante me comentó que el problema de Caracas, a su modo de entender, era un problema de carácter estructural, intrínseco e intangible. Una suerte de situación subyacente que de alguna forma yo entendí o traduje en un plano más físico y concreto. Es así como con la serie de obras tituladas Situación Naranja, me acerco a esa idea donde orden y caos se ponen en evidencia. Y quizás no como conceptos antagónicos, yo diría que como ideas complementarias. O tal vez el caos como un nuevo orden. En esta suerte de mapas o trazados mentales, dibujo una ciudad que yace en la memoria. Aparecen estructuras aleatorias que como en una suerte de nervaduras muestran esas estructuras rígidas que sostienen el barullo de la superficie. Visiones cenitales que en cierta medida reemplazan la visión frontal de las fachadas o de las superficies que conformaron la serie Contrapaisajes que te comenté al principio.

Desde aquí nos desplazamos en torno a las percepciones. La inquietud por el ahora surge entrelíneas. De algún modo nuestro diálogo por correo -una conversación a distancia, manipulada por los espacios virtuales de la tecnología- repite las mismas secuencias y elipsis de esos territorios velados o transfigurados que entre orden y caos, realidad y ficción, memoria y olvido

Sin título, De la serie Ortódromo

han movilizado las refracciones visuales que hay en cada una de sus obras. Las materias, los formatos… Nos adentramos en las estructuras.

cm– Fíjate Lorena, en estos tiempos donde la imagen visual ocupa un lugar preponderante, es imposible trabajar en las artes visuales sin la tentación de asomarse por esa ventana que representa cualquier pantalla de los tan diversos dispositivos electrónicos que existen. La computadora y todas las posibilidades que ella ofrece son de algún modo una herramienta más, al igual que los instrumentos y los materiales propios del oficio de pintar. Esto no significa que para mí la tecnología digital se convierta en un fin último, lo que me propongo es producir una pintura desde allí, pero haciendo uso de materiales con una fuerte tradición o carga histórica, como lo es el óleo, el cual me sirve como contraposición a la naturaleza de las imágenes que de alguna forma dan cuenta del paisaje digital de nuestros tiempos. En gran parte de mi obra aparece una constante que es la retícula como estrategia para organizar el espacio. Esta estructura es también un denominador común en la fundación de nuestras ciudades así como en la distribución interna de la pantalla de un ordenador. En este formato rígido suceden todos los accidentes posteriores. En cuanto a mi proceso de creación a nivel formal se da también un diálogo estrecho entre el trabajo gráfico sobre papel y la pintura. El primero funciona como un activador de situaciones, una zona de experimentación que más tarde va a ser ejecutada en la tela.

Hablamos del tríptico Ejercicio para preservar la memoria que formó parte de la exposición colectiva Torres de Caracas, Modernidad Silenciada en la Sala Mendoza, 2005. En palabras del propio Cipriano esta propuesta representaba las torres del Silencio como si se tratara de un mural a modo de retícula. La imagen encarnada se iba descomponiendo como resultado de elementos o mosaicos faltantes que entraban en el juego. Es con estas pinturas cuando comienza a utilizar de un modo más determinante la retícula como recurso compositivo.Aparece luego la muestra colectiva Zonas en relación, donde le acompañé como curadora de su instalación Prueba de Estado.

cm– En Zonas en Relación (La Caja, Fundación Cultural Chacao, 2013) presenté la instalación Prueba de estado. En esta oportunidad la retícula aparece diluida en un papel tapiz que sirve de fondo para presentar un conjunto de alrededor de sesenta imágenes «accidentadas». Se trata de fotografías tomadas de archivos personales e imágenes bajadas de Internet. En esta propuesta se muestra claramente la construcción de una imagen por la vía de la superposición de tramas y colores, evidenciando ese carácter múltiple que te ofrecen las técnicas gráficas y de impresión. Como siempre señalo, el accidente y el azar son una constante en todas las impresiones que conforman esta gran instalación.

Recuerdo esta exposición y esa suerte de situación visual que planteaba, una puesta en escena sensorial que ha seguido evolucionando desde la pintura y muy especialmente desde el accidente geométrico como códice directo frente al accidente de la memoria, un juego de variables sobre el tránsito efímero de la vida y la percepción suspensa e inacabada que tenemos de ello. Es de algún modo el reflejo de la vulnerabilidad del yo y de sus estructuras frente al paso inclemente del tiempo. Entramos en el proceso actual y su tránsito desde el proyecto Geometría fallida hacia los nuevos despuntes de las Máculas ortogonales.

cm– Geometría Fallida tuvo lugar a comienzos de este año en la Galería Viloria Blanco de la ciudad de Miami y por supuesto que me sirvió de antesala para la muestra que presento actualmente. En Máculas ortogonales mostraré principalmente pintura y algo del trabajo impreso sobre papel. La estructura reticular del trajo previo aparece ahora en algunos casos totalmente desarticulada, a modo de malla, y en otros se ha transformado en triangulaciones que convergen a manera de planos yuxtapuestos. La referencia de lo urbano se ha ido disipando, quedando entonces el tejido intrínseco que conforma el paisaje. Existe ahora una dualidad en el uso de las escalas, y la otrora referencia exterior podría estar quedando supeditada a la subjetividad propia de los procesos de percepción. En muchas de las pinturas más recientes viene apareciendo un interés creciente por la imagen como tal así como por el proceso de obtención de estas imágenes.

En este punto brota esa especie de falla de borde que está tomando la delantera sobre la presencia de la referencia en los últimos trabajos. Se me ocurre que la distancia de Cipriano de su país de origen tal vez esté influenciando las tramas de su propia geodesia pictórica. Comentamos la estadía en Londres y las aproximaciones a nuevos materiales.

cm– A pesar de nunca habérmelo planteado como una opción, ya son más de diez años los que llevo viviendo fuera del país. Es la misma circunstancia la que te va llevando. Son muchos los viajes de ida y de regreso, pero siempre está la idea del aterrizaje definitivo, con las miles de estrategias que uno se plantea para que esto suceda. Mientras tanto, esta circunstancia también te ofrece una nueva posibilidad visual: la de un espectador que mira hacia allá a través de los filtros de la web, de la pantalla del ordenador, con todo lo que esto implica. Es un proceso complejo que se traduce en pérdidas y también en ganancias para la imagen resultante. Distorsión, fracturas, yuxtaposiciones, en fin, una imagen contaminada que como comentas muy pocas veces se acerca a esa realidad exterior que intentamos ver. Lo que ha venido sucediendo en los últimos años es que los referentes anteriores que estaban en esa ciudad que se podía transitar, han dado paso a elementos y a paisajes que pertenecen al ámbito visual de todos esos

dispositivos que precisamente utilizas para observar una realidad que de alguna forma dejaste atrás.

Volvemos a los accidentes lineales y a la descomposición visual de Máculas ortogonales.

cm– Hay un interés por algunos vacíos o ausencias que se presentan en la trama que anteriormente gozaba de una continuidad, y también por la mancha o «bleeding» que se genera por la superposición del mismo elemento y que se marca sobre otros factores ya existentes de la trama. La ventana que representa el monitor del ordenador y sus múltiples posibilidades técnicas, pareciera que está ensuciando o interfiriendo en lo que otrora se manifestaba como una imagen limpia y ordenada. Se da así la contradicción de que el vehículo que facilita ver al otro lado pareciera reemplazar aquel exterior por paisajes propios de lo digital. De allí, que en estos últimos trabajos hay una suerte de abandono de las referencias urbanas anteriores para solo quedarme con su estructura ortogonal esencial, y que ahora comienza a desdibujarse. Eso es lo que veo yo, en todo esto que estoy produciendo.

El diálogo culmina de nuevo con la percepción y con su paso trepidante por esas fallas de bordes constantes que plantea el artista. Luego de ver, la mirada se cierra sobre sí misma. Por mi parte vuelvo a la palabra, pensando siempre en lo que estamos diciendo y en lo que dejamos de decir. Allí me tropiezo con la historia de Piglia, en ese espacio definitivo donde el autor regresa a la ciudad después de encontrarse con la obra estructural del fotógrafo. Mientras observa su propia cara en la ventana del tren, aparece sobre él la imagen microscópica de aquella otra ciudad circular que se fija para siempre en su mente como un intenso recuerdo. Entonces, entiende lo que ya sabía: «que todo lo que podemos imaginar siempre existe, en otra escala, en otro tiempo, nítido y lejano, igual que en un sueño». Así el arte y la realidad, siempre al borde. Así la obra de Cipriano Martínez y su cúmulo visual de fragmentos volubles: placas tectónicas de una memoria en tránsito permanente que habita en estas Máculas ortogonales.

Lorena González I.

Rendering Turquoise

Wall paper

Reverse Image

Reimpresión

Reality ChecksCipriano Martínez 2015

The obvious question is a good one when encountering Cipriano Martínez’ paintings and silkscreen prints: just what are we looking at? Are they abstractions which riff on the geometric and kinetic traditions of both the artist’s native Venezuela and his adopted home in Britain? We might think of Carlos Cruz-Diez and Jesús Rafael Soto; then of Bridget Riley and Mary Martin, or behind them Malevich, Mondrian and Vasarely. Or might Martínez be showing us cityscapes, a possibility made more compelling when we learn that he has a background in civil engineering, and comes from the dynamic high rise city of Caracas?

That’s a productive tension. Martínez, like Cruz Diez and Riley, uses optical dynamics to resist any stabilization of his underlying grid structures. Going, as it were, from abstract to representative, the shimmering geometries may stand in for the constant changes in environments and systems which are the essence of how a city keeps going. There are also suggestions of cartography; of a pixelated screen, especially one suffering interference in reception; and of neural patterning, of the minds of the people as well as the ‘mind’ of the city.

Or, going from representative to abstract – and confirming the centrality of communication, or the lack of it, in these works - we can see the city as broken down into individual components. Here’s how individuals may be isolated by the impersonality of the modern city. Martínez could be modelling the psycho-logical experience of seeking to connect the multiplicities of modern life with its teeming data, complete with repetitions and glitches.

A psychotherapist might be reminded of the Personal Construct Psychology of George Kelly, who held that: ‘Every man is, in his own particular way, a scientist in that he is always building up and refining theories and models about how the world works so that he can anticipate events. We start on this at birth (a child discovers, “if I cry, mother will come”) and continue refining our theories as we grow up’1 . Kelly aimed to understand people by determining their system of constructs: the viewer of these paintings is asked to interpret apparently abstract marks which suggest that a model of the city is to be constructed. That echoes in turn how the isolated individual builds up his own model of the city and its potential connections. In all three cases – the developing child, the viewer of the painting, the city dweller – the key question is: can they make the separate parts cohere into a usable picture of the underlying reality?

1 George Kelly. Psicología de los constructos personales. Nueva York, 1955

Prueba de color

And yet… I don’t think it’s the city that draws us into Martínez’ world, but the abstraction. We’re used to two extremes: informal expressionist outpouring and ordered geometric regularity. Martínez gives us the latter, for sure, but he disrupts it – or should we say ‘liberates’ or ‘infects’ it? This piques the eye’s interest and yields a shimmer of pleasure as well as of doubt. The newest paintings break down the regularity more radically: they introduce variations in the scale of the characteristic triangular units; larger monochrome areas; some rectangular areas like blank walls; and less regular zones of darkness, as if some lights have been turned off. The abstract qualities are ramped up as - exploiting our familiarity with his language – Martínez is able to remove more of the pattern without reducing its impact. That said, there is always the danger that things will go too far. Martínez’s most recent silkscreen has, unusually, a caption – and it’s ominous: ‘notes for its destruction’.

Paul Carey-Kent

Curator

Azul

Reality Checks Revisiones de la realidadCipriano Martínez 2015

La pregunta obvia es excelente al toparse con las pinturas y serigrafías: ¿qué es lo que estamos viendo? ¿Son pinturas abstractas que acompañan a las tradiciones geométricas y cinéticas tanto de la Venezuela natal del artista como de su hogar adoptado en Inglaterra? Pudiéramos pensar en Carlos Cruz-Diez y Jesús Rafael Soto; después en Bridget Riley y Mary Martin o tras ellos Malevich, Mondrian y Vasarely ¿o quizá Martínez nos pudiera estar mostrando paisajes de ciudades, una posibilidad que se hace más convincente al enterarnos de que cuenta con estudios de Ingeniería Civil y que proviene de la dinámica ciudad vertical de Caracas?

Es una tensión productiva. Martínez, al igual que Cruz Diez y Riley, utiliza la dinámica óptica para resistir cualquier estabilización de sus estructuras de retículas subyacentes. Se traslada por así decirlo de lo abstracto a lo representativo, las brillantes geometrías pueden sustituir los cambios constantes en ambientes y sistemas que son la esencia del cómo sigue movilizándose la ciudad. También hay sugerencias de una cartografía, de pantallas pixeladas, en especial de aquellas que sufren la interferencia en su recepción; y de patrones neurales, de las mentes de personas así como de la «mente» de la ciudad.

O, al pasar de lo representativo a lo abstracto -y confirmando la centralidad de la comunicación, o la falta de ella, en estos trabajos- podemos ver como la ciudad se descompone en elementos individuales. He aquí como los individuos pueden ser aislados por la impersonalidad de la ciudad moderna. Martínez pudiera estar modelando la experiencia sicológica de buscar conectar las multiplicidades de la vida moderna a través de sus innumerables datos, llenos de repeticiones e inconvenientes.

Cualquier psicoterapeuta pudiera recordar la psicología de los constructos personales de George Kelly, quien sostenía que todo hombre es, desde su propia particularidad, un científico que siempre está construyendo y afinando teorías y modelos acerca de cómo trabaja el mundo, para poder anticiparse a los acontecimientos. Esto comienza desde el nacimiento (un niño descubre: «si lloro, mamá vendrá») y continuamos afinando nuestras teorías a medida que crecemos’ . Kelly buscaba comprender a las personas determinando su sistema de constructos: al público que observa estas pinturas se le pide interpretar marcas aparentemente abstractas que sugieren que un modelo de la ciudad va a ser construido. Esto repercute, a su vez, en la forma como el individuo aislado construye su propio modelo de la ciudad y sus conexiones potenciales. En los tres casos (el niño en crecimiento,

1 George Kelly. Psicología de los constructos personales. Nueva York, 1955

la persona que observa la pintura y el habitante de la ciudad), la pregunta clave es ¿pueden estas tres partes por separado coincidir en una imagen útil de la realidad subyacente?

Y, sin embargo, no creo que sea la ciudad la que nos adentra en el mundo de Martínez, sino la abstracción. Estamos acostumbrados a dos extremos: el derramamiento expresionista informal y la ordenada regularidad geométrica. Martínez, sin duda alguna, nos da esta última, pero la trastoca y la interrumpe o ¿deberíamos decir que la «libera» o la «infecta»? Esto despierta el interés de quien observa y produce un brillo de placer así como de duda. Las pinturas recientes del artista descomponen la regularidad de una forma más radical: introducen variaciones en la escala característica de las unidades triangulares, áreas monocromáticas más grandes; algunas rectangulares como paredes en blanco y otras zonas irregulares de oscuridad, como si algunas luces se hubieran apagado. Las calidades abstractas se intensificaron (como si explotaran nuestra familiaridad con su idioma); Martínez es capaz de eliminar más del patrón sin reducir su impacto. Dicho esto, siempre existe el peligro de que las cosas vayan demasiado lejos. Las serigrafías más recientes de Martínez inusualmente contienen una leyenda, y es inquietante: «Apuntes para la destrucción».

Paul Carey-Kent

Curator

Sin título

Estructura en blanco Sin títuloDe la serie Ortódromo

Sin título IIIDe la serie Ortódromo

Sin título IV De la serie Ortódromo

Sin título IDe la serie Ortódromo

Desde el año 2010 también trabaja con la galería Maddox Arts de Londres. Allí presentó la muestra individual Destructive Testing en el año 2012 y ha participado en proyectos colectivos como Degrees of Separation, Weight for the Showing, entre otros, lo que le ha permitido trabajar con curadores locales como Laura Culpin y Paul Carey-Kent. El hecho de desarrollar parte de la obra con técnicas gráficas le ha servido de puente para pensar en otros soportes. Por ello se encuentra en este momento preparando junto a la destacada diseñadora Christine Vanderhurd, un proyecto de nueve tapices que bajo el nombre Woven Cities, será presentado a finales de este año en la ciudad de Londres. La obra de Cipriano Martínez se encuentra representada en Colecciones institucionales como la Colección Mercantil, la Colección Banesco, la Galería de Arte Nacional, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y la Mark Rothko Foundation en Latvia. También forma parte de importantes colecciones privadas en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.

CIPRIANO MARTÍNEZ Caracas, 1977

Es un artista venezolano que vive y trabaja actualmente en Londres. Ingeniero civil de la UCV y Licenciado en Artes del antiguo IUESAPAR, se trasladó a finales de los noventa a la capital inglesa para completar un Master in Art en el Chelsea College of Arts & Desing, convirtiéndose posteriormente en investigador asociado de esta institución. En el año 2003 y siempre en contacto con su país, obtuvo una mención especial del jurado en la XI edición del Premio Mendoza por su obra Situación Naranja. Desde entonces ha trabajado con las disposiciones y variables actuales de lo pictórico a partir de una reflexión personalizada del paisaje como lugar de la representación, escenario ideal y espacio de interacción donde las cartografías del inconsciente y los fragmen-tos obsesivos de la cultura digital-global se traducen en abstracciones inéditas cargadas de nuevos significados.Su carrera ha despuntado en la ciudad de Caracas gracias a su participación en numerosas muestras colectivas como el caso de Escala Mural (2008) en la Sala Mendoza donde presentó el proyecto interactivo Permutación CYM, juego formal armado para que cada visitante retirara una parte de la estructura y reconstruyera su propia composición a partir de las secuencias amarillo, cyan y magenta proyectadas por el artista. Una buena parte de sus investigaciones también se consolidaron en muestras individuales como Caracas Espectral (2009) en la Sala Mendoza y Prueba de estado (2013), proyecto especial para Zonas en relación en La Caja, espacio de investigación visual del Centro Cultural Chacao.

Contraluz Estructura en Sepia

Apuntes para la destrucción

Sin título De la serie Apuntes para la destrucción

Rendering Turquoise2015 Óleo sobre tela 140 x 180 cm

Prueba de color2015 Óleo sobre tela 40 x 30 cm

Imagen duplicada por omisión2015 Óleo sobre tela 140 x 180 cm

Estructura en blanco 2015 Óleo sobre tela 40 x 50 cm

Mancha negra, (Blot)2015 Óleo sobre tela 140 x 100 cm

Estructura en Sepia 2015 Óleo sobre tela 50 x 70 cm

Sin título De la serie Ortódromo2015 Óleo sobre tela 180 x 120 cm

Reimpresión 2015 Óleo sobre tela 40 x 50 cm

Estructura en púrpura2015 Óleo sobre tela 140 x 100 cm

Fachada en verde2015 Óleo sobre tela 22 x 35 cm

Reverse Image2015 Óleo sobre tela 110 x 110 cm

Sin título De la serie Ortódromo 2015 Óleo sobre tela 150 x 120 cm

Wall paper2015 Óleo sobre tela 130 x 140 cm Fachada en amarillo

2015 Óleo sobre tela 22 x 35 cm

Contraluz2015 Óleo sobre tela 40 x 30 cm

Lista de obras

Cipriano Martínez

Color testing 2012 Óleo sobre tela 40 x 30 cm

Sin título IDe la serie Ortódromo 2014 Óleo sobre tela 140 x 140cm

Azul 2015 Óleo sobre tela 50 x 40cm

Raster Magenta2012 Óleo sobre tela 180 x 120cm

Prueba de color, azul, magenta 2015 Óleo sobre tela 40 x 30 cm

Apuntes para la destrucción2014Impresion serigráfica sobre papel Edición 1/5 50x 70 cm

Sin título VDe la serie Ortódromo 2014 Óleo sobre tela 140 x 140 cm

Sin título 2015 Óleo sobre tela 50 x 40 cm

Sin título ( De la serie Apuntes para la destrucción) 2014Impresion serigráfica sobre papel Edición 1/5 50 x 70cm

Sin título IV De la serie Ortódromo2014 Óleo sobre tela 110 x 110 cm

Sin título IIIDe la serie Ortódromo 2014 Óleo sobre tela 11o x 110 cm

Color testing

Imagen duplicada por omisión

Mancha negra, (Blot)

CIPRIANO MARTÍNEZMÁCULAS ORTOGONALESPINTURA S

Caracas, noviembre 2015 / enero 2016

Curadurí a

Lorena González I.Textos

Lorena González I.Paul Carey-KentTraducción

Madeleyn Turip eMuseografía y Montaj e

Gabriela Ceballo sDiseño gráfic o

Annella Armas Montaje electrónico

Javiera CasanovaMedios digitales

Raúl AlvaradoProducción general

Beatríz Gil galeríaImpresión

Gráficas Acea Depósito legal

If 25220157003577Isbn

978-980-12-8402- 4Catalago©2015 Beatriz Gil galerí aAgradecimientos

Clínica Santiago de LeónPaul Carey-KentMaddox Arts, LondonBrian Goddard Galería Viloria Blanc o

Beatriz Gil galería

Directoras

Beatriz Gi lValentina Atenci oGerenci a

María Fernanda CondeRaúl Alvarado

Calle California con Jaliscoedificio San Carlos, pb 2urbanización Las Mercedes, Caracas

[email protected]@beatrizgilgaleria.com

+58 212 993.09.74, +58 414 129.47.81

La Clínica Santiago de León y su Junta Directiva, más allá de cumplir con el compromiso propio de garantizar salud y bienestar a la comunidad, desea ser parte del desarrollo social y cultural del País.En el marco de la celebración de sus 57 años e integrando actividades para celebrar su reapertura definitiva, esta importante institución médica concreta una vez más la realización de un evento orientado a fortalecer el estímulo cultural y promover el talento de cultores y creadores artísticos nacionales que realzan los valores y el nombre de Venezuela en el mundo a través de sus obras.Se trata de una puesta en escena en los espacios de Beatriz Gil galería deCaracas, donde se realiza la exposición Máculas Ortogonales de Cipriano Martínez, pintor venezolano nacido en Caracas, quien ha expuesto sus creaciones en numerosas salas de arte en Venezuela, así como en España e Inglaterra. Martínez se ha formado en instituciones de arte nacionales como el Instituto Armando Reverón de Caracas, la UPEL en el estado Miranda, donde consiguió el título de Magister en Arte e igualmente en escuelas internacionales como el Chelsea College of Arts & Design en Londres.

Juan Carlos Maldonado Bernardo RodríguezPresidente Directo r