manual de orientaciones doctrinales para la catequesis de confirmación

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Catequesis de Confirmación - 1 MANUAL DE ORIENTACIONES DOCTRINALES PARA LA CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y junto a ella el discípulo a quien amaba. Entonces le dice a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. (Jn. 19,25-27)

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Page 1: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 1

MANUAL DE ORIENTACIONES

DOCTRINALES PARA LA

CATEQUESIS DE

CONFIRMACIÓN

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y junto a ella el discípulo a quien amaba.

Entonces le dice a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.

(Jn. 19,25-27)

Page 2: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 2

FICHA DE DATOS PERSONALES

Foto

DATOS DEL CONFIRMANDO

NOMBRE: ________________________________________________________

EDAD: ______ FECHA DE NACIMIENTO: ____/____/_______________

DIRECCIÓN: _____________________________________________________

E-MAIL: _________________________________________________________

TELÉFONOS: ____________________________________________________

PADRINO/MADRINA DE CONFIRMACIÓN

NOMBRE: _______________________________________________________

DATOS FAMILIARES PADRE: _________________________________________________________

MADRE: ________________________________________________________

DATOS DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO PARROQUIA DONDE ME BAUTICÉ: _____________________________

LUGAR/DISTRITO DONDE ME BAUTICÉ: _______________________

FECHA DE MI BAUTISMO: _________/ ____________/ ______________

MIS PADRINOS DE BAUTISMO: _________________________________ ________________________________________________________________

Page 3: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 3

REQUISITOS BÁSICOS PARA ACCEDER AL

SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN

Adquirir el Manual de Orientaciones Doctrinales para la Catequesis de

Confirmación.

Participar de forma puntual de las sesiones de Catequesis. Tres

inasistencias ameritarán la justificación presencial del padre/madre de familia y la evaluación del equipo de catequistas sobre la continuidad del

confirmando en la catequesis.

Cuatro inasistencias injustificadas conllevan la separación ipso facto de la

catequesis. El equipo de catequistas emitirá una constancia en la que figurarán el número de sesiones con el fin de facilitar su traslado a otra

catequesis.

Manifestar actitudes coherentes con el mensaje evangélico. La indisciplina e insolencia conllevará que el equipo de catequistas evalúen la continuidad

del confirmando.

Respetar y obedecer a los catequistas de la confirmación. Cualquier falta

de respeto conllevará que el equipo de catequistas evalúen la continuidad del confirmando.

Participar de manera comprometida de los Retiros y Misiones anuales.

COMPROMISO DEL CONFIRMANDO

Yo, ___________________________________________ solicito al Colegio Junior

Cesar De los Ríos, se sirva admitirme para acceder al itinerario formativo y al sacramento de la Confirmación. Para dicho fin, me comprometo a cumplir los

requisitos establecidos por nuestra Santa Iglesia Católica y por el Obispado del Callao. En el caso de no cumplir con los requisitos explícitos en este documento y los implícitos de la catequesis, me retiraré de la catequesis.

En señal de conformidad, firmo el presente.

Callao, ______ de ___________ de ___________

Firma:

________________________________________ Post-firma: ………………………………..

Page 4: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 4

COMPROMISO DEL PADRE/MADRE DE FAMILIA O

APODERADO Yo ________________________________________ , identificado con DNI Nº

_________________________, en pleno uso de mis facultades mentales, solicito al Colegio Junior César De los Ríos, se sirva admitir a mi menor hijo/a :

_________________________________ en la Catequesis de Confirmación durante los próximos dos años y me comprometo a:

Enviar de forma puntual a mi hijo/a a su catequesis en el horario establecido por el colegio.

Acompañar durante todo el proceso a mi menor hijo/a.

Participar de las Jornadas que el equipo de catequistas programen.

Realizar la cancelación puntual del manual de orientaciones doctrinales y de los retiros programados.

Facilitar el permiso y cooperar en la participación de las Misiones que mi menor hijo/a deba realizar para completar su proceso formativo.

En caso de que mi menor hijo/a no cumpla con los requisitos establecidos por la Santa Iglesia Católica y por el Colegio Junior César De los Ríos,

acepto retirarlo de buenas y justas maneras de la catequesis. En señal de conformidad, firmo el presente documento

Bellavista, ______ de ___________ de ___________

Firma: ________________________________________

Post-firma: ………………………………..

Page 5: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 5

MISIÓN DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA

PARROQUIAL

JUNIOR CÉSAR DE LOS RÍOS

Somos una Institución Educativa Católica perteneciente al

Obispado del Callao. Nuestra misión es la misma de la Iglesia:

Evangelizar en el anuncio de Cristo Resucitado. Esta misión la

realizamos mediante la Educación: formando personas en

virtudes humanas y cristianas, transmitiendo una sólida

formación integral abierta a la innovación, en búsqueda de la

excelencia académica; para que se viva la felicidad, y para que

asuman los retos de un mundo globalizado, característica del

siglo XXI.

Somos una comunidad educativa innovadora y con vocación

de servicio; llamada a participar como agente directo en la

Nueva Evangelización a través de la docencia; teniendo como

sujetos directos: al niño, joven y a la familia-matrimonio,

preparándolos como agentes activos de la sociedad y de la

Iglesia, comprometidos con la coherencia entre fe, cultura y

vida.

Page 6: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 6

VISIÓN DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA

PARROQUIAL

JUNIOR CÉSAR DE LOS RÍOS

AL 2018

Ser una institución educativa que forma parte de la red de

colegios parroquiales del Obispado del Callao, comprometidos

con la Nueva Evangelización, a través de una formación

integral, personalista-cristiana.

Desarrollar una propuesta educativa modélica y de calidad, en

permanente búsqueda de la excelencia humana y académica,

reconociendo la fragilidad del hombre, pero potenciándolo en

un ambiente de infraestructura moderna y tecnológica, a fin de lograr alumnos líderes, intentando vivir las virtudes y valores

cristianos, para transformar su contexto.

Nuestro Lema:

“Educar para la

Nueva

Evangelización”

Page 7: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 7

SOY UNA PERSONA CON

ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO.

Lectura de Reflexión:

¿QUIÉN ERES?

Una mujer estaba agonizando. De pronto, tuvo la sensación de que era llevada al cielo y presentada ante el tribunal. -"¿Quién eres?", dijo una voz.

-"Soy la mujer del alcalde", respondió ella. -"Te he preguntando quién eres, no con quién estás

casada". -"Soy la madre de cuatro hijos". -"Te he preguntado quién eres, no cuántos hijos tienes".

-"Soy una maestra de escuela". -"Te he preguntado quién eres no cuál es tu profesión".

Y así sucesivamente. Respondiera lo que respondiera, no parecía poder dar

una respuesta satisfactoria a la pregunta "¿Quién eres?".

-"Soy cristiana". -"Te he preguntado quién eres, no cual es tu religión" -"Soy una persona que iba

todos los días a la Iglesia y ayudaba a los pobres y necesitados". -"Te he preguntado quién eres, no lo que hacías".

Evidentemente, no consiguió pasar el examen, porque fue enviada de nuevo a la tierra. Cuando se' recuperó de su enfermedad, tomó la determinación de averiguar quién era. y todo fue diferente.

P. Anthony De Mello

Después de haber Leído el cuento « ¿Quién eres?» del P. Anthony de Mello. Compartimos en grupo las

siguientes preguntas.

¿De qué nos habla el cuento? ¿Sabes quién eres?

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Page 8: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 8

Para profundizar mejor el tema te propongo realizar el siguiente trabajo personal:

¿Qué es para ti ser persona?

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¿Sientes que eres tratado como persona? sí o no ¿Por qué?

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Si no nos conocemos, menos podremos conocer ni comprender a los demás, y mucho

menos conoceremos a Dios. Intentar responder a la pregunta ¿Quién soy yo?

es la clave para que nuestra vida tenga sentido y para que estemos más cerca de experimentar “la felicidad” que tanto buscamos y añoramos. Por ello te sugiero que

leas con atención el siguiente caso:

Un joven la semana pasada le lanzó a su compañero de clases una manzana en la cara. Cuando lo llevaron a la oficina de Normas Educativas y le preguntaron por qué lo hizo, él respondió: NO SÉ PROFESOR, NO FUI YO,

FUE MI MANO.

¿Podemos imaginar que nuestro cuerpo actúe por sí sólo sin que lo controlemos? ¿Crees que en nuestra sociedad actual la gente valora el significado de ser persona?

¿Somos más cuerpo que alma o más alma que cuerpo?

Page 9: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 9

Hoy en día, muchas personas

inteligentes nos tratan de enseñar qué somos y nos dan distintas respuestas

desde su punto de vista. Algunos

opinan que el hombre es:

- Simple producto de la evolución, resultado de la victoria de los más fuertes sobre los más débiles.

- Simple mezcla de sustancias químicas y biológicas, fruto del azar.

- Un ser “más” en el universo, sin privilegios ni superior a

nadie.

- Un “animal” racional, similar a otros animales y por tanto, no es administrador del planeta.

- Ser social, determinado por lo que dice la genética.

- Un trabajador, que no vive más que para trabajar y llenarse de bienes materiales.

- Un ser absurdo, que lucha, estudia, trabaja, progresa, pero tal cual todo se le acaba con la muerte.

- Un simple consumista de bienes y servicios, buscador de los precios más bajos y que vive determinado por las modas y lo que los demás digan. Su vida depende de lo que la mayoría diga o haga.

Pues bien, frente a estas opiniones, la Iglesia no dice que todo lo anterior esté mal

o sea falso. La verdad es que cada opinión abarca algún aspecto de la vida humana, pero nada más. No enfoca al ser humano en su totalidad. Podríamos decir, que cada punto anterior es verdadero en el aspecto vital que abarca, pero no explica en su

totalidad quiénes somos. A continuación, analicemos la siguiente tabla para clarificar quienes somos:

CUERPO(heb: basar)

(grie:soma) ESPÍRITU

(grie:neuma) ALMA (heb:nefes)

(grie:psiche)

Tomado de la tierra Aliento de vida dado

por Dios (Job 33, 4)

(Ez. 37, 5)

Toda la Vida humana

Formado de

componentes materiales

Cuando es enviado a

algún ser, éste empieza a vivir

Lo más íntimo de la

persona (corazón)

Nace, crece, se desarrolla y muere

Fuente de vida y de energía física,

intelectual y moral

Custodia la inteligencia, la voluntad

y la conciencia

Sirve de templo para el

alma y el Espíritu divino

Después de la muerte

del hombre, regresa a Dios

Fuente y centro de la

racionalidad humana

Principio de finitud (Gn.

3, 19)

Principio de eternidad

Page 10: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 10

CUERPO / CARNE Esta expresión se refiere a todo el hombre en su condición biológica; facultado de

órganos y los sentidos; en contacto con el mundo en el que vivimos. El hombre-carne

es un ser con necesidades, sujeto a las tentaciones, a los sufrimientos, al pecado y a la muerte. El cuerpo es manifestación del espíritu, y lo que le permite al hombre relacionarse con todo lo que le rodea, y con los demás seres semejantes a él.

ALMA Para los escritores sagrados, el alma no es "algo" diferente al cuerpo, sino que

significa al hombre en su totalidad en su condición de ser viviente, pues "alma" en la Escritura es el sinónimo de "vida". El hombre es precisamente "vida", no es que tenga

vida, sino que el mismo "es" vida, es pues "el alma" otorga la consciencia de

RECONOCER que soy un "yo" que vive y se relaciona. Por eso hay una gran

equivalencia entre "cuerpo" y "alma", estos términos no se oponen entre sí, sino que expresan al hombre entero. El alma es la dimensión que nos otorga ser racionales, tener libertad y voluntad

ESPÍRITU

Esta palabra, se refiere al hombre que siendo a la vez "cuerpo-alma" abre su

existencia hacia Dios, como valor absoluto que le supera y orienta toda su vida a conocer y amar más a Dios.

Para el Nuevo Testamento, el "hombre-espíritu" vive una “nueva existencia”, una “Vida Nueva”, en la que ya no hace su propia voluntad, sino la de Dios. El espíritu es principio de vida, pero también es principio de resurrección. Pablo llama al

hombre resucitado, “cuerpo espiritual” , que significa que el cuerpo inerte, que se separó del espíritu (aliento de vida) que Dios le dio, se vuelve a unir, pero para nunca

más separarse. El hombre espiritual, no es puro espíritu. Sigue teniendo su cuerpo, pero jamás envejecerá o enfermará. Tampoco caerá en pecados y no estará limitado por la física, pudiendo estar en uno y en todos los lados a la vez.

EN CONCLUSIÓN: El alma está tan unida al cuerpo, que no podemos concebir el alma sin el cuerpo,

ni el cuerpo sin el alma. Por tanto, el hombre es 100% corporal y a la vez 100%

espiritual. el hombre no es “dualidad” sino “unidad” de cuerpo y alma-espíritu.

Precisamente por esta unidad, lo que dañe mi cuerpo daña mi alma, y lo que dañe mi alma, dañará a mi cuerpo.

Nos conduce a Dios

Page 11: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Catequesis de Confirmación - 11

Escuchamos el siguiente texto Bíblico: Salmo 8.

Y en un clima de silencio y oración, se reflexiona sobre la invitación que nos hace el señor en descubrir

los que somos: Proclamamos en voz alta el salmo. Luego terminamos con el acto a consagración a María Amén.

UN PAR DE ERRORES:

Creer que el hombre es más espíritu que cuerpo

Creer que el hombre es más cuerpo que espíritu

COMPROMISO Escribe durante toda esta semana cómo debes alimentar nuestro cuerpo y nuestra

alma

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Catequesis de Confirmación - 12

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 13

SOY UN HIJO DE DIOS

“Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de

Dios. Cada uno es un amado hijo o hija espiritual del Padre y, como tal, cada

uno tiene una naturaleza y un destino divinos”

DINÁMICA: Tu catequista te entregara una caja CON UN

REGALO. Observa bien y luego responde: ¿Qué sentiste al

ver el regalo que contenía la caja.

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………………………………………………………………………………… ¿Qué opinas?... Realmente ¿eres “la obra más grande” de Dios?

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La mayor obra que Dios ha creado somos nosotros el libro del Génesis (1, 26 - 27 /2, 7 -8.

18, 21 -24) cuando nos relata las historias de la creación en sus primeros capítulos: “El ser

humano y todo lo que conocemos ha salido de las manos de Dios que pensó y quiso que todo

existiera”. Pero así como ha salido de las manos de Dios por su voluntad, puede de la misma

manera dejar de existir si esa es su voluntad.

TRABAJO PERSONAL:

Van a dibujar una imagen (una cara) de

sí mismos que ilustre la forma de cómo

piensan que los demás los ven y atrás

de la hoja una imagen de cómo se ven

a sí mismos. Puedes que incluir palabras claves que añadan a esta

descripción. Por ejemplo alguien que piense que los demás lo ven como una persona chistosa,

puede ponerle “risas” “comediante”. Luego muestra tus dibujos y explica su contenido.

Comentamos y Luego responde: ¿Qué cualidades y habilidades te ha reglado Dios?

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Hablamos de lo que nos Pasa

Nos Interesa

Page 14: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 14

Junto a tu animador lee el salmo 139, 1-18; luego coméntalo.

¿Qué descubres en la creación de Dios y que

tú disfrutas?

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¿Crees que las personas se respetan así mismas y respetan a los demás?

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APORTE A LA REFLEXIÓN En el nuevo testamento Juan explica que los cristianos somos hijos de Dios

de un modo especial “Mirad que gran amor nos ha tenido nuestro padre al

hacer que nos llamemos hijos de Dios y lo seamos” (Juan 3, 1). Toda persona

al nacer tiene una dignidad muy grande y está llamada a ser hijo de Dios, esta

dignidad de la persona tiene su origen en que ha sido creada “a imagen y

semejanza de Dios” y tener un alma espiritual e inmortal. Gracias a ella

podemos conocer y amar a Dios y los demás seres humanos por ello supera en

dignidad a los demás seres de la tierra.

VEAMOS ALGO QUE LE OCURRIÓ A JESÚS:

MI ORIGEN : Fui creado por Dios.

MI DESTINO : Ser como Cristo.

Mateo 16:15-18 Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó:

«Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios

vivo.»

Mateo 26:63-65 Pero Jesús seguía callado. El Sumo sacerdote le dijo: «Yo te

conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo

de Dios.» Dícele Jesús: «Sí, tú lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo.»

Comprendemos mejor lo que vivimos

Page 15: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 15

Pero venida la fe, ya no estamos bajo hayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe

en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo

estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni

mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.;” La Fe en Jesucristo, creer

que Él es el Hijo de Dios, el Ungido, el Mesías, nos hace ser hijos de Dios. Hay una

conexión casual entre los versículos 26 y 27, entre ser hijos de Dios y el estar

bautizados. El versículo 27 inicia con la palabra “porque” y esto muestra la causa o

da la razón de la oración que le precede. El ser bautizado en Cristo nos lleva a ser

hijos de Dios. Por ello todos los que fueron bautizados en Cristo, de Cristo están

revestidos. (Gálatas 3:25-28)

EL REGALO QUE NOS PERMITE SER HIJOS DE

DIOS: LA GRACIA

La persona humana es “capaz de Dios”, es decir, es un hijo creado y por tanto

lleno de dignidad. Es capaz de recibir un don gratuito que llamamos “gracia”

que le eleva a participar de la divina Naturaleza, según lo que enseñó San

Pedro. El hombre, interiormente se vuelve hacia Dios, lo cual es un buen

don. En otras palabras, Dios comunica al hombre su misma vida. La palabra

"gracia" es muy apropiada para expresar la nueva vida que Dios comunica al

hombre, porque significa belleza, encanto, atractivo, regalo, e incluso

elevación de una persona a la más alta condición de otra que le presta su

amistad. La gracia es "un don por el que Dios habita en nosotros". Siendo más

precisos podemos definir la gracia como "realidad sobrenatural que Dios

concede gratuitamente al hombre, para hacerle partícipe de su vida trinitaria,

transformando, elevando y divinizando su ser y su actividad". Veamos ahora

más explícitamente en que convierte la gracia divina al hombre:

…"no habéis recibido el espíritu de siervos para recaer en el temor, antes habéis

recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos, herederos de Dios, coherederos de Cristo”…

(Gal 4,5 ss)

Esa filiación divina se suele llamar adoptiva, para distinguirla de la filiación

de Jesucristo.

Adán por libre designio amoroso de Dios había sido elevado a la condición

sobrenatural de hijo de Dios. Pero al tomar El Hijo de Dios la naturaleza

humana, la elevó más aún. El hombre nuevo es miembro de Cristo, con ello su

elevación al orden sobrenatural es superior a la de Adán. Se dice que es "hijo

Page 16: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 16

en el Hijo", lo que quiere decir que la situación de la humanidad de Cristo es

superior a la de Adán, y también la de todos los que son miembros suyos. "Esa

es la gran osadía de la fe cristiana: proclamar el valor y la dignidad de la

humana naturaleza, y afirmar que, mediante la gracia que nos eleva al orden

sobrenatural, hemos sido creados para alcanzar la dignidad de hijos de Dios.

Osadía ciertamente increíble, si no estuviera basada en el decreto salvador

de Dios Padre, y no hubiera sido confirmada por la sangre de Cristo y

reafirmada y hecha posible por la acción constante del Espíritu Santo".

Leemos la lectura: Parábola de los talentos:

Mateo 25, 14 -30. Luego contesta: ¿A que nos

invita el señor?

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ORACIÓN Jesús, aquí estoy para seguirte donde tú vayas.

Quiero ser tu discípulo fiel y aprender todo lo quieras

enseñarme.

Te ofrezco todo lo bueno que hay en mí para servir a los

demás.

Estoy disponible, Señor, para seguir tus pasos.

Estoy feliz porque a tu lado aprendo a vivir haciendo el

bien.

Tengo muchas ganas de crecer en la fe, en la esperanza y

en el amor a los demás.

¡AYÚDAME A VIVIR COMO UN BUEN HIJO TUYO!

COMPROMISO: Detalla en esta hoja tu agradecimiento al Señor por habernos

creado, y pídele que te ayude a seguir desarrollando nuestros talentos para ponerlos

al servicio de los demás. Luego elige un talento al que te comprometas seguir y

practicar.

Discernimiento Cristiano

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 17

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 18

SOY LIBRE Y RESPONSABLE

Escucha bien las indicaciones de tu Catequista y responde a las preguntas que te diga.

TRABAJO GRUPAL Tu catequista dividirá el aula en grupos y mediante un papelote desarrolla lo siguiente. 1° Algunos grupos escribirán que idea tienes sobre la responsabilidad 2° Otros grupos escribirán la idea que tienes sobre libertad. Lo puedes elaborar mediante una imagen, un acróstico, frases, etc. Elige a un representante y explícalo. Escribe un momento de tu vida en que te sentiste verdaderamente libre y otro en el que te hayas sentido esclavo de algo o alguien. LIBRE ESCLAVO

Nos Interesa

Page 19: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 19

La responsabilidad es cuando la persona que hace un buen uso de

su libertad toma decisiones conscientemente y acepta las

consecuencias de sus actos, dispuesto a rendir cuenta de ellos. La

responsabilidad es la virtud o disposición habitual de asumir las

consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas ante

alguien.

Libertad es la capacidad interior que posee

el hombre para obrar o no obrar; para hacer

esto o aquello; es la capacidad de elegir, de

realizar acciones; es elegir el bien lo cual

significa elegir entre dos bienes, no es elegir

entre lo bueno y lo malo, sino entre dos

cosas verdaderamente buenas.

BREVE CATEQUESIS:

¿Cuáles crees que sean las causas

por las que el hombre no use bien su

libertad?

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Sabias que…

Comprendemos mejor lo que vivimos

Hablamos de lo que nos Pasa

Page 20: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 20

¿ Qué elementos favorables crees tú que permiten al

hombre actuar libremente?

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APORTE A LA REFLEXIÓN Un hermosísimo texto de Eclesiástico nos puede ayudar a comprender mejor el sentido de este apartado:

“El Señor hizo al principio al ser humano y lo dejó en manos de su propio

albedrío (…) El te ha puesto delante fuego y agua a dónde quieras puedes

llevar tu mano. Ante los seres humanos está la vida y la muerte lo que

prefiera cada cual se le dará”.

Si Dios es amor necesariamente para que sea amor, debe ser igualmente libertad, pues “no habría amor sin libertad”, nadie me puede obligar a amar, el amor para que sea tal debe ser libre, no condicionado ni interesado. Entonces nosotros por ser su imagen y semejanza debemos también ser libres y de eso nos hablaba el texto que acabamos de citar. Si estuviéramos inclinados hacia Dios como lo estamos hacia el mal, nuestra opción hacia Dios no sería enteramente libre y Dios quiere ser amado en libertad. A medida que el hombre crece y madura, va descubriendo el hecho maravilloso de su libertad. Somos los hombres seres inteligentes y, por lo tanto, poseemos la capacidad de autodeterminación. En esto nos diferenciamos de los animales. Ellos actúan a impulso de lo que les dicta su instinto. El tema de la libertad tiene una especial importancia cuando se refiere a la juventud. Los jóvenes son quienes de un modo más vehemente, han experimentado el deseo de libertad, el afán de desprenderse de las ataduras que comporta la vida familiar y social, de reclamar un ámbito suficiente de autonomía e independencia.

Page 21: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 21

¿QUÉ ES ENTONCES LA LIBERTAD?

Libertad es la capacidad interior que posee el hombre para obrar o no obrar; para hacer esto o aquello. Ciertamente que la vida, los acontecimientos, la sociedad, la familia, el trabajo, las costumbres y las normas condicionan el ejercicio de la libertad, pero en última instancia el hombre permanece libre. Es por ello que una persona es libre cuando es responsable y toma decisiones conscientemente y acepta las consecuencias de sus actos, dispuesto a rendir cuenta de ellos. Por lo que implica también responsabilidad. Aunque pareja paradójico, la libertad implica cierto sometimiento, no es hacer “lo que yo quiera” sino que el hombre verdaderamente es libre cuando “hace lo que Dios quiere”, cuando nos sometemos a la voluntad divina somos libres porque Dios es amor y el amor libera, someterse a la voluntad de Dios es someterse al amor, con ¡Dios no hay pierde!

Y… ¿QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD?

La responsabilidad es la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas ante alguien. Responsabilidad es la capacidad de dar respuesta de los propios actos. Para que pueda darse alguna responsabilidad son necesarios dos requisitos: libertad.- Para que exista responsabilidad, las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón (y el uso de razón es imprescindible para la libertad). ley.- Debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. La responsabilidad implica rendir cuenta de los propios actos ante alguien que ha regulado un comportamiento.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 22

LIBERTAD NO ES... * la facultad de poder hacer lo que se nos antoje; * la posibilidad de no hacer nada; * hacer lo que nos gusta o agrada; La verdadera libertad es superación de toda presión interior y exterior. Libre, por tanto, es aquel que cuando actúa supera sus pasiones egoístas, sus vicios, las presiones sociales, las necesidades artificiales de la sociedad de consumo, etc. La verdadera libertad es una facultad PARA EL BIEN: una facultad que nos hace crecer como personas, que nos hace madurar humanamente. Quien se emborracha o se droga no es libre porque su acción no lo hace crecer como persona. Por lo tanto nosotros debemos EDUCARNOS Y EDUCAR EN LA LIBERTAD. La libertad es el mayor regalo de Dios concedido al hombre, y el que más nos asemeja a El, ya que a base de nuestros actos libres, hacemos que estos actos sean plenamente nuestros. Pero la libertad puede ser un don terriblemente peligroso en las manos de quien no sabe usar de ella. De ahí la necesidad de que los jóvenes se eduquen en la libertad. Una libertad usada RESPONSABLEMENTE no se convierte en LIBERTINAJE. (Esclavo del pecado)

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 23

EN PLENARIO Leemos la lectura: La Parábola del Hijo prodigo: Lucas 15, 11-32. Luego contesta: ¿era libre de marcharse?

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¿Qué males sufrió? ¿Por qué volvió? ______________________________________________________________________

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¿Qué le dijo a su padre? ¿A que nos invita el señor? ______________________________________________________________________

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Discernimiento Cristiano

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 24

ORACIÓN En silencio escucha el canto: “Para que me sirve” Hermana Glenda.

PARA QUE ME SIRVE GANAR EL MUNDO ENTERO GANAR EL MUNDO ENTERO, SI TE PIERDO A TI

PARA QUE ME SIRVE, GANAR EL MUNDO ENTERO SI TE PIERDO A TI, SI TE PIERDO A TI

DE NADA ME SIRVE, DE NADA ME SIRVE GANAR EL MUNDO ENTERO, SI TE PIERDO A TI

PARA QUE ME SIRVE, GANAR EL MUNDO ENTERO SI PIERDO LA PAZ, SI PIERDO LA PAZ

PARA QUE ME SIRVE, GANAR EL MUNDO ENTERO SI PIERDO LA PAZ, SI PIERDO LA PAZ

DE NADA ME SIRVE, DE NADA ME SIRVE GANAR EL MUNDO ENTERO, SI PIERDO LA PAZ

PARA QUE ME SIRVE, GANAR EL MUNDO ENTERO SI PIERDO MI LIBERTAD, SI PIERDO MI LIBERTAD PARA QUE ME SIRVE, GANAR EL MUNDO ENTERO SI PIERDO MI LIBERTAD, SI PIERDO MI LIBERTAD

DE NADA ME SIRVE, DE NADA ME SIRVE DE NADA ME SIRVE, SI PIERDO MI LIBERTAD

PARA QUE ME SIRVEN TANTAS COSAS TANTAS IDAS Y VUELTAS

DE QUE ME SIRVE TODO EL DINERO DEL MUNDO TODO EL PLACER, TODO EL PODER, TODO EL EXITO

SI ME PIERDO A MI MISMO SI NO LOGRO ENCONTRARTE SEÑOR

DE QUE ME SIRVE GANAR EL MUNDO ENTERO SI PIERDO LA ALEGRIA, SI PIERDO LA ALEGRIA

PARA QUE ME SIRVE, SI TE PIERDO A TI SI TE PIERDO A TI, DE NADA ME SIRVE DE NADA ME SIRVE, SI TE PIERDO A TI SI TE PIERDO A TI, DE NADA ME SIRVE

DE NADA ME SIRVE, GANAR EL MUNDO ENTERO SI TE PIERDO A TI, DE NADA ME SIRVE

DE NADA ME SIRVE, DE NADA ME SIRVE, DE NADA ME SIRVE

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 25

COMPROMISO: Escribe los aspectos de tu vida en que te encuentras esclavizado. ______________________________________________________________________

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Escríbele a Dios una oración para que te libere ______________________________________________________________________

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 26

NECESITO A LOS DEMÁS

El animador invita a escuchar el cuento “Cielo e infierno desde aquí”

CIELO E INFIERNO DESDE AQUÍ

Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cuál más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado. Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca. Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente

1. ¿Qué mensaje nos trasmite el cuento?

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Nos Interesa

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2. ¿Qué situaciones similares encuentras en tu vida?

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TRABAJO PERSONAL

Tu catequista te propone un ejercicio personal y desarrolla las preguntas planteadas.

1. Ubica situaciones en la cuales alguien se ha preocupado por ti ¿Cómo

te has sentido?

Hablamos de lo que nos Pasa

EN EL BARRIO EN EL COLEGIO EN LA CASA OTROS

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 28

2. ¿En qué momentos de tu vida te has preocupado por otros? ¿Cómo te has sentido?

TRABAJO GRUPAL Lee y reflexiona las siguientes frases. Se divide el aula en grupos y a cada grupo se le asigna una frase diferente. En un papelote se escribe un ejemplo donde se haya vivido en el colegio, el barrio, la familia o la sociedad dicha frase.

“Quiero vivir a costa de otros.” “Donde comen dos comen tres” “Cuando uno da Dios le da” “Cuando se comparte se tiene menos, pero se es mas” “Si cada uno ayuda a los demás, cada uno recibe ayuda”

Comprendemos mejor lo que vivimos

EN EL BARRIO EN EL COLEGIO EN LA CASA OTROS

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 29

APORTE A LA REFLEXIÓN Leamos la palabra de Dios en Gn 2, 7 – 8 / Gn. 2 ,16 / Gn. 2, 18 – 24 Dios creó el mundo de la nada. Creo los animales, las plantas y al

hombre. Dios vio que no era bueno que el hombre este solo y por eso creo a

la mujer El hombre y al mujer se relacionaron mutuamente con amor y

formaron una familia.

De este texto nos muestra que la voluntad de Dios para el hombre no es estar solo, porque eso no es bueno para el hombre, solo le daña. “El hombre solo”, no podría vivir, porque necesita de los demás; así lo ha pensado Dios al crearlo. El hombre es un ser social por naturaleza, nadie nos enseña a vivir con los demás, es una

urgencia natural que tenemos para sobrevivir. En esta interrelación aprende a conocer a los demás y a conocerse a sí mismo. Dios es trinidad y por lo tanto es un ser trinitario. El padre está en permanente comunicación con el hijo y con el Espíritu Santo y viceversa. Las tres personas divinas se interrelacionan y se necesitan. Entonces, si él nos hizo a imagen y semejanza, y el no vive solitario y aislado, eso significa que nosotros - que estamos llamados a ser como él. Es muy importante que tengamos en cuenta que no podemos vivir aislados, creyéndonos autosuficientes y que no necesitamos de los demás, la vida y la historia nos enseñan que cuando una persona se cree autosuficiente y le hace pensar en los demás que no necesita de nadie, en el fondo tiene una profunda herida en su interior, y que para no sentirse más lastimado prefiere no arriesgarse a confiar en los demás. Por ejemplo hoy en la actualidad nos muestran una sociedad orientada al individualismo; cada uno tiene suficientes problemas como para preocuparse por los demás, se suele escuchar. Se hace más difícil la solidaridad y servicio con los otros.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 30

En conclusión de la necesidad social y relacional del hombre se desprende que: El plan de Dios para nuestra vida es que compartamos con los

demás muestras alegrías, tristezas, dones y necesidades. La relación con los otros es encaminada por el amor (de hermanos,

de hijos, de padres, de enamorados, etc. Sin amor la vida es una frustración que no permite la entrega

desinteresada por el otro. El hombre no ha sido creado para salvarse individualmente, sino

que la salvación ha de ser de todos, y por ello no basta vivir una fe sólo en mi casa o en mi habitación, sino que debo vivir mi fe en comunidad.

Leemos la lectura: Mateo 25, 34 - 45 y realizamos una lectura compartida. ¿A qué nos invita el señor con esta lectura?

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Discernimiento Cristiano

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 31

COMPROMISO: Observa el símbolo en tu hoja, es una mano. Sobre ella escribe una actitud que quieras ofrecer al Señor para que te permita cada día relacionarte mejor con lo demás. Coloca tu mano sobre ella y reza el padre nuestro pensando que Dios cumplirá lo que has escrito.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 32

La amistad es un tipo de amor que necesita cuidados diarios y detalles. No olvidemos que,

igual que toda planta, crece poco a poco, hasta convertirse en un gran árbol.

MIS RELACIONES AFECTIVAS:

LA AMISTAD

“DINÁMICA DE LA CONFIANZA”: Escucha bien las indicaciones que de tu Catequista y responde a la siguiente pregunta.

¿Qué sentimientos experimentaron en el

ejercicio?

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Escucha con atención la canción: “La amistad” de Laura Pausinni y responde

a las siguientes preguntas

Nos Interesa

Comprendemos mejor lo que vivimos

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 33

1. ¿Qué es para ti la amistad?

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2. ¿Qué características de la verdadera amistad rescatas de

la canción?

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3. ¿Cómo es tu relación de amistad actualmente? y ¿Qué

experiencias significativas recuerdas de la amistad?

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APORTE A LA REFLEXIÓN

Muchos jóvenes no se preocupan por mantener y cultivar una amistad porque viven el momento, sin preocuparse mucho por el futuro y creen que lo que tienen nunca acabará. Están solos, pues sólo se preocupan de sus propias necesidades aunque aparentemente están rodeados de "amigos". El egoísmo que nos aturde actualmente,

impide descubrir a esas personas que valen la pena mantener como amigos.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 34

La verdadera amistad, por lo tanto, se contagia, se aprende y se debe

enseñar con el ejemplo. Los amigos terminan por ser los "libros del corazón”. Únicamente cosecharemos amistad, en la medida en que hayamos sembrado amor, comprensión y sinceridad con nuestros semejantes. Sin olvidar que la prueba de fuego de una verdadera amistad pasa, necesariamente, por la soledad. El Papa Juan Pablo II nos dice en sus diversos documentos que la amistad no es un interés particular, sino una donación de uno mismo, de tiempo, de disponibilidad, de generosidad, de caridad. Así, para mantener una amistad toda la vida, debemos cultivar las siguientes características o virtudes:

* La sinceridad y la franqueza. El

amigo es alguien en quien siempre se confía. La mentira y la traición acaban al instante con cualquier amistad, por firme que haya sido.

* El respeto al amigo tal como es.

Dejarle que tenga plena libertad de actuación y no pretender jamás adueñarse de su voluntad. Ninguna forma de amor respeta tanto la libertad del otro como la amistad.

* La generosidad. Es una virtud que, en la amistad, se da en forma

natural y espontánea. Esta generosidad entre amigos, compartiéndolo todo, exige una necesaria dosis de respeto y delicadeza mutua.

* La aceptación de fallos, defectos y limitaciones, sabiendo disculpar

de la misma forma que uno desearla ser perdonado y disculpado por el amigo. No ayuda a mantener una amistad el sermonear o exhibirse como un ejemplo a imitar.

* La Lealtad porque el amigo fiel es el que está en las buenas y en las

malas; en los momentos de alegría como de tristeza. Esta lealtad se expresa en la verdad.

* La Libertad a veces creemos que la verdadera amistad absorbe a las

personas. Hay un cierto egoísmo de creer que los amigos se deben exclusividad. Es necesario entender que la verdadera amistad debe respetar la libertad de las personas.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 35

* La fidelidad una amistad verdadera busca ser fiel a los compromisos

que se asumen esta característica tiene su fuente en la práctica de Jesús que es capaz de dar su vida fielmente al proyecto de salvación.

La amistad es una forma de amor que exige reciprocidad y se construye de encuentros diferentes, que son momentos de felicidad y gran intensidad vital. En estos encuentros, los amigos se complementan mutuamente y ven la misma realidad, del mismo modo.

* Para cultivar una verdadera

amistad, hay que tomar en cuenta que elegimos por amigo a quien se comporta bien con nosotros, a quien a nuestro entender también los demás apreciarán como tal. Nosotros, al mismo tiempo, nos comportamos de una forma ejemplar con el amigo, si seguimos los consejos de Jesucristo. ¿Qué estás dispuesto a hacer por la otra persona? La amistad es sacrificio y abnegación porque cuando alguien es amigo, es capaz de hacer cualquier cosa para ayudar.

Si a las tres de la mañana te avisan que tu mejor amigo sufrió un

accidente, sin pensarlo dos veces, te levantarás e irás al hospital a acompañarle. Es un sacrificio: el salir de noche, dejar de descansar, pero como existe una verdadera amistad, ni te cuestionas el esfuerzo. También hay que ser generosos para atraer amigos. Ser generoso significa compartir una comida cuando nos vamos de paseo, prestarle dinero al que lo necesite de verdad o compartir una chamarra cuando hace frío. Hay que saber en qué puede estar pensando nuestro amigo para adelantarnos a los acontecimientos y demostrar que lo conocemos, tanto que sabemos los pasos que va a dar. Cristo, el mejor modelo de amigo Si uno busca el amigo perfecto, se quedará sin amigos porque ni siquiera nosotros somos personas perfectas.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 36

No se puede ser

perfeccionista cuando se quiere hacer amigos. Nadie es perfecto en este mundo, salvo Cristo, Nuestro Señor. El sí es el amigo perfecto para cualquier persona porque vive y pone en práctica todas estas cualidades que estamos

analizando. Él nos demuestra que, a pesar de nuestras infidelidades, sigue esperando reactivar nuestra amistad en el Sacramento del perdón. Está siempre abierto a escucharnos si nos damos tiempo para la oración. Y también, si le dejamos hablarnos y le escuchamos frente al sagrario o después de recibirle en la Eucaristía, Él nos dirá con toda franqueza y delicadeza, qué aspectos de nuestra vida debemos rectificar para ser unos buenos amigos.

EN PLENARIO El animador Lee la siguiente lectura Lectura: Eclesiástico 6, 5 – 17

Discernimiento Cristiano

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 37

Reflexión: Después de un momento de silencio se invita a reflexionar personalmente la lectura a partir de la siguiente pregunta.

¿A qué nos invita el señor con esta lectura? Se comenta la lectura con los catecúmenos Luego se invita a los catecúmenos a realizar el siguiente compromiso

Compromiso personal. Escucha la canción de la Hermana Glenda “¿Quién ha encontrado a un amigo, ha encontrado un tesoro?”

Durante la semana realizar un gesto de amor y amistad a tu mejor amigo. (Si se han pelado intenta

reconciliarte) y escríbelo en tu hoja de compromiso.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 38

COMPROMISO CRISTIANO ______________________________________________________________________

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 39

NUESTRA VIDA EN FAMILIA

Escucha bien las indicaciones de tu Catequista DINÁMICA: Esta dinámica consta sobre nuestra relación

con papá y con mamá.

¿Cuáles son las causas que originan los problemas en relación

con nuestros padres?

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Nos Interesa

Comprendemos mejor lo que vivimos

“Ser un buen padre o una buena madre, significa aplicar el verdadero sentido del "dar sin esperar nada a

cambio", porque no tenemos derecho a exigirles ninguna cuota de cariño o reconocimiento si no hemos

sabido plantar en sus almas esa pequeña semilla llamada AMOR”

Responde a las

siguientes preguntas

con sinceridad

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 40

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¿Qué situaciones pueden ayudar a tener una mejor relación

con nuestros padres?

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APORTE A LA REFLEXIÓN Tradicionalmente hemos esperado

que la familia sea ese lugar donde podemos encontrar amor, comprensión y apoyo, aun cuando todos los demás nos fallen; el lugar donde podemos refrescarnos y cargarnos de energía. Ese lugar donde somos amadas y aceptadas, no por lo que hacemos y por qué tan bien lo hacemos, sino simplemente por ser, por haber nacido, por ser personas.

Sin embargo, es probable que muchos

de nosotros no estemos muy satisfechos con nuestra relación familiar actual, que, al menos en algunos aspectos, quisiéramos que fuera diferente. Y esto no es difícil de explicar.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 41

Si tomamos en cuenta que nuestra familia está formada por personas que tenemos

algo en común, que es la sangre, pero que somos totalmente diferentes, con distinta manera de pensar, de sentir, de ser, con necesidades personales qué satisfacer y que van cambiando con la edad y la realidad que vive cada quien, con derechos y obligaciones, con expectativas diferentes, y conviviendo juntos casi las 24 horas, vemos porqué esa relación que debería ser lo máximo, es tan difícil! qué diferente es aceptar a una amiga por una o dos horas, que a un hermano todo el santo día!

La pregunta aquí es, ¿creemos que la familia es necesaria? ¿qué pasaría si no tuviéramos familia? ¿Qué sentiríamos si un día, al regresar de la escuela, nos encontráramos con la noticia de que todos habían muerto en un accidente? A veces es bueno pensar en esto, pues nadie sabe lo que tiene hasta que lo ha perdido. Por tanto, si consideramos que la familia es necesaria, ¿valdrá la pena estar todos los días renegando, deseando que todos sean diferentes, envidiando a otras familias, o habrá otra forma de vivir más en paz y feliz? Es cierto que nosotros no escogimos a nuestra familia... ellos tampoco pudieron escoger a sus hijos o hermanos... fue en esta familia que Dios quiso que naciéramos.... y si queremos ser felices, conviene que aprendamos a florecer donde hemos sido plantadas. Relación con papá y mamá Nuestra primera relación al nacer, fue con ellos. Ellos nos enseñaron a caminar, a hablar y todas aquellas cosas que nos fueron ayudando a crecer. Sin su cuidado, sin su cariño, no habríamos podido vivir. ¿Por qué pues es a veces tan difícil esta relación? Hay varios porqués... Estamos creciendo, y hemos descubierto que papá y mamá son seres humanos, con necesidades y limitaciones, con conductas que no nos agradan, y no los seres omnipotentes que creíamos que eran. Estamos buscando ser independientes, romper el cordón umbilical que nos une a ellos. Nos molesta que nos cuiden tanto! que no comprendan que queremos más libertad, más permisos!. Así pues, tenemos dos opciones: vivir en guerra con ellos, o buscar formas para vivir en armonía. Por eso plantémonos esta pregunta ¿Qué se requiere en una familia para que exista armo

a) COMPRENSIÓN. Nuestra canción favorita es que nadie nos comprende! que papá y mamá son unos anticuados!, que queremos más libertad! que los tiempos han cambiado, etc., etc. Todo eso es cierto.... más, ¿nos comprendemos nosotros a nosotros mismos? pedimos que nos comprendan cuando nosotros no nos comprendemos! Y, ¿qué tanto comprendemos nosotros a mamá y a papá? ¿hemos tratado de entender su manera de ser? ¿nos hemos puesto en sus zapatos? Si por ejemplo, no nos gusta que papá tome, ¿nos hemos puesto a pensar porqué lo hace? le hemos preguntado con interés y cariño, ¿porqué toma? si mamá anda seguido

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 42

de mal humor, ¿qué le pasa? Es tan fácil convertirnos en jueces y criticar! Si nosotros queremos ser comprendidas, tenemos también qué comprender!

b) COMUNICACIÓN. La única manera de que nuestros papás y hermanos sepan realmente cómo nos sentimos y qué pensamos, es comunicándoselos. La única manera de conocer a fondo a papá y mamá y a nuestros hermanos, es platicando con ellos de lo que sienten, piensan y el porqué de algunas conductas que a nosotros no nos gustan.

c) RESPETO ¿Qué significa para nosotros "Honrar a tu padre y a tu madre"? ¿Será

llevar serenata y regalos el diez de Mayo? ¿o el día del padre? Honrar quiere decir: respetar, considerar. Respetar a nuestros papás es respetar su manera de ser, de pensar de sentir, de actuar. Es no ponernos en plan de jueces. Respetar su unicidad. Es no burlarnos de sus fallas o tratarlos en forma grosera. Es ayudarlos y motivarlos en su tarea de papás.

d) AMOR. El comprender, el compartir, el respetar, eso es amar. El amor es el sentimiento más maravilloso que podemos sentir. Y necesita ser demostrado, ya sea con caricias, palabras alentadoras, sonrisas, etc. ¿Les decimos nosotros a papá y a mamá lo que los queremos? ¿y a nuestros hermanos? No llevemos flores a los panteones! Hay que hacérselo saber y sentir, ahorita que están vivos.

e) OBEDIENCIA El respetar a nuestros papás significa también obedecerlos. ¿Obedecer siempre? ¿Obedecer en todo? Cuando fuimos pequeños nuestra experiencia de la vida era muy escasa. Necesitábamos que papá y mamá nos marcaran el camino a seguir.

Ahora que hemos crecido, nos molesta que nos digan qué hacer. Casi siempre nos rebelamos ante sus mandatos! como los hemos etiquetado de anticuados, ni siquiera reflexionamos si lo que nos están pidiendo es lógico y conveniente.

EN PLENARIO El animador Lee la siguiente lectura Lectura: Efesios 6, 1 – 4

Reflexión: Después de un momento de silencio se invita a reflexionar personalmente la lectura a partir de la siguiente pregunta.

¿Qué me falta a mí ofrecerle a mi familia? luego se comenta la lectura con los catecúmenos y se invita a los catecúmenos a realizar el siguiente compromiso

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 43

Compromiso personal

Durante la semana realizar una oración en común con toda tu familia. Todos los días hacer un gesto de amor para con mi familia (un beso un abrazo, una

atención, ayudar en casa). Escribe tu oración en el fólder. ___________________________________________________________________

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 44

LA EXPERIENCIA DEL AMOR

OBSERVA el videoclip musical “El verdadero amor perdona” del grupo Maná.

A la luz del mensaje de esta canción, comenta las siguientes

frases comentadas por la mayoría de los jóvenes de nuestra sociedad: ¿Estás de acuerdo con cada frase? ¿Por qué?

“Hay que probar y vacilarse no más…

mientras más experiencia de enamoramiento tienes, estas mejor

preparado” ___________________________________________________________________

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“El verdadero amor no existe”

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Ver

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 45

ANALICEMOS LA LETRA DE LA CANCIÓN DE MANÁ Y EL HIMNO AL AMOR O A LA CARIDAD DE SAN PABLO…IDENTIFIQUEMOS QUÉ SEMEJANZAS HAY EN AMBOS….

EL VERDADERO AMOR

*MANÁ* Tienes todos los espacios inundados de tu ausencia inundados de silencio

no hay palabras, no hay perdón

tu me tienes olvidado no respondes al llamado no eches tierra a la palabra

me condenas a la nada

no me entierres sin perdón

Mira corazón que es el engaño se revierte y hace daño se revienta en el aire

como pompas de jabón.

Como pude haberte yo herido engañarte y ofendido alma gemela no te olvido aunque me arranque el corazón Haaay!!! el rencor que nos envenena nos hace daño

aunque no regreses corazón has de perdonarme El verdadero amor perdona no abandona, no se quiebra no aprisiona, no revienta

como pompas de jabón

Un error es algo humano

no justifico la traición

los amantes verdaderos se comprenden, se aman y se olvidan del rencor La noche empieza a amotinarse de sueños rotos y el dolor

y me revuelco en la cama

aferrándome a la nada

implorando tu perdón

Mira corazón cuanto te extraño

pasan días, pasan años

y mi vida se revienta

como pompas de jabón

Como pude haberte yo herido

engañarte y ofendido alma gemela no te olvido aunque me arranque el corazón Haaay!!! el rencor que nos envenena nos hace daño aunque no regreses corazón has de perdonarme El verdadero amor perdona no abandona, no se quiebra no aprisiona, no revienta

como pompas de jabón

El verdadero amor perdona(2) Si el amor es verdadero no se quiebra, no abandona

HIMNO A LA CARIDAD

(AMOR)

*SAN PABLO*

1 Co 13, 1-10 1 Aunque hablara las lenguas de los

hombres y de los ángeles, si no tengo

amor, soy como bronce que suena o

címbalo que retiñe. 2 Aunque tuviera el

don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar

montañas, si no tengo amor, nada soy. 3

Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no

tengo amor, nada me aprovecha. 4 Porque el amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no es

jactanciosa, no se engríe; 5 es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; 6 no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. 7 Todo

lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera.

Todo lo soporta. 8 El amor no acaba

nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. 9 Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. 10 Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 46

4. ¿Qué semejanzas encuentras entre la canción de

Maná y el Himno de San Pablo?

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5. Según lo analizado: ¿Qué elementos favorecen vivir una experiencia

madura de enamoramiento?

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6. ¿Cuáles son los obstáculos que frecuentemente los jóvenes encuentran

e impiden vivir una relación “cristiana” de enamoramiento?

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Juzgar

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 47

APORTE A LA REFLEXIÓN El amor y el enamoramiento a

menudo se nos confunden. La única definición que tenemos del amor es una tautología contundente y rotunda: “Dios es amor”. El amor romántico es un componente imprescindible en cualquier relación de pareja. No podemos ni queremos minimizar su importancia. Sin enamoramiento falta la chispa necesaria para que el fuego de la relación se encienda. Sin embargo, nuestra sociedad va camino de cometer un error de trágicas consecuencias: reducir el amor a enamoramiento. Y lo que es aún peor, reducir el enamoramiento a un mero estado de «excitación» que no suele durar más allá de 3 o 4 años. Esta es una influencia sutil y perversa del hedonismo que está en la raíz de muchos divorcios y separaciones. «Como ya no siento nada por él/ella, esto significa que el amor se ha apagado y, por tanto, es legítimo que lo dejemos.» Tres consideraciones son necesarias.

Primero, el enamoramiento es sólo un ingrediente del amor, pero no el único

ni siquiera el más importante. El amor se asemeja a un edificio que tiene cuatro columnas: la amistad, el sentimiento de cariño y ternura, la entrega mutua y el enamoramiento que incluye la atracción física y el romanticismo. Por cierto,

cada una de estas cuatro columnas merece un amplio estudio que en su momento realizaremos. El gran error de muchos jóvenes hoy (y también de algunos no tan jóvenes) es confundir el amor con el enamoramiento y limitarlo a este sentimiento de atracción. Una relación de pareja será estable en la medida en que tenga estas cuatro columnas desarrolladas de forma equilibrada. Cualquier desnivel va a ladear el edificio peligrosamente.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 48

En segundo lugar, el enamoramiento

pertenece al campo de los sentimientos y, como tal, es fluctuante. Varía tanto como el estado de ánimo o como cualquier ilusión. Por ello, equiparar enamoramiento con amor tiene consecuencias muy negativas para la estabilidad de la relación. Es imposible mantener el mismo «nivel» de enamoramiento de forma permanente e inalterable. Si pienso que ya no amo a mi novia o esposa porque ya no siento la misma atracción, ilusión o excitación que al principio, es que no he entendido en qué consisten ni el amor ni el auténtico enamoramiento. Las oscilaciones del sentimiento de pasión hacia la persona amada son totalmente normales y no deben llevar a nadie a conclusiones erróneas ni, por supuesto, a querer legitimar con ello la defunción de la relación.

En tercer lugar, el enamoramiento adquiere diferentes formas o

«presentaciones» a lo largo de los años. Aun dentro de sus oscilaciones naturales, va adquiriendo diversas maneras de percibirse y de manifestarse. Es perfectamente posible ver muy enamorada a una pareja de ancianos 50 años después de su boda. Pero la naturaleza y la expresión de su sentimiento serán muy distintas a la excitación juvenil de sus primeros tiempos juntos. Podemos comparar el enamoramiento al agua de un río en su curso natural. Al principio, curso alto, el agua baja impetuosa, arrolladora, juguetona. En su curso medio el río ha cambiado; discurre mucho más sosegado, el agua ha perdido la bravura del principio, pero ahora hay un caudal amplio, profundo. Cerca ya de su desembocadura, tampoco parece el mismo río. El agua casi está quieta, como remansada, no se nota apenas movimiento; sin embargo, hay vida en aquel río, tanta o más que al principio. El sentimiento en una relación de amor es como el río: cambia su forma, pero sigue siendo amor y es ¡el mismo río!.

El animador vuelve a proclamar el texto:

1 corintios 13, 1 - 7

Reflexión: Se invita a cada catecúmeno a reflexionar personalmente la lectura a partir y a ofrecerle su compromiso a Dios. Mientras se reflexiona se escucha el canto: “Tú me has seducido de la Hermana Glenda”

ACTUAR

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 49

Compromiso personal

Escribe qué te pide Dios a partir del Himno a la Caridad de San Pablo y explica

qué harás para que tu enamoramiento sea según la voluntad de Dios

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 50

VIVIENDO NUESTRA

SEXUALIDAD

Escucha bien las indicaciones de tu Catequista Observamos el siguiente video y luego responde:

¿Qué observas en las imágenes? ___________________________________________________________________

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¿Qué situaciones de la vida juvenil observamos en el vídeo? ___________________________________________________________________

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¿Qué se viene a tu mente cuando escuchas la palabra “sexualidad”?

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Nos Interesa

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 51

7. ¿Cuáles son las causas que originan la confusión entre sexo y

sexualidad?

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8. ¿Qué elementos han permitido tener una visión reducida de la

sexualidad?

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Comprendemos mejor lo que vivimos

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 52

APORTE A LA REFLEXIÓN

La sexualidad no consiste solamente

en la diferenciación de algunos órganos de nuestro cuerpo (genitalidad) sino que es un fenómeno biopsicosocial y trascendente, que abarca a toda la persona.

Sexo es lo que SOMOS, varones o

mujeres, no solamente lo que HACEMOS. Es algo que impregna toda nuestra vida.

La sexualidad es un don de Dios y es

esencialmente buena. "Y vio Dios que todo cuanto había hecho era bueno" (Gn 1, 31). La sexualidad es un regalo que el Creador nos dio para nuestra realización como hombre y mujer. Es un don que hay que conocer y orientar para lograr su objetivo para el que fue creado. Nuestro cuerpo es la manera como nos hacemos presentes en el mundo Somos seres sexuados que nos manifestamos a través del cuerpo, vehículo de comunicación con los demás. El cuerpo tiene una función hacia los demás; su utilización no es, pues, indiferente.

El plan de Dios ha establecido la diferenciación de los sexos. Los hombres y mujeres

somos diferentes y complementarios, poseemos una riqueza que hay que conocer para dar. En la aceptación y proyección gozosa de nuestra propia sexualidad encontraremos el camino de la verdadera realización. La diferenciación de los sexos no incluye diferenciación en dignidad. Hombre y mujer gozan en el plan divino de una COMUN DIGNIDAD. Las formas culturales que rebajan a alguno de los dos sexos, impiden la auténtica comunicación y son contrarias al plan de Dios, por muy antiguas y estables que estas formas culturales sean.

La sexualidad humana tiene dos finalidades INSEPARABLES: AMOR Y VIDA

(procreación). Cuando la relación sexual soslaya alguna de las dos, el sentido profundo de la sexualidad se desvirtúa.

El amor está a la base de toda sexualidad

humana rectamente vivida. Un amor TOTALIZANTE que lleve a entregarme de una vez y para siempre, con todo lo que soy y lo que tengo, a la persona que libremente escojo como compañera de mi vida. En este marco de amor verdadero, el placer no sólo es legítimo, sino que es agradable a Dios.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 53

La paternidad es uno de los dones que más nos asemejan a Dios. Siendo padres

nos hacemos transmisores de una vida que nos desborda y colaboramos con la tarea del creador. El ejercicio de la paternidad conlleva, por ello, graves responsabilidades. Por eso, la paternidad debe ser consciente y responsable.

El pecado ha desarmonizado nuestras

relaciones con Dios, con nosotros mismos y con los demás. El campo de la sexualidad ha sido también afectado por el pecado. Podemos utilizar un don noble y santo, para nuestro exclusivo provecho egoísta, utilizando a las otras personas. El mal uso del sexo ha hecho mucho daño. No vivimos ya en el paraíso inocente.

Las características de una auténtica

sexualidad humana exigen un ambiente propicio en el que puedan desarrollarse, crecer

y ha de estar orientada por la razón y sometida por la voluntad esto significa que se requiere autodominio sobre la propia sexualidad. Por eso la moral católica enseña que el uso lícito de la sexualidad se da exclusivamente en el matrimonio, que el plan de Dios concibe como único e indivisible y Jesucristo eleva a medio de santificación.

La verdadera libertad sexual consiste en esta capacidad de entrega total y

responsable. El sexo no es un juego. Las normas al respecto no son cargas impositivas, sino que surgen de la enorme dignidad de la sexualidad humana y la protegen.

El animador Lee la siguiente lectura Lectura: 1 corintios 6, 12-41

Reflexión: Después de un momento de

silencio se invita a reflexionar personalmente la lectura a partir de la siguiente pregunta.

DISCERNIMIENTO CRISTIANO

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 54

¿Qué te pide Dios a partir de este texto?

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Mi Compromiso Personal

1.- Asiste a Misa y ora para que el señor te dé la fortaleza de crecer y de vivir tu sexualidad acorde a la moral cristina. 2.- Escucha el siguiente canto: “Amar es entregarse”

Amar es entregarse olvidándose de si

Buscando lo que a otro pueda hacer feliz QUE LINDO ES VIVIR PARA AMAR

QUE GRANDE ES TENER PARA DAR DAR ALEGRIA Y FELICIDAD,

DARSE UNO MISMO ESO ES AMAR (Bis) Si amas como a ti mismo y te entregas a los demás veras que no hay egoísmo que no puedas superar

3.- Escribe cómo vivirás tu sexualidad de aquí en adelante con la ayuda del Señor a la luz del verdadero amor, que es el amor de Jesucristo: ___________________________________________________________________

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 55

En un pueblo de montaña vivía la familia López. Un día, Pablo, pastor y vecino,

le regaló a Silvia un cordero recién nacido. Ella – la pequeña de los López – estaba

muy contenta. A los pocos días Silvia salió al monte con su cordero, pero éste se

enredó en unas plantas y no podía salir. Silvia corrió a avisarle a su padre.

- ¡Ven papá y corta enseguida esta zarza mala! ¿Por qué ha herido a mi cordero? El

pobre animal no dejaba de balar hasta que el padre de Silvia lo salvó. Silvia

enfadada dijo:

- ¿Cómo puede ser que Dios ponga una trampa a este animal indefenso?

Su padre no le contestó y le pidió que se sentara un poco más lejos. Al cabo

de un rato, un pájaro se acercó a las zarzas y cogió con el pico unos rizos de la

lana que se había quedado entre las ramas y se fue con ellos a su nido.

¿Lo ves? – le preguntó el padre a la niña – La lana de tu cordero calentará a las

crías que esperan en su nido. Dime ahora si quieres que corte el arbusto.

No, papá – contestó ella. Y añadió - : ¡Qué bien hace Dios las cosas!.

LA CREACIÓN: FE Y CIENCIA

(Génesis 1, 1 ss)

LECTURA:

¡QUÉ BIEN HACE DIOS LAS COSAS!

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 56

¿Qué cosas buenas descubres al observar la Creación?

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Al observar la creación ¿podemos decir que Dios es bueno? ¿Por qué?

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APORTE A LA REFLEXIÓN “La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se

eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de

conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociendo y amándolo, pueda

alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo (cf. Ex 33, 18; al 27, 8-9; Sal 62, 2 – 3;

Jn 14, 8; 1 Jn 3,2). (Carta Encíclic “Fides et Ratio del Sumo Pontífice Juan Pablo II). “Fe y

ciencia”.- “A pesar de que la fe está por encima de la razón, jamás puede haber desacuerdo

entre ellas. Puesto que el mismo Dios que revela los misterios y comunica la fe ha hecho

descender en el espíritu humano la luz de la razón, Dios no podría negarse a sí mismo ni lo

verdadero contradecir jamás a lo verdadero”. “Por eso, la investigación metódica en las

disciplinas, si se procede de un modo realmente científico y según las normas morales, nunca

estará realmente en oposición con la fe, porque las realidades profanas y las realidades de fe

tienen su origen en el mismo Dios. Más aún, quien con espíritu humilde y ánimo constante se

esfuerza por escrutar lo escondido de las cosas, aun sin saberlo, está como guiado por la mano

de Dios, que, sosteniendo todas las cosas, hace que sean lo que son”. (Catecismo numeral 159)

“Lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo

invisible de Dios, desde la creación del mundo se deja ver a la inteligencia a través de sus obras:

su poder eterno y su divinidad” (Rm 1, 19 – 20).

La fe y la ciencia se complementan. Hay disciplinas de la ciencia que nos ayudan a entender

las verdades de fe como la filosofía y teología. La Iglesia católica no se opone a los avances

científicos si estos están orientados a favorecer a la vida, al desarrollo de la persona y no

atenten contra la moral.

DIOS SE REVELA COMO CREADOR

La Biblia comienza con estas palabras: “En el principio creó Dios el cielo y la tierra” (Gn.

1, 1). Y, en seguida, nos presenta las distintas clases de seres creados por Dios, hasta llegar al

hombre: la luz, el firmamento, el sol, la luna y las estrellas, las aves y los peces, los animales

terrestres, y por fin, el hombre, al que hizo a su imagen y semejanza: varón y mujer.

Este relato de la Biblia nos narra el hecho histórico del origen del mundo y del hombre.

El autor nos quiere dar, ante todo, una enseñanza religiosa: que Dios es el Creador y Señor

de todas las cosas existentes. Crear es hacer algo de la nada. Sólo Dios puede crear porque

sólo Él tiene un poder infinito. Cuando los cristianos decimos: “Creo en Dios, Creador del cielo

y de la tierra”, profesamos que Dios, libremente y por amor, creó de la nada todas las cosas.

Page 57: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 57

La intención de la Biblia no es darnos una lección de ciencias naturales y por eso, usa un

lenguaje sencillo u popular, hablando de los fenómenos naturales tal como aparecen a la simple

observación de cualquier persona. Al decir que la creación se realizó en seis días, no se refiere

a días naturales ni a millones de años, sino a que la creación de todo no fue instantánea, sino

en fases sucesivas.

Dios reveló claramente al pueblo escogido de Israel que Él es el Creador de todo, es decir,

que el mundo ha tenido un principio, antes del cual no había ni tiempo ni espacio ni cosa alguna.

Los israelitas lo sabían porque se lo reveló.

CREACIÓN Y EVOLUCIÓN.-

En el colegio te habrán enseñado sobre una teoría llamada evolucionismo, que dice que existe

una evolución de las distintas especies vegetales y animales que forman la escala de los seres

vivos. Sin embargo, de ser cierta esta teoría, habría que entenderla dentro del plan creador

de Dios. Dios ha podido darle a la naturaleza unas leyes de cambio o evolución para que de unas

especies “nazcan” otras diferentes.

Del relato del Génesis sobre la creación se deduce que Dios creó en el principio todas las

cosas. Esto quiere decir que ninguna de las cosas que existen ha surgido de la nada “por su

cuenta” o según leyes independientes del Creador.

Por otro lado, lo que nunca se podrá dar es el evolucionismo absoluto, es decir, el hecho de

que de un animal o de un vegetal surja sin intervención divina, el ser humano, es decir, un ser

dotado de alma espiritual e inmortal, absolutamente diverso de cualquier otra criatura de la

tierra y superior a todas ellas.

Pero la fe no se opone a la hipótesis de que el cuerpo del hombre y de la mujer hayan

aparecido en el mundo por la evolución de una especie animal (“barro de la tierra”, según el

relato de la Biblia) aunque no esté demostrado científicamente.

Teoría Evolucionista

Toda la materia viviente como se conoce hoy día se originó por una fuente original. De esta

fuente espontáneamente producida, probablemente originándose en el agua oceánica primitiva

de una combinación de ya existentes moléculas y átomos, la vida comenzó--por eones de tiempo,

los cambios en esta forma de vida sucedieron en una manera progresiva. De la vida unicelular

se originaron las más complicadas formas de vida invertebrada, multicelular, y de esas, la vida

vertebrada. Finalmente, el hombre primitivo apareció y evolucionó en la especie humana de la

actualidad.

PROBLEMAS DE VERDAD DEL EVOLUCIONISMO.-

En síntesis, hay por lo menos cinco problemas graves con la Teoría de la Evolución, que son:

No hay evidencias o datos que respalden la hipótesis de que el caldo pre-biótico

existió.

No existen fósiles transitivos de plantas o animales.

Los fósiles nos dicen que la vida apareció repentinamente, en formas muy complejas,

y sin ancestros.

No se ha comprobado que lo inerte pueda transformarse en algo viviente

espontáneamente o naturalmente.

No existen mecanismos válidos para los supuestos procesos evolucionarios

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 58

LA CAÍDA, EL PECADO Y EL MAL EN EL MUNDO

Escucha con atención las indicaciones de tu animador y

responde a los siguientes dilemas morales dados por tu

catequista.

1. De lo que la imagen te presenta ¿Qué cosas te están esclavizando a ti?

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2. ¿Qué males encuentras en el mundo? Y ¿Cuál es la causa del origen de

estos males?

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3. ¿Puede ser Dios la causa del mal? ¿Por qué?

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Nos Interesa

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 59

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APORTE A LA REFLEXIÓN

De todas las criaturas visibles solo el hombre es capaz de conocer y amar a su Creador. La semana pasada vimos que Dios ha creado “todo este universo” “para que seamos felices”. Al pensar en la creación llegamos a la conclusión de que también nosotros somos creación divina, y salen a la luz las siguientes ideas:

a) Somos Imagen y Semejanza de Dios b) Tenemos 100% de alma y 100% de cuerpo c) Dios creó al hombre: varón y mujer los creó, con igualdades y diferencias y el uno para el

otro. d) Dios colocó al hombre en el Paraíso y le regaló la vida eterna y sin sufrimiento.

“Todo esto se perdió con el pecado” LA CAIDA

I. Donde abundo el pecado, sobreabundó la gracia. La realidad del pecado.- El pecado esta presente en la historia humana, siendo vano ignorarlo o cambiarlo de nombre. Para saber lo que es el pecado debemos reconocer el vínculo profundo del hombre con Dios, porque fuera de esta relación, no se descubre la verdadera identidad de rechazo y oposición a Dios, aunque siga pesando sobre la vida y la historia del hombre. Solo en el conocimiento del designio de Dios sobre el hombre se comprende que el pecado es un abuso de la libertad que Dios da a las personas creadas para que puedan amarle y amarse mutuamente. El pecado original: una verdad esencial de fe.- La doctrina del pecado es como el reverso de la Buena Nueva de Jesús: Salvador de todos los hombres. Todos necesitamos salvación Para leer el relato de la caída.- El relato de la caída (Gen. 3) utiliza un lenguaje hecho de imágenes, un hecho que tuvo lugar al comienzo de la historia del hombre, la fe nos da la certeza de la marca del pecado original en la historia del hombre. II. La Caída de los Hombres. Detrás de la elección desobediente de nuestros primeros padres se halla una fuerza seductora, opuesta a Dios, que por envidia, les hace caer en la muerte. La Escritura y la Tradición de la Iglesia ven en este ser un ángel caído, llamado Satán o el diablo, quien junto a los demás demonios fueron creados ángeles buenos por Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos. La Escritura habla de un pecado de estos ángeles. Este pecado fue una elección libre de estos espíritus creados que rechazaron radical e irreversiblemente a Dios y a Reino. Sin embargo el poder de Satán no es infinito. No es más que una criatura, poderosa por ser espíritu puro, pero siempre criatura: no puede impedir la edificación del Reino de Dios. Satán actúa en el mundo por odio a Dios y su Reino en Jesucristo y aunque su acción cause graves daños –de naturaleza espiritual e indirectamente incluso de naturaleza física-. Siendo permitida por Dios, quien dentro de su misterio sabe sacar el bien de todo lo malo. III. El Pecado Original. La Prueba de la libertad.- El hombre imagen de Dios, establecido en su amistad “no puede vivirla sin estar unido y sumiso a Dios”. Esto está contenido en la expresión simbólica de la prohibición de comer del fruto del árbol, pues evoca el límite infranqueable que el hombre en cuanto criatura debe reconocer libremente y respetar con confianza. El hombre depende de Dios, esta sometido a las leyes de la creación y a las normas morales que regulan el uso de la libertad.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 60

El primer pecado del hombre.- El hombre, tentado por el diablo, dejó morir en su corazón la confianza hacia su creador, y abusando de su libertad, desobedeció al mandamiento de Dios. En esto consistió el primer pecado del mundo. En adelante, todo pecado será una desobediencia a Dios y una falta de confianza en su bondad. En este pecado, el hombre se prefirió a sí mismo en lugar de Dios y por ello desprecio a Dios: hizo elección de sí mismo contra Dios, contra su estado de criatura y por tanto, contra su propio bien. El hombre, creado en un estado de santidad, estaba destinado a ser plenamente “divinizado” por Dios en la gloria. Por la seducción del diablo quiso “ser como Dios”, pero “sin Dios, antes que Dios y no según Dios”. Las consecuencias de este pecado es perder la santidad original, tiene miedo de Dios, del cual confirieron una mala imagen de un Dios celoso; pierden la justicia original rompiéndose la armonía de las facultades espirituales del alma sobre el cuerpo, la armonía entre el hombre y la mujer entrando en tensiones y marcadas por el deseo y el dominio; la armonía con la creación siéndole extraña y hostil. La consecuencia más explícita será la muerte. A partir de aquí se multiplicarán los pecados de múltiples maneras recordándonos la presencia y universalidad de este. EL MAL EN EL MUNDO.- “Un duro combate” La doctrina del pecado original nos proporciona un discernimiento lúcido sobre la situación del hombre y de su obrar en el mundo. Por el pecado de los primeros padres, el diablo adquirió un cierto dominio sobre el hombre, aunque éste permanezca libre. Ignorar que el hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a errores en el dominio de la educación, la política, la acción social y las costumbres. Las consecuencias del pecado original y de todos los pecados personales de los hombres confieren al mundo en su conjunto una condición pecadora, designada como “el pecado del mundo”, o “pecado social”, significando también la influencia negativa que ejercen sobre la persona, las situaciones comunitarias y las estructuras sociales. Esto hace que la vida del hombre sea un combate. Conclusiones.-

- Todos lo hombres están implicados en el pecado de Adán (Rom. 5: 12, 18-19). Solo así se comprende la situación pecadora de la humanidad y su inclinación al mal y la muerte.

- El pecado es muerte del alma. Por ser todo el género humano una unidad, todos están implicados en el pecado de Adán como en la justicia de Cristo. Siendo un misterio, sabemos por la Revelación que la justicia y la santidad original recibida por los primeros padres, era para toda la naturaleza humana, pero su pecado personal afecta la naturaleza humana que trasmitirán en un estado caído.

- El pecado original no es un pecado cometido sino contraído, un estado no un acto, no es un pecado personal de la humanidad.

- La naturaleza humana no esta totalmente corrompida, esta herida en sus propias fuerzas naturales, condicionada por la ignorancia, el sufrimiento, la muerte e inclinada al pecado (concupiscencia).

- El Bautismo borra el pecado por gracia de Cristo, devuelve el hombre a Dios, pero las consecuencias para la naturaleza, debilitada e inclinada al mal, persiste en el hombre y lo llaman al combate espiritual. El pecado no puede ser superado solo por nuestra voluntad libre sin la gracia pero tampoco el pecado pervierte y anula todo el bien en el hombre como lo aseguran otras concepciones.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 61

…”No lo abandonaste al poder de la muerte”…

Tras la caída, el hombre no fue abandonado por Dios, Dios lo llama, y le anuncia el levantamiento de su caída. Cristo es el “Nuevo Adán” pues por su obediencia hasta la Cruz repara la desobediencia de Adán, quebrantado el poder del Maligno. María es la “Nueva Eva” preservada del pecado en quien se realiza primera y únicamente la victoria sobre el pecado alcanzada por Cristo. Dios no impidió que el primer hombre pecara, su gracia es mayor que cualquier bien que nos quitara el pecado, ya que nada se opone a que el hombre alcance un fin más alto después del pecado, sacando Dios un bien mayor incluso del pecado.

“DONDE ABUNDO EL PECADO SOBREABUNDÓ LA GRACIA” Rom 5: 20.

REFLEXIÓN Y COMPROMISO Escribe de qué modos el pecado te ha esclavizado o te tiene esclavizado _____________________________________________________________________________________

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¿Qué puedes y debes hacer para combatir contra tus esclavitudes? _____________________________________________________________________________________

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 62

LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN: LOS PATRIARCAS

¿Quiénes son los patriarcas?

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¿Qué misión les encomendó Dios?

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¿Recuerdas algunos patriarcas? ¿Podrías decir algunas características de ellos?

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Con este nombre: "Historia de la

Salvación", entendemos la entrada de Dios en nuestra historia humana y en nuestra vida. Es Dios que viene para

conducir a todo hombre a su fin último, a su objetivo natural, que es el Reino de Dios.

Etapas de la Historia de la Salvación Preparación del Pueblo de Dios:

Dios desde el principio ha querido la salvación de todos los hombres. Desgraciadamente el hombre desde sus orígenes, rechazó

esa amistad divina separándose así de Dios, enemistándose con sus semejantes y trastornando su relación con la misma naturaleza. A pesar de esto Dios nunca abandonó a la humanidad caída en el pecado. Dios comienza por escoger un Pueblo. Deseando la

reagrupación de los hombres divididos por el pecado, Dios quiso formar un Pueblo y para eso eligió a los

patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob. Ellos son los portadores de las promesas que se harán realidad en un futuro: promesas de descendencia, de la tierra y de la bendición a todos los pueblos. A través

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 63

de los patriarcas, modelos de fe, esperanza y obediencia. Dios va preparándose un pueblo. Un Pueblo que se libera y se forma: Los descendientes de los patriarcas se establecieron en Egipto, allí sufrieron la opresión y la esclavitud. Clamaron a su Dios y Él los liberó sacándolos de la esclavitud. Moisés fue el guía elegido por Yahvéh su Dios para llevar a cabo esta empresa liberadora. Salieron de la tierra y marcharon por el desierto, rebelándose contra el Dios que los había sacado de la esclavitud. Dios los perdonó y les mostró su cuidado proveyéndolos de las cosas necesarias: el pan, el agua, etc. en el desierto pactaron una Alianza con Yahvéh su Dios y así quedó constituido y formado el Pueblo de Dios.

ABRAHÁM:

Padre de elevación». Su nombre fue alterado por Dios, que lo llamó ABRAHAM. La Historia de Abrahán (Gen 12,1-25,12). Se inicia con la narración de la vocación de Abrahán y la promesa de una tierra. La familia de Abraham moraba en Ur de los caldeos. Abrahán se pone en marcha hacia lo desconocido confiando en el Señor. Después de que Abrahán supere numerosas dificultades, el Señor le ratifica sus promesas y establece con él una Alianza. Como Abrahán era avanzado en días y su mujer era estéril, está decidido estregarle a su esclava Agar para que le diera descendencia; de ella nacería Ismael. El anuncio del nacimiento de un hijo con Sara, su mujer, y la destrucción de Sodoma y Gomorra, de la que la intercesión audaz de Abrahán solo logra salvar a Lot y a su familia. Nace, por fin Isaac, el hijo de Sara, y al poco tiempo Abrahán expulsó a Agar con su hijo

Ismael, y se dirigió a Berseba. Cuando parecía que empezaba a vislumbrarse en Isaac el comienzo del cumplimiento de las promesas de Dios, el Señor le pide que se lo ofrezca en sacrificio; Abrahán obedece, pero es detenido en el último instante antes de que le diera muerte, una vez que ha probado su fidelidad. La historia de Abrahán termina con la compra de la cueva en la que sepulta a Sara, el casamiento de Isaac y la muerte y sepultura de Abrahán.

ISAAC: Esta es la historia de los hijos de Isaac: él tenía cuarenta años cuando se casó con

Rebeca, la hija de Bethuel, arameo de Padan-aram y hermana de Labán. Isaac oró a Dios para que le diera a Rebeca un hijo, porque después de tantos años de casados no habían tenido. Al fin ella, que era estéril, concibió. Rebeca se sintió muy molesta porque parecía que dos niños peleaban dentro de ella y fue a consultar al SEÑOR: "si es así ¿para qué vivo yo?" y exclamó, y El le dijo: "Dos gentes hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas"; "y el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor".

Y así fue, nacieron mellizos. El mayor estaba tan cubierto de vello que parecía estar envuelto en una piel. Por eso lo llamaron Esaú (velloso). Luego nació el segundo, que

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salió aferrado al tobillo de Esaú, llamándole Jacob (sustituto). Isaac tenia sesenta años cuando nacieron los mellizos.

Los niños crecieron, Esaú se hizo hábil cazador mientras Jacob era del tipo de persona tranquila que le gusta permanecer en casa. Esaú era el favorito de Isaac, porque le daba a comer de lo que cazaba; mientras que Jacob era el favorito de Rebeca.

Un día, cuando Jacob guisaba, Esaú llegó agotado de la caza y dijo: "Ruégote que me

des a comer de eso bermejo, pues estoy muy cansado" solicitando Jacob que le vendiera su primogenitura, a lo que le respondió a Jacob, "He aquí yo voy a morir ¿para qué pues, me servirá la primogenitura?"; entonces Jacob dijo: "Júrame entonces delante de Dios que es mía."

Esaú hizo el juramento y vendió así sus derechos de hijo mayor al hermano menor. Jacob le dio pan y el guiso de lentejas. Esaú comió y bebió, posteriormente salió a cazar nuevamente mostrando un total desprecio por los derechos que acababa de vender.

Podemos ver así cómo Esaú despreció ser el primogénito, y vendió sus derechos a su hermano. Nosotros, como hijos de Dios, si no obedecemos a Él podemos también perder nuestros derechos.

JACOB E HIJOS

Jacob, en el Antiguo Testamento, uno de los patriarcas hebreos, hijo de Isaac y Rebeca y nieto de Abraham. Tras privar con un engaño a su hermano Esaú de la bendición de su padre y de sus derechos de primogenitura, Jacob huyó a la casa de su tío, Labán, para quien trabajó durante muchos años, y cuyas hijas, Lía y Raquel desposó. Sus esposas y sus esclavas, Zilpá y Bilhá, le dieron 12 hijos, que se convertirían en los patriarcas de las 12 tribus de Israel. Lía dio a luz a Isacar, Judá, Leví, Rubén, Simeón y Zebulón; Raquel, a José y Benjamín; Zilpá a Gad y

Aser, y Bilhá a Dan y Neftalí. El relato de Jacob se narra en Génesis 25-35. Los acontecimientos más sobresalientes de su existencia fueron la visión de la "escalera de Jacob", la bendición que recibió en Betel (Gén. 28,10-22) y la concesión del nombre Israel por un adversario divino tras luchar contra él (Gén. 32,24-32). Así como la figura de Esaú está considerada como la representación de la nación de Edom (Gén. 36,8), la de Jacob, o Israel, personifica a la nación de Israel. Así, el profeta Oseas traza un paralelo entre las experiencias de Jacob y las de su pueblo (Os. 12) hacia el 1700 a. C.

Moisés.- Fue salvado de las aguas, elegido para liberar el pueblo hebreo de la

esclavitud. El cumplió su misión y en todo momento Dios lo protegió con signos y milagros grandiosos.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 65

EL ÉXODO Y LA ALIANZA

Antes de que Israel fuera un pueblo, familias nómadas, recorrían con sus rebaños, los territorios de Mesopotamia, de Siria y de Canaán, llegando hasta Egipto. Israel guardaba recuerdos de esos lejanos

antepasados: Abraham, Isaac, Jacob, José, etc. LA LLAMADA DE MOISÉS.-

1250 a. C.: Moisés, un israelita adoptado por la hija del faraón vivía en la corte egipcia. Dios le habló desde una zarza ardiendo y le comunicó que lo necesitaba para una MISIÓN.

Lee: Ex. 3, 1 – 12

Responde: ¿Qué misión le confió Dios a Moisés?

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EL ÉXODO.- Moisés confiando plenamente en la protección de

Dios, se presentó con su hermano Aarón ante el faraón y realizó muchos milagros (como signos de ser enviados por Dios) para que sean liberados.

A Egipto entraban y salían los nómadas. Uno de estos grupos huyó de la esclavitud bajo la guía de Moisés. El milagro con que fueron favorecidos, pasando el Mar Rojo, fue para ellos la señal de que Dios los libraba para ponerlos a su servicio. Moisés fue su guía y su profeta, enseñándoles a Yahvé el Único. Este es el acontecimiento central de la “Pascua Judía”.

Lee: Ex. 15, 1 – 5. Responde: ¿Tuvo dificultades Moisés para liberar a los israelitas de la esclavitud? ¿Cómo pudo

superarlas? ………………………………………………………………………………………………………………

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ISRAEL EN EL DESIERTO.-

Dios eligió a Moisés para encomendarle la misión de sacar de Egipto a su pueblo y entregarle una Alianza que tendría por signo a los Diez Mandamientos.

Dios continuó realizando milagros en el desierto como: Lee:

- Ex. 13, 21 – 22 - Ex. 16, 4 – 5 - Ex. 16, 12 - Ex. 17, 3. 6 Muchos más milagros realizó Dios por amor a los judíos y les hizo ganar muchas

batallas, pero el corazón del pueblo siempre se endurecía y dudaban del amor de Dios. Responde: Hoy en la actualidad ¿te ha ocurrido algo parecido a los israelitas? ¿En qué casos

dudas de Dios? ¿Qué ocurre en la vida que te haga dudar de Dios?

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LA ALIANZA DE DIOS CON SU PUEBLO.-

A pesar de las constantes dudas del pueblo, Dios lo amaba y por eso al tercer mes de haber salido de Egipto, los israelitas llegaron al monte SINAÍ. Moisés subió y le preguntó al pueblo si querían que Dios haga una alianza con ellos. Dios se comprometería a protegerlos como predilectos y salvarlos de los enemigos. Ellos, por su parte, debían cumplir las leyes divinas, para que sean felices.

Las leyes divinas están resumidas en la Ley o Diez Mandamientos: (busca en tu Biblia)

En relación a Dios: PRIMERA TABLA PRIMERO: Ex. 20, 2 / Ex. 20, 3 // Ex. 20, 4 – 6 * SEGUNDO: Ex. 20, 7 TERCERO: Ex. 20, 8 - 11 En relación al prójimo: SEGUNDA TABLA CUARTO: Ex. 20, 12 QUINTO: Ex. 20, 13 SEXTO: Ex. 20, 14 SÉPTIMO: Ex. 20, 15 OCTAVO: Ex. 20, 16 NOVENO: Ex. 20, 17 a DÉCIMO: Ex. 20, 17 b

IV V VI VII VIII IX X

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* Una explicación más clara del primer mandamiento la encontramos en Dt. 6, 4 – 9 (leer). Todo este texto explica en qué consiste el primer mandamiento.

CONCLUSIÓN.- La Alianza entre Dios y los hombres, sellada en los diez mandamientos o la ley divina,

no son prohibiciones, ni te van a dejar frustrado. Dios no quiere tu mal sino lo contrario. ¿Por qué cumplir los mandamientos? Pues Dios mismo te lo responderá:

Lee: Dt. 6, 3

COMPROMISO 1.- DIOS TE AMA MUCHÍSIMO ASÍ COMO ERES… EL PUEBLO JUDÍO VIO

SUS MILAGROS CARA A CARA Y AÚN ASÍ DUDÓ DE DIOS. PERO DIOS QUE LO AMABA LE PERDONÓ TODAS SUS INFIDELIDADES Y REALIZÓ UNA ALIANZA CON ELLOS. DE ESTE MISMO MODO, DIOS QUIERE REALIZAR UNA ALIANZA CONTIGO Y YA VEREMOS QUE CON JESUCRISTO ESTA ALIANZA SE VUELVE EN “NUEVA”. EN TU CASO, DIOS HA HECHO UNA ALIANZA ETERNA CUANDO TE BAUTIZARON Y TÚ ELEGIRÁS DARLE UN SÍ O UN NO EN TU CONFIRMACIÓN… ¿DESEAS CONFIRMAR, ES DECIR, VOLVER A AFIRMAR, LA ALIANZA QUE DIOS HIZO CONTIGO? ………………………………………………………………………………………………………………

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2.- ESCRIBE UN PACTO O ALIANZA A MANERA DE CONTRATO EN LA QUE

LE DES UNA RESPUESTA A DIOS Y RENUEVES LA ALIANZA QUE ÉL HA

HECHO CONTIGO.

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LOS JUECES, REYES Y PROFETAS DE ISRAEL

Al ingresar a la Tierra Prometida Josué repartió la tierra de Canaán entre los descendientes de los hijos de Jacob.

Durante 200 años los Israelitas estuvieron gobernados por “JUECES”, es decir, hombres y mujeres fieles al cumplimiento de la Ley de Dios, los cuales eran líderes que guiaban al pueblo. El pueblo, cuando atravesaba un tiempo de soltura y paz, se mezclaban con los pueblos paganos y Dios les enviaba un pueblo enemigo que lo sometía. Dios corregía la idolatría de esta forma. Los israelitas arrepentidos acudían a Dios, Él se apiadaba y les enviaba un libertador, los jueces, autores de grandes hazañas. Entre los principales Jueces tenemos a: Gedeón (Jc. 6, 7 y 8), Sansón (Jc 13 – 16), Débora (Jc 5 y 6) y Samuel.

L O S R E Y E S D E I S R A E L SAUL.- Pasados dos siglos, los habitantes del pueblo le pidieron a Saúl que querían tener un Rey y éste ungió a Saúl. Saúl era fuerte y valiente. Samuel convocó al pueblo para coronar a Saúl; ofreciendo sacrificios y se celebró una gran fiesta en Israel. Saúl hizo la guerra a todos los enemigos que rodeaban al pueblo y siempre venció. En una batalla Dios le mandó que destruyera todo y que no perdonara ninguna vida, ni que se quede con el botín. Saúl venció pero le perdonó la vida al rey y se guardó el mejor ganado y trofeos. Por desobedecer fue rechazado por Dios y Éste se decidió elegir a otro rey para su pueblo. DAVID.-

Era un joven pastor, elegido por Dios para ser el nuevo rey y sucesor de Saúl. Fue ungido por ser el más sencillo de entre sus hermanos y “tener un corazón según la voluntad de Dios”. Era un artista con la lira y compuso desde su juventud muchos salmos, los cuales al ser recitados o cantados calmaban los demonios del rey Saúl, el cual después de su pecado de desobediencia contra Dios era atacado por éstos. David venció a Goliat y a muchos otros enemigos del pueblo de Israel, convirtiéndose en el campeón de su pueblo y el hombre más querido de Israel. Esto ocasionó la envidia de Saúl y la persecución que este viejo rey emprendió para matar a David. David pasó muchos años en el desierto hasta que Saúl murió en una batalla. Entonces David asumió el trono judío y dio prosperidad a su pueblo. Sin embargo, la comodidad relajó

su corazón y cometió asesinato al matar a Urías, uno de sus generales, por quedarse con su mujer Betsabeth. El primer hijo que engendró producto de este adulterio falleció como corrección de Dios. David compone ante este hecho el salmo 51, uno de los más bellos. Sin embargo el perdón divino alcanzó al rey y con Betsabeth tuvo a Salomón, el sucesor. David tenía otros hijos, producto de su relación con otras mujeres. Una consecuencia de sus pecados fue la desunión de la familia real, las envidias y rencores entre hermanos.

Nos Interesa

Samuel

Sansón

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SALOMÓN.- Cuando era muy joven, el rey David, su padre, fallece. Asume el trono y como era justo le pide a Dios “sabiduría”. Salomón llegó a ser el hombre más sabio de la Tierra, y tuvo grandes proezas como la construcción del templo de Jerusalén. Sin embargo la gran bonanza que vivió su pueblo relajó su fe y se mezcló con mujeres idólatras, por lo que Dios lo corrigió permitiendo que fuera perseguido por muchos enemigos que querían quitarle el trono. A su muerte, el reino se dividió en dos. Norte y Sur.

L O S P R O F E T A S D E I S R A E L

Mientras el pueblo de Israel se alejaba de Dios y se entregaba a los ídolos, el Señor fue enviando Profetas. Eran hombres elegidos por Dios, llenos del Espíritu Santo y que hablaban en su nombre. Los principales mensajes de sus enseñanzas al Pueblo y a sus reyes, fueron sobre: a) la conversión sincera b) el monoteísmo c) la venida del Mesías Salvador CLASIFICACIÓN DE LOS LIBROS PROFÉTICOS.- En la Biblia se mencionan unos libros llamados “proféticos” entre los que se narran las historias y profecías de algunos profetas. Estos libros se dividen en dos: Profetas Mayores y Profetas menores Los principales libros de los Profetas mayores fueron: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. Entre los principales profetas menores tenemos a Baruc, Jonás, Amós, Oseas, Miqueas y Zacarías El profeta es un hombre llamado por Dios para que transmita Su palabra a los demás. Por definición, el profeta no obtendrá ningún beneficio de su misión excepto servir a Yaveh: de hecho, muchas veces iba a dar con sus huesos a la cárcel. CARACTERÍSTICAS DEL PROFETA.- Se conjugan en el profeta tres elementos muy claros:

a) la elección de Dios. b) la vocación del profeta mismo. c) una orden que Dios le da en la que pone a prueba su vocación y manifiesta la elección divina.

EL MENSAJE PROFÉTICO.- El mensaje que el profeta ha recibido rara vez es para una sola persona: casi siempre debe ser transmitido a la comunidad en su conjunto, y se trata de una comunicación que tendrá efecto aquí y ahora pero también lejos y en el futuro. Puede utilizar símbolos, jamás predice el futuro como un adivinador, sino que vaticina lo que podría venir si es que el hombre no vuelve su vida a Dios. Muchas veces el mensaje contradecía a los deseos de la gente que lo escuchaban, razón por la cual muchos de ellos fueron asesinados. ISAÍAS.- Isaías significa Dios salva. Nació en Jerusalén en el año 765 antes de Cristo y parece que era de familia de clase aristocrática. Todo su modo de hablar y comportarse lo presentan como un hombre de cultura superior. En el Capítulo 6 de sus profecías narra como Dios lo llamó. (Leer Is. 6, 1 ss.) Una de las más famosas profecías que hizo ese gran vidente fue la de Emmanuel. En el libro de Isaías se pueden encontrar muchos datos de lo que será la vida del Mesías o enviado de Dios, se puede afirmar que este escrito es la primera biografía de Jesús escrita siete siglos antes de que naciera el Redentor. Son impresionantemente hermosas las descripciones del Cap 53 (leer), acerca del siervo de Yaveh, donde parece estar viendo la Pasión y Muerte de Jesús, describiéndola, tal como ella iba a suceder. Y allí se insiste que estos sufrimientos del enviado de Dios serán ara pagar nuestros pecados.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 70

JEREMÍAS.- El nombre Jeremías significa: "Dios me eleva". Vivía en Anatot un pueblecito cercano de Jerusalén (a 5 kilómetros) en la finca de sus padres, cuando fue llamado por Dios a profetizar. Jeremías se resistía aduciendo como excusa que él era demasiado joven y débil para este oficio tan importante y Dios le respondió: "No digas que eres demasiado joven o demasiado débil, porque Yo iré contigo y te ayudaré” Predicó el arrepentimiento al rey Josías y al pueblo de Israel, pero no fue escuchado. El principal problema para Jeremías fue que la gente no lo comprendió ni le quiso hacer caso. Al final, lo calumniaron y le imputaron culpas ajenas, siendo él inocente. Fue martirizado. Solamente después de su muerte reconoció el pueblo la gran santidad de este profeta. Y cuando todas sus profecías se hubieron cumplido a la letra, se dieron cuenta de que sí había hablado en nombre de Dios. EZEQUIEL.- Significa "Dios es mi fortaleza". El profeta Ezequiel fue elegido por Dios para el ministerio profético y tuvo su primera visión a los 30 años. Hijo de sacerdote, y sacerdote también él. La muerte de su esposa le alteró profundamente y la consideró como un presagio de la destrucción de su pueblo. Predicó y escribió sus profecías en un estilo lleno de símbolos. Ezequiel es mucho más importante por lo que escribió que por lo que vivió. Anuncia un salvador y el retorno de Israel a la tierra de sus padres, a una nueva Jerusalén con un nuevo templo. Ezequiel obedece la voz de Dios, que le manda reprender a un juez de Israel por el mal ejemplo que da al pueblo, practicando la idolatría y acomodándose a la forma de vida de los babilonios, a cambio de bienestar y riquezas. El juez, irritado por la crítica, le juzga y le condena a muerte.

JONÁS.- Fue desobediente y puso resistencia a Dios, que le quería enviar a una ciudad llamada Nínive a predicar la conversión de la ciudad. Jonás quiso esconderse de la presencia de Dios embarcándose en una nave. Pero un temporal azotó la nave y los marineros le echaron al agua. Allí un pez lo

tragó y a los tres días lo dejó en una ribera. Entonces Jonás fue a predicar a Nínive. El rey, con todo el pueblo, hizo penitencia y Dios los perdonó.

MI COMPROMISO

BUSCA EN LA BIBLIA “LA LLAMADA” QUE HIZO DIOS ALGUNOS DE LOS PROFETAS:

Isaías 6, 1 – 8 Jeremías 1, 4 – 10 Jonás 1, 1 – 16 RESPONDE: 1.- ¿Cuáles y cómo fueron las reacciones de estos tres profetas?

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2.- ¿Cómo responderás tú al llamado que Dios te hace hoy en día?

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ISRAEL EN TIEMPOS DE JESÚS

PRINCIPALES INSTITUCIONES RELIGIOSAS

EL PAÍS:

Cuando Israel fue enviado al Exilio por Dios, como corrección por la idolatría, los profetas prometieron la llegada de un Salvador. Pasados unos siglos, regresaron a su tierra. Luego el imperio Griego con su líder Alejandro Magno conquistaron Europa, el norte de África y todo el medio Oriente. Pero como todo imperio Grecia cae en manos de un heredero suyo, Roma. En tiempos de Jesús, Palestina estaba dominada por Roma.

LA LENGUA:

La cultura dominante de Israel era la judía; pero también se hablaba el griego y el romano. Jesús hablaría el arameo, es decir, la lengua de los israelitas de aquel tiempo. Posiblemente conoció el griego.

LA POLÍTICA:

Roma respetaba bastante las particularidades e instituciones de los pueblos que estaban bajo su imperio. Había un representante romano (delegado o procurador) para gobernar, con una pequeña guardia. También había en Palestina un representante judío, nombrado por Roma.

LOS GOBERNANTES:

La vida de Jesucristo se desarrolla en el tiempo de los emperadores romanos Augusto y Tiberio. Nace bajo Augusto (27 a.C. - 14 d.C.) y muere bajo Tiberio (14-37 d.C.). Cuando nace, Herodes el Grande es el rey de toda Palestina (territorio de Israel) (37 - 4 a.C.), que muere en seguida, dejando a sus hijos su territorio. El procurador romano que aparece en el Evangelio como dictando su muerte, o aprobándola, es Poncio Pilato. Es procurador desde el año 26 al 36. Los sumos sacerdotes en tiempo de Jesús fueron Anás (6-15) y Caifás (18-36).

LOS REVOLUCIONARIOS - HÉROES JUDÍOS

En tiempos de Jesús había también judíos valientes y rebeldes, que lucharon contra los romanos por la independencia de su país, incluso con las armas. Judas Galileo parece haber sido muerto después el año 4. Después aparecen los Celotes.

A) El Sanedrín

Para asuntos religiosos existía el Sanedrín, un senado compuesto por 65 miembros y presidido por el sumo sacerdote. Formaban parte del Sanedrín sacerdotes, ancianos y escribas; tenían a su servicio algunos soldados. El Sanedrín tenía poder para juzgar y castigar a los que cometían faltas en materia religiosa. Para condenar a muerte necesitaba el permiso del representante romano.

B) La sinagoga

Era el lugar de reunión de los judíos. Esta institución nació durante el destierro del pueblo judío en Babilonia. Es el lugar, en cada aldea o ciudad, donde se reúnen los sábados para rezar, leer o escuchar la Escritura y los Profetas

C) El Templo:

Es el centro de la vida religiosa nacional. La vida de Israel está unida al Templo. Construido y mantenido con el aporte de los fieles, era donde se celebraban los sacrificios. Todos los israelitas estaban obligados a visitar el Templo de Jerusalén.

Rescata la actitud de Jesús frente a las diversas concepciones que existían en su época.

AHORA LEAMOS: Marcos 1, 40 – 45 Lucas 10, 25 – 37 Lucas 6, 5 - 11

1. ¿Cuál era la concepción que

predominaba esa época? 2. ¿Cómo responde Jesús ante ella?

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 72

D) Las fiestas religiosas.

El Sábado, que empezaba ya el viernes por la tarde y en el que todo trabajo estaba prohibido terminantemente.

La Pascua: fiesta central; se celebraba primero en las familias, posteriormente en el Templo y en familia o grupos. En ella se recuerda la liberación de Egipto. Pentecostés: fiesta de la Alianza realizada en el Sinaí entre Dios e Israel.

Tabernáculos: celebración de acción de gracias por las cosechas y los frutos. Día de la Reconciliación:

liturgia del perdón de los pecados de todo el pueblo de Israel. Dedicación del Templo: aniversario de la dedicación del Templo hecha por Judas Macabeo

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C O M P R O M I S O Cristo pudo salvarnos de cualquier forma ya que Él lo puede todo.

Además supo siempre estar frente a las diversas concepciones de su época Responde:

¿Cómo responderías tú, hoy por hoy a las diferentes concepciones de

nuestra época?

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 73

NACIDO DE MARÍA: LA ENCARNACIÓN

AHORA LEAMOS:

Lucas 1, 26 - 38 Volviendo a tomar la frase de San Juan ("El Verbo se encarnó": Jn 1, 14), la Iglesia llama "Encarnación" al hecho de que el Hijo de Dios haya asumido una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación. En un himno citado por S. Pablo, la Iglesia canta el misterio de la Encarnación:

Tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo: el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la

muerte y muerte de cruz. (Flp 2, 5-8; cf. LH, cántico de vísperas del sábado). 1. La obra de la Encarnación

a) La asunción de la naturaleza humana de Cristo por la Persona del Verbo es obra de las Tres Personas divinas. Todo cuanto Dios hace fuera de sí, es decir, en las criaturas (obras ad extra), es común a las Tres Personas divinas. La Encarnación es una obra ad extra porque la naturaleza humana de Cristo es creada (cfr. Catecismo, 258).

b) Quien envía al Hijo es el Padre, y quien se encama es solamente el Hijo, pero la obra de la Encarnación se atribuye al Padre (cfr. Gal 4,4), al Hijo (cfr. Philip 2,7) y al Espíritu Santo —a quien se apropian las obras de bondad y amor— como rezamos en el Credo: fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo (cfr. Lc 1,35 y Catecismo, 723).

2. La Virgen María, Madre de Dios

a) Desde toda la eternidad, Dios escogió a María para ser la Madre de su Hijo, contando con su cooperación libre (cfr. Catecismo, 488).

b) Para ser Madre de Dios, la Virgen fue llena de gracia (cfr. Le 1,28; Catecismo, 490). La plenitud de gracia de la Santísima Virgen significa que —después de la Humanidad de Cristo— ha sido santificada por la gracia como ninguna otra criatura, hecha partícipe de modo singular en la vida divina intratrinitaria, como Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, y Esposa de Dios Espíritu Santo.

c) Para que fuera siempre llena de gracia, la Santísima Virgen rué preservada inmune del pecado original desde el primer instante de su concepción, en atención a los méritos de Jesucristo, su Hijo, que había de redimir al género humano: este es el privilegio de la Inmaculada Concepción (cfr. Catecismo, 491-492).

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 74

d) María es Toda Santa, Santísima, porque estuvo "inmune de toda mancha de pecado" personal a lo largo de toda su vida (Catecismo, 493); su alma estaba adornada con todas las virtudes y dones.

e) Cuando la Virgen dio su consentimiento a la embajada del Ángel, al punto se formó en sus entrañas el Santísimo Cuerpo de Cristo, al que se unió su Alma racional; y la naturaleza humana así formada se unió a la divinidad, por lo que en el mismo instante Cristo fue perfecto Dios y perfecto Hombre. Por tanto, Santa María es verdaderamente Madre de Dios, pues "aquel que ella concibió como hombre... y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre" (Catecismo, 495). No ha engendrado la divinidad, sino el cuerpo —eso es ser madre— de la Persona divina del Verbo.

f) María fue siempre Virgen: antes del parto (concibió a Cristo no por obra de varón, sino por virtud del Espíritu Santo), en el parto (conservó su virginidad corporal al dar a luz a Cristo, por especial intervención divina) y perpetuamente después del parto (cfr. Catecismo, 496-500). María es a la vez Virgen y Madre (cfr. Catecismo, 502).

g) "Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo" (Catecismo, 966). La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos. h) María, Madre de Cristo, es también Madre de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, y Madre de cada uno de nosotros, que somos miembros de ese Cuerpo (cfr. Catecismo, 963 y 968; loann 19,26-27). Es también Medianera de todas las gracias (cfr. Catecismo, 969-970).

3. Figuras y profecías de la Encarnación a) Inmediatamente después del pecado de nuestros primeros padres, quedó

anunciada la esperanza de la Redención: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre su linaje y el tuyo; él te aplastará la cabeza y tú acecharás su calcañar" (Gen 3,15; cfr. Catecismo, 410).

b) Dios estableció una alianza con los hombres (Noé, Abraham) y renovó la promesa del Mesías a los santos Patriarcas y al pueblo de Israel, con profecías y figuras que le anunciaban: "investigad las Escrituras —dijo Jesús a los judíos—: ellas son las que dan testimonio de mí" (loann 5,39).

— Las profecías predecían que el Redentor sería de la tribu de Judá y de la familia de David (cfr. Is 11,1; Jer 23,5); el lugar de su nacimiento (cfr. Miq 5,1); su pasión y muerte (Is 52,13 a 53,12); su reino espiritual, universal y perpetuo (cfr. // Sam 7,14).

— Las principales figuras del Redentor en el Antiguo Testamento son el inocente Abel, el sumo sacerdote Melquisedech, el sacrificio de Isaac, José vendido por sus hermanos, el cordero pascual, la serpiente de bronce levantada por Moisés en el desierto y el profeta Jonás.

I.- Por qué el Verbo se hizo carne (Respuestas del Compendio del Catecismo de la Iglesia)

456. Con el Credo Niceno-Constantinopolitano respondemos confesando: "Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre".

457. El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios: "Dios nos amó y

nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10)."El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo" (1 Jn 4, 14). "El se manifestó para quitar los pecados" (1 Jn 3, 5)

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 75

458. El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios: "En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su

Hijo único para que vivamos por medio de él" (1 Jn 4, 9). "Porque tanto amó Dio s al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).

459. El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad: "Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí ... "(Mt 11, 29). "Yo soy el Camino,

la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" (Jn 14, 6). Y el Padre, en el monte de la transfiguración, ordena: "Escuchadle" (Mc 9, 7;cf. Dt 6, 4-5). El es, en efecto, el modelo de las bienaventuranzas y la norma de la ley nueva: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 15, 12). Este amor tiene como consecuencia la ofrenda efectiva de sí mismo (cf. Mc 8, 34).

460. El Verbo se encarnó para hacernos "partícipes de la naturaleza divina" (2 P 1, 4): "Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios,

Hijo del hombre: Para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios".

Compromiso: 1. ¿Qué virtudes descubres en ti? 2. ¿A ejemplo de María como lo puedes practicar? 3. ¿Qué actitudes mostrarías a la madre del cielo, reflejadas en tu propia madre?

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EL CONTEXTO Y EL NACIMIENTO DE JESÚS

1. EL PAÍS:

Cuando Israel fue enviado al Exilio por Dios, como corrección por la idolatría, los profetas

prometieron la llegada de un Salvador. Pasados unos siglos, regresaron a su tierra. Luego el

imperio Griego con su líder Alejandro Magno conquistaron Europa, el norte de África y todo

el medio Oriente. Pero como todo imperio Grecia cae en manos de un heredero suyo, Roma.

En tiempos de Jesús, Palestina estaba dominada por Roma.

2. LA POLÍTICA:

Roma respetaba bastante las particularidades e instituciones de los pueblos que estaban

bajo su imperio. Había un representante romano (delegado o procurador) para gobernar, con

una pequeña guardia. También había en Palestina un representante judío, nombrado por Roma.

3. LA LENGUA:

La cultura dominante de Israel era la judía; pero también se hablaba el griego y el romano.

Jesús hablaría el arameo, es decir, la lengua de los israelitas de aquel tiempo. Posiblemente

conoció el griego.

4. LOS GOBERNANTES:

La vida de Jesucristo se desarrolla en el tiempo de los emperadores romanos Augusto y

Tiberio. Nace bajo Augusto (27 a.C. - 14 d.C.) y muere bajo Tiberio (14-37 d.C.). Cuando

nace, Herodes el Grande es el rey de toda Palestina (territorio de Israel) (37 - 4 a.C.), que

muere en seguida, dejando a sus hijos su territorio. El procurador romano que aparece en el

Evangelio como dictando su muerte, o aprobándola, es Poncio Pilato. Es procurador desde el

año 26 al 36. Los sumos sacerdotes en tiempo de Jesús fueron Anás (6-15) y Caifás (18-36).

5. LOS REVOLUCIONARIOS - HÉROES JUDÍOS

En tiempos de Jesús había también judíos valientes y rebeldes, que lucharon contra los

romanos por la independencia de su país, incluso con las armas. Judas Galileo parece haber

sido muerto después el año 4. Después aparecen los Celotes.

6. PRINCIPALES INSTITUCIONES RELIGIOSAS

A) El Sanedrín

Para asuntos religiosos existía el Sanedrín, un senado compuesto por 65 miembros y

presidido por el sumo sacerdote. Formaban parte del Sanedrín sacerdotes, ancianos y

escribas; tenían a su servicio algunos soldados. El Sanedrín tenía poder para juzgar y castigar

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 78

a los que cometían faltas en materia religiosa. Para condenar a muerte necesitaba el permiso

del representante romano.

B) La sinagoga

Era el lugar de reunión de los judíos. Esta institución nació durante el destierro del pueblo

judío en Babilonia. Es el lugar, en cada aldea o ciudad, donde se reúnen los sábados para

rezar, leer o escuchar la Escritura y los Profetas

C) El Templo:

Es el centro de la vida religiosa nacional. La vida de Israel está unida al Templo.

Construido y mantenido con el aporte de los fieles, era donde se celebraban los sacrificios.

Todos los israelitas estaban obligados a visitar el Templo de Jerusalén.

D) Las fiestas religiosas.

El Sábado, que empezaba ya el viernes por la tarde y en el que todo trabajo estaba

prohibido terminantemente.

La Pascua: fiesta central; se celebraba primero en las familias, posteriormente en el

Templo y en familia o grupos. En ella se recuerda la liberación de Egipto. Pentecostés: fiesta

de la Alianza realizada en el Sinaí entre Dios e Israel.

Tabernáculos: celebración de acción de gracias por las cosechas y los frutos. Día de la

Reconciliación: liturgia del perdón de los pecados de todo el pueblo de Israel. Dedicación del

Templo: aniversario de la dedicación del Templo hecha por Judas Macabeo.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 79

LA ELECCIÓN DE LOS PRIMEROS SOLDADOS Y EL ANUNCIO DEL REINO

1.- LA ELECCIÓN DE LOS PRIMEROS SOLDADOS DE CRISTO: LOS DOCE

APÓSTOLES “Apóstol” significa ENVIADO. Cuando Jesús empezó a anunciar el Reino, fue

encontrando a diferentes hombres a los cuales les mostró milagros o les predicó. Luego los invitó a que lo sigan y ellos, dejándolo todo, le siguieron. A toda persona que sigue a Cristo se le llama “discípulo”. Jesús tuvo a muchas personas que le siguieron, ya sea por convicción o por interés (para que les realice un “milagrito”). Sin embargo, llegó un momento en que decide elegir de entre toda esta gente a doce hombres que serían los primeros en continuar su misión de llevar el evangelio a todas partes (evangelización). Estos son llamados discípulos hasta la Ascensión, y después se les llama siempre Apóstoles. Los Apóstoles fueron ordenados por Jesús en la Ultima Cena como sacerdotes y recibieron de El la comisión de: LEAMOS Mateo 28, 19-20. A pesar de todo, lo abandonaron, cuando unos de entre ellos, Judas, lo traicionó. Mas tarde fueron testigos de la Resurrección de Jesús y en Pentecostés recibieron poder para entender y actuar según el Evangelio. Judas fue remplazado por Matías como Apóstol. Los Apóstoles son los primeros pastores de la Iglesia, bajo Pedro, el jefe de los Apóstoles. Ellos a su vez eligieron a otros pastores, dando así comienzo la sucesión apostólica que es uno de los signos de la verdadera Iglesia. MUERTE DE LOS APOSTOLES Jesucristo dio su vida por la salvación del mundo. De este modo indicó cuál es el camino del cristiano, hombre que quiere seguir sus huellas, es decir de aquellos discípulos y misioneros de Jesús. Los apóstoles al igual que su maestro dieron la vida, a través de lo que se llama el martirio a favor de la primera evangelización. Generalmente la tradición asigna la siguiente relación acerca de la muerte de los apóstoles: - Juan: Murió de muerte natural. - Mateo: Fue muerto a espada en Etiopía. - Santiago, hijo de Zebedeo: Fue decapitado Jerusalén. - Santiago, el hermano del Señor. Fue lanzado a tierra desde el pináculo del templo, y

luego muerto a golpes. - Felipe: Fue colgado de una columna Hierápolis, una ciudad de Frigia al

norte de Laodicea. - Bartolomé: Fue desollado vivo en Albáhap en Arinenia. - Andrés: Fue martirizado en la cruz Patras, en Acaya (Grecia). - Tomás: Fue muerto de una lanzada en Coromandel, India. - Tadeo: Fue muerto a flechazos. - Simón: el Zelote. Fue crucificado en Persia. - Pedro: Fue crucificado con la cabeza ha abajo. - Matías: Primero fue apedreado y luego decapitado. - Pablo: Fue decapitado en Roma

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 80

2.- EL ANUNCIO DEL REINO: LAS BIENAVENTURANZAS Los judíos esperaban un reino, pero político. El Mesías que esperaban debía ser un

líder político y guerrero. Sin embargo Jesús, el Mesías fue un líder pero de tipo religioso, uno que los salvaría de los enemigos, pero no de los romanos, sino de los demonios y del pecado. Por tanto propuso un Reino de otro tipo. El Reino que Jesús anunció podemos entenderlo de 2 formas:

a) Ser salvados del pecado y estar en presencia de Dios eternamente. b) Está en nuestro interior, en lo profundo de nuestro espíritu c) El Reino de Dios es Cristo mismo, él es el reinado de Dios aquí en la tierra y se

realiza de manera concreta pero imperfecta a través de la Iglesia. Por eso, la Iglesia es una primicia de lo que será el pleno Reino de Dios.

Por tanto, cuando Cristo envía a sus apóstoles a anunciar el Reino, significa que los

mandó a proclamar que DIOS TE AMA ASÍ COMO ERES, y que quiere que todos los hombres nos salvemos. El anuncio del Reino es saber que Dios nos ama tanto que envió a su único Hijo, Jesucristo, para que se encarnará, creciera, forme una comunidad, sufra la pasión y la muerte y finalmente resucite y suba al cielo para SALVARNOS del pecado, de la muerte y del sufrimiento.

Por eso, si el Reino de los Cielos o Reino de Dios, es Cristo mismo, entonces tenemos

que conocer a Cristo para conocer este Reino. Pues Cristo nos dio la clave para conocerlo. ¿Sabes cómo? LEAMOS Mt. 5, 3 – 12

LAS BIENAVENTURANZAS ¿Quién puede entrar al Reino de

Dios? Sólo alguien verdaderamente dichoso, feliz (bienaventurado) Ese, solamente puede ser Cristo. Por eso, es necesario entender las bienaventuranzas no como “mandamientos que cumplir” sino como una “promesa”. Algún día Dios nos enviará su gracia para vivir según este plan y encontrar la verdadera felicidad en medio de nuestra vida. Acabamos de leer un texto que es “el rostro de Cristo” y que te muestran la verdadera vida Cristiana.

¿Querías saber qué era el Reino de Dios? Pues es Cristo. ¿Y cómo es Cristo? Es todo

lo que dicen las Bienaventuranzas. Cristo: Fue pobre de espíritu y manso, lloró por nosotros, tuvo hambre y sed de justicia, fue

misericordioso y limpio de corazón, trabajó por la paz, perseguido e injuriado. En otras palabras, el Reino de Dios es Cristo, y Cristo es puro Amor. Por eso, el Reino

de Dios es puro e infinito AMOR.

LAS BIENAVENTURANZAS

LEY QUE RIGE EL REINO DE DIOS:

LA LEY DE LA CARIDAD

El espíritu de las BIENAVENTURANZAS: voluntaria decisión de amar a Dios y al prójimo y de cumplir la voluntad

del Señor en todas las circunstancias de la vida

BIENAVENTURADOS

Los pobres de espírituLos que lloran Los mansos

Los que tienen hambre y sed

de justicia

Los misericordiosos

Los limpios de corazón

Los pacíficos

Los que sufren persecución por

ser justos

LAS BIENAVENTURANZAS

LEY QUE RIGE EL REINO DE DIOS:

LA LEY DE LA CARIDAD

El espíritu de las BIENAVENTURANZAS: voluntaria decisión de amar a Dios y al prójimo y de cumplir la voluntad

del Señor en todas las circunstancias de la vida

BIENAVENTURADOS

Los pobres de espírituLos que lloran Los mansos

Los que tienen hambre y sed

de justicia

Los misericordiosos

Los limpios de corazón

Los pacíficos

Los que sufren persecución por

ser justos

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 81

Compromiso

¿Qué aspectos de mi vida debo mejorar para ser un verdadero discípulo de Jesús?

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¿Qué actitudes debo fomentar para que este reino de Dios se viva hoy en nuestra

sociedad?

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 82

LOS MILAGROS DE JESÚS

Los milagros son el lenguaje de Dios. La naturaleza habla de la

gloria de Dios. Para los ojos despiertos, que no están nublados por la

rutina, toda la creación es un canto de alabanza al Creador que

pregona: Él nos ha hecho. La belleza del mundo es palabra hermosa

que habla de Dios. Todo habla de Dios y de su esplendor de gloria.

Pero el milagro tiene un lenguaje especial. Es el lenguaje privado de

Dios. Sólo Él puede emitir una palabra que vaya más allá de los límites

que ha querido establecer en la naturaleza. Los milagros hablan del

amor omnipotente del eterno. Y Dios habla en Jesús con tantos

milagros que, al cabo de los tres años, casi se acostumbran a esa

grandeza. Todos los milagros de Jesús son para el bien; nunca realiza

ningún milagro para castigar o hacer caer fuego del cielo sobre los

injustos o los malhechores. Los que los observan, ven el dedo de Dios que señala: mirad a mi

Hijo. Los beneficiados se gozan. Los ciegos se llenan de alegría, al ver; los paralíticos saltan

de gozo, y los leprosos estrenan nueva convivencia al quedar limpios.

A) ¿Qué son los Milagros?

Son manifestaciones sobrenaturales del poder de Dios. Los milagros anuncian la llegada

del Reino de Dios ya que muestran que su enviado o Mesías ha llegado. Jesús cuando estuvo

entre nosotros hizo muchas proezas que superaban el poder humano. Ejemplo: Resucitó

personas, multiplicó panes, dominó los vientos y las aguas del mar, etc.

B) ¿Cuál es su importancia?

Los milagros de Dios en nuestra vida son muy importantes debido a que sirven de garantía

para nuestra fe, y nos certifican que “para Dios no hay nada imposible”.

C) ¿Para qué Jesús hizo Milagros?

Jesús hizo milagros porque es muy misericordioso, y no le gusta que las personas sufran.

Sin embargo, otra intención para hacer milagros es la religiosa. Jesús vio que muchas

personas de su época no creían ya en nada, no tenían esperanza y vivían muy afligidas, debido

a sus dolencias materiales o físicas y dolencias espirituales. Para motivar la fe en Él y para

fortalecer la fe de aquellas personas “con poca fe”, Jesús realizó milagros y esta fue una

forma de abrir el camino para que acepten el mensaje del Reino de Dios.

D) ¿Hoy debemos esperar más milagros?

Claro que sí. Nosotros debemos pedirle a Dios ver los milagros que él nos regala a diario:

la vida, la familia, el estudio, nuestras capacidades y habilidades, etc. Sin embargo, el mayo

de todos los milagros que debemos pedirle es la realización de un “milagro moral” (dejar de

cometer los pecados que nos esclavizan). Si le pedimos a Dios un milagro físico extraordinario

y no nos lo concede es porque Dios en su inmensa voluntad ha pensado otra cosa y lo que le

pedimos seguramente no nos conviene, por eso no nos lo da. Hoy quizás no lo entendamos,

pero mañana lo, más adelante lo haremos.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 83

En tiempos de Jesús, leprosos, enfermos, prostitutas o paganos eran considerados pecadores y estaban marginados., Jesús sentía una especial debilidad por ellos y los acogía como muestra del amor de Dios. Para ti ¿Quiénes son los marginados de nuestra época? ¿Cómo debemos actuar con ellos?

esta semana ayudar, visitar o rezar por algún ser querido o un amigo.

Los Evangelios relatan más de 30 milagros

Curación de personas

Mt. 8, 1 - 4 Mt. 9, 1-8

Mt 9, 27-31

Liberación de posesiones diabólicas

Mc. 5, 1 -15 Mc. 9, 32 – 34

Mc. 1, 21 - 28

Realiza varias resurrecciones

Mt 9, 18-26 Lc 7, 11-17

Lc 8, 40 - 56

Sobre la naturaleza

Mt 8, 23-

25 Mt 14, 22-

32 Mt 14, 13-

EL MAYOR MILAGRO DE TODOS Juan 8, 1-10

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 84

EL ANUNCIO DEL REINO El Reino que Él anuncia no es una amenaza, sino luz, salvación, paz, reconciliación. Es un reino que no

tenemos que esperar, porque empieza hoy.

La conversión del agua en vino en las bodas de Caná, fue

el comienzo de muchas preguntas de la gente y de los

primeros apóstoles de Jesús. ¿Quién era este

extraordinario y oscuro carpintero que tenía tales

poderes? ¿Dónde había adquirido tal poder? ¿Adónde iría a

parar con esas cualidades? Cristo no contestó a ninguna

pregunta, y parece que huyera de la admiración que el

milagro causó en las gentes. Bajó de Caná a las

inmediaciones del Mar de Galilea, junto con su Madre y ahí

comenzó la aventura del Reino que él venía a hacer presente entre los hombres, llamándolos

a todos a la conversión del corazón, para tenerlo fijo en el corazón mismo de Dios que espera

la llegada de todos los hijos.

Juan Bautista habló del Reino de Dios, como algo ya presente, como algo que llega. Y hay

que recibirlo, hay que preparar los caminos, alzar los valles y las hondonadas y abajar los

cerros y las montañas, para que el camino estuviera seguro y recto para la llegada del gran

Rey. Pero el reino que Juan Bautista anuncia llega de improviso y como una amenaza: “Raza

de víboras... el hacha está ya puesta a la raíz del árbol: árbol que no produzca frutos buenos,

será cortado y arrojado al fuego... Él os bautizará con el Espíritu Santo y con el fuego... ya

empuña el bieldo para aventar la era: el trigo lo reunirá en el granero, la paja la quemará en

un fuego que no se apaga”.

Para Cristo, el anuncio del Reino es básico en su predicación y en su vida, y a ello dedica

su misma vida. El Reino que Él anuncia no es una amenaza, sino luz, salvación, paz,

reconciliación. Es un reino que no tenemos que esperar, menos para después de la muerte,

porque el Reino comienza hoy, y no está sólo entre los hombres, sino dentro ellos.

En sus parábolas, pronunciadas una aquí y una allá, Cristo va mostrando las características

del Reino al que todos nosotros hemos sido invitados desde nuestro bautismo. Los hombres

de su tiempo entendían sus parábolas, porque Cristo se las pidió prestadas a los profetas que

ellos conocían, pero dándoles una profundidad y un alcance, que no soñaron ni los profetas

mismos.

“Salió un sembrador a sembrar... unos granos cayeron junto al camino, pero los pájaros se

los comieron... otros cayeron entre las piedras y como no pudieron enraizar, pronto se

secaron... otros cayeron entre cardos y espinas, que los ahogaron... pero otros cayeron en

tierra fértil y dieron fruto, unos ciento, otros sesenta y otros treinta”.

La semilla siempre ha sido signo de la palabra que se anuncia. Y tan importante será en la

siembra de la Palabra de Dios, la mano que siembra, pero también la tierra que recibe la

semilla. Ya el profeta Isaías había cantado la excelencia del sembrador: “Qué hermosos son

sobre los montes los pies del mensajero de la buena noticia, que anuncia la paz, que trae la

felicidad, que anuncia la salvación, que dice a Sión: Reina tu Dios”. Y San Agustín explicaba

así la parábola a sus gentes: “Cambien de conducta mientras se puede, dad vuelta a las partes

duras con la reja del arado, echad fuera del campo las piedras, arrancad las espinas. No

tengáis el corazón duro, que aniquila inmediatamente la palabra de Dios. No tengáis una capa

ligera de tierra, donde la caridad no puede arraigar profundamente. No permitáis que las

preocupaciones y deseos del siglo ahoguen la buena semilla, haciendo inútiles nuestros

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 85

trabajos por vosotros. Todo lo contrario: sed la buena tierra. Y el uno producirá el ciento, el

otro el sesenta y un tercero el treinta por ciento. Y todos harán el granero”. Y el granero de

Dios será grande y todos los que fructificaron tendrán cabida en él. Porque el reino de Dios

es un reino de vivos. Esto será el desquite del sembrador por tantas semillas que no lograron

dar fruto

“El reino de Dios es como un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero un

enemigo, de noche, sembró mala hierba y se marchó sigilosamente. Cuando las plantitas

brotaron y los servidores se dieron cuenta, le pidieron permiso al amo para cortar la cizaña,

la mala hierba. Pero el amo les contestó que esperaran, pues al final, cuando el trigo estuviera

maduro, lo cortarían, lo meterían en el granero y a la mala hierba también la cortarían y la

harían arder en el fuego...”

La parábola de la cizaña no viene a inculcarnos solo la paciencia, sino una enseñanza sobre

el reino que es vida, que es amor, que es luz, que es acogida, pero en el cuál se siente la

presencia del maligno, del enemigo. La palabra de Cristo era luz, y sin embargo suscitaba

aversión y hostilidad entre algunas gentes. En el mismo colegio apostólico se metió la cizaña

y uno de los suyos, traicionó al Maestro. Los hombres, que queremos las cosas al instante,

quisiéramos arrasar por completo a los malos, a los que provocan guerras, dolor y muerte.

Pero el Padre piensa lo contrario. No quiere poner a todos en el mismo saco. Y sabe que en

este mundo a veces están tan entremezclados el trigo y la cizaña, que no quiere correr el

riesgo de que se pierda uno solo de los que el Padre le encomendó a Cristo. Y por eso espera,

y espera, le da tiempo al pecador, contamos con él hasta el último momento. Y Dios consigue

milagros, gracias a los cuales, esperó a Mateo, recaudador de impuestos para hacerlo

discípulo, a Pablo, de persecutor, a Apóstol y a Francisco, de dilapidador y parrandero, al

hombre que confía solo en Dios. Dios aguarda la salvación de todos.

“El reino de Dios se parece a un hombre que arroja la semilla en su tierra, y mientras

duerme y vela, de noche y de día, la semilla germina y crece sin que él sepa cómo... la tierra

produce su fruto... la caña, la espiga... el trigo... y cuando ya está maduro, mete la hoz porque

el fruto está maduro...”

Ésta parábola es admirable por su sencillez, y refleja una gran característica del Reino

de Dios. La acción del reino es del Señor, el don es gratuito, y la obra admirable. A veces

quisiéramos ayudarle al Señor, meterle unas buenas vitaminas, meter poderosos insecticidas,

pero la semilla tiene fuerza interna, y nada le podemos agregar. Eso lo sabía el agricultor,

por eso dormía tan plácidamente, como un niño, dejando que su Señor completara la obra que

él había comenzado.. Y así, la sencillez y la confianza en Dios ha sido lo que ha creado a los

grandes santos, los grandes héroes de la Iglesia, que no hacen mucho ruido, que no viven en

la alharaca del mundo, sino que se han dejado cultivar por el Señor, han dejado que la gracia

crezca en ellos, y ahora los tenemos como los grandes modelos de vida y de entrega a la

misión del Señor Jesús. Deja entonces que María aliente en ti la santidad a la que has sido

llamado. No opongas resistencia, sólo preocúpate de mantener la gracia del bautismo en ti.

“El reino de Dios se parece a un grano de mostaza que un hombre siembra en su campo, y

pesar de ser la más pequeña de las semillas, crece como un grande árbol y vienen los pájaros

y anidan en sus ramas...”

a mostaza es una semilla pequeña en verdad, pero viene a ser un gran árbol, que es muy

buscado por los jilgueros, precisamente por sus semillas. En este árbol está significado Cristo

Jesús que ya precisaba Daniel en su libro: “Y vi un árbol en el centro de la tierra,

exageradamente alto. El árbol creció, se hizo fuerte: su altura tocaba al cielo y se veía desde

los confines de la tierra. Y las aves del cielo anidaban en sus ramas”.

in embargo, si simbolizamos en la mostaza a la Iglesia, que tiene que anunciar el Reino de

los cielos, nos daremos cuenta que su estado el día de hoy, no se parece al árbol frondoso,

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 86

sino más bien a los orígenes de ella misma, pues después de veinte siglos, seguimos siendo

minoría en el mundo, y la labor para llevar el Evangelio a todas las naciones, a pesar de que

contamos con medios modernos de comunicación, necesita un fuerte impulso de todos los

cristianos, para que se haga realidad el Mensaje de Cristo entre todos los hombres.

“El reino de Dios se parece a la levadura que una mujer toma, y la mezcla con la harina

hasta que ésta fermenta y puede hacer un delicioso pan...”

Qué comparación tan familiar en labios de Cristo para hablar del Reino de los cielos. Él

contempló muchas ocasiones a su madre poner la levadura en la harina, y veía complacido y

con ojos de admiración cómo iba creciendo la masa, hasta que estaba a punto para darle

forma y meterla al horno en el patio de la casa. Podría parecer que ésta parábola es como la

del grano de mostaza, pero tiene su característica propia: la semilla tiene fuerza interna,

pero además repercute en el ambiente, y así el grupo de doce apóstoles que era un grupo de

pobretones e ilusos que nunca lograron entender el mensaje de su Maestro, Cristo los insta

a mirar con confianza el futuro, pues ellos estaban llamados a ser levadura entre los hombres.

Hoy la Iglesia, la auténtica Iglesia, tiene que salir y buscar a los hombres que se han alejado

de ella, pero tiene que ir más y más allá hasta los confines del mundo, para que Cristo sea el

Salvador entre todos los hombres.

“El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo, y el hombre que lo

descubre, mientras abre los surcos, lo vuelve a esconder y todo contento, vende todas sus

posesiones para comprar aquél campo...”

Las parábolas anteriores, nos hablan del Reino de Dios como lo da a conocer Jesús, pero

las dos últimas parábolas, nos hablan de la actitud de los hombres que han sido llamados al

Reino de Dios. Israel, situado entre Egipto y Mesopotamia, muchas veces se vio como un

campo de batalla, y había que esconder rápidamente los ahorros acumulados en muchos años.

Aún el día de hoy, los hombres de esas latitudes sueñan con encontrarse algún día con un

tesoro guardado por los antepasados. Así nos podemos imaginar la alegría y el regocijo de un

pobre labriego que trabaja en campo ajeno. Y cuando con su azadón da en alguna vasija de

barro que contiene monedas de oro y plata, va presuroso a vender cuanto tiene para quedarse

con el campo y quedarse con el tesoro. Así tendríamos que alegrarnos nosotros de pertenecer

al Reino de los cielos, y gozar ya ahora, no después, del gran tesoro que la Iglesia pone a

nuestra disposición, los sacramentos, la oración de la Iglesia, la generosidad, la caridad que

ha levantado escuelas, hospitales, centros de formación comunitaria y muchas, muchas

parroquias desde donde se distribuye la gracia y los dones del Señor.

“También se parece el reino de los cielos a un mercader que busca perlas finas, y al

descubrir una de gran valor, va, vende todas sus posesiones y la compra...”

La mentalidad oriental veía como algo muy preciado, las perla, que eran buscadas por

buceadores expertos en el Mar Rojo, el golfo Pérsico o en océano Indico para ser montadas

en bellos engarces que eran el orgullo de las mujeres. El mercader de la parábola entonces,

no se encuentra por casualidad con una perla preciosa entre todas las otras. Él la busca, y

cuando la encuentra, lo empeña todo porque quiere ser el propietario de ella. Esa es la alegría,

la intrepidez y el entusiasmo que el Reino de los cielos ha suscitado en grandes hombres y

mujeres que tuvieron en muy poco la vida anterior, lo que el mundo les prometía a manos

llenas, cuando se encontraron con el Reino y entraron a formar parte de él. San Francisco

regaló todo lo que pudo, las telas y posesiones de su casa, todo, cuando sintió la amistad

divina, y no rehusó dejar la casa paterna, para entregarse a la dama pobreza, y ser el hombre

más libre del mundo. Teresa de Calcuta, es beatificada en estos días, no dudó en entregar su

vida entera a atender y a consolar a los más pobres entre los pobres, para llevarlos a todos

al cielo.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 87

EL ANUNCIO DEL REINO

“En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo llegaría el Reino de Dios, Jesús les respondió: El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: "Vedlo aquí o allá", porque el Reino de Dios ya está entre vosotros. Dijo a sus discípulos: Días vendrán en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis. Y os dirán: "Vedlo aquí, vedlo allá." No vayáis, ni corráis detrás. Porque, como relámpago fulgurante que brilla de un extremo a otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su Día. Pero, antes, le es preciso padecer mucho y ser reprobado por esta generación.”Lucas 17,20-25

El Reino de Dios ya está entre nosotros, aunque no completamente. Está entre

nosotros porque Jesús ya ha venido a la tierra y nos ha dejado su presencia. Pero todavía falta algo. Es necesario que el Reino llegue al corazón de cada hombre. Sólo entonces podremos decir que ya ha llegado en toda su plenitud.

Antiguamente los judíos esperaban un reino, pero político. El Mesías que esperaban debía ser un líder político y guerrero. Sin embargo Jesús, el Mesías fue un líder pero de tipo religioso, uno que los salvaría de los enemigos, pero no de los romanos, sino de los demonios y del pecado. Por tanto propuso un Reino de otro tipo. El Reino que Jesús anunció podemos entenderlo de 2 formas:

d) Ser salvados del pecado y estar en presencia de Dios eternamente. e) Está en nuestro interior, en lo profundo de nuestro espíritu f) El Reino de Dios es Cristo mismo, él es el reinado de Dios aquí en la tierra y se

realiza de manera concreta pero imperfecta a través de la Iglesia. Por eso, la Iglesia es una primicia de lo que será el pleno Reino de Dios.

En conclusión el Reino de Dios es la llegada de la salvación que envía Dios padre a la Humanidad por medio de su hijo Jesucristo.

¿Cuándo se inicia el Reino de Dios en el corazón del hombre? Cuando se escucha la palabra de Dios y se convierte a él. Por eso Jesús decía:

Conviértanse porque se acerca el reino de los cielos. (Mateo 4, 17) 1. El reino de Dios está en la Iglesia

a) Jesús comenzó su Iglesia al inaugurar el Reino de los cielos en la tierra para la salvación de los hombres. Al principio convoco en torno a él una pequeña comunidad de hombres que acogieron su palabra y vivieron de su fe, esperanza y amor. A esa comunidad la doto de una estructura visible. La llamo Iglesia y al frente de ella puso a Pedro y a los demás apóstoles para que estuvieran con él y para hacerles participes de su misión salvadora.

b) Por medio del Bautismo entramos a formar parte de esta Iglesia, es decir del Reino de Dios iniciado en la tierra. Este pertenece, sobre todo, a los pobres y a los pequeños, ósea, a los acogen a Jesucristo con un corazón sencillo y humilde y lo siguen fielmente.

Cuando Cristo envía a sus apóstoles a anunciar el Reino, significa que los mandó a proclamar que DIOS TE AMA ASÍ COMO ERES, y que quiere que todos los hombres nos salvemos. El anuncio del Reino es saber que Dios nos ama tanto que envió a su único Hijo, Jesucristo, para que se encarnará, creciera, forme una comunidad, sufra la pasión y la muerte y finalmente resucite y suba al cielo para SALVARNOS del pecado, de la muerte y del sufrimiento.

Por eso, si el Reino de los Cielos o Reino de Dios, es Cristo mismo, entonces tenemos que conocer a Cristo para conocer este Reino.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 88

2. Signos de la presencia del Reino de Dios La palabra de Jesús.- el revelo la palabra de Dios y dio a conocer la presencia

del Reino de Dios entre los hombres por medio de parábolas. Las obras de Jesús.- Especialmente sus milagros dan testimonio de que el

Reino de Dios está presente entre los hombres. La presencia personal de Jesús.- El Reino de Dios ha entrado en la historia

del hombre sobre la tierra por medio de la persona de Jesús. 3. Características del Reino

Es el tiempo de salvación de Dios .- Ofrece la misericordia y perdón de Dios a todos

Es universal.- Es para todos porque ante Dios todos somos iguales. Exige una opción.- la opción que plantea el Reino de Cristo y de Dios es la

conversión, el cambio profundo del corazón. 4. Actitudes necesarias para hacer presente el reino de Dios

a. Desprendimientos de las riquezas b. Hacer producir talentos, dar frutos, pues el Reino se construye con el esfuerzo

de cada uno. c. Renunciar a sí mismo, porque el Reino exige no centrarse en la propia vida, sino

seguir a Jesús. d. Ser misericordioso con el necesitado e. Hacerse como niños, es decir sencillos y necesitados de la ayuda del Padre. f. Tener confianza a Dios y pedirle ayuda siempre g. Dar todo por lograr el Reino y vivirlo con alegría y gozo.

Responde las siguientes preguntas: 1. ¿Qué mensaje daba Jesús acerca del Reino de Dios?

……………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………¿

A través de qué acciones manifestaba Jesús el Reino de Dios?

……………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………¿

Cómo se manifiesta el Reino Inaugurado por Cristo?

……………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 89

ACTUAR: Conversa con tres personas que veas desanimadas, durante la semana,

1. Anunciale: Que Dios lo ama y que su reino está cerca. 2. Preguntalé: ¿Qué opina al respecto? Completa el cuadro

Nombre Opinión Fecha

Page 90: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 90

LOS TÍTULOS DE JESUCRISTO

Entender los títulos o sobrenombres de Jesús es importante, ya que

cada uno de estos términos, designa o explica una parte de LA

MISIÓN que él realizó.

El nombre propio "Jesús" deriva de la palabra hebrea "Jehoschuah"

= Yavé es salvador, Yavé salva. Se encuentra diversas veces en el

antiguo Testamento y también en el Nuevo. El primogénito de María

recibió el nombre de Jesús por inspiración divina. LEAMOS Lc. 1,

31.

a) JESÚS DE NAZARETH

Según la costumbre judía a Jesús se le designa como "Jesús de

Nazaret" para distinguirle de otros judíos que llevan el mismo

nombre.

b) JESUCRISTO – CRISTO – MESÍAS - UNGIDO

Más en los Evangelios se encuentra también la denominación "Jesucristo" o "Cristo Jesús".

La palabra griega Christós no es sino la traducción del término hebreo "Maschiach" (Mesías

= el Ungido).

La unción era una antiguo rito de elección de reyes o sacerdotes en la cual les vertían

aceite sagrado y la persona quedaba consagrada, es decir, ungida. Esto representaba a la

persona que Dios elegía y le daba una misión especial. En las cartas del N.T. también

encontramos que le llaman Cristo Jesús. El nombre de “Cristo”, se ha ido empleando más a

Jesús a medida que avanzadaba la fe cristiana.

c) EL SEÑOR - KYRIOS

La expresión "Señor" (en griego Kyrios) se encuentra en los Hechos de los apóstoles y en las

Cartas de San Pablo. Tiene un sentido muy fuerte. Este término traducía el nombre hebreo

de Dios. En el mundo pagano, este título se daba a muchos dioses y a soberanos divinizados.

Aparece este término en una fórmula litúrgica citada por Pablo LEAMOS 1 Cor. 16-22.

En esta época se dirigían en el culto a Jesús dándole el nombre reservado a Dios: "Señor". Si

nos preguntásemos si para Pablo Jesús era Dios, proyectaríamos sobre él nuestras cuestiones

y cometeríamos un anacronismo. Pablo tenía caminos de pensamiento distintos de los

nuestros. Miraba hacia Cristo resucitado y glorioso y lo llamaba "Señor". Este titulo equivalía

para él a lo que nosotros ponemos hoy bajo la palabra "Dios". Esta divinidad de Jesús ha sido

vivida en el culto aún antes de ser reflejada en una doctrina.

d) HIJO DEL HOMBRE

La expresión "Hijo del Hombre" que se encuentra frecuentemente en

labios de Jesús tiene un sentido más fuerte. En principio significa

"hombre" sencillamente. Pero en el libro de Daniel (7, 13 y ss.) y en el de

Henoc, que tenían una influencia grande en el tiempo de Jesús, era un

verdadero nombre propio: designaba un personaje único que venía de Dios

y tenía rasgos humanos. Es un jalón importante para reconocer en Jesús a

un ser de origen celeste y terrestre a la vez.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 91

e) HIJO DE DIOS

La expresión "Hijo de Dios" significa hoy: el Hijo único de Dios que es Dios, él mismo.

Cuando los evangelistas escribían, hacia el año 70, no era tan preciso su significado LEAMOS

el Salmo 2, 7. El "Hijo de Dios" era un personaje que había recibido una misión de Dios. En

el evangelio la expresión es sinónimo de Mesías.

Se ve claramente en el momento de comparecer

Jesús ante el Sumo Sacerdote. LEAMOS Mt. 26,

63 y Lc. 22, 67-70. En el mundo judío, en el tiempo

de Jesús y antes, "hijo de Dios" podía designar

también a los ángeles, a un profeta, a un rey y aún

al pueblo de Israel. El mundo judío jamás había

considerado que Dios pudiera llegar a ser hombre.

La idea de un hombre-dios era extraña a Israel.

…PERO JESÚS ERA MAS DE LO QUE SE PODÍA

DECIR…

Los discípulos vivieron y presintieron antes de

expresar en los evangelios la extrañeza y la

admiración de las multitudes. "¿Quién es, pues,

este hombre?". Habla con autoridad. Dice: "Se

os ha dicho...y yo os digo...". Perdona los

pecados e inaugura el mundo nuevo esperado de

Dios.

No se sabe con certeza histórica o científica quién

es. Muchos quieren ver en él solamente "el hijo del

carpintero", "el Nazareno". Otros se preguntan-si

no es Elías, Juan Bautista o alguno de los profetas:

se ahonda en las concepciones de la época para

tratar de identificarle. Sus apóstoles piensan que

él es el Mesías, el que viene a instaurar el Reino de

Dios. Más tarde, después de Pascua, se le llama era

el Elegido de Dios, su Servidor, el Santo, etc. Pero

Jesús por sus palabras y por sus hechos no ha dejado de desbordar las misiones que se le

querían atribuir. Ha llegado a ser el "servidor sufriente" después de haber abierto caminos

infinitos de libertad y de amor, de parte de Dios.

OTROS TÍTULOS:

Siervo de Yavé (ebed Jahvé)

Cordero de Dios Sumo Sacerdote

Mediador Dios

Hijo de David Rey Juez

Salvador (Soter) Santo de Dios

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 92

RESPONDE

Pregunta personal:

¿Quién es Jesús para mi?¿ Qué he conocido hoy de Él?

…………………………………………………………………………………………………………………………………………

…………………………………………………………………………………………………………………………………………

…………………………………………………………………………………………………………………………………………

…………………………………………………………………………………………………………………………………………

…………………………………………………………………………………………………………………………………………

…………………………………………………………………………………………………………………………………………

COMPROMISO PERSONAL:

Diseñar un afiche con los títulos de Jesús, en una hoja Bond

CELEBRAR:

Leeremos: Mateo 16, 13-17 e invitaremos a que cada uno de nosotros en nuestros

corazones reconozcamos a Jesús como lo hizo Pedro y que apoyemos su misión.

Page 93: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 93

SÍNTESIS: LOS SACRAMENTOS DE LA IGLESIA

Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la

Iglesia, a través de los cuales se nos otorga la vida divina. La celebramos y recibimos en la Iglesia

para nuestra salvación. Los siete sacramentos corresponden a los momentos más importantes de

la vida del cristiano; dan nacimiento, crecimiento, curación y misión a la vida de fe de los cristianos.

Los sacramentos se agrupan en tres grupos:

LOS SACRAMENTOS DE INDICACIÓN CRISTINA: Bautismo.- Confirmación.- Eucaristía.

LOS SACRAMENTOS DE CURACIÓN: Penitencia, Unción de los enfermos.-

LOS SACRAMENTOS AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD: Orden sacerdotal. Matrimonio

A. LOS EFECTOS DE LOS SACRAMENTOS

Los efectos de los sacramentos se pueden distinguir en tres:

• La gracia santificante.- todos los sacramentos nos dan la gracia para la que dios no santifica.

Unos nos dan la gracia que no se tenía o que se había perdido.

• La gracia sacerdotal.- se llama así a la gracia propia de cada sacramento por ejemplo la

confirmación nos da la gracia para ser testigos de Cristo.

• El carácter sacramental.- es una señal indeleble, o marca definitiva. Que algunos sacramentos,

Bautismo, confirmación y orden sacerdotal – imprimen en alma del cristiano. Para el carácter

sacramental solo pueden recibirse una sola v vez en la vida. Y nos vincula de manera especial con

Cristo y su Iglesia.

B. LOS SACRAMENTOS SON SIGNOS SENCILLOS

Estos encuentros de los cristianos con Jesús se realizan a través de acciones familiares y sencillas

de la vida humana: el agua que lava, el pan que se reparte, la copa de vino que va pasando de unos a

otros, la unción con aceite, la imposición de manos, la pronunciación de un sí entre el hombre y la mujer,

la petición de perdón y el gesto de perdonar. Estos gestos van acompañados de palabras que dan un

significado especial a las acciones que se celebran: "yo te bautizo...", "yo te perdono...", "tomad y

comed...". Por la fe en Dios estos gestos y palabras adquieren un sentido nuevo: Jesús sale al encuentro

del hombre, lo fortalece llenándolo de su vida y de su amor, lo transforma y lo salva.

C. LOS ELEMENTOS DEL SIGNO SACRAMENTAL

Todos los sacramentos tienen un elemento material que se llama materia del sacramento, y las

palabras que lo completan y dan su eficacia a la materia se denomina forma. El signo sensible lo

componen conjuntamente la materia y la forma, y es a lo que la Iglesia da el nombre de Sacramento. La

materia y la forma, constituyen la esencia del sacramento y no pueden variarse o modificarse, pues

fueron determinadas por institución divina.

D. EL MINISTRO Y EL SUJETO DE LOS SACRAMENTOS

El ministro.- Por el ministro del sacramento se entiende la persona que lo otorga.

El sujeto.- El sujeto es la persona que recibe el sacramento.

1. EL BAUTISMO

El Bautismo es el sacramento por el cual el hombre nace a la vida espiritual,

mediante la ablución del agua y la invocación de la Santísima Trinidad.

Materia: Agua natural

Forma: "Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

Ministro.- El ministro del Bautismo es el Obispo, el sacerdote o el diácono.

Sujeto.- Es capaz de recibir el bautismo todo ser humano no bautizado, sean niños o adultos.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 94

2. LA CONFIRMACIÓN

La Confirmación es el sacramento por el cual el bautizado queda

fortalecido con el don del Espíritu Santo para que, de palabra y de obra sea

testigo de Cristo y propague y defienda la fe. La confirmación es para

nosotros lo que Pentecostés fue para los Apóstoles.

Materia: La unción con el Santo crisma. La imposición de manos.

Forma: La forma de la confirmación consiste en las palabras que

acompañan a la imposición

Individual de las manos, imposición que va unida a la frente. "Recibe por esta señal el don del Espíritu

Santo".

Ministro: El ministro ordinario de la Confirmación es el Obispo o el sacerdote (presbítero) dotado

de la facultad por el derecho común o concesión peculiar de la autoridad competente.

Sujeto: Es todo bautizado que no haya sido confirmado

3. LA EUCARISTÍA

La Eucaristía es el sacramento en el cual, bajo las especies de pan y vino, Jesucristo se

halla verdadera, real y sustancialmente presente, con su cuerpo, su sangre, su alma y su

divinidad.

Materia: El pan de trigo y el vino de la vid.

Forma: La forma son las palabras con las que Cristo instituyó este sacramento: "Esto es mi

Cuerpo que será entregado por vosotros" "Esta es mi Sangre, sangre de la Alianza nueva y

eterna que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados.”

Ministro: El sacerdote.

Sujeto: Todo bautizado debidamente preparado, es sujeto capaz de recibirla

4. LA PENITENCIA

Es el sacramento en el cual se perdonan por medio de la absolución

sacerdotal, los pecados cometidos después del bautismo.

Materia: pecados veniales y pecados mortales

Forma: La forma son las palabras de la absolución que el sacerdote pronuncia

luego de la confesión de los pecados y de haber impuesto la penitencia.

Estas palabras son: “Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y

del Hijo y del Espíritu Santo".

Ministro: El sacerdote o en caso extraordinario el Obispo o el Papa.

Sujeto: Es todo bautizado que haya cometido algún pecado mortal o venial.

5. UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

Es el sacramento por el cual, mediante la unción con el óleo bendecido y la oración

del sacerdote, se le da a la persona enferma la gracia de Dios para la salud sobrenatural

de su alma y la salud corporal.

Materia: La materia es el aceite de oliva bendecido por el Obispo en la Misa Crismal

del Jueves Santo.

La materia próxima es la unción con el óleo santo.

Forma: Son las siguientes palabras prescritas por el ritual y pronunciadas por el sacerdote: “Por

esta Santa unción y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo,

para que libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad."

Ministro: Todo sacerdote.

Sujeto: Se puede administrar la unción de los enfermos al fiel bautizado que, habiendo llegado al

uso de razón, comienza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez.

Page 95: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 95

6. EL ORDEN SACERDOTAL

Es el sacramento por el que algunos de entre los fieles quedan

constituídos ministros sagrados, al ser marcados con un carácter indeleble,

y así consagrados y destinados a apacentar el pueblo de Dios según el grado

de cada uno, desempeñando en la persona de Cristo Cabeza las funciones de

enseñar, santificar y regir".

Materia: La imposición de las manos

Forma: La forma es la oración consagratoria que los libros litúrgicos

prescriben para cada grado. "Te pedimos, Padre Todopoderoso, que confieras

a éstos siervos tuyos la dignidad del presbiterado; renueva en sus corazones el Espíritu de santidad;

reciban de Ti el sacerdocio

y sean con su conducta, ejemplo de vida."

Ministro: El ministro es el Obispo.

Sujeto: Sólo el varón bautizado y confirmado.

7. EL MATRIMONIO

Es el sacramento que santifica la unión del hombre y la mujer y les da la gracia para

que se amen y formen cristianamente a sus hijos. Jesús bendice y santifica la unión de

hombre y mujer siendo "signo y participación del misterio de unidad y amor fecundo

entre Cristo y la Iglesia".

Materia: Los contrayentes.

Forma: Esposo: "Yo N. te recibo a ti N. como esposa, y prometo serte fiel en lo favorable y en lo

adverso, con salud o enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida."

Esposa: "Yo N. te recibo a ti, N. como esposo, y prometo serte fiel en lo favorable y en lo adverso,

con salud o enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida."

Ministro: Los mismos contrayentes son los ministros del sacramento.

Sujeto: Todo bautizado con uso de razón que no tenga impedimento

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 96

Sacramentos de Iniciación cristiana: EL BAUTISMO Y LA CONFIRMACIÓN

1.- SACRAMENTO DEL BAUTISMO Jesús Instituyó el sacramento del bautismo como el primer sacramento de la nueva alianza

para nuestra santificación. Hay varios pasajes en los evangelios que nos muestran con claridad. El Bautismo en el Jordán (Mateo 3, 16 – 17)

La conversión de Nicodemo (Juan 3, 5)

Jesús envió a los apóstoles a bautizar (Mateo 28, 18 – 19)

1.1 El Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana. Según la voluntad del Señor, el sacramento del Bautismo es necesario para la

Salvación. Por eso en caso de necesidad, puede administrarlo cualquier persona. Por otra parte, los adultos que no han podido recibir este sacramento, sin culpa por su

parte, pueden salvarse si tiene el deseo de recibirlo, junto con el amor a Dios, que

incluye el arrepentimiento de los pecados. Es el llamado "bautismo de deseo". Lo mismo ocurre con los que, no habiendo recibido todavía el anuncio del Evangelio,

buscan sinceramente a Dios y se esfuerzan por cumplir su voluntad. También alcanzan la salvación los que, sin estar bautizados, padecen el martirio, es decir la muerte por

causa de la Fe. Es el "bautismo de sangre". En cuanto a los niños muertos sin bautizar,

la iglesia solo puede confiarlos a la misericordia de Dios. Los catecúmenos que se están preparando para recibir el bautismo reciben el “bautismo de agua”

¿Qué es el Bautismo? El bautismo es el sacramento por el cual renacemos a la vida divina y somos hechos hijos

de Dios.

¿Por qué el bautismo es el primero de los sacramentos? El bautismo es el Primero de los sacramentos, porque es la puerta que abre el acceso a

los demás sacramentos, y si él no puede recibir ningún otro. ¿Qué efectos produce el bautismo?

Los efectos que produce el bautismo. Perdona el Pecado Original y cualquier otro pecado personal, con las penas debidas por

ellos, infunden la gracia santificante, junto con las virtudes sobrenaturales y los dones

del Espíritu Santo. Imprime en el alma el carácter sacramental que nos hace cristiano para siempre. Nos incorpora a la iglesia.

¿El Bautismo es necesario para la Salvación? Según la voluntad del Señor, el Bautismo es necesario para la Salvación, como es la

Iglesia misma a la que introduce el Bautismo.

¿Quién puede Bautizar? Ordinariamente puede bautizar el obispo, el sacerdote y el diácono, pero en caso de

necesidad puede hacerlo cualquier persona que tenga uso de razón e intención de hacer lo que hace la Iglesia.

¿Cómo se bautiza? Se bautiza derramando agua sobre la cabeza y diciendo: "Yo te bautizo en el nombre del

Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

¿Cuándo se debe bautizar a los niños? Se debe bautizar a los niños lo más pronto posible, pues de lo contrario se le privaría de

la gracia inestimable de ser Hijos de Dios. ¿Al bautizar a los niños se coacciona su libertad?

Al bautizar a los niños no se coacciona su libertad. Al contrario: al introducirlos a la vida

cristiana, se les da acceso a la verdadera libertad de los hijos de Dios, librándonos del pecado. Y así como se les da la vida y el alimento natural, también se les debe

proporcionar la vida sobrenatural, que es un don totalmente gratuito e inmerecido.

Page 97: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 97

¿A quiénes incumbe la educación católica de los niños bautizados?

La educación católica de los niños bautizados incumbe a toda la comunidad eclesial, pero

corresponde especialmente a los padres y padrinos. ¿A quiénes se debe elegir para padrinos del bautismo?

Para padrinos del Bautismo se debe elegir a personas católicas, que hayan recibido los sacramentos de la iniciación cristiana y que no lleven una vida incongruente con la fe.

2.- SACRAMENTO DEL CONFIRMACIÓN El sacramento de la Confirmación es uno de los tres

sacramentos de iniciación cristiana. La misma palabra, Confirmación que significa afirmar o consolidar, nos dice mucho.

En este sacramento se fortalece y se completa la obra del Bautismo. Por este sacramento, el bautizado se fortalece con el

don del Espíritu Santo. Se logra un arraigo más profundo a la

filiación divina, se une más íntimamente con la Iglesia, fortaleciéndose para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra.

Por él es capaz de defender su fe y de transmitirla. A partir de la Confirmación nos convertimos en cristianos maduros y podremos

llevar una vida cristiana más perfecta, más activa. Es el sacramento

de la madurez cristiana y que nos hace capaces de ser testigos de Cristo.

El día de Pentecostés – cuando se funda la Iglesia – los apóstoles y discípulos se encontraban reunidos junto a la Virgen. Estaban temerosos, no entendían lo que había pasado – creyendo que

todo había sido en balde - se encontraban tristes. De repente, descendió el Espíritu Santo sobre

ellos –quedaron transformados - y a partir de ese momento entendieron todo lo que había sucedido, dejaron de tener miedo, se lanzaron a predicar y a bautizar. La Confirmación es

“nuestro Pentecostés personal”. El Espíritu Santo está actuando continuamente sobre la Iglesia de modos muy diversos. La Confirmación – al descender el Espíritu Santo sobre nosotros - es una

de las formas en que Él se hace presente al pueblo de Dios. Es por ello así como, en el orden natural, el niño recién nacido es débil y necesita fortalecerse, también la vida cristiana debe

consolidarse. Pues bien, este es precisamente el efecto que produce el sacramento de la

Confirmación: perfecciona la gracia bautismal, dando plenitud a la vida sobrenatural que se nos concedió en el Bautismo. La Confirmación nos enriquece con una fortaleza especial del Espíritu

Santo para que podamos vivir, confesar y defender valientemente la fe frente a las dificultades, sin avergonzarnos de la cruz de Cristo; y para que podamos difundir la fe mediante las palabras

y el buen ejemplo de nuestra vida, como verdadero testigo y apóstoles de Cristo. De este modo

se operan en cada cristiano lo que ocurrió a los Apóstoles el día de Pentecostés: con la venida del Espíritu Santo recibieron fuerza para propagar audazmente la fe, sin respetos humanos y sin

miedo. Esta misma fortaleza fue la que permitió a los mártires entregar su vida por Dios, cuando fue necesario. Además la Confirmación imprime en el alma del cristiano un nuevo carácter

indeleble, que le señala como soldado de Cristo, ya que la vida del cristiano es milicia, guerra, una hermosísima guerra de paz, que en nada coincide con las empresas bélicas humanas. Por

eso la Confirmación se recibe una sola vez en la vida.

¿Qué es la Confirmación?

La Confirmación es el sacramento que perfecciona la gracia bautismal fortaleciéndolos en la fe y haciéndonos soldados y apóstoles de Cristo.

¿Hay obligación de recibir la Confirmación? Sí, hay obligación de recibir la Confirmación, pues de lo contrario la iniciación cristiana

quedaría incompleta.

¿Cuándo se debe recibir la Confirmación? Se debe recibir la Confirmación cuando se ha llegado al uso de razón, o antes si hay

peligro de muerte.

Page 98: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 98

¿Cómo se debe recibir la Confirmación?

Se debe recibir la Confirmación en estado de gracia y con la preparación conveniente.

¿Quién puede Confirmar? Puede confirmar el obispo y, en algunos casos especiales, los sacerdotes.

¿Cómo se administra la Confirmación? La Confirmación se administra mediante la unción con el santo crisma en la frente,

hecha imponiendo la mano, y diciendo: "Recibe por esta señal el don del Espíritu santo".

¿Qué es el santo crisma?

El santo crisma es aceite perfumado y consagrado por el obispo el Jueves Santo, en la

Misa Crismal.

¿A quiénes se debe elegir para padrinos de la Confirmación? Para padrinos de la Confirmación se deben elegir a personas católicas, que hayan

recibido los sacramentos de la iniciación cristiana, y que no lleven una vida

incongruente con la fe.

¿Qué efectos produce la confirmación? Se recibe la efusión del espíritu Santo, que refuerza la gracia Bautismal e imprime en el

alma un carácter (sello) indeleble. Se comunica más profundamente la filiación divina y

le une más firmemente a Cristo y su Iglesia. Y por último nos da la fuerza especial para comportarse como verdadero testigo de Cristo en el mundo.

Page 99: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 99

Sacramentos de Iniciación CRISTIANA: La eucaristía

1.-¿QUÉ ES LA LA EUCARISTÍA? La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y

del vino en su Sangre que renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz. La Eucaristía es Jesús real y

personalmente presente en el pan y el vino que el sacerdote consagra.

Por la fe creemos que la presencia de Jesús en la Hostia y el vino no es sólo simbólica sino real; esto se llama el misterio de la

transubstanciación ya que lo que cambia es la sustancia del pan y del vino en cuerpo y sangre de Cristo; los accidente-forma, color, sabor,

etc.- permanecen iguales.

La institución de la Eucaristía, tuvo lugar durante la última cena pascual que celebró con

sus discípulos. Los signos esenciales del sacramento eucarístico son pan de trigo y vino de vid, sobre los cuales es invocada la bendición del Espíritu Santo y el presbítero pronuncia las palabras

de la consagración dichas por Jesús en la última Cena: "Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros... Este es el cáliz de mi Sangre..."Encuentro con Jesús amor

2. ¿PORQUÉ LA EUCARISTÍA ES UN SACRAMENTO? La recepción de Jesucristo sacramentado bajo las especies de pan y vino en la sagrada

Comunión significa y verifica el alimento espiritual del alma. Jesús al instituir la Eucaristía le confiere intrínsecamente el valor sacramental pues a través de ella Él nos transmite su gracia, su

presencia viva. Sacramento de Unidad. estamos proclamando nuestra unión entre todos los

cristianos y nuestra adhesión a la Iglesia con Jesús. Por ello, la Eucaristía es un sacramento de unidad de la Iglesia, y su celebración sólo es posible donde hay una comunidad de creyentes.

3.¿PORQUÉ LA EUCARISTÍA ES UN SACRIFICIO ?

La Eucaristía es por encima de todo un sacrificio: sacrificio de la Redención y al mismo tiempo sacrificio de la Nueva Alianza. El hombre y el mundo son restituidos a Dios. Esta restitución no

puede faltar: es fundamento de la "alianza nueva y eterna" de Dios con el hombre y del hombre

con Dios. El celebrante, en cuanto ministro del sacrificio, es el auténtico sacerdote, que lleva a cabo -en virtud del poder específico de la sagrada ordenación- el verdadero acto sacrificial que

lleva de nuevo a los seres a Dios. En cambio, todos aquellos que participan en la Eucaristía, sin sacrificar como él, ofrecen con él, en virtud del sacerdocio común, sus propios sacrificios

espirituales, representados por el pan y el vino, desde el momento de su presentación en el altar.

En virtud de la consagración, las especies del pan y del vino, "re-presentan", de modo sacramental e incruento (Es decir sin sufrir, sin derramamiento de sangre), el Sacrificio propiciatorio ofrecido

por El en la cruz al Padre para la salvación del mundo.

4. EFECTOS y FRUTOS DE LA EUCARISTÍA Al recibir la Eucaristía, nos adherimos íntimamente con Cristo Jesús, quien nos transmite su

gracia. La comunión nos separa del pecado, es este el gran misterio de la redención, pues su

Cuerpo y su Sangre son derramados por el perdón de los pecados. La Eucaristía fortalece la caridad, que en la vida cotidiana tiende a debilitarse; y esta

caridad vivificada borra los pecados veniales. La Eucaristía nos preserva de futuros pecados mortales, pues cuanto más participamos

en la vida de Cristo y más progresamos en su amistad, tanto más difícil se nos hará

romper nuestro vínculo de amor con Él.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 100

La Eucaristía es el Sacramento de la unidad, pues quienes reciben el Cuerpo de Cristo

se unen entre sí en un solo cuerpo: La Iglesia. La comunión renueva, fortifica,

profundiza esta incorporación a la Iglesia realizada ya por el Bautismo. La Eucaristía nos compromete a favor de los pobres; pues el recibir el Cuerpo y la

Sangre de Cristo que son la Caridad misma nos hace caritativos.

5. LA MISA

La Misa guarda una íntima relación con la última Cena, porque ésta fue la primera Misa celebrada por Cristo, las que siguen después

son el cumplimiento de las palabras que entonces pronunció "Haced esto en memoria mía ". El carácter de "memorial" que tiene

la Misa, por definición, exige de los cristianos la actitud de introducirnos al misterio pascual tal y como es; no como recuerdo

de algo que sucedió, sino asociándonos a una acción que sigue

verificándose hoy. Por ello cuando celebramos la Sta. Misa, nos trasladamos, nos hacemos presentes en la Cena del Señor y

estamos con María al pié de la Cruz. Las palabras "por El ,con El y en El" tienen un profundo sentido y acceden a la dimensión

redentora.

¿Qué es la Eucaristía?

La Eucaristía es el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo bajo las especies de Pan y Vino.

¿Qué es la Santa Misa? La Santa Misa es la renovación sacramental del sacrificio, redentor de Jesucristo,

consumado en la Cruz.

¿La Santa Misa es el mismo sacrificio de la Cruz? Sí, la Santa Misa es el mismo sacrificio de la Cruz, pero sin derramamiento de sangre,

pues ahora Jesucristo se encuentra en estado glorioso.

¿Quién puede celebrar la Santa Misa?

Solamente los sacerdotes pueden celebrar la Santa Misa, pues sólo ellos pueden actuar personificando a Cristo, cabeza de la Iglesia.

¿Cuáles son los fines por los que se ofrece la Santa Misa? Los fines por los que se ofrece la Santa Misa son cuatro: adorar a Dios, agradecerle sus

beneficios, pedirle dones y gracias, y satisfacer por nuestros pecados.

¿Se puede ofrecer la Santa Misa por los difuntos? Sí, se puede ofrecer la Santa Misa por los difuntos que todavía no están plenamente

purificados, para que puedan entrar en la luz y en la paz de Cristo.

¿Cuáles son las partes de la Misa?

Las partes de la Santa Misa son: La liturgia de la Palabra, se compone de lecturas, homilías y oración universal. La

Liturgia de la Eucaristía., se compone de ofertorio, consagración y comunión.

¿Cuál es la parte más importante de la Santa Misa?

La parte más importante de la Santa Misa es la Consagración, porque en ella el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y sangre de Jesucristo.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 101

¿De qué modo está presente Jesucristo en la Eucaristía?

Jesucristo está en la Eucaristía verdadera, real y sustancialmente presente, todo entero, vivo y glorioso, con su cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, bajo cada una de las especies

y bajo cualquier parte de ellas.

¿De qué modo está presente Jesucristo en la Eucaristía?

Jesucristo está en la Eucaristía verdadera, real y sustancialmente presente, todo entero, vivo y glorioso, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad, bajo cada una de especies y

bajo cualquier parte de ellas.

¿La Hostia consagrada es una "cosa"? No, la Hostia consagrada no es una "cosa", aunque lo parezca; es una Persona Divina,

es Jesús vivo y verdadero.

¿Quién puede comulgar?

Puede comulgar el que está gracia de Dios, guarda el ayuno eucarístico y sabe a quién va a recibir.

¿En qué consiste el ayuno eucarístico? Consiste en abstenerse de tomar cualquier alimento o bebida, al menos desde una hora

antes de la Sagrada Comunión, a excepción del agua y de las medicinas. Los enfermos y sus asistentes pueden comulgar aunque hayan tomado algo en la hora

inmediatamente anterior.

¿Cuándo se debe recibir la primera comunión?

Se debe recibir cuando se comienza a tener uso de razón, lo cual se supone a partir de los siete años; habiendo recibido previamente la preparación oportuna y el sacramento

de la penitencia.

¿Qué pecado comete el que comulga en pecado mortal?

El que comulga en pecado mortal comete un grave pecado llamado sacrilegio.

¿Qué debe hacer el que desea comulgar y se encuentra en pecado mortal? El que desea comulgar y se encuentra en pecado mortal no puede recibir la Comunión

sin haber acudido antes al sacramento de la Penitencia, pues para comulgar no basta el

acto de contrición

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 102

Sacramentos de CURACIÓN: La reconciliación y unción de los enfermos

1.- LA RECONCILIACIÓN O PENITENCIA Los cristianos estamos llamados a la santidad; para ello hay que vivir en gracia de Dios; pero

podemos perder la gracia bautismal por el pecado grave, pues la llevamos "en vaso de arcilla"(2 Cor 4,7). Cuando eso ocurre, rompemos la amistad y la comunión con Dios. Sin

embargo, nuestro Padre del cielo perdona cualquier ofensa, cuando El hijo vuelve de nuevo a

Él, cuando se arrepiente y pide perdón. As161 nos los recuerda la parábola del hijo pródigo (Cf., Lc 15,11,24).

Sólo Dios puede perdonar los pecados. Jesús "tiene poder para perdonar los pecados sobre la tierra" (Mc 2, 10), porque es el Hijo de Dios. De hecho, perdonó muchas veces a los pecadores:

al paralítico, al buen ladrón, a la mujer adúltera, a Zaqueo, a Pedro. Y en virtud de su autoridad divina, transmitió esta autoridad a sus apóstoles y sus sucesores

en el sacerdocio: " Reciban al Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, les quedarán

perdonados" (Jn 20,22-23). Esta potestad es ejercida por los sacerdotes en el sacramento de la Penitencia; y para ello es

necesaria la confesión de los pecados. Por eso el único modo ordinario de recibir este sacramento es mediante la confesión personal e individual, seguida de la absolución también

individual. Sólo una posibilidad física o moral excusaría de esta modalidad.

Y así, por ejemplo, si amenazase un peligro eminente de muerte y no hubiese tiempo suficiente para confesarse(como ocurriría en un terremoto), se podría recibir una absolución colectiva

sin la confesión previa. Otro tanto podría ocurrir en otros casos excepcionales de necesidad grave señalados por el obispo diocesano. Pero, para la validez de la absolución, los fieles

deben tener el propósito de confesar sus pecados lo antes posible, en cuanto tengan ocasión,

ya que la confesión personal no se dispensa: simplemente se aplaza. Es, más no habiendo sacerdote, un acto de contrición perfecta perdona los pecados si incluye

el propósito de recurrir a la confesión sacramental tan pronto sea posible; sin embargo, no se puede recibir la comunión hasta después de la absolución sacramental.

El sacramento de la Penitencia restituye la gracia y la amistad de Dios y, en consecuencia, la comunión con la Iglesia; es decir, la comunión con los demás miembros del cuerpo místico de

Cristo vivificados por la gracia divina. Todo ello nos devuelve la Paz y la serenidad de la

conciencia y nos proporciona un gran consuelo espiritual.

¿Qué es el sacramento de la Penitencia? Es el sacramento instituido por Jesucristo para perdonar los pecados cometidos después

del bautismo.

¿Cuándo tenemos obligación de confesarnos? Tenemos obligación de confesarnos al menos una vez al año, cuando estamos en peligro

de muerte y si queremos comulgar, teniendo conciencia de pecado mortal. Pero es conveniente confesarse con frecuencia, aunque no hayan pecados graves.

¿Cuáles son los actos del penitente? Los actos del Penitente son: contrición, confesión y satisfacción.

¿Qué es la contrición?

La contrición es el arrepentimiento de los pecados cometidos, junto con el propósito de la enmienda.

¿Qué es el propósito de la enmienda? El propósito de la enmienda es la firme resolución de no volver a pecar, con la ayuda de

la gracia divina.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 103

¿Cómo puede ser la contrición?

La contrición o arrepentimiento, puede ser perfecta o imperfecta. La contrición perfecta

es la que brota del amor de dios; la imperfecta es la que se funda en otros motivos, como la fealdad del pecado o el temor del castigo.

¿ Se puede recibir el sacramento de la Penitencia con contrición imperfecta? Sí, se puede recibir el sacramento de la Penitencia con contrición imperfecta, pero se

recibe con mayor fruto, cuando la contrición es perfecta.

¿Qué es la confesión? Es la manifestación de los pecados hecha al sacerdote.

¿Qué pecados hay que confesar? Hay que confesar todos los pecados mortales no confesados anteriormente de los que se

tenga conciencia, después de haber hecho un diligente examen de conciencia. ¿Qué es el examen de conciencia?

El examen de conciencia es recordar los pecados cometidos desde la ultima confesión

bien hecha. ¿Qué ocurre si se omite voluntariamente la confesión de un pecado mortal?

Si se omite voluntariamente la confesión de un pecado mortal de se comete un grave pecado llamado sacrilegio, y la confesión hecha nos es valida.

¿Qué ocurre si se olvida la confesión de un pecado mortal?

Si se olvida la confesión de un pecado mortal, la confesión vale, pero el pecado olvidado debe manifestarse en la próxima confesión.

¿Es necesario la confesión de los pecados veniales? La confesión de los pecados veniales no es necesaria, pero esta vivamente recomendada

por la Iglesia.

¿Qué es la satisfacción? La satisfacción es el cumplimiento de las obras de penitencia impuestas por el sacerdote

en la confesión, en reparación de las penas merecidas por los pecados perdonados. ¿Qué son las indulgencias?

Las indulgencias son la remisión de la pena temporal merecida por los pecados ya perdonados, obtenida por medio de la Iglesia, la cual aplica los méritos infinitos de

Jesucristo, los de la Virgen María y los de los santos.

¿Quién pueden administrar el sacramento de Penitencia? Sólo los sacerdotes pueden administrar el sacramento de la penitencia.

¿Qué es el sigilo Sacramental? El sigilo sacramental es el secreto absoluto que el sacerdote está obligado a guardar

sobre los pecados escuchados en la confesión.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 104

2.- LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS Una de las cosas que más agradecemos es la ayuda que se nos da en los momentos difíciles.

Uno de ellos es el trance de la enfermedad grave y de la muerte. Cuando se presenta esta

situación, Jesucristo acude en nuestra ayuda mediante el sacramento de la Unción a los enfermos: "¿Está enfermo algunos de ustedes?. Que haga llamar a los sacerdotes de la Iglesia

y que recen por él ungiéndole con el óleo en el nombre del Señor". Este sacramento confiere una gracia especial que nos alivia y reconforta para afrontar

cristianamente la enfermedad y la fragilidad de la vejez, ayudándonos a asociar nuestro sufrimiento a la pasión redentora de Cristo.

Además nos dispone a culminar la peregrinación de esta vida terrena y a pasar a la vida eterna

para llegar a la patria definitiva del cielo, fortaleciéndonos frente a las tentaciones del demonio que pueden ser más vehementes en ese momento decisivo del último combate; y

ayudándonos a abandonarnos confiadamente en los brazos misericordiosos de nuestro padre Dios, evitando así el desaliento y la angustia ante la muerte.

¿Qué es la Unción de los enfermos? La Unción de los enfermos es el sacramento que alivia y reconforta al cristiano que se

encuentra en peligro de muerte por enfermedad o vejez. ¿La Unción de los enfermos proporciona la salud corporal?

La Unción de los enfermos sólo proporciona la salud corporal en la medida que resulta

conveniente para nuestro bien espiritual. ¿El sacramento de la Unción de los enfermos perdona los pecados?

El sacramento de la Unción de los enfermos perdona los pecados cuando no ha sido posible recibir previamente el sacramento de la Penitencia y se tiene dolor de ellos.

¿Quién debe recibir la unción de los enfermos? Debe recibir la Unción de los enfermos el cristiano que, habiendo alcanzado la edad de la

discreción, comienza estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez.

¿Quién puede administrar la Unción de los enfermos? La Unción de los enfermos sólo puede ser administrada por los sacerdotes.

¿Cómo es administra la Unción de los enfermos? La Unción de los enfermos se administra mediante la unción con aceite bendito en la

frente y en las manos del enfermo, junto con las palabras sacramentales.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 105

Sacramentos al servicio de la comunidad: Orden sacerdotal y matrimonio

1.-¿QUÉ ES EL ORDEN SACERDOTAL? En virtud del bautismo y de la Confirmación todos los fieles participan del sacerdocio de Jesucristo.

Pero los que reciben el sacramento del orden tienen, además, el sacerdocio ministerial o jerárquico, que se diferencia del sacerdocio común de los fieles

"esencialmente y no solo por grado" (Lumen Gentium, 10). Este sacramento

consagra al que lo recibe, configurándolo de un modo particular con Jesucristo, y capacitándolo para actuar en la misma persona de Cristo,

cabeza del cuerpo místico de la Iglesia. El sacerdote nos es, por tanto, un delegado de la comunidad, sino un ministro y u representante de Jesucristo,

de quien recibe un poder sagrado para apacentar a los demás fieles. El sacramento del Orden imprime en el alma un carácter espiritual indeleble, distinto al del Bautismo

y al de la confirmación, en virtud del cual el que lo recibe queda marcado para siempre.

¿Qué es el Orden Sacerdotal?

El Orden sacerdotal es el sacramento por el que algunos fieles son constituidos ministros sagrados.

¿Por qué este sacramento se llama Orden?

Este sacramento se llama Orden porque comprende varios grados subordinados entre sí. ¿Cuáles son los grados del Sacramento del Orden?

Los grados del sacramento del orden son: el episcopado, el presbiterado, y el diaconado. ¿Qué es el Episcopado?

El Episcopado es el grado más alto del sacramento del Orden, correspondiente a los

Obispos, quienes reciben la plenitud del sacerdocio y son los sucesores de los Apóstoles. ¿Qué es el Presbiterado?

El presbiterado es el grado del sacramento del Orden correspondiente a los sacerdotes, que son los colaboradores de los Obispos.

¿Cuál es el oficio principal de los sacerdotes? El oficio principal de los Sacerdotes es celebrar el Santo Sacrificio de la Misa.

¿Son necesarios los Sacerdotes?

Los sacerdotes son necesarios e insustituibles pues sin ellos no existiría la Iglesia tal como la fundó Jesucristo. Por eso todos debemos colaborar en el fomento de las vocaciones

sacerdotales. ¿Qué es el diaconado?

El diaconado es el grado del sacramento del Orden correspondiente a los diáconos,

quienes reciben la ordenación para ayudar a los obispos y a los sacerdotes en su ministerio.

¿Los diáconos son sacerdotes? Los diáconos no son sacerdotes, pero desempeñan funciones eclesiásticas importantes.

¿Pueden recibir el sacramento del orden sacerdotal las mujeres? Las mujeres no pueden recibir el sacramento del orden, ya que sólo lo reciben

válidamente los varones Bautizados. Porque e l Señor Jesús eligió a varones para el

ministerio sacerdotal, y la Iglesia se reconoce vinculada por esta decisión del Señor. ¿Quién administra el sacramento del Orden?

El sacramento del orden es administrado sólo por el obispo ¿Cómo se administra el sacramento del Orden?

El sacramento del Orden se administra mediante la imposición de manos del obispo junto

con la oración consagratoria.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 106

1.- ¿QUÉ ES MATRIMONIO?

El Matrimonio fue instituido por Dios cuando creó al hombre y a la mujer, haciéndolos colaboradores suyos en la función nobilísima de transmitir la vida, mediante la intima comunidad

de vida y amor conyugal: "Creó Dios al Hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó, y los bendijo diciéndoles: crezcan y multiplíquense hasta llenar la tierra" (gen

1,27-28).

El matrimonio se establece con el consentimiento de cada uno de los contrayentes, es decir, con el compromiso de

entregarse mutuamente en alianza irrevocable. Este consentimiento libre es indispensable: si faltase, el

Matrimonio valdría. Para los cristianos, el matrimonio ha sido elevado por Jesucristo a la dignidad del sacramento:

"grande es este sacramento, y yo lo relaciono con Cristo y

su Iglesia" (Ef 5, 32). Y así los esposos cristianos expresan y participan de amor que une a Jesucristo con su esposa,

la Iglesia, de tal manera que el amor conyugal es perfeccionado y elevado por el amor divino. En

consecuencia, reciben las gracias y ayudas especiales que necesitan para santificarse en la vida

matrimonial, amándose fielmente, y educando cristianamente a los hijos. El Matrimonio cristiano es un camino de santidad por el que Dios llama a muchos para que se

santifiquen en él y, a través del, santifiquen a otros.

¿Qué es el Matrimonio?

El Matrimonio es el Sacramento que santifica la unión indisoluble entre un hombre y una mujer cristianos, y les concede la gracia para cumplir fielmente con sus deberes de

esposos y de padres. ¿Cuáles son las propiedades esenciales de Matrimonio?

Las propiedades del matrimonio son: unidad, indisolubilidad y apertura a la fecundidad. ¿Qué es la unidad?

La unidad es la propiedad por la que el matrimonio es contraído entre un sólo hombre y

una sola mujer. ¿Qué es la indisolubilidad?

La indisolubilidad es la propiedad por la que el vínculo conyugal no puede ser desatado por ninguna causa fuera de la muerte.

¿Pueden recibir los sacramentos de la Penitencia y de la eucaristía los que,

habiendo celebrado el sacramento del matrimonio, se divorcian y celebran civilmente una nueva unión?

No; los divorciados que civilmente celebran una nueva unión no pueden recibir los sacramentos de la penitencia y la Eucaristía, porque se ponen en situación que contradice

objetivamente la ley de Dios ¿Pueden los esposos separarse?

Los esposos tienen obligación de mantener la comunidad de vida, pero en algunas

situaciones excepcionales podrían separarse. ¿Pueden contraer una nueva unión los esposos separados?

Los esposos separados no pueden contraer una nueva unión, porque no dejan de ser marido y mujer.

¿Por qué motivos podría resultar nulo un Matrimonio?

Un Matrimonio podría resultar nulo por falta de consentimiento de los contrayentes, por no observarse las condiciones de celebración establecidas por la Iglesia, o por existir

algún impedimento. ¿Qué son los impedimentos?

Los impedimentos son circunstancias que afectan a ciertas personas y las impiden contraer Matrimonio válido.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 107

¿Cuáles son los impedimentos más frecuentes? Los impedimentos más frecuentes son: la falta de edad requerida, el parentesco entre

los contrayentes dentro de ciertos grados y la diferencia de religión. ¿Cuál es la edad mínima para casarse en el Perú?

La edad mínima para casarse en el Perú son los 18 años cumplidos, siendo necesario un

permiso especial de la autoridad eclesiástico a para hacerlo antes; pero nunca se podrá llevar a cabo antes de los 16 años para los varones y 14 años para las mujeres.

¿Permite la Iglesia el Matrimonio de católicos con personas de otras religiones?

La Iglesia permite el matrimonio de católicos con personas de otras religiones a condición de que la parte católica prometa evitar el peligro de apartarse de la fe verdadera, y hacer

lo posible por bautizar y educar católicamente a sus hijos.

¿Qué requiere la Iglesia respecto a las condiciones de celebración del Matrimonio?

Respecto a las condiciones de celebración del Matrimonio la Iglesia requiere que el Matrimonio la Iglesia requiere que el matrimonio se celebra ante el párroco u otro

eclesiástico debidamente autorizado, y entre dos testigos.

¿Por qué se requiere que el Matrimonio se celebre en una ceremonia religiosa pública?

Se requiere que el matrimonio se celebre en una ceremonia religiosa pública porque el Matrimonio tiene una dimensión eclesial y establece a los cónyuges en un estado público

de vida.

¿Qué es la apertura de la Fecundidad? La apertura de la fecundidad es la ordenación natural del matrimonio a la procreación y

a la educación de los hijos, que son su don más excelente. ¿Cómo se recibe el sacramento del Matrimonio?

El sacramento del Matrimonio debe recibirse en estado de gracia, y por ello se recomienda a los creyentes que acuden a los sacramentos de la Penitencia y de la eucaristía.

Piensa ¿Qué podemos hacer para apoyar estos dos tipos de vocación: al matrimonio y al orden sacerdotal? Escribe 5 acciones concretas, para cada sacramento.

COMPROMISO PERSONAL: Escojamos dos de las acciones y realicémoslas durante esta semana. Asistir a misa y traer un resumen del evangelio del domingo CELEBRAR: Leeremos: Lucas 22, 17 – 20 y reflexionamos.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 108

CREO EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO, CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA

ESCRIBE UN “ACRÓSTICO” EN EL QUE EXPRESES ¿POR QUÉ

CREES EN DIOS?

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I. CREO EN DIOS.

Esta afirmación es la más fundamental para el desarrollo de toda nuestra fe. Dios se ha revelado en nuestras vidas, es decir, se ha mostrado tal cual es y se deja conocer. Sólo nos pide una cosa: Que creamos en Él (La Fe).

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 109

Dios es un solo Dios Dios revela su Nombre:

“Yo soy el que soy” Dios Misericordioso y

clemente Dios es Verdad y Amor.- Dios es la Verdad Dios es Amor

A) Consecuencias de la fe en el Dios Único.- - Reconocer la grandeza y majestad de Dios. - Vivir en acción de gracias, pues todo lo que somos y poseemos es de Él - Reconocer la unidad y verdadera dignidad de todos los hombres: Imagen

y semejanza de Dios. - Usar bien las cosas creadas, para no apartarnos de El. - Confiar en Dios en todas las circunstancias.

II. DIOS PADRE. A) El Padre revelado por el Hijo.- Todas las religiones hablan de Dios como el

Padre de quien todo tiene origen, en el sentido de Creador, Israel le llama Padre. Se le llama Padre por ser origen primero de toda autoridad. Para expresar su amor se vale de las figuras y la experiencia humana del padre y la madre, aunque trasciende sus limitaciones y sexos.

B) El Padre y el Hijo revelados por el Espíritu.- Antes de su Pasión Jesús

anuncia otro Paráclito (Defensor), el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es revelado así como otra persona divina con relación a Jesús y al Padre, su manifestación revela en plenitud el misterio de la Santísima Trinidad.

C) La Santísima Trinidad en la Doctrina de la Fe.- Este verdad ha estado siempre en la fe y en la expresión de la Iglesia.

EL DOGMA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.- La Trinidad es una: Un solo Dios no tres, la Trinidad es consubstancial, no se

repartan la divinidad sino que cada uno es en realidad la sustancia, naturaleza y esencia divina. Las Personas son realmente distintas entre sí: Dios es único pero no solitario. Padre, Hijo y Espíritu Santo no son modalidades de Dios sino personas realmente distintas entre sí por sus relaciones de origen: El Padre es quien engendra, (CREADOR) el Hijo quien es engendrado, (REDENTOR)

el Espíritu Santo es quien procede. (CONSOLADOR)

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 110

Las personas divinas inseparables en su ser son también inseparables en su obrar. III. DIOS TODOPODEROSO.

Su Omnipotencia es universal porque Dios lo crea, rige y puede todo; es amorosa porque Dios es nuestro Padre, es misteriosa porque solo la fe puede descubrirla. Todo lo que el quiere lo hace. Su poder y su compasión van unidos, manifestándose cuando perdona y ayuda al hombre. Ante el sufrimiento y el mal que ponen a prueba nuestra fe Dios responde con misterio, enseñándonos con lo humilde y pequeño, el poder de Dios como en la muerte de Cristo que vence al mal.

IV.- DIOS ES EL CREADOR:

El Mundo ha sido creado para la gloria de Dios La Creación siempre deja algo en el “misterio” Dios crea por sabiduría y amor Dios crea de la nada Dios crea un mundo ordenado y bueno DIOS TRASCIENDE LA CREACIÓN Y ESTÁ

PRESENTE EN ELLA Dios mantiene y conduce a creación Dios realiza su designio: La Divina Providencia Dios creó el Cielo (Realidad espiritual) y la Tierra

(Mundo visible) COMPROMISO Para la próxima semana traer en una hoja las respuestas

a las siguientes preguntas para compartirlas en grupo: 1. ¿Para qué fue creado el mundo? ¿Cómo ayudarás tú

a preservar esa “creación”? 2. Dios crea al hombre “Libre” ¿Para qué? ¿Cómo

administrarás tú esa libertad?

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 111

CREO EN JESUCRISTO SU ÚNICO HIJO NUESTRO SEÑOR

- La Buena Noticia es el anuncio de Jesucristo, «el Hijo de Dios vivo», muerto y resucitado. Dios te ama como nadie más jamás lo

hará, y jamás te fallará. Te ama tanto que en tiempos del emperador César Augusto, Dios cumplió las promesas hechas a Abraham y a su descendencia, enviando «a su Único Hijo, nacido de mujer, para rescatar a los que se hallaban bajo la condenación del pecado, y para que nos convirtamos en Hijos suyos»

Desde el primer momento, los discípulos desearon ardientemente

anunciar a Cristo, a fin de llevar a todos los hombres a la fe en Él. También hoy, el deseo de evangelizar y catequizar, es decir, de revelar en la persona de Cristo todo el designio de Dios, y de poner a la humanidad en comunión con Jesús, nace de este conocimiento amoroso de Cristo.

- ¿Qué significa el nombre de Jesús? - El nombre de Jesús, dado por el ángel en el momento de la Anunciación, significa «Dios salva». Expresa, su identidad y su misión, «porque él salvará al pueblo de sus pecados». San Pedro afirmó que «bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos» - ¿Y Por qué a Jesús se le llama Cristo?

- «Cristo», en griego, y «Mesías», en hebreo, significan «ungido». Jesús es el Cristo porque ha sido consagrado por Dios, ungido por el Espíritu Santo para la misión redentora. Jesús es el Mesías (elegido=ungido) «bajado del cielo». Él es el siervo sufriente «que da su vida en rescate por muchos»

Ah ya… Lo de Cristo ya lo entendí… Pero por qué dices que Jesús es el unigénito si todos somos Hijos de Dios?

- Jesús es el Hijo unigénito de Dios en un sentido único y perfecto. En el momento del Bautismo y de la Transfiguración, la voz del Padre señala a Jesús como su «Hijo predilecto». Al presentarse a sí mismo como el Hijo, que «conoce al Padre», Jesús afirma su relación única y eterna con Dios su

¡Alégrate!... ¡Existe una

“Buena Noticia” para todos!

¿Cuál es la

Buena Noticia

para el hombre?

¿Cómo se difunde esta Buena Noticia?

Page 112: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 112

Padre. Él es «el Hijo unigénito de Dios», la segunda Persona de la Trinidad, nuestro “Señor”

- ¿Qué significa el título de «Señor»? En la Biblia, el título de «Señor» designa ordinariamente al Dios soberano. Jesús se lo atribuye a sí mismo, y revela su soberanía divina mediante su poder sobre la naturaleza, sobre los demonios, sobre el pecado y sobre la muerte, y sobre todo con su Resurrección. Él es el Señor del mundo y de la historia, el

único a quien el hombre debe someter de modo absoluto su propia libertad personal.

- ¿Por qué Jesús, siendo Hijo de Dios se hizo hombre? - Fácil… El Hijo de Dios se encarnó en el seno de la Virgen María, por obra del Espíritu Santo, por nosotros los hombres y por nuestra salvación: es decir, para reconciliarnos a nosotros pecadores con Dios, darnos a conocer su amor infinito, ser nuestro modelo de santidad y hacernos «partícipes de la naturaleza divina», es decir, para ser “Santos”.

Dios el Padre envió a Jesucristo a la tierra. Jesús fue enviado por Dios a la tierra de tal manera que el hombre pudiera ser perdonado por su pecado:

“De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:16-18).

La historia de Jesús está registrada en la Biblia en los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estos libros proveen un registro detallado del nacimiento, muerte, resurrección, enseñanzas y ministerio de Jesucristo.

Como parte del plan de Dios, Jesús vino a la tierra en forma humana, ministró entre los hombres, murió por los pecados del hombre, fue resucitado de entre los muertos, y comisionó a sus seguidores a llevar el Evangelio a las naciones del mundo.

compromiso cristiano Entrevistar a 4 personas y preguntarles ¿Qué dicen las otras religiones de

Jesús? CELEBRAR:

Leeremos: LUCAS 15:11-32 y reflexionamos.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 113

CREO QUE JESUCRISTO FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO

Creer en el Espíritu Santo es profesar la fe en la tercera

Persona de la Santísima Trinidad, que procede del Padre

y del Hijo y «que con el Padre y el Hijo recibe una misma

adoración y gloria». El Espíritu Santo «ha sido enviado a

nuestros corazones» (Ga 4, 6), a fin de que recibamos la

nueva vida de hijos de Dios.

Según el texto: ¿Qué quiere decir la Iglesia cuando

confiesa: «Creo en el Espíritu Santo»?

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La misión del Hijo y la del Espíritu son inseparables porque en la

Trinidad indivisible, el Hijo y el Espíritu son distintos, pero

inseparables. En efecto, desde el principio hasta el fin de los

tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía también su Espíritu,

que nos une a Cristo en la fe, a fin de que podamos, como hijos

adoptivos, llamar a Dios «Padre» (Rm 8, 15). El Espíritu es

invisible, pero lo conocemos por medio de su acción, cuando nos

revela el Verbo y cuando obra en la Iglesia. El Espíritu es

invisible, pero lo conocemos por medio de su acción, cuando nos

revela el Verbo y cuando obra en la Iglesia.

Entonces: ¿Por qué la misión del Hijo y la del Espíritu son inseparables?

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 114

Son numerosos los símbolos con los que se representa al Espíritu Santo: el agua viva,

que brota del corazón traspasado de Cristo y sacia la sed de los bautizados; la unción

con el óleo, que es signo sacramental de la Confirmación; el fuego, que transforma

cuanto toca; la nube oscura y luminosa, en la que se revela la gloria divina; la

imposición de manos, por la cual se nos da el Espíritu; y la paloma, que baja sobre

Cristo en su bautismo y permanece en Él.

Según este texto ¿Con qué símbolos se representa al Espíritu Santo?

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El Espíritu Santo culmina en María las expectativas y la preparación para la venida

de Cristo. De manera única la llena de gracia y hace fecunda su virginidad, para dar

a luz al Hijo de Dios encarnado. Hace de ella la Madre del «Cristo total», es decir,

de Jesús Cabeza y de la Iglesia su cuerpo. María está presente entre los Doce el día

de Pentecostés, cuando el Espíritu inaugura los «últimos tiempos» con la

manifestación de la Iglesia. Se dice que María es creada de la esencia misma del

Espíritu Santo y por eso es Inmaculada desde su concepción.

Según este párrafo ¿Cuál es la obra del Espíritu Santo en María?

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En Pentecostés, cincuenta días después de su Resurrección, Jesucristo glorificado

infunde su Espíritu en abundancia y lo manifiesta como Persona divina, de modo que

la Trinidad Santa queda plenamente revelada. La misión de Cristo y del Espíritu se

convierte en la misión de la Iglesia, enviada para anunciar y difundir el misterio de

la comunión trinitaria.

«Hemos visto la verdadera Luz, hemos recibido el Espíritu celestial,

hemos encontrado la verdadera fe: adoramos la Trinidad indivisible porque

Ella nos ha salvado» (Liturgia bizantina. Tropario de las vísperas de

Pentecostés).

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 115

Entonces: ¿Qué sucedió el día de Pentecostés?

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El Espíritu Santo edifica, anima y santifica a la Iglesia; como Espíritu de Amor,

devuelve a los bautizados la semejanza divina, perdida a causa del pecado, y los

hace vivir en Cristo la vida misma de la Trinidad Santa. Los envía a dar testimonio

de la Verdad de Cristo y los organiza en sus respectivas funciones, para que todos

den «el fruto del Espíritu»

COMPROMISO PERSONAL: Dibuja e Identifica en una cartulina o paleógrafo con los 7 dones del Espíritu

Santo CELEBRAR:

LEAMOS Gal. 5, 22 Luego de leer, responde: ¿Qué hace el Espíritu Santo en la Iglesia?

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 116

JESUCRISTO PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO, FUE CRUCIFICADO, MUERTO Y SEPULTADO.

A) EL MISTERIO PASCUAL

Este tema nos permitirá entender la obra salvadora (redentora) que Cristo realizó

con todos nosotros. Para entender esta obra, hay que entender “El Misterio Pascual”

de Jesucristo. El misterio pascual de Jesús, que comprende su Pasión, Muerte,

Resurrección y Glorificación, está en el centro de la fe cristiana, porque el designio

salvador de Dios se ha cumplido de una vez por todas con la muerte redentora de su

Hijo, Jesucristo.

B) ACUSACIÓN Y CONDENA DE JESÚS

Algunos jefes de Israel acusaron a Jesús de actuar contra la Ley (La Torah), contra

el Templo de Jerusalén y, particularmente, contra la fe en el Dios único, porque se

proclamaba Hijo de Dios. Por ello lo entregaron a Pilato para que lo condenase a

muerte.

C) JESÚS Y LA LEY JUDÍA (LA TORAH)

Jesús no abolió la Ley dada por Dios a Moisés en el Sinaí, sino que la perfeccionó,

dándole su interpretación definitiva. Él es el Legislador divino que ejecuta

íntegramente esta Ley. Aún más, es el siervo fiel que, con su muerte expiatoria,

ofrece el único sacrificio capaz de redimir todas «las transgresiones cometidas por

los hombres contra la Primera Alianza».

Leamos Hb 9, 15

D) JESÚS Y EL TEMPLO DE JERUSALÉN

Jesús fue acusado de hostilidad hacia al Templo. Sin embargo, lo veneró como «la

casa de su Padre» y allí impartió gran parte de sus enseñanzas. Pero también predijo

la destrucción del Templo, en relación con su propia muerte, y se presentó a sí mismo

como la morada definitiva de Dios en medio de los hombres.

Leamos Jn 2, 16

E) JESÚS Y EL ÚNICO DIOS

Jesús nunca contradijo la fe en un Dios único, ni siquiera cuando cumplía la obra

divina por excelencia, que realizaba las promesas mesiánicas y lo revelaba como igual

a Dios: el perdón de los pecados. La exigencia de Jesús de creer en Él y convertirse

permite entender la trágica incomprensión del Sanedrín, que juzgó que Jesús

merecía la muerte como blasfemo.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 117

EL CAMINO DE JESUCRISTO PARA SALVARNOS

1.- LA AGONÍA EN GETSEMANÍ Y LA FLAGELACIÓN:

¿Quién es responsable de la muerte de Jesús?

La pasión y muerte de Jesús no pueden ser imputadas

indistintamente al conjunto de los judíos que vivían entonces

Todo pecador, o sea todo hombre, es

realmente causa e instrumento de los

sufrimientos del Redentor; y aún más gravemente son culpables

aquellos que más frecuentemente caen en pecado y se deleitan en

los vicios, sobre todo si son cristianos. En el huerto de Getsemaní,

a pesar del horror que suponía la muerte para la humanidad

absolutamente santa de Aquél que es «el autor de la vida» (Hch

3, 15), la voluntad humana del Hijo de Dios se adhiere a la voluntad

del Padre; para salvarnos acepta soportar nuestros pecados en su

cuerpo, «haciéndose obediente hasta la muerte» (Flp 2, 8).

2.- LA CORONACIÓN DE ESPINAS:

¿Por qué la muerte de Cristo forma parte del designio de

Dios?

Al fin de reconciliar consigo a todos los hombres, destinados

a la muerte a causa del pecado, Dios tomó la amorosa iniciativa

de enviar a su Hijo para que se entregara a la muerte por los

pecadores. Su sufrimiento y su muerte manifiestan cómo su

humanidad fue el instrumento libre y perfecto del Amor

divino, que quiere la salvación de todos los hombres.

3.- CAMINO AL CALVARIO

¿Cuáles son los efectos del sacrificio de Cristo en la Cruz?

Jesús ofreció libremente su vida en sacrificio expiatorio, es decir,

ha reparado nuestras culpas con la plena obediencia de su amor hasta

la muerte. Este amor hasta el extremo (cf. Jn 13, 1) del Hijo de Dios

reconcilia a la humanidad entera con el Padre. El sacrificio pascual

de Cristo rescata, por tanto, a los hombres de modo único, perfecto

y definitivo, y les abre a la comunión con Dios.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 118

¿En qué condiciones se encontraba el cuerpo

de Cristo mientras estaba en el sepulcro?

Cristo sufrió una verdadera muerte, y

verdaderamente fue sepultado. Pero la virtud

divina preservó su cuerpo de la corrupción.

COMPROMISO PERSONAL:

Elaboran un comic con los principales sucesos de la Pasión y Muerte de Jesucristo.

Partes del cómic: Viñetas, Cuadros de diálogo, personajes y escenario.

CELEBRAR:

Leeremos: LEAMOS Mateo 16, 24. “Entonces dijo a sus discípulos: El que quiera

venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.” En

oración respondemos y reflexionamos:

- ¿Qué significa cargar con la cruz y seguir a Jesús?

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¿Cuál es tu Cruz? ……………………………………………………………………………………………

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 119

JESUCRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS, AL TERCER DÍA RESUCITÓ

¿Qué eran «los infiernos» a los que Jesús

descendió»?

Los «infiernos» –distintos del «infierno» de la

condenación - constituían el estado de todos

aquellos, justos e injustos, que habían muerto

antes de Cristo. Con el alma unida a su Persona

divina, Jesús tomó de los infiernos a los justos

que aguardaban a su Redentor para poder acceder

finalmente a la visión de Dios. Después de haber

vencido, mediante su propia muerte, a la muerte

y al diablo «que tenía el poder de la muerte».

Jesús liberó a los justos, que esperaban al

Redentor, y les abrió las puertas del Cielo.

¿Qué lugar ocupa la Resurrección de Cristo en

nuestra fe?

La Resurrección de Jesús es la verdad suprema de nuestra fe en Cristo, y

representa, con la Cruz, una parte esencial del Misterio pascual.

¿Qué «signos» atestiguan la Resurrección de Cristo como “real”?

Además del signo esencial, que es el sepulcro vacío, la Resurrección de Jesús es

atestiguada por las mujeres, las primeras que encontraron a Jesús resucitado y lo

anunciaron a los Apóstoles. Jesús después «se apareció a Cefas (Pedro) y luego a los

Doce, más tarde se apareció a más de quinientos hermanos a la vez», y aún a otros.

Los Apóstoles no pudieron inventar la Resurrección, puesto que les parecía imposible:

en efecto, Jesús les echó en cara su incredulidad.

¿Por qué la Resurrección es también un acontecimiento trascendente?

La Resurrección de Cristo es un acontecimiento trascendente porque, además de ser

un evento histórico, verificado y atestiguado mediante signos y testimonios,

transciende y sobrepasa el tiempo y la historia como misterio de la fe, en cuanto

implica la entrada de la humanidad de Cristo en la gloria de Dios. Por este motivo,

Cristo resucitado no se manifestó al mundo, sino a sus discípulos, haciendo de ellos

sus testigos ante el pueblo.

¿Cuál es el estado del cuerpo resucitado de Jesús?

La Resurrección de Cristo no es un retorno a la vida terrena. Su cuerpo resucitado

es el mismo que fue crucificado, y lleva las huellas de su pasión, pero ahora participa

ya de la vida divina, con las propiedades de un cuerpo glorioso. Por esta razón Jesús

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 120

resucitado es soberanamente libre de aparecer a sus discípulos donde quiere y bajo

diversas apariencias. Ya no está limitado al tiempo ni al espacio.

¿De qué modo la Resurrección es

obra de la Santísima Trinidad?

La Resurrección de Cristo es una obra

trascendente de Dios. Las tres

Personas divinas actúan

conjuntamente, según lo que es propio

de cada una: el Padre manifiesta su

poder, el Hijo «recobra la vida, porque

la ha dado libremente» (Jn 10, 17),

reuniendo su alma y su cuerpo, que el

Espíritu Santo vivifica y glorifica.

¿Cuál es el sentido y el alcance

salvífico de la Resurrección?

La Resurrección de Cristo es la

culminación de la Encarnación. Es una

prueba de la divinidad de Cristo,

confirma cuanto hizo y enseñó y realiza

todas las promesas divinas en nuestro

favor. Además, el Resucitado,

vencedor del pecado y de la muerte, es

el principio de nuestra justificación y

de nuestra resurrección: ya desde

ahora nos procura la gracia de la adopción filial, que es real participación de su vida

de Hijo unigénito; más tarde, al final de los tiempos, Él resucitará nuestro cuerpo.

COMPROMISO

Lee 1 Juan 2, 1- 29 y escribe con tus propias palabras qué enseñanza te deja.

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 121

SUBIÓ A LOS CIELOS, Y ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DE DIOS, PADRE TODOPODEROSO

¿Cuándo subió Jesús a los cielos?

Jesús subió a los cielos a los cuarenta días de

resucitado, después de instruir a sus discípulos sobre

la Iglesia.

¿Por qué demoró Jesús cuarenta días para ir al

cielo?

El Señor Jesús demoró cuarenta días, porque quiso

instruir a sus Apóstoles para que fueran testigos de su

Resurrección, los encargados de enseñar a todas las

gentes y de gobernar su Iglesia.

¿Qué les dio el Señor Jesús a sus Apóstoles para

cumplir esta misión?

Jesús dio a sus Apóstoles sus poderes divinos y la

seguridad de estar con ellos siempre hasta la consumación del mundo.

¿Qué entendemos al decir que Jesús está sentado a la derecha de Dios Padre

Todopoderoso?

Al decir que Jesús está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso

entendemos que Jesucristo, en cuanto Dios, tiene igual poder y gloria que el Padre,

y que, en cuanto hombre, participa plenamente de este mismo poder y de esta.

Por consiguiente que representa - ¿Qué representa la Ascensión?

Cuarenta días después de haberse mostrado a los Apóstoles bajo los rasgos de una

humanidad ordinaria, que velaban su gloria de Resucitado, Cristo subió a los cielos

y se sentó a la derecha del Padre. Desde entonces el Señor reina con su humanidad

en la gloria eterna de Hijo de Dios, intercede incesantemente ante el Padre en favor

nuestro, nos envía su Espíritu y nos da la esperanza de llegar un día junto a Él, al

lugar que nos tiene preparado.

«DESDE ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR

A VIVOS Y MUERTOS»

2.- ¿Cómo reina ahora el Señor Jesús?

Como Señor del cosmos y de la historia, Cabeza de su Iglesia, Cristo glorificado

permanece misteriosamente en la tierra, donde su Reino está ya presente, como

germen y comienzo, en la Iglesia. Un día volverá en gloria, pero no sabemos el

momento. Por esto, vivimos vigilantes, pidiendo: «¡Ven, Señor Jesús!»

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 122

3.- ¿Cómo se realizará la venida del Señor en la gloria?

Después del último estremecimiento cósmico de este mundo que pasa, la venida

gloriosa de Cristo acontecerá con el triunfo definitivo de Dios en la Parusía y con el

Juicio final. Así se consumará el Reino de Dios.

4.- ¿Cómo juzgará Cristo a los vivos y a

los muertos?

Cristo juzgará a los vivos y a los muertos

con el poder que ha obtenido como

Redentor del mundo, venido para salvar a

los hombres. Los secretos de los corazones

serán desvelados, así como la conducta de

cada uno con Dios y el prójimo. Todo

hombre será colmado de vida o condenado

para la eternidad, según sus obras. La

principal pregunta que Él nos hará en este

juicio será: ¿Cuánto hemos amado? A

diferencia de los juicios humanos, Jesús

nos juzgará en la misericordia, y aquel que

se acoja a ella se salvará.

EN CONCLUSIÓN

La ascensión de Jesucristo marca

la entrada definitiva de la humanidad de

Jesús en el dominio celeste de Dios de

donde ha de volver (cf. Hch 1, 11), aunque

mientras tanto lo esconde a los ojos de los

hombres (cf. Col 3, 3).

Jesucristo, cabeza de la Iglesia, nos precede en el Reino glorioso del Padre para

que nosotros, miembros de su cuerpo, vivamos en la esperanza de estar un día

con él eternamente.

667 Jesucristo, habiendo entrado una vez por todas en el santuario del cielo,

intercede sin cesar por nosotros como el mediador que nos asegura

permanentemente la efusión del Espíritu Santo.

Cristo, el Señor, reina ya por la Iglesia, pero todavía no le están sometidas

todas las cosas de este mundo. El triunfo del Reino de Cristo no tendrá

lugar sin un último asalto de las fuerzas del mal.

El día del Juicio, al fin del mundo, Cristo vendrá en la gloria para llevar a

cabo el triunfo definitivo del bien sobre el mal que, como el trigo y la

cizaña, habrán crecido juntos en el curso de la historia.

Page 123: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 123

Cristo glorioso, al venir al final de los tiempos a juzgar a vivos y muertos,

revelará la disposición secreta de los corazones y retribuirá a cada

hombre según sus obras y según su aceptación o su rechazo de la gracia.

COMPROMISO

Como católico ¿Si verdad quieres ir al cielo? ¿Qué estoy dispuesto hacer para

conseguirlo?

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Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 124

“CREO EN LA SANTA IGLESIA CATÓLICA”

¿Qué significa la palabra «Iglesia»?

«Iglesia» se designa al pueblo que Dios convoca y reúne desde

todos los confines de la tierra, para constituir la asamblea de

todos aquellos que, por la fe y el Bautismo, han sido hechos hijos

de Dios, miembros de Cristo y templo del Espíritu Santo. La

Iglesia es el Pueblo de Dios porque Él quiso santificar y salvar a

los hombres no aisladamente, sino constituyéndolos en un solo

pueblo, reunido en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu

Santo. La Iglesia es una, santa, católica y apostólica

¿Hay otros nombres e imágenes con los que la Biblia designe a la Iglesia?

El Antiguo Testamento: Asamblea, Pueblo de Dios

Nuevo Testamento: Cuerpo de Cristo, redil, grey, ovejas, campo, olivo, viña, morada,

piedra, templo y esposa, madre, familia.

¿Cuál es la misión de la Iglesia?

La misión de la Iglesia es la de anunciar e instaurar entre todos los pueblos el Reino

de Dios inaugurado por Jesucristo. La Iglesia es el germen e inicio sobre la tierra

de este Reino de salvación.

¿Qué significa que la Iglesia es sacramento universal de salvación?

La Iglesia es sacramento universal de salvación en cuanto es signo e instrumento de

la reconciliación y la comunión de toda la humanidad con Dios, así como de la unidad

de todo el género humano.

¿Quién es la cabeza de este Cuerpo?

Cristo «es la Cabeza del Cuerpo, que es la Iglesia» (Col 1, 18). La Iglesia vive de Él,

en Él y por Él. Cristo y la Iglesia forman el «Cristo total» (San Agustín); «la Cabeza

y los miembros, como si fueran una sola persona mística» (Santo Tomás de Aquino).

¿Quiénes forman a la Iglesia católica?

Todos los hombres, de modos diversos, pertenecen o están

ordenados a la unidad católica del Pueblo de Dios. Está

plenamente incorporado a la Iglesia Católica quien, poseyendo el

Espíritu de Cristo, se encuentra unido a la misma por los vínculos

de la profesión de fe, de los sacramentos, del gobierno

eclesiástico y de la comunión. Los bautizados que no realizan

plenamente dicha unidad católica están en una cierta comunión,

aunque imperfecta, con la Iglesia católica.

Page 125: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 125

¿Qué significa la afirmación «fuera de la Iglesia no hay salvación»?

La afirmación «fuera de la Iglesia no hay salvación» significa que toda salvación viene

de Cristo-Cabeza por medio de la Iglesia, que es su Cuerpo. Por lo tanto no pueden

salvarse quienes, conociendo la Iglesia como fundada por Cristo y necesaria para la

salvación, no entran y no perseveran en ella. Al mismo tiempo, gracias a Cristo y a su

Iglesia, pueden alcanzar la salvación eterna todos aquellos que, sin culpa alguna,

ignoran el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan sinceramente a Dios y, con

ayuda de la gracia, se esfuerzan en cumplir su voluntad, conocida mediante el

dictamen de la conciencia.

¿Qué es la sucesión apostólica?

La sucesión apostólica es la transmisión, mediante el

sacramento del Orden, de la misión y la potestad de los

Apóstoles a sus sucesores, los obispos. Gracias a esta

transmisión, la Iglesia se mantiene en comunión de fe y de

vida con su origen, mientras a lo largo de los siglos ordena

todo su apostolado a la difusión del Reino de Cristo sobre la

tierra.

¿Quiénes son los fieles?

Los fieles son los bautizados, que han sido constituidos miembros del Pueblo de Dios;

han sido hecho partícipes, cada uno según su propia condición, de la función

sacerdotal, profética y real de Cristo, y son llamados a llevar a cabo la misión

confiada por Dios a la Iglesia. Entre ellos hay una verdadera igualdad en su dignidad

de hijos de Dios.

¿Cómo está formado el Pueblo de Dios?

En la Iglesia, por institución divina, hay ministros sagrados, que han recibido el

sacramento del Orden y forman la jerarquía de la Iglesia. A los demás fieles se les

llama laicos. De unos y otros provienen fieles que se consagran de modo especial a

Dios por la profesión de los consejos evangélicos: castidad en el celibato, pobreza y

obediencia.

¿Por qué Cristo instituyó la jerarquía eclesiástica?

Cristo instituyó la jerarquía eclesiástica con la misión de apacentar al Pueblo de Dios

en su nombre, y para ello le dio autoridad. La jerarquía está formada por los

ministros sagrados: obispos, presbíteros y diáconos. Gracias al sacramento del

Orden, los obispos y presbíteros actúan, en el ejercicio de su ministerio, en nombre

y en la persona de Cristo cabeza; los diáconos sirven al Pueblo de Dios en la diaconía

(servicio) de la palabra, de la liturgia y de la caridad.

Page 126: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 126

¿Cuál es la misión del Papa?

El Papa, Obispo de Roma y sucesor de san Pedro, es el perpetuo y visible principio y

fundamento de la unidad de la Iglesia. Es el Vicario de Cristo, cabeza del colegio de

los obispos y pastor de toda la Iglesia, sobre la que tiene, por institución divina, la

potestad plena, suprema, inmediata y universal.

COMPROMISO Elabora un cuadro sinóptico donde sintetices el contenido doctrinal de la presente catequesis.

Page 127: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 127

“CREO EN LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS”

¿Qué significa la expresión «comunión de los

santos»?

La expresión «comunión de los santos» indica, ante

todo, la común participación de todos los miembros de

la Iglesia en las cosas santas (sancta): la fe, los

sacramentos, en particular en la Eucaristía, los

carismas y otros dones espirituales. En la raíz de la

comunión está la caridad que «no busca su propio

interés» (1 Co 13, 5), sino que impulsa a los fieles a

«poner todo en común» (Hch 4, 32), incluso los propios

bienes materiales, para el servicio de los más pobres.

¿Qué otra significación tiene la expresión «comunión de los santos»?

La expresión «comunión de los santos» designa también la comunión entre las

personas santas (sancti), es decir, entre quienes por la gracia están unidos a Cristo

muerto y resucitado. Unos viven aún peregrinos en este mundo; otros, ya difuntos,

se purifican, ayudados también por nuestras plegarias; otros, finalmente, gozan ya

de la gloria de Dios e interceden por nosotros. Todos juntos forman en Cristo una

sola familia, la Iglesia, para alabanza y gloria de la Trinidad.

Veamos más despacio cada una de estas dimensiones:

Comunión con Dios En la Iglesia entramos en comunión con Dios, formamos parte de su pueblo gracias

al bautismo, somos introducidos en la familia de Dios, somos hijos del Padre,

hermanos de Jesús y tenemos su mismo Espíritu. Por esto podemos llamar a Dios

¡Padre! (Gál 4, 6; Rm 8, 26).

Comunión fraterna Esta comunión fraterna es comunión en una misma fe (de la que el Credo es el

símbolo), es comunión en unos mismos sacramentos, es comunión en la vida

comunitaria de la Iglesia local concreta reunida en torno al obispo, es comunión con

las demás Iglesias locales, es comunión con el obispo de Roma encargado de mantener

la comunión de la Iglesia universal, es comunión de oraciones con los hermanos que

ya durmieron en el Señor y en especial con María y los santos que ya gozan de su

gloria (Gál 2, 9; 1 Jn 1, 7).

Comunión eucarística La Iglesia y en concreto el sacramento de la Eucaristía es el símbolo de este doble

movimiento vertical y horizontal de comunión, es como el aglutinante de la comunión

Page 128: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 128

de los santos. La eucaristía, a la que llamamos ordinariamente comunión, es el lugar

donde se expresa y se fundamenta la verdadera comunión.

«CREO EN EL PERDÓN DE LOS PECADOS»

“Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos

ofenden”

Ya en el Antiguo Testamento invitó Dios a los hombres a la conversión de los

pecados y les ofreció su misericordia. En el Evangelio se nos repite este llamado a la

conversión y a la penitencia con más fuerza, Jesucristo es el que se ofreció en

sacrificio por nuestros pecados; no sólo por los nuestros, sino también por los de

todo el mundo (1Jn 2,2). Jesucristo dio a los Apóstoles y a sus sucesores el poder

de perdonar los pecados por el Bautismo y la Confesión.

¿Existe el perdón de los pecados?.

Si, existe el perdón de los pecados porque Jesucristo dio a los Apóstoles el poder

de perdonarlos para reconciliar al hombre con Dios y con los hermanos.

¿Cuáles fueron las palabras del Señor al conceder a los Apóstoles la potestad

de perdonar los pecados?.

Las palabras de Cristo al conceder a los Apóstoles la potestad de perdonar los

pecados fueron: "Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, les

quedarán perdonados; pero a quienes nos se los perdonen, no les quedarán

perdonados".

¿Cómo cumplieron los Apóstoles el encargo de perdonar

los pecados?

Los Apóstoles cumplieron el encargo de perdonar los

pecados impartiendo el sacramento del Bautismo a los no

cristianos y el sacramento de la Penitencia a los fieles que

pecan después del Bautismo.

¿Cómo se perdonan los pecados?

El primero y principal sacramento para el perdón de los pecados

es el Bautismo. Para los pecados cometidos después del

Bautismo, Cristo instituyó el sacramento de la Reconciliación o

Penitencia, por medio del cual el bautizado se reconcilia con

Dios y con la Iglesia.

¿Por qué la Iglesia tiene el poder de perdonar los pecados?

La Iglesia tiene la misión y el poder de perdonar los pecados

porque el mismo Cristo se lo ha dado: «Recibid el Espíritu

Santo, a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados, a quienes se los

retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20, 22-23).

Page 129: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 129

RESPONDE

¿QUÉ SIGNOS DE COMUNIÓN VIVIMOS EN NUESTRA

IGLESIA?

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COMPROMISO

En una hoja A4 escribe tres casos personales, en los que les hayas perdonado

a otras personas, las faltas cometidas contra ti.

Page 130: Manual de Orientaciones Doctrinales Para La Catequesis de Confirmación

Orientaciones para la Catequesis de Confirmación - 130

CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE Y LA VIDA ETERNA… AMÉN1

El Credo concluye confesando la fe en la resurrección de la carne y en la vida eterna. Creer en Dios Padre, como origen de la vida; creer en Jesucristo, como vencedor de la muerte; creer en el Espíritu Santo, como Espíritu vivificante en la Iglesia, donde experimentamos la comunión de los santos y el perdón de los pecados, causa de la muerte, nos da la certeza de la resurrección y de la vida terna. La profesión de fe en «la resurrección de la carne» y en «la vida eterna» son el fruto de la fe en el Espíritu Santo y en su poder transformador, como culminador de la nueva creación inaugurada en la resurrección de Cristo. EL AMOR DE DIOS ES MAS FUERTE QUE LA MUERTE Por el libro de la Sabiduría sabemos que «no fue Dios quien hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción de los vivientes. El creó todo para que subsistiera» (Sab 1,13-14). «Amas a todos los seres y nada de lo que has hecho aborreces; si odiases algo, no lo hubieras creado. ¿Cómo podría subsistir algo que no hubieses querido? ¿Cómo se conservaría si no lo hubieses llamado a la existencia? Pero Tú todo lo perdonas porque todo es tuyo, Señor que amas la vida y la garantía de nuestra resurrección y de la vida eterna. Dios crea para la vida porque crea por amor. «El amor es más fuerte que la muerte». Es este el deseo de todo amor auténtico. Y el amor de Dios no sólo es deseo y promesa, sino realidad, pues tiene en su poder la vida y la muerte. La vida surgida del amor de Dios es vida eterna. El Señor ora al Padre: «Quiero que donde yo estoy, estén también ellos, para que vean mi gloria» (Jn 17,24), deseando que a quienes plasmó y formó, estando con El, participen de su gloria. Así plasmó Dios al hombre, en el principio, en vista de la gloria; eligió a los patriarcas, en vistas de su salvación; formó y llamó a los profetas, para habituar al hombre sobre la tierra a llevar su Espíritu y poseer la comunión con Dios... Para quienes le eran gratos diseñaba, como arquitecto, el edificio de la salvación; guiaba en Egipto a quienes no le velan; a los rebeldes en el desierto les dio una ley adecuada; a los que entraron en la tierra les procuró una heredad apropiada; para quienes retornaron al Padre mató un «novillo cebado» y les dio el «mejor vestido», disponiendo así, de muchos modos, al género humano a la música (Lc15,22-23.25) de la salvación... Pues Dios es poderoso en todo: fue visto antes proféticamente, luego fue visto adoptivamente en el Hijo, y será visto paternalmente en el Reino de los cielos (1 Jn 3,2; 1 Cor 13,12); pues el Espíritu prepara al hombre para el Hijo de Dios, el Hijo lo conduce al Padre, y el Padre le da la incorrupción para la vida eterna, que consiste en ver a Dios. Como quienes ven la luz están en la luz y participan de su resplandor, así los que ven a Dios están en Dios, participando de su esplendor. Pero el esplendor de Dios vivifica, de ahí que quienes ven a Dios participan de la vida eterna 1.

1 http://mercaba.org/FICHAS/ORACION/CREDO/12_la_resurreccion_de_la_carne.htm

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La muerte es consecuencia del pecado. El hombre, llamado a la vida por Dios, quiere alcanzar por sí mismo el árbol de la vida, adueñárse autónomamente, sin Dios, de ella. Al intentarlo, halla la muerte (Gén 2,17;3,19). Así «por un hombre entró el pecado en el mundo y, por el pecado, la muerte» (Rom 5,12). Esta es la muerte que no ha querido Dios; esta muerte es fruto del pecado y signo del alejamiento de Dios, la fuente y plenitud de la vida. La muerte es el último, el definitivo enemigo del hombre (1 Cor 15,26; Ap 20,14). Pero... Como la carne es capaz de acoger la corrupción, también puede acoger la incorrupción. Y como puede acoger la muerte, puede acoger la vida. Y si la muerte aleja la vida, apoderándose del hombre y haciéndolo un muerto, tanto más la vida, apoderándose del hombre, alejará la muerte y restaurará al hombre como un viviente para Dios (Rom 6,11). Pues si la muerte le mató, ¿por qué la Vida no le vivificará? Por tanto, «como el primer hombre se hizo espíritu viviente, el segundo Hombre fue espíritu vivificante» (1 Cor 15,45). Y como aquel, espíritu viviente, pecando, perdió la vida, así él mismo, recibiendo el Espíritu vivificante, recobrará la vida (Rom 8,11; 2 Cor 5,4-5) 2. En esta muerte entra Jesucristo, como nuevo Adán, y sale vencedor de la muerte: «Se hundió hasta la muerte y muerte de cruz» (Filp 2,8); por esta kénosis, en obediencia al Padre, Jesús venció el poder de la muerte (2 Tim 1,10; Heb 2,14); la muerte, de esta manera, ha perdido su aguijón (1 Cor 15,55). El que cree en Cristo «ha pasado de la muerte a la vida» (Jn 5,24); pues «el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no gustará la muerte por siempre» (Jn 11,25-26), siendo el mismo Cristo «la resurrección y la vida» (Jn 11,25;14,6). Debes creer que también la carne resucitará. Pues, ¿por qué asumió Cristo nuestra carne? ¿por qué subió a la cruz? ¿por qué gustó la muerte, fue sepultado y resucitó? ¿por qué hizo todo eso, sino para que resucitaras tú? Este es el misterio de tu resurrección. Porque «si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe» (1 Cor 15,14). ¡Pero resucitó!, siendo, por tanto, firme nuestra fe 3. La confesión de fe en la resurrección de la carne no es, pues, la fe en la inmortalidad; no profesamos que el hombre es inmortal, sino la fe en Dios, que ama al hombre y le libra de la muerte, resucitándolo. «El amor pide eternidad, y el amor de Dios no sólo la pide, sino que la da y es» (Ratzinger). La resurrección de la carne constituye la segura esperanza de los cristianos. ¡Somos tales por esta fe! 4. La esperanza cristiana en la resurrección no es el mero optimismo humano de que al final todas las cosas acaban por arreglarse de alguna manera. La esperanza cristiana es la certeza de que Dios no se deja vencer por el mal y la injusticia. «Remitir la justicia a Dios» es «dar razón a todos los hombres de nuestra esperanza» (1 Pe 3,15). Esta certeza no es ilusoria, ya ha comenzado a realizarse. Se ha cumplido en Jesucristo, resucitado de entre los muertos (Rom 8,29; 1 Cor 15,20; Col 1,18), como garantía y fundamento permanente y firme de nuestra esperanza. Unidos por la fe y el bautismo a Cristo y a su muerte, esperamos participar igualmente de su gloriosa resurrección (Rom 6,5):

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En Cristo se realizó ya lo que es todavía esperanza. No vemos lo que esperamos, pero somos el cuerpo de aquella cabeza en la que hizo realidad lo que esperamos (San Agustín). Tu vida es Cristo. ¡Esta es la vida que no sabe de muerte! Por tanto, si queremos no temer la muerte, vivamos donde vive Cristo, para que también diga de nosotros: «En verdad, algunos de los que están aquí presentes no gustarán la muerte» (Lc 9,27), como el ladrón a quien el Señor aseguró: «Hay estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23,43). Y es que la vida eterna consiste en estar con Cristo, porque donde está Cristo allí está el Reino 5. Cristo «salió del Padre», como Hijo Unigénito, y «vuelve al Padre» como Primogénito de muchos hermanos (Col 1,18). Cristo Encarnado, al tomar nuestra carne, nos diviniza, haciéndonos partícipes de su divinidad, ya en este mundo por la fe: «el que cree en mí tiene vida eterna», y en plenitud de la visión, cuando «seremos semejantes a El porque le veremos tal cual es». A través de la carne de Cristo vemos ahora y en la eternidad al Padre: «Felipe, el que me ha visto a mí, ha visto al Padreo (Jn 14,9). Jesús es siempre el mediador entre los hombres y Dios. El cuerpo glorioso de Cristo, «en el que habita la plenitud de la divinidad» (Col 2,9), es la manifestación de Dios para el creyente ahora y por los siglos de los siglos. LA FIDELIDAD DE DIOS: GARANTÍA DE RESURRECCIÓN La fe en la resurrección surge en el Antiguo Testamento en un contexto martirial (2Mac 7; Dn 12). El justo perseguido remite su justicia a Dios, creyendo y esperando que El restablecerá el derecho (Job 19,25s; Sal 7, 23s). A quienes han sufrido por Dios, declarándose por El ante los hombres, Dios no les abandona. Esta esperanza martirial de Israel llega a su plenitud en el martirio de Cristo, en el testimonio supremo del amor de Dios en la muerte de cruz dado por Cristo Jesús (1 Tim 6,13). El Padre sale como garante de la vida de sus testigos, de sus mártires. Quien remite a él su justicia no queda defraudado, «no permitirá que su Justo experimente la corrupción» (H 2,27.31):

Yo sé que está vivo mi Vengador (goel) y que al final se alzará sobre el polvo. Tras mi despertar me alzará junto a El, y con mi propia carne veré a Dios. Yo, sí, yo mismo, y no otro, le veré, mis propios ojos le verán (Job 19,25-27).

Es cierto que no sabemos representarnos ni explicarnos la resurrección de nuestra carne, pues «ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman» (1 Cor 2,9), pero esto no resta nada a la certeza de nuestra esperanza, que se basa no en nosotros, sino en la fidelidad de Dios. La muerte no es capaz de destruir la unión con Dios. Podemos decirle con el salmista:

Yo siempre estaré contigo, Tú tomas mi mano derecha, me guías según tus planes y me llevas a un destino glorioso. ¿No te tengo a Ti en el cielo?

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y contigo, ¿qué me importa la tierra? Se consumen mi corazón y mi carne por Dios, mi herencia eterna (Sal 73,26). Dios rescatará mi vida, de las garras del seol me sacará (Sal 49,16).

Desde el tiempo de San Pablo, el hombre siente curiosidad por saber «¿cómo resucitan los muertos? ¿con qué cuerpo vuelven a la vida?» (1 Cor 15,35). La única respuesta que tenemos es la certeza de que seremos «los mismos, pero no lo mismo»; resucita el mismo cuerpo, la misma persona, pero transformados: «porque esto corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto mortal tiene que vestirse de inmortalidad» (1 Cor 15,50-53). «todos resucitarán con sus propios cuerpos que ahora tienen» 6, pero transformados y transfigurados por el Espíritu de Dios:

Se siembra lo corruptible, resucita incorruptible; se siembra lo vil, resucita glorioso; se siembra lo débil, resucita fuerte; se siembra un cuerpo animal, resucita cuerpo espiritual (1 Cor 15,42-44).

La vida eterna es Dios mismo y el amor que El nos da. Y siendo «Dios de vivos y no de muertos» (Mc 12,27) resucita a los muertos en fidelidad consigo mismo. En su Hijo, Jesucristo nos ha mostrado su fuerza de resurrección, es decir, ha aparecido ante nosotros como «Dios que da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean» (Rom 4,17). La carne de los santos será transformada por la resurrección en tal gloria que podrá estar en la presencia del Señor, pues «Dios transformará el cuerpo de nuestra humillación conforme al cuerpo del Hijo de su gloria» (Flip 3,21), que está sentado a su derecha: «Nos resucitó con Cristo y nos hizo sentar con El en los cielos» (Ef 2,6), «brillando como el sol y como el fulgor en el Reino de Dios» (Dan 12,3; Mt 13,43) 7. Ya San pablo se sirve de la naturaleza, de la siembra y la cosecha o del dormir y despertar como imágenes del poder de Dios para hacer surgir y resurgir la vida. Los Padres de la Iglesia no se cansan de comentar estos textos: Consideremos cómo Dios nos muestra la resurrección futura, de la que hizo primicias al Señor Jesucristo, resucitándolo de entre los muertos (Col 1,18); miremos la resurrección que se da en la sucesión del tiempo; se duerme la noche y se levanta el día; tomemos igualmente el ejemplo de los frutos: las semillas sembradas y deshechas en la tierra, la magnificiencia del Señor las hace resucitar y de una brotan muchas y llevan fruto...8. Considerandolo bien, ¿qué cosa parecería más increíble -de no estar nosotros en el cuerpo- que el que nos dijeran que de una menuda gota de semen humano nacerán huesos, tendones y carnes, con la forma que los vemos? Si no fuerais hombres y alguien, mostrándonos el semen humano y la imagen de un hombre, os dijera que éste se forma de aquel, ¿lo creerías antes de verlo nacido? Pues, aunque parezca increíble, así es... Ved, pues, cómo no es imposible que los cuerpos disueltos y esparcidos como semillas en la tierra, resuciten a su tiempo por orden de Dios y «se revistan de incorrupción» (1 Cor

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16,53). «Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios» (Mt 19,26; Gén 18,14; Job 42,2; Sal 113,9; Sab 11,21). Un árbol cortado vuelve a florecer; y el hombre «segado» de este mundo, ¿no va a quedar? (Mt 3,12p). Los sarmientos, aunque se corten, si son injertados, retoñan y fructifican; y el hombre, para quien aquellos existen, ¿no va a resucitar después de haber caído en tierra? Dios, que nos hizo de la nada, ¿no podrá resucitar a los que somos y hemos caído? Se siembra un grano de trigo u otra semilla, y caído en tierra, muere y se pudre, pero el grano podrido resucita verde y hermosísimo; pues si lo que ha sido creado para nosotros revive después de haber muerto, ¿no resucitaremos nosotros después de la muerte? Como ves, ahora es invierno; los árboles están como muertos; pero reverdecen con la primavera, como volviendo de la muerte a la vida. Pues, viendo Dios tu incredulidad, realiza cada año una resurrección de estos fenómenos naturales, para que a la vista de lo que pasa en seres inanimados, creas que lo mismo sucede con los seres dotados de alma racional... Y he aquí otro ejemplo de lo que todos los días sucede ante tus ojos: Hace cien -o doscientos años, ¿dónde estábamos nosotros? Nuestros cuerpos están formados de sustancias débiles, informes y sencillas; sin embargo, de tales principios el hombre se hace un viviente con nervios resistentes, ojos claros, nariz dotada de olfato, lengua que habla, corazón que palpita, manos que trabajan, pies que corren, y demás clases de miembros; aquel débil principio forma un ingeniero naval o de la construcción, un arquitecto, un obrero de cualquier profesión, un soldado, un gobernador, un rey. Pues haciéndonos Dios de cosas pequeñas, ¿no podrá resucitarnos después de muertos? Quien hace cuerpos vivos de tan insignificantes elementos, ¿no podrá resucitar un cuerpo muerto? El que hace lo que no era, ¿no resucitará lo que era y murió?...10. Pero, ¿cómo -te preguntas- puede resucitar una materia totalmente disuelta? ¡Examínate a ti mismo, oh hombre, y te convencerás de ello! Piensa lo que eras antes de ser: ¡Nada, de lo contrario lo recordarías! Pues si tú eres nada antes de ser y serás nada cuando dejes de ser, ¿por qué no podrás resucitar de la nada por voluntad del mismo Autor, que quiso llegaras de la nada al ser? ¿Qué te acontecerá de nuevo? Cuando no existías, fuiste hecho. Nuevamente serás hecho, cuando no existas... Más fácil es hacerte tras haber existido, que hacerte sin existir 11. Realmente «en vano cree en Dios, quien no cree en la resurrección de la carne y en la vida eterna, pues todo lo que creemos es por la fe en nuestra resurrección». De otro modo, «si ponemos nuestra esperanza en Cristo sólo para esta vida, somos los más miserables de los hombres» (1 Cor 15,19). Pues Cristo asumió la carne humana para dar a nuestro ser mortal la comunión de la vida eterna. Creer en Cristo, por tanto, es creer en la resurrección de la carne. Ya Isaías lo anunció así: «Se levantarán los muertos, resucitarán los que yacen en los sepulcros y en el polvo de la tierra» (Is 26,19). Y el mismo Señor nos dice que con El «llegó la hora en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, resucitando quienes obraron el bien para la resurrección de la vida, y los obradores del mal para la resurrección del juicio» (Jn 11,27)... De estos -y otros textos ya citados- concluye Nicetas de Remasina Para que no dudes, absolutamente, de la resurrección corporal, observa el ejemplo de las cosas terrestres aducido por el Apóstol. El grano de trigo sembrado en la tierra muere y, humedecido por el rocío del cielo, se pudre para finalmente ser vivificado y

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resucitar (1Cor 15,36). Creo que Quien, a causa del hombre, resucita un grano de trigo, puede resucitar al mismo hombre sembrado en la tierra. ¡Lo puede y lo quiere! Pues como el grano es vivificado por la lluvia así el cuerpo lo es por el rocío del Espíritu, como asegura Isaías refiriéndose a Cristo: «El rocío que de ti procede es salvación para ellos» (Is 26,19). ¡Verdadera salvación! Pues los cuerpos resucitados de los santos ya no temen morir, viviendo con Cristo en el cielo, quienes en este mundo vivieron según su voluntad. ¡Esta es la vida eterna y bienaventurada en la que crees! ¡Este es el fruto de toda la fe! ¡Esta es la esperanza por la que nacimos, creímos y renacimos! 12. Nuestra esperanza es la resurrección de los muertos, nuestra fe es la resurrección de los muertos. Quitada ésta, cae toda la doctrina cristiana. Por tanto, quienes niegan que los muertos resuciten no son cristianos... Espero que aquí nadie sea pagano, sino todos cristianos. Pues los paganos y quienes se mofan de la resurrección no cesan de susurrar diariamente en los oídos de los cristianos: «Comamos y bebamos, que mañana moriremos» (1 Cor 15,33); pues dicen «nadie resucitó del sepulcro, no oí la voz de ningún muerto, ni de mi abuelo ni de mi bisabuelo ni de mi padre». Respondedles, cristianos, si sois cristianos: «¡Estúpido!, ¿creerías si resucitase tu padre? resucitó el Señor de todas las cosas, ¿y no crees?, ¿para qué quiso morir y resucitar, sino para que todos creyéramos en Uno y no fuésemos engañados por muchos?...13 La resurrección de Jesucristo es el fundamento firme de la fe de la Iglesia en la resurrección de los muertos (He 4,1-2;17,18.32): «Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por el mismo Espíritu, que habita en vosotros» (Rom 8,11; 1 Cor 15,12-22). «¡Se mantenga siempre fuerte en vuestro corazón Cristo, quien quiso mostrar en la Cabeza lo que los miembros esperan! El es el Camino: «corred de manera que lo alcancéis». Sufrimos en la tierra, pero nuestra Cabeza está en el cielo, ya no muere ni sufre nada, después de haber padecido por nosotros, pues «fue entregado por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación» (Rom 4,25) 14. Que la muerte haya sido destruida, que la cruz haya triunfado sobre ella y que no tenga ya fuerza sobre nosotros (1 Cor 15,54-57), sino que esté realmente muerta, aparece evidente en el testimonio de los discípulos de Cristo que «desprecian la muerte». ¡Todos sus discípulos caminan hacia ella sin temerla, pisoteándola mediante el signo de la cruz y la fe en Cristo! Los que creen en Cristo la pisan como una nada, prefiriendo morir a renegar de la fe en Cristo. Pues saben muy bien que muriendo no perecen sino que viven y que la resurrección les hará incorruptibles. Así testimonian la victoria sobre la muerte lograda por el Salvador en su resurrección. De tal modo ha sido debilitada la muerte que hasta los niños y las mujeres se mofan de ella como de un ser muerto e inerte... Así todos los creyentes en Cristo la pisan y, dando testimonio de Cristo, se ríen de la muerte y la insultan: «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» (1 Cor 15,55) ...Quien dude sobre la victoria de Cristo sobre la muerte, que reciba la fe en El y le siga: ¡Verá entonces la debilidad de la muerte y la victoria lograda sobre ella! Muchos, que antes de creer se mofaban de la resurrección de Cristo, después de creer, despreciaron la muerte, llegando a ser también ellos mártires de Cristo 15. Ya la Eucaristía es experiencia gozosa del banquete del Reino y garantía de vida eterna, según la Palabra del mismo Jesús: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré el último día» (Jn 6,54).

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LA RESURRECCIÓN CONSUMA LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS En Cristo, hombre como nosotros, glorificado a la derecha del Padre, nos encontramos con Dios. Y en El nos encontramos con la comunidad de los creyentes, unidos a El como miembros de su Cuerpo, glorificados con El. Este es el fin y el compendio de nuestra fe. ¿Y quién, creyendo en Dios, puede dudar de la resurrección de la carne, siendo manifiesto que por eso solamente nació Cristo? ¿Por qué otro motivo se dignó el Eterno asumir la carne, sino para eternizar la carne? ¿Por qué el Hijo de Dios no rehusó la cruz, deseó la muerte y anheló la sepultura, sino para dar a los mortales la vida eterna mediante la resurrección? 16. Confesamos la resurrección de la carne, es decir, del hombre entero, como persona que vive en la comunión eclesial en el mundo, con los hombres y con la creación entera. La vida eterna, comunión con Dios, será también la «communio sanctorum», la comunión de los santos y de las cosas santas, de los nuevos cielos y la nueva tierra, de toda la creación liberada de la «vanidad» y «servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios» (Rom 8,20- 21). La vida eterna realizará plenamente la comunión. El gozo de la comunidad eclesial alcanzará la plenitud en la comunión celestial. En ella, cada miembro del Cuerpo eclesial de Cristo descubrirá su puesto «indispensable» (1 Cor 12,22) y, por ello, sin envidia, «tomando parte en el gozo de los demás» (1 Cor 12,26). El amor, llegado a su cumplimiento pleno, dará sentido y valor a todos y cada uno de los diversos carismas (1 Cor 13). Cristo nos dirá: «Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino que os ha sido preparado desde la creación del mundo» (Mt 25,34). Así se lo anuncia al buen Ladrón: «En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23,43). Pues Cristo quitó aquella «espada llameante» de la entrada del Paraíso (Gén 3,24), abriéndolo para los creyentes, al recrear todas las cosas en su estado original, para reunirnos a todos en la Jerusalén celestial, donde estaremos y haremos fiesta con Cristo... Pues es una fiesta deseabilísima la fiesta de la resurrección de todos los cuerpos, de los que Cristo fue «la primicia» (1 Cor 15,23), pues es designado -y lo es- «Primogénito de entre los muertos» (Col 1,18), siendo «la Resurrección y la Vida» (Jn 11,25-26) 17. La fe en la vida eterna, como consumación de la comunión, impulsa a la comunidad cristiana a vivir en el mundo como signo sacramental del amor y unidad escatológico, que mientras la espera, realiza ya la comunión. El fiel vive como hijo, sintiendo a los demás fieles como hermanos, desgastando la vida presente por los hombres, en espera de la nueva creación. Al morir, pasamos por la muerte a la inmortalidad a reinar por siempre. No es ciertamente una salida, sino un paso y traslado a la eternidad. Y el que ha de llegar a la morada de Cristo, a la gloria del reino celeste, no debe llorar sino más bien regocijarse de esta partida y traslado, conforme a la promesa del Señor (Jn 17,24) y a la fe en su cumplimiento (Filp 3,20-21). Pues nosotros tenemos por patria el paraíso (Filp 3,20; Heb 11,13-16; 13,13) y por padres a los patriarcas. Nos esperan allí muchas de nuestras personas queridas, seguras de su salvación pero preocupados por la nuestra. ¡Qué alegría tan

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grande para ellos y nosotros llegar a su presencia y abrazarlos! Allí está el coro glorioso de los apóstoles, el grupo de los profetas gozosos, la innumerable multitud de los mártires coronados por la victoria, las vírgenes que triunfaron en el combate de la castidad, los que socorrieron a los pobres, transfiriendo su patrimonio terreno a los tesoros del cielo. ¡Corramos, hermanos amadísimos, con insaciable deseo tras éstos, para estar enseguida con ellos! ¡Deseemos llegar pronto a Cristo! 18 La resurrección «en el último día», al final de la historia y en presencia de todos los hombres, manifestará la «comunión de los santos». El cristiano, que ya vive resucitado, vivirá plenamente su resurrección en la comunión del Reino, gozando con los hermanos que vivieron la misma fe en Cristo. La muerte no ha tenido el poder de separarlos. En el Cuerpo glorioso de Cristo, a quien le unió el bautismo, el cristiano encuentra a sus hermanos, miembros con él del «Cristo total» (S. Agustín). Cristo «es la resurrección y la vida» (Jn 11,25). Quien se une a Cristo, es conocido y amado por Dios y tiene, por tanto, «vida eterna» (Jn 3,15): «Pues tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3,16.36; 5,24). EL INFIERNO ES LA EXCOMUNIÓN ETERNA El que cree tiene vida eterna, «pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas» (Jn 3,18-21). Dios, en Cristo, ofrece la luz y la vida al hombre. Pero el amor y la salvación no se imponen. Dios respeta absolutamente la libertad del hombre. Le ofrece gratuitamente, en Cristo, su amor y salvación, pero deja al hombre la libertad de acogerlo o rechazarlo. Es más, el amor de Dios capacita al hombre para acoger el don, pero sin anularle la libertad y, por ello, dejándole la posibilidad de rechazar el amor. El infierno, siempre posible para todo hombre, da seriedad a la vida y es garantía de libertad. Sin infierno, todo el Credo pierde su verdad. Todo se convierte en juego, en apariencia; nada es real. La idea del infierno, como condenación eterna, puede chocar con la lógica sentimental del hombre, pero es necesario para comprender a Dios, a Cristo, al Espíritu santo, a la Iglesia y al hombre: El infierno existe y es eterno, como aparece en el Evangelio (Mt 25,41; 5,9 p; 5,22; 8,12; 13,42.50; 18,8-12; 24,51; 25,30; Lc 13,28) y en los escritos apostólicos (2 Tes 1,9; 2,10; 1 Tes 5, 3; Rom 9,22; Filp 3,19; 1 Cor 1,18; 2 Cor 2,15; 4,3; 1 Tim 6,9; Ap 14, 10; 19,20; 20,10-15; 21,8)... El infierno es la negación de Dios, que constituye la bienaventuranza del hombre. Por ello, el infierno es la imagen invertida de la gloria. Al «ser en Cristo», se opone el ser apartado de Cristo, «no ser conocido por El» (Mt 7,23), sin comunión con El; al «entrar en el Reino» se opone el «quedarse fuera» (Lc 13,23-27); al «sentarse en el banquete» corresponde el ser excluido de él, «no participar en el banquete» (Lc 13,28-29; Mt 22,13); el novio «no conoce a las vírgenes necias y se quedan fuera, se les cierra la puerta»; el infierno es, «perder la herencia del Reino» (1 Cor 6,9-10; Gál 5,21), «no ver la vida» (Jn 3,36)... Si el cielo es «vida eterna», el infierno es «muerte eterna» o «segunda muerte» 19. Quienes hayan huido de la Luz (Jn 3,19-21; 12,46-48; 1 Jn 1.5-6) tendrán un lugar digno de su fuga. En efecto, hallándose en Dios todos los bienes, quienes por propia decisión

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huyen de Dios se privan de todos los bienes. Quienes huyen del reposo vivirán justamente en la pena y quienes hayan huido de la Luz vivirán justamente en las tinieblas eternas, por haberse procurado tal morada. La separación de Dios es la muerte; la separación de la Luz es la tiniebla... Y como eternos y sin fin son los bienes de Dios, por eso su privación es eterna y sin fin (Jn 12,18; 3,18; Mt 25,34.41.46)... Por eso dice el Apóstol: «Porque no acogieron el amor de Dios, para ser salvados, Dios les enviará un poder seductor que les hará creer en la mentira, para que sean condenados todos los que no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad» (2Tes 2,10-12) 20. La vida eterna consiste en «ver a Dios», en «vivir eternamente con Dios»; la muerte eterna, negación de la vida, es la irrevocable lejanía de Dios, el vacío incolmable del ser humano, existencia eterna sin Dios. Es la soledad absoluta, soledad en la que no puede entrar el amor. Dios y los otros, rechazados -«el infierno son los otros»-, quedan fuera del círculo donde el pecador se ha encerrado a sí mismo, creándose su propio infierno, excomulgándose, excluyéndose de la «comunión de los santos». El pecado lleva en su seno el infierno; la muerte en el pecado es su alumbramiento con todo «su llanto y crujir de dientes». La vida eterna, que es premio de las obras buenas, es valorada por el Apóstol como gracia de Dios: «El salario del pecado es la muerte, mas la gracia de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro» (Rom 6,23). El salario se paga como debido por el servicio prestado, no se regala; de ahí que «la muerte es el salario del pecado», es decir, ganada con este, debida a este. La gracia de Dios, sin embargo, no es gracia si no es gratis. Se ha de entender, pues, que incluso los buenos méritos del hombre son don de Dios, de modo que, cuando son recompensados, en realidad se devuelve gracia por gracia 21. El infierno, por ello, es la «segunda muerte» (Ap 20,14- 15), es decir, el voluntario encerrarse en sí mismo, sin querer inscribir el propio nombre en el libro de la vida. Rechazando a Cristo, amor del Padre, el hombre pecador ha extraviado la llave que podía abrirle las puertas del infierno (Ap 1, 18;3,7). La muerte eterna brota, pues, de la profundidad del pecado del hombre. No vale decir «Dios es demasiado bueno para que exista el infierno», pues para que «exista el infierno» no es preciso que Dios lo haya querido o creado; basta que el hombre, siendo libre, realice su vida al margen de Dios, quien respeta esa libertad y la ratifica. Y como Dios es la vida, lo que nace del rechazo de Dios es la muerte eterna. Un amor total, realmente ofrecido, puede ser libremente rehusado, siendo una «pérdida total» 22. Y no se nos objete lo que suelen decir los que se tienen por filósofos: que cuanto afirmamos sobre el castigo reservado a los impíos en el fuego eterno no es más que ruido y fantasmagorías; a estos respondemos que si no es como nosotros decimos, o Dios no existe o, si existe, no se cuida para nada de los hombres; y ni la virtud ni el vicio serían nada 23 LA VISIÓN DE DIOS ES VIDA ETERNA La fe cristiana llama justamente «vida eterna» a la victoria del amor sobre la muerte. Esta vida eterna consiste en la visión de Dios, incoada en el tiempo de la fe y consumada en el «cara a cara» del Reino. Pero visión, «ver a Dios», «conocer a Dios cara a cara» recoge toda la fuerza del verbo conocer en la Escritura. No se trata del conocer intelectual, sino de convivir, de entrar en comunión personal, gozar de la intimidad,

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compartiendo la vida de Dios, participando de la divinidad; «seremos semejantes a El porque le veremos tal cual es» (1 Jn 3,2). Conocer a Dios es recibir su vida, que nos deifica: «Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo» (Jn 17,3). El estar con Cristo, vivir en Cristo, que nos da la fe y el bautismo, es el comienzo de la resurrección, como superación de la muerte (Filp 1,23; 2 Cor 5,8; 1 Tes 5,10). Este diálogo de la fe es vida que no puede destruir ni la muerte: «Pues estoy seguro que ni la muerte... podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro» (Rom 8,38-39). San Policarpo puede bendecir a Dios en la hora de su martirio: ¡Señor, Dios omnipotente, Padre de tu amado y bendito siervo Jesucristo, por quien hemos nacido de ti, yo te bendigo por haberme considerado digno de esta hora y poder ser contado entre tus mártires, tomando parte en el cáliz de Cristo (Mt 20,22-23; 26,39) para resurrección de vida eterna, mediante la incorrupción del Espíritu Santo! (Rom 8,11). Sea yo recibido hoy con ellos en tu presencia, como sacrificio aceptable, conforme previamente me lo preparaste y me lo revelaste, cumpliéndolo ahora Tú, el infalible y verdadero Dios 24 La visión de Dios es el cumplimiento del deseo que Jesús expresa en su oración: «Padre, los que Tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria, la que me has dado porque me has amado antes de la creación del mundo» (Jn 17,24). Más aún, que lleguen a «ser uno como nosotros», «como Tú, Padre, en mí y yo en Ti, que ellos también sean uno en nosotros..., para que el mundo sepa que los has amado a ellos como me has amado a mí» (Jn 17,21.21-23). ¿Qué nos dio aquí? ¿Qué recibisteis? Nos dio la exhortación, nos dio su palabra, nos dio la remisión de los pecados; recibió insultos, la muerte, la cruz. Nos trajo de aquella parte bienes y, de nuestra parte, soportó pacientemente males. No obstante nos prometió estar allí de donde El vino, diciendo: «Padre, quiero que donde voy a estar, estén también conmigo los que me has dado» (Jn 17,24) ¡Tanto ha sido el amor que nos ha precedido!. Porque donde estábamos nosotros El también estuvo, dónde El está tenemos que estar también nosotros. ¿Qué te ha prometido Dios, oh hombre mortal? Que vivas eternamente. ¿No lo crees? Créelo, créelo. Es más lo que ya ha hecho que lo que ha prometido. ¿Qué ha hecho? Ha muerto por ti. ¿Qué ha prometido? Que vivirás con El. Es más increíble que haya muerto el eterno que el que un mortal viva eternamente. Tenemos ya en mano lo que es más increíble. Si Dios ha muerto por el hombre, ¿no ha de vivir el hombre con Dios? ¿No ha de vivir el mortal eternamente, si por él ha muerto Aquel que vive eternamente? Pero, ¿cómo ha muerto Dios y por qué medio ha muerto? ¿Y puede morir Dios? Ha tomado de ti aquello que le permitiera morir por ti. No hubiera podido morir sin ser carne, sin un cuerpo mortal: se revistió de una sustancia con la que poder morir por ti, te revestirá de una sustancia con la que podrás vivir con El. ¿Dónde se revistió de muerte? En la virginidad de la madre. ¿Dónde te revestirá de vida? En la igualdad con el Padre. Aquí eligió para sí un tálamo casto, donde el esposo pudiera unirse a la esposa (2 Cor 11,2; Ef 5,22-23...). El Verbo se hizo carne (Jn 1,14) para convertirse en cabeza de la Iglesia (Ef 1,22-23; Col 1,18). Algo nuestro está ya allá arriba, lo que El tomó, aquello con lo que murió, con lo que fue crucificado: ya hay primicias tuyas que te han precedido, ¿y tú dudas de que las seguirás? 25

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El Hijo entregará al Padre los elegidos salvados por El (1Cor 15,24), pasándoles de su Reino al Reino del Padre (Mt 25,35). «Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre» (Mt 13,43): El justo recibirá un «cuerpo celeste» (1 Cor 15,40), capaz de estar en compañía de los ángeles con el «vestido» limpio de su cuerpo, recibido en el bautismo, al ser inscrito en el libro de la vida (Ap 3,4-5). La otra vida es una espiritual cámara nupcial. 26. Esta es la esperanza cristiana: «vivir con Cristo eternamente» (Filp 1,23). Esta es la fe que profesamos: «los muertos en Cristo resucitarán... yendo al encuentro del Señor... y así estaremos siempre con el Señor» (1 Tes 4,16-17). «Porque Cristo murió y resucitó para ser Señor de vivos y muertos» (Rom 14,9). Estar en Cristo con el Padre en la comunión del Espíritu Santo con todos los santos es la victoria plena del Amor de Dios sobre el pecado y la muerte: es la vida eterna: Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, ni les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero, que está delante del trono, será su Pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos (Ap 7 15-17). «¿Quién es el hombre, que apetece la vida y anhela ver días felices?» (Sal 34,13). El profeta se refiere, no a esta vida, sino a la verdadera vida, que no puede ser cortada por la muerte. Pues «ahora -dice el Apóstol- vosotros estáis muertos y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios; pero cuando Cristo, vuestra Vida, se manifieste, también vosotros apareceréis con El en la gloria» (Col 3,3-4). Cristo es, pues, nuestra verdadera vida, siendo ésta vivir en El... De aquí que cuando oyes hablar de «días felices» no debes pensar en la vida presente, sino en los sábados alegres, santos, hechos de días eternos... Ya desde ahora, el justo bebe «agua viva» (Jn 4,11; 7,37-39), pero beberá más abundantemente de ella, cuando sea ciudadano de la Ciudad de Dios (Ap 7,17; 21,6; 22, 1.17), es decir, de la asamblea de quienes viven en los cielos, constituyendo todos la ciudad alegrada por la inundación del Espíritu Santo, estando «Dios en medio de ella para que no vacile» (Sal 45,6)... Allí, encontrará el hombre «su reposo» (Sal 114,7), al terminar su carrera de la fe y recibir la «corona de justicia» (2 Tim 4,7-8). Un reposo, por lo demás, dado por Dios no como recompensa de nuestras acciones, sino gratuitamente concedido a quienes esperaron en El. 27 Esta será la meta de nuestros deseos, amaremos sin hastío, alabaremos sin cansancio. Este será el don, la ocupación común a todos, la vida eterna. Pues, como dice el salmo, «cantarán eternamente las misericordias del Señor» (Sal 88,2). Por cierto, aquella Ciudad no tendrá otro cántico más agradable que éste, para glorificación del don gratuito de Cristo, por cuya sangre hemos sido liberados. Allí se cumplirá aquel «descansad y ved que yo soy el Señor» (Sal 45,11). Este será el sábado máximo, que no tiene ocaso; descansaremos, pues, para siempre, viendo que El es Dios, de quien nos llenaremos cuando «El sea todo en todos». En aquel sábado nuestro, el término no será la tarde sino el Día del Señor, como octavo día eterno, que ha sido consagrado por la Resurrección de Cristo, santificando el eterno descanso. Allí descansaremos y contemplaremos, contemplaremos y amaremos, amaremos y alabaremos 28.

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Un solo amor de Dios, un solo Espíritu unirá a todos los bienaventurados en un solo Cuerpo de Jesucristo, en la gloria de Dios y de sus obras, el cielo nuevo y la tierra nueva (Is 65,17; 66,22; 2 Pe 3,13): Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: Esta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni luto ni dolor. Porque lo de antes ha pasado. Y el que estaba sentado en el trono dijo: Todo lo hago nuevo (Ap 21,2-5).

A M E N La fe de la Iglesia culmina en la esperanza de la vida eterna. El AMEN final expresa la firmeza de la fe y la seguridad de la esperanza, basadas en el amor de Dios. Amen tiene la misma raíz hebrea del creo con que empieza el Símbolo. Amén, pues, recoge y confirma el Credo confesado. Nuestra fe es nuestra esperanza. Jesucristo, el Amén (Ap 3,14), es el fundamento de nuestra fe, la garantía de nuestra esperanza y la culminación de nuestro amor en el amor de Dios. «En El todas las promesas han recibido un sí. Por El podemos responder Amén a Dios, para gloria suya» (2 Cor 1,20). Referencias 1. SAN IRENEO, Adversos Haereses IV 14,1-2; 20,5-6; 22,1-2. 2. SAN IRENEO, Adversos Haereses, 1 10,1; 111 16,9; 19,3; 23,7. 3. SAN AMBROSIO, Explanatio Symboli 6. 4. TERTULIANO, De Resurrectione Carnis 1-63. 5. SAN AMBROSIO, Expos.Evan. s.Lucam VII 1-9; VIII 18; X 121. 6. Concilio IV de Letrán, Dzs. 801. 7. RUFINO DE AQUILEYA, Expositio Simboli 44-54. 8. SAN CLEMENTE ROMANO, 1Cor 24-26; SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, A los Trallanos 9,2. 9. SAN JUSTINO, 1 Apología 19,1-6. 10. SAN CIRILO DE JERUSALEN, Catequesis XVIII 1-20. 11. TERTULIANO, Apología 48. Textos semejantes se podrían multiplicar en los Padres, respondiendo a las objeciones de herejes u oyentes. 12. NICETAS DE REMASINA, Explanatio Symboli 10-12. 13. SAN AGUSTIN, De Fide et Symbolo X 23-24; Sermón 362, 2-I8. 14. SAN AGUSTIN, Sermón 361. 15. SAN ATANASIO, De Incarnatione Verbi 27-28. 16. SAN MAXIMO TAUMATURGO, Homilía 83. 17. SAN ATANASIO, Contra Arrianos 11,76; SAN CIRILO DE ALEJANDRIA, De Adoratione in Spiritu et Veritate XVII; In Joannes VII-VIII. 18. SAN CIPRIANO, Sobre la unidad de la Iglesia 26; Sobre la peste 2-26. 19. Lc 13,3; Jn 5,24; 6,50; 8,51;1Jn 3,14; 5,16-17; Ap 20,14; Rom 5,12; 6,21; 7,5-24; 8,6; 1Cor 15,21-22; Ef 2,1-5; Mm. 5,6... 20. SAN IRENEO, Adversus Haereses, IV 39,4; V 27,2-28,2. 21. SAN ILDEFONSO DE TOLEDO, De Cognitione Baptismi 92-95. 22. Cfr. J. RATZINGER, Escatología, Barcelona 1980, p.201-203; J.L. RUIZ DE LA PEÑA, La otra dimensión, Santander 1986, p. 251-271. 23. SAN JUSTINO, I Apología 19,7-8; 11 Apología 9,1; Diálogo con Trifón 47,4. 24. Martirio de San Policarpo 14,1-2. 25. SAN AGUSTIN, Enarratio in Psal. 148,8. 26. SAN JUAN CRISOSTOMO, In Mth. Homilía 34,2; 31,3-5; De Resurrectione Mortis Homilía. 27. SAN BASILIO, In Ps 33 Homilía 17; In Ps 45 Homilía 8-10; In Ps 114 Homilía 8. 28. SAN AGUSTIN, De Civitate Dei XXII 29-30.

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