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S.A.P - Salvamento Acuático Profesional, S.L . CIF B-57 123 523. www.salvamento-illesbalears.com Pág. 1 DOSSIER SOCORRISTA DE PISCINAS Acredita:

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Manual de socorrismo. Islas Baleares 2012.

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DOSSIER

SOCORRISTA DE PISCINAS

Acredita:

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Indice

Modulo I : Primeros Auxilios

Tema Página.

Que son los primeros auxilios 02 Valoración primaria 03

Valoración secundaria 07 Soporte vital básico básico instrumentalizado 09

Manejo del equipo oxigenoterapia portatil 55 Obstrucción vía aerea 14

Uso del desfibrilador-D.E.S.A. 29

Modulo II : Normativa vigente

Tema Página.

Decreto 53/1995-Condiciones higiénico-sanitarias 36 de los establecimientos de alojamiento turistico

y las de uso colectivo. Modulo III : Salvamento y Socorrismo en Piscinas

Tema Página.

Principos generales del salvamento 47 Secuencia de actuación del salvamento 48 Remolques de accidentados 49 Salvamento en piscinas 50 Presas y contrapesas (Zafaduras) 51

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Que son los primeros auxilios

Los primeros auxilios son una serie de técnicas, aplicadas a la salvaguarda de la vida en caso de

accidentes o enfermedades repentinas. Los accidentes están en cualquier parte y podemos

enfrentarnos a ellos en cualquier momento, es imprescindible poseer algún conocimiento sobre las metodologías empleadas para el auxilio personas en tales situaciones.

Para el soporte básico de la vida es necesario conocer maniobras que puedan ejecutarse de

manera rápida con el objeto de mantener la vida de una persona lesionada, hasta el momento

en que llegue la atención especializada. Cualquier persona que haya recibido capacitación en

primeros auxilios puede realizar estas técnicas.

En caso de accidente, la primera atención del lesionado representa la base esencial del

tratamiento y define el éxito del mismo. La creación de una cultura de prevención contribuye a

minimizar los riesgos en los accidentes, y permite una adecuada respuesta dentro y fuera de las instalaciones médicas.

Los cursos de entrenamiento en técnicas de auxilio son una herramienta básica para el

procedimiento en situaciones de emergencia, antes de la llegada del personal sanitario especializado. Tiene como objetivo detener el daño y si fuera posible disminuirlo.

La temática de los cursos de primeros auxilios:

Dentro de los cursos de primeros auxilios hay una serie de temas imprescindibles, que

aseguran una preparación básica para los accidentes más comunes en la vida cotidiana y están orientados a dos principios fundamentales:

1. Soporte básico de la vida:

• Qué es soporte de vida

• Activación de los servicios médicos de emergencia

• Obstrucción de la vía aérea. Definición, clasificación, sintomatología, tratamiento.

• Infarto al miocardio. Definición, sintomatología, signos, tratamiento.

• Reanimación Cardio pulmonar básica. • Accidente cerebro-vascular. Clasificación, definición, sintomatología, tratamiento.

2. Primeros auxilios:

• Definición de primeros auxilios, su importancia y medidas de seguridad.

• Convulsiones. Clasificación, definición, tratamiento.

• Asma. Definición, clasificación, signos, sintomatología, tratamiento.

• Anafilaxia.

• Diabetes.

• Heridas.

• Hemorragias.

• Fracturas

• Quemaduras. • Traslado de lesionados.

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Valoración Primaria

Aspectos Importantes

"Primero ver, oír y escuchar-V.O.S-, luego examinar"

Indague sobre el estado de la conciencia

pretende explorar todos los Signos físicos y cambios

de comportamiento que éste pudiera presentar.

Usualmente se practica después que el auxiliador ha

escuchado la historia del caso y los síntomas que

manifiesta el lesionado.

cuidadoso evitando la manipulación excesiva e

innecesaria que puede agravarlas lesiones ya

existentes o producir unas nuevas.

Consideramos pertinente aclarar el significado de los términos signo y síntoma:

SIGNO : SINTOMA :

Lo que el auxiliador observa en el lesionado. Los que el lesionado manifiesta.

Resumiendo: "A EL AUXILIADOR SOLO LE INCUMBE HACER UN DIAGNOSTICO

PROVISIONAL, ESTE SERA CONFIRMADO O MODIFICADO TAN PRONTO COMO SE HAGA CARGO

UN MEDICO. SI HUBIERA ALGUNA DUDA CON RESPECTO AL DIAGNOSTICO, EL LESIONADO

SERA TRATADO COMO SI SUFRIERA LAS MAS GRAVES LESIONES"

METODO DE EXAMEN

Forma Adecuada para Voltear un Lesionado

Después de tomar los Signos vitales (respiración , pulso, reflejo

pupilar) es necesario realizar una serie de apreciaciones sobre el

aspecto general del lesionado. Observar al Lesionado. Aflojarle la

ropa apretada.

Si fuere necesario abrir o remover la ropa del lesionado a efecto

de exponer su cuerpo para una mejor evaluación, ésta deberá,

en algunos casos, ser cortada o abierta por las costuras,

teniendo cuidado al hacerlo , en caso contrario puede ocasionar mayores daños.

SIGNOS VITALES. DEFINICION

Se denominan signos vitales, las señales o reacciones que presenta un ser humano con vida que revelan las funciones básicas del organismo.

Los Signos Vitales son:

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Al prestar primeros auxilios es importante valorar el funcionamiento del organismo y detectar

las alteraciones que son frecuentes en caso de accidentes; para ello es necesario controlar la

respiración y el pulso. El control de la respiración y el pulso , además de ser necesario para

determinar los cambios que se presenten como consecuencia del accidente, orientan al personal de salud para iniciar el tratamiento definitivo.

RESPIRACION

Es el intercambio gaseoso entre el organismo y la atmósfera. En la respiración además de los

órganos del aparato respiratorio, intervienen la contracción de los músculos del tórax y los

movimientos de las costillas. Por eso en caso de lesiones a este nivel , es indispensable el

control de este signo vital.

CIFRAS NORMALES DE LA RESPIRACION

Hay factores que hacen variar el número de respiraciones, entre ellas :

respiratoria.

olla la persona la frecuencia respiratoria tiende a disminuir.

Cifras normales son :

Niños de meses 30 a 40 respiraciones por minuto

Niños hasta seis años 26 a 30 respiraciones por minuto

Adultos 16 a 20 respiraciones por minuto

Ancianos menos de 16 respiraciones por minuto

PROCEDIMIENTO PARA CONTROLAR LA RESPIRACION

Para controlar la respiración, usted como auxiliador, debe contar los movimientos respiratorios,

tomando la inspiración y la espiración como una sola respiración.

cómoda

(acostada) en caso de vomito con la cabeza hacia un

lado.

tórax y el abdomen , de preferencia después de

haber tomado el pulso, para que el lesionado no se de

cuenta y evitar así que cambie el ritmo de la

respiración

reloj con segundero.

estos datos cuando lleve el lesionado al centro asistencial.

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PULSO

Es la expansión rítmica de una arteria, producida por el paso de la sangre bombeada por el

corazón. El pulso se controla para determinar el funcionamiento del corazón. El pulso sufre

modificaciones cuando el volumen de sangre bombeada por el corazón disminuye o cuando hay

cambios en la elasticidad de las arterias ; tomar el pulso es un método rápido y sencillo para

valorar el estado de un lesionado

CIFRAS NORMALES DEL PULSO

El pulso normal varia de acuerdo a diferentes factores; siendo el más importante la edad.

NIÑOS DE MESES 130 A 140 Pulsaciones por minuto

NIÑOS 80 A 100 Pulsaciones por minuto

ADULTOS 72 A 80 Pulsaciones por minuto

ANCIANOS 60 O menos pulsaciones por minuto

SITIOS PARA TOMAR EL PULSO

El pulso se puede tomar en cualquier arteria superficial que pueda comprimirse contra un hueso.

Los sitios donde se puede tomar el pulso son :

bebes (pulso apical)

En primeros auxilios en los sitios que se toma

con mayor frecuencia es el radial y el carotídeo.

RECOMENDACIONES PARA TOMAR EL PULSO

Palpe la arteria con sus dedos índice, medio y anular. No

palpe con su dedo pulgar , porque el pulso de este dedo

es más perceptible y confunde el suyo. No ejerza

presión excesiva, porque no se percibe adecuadamente,

Controle el pulso en un minuto en un reloj de

segundero.

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Manera de tomar el pulso carotídeo. En primeros auxilios se toma este pulso porque es el de más fácil localización y por ser el que pulsa con más intensidad.

La arteria carotídea se encuentra en el cuello a lado y lado de

la tráquea para localizarlo haga lo siguiente:

ia el lado de la tráquea

Manera de tomar el pulso radial:

Este pulso es de mayor acceso, pero a veces en caso de accidente se hace imperceptible:

que está localizada en la muñeca,

inmediatamente arriba en la base del dedo pulgar.

índice, medio y anular) haciendo ligera

presión sobre la arteria.

Manera de tomar el pulso braquial:

Pulso braquial, situado entre el bíceps y el tríceps, en el lado

medial de la cavidad del codo, usado frecuentemente en lugar del

pulso carótido en infantes (arteria braquial).Se denomina así el

pulso que se toma directamente en la punta del corazón. Este tipo de pulso se toma en niños pequeños (bebés).

REFLEJO PUPILAR

grandes de lo normal (dilatadas), la lesión o enfermedad puede indicar shock, hemorragia

severa, agotamiento por calor, o drogas tales como cocaína o anfetaminas.

Si ambas pupilas están más pequeñas de lo normal (contraídas), la causa puede ser una

insolación o el uso de drogas tales como narcóticos. Si las pupilas no son de igual tamaño,

sospeche de una herida en la cabeza o una parálisis.

MANERA DE TOMAR EL REFLEJO PUPILAR

contrae.

observe la misma reacción.

e ninguna de las dos pupilas, sospeche daño neurológico

grave.

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Valoración Secundaria

Aspectos Importantes

Una vez finalizada la valoración primaria se seguirá, a continuación, la valoración secundaria la

cual consiste en determinar el estado de la víctima mediante la localización de todas sus

lesiones. Para ello reevaluaremos y cuantificaremos su consciencia, respiración y pulso y

realizaremos una exploración rápida pero ordenada y concienzuda de todo su cuerpo en busca

de sangre, deformidades (bultos o huecos), secreciones (sudor, heces, orina o vómitos),

anormalidades en el color, temperatura y aspectos de la piel, etc., etc. A ser posible siempre

utilizaremos guantes para tocar a una víctima para evitar contagios de nosotros hacia ella o a la

inversa, aunque su aspecto parezca saludable.

Si la víctima puede colaborar, la preguntaremos por sus molestias, dolores, etc., detectando

cualquier problema de orientación o memoria antes de la exploración y mantendremos una

ligera conversación informativa de las maniobras que vamos a hacer. No es conveniente

informar de las lesiones sufridas para evitar choques emocionales. En esta entrevista tendremos

en cuentan las características particulares de cada colectivo (niños, ancianos, discapacitados,

sordos, mudos, extranjeros, etc.).

Para la exploración utilizaremos nuestras dos manos y a la vez observaremos visualmente la

zona explorada. Las manos se moverán simultáneamente, a ambos lados del cuerpo

aprovechando la simetría de este. Comenzaremos nuestra exploración en la cabeza, (en el

cráneo y en el macizo facial, incluido el interior de la boca), bajaremos al cuello y hombros.

Continuaremos por el tórax explorando el esternón y la parrilla costal; observaremos el

abdomen prestando atención a su consistencia (un abdomen rígido puede indicar una lesión

interna).

Bajaremos al vientre observando la presencia de heces u orina, a continuación exploramos las

piernas comenzando por las caderas, siguiendo por el muslo, rodilla, pierna, tobillo y pies

(incluidos dedos). Por último no nos olvidemos de las extremidades superiores, empezando por

el brazo, codo y antebrazo, pasando luego a las muñecas y manos (incluidos dedos). En la

exploración nos detendremos en las partes más complejas y, ante una duda de lesión en alguna

de las extremidades, podremos utilizar como modelo la otra, pues ambas son simétricas.

Si ha habido relajación de esfínteres, sospecharemos lesión en la columna y valoraremos la

movilidad (diciéndole que mueva los dedos) y la sensibilidad (mediante pellizcos o pinchazos) de

las extremidades. Posteriormente valoraremos de nuevo la respiración y el pulso con el fin de

conocer su frecuencia y su fuerza. Prestando también atención al color de la piel, al sudor y a la

temperatura.

Dificultades durante la evaluación y la reanimación

HEMORRAGIA AGUDA:

Si previamente al masaje cardiaco observamos que ha existido una hemorragia aguda,

procederemos al taponamiento de la herida para evitar que con el bombeo artificial siga

perdiendo más sangre por esa herida. Esta maniobra debemos realizarla en el menor tiempo

posible y, si fuese necesario, aplicaremos inmediatamente un taponamiento o un torniquete para poder dedicarnos enteramente a la reanimación.

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Cadena de supervivencia

“el tiempo como enemigo”

La cadena de supervivencia es la suma de la secuencia de acontecimientos que deben tener

lugar para evitar o tratar un episodio de PCS/MSC. Esta secuencia es

1. Consulta médica o reconocimiento médico

Acuda al médico si presenta uno o más factores de riesgo.

2. Aviso rápido a los servicios de emergencias

En primer lugar, Vd. u otros testigos deben reconocer la emergencia. Debe

conocer los signos de alarma de un ataque cardíaco, una parada cardiaca, un

ictus o un ahogamiento. Toda persona que no responde debe recibir asistencia

urgente. Tan pronto como reconozca una urgencia, avise al número de

emergencia.

3. Reanimación CardioPulmonar (RCP) básica

La RCP es el eslabón fundamental que ocupa el tiempo entre el primer eslabón

(llamada a los servicios de emergencia) y el tercero (utilización de

desfibriladores externos). Cuanto antes administre Vd. RCP a una persona en

parada cardíaca o respiratoria, mayores serán sus posibilidades de

supervivencia. La RCP mantiene la sangre oxigenada circulando hasta el cerebro

y el corazón hasta que la desfibrilación u otra asistencia avanzada permitan

restablecer la acción normal del corazón.

4. Desfibrilación precoz

La única forma de tratar eficazmente la parada cardíaca súbita o muerte súbita

cardíaca (PCS/MSC) es mediante un choque eléctrico administrado con un

desfibrilador. El voltaje almacenado por el desfibrilador impulsa una corriente

eléctrica a través del corazón por medio de los electrodos o palas situados en el

tórax. Este breve impulso de corriente detiene la actividad caótica del corazón,

dándole oportunidad de comenzar a latir de nuevo con un ritmo normal. La

administración de un choque que restablece un ritmo cardíaco normal se denomina desfibrilación.

5. Acceso a soporte vital avanzado

Este eslabón lo proporciona el personal sumamente entrenado del servicio de

urgencias. Este personal proporciona soporte vital básico y desfibrilación además

de asistencia más avanzada. Administra fármacos cardíacos e introduce tubos

endotraqueales para la respiración. Estas acciones avanzadas ayudan al corazón

en Fibrilación Ventricular (FV) a responder a la desfibrilación.

BIBLIOGRAFIA- 1997 - 2000 Docencia Nacional Cruz Roja Colombiana. Wilmar Echeverry López. 2004 - 2008 Medtronic Ibérica S. A.

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Recomendaciones para Reanimación 2005 del European

Resuscitation Council – E.R.C 2005-

Soporte vital básico de adultos

Los algoritmos de reanimación básica de adultos, avanzada de adultos y pediátricos han sido

actualizados para reflejar los cambios en las Recomendaciones ERC. Los rescatadores comienzan

la RCP si la víctima está inconsciente o no responde y no respira normalmente (ignorando

jadeos ocasionales). Se usa una relación simple de compresión-ventilación (CV) de 30:2 para un

solo reanimador de un adulto o niño (excepto en neonatos) en ámbito extrahospitalario y para

toda la RCP de adultos. Una vez que el desfibrilador está conectado, si se confirma un ritmo

desfibrilable, se administra un único choque. Independientemente del ritmo resultante, se

retoman inmediatamente compresiones torácicas y ventilaciones (2 minutos con una relación CV de 30:2) tras el choque para minimizar el tiempo de “no flujo”.

El soporte vital básico (SVB) significa mantener la permeabilidad de la vía aérea y suplir la

respiración y la circulación, sin usar ningún equipamiento que no sea un medio de protección1.

Esta sección contiene las recomendaciones para el SVB de adultos para rescatadores

presenciales y para el uso de un desfibrilador externo automático (DEA). También incluye el

reconocimiento de la parada cardiaca súbita, la posición de seguridad y el manejo del

atragantamiento (obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño). Las recomendaciones para el

SVB intrahospitalario y el uso de desfibriladores manuales puede encontrarse en las Secciones 3 y 4b.

Introducción

La parada cardiaca súbita (PCS) es una de las principales causas de muerte en Europa, afecta a

unos 700.000 individuos al año2. En el momento del primer análisis de ritmo, cerca del 40% de

las víctimas de PCS tienen una fibrilación ventricular (FV)3-6. Es posible que muchas más

víctimas tengan FV o taquicardia ventricular rápida (TV) en el momento del colapso pero, en el

momento en que se registra el primer ECG, su ritmo se ha deteriorado a asistolia7, 8. La FV se

caracteriza por ser una despolarización y repolarización rápida, caótica. El corazón pierde su

función coordinada y para de bombear sangre de manera efectiva9. Muchas víctimas de PCS

pueden sobrevivir si los testigos presenciales actúan inmediatamente mientras la FV aún está

presente, pero la resucitación con éxito es poco probable una vez que el ritmo se ha deteriorado

a asistolia10. El tratamiento óptimo de la parada cardiaca en FV es la RCP inmediata por el

testigo presencial (compresiones torácicas combinadas con respiraciones de rescate) más

desfibrilación eléctrica. El mecanismo predominante de la parada cardiaca en víctimas de

traumatismo, sobredosis de drogas, ahogamiento y en muchos niños es la asfixia; las respiraciones de rescate son críticas para la reanimación de estas víctimas.

Resumen de los conceptos de la Cadena de Supervivencia para una reanimación con

éxito (Figura 1.1). La mayoría de estos eslabones son importantes para las víctimas tanto de paradas en FV como asfícticas11.

1. Activar los servicios de emergencia médicos (SEM) o el sistema de respuesta de

emergencia local, p. ej. “llamar al 112”12, 13. Una respuesta temprana y efectiva puede

prevenir la parada cardiaca.

2. La RCP inmediata puede doblar o triplicar la supervivencia de PCS en FV10, 14-17.

3. La RCP con desfibrilación en los 3-5 minutos del colapso puede producir unas tasas de

supervivencia tan altas como el 49-75%18-25. Cada minuto de retraso en la desfibrilación

reduce la probabilidad de supervivencia al alta en un 10-15%14, 17.

4. Soporte vital avanzado precoz y cuidados post-reanimación: la calidad del tratamiento durante la fase post-reanimación afecta al resultado26.

Secuencia del SVB de adulto

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Figura 2.1 Algoritmo de soporte vital básico de adultos

El SVB consiste en la siguiente secuencia de acciones (Figura 2.1)

1 Pensar en la seguridad propia, de la víctima y de cualquier otra persona presente.

2 Comprobar si la víctima responde (Figura 2.2).

Agitar sus hombros suavemente y pr

eguntar en voz alta: ¿Te encuentras bien?. Comprobar

si la víctima responde.

Si responde dejarlo en la posición en la que lo

encontramos con precaución de que no haya más

peligro

ratar de averiguar que le pasa y conseguir ayuda si

es necesario

evalorarlo regularmente

Figura 2.2

Figura 2.3

Extensión de la cabeza y elevación del mentón.

Si no responde, gritar pidiendo ayuda (Figura 2.3)

Poner a la víctima sobre su espalda y abrir la vía aérea mediante la extensión de la cabeza y elevación del mentón (Figura 2.4)

Extensión de la cabeza y elevación del mentón en detalle.

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Pon tu mano sobre su frente y cuidadosamente inclina su

cabeza hacia atrás manteniendo tu pulgar e índice libres para

cerrar su nariz si fuera necesaria una respiración de rescate (Figura 2.5)

Con las yemas de los dedos bajo el reborde del mentón de la víctima, eleva este para abrir la vía aérea

Figura 2.5

Manteniendo la vía aérea

abierta, mirar, oír y

sentir si hay una

respiración normal (Figura 2.6)

Figura 2.6

irar si hay movimiento torácico

ír en la boca de la víctima si hay sonidos respiratorios

Sentir si notas aire espirado en tu mejilla

En los primeros minutos de una parada cardiaca, la víctima puede estar respirando

insuficientemente o dando ruidosas bocanadas poco frecuentes. No confundir esto con la

respiración normal. Mirar, oír y sentir durante no más de 10 segundos para determinar si la

víctima está respirando normalmente. Si tienes alguna duda de si la respiración es normal, actúa como si no fuera normal.

Si está respirando normalmente

ponlo en la posición de recuperación (ver más adelante) (Figura 2.7)

envía a alguien o ve por ayuda / llamar una ambulancia

comprueba que sigue respirando

Figura 2.7 Posición de recuperación. (P.L.S)

Si no está respirando normalmente

Envía a alguien por ayuda o, si estás solo, deja a la víctima y alerta al servicio de emergencias; vuelve e inicia las compresiones torácicas como sigue:

Arrodíllate al lado de la víctima

Pon el talón de una mano en el centro del tórax de la víctima (Figura 2.8)

Pon el talón de la otra mano encima de la primera (Figura 2.9)

Entrelaza los dedos de tus manos y asegúrate de que la presión no es aplicada sobre las

costillas de la víctima (Figura 2.10).No apliques la presión sobre la parte superior del

abdomen o el extremo inferior del esternón

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Posiciónate verticalmente encima del tórax de la víctima y, con tus brazos rectos,

presiona sobre el esternón hundiéndolo 4-5 cm (Figura 2.11)

Tras cada compresión deja de hacer presión sobre el tórax sin perder el contacto entre

tus manos y el esternón; repítelo con una frecuencia de cerca de 100 por minuto (un

poco menos de 2 compresiones por segundo) La compresión y la descompresión deben durar igual cantidad de tiempo

Cánula orofaríngea o tubo de Guedel.

Tras la permeabilidad d la vía aérea, está indicado el uso de la cánula orofaringea o tubo de

Guedel, dado que por su forma y su rigidez mantendrá la lengua adosada al piso de la boca lo que va a impedir su caída y posterior obstrucción de la vía aérea.

En el adulto con trauma o con posible sospecha de trauma y en todos los

pacientes pediátricos, la cánula se introduce en al misma posición en que va

a quedar, esto es, con la concavidad mirando a la lengua. En el adulto sin

trauma, la cánula se instala de forma invertida rotando mientras se

introduce. Debe introducirse totalmente en la cavidad bucal. La elección de

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la cánula se realiza midiendo la distancia entre la comisura de los labios y el lóbulo de la oreja.

Figura: Elección de la cánula.

Figura: Cánulas Guedel

Figura: Colocación de la cánula o tubo de Guedel.

Combina las compresiones torácicas con respiraciones de rescate.

Tras 30 compresiones abre la vía aérea otra vez mediante la extensión de la cabeza y

elevación del mentón (Figura 2.12)

Pinza la parte blanda de la nariz cerrándola con los dedos pulgar e índice de la mano que

está sobre la frente.

Permite que se abra la boca pero manteniendo la elevación del mentón.

Haz una respiración normal y pon tus labios alrededor de su boca, asegurándote de

hacer un buen sellado.

Sopla de manera constante dentro de la boca mientras observas la elevación del tórax

(Figura 2.13), durante aproximadamente 1 segundo como en una respiración normal;

esta es una respiración de rescate efectiva.

Manteniendo la cabeza extendida y la elevación del mentón, retira tu boca de la de la

víctima y observa el descenso del tórax mientras va saliendo el aire (Figura 2.14).

Haz otra respiración normal y sopla dentro de la boca de la víctima otra vez, para

alcanzar un total de dos respiraciones de rescate efectivas. Entonces vuelve a poner tus

manos sin dilación en la posición correcta sobre el esternón y da 30 compresiones

torácicas más.

Continúa con compresiones torácicas y respiraciones de rescate con una relación de 30:2.

Únicamente si la víctima comienza a respirar normalmente, debes parar para revalorarla;

de otro modo, no interrumpas la reanimación.

Si la respiración de rescate inicial no hace que el tórax se eleve como en una respiración normal,

entonces antes del próximo intento:

Revisa la boca de la víctima y quita cualquier obstrucción

Comprueba que es adecuada la extensión de la cabeza y la elevación del mentón

No intentes más de dos respiraciones de cada vez antes de volver a las compresiones

torácicas

Si hay presentes más de un rescatador, el otro debería llevar a cabo la RCP cada 1-2 minutos

para prevenir la fatiga. Asegurarse de que se produce el retraso mínimo durante el intercambio de rescatadores.

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Figura 2.12 Tras 30 compresiones abre la vía aérea otra vez mediante la extensión de la cabeza y elevación del mentón.

Figura 2.13 Sopla de manera constante

dentro de la boca mientras observas

la elevación del tórax.

La RCP sólo con compresiones torácicas puede ser utilizada de la siguiente manera:

Si no eres capaz o no deseas dar respiraciones de rescate, da únicamente compresiones

torácicas.

Si solo se dan compresiones torácicas, estas deben ser continuas, a una frecuencia de

100 por minuto.

Para revalorar a la víctima sólo si empieza a respirar normalmente; de otro modo no

interrumpas la reanimación.

Continúa la reanimación hasta que:

llegue ayuda cualificada y se haga cargo

la víctima empiece a respirar normalmente

tu estés agotado

Riesgo para el rescatador

La seguridad, tanto del rescatador como de la víctima, es de principal importancia durante un

intento de reanimación. Ha habido pocos incidentes de rescatadores que hayan sufrido efectos

adversos por haber realizado RCP, únicamente informes aislados de infecciones como la

tuberculosis (TB)33 y síndrome de distress respiratorio agudo severo (SARS)34. Nunca se ha

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informado de la transmisión del VIH durante la RCP. Sin embargo los estudios de laboratorio han

mostrado que ciertos filtros o métodos barrera con válvulas unidireccionales, previenen la

transmisión bacteriana oral de la víctima al rescatador durante la ventilación boca a boca35, 36. Los rescatadores deberían tomar las medidas de seguridad apropiadas cuando sea posible.

Reconocimiento de la parada cardiorrespiratoria

La palpación del pulso carotídeo es un método inexacto de confirmar la presencia o ausencia de

circulación38. Sin embargo, no hay evidencia de que valorar movimientos, respiraciones o tos

(“signos de circulación”) sea diagnósticamente superior. Esto puede deberse a que la vía aérea

no está abierta41 o porque la víctima está haciendo bocanadas ocasionales (agónicas). Cuando a

los testigos presenciales les preguntan telefónicamente los coordinadores de las ambulancias si

la respiración está presente, ellos interpretan erróneamente las bocanadas agónicas como

respiración normal. Esta información errónea puede ocasionar que el testigo presencial no

proporcione RCP a una víctima de una parada cardíaca42. Las bocanadas agónicas están

presentes en más del 40% de las víctimas de paradas cardíacas. Los testigos presenciales

describen las bocanadas agónicas como respiración insuficiente, difícil o laboriosa, ruidosa o

suspirosa43. Los testigos presenciales deben ser enseñados a empezar RCP si la víctima está inconsciente (no responde) y no está respirando normalmente.

Respiraciones de rescate iniciales

Durante los primeros minutos tras una parada cardiaca no asfíctica el contenido sanguíneo de

oxígeno permanece alto y el intercambio miocárdico y cerebral de oxígeno está limitado más por

la disminución del gasto cardíaco que por una falta de oxígeno en los pulmones. Por tanto, la

ventilación es inicialmente menos importante que la compresión torácica44. Por lo que se

recomienda que en la RCP de adultos debería comenzarse con compresiones torácicas en vez de la ventilación inicial.

Ventilación

La recomendación actual para los rescatadores es, por tanto, dar cada respiración de rescate

durante cerca de un segundo con el suficiente volumen como para hacer que se eleve el tórax

de la víctima pero evitando las respiraciones rápidas o forzadas. Esta recomendación se aplica a

todas las formas de ventilación durante la RCP, tanto en el boca a boca como con bolsa-mascarilla con o sin oxígeno suplementario.

La ventilación boca a nariz es una alternativa efectiva a la ventilación boca a boca57. Puede

tenerse en cuenta si la boca de la víctima está seriamente dañada o no puede abrirse, el

rescatador está asistiendo a la víctima en el agua o es difícil de conseguir un sellado boca a

boca. No hay evidencia publicada sobre la seguridad, eficacia o viabilidad de la ventilación boca-

traqueostomía, pero puede usarse en una víctima con tubo de traqueostomía o estoma traqueal que necesita respiración de rescate.

La ventilación con bolsa-mascarilla requiere mucha práctica y habilidad58, 59. El rescatador

solitario tiene que ser capaz de abrir la vía aérea con tracción mandibular mientras

simultáneamente fija la mascarilla sobre la cara de la víctima. Es una técnica que sólo es apropiada para rescatadores que trabajan en áreas altamente especializadas.

Compresión torácica

Las compresiones torácicas producen flujo sanguíneo tanto por incrementar la presión

intratorácica como por compresión directa del corazón. Las compresiones torácicas generan

una pequeña pero crítica cantidad de flujo sanguíneo en el cerebro y el miocardio y aumentan

la posibilidad de que la desfibrilación tenga éxito. Esto es especialmente importante si el primer

choque es administrado mas de 5 minutos después del colapso61.

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Relación compresión-ventilación

Una relación de 30 compresiones con 2 ventilaciones se recomienda para el rescatador único

intentando la reanimación de un adulto o niño fuera del hospital. Esto debería disminuir el

número de interrupciones en la compresión, reducir la posibilidad de hiperventilación50, 78, simplificar las instrucciones para la enseñanza y mejorar la retención de habilidades.

Obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño (atragantamiento)

La obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño (OVACE) es una causa poco común pero

potencialmente tratable de muerte accidental88. Cada año reciben tratamiento aproximadamente

16.000 adultos y niños en los servicios de urgencias del Reino Unido por OVACE.

Afortunadamente menos del 1% de esos incidentes son letales89. La causa más común de

atragantamiento en adultos es la obstrucción de la vía aérea causada por comida como pescado,

carne o pollo89. En niños pequeños y niños, la mitad de los episodios de atragantamiento

comunicados suceden mientras están comiendo (principalmente dulces) y el resto de los

episodios de atragantamiento se deben a objetos no alimentarios como monedas o juguetes90.

Las muertes por atragantamiento son raras en niños pequeños y niños; se ha informado de 24

muertes anuales de media en el Reino Unido entre 1986 y 1995 y cerca de la mitad de estos niños eran menores de 1 año90.

Signo Obstrucción ligera Obstrucción severa

“¿Te has

atragantado?” “Si”

No puede hablar, puede mover la

cabeza

Otros signos Puede hablar, toser, respirar

No puede respirar / respiración

estertorosa / intentos silenciosos de

toser / inconsciencia

Signos generales de OVACE: el ataque sucede mientras está comiendo; la víctima puede llevar

la mano a su cuello.

Tabla: Diferencia entre la Obstrucción de la Vía Aérea por Cuerpo Extraño (OVACE)a

ligera y severa.

Reconocimiento

Debido a que el reconocimiento de la obstrucción de la vía aérea es la llave para obtener un

resultado de éxito, es importante no confundir esta emergencia con desmayo, ataque cardíaco,

convulsión u otras enfermedades que pueden causar insuficiencia respiratoria súbita, cianosis o

pérdida de consciencia. Los cuerpos extraños pueden causar tanto obstrucción ligera como

severa de la vía aérea. Los signos y síntomas que permiten diferenciar entre la obstrucción de la

vía aérea ligera y severa se resumen en la Tabla 2.1. Es importante preguntar a la víctima “¿te has atragantado?”.

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Figura Algoritmo de tratamiento de la Obstrucción de la Vía Aérea por Cuerpo Extraño en el adulto.

Secuencia de OVACE (atragantamiento) en el adulto

(Esta secuencia también es válida para niños mayores de 1 año de edad) (Figura 2.15)

1 Si la víctima muestra signos de obstrucción ligera de la vía aérea

Animarle a toser.

2 Si la víctima muestra signos de obstrucción severa de la vía aérea y está consciente

Incline a la victima hacia delante con el fin de que avance por la vía aérea y salga por la boca.

Déle hasta cinco golpes secos entre los omóplatos con el talón de la otra mano y valorar.

Si los cinco golpes en la espalda fallan en solucionar la obstrucción de la vía aérea, dar hasta

cinco compresiones abdominales como sigue:

Ponte detrás de la víctima y pon ambos brazos alrededor de la parte superior de su abdomen.

Inclina a la víctima hacia delante. Cierra el puño y ponlo entre el ombligo y el final del esternón.

Coge esta mano con tu otra mano y empuja secamente hacia adentro y hacia arriba.

Repítelo hasta cinco veces. Si la obstrucción aún no se ha solucionado, continúa alternando los

cinco golpes en la espalda con las cinco compresiones abdominales.

3 Si la víctima en cualquier momento queda inconsciente.

Pon a la víctima cuidadosamente en el suelo.

Activa el SEM inmediatamente.

Inicia RCP.

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Reanimación cardiopulmonar básica en Pediatría

La reanimación cardiopulmonar básica es el conjunto de maniobras que permiten identificar si

un niño está en situación de parada cardiorrespiratoria y realizar una sustitución de las

funciones respiratoria y circulatoria, sin ningún equipamiento específico, hasta que la víctima pueda recibir un tratamiento más cualificado.

La reanimación cardiopulmonar básica consta de una serie pasos o maniobras que deben

realizarse de forma secuencial: conseguir la seguridad del reanimador y del niño; comprobar la

inconsciencia; pedir ayuda y colocar a la víctima; abrir la vía aérea; comprobar la respiración;

ventilar; comprobar signos de circulación y/o pulso arterial central; masaje cardíaco; activar el

sistema de emergencias, y comprobación de la eficacia de la reanimación. Los cambios más

importantes en las nuevas recomendaciones son la relación masaje cardíaco: ventilación y el

algoritmo de desobstrucción.

A la población general se le enseñará una relación de 30 masajes: 2 ventilaciones en lactantes,

niños y adultos. El personal sanitario utilizará en el lactante y niño una relación masaje:

ventilación de 15:2 ventilaciones, independientemente de que sean 1 o 2 reanimadores. Cuando

sólo hay un reanimador éste puede utilizar una relación 30:2 para evitar la fatiga. En el

algoritmo de desobstrucción de la vía aérea cuando el niño pierde la consciencia se actuará

como si estuvieran en parada cardiorrespiratoria realizando masaje cardíaco (que servirá como

maniobra de desobstrucción) y ventilación, comprobando cada 2 min. la boca para ver si existe

cuerpo extraño, la respiración y la presencia de signos vitales. Las maniobras de reanimación

cardiopulmonar básica son fáciles de aprender y cualquier persona puede realizarlas con un

entrenamiento adecuado. Por tanto, la reanimación cardiopulmonar básica debe ser enseñada a

todos los ciudadanos.

Concepto

La reanimación cardiopulmonar (RCP) básica es el conjunto de maniobras que permiten

identificar si un niño está en situación de parada cardiorrespiratoria (PCR) y realizar una

sustitución de las funciones respiratoria y circulatoria, sin ningún equipamiento específico, hasta

que la víctima pueda recibir un tratamiento más cualificado.

La RCP básica hay que iniciarla lo antes posible. Su objetivo fundamental es conseguir la

oxigenación de emergencia para la protección del cerebro y otros órganos vitales.

Las maniobras de RCP básica son fáciles de aprender y cualquier persona puede realizarlas con

un entrenamiento adecuado. Todos los ciudadanos deberían conocer y entrenarse en estas

maniobras.

La RCP básica instrumentalizada es aquella en la que se utilizan dispositivos de barrera o en la

que se realiza ventilación con bolsa autoinflable y mascarilla facial. Es un tipo de RCP que

debería ser conocida por grupos específicos de población general. La desfibrilación

semiautomática (DESA), de la que se habla en otro capítulo del manual, debe incorporarse en la

formación de la RCP básica a la población general.

Pasos de la reanimación cardiopulmonar básica

La RCP básica consta de una serie pasos o maniobras que deben realizarse de forma secuencial

1-5 (fig. 1 y tabla 1). Es imprescindible recordar bien el orden de los pasos de la RCP ya que el

error en la secuencia puede llevar al fracaso de la reanimación. No se debe pasar de un paso a

otro sin estar seguros de que la maniobra anterior esté correctamente realizada. La RCP debe

realizarse de forma rápida pero sin apresurarse, para asegurar que cada una de las maniobras sea efectiva.

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Figura 1. Algoritmo de RCP básica en lactantes y niños

1.º Conseguir la seguridad del reanimador y del niño

Es esencial la seguridad del reanimador y la víctima, pero sólo se debe movilizar al niño si se

encuentra en un lugar peligroso (para el accidentado y/o el reanimador) o si su situación o

posición no son adecuadas en caso de precisar RCP.

2.º Comprobar la inconsciencia

Se comprobará la respuesta del niño ante estímulos como hablarle en voz alta (por su nombre

en niños que puedan responder), y/o dándole pellizcos y palmadas en el tórax o el abdomen. A

los niños en que se sospeche una lesión de la columna cervical se les debe estimular con cuidado y siempre protegiendo el cuello.

Si el niño responde al hablarle o estimularle:

* Se le dejará en la posición en que se encuentre, siempre que no corra peligro.

* Se comprobará su situación clínica y se pedirá ayuda si es preciso. * Se controlará su situación de forma periódica.

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Si el niño no responde:

* Se continuará con los siguientes pasos de la RCP básica.

3.º Pedir ayuda y colocar a la víctima

* Se solicitará ayuda a las personas del entorno, gritando ¡AYUDA¡

* Se debe movilizar al niño siempre que su posición inicial impida o dificulte las maniobras de

reanimación, colocándole sobre una superficie dura y plana, en decúbito supino y con la cabeza,

cuello, tronco y extremidades alineados. Si existe sospecha de lesión a nivel cervical (accidentes

de tráfico, caídas desde cierta altura, etc.) la movilización se deberá hacer protegiendo la

columna cervical y si es posible por al menos 2 reanimadores.

* Las maniobras de RCP se deben comenzar inmediatamente sin perder tiempo pues, en

ocasiones, en los lactantes y niños lo único que se precisa son maniobras de reanimación

respiratorias, de modo que, si se actúa con rapidez, se puede evitar la progresión a parada

cardíaca.

a) Si hay un solo reanimador éste realizará las maniobras de RCP básica durante 1 min. antes

de separarse del niño para solicitar ayuda al Sistema de Emergencias Médicas.

b) Si hay 2 reanimadores, uno de ellos iniciará la RCP mientras el otro activará el Sistema de

Emergencias Médicas, volviendo cuanto antes a colaborar en la RCP. Es muy importante

recordar que el servicio telefónico, es gratuito y accesible desde cualquier teléfono, fijo o móvil.

4.º Abrir la vía aérea

Un niño inconsciente suele ser incapaz de mantener permeable la vía aérea. Por ello, la medida

inicial debe ser la apertura de la vía aérea con las siguientes maniobras

Maniobra frente-mentón

Es la maniobra de elección en todos los niños, excepto en los que se sospeche traumatismo cervical (fig. 2).

* Se colocará una mano abierta sobre la frente sujetándola

firmemente y manteniendo el cuello en posición neutra en

lactantes y en extensión ligera-moderada en niños. El

occipucio prominente del lactante predispone a una ligera

flexión del cuello cuando se coloca el niño en una superficie

plana, por lo que se debe asegurar que se mantenga en

posición neutra. En el niño, los dedos pulgar e índice deben

quedar disponibles para pinzar la nariz cuando se vaya a

realizar la ventilación.

* Se levantará el mentón, colocando la punta de los dedos de

la otra mano debajo del mismo. Durante esta maniobra se

Figura 2. Maniobra frente-mentón. debe poner especial cuidado en evitar cerrar la boca o

comprimir los tejidos blandos debajo del mentón, ya que esta acción puede obstruir la vía aérea,

sobre todo en lactantes. También se puede elevar el mentón realizando una pinza con los dedos

índice y pulgar y traccionando el mentón hacia arriba.

Maniobras en niños con riesgo de lesión cervical

En las situaciones de riesgo de lesión cervical, especialmente en el caso de traumatismos, el

reanimador deberá evitar los movimientos de la columna cervical durante la maniobra de

apertura de la vía aérea y el resto de la RCP. Por tanto, no se realizará la maniobra frente-

mentón con extensión del cuello. En estos casos, la apertura de la vía aérea se puede realizar

con dos maniobras:

* Elevación o subluxación mandibular (fig. 3): el

reanimador se colocará a la cabecera del niño y

colocando sus manos en el ángulo de la mandíbula, la

levantará y desplazará hacia delante. Esta maniobra es

útil pero exige la presencia de varios reanimadores ya

que la persona colocada a la cabecera del paciente no Figura 3. Elevación o subluxación mandibular.

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puede hacer otras maniobras como la ventilación.

Tracción mandibular (fig. 4): se colocará una mano en la frente igual que en la maniobra frente-

mentón pero evitando la extensión de la misma. Se introducirá el dedo pulgar de la otra mano

en la boca colocándolo detrás de los incisivos centrales mientras que los dedos índice y medio

sujetan el mentón, y a continuación se traccionará de la mandíbula hacia arriba. Hay que tener

en cuenta que cuando se vaya a hacer la ventilación es necesario sacar el dedo pulgar de la

boca, manteniendo la elevación de la mandíbula con los otros

dedos.

Si con estas maniobras no se consigue una apertura de la vía

aérea y ventilación adecuadas se realizará maniobra frente-

mentón pero con la menor extensión posible de la cabeza, ya

que el mantenimiento de la vía aérea tiene prioridad sobre el

riesgo de daño cervical. Una vez abierta la vía aérea se debe

comprobar si existe algún objeto visible en boca y extraerlo

siempre que sea factible.

Figura 4. Tracción de la mandíbula.

5.º Comprobar la respiración

El reanimador, mientras mantiene la apertura de la vía aérea, aproximará el oído y la mejilla a la boca del niño para (fig. 5):

Ver si hay movimientos torácicos y/o abdominales. Oír si hay

ruidos respiratorios. Sentir el aire exhalado en la mejilla.

Para decidir si no existe respiración espontánea se debe ver, sentir y oír como máximo durante 10 s.

Figura 5. Comprobar que respira manteniendo la apertura de la vía aérea.

Si el niño respira: Se le debe colocar en posición lateral de

seguridad (fig. 6), salvo que se trate de un accidente

en el que se sospeche traumatismo cervical. El

reanimador se arrodillará junto al paciente y efectuará

las siguientes maniobras:

1.º Colocar el brazo del niño más próximo al

reanimador en ángulo recto al cuerpo con el codo

girado hacia la cabeza y la palma de la mano mirando

hacia arriba.

2.º Colocar el otro brazo del niño cruzando el tórax

Figura 6. Posición de seguridad. hasta que la palma de la mano toque la mejilla opuesta.

3.º Sujetar y doblar la pierna más lejana del niño por debajo de la rodilla con la otra mano y

girarla hacia el reanimador unos 90°.

4.º Girar al niño hasta dejarlo en una posición casi lateral. La postura debe ser estable y para

ello puede necesitarse colocar una almohada en la espalda y asegurar que la cadera y rodillas

dobladas quedan en ángulo recto. La postura debe permitir que la vía aérea continúe abierta y

que se pueda comprobar periódicamente la respiración, así como girar fácilmente al niño para

colocarle boca arriba en caso de necesidad.

Cada 2 min. deberá asegurarse la permeabilidad de la vía aérea, así como de la perfusión del

brazo que queda en posición inferior.

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En la sospecha de traumatismo grave se recomienda mantener a la víctima en posición de

decúbito supino y sólo si fuera estrictamente necesario colocarle en la posición lateral de

seguridad, aunque es necesario que esta maniobra sea realizada por personal entrenado.

Si el niño no respira deberá iniciarse la ventilación.

6.º Ventilar

Si el niño no respira se procederá a 7: Ventilación boca

del reanimador a boca y nariz del lactante (si el

reanimador puede abarcar con su boca la boca y nariz del lactante) (fig. 7).

Figura 7. Ventilación boca-boca y nariz en el lactante.

Se deben efectuar 5 insuflaciones de rescate (deben ser

efectivas un mínimo de 2), durante las cuales debe observarse

el ascenso y descenso del tórax. Las insuflaciones deben ser

lentas, de 1 s de duración aproximadamente. El reanimador

debe coger aire antes de cada insuflación para mejorar el

contenido de oxígeno del aire espirado.

Mientras se efectúa la ventilación es fundamental mantener

una adecuada apertura de la vía aérea y mantener un buen

sellado de la boca del reanimador con la boca o la boca y la

nariz del paciente para evitar que escape aire a su alrededor.

Si el tórax no asciende se debe ir modificando la maniobra de Figura 8. Ventilación boca a boca en el niño.

apertura de la vía aérea hasta conseguir una buena ventilación. Si tras las 5 insuflaciones no se

consigue una adecuada expansión torácica hay que sospechar que existe una obstrucción por

cuerpo extraño (ver actuación más adelante).

La fuerza y el volumen de insuflación se deben adaptar a la edad y tamaño del niño. El

reanimador observará la movilización del tórax, intentando suministrar suficiente volumen, pero

evitando una insuflación excesiva que produzca daño pulmonar y/o distensión gástrica.

7º Comprobar signos de circulación y/o pulso arterial central

Después de realizar la ventilación inicial o de rescate, se debe comprobar la existencia de signos

vitales (respiraciones, tos o movimientos) y/o la palpación de pulso arterial central durante un

máximo de 10 s. Debido a que la maniobra de palpación del pulso es difícil de valorar, los

reanimadores que forman parte de la población general sólo deben comprobar la presencia o no

de signos de circulación, mientras que se recomienda que el personal sanitario valore tanto la

presencia de pulso arterial como los signos de circulación.

La palpación del pulso arterial central se realiza en diferente zona

anatómica en el lactante y en el niño:

Pulso braquial en lactantes (fig. 9): con el brazo del niño separado

del tórax en abducción y rotación externa se colocarán los dedos

índice y medio en la zona interna del brazo entre el codo y el

hombro.

Figura 9. Palpación del pulso braquial en el lactante.

Pulso carotídeo en niños (fig. 10): se colocarán los dedos en la

línea media del cuello efectuando un barrido lateral hasta

localizar la carótida. Al mismo tiempo que se intenta palpar el

Fig

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10.

Puls

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pulso se debe comprobar la existencia de otros signos vitales (movimientos, respiraciones, degluciones):

a) Si hay signos de circulación, se debe continuar ventilando a una frecuencia de 12 a 20

veces/min (de mayor a menor frecuencia desde el lactante a la pubertad), hasta que el niño

respire por sí mismo con eficacia. Si el niño respira, pero permanece inconsciente, se le debe colocar en posición de seguridad.

b) Si no hay signos de circulación, no hay pulso arterial central o la frecuencia del pulso es

inferior a 60 lat./min. a cualquier edad y se acompaña de pérdida de consciencia, ausencia de

respiración y mala perfusión periférica se debe efectuar masaje cardíaco.

8º Masaje cardíaco

Para realizar el masaje cardíaco se debe colocar al niño sobre un plano duro. En el lactante y

niño pequeño, es conveniente que mientras se realiza el masaje cardíaco se mantenga la mano

en la frente sujetando la cabeza para evitar tener que reposicionarla cuando se tenga que volver

a abrir la vía aérea.

Punto de masaje cardíaco: El punto de compresión será en el tercio inferior del esternón por

encima del apéndice xifoides tanto en el lactante como en el niño, evitándose de esta forma

comprimir sobre el apéndice xifoides o el abdomen.

Técnica del masaje cardíaco: Recién nacidos y lactantes: la compresión torácica se puede realizar:

a) Abarcando el tórax con las dos manos: se colocarán los pulgares sobre el tercio inferior del

esternón mientras se abarca el tórax con el resto de los dedos y se comprimirá el esternón con

los dos pulgares deprimiendo aproximadamente un tercio de la profundidad del tórax (fig. 11).

Esta técnica es más efectiva y está indicada cuando hay dos reanimadores y el reanimador puede abarcar el tórax entre sus manos.

b) Con dos dedos: se colocarán los dedos medio y anular en el tercio inferior del esternón. Con

la punta de los dedos se deprimirá el esternón aproximadamente un tercio de la profundidad del tórax (fig. 12). Esta técnica es preferible cuando hay un solo reanimador.

Figura 11. Masaje cardíaco abrazando el tórax Figura 12. Masaje cardíaco con dos dedos en el lactante. del lactante.

Niños (desde el año hasta la pubertad): el masaje cardíaco se puede realizar con el talón de una

mano (fig. 13) o, si el niño es muy grande o el reanimador no tiene suficiente fuerza física, con las dos manos entrelazadas (fig. 14).

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Figura 13. Masaje cardíaco con una mano en Figura 14. Masaje cardíaco con dos manos en niños mayores. niños pequeños.

Se debe colocar el/los brazo/s, en posición vertical sobre el tórax del niño para presionar con

más facilidad y deprimir aproximadamente un tercio de la profundidad del tórax. Levantar la

punta de los dedos para asegurar que la presión no se aplica sobre las costillas. La compresión

debe ser rítmica y debe durar el 50 % del ciclo, dejando que el tórax vuelva a su posición

normal sin retirar la mano del lugar de compresión.

Frecuencia de masaje: la frecuencia del masaje cardíaco será aproximadamente de 100

veces/min.

Relación del masaje y la ventilación 8-10:

A la población general se le enseñará una relación de 30 masajes/2 ventilaciones para utilizar la

misma en lactantes, niños y adultos, sean 1 o 2 reanimadores. Tras realizar 30 compresiones

torácicas se abrirá la vía aérea, se realizarán 2 insuflaciones y a continuación se volverán a dar

30 compresiones torácicas. El personal sanitario utilizará una relación masaje: ventilación de 15

compresiones cardíacas/2 ventilaciones, tanto en el lactante como en el niño

independientemente de que sean 1 o 2 reanimadores. Cuando sólo hay un reanimador éste

puede utilizar una relación 30:2 para evitar la fatiga.

Coordinación masaje-ventilación: cuando la reanimación se realiza con 2 reanimadores, la

actuación debe ser conjunta y coordinada. Para disminuir el cansancio de los reanimadores se

recomienda que cada 2 o 3 min. se realice un cambio de posición, de forma que el reanimador

que estaba actuando sobre la vía aérea pase a efectuar las compresiones cardíacas y viceversa.

9.º Activar el Sistema de Emergencias Si solamente hay un reanimador, éste efectuará RCP

durante 1 min. antes de abandonar momentáneamente al paciente para solicitar ayuda. La única

excepción es el caso de colapso súbito presenciado con sospecha de enfermedad cardíaca. En

este caso existen más posibilidades de que exista una fibrilación ventricular y es necesario

llamar inmediatamente para conseguir cuanto antes un desfibrilador.

Si hay más de un reanimador, uno de ellos efectuará inmediatamente la reanimación, mientras

que el otro pide ayuda.

10.º Comprobación de la eficacia de la reanimación

Cada 2 min. deben suspenderse durante unos segundos las maniobras de reanimación para

comprobar si se ha recuperado el pulso o los signos de circulación y la respiración espontáneas.

Duración de la reanimación

Se debe continuar con las maniobras de RCP hasta que:

El niño recupere la circulación y respiración espontáneas.

Llegue un equipo cualificado y éste continúe con la reanimación.

El reanimador esté agotado o exista peligro para su integridad física.

Tras 30 min. de reanimación sin obtener respuesta.

La tabla 1 compara las maniobras de reanimación cardiopulmonar en el niño y en el lactante.

Obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño

Cuando un objeto (sólido o líquido) pasa a la vía aérea, el organismo reacciona rápidamente, de

forma automática e intenta expulsarlo con la tos. Es lo que se llama "atragantamiento". En

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ocasiones un objeto sólido "cuerpo extraño" (trozos de alimentos, frutos secos, globos o piezas

de juguetes) entra en la vía aérea y la obstruye, impidiendo la entrada y salida del aire,

produciéndose la asfixia. Si la obstrucción de la vía aérea no se resuelve con rapidez, el niño

acabará sufriendo una PCR. Por ello, si existe certeza o una fuerte sospecha de obstrucción

completa de la vía aérea superior por un cuerpo extraño sólido, se deben de tomar las medidas

para desobstruirla de inmediato.

Las maniobras que hay que realizar serán diferentes según la víctima esté

consciente/inconsciente, con tos efectiva o no, respiración efectiva o no y dependiendo de su edad (lactante o niño) (fig. 15).

Figura 15. Algoritmo de desobstrucción de la vía aérea en lactantes y niños.

Se pueden distinguir las siguientes situaciones:

Lactante o niño consciente con tos y respiración efectivas:

Se colocará al niño en posición incorporada y animándole a que siga tosiendo, ya que la tos y el

llanto son mecanismos fisiológicos muy efectivos para la desobstrucción de la vía aérea.

Se observará estrechamente al niño vigilando si expulsa el cuerpo extraño y mejora la

respiración o, por el contrario, la tos se hace inefectiva, deja de respirar o se deteriora el estado

de consciencia.

Lactante o niño consciente con tos no efectiva.

En esta situación la tos y el llanto son muy débiles y apagados, el niño no es capaz de vocalizar,

ni de respirar normalmente y puede aparecer cianosis.

Si no se consigue en poco tiempo la desobstrucción de la vía aérea el niño perderá la

consciencia y presentará PCR. Por tanto, se debe solicitar rápidamente ¡AYUDA¡ iniciando

inmediatamente las maniobras de desobstrucción de la vía aérea.

1.º Examinar la boca y eliminar cualquier cuerpo extraño visible

La extracción del cuerpo extraño sólo se efectuará si éste es fácil de ver y extraer. No se debe

intentar la extracción manual a ciegas por el riesgo de empujar el cuerpo extraño hacia el

interior de la vía aérea provocando una obstrucción mayor. Si el objeto es claramente visible se

puede efectuar la "maniobra de gancho", que consiste en introducir un dedo por el lateral de la

boca y después, haciendo un movimiento de barrido, utilizar el dedo como si fuera un gancho

para extraer el cuerpo extraño.

2.º Maniobras de desobstrucción

Variarán según se trate de un lactante o un niño (fig. 16).

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Figura 16. Desobstrucción de la vía aérea en lactantes y niños conscientes con tos no efectiva.

Maniobras de desobstrucción en el lactante

El lactante debido a su menor tamaño y manejabilidad, puede colocarse en un plano inclinado

(cabeza más baja) lo que favorece la expulsión del cuerpo extraño.

1.º Dar 5 golpes en la espalda (fig. 17). Se sujetará al lactante "boca abajo" (decúbito prono)

colocándolo sobre el antebrazo, que a su vez se puede apoyar sobre el muslo con la cabeza más

baja que el tronco. La maniobra puede hacerse sentado con lo que se consigue realizar las

maniobras con mayor seguridad. Una vez colocado se golpeará cinco veces con el talón de la

otra mano en la zona interescapular, debiendo ser estos golpes rápidos y moderadamente fuertes.

2.º Dar 5 compresiones en el tórax (fig. 18). Sujetando la cabeza

se colocará al lactante "boca arriba" (decúbito supino) apoyándolo

sobre el otro antebrazo. Después se darán 5 compresiones

torácicas con dos dedos (índice y medio) y en dirección a la

cabeza, en el mismo punto indicado para las compresiones

cardíacas (tercio inferior del esternón), pero más fuertes y más

lentas que en la RCP. En el lactante están desaconsejadas las

compresiones en la región abdominal ya que el riesgo de rotura

de vísceras abdominales (hígado,

bazo) es elevado.

Figura. Cinco golpes en la espalda en el lactante.

3.º Después de cada ciclo de 5 compresiones interescapulares y

torácicas, se debe reevaluar el estado del lactante, ver si está

consciente, si respira o tose y si el objeto está accesible (no

dedicar a ello más de 5-10 s). Si no se consigue desobstruir la vía

aérea y el lactante continua consciente pero con tos inefectiva se

repetirán las maniobras.

Figura. Cinco compresiones en el tórax en el lactante.

Maniobras de desobstrucción en el niño

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La principal diferencia con el lactante es la sustitución de las compresiones torácicas por las

compresiones abdominales conocidas como maniobra de Heimlich, cuya finalidad es aumentar la

presión intraabdominal y de forma indirecta la presión intratorácica. Esta maniobra se realizará

con el niño en bipedestación.

1.º Golpes interescapulares. Con el niño en

bipedestación y ligeramente inclinado

hacia delante se le darán 5 golpes en la

región interescapular.

2.º Compresiones abdominales.

Posteriormente se realizarán 5

compresiones abdominales (fig. 19). Para

ello, el reanimador se situará de pie detrás

de la víctima y lo sujetará ; por detrás,

pasando los brazos por debajo de las

axilas. Se colocará la mano derecha en

forma de puño con el pulgar flexionado

hacia dentro, apoyándola en la línea media

del epigastrio, entre el esternón y el

ombligo. Con la otra mano se agarrará el

puño y realizará un movimiento de Figura

19. Maniobra de Heimlich (compresión abdominal). presión dirigido al mismo tiempo hacia

atrás y arriba. Este movimiento debe

realizarse con fuerza y brusquedad, con el fin de aumentar bruscamente la presión y movilizar el

cuerpo extraño.

3.º Después de cada ciclo de 5 compresiones interescapulares y abdominales, se debe reevaluar

el estado del niño, ver si está consciente, respira o tose y si el objeto está accesible (no dedicar

a ello más de 5-10 s). Si no se consigue desobstruir la vía aérea y el niño continúa consciente

pero con tos inefectiva, se repetirán los ciclos de 5 golpes en la espalda y 5 compresiones

abdominales, hasta que empiece a toser o respirar o, por el contrario, pierda la consciencia.

Es muy importante tener en cuenta que el objetivo fundamental de las maniobras no es expulsar

el cuerpo extraño sino desobstruir la vía aérea para conseguir una respiración adecuada. Si el

niño recupera una respiración efectiva no hay que continuar las maniobras de desobstrucción

aunque el cuerpo extraño no se haya expulsado. Por otra parte, aunque se logre expulsar el

cuerpo extraño se debe valorar cuidadosamente la situación del niño, ya que en ocasiones

pueden quedar restos del cuerpo extraño o las maniobras de expulsión pueden haber causado

lesiones. Por esta razón todos los niños que han sufrido obstrucción de la vía aérea por un

cuerpo extraño deben ser posteriormente examinados por un médico.

Lactante o niño inconsciente

Si el lactante o el niño pierden la consciencia se actuará como si estuvieran en PCR, utilizando el

mismo algoritmo en el lactante y el niño.

1.º Se pedirá ayuda.

2.º Se abrirá la vía aérea, se observará si existe cuerpo extraño y se intentará eliminar si está

accesible.

3.º Se comprobará si respira.

4.º Si no respira se realizarán 5 insuflaciones de rescate comprobando si expande el tórax:

a) Si el tórax se expande no existe una obstrucción completa de la vía aérea. Se comprobarán

entonces los signos de circulación y/o el pulso y si no existen se continuará con la RCP (masaje

y ventilación).

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b) Si el tórax no expande se realizarán compresiones torácicas sin valorar los signos de

circulación (15 el personal sanitario y 30 la población general). Estas compresiones torácicas

sirven tanto como masaje cardíaco como para movilizar el cuerpo extraño al aumentar la

presión intratorácica. A continuación se realizarán dos ventilaciones, y se seguirá con la

secuencia de masaje y ventilación (30/2 o 15/2 según los casos).

5.º Al minuto, se activará el sistema de emergencias.

6.º Cada 2 min. se examinará la boca para ver si existe cuerpo extraño y se comprobará la respiración y la presencia de signos vitales (fig. 20).

Figura 20. Algoritmo de desobstrucción de la vía aérea en lactantes y niños inconscientes.

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Uso de un desfibrilador externo automático

DESFIBRILACIÓN EXTERNA SEMIAUTOMÁTICA – D.E.S.A

Introducción

Los desfibriladores externos semiautomáticos son dispositivos informatizados, sofisticados y

fiables que usan mensajes de voz y visuales para guiar al personal de primeros auxilios y a los

profesionales sanitarios en la desfibrilación con seguridad de las víctimas de parada cardíaca.

Disponen de una programaci6n, inteligente similar a la de los de los desfibriladores automáticos

implantables, en los que tienen su origen tecnologico. De forma genérica se denomina DESA a

aquellos equipos de desfibrilación ex terna que disponen de un sistema automático de análisis

del ritmo cardiaco. Disponen de un microprocesador que analiza múltiples señales del

electrocardiograma(ECG), de superficie para valorar la presencia de un ritmo cardíaco

desfibrilable. En caso de detectar dicho tipo de ritmo dispone de un sistema de condensadores

capaz de cargar la energía eléctrica para proporcionar, un choque eléctrico.

Características técnicas de los DESA

Los equipos de DESA (desfibrilación externa semiautomática) son fáciles de utilizar con un

mínimo entrenamiento. Son equipos seguros, económicos, de poco peso y con capacidad de

a1macenar los eventos que detecten. Así mismo, los algoritmos que contienen sus

microprocesadores, detectan la FV con una sensibilidad de entre el 82 y el 96% dependiendo de

los modelos, y una especificidad del 100%. En los casos de FV de grado fino la sensibilidad de

detección baja al 50%.

Los DESA pueden disponer de los siguientes elementos, ver figura:

o Interruptor general.

o Punto de inserción del cable de los electrodos-parches.

o Mando de selección de análisis del ritmo cardíaco (opcional).

o Mando de carga eléctrica (opcional).

o Mando de descarga del choque eléctrico.

o Pantalla de monitorización ECG (opcional). Los diferentes modelos pueden disponer de todos o solo algunos de los elementos referidos. Los equipos más sencillos (automáticos) disponen únicamente del interruptor general y el punto de inserción de los electrodos-parches. La mayoría de los equipos actuales emplean descargas de onda bifásica con energía entre:150 y 360 J, que puede incrementarse automáticamente y variar a partir del tercer choque, pero que depende de las especificaciones técnicas de cada fabricante. Los equipos que emplean descargas de onda monofásica utilizan energías de 360 J.

En la actualidad muchos monitores-desfibriladores manuales disponen también de, la posibilidad

de ser utilizados como DESA.

Tipos de DESA

Aun disponiendo de características técnicas similares, los DESA pueden clasificarse, dependiendo de su forma de actuación, en:

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Figura: Esquema básico de un DESA

. Automático propiamente dicho. Tras la puesta en marcha del equipo y la conexión a la víctima

a través de los electrodos-parches, analiza el ritmo cardíaco y emite unos mensajes verbales y

acústicos, proporcionando un choque eléctrico en pocos segundos deforma automática, a menos

que se anule el sistema manualmente. Tras detectar un ritmo susceptible de tratamiento con un

choque eléctrico, un DEA totalmente automático da una descarga eléctrica sin que el reanimador

tenga que hacer nada.

. Semiautomático (desfibrilador externo semiautomático (DESA)). Tras la puesta en marcha,

conexión a la víctima y análisis del ritmo cardíaco, emite unos mensajes verbales y acústicos. En

el caso de estar indicado el choque eléctrico, el reanimador deberá activar el mando de

carga eléctrica y posteriormente, siguiendo las indicaciones verbales del equipo, administrar el

choque eléctrico activando el mando correspondiente.

Análisis del ritmo cardíaco

Los DESA están provistos dé microprocesadores que analizan las diversas características de los

ECG, incluyendo la frecuencia y la amplitud. Los DESA, mediante los algoritmos complejos de

estos microprocesadores, analizan la señal del ECG de superficie. Para el análisis de un ritmo

cardiaco que corresponda con una FV, valorar frecuencia, amplitud y pendiente de las ondas

(ver figura).

Figura. Señales de ECG analizadas por un desfibrilador externo semiautomático en una fibrilación ventricular

Colocación del DESA

Posición del paciente

El paciente deberá colocarse en lugar seguro, en posición decúbito supino, con el pecho desnudo. Si estuviera húmedo, secarlo con una toalla, ropa, etc. Puede ser necesario cortar las prendas de la víctima con unas tijeras y en ocasiones rasurar la zona donde se vayan a aplicar los electros.

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Posición del DESA Deberá colocarse en el lado izquierdo de la victima, a la altura de la cabeza.

Colocación de los electrodos-parches

En el pecho desnudo de la víctima, y tal y como viene indicado en los propios electrodos-

parches, uno en el hombro derecho debajo de la clavícula y otro a unos 10 cm., debajo de la

axila izquierda. La colocación en el caso de los DESA deberá seguir las mismas

recomendaciones que las referidas para la desfibrilación manual.

Técnica de soporte vital básico con DESA

El algoritmo para uso del DESA en la atención en la parada cardiaca de las recomendaciones 2005 del ERC se presenta en la siguiente figura:

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1. Proteger al reanimador y a la víctima.

2. Evaluar a la víctima, comprobando la conciencia (gritar y zarandear suavemente). Si no

responde pedir ayuda, a otros testigos.

3. Abrir la vía aérea mediante la maniobra frente-mentón.

4. Comprobar la respiración. Si no respira activar el sistema de emergencias 112 y pedir o ir

a buscar el DESA.

5. Iniciar las maniobras de RCP (secuencia 30:2), hasta que disponga del DESA.

6. Tan pronto se disponga del DESA, encender el equipo, colocar los electrodos parches

autoadhesivos y seguir las instrucciones de sus mensajes, escritos y sonoros hasta recibir

ayuda especializada.

7. Si hay más de un reanimador, se debe continuar con la RCP mientras se prepara lo

anterior.

8. Cerciorarse de que nadie toca a la víctima mientras el DESA analiza el ritmo cardiaco.

9. Si está indicada la descarga pulsar el botón de descarga siguiendo las indicaciones (los DEA

totalmente automáticos transmiten automáticamente la descarga eléctrica) y seguir las

instrucciones.

10. Si no está indicada la descarga, reanudar de inmediato la RCP (relación 30:2) y seguir las

instrucciones.

11. Seguir las instrucciones hasta que llegue ayuda especializada, la víctima comience a

respirar con normalidad o el reanimador quede agotado.

Las instrucciones mediante mensajes de voz de los DESA deben incluir al menos:

Un solo choque cuando se detecta un ritmo susceptible de desfibrilación.

Ninguna comprobación del ritmo, la ventilación o el pulso tras la descarga eléctrica.

Orden para reanudar de inmediato la RCP tras la descarga.

Periodo de 2 minutos de RCP antes de una nueva orden de evaluar a la victima.

Utilización hospitalaria del DESA

Se ha demostrado que la utilización de DESA a nivel hospitalario, frente al empleo de desfibriladores manuales, en situaciones de paro cardíaco, redujo el tiempo de

desfibrilación y mejoró la supervivencia de las víctimas. Los DESA en el medio hospitalario

facilitan la desfibrilación temprana, fundamentalmente en las áreas no monitorizadas en las que

el personal no esta entrenado en técnicas dé reconocimiento del ritmo o en las que no se utilizan

los desfibriladores manuales de forma habitual.

Acceso público al DESA

La desfibrilación de acceso público (DAP) y los programas de DESA de primera respuesta puede,

aumentar el numero de victimas que reciben RCP de los testigos y una desfibrilación temprana,

mejorando así la supervivencia de la parada cardíaca extrahospitalaria. Sin embargo, dichos

programas requieren una respuesta organizada, con reanimadores formados y equipados para

reconocer las situaciones, activar el sistema médico de emergencias, practicar la RCP y utilizar

el DESA. Estos programas de DESA de reanimadores no' profesionales aplicados en lugares

públicos con gran número de personas, como aeropuertos, aviones o casinos, han demostrado

tasas de supervivencia elevadas, superiores al 49%.

Se recomiendan los siguientes elementos para los programas de DAP:

Una respuesta planificada y practicada.

La formación de posibles reanimadores en la RCP y el uso del DESA.

Enlace con el sistema local de sistema médico de emergencias.

Programa de evaluación continua (mejora de la calidad).

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Los programas de DAP pueden elevar la supervivencia de la parada cardíaca si se implantan en

lugares donde se puedan producir paradas cardíacas con testigos. Los lugares más adecuados

serían, por ejemplo: aeropuertos, casinos e instalaciones deportivas.

Aspectos legales del uso del DESA

Los DESA son considerados instrumentos médico-sanitarios; por lo tanto, su empleo está

restringido a personal de estas características. Para su empleo por personal no sanitario debe

llevarse a cabo una regulación legal. En España son varias las comunidades autónomas que han

regulado su empleo público mediante las correspondientes normas legales. En otras

comunidades todavía no se ha llevado a cabo esta regulación, por lo que los DESA son de uso

exclusivo de personal médico-sanitario titulado.

Condiciones del uso del DESA por personal no médico-sanitario titulado

Deberán seguirse estrictamente las siguientes directrices:

1. Regulación legal correspondiente.

2. Formación específica.

3. Utilización integrada en un programa bajo dirección médica.

4. Incorporación a la cadena de supervivencia del área, localidad o centro donde se

pueda utilizar.

5. Programa de mantenimiento acorde a las instrucciones del fabricante.

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Uso de un desfibrilador externo automático pediátrico.

LA FIBRILACIÓN VENTRICULAR EN NIÑOS

La fibrilación ventricular (FV) es una causa muy rara de parada cardiaca en niños pequeños

(menos de 1 año) fuera del hospital, pero su incidencia aumenta según aumenta la edad de los

niños. El principal factor de supervivencia en caso de parada cardiorrespiratoria (PCR) por FV es

el tiempo transcurrido entre el colapso y la desfibrilación. Así, la desfibrilación en los tres

primeros minutos, en caso de PCR presenciada por FV en el medio pre-hospitalario, tiene una

probabilidad de supervivencia superior al 50%. Sin embargo, su eficacia disminuye de forma

dramática con el paso del tiempo, de modo que por cada minuto de retraso, la supervivencia

puede disminuir hasta un 10%1-6.

Así, estudios que excluían a las víctimas del síndrome de muerte súbita del lactante,

encontraron incidencias de hasta el 24%7. Los estudios en el ámbito hospitalario también

indican que la FV no es tan rara como podría suponerse, encontrándose en algún momento del

episodio de la PCR hasta en el 25% de los casos; este hecho tiene una gran importancia

pronóstica ya que, en el contexto de una PCR en la edad pediátrica, la FV es la arritmia con

mayores posibilidades de supervivencia8.

RESUMEN

Recientemente se ha admitido por la American Heart Association (AHA) y por el European

Resuscitation Council (ERC) que los desfibriladores externos automáticos (DEA) pueden ser

utilizados en niños entre 1 y 8 años de edad sin signos de circulación. Preferentemente el

dispositivo descargará una dosis pediátrica que puede ser obtenida mediante atenuadores de

dosis colocados en el conector o en el cable de los parches. Los algoritmos de detección de

ritmos deben presentar una elevada sensibilidad para el reconocimiento de ritmos pediátricos.

Por el momento no existen evidencias para recomendar o no el uso del DEA en menores de 1

año. Como diferencia con la reanimación con DEA en el adulto y en el caso de disponer de un

solo rescatador se hará un minuto de reanimación cardiopulmonar (RCP) antes de cualquier otra

acción, como la activación de los servicios de emergencia (SEM) o la colocación del DEA.

BASES PARA LA UTILIZACIÓN DE LOS DEA EN NIÑOS

Los DEA actualmente disponibles utilizan programas de análisis de ritmos derivados de datos de

pacientes adultos, con los que se ha obtenido una alta sensibilidad y especificidad1. En cuanto a

la dosis de energía administrada, los DEA están programados para descargar dosis adecuadas

(seleccionadas por ser eficaces y seguras para adultos) que varían entre 150 y 360 Julios.

Hasta hace poco tiempo no existían evidencias que pudieran aconsejar el uso de la

desfibrilación externa automática en la infancia; por ello en las recomendaciones internacionales

del año 2000, la evidencia para este tratamiento en niños menores de 8 años se reflejaba con

un nivel indeterminado o bien se señalaba como un tratamiento contraindicado. Sin embargo, la

evaluación de los datos epidemiológicos, experimentales y clínicos disponibles en los últimos

años ha modificado de forma sustancial las indicaciones de la desfibrilación externa automática

en los niños menores de 8 años, que permitirán que también los niños se puedan beneficiar de

este tratamiento precoz.

Así, se ha comprobado que los algoritmos de análisis utilizados por los equipos de DEA tienen

capacidad para analizar los ritmos pediátricos y diferenciar aquellos susceptibles de

desfibrilación de los que no lo son, con buena especificidad y sensibilidad.

DESFIBRILACIÓN AUTOMÁTICA EN NIÑOS

Por otra parte, se han desarrollado nuevos electrodos pediátricos que incluyen un dispositivo

atenuador de dosis, que hace que la energía liberada se reduzca a 50-75 J, dosis que sería

adecuada para la mayor parte de los niños menores de 8 años11. En este sentido, se reconoce

que, aunque la dosis pediátrica establecida es de 2-4 J/kg y que el uso clínico de los

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desfibriladores manuales ha confirmado su utilidad, hasta ahora no se dispone de resultados de

investigaciones que demuestren que ésta es la dosis más eficaz y hay datos que indican que

dosis mucho mayores pueden ser bien toleradas por los niños.

Otro factor a considerar en la eficacia de la desfibrilación es la forma de la onda utilizada. Los

aparatos "clásicos" utilizaban ondas monofásicas; dichos sistemas, aunque eran efectivos, han

sido sustituidos por los desfibriladores de ondas bifásicas ya que consiguen la desfibrilación con

dosis menores de energía y, por lo tanto, la dosis aplicada sería adecuada para un mayor rango

de tamaños y/o pesos de los pacientes con un menor daño miocárdico12. En cuanto a la

localización de los electrodos adhesivos en niños, hasta el momento no se ha definido la mejor

posición para dichos electrodos por lo que, tanto la colocación anterior/posterior. (Ver figuras)

RECOMENDACIONES ACTUALES DE UTILIZACIÓN DE LA DESFIBRILACIÓN EXTERNA

AUTOMÁTICA EN NIÑOS

Durante la elaboración de las Guías de Actuación en Resucitación cardiopulmonar de la AHA del

año 2000 no se recomendaba el uso del DEA en niños menores de 8 años o 25 kg debido a que

los análisis del ECG estaban diseñados exclusivamente para los parámetros de los ritmos adultos

y que las dosis de energía liberada superaban los 2-4 J/kg recomendados incluso en

proporciones 10 veces más elevadas dependiendo del peso del niño y del aparato desfibrilador.

Dosis de 5 J/kg pueden dañar al corazón, aunque no está establecida la energía máxima que

podría soportar el corazón de un niño sin sufrir un daño grave.

Con posterioridad se han realizado varios avances importantes que han conducido a un cambio

en las recomendaciones de la AHA. Se ha desarrollado un sistema de reducción de dosis en los

conectores del DEA que reducen la energía a 50 julios a la vez que se han diseñado unos

parches pediátricos especiales de tamaño reducido. También un reciente estudio publicado por

el subcomité de pediatría de la AHA reflejaba cómo los DEA analizaban correctamente los ritmos

cardiacos en los niños recomendando descargas tan solo en

ritmos considerados como desfibrilables. En 2003 y basándose en las evidencias disponibles

actualmente, el International Liaison Commitee on Resuscitation (ILCOR) ha realizado las

siguientes recomendaciones de utilización de los DEA en niños:

– Los DEA pueden ser utilizados en niños entre 1 y 8 años sin evidencia de signos de circulación.

– De forma ideal, el dispositivo utilizado debería poder descargar una dosis pediátrica.

– El algoritmo de detección de arritmias debe ser suficientemente específico para los ritmos

desfibrilables en niños.

– En el momento actual no hay evidencias ni para apoyar ni para desaconsejar el uso de DEA en

niños menores de 1 año.

– Cuando hay un solo reanimador, si el niño no tiene signos de circulación, se sigue

recomendando realizar RCP durante un minuto, antes de activar a los sistemas de emergencia

o colocar un DEA.

– La desfibrilación se recomienda en los casos documentados de FV o TV sin pulso.

CONCLUSIONES

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Los DEA son dispositivos de manejo sencillo que están cada vez más disponibles en nuestro

medio y constituyen el primer dispositivo utilizable para la desfibrilación a nivel prehospitalario y

por personal no médico, entrenado de forma específica.

Las evidencias actuales indican que los DEA son capaces de detectar de forma sensible y

específica las arritmias pediátricas y que son seguros y efectivos para la desfibrilación de niños

entre 1 y 8 años, por lo que, sin duda, pueden contribuir a mejorar el pronóstico de las paradas

cardiacas pre-hospitalarias en dichos pacientes. Deben introducirse simuladores de

entrenamiento y casos clínicos pediátricos en los cursos de formación en DEA para el personal

no sanitario, como ya ocurre en los cursos incluidos en el Programa de Atención Cardiovascular

de Urgencia (ACU) de la SEMES, y extender la información de la posibilidad del DEA en niños a

todo el personal sanitario que tenga la posibilidad de poder utilizarlo.

ALGORITMO S.V.A PEDIATRICO

Referencias bibliográficas

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LIB 1995\148 Legislación (Norma vigente)

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Decreto 53/1995, de 18 mayo

CONSELLERIA SANIDAD Y CONSUMO. BO. Illes Balears 24 junio 1995, núm. 80/1995 [pág. 6583]. PISCINAS.

Aprueba las condiciones higiénico-sanitarias para las de establecimientos de alojamientos turísticos y las de uso colectivo. Artículo único. Se aprueba el Reglamento Sanitario de Piscinas de los establecimientos de alojamiento turístico y de las de uso colectivo, en general, que figura en el Anexo I del presente Decreto, que será de aplicación en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares. DISPOSICIONES ADICIONALES

Primera.-Con objeto de actualizar el censo de instalaciones de piscinas existentes en la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, en el plazo de tres meses a partir de la entrada en vigor del presente Reglamento, las entidades, sociedades o personas físicas o jurídicas que sean titulares de cualesquiera instalaciones que cuentan con piscinas, deberán presentar en Consejería de Sanidad y Seguridad Social, debidamente formalizada la ficha cuyo modelo oficial se adjunta como Anexo IV. Segunda.-Se crea un Consejo Asesor, en el cual estarán representadas las Consejerías de Sanidad y

Seguridad Social y Turismo, así como las asociaciones empresariales más representativas a nivel del sector

afectado. Las funciones específicas del Consejo que se crea, así como su composición se regulará mediante Orden del Consejero de Sanidad y Seguridad Social. DISPOSICIONES TRANSITORIAS Primera.-Las piscinas ya construidas o cuya construcción se haya iniciado con anterioridad al momento de la entrada en vigor de la presente norma que, como consecuencia de sus especiales características de construcción no puedan adaptarse a lo previsto en el Reglamento Sanitario que se

aprueba en el presente Decreto, podrán ser relevadas de la mencionada adaptación, mediante la presentación del expediente que justifique esta imposibilidad, tramitándolo según el Capítulo VII del Reglamento. En el proyecto o memoria, que se deberá acompañar, se especificarán las soluciones alternativas adoptadas con el fin de garantizar la seguridad y la higiene de los usuarios, a la vista de los cuales la Consejería resolverá sobre la autorización de la excepción prevista en la presente Disposición Transitoria, previo informe al respecto del Consejo Asesor creado en el presente Decreto en el supuesto en que por parte de la Consejería no se acepten las medidas alternativas presentadas.

Segunda.-Las piscinas a las que se refiere el presente Decreto, que dispongan de canalillos y/o lavapiés perimetral, según lo previsto en el artículo 3, apartado 6, de la Orden de 31 de mayo de 1960 (Ministerio de Gobernación, BOE de 13 de junio de 1960) (RCL 1960\846 y NDL 23960), tendrán que proceder a su

supresión dentro del plazo máximo de dos años, a partir de la entrada en vigor del presente Reglamento. DISPOSICION DEROGATORIA Quedan derogadas, en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, aquellas disposiciones de igual o de inferior rango que se opongan a lo que establece el presente Decreto y

Reglamento que se aprueba. DISPOSICIONES FINALES Primera.-El presente Decreto entrará en vigor a los tres meses de su publicación en el BOCAIB. Segunda.-Se faculta al Consejero de Sanidad y Seguridad Social para dictar las normas de desarrollo del presente Decreto, las cuales se sujetarán para producir efectos jurídicos de carácter general al principio de publicidad establecido en el artículo 41 de la Ley 5/1984, de 24 de octubre (LIB 1984 \2719), de Régimen

Jurídico de la CAIB. ANEXO I Reglamento Sanitario de las Piscinas de los establecimientos de alojamientos turísticos y de las de uso colectivo en general CAPITULO I Ámbito de aplicación

Artículo 1. El presente Reglamento tiene por objeto establecer las normas que regulan las condiciones higiénico sanitarias de las piscinas de los establecimientos de alojamientos turísticos y de las de uso colectivo, en general, sus instalaciones y servicios anexos, la calidad sanitaria del agua y de su tratamiento, su aforo, el comportamiento de los usuarios, el régimen de autorizaciones, la inspección y vigilancia sanitaria, así como el régimen sancionador aplicable en los supuestos de incumplimiento de las prescripciones en él contenidas.

Artículo 2. 1. El ámbito de aplicación del presente Reglamento lo constituyen todas las piscinas de los

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establecimientos de alojamientos turísticos y de uso colectivo, en general, que estén ubicadas en la

Comunidad Autónoma de las Islas Baleares. 2. Quedan excluidas de la aplicación del presente Reglamento: a) Las piscinas de uso exclusivamente familiar o de comunidades de vecinos.

b) Las instalaciones de uso exclusivo para baños terapéuticos o termales, que se regirán por lo que disponga su legislación específica. Artículo 3. 1. A los efectos del presente Reglamento se entenderán como piscinas de uso colectivo, en general, aquellas que puedan ser utilizadas por el público en general, ya sea de forma gratuita o mediante precio u otro tipo o sistema de colaboración económica o como actividad complementaria de establecimientos o

instalaciones cuya actividad principal sea otra, tales como restauración, recreo o similares. 2. Son piscinas de establecimientos de alojamientos turísticos aquellas que se encuentran incluidas en las instalaciones de los citados establecimientos. Artículo 4. Se entenderá por «piscina» el conjunto de instalaciones utilizadas por los bañistas, que comprenden: a) «Zona de baños» destinada al baño o la natación con su vaso o vasos de agua. b) El andén, playa o zona ajardinada circundante deberá tener un mínimo de dos metros de anchura

alrededor del entorno de la zona de baños o del vaso y una pendiente mínima del 2% hacia el exterior del

vaso. No obstante ello, podrán instalarse en el borde de la piscina elementos ornamentales o de otro tipo siempre que los mismos no superen el veinte por ciento del perímetro de la piscina, no pudiendo sobrepasar cada uno de los elementos una dimensión superior a ocho metros. c) Los servicios e instalaciones necesarios para garantizar el funcionamiento del conjunto. Artículo 5. Las características de las instalaciones han de tener por objeto, fundamentalmente, evitar cualquier riesgo

sanitario y prevenir accidentes en el interior de la piscina. Artículo 6. El aforo de la piscina, que será el número máximo de bañistas que puedan introducirse simultáneamente en el vaso, se fija a razón de dos metros cuadrados de superficie de lámina de agua por usuario.

CAPITULO II Características del vaso y de las instalaciones Artículo 7. 1. El vaso de la piscina tendrá aquellas condiciones, que, de acuerdo con las técnicas constructivas, aseguren la estabilidad, resistencia y estanqueidad de su estructura.

2. El fondo, que deberá ser antideslizante, y las paredes, que deberán ser lisas, estarán revestidas de

materiales impermeables y resistentes a los agentes químicos. Los ángulos, cantos y bordes deberán estar redondeados. Artículo 8. 1. El fondo del vaso de la piscina en profundidades menores a 1,60 m tendrá una pendiente mínima del 2% y máxima del 10%. En las piscinas con profundidad superior a 1,60 m la pendiente no podrá ser superior al 35%.

2. Los cambios de pendiente deberán estar suficientemente señalados y visibles para los usuarios, debiendo estar, asimismo, suficientemente señalizada la profundidad existente en todos los tramos. Artículo 9. Los vasos destinados a usuarios menores de 6 años deberán reunir las siguientes particularidades: a) Sus emplazamientos estarán preferentemente separados de la zona de adultos. En el caso de que se

destine el mismo vaso para zona de adultos y zona infantil, las zonas deberán estar debidamente separadas al objeto de evitar que los usuarios de la zona infantil pasen a la zona de adultos. b) La profundidad máxima del vaso será de 0,60 m.

c) El suelo del vaso no ofrecerá pendientes superiores al 10%. Artículo 10. En el fondo de las piscinas se deberán instalar desagües que permitan vaciar totalmente la piscina, sin que

en ningún caso se pueda recircular esta agua para el uso de las instalaciones de la piscina. El vaciado se hará a la red de alcantarillado, y en ausencia de éstas, en el lugar adecuado y de acuerdo con la normativa vigente al respecto. Artículo 11.

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Las piscinas deben disponer de un sistema de tratamiento del agua que permita la recirculación de la

totalidad de la lámina de la superficie del agua. Artículo 12.

1. Se instalará, como mínimo, una escalera de acceso al vaso cada 20 metros, cuando la profundidad sea superior a 0,70 m. En cada uno de los cambios de pendiente debe instalarse una escalera. 2. Las piscinas infantiles deberán estar dotadas de una escalera cada 10 metros, cuando la profundidad sea superior a 30 cm. 3. Los medios de acceso a las piscinas serán de material inoxidable y de dimensiones tales que permitan su utilización con comodidad. Los peldaños serán de superficie plana y antideslizante, sin aristas vivas,

debiendo garantizar en todo momento la seguridad del usuario. 4. Deberán contar con medios de acceso adaptados para su utilización por minusválidos, de acuerdo con lo establecido en la normativa aplicable al respecto. Artículo 13. El alumbrado, en su caso, se instalará de forma que proyecte una iluminación intensa y uniforme que permita la visión del fondo de la piscina, sin producir deslumbramientos o reflejos en el agua.

Artículo 14. 1. Las piscinas cubiertas climatizadas dispondrán de las instalaciones necesarias que aseguren la renovación constante del aire en el recinto, una temperatura superior a la que presente el agua de la piscina y una humedad relativa menor del 85%. 2. La temperatura del agua de la piscina estará comprendida entre 20 y 30 °C. La capacidad del recinto será tal, que como mínimo se disponga de un volumen de aire de 8 m3 por m2 de superficie de lámina de

agua. 3. Las piscinas cubiertas no climatizadas deberán disponer de medios que aseguren 15 m3 de aportación de aire en el recinto por m2 de superficie de lámina de agua. Artículo 15. 1. Los trampolines y palancas serán de materiales inoxidables, antideslizantes y de fácil limpieza y

desinfección. Todos los medios de acceso irán provistos de barandillas de seguridad. 2. No se permitirán utilizar trampolines, toboganes o deslizadores durante el uso de la piscina para finalidades recreativas, salvo que se acote exclusivamente una zona para dichos usos, debiendo estar, además, permanentemente vigilada. En las piscinas que no sean exclusivamente para saltos no se podrán utilizar trampolines, toboganes, deslizadores o palancas, de más de 3 m de altura. 3. En su caso, los toboganes o deslizadores serán de material inoxidable, sin juntas, de fácil limpieza y

desinfección y se colocarán de forma que no entorpezcan el funcionamiento de los trampolines, debiendo

estar debidamente señalizados en la zona de caída. 4. Las características de las zonas acotadas deberán cumplir lo establecido en el apartado 3.4.6 del Decreto 91/1988, de 15 de diciembre (BOCAIB de 11 de febrero de 1989) (LIB 1989\14), por el que se aprueba la reglamentación de parques acuáticos de la Comunidad Autónoma. 5. Existirá un salvavidas cada 20 m, con una cuerda de longitud superior en 3 metros al ancho máximo de la piscina.

Artículo 16. Todos los skimmers, drenajes, vertederos, tanques y otros dispositivos mecánicos de la piscina, que tengan relación con la recirculación y filtración del agua deberán estar dispuestos de tal forma que no exista la posibilidad de que los usuarios puedan introducirse en ellos o queden atrapados en su interior y/o colisionen con tuberías y otros elementos.

Artículo 17. Las salas de máquinas y/o de almacenamiento de productos químicos deben estar cerradas con llave en todo momento para evitar su acceso a los usuarios y como mínimo se observará en ellos la vigente

normativa de Higiene y Seguridad en el Trabajo que les sea de aplicación. Los productos químicos, en su caso, deberán estar en zona diferenciada y aislada de la maquinaria, debiendo estar depositados en recipientes que imposibiliten que entren en contacto con el agua vertida en el suelo de la dependencia.

Artículo 18. 1) Las tomas de fondo y aspiración de la piscina se protegerán con plancha rígida e intapable, cuyas perforaciones no superen 2 cm de diámetro. 2) Las canalizaciones cerradas de comunicación entre piscinas, si las hubiera, tendrán un diámetro inferior a 25 cm y estarán protegidas por planchas rígidas intapables cuyas perforaciones no superen los 2 cm de diámetro. 3) Las velocidades de aspiración de agua medidas en las rejillas intapables y en la canalización de

comunicación entre piscinas, no podrán superar los 0,5 m/s.

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4) Cuando la piscina no se encuentre en funcionamiento se deberán colocar indicadores en número

suficiente para prevenir la caída de personas. 5) Los pavimentos de solariums circundantes a las piscinas serán de un material que evite encharcamientos y sea antideslizante, debiendo ser el resto del pavimento y superficie de tránsito de

materiales fácilmente lavables. CAPITULO III Tratamiento del agua Artículo 19.

1. El agua del vaso de la piscina durante su uso deberá ser renovada con la periodicidad precisa para conseguir que el agua presente la calidad establecida en el presente Reglamento, bien por recirculación, previa depuración de la misma, o bien por entrada de agua nueva. 2. Se aportará cada 24 horas agua nueva, en cantidad suficiente que garantice el buen funcionamiento del rebosadero o «Skimmer». En su caso, se dispondrá de dispositivos antirretorno que impidan el paso del agua del vaso a la red de agua potable. 3. La piscina deberá contar con instalaciones que garanticen que el agua del vaso se recircule con la

periodicidad adecuada.

4. El caudal de agua recirculada por el rebosadero perimetral o skimmer será como mínimo del 50% del total del agua de recirculación. Artículo 20. La calidad del agua de los vasos deberá reunir como mínimo las siguientes condiciones: 1.º Agua de llenado. Cuando el agua de llenado de las piscinas no sea de la red general de suministro, deberá provenir de un

abastecimiento debidamente autorizado. En la memoria, que deberá acompañar la solicitud de autorización, deberá hacerse constar siempre el origen del agua de llenado. 2.º Agua tratada en el vaso. El agua deberá ser adecuadamente filtrada y desinfectada. Los medios técnicos de filtración de los que deberá disponer la instalación, garantizarán, en todo momento, la limpieza del agua en las condiciones

previstas en el presente Reglamento. El agua de las piscinas, cuando se trata de agua dulce, deberá cumplir los parámetros establecidos en el Anexo II del presente Reglamento. Artículo 21. 1. Los productos que pueden ser utilizados para el tratamiento del agua de los vasos de la piscina, serán

los legalmente autorizados y/o homologados para estos usos por los organismos competentes. El ozono irá

siempre acompañado de la adición de un desinfectante compatible, con efecto residual. En todo caso, el agua de las piscinas deberá cumplir todos los parámetros exigidos en la presente reglamentación. 2. Los productos químicos para el tratamiento sistemático del agua no se añadirán nunca directamente a los vasos. Será preciso disponer de un sistema de dosificación que funcione conjuntamente con el sistema de recirculación y que permita, si es necesario, la disolución total de los productos utilizados para el tratamiento. 3. Asimismo, se habrán de mantener las máximas precauciones en lo concerniente al

almacenamiento y manipulación de los productos. En ningún caso serán accesibles a los usuarios. 4. Lo que se establece en el presente artículo en relación con los productos químicos utilizados para el tratamiento del agua de la piscina, se entiende sin perjuicio del cumplimiento de las diferentes disposiciones sobre criterios de calidad y caducidad, normas de envasado y etiquetado, comercialización y cualquier otra que les afecte.

Artículo 22. 1. En las piscinas deberán existir los aparatos, reactivos y patrones necesarios para ensayos referidos a la cantidad de cloro residual libre, cloro combinado, transparencia y pH, así como indicador de temperatura y

humedad en las piscinas cubiertas. 2. La determinación del cloro residual libre, pH y transparencia, se realizará como mínimo dos veces al día en cada uno de los vasos de todas las piscinas, anotando los resultados en un libro registro, según modelo editado por la Consejería de Sanidad y Seguridad Social de Baleares, el cual deberá ser diligenciado por

ésta, debiendo quedar siempre a disposición de las autoridades sanitarias. Las determinaciones diarias se deberán realizar al inicio de la jornada y en la hora de máxima concurrencia de usuarios. La determinación del cloro combinado se realizará una vez al día. 3. En piscinas cubiertas climatizadas se comprobará la temperatura del agua interior y del recinto dos veces al día, anotándose, asimismo, en el libro registro. CAPITULO IV

Aseos, vestuarios y botiquín

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Artículo 23. 1. En las piscinas existirán vestuarios con separación de sexos, se mantendrán rigurosamente limpios, debiendo estar adaptados para su utilización por minusválidos, no podrán ser destinados a

un uso distinto, debiendo reunir las siguientes características: a) La superficie de los vestuarios, expresada en metros cuadrados, será igual o superior a 0,1 multiplicado por el aforo de la piscina. b) En guardarropía habrá canastas, perchas, cestas o similares adecuados y suficientes al número de usuarios de la piscina. c) Los paramentos y utillaje de vestuarios y aseos serán fácilmente lavables y desinfectables.

d) El suelo será liso, antideslizante, impermeable y con sumidero. Los suelos de los aseos gozarán de las mismas características. e) Las zonas de vestuario y aseos dispondrán de ventilación adecuada de forma natural o forzada al exterior. f) Se procederá a su desinfección, al menos, una vez al mes con desinfectantes de contacto y acción residual y diariamente con desinfectantes convencionales. g) Los paramentos verticales serán de color claro.

h) Los ángulos y cantos han de ser redondeados.

2. Las piscinas de los establecimientos de alojamientos turísticos estarán exentas de disponer obligatoriamente de vestuarios específicos para su utilización por los usuarios de los citados establecimientos. Artículo 24. 1. Las piscinas de uso colectivo deberán contar, además, con aseos separados por sexos, que

dispondrán como mínimo de las siguientes instalaciones: a) El número total de duchas y lavabos será igual o superior al número que resulte de dividir el aforo por 100 o fracción, no pudiendo ser su número inferior a dos duchas. b) El número de inodoros, en el aseo destinado a mujeres, será igual al número de duchas, con un mínimo de dos. c) En el aseo de caballeros el número de inodoros y el de urinarios será igual al número que resulte de

dividir el aforo por 200 o fracción, y asimismo, con un mínimo de dos. d) La ubicación de los aseos previstos para ser utilizados por los usuarios de las distintas piscinas distarán como máximo 60 metros del borde de los vasos. 2. En las piscinas de los establecimientos de alojamientos turísticos únicamente se deberán disponer de aseos a menos de 60 metros de distancia del vaso de la piscina.

Artículo 25.

Repartidas estratégicamente en el entorno de la «piscina» se situarán papeleras, preferentemente con tapadera superior, distanciadas entre sí en un máximo de 50 metros. Artículo 26. El número de duchas exteriores será un cuarto de las duchas totales de las instalaciones y se ubicarán a más de 3 metros del borde del vaso y a menos de 25 metros del mismo, con un mínimo de dos duchas para piscinas de más de 100 m2 de lámina de agua y de una para las de inferior superficie.

Artículo 27. Todas las instalaciones se mantendrán permanentemente limpias, desinfectándose con la periodicidad precisa todos los solariums, rampas y escaleras, zonas contiguas a las instalaciones, así como los servicios higiénicos, debiendo tener dicha desinfección acción residual permanente.

Artículo 28. 1. Toda piscina deberá disponer de teléfono e información de los servicios de urgencia y un botiquín de urgencia, que deberá cumplir los requisitos establecidos en el Anexo III.2. En lugar visible se expondrá

información de primeros auxilios. CAPITULO V

Información a los usuarios

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Artículo 29.

Todas las piscinas que contempla esta normativa deberán tener expuestas, en lugares bien visibles, normas de régimen interno de obligado cumplimiento, que como mínimo deberán contener las siguientes prescripciones:

a) Prohibición del uso de las instalaciones a toda persona con enfermedades transmisibles. b) Prohibición del uso de piscinas de adultos a menores de 6 años que no vayan acompañados de adultos. c) Prohibición de bañarse con calzado o con prendas no adecuadas. d) Obligación de ducharse antes de entrar en la zona de baños. e) Indicación de zonas de profundidad y zonas de prohibición. f) Prohibición de comer en la zona del andén o playa, así como fumar en aquellas dependencias que no

estén al aire libre, salvo en los lugares que estén expresamente autorizados. g) Prohibición de entrada de animales. h) Prohibición de entrada de botellas de cristal u otros envases cortantes o punzantes. i) Prohibición de dejar basura en el recinto de piscinas. CAPITULO VI Personal a cargo de las instalaciones

Artículo 30. 1. En todas las piscinas reguladas en el presente Reglamento se deberá disponer de una persona con conocimientos en sistemas de tratamiento físico-químico de agua de piscinas, y que deberá ser autorizado por la Consejería de Sanidad y Seguridad Social para la realización de las citadas tareas, previa acreditación del cumplimiento de los requisitos exigidos. 2. Asimismo, por cada 250 plazas de aforo o fracción, se deberá disponer de un socorrista diplomado en

salvamento y socorrismo con conocimientos suficientes en materia de salvamento y prestación de primeros auxilios, el cual deberá estar, asimismo, autorizado por la Consejería de Sanidad y Seguridad Social de Baleares. No obstante lo anterior, en las piscinas de los establecimientos turísticos con un número de plazas inferior a 50, o que la superficie de la lamina de agua sea inferior a 50 metros cuadrados quedan eximidas de la obligación prevista en el presente apartado, si bien dicha circunstancia deberá ser advertida a los usuarios mediante la colocación de indicadores en número suficiente.

3. Los conocimientos que han de acreditar las personas descritas en los apartados anteriores se regularán mediante Orden de la Consejería de Sanidad y Seguridad Social, oído el Consejo Asesor creado en virtud de lo establecido en la Disposición Adicional Segunda del Decreto por el que se aprueba la presente reglamentación. Autorizaciones e inspecciones sanitarias

Artículo 31. Corresponde a los Ayuntamientos la autorización para la construcción, reforma o ampliación de las piscinas reguladas en el presente Reglamento, debiendo el solicitante presentar, además de cualesquiera otros requisitos exigibles, memoria detallada en la que se dé cumplimiento a los requisitos exigidos en este Reglamento para las piscinas de uso colectivo, acompañándose declaración del solicitante de cumplir todos los requisitos exigidos por la presente reglamentación.

Artículo 32. Previa a la apertura de cada piscina se deberá disponer del Libro-Registro a que se refiere el artículo 22 del presente Reglamento, debidamente diligenciado por la Consejería de Sanidad y Seguridad Social de Baleares. Artículo 33.

La Consejería de Sanidad y Seguridad Social supervisará el cumplimiento de este Reglamento y ordenará las visitas de inspección que sean necesarias, con el fin de comprobar el estado sanitario de las instalaciones y el funcionamiento de sus servicios, sin perjuicio de la función informativa que corresponde a

la misma. Artículo 34. Lo regulado en el presente título ha de entenderse sin perjuicio de las autorizaciones y/o

intervenciones que correspondan a otros organismos de las Administraciones Públicas que puedan resultar competentes al respecto, de acuerdo con la normativa que les sea, también, de aplicación.

CAPITULO VIII

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Infracciones y sanciones

Artículo 35. El incumplimiento o inobservancias de las disposiciones contenidas en el presente Reglamento será

considerado infracción sanitaria, de conformidad con lo previsto en el artículo 62 de la Ley 4/1992, de 15 de julio (LIB 1992\125), del Servicio Balear de la Salud (BOCAIB de 15 de agosto), en relación con la Ley 14/1986, General de Sanidad, de 25 de abril (RCL 1986\1316). Artículo 36. De conformidad con lo dispuesto en los artículos 32 y siguientes de la Ley General de Sanidad y en el

artículo 129.3 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre (RCL 1992\2512, 2775 y RCL 1993\246), de Régimen jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común se consideran como infracciones sanitarias en materia de piscinas, las siguientes: a) Infracciones leves: 1. Las simples irregularidades en la observación del presente Reglamento, sin trascendencia directa para la salud pública. 2. La negligencia, en el mantenimiento, funcionamiento, control de las instalaciones y en el

tratamiento del agua, cuando el riesgo sanitario producido sea de escasa importancia.

3. Las que, en razón de los criterios contemplados en este artículo, merezcan la calificación de leves o no proceda su calificación como faltas graves o muy graves. b) Infracciones graves: 1. Los hechos que supongan el incumplimiento de lo previsto en la presente normativa sobre depuración y desinfección del agua de la piscina, conservación de los vasos y sus andenes o playas, vestuarios y en general todo aquello que sea susceptible de incidir directamente en la salud de los

usuarios, cuando se derive un riesgo grave para la salud de los usuarios. 2. La falta de personal que ejerza las funciones de vigilancia en las piscinas, la inadecuación o dotación incompleta de los botiquines de primeros auxilios y de los elementos complementarios para atender los casos de emergencia o accidente. 3. El incumplimiento de las disposiciones establecidas para los servicios e instalaciones, la no subsanación de los desperfectos o deficiencias existentes en aquéllos, así como su falta de limpieza,

desinfección y desinsectación. 4. Las que sean concurrentes con otras infracciones sanitarias leves, o hayan servido para facilitarlas o encubrirlas. 5. El incumplimiento de los requerimientos específicos que formulen las autoridades sanitarias, siempre que se produzcan por primera vez. 6. La resistencia a suministrar datos, facilitar información o prestar colaboración a las autoridades sanitarias.

7. Las que, en razón de los elementos contemplados en este artículo, merezcan la calificación de graves o

no proceda su calificación como leves o muy graves. 8. La reincidencia en la comisión de infracciones leves, en los últimos tres meses. 9. La apertura de las piscinas de uso colectivo sin las debidas autorizaciones. c) Infracciones muy graves: 1. La falta de cumplimiento de forma consciente y deliberada, de las disposiciones concernientes a la depuración y desinfección del agua de los vasos que comprometa seriamente la salud de los usuarios; en el mismo sentido, el incumplimiento de la normativa concerniente a la limpieza, desinfección y desinsectación

de los servicios e instalaciones, y siempre que, en ambos casos, se produzca un daño grave. 2. La inexistencia o la imposibilidad de utilización de aquellos elementos e instalaciones necesarias para la prestación de los primeros auxilios o para atender los casos de emergencia o accidente, derivándose, asimismo, un daño grave. 3. La ausencia de personal de vigilancia debidamente autorizado y de conformidad con la presente normativa, y que como consecuencia de la misma, se produzca a los usuarios grave daño.

4. La falta de dotación suficiente de medios, material o personal en los botiquines, del que se derive un daño grave para los usuarios. 5. Las que sean concurrentes con otras infracciones sanitarias graves, o hayan servido para facilitar o

encubrir su comisión. 6. El incumplimiento reiterado de los requerimientos específicos que formulen las autoridades competentes. 7. La negativa absoluta, previo requerimiento al respecto, a facilitar información o prestar

colaboración a los servicios de control e inspección. 8. La resistencia, coacción, amenaza, represalia, desacato o cualquier otra forma de presión ejercida sobre las autoridades sanitarias, o sus agentes. 9. Las que, en razón de los elementos contemplados en este artículo y del grado de concurrencia, merezcan la calificación de muy graves o no proceda su calificación como faltas leves o graves. 10. La reincidencia en la comisión de faltas graves, en los últimos cinco años. Artículo 37.

1. Las infracciones tipificadas en los artículos anteriores podrán ser sancionadas en la forma y

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cuantía prevista en el artículo 36 de la Ley 14/1986, General de Sanidad, y que es la siguiente:

a) Infracciones leves: -Multa de hasta 500.000 ptas.-Apercibimiento de la autoridad correspondiente. b) Infracciones graves:

-Multa de 500.001 a 2.500.000 pesetas. c) Infracciones muy graves: -Multa de 2.500.001 a 100.000.000 de pesetas pudiendo rebasar dicha cantidad hasta alcanzar el quíntuplo de valor de los productos o servicios objeto de la infracción. -Cierre temporal de las instalaciones por un período de hasta cinco años.

Artículo 38. No tendrá carácter de sanción el cierre preventivo o cautelar de la piscina por el hecho de ser necesario para preservar la salud del usuario o por incumplimiento de requisitos para su instalación, hasta que se ajuste a lo que prevé este Reglamento, se subsanen los defectos o se cumplan los requisitos exigidos por razones higiénico-sanitarias, o de seguridad de los usuarios. Artículo 39.

De conformidad con lo estipulado en el Decreto 100/1993, de 2 de septiembre (BOCAIB de 11 de

septiembre) (LIB 1993\149), se atribuye al Director General de Sanidad de la Consejería de Sanidad y Seguridad Social de Baleares la competencia para la resolución de todos los expedientes derivados de la aplicación del contenido del presente Reglamento, incluso el ordenar la iniciación de expedientes sancionadores y la correspondiente imposición de sanciones, en su caso. ANEXO II

Parámetros del agua dulce de las piscinas a) Microbiológicos. -Ausencia de Coliformes fecales, Estreptococos fecales, Estaphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa en 100 ml de agua y de otros microorganismos patógenos. -Ausencia de parásitos patógenos, algas o larvas. b) Físico-Químicos.

-Olor: Inodora, excepto ligero olor característico del sistema de tratamiento. -Sustancias decantables: en 2 h igual o inferior a 0,5 ml/m3. -Transparencia: Perfecta visión en el fondo de la piscina de un disco negro de 10 cm de diámetro, colocado en la máxima profundidad del vaso situándose el observador a 15 m de distancia. -Espumas permanentes, grasas y partículas en suspensión: Ausencia. -La oxidabilidad al permanganato, no superará en 4 mg de 02/l la correspondiente al agua de entrada,

pudiendo considerar este valor según el tipo de tratamiento.

-PH: 6,5-8. -Cloro residual libre: 0,5 a 2 mg/l. -Cloro combinado: igual o menor a 0,4 mg/l. -Amoníaco: igual o menor a 0,5 mg/l. -Cobre: igual o menor a 3 mg/l. -Aluminio: igual o menor a 0,3 mg/l. -Hierro: igual o menor a 0,3 mg/l.

-Acido isocianúrico: igual o menor a 75 mg/l. -Algicidas bactericidas derivados de amonio cuaternario: igual o menor a 5 mg/l. ANEXO III Requisito de los botiquines de urgencia a) Características.

-Armario polimérico o metálico, esmaltado en blanco con cruz roja y provisto de cerradura. b) Contenido: 1. Dispositivo para respiración artificial con mascarilla, bala de oxígeno, ambú y mecanismo de aspiración.

-Pinzas de lengua. -Abrebocas. -Tubos de Guedel adulto y niños. -Pinzas, tijeras acero inoxidable.

-Alcohol 96%, agua oxigenada. -Solución antiséptica de Povidona Yodada. -Medicación tópica de curas (algodón, esparadrapo, gasas estériles, vendas, tensoplast, suturas adhesivas y guantes estériles). -Suero salino fisiológico. -Antiinflamatorio tóp

PRINCIPIOS GENERALES DEL SALVAMENTO ACUATICO

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1- Prevención

La mejor y más eficaz prevención que puede realizarse en relación con los accidentes acuáticos

y ahogamientos es la de llevar a cabo un programa de educación, en el que se aporten datos y

técnicas sencillas y prácticas sobre Salvamento Acuático, aclarando, sobre todo, lo que no debe

hacerse.

OCHO CONSEJOS PARA EVITAR AHOGAMIENTOS:

1. Asegúrate de conocer la zona donde te vas a bañar.

2. Si no sabes nadar no te bañes sólo.

3. Respeta las normas y las indicaciones del técnico en salvamento acuático.

4. En piscinas no empujes a los demás, no saltes sin asegurarte antes de que no hay nadie, no

corras por el borde, no hundas en el agua a los demás y cumple con las normas de higiene.

Procura mojarte antes de entrar al agua.

5. Respeta las horas de digestión si no estás acostumbrado a bañarte después de comer.

6. Vigila cerca a los niños pequeños.

7. Si ves a alguien en peligro actúa con inteligencia.

8. Si estás en peligro conserva la calma, pide ayuda y confía en aquellos que van a ayudarte.

2- Vigilancia

La vigilancia es, en cierta forma, uno de los aspectos básicos de la prevención, puesto que si se

realiza correctamente conseguirá en mayor medida evitar accidentes, y por lo tanto, no será

necesario tener que intervenir en ellos.

3- Control

Cuando un socorrista de piscinas interviene en algún rescate o accidente, el control que debe

efectuar sobre el mismo ha de ser completo.

Un buen socorrista de piscinas no puede permitir que sean las circunstancias las que le dominen

a él, sino que, al contrario, debería controlar, desde el principio al final de su intervención, todo

aquello que puede influir en el salvamento que está llevando a cabo.

Como norma general, este control se hace patente cuando se conserva la serenidad y la

tranquilidad, pero actuando con rapidez y, sobre todo, con eficacia.

Siempre se ha tener presente que no es mejor socorrista aquel que arriesga su vida innecesaria

e inútilmente. Problemas frecuentes en el tema del control son:

Escasa o nula preparación en las personas que efectúan el salvamento, lo que les impide

un control eficaz.

Inseguridad en el socorrista de piscinas.

Riesgos innecesarios por dejarse llevar por impulsos arriesgados al no llevar a cabo un

adecuado análisis de la situación.

Riesgos innecesarios por intentar efectuar rescates mediante exhibiciones inútiles y

narcisistas.

Excesiva confianza del socorrista en personas que no conoce para que le ayuden o dirijan.

4- Presteza

La rapidez en las decisiones y en las acciones es siempre una de las principales características

de un buen salvamento y de unos buenos primeros auxilios. Pero cuando hablamos de presteza

o de rapidez no me refiero a precipitación, nerviosismo y realización de las cosas sin pensar.

Si se cumple este principio, se logrará, muchas veces, el inestimable adelanto a la muerte, que

en determinadas circunstancias lleva ritmo de velocidad.

5- Evaluación final del salvamento

SECUENCIA DE ACTUACION EN SALVAMENTO ACUATICO

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Las actuaciones que se producen en Salvamento Acuático pueden ser catalogadas como de gran complejidad y de vital importancia. Si se realiza un estudio detallado de todos los elementos que intervienen en cada situación de salvamento, se puede comprobar que el acto motor es de gran complejidad, que las características preceptúales son de requerimiento considerable y que las características decisionales se convierten en extremadamente complejas.

Este principio está suficientemente claro como para que no sea necesario profundiza en él. Un correcto diagnóstico de lo que sucede y una actuación consecuente con éste posibilitará un resultado final satisfactorio. Hemos de tener en cuenta que no se trata únicamente de resolver la causa del accidente, sino que se debe atender a la persona que lo ha sufrido, diagnosticando su estado y actuando convenientemente en función del mismo.

En todo tipo de actuación existe una secuencia, más o menos prolongada, pero inevitable. Desde la percepción de un problema determinado hasta su resolución.

1- Percepción de Problema

Esta fase es siempre la primera en darse, y quizás, por eso es la más importante. Depende de los sentidos, vista y oído principalmente, y permite al socorrista en conocer la situación y sus circunstancias.

Las fases que a continuación se explican no deben suceder en un espacio de tiempo prolongado, pero es fundamental tenerlas en cuenta si se desea realizar correctamente el salvamento:

2- Análisis de la Situación

En esta fase se examina y contrasta todo lo que está sucediendo, por lo que interviene la memoria, los conocimientos y la experiencia. Analizar una situación concreta es un proceso mental que no implica excesiva complicación, normalmente se realiza sin necesidad de implicar una voluntad determinada en ello, es más bien algo que surge de forma espontánea tras la percepción de cualquier problema o situación, y de ahí que sea tan importante la amplitud de nuestros conocimientos y experiencias, para que con ayuda de nuestra memoria sean utilizados convenientemente.

3- Toma de Decisión

Es un paso que siempre se da en función de las dos fases anteriores v sin él no existe la posibilidad de efectuar la acción física que se necesita para resolver el problema. Es decir, para realizar cualquier acción física o mental, hay que decidir primero hacerla y cómo hacerla.

4- Ejecución de las acciones elegidas para resolver el problema

Efectuada la toma de decisión, se produce, en todo acto de salvamento acuático, la consiguiente EJECUCIONDE LAS ACCIONES ELEGIDAS PARA RESOLVER EL PROBLEMA, que pueden explicarse como el paso práctico, el que va a permitir físicamente el rescate. En esta fase se dan una serie de acciones enlazadas que conviene conocer en profundidad y que son las siguientes: Entrada al agua Aproximación al accidentado. Remolque de la víctima. Extracción del agua. Valoración y aplicación de los primeros auxilios.

METODOS DE REMOLQUE EN SALVAMENTO ACUATICO 1- Definición y Principios generales

Los métodos de remolque se pueden definir como las técnicas especiales que se utilizan para conseguir un traslado efectivo de una persona que ha sufrido cualquier tipo de accidente en el agua, desde ésta hasta un lugar seguro. Por supuesto, es obvio que la aplicación de todo método de remolque, sea del tipo que sea, debe cumplir perfectamente con una regla general: LA SEGURIDAD DEL ACCIDENTADO. " Los métodos que a continuación se detallan representan uno de los contenidos teóricos y prácticos más importantes para el buen hacer del socorrista. Elección de un método de remolque. La elección de un método de remolque se debe realizar teniendo en cuenta los siguientes aspectos: 1. La seguridad de la persona a remolcar. 2. La adaptación del método al socorrista. 3. El material de que se dispone. 4. La rapidez en el remolque. ' 5. La posibilidad de resistir grandes distancias.

Los métodos de remolque en el Salvamento Acuático se pueden agrupar en dos bloques claramente diferenciados:

a) Métodos de remolque indirectos: aquellos que se realizan con la ayuda de material auxiliar de salvamento.

b) Métodos de remolque directos o de 'cuerpo a cuerpo': que son aquellos que se realizan con un contacto directo y personal con el accidentado.

En cualquier lugar en el que se ejerza vigilancia por socorrista se debería disponer de material suficiente para la práctica de estos métodos de remolque. La elección del material de remolque que se vaya a utilizar en un salvamento acuático, se realiza siempre en función de la disponibilidad, flotabilidad, tamaño resistencia y facilidad de transporte

Se considera material de remolque a todo aquel que facilite un salvamento, por eso puede ser tan variado y distinto. Los más frecuentemente se utilizan y que con más facilidad se puede disponer de ellos; flotador salvavidas, balón salvavidas, tirantes de salvamento, tabla de salvamento, brazo de rescate, y otros materiales. Flotadores Salvavidas El denominado habitual y muy acertadamente 'salvavidas' representa el material auxiliar de salvamento por excelencia. En toda instalación o lugar acuático destinado al baño público, debería haber un número apropiado de flotadores salvavidas, distribuidos convenientemente; según las distancias y la cantidad de usuarios.

b) Métodos de remolque directos o de 'cuerpo a cuerpo'

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1. ZAFADURAS

El término Zafadura según la RAE (Real Academia de la Lengua española) significa: Acción y

efecto de zafar o zafarse y el término zafar nos hace relación a: Desembarazar, libertar, quitar

los estorbos de algo. Aunque cuando nos referimos a Salvamento acuático y Socorrismo la

palabra zafadura nos hace referencia a las técnicas basadas en el Judo o Aikido que utiliza el

socorrista o Técnico en Salvamento para separarse con relativa facilidad de una victima que le

ha agarrado en el agua descontroladamente durante un rescate.

Esto nos indica que las zafaduras suponen un control por parte del socorrista sobre la victima.

Por tanto una vez que el Técnico en Salvamento o el Socorrista haya percibido el problema que

sucede en el agua deberá perseguir ayudar a la victima utilizando el mejor procedimiento de

Salvamento que se pueda. En ningún caso se ha de pensar que se debe tratar de someter a la

victima por la fuerza para imponer su supremacía. De todas formas sea necesario o no el uso de

una zafadura en un determinado momento, siempre la mejor

zafadura es la que no se hace, es decir aparte de que no hay que dejarse agarrar por la victima

en ningún momento siempre es mejor intentar hablar con ella, buscar que trate de mantenerse

a flote o que pueda nadar.

A todo esto nuestro objetivo principal será calmarle y tranquilizarle. Lo dicho anteriormente se

ha de aplicar en victimas conscientes y en caso de necesitar de zafaduras siempre se debe

realizar por la espalda, pero si se tratase de una inconsciente nuestra función como socorristas

pasara por controlar su salvamento lo más rápido posible y teniendo en cuenta sus posibles

lesiones. Cabe señalar incluso que cuando se vaya a efectuar un rescate desde fuera del vaso,

se deberá realizar una entrada al agua conocida como entrada de salvamento, sin permitir que

la cabeza se sumerja para no perder el

contacto visual con la victima, posteriormente se realizará natación de salvamento (nado con

cabeza fuera del agua) hasta llegar a la persona con problemas. Insistiendo en el tema: la

rapidez, seguridad y el no dudar un solo momento son factores que el técnico deberá efectuar a

EL SALVAMENTO ACUATICO EN INSTALACIONES ACUATICAS (PISCINAS) En las piscinas las complicaciones no son excesivas y los salvamentos suelen ser fáciles. En general, en lo que se refiere al salvamento acuático, se caracteriza por:

Distancias cortas. Disponibilidad de materiales de rescate (salvavidas, balón salvavidas, etc.) Posibilidad de ayuda. Normativa para la utilización que evita en muchos casos riesgos de accidentes.

Tareas del Técnico en Salvamento Acuático en Piscinas Las tareas que un socorrista debe desempeñar en la piscina en la que trabaja se pueden resumir en las siguientes:

Comprobar que no existe ningún elemento peligroso para los usuarios antes de la apertura de la piscina.

Controlar el botiquín y sus aparatos e instrumentos, sobre todo si el personal encargado del mismo es el propio socorrista.

Teléfono en el interior de la instalación y de fácil acceso. Botiquín correcta y completamente equipado en el lugar más estratégico de la piscina. Anulación de barreras que signifiquen peligro. Otras muchas condiciones que puedan servir para mejorar la prevención y anular los

accidentes y la labor del Técnico en Salvamento Acuático.

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la hora de rescatar a una victima. Por ejemplo la seguridad de la persona a la que se va a

rescatar dependerá de la que le proporcione el técnico que la rescate.

1.1 El comportamiento de las personas que creen ahogarse

El comportamiento de una persona en el agua que no sabe nadar o que por algún motivo piensa

que va a ahogarse adquiere siempre un comportamiento instintivo. Con esto quiero decir que la

única prioridad de la victima en estos momentos es la de salvarse y por eso su fuerza se ve

multiplicada debido a un mayor aprovisionamiento de sangre en los músculos producida esta

situación por circunstancias de miedo o enfado. Pero los movimientos que la victima acciona

suelen ser desesperados o faltos de control. Además de intentar agarrarse a cualquier cosa que

vea que es segura, lo hará precisamente a todo aquello que vea fuera del agua.

Por ejemplo, a un socorrista: la victima intentara por todos sus medios agarrarse a los brazos,

manos, cabeza, cuello, pecho o cintura de éste.

Este tipo de situaciones condiciona al Socorrista o Técnico en Salvamento acuático la necesidad

de conocer, dominar y saber aplicar con facilidad y rapidez las técnicas de zafaduras. Sin

embargo, el conocimiento, dominación y aplicación de las zafaduras ha generado siempre

discusiones y debates de opinión en seminarios y foros de Internet sobre si es lo correcto o no.

1.2 División de criterios acerca del uso de Zafaduras

Entre la diversidad de opiniones existen partidarios y detractores acerca del uso de las

zafaduras. Los detractores sostienen que este tipo de técnicas son lesivas para las victimas y

que hacen perder tiempo, ya que en momentos de estrés los socorristas difícilmente pueden

recordarlas además de los nervios acumulados o si encima se tratara de victimas difíciles. Con

esto defienden que en la mayoría de los casos no funcionan, que se han quedado obsoletas, y

que por suerte en numerosos cursos a futuros socorristas ya no se imparten clases de karate.

Al respecto leí el otro día en un foro el extracto de una opinión de una entrenadora superior de

salvamento acuático que decía en un seminario de Socorrismo al que ella tuvo el placer de

poder asistir, que las presas y zafaduras quedarían extinguidas dentro de un periodo de tiempo

determinado. Además, todos los

anti−zafaduras abogan por un tipo de zafadura universal que consiste en hundirse en cuanto la

victima agarre al socorrista y de esta forma al hundirse también la victima ésta se vera obligada

a soltarlo.

Los partidarios, en cambio, se oponen a los criterios de los anteriores, excepto a la zafadura

universal que la consideran como una mas de entre todas las zafaduras sin tomarla como la

única. Estos socorristas rehúsan a denominar a las zafaduras: viejas y obsoletas ya que las

consideran como un buen recurso para ejercer un control sobre una victima nerviosa, y por

tanto necesarias.

Así mismo determinan que únicamente son lesivas en el caso de que estén mal hechas y/o mal

enseñadas. Con respecto a lo anterior sobre la zafadura universal al considerarla como una más,

los Técnicos en Salvamento a favor se basan en que los nervios o el estrés del momento

también pueden jugarle en contra a un socorrista mal entrenado y sin la capacidad pulmonar

suficiente para realizar una apnea después de haber nadado en velocidad máxima para llegar a

la victima en el menor tiempo posible.

Por esa misma razón es necesario el conocimiento de una amplia gama de zafaduras para poder

actuar de la mejor manera posible dependiendo del tipo de victima que se nos presente.

Personalmente comparto los criterios de los Socorristas y Técnicos en Salvamento cuya posición

se encuentra a favor de la enseñanza y la aplicación de las zafaduras.

1.3 Conducta a seguir por los Técnicos en Salvamento y Socorrismo

Todo socorrista o Técnico en Salvamento acuático en tanto en cuanto es poseedor del titulo

vigente que lo acredite como tal y haya adquirido conocimientos sobre zafaduras deberá realizar

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los siguientes pasos a la hora de prestar socorro a la persona consciente que se encuentre en

estado de victima nerviosa:

· Llegar hasta la persona que presente problemas lo más rápido posible. Situarse cerca de la

victima intentando hablarle para que se calme e intervenir para controlarle sin necesidad

de contacto físico. Si se necesitase contacto físico, habrá que situarse a la espalda de la victima

y realizarle un control, además de demostrarle a dicha persona que se quiere remolcar que con

su ayuda su seguridad estará a salvo, es decir hacérsele ver que se mantiene a flote.

· Si la victima agarrase al socorrista, aplicar las zafaduras necesarias de forma inmediata para

poder mantener la situación bajo control. La velocidad siempre supondrá el mejor factor a tener

en cuenta para que la aplicación de las zafaduras concluya con éxito.

· Además se ha de tener constancia de que en el medio acuático esta serie de técnicas suponen

una ayuda adicional debido a la facilidad de deslizamiento que aporta el líquido.

Nunca, bajo ningún concepto, se deberán realizar golpes o cualquier tipo de métodos que

puedan dañar o agravar aun más alguna posible lesión a la victima a la que vayamos a salvar.

Un socorrista deberá poseer recursos suficientes como para no tener que recurrir a la violencia.

1.4 Tipos de Zafaduras

1.4.1 Zafadura para agarres en cabeza o cuello

Esta es quizás la zafadura más sencilla de aplicar. Consiste en que el Técnico en Salvamento o

Socorrista pase una de sus manos girada por debajo de uno de los brazos de la victima cogiendo

su antebrazo y con la palma de la mano del brazo contrario en el codo del brazo que agarramos

de la victima, se hará girar ese mismo brazo logrando llevarlo a la espalda, para poder controlar

a la victima. Este tipo de zafadura es una técnica de inmovilización que viene del arte marcial

japonés conocido como Aikido, bajo el nombre de Shomenuchi yonkyo omote o Katatedori ikkyo

ura

A diferencia del Salvamento acuático en este tipo de lucha oriental, la técnica concluye con la

inmovilización del brazo del contrincante (victima en Salvamento) sobre su espalda, en el suelo.

En lugar de una inmovilización para su posterior remolque como es en nuestro caso.

1.4.2 Zafadura para agarres en manos o muñecas

Esta zafadura también es de gran sencillez. Ya que de esta forma se podrá soltar de los brazos

de la victima girando única y convenientemente los propios antebrazos. Esta facilidad para

lograr soltarse se debe a que la victima que se agarra apenas puede hacer fuerza con la

abertura que existe en la pinza que representan los dedos. Inmediatamente después, el

Socorrista podrá controlar los brazos o muñecas de la victima y posteriormente

procederá a su remolque.

Por ultimo antes de que el Socorrista luche y se desespere debido a que no consigue soltarse,

podría decidirse a remolcar a la victima de la forma en la que lo este agarrando. En este caso, la

victima lo agarrará por las muñecas, pues si el Socorrista no lograra soltarse de sus manos

podría remolcarla de esta forma como bien se dijo antes, sin tener que agotar sus energías.

Además existen variantes acerca de esta zafadura:

Zafadura para agarre de doble brazo posición normal (la victima agarra con sus dos brazos uno

de los brazos del Socorrista). Destrabe ejerciendo con el brazo que le quede libre al Socorrista,

una palanca tirando hacia arriba por la muñeca del brazo izquierdo de la victima y a su vez éste

presiona sobre el otro brazo.

Zafadura para agarre de doble brazo posición anormal. Destrabe del mismo modo que en la

posición normal sólo que en vez de ejercer su brazo como una palanca, el Socorrista emplea su

pierna izquierda para apoyar su pie contra el hombro o el pecho de la victima y empujar con

fuerza para lograr soltarse.

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1.4.3 Zafadura para agarres por el pecho

En este tipo de agarres, si el Socorrista tuviese los brazos liberados se procedería a colocar las

manos de éste una sobre otra en el cuello o pecho de la victima extendiendo los brazos y

obligando a que dicha persona se suelte. Pasando inmediatamente a un control efectivo

mediante las zafaduras vistas anteriormente para poder inmovilizar a la victima y remolcarla.

En el caso de que estuviesen cogidos los brazos, el Socorrista intentará hundirse haciendo

fuerza con los brazos hacia arriba e incluso apoyando las manos sobre el pecho de la víctima.

Una vez que se haya hundido y haya logrado desprenderse de ésta el Socorrista podrá proceder

a su remolque. De entre los remolques que se podrían emplear en estos casos, cabe destacar el

de pecho o bien colocándose a su espalda para poder remolcarle por las axilas o los brazos.

También se debe señalar que se podría dar un caso de zafadura como éste:

Dos por un tercero (dos victimas agarran por sendos lados al Socorrista)

Dos victimas agrarran mutuamente al Socorrista, entonces éste deberá tomar con ambas manos

(en el caso de que no estuvieran también agarradas por las victimas) el mentón y la parte

posterior de la cabeza de una de ellas y con su pierna derecha apoyar el pie sobre el pecho o el

hombro de la segunda victima, empujando en ambas direcciones hacia fuera con fuerza hasta

conseguir separarse. Además existen variantes de esta zafadura como las siguientes:

Zafadura para agarres de frente al cuello

El Socorrista con mano izquierda toma el codo del brazo derecho de la victima y coloca la palma

de su mano derecha sobre el mentón de la victima, después empuja con fuerza hasta lograr

soltar el brazo derecho de la victima de su cuello. A partir de ahí habrá que ejercer otro nuevo

control para poder remolcarlo.

Zafadura para agarres de frente a la cintura con piernas entrelazadas

El Socorrista emplea palmas de ambas manos sobre el mentón de la victima (en el caso de que

no estuviesen cogidos) para empujar con fuerza hasta conseguir separar sus brazos y piernas.

De todos modos perderá nivel con relación a la victima por lo que luego deberá hacer la

zafadura adecuada para que ésta no vuelva a agarrarle.

1.4.4 Zafadura para agarres por espalda

Esta situación es difícil de imaginar y más con los conocimientos sobre zafaduras aportados

anteriormente. Pero si se diese el caso, el Socorrista deberá actuar de forma inmediata como

siempre, cogiendo la cabeza de la victima que lo esté agarrando con sus brazos y moviéndolos

arriba y atrás a la vez que se hunde y obligando a ésta (la victima) a que pase por encima de él

(mas concretamente por uno de sus hombros).

De esta forma el Socorrista se colocará a su espalda y podrá aplicar sin ningún inconveniente

algún método de remolque. Este tipo de zafadura causa un gran temor en la victima además de

que le puede ocasionar grandes tragos de agua, por lo que es preferible intentar aplicar otro tipo

de zafadura como la siguiente: El Socorrista deberá coger uno de los antebrazos de la victima, al

mismo tiempo que se hunde para poder colocarse a su espalda e iniciar inmediatamente algún

tipo de remolque. De esta forma se conseguirá que la victima pase una menor angustia y sea

más fácil su control, aparte de que de entre las dos, esta zafadura es la mas apropiada.

Además de la zafadura para soltarse cogiendo la cabeza de la victima, se podría dar también el

siguiente caso:

Zafadura para agarre por atrás al cuello

El Socorrista con su mano izquierda, toma la mano derecha de la víctima mientras su mano

derecha sujeta al codo derecho de ésta, y lo empuja hacia arriba, hundiéndose un poco, hasta

soltarse, pasando el cuerpo de la victima por su hombro derecho para colocarse detrás de la

victima y poder ejercer su control.

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2. OTRAS TÉCNICAS SIMILARES

A las zafaduras en sí también se las conoce como trabas y a los agarres como abrazos, e incluso

existen otros tipos de técnicas de rescate similares a las zafaduras como son los Martillos

(Martillo arriba y Martillo abajo) o los rescates de frente por zambullida para aplicar en victimas

inconscientes.

2.2 Martillo arriba

El Socorrista toma el brazo derecho de la víctima por la muñeca y coloca el codo de ella sobre su

hombro derecho posicionándose la victima en decúbito supino (boca arriba) para su posterior

remolque.

2.1 Martillo abajo

El Socorrista toma el brazo derecho de la victima del mismo modo que en el Martillo arriba pero

como la victima se encuentra boca abajo con la cabeza hundida, lo gira en el agua como si

estuviera describiendo una u y luego lo tira con firmeza hacia sí mismo girando el cuerpo de la

victima para que se coloque boca arriba hasta sujetarlo con ambas manos en la cadera.

También se puede dar el caso de que en vez de describir una u, el Socorrista pueda hundir su

mano izquierda en el codo del mismo brazo que esta sujetando por la muñeca, y tirar

fuertemente hacia dentro para conseguir que la victima se hunda y así el Socorrista pueda

colocarse a su espalda, coger su cadera y poner a esta persona boca arriba.

2.3 Rescate de frente o por atrás en zambullida

El operador sumergido, toma por la parte superior de las caderas a la víctima haciéndola girar

para colocarla boca arriba y comenzar su remolque.

MANEJO DEL EQUIPO DE OXIGENOTERAPIA PORTATIL