mardones - ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu

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del análisis de los lení¡menos, sino dc la aplicrción de una palabm en un lcngrajc que hc aprcndido en la vida- 379. Primerp lo reconozco como ¿s?; y luego ¡ircuerdo cómo se llama eso. -Piensa: ¿en qué c¿úc¡s es cr¡nr:cto decir esto? 380. ¿Cómo reconozco que eslo es rojo? .Veo que es ¿s/o; y luego que esto se llama asÍ.» ¿Esto? ¡¿Qué?! ¿Qué clase de respuesta tiene sentido para esta pregunt¡? (Sigues dirigiéndote hacia una cxp[cación ostensiva intema.) Yo no podría aplicar ninguna regla a la transición priradtt de lo visto a la palabra. Aquí Ias reglas quedarían realmente en el aire; pues falta la institución de su aplicación. 381. ¿Cómo reconozco que este color es el rojo? Una res- puesta sería: uHe aprendido castellano,. 382. ¿Cómo puedo 7r-crlicar que anle csas palabras me tbr- mo csa imagcn? ¿Acaso alguien me h¿r mostrado laL imagen dcl color azul y me ha dicho que es e/1ri? ¿Qué significan las palabras «¿..sla imagen»? ¿Cómo se seña- la una imagen? ¿Cómo se señala dos veccs la misma imagen? 383. No analizamos un fenómeno (por eiemplo, el pensar), sino un concepto (por ejemplo, el de pensar), v por tanto la aplicación de una palabra. Por ello puede parecer que lo que hacemr¡s es noninalismo. Los nominalistas cometen el error de que intelpretan todas las palabras como tontbres, o sea, no describen realmente su empleo, sino que por así decir dan solo una indicación postiza dc lo quc sería una descripción tal. 384. El cortcepto 'dolor' lo has aprendido con el lenguaje. [L. WTmGENsTEIN: /, ¡ r'stigttcione,; fibsóli«ts, Barlebna, Crítica, 1988, § 379-3841 CT¡ESTIONARIO 1. ¿Cómo se deñnen Ias cosas, según estos fmgmentos dc wittgenstein? 2. ¿Dóndc adquicrcn scntido las palabms que se usan pam delinir'? 3. ¿Oué dlferenci:rs encueDlras entre eslas indicaciones de Wittgenstcin l las leídas más arriba acerca del lenguale cientÍlico? 4. C|ENCIAS DE LA NATLIRALEZA Y CIENCIAS DEL ESPÍRITU Desdc linales del siglo xrx estalló la ¡rlérnica cntle ciencits dc ¡a Datut¿ leza v ciencias del cspí itü. Dilthev, ¡lunnlo dc Ranke, qLric¡e fund¡nlcntar l¿l historia v demírs ciencia-\ que se telacionan co¡ cl honrbre en cuanto ser hislóñco v s(ri l. Dcscubrc que la tcoría del conocimienlo dc las ciencias n¿rlumles, no hace iusticia a su peculiatidacl- P()r esta ¡:r7ón, tlitará dc lu¡- damenta¡ kr que dcnonrina .ciencias del esPír'ilu,. El obieto de esl¿rs cjcn cias no es kr exlcrno r) ajeno al h(nnbre, sino el medio en el que el hombrc es1á inserto. Este hecho hace que el hombrc ¡rrreda capt: _ su mundo hist(-)ri- co social cr»¡o desdc clent.(). Dc csa singuláridacl clc relaciorres entre el sujc- to v cl objeto de lirs cienci¿rs del espíritu, hEnte a las ciencias nalur;rles, deducirá Dilthev su dil¡rcnte metodología. Pe¡o la proptresta dilthevana se conle¡1ido en una vicia disputa. Frcn_ te a ella, Popper proponc ct¡n claridad las n¡zones que aval:rn la unidad dc método. Nos hallamos en la postLrm anlilótica. C.F. Wcizs¿icker uala de recoger la rerriacl de Lrs dos poslLü:ts anteliores contrapueslas v, utiliTando el sinil g«)mélrico de dos semjciqrlos, rllostlar su cornplcntnLrrieclad v depenclencia recÍproca. Mary Hcsse muestl? có¡no se planta'a actlralmcnte la A) ras ciencias del espíritu: W. Dilthey Hiio de un pastor lutemno, w. Dilthev (1813-1911) a los 17 años cntl-a cn la Unile¡sid¿rd de Berlúr co¡ la idca dc estl¡diar lcol()gia. Bcrlir ela en_ tonces el cenlr'o de la ciencia histórica )' dondc se conslituÍan definitivamcn- tc la-\ ciencias del espírilu. Prcnt() descubóó .stL ala¡r insaciable pol cncon_ lrar cn el muncl<¡ histórjco la cxprcsnnr de la vicla nisma en srr diversidad mr¡ltiforme v cn su hondur¡,. Dilthev se encontró también quc .cu:rndo daba los primelos pasos en la filosofia, el monismo idedisla de He!:el habÍa sido desplazado po. el señorio dc la ciencia natural'. Pero la fibsolia de la ciencia positivisla no salisfxcía la fllndamcntación dc las ciencias dc] espiilt¡. .De está siluacióD surgló cl iDpulso qrre domina mi pensarriento lilosti- lico que pr.etcnde cornprendcr- la vida por sí misma. Este impl¡lso me empu- jába a penelru' cada lez mrts en cl mundo históñco con cl Popós¡lo dc cscuchar las palpitacionc's clc su alma; ! el Ésgo filos(ilico consistcnte en cl afán de buscar el acccso x esta rcalidad, de lundar su ralidcz, cle zrsegurar-cl conocimiento objetivo de la misnra, no etr sino el olo aspectt¡ de mi anht'lo por ¡xnetrar caü rez más pRrltmdamcnte en el nrundo histórico, (cfr' Dil ihe,"-, Prólc,go e"crito cn 1911, año de su mueñc, al\ol- V dc sus C¿-rrrr,¡¿¿ Sc/¿r¡'/i¿¡¡; ¡ad. c¡51j ltltl:o.lLtcciril a las (:ienck:/: tleL espúitu, México, FCE, 86 87

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ciencias naturales y sociales

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Page 1: Mardones - Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Del Espíritu

del análisis de los lení¡menos, sino dc la aplicrción de una palabm en unlcngrajc que hc aprcndido en la vida-

379. Primerp lo reconozco como ¿s?; y luego ¡ircuerdo cómose llama eso.

-Piensa: ¿en qué c¿úc¡s es cr¡nr:cto decir esto?

380. ¿Cómo reconozco que eslo es rojo? .Veo que es ¿s/o; yluego sé que esto se llama asÍ.» ¿Esto? ¡¿Qué?! ¿Qué clase derespuesta tiene sentido para esta pregunt¡?

(Sigues dirigiéndote hacia una cxp[cación ostensiva intema.)Yo no podría aplicar ninguna regla a la transición priradtt

de lo visto a la palabra. Aquí Ias reglas quedarían realmente en

el aire; pues falta la institución de su aplicación.381. ¿Cómo reconozco que este color es el rojo? Una res-

puesta sería: uHe aprendido castellano,.382. ¿Cómo puedo 7r-crlicar que anle csas palabras me tbr-

mo csa imagcn?

¿Acaso alguien me h¿r mostrado laL imagen dcl color azul yme ha dicho que es e/1ri?

¿Qué significan las palabras «¿..sla imagen»? ¿Cómo se seña-la una imagen? ¿Cómo se señala dos veccs la misma imagen?

383. No analizamos un fenómeno (por eiemplo, el pensar),sino un concepto (por ejemplo, el de pensar), v por tanto laaplicación de una palabra. Por ello puede parecer que lo quehacemr¡s es noninalismo. Los nominalistas cometen el error deque intelpretan todas las palabras como tontbres, o sea, nodescriben realmente su empleo, sino que por así decir dan solouna indicación postiza dc lo quc sería una descripción tal.

384. El cortcepto 'dolor' lo has aprendido con el lenguaje.

[L. WTmGENsTEIN: /, ¡ r'stigttcione,; fibsóli«ts,Barlebna, Crítica, 1988, § 379-3841

CT¡ESTIONARIO

1. ¿Cómo se deñnen Ias cosas, según estos fmgmentos dc wittgenstein?2. ¿Dóndc adquicrcn scntido las palabms que se usan pam delinir'?3. ¿Oué dlferenci:rs encueDlras entre eslas indicaciones de Wittgenstcin

l las leídas más arriba acerca del lenguale cientÍlico?

4. C|ENCIAS DE LA NATLIRALEZA Y CIENCIASDEL ESPÍRITU

Desdc linales del siglo xrx estalló la ¡rlérnica cntle ciencits dc ¡a Datut¿

leza v ciencias del cspí itü. Dilthev, ¡lunnlo dc Ranke, qLric¡e fund¡nlcntarl¿l historia v demírs ciencia-\ que se telacionan co¡ cl honrbre en cuanto ser

hislóñco v s(ri l. Dcscubrc que la tcoría del conocimienlo dc las ciencias

n¿rlumles, no hace iusticia a su peculiatidacl- P()r esta ¡:r7ón, tlitará dc lu¡-damenta¡ kr que dcnonrina .ciencias del esPír'ilu,. El obieto de esl¿rs cjcn

cias no es kr exlcrno r) ajeno al h(nnbre, sino el medio en el que el hombrces1á inserto. Este hecho hace que el hombrc ¡rrreda capt: _ su mundo hist(-)ri-

co social cr»¡o desdc clent.(). Dc csa singuláridacl clc relaciorres entre el sujc-

to v cl objeto de lirs cienci¿rs del espíritu, hEnte a las ciencias nalur;rles,

deducirá Dilthev su dil¡rcnte metodología.Pe¡o la proptresta dilthevana se h¡ conle¡1ido en una vicia disputa. Frcn_

te a ella, Popper proponc ct¡n claridad las n¡zones que aval:rn la unidad dc

método. Nos hallamos en la postLrm anlilótica. C.F. Wcizs¿icker uala de

recoger la rerriacl de Lrs dos poslLü:ts anteliores contrapueslas v, utiliTando

el sinil g«)mélrico de dos semjciqrlos, rllostlar su cornplcntnLrrieclad vdepenclencia recÍproca. Mary Hcsse muestl? có¡no se planta'a actlralmcnte la

A) ras ciencias del espíritu: W. Dilthey

Hiio de un pastor lutemno, w. Dilthev (1813-1911) a los 17 años cntl-a

cn la Unile¡sid¿rd de Berlúr co¡ la idca dc estl¡diar lcol()gia. Bcrlir ela en_

tonces el cenlr'o de la ciencia histórica )' dondc se conslituÍan definitivamcn-tc la-\ ciencias del espírilu. Prcnt() descubóó .stL ala¡r insaciable pol cncon_

lrar cn el muncl<¡ histórjco la cxprcsnnr de la vicla nisma en srr diversidad

mr¡ltiforme v cn su hondur¡,.Dilthev se encontró también quc .cu:rndo daba los primelos pasos en la

filosofia, el monismo idedisla de He!:el habÍa sido desplazado po. el señorio

dc la ciencia natural'. Pero la fibsolia de la ciencia positivisla no salisfxcía

la fllndamcntación dc las ciencias dc] espiilt¡..De está siluacióD surgló cl iDpulso qrre domina mi pensarriento lilosti-

lico que pr.etcnde cornprendcr- la vida por sí misma. Este impl¡lso me empu-jába a penelru' cada lez mrts en cl mundo históñco con cl Popós¡lo dc

cscuchar las palpitacionc's clc su alma; ! el Ésgo filos(ilico consistcnte en cl

afán de buscar el acccso x esta rcalidad, de lundar su ralidcz, cle zrsegurar-cl

conocimiento objetivo de la misnra, no etr sino el olo aspectt¡ de mi anht'lopor ¡xnetrar caü rez más pRrltmdamcnte en el nrundo histórico, (cfr' Dilihe,"-, Prólc,go e"crito cn 1911, año de su mueñc, al\ol- V dc sus C¿-rrrr,¡¿¿Sc/¿r¡'/i¿¡¡; ¡ad. c¡51j ltltl:o.lLtcciril a las (:ienck:/: tleL espúitu, México, FCE,

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1979, p. \\r (rcinrp. tract. dc E. Inlazi tambión E. l,na:l: El pettsanticnro l,:Dil/r¿'l'. Mil\ico, FCI-, 1978, rcinrpr., pp.57 s.).

Dillhc\ hrc p()slcl-ior]n(,nl('proli.sor clc lil¡sc¡li¡ (en la ciilcdr¡ d('ll('gcl)cn h Unilcr\iclacl clc Berli¡l. I()d¡ srr rid¿r intelectual se pue.le enlen(lcr'c¡r¡¡¡ t¡n eslircrzo inacabado por- linrda¡nentar la especllicidad del coxrirrricol() de las cienci¡s hurllanas o del espiitrr.

Dc cnhc sr¡s obr¡s dc:it¡can: I/i¿ ¿1¿ S¿/?/./.,ntnclw (1870): ltll¡r)rltktiilrt lrts tiL't,('uts lL,[ L'spíri¡¡r (1883); 7i«rí¿ 11¿, 1¿¿ «¡nt-Ll¡titin &,1 tnutlo: liutúLcitrt l¿ h: cietu'i«s lel (púittt llg,J,4)t Dt lttfl¡tut tl¿r (;¿sclticltliL lut U!¿lt it¡l¿, Oris¡r¡¡ iss¡r¡rc/¡«lk\1 ll91D), Fr:rnklurr, 1970.

El conjttnlo dc las cicnci¿rs cspir-itu¿tles que cac'n bajo cstcconccpto dc cicr-rci¿r st¡cle clividir¡c en dos micr-nbr-os, uno cle'

k¡s cu¿rlcs se dcsign¿r con cl nombrc dc cicncia natural; par'¿r clotro no c.1istc, kr que cs bastantc sorprendcnte, ningun.r dcno-minación universalmente reconocida. Yo mc adhiero ¿rl uso ter.nrinokigico de'aqucllos pcnsaclorcs quc dcnominao cicr¡cias dclespÍdtu csa otm mitad dclglo/.,rrs iüt¿llccttnlis. En primcr lug:.u-,

csta clcnominación -y no en esc¿rsi¡ mcdid¿r por l¿t .tmpli¿l dilil-sirjn dc la bigittt de J.St. Mill- ha llegatlo a ser- habitu¿rl vgcncralmentc c(nnprcnsible. En segunclo lugar-, comparatla conk¡cli¡s l¿rs den¡ás dcnr¡r¡inacioncs ini¡dccuadas cnlrt las quc sc

prrc'dc clcgir, parccc laL nrenos inadecu¿lda. Exprtsur con sulll¿linrpcrfi'cciírn cl obleto tle este estudio. Pues, en este mismo, k)shechos dc- la vicla cspirittr:ü no cstlu sep¿uad(¡s clc la unicladvital psicofísic¿l de l¿r n¿rtul-¿rleza humana. Una teor-Ía que quier!dcscribir y ¿rnaliz¿u- los hechos histórico-sociales no puede pn:s-cindir dc csa totalidad de l¿r natur-¿rleza humana y linrit¿r¡se a l<¡

espiritual. Pero aquclla cxp|csiór] corirp¿u'tc cstc dcla'cto con todas las clcmás que se h¿rn empleaclo: ciencias dc la socicdad(sociología), cicnci¿rs motrtles, histriric¿rs, de la cuhtrm; toclas

cstals clcn()ntin¿lci()ncs padccen el misnr() de[ecl<¡: scr clem¿rsi¿r-

ck) r'slrech¿ls en r-elacirin con el objeto qtrc han tle expresar. Ycl nonrbr-- clcgiclo aquí liene al menos l¿r ventaja de designar-aclc-cuad¿llrente el círcuk¡ ccnt¡:rl dc hcchos, clcsclc cl cu¿rl, cn realidad, se ha visto Ia uniclad cic cst¿rs cienci¿u, sc ha traz¡clo su contonro, sc h¿l llcv¿rdr¡ a cabo su clelimit¿rciírn lie¡rte a l¿rs cienci¿u dela natunlcza, au[quc t(xlaví¿r dc un mod() [an im¡-rcr'lccto.

El motivo de tlue a:-ranca el hírl¡ito cie separ:ar- estas cienciascomo rrna trnidacl clc las clc la n¿rturalcz¿r raclic¿r cn la hc¡nclura

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v cn la tc¡talidad de lir autocortcicnci¿r human.r. lntaclas ¿uin po!-

l¿rs invcsti-qacion.-s sobtr: cl otigen dc lo espirituurl, cncuentl? cl

homb¡t cn csa auloconciencia L¡na sober-¿Lnía de l¿r vt¡luntad,

una rrspons¿üiliclad cle los ac{()s, trna lacultad de s(¡nctcdoloclo al pensamient(l y rcsistir- a todo encastillaclo de la libe¡tacl

de su penona, p()¡-las cuales sc distingue dc la nalur¿rlcza ente-

l:1. Sc cncuent[], clectiva]llente, cn csa natu[t]cza, p¿üa us¿lr

una e\plcsión de Spinoza, col1'\o illpctiunl ítt íttqxrio. \ cootttpara él solo existe lo qtte cs lrechc¡ clc su concicncia, en csc

nrundo espiritual quc actúa cn él de modo ¿rut(inomo leside

tt¡do valor, tocl¿r linalidad clc la vida; cn )a producción de r e:rli-

cl;rdcs espirituzrles, tt¡do lin de sus acciones. Asi scpart del reinocle la nattrmlcza url rtino de l¿r histolia, en cl ctlarl en mcdio del

c()ntcxto de una nccesidad obietiva, ql¡c cs l¿r natulaleza, ccnlc-llea l¿r libert¿rd en innumc¡ables puntos de ese conitlnto; aquí

krs ¿rctos cle li¡ r,r¡lrtnli¡d a la invcrs¿l del curso mechnicc¡ cle

las alter acioncs natu?¡es, que cou(iene va gcrnlin¿rlmentc todo

lo quc ¿lcontcce cn él-, nlc.liantc'su eslücrzo v stls sacrilicios,cuva significaciirn posce cl inclividuo ¿Ictualnlentc'en sLl expe

lienci¿r, producerl tlalmentc algo, logran ttna evolución en l¿t

pcr§()na v cn Ia hum¿rnidad: más allir de l¿r r'¿rna y monótonalepelicióÍr del ctusc¡ natuti¡l cn la conciencia, cuY¿t rtplesent¿r-

cirin s¿rtrorean cr¡r¡¡o un idcal de ptugn:so hiskirico los ida)latras

dc ta evolución intelcctu¿rl.

[w- DrLIlr.]y:./rrrr¿1¿r¿'titu a Ls citttt'ias ld espúitu,M¿rdricl, Alianza, I980, pp. '10-'12 (sitr nolas)l

CI]ESTIONARlO

L ¿C(irrr) sc !iiYide la ciorcia?2. ¿Dc quién prucedc cl nonrbr c (lc ./¿, r.¡¿A ¿Ll (¡p¡'/i¡r r ?

3. ¿Crrr'rlcs s<n las dos I1/()ircs de Dilllrev pal'J nurrtenet. trl nombrt?4. .Quó objrl() estudian hs ciencias dcl espirilrr?5. ,.Crrirl es la llzón hmdarncntal p¿ul distingrrir lns cicnciits dcl espiri

tLL de l¡s natumles26. r'Qu(i carlcter'ísticas licnc el leino dc la hislo¡ iit?

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Page 3: Mardones - Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Del Espíritu

B) I-a unidad de método: K.R. Popper

K.R. Popper'nace !'n Vie¡a en 1902. Después de estüdiar- lik)sofía emiEra

a Londrcs, dondc, clcsde 1945, enseña en la ljniveñlidnd. Sus tmbajos nlás

inrp(r'lantcs se centmn en cl cam¡r dc la teoía de la ciencia como principal

rcpresentaDte ¿el racioüalisnlo c/r¡.o en contm de cualquicr ut()pía social

lrivolucionaña: conttr la re\olt¡ción, nos propone Popper la razón o la rcfor'_

nra gradual. I-a idea lirndame¡tal dc la epistemologí¿r popperiana gim en

t()mo rl púncipio de Ia lilsificacitin, o sca, la clemosltación del cnor. Esle

principio nos cla el crite¡io poppedano de demarcaci(in enIrc tcor-í¿n empiicas (científic¡s) v no cmpiicas. El métdlo cientílic(), qtlc se'lllln Poppcr es

irnic() en todo carnlx) de invcsti!:aci(in cicntÍlica, sc dcsan{)lla €'n folru de

1r'íadar pr oblem¿r-conielura-rehl1ación (cític¡).Obms principrlcs cn castellano: h lógitl Lb LL útestigttt'ión L'iettífiu

Madúd, Tecnos, lg7ll Co¡n<iltiLttk) c¡¿¡¡¡li.¿), Mad!id, Tecnos,1974, El ¿t:

st¡rrlk¡ l¿l «»¡ui»ielto ci(trtíli-r)- Conietnl¡s ! retitacio t's, Buenos Aircs,

Paidós, 1967; l¡t tnisertu tlcl histt¡rk rs¡¡rrr, MacLid, Ali¿tna-/Taunrs, 1973i 1,.1

socidatl abi¿¡ta t strs Lr?cr¡¿¡g¿)s, Bucnos Ai.es, Paiclris, 1957.

K.R. Popper' ('\ponc cn este terlo su te()t í¡ unificadn del nrél(xll), o sea cl

mrtlfü() cientilico como algo rinico qLLe sc e\plicita cn .ploblemas coDietu-

ms o tcorÍas-cr'ílicas () refirtacioncs,.

Sugcn en l¿r sección preccclr:nte que los métodos deductilosallÍ analizaclos oalr ilnporlantcs y lllul¡ empleados muchomás dc lo que se cstudiará ¿rhora con más detalle, pala anoiar¿llguna luz sobrt la disputa entr-r: el nattlralismo v el antin¿ltura-

lisrno. En esta sección voY ¿r proponer un¿r doctrina de unidaddel método; es dccir, la opinión de quc todas las cicncias tcóricas o genctrlizad<)ras usan el mismo nrét<xlo, ya sean cienci¿ts

natumles o cienci¿rs sociales. (Pospongo lat cliscusión de las

cienci¿rs histót-ic¿ts hasta la sccción 31.) Al nrismcr tiempo sc

tratarán algunas de l¿rs doctrinas clcl historicisnlo quc ailn no

l¡e examinado suficicntemente, t¿lles como Jos problemas dc

la Gener¿¡lización; del Esencialismo; del papel ir.rgado por laConrprcnsidrn Intuitiva; de l.r lnexactitud de Prcdicción; de

Ia Corrplejidad; cle 1a aplicación de los Métodos Ctrantit¿rtivos.

No pretendo il[irmar que no existe dilerenci¿t alguna entrclc¡s métodos dc las cienci¿ts teóricas de la nattrraleza v dc lasocicclacl; tales difcrenci¿rs cxistcn cliuamcnte, incluso entre Ias

distintas cicncias nalumles, tant() coll-lo entre las distint¿rs cien-

cias sociales. (Comp:'rrcsc, por eicmplo, el ¿¡nálisis de los me¡c¿r-

dos dc libri: colr'rpetenci¿r v cl de las lcnguas tomances.) Pct tr

90

estoy de acuerdo con Conte y Mill -v con muchos otlos,como C. Menger- en que los métodos dc los dos campos son

Iundamentalmente los mismos (aunquc b que por estos méto-

dos enticndo quizá no sea lo que ellos entendían). El método

esbozado en la sección antcrior siempfe consistc en otseccf una

explicación causal deductiva y en expcrimentar (por medio de

predicciones). Este h¿r sido llamado a veces el método hipotéti-co deductivo, o más a menudo el método de hipótesis, porque

no consigue certe,¿a absoluta pam ninguna de las p|oposiciones

científicas que cxperimenta; por e] contrario, estas proposicio-

nes sienrpre retienen el c¿trácter de hipótesis de signo tentativo,

aunque este carácter pueda dcjar de ser obvio después que han

superado gmD número de experimentos, de pmebas sever¿rs.

Por causa de su carácter tentativo o provisional se conside-

raba por la mayorÍur de lt¡s estudiosos del método que cstas

hipótesis eran provisionales en el senlitl¡t de que lrubíatt de que-

tlar reeitpluzadas en úkirtt¡ témiflo po( feoríos probadtts (o pot'

lo menos por teorías de las que se pudiese demostrur quc emn

ualt¿rmcnte probables,, en el sentido de algún cálculo de proba-

bilidadcs). Creo que estit opinión csth equivocada y que lleva a

un cirmulo cle dilicultades enter¿rmente inncces¿rrias. Pero estc

problema es de un¡ impultan( i¡ cumpatul i\ all rcnle pcqtleñ¿

aquí. Lo que es in-tpofante es dalsc cuenta dc que en ciencia

sicmpre nos ocup¿lnros dc cxplicaciones, de plediccioncs ¡' ex-

perimentos, ¡r quc el nrétodo p¿rm experimentar las hipótesis

es sicmpre el mismo (véase I¿r sección antedor). Dc la hipóte

sis que se ha de experimenLar, por ejemplo, unat ley universal

-junto con olras proposiciones que paia este lin no se consi-

deran problemáticas, pol ejemplo, algpnas condiciones inicia-

les-, deducimos un pronóstico. Confrontamt¡s entonces este

pronóstico, ctundo sea posible, con los resultados dc obsel.,'¿t-

ciones cxpe mentales u otlas. El acuerdo con estas se tom¿l

como corrobol ¿rción de Iur hipritesis, aunque no como pmeba

flnal de ella: el clanr dcsacuerdo se considela una relutación o

falsificación.Segúu este ¿rnálisis n<¡ ha¡r gr:rn dilerencia entr-e cxplicación,

pr.edicción v expcrimenlación. Es una dilercncia, no de est¡uc

tura lógica, sino de ónfasis; dcpende dc lo que ctttrsiderctnos

cotl1o tu@slro prcblcnru ¡' de Io qr-re cc¡nsidelemos colllo l¿rl Si

91

Page 4: Mardones - Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Del Espíritu

no nos planteamos como nucstro p¡oblcma al cnconttau- r¡np()na)stic(), y por el contr-arrio, sÍ nos plantcamos el cncontmrcu,lles son las condiciones iniciales t¡ las leyes universales (oambas cosas) clc l¿rs cuales ¡xrdrí:rnros deducir-un npronóstico,dr¡rlo, estamos clrtonccs buscand(t unt etplicaciótt (y el "pro-nóstico" dado se convicrtc cÍr nr¡csh-o nexplicandum"). Si con-sidcramos las leves v condiciones inicialcs cor¡o dacl¿rs (cn vezde como urlgo ql¡e hem()s de encontrar') v las usaÍ¡ros mcrarncn-te para deducir c[ prcnóstico, p¿tr¿r conseguir así alguna inlo'macirin nueva, cstaÍlos cntonces intentando hacer una ¡rrzdlc-t:kit. (Es estc Ln c¿iso en el que aplicattrts nuestros conoci-mientr¡s cienlílicos.) Y si considemntos una clc las prcmisas, es

clccir, o bien la lev unir'cnal o bicn l¿¡ condicir'¡n inicial, conroproblemírtica, y el pronóstico como algo qtrc sc ha de conrparar-con krs lesultad<¡s de los cxpe.rimcnlos, h¿rblanros entonces deLtña e\p¿inrcntaci(írr dc lur prcmisa problemírtica.

El restrltado de la experimentacirin cs l¿¡ sc/cc( lrjl¡ clc las hi-pótesis quc han supcrado bien los experinrentos, o la e1i¡¡¡úl¿¡

ciórt dc aqucllars hip<itesis que han srrperaclo nrnl, v clue, portanto, quedan rechaz¿rclas. Es impo¡-t¿tntc tla¡se ctrcnta dc'lascoÍlsccucncias de este }lunto de vista. Son est¿¡s quc toclos loscxpelinlentos pueden inter?rctarse conto intcntos dc crtitpar-teorías lhlsas, dc cncont¡ar- puntos tlébiles de una teoría pamreclrazatla si quedzr relutacla por-e-l expeñmento. A veces se

considern esl¿r ¿lctitud como parzrdojica; nrrestra finalidad, scdice, es establecer la vcld¿rcl clc un.l teo¡ía, no elimin¿u- las tco-rías lalsas. Pcro precisamcntc porque nuestra finalid¿rd es est¿r-

l¡leccr l¿r vcrdad cle l¿rs leorí¿rs, debemos cxpcrinrcntarlas lo mássevelamente quc pod¿lmos; cslo es, debenros encontr-ar sus lhllos, debemos ir-rtcntar ltlirt¿ulas. S<¡lt¡ si no podemos relirtarlasn pesar de nuesttos cslilctzos, poclemos decir- qtre han str¡remclobicn severos e\perimcntos. Esta cs la razrin por l¿r cu¿rl cl des-cubrimienlo cle los casos que confitrrran trna teoría signilican'lLrv p()co si no hemos intentado encontr¿lr r'elit¿rciones l [r¿r-

casaclo en cl intcnto. Porqtrc si no nrantenem()s un¿r actitudcrítica, siempre cncont¡atcmos lo que btscamos: buscaren¡os,v encontrarcnros, conlirnt¿rci()ncs, y ¿¡panaremos l¡r,"ist¿r decu¿rlcllricr cosa que pucliese ser pcligrosa p¿ua nuestr-as teoljasfhvoritas, r'conseguircmos ¡ro lcr1a. Dc csta li¡rma cs dcntasia-

92

do fácil conseguir lo que pan:cen pmebas aplastantes en lavorde una tcoría que, si sc hubiese mir¿do cdticamente, hubiesesido relirtada. Con cl ñn de que el método de la sclección poreliminación funcionc, y par¿ asegurar-\ie que solo las teoríasmás aptas sobreviven, su lucha por la vida tiene quc ser severa.

Este es, en sus líneas gencrales, el método clc todas las cicn-ci¿rs quc se apoyan en la experimentación. Pero, ¿qué hay del

método por el que obtenenas nucstras teorí¿rs o hipritesis?

¿Qué ha), de las gerreralizaciones ¡n.luctivas, v dc la fbr¡na en

que se pasa de la obse¡v¿rción a la teorí¿r? A esta pregunt¿r (y alas doctrinas discutidas e.n la sección 1, en cuanto que no hansido trutadas en la sección 26) daré dos respuestas: (a) No creoque hagamos nunca generalizacit¡nes inductir,as cn el sentidode que empecemos con observaciones e intentemos deñvarnuestras teoúas de ell¡Ls. Crco que el preiuicio de que proccde-

mos de esta manera es una especie de ilusión óPtica, y que en

ninguna fase del desarrc¡llo científico empezamos sin algo que

tenga la n¿¡turaleza de una teoría, como, por ejemplo, una hipó-tesis, o un prejuicio, o un problema a menudo un problematecnológico- que clc alguna forma Sttl'e nuestras observacionesy nos ayude a selcccionar de los innumerables obictos de observación aque-llos que puedan tener interés. Pero si esto es así, el

método de climinación {ue no es más que el clc cnsayo veror discutido en la sección 24- siempre se puede aplicar. Nocrco, sin cmbargr), quc sea necesaüo pal? nuesh? discusiónprescnte el insistir sob¡e este punto. Potque podemos decir(b) quc tiene ptxra importanci¿r dcsdc el punto de vista de lacienci¿r el que ha¡,amos obtenido nuestras teorias sacando con-

clusioncs it.tjttslificaclas o sencillamente tropezando con ellas (cs

decir-, por uintuición,), o también por algÚtn proccdimienio in-ductivo. La pregunta «¿Cómo encolltró üsted en primer lugarsu tcoría?" se refiere, por así dccirlo, a un asunto enter¿tmcnte

privado, al contrado de la prr:gunta «¿Córoo expeinvnló Ltslcd

su teoúa?,, que es Ia úrnica de imporktncia científica. Y el mé-

todo de cxperimentación aquí descrito es fértil: lleva a nuevas

observ¿rciones v aportaciones mutuas entre la teoría y la obser-

vación.Ahom bicn: todo esto, cfeo )'o, no es verdacl solo para las

ciencias natur?les, sino también para las ciencias sociales. Y en

93

Andrés
Resaltado
Page 5: Mardones - Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Del Espíritu

las ciencias st¡cialcs cs ¿rún mhs obvio qtte cn las cienci¿ls na-

ttrrales qtre no podemos vct ) obscn'at_ nr¡cstros ()bjctos antes

de h¿rber pcrsaclo sobre ellos. Porquc la m¿rl'oría de los oble-tos dc la ciencia sr¡cii¡l, si r'¡o «rdos ellc¡s, son ()bjctos abstractos,soll coÍrstrncciones teótiL't.\. (lncltrso ul¿r guell¿l» o «el cjérci-

[o» son conccpk)s ¿rbstfactos, p()l- t]1u! extl-año quc esk) nos

suene a algunos. Lrt quc es conclcto es las muchas pcrsonasque han nrueno, r¡ lc¡s hon¡brts v nrtticLcs de unilb¡nre, etc.)Estos objek)s, esli¡s construccidres tcól icas rtsadas pata inter-pretar nuestr¿l cxpetiencia, tcsultan de l¿r consttuccitin dc cicr'tos ¡notlek¡s (cspccialmcnle dc inslitttcioncs) con cl lin de explicar ciertas experiencias un nrétoclo leórico lálniliat cn las

ciencias naturales dondc cot¡s1r-tti¡¡os Dtlcstt os nrodelt¡s de ák¡-m<¡s, moléculas, srilidos, líc1uidos, etc. Esto es partc dcl nrétodo

clc cxplicación por medio tlc la tcdttcciótr o, dicho cle otra lbt--

ma, de deduccirin a pzu'tit de hip<itcsis- Mut ¡ ntcnuclo no nt¡s

damos cucnta de clue cstatnos o¡let anclo con hipritcsis o tcot Ías

y, por tanto, conlundimos ttttcstl-r¡s nroclelos teóricos coll cosas

concret¿rs. Es est¿r ttna clasc dc conlusititt clue es nlírs liccucntcdc lo qrre se piensa. El hccho tlc qu!' sc usen ¡¡toclclos t¿rn ¿t

n¡enudr¡ de esta lirrrrir explicit \ así destrllvc las docttinasdel esenci¿rlismo tncttxlol<-rgico (cli- l¿r seccirit¡ l0). Las cxplica,pues como el rllt¡clclt¡ cs clc catírctet- ¿lbst¡ act() () tc(ific(), nos

inclinamos a scnlir que lo lemos, ra dct¡tro <¡ detlits clc k¡s

cambiantes :rc(Dtecimicnt()s obsetr'¿rl¡les, conl() Lltl¿l cspccic tlc[antasm¿r o cscncia pcrnr¿¡nente. Y clcst¡-ttvt: cstas doctr-iD¿ls,

porque la tarc¿r cle l¿r ciencia social c's l¿r cle c<¡nstruir ! ¿rn¿rlizar

nucstros m()delos sociolirgicos cuidaclosamente crl tét.trrinos

descriplivcrs c¡ nonrinalistas, es dccir, c¡¿ t¿t1tlitlos.le úrlividuos,de sus actitudcs, espelanz¿§, tclacit»res, ctc. un postulacloque se podría llamar "indir idtt¿rlisnro rretodoltigico,.

L¿¡ unidad dc los n¡ótodt¡s dc las cic¡rcias nattttales y lns

sociales puedc nln tricu aclata¡se'r'dclcnclelse con cl ¿rnálisis

de dos parslies del ¿u tícukr clcl ptrlcsor' H¡rvck &i¿'¡¡1is¡¡¿ ¿t¡¡¿1

the St ud| ol Societ\'.

En cl pritnctrr clc estos pasitjcs cl ptofcsot-Harck csct-ibe:

uEl fisico quc cluicla crrtcnder el prrrblcnra dc las cicnci¿rs

soci¿rles con ll¡ ¿rvucla dc ttna nnalogÍit tonud¿¡ dc stl pl()pi()

campo tendría quc irtragitrat ttn nrtlDck) cn r'l qttc conocicsc pr»-

94

obsen,ación clin:cta cl ittltr-iot cle los artomo§ v no tltviese ni l¿r

posibilidacl clc haccr erpet-imcntos c()n l-d¿lzos dc materia nila oponunid¿ld dc obsellar nada mits cltlc las intcracciones de un

númcft) comp¿lmtivamcntc pcqtreño clc átonrtls clurante un pe-

¡-íoclo limitadr¡. Con su conocimicnto de l¿ts dilerentes clases

dc átomos cr¡nsttrtirÍa mc¡clclos cle l¿us direlsas lbmlas en que estos

átomos podrían combinane en trnidades rlás gandes, y haría

que esos modelos t'cproclrtjcscn n¡hs v más exactamente tod¿1s

l¿rs características cle krs pttcos casos en quc pttdiese obseruar

de ccrca lcn<imcnos más comple'ios. Pct o l¿rs lcves del macro-

cosr¡os qlle puclicsen clerivat tle sr¡ collocimicllk) del mict'ocos-

n'ros sicmprc scrán ¿1¿'¿1¿tc'1ir,¿¡s; casi nunci¡, clackr su lin¡itado co-

nocimienlo cle los tl¿¡los de la complt'ia sittt¿rción, lc pernlitiríanprcde'cir c<»t ptr:cisión el rr:sult¿rdo cle una cletern¡inada situa-

cirin; v ntrnca pochÍa vcrilicar-las mccliantc cxperimcntos con-

trrlados -aunqrte

qttizít quedasct-r rclittath; p<tt l¿r obsen'ación

dc acolrlccinlicntos tlttc scgítn stl te(r'ía son ir-n¡-nsibles.,

Aclnrikr quo lir ptimcra lt'asc cle cstc p¿ls¿lic apllnta cicrlasdili'rcncias entrc l.rs cienci¿Is lísic¡s I l¿rs s<tiales. Pelo el rcstt¡

dcl pasajc, crco vo, h¿rl¡la ctr l¿tvr¡ clc' Lltt¿t complet¿l tttticlld d¿l

rletlorlo. Potque si cs esta, conrt¡ Io l<¡ cr!o, tlllal clescripciírn

correcta dcl nrétodo cle las cicnci¿ts s()ciales, nltlcstra que solo

apnrt'cen clili't-crtciits cttando sc le contrasta con alguna dc las

Ialsas interplctacione-s tlcl nrétr¡clo clc las ciencias natrtralcs quc

va hct'¡ros r-echazado. Picnso, nrlts cstr-le-cialnlcntc, en la intcrpre-tación indtrctir'ist¿r quc manticrlc c¡ue, en las ciencias natutales,

¡-rrrce<ienros sistenrilticamentc clc la r¡l¡sc¡raciírn ¿l l^ teorí¿r poralgÍrn métotlo dc getreralización, \'cltlc podcnlos "r'c'l-i[ic¿rr', o

quizá incluso pl)[l¿lr, r]treslr¿ls tcot ías pol- t¡n métr¡cllr de induc-

ci(irr. He sostenido tttta opini<in mtlv distinta aqtlí una intcrpl.(]taci(in dcl mék)do cienlílico c()mo cledttctivo, hipotético, co-

l('cti\r) pot n¡eclit¡ cle la rclilacirin, clc. Y csl¿l clescripciírn del

r'¡rét<¡clo clc l¿¡s cicnci¿ts t1¿lllllalcs collcuerd¿l pcl l¡cta¡¡entc con

la clcscr-ipcirin c¡rLc el ptolest»- Hal'ek llacc clel mótodo de la

ritrrri:r.,ri¡1. tlr'ttr.:¡' t'.rz¡,tlr's n:rl'.1 \'liLl't¡tte nti intct¡r.tlreióncle k¡s nrútoclos dc la cicrtci¿r no lite pol ningtill conocil¡icntoclcl métr¡clo cle las cicncil¡s sociales, potqttc ctt¿¡ndo la tles¿rtlollé

p()r pfirirc-la ve'z solo ¡-rrrsaba en las cicnci¿ts natttralc's, Y nlr

s¿rbí¿¡ casi ¿lbs(rLlt¡nrcrll!' natla sobt c' las ciencias srri:rlcs.)

Andrés
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Page 6: Mardones - Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Del Espíritu

Perr¡ inclusc¡ las diferencias a las que alude la primera lrascde la cita no son tan grandes como pucd¿r parecer a prinrelavista. Es indudablen-rcnte cieno que tenemos un conocimientodcl "interior del átomc¡ human<¡, mucho más directo que clquc tenemos del átomo físico, pero este conocimicnto es intuiti-vr¡. Dicho de otm fbn¡¿r, cieftamente usamos nuestro conoci-miento de nosotros mislnos cc¡n el lin de construir ftipólesissobrc algunurs otr¿rs peNonas o sobre todas las otras pesonas.Pe¡o estas hipótcsis tienen que scr cxperiment¿rdas, tienen quescr sometidas al mótodo de la selección por climin¿rción. (Laintuición impide a alguna gente el imaginar siquiera que haya aqLlien no le guste el chocol¿rte.) El físico, es verdad, no cstáa].ud¿rclo por ninguna de cstas obseñ.aciones dircctas cu¿rndr¡constllurc hipótesis sobrc ¿itomos; sin embargo, usa muv a me-nudo una espccic dc inraginación o intuición comprensiva quelácilnrelrte le hará sentir-que conocc íntimamente incluso el.inLerior de los áLc¡mos"

-incluidos sus caprichos y prejuicios.

Pcro esta intuición es asunto p vado suyo. La cicnci¿r solo se

intcn:sa por las hipótcsis que su intuición ha¡,a podido inspir:rr,y aun solo si son ricas cn consecuencias y si pucdcn scr debida-mente expelin'rentadas. (Para las otns diferencias mencionadascn la primera li'ase del prolesor Hayek, t:s dccir, la dificultad dellevar a cabo experimentos, véase la sccción 24.)

Eslzrs pocas obsenaciones pueden también indicar la [t¡rr¡aen que se debe cüticar la dc¡ctrin¿r historicista cxpuesta en lasección 8, csto es, la doctrina de que la ciencia social liene qucusur el nrctodo de la comprensión intuitivl.

En el scgundo pasaje, el p¡rofesor Hayek, hablando de loslenómenos soci¿rles, dice «... nuestro conocimiento de los prin-cipios por los quc estos fenómenos se reproducen rar-:tmente onunc¿l nos pemritirii predccir el resultado pmciso de cualquiersituación ¿or?.r¿lc. Micntrars que podemos explicar cl principiosegún el cual ciertos lcnómenos se producen y podemos pormedio de este conocimiento e¡cluir lct posibilitlad de cierk.¡s ¡cstilados, po| eiemplo, de que ciertos rcsultados <ruran juntos,nuestros conocimicntos en cierlo sentido selán solo negativos,cs decir-, nos pennitir-án met?mente cxcluir cierlos resultados,pero no nos pelmitirán disminuir la garna dc posibilidurdes lobastantc para que solo quede una".

96

Este pasaie, lejos de describir una situación peculiar de las

ciencias sociales, describe perléctamente el carácter de las leyes

naturales, las cuales, de hecho, nunca pueden haccr más que

?xcluir ciertas posibikdotles. (uNo se puede coger agua en un

cesto»: véasc la sección 20, anteriormente.) Más especialmente

l¿r afirrnación de que no podremos, por regla general, upredecir

el rcsultado preciso de cualquier situación concreta>' plantea el

problema de la inexactitud de la predicción (véase la sección 5,

antcriornente). Sostengo que se puede decir exactamente Io

mismo del mundt¡ [ísico concreto. En general, solo por el uso

del aislamiento exprorimental podemos predecir acontecimien-

tos físicos. (El sistema solar es un caso exce¡rcional -un ca§o

de aislamiento natural, no anificial-; una vez que el aislamien-

to quede destuido por la infirrsión de un cuerpo extraño de

tamaño suficiente, todas nuestras predicciones están expuestas

a f¿rllar.) Estamos muy lejos de ser capaces de predecir, incluso

en física, el resultado preciso de una situación concreta, como

una tornenta o un fuego.Una breve observación puede añadirsc aquí sobre el ploble-

ma de la complejidad (véase la sección 4, anteriomente)' No

hay duda de que el análisis de cualquier situación scrcial cr¡n-

creta se hace extemadamente difícil por su compleiidad. Pero

lo mismo rale para cualquier situación fisica concreta. El pre-

juicio ampliamente compartido de que las situaciones sociales

son más compleias que las fisicas parece surgir de dos fuentes.

Una de ellas es que tendemos a comparar lo que no es compa-

rable; quiero decir, por una paúe, situaciones sociales concre-

tas, y por otra, situaciones tísicas cxpedmentales aftificialmente

aisladas. (Estas últimas se deberían comparar con situaciones

sociales a¡tificialmente aisladas, como una cárcel o una comu-

nidad experimental.) La otra fuente es la üeja creencia de quc

la descripción de una situación social debeúa incluir el estado

mental e incluso fisico de todos los implicados (o quizá inclusoque debeía ser rcducible a estc estado). Pero esta crccncia es

injustificada; es mucho menos iusti[icada incluso que la exigen-

cia dc que la descripción de una reacción quÍmica concreta

incluya la de todos los estados atómicos v subatómicos de las

purrtículas elementales implicadas (aunque la química sea, en

efecto, reducible a la física). Esta creencia también muestla la

Andrés
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Andrés
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Page 7: Mardones - Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Del Espíritu

rT-

huella de Ia opinión popular dc que las entidades sociales,como, por ejemplo, las instituciones o asociaciones, son entida_des naturales concretas de la misma manera que una aglome-ración de hombres, más que modelos abstractos construidospara interpretar ciefas relaciones, abstractas y seleccionadas,entre indiüduos.

Pero, de hecho, hay buenas razones, no solo en favor de ]acreencia de que la ciencia social es menos complicada que lafísica, sino también en favor de la creencia de que las situacio_nes sociales concretas son en general menos complicadas quelas situaciones lísicas conc¡etas. Porque en la mayoría, si no entodas las situaciones sociales, hay un elemento de racionqlidad.Es cierto que los seres humanos casi nunca actúan de una ma-nera totalmente racional (esto es, como lo harían si quisiesenhacer el mejor uso ¡rosible de toda inforrnación que tienen amano para la obtención de cualquiera de los fines que contem-plen), pero actúan de todas fo¡mas más o menos racionalmen-te; y esto hace posible la construcción de modelos relativamen-te simples de sus acciones c interacciones v el uso de esos mr.¡-delo' como aproximaciones.

Este último punto me parece que de hecho indica una con-siderablc difer-encia entre las ciencias naturales v las sociales;quiti la dif¿rencia más imporfante entre sus métodos, ya que lasotras difercncias imporlantcs, como las dificultades específicaspara llevar a cabo experimentos (véase el final de la sección 24)y para aplicar métodos cuantitativos (véase más adelante) sondiferencias de grado más que de clase- Me reñero a la posibili-dad de adoptar en las ciencias sociales lo que se puede llamarel método de la construcción racional o lógica, o quizá el "mé-todo cero,. Con esto quiero significar el método de constralirun modelo en base a una suposición de completa mcionalidad(y quizá también sobre la suposición de que poseen inforna-ción completa) por paÍe de todos los indiüduos implicados, yluego de estimar la desviación de la conducta real de la gentecon respecto a la conducta modelo, usando esta última comou¡a especie de coordenada cerc. Un ejemplo de este método esla comparación entre la conducta real (bajo la infuencia de,digamos, prejuicios tradicionales, etc.) ¡r la conducta modekrquc se habría de esperar en base a la opura lógica de la elec-

98

ción,, como descrita por las ecuaciones de la economÍa El in-teresante artículo de Marschak "Money Illusion,, por ejemplo,

puede interpretarse de esta forma. Un intento de aplicar el mé-

todo cero a un campo diferrcnte puede encontmrse en la com-

paración de P. Sargant Florence entre la .lógica de la opera-

ción a gran escala» en la industria y la "ilógica de la operación

real ».

De paso me gustaía mencionar que ni el principio del indi-

vidualismo metodológico ni el método cero de construir mode-

Ios mcionales implican, en mi opinión, la adopción de un mé-

todo psicológico. Por el contrario, creo que estos principios

pueden ser combinados con la opinión de que las ciencias so-

ciales son relativamente independientes de las presuposiciones

psicológicas y que la psicología puede ser tratada no como la

Lase de todas las ciencias sociales, sino como una ciencia social

entre otras.Para concluir esta sección, tengo que mencionar lo que con-

sidero como la otm diferencia impoftante entre los métodos de

algunas de las ciencias teóricas de la naturaleza y de la socie-

dad. Me refiero a las dificultades específicas de la aplicación de

métodos cuantitativos, y especialmente métodos de medición.

Algunas de estas dificultades pueden ser superadas, y lo han

siáo, por el empleo de métodos estadísticos, por ejemplo, en el

analisis de la demanda. Y tienen que ser superadas si, por ejem-

plo, se quiere que alguna de las ecuaciones de la economía

matemática pueda servir de base a aplicaciones, aunque sean

meramente cualitativas; porque sin estas mediciones no sabría-

mos muchas veces si las consecuencias de signo contrario exce-

dieron o no un efecto calculado en tér-rninos meramente cuali-

tativos. En efecto, consideraciones meramente cualitativas pue-

den ser engañosas a veces; tan engañosas, para citar al profesor

Frisch, «como decir que cuando un hombre intenta remar en

un bote hacia adelante, el bote será empujado hacia atrás por

la presión ejercida por sus pies,. Pero no se puede dudar que

hay aquÍ algunas dificultades fundamentales. En física, por

ejemplo, los pammetrcs de nuestras ecuaciones pueden ser re-

ducidos a un pequeño número de constantes naturales; una re-

ducción que se ha llevado a cabo con éxito en muchos casos

imporlantes. Esto no es así en Ia economía; aquÍ los paráme-

99

Page 8: Mardones - Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Del Espíritu

tros son ellos mismos, en los casos más importantes, variablL.sde cambio rápido. Esto reduce claramente la importanciu, irr

telpretabilidad v posibilidad de experimentación de nucstnrsmediciones.

LK. Popp]ER, la t11isüie &:l histc¡rícis¡üt¡.Madrid, Alianz¡/Tau¡us, 1973, pp. 145 158 (sin noras)l

l.¡r hcndidura más profunda que hoy recore el edificio de la

r it.rrr'ia es Ia separación entre cicncias naturales y ciencias del

r.\l¡i|ilu. Las ciencias naturales investigan el mundo matcrial

rll(. r()s rodea por medio de la razón instnlmental Las ciencias

ricl .'spiitu estudian al hombre y Ie toman como él mismo sc

rrrr()ce: como alma, conciencia, espíritu. La separación cs me-

txrs una separación de campos, pues estos se entrecr-uzan en

¡r,r11c, que una separación de estilos de pensamiento y métodos'

l.ir,, cicncias naturales se fundan en Ia separación taiante entre

(.1 sr¡icto cognoscente y el obicto conocido Las ciencias del es

pi itu se han propllcsto la ditícil tarea de hacer también objeto

rle conocimiento al sujeto en su subictiüdad'Los diversos intentos de cliálogo muestran que ambos estilos

clc pcnsamiento solo larísima vez se comprcnden Mc parece

.¡re rras est mutua mal comprensión yace, como posibilidad'

rtn contexto obietivo para los dos gmpos de ciencias, qur: espc-

r.a ser visto y áesanollado. Onisiera referir¡ne a él a tr¿l'és cle

rrna comparación. I-as ciencias natul?les y las ciencias del espí-

ritu mc parecen como dos semicÍrculos Debieran coniuntarse

cle tal manera que formaraLn un cÍrculo perfecto y sc debiera

r ecorrer este círculo múltiples veces. Con esto, quiero decir lo

siguientc:Por una pat1e, el hombre es un ser natuml l-i¡ naturaleza es

más vicia que el hombre. EI hombre ha surgido de la natumle-

za y se somcte a sus lcves. Toda una lacultad de nuestms uni-

lr.r"idod.:; -la medicina- se dedica con éxito a estudiar al

hombre como ser natural con los métodos de las ciencias natu-

rales. En este sentido, las ciencias natulales son el presupuesto

de las ciencias del esPÍritu.Por otra parte, las ciencias naturales del honrbrc están hc-

chas para cl hcrmbre y se someten a las condiciones de la pro-

ducciln espiritual y material del hombrc El hombre es más

üeio que las ciencias naturales. La naturaleza fue neccsa¡ia'

p.,...Ln ella el hombrc pudo dar:e; el hombre fue necesario'

pues con él pudo darse el concepto dc naturaleza Así es posi-

Lle y ne.esa.i , entender las ciencias natulales como una pallc

de la t i.la espiritual del hombre. En estc sentido, las cicncias

del espíritu son un presupuesto de las ciencias natulales'

En ambos grupos de ciencias se l'e, en general, sól<¡ un lado

1.

2.

3.4.

5.

6.7.

8.

9.

t0.

1t.

12.

CUESTlONARIO

¿En qué consiste el método científico, según Poppcr? Dc'scribe sllselementos,

¿Cómo se den()mina tal mélodo cicnlÍfico?¿Por <¡ué hav que esforzane en ñrfutar la teoría2( Por qué las teorías no se deducen de los hrchos?¿CuáJ es la pregunta que, desdc cl punto de üsta cicntífiu¡, delx'res¡xrndcr el invesligador?¿'Las cienci¿rs sociales lienen distinto mét(do que las natur¿les?¿Por qué es más obvio aún en las ciencias s<riales cl mótodo cientÍ-fico?

¿Con qué se suelc confundir ñecuentemenk la tm¡ía?Describe los parccidos que hav entrc t¡n físico alrimico v un investi-gador srx iirl.

¿No son mrrcho más complej¿s las situaci()nes sociales que las fisi-

¿Cuál es la difcrencia más impoñante que adviene el autor enlreciencias natumlcs v ciencias sociales?

¿En quó se lieneD que supelar las cicncias soci:rles respccto a las

C) El todo de la ciencia: Carl Friedr.ich von Weizsácker

Nacido en 1912, en Kiel, C.F. \,on Wei/-s¿icker cstudió física v se doctofticn lil,^,,ha cñn \ . Hci-(nberc en LeipTig, cn tq¡¡ Pl^ie\or clL.tr\icl cn clInstituto Max Plank de Cotinga, cn 1945-1947. Profevrr de fikrsoña en ]aUnir'ersidad de Hamburgo, en I957-t969. Desde 1970, cs dirccl(».del tnslitr¡lo M¿x Plank de StambcrE (Munich) donde dirige una scúe de invesrjsa-,'i,'nL. eLenr Je la:r uonJiL i,,ne, dc rid¡ en cl mundo iierrrfir.,'rr:cnico. Encaslellano hay publicadas algururs de sus obras, conlo Historia ¿c la natura¿,.1r, M¡drid, Rialp, 1962.

100 101

Page 9: Mardones - Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Del Espíritu

de la dependencia reciproca. Frente al pensamiento, se puedch¿rcer sentir Ia descc¡nlianza cn el círculo de la mutua depen-dencia; se tr¿rt¿r de un ci culo lógico, en el que A se demuestr¿lnrcdiante B, y B mcdi¿rnte A. No se t¡?ta aquí de una deduc-ción lógica, sinr¡ de la mutua dependencia real de las cosas, vcstas enciénansc frecr.rentemente en círculo. El pensamientoconceptual hiir contrapuesto la unidad odginal entrc hombre ynaturaleza en la oposición entre suieto y objeto. El círculo delcual hablamos aquí cs pensado como el primero px:ro no elhltimo paso en el c¿rmino que debe ser dado para hacer accesi-ble dc nuevo al pensamiento la unidad de ambos polos. Loprimercr que debe verce es l¿¡ ciencia como un todo, la realidadconlo una, si podcmos esper?r que se comprenda, en concretov claramente, la dependcncia del hr¡mbre respecto a la naturalcza, y del concepto de natu¡aleza del hombre, y si clebenostccor-r'er múltiples veces estc círculo.

[C.F. \,oN WErzsÁcr.lltR: Die Gesclticht¿ der NatLtr.Cotinga, Vandenhrx'ck & Rupcrchr, 1954, pp. 8 9 (rad. mÍa)l

CUESTIONANO

L r-Qoé estlrdian v cómo lo hacen las ciencias natumles?2. ¿Orró estudian \, cónú lo hacen l¿s ciencias del espí¡.ilu?-3. ¿En qué ládica, por lant(), su sep¿üaci{in?.1. ¿Por qué han fallaclo los intenros dc diá]()go? Razón pr.{)funda.5. ¿Cuál cs la tesis que defienclc cl autor?6. ¿Por qué las ciencias natumles son p¡esupuesto de las cicnci:¡-s del

cspiitL¡?7. Y ¿por qué es cieÍo, tanrbién, b conüario?t. ¿-Orró conclusión se deri\,¿r dc lo que artecede?9. Rcsume cn un¿r lr¡se de, dos líncas la Larestión c.entml que p¡antea cl

10. Resurrc cn una bteve tesis dc cinco líncas lo nuclsrr del lerrr¡

l)) Ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu:Mary Hesse

Prufesom británica dc filt¡sofía cle la cit'ncia, Mmr Hesse sc sitún clalil-llr(.lrlc cn las tendencias postempiricislas. Ht leflexi()nacio ag¡udanlc'nlc so_

l»r, los avalares dc esLr disciplina, rienclo crimo, en la situaci(in actual de la

ticncia, los prcl'rlemas tanto de las ciencias de la na¡rralez:r conro de las

tiencia-s humanas v striales o del espíritu son mtrv scmeiantcs. Oblis: R¿rr!

ltn¡ons aficl Reconstntctions fu the Phibsopll\, oÍ Sci¿t¡.e, BriShlon, Ha\'cslcr',

1980; (con A. At+óid) Th¿ &)cia! Lbl1structioll ol Reolil^', Cantbritt:t' Innlh!:;,Nuctu York, Cantbri¿!:c U iv. Pr".!J, ./9Eó.

La autom señala en una lista de cinco aspectrx la conl»$l¡cir;n cntre

eicncias natualcs y ciencias humanas, en tln rccientc pasado, v hov' tr-l

llamatilo contr.rste enlrc la Frsici(')n de aver- r la de hor señala la erohrcirin

de la lilosofía de la ciencia en !§te asplrto.

Atlte,s

l. En las cicncias natur¿rles, la experiencia es aceptad¿r

como obietiva, contr¿stable e indepencliente dc Ia expJicacitin

teórica. En las ciencias humanas Ios datos no son scpatablcs cle

la teoría, por lo cual lo que cucnta como datos es deten¡in¿rclt¡

a la luz de alguna intelpretación teorética v los hechos mismr¡s

tienen que ser reconst¡'uidos ¿¡ la luz dc la interpretacia)n.

2. En las ciencias naturales, l¿rs teoúas son constlllcciollcsartificiales o modelos que pro.lLrcen ttna explicaciírn en el scnti-

do de una lógica hipotético-deductiva: si la naluraleza ex(e'rna

fuera de tal manera, e,?loi¡ces los datos y la expetiencia serían

como nosotros los enconhamos. En las cicncias htlmanas las

teorí¿ts son reconstn¡cciones miméticas dc los hcchos nlisn¡os,y el criterio de una buena tcoría ¡acljca en la comprcnsión clc

sentidos e intenciones mi¡s que en cxplic¿¡ciones dcductil¿ts.

3. En las ciencias nattlfales, las relaciones nomoltigicasafirmadas de la experiencia son e\tern¿is tanto lespeclo a los

obietos como al invcstigador, en cua¡to quc son n]clamenl.-

conelacionales. En las ciencias httmanas las lel¿lciones ¿tlirma-

das son intemas, tanto porquc los obictos cstudi¿tdc¡s estiln

10210.3

Page 10: Mardones - Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Del Espíritu

esencialmente constituidos por sus relaciones con otros, c()¡ll(,porque las relaciones son mcntales, en el sentido de ser crea(lir\por las categoÍas humanas de la comprensión reconocida (;r,impuesta?) por el inr,estigador.

4. El lengrnje de las cienci¿¡-s natur:¡les es exacto, fo¡maliz¿rt¡lcy likml; además, el sentido es unívcrco v los problemas de senüdr r

su€en solo en la aplicación de las categorÍas universales ¿r lasparticulares. El lenguaje de las ciencias humanas es ireductiblc-mente cquívoco y se adapla c'ontinuamente a Io particular.

5. El sentido, en las cicncias natu¡ales, esLí separado de loshecht¡s. El sentido en las ciencias humanas es lo que constituyelos heehos. porque los dalo:. consi\tcn (.n documentos, inscrip.ciones, conductas intencionales, reglas sociales, a¡lefactos hu-manos y cos¿rs semejantes, que son inseparables dc su sentidopara los agentes.

Se sigue, de aquÍ, que las ciencias naturales poseen una lógicaunidin:ccional y un mét«lo de interpretación apropiado, donde latcoría es dependiente de los hechos autosubsistentes y contmsta-blc eon ellos. En las riencias humaruu. ¡ro. o- pua., la .lúgrcade Ia intoprctación es ineductiblemcnte cin:ular: la pate no pue-de ser comprcndida sin rcferencia ¿¡l todo, cl cual, a su vez, depende de su rclación con las pafes; los datos ¡, los conceptos nopueden ser comprendidos sin la teoría y el contexto, que, a su tez,dependen de su rclación con los ütos y ios concepk)s.

Alu¡ra

l. En las ciencias naturales, los datc¡s no son separables dela teoría, porque lo que cuenta como datos es determinado a laluz de züguna interpretación teórica, y los hechos mismos tie-ncn quc scr rcconstruidos a la luz de la inter?rctación.

2. En las ciencias natu¡ales, Ias teorías no son modelos ex-tcmamente comparados con la naturaleza en un e«¡uema hi¡xt-tético-deductivo, sino que son el modo como los hcchos sonvistos.

r04

L li¡ las ciencias naturales, las relaciones nomológicas

¡li|r¡r¡das dc la expcrienciil son internas, porquc lo que cuenta(orx) lrcchos está constituido por lo que Ia teoría dice sobre

uts irrlcrr claciones con otros.

.1. El lenguaie de las cienci¿rs naturales es ineductiblemente

rr( lll(idco e inexacto, y formalizable solo a costa de una dis-

torsirin de la dinámica l.ristóric¿r del desan'ollo científico v dc

lirs c(nstrucciones imaginativas en virtud de IaLs cuales la natu-

rrrlt¿rr ts inle¡ptel¡du por la cicncia.

5. El sentido, en las ciencias naturales, es detenninado por

l¡r lcoría, es comprendido por la coherencia teórica, más que

¡rrr la corespondencia con los hechos

IM. HL,ssF]: Rc1,ol¿l¡irr¡i an¿ Recot].slructitrlsit the Phiktsopht ol Scicnc¿: lt1 Del;'t1ce ol Ob¡eth'it'¡,

ob. cil., pp. 63-110 (selec. ! tlad. lnías)l

CUESTIONARIO

¿Qué dcduces dc la lectura dc las dr¡s senes rle cinco afilm¿cioncs?

¿Cómo llamañas al cambi() experimentado en la filtxofía dc la cien

cia? ¿Sabcs crimo lo dcDomina csta aütom?

¿Cómo iuzgas la afirmirción dc la autom acerca del carácter rnerafr!

nto del lenguajc cle las cienciils naluliles?

5. EXPLICAR Y COMPRENDER

Nos halllanros ante uno de los pmblemas más debaticlr¡s en la di§plüaentre las ciencias naturales v las ciencias dclespiitu. Cada una ha acüñado

Lrn término que dcfine su mctodo cienlÍfico: Ia cxpliceción carsal o Er&¿irzrr

li.cnte a la comprensión del significado, los valorcs o la intencionalidad clel

autor de la aoción (Y¿,'s/c/¡¿,¡).

El conc'eplo verstehen liene üna hisknix bastanle azalosa: sufrió rari¿r_

l.2.

3.

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