martín vivaldi, gonzalo. “estilo y lenguaje periodísticos”

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ESTILO Y LENGUAJE PERIODISTICOS MARTÍN Vivaldi, Gonzalo. "Cualidades y requisitos del buen estilo", en Géneros periodísticos. 6 a ed. Madrid: Paraninfo, 1998, pp. 29-43. esta obra- escribir un tratado de cisar, definir y delimitar unos géneros p del estilo, como cuestión previa, es fu r,"~u'~" "ti. EL ESTILO Y LOS ESTILOS Concebido el estilo, subjetivamente, como una proyeccion de la pro- pia personalidad, y, objetivamente, como un modo de hacer consecutivo al género literario que se cultiva, cabría recordar que no existe un solo estilo periodístico, sino mil estilos diferentes -según decimos en nues- tros APUNTES DE PERIODISMO, lección 3-. "Depende todo del momento en que se escribe, del tema, del círculo de lectores para los que escribimos y del enfoque personaJ." (1) ¿Definiciones del estilo? j Son tantas y tan variadas! Desde la famo- sa rueda de Virgilio -con su estilo sencillo, medio y elevado- hasta las más modernas investigaciones de Estilística, hay definiciones para todos los gustos. Desde Buffon, con su tan traída y llevada afirmación "Le style est de l'homme mérne", hasta Schopenhauer: "el estilo es la fiso- nomía de la mente'[ ... , J. L. Micó Buchón,'"\en su obra «Teoría y técnica literarias», hace un estudio muy completo del problema del estilo y, entre otras cosas, destaca los siguientes aspectos del problema: «El estilo-piel». - «No es la chaqueta de un escritor, sino su pie¡" (Carlyle). «El estilo-idea». - «Escribir bien, es pensar bien.» «El estilo-forma •. - "Una cualidad del lenguaje», «rasgos característicos de la obra. (estilo bizantino, estilo clásico). "El estilo-hombre». - "Algo connatural, personalísimo, inaprendible e inense- ñable.» (e Reacción total del escritor ante las cosas». Azorín.) . «El estilo-lengua propia». - "Un fenómeno de las lenguas nacionales» (BaJly). Resalta después Micó Buchón la «polivalencia de la palabra estilo» y establece o señala los siguientes aspectos del tema: «Estilo en general: relación total. Modo de expresarse uno en el idioma común. Estilo subjetivo: relación hombre-concepto. Revelación del modo de ser por el modo de pensar. Estilo objetivo: relación concepto-expresión. Carácter de un escrito como manifestante de una idea. Estilo interno: relación contenido-manifestación. Movimiento-orden del pensamiento para manifestarse. Estilo externo: relación con- tenido-manifestado palabra expresan te. Palabras y giros idiomáticos empleados Podría arriesgarse un concepto del estilo que abarcara sus aspectos fundamentales diciendo: 1" stilo es el molde en que se vierte un modo de ser. El molde sería el "tema-materia-contenido" sobre el que se escribe -lo objetivo y externo-o Molde que impone o exige un determinado (1) Cabrfa también remitir al lector a lo que, respecto al estilo decimos en nuestro CURSO DE REDA~CION, todo él, en realidad, un tratado de estilfstica aplicada, y muy especialmente en sus tres pnmeros capítulos, hasta la lección 44 inclusive. 28 CUALIDADES O REQUISITOS DEL BUEN ESTILO tratamiento y que, al par, resulta moldeado por la personalidad -pensa- miento y expresión- del escritor. O como lo define Pierre Guiraud: "Estilo es el aspecto de lo enunciado que resulta de una elección de los medios de expresión determinada por la naturaleza y las intenciones del sujeto que habla o escribe," Pero más bien que las definiciones de estilo, nos interesa- destacar aquí lo que algunos autores llaman "leyes del estilo" y que nosotros pre- ferimos denominar "cualidades o requisitos" del buen estilo literario y, en nuestro caso, periodístico. Cualidades y requisitos que estudiamos a continuación. Cualidades y requisitos del buen estilo Resumiendo cuanto sobre el particular se ha dicho -incluido lo ex- puesto por el autor en otras obras suyas-- podemos exquematizar aquí las cualidades o requisitos del buen estilo -periodístico o literario-- como sigue: l. Claridad. - Condición primera de la prosa periodística. En el periódico se escribe -ha de escribirse- para que nos entienda todo el mundo: el docto y el menos docto; el erudito y el no erudito; el espe- cialista en la materia y el profano; el muy inteligente y el menos inte- ligente. Esto exige en el escritor claridad en las ideas y transparencia expositiva. (No significa de ningún modo que escribir en el periódico sea escribir para deficientes mentales, aunque haya que contar con el lector más o menos duro de entendederas.) Visión clara de los hechos o de las ideas y exposición neta y tersa de los mismos. Escribe claro quien piensa claro. Pero no basta con la claridad mental o de ideas. Es preciso utilizar un lenguaje fácil, a base de palabras transparentes y fra- ses breves. Se conseguirá así que el pensamiento del que escribe penetre sin esfuerzo en la mente del lector. Ir derecho a las cosas --pedía Azo- rín- sin detener al lector en las palabras. Desde el momento en que la palabra o la frase -por su rareza o retorcimiento-- obligan a una relec- tura, el escrito peca de oscuro: por cuIteranismo o por conceptismo. Según Quintiliano la meta de la claridad significa, no que pueda enten- derse lo que decimos, "sino que no pueda, en modo alguno, no entender- se". Si la claridad -se dijo- es la cortesía del filósofo, es también -de- cimos nosotros- la primera obligación del periodista. "Hay cierta gloria en no ser comprendido", dijo el poeta francés Baudelaire. Y Rimbaud pidió: "destruir la lógica hasta llegar al absurdo". Afirmaciones muy respetables desde el punto de vista del poeta más o menos esteticista 29

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Page 1: Martín Vivaldi, Gonzalo. “Estilo y lenguaje periodísticos”

ESTILO Y LENGUAJE PERIODISTICOS

MARTÍN Vivaldi, Gonzalo. "Cualidades yrequisitos del buen estilo", en Génerosperiodísticos. 6a ed. Madrid: Paraninfo, 1998, pp.29-43.esta obra- escribir un tratado de

cisar, definir y delimitar unos géneros pdel estilo, como cuestión previa, es fu r,"~u'~" "ti.

EL ESTILO Y LOS ESTILOS

Concebido el estilo, subjetivamente, como una proyeccion de la pro-pia personalidad, y, objetivamente, como un modo de hacer consecutivoal género literario que se cultiva, cabría recordar que no existe un soloestilo periodístico, sino mil estilos diferentes -según decimos en nues-tros APUNTES DE PERIODISMO, lección 3-. "Depende todo delmomento en que se escribe, del tema, del círculo de lectores para losque escribimos y del enfoque personaJ." (1)

¿Definiciones del estilo? j Son tantas y tan variadas! Desde la famo-sa rueda de Virgilio -con su estilo sencillo, medio y elevado- hasta lasmás modernas investigaciones de Estilística, hay definiciones para todoslos gustos. Desde Buffon, con su tan traída y llevada afirmación "Lestyle est de l'homme mérne", hasta Schopenhauer: "el estilo es la fiso-nomía de la mente'[ ...,

J. L. Micó Buchón,'"\en su obra «Teoría y técnica literarias», hace un estudiomuy completo del problema del estilo y, entre otras cosas, destaca los siguientesaspectos del problema:

«El estilo-piel». - «No es la chaqueta de un escritor, sino su pie¡" (Carlyle).«El estilo-idea». - «Escribir bien, es pensar bien.»«El estilo-forma •. - "Una cualidad del lenguaje», «rasgos característicos de la

obra. (estilo bizantino, estilo clásico)."El estilo-hombre». - "Algo connatural, personalísimo, inaprendible e inense-

ñable.» (e Reacción total del escritor ante las cosas». Azorín.) .«El estilo-lengua propia». - "Un fenómeno de las lenguas nacionales» (BaJly).Resalta después Micó Buchón la «polivalencia de la palabra estilo» y establece

o señala los siguientes aspectos del tema:«Estilo en general: relación total. Modo de expresarse uno en el idioma común.

Estilo subjetivo: relación hombre-concepto. Revelación del modo de ser por elmodo de pensar. Estilo objetivo: relación concepto-expresión. Carácter de un escritocomo manifestante de una idea. Estilo interno: relación contenido-manifestación.Movimiento-orden del pensamiento para manifestarse. Estilo externo: relación con-tenido-manifestado palabra expresan te. Palabras y giros idiomáticos empleados .»

Podría arriesgarse un concepto del estilo que abarcara sus aspectosfundamentales diciendo:1" stilo es el molde en que se vierte un modo de ser.

El molde sería el "tema-materia-contenido" sobre el que se escribe-lo objetivo y externo-o Molde que impone o exige un determinado

(1) Cabrfa también remitir al lector a lo que, respecto al estilo decimos en nuestro CURSODE REDA~CION, todo él, en realidad, un tratado de estilfstica aplicada, y muy especialmente ensus tres pnmeros capítulos, hasta la lección 44 inclusive.

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CUALIDADES O REQUISITOS DEL BUEN ESTILO

tratamiento y que, al par, resulta moldeado por la personalidad -pensa-miento y expresión- del escritor.

O como lo define Pierre Guiraud:"Estilo es el aspecto de lo enunciado que resulta de una elección de

los medios de expresión determinada por la naturaleza y las intencionesdel sujeto que habla o escribe,"

Pero más bien que las definiciones de estilo, nos interesa- destacaraquí lo que algunos autores llaman "leyes del estilo" y que nosotros pre-ferimos denominar "cualidades o requisitos" del buen estilo literario y,en nuestro caso, periodístico.

Cualidades y requisitos que estudiamos a continuación.

Cualidades y requisitos del buen estilo

Resumiendo cuanto sobre el particular se ha dicho -incluido lo ex-puesto por el autor en otras obras suyas-- podemos exquematizar aquílas cualidades o requisitos del buen estilo -periodístico o literario--como sigue:

l. Claridad. - Condición primera de la prosa periodística. En elperiódico se escribe -ha de escribirse- para que nos entienda todo elmundo: el docto y el menos docto; el erudito y el no erudito; el espe-cialista en la materia y el profano; el muy inteligente y el menos inte-ligente. Esto exige en el escritor claridad en las ideas y transparenciaexpositiva. (No significa de ningún modo que escribir en el periódicosea escribir para deficientes mentales, aunque haya que contar con ellector más o menos duro de entendederas.) Visión clara de los hechoso de las ideas y exposición neta y tersa de los mismos. Escribe claroquien piensa claro. Pero no basta con la claridad mental o de ideas. Espreciso utilizar un lenguaje fácil, a base de palabras transparentes y fra-ses breves. Se conseguirá así que el pensamiento del que escribe penetresin esfuerzo en la mente del lector. Ir derecho a las cosas --pedía Azo-rín- sin detener al lector en las palabras. Desde el momento en que lapalabra o la frase -por su rareza o retorcimiento-- obligan a una relec-tura, el escrito peca de oscuro: por cuIteranismo o por conceptismo.Según Quintiliano la meta de la claridad significa, no que pueda enten-derse lo que decimos, "sino que no pueda, en modo alguno, no entender-se". Si la claridad -se dijo- es la cortesía del filósofo, es también -de-cimos nosotros- la primera obligación del periodista. "Hay cierta gloriaen no ser comprendido", dijo el poeta francés Baudelaire. Y Rimbaudpidió: "destruir la lógica hasta llegar al absurdo". Afirmaciones muyrespetables desde el punto de vista del poeta más o menos esteticista

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ESTILO Y LENGUAJE PERIODlSTlCOS

u oscurantista, pero que nada tienen que hacer en el ancho campo delPeriodismo (1).

2. Concisión. - Que resulta de utilizar sólo las palabras indis-pensables, justas y significativas para expresar lo que se quiere decir.Estilo conciso no significa estilo lacónico, ultracondensado. La concisiónes la enemiga de la verborrea, de la redundancia, del titubeo expresivo.La concisión lleva a la rapidez y viveza del estilo. Periodísticamente,exige el empleo de la frase declaratoria, del estilo directo. "Todo lo queobligue a detenerse para reflexionar sobre el sentido de la oración -diceFraser Bond-, estorba, naturalmente, la rapidez de la lectura." Y paradar celeridad al estilo, sugiere Fraser Bond "inyectar acción en el ma-terial". El verbo activo y dinámico viene a ser así la clave del estilorápido.

1 .3. Densidad. ---1 Equivale, en la práctica, a la concisión y se tradu-

ce en que cada palábra o frase estén preñadas de sentido. Estilo densoequivale a estilo significativo. Periodísticamente, la densidad del estilopide hechos y más hechos. Algún periodista americano llega a exigir"dos hechos por línea". En un escrito denso no debe sobrar ni faltar niuna palabra. Y quien quiera una muestra excelsa de este estilo, repaseatentamente "La casa de los muertos" de Fedor Dostoiewsk i.

4. Exactitud. - No sólo en los hechos que se narran, sino en laspalabras que se utilizan para contar tales hechos. Hay que huir de laspalabras de amplio significado y buscar siempre la palabra exacta, lainevitable. (Ver nuestro CURSO DE REDACCION, capítulo I1I, lec-ciones 23, 24, 25, 26 y 27.)

5. Precisión. - Para no divagar, para "ir derecho al toro", segúnexpresión muy española. La precisión requiere rigor lógico en las ideas,acuidad mental y sensibilidad para los hechos, dotes de observación,visión clara, en suma, de los hechos o de las ideas. La precisión requiereconstruir la frase con rigor lógico-psicológico; exige huir del términoambiguo o de la expresión equívoca.

6. Sencillez. - Cualidad que se produce al utilizar palabras deuso común. Lo contrario de la sencillez es el estilo artificioso, el empleode voces rebuscadas -cultas o arcaicas-o Juan Ramón Jiméncz decía

(1) Jesús Vasallo, en artfculo publicado en .Sur •• de Málaga -20 de agosto de 1972-.escribe:

•.Confieso que una de mis tenaces preocupaciones la ha constituido el hablar bien; quierodecir el expresarme con corrección entre las personas civilizadas. Por supuesto, otra. que meha servido para valerme profesionalmente, es la de escribir con claridad y sencillez. Si elmaestro D'Ors oscurecía a posta sus páginas, sigo creyendo que para la comunicación con elpúblico. lo esencia} es que a uno le entiendan. Aunque no compartan sus opiniones y la discon-formidad sea total con lo que diga. Pero a la hora de juzgar, el lector debe saber por dóndevan los tiros. Lo contrario desemboca inevitablemente en un doble sentimiento de frustración;por parte del escritor y del destinatario. Montaigne decía que la palabra es mitad de quienla pronuncia y mitad de quien la escucha ...•

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CUALIDADES O REQUISITOS DEL DUEN ESTILO

que, en la duda entre utilizar "estío" o "verano", después de muchopensarlo, prefería "verano" por ser la voz popular, mientras que "csuo'~ra palabra más culta. "Si puedes decir páiaro, no digas ave",' aconsc-Jaba. La sencillez no quiere decir vulgaridad. Un cstilo puede ser sencilloy noble al par. Con palabras de uso común se pueden expresar elevadospensamientos. Y es que la difícil sencillez se adquiere ... a fuerza detrabajo. Y quien quiera un ejemplo de estilo él un tiempo sencillo y ele-vado, lea "Le pctit prince" de Antoine de Saint Exupery. Siendo elPeriodismo un medio de comunicación social, es obvio que su lenguajedebe ser siempre sencillo, asequible él la gran mayoría, al "gran público".

7. Naturalidad. - Condición ésta que se produce cuando se uti-lizan palabras o expresiones propias del acervo personal y social del queescribe. Opónese a la naturalidad la afectación. Y depende, más quedel estilo, del tono. De tal modo que un escritor puede ser estilística-mente sencillo, pero afectado, es decir, poco natural por su entonación.Se es natural cuando se es uno mismo, cuando el estilo es una transcrip-ción de nuestra propia personalidad, cuando las palabras que utilizamosno son rebuscadas, inusitadas o extrañas (1). Ser natural estilísticamen-te equivale a escribir sin "pose". Periodísticamente, el lenguaje naturaldepende también del tema. Hay un lenguaje natural político, otro téc-nico, otro deportivo, otro taurino, etcétera.

8. Originalidad. - Cualidad consecutiva de la sinceridad expre-siva, de una gran fidelidad a sí mismo y hacia el mundo externo y deun modo de hacer personalísimo. Todo escritor fiel a la realidad y a símismo es ya original. Hoy se dice también "autenticidad". El escritororiginal -decía Chateaubriand- no es el que no imita a nadie, sinoaquél "a quien nadie puede imitar." Pcriodísticamcntc, la originalidadconsiste en decir las cosas tal COl1l0 las vemos y sentimos. Micó Buchón-o. C. pág. 296- escribe que " ... la verdadera original idad es el sellodel espíritu grande y rico que sin estrideucias ni equilibrios deja su pro-pia huella noble en todo lo que toca". Y el mismo autor cita la clasi-ficación de Longhaye en: originalidad de grado y originalidad de modo,"La primera consiste en penetrar más en el asunto, ver JIl<Ís, descubrirmás. Es el sello de los genios ... r' "La originalidad de m ailn es ... la pecu-liar manera de expresar y expresarse UIl autor, aunque lo que diga nosea más que lo que todos ven o dicen." Ejemplo clásico de originalidadde grado sería el escritor ruso redor Dostoiewski; de originalidad demodo, podría ser Oscar Wilclc. En Periodismo interesa Ill;ís la originali-dad de grado que la de moclo --aunque ésta !lO sea totalmente desde-

(1) Escribió Paseal: eCuan do se ve el estilo n at ura l, qued a lino .1SOlllhr.1UO y admirado;esperaba uno ver a un autor y se encuentra uno con un hombre .•

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ñable-. Son los hechos lo importante, lo trascendente; no las meras pa-labras o giros expresivos.

9. Brevedad. - En la práctica equivale a concision. Un escritordenso y conciso es, de por sí, breve. Es la primera recomendación quesuele hacerse al periodista que comienza: "sea usted breve". Lo cualsignifica obedecer a dos de las reglas antes citadas de Mr. Billings, bi-bliotecario de Washington: decir lo que se tenga que decir y callarse encuanto queda dicho. En Periodismo, la brevedad es impuesta por la li-mitación de espacíp : no hay páginas y más páginas, columnas y máscolumnas, dispuestas para que el novel periodista se explaye escribiendo.En realidad, no hay medida para la brevedad: todo depende de lo quese tenga que decir o contar. Y también de cómo se diga. Un artículoo reportaje mal escritos resultarán siempre largos; un trabajo bien es-crito, en el que cada palabra, cada frase, "estén preñadas de sentido",nunca resultará extenso. Cuando al periodista novel se le recomienda bre-vedad, se le quiere decir que no escriba de más; más de lo indispensabley necesario; que no deje correr la pluma "a placer". Todo lo que seescribe "a vuela pluma" suele resultar, casi siempre, un poco largo. Lacondensación es consecuencia de la concentración. Desde el punto devista de la redacción periodística, siempre que se habla de brevedad sesuele hacer referencia a la frase breve, no más extensa de 15 palabras.Sin embargo, estilfsticamente, el abuso de la frase breve, el uso de lafrase breve por sistema, suele producir en ocasiones un martilleo sonoro,cierta monotonía poco armoniosa. Por ello, en la práctica, la brevedadsignifica que en cada frase haya una sola idea. El ideal estilística -ele-gancia se llama al resultado- resulta de combinar la frase corta con lafrase larga, según lo requiera la expresión de los hechos o de los pensa-mientos sobre los hechos. Siempre que la frase no sea excesivamentelarga hasta degenerar en lo que nosotros llamamos el estilo ampuloso.

La obligación de ser breve se impone en los títulos periodísticos.y como ejemplo típico de ultracondensación expresiva, podría ponerseel caso -citamos de memoria- de aquel periódico mejicano que, pocosdías antes de la muerte de Stalin, titulaba la noticia: "Ya mero" (esdecir, ya casi, está a punto de morir). Y el día que murió el dictadorsoviético, la noticia aparecía bajo un título ultrabreve: ": YA!".

Por el mundo del Periodismo rueda una parodia, muy significativa,de esta exigencia de la brevedad. Un periodista norteamericano, conmotivo de la visita a su ciudad de un exigente director de periódico(exigente en cuanto a brevedad), escribió el humorístico reportaje si-guiente:

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CUALIDADES O REQUISITOS DH BUEN .ESTILO

"Walters llegó a Charlotte la semana pasada.De visita.Simpático.Un buen chico.Como uno de nosotros ...... Fue director gerente.Es todo un título.Quiere decir "jefe».Ahora le dicen "director ejecutivo».Nueva era.El mismo sign ificado .... .. Le gustan las frases breves.Concisas.Le encantan ... "

Parodia ésta que aún podría exagcrarse más. diciendo, poco máso menos, lo que sigue:

"D. Fulano de Tal, famoso periodista.Estuvo ayer entre nosotros.Su pasión: la brevedad.Llegó, estuvo y se fue.Bien venido.Buen viaje."

10. Variedad. - El periodismo es esencialmente vario, como varioy multiforme es el mundo. Estilísticarnente, esta exigencia implica unavariedad expresiva de acuerdo con la variedad de los hechos que senarran. Es lo que nosotros llamamos "tono" y que no es más que laadecuación del estilo al tema del escrito. Desde el punto de vista dellenguaje, la variedad de vocabulario no significa que sea preceptivocambiar de sustantivos o verbos por sistema. Ocasiones hay en que re-sulta forzoso repetir una palabra porque no hay otra nuis propia que lautilizada. Ya se sabe que no hay dos palabras que tengan un sentidoidéntico. La sinonimia sólo se da en el Diccionario. Además, las pala-bras no valen por sí solas, sino según el contexto, según la frase. Lavariedad, pues, significa evitar la monotonía, la pobreza de vocabulario.También conviene evitar -según hemos dicho-v- el ritmo monótono dela frase corta; debe procurarse de vez en cuando el con trapunto de lafrase larga. Desde el punto de vista puramente visual y para evitar o re-mediar el fenómeno conocido como cansancio psicolágico, se recomien-da también variedad en la longitud cle los párrafos y. sobre todo, eli-minar el párrafo excesivamente largo que se traduce, en la práctica, enuna masa de plomo uniforme. De ahí la necesidad de utilizar Iadillosque partan el texto demasiado uniforme. Un párrafo periodístico no debe

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exceder de 200 palabras, salvo casos excepcionales en que la unidad delcontexto impida utilizar el "punto y aparte". Son también muy impar:tantes los diversos recursos de la puntuación, procurando no abusar III

del punto, ni de las comas, ni del punto y coma, ni de las comillas, nide los paréntesis o~guiones. Puntuar con exceso es tan rechazable co.mopuntuar por defect~. Finalmente -y siempre desde el .punto de vI~tavisual-, son muy Iltiles los recursos tipográficos: letras de cuerpo dIS-tinto y distintos tipos de composición prestan innegable v~riedad altexto periodístico (párrafos "sangrados", en negritas o en cursivas).

11. Atracción. - El estilo periodístico no puede ser torpe, soso, gris.Verdad es que los hechos mismos que se narran, sobre todo si son noti-ciosos, dan ya suficiente atractivo al texto periodístico. Lo cual n? obstapara que la prosa del periodista, por su construcción, sea atr~ctlva porsí misma. Hay cronistas y articulistas a quienes se lee, en mas de unaocasión, no tanto por lo que dicen sino por cómo lo dicen (1).

12. Ritmo. - La prosa periodística tiene su propio ritmo, marcadonormalmente por ei de los acontecimientos que se narran. Cada histo-ria, cada suceso, cada hecho que se relata tiene -exige- su ritmo pro-pio. Y el periodista que olvide esta regla desentonará lamentablem.entesi, por ejemplo, en la descripción de un desfile militar em~lea un ritmolírico; o si en el relato de un crimen adopta un tono filosofico.

13. Color. - No depende de las palabras, sino más bien de suengarce dentro de la frase. Dar color a un hecho es descri?ir~~ de unmodo pintoresco, plástico. El color puede darse en la descripción y. e.nla narración. Decir "llueve" o "nieva" es enunciar un hecho. Describirla lluvia sobre los campos, o sobre los tejados, o la nieve sobre losárboles desnudos del parque es dar un toque de colo~ .a nuestra. des-cripción. Narrar un suceso escuetamente es dar noticia del mismo.Narrarlo con pinceladas plásticas es revivirlo. Así, ~e ha dich~ ~,ue « ladiferencia entre un lista de hechos y un buen reportaje es el estilo .

14. Sonoridad. - Estamos plenamente de acuerdo con MíddletonMurry cuando afirma que el predomi~io de la n;usicalidad es signo dela decadencia del estilo. No nos entusiasma especialmente ese falso con-cepto del estilo que defiende o cultiva a ultranza la sonoridad de. la fr~se.No son resonancias auditivas lo que debe procurar el buen prosista, S1110

una resonancia mental de lo que se cuenta. Lo que fue, tal como fue; concolor y con sonido, si lo hubo en el fenómeno real. Lo cu~l no significaque se esté en contra, por sistema, de la belleza constructiva que prestaun innegable encanto al párrafo bien escrito, bien medido. Téngase encuenta que, aun en la lectura visual, el lenguaje "resuena": se oye una

(1) Dijo Pascal: .En la elocuencia tiene que darse lo agradable y lo real; pero es precisoque lo agradable sea real.»

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CUALIDADES O REQUISITOS DEL BUEN ESTILO

buena prosa, aun leída en silencio. En los títulos periodísticos, a veces,se procura una frase-impacto que resulte, no sólo declarativa, sinotambién llamativa por su sonoridad.

15. Detallismo. - Tan periodística es la gran noticia como el 'mi-núsculo detalle que revela o descubre el valor humano de un suceso.No quiere decirse que el periodismo viva del detalle, pero sí que eldetalle, en ocasiones, es muy periodístico. Incluso en la gran noticiao en el gran reportaje los detalles reveladores hacen aún más noticiosoo sugestivo el relato. En la muerte de un gran escritor, no puede pa-sarse por alto el significativo hecho de la última cuartilla escrita o amedio escribir. Ni puede silenciarse en un gran reportaje sobre unagran figura de la política, de la ciencia o de las artes, el detalle reveladorde su cuarto de trabajo, de su laboratorio o de su estudio: si hay ordeno desorden. Un simple tic nervioso descubre a veces el carácter o tem-peramento de una persona, mejor que toda una serie de datos bio-gráficos.

16. Corrección y propiedad. - Finalmente: el lenguaje del periódi-co debe ser correcto desde el punto de vista gramatical. Escribircon propiedad significa no olvidar nunca las "estructuras" fundamen-tales del idioma en que se escribe. La contundencia que algunos autorespiden al estilo periodístico, no exime de la obligación de mantenersiempre un idioma digno, propio y correcto. Y, si se quiere, elegante.

«LO DEMAS NO IMPORTA'

• ¿Qué cualidad se cotiza más en el periodismo norteamericano 7.La pregunta la hace Jaime Ruiz de Infante, en la revista española «Avanzada»

-febrero de 1972-, al corresponsal de TVE en Nueva York, Jesús Hermida.y Jesús Hermida contesta:"En principio, que sea íntegro de arriba abajo, mañana, tarde, noche y madru-

gada. Parece de Perogullo, ¿verdad? Pero no olvide que en Nortcarnérica hay untérmino para designar al que no está metido de lleno en la profesión: "Part timeiornalist". Cosa que se podría traducir como periodista "chapuza".

La primera y básica, sobre lo antes dicho, sería la precisión. O la "accuracy"que aquí dicen. Operar sobre el dato con la mayor exactitud y la mayor autenticidad.Y, paralelamente, la originalidad, la gracia del escribir o del decir, la profundidado el análisis. Reunidas las dos: es mejor aquél que cuenta las cosas más verdaderasy las cuenta de forma diferente. Por eso, [ames Restan, del "New York Times",es lo que es. Por eso es tan importante David Brinkeley, de la N. B. C. - TV. Poreso le pagan a un Cronkinten, de la C. B. S. - TV, según dicen, más de doscientosmil dólares al año. Resumiendo: se cotiza más quien más lectores o espectadoresatrae, sin renunciar a la noticia y al dato. Lo demás no importa .•

ELEGANCIA, DISCRECION y TACTO

Ha surgido la palabra "elegante», que nos obliga a considera}' elproblema de la elegancia en el estilo, como posible condición, no exi-

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1ESTILO Y LENGUAJE PERIODISTICOS

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gible, del mismo. En efecto, a ningún director de periódico se le ocu-rriría exigir a ninguno de sus· redactores tal obligación de eleganciaestilística. Y ello porque se trata de un don natural, prácticamente in-aprendible. Personas hay, por ejemplo, naturalmente elegantes en elvestir, y otras que, por mucho que gasten en atuendo, nunca seránelegantes. Alguien dijo que una persona elegante es aquella que, alentrar o salir en un salón, todo el mundo coincide en destacar su ele-gancia, aunque, luego, no se pueda precisar el detalle de cómo ibavestida. Quiere esto decir que la clave de la elegancia está en la sen-cillez. El perifollo, lo llamativo, es enemigo de la elegancia. Y 10 mismopodría decirse del estilo: que resulta elegante cuando no se nota lapreocupación estilística. Porque es sencillez y distinción; armonía ysobriedad.

No obstante lo dicho, si un texto periodístico une la elegancia alos demás requisitos estudiados, tendrá un sello especial de distinciónno despreciable.

Podría también hablarse de la discreción, el tacto y la mesura comootras tantas condiciones del bien hacer periodístico.

La discreción podríamos definirla como consecuencia de una actitudcomprensiva, prudente y oportuna al enjuiciar o exponer un hecho. Ental sentido, la información periodística ha de ser siempre discreta. Unperiódico indiscreto puede contar con un cierto éxito momentáneo, pero,a la larga, el lector acudirá al periódico serio y juicioso cuando quieratener una noción lo más exacta posible de lo que pasa en el mundo.Un periódico discreto es, al propio tiempo, mesurado. Lo cual no quieredecir que el periodista, en ocasiones, no haya de ser ligeramente indis-creto en su actividad informativa. Y así, del periodista en acción podríadecirse que ha de poseer una rara y paradójica cualidad: la discreciónde la indiscreción. Lo que, en la práctica, equivale a la habilidad deconseguir un informe prudente sirviéndose .a veces de una pregunta in-discreta.

El tacto es otra condición humana que, aun no refiriéndose concre-tamente al estilo, puede valer en ciertos momentos; es prudencia y ha-bilidad para decir lo que, sin tacto, podría resultar inoportuno o impro-cedente.

LA FUERZA

Finalmente, hay quien considera a la tuerza como una .sínte-sis de todas las cualidades fundamentales del buen estilo (1). En

(1) Ana María o'Neill: e La psicología en la correspondencia comercial». Gregg PubllshingDivisión. U.S.A.

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ERRORES DEL LENGUJE PERIODISTICO

efecto, un estilo claro, denso, conciso, preciso, sencillo, original,exacto y correcto, será siempre un estilo con fuerza en el sentidono de que nos impulse a la acción, sino de que nos' arrebate en sulectura, de que lo escrito se grabe en nuestra mente.

Según .A~.~ ~aría O'Neill, enemigos de la fuerza estiIfstica son lapobreza lingüística y la pobreza ideológica.

Según nuestro particular criterio, el estilo pierde fuerza cuando ca-rece de a,lg.unas de las cualidades esenciales estudiadas. Así un estiloresulta débil, poco atrac.tivo, flojo, .en suma, si es oscuro, farragoso,redundante, ampuloso, impreciso, inexacto, artificioso, vulgar, inco-n·ecto... .

~ veces, la fuerza del estilo depende de la personalidad del escritor.Escnto:es hay in~orrectos -desde el punto de vista gramatical- decuyo v~gor exp~eslvo nadie duda (i Hasta en Cervantes pueden encon-trarse rncorrecciones gramaticales!).

Psicológicamente, la fuerza del estilo depende del vigor de las ideas-de ~u cla~idad y. pr~fundidad-, de la sinceridad de sentimientos yde la Ineludible o inevitable necesidad íntima, interna, de decir lo quepensamos o sentimos. Quien escribe por escribir, por cumplir rutina-namente con. su obligación, no será nunca un escritor que, por sufuerza expresiva, nos arrebate en su lectura.

Ejemplo: cuando Axel Munthe escribió su "Historia de San Mi.chele" ganó fama universal. Era el suyo un libro escrito con auténticafuerza. Respondía a una ineluctable necesidad de contar lo que allí secantaba y cómo allí se contaba. Después, el propio Munthe nos dabaotra obra: «Lo que no conté en la Historia de San Michele". Y el lector,al terminar el libro, pensaba: "ni falta que nos hada". Este segundorelato carecía de fuerza acaso porque Axel Munthe lo escribió comopor inercia, a expensas del primero. De la Historia de San Michele dijoWalt Whitman: «Quien toca este libro toca un ser humano". De sucontinuación podría haberse dicho: "Quien toca este libro toca losrestos, los retales literarios de un ser humano".

ERRORES DEL LENGUAJE PERIODlSTICO

Hemos dicho lo que debe ser el buen estilo periodístico: Ahora,a sensu contrario, podríamos resumir cuáles son los vicios que debenevitarse, si queremos mantener un lenguaje propio, digno y correcto.

Hay que evitar:La oscuridad: de pensamiento y de expresión; la verborrea poco

significan te; la inexactitud y la vaguedad en la expresión; la impre-cisión en la estructura de la frase; lo artificioso y rebuscado, en la

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ESTILO Y LENGUAJE PEHIODlSTlCOS

elección de la palabra y construcción de la frase; la afectación; la vul-garidad; la innecesaria amplitud; la monotonía; la torpeza expresiva;el tono gris o incoloro; la arritmia; la cacofonía y la incorrección gra-ntat ical.

Según Doviíat (o. cit.), los principales errores del lenguaje perio-dístico son: el lenguaje sin personalidad; el lenguaje torpe o boto yel lenguaje telegráfico. Hay que precaverse también contra un peligroestilístico que acecha constantemente al periodista: el peligro de lasiercas.

'En efecto, el periodista a veces, por un sano afán de precisión ex-presiva. cae en el vicio de la jerga. Si escribe de fútbol, nos hablaráde "la pizarra" (refiriéndose a la táctica estudiada y a la estrategia pre-parada); si de tenis. abundarán los anglicismos incomprensibles parael profano: el drii:e, el mat clt (con su horrible españolización en elverbo "esrnachar"). el "game", etc., etc.; si de toros. el vocabu!arioespecífico es amplísimo: un toro "berrendo en negro", "negro zuíno","bruzao": "la flámula" "la hora de la verdad"; y las frases suelendeci;: "~garrar una estocada", "entrar por derecho", "echar (el toro)la cara arriba", "se limitó (el torero) a ponerlo en suerte", etc. Natu-

_..•ralmen te, no se trata de pedir al periodista que evite el vocabulariopropio de los toros O de talo cual deporte. Lo que se le pide es queno caiaa en la jerga : que escriba "en cristiano", con precisión y correc-ción. pensando que han de leerle personas no duchas en la terminologíao fraseología específicas, deportiva o taurina. Existen multitud de jergas:la económica, la cientffica, la sindical, la parlamentaria ... Y podría ha-blarse -con el debido respeto- de una jerga técnica -tecnócrata- yhasta filosófica (1). El peligro. pues, no está en el uso, sino en el abuso.Sucede esto cuando la jerga se apodera del escritor convirtiendo suestilo. en ocasiones, en incomprensible jeroglífico.

PROBLEMAS EXPRESIVOS

La forma: Todo periodista debe poseer un sexto sentido expresivo quese traduce en el sentido de la {orilla. Lo que, en la práctica, significaposeer el don especial de dar a cada tema su forma específica: infor-mación escueta, gran reportaje, simple nota, crónica, suelto. comentarioo artículo literario.

La "técnica": Aun cuando no somos especialmente devotos del voca-blo. no podemos negar que en las tareas periodísticas impera a vecesla exigencia de una determinada técnica expresiva. La famosa -hoydiscutida-- "pirámide invertida" es una técnica periodística. Pero latécnica no es forma, sino fórmula. Y en el periodismo pueden acep-

(11 Ver- car.1dedicado al lenguaje t otulitar¡o y funcional.

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PROIlLEMAS EXPHESIVOS

tarse las fórmulas, siempre que no degeneren en un formulismo monó-tono. Hay una técnica -fórmula- del reportaje, otra de la crónica yotra del artículo, compatibles siempre con el estilo propio y personalísimodel escritor.

La Gramá.tica: Personalmente, somos enemigos del gramaticalismo,pero, al propio tiempo, propugnamos el debido respeto por las estruc-turas ~ramatlcales de nuestra lengua. El periodista /lO puede -110 debe-escribir de espaldas a la Gramática. Debe poseerla de tal manera que~o se note su preocupación gramatical. Hay que conocer el propioidioma a fondo; dominar todos sus recursos expresivos. El periodistad.e,b~ leer. muchos. periódicos, pero tiene que leer algo más que el pe-riódico, SI no quiere anquilosarse, El buen periodista tiene que sentirel goce de escribir bien. Y no se escribe bien, si no se domina elidioma

La adjetivación: Estamos en contra del adjetivo fácil y vulgar quenada aña.de al sustanti.vo. Decir que un hombre "es gordo", equivalea no decir nada, o casi nada. Preferible es escribir que Fulana de Talpesa 120 kilos. Y aun así podría no ser un hombre gordo, si esos 120kilos eran de músculo, y no de grasa. Decir que una muchacha es bellaes .~astante fácil. Lo difícil es describir su belleza, de modo que ellector quede convencido, con nuestra descripción, de aquella belleza des-crita, no adjetivada. Según Neale Copple, hay que rechazar los adjetivos"que se usan en el lenguaje diario, corno gordo, delgado, caliente, frío,hermoso, feo, y así hasta el infinito. Son palabras -dice Copple- quehemos echado, y con justicia, del material periodístico. Expresan laopinión del escritor, son superfluas, y lo que es peor, 110 dicen nada".Si escribimos: "hacía un tiempo húmedo", el lector no "siente" lahumedad del ambiente. En cambio, si decimos: "hacía un tiempo tanhúmedo que uno temía que le saliera musgo en las orejas", la humo-rística hipérbole presta fuerza descriptiva a la frase, la convierte. enexpresiva y cornunicativa. Lo que era gris se ha convertido en pinto-resco. Naturalmente, en la descripción rápida, cuando el periodista notiene tiempo para crear imágenes sugestivas y pintorescas, puede saltar,alguna vez, a las teclas de la máquina el adjetivo fácil o insignificante.¿Remedio? Suprimirlo, si se puede, o dejarlo, si no resulta demasiadoramplón. Se puede admitir que digamos de un hombre que es delgadoo enjuto, si no se trata de una delgadez llamativa; pero si estamos antela delgadez patológica de un hombre depauperado, podríamos escribirque era "un esqueleto con piel" o "una momia reseca" o cualquier otrafrase pintoresca. Periodísticamente, resulta más expresivo enunciar unhecho que caracterizarlo con fáciles adjetivos. "Trágico accidente deferrocarril", dice mucho menos que "60 muertos en un choque de trenes".

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Page 7: Martín Vivaldi, Gonzalo. “Estilo y lenguaje periodísticos”

ESTILO Y LENGUAJE PERJODISTICOS

La entrada: Cualquier trabajo periodístico exige un cuidado especialen la entrada y en el final. Hasta hace muy poco tiempo, se cuidabamucho el principio y se desdeñaba el final: la técnica de la pirámideinvertida casi despreciaba los finales, las últimas líneas de un reportaje.Hoy, según nuestro particular criterio, no puede considerarse desdeñable,estilísticamente hablando, ninguna línea del periódico. Todo tiene suvalor; todas las frases -cada una de ellas- han de ser expresivas ycomunicativas.

¿Cómo ha de ser la entrada? Depende del género periodístico deque se trate: reportaje, artículo, crónica, información. Un artículo lite-rario, por ejemplo, en sus primeras líneas, puede valerse de una citafilosófica o de una frase poética. La crónica arrancará con el hechonoticioso. Y el reportaje con un dato sugestivo. Pero, sea cual sea elgénero, toda entrada periodística debe captar de tal modo la atencióndel lector que lo obligue prácticamente a la lectura. Debe ser comoun imán mental, como un lazo intelectivo o emotivo. Tal fuerza cau-tivadora se consigue diciendo algo, diciéndolo rápidamente y expresán-dolo con honradez. Supongamos, como ejemplo, una entrevista en laque el reportero se enfrenta con un grupo de jóvenes de la últin:<I: ola(ya se sabe: erotismo fácil, drogas, desprecio a los padres, escepticismoinmaduro e inconsecuente, etc.). El periodista podría comenzar así sutrabajo:

"He tenido miedo ... Creí que me iban a linchar.Tenía ante mí a un grupo de jóvenes -ocho en total-, per-

tenecientes al "Movimiento de liberación total". Para incitarlesa la pronta respuesta, les había dicho: 'Os creéis totalmentelibres y no sois más que una juventud de consumo. Sois unosesclavos de la sociedad de consumo que se sirve de vosotrospara vender discos, para vender drogas, para vender porno-grafía ... '

Me arrepentí inmediatamente de mi audacia expresiva. Creíque iban a pegarme. Vi en sus ojos -ocho pares de ojos- elrelámpago de la ira. Me así, tenso, a los brazos de mi butaca:presto a la defensa.

Pero no sucedió nada. A la ira sucedió una carcajada casihistérica. Y una frase rápida, defensiva:

"Si nosotros somos una juventud de consumo, usted perte-nece a \Va madurez consumida ... », me dijo el "portavoz» delgrupo, un joven rubio, huesudo, con gafas, nariz prominente ypecho hundido ... ", ,"',.,

.Cuando .lil .narración es noticiosa, la propia noticia presta suficientefuerza al relato, sin necesidad de recurso alguno' expresivo.

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PROBLEMAS EXPRESIVOS

E? resumen: l.a mejor ~écni.ca ?; una buena en trada es... la per-sonalidad del escntor: su rmagmacron y su cultura. y ese sexto sen-~ido. pe~i,odístic~ que nos dicta el principio, como consecuencia de unamspJraclOn ... hija del oficio.

El final: Un buen. periodista n~ desdeña nunca el filial de su trabajo.Al ~o.ntrano, el. escnto~ rrnagtnativo (que no fantástico), al ponerse aescribir, ve, casi a un tiempo, el principio y el fin de su escrito. "Losbuenos escritores -dice Neale Copple- organizan al mismo tiempo laentrada y el final, aun a sabiendas de que el final debe sortear lastijeras del corrector."

Sucede en la práctica periodística que los finales se desdeñan, nose valoran debidamente. No se les presta demasiada atención. Y elloporque, según la técnica expositiva o narrativa del orden. descendente-pirámide invertida-, el periodista sabe que debe dejar para el finald.e su trabajo lo menos importante para que, en caso de apuro de espa-CIO, el corrector de estilo o el confeccionador puedan suprimir las últi-más líneas o los últimos párrafos del texto sin que éste sufra en cuantoa su integridad informativa. Esto ha venido sucediendo -y seguiráprobablemente así- cuando se trata de informaciones noticiosas. Nopuede, en cambio, decirse lo mismo del gran reportaje, de la crónica,de la entrevista, del suelto o del artículo. es decir, de todos aquellostrabajos periodísticos en los que e! continente es tan importante comoel contenido, donde lo que se dice tiene análogo valor al como se dice.Un gran reportaje, una crónica y un artículo son trabajos periodístico-Iiterarios en los que, como en toda narración bien concebida y realizada,ha de haber una exposición-entrada, un nudo o cuerpo del relato y undesenlace o final: un punto de partida, un camino v una meta. Preci-samente, el escritor que, al disponerse a escribir. ha visto el principioy e! final de su trabajo +-puntos de partida y lIegada-- puede caminarmejor, narrar con más soltura, entre ambos puntos. Su relato sed másfluido porque tendrá, no sólo una significación, sino un scn tido. El finalde un trabajo periodístico resalta su finalidad. Es lo que algunos es-critores llaman "clímax" y "antíclimax". El clímax sería el nudo y elan tíclimax el desenlace final.

Resulta difícil dar reglas ni consejos sobre los variadísimos -.-infini-tos- finales que puede tener un trabajo periodístico. Además, la téc-nica de! final puede variar -varía en realidad-, según se trate de unreportaje, de una crónica o de un artículo. En cl reportaje, el final puedes~r. qri.hecho., una, frasesignificativa dicha por- la persona a quien entre-vistamos: .pueden ser unas cifras elocuentes o unn reflexión intcrpre-tativa del periodista.

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Page 8: Martín Vivaldi, Gonzalo. “Estilo y lenguaje periodísticos”

ESTILO Y LENGUAJE PEHIODlSTICOS

Veamos unos ejemplos muy personales tomados de trabajos publi-cados por el autor de este libro:

De un reportaje sobre la ciudad española de Segovia:

" ... Ciudad para la meditación creadora, para vivir de caraal tránsito definitivo, para esperar a la muerte sin agobias,uiéndola, sintiéndola venir serenamente. Ciudad ésta, Segouia,para la ascesis, con su seco contorno de llanuras y montes,donde la nota verde de los árboles es tan sucinta como indis-pensable y justa. Ciudad, en fin, para el declive de la vida,cuando el espíritu, centrado ya, le va ganando terreno al músculoy al nervio."

Final de una entrevista, mutilada precisamente en su último párrafo-posiblemente por agobias de espacio-, y que en su versión originalfinalizaba así:

" ... Termina la entrevista. Uno, al despedirse de GonzálezRuiz, siente el peso de la responsabilidad. No se está segurode lo que va uno a escribir ... Es posible -se piensa al dar re-mate a este trabajo- que la semblanza sea indigna del retra-tado. Hay mucho batiburrillo en estos mal hilvanados apuntes.Lo sé. Pero el remedio exigiría más tiempo y más espacio. Exi-giría un libro ... "

"Dudo, pues, que don Nicolás sea C0ll10 aquí queda reflejado.En el [onda -muy disimuiado-:-, creo que tras el humoristahay un poeta oculto; un hombre sensible a la belleza, injertaen un «bon »ioant», en el más sano sentido la expresión. Unhombre en el que quiero adiuiuar 1/11 ligero cansancio, tras lainmensa labor cumplida. UIl hombre, en suma, que sonríe por-que conoce el verdadero valor de la vida y que, terminadanuestra charla en su despacho del periódico, quita el capuchóna su irronda pluma-fuente y se dispone a hacer lo que vienehaciendo desde hace cuarenta años: escribir, con su minúsculay clara letra, sobre el cuaderno de papel cuadriculado. "Sinprisa, pero sin pausa". Como Mauriac, también González Ruizpodría decir: "Me es imposible pensar si no tengo la pluma enla mano, con la hoja de papel delante».

Fijémonos ahora en el final de una entrevista de la famosa "entre-vistadora" Oriana Fallaci -publicada en "Gaceta Ilustrada", con fe-cha 29 de agosto de 1971. Habla Oriana Fallaci con Sirimavo Bandara-naike, "la matrona que gobierna Ceylán", según expresión de la perio-dista. Y la entrevista termina con las siguientes frases de la señoraBandaranaike:

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"

CASOS PRACTICaS DE ENTI\ADAS y FINAl.ES

" ... En conjunto esta era /{/1(/ isla feliz, cámoda, !I el/ g('l/('ralmejor que tantas otras naciones. ¿Por qué hall desencadenado,pues, este baila de sangre? ¿Qué quieren? ('QlIé querían? l.erepito lo que le he diclzo al comienzo de es/a conuersacion:/lO puedo auudarle a comprender porque yo tampoco compren-do. Comprendo sólo que son desgraciados. ¿Pero por qué? (-Esque el bienestar hace inieliz a la gente? No quisiera que estatragedia me hubiera enseñado lo peor de todo: que para serfelices hay que sufrir".

. Como ejemplos magistrales de crorncas bien terminadas, habría quecitar forzosamente al maestro Julio Camba. Cualquiera de sus crónicasacaba tan bien como empieza. Veamos cómo termina aquella crónicasuya titulada "La Inquisición y el arroz con pollo" (de "La ciudad auto-mática", publicada por Espasa-Calpe, Colección Austral):

"La verdad de todo ello, la tris/e !I dolorosa verdad, es quelos Estados Unidos ni nos adoran ni nos odian; que el Museode la Inquisición Españoia /la significa nada, ni el Chateau Sevillatampoco, y que para Norteatnérica, Espaiia resultará sie/ll¡Jreeul/CImezcla nuu¡ coniusa de la lnquisiciún, el arroz CO/I pollo, losReyes Católicos, el gel/eral Sandino, Sevilla, /vntolagast a, Salvadorde Madcriag», la Pastora Imperio, los toros, la rumba, CristábalColón y don Nicet o Alcalá Zamora ... »

Pero donde el filial tiene una importancia decisiva es en el artículoliterario o de tesis. Aquí las últimas líneas son tan importantes como lasprimeras. Es el remate airoso del edificio. Es ... el "broche de oro" -dichoen frase tópica- del propio pensamiento. Si las primeras líneas de unartículo introducen al lector en el tema, las últimas frases deben invitarle-obligarle casi- a seguir pensando en el mismo. Y tales frases finalespueden consistir en una reflexión filosófica, en una pincelada psicológica,en una cita oportuna, en una "salida" humorística, en una alusión poética,etcétera, etc.

CASOS PRACTlCOS DE ENTHADAS y FINALES

En los siguientes ejemplos =-tomados de artículos g.u.(}-'el~elibro fue publicando en su dilatada vida periodí.¡;·t;·~-, se citan el prin-cipio y el final de los mismos, corno IT eSl'fáímíctica de lo expuesto so-bre el particular:

..JJ.I-l::!-rO: «La cabeza y los pies", R1NCIPlO DEL AR-~CULO: "USTEDES lo vieron TJosiblellle7(¡e-en--la iantol!a de Sil

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