más poder local

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JUNIO 2014. NÚMERO 20 ELECCIONES EUROPEAS: LA IRRUPCIÓN DE LOS PARTIDOS MINORITARIOS. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y EL USO POLíTICO DEL LENGUAJE. LA ESPECTACULARIZACIÓN DE LA POLíTICA. MARKETING POLíTICO EN LA ERA DE INTER- NET: CANDIDATOS, SONDEOS, MENSAJES Y AUDITORIO. EL RENOVADO PAPEL DE LA COMUNICACIÓN PúBLICA. MARKETING POLíTICO: ESTRATEGIAS GLOBALES EN ESCENARIOS LOCALES Y REGIONALES

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Más poder local. Revista

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    MER

    o 20

    ELECCIONES EUROPEAS: LA IRRUPCIN DE LOS PARTIDOS MINORITARIOS.

    LOS MEDIOS DE COMUNICACIN y EL USO POLTICO DEL LENgUAjE.

    LA ESPECTACULARIzACIN DE LA POLTICA.

    MARkETINg POLTICO EN LA ERA DE INTER-NET: CANDIDATOS, SONDEOS, MENSAjES y AUDITORIO.

    EL RENOvADO PAPEL DE LA COMUNICACIN PbLICA.

    MARkETINg POLTICO:

    ESTRATEgIAS gLObALES EN ESCENARIOS

    LOCALES y REgIONALES

  • 25 EDITORIAL

    6 EN PORTADAElecciones europeas: La irrupcin de los partidos minoritarios.

    Los medios de comunicacin y el uso poltico del lenguaje.

    La espectacularizacin de la poltica.

    Marketing Poltico en la era de Internet: Candidatos, sondeos, mensajes y auditorio.

    El renovado papel de la Comunicacin Pblica.

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    EDICIN juNIo 2014SUMARIO

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    20 PERISCOPIO ELECTORAL

    22 EL CONSULTOREl proceso de seleccin de candidatos malagueos de PP y PSoE para el 11N.

    Costos/beneficios de las redes sociales en una Campaa Poltica.

    La Crisis del Rescate proscrito.

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    DIRECTOR/EDITOR: Ismael Crespo

    COEDITOR: Alberto Mora

    CONSEJO EDITOR

    Jorge Alcocer (V. Voz Y Voto, Mxico), Luis Benaven-te (Vox Populi Consultora), Agrivalca Canelon (Uni-versidad de la Sabana, Colombia), Virgina Garca Bedeaux (Universidad de Belgrano, Buenos Aires), Antonia Gonzlez (Universidad de Murcia), Antoni Gutirrez Rub (Asesor de comunicacin y consultor poltico), Arturo Laguado (Instituto Universitario Or-tega y Gasset Argentina), Pablo Mieres (Universidad Catlica de Uruguay), Cristina Moreno (Universidad de Murcia), Carlos Muiz (Universidad Autnoma de Nuevo Len), Javier del Rey Morat (Universidad Complutense de Madrid), Jos Manuel Rivera Otero (Universidad de Santiago de Compostela), Hlder Rocha Prior (Universidade da Beira Interior), Javier Snchez Galicia (Instituto de Comunicacin Poltica), Marcelo Serpa (Universidade Federal do Rio de Ja-neiro), Gina Sibaja Quesada (Universidad de Costa Rica), Helcimara de Souza Telles (Universidade Fe-deral de Minas Gerais), Fernando Vallespn (Universi-dad Autnoma de Madrid).

    CONSEJO DE REDACCIN

    Ana Beln Campillo (Universidad de Murcia), Ana Leal Ramos (Universidad de Murcia), Antonio Lpez Vega (Instituto Universitario de Investigacin Ortega y Gasset), Javier Meseguer (Universidad de Murcia), Alberto Mora Rodrguez (Universidad de Murcia), Jess Snchez Lambs (Universidad de Valladolid).

    DISEO Y MAQUETACIN: Ana Leal

    MS PODER LOCAL. MAGAZINE

    Ronda de Levante, 10. Murcia, Espaa

    [email protected]

    www.maspoderlocal.es

    ANUNCIANTES

    [email protected]

    COLABORADORES

    [email protected]

    Depsito Legal: MU 1092-2010 / ISSN: 2172-0223

    2014 Ms Poder Local.

    EDITA: Asociacin Laboratorio de Comunicacin Poltica.

    34 INvESTIgACINuna reflexin sobre la transparencia en el nuevo acceso a la informacin pblica en Espaa.

    La factibilidad de la deliberacin sobre los recursos pblicos: Diseos institucionales y prcticas de la ciudadana en la ciudad de Crdoba.

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    REvISTA INDEXADA EN COLAbORADORES N19

    Elena Barrios

    jess Esteban Crcar Benito.

    Francisco Collado Campaa

    Corina Echavarra

    Norberto Emmerich

    Fredy Andrs Palencia Rodriguez

    Hlder Prior

    David Redoli Morchn

    javier del Rey Morat

    Carlos Rodrguez Prez

    Virginia Romanutti

  • 4Celebramos este nmero 20 de la Revista Ms Poder Local, agradeciendo a todos los colaboradores su par-ticipacin y confianza en esta sencilla pero ambicio-sa publicacin. Tambin, por supuesto, a los miles de lectores que nos siguen y leen en cada nmero, sin los cules ese trabajo no tendra ningn sentido. Ms Po-der Local surgi con el objetivo de acercar un crisol de conocimiento en materia de comunicacin poltica, a un pblico que de manera creciente se vea obligado a conocer, estudiar e implementar diferentes procesos de comunicacin en su da a da. Naci con un forma-to desenfadado, sencillo y divulgativo, alejado de las tradicionales y, en ocasiones farragosas, publicaciones de investigacin. De esta forma hemos tratado de ha-cer un recorrido por las diferentes reas y subdiscipli-nas que conforman esta familia de conocimiento.

    La comunicacin poltica ha experimentado una muy destacable expansin en los ltimos aos. El uso de las modernas tcnicas de definicin de escenarios po-lticos y electorales se ha universalizado y los procesos de comunicacin se han perfeccionado de forma muy destacable, gracias a los esfuerzos de modernizacin en el mbito de la consultora y especialmente de la investigacin. Si bien la comunicacin poltica haba jugado un papel prcticamente residual en la biblio-grafa de ciencia poltica, en los ltimos aos el ritmo de publicaciones ha crecido de manera exponencial. Por ello, hemos querido hacer una especial referencia en este nmero, al III Congreso Internacional en Co-municacin Poltica y Estrategias de Campaa que, organizado por la Asociacin Latinoamericana de In-vestigadores en Campaas Electorales y con la colabo-racin de la Universidad de Santiago de Compostela, se celebrar en la ciudad que da nombre a esta Univer-sidad, del 24 al 27 de septiembre de 2014.

    Como bien saben nuestros lectores, Ms Poder Local ha guardado una especial relacin con esta Asocia-cin, que se ha convertido en sus pocos aos de vida en un referente para la generacin de conocimiento en la disciplina, y en un puente slido para la colabora-cin entre grupos de investigacin e investigadores de una veintena de pases. El prximo evento, que reuni-r a cientos de investigadores, lleva por ttulo: Marke-

    ting Poltico, estrategias globales en escenarios locales y regionales.

    La portada de este nmero cuenta con la colaboracin de cinco coordinadores de grupos de trabajo del prxi-mo congreso de ALICE, que esbozan algunas ideas que se desarrollaran en el evento. As, Elena Barrios nos habla de la irrupcin de partidos minoritarios en las elecciones europeas; David Redoli se refiere a la reputacin y confianza en las instituciones pblicas; Hlder Filipe Rocha Prior se centra en los procesos de espectacularizacin de la poltica; Norberto Emme-rich hace referencia a los usos del lenguaje; y Javier del Rey Morat nos ilustra acerca del nuevo marke-ting poltico en la era de internet. Tambin hablamos en este nmero de los procesos de seleccin de candi-datos, los costos y beneficios de las redes sociales en una campaa electoral y de los juegos del lenguaje de los Presidente del Gobierno de Espaa. Adems, en el periscopio electoral, analizaremos el panorama polti-co que han dejado las ltimas elecciones.

    Por ltimo, como artculos de investigacin contamos con una interesante reflexin sobre la transparencia en el nuevo acceso a la informacin pblica en Espaa; y con un estudio de caso centrado en la factibilidad de la deliberacin sobre los recursos pblicos.

    Esperamos que disfruten con su lectura.

    EDIToRIALANTICIPO DEL III CONgRESO DE ALICE

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  • 6Resumen

    Ahora es ms fcil decirlo. Pero cuando el grupo de investigadores que me acom-paa en la Mesa 11 del Congreso ALICE Elecciones Europeas en Espaa: procesos, mensajes, canales y herramientas decidi-mos investigarlo a priori resultaba todo un reto. Queramos demostrar que una mejor utilizacin de los canales de comunicacin 2.0, realizado sobre todo por partidos pe-queos, minoritarios, ms jvenes y ligeros de estructura, podan favorecer un mejor resultado electoral. Y pudieron.

    Palabras clave: Elecciones, Europa, Twitter, ALICE.

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    Abstract

    Now its easier to say that. But initially, when we decided to study it, it was a big challenge. We were a researchers group that take part in the 11 Table of ALICE The European elections in Spain: process, messages, channels and tools. We wonted to prove that a better use of the 2.0 chan-nel of the communication could change the electoral result. We said that little politic parties, minorities, younger and with an structure more lighter, could give advan-tage to a better electoral result. And they were able to do it. They got it.

    Keywords: Elections, Europa, Twitter, ALICE.

    Elena Barrios

    ELECCIoNES EuRoPEAS LA IRRuPCIN DE

    LOS PARTIDOS MINORITARIOS

    Fecha de recepcin: 31/05/2014 :: Fecha de aceptacin: 04/06/2014

    Partimos de una premisa antes de las elecciones: los partidos minoritarios, como consecuencia de un pro-ceso de atomizacin del voto en Espaa y de una progresiva destruccin del bipartidismo, unido a la circunstancia de una nica circunscripcin electoral, previsiblemente obtendran mejores resultados en las Europeas del 2014.

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    Su propia naturaleza menos inmvil, con menor re-corrido temporal, con una estructura ms ligera y accesible, hara que estos partidos utilizaran con ma-yor audacia los nuevos canales de comunicacin que suponen las redes sociales. Adems, nos planteamos que estudiando su comportamiento durante la cam-paa electoral nos demostraran que, con menos re-cursos, una mayor imaginacin y un mejor uso de los medios que tienen a su alcance, los partidos minorita-rios son capaces de sacar una mayor rentabilidad elec-toral tambin gracias a las redes sociales.

    El hecho de que fueran partidos de reciente creacin con estructuras ms livianas, que sus ataduras con los viejos modos de comunicar fueran inexistentes y que no estuvieran atrapados con antiguos clichs a la hora de hacer poltica y a la hora de transmitirla, nos situa-ba en un previsible escenario que luego la realidad no ha hecho ms que confirmar. Quiz en este caso, inclu-so, la realidad haya superado a la ficcin. El ascenso de los minoritarios ha sido abrumador: empezando por UPyD, que de un nico parlamentario europeo ha pasado a tener 4; o La Izquierda Plural, que de cose-char 2 en los anteriores comicios con IU obtuvieron 6 en sta; Ciudadanos, presentndose por primera vez a estos comicios, logr 2 escaos; y Primavera Europea, alianza que cuenta con EQUO, 1. Pero sin duda la gran sorpresa de la noche fueron los 5 escaos de Podemos. Los mismos cinco que presentaba como imagen de su cartel electoral.

    Y aunque no nos centremos slo en la sorpresa electo-ral europea, un mnimo detenimiento en ellos es irre-mediable. La irrupcin de Podemos en el escenario poltico espaol tras haber obtenido ms de 1.200.000 votos en tan slo cuatro meses de vida, resulta ahora un verdadero fenmeno que merece la pena ser estu-diado en detalle. Sin duda, la utilizacin de las redes sociales como herramienta transmisora de mensajes y movilizadora ha sido fundamental en el xito que han cosechado. Pero no ha sido el nico elemento relevante: la personalizacin de la imagen de parti-do con la de su candidato; la meterica carrera de su candidato por los plats televisivos convirtindose en un habitual de las tertulias polticas; la utilizacin de un lenguaje sencillo ahondando en la denuncia de un sistema poltico que tiene agotada, desafectada e in-dignada a la ciudadana; el saber identificar y recoger un descontento ciudadano manifestado pblicamente con los asentamientos del #15M sin ser propiamente sus herederos todo ha contribuido a hacer del pro-yecto poltico de Podemos una realidad exitosa en un tiempo rcord. Y s: su actuacin en las redes sociales ha sido fundamental. Durante prcticamente toda la campaa electoral los Trendic Topic de Twitter han

    contado con trminos y etiquetas que o bien hacan referencia directa a Podemos o usaban cualquiera de los argumentos de su discurso (fin del bipartidismo, fin del poder de los bancos, identificacin de la abs-tencin con la victoria PP/PSOE, etctera). En otras ocasiones, eran cuestiones de actualidad informativa que ellos conseguan dominar al dirigir hacia l su discurso con sus propuestas de rebelin anti sistema (como ocurri con el HT #DetenidosPorTuitear). Y en todo momento demostraron que las redes sociales en general y Twitter en particular es su hbitat natural y el de una buena parte de su electorado.

    Por otra parte, el ascenso en nmero de seguidores de sus cuentas corporativas, tanto del partido global en sus diferentes crculos locales, as como de su candi-dato principal, ha sido meterico en un tiempo bre-vsimo. Por todo esto, la actividad desarrollada por el partido de Pablo Iglesias en las redes sociales en las elecciones europeas merece un estudio detallado. En este escenario se nos plantea por ejemplo el reto de contrastar los Trendic Topic seguidos mayorita-riamente durante la campaa por los partidos mino-ritarios segn zonas geogrficas con los resultados electorales obtenidos por colegios. O poder observar la interaccin y movilizacin de sus simpatizantes y voluntarios a travs de la gestin de los comentarios en Facebook. Y analizar la audiencia lograda en los distintos vdeos e imgenes electorales lanzadas des-de otras redes. Ser llamativo observar el tratamiento informativo por parte de los medios de comunicacin que recibi durante la campaa y cmo se volcaron en ellos despus de las elecciones.

    Pero Podemos ser slo una pata ms del trabajo que desarrollaremos. Hablaremos de su xito, del cami-no y de los canales que utilizaron, pero hablaremos tambin del resto. Y trataremos de concluir si hoy por hoy los medios de comunicacin social son una herra-mienta eficaz para transmitir mensajes electorales; si su eficacia reside en la estrategia utilizada o en el p-blico al que se dirige; si los partidos mayoritarios ha-cen un uso torpe de los nuevos canales o en realidad es que nunca triunfarn en un medio que les resulta naturalmente hostil. Analizaremos, en definitiva, las Elecciones Europeas en Espaa, con sus procesos, mensajes, canales y herramientas. Te unes?

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    Elena barriosWomenComPol, Ebarrios Comunicacin y Estrategia.

    [email protected]@elenabarrios

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  • 8Resumen

    Los medios de comunicacin hacen uso de lo que se denomina lenguaje performativo, un tipo especial de lenguaje que tiene la capacidad de crear realidades. Al afir-mar el carcter transnacional de ciertos temas, ejercen una presin poltica por la adopcin de determinadas conductas de-fensivas ante temas o situaciones que se presentan como una amenaza inminente. Mediante este proceso se consigue movili-zar a los ciudadanos en torno a la volun-tad de los grupos ms poderosos. Su efec-tividad se demuestra por su habilidad en lograr que la audiencia acepte la ruptura de las reglas del juego poltico. Entonces el tema quedar securitizado y la violacin a las normas ser legtima a favor de despe-jar la amenaza.

    Palabras clave: Medios de comunicacin, lenguaje performativo, hiperrealidad, se-curitizacin.

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    Abstract

    The media use what is called performative language, a special type of language that has the ability to create realities. In affir-ming the transnational nature of certain subjects, exert political pressure to adopt certain defensive behaviors to issues or si-tuations that present an imminent threat. This process is achieved mobilize citizens around the will of the more powerful groups. Its effectiveness is demonstrated by his ability to get the audience to accept the breaking of the rules of the political game. So the issue will be securitized and the violation of the rules will be legitimate for clear the threat.

    Keywords: Media, performative language, hyperreality, securitization.

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    Norberto Emmerich

    LoS MEDIoS DE CoMuNICACIN y EL USO POLTICO

    DEL LENgUAjE

    Los medios de comunicacin tie-nen la posibilidad de crear una realidad que no existe, un deriva-do inesperado de la revolucin en las comunicaciones, ms propio de la poltica exterior de las grandes potencias que de los juegos nacio-nales de las elites corporativas.

    Kapuscinki deca que el problema de las televisiones y en general de to-dos los medios de comunicacin, es que son tan grandes, influyentes e impor-tantes que han empezado a construir un mundo propio. Un mundo que tie-ne poco que ver con la realidad.

    El discurso de los medios se ha desprendido de toda pretensin de vinculacin con la realidad, el dis-curso crea realidades all donde no existen y las impone en un audi-torio pasivo y esclavizado. Ya no se trata de ignorar, el objetivo ahora es ignorar que se ignora, implantar una nueva forma de conocer ba-sada en la ignorancia.

    La hiper-realidad es simplemente la incapacidad de distinguir entre lo que es real y lo que no lo es. Los telespectadores de las cadenas cor-porativas particularmente aque-llas personas cuyos puntos de vista estn impregnados nicamente de informaciones de este medio se

    encuentran sumidos en un estado de delirio exacerbado de la igno-rancia.

    Las construcciones de la historia tambin se constituyen discursi-vamente y las interpretaciones de un proceso son posibles lecturas alternativas de la historia. Las dife-rentes versiones tienen diferentes implicancias para la constitucin de las subjetividades y el predomi-nio discursivo de una explicacin sobre un conjunto de otras posibles establece significado e influye en las expectativas, comportamientos, deseos y preferencias de los suje-tos. Este proceso de creacin de significado es mucho ms agudo en los casos en que el sujeto parece comportarse como un mero re-cipiente de discurso, que no en-cuentra mecanismos para elaborar su propio discurso.

    Al afirmar el carcter trasnacional de ciertos temas (el crimen orga-nizado en general y el narcotrfico en particular) ese carcter que va ms all del Estado, obliga a este a incorporarse a instancias supra-nacionales o exteriores para com-batir al crimen organizado, decla-rando as su impotencia para lidiar con un fenmeno que amenaza la soberana nacional.

    Fecha de recepcin: 23/05/2014 :: Fecha de aceptacin: 04/06/2014

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    En el uso de la seguridad se puede distinguir una re-ferencia al instrumento del poder poltico, provisto con la capacidad de convocar a grandes masas pobla-cionales para hacer efectiva una determinada volun-tad de los estamentos que toman las decisiones en el gobierno. Los analistas afirman que la seguridad es una calificacin o etiqueta que los gobiernos asignan a determinadas cuestiones y que permiten una accin prioritaria para la que se movilizan recursos impor-tantes y se reducen los niveles de control e informa-cin. El concepto de seguridad nacional es central en este mbito de significacin y comprende la protec-cin del Estado frente a la agresin exterior y frente a movimientos internos que lo puedan poner en peligro.

    En este uso performativo del concepto se puede iden-tificar una lgica de presin poltica, que lo convier-te en una fuente de manipulacin o de coaccin para movilizar voluntades en torno a una determinada fi-liacin poltica.

    Dada la capacidad del lenguaje poltico de convocar voluntades para movilizar recursos, es factible, por ejemplo, securitizar sectores del espectro interna-cional y con ello perseguir objetivos como resultado de la manipulacin de las elites sobre la poblacin. La securitizacin consiste en otorgar estatus de asunto de seguridad (o de amenaza a la soberana) a un proble-ma que se presenta como atentatorio contra la super-vivencia de un ente.

    Con este proceso se consigue movilizar a los ciudada-nos en torno a la voluntad de los grupos ms podero-sos. Su efectividad se demuestra por su habilidad en lograr que la audiencia acepte la ruptura de las reglas del juego poltico. Entonces el tema quedar securiti-

    zado y la violacin a las normas ser legtima a favor de despejar la amenaza.

    Las repetidas imgenes que muestran a un presunto enemigo permiten prescindir de la democracia con el consentimiento de la misma democracia, puesto que la modernidad se ha asentado en determinadas formas militares de autolegitimacin poltica.

    Es que el lenguaje vuelve aceptables determinadas prcticas polticas que escapan de la normalidad de-mocrtica e instauran recurrentemente una instancia de excepcionalidad. Las prcticas autoritarias son posibles porque se han vuelto aceptables mediante lenguajes aceptables.

    Estos ejemplos de securitizacin, que apelan a la ex-cepcionalidad, la autolimitacin y la cesin de dere-chos, son prueba de las potencialidades del uso pol-tico del lenguaje. Una realidad inexistente es creada por los medios de comunicacin mediante una deter-minada y especfica construccin discursiva de la his-toria. Esta construccin crea significados que influyen en las subjetividades de los actores, produciendo ex-pectativas, deseos, simpatas, urgencias y demandas.

    El sujeto se encuentra en plena a-diccin y justifica cualquier accin que lo saque de la situacin de peli-gro inminente en la que cree encontrarse.

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    Norberto EmmerichInstituto de Altos Estudios Nacionales de Quito, Ecuador.

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    Ferrn Moya | Creative Commons

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    Hlder Prior

    LA ESPECTACULA-RIzACIN

    DE LA PoLTICA

    Resumen

    En este breve artculo se aborda las rela-ciones entre el campo poltico y el cam-po meditico, relaciones que convierten la poltica en un espacio espectacular donde la representacin de eventos y el montaje de artefactos mediticos seduc-tores prevalece sobre el debate racional acerca de la res publica.

    Palabras clave: Spectaculum, mise en scne, escenificacin poltica.

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    Abstract

    In this brief article we address the re-lationship between the political arena and the media field, relationship that turns politics into a spectacular space where the representation of events and seductive media artifacts outweighs ra-tional debate about public affairs.

    Keywords: Spectaculum, mise en scne, political spectacle.

    Fecha de recepcin: 31/05/2014 :: Fecha de aceptacin: 03/06/2014

    La arena meditica de la poltica moderna se ha convertido en puro espectculo teatral y, en consecuencia, poltica y teatro son dos palabras que se unen para caracterizar la intensificacin del infoentretenimiento y del simulacro poltico. Esto no significa que todas las actividades de la poltica se desarrollen como eventos espectaculares, pero la metfora del teatro nos permite describir, de manera figurada, las actividades re-lacionadas con la administracin de la imagen de los actores polticos, as como el manejo de las impresiones que, a travs de los medios de comunicacin, deben llegar al pblico. La espectacularizacin de la po-ltica es una marca caracterstica de la poltica contempornea por dos razones principales. Antes de todo, porque la actividad poltica se desa-rrolla en la esfera de visibilidad controlada por los medios de comuni-cacin. La poltica se plantea, muchas veces, como one-man show, como un producto caracterstico de la industria de la cultura, codificado por la gramtica del periodismo. Por un lado, los agentes de sistema polti-co, especialmente los spin doctors, construyen acontecimientos y formas narrativas con el objetivo de influir en el sistema de los mass media.

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    Por otro lado, en muchos casos son los propios perio-distas, operando con la gramtica y con la lgica del entretenimiento, que convierten el campo poltico en un espacio escenificado que tiene actores, peripecias, recursos expresivos y hechos principales y secunda-rios. Hablamos de situaciones artsticamente elabora-das por el campo poltico y por el campo meditico. Los agentes del campo de la poltica necesitan insertar contenidos en el campo informativo y lo hacen me-diante una competencia dramtica que tiene como objetivo producir efectos emocionales en los especta-dores. Los agentes del campo de los medios necesitan adaptar sus productos a la lgica de la industria del entretenimiento, exhibiendo productos mediticos que, ms que informar, nos seducen y entretienen.

    Decimos que la poltica contempornea es un spectacu-lum, algo realizado por actores en la esfera de la visibi-lidad pblica, que es contemplado, mirado o admi-rado por espectadores. Los espectculos de la poltica son acciones, eventos o discursos construidos por la industria de la informacin, o por los equipos de mar-keting poltico, que colocan el pblico en la condicin de spectatoris, de espectador. Son mirabilia polticas, emprendimientos poltico/mediticos que llenan los ojos, que despiertan la atencin y la adhesin de p-blicos (Cf. Gomes, 2011: 394).

    Como la legitimacin del poder slo se puede lograr con el consentimiento de la opinin pblica, los me-dios de comunicacin se convierten en el instrumento de visibilidad ms importante para el sistema de la poltica. El poder sigue, de hecho, una lgica publi-citaria de fabricacin de la opinin que implica po-litlogos, especialistas en comunicacin y marketing poltico, y periodistas. Intentando obtener una efica-cia informativa que debe corresponder a los requisitos del sistema meditico, la dramaturgia poltica cons-truye escenarios que estallan en los medios mediante clculos de noticiabilidad o inters periodstico. De este modo, la mise en scne permite a los actores po-lticos ganar una posicin de visibilidad pblica que tiene como objetivo conquistar espacio meditico e influir en la mente de los votantes. Nos referimos al modo como los actores polticos se presentan ante el pblico, ante los spectatoris, y al modo como intentan controlar la impresin que el pblico tiene de sus ac-ciones o posiciones polticas. No obstante, la produc-cin de representaciones debe ser capaz de anticipar la recepcin del mensaje a travs del dominio de la economa narrativa de los medios, es decir, el lengua-je, el ritmo y el escenario del campo meditico. En Le pouvoir sur scne (1980), uno de los autores prin-cipales que ha trabajado las relaciones entre poltica y

    teatro, Georges Balandier, afirma que todo el sistema de poder se destina a producir efectos, entre ellos, los efectos comparables a las ilusiones que suscitan el espectro teatral (Balandier, 1992: 14). En este sentido, Balandier refiere que el actor poltico, para conquistar y conservar el poder, debe procurar crear efectos que favorezcan el representante en su identificacin con el representa-do. Segundo la perspectiva del autor, para ganar le-gitimacin y consentimiento, el poder poltico recurre a la teatralidad, a formulas y estereotipos, que trans-forman la actividad poltica en una teatrocracia (1992: 168). Le pouvoir sur scne se trata, justamente, de una obra fundamental para comprender la repre-sentacin contempornea del poder y el modo como el sistema meditico contribuye para la manifestacin y organizacin ritual de la poltica. Para el antrop-logo francs, la dimensin ceremonial del poder es fundamental para legitimar la dominacin de la acti-vidad poltica y las nuevas tcnicas de propaganda, propias del mundo de los medios, son un poderoso instrumento de la dramaturgia poltica. As pues, la produccin de imgenes y de apariencias, la mani-pulacin de smbolos y la capacidad de crear efectos emocionales, transforman el poder en un teatro de ilusiones y el Estado en un Estado-espectculo.

    Efectivamente, una de las principales caractersticas de la poltica contempornea es su creciente especta-cularizacin. Pero en que consiste exactamente el tr-mino metafrico poltica-espectculo? En la actua-lidad, sabemos que algunas actividades de la poltica se realizan como productos de exhibicin en la esfe-ra de la visibilidad pblica controlada por los filtros de los medios. En este sentido, la poltica es similar a otros productos de la industria cultural, productos destinados a captar la atencin del pblico. La pol-tica es algo que se ensea, que se exhibe en el palco meditico a travs de luchas y juegos simblicos. La sociologa del periodismo nos aclara que los medios gestionan el capital simblico de los gobernantes, al mismo tiempo que funcionan como arenas que ofre-cen mbitos de competicin que permiten aumentar el reconocimiento social. Este modo de revelacin, de figuracin o de ingeniera meditica, puede ser entendido mediante el estudio de la dimensin ritual y simblica propuesto por el modelo dramatrgico de Erving Goffman.

    En The Presentation of Self in Everyday Life (1956), el au-tor explica como los individuos tratan de adaptar al escenario su comportamiento, intentando proyectar una imagen propia que sea ms o menos compatible con la impresin que el individuo desea evocar. Los aspectos o caractersticas de la personalidad que im-portan destacar constituyen lo que Goffman designa

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    por regin frontal (stage). Por otro lado, los aspectos que no se consideran apropiados o que pueden daar la imagen que el actor trata de proyectar en el palco, son suprimidos o ocultados en lo que Goffman califica por bastidores o backstage (1993: 135). As pues, la re-presentacin teatral de los actores de la poltica se basa en una lgica de publicidad/ocultacin, o de visibili-dad versus invisibilidad, que organiza el funcionamien-to de la comunicacin poltica en trminos dramatr-gicos. En este modus vivendi interactivo el actor poltico intenta actuar de manera calculada con el objetivo de despertar las reacciones cognitivas deseadas y los afec-tos emocionales pretendidos.

    En efecto, personajes, representacin y pblico son tres conceptos clave que permiten aproximar la poltica contempornea, por analoga, a la idea de spec-taculum. En un libro publicado en 1977, Roger-Grard Schwartzenberg sostiene, justamente, que la poltica de las ideas ha dado lugar a la poltica de la persona-lidad donde cada dirigente parece elegir un determinado papel, como en un espectculo (Schwartzenberg, 1977:7). La personalizacin del poder es, de hecho, fiel a su eti-mologa ya que persona significa, precisamente, msca-ra de teatro, una mscara que permite encarnar, re-presentar, o figurar el poder. La actividad poltica abarca la composicin y el maquillaje, la fabricacin de imgenes que tienen como objetivo captar la aten-cin del pblico. As pues, el juego poltico es una arte dramtica en constante representacin y produccin de smbolos. La democracia se transforma en pura exhibicin y los ciudadanos se convierten en especta-dores (Idem, p. 410). Para Schwartzenberg, la adapta-cin de los dirigentes polticos a la mdiapolitique es un nuevo imperativo (Idem, p. 193) que transforma la poltica en un fenmeno ultra personalizado donde los contenidos racionales, intelectuales y programti-cos dan lugar a una comunicacin de ndole ms afec-tiva y centrada en la imagen meditica del dirigente. A travs de la personalizacin del poder, el mundo de la poltica descansa, tal como el mundo del espectculo, en el fenmeno del star system y la poltica contem-pornea se convierte, definitivamente en puesta en escena, en Estado-Espectculo (Idem, p. 191). De hecho, el trabajo de Schwartzenberg ha sufrido la influencia del libro La Socit du Spectacle, publicado por Guy Debord en 1967. Una obra sobre la naturaleza de la sociedad contempornea citada por Schwartzenberg en la primera parte de su libro, aunque el objetivo de Schwartzenberg haya sido, especficamente, la analo-ga entre la estructura poltica y el mundo ldico del espectculo teatral.

    Como hemos visto, se pueden destacar algunos as-pectos que refuerzan, metafricamente, la idea de la

    poltica como espectculo. La existencia de persona-jes, de regiones frontales y de bastidores o zonas ocul-tas donde se prepara la representacin, la estructura narrativa inherente a la informacin periodstica, los efectos emocionales que dicha estructura despierta en el espectador y el propio concepto de representa-cin poltica. Norberto Bobbio, en el seguimiento de los estudios de Carl Schmitt sobre el tema de la re-presentacin, ha captado muy bien la analoga entre representacin teatral y representacin parlamentaria:

    El parlamento es el lugar donde el poder es representado en doble acepcin: es la sede donde se renen los representantes y es el local donde, al mismo tiempo, sucede una verdadera y apropiada representacin que, como tal, tiene necesidad del pblico y debe suceder en pblico (Bobbio, 2003: 308).

    No obstante, la dramaturgia poltica tambin se refleja en la gramtica especfica de los medios y en los pro-cesos de construccin de la actualidad informativa. Como los medios de comunicacin necesitan captar la atencin del pblico, o del espectador, nada mejor que ofrecer productos informativos que accionen los dis-positivos del entretenimiento y del drama. Tal como ha subrayado Murray Edelman, las historias periods-ticas evocan un espectculo que es una construccin, una interpretacin que refleja dimensiones emociona-les, cognitivas, sensoriales y, sobre todo, lingsticas (Edelman, 1988: 105).

    El espectculo poltico se centra en la produccin de personajes mediticos y la cobertura informativa so-bre el sistema poltico se dirige a captar la atencin del pblico. En este sentido, la realidad es presentada con el objetivo de provocar efectos emocionales o cogniti-vos, algo que significa que la representacin meditica no slo reproduce la realidad sino tambin trabaja, moldea y manufactura el modo como la realidad es presentada. As pues, lo real es dotado de una signi-ficacin especfica donde la imagen, los actos de cam-paa, los hechos y las declaraciones que apelan ms al espectculo y a la lucha de personalidades polticas se imponen sobre la sustancia, es decir, sobre las discu-siones racionales, sobre el logos poltico. El fenmeno de trivializacin y espectacularizacin del periodismo poltico se intensific naturalmente con el adveni-miento y consolidacin del spinning en la comunica-cin poltica. Los spin doctors, especialistas en procesos de comunicacin poltica, conocen el lenguaje y el mo-dus operandi del mundo de la informacin, conocen los media-handling skills, las estrategias de comunicacin que se adaptan a una sociedad hipermeditica. Los publicistas se convirtieron en el elemento de conexin entre el sistema poltico y el sistema de los medios, y son los responsables por elaborar el theatrum politi-

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  • cum, el diseo, la racionalizacin y la transmisin de los mensajes en la prensa.

    De hecho, la expresin profesionalizacin de la po-ltica tiene, especficamente, que ver con la capaci-dad del sistema poltico de producir contenidos que se adapten a la lgica de los medios y, ms bien, que despierten en el pblico los efectos deseados por los political consultants. Como la esfera poltica se caracte-riza por la exploracin de la imagen, por la personali-zacin y dramatizacin, por declaraciones y acciones que apelan al espectculo, por habilidades verbales que tienen como propsito influir en la opinin pbli-ca, la esfera poltica se teatraliza a travs de una ret-rica que tiene en los medios de comunicacin el esce-nario privilegiado de puesta en escena. En realidad, la poltica se adapta bastante bien a la estrategia de los medios, particularmente de los medios audiovisuales. El homo politicus se adapta al dominio de los smbo-los mediticos transformndose en homo cathodicus. Tal como ha sealado Edelman, en su libro intitulado Constructing the Political Spectacle (1988), el escenario principal de la poltica ya no son los espacios propia-mente polticos, como los parlamentos o las salas de los congresos, son, ms bien, los medios de comunica-cin y, principalmente, las noticias polticas. As pues, los medios de comunicacin plantean un escenario donde el nfasis est en las estrategias de visibilidad y administracin de las impresiones de los actores po-lticos y, sobre todo, en la construccin de enredos y narrativas que son resultantes, por un lado, de la l-gica y de las caractersticas de la mquina narrativa

    del medium y, por otro, de la competencia entre perso-nalidades y equipos de marketing propios del campo poltico. Como consecuencia, la poltica sustantiva se enflaquece en beneficio de la apelatividad publicita-ria y de la promocin atractiva de los lderes polticos ante los ciudadanos.

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    Hlder PriorInvestigador en el Laboratrio de Comunicao online (LabCom) de la universidade da Beira Interior y investiga-dor de Posdoctorado en la universidade de Braslia ( PNPD-CAPES-Ps-Doutorado 2013/2014).

    [email protected]

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    Las campaas electorales del siglo XXI, en las que Internet comparte protagonismo con el medio que hasta la ltima dcada del siglo pasado era el recurso principal de la comunicacin poltica la televi-sin, supone un escenario indito en la historia, a la vez que un reto y una interpelacin para la comu-nidad de investigadores de la co-municacin poltica en la moderna democracia.

    Cuando en el seno de una cultura, surgen nuevas y sofisticadas tecno-logas la prensa de masas, la ae-ronutica, la radio, la pldora anti-conceptiva, la televisin, la bomba atmica o el telfono mvil, los nuevos artilugios instalados en el entorno generan a su vez nuevas formas culturales en el seno de la cultura que los ha inventado.

    Y si eso ha ocurrido con ese breve pero elocuente repertorio de tecno-logas, ahora mismo est aconte-ciendo con esa suma de tecnologas que se han puesto a dialogar entre s, y han generado la plataforma multimedia que llamamos Inter-net. La Red ha generado y sigue generando en estos momentos, nuevos comportamientos, tanto por

    parte de los internautas como de los polticos, tanto de las instituciones como de los artistas o de los hom-bres del marketing poltico.

    El marketing poltico hace uso de los recursos que Internet pone a su alcance, y eso se acusa en las lti-mas campaas electorales. Las pro-puestas que los candidatos hacen a los electores, con intencin per-suasiva, conocen una nueva pla-taforma multimedia, desde la que difundir sus mensajes, sus estra-tegias de imagen y sus propuestas de polticas pblicas. Eso supone la irrupcin de Internet en una cam-paa electoral. Pero supone mucho ms, como qued sobradamente demostrado en la ltima campaa electoral de Barack Obama: supo-ne la capacidad de actuar desde la Red en la agenda temtica de los medios tradicionales, la radio, la prensa y la televisin. Supone un nuevo recurso para recolectar re-cursos econmicos con los que fi-nanciar las campaas electorales. Supone nuevas formas de presen-tar el discurso poltico. Supone una relacin diferente entre el lder y sus seguidores. Y supone tambin una nueva posibilidad para los ciu-dadanos devenidos internautas,

    Resumen

    Marketing Poltico en la era de Internet. Candidatos, sondeos, mensajes y audito-rio. As se titula la mesa que presentare-mos en el III Congreso de ALICE. En este breve artculo realizamos una introduccin al contenido de la mesa.

    Palabras clave: Marketing, candidatos, sondeos, mensajes, auditorio.

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    Abstract

    Political Marketing in the Internet age. Candidates, polls, messages and audien-ce. This is the name of the working group will present at the III Congress of ALICE. In this short paper we present an introduc-tion to the contents of the working group.

    Keywords: Marketing, candidates, polls, messages, audience.

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    javier del Rey Morat

    MARkETINg PoLTICo EN LA ERA DE INTERNET

    CANDIDAToS, SoNDEoS, MENSAjES

    y AuDIToRIo

    Fecha de recepcin: 30/05/2014 :: Fecha de aceptacin: 04/06/2014

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    de actuar para ampliar hacia sus crculos de amigos determinados mensajes generados por los candidatos, convirtindose ellos mismos, no ya en terminales de un proceso de comunicacin lineal y sin respuesta, sino en emisores de mensajes, en multiplicadores de contactos y en amplificadores del auditorio al que ini-cialmente iba dirigido el mensaje del candidato.

    Internet genera un marketing poltico diferente, que puede llegar a ser muy personalizado, porque as lo permite el novedoso cruce de datos ejecutado en el curso de una campaa electoral: la capacidad de seg-mentar el mercado electoral, y la habilidad para gene-rar conocimientos valiosos sobre target cada vez ms diferenciados, permite no slo difundir una comu-nicacin poltica que podramos llamar de grandes almacenes, sino tambin una comunicacin poltica de boutique.

    As lo hizo el equipo de campaa de Obama, de la mano de las nuevas lites que se han incorporado a las campaas electorales: matemticos, informticos y estadsticos. Las redes sociales, el correo electrnico y el telfono mvil revelaron todo su potencial para mo-vilizar a los voluntarios, y generar una dinmica de campaa diferenciada, que adems se revel capaz de recolectar el dinero necesario para la financiacin de la campaa. Es inevitable partir de esa campaa, porque es precedente de las que vendrn, que no de-beran parecerse ya a las que han sido hasta ahora. Y de ah la relevancia de los asuntos que investigaron los miembros del equipo de trabajo que compone la Mesa 7 del III Congreso de ALICE en Santiago de Compostela.

    En el siglo I, Cornelio Tcito deca que la irrupcin de un nuevo auditorio supone nuevas formas de presen-tacin del discurso poltico, y la irrupcin de la tele-visin en el espacio privado de los ciudadanos supu-so, efectivamente, la generacin de nuevas formas de comunicacin poltica. Los candidatos tuvieron que abandonar los discursos basados en grandes cuerpos doctrinales, y se vieron obligados a concentrar sus argumentos o sus consignas, y ms esto que aque-llo, en los escasos diez segundos que el consejero de marketing les sugiere: slo as conseguiran colocar su mensaje en los espacios informativos de la televisin, y slo as podan aspirar a conquistar un titular en el peridico del da siguiente. Algo semejante ocurre en nuestros das. Hasta hace poco no exista la palabra internauta, que designa precisamente al individuo instalado en ese rol: sentado en el saln de su casa, en su despacho o en la cama, con el auxilio de su te-clado, el ciudadano ingresa en una ciudad virtual, y se encuentra con una suerte de supermercado de

    productos de todo tipo, al que tambin se asoman los polticos, sus consejeros ulicos, las nuevas formas de marketing poltico, y con ellas-, los nuevos formatos que adopta la comunicacin poltica, adaptados a ese auditorio indito generado por la nueva tecnologa. Pero hay ms. Y es que el protagonismo de Internet no slo ha consolidado eso que se ha dado en llamar la campaa electoral permanente, sino que ha abierto una nueva senda por la que empiezan ya a circular los gobiernos. Es sabido que por primera vez en la historia, el equipo de campaa de Barack Obama no se ha disuelto: sigui trabajando, pero en un escenario distinto.

    Una de sus iniciativas merece la pena destacarse en este artculo, porque viene a cuento, y enlaza con lo que hace veinte siglos deca Tcito. El presidente inau-gur un nuevo formato de comunicacin. Por Inter-net, por supuesto. Se trata de una oportunidad para que un nmero considerable de ciudadanos norte-americanos puedan compartir unos momentos con su Presidente.

    La idea que se llam Hang Out with the President-, permiti que los norteamericanos formularan pregun-tas al Presidente, como si fueran periodistas, lo cual es tanto como decir, ejerciendo esa tarea propia de los pe-riodistas, que es el poder de preguntar al mandatario. Con la colaboracin de Google y de YouTube, el video chat puso al Presidente al servicio de ms de 200.000 ciudadanos, que presentaron sus preguntas en una ejecutoria internutica en la que los que preguntaban soslayaban a los periodistas, y el Presidente tambin.

    Y es que Internet est modificando demasiadas cosas en el espacio cultural y poltico en el que ha irrumpi-do, y las campaas electorales constituyen el escena-rio privilegiado para el estudio de las novedades con las que sin duda alguna nos sorprender en las veni-deras campaas electorales.

    javier del Rey Moratuniversidad Complutense de Madrid.

    [email protected]

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    Internet permite no slo difundir una comunicacin poltica que podramos

    llamar de grandes almacenes, sino tambin una comunicacin

    poltica de boutique.

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    Resumen

    Como consecuencia de la prdida de in-gresos derivada de la crisis econmica internacional iniciada en 2008, las Ad-ministraciones Pblicas se ven empujadas a hacer ms con menos, e incumplen en mayor grado las expectativas de los ciuda-danos sobre los servicios (y la calidad) que esperan de ellas. Por este motivo, las orga-nizaciones pblicas se ven impelidas a me-jorar la gestin de su reputacin para de-mostrar no slo su utilidad sino, tambin, su legitimidad de ejercicio. Reputacin y confianza sern, por lo tanto, dos conceptos clave para las instituciones pblicas del siglo XXI y para la calidad de las demo-cracias. En este escenario, la comunicacin pblica jugar un renovado y muy central papel dentro del sector pblico.

    Palabras clave: Confianza, comunicacin poltica, instituciones pblicas.

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    Abstract

    As a result of the loss of revenue due to the global economic crisis that began in 2008, public institutions are pushed to do more with less. Besides, they are failing in fulfilling greater expectations of citizens, based on the scope and also on the quality of public services. For this reason, public organizations are impelled to improve their reputation management, not only to prove their usefulness but also to determi-ne their legitimacy. Reputation and trust are, therefore, two key concepts for public institutions in 21st Century. It will also be relevant for the quality of democracy. Therefore, public communication will play a central role within public sector.

    Keywords: Trust, political communication, public institutions.

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    En el siglo XXI hablar de sector pblico, de instituciones pblicas, de poltica, de partidos polticos y hablar, en definitiva, del poder p-blico, significa abordar un espacio mediatizado, en el que los medios son el fundamento tanto de la co-municacin ascendente como des-cendente entre los ciudadanos y el sistema poltico (Bennett y Ent-man, 2001: 5).

    La poltica y el sector pblico, en-tendidos y ejercidos como se hizo hasta el siglo XX, parecen no ser ya tan eficaces para solucionar los problemas de los ciudadanos (Es-cudero 2005: 50-55; Arbs y Giner, 1996). Hoy en da, el ciudadano recibe estmulos afectivos y cog-nitivos, elabora sus opiniones y define sus actitudes en un ambien-te comunicativo formado por los medios de comunicacin, las redes informales y la comunicacin que directamente procede del mundo poltico (Mazzoleni, 2010: 278).

    A ese escenario hay que sumarle otro fenmeno: las relaciones de poder en el siglo XXI han variado en dos sentidos: por un lado, el po-der se ha construido alrededor de la articulacin entre lo global y lo local, y, por otro lado, est organi-zado principalmente en redes (y

    en redes de redes), no en unidades individuales. As, dado que las re-des son mltiples, las relaciones de poder son especficas de cada red (y de las relaciones entre ellas), definiendo quin queda incluido y quin queda excluido en las are-nas de la poltica o de la economa (Castells, 2009: 81-82).

    En el epicentro de estas lgicas no slo estn los ciudadanos y las grandes corporaciones privadas: tambin estn las Administracio-nes Pblicas. Unas Administracio-nes Pblicas a las que se les plan-tean nuevos retos y desafos.

    De acuerdo al Diccionario de So-ciologa (Giner, Lamo de Espinosa y Torres, 1998: 12), la Administra-cin Pblica es la organizacin que lleva a cabo la accin pblica, esto es, a quien se encomienda el logro de los ob-jetivos fijados por las instancias polti-cas. El volumen alcanzado por el sector pblico (representa la mitad del PIB en los pases de la Unin Europea y alrededor del 20% del empleo) y su incidencia en la vida cotidiana de los ciudadanos hacen que la provisin de bienes y de ser-vicios pblicos sea el factor clave para la legitimidad poltica de las Administraciones Pblicas.

    Fecha de recepcin: 30/05/2014 :: Fecha de aceptacin: 04/06/2014

    David Redoli Morchn

    REPuTACIN y CoNFIANzA EN LAS INSTITuCIoNES PBLICAS

    EL RENoVADo PAPEL DE LA CoMu-NICACIN PBLICA

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    Pues bien, en sintona con esta definicin, y tal y como argumenta el profesor Agustn Ferraro (2009), una excesiva burocratizacin y la obsolescencia de las formas de gestin, de direccin y de liderazgo en las Administraciones Pblicas, dificultan la buena gober-nanza y desdibujan el rol del Estado en el contexto de la globalizacin. Un entorno en el que las institucio-nes pblicas han de recurrir a recursos discursivos y escnicos con una intensidad inconcebible en los tiempos anteriores a la era meditica (Dader, 2008: 133).

    Qu sucede, entonces, cuando los ciudadanos no per-ciben o no experimentan una buena provisin de bie-nes y servicios pblicos por parte del Estado, ni una gestin eficaz y eficiente por parte de sus Administra-ciones Pblicas? En esencia, ocurre lo mismo que le sucedera a cualquier organizacin que no cumpla con las expectativas en torno a ella: se pierde confianza en ella, pierde prestigio, pierde reputacin (Luoma-aho, 2008).

    En este contexto, la confianza en las instituciones y la reputacin de las Administraciones Pblicas se mues-tran como intangibles clave para el mantenimiento de su legitimidad de ejercicio como proveedoras de li-bertades (positivas y negativas) y de seguridades (fsicas, jurdicas, econmicas, ecolgicas, sanitarias, energticas, psicolgicas, etctera). En consecuencia, son fundamentales su prestigio, su fiabilidad y su cre-dibilidad ante sus stakeholders y ante los ciudadanos (Carmelliy Tishler, 2005).

    Adems, el intangible reputacional sirve para obtener apoyos especficos (es decir, apoyos a un aspecto, hacia unas polticas o hacia una accin concreta de

    una institucin) o apoyos difusos de la opinin p-blica (una serie de actitudes favorables, genricas, ha-cia una institucin determinada) (Easton, 1965: 273).

    Desde el mbito acadmico y profesional de la comu-nicacin, y en un rea de investigacin que est en la interseccin de la comunicacin estratgica, la comu-nicacin corporativa, el management del sector pbli-co, la sociologa, la ciencia poltica y las relaciones p-blicas, la lnea de investigacin que mira a la gestin de la comunicacin atendiendo a los intangibles (y muy especialmente a la construccin de la reputacin) en la Administracin Pblica est adquiriendo mucha y renovada importancia (Canel y Sanders, 2010: 27-29).

    La reputacin en el sector pblico es una cuestin re-lativamente novedosa, emergente y an poco investi-gada (Tyler, 2006). Su desarrollo va por detrs del sec-tor privado, algo que merece una mayor exploracin de los estudiosos de este tema.

    Algunos autores apuntan al hecho de que el actual inters en aplicar los conceptos de confianza y de re-putacin al sector pblico se deben a las propias siner-gias del desarrollo democrtico que, unido a mejoras econmicas, eleva las expectativas de los ciudadanos sobre las instituciones que financian con sus impues-tos, empujndolas a medir y a conocer su reputacin (Luoma-aho, 2008). Otros investigadores sostienen que en las ltimas dcadas el sector pblico se ha di-versificado y crecido de tal manera, que la lucha por los recursos se ha recrudecido, de ah el renovado va-lor de los intangibles reputacionales para seguir justi-ficando (y recibiendo) ingresos (Ferlie et al., 1996).

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    La mayora de los estudios ms recientes apuntan, por lo tanto, a que el inters por la reputacin en el sector pblico est directamente relacionado con las conse-cuencias derivadas de la enorme crisis econmica en la que se encuentra inmersa Occidente (Uslaner, 2010). Una crisis de un alcance tan inesperado como inusi-tado. De acuerdo al periodista y economista Joaqun Estefana (2013) desde que entre 2007 y 2008 quebra-ran varios fondos de alto riesgo del banco de inver-sin Bear Stearns y la compaa Blackstone, y el dci-mo banco hipotecario americano, el American Home Mortgage, despidiera a toda su plantilla, los pases ms desarrollados del mundo iniciaron la que ya es la crisis ms duradera del capitalismo, si se excepta a la Gran Depresin de los aos treinta.

    Ello ha conllevado una prdida de confianza en las organizaciones pblicas (las garantes de corregir las externalidades negativas de los mercados y de pro-porcionar, en economas mixtas de mercado, servicios pblicos esenciales como, por ejemplo, la sanidad, la educacin o las infraestructuras). La crisis econmica ha provocado una crisis de confianza en el sector p-blico, relacionada tanto con su falta de eficacia y de eficiencia como con la falta de integridad de quienes la conforman y la lideran (Uslaner, 2010).

    Adems, al contar con menos recursos (como conse-cuencia de la prdida de ingresos derivada de la cri-sis econmica), las Administraciones Pblicas se ven empujadas a hacer ms con menos, e incumplen en mayor grado las expectativas de los ciudadanos so-bre los servicios (y la calidad de los mismos) que es-peran de ellas. Y, por este motivo, las organizaciones pblicas se ven impelidas a gestionar su reputacin para demostrar no slo su utilidad sino, tambin, su legitimidad de ejercicio (Canel, 2013). Reputacin y confianza sern, por lo tanto, dos conceptos clave para las instituciones pblicas del siglo XXI. Algo que impactar, con seguridad, en la propia calidad de las democracias.

    En este nuevo escenario, la comunicacin pblica co-brar, indefectiblemente, un renovado papel dentro del sector pblico.

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    Mazzoleni, G. (2010): La comunicacin poltica, Madrid: Alianza Editorial.

    Sanders, K. y Canel, M. J. (2012): Government Communication. Cases and Challenges. London: Bloomsbury.

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    David Redoli MorchnSocilogo. Miembro del Consejo Directivo de la Asociacin de Comunicacin Poltica (ACoP)

    [email protected]

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  • Mesa 1. Lenguaje y red en poltica. Se-mntica, trminos y viralidad.

    Montse Fernndez. Instituto Universitario de In-vestigacin Ortega y Gasset / Espaa.

    Mesa 2. Reputacin y confianza en las instituciones pblicas.

    David Redoli Morchn. Asociacin de Comunica-cin Poltica (ACOP) / Espaa.

    Mesa 3. Estrategias comunicativas en el mbito de las polticas de Seguridad y Defensa.

    Rafael Martnez Martnez. Universidad de Barce-lona / Espaa.

    Mesa 4. Estrategias territoriales en cam-paas electorales: la agenda multinivel.

    Juan Montabes Pereira. Facultad de Ciencias Pol-ticas. Universidad de Granada / Espaa.

    Mesa 5. Branding gubernamental: comu-nicacin e imagen desde el ejercicio del poder.

    Agrivalca Canelon. Universidad de La Sabana / Colombia.

    Mesa 6. Estudos de Mdia: Brasil e na Amrica Latina.

    Helcimara de Souza Telles. Universidade Federal de Minas Gerais / Brasil.

    Mesa 7. Marketing Poltico en la era de Internet. Candidatos, sondeos, mensajes y auditorio.

    Javier del Rey Morat. Universidad Complutense de Madrid / Espaa.

    Mesa 8. Un nuevo electorado: voto y participacin poltica de los migrantes. Norberto Emmerich. Instituto de Altos Estudios Nacionales de Quito, Ecuador / Ecuador.

    Mesa 9. Gobierno Abierto. Casos de xito.

    Juan Manuel Gmez Roa. Cenuba - Soluntia SA. / Panam.

    Mesa 10. Campaas electorales y campa-as de primarias: diferencias y similitudes.

    Antoni Gutirrez-Rub. Asesor de comunicacin y consultor poltico / Espaa.

    Mesa 11. Elecciones Europeas en Espaa: procesos, mensajes, canales y herramientas.

    Elena Barrios Rodrguez. WomenComPol, Eba-rrios Comunicacin y Estrategia / Espaa.

    Mesa 12. Jvenes y poltica.

    Miguel Angel Gonzalo. Congreso de los Diputados / Webmaster / Espaa.

    Mesa 13. La tecnologa como camino de involucracin poltica.

    Rafael Rubio. Universidad Complutense de Ma-drid / Espaa.

    Mesa 14. La accountability en la Admi-nistracin Pblica.

    Mara Estela Moreno. Ministerio de Justicia y Se-guridad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires / Argentina.

    Mesa 15. Cultura Poltica y Participacin Ciudadana.

    Carlos Muiz. Universidad Autnoma de Nuevo Len / Mxico.

    Mesa 16. Reputacin de los partidos po-lticos en Espaa.

    Iolanda Mrmol. Instituto Universitario de Inves-tigacin Ortega y Gasset / Espaa

    Mesa 17. La espectacularizacin de la Poltica: La construccin del espectculo poltico en los medios de comunicacin.

    Hlder Filipe Rocha Prior. Universidade da Beira Interior y Universidad Autnoma de Barcelona / Portugal.

    Mesa 18. Gestin municipal: pensando global, actuando local.

    Javier Snchez Galicia. Instituto de Comunicacin Poltica / Mxico.

    Mesa 19. Estrategias de campaa y de opinin electoral en Costa Rica: medios, encuestas y debates.

    Gina Sibaja Quesada. Universidad de Costa Rica / Costa Rica.

    Mesa 20. De la calle a las urnas: de las propuestas de los movimientos sociales a los programas electorales.

    Mara Nieves Lagares Diez. Universidad de San-tiago de Compostela / Espaa.

    Mesa 21. La construccin del espacio electoral europeo: retos y perspectivas.

    Xos Luis Barreiro Rivas. Universidad de Santiago de Compostela / Espaa.

    Mesa 22. Estrategia y marketing: campa-as en Mxico, Honduras, Colombia y Ecuador.

    Rubn Aguilar Valenzuela. Universidad Ibero-americana. / Mxico.

    Mesa 23. El nuevo paradigma de la co-municacin poltica en los procesos elec-torales en Mxico.

    Jorge Luis Castillo Durn. Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratgico Benemrita Universidad Autnoma de Puebla / Mxico.

    Mesa 24. Alianzas partidistas electorales y postelectorales. Mxico y Amrica Latina.

    Csar Cansino. Benemrita Universidad Autno-ma de Puebla / Mxico.

    Mesa 25. El framing de la comunicacin en las campaas electorales.

    Aquiles Chihu Amparn. Universidad Autnoma Metropolitana, Iztapalapa / Mxico.

    Mesa 26. Nuevas tendencias en la in-vestigacin de la comunicacin poltica moderna: branding, open government y neurociencias aplicadas a la poltica y la comunicacin.

    Antonio Garrido. Universidad de Murcia / Espaa.

    Mesa 27. El rol de la mujer en los proce-sos electorales mexicanos.

    Norberto Emmerich. Instituto de Altos Estudios Nacionales de Quito, Ecuador / Ecuador.

    Mesa 28. Jvenes Investigadores. Mster en Comunicacin Poltica e Institucional del Instituto Universitario de Investiga-cin Ortega y Gasset, Madrid.

    Antonio Meza. Fundacin Ortega y Gasset, Mxi-co/ Mxico.

    Mesa 29. Jvenes investigadores. Maes-tra en comunicacion estrategica para go-biernos e instituciones. Instituto Univer-sitario de Investigacin Ortega y Gasset, Mxico.

    Ileana Carletta De Paoli. Universidad Compluten-se de Madrid / Espaa.

    Mesa 30. Jvenes investigadores. Mster en Marketing, Consultora y Comunica-cin Poltica. Universidad de Santiago de Compostela, Espaa.

    Jos Manuel Rivera Otero. Universidad de Santia-go de Compostela / Espaa.

    MESASIII CONGRESO INTERNACIONAL DE

    COMUNICACIN POLTICA Y ESTRATEGIAS DE CAMPAA

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    Como ya anunciramos en el n-mero anterior de Ms Poder Local, el periscopio electoral nos llevara a conocer la segunda vuelta en las elecciones de Costa Rica y El Sal-vador. En el caso de Costa Rica el candidato del Partido Accin Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Sols, gan con una amplia venta-ja y gobernar el pas durante los prximos cuatro aos, esta es la segunda vez en la historia del pas en que se lleva a cabo una segun-da ronda para elegir presidente. En El Salvador, por su parte, Sal-vador Snchez Cern, candidato del partido de izquierda Frente Fa-rabundo Mart para la Liberacin Nacional (FMLN) se proclam en la segunda vuelta electoral presi-dencial, para el perodo 2014-2019.

    El 25 de mayo fueron dos las citas con las urnas, una en Colombia, en la que no hubo un ganador con ma-yora absoluta en la primera vuelta y hubo que esperar al 15 de junio para que el candidato Juan Manuel Santos se proclamar de nuevo ga-nador para ocupar la jefatura del Estado los prximos cuatro aos. Como se esperaba desde el arran-que en firme de la campaa pre-sidencial, los dos candidatos que estaban en contienda centraron su discurso en el tema de la paz. El presidente-candidato Juan Manuel Santos se lanz de lleno a pedir que lo apoyaran para no perder la posibilidad histrica de acabar con el conflicto, mientras que scar Ivn Zuluaga dijo estar dispuesto a buscar la paz si las FARC aceptan sus condiciones.

    Lo cierto es que el presidente Juan Manuel Santos tendr cuatro aos ms, para intentar firmar la paz con las FARC y poner en marcha todo aquello que prometi y que no cumpli durante su anterior mandato.

    Y la otra cita nos trasladaba a Es-paa, donde se celebraban eleccio-nes al Parlamento Europeo junto a otros 20 pases europeos, bajo el sistema de circunscripcin nica que comanda Europa, unas elec-ciones que nos dejaron varias sor-presas, un castigo final para PP y PSOE todava ms abultado del que pronosticaban los sondeos pu-blicados durante la campaa y con tres fenmenos caractersticos de los procesos electorales que se pro-ducen bajo una crisis econmica: abstencin, fragmentacin y radi-calizacin. Aunque el nivel de par-ticipacin ha sido similar al de los ltimos aos, la distribucin del voto ha cambiado respecto a elec-ciones anteriores, la participacin se mantiene porque la abstencin del voto conservador se compensa con una mayor movilizacin del voto de la izquierda y nacionalista. Las elecciones han dado un resul-tado ms radical del acostumbrado en este tipo de comicios, que son con frecuencia utilizados por los electores para realizar un voto de protesta. Con todo, la enorme dis-persin y fragmentacin del voto que se ha visto en estas elecciones europeas no tiene parangn con las anteriores y hay muchos signos de que la prdida de peso de los gran-des partidos no es de carcter me-ramente episdico.

    Brasil, en la antesala del mundial de ftbol y con marchas y manifes-taciones a lo largo de todo el pas en contra del mundial en las que par-ticipan todo tipo de organizacio-nes, desde gremios del transporte, pasando por fuerzas de seguridad, hasta grupos de aborgenes. Las encuestas coinciden en la prdida de votos de la presidenta Dilma Rousseff, perdida que oscila en tor-no a 6 y 7 puntos de intencin de voto, cayendo al 37%, aunque se mantiene como favorita para ser reelegida en octubre prximo. En segundo lugar, los sondeos sitan al socialdemcrata Acio Neves, con el apoyo de cerca del 20% del electorado, y en tercero al socialis-ta Eduardo Campos, con un 11%. Rousseff y la direccin del oficia-lista Partido de los Trabajadores acordaron una ofensiva proselitista junto a Lula da Silva que comenza-r el mes junio, con el propsito de recomponer la imagen presidencial a 5 meses de los comicios en que buscar la reeleccin.

    Bolivia, el Tribunal Supremo Elec-toral (TSE) ha convocado al voto a los ciudadanos bolivianos el do-mingo 12 de octubre para elegir al presidente, vicepresidente, 157 asamblestas y, por primera vez en la historia, a nueve representantes de Bolivia ante los parlamentos de organismos regionales de integra-cin. Morales y el actual vicepre-sidente, lvaro Garca Linera, han sido designados candidatos del gubernamental MAS. La oposicin an trabaja en la proclamacin de sus candidatos. Hasta ahora, los ms serios aspirantes son Juan

    Ana Beln Campillo

    LA CoNTINuACIN DEL CICLO ELECTORAL

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  • del Granado, del MSM, el actual gobernador de Santa Cruz, Rubn Costas de MDS, y el empresario Samuel Doria Medina, quien acaba de ganar una consulta previa rea-lizada por el Frente Amplio para conocer el parecer ciudadano sobre el candidato apropiado para hacer frente a la poderosa candidatura oficialista

    Uruguay, que tendr su cita el prximo octubre, acaba de dis-putar las internas en las que Luis

    Lacalle Pou fue la sorpresa y com-petir con Tabar Vzquez y Pedro Bordaberry por la Presidencia de la Repblica. Tras una arrasadora campaa venci a Jorge Larraa-ga, cuyo futuro es una interrogan-te. Las ltimas encuestas previas a estas internas, el Frente Amplio obtendra el 44% de los votos, el Partido Nacional el 26%, el Partido Colorado 16%, el Partido Indepen-diente 2% y los indecisos rondaban el 9%.

    brasil5 de octubre de 2014Elecciones Presidenciales

    bolivia12 octubre de 2014Elecciones Presidenciales

    Uruguay26 de octubre de 2014Elecciones Presidenciales

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    Francisco Collado Campaa

    EL PROCESO DE SELECCIN DE CANDIDAToS MALAguEoS DE PP y PSoE PARA EL 11N

    Resumen

    En el presente anlisis se efecta un estudio sobre la procedencia social, profesional y po-ltica de los candidatos del Partido Popular y del Partido Socialista Obrero Espaol por la circunscripcin de Mlaga en las Elecciones Generales de 2011. Se presta especialmente atencin a si existen elementos comunes en el proceso de seleccin de los miembros de ambas listas electorales.

    Palabras clave: Seleccin de candidatos, Elec-ciones Generales 2011, Mlaga, cartel-party.

    Abstract

    In this paper we analyze the characteristics of the candidates of the Peoples Party and the Spanish Socialist Workers Party for the cons-tituency of Mlaga in the General Election of 2011. We intend to determine whether there are differences or similarities in the lists.

    Keywords: Selection of candidates, General Elections 2011, Mlaga, cartel-party.

    Fecha de recepcin: 23/10/2013 :: Fecha de aceptacin: 18/04/2014

    Las Elecciones Generales de 2011 muestran un espe-cial inters en el estudio del proceso de seleccin de candidatos. Por ello, en el presente anlisis se estudian los perfiles atendiendo a las caractersticas socio-eco-nmicas, profesionales y formativas de los miembros de las listas de PP y PSOE para la circunscripcin de Mlaga, prestando un especial inters a las posiciones ocupadas en el orden de la candidatura. As, se plan-tea la hiptesis de si los cinco primeros puestos para ambos partidos mantienen pautas comunes en lo refe-rido a su procedencia poltica.

    A continuacin, se muestra un cuadro explicativo so-bre las principales criterios (Gallagher y Marsh, 1988) que se tuvieron en cuenta a la hora de elaborar las listas de candidatos y establecer el orden de sus inte-grantes (Tabla I). Por lo que, observamos como en la primera lnea, es decir, del primer al quinto puesto se sigue una lgica similar a la del partido adversario. No obstante, se sita a concejales y alcaldes en esta misma posicin. Lo que nos lleva a afirmar una posi-ble apuesta por el poltico local como una forma de atraer votos hacia su candidatura desde los sectores

    Tabla I. Perfiles de los miembros de las listas de PP y PSOE 2011 en Mlaga.

    Perfiles del PsOe Perfiles del PP

    fichaje estrella y mujer en cabeza de lista.Cargos orgnicos provinciales en vanguardia.diputados en vanguardia.formacin de tercer grado.formacin jurdica y politolgica.Cargos orgnicos locales en posicin intermedia.Polticos locales en posicin intermedia.Cargos orgnicos de menor rango en suplencia.

    fichaje estrella y mujer en cabeza de lista.Cargos orgnicos provinciales en vanguardia.diputados en vanguardia.Polticos locales en vanguardia y posicin intermedia.formacin de tercer grado.formacin jurdica y econmica.Miembros de corporaciones profesionales.Administradores de fincas en suplencia.

    Vanguardia (1-5 posicin), intermedia (5-10 posicin), suplencia.

    fuente: elaboracin propia, listas electorales PsOe y PP para elecciones generales de 2011.

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    preocupados por la representacin del inters local. Por otro lado, es reseable la presencia de miembros procedentes del mbito profesional y de las corpora-ciones profesionales como colegios de abogados en los populares. La formacin es similar a la candidatura del PSOE, si bien difiere cualitativamente en que exis-te un mayor predominio de perfiles con formacin en materias econmicas, empresariales y jurdicas. Todo ello, nos lleva a corroborar la influencia del comit central en la seleccin de los primeros candidatos, si bien alterando la posicin de los polticos locales para transmitir una mayor presencia de la decisin e in-fluencia del comit provincial del partido.

    En este sentido, se puede suponer que los partidos disponen de distintas frmulas de seleccin de sus li-tes. Ahora bien, cabe plantear la cuestin de si la ten-dencia a establecer un mnimo comn denominador en los perfiles de los primeros candidatos, de aquellos que saldrn elegidos con mayor probabilidad, es un efecto del marketing poltico (Ware, 2004). Para res-ponder a esta cuestin, es preciso efectuar un nuevo anlisis cuantitativo de los candidatos que han conse-guido de forma efectiva obtener su asiento de diputa-do (Tabla II).

    En primer lugar, la categora ms representada entre los electos son los burcratas representativos. Por lo que se demuestra que el perfil del poltico profesio-nal sigue siendo la tendencia electoralista de los di-putados, representando un tercio entre sus compae-ros en dicha circunscripcin.

    Despus, siguen los procedentes de puestos de reco-nocido liderazgo, los de corporaciones profesionales y los del gobierno local. La ubicacin de notables a la cabeza de las listas no es una tendencia exclusiva en esta circunscripcin, sino que es una estrategia clsica de los partidos para atraer el voto de sus fieles. La pre-sencia de miembros procedentes de grupos de inters confirmara en la eleccin, pero no en la elaboracin de la lista, la influencia de dichos actores externos en el caso del PP e IU (Gallagher y Marsh, 1988). Mien-

    tras que, los provenientes del gobierno lo-cal responde ms a las posiciones que han ocupado estos en la lista de la opcin ms votada. Con un carcter testimonial, que-dar la presencia de un nico parlamenta-rio, sin cargos orgnicos reseables.

    En segundo lugar, las diferencias entre PP y PSOE muestran cmo aquellos pro-cedentes del gobierno local son mayora en el primero, pero los miembros de or-ganizacin lo son en el segundo. Esto se explica en base a la distinta posicin que ocupan estos perfiles en las respectivas

    listas y como los conservadores han preferido apostar por sujetos procedentes de la Administracin local y los progresistas, han preferido ubicar a sus burcratas de la organizacin.

    CONCLUSIONES

    La composicin de ambos partidos comparte un m-nimo comn denominador. Nos referimos a la ubica-cin de mujeres y notables como lderes de sus listas. A la par que, los cargos orgnicos y los diputados son ubicados de la primera a la quinta posicin, si bien el PP coloca a algunos polticos del mbito local en estos puestos. A partir del sexto puesto, difiere la composi-cin de ambas listas. Mientras el PP, apuesta por con-cejales, alcaldes, perfiles profesionales y miembros de corporaciones profesionales; el PSOE reserva a sus po-lticos locales en esta posicin. Por tanto, existen unas pautas comunes en el proceso de seleccin.

    Estos datos permiten aceptar las premisas de la nueva competicin electoral que introducen los cartel-par-ty que se convierten ms en actores polticos adosa-dos a las instituciones, que en autnticos representan-tes de la ciudadana (Katz y Mair, 2004).

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    REFERENCIAS

    Gallagher, Michael y Marsh, Michael (1988): Candidate Selection in Compa-rative Perspective: The Secret Garden of Politics. Londres: Sage.

    Katz, Richard S. y Mair, Peter (2004): El partido cartel: La transformacin de los modelos de partidos y de la democracia de partidos. Zona abierta, 108-109: 9-42.

    Ware, Alan (2004): Partidos polticos y sistemas de partidos. Madrid: Itsmo.

    Tabla II. Diputados electos por Mlaga en 2011.

    Total PP PsOe

    PrOCedenCiA n (%) n (%) n (%)

    lderes 2 7,14 1 7,69 1 6,66

    Parlamentarios 2 7,14 1 7,69 1 6,66

    Miembros de organizacin 10 35,71 2 15,38 8 53,33

    facciones 1 3,57 0 0 1 6,66

    Grupos de inters 1 3,57 1 7,69 0 0

    Gobierno local 8 28,57 4 30,76 4 26,66

    Profesionales 4 14,28 4 30,76 0 0 fuente: elaboracin propia, datos Mir y anlisis de prensa.

    Francisco Collado Campaa Centro de Investigaciones Sociolgicas.

    [email protected]

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    Fredy Andrs Palencia Rodriguez

    COSTOS/bENEFICIOS DE LAS REDES SoCIALES EN uNA CAMPAA PoLTICA

    Resumen

    Esta nota se divide en dos partes: La primera da una explicacin de porqu es importante hablar de poltica 2.0 dentro de una campa-a poltica, y la segunda, se basa en una ex-periencia sobre poltica 2.0 (Campaa para la presidencia de Colombia: Mockus Presidente 2011) .

    Palabras clave: Redes sociales, web 2.0.

    Abstract

    This paper has two parts: the first gives an explanation of why it is important to talk po-litics 2.0 in a political campaign. The second part is based on an experience of policy 2.0 (Campaign for Colombias presidency. Mockus President 2011).

    Keywords: Social media, web 2.0.

    Fecha de recepcin: 06/03/2014 :: Fecha de aceptacin: 16/03/2014

    Los costos de informtica y comunicacin, han cado a una milsima parte de su

    valor, entre 1970 y comienzos de este siglo

    Todos pueden entrar al juego.

    Joseph Nye

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    El constante desarrollo de las tecnologas de la infor-macin y las comunicaciones hace que stas adquieran un papel preponderante en la labor/formacin de los movimientos sociales y polticos, pero qu tan cons-cientes son del poder de movilizacin y de trasmisin de ideas, que generan estos avances tecnolgicos?

    A nivel mundial ha aumentado progresivamente el uso de Internet, para diferentes usos, pero son dos los sectores en los cuales se ha notado una trasformacin considerable, partiendo de la forma tradicional, en la forma de hacer poltica (comunicacin poltica) y en la forma de hacer periodismo. El porqu de esta afir-macin lo podemos resumir en la siguiente premisa: lo que antes estaba restringido hoy est disponible para todos; permitiendo que una multiplicidad de actores entren en una arena, en la cual en un pasado, no tenan ningn tipo de papel ni mucho menos voz.

    Hace poco consult sobre la utilizacin de las redes sociales a Mikel Ayestaran, un periodista freelance que se encuentra en el mundo rabe (Premio Inter-nacional de Periodismo en el 2009) y me respondi textualmente: A m me sirven para trabajar y hacer con-tactos. Las uso como herramienta de trabajo pura y dura, para nada personal.

    Ahora surge otra pregunta: Utilizamos bien las tec-nologas de la informacin y las comunicaciones?

    Las tecnologas de la informacin y las comunicacio-nes en la educacin han transformado la manera de ensear, aprender y trasmitir informacin. En el cam-po de la poltica podemos afirmar que Internet, en particular, trajo nuevas y novedosas formas de trans-mitir informacin de una forma rpida, gil y con una particularidad, cre plataformas para amplificarla (re-des sociales) haciendo que llegue a ms personas sin aumentar costos.

    Esta revolucin de la informacin permite que au-mente el nmero de propuestas emergentes e inno-vadoras, pero todas con una particularidad: buscan crear una comunicacin de forma directa y clara con sus seguidores.

    Pero esta herramienta no funciona sola y es necesario combinarla con una fuerte campaa offline (ejemplo: una buena retrica en el discurso, eventos, etc.)

    En particular, se har hincapi en la campaa de Moc-kus presidente; una campaa que se caracteriz por ser innovadora, y fresca, dentro de un contexto tradi-cional de hacer poltica, dejando en evidencia que con las herramientas que da la Internet es posible hacerle frente a la maquinaria poltica, con bajo presupues-to. (*Haciendo un paralelo entre ambas formas de ha-cer poltica.).

    La poltica 2.0 era algo que en Colombia no se haba visto con fuerza, hasta la campaa de Mockus presi-dente (2011); una campaa caracterizada por:

    Ser un candidato diferente a los dems, apos-tando en temas que los otros no se atrevan a for-talecer, tales como la educacin y la cultura ciu-dadana.

    Implementacin de Internet (redes sociales) como principal arma en la contienda poltica.

    Su principal consigna: La ley es sagrada.

    Lleg a tener en su cuenta de Facebook (en cam-paa) unos 663.138 seguidores, mientras que su adversario ms fuerte tena 165.087 seguidores.

    No solo utiliz Facebook, tambin YouTube y Twit-ter, herramientas que permitieron que se afianzara y se fortaleciera ese lazo de comunicacin directa, tan importante en una campaa online.

    Plante una comunicacin en donde todos podan participar, opinar y, as mismo, ser amplificado-res de informacin.

    Actualmente quedan rezagados de esta campaa, ya que la pgina de Mockus es una de la ms in-fluyente en Colombia (al momento de hablar de poltica).

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    Diagrama 1. Nuevas formas de hacer poltica.

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    Cre uno de los movimientos polticos por In-ternet ms importantes en Amrica Latina, cuya principal herramienta fue su personalidad y su habilidad en el manejo de las redes sociales.

    El final de la campaa dej un sin sabor pues a la hora de las votaciones no se alcanzaron los niveles esperados de votacin.

    Rein una excesiva confianza en Internet y una enorme desconfianza hacia los medios tradiciona-les de hacer poltica1.

    Para concluir y entrelazar las dos partes de este art-culo, podemos recurrir a las palabras de Juan David Martnez (politlogo especialista en opinin pblica, y en innovacin en comunicacin poltica, tambin uno de los community managers de Antanas Mockus Presidente):

    Esa campaa (la de Mockus presidente) tuvo el acierto y al tiempo desacierto de dar ms poder a los seguidores que a los lderes, acierto por ser consecuente con las nuevas lgi-cas de informacin, desacierto por que cre un caos que no pudo ordenar.

    Es decir, la campaa de Mockus presidente, dej una moraleja a la hora de apostar por las redes sociales dentro de una campaa poltica; s, las redes sociales son una buena herramienta en cuanto a la difusin de

    1 Tomado de Rincn (2011).

    informacin, y hasta pueden dar batalla a la maquina-ria poltica tradicional, pero debemos tener en cuenta al momento de disear una estrategia de poltica 2.0, cmo la podemos complementar y fortalecer con una estrategia offline (campaa fuera de Internet, pero ba-sndonos en la campaa 2.0.) creando as la combina-cin perfecta dentro de una campaa poltica eficaz.

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    REFERENCIAS

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    Diagrama 2. Polticos ms influyentes en Colombia (Pages).

    Fredy Andrs Palencia Rodriguez Estudiante de Relaciones Internacionales (Bogot, Colom-bia). Fundador de simplementeopinin.

    [email protected]

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    Resumen

    Cualquier rescate se enroca en un marco de esperanza para aquellos que sufren una situacin delicada, pero al igual que Rodrguez Zapatero negara la crisis econmica, durante su gobierno socialista, Mariano Rajoy, actual Pre-sidente, neg el rescate. Fue un trmino proscrito, en parte porque lleva implcito la debilidad. Pero en este tringulo de mensajes entre Unin Europea, Gobierno y la socie-dad, falt el discurso gubernamental. La UE impuso su trmino: rescate; la sociedad civil, en su mayora, tena la percepcin de intervencin, donde ya no eran rescatados sino rescatadores; y el Gobierno articul una retahla de expresiones que acabaron cuando el presidente Mariano Rajoy pronunci lo de ayer.

    Palabras clave: Crisis econmica, rescate, Mariano Rajoy, UE, framing.

    Abstract

    Every bailout involves a desperate hope to those in vul-nerable situations. Such was the case for the Spanish MP Rodrguez Zapatero during the socialist mandate, who denied the economic crisis in which the country was im-mersed, and such was with the conservative government lead by Mariano Rajoy, who denied the bailout. A hidden term, a term that proscribes and is determinant, a term that has weakness implicit in its meaning. But this trian-gle of different messages from the EU, government and society lacked a strong government discourse. EU imposed its term: bailout, while society perceived it as a clear inter-vention, where the rescuers and rescued had diffused roles. On its side, the government managed to generate a series of expressions that culminated when MP Mariano Rajoy uttered the words yesterdays issue.

    Keywords: economic crisis, bailout, Mariano Rajoy, EU, framing.

    Fecha de recepcin: 27/11/2013 :: Fecha de aceptacin: 20/06/2014

    Carlos Rodrguez Prez

    LA CRISIS DEL RESCATE PROSCRITO