mdva dh y s empresas

23
Ministerio del Poder Popular Educación Universitaria Universidad Latinoamericana y del Caribe Especialización en Internacional de los Derechos Humanos Asignatura: Derecho Internacional de los Derechos Humanos I Profesor: Nelson Daniels Torres ENSAYO DERECHOS HUMANOS Y LA SEGURIDAD MULTINACIONAL Autora: Vásquez Álvarez, Menphis Desireé .C.I.V-17.555.362 Caracas, 18 octubre de 2016

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Ministerio del Poder Popular Educación Universitaria

Universidad Latinoamericana y del Caribe

Especialización en Internacional de los Derechos Humanos

Asignatura: Derecho Internacional de los Derechos Humanos I

Profesor: Nelson Daniels Torres

ENSAYO

DERECHOS HUMANOS Y LA SEGURIDAD

MULTINACIONAL

Autora:

Vásquez Álvarez, Menphis Desireé .C.I.V-17.555.362

Caracas, 18 octubre de 2016

ÍNDICE GENERAL

Introducción Pág. 1

Desarrollo del Tema Pág. 2-19

Conclusión Pág.20

INTRODUCCIÓN

Adentrarse al mundo delos Derechos Humanos y la Seguridad

Multinacional, requiere exponer los objetivos desde la exponer desde una

perspectiva interdisciplinaria, dada las relaciones existentes entre las

empresas y los derechos humanos. Partiendo de las teorías tradicionales

sobre la responsabilidad social empresarial, es necesario acerca a los

orígenes, desarrollos, desafíos y alcances de la responsabilidad empresarial

en clave de los derechos humanos, tomando en consideración que se hace

necesario centrasen en particular en los códigos voluntarios de conducta y

en el concepto de «debida diligencia empresarial», el cual ha sido

introducido para ofrecer indicadores de comportamiento ético y evitar la

complicidad empresarial en abusos de los derechos humanos.

El trabajo intenta abordar someramente los aspecto esenciales de

los Derechos humanos y sui influencia, desarrollo y perceptivas hoy día

sobre todo en América Latina, especialmente en nuestro país Venezuela, y la

afectación mundial de la crisis financiera que afecta directa en indirectamente

el desarrollo delos Derechos humanos, no solo entendidos estos como las

Responsabilidades Sociales que tienen las empresas, sino las indiligencias a

nivel ambiental y a nivel de relaciones Internacionales, sobre todo por el

papel de las empresas transnacionales que operan en zonas de conflicto y

sobre la efectividad de las respuestas de estos actores del sector privado

para minimizar o mitigar los efectos negativos de sus operaciones.

2

DERECHOS HUMANOS Y

LA SEGURIDAD MULTINACIONAL

Constantemente existen en el mundo empresario Multinacional

debates, referentes a la crisis financiera y económica que azota no solo a las

empresas, sino al el mundo en general, dado que no es simplemente otro

declive cíclico, de tipo endémico, del sistema capitalista. Señala Jana

Silverman Social Watch Álvaro Orsatti representante de la Confederación

Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas1 La misma

representa un colapso espectacular del modelo económico neoliberal. La

implementación de este modelo, que prescribía la desregulación del sector

financiero, la liberalización comercial y la privatización de las empresas y

organismos del Estado, llevó no solo a la desestabilización de los mercados

mundiales, sino al establecimiento de un severo y global desequilibrio de

poder entre los trabajadores, las empresas privadas y los Estados. Durante el

auge de neoliberalismo, muchas empresas aprovecharon el avance de las

comunicaciones y la infraestructura del transporte, las laxas regulaciones

nacionales y la venta de los activos lucrativos del Estado para transformarse

en gigantescos conglomerados transnacionales con una considerable

presencia en todo el mundo, obteniendo ganancias sin precedentes durante

el proceso. Su poder económico les dio enorme influencia política en los

países en desarrollo, ansiosos por atraer la inversión directa extranjera.

Estos países intentaron hacer “más atractivos” sus territorios para las

1 Las obligaciones de las empresas transnacionales frente a los derechos humanos y el papel de la

sociedad civil

3

Multinacionales reforzando la legislación sobre protección de las inversiones

y debilitando las le- yes laborales y ambientales. De esta forma, además de

sus consecuencias económicas, la proliferación de las inversiones de las

empresas multinacionales en los países en desarrollo, durante las últimas

décadas, ha tenido impactos sociales y ambientales profundos, a tal punto

que algunas multinacionales han sido cómplices de graves violaciones de los

derechos humanos, sociales, laborales y ambientales fundamentales. 2

En todo momento y desde el Nacimiento del hombre la

preeminencia en los Derechos humanos son y seguirán siendo una

expresión de la naturaleza del hombre, pero también, técnica normativa al

servicio de la sociedad. La consideración del Derecho como una técnica

social supone admitir su condición profundamente histórica. No hay derecho

fuera de la historia ni es inevitabilidad del derecho hacia el futuro3, su

carácter instrumental le permite perseguir fines diversos, de acuerdo con las

relaciones de poder que subyacen a su desarrollo. Este punto de vista

explica que frente a las desigualdades sociales, el derecho y el

constitucionalismo pueden constituir un instrumento eficaz para contener el

deterioro del tejido social.

El Estado de Derecho es la condición y, al mismo tiempo, el efecto

de la existencia y garantía de los Derechos Humanos. Así, el Estado sólo es

posible a partir del reconocimiento, garantía y protección de los Derechos

Humanos, por ello, las Cortes y Tribunales Constitucionales están llamados a

2 Las obligaciones de las empresas transnacionales frente a los derechos humanos y el papel de la

sociedad civil 3 Cabo, Carlos de, “Teoría histórica del Estado y del derecho constitucional”, Barcelona, PPU, 1993,

vol. II, p. 269)

4

garantizar la vigencia integral de todos los Derechos Humanos para todas la

personas por igual, no sólo de los derechos individuales sino, y sobre todo,

de los derechos sociales. Sólo así, será posible convertir el Derecho en una

herramienta del cambio social que actúe en beneficio de los más

necesitados, de las minorías, de los excluidos de siempre. 4

De allí que se ha considerado que en los albores del Siglo XXI, no

es posible justificar la actitud de quienes se resisten a tutelar los derechos

sociales, como si la naturaleza de los mismos exigiera de su parte una

actitud diferente de la que tienen en relación con los llamados “derechos de

primera generación”. Son los que se han resistido históricamente a dar a los

derechos sociales, el mismo tratamiento que aceptaron dar a los viejos

derechos propios del Estado Liberal Burgués. Este diferente tratamiento ha

implicado su inmediata y activa intervención destinada a asegurar la vigencia

de aquellos “primeros” derechos, tanto como su renuencia a actuar frente a

reclamos en favor de la implementación de los Derechos Sociales contenidos

en la Constitución, derechos estos que son de obligatorio cumplimiento tanto

para las empresas del Estado como para las empresas privadas.

Siendo necesario acotar que las empresas gubernamentales,

ciertamente están sujetas a las leyes nacionales del país donde está su

sede central y aunque estas compañías pueden tener una significativa

presencia en muchos países, se considera que, técnicamente, no tienen

personería jurídica internacional limitada a los Estados y a ciertas Organi-

4 Bockenforde W. (1993), “Escritos sobre Derechos Fundamentales, trad. de J.L. Requejo Parés e I.

Villaverde, Nomos Verlagsgesellschaft”, Baden-Baden.pág 210.

5

zaciones intergubernamentales como la Unión Europea o la ONU. Esto signifi

ca que, en términos generales las empresas no han estado sujetas a los

derechos y obligaciones de la ley internacional, incluida la ley internacional

sobre derechos humanos. Sin embargo, en la práctica, esta interpretación

está siendo gradualmente revisada. Algunos académicos contemporáneos

abogan por conceder a las empresas transnacionales derechos neofeudales

o corporativos.

Por ello varios tratados internacionales especialmente, los acuerdos

bilaterales y multilaterales sobre comercio e inversiones otorgan

a las empresas transnacionales derechos específicos que pueden exigirse an

te los tribunales del país anfitrión o en tribunales internacionales de arbitraje.

Por ejemplo, las disposiciones del Capítulo 11 del Tratado de libre Comercio

de América del Norte permiten que los inversores presenten reclamos direct

amente contra los Estados participantes por supuestas violaciones de los

requisitos de inversión del tratado.5

De igual modo, muchos tratados de inversión bilaterales incluyen

mecanismos que permiten que las compañías presenten, reclamos contra

los Estados signatarios ante tribunales de arbitraje, como el Centro

Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, por

expropiaciones, pérdidas derivadas de perturbaciones civiles y restricciones

a la repatriación de capital y otros asuntos. Las implicaciones de estas

cláusulas son profundas. Desde 1995 se firmaron más de 370 tratados

comerciales bilaterales y multilaterales y se concluyeron más de 1.500

tratados de inversión bilaterales, que involucraron a prácticamente todas

5 Damrosch, Lori (ed.) (2001). International Law, St. Paul, USA: West Publishing, pp. 809­12.

6

las principales economías del mundo. Estos acuerdos confieren a las6

Corporaciones derechos supranacionales, sin conceder los respectivos

derechos a las personas que se ven perjudicadas por sus acciones.

Hoy día, las obligaciones referidas a promover y proteger los

derechos humanos se tan volviendo tanto en la teoría como en la teoría, o

en la práctica, más explicitas para los actores no estales, como para las

empresas comercial. Po ejemplo, el Preámbulo de la Declaración Universal

de los Derechos Humanos llama a que “cada individuo y cada órgano de la

sociedad” defiendan y promuevan los principios contenidos en la

Declaración. Según los expertos legales, esa obligación incluye a todas las

personas y a todas las entidades legales, como las empresas. Otros

estándares internacionales en el campo de la “Sof Law” o “ley blanda”

que, en forma directa, imponen a las empresas obligaciones sobre derechos

humanos son la Declaración Tripartita de la OIT, formulada en 1977, y las

Directrices OCDE sobre Multinacionales (adoptadas en 1976 y revisadas en

2000).7

Aunado a ello, cada vez compañías diseñan y ponen en

práctica políticas específicas sobre derechos humanos políticas específicas

sobre derechos humanos. Según el Centro de Información Sobre Empresas

y Derechos Humanos, más de 240 empresas han formulado propias pautas y

más de 5.200 compañías están listadas como miembros activos del Pacto

Global de la ONU7, una iniciativa multisectorial que compromete a las

empresas a respetar los principios universales relativos a los derechos huma-

6Adlung, Rudolph y Molinuevo, Martín (2008). Bilateralism in Services Trade: Is There Fire Behind th

e (BIT) Smoke? Ginebra: Organización Mundial del Comercio, pp. 1­2.

7 Avery, Christopher, Short, Annabel y Tzeutschler Regaignon, Gregory (2006). “Why all companies

should address human rights”. Disponible en:

<www.cca­institute.org/pdf/averybusiness%26humanrights.pdf>.human

7

Laborales y ambientales y a las prácticas anticorrupción.

De acuerdo al Observatorio de Organizaciones Multinacionales en

América Latina, el 26 de junio de 2014, el Consejo de derechos Humanos de

la ONU adopto la resolución 26/9 8, sobre la elaboración de “un instrumento

jurídico vinculante para regular las actividades de las empresas

transnacionales y otras empresas en el “Derecho Internacional de los

Derechos Humanos”. Logro este de relevancia, luego de décadas de

discusiones e intentos fracasos en Naciones Unidas, por cuanto con este

instrumento se podría mejorar a largo plazo y a escala global, la protección y

realización plena de los derechos Humanos. Y, sobre todo, podría

contribuirse a poner fin a la impunidad de los abusos cometidos por las

grandes corporaciones, especialmente en los países periféricos,

garantizando el acceso a la justicia a las víctimas de sus operaciones.

De allí que en la sede de Naciones Unidas en Ginebra, tuvo

lugar la semana pasada la 1ª sesión de este grupo de trabajo

intergubernamental sobre empresas transnacionales y derechos humanos.

Allí se presentó en representación de la campaña global para Desmantelar

el Poder Corporativo y Poner Fin a la Impunidad, una propuesta dicha

conjunta con la plataforma que agrupa a más de 200 movimientos

internacionales sociales, redes de solidad, organizaciones de derechos

humanos sociales, redes de Comunidades locales y personas afectadas en

todo el mundo9 , por ello efectuaron una serie de propuesta concretas 10

8 http://www.cetim.ch/es/documents/G1408255_000.pdf

9 http://www.stopcorporateimpunity.org/wp­

10 http://omal.info/IMG/pdf/cuadernos_hegoa_no_64.pdf

8

afectadas de todo el mundo, una serie de propuestas concretas para la elabo

ración del instrumento internacional jurídicamente vinculante. Y, en base al

trabajo previo que habían realizado desde el año 2012, se dio lugar a la

propuesta de un “Tratado Internacional de los pueblos para el control de las

empresas Transnacionales”, como un nuevo aporte y propuesta a la

regularización sobre empresas y derechos humanos debería contemplar, al

menos, los siguientes ocho puntos, en el cual acordaron ocho (08) puntos

estratégicos a saber: 11

1º) Poner el foco en las empresas transnacionales.

Dado que las grandes corporaciones se han convertido en

actores poderosos en el marco de la globalización económica y sus

actividades son fuente, directa o indirectamente, de numerosos impactos

negativos sobre los derechos humanos, por ejemplo a través sus prácticas

laborales y los impactos de sus actividades sobre el medio ambiente. Las

empresas transnacionales escapan de todo control gracias al poder

económico, financiero y político sin precedentes que poseen, a su carácter

transnacional, su versatilidad económica y jurídica, y las complejas

estructuras que utilizan para evadir las leyes y las regulaciones nacionales e

internacionales. Generalmente, deciden establecer su base en los países con

leyes más débiles en materia de impuestos, rendición de cuentas y

transparencia, lejos de donde desempeñan el grueso de sus actividades

económicas y donde sus operaciones pueden tener impactos adversos para

los derechos humanos

11

http://publicaciones.hegoa.ehu.es/assets/pdfs/203/Empresas_transnacionales_frente_a_los_derechos_h

umanos.pdf?1309420757http:/

9

Existe, por tanto, un vacío legal en el Derecho Internacional de los

Derechos Humanos que ha de ser subsanado con el fin de terminar con la

impunidad de las violaciones de derechos humanos cometidas por estas emp

resas.12

2º) Afirmar la obligación de respetar todos los derechos

humanos. El nuevo instrumento internacional jurídicamente vinculante.

Con la intención de que el mismo contenga detalladamente las obligaciones

específicas, por parte de las empresas transnacionales, respetar todos los de

rechos humanos: el derecho a la vida, el derecho a la libertad de asociación,

el derecho a la libertad de opinión y expresión, el derecho a la no

discriminación, el derecho al trabajo, el derecho a la alimentación, el derecho

al agua, el derecho al alojamiento, el derecho a la salud, el derecho a la

autodeterminación y el derecho a un medio ambiente sano. Ha de incluir, en

resumen, su obligación de respetar el Derecho Internacional de los Derechos

Humanos, el Derecho Internacional del Trabajo y las

normas internacionales en materia de medio ambiente. Las transnacionales t

ambién deben respetar las regulaciones nacionales y, internacionales en

materia de medio ambiente. Las transnacionales también deben respetar las

regulaciones nacionales y abstenerse de interferir en su elaboración,

reconociendo la primacía de los derechos humanos y del interés general

sobre los intereses económicos privados.13

12

http://observatoriorsc.org/normas-sobre-las-responsabilidades-de-las-empresas-transnacionales-y-

otras-empresas-comerciales-en-la-esfera-de-los-derechos-humanos/ 13

http://publicaciones.hegoa.ehu.es/assets/pdfs/203/Empresas_transnacionales_frente_a_los_derechos_h

umanos.pdf?1309420757http:/

10

3º) Obligar a los Estados a proteger los derechos

humanos.

El futuro vinculante de las Naciones Unidas debe afirmar la

Obligación de los Estados de proteger los derechos humanos contra las

violaciones cometidas por las empresas transnacionales, detallando las

medidas específicas que los Estados han de asumir al respecto. En concreto,

estas deberían incluir el establecimiento de mecanismos efectivos a nivel

nacional para posibilitar el acceso a la justicia y la reparación a las víctimas y

las comunidades afectadas. Igualmente, los Estados deben garantizar que

las grandes corporaciones que tienen su sede principal en su territorio

respeten todos los derechos humanos cuando operan en el exterior; el

tratado tendrá que especificar cuándo surgen tales obligaciones

extraterritoriales,14 pero los Estados deberían, como mínimo, asumir el

principio de extraterritorialidad cuando la transnacional tenga su centro de

actividad, esté registrada, tenga su sede o desarrolle actividades económico

financieras en el Estado en cuestión.15

4º) Reafirmar la primacía de los derechos humanos

sobre los tratados Comerciales.

La proliferación de tratados de “libre comercio” y

acuerdos de protección de inversiones le ha conferido un enorme poder

económico, político y jurídico a las empresas transnacionales. Estos tratados

protegen los negocios de las multinacionales frente a cualquier decisión

14

http://omal.info/spip.php?page=article_diccionario&id_article=4804 15

http://publicaciones.hegoa.ehu.es/assets/pdfs/203/Empresas_transnacionales_frente_a_los_derechos_h

umanos.pdf?1309420757http:/

11

pública que pudiera afectar negativamente a sus intereses, incluso a sus

futuras ganancias y no tienen en cuenta las obligaciones

vinculantes que los Estados tienen sobre los derechos humanos.

En este sentido, los tribunales internacionales de arbitraje y los

mecanismos de resolución de disputas inversor­Estado, suponen una

preocupación especial, por cuanto permiten a las grandes corporaciones

demandar a los Estados para imponer sus deseos y promover sus intereses.

Por eso, el tratado debería obligar a los Estados a introducir una cláusula

vinculante sobre la supremacía jerárquica de los derechos humanos en todos

los tratados de comercio e inversión que firmen, renegociando los acuerdos

existentes con este mismo fin.

5º) Establecer la responsabilidad civil y penal de

las empresas y sus directivos.

El Tratado de las Naciones Unidas debe requerir a los

Estados que establezcan la responsabilidad legal de las grandes corporacio

nes y de sus directivos en sus jurisdicciones nacionales. El principio de doble

imputación que tanto la persona jurídica como los individuos que toman las

decisiones sean responsables, debe ser reconocido, extendiendo esta

responsabilidad civil y penal a los delitos que cometan directamente como

autores y a aquellos en los que incurran como cómplices, instigadores y

encubridores. 16

Asimismo, el tratado ha de incluir disposiciones sobre la

responsabilidad solidaria, por acción u omisión, de las transnacionales con 16

http://publicaciones.hegoa.ehu.es/assets/pdfs/203/Empresas_transnacionales_frente_a_los_derechos_h

umanos.pdf?1309420757http:/

12

respecto a sus filiales y su cadena de proveedores, licenciatarios o

subcontratistas. Este principio de responsabilidad solidaria se debe aplicar

también hacia arriba, para garantizar que los inversores, accionistas, bancos

y fondos de pensiones que financian a estas multinacionales puedan ser

responsabilizados por las violaciones de derechos humanos que estas

cometan.

6º) Incluir obligaciones para las instituciones

internacionales económico- financieras.

Las políticas económicas impuestas por el Fondo Monetario

Internacional (FMI), el Banco Mundial y otros bancos regionales contribuyen

a la impunidad de las empresas transnacionales. Y es que las políticas de

ajuste estructural y las condiciones exigidas por las instituciones financieras

regionales e internacionales operan como una camisa de fuerza que obliga a

los Estados a abrir sus países a las grandes empresas. Por tanto, estos

organismos tienen una importante responsabilidad17 por las violaciones de

derechos humanos cometidas por las compañías multinacionales. Sin

embargo, el FMI y el Banco Mundial son instituciones especializadas del

sistema de Naciones Unidas, y como tales sus decisiones han de ajustarse a

la Carta de la ONU y respetar los derechos humanos. Así pues, resulta

central que el instrumento internacional vinculante incluya disposiciones

relativas a la obligación de esas instituciones económico­financieras

regionales e internacionales, exigiéndoles que contribuyan a la aplicación del

tratado y que no adopten medidas contrarias a sus objetivos y disposiciones.

17

[http://www.lamarea.com/2015/05/29/las­responsabilidades­del­banco­

mundial­el­fmi­la­comision­europea­y­el­bce/

13

7º) Establecer mecanismos internacionales para hacer

cumplir el tratado.

Además de la ausencia de normas internacionales

vinculantes, un elemento decisivo para poder poner fin a la impunidad de las

violaciones de derechos humanos cometidas por las empresas

transnacionales es la ausencia de mecanismos de control y aplicación a nivel

internacional. Con objeto de llenar este vacío, deberían establecerse tres

órganos: un órgano que evalúe su cumplimiento, un centro público para el

control de las grandes corporaciones y una corte mundial sobre

transnacionales y derechos humanos. Una de las principales contribuciones

de este nuevo instrumento internacional jurídicamente vinculante de

Naciones Unidas debe ser la de abrir la posibilidad para que las victimas

puedan registrar sus demandas contra las multinacionales por el

incumplimiento de su obligación de respetar los derechos humanos. 18

8º) Proteger las negociaciones de la influencia de las

grandes empresas

Desde hace años se han abierto de par en par las

puertas de la ONU a las corporaciones transnacionales, a las que se les llam

a “partes interesadas” siguiendo la tendencia generalizada de ceder el poder

de decisión a los grandes conglomerados económicos y financieros en

detrimento de los Estados, los gobiernos y, en general, la sociedad civil.

18

http://publicaciones.hegoa.ehu.es/assets/pdfs/203/Empresas_transnacionales_frente_a_los_derechos_h

umanos.pdf?1309420757http:/

14

Esta alianza entre el sistema de Naciones Unidas y las

grandes empresas, creó una peligrosa confusión entre una institución pública

internacional, que de acuerdo a la Carta representa a “los pueblos de las

Naciones Unidas” y un grupo de entidades que solo son representativas de

los intereses privados de una élite político empresarial. Por definición, las

transnacionales únicamente defienden sus intereses particulares, sobre todo,

los de sus accionistas mayoritarios y no el interés general.; Por ello, no se les

debe permitir participar directamente en un proceso en el que serían a la vez

juez y parte.19

Hoy día y luego del establecimiento de la implementaciones de

las Normas ONU, Obligaciones positivas y negativas de las empresas

Dentro de su esfera de actividad e influencia (que varía entre las empresas

grandes y pequeñas), las Normas de Derechos Humanos para Empresas

exigen de éstas «promover, asegurar que se disfruten, respetar, hacer

respetar y proteger los derechos humanos consagrados en el derecho

internacional y en la legislación nacional». Como mínimo, esto requiere que

las empresas se abstengan de realizar actividades que violan directa o

indirectamente los derechos humanos, o se abstengan de beneficiarse de las

violaciones de los derechos humanos, y ejerzan la diligencia debida para

evitar causar perjuicio. Las Normas de la ONU incluyen asimismo la

obligación activa de promover y velar por la plena protección de todos los

derechos humanos. El Comentario a las Normas exige de las empresas que

ejerzan su influencia para ayudar a promover y velar por el respeto de los

derechos humanos. Para cumplir tanto las obligaciones negativas (evitar toda

19

LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS: HISTORIA DE UNA ASIMETRÍA NORMATIVA. Juan Hernández Zubizarreta.Pag 226.

15

Complicidad en violaciones para respetar los derechos humanos) 20como las

obligaciones positivas (promover los derechos humanos), las empresas no

pueden ya declararse ignorantes de las circunstancias en las que realizan

sus actividades; Las Normas de la ONU invocan diversas leyes y normas que

las empresas deben «reconocer y respetar». Entre ellas, no sólo las normas

internacionales «aplicables» y las leyes y reglamentos nacionales sino

también nociones más abstractas como «el estado de derecho», «el interés

público», y «los objetivos de desarrollo, las políticas sociales, económicas y

culturales, incluidas la transparencia, la responsabilidad y la prohibición de la

corrupción».

En ese orden de ideas las Normas ONU, Las Normas de la ONU

para Empresas enuncian, en una sola y concisa declaración, una lista

detallada de las obligaciones empresariales en la esfera de los derechos

huma- nos. Subrayan las prácticas óptimas y varias formas de monitorizarlas

y hacerlas cumplir. Además de sentar una norma con la que las empresas

pueden medir su propia conducta, las Normas de la ONU sientan también un

punto de referencia muy útil con el que evaluar las legislaciones nacionales

(para determinar si los gobiernos están cumpliendo su obligación de proteger

los derechos asegurando que existen los marcos reguladores apropiados).

Las Normas de la ONU son también una herramienta importante de

referencia y de campaña para las organizaciones no gubernamentales

(ONG) y los activistas de base.21

20

LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS: HISTORIA DE UNA ASIMETRÍA NORMATIVA. Juan Hernández Zubizarreta.Pag 226.

21

Normas ONU-DDHH, para las empresas

16

Así las cosas y bajo la existencia de un sistema bien

establecido de reglas internacionales de derechos humanos, que se remonta

más de medio siglo, como La Carta de las Naciones Unidas, de 1945, y la

Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), de 1948, enuncian un

conjunto importante de obligaciones de derechos humanos. En muchos

casos, estas obligaciones han pasado a convertirse en normas del derecho

internacional consuetudinario, vinculantes para todos los Estados. Aunque

principalmente dirigida a los Estados, la Declaración Universal exhorta a que

«tanto los individuos como las instituciones» pro muevan el respeto de los

derechos humanos y aseguren su reconocimiento y aplicación, sentando así

los cimientos de obligaciones aplicables no sólo a los Estados sino también a

los agentes no estatales, incluidas las empresas comerciales. 22

A estos le siguieron a la Declaración otros tratados

adicionales que perfeccionaron las obligaciones enunciadas en la DUDH. La

mayor aceptación de normas internacionales de derechos humanos hizo

inevitable que las empresas tuvieran que hacer frente eventualmente a sus

responsabilidades en la esfera de los derechos humanos. Si las actividades

comerciales proporcionan empleo a millones de personas, diversas prácticas

comerciales que se aplican a diario pueden tener un efecto negativo sobre

los derechos humanos. Las empresas pueden violar los derechos humanos

con sus prácticas de empleo, o por la forma en que sus procesos de

producción repercuten en los trabajadores, las comunidades y el medio

ambiente. Las empresas también pueden estar implicadas en abusos por su

22

http://publicaciones.hegoa.ehu.es/assets/pdfs/203/Empresas_transnacionales_frente_a_los_derechos_h

umanos.pdf?1309420757http:/

17

asociación con autoridades políticas o gobiernos represivos. Al someterse a

examen las actividades de las empresas transnacionales, muchas de ellas

empezaron a adoptar códigos de conducta en las décadas de 1980 y 1990, y

el emergente movimiento sobre la responsabilidad social de las empresas

produjo un sin número de códigos voluntarios. Sin embargo, los códigos de

conducta voluntarios, si bien una señal positiva de compromiso empresarial,

no han resultado ser suficientes. Muchos de estos códigos son sumamente

imprecisos en lo que respecta a compromisos de derechos humanos. Que AI

sepa, son menos de 50 los códigos empresariales que hacen una referencia

explícita a los derechos humanos. Tanto si son exclusivos de una empresa o

han sido adoptados por todo un sector, los códigos voluntarios con fre-

cuencia carecen de legitimidad internacional. 23

Por ello reitero surgen las Normas ONU, Las Normas de la

ONU no son un tratado que los Estados pueden ratificar y asumir de ese

modo obligaciones legales vinculantes. Sin embargo, está claro que las

Normas de la ONU tienen más autoridad que muchos códigos de conducta

adoptados por las empresas, y representan un avance significativo con

respecto a otras normas existentes. Las Normas de la ONU tienen gran

probabilidad de tener cierto efecto legal por varios motivos:24

— El derecho internacional no es estático, sino que está en constante

proceso de desarrollo. Las Normas de la ONU merecen atención e inspiran

respeto, y a medida que sean usadas por los defensores de los derechos

humanos y por las empresas irán adquiriendo mayor fuerza. Si los tribunales

23

https://www.tni.org/es/art%C3%ADculo/derechos-humanos-y-empresas-transnacionales 24

http://publicaciones.hegoa.ehu.es/assets/pdfs/203/Empresas_transnacionales_frente_a_los_derechos_

humanos.pdf?1309420757http:/

18

nacionales e internacionales comienzan a referirse a ellas y a aplicarlas, el

efecto legal de las Normas de la ONU aumentará.

— A diferencia de los códigos de conducta (ya sean los adoptados por

empresas individuales o por todo un sector), las Normas de la ONU son el

resultado de un proceso consultivo formal, autorizado por la ONU. El proceso

que llevó a la adopción de las Normas de la ONU es similar al que produjo

otras normas de derecho indicativo, algunas de las cuales se consideran hoy

parte del derecho internacional consuetudinario.

— Tanto por su tono como por su planteamiento, las Normas de Derechos

Huma- nos para Empresas son conscientemente normativas. A diferencia de

las Líneas Directrices para Empresas Multinacionales elaboradas por la

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y de la

Declaración Tripartita de Principios sobre las Empresas Multinacionales y la

Política Social, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las

Normas de la ONU no están limitadas por cláusulas que subrayen su

carácter no regulador.

— Todas las disposiciones sustantivas de derechos humanos de las Normas

de la ONU se han extraído de normas internacionales ya existentes. Lo

nuevo de las Normas de la ONU es aplicarlas —dentro de los límites de la

esfera de actividad e influencia de las empresas comerciales— a las

empresas privadas, pero haciéndolo de manera que también hagan

referencia a una amplia gama de prácticas internacionales (incluidas las de

19

las propias empresas). Las Normas de la ONU, en otras palabras, tienen

buenos cimientos jurídicos.25

Algunos sostienen que el derecho internacional es aplicable únicamente

entre Esta- dos, o que las obligaciones en la esfera de los derechos

humanos son sólo aplicables a los Estados, y que las Normas de la ONU no

pueden crear obligaciones legales para las empresas. Este punto de vista ya

no puede mantenerse por estar falto de credibilidad. Mientras que los

principales tratados de derechos humanos hacen recaer obligaciones en

primer lugar en los Estados, las obligaciones sustantivas que esos Estados

han de hacer cumplir incluyen la de asegurar el respeto de los derechos

humanos, tanto por el Estado como por agentes no estatales como empresas

e individuos. Por ejemplo, los Convenios de la OIT siguen una estructura

formal por la que los Estados garantizan el cumplimiento de las empresas.

Sin embargo, se reconoce que hacen recaer deberes sustantivos, como la no

discriminación y el respeto a la libertad de asociación, directamente en las

empresas.

25

http://publicaciones.hegoa.ehu.es/assets/pdfs/203/Empresas_transnacionales_frente_a_los_derechos_h

umanos.pdf?1309420757http:/

20

CONCLUSIÓN

Todas estas alianzas se traducen en cumplimientos de Derechos

Humanos que generan una Responsabilidad Social Corporativa El Derecho

Internacional de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional del

Trabajo se ven incapaces de neutralizar la expansión y “autoridad” del

Derecho Internacional del Comercio como fundamento de toda la arquitectu-

ra económica globalizada.

Los derechos sociales, laborales y medioambientales se ven

desplazados hacia sistemas de regulación no normativos, sistemas diversos

que se encuadran en la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y en los

códigos de conducta. Su aparente “bondad” y su “neutralidad” normativa,

entendida básicamente como complemento al cumplimiento de las normas

jurídicas, quedan desplazadas por la finalidad sustancial que persiguen:

sustituir las señas de identidad de los ordenamientos nacionales, es decir, la

imperatividad, la coercitividad y el control judicial, por la voluntariedad, la

unilateralidad y en el mejor de los casos, por auditorias especializadas al

margen de las reglas de funcionamiento del poder judicial. La RSC y los

códigos de conducta se fundamentan en valores vinculados con la ética de la

empresa.

Una de las características más destacables de los sistemas

jurídicos internacionales en la actual globalización neoliberal reside en la

debilidad, cuando no ausencia, de normas universales entendidas como

vehículo de los valores de la comunidad internacional. El marco legal mundial

del sistema capitalista está formado por un conjunto de normas que

organizan todo tipo de actividades económicas en el plano global, sin

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discriminaciones aparentes y sin tratos preferenciales. Sin embargo, las

relaciones de fuerza, en su expresión más cruda, la guerra unilateral y las

relaciones bilaterales asimétricas, valga decir, desiguales, en el ámbito del

comercio internacional y financiero, son la “norma” del sistema capitalista. La

globalización económica diseña un marco jurídico, político y económico en el

que las empresas transnacionales se des- envuelven sin contrapesos

suficientes. El Derecho Internacional no tiene articulados sistemas jurídicos

capaces de someter a las multinacionales a control. Tanto los sistemas

universales de protección de los derechos humanos y laborales

fundamentales, como los códigos externos ad hoc y los internos no pueden

neutralizar la fortaleza del Derecho Comercial Global.

Por todo ello, vale decir que, las Normas de Derechos

Humanos para Empresas enuncian obligaciones funda mentales mínimas

para las empresas en la esfera de los derechos humanos. Reafirman que

aunque la responsabilidad primordial de promover y proteger los derechos

huma nos recae en los Estados, las empresas transnacionales y otras

empresas comerciales, en su calidad de órganos de la sociedad

(instituciones y grupos de individuos), también tienen responsabilidades. El

primer párrafo dispositivo declara que las responsabilidades son aplicables a

las empresas «dentro de sus respectivas esferas de actividad e influen

cia». Es decir, los deberes que tienen las empresas de conformidad con las

Normas de la ONU se limitan a la esfera de su actividad e influencia.